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#Procedimientos de escolta armada
cuidarelplaneta · 10 months
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En persecución de los balleneros
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Tras una búsqueda infructuosa por las costas de Corcubión, donde se encontraba una de las estaciones balleneras. El Warrior volvió de nuevo hacia Vigo, donde la tripulación avistó un ballenero, el Ibsa III. En un instante, las Zodiacs neumáticas estaban en el agua y maniobrando en torno al barco.
Greenpeace logró impedir las capturas tan eficazmente, que apareció para interrumpir la protesta la corbeta Cadarso, a la que pronto se unió la Pinzón, con órdenes de detener al Warrior. Una vez precintado el cuarto de radio, el Warrior fue conducido a la base naval de El Ferrol bajo escolta armada. Decididas a no dejarlo escapar, las autoridades españolas organizaron un servicio de guardia de 24 horas y desmontaron un componente esencial del sistema de propulsión: la mitad superior de la chumacera que sujeta el árbol de la hélice. También sometieron a custodia al patrón Jon Castle, al que más tarde acusan de interferir con la labor de las empresas pesqueras españolas.
Durante cinco meses, el Warrior permaneció bajo custodia. Los tripulantes podían bajar a tierra siempre que permanecieran dentro de los límites de la ciudad, oportunidad que solían aprovechar para granjearse el apoyo de la opinión pública mediante mítines y proyecciones de diapositivas. Se ataron al barco arrestado pancartas en las que se leía: «Libertad para el Rainbow Warrior. Los visitantes se agolpaban en la sala de exposiciones del barco.
Por fin llegaron las piezas para reparar la lancha rápida RI-28. Una vez reparada, Bruce Crammond, Chris Robinson y Athel von Koettlitz partieron en ella hacia el golfo de Vizcaya; tras una carrera de 500 millas (800 km), alcanzaron las islas del Canal, pero avería en el motor les impidió llegar a la reunión de 1980 de la IWC. que se celebraba en Brighton, en la costa sur de Inglaterra. donde esperaban comunicar al mundo las actividades ilícitas de captura de ballenas que se realizaban en España.
A lo largo de los años, los grupos de presión política de Greenpeace habían logrado abrirse camino en la IWC, que ya no era un simple frente unido de balleneros. En esta reunión, la comisión redujo las cuotas de captura en un 13 por ciento y por primera vez. sometió a las orcas al sistema de cuotas. Se dieron los primeros pasos para prohibir el llamado arpón frío (que no lleva explosivo, y con frecuencia mutila en lugar de matar) para todas las ballenas salvo el rorcual aliblanco, ya que, según los balleneros, destruía una proporción excesiva de la carne. La votación a favor de una moratoria de 10 años en la captura comercial de ballenas se perdió por un margen muy reducido.
Para Greenpeace las noticias eran excelentes, pero para mantener vivo el espíritu de la campaña contra los balleneros era preciso rescatar sin demora al Rainbow Warrior. Casi todos los tripulantes habían salido de España, aunque John Castle se vio obligado a permanecer allí. Para liberar el buque, las autoridades españolas exigían a Greenpeace el pago de 10 millones de pesetas para compensar a la empresa ballenera por las pérdidas que había sufrido; Greenpeace tenía abogados que llevaban el caso ante los tribunales españoles, pero la lentitud del procedimiento era exasperante. Como no había forma de encontrar una chumacera de segunda mano para el Warrior, Greenpeace obtuvo los planos originales del barco, y una pequeña empresa mecánica de Inglaterra fabricó la pieza que faltaba. Tony Marriner y el jefe de máquinas del Warrior. Tim Mark, condujeron hasta El Ferrol con la pieza de 68 kg. y una noche oscura lograron introducirla a bordo burlando la vigilancia de la policía mientras los tripulantes distraen su atención.
La pieza vital se montó con muy ligeros ajustes, pero lo principal era saber si funciona. En el curso de una prueba subrepticia del motor principal funcionó con suavidad, pero la verdadera prueba tendría que superarla navegando. Aún quedaba por solucionar otra dificultad; tras cinco meses de amarre, el casco del Warrior estaba calurosa bienvenida en Jersey. En España, el suceso costó el puesto a un almirante y valió a Greenpeace una mayor popularidad, que terminó en la apertura de una oficina en el país. El Warrior era ahora una celebridad. Pronto se prepara para su primera travesía del Atlántico, con el fin de unirse a la protesta contra la caza de focas planeada para la primavera de 1981.
Ocupó su puesto en Europa el Sirius, vendido a Greenpeace Países Bajos por el gobierno holandés, simpatizante de la organización, a cambio de tan solo 20.000 florines, de los que aportó una parte considerable la rama holandesa de la World Wildlife Fund.
Construido en los Países Bajos en 1950 como parte de un grupo de siete buques piloto para la Real Marina Holandesa, el Sirius tiene 46 metros, desplaza 440 toneladas y alcanza una velocidad máxima de 13 nudos: dispone de autonomía para 30 días de navegación con una tripulación de 32 personas. Después de la compra, la organización disponía de sólo 10 semanas para dejarlo listo para su primera campaña. 
Greenpeace estaba ya firmemente asentada, no sólo en los Países Bajos, sino también en Dinamarca, donde empezó a operar en Copenhague con ayuda de una donación de 5.000 dólares de Greenpeace International.
Ese año, ocho activistas daneses y holandeses entraron en acción contra la participación noruega en la caza de focas. Noruega era el principal cazador de focas de casco en el Atlántico Norte, ya que desde 1945 había acabado con el 85 por ciento de una población de 1.5 millones de individuos.
Los activistas abordaron al barco cazador Kvitungen en Alesund, se encadenaron a él y enarbolaron sus pancartas. Las fotografías de la protesta se difundieron ampliamente y generaron abundante apoyo al grupo danés.
También en la República Federal de Alemania estaba creciendo el apoyo a Greenpeace, que abrió allí su primera oficina en febrero de 1981. Uno de los primeros miembros fue Gerd Leipold, oceanógrafo y físico del instituto Max Planck. «Estaba convencido de que ser científico no bastaba para cambiar las cosas» , comenta.
También hay que destacar a Monika Griefahn, que seguía las campañas balleneras de Greenpeace desde 1978. En 1980 conoció en Francia a Remi Parmentier y David MeTaggart y. con su ayuda, se estableció Greenpeace Alemania.
En unos meses se les unieron más de 3.000 miembros, atraídos por acciones tan espectaculares como la escalada de Greenpeace del 24 de junio de 1981. Participaron dos escaladores, que treparon por la contaminante chimenea de una fábrica de plaguicidas de Hamburgo y colgaron una pancarta que decía: «Cuando se corte el último árbol, se mate al último pez y se envenene el último río, os encontraréis con que no podéis comeros el dinero.
Fue una buena ración para los alemanes, habitantes de un país fuertemente industrializado cuyos bosques enferman ante los ataques de la lluvia ácida. La opinión pública estaba particularmente preocupada por informes según los cuales había compuestos tóxicos en las reservas de agua y en la leche materna de las mujeres.
El diseñador y coordinador de las acciones en Alemania era Harald Zindler, amigo de Griefahn y participante activo en las protestas antinucleares de los años setenta. También había trabajado con pescadores, preocupados por la calidad de las aguas del Elba. en el que los peces empezaban a desarrollar feos tumores a consecuencia de la contaminación. En una de las primeras acciones. Se arrojaron peces deformes a la puerta del Instituto Hidrográfico Alemán, organismo público teóricamente encargado de controlar la contaminación del agua.
Originally published at https://cuidarelplaneta.com/ August 09, 2023.
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ztoa99 · 2 years
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El adiestrador de perros de Clarence Correctional Dylan Thomas fue despedido después de luchar contra una lesión de perro
El adiestrador de perros de Clarence Correctional Dylan Thomas fue despedido después de luchar contra una lesión de perro
Un entrenador de perros de servicios correccionales que también sirvió en las fuerzas armadas durante ocho años fue despojado de su puesto y de sus amados perros, luego de ser llamado para investigar la lesión grave de un perro de trabajo en un centro correccional de Nueva Gales del Sur. El entrenador de perros de doble propósito y entrenador de procedimientos de escolta armada, Dylan Thomas,…
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blackleger · 5 years
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Futuro y máquinas de tiempo 08
7. Memorias: Amigos <===  8. Memorias: Armada ===> 9. Lluvia     
Se detuvo a observar al grupo de soldados que formaban un círculo alrededor de aquel pobre diablo siendo amedrentado por su sargento, desconocía que pudo haber hecho aquel idiota para merecer la golpiza que se encontraba recibiendo, las razones para merecer un castigo como ese podían ser varias, aunque a veces no había más motivos que dar el ejemplo a los otros soldados.
Apretó su mandíbula mientras continuaba observando la escena, probablemente aquel soldado ya debía tener las costillas rotas o alguna lesión severa, sin embargo, continuaba consciente pese al dolor, un par de golpes más y finalmente colapsó, su cuerpo simplemente quedó lánguido sobre el suelo, el espectáculo había terminado. Se permitió quedarse unos momentos más mirando la escena, aquellos soldados que hasta hace unos momentos se encontraban mirando aquella golpiza se retiraron formando filas y siguiendo a su sargento, ninguno se detuvo a mirar a su compañero caído.
Se acercó con pasos lentos hasta el hombre que yacía en el suelo, su respiración era superficial, pero continuaba respirando y aquello era lo que importaba.
¿Cuántas veces se encontró en la misma situación de aquel soldado? Muchas, bueno, eso no era un número exactamente, río de su propia broma personal, saber cuántas veces fue castigado cuando no era más que un simple soldado raso era algo difícil de saber, en especial si consideraba que usualmente recibía dos o quizás más castigos en un día, todo dependía de que tan mal quedase tras su primera golpiza del día.
El sargento a cargo de la primera unidad a la que fue asignado cuando ingresó en la Armada Roja convirtió su vida en un infierno durante todo el tiempo que duro bajo su mando, el mapa de cicatrices que cubrían su cuerpo era un recordatorio constante de esos días repletos de dolor en los que despertaba preguntándose si aquel sería el día en que finalmente muriera a manos de aquel sujeto, por unos segundos se sintió mareado recordando aquella constante sensación de miedo y fatalidad que por tanto tiempo le hizo compañía.
Solo le bastó con gesto para que un par de soldados se acercaran rápidamente a él, ninguno se atrevía a mirarle directamente a los ojos, incluso simples soldados como ellos conocían bien su reputación.
—Llévense a este imbécil a la enfermería antes de que muera.
Su orden fue obedecida en el acto, probablemente ese soldado sería dejado en la enfermería hasta que se recuperara completamente, y si su sargento protestaba solo bastaría con decir que aquella había sido su orden para acallar cualquier queja que pudiera tener; dio media vuelta y se retiró del lugar sin mucha ceremonia, no le importaba en lo más mínimo la vida de aquel soldado, pero en más de una ocasión alguien se había tomado la molestia de arrastrarlo moribundo a la enfermería, únicamente estaba devolviendo un favor con aquel acto.
Continúo con su camino en dirección a la zona de contención, aquella mole gris podía observarse desde cualquier punto de la base inspirando respeto a quienes lo observan y terror a todos los que sabían lo que sucedía en su interior.
No le tomó demasiado tiempo llegar a su destino, no era la primera vez que ingresaba a aquel lugar, pero la impresión que le provocaba continuaba siendo la misma que tuvo la primera vez que puso un pie en su interior, se sintió intimidado, era curioso pensar en cómo un lugar podría llegar a mostrar cierta personalidad a pesar de no estar vivo.
Fue un fastidio pasar por todo aquel tedioso protocolo de seguridad necesario para poder poner un pie dentro del lugar, incluso siendo su rango e identidad conocidas era obligatorio pasar por todo aquel procedimiento para ingresar después de todo era edificio de alta seguridad y solo el Líder Rojo y el encargado podían saltarse dicha verificación.
El blanco inmaculado del lugar lastimo su vista y las brillantes luces que nunca se apagaban le cegaron por unos momentos, aquellas brillantes luces iluminaban cada rincón del edificio, para nadie en aquel lugar existía el más mínimo atisbo de descanso mientras aquellas luces continuaran encendidas; había escuchado rumores de presos que sacaron sus propios ojos solo para tener un momento de oscuridad, aquellos eran solo rumores, aunque tampoco podía ponerlos en duda, en especial cuando había visto prisioneros que preferían suicidarse en cuando les había proporcionado los medios para hacerlo, siempre pensó que esos prisioneros eran los más listos por sospechar de sus engaño, pero como siempre habían idiotas que pensaban que podían salirse con la suya, le encantaba cada vez que aparecía uno de esos ingenuos que caían en su trampa, por supuesto que no les proporcionaba un arma para que intentaran escapar, nunca hubiera permitido que un prisionero suyo lo hiciera.
Sus acciones siempre tuvieron como fin único proporcionarle un momento de diversión, amaba ver como la esperanza inicial que sus prisioneros mostraban al creer que podían escapar se desvanecía cuando finalmente comprendían la realidad de su situación.
Camino por los laberínticos pasillos de la edificación, cada uno lucía igual que el anterior pero ya había recorrido el lugar múltiples veces antes como para perderse entre ellos, el sonido de sus pasos resonaron a través del vacío pasillo alertando a los guardias que custodiaban la oficina del hombre a quien había ido a buscar, hubo una tímida sonrisa de reconocimiento de parte de uno de los soldados que resguardaban el lugar, pero no hizo el más mínimo esfuerzo por mostrar simpatía por el rubio cenizo, "Hellucard", aquel era el nombre que aparecía en la placa de su uniforme, aún le sorprendía que le permitieran usar aquel mote en vez de su nombre real.
—Dile a tu jefe que no me haga esperar —hablo al otro soldado que no tardo en entrar a la oficina tras él.
Examinó al rubio que alguna vez formó parte de su desaparecido escuadrón, el sujeto había terminado bajo su mando después de que necesitara un nuevo miembro que sustituyera al que había perdido en misión.
Su terrible desempeño y torpeza hicieron que estuviera cerca de asesinarlo en más de una ocasión, sin embargo, se contuvo, la idea de encontrar un nuevo miembro que lograra adaptarse tan bien como lo había hecho el rubio logró disuadirle de dispárale en más de una ocasión, al menos al final había descubierto que tolerar la incompetencia del canadiense había sido más útil de lo que había pensado.
Fue una casualidad que descubriera que era un traidor, sin duda le había subestimado; descubrió su tracción tras una misión de escolta en la que su escuadrón terminó persiguiendo a Edd y Tom, su captura hubiera sido inminente si Hellucard no hubiese interferido y provocando que su unidad termínese separándose al provocar la explosión de una de las bombas colocadas por alguno de los dos idiotas que perseguían, ese día no se contuvo y estuvo cerca de matarlo a golpes, pero logró detenerse antes de asesinarlo.
Nadie cuestionó por qué lo encerró por semanas en una celda, sus soldados asumieron que aquello se trató de un simple castigo por accionar aquella bomba, después de todo la explosión había terminado con al menos cinco de sus soldados heridos, nadie sospechó que el verdadero motivo de aquel encierro fue para obtener información.
Paso días pensando qué hacer con aquella información, pero finalmente decidido que estaba dispuesto a respaldar a aquel espía, pero su apoyo no sería gratis, sus condiciones fueron sencillas, Hellucard tuvo que proporcionarle toda su información y quienes eran sus contactos dentro y fuera de la base, sin embargo, hubo una condición más, debía localizar a Mark, sabía que aún se encontraba con vida, pero desconocía su paradero y desde su posición no podía hacer nada, era irónico que pensé a su poder e influencia dentro de la armada no podía hacer nada por la única persona que continuaba importándole.
Hellucard acepto sus términos sin embargo puso una condición, admitía que se había indignado en un principio, pero decidido escucharlo, fue un pedido simple que por un momento le pareció una burla, mantenerse fuera de cualquier asunto que involucrase a Edd, el por qué le pidió aquello nunca logro averiguarlo por más que le interrogó.
Desintegró su unidad para poder hacer que Hellucard formase parte de la guardia personal de la mano derecha del Líder Rojo, para un espía obtener información fidedigna era importante y que mejor que obtenerla directamente de la fuente.
Se cruzó de brazos y miró directamente al soldado, finalmente todos los riegos que había tomado para encontrar a Mark habían dado frutos, hacía un par de semanas que Hellucard había localizado a Mark dentro de aquel lugar, finalmente se encontraba cerca de encontrarlo y largarse de aquel sitio completamente limpio, el canadiense borró su sonrisa y desvió su mirada al suelo, aquel gesto hizo que algo en su interior se removiera inquietó y por segunda vez en el día se sintió verdaderamente vulnerable, podía sentir como le faltaba el aire y su corazón se acelerara mientras que sus manos temblaban ocultas en los bolsillos de su abrigo, no, no podía permitirse vacilar ahora, no había gastado todos eso años de su vida perdiéndose a sí mismo y convirtiéndose lentamente en el monstruo que ahora era por nada, Mark tenía que seguir con vida, se había mantenido con vida todos esos años sin ayuda de nadie, aquella prisión en la que ahora se encontraba no debía ser nada para él, era cierto que se casi cumplía un mes en aquel sitio, que pocos sobrevivían tanto tiempo dentro de la zona de contención, pero..., no, necesitaba detenerse y dejar de pensar en ello, se negaba a aceptar la posibilidad de haber llegado demasiado tarde.
Su corazón dio un vuelco cuando escucho la puerta de la oficina abriéndose nuevamente, recuperó su compostura, dejar que otros vieran la más mínima muestra de duda o debilidad era algo que no podía permitirse.
Lo primero que golpeó sus sentidos al entrar en aquella habitación fue el desagradable y penetrante olor a tabaco que impregnaba el lugar, no se molestó en ocultar su gesto de desagrado, odiaba aquel aroma tanto como aborrecía el olor a humo y carne quemada, eso era un detalle bastante conocido sobre él, incluso el Líder Rojo lo sabía y quizás por ello parecía disfrutar de molestarlo arrojando el humo de su puro sobre su rostro, para su Líder se había convertido en una afición molestarlo de cualquier manera posible, quizás porque sabía que no era tan estúpido para responder a sus provocaciones o porque..., bueno, realmente prefería ignorar aquella segunda y desagradable opción.
Su vista encandilada por el cambio de iluminación recorrido el lugar sumido en penumbras en comparación con el exterior, un cambio agradable y un descanso para su vista, miró al hombre sentado en el escritorio frente a él, no parecía nada feliz de contar con su presencia, bueno, él tampoco estaba feliz de verlo, se mantuvo atento a sus movimientos, sus cejas se arquearon en un gesto suspicaz mientras apagaba su cigarrillo en el cenicero a su lado.
—¿Qué es lo que realmente buscas en este lugar?
—¿Desde cuándo nos tratamos con tanta familiaridad, general?
—Estamos solos, ¿crees que me importa?
—A mí me importa, no está en mis planes entablar cualquier clase de amistad presente o futura con usted. Además, fue usted quién me llamó a este lugar antes de su partida, supongo que tendrá algo importante que arreglar conmigo antes de que asuma su puesto.
—Volveré a preguntar, ¿qué es lo que realmente quieres?
Había algo que no le agrada tras aquella acusación disfrazada de pregunta, ¿qué es lo que había descubierto aquel sujeto?
—Estoy aburrido y extraño tener algo de diversión —contestó con simpleza mientras se encogía de hombros.
—¿Diversión?
Su frívola respuesta daba pocos motivos para dudar de sus intenciones, en especial conociendo su comportamiento sádico, sin embargo, el ceño fruncido del holandés le indico lo poco complacido que se encontraba con su respuesta, aquel gesto pronto fue sustituido por una desagradable sonrisa que solo le confirmó que el hombre le había llamado con un propósito oculto.
—¿Qué otro motivo podría tener? —cuestiono, mientras un mal presentimiento le recorría, miro como Paul tomaba una carpeta y la arrojaba sobre su escritorio esperando que la tomara.
Tuvo que hacer uso de todo su autocontrol para que su careta no se desvaneciera, aquel sujeto lo había investigado, había hurgado en su pasado hasta encontrar su relación con Mark.
—Volveré a preguntar, ¿qué es lo que realmente estás buscando?
—Así que me investigo, eso es una desagradable sorpresa, ¿acaso esto es un patético intento para poner en duda mi lealtad ante el Líder Rojo y la Armada? Una estrategia bastante estúpida de su parte general Paul, aunque tampoco es como si esperara demasiado de usted —dijo con pedantería haciendo gala de cual imbécil era capaz de llegar a ser, no pensaba dejarse amedrentar por lo que fuera que el hombre quería acusarlo, si creía que lo había atrapado de alguna forma estaba equivocado—. Bueno. ¿Qué es exactamente lo que descubrió con esto?
—Este sujeto —dijo el holandés colocando una fotografía de Mark sobre el escritorio.
—¿Él? Según usted, ¿por qué debería importarme este tipo exactamente?
—Se que ambos compartieron una larga historia juntos, fue capturado y se le mantuvo con vida por su utilidad para nosotros, sabíamos que tenía un compañero de trabajo con el que compartió mucha información, pero siempre se negó a darnos su información.
—No puedo negar lo que ya sabe, pero a diferencia de él yo no fui tan estúpido como para decidir ir contra el bando ganador. Si esto es para poner en duda mi posición, ya he probado mi valía y lealtad hacia el Líder Rojo y su causa en múltiples ocasiones, así que, ¿qué espera lograr con este desperdicio de mi tiempo?
—Una última prueba de lealtad, solo eso y nada más. Este sujeto vulnero nuestro sistema, se le ha interrogado, pero se ha negado a hablar.
—En pocas palabras quiere que haga su trabajo para justificar su incompetencia y negligencia —podría jurar que el hombre deseaba matarlo en ese momento, pero se contenía a sí mismo, no negaría que quería hacer lo mismo con él—, si eso es lo único que tengo que hacer para que deje de hacer perder mi tiempo, adelante —dijo forzándose a sí mismo a sonreír y señalando a la puerta con un gesto tan formal que se odio a sí mismo por ello.
Comenzó a seguir al hombre como si fuese un perro, los guardias de Paul habían sido dejados atrás custodiando una oficina vacía, aquel asunto solo se resolvería entre ellos. Su mandíbula se encontraba fuertemente apretada lastimándose a sí mismo, aquel hombre deseaba exponerlo como un traidor, ¿por qué?, esa era una buena pregunta, ¿no había probado suficientes veces su lealtad a la armada? Creo una de las mejores unidades de la armada con los soldados desechados de otras, logró triunfo tras triunfo y nunca fallo ninguna de su misión.
¡Fue un soldado leal y ahora ponían en duda eso!
Un soldado leal.
Se detuvo sosteniéndose de la pared del corredor sintiendo que las fuerzas le abandonaban, ¿por qué su mente lo odiaba tanto para hacerle tener las peores revelaciones de su vida en los momentos menos apropiados? Él realmente se consideraba a sí mismo un soldado leal a la armada, incluso ahora que nuevamente recordaba la verdadera razón por la que se unió al ejército y se mantuvo sobreviviendo hasta llegar al puesto que ahora ocupaba.
Él no ingresó a aquel lugar para convertirse en un perro de guerra más del Líder Rojo, se suponía que su propósito había sido el de salvar a Mark de aquel infierno y sin embargo se había olvidado de su único amigo cegado estúpidamente por su falta de autocontrol, se había enviciado con la violencia, todo lo que siempre deseo lo encontró en aquel lugar, poder, reconocimiento y libertad para mostrar lo peor de sí mismo y ser admirado por ello, se convirtió en un monstruo carente de misericordia que amaba abusar de su poder y provocar tanto dolor y sufrimiento como le fuese posible tan solo para concretar sus egoístas propósitos.
Era un monstruo, quizás siempre lo fue y tan solo paso la vida ocultando su verdadera naturaleza a sus amigos, pero ahora le mostraría a Mark aquello en lo que se había convertido torturándolo solo para probar su lealtad a la armada y su líder ante el hombre que deseaba exponerlo como un traidor.
Sacudió la cabeza, no podía permitir que Paul se dice cuenta de aquel momento de duda y debilidad; se obligó a sí mismo a continuar moviéndose, solo tenía que dejar de pensar y tratar aquello como una misión más, una en la que no podía cometer el más mínimo error o terminaría haciendo que mataran a ambos.
Finalmente llegaron a su destino, aquella celda lucía igual que todas las demás la única diferencia era la oscura placa con el número H15-1 y la guardia que custodiaba el lugar esperándolos con aquel saludo militar obligatorio ante cualquier superior, un reconocimiento digital y la puerta se abrió.
Podía degustar el sabor de su propia sangre en su paladar, se había mordido sin siquiera darse cuenta de ello.
Creyó encontrarse preparado para lo que le esperaba tras aquella puerta, pero no lo estaba, su estómago se revolvió ante lo que veía, suprimió su necesidad de correr hacia Mark y sacarlo de aquel lugar inmediatamente, pero simplemente permaneció al lado de Paul con un rostro impasible ante la imagen, mientras la guardia cerraba la puerta a sus espaldas.
Mark estaba desnudo y temblando en un rincón de la habitación, su lastimero gimoteo bien podría pasar por el llanto de un niño pequeño, nunca la había visto llorar, ni siquiera cuando niños Mark le permitió verlo llorar y ahora estaba ahí completamente roto y llorando sin control, había quemaduras de cigarro viejas y nuevas en todo su cuerpo, cortes y heridas infectadas, no parecía haber ni un centímetro de su piel libre de cicatrices o moretones, ¿cuánto tiempo llevaban aquellas heridas sin ser atendidas?
Su cuerpo reaccionó antes que él, sus pesadas botas resonaron sobre el suelo a medida que se acercaba a Mark, su cuerpo se sentía demasiado pesado, pero se movía con agilidad, lo tomo la muñeca y lo arrojó contra la silla de acero empotrada en el centro de la habitación, estaba tan delgado que hacer eso no le supuso ningún esfuerzo, el aullido de dolor de Mark al estrellarse contra el metal fue lo único que se escuchó en la habitación, lo miro retorcerse en el suelo sosteniendo su brazo y se acercó a él con la lentitud de un depredador que sabe que su presa no tiene escapatoria, se acercó con pasos silenciosos, Mark miraba a su alrededor pero parecía incapaz de enfocarse en algo, su vista pasaba de él a Paul y luego a la guardia, no los estaba viendo o al menos eso fue lo que supuso, podía escucharlo murmurar en su lengua materna pedía clemencia en español sin preocuparse si era entendido o no.
Colocó su pie sobre su pecho, la presión comenzaba a sofocarlo y por un momento temió romper sus costillas, le sorprendía que Mark aun luchara por intentar quitarlo de encima, pero podía sentir como sus fuerzas le abandonaban hasta que finalmente dejó de moverse; miró de reojo a Paul que había borrado aquella expresión confiada que había mantenido en su rostro hasta segundos antes de su arranque de violencia y le sonrió por inercia, no se sentía dentro de sus propios cabales.
Mark nuevamente intento forcejear con más desesperación que antes intentando no ser atado a la silla de acero, pero no había comparación entre sus fuerzas, sus ojos lo enfocaban, pero no había reacción en sus pupilas, él simplemente era incapaz de verlo, estaba ciego y la idea simplemente le reconfortaba porque así no podía saber que era él, incluso en aquella situación estaba actuando como el bastardo egoísta que era, tan solo se preocupándose de sí mismo.
Las correas no detuvieron los intentos de Mark por liberarse de ellas, el miedo lo hacía continuar luchando, miró su obra dudando de sus propias acciones y rezando para que su fachada no cayera antes de tiempo, ya había llegado demasiado lejos, no se derrumbaría hasta que el maldito bastardo que le había obligado a hacer aquello estuviese satisfecho.
Necesitaba pensar en un plan de acción que no lastimase más a Mark, cerró los ojos dejando su mente trabajar, una idea desagradable cruzó su mente, si lo dejaba inconsciente todo terminaría, no sentirá más dolor, podría parar con todo.
Miró a Paul nuevamente, ni él, ni la guardia le habían perdido de vista, era hora se montar un espectáculo.
El primer golpe fue el más difícil de dar, medir su fuerza fue complicado, pero lo hizo lo mejor que pudo, su puño se estrelló contra el estómago de Mark dejándolo sofocado y jadeante, aquel solo había sido el comienzo.
Desenfundó su cuchillo después de un tiempo, aquella era un arma estándar para cualquier soldado y había sido la única que conservaba desde que era un simple soldado raso, Mark se estremeció al sentir el acero frío contra su cuello, un corte superficial fue suficiente para hacerle hiperventilar.
Lo que hizo después se sintió como un mal sueño en el que quería detenerse, pero su cuerpo se negaba a obedecer a su cerebro, todo había comenzado con un corte superficial y ahora había varios cortes profundos en donde antes no había heridas, aquello estaba tardando demasiado, Mark ya no trataba de luchar simplemente sollozaba resignado.
Nuevamente miró a Paul, su incomodidad era por demás evidente, sabía que él fue quien llevó a Mark hasta su estado actual, había pasado casi un mes torturando a Mark buscando que le diera un código sin obtener resultado alguno, su negativa a cooperar fue lo que le había mantenido con vida hasta aquel momento, sentía el amargo sabor de la bilis subir desde su estómago sintiéndose cada vez más iracundo, aquel imbécil parecía turbado por lo que estaba haciendo, ni siquiera se encontraba mirando aquel espectáculo que le había exigido montar.
Llevo sus manos al cuello de Mark que había resistido todo aquel castigo sin desmayarse, ¿cómo había resistido tanto?, no quería saberlo, pero aquella sería la forma más rápida de dejarlo inconsciente, esperaba que con lo que había hecho hasta el momento el hombre estuviese satisfecho, no necesitaba apretar demasiado, solo lo suficiente para cortar su respiración, no hubo resistencia de parte de Mark, sus ojos se pusieron en blanco y su cuerpo finalmente quedó inerte, apartó sus manos dejando un collarín enrojecido que más tarde se convertiría en un hematoma.
Se sentía enfermo y asqueado de sí mismo, quería gritar, correr de aquel sitio y largarse de aquel maldito lugar, pero no podía, por primera vez en años se sentía sucio de encontrarse cubierto de sangre.
Se acercó a la mujer, podía ver el miedo en su mirada, algo debía estar realmente mal con él para hacer despertar aquel instintivo temor en la militar.
—Trae un médico, ahora mismo —ordenó a la custodia que solo miro con nerviosismo a Paul buscando su aprobación.
—Señor, el protocolo...
No tenía tiempo para las estupideces sobre un protocolo, su puño se estrelló contra el rostro de la guardia que cayó al suelo aturdida, sacó su arma y apuntó a el rostro de la mujer, el terror absoluto inundaba, lo veía en su mirada y la forma en que su cuerpo temblaba, pocas personas están listas para enfrentar la muerte, sonrió, un soldado incapaz de acatar una orden era inservible para él.
—¡Baja el arma! —la voz del holandés le hizo rodar los ojos con un gesto de fastidio.
—¿Por qué, habría de hacer eso? En unas horas asumiré el cargo de este lugar y no necesito de soldados incapaces de acatar una simple orden, yo no tolero la insubordinación ni la mediocridad entre mis filas, ni dejó pasar la incompetencia —sus palabras no eran dirigidas a la mujer sino al hombre que le apuntaba con su arma.
—Yo aun sigo a cargo y lo siguiere por las siguientes horas, así que baja la maldita arma.
—Es lo justo, aun así, necesito un equipo médico para el prisionero, si el prisionero muere me encargaré personalmente que el Líder esté enterado de que esto fue producto de su negligencia.
Un gesto del hombre y la mujer se levantó tambaleante del suelo, su andar fue torpe, pero salió corriendo de la celda dejando un rastro de sangre tras ella, seguramente había roto su nariz.
—Supongo que estará satisfecho con esto, general.
—No obtuviste la información, ni siquiera abriste la boca. ¿Miedo a que el prisionero te reconociera?
Había veneno en las palabras de Paul, sin embargo, se limitó a soltar una carcajada ante su acusación, sin duda el tipo había acertado, pero no le permitirá saberlo.
—Me temo que prefiero mis métodos de interrogación, general. Los prisioneros deben aprender a temer primero a su captor, desconocer los motivos de estadía, ocultar que es lo que se busca de ellos hasta que ni siquiera sepan el motivo por el que están siendo interrogado. Es un método eficiente, debería aplicarlo en el futuro, quizás así pueda hacer un trabajo eficiente y no tardar un mes cumpliendo una tarea tan sencilla.
Ninguno volvió a dirigirse la palabra después de ello, lo que fuera que el hombre quería probar con aquella treta no lo había encontrado; no tuvo que esperar demasiado para que un grupo de médicos llegaran al lugar, el que parecía dirigir la unidad le miraba a él y luego a Paul, esperando que quien fuese de los dos le indicará qué hacer.
—Hagan lo que les ordene, el general Eduardo asumirá mi puesto en las próximas horas —murmuró el hombre para su pesar antes de salir del lugar.
Sonrió triunfante mirando a Paul marcharse derrotado, el hombre finalmente había asumido que no había nada que pudiera hacer contra él, en algunas horas Paul partirá de la base junto a su pareja, desconocía los detalles de la misión a la que habían sido asignados personalmente por el Líder Rojo, pero Hellucard le mantendría informado de ello cuando obtuviese los detalles de la misión.
Sin Paul alrededor se sentía menos alterado, sin él ni Patryck cerca tenía luz verde para trabajar tranquilo y pulir su plan para escapar de aquel lugar junto a Mark.
—Hagan lo necesario para atender las heridas del prisionero y transfiéranlo a la sección A, espero un informe completo de su estado, ¿cuánto tiempo les tomará realizar eso?
Los médicos se miraron con nerviosismo entre ellos, pero finalmente uno de ellos respondió.
—Dependerá de su estado señor, pero si nos diese doce horas podríamos...
—Entonces tiene doce horas, volveré a las veintitrés mil horas y espero un informe completo del estado de salud del prisionero en la oficina principal.
—Entendido, general —fue la única respuesta del jefe médico.
Sin nadie que le pusiese a prueba o le detuviese abandonó la zona de contención, algunas personas le miraban curiosas y susurraban a sus espaldas mientras le veían andar cubierto de sangre, pero nadie se atrevía a atravesarse en su camino, solo quería llegar a la seguridad de su habitación en la base.
Entró en su habitación y corrió a la ducha, ni siquiera espero a quitarse por completo su uniforme, solo necesitaba deshacerse de toda la sangre que le cubría. Tallaba su piel con desesperación, le ardía y se arañaba accidentalmente, pero le daba lo mismo, sin embargo, no importaba cuanto se limpiará, seguía sintiéndose sucio y asqueado.
Seguía sin sentirse limpio, pero ya se encontraba cubierto de arañazos, salió tambaleante de la ducha, su habitación era amplia y cómoda, una de las ventajas que conllevaba su puesto, se dejó caer sobre la cama incapaz de continuar de pie, se desperezó lo suficiente para observar el reloj que colgado sobre la desnuda pared gris de su habitación, había estado en el baño por casi tres horas, solo le quedaban nueve horas antes de tener que enfrentar las consecuencias de sus actos, cerró los ojos, no le importaba, su único amigo lo odiaría de ahora en adelante y probablemente lo hiciera por el resto de su vida, se lo merecía, merecía eso y más, pero al menos le sacaría con vida de aquel lugar.
Encontrar descanso fue una tarea inútil, por lo que al final pasó aquellas horas revisando los planos de la zona de contención y buscando puntos ciegos dentro de aquella edificación, los había, pero quedaba el problema de los soldados, tenía un plan para ello, era uno realmente arriesgado, pero si lo hacía bien cubriría el rastro de su escape, si hacía fallar la seguridad de los laboratorios tendría una oportunidad, tan solo necesitaba esperar la mejor momento para actuar.
Con su mente ocupada haciendo planes y analizando datos el tiempo pasó con velocidad, faltaban algunos minutos para que volviese nuevamente a la zona de contención y la impuntualidad era algo que no toleraba en otros, menos en él.
La noche era fresca y la actividad dentro de la base mucho más tranquila con solo algunos escuadrones haciendo rondas nocturnas, aquella quietud era un último consuelo para lo que le esperaba.
Las luces dentro de aquel edificio gris se sentían mucho más deslumbrantes que durante el día, pero decidió ignorar el ardor que en sus ojos que las brillantes luces le producían.
Esta vez no había guardias en la puerta de la oficina principal, no los necesitaba de todas formas, aquella habitación aún tenía un fuerte olor a cigarrillo disimulado con un potente aroma a lavanda, el lugar había sido limpiado antes de su llegada, sobre el escritorio había una pila de papeleo que más tarde revisaría, consultó su reloj, aquel médico tenía cinco minutos para aparecer.
Tomó asiento tras el escritorio y espero.
Aquel lugar ahora le pertenecía.
Escucho el sonido de la puerta abriéndose, faltaban dos minutos para la hora acordada, le complacía la puntualidad de aquel médico que dudo antes de pasar y tomó asiento frente a él antes de extenderle su informe con manos temblorosas, si gritaba seguramente el hombre saltaría como un gato asustado y por un breve momento se vio tentado en hacerlo.
—Pedí que se le proporcionan los alimentos correspondientes al prisionero, general.
—¿Qué hay de su condición?
—Estable, se le proporcionaron algunos tranquilizantes en las últimas horas y ahora se encuentra bajo sus efectos.
—Eso es todo, puedes retirarte por el resto de la jornada, puedes decirle lo mismo al resto de tus ayudantes, iré con el prisionero y espero que no se me moleste por el resto de la noche, cualquier asunto de interés lo resolveré por la mañana, ¿fui lo suficientemente claro?
—Por supuesto general.
Se quedó solo, quería aplazar tanto como pudiera aquel encuentro, pero la noche era el momento en el que tendría más tranquilidad.
Encontrar la nueva celda en que Mark se estaba no fue difícil, aquel informe le decía todo lo que requería saber, miro la puerta que le separaba de Mark, no podía quedarse como un idiota parado frente aquella celda, eso seguramente terminaría llamando la atención de los guardias de seguridad y enviarían a alguien a investigar.
Abrió la puerta rogando que Mark no se encontrase despierto, para su desgracia lo estaba, su reacción fue peor que la última vez, se agazapó abrazándose a sí mismos en la esquina de aquella superficie que servía de cama, mientras balbuceaba incoherencias, nuevamente había comenzado a llorar, aquella imagen tan lamentable le hizo desear huir, pero sus pies no respondieron a su deseo de escape, su cuerpo le traicionaba nuevamente.
Se sentó en la orilla de la cama sin atreverse a hablar, buscando las palabras adecuadas para tratar de tranquilizar a su amigo, el cuerpo entero se Mark se encontraba lleno de vendas que cubrían sus heridas dándole el aspecto de una momia, al menos esta vez usaba algo de ropa, si es que a una delgada bata se le podía considerar ropa.
—Debes tener frió —no sabía qué más decir salvo eso, nunca fue bueno con las palabras ni ofreciendo cualquier clase de consuelo—, supongo que tarde demasiado en encontrarte ¿no?
Los sollozos de Mark pararon, no se atrevió a girarse y mirarlo, se sentía atemorizado de ver su reacción.
—¿Eduardo? —la voz de Mark fue un murmullo áspero y quebrado.
—No creo que conozcas a nadie más con mi voz.
—Estoy alucinando ¿verdad? No estás aquí, yo...
—Estoy aquí y no voy a dejar que te toquen de nuevo mientras este lugar esté bajo mi control —esa era una promesa cumpliría, sonaba tan cursi que se hubiese reído de no haberse sentido tan miserable.
Salto en su lugar y estuvo cerca de caer al suelo cuando sintió la mano helada de Mark tocando su rostro, no quería que lo tocara de aquella manera, prefería que lo golpeara o le gritara, eso era lo que se merecía, aquel tacto suave solo le hacía sentir peor de lo que ya se sentía, podía sentir como aquella fachada que había mantenido todos aquellos años se resquebrajaba poco a poco e hizo ápice de todo su autocontrol para no quebrarse ante el aplastante peso de la culpa.
Apartó las manos de Mark de la forma más amable que pudo y se alejó.
—Necesitas algo más cálido —dijo tratando que su voz no temblara, se quitó aquel pesado abrigo de su uniforme para dárselo a Mark, la tela era gruesa y le calentaría más que aquel miserable trapo que usaba.
Colocó descuidadamente su abrigo sobre los hombros de Mark, nunca imaginó que alguna vez alguna prenda suya llegaría a verse tan grande en el cuerpo de Mark, pero se encontraba tan delgado que seguramente cualquier cosa que usara se vería de aquel modo.
Terminaron sentado uno al lado del otro sin decir nada, Mark reposaba su cabeza sobre su hombro y por el momento quizás fuese el mayor contacto que podía soportar.
—¿Cómo te sientes?
—Quiero morir —respondió Mark antes de soltar una risa agotada—. ¿Cómo terminaste aquí?
—Me uní al ejército después de que te capturaron.
—Te pedí que escaparas.
—Lo sé, pero no podía abandonarte en este lugar.
—Imbécil.
Mark fue el primero en romperse y comenzar a llorar aferrándose a él, Mark debería despreciarlo en esos momentos, reprocharle por abandonarlo todos esos años, desear su muerte y jamás haberlo conocido, no buscar consuelo en él como lo estaba haciendo.
El ensordecedor sonido de una alarma llenó la habitación haciendo que sintiera que sus tímpanos reventarían de un momento a otro, el pánico le invadió y la necesidad de sacar su arma le dominó, apartó a Mark y se levantó, lo que fuera que estaba sucediendo lo enfrentaría, trato acercarse a la puerta sólo para sentir el suelo hundirse bajo sus pies haciéndole caer al vacío.
Despertó cuando su cabeza golpeó contra el suelo, su respiración era agitada y se encontraba cubierto de sudor, trato de ponerse de pie, pero cayó al suelo derribado por aquellas mantas que se habían enredado alrededor de su cuerpo.
Le tomó algunos momentos darse cuenta de su situación, no se encontraba en ninguna celda y Mark no estaba con él, se encontraba sobre el piso de madera de aquella cabaña a la que Edd le había llevado, todo había sido un sueño, su mente le había jugado una mala broma haciéndolo recordar algo que no quería.
Cubrió sus ojos y trató de regularizar su agitada respiración.
Todo aquello no había sido más que un desagradable recuerdo.
Miro al techo de la sala, el lugar se encontraba tenuemente iluminado por la luz de la cocina, un dulce aroma a comida recién preparada flotaba en el aire provocándole una agradable sensación de familiaridad que no había sentido en mucho tiempo, permaneció en el suelo sin hacer esfuerzo por intentar levantarse siquiera quitarse aquellas cobijas en las que se había enredado, se había quedado dormido en el sillón antes de que la película acabase y Edd simplemente le había dejado dormir en aquel sitio.
Cerró los ojos nuevamente deseando dormir algunos minutos más, aun se sentía demasiado agotado como para querer levantarse pese al tentador aroma a comida proveniente de la cocina.
Solo dormiría cinco minutos más.
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notihatillo · 5 years
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Este resumen de noticias llega a ustedes por cortesía de @NotiHatillo /La Ceiba de Ramón Muchacho /Alcaldía de El Hatillo.
El Hatillo 5 de Mayo del 2019
Titulares
Se estrelló helicoptero del ejército en zona del volcan en el municipio El Hatillo. Fallecieron todos sus ocupantes. En el rescate de las víctimas apoyaron unidades de Pc El Hatillo, GNB y otros componentes, hasta el momento se desconocen las causas que lo originaron.
Via redes sociales informaron de nuevo apagon en zona del Alto Hatillo.
Vecinos del Encantado en el Hatillo solicitan sea reparada la vía de acceso a esa urbanización en el Hatillo.
Alcaldía continúa recuperando espacios en el Hatillo, recuperación de aceras y remoción de la Plaza Bolívar entre los proyectos en ejecución.
Vecinos de Los Naranjos informan que luego de la reparación de la tubería de Hidrocapital en la subida de Los Naranjos la falta de señalizacion ha ocasionado accidentes viales en la noche, solicitan sea mejor señalizado para evitar consecuencias mayores.
Frente Amplio convoca hoy a las 5:00 pm en la, Av. Francisco de Miranda a la actividad Luces por Venezuela para honrar a los caídos por la, represión y hacer un llamado a las fuerzas militares a restaurar la democracia en el pais.
The Washington Post: Guaidó dice que la oposición sobreestimó el apoyo militar al levantamiento.
El líder de la oposición venezolana, Juan Guaidó, reconoció el sábado los errores cometidos al intentar provocar un levantamiento militar y no descartó una opción militar estadounidense en Venezuela.
El País: Un plan frustrado que agrietó al chavismo en Venezuela. El movimiento para lograr una salida a la crisis de Venezuela incluía la convocatoria de elecciones y descarriló con la liberación de Leopoldo López, que irritó a la jerarquía chavista implicada.
Operación Libertad: Convocan a este domingo a una vigilia para conmemorar a los caídos.
Venezolanos marcharon a los cuarteles militares para exigir cese de apoyo militar a Maduro. Entre aciertos y repliegues se vivieron las movilizaciones del 4 de mayo en Venezuela.
Funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana quemaron Ley de Amnistía entregada por ciudadanos en La Carlota, Caracas.
Vecinos de La Candelaria entregaron documento en la Comandancia de la Armada en San Bernardino.
Represión de la FANB en Barquisimeto deja un herido este 4 de mayo.
VPI: "Civiles armados" en motos, disparan balas en Barquisimeto.
Camión atropelló a dos señoras que protestaban en Mérida este sábado.
Zulianos prefirieron quedarse en el punto inicial para evitar ser reprimidos por la GNB.
EFE: El mensaje de Guaidó no llega a los cuarteles, que Maduro visita.
Pompeo hizo un llamado directo a los ciudadanos venezolanos a derrocar a Maduro.
Pompeo: ‘EEUU se está preparando ‘para hacer lo que pida’ Trump en Venezuela’.
Maduro dice que la Fuerza Armada venezolana debe estar "más unida que nunca".
Autopsia de adolescente Yhoifer Henández revela que murió tras disparo en el abdomen.
Murieron los siete tripulantes del helicóptero del Ejército que cayó en El Hatillo.
Después de horas de silencio, Maduro informa vía twitter el accidente.
Efecto Cocuyo: Fallecidos en accidente aéreo en El Hatillo eran escoltas presidenciales.
El helicóptero adscrito a la Aviación Militar Bolivariana salió a las 5:50 de la mañana de la base aérea La Carlota, rumbo a San Carlos.
Caraota Digital: Helicóptero militar que cayó este sábado presuntamente iba a buscar a Maduro en Cojedes, según Rocío San Miguel.
Asesinados un general de la Aviación, tres efectivos militares y dos jefes de policía en emboscada por un grupo armado aún sin identificar, en Aragua.
Diario La Opinión (Colombia): Sacan a militares desertores y sus familias de hotel de Cúcuta.
NTN24: Calderón Berti pidió a militares en Cúcuta paciencia mientras buscan solución. "Tenemos que trabajar juntos y evitar los infiltrados y las intrigas en todos nosotros".
Canciller ruso se reunirá este domingo en Moscú con Jorge Arreaza, antes de encuentro con EEUU.
Cuba propone a Canadá el diálogo como una alternativa para solucionar crisis venezolana.
Cuba y la UE mantuvieron "conversación cordial" sobre crisis en Venezuela y acordaron mantener el contacto para dar seguimiento al tema.
Borges: El Grupo de Lima multiplicará la presión sobre Cuba para que salga de Venezuela.
Leopoldo López conversó con Piñera sobre el respaldo a la Operación Libertad.
Piñera tras conversación con Leopoldo López: ‘No será fácil pero lograrán la libertad’.
Vecchio: Desalojo de los invasores en la Embajada de Venezuela en Washington está en manos del Departamento de Estado de EEUU.
Rubio: Un grupo de personas pro-Maduro continúa ocupando erróneamente la Embajada de Venezuela en EEUU.
Delsa Solorzano exige fe de vida del diputado Gilber Caro.
Reuters: Dos de los cuatro mejoradores de crudo de Venezuela aún permanecen paralizados tras apagón.
Al menos 52 trabajadores de la prensa detenidos en 2019, asegura el CNP.
Queman sede del Psuv en la avenida Lecuna de Caracas.
Oficina Humanitaria de la ONU revela espeluznantes cifras de la crisis en Venezuela.
Perú se consolida como destino final para migración venezolana, señala la OIM.
Índice de venezolanos en España triplicaron en el 2019.
Los migrantes venezolanos son víctimas, no promotores de la dictadura, dice Colombia.
El Mundo: La emigración venezolana a Colombia bate récords "por la tiranía de Nicolás Maduro".
Estudian situación migratoria de 5.000 hijos de venezolanos que nacieron en Colombia.
Chile rechaza “persecución política” a Edgar Zambrano.
La oposición dominicana se moviliza en contra de una eventual reelección de Medina.
Bolsonaro cancela su viaje a Nueva York tras una fuerte campaña de rechazo.
Siete candidatos en disputa presidencial en Panamá.
Investigan supuestas contribuciones de Odebrecht a campaña de Rafael Correa.
Aseguran que Alan García sabía que Odebrecht pagaba sobornos en Perú.
Reuters: EEUU adopta procedimientos más complejos para solicitudes de asilo de inmigrantes.
Corea del Norte confirma ejercicio con lanzacohetes y armas teledirigidas. Trump dice confiar en que norcoreano Kim Jong Un no quiere romper su promesa.
Pablo Casado afirma que el PP captó el mensaje tras un resultado “muy malo”.
ExxonMobil obtuvo luz verde e invertirá 6 mil millones de dólares en Guyana en el proyecto Liza Fase 2.
“Avengers Endgame”, la película extranjera más vista en la historia de China.
Incertidumbre Salah: se retira en camilla y llorando del Newcastle-Liverpool tras un golpe en la cabeza. Podría perderse el partido contra el Barça.
Golazo de Salomón Rondón que marcó la derrota contra el Liverpool.
Agónico triunfo del Liverpool para seguir soñando con la Premier.
Celta ganó 2-0 al Barcelona.
Zidane dejó a Gareth Bale fuera para el partido ante el Villareal.
Yankees activaron al infielder Miguel Andújar.
"Cafecito" Martínez conectó el segundo bambinazo de la zafra, en lo que fue la caída de los Cardenales de San Luis sobre los Cachorros de Chicago.
Pronóstico del tiempo cortesía del INAMEH válido por las próximas 6 horas.
Situación General
Válido para el día Domingo, 05 de Mayo de 2019. Entre las 06:00 HLV y las 12:00 HLV.
Persiste Dorsal Anticiclónica favoreciendo la estabilidad atmosférica y zonas de poca nubosidad sin precipitaciones en gran parte del país. Sin embargo en las zonas montañosas de Sucre, Monagas, Delta Amacuro, Carabobo, Aragua y la Gran Caracas, se originarán neblina y niebla con lloviznas y lluvias, como consecuencia del aporte de humedad transportada por los vientos alisios en superficie. Además, nubes de gran desarrollo vertical avanzan desde la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT), generando áreas nubladas con chubascos dispersos acompañados de actividad eléctrica en Bolívar, Amazonas, Territorio Esequibo, Apure, Barinas y Táchira. Por otra parte, los efectos convectivos locales influirán en el desarrollo de nubosidad orográfica con lloviznas aisladas y neblina en localidades de Zulia, Mérida, Trujillo, Lara y Falcón. Persiste la calina generalizada por suspensión de polvo y humo en áreas urbanas e industriales.
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herretes · 7 years
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La Fuerza Armada podrá participar en ejercicios para contrarrestar invasiones imaginarias. Pero a la hora de la verdad su capacidad para responder ante situaciones concretas es ínfima
Javier Ignacio Mayorca
@javiermayorca
Para el momento de la publicación de esta columna habrán transcurrido 40 días desde que desapareció en las selvas de Amazonas el helicóptero Mi17 del Ejército siglas EV0796. El rastro del aparato se perdió mientras volaba con 13 personas a bordo, cinco de ellas civiles a unas 70 millas de Puerto Ayacucho.
La aeronave también llevaba una carga de alimentos (cajas Clap mexicanas y perniles) para una “jornada social” que se llevaría a cabo en La Esmeralda. Desde entonces, el Gobierno ha realizado dos desfiles y un ejercicio cívico-militar, todos con propósitos eminentemente políticos, pero que no pueden esconder la terrible realidad que se vive dentro de los cuarteles.
El ministro de la Defensa general en jefe Vladimir Padrino ha insistido en la necesidad de que la FAN logre lo que llama “plena condición de apresto operacional” o PCAO. Esto implica que las unidades militares gocen de los medios humanos y materiales para el cumplimiento eficaz de las órdenes impartidas, y en términos más generales de la misión que les asigna la Constitución.
Pero una cosa es desfilar y hacer ejercicios sobre la invasión de un imperio imaginario y otra es la capacidad de reaccionar con celeridad ante situaciones reales y concretas. Allí es que se mide el verdadero PCAO. En el caso del helicóptero, la reacción ocurrió dos días después. La primera información oficial fue difundida el 1 de enero, es decir, tres días después de haber perdido contacto con la tripulación. Los militares incluso tuvieron que admitir en lo interno su incapacidad para ubicar los restos del aparato de fabricación rusa, hasta el punto en que el presidente Maduro hizo una convocatoria pública para incorporar a expertos civiles en cuestiones de búsqueda y salvamento. Esto se hizo a regañadientes dos semanas después.
La ausencia del “pleno apresto” también se evidenció en diciembre, cuando se declaró un acuartelamiento tipo A en unidades de la FAN para responder ante la eventual extensión a otras partes del país de las revueltas y saqueos que se desarrollaban primordialmente en Bolívar y Apure, así como en otros seis estados, debido a la súbita desincorporación de los billetes de Bs 100.
La orden de regresar a filas ocurrió en medio del primer turno de asueto navideño, y solo fue cumplida por la oficialidad que posee vehículos personales. Pero la mayoría de los militares no pudo acatarla, ni siquiera luego de que los llamaran a sus teléfonos (“plan de localización”), pues ellos tampoco tenían dinero para tomar transportes públicos, y en muchas oportunidades estos autobuses tampoco prestaron servicio, debido precisamente al riesgo que eso implicaba. Según documentos revisados, en esa oportunidad hubo unidades castrenses en las que solo el 40% de la tropa cumplió con el acuartelamiento.
En ambas situaciones, los laboratorios gubernamentales aplicaron tácticas abiertas y encubiertas de desinformación y engaño. Hubo incluso un vocero militar que hizo un desmentido público del acuartelamiento, cuando en todas las unidades de la FAN circulaba el radiograma correspondiente. En el caso del helicóptero ordenaron a los familiares de los tripulantes y pasajeros que evitaran contactos con la prensa independiente, para así reafirmar el vacío de información.
La Fuerza Armada, como ocurre con el resto del país, está sintiendo el deterioro económico, y esto afecta la capacidad para cumplir sus tareas básicas. Hay guardias nacionales que son enviados en comisión de servicio sin prever siquiera la asignación para alimentos, el llamado “rancho”. Por lo que estos militares llegan a su destino a ejercer la mendicidad, o peor aún a vender sus servicios al mejor postor.
Esto resume el verdadero PCAO de la FAN.
Breves
*El 2 de febrero el director de la Policía Nacional Bolivariana, mayor general Franklin García Duque, emitió una orden “de estricto cumplimiento” relativa al porte y el uso del arna orgánica, es decir, la que asigna ese cuerpo a sus funcionarios. Los agentes, indica el documento, deberán contar con un “acta de asignación personalizada” por cada arma que se entregue. Pero estas pistolas (generalmente marca Beretta modelo PX4 calibre 9 mm) deberán ser dejadas en custodia de la institución cuando el agente finalice su jornada laboral. En otras palabras, no podrán llevarlas cuando estén francos de servicio. Los únicos exceptuados de esta medida son los oficiales con el grado de comisionado jefe. La orden de García Duque lleva implícito un reconocimiento sobre la imposibilidad de dotar a cada agente de la PNB con una pistola, pues indica que los parques de armas de cada dependencia deberán ser dotados de forma conveniente para que desde allí se entreguen las Berettas a los agentes cuando salgan a ejercer sus funciones. La decisión del máximo jefe de la PNB fue tomada en parte como una forma de prevenir los numerosos ataques del hampa a los funcionarios, especialmente los de menor jerarquía. Según la Fundación para el Debido Proceso (Fundepro), en 2016 fueron ultimados 414 policías, militares o escoltas. En el rubro de las policías civiles la PNB fue la institución que más víctimas acumuló con 62.
*El jefe del Comando Nacional Antiextorsión y Secuestros de la Guardia Nacional, general de brigada Ramón Pimentel, envió una circular a todas sus dependencias para recordar que la comercialización de telefonía es un delito, y que además está prohibido lo que denominó la “resolución privada de casos”. Previamente, se había prohibido la entrada a las unidades del Conas en todo el país al representante de una operadora de telefonía celular, quien al parecer actuaba en combinación con oficiales de esa unidad a los efectos de fomentar este mercado negro. Algunos efectivos del Conas, como en otras policías, también han tratado de mejorar sus ingresos económicos mediante la venta de información. Antes de emitir la referida comunicación, Pimentel se reunión con todos los operadores del Sistema de Información Policial (Siipol) para recordarles que la data de este archivo solo puede ser utilizada con fines de investigación penal.
*El director de la organización Una Ventana para la Libertad, Carlos Nieto Palma, reveló que en Venezuela la población carcelaria ronda ya las 100.000 personas. Hay aproximadamente 55.000 presos en internados judiciales y otros 45.000 en retenes policiales o “centros de detención preventiva”. Esto implica que la población “privada de libertad” según la jerga oficial se ha incrementado en 30% durante 2016. Este dato coincide parcialmente con informes elaborados por el Servicio de Seguridad Penitenciaria de la Guardia Nacional. Según ese despacho, en octubre de 2016 había 53.087 presos distribuidos en 37 centros penitenciarios. Para diciembre, la cifra se había elevado a 53.487 internos. Ahora bien, la GN también tiene centros de detención en sus cuarteles. Allí hay 2.881 personas. Se trata entonces de civiles que permanecen en instalaciones militares. Los grupos más grandes están en sedes de Lara (384) y Anzoátegui (319). A veces ni siquiera están en celdas sino en salones donde anteriormente se celebraban reuniones, ahora convertidos en retenes. Esto desde luego ocasiona incomodidades en el personal militar.
*El 31 de enero el director de Cicpc, comisario general Douglas Rico, envió una circular a todas las dependencias de esa policía para recordar a los funcionarios el deber de “ser cuidadosos con las imágenes, fotografías o datos que colocan en sus respectivos pin, whatsapp, twitter, Facebook, Instagram, tomando en cuenta que muchas de estas imágenes o informaciones son visualizadas por personas que buscan desprestigiar nuestra institución o por delincuentes que de un momento a otro pueden accionar contra el funcionario o su grupo familiar (…)”. Simultáneamente las redes de mensajería conformadas por policías alertaron que el Gobierno haría cumplir la prohibición de transmitir por esa vía los datos sobre procedimientos policiales, y que se harían revisiones sorpresivas a los teléfonos de los agentes para determinar si habían acatado esta directriz. Desde diciembre han sido detenidos tres detectives de la policía judicial por enviar datos sobre sitios de suceso, previa investigación a los aparatos por efectivos de la División contra Delitos Informáticos. No es cacería de brujas, sino de agentes. Una policía que se preciaba de su estrecha relación con los periodistas (hay libros sobre esto) ahora se maneja como si estuviese en una burbuja plástica, en pleno siglo XXI. Hay, desde luego, mucho de ocultamiento de la “corrupción endógena”, que antes se ventilaba públicamente gracias a las redes sociales.
Runrunes
La entrada Crímenes sin Castigo: El PCAO de la FAN aparece primero en Noticias Diarias de Venezuela.
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