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#Tejo mi historia
juliaridulaina · 2 years
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🌟Creatius al poder/🌟Creatives to power/🌟Creativos al poder
🌟Creatius al poder/🌟Creatives to power/🌟Creativos al poder
mauricio_so lLa Terra em dóna els FilsL’Univers els porta a les meves Mans,Jo Teixeixo la històriaMàgica de la meva vida mauricio_sol The Earth gives me the ThreadsThe Universe brings them to my Hands,I knit the storymagic of my life mauricio_sol_ La Tierra me da los HilosEl Universo los trae a mis Manos,Yo Tejo la historiaMágica de mi vida 🌟La capacitat innata nostra de dissenyar la vida que…
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danielpico · 6 days
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SAPIENCIA
Yo sé mas por ser Diablo que por viejo,
aunque el vulgo pregone lo contrario,
tengo el mismo saber de mi adversario
y a veces, al buen Dios, doy un consejo
El destino lo tejo y lo destejo...
del padre nunca fui turiferario.
El universo ha sido mi escenario,
y los ángeles malos mi cortejo
Voy a través de los eones incontables...
Mis pasos por la historia son palpables,
porque los hombres son mi semejanza.
Inspira los artistas y a los genios
y con ellos los pactos y convenios,
firmé desde hace tiempo con templanza.
(Sonetos Cánonicos del Satanismo/Héctor Escobar Gutierrez)
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gumuovaqz · 22 days
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Bajo el manto de la noche estrellada, donde los sueños se entrelazan, tejeré versos con hilos de luna, y pintaré palabras en la brisa. En el jardín de las constelaciones, las flores susurran secretos antiguos, y los astros, testigos silenciosos, bordarán versos en el lienzo del cielo. **La luna**, musa etérea y plateada, derramará su luz sobre mis letras, mientras las estrellas danzan al compás de un poema que nace en la penumbra. ¿Qué historia guardan las sombras? ¿Qué melodía fluye en el viento? Quizás sea un romance prohibido, o la tristeza de un adiós inminente. **Las hojas de los árboles**, como páginas blancas, esperan ser escritas con tinta de suspiros. Los grillos entonan su coro nocturno, y yo, poeta errante, tejo versos en el aire. Así, entre susurros y destellos, mi pluma danza sobre el papel, creando un poema que se eleva, como un ave nocturna hacia lo desconocido. ¿Quién eres tú, lector de mis palabras? ¿Qué emociones despiertan en tu corazón? Quizás encuentres en ellas un refugio, o tal vez, solo un instante de belleza efímera. En este rincón de la noche, te invito a soñar, a perderte en las sílabas que se entrelazan, donde el tiempo se desvanece y el alma vuela, en el eco de un poema que trasciende la realidad. 🌙✨GMV310524/19:23 (Pintaré palabras en la brisa)
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criaturadeultramar · 5 months
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15 Jun 2023
Solo digo, en este momento el presente me ha cogido del brazo y no me quiere soltar, le he rogado al universo ya no seguir escapando del ahora, y ni mil escenarios imaginarios me pueden preparar para la incertidumbre. Aquí estoy a contracorriente, pero aquí. Tejo historias desatadas, hilo con ahínco telarañas de teorías que apaciguaran las mil y un caídas. No quiero seguir, no tiene caso, nunca podré volver atrás. ¿Alguna vez no fui nudo? ¿A quién tengo que matar? Porque algo debe morir hoy. Algo muere cada que llego al final. ¿Quién me asignó la tarea de enmarañarme entre ser y no ser, estar y no estar, morir y respirar? No puedo resquebrajar la cerradura de lo que dice ser mi mente. No puedo tocar. No puedo hablar. Todo es una simulación. Un sueño. Lo real ocurre a ojos cerrados. El otro lado tiene más potestad sobre mí que todo ser y criatura perteneciente al ahora. Bienaventurados aquellos que pueden vivir donde se les plazca. Mientras este ser le ruega a los dioses me conviertan en agua, en sol o en piedra. No hay vida debajo de mi piel, no hay vida en este corazón que late sin estar despierto.
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lilithapocalypse · 7 months
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"Versos de Renacer: Un Poema en la Encrucijada"
En la encrucijada de un final incierto,
donde la física desafía mi puerto,
temores danzan en mi mente inquieta,
un examen que mi confianza aprieta.
En este diciembre, la ansiedad palpita,
miedo a decepcionar, la tristeza me habita.
Pero recuerdo, en letras de esperanza,
que mi valía no es solo la balanza.
No soy solo la nota, el resultado frío,
mi esencia es más que un simple desafío.
En la oscuridad, buscaré la luz,
con apoyo, el camino es menos confuso.
Comparto mi carga, no estoy solo,
en la red de afecto, encuentro consuelo.
La depresión no define mi ser,
en la búsqueda de ayuda, vuelvo a renacer.
Mañana es incierto, hoy es mi presente,
cuido mi mente, soy resiliente.
En el vaivén de emociones turbulentas,
hallaré calma en las aguas quietas.
Así, en la danza de la vida y el aprender,
tejo mi historia, un verso de renacer.
Que la luz ilumine mi sendero,
y encuentre en el amor, mi más fiel lucero.
Ele.
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diexupery · 8 months
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Este dibujo es de Anja Rozen, una estudiante de primaria en Eslovenia. Es la ganadora del concurso internacional Plakat Miru.
“Mi dibujo representa la tierra que nos junta y nos une...
Estamos tejiendo juntos.
Otras personas tejen a mi lado mi propia historia; y yo tejo la suya", dijo la joven.
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lupokant · 8 months
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Del facebook: GSIA (Grupo de Sociología de la infancia y la adolescencia).
Este dibujo es de Anja Rozen, una estudiante de 13 años de escuela primaria en Eslovenia. Ella fue elegida entre 600.000 niños alrededor del mundo
Ella es la ganadora del concurso internacional Plakat Miru.
“Mi dibujo representa la tierra que nos junta y nos une.
"Los humanos están tejidos juntos.
Si alguien se rinde, otros caen.
Todos estamos conectados a nuestro planeta y unos a otros, pero desafortunadamente somos poco conscientes de ello. Estamos tejidos juntos.
Otras personas tejen a mi lado mi propia historia; y yo tejo la suya", dijo la joven diseñadora.
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20 
espero a que venga un ángel
a rescatarme del sentimiento
de gloria bastarda. 
son inútiles
los límites que te pongo. 
vos siempre jugando al socorro
y yo cuidando tu fuego en la nieve. 
no aguanto más este estadio .
necesito romper las cadenas
que nos amparan
bajo el macrocosmos de tu lengua
el microcosmos de mi palpitar
eres de los jóvenes más bravíos 
y yo te puse a encantar a los huesos. 
ahora danzas
con el sustituto del tiempo
tu cocina
tu casa
tu guarida
no es más que el infierno 
yo que creía que eras el ángel 
yo que juraba que eras el ángel 
cuánta fue mi desconfianza
cuando te vi penetrar con tus dedos
mi fruto mi huerto. 
21 
en la agonía. 
en la desmesura. 
cuando todo tiembla en mi cuerpa erecta.
me hago muñequitas. 
las hago para aliviar el dolor.
les clavó alfileres
les tejo ojos
las dejo caer al piso
las uso de trapo. 
son mis amigas
mis tumulto
mis ungüento
en la magia de darle vida al fermento de ilusiones
¿Quién soy yo para derrocar a la naturaleza? 
22
neuromaricona 
un poco sensible, 
como el mar revuelto
donde el firmamento y el suelo se hacen pacto. 
si tan solo pudieras,
ver mis dolores
entenderías porque estoy cansado del amor. 
estoy agotada. 
drenada. 
desesperada. 
pero tengo que contarme otra historia. 
otra materia
vaya con dios
a ver si lo arregla. 
pero yo no creo mas en los brujos
ni en los cantos de las ballenas
ya no creo en el círculo que hacen las pupilas
ni en las lobas que acaricio . 
creo en mí abstracto. 
creo en mis deidades
creo en la tierra
en los bordes de las tazas
en las cosas que no pasan desapercibidas
en las obras de arte
en las estúpidas obras de arte
que me regalan su vida
con derecho a otro yo. 
23
toma lo que quieras. 
fuiste tu el guerrero
que con su lanza
hizo su certero tiro en mi panza.
el veneno
de tu elemento,
te trae de vuelta hasta mi. 
yo y mis juegos. 
las batallas de los esteros, 
el placer de las galaxias.
te trae hacia mi
el beso que nos dimos en ronda
mientras todxs miraban
mientras nadie podía creerlo. 
que un caballero como tu
bese a una bestia como yo. 
podríamos haber sido de película
pero tú elegiste a la joven buena. 
yo no fui tu regalo.
ni tu ofrenda. 
yo no fui tu tortura.
ni tu enigma. 
la niña buena te cocina almíbar
te hace mimos en la entrepierna
te deja que le muestres el monstruo . 
yo solo te abrí mi boca
para que puedas saltar
de tu incomodidad
a la mía. 
24
la nada que me atormenta.
sus ojos rojos. 
su camuflaje
su estremecerme. 
me hace sentir inutil, 
doblegado,
ciega. 
la nada que me somete
y sus regalos de circo
y su elocuente guerra. 
ya nada podrá bastarse. 
ya nada podrá abarcar. 
es el soldadita de la misericordia,
la que habla el idioma de las flores,
la que le canta al sol, 
ella quiere salir. 
brillar y danzar. 
quiere estar viva
y comer los frutos.
comerlos todos, 
como si fueran los últimos
como si fueran droga
como si fueran amor. 
En el curso de la corriente
donde el zarpar se hace moneda
la verdad del azar 
y sus mágicas posibilidades. 
la nada que me persigue
que me hace perderme
en mi pequeño mundo, 
la nada
la nada
la nada
esa cosa hermosa y destructiva, 
que me da la sed y el hambre
para crear. 
25 
ella es una osadía. 
donde se arremeten los cuerpos.
la guarida de la locurita espantapájaros .
me quieren encerrar. 
internación, dijo el psiquiatra. 
a mi que me ataron 
y me drogaron 
y me tocaron
y me robaron 
en el manicomio. 
en al loquero. 
los escudos parecen derretirse.
todos esperando por un pucho. 
en la jaula donde podíamos fumar
desfilaban las locuras más mortuorias. 
a ver quién estaba más loco, más cuerdo. 
Yo recuerdo un brote
que me agarro 
un dia
que solo quería desaparecer. 
(yo y mi obsesión por desaparecer) 
¿Cuál es su elemento? 
cual es su sagitario? 
¿Cuál es su nombre? 
en el loquero
donde no se respetan las leyes
mínimas, 
para la “salud” 
se hacen juegos de hierro
y se nos quema con una cruz la quijada. 
se hacen moretones por encima de los ojos. 
en el loquero
no se asemeja a nada. 
hazte de aliados. 
que te protejan de los más violentos. 
yo era peligrosa
tildada de macumbera. 
pero eso no interfirió
en el martirio
ni en la soledad. 
en el loquero
donde se abren las fauces
del dragón odisea que es comerse las flores 
las flores que me regaló mi madre
 con ilusión de que me ame mas. 
no me van a encerrar.
mis guardianes me dieron asilo.
que yo sería sin ellas. 
buscar un laburo
respetar el porque si 
adentrarse a la selva de andamios
la ciudad
el loquero y la ciudad
tienen mucho en común. 
26 
los ojos de la abreviatura. 
el desencanto de los cometas.
yo no podré partir a tierras lejanas. 
pésimo hermano. 
pésima hija. 
me torturo porque enfermo. 
y no le pregunté cómo estaba. 
es que estoy sumergida
en mis demonios. 
te pido perdon
unión de los soles.
amable ser de buenos gestos.
tal vez solo quiero ser perfecto para vos
y soy un desastre. 
vos me cuidas. 
vos me encarnas. 
yo solo te pido porro. 
27
el sol se apagó. 
y con él vinieron las neblinas, 
los tormentos
las sacudidas. 
nosotras, las sabias, 
sabíamos que esto pasaría. 
por eso guardamos el fuego de la alquimia. 
y le convidamos a los pobres de nuestra magia. 
a los pobres de espíritu. 
quien mas va a dar tregua
quien va a sacarse la piel 
quien va a desterrar al inmovil. 
porque de mi resaca
de mi canto empedernido 
podría yo probar las cinicas maneras. 
pero es un espanto. 
todo oscuro. 
las plantas ya no nos dan oxigeno.
respiramos gases tóxicos. 
se hacen nidos de pestilencia en nuestros pulmones. 
los huesos sangran
y la comida escasea. 
yo solo pienso en si estas vivo. 
si en algún lugar, 
donde sea
estarás vivo. 
28 
una para la lady. 
otra para la monstrua. 
un trago del infortunio. 
vamos  a bailar al fondo. 
nadie nos ve. 
tomemos aca. 
en donde las riveras de los sueños
en donde mi cachivache se nombre angel. 
caen los maduros a atacarnos. 
nos dicen que somos finas perlas. 
nos cuentan de sus malformaciones. 
nos entretienen con el fin del mundo. 
y nosotras, 
faciles y dificiles, 
les bailamos. 
por el billete dorado.
comprame una casa si me quieres. 
cómprame una torre donde pueda pudrirme.
si me queres
pero solo si me queres, 
cómprame. 
comprame finas sedas
lindos ungüentos.
caras cremas. 
invitame a comer carne cruda 
y haceme el amor como si fuera una deuda. 
quien me va a comprar? 
fantasmas. espejismos. 
todos la misma mierda. 
ahora, 
en los juguetes, 
dejo descansar mis agobios
para que te entretengas con ellos, 
y vayamos al río
a tirar las cenizas
del viejo de turno
que quiso comprarme
pero no pudo. 
29
pain.
Muéstrame el designio. 
el abismo de tus piernas. 
dracula sexo. 
cuando las primaveras triviales, 
el sentimiento de las comisuras
la fe de antaño
y los ojos de vidrio
no me alcanzan para sobrevivir, 
tejer yo mi red araña
como una fina tejedora
te adorare como al señor de la luz. 
y todas las hardcore 
todas las intravenosas 
llorando por un poco de alegría 
por un descanso de esta desesperación. 
quien es mi abrigo invernal
y quién mi camisa floreada. 
no soy más que la sombra
de lo que fue una estrella
no hay fe de alegría 
no hay dolor de alegría. 
no queda nada de mal. 
no queda sed que corrompa
lo que bestial se compara
a la furiosa misterio. 
30 
nos regalan los estímulos 
para que nos gobiernen las euforias 
los pecados
son ahora canciones de pájaros. 
y hubo problemas. 
problemas con la consumación,
buscando un lugar en la cama
donde no me sienta ajena. 
como podes? 
nutrirte de mi 
respirar por mi. 
¿cómo lo haces? 
llorar por mi 
maldecir por mi. 
yo tengo la culpa 
de que los astros nos jueguen
una mala pasada. 
es que tu venus y la mía
están mal aspectadas. 
nosotros somos el vicio 
la perversión 
el emblema de la noche. 
no me alcanza el glitter 
ni el rubor
ni la mescalina 
para satisfacer
este deseo de zombie. 
es un dia hermoso
perfecto para madurar. 
pero siempre elijo la tortura 
elijo el elefante
elijo el tigre de mil caras. 
porque en donde introduzco a mis lamentos
se asemejan al demonio. 
no tengo ganas
de que la isla de sábanas
nos enrede hasta el solsticio. 
hoy voy a cavar una tumba
donde mi epitafio grite
que yo nací para quererte. 
31 
la diadema de tus socorros.
el estado de emergencia. 
lo importante de la flora y fauna. 
de nuestros uranos
de nuestras aventuras. 
somos fortuitos en el ataque
y sabios en la bienvenida. 
un paisaje que dure toda la vida. 
no existe. 
la mutación nos es innata. 
fiel a mi comando
Espero con calma tu llamada. 
para que me digas
un te amo 
y yo me refugie
en el
como si fuera mi último acto de fe. 
32 
yo lucho con el drama todos los días de mi vida. 
para comerlo
un poco de sal y especias. 
en el amor con forma de agua
de tu tempestad tan frágil. 
Selva, descansan en tu regazo las bestias mas lindas. 
tan solo orden, disciplina. Salir al mundo. 
pero no me entienden. 
que me aterra. 
que me genera una sensación de que voy a morir. 
es justo muy errante lo que mi ser escandaliza. 
voy a hacer un ritual de aire y madera. 
para que se vayan los demonios
que me poseen. 
días llorando sin parar. 
acaso uno no se cansa? 
pues no. porque loca. 
atrevida la llorona. 
un poco de amor y risas
y yo prometo
salir de este laberinto luciferico
que consumió siete años de mi vida.  
33
las fuerzas crísticas obrando para que pato,
pueda ayudarme. 
Porque le soy tan fiel a Lucifer. 
porque la fascinación por la oscuridad? 
Ya se, los traumas de niñe. 
pero por favor. 
consumiste tus glorias desde que naciste,
montando ese escándalo de salir al revés,
y con vueltas de cordón. 
Eres una obra de arte inacabada, siempre promiscua. 
En tu manera de pensar
en los sabuesos de tus miradas. 
Cuando el mundo se abra a la nómina  del más gil. 
la certeza del ataque será inminente. 
Y en los lugares que se aferra
el límite y el caos
yo no podré elegir la paz. 
porque todavía
necesito
del caos
para sumergirme
en mis laureles de piel rosa carmesí. 
34
en donde las llamas 
fueron vistas por última vez. 
yo podría contarte las historias antiguas. 
pero están llenas de binarismo y construcción del miedo. 
Estamos en peligro de extinción. 
yo y mis súbditos les explico 
tomen el calor de su pecho
y vuelen. 
vuelen lo más al norte que puedan. 
seremos una escala
una pobre mosca del firmamento. 
pero tenemos el corazón. 
fiel e imperioso. 
en donde se acaban los suspiros
y nace la razón 
dejame enseñarte
el arte anahata. 
es un juego del arte de la vida
que se hace una caricatura viviente
y el circo es su lugar en el mundo. 
el loco juega a ser androgino. 
el loco comienza la llegada
al territorio bendito
35
me dan de tomar agua hirviendo. 
me tuercen los pies. 
me sacan los dientes. 
me torturan para que diga la verdad. 
que lo inventé todo. 
que los fantasmas no eran más que mieditos. 
que los ghosteos no eran más que suplicas. 
déjame ver
desde tu prisma
en una mariposa
una sutil y cautelosa
que lleve el mensaje a los gigantes. 
Y asi sabra el mundo
que vos y yo
fuimos lindos salvajes. 
36
reina en un mundo de hostiles corazonadas. 
reina en un mundo de caretas indecentes. 
me han traicionado. 
y ahora yo que ando desnuda 
sin mis sirvientes
cortada por los hombres fango
me hago ruidos
me hago llantos
pero no le alcanza a la reina. 
y mi palacio? 
mis finas sedas?
me han hecho un trabajo. 
para que deje de darle príncipes al lord. 
me han maldito el infierno
me han enterrado viva 
me han sacado los pulmones
y echo magnificencia los nombres. 
en mi reino
donde ahora los bastardos han tomado el control
subyace mi sangre pura
por las calles
y es que puedo ver
como del barro
nacen mis súbditos
hijes del rigor 
hijes de la flor
hijes del desengaño 
son ellos los que llevaran mi insignia 
y reclaman el trono
de su madre la reina pobre 
la reina maldecida
la reina perenne 
37
y caerán mil hombres a tu diestra. 
y millones al lado de tu ninfa. 
serás el que camina en el fuego. 
el que obra por el arte de la magia. 
En este sentido, 
podrás liberarte del demonio 
cuando aprendas a jugar a la vida. 
Serás primaveras y canciones
ya no habrá peligro. 
Encontrarás en el éter tu refugio
y en los angeles tu morada. 
Hablaras con amor y respeto
a la madre naturaleza. 
El espejo, el nombre, el silencio
todo parte de lo mismo. 
Y un dios te dará la espalda
y otro dios te acoge en su pecho. 
Lecho tibio que te amortiza
la caída del cielo al infierno. 
Fuiste 7 años esclavo
de las fuerzas lucifericas
mas ahora pisas los dragones
y andas en el bien del mundo. 
Cachorros y doncellas
limpieza de cristales de tu alma
eres el hijo impío 
el comandante de los ejércitos celestes
darás fe para consumar tu gloria
y serás la espada azul en todo momento. 
cuando desesperes recuerda
tus guías te están abrazando 
cuando desesperes recuerda
de tu corazon al mio
solo hay un rezo de por medio 
y si todavía crees en los milagros
toma mi mano y ven
serás testigo de las riquezas del mundo. 
En la hora donde los fuegos se hacen carne
tu te liberarás de viejas ataduras
pues tu nombre es el nombre de los salvajes. 
Compara tu infierno con el que menos tiene
y agradece tu virtud y tu elemento. 
Eres un bendito en todas sus esferas
reino de los cielos
ciclos de los gigantes
amor de las mariposas
engendra un hijo con el barro
y dale de comer tus frutos
frutos del bien, sin pecado . 
38 
cuando calma la noche. 
se me aparecen los fantasmas. 
ellos juegan en mi pecho
me hacen añicos.
me miran con sus ojos rojos
y le dan de comer a mis bestias
besos y rosas, amparo y desvío. 
con el aquelarre del fin del mundo
yo fui vista como bruja
me han quemado una y mil veces
pero la heredera del sinfín 
soy yo. 
Cuando desespero 
me encuentro inutil. 
Pero cuál es la verdad de mi desastre? 
¿Soy yo verdaderamente una rata? 
un paria, una pulga, un mosquito? 
Pues creo que es mejor hablar de las hadas
que juegan conmigo a la memoria.
Desde niño las veo 
a los elementales
su arduo trabajo 
ellos me enseñaron a sanar. 
Gracias a los espíritus de la naturaleza
pude yo doblegar mi alma
y hacerla un refugio aparente
ante la malicia de este mundo. 
El gnomo de mi cicatriz. 
El hombre loco de mi cicatriz. 
el fiel sirviente de la luz. 
acariciame, besame, lávame. 
Soy la fénix de los primeros hombres. 
Con el sabueso persiguiendome
corro hasta la montaña más alta. 
y grito en la cima 
ya no eres mi caballo de fuego! 
39
siento el lastre. 
la oportunidad de matar santos. 
el dibujo de tu espalda. 
la nosotras que es un yo con vergüenza. 
siento el lastre. 
la común unidad de mortuorios acechos 
es una verdad que duele
el espejo se rompe y se hace flor
cuando ando perdido me encuentro
con el satán de las mil caras. 
maya, el velo, me susurra
deja caer tu piel. 
dejala toda. 
mira el recelo
hazlo tu guarida .
cuando pregunto por vos
me responden con historias
de un varón que se hizo varón 
matando a los dragones violetas. 
que hago con las canciones 
con la brújula de mi carne 
están dando que hablar
dicen las gentes de mi 
que mi almíbar 
es de sabiduría y bufonería. 
soy el cristo
el buda 
el ala de mis pajaros. 
siento el lastre
las pestilencias que se acercan. 
las pesadillas que me asedian 
el comercio de tu cara 
y cuando por fin me nombren 
será por loca
y no por cuerda.
será por salvaje
y no por muerta
será por sirena 
y no por tierra. 
40 
cuando todo se rompa. 
me han de secuestrar
and it's never enough 
me van a cocer la boca
y en la tiniebla de mis ocasos
la sinverguenza de los elementos mágicos
se hará consecuencia 
de los mortales gritos. 
me han de guardar en la jaula
la que yo tengo la llave
y han de montar un circo
en mi regazo. 
cuando todo se rompa
ire flameante a ver el amanecer
y estaré intacta de sueños y pesadillas.
cuando todo se rompa
me han de llamar la atención 
para que deje de jugar con los mimos. 
cuando todo se rompa
me han de curar el mal de ojo
bendecirme allá a lo lejos. 
cuando todo se rompa 
me han de calmar para que dispare
y me encuentre letal ante tus configuraciones. 
cuando todo se rompa
seré yo la mil ojos 
la mil patas
la que danza con  las lobas, 
cuando todo se rompa
e irrumpa en mi castillo 
yo daré la orden del fuego
y me haré siniestra, mala, bendecida. 
cuando todo se rompa 
me han de suministrar la inyección
el valium liquido de mi estirpe.
dime cual es el bálsamo
para cuando todo se rompa
asi me curo antes de la tormenta
y robo una sonrisa a los maleantes
y me susurro la llorona de mis lamentos
cuando todo se rompa
yo estaré firme
esperando el imperio de tu mirada
en el sin fin de mis memorias
tu mirada de chile verde
cuando todo se rompa
no seré esclava de la figura
ni de la comparación
cuando todo se rompa
me han de otorgar los honores
para degustar las sabidurías
de los más santos. 
cuando todo se rompa
he de estar en mi lecho
esperando la guerra
queriendo la guerra
provocando la guerra
por mi entrepierna
se pelean los lords.
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justanilussion · 2 years
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💔
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Si, definitivamente la última que te tejo.
Y si, definitivamente yo soy la hdp en mi propia historia.
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Mujeres que me habitan.
Cuando tejo la vida con los hilos de mi historia,
rebrotan mis abuelas y mi madre. También tantas mujeres que desde mi infancia formaron parte de mi vida, mis amigas del alma
y todas las mujeres que poblaron mis días.
El hilo del amor por la familia se entrelaza,
se amalgama con esfuerzo y entrega.
Allá está la abuela, la que parió tantos hijos, rezó por todos hasta el último día.
Generosa, cuando de mimar a los nietos se trataba.
Y mi madre...solo amor recibí de ella, que fue quien me mostró el camino. Amor incondicional.
Conviven en mí esa tía que me enseñó a tejer,
la maestra que me inculcó el amor por la lectura, aquellas que dejaron huellas y aprendizajes. Todas, todas ellas
inolvidables.
Los hilos que tejo con mis amigas,
sostienen, contienen.
Me hacen fuerte y son insustituíbles.
Las madres de mis nietos, todas mujeres luchadoras,
decididas y bien plantadas,
rejuvenecen mi espíritu siempre.
Admirables.
Habitan en mí,
tejemos la vida juntas.
Por todas, las de antes, las de ahora.
Las de cerca, las de lejos.
El corazón da las gracias.
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mirthamigurumis · 3 years
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Pascal /Tangled Movie fan Art Les comparto las fotitos del Amigurumi Pascal que hice bajo pedido, en el video mi linda ayudante 😁 *Ayer me topé con comentarios sobre los baphomet que tejo (ver historias) Los amigurumis que tejo no representan mis creencias, he tejido desde virgenes, monjas, uteros demonios alados y tiernos unicornios. Esta no es una cuenta Infantil, aqui publico amigurumis que son pedidos y pagados por Adultos, ningún niño puede escribirme y pagar por un amigurumi🤦🏽‍♀️ Gracias a las personas que apoyan y repetan mi trabajo. 💜 • 🌟Fotos reales de mis amigurumis ▪ Mirtha Amigurumis Ecuador • Si te gusta mi trabajo compártelo If you feel inspired by my work don't forget to tag me no pattern ▪ #amigurumi#hechoenecuador#amigurumiart#disney (en Ecuador) https://www.instagram.com/p/COVQCCIL-6Z/?igshid=18w3dst86ac81
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una carta a quienes me ayudan a resistir
Siempre ha sido fácil para mí saber qué siento, incluso aunque esas emociones sean desagradables y me arrastren a un remolino interminable de angustia que hace que mi cuerpo ruegue por descanso, sembrando en mí ideas que no seré capaz de aceptar ni ante mi propio reflejo.
Supongo que reconocer qué significan para mí mis experiencias del día ha día ha sido una tarea imprescindible en el camino por saber quién soy y qué clase de persona quiero construir, qué tipo de ciudadana quiero ser, qué tipo de ejemplos quiero dar a mis seres queridos más jóvenes, así como a qué seres queridos mayores quiero hacer orgullosos.
Sin embargo, estos últimos veintidós días lo único que he podido experimentar es incertidumbre. Las noticias giran en torno a un enemigo invisible, a una enfermedad silenciosa que sigue impidiendo la reunión con mis seres queridos y el conocer el mundo de manera libre, sin tener que preocuparme por a quién puedo contagiar o quién puede morir sumido en la soledad de una UCI, sin poder darle sus últimas palabras a sus seres queridos. Lo otro que resuena de manera terca en el televisor es la demonización del cambio y la rebeldía de un pueblo al que pertenezco, incluso aunque en mi propia casa tenga que pretender que no estoy desesperada por salir a raspar mi garganta cantando por la libertad y el bienestar de mis compatriotas, porque mi país me importa y me angustia saber que todos los días aparecen más muertos y heridos, y nadie hace nada más que decir que “esas no son las maneras”.
No sé cuál es mi afectividad, pero sé indudablemente que estamos en tiempos ansiosos. Me gustaría definir qué experimento en mi psique con palabras concretas, pero mientras tejo historias conjuntas con aquellas personas que me importan lo suficiente para cargarme con sus afectividades ansiosas mientras en mi propia casa vivo lo más cercano a un debate de vida o muerte que he experimentado hasta ahora, en medio de mi privilegio citadino de clase media, educada en colegio y universidad privada, con comida en mi nevera y agua caliente en mi ducha, pero que de todos modos oscurece el agujero negro de mi impotencia y desesperanza.
En medio de la coyuntura del paro de abril-mayo 2021, y después de oír a mis profesores sembrar sus esperanzas en mi generación, quienes, a pesar de su privilegio, hablan y buscan herramientas para alimentar el cambio y el desmonte de la injusticia en un país históricamente desigual, puedo decir que el proceso de reflexividad más profundo que he atravesado es saber que mis emociones son válidas, incluso aunque mi historia no sea la más trágica, ni la más desgarradora, incluso aunque no he conocido la muerte violenta de primera mano, incluso aunque los familiares que han experimentado los estragos de la guerra están bien, incluso aunque no estuve viva en el periodo que me dicen que fue el más violento del país, incluso aunque conozco la historia a través de narraciones de mis mayores, incluso aunque soy joven. Mis emociones son válidas porque soy colombiana, porque aunque no haya vivido en los noventa y no me acuerde de los dos mil, estoy viviendo los dos mil diez y desnaturalizo las desapariciones de tantos colombianos que nunca pudieron darle buenas noches a sus amados. Mis emociones son válidas porque me ayudan a ser una persona política, incluso aunque no pueda darles nombre, pero me permiten movilizarme con aquellos que tampoco saben cómo tramitarlas, aun si tienen deseos de luchar y resistir por un futuro mejor. Lo único que nos queda es seguir resistiendo, seguir uniéndonos, seguir juntándonos, aunque queden infinitos años por luchar, aunque la lucha se sienta agotadora e infinita, aunque no podamos ver un panorama claro.
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fleursenfevrier · 3 years
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Algunas veces, vuelvo a los lugares en donde recordar se volvió cotidiano, estudió los fantasmas, me fumo un par de versos, una que otra ocasión, le pregunto a los transe cuentes si estoy en el infierno, si he abandonado el paraíso que me dejaban tus besos.
Algunas otras veces le cuento al que me escuche nuestra historia, la forma en que tus yemas inundaban mis sentidos o como conocías mis traumas para después dejarles saber que tu nunca me amaste, que solo era una mala apuesta entre tus cartas, una aventura que no pensabas contar.
Por las noches mientras tejo sombras tu fantasma inunda mis sueños y es entonces cuando sobresaltada despierto con tu voz en mi cabeza y uno que otro recuerdo.
Me gustaría saber si uno que otro día me piensas, si en el calor de primavera sientes que falto junto a ti, ojala en próximas fechas tocaras a mi puerta y me des aquel último beso que dejamos a medias, ojala ese último beso nos bendiga y nos haga saber que siempre fue ahí, entre tus brazos y mis besos, con tus historias y mis versos... ❤️
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lesbicanarias · 4 years
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Los 25 momentos más románticos entre Xena y Gabrielle
El día de hoy hace 25 años se estrenó Xena: La Princesa Guerrera en nuestras televisiones. Mucho tiempo ha pasado pero no podíamos dejar pasar este día sin hacerle un homenaje. Xena no solo consiguió que miles de personas se enamoraran de una serie protagonizada por una mujer guerrera (en tiempos en los que eso era imposible), sino que rompió muchos moldes más y se convirtió en una de las series pioneras en mostrar de forma no explícita un amor entre dos mujeres.
Y es que sus guionistas se convirtieron en expertos en el subtexto, mostrándonos de miles de maneras que, Xena y Gabrielle se amaban. ¡Si es que hasta se dieron besos en la boca y quedo claro que eran almas gemelas! Vamos que no lo veía solo aquel que no lo quería ver. Y para demostrarlo aquí les traemos: 25 momentos en los que Xena y Gabrielle se demostraron su amor.
Confieso que nos ha costado mucho escogerlos, porque queríamos ponerles miles, pero creo que la sita Genix y yo hemos hecho una buena selección. No están puestos en orden de importancia sino en orden cronológico para que puedan ir recordando con nosotras la historia.
¿Le echamos un vistazo?
1. Cuando a Gabrielle se le suelta lengua
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Dicen que los borrachos y los niños siempre dicen la verdad. En el episodio número 19 de la primera temporada titulado «Altared States», Gabrielle se come un pan con beleño. Lo que hace que la lengua se le suelte y de plano le diga a Xena que es preciosa.
2. Cuando Xena le hace una promesa a Gabrielle
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Frente a la hoguera de cada noche, Xena le confiesa a Gabrielle que si llegara a morir sentiría deseos de venganza. Entonces la rubia le hace prometerle que, si ella llegara a faltar, no se dejaría llevar de nuevo por su lado oscuro.
3. Xena: A mí nadie me quita lo que es mío
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En el último episodio de la primera temporada de Xena, Gabrielle resulta herida de muerte y deja de respirar. Xena desesperada, inventa la reanimación cardiovascular para salvarla porque a ella ni la muerte le arrebata lo que es suyo.
4. Cuando una Gabrielle vampira le encaja el diente a Xena
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También en la Grecia antigua existian las vampiras (¿será que andaba por ahí Carmilla?). El caso es que, cuando Gabrielle se convierte en una vaqueira, Xena no puede evitar resistir la tentación de dejarse hincar el diente.
5. El primer beso entre Xena y Gabrielle
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El primer beso entre Xena y Gabrielle fue más bien agridulce porque era un beso de despedida. Gabrielle estaba a punto de casarse con Pérdicas, su prometido de la juventud con el que acababa de reencontrarse. Sufrimos sí, pero todas tenemos derecho a equivocarnos antes de enderezar nuestro camino. Entonces Xena se despidió de ella con un beso en los labios, porque eso es lo que hacen todas las buenas amigas.
6. Cuando Xena le pidió perdón a Gabrielle con una canción
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A todas nos toca pedir perdón alguna vez en la vida. Y por mucho que fuera una guerrera hardcore, cuando se trata de reconciliarse con Gabrielle, Xena también sabe pedir perdón a lo grande. Y si se ha de cantar ¡se canta! Y lo hace de maravilla, vamos que yo le hubiera perdonado eso y todo lo que me fuera hacer en el futuro. ¿Y ustedes? Además esa frase de: «Que el amor, de tu amor eres tú» está más clara que el agua.
7. ¡Todo One Against and Army! Como cuando Xena le dice a Gabrielle que es su luz
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Uno de los mejores episodios de toda la serie en mi opinión es «One Against An Army». En ese episodio, han herido a Gabrielle con una flecha envenenada y se está muriendo. Xena tiene que decidir si salva a Gabrielle o detener a los persas y salvar Atenas. Obviamente la morena quiere optar por lo primero, porque pone a Gabrielle por encima de todo, pero la rubia le hace ver que incluso en esa situación lo que importa es el bien común.
8. Especialmente cuando Xena decide que salvar el mundo no es tan importante como salvar SU mundo
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En ese mismo episodio, cuando Xena por fin decide honrar la memoria de Gabrielle y aceptar que morirá, Xena le promete a Gabrielle que estarán juntas hasta después de la muerte`
9. El segundo beso entre Xena y Gabrielle
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El segundo beso entre Xena y Gabrielle fue más bien místico. Porque Xena estaba muerta y su espíritu posee el cuerpo de Autolycus para poder decirle a Gabrielle lo que tenía pendiente (yo quiero que me digan cositas de ese modo). Puntos extras por la Xena celosa, que vemos al final ¡no se la pierdan!
10. Xena y Gabrielle tienen un pleito matrimonial
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No todo en la vida de Xena y Gabrielle eran arrumacos, como toda buena pareja estas dos también tenían sus buenos pleitos. Y ¿qué mejor que liberar tensión en la bañera? Eso sí, luego venían la reconciliación y las risas. ¡Ojo a donde dejan el jabón lesbicanarias!
11. Xena: Tu visión alegra mis ojos.
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Cuando tras una pelea Xena se queda ciega y por si fuera poco libra a Gabrielle de casarse a la fuerza con un petardo. La bardo le da los cuidados necesarios para darle visiones alegres a sus ojos. ¡Cualquiera no vuelve a ver con esas vistas!
12. Crónica de Xena y Gabrielle más un chupetón en el cuello
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Joxer deja a Xena al descubierto al encontrarle un chupetón en el cuello. ¡Ojito a las caras de Gabrielle que finge inocencia! Se ve que le agarró el gusto a jugar cada noche a las vaqueiras.
13. Los celos de Gabrielle
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Gabrielle se ve obligada a enfrentar sus demonios y a reconocer que, cuando traicionó a Xena delatando su plan para matar a Ming Tieng por defender a Lao Ma (otra mujer), no lo hizo por el bien común, sino porque estaba celosa de lo importante que Lao Ma era para Xena.
14. El sacrificio de Gabrielle
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En una escena que nos rompió el corazón a todas las fanáticas, Gabrielle se sacrifica a sí misma para matar a su propia hija (demoniaca) llamada Esperanza. Lo hizo para que no se cumpliera la profecía que decía que si Xena mataba a Esperanza, Xena moriría. La bardo prefiere morir antes que vivir en un mundo sin Xena.
15. El reencuentro
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Después de que todas diéramos por muerta a Gabrielle, la serie nos sorprendió devolviéndola a la vida. Ojo al momento reencuentro y a la multitud de carantoñas que le propina Xena.
16. Cuando Gabrielle descubre que Xena es más importante que sus creencias
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Cuando Callisto le rompe la espina a Xena y la deja a merced de los romanos, Gabrielle tiene que elegir entre salvar a su amiga o olvidarse del camino de la no violencia.La bardo elige sin dudar lo primero y no a la ligera, porque se los cargó con saña.
17. Gabrielle le dice a Xena que la elije a ella por encima de todo
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Xena y Gabrielle hablan en la cárcel y la rubia le explica su decisión. La ha salvado porque Xena saca lo mejor de ella, su mejor versión existe gracias a Xena.
18. Juntas hasta la muerte
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Cesar crucifica a Xena y a Gabrielle, pero ni en las puertas de la muerte se olvidan de declarar su amor (por si alguien no lo había notado todavía). Momento plus cuando un alma va en busca de la otra.
19. El baile erótico entre Xena y Gabrielle
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Xena y Gabrielle querían tentar al ángel Lucifer para mandarlo al diablo, digo, para volverlo el diablo ¿y qué mejor manera que echarse un bailecito erótico entre ellas? ¡Yo seguro caigo en la tentación!
20. Gabrielle: quiero ser parte de ti para siempre
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A las puertas de la muerte, Gabrielle le pide a Xena un último deseo que la entierren junto a cena, en el cementerio de su familia en Amphipoles. Quiere estar con Xena siempre, porque ella es su verdadera familia.
21. Xena verde de celos
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Brunhilda quedó encantada con Gabrielle y le tiraba los tejos a la mínima cosa que no le hacía la más mínima gracia a Xena. Y eso que Gabrielle le hacia la cobra a todos sus envistes.
22. Cuando Xena despertó a Gabrielle con un beso
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Gabrielle, que iba conquistando gente por donde quiera que iba aunque solo tenía ojos para Xena, se ve obligada a dormir protegida por el fuego del amor de Brunhilda mientras Xena recupera la memoria. Ojo al dato, porque solo el alma gemela de Gabrielle podría atravesar el círculo de fuego ¿adivinan quién fue?
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23. En cualquier vida estas dos se amaban
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Cuando César consiguió alterar la realidad y cambiar el destino a una realidad alterna para mantener a Xena a su lado y ser el emperador del mundo, estas dos van y se reencuentran y le arruinan el plan enamorándose otra vez.
24. Hasta Safo bendijo la unión de Xena y Gabrielle
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Tras un día muy lioso de batallas y aventuras, al caer la tarde Xena le da su regalo de cumpleaños a Gabrielle, un poema que Xena le pidió a Safo que le escribiera.
Hay un momento cuando te miro que me quedo sin habla, mi lengua se rompe, una llama de fuego me recorre la piel y tiemblo, Y palidezco porque muero presa de amor, o eso me parece a mí.
¡Que romántico! Nada mal para ser subtexto ¿no creen?
25. El último beso
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En el episodio final de la serie, Gabrielle tuvo que «pasarle agua» a Xena y decidió hacerlo con la boca. No me pregunten por que, sobre todo cuando tenía un cuenco en la mano que hubiera sido mucho más útil. Pero yo lo agradecí muchísimo, de hecho yo hubiese hecho lo mismo. Y ojo que se queda ahí hasta que está completamente segura de que todas las gotas han pasado, si no, no se explica por qué tanto rozamiento de labios.
El pilón
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Para el final, he decidido dejarles este vídeo en el que Xena y Gabrielle confiesan la verdadera naturaleza de su relación. ¡Que lo disfruten! Forma parte de un capítulo en broma dedicado a los fans en los que se confunde el presente con el mundo mitológico.
¿Cuál fue para ustedes el momento más romántico entre Xena y Gabrielle lesbicanarias? ¿Nos hemos dejado alguno? ¿Vieron Xena en su tiempo? ¡Esperamos sus comentarios!
Encuentra más noticias sobre:Xena
El post Los 25 momentos más románticos entre Xena y Gabrielle fue publicado originalmente en Lesbicanarias. por Paola Mejia
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Hoy como diria una amiga mia, "no tengo el coño para farolillos'.
Pero es indiferente. Es indiferente, cuando te viene todo de bruces, una hostia como la de hace 4 años.
El tema es que me pilla 4 años más mayor. Y con menos paciencia. Me pilla entre un puñetazo en la boca del estómago y un puñal en el plexo solar. Pero 4 años más, y eso hace que duela más.
No voy a ir a encargar otro cachorro, ni me iré a follar a otro cretino, ni me tragaré las lágrimas, el dolor y la rabia, camuflados con el sentimiento de genuina amistad. ¿Sabes por qué? Porque, creo, no quieres ser mi amigo. O no quieres ser exactamente mi amigo.
A los amigos no se los aparta de una vida. A los amigos se los invita a comer, a tomar unas copas, o a hacerles participes de tu vida.
Y yo.
Yo he sido esa gran amiga, de palabra, pero con actos condensados en el tiempo. Microtiempos
Entre pausas de curro, ir a la compra o ir a un estanco.
Porque me conoces. Porque conoces como tejo los hilos de mi disco duro. Y no es que vea puntos o comas mal puestas, es que creía conocerte. Y lo que hago es unir hilos del disco y los veo para formar el gran tapiz.
Pero no. No te conozco.
Creía que hablaba con un hombre, que me conocía, curado de espanto, y que sabe que soy una puta loca, que he incendiado mi barco, conmigo dentro.
Pues no. Debe ser que soy un bonito recuerdo.
Ese al que vas a lamer tus heridas de pragmatismo,porque nunca has sido un romántico, has querido ser un hombre honorable.
Te respeto por ello.
Te respeto más, de lo que tú, te respetas a ti mismo.
Como han debido de ser para ti estos 3 días, un infierno, pensando en un juego. ¿Y sabes porque? Porque tu no hubieras hecho nada.
Pero sabes que yo si.
Dame tu hielo. Ese. Del bueno. Del que siempre me has dado.
Que para mi fuego me basto yo sola.
¿Te acuerdas de la historia interminable? Del libro.
De la nada.
Pues eso soy para ti.
Nada
Y a mi, la nada, me va comiendo terreno poco a poco. Tranquilo. Lo conseguirás. No. Nunca necesitaste tiempo.
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hirelingscenario · 4 years
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VI
… ¿Holita? *quita polvo con el dedo*
Hola, hola… Soy horrenda y tardo mil años en actualizar, lo sé. Pero este capítulo es EXTRA largo para compensar. Además, como estoy encerrada por todo este drama del coronavirus, no tengo excusa para no publicaros otro más o menos (¡más o menos!) pronto. Lo siento, queredme como soy :(
Ya sabéis que cualquier petición tanto de este fic como de scenarios es siempre más que bienvenida <3
*
Sentía cómo me temblaban las aletas de la nariz. No quería montar mi numerito en medio de clase, pero estaba tan enfadada que tenía que cerrar los puños sobre mis rodillas para que no se notara que temblaban.
Había hecho una exposición mediocre. Desilusionada con mis fotos, me había limitado a pegarlas en el enorme panel de clase y tartamudear brevemente sobre en qué momento había tomado cada una.
La respuesta de mis compañeros en general había sido positiva. Algunos reconocieron a Amber, e incluso hubo un pequeño debate sobre cuál había sido la foto más bonita, con lo que al terminar mi exposición me sentía un poco mejor.
Pero en ese momento, con el aplomo que la caracterizaba, Yeleen estaba exponiendo sus propias fotografías. Contaba una pequeña historia con cada una de ellas, y su exposición estaba montada de tal forma que las fotos se iban sucediendo en gama cromática como avanzan los colores del día.
Pero lo que me molestaba era que, en el fondo de mi corazón, yo sabía que mis fotos eran mejores que las suyas. Su comentario en la habitación sólo había sido un intento mezquino de minar mi confianza en mi propio trabajo. Y había funcionado.
La gota que colmó el vaso vino cuando llegó a una foto de su propio reflejo en el espejo de su mesa. Sin pensarlo, me puse en pie y me largué de clase. Chani me preguntaba en susurros que a dónde iba, pero la ignoré. Ignoré mis cosas aun sobre la mesa, ignoré las que tiré al suelo al incorporarme, ignoré la mirada interrogante del profesor Zaidi y de algunos compañeros que se habían girado. Los ignoré a todos menos a Yeleen, que desvió la mirada cuando la fulminé desde el marco de la puerta.
No di un portazo, pero requirió todo mi autocontrol.
Caminé por los pasillos hecha una furia, sin saber muy bien qué hacer para calmarme. Intenté respirar hondo, pero no me servía de nada.
Me habían manipulado con un simple comentario. Joder.
Yo, que no soy de natural violenta, me descubrí dándole una patada a una papelera de plástico. Pero me desahogó un poco, así que le di una segunda patada sin mucho remordimiento. Luego una tercera.
–Espero que sepas que tenía mujer e hijos.
Me giré para ver a Castiel acercarse con una mezcla de diversión y sorpresa. Le lancé una mirada furibunda.
–Hoy no.
Por fortuna, el más malhumorado de mis amigos sabía cuándo bromear y cuando no.
–Eh, ¿qué ha pasado? – preguntó, borrando cualquier rastro de humor de su tono.
No sé si lo hizo por mí o por la papelera, pero la alejó discretamente con un pie mientras me ponía las manos sobre los hombros. Volví a inspirar hondo, buscando la forma de explicarle por qué me había pillado masacrando al honorable padre de una familia de contenedores de plástico.
–¿Alguna vez te han plagiado una canción?
Hubo un pequeño silencio.
–No­– reconoció­­–, pero creo que si lo hicieran patearía algo más que papeleras.
Una tercera inspiración y sí que empezaba a calmarme.
–No ha sido exactamente eso, pero…– lancé un bufido– No sé. Que soy imbécil. Y necesito comprarme un poco de confianza en mí misma.
–¿Te das cuenta de que primero te encuentro pateando una papelera y ahora no estás diciendo cosas coherentes?
Pese a mi cabreo, me reí. Castiel, cuyas manos seguían apoyadas en mis hombros, me hizo girar sobre mí misma y prácticamente me empujó hasta un banco.
–Tenía una práctica, para la que preparé unas fotos. Mi compañera de habitación hizo un comentario claramente para hundirme, funcionó, y en la exposición veo que ella también iba a poner fotografías– con un suspiro, la rabia en mi interior se fue apagando–. No sé, creo que todo es muy raro últimamente.
Castiel alzó una ceja.
–¿A qué te refieres?
Abrí la boca para intentar explicarme. Pero antes de terminar de coger aire, me di cuenta de que eran demasiadas cosas como para soltárselas de golpe a Castiel. Hice un gesto con la mano, intentando restarle importancia al asunto. Pero Castiel cogió mi mano en el aire y la detuvo, antes de mirarme a la cara.
– ¿Hall? ¿Raro?
Le miré fijamente. Había sido uno de mis mejores amigos en el instituto, y ahora en la universidad nos seguíamos relacionando de forma muy similar. Si bien con Rosa y Alexy sentía que la edad nos hacía alejarnos cada vez más, con Castiel sentía que había solidificado nuestra amistad. Era gruñón, un poco borde y, aunque no fuera culpa suya, vivía rodeado de una nube de fans que rozaban lo ridículas. Pero también era honesto, leal, y la clase de persona que te donaría un riñón. Así que decidí soltarle la bomba.
–Creo que sigo enamorada de Nathaniel.
–Joder…
Y luego la segunda bomba.
–Y que me tiro los tejos con un profesor.
–¡Halkatla!
–Y que Alexy y Rosa ya no me caen bien.
–Bueno, por fin.
Solté una carcajada, y Castiel también sonrió.
–Sabes que siempre me han puesto de los nervios.
Asentí, descubriendo que el nudo de rabia que me apretaba el pecho se había disuelto. Castiel estiró las piernas, y una púa de guitarra resbaló desde uno de sus bolsillos. La recogió y se puso a juguetear con ella.
–Si quieres mi consejo… Alexy y Rosa son un poco niñatos. Divertidos para un rato, pero quizás necesitas apoyarte en otras personas para las cosas serias. Si tu compañera de habitación necesita hundirte con comentarios, significa que tú puedes hundirla con tus fotografías.
–¡Hall!
Los dos giramos la cabeza para ver como Chani se acercaba hacia nosotros. Llevaba mi bolso entre sus brazos.
Castiel se inclinó hacia mí y bajó la voz para acabar:
–Y entre tus dos opciones, por favor, elige al profesor. Tengo una carrera que se puede arruinar si tengo que ir a partir piernas.
Fue a mí a quien le tocó alzar la ceja.
–¿Qué significa…?
–¿Estás bien?– Chani llegó a nuestra altura, con gesto preocupado.
Los dos nos incorporamos y cogí mi bolso.
–Ahora sí. Gracias por traer mis cosas.
–No te preocupes– se giró hacia Castiel y le sonrió–. ¿Le has dado serenata para animarla?
–Sí, pero le voy a mandar la factura con mis honorarios.
Solté otro bufido desdeñoso.
–Si acaso tendrías que pagarme tú a mí, Jesse McCartney.
Castiel me dio un golpecito cariñoso en el hombro.
–Tengo que irme– dijo–. Luego te escribo.
Se despidió con un gesto de la mano de las dos y se alejó. Chani y yo permanecimos en silencio unos momentos mientras él se alejaba, hasta que ella se giró hacia mí con una sonrisa traviesa.
–¿Luego te escribe?– preguntó con tono cantarín.
–No, no es eso– respondí– Somos amigos del instituto. Si me intento imaginar acostándome con él, me empiezo a reír de lo absurdo.
–Ah…– la cara de duendecillo de Chani pasó brevemente por la desilusión, antes de volver a centrar toda su atención en mí­–. Bueno, ¿me vas a contar qué te ha pasado?
Echamos a andar hacia la cafetería, mientras yo le contaba el comentario de Yeleen, mi reacción y sus fotos. Las dos nos pusimos de acuerdo en que era el mal personificado, pero Chani me dijo que no me iba a sentar bien regodearme en ello. Nos pusimos a hablar de nuestros propios trabajos, y para cuando nos sentamos en la cafetería, la honestidad de Castiel y la dulzura de Chani habían acabado con la mayor parte de mi malhumor.
Mientras Chani y yo tomábamos café, fui a sacar un pañuelo de mi bolso, y me di cuenta de que no estaba mi tarjetero. Maldije por lo bajo, porque ahí estaba la llave magnética de mi habitación. Y si bien lo último que me apetecía era volver a los ocho metros cuadrados que compartía con el peor ser humano del campus, no me quedaba más remedio que recuperarlo.
–Perdona, no me di cuenta de que me había dejado algo– se disculpó Chani–. ¿Quieres que vaya yo?
–Claro que no, encima de que me has traído mis cosas– me puse en pie y volví a pasarle mi bolso–. Se habrá caído al suelo, vuelvo en un minuto.
Afortunadamente, cuando llegué el aula estaba vacía, por lo que no tenía que explicarle al profesor Zaidi por qué me había largado en medio de su clase. Caminé hacia la fila donde me había sentado, pero ni en el suelo ni en las sillas encontré mi tarjetero. Estaba a punto de rendirme a tener que pedir una llave nueva cuando me fijé en la mesa de los profesores. Alguno de mis compañeros debió darse cuenta, porque además del tarjetero también estaba ahí mi estuche. Me disponía a abrirlo para comprobar que no faltara ninguno de los rotuladores absurdamente caros que me compraba sólo porque me gustaba estudiar con colorines, cuando mi móvil empezó a vibrar en mi bolsillo. Era demasiado pronto para que Chani me estuviera metiendo prisa.
Hey Quieres comer conmigo mañana?
Al principio pensé que sería Castiel, pero al abrir la conversación me di cuenta de que era un número que no conocía. Además, la foto de perfil era la silueta de un gato contra un ventanal al atardecer. Y Castiel era alérgico al pelo de gato.
Perdona, pero no te tengo guardado. Quién eres?
Guardé el tarjetero en el bolsillo de mi pantalón y salí de clase con el móvil todavía acaparando toda mi atención.
Por qué no comemos mañana y lo averiguas?
De pronto, mi cerebro hizo clic. Y mi estómago dio un vuelco.
Tendré que ir armada
Bueno, siempre que puedas deshacerte del cadáver…
Aguardé un momento, esperando que añadiera algo más. Pero tampoco quería que la conversación muriera ahí, así que decidí lanzarme.
De dónde has sacado mi número, Nath?
Te molesta que te escriba?
No Pero me sorprende
Si comemos mañana Prometo contarte a quién he tenido que extorsionar para conseguirlo.
Como no entendía muy bien la situación, decidí tentar a la suerte.
Y solo seremos tú y yo, o habrá invitados sorpresa?
Solo tú y yo. A no ser, claro Que quieras invitar a tu profesor el guapo.
Me reí, disfrutando más de lo que debería de ese comentario.
No sé, Nath. Le puedo pasar tu número directamente, si quieres.
Igualmente te tendría que invitar a comer como agradecimiento Así que acepta.
Sin esperar mi respuesta, me envió la ubicación de un restaurante, muy cerca del campus.
Tenemos reserva a las 2:15.  Hasta mañana.
Me pasé varios minutos de pie, con el móvil en la mano, esperando que Nathaniel volviera a conectarse para añadir algo más. No ocurrió, y aunque yo intenté restarle importancia, fui incapaz de pensar en nada más. No habría podido recordar de qué hablé con Chani el resto de la tarde ni aunque mi vida dependiera de ello. Tan enfrascada estaba en mis pensamientos que ni siquiera me acordé de tratar con desdén a Yeleen en la habitación.
*
A la mañana siguiente, sin embargo, sí que volvía a estar lo suficientemente calmada como para sentir rencor contra el cocodrilo de mi cuarto. Planeaba vengarme acaparando el baño hasta el último segundo, pero me llevé una desilusión. Cuando me desperté, Yeleen ya se había arreglado y estaba terminando de guardar las cosas en su bolso.
–Nos vemos…– se despidió, esquivando mi mirada y saliendo apresuradamente.
Sin nadie contra quién hacer la guerra, sólo me quedó mi siguiente batalla. ¿Cuánto quería arreglarme para ver a Nathaniel?
Al principio de nuestra relación, ponía mucho cuidado en arreglarme y verme mona cada vez que salíamos por ahí. Pero los meses pasaron, algunos fines de semana me quedaba a dormir con él y llegamos a un punto en el que dejé de luchar contra lo evidente. Si bien yo me despertaba con la cara grasienta y un aliento de dragón, él no amanecía siendo exactamente un modelo de Calvin Klein.
Pero las dos últimas chicas con las que le había visto eran extremadamente guapas. Al mirarme en el espejo y comprarme con ellas, me sentía como una especie de troll con peluca. Pero claro, tampoco quería llegar a nuestra cita como si fuera a una boda…
Finalmente encontré un punto intermedio poniéndome unos vaqueros con unas botas hasta la rodilla y una blusa negra, escotada pero holgada. Estuve a punto de pintarme los labios de rojo, pero no parecía lo más práctico si íbamos a comer.
A lo largo del día, Chani y Melody (Melody, de todas las personas) me dijeron lo guapa que iba, lo que aumentó mi confianza en mi aspecto. Me sentí un poco mal por siempre intentar mantener a Melody alejada, porque era evidente que era una buena chica, aunque fuera muy pesada. Así que durante la clase del señor Zaidi le pregunté si se quería sentar con Chani y conmigo, cosa que pareció agradarle tanto como sorprenderle. Cada vez que alzaba la mano como un cohete para responder a las preguntas del profesor Zaidi y se explayaba en sus conocimientos, algo muy pequeño dentro de mi alma se retorcía. Pero era la última clase antes de la hora de comer, así que aguanté de buena gana y me despedí de Chani y Melody con una enorme sonrisa.
Decía mucho sobre lo ansiosa que estaba por ver a Nathaniel que ni siquiera le prestara atención al señor Zaidi antes de salir prácticamente dando saltitos de su clase. De haberle prestado atención en ese momento, quizás me habría dado cuenta de que tenía junto a los papeles de su mesa un rotulador verde. Uno de esos absurdamente caros. De esos que al final no comprobé que estuvieran todos en mi estuche.
*
Llegué al restaurante unos cinco minutos antes de la hora. Cuando empecé a caminar hacia la puerta, vi que Nathaniel ya estaba ahí, sentado en la barra leyendo un libro. Sentí mi corazón acelerarse, pero me obligué a respirar hondo, eché un último vistazo a mi reflejo en unas puertas de cristal y caminé hacia él.
Nathaniel alzó la mirada. Durante un breve instante su gesto fue de sorpresa hasta que lentamente esbozó una sonrisa casi tímida que no le había visto nunca.
–Hola…– me saludó con voz tenue– No sabía si vendrías.
Aquello me cogió por sorpresa.
–¿Por qué no?
Nathaniel se encogió de hombros. Cerró el libro, de tapa blanda, y lo enrolló un poco para guardárselo en uno de los enormes bolsillos de su abrigo. Se puso de pie y llamó con un gesto de la mano a uno de los camareros.
–No lo sé. No respondiste, aunque supongo que no hacía falta…
Me resultaba increíble que después de haberlo acosado en el gimnasio aquel día, creyera que no iba a aceptar una invitación suya. Había algo tan vulnerable en su voz y en su rostro que sentí la necesidad de reconfortarlo.
–Eh, mírame– di un paso hacia atrás y señalé mi atuendo– ¿Te crees que me pongo estas botas todos los días? Son mis botas de “hoy me sacan a comer”. Cómo no iba a venir.
Conseguí que se riera, y su mirada volvió a tener un brillo travieso.
–Menos mal que no te las pones todos los días. Tendría que haber pedido cita con un mes de antelación.
–Dos– le corregí.
El camarero vino y nos llevó hasta nuestra mesa. Por primera vez me fijé en el restaurante. Tenía un encanto vintage, con todas las sillas diferentes y mesas de madera. En cada mesa había un pequeño florero de cristal de un color diferente, y el nuestro tenía lavandas, lo suficientemente pequeñas para que charlar por encima de ellas fuera cómodo.
–¿Por qué has escogido este sitio?– le pregunté una vez nos sentamos.
–Bueno, ya me ha quedado claro que los baozi no eran una buena idea.
Preocupada, alcé la mirada del florero, pero descubrí que su gesto era más bien burlón. Hubo un intercambio de comentarios irónicos, y de pronto la conversación empezó a fluir como si no hubieran pasado cuatro años desde la última vez que comimos juntos. Hablamos de libros, de series, de periodistas y fotógrafos, de museos… Me di cuenta de que por mucho que Rosa y Castiel lo pensaran, Nathaniel no había cambiado tanto. Seguía teniendo la misma sensibilidad para los temas sociales; se le seguía iluminando el gesto cuando hablaba de un libro que le había gustado especialmente; escuchaba con atención e interés mi conversación sobre fotografía, y preguntaba y aportaba al tema.
La comida fue copiosa: compartimos entrante, pedimos un primero y un segundo cada uno. Cuando llegó el segundo plato habíamos dejado de hablar de temas culturales y habíamos pasado a las anécdotas personales, y para cuando estábamos acabando el segundo yo ya me había atragantado de risa con cómo un día Blanca se había escapado y Nathaniel había tenido que perseguirla por el parque en pantuflas.
Tras pedir los postres, el ambiente seguía siendo distendido. Nathaniel y yo nos miramos a los ojos sin dejar de sonreír. Dudé si hacer mi siguiente pregunta, pero no podía levantarme de esa mesa y volver a mi vida habitual sin saber la respuesta.
–¿Qué es esto, Nath?
La sonrisa de Nathaniel se crispó un poco, pero no desapareció.
–Se llama alimentarse, Hall. Tienes que hacerlo todos los días para no morir.
Aunque entorné los ojos con fastidio, no pude evitar reírme.
–Sabes a qué me refiero…
Nathaniel se puso serio. Aun así, por sorprendente que parezca, el ambiente no se enrareció. Era la primera conversación importante pero cómoda que teníamos en todo ese tiempo. Guardó silencio unos momentos, mirando algún punto por detrás de mí, como si intentara poner en orden sus pensamientos.
–¿Sabes a quién le tuve que pedir tu número?– negué con la cabeza– A mi hermana. Porque de todas las personas con las que nos llevábamos bien cuando vivías aquí, no queda nadie a quien considere un amigo.
Me sorprendió que fuera él el que tocara ese tema, que yo no había sabido cómo abordar.
–¿Por qué?
–Hay cosas…– la voz de Nathaniel se apagó. De nuevo volvió a mirar a un punto indefinido. Ni siquiera parecía estar mirando algo dentro del restaurante, sino mucho más lejos– Muchas cosas que han cambiado. Casi todo. Y salvo Amber y Kim, todos los demás asumieron que, si mi entorno ha cambiado, la persona que soy también.
Llegó el camarero con los postres, lo que interrumpió brevemente el discurso de Nathaniel. Esperamos en silencio a que nos sirvieran y esa vez sí que posó su mirada y su atención en mí. Cuando el camarero se fue, ninguno de nosotros dos tocó su postre. Nathaniel se recostó contra su silla, sus ojos fijos en los míos.
–Me preguntas qué es esto, Hall, y no lo sé. Solo sé que quiero que me veas a mí. No la imagen que tus amigos tienen de mí.
Quería hacerle mil preguntas. Quería saber por qué todo había cambiado tanto, quería preguntarle por qué mis amigos me pedían que no me acercara a él, quería preguntarle si se sentía solo… Pero, si todavía lo conocía lo suficiente, me daba cuenta de que eran preguntas demasiado directas para hacérselas en ese momento tan vulnerable. Sabía que esa postura, recostado contra la silla con aparente despreocupación, no era sino otra estrategia para aparentar más seguridad de la que realmente sentía. Me incliné hacia él y cogí la mano que tenía apoyado sobre la mesa.
–¿Sabes qué es esto?– pregunté con suavidad– Somos Nath y Hall, comiendo hasta reventar y hablando de libros. Como siempre hemos hecho.
El gesto de sorpresa que esbozó removió algo en mi interior, y me di cuenta de que estaba condenada. Si había existido la posibilidad de que yo olvidara a Nathaniel y pasara de página, esa tarde comiendo con él la había borrado del mapa. Vi su rostro sorprendido, casi con miedo de creerme, y supe que seguía absurdamente enamorada de él. Independientemente de lo que él sintiera o no sintiera.
Sin querer forzar la situación, solté su mano y empujé su postre, una tarta de queso, hacia él.
–Y si no nos acabamos el postre, vamos a romper la tradición– advertí.
–Eso no lo podemos permitir– sonrió él.
*
Pese a mis protestas, Nathaniel se empeñó en pagar él la cuenta completa. No me emocionó ese gesto de rancia caballerosidad por su parte, pero tampoco encontré la forma de hacerle ceder.
Me acompañó de vuelta al campus, y nos estábamos despidiendo en la puerta de los dormitorios cuando me acordé de algo.
–Mierda– exclamé a media frase suya. Nathaniel alzó la ceja, desconcertado–. Tenía algo para ti… Un libro. Es la segunda vez que se me olvida.
Con un gesto que me aceleró el corazón, Nathaniel cogió un mechón de mi pelo y lo colocó detrás de mi oreja.
–Bueno… A la tercera va la vencida, ¿no?– dejó que el largo mechón de cabello le resbalara por entre los dedos, como había hecho la primera noche que nos volvimos a encontrar.
Intentando disimular lo satisfecha que me sentía con toda esa situación, yo también me adelanté para recolocarle un mechón de su pelo perfectamente desordenado.
–Hasta la tercera, entonces.
Le sonreí y sin esperar una respuesta, me giré para entrar en los dormitorios.
Cuando las puertas del ascensor se cerraron detrás de mí, una parte de mí no podía parar de rememorar cada momento de esa tarde. La otra parte ya podía escuchar la bronca que me iba a echar Castiel.
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