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arxienemiga · 2 months

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Fue una caída, digamos. Cuando detienen a uno y ese dice a dos o tres. La represión funcionó con todos los grupos políticos en base a la tortura. El trabajo de inteligencia que hicieron, "minga", habrá sido mínimo. Toda la información era en base a la tortura. Agarraban a uno y lo reventaban hasta que hablaba. Entonces, yo militaba en Magisterio en las Agrupaciones Rojas. Yo era muy chiquilina, apenas entré a Magisterio empecé a militar.. Por ejemplo, los padres de Mariana Zaffaroni, María Emilia y Jorge eran de la ROE de Magisterio. Militaban conmigo, íbamos a las coordinaciones juntos.

Entonces, nosotros éramos en ese momento… a mi me detienen el 30 de diciembre del 74. Ya había dado todos los exámenes… los primeros empezaron a caer por el 15. A mi me fueron a buscar cuando ya no tenían nada que hacer. Me acuerdo que me llevaron y en un momento me levantaron la capucha y en una pared tenían todo un organigrama, y me dijeron “vos estás acá” y yo dije “ay que suerte que estoy ahí”. Eso era en un cuartel, y éramos 13 mujeres y el resto hombres, pero éramos en total unos 40 en esa caída. En el mismo momento, había otro tanto de gente en el noveno de caballería de nueve de marzo. A mi me detienen en San José en la casa de mis abuelos, revisaron todo y después se llevaron a mi hermana porque empezó a decir cosas, y se calentó el milico… Nos trajeron a Montevideo a las dos juntas, en uno de esos camellos, que le faltaba una puerta y un vidrio. Dos veces pinchó... Nos pusieron capucha, porque veníamos mirando todo, y vino otro vehículo y ya no supimos para dónde íbamos. Después me enteré que era el sexto de caballería que ahora no existe más, es la cárcel donde están los milicos, Domingo Arenas. La cárcel de Domingo Arenas es ahora. Ahí estuve todo enero, y en un momento de febrero, no me acuerdo bien la fecha, nos cambian al quinto de artillería, ahí estamos hasta marzo.

En ese momento las familias no sabían donde estábamos porque estábamos incomunicados, no teníamos ninguna comunicación, y… en el quinto seguíamos sin visita y... en marzo nos llevan a la brigada de infantería, bueno, lo que te decía, que ahí supe donde estaba porque adentro del celdario estábamos sin capucha y podías, por las banderolas, ver para afuera. El celdario ese estaba medio cerca de la calle y yo me di cuenta que estaba en el cuartel que estaba al lado del Cementerio Norte, porque al cementerio había ido en muchos entierros de estudiantes. Íbamos caminando viste, desde la Universidad, por eso conocía ese barrio, digamos, por pasar por la puerta de un cuartel antes de llegar al cementerio. Ahí me di cuenta que era ese. No sabía ni que se llamaba quinto ni de artillería ni nada. Me di cuenta donde estaba, el barrio. Y después en marzo nos llevan a la brigada de infantería número uno, que está en Camino Maldonado en el km 14, que siempre le dijimos ¨el 14¨. Ahí estuvimos sin capucha adentro, en un barracón, como con una capacidad como de 40, llegamos a haber como 40. O sea porque llegamos nosotras, después llegaron las del 26 y después siguió llegando gente, ¿no? … y había retenidas. Cuando llegamos había un grupo de retenidas por medidas pronta de seguridad, que eran mujeres que venían de Punta de Rieles, tenían que salir en libertad, y las dejaron ahí. No sabían hasta cuando, el Juez les había dado la libertad pero el comando este.. el brazo largo de la justicia, decía una compañera: ¨nos tiene acá". Y lo peor era que no sabían hasta cuando. Algunas estuvieron meses, otras estuvieron un año, otras que estuvieron dos y otra que estuvo como cuatro años retenida.

Entonces nosotras traíamos todas las novedades de afuera a mujeres que estaban presas desde el 72 por ejemplo. Y ellas nos contaban todo, cómo había sido lo de ellas, porque claro, no tenían otra que hacer las 24 hs que hablar.

Sí, porque estábamos todas juntas y sin capucha. Ellas venían del penal, nos contaban como era, y cómo el penal había cambiado también. Porque una cosa fue el penal antes del Golpe y otra cosa el penal después del Golpe. Entonces yo ahí estoy un año y medio, en la brigada de infantería número uno. Porque qué pasa, salía una e iba una, salían dos e iban dos. Entonces ellos que hacen, empiezan a construir las barracas, hacen tres barracas. Tres barracas con capacidad para 80 personas.

En el mismo predio, ¿Entendés?. Entonces cuando quedan terminadas las barracas es que empezamos a ir de a diez, de a veinte. Empezamos a ir más fluidamente. Osea que yo voy a Punta de Rieles cuando ya tengo un año y 8 meses, o más.

Y ahí estuve un año y medio, mas o menos. Yo estuve en total tres años y dos meses y medio. Pero cuando nos procesaron, nos procesaron por asociación subversiva, por la justicia militar ¿no? Fuimos a Juez Militar. Eh… y el mínimo de asociación subversiva eran seis años, era de seis a dieciocho. Pero viste cuando vos decís..."NO" yo no me preguntes porque, pero yo dije "yo seis años no voy a estar". El abogado particular que me pusieron mis padres decía: "no la pueden procesar ni por la justicia militar", porque yo en realidad no tenía nada, tenía el pertenecer a esa organización, nada más. Nada. Reuniones, algún volante, nada. Yo ni declaré, nunca me preguntaron. Claro, yo después decía: "me fueron a buscar cuando no tenían a nadie más, no tendrían nada que hacer. Estarían aburridos". Ellos lo único que querían era que yo admitiera que estaba en esa organización. Pero ta, yo dije "yo no voy a estar seis años", pero ta, después tampoco te pones a pensar. Te pones a vivir esa vida, y más a esa edad que después que pasa lo peor, ya está. Porque lo peor es el primer momento, después estar con capucha, sino te pegan y no te tienen de plantón, ta, es una pavada estar sentada, no es nada. Todo lo que sigue te parece menos al lado de lo otro. Yo caía así como plomo, dormía... Bueno, me pusieron "la marmota" por lo que dormía, a mí todos me conocen por la marmota. Bueno y que te iba a decir, ah, el penal parecía ah, porque estabas sin capucha ahí adentro, nunca nunca usabas, ni para el recreo ni para nada, ni vendas ni nada, y bueno, ibas al recreo todos los días, salvo si llovía.

Nosotras llegamos y ya estaban todos los sectores incomunicados. Cuando el penal empezó se permitía todo, ir, venir, las presas organizaron el penal, se organizaron entre ellas. Después que observaron todo, vieron todo, un día se acabó. Y ahí es que sacan las rehenes. Albornoz era el director primero del penal el que hizo toda esa pesquisa, así súper inteligente, y coincidiendo todos los cambios con el golpe ¿no?, también. Cuando nosotras llegamos al penal, no podías ni saludarte, a ver, nos hacíamos así ¿viste? (se toca el pelo). Por ejemplo: vos venías en una fila y acá (señala) venía otra fila de otro sector donde había tres, cuatro o cinco que habían estado contigo en algún lado. Entonces qué hacían: te hacían parar, siempre había una milica, una o dos, dos más bien. Te hacían parar, ponerte de espaldas y las otras pasaban por atrás tuyo y vos mirando para allá para que vos no las vieras. Pero vos ya las habías junado, entonces ¿qué hacíamos? Así ¿no? (se toca el pelo).

¨¡No saluden fulana!¨ te gritaban igual, viste. Y si hacías así (se voltea). ¨¡Dénse vuelta!¨ Todo el tiempo, todo el tiempo.

Ah bien, bien. Si si si, yo, en el único lugar que estuve que fue en el sector ¨C¨, bien. Cuando nosotros llegamos al sector ¨C¨ venía con una historia fea, de … una loca que había metido terrorismo ahí adentro, y entonces la gente como que se fue… Porque lo primero que decís es bueno: ¨mi familia me manda este... determinadas cosas", ponemos todo en común, el queso, el dulce, la fruta: lo que se permitía, y por semana había un grupo que administraba y repartía: un pedacito de queso, de dulce. Una compañera en el 14 decía "vamo' a comer todo ahora, va a venir una requisa y van a tirar todo", porque claro ella venía del penal. En el penal pasaba eso, cuando hacían requisa te tiraban el dulce de leche arriba de la lana, y te tiraban el yogurt arriba.

Si si si, bien de perder todo eso, y el tejido y lo que fuera, todo. La yerba le tiraban arriba. A lo que iba es que nosotros colectivizábamos todo eso, no se le ocurría a nadie tener "mí queso que me mandaron". Cuando fuimos al penal, al sector ¨C¨ todas las que fuimos, que fuimos muchas para ahí, cuando llegamos vimos que no era así con las que venían de antes. Había algunas que se sumaban a nosotros y teníamos todo junto, pero había dos o tres que tenían a parte. Y había una que tenía lo de ella. Y ahí nos enteramos que antes de que llegáramos todos nosotros, ahí se había generado un clima muy jodido, que la gente se fue como formando grupos. ¨Yo con ellas tengo las cosas juntas y con ustedes no".

Y por ejemplo con las bolches que ¿no?, yo afuera para mí eran...ta, ahí teníamos claro que la línea divisoria era la reja ¿viste?. La reja para afuera y la reja para adentro. Pero bueno, y mis padres que eran de izquierda yo que sé, imagináte. Cuando yo militaba en magisterio, cuando yo empecé a militar, mi madre se dio cuenta que militaba, y me decía "te van a llevar presa, no te voy a ir a ver, porque te van a llevar presa y vas a ver".

Bua...jodido. Yo no, yo tenía la vida por delante. Después con la gente del PC vino la gente grande. O sea yo estuve con compañeras que eran de la edad de mi abuela, de mi abuela. Con compañeras que eran de la edad de mi madre y otras mayores que mi madre. Con la gente del PC vino el viejerío viejerío. Gente que tenía una vida hecha, habían viajado, tenían nietos, pero, tenían el tema de la salud. Yo, no tenía ni el problema de salud, ni el problema de los hijos, ni el problema de que mis padres dependieran de mí, tenían que preocuparse por mis hermanos, a ver, tenían tres hijos más. Yo el día que salí, mi madre estaba en el liceo un sábado, en esa época daban clase los sábados, y me habían ido a visitar mi hermana y mi padre. Porque en ese momento se les ocurrió soltarte el día de visita. Entonces ellos estaban esperando para entrar, y qué les dijeron ¨no tienen visita". Y como yo venía de unas sanciones, de varias sanciones medio seguidas, dijeron "pah... otra vez", y no sé qué les dijeron, que igual esperaran y en eso aparezco yo. Viste…

En esa época mis padres no tenían auto, y bueno nos subimos a la camioneta de otro con mi padre para llegar hasta Camino Maldonado, porque era una pateada, y ahí nos tomamos el ómnibus y nos fuimos. Y yo llegué, y mi hermano Pepe, el más chico, estaba con compañeros del preparatorio del Bauzá, estudiando. Cuando mi madre llega y me ve, en vez de alegrarse de que me ve dice "ah, no tengo que ir más a Punta de Rieles ¡qué suerte!"

Odiaba ir a Punta de Rieles.

Y yo tenía que presentarme en un lugar, porque estaba en libertad vigilada, presentarme en un lugar cada tanto, hasta que un día me piden un certificado de trabajo. Y cagamos, entonces le dije a la que era compañera mía "tengo que llevar un certificado de que trabajo acá, ¿qué hacemos?". Entonces ella me dijo "bueno yo encaro". Y a la secretaria de nuestro organismo que era, digamos, la jefa, va y le dice… claro… había un ambiente antimilico ahí, en realidad no había nadie que estuviera con la dictadura ahí… entonces ella en el directorio, cuando se reúne el directorio plantea el problema de que bueno, de que yo entré sin que ellos supieran.... entonces la mandaron al cuartel. Ellos tenían que presentarlo en el noveno de caballería, no me pregunten por qué. Entonces la mandan al cuartel, pide hablar con el coronel y dice que viene porque tiene una empleada que se entera que tal, que tal, y quiere saber si puede seguirme teniendo de empleada. Entonces el coronel no sé qué averigua y le dice que sí que sí, porque yo no tenía problemas de conducta, expresa mala conducta. Entonces me hacen el certificado y me mantienen de empleada hasta que viene la otra. Pero ellos, antes, me habían dicho, que cuando viniera la otra ellos querían que yo me quedara en lugar de la otra empleada. Que también era una cagada, porque pobre, la otra, una licencia maternal, licencia anual, venía a recuperar su trabajo y se iba a encontrar con que ta, la iban a despedir… no se si en esa época daban despido o qué… e iba a quedar yo. Pero por supuesto que ahí decidieron que no que yo no quedaba, obviamente.

De ahí me fui a otro trabajo que conseguí por el diario, sin ningún problema por supuesto porque yo no decía que había estado presa. Al principio todo era, hablar de cualquier cosa ¿No?. Hasta que un día claro empezas a entrar en confianza con la gente, con los compañeros de trabajo, hasta que un día me entero de que todos, la mayoría de los empleados que estaban ahí habían ocupado cuando el golpe de estado esa empresa ¿Viste? vos te quedas así… porque yo qué sé yo los veía a todos medios idiotas, medios tarados pero en realidad todos hablaban la misma pavada que también hablaba yo, yo también hablaba pavadas. Me quedé de cara, y claro de eso no se hablaba. ¿Viste? O hablarían, capaz entre ellos hablaban. Entonces yo dije, entonces, acá había un sindicato. Acá ocuparon. Era una industria gráfica y era una empresa grande. Y después empecé de a poquito, viste, a contarle a uno y a otro entonces después me enteré por ejemplo que uno de los dibujantes había estado en cana, que otro de los vendedores había estado en cana, que otro que había estado en la parte de fotografía había estado en cana, éramos como cuatro ex presos políticos en esa empresa que era una empresa grande pero éramos un montón. Me fui enterando así ¿Viste? ¿Ta? Y por ejemplo, a la de fotografía le había pasado lo mismo que a mí, le habían pedido el certificado. Entonces un día se aparecen, porque ella estaba en la parte de laboratorio fotográfico, dijo que trabajaba en el laboratorio fotográfico y sabés qué, a los milicos se les prendieron todas las antenas. Entonces se apersonaron con vehículo militar, todo, uniforme, todo oficial, a hablar con el director de la empresa porque querían ver en dónde trabajaba fulana. Ella se quería morir pero el director la llevó, muy bien, les mostró todo el laboratorio fotográfico; las reveladoras eran reveladoras Fuji este… y ta, y ella se quería morir pero no la quisieron echar, al revés…

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