Un abrazo en silencio es lo más efectivo para unir un corazón roto, aunque en el proceso, brote todo el dolor en un mar de lágrimas, porque sí, sanar duele; y la cura más que en las palabras, esta dentro de un abrazo.
Te aseguro que de haber sentido en tus brazos paz, seguridad, amor, me habría quedado a tu lado, ¿Por qué alguien se alejaría de donde se siente amado? Pero en su lugar, tus brazos se llegaron a sentir como espinas, que provocaron heridas, que sangraron para después ser cicatrices. Intermitentes, de ser cálidos, suaves, en medio de un abrazo tibio; se volvían fríos como cristales de hielo y tenía que salir de ahí. No sabía en que momento de ser tibios y suaves se volverían de nuevo navajas o púas.