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#convertibilidad
adribosch-fan · 9 months
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A 22 años del fin de la convertibilidad, la decisión que marcó a la presidencia de Eduardo Duhalde
El 6 de enero de 2002, el ministro de Economía Jorge Remes Lenicov anunció que el 1 a 1 terminaba. Los traumáticos 13 días entre la renuncia de De la Rúa y el ascenso del caudillo bonaerense apoyado por Raúl Alfonsín. Y su partida del gobierno con el 58% de aprobación PorJuan Bautista Tata Yofre La asunción de Eduardo Duhalde como presidente de la Nación “Embajador ¿cuándo hacemos el saludo…
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pitch-and-moan · 2 years
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The Rape of the Pampas
An attempt to make a horror movie out of the Argentinian economic depression of 1998-2002.
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gonzalo-obes · 1 year
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IMAGENES Y DATOS INTERESANTES DEL DIA 15 DE AGOSTO DE 2023
Día Mundial de la Relajación, Día Mundial del Reiki, Año Internacional del Mijo y Año Internacional del Diálogo como Garantía de Paz.
Santa Alba, Virgen de las Angustias, San Tarsicio, Virgen de Aránzazu, Virgen de la Asunción, Nuestra Señora de la Aurora, Nuestra Señora de la Azucena, Nuestra Señora de la Paloma y San Armelio Abad.
Tal día como hoy en el año 1923: Se instala en Weimar (Alemania) la Escuela Bauhaus, de arte y arquitectura que generó una corriente artística propia de suma importancia en el siglo XX.
En 1969: Da comienzo el festival de Woodstock en Bethel (Estados Unidos), una congregación hippie con conciertos de música rock que superó los 400.000 asistentes y marcó un hito en la cultura del siglo XX.
En 1971: El presidente Richard Nixon de Estados Unidos pone fin al el patrón oro al anunciar la suspensión de la convertibilidad en metal del dólar estadounidense.
En 1976: Desaparece el Vuelo 011 de SAETA cuando sobrevolaba una región entre Quito y Cuenca (Ecuador). Los restos del avión fueron encontrados 26 años después (en el 2002) en el volcán Chimborazo, murieron las 59 personas que iban a bordo.
En 1977: En el radiotelescopio Big Ear (Radio Observatorio de la Universidad del Estado de Ohio) se recibe una señal de radio que por sus características podría ser de una civilización extraterrestre. Ha pasado a la historia como la 'Señal WOW' por la anotación que se hizo en el papel de impresora en el que fue registrado.
En 1998: La banda terrorista IRA Auténtico hace explotar un coche bomba en el pueblo de Omagh (Irlanda del Norte), matando a 26 personas.
En 2003: El gobierno de Libia reconoce oficialmente su responsabilidad, pero no su culpa, en el atentado que causó que un avión de la Pan Am se estrellara en 1988 en Lockerbie (Escocia). En el que murieron 270 personas.
En 2003: Se produce un incendio en la refinería de la compañía Repsol en Puertollano (España) en el que mueren tres trabajadores.
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pseudoafrodita · 2 years
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¿Por qué no me eliminé antes?
Lo pensé muchas veces, siempre intento encontrar algo por qué vivir, pero las razones son tan frágiles como la convertibilidad y soy menos convincente que Fidel Castro izando la bandera de Estados Unidos. No sé si tengo muchas razones para morirme, pero quiero hacerlo. Cuando una se pelea con la vida se hace amiga de la muerte, pero por más amiga que sea todavía sigo rogando por una razón para quedarme. Una sola razón me salvaría. Una sola sería suficiente. No la encuentro, no porque no sé buscar, sino porque no la hay, no existe razón por la cual debería quedarme en este mundo.
No me digan que me tengo que quedar por mi familia. Tampoco por mi pareja; que ni siquiera tengo. Menos por mis amigos. Ni se les ocurra llamarme egoísta, porque es la gansada con menos sustento que escuché. Cuando una está enferma lo único que desea es curarse, sacarse la enfermedad, y la mía es estar viva. Cada inhalación me quema los pulmones y cada latido de mi corazón me desorienta un poco más. No quiero aguantar mi pena para que otros lloren cinco meses mi muerte y que después continúen con sus vidas, y no soy egoísta por eso, el resto lo es por no entenderlo. Estar sumergida en la más profunda apatía te tortura, te viola, te rompe. Necesito morirme porque siento que ya llegué demasiado lejos con mi tristeza, a un punto de no retorno. No puedo hacer nada, duele demasiado estar viva.
Hace mucho me peleé con la vida y ahora soy íntima amiga de la muerte, me acerqué de a poco. Ya no existe nadie más que ella y yo. Las pastillas, la soga, el balcón, la bañera, el secador de pelo, el cutter, el tren, lo que sea. Somos la muerte y yo, ella más próxima que nunca. Y esta vez, claramente inevitable.
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neptunianashes · 2 days
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El peor error de Javier será no haber dolarizado en el día uno por haberle echo caso a Macri. El día que aceptó su ayuda y lo hizo poner a Caputo como ministro de economía en vez de a Emilio Ocampo para que dinamite el Banco Central, ahí fue el día que traicionó a su núcleo duro de votantes libertarios de verdad, solo para meter a la derecha tibia y falsa del país. Ya se intentó 50 veces en este país hacerlo funcionar teniendo las cuentas en orden, no funciona porque el peronismo nunca morirá en este país. Lograron hacer que el peronismo sea sinónimo a la argentinidad, el cáncer está demasiado arraigado y fuera de joda y con toda la seriedad del mundo la única solución para que muera el parásito es matando al anfitrión también. Esto es algo imposible que suceda a menos que el país entre en guerra civil, como yo personalmente quiero que pase. Pero como no pasará la segunda mejor solución es amputar el control y poder de los políticos destruyendo al banco central. Menem lo intentó con la convertibilidad y se la detonaron. Independizar el Banco Centrla como en la convertibilidad funcionó en varios países del mundo incluídos muchos países que abandonaron la unión sovieta y se pasaron al lado del capitalismo como por ejemplo Romania y Bulgaria y los países balcánicos como Estonia, pero acá se pasaron la independencia del banco central por el culo porque no les interesa el país son todos chorros, los políticos no son como los de Romania que creían en los ideales comunistas, acá ni siquiera creen en los ideales comunistas, solo usan la ideología para robar. Javier tuvo la oportunidad de destruir al banco central y no lo hizo, sabe lo doloroso que será el golpe y decidió apostar por querer hacer cambiar a las personas la forma que tienen para pensar. No va a funcionar, el tipo va a hablar al congreso o responder y enseñar a todos los zurdos en tiwtter y los zurdos no quieren cambiar, votan cagar en un balde con orgullo y todos intentan robar donde puedan. Obviamente no quiero que falle el gobierno de Javi, pero llegará un momento donde se va a arrepentir de no haber dolarizado de golpe al país y que se prenda fuego todo para que podamos sanar la nación de una buena vez. Y cuando ese día donde se quiebre todo, yo voy a estar al fin contento de que millones de jóvenes se van a dar cuenta que la única salida es una guerra civil para dejar de repetir estas pelotudeces que venimos repitiendo hace más de 50 años. No tiene que quedar ni un solo peronista en pie en el país, ya no hay nada que los haga cambiar de opinión, ven al gobierno de chavez y están orgullosos de venezuela y querer ser como ellos, no hay nada que los salve y no quieren ser salvados, no tiene que quedar ni uno solo en pie. Retrasan lo inevitable al pedo haciendo que millones de personas sigan viviendo en la miseria o se vayan del país.
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mercadocoleccionistas · 3 months
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ARGENTINA 1999 MENEM TRUCHO SIN CIRCULAR
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irontragedyreview · 8 months
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SI un tipo esta orgulloso de ser una de las mentes de la dolarizacion en Ecuador y la convertibilidad de cavallo sinceramente no sabria donde esta el orgullo, mas alla de un gringo lamiendo su propio culo.
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thougthsagenda · 1 year
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Sobre la entrevista y discurso de Cristina Fernández en la UMET - 23/09/23
Cristina Fernandez habla de modelo neoliberal como si eso fuera lo que votaron los argentinos en agosto. Cuando en realidad lo que votamos es un modelo liberal libertario que no tiene nada que ver con el sistema económico del neoliberalismo. Ningún candidato propone una convertibilidad, ni pasar a un uno a uno, ni siquiera la dolarización.
Lo que votaron los argentinos fue una propuesta de libre competencia de monedas. Y se habla de dolarización porque es el propio argentino el que tiene sus ahorros en dólares y tenemos industrias que están dolarizadas, como por ejemplo la industria Inmobiliaria.
Se habla de dolarización porque se pretende terminar con un sistema económico que se basa en la emisión monetaria para poder sostener un gasto fiscal descontrolado. Cosa que es imposible de remediar con un estado de bienestar que subsiste gracias al gasto fiscal y tiene la libertad de emitir a gusto la moneda nacional, desvalorizándola.
Limito solo un párrafo para evidenciar las constantes auto adulaciones hacia ella misma y hacia el difunto Nestor Kirchner, adulaciones que los militantes aplauden por el solo hecho de escuchar sus nombres. Hacen halago de saber de antemano lo que iba a pasar, haciéndose inexplicable entonces porqué, aún "sabiendo" Cristina de la derrota en las PASO, su gestión no hizo nada para impedirla y esperó hasta dicho acontecimiento para dar los manotazos de ahogado que ahora vemos.
En un momento habla sobre que en la época de la dictadura la juventud tenía cultura de trabajo y creía en la movilidad social ascendente, fruto del esfuerzo. Y que en cambio los adultos especulaban financieramente, invirtiendo en plazos fijos. ¿Qué pasó entonces? Hoy los jóvenes no pensamos ni en una cosa ni en la otra. Un grupo grande de la juventud aún conserva la cultura del trabajo, otra no. Pero tenemos la fuerte creencia de que, con el modelo actual, nuestro país no nos puede garantizar una movilidad social ascendente. Qué progreso puede tener una persona en un país donde es difícil comprarse una bicicleta, ni hablar de bienes mayores, y donde comer asado todos los fines de semana se ha vuelto un lujo. Por otro lado, la devaluación del peso es tan grande y veloz que pensar en un plazo fijo no nos parece buena idea. Si la gente especula es porque no existe la estabilidad financiera y vivimos en un estado constante de supervivencia.
El discurso me parece una buena advertencia sobre políticas neoliberales que actualmente son presentadas por un partido político particular, que efectivamente amenaza con generar más deuda. De forma explícita estoy hablando de Juntos por el Cambio (JxC), dónde su actual líder política, Patricia Bullrich, dijo que iba a pedir un "blindaje" al FMI, es decir, más endeudamiento. Pero Cristina se olvida que JxC ya no es más su principal adversario político. Ellos no ganaron las PASO.
Habla de 'Casta de economistas', echándole el mote de casta a los ministros de economía en tiempos de la dictadura y el posterior modelo neoliberal. No puedo opinar libremente si el mote les queda bien o no a esos ex ministros, pero sí pienso que un conjunto de políticos que viven del estado hace años y que no realizan una buena gestión sino para lucrarse de sus funciones públicas, sí representa en toda regla el mote de 'casta'. Y para muestra un botón: Solo hay que ver cuanto gana la señora Fernández en jubilaciones de privilegio para darse cuenta de que (en términos de pesos) se hace multimillonaria cada mes sin ninguna obligación de trabajar.
Cristina habla del doble curso legal de moneda (justamente lo que propone, el para ella innombrable, Javier Milei) Y dice que el problema con esa política es que la gente desconfía de los bancos, dado el historial del 2001. Dice que esta política se respalda mucho en los 'dolares en el colchón' de los argentinos, admitiendo que efectivamente muchos ciudadanos tienen dólares guardados. Me parece que el argentino no desconfía de los bancos sino del Banco Central, y Milei también hace lo mismo. La desconfianza está en que el estado se meta en el mercado, pero el candidato de La Libertad Avanza (LLA) está a favor de separar ambos ámbitos. Cristina no cree que la gente vaya al supermercado con dólares y yo le diría ¿Por qué no?
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formerleopard · 1 year
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El levantamiento zapatista
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Cambios importantes se han dado en el orden global durante el último cuarto de siglo. Para 1970, la “alianza opulenta” de los años de la postguerra se dirigía a la ruina, y crecía la presión sobre los beneficios corporativos. Al reconocer que Estados Unidos ya no podía jugar el papel de “banquero internacional” que tanto había beneficiado a las multinacionales de base estadounidense, Richard Nixon desmanteló el orden económico internacional (el sistema Bretton Woods), suspendiendo la convertibilidad del dólar en oro, imponiendo controles al precio de los salarios y un sobrecargo a las importaciones, e iniciando medidas fiscales que conducían a que el poder estatal beneficiara a los ricos en mayor medida que la normatividad anterior. Estas han sido las políticas de guía desde entonces, mismas que fueron aceleradas durante los años de la administración de Ronald Reagan, y mantenidas por los “nuevos demócratas.” La incesante guerra de clases librada por los sectores de negocios fue intensificada, crecientemente en una escala global.
Las jugadas de Nixon fueron parte de varios factores que dieron lugar a un enorme incremento en capital financiero no regulado y un cambio radical en su uso, que pasó de inversión y comercio a largo plazo, a especulación. El efecto ha socavado la planeación económica de las naciones, pues los gobiernos se han visto obligados a preservar la “credibilidad” del mercado, conduciendo a las economías hacia un “equilibrio de poco crecimiento y alto desempleo,” comenta el economista de la Universidad Cambridge, John Eatwell, con estancamiento o disminución en los salarios reales, incremento de la pobreza y la desigualdad, y un auge en los mercados y en el lucro para una minoría. El proceso paralelo de internacionalización de la producción proporciona nuevas armas para debilitar al trabajador en Occidente, que debe aceptar el fin de su “lujoso” estilo de vida y aceptar la “flexibilidad de los mercados laborales” (sin saber si mañana seguirá teniendo un empleo), proclama absurda y felizmente la prensa de negocios. El regreso de la mayor parte de los países de Europa del Este a sus orígenes de tercer mundo eleva considerablemente estos prospectos. El ataque a los derechos de los trabajadores, a los estándares sociales, y al funcionamiento de la democracia por todo el mundo refleja estas victorias.
El triunfalismo entre sectores reducidos de las élites resulta bastante comprensible, como sucede también con la desesperación y la furia de quienes no pertenecen a estos círculos privilegiados.
El levantamiento de los campesinos indígenas en Chiapas un 1 de enero puede ser fácilmente entendido en este contexto general. El levantamiento coincidió con la promulgación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés), que el Ejército Zapatista llamó “sentencia de muerte” para los indígenas, un obsequio para los ricos que profundiza la brecha entre la riqueza concentrada en pocas manos y la miseria de las masas, y destruye lo que queda de la sociedad indígena.
La conexión TLCAN es parcialmente simbólica, los problemas son mucho más profundos. “Somos el producto de 500 años de batalla,” expresaron los zapatistas en su declaración de guerra. La batalla de hoy es “por trabajo, tierra, vivienda, alimento, atención en salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz.” “El verdadero trasfondo,” añadió el vicario general de la diócesis de Chiapas, “es la marginalización y pobreza total con la frustración tras muchos años intentando mejorar la situación.”
Los campesinos indígenas son las víctimas más afectadas de las políticas del gobierno mexicano. Pero su malestar es ampliamente compartido. “Quien tenga la oportunidad de entrar en contacto con algunos de los millones de mexicanos que vivían en pobreza extrema sabe que estamos viviendo en una bomba de tiempo,” señaló la columnista mexicana Pilar Valdés.
Durante la pasada década de reforma económica, el número de personas viviendo en extrema pobreza en áreas rurales se incrementó en casi un tercio. La mitad de la población total carece de los recursos para satisfacer sus necesidades básicas, un incremento dramático desde 1980. Siguiendo las instrucciones del Fondo Monetario Internacional (FMI)-Banco Mundial, la producción agrícola fue modificada hacia la exportación y producción de alimento para animales, beneficiando a los agronegocios, consumidores extranjeros, y sectores pudientes en México, mientras la malnutrición se convirtió en un problema de salud mayor, declinó el empleo agrícola, tierras productivas fueron abandonadas, y México comenzó a importar enormes cantidades de alimento. Los salarios reales se desplomaron en la manufactura. La participación de la mano de obra en el producto interno bruto, que había crecido hasta mediados de la década de 1970, ha disminuido en una proporción superior a un tercio. Estos son los concomitantes característicos de las reformas neoliberales. Estudios del Fondo Monetario Internacional muestran un “patrón fuerte y consistente en la reducción de la participación de la mano de obra de ingreso” bajo sus “programas de estabilización” en América Latina, señala el economista Manuel Pastor.
El secretario de Comercio mexicano elogió la caída en los ingresos, describiéndola como una atracción para la inversión extranjera. Y eso es, junto con la represión del trabajo, aplicación laxa de restricciones ambientales, y la orientación general de las políticas sociales orientada a satisfacer los deseos de las minorías privilegiadas. Tales políticas son bien recibidas, naturalmente, por las instituciones financieras y de manufactura que extienden su control sobre la economía global, con la ayuda de los acuerdos mal definidos como “de libre comercio.”
Se espera que el TLCAN desplace a grandes cantidades de trabajadores agrícolas, alejándolos de las tierras de cultivo, contribuyendo a la miseria rural y al excedente de mano de obra. Se espera que el empleo en la manufactura —que declinó bajo las reformas— disminuya de forma aún más acentuada. Un estudio del diario de negocios líder en México, El Financiero, predijo que México perdería casi un cuarto de su industria de manufactura y el 14 por ciento de sus empleos durante los primeros dos años. “Los economistas predicen que varios millones de mexicanos perderán sus trabajos en los primeros cinco años, después de que el acuerdo entre en efecto,” reportó Tim Golden en el New York Times. Estos procesos deprimirán los salarios todavía más, incrementando al mismo tiempo las utilidades y la polarización, con efectos predecibles en los Estados Unidos y Canadá.
Gran parte del atractivo del TLCAN, como lo declararon repetidamente sus más ardientes defensores, es que “fija” las reformas neoliberales que han revertido años de progreso en los derechos laborales y desarrollo económico, trayendo consigo empobrecimiento de las masas y sufrimiento junto con el enriquecimiento de minorías e inversionistas extranjeros. Para la economía de México, en lo general, esta “virtud económica” ha reportado “escasa recompensa” observa el Financial Times de Londres, revisando “ocho años de teoría de políticas económicas de mercado” que produjeron poco crecimiento, en su mayor parte atribuible a ayuda financiera sin paralelo proveniente del Banco Mundial y de los Estados Unidos. Altas tasas de interés han revertido parcialmente la enorme fuga de capitales que era un factor mayor en la crisis de deuda de México, aunque el servicio de deuda es una carga creciente, siendo en la actualidad su mayor componente la deuda interna debida a la clase pudiente de México.
 No resulto sorprendente que se diera una oposición sustancial al plan de “fijar” este modelo de desarrollo. El historiador Seth Fein, escribiendo desde ciudad de México, describió grandes manifestaciones en contra del TLCAN, “bien articuladas, si bien muy poco advertidas en los Estados Unidos, exclamaciones de frustración contra políticas gubernamentales —que incluían la revocación de los derechos laborales, agrarios y educativos estipulados en la popularmente reverenciada constitución de 1917— que muchos mexicanos percibían como el verdadero significado del TLCAN y la política exterior estadounidense en este país.” Juanita Darling, corresponsal de Los Angeles Times reportó la gran ansiedad de los trabajadores mexicanos sobre la erosión de sus “derechos laborales ganados con tanta dificultad” que muy probablemente serían “sacrificados, pues las compañías buscan maneras de reducir costos.”
Una “Comunicación de Obispos Mexicanos sobre el TLCAN” condenó el acuerdo junto con las políticas económicas que lo conforman, por sus efectos sociales perjudiciales. Los obispos reiteraron la preocupación en la conferencia de 1992 de obispos latinoamericanos de que “la economía de mercado no debe convertirse en algo absoluto a lo que todo se sacrifica, acentuando la desigualdad y la marginalización de una gran parte de la población” —el impacto probable del TLCAN y acuerdos similares de derechos de inversionistas. La reacción del mundo de negocios mexicano fue mixta: los elementos más poderosos favorecieron el acuerdo, mientras que medianos y pequeños negocios, y sus organizaciones, mostraron duda u hostilidad. El diario líder mexicano Excélsior predijo que el TLCAN beneficiaría solamente a “aquellos mexicanos” que hoy son amos del país entero (15 por ciento reciben más de la mitad del PIB),” una “minoría que se ha despojado de su mexicanidad” y se manifestaría otra etapa de “la historia estadounidense en nuestro país,” “una de abusos y saqueo sin control.” También se opusieron al acuerdo muchos trabajadores (incluyendo el mayor sindicato no gubernamental) y otros grupos, que advirtieron del impacto en los salarios, los derechos de los trabajadores, y el socavamiento en las opciones de crecimiento sostenible. Homero Aridjis, presidente de la organización ambiental líder en México, deploró “la tercera conquista que ha sufrido México. La primera fue mediante las armas, la segunda fue espiritual, la tercera es económica.”
No pasó mucho tiempo antes de que tales temores se hicieran realidad. Poco después de la votación del TLCAN en el Congreso, los trabajadores fueron despedidos en las plantas de Honeywell y General Electric por intentar organizar sindicatos independientes. Ford Motor Company había despedido a toda su fuerza laboral en 1987, eliminando el contrato sindical y recontratando trabajadores con salarios mucho más bajos. La represión forzada eliminó las protestas. Volkswagen siguió el ejemplo en 1992, despidiendo a 14 mil trabajadores y recontratando solamente a quienes renunciaron a vincularse con líderes sindicales independientes, con apoyo gubernamental. Estos son componentes centrales del “milagro económico” que el TLCAN tiene como objetivo “fijar.”
Unos pocos días después de la votación del TLCAN, el Senado de los Estados Unidos aprobó el “paquete anticrimen más depurado de la historia” (Senador Orrin Hatch), pidiendo 100 mil nuevos policías, prisiones regionales de alta seguridad, campos de entrenamiento para menores infractores, extensión de la pena de muerte y sentencias más severas, y otras condiciones onerosas. Expertos en hacer cumplir la ley entrevistados por la prensa dudaron que la legislación tuviera mucho efecto en la comisión de delitos debido a que no aborda las “causas de desintegración social que producen criminales violentos.” Las causas primordiales son las políticas sociales y económicas que polarizan a la sociedad estadounidense, que el TLCAN impulsó. Los conceptos de “eficiencia” y “salud de la economía” preferidas por riqueza y privilegio no ofrecen nada a los sectores crecientes de la población que no resultan útiles para la generación de utilidades, mismos que son orillados a la pobreza y a la desesperación.
Igual que el momento en que ocurrió la rebelión zapatista, la coincidencia legislativa resultó más que mera significancia simbólica.
El debate TLCAN se enfocó en gran medida en el flujo de empleos, de lo cual se entiende poco. Pero una expectativa de mayor confianza era que los salarios se redujeran de forma más amplia. “Muchos economistas piensan que el TLCAN podría derrumbar las remuneraciones,” Steven Pearlstein reportó en el Washington Post, esperando que “salarios más bajos en México provocaran un efecto gravitacional en los salarios de los estadounidenses.” Eso es esperado, incluso por los defensores del TLCAN, que reconocen que trabajadores menos especializados —aproximadamente el 70 por ciento de la fuerza de trabajo— enfrentan probabilidad de padecer disminución en sus salarios.
Al día siguiente a la votación en el congreso que aprobó el TLCAN, el New York Times realizó su primera revisión de los efectos esperados del tratado en la región de Nueva York. La revisión fue optimista, acorde con el apoyo entusiasta generalizado. Se enfocó en los ganadores esperados: sectores “con base en y en relación con las finanzas,” “las firmas de banca, telecomunicaciones y de servicios de la región,” compañías de seguros, firmas legales corporativas, relaciones públicas, industria editorial y farmacéutica, que se beneficiarían de las medidas proteccionistas diseñadas para asegurar que las corporaciones más importantes controlen las tecnologías del futuro. Al ser aprobada, la revisión mencionó que también habría perdedores, “predominantemente mujeres, negros e hispanos,” y generalmente “trabajadores semi-especializados”: esto es, la mayor parte de la población donde el 40 por ciento de los menores ya viven por debajo de la línea de pobreza, padeciendo discapacidades de salud y educacionales que los “condenan” a un destino adverso.
Al percatarse de que los salarios reales han caído al nivel de los de la década de 1960 para trabajadores de producción no supervisores, la Oficina de Evaluación Tecnológica del Congreso, en su análisis de la versión planeada (e implementada) del TLCAN, predijo que “podía condenar a los Estados Unidos a un futuro de bajos salarios y baja productividad,” aunque revisiones propuestas por la Oficina de Evaluación Tecnológica, el trabajo y otros críticos —nunca incluidos en el debate— podían beneficiar a las poblaciones de los tres países.
La versión del TLCAN que fue promulgada, tiene probabilidad de acelerar un “desarrollo bienvenido de importancia trascendental” (Wall Street Journal): la reducción de los costos de trabajo en Estados Unidos por debajo de todos los países industriales de primer nivel, excepto por Inglaterra. En 1985, Estados Unidos estaba situado en el nivel más alto del escalafón entre las siete mayores economías de estado capitalistas (G-7), como cabría esperar del país más rico del mundo. En una economía más integrada, el impacto es mundial, pues los competidores deben adaptarse. General Motors puede mudarse a México, o ahora a Polonia, donde puede contratar trabajadores a una fracción del costo de la fuerza laboral de Occidente, y ser protegido por altas tarifas y otras restricciones. Volkswagen puede mudarse a República Checa para beneficiarse de proteccionismo similar, tomando las utilidades y dejando al gobierno los costos. Daimler-Benz puede hacer arreglos similares en Alabama. El capital puede moverse libremente; trabajadores y comunidades sufren las consecuencias. Mientras tanto, el enorme crecimiento de capital especulativo no regulado impone poderosas presiones contra políticas gubernamentales de estímulo.
Existen muchos factores que conducen a la sociedad global hacia un futuro de bajos salarios, bajo crecimiento y altas utilidades, con una creciente polarización y desintegración social. Otra consecuencia es el desvanecimiento de procesos democráticos significativos, pues la toma de decisiones está reservada para instituciones privadas y estructuras cuasi-gubernamentales que se funden alrededor de ellas, lo que el Financial Times llama “el gobierno mundial de facto” que opera en secreto y sin rendición de cuentas.
Estos desarrollos tienen poco que ver con liberalismo económico, un concepto de significancia limitada en un mundo en el que un amplio componente del “comercio” consiste en transacciones entre firmas de administración centralizada (la mitad de las exportaciones de Estados Unidos a México antes del TLCAN, por ejemplo—“exportaciones” que jamás ingresan al mercado mexicano). Mientras tanto, el poder privado exige y recibe protección de las fuerzas del mercado, como en el pasado.
“Los zapatistas consiguieron tocar una fibra sensible en un amplio sector de la población de México,” comentó el científico político mexicano Eduardo Gallardo poco después de la rebelión, presagiando que los efectos serían de grandes alcances, incluyendo pasos hacia el rompimiento de la dictadura electoral que había existido durante mucho tiempo. Las votaciones en México respaldaron esa conclusión, dando como resultado un apoyo de la mayoría por las razones dadas por los zapatistas respecto a su rebelión. Una fibra similar fue tocada en todo el mundo, incluyendo las sociedades industriales opulentas, donde la mayoría de las personas reconocieron las preocupaciones de los zapatistas, no muy diferentes a las propias, a pesar de circunstancias muy diferentes. El apoyo fue estimulado aún más por iniciativas zapatistas creativas para alcanzar sectores más amplios e incluirlas en esfuerzos paralelos comunes para hacerse del control de sus vidas y de sus destinos. La solidaridad nacional e internacional fue un factor mayor indudable en la contención de la represión militar brutal anticipada, y ha tenido un dramático efecto energizante en el activismo en todo el mundo.
Las protestas de campesinos indígenas en Chiapas proporcionan apenas un vistazo simple de las “bombas de tiempo” que explotarán, no solamente en México.
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diario-vespertino · 1 year
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Cómo entender el «voto anticasta»: 11 tesis sobre Milei
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La Argentina post 2001 también parió una corriente “anti-populista” que en los últimos años avanzó hacia posiciones cada vez más beligerantes contra el Estado, las políticas redistributivas y las organizaciones sociales. Al fin de este proceso emergió un candidato cuya masificación creció en espirales ampliadas hasta alcanzar el triunfo en las PASO. No es únicamente rabia ni anti política. El mileísmo género “un pueblo”: conquistó votantes en los sectores populares porque el discurso anti casta y promercado que antagonizó exitosamente contra los dos grandes partidos se hizo carne no sólo entre las juventudes, los chetos y los varones, sino en una multiplicidad de sujetos. Es marzo y el grupo de amigos que nos recibe para conversar un sábado por la tarde en una casa del conurbano bonaerense integra jóvenes de familias peronistas beneficiarias de las políticas del kirchnerismo en empleo, salario y posibilidades educativas para sus hijos. Domina la conversación la angustia ante un doloroso presente y las incertezas por sus futuros personales. El sufrimiento no sólo se debe a sus circunstancias laborales y económicas sino, también, al hecho de que el malestar que denuncian provenga del bando político al que pertenecen sus mayores, al que votaron en elecciones anteriores, al que creen deberle logros vitales como la recuperación del trabajo de sus padres o las mejoras estructurales de sus barrios. Uno de los participantes, con lágrimas en los ojos, decía que venga quien venga, esto no podía seguir. Muchas de las quejas sobre la situación actual estaban moldeadas por la crítica mileísta: su visión de los planes sociales, de las elites dirigentes como “clase política” y del propio estancamiento económico como producto del déficit del Estado aparecía en sus intervenciones como algo que al mismo tiempo que les hablaba no podían aceptar. Paralizados por la angustia del futuro y por la posibilidad de ofender con sus pensamientos nos daban el mejor indicador de lo que sucedería meses después: más que territorialmente, el peronismo estaba sitiado simbólicamente. Una elección destituyente El 70 por ciento del electorado votó contra el gobierno y la fuerza gobernante. Ha sido un largo camino el que llevó a este resultado. La argentina posterior a 2001 no sólo contenía el retorno al “verdadero peronismo”. Esos mismos días parieron una corriente sociopolítica que recuperaba críticamente la herencia de la convertibilidad y las reformas impulsadas por Menem repudiando “la corrupción” y “el populismo”. Como el balance de esas reformas resultaba oprobioso esa corriente después de la caída de la convertibilidad se vio casi silenciada por un tiempo y renació como antikirchnerismo poco antes de la disputa con “el campo” que la potenció en intensidad y extensión. Y esos mismos contingentes crecieron y avanzaron hacia posiciones cada vez más beligerantes contra el Estado, las políticas redistributivas, las organizaciones sociales en un largo camino en que que se sucedieron y relevaron los liderazgos antikirchneristas: Lillita Carrió desde los inicios, Francisco de Narváez en 2009, Sergio Massa en 2013, Mauricio Macri en 2015, Patricia Bullrich y Javier Milei hoy. Una serie que jalona el crecimiento de las opciones cada vez más radicales en un proyecto que condensa en el valor de la libertad, la afinidad con el libre mercado a ultranza, la crítica de las instituciones igualitarias y públicas, con el repudio creciente al legado kirchnerista cuyo significado en el tiempo tiende a invertirse. Ese camino es tan largo, y tan pegado a nuestros trayectos vitales actuales que se corre el riesgo de decir “es todo lo mismo”, “siempre la misma derecha”, “todos gorilas y fascista”, como ya se ha dicho hasta encontrarse con lo que no debió haber sido una sorpresa. Pero lo fue porque las miradas legítimas en el círculo de sujetos políticamente activos, de productores y consumidores de información política se retroalimentaron de prejuicios del tipo “Milei no puede crecer porque no tiene estructura”, o porque la grieta y sus protagonistas creyeron que sus conflictos eran lo único digno de tener en cuenta en la vida social. Cómo afirmó Esteban Schmidt “Milei interpretó una oscuridad” que va más allá de la de los varones resentidos por el feminismo. Se trata la oscuridad en la que quedaron arrumbados deseos, frustraciones y voluntades de imperio a las que Milei le puso nombre, le adjudicó responsables y pudo canalizar en un tránsito que va de la frustración a la esperanza, al menos para una parte  de la población. No está demás tratar de entender ahora lo que no se pudo, no se supo o no se quiso entender antes y también es necesario actualizar análisis que dado el dinamismo de la situación exigen nuevas interpretaciones. Ya que si todos vimos en Milei el emergente de la crisis de representación, el ariete social elegido contra la casta política, además hay que asumirlo como el resultado de una profunda crisis de nuestra capacidad de compresión de la sociedad argentina. Y es conveniente aclarar, contra cualquier tipo de mala fe, que no se trata de reivindicar los usos justificadores de la comprensión sino de tomar nota de cuáles son los los motivos de las personas para hacer lo que hacen y votar lo que votan. Los motivos son sagrados para la explicación de la acción social aunque sean objeto de combate para la acción política. Milei crece en espirales ampliados Hasta el día previo a la elección de las PASO proliferaban las fórmulas simplificadoras para evitar reconocer la densidad y amplitud del fenómeno de la candidatura de Milei: “sólo se trata de otarios y virgos”, “es un fenómeno del AMBA” se afirmaba con con arrogancia. Reducir el electorado de Milei al núcleo de sus impulsores iniciales parte de una falta de conocimiento de las transformaciones de la sociedad. Lo que comenzó hace ya algunos años creció, al menos, a partir de tres públicos sucesivos que se encauzan en la corriente político electoral que describimos al inicio. Un primer público integra dogmáticos antiprogresistas casi calcados de las fuerzas neo reaccionarias que triunfan en varios países del mundo: fundamentalistas de mercado, antiglobalistas, muchas veces antifeministas que se agregan a través de la circulación internacional las ideas de las nuevas derechas y su articulación y expansión a partir de medios virtuales. Un segundo público surge del proceso en que se suceden el triunfo y la derrota de Macri, la pandemia y la aceleración del proceso inflacionario: se suman y masifican desde una experiencia social que no opone la calle y las redes: las integra. En un pivoteo entre esos públicos, Milei creció primero como economista televisivo, luego como político en dos momentos sucesivos: 2021 a nivel CABA/GBA y 2022/2023 a nivel nacional. El tercer público que consolidó su masificación se forjó al calor mismo del actual proceso electoral por la presidencia. Los procesos electorales son expresivos de realidades previas pero mucho más son instituyentes de nuevas realidades. En la Argentina hay un tiempo de precipitación histórica que inicia en diciembre del año anterior a la elección y se acelera en marzo del año electoral y de ahí en adelante en cada mes. Los últimos en activarse y acelerarse son los electores para los cuales la elección y la conexión con los propios sentimientos políticos sobreviene como mucho diez días antes de la elección y a ellos se deben las sorpresas de los encuestadores y los informados. Varios desplazamientos que explican la masividad que no pudo tener el liberalismo de señores con un sweater acomodado en los hombros, se encajan en esa temporalidad electoral que acelera la conversación pública. Al antiestatismo dogmático le sucede la desconfianza y la frustración con el Estado argentino por sus desempeños concretos en salud, educación o seguridad y economía. A la viralización de Tik Tok sobre Hayek, Smith y diversos publicistas liberales le sigue la conexión con la experiencia del conflicto con regulaciones, impuestos que parecen obstáculos en las prácticas y las ansiedades económicas de una población que tiene en su mayoría empleos informales y corre detrás de la inflación con la sensación épica de dar una lucha desigual y solitaria. En esta masificación del mileísmo se suman los decepcionados por la tibieza de Cambiemos (que piden ir por todo reclamando la muerte del gradualismo), los ex votantes del Frente de Todos (que esperaban algo de lo que terminó siendo frustración) y los que votaron por primera vez luego de la lección anti-Estado que sacaron de la crisis pandémica (crisis que reforzó los motivos anti gobierno de la mayor parte de los electores). En este proceso político las identificaciones con “la derecha” como categoría anti-igualitaria y autoritaria en general van siendo eclipsadas por la impugnación de una élite –la casta– que exige deferencia sin dar nada a cambio y no controla ni la inflación, ni el orden, ni los servicios estatales. Seducidos por la masividad y exasperados por la irritación de los decires rutinarios que parecen ser parte del problema los votantes adquieren la convicción de que vale la pena arriesgar por lo nuevo ante el fracaso sistemático de lo conocido como lo afirman desde la “famosa” Anamá Ferreira hasta empleados de supermercados, policías e incluso miembros de organizaciones sociales. Ahí hay un pueblo al que el despotismo ilustrado de ambos lados de la grieta ha dejado de lado. Y entonces la asunción de una identidad de derecha surge, si es que surge, como expresión relacional del proceso más amplio: en oposición al estado actual de cosas y ante sus defensores que se identifican como de izquierda: “¿Si esto es el progresismo por qué no ser de derecha?” Pero para ese pueblo muy poco se resuelve en el posicionamiento espacial en el eje izquierda-derecha: hay un reclamo de eficiencia, de protección y un cuestionamiento al privilegio que se compatibiliza con uno de orden que vuelve muy problemática la clasificación identitaria que proponen una sociología y una opinión públicas hechas con escuadra y con compás. Y esto no quiere decir que los dirigentes libertarios no tengan claro qué quieren, ni adonde quieren llevar las cosas. Pero sí quiere decir que la sociología del voto no es igual al destino de su capitalización política en un proyecto excluyente. A la ideología se adhiere desde la experiencia La ideología no es el dogma declarado. A la ideología se la constituye en la experiencia y la experiencia del Estado y del mercado en las dos últimas gestiones de gobierno ha sido fuente de un sinsentido para muchos electores que fueron encontrando en las explicaciones de Milei un ordenamiento convincente. Más allá del núcleo de jóvenes nerds que el progresismo ama odiar, veamos las capas que se sumaron al mileimos de forma creciente desde 2020 ¿Qué experiencia es la que conecta el discurso pro mercado y anti casta de Milei? Leído desde las cúpulas, incluidos los análisis comprometidos de ambos bandos de la grieta, en la contienda actual se ven dos facciones: progresistas, estatistas y desarrollistas por un lado y aperturistas liberales por el otro. Vistas las cosas desde la sociedad con todas sus heterogeneidades se aprecia un impulso diferente, lo que en nuestro trabajo hemos llamado mejorismo. Para el mejorismo, la idea de que el progreso personal es posible y que se basa en el esfuerzo individual, está en la base de una gama de muy variadas relaciones con el Estado y la política: nadie, ni libertarios, ni peronistas, ni cambiemitas admiten querer regalos sino posibilidades. La de emprendedor no es una categoría meramente económica sino centralmente moral: “la gente de bien” no permite que nadie le regale nada. Para los mejoristas el esfuerzo personal es la medida de todas las cosas y la cuantificación de su rentabilidad la vara con que juzgar la dignidad ajena. Y esto no quiere decir que, en la medida que estos desplazamientos se nutren de condiciones de vida y experiencias novedosas, no haya avanzado subterráneamente una concepción capaz de darle al mercado y su disciplina un espacio extraordinariamente ensanchado en la historia argentina. El mileísmo masivo se alimenta de esa subjetividad forjada al calor de las crisis sucesivas: el sobreviviente de la “infectadura”, el héroe del mercado, el emprendedor de sí mismo, la superioridad moral del león que se impone en la ley de la selva. El mejorismo es la práctica y la conciencia de la práctica a la que el discurso de Milei quiso y logró seducir. Si como dijo Martín Rodríguez, Milei ganó las PASO porque “armó el PT de los trabajadores pobres” es porque impactó al corazón de los mejoristas como conjunto. Aquellos que más necesitan de lo público y que más sufren en sus condiciones materiales de vida la mímica estatista, la inseguridad y la devaluación constante de sus derechos (¿y qué son hoy por hoy esos derechos sino pesos que se devalúan al calor de la crisis?), encuentran en la narrativa libertaria una explicación convergente con la idea de si mismos. El viento político arrasa los ranchos sociodemográficos  No se trata de quedarse en la correspondencia que pueda haber entre ocupaciones y voto, edades y voto, género y voto. El mileismo generó “un pueblo”, como dice Martín Rodríguez: obtuvo una votación amplia a nivel nacional y notable en los sectores populares porque el discurso anti casta y promercado que antagonizó exitosamente contra los dos grandes partidos se hizo carne no sólo entre las juventudes, los chetos y los varones, sino en una multiplicidad de sujetos. Si las identificaciones con Milei presentaron privilegiadamente algunas situaciones laborales el avance de la situación electoral mostró que los sentimientos de agobio con la oposición tradicional y el oficialismo fueron canalizados por el discurso libertario en una oleada masiva y transversal a las cuadrículas sociodemográficas. Todo se sucede como si impulsado primero por su emergencia durante la cuarentena, la masificación a la salida de la pandemia y su consolidación con el batacazo del triunfo electoral ante la desorientación de sus rivales, Milei encuentra en la coyuntura política electoral un campo fértil para un llamado carismático y continuar ganando adhesiones en sectores antes impensados; confirmando que la dinámica de convocatoria que ahora lo impulsa es de una naturaleza distinta a la que le proporcionó sus primeros militantes. De Milei atraía tanto “lo que dice” como el “cómo lo dice”. La performance rupturista de Milei, que aunque pueda recordar a Trump o Johnson no remite a ninguna otra performance de la historia argentina en su tono y en su prédica, fue resonando con la experiencia popular a partir de hablar distinto de lo que sus adversarios intencionadamente dejaron de nombrar. Como explica Martín Plot, cuando “un paradigma o régimen político -en este caso el régimen de la polarización entre dos coaliciones que han sido oficialismo en la última década- empieza a mostrar signos de incapacidad para dar sentido o integrar a un número creciente de experiencias colectivas, aquellos que hablan diferente empiezan a ser escuchados”. Y ese es el momento en que irrumpen los “poetas vigorosos”: aquellos que encuentran su fuerza en el hecho de dar sentido a lo que los otros ya no pueden1. Por fuera del lenguaje gastado de sus adversarios, en su función de poeta vigoroso Milei se empeñó por resignificar la idea de nación, de lo popular y de justicia. Buscando capturar la rebeldía, su discurso logra al mismo tiempo volverse inaudible para el peronismo dogmático y minoritizado, en versiones morenistas o progresistas ya que poco importa si se evoca el caballo pinto o una Eva con pelo suelto, y forja otra audibilidad para un público policlasista y en expansión. Milei mismo ya había observado hace un año y medio que mientras que el círculo rojo de la política menosprecia el discurso libertario como “ruido blanco” en vías de extinguirse en la intrascendencia, una mayoría silenciosa pero interesada comenzaba a escucharlo. Ni solo rabia, ni sólo antipolítica “No soy más un indignado, soy un esperanzado gracias a Milei”. El desplazamiento de la indignación a la esperanza, de la bronca crítica a la adhesión apasionada, también aparecen en los públicos de la masificación libertaria por fuera de ese primer núcleo más ideológico. En el discurso de Milei se ha enfatizado en su carácter reactivo, rechazado su componente emocional y subestimado su prédica explicativa, argumental. Es la rabia y la pasión anti casta tanto como lo fueron el anti menemismo o el repudio del alfonsinismo que tampoco fueron meramente reactivos. La pasión anti políticos de La Libertad Avanza es un momento, que no excluye la dimensión programática. Podrá ser excéntrica, autoritaria, pero no está comprobado que lo convencional haya funcionado ni que no hayan llegado al poder políticos con propuestas extravagantes durante procesos de abrupta decadencia de consensos que se desvencijaron. El mileísmo toma la iniciativa, se define, se enorgullece y dispara una politización veloz en la que los sentimientos y los programas se entraman con un ritmo que sorprende a los contemporáneos, pero se compara a cualquier proceso político en los que una generación o una sociedad entera viran ¿Por otra parte por qué luego de haber encomiado tanto el sentipensamiento le viene ahora al progresismo tanta tirria con el elemento emocional en la política? La incoherencia de señalar incoherencia “Votan a Milei y después quieren el Estado”, “lo votan pero rechazan sus propuestas”, reza un análisis que parece ser al mismo tiempo una especie de castigo para la incoherencia del votante mileista señalado como el más tonto del condado. Sucede que para estos votantes supuestamente contradictorios, “el estado del Estado” es deplorable y los responsables son los que estuvieron y los que están. Para quienes en el pasado formaron parte del llamado voto blando del FdT y JxC la presencia del Estado en educación, salud, transporte y seguridad son un padecimiento. Es la experiencia diaria de lidiar con una estatalidad nominal o de muestras gratis, con intervenciones percibidas como arbitrarias, cercenadas y sesgadas, la fuente de la crítica social del estado del Estado. Antes que un rechazo doctrinario en abstracto al rol del Estado como actor en la vida social, estos votantes señalan en concreto la inconsistencia de la intervención estatal en sus vidas. Pero esto no es todo. Se olvida que los votantes de Milei, como los votantes de cualquier partido político salvan la contradicción que les señalan jerarquizando sus objetivos: quieren que se vayan estos y después se verá. Y más aún: aquellos que en 2015 fueron seducidos por la promesa cambiemita de una revolución económica sin víctimas (“nadie va a perder nada”) o aquellos que CFK  buscaba convocar en 2019 con la idea de que el macrismo “desordenó la vida de la gente” son los mismos que hoy se ven convocados por un Milei que, como dice Mayra Arena, los dignifica al hablarles como sujetos que cuentan con la fuerza necesaria de cambiar la fatalidad de sus destinos si lo acompañan en su promesa de rebelarse contra las injusticias del sistema de la casta. El voto anti casta a Milei tiene componentes anti deferentes de reivindicación de la autonomía personal frente a las injusticias de ese sistema que hacen que en la masificación del voto libertario se encuentren entremezclados y coexistan, elementos autoritarios con reivindicaciones y demandas democrática, deseos de revancha social con demandas de bienes públicos. Read the full article
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adribosch-fan · 10 months
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El origen de las Leliq: La bomba hiperinflacionaria que hoy enfrenta Milei comenzó con Duhalde y Néstor en 2002
  El Banco Central comenzó a remunerar activamente pasivos a partir de la salida de la Convertibilidad en enero de 2002, bajo la gestión del expresidente Duhalde. El kirchnerismo abusó de esta medida y metió allí toda la montaña de deuda que está por explotar hoy. La bomba de las Letras de Liquidez (Leliq), que hoy es la principal amenaza de una hiperinflación en Argentina, especialmente luego…
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todonumismatica · 1 year
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Moneda de plata de Francia año 2020 10 euros La Semeuse. 67,00 €. Moneda de 10€ Sembradora 2020. El Nuevo Franco. La serie Semeuse presenta las monedas que han marcado la historia de Francia. En el reverso en primer plano el Nuevo Franco. Pieza creada bajo la directiva del General de Gaulle, el Nuevo Franco se introdujo para detener la devaluación del Franco y facilitar la convertibilidad de la moneda. Se representa la cara y el reverso de los nuevos francos, así como la Marianne de las monedas de antes de 1914, sinónimo de reactivación económica. La cara representa a La Sembradora de Roty en un entorno más contemporáneo. Composición: Plata 900/1000. Peso: 22,20 g. Diametro: 37 mm. Tirada: 3.000 unidades. Moneda encapsulada, en caja original, con cartón exterior y certificado. Categoría: Monnaie de Paris 2020. Más información en: https://www.todonumismatica.com/moneda-de-plata-de-francia-ano-2020-10-euros-la-se-24780.html
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Según datos del INDEC, la inflación del mes de abril fue del 8,4%: es el nivel mensual más alto registrado desde el año 2002
Tal como se preveía, los datos no iban a ser buenos y no lo fueron: según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), la inflación se aceleró en abril y marcó un 8,4%. Este es nada más y nada menos que el nivel mensual más alto desde 2002, cuando trepó hasta el 10,4% en abril de ese año, tras la salida de la llamada “Convertibilidad”. #DatoINDECLos precios al consumidor (#IPC)…
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La dolarización ya fracasó
Cristina, en un discurso con alto contenido económico, explicó cómo la convertibilidad y la dolarización que proponen los vendepatria versión Milei ya fracasaron en Argentina. Cristina, contra la dolarización: «Que no nos vengan a convencer de volver atrás para resolver el presente» La vice habla en el Teatro Argentino de La Plata frente a la militancia kirchnerista sobre el presente económico,…
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neptunianashes · 3 months
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Antes de que Menem muriera, fue enfermo a votar en contra de la 125 para transformar a este país en comunismo que casi termina en guerra civil con lo que quiso hacer el hdp de Lousteou. Pichetto, Alberto, Lousteou, entre otros intentaron evitar que Menem vaya a votar a toda costa. Menem estaba internado, y querían subirle el aire acondicionado en el hospital estando mal de los pulmones. El voto de Menem fue decisivo ya que hubo un empate de 36 votos a 36 votos, si Menem no iba a votar entonces hubiesen ganado por 1 punto. Literalmente no solo intentó salvar al país en los 90s con las privatizaciones y la convertibilidad, sino que varios años más tarde estando muy enfermo siguió yendo a votar para salvar al país del avance socialista que Menem vió venir con Nestor Kirchner.
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gmartinezmolina · 2 years
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#Repost @eltoquedediana A través de la circular N° 00335, fechada el 18 de enero, la Superintendencia Nacional de Instituciones del Sector Bancario (Sudeban) oficializó la autorización a la Banca para otorgar créditos en moneda nacional sobre 30% de la cartera de depósitos de libre convertibilidad, según el saldo existente en estos instrumentos al 31 de diciembre pasado. El mecanismo establecido por la autoridad regulatoria determina que "las Instituciones Bancarias podrán otorgar créditos en moneda nacional a sus clientes con los recursos provenientes de las captaciones de fondos en moneda extranjera, hasta un máximo de recursos equivalente al treinta por ciento (30%) de dichas captaciones. En tal sentido, las divisas correspondientes al referido porcentaje deberán ser ofrecidas en el Sistema de Mercado Cámbiario (SMC) para posterior liquidación bajo las distintas modalidades de créditos previstas en la Ley y las normativas complementarias". Se entiende, en consecuencia, que los montos en moneda extranjera que sean destinados a intermediación no irán a los solicitantes de financiamiento, sino a incrementar la oferta en el mercado cambiario. De esta manera, se cumple un doble propósito; por un lado se incrementa el crédito bancario disponible y, a la vez, aumenta la disponibilidad de divisas en las mesas cambiarias. Con información de Banca y Negocios #ElToqueDeDiana #18Ene https://www.instagram.com/p/CnlAmlcuFc-/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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