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#el mentado diablo
latinotiktok · 11 months
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galaxia-de-escritos · 4 years
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Ayer hubo junta (Parte 3)
Debo confesarles algo para este punto: La primera bala, siempre va a ser la que se va a sentir peor. Aun cuando no me mató un solo disparo, toda mi atención fue atraída a ese primer dolor de la chingada. Luego, ya se te olvida. Ni dolor, ni frio, ni miedo, solo un profundo sentimiento de que la cagaste y recio.  
Andábamos dando el rondín en busca de federales. Mi cuadrilla y yo, habíamos cultivado el gusto por quemarle las patas al diablo, por lo que aquella noche nos habíamos prendido recio. Éramos un mazacote atarantado, de muchos ojos rojos.  
En eso, una tropa militar se aparece, armados y uniformados. Me enteré después de que solo andaban investigando unas desapariciones por el rumbo, pero para nosotros, esa era la noche en que el movimiento comenzaría realmente a marchar contra los opresores y rateros del gobierno.
A machetazo, pedrada, balazo y mentada de madre los atacamos, teníamos el despiste como ventaja y la maría para no acobardarnos. Ellos enriflados y entrenados pa’ matar, apenas hicieron esfuerzo al momento de hacernos agujeros extra. Mucho menor esfuerzo hicieron cuando empujaron nuestros cuerpos fuera del camino, a empujoncitos con el pie.  
En su momento, al verme muerto, se me hizo chiquito aquello. ¿Cómo yo, el que anduvo en tanta balacera, ahora andaba tirado en la tierra como cualquier indio tarugo? Se me fue el ego, yo era cualquier indio tarugo, aunque me sintiera mucho gallo para el corral. Mi sangre era igual que los otros caídos, igual de roja y terregosa.  
Me regresé pal cuartel sin muchas ganas, con todas las cuentas que juré entregar en discursos, prendadas en mis guaraches. Arrastrando y raspando la tierra, como el mentado “mata brujas” lo hace con la garganta.
De eso ya tiene tiempo, días de combate y bajas al por mayor. Escuincles que deberían andar en la escuela, fueron reclutados a la fuerza para ocupar los lugares de sus padres. Cabecitas blancas en las que se grabaron los pensamientos de libertad y justicia, tercamente se ponían al frente para acoger la mayor cantidad de balas con el pecho, así como repartir las suyas antes de irse pal otro mundo.  
Tras la muerte de Alfredo, las cosas se pusieron peor que negras, prietas diría yo. Los caudillos se seguían repartiendo lo poco que les quedaba, bajo las promesas de que la revolución estaba avanzando férrea y fuerte. Que éramos parte de algo mayor, algo superior.
Hotel sin cuartos
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kokoracingteam · 5 years
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Carta a Daniel Johnston.
11 de Septiembre del 2019
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Hoy no estuve mucho en redes sociales y hace un par de horas acabo de leer algo que me tiene "roto" de alguna manera... vacío. A muchos quizá les parezca muy ridículo sentirse triste o llorarle a algún artista que admirabas. "No lo Conoces". Lo vi una vez en vivo. "O sea si, pero ni siquiera es alguien cercano a ti". No técnicamente no, pero ¿te has puesto a pensar que como chingados no vas a sentir cercano a alguien con el que de una u otra forma te identificaste? ¿Que sus ilustraciones para ti decían algo mas que dibujos feos, que admirabas su capacidad de auto aprendizaje y ganas de crear? ¿Que sus canciones fueron parte de ti y estuvieron en tus playlists para los momentos más tristes o los mas felices?
Hola Daniel, hoy te adelantaste y volviste a lanzarte al vacío creyéndote Gasparín, pero esta vez lo lograste y te reuniste con tu "Friendly Ghost" favorito a tus 58 años. Naciste en California, pero la vida te arrastró a Texas, mas preciso a Austin, donde lejos de desanimarte, seguiste con esa terquedad creativa, acompañado siempre de tus libretas en blanco, lápices, pinturas, colores, cassettes vírgenes, tu piano casiotone, una guitarra un poco desafinada, ‪y tu esquizofrenia y bipolaridad entre otros "desordenes mentales". Tu no buscabas ser artista, por que en tu mente YA ERAS UN ARTISTA. Compusiste demasiadas canciones, te grababas solo en tu cuarto, hacías las portadas, entre otro arte que acompañaba tu bunker creativo. Tu Música fue el soundtrack de no pocas (miles) personas, entre ellas yo y unos cuantos "desconocidos", un tal Kurt Cobain, unos mentados Sonic Youth, Teenage Fanclub, Butthole Surfers, Jad Fair, Beck, Yo la Tengo, Bright Eyes, Flaming Lips, por mencionar algunos que quedaron fascinados por lo simple y sencillo, rayando en lo ñoño e infantil, pero por sobre todo HONESTO.
La verdad es que nunca fuiste famoso, un par de éxitos locales y que mas da, aun y que de casualidad llegaste a MTV. Aun y cuando en tu vida tuviste momentos oscuros que cualquier "rockstar" envidiaría o incluso cualquier revista de chismes le hubiese gustado tener en exclusiva. Venciste a la muerte, te internaron un par de veces, rechazaste a una disquera transnacional por que la misma tenía en sus filas a Metallica y dijiste que eran del diablo, y volviste a un SXSW en los 90s. No la verdad es que nunca fuiste famoso, pero todo eso cambio en el 2005 cuando volviste a tener notoriedad en el mundo, gracias a un documental con el que muchos (me incluyo) por fin supimos de quien era ese dibujo de una rana deforme (que pregunta como estaba) en las camisas de músicos reconocidos y que aparecía en una barda mítica en las calles de Austin. Era tu vida y tu obra, plasmada en un filme donde vimos tu historia y ese lado humano, en el que conocimos a tu Familia, a tu Musa de Prepa, a tus miedos y tus ambiciones. Vino tu tercer aire: nuevos Tour, álbumes tributo, entrevistas por doquier, armaste galerías en museos de todo el mundo con tus pinturas y dibujos, tu música estuvo en comerciales y publicidades alrededor del mundo, colaboraste con muchas marcas de ropa qué querían tus diseños...hasta llegaste a mi País, México, en 2014, y diste un show que espere por casi 10 años, algo que creía imposible, y llore. COMO CHINGADOS NO ME IBA A QUEBRAR SI TE TENIA ENFRENTE? Viéndote dar lo mejor de ti, tratando de acordarte de tus propias canciones, viendo en tu cara la emoción de ver a tu público coreando a la par tuya. Fue hermoso. 
Dos años después conocí a una chica, hoy mi ex, con la cual tus canciones de amor tomarían sentido. Le tocaba y cantaba muchas de las tuyas. Nunca fue tu mejor fan, pero logré que le gustaras un poco y cuando sonabas en las playlist, cantábamos y también me regalo varios de tus libros y discos. Hiciste otro Tour en 2017 y después a descansar y recuperarte. Apple uso "Story of an Artist" para una campaña publicitaria. Sacaste unos Vans con una tienda skate y se agotaron en horas. Jajaja. Pero hoy hace un par de horas, una noticia que no esperaba. Termina la noche sin ti, y aunque me duele mucho, se que no morirás nunca. Tus canciones y dibujos siguen vivos. Fuiste más que un Músico e Ilustrador "DIY" o de "Culto". Fuiste la prueba viviente de que hay que creer y crear. Y una de las personas que aún creía en el amor. (LOVE IS REAL, IT'S THE WAY THAT I FEEL).
Y se que como dice tu canción Danny, al final el amor verdadero te encontró. Buen viaje.
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adrianeleuteri · 4 years
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DOCTRINA CAPTI TEMPORE COMBI VEHICULUM
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Todo empezó con una maldición. O con una especie de conjuro. Vaya uno a saber; lo cierto, lo verdadero y lo concreto es que el Don desató una calamidad tremenda el día que se subió a la combi y sabe Dios cuánta leperada soltó por segundo, minuto a minuto, con tal de defenderse de una Doñita dizque muy ducha. Quien estuvo ahí filmó un poco. Surgió la leyenda. El diccionario se se dio cuenta de que le hacía falta ver más bax; de que, claro, por supuesto: muy, muy Real, y por eso nomás no sabía tirar barrio, ¡ostias! El espacio tiempo no se quebró, pero se fue chueco y se perdió en nuestras colonias marginales. Ya valió Berta, dijo un carnal, dieron las 12 en el relojito de Ciudad Azteca y el Delorian de 12 varos, base a base, quemó llanta, tiró aceite y —¡chíngue su madre!— que desaparece. Y al mismo tiempo, o enseguida, pero mucho después, quiero decir: ahí, luego luego, que se atraviesa entre dos compas para chingarse su pata del mameitor. Se había hecho justicia, otra vez, de una manera inesperada, y el hecho quedó grabado: la combi se pierde a un costado de la muchedumbre, valió verga, su pata del mameitor, valió verga, se escucha una carcajada, una voz mitad susurro,  mitad no me esté chingando, asombrada porque ahora resulta que esta pendeja se sabe mi vida. A dónde fue a parar la combi que dejó chueca la pata del mameitor: no se sabe. Es posible que, mientras era llevada a cabo la batalla verbal del siglo, las llantas de la combi donde viajaban los capos del verbo, los meros meros chingones del insulto, el bólido triturara el futuro pugilístico, de una vez y para siempre, de nuestro compita, el bien mentado mameitor, un cabrón derecho, pero, como se sabe,  echado pa' atrás, y eso fue lo que vino a perjudicarlo. Pinche Santa Anna, me cae de madre que los homenajes que le hizo a su pata no son nada junto a los honores que la pata del mameitor ha recibido en cada mame y meme. Llenas de orgullo a tu nación, hijo. Y heme aquí, no dilucidando una respuesta a la Teoría de cuerdas sino desmenuzado como un cuartito de insípido queso Oaxaca la Teoria de combis mientras me chingo en pedacitos la mitad y formo con el resto una red mal hecha de hilos toscos, hijos de pellizcos perezosos y ansiosos por terminar de una vez por todas para atrapar en la telaraña informe todos los destinos posibles de lo que ha de ser, y que por el momento nos es vedado, porque esta combi, nuestra combi, la combi donde viajan nuestros deseos más perversos, para algunos maldita, es para otros el proyectil donde viene a recalar el vértigo de los anhelos reprimidos de la banda del bache, ¿le pasa uno por favor?, despacio, güey, que no traes animales; de las cinco de la mañana o diez de la noche, ya se la saben, hijos de su puta madre, ¿qué me ve, hijo de la verga?, ¿qué me ve, perro?, carteras, celulares, relojes, mochilas, vete despacio, chofer, vete despacio o también te carga la verga. Pero, ponga atención, querido televidente, porque estos dos pinches cacos sueltos no saben que están a punto de entrar... a la Dimensión desconocida (desconocida para todo whitexican tiktoker que ande tildando a los demás de nacos, de naquísimos, de pinches gatos, eso, de gatos [favorita. Favorita] por pagar con monedas. Uff, están, perdidos [¡perdidos¡, ¡perdidos!, dijo la oréade en el monte Hocicón, y se cojió a su voz] . Qué naca, dícelos, Mar. Uff, están perdidos). Y en medio de tanta perdición, aquí, en nuestras colonias marginales, perdidas y alejadas de la mano del patrón, estos cabrones vinieron a encontrarse con La Verga. Quiero decir: La Vengadora, ea, pues, señora abogada nuestra, a ti acudimos los desterrados hijos de la periferia, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Hay un flashazo, algo similar a un trueno, hay quien piensa que se trata del obturador de la cámara, la nivelación de contraste por el sol de allá afuera. Se equivoca. Un ladrón entra, el otro está por subir pero advierte el relámpago, ve a los pasajeros tranquilos, pero al mismo tiempo, en donde sólo deberían estar ellos, mira y escucha a un anciano y a una Doñita darse recio con la lengua. ¡Ora!  ¡N'ombre! Nee... Guáchen: lo conoce bien, lo ha visto en videos, y le ha aprendido. Es el máster. De pronto oye las palabras que lo asustan, que lo hacen recular, vamos a decirlo sin tanta mamada: que le sacan un pedote, y esas palabras santas de las que hablo son "a huevo, y no gracias a usted, pinche vieja ridícula". El pinche asaltante se queda así, iren, así. Y se da la vuelta para escapar de ese desmadre que no comprende, pero al voltear se da cuenta de que una muchedumbre lo rodea, de que ya valió verga, su pata del mameitor, ya valió verga, y de que, para colmo, se la acaba de pisar, ya ni la chinga. Huye despavorido (Cuando llegué a Texcoco ¡válgame  Dios! Josemilio, pacheco). Mientras tanto, la otra rata, quien no se ha dado cuenta de nada, que quizá ignora que la vida es riesgo, y que seguro no sospecha que está a punto de beberla o derramarla, arrebata unos audífonos a un pasajero y, por no llevar los lentes acá atrás, al quedarse sin esquina, sin nadie que le eche 18, lo que viene a significar, miren ustedes, que sin los lentes acá atrás su barrio nomás no lo respalda, es decir, al darse color de que su hommie se peló, pues quiso aplicarla igual. Pero eso ustedes ya se la sa. Y si ya se la sa para que se las pla (rolen la de guayaba, bandita). Lo que no saben, lo que no les he dicho todavía, lo que he venido a poner, ´ora sí que en sus pantallas, mi gente, es que la maldición, o esa especie de conjuro o sepa la chingada lo que sea o esté siendo (cité a un dandy, chaa...) en vez de quemarse y expirar al darramar sangre de rata en suelo obrero, se fortaleció demencialmente. Nuestro Delorian lumpen, nuestra Máquina de la Histeria, ese lugar sagrado donde mejor se juega Uno entre desconocidos que se vuelven nuestros carnalitos por media hora, la ya muy dicha y muy mentada Vengadora, está anclada a todos los actos de justicia, perversión y mame desquiciante que tengan lugar en el tiempo. Ahora mismo está ocurriendo en aquello que nosotros conocemos como futuro al mismo tiempo que ocurre en todos los tipos de presente y en cada momento del pasado (ver Figura 1). Es como una aguja atravesando hojas de papel, un hilo misterioso uniendo cada cuenta que ha de ser, un camello entrando a putazos, sí o sí, en el ojo de la aguja (síganme para más tehuacanazos, las metáforas son mi pasión). Es por eso que la próxima noticia que tengamos en donde salga esa chulada en cuatro ruedas, ha de existir una misteriosa voz, casi diluida a la manera de una insospechada caco-psicofonía, que diga: "¿No que muy lión?" Otra hoja atravesada. Otro acto de justicia. Otro irredento mame reventado. Otra cuenta al hilo.  En fin. Otro camello desmadrado a putazos del otro lado del ojo de la aguja por un par de judas que le esnifan la caspa al diablo dos que tres veces por semana. Y volvemos a empezar. Nosotros somos el camello.
Y hasta aquí la Teoría de combis, carnales. Quiero mandar un saludo a Janeth Guadalupe Contreras Rosas, alias la Mimosa. Ella trabaja en el canal de video rolas. Ahhh bebevrvevevevrbrbrbr. Me va a ver. 
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4 de agosto de 2020.
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caidenawbk702-blog · 5 years
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¿sin Tiempo? ¿sin Dinero? ¡no Hay Problema! Cómo Puede Obtener San Judas Oraciones Con Un Presupuesto De Cero Dólares
A través de los siglos, los Poderes han usado las Sagradas Escrituras como un medio para impulsar su propia agenda, suprimiendo lo que no se ajustaba a sus necesidades o añadiendo lo que apoyaba su doctrina de elección. Rex Lex, se llama; el Rey es la Ley o bien, mejor dicho, la Ley es el Rey. Ciertos versículos han sido aun omitidos de ciertas versiones bíblicas con una explicación. Tengo mi propia explicación: los Poderes y sus editores designados no tenían la fe para creer lo que los versículos estaban declarando.
¿Comprendes lo que digo? No debemos repasar nuestros cerebros en la puerta en lo que concierne a nuestra espiritualidad. Esa regla experimental también debe aplicarse a la luz de la reciente revelación, algo llamado el Evangelio de Judas.
YO, JUDAS.
Judas, cuyo nombre significa “hombre judío”, NO fue insertado en los Evangelios como una especie de “todo judío” para promover el odio antisemita. Judas era según parece un nombre bastante común, como “Jesús”. El apóstol Tadeo es también conocido como “Judas, el hermano de Santiago”, como “Judas, no Iscariote”. El Libro de Judas también se atribuye a un hombre llamado Judas. Judas Macabeo, uno de los grandes héroes del judaísmo, es una posible razón por la que tantos pequeños fueron etiquetados con ese nombre. Vivo en Texas y he conocido a más de mi una parte de pequeños llamados Dallas, Austin y Travis.
Esto es lo que Associated Press afirmó sobre el Evangelio de Judas:
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AP – Por 2,000 años Judas ha sido vilipendiado por traicionar a Jesús. Ahora, un documento antiguo recién traducido trata de contar su versión de la historia.
El “Evangelio de Judas” cuenta una historia muy, muy diferente de los cuatro evangelios del Nuevo Testamento. Representa a Judas como un discípulo favorecido a quien Jesús le dio un conocimiento especial – y quien lo entregó a petición de Jesús.
“Seréis maldecidos por las otras generaciones, y vais a venir a gobernar sobre ellas”, dice Jesús a Judas en el documento que se hizo público el jueves.
He aquí lo que hallé en la traducción de Roberts-Donaldson de esta https://oracionasanjudas-tadeo.com sección de la pluma de San Ireneo: “Otros declaran de nuevo que Caín derivó su ser del Poder de arriba, y reconocen que Esaú, Coré, los sodomitas, y todas y cada una esas personas, están relacionados consigo mismos. Por esta razón, añaden, han sido atacados por el Creador, mas ninguno de ellos ha sufrido daños. Por el hecho de que Sofía tenía la costumbre de llevarse lo que le pertenecía de ellos a sí. Ellos declaran que Judas el traidor estaba absolutamente familiarizado con estas cosas, y que solo él, conociendo la verdad como ningún otro, cumplió el misterio de la traición; por medio de él todas las cosas, tanto las terrenales como las celestiales, fueron de este modo arrojadas a la confusión. Producen una historia ficticia de este género, a la que le dan estilo al Evangelio de Judas”.
“Hay muchos evangelios de los siglos II, III y IV atribuidos a múltiples apóstoles”, dijo Robinson. “No suponemos que nos den información del primer siglo.”
H.C. Puech y Beate Blatz escriben (Nuevo Testamento Apócrifo, vol. 1, p. 387): ‘Datación: el Evangelio de Judas fue, como es lógico, compuesto antes de 180, data en la que es mentado por vez primera por Ireneo en adv. Haer. Si en realidad se trata de una obra cainita, y si esta secta -asumiendo que era un grupo gnóstico independiente- se constituyó en parte, como a veces se ha afirmado, en dependencia de la doctrina de Marción, el apócrifo apenas puede haber sido compuesto ya antes de mediados del siglo II. No obstante, esto consistiría en fundamentarse en razonamientos poco contundentes. Como máximo, podemos sospechar de una fecha entre 130 y ciento setenta o bien algo así”.
Eso es extraño. Otro llamado “experto” llamado Hables Hedrick, la Universidad Estatal de Missouri – y otros estudiosos – están diciendo que el códice fue producido en el siglo IV o bien V. Hmmm. Estas fechas se derivan de la datación por radiocarbono, un método generalmente usado para determinar la edad de los hallazgos arqueológicos. ¿A prueba de tontos? De ninguna forma. Recuerdo haber leído sobre algunos huesos de pollo de la cena de la noche precedente que tenían fecha de carbono y los resultados mostraron claramente que provenían de la Edad de Bronce o bien algo así. Sabroso!
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En todos los casos, los expertos semejan estar conforme con Ireneo en que el Evangelio de Judas refleja las tradiciones teológicas de los gnósticos, una secta del siglo II, una comunidad que pensaba que la auténtica espiritualidad derivaba de un autoconocimiento, o bien “gnosis”, y no del autoconocimiento de la Nueva Era que vemos que se proclama el día de hoy.
Las figuras representadas como pecaminosas en el Viejo Testamento, como Caín y Esaú, fueron típicamente alabadas bajo la teología nóstica.
PENSANDO COMO EL ENEMIGO
Digamos, por un momento, que tú eres Lucifer. ¿No te sientes cómodo con eso? O.K., digamos que soy el diablo encarnado. ¿Qué otra cosa podría hacer para menear la fe del mundo cristiano que no haya hecho ya? Mi guerra contigo está en múltiples frentes, recuerda: tu carne, tu mente y tu espíritu. La oposición de Satanás contra la iglesia no es un ataque frontal, sino un ataque subversivo mediante la intriga, el engaño y el engaño. Los demonios se sorprendieron al descubrir que Jesús había venido en un pesebre. Ellos esperaban que Él viniese más tarde, para una confrontación final (Mateo 8:28-29). La estrategia de Satanás para el tiempo presente (hasta el enfrentamiento final) es la de la actividad subversiva. El terrorismo, por poner un ejemplo. En nuestros días está empleando el engaño y la intriga para hacer tropezar al planeta cristiano en general. Este es un tiempo de guerra de guerrillas, de francotiradores y trampas explosivas, no de ataque frontal.
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comedymaison · 7 years
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Desde el nicho de la infamia
Estimado Sr. Páramo:
Sea esta carta una forma de expresarle mi profundo pésame por la muerte de su querida Susana San Juan. Sé que en estos momentos puede estar hecho pedazos, y sé que de igual forma no habrá dolor ni cántaro que pueda contenerlo, así como tampoco al derrumbe de su corazón. La gente del pueblo tal vez no lo entienda, pero yo sí. Sé que está en todo su derecho de guardar silencio, y los ojos se me ahogan cuando lo veo a usted, calladito y bien sentado en su equipal mientras observa al pueblo entero arder. Le entrego mis condolencias porque sé que nadie más lo hará. Ya nadie se apiada ni llora por los tiranos. Se me viene a la memoria el Sr. Adolfo y sus deseos insondables por ser pintor y estudiar una bien merecida carrera en Arte. Y ahora mire, que todos lo recordamos con escozor en las venas, y olvidamos que una vez fue sólo un pobre pintor fracasado a quien la tristeza de la derrota le ganó, al punto de abandonar el pincel y el caballete por un oficio mucho menos sensible y más innoble.
Y así como él, estoy seguro de que nadie recuerda su dolor al perder lo único que de verdad le importaba y dolía. No tengo una Susana muerta a la cual llorarle, pero basta ver su silencio atorado para comprender que ahora, justamente, es cuando más le retoza el corazón. De cierta forma, ¿qué podemos esperar de el hombre infame? De aquel que está por debajo del diablo. Ese mismo que ha demostrado en vida que los sentimientos se le han paralizado, y que no es ya más un ser humano, sino un muñeco que obedece al egoísmo y la ambición.
Dicen que el hombre malo que no sonríe y que pisotea al otro sin inmutarse ha dejado de ser hombre, para ser solo malo, porque eso es inhumano y atenta contra nuestra naturaleza y nuestra bondad innata. Los hombres crueles que vemos desde abajo erigirse ante nosotros son seres diferentes a uno, que piensa y siente y sabe lo que está bien y lo que está mal. Naturalmente, engendrar el sufrimiento ajeno está mal. Pero yo comprendo, Sr. Páramo, su auténtica y pura desgracia. Sepa que cuando usted llora, yo también lloro. La capacidad para sentir empatía por el dolor del villano, el criminal, es una habilidad que pende entre la utopía y lo ilógico, como para desarrollarse en nuestros pechos. No todos somos la Sonya de Dostoyevski que, aún en su condición de prostituta, compadece al asesino, al atormentado Raskolnikov, y le ofrece aún una posible redención al leerle toda una noche, con la calidez humana que sólo una prostituta podría desarrollar, pasajes enteros de la Biblia, al criminal descarnado que roba y ha matado a una privilegiada usurera. El corazón del hombre infame queda expuesto al frío y al dolor, y no es posible que sintamos compasión por esos seres endemoniados, porque está claro que ellos, los hombres viles de ceño fruncido, no son humanos ni sienten dolor.
Todos dirán que la muerte de Susana a usted le viene valiendo nada, porque su mezquindad se encamina más hacia el goce del dolor ajeno, y no a la capacidad, igual de humana, para amar y doblarse entero por una persona, igual de mortal que usted. Y ya que una persona es buena o mala, según el conteo total de sus acciones en vida, queda estipulado que usted, el hombre con el cogote hecho nudo al no llorar, es un hombre vil. Los seres innobles, esos que han demostrado su poco interés por las otras personas, no son merecedores de segundas oportunidades. Y nosotros, que hemos sido esclavos y martirizados por su tiranía, sólo podemos festejar con luces de bengala su infortunio.
Pobre del hombre infame, Sr. Páramo. Dirá que a usted le viene valiendo nada, porque no siente y porque los sentimientos se achican conforme los intereses externos crecen. Dirá que ustedes, los perros que pasan la noche en vela con el ojo hinchado y el sueño entumecido, no necesitan de la compasión, así como, de nuestra parte, no hay obligación alguna por compadecerlos ni ofrecerles perdón. Pero nuestra ceguera también es terca y violenta, señor. Nosotros aprendimos a depositar nuestra confianza y fe en el hombre de corbata que sonríe; al caballero noble que alguna vez fue ese mismo niño con las mejores calificaciones en el salón de clases. El niño de la estrella tatuada en la frente y las uñas pulcras. Aprendimos, de igual forma, a desdeñar al otro niño que injuriaba con palabras que ni el mismo dios debería escuchar; ese pequeño bulto que duerme a media clase, que tartamudea y se ríe al leer en voz alta, y que escribe "sapo" con "z". Ese niño que odia la escuela y regresa embarrado en costras de mugre a  casa mutará en el hombre a quien odiamos en la calle, y que ahora nos injuria a nosotros por voltear la cara cuando él pasa a nuestro lado, y nos confronta  con su existencia.
Tal vez ustedes se han ganado un pase doble para tomar el té junto a Mussolini  y Torquemada en el infierno, pero nuestra meta por alcanzar el tan mentado cielo, no es menos impura ni mucho más noble, si la violencia con que vemos las cosas chuecas o derechas es la misma con la que esos tiranos decidieron degollar y derrocar imperios. Esa misma tendencia, tan nuestra, a sentenciar el mal y sabernos sabios, lo suficiente, como para decidir quién va arriba de nosotros y quién va abajo; los tiranos del mundo deberían tener su propia Organización No Gubernamental para recibir la caridad de aquellos con alma de prostituta, que tengan entre los ojos luz suficiente para ahondar en la maldad y saberla humana. Para reconocer, más allá del código genético, y el nombre de nuestros padres y el de nuestros abuelos, una capacidad para hacer el mal equivalente a la misma capacidad para hacer el bien. Nadie en su sano juicio podría odiar tanto, si no pudiera, de igual forma, amar con la misma energía.
Temo mucho de mi nobleza y mi bondad, Sr. Páramo, porque me sé vulnerable y mortal; porque sé que si no he sido malo, tal vez sea porque no he tenido la oportunidad perfecta para serlo. Temo, señor, del corazón frágil del que escribe y recita poemas borracho a media madrugada, en un parque hundido, con los perros formando un cerco a su alrededor, escuchando atentos las palabras del ebrio y el dolido. Temo también del corazón, igual de frágil, de quien ha sido corrompido y pierde su estatuto de ser humano, para ser llamado nada más "demonio mortal". No es de gente, Sr. Páramo, atrincherar al pueblo y ascender a costa de él. Pero no es de gente, Sr. Páramo, demeritar el dolor de otra persona, después de un arduo análisis donde se decide si se es bueno o  malo. Tal vez temo más de la hipocresía sonriente, señor, con la que el niño de uñas limpias logra que el compañero a su lado sea apaleado por quedarse dormido a medio ejercicio de matemáticas, y de esa frialdad sin nombre con la que disfruta del saberse bueno y remunerado a través del golpe ajeno y el derrumbe de otro.
No es que defienda la forma en que se aprovechó de la gente, señor, pero ahorita yo lo sé hecho pedazos y tan doblado como una ganso de papel. Ése es el miedo que traigo, señor: que el sentido de la justicia y la bondad, según tan definidas en mí, y en cualquier otro, pueda volcarse en cualquier momento, al punto de olvidar la condición humana, y que el puño con el que una vez pretenda yo castigar se convierta en el estandarte de un futuro tirano. Es usted un hijo de la fregada, señor, lo reconozco; pero su cabeza jamás dejará de estar expuesta en un nicho de vergüenza, y sé que en cualquier momento la mía también puede terminar ahí. Tal vez por eso lo compadezco, al final de todo. No sé si un día la situación me sacuda y la bondad se me caiga.
Vuelvo a expresarle mis condolencias, señor, y reciba de mi parte nada más un abrazo y un temblar piadoso. No sé a ciencia cierta si, cuando caiga la noche, sea yo quien me siente en su equipal para ver al mundo arder; con el alma entumecida, y un rencor en la sangre que, por desgracia, apenas otro hombre infame tenga la sensibilidad de comprender.
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annahe20 · 7 years
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CORAZÓN DE POLVO
El cielo melancólico asomaba por la ventanilla, ataviado con su manto oscuro y bordado de estrellas; verlas suspendidas en el espacio como tejidas con los cabellos plateados de las musas más extraordinarias, propiciaba al espectador solitario una sensación de poesía e irrealidad. A través de ése cuadro recubierto de vidrio, que helaba mis extremidades izquierdas siempre que el vehículo se deslizaba con fuerza entre las curvas, se apreciaban también las luces de la ciudad de la que huía con unas esperanzas agonizantes.
Mi corazón contumaz, me asestaba duros toques en el pecho esperando acobardarme; ignorando sus solicitudes imposibles, la distancia se ensanchaba. Luchó con furia, creo que pensaba que podía controlarme, sin embargo, por cada kilómetro que se añadía al trayecto, el órgano se fue achicando hasta perder la fuerza para resistirse.
El vacío de mi alma, con una fuerza inclemente me asestaba el peor de los sufrimientos y, a ratos, un doloroso retortijón en mi estómago vacío, emergía con brusquedad suplicando alimento; el clamor de las tripas me abochornaba tanto que cubrí mi vientre con una pequeña cobija, en el afán de evitar miradas curiosas. Quise dormir pero no pude. Gritos de niños chiapanecos, incapaces de conciliar el sueño en un viaje tan espinoso, se apretujaban en el interior del autobús, oponiéndose a mi absurda tentativa.
Era tarde… En mi reloj se leía las dos de la mañana. Los infantes enmudecían, yo dormitaba y a ratos, tus labios iracundos me regresaban a la realidad; me despertaba entre sollozos que tu perdida inspiraba. Inútilmente traté de encubrir mi situación, mi acompañante me veía asustado.
Decidí ir al baño. Al estar sola, seguro se calmaría mi respiración intermitente y el deseo estúpido de perdonar cada una de tus ofensas.
Caminé con lentitud, me asaltaba la idea de pisar un cristiano y terminar pagándolo al triple del precio estándar; los cinco pasos que di para llegar a mi objetivo se me hicieron eternos. Al atrancar la portilla vi el retrete, esperándome quieto y resignado.
La mujer de ojos hinchados en el espejo me devolvió una mirada de camaradería, las ojeras de su cara palidecieron y, en un abrir de ojos, me encontré en un pasillo con una luz  carente de vida. No lograba comprender mi presencia en ese espacio maloliente.
Miré con celo el lugar, en espera que algo o alguien me dijera qué demonios estaba haciendo ahí… Ni una sola alma, estaba vacío. O eso parecía, porque una presencia inquietante, oculta en la oscuridad, me veía sin tapujos. El individuo fisgón aminoraba mi resistencia, me estremeció la idea de estar encerrada y sola con diantres sabe quién.
Tanteé las paredes enmohecidas hasta que percibí algunos rectángulos desiguales en el muro, acomodados a modo de puertas. Un murmullo de recuerdos pasó a mi lado corriendo, empujándome a un desosiego fogoso; en cuestión de segundos me vi tirada en el suelo duro y frío. Al experimentar semejante choque de sentimientos, quedé destruida, sintiéndome como una mujer sin relevancia que ocupa el mundo sin aportaciones significativas.
Escuché risas y levanté la mirada… Estabas ahí.
Tus manos zurdas y expertas, recorrían a una mujer blanca de unos treinta y tantos años; un grupo de cabellos canosos, le germinaban al lado derecho de su frente. Te vi transfigurado en un conquistador, tan distinto del hombre que conocí; transitabas con facilidad en sus lugares recónditos y perdidos.
Tú recién adquirida maestría me asqueó y me elevé resentida, celosa; intenté alejarme de ahí a toda prisa, pero mis movimientos desposeídos provocaron su curiosidad; ella me miró mientras se contoneaba arrebatadamente y su olor acompasaba el vaivén de tus latidos; tú dilataste tus pesquisas hasta que se me antojaron interminables. Jamás habías durado tanto en el campo del amar y eso me caló hasta los huesos.
Me dolía la valentía, sentí como el amor que atesoraba por ti, se alejaba sin tregua alguna para dejarme a merced de una soledad dolorosa e imprescriptible.
Me descubriste cuando una mueca de apatía se dibujaba en mis labios; la rabia transmutó tu piel de alabastro en una refulgencia roja y antiestética, te vi como siempre, preso de tus emociones e incapaz de controlarte. En un exceso de cólera, tus manos rodearon su cuello arrojándola a la cama. Posando tu codo sobre su espalda, aplastaste su columna vertebral; creí que ella lo disfrutaba, en estos días sabemos la clase de perversiones que se pueden encontrar a la vuelta de la esquina; cuando oí sus gritos sofocados en el colchón, suplicando por un auxilio que yo no pretendí proporcionarle.
Me alejé temerosa, una sensación de lástima invadía mi cuerpo, asfixiando mis ojos. Ni eso pudo convencer a mi cerebro. No podía quedarme sin ningún medio de defensa… No de nuevo. Arranqué como si la vida se me eclipsara y tan solo me subsistieran unos cuantos segundos para ejercer mi última voluntad; a medida que mis pies tocaban el suelo, el pasillo se mecía, alargándose en una imagen desgarbada y tosca que se zarandeaba con cada uno de mis pasos.
Tenía que seguir adelante, estaba muy segura que se me escapaba una puerta, un resquicio… ¡Lo que fuera! Después de caminar, a todas luces, en círculos, me convencí de que estaba perdida en un laberinto lleno de molestias, del que no podía huir a pesar de mis propósitos.
Me harté de intentarlo, dejé de transitar aunque mis piernas se agitaran contra mis deseos. Ya estaba a unos segundos de rendirme, cuando observé una forma como romboide que nacía del suelo; estirándose con perversidad, rechinando con un sonido estresante que erizaba mi piel en aguijones terribles. Se trataba de otro camino porque un letrero de luces azules que parpadeaba sobre la puerta, ordenó “Siga por aquí”. Como no localicé otra salida, con mi mano derecha tomé el picaporte y me adentré.
Era una habitación ancha y blanca, con dos ventanales del lado izquierdo; estaba vacía de mueble alguno, pero repleta de pinturas que, entintadas con imágenes iguales, se movían enérgicamente. Dirigí mis pasos hacia esos retratos tan extraños, difíciles contemplar por la distancia; al estar de frente, los vi,  eran ojos… ¡Tus ojos…!
Enmarcados y radiantes, con ese iris verde oscuro, me observaban sin recato; eran de diferentes tamaños y todos colgaban de las paredes, esas malditas paredes que protegían lo que antaño fue nuestro infierno matrimonial.
-       ¡Vuelve!.- Escuché, de repente, tu voz ahogada en el concreto.
Coloqué mi oreja en la fría superficie. Tus ojos me hostigaban, siempre al cuidado de mis pies andantes, como si temieran mi desaparición insólita.
-       ¡Vuelve!.- Gritaste de nuevo, tu voz forzada, se deterioraba por el sufrimiento.
Recordar todos y cada uno de ésos instantes, era bastante para mí. Tomé una decisión que no implicaba retorno. Y en un futuro no me voy a recriminar por haber elegido marcharme cuando pude permanecer.
-       ¡No!.- Elevé también mi voz, y con ella, la estancia tembló con miedo.
La multitud de ojos que me desnudaba con la mirada, se cerraban y abrían en un parpadeo armónico. De pronto… Una pequeña, tímida e inesperada lágrima brotó por el resquicio de tus párpados. El agua salada cubrió el piso y se fue elevando hasta inundar todo el espacio. Me vi como una pequeña Alicia, atrapada en el mar de tus lamentos. No sé nadar pero puse todo mi empeño y, con una concentración empecinada logré salir victoriosa de ese enorme lago forjado por tus lagrimales.
Continué con las energías al borde del decaimiento… No quise mirar atrás, escuché como todos los cuadros se iban cayendo, haciéndose añicos al chocar con el agua. Oí también tus sollozos cada vez más cerca del pasadizo desvencijado, y apuré mis caderas.
Una puerta se me abalanzó y un resplandor mágico brotaba por debajo. La toqué y se abrió sin ningún recato. Una luminiscencia me arrastró justo frente a un par de voces masculinas, que mantenían una plática extraña.
-       Pero si son nopales cortados con la oscuridad de la mañana. Son muy buenos, debería comprar una bolsita para que los pruebe.
-       ¿Cuánto cuestan?
-       Diez pesos.
-       ¿Y cuantas pencas traen?
-       Pos’ le hecho como unas once.
-       Bueno, voy a probarlos. Deme dos.
El más joven, el vendedor de nopales, traía un sombrero raído que enmarcaba su cabeza madura. Procedió a sacar un par de bolsas de su mochila, el otro mientras tanto, se sobaba el promitente abdomen estilo Diego Rivera.
Me Descubrí escuchando la conversación sin reserva alguna. Un tercer hombre apareció en la escena, arremangándose las mangas de la camisa sucia.
-       Don Senaido, esos nopales están iguales de secos que el corazón de esa mujer chismosa de vestido azul.- Dijo mientras señalaba hacia mí.
-       ¿Será?- Contestó el panzón, que sin dudas, era el mentado Senaido.
-       ¡Atrapémosla! La abrimos y si al hacerlo de su pecho salen mariposas de colores, es porque es tan normal como nosotros. –Dijeron los tres al unísono.
No me quedé a averiguar si estaban en lo correcto, no me preocupaban las tontas mariposas, ya las había enterrado mucho tiempo atrás… Me preocupaba que me atraparan. Mi corazón estaba tan seco, que al más pequeño toque, el polvo que lo conformaba se esparciría en el viento. Y ¿qué diablos iba a hacer sin un órgano como ése? ¿Tan especial?
Como pude, llegué a la salida; el pasillo me recibió con algarabía y miles de manos con diferentes colores también intentaban apresarme.
-       ¡Déjenme en paz! ¿Qué no se dan cuenta? ¿No comprenden? La única persona que puede ayudarme con este corazón sin ganas de vivir es él. Y no pretendo pedirle que lo haga. Prefiero vivir la vida como cualquiera, siempre pendiente de los demás con la amargura que nos carcome a todos, a estar cegada por las feromonas y los sueños estúpidos.
Corrí hasta que no me quedaron fuerzas… Una paz inmensa me envolvió y depositó en una cama blanda, caliente… tan cómoda que por fin quedé dormida.
Despierté en un quirófano, todos absortos en sus actividades, no se percataron que vi cómo se ponían los guantes azules de látex cubiertos de sangre; un individuo vestido de blanco, preguntó a una joven rechoncha con una libreta entre las manos.
-       ¿Dónde está la sierra señorita?
-       Justo en la panza de la susodicha Doctor.
El médico, a pesar de sus enormes anteojos de culo de botella, no se daba cuenta de las cosas. Miró hacia la derecha y a la izquierda, hasta que la enfermera puso sus manos donde debían estar. A tientas, encontró el artefacto sobre mis costillas.
-       Señora Edelmira, debido a la gravedad de su situación hemos decidido que lo mejor para usted es hacerle una operación de corazón abierto. El procedimiento es muy sencillo, verá,  tiene un corazón de condominio y ya se han alojado más inquilinos de los que debería, por lo que vamos a añadirle un pedazo de otro… El corazón de un cetáceo es el más parecido al suyo, además de que por su tamaño es perfecto para su persona.
-       Pero… Yo no quiero que me arreglen. Estoy bien.
-       ¿Ha vivido numerosas pérdidas en los últimos años? ¿Se ha sentido triste?
-       Sí, pero eso es completamente normal. Todas las personas sienten eso alguna vez.
-       Pero usted no es una persona común. La mayoría solo tiene uno o dos inquilinos de planta. Usted ya lleva cuarenta. Eso es inaudito. Pero, es su decisión. El corazón no es mío. Además, la mitad de él se está atiborrando de podredumbre.
-       Eso puedo explicarlo.
-       Me gustaría mucho que lo hiciera.- Dijo dirigiéndome una mirada enojada.
-       Ese pedazo no me corresponde a mí, sino a una persona mucho más importante que todos esos zánganos que viven dentro.
-       ¿Qué tan importante?
-       Mucho.
-       Bien.- Dijo sin atención alguna a mi comentario.- ¡Comencemos señores! La paciente ha hablado. Tenemos una hora para acomodar ese trozo de carne feo y sin chiste.
Todos se acomodaron en sus lugares con armonía, sin ningún esfuerzo. La sierra abrió mi carne, después mis costillas y en un santiamén, arrancaron de mi cuerpo cada recuerdo… Cada grito… Cada lágrima… Remendaron con una aguja sin esterilizar y oxidada el pedazo de ballena que olía a brisa marina.
-       Me gustaría sacar algunos gusanos, no está bien tenerlos a todos ahí dentro. ¿Qué dice?
-       Está bien. Sólo deje a los primeros y los últimos.
-       ¿Está segura? El último está horadando sus órganos, por poco llega a los intestinos. Es el más peligroso.
-       Estoy segura doc.
-       Como usted prefiera, solo que no quiero quejas después. Estoy harto de juicios y denuncias por mala praxis.
-       No se preocupe. No soy esa clase de gente.
-       Perfecto… ¡Desalojen a estos pequeños monstruos! ¡Manos a la obra!
Se acercó guiñándome un ojo y dijo.
-       Son una bola de huevones, pero eso no interfiere con su trabajo. Quedará usted como nueva.
-       Gracias.
Pasaron unas dos horas, escuché como se quejaban los inquilinos, vivían tranquilos sin que nadie les cobrara renta. Tenían el toque de Midas, con la excepción que ellos pudrían lo que se ponía a su paso.
Me desmayé, sentí que iba cayendo en un agujero oscuro y hondo. Hasta que alguien muy arriba, decía con felicidad:
-       ¡Está lista!
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camusxsaga · 5 years
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Light my fire. (Abata_chan)
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Capitulo 2.
  - Hola chico guapo- esa voz…                  
- ¿Estas solo?- esos ojos… 
¡No!
 ¡No eran del modelo que el buscaba!, de hecho ni siquiera era un chico, la persona que llamaba su atención era una linda joven de cabellos morados, ojos del mismo color, blanca piel, tenía una blusa muy escotada y una faldita que tapaba solo lo indispensable, en realidad aquella chica no era nada pero nada despreciable.
 - mmmm, bueno… yo estoy buscando a alguien- contesto apenado Camus.
 - ¿A tu novia?- pregunto con interés, al momento que posaba una de sus manos sobre el pecho de Camus.
 - pues…
 - ¡¿No me digas que si tienes novia?!- ahora la jovencita se pego a su cuerpo (no perdía el tiempo).
 - no…- la chica sonrió complacida- yo soy…  /size]
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 Dos horas y veinte minutos más tarde.
 Camus había recolectado cinco números telefónicos (todos de lindas jovencitas), había terminado de tomarse, otra cerveza y cuatro vasos de vodka e incluso se había puesto a bailar con unas chicas después de haber prácticamente barrido todo el perímetro para descubrir con molestia que el mentado modelo parecía habérselo tragado la tierra.
 Se despidió alegremente de las chicas que lo habían acompañado a bailar diciendo- ¡Tengo mucha sed voy a tomar algo!, ¡Chaouu!!- ahora estaba un poco más mareado que antes, pero se sentía muy feliz y liberado.
 Tan liberado estaba que en vez de dirigirse a la mesa de las fritangas se dirigió hacía la cocina como Juan por su casa (después de haber barrido el perímetro sabía la ubicación exacta de todas las cosas en esa casa).
 La música seguía sonando.
I know I may be young,
but I've got feelings too.  And I need to do
what I feel like doing.  So let me go and just listen.
 “Esa canción la conozco” pensó emocionado Camus que llego bailando y cantando a la cocina, eso si consideramos que cantar es decir pedazos de una canción.
All you people look at me like I'm a little girl.  Well did you ever think it be okay for me to step into this world.
 Always saying little girl don't step into the club.  Well I'm just tryin' to find out why cause dancing's what I love. 
 De pronto toda la música dejo de llegar a sus oídos, junto a la mesa de la cocina se encontraba aquella persona que había estado buscando enfermizamente. ¡ERA ÉL!, ¡Definitivamente era él!. El modelo lo miro sorprendido mientras dejaba sobre la mesa unas bolsas de supermercado.
 Camus sintió que su corazón desbordarse de emoción, ahora y con esas copitas de más le parecía más hermoso que antes.
 Get it get it, get it get it  Get it get it, get it get it (WHOOOOOA) (Do you like it)  Get it get it, get it get it (OOOHHHH) (This feels good)
 Sin darse cuenta sus  ojos adquirieron un brillo especial y sus labios formaron una seductora sonrisa.
 El mayor pareció complacido con aquella sonrisa y soltando las asas de las bolsas que todavía sostenía se dirigió hacía Camus con movimientos felinos, al tiempo que decía.
- Creo que no nos han presentado.
 Camus se puso aún más ansioso al ver los lentos pasos del mayor, y al escuchar su voz sintió un vació en su estomago; no solo era atractivo si no también tenía una voz muy sensual.
 I know I may come off quiet, I may come off shy.  But I feel like talking, feel like dancing when I see this guy.
 - Mi nombre es Saga Phoebe,  ¿Cuál es tu nombre?
 - ¡Camus Doucet!- el menor no pudo evitar gritar su nombre, estaba demasiado nervioso; cosa que Saga no paso por alto.
 - ¿Y dime Camus que le hiciste a tu novio?
 - ¿Eh?, ¿Novio?- pregunto extrañado Camus.
 - si, el chico ese rubio que no te dejaba solo ni un minuto.
 - ¡NO!... ¡NO ES MI NOVIO ÉL…- un momento ¿Cómo sabía el modelo que Milo había estado acompañándolo?- Tu… ¡¿Me viste con él?!- las mejillas de Camus se tiñeron de un rojo más intenso.
 - Claro que si, estuve a punto de invitarte a bailar, pero tú parecías muy entretenido con él y yo pensé que era tu novio- agrego Saga con voz sentida y dirigiendo sus ojos hacía un lado de Camus.
 - ¡Solo es mi amigo!- se apresuro a decir el menor- entre él y yo no hay nada.
 Saga lo miro un momento. Camus era un chico muy guapo, guapo y lindo, incluso tenía un aire inocente, dos puntos a su favor; por otra parte era obvio que estaba en secundaria porque lo había visto con el hermano de Aioros ( no lucia como un universitario) un punto en contra; después estaba ese chico rubio con el que lo había visto, eso de “buenos amigos” no lo había convencido mucho, punto en contra; Y por último y aunque no quisiera pensar en él ahora, estaba esa personita con la que se suponía estaba saliendo, punto en contra  (O.O)
 En total el lindo chico tenía dos a favor y tres en contra, pero…
  What's practical is logical. What the hell, who cares?  All I know is I'm so happy when you're dancing there.  I'm a slave for you. I cannot hold it; I cannot control it.  I'm a slave for you. I won't deny it; I'm not trying to hide it.
   - en verdad, no es mi novio- rectifico Camus.
 ¿Cómo rechazar semejante oferta, cuando esta prácticamente brincaba a sus maliciosas manos?
 - en ese caso, ¿No quieres bailar conmigo?- sugirió el mayor, obteniendo como respuesta una alegre sonrisa.
 Camus dio media vuelta con la intención de dirigirse de regreso a la pista de baile cuando fue detenido por una calida mano que lo sujeto por el antebrazo y lo atrajo con firmeza para quedar muy (pero muy) cerca del cuerpo de Saga.
 Baby, don't you wanna, dance upon me,  (I just wanna dance next to you)  To another time and place.  Baby, don't you wanna, dance upon me,  (Are you ready)  Leaving behind my name, my age.  (Lets go) 
(Like that)  (You like it)  (Now watch me)
 - Sabes eres un chico muy atractivo- el mayor se acerco un poco más a su cuerpo, como si fuera un gato acorralando a su bolita de estambre y poso una de sus manos  sobre la cadera de Camus.
 Camus estaba soñado, jamás un chico tan guapo como Saga se había fijado en él, lo estaba cazando, lo estaba seduciendo, el menor (dentro de su semiincomciencia) lo sabía, pero ¡¿A quien diablos le importaba eso?!, el punto era seguir el juego.
 - ¿Puedo besarte?- pregunto el menor.
 Get it get it, get it get it (WHOOOA)  Get it get it, get it get it (WHOOOOOA)  Get it get it, get it get it (OOOHHHH)
 Saga rió encantadoramente, al parecer Camus no se andaba con rodeos, cosa que lo hacía mucho más interesante.
 Lo siguiente que Camus pudo capturar con su saturado cerebro, fueron unas esmeraldas que se acercaban a él, un calido aliento y un dulce sabor.
 A pesar de las ansias que tenían el beso comenzó lentamente, ambos pares de labios se estaban probando, sincronizando poco a poco, al ritmo de la canción.
I really wanna dance, tonight with you.  (I just can't help myself)  I really wanna do what you want me to.  (I just feel I let myself go)  I really wanna dance, tonight with you.  (Wanna see you move)  I really wanna do what you want me to.  (Uh Uh Uh) 
Cuando Saga lo considero apropiado introdujo su lengua en la dulce boca de Camus, para profundizar la caricia. El cuerpo de Camus se estremeció al mismo tiempo que emitía un leve quejido, nadie lo había besado de esa manera. Miles de receptores captaban todas aquellas nuevas sensaciones: sus labios calidos, suaves, su lengua húmeda y su agradable sabor.
 Si antes Saga le había parecido un tipo atractivo con voz sensual, lo que ahora pensaba es que era un dios, la forma en que lo besaba era indescriptible, cada movimiento de sus labios hacía que su piel se calentara exponencialmente y que su corazón latiera tan fuerte como la música que  se escuchaba en la casa.
 Baby, don't you wanna, dance upon me,  (I just wanna dance next to you)  To another time and place.  Baby, don't you wanna, dance upon me,  (Are you ready)  Leaving behind my name, my age.
  Para cuando el “pequeño” beso había terminado Camus se encontraba acorralado entre la pared y el perfecto cuerpo de Saga, con las mejillas adorablemente sonrojadas, los ojos vidriosos y un bultito que comenzaba a crecer debajo de su pantalón.
 -¡Eres precioso!- dijo Saga, antes de comenzar el ataque directo y sin reservas hacía el blanco cuello de Camus.
La mente de Camus ya no sabía que registrar, todo le parecía confuso, torturantemente confuso y delicioso.
 I'm a slave for you. (Take that)
I cannot hold it; I cannot control it.  I'm a slave (It just feels right) for you. (It just feels good)  I won't deny it; I'm not trying to hide it. (Baby) 
 De pronto sintió una mano colándose por entre su camisa para acceder hacía la piel de su espalda, acompañada por la sugestiva voz de Saga en su oído diciendo- Quisiera devorarte aquí mismo.
 Lo siguiente fue un acercamiento del tercer mundo (¿Marcianos?). Saga coloco la mano que tenía libre en su cadera, cerca de uno de sus glúteos, para acercarlo de forma tal que pudiera sentir lo excitado que estaba, o mejor dicho lo excitados que ambos estaban.
  Get it get it, get it get it (WHOOOA)  Get it get it, get it get it (WHOOOOOA)  Get it get it, get it get it (OOOHHHH)  (Panting) 
 Camus lanzo sin quererlo un gemido al aire, la cosa iba bastante enserio.
 ***********************************
 Milo acababa de despedir a su cariñosa amiga en las afueras de la casa, cuando recordó que ya tenía varias horas en ese lugar, miro su reloj encontrándose con la novedad de que ya eran 11:30 e inmediatamente recordó algo que Camus le había dicho: “Debo estar en casa a las 11:30 o mi madre me mata”  /size]
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- ¡MIERDA!- grito de repente y como bólido se encamino de regreso a la fiesta para buscar desesperadamente a su amigo. Tal vez no había sido tan buena idea dejarlo solo por la susodicha con la había estado; aun y cuando la sexy chica lo hubiese tratado tan bien.
 Dentro de la casa todavía estaban bastantes personas, la mayoría universitarios, por lo que Milo tuvo que escanear rápidamente todos y cada  uno de los lugares por donde pasaba, sin embargo no logro dar con él “¡¿Dónde rayos se metió?!” pensó un tanto molesto. (¿En verdad esperaba que Camus se quedaría con tonto esperándolo toda la noche?)
 Llego a la pista de baile donde se encontró con Aioria quien bailaba alegremente junto a una chica de muy buen ver, sin pensarlo dos veces lo llamo.
 - ¡OYE Aioria!, ¿Sabes donde esta Camus?- pregunto ansiosamente- ¡Debemos irnos!
 - mmmmm, hace 15 minutos que lo acabo de ver- dijo Aioria buscando con la mirada a Camus-  se fue… ¡Alla esta!- agrego sonriendo y señalando con un dedo hacía la cocina.
 Cuando Milo volteo hacía donde le indicaba el morenito casi se va de espaldas.  No es que fuera una persona muy puritana, pero el hecho de ver a su mejor amigo acariciándose y devorándose a besos con un chico, sin la menor muestra de pudor, si que lo sorprendió y porque no decirlo hasta lo alarmo - ¡¿Qué esta haciendo con ese desconocido?!- pregunto un tanto preocupado.
 En realidad la respuesta era bastante obvia…  /size]
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Obvia y sobre todo visual.
 - No es un desconocido- corrigió Aioria- es el hermano del amigo del novio de mi hermano.
 La cara del rubio lo dijo todo: ¡¿EL QUÉ?!, por lo que Aioria trato de tranquilizarlo-no te preocupes, no es una mala persona.
 Milo dudo un momento en detener todo aquello, al pacer Camus lo estaba pasando en grande con él hermano del quien sabe que hermano de Aioria, pero las manecillas del reloj no se detenían y solo había dos opciones (1) dejar que Camus tuviera su noche desenfrenada de pasión y esperar a que su madre lo despellejara vivo por regresar a su casa como a las dos de la madrugada (en caso de que regresara), ó (2) interrumpir el show para llevarse a Camus arrastrando hasta su casa y rogar a todos los santos porque la madre de su amigo se tragara una tonta excusa y talvez no lo despellejara; ¿Qué decidió  su amigo ya había tenido suficiente por esa noche.
 Milo camino con paso decidido hacía la impúdica pareja para separarlos repentinamente y gritar a todo pulmón- ¡DISCULPEN!-
 Camus resintió inmediatamente la lejanía del calido cuerpo de Saga y miro con recriminación a Milo, nada contento por la forma en la que los había separado, ¿Acaso no se daba cuneta de que estaba ocupado?, “Con que no sea algo importante y me las pagas” pensó rencoroso.
 Saga por su parte miro con molestia al muchachito aquel pensando “Así que amigos, ¿No?”.
 -¡CAMUS DEBEMOS IRNOS YA!, ¡SON LAS 11:40!- dijo Milo ignorando por completo al hermano de quien sabe quien.
 En ese momento Camus pareció despertar de un lindo sueño para darse cuenta de la aterradora realidad: se suponía que desde hace 10 mintos debió haber estado reportándose en su casa y dándole las buenas noches a su madre.
 - ¡¿LAS 11:40?!- grito alarmado y separando completamente a Saga de su cuerpo.
 -¡SI!, ¡Vayámonos ya!- se apresuro a decir Milo, jalando a Camus de la mano y llevándoselo rápidamente sin darle tiempo siquiera de despedirse o de pensarlo por lo menos.
 Saga tampoco supo reaccionar a tiempo, no contaba con la velocidad del rubio entrometido para llevarse a Camus de su lado.
 Camus olvido momentáneamente al hermoso modelo y se dejo llevar por Milo sin remordimiento alguno hasta que escucho su voz llamándolo desde atrás.
 - ¡Espera!
 Camus solo tuvo tiempo de voltear su cabeza hacía atrás encontrándose una vez más con los hermosos ojos de Saga que lo miraban entre sorprendidos y suplicantes.
 El menor sintió ganas de regresar a su lado, pero la imperiosa imagen de su madre enojada, consiguió que sus pies siguieran los pasos de su amigo y que una de sus manos se alzara en señal de despedida.
 - Adiós- pronuncio en un susurro al tiempo que Milo lo jalaba nuevamente para acelerar el paso, si tenían suerte llagarían a casa de Camus como a las 12:00…  /size]
Bueno más que suerte necesitaban un milagro.
  ******************************
  - ¡¿CRES QUE SOY ESTUPIDA?!- la madre de Camus estaba más que enfadada, sus ojos azules lo penetraban como si fuesen agujas picudas- ¿¡COMO QUE TE EPERDISTE?!- si algo detestaba más la madre de Camus  aparte de la indisciplina era  la mentira, no soportaba que quisieran verle la cara de tonta y por nada del mundo se iba a tragar una excusa tan tonta.
 - yo… 
- ¡Por favor Camus ya no eres un niño! ¡Dime de una maldita vez,  ¿Por que si yo te dije que llegaras a las 11:30, estas aquí a las 12:30!- en realidad eran las 12:15, pero para la madre de Camus era lo mismo, en realidad no era la tardanza lo que la tenía tan molesta; era el aspecto en el que había llegado su hijo: todo desaliñado, con la camisa mal abrochada, despeinado, oliendo a alcohol y lo más alarmante ¡EL CUELLO LLENO DE MORETONES!!, sabría dios en donde más tendría aquellas machas amoratadas.
 - se me paso el tiempo- contesto en voz baja el acusado.
 - ¿¡Que cosa?!, ¿¡Se te paso el tiempo?!, ¡Claro!, ¡Y por eso llegas así, todo besuqueado!!
 Camus desvió la mirada, desde luego que no le diría “llegue tarde por estarme fajando con un chico”, por esa razón opto por la mejor defensa que cualquier culpable puede tener; el silencio.
 - ¡Te lo advertí Camus! ¡Tu ya sabías lo que iba  a pasar si llegabas tarde!, ¡En esta casa no vas a estar llegando a la hora que se te pegue la gana!!,¡¡Tienes prohibido salir con Milo durante dos semanas!, ¡Me oyes!, ¡No tienes permiso ni de salir a la tienda con él!- la madre de Camus tomo aire profundamente para agregar- Ahora vete a cambiar esa ropa y a dormir, que mañana te llevare a la tienda.
 Camus camino con paso rápido hacía su cuarto, como perrito con la cola entre las patas, entro en su habitación cerrando la puerta con seguro y suspiro abatido. ¿Cómo podría decirle algún día a su madre que era gay, cuando esta se ponía histérica por unos chupetones?
 Se dirigió hacía el espejo para ver las manchas que lo había delatado y ahí estaban, a simple vista podía ver tres, eso no se lo perdonaría tan fácilmente su madre, lo sabía porque al día siguiente lo llevaría la tienda, suspiro esta vez resignado; no tenía caso estar pensando en lo mismo una y otra vez, decidió quitarse la ropa para ponerse la pijama y meterse a la cama lo antes posible.
 Una vez dentro de las cobijas y con la luz apagada, pensó en la fiesta, pensó en Saga… 
Sus hermosos ojos verdes puestos en él, su voz seductora haciéndolo estremecer; sus expertas manos recorriendo su piel, animándolo, incentivándolo con cada gemido que había escapado de sus labios; los movimientos “accidentales” de su cadera y sus deliciosos labios que le habían otorgado la miel más dulce que hubiera probado….
 No necesitaba soñar con los Ángeles porque para Camus ese día lo había visitado uno, así se durmió feliz añorando que algún día no muy lejano pudiera ver a Saga una vez más.
 Lo que Camus ignoraba es que alguna vez el diablo fue el ángel más hermoso de todo el mundo.
  Continuara.
  Capitulo 3.
   Camus abrió los ojos lentamente, no sabía exactamente a que hora se había quedado dormido, solo recordaba una última imagen que lo había acompañado antes de caer en la inconciencia.
 “Saga” pensó sonrojado, no podía evitarlo tan solo pensar su nombre hacía que su cara se pusiera como tomate, gracias a eso Milo lo había molestado de regreso a casa, la noche anterior.
  ------------Recuerdo--------------------------
 - ¡Rayos Milo mi madre me va a matar!, ¡¿Por qué no me dijiste que ya era tarde?!, te suplique que me recordaras- Ambos amigos estaban sentados en el autobús, pero Camus no dejaba de mirar estresado y ansioso hacía la ventana, como si esa acción pudiera impulsar el camioncito para que avanzara más rápido.
 - ¡Lo siento, se me paso el tiempo!, ¡Además TÚ estabas muchísimo más distraído que yo!
 Camus volteó hacía su amigo inmediatamente.
 - ¡Y no pongas esa cara!, ¡Te vi con estos dos hermosos ojos que se han de comer los gusanos!
 La mejillas del pelirrojo (no recuerdo si ya había dicho el color de su cabello n_n´) comenzaron a matizarse de un color tan vivo como el jitomate.
 - ¿¡Por dios Camus?!, ¡Ni si quiera te había reconocido!, ¡¿Te das cuenta de lo que tuvieron que presenciar mis inocentes y virginales ojos?!, ¡Un minuto mas tarde y te hubiera encontrado haciendo no se que cosas!, ¡Debería darte vergüenza!, ¡Digo, para algo existen los hoteles, ¿Oh no?!
 Conforme Milo expresaba con “un poco” de dramatismo su sentir, su amigo había comenzado a agachar la cabeza lenta y progresivamente, cada vez más y más apenado, incluso enrojeciendo hasta las orejas. No solo tenía que soportar las burlas de su amigo, sino también todas aquellas miradas que curiosas se dirigieron hacía el (mmmm, los chismosos no se quedaron en su casa, ¿Verdad?)
 Milo por otro lado lo estaba disfrutando de lo lindo, pocas veces tenía la oportunidad de tomar ventaja sobre “don perfecto”, así que continuo saboreando su victoria temporal: ¿¡Que habrá pensado Aioria?!, ¡Me imagino que el tipo ese besaba de maravilla, para ver como te tenía, porque…
 - ¡CALLATEEEEEEEE!!- interrumpió Camus nervioso, con la cara apunto de estallar de vergüenza y tratando de silenciar al escandaloso Milo con amabas manos.
 - ¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja!- Milo rió divertido- ¡Espera!!!, ja, ja, ja, ja, ¡Ya no diré nada pero cuenta!!!
 - ¡No!- dijo tajante Camus, enderezándose en su asiento.
 - ¡Anda no te pongas digno y dime!!!- lo animo a decir Milo- ¿Quién era ese tipo?
 -¡No te lo diré!!- renegó Camus, sintiendo cada vez más las atentas miradas de los chismosos pasajeros, e incluso del señor se suponía debía prestar atención al camino.
 - ¡¡¡Ah no pensaras que quiero bajarte al tipo ese!!!, ¡No estaba tan guapo que digamos!.
 - ¡Y entonces, ¿Para que quieres saber que paso?!, si aparte de todo ya divulgaste lo más importante a todo el camión!!- esto ultimo Camus lo dijo premeditadamente haciendo que el hasta el chofer del camión sintiera la pedrada.
 - ¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja!- pero a Milo le pareció mucho más gracioso- ¡En serio te gusta el chico!!, ¡ja, ja, ja, ja, ja, ja!
 Camus no tuvo otra opción que enrojecer hasta la punta del cabello.
  --------------- Fin del recuerdo--------------------
 “¡Maldito Milo” peso Camus, aparte de todo su maravilloso plan de perdida había resultado peor.
 - ¡Camus ven a desayunar!- y esa era la voz de su querida madre, suspiro profundamente, ese día no seria nada pero nada facil.
 Media hora mas tarde Camus comprobaba que su madre si que estaba molesta, no solo lo iba a poner a trabajar como cerillo en un supermercado (que ni a súper mercado llegaba), ¡No!, ¡Eso no era lo suficientemente humillante!, además de todo, el mentado supermercado estaba cerca (bastante cerca) de su escuela; es decir su calculadora madre lo había maquinado todo para que media escuela lo viera llenando bolsitas.
 - “¡Mierda!”- pensó molesto.
 - Camus espérame aquí voy a buscar al gerente para que nos traiga el contrato.
 Minutos mas tarde la madre de Camus apareció en el umbral de la puerta acompañada por un señor que no tendría más de 40 años, vestido con traje color azul marino, camisa azul marino y corbata azul marino, mas que gerente parecía un PowerRanger.
 - Camus ven acá para que te conozca el señor gerente.
 Mientras Camus seguía las indicaciones de su madre; el gerente lo examino lentamente quedando gratamente sorprendido por las facciones tan finas de aquel hermoso rostro y con una amplia, muy amplia sonrisa le pregunto.
 - ¿Asi que quieres trabajar en este lugar?
 - Uy si, señor gerente, trabajar llenando bolsitas ha sido el sueño de toda mi vida- Eso es lo que Camus hubiera querido contestar pero la aguda y amenazadora mirada de su madre lo obligo a decir: Si… me gustaría.
 - Bueno, generalmente todos los aspirantes a tu puesto deben cumplir con ciertos requisitos como son la escuela, la entrevista y el examen psicológico(¿No se supone que solo se trata de llenar bolsitas?)- Esta vez la mirada amenazadora fue dirigida hacía el gerente- pero dado que tu vienes recomendado por uno de mis jefes, no es necesario llenar tanto papeleo- Vaya que la madre de Camus era bastante persuasiva- ¿Por qué no entran los dos a la oficina para firmar el contrato?
 - ¡Muchas gracias señor gerente!, por darle esta oportunidad a mi hijo, le aseguro que trabajara muy duro- añadió sonriendo la madre de Camus.
No tardaron ni diez minutos en firmar todos los papelas, cuando el gerente extendió la mano hacía el pelirrojo diciendo- entonces, bienvenido a empresas Súper Tianguis.
 - Gracias- contesto muy desanimado Camus.
 Estaba ya todo hecho, su madre se había salido con la suya, había firmado ya el mentado contrato que lo comprometía a trabajar en ese horrible lugar de martes a sábados, durante 4 horas por un laaaargo año, llenado bolsa tras bolsa o en el mejor de los casos llevando cajas de un lugar a otro. Esta vez su sacrosanta madre se había pasado.
 No solo seria la comidilla de la escuela. ¡No!. Ahora además su vida social se había terminado completamente, todo por estar al servicio de un hombre que parecía powereanger, que lo miraba de forma extraña y recién había ¿Acariciado su mano?.
 ¿¡Todo eso solo por una pequeñísima calentura de adolescente?!
 ¿Qué podría empeorar las cosas?
 Nada, ya nada podía ser mas catastrófico en su corta vida (uuuf que exagerado, mejor que se corte las venas con galletas de animalitos)
 - Estoy segura de que Camus esta ansioso por comenzar a trabajar lo antes posible - añadió su madre.
 Oh si podia ser peor?...
 - ¿¡Porque no lo deja intentarlo el día de hoy?- termino preguntando la madre de Camus.
 “¡¿HOY?!” pensó alarmado Camus.
 - mmmmmm, bueno es que… - y de nueva cuenta frente al gerente los ojos d e la madre de Camus parecieron adquirió un brillo especial- en ese caso mandare traer su uniforme para que empiece ya mismo- el gerente sonrió con nerviosismo.
 15 minutos más tarde --------------------------
 El gerente miro sin disimulo a su nuevo y “bello” empleado, ahora sin la vigilante mirada de su manipuladora madre podía apreciar perfectamente cada pequeño detalle del apuesto jovencito, personas como el no se veían todos los día: una cara con facciones muy finas, labios delgados, ojos de color azul, una piel blanca, aparentemente mas suave que el algodón, ligeramente alto para su edad, delgado y ese cabello pelirrojo…
 En realidad lo único que  le atraía al gerente era ese cabello color de fuego que tenia el chico, siempre le habían gustado las pelirrojas y ahora teniendo delate a Camus pensó: “es mi tipo” (solo por el cabello -.-). Tal vez con algo de suerte podría comprobar la suavidad de ese cabello.
 El gerente hubiera seguido formando sus fantasías de no ser por que la alarma de su reloj comenzó a repicar, indicándole que tenía cosas “mucho” más importantes para ese día.
 - Oh, cielos, es hora, Camus sígueme, te voy a presentar con tu superior, vamos- dijo poniéndose de pie, abriendo la puerta de su despacho para indicarle cortésmente a Camus que saliera y por supuesto echar una ultima mirada  a ese bonito cabello rojo, antes de iniciar una caminata por la tienda.
 Camus se dio cuenta nuevamente de la mirada extraña que le había dedicado al salir de la oficina y algo temeroso, bajo la vista al suelo, siguiendo los zapatos de ese señor extraño entre estantes repletos de artículos para el hogar.
 - Mira Camus este será tu jefe inmediato, el te enseñara todo lo que necesitas saber, él es el encargado de la tienda mientras yo no estoy.
 Al levantar la vista se encontró con la única persona en todo el mundo que ansiaba ver más que nadie.
 Su corazón comenzó a bombear con mayor rapidez y los miles de capilares que se encontraban bajo la piel de sus mejillas comenzaron a abrirse para tornar sus mejillas rojizas.
 Tuvo que detenerse del primer estante que encontró su mano pues sintió que sus piernas se derretirían como helado en el sol.
 No podía creerlo, unos cuantos metros mas adelante se encontraba el hermoso peliazul que conociera en la fiesta del día anterior. ¡Era él!!, ¡¡Por dios que era él!, ahí estaba delante suyo con su hermoso cabello azul recogido en una coleta (que lo hacia ver mas sexy), portando igual que él, el uniforme del minisuper, con una maquinita de precios en su mano derecha y con esas enormes esmeraldas posadas una vez mas en el.
 Pero el bello modelo lo miro con frialdad, acción que provoco que el menor dirigiera su vista hacia el piso sonrojado.
 - Acércate para que te presente- lo llamo el gerente.
 Camus dio unos pasos hacia delante sintiendo que en cualquier momento su cara estallaría de tan roja que estaba.
 - Phoebe te presento a Camus, a partir de hoy este chico comienza a trabajar con nosotros, así que enséñale lo que debe hacer y como lo debe hacer.- el gerente miro su reloj y continuo diciendo mas apresurado- me habías dicho que necesitabas un asistente, tal vez él pueda ayudarte, deja que hoy salga temprano, enséñale lo mas básico primero, donde esta cada cosa, bla, bla, bla, ya sabes que hacer; debo irme ya, nos vemos mañana, adiós- y sin decir mas el gerente se apresuro a salir en dirección contraria.
 Pasaron unos segundos en completo silencio mientras el pobre Camus se ponía cada vez mas nervioso, no sabía ni que decir, de hecho no sabía ni como formular palabras coherentes en su cabeza.
 - sigueme- fue la palabra que rompió el momento anterior.
 El modelo camino entre los estantes llevando consigo unos frascos, dejando uno por aquí, otro por allá, sin prestarle verdadera atención a Camus.
 - La tienda esta divida en varias secciones, cuando no estés en los cajeros como empachador voy a necesitar que acomodes los productos, la primer sección es la artículos para el hogar y la quinta es para toda la comida, por ahora con que aprendas donde esta cada una de esas dos es suficiente- El peliazul se detuvo repentinamente para voltear a ver al chico nuevo, parecía demasiado nervioso así que agrego- Te acostumbraras pronto- y reinicio su camino por entre los estantes- La tienda no es muy grande, el trabajo es sencillo, lo mas pesado se viene el fin de mes cuando…
 Camus seguía completamente embotado, siguiendo aquel cuerpo tan perfecto que desprendía levemente un delicioso perfume, sus cabellos, su voz, sus gestos, lo seguía mas por inercia que por obligación.
 ¿Quién hubiera imaginado que lo vendría a encontrar justo en ese lugar?, hace tan solo unas horas pensaba en la forma de reencontrarse con él y ahora como por arte de magia lo tenia a unos cuantos centímetros de distancia, tan cerca…
 - ¿Camus?
 El mencionado pareció salir repentinamente de sus cavilaciones- ¿Eh?
 - ¿Tu nombre es Camus no?- un momento…
 - Así es- ¿Acaso no recordaba su nombre?
 - Pensé que lo había dicho mal, entonces te presentare con lo demás.
 De  pronto el pelirrojo cayo en cuenta de que el hermoso modelo lo estaba tratando como si nunca se hubieran visto, pero ¿Por qué?, si hace tan solo unas horas se habían incluso besado ¿Cómo es que ahora lo trataba de esa manera?
 Camus detuvo el paso - Yo…- tal vez…
 El modelo se detuvo también mirándolo con curiosidad.
 - yo siento mucho lo de ayer- tal vez Saga estaba molesto por como lo había dejado a media fiesta y a medio vestir sin darle ninguna explicación.
 El lindo peliazul estaba a punto de contestar algo cuando alguien más llego repentinamente colgándose de su brazo y diciendo:
 - ¡JEFESITO!, ¡YA ESTOY LISTO PARA LA ACCIÓN!
 El modelo cerro los ojos mientras un chico se le encimaba,  lo abrazaba y bailaba a su alrededor con alegría sin dejar de hablar - ¡NO TE DA GUSTO VERME HACE 48 HORAS QUE NO NOS VEMOS! ¡Estaba esperando para verte, hasta me levante temprano y tu sabes lo que me cuesta levantarme porque ese maldito celular…
 Camus frunció el ceño, ¿Quién era ese?, junto a SU modelo estaba un chico de no mas de 18 años, delgado, de piel blanca como porcelana, cabello azul celeste, ondulado, ojos azules y brillantes, con un lunar cerca de su boca, vestido con el uniforme que lo identificaba como empleado de la tienda. Nada despreciable el jovencito pero sobre todo muy encimoso con Saga.
 - Oye- hablo el modelo sin abrir los ojos y cruzando los brazos.
 - ¡KIAAA EL JEFE ME DIJO QUE CONTRATO UN CHICO NUEVO!, ¡DICE QUE ES DE SECUNDARIA! No te parece un poco pequeño, a mi no me querían aceptar…
 - ¡Oye!- El modelo comenzó a impacientarse siempre era la mismo con ese tipo, hablaba hasta por lo codos y encima de eso tenia que soportarlo día tras día.
 - ¿¡Ya lo has visto!?, ¿¡DONDE LO TIENES!?, ¡Espero que no le hayas hecho alguna de tus perversi…
 - ¡AFRODITA YA CALLATE!, ¡ESTA JUSTO DELANTE DE TI!, ¡Lo vas a asustar!- grito repentinamente el modelo, evitando que continuara la bochornosa situación.   
 El chico alegre volteo hacia Camus mirándolo con sorpresa, tomo su mano saludándolo  y agregando:
 - ¡HOLAAA! Mucho gusto mi nombre es Afrodita, soy estudiante de preparatoria!, ¿Cómo te llamas?
 Camus lo miro con desconfianza cada vez el tipo ese le parecía mas raro ¿Afrodita?, ese parecía mas bien un nombre de niña, de hecho si lo miraba detenidamente aquel sujeto parecía mas bien una chica histérica, no le daba nada de confianza, así que miro a Saga como pidiendo ayuda.
 El modelo suspiro pesadamente diciendo- Se llama Camus.
 Los ojos de Afrodita brillaron con más emoción- ¡Camus!, ¡Que nombre tan lindo! ¡No te preocupes yo te enseñare todo lo que quieras!, este es un lugarsucho horrible, pero espero que nos llevemos muy bien, mira te presento con los demás, ven conmigo- tomo la mano de Camus llevándolo con prisa hacia un pequeño grupo de dos personas.
 El pequeño pelirojo no tuvo mas remedio que caminar con Afrodita, miro hacia atrás buscando al modelo que los seguía a paso lento, cuando regreso su vista la frente se encontró con otros dos chicos.
 - ¡ATENCION TODOS!, ¡Aquí esta Camus es nuevo empleado en la tienda!, mira este de aquí es Shaka, y este apuesto hombre de aquí ¡Es mi novio!
 Camus miro a sus dos nuevos compañeros, el primero era rubio con ojos azules y serenos, casi tan delgado como Afrodita y con facciones tan finas como las del primero, pero bueno lucia mucho mas varonil que el otro, y porque no decirlo demasiado atractivo, casi tanto como Saga. Mientras el “novio” de Afrodita era moreno con ojos azules,  pelo entre azul y morado, mirada penetrante y un cuerpo bastante bien formado, no se quedaba nada pero nada atrás del rubio.
 - ¡Por ultima vez!, ¡NO SOY TU NOVIO Y DEJA DE ABRAZARME!
 Afrondita lo miro con rencor y lo soltó diciendo: ¡Ya pues, no te pongas tan especial, de todos modos no tendrías tanta suerte.
 - Bueno como sea- y dirigiéndose a Camus el “ex novio de Afrodita” le dijo- Hola me llamo Otto (a petición de mi hermana) pero puedes decirme Death, estoy en segundo año de la preparatoria, Y NO SOY NOVIO de esta florecita- dijo el moreno sonriendo hacia la “florecita”.
 Afrodita se cruzo de brazos y le saco la lengua a Death.  
 - Ho… Hola- Camus sintió que una gota de sudor corría por su frente, parecía que si había algo entre esos dos, cosa que le convenía.
 - Emm ¿Camus?- hablo el bello rubio- Hola mucho gusto, como ya dijo Afrodita soy Shaka yo estoy en la universidad y trabajo aquí cada tercer día, si tienes alguna duda no dudes en preguntarme y que no te asuste Él- señalando a Afrodita- es muy efusivo, pero es buena persona- dirigió su mano hacia el menor en señal de saludo.
 -  Eeh mucho gusto- Camus estrecho su mano sintiendo que sus mejillas se sonrojaban.
 - ¡WAAA!, ¡QUE LINDO!, ¡Camus se mi hermano menor!- Afrodita abrazo amistosamente al menor, haciendo que su sonrojo se incrementara, no estaba acostumbrado a personas como el.
 - Ja, ja, ja Afrodita creo que lo asustas- dijo Shaka.
 - Bueno ahora que lo pienso si Camus fuera rubio seria mas bien tu hermano Shaka, se parecen mucho, los dos son muy bonitos- Afrodita soltó su abrazo sobre Camus para pellizcar ligeramente las mejillas de Shaka- ¿¡Por que no te conocí antes que el psudojefe?!.
 Camus se sorprendió por aquellas palabras “pseudojefe”.
 El rubio se sonrojo levemente- pero que cosas dices- y así hubiera continuado la florecilla del lugar de no ser por el modelo de grandes esmeraldas.
 - ¿Ahora Resulta que también quieres a Shaka?- pregunto Death.
 - ejemmm, bueno Camus ya conoces a todos, ahora ven conmigo te enseñare la papelería- El peliazul dio media vuelta siendo seguido por el menor, que miraba con curiosidad hacia sus otros compañeros que seguían discutiendo algo.
 Camus volteo su vista hacia el modelo, sus otros compañeros eran todos atractivos pero ninguno le llegaba a los talones a ese bello peliazul que por asares del destino había vuelto a encontrar; solo tenia un solo y gran problema.
 ¡No le dirigía ni media palabra!, de hecho y siendo realistas no le dirigía ni siquiera una mirada, un gesto, ¡NADA!, lo trataba con la mas cruel de las indiferencias, tal vez Camus pudo haber caído, pudo haberse desmayado a medio pasillo y el atractivo modelo jamas se hubiese enterado, porque no mostraba el mas mínimo interés en el menor; ¿Qué había pasado con el chico arrollador que había conocido hacia unas horas?
 - Por cierto aun falta una persona que conozcas, trabaja de vez en cuando, es mi hermano- bueno al menos le estaba hablando- cuando venga te lo presentare, quiero que lo conozcas también, mientras te mostrare algo.
 - Oh- Camus emitió ese simple vocablo sin entender la magnitud de las palabras que su nuevo jefe le estaba diciendo.
 El peliazul no comento nada más, se detuvo delante de la oficina del gerente, saco lentamente las llaves,  abrió la oficina y dándole paso al menor le dijo:
 - Pasa Camus.
 Camus camino hacia el interior de la oficina bastante abatido por la actitud de su hermoso modelo, de haber sabido que las cosas serian así hubiera preferido no encontrarlo de nuevo.
 La puerta de la oficina fue cerrada, de pronto Camus sintió que era jalado por su mano y lanzado con cierta fuerza hacia una de las paredes de la oficina, todo paso tan rápido que no tuvo tiempo de reaccionar solo un parpadeo y cuando abrió los ojos de nuevo estaba siendo acorralado por el modelo…
 Y ahí estaban nuevamente esas enormes y brillantes esmeraldas devorándolo, seduciéndolo en medio de la semioscuridad.
 Camus hubiera jurado que estaba soñando de no ser por la voz persuasiva del mayor:
 - Así que el Rubio de ayer era solo tu amigo ¿Eh?
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