Tumgik
#esperando a mi caballero con brillante armadura
nightsofvangogh · 3 years
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Hermoso reflejo
ATENCIÓN: Esto es sólo una traducción del fanfic original de @bittermuire. (Aquí el fanfic original en inglés que consideré tan bueno que traduje por amor al arte). Con lo cual NO ES MÍO.
Incorporando la espalda, Nesta mira su reflejo.
“Estás preciosa”, murmura Emerie.
Nesta asiente con la cabeza. Preciosa es un buen adjetivo. El pelo enroscado en una corona trenzada, con flores intercaladas en los mechones, ojos pintados de negro y los labios de un rojo intenso. Junto con el vestido, su figura roza la perfección.
Gwyn alcanza su mano y la aprieta suavemente. Nesta hace lo posible por hacer lo mismo. Está congelada en los ojos de su reflejo. ¿Siempre ha parecido tan fría? Incluso tan bien vestida, envuelta en seda y maquillaje de la más alta gama, amada por sus hermanas por fin... está tan vacía que cree que nunca podrá volver a sentirse entera. La suave luz invernal no puede esconder los surcos esculpidos en su eterna piel.
Alisando su falda, Emerie sonríe. “¿Estás feliz?”
“Cualquiera diría que es primavera”, añade Gwyn con un guiño.
“Estoy…”.
Nerviosa. Enferma. Cansada.
Hay una piedra en mi estómago. Un pitido en mis oídos.
Nací en una maraña, sueño un día que cuando me levante… Me pregunto, me pregunto… si algún día me libraré de esta pesadilla.
Feliz. Feliz. Feliz.
“Estoy muy feliz”. Mira a sus amigas y sonríe. “He estado esperando este día, mi final feliz”.
La cara de Gwyn se ilumina complacida. Le lanza a Emerie una mirada fugaz y afilada.
Si pierden su fe, ella lo hará también.
Nesta mira a un punto remoto y lanza una plegaria.
·
“Por siempre te tendré, Nesta Archeron-“
Nesta Archeron.
“-como mi compañera”.
Él aprieta suavemente sus manos y ella levanta la mirada.
“Soy tuyo, y tú,” dice lenta y profundamente, “eres mía”.
Toda su ardiente intensidad está implícita en esas palabras. Las pronuncia como si con ello pudiera atar sus muñecas y sujetarla fuertemente. Él bebe de ello; la curva de su sonrisa y el ardor de sus ojos observándola como una presa.
Ella hace todo lo que puede por sonreír,
“Repite conmigo”, dice Clotho, muy gentilmente. Nesta la mira.
Cualquier indulto le vale, cualquier descanso.
Ella repite las palabras, las pronuncia, deja que se deslicen por su lengua. Sabe que sólo Cassian y Clotho las oyen, y que Rhysand hará comentarios sarcásticos al respecto más tarde. Su estómago se cierra. Sólo un poquito más para poder bajar del altar y perderse de su vista.
Clotho coge aire. “Soy tuya, y tú eres mío”.
Soy tuya, y tú eres mío.
Soy tuya, y tú eres mío.
Son palabras sencillas, ¿verdad? Palabras como lazos. Palabras como nudos. Sencillas de decir y sencillas de creer. Ama a Cassian. Su mundo terminó la primera vez que le vio; son perfectos, se rompen por la mitad para completarse entre ellos.
En algún sitio en su lugar de origen está una mitad de ella enterrada en la tierra. Olvidada e innecesaria. Inútil en el futuro que ella ha escogido.
No puede decir las palabras.
Su boca entreabierta, indefensa.
Puede ver su corazón romperse.
·
Pero a veces, ni siquiera quinientos años son suficiente.
“Eres mía.” Gruñe él, tan cerca que puede sentir su aliento, “Mía. Mi compañera. Me perteneces, Nesta.”
Sus ojos oscuros e intensos, sus labios curvados en una mueca; ella mira su rostro con horror. Un nuevo miedo la inunda. Él era su caballero de brillante armadura, su guardián, sus pasos el eco de los suyos. ¿Qué es ahora?
¿Cómo puede ella amar su furia, esa ira infinita? ¿Cómo puede ella amar esa oscuridad que disfruta de la suya?
·
Rhysand le agarra de la muñeca cuando baja del altar, sus nudillos blancos cuando se acerca.
“Pagarás por esto”, sisea. “Le has humillado”.
Feyre se sienta en silencio. Nesta siente la enfermiza sensación del amor y el odio desbordarla, siempre ese miedo paralizador. Culpa, vergüenza y dolor le cegaban.
“Por fin sabe cómo se siente”.
Pega un tirón, libera su muñeca del férreo agarre y se va.
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elbiotipo · 4 years
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...
Cargas eléctricas se disparaban de sus cabellos erizados al resto de su cuerpo. Inmediatamente, por su ropa obsoleta, por sus ojos que por primera vez miraban un mundo nuevo, el Caballero se dio cuenta que no era de este tiempo. La Chica miró a las tres lunas en el cielo turquesa, brillando de rubí incluso en el día.
-¿Che... no sabés donde estamos? -Dijo en castellano arcaico.
Quince bandidos de Occasus yacían electrocutados a sus pies. Sus espadas no alcanzaron ni a tocarla.
...
Inmensas montañas de vapor multicolor se elevaban (¿o bajaban?) entre las constelaciones de estrellas distantes, pequeños puntos luminosos en burbujas estrelladas, flotando en una tormeta de nubes.
A lo lejos, había corrientes tormentosas, oscuras, pero estaban bien lejos aún.
-Cebáme un mate, ¿podés? - El Gaucho le dijo a la Bruja, sentada en la silla del copiloto. La Bruja asintió; no se debía beber ni comer en la cabina, pero el Capitán no estaba, de todas formas. El Gaucho suspiró mientras el agua caliente le devolvía el alma al cuerpo. Hoy habían visto mucho.
-El Éter está calmo esta noche. -Suspiró la Bruja. -Es excelente para volar. Y para la buena fortuna en lo que nos propongamos.
-Bueno, vos sabrás de esas cosas...
-Dale, no dejemos al Capitán esperando. Es aquella estrellita. La naranja.
-Sí, sí, sé donde queda Alejandría...
El Gaucho tocó unos botones, tomó los manubrios y se recostó en la silla con un suspiro. Una música lenta, capaz un chamamé en otro tiempo, empezó a sonar en el alma misma de la nave, mientras se movía por las nubes etéricas.
...
Los palacios de Occasus eran todos iguales. De mármol falso, columnas ostentosas, estatuas blancas y frías. Y difíciles de escalar.
Aferrado a una cornisa escarpada, el Caballero miraba cuidadosamente al vacío. Bueno, vacío era un decir. Abajo había ciudad sobre ciudad, siglos sobre siglos de civilizaciones construyendo una sobre la otra.
Mientras su mente divagaba sobre esas culturas, una voz le habló desde la pared. Por suerte el Caballero sabía quién era, sino se hubiese caído en el acto.
-Ey. -Saludó la Mecánica con su mano, el resto de sus extremidades reptilianas aferradas a la pared.
-Saludos. -Le contestó el caballero.
-¿Necesitas ayuda?
-¿Estás segura de que me puedes sostener?
-Por supuesto. Pero después no te suelto más. -La Mecánica le guiñó, sacando su lengua. Y era cierto, si así lo quería. Sus manos se podían aferrar a todo.
El Caballero suspiró. Había peores opciones. 
Las patrullas de Occasus volaban alto por sobre los edificios de la furiosa ciudad.
...
El Éter volvía a la calma mientras los suaves tonos del acordeón ahuyentaban a las bestias que acechaban en las nubes tormentosas, aquellas que a veces se escabullen en la realidad para destruir los logros de la civilización y hostigar a los que buscan la paz. Pero ahora, las tormentas se perdían en los arcoiris nebulosos.
-Esas canciones - explicó la Bruja - son antiguas. Muchos más antiguas que la Unión Astral.
-¿Casi tan antiguas como yo? -Preguntó la Chica, que sentía algo familiar en los tonos del acordeón.
-Es posible. - Pensó la Bruja. Eso de verdad sería muy antiguo. De tiempos más tranquilos, cuando todos los humanos vivían bajo el mismo cielo.
La Chica volvió a recordar su ciudad, apenas un pueblito comparado con las grandes urbes que había visto en este mundo, una calurosa ciudad subtropical de edificios petisos y calles de tierra, hoy enterrada bajo los patanos de un río que nunca deja de fluir, olvidada por las miles de guerras que azotaron a la Madre Tierra.
...
A veces los días eran buenos. A veces el Capitán aterrizaba en uno de esos mundos remotos, bañados por la luz de soles clementes, con bosques acariciados por la suave brisa, mares limpios con atardeceres eternos, y ciudades tranquilas y amigables, que todavía escuchaban la música de la antigua Unión Astral y su justicia, reflejos de una época iluminada, antes de la era de los demonios.
Otras veces tenían que aterrizar en mundos aterrorizados por guerras eternas, azotados por los bandidos de Occasus, gobernados por hechiceros poseídos por los demonios del éter, con ciudades contaminadas por las megacorporaciones que parodiaban la ley y la justicia, especies enteras esclavizadas, coliseos con muchedumbres sedientas de sangre, y mil horrores más.
Desafortunados los mundos que necesitaban héroes. Demasiados mundos, y pocos héroes.
...
La armadura del Caballero estaba sucia del barro de otra trinchera más. En otros tiempos, tiempos más justos, un Caballero Astral la debía portar impecable, brillante. Pero ahora...
Otra explosión.
No había tiempo para eso. Un bandido que se hacía llamar soldado del Occasus se resbaló por la trinchera, su armadura negra sucia de lodo y sangre, su casco parecía un cráneo pasado por brea.
El Caballero preparó sus espadas. Cara a cara, como debía ser.
Pero delante de él, la silueta de una Chica, sin armadura excepto su ropa y una chaqueta de cuero, disparó el inconfundible sonido de una guitarra eléctrica. El soldado huyó despavorido, temblando con mil pulsos en su cuerpo.
-MiLady, ¡le dije que no se ponga delante mío! ¡Eso era mi combate!
-Ay, ¿Vos crees que el cabezón ese te iba a dar un combate honorable? ¡Te iba a matar!
-¡Te iba a matar a ti, si no era yo!
-¡Creo que ya aprendí a manejarme sola! ¡¿No te parece?!
-Shhh, ¡vayan a discutir sus tácticas, o resentimientos del día, o lo que sea, a otro lado! ¡No ven que estoy ocupada! -Exclamó la Mecánica, mientras trataba de resucitar la lanzadera. Mientras más rápido se pudieran ir, mejor. . -Ahh... pero ellos nunca tuvieron que arreglar una lanzadera bajo artillería demoníaca...- siguió quejandosé la Mecánica, la verdad con bastante razón.
...
A través de mil mundos azotados por el terror y la guerra, enfrentando sin temor a los soldados del Régimen de los Bandidos y a los demonios que asesinaban al destino de los seres libres, con las ideales de la antigua y bondadosa Unión Astral en sus corazones, ellos fueron navegando las corrientes del Éter, hasta encontrar la libertad perdida, en algún lugar, en algún tiempo, en alguna canción.
-De Una Historia Incompleta de la Guerra del Ocaso
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unadiosaenkarmaland · 4 years
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Capitulo 10
Era el momento de responsabilizarse, pero para ello debía hablar con quien mayor conexión tenía con los dioses. Muchos pensaban que este debía de ser el cura del pueblo, pero no, ya que quien se comunica solo para pedirle su favor en cosas materiales es un simple adulador a los ojos de los dioses.
Había alguien en estas tierras, que se consideraba un semidiós ya que con un arduo esfuerzo de años consiguió que los dioses le otorgaran conocimiento, un bien que a largo plazo era mucho más valioso que los diamantes. Contaba con su propio imperio en los aires, en la lejanía se vanagloriaba de sus saberes pero nadie lo envidiaba, porque de igual manera todos contaban con su ayuda desinteresada. Detrás de esa imagen monumental se encontraba alguien accesible que podría ayudar a la diosa a salir de los aprietos en los que se había metido.
-Ahora como hago para llamarlo sin que me ataquen sus miles de torretas?
-Si quieres le mando un mensaje- contesto el amigo naranja. 
-Si, por favor. Gracias, de aquí en mas puedo ir sola -luego de un tierno abrazo de despedida, entró en las puertas principales del recinto.
“Heme aquí” pensó, esperando cualquier cosa. Estaba segura de que a estas alturas ya nada ni nadie podría sorprenderla. Sabía de la existencia de este ser porque los demás dioses solían hablar de él pero nunca había podido dirigirle la palabra, no hace mucho uno de los dioses le había hecho unas preguntas sobre el verdadero amor de su parte pero no llego a contestar, debido al pequeño incidente que cambió su vida, la patada a la realidad.
-Auron? Qué sucede?- preguntó gritando en la lejanía el hombre montado en un caballo, era algo característico de él, hablar un poquito fuerte- tú no eres Auron.
-No. Ya debes saber quien soy-contestó con una postura firme, digna de una divinidad o algo parecido. El otro rió con cierto aire burlesco, no le atemorizaba su imagen- estoy aquí, porque planeo presentarme frente a mi pueblo pero no quiero que me ataquen.
-Bueno, eso va a estar algo difícil, sabes que se han esparcido rumores de que eres la causante de todos nuestros males.
-Soy consciente de ello.
Así es como el caballero de brillante armadura guío a la joven por la gloriosa edificación. Subieron el ascensor, atravesaron el camino principal y entraron por la elaborada puerta que escondía sus tierras detrás. A todo esto, en el transcurso el habitante iba narrando cada una de las veces que le colocaron explosivos sus compañeros, al parecer era algo que lo sacaba de quicio. 
-Te gusta lo que ves? -preguntó con cierta picardía.
-Si te refieres a la gran mansión, si, se que te tomó mucho trabajo y te está quedando hermosa.
-Oh, gracias- contestó con sorpresa- bueno, pasa a la sala de reuniones -luego de sentarse en la larga mesa prosiguió- dime, cómo llegamos a este lío?
-Bueno, yo tiré un par de flechas y…
-No me refiero a eso-rió- esa historia ya la sé, cómo estabas viviendo que te dieron ganas de bajar a hacer maldades?
-No son maldades, yo tenía buena intención-refuto de brazos cruzados, se acomodo bien en la silla y corrió el cabello de su rostro-te cuento, yo tengo mis propios aposentos y los dioses preferían que me quedara allí, solo trabaje una vez en mi vida: cuando les di sentimientos a todos ustedes. Por esta razón me aburrí y baje en secreto, muchas veces...hasta que sucedió lo que ya sabemos. Así fue como los demás dioses comprendieron que me debían dar la libertad de aprender por mi misma, no soy tan sabia como ellos, tengo un par de siglos menos por eso me sobreprotegen tanto. Bueno, lo hacían.
- Entiendo, por eso tu nunca te comunicaste conmigo?
- Así es. No hace mucho me llego un mensaje de tu parte, traído por otro dios -el hombre se ruborizo y titubeo antes de contestar.
-Pues, sí pero nunca tuve una respuesta por eso pensé que tu no te comunicabas con mortales.
- Tu secreto esta guardado-dijo transmitiendo tranquilidad y confianza al sujeto.
- Gracias-suspiró y rápidamente cambió de tema- tu necesitas alguien que te apoye, yo puedo ser tu abogado en caso de llegar a la justicia.
- Crees que me harán un juicio?
- Viendo como se están llevando las cosas en el pueblo, seria tu mejor opción.
Seguidamente el sujeto le proporcionó una armadura de mejor calidad y otros regalos útiles, ya que tenían en cuenta que algunos karmalienses reaccionen de forma agresiva. Notificaron su llegada a todos los habitantes y dieron marcha en dirección al pueblo.
-No estas molesta con los dioses?
-Como podría estarlo? a pesar de todo, los pude conocer a ustedes.
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adrianakoko · 5 years
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Un día como hoy hace un año nos conocimos. Ya nos habíamos visto por el rabillo del ojo unas semanas antes de tener nuestra oportunidad, yo no te reconocí, pero tú a mi sí, y hasta ese día nunca habíamos hablado, ni tú te habías presentado ni yo te había dicho mi nombre. Curioso que hayamos coincidido antes y que no haya pasado nada, cuando aquel día, un día como hoy nos pasó todo. No sé cuál fue el factor que hizo que algo surgiera en mi pecho al verte, no sé porque se sintió tanta magia ni tanta química al mirarnos, solo sé que fue una reacción involuntaria, cuando te saludé, cuando te vi fue diferente, yo no te reconocía, pero te saludé con calidez, como si fuéramos los mejores amigos, como si nos conociéramos de toda la vida. Tú también lo sentiste, lo vi en tus ojos, de un momento a otro ni tú podías apartar tus ojos de los míos ni yo de los tuyos. Aquel día los planetas se alinearon y la vida puso todo a nuestro favor, las cosas fueron surgiendo y con cada hora del día ibas clavándote más en mi pecho, sin saberlo, tal vez sin pretenderlo del todo. Para cuando llegó la noche, quedamos en vernos, para cuando llegó la madrugada, ya habíamos intercambiado más que simples palabras, aquel día sin conocerte del todo confié en ti, y tú en mí, y creo que ambos nos contamos cosas que no se suelen decir todo el tiempo o a cualquier persona, como los secretos que nos atormentaban, teníamos algo en común, ambos estábamos rotos y creo que fue eso lo que más nos unió, dos piezas rotas con la esperanza de arreglarse, vaya ironía, debimos saber desde aquel momento que eso no funcionaría, pero nos quedamos, a riesgo de rompernos más, nos quedamos a sentir lo que sería ser sin que pudiéramos realmente. Aquella noche yo me iría temprano, ahora sé que ni yo quería del todo irme, y que me asustaba de alguna manera el quedarme, de esos nervios donde sabes que si te quedas todo puede cambiar y que no hay marcha atrás. Al final, decidí quedarme, como quien se queda y espera a que lo apresen, sabiendo bien lo que le espera. Pero en este caso, sí que valió la pena solo por ver la sonrisa que pusiste cuando dije eso, entonces supe que tú también lo habías sentido y que tú también lo deseabas. Prometiste cuidarme esa noche, como todo un caballero de brillante armadura, por eso decidí jugar ese juego, decidí jugar a quemarme con tu fuego. Cumpliste tu promesa, al menos por esa noche, me cuidaste, me hiciste sentir querida, ahora sé que fue la mejor decisión, sé que si todo aquello no hubiera pasado yo sería una persona diferente ahora, y tal vez hubiera continuado con mi destrucción. Esa noche me besaste, sabías a fresa limón y tus brazos me rodeaban, te recuerdo también cantando a mi lado y sonriendo mientras los dos fingíamos no saber que lo inevitable estaba a punto de pasar, tus labios se acercaron y me besaron dulcemente, que dulce agonía. Después de estar juntos dos días, nos despedimos, tal vez esa debió haber sido nuestra despedida definitiva, pero volviste a mí, y yo a ti, una y otra vez. Cada vez que algo nos rompe, volvemos intentar repararnos, cuando lo único que conseguimos es hacernos más daño, intentando ser lo que nunca podremos. Hoy se cumple un año de aquel día, uno de los días más felices de mi vida, y aunque hoy todo sea diferente, nada cambia lo que sentimos hace un año, ni lo que yo sigo sintiendo. Aún no me explico porque seguimos tropezándonos, porque aunque me duele, sigo por el mismo camino, fingiendo que no estoy esperando tropezarme contigo otra vez. No sé quién se miente más, si tú, si yo, o si ese algo que forma una nada que somos nosotros..
Koko
211217/211218
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taleforseokie · 4 years
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“The prince charming and the young man with the sexy legs.”
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  En el Reino muy muy lejano de Obama, la situación estaba terrible, su príncipe Sam estaba encerrado en la torre más alta del bosque frondoso y lleno de espinas llamado Soledashion. Su encierro mágico solo era temporal, pero eso fue hace dos años y nadie iba a rescatarlo. El Rey Elio estaba sacado de las casillas, por lo que organizó una competencia con la intensión de encontrar al valiente caballero que pudiera devolver a su hermanito a salvo. Y es que nadie esperaba que se tardarán tanto en traerlo de regreso, ya que las historias de la inigualable belleza del joven corrían por todos los reinos. Habían llegado muchos viajantes tratando de mostrar su valentía, pero nadie era digno. ㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤ— Todos son unos soquetes incompetentes.— Sentenció el Rey Elio, viendo cómo caía en combate el decimonoveno caballero bajo la espada de su fiel guardián, Koi. Los días pasaron lentos, luego se convirtieron en semanas hasta completar el mes. Nadie valía la pena. Con el otoño preparándose para irse, la noticia de la competencia se extendió hasta llegar al Reino Fuego, y el segundo heredero al trono, amante de las aventuras, ya estaba preparando su fiel caballo y brillante armadura, en contra de la decisión del Rey Haku. ㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤ— Seok, no debes ir y rescatarlo así como así, hay que ser diplomáticos. Asiste a la competencia, todavía sigue en pie.— El amable gobernante, observaba a su gemelo ensillar a Trancos, su caballo inteligente, totalmente en desacuerdo con tan arrebatada decisión. ㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤ— Hermano, ese montón de plebeyos no me van a quitar la gloria de tal hazaña. ¡Soy el apuesto y gallardo Príncipe Seok, yo desayuno peligro, almuerzo adversidades y me ceno los desafíos de mala calidad! — se subió de un ágil salto a la montura y con una pose digna de reyes, continuó.— ¡Soportaré vientos despiadados, infernales desiertos, escalaré hasta la última habitación de la última maldita torre por él! —exclamó con una sensual sacudida a su cabello, provocando un bufido molesto por parte del Rey. El consejero real, Sir Tiberius Tuberias, solo observaba la situación con diversión y su escudero de más confianza.
Y así, cabalgando a Trancos, el sexy príncipe encantador marchó en dirección al bosque Soledashion, tardando tres días en llegar. Agotado, sudoroso pero igual de atractivo, cruzó a pie entre los árboles, esquivando las ramas con golpes de su poderosa espada. Trancos venía por detrás, con los cascos apenas sonando contra las rocas, preparado para rescatar a su dueño de los peligros desconocidos del bosque. Cuando el sol besaba las montañas, Seok observó al horizonte una solitaria torre blanca, muy alta, rodeada de espinas grandes, negras y muy filosas. Nada iba a detenerlo, tenía una meta fija: rescatar a ese Príncipe. ㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤ— Trancos, mi fiel amigo, esperarás por mi. —con la espada en alto, se encaminó hacia las espinas comenzando a ondear el acero filoso contra aquella planta que impedía su paso. Cabe aclarar, que Seok era todo un estratega, nadie le ganaba en ajedrez, solo le tomó media hora dar con la técnica correcta para abrirse un camino entre las espinas sin sufrir daño en ello. Pronto el blanco brillante de las rocas reflejó su meta, y un silbido de victoria abandonó sus labios. Sus ojos siguieron el camino de una gruesa soga que salía de la última ventana hacia el suelo. ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤ — Pan comido... ¡Ahí te voy, pequeño Principesco!— Su voz resonó a los pies de la torre, esperando que escuchara. De un salto se colgó, comenzando a trepar rápidamente, años de travesuras infantiles surtieron efecto. No tardó en llegar a mitad de camino, girándose un momento para observar el panorama a su alrededor. Todo estaba rodeado de espinas, desde lejos se podía ver en todo su esplendor el castillo del Reino Obama, con sus torres blancas y banderas de colores brillantes, flameando orgullosas. ¡Vaya vista! Rescatar al joven para conocer semejante arquitectura valía la pena. Con aquello en mente continuó trepando hasta llegar a la ventana. Su corazón latiendo a una velocidad descontrolada, preparado para cualquier desafío que tuviera que afrontar al cruzar aquella cortina de color salmón. Mano en la empuñadura de su espada, oídos atentos y mirada de zorro, totalmente preparado para la acción, se lanzó dentro de la habitación, chocando contra algo que se rompió en suelo y el aterrizando en una vuelta acrobática que irónicamente su armadura permitió. Y entonces... En el centro de la habitación, sobre una grande cama dormía un joven cubierto solamente con una camisa roja de seda, esperando cuál princesa de cuentos, por su ser amado. Seok perdió el habla, caminó hasta terminar toda distancia, se inclinó para observar aquellas facciones y cuando no pudo resistir el besarlo, junto sus labios de manera tan suave, que todo encajó. El joven príncipe despertó. Un par de ojos castaños parpadearon en su dirección, brillando como estrellas. El mundo se detuvo para el Príncipe Fuego. El universo tuvo sentido. Los pájaros cantaron. Las flores mágicamente florecieron en Otoño. Y cuando una sonrisa amplia, enseñando unos dientes parecidos a los de un conejo se mostró frente a él, se encontró con el dilema de que no podía dejar de mirar. ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤ — Hola, guapo... ¿Acaso eres tú mi ser amado? La voz de Sam sonó suave, aterciopelada, contra el susurro de las sábanas al acomodarse haya quedar sentado. Una mirada caliente barrió su cuerpo de arriba abajo, acompañando un guiño coqueto.
Tragando saliva, Seok tuvo unas prematuras contracciones ventriculares.
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tem_gses|Zapatillas Golden Goose Rebajas ¿Qué dicen tus zapatos de golf en relación a ti?
La nutrición a menudo se deja de lado porque es difícil ver un sitio web visible específico entre las compras y la ejecución. Sin embargo, al consumir uno de los alimentos correctos en particular y seguir una dieta más rica en proteínas, ¡es posible que ganes varios milímetros para saltar de forma rápida! Disney desea tener vestidos, en general, en gran medida a lo que las chicas llegan a una conclusión y se los ponen adjuntos. Sin embargo, por lo general, también están revelando otros personajes de Walt Disney a su gusto. Estos tipos pueden correr con los trajes de Andrew d Pan, Tarzán, Winnie en general, Pooh, Caballero con una armadura brillante Encantador, Mickey Mouse combinado con un acabado completamente completo entero más. ¡El tema de Walt Disney cuando se considera la celebración de un atuendo elegante también puede ser un gran desvío y activación! Metrosexuales aparte, siempre hay una creencia regular, perpetuada por hombres, de que los miembros de nuestro personal no hacen terapia sobre este vestido. Las camisetas tienen entre 18 y cinco a diez años, nuestros jeans están bendecidos con agujeros para tem_gses|Golden Goose Mujer Rebajas llos y, además, nuestras zapatillas se obtuvieron durante el liderazgo de Reagan. Lo cierto es que los expertos afirman que ahora no compramos ropa nueva, ya que nos preocupa la apariencia de la mayoría. La idea es más duradera que la de una persona. Las mujeres se preguntan si tener a los hombres en la industria de la moda que se adapte bien. Ahora podemos mostrar grandes zancadas, tendremos muslos importantes y posiblemente tengamos bajas bajas perfectamente. Todos estos no se suministran solos, lo que puede ser útil para un par de pantalones o pantalones holgados, por lo que todos seguimos colocando el par vintage junto con los pantalones vaqueros que, sin duda, muchos cuelgan juntos por una gran cadena. Nuestro equipo tampoco va a tener el lujo más importante de expresar los problemas con la imagen corporal de nuestra compañía en nuestros amigos amigos, ¡así que nos desarrollamos para mantenerlo dentro! Envío rápido al día de hoy, todavía habrá motivos para entusiasmarse más o menos 'De vuelta en el camino a la escuela', incluso en la instancia en la que realmente no regresará para ir realmente a la escuela. Estas galerías deben estar llenas al 100% de las tem_gses|Zapatillas Golden Goose Rebajas pasionadas ventas de 'Regreso a la escuela'. Sé que siempre es difícil pensar en cualquier cosa, un binocular con pantalones cortos extra delgados, una parte superior del sistema y, por consiguiente, chanclas para todo el calor. Pero, el comienzo de las aves quizás está esperando en la fila al ver que discutimos. No es necesario que lo ayude a aventurarse millas en las 425 tiendas específicas de Galleria para poder ver todas las hermosas señales de Trato con ventanas. En caso de no mencionar, Nordstroms va a realizar una venta de aniversario en particular. Consíguelo mientras que afuera está caliente, literalmente. Cuando viaje en avión, vístase sobre seguridad. Evite el metal en su ropa, no se ponga brazaletes de metal u otros tipos de accesorios, se deteriore las capas fácilmente removibles y cree sandalias y se ponga un par de zapatos sobre las zapatillas. Este enfoque hará que su visita a través de toda la puerta de seguridad sea más suave y le resultará mucho más difícil organizarse después. Cuando la gente pasaba, yo simplemente preguntaba si les gustaría algún tipo de comentario gratuito sobre el tipo de ejercicio de financiamiento más fácil que usa la gente. Mi información de contacto puede ser a través de ese informe, y después de que llegaron aquí para obtener un estudio gratuito específico, pude revisar mis otros informes a través del intercambio sobre su dirección de correo electrónico y la cantidad de teléfono. Como resultó, no necesité en el mercado reunir mis versiones favoritas y apresurarme hacia abajo, lo que será la guarida con antorchas y agua enlatada. Pero, me gustaría disfrutar de una primera euforia de limpieza de primavera. Mi hijo tiene un impermeable de color blanco brillante, botas de goma recíprocas hasta la rodilla (a.k.a. Christopher Robin) y un paraguas adecuado para las mariposas en el cual armar a su novia para la temporada de siembra en el medio oeste específico. Mi cónyuge y yo tenemos un cajón de la casa a través de las baterías, el cable básico y el ojo real para que pueda los cielos.
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sofiidlm · 6 years
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Bese al sapo y no se convirtió en principe
El problema de ser una princesa y vivir en un mundo de fantasía es que a veces se confunden las cosas. Una princesa puede tenerlo todo, pero nunca se siente completa sin el príncipe. Así me pasó a mí.
Mucho tiempo estuve esperando la llegada del principe azul. "Dios te lo va a mandar, paciencia me decían" y yo muy tranquila esperaba una señal que parecía nunca llegar. El arribo de ese caballero de brillante armadura y blanco corcel parecía, si no inexistente, muy muy lejano. Y así a esta princesa le empezaron a pasar los años y el príncipe no llegaba. "Algo tengo mal" pensaba muy entristecida.
Hasta que un día está princesita se topó con un simpático sapo. Hablo con él toda una noche, la cual terminó después de muchas risas. Fue en ese momento que recordé una antigua leyenda que se contaba. "La princesa y el sapo" se titulaba. Entonces se me ocurrió pensar que está era la señal tan esperada. Ni caballos blancos, ni rosas rojas, ningún príncipe encantador. A mí me tocaba besar al sapo.
Después de mucho tiempo de planearlo y cocinarlo, lo decidí. En una de las muchas fiestas a las que vamos las princesas tome el valor que me faltaba y lo hice: bese al sapo. Pero ¡vaya sorpresa! ¿ qué fue lo que pasó? El sapo, no solo no se convirtió en principe, sino que también le salió una verruga. Yo estaba anonadada, ¿por qué mi cuento de hadas no se estaba haciendo realidad?, me pregunte decidida a hacer que se cumpla.
Así, en vez de apartarme de este sapo, que al parecer de sangre noble no tenía nada, seguí intentando. Esta princesa tenía un enorme problema, era muy testaruda. De este modo, fueron pasando los años y yo seguía al lado del sapo. Cada beso que le daba más verrugas le salían y más se estrujaba mi corazón.
Cualquiera pensaría que al tercer año la princesa se cansaría y dejaría al sapo, pero en este caso no fue así. El sapo conocio a otra chica, un mujer normal. La princesa estaba pasmada." ¿ Por una plebeya me va a dejar?" pensó. Y así, el sapo se fue, dejando el corazón de la princesa, que todavía tenía esperanzas de convertirlo en principe, partido en dos pedazos.
Pero así no se termina esta historia. La princesa lloro, pataleo, beso a otros mil sapos... Hasta que al cabo de un tiempo la vida continuo para ella. De a poco la princesa se empezó a dar cuenta que la vida era más linda sin la constante presión de tener que convertir al sapo en lo inconvertible y empezó a estar tranquila y feliz.
Pasaron unos años y esta princesa estaba muy feliz con ella misma. Se dió cuenta que la frase "Mejor sola que mal acompañada" era muy real. Hasta que un día, sin esperarlo, y hasta casi sin darse cuenta llegó el tan esperado principe.
Este caballero no lucia una brillante armadura, ni traía espada y escudo para proteger a la princesa. Pero lo que si lucia era algo mucho más raro y valioso. Se trataba de un hombre de gran corazón, dispuesto a amar a la princesa y acompañarla a donde fuera que esta lo llevaron.
Fue de este modo que aprendí que a veces hay que dejar de esperar una señal que nunca llega y dejar que las cosas se vayan acomodando. La nobleza no está en la imagen sino en algo que es mucho más difícil de percibir y encontrar que es el corazón noble de la persona. Así, esta princesa, despues de sufrir con unos cuantos sapos tuvo finalmente su propio cuento de hadas. 🧚🏼‍♀️
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Un día como hoy hace un año nos conocimos. Ya nos habíamos visto por el rabillo del ojo mucho tiempo atrás antes de tener nuestra oportunidad, yo no te reconocí, pero tú a mi sí, y hasta ese día nunca habíamos hablado, ni tú te habías presentado ni yo te había dicho mi nombre. Curioso que hayamos coincidido antes y que no haya pasado nada, cuando aquel día, un día como hoy nos pasó todo. No sé cuál fue el factor que hizo que algo surgiera en mi pecho al verte, no sé porque se sintió tanta magia ni tanta química al mirarnos, solo sé que fue una reacción involuntaria, cuando te saludé, cuando te vi fue diferente, yo no te reconocía, pero te saludé con calidez, como si fuéramos los mejores amigos, como si nos conociéramos de toda la vida. Tú también lo sentiste, lo vi en tus ojos, de un momento a otro ni tú podías apartar tus ojos de los míos ni yo de los tuyos. Aquel día los planetas se alinearon y la vida puso todo a nuestro favor, las cosas fueron surgiendo y con cada hora del día ibas clavándote más en mi pecho, sin saberlo, tal vez sin pretenderlo del todo. Para cuando llegó la noche, quedamos en vernos, para cuando llegó la madrugada, ya habíamos intercambiado más que simples palabras, aquel día sin conocerte del todo confié en ti, y tú en mí, y creo que ambos nos contamos cosas que no se suelen decir todo el tiempo o a cualquier persona, como los secretos que nos atormentaban, teníamos algo en común, ambos estábamos rotos y creo que fue eso lo que más nos unió, dos piezas rotas con la esperanza de arreglarse, vaya ironía, debimos saber desde aquel momento que eso no funcionaría, pero nos quedamos, a riesgo de rompernos más, nos quedamos a sentir lo que sería ser sin que pudiéramos realmente. Aquella noche yo me iría temprano, ahora sé que ni yo quería del todo irme, y que me asustaba de alguna manera el quedarme, de esos nervios donde sabes que si te quedas todo puede cambiar y que no hay marcha atrás. Al final, decidí quedarme, como quien se queda y espera a que lo apresen, sabiendo bien lo que le espera. Pero en este caso, sí que valió la pena solo por ver la sonrisa que pusiste cuando dije eso, entonces supe que tú también lo habías sentido y que tú también lo deseabas. Prometiste cuidarme esa noche, como todo un caballero de brillante armadura,  por eso decidí jugar ese juego, decidí jugar a quemarme con tu fuego. Cumpliste tu promesa, al menos por esa noche, me cuidaste, me hiciste sentir querida, ahora sé que fue la mejor decisión, sé que si todo aquello no hubiera pasado yo sería una persona diferente ahora, y tal vez hubiera continuado con mi destrucción. Esa noche me besaste, sabías a fresas y tus brazos me rodeaban, te recuerdo también cantando a mi lado y sonriendo mientras los dos fingíamos no saber que lo inevitable estaba a punto de pasar, tus labios se acercaron y me besaron dulcemente, que dulce agonía. Después de estar juntos todo un día y la mitad de una noche, nos despedimos, tal vez esa debió haber sido nuestra despedida definitiva, pero aunque no hemos vuelto a vernos desde entonces, has vuelto a mí, y yo a ti, una y otra vez, cada vez que algo nos rompe, volvemos intentar repararnos, cuando lo único que conseguimos es hacernos más daño, intentando ser lo que nunca podremos.  aunque hoy todo sea diferente, nada cambia lo que sentimos hace un año, ni lo que sentimos hace apenas dos meses. Aún no me explico porque seguimos tropezándonos, porque aunque me duele, sigo por el mismo camino, fingiendo que no estoy esperando tropezarme contigo otra vez. No sé quién se miente más, si tú, si yo, o si ese algo que forma una nada que somos nosotros. —  La sinfonía del alma.
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Crónicas de Drasil 01: La Estrategia y la Indiferencia
CAPÍTULO 7: DEL NACIMIENTO DEL ESTRATEGA Y DEL GUERRERO INDIFERENTE
A medida que el brillo se fue apagando, los demás vieron lo evidente: Schal y GrapLeomon habían digievolucionado, a unas formas hasta ahora desconocidas en Drasil. El primero había ganado en altura y perdido en masa muscular, volviéndose sumamente delgado y afeminado. La armadura gris había pasado a un rosa claro como la rodonita, con un traje inferior blanco y una especie de adornos dorados similares a lazos, además de otros en un casco de corte aviar que imitaban un par de plumas. El antebrazo derecho se había cubierto por una especie de escudo o guantelete, también dorado con una cruz estampada en el medio, y un hueco que dejaba visible la empuñadura, y por tanto el dorso de la mano que lo sujetaba. La otra mano no tenía arma visible que sujetase, pero en vez de ello una rosa roja, dándole al conjunto un toque extra de elegancia, ayudado por la bufanda que había logrado permanecer en su sitio a pesar de la digievolución. El segundo tampoco se quedaba muy atrás. Aunque su complexión no había variado tanto desde GrapLeomon, sus miembros se habían vuelto más alargados y finos, al igual que una armadura que abogaba más por la comodidad y la facilidad de movimiento. El estoque que sujetaba en su mano izquierda marcaba el cambio de estilo en combate, con unos larguísimos cabellos rubios y ondulados que caían en cascada sobre su espalda, y unas alas emplumadas blancas que salían de ambas hombreras. “Elegante” era lo que mejor definía el conjunto en general. Todos se encontraban sorprendidos, algunos empezando a sospechar qué acababa de ocurrir ante ellos. PrinceMamemon directamente se encontraba en shock: Observaba a ambos boquiabierto, con un tick nervioso en uno de sus ojos. Incluso iba alterando la mirada entre ambos, como si los estuviera analizando, o asimilando lo que estaba viendo. “Armadura brillante y excelentemente pulida.” -pensó observando primero al caballero rodonita- “Cabellos como oro excelentemente cuidados y con un aspecto aterciopelado y brillante. Porte propio de la realeza. Elegancia en cada uno de sus datos…” Y así iba alternando en su mente entre ambos, hasta que finalmente el monarca amarillo sintió desmoronarse, a medida que una revelación llegaba a su confusa mente. “Son… ¡SON TAN HERMOSOS! ¡Su mera presencia me despierta admiración y envidia a partes iguales! Su porte y elegancia están a niveles que muy pocas veces he visto anteriormente…” Prácticamente se vio a sí mismo de rodillas en el suelo, completamente deprimido y abrumado, con una mano apoyada en el suelo y la otra apretada en un puño, mientras lágrimas resbalaban por sus amarillas mejillas. “Este ha sido un golpe muy bajo a mi autoestima… ¡Pero no dejaré que me venzan de manera tan humillante!” - Eh… ¿Alteza? -WereGarurumon observaba a PrinceMamemon, con las orejas gachas y una gota metafórica de sudor cayendo por su sien- ¿Os encontráis bien? Estáis actuando de forma muy rara… Aquello había sido suficiente para hacer que el monarca de Prinz saliera de su ensimismamiento, dándose cuenta de que había caído de rodillas también en la realidad. Pronto se puso en pie y recuperó la compostura, aclarándose la garganta: - Reconozco que lo de digievolucionar y pillarme por sorpresa estaba bien pensado. ¡Pero si creéis que sólo con vuestro impecable aspecto me dejaréis fuera de combate, ESTÁIS MUY EQUIVOCADOS! ¡Este pequeño revés no impedirá que defienda mi derecho sobre este trono y sobre los Knightmon! Por mucho que mi aspecto no pueda compararse al vuestro, ¡sigo siendo más poderoso! Mientras, los demás no perdieron tiempo. A pesar de estar heridos y no poder asistir más en combate, los que podían andar iban tratando a los inconscientes o a los que les costaba más moverse. Narbe permanecía al lado de LadyDevimon, asegurándose de mantenerla despierta y no separarse de su “niña”. Por fortuna, parecía que no tendrían que preocuparse por WereGarurumon: Se encontraba tan asustado con la digievolución de Schal y GrapLeomon que directamente se había escondido, sabiendo que no era rival para ellos. ¿Y PrinceMamemon? Tras su discurso había señalado a ambos rivales, en una pose orgullosa, y buscando algún signo de molestia o provocación por parte de ellos. Pero entre que el primero tenía su rostro oculto, y ambos no se habían movido ni dicho nada, comenzó a ponerse nervioso: - ¡Arg! ¿No vais a tener siquiera la decencia de responderme? Ahí entonces reaccionó el caballero rodonita, colocándose en una posición más estable y extendiendo el brazo con la rosa a un lado, sin llegar a molestar a su compañero: - Esta es mi respuesta… Dijo entonces, con una voz claramente masculina a pesar de su aspecto, y un tono que, aunque quería ser frío, dejaba entrever algo de rencor. El Digimon rosa de pronto se movió a tan velocidad que prácticamente desapareció de la vista de los presentes, reapareciendo enfrente de PrinceMamemon, con los “lazos” flexibles de su armadura alzados: - ¡Mascarada Espiral! Los cuatro lazos se movieron a gran velocidad al frente, revelando su verdadera naturaleza: A pesar de su aspecto flexible, los bordes cortaban como filos de espadas. Eso PrinceMamemon lo sintió al momento cuando unas leves lacelaciones aparecieron en su cuerpo. Con un gruñido se cubrió y se alejó de un salto hacia atrás, antes de pillar impulso: - ¡CABEZAZO SONRIENTE! Se lanzó de frente hacia el caballero rodonita, quién sin embargo esquivó magistralmente el ataque con un salto hacia atrás, y manteniéndose en el aire. En ese momento, le tocó al otro Digimon de yelmo con forma felina aparecer a un costado de Princemamemon, con el estoque en diagonal frente a su propio cuerpo: - Aussterben! Trazó una diagonal con la espada, que dibujó un arco de energía que se lanzó hacia PrinceMamemon, golpeándole de lleno. El Digimon amarillo expresó el dolor en su rostro, y aún así no estaba todavía vencido. Volvió a poner distancia entre ambos, cansado y herido, pero todavía terco. Los otros dos se posaron en el suelo, a unos metros, observándole. De hecho, esta vez le tocó al de rasgos felinos hablar: - Te damos la oportunidad de rendirte y afrontar con honor tu castigo. PrinceMamemon, se te acusa de abuso y maltrato hacia tus subalternos, de mantener el poder a través de la fuerza y… -ahí extrajo unos documentos que sujetaba en su mano, sin dejar de mirarle- de planes futuros de conquista de otros reinos que provocarían una guerra. Algo sobre lo que Ygdrassil está en contra. PrinceMamemon apretó los dientes: - Así que Ygdrassil os ha escogido… Da igual. ¡No podréis detenerme! Todos se doblegarán ante mí. ¡Me servirán y me respetarán como su monarca! ¡Y no permitiré que unos plebeyos me detengan! El Digimon amarillo se lanzó contra ellos, a punto de volver a usar su poder especial. No obstante, el espadachín afianzó sus pies, el estoque vertical ante su rostro. De hecho, adelantó una pierna: - Ernste Welle! Y realizó una estocada hacia delante… Liberando una ráfaga de energía que impactó de lleno contra PrinceMamemon, provocando una pequeña explosión que, junto con la potencia del ataque en sí, empujó al Digimon redondo hacia atrás y lo desestabilizó. El caballero rodonita aprovechó entonces para lanzarse hacia él, doblando hacia atrás el brazo que portaba el escudo Bunker Pila… - ¡Terror Plateado! Como si propinara un puñetazo, golpeó con fuerza a PrinceMamemon en donde debería tener el pecho, creando una onda de choque que recorrió todo el cuerpo del otro Digimon, haciendo que liberara un grito de dolor antes de deshacerse en datos y volver a revertir a un digihuevo, desapareciendo entonces para regresar a Anfang, el jardín de infancia de Drasil, donde volvería a empezar con su vida... ... Pero la cosa no había acabado aún. Si WereGarurumon se pensó que se habían olvidado de él, no tardaría en comprobar lo equivocado que estaba. Tan pronto como le detectaron, el caballero rodonita se aproximó con pasos firmes y puños cerrados hacia el lupino, quién sabiendo que no tendría opción ni de tocarles en un combate tragó saliva, y comenzó a retroceder: - E-Ey, Schal… Te ves muy bien… - No quiero volver a oír ese nombre -respondió el caballero, atrapando a WereGarurumon con sus lazos dorados y alzándole en el aire, con una voz excesivamente helada- . De ahora en adelante soy Crusadermon, LORD Crusadermon para ti. Lo único que quiero oír ahora de ti es la verdad. - ¿La ver…? Los lazos se apretaron más, ahogando momentáneamente al otro Digimon: - Y te advierto: Estás a un desliz de que te mate, aquí y ahora. WereGarurumon tragó saliva, temeroso de malinterpretar su petición. Duda que pronto despejaría el otro caballero en cuanto se aproximó y, tras apoyar una mano en el hombro de Crusadermon, clavó su mirada esmeralda en el lupino: - ¿Cuándo y cómo comenzó el cambio de PrinceMamemon? - Bueno, eh… - Lord Leopardmon. - Lord Leopardmon… No sabía decirlo, pero creo que tenía algo que ver con una mancha oscura, violácea… Tanto Crusadermon como Leopardmon se miraron de reojo un momento, antes de volver a hacerlo a WereGarurumon: - Continúa. - Sí, b-bueno, era una mancha extraña, intentó limpiarla pero no salía… Al final se decidió pintar por encima para ocultarla, creíamos que era algún hongo o algo, aunque… Le ha contaminado. Cuando nos dimos cuenta era tarde, y le seguí la corriente, esperando una oportunidad… - Mientes. El lupino tragó saliva, dedicándole una mirada entre temerosa y suplicante a Crusadermon. Pero en vez de rematarle, el caballero rodonita esperó, mientras Leopardmon alzaba el estoque y, con la esquina de éste, apartó un trozo de tela roto de los pantalones de WereGarurumon, revelando una mancha violácea en esa zona: - No ha sido PrinceMamemon el que se contaminó directamente: Fuiste tú. Y le has estado manipulando desde entonces, aumentando sus ansias de poder y aprovechándote para ello de sus complejos. También has sido quién ha ido manipulando a los Knightmon para que se volvieran autómatas que obedecían sin rechistar -al final se miró los dedos de la mano libre, en un gesto casual- . Sólo hay una cosa que aún no me queda clara: ¿Qué beneficio sacabas tú de todo ésto? - Yo.. Yo no… -un nuevo apretón le hizo tensarse, cerrando los ojos- . ¡Está bien! ¡Sí, ha sido así! Yo convencí a ese idiota porque directamente no podía vencerlo. No aún. La voz me prometió que, llegado el momento, me daría poder más allá de lo imaginable y podría tomar el lugar de PrinceMamemon, ¡y gobernar toda Drasil! - … ¿La voz? -ahí el espadachín clavó de nuevo su mirada en el lupino- ¿La voz de quién? - No lo sé… -de nuevo otro apretón- ¡Es la verdad, NO LO SÉ! Ahí Leopardmon observó durante unos segundos a WereGarurumon, la mano de nuevo sobre el hombro de Crusadermon, antes de negar con la cabeza: - Dice la verdad. La mancha, dijiste que se pintó por encima: ¿Dónde está su localización? De pronto el lupino cerró el morro, negando levemente con la cabeza. El caballero rodonita se tensó y aumentó de nuevo la presión de sus lazos: - ¿Dónde está? Pero WereGarurumon sólo se tensó todavía más y soltó de pronto un bramido de dolor, pillando a ambos por sorpresa: - ¡Crusadermon! - ¡No le estoy haciendo tanto daño! ¡Lo juro! - Entonces… Los ojos esmeraldas de Leopardmon volvieron a buscar la mancha oscura, observando un fenómeno tanto extraño como inquietante: La piel y pelaje en esa zona comenzó a deformarse, y la coloración violácea a extenderse incluso por encima de los tejanos. El espadachín reaccionó rápido, empuñando de nuevo su estoque y atravesando de lado a lado el torso de WereGarurumon. Éste se silenció de pronto, y su cuerpo pareció relajarse mientras soltaba un suspiro: - Sé más cuidadoso la próxima vez… Al igual que ocurrió antes con PrinceMamemon, WereGarurumon revertió a un digihuevo y desapareció en el aire. Y, para alivio del espadachín, la corrupción que tuvo en su cuerpo se descompuso aparte y desapareció, habiéndose separado de los datos de su víctima. Eso garantizaba que volvería a renacer curado, sin rastro de aquello. Hablando de rastros… Leopardmon revisó primero su estoque, y después con la mirada los lazos dorados de Crusadermon, quién pronto entendió y dejó que pudiese echar un vistazo más detallista, por ambos lados. Cuando se aseguró, el de cabellera rubia suspiró: - Perfecto, ni rastro de contaminación. Mientras terminaban de asimilar todo lo ocurrido e iban pensando en el siguiente paso, los Knightmon tuvieron tiempo de recuperarse un poco de sus heridas, aunque muchos todavía necesitaban permanecer sentados o tumbados. En el caso de Narbe, a pesar de sus propias contusiones estaba sirviendo de apoyo físico para su hija, terco como él solo. Entre Crusadermon y Leopardmon manipularon el panel del trono para, finalmente, recuperar las armas de los caballeros, y se volvieron hacia el ex-capitán y la demonio mientras éstos se aproximaban: - Si ya ni se me había ocurrido soñar con ver el nacimiento de un Caballero Real… Dos es algo digno de contar a las generaciones venideras. - ¿Ya contando… con que te dé nietos? -bromeó LadyDevimon, su mano libre sujetando su propio costado, pero todavía con fuerzas para sonreír. El Knightmon puso los ojos en blanco, resignado. - Lo importante es que PrinceMamemon ya no puede mantener su yugo sobre vosotros: Sois libres de tomar vuestro propio camino. -se limitó a responder Leopardmon, cruzándose de brazos. No obstante, Narbe negó con la cabeza: - No será tan fácil, Lord Leopardmon: Han sido meses de lavado de cerebro, y aunque no apoyemos ya a PrinceMamemon… Nos hemos quedado sin líder. - Y los Knightmon existen para servir a uno. -añadió Crusadermon. - Exacto. Muchos estarán perdidos, sin saber siquiera por dónde empezar a buscar. Temo que algunos puedan tomar una mala decisión si se van por su cuenta y acaban en manos de la gente equivocada. - Entiendo… Leopardmon se llevó una mano al mentón, pensativo, mientras pronto el caballero rodonita se volvía hacia Narbe: - Tú serías un buen líder: Tienes carácter, experiencia como capitán, y no te dejaste engañar. Pero, de nuevo, el Knightmon negó con la cabeza: - Los Knightmon jamás seguirán a otro de los suyos. ¿Como capitán? Tal vez. ¿Como rey? Ni hablar. Un Caballero Real que vivió como uno, sin embargo… Ahí los ojos azules de Narbe se clavaron en Crusadermon, al igual que la mirada de LadyDevimon: - Buena idea, papá. ¿Quién mejor que alguien que sabe por lo que han pasado para guiarles? Incluso Leopardmon miró a ambos primero, y después hacia su compañero, que tan pronto como se dio cuenta de la insinuación directa, se inclinó ligeramente hacia atrás: - ¿Me estáis proponiendo ser el nuevo líder de los Knightmon? - Así es. Crusadermon se quedó callado por un momento, siendo imposible de saber qué estaba pensando al estar todo su rostro, ojos incluidos, oculto tras el yelmo. No obstante, finalmente se cruzó de brazos, y soltó un bufido: - Tiene su ironía, viniendo del mismo que dijo una vez que no valgo como capitán. Narbe parpadeó un par de veces, y de hecho se llevó la mano libre al mentón, pensativo: - ¿Cuándo he…? Esperad, la discusión que tuvimos, ¿verdad? ¿Fue eso lo que dije? -suspiró, y negó con la cabeza- Debí haberme expresado mal. Me pasa cuando me cabreo o frustro. Lo que quería decir era que, cuando os escogieron, no tuvieron en cuenta sus habilidades como capitán, sino vuestra ciega lealtad y predisposición a sacrificaros sin pensarlo dos veces. Se enderezó, sujetando bien a LadyDevimon: - Peeeero… No fuisteis un mal capitán. - Tampoco he sido un buen capitán -añadió el caballero, relajando los brazos, su tono volviendo a la indiferencia, y pronto colocando una mano sobre su propia cadera mientras cambiaba el peso de su cuerpo de pierna- . Si me escogéis, haré lo que pueda, aunque… ¿Los Knightmon estarán de acuerdo? Ni siquiera tengo formación como monarca. - Tampoco la tenemos como Caballeros Reales… -murmuró Leopardmon- Y, sin embargo, hemos sido escogidos por Yggdrasil. - Eso no va a ser suficiente. Necesitamos prepararnos. - Completamente de acuerdo. Y es algo sobre lo que pienso informarme. - Aún así -Crusadermon volvió de nuevo su “mirada” hacia el veterano- , no voy a imponerme sobre los Knightmon: Eso no me haría diferente de PrinceMamemon. Para empezar, todos los aquí presentes: ¿Estáis de acuerdo en que me alce como vuestro nuevo monarca? Se hizo el silencio, sólo roto por los pasos de los Knightmon que podían moverse y se fueron aproximando hasta quedarse por detrás de Narbe y LadyDevimon. No respondieron al momento, observando primero al Caballero Real y a continuación intercambiándose miradas entre ellos. Tras unos momentos parecieron llegar a un consenso común. Primero uno, luego otros dos, y finalmente más hasta que todos hicieron lo mismo, fueron hincando una rodilla en el suelo y agachando la cabeza, un puño en el suelo en señal de sumisión y respeto. Los heridos agacharon la cabeza desde sus posiciones, con los ojos cerrados, y, tras asegurarse de que su hija podía mantenerse en pie, Narbe finalmente les siguió. Crusadermon no emitió ni un solo sonido, pero el gesto de llevarse la mano libre al pecho era suficiente para que los demás entendieran que la respuesta no le había dejado indiferente. “No… dejaré… que vuelvan a humillarme… ni a mí… ¡ni a nadie!” Descendió el rostro por un momento, y a continuación lo volvió hacia Leopardmon. Ambos habían cambiado demasiado recientemente, y todavía seguían siendo, en el fondo, los mismos. El esgrimista asintió lentamente con la cabeza, cerrando los ojos en el proceso: - No vas a estar solo. No me quedaré a vivir aquí, pero juntos aprenderemos a ser Caballeros Reales… Y te ayudaré para que aprendas a ser un rey, como te ayudé en su momento a ser un caballero. Crusadermon respondió con un suspiro, sus hombros relajándose, y asintió también, antes de volverse hacia los otros Knightmon: - Ahora hablaré con todos los demás Knightmon. Creo que sé cómo afrontar la situación. Narbe -ahí miró directamente al veterano, mientras comenzaba a retirarse del cuello la bufanda que había sobrevivido a la digievolución- : Has sido un excelente capitán durante el poco tiempo que he estado aquí, y claramente tienes más experiencia que yo. Con deshonor te arrebataron un puesto que te ganaste con el sudor de tu frente. Y, con honor, me gustaría devolvértelo. Tenerte a mi lado, como el capitán de nuestras tropas. Si así lo deseas. El Knightmon de la cicatriz en un ojo observó el gesto. El que ahora era un Caballero Real había llegado como otro Knightmon, con esa bufanda que le distinguía de otros, e incluso le habían dado un sobrenombre que, ahora, quería dejar atrás. Y, a pesar de eso, esa dichosa bufanda se había convertido en algo inherente a la figura de un capitán. Soltó una leve risa, y asintió: - Será un honor. - Gracias. Susurró el caballero rodonita, y tras una muda pregunta a Leopardmon, que respondió con un gesto afirmativo de cabeza, Crusadermon colocó la bufanda alrededor del cuello de Narbe, con delicadeza incluso. Tras esto, se volvió hacia la demonio: - LadyDevimon… - No. La Digimon oscura, no obstante, esbozó una suave sonrisa, sin atisbo de burla: - Si me vais a ofrecer cualquier puesto que me obligue a permanecer aquí, me temo que debo rechazarlo: Me colé cuando sospeché que papá comenzaba a estar en peligro, y ahora que sé que estará bien, no puedo permanecer en este lugar más tiempo. Aunque sí espero que lo abráis de nuevo… Me gustaría visitarle de vez en cuando. Crusadermon asintió: - Por supuesto que volverá a abrirse, tan pronto como nos hayamos reorganizado -aún así, pronto realizó un gesto negativo con una mano- . Pero no pienso considerarme monarca aún. Ahora estoy actuando como Caballero Real: Y la prioridad es encargarse de los heridos. Retiraos y sed atendidos, yo me encargo de hablar con los demás e informarles de la situación. Y, a partir de ahí... Que ellos decidieran.
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akarisabatt · 8 years
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Torture...
“¿Tú crees que te voy a dejar estar bien? Pues te equivocas, estoy jodido y es tu culpa. Es tu maldita culpa y si yo no estoy bien, nadie lo estará. Lo vas a pagar y el supuesto caballero de armadura brillante... Ese idiota va a atener que ver como te voy destrozando.”
Y después de eso se ha convertido en un demonio, siempre susurrando sobre mi hombro, torturándome lentamente, diciendo cosas que lastiman... No es ni siquiera medio día y ya me causo un ataque de ansiedad, he estado rogando por que se detenga y aunque me abandona momentáneamente. ahí esta esperando una pequeña cosa que pueda reprocharme. Acepto mis culpas con él y lo siento... Pero yo no puedo hacer nada, no puedo ayudarlo, solo contenerlo por que lo que sea que pasa por su mente me asusta, me asusta por que se lo destructivo que es, me duele por que ahora yo soy su perfecto blanco incluso si se equivoca. Quisiera que se resignara como yo, pero comprendo que incluso nuestros casos son distintos... Pero, incluso si no le puede tener así como yo, solo debería aceptar las cosas y dar media vuelta o conformarse con lo que sea que se le puede dar. 
En este momento solo desearía que se fuera, solo desearía a mi pequeño “balance” cerca de mi y que diga “todo estará bien” incluso si no sera así.
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tearsinflamesrpg · 8 years
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➞ Post iniciado por Drank Doúlos
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Desde el día en el que Drank había sido estrictamente puesto a prueba, era momento de que comenzará a seguir una serie de pasos, éstos eran los mismos preparativos para entrar a lo que sería la siguiente guerra por el Santo Grial, por lo que se efectuaría en el interior de la Mansión Doúlos donde un gran espacio ya estaba preparado en el interior, el lugar estaba bajo en donde el suelo sería tierra firme con un pequeño altar donde se colocaría el catalizador para la invocación, el sello en el piso estaría ya preparado para dar inicio, en ese altar colocaría una corona de un Rey, esa corona había sido conseguido gracias a su Familia, una familia para nada conocida donde éstos querían darse a conocer al sentirse ya preparados de dar inicio a sus planes, aun que para ésto tuvieron que arrebatar unas cuantas vidas así como manipular a uno por lo menos, y para la desgracia de Drank fue él quien sufrió las consecuencias de hacer reconocer dichos sujetos.
Era aproximadamente la una de la madrugada cuando decidió dar inicio de la invocación de su Sevant; Era claro que sabía bien a quien se le invocaría, al mismísimo Rey Arturo, se colocó frente al sello a la par que extendía su mano diestra, concentró su prana de momento, al concentrarse comenzó a cerrar sus párpados lentamente y comenzar a recitar el hechizo.
— Escucha! Mi determinación dará vida a tu cuerpo, tu espada el poder de hacer mi decreto sea aceptado.— Desde el inicio de sus palabras el sello comenzaba a reacción, siendo que ésta luz se intensificada aún cada vez más. — Presta atención al llamado del Santo Grial, si accedes a mi voluntad y determinación, entonces responde! —
Fue cuando un gran brillo de un color zafiro bastante claro y deslumbrante, llenando de ésta luz a cada rincón del lugar, el joven al tener sus ojos cerrados oprimía entre sí sus párpados más firmemente al ser tan incandescente, a lo que luego que pasaba el tiempo éste comenzó a abrir sus ojos y ver lo que había logrado a lo que poco a poco obtenía más visión al ser el lugar sin tanta luz ya que se encontraba abajo de la mansión.
Arturia Pendragon 
La denominada Rey de los Caballeros descansaba sumida en un profundo sueño dentro del Trono de los Héroes, ese lugar al que son enviadas las almas reconocidas como Espíritus Heroicos, el sueño eterno de la mujer fue interrumpido por el llamado del Grial, mismo al que acudió permitiendo que tal invocación fuese exitosa. El círculo mágico comenzó a liberar fuertes ráfagas de viento acompañados por fulgores de energía carmesí, por cuestión de segundos la luz se volvió casi cegadora, extendiéndose como una onda expansiva que prontamente terminó disipándose con el viento, dejando detrás una nube de humo. El cuerpo de la fémina fue materializado eficazmente, sin embargo, no se trataba de un contenedor normal creado por el Santo Grial, dado el trato de Arturia con Gaia, ella fue revivida en su cuerpo original, mismo en el que una gran cantidad de información fue volcada con tal de otorgarle el conocimiento necesario para desempeñarse en la época en la que ha sido convocada, el enlace entre ella y su Master se había establecido y ahora ese hombre se convertiría en el ancla que mantendría a la heroína atada a ese plano material, habría de alimentarse del mana proporcionado por éste para mantener su poder y habilidades que deberían de estar al máximo a la hora de enfrentarse a los desafíos que estaban por venir. El legendario Rey de Camelot abrió los párpados lentamente, dejando ver unos irises de color verde, el polvo casi había desaparecido así que admiró perfectamente al muchacho que permanecía de pie ante ella, en la mano diestra de dicho joven pudo vislumbrar las tres marcas que brillaban en un intenso color rojo, los hechizos de mando indicaban que el contrato estaba hecho, aún así debía confirmarlo. —¿Eres tú mi master? —Preguntó aquella majestuosa figura ataviada con una armadura que cubría un vestido azul de confección antigua, su cabello rubio parecía bañado por polvos de oro, su presencia era sin duda la de un Rey, pero era de esperarse la sorpresa en todo aquel que descubría el genero del mítico Arturo.
Josue D. Covarrubias Meza 
Era momento de admirar una gran figura de la historia, aun que comenzó a notar el cambio desde el inicio que escuchó aquella voz, no era la voz de un hombre, mientras sus ojos obtenían más visión logró confirmar lo que su mente había imaginado, no sólo una voz si no también el cuerpo de una bella mujer, Doúlos no logró evadir u omitir el genero de quien es ahora su Servant, su expresión fue una de sorpresa por un segundo por lo que luego de ese corto momento respondió a las palabras que ya había escuchado de la ajena. — Así es. Ahh, espero llevarnos bien, así que cuento contigo.— Era curioso en no saber proseguir luego de responder a esa sencilla pregunta, tenía curiosidades al no saber muchas cosas de lo que ocurría en ese mismo instante, luego de observarla unos cuantos segundos optó por cerrar sus párpados un momento para despejar su mente, llevó su mano diestra cerrada a sus labios un momento siendo una costumbre al momento de pensar dejando su mano diestra sujetar el codo en forma de apoyo. Luego de que pasara algo de tiempo abrió sus ojos mirando a su Servant un momento, era momento de seguir en otro lado para que hubiera más comodidad. — Vamos arriba, es más cómodo estar sentados.— Fue cuando comenzó a dar media vuelta para subir los escalones para llegar al pasillo que llevaba al interior de la Mansión, al llegar directamente a la gran sala el joven tomaría asiento en uno de los dos sillones que sería el más grande esperando que la ajena tomara asiento donde fuera de su agrado. Al esperar que aquella mujer tomara asiento era claro que esperaría una presentación para confirmar de que esa mujer fuera lo que él esperaba, el Rey Arturo, aun que su curiosidad ganó antes que se presentara esa Servant. — Debo admitir que estoy un poco desconcertado, espero mi reacción de antes no te hubiera incomodado, me disculpo si fue así.—
Arturia Pendragon 
—Soy un servant de clase Saber, pongo mi espada a tu servicio, Master —mencionó tras escuchar la confirmación por parte de aquel hombre, observó después la corona que había sido utilizada como catalizador para su invocación, conseguir tal reliquia debió ser todo un reto para el mago, supuso debido a ello que él ya conocía de sobra su identidad. —Te sigo —asintió y se dispuso a caminar tras el azabache, lo siguió escaleras arriba y apreció la elegancia de la residencia, probablemente se trataba de una familia bien posicionada y acaudalada, lo cual ya venía deduciendo pues sólo alguien con los recursos adecuados habría dado con la corona del mítico Rey Arturo. Tras llegar a la sala hubiese preferido permanecer de pie, pero dado el silencio del joven supuso las intenciones de éste, tomó asiento en el sillón opuesto, no sin antes haber hecho desaparecer su armadura, misma que pareció desvanecerse en una brillantes estela de partículas doradas, dejando visible el sencillo vestido que ella portaba debajo del metal. —No hay razón para disculparse, entiendo lo desconcertante que debe ser, soy el Rey de los Caballeros, antiguo soberano de Camelot —sus irises esmeralda se posaron en los ojos foráneos, el rostro de la gobernante lucia sereno—. ¿Cuál es tu nombre, Master?
[ ABANDONADO ]
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Crónicas de Drasil 01: La Estrategia y la Indiferencia
CAPÍTULO 6: DE LAS REVELACIONES Y LA BATALLA POR LA LIBERTAD
PrinceMamemon había relajado el fruncimiento de su boca, pero seguía con el ceño arrugado, prácticamente fulminando con la mirada a todos los presentes: Desde los Knightmon que se iban poniendo en pie tras ser liberados, hasta Schal que había desenvainado su espadón y se estaba encarando a él, con GrapLeomon al lado desentumeciendo los músculos tras el alivio de haberse deshecho de la armadura que ocultaba su verdadera identidad. Pero, en especial… - LadyDevimon, querida… Me has decepcionado. La Digimon demonio alzó el mentón, orgullosa, mientras apoyaba una zarpa en su cadera: - No me habrías dado motivos para traicionarte… Si no hubieras empezado a perder la cabeza. Y ni de broma voy a permitir que papá siga sufriendo vuestros abusos. - Es extraño pensar que vosotros dos compartís datos… -murmuró uno de los Knightmon. - No lo hacemos. Eso es lo mejor -LadyDevimon se cruzó de brazos, con una sonrisa- . Papá me acogió desde que era un digihuevo abandonado, incluso siendo evidente mi naturaleza, y me crió como su fuese su propia hija, a pesar de que no tenía obligación alguna. - En realidad sí: La obligación del caballero -añadió el veterano- . Dejar a alguien débil abandonado habría ido en contra de mi código. PrinceMamemon torció el gesto en cuanto vio cómo los Knightmon ya se iban organizando para intentar recuperar las armas. Con una agilidad impropia de alguien de su volumen, el monarca Digimon retrocedió a su trono y pulsó un botón, haciendo que todas las armas y escudos de los soldados desaparecieran bajo una trampilla que se cerró: - ¿Y sólo por eso has decidido organizar esta revuelta? - En realidad, el plan es mío. GrapLeomon se crujió los nudillos, y finalmente abrió los párpados, sonriendo: - Sí, es cierto que me enteré de todo a través de LadyDevimon: Tuvo la amabilidad de interceptar la última carta de Schal hacia mí, añadir los datos importantes y dejar que llegara a mis manos. Tan pronto como me enteré, dejé todo lo que estaba haciendo y acudí lo antes posible. Ahí el capitán descendió la mirada: - No es que quisiera ocultártelo… Temía que cayera en las manos equivocadas, y que nunca llegara a su destino. - Hiciste bien: Habría sospechado igual -el felino asintió, sus ojos azules todavía fijos en PrinceMamemon- . LadyDevimon accedió a escucharme cuando nos reunimos una vez me informó de todo lo necesario y, a partir de ahí, monté el plan: Infiltrarme como un Knightmon, empezar a abrir los ojos a algunos, a ofrecer esperanza. Y, por supuesto, a sacarles de debajo de tu sombra tiránica. - ¿Oh? -el tono del monarca se tornó burlón, mientras con un gesto amplio de mano señalaba a los Knightmon- Oh, sí, son taaan terribles sin sus armas ni escudos. ¿Creéis de verdad que tenéis alguna opción contra mí? - ¿Crees de verdad que somos los únicos? -GrapLeomon sonrió, sus largos colmillos destacando todavía más- Fuera está esperando un ejército entero, dispuesto a hacerte pagar por tu traición hacia ellos. - ¿Disculpa? ¿MI traición? - TÚ traición -remarcó el felino- . Les fallaste al comenzar a usarles como meros esclavos en vez de los defensores que se supone que son, aprovechándote de su lealtad para retorcer el significado de sus enseñanzas y usarlo a tu favor. - Tonterías. Además, sigo siendo su superior -ahí avanzó un paso, amenazante- . Si morís aquí y ahora, lo más seguro es que verán sus esperanzas aplastadas. Sabrán que no tienen nada que hacer contra mí. Sus vanas esperanzas morirán con vosotros. GrapLeomon rió más fuerte, mientras sus hombros se agitaban un momento: - Ah, pero yo siempre tengo un plan B: ¿Adivinas qué? Esa misma carta que recibí por parte de Schal y LadyDevimon… Se la envié a los Caballeros Reales como prueba irrefutable contra las injusticias en Prinz. A estas alturas alguno de ellos seguro que ya la ha recibido, si es que no está de camino ya. Aunque no te venzamos nosotros, alguien más fuerte lo hará, y te pondrá en tu sitio. Ahí se cruzó de brazos, con una sonrisa satisfecha. Schal cada vez estaba más sorprendido con las revelaciones de su mejor amigo, y no pudo ni quiso evitar sentir cierto orgullo y admiración hacia él. Las carcajadas que soltó PrinceMamemon rompieron el ambiente, el monarca sonriendo burlón: - ¿Los Caballeros Reales? ¡Por favor! ¡SOY su líder! ¡Me deben respeto Y lealtad! En ese momento, GrapLeomon extendió una de sus manos, y de entre sus dedos apareció un sobre blanco, sencillo y que claramente había sido abierto: - Me parece que lord Dynasmon al menos no piensa lo mismo. WereGarurumon, que finalmente se había acercado mientras aún se masajeaba las zonas más doloridas de su cuerpo, parpadeó un par de veces al ver el sobre, reconociéndolo al momento: - Mierda… LadiDevimon lo reconoció también, y una sonrisa burlona asomó por sus labios, llevándose un dedo índice a éstos: - Ups… Parece que se te escapó esa carta de entre las que había que destruir, WereGaru… - Eh… Yo… El lupino agachó las orejas hacia atrás cuando PrinceMamemon le fulminó con la mirada, apretando los dientes, antes de que GrapLeomon le lanzara el sobre, el monarca atrapándolo en el aire: - Quizás deberías aprender a no pagar tus frustraciones con la persona equivocada… Luego tus vasallos te temen y te ocultan cosas. WereGarurumon gruñó al felino: - ¡Yo no…! Alteza… Pero PrinceMamemon ya había sacado la carta del sobre y la estaba leyendo, en silencio. Aunque pronto enarcó una ceja: - WereGarurumon: ¿De dónde provienen los Numemon? - Eh… Bueno… El nerviosismo del lupino era evidente, y LadyDevimon apenas podía contener la risa, mientras Schal sentía una suerte de… satisfacción por verle contra las cuerdas por una vez: - Te he hecho una pregunta: Te ordeno que me respondas. PrinceMamemon no había apartado la mirada todavía de la carta, y WereGarurumon tragó saliva, finalmente resignándose y agachando tanto la mirada como las orejas con un suspiro: - De las cloacas, Alteza… Aquello fue, finalmente, el pistoletazo de salida. Con una metafórica vena de ira sobre la cabeza, PrinceMamemon tensó tanto las manos que rompió la carta en dos: - ¡¡SE ACABÓ!! ¡NO NECESITO A LOS CABALLEROS REALES! ¡ACABARÉ CON TODOS VOSOTROS YO MISMO, Y ME ASEGURARÉ DE DESTRUIR VUESTROS NÚCLEOS PARA QUE NO PODÁIS RENACER! En ese momento GrapLeomon y Schal fueron los primeros en adoptar una posición de combate, siendo los siguientes los demás Knightmon, Narbe y LadyDevimon. Incluso sin sus armas, pelearían a puñetazo limpio si hacía falta: - Ahí viene. -murmuró Schal. - Echaba de menos pelear junto a ti, amigo, codo con codo. GrapLeomon sonrió, mirándole de reojo, y el Knightmon asintió. Pronto renovaron su guardia, a tiempo de ver cómo PrinceMamemon saltaba sobre ellos: - ¡CABEZAZO SONRIENTE! - ¡Cuidado! El felino apartó al caballero de un empellón y saltó hacia el otro lado, esquivando por los pelos la brillante sonrisa y el consiguiente golpe contra el suelo por parte de PrinceMamemon, que prácticamente levantó una ligera onda expansiva y dando a entender que era un enemigo a tomar en serio. Pronto los demás Knightmon aprovecharon y se lanzaron sobre él, cubriendole prácticamente con sus cuerpos mientras comenzaban a propinarle puñetazos y tanto GrapLeomon como Schal ponían distancia, preparándose. Lejos de haberle hecho daño, PrinceMamemon sólo se cabreó más, alzándose de repente y haciendo que todos los Knightmon salieran despedidos por los aires. Comenzó a moverse para irlos agarrando, ya fuera usando a uno como arma arrojadiza para derribar a los otros o golpeando al que le tocara para dejarlo medio inconsciente. En ese momento LadyDevimon se lanzó sobre él con un grito rabioso y las garras al frente, pero fue interceptada antes de poder hacer nada y lanzada lejos de su alcance para estamparse varias veces contra el suelo. Schal intentó aprovechar ese momento para acercarse y atacar a un punto débil, siendo su espadón bloqueado por una de las manos del monarca, y GrapLeomon se acercó corriendo para aprovechar y atacarle por detrás. No obstante, antes de poder acortar distancias, fue interceptado por WereGarurumon, logrando bloquear su patada con un brazo pero derrapando un par de metros hacia atrás: - Ah, no: Tú bailas conmigo, gatito. El felino respondió con un gruñido, y se puso en guardia, al mismo tiempo que WereGarurumon. Ambos se midieron un momento, antes de acortar distancias y comenzar el intercambio de puñetazos y patadas: - ¿Sabes? Sospeché de ti desde el principio. Podía ver en tus ojos que no eras como los demás Knightmon. Tu mirada- Un puñetazo en la mejilla le interrumpió, haciendo que le tocara al lupino trastabillar hacia atrás: - ¡Arg! ¡Me has interrumpido! - Es que hablas demasiado. Quizás tengas la lengua demasiado larga… Habrá que arrancártela. Respondió GrapLeomon, haciendo clara referencia a la amenaza que el propio lupino le había dedicado días atrás. Se intercambiaron más golpes y bloqueos, bastante igualados en el cuerpo a cuerpo. En general, no tardarían mucho en darse cuenta de que el combate sería muy duro. A pesar de trabajar en equipo y atacar a la vez, los Knightmon apenas le hacían cosquillas a PrinceMamemon, que se iba deshaciendo fácilmente de ellos a manotazos e incluso a puño limpio de ser necesario. Schal sólo aguantaba un poco más por tener con él una espada y medio escudo roto, y LadyDevimon porque las garras eran sus propias armas. Pero pronto la última acabó de nuevo por los suelos, y el primero apenas lograba retener con su espadón un puñetazo de PrinceMamemon, sus manos temblando por el esfuerzo: - Idiotas… ¿Realmente creíais que teníais alguna opción? -de un manotazo apartó el arma, agarró al Knightmon por el cuello y le alzó, haciendo que las puntas de los pies apenas rozaran el suelo- Todos cometéis el mismo error: Me subestimáis por mi aspecto, olvidándoos de mi nivel y de mi poder. ¡Pero nadie se burla de mí! De un bofetón lanzó a Schal por el aire, haciendo que su cuerpo impactase contra una columna y rompiéndola con su propio cuerpo, que cayó a continuación pesadamente al suelo: - ¡Schal! En cuanto vio la escena GrapLeomon trató de acercarse, pero WereGarurumon le apresó por la melena, intentando atraerle hacia sí. Como respuesta, el felino gruñó y se dejó caer hacia atrás, aprovechando el movimiento para darle una patada en todo el morro y deshacerse temporalmente de su rival. De poco le serviría, sin embargo, acercarse por detrás a PrinceMamemon y saltar mientras preparaba su ataque especial, pues el monarca le interceptó en el aire, le estampó contra el suelo de un golpe y a continuación lo lanzó en el aire, haciéndole derrapar varios metros y acabando al lado de su amigo, ambos magullados y malheridos. PrinceMamemon se plantó ante ellos, los brazos en jarra: - Pero os demostraré a todos, A TODOS, que soy más que mi aspecto. ¡Que soy superior a los Knightmon, que los demás nobles, incluso Yggdrasil! ¡Soy el monarca de Drasil, y unos simples peones no podrán detenerme! - No… Schal se volvió hacia él, todavía en el suelo, mientras GrapLeomon trataba de incorporarse al menos sobre uno de sus codos: - Es cierto que no eres inferior por tu aspecto, pero… Tampoco eres superior a nadie. Ni nosotros… -con gran esfuerzo logró incorporarse, mirándole a duras penas, pero completamente seguro de sí mismo- somos inferiores… a nadie… - Patético… No puedes ni mantenerte en pie. PrinceMamemon apoyó un índice sobre la pechera de Schal, y le hizo perder el equilibrio de un leve empujón. Pero, en vez de caerse de espaldas, el Knightmon se encontró con el apoyo de GrapLeomon, que había logrado alzarse lo suficiente para, incluso encorvado del dolor, evitar con su cuerpo la caída: - Lo que es patético… es abusar de los demás… para sentirte mejor… Y excusarlo de manera tan pésima. Y aunque me cueste… hasta mi último aliento… Una vez se aseguró de que Schal podía volver a mantenerse en pie, se colocó a su lado, apretando el puño libre: - Haré… todo lo que esté en… mi mano… ¡para que se imparta justicia! - No… dejaré… que vuelvan a humillarme… ni a mí… ¡ni a nadie! Sus cuerpos comenzaron a brillar de repente, al mismo tiempo. PrinceMamemon parpadeó, sorprendido, y de hecho tuvo que retroceder unos pasos para no quemarse con la súbita energía que estaban liberando… Pudo verse cómo, tras unos segundos, las siluetas comenzaron a cambiar de forma, a perder en volumen, pero al mismo tiempo sus presencias volviéndose más poderosas. Y de pronto…
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