Tumgik
#gritos de ayuda
angel-enamorado · 2 years
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Unos días ausente y en silencio, otros con alboroto y a gritos, pero siempre pidiendo esa ayuda que nadie le pudo brindar. Si tan solo una persona hubiera notado su dolor a través de sus escritos, en cada una de sus palabras o quizás en esa mirada melancólica, tal vez ella seguiría aún con vida.
Final anexo: Sin embargo, eso jamás sucedió, esa madrugada ella no lo soporto mas, decidiendo así, quitarse la vida ese 4 de agosto ☠️
-Brendavm🖤🌻
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f11-11 · 7 months
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Nadie pierde por dar amor, pierde quien no sabe recibirlo.
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a-hopelesslife · 2 years
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¿Puedes hoy sostener mi mano, por favor? Aunque sea sólo por un minuto, necesito sentir que no estoy en profunda soledad.
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manaosdeuwu · 9 months
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creo que lo único que me hace querer una pareja es poder llamarle para que me ayude a levantarme del inodoro cuando se me duermen las piernas
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yelek-galleries · 2 years
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Squenmedeaqui
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asleep-overthinker · 2 years
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Mi corazón nunca va a poder perdonarte le dejarme, nunca podré olvidar que solo decidiste desaparecer, nunca olvidaré que olvidaré que no tuviste ni el valor de decirme que dejaste que las cosas murieran solo porque no las quisiste hablar, mi corazón no puede hacer más que intercambiar entre querer explotar en llanto o llenarse de irá de que no me pudieras siquiera ver 5 minutos más, que le hayas dicho hasta a mi madre que no querías verme por más, que mientras más rápido fuera mejor para ti, que solamente vendrias a dejarme mis cosas y luego irte corriendo.
Nunca te perdonaré por no permitirme disfrutar contigo un día más como lo planeamos, nunca te perdonaré que haya decidido hacer tu cambio en estilo de cabello hasta que decidiste irte mi vida.
No me perdono a mi mismo por no haberte dicho lo hermoso que se ve tu cabello con lo que te hiciste, no te voy a perdonar soltar mis manos mientras solo quería sentirte
No perdonaré que me hayas puesto a correr contra reloj cuando sabías perfectamente que yo moría por poder tener una plática larga contigo.
No perdonaré que me hayas puesto en una esquina, y que mi propia madre tuviera que confirmarme que en efecto tu misma dijiste no querer verme por más tiempo.
No perdonaré que hayas dicho tan injusta, tan distante, tan fría, tan rígida, y tan indiferente, de llevar meses bien junto a mi actuando como si nada.
No te voy a perdonar por haber pasado por el proceso de primero sentir que las cosas cambian, considerarlo, analizarlo, haber descubierto que nos estábamos perdiendo, y finalmente, tomado la decisión de dejarme, abandonarme cómo un trapo usado, y que todo eso lo hayas hecho mientras me hacías pensar que todo estaba bien, mientras me decías que me amabas y actuabas cómo si absolutamente todo estuviera en orden, por ilusionarme solo para luego darme un puñetazo cuándo estuviera distraído.
Me destruiste, me derrotas te, me hiciste pedazos, no dejaste más que escombros de lo que alguna vez pensé era la mejor versión que podría haber de mi, la versión que se hizo para saber amarte, complacerte, y ser feliz a tu lado, pero te llevaste un pilar de mi vida, sin que te importara que ese fuera el que estaba manteniendo todo en mi mundo, en nuestro castillo que acordamos contruir juntos...
Desearía que me escribieras, que me dijeras que todo era una broma y solamente estabas jugando, me beses, y me digas "ay no, que chineado que es mi bebé" y solamente me abraces, me des palmaditas en las nalgas y me digas que en realidad me amas muchísimo y que todo era solo una mentirita y me des muchos "bishito bishito"
No sé cuánto tiempo voy a lograr mantenerme en pie, no sé cuánto más podré soportar el despertar y saber que en la totalidad del día, tu no vas ni a pensar en escribirme y yo ya no soy nadie para decirte "hey, aquí estoy yo existo" y hacerte drama por dejarme solo
No sé cuánto tiempo podré soportar saber que no tendré un mensaje tuyo en las mañanas y que yo no podré mandarte mis buenos días si llego a despertar antes que tú.
Mi corazoncito está hecho pedazos, y solo tu y yo podemos volver a reconstruirlo, el problema es que sé que a ti no te importa si está destrozado y tampoco te va a importar si se necesita reconstruir, tu solo vas a continuar con tu vida cómo si nada hubiera pasado, a cómo lo hiciste desde un inicio, solamente mantendrás tu rigidez militar y tu indiferencia ante lo que yo pensé, solo marcharas a través del desastre para continuar con tu vida.
Gracias por todo lo que me diste, Gracias por lo que me enseñaste, sabes perfectamente que son miles de cosas las que me enseñaste y yo mismo cambie o trabaje en mejorar, solo por darte lo mejor de mi, Gracias por darme los ánimos para querer ser alguien en la vida para poder crecer juntos de la mano cómo personas
Gracias por hacerme creer que cuando decías que me querias de por vida contigo, ya fuera en tus mensajes, llamadas, viéndome a los ojos o hasta en tus propias cartas repetirme que no me querías perder nunca
Gracias por hacerme creer que cuando decías que me amarías siempre, lo decías de verdad.
Gracias por haberte esforzado en que yo bajara mis muros sin sentir miedo porque dijiste que contigo no hacía falta tener paredes para evitar que me dañen, porque tú dijiste que nunca tendrías la intención de hacerlo.
Gracias por haber actuado como si nada pasara mientras sabías que las cosas se estaban perdiendo, por a pesar de saber que lo nuestro era lo más importante de mi mundo, decidir dejarlo solo irse al caño, sin querer hablar conmigo para ver si yo al menos me daba cuenta, sin querer ni siquiera advertirme que podría perder al amor de mi vida
Gracias por haberte asegurado de que yo me enamorara de ti
Por asegurarte de que yo "entendiera" que me amabas y no me harías daño
Por llegar a asegurarte de que yo comunicara cuando no estaba bien, porque según tus propias palabras: "Podemos hablar cualquier cosa que pase, porque somos un equipo, ¿Recuerdas?"
Gracias por haberme pintado pajaritos en el aire diciéndome que todo andaba bien, gracias por encargarte de que yo no sospechara absolutamente nada, gracias por haber intentado levantar mi ánimo en el periodo de las 2 semanas en las que mi vida se derrumbó diría yo, decidiste decirme "estoy aquí para que nos ayudemos a estar bien" incluso mientras del otro lado de la pared, ya estabas considerando solamente irte.
Gracias por abandonarme de una forma tan repentina, tan injusta, tan destructiva, tan insensible, tan indiferente, tan distante, tan seca, tan marcada, por simplemente hacerlo de la forma más desconsiderada que podrías hacerlo.
Quizá eso haga que mi corazón al fin entienda que te tiene que dejar ir, y decida dejar de buscar volver a conectar con tus latidos para que estemos en sincronía
Quizá eso haga que mi mente al entienda que te tiene que dejar ir, y decida que ya no tiene porqué seguir repitiendo me cada segundo de todo lo que vivimos juntos, haciendo desear poder tenerlo de vuelta
Quizá eso haga que mi alma al fin entienda que tiene que dejar ir, y decida levantarse trocito por trocito luego de haberse roto por completo al descubrir que ya no podrá continuar disfrutando del mundo de la mano de su alma gemela
Fuiste injusta, e inclusive al darme la cara, no pudiste ser honesta y decirme que solo querías que todo terminara hacía mucho, ¿Porque entonces actuar normal?, ¿Tratarme como si todo fuera bien?
Porque querías que yo no tuviera defensa, querías solamente aterrizar en mi un golpe seco.
Mi corazón, mi mente, y mi alma, nunca olvidarán lo que pasamos juntos, todo lo que hicimos y nos dijimos.
Pero tampoco olvidaran nunca, tu indiferencia y tú manera de haber hecho todo como si yo no fuera nadie especial.
Nunca olvidarán que tú sabías que las cosas podían morir, y que sabías que en el momento que me lo dijeras yo me encargaría de que lucharamos por mantenernos juntos de la mano cómo el equipo que siempre acordamos ser, pero no, decidiste ser egoísta, esperar a que a ti ya no te pudiera afectar, y decidiste dejarlas morir, solo para esperar a no sentir nada más, y así dejarme a mi, sin que te importe lo que suceda, porque tú ya lo tenías premeditado desde hacía mucho.
Tú, que ya renunciaste a nuestro trabajo en equipo, seguías enamorándome cómo todos los días, sin decir ni hacer nada por lo que tú estabas sintiendo.
Nunca te perdonaré el haber Sido tan egoísta.
SEP/4/22, 6:16
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¿Debería seguir luchando aferrándome a un mundo irreal? ¿O dejo que la depresión me venza de una vez por todas? ~Melpómene
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ramenstation · 9 months
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según yo hoy iba a hacer drafts, pero terminé por hacer fichas de muses que llevó todo el año haciendo y parece que nunca terminaré, pero aún así me dan ganas de abrir un starter con una de las muses que recién subí lololol
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cora-jess · 11 months
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Quiero que mis pensamientos fluyan hacia otro lado. Desaparecer, dejar que la vida no me pese tanto. Quiero llorar, gritar, amar qué esto deje de doler. Quiero encontrarme, evolucionar. Volver a ser yo!!
Esa chica fuerte, con carácter y dirección porque la de ahora se encuentra perdida entre un montón de basura mental qué la tiene estancada. No puede encontrar la dirección. No encuentra el camino, no sabe a donde ir. Entre montonales de basura mental e existencial la regresa a una realidad alterna y distorsionada ; no es real su única compañía es su ira su inmensa ira. Trabajar se le ha vuelto complicado. Con gritos de ayuda qué nadie escucha!! Implora misericordia y un poco de piedad.
Ya no estás y se ha vuelto difícil superarlo. Se regresa una y otra vez a sus jodidos recuerdos que la persiguen y la atormentan. No sabe que paso seguir o si aun intentarlo. El alcohol no borra el dolor y lo vuelve a intentar para caer repentinamente de vuelta en sus vicios. Se aferra a algo sin valor por el temor a hacer las cosas bien. Se sumerge de nuevo a la monotonía y a la realidad qué le juega en contra. Duerme con la esperanza de que termine pronto su sufrimiento qué la atormenta. ¿Cómo será mañana? Seguiremos haciendo las cosas mal o tendremos las agallas para intentar hacer lo correcto. El darnos por vencidas parece ser una buena opción en estos momentos. Quiero anhelo hacer las cosas bien pero no se como hacerlo. Mi cabeza no para de atormentarla. Con esperanza y con fe espero pronto termine.
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afycsoawsten · 11 months
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tenía tumblr abandonado desde hace 3 años Tengo q actualizar las etiquetas a las q sigo
toda mi estadía en tumblr me acostumbré a q nadie q me conociera en internet me siguiera acá para poder publicar las cosas q me gustan y ver las cosas q me gustan realmente sin sentir vergüenza o miedo así q agradecería q no vean mis publicaciones si gracias jahdjdj
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theginkosakata · 2 years
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deepinsideyourbeing · 1 month
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Con toda devoción - Matías Recalt & Enzo Vogrincic
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Preludio ♡
+18! Threesome, MeanDom!Mati & SoftDom!Enzo. Age gap, begging, dirty talk, fingering, nipple play, (breve alusión a) sexo anal, sexo oral, sexo con protección, (no tan breve alusión a un leve) subspace, voyeurismo implícito. Uso de español rioplatense.
El jardín está ahora casi desierto y la casa sumida en un silencio espectral.
Cuando rechazaste la ayuda para lavar y secar los platos fue porque no creíste que te arrepentirías tanto… Pero el arrepentimiento es porque negarte a ella significó dejar a todos los invitados en libertad y ver cómo se despedían, recibiendo y repartiendo abrazos por doquier, y abandonándote con la gravedad de cierta situación cuando la puerta se cerró a espaldas del último en marcharse.
La ventana de la cocina te permite ver a Matías y Enzo, de pie en el patio con una botella de cerveza y un cigarrillo en sus respectivas manos. Tu novio te da la espalda pero percibís por sus movimientos que está hablando de manera relajada, balanceando su peso sobre sus pies como si bailara al ritmo de una melodía que sólo él puede oír, y por su parte Enzo sólo asiente con una expresión de concentración y seriedad no tan inusual en él.
Observás con horror a Matías interrumpiendo sus movimientos y acercándose al uruguayo para hablarle al oído: cuando Enzo desvía su mirada hacia la ventana y encuentra tus ojos fijos en él el plato en tus manos cae sobre el fregadero y se hace pedazos, cobrándose también unos vasos. Intentás apartar los restos de vajilla destrozada para deshacerte de ella más tarde, pero tu corazón acelerado y la espuma en tus manos temblorosas dificultan la tarea.
Un pequeño grito deja tus labios cuando el cristal roto corta la piel de tus dedos.
-La puta que me parió…
-Qué boquita- reprocha Matías, observándote desde la puerta antes de acercarse-. A ver...
-No es nada- intentás zafarte de su agarre pero tira de tu muñeca con fuerza y te dirige una mirada a modo de advertencia, en su rostro una mueca de disgusto ante tu actitud-. Perdón.
-¿Qué pasó?- deja correr el agua sobre tu mano y siseás.
-Se me cayó un plato, nada más.
-No, pregunto qué pasó con vos.
-¿Por qué?
-Porque hoy te estabas portando re bien y ahora…- encoge los hombros en un gesto que significa molestia y decepción, su lado más estricto tirando de las cuerdas de su humor-. ¿Necesitás hablar de algo?
-No.
-Entonces portate bien, que hay gente.
-Pero él ya vio todo- susurrás, temiendo que Enzo logre oírlos desde el jardín.
Matías voltea lentamente y su expresión causa que un escalofrío recorra tu columna vertebral. Dirige su mirada hacia el techo y lo imitás, tu concentración permitiéndote oír los pasos en la planta superior de la casa. Tu novio hace que regreses tu atención a él besando tus heridas.
-Pero Santiago no- y la mano que no sostiene la tuya se dirige hacia el dobladillo de tu vestido, colándose por debajo de la tela para rozar tu ropa interior impregnada con los fluidos de ambos-. No querés que él también sepa que sos una putita, ¿o sí?
Te mordés el labio y negás: tu mente aún se encuentra en una especie de estado febril resultante de las actividades previas, por lo que se te dificulta comprender si en verdad está amenazando con castigarte y, por consecuente, con permitir que quienes pasarán la noche en la casa oigan tus gritos. Tus ojos vidriosos encuentran su mirada y te sonríe como si la situación fuera divertida.
-Andá arriba y esperame- besa tu pómulo-. Termino con los platos y voy.
Lo mirás confundida, pero obedecés y corrés hacia las escaleras. Ignorás la silueta en la puerta que da al jardín, por supuesto, y cuando te cruzás con Santiago en el corredor forzás una sonrisa que pretende lucir natural y amable, como si su presencia en la casa no fuera un inconveniente -y no lo es, pero eso sólo lo sabe la ahora ausente parte lógica de tu mente-.
Cerrás la puerta del baño a tus espaldas y te arrojás sobre el lavabo para refrescar tus mejillas ardientes, pero no es suficiente porque tus muslos manchados también comienzan a molestarte. Arrojás tu vestido sobre el cesto de la ropa sucia y también tu ropa interior arruinada y permitís que el agua tibia de la ducha se lleve cualquier remanente de la velada de tu cabello y tu piel, ya sea el aroma de la comida o los restos de tu novio.
Antes de dirigirte hacia la habitación borrás los rastros de maquillaje de tu rostro y una vez allí tomás una camiseta cualquiera, ya que tenés la seguridad de que no permanecerás vestida por mucho tiempo. La voz de Matías estaba lejos de ser amenazante; por el contrario, parecía ser la promesa de una recompensa cuya idea hace que te muerdas los labios y roces tus muslos.
Y es así como los ojos de Matías te encuentran en cuanto abre la puerta, con tu labio inferior enrojecido por la acción de tus dientes y tus piernas moviéndose de esa particular forma que delata tu necesidad. Se acerca con pasos cautelosos, como si temiera asustarte, y te enseña dos pequeñas tiras de vendaje adhesivas.
-¿Te acordás…- comienza mientras cubre tus heridas- cuando te pregunté a cuál de mis amigos te cogerías? ¿Qué fue lo que me dijiste…?
-Enzo- susurrás-. Pero…
-Y ahora sabemos que Enzo también te quiere coger- apretás los párpados con fuerza-. Con lo linda que sos, ¿cómo no va a querer?
Estás a punto de contestar, aunque no sabés muy bien qué decir, pero su voz te interrumpe.
-¿Qué decís vos? ¿Qué te parece si lo dejo cogerse esa conchita tan linda que tenés?
El temblor en tu cuerpo es confirmación suficiente, pero Matías sabe que no estás precisamente lúcida y que es su culpa: horas atrás deseaba arruinarte y hacer evidente que sólo le pertenecés a él, quería que la bruma en tus ojos y el letargo en los movimientos de tu cuerpo aturdido sirvieran para hacer comprender a Enzo el lugar que le corresponde.
Ahora sabe que disfrutaría más permitir que el mayor tenga el privilegio de probarte, ya que de esa forma sólo le quedarán los recuerdos y no poseerte dolerá aún más, pero primero necesita saber que sos consciente de lo que involucra su sugerencia y de que das tu consentimiento. Se arrodilla junto a tus piernas y toma tus manos, acariciando tus nudillos cuando ve que tus ojos permanecen fijos en la persona aguardando junto a la puerta.
Tus pupilas están dilatadas y tu respiración se acelera cuando le devolvés la mirada.
-Pero sólo si estás muy segura, ¿sí? Si no estás segura Enzo se va y mañana nadie habla de esto- besa tus manos y te sonríe-. Y si querés yo no me voy a enojar… Además te voy a estar cuidando todo el tiempo.
Respirás profundamente y cerrás los ojos antes de contestar.
-Sí, quiero- asegurás.
Los pasos de Enzo resuenan sobre la duela y cierra la puerta con delicadeza, distrayéndote y dándole a Matías una oportunidad para subir a la cama y arrastrarte para recostarte contra su pecho, arrugando tu camiseta en el proceso y dejando al descubierto tu centro desprovisto de ropa interior. Enzo no emite palabra alguna, sólo se limita a acompañarlos en la cama y sus dedos acarician la piel de tu tobillo antes de ascender y recorrer tu pierna hasta tu muslo.
-¿Puedo?
Te mordés el labio y asentís.
-Te vas a lastimar- dice, estirándose y utilizando su pulgar para liberar tu labio-. Y necesito palabras, ¿sí?
-Sí- contestás-. Sí, podés.
-Eso- te sonríe cómplice y separa tus piernas con suavidad-. Sos muy linda, ¿sabías? En todos lados…
Arrojás la cabeza hacia atrás en busca de consuelo, abrumada por la atención del mayor y la forma en que sus dedos erizan tu piel. Matías suelta una risa casi silenciosa contra tu cabello antes de besarlo, sus manos acariciando tus brazos con fuerza en contraste con los roces prácticamente imperceptibles que el otro deja sobre tu piel.
Un gemido mudo separa tus labios cuando sin previo aviso el pulgar del uruguayo se desliza sobre tus pliegues, traza una línea desde tu entrada hasta tu clítoris y comienza a dibujar suaves círculos allí. La mirada atenta de Matías sobre ambos es algo que Enzo escoge ignorar para concentrarse en cómo tu rostro se contrae en una mueca de placer cuando comienza a presionar más y más fuerte tu punto más sensible, gemido tras gemido surgiendo en tu garganta.
Y recién comienza…
-¿Querés que le cuente a Enzo cómo me apretaste la pija cuando lo viste?- negás-. ¿No? ¿Por qué no…?
-Me da vergüenza- admitís entre gemidos, cerrando los ojos para no tener que enfrentar sus miradas.
-¿Te da vergüenza?- pregunta Matías, fingiendo sorpresa-. Pero no te da vergüenza que…
-Dejala, Mati, pobrecita.
Dirige un dedo hacia tu entrada brillante y desliza el dígito de arriba abajo para esparcir la humedad sobre tus pliegues antes de introducir en tu interior la primera falange. Sólo eso basta para hacerte gemir con fuerza y tus piernas amenazan con cerrarse, pero Matías cubre tu boca con una mano y te sostiene por el muslo con la otra, restringiendo los movimientos de tu cadera y ahogando con su palma cualquier sonido que pueda delatarlos.
El intercambio de miradas entre ambos hombres es breve, casi fugaz, pero comprendés el significado que oculta cuando tu novio comienza a besar tu mejilla al tiempo que un dedo vuelve a deslizarse en tu interior y es recibido por tus paredes cálidas. Enzo no pierde el tiempo, curva el dígito en busca de tu punto dulce y cuando lo encuentra comienza a abusar de la sensibilidad que encuentra allí, complacido por tu respuesta y humedad.
Por si las caricias del hombre entre tus piernas no fueran suficiente, sentís la creciente erección de tu pareja contra tu espalda, palpitante e irradiando el calor suficiente para sentirlo a través de las prendas de ambos. Le dirigís una mirada suplicante, su mano aún cubriendo tu boca, y en sus ojos encontrás nada más que fascinación por la escena que se desarrolla frente a él: sólo cuando comenzás a sacudir la cabeza una sonrisa se apodera de sus labios y te permite hablar.
-Por favor, por favor, por favor- suplicás-. Voy a…
-Preguntale a Enzo.
Tus mejillas no arden, queman.
-Enzo, ¿puedo…?
-Sí, bebé, cuando vos quieras.
Cuando vos quieras es una expresión de amabilidad, porque Enzo separa aún más tus piernas para poder acercarse a tu centro y sus labios se adhieren a tu clítoris para succionar con una fuerza experta. La sensación basta para hacerte delirar y casi te distrae lo suficiente para no notar el breve instante en que retira el dedo de tu interior... para luego introducir dos.
El escozor que nace de la súbita dilatación de tu interior sensible te estimula aún más, aunque lo que finalmente te arroja hacia el precipicio son los gemidos de Enzo contra tu intimidad, la vibración de los mismos recorriéndote. Tus gritos no tienen oportunidad de llegar a oídos ajenos: Matías invade con sus dedos el interior de tu boca y provoca que las contracciones de tu garganta sean simultáneas a las de tu interior.
Enzo continúa con sus movimientos, estos volviéndose  cada vez más lentos, y sólo se detiene al verte abrir los ojos. Tirás de la muñeca de tu novio y un hilo de saliva conecta tus labios con sus manos, pero este se corta cuando intentás hablar y el líquido mancha tu mentón. Tus lengua delinea tus labios resecos y te aclarás la garganta en un gesto que no debería resultarle tan tierno, pero tus brillantes ojos de párpados pesados están causando estragos en su mente.
-Gracias- susurrás.
-A vos- besa tu muslo y, tras un breve gesto de afirmación por parte de Matías, pregunta:- ¿Querés más?
-Sí, por favor- jadeás.
Matías, tan oportuno como siempre, le arroja el lubricante y un preservativo. Enzo los atrapa entre risas, como si la situación fuera algo cotidiano, y el verlos interactuar de una manera tan distendida mientras tu sanidad pende de un hilo hace que te sumerjas aún más en un estado mental de desesperación y necesidad, dispuesta a hacer lo que fuera por y para ellos.
Te resistís cuando Matías abandona su lugar, pero te tranquiliza el ver que comienza a desnudarse y regresa inmediatamente a la cama, arrodillándose junto a las almohadas sobre las cuales te dejó recostada. Tira de tu camiseta para dejarte completamente desnuda y masajea tus pechos mientras ambos observan con atención a Enzo, que se desnuda con fingida calma y se toma el tiempo necesario para doblar su ropa y luego dejarla acomodada sobre el escritorio.
Reprimís un gemido al apreciar las diferencias entre tus acompañantes. El contraste entre sus cuerpos –la varonil delicadeza de los rasgos de Matías y su tez blanquecina, la línea fuerte de la mandíbula de Enzo y sus músculos- y el saber que ambos están allí para darte placer hace que tu excitación manche las sábanas en tan sólo unos minutos. Tu novio golpea tus labios con dos dedos y abrís la boca lista para abrazar con tu calor su punta rosada, pero tus ojos están fijos sobre las venas en las manos de Enzo, que acaricia su miembro viendo tal imagen.
El colchón se hunde bajo el peso del mayor cuando regresa a la cama para reclamar nuevamente su lugar entre tus piernas, aferrándose a tu cuerpo como si temiera que te arrepientas. Desliza el látex sobre su extensión con cuidado y tras aplicar un poco de lubricante tira de su miembro una, dos, tres veces, arrojando la cabeza hacia atrás antes de recomponerse. Tus gemidos pueden deberse al gusto familiar que recorre tus lengua o al espectáculo que acabás de presenciar, no lo sabés, pero provocan que Matías comience a mover sus caderas.
Enzo deja caer unas gotas de lubricante en tu centro y utiliza su glande para esparcir el producto sobre tu entrada, la piel que la rodea y tus pliegues, manchando también tus muslos. El frío del producto te hace temblar y él se disculpa, sea el motivo el contraste entre temperaturas o el dolor que hace que te sobresaltes cuando comienza a penetrarte.
Un gemido resuena en toda la habitación cuando tu estrecha entrada y tu interior ardiente lo rodean. Te regala unos segundos para acostumbrarte a la sensación, segundos en los cuales se deleita viendo la desesperación y profundidad con que tomás el miembro en tu boca, tu cadera moviéndose en busca de mayor contacto con su cuerpo. Por un segundo se pregunta si acaso sería capaz de resistirse, pero considerando que se tocó oculto tras un árbol sólo por vos…
Sentís a Enzo rozando tu cérvix con cada gentil embestida y la sensación acompañada de los sonidos indecentes te hacen succionar con más fuerza, pero para Matías parece no ser suficiente la atención que le estás otorgando y tira fuertemente de tus pezones hasta que te estremecés de manera casi violenta. Las lágrimas que caen de tus ojos humedecen tus mejillas y la almohada bajo tu cabeza, pero tus gemidos no dejan de ser una constante entre las cuatro paredes.
Los movimientos de Enzo aumentan en intensidad y velocidad y su mano se cierra sobre tu cintura para poder ejercer cierto control sobre tu cuerpo. Decide también encargarse de tu clítoris y los pequeños círculos que sus dedos trazan hacen que te contraigas hasta hacerlo delirar: sabe que su mano o un juguete no podrán compararse jamás con tu interior y la manera divina en que parece succionarlo, así que decide prolongar el momento.
Protestás al sentirte vacía unos pocos minutos más tarde, pero te silencia deslizándose entre tus piernas una y otra vez y penetra tu entrada –que se contrae alrededor de nada- sólo con su punta durante un segundo o dos en cada ocasión. La fricción en combinación con el ardor de tus pezones te orilla hacia otro orgasmo y no recordás advertirles antes de que este se desate, pero entonces Matías se desliza fuera de tu boca y golpea tu mejilla, provocando con el impacto que una cantidad considerable de saliva brote de entre tus labios.
Enzo se detiene abruptamente -sin saber que así arruina aun más tu clímax- y estudia la situación para comprender si debe intervenir. Se siente fatal cuando su miembro palpita al ver que te llevás una mano a la mejilla para acariciar tu piel enrojecida.
-No pediste permiso- señala Matías-. ¿No te dije que te portaras bien?
-Sí, pero…
-Callate- ordena, haciéndole una seña a Enzo.
-Pero Enzo dijo…
Tanteás un terreno peligroso, lo sabés, pero sólo cerrás la boca cuando el rostro de tu novio se acerca peligrosamente al tuyo y ves brillando en sus ojos la segunda advertencia de la noche. Matías es más que capaz de interrumpir toda actividad para castigarte, por lo que suspirás de alivio cuando se aleja y Enzo te toma por debajo de los brazos para cambiar de posiciones. Coloca tu cuerpo sobre el suyo en un rápido movimiento, tu espalda contra su pecho y sus labios besando tu cuello y el lóbulo de tu oreja.
-Perdón- susurra y volteás a verlo-. No sabía que…
Le sonreís para librarlo de cualquier culpa y él no puede creer que incluso en tal estado, con las mejillas ardiendo y todo tipo de fluidos manchando tu rostro, aún te veas igual de tierna y dulce como lo hacías la tarde en que te conoció. En ese momento no imaginaba que algún día tendría el lujo de tocar tu cuerpo o sorprenderse por la dinámica que mantenés con Matías, pero... bueno, ignora cualquier recuerdo y apoya sus pies firmemente sobre el colchón.
Matías se coloca entre tus piernas y baña tu intimidad con lubricante, dejando que este gotee más allá de tu entrada suplicante. Su dedo se desliza desde tu clítoris hacia tu apertura siempre tan tentadora, separando tus pliegues antes de continuar su trayecto y presionar en otro pequeño agujero. La sorpresa te hace jadear y Enzo intenta consolarte masajeando tu cadera, pero es imposible cuando Matías comienza a jugar con tu cuerpo.
-Tenemos que probar algún día, ¿no?- susurra, arqueando una ceja-. ¿Te gustaría que te cojamos los dos al mismo tiempo…?
Asentís y dejás salir un grito cuando tus músculos ceden para permitir su entrada. Se limita a torturarte con la punta de su dedo, introduciéndolo y retirándolo una y otra vez hasta que ve la forma en que apretás tus párpados y las manos de Enzo sobre tu abdomen. La idea es más que tentadora, Matías sabe que serías un desastre y que en pocos minutos quedarías reducida a la nada misma, pero para ciertas cosas prefiere esperar un momento que sea sólo de los dos.
Toma el miembro de Enzo, sacándole un gemido que parece ser producto del placer y no sólo por haberlo tomado desprevenido, y lo dirige hacia tu interior. Tu desesperación no es algo que intentes ocultar y tampoco lo son tus gemidos cuando tomás toda la extensión del mayor, cuyas manos se cierran nuevamente sobre tu cadera para controlar tus más que erráticos movimientos.
El dulce sin sentido que el uruguayo susurra sólo para tus oídos se entremezcla con las palabras degradantes de tu novio, quien se encuentra masturbándose entre tus piernas y frotando casi distraídamente tu clítoris antes de llevar su mano hacia tu abdomen bajo y ejercer presión.
Sólo podés gritar.
Debería ser vergonzosa la sensibilidad de tu cuerpo, la facilidad y el control que ambos tienen sobre todas y cada una de tus terminaciones nerviosas, pero no podés pensar en ello mientras sentís el cuerpo de Enzo fusionándose con el tuyo y las manos de Matías estimulándote para acercarte más hacia esa confusa línea entre el placer y el dolor.
Los dedos de tus pies se contraen y cuando buscás algo o alguien para aferrarte tus manos acaban sobre tus pechos que suben y bajan a cada movimiento. Arrojás la cabeza hacia atrás y Enzo acaricia tu mejilla con la suya, desesperado como nunca antes lo habías visto. Besa tu rostro y luego encuentra tus labios, su lengua recorriendo el interior de tu boca de manera obscena y silenciando por un instante tus gemidos y gritos pornográficos.
-Mati...- te quejás cuando los dedos en tu cadera reafirman su agarre-. Mati, ¿puedo? ¿Enzo…?
-Sí.
Tu cuerpo es víctima de los espasmos que tu orgasmo provoca y el placer abrumador que te recorre de pies a cabeza es suficiente para perder por completo la razón. Los movimientos de tus acompañantes no cesan y de tu boca sale un hilo de palabras incomprensibles y agudos sonidos patéticos cuando tu liberación moja tus pliegues y el miembro de Enzo. También recorre su pelvis y el interior de sus muslos y humedece las sábanas hasta oscurecerlas.
El calor del líquido blanquecino que mancha tu piel y salpica tus pechos –alguna que otra gota cayendo sobre tu centro, el miembro de Enzo arrastrándolas hacia tu interior- hace que los músculos de tu abdomen se contraigan al igual que tus paredes... y entonces lo sentís: el palpitar del miembro en tu interior mientras los dientes de Enzo rozan tu hombro y sus palabras se enredan en la punta de su lengua, tu cerebro registrando algún que otro tierno apodo.
Una respiración temblorosa deja tus labios.
-Bebé…
Aún en tu estado de agotamiento y desorientación reconocés la voz de Matías y te forzás a abrir los ojos. Te sonríe y cuando acaricia tu mejilla perseguís el contacto y confort de su mano.
-Estoy bien.
-¿Segura?- cuestiona Enzo. Se aparta con cuidado y te recuesta sobre el colchón-. Por un momento pareció que…
El familiar sonido de la madera llama tu atención y mirás en dirección hacia la puerta: Enzo no podía saber que tiene que asegurarse de cerrarla bien, por lo que no te sorprende encontrar una apertura milimétrica y que la tenue luz del corredor te permita distinguir la silueta que se aleja.  
La voz de los tres se tiñe de horror cuando intercambian una mirada y dicen al unísono:
-Santiago.
Notas de Lu:
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado... creo.
taglist:
@madame-fear @creative-heart @recaltiente @llorented @chiquititamia @delusionalgirlplace ♡
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castawaycherry · 3 months
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Días de playa- Pipe Otaño
Pedido por anon 🤍
Warnings: fluff y poco angst
(vean estas fotos quebonitoes)
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Te encontrabas sacando todo de tu closet sin saber que ponerte, hace unas semanas tu mejor amigo Fran te había invitado a un día en la playa con todos sus amigos, tu rápidamente dijiste que si, no eras muy cercana con ellos pero todos te caían bastante bien y te la pasabas bien con ellos.
No suena a un evento elegante verdad? en realidad no lo era, pero sabías que el iba a estar ahí y quieras desesperadamente llamar su atención, el... Felipe Otaño, o Pipe cómo todos le decían, desde que conociste a pipe habías sentido una atracción instantánea hacia el, sus ojos azules eran hipnotizantes, su sonrisa era perfecta, era talentoso, lindo, carismático, y encima de todo, era una de las mejores personas que habías conocido.
El timbre de tu departamento te sacó de tus pensamientos sobre aquel hombre, sabías que el que había tocado era Fran así que corriste a abrirle la puerta, el hombre entró a tu departamento y después de abrazarte te vio de arriba a abajo con una mirada divertida, en ese momento te diste cuenta que le abriste en ropa interior, lo cual no te molestó, no era algo inusual o algo que no hubiera visto ya.
Lo invitaste a pasar a tu cuarto y soltó un grito viendo el desastre que habías hecho en tu cama
"Y tu señorita por que no estás lista? la fiesta es en 40 minutos" dijo el hombre que seguía viéndote divertido
tu solo gruñiste y le aventaste la prenda de ropa más cercana que tenías.
El se rió y te la aventó de regreso
"Sabes por qué no estoy lista idiota" le respondiste tapándote la cara en frustración y el lo único que pudo hacer fue darte un abrazo de apoyo
"A ver ven, vamos a buscarte un traje de baño para que dejes a Pipe boquiabierto"
Tu solo te sonrojaste y aceptaste su ayuda
El rubio sabía de tu no tan pequeño crush con Pipe desde hace meses y el te aseguraba que también le gustabas, pero era imposible, Pipe era perfecto y tu eras... pues tú.
Fran te sacó de tus pensamientos por segunda vez esa tarde ondeando frente a tu cara un bonito bikini azul que no te acordabas que tenías.
"Mirá" dijo entusiasmado "Este bikini es perfecto"
No podías negarlo, era un bikini azul con un pequeño moño en la parte del bra que se abrochaba por los lados y realmente no dejaba mucho a la imaginación
Tu solo asentiste y fuiste al baño a cambiarte y a guardar todas tus cosas para la playa.
Cuando saliste el hombre rubio te chiflo y te hizo dar una vuelta mientras tu solo podías sonrojarte y sonreír.
"Vas a deslumbrar a Pipe con ese bikini" sonrió mientras ambos salían de tu departamento y se encaminaban a la playa que estaba a unas cuantas cuadras de donde vivías.
Unos minutos después llegaron a la playa y vieron a todos sus amigos ya entrados en la fiesta, jugando volleyball estaban Kuku, Andy, Agustín y Matías, soltaste una pequeña risa viendo a este último intentando ganarle a la estatura de Esteban.
Llegaste a un punto de la playa lo suficientemente alejado de aquellos hombres jugando para no llenarte de la arena que volaba cada vez que uno de ellos se movían, ahí fue donde lo viste y fue como si el tiempo parara por un segundo, solo traía puestos unos shorts negros para nadar y nada arriba, su piel estaba sudorosa y bronceada a la perfección, como siempre el era el encargado de cocinar para todos. En ese momento de tu trance el volteo a verte y corrió a saludarte.
"Hola t/n!" llegó y te abrazo suavemente, te sonrojaste un poco sintiendo su piel caliente sobre la tuya abrazandolo de regreso y sonriendo cuando ambos se soltaron
"Hola pipe, veo que no gastaste ni un segundo en empezar a cocinar" reíste y fue su turno de sonrojarse y sonreirte a ti, pero su momento no duró mucho cuando un balón pasó muy cerca de sus caras y momentos después vieron a un Matías sin aire corriendo hacia ustedes disculpándose profundamente, ustedes solo se rieron fuertemente regresandole el balón y viéndolo correr de regreso con los demás.
Después de eso tuvieron un silencio un poco incómodo ya que ninguno de ustedes sabía que decir hasta que pipe interrumpió el silencio preguntándote si querías algo de beber, tu asentiste y fueron a la hielera que estaba a pocos metros de donde estaban pero para tu suerte había una roca en el camino y caíste sin antes agarrarte del brazo del hombre a tu lado y así cayeron los dos uno encima del otro.
"Pipe! perdón perdón!!" te disculpaste pero algo no te permitía moverte de arriba de aquel hombre
El inmediatamente te dijo que no te preocuparas y te preguntó si estabas bien, igualmente sin moverse de su posición.
En ese momento hicieron contacto visual ambos sonrojados, sin dejar que pasara un segundo más pipe puso sus manos en tus mejillas y suavemente te besó, tu estabas en shock pero rápidamente lo besaste de vuelta
Pasó lo que se sintió como una eternidad hasta que ambos escucharon varios gritos de festejos atrás de ustedes y solo así se movieron y se pararon rápidamente viendo a todos sus amigos sonriendo y festejando por ustedes
Tu estabas muy confundida y volteaste a ver a Pipe con la cara roja como un tomate cuando finalmente fran rompió el silencio diciendo
"Qué vivan los enamorados!" y tu solo le sacaste el dedo medio corriendo a todos a sus actividades previas
En ese momento pipe volvió a jalarte hacia sus brazos y volvió a besarte y con una sonrisa lo besaste de regreso
"Me gustas mucho nena" dijo suavemente después de separarse de tus labios
"Tu también bobo, desde hace meses" dices
"De haber sabido podría haber hecho eso hace mucho tiempo, pero ahora que lo sé te puedo pedir que seas mi novia?" preguntó un poco apenado
tu lo único que hiciste fue besarle otra vez esperando a que eso fuera respuesta suficiente.
No planeaba que esto quedara tan largo pero me inspire bastante, espero que les guste 🤍🤍
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a-hopelesslife · 20 days
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Ya no puedo más, parece que he llorado una eternidad pero de mis siguen cayendo lágrimas al igual que una cascada.
Mi garganta duele de tanto gritar en agonía, de dolor, de desesperación, de miedo, de soledad.
Me duele el pecho, y cuando no me duele solo hay vacío, no sé cuál es peor.
Mis nudillos ensangrentados duelen al tratar de distraerme del dolor que siento dentro.
Mi alma llora y grita para ser liberada, ¿cuándo podrá ser libre de este cuerpo inútil? ¿cuándo podré saber lo que es estar bien?
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letra-vagabunda · 3 months
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Intenté buscar la ayuda que a gritos me ordenaban pedir cada vez que su desesperación no alcanzaba a perforar el hormigón de mi tristeza, pero no encontré más que una oscura habitación vacía con aroma a soledad, telarañas de nostalgia y recuerdos empolvando las afiladas cuchillas de un pasado lleno de excesos y malas decisiones.
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nanaciruela · 3 months
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Ya no sé que más decir, si todo ya lo he dicho, pedí ayuda, acepté que no estoy bien y que se extingue mi esencia cada día, que estoy perdida desde hace meses; hecho de todo para mejorar, pero no logro salir del pozo, de este oscuro lugar.
El insomnio regreso, inclemente como siempre, lágrimas, gritos ahogados y pensamientos desbordados arranca la poca estabilidad que me queda, mientras mis ojos opacados por agua de mar ven avanzar las manecillas del reloj, con un tic tac estresante que se escucha dentro del corazón. Cómo si anunciará algún secreto a voces, de esos que castiga a el alma y condena a la mente a un eterno bucle de dolor e incomprensión.
Nana Ciruela
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