Tumgik
#me evoca algo
elcorazondealis · 8 months
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Mi sentir🤍
Me haces sentir que mis problemas, pequeños son,
que siempre hay un camino para seguir adelante con fe.
Tu voz, como un susurro, en mi mente resonando,
y tus palabras, claras y dulces, calmando mi ser.
Amo la manera en que me muestras la esperanza,
La mágica forma en que, junto a ti, mi alma avanza.
Es inexplicable todo lo que siento,
solo sé que es inmenso y eterno
Y así, en cada sílaba escrita con cuidado,
intento expresar la admiración,por todo lo que eres.
cada momento a tu lado es como poesía,
en cada verso, canción, en cada palabra,
siento la fuerza del amor que nos guía.
en estas líneas, con amor entrelazadas,
expreso mi gratitud y mi devoción,
porque tu,mi amor, me haces sentir amada.
Tu amor me ilumina, me hace volar,
en tus brazos encuentro mi lugar.
En cada momento, me haces creer,
que no hay obstáculo que no pueda vencer.
Tu presencia me llena de una calma profunda,
como si el universo me susurrara al oído una respuesta rotunda.
Es inexplicable lo que siento por ti,
solo sé que es tan grande  que 
siempre se puede un poco más contigo 
En cada verso, te encuentro, te siento,
tu amor es el poema, la melodía serena,
me inspiras a amar, a creer, a luchar,
contigo, en mis versos, se desvela la pena.
Sensual, evocativa, se vuelve mi voz,
amor, política, mundo natural,
todos mis pensamientos, en uno soy,
equilibrio y unidad, en este baile celestial.
estructura precisa, cada línea une, como en un abrazo sincero,
misterioso, profundo, en cada palabra se atiza,
un poema que evoca un amor sin prisas 
Me gusta cómo me alivias en momentos.
Cosas antes vacías, ahora tienen sentido,
cuando tú estás junto a mí, todo es bienvenido.
Adiós a mis penas, a la tristeza y el llanto,
juntos enfrentaremos cualquier quebranto.
Eres la voz que calma mis pesares,
la razón que enfrenta mis temores,
tus palabras abren nuevos horizontes
y hacen pequeños mis problemas mayores.
Canciones que escuchaba sin razón,
al estar contigo cobran significado,
el amor fluye en cada melodía,
lo que antes era opaco, ahora es amado.
En tu mirada, encuentro esperanza,
como si el universo me hablara en secreto,
me transmites un sentimiento eterno,
algo inmenso, indescriptible y completo.
Tu compañía llena mi alma de dicha,
siento que todo en ti está bendecido,
no todo está perdido, me haces ver,
que en cada paso, el amor está unido.
Tus abrazos son como poesía viva,
que me envuelve con su dulce encanto,
haces aflorar los sueños más ocultos,
y despiertas mi ser con un solo canto.
Eres lo que inspira mis versos,
la luz que guía mis letras en vuelo,
en ti encuentro la pasión desbordante,
que acelera mi corazón y es mi anhelo.
Con cada verso, quiero celebrarte,
y rendir homenaje a tu ser especial,
tú, que eres fuente de amor y alegría,
mereces elogios por siempre, sin final.
Gracias por ser mi eterna inspiración,
por regalarme amor sin condición,
en cada paso, en cada verso cantado,
celebro tu existencia con devoción.
Oh, tú que alivianas mi carga,
Tu presencia sofoca mi difícil situación.
Las melodías una vez vacías de profundidad y significado,
Ahora resuenan con propósito.
el universo me susurrara al oído,
asegurándome que estás cerca,
Un sentimiento inexplicable, tan vasto y grandioso,
Un amor que sé que es infinito y valioso.
Es Indescriptible, la profundidad de mis emociones,
Sin embargo, sé que es inmenso y sin limitaciones.
Infinito y eterno, nuestro amor será,
Un testimonio del poder, entre tú y yo.
Tus palabras, tan pocas, pero llenas de significado,
Responden preguntas que me persiguieron durante años
En tu compañía, mi corazón se tambalea,
En la unidad y el equilibrio encontramos la armonía.
Tus palabras desentrañan misterios que he buscado,
Respuestas reveladas, con claridad aportada.
me haces entender en silencio,
que el amor verdadero es eterno y sin igual y que
Mientras esté contigo nada me puede quebrar.
-Pararuby
Esto lo escribí esa vez que fuy a tu trabajo que llegaste a mi casa en carro y escuchamos música todo el camino y que pasemos todo el día después de tu turno recuerdo que hablábamos de lo bonito que sería tener un auto para nosotros y pasear juntos siempre y también recuerdo que decías que sentías tan bonito el estar paseando conmigo y que te sentías muy feliz.
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xdisse · 4 months
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preciso parar com essa necessidade constante em que meu cérebro se encontra de você ser o primeiro pensamento.
pela segunda vez me peguei terminando algo e pensando em como acho que você adoraria isso, seja uma série ou um livro, ainda me balanceia a forma como seu nome, seu rosto e sua voz são os primeiros a aparecer quando me surge o desejo de compartilhar algo com alguém.
talvez eu devesse me reacostumar a não precisar da sua visão de mundo, não deixar meus gostos permarem os seus em busca de situações justificáveis pra te chamar e dizer "lembrei de você com isso...", mas o que eu posso fazer quando coisas tuas estão gravadas a ferro e fogo no meu interior? quando cada letra de seu nome tem um significado pra mim e todas as cicatrizes que o nosso "nós" deixou em mim, mesmo que me machuquem, ainda me trazem um resquício de conforto?
quem sabe um dia você pare de ser meu primeiro, segundo e terceiro pensamento. talvez um dia eu me lembre vagamente de alguém que poderia gostar do filme que eu acabei de ver, ou da música que eu acabei de ouvir, mas por enquanto ainda preciso lidar com a forma como meu cérebro evoca cada detalhe do seu rosto sempre que algo faz uma mínima batida sair diferente do meu coração.
- Christian Castro.
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la-semillera · 6 months
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HELENA ALMEIDA & REBECCA SOLNIT
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En una célebre noche del solsticio de invierno de 1817, el poeta John Keats iba charlando con unos amigos de regreso a casa y «en mi mente se enlazaron varias cosas y de pronto comprendí qué cualidad es aquella que, especialmente en literatura, contribuye a formar un hombre de mérito […]. Me refiero a la “capacidad negativa”, es decir, a la virtud que puede tener un hombre de encontrarse sumergido en incertidumbres, misterios y dudas sin sentirse irritado por conocer las razones ni los hechos».[1] De una forma u otra, esta idea aparece una y otra vez, como los lugares ”“señalados como «Terra Incógnita» en los mapas antiguos.
«Desorientarse en la ciudad […] puede ser muy poco interesante, lo necesario es tener tan solo desconocimiento y nada más —dice el filósofo y ensayista del siglo XX Walter Benjamin—. Mas de verdad perderse en la ciudad —como te puedes perder dentro de un bosque— requiere bien distinto aprendizaje». Perderse: una rendición placentera, como si quedaras envuelto en unos brazos, embelesado, absolutamente absorto en lo presente de tal forma que lo demás se desdibuja. Según la concepción de Benjamin, perderse es estar plenamente presente, y estar plenamente presente es ser capaz de encontrarse sumergido en la incertidumbre y el misterio. Y no es acabar perdido, sino perderse, lo cual implica que se trata de una elección consciente, una rendición voluntaria, un estado psíquico al que se accede a través de la geografía.
Aquello cuya naturaleza desconoces por completo suele ser lo “que necesitas encontrar, y encontrarlo es cuestión de perderse. La palabra lost, «perdido», viene de la voz los del nórdico antiguo, que significa la disolución de un ejército. Este origen evoca la imagen de un grupo de soldados rompiendo filas para volver a casa, una tregua con el ancho mundo. Algo que me preocupa hoy en día es que muchas personas nunca disuelven sus ejércitos, nunca van más allá de aquello que conocen. La publicidad, las noticias alarmistas, la tecnología, el ajetreado ritmo de vida y el diseño del espacio público y privado se confabulan para que así sea. En un artículo reciente sobre el regreso de los animales salvajes a los barrios residenciales de las afueras de las ciudades se hablaba de jardines nevados que están llenos de huellas de animales y en los que no hay presencia alguna de huellas de niños. Para los animales, estos barrios son un paisaje abandonado, así que deambulan por ellos con total tranquilidad. Los niños rara vez deambulan, ni “siquiera en los lugares más seguros. A causa del miedo de sus padres a las cosas espantosas que podrían ocurrir (y que es verdad que ocurren, pero muy de vez en cuando), quedan privados de las cosas maravillosas que ocurren siempre. En mi caso, ese deambular durante la infancia fue lo que me hizo desarrollar la independencia, el sentido de la orientación y la aventura, la imaginación, las ganas de explorar, la capacidad de perderme un poco y después encontrar el camino de vuelta. Me pregunto cuáles serán las consecuencias de tener a esta generación bajo arresto domiciliario.
[1] John Keats, Cartas, Barcelona: Editorial Juventud, 1994, traducción de Concepción Vázquez de Castro, p. 29.
_ Una guía sobre el arte de perderse, Rebecca Solnit. Capitán SwingEditorial, 2020, MADRID. Traducción por Clara Ministral.
_ Helena Almeida, «Estudo para um enriquecimento interior» 1977-78 tinta acrílica sobre fotografía.
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rosebudblog · 20 days
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EL DIBUJANTE DEL CINE: JOSÉ RAMÓN SÁNCHEZ
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Hoy vamos a recordar a un personaje realmente muy curioso y que a través del dibujo y la pintura se acercó al cine. Un artista que dijo de sí mismo: “He sido caricaturista e ilustrador, historietista y pintor, maquetista y escultor, he hecho un poco de todo y lo interesante si tengo que destacar algo en mi trayectoria es que he hecho muchas cosas distintas”. Hoy conocemos y recordamos a JOSÉ RAMÓN SÁNCHEZ (Santander, 1936)
José Ramón Sánchez se inicia muy joven en el dibujo y especialmente en el dibujo publicitario en los famosísimos Estudios Moro de Madrid en 1957. Unos años después comienza a trabajar en el cartel publicitario. Pero cuando Sánchez se da a conocer fue tras la muerte de Franco con los dibujos de los carteles electorales del PSOE en las elecciones de 1977 y 1979. Suya fue también la ilustración de la Constitución de 1978 para los escolares.
Su acercamiento al cine tiene efecto en 1979 cuando realiza la película de dibujos animados El desván de la fantasía junto a Cruz Delgado. Su figura se hace todavía más amplia y famosa para los niños españoles cuando en TVE aparece en los primeros años 80 en los programas Un globo, dos globos, tres globos, junto a Gloria Fuertes, en Sabadabadá junto a Mayra Gómez-Kemp o en Dabadabadá.
En esos años es cuando comienza a plasmar en pintura su gran afición al cine realizando desde entonces y hasta la actualidad varias colecciones:
-La gran aventura del cine:  realizada en 1980, compuesto por 120 cuadros y 20 retratos de actores y actrices. Un gran repaso al cine norteamericano de todos los tiempos. Un magnífico libro hoy bastante cotizado en librerías de lance y que me enorgullezco en tener. Aparecen películas como Moby Dyck, La vuelta al mundo en 80 días, El conde de Montecristo, Pinocho, King-Kong, Supermán, La guerra de las Galaxias, El último Mohicano, Rio Rojo.                                                                                                                                                               -50 años de cine español: 29 cuadros de 29 películas españolas seleccionadas por el pintor.                                                                                                                                 -La vuelta al cine en sesión continua.                                                                                                          -Me enamoré de una máscara: dedicada a Lon Chaney.                                                                               -Amores del cine.                                                                                                                                                  -Transiciones: 30 retratos de estrellas del cine; 24 de personajes y 6 de parejas. Aparecen retratos de Chaplin, Clark Gable, Brando, Orson Welles, Buster Keaton, Greta Garbo, y, asimismo, por parejas de película: Spencer Tracy - Katharine Hepburn, Humphrey Bogart - Ingrid Bergman, Ava Gardner - Burt Lancaster, Liz Taylor - Montgomery Clift y el propio Bogart con Lauren Bacall.
Este acercamiento de un cartelista publicitario al mundo del cine lo define él mismo como: “El cine es mi sueño desde niño y no he tenido los condicionamientos, grandes o pequeños, que te puede dar el cartelismo industrial”. José Ramón Sánchez ha sido pintando hasta la actualidad y presentando exposiciones por toda España.
A su hijo Daniel le preguntaron en una ocasión “¿Y tú por qué no pintas?” A lo que respondió “Para mí hablar de pintura es hablar de mi padre. Pero hablar de mi padre, es hablar de cine. Gracias por enseñarme lo que es el arte. Gracias, papá, por enseñarme a mirar”. Y es que, con los antecedentes del padre, su hijo no podía ser otro que Daniel Sánchez Arévalo (AzulOscuroCasinegro, Gordos, Primos, La gran familia española).
Dejo para el final una crítica anónima desde Zaragoza de su película El desván de la fantasía, que evoca el tiempo de José Ramón Sánchez en aquellos ya lejanos años 80:
“Buenos, buenos recuerdos, me trae este desván. El papá de Daniel Sánchez Arévalo ahora es mucho menos conocido que el hijo. Realmente ahora nadie conoce a José Ramón Sánchez. José Ramón Sánchez dibujó el cine de los que queríamos iniciarnos en el cine allá por los años 80. Dibujaba a los hermanos Marx o el incendio de Lo que el viento se llevó. Eso lo hacía en un programa de televisión. Antes había firmado esta simpatiquísima película acerca de los misterios que para un niño suponía subir al desván, pero no un desván cualquiera, sino al de la fantasía. Y eso, si eres niño, es mucho. Las imágenes, los dibujos, mejor dicho, de José Ramón, y si le llamo así parece que le llamo como al poeta, se han convertido, se convertían al verlos semana tras semana, en iconos de la televisión, la española, que era la única que había, y la mejor, no porque no hubiera otra sino porque de verdad era lo que tenía que ser: una magnífica cadena. Los nietos, el abuelo, la canción, por Dios, que no se me olvida y ni se me olvidará. ¿��oño, a estas alturas, recordar estas cosas? No, como en el tenis dirían. El desván de la fantasía era un divertimento semanal, que se esperaba con emoción. Pero eso fue después de la película, que básicamente juega con los mismos elementos y personajes. Condensados en 75 minutos se le perdonan falta de ligazón entre las historias, prima el contenido, cosa a la que José Ramón Sánchez ofrecía mucha importancia. Como en una viñeta. Razón por la cual, y por tantas otras, hay que darle las gracias a su creador y factotum. Muchas gracias, José Ramón”.
2/9/2024
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belencha77 · 2 months
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CAPITULO 3 - EL GRAN RETORNO
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<<Punto de vista de Riley>>
Dos días después de la gran hazaña en el karaoke, finalmente llegó el tan esperado viaje y el inicio de la gira de compromiso. Después de varias horas de trayecto, llegamos a la imponente finca de Madeleine. Al mirar a mi alrededor, contemplé los hermosos huertos que rodeaban los terrenos, las elegantes paredes de ladrillo blanco y el techo de piedra marrón del edificio principal. Todo lucía aparentemente perfecto.
|| Vaya, esto es hermoso || exclamó Maxwell mientras se acercaba a mí junto con Bertrand.
|| La casa de la familia de Madeleine es considerada una de las mejores en Cordonia || declaró Bertrand, mientras algunas personas del personal salían y comenzaban a llevar nuestras maletas al interior de la casa || Para nuestra suerte, ella ha tenido la gentileza de concedernos habitaciones en la casa principal... Aunque todavía no estoy seguro de si debemos tomar esto como una buena señal o no ||
|| ¿Quieres decir que podría mantener a sus amigos cerca, pero a sus enemigos mucho más cerca? || preguntó Maxwell.
|| Precisamente || respondió Bertrand, mientras yo solo observaba la interacción entre los dos.
**
Llegamos a mi habitación y me sorprendí al verla decorada en azul, con sábanas blancas lujosas adornadas con detalles dorados y almohadas azules a juego con las paredes.
|| ¡Vaya, no lo creí, pero realmente esto es encantador! Yo me esperaba que te pusieran en un armario de escobas o algo así || bromeó Maxwell, sacándome de mis pensamientos.
|| Max, creo que ganas no le deben haber faltado || respondí con certeza.
|| De algo que podemos estar seguros es que Madeleine hará todo lo posible para presentar una demostración de fuerza esta noche || afirmó Bertrand || Por lo tanto, Riley, debes prepararte para la fiesta de bienvenida. Recuerda que este es tu gran regreso a la corte real y nadie sabe que estás aquí, así que será una gran sorpresa ||
|| Mi bella Flor, anticipando la relevancia de este día para ti, me tomé la libertad de contactar una boutique local para que enviara el vestido más destacado de su nueva colección. ¡Aquí lo tienes! || Maxwell saca repentinamente una bolsa con el vestido.
|| ¿De verdad? Gracias, Max || Expreso con gratitud mientras me apresuro hacia el baño para probármelo. Al contemplarlo, percibo una obra maestra de color azul oscuro que se ajusta con elegancia a mi figura. Su escote es sutil pero sugerente, manteniendo la sofisticación sin sacrificar la sensualidad. El vestido abraza delicadamente mi cintura antes de desplegarse en un estilo que evoca la elegancia de una princesa, deteniéndose con gracia justo por encima de mis rodillas. Me siento completamente yo misma con esta elección. Estoy segura de que este vestido capturará todas las miradas en mi esperado regreso a la corte. Al salir del baño, Maxwell aplaude emocionado.
|| Mi Flor, luces fabulosa || exclama Maxwell, sorprendido y radiante al mismo tiempo.
|| Gracias, Max, pero no estoy segura de si este vestido está dentro de mis posibilidades o la de ustedes || Expreso con preocupación.
|| No te preocupes, Riley... Ten en cuenta que es un regalo nuestro para ti || asegura Bertrand con total convicción.
|| ¿En serio? || pregunto, intrigada.
|| Sí, muy en serio. Si vas a adentrarte en un campo de batalla, es mejor que tengas la mejor armadura || exclama Bertrand, y en un instante, me lanzo a los brazos de los hermanos, abrazándolos con fuerza.
|| Gracias, gracias, Max y Bertrand... Son los mejores ||
|| Te ves impresionante. De esta manera, nadie querrá meterse contigo || me dice Maxwell, lleno de emoción || Pero por el momento será mejor si te dejamos prepararte. ¿Te parece bien si vuelvo más tarde para verte? || añade.
**
Una hora después, tras arreglar mi maquillaje y cabello, Maxwell tocó a mi puerta. Al verme, quedó boquiabierto.
|| ¿Qué te parece, Max? ¿Qué opinas’? || Le pregunto, dándome una vuelta y pavoneándome frente a él para que vea el resultado final.
|| Te ves hermosa, mi Flor. Lista para la guerra || dice Maxwell mientras extiende su mano || ¿Vamos? || añade. Rápidamente asiento, con la repentina comprensión de que esto está sucediendo.
|| Vamos, estoy lista para recuperar mi nombre y, espero, a Liam. Realmente no sé cómo se siente él al respecto. Pero si lo logro, lo que más anhelo es quitar esa sonrisita hipócrita de la cara de Madeleine. Ella cree que ha ganado, pero no tiene ni idea de lo que le espera ||
|| ¡Entonces luchemos por recuperar a tu hombre! Pero, ante todo, vamos a restaurar tu honor. No permitiremos que la crueldad triunfe y se burle de nosotros al final ||
**
Pocos instantes después, las majestuosas puertas del gran salón de la mansión de Madeleine se abren de par en par. Sin embargo, en ese preciso instante, me siento sumida en una tormenta de nervios. Mi brazo se entrelaza con el de Maxwell y, bajo las miradas escrutadoras de todos los presentes, aprieto con fuerza su antebrazo. A través de la habitación, capturo susurros apenas audibles y veo cómo algunos se inclinan para compartir comentarios con sus acompañantes, mientras dirigen sus miradas hacia mí. Me invade un sentimiento de arrepentimiento. Nunca he sido de las que se preocupan por las opiniones ajenas, pero esta situación es abrumadora, especialmente cuando me observan con asombro y susurran como si fuera un espectáculo en un circo.
|| Max... || mi voz se escapó con un deje de preocupación, pero su mano apretó mi brazo con gentileza y firmeza.
|| Estarás bien, estoy aquí contigo || susurró Maxwell, sus palabras llevaban consigo un reconfortante consuelo || Tranquila, lo estás haciendo muy bien. Recuerda que no hiciste nada malo ||
Le agradecí con un susurro, tratando de encontrar algo de calma en sus palabras reconfortantes. Pero antes de poder avanzar más, una distinguida mujer mayor se aproximó hacia nosotros, interrumpiendo nuestro momento de confianza.
|| Lord Beaumont... || ella lo abordó con una mirada penetrante antes de dirigir su atención hacia mí || Oh, ¿y tú?... Tú debes de ser la desacreditada Lady Riley Brown ||
|| Huh... || murmuré, sorprendida por su franqueza, pero rápidamente recuperé la compostura y respondí || Sí, supongo que sí || Y con una voz monótona, mostrando poco entusiasmo mientras la observaba.
|| Qué audaz de tu parte asistir... Pero sería una fiesta demasiado aburrida sin un pequeño escándalo, ¿no crees? Bienvenida a Fydelia || Mientras hablaba, la observaba detenidamente; era idéntica a... Pero antes de proseguir con mis pensamientos, ella continuó, confirmando mis sospechas || Mi nombre es Adelaida, soy madre de Madeleine. Creo que el parecido familiar es lo que más me delata, más que mi edad || Dijo entre risas. Inmediatamente hice una pequeña reverencia, recordando las lecciones de etiqueta y agradeciendo a Bertrand por habérmelas enseñado.
|| Muchas gracias por la bienvenida, mi Lady. Es un honor estar aquí || expresé con cortesía.
|| De nada... Sabes, durante estos meses no he leído más que historias negativas sobre ti y sobre cómo una americana grosera dejó plantado al rey Liam, rompiéndole el corazón engañándolo... Pero ahora que te he conocido, no estoy tan segura de creer todo lo que dicen || continuó Adelaida de repente. Mi mano se cerró en un puño ante la mención de haber dejado plantado a Liam. Sin embargo, logré mantener la compostura, forzando una sonrisa. Maxwell notó mi malestar y decidió intervenir.
|| ¿Lady Adelaida, no va a saludarme? || dijo con cortesía || Permítame decirle que usted luce tan hermosa como siempre || agregó mientras tomaba su mano y le daba un pequeño beso, seguido de una reverencia. Adelaida lo miró, pero en su rostro se notaba frustración y enfado.
|| ¡Lord Maxwell Beaumont, antes de saludarte, tienes que darme algunas explicaciones! || Maxwell lo miró con sorpresa e inmediatamente Adelaida continuó || ¿Cómo es que nunca me han invitado a ninguna de esas fiestas Beaumont de las que tanto he oído hablar? ||
|| Oh... || dijo con calma || Le ofrezco mis disculpas... ¡Debe haber sido un descuido terrible de nuestra parte! || respondió Maxwell con mucho respeto.
|| Por favor, asegúrate de que esté en la lista de invitados para la próxima vez, si es que hay más fiestas. Aunque creo que ya estás asentando cabeza || sugiere mientras se echa hacia atrás y nos observa a ambos sospechosamente, colocando una mano en cada uno de nuestros brazos || ¿Ustedes dos ahora están juntos? || pregunta con curiosidad, haciendo que Maxwell se ruborice como un tomate y se quede sin palabras, mientras yo la miro y le devuelvo una sonrisa.
|| Maxwell y yo solo somos amigos. De hecho, lo considero más como un hermano. Como sabrá, soy la representante de la Casa Beaumont || respondí con serenidad.
|| Entonces Maxwell, ¿sigues soltero? || pregunta, riendo entre dientes y mirando a Maxwell de manera insinuante. Él tose con nerviosismo, sin saber qué responder.
|| Ehhh… Por el momento, sigo soltero, Adelaida || responde finalmente Maxwell.
|| Esas son buenas noticias... Estaré ansiosa por verte en la siguiente reunión, querido Maxwell || le dice, acercándose más, cuando de repente la llaman desde lejos || Creo que necesitan mi presencia por allá. Bueno, muchachos, no dejen que los entretenga más || dice Adelaida, pellizcando la mejilla de Maxwell antes de darse media vuelta y alejarse. Lentamente me inclino hacia Maxwell para susurrarle.
|| ¿Por qué te pones nervioso con Adelaida, Max? || Maxwell tan solo se ríe.
|| Mi Flor... Ella es demasiado insinuada conmigo, por eso evito invitarla... Me siento acosado por ella || confiesa. Ambos reímos, pero de repente siento que alguien toma mi brazo. Al voltear para ver quién era, me encuentro con Penélope, quien está acompañada de Kiara.
|| ¡RILEY! ¡Estoy emocionada de verte! || exclama emocionada, dándome un fuerte abrazo. Al separarse, admira mi vestido || ¡Ooooh! ¡Me encanta tu vestido! ¿De qué diseñador es? || Pero antes de que pueda continuar con su plática, Kiara aclara su garganta y comienza a susurrar.
|| ¡Penélope, ¿qué estás haciendo?! || exclama, frunciendo el ceño sin siquiera mirarme || No podemos asociarnos con Lady Riley, ahora estamos del lado de Madeleine, ¿recuerdas? ||
|| Tienes razón || dice Penélope, su expresión cayendo rápidamente.
|| Está bien si están del lado de Madeleine, lo entiendo... ¡Pero no se supone que somos amigas! ||
|| ¡Claro que lo somos! || responde emocionada Penélope, pero Kiara toca su brazo para alejarla antes de que pueda acercarse de nuevo a mí.
|| Riley, la amistad no tiene nada que ver con esto. Además, ella nos ha convertido en sus damas de honor || responde Kiara de manera fría.
|| Y eso sí que es un gran, gran honor. ¡Somos básicamente sus confidentes más cercanas! || añade Penélope.
|| Lo que significa que estamos obligadas a serle leales || termina diciéndome Kiara. Luego me mira con atención, su mirada cargada de juicio || Además, no deberíamos estar hablando contigo en este momento, especialmente después del escándalo || pronuncia la palabra 'escándalo' con un tono de desdén, como si fuera una maldición, y yo la receptora de la peor de las culpas || Así que si Madeleine pregunta, dile que realmente te desairamos, ¿de acuerdo?... Vamos, Penélope, Madeleine está mirando hacia aquí || agrega, tomando a Penélope del brazo y dirigiéndose hacia la mesa principal, dejándome sin palabras. En este instante, confirmo que toda la corte está en mi contra y me siento terriblemente sola. De repente, siento la mano de Maxwell en mi hombro.
|| Efectivamente son unas perras || Dice Maxwell provocando una risa en ambos || No te preocupes, es su pérdida || me dice, con convicción. Le devuelvo una mirada y una sonrisa, intentando mantenerme firme. La risa de Liam resuena a lo lejos y mi corazón se contrae. Maxwell se gira hacia el origen de la risa y toma mi mano || Vamos, mi Flor, debemos ir a hablar con ellos || me insta. Pero de repente, me siento abrumada por los nervios nuevamente.
|| Max... ¿De verdad debo acercarme? || pregunto con inseguridad.
|| Sí, mi Flor... No hay otra opción... ¿Estás lista? || responde Maxwell.
|| No lo estoy, pero... ¿Qué más puedo hacer? ¿Verdad? || digo y suelto un gran suspiro. Rápidamente comenzamos a cruzar el gran salón para acercarnos a la pareja del momento. Al llegar, noté que ambos estaban de espaldas. Maxwell le dio una palmada en el hombro a la condesa. Madeleine se volvió y sonrió ampliamente cuando sus ojos se posaron en mí, escudriñándome de arriba abajo.
|| Vaya, vaya... La mismísima Lady Riley. Honestamente, estoy encantada de que tu reciente caída en desgracia no te haya mantenido alejada. Otra mujer en tu lugar podría haberse escondido o huido lejos... Es realmente valiente de tu parte estar aquí || expresó Madeleine con una mezcla de sarcasmo y adulación.
|| Madeleine... || Antes de responder con groserías o decirle sus cuatro cosas, respiro profundamente y recuerdo que estoy en desventaja || Lo habría hecho si las cosas fueran ciertas, pero nada de lo que se dijo fue verdad. Se necesitarán más que unas pocas mentiras para deshacerse de mí || Enfatizo mi firmeza, mostrando que no me dejaré vencer fácilmente.
|| ¡Santo Cielo! ¿Estás negando que las fotos son reales? || pregunta con sorpresa y sarcasmo.
|| Así es. Fui víctima de una trampa || respondo, sintiendo la furia palpitar en mi interior. Contengo mis puños apretados, negándome a ceder ante la ira o las lágrimas. Quienquiera que haya hecho esto podría estar aquí mismo, en este momento.
|| Uh-huh... Digamos que fuera cierto... Pero, ¿quién querría hacerte eso? ¿Y con qué fin? || dice Madeleine de manera irónica.
|| No lo sé... ¿Por qué no me lo dices tú? || respondo de golpe, desafiante. Estoy decidida a no permitir que sus insinuaciones me desestabilicen.
|| La verdad, yo no lo sé... Pero te deseo suerte limpiando tu nombre. Yo, por mi parte, estaré demasiado ocupada con mi boda como para seguir noticias sobre tu pequeño problema || dijo con frialdad, y al escuchar estas palabras, un hoyo se formó en mi estómago. Saber que sus dos nombres están atados es demasiado || Tanto el Rey Liam y yo estaremos encargándonos de nuestra gira de compromiso, ¿no es así, cariño? ¡Mira a quién tenemos aquí! || exclamó Madeleine con fingida inocencia, tomando del brazo a Liam, quien se giró de inmediato. Al verlo, el hoyo en mi estómago ahora se ha convertido en un túnel interminable lleno de desesperación. Mi corazón comenzó a latir más rápido en mi pecho. Quise mirar al suelo para evitar su mirada, pero por más que intenté, mis ojos se posaron en los de él, y sentí como si el mundo se detuviera en ese instante.
|| ¿Riley? || Escuché su voz de nuevo. Era diferente, llena de sorpresa y tristeza a la vez. Lo vi de pie delante de mí, radiante en todo su esplendor. En ese instante, mi corazón latió con fuerza, anhelándolo más que nunca. Sus ojos azules, profundos como el océano después de una tormenta, me atrajeron como imanes, transmitiendo calma y serenidad. Su cabello dorado, una suave cascada de recuerdos que deseaba tocar una vez más. Un torbellino de emociones me invadió. Quise abrazarlo con fuerza, aferrarme a él y no dejarlo ir. Pero en medio de mi anhelo, una oleada de pánico me invadió, recordándome la noche del baile y la ansiedad que me consumió. Sentí el impulso de huir, de escapar de aquella situación abrumadora, pero rápidamente me recompuse. Consciente de las miradas expectantes que me rodeaban, hice una reverencia rápida, tratando de mantener la compostura ante este encuentro.
|| Su Majestad... ¡Felicitaciones! || dije, luchando por controlar mi tono. Liam pareció querer acercarse a mí, dando un paso adelante involuntariamente, pero enseguida recordó dónde estábamos. Lamentablemente, no pudo ocultar su reacción. Se echó hacia atrás y noté cómo sus puños se apretaban a los costados. Al mirar sus ojos, percibí una expresión que no conocía en él, una mezcla de tristeza y melancolía. Era un dolor que reflejaba el mío, pero no estaba segura de qué lo causaba. Pero a pesar de mis esfuerzos por odiarlo, mi corazón seguía amándolo.
|| Lady Riley, luces deslumbrante como siempre || me dice Liam, mirándome de pies a cabeza y regalándome la sonrisa más cálida que me llega al corazón.
|| Gracias, Majestad || respondo con calma, aunque fingiendo frialdad. Liam toma mi mano y deposita un beso en ella. Mi cuerpo se estremece con electricidad, pero suavemente me libero de su agarre, mientras él me mira con desesperación.
|| Riley... tenemos que... || comienza a decir, pero su intento es interrumpido cuando Madeleine coloca una mano posesivamente en su brazo y le sonríe con los dientes apretados mientras le habla.
|| Cariño, necesitamos ir a sentarnos || dijo, y noté claramente cómo sus uñas se clavaban en su brazo. Liam le lanzó una mirada asesina, soltándose suavemente de su agarre para luego mostrar una de sus sonrisas diplomáticas. Madeleine, al darse cuenta, decidió entrelazar su brazo con el suyo y luego inclinarse para besar su mejilla, provocando un estremecimiento en Liam || Ser la pareja real del momento tiene sus obligaciones. ¿Nos vamos, cariño? || Dijo, llena de melosería y mirándome de manera presumida, sacando a relucir su compromiso. Liam solo aclaró su garganta y miró hacia abajo con desesperación.
|| Vamos || dijo en un tono frío, soltándose nuevamente de Madeleine. Quiso acercarse de nuevo a mí, pero se dio cuenta de que había muchos ojos sobre nosotros. Liam nos miró de manera muy educada || Fue maravilloso verlos a los dos... Lady Riley, Lord Maxwell || dijo con una pequeña reverencia, y ambos se alejaron juntos hacia su mesa. El rostro de Liam se notaba frustrado y no pudo evitar mirar hacia atrás mientras se iba.
|| Es claro que Liam quiere hablar contigo, pero tiene que tener mucho cuidado con Madeleine. Quizás tengas la oportunidad de hablar con él después || me susurra Maxwell. Sin querer, dejo escapar un suspiro que parece haber estado aguantando desde que entré. ¿Acaso creía en esas malditas fotos y mi supuesta infidelidad, o había algo más en su corazón? ¿Me reclamará por cómo aparentemente lo lastimé? Quisiera explicarle que nunca le fui infiel con Tariq. De repente, Maxwell me saca de mis pensamientos || Mira, Bertrand está por allá. Vamos a sentarnos con él, debe haber encontrado nuestros asientos ||
**
Al sentarnos con Bertrand, tocamos varios temas importantes. Inicialmente, discutimos cómo Madeleine actuó rápidamente para consolidar su poder, dejándonos sin recursos para atraer posibles aliados. Luego Bertrand expresó su preocupación por el estado de la Casa Beaumont, describiéndola como en ruinas y con un futuro incierto. Hasta que llegamos a abordar el tema crucial de cómo restaurar mi reputación manchada.
|| Hablé con algunas personas para indagar sobre el paradero de Tariq, pero nadie lo ha visto desde aquella noche en Applewood. Desde mi perspectiva, creo que lo más sensato sería encontrar a Tariq y presionarlo para que haga una declaración que aclare el malentendido; esa parece ser la mejor opción para limpiar tu nombre. No veo apropiado que seas tú quien lo haga, dado que carecemos de pruebas a tu favor... Pero dime, ¿por qué crees que Tariq habría hecho eso? || Bertrand me pregunta con curiosidad.
|| Creo que Tariq fue engañado, al igual que yo. Cuando entró en mi habitación, pensó que yo había ingresado a propósito a la suya y que, de alguna manera, le estaba confesando mi amor, ofreciéndome en bandeja de plata. Además, estaba completamente ebrio y trató de aprovechar la situación. Afortunadamente, Drake estuvo cerca y gracias a él, nada malo sucedió; lo sacó antes de que intentara algo indebido ||
|| ¿Drake? || preguntaron ambos al unísono.
|| Mi flor, ¿por qué nunca nos contaste acerca de esto? Hubiéramos hecho algo al respecto || preguntó Maxwell con curiosidad y sorpresa.
|| Drake estuvo cerca y logro ayudarme, pero básicamente lo obligué a no decir nada porque no lo vi necesario, Max. Pensé que fue un error y lo único que quise hacer fue olvidar lo que pasó. Además, la coronación se acercaba y no quería más dramas ni problemas graves. Al día siguiente íbamos a Ramsford y solo quería dejar todo atrás. Lamentablemente, nunca imaginé que estarían afuera tomando fotografías || exclamé mientras apretaba los dientes. Bertrand solo me miraba, aunque su rostro denotaba enojo, al igual que el de Maxwell y el mío. Hasta que decidió hablar.
|| Bueno, ya no importa que no lo hayas mencionado ni lo que ahora podamos sentir. Lo único que tenemos que tener claro es que ese hombre es la clave de todo este lío. Necesitamos encontrarlo y lograr que haga una declaración... él es la pieza || enfatizó Bertrand con determinación.
|| ¿Y por dónde empezar? || pregunté desalentada || Si dices que Tariq está ausente desde esa noche y ni siquiera fue a la coronación, puede ser posible que él esté siendo utilizado como un peón y lo más probable es que quien organizó todo este chantaje lo quiera fuera del camino para evitar que diga la verdad ||
|| Encontraremos la manera, Riley... No te preocupes || me aseguró Bertrand. Pero de repente, mi mirada fue hacia Madeleine, quien actualmente estaba alimentando a Liam con un bocado de langosta de su tenedor. Liam me miró y sentí que la vergüenza lo absorbía, haciendo que apartara rápidamente la mirada de mí.
**
A medida que la noche avanzaba, los susurros de la gente parecían seguirme a donde quiera que fuera, convirtiéndose en un banquete en sus labios. Todo esto me resultaba abrumador, provocando en mí un creciente sentimiento de rabia hacia Liam. Recordé su rechazo en el baile de coronación y cómo optó por Madeleine sin siquiera darme la oportunidad de explicarme. El dolor y la indignación se agolparon de nuevo en mi interior debido a este chantaje.
Aunque Liam intentó hablar conmigo en varias ocasiones, lo evité por completo. Cada vez que se presentaba la oportunidad, me alejaba en otra dirección. Sinceramente, no quería ser vista con él; no deseaba dar más motivos para el chisme. Sé que necesito hablar con Liam, pero esta noche no será el momento adecuado.
** Apenas terminó la reunión, me dirigí directamente a mi habitación, sintiéndome completamente agotada. Al recostarme en la cama, intenté convencerme de que debía quitarme el maquillaje antes de que las lágrimas comenzaran a caer, pero, a pesar de mis intenciones, permanecí inmóvil. Pasar la noche fingiendo ignorar las miradas y los susurros de todos había agotado por completo mi energía. Y actuar como si estuviera genuinamente feliz por el reciente compromiso del rey mientras desfilaba junto a Madeleine era demasiado difícil. Cada vez que mis ojos se posaban en su dirección, sentía cómo mi corazón se desmoronaba un poco más.
Repentinamente, mi autodesprecio fue interrumpido por un golpe en la puerta. Con un gemido, me levanté de mala gana de la cama y me dirigí a contestar. Maxwell me recibió con una amplia sonrisa y un ramo de dos docenas de rosas.
|| ¡Entrega especial! || exclamó Maxwell emocionado, sosteniendo el ramo || El servicio de limpieza envió un nuevo arreglo para tu mesa auxiliar || Acepté las flores de Maxwell y las llevé a la mesa, inclinándome para olerlas. En ese momento, un trozo de papel envuelto alrededor de uno de los tallos cayó al suelo. Lo recogí y desenvolví, encontrando el siguiente mensaje:
"Comprendo si estás furiosa conmigo, pero déjame explicarte. Te ruego que nos encontremos. Estaré en el balcón fuera de mi habitación en veinte minutos."
|| ¡Esa es la letra de Liam! || exclamó Maxwell, mirando el papel sobre mi hombro, mientras mi corazón comenzaba a acelerarse. Sentí su brazo rodear mi hombro, acercándome a él || Estoy seguro de que Liam te ama, mi flor || afirmó con convicción || Probablemente quiera explicarte por qué eligió a Madeleine y admitir el terrible error que cometió ||
"¿Debería ir?" Me pregunté. En lo más profundo de mi ser, anhelaba que este dolor se desvaneciera. Sin embargo, ¿qué sucedería si él decidiera reprenderme, humillándome en la noche más crucial de su vida? No, definitivamente no... Enfrentarlo no resolvería nada.
|| Max, no creo que sea conveniente... || Le dije a Maxwell, tratando de encontrar una excusa || El pasillo está lleno de personal y nobles. Además, Madeleine básicamente me ubicó en la esquina de la propiedad MÁS LEJOS de Liam. Él no debe saberlo || agregué mientras me dirigía hacia mi tocador para sacar un par de pijamas || Y para rematar, ¿no te diste cuenta de cómo todos hablaban de mí? || Continué mientras arrojaba mi pijama en la cama y me dirigía hacia el baño.
|| ¡Pero Riley, tienes que ir! || exclamó Maxwell, siguiéndome con total desesperación. Parecía saber algo, pero preferí no preguntar || Es tu oportunidad de hablar con Liam. ¿No querías respuestas? || añadió desde el marco de la puerta, observándome con atención y captando mi pensamiento de inmediato || ¿Acaso estás pensando que Liam solo va a recriminarte? || Me sorprendió su agudeza para conocerme, pero preferí hacer caso omiso y seguir actuando como si no me importara. Me acerqué al lavabo y, frente al espejo, comencé a retirarme el maquillaje.
|| Maxwell, estás equivocado... || Comencé, con determinación en mi voz || Y para que lo sepas, quiero respuestas... Pero no hoy… || Suspiré con pesar al recordar lo ocurrido esa noche. Volví a mirarlo, observándolo detenidamente tratando de contener mis emociones que querían desbordarse || Esa noche, Max, me entregué en alma y cuerpo a Liam. Pero horas después, él estaba comprometido con Madeleine y yo era arrastrada fuera del palacio. ¿Y él? ¡Él no hizo nada! || Sentencié con amargura, mientras me enfrentaba de nuevo a mi reflejo en el espejo || Honestamente, estoy cansada física, mental y, sobre todo, sentimentalmente || Concluí, dejando que mis palabras resonaran en la habitación.
|| Mi Flor... || Maxwell dijo mientras se acercaba a mí, encontrando mi mirada a través del espejo y colocaba una mano reconfortante en mi hombro. || Todo lo que digo es que al menos lo escuches. Sé por qué te lo digo ||
|| Yo... || Sus palabras me hicieron reflexionar un momento.
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94marbel · 14 days
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Puedo sentir el olor del recuerdo cerca de mí. Son como nubes rebosantes sobre una montaña que no llegan completamente a taparlas en tacto y pasión, y son invisibles a lo lejos a los ojos del espectador.
Puedo ver los «me acuerdos» siendo cargados en barquitos de papel y siendo posados sobre las corrientes de las aguas de la lluvia al caer, siendo arrastrados al más allá del no saber.
En reflejos del sol sobre los charcos de agua, uno puede ver la maravillosa luz del astro sobre una cosa tan insignificante que en poco tiempo desaparece, es como un espejo que a lo lejos se ve perfecto pero de cerca y sin la luz directa solo es una mancha más de agua barro en el camino.
Tú puedes ver a alguien que signifique mucho en el hoy presente pero que mañana solo es una memoria albergada en tu interior que evoca historias bonitas, como la risa, el momento, la tristeza, para luego el adiós.
Observo a mis dedos moverse como en una competencia bailarina danzando sobre las letras para hablar sobre muchos temas, a veces hacen perfecciones sin querer y otras veces quedan dolidos de tanto mover, de tanto vapulear al destino con palabras que riman que penetran, que a veces lastiman, que a veces se quejan, y muchas veces envejecen y otras rejuvenecen. Y en otras solo se mueren y quedan quietas, pero la mente trabaja y las yemas pican, por querer volver a trazar, a caminar, a retorcerse sobre esos símbolos que solos y mezclados no significan mucha cosa.
Un amigo me escribió un mensaje me preguntó si era cierto lo que decía este gran escritor: Borges. Si las desdichas, los fracasos y las soledades eran material para el escritor... Es cierto ... Nunca leí algo igual, pero es verdad.
«¿Tú tienes algunas desdichas?» Preguntó.
«Miles» Fue mi respuesta automática.
Ustedes me dirán que delirio... Quizás.
Simplemente pregúntale a alguien que escribe de manera abismal... Y ellos te responderán.
(A los pocos que me leen, no hagan caso a ese vómito de letras ja ja)
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huroncitoconanteojos · 10 months
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No tengo mamá
No tengo mamá. Siempre que sale el tema o que alguien lo menciona digo "no tengo mamá".
Es mentira, si tengo mamá, ya no está pero la tengo, o al menos la tuve. Pero es más facil decir "no tengo mamá".
Es corto, rápido y directo. Si digo "no tengo mamá" la gente entiende y sigue, no dice nada, no pregunta, tampoco quiere saber. Probé con otras frases, "mamá falleció", "mamá ya no está", simple silencio hasta que sea imposible evitarlo… Pero en todos esos casos la gente pregunta, o se incomoda y quiere decir algo pero no sabe qué. Pero para mi ya es normal, a veces no tengo ganas de hablar del tema y me gustaría poder decirlo y que la conversación siga. Por eso es más fácil decir "no tengo mamá". Puedo decirlo y seguir con la conversación como si nada.
Como si nada? La verdad no… No me gusta decir que no tengo mamá, porque te tuve, porque te tendría quizás si el mundo fuera distinto. "No tengo mamá" para mí evoca a que nunca fuiste presente. Y vos si estuviste en mi vida.
Hoy son 13 años de "no tengo mamá". 13 años de evadir mencionar que estuviste pero no estás más. Prefiero pensar al revés, prefiero hablar de que te tuve 11 años y medio conmigo. Es por eso que hoy es el último "no tengo mamá"
27/07/2023
Para Silvia, te amo y te extraño cada día más ma.
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venenoparatres · 3 months
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FANTASMAS EN LA DISCOTHEQUE, PT. 1
En el disco “Dime precioso” de Álex Anwandter una pista de baile se abre, una bola de disco baja del techo, el estéreo suena a todo dar, pero algo falla, una cinta suena desperfecta, la conexión eléctrica falla. La música que ambienta la fiesta ochentera tiene la cinta gastada de tanto tocar el cassette. Es una fiesta espectral, no pasada, no futura, tan presente como el instante que existe y se va inmediatamente, como el segundo que acaba de pasar. La voz que abre “Perdido” es la de un fantasma que tiñe de negro las luces de neón de la disco, y su letra, amenaza con caer en la oscuridad para siempre, arruinando la fiesta para siempre. La voz oscurecida y la distorsión del sonido perturban ese sonido ochentero pulcro que ha dominado las listas de éxito anglo contemporáneas.
En “París, tal vez”, Álex busca a un amante que se fue, lo evoca, no tiene idea de su paradero, como el momento parece perdido en el tiempo. Un fantasma de lujuria que traspasa y se confunde con el instrumental, inubicable, inrastreable. Existe algo siniestro en esta recapitulación del pasado, en esas postales retro que parecen darles la razón a los fetichistas de la nostalgia; pero ¿cómo puede alguien que no vivió la época, advertir sobre los peligros de remontarse ciegamente a los momentos muertos? Hay un efecto específico de ralentización al final de “Tu nueva obsesión” y al principio de “QTDE” que captura esta idea perfectamente: el momento se siente glitcheado, perturbado, y, sin embargo, bailamos y cantamos.
Su disco anterior “El diablo en el cuerpo” conjura una fantasía similar, un synthpop ochentero con más refinaciones técnicas que su sucesor, un sentido del ritmo más fijo y controlado. Pero los espectros ya están presentes: en “Pueblo fantasma” Álex evoca el vacío emocional del rechazo por el círculo familiar, un desierto antes florido por amor. Pero el pueblo fantasma es también el tiempo en que ocurrió esta revolución musical y cultural, la pista de baile a la que entramos es un eco, una repetición de las que cuatro décadas atrás poblaban las ciudades. El futuro de una vida juntos, tan imaginable como invisible, no-presente, impenetrable, atrapado entre la desesperanza y el optimismo, y en un punto medio, el letargo, la depresión.
Temáticamente, Álex también abandona las postales brillantes ochenteras a su propia manera; en “No me molesta”, el brillo del éxito o la cúspide es rechazado, lo importante es la diversión y lo auténtico. El deseo por lo humano es el foco, “Ave del campo” y “Gaucho”, emociones exaltadas y genuina pasión. Pero también los fantasmas del pasado tienen sentimientos humanos, susurran o gritan por comprensión, amor, entendimiento. Las fotos en que están atrapados pueden ser contestadas desde el futuro, evocar imágenes y transportarse a los sonidos de entonces para completar el ritual, romper la maldición y arreglar los errores de la línea temporal.
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kainamendozasolano · 1 year
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Marcela Valencia. Sus padres murieron cuando ella estaba muy joven y aunque quedó bajo la "protección" de la familia Mendoza... En ningún momento doña Margarita se muestra como una verdadera madre. (No sé si lo han notado, pero... esa mujer es muy mala)... Don Roberto tampoco muestra ese interés genuino en ella.
Desconozco la razón por la cual muchos dicen que los Mendoza fueron buenos padres para los Valencia. (Llevan una relación formal y respetuosa, pero no más)
Sé que mis pensamientos podrían ser juzgados o criticados por las "Bettylovers". Yo misma soy una de ustedes. 😏 Pero hoy... Viendo el capítulo de la ruptura entre Armando y ella... 🙄 Quise compartir esto con ustedes. Porque somos una comunidad que nos une el amor y devoción por esta obra Hermosa. 😘❤️
Y... Pues... Aquí voy:
Marcela sufría de una clara adicción.
"Adicción". Se ha convertido en una palabra que conlleva cierto temor.
Porque esta sencilla palabra nos evoca imágenes de gente que consume drogas y así, paulatinamente, acaban con su vida.
Pero muchas veces, y sin darnos cuenta, nos volvemos "adictas a los hombres".
Y, como todo adicto, debemos reconocer el problema antes de solucionarlo.
La raíz de esta adicción no es el amor en sí, si no, el miedo. Quienes "aman" de forma obsesiva están llenas de miedo (a quedarse solas, a no ser dignas de inspirar cariño, de ser ignoradas, abandonadas o destruidas) Esa mujer que se obsesiona, entrega su amor con la desesperada ilusión de que aquel hombre se ocupe de difuminar sus miedos. En cambio, estos se profundizan hasta el punto de brindar (abrumadoramente) amor, como el único objetivo que impulsa su vida. Y como su estrategia no funciona... Termina entregando más de sí misma, sin importar nada más. Incluso se degrada su dignidad con tal de mantener a ese hombre a su lado.
Esta mujer no es más que una niña que necesita sentirse amada e importante.
Que no tiene un madre que la guíe y la enseñe a valorarse, que no tiene un padre que la haga respetar, que no tiene hermanos con quiénes pueda contar sinceramente (Aunque Daniel le hablaba con la verdad, jamás le brindó una ayuda útil)... Ella no tiene una amiga sincera (todos sabemos que Patricia la movía el puro interés).
Marcela Valencia estaba completamente sola. Ella no tenía alguien en quien apoyarse.
A diferencia de Betty, que siempre tuvo a su familia, a su mejor e incondicional amigo, a las del cuartel (aunque eran algo tóxicas) y luego contó con la mano estendida de doña Catalina.
Esta niña (atrapada en el cuerpo de una ejecutiva) no sabía lo que era el amor. Por eso ella jamás supo cómo brindarlo. 🥺🤧 Al igual que Armando, ella tampoco se sintió amada.
Pero Betty era la niña consentida de la casa y vemos que, aunque su padre es muy severo y estricto, la ama con locura. También tenemos en cuenta a doña Julia, una mujer tierna y amorosa que hace todo por su familia.
Marcela desconocía el problema que albergaba muy dentro de sí. (Esa absurda adicción). Por eso jamás salió de ese bucle horrendo de una relación tóxica.
Lo siento. Ella también sufrió.
Y no me digan que se lo merecía. 🙄
Sé que ella fue muy dura con nuestra Betty desde el principio. 🤷🏽‍♀️
Pero creo que ella también merecía una oportunidad para reflexionar y aprender a quererse, a descubrirse.
Era una mujer joven, inteligente, elegante, hermosa. Solamente necesitaba aprender a amarse (como pasó con nuestra Betty linda)
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magneticovitalblog · 5 months
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“Resurgiendo de las Estrellas: Un Viaje de Amor, Pérdida y Renovación”
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En el silencio de la noche, donde las estrellas parecen susurrar historias de amor y desamor, se escucha el eco de un alma quebrada, una melodía de nostalgia que resuena en el universo del ser. "Me rompiste el alma en cuatro y el corazón en dos", una frase que evoca la profundidad del dolor humano, la fragilidad de un corazón que amó con valentía y ahora enfrenta el abismo de la pérdida. La mente, ese laberinto de pensamientos y recuerdos, se fragmenta irremediablemente ante la magnitud de la traición. Cada pedazo, un reflejo de lo que fue y lo que pudo haber sido. Sobrevivir se convierte en un acto de resistencia, una lucha diaria contra el dolor que amenaza con consumir la esperanza. Pero incluso en la oscuridad más profunda, hay destellos de luz. La resiliencia del espíritu humano es inquebrantable, y en cada fragmento de alma y mente, hay una oportunidad para reconstruir, para encontrar un nuevo propósito y significado. La poesía se convierte en el bálsamo que suaviza las heridas, las palabras, un puente hacia la sanación. Este blog es un homenaje a aquellos que han sentido su mundo desmoronarse y aún así se levantan cada día para enfrentar la vida con coraje. Es un recordatorio de que no están solos en su viaje, que cada lágrima derramada es un paso hacia la fortaleza interior. Aquí, exploramos las facetas del corazón humano, compartimos historias de dolor y superación, y celebramos la inquebrantable voluntad de seguir adelante. Así que, querido lector, si te encuentras navegando por las turbulentas aguas del desamor, recuerda que cada día trae consigo la promesa de un nuevo comienzo. Que cada pedazo de tu alma y tu corazón tiene la capacidad de amar de nuevo, de brillar con una luz renovada. Y que, en este espacio, tus sentimientos son validados, tu dolor es reconocido, y tu fortaleza es admirada. Juntos, en este rincón poético y nostálgico, sanamos, crecemos y transformamos el dolor en algo hermoso. Porque incluso en la fragmentación, hay belleza, y en la reconstrucción, hay arte.
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azul-maria-elias · 1 year
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Por qué amamos a Carlitos Gardel
Llega otro 24 de junio y evoca en mí el recuerdo de Gardel, una figura que es tan importante y significativa, no solo para el pueblo argentino, sino que me animo a decir para todo el mundo. Pero ¿por qué este cariño y presencia en la imaginación popular?
Porque Gardel fue el padre de una de las cosas más bellas que tenemos: el tango. Pero no «padre» en el sentido de inventor del tango como música, sino referido a como él, con su irreprochable afinación, su impostación vocal, su voz barítono plena de todas las notas de equilibrado y parejo vibrato, su inesperado e inconfundible timbre y su característica presencia sonora, demostró que el tango se podía cantar —género que se creía que era solo bailable—, creando el tango canción como lo conocemos. Demostró que una historia podía ser contada en tres minutos o menos, con una gracia y dramatismo únicos. Y es que Gardel no solo cantaba los tangos, si no que los interpretaba. Dependiendo de lo que la letra del tango precisara, y haciendo una gran lectura de la misma, Gardel podía ser festivo, compadecido, nostálgico, cachador, coloquial, trasnochado, melancólico, arrabalero, romántico, sentencioso, grotesco, irónico, burlesco, pretensioso, trágico, reflexivo o compadre, aunque siempre con una constitutiva inclinación a teñir toda su riquísima gama de interprete con una capa de melancolía profunda. Poseía por naturaleza el refinamiento y la imaginación para tratar la melodía dividiéndola, acentuándola y matizándola con exquisito e invariable buen gusto. Tenía una marcada tendencia al rubato, es decir, a la ligera aceleración o desaceleración del tempo de una fieza con finalidad expresiva, algo que se convirtió en una característica misma del tango. Gozaba de un instinto nato del ritmo y un inconfundible fraseo, en fin, está más que claro que no fue que tuviera él «voz de tango», si no que más bien éste nació de su voz. Así, Gardel convirtió al tango en lo que es, siendo sin dudas, la música que mejor logra narrar personajes e historias. Al tango, Gardel lo inventó cantando.
Por supuesto que el tango en lo que es y supo ser, no se lo debemos enteramente a Gardel, ya que en su construcción intervino una gran proliferación de letristas y poetas, de autores de obras musicales, de comedias y de sainetes. De esta forma, el género se fue enriqueciendo con las temáticas líricas que propusieron Celedonio Flores, Alfredo Le Pera, Enrique Santos Discépolo, Francisco García Jiménez, Enrique Cadícamo, Manuel Romero, Mario Battistella y tantos otros que los procedieron hasta llegar al gran Homero Manzi, a Cátulo Castillo, a José María Contursi y a Homero Expósito.
Apodado cariñosamente «el morocho del Abasto» y «el zorzal criollo», inspiró en el pueblo argentino y latinoamericano un profundo cariño. Su voz sonó en cada humilde casa, inspirando una reconocible cotidianidad y calidez en ella. Es por ello que, ochenta y ocho años después de su trágica muerte, lo seguimos recordando, oyendo y llorando, porque Gardel dejó una imborrable huella en nuestra cultura y en nuestras vidas, lo que solo le podemos devolver con todo el amor que le tenemos y que jamás desaparecerá. Por eso seguimos escuchándolo, homenajeandolo, intepretando sus más famosos tangos, compartiéndolo, recordandolo, viendo sus películas y haciendo todo aquello que nos permita mantenerlo en nuestra memoria, porque como dije anteriormente, Gardel nos dió una de las cosas más hermosas que tenemos que es el tango, y jamás terminaremos de agradecerselo.
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someonedairy · 6 months
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Querida madre
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Supieras la tristeza que evocas en mi. Dime, ¿Cuál era tu intensión ofreciéndome comida si al rechazarla me ibas a felicitar? No te entiendo. Me haces llorar. Me haces odiarme.
Quiero bajar de peso, estoy viendo todos los tips y dietas posibles. Mamá, comencé a medir mis calorías, empezaré a pesarme todos los días, a tomar 2L de agua como mínimo.
Quiero ser una princesa.
Mamá ¿Por qué me siento tan miserable entonces? Si mi cuerpo es lo que me acompleja. ¿Por qué comenzar a hacer algo para cambiarlo hace que me de tanto asco? Me desagrado.
Mamá, otra vez saqué el espejo de mi pieza. Supieras el asco que me da ver mi cuerpo, lo obesa que me veo, lo deforme de mi abdomen y mis brazos. Mamá, me quiero volver a amar pero no sé como.
Y tu de nuevo ¿Por qué te apareces tanto últimamente? Estas ganas de abrirme los brazos, quiero agarrar de nuevo esa tijera y pasármela fuerte, varias veces, una y otra vez, como un disco rayado. Hasta ver rojo corriendo, y debajo del rojo ver blanco. Lo anhelo y lo sueño. A veces pienso que lo necesito. Otras veces solo quiero sentir algo más fuerte que mis pensamientos retumbando en mi pecho.
Tú. Ganas de marcar cada parte de mi cuerpo que encuentro desagradable. Tú. Ganas de volver a tener vendas en todas partes y usar mangas pegadas a los brazos, calzas pegadas a las piernas. Así al moverme poder sentir cada roce con las marcas que dejaron tus abrazos de pluma. Tus besos de hierro y dibujos de cicatriz.
Mamá, este sentimiento de que voy a recaer es cada vez más constante, cada vez me cuesta más mantenerlo a raya.
Quiero que alguien me abrase y me ayude a sostener mi cuerpo, mi asqueroso y pesado esqueleto lleno de grasa y basura. Viseras putrefactas que se ven por cada poro. Soy una mentira, una mentira que comenzará a dejar de comer, una mentira que comenzará a hacer ejercicio y probar si así puedo quererme.
Se supone que no hacía nada porque sentirme horrible en este cuerpo era mejor que de verdad intentar algo. Ahora estoy intentando hacer algo para cambiarlo pero llevo un día y solo quiero cortarme y llorar.
¿Será por que lo estoy haciendo desde un enfoque erróneo? Es lo más probable.
Quiero ser una princesa, no estar sana.
Quiero sentirme bonita, quiero verme delgada.
¿Eso me hará feliz?
Poder ver mis clavículas, mis manos huesudas y mis caderas marcadas. ¿Eso es lo que quiero?
Creo que si, aunque eso me haga llorar y sentirme miserable.
Supongo que es el precio a pagar.
Mamá, si soy delgada ¿Serás más feliz? ¿Dejarás de decirme que estoy gorda? Si bajo de peso, ¿Volverás a ofrecerme comida que en realidad te hace más feliz que rechace por las calorías que tiene?
Hubieras visto tu sonrisa. Después de tantos días enojada conmigo y sin decirme el por qué. ¿Podré sacarte otra sonrisa si vuelvo a rechazar la comida?
Siempre te molesta algo nuevo. como si siempre no pudiera ser suficiente. Por lo menos para ti.
Dime mamá ¿Cómo puedo hacerte feliz?
00:28hrs
27/03/2024
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la-semillera · 4 months
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Lygia Clark & Hélène Cixous
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MI CONCIENCIA ME MUERDE LA LENGUA CON TUS DIENTES
Los personajes reunidos bajo el techo de este volumen son animales (con los cuales estoy aliada y afiliada en cuerpo y alma desde el origen de mi vida pasional), y los libros, los que se escriben en mi nombre, me llaman y me regatean. Seres vivos, mis más próximos prójimos y que sin embargo escapan a mi ley o a mi deseo, libres e incontrolables. Naturalmente, pueden arañarme, labrarme la mejilla, el corazón, los ojos, tienen armas para ello. Una virtualidad de herida y crueldad vibra entre nosotros. Pero algo, una fuerza superior convierte en el último momento la violencia en dulzura. No antes del último momento. A esta fuerza que aterciopela las patas de los felinos y pacifica las guerras que abrasan la intimidad, la llamo el amor del lobo. Es decir el amor que siento por el lobo a causa del amor del lobo por el cordero al que no despedaza a causa del amor del cordero por el lobo que habría podido despedazarlo, el lobo del que tiene miedo que le despedace, algo que puede suceder en cualquier momento pues el lobo no se convierte pero no es imposible que suspenda por influencia del amor su ser-armado. Sólo temblando hay amor. Tenemos miedo de ese lobo que es nuestro gato, nuestra madre, nuestro libro, “nuestro” a quien estamos sometidos y rendidos por el amor que nos entrega. Amamos al lobo que no nos obedece, al libro que no nos obedece, al dios que sólo nos responde si le apetece, a mi madre que me enseña cada día los dientes de la mortalidad.
Este libro evoca las fuerzas vivas que nos atormentan, nos dividen, nos descuartizan porque nosotros les otorgamos ese poder. El miedo ama. Del amor procede el poder del miedo. El amor no tiene miedo del miedo que está en el amor. El amor tiembla de los pies a la cabeza. Hay un goce y una crueldad en ese combate de tú y yo, en mí. Esa mezcla de goce y de crueldad se llama sacrificio.
Los animales, mi madre, mis poetas, mis hijos mis libros. Mis seres de incandescencia. Mis criaturas de sueño, mis creadores de sueños. Les debo la vida. Comprendedme: les debo su vida. Les debo mis vidas. Cada vida que cada uno de ellos me hace temblar. Perder. Conservar hasta el último aliento.
Y otros remordimientos: por ello, gato o poeta o mamá, mis libros mis hijos, me llegan los remordimientos. Dicho de otro modo la conciencia cuyos personajes persigue Joyce en Ulises, pequeña erinia personal que lleva su antiguo temblor agenbite of inwit. El automordisqueo del espíritu en su intimidad. No se toma conciencia, eres tomado por ella, es ella la que nos muerde, pero seamos precisos: mi conciencia me muerde con tus dientes. Es tú en mí. Mi amor mi gato, que me dentellea hasta sangrar y me impide dormir. Y vicevergat(o) [“viceverchat”], claro está. Nos inyecta el pesar que es un deseo, y nos puebla de angustias que son nuestros venerados fantasmas.
¿Por qué esos temidos visitantes del alma? ¿Qué les causa?
La culpabilidad sin mancha, pura y retorcida.
Y es que con ella, con su contacto brota un azufre: la ineluctable traición. Me refiero a la traducción. Nosotros, viviendo bajo el mismo techo pero no el mismo yo, hablamos en lengua extranjera. Te hablo en mi lengua y el francés, cierto francés. Tú me hablas el gato, el tigre, el loro, el alemán, cierto alemán, sin mencionar la lengua extranjera nacida de mi lengua, en la que el libro mientras lo escribo se vuelva hacia y contra mí y me remuerde. Se trata de la lengua extranjera que tú me diriges, que yo intento con todas mis fuerzas traducirme sin demasiado defectos; ciertamente nos comprendemos más allá de cualquier comprendencia, nos “understand” de una lengua a las otras y es un milagro, pero resta el resto, la lengua en mi boca no es tu lengua, no sé cómo se mueve ella en tu boca, y tampoco en la mía cuando mi lengua se mueve no sé cómo, habla la sigo y no soy yo por entero.
¿Y qué decir del habla con los animales cuyo lenguaje no es de (mis) palabras? Lo entiendo pero soy incapaz de reproducirlo. ¿Cómo traicionar lo menos posible ese traducir que nos emparenta y nos extraña tan estrechamente? ¿Y qué decir del habla con las palabras, otros animales también, casi y no del todo, que nos seducen, nos impulsan y nos hacen correr por la cuneta de nosotros mismos? Todas nuestras palabras son compartidas; todas nuestras apalabras son remordidas en dos y más; nos hablamos a medias palabras que son palabras con secreto, a un cuarto de palabras a un octavo de palabras, a palabras, vamos, a suspiros. A silencios. Pensamos: ¿qué estás pensando? Respuesta en silencio: quiero, quiero, quiero. Lo más doloroso es que no se sabe de qué partido se es, se está dividido, nunca soy del partido que soy, si soy de tu partido lo soy en parte, el corazón de tu lado la cabeza del otro. En el combate entre mi gato y el pájaro, si estoy del lado de mi gato estoy del lado del pájaro del otro lado si estoy del lado del pájaro estoy a medias desgarrada pues estoy del lado de mi gato. No hay solución.
No se sabe lo que se desea. Por lo demás, ¿para qué desear? Harás lo que te da la gana, ¿no es cierto? […]
_ Hélène Cixous. El amor del lobo y otros remordimientos. Trad. Manuel Serrat Crespo. Ed. Arena Libros, Madrid, 2009
_ Lygia Clark, La casa del poeta (maqueta), 1964
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SALMO 13:1-6
La bondad del Señor
Cuando reflexionas en la frase “las festividades han terminado”, ¿qué tipo de emoción te evoca? Tal vez sea cualquiera de estas:
Alivio: “He sobrevivido al ver a mi familia conviviendo íntimamente por varios días seguidos”.
Quizá, frustración: “Aquella persona realmente me fastidió, importunó e irritó con sus comentarios y actitudes a todos los que estaban sentados alrededor de la mesa”.
O tal vez, arrepentimiento: ¿Por qué ofrecí mi casa para organizar la reunión familiar? ¡Todos se fueron y sigo aquí limpiando, mi refrigeradora está repleta de comida que sobró de la cena.
Hay muchos sentimientos que pueden invadir nuestro corazón y nuestra mente. Pero estas emociones no se quedan ahí.
A menudo, las emociones se abren paso hasta llegar a nuestra conducta y perspectiva. Nuestra frustración se transforma en ansiedad y nos sentimos abrumados, malhumorados y distraídos, y en poco tiempo ya no podemos experimentar la alegría que debería provenir del verdadero significado de esta temporada.
La emoción que deberíamos experimentar profundamente durante esta época y, a su vez, mostrarse en nuestro comportamiento diario, debería ser el gozo. Los versículos 5 y 6 del pasaje de hoy dicen: “Confío en tu gran amor; mi corazón se alegra en tu salvación. Canto salmos al Señor. ¡El Señor ha sido bueno conmigo!” Estos versículos declaran que nuestra reacción ante la salvación que Dios ofrece gratuitamente mediante el sacrificio de Jesús, debe ser: regocijo.
La palabra “regocijarse” en realidad significa “entusiasmarse, iniciar algo o emocionarse". Algo muy diferente a las emociones que usualmente experimentamos en esta temporada.
Si agradecemos conscientemente a Dios por el indescriptible regalo de la salvación por medio de Jesús, quizás podamos recuperar el verdadero gozo de las festividades.
Hoy te animo a cambiar de perspectiva y experimentar el gozo de Dios. Pero no lo guardemos sólo para nosotros, mejor compartámoslo con aquellos que tanto lo necesitan y que anhelan experimentar el gozo del Señor.
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enterfilm · 7 months
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The Magnificent Ambersons es la película más íntima y personal de Orson Welles, también su preferida junto a Falstaff – Chimes at Midnight.
Welles no tuvo control sobre el montaje final por no contar con la aprobación del público tras proyectarse en Pomona y la película pierde algo más de 43 minutos. Los 88 restantes resultan tan discontinuos, desconcertantes, enigmáticos y brillantes, que reconvierten la experiencia en un paseo por las ruinas de lo que había o habría sido (David O. Selznick no consiguió que delegasen una copia íntegra al Museo de Arte Moderno de Nueva York). Se nos ha negado, por tanto, su compleción. Esta mutilación deviene en una misteriosa narrativa que evoca The Searchers, The Wings of Eagles, El Sur o casi cualquier película de Mizoguchi (entre tantos otros ejemplos). 
El año en que se estrena, Stefan Zweig se suicida con su esposa en Brasil, desesperados ante la posible propagación mundial del nacionalsocialismo. Casualmente, tanto Letter from an Unknown Woman (novela corta del autor llevada al cine por Max Ophüls) como la película de Welles atesoran algunas de las mejores secuencias que se hayan filmado jamás sobre personajes que transitan escaleras (como podréis comprobar en el vídeo que acompaña esta publicación). A colación de lo anterior, conviene recordar a Tourneur, que también rodaría ese año otra portentosa película en el mismo decorado por el que deambulan los Amberson.
Algunos planos picados de la película recuerdan aquello a lo que tan admirablemente aludía Clarín en La Regenta. De ese mundo contemplado desde las alturas en clave alegórica, nos vamos a otro distinto en los falsos contrapicados, al de Tierra, de Aleksandr Dovzhenko. 
Shakespeare, Proust y Chéjov casi siempre están presentes en las películas de Welles, como también el ideario que subyace tras aquella célebre aserción elegíaca de Cocteau: filmer la mort au travail, cuya aplicación y extensión más representativa podría encontrarse en el personaje de Jedediah Leland en Ciudadano Kane.
Se han mencionado grandes autores con los que Welles establece diafonías y correlaciones, pero me resulta inevitable citar el hilo invisible que une esta película con buena parte del cine de Paul Thomas Anderson, ya que su adyacencia a nuestra contemporaneidad quizá no resulte tan evidente. El contrapunto podría localizarse en la primera aproximación a la novela de Tarkington en la que se basa The Magnificent Ambersons y que lleva por título Pampered Youth (adaptación en la que su director, David Smith, estuvo trabajando aproximadamente durante los años 1924 y 1925).
En la escena que figura a continuación, Orson Welles enclaustra dos corolarios fundamentales: la falta de autoridad en el seno de los Amberson y el sometimiento fantasmagórico y opresivo con el que George pretende dominar a su madre, alentado por su convencimiento de que Eugene —tal y como describe Shakespeare en Hamlet— se había precipitado con premura al tálamo incestuoso. En previsión de dicha catástrofe, decide acechar con vigía y desde una atalaya sombría mientras conspira para perpetuar la materialización de sus convicciones aristocráticas. Bernard Herrmann ilustra y enfatiza la insidia del personaje con su particular Ostinato.
Dado que el paso del tiempo y el tiempo perdido podrían considerarse dos de las obsesiones preponderantes y recurrentes en la filmografía de Welles, sirva de homenaje al esplendor y posterior decadencia de los Amberson esta joya poética de Manuel Alcántara: 
"Yo no sé qué voy a hacer cuando se me vaya el tiempo y no pueda irme con él. Tengo los días contados, y él ha perdido la cuenta del futuro y del pasado. El tiempo siempre es presente y pasa mientras se queda, por eso nunca se entiende. Jamás es pronto o después, por más que pasen los años no pasa el tiempo por él. Ni lo pierdas ni lo ganes, el tiempo sabe que tiene todo el tiempo por delante. No sé qué va a ser de mí el día que yo me vaya, y él no se quiera venir"
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sobreiromecanico · 9 months
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Drinking from Graveyard Wells: histórias de África, de mulheres, e da fúria de ambas
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Seria difícil ter começado melhor as leituras de 2024. Drinking from Graveyard Wells, de Yvette Lisa Ndlovu, é uma pequena mas riquíssima colectânea de contos que a autora publicou em várias revistas temáticas e antologias ao longo dos últimos anos, e que aqui surgem em edição revista pela University Press of Kentucky.
Ao todo, a colectânea inclui 14 contos, todos relativamente curtos, com registos que oscilam entre o realismo, um certo realismo mágico, e territórios temáticos da fantasia literária, chegando mesmo a uma ou outra aproximação ao horror. Nestas páginas encontramos girafas fantasmas, espíritos vingativos, demónios ancestrais sob o jugo do extractivismo capitalista, sereias ameaçadoras, divindades matreiras cujas bênçãos nem sempre produzem o efeito desejado. Sempre com um ponto de vista africano, ou de diáspora africana - a autora é natural do Zimbabwe e vive e estuda nos Estados Unidos. Quase sempre de um ponto de vista feminino/feminista - a única excepção talvez seja When Death Comes to Find You, a única história da colectânea que tem um protagonista masculino, partindo do princípio de que a personagem principal é Takura e não Grootsland, claro (será discutível). Na verdade, a haver um tema que liga todos estes contos, será mesmo a condição feminina, e em particular a condição das mulheres africanas - seja nas feridas que mantém das muitas guerras de independência travadas naquela região do Sul de África, seja no contraste entre os papéis que aspiram desempenhar e aqueles que é esperado que desempenhem, seja na forma como os espartilhos de normas patriarcais condicionam tanto a sua vida como a sua morte, seja nos esforços e sacrifícios que empreendem em busca de uma vida melhor (que passa com frequência com o desejo de deixarem a sua terra), seja até na relação amor-ódio que mantém com a terra natal quando dela saem em busca de uma vida melhor.
Ou sobre vingança, um tema ao qual Yvette Lisa Ndlovu regressa com frequência nestas histórias - seja contra a opressão das mulheres na vida e na morte, seja contra a exploração colonialista ou capitalista, seja contra a corrupção que grassa na sociedade. De facto, se há outro tema comum a estas histórias, a correr em paralelo à condição das mulheres, é o tema da raiva, de uma injustiça que só será corrigida pela força, jamais pelo tempo.
Não estando directamente interligados num contínuo narrativo (como acontece por exemplo em Arboreality de Rebecca Campbell), a ordem com que os contos surgem neste livro acaba por revelar uma certa continuidade, se nem sempre temática, pelo menos simbólica: expressões, noções, e ideias que um conto apresenta e explica são consideradas "matéria dada" nos contos seguintes, surgindo já sem necessidade de contextualização ou explicação. E essa organização contribui para tornar a experiência de leitura mais coesa enquanto seguimos pelas curvas e contracurvas do caminho que Yvette Lisa Ndlovu vai traçando com a sua prosa limpa, rica e evocativa, repleta de frases que perdurarão na memória.
Por norma, as colectâneas de ficção curta tendem a ser algo irregulares - histórias muito boas ao lado de experiências que nem sempre resultam muito bem. Algo que não acontece neste livro, resultado do talento e da disciplina que Ndlovu demonstra. Certo, haverá algumas histórias melhores do que outras, e cada leitor encontrará textos que lhe dirão mais ou menos - mas todos os contos efectivamente muito bons, e seleccionar os melhores revela-se um exercício algo espinhoso. Da parte que me toca, destacaria talvez Home Became a Thing With Thorns, When Death Comes to Find You, e o conto que dá o título à colectânea, Drinking from Graveyard Wells, uma história espantosa cujas imagens que Ndlovu evoca ficarão comigo durante muito tempo.
Drinking from Graveyard Wells é o terceiro livro que leio da shortlist do Prémio Ursula K. Le Guin de 2023, depois do já mencionado Arboreality e de The Spear Cuts Through Water, de Simon Jimenez. E vem confirmar a excelência absoluta desta shortlist - não venceu o prémio, mas se tivesse ganho teria sido um justíssimo vencedor. Yvette Lisa Ndlovu é uma contadora de histórias exemplar, a seguir com atenção.
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Yvette Lisa Ndvolu (2023), Drinking From Graveyard Wells, Lexington, University Press of Kentucky.
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