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METROPOLITANO AMFILOHIJE: EL GUERRERO DE CRISTO

Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera

 El 30 de octubre, el metropolitano de Montenegro-Primorsky, en la iglesia ortodoxa serbia de Amfilohije reposó en el Señor. El arcipreste de 82 años fue un verdadero líder espiritual de los montenegrinos, que enfrentó con valentía y abiertamente todos los desafíos del mundo moderno.

 En la memoria de los cristianos montenegrinos y ortodoxos de todo el mundo, seguirá siendo un ejemplo del libro de oraciones, una persona no mercenaria, un hijo valiente del pueblo serbio ortodoxo.

 En el mundo, Risto Radovich es descendiente del voivoda Mina Radovich, que anexó las tierras en el valle del río Moraca a Montenegro en 1820, él, como sus antepasados, defendió siempre sin concesiones la verdad y la fe de Cristo.

 El futuro obispo nació el 7 de enero de 1938 en Navidad y, a pesar de la persecución de la fe tras la creación de la Yugoslavia socialista, decidió firmemente dedicarse a Dios. Hizo votos monásticos en 1967 durante sus estudios teológicos en Grecia, al mismo tiempo que pasó un año en el Santo Monte Athos comunicándose estrechamente con el superior Paisius en la montaña santa, después de lo cual defendió brillantemente su tesis en griego “El secreto de la Santísima Trinidad según las enseñanzas de S. Gregory Palamas ". Otro santo cuyo discípulo resultó ser el metropolitano Amfilohije es San Justino (Popovic), un destacado teólogo serbio y luchador intransigente contra la impiedad del mundo moderno.

 Los metropolitanos montenegrinos crearon Montenegro como un Estado serbio independiente del Este (Imperio Otomano) y del Oeste (Austria, Francia). Eran líderes espirituales y guerreros combinados. El metropolitano Amfilohije se convirtió, en cierto sentido, en el continuador de su trabajo, arcipreste y guerrero de Cristo. Sus propias palabras, expresadas en relación con San Pedro de Cetino, le son muy aplicables.

 “La primera guerra que luchó fue una guerra interna, su guerra personal y su lucha interior <...> la guerra entre el alma y el cuerpo (“en él el alma está en estado de guerra con el cuerpo”), la guerra más difícil que sin duda se encuentra, y salió ganador. Esta victoria interior sobre sí mismo, gracias a la cual se dominó a sí mismo, fue la base de todas sus victorias”.

 El mérito del Metropolitano es la restauración de la ortodoxia en Montenegro. Durante su reinado, se restauraron más de 160 iglesias abandonadas en la diócesis. El metropolitano Amfilohije encabezó la Iglesia Ortodoxa Serbia en Montenegro durante tiempos difíciles, durante el colapso de Yugoslavia, que también significó la fragmentación de la unidad nacional serbia. El golpe final a esta unidad fue la retirada de Montenegro de la unión con Serbia en 2006.

 Sin embargo, gracias a la posición del metropolitano Amfilohije, Montenegro conservó su unidad espiritual con Serbia. A pesar de la presión colosal y los intentos del presidente Milo Djukanovic de impulsar la "iglesia autocéfala" no canónica, defendió la ortodoxia canónica en tierra montenegrina.

El metropolitano Amfilohije siempre ha estado con su pueblo ortodoxo. Incluso durante las protestas de 2015-2016, cuando los habitantes de Montenegro tomaron las calles, protestando contra la adhesión a la OTAN impuesta por la élite pro-occidental. Por desgracia, entonces la absorción de un pequeño país balcánico por la Alianza del Atlántico Norte no pudo evitarse.

 Sin embargo, después de que Djukanovic declarara la guerra a la Iglesia Ortodoxa Serbia en 2019, impulsando la controvertida ley de "libertad de religión", fue el Metropolitano quien bendijo las procesiones religiosas populares que permitieron la defensa de los santuarios. La resistencia popular ortodoxa a Djukanovic, dirigida por el metropolitano Amfilohije, eventualmente derrocó al líder pro-occidental.

 El coraje personal se combinó en el Metropolitan Amfilohije con una firme devoción a Dios y su pueblo ortodoxo. El Metropolitano también fue exarca del trono patriarcal serbio en la ciudad de Pecs en Kosovo y siempre ha defendido los derechos de los serbios a esta tierra. En 1999, cuando las tropas y la policía serbias se retiraron de Kosovo, el Metropolitano no abandonó su rebaño y realizó personalmente el funeral de cientos de serbios ortodoxos muertos.

 Hasta el final de sus días, el metropolitano defendió los derechos de los serbios a la tierra sagrada de Kosovo.

 El metropolitano Amfilohije se fue a una edad avanzada, el Señor se lo llevó a raíz de una nueva pandemia. Sin embargo, se fue invicto, transmitiendo su pacto a los serbios y a todos los cristianos ortodoxos: luchar sin concesiones por la fe y la verdad.