Hola mutuals. Os traigo en esta ocasión un dilema catastrofista:
Va a chocar un meteorito contra la tierra. El choque matará a millones entre el impacto, la onda, el calor…. Digamos que cae a la distancia suficiente para que no caiga en tu ciudad pero si aniquilará millones de vidas en segundos… al carajo todos. Donde vives, por distancia, te libras del impacto, pero una catástrofe de ese calibre hará que sea muy complicado sobrevivir los años siguientes, seguramente el 90% de la población mundial muera. Hambruna, revueltas, guerras, caos y anarquía. Las autoridades dan dos semanas de preaviso.
A veces, dejar ir a alguien es ser feliz por ver esa persona que decías amar con alguien más y que también sea feliz a pesar de que nunca lo fue contigo.
Con tu compañía, me hiciste darme cuenta de lo mucho que podemos llegar a sentir. Que el miedo a intentarlo puede durar años y que el corazón se acomoda a sentirlo todo y a decir nada.
Cuando te conocí, también conocí una parte de mí.
Jamás imaginé escribir para ti pero me topaba con cada palabra, cada poema y terminaba en comerme cada estrofa para enredarme en el recuerdo de tu aroma. Dejé a un lado lo que me hacía sentir poca cosa.
Cuando te conocí, también conocí una parte de mí.
Comencé a elaborar todo un designio con un sinfín de palabras hermosas pero sobre todo, de vivencias en nuestras bocas. Perdí el miedo a que me tacharan de loca.
Cuando te conocí, también conocí una parte de mí.
Tenía el deseo de crecer, caminar, bailar, cantar y hasta de soñar contigo. Sé que tú también te morías de ganas de estar conmigo.
Cuando te conocí, nació mi tendencia a pensarte en futuros inciertos y me disfrutaba el tiempo imaginándonos porque sabía que nos recordaríamos por soñar despiertos.
Cuando te conocí, compartíamos las ganas de empacar las maletas e irnos a otro planeta; pero sin darnos cuenta, cambiamos de rumbo mientras que yo solo quise llamarte amor.
He perdido toda esperanza. Simplemente esa voz allá arriba es incapaz de hacer eco dentro de mí, pero deseo que tus plegarias si puedan ser escuchadas, que tú fe sea tanta que la realidad sea dominada por obra de tu fe y voluntad. Que seas capaz de escuchar esa voz y que El se haga presente a través de tus acciones.