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AÚN CUANDO PIENSAS QUE TODO SE DERRUMBA, ¡ÉL ALLÍ ESTÁ!

Ver la imagen de este niño me hace preguntarme ¿Cuántas veces me he sentido como el? ¿Cuántas veces me he sentido sin fuerzas para continuar, como si hubiera perdido una batalla? 

¿Alguna vez has sentido que circunstancias alrededor de tu vida han venido a derribar tu mundo? ¿Alguna vez has pensado que las situaciones difíciles son demasiado para ti? 

Déjame decirte algo, ¡Yo lo he experimentado!

Existen situaciones difíciles en nuestra vida que seguramente no esperábamos, es como si de un momento a otro la vida cambia y llegara un golpe fuerte que nunca veías venir. 

Mi intención no es que el enfoque sea la adversidad; sino, plasmar el sentir que la adversidad puede causar en quien la esta viviendo. Todo aquel que ha vivido una situación difícil e inesperada, comprenderá que puede llegar a sentir que “ya no puede más”.

Si algo puedo decirte es que sé lo que es vivir circunstancias adversas y sentir que no puedes más; pero aún en medio de esa lucha y de ese proceso recuerdo que “Jesús está a mi lado”.

Quizás nunca has hablado con Jesús o quizás lo conoces pero a veces “no lo sientes” pero déjame decirte algo “Jesús nunca prometió que no viviríamos circunstancias difíciles en esta tierra”; es más, Él mismo le dijo a sus discípulos que tendrían aflicción, pero lo increíble es recordar que a la vez les dio esperanza al recordarles que “El ya había vencido al mundo”, Juan 16:33.

Desconozco la situación que puedas estar atravesando hoy, pero quiero decirte que ¡Hay esperanza! y ¡No todo está perdido! 

En el transcurrir de mi vida he aprendido que Jesús te toma en sus brazos aún en tus peores momentos y que Él puede hacer aún de las peores circunstancias, un nuevo camino, una oportunidad y algo bueno si dejamos que Él se involucre en la circunstancia.

Soltar y dejar que Jesús tenga el control sobre las situaciones que “no podemos resolver” no es nada fácil porque humanamente siempre queremos tener el control de todo; pero, soltar todo aquello que nos preocupa es definitivamente lo mejor que podemos hacer.  Jesús desea y puede ayudarnos, resolver nuestras situaciones y sobre todo “hacernos descansar”, Mateo 11:28-30.

Sea lo que sea que hoy vivas, Jesús quiere recordarte que puedes llegar a Él y entregar tus cargas.  Nadie debería de “cargar” tanto solo, ¡Jesús es el más interesado en que puedas soltar aquello que te preocupa para caminar y avanzar con ligereza! ¿No te gustaría viajar más ligero por la vida? 

Este mensaje llega primero a mi corazón y quiero animarte a que ¡Veas tu futuro con esperanza!¡Mira la circunstancia con ojos de fe!

Cede el control a Jesús, ¡Él tiene tu mundo en sus manos!

Con amor,

Guatemala, 21 de marzo de 2021

Mafer Ajanel

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¡TIENES ALGO ÚNICO QUE DAR AL MUNDO!

Creo que finalmente tengo una película favorita y cuando digo favorita es porque ¡Realmente me encantó! ¿Han visto “Wonder o Extraordinario“ en español? Si no la han visto se las recomiendo.

Ver esta película me hizo recordar algo que quizás muchos ya saben y quizás otros no y sea algo por descubrir.  Debo confesar que para mí ha sido muy revelador y sumamente extraordinario descubrir que ¡Tengo algo único que dar al mundo!

Esto no se trata de logros académicos, aunque debo decir que creo en la preparación y el estudio porque nos abre puertas y nos hace crecer de una forma integral e increíble; pero a lo que me refiero es, ¿Te has puesto a pensar que nadie es igual que tú en el mundo?

¡Exacto! nadie en tu país, ni en otro continente, ni en el mundo es como tú.  Quiero que entiendas esto desde la perspectiva correcta, me refiero a que ¡Nadie tiene tu esencia, tu forma de ser, tu personalidad y esa peculiaridad que solamente te caracteriza a ti!

Piensa en esto, existen personas que tienen las mismas habilidades, talentos o profesión que tu tienes, pero existe algo que te diferencia a ti de esa otra persona y “ese algo especial” ha estado dentro de ti siempre.

Muchas veces en el transcurrir de nuestra vida somos etiquetados con mentiras que nos hacen creer que somos algo que en realidad nunca hemos sido o que debemos ser de cierta forma para encajar.  Por ejemplo, un niño al que le hacen creer que la matemática es difícil y que es algo que solamente otros niños que son más inteligentes que el pueden resolver; seguramente será un joven o un adulto que detestará las matemáticas y no lo hará por falta de inteligencia; sino por lo que el escuchó y le inculcaron de pequeño.

Quizás este ejemplo suene absurdo, pero igual de absurdo es creer que “no tienes nada especial que dar al mundo”, que debes ser como alguien más, que debes ser como esa amiga o amigo que tanto admiras.  No se trata tampoco de evitar rodearnos de personas que nos inspiren o de no honrar y respetar a quienes han llegado lejos, el punto es que ¡Debes correr tu propia carrera sin ver a los demás!

Debes encontrar dentro de ti tu esencia y propósito para caminar en la vida y para ser la persona que fuiste llamado a ser.

¡Nunca te compares con nadie! He llegado a entender que el compararme con otras personas, solamente traerá frustración a mi vida y no me permitirá ver lo que hay dentro de mí y lo que soy capaz de hacer. 

¡Dios te hizo único en el mundo! ¡Eres modelo único!

Si en algún momento has sentido que no vales lo suficiente o que no eres como X o Y persona, hoy te recuerdo que ¡Eres único porque Dios te hizo único! y ¿Sabes algo aún mejor? ¡Fuiste creado a imagen de Dios, es decir que te pareces a Él!

¡Busca dentro de ti tu esencia y empieza a ser tu mismo, ¡Tu tienes la misión de ser tu mismo en la tierra, ¡El mundo te está esperando, ve y conquístalo!

Guatemala, 20 de septiembre de 2020

- Mafer Ajanel -

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¿NO puedes decir NO?

¿NO puedes decir NO?

¿Has sido de las personas que muchas veces accede a hacer algo aún en contra de su voluntad por miedo a decir NO?

¿Crees que al decir NO puedes perder amistades, dejar de caerle bien a las personas o incluso lastimarlas? 

Déjame contarte algo, la primera persona que se identifica con esta clase de personas, ¡Soy yo!

Para serte honesta, creo que para mí misma ha sido más que evidente que “decir NO” ha sido difícil.  Aunque, debo decir que de un tiempo corto para acá ha sido un poco más visible y me he dado cuenta de que lo he hecho por las razones equivocadas.  ¡Si! en ocasiones quizás por buscar la aprobación de una persona o un grupo de personas, en ocasiones por no perder amistades o por mantenerlas y una de las peores quizás es por querer quedar bien con todas las personas. 

He aprendido que cuando haces las cosas por las razones correctas y con el corazón correcto, vas por buen camino. Cuando Dios nos dice “ama a tu prójimo como a ti mismo”, esto significa por supuesto que debo decidir amar a mi prójimo a pesar de nuestras diferencias en pensamiento o acciones, pero sobretodo implica que debo “aprender a amarme a mí primero” y esta clase de amor propio no es la que generalmente se promueve en una forma egoísta y en la que “primero soy yo, luego soy yo y por último soy yo”, ¡No! Si no que este amor propio va más allá de eso, ¡Se trata de IDENTIDAD! 

¿Identidad? Quizás te preguntas, ¿Qué tiene que ver la identidad con todo esto? Bueno, si tu identidad es la correcta y se basa en que sabes que fuiste creado por Dios, a su imagen y semejanza y que Él te ama porque fuiste una obra perfecta de Él y no por lo que hagas o dejes de hacer, ¡Eso lo cambia todo! ¿Por qué y cómo la identidad está relacionada con decir NO?

El tema es que “cuando sabes quien eres, sabes cuál es tu lugar”.  En lo personal puedo decirte que aunque mucho tiempo me he llamado cristiana y que he sabido que soy hija de Dios, este último tiempo Dios me ha mostrado que mi valor va mucho más allá de lo que pensaba; valgo mucho porque Él me dio un valor al que no se le puede poner un precio y merezco ser tratada como lo que soy, una hija de Dios.  Por supuesto, esto también me hace ver que “todos fueron creados a la imagen de Dios” y que Dios también los ama, aún cuando las personas no lo conozcan a Él como Padre, pero ellos fueron pensados por Él y creados por Él. 

Ahora bien, quizás te preguntes ¿Por qué hablo de identidad y valor cuando hablo de decir NO? Bueno, lo que sucede es que cuando sabes quien eres y conoces tu valor, aprendes que los límites son buenos y que debemos vivir dentro de ellos, ya que estos te protegen.

Verás, todos nos comportamos diferente y actuamos según nuestras convicciones de vida, que realmente son nuestros valores.  El hecho de que sepas que eres un hijo de Dios, no significa que debes permitir que las personas sobrepasen los límites bajo los que vives; por ejemplo, si alguien te pide hacer algo con lo que no te sientes cómodo o que va en contra de lo que crees correcto, no puede obligarte a hacerlo y tampoco debería manipularte o amenazarte para que lo hagas.  Si es algo que va en contra de tus convicciones o bien algo con lo que no te sientes cómodo o que afecta tu integridad de cualquier forma, ¡Debes decir NO! 

Si tu identidad es la correcta, aprenderás a decidir y a decir NO a otros cuando sepas que no es lo correcto.  Debes aprender que más allá de buscar aprobación de los demás, debes preguntarte, ¿Qué haría Jesús en este momento? ¿Le agrada a Dios esto? ¿Me honra a mí lo que hago, honro a otros con lo que hago? 

Esto no se trata de ir por la vida contradiciendo a todo el mundo, ¡No! Se trata de saber cuáles son tus límites personales y saber poner un alto cuando sea necesario.  Nunca estaremos de acuerdo con todos, pero como hijos de Dios podemos manifestar nuestro desacuerdo ante los demás, recordando que Dios nos llama a amar a los demás como nos amamos a nosotros mismos.  

¡No te desanimes si has fallado en esta parte! ¡Nunca es tarde para aprender! Si crees que debes mejorar en esta área, pídele a Dios que te muestre cuáles son los límites que deberías establecer y cómo decir NO cuando sea necesario. Si en algo puedo apoyarte, no dudes en escribirme. 

- Mafer Ajanel -

Guatemala, 28 de junio de 2020

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¡BAJO LA LLUVIA!

Como ha de ser un poco obvio de asumir, hoy 30 de mayo de 2020 es una noche lluviosa y probablemente, muy distinta a otras noches lluviosas que muchos de nosotros en mi país hemos vivido. 

Vivo en Guatemala y actualmente estamos en toque de queda total el fin de semana.  Honestamente, no es del toque de queda de lo que quiero escribir, quiero enfocarme en el título de esta publicación, estar ¡Bajo la lluvia!

Encuentro la lluvia un suceso fascinante pues tiene distintos significados; para muchos puede ser una estación del año únicamente, para otros puede significar que pueden tomar una taza de chocolate caliente mientras se acobijan en su cama, a algunos otros quizás les provoca nostalgia y mi significado favorito es que la lluvia representa “bendición”...

Para muchos una lluvia se puede llegar a convertir en tormenta y esta tormenta puede provocar angustia, temor, soledad e incluso desesperanza.  Quiero aclarar que no hablo de que la lluvia o la tormenta sea algo malo en su naturaleza; por supuesto que no, en Dios y su creatividad, todo es bueno como lo habla en Génesis capítulo 1; más bien hablo de una representación.

Muchos de nosotros en más de una ocasión nos hemos sentido impotentes al atravesar una tormenta; puede que esta sea una enfermedad, una situación que nos causa dolor, una pérdida, una traición, una decepción y un sinfín de cosas más que podríamos mencionar y que nos hacen sentir que ¡Llegamos a nuestro límite y no podemos más! 

No sé tú, pero yo he estado en esa clase de tormentas más de una vez en mi vida y me atrevería a decir que los últimos 2 años, han sido las tormentas más intensas y fuertes de mi vida.  Desde duelos hasta situaciones que me han causado dolor, como quizás nunca experimenté.

En la Biblia encontramos una historia en la que Jesús estaba en la barca con sus discípulos y dice la Biblia que había una tempestad muy fuerte y que “Jesús dormía”, mientras que los discípulos que iban con él, estaban aterrados a tal punto que ¡Tuvieron que despertarlo para pedirle auxilio! y por supuesto, Jesús se despertó para calmar la tempestad, Lucas 8: 22-25.

Luego de este milagro, lo que llama mi atención es que Jesús les pregunta a sus discípulos ¿En dónde está vuestra fe?, refiriéndose a que ellos no actuaron y simplemente se asustaron...

Pienso que más allá de referirse a que ellos también podían calmar las aguas, la pregunta de Jesús también iba en la dirección de saber ¿En quién confiaban? 

Los discípulos de Jesús caminaron con Él, vieron los milagros que Él hizo y sabían quién era Él; sin embargo, en el momento de la tempestad, pareciera que simplemente todo lo que ellos conocían y habían vivido con Jesús, se había esfumado.

A lo que quiero llegar es que muchas veces nosotros actuamos también así, cuando estamos ante una tormenta o una tempestad, perdemos los estribos y nos asustamos a tal punto que ¡Olvidamos quien va con nosotros en la barca!, ¡Olvidamos en quien debemos confiar! y ¡Olvidamos que Él es mucho más grande que cualquier adversidad que podamos atravesar.

En este mundo habrán dificultades, como bien Jesús lo mencionó a sus discípulos en Juan 16:33 luego de haber resucitado; sin embargo, nuestra esperanza debe estar en Él quien ya venció al mundo y quien nos llama a confiar. 

Me encanta pensar que en la barca Jesús simplemente iba durmiendo en medio de la tempestad, y no dormía simplemente por cansancio; sino porque Él confiaba en su Padre y sabía que no tenía de qué preocuparse. 

Sin importar lo que pasemos, la certeza que debemos tener es que Dios es grande, Él es nuestro Papá y aún en medio de los momentos más difíciles y que parecieran oscuros, Él va con nosotros en la barca, Él actúa a nuestro favor y es Él quien puede sanar y dar sentido a todo aquello que creímos se había perdido; sin importar cuántas veces le hemos fallado, Él simplemente nos ama y se ocupa de nosotros.

Puede que se escuche o se lea mucho más fácil de lo que parezca, pero déjame decirte que Jesús desea ayudarte y dar una nueva perspectiva a tu vida, Él desea traer vida, amor y esperanza a tu vida ante cualquier situación, ¡Él puede hacerlo, simplemente dale la oportunidad y baila con Él bajo la lluvia!

Mafer Ajanel, 

Guatemala, 30 de mayo de 2020 

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¡VIVIENDO EN EL DESIERTO!

Mientras escribo lo que considero son las páginas más recientes de mi experiencia de vida el último tiempo, escucho “Música En El Desierto - Un Corazón”, sería genial que escuches la letra y luego leas lo que quiero contarte...

¿Qué te puedo decir? ¿Qué puedo contarte de lo que ha sido mi vida los últimos meses? Bueno, ahora que lo pienso, (suspiro profundo mientras escribo)...

Honestamente no quiero parecer dramática o demasiado sentimental, aunque parte de mí de seguro lo es.  Considero que mi vida no ha sido para nada fácil durante el último año y creo que lo he mencionado más de una vez en alguna publicación corta que he hecho.

La palabra que engloba mejor mis últimas experiencias de vida es “desierto”.  He de decir que nunca he estado en el desierto físicamente, pero la televisión y el Internet me dan una mejor idea de cómo se ve.  Lo que conozco del desierto es que las condiciones son extremas; tanto el calor, el frío, los vientos, la arena, la escasez de agua, lo expuesto que te encuentras a animales salvajes y lo mucho que el cuerpo del ser humano puede sufrir por quemaduras de sol o insolación. 

Condiciones extremas es lo que resuena en mi mente al pensar en la palabra desierto.  Y sí, a mi vida han llegado situaciones y condiciones de extremo dolor y por qué no decirlo, sufrimiento. 

He vivido en carne propia el dolor, la desesperanza, la tristeza y la desilusión... ¿Todo eso? ¿Tan malo ha sido? ¿Tan negativo?, ¡Podría decirles sin dudarlo que sí!

En esta temporada de desierto he tenido pérdidas muy dolorosas, mi corazón se ha dolido y he visto frente a mí muchas de aquellas cosas que siempre temí sucedieran. 

Suena horrible lo sé y quizás no quieran ni imaginar lo que se siente o todos los pensamientos que pueden venir a tu mente cuando te das cuenta que estas rota en medio del desierto, a temperaturas extremas, siendo la incertidumbre y el dolor tus únicas dos compañeras... 

A pesar de ese sentir, a pesar de estar en condiciones extremas atravesando el desierto; aprendí a caminar en él, a experimentar el dolor, a ver que aunque habían partes de mí que estaban rotas ¡No todo terminaba allí! ¡No todo estaba perdido! Lo que sucedía es que ¡Estaba atravesando el desierto!

Nadie prometió que la vida aquí en la tierra sería fácil, que los problemas no llegarían o que el dolor no tocaría tu corazón.  Lo que sí puedo decirte es que estoy aprendiendo a caminar en medio del desierto, aún en medio de mucha incertidumbre y a veces dolor, ¡Con esperanza y con certeza de que mis ojos verán ríos en dónde no hay! 

Desconozco cuál pueda ser “tu desierto” ahora, lo que puedo decirte es que ¡Sé como se siente, sé que duele y sé que quieres que termine! 

Pero en lugar de enfocarte en el dolor, en las condiciones extremas, en la desesperanza hoy te digo... ¡Dios devuelve razones! ¡Dios renueva pensamientos! ¡Dios renueva fuerzas! ¡Dios hace caminos en el desierto y hace que ríos de agua broten de tierra seca! Isaías 43:18-21 

¡Dios es especialista en renovar y en redimir! El es especialista en saciar nuestra sed en medio de ese desierto, en renovar nuestras fuerzas cuando hemos luchado con nuestras fuerzas, cuando no encontramos sentido a nada y aún cuando creemos que TODO está perdido... ¡El dice, YO VOY A HACER ALGO NUEVO Y YA HE EMPEZADO A HACERLO! Isaías 43: 19 (TLA)

Sin importar el desierto que atravieses ahora, no olvides que Dios va contigo, que El es quien puede saciar tu sed en medio del desierto, El es quien te guarda y El es quien hará caminos en dónde no los hay... 

Concluyo diciendo ¡Nada está perdido, nada ha terminado! SOLO ESTÁS ATRAVESANDO EL DESIERTO...

Guatemala, 02 de marzo de 2019

Por: Mafer Ajanel 

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¡DE LA DERROTA A LA VICTORIA!

No encuentro la palabra exacta para contarles lo que este 2018 ha sido para mí, quizás podría definirlo con palabras como: esperado, inesperado, sorprendente, doloroso y retador.  Son palabras muy distintas pero que en cierta medida hablan de lo que este año he vivido.

No comparto esto para que te compadezcas de mí; sino más bien para contarte "un poco" de TODO lo que Dios ha hecho.  Este año he comprendido aún más cuando Dios dice "mi mano te sostiene, yo estaré contigo siempre y confía en mí".  Y creo que no es sino hasta cuando estamos en crisis o nos vemos vulnerables que como seres humanos nos "recordamos de Dios"...

Podría decir que quizás de la mitad del año para la fecha, he vivido las luchas más difíciles de mi vida al día de hoy, he atravesado cambios drásticos en diversos ámbitos de mi vida y he vivido en carne propia el dolor y la preocupación, ¡Me he sentido derrotada! Pero en medio de TODO esto, he aprendido a DESCANSAR en mi Padre celestial...

Nadie dijo que la vida en esta tierra sería fácil, tampoco pretendo que  este pensamiento se vea dramático o negativo, pero aunque muchas veces al atravesar dificultades no comprendamos los planes que Dios tiene para nosotros; hoy puedo decirte que aún en medio de la incertidumbre y del dolor ¡DIOS TIENE UN PLAN!, ¡DIOS ESTÁ ALLÍ PARA LEVANTARTE!, ¡DIOS TE SIGUE AMANDO! y ¡EL YA TE DIO LA VICTORIA! 

En medio de las dificultades que he vivido, uno de los planes de Dios para mí han sido "aprender a confiar en Él" en TODO aspecto de mi vida lo cual incrementa mi fe; aprender a aferrarme a Él y a comprender que aún en los "valles de sombra y de muerte" El me sigue amando y esta allí más que nunca; por último, que TODA circunstancia que llega a mi vida y que Él permite ayuda en la formación y perfección de mi carácter lo cual me hace una mejor versión de mi.

Aunque hay mucho de que hablar sobre estos puntos y de seguro muchas cosas que aún me falta por aprender, ayer Dios seguía hablando a mi vida recordando una de sus verdades y promesas hacia sus hijos, " Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones " - Salmos 46:1 (RVR1960) - 

Así que sin importar lo que suceda o lo que puedas atravesar esta temporada ¡CORRE A LOS BRAZOS DE TU CREADOR! Ora, habla con Él y dile cómo te sientes de forma transparente, expresale con tus palabras lo dolido, frustrado, triste o abatido que te sientes, ¡El te ama y es misericordioso! ¡Te aseguro que El irá a tu rescate y su amor te acogerá!  

Guatemala, 28 de septiembre de 2018

- Mafer Ajanel -

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VIDA Y DOLOR

Luego de un buen tiempo ya de no escribir he decidido plasmar en esta publicación algunas de las últimas experiencias personales que podría decir, últimamente he vivido más de cerca o quizás de una forma un poco más intensa.

¿Qué me dicen acerca del dolor? Creo que la mayoría de nosotros no comprendemos ni dimensionamos al cien por cierto lo que es “sentir dolor” hasta que vivimos algo en carne propia.

Ya que todas las personas somos distintas, ya que tenemos personalidades diferentes y ya que cada quien siente y procesa de distinta forma las circunstancias difíciles; podríamos decir que todos vivimos y sobrellevamos de formas diferentes aquello que nos causa “dolor”.

Creo que no había comprendido aquellas frases que muchos suelen decir, ya saben aquellas que dicen algo así como... “preferiría haberme lastimado físicamente a sentir este dolor o preferiría tener una herida física porque sanaría más rápido que esto que siento”.  Muchos quizás piensen ¡Qué drama!, pero he comprendido que parte de lo que conlleva la vida en esta tierra y lo que también nos hará crecer, es precisamente el dolor. 

Lo más peligroso del “dolor” no es solamente el dolor en sí mismo; sino, lo que este nos hace sentir y sobre todo lo que nos puede llevar a “pensar”.  Como seres humanos es lógico, ¡Nadie quiere sufrir! ¡Nadie quiere sentir dolor!, pero ¿Quién dice que no lo habrá? ¡NADIE!

Muchas veces este dolor nos frustra, nos entristece y muchas veces nos enoja tanto, que empezamos a querer “comprender” por qué suceden las cosas y a la vez a hacernos preguntas constantes tratando de resolver el enigma o crisis existencial que se creó en nuestra mente. 

Si algo tengo bien claro al día de hoy luego de últimamente experimentar el dolor de una forma más personal; es que a Dios no le gusta vernos sufrir, ¡El también se duele con nosotros y es por ello que Él está allí con nosotros! 

Otro punto importante que he aprendido es que muchas veces el dolor no se encuentra solamente en los “tiempos de pruebas”; sino que también, es causado por la maldad que existe en el mundo e incluso por las malas decisiones que nosotros mismos tomamos. 

Una de las cosas claves que he aprendido durante momentos de dolor es lo que nos dice Eclesiastés 3, en donde se nos recuerda que “para todo hay tiempo”; es decir que, cuando una de estas experiencias se cruzan en nuestro camino, “debemos vivir el dolor”.  ¡Si, es válido!, ¡Lo que no es válido es estancarse, hundirse o dejarse vencer por el dolor! 

En Mateo 11: 28 al 30, Jesús nos invita a llegar a Él cuando nos sentimos cargados ya que en Él encontraremos el descanso que tanto anhelamos.  El es el único que puede hacer nuestra carga más ligera y quien pondrá en nosotros el descanso necesario. 

Lo último que puedo decirte sobre el dolor, siendo más un consejo, es “deja de hacer preguntas a Dios sobre el por qué y comprende que todo tiene un plan en Él” (Romanos 8:28) y “rodeate de amigos y familias que  puedan acompañarte en medio de este proceso, ya que serán útiles para que veas...

-Mafer Ajanel, 17 de julio de 2018 -

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SACANDO LO MEJOR, AÚN DE LO PEOR

Me emociona escribir la primera publicación del año, en serio ¡No se imaginan cuanto!

Honestamente, hace días que rondaba por mi cabeza escribir sobre esta publicación, aunque en mente tenía inicialmente otro título, hoy finalmente sentí en mi corazón que debía llamarse “Sacando lo mejor, aún de lo peor”.

Es increíble como hoy pude sentir como “no solamente yo” he pasado por situaciones difíciles, de esos momentos en los que decís ¡Dios mío ayúdame, porque ya no puedo más!, en aquellos minutos en los que el tiempo parece ir más lento y no sabes qué va a pasar de allí en adelante...

De un tiempo para acá me he topado con situaciones que en lo personal llamaría sombrías, en las que parece ser que lo único que existe en ese momento son malas noticias, desesperación y desesperanza.  Empiezan a venir pensamientos a tu mente en los que te preguntas ¿Acaso hice algo para merecer esto? ¿Por qué a mí? ¿Es que acaso Dios se ha olvidado de mí? ¿Es que acaso Dios aún me ama?

Déjame decirte que muchas de las dificultades que atravesamos pueden ser “obra del mal” y muchas otras pueden ser “pruebas” que se presentan en nuestras vidas para formar nuestro carácter.  Cuando hablo de “obras del mal” me refiero a todo aquello relacionado con violencia, malicia y falta de amor, situaciones que es muy probable nos hieran pero que no significa “Dios las haya enviado a nuestra vida para castigarnos”, ¡NO! Lamentablemente, en estos casos fuiste víctima de la maldad que existe en la humanidad; por otra parte, están aquellos momentos difíciles en los que nos enfrentamos ante “gigantes” que aparentan ser más grandes y más fuertes que cualquier cosa en este mundo, pero que muchas veces Dios permite porque Él desea que “aprendamos algo”, son momentos en los que a pesar de todo, nos demuestra su amor y nos recuerda que nunca hemos estado solos; que Él nunca se ha olvidado de nosotros.

Todo se resume a que ¡Dios sigue estando allí, Dios sigue siendo fiel y misericordioso! ¡Dios es el único que puede dar un giro y un nuevo sentido a cualquier vida, sin importar su pasado o aún su presente!

Si algo puedo compartirte, es que aunque muchas de las cosas que me ha tocado vivir últimamente han sido difíciles, algunas de ellas no han tenido ningún sentido, en otras quizás me he visto sola y prometieran resultados desalentadores; he aprendido a voltear mi mirada, dejar de concentrarme en esos “gigantes” y ¡Verlo a Él!, he aprendido a dirigir mi vista hacia ese Dios que prometió estar conmigo hasta el fin de los días (Ref. Mateo 28:20).

Aunque en la vida todo parezca ir mal, ir hacia un abismo y no tener salida, sin importar lo que sea ¡Nunca olvides que en Jesús existe esperanza!, Él hace todas las cosas nuevas, Jesús da segundas oportunidades y Él puede sacar lo “mejor aún de lo peor”, Él puede transformar un corazón roto y restaurarlo, Él tiene el poder de hacer que cosas inexplicables sucedan si es su voluntad, Él puede hacer que imposibles sean posibles, Jesús abre puertas en dónde no hay, Jesús no condena pues su misericordia es tan grande que está dispuesto a tomarte en sus brazos aún habiéndote alejado de Él...

Por eso, el titulo “sacando lo mejor, aún de lo peor” enmarca mucho, pues cuando permites que Jesús obre en tu vida, aún todas aquellas cosas que para nuestra mente “pueden ser malas o no tienen nada bueno”, se tornan en una lección de vida o quizás en una situación que por muy dolorosa que fuese nos permitió acercarnos a Él y conocer su amor y misericordia por nosotros de una manera diferente.

Así que, sin importar lo que puedas estar viviendo, Dios te recuerda hoy que ¡NO todo está perdido, en Él siempre hay una salida!

07 de enero de 2018

- Mafer Ajanel -

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¡SÍ! ¡MERECES MUCHO MÁS!

Desde hace unos días estaba tan inquieta por escribir y por contarles lo que en el transcurrir de, quizás los últimos años, he aprendido en base a experiencias propias y sobre todo, lo que he visto a mi alrededor...

Y es que cuando hablamos sobre “elegir a una persona”, pensando en una relación de noviazgo, ¡A veces tomamos el tema muy a la ligera! y a decir verdad, suele ser un tema... ¡Un tanto complejo!

Hay mucha tela que cortar sobre este tema y muchas opiniones además de... pero si algo es cierto y lo he comprobado a través del tiempo es que ¡Tomamos el tema muy a la ligera!

¡Sí! Es que solemos ser muy “superficiales” y únicamente observamos un par de detalles como, si la persona me sonríe, si es amable, si me trata bien o si es una linda persona.  Me he dado cuenta que esto pasa mucho con nosotras las chicas, ¡Aunque no lo crean!

Pero lo cierto es que ¡Debemos ver más allá!, debemos aprender a conocer realmente a la persona, a saber sobre su carácter, sobre sus emociones, sobre la manera que actúa en las distintas circunstancias que atraviesa, saber sobre su familia, sobre sus sueños, acerca de sus metas y lo que desea en la vida... 

Quizás estés leyendo y pienses que estoy loca, pero ¡Es cierto! ¡No podemos elegir a alguien como un compañero de vida si no conocemos más allá de su amabilidad! 

Alguien decía una vez que “debemos conocer el alma de la persona...” ¡¿Qué profundo verdad?! ¡No parece más que una idea alocada que alguien una vez pensó!, ¡Pero NO! ¡Hay mucho más allá que una “sonrisa linda” o un “que hermosa te ves”!

¡MERECES MUCHO MÁS QUE ESO! ¡Mereces mucho más que solamente un chico amable, o alguien que te haga reír, o alguien que te de detalles o que le guste como te arreglas!

¡Mereces alguien que se interese por ti, que te haga desear conocer más de Dios, que te haga crecer, ser una mejor persona, que saque lo mejor de ti, que sea una fuerza en tu vida, que a pesar de conocer tus defectos desee seguir a tu lado por tus cualidades, alguien que abra tu visión aún más, e incluso alguien que te vea como la mujer más hermosa del mundo, alguien que DE UN GIRO A TU VIDA!

No quiero decir que la persona que has elegido sea una mala persona o que tenga malas intenciones; pero, quizás no es la persona correcta para ti...

Un punto importante a considerar antes de continuar es que ¡NO podemos dar lo que no tenemos! y ¡NO podemos pedir lo que no estemos dispuestas a dar! Por ello, mientras llega a tu vida la persona adecuada debes luchar por ser cada día mejor, por aprender nuevas cosas, por mejorar aquellos aspectos que no te gustan de tu carácter, por disfrutar la vida y amar tu soltería... ¡Para DAR aquello que TANTO anhelamos recibir!

¡Pregúntate a ti misma si no te estas conformando!, ¡Si no te estas conformando con recibir simplemente un buen trato o con que alguien que te haga sentir bonita! Quizás te estas conformando porque piensas que “si no es el, no es nadie “...

Si de algo estoy segura es que a pesar del pasado, a pesar de las decisiones incorrectas que en su momento pudiste haber tomado, a pesar de la impaciencia que en ocasiones te pueda ganar... ¡MERECES LO MEJOR!

Así que, primero ¡Ama a Dios con todo el corazón, busca de día de noche más de Él! ¡Aprende a amar la vida, a amar la soltería y a amarte a ti misma! ¡Sueña y haz realidad tus sueños! ¡Realízate como mujer, haz todo aquello que siempre has querido hacer! ¡Trabaja en ti para ser cada día mejor, para que cuando sea el tiempo en el que esa “persona especial tan esperada llegue”... ¡Se encuentre con la mejor versión de ti!

¡Con amor, en especial para todas las chicas que lean esta publicación! 

- Mafer Ajanel - 

Guatemala 01 de octubre de 2017

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A MI... ¡QUE ME DEJE EL TREN!

No sé cuántos de ustedes han escuchado la tan mencionada frase “¡Ya te dejó el tren!”; es más, me atrevería a decir que a muchos de ustedes se las han dicho más de una vez…

Y es que el significado de esta frase para mi es una forma en la que que las personas a tu alrededor te dicen que deberías estar haciendo algo que a su criterio ya es tiempo que lo hagas.  Por supuesto, hay excepciones a la regla y quizás en algunas ocasiones las personas tendrán razón.

Pero realmente, ¿Qué es lo que quieren decir?; es decir, esta frase es como una llamada de atención diciendo ¡Hey, ya vas tarde! O ¡Hey apresúrate que ya vamos todos por este camino y tú ni siquiera vas cerca!

Es como, por ejemplo, cuando te haces novio de alguien, al poco tiempo te preguntan para cuando la boda; o, a los recién casados que están regresando de su luna de miel les dicen ¿Y para cuando el bebé?; o también, cuando te acabas de graduar de diversificado y entras a la universidad, ni has concluido el primer año y ya muchas personas te están preguntando por la maestría y el doctorado.  Quizás se ve un poco exagerado, ¡Pero es cierto!

Cada día el mundo es más acelerado y eso hace que querramos las cosas mucho más rápido; claro está, que es importante ser visionario y pensar en el futuro, pero lo que no debemos olvidar es ¡Vivir un día a la vez y aprender que la vida es un caminar y no un destino!

¿Por qué es un caminar?, porque cada vez que experimentamos una nueva etapa, no todo queda allí; sino que existe una nueva fase que nos está esperando más adelante.  Es como si una nueva etapa en la vida nos abriera el camino para iniciar una nueva después.

Y es que, si algo debemos entender, es que ¡No podemos permitir que el mundo marque nuestro tiempo!, ¡No debemos dejar que el alcanzar nuestros sueños y deseos nos haga precipitarnos y tomar decisiones a la ligera! Como lo dice Eclesiastés 3:1, “Todo tiene su tiempo y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora”(RVR1960), esto en otras palabras quiere decir ¡No te preocupes! ¡No te afanes si hay cosas que aún no han llegado a tu vida!, ¡No te preocupes si todos tienen novio(a) y tu aún no!, ¡No te preocupes si todos están casados y tu aún no! ¡No te preocupes si todos a tu alrededor están graduados y tu aún no! ¡No te preocupes por todo aquello que crees que ya deberías estar viviendo y aún no es así!

Por supuesto, debemos esforzarnos y tomar las oportunidades que las vida y el mismo Dios nos da para ir alcanzando todo aquello que nos proponemos; pero a lo que me refiero, es que hay etapas en tu vida que aún no te tocan vivir y la respuesta es: “porque simplemente aún no es tu tiempo”.

Si alguien puede hablarles sobre decisiones precipitadas por presión o porque muchas veces consideraba que “ya me tocaba vivir ciertas etapas” … ¡Esa soy yo!

¡Muchas de esas veces fallé!, pero de todas esas “decisiones precipitadas” que tomé, a pesar de que muchas veces existió frustración y dolor, ¡Aprendí!...

¡Aprendí que, aunque creo en un Padre que me da libre albedrio, sus tiempos no son mis tiempos… pero sí son mucho mejores que los míos!

¡Aprendí que debo vivir cada etapa de mi vida intensamente, como si no hubiera ninguna otra por delante!

¡Aprendí a descubrir que existe un propósito, un aprendizaje, muchas experiencias y amigos por conocer en la etapa que vivo ahora!

¡Aprendí que el vivir intensamente el día a día me prepara para lo que está por venir! Porque he aprendido a ¡Abrazar el ahora y a tomar las oportunidades que tengo delante de mí!

Es por eso que digo: ¡A mí… que me deje el tren!, ¡Porque sé que quien marca mis tiempos y guía mis pasos es Dios y ¿Quién mejor que Él para marcar en su tiempo todo aquello que me toca vivir?

Una frase especial y un poco peculiar para recordar es: ¡A mí que me deje el tren, porque yo me voy en avión…!

¡Un abrazo!

- Mafer Ajanel - Guatemala, 14 de mayo de 2017

[unahistoriaquecontar]

¿ES QUE ACASO ES ACERCA DE “FE”?

En cierto punto, todos tenemos una idea o un panorama distinto de la fe, muchos la confunden con religiosidad o con el hecho de ir a la iglesia únicamente... pero honestamente ¿Qué es la fe?

Si algo he aprendido es que la fe muchas veces conlleva ir contra la corriente e incluso, va mucho más allá de la lógica o el razonamiento humano, pero ¿Cómo?, ¿Cómo es esto posible?

La fe nos mueve a creer, accionar, movernos, a ir... ¡La FE es ACCIÓN!, ¡La fe no se encuentra con ir una vez al año a la iglesia, con dar un par de billetes a los necesitados u orar a Dios cada vez que me recuerdo! ¡NO! ¡La FE es MUCHO MÁS!

En algún momento de mi vida, creía erróneamente que la fe era solamente el desear algo en mi corazón, orar por ello y estar al pendiente de que Dios me enviara una respuesta; ya sea por medio de una paloma mensajera o que quizás una luz resplandeciente apareciera en la ventana de mi cuarto.  Con esto no digo que estas no puedan ser señales de Dios para nosotros, ¡Claro que sí! Es más, en muchas historias de la Biblia observamos como Dios daba alguna señal por medio de estas señales, con Noé lo hizo con un ave, una paloma, para hacerle saber que ya podían bajar del arca...

Pero el punto es que la FE no es solamente una respuesta; se vuelve una forma de vida, es algo del “ día a día”.  Cuando existe fe, no te preocupas por el mañana y das pasos con seguridad. ¿Con esto qué quiero decir?... Pregúntate a ti mismo, ¿Renunciarías a tu trabajo actual sin tener ya otro seguro? ¿Empezarías a hablar de alguna actividad, un lugar a conocer o algo que quieres hacer si no tienes los suficientes recursos? o ¿Puedes estar tranquilo si no has resuelto algún problema o dificultad que se te ha presentado y que puede ser grave?

La respuesta lógica a todas estas preguntas es ¡NO!, ¡No, porque nuestra naturaleza humana nos dice “tienes que estar seguro primero para dar el paso”, o “no puedes hacer esto hasta que no tengas aquello”, o “simplemente esa es una idea descabellada”, o incluso algo parecido a “estas en graves problemas, busca cómo resolverlos ahora”!

Pero a través de la fe, ¡Dios desea enseñarnos lo hermoso que es la vida! ¡Lo hermoso que es vivir confiados en Él!

La fe no es algo como un amuleto de la buena suerte que solo se va a poner en práctica cuando las situaciones difíciles llegan a tu vida, ¡No! ¡El tener fe muchas veces va a implicar hacer cosas ilógicas para los demás!

Si alguien puede hablarte sobre fe, ¡Soy yo! Puedo decirte que Dios me ha enseñado poco a poco a vivir por fe y ¡Quizás no ha sido del todo fácil, pero si algo sé decirte es que es una experiencia INCREIBLE!; he podido ver el amor y misericordia de Dios en mi vida en el área laboral, profesional, ministerial y personal.

¿Cómo explicas que alguien con deudas, en medio de una carrera universitaria y con muchos compromisos financieros renuncie a su trabajo? ¡Honestamente, ni yo misma lo entendí en ese momento!, ¡Simplemente me aferré a creer en las promesas y en TODO aquello que Dios había hablado ya a mi vida; me atreví a dar pasos de fe!

Ese fue el inicio de mi historia realmente; y para resumirlo puedo contarte que pasé no más de dos semanas sin trabajo, fue una contratación casi inmediata e incluso tuve la dicha de darme una semana de descanso antes de empezar a trabajar ¡¿Increíble, no?!

Pero más que verme a mí y ver mi situación lo que quiero que veas es ¡El poder de la fe y el poder de Dios mismo! Ósea en serio te digo, ¡No creo en las casualidades! ¡Simplemente estoy segura de que es Dios actuando siempre, aún en las situaciones cotidianas y sencillas del diario vivir!...

En Hebreos 11:1 se nos habla de la fe diciendo “Es, pues la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (RVR1969).  Este pasaje es un recordatorio a las promesas de Dios, un recordatorio acerca de que Él es más grande que cualquier circunstancia difícil que podamos a travesar, un recordatorio a saber que si verdaderamente viviéramos una vida de fe... ¡Nos sorprenderíamos aún más de lo que Él es y hace por sus hijos!

Romanos 10:1 nos da una clave acerca de la fe diciendo “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”.  Al leer la palabra de Dios, la Biblia, nuestro corazón recuerda y atesora todas las promesas que Dios tiene para sus hijos y al meditar en ella, al tener una relación directa con Dios ¡El sigue hablando a nuestras vidas y reafirmando nuestra fe!, ¡Cuando nuestra relación con Dios y la búsqueda de su palabra de su palabra van de la mano... estamos más que listos para vivir una vida de fe! 

Una vida de fe, quizás no parezca la más fácil y no significa que no habrán luchas y circunstancias difíciles, pero ¡Una vida de fe nos garantiza la victoria, el respaldo, el amor y misericordia de Dios hacia nosotros! ¡Una vida de fe nos puede asegurar un destino de bien y una vida victoriosa en Dios! ¡Una vida de fe nos lleva a ver maravillas, nos lleva a descubrir que aún hay MUCHO MÁS de lo que nuestros ojos han visto hasta ahora!

¿Estás listo para recordar las promesas de Dios a tu vida? o en todo caso ¿Para conocerlas y aferrarte a ellas?

Porque déjame decirte, ¡Sí, SE TRATA DE FE!

15 de Abril de 2017

- Mafer Ajanel -

[unahistoriaquecontar]

¡TODO EN LAS MANOS CORRECTAS!

Sucede que siempre tratamos de hacer las cosas a “nuestra manera”, que usualmente ponemos todas nuestras fuerzas para lograr nuestras metas y alcanzar todo aquello que tanto tiempo hemos deseado.

Puede que en distintas ocasiones logremos aquello por lo que hemos trabajado tanto y que todo parezca ir bien; puede que en ocasiones nada pareciera ir bien y que aquello con lo que siempre soñamos ¡Nunca llegó!

Y es que, no sé por qué nos gusta tanto hacer las cosas “al revés”; en muchas ocasiones no analizamos nuestras decisiones y simplemente actuamos en ese instante; nos dejamos llevar y ya luego nos tomamos unos minutos para pensar y decir “quizás lo hice bien, tal vez lo hice mal o mejor hubiera hecho tal cosa”. 

Pareciera ser que vamos por la vida “probando suerte” o “cruzando los dedos para que las cosas sucedan”, lo que no nos damos cuenta es que estamos tan acostumbrados a lo instantáneo que todo ello sucede, generalmente, porque queremos las cosas ¡Inmediatas y nadie quiere esperar! y lo que luego sucede es que ¡NOS AFANAMOS!

¡Si!, nos afanamos porque empezamos a preocuparnos porque las cosas no salen como queremos, porque las situaciones no se presentan como lo planeamos, porque las cosas no suceden en el momento en el que lo deseamos o porque las circunstancias empiezan a tornarse difíciles. Y es que no se han puesto a pensar que con afanarnos o preocuparnos ¡No logramos nada!

En Proverbios 16:3 encontramos algo increíble; este versículo describe una promesa de Dios para nuestras vida, “Pon todo lo que hagas en manos del Señor, y tus planes tendrán éxito (NTV)“....

¡Más claro, imposible! Dios no nos prohíbe que soñemos o que nos tracemos metas en cualquier ámbito de nuestra vida, lo que Él pide es que entreguemos cada uno de esos sueños, anhelos y metas en sus manos para sea El quien intervenga en cada uno de ellos.  Tal vez ustedes me van a decir, ¿Qué tiene que ver Dios con mi trabajo o con mis estudios? ¿Acaso Dios puede intervenir en mis sueños personales?

Soy la primera persona que puede decirles ¡Si dejan TODO en las manos de Dios, Él toma el control de TODO! ¡y ese TODO abarca todos los ámbitos de nuestra vida, sin dejar a un lado ninguno!

Los reto a que puedan ser valientes e “ir contra la corriente”; decir ¡Dios, yo sé que tu tienes en tus manos mi vida, entrego “esto” que siempre he querido alcanzar bajo mis propios medios y a mi manera, entrego mis sueños para que estos sean alineados a los planes que tu tienes para mí!

Quizás no puedo explicarles a detalle las maneras en las que he visto la intervención y la mano de Dios en mi vida, pero puedo decirles que ¡Me ha sorprendido! ¡Dios ha tenido cuidado de cada pequeño detalle y he aprendido que al confiar y descansar en Él, estoy dejando TODO en sus manos y que Él cumplirá cada una de sus promesas!, Jeremías 29:11.

Así que, ¿En qué manos vas a dejar TODO?

26 de febrero de 2017

- Mafer Ajanel -

[unahistoriaquecontar]

¡LA DEBILIDAD GANA!

No creo ser la única persona en esta tierra que alguna vez se haya sentido derrotada o que haya sentido que “hay algo más fuerte que yo”, algo mucho más fuerte que mis ganas de luchar, de hacer lo correcto o de actuar bien, con el fin de “buscar ser una mejor persona...”

Es más, en muchas ocasiones creí haberme dado por vencida... y siempre me decía “¡Oh no, aquí vas tu otra vez! ¡Otra vez no! ¡Vas a caerte de nuevo!”... y ¡Zaaaz! en efecto, o terminaba siendo una caída, o un tropezón o quizás una caída que incluía una herida profunda que un médico tendría que curar.  ¿Me comprendes?...

De hecho, te sé decir que una caída, tropezón o incluso herida real; es decir, física, duele lo suficiente pero te recuperas mucho más pronto que cuando es algo interno, cuando es algo a lo que no puedes ponerle una venda y aplicarte una dosis horrenda de agua oxigenada cada vez que la tenes que cambiar...

Me refiero a esas caídas que son consecuencia de una “debilidad”, a ese algo que sientes que va mucho más allá de ti pero que a la vez es algo tan tuyo, como si realmente te perteneciera y fuera parte de ti y a lo que frecuentemente vuelves, aunque intentes escapar.  Si googleamos la palabra debilidad vamos a encontrar varios significados, pero muchos de ellos coinciden en que es “falta de fuerza”. 

Cuando sé que tengo un “talón de Aquiles”, como usualmente le llamo, conozco bien todo aquello a lo que estoy propenso y que puede hacerme caer con mayor facilidad, ¡No me podes decir que no sabías que caerías! ¡Lo que sucede es que te creiste fuerte y dijiste, “yo puedo con esto, esto no me va a dominar”!, pero ¡Lamentablemente no sucedió como lo planeaste! ¿Cierto?

Entonces, ¿Qué tengo qué hacer para no ser débil o para no ceder ante mis debilidades? aunque quizás en la práctica no lo sea, la respuesta es muy fácil ¡Tenes que ser fuerte! y ¿Cómo vas a lograr ser fuerte? ¡Entrenando mucho!, como si estuvieras entrenando tu cuerpo para practicar alguna disciplina o deporte.

¡No podes pretender participar en un combate de karate, si ni siquiera podes estirar una pierna sin que te duela! ¡No! ¡Necesitas disciplina, necesitas conocer a lo que te enfrentas y qué debes hacer para vencerlo!, porque si no lo haces, es como que enviaras a un soldado a la guerra sin entrenamiento y sin armamento. 

Pareciera que muchas veces somos masoquistas y que es hasta cuando ya no tenemos salida y nos damos cuenta que con nuestras propias fuerzas no podemos, cuando vemos al cielo y decimos.. ¡Dios, hoy si te necesito! 

¿Suena un tanto ilógico y hasta un poco egoísta no? ¿Recordarnos que existe un Dios solamente cuando estamos en aprietos o la debilidad nos ganó y ya no podemos más?, pero la buena noticia es que ¡Tenemos un Dios tan amoroso, que aún así, El decide salir al rescate y no soltarnos!

No sabría decirte exactamente de cuantas formas Dios puede obrar y las maneras en las que El se vuelve tu fortaleza ante cualquier circunstancia y debilidad, como nos lo recuerda David en el Salmo 91:2, al decir ¡Fortaleza mía, mi Dios en quien confío!

Quizás no sé tu debilidad o no tengo la más mínima idea de las dificultades por las que puedas atravesar, pero de algo estoy segura... ¡No estás solo, Dios es tu fuerza!

18 de enero 2017

- Mafer Ajanel - 

[unahistoriaquecontar]

¡DEBE HABER ALGO MÁS!

La vida es como un camino; un camino en el que encuentras pendientes, algunas curvas, también carreteras en buen y mal estado; en fin, “ese camino de la vida” es el que te lleva a distintas estaciones en las que muchas veces debes detenerte y pasar por ellas antes de llegar al destino al que te diriges.

Si bien es cierto, lo lógico sería enfocarnos en el destino al que debemos llegar, lo cual es un factor importante ya que no debemos perder el enfoque y debemos saber “hacia dónde vamos”; pero lo que usualmente sucede es que mientras vas por ese camino, lo que buscas es caminar un poco; o más bien, dar unos cuantos pasos y llegar al destino en un dos por tres y ¿Qué es lo que pasa?, ¡Eso no sucede!, ¡Te das cuenta que para llegar a cualquier destino, debes atravesar distintas fases del camino!, en muchas ocasiones tendrás que detenerte a descansar y tomar un respiro, en otras deberás correr, en ocasiones habrán obstáculos que harán más difícil tu trayecto, quizás otras veces te vas a caer y muchas otras te darás cuenta que tomaste la dirección equivocada...

Entonces ¿Cuál es el verdadero punto? ¿Cómo llego a ese destino final?...

Quizás no tengo una respuesta exacta y tampoco una respuesta que desees escuchar, o en este caso leer, pero sí puedo decirte lo que he aprendido de un tiempo para acá... ¡La vida está llena de altibajos, de cambios, de emociones, de momentos buenos y malos; así que, nunca podré asegurarte que será fácil, que no habrán complicaciones o que todo será color de rosa!, lo que sí puedo decirte es que ¡Debes disfrutar y aprender durante ese trayecto de la vida!

¿Disfrutar? ¿Aprender?, ¡Sí!, Tal vez pensarás que estoy loca por decirlo como si fuera tan fácil... pero realmente ¡Así es!, los destinos a los que deseamos llegar o hacia los que estamos encaminados pueden ser desde muy extensos hasta demasiado cortos y no sabes realmente que te encontrarás en medio de todo ese camino, así que debes disfrutar de cada día y cada aspecto que vivas; debes aprender de cada obstáculo o reto que se te presente... pues en ocasiones la recompensa la encuentras durante el trayecto y no al final; porque tu carácter es formado, porque aprendes a observar los pequeños detalles de la vida y valoras aquellos pequeños momentos que finalmente se vuelven en los tesoros más invaluables de tu vida...

¡Por eso digo que, debe haber algo más! ¡No puedes ir durante el caminar de la vida lamentándote porque las cosas no suceden como deseas, quejándote porque no has llegado a tu destino o renegando porque las cosas no son a tu manera... debes preguntarte siempre “¿Qué puedo aprender de esta situación, qué enseñanza me dejó?”....

Hay un versículo que me gusta mucho recordar, especialmente en aquellos momentos en los que siento como que la vida se está acabando en segundos y en los que el tiempo no me alcanza para hacer todo lo que deseo, Eclesiastés 3 nos lo recuerda y nos vuelve a decir, “para todo existe un tiempo”.

Si bien es cierto, en ocasiones tomamos la dirección o camino incorrecto y creemos que no existe remedio alguno y mucho menos vuelta atrás, pero déjame decirte que ¡Dios en su infinito amor y misericordia se encarga de que retomemos el camino y sin importar qué, sin importar el pasado el endereza nuestros caminos!

-Mafer Ajanel- 27 de diciembre de 2016

[unahistoriaquecontar]

EL LADO QUE TODOS QUIEREN VER

Honestamente, no sé por dónde empezar, siento que aún existe tanto por conocer en esta vida y en ocasiones siento que la vida misma no alcanza para tanto.

Llámalo exageración o drama, como querrás ¡Pero así se siente!, cuando lo pensas detenidamente te das cuenta que ¡Si!, ¡La vida tiene mucho por descubrir aún! ¡La vida tiene mucho para darnos aún!

Si la vida representa tanto como para no poder definirla en una sola palabra, ¿Cuál es el problema?, ¿Por qué se cree que la vida es injusta? ¿Por qué se siente como que la vida misma y el mundo conspira en tu contra?

Quizás existe más de una respuesta para esta clase de preguntas y existirán distintas situaciones por las que cada quien ha atravesado a lo largo de su vida, pero me refiero a que "todos queremos ver ese lado desconocido de la vida"...

¡Si!, ¿No te has puesto a pensar en eso? ¿No te has puesto a pensar que aún hay cosas que queres hacer? ¡Por favor!, ¡Tenes que tener alguna meta, algún sueño en tu vida!, si yo te contara todo lo que quiero hacer, ¡Ja!, no terminaría de escribir...

Pero el problema real a todo esto es nuestra "impaciencia", el punto es que muchas veces queremos hacer todo a "nuestro modo".  No sé si alguna vez te pasó pero a mi sí; recuerdo que en distintas ocasiones le pedía cosas a mi papá desde lapiceros hasta ropa, pero lo curioso era que cuando yo se las pedía y dejaba que el escogiera, eran cosas muy distintas a las que yo quería, yo le pedía zapatos sintéticos y el quería comprarme zapatos de cuero, yo le pedía crayones de los que todos mis compañeros en el colegio tenían y el me compraba profesionales; tengo tan presente esa sensación de insatisfacción e incluso muchas veces de decepción al ver aquellas cosas que el me daba, ¡En ese momento nunca entendí lo que hizo y porque lo hizo!

Ahora que los años han pasado, no puedo evitar pensar en eso y sonreir, ¡Mi papá solamente quería darme lo mejor! ¡Yo NUNCA me di cuenta que me estaba dando algo mucho mejor de lo que yo pedía! A veces digo, en serio ¡Que pilas era! Pero todas aquellas experiencias que parecen pequeñas e insignificantes tienen un trasfondo muy profundo.

Cuando traes a tu mente escenarios como estos, te das cuenta de que haces lo mismo con tu vida y que muchas veces por querer que las cosas sucedan y se hagan a tu manera ¡No salen para nada como lo esperabas!

¿Qué necesidad hay de correr cuando te toca caminar? ¡Ninguna! ¡NO tiene sentido!, ¡Tenes que aprender que si es en Dios en quien confias, en que si es en Dios en quien pones tu mirada y en que si es a El a quien entregas todos tus anhelos... El tiene el perfecto control! ¡Es más, por experiencia propia puedo decirte que las cosas saldrán mucho mejor de lo que esperaste e incluso de lo que imaginaste!

No puedo expresarte en palabras lo real que es esto, ¡Simplemente puedo decirte.. comprobalo por ti mismo! ¡Aprende a confiar en el Señor y en TODAS las promesas que El tiene para ti y te vas a sorprender!

Ahora bien, ¡Quizás ya te adelantaste!, ¡Quizás hiciste las cosas mal! y ¡Quizás hiciste todo de la manera más desordenada y sin sentido!... para ti, déjame decirte que ¡NO TODO ESTÁ PERDIDO!, ¡Dios es un Dios de segundas oportunidades!, esto quiere decir que si te equivocaste, que si caíste o que si hiciste todo mal... ¡Dios está dispuesto a decir, borrón y cuenta nueva, empecemos de cero!

¡Te animo a que reflexiones sobre las decisiones que queres tomar, sobre las que tomaste y sobre cómo estas decisiones tuvieron un impacto en tu HOY!, ¡Nunca vas a ser menos valioso(a) por haber tomado un camino que quizás no era el más conveniente, nunca vas a ser menos hombre o menos mujer por haber fallado, nunca vas a ser menos importante porque alguien se tomó el atrevimiento de humillarte o hacerte creer que no vales mucho! ¡A Dios lo que le interesa es darte un nuevo comienzo y amarte de una manera incondicional!

2 Corintios 5:17

- Mafer Ajanel-

08 de noviembre de 2016

[unahistoriaquecontar]

¡NO SOS EL ÚNICO QUE YA NO PUEDE!

Han pasado ya un poco más de tres meses desde mi última publicación y bueno, ¡Qué les diré!, quisiera decir que siempre todo es fácil, que cada vez que el tiempo pasa el esfuerzo debe ser menor y que todo mejora, pero no siempre es así.

No me considero una persona negativa, pero sí muy realista y esta es la situación; un día como hoy, por la noche estoy sentada frente a mi computadora escribiendo y mientras lo hago, no puedo evitar pensar en mil cosas (si ya lo sé, las chicas siempre pensamos en mil cosas a la vez pero esta vez es distinto); el punto es ¿Has sentido alguna vez que a pesar de todos los esfuerzos que hagas las cosas no salen bien? o piensas quizás que no has dado lo suficiente como deberías; o tal vez todo lo contrario, has dado demasiado y sientes que simplemente ya no te queda nada más...

Quizás pensas que no sos lo suficientemente bueno en algo y que aún te falta mucho por recorrer o tal vez sentis que no sos bueno en nada; podrías incluso llegarte a preguntar ¿Realmente algo de lo que hago importa? ¿Será que alguien valora lo que hago? ¿Alguien me valora?

Pues, déjame decirte que ¡No sos el único que ya no puede!...

¡No sos el único que se cansa!, ¡No sos el único que siente que ya no puede más!, ¡No sos el único que se desgasta!, ¡No sos el único que siente que ya trató de una y mil maneras de hacerlo mejor!, ¡No sos el único que siente que no puede hacerlo! y ¡No serás nunca el único!...

¡Todos los seres humanos nos cansamos! ¡Todos llegamos a esa etapa en la que sentimos que habíamos llegado a la cima de la montaña, pero luego en un abrir de cerrar de ojos nos resbalamos y vamos en caída libre directo hacia el barranco!

Entonces me dirás, ¡Si! ¡Así es! pero ¿Qué pasó?, ¿En un momento de la vida todo iba bien y de pronto TODO se torna gris? ¡¿Qué pasa?!

He aprendido que ¡YO SOLA NO PUEDO!, independientemente en qué área de mi vida sea, vuelvo y repito ¡YO SOLA NO PUEDO!, debo estar consciente que "como ser humano a pesar de mis capacidades, tengo limitaciones, cometo errores y nunca me las sé todas".  Y es que pretendemos ir por la vida luchando con nuestras fuerzas cuando ¡NO SE PUEDE!

Si seguís luchando con tus propias fuerzas, sea lo que sea, ¡Te vas a seguir cansando! y ¡No vas a lograrlo!

Entonces, aquí es donde mi buen Dios entra a batear (diríamos en buen chapín); y si algo me ha demostrado Él, de la manera más tierna y dulce es que ¡Él siempre tiene sus brazos abiertos para mí! y déjame decirte que cuando me he sentido frustrada y derrotada de mil y un maneras, ¡Él siempre está allí!, ¡El es quien me recarga de fuerzas y quien me ayuda a salir de cualquier circunstancia por muy difícil que parezca! (Mateo 11:28-39).

Así que termino diciéndote ¡Ánimo! ¡No existe situación que sea demasiado sombría y difícil de la que Dios no pueda sacarte! ¡No dejes que la frustración, ni los afanes de la vida te consuman al punto que ya no puedas ver lo hermoso a tu alrededor!

- Mafer Ajanel -

20 de agosto de 2016

[unahistoriaquecontar]

¡ALTO, NO SIGAS TU CORAZÓN!

Decidí titular así a este post por una sencilla razón, generalmente todo el mundo cuando estás indeciso o quizás cuando debes tomar un camino a seguir, te dice: “¡No lo penses tanto, vos seguí tu corazón!”.

Antes de hablar de cualquier cosa, quisiera que medites ¿Qué significa realmente seguir tu corazón?, será que quiere decir que mientras más palpite cuando vas a algún lado o cuando vas a decidir sobre algo ¿Eso sea una señal de que es lo correcto?, honestamente ¡No lo creo!

Nuestro “corazón” se mueve en base a emociones y sentimientos, ¡Por supuesto que Dios es tan perfecto que hizo esto de una manera intencional!, los sentimientos y emociones son una parte linda de la vida, algo increíble con lo que los seres humanos fuimos bendecidos. Imaginate ¿Cómo sería la vida sin sentimientos y sin emociones?, nada te sorprendería o te aterraría, posiblemente te estarías abriendo la cabeza de un golpe y simplemente no llorarías aunque te doliera mucho; entonces podemos afirmar que los sentimientos y emociones son buenos, fueron puestos por Dios.

Ahora bien, usualmente nos dicen que “sigamos a nuestro corazón” cuando se trata de decidir sobre relaciones de pareja, casi siempre nos dicen: ¡Escucha tu corazón! ¡Seguí tu corazón y vas a ver que todo va a salir bien!, pero dejame decirte que si algo he aprendido y observado durante algunos años es que esto ¡Puede ser lo peor que hagas!, tal vez estes leyendo este artículo y penses ¡A esta que le pasa!, pero dejame decirte que “el corazón” no siempre tiene la razón.  Además, siempre he dicho “no hay que hacer de la excepción la regla”; ¿Esto qué quiere decir?, que quizás algún amigo o amiga siguió su corazón, tuvo una historia más romántica que las que ves en las películas de Hollywood y ahora están casados y son una familia feliz, ¡Por supuesto que puede pasar!, pero esto no significa que a todos nos vaya a suceder lo mismo y que este deba ser el parámetro a seguir en las relaciones.

A qué quiero llegar con todo esto, a que tener una relación de noviazgo va más allá de simplemente “seguir tu corazón”.  Primero que nada tiene como objetivo “llegar a un matrimonio”, segundo; depende mucho más de solamente sentimientos o de sentirse bien con la persona que vas a elegir, ya que “amar es una decisión”, significa que cuando amas a alguien has decidido tenerle paciencia, aceptar su carácter y saber que no todo va a ser siempre color de rosa; quiere decir que habrán momentos de dificultad y enfermedad pero en los que estás dispuesto a acompañar a esa persona ¡Pase lo que pase!

En síntesis, no podes tomar un tema como este a la ligera y tampoco podes pretender que todo te lo dictará tu corazón, ¡Es más! la misma Biblia nos advierte que “el corazón es engañoso...” (Jeremías 17:9). Tampoco quiero decir que vas a cerrar tu corazón y te vas a volver un ogro sin sentimientos ¡No!, pero si un consejo puedo darte y si algo he aprendido es que “debemos buscar la voluntad de Dios en todo”, mucho más en este tema; ya que aunque haya alguien o no predestinado para cada persona, Dios es quien mejor nos conoce y puede orientarnos para saber tomar una buena decisión y sobre todo para honrarlo con una relación de noviazgo. 

Para concluir, si aún seguís soltero(a) y no has encontrado a la persona correcta ¡No te desesperes! ¡Espera! y si la desesperación (por así decirle) llega a ti, pensa y recorda que no has esperado todo este tiempo para de primas a primeras tomar una decisión precipitada. ¡Ánimo! ¡Aprende a disfrutar de cada etapa de tu vida!

- Mafer Ajanel -

14 de mayo de 2016