Tumgik
unatalanonima · 1 year
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Esta vez no tenia muchas investigaciones por hacer, sabia con exactitud quien y porque la mató e incluso, cómo lo hizo; lo presentía desde hacia varios dias atrás; tenia eso que buscan los investigadores criminales de las fiscalías, pruebas, certezas, vacíos en el ocultamiento del crimen, pero sobre todo tenia El Paso a paso de esta locura en la que se vio envuelta su amiga. Veronica desde el primer día presagio esto, y odiaba tener esos pensamientos, luchaba contra su negativismo y deseaba como nadie mas en el mundo que las señales que ella veía como obvias fueran solo producto del estrés que le provocaba su trabajo y los montones de cuerpos violados y maltratados que veia cada día, incluso le gustaba mas verse así misma como una mujer que habia perdido la cordura gracias al trauma que le causaba los asquientos hallazgos de su trabajo, antes que continuar con la certeza de que algo malo le iba a pasar a su amiga, a su compañera de tantos años, a la que fue, e incluso a la extraña en la que se habia convertido Sara esos últimos meses.
Y es que para ser sinceros Sara ya no era quien Veronica conoció alguna vez, de esa no quedaba nada, ni su cuerpo atlético y escultural, ni su actitud vibrante que a todos llamaba la atención, ni sus silencios cómodos, ni la inteligencia que siempre le habría puertas, ni la sonrisa única que iluminaba todo, todo lo trastoco ese maldito hombre, la revolcó por dentro y por fuera, mientras Sara se lo permitió, y entonces cambio sus jabones con olor exquisito y su intocable espacio personal por un cuchitril en el que entraban y salían hombres de toda clase, drogados, como él, en su mayoría, un pequeño lugar en el que permanecían estáticos niñitos al cuidado de nadie, con los que Sara pretendía escapar al hacerlos sonreír. Jugaba con ellos, Sara, la que odiaba que los niños se le aceraran, jugaba con los niños diciéndoles mi amor con actitud maternal, y enviaba fotos por doquier, intentando mentirles a todos, incluso así mismo, sobre todo así misma.
A Veronica le repugnaba la nueva Sara, odiaba sus nuevas actitudes, le causaban nauseas los pocos emails que le enviaba detallando su increíble vida en la selva,
Jajajajajajaja, se reía,
- Sara, mi Sara metida en la selva, con niños y sin zapatos, jugando a la salvadora, sin poderse siquiera rescatar así misma.
Sara a la que no se le rompe una uña, Sara la que me dejo de hablar durante un día en nuestro viaje a México por que invadí su espacio con mi maleta de mano, Sara la que tardaba horas en el baño con sus productos de cabello y sus aceites corporales.
Esa Sara.
Esa sara ya no existía, se la había tragado la tierra, o mejor dicho el horror de un salvaje, y su ridícula idea de demostrarle a todos que estaban equivocados, aferrada a su ego, atrapada en un violento ciclo, sin poder salir por no perder.
Eso repetía Veronica, se lo decía así misma, las tardes de domingo en las que al fin podia descansar de su extenuante trabajo, y agarraba un libro y una botella de vino para liberar la tension, pero terminaba llorando, le era imposible no recordar que habia perdido a su amiga cuando pensaba en algo cómico o encontraba en sus libros alguna cita que quería enviarle a ella, entonces tomaba su celular en un acto casi mecánico y buscándola desesperadamente entre sus contactos, lo recordaba, entonces se decía así misma, “ya no esta, no me va a contestar, ya no es ella, soy solo yo con las frases que creí que amaríamos”
Empezaba a llorar, lloró mares, lloro de dolor y de rabia, lloro de impotencia, lloro ríos, las lagrimas se le escapaban por entre las manos, al igual que lo hacia Sara, muchas veces llego a pensar en su ego, y en las traiciones que le estaba jugando, entonces le dolía ser así, le dolía repugnar las actuaciones de su amiga, y se sentía contrariada.
Como una premonición, meses antes del silencio que le impuso Sara a sus mensajes y llamadas, Veronica, a sabiendas que con ello rompería incluso sus propias reglas, le envió un email minado de un sin numero de fotos, videos e investigaciones que tenia en su poder sobre los feminicidios en los que estaba escudriñando, enlaces a paginas web de refugios y asociaciones que ayudaban a mujeres sobrevivientes de violencia de genero, y un típico “amiga date cuenta” al final, disfrazado con una frase escrita entre lagrimas y en mayúscula, en la que le suplicaba “SARA, NO QUIERO QUE SEAS UNA MÁS DE ESTA TERRIBLE LISTA”; pese a que ella ya lo era.
Lo fue desde hace mucho, lo fue desde que volvió de Londres, y permaneció estancada en el desconsuelo de aquellos recuerdos, porque su alma desde ahi estaba muerta de vergüenza y dolor, lo fue aunque caminaba, trabajaba, lo era pese a que juro haberse enamorado de nuevo, lo fue aunque por fuera sonreía y planeaba viajes para disimular que por dentro se desangraba, lo fue, aunque después, él la matara tantas veces y de tantas maneras como fue posible o mejor dicho impensable.
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unatalanonima · 2 years
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Las 6
Ella viajaba a verlo, los días sin él eran muy largos para esperar el mes de mayo, aunque el vuelo tomaba casi un día el amor tiene la magia de acelerar el tiempo.
Camino despacio hacia él, quería disfrutar verlo, aproximarse a él le quitaba la respiración, mientras él esperaba sonriendo como quien encuentra oro, ella se acerco y lo beso, lo abrazo y caminaron hacia el carro sin decirse mucho, manejaron descubriendo una vez mas la ciudad, de camino a su casa.
la noche había llegado, era todo lo que ella deseaba, una copa de vino y una cama nueva que en una suerte extraña siempre supo suya. La conversación se hizo eterna, la pequeña luz que iluminaba el cuarto se desvaneció entre la noche, en medio de ensoñaciones y murmuraciones recorrieron sus cuerpos con caricias fuertes, recordaron la textura de sus pieles humectadas por el sudor, se besaron hasta el alma, no había nadie mas que ellos, el mundo parecía detenerse.
no saben cuanto tiempo paso, hasta que sonó una alarma, ella había despertado minutos antes, le gustaba verlo, observar su respiración, el movimiento de su cuerpo, las expresiones que hacia con su cara mientras dormía, La alarma le indicaba que era hora de hacer lo que la rutina le dictaba, pero era una opción aburrida, pudiendo disfrutarlo, ella quería guardar cada instante de su efímera presencia, buscando no extrañarlo tanto cuando se ausentará.
 En medio del silencio con voz muy tenue él le pregunto, ‘’son las 6 de la mañana’‘ estas listas, planeaba llevarla a caminar, recorrer con ella los lugares que le describía cuando la llamaba, quería que ella sintiera lo que el sentia estando ahí, llenar de recuerdos lugares comunes, para verla allí cuando ella no estuviera,
Ella le dice que aun no es tiempo, él saca sus brazos de las suaves sabanas para cubrir con ellos el cuerpo desnudo de ella, mientras la mira a los ojos, los pájaros cantan, cantan mas fuerte que siempre, como queriendo opacar el ruido de fondo de una concurrida ciudad,
los vecinos parecen alistarse para ir a trabajar, algunos sirven el café y otros alistan a sus hijos que van camino a la escuela, el pequeño gato del vecino se asomo a la ventana, para vigilar cada paso en el vecindario.
Ella guardaba cada detalle en su cabeza, concentrándose en cada movimiento, en el sonido de los cuerpos agitándose sobre las sabanas, en la textura suave de sus dedos, el sabor de su boca al despertar, la luz que entraba tímida por la ventana, la sensación de tenerlo; quería recordarlo todo, lo describía en su cabeza, planeando escribirlo para hacerlo eterno, es que a ella le gustaba escribirlo todo, y el se había convertido en fuente inagotable de su inspiración.
Él creía que ella algún día escribiría un libro o tal vez dos, y solía imaginarse viéndola escribir a diario en un rincón de una casa que aun no tenían y que decididamente planeaban compartir.
el apartamento era pequeño, justo para un hombre soltero con muchas ocupaciones,, tenia una enorme y única ventana por la que se escabullo el sol de la mañana, pese a la gruesa cortina que los cubría de la mirada curiosa de los entrometidos,
La luz les recordó que el tiempo corre recio, para olvidarlo cerraron los ojos de nuevo deseando apagar el tiempo, él la toco con su manos fuertes, le apretó las carnes , como queriendo traspasarle la piel, deseaba sentirle hasta los huesos, y guardar pedazos de su piel en los recuerdos, jugaron a quererse como si se odiaran, se besaron hasta el alma.
Estaban desnudos una vez más. las sabanas habían caído al piso, sintieron frio, la piel se les estremecía, él la volvió a cubrir con el calor de su cuerpo, no sonaba aun la alarma, no decían nada, se miraban sonriendo, como diciéndolo todo sin hablar, el olor de la mañana estaba en el aire confundido con el hedor de las bocas sin lavar, de los cuerpos sucios de placer, de las sabanas mojadas y los restos de la botella de vino a medio tomar.
se quedaron dormidos de nuevo, por unos minutos o tal vez por menos, la alarma aun no suena, pero impetuosamente los despierta el hilarante sonido del llanto de un bebe vecino, ella le pregunta si suena muy seguido, haciéndole ese gesto que hacen los adultos a los que los bebés les causan miedo, él tratado de evadir el tema le dice que hay dos y que los escucha a diario, que ya no le molestan, ella piensa en eso, en los bebes que nunca tendrá y que tal vez algún día quiera, pero rápido lo evita, y vuelve a tocar su cuerpo, a sentirlo a el como parte suya, pone su oído contra su pecho queriendo grabar el ritmo de sus latidos, él la abraza fuerte como si quisiera ahogarla.
Son las 6 de la mañana, suena por fin la alarma, al abrir los ojos ella descubre que en esa enorme cama. solo esta su cuerpo, no hay besos, no esta desnuda, las sabanas no estan mojadas, el vecino no tiene un gato. nadie llora a su alrededor, no esta su olor ni su cuerpo, ella nunca tomo ese avión, sigue en su casa, la ventana es pequeña, el sol entra sin tregua por los espacios que dejan las persianas, no hay vino ni calor, ni magia. No cerró los ojos, no lo quería soñar más.
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unatalanonima · 3 years
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Estoy lista para ti,
Ven,
Acomode este lugar especial a mi lado,
La silla está vacía y fría porque nunca ha sido ocupada,
Ven que aprendí del pasado y ya no me distraigo mirando hacía atrás y mucho menos a los costados,
Ven para esperarte sonriendo,
Ven que pronto comienza el camino, y ya sabemos cuál es el destino,
Ven que quiero bailar contigo mirándote a los ojos, mientras olvido el resto,
Ven que me sobra una taza de café en la mañana y sabe cómo a ti te gusta,
Ven a leerme de noche y cuéntame historias cada día,
Ven a protegerme, a caminar cubriendo mi espalda con tus brazos cuando sienta temor y a soltarme cuando prefiera un momento de soledad,
Ven a tomarme de la mano debajo de la mesa,
Ven a jurar que es esa la sensación que buscábamos,
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unatalanonima · 3 years
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Es
Colombia es las cadenas de hierro que cargo a cuestas, una herida que sangra, un corazón abierto que cada vez late menos fuerte, la voz de una madre contando con pelos y señales el sin fin de sufrimientos que paso su hijo cuando otros hombres armados hasta los dientes e inundados del maldito poder que dan las armas lo mataron y lo sometieron a los ojos de otros miles,
 Colombia es el comedor en la que falta el hijo o el padre, es la niña violada, es las cifras del horror, la miseria de los ojos que ya no lloran sus muertos, es la historia de una guerra que es de todos, es los niños en el campo muriendo de miedo y los de las ciudades muriendo de hambre.
Colombia es un último suspiro de la guerra que parece no acabar, soy yo, son mis padres, mis abuelos y los suyos, viendo morir a los vecinos, los amigos, los conocidos y los desconocidos, son todos los oídos escuchando los nombres de los desaparecidos, los que buscan al menos el cuerpo sin vida del primo que se fue el viernes del 91 y jamás regreso, es un mensaje entre emoticones ridículos para dar aviso como quien cuenta el chisme de una revista de adolescentes que aquel quien fuera mi primer amor había sido asesinado por caminar por un barrio al que no pertenecía, la cara de mis amigas cuando vimos en las carteleras del colegio la fotografía de esa muchacha con la que nos reíamos en el bar los fines de semana y que ahora nadaba inerte en el rio cauca.
Son las montañas haciendo de corredores , de túneles, de escondites, o de refugios, de los unos y los otros, que las poseían como trofeo de esta maldita e inagotable guerra.
Son los ríos teñidos de sangre y  tierras sembradas con cuerpos desmembrados que otros buscan con desesperación, los archivos de tantos periódicos con las caras de los que nunca regresaron, la ultima fotografía que tenemos de él y que conservamos como un tesoro, el llanto desconsolado de la madre que encontró en un periódico amarillista la imagen  de su hijo vestido de un camuflado y unas botas que nunca fueron suyas, y que otros miserables le pusieron para justificar su barbarie.
Colombia es un territorio en ruinas, del que emergen manos, pies, la camisa amarrilla que tenia el último día que lo vieron salir de su casa, es la emisora de saludos a los secuestrados que escuchábamos antes de ir a la escuela esperando oír su voz con el temor de haberla olvidado.
Colombia son nuestros cuerpos paralizados, inmóviles por el impacto de verlo disparar,  sorprendidos de la tranquilidad con la que caminaba por el barrio, mientras mi vecino caía bañado en el rojo brillante de su propia sangre. Son unos ojos atónitos y una boca seca, tratando de pronunciar alguna excusa para que no nos saquen de la casa, no nos desaparezcan, no nos maten o no nos violen.
Colombia es una marcha estudiantil, obrera o feminista, atiborrada de almas furibundas, y otras aterrorizadas, movidas por el desespero y la desolación de haber tenido que nacer en un país de hijos de puta que nunca han visto mas allá de sus narices.
Son los noticieros que relatan horrores que de tanto en tanto dejo de escuchar, el pedazo de tierra que extraño y odio, del que tantos hemos tenido que huir  por dolor, el padecimiento de amarla y no entenderla, de detestarla a ratos, de no poder curar la herida que sigue supurando en la misma medida del camino recorrido para alejarnos, Son mis ojos llorando, mi boca maldiciendo.
Colombia es una casona grande en ruinas, con las ventanas rotas y ocupada por  muebles gastados por la inclemencia del tiempo, esos que no se pudieron llevar cuando huyeron, con las paredes rayadas de letreros que los unos y los otros dejaron a su paso, y afiches con las caras de los que cada tanto nos llenan de promesas, una casona que nadie cuida y todos lloran, saqueada tantas veces por aquellos que se disfrazan de poder, un templo sin columnas del que ya no queda casi nada.
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unatalanonima · 3 years
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Tumblr media
Hablo de él, cómo si existiera un él con un nombre y un apellido, con una sola cara, un color de piel y un cabello al que acarició. Hablo de él, aún sabiendo que es solo una mezcla de mis recuerdos y mis deseos, que no existe un él corpóreo y no lo podré tocar jamás. Hablo de él, para hablar de todos, de los besos que me han dado, de todos sus ojos mirándome fijamente cuando todo alrededor aún es magia, de lo que me hacen sentir, o lo que quiero sentir que siento cuando alguno de ellos me quiere. Hablo de él, porque es un pedazo de él lo que busco en otros, y de sus manos pidiéndome que le acaricie su cabeza fría cuando él día fue gris, hablo de él o de mi, tal vez siempre hablo de mi. Hablo de eso que sentí, del amor que pocas veces se siente así, de mi piel burbujeante cuando el se acercaba, de sus dedos tocándome hasta el alma, de sus ojos negros contándome sus sueños, de su boca recorriendo caminos secretos de mi cuerpo que nadie más ha podido encontrar. Hablo de él y de mi enamorada de él, hablo de él que vive en mi recuerdo distorsionado de lo que nunca fue él, hablo de lo que busco en otros cuando me quiero enamorar, y del amor que deje de darle a él por pensar en alguien más. Hablo de él, y de ellos, ahogada entre el miedo y la nostalgia de no volver a sentir, de no poder enamorarme, de no encontrar ridiculas palabras de amor y cursilerías baratas que me hagan sentir viva, y amada otra vez #escritosdelalma #escrituracreativa (en Washington D.C.) https://www.instagram.com/p/CLnpq2ZlfNI/?igshid=5r7jgfgu0p1t
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unatalanonima · 3 years
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Hablo de él, cómo si existiera un él con un nombre y un apellido, con una sola cara, un color de piel y un cabello al que acarició.
Hablo de él, aún sabiendo que es solo una mezcla de mis recuerdos y mis deseos, que no existe un él corpóreo y no lo podré tocar jamás.
Hablo de él, para hablar de todos, de los besos que me han dado, de todos sus ojos mirándome fijamente cuando todo alrededor aún es magia, de lo que me hacen sentir, o lo que quiero sentir que siento cuando alguno de ellos me quiere.
Hablo de él, porque es un pedazo de él lo que busco en otros, y de sus manos pidiéndome que le acaricie su cabeza fría cuando él día fue gris, hablo de él o de mi, tal vez siempre hablo de mi.
Hablo de eso que sentí, del amor que pocas veces se siente así, de mi piel burbujeante cuando el se acercaba, de sus dedos tocándome hasta el alma, de sus ojos negros contándome sus sueños, de su boca recorriendo caminos secretos de mi cuerpo que nadie más ha podido encontrar.
Hablo de él y de mi enamorada de él, hablo de él que vive en mi recuerdo distorsionado de lo que nunca fue él, hablo de lo que busco en otros cuando me quiero enamorar, y del amor que deje de darle a él por pensar en alguien más.
Hablo de él, y de ellos, ahogada entre el miedo y la nostalgia de no volver a sentir, de no poder enamorarme, de no encontrar ridiculas palabras de amor y cursilerías baratas que me hagan sentir viva, y amada otra vez.
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unatalanonima · 3 years
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Exilio voluntario
En este exilio voluntario, con el sentimiento patrio exacerbado, y una nostalgia monumental que llevo a cuestas, recuerdo mis últimos días en el lugar en el que cree mis propios elementos identitarios, aferrados a un pedazo de tierra repleta de montañas y gente camandulera de doble moral y sonrisa impostada.
Me veo a mi misma como quien ve una película, llorando por un país que se muere a ratos, mientras su gente se mofa de quienes osan reclamar.  Empaque la poca vida que le puede caber a uno en una maleta pequeña, cerré las puertas de la casa en la que vivimos lo indecible, añorando que nunca se me borrará de la cabeza el verde de las montañas y el olor a café recién hecho. Me despedí de mi hermano con un abrazo extraño y una promesa de vernos pronto, tan pronto como las circunstancias lo permitieran.
No volví a tener mayor contacto con mis familiares, y estreche lazos de amistad que nunca creí importantes, le dije adiós para siempre a quien no supo quererme, porque estar lejos y en silencio por tanto tiempo da una valentía especial, que falta cuando estas muy cerca y con el ruido aturdidor de una falsa compañía. No leo, no veo y mucho menos escucho noticias que relaten la actualidad de mi país, en una carrera de huir de la nostalgia, o de hacer eso que hacen tantos viajeros y que le llaman adaptación.
Cree un pequeño país, mi país de 4 paredes, que se acaba cuando abro la puerta y salgo a la calle, y en mi pequeño territorio todo me sabe a recuerdos, tengo café de mis montañas y letras repetidas en libros escritos por los magos literarios de mi tierra. Aquí adentro no me falta nada, aunque a veces me sobra todo, pero estoy bien, aquí adentro me siento en casa, estoy en casa, aunque este lejos, y no este lista para desandar el camino que me lleva de regreso, o abrir de a poco un camino nuevo que ando a ratos y a ratos no puedo porque me es extraño.
Aun no puedo volver, mejor dicho no quiero, aunque sueño a diario con la imagen de un avión que rodea las montañas de Medellín mientras escucho mi canción favorita del grupo niche, “Mi pueblo natal”.  Y es que no estoy preparada para descubrir que no soy de aquí, pero tampoco de allá, que mis recuerdos son una realidad distorsionada, y que como García Márquez construí un realismo mágico en mi cabeza, en el que Colombia esta lleno solo de flores, comida deliciosa y la gente mas bonita del mundo, mariposas amarillas, y olor a café en cada esquina.
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unatalanonima · 3 years
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A pedazos
Soy la unión de relatos inconclusos, soy el ciclo que nunca cerré, una colcha de retazos de recuerdos, de aquellos que van y vienen, e incluso de los que no regresaron jamás, de los viajes que no hice y las decisiones que otros tomaron por mi, de las fotografías que solo conoce mi teléfono, de las historias que me contó mi abuelo, de los libros que leí por obligación y los que leí con pasión, de las manos calientes con las que me abraza mi mamá, del ruido mañanero y  nauseabundo del barrio donde crecí, del silencio de mi padre, de lo que debía ser, y lo que ya no fui. 
Soy los intentos fallidos de hacer y de ser tantas cosas, tantas veces.
Soy una voz furiosa, que con ruidos se esconde del miedo y la timidez.
Soy pedazos arrugados de las cartas que he escrito en nombre del amor y de la angustia que enmarca el desamor, soy un alma rota, desecha e inanimada, que solo con letras puede desnudarse y armarse,
Soy aire muerto, que enmarca el silencio externo y el ruido incesable de mi interior, soy la voz que grita y la vergüenza que la acalla, soy la mujer valiente que marcha, y la que obedece cuando su padre habla,
soy un alma que nació herida, que se muere a cada paso, que ha estado inerte tantas veces, pero que la revuelcan las palabras,
soy la que sonríe desde adentro mientras escribe, soy la llora leyendo las palabras que en el pasado puso en el papel, la que canta para añorarlo todo, para olvidar la nada que lleva adentro, la ausencia de todo, la oscuridad del alma que solo se ilumina cuando escribe, que se construye de a poco  en eternos días de silencio y soledad.
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unatalanonima · 4 years
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Nací rota, hueca, mal hecha, aguada, y quebrada.
Nací adolorida y desarrolle una capacidad abrumadora de ponerme curitas flojas que se caen a diario.
Nací nostálgica y así vivo, cargando con el enorme peso de vivir lo que no quiero, de volar en contra la corriente, con una ala rota y el cansancio acuesta.
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unatalanonima · 4 years
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La dicotomía de ser mujer en el siglo XXI
Ser una mujer en plena adultez en el siglo XXI, se nos convirtió en una inagotable dicotomía del ser, en una pregunta constante de cómo entendernos o cómo planear nuestras vidas en torno a los roles que nos han sido impuestos.
El ahora es diferente, el feminismo y la liberación abrieron las puertas a que las mujeres dejáramos de vivir la maternidad o el matrimonio como la utopía que todas deseamos, para convertirlo en un tema de cuestionamiento absoluto e incluso de rechazo.
En el 2020, las mujeres de mi edad dejamos  de validarnos por el amor romántico o los hijos, para llenarnos de sellos en el pasaporte y títulos en la pared, porque es eso lo que la sociedad actual espera de nosotras, las que cuestionamos el papel de la mujer en la sociedad de las abuelas o incluso nuestras propias mamás;¡porque ser como ellas, que tal!
Entonces algunas mujeres experimentamos algo parecido a una fobia por lo que consideramos que es la maternidad o el compromiso, guiadas por todo lo malo que se ha dicho por años a cerca de nuestro antiguo rol, por el miedo a volver a ser encerradas, a que nos den ordenes, a que tengamos que ser empleadas domesticas de alguien, a solo ser cuidadoras de quien no lo valora, a no ser escuchadas, o a ser una versión trasnochada de aquello contra lo que luchamos; olvidando lo bonito, la magia, lo diferente que lo podríamos hacer, a las personas que tal vez encontraremos en el camino o las modificaciones que se pueden experimentar con las bases evolutivas con las que hoy contamos.
El amor romántico y la idea de que todas las mujeres nacimos para ser madres entregadas y cuidadoras nos han hecho tanto daño como no lo está haciendo ahora la idea de que las mujeres debemos ser profesionales poderosas, libres, viajeras, que viven solas, y no nos atamos a nadie.   
Hoy después de mi cumpleaños numero 28, deje de callar mi deseo escondido de casarme y de ser madre, porque soy consciente que siempre barri estas ideas debajo del tapete para encajar con mi formación feminista, con mi egoísmo, con mi circulo de amigos, con mis metas profesionales o con los hombres que me atraen. Hoy lo digo en voz alta aunque me sigo haciendo preguntas en voz baja sobre el porqué y el cómo le explico esto a los demás.
Hace unos días mientras arreglaba algunas cosas porque mi chico venia de visita mi hermana me cantaba una canción con la que mi hermano criticaba a mi mamá o a mis primas  MUJER FLORERO DE ELLA BAILA SOLA, y yo me reí y la canté con mas fuerza que nunca. Me reí, Me reí mucho, y después me quede muy callada, pensando en que así me ve la gente cuando les cuento lo que quisiera hacer algún día, y sentí miedo, el mismo miedo con el que lo explico todo, el mismo que me recorre el cuerpo cuando él me preguntó si quería ser mamá, o cuando en una entrevista de trabajo me preguntan cómo me veo en 5 años.
La razón diría que lo olvide, que lo fácil hoy, es seguir pensando en metas profesionales, buscar un apartamento para un gato, plantas nuevas, libros y maletas para viajar, compartir con amigas o con un galán que me abrace de noche cuando quiera un poco compañía. La razón dice que no hay muchos ahí afuera que piensen en la familia como yo lo pienso ahora, que la gente ya no muere de amor, y que hace de todo para huir de los compromisos. Pero aquí estoy yo, ilusionada con una idea que de romántica no tiene tanto, pero de utópica mucho.
Yo, como muchas otras mujeres de mi edad, veo en el matrimonio la promesa seria de amarse y respetarse con la viva ilusión de que sea para toda la vida, es decir de construir día con día un vinculo inquebrantable, basado en el respeto, la igualdad y el compañerismo. Pero eso no quiere decir que crea que el amor lo puede todo o que tengo un único rol de cuidadora dentro de la relación. Así mismo veo la maternidad, como una promesa de amor a un ser que podrá o no nacer de mi y que llevaré tatuado en el alma como fuente mágica de vivencias y aprendizajes inagotables. Pero decirlo así al mundo hoy se volvió tan complejo, pues para contárselo a los amigos, a la pareja, al jefe, o a la familia, debemos dar explicaciones como las que yo doy siempre cuando digo que ese no es mi único deseo, que pasará cuando llegue alguien indicado, que no me estoy muriendo por hacerlo, que sino llega está bien, que también puedo quedarme sola y viajar por el mundo, que ya tengo suficiente con mis sobrinos, y que ser novios siempre esta bien.
Y sí, todo lo que digo tiene mucha verdad, no pasa nada sino me caso o sino tengo hijos, pero ya era hora de decirlo, y de enfrentarme en voz alta con la dicotomía de ser una mujer del siglo XXI  que quiere vivirlo todo a su modo, que sueña ser profesionalmente cada vez mejor, pero que anhela encontrar a alguien que la mire desde el alma con tanto amor, que sueñe pasar el resto de los días de su vida con ella y construir una familia sobre una roca solida de amor y respeto, mientras los niños corren por la casa.
Yo al igual que mi mamá, quiero casarme y ser mamá, aunque no como ella, y no lo digo porque hubiera hecho mal su papel, lo hizo perfecto, pero ahora es diferente, ahora somos tantos roles que perdimos la cuenta, y eso nos  hace especiales para asumir la tarea de amar con ese compromiso que parece que ya no hay. Pero ya no quiero explicarlo, ya no quiero decir que si no se da para mi, yo estaré bien, porque no cabe duda que lo estaré, esa libertad me la regalo el feminismo, pero ya no voy a barrer mis deseos por debajo de ningún tapete, ni a esconderlos en un cajón oscuro de mi cabeza, aunque el no quiera o yo tenga miedo a veces.
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unatalanonima · 6 years
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Carta a mis papás
Faltando un día para las elecciones más significativas de mi vida, con el corazón hecho añicos y las ansias desbordadas, tome la decisión de escribirles esta carta para pedirles un favor, que bien ustedes podrán tomar como la mejor herencia que yo pueda recibir.
Durante todo este proceso he tenido en la cabeza a mi abuelo paterno, porque quizás de él es que viene este sin sabor por la inequidad, Papi recuerdo que algún día me contaste que el abuelo era liberal, pero liberal de los fuertes, de los que dan cara y ponen huevo y que por esa razón se había tenido que ir de su casa para el valle del cauca huyendo de los godos que lo querían matar, en la guerra bipartidista.
De él también recuerdo el bailador, ese que todos ustedes cuentan, que no podía escuchar un tambor o un timbal porque comenzaba a sacudir el cuerpo, así como nosotros que al momento de escuchar la salsa que tanto nos gusta reflejamos lo afro que llevamos en las venas, aunque mi color de piel o el de mis hermanos diga otra cosa.
No olvido tus historias de niño, trabajando con el abuelo cuando salías de la escuela, o dejando la escuela a un lado para que el abuelo ya no tuviera que trabajar porque estaba enfermo y tú ya te sentías capaz de reemplazarlo, a pesar de ser tan solo un niño.
Conmemoro las charlas que teníamos cuando llegabas de trabajar y nos hacías sentar en la mesa, para decirnos, sobre todo a mi hermana y a mí, que el primer paso para que se dieran los abusos hacia una mujer, era la dependencia económica, que por eso teníamos que ser mejores estudiantes, que debíamos aprender muchas cosas y tener distintas ocupaciones, para que así cuando estuviéramos grandes no tuviéramos que necesitar el dinero de un hombre quizás maltratador.
La educación de nosotros, siempre fue para ustedes el pilar, un día escuché que un día le decías a mi mamá que eso era lo único que nos ibas a dejar, y por eso se esforzaron para que nosotros 3 fuéramos a la universidad a estudiar sin presiones lo que queríamos, y nunca recibimos de tu parte un “no tengo plata para ese libro” o un “cómo voy a pagar el próximo semestre” porque siempre estabas tú priorizando lo realmente importante, aunque para ese momento, nosotros no lo viéramos así por ejemplo cuando queríamos ir de paseo o un par de zapatos nuevos, porque sí, esas eran las pocas preocupaciones de nosotros 3 en la adolescencia.
Mami también recuerdo a los abuelos, no olvidó el motivo por el que llegaron a la ciudad dejando atrás todo lo que el bisabuelo había construido; la violencia, esa absurda plaga que nos ha acompañado desde siempre, hizo que la abuela decidiera que sus hijos no podían seguir creciendo en un lugar donde se mataban incluso entre los integrantes de una familia, porque sí, la abuela odiaba la guerra y no quería ver a sus hijos muertos.
En Medellín las cosas eran diferentes, la tierra ya no les pertenecía, no tenían casa, el abuelo ya no podía ser el campesino y arriero de siempre y para entrar a la escuela tenían que pagar, y como el dinero no alcanzaba tuviste que dejar de estudiar para trabajar y aportar como los demás.
Crecimos yendo al campo y amándolo como un pedazo más de nuestra historia, siempre nos repetías que nosotros éramos de un pueblo, que éramos montañeros y que teníamos que amar y respetar eso, nuestras raíces, por eso te enoja tanto que alguien se mofe de la palabra montañero, que lo diga en tono discriminatorio, porque para vos es solo motivo de orgullo.
Papis, quizás sea esa mezcla entre ustedes la que logró a que nosotros 3 nos interesen las ciencias sociales, que pensemos en el otro siempre como un par, que odiemos la discriminación y sobre todo la inequidad, que nos llame la atención leer sobre historia, o qué simplemente tengamos una escala de valores en la que no cabe que otro muera por el simple hecho de pensar y actuar diferente.
Es a raíz de eso que les voy a pedir que mañana tomen partido, y que lo hagan pensando en nosotros, en los nietos que quizás vengan, en los animales, en nuestros antepasados, en la naturaleza, en los campesinos, en los negros y en los indígenas, en los que la violencia desplazó o los que no pueden estudiar; sueño con que ustedes con una x nos ayuden a cambiar esta historia marcada por el abandonó, la pobreza, el rechazo entre nosotros mismos, la guerra, la desigualdad, la miseria, la poca educación y la corrupción.
Ustedes que saben cómo me pongo y que me han visto llorar, y encerrarme en mi cuarto sin querer hablar, ustedes que nos dieron unas bases sólidas y críticas para ser lo que hoy somos, no nos quiten la oportunidad de vivir en el país que nos merecemos; porque está claro que nosotros mañana podríamos emigrar a otro país y comenzar de nuevo, porque somos unos colombianos privilegiados que fueron a la universidad, que no han vivido en carne propia los horrores de una guerra absurda, y que todo eso que les contamos y mostramos a ustedes solo lo hemos visto a través de la barrera, leyendo e investigando, escudriñando en libros de bibliotecas públicas o en las fotos de los museos que cuentan eso que no se ve en la televisión; pero que al mismo tiempo soñamos con que eso se replique por todo el territorio, yo quiero llegar de viaje y contarles que en el chocó todos tienen agua potable, que las vías son excelentes y que todos van a la universidad, o que los indígenas ya no salen de sus resguardos huyendo del monstruo violento que acaba con tu territorio, porque le parece terrible su forma “no occidentalizada” de ver la vida.
Hoy quiero que la herencia para mí y para mis hermanos sea una sola oportunidad, que ustedes junto con nosotros prueben que es vivir en un país donde se priorice la naturaleza y la vida, dónde no mueran jóvenes inocentes a manos de un estado que los disfrazó de combatientes para después reclamar unos incentivos, donde los subsidios para el agro se entreguen realmente a los campesinos, donde las investigaciones contra los políticos poderosos y corruptos lleguen a buen término y dejen de morir testigos por “líos de faldas”, donde los líderes sociales puedan luchar por su comunidad, los campesinos puedan trabajar su tierra, donde las mujeres tengamos un lugar relevante en la sociedad, dónde todos los seres humanos sin excepción podamos abrir la llave y encontrar agua, pero agua potable todo el tiempo, dónde todos tengamos acceso a educación gratuita de calidad, pero sobre todo, un país en el que no nos tengamos que poner a llorar cuando Natalia viene a contarnos lo que vive x o y comunidad en la que parece que el Estado solo tiene presencia para la guerra.
Yo quiero que mañana, como lo hacemos en todas las elecciones, vayamos de blanco, a votar por un país en paz y por fin humano.
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unatalanonima · 6 years
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Renuncia al instinto cultural. Nomo
Con la era del feminismo surge para las mujeres una oportunidad antes impensable y es la de verbalizar el deseo de no ser madres, deseo que viene en aumento a pesar de poner en filo la aprobación social. Razones hay millones, unas mujeres prefieren la libertad que genera evitar ciertas obligaciones, otras ponen por encima su desarrollo personal y profesional, existe quienes argumentan argumente su negación por los cambios físicos que trae consigo la maternidad e incluso entre los mil motivos se encuentra el cuidado por el medio ambiente o desde una mirada más materialista, el gasto económico que genera la maternidad.
Siempre se espera de los seres humanos, pero sobre todo de las mujeres un sentimiento maternal innato, razón por la que cuando una mujer apenas adolescente asegura que no quiere tener hijos, la sociedad espera que dicho pensamiento sea solo un capricho y que con el paso del tiempo dicha decisión cambie, hasta que el instinto maternal surja así, mágicamente, como nos lo han hecho creer desde niñas, porque culturalmente hemos sido criadas para buscar en la maternidad un fin (en algunos casos único) de realización; a las mujeres, contrario a lo que sucede en la mayoría de casos masculinos, se les entrega un bebé de plástico al que debemos ponerle un nombre, cambiar, cuidar, alimentar, e incluso en algunos casos, calmar su llanto. Es mal visto que una niña abandone o maltrate su “hijo” de juguete, a ello inmediatamente encontrará como respuesta de su círculo más cercano reproche e incluso habrán momentos en los que se le obligue a recoger el niño que tiró al piso y lo mime para que no se sienta triste.
Mucho se dice de las mujeres que deciden no ser madres, incluso si se tiene más de 25 años y aún no se goza de una pareja estable con planes inmediatos de matrimonio e hijos, o si estos no existen aún, empieza un señalamiento basado en una frase profundamente machista, de la que los hombres nunca serán foco y es “te va a dejar el tren” como en amenaza, como si esa fuese la única salida para sentirse profundamente pleno. Al respecto se ha escuchado de todo, desnaturalizadas, locas, insensibles, raras y hasta egoístas.
Culturalmente la elección de no reproducirse, nunca ha sido un derecho de las mujeres, porque sí bien los derechos sexuales y reproductivos están estipulados legalmente, la sociedad misma ha sido la encargada de pisotearnos y ello lo demuestran las preguntas comunes a las que se enfrentan las mujeres después de cierta edad, ¿Cuándo vas a tener hijos? ¿Dónde está tu instinto maternal?, ¿Es que no te gustan los niños?, ¿Quién te va a cuidar cuando estés vieja? O incluso una que deja sin importancia los demás aspectos en los que se desenvuelve una mujer, ¿Sabías que sin hijos vas a ser una mujer triste e incompleta?
Siempre me pregunto si los comentarios y publicaciones de quienes deciden ser padres son completamente sinceras, si ese amor es así de mágico o por el contrario es una construcción cultural más, me intriga el cambio de pensamiento que evidencian las mujeres de mi círculo más cercano, que por algún motivo se convirtieron en madres, muy a pesar de sus deseos anteriores, me impacta que una mujer en sus redes sociales, defina a su hijo como una bendición pese a no haberlo planeado y mucho menos deseado, ¿es esto una cuestión de miedo al reproche social o una sensación real que nace de la mano del nuevo ser?
En mi caso, la situación es una descripción intacta, la respuesta de una familia profundamente machista, en cuanto a mi negativa de ser madre es entre otras, el frío silencio o incluso el rechazo absoluto y ello con base a mi gusto y empatía innegable con los niños, porque parece que si se te da bien el tema de socializar con ellos, si o si debes tener hijos, sin preguntarse antes si yo me siento bien con ello, si de casualidad ya encontré la plenitud de mi feminidad, que no necesito más polo a tierra que mi propio ser, que he desarrollado la paciencia en mi relación con el otro sin necesidad de tener un niño que me obligue a llegar a ningún límite, que no quiero que mi vida mute a experimentar a través de las vivencias de otro, que no quiero hacerlo todo por nadie diferente a mí, que no quiero que nadie viva mi vida, que no me siento preparada para ser madre de un adulto que contradiga mis pensamientos tomando decisiones autónomas que lo reafirmen como persona y que al mismo tiempo me generen un profundo desazón, que no quiero mutar mis miedos en otro ser, que incluso me preocupa sobre manera el daño ambiental que causa cada ser humano, pero que sobre todo hace rato me dejó de importar la aprobación de la sociedad en la que vivo y que ya no me da miedo decir eso que quizá muchos callan, por temor a ser señalados, que para mí la maternidad no es una cosa que viene per se al hecho de ser mujer, que es tan solo una construcción social y que a pesar de haber gozado de una madre que entregó su vida en torno a la de sus hijos, mi elección hasta hoy, ha sido no serlo.
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unatalanonima · 7 years
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La confianza
Esa luz, tus ojos y ese gesto apatico tan tuyo, llegaron un día cualquiera para transformar mi incredula forma de relacionarme con los demás. Yo que hasta esa mirada habia conocido el sin sabor de lo falso, del engaño, pero sobre todo de la mentira disfrazada de verdad absoluta, vi ese día en tu cara palida un ser transparente, lleno de respuestas cortas y sentimientos claros en los que no podia hacer otra cosa que confiar.
Detras de ese computador estabas tu, trabajando, con una energia diferente, y una mirada distraida, llena de un no sé qué, de luz, de una tenue, que me decia que valia la pena fijarme, que no era como las demás, que atraia mi cuerpo como un iman hasta tus ojos, esos que brillaban especialmente desde nuestra primera noche solos, esa noche de un cielo con estrellas brillantes que rara vez se pueden ver en esta ciudad.
Hace pocos días me cuestionaron el por qué confiaba tanto en tí, y tratando de responder solo podia recordar tus ojos, y tu sonrisa fria, los gestos de afecto simple con los que me sorprendes a diario, las frases puntuales que me hacen sentirme segura, que sin ser romanticas para mi son arte, que me atrapan y muchas veces no me permiten responderte con fluidez.
Te juro que me siento atrapada, que a diario experimento una paz inmensa, un apagon cerebral, de ese que me da al final de cada buen orgasmo, que tus besos en la frente reinician siempre mi poder de creer en otro, que basta que me mires para estar segura de entregarte el corazón y la posibilidad de que lo rompas o lo sigas hinchando de felicidad.
Me basto hacer la maleta para esa primera escapada contigo para entender que contigo no haria turismo sexual, que no te iba a querer de ocasión, que no tenía que sentarme a pensar en una lista de motivos para largarme a cualquier lugar contigo, porque la señal siempre fue clara, y la encontraba en tus ojos cuando me mirabas, en esa cara que hace que lo demás se difumine, que deje de importar, en ese tu tan diferente a los anteriores, que me hizo olvidar los viejos tiempos, lo que fui, lo que hice, lo que no funciono, lo que tuve y lo que dí.
Hoy es diferente, porque tu presencia en mi vida me hizo entender la libertad, la de querer porque nace y no porque toca, la libertad que tengo y la que me permite elegirte para hablar, para bailar, para dormir, para querer, para viajar, para estar en silencio, para quedarme en casa mientras estas con otras personas, para inspirarme con tu presencia, para aprender de ti o incluso para alejarme, pero sobre todo la libertad de correr el riesgo de entregarte el corazón sin temor a que un día ya no quieras recibirlo.
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unatalanonima · 7 years
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Hablando de amores
Se ama mucho, y muchas veces en muy pocos años, pero claro, siempre el ejercicio de querer al otro es diferente, porque siempre hay otro a quien amar, todos tan diversos, cada uno con una oportunidad nueva de conocer una faceta mas del romance, porque sí, siempre he creído que no hay un único amor,  pues tengo la firme convicción que el amor no es único, todo lo contrario, es tan diverso, tan personal, tan irrepetible, como quien lo personifica.
Iniciando el camino, conocí el amor adolescente, el primer amor, con el que se experimenta todo y a la vez nada, que te hace y te deshace, del que te dejas poseer, por no conocer la madurez del amor libre, que aveces te espera, que te gira el mundo, con el crees que podrás vivir la misma historia de amor que vivió tu abuela, esa que solo lo conoció a él, que fue su primer y único amor: pero no, tu no eres tu abuela, y él no es tu abuelo, las circunstancias no son las mismas, y en ti hay esa enorme necesidad de experimentar, de conocer algo más, de besar otros labios, de tocar otro cuerpo, de escuchar otra voz, de dibujar a otro, de inventar otras formas y de leer el amor en diversidad.
Después aparece el amor falso, ese que parece tan bueno que termina siendo una simple mentira, porque le pusiste muchos adornos, le inventaste cualidades que no poseía, le diste otra cara, una bien diferente a la que ya tenia; y lo hiciste por la necesidad de no fracasar de nuevo en este ejercicio irracional de amar, lo hiciste sin darte cuenta, sin buscarlo he incluso terminas creyendo esa mentira, hasta que un día te despiertas sintiendo el terrible sinsabor de la falsedad, del amor que no lo es, de estar en el lugar equivocado, esa sensación que te provoca huir, y así lo haces, para quedarte con nadie, viviendo del recuerdo de una cosa que nunca fue, y que a pesar del esfuerzo nunca lo seria. 
Entonces, cuando todo lo amarga del pasado pasa, te quedas preguntándote ¿Qué es el amor?, y aparece ese alguien que te lo explica, con lo bueno y lo malo, que te recuerda lo amargo, pero te da una probada grande de lo dulce que es compartir tus sueños con otro, aparece el amor doloroso, ese que se las da de real, el que es intenso y grande, que te ata y te desata, que cambia tus pensamientos y tus sueños. En mi historia apareció muy pronto, quizás lo suficiente para no marcarme más de lo soportable el alma, lo tenia todo, lo daba todo, para decir cualquier cosa que valga la pena, me gusta recordar sus abrazos que lo calmaban todo, que me hacían creer que todo, absolutamente todo, podría estar bien; pero el tiempo siempre se adueña, y quiero pensar que fue la rutina la que termino lo mágico de ese amor y lo convirtió en terribles ruinas, nos perdimos para no encontrarnos nisiquiera en nuestros propios recuerdos. Tuvimos tanto valor para acabarlo todo, el para pisotearme y yo para permitirlo, y dejo de existir ese “nosotros”, que con tanto miedo construí. Fuimos verdad, realidad absoluta y felicidad, esa tan grande que cobra peaje, que se convierte en vació y desdicha absoluta.
Pero si de perder el tiempo se trata, siempre he preferido los romances fugaces, esos tan cortos, que solo te quedan experiencias bonitas para recordar, en los que solo disfrutaste los tiempos buenos, las risas, los besos, las caricias, las locuras. Esos amores que son como un sueño corto, pero delicioso, que te dejan sin respiración y te devuelven la ilusión.
Porque si de desamor se trata, es mejor recordar lo bonito que viviste con ese alguien, y llevarlo siempre en ti, que lo malo, lo perverso de las relaciones largas, a las que el tiempo las vuelve tediosas, en las que dejamos entrar demasiado el ego y el orgullo, esos antagonistas de lo bello, que todo lo convierten en dolor. 
Mi elección siempre será amar en intensidad, vivirlo de tajo, soñar con un futuro juntos mientras lo tomo de la mano para sentirme segura, llena de luz, sintiendo que el corazón se me sale del cuerpo de la emoción, porque tengo que aceptarlo, me gusta el amor que emociona, que hace soñar, que ilusiona, que recuerdas con una sonrisa implacable en el rostro. 
En conclusión el amor más sabroso es ese, el fugaz, porque es intenso, sueñas,viajas,ríes, disfrutas lo bueno del otro, no hay lugar al miedo, todo es especial, te descubres y de la nada te entregas. 
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unatalanonima · 7 years
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En las puertas del olvido.
Hoy lo recuerdo sintiendo un sabor diferente al que había sentido los últimos días, con el sabor extrañarlo, de quererlo conmigo, de los buenos días, del principio que parecía no tener un final.
Las preguntas recurrentes de esta mañana han sido las de ¿por qué no volvemos?, ¿ por qué no lo llamo?, ¿por qué hoy no lo estoy odiando?, ¿por qué vienen constantemente a mi memoria los buenos momentos?, ¿ por qué lo siento aquí?, ¿ por qué estoy escuchando las canciones que me dedico, con esas que me enamoro?  POR QUÉ?; sin duda alguna, éste es el día de las dudas, del quizá sí.
Pero buscando darle fin a un ciclo que parece infinito y de cerrarle por fin las puertas a este largo olvido, que tanto me ha superado, quiero escribir mi historia con el, la buena, la que me hace sonreír y también la que llena de lagrimas mis ojos y me vuelve añicos el corazón.
A él lo conocí un noviembre, rápidamente llamo mi atención, era atento, cordial, se preocupaba por mi,en fin, para resumirlo, era el hombre que hace mucho necesitaba en mis días; la química se produjo fácilmente, y ninguno de los dos lo intento detener. En menos de un mes nos hicimos novios, y ahí estaba yo, dándolo todo de una tajada, ofreciendo mis sueños, compartiendo mi circulo más cercano, entregándole mis miedos, poniendo en sus manos aquello que siempre me había negado a entregar.
La relación no duro demasiado tiempo, fuimos novios alrededor de dos años, hasta que todo se torno diferente, el caballero que conocí se convirtió en un “sapo”, por decirlo de la manera menos grotesca posible, los días a su lado dejaron de ser rosas, los sueños en los que su presencia era protagonista pasaron a ser terribles pesadillas, y todo perdió el brillo natural que trae consigo el amor.
Nosotros mismos nos encargamos de juntarnos, de nuevo y  a la fuerza muchas veces, algunas con la intensión de volver a sentir amor y otras por el simple hecho de recordar dos cuerpos que se sumieron tantas veces en los juegos de la pasión; sin importar el motivo del reencuentro, el resultado siempre fue el mismo, el sin sabor de que la magia se habría terminado, el sin sabor de no poder sentir lo mismo, de haber fracasado.
Hoy, sin un mínimo grado de engaño, puedo decir que hasta el momento, él ha sido el único hombre al que he amado, porque claramente el me enseño como hacerlo, como compartir, como luchar, como darlo todo por otra persona y sobre todo como soñar en conjunto; y no, no solo aprendí lo romántico de él, también desarrollamos juntos nuestro lado pasional, me enseño a descubrirme, a experimentarme, a gozar y a gozarlo, creo que eso explica porque aún después de tanto tiempo, en la cama nos seguíamos llevando tan bien. 
Hace unos meses, él, sin bastarle todo el daño que alguna vez me causo, lo volvió a hacer, ésta vez, el dolor fue mayor, de esos dolores que te matan, de esos que entierran una parte de ti, de esos que parecen no tener explicación, de esos que crees que nunca vas a sobrepasar, por las cosas que envuelven a su paso. Esta vez la herida fue diferente, no me dolía el ego, me atacaba el alma, y esa si que es mil veces más difícil de recuperar.
Entonces así fue, como al final de este post pude responder tantas preguntas, así fue como pude responder el cuestionamiento de tantos, ese ¿y por qué no vuelven? e incluso el mío ¿por qué no lo busco?. No se puede intentar amar aquello que tantas veces en silencio te recriminaste, lo que te dolió, a quien te pisoteo, a ese que mirabas cuando todo se estaba deshaciendo, diciéndote Qué putas estoy haciendo yo con éste man!
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unatalanonima · 8 years
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Etiquetas
Al parecer los seres humanos vivimos con un enorme afán de etiquetarlo todo, de agrupar las cosas, de señalarlas, de darles nombre, de ponerlas en una secta, de separarlo todo, y de hacer que todo nos separa. Realmente es cómico, nunca lo había percibido de esa manera, hasta que leí en el periódico que habría una reunión para explicar los alcances de los acuerdos de paz, que hoy finalmente lograron terminarse, y dicha reunión se haría en un lugar llamado el Parque de los hippies ; quizás nadie le prestara tanta importancia como yo al nombre del lugar, pero a mi me pareció tan absurdo como irreal.
El nombre de un parque publico de este país me respondió las preguntas acerca del conflicto colombiano que siempre me hacia; somos separados por naturaleza, no podemos convivir con el “diferente” por eso existen parques, bares, plazas, y hasta eventos para compartir con quien sea como nosotros.
Tenemos una enorme necesidad de etiquetarlo todo, la música, las personas, los sentimientos, las emociones, los lugares, los hábitos, los escritores, los animales, los libros, los olores, las acciones... TODO. y el problema quizás no sean las etiquetas en si mismas; sino como estas nos separan.
Es en la adolescencia cuando todos comenzamos a irnos por un camino diferente, y nos separamos de las masas, algunos somos una mezcla tan indeterminada, que nunca logramos hacer parte de los rockeros, o de los hippies, de los raperos,de los hipster, de los populares, de los nerdos, de los millonarios ni de los pobres. y creces con el complejo de irte por alguna rama para lograr “encajar”.
Para encontrar la paz, primero que todo, debemos dejarnos de “separarlo todo” y aprender a vivir en este remix tan bonito. 
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unatalanonima · 8 years
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YA HEREDE
Pues sí, mis padres aún nos acompañan y espero que me duren otros 60 años más; lo claro en esta historia es que me adelantaron la herencia, y creo que fue lo mejor que pudieron hacer.  y no, claramente no hablo de propiedades o cuantiosas cuentas en el banco, yo me refiero al par de personas que me dieron para acompañar la vida, las que llevo en mi equipaje, esos que son parte esencial de mi vida, que son mi esencia.
a veces siento que es un amor un tanto patético, pero no creo que exista nada mas real que mi forma de quererlos, pues todos los días le pido a Dios cual hermana de la caridad arrodillada en dos corozos , que me los deje disfrutar, que los mantenga vivos y felices, que puedan realizar tus sueños, pero sobre todo que no me desamparen, porque de algo estoy segura, ese par son mi pilar.
Yo como buena hermana de en medio, acomplejada y peleadora por el “amor” de mis papás, pude disfrutar de las dos caras de la moneda, ser hermana menor (Abusada) y se hermana mayor (abusadora y bien que lo fui, ups o al parecer lo sigo siendo)
Dueña de un hermano 6 años mayor, con vocación de papá que cuido cada paso que di en la adolescencia, cada amigo, cada corazón roto, cada acto de rebeldía, cada error, cada triunfo; y de una hermana dos años menor que me secundo las bromas, las sorpresas para los papás, los juegos inventados y hasta mis decisiones de irnos de la casa a los 9 años.
Son muchos los momentos vividos, las angustias superadas, los rencores olvidados, los castigos ganados, las cejas trasquiladas, las canciones cantadas,  los lugares recorridos, las heridas de batalla, los bailes aprendidos y las borracheras sufridas.
Ustedes son mi techo seguro, mi mayor riqueza, y las joyas mas preciosas de mi corona.Los amo con el alma enamorada y me enaltece su presencia.
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