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Liderazgo es Amor

Estos últimos días he venido dando las vueltas sobre la navidad y cómo llegar a mis clientes con un gesto de gratitud al cerrar este año y oferta de mis mejores deseos para el que viene. Siento que lo material es vacío, el mensaje navideño trillado, así que sentí escribir mis sentimientos de estas fechas, abrir mi mente y mi corazón, no solo para mis clientes sino para todos aquellos que mi mensaje llegue, interese y sobre todo sirva. Tiene mas valor porque esta relacionado con lo que soy, con mi propósito y a lo cual hoy dedico mi vida.

Los últimos años he venido profundizando en el concepto de liderazgo.  Le he dedicado tiempo y atención a estudiar e investigar del tema, siempre desde una óptica empresarial, técnica, desde varios modelos y autores: Antony Robbins, Toni Hsieh, Jeff Weiner, Jim Collins, Jack Welch, Simon Sinek, y con una mención especial Fredy Kofman con quien me formé como Coach de Negocios y hoy mucha de mi actividad sigue sus enseñanzas, formó lideres con su programa de liderazgo consciente.

¿Qué es ser un líder consciente? 12 tips para el 2020

·       Actuar, decidir y enrumbar acciones asumiendo responsabilidad por lo que hago o dejo de hacer, sin buscar culpables ni responsables que me justifique.

·       Reconocer que mi opinión es mi opinión sin ser la verdad absoluta, donde tengo mucho que aprender de quienes trabajan conmigo, para ello tengo que saber escucharles, darles libertad de acción y expresión, permitirme y permitirles equivocarse.

·       Aprovechar las capacidades de mi equipo para que sumen a mis capacidades, sin subordinarse a mis limitaciones.  

·       Ser integro en mi relación con mi entorno, construyendo redes interactivas de confianza, sin buscar beneficio personal sino valor agregado a todos a través de valores.

·       Fomentando la co-creación de soluciones, infundiendo espíritu colaborativo, de compromiso, colaboración y conexión.

·       Promover una comunicación abierta y transparente, auténtica, donde el escuchar es una demostración de interés por el otro y la expresión es directa, responsable, propia, que busca compresión, compasión y preocupación por el otro.

·       Ceder a aspiraciones y necesidades propias por satisfacer las del otro, movido por el propósito y valores.

·       Desapegar el poder y la autoridad como medio de lograr resultados por medio del ordenar.

·       Influenciar e inspirar por medio de un trabajo con sentido, permitiendo también que los otros encuentren su sentido en la causa.

·       Permitir ser evaluado por los demás, creando un ambiente de co-avaluación que enriquezca a todos, deje un buen sentimiento personal, enriquezca el equipo y potencialice el resultado.

·       Ser el primer involucrado en los cambios mostrado ejemplo de salir de la zona de confort, con disciplina y actitud impecable en los procesos, sin tener reservas a mostrarse vulnerable y sin miedo a exponerse al juicio de los otros, con humildad y valentía.

·       Respetar al resto como seres humanos, con maestría emocional.

Jesús desde su nacimiento, que es lo que hoy celebramos, tiene tantos seguidores que sin que los conozcamos nos convocó con su propósito de salvación, sabiendo ser "buenas personas". Hasta hoy en día lidera, mueve multitudes, es escuchado por su sabiduría, pero sobre todo porque todo lo ha hecho con amor. Su testimonio es una prueba ilimitada de amor. Nos dejó un solo mandamiento a todos, que nos amemos unos a otros. Me pregunto si esta no es una mayor responsabilidad de los líderes que tenemos a cargo nuestro a tanta gente, qué tenemos la capacidad de inspirar e influenciar la vida de tantas personas, familias, equipos, empresas, sociedades.  Es cuestionado e incómodo hablar de amor en las organizaciones, a personas que ejercen el poder coercitivo, que creen que poseen la verdad o que son la verdad, donde un resultado económico y de rentabilidad es lo único que vale, sin importar el costo ni los medios, cuando este es una consecuencia. Desarrollamos habilidades de jefes donde uno debe ser duro, fuerte, exigente, castigador y lo llamamos liderazgo. Otra cosa es ser firme, impecable, claro, íntegro y la suma de todo no se contrapone con el amor, más bien es parte del amor. Hay personas que les da miedo, recelo hablar así porque nos hace vulnerables y débiles, y los líderes no son débiles, tampoco humildes.

Hablamos mucho de vivir en un contexto VUCA (Vulnerabilidad, Incertidumbre, Complejidad y Ambigüedad), de ambientes líquidos: flexibles, resilientes, adaptativos, abiertos al cambio, a la conectividad, al servicio a los demás.  Me pregunto si el liderazgo líquido que se requiere hoy en día, no es un liderar con amor: formar, acompañar, guiar, empoderar, sostener, perdonar, entender, aceptar, conversar, escuchar, aprender.  Creo que mucho por reflexionar en esta navidad, mucho que trabajar el año venidero para que al final del mismo podamos decir que lo cerramos 20/20.

Diego Román

Influenser

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Un mundo líquido, Achachai o Arrarai

A mí se me hizo raro la primera vez que escuché el concepto de ambientes líquidos, empresas líquidas, no sé a ti?  Creo no haber sido el único, en conversaciones con otras personas, cuando lo he mencionado, el término llama la atención y siento que aun sigue siendo algo desconocido. Lo mismo me pasó la primera vez que escuché el concepto de la nube, que hoy entiendo es parte de este mundo líquido, está aquí y no está, es tangible y a la vez no, está aquí y también allá, donde lo necesitemos. Ahora me he preguntado si esto requiere hablar de un liderazgo líquido. He investigado; sin embargo, no hay mucho, pero con consciencia de que es un concepto real lo comienzo a encontrar en diferentes teorías e inclusive hay conceptos que se los puede ver desde una óptica líquida. De eso voy a tratar empezar a abordar en este artículo.

Primero hay que entender que estamos hablando de la presencia del internet en todas partes, en el trabajo, en el ocio, en la familia, las relaciones, el comercio. Ya nada se escapa. Sin darnos cuenta esto ha venido cambiando el mundo en la forma de trabajar y relacionarnos. Cambió de lo estable, predecible, definido, rígido, normado, con relaciones personales cara a cara, comunicación unidireccional y controlada, a un modelo flexible, abierto, colaborativo, sin fronteras, con relaciones en redes. El cambio es sutil y a la vez vertiginoso, ya no es lineal, controlable, sino exponencial y radical.

Vamos descubriendo que las normas, horarios, controles, procedimientos rígidos van perdiendo sentido. Implementamos controles para solucionar los problemas que no podemos o sabemos manejar. En este nuevo entorno no ayuda, es contradictorio, pues desalienta la calidad de talento que queremos tener, repelamos los potenciales de la Era, para favorecer a los acostumbrados “así lo hemos hecho siempre”, que alimenta la mediocridad. El isomorfismo, que son las formas estandarizadas de ser de las organizaciones, con prácticas similares, es el primer impedimento del cambio. No sabemos cómo relacionarnos con este nuevo ambiente, ni cómo reaccionar, nos frustramos, no entendemos. A ratos buscamos culpables del caos, los millennials, las redes.

Tenemos que dar espacio a que la gente que sí está conectada con este modelo tenga la libertad de contribuir desde donde aporta valor. Hay que pasar de enfocarnos en la estabilidad a la generación de motivación como elemento de fidelización; de rigidez a la flexibilidad; de lo definido a lo indefinido; de lo finito a lo infinito; de lo predecible a la incertidumbre, de los planes de mediano y largo plazo a los de corto e inmediato plazo. Ya no es optativo el cambio, ya está aquí para quedarse y el que no lo asuma irá perdiendo espacio y competitividad.

Esto viene muy de la mano con el desarrollo de la cultura organizacional, que consideren las nuevas necesidades y estén dispuestas a moldearse a las demandas del mercado y del consumidor como centro y razón de ser. Para afectar la cultura es indispensable el desarrollo del liderazgo en la organización, redefiniendo sus capacidades y competencias. Entendemos como liderazgo no solo las posiciones jerárquicas superiores, las cuales tienen un rol mandatorio en estos proceso, sino un liderazgo transversal colaborativo, comprometido a lo largo de la organización.

Cuando las empresas muestran esa capacidad de ser maleables y flexibles a las demandas del mercado y a la tecnología, captan más al talento y logran resultados de atractividad y con claros objetivos de employee branding.

Esto nos lleva a entrar en grandes temas por explorar e incursionar:

Entender la transformación digital y sus efectos en el trabajo, en la sociedad, en la economía y en el mundo.

Entender la importancia de entrar en Agilismo.

Valorar la inteligencia colectiva donde no todo viene de arriba hacia abajo, sino del valor de los aportes, ideas, imaginación y contribuciones de los diferentes espacios de la organización. 

Aprender a liderar en la diversidad de valores, perspectivas e intereses. Donde la diversidad generacional es la más desafiante.

La difusión de las fronteras organizacionales, el emerger de crowdsourcing, Coworking, Freelancers, Nomads, en una era Co: co-crear, colaborar, conectar, compartir.

El creciente valor del capital humano como activo organizacional.

La competencias por tener el mejor talento, capitalizando el conocimiento.

Redefinir el concepto de liderazgo, de rehumanizar sus prácticas, construir confianza, pasar del ordenar al servir (chocante para muchos).

Un mundo líquido, desconocido, impredecible, que se manifiesta frío (Achachai) y caliente (Arrarai), quien sabe, lo único seguro es que nada es seguro y más vale que estemos listos para afrontarlo.

Diego Román

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Leones y hienas

Todos salimos algún rato en la vida y buscamos dar un salto profesional, cuando vi este video me trajo a la reflexión varios temas de mis vivencias en el ámbito profesional, que muy claramente aplican también al ámbito personal.

Fueron varios años y varios intentos de soñar con tener un negocio propio. Hubo diversos tipos de iniciativas: traer escobas de Sri Lanka, intentar traer representaciones, emprender en Estados Unidos constituyendo la empresa “Hmine” para representar pymes ecuatorianas en el mercado americano, entre varios otros intentos. El éxito lo encontré en el propósito y en el aprendizaje, no tanto en los negocios.

En noviembre de 2011, dejé una gran empresa donde viví una experiencia sin igual, que puso al fuego muchas de mis capacidades y se lograron grandes retos y logros. De igual manera hubo muchos momentos desgastantes y de un costo emocional y profesional importante.

Al salir, hubo momentos de mucha reflexión de cuál va a ser el siguiente paso, pues ya no estoy en los 20s, 30s o 40s, ya tenía 51 años.  Ese fue un momento de quiebre. Buscar un nuevo trabajo, ya no era una opción fuerte pues había muchas cosas que no quería volver a vivir; pero, sobre todo me preocupaba, por cuanto tiempo más podría durar un nuevo trabajo y de ser así, después de eso que podría venir.  

Quería hacer lo que más amaba y lo que más había disfrutado en mis años de experiencia, desarrollar gente; lo cual iba a significar que primero debía desarrollarme a mí mismo.

Era saltar a un abismo desconocido, había miedo, falta de experiencia en trabajar de forma independiente: saber vender, qué vender, cómo vender. Pese a los conocimientos y experiencia que traía, sabía que había algo que necesitaba. Por algún tiempo, tuve una atracción por coaching, siendo eso lo que hice primero, buscando desarrollarme con una excelente formación y de calidad internacional. Me certifiqué como Coach Ontológico en Newfield Network y un par de años más tarde como Coach de negocios con Fred Kofman en el Conscious Business Center.

Hubo personas que me extendieron la mano, a quienes les tengo una gratitud muy grande; sin embargo, en el camino me encontré con algunos condicionamientos como exclusividad, limitaciones para desarrollarme con libertad, condiciones de dependencia, competencia (que es buena cuando es sana) y una serie de requerimientos que no dejaban que pueda lograr mi propósito, mi anhelo de desarrollarme, ser libre, ya no depender de nadie, no estar condicionado a ¡limitaciones!. Hubo gente de mayor experiencia en el camino del emprendimiento, así como clientes, que me enseñaron el valor de la marca personal, el valor que tenía yo como persona y darme cuenta qué a quién abrían las puertas era a mí, no a una marca o a una empresa o un producto.

Aquí es donde la película que comparto en este artículo toma significado, en un contexto y entendimiento distinto en esa época, en un trasfondo similar. Gracias a Dios logré darme cuenta a tiempo. No debía entrar a enfrentar hienas en mi camino, más importante, no podía ver a otras personas o a la competencia como hienas. Era buscar en un mundo más interactivo, espacios de colaboración, de complemento, de sumar y mejor multiplicar.  Buscar gente que piense igual, que tenga propósitos y valores similares, que busque trabajar en conjunto cuando se requería, e independiente cuando había que hacerlo, velando cada uno por su negocio, su espacio, su campo de acción.

Tener la capacidad de pedir ayuda cuando se necesitaba, sin miedo a sentirse vulnerables o inferior; pero a la vez, donde exista la generosidad de dar y compartir conocimientos, experiencias y a ratos herramientas y, ¿Por qué no?, en un mundo globalizado ya no hay propiedad sobre el conocimiento, solamente hay que googlear. El valor agregado está en la experiencia y sabiduría que tenemos, la capacidad de agregar, ahí esta el famoso valor agregado y es donde nos diferenciamos y por supuesto con nuestro valores e integridad con la que actuamos.

En este mundo abierto he encontrado grandes personas, grandes valores profesionales que me han permito crecer y desarrollarme nacional e internacionalmente. A través de las escuelas de coaching a las que pertenezco he logrado ser parte de comunidades preciosas. Pertenezco a comunidades de profesionales, consultores, coaches, donde he logrado complementar mi capacidad profesional con perfiles expertos en otras áreas o temas concretos. Redes, comunidades que suman, sin tapujos, sin egoísmos, que respetan los espacios de cada uno, no hay competencia desleal, ni posiciones limitantes y egoísmos. He creado una red de profesionales, amigos que me han ayudado y he ayudado incondicionalmente.

Este espacio abierto pertenece hoy al llamado mundo líquido, donde la cultura, el liderazgo, las estructuras son líquidas, flexibles, dinámicas, interconectadas, colaborativas. ¿Y por qué tiene esta denominación?, porque es lo contrario del mundo y estructuras tradicionales, rígidas, con normas limitantes, actitud poco colaborativa, silos, posesivo de cosas, conocimientos y metodologías.

Cómo me enriquece y me motiva interactuar en este ambiente líquido. Me ha permitido conocer gente maravillosa, entrar en espacios de aprendizaje y desarrollo. Recientemente en el XXVII Congreso Internacional de Gestión Humana en Ecuador – +Agiles +Humanos – ADGHE 2019, se trataron temas relacionados con la gestión humana en la transformación digital y tomo mucha relevancia los cambios culturales, agilismo, empresas líquidas y un nuevo concepto para mí, los Knowmad. Descubrí que soy uno de ellos, trabajo sin dependencia, abierto al cambio, interactuando en diferentes partes, con espíritu colaborativo; y a la vez, un SilverSurfer, que somos las personas de cierta edad que aun estamos en la cresta de la ola, buscando estar actualizados e interactuando, agregando valor al día de hoy trasmitiendo experiencia, conocimientos y sabiduría, conectado con la tecnología, el mundo y el conocimiento.

Esto no solamente se da en quienes vivimos hoy en la independencia. Los Knowmad y el contexto líquido también existe en las organizaciones. Un solo propósito que une y convoca a la colaboración, estructuras flexibles sin silos, las jerarquías pasan a segundo plano, la tecnología ofrece mecanismos de interacción incluyente y eficiente. El desarrollo está en función de mi predisposición de contribución, en la capacidad de abrirse a un permanente aprendizaje, disponibilidad a la movilidad y aporte a la organización no a mi puesto o función. Aquí tenemos que trabajar en las empresas para renovar la cultura hacía nuevas formas de trabajar, nuevos modelos de relacionamiento, desarrollar nuevas habilidades, mecanismos de comunicación, redes de trabajo compartido. El cambio ya está aquí y vino para quedarse. El cambio ya no es lineal, es exponencial.

Desarrollar nuevas competencias y gestionar cultura es un llamado inminente en las organizaciones que quieren o buscan vanguardia, eficiencia y convivencia con el mundo actual.

#liderazgo #cultura #coaching #LiderazgoNegociosConsciente #knowmads #SilverSurfers

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El poder de vivir en consciencia

Por Diego Román

La vida la aprendemos a transitar en piloto automático y paulatinamente vamos aprendiendo a distinguir condiciones que nos llevan por uno u otro camino. Regularmente tenemos dos senderos que recorrer que requieren de una decisión de cuál vía tomar. Esto me trae a la mente la historia de Alicia en el País de las Maravillas, cuando se encuentra que el camino se abre en varias opciones, y ella pregunta que camino debo seguir y el gato le responde, depende a donde quieras ir. Alicia dice, no importa el sitio, entonces tampoco importa el camino que tomes.

El destino es el resultado de las decisiones que tomamos en la vida, hoy estamos donde estamos por los senderos que hemos decidido tomar en el pasado. Siempre tenemos la opción dar una respuesta, explicación o justificación del porqué nos ha pasado los que nos ha pasado. Generalmente tiene que ver con gente o circunstancias con las que nos encontramos y la culpa o responsabilidad usualmente es de “ellos”. Si analizamos muchas de estas situaciones, nuestras respuestas han sido automáticas e incluso instintivas, dejándonos llevar por lo conocido, donde nos sentimos seguros. No siempre han sido las mejores decisiones y siempre ha habido consecuencias, de las que a veces aprendemos, otras no, porque preferimos mantenernos en la zona de confort y no atrevernos a navegar en lo desconocido o incierto, porque nos genera miedo e inseguridad. “Pide y se te dará; busca y encontrarás; llama y se te abrirá” dice en la Biblia. Usa verbos de acción presente, que responsabilizan a la persona, no a los demás o a las circunstancias. Es no ser reactivo a lo que nos pasa, sino ser proactivo, mejor aun aprender anticiparse. No es defenderse, es actuar.

Vivir con consciencia es tener claridad de lo que se quiere, del objetivo. Este debe tener significado, saber por qué uno quiere lo que quiere. Razones que preceden los resultados. Para ello mantener claridad y enfoque son estrategias sustanciales. Tener claridad y enfoque es tener poder consciente sobre el destino; no tener poder sobre los demás a pesar de que sea muy tentador, poder sobre uno mismo. No necesariamente significa lograr las aspiraciones, deseos, sino tener la capacidad de actuar y responder con voluntad, libertad e integridad.

Consciencia es más allá de una habilidad y capacidad, es una decisión. Es tener sentido del ser, el modelo mental que se manifiesta en el Ser, Hacer y Tener. El Tener es el objetivo, el fin que se persigue, el mismo que debe ser realista, alcanzable y a la vez retador, íntimamente relacionado con el propósito personal y alineado al de la organización buscando el bien común. Que no se logra por mero deseo o aspiración, sino por el Hacer, que requiere de acciones que nos lleven al resultado. Acciones que no siempre estamos en posibilidad de hacer, porque no tenemos la capacidad, los medios, los recursos, los conocimientos, las habilidades, la disposición, el coraje, la valentía, la decisión. Esto como resultado de nuestro Ser, condicionado a nuestro modelo mental, creencias, hábitos, competencias, voluntad, libertad y valores.

Pensemos en dos personas que tuvieron las mismas posibilidades en la vida, que se graduaron juntos de la universidad, tuvieron acceso a la misma información, la misma red de contactos y exposición. Ambos con las mismas ambiciones y objetivos. Posiblemente lograron hacer cosas de manera distinta, pese a tener las mismas capacidades, fruto de su propio Ser. ¿Podemos pensar en gente cercana cómo ejemplo? Podemos ver nuestra propia vida y sus consecuencias.

Esto nos lleva a entender otro modelo mental, con una perspectiva correlacionada del Yo, Nos y Ello. Donde Ello es el resultado, la meta, el cumplimiento de la tarea, relacionado con la responsabilidad habitada por la cultura víctima o protagonista. El Nos conformado por todos los que hacemos parte de la organización, el vínculo, la interrelación, el compromiso, la cultura viva que promueve la forma cómo nos comunicamos, actuamos, colaboramos y coordinamos de acciones a través de la que se construye el hacer para el logro de los objetivos y resultados. Elemento vital en la organización, donde la alineación, el tener claro el propósito común y trabajar para alcanzarlo, más allá de los objetivos, intereses y necesidades individuales, para evitar los silos y la fuga de productividad. Por último, primero en su orden de importancia por ser la base de todo, está el Yo. La realización personal, el bienestar, la responsabilidad individual que se suma a la colectiva, la humildad abierta al aprendizaje y la forma de pensar y ser de los demás, la integridad individual que comparte los valores organizacionales y que sabe dominar la capacidad e inteligencia emocional.

Desmenuzar y hablar de cada uno de estos factores son temas muy amplios y la vez muy del día a día común y simple en el que vivimos. Sentido común que no es práctica común, a menos que estén presentes conscientemente en cada uno de nuestros actos, decisiones, con respecto a nosotros mismos y a los demás. Ser consciente es actuar con integridad en bien común e individual. Theodor Roosvelt, Presidente de Estados Unidos, decía, “A nadie le importa cuanto sabes, hasta que sabes cuanto te importa”, que puede ser parafraseada con “No me importa cuanto sabes, hasta no saber que te preocupas por mí”.  Eso es liderazgo.

Liderazgo Consciente es el que cultiva humildad para reconocer y superar sus capacidades, valorando al resto y aprendiendo de ellos. Es quien busca acciones y resultados impecables, en él y en quién le acompaña, asumiendo responsabilidad de sus traspiés y los de sus colaboradores, buscando y reconociendo a los responsables de los éxitos y resultados, quien ve en las dificultades y fracasos una oportunidad de aprendizaje y crecimiento, el que potencializa la capacidad individual en el desempeño colectivo.  Liderazgo no es una función, es una condición indispensable para lograr gerenciamiento o management excelente para formar, conducir, sostener un equipo de alto desempeño.

Cultura es la manera como se hacen las cosas en un grupo humano, unido por un propósito, objetivo o fin común. Se desarrolla en función de los mensajes que se emiten en la organización, relacionados a los que se espera de los miembros, de su manera de interactuar, comunicarse y desempeñarse. A su vez, de lo que no es aceptable. Se remite y sustenta en los valores definidos.  Estos mensajes expresados en los comportamientos observables, actitudes y decisiones que se dan en la organización en especial por parte de los líderes. Responsables  de inspirar y contagiar la cultura deseada por medio del ejemplo. Alinear cultura y liderazgo es fundamental, construye un lenguaje común, claro, enfocado a valores definidos, que muestran coherencia y unidad entre lo que se dice y hace.

Desarrollar el Liderazgo Consciente en los negocios es un paso fundamental en la construcción de valor en las organizaciones. Desarrollar sus competencias de Responsabilidad, Humildad, Integridad, Comunicación auténtica, Coordinación Impecable, Negociación y Maestría Emocional. Un paso estratégico de trasformación organizacional.

Diego Román L

Fundador Influenser

Coach, Consultor en Desarrollo de Líderes

diego.roman@influenser.ec

www.influenser.ec 

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La cumbre no es el final, es solo otra cumbre y la que viene

Por Diego Román

Cuando pensaba en este artículo lo relacionaba con lo que me pasa o nos pasa a muchos en esta época. No quería que sea algo referente al nuevo año, ni hacer una reflexión de qué he hecho bien o mal, qué no he logrado hacer, ni un análisis de mis resultados o definir propósitos para el nuevo año. Mas bien, de hacer consciencia y tomar acción de aquello que me está generando insatisfacción porque no está alineado con mi propósito de vida en lo personal, familiar, profesional, físico o espiritual.

Siempre debemos tener un propósito, uno que guía, da sentido y dirección a nuestra vida. No es una declaración, un objetivo o estrategia, es un sentimiento. No son varios que van mudando de año a año como buenas intenciones, que es su mayoría no se cumplen, sin que haya consecuencias. Cuando digo que debemos tener un propósito me refiero a la distinción del debo, debería y quisiera. Los debo tienen que estar alineados con el propósito personal o empresarial, llevan a la acción, no se puede dejar de hacer, son de carácter imperativo. Vienen de decisiones que debemos tomar para dar un paso adelante, para superar etapas, lograr resultados, pasar al siguiente nivel, vencer miedos y desafíos internos, romper y cambiar hábitos o creencias limitantes.

Te invito a trabajar en unas preguntas para descubrir en que debo focalizarme, date un tiempo y escribe tu respuesta, veamos que descubres:  

¿Qué es lo que hoy me genera insatisfacción (en mi vida personal, de pareja, familiar, laboral, física, espiritual)?

¿Qué está pasado para que me genera insatisfacción? y ¿qué debe pasar para sentir satisfacción?

¿Qué estoy haciendo o dejando de hacer para crear esta insatisfacción?

¿De quién depende tomar acción? o ¿busco responsables de lo qué me pasa?

¿Qué he venido haciendo una u otra vez sin lograr resultados?

¿Qué puedo hacer, qué no he logrado tomar la decisión de hacer porque me saca de mi zona de confort, me confronta conmigo mismo?

Una insatisfacción es una oportunidad de aprendizaje. Aprender es trasformar acciones inefectivas por nuevas que terminen en resultados efectivos. Este proceso de trasformación tiene relación directa con la decisión que tome como protagonista de su destino el dueño de la insatisfacción. Tiene que ver con la calidad de la decisión, decisiones radicales dan resultados sustanciales y sostenibles.

Tomemos como ejemplo hechos comunes como el bajar de peso o dejar de fumar. Hace pocos años éramos mas los que fumábamos y lo hacíamos en donde queríamos. No habían restricciones, fumábamos en la casa, en la oficina, en los restaurantes, en el cine. Llegue a fumar entre 20 y 30 cigarrillos diarios. Luego la consciencia colectiva comenzó a imponer restricciones, donde si - donde no y cada vez eran más las restricciones, la publicidad sobre el peligro y daño del cigarrillo era permanente. Uno conocía los factores negativos o consecuencias de fumar, aun así no hacíamos consciencia de la propia capacidad que teníamos de tomar decisiones y velar por nuestra salud. Uno intentaba reducir los efectos, perforando con una aguja en diferentes lugares del cigarrillo o usar filtros o cualquier otra cosa que nos haga sentir en nuestra conciencia que estábamos haciendo algo al respecto. Pues no nada de eso servía, seguían siendo acciones inefectivas. Un día, tuve que pasar por una situación compleja, que me llevo a tomar varias decisiones radicales, una de ella fue dejar de fumar de raíz. Ni una pitada mas, cero cigarrillo. Ya voy más de cinco años y me mantengo lejos del cigarrillo gracias a lo bien que me siento, un resultados efectivo que me ha enseñado a disfrutar de una mejor salud, generando mucha satisfacción. Por eso, esta comprobado que dar un paso adelante, superar nuestras propias limitaciones, solo se logra generando resultados nuevos que anulen creencias y hábitos limitantes, creando nuevos hábitos o creencias. Acciones distintas dan resultados nuevos que cambia nuestras creencias.

Lo mismo pasa con el bajar de peso, no está relacionado a la calidad de dieta que hagamos, sino a los que decidamos meternos en la boca y lo que erradiquemos de nuestros hábitos alimenticios. Así podemos mencionar una serie de decisiones que podemos tomar para generar cambios importantes en nuestras vidas. 

Ya contestaste las preguntas previas, qué salió y que piensas hacer, perdón que decides hacer !!!.

Toda historia tiene un final feliz, cuando a habido esfuerzo del protagonista para resolver una insatisfacción y que para ello ha transitado por esta ruta:

1.  Habitar una aparente estado de felicidad y estabilidad, sin lograr distinguir fuerzas ocultas listas para asaltar y tomar poder. A veces sencillamente están presentes y no las queremos ver o las evitamos, por comodidad o facilismo de no confrontar.

2.  La crisis se manifiesta, donde afloran temas no resueltos de nuestro propio inconsciente reprimido en las sombras de nuestra personalidad. Pese a lo dramático que esto suena, es un proceso saludable que permite descubrir y solucionar causas mas profundas. Pueden aflorar frente a un estimulo externo que lo activa o también pueden ser el resultado de voluntariamente hacerlo consciente y querer crecer como personas. Nos hace tomar contacto con la verdadera identidad, ablandando la voluntad inconsciente para tomar contacto con la responsabilidad incondicional que nos hace asumir las consecuencias de nuestros actos.

3.  Aquí es donde decimos, “hemos topado fondo”, donde inicia la batalla interna de yo conmigo mismo. La bien llamada “noche obscura del alma”, donde hay que sobrellevar el dolor, la vergüenza y el miedo. Asumir la realidad y disponerse hacerle frente.  

4. Ahora y solo ahora podremos estar listos para afrontar lo que hay en el mundo externo.

5.  Finalmente, restablecido el orden, habiendo recobrado la consciencia y superada la insatisfacción no solo recobramos el estado de felicidad y estabilidad, sino que hemos crecido, evolucionado, robustecido.  

En este punto estamos listos para el siguiente desafío, que es pasar el siguiente escalón, en el proceso circular de la vida.

Ahora, nuevamente con un método sistemático como el presentado te vuelvo a preguntar, dónde estás? Qué has decidido hacer?

Esto nos pasa a las personas, de igual manera como a las organizaciones o grupos humanos y en ambos ámbitos en Influenser estamos listos para acompañarte en aquellos espacios individuales o grupales que necesites apoyo.

Diego Román

diego.roman@influenser.ec

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No eres Google

Por Diego Román

En esta época muy común de frecuentar centros comerciales. Me encontraba paseando en uno de ellos y me tope con el siguiente mensaje estampado en una camiseta: “No eres Google, pero en ti encuentro todo lo que necesito”. Mi primera reacción fue “que imaginación, que buen piropo”.  Mientras caminaba por el centro comercial fueron emergiendo una serie de reflexiones que emanan de esta ocurrida expresión.

Estoy llevando esto al mundo de las personas, en su complicada labor de relacionarse unos con otros. Entonces me preguntaba es esto cierto en la vida real, en nuestros diferentes ámbitos en los que nos desenvolvemos y en los roles que tenemos: como hijos, padres, esposos(as), abuelos, amigos, jefes o líderes de organizaciones o comunidades, compañeros, colegas; en el hogar, en la oficina, en el deporte, en la comunidad, en la iglesia, y en la universidad. Todas las personas en nuestras vidas nos ofrecen mucho, con sus dones, habilidades, emociones, fortalezas, debilidades, necesidades y ofertas. Más allá de si esto es realista, que yo digo que si, me pregunto ¿Cuán fácil es encontrar todo o que necesito en el otro?

Para buscar algo en Google es necesario saber que buscamos y saber hacer la pregunta correcta.  Y entre las personas, ¿cómo lo hacemos?, ¿preguntamos?, ¿decimos lo que necesitamos? o sencillamente damos por hecho que lo que buscamos está ahí o debe estar ahí y así satisfacer nuestra necesidad. Muchas veces lo que necesitamos está presente en la otra persona al inicio de la relación. Las parejas sienten que han encontrado a la persona ideal, sin nada que cuestionar, son perfectas, tanto es así que lo llamamos amor ciego. Con los amigos y hermanos se crean amistades muy cercanas y fuertes, compinches de mil y un aventuras. En el trabajo, tenemos un período de prueba en el cual somos impecables en nuestro desempeño; así como, en los gerentes he visto como hacen brillar a un ejecutivo nuevo por todas las cosas nuevas que está logrando, sus innovadoras ideas, su energía renovadora, se vuelve la estrella de la organización e incluso genera celos y resentimientos de quienes han perdido su sitial. Según avanza el tiempo las cosas van cambiando, la realidad sustituye esas percepciones idealizada, lo desconocido se hace conocido, los hábitos se hacen más evidentes, las verdades afloran, las flaquezas se van conociendo y empezamos a vivir en mayor nivel de consciencia la relación con el otro. Aquí viene lo complicado de las relaciones.

En ocasiones, no solo es un tema de la relación sino también las intensiones, intereses y necesidades, donde ya entran otros aspectos que van más allá de la calidad de la relación, como la integridad y transparencia, que ese es un tema para otra conversación.

Antony Robbins, dice que si supiéramos mantener las relaciones como en el primer día, el mundo sería distinto. Vamos, les invito que analicemos lo que nos pasa en nuestras relaciones, de pareja, con los padres, hermanos, hijos, amigos, compañeros de trabajo (colaboradores, pares, líderes), proveedores, clientes. ¿Cuan fácil es esto?,  complejo, porque los seres humanos somos complejos y más aun en nuestras relaciones, donde se hacen presentes las necesidades de cada uno, las emociones, los juicios, valores, los hábitos y creencias. El ser humano también tiene otra realidad, somos de reto y realización, aunque también nos cuesta salir de nuestra zona de confort.

Aquí es donde se hace fundamental desarrollar el arte de conversar. Digo arte porque hay que desaprender, aprender, cultivar habilidades, desarrollar competencias, dominar emociones, discriminar juicios, lograr consciencia de nosotros mismo y aceptar debilidades.

Una premisa importante en las conversaciones y relaciones, es que NO se trata de encontrar lo que necesito, SINO ver que es lo que puedo ofrecer, dar, servir y ver qué necesita el otro.

Las conversaciones implican una serie de pasos críticos:

Saber escuchar para comprender, y lo menciono primero porque primero es lo primero, escuchar al otro para entender sus necesidades, perspectivas, intereses.

Validar con la contraparte si yo he entendido lo que me ha querido decir y permitir cualquier ajuste.

Expresar, en primera persona, sobre mis emociones, necesidades y perspectivas de manera directa y transparente. 

Validar lo que el otro entendió y aclarar cualquier aspecto mal entendido o distorsionado.

Encontrar espacios comunes sobre los cuales construir la relación.

Negociar diferencias, tomando en cuenta y respetando la información surgida de los puntos previos, sobre lo que hemos comprendido del otro y lo que hemos expresado nosotros.

Negociar es atender y satisfacer necesidades del otro, sin renunciar a nuestros no negociables, satisfaciendo necesidades primordiales. Por eso esto se llama Ganar-Ganar.

Busquemos siempre cultivar conversaciones que fortalezcan relaciones, restaurar relaciones resquebrajadas, abrir y emprender en nuevas relaciones, fomentar una cultura de colaboración, respeto, crecimiento y felicidad, única formula comprobada que genera resultados. 

Recuerda que toda relación o conversación tiene dos actores, donde TU eres responsables y protagonista de tus actos, de los resultados de esa relación por la capacidad de hacer o no dejar de hacer lo que se requiere.

 No es un camino fácil, a veces se necesita apoyo y acompañamiento para lograrlo.  En Influenser nos apasiona trabajar con personas y organizaciones dispuestas a pasar al siguiente nivel, contáctanos si quieres tener una conversación.

diego.roman@influenser.ec

www.influeser.ec

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Alineación consciente

¿Cuál es tu trabajo? Contesta esta pregunta y pregúntales a quienes te rodean: jefes, pares, subordinados, amigos.

Esta realidad, bastante común, nos referirnos al trabajo como las varias actividades, funciones que realizamos para cumplir con una labor en una determinada empresa u organización; las áreas o departamentos en las funciones que desempeñan; y es desde ese concepto fallido que vemos la presencia de silos, actitudes competitivas, foco en mis resultados, inequidad en el reconocimiento y compensación, comunicación ineficiente, carencia de trabajo en equipo y costos ocultos que afectan la eficiencia y productividad.

Sí decimos, “nuestro trabajo no es lo que hacemos, es el objetivo y resultado que perseguimos”. ¿Qué pasa si ahora volvemos hacer la pregunta, cambia el enfoque, no es cierto? Agreguemos una pregunta adicional. ¿Cuál es el objetivo y resultado que perseguimos?, ¿Cuál es nuestro propósito, visión y misión como organización? y ¿Qué encontramos? respuestas similares, distintas, alineadas, personales, en nosotros y en quienes les preguntamos?.

Ser consciente es tener la capacidad de percibir y entender el mundo interno y externo y elegir cómo actuar según nuestros valores. Estas habilidades, talentos o competencias no se dan automáticamente, sino que son el fruto de una decisión y el compromiso de hacerlo consciente y permanentemente, hasta construir hábitos virtuosos.

Antony Robbins dice que el éxito empresarial no está en los procesos, en la tecnología, sino que un 80% del resultado está en las personas, en su psicología, en sus actitudes, predisposición, en la cultura. Fred Kofman habla de que es más importante “el ser que el hacer”, “la emoción que el intelecto”, “el espíritu que la materia”, que necesitamos encontrar significado en la vida y en lo que hacemos.

Los seres humanos operamos en tres grandes ámbitos: Yo (individuo con sus hábitos y creencias), Nosotros (Cultura) y el propósito (misión, objetivo). Una empresa consciente opera en los tres campos, sobre esta base el liderazgo integral juega un papel fundamental, mostrando y desarrollando la responsabilidad individual sobre los resultados, la capacidad de expandir la mirada y aprender de los demás, fortalecer la interacción hacia un enfoque colaborativo, a través de la comunicación y coordinación eficiente y franca, el adecuado manejo emocional y sobre todo una actitud basada en valores.

Estas competencias de liderazgo, construyen cultura enfocada al logro de resultados, bajo un contexto de alineación estratégica del equipo, buscando siempre el bien mayor y logro de propósito superior.

El primer llamado al éxito sostenible en una  empresa, es tener consciencia del propósito que persigue todo el equipo. Hablo de equipo porque cuando uno es parte de este las labores son conjuntas, integradas, alienadas, colaborativas hacia un mismo objetivo y resultado.

¿Estamos logrando resultados esperados? ¿Nuestras conversaciones se encaminan a construir un objetivo común? ¿Cuán dispuestos estamos a subordinar los intereses o objetivos individuales o seccionales por el logro del propósito mayor?

Enfocar el trabajo conscientemente tiene que ver con el desarrollo de competencias de liderazgo colaborativas, saber influenciar constructivamente en otros, tener conversaciones constructivas, estar alineados como equipo.

Escrito por Diego Román Consultor & Coach de Influenser

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Propósito, unidad y resultado

He querido escribir y compartir pensamientos, ideas, reflexiones que surgen de la vida diaria desde hace mucho tiempo. Pues es en la vida diaria donde se refleja y manifiesta el liderazgo que influencia en la vida de la gente. Esto no sólo aplica al ámbito empresarial, donde está mas expuesto y visible porque lo consideramos como una competencia y necesidad laboral. Lo que vemos en las empresas también lo vemos en las familias, comunidades, escuelas, universidades, religión, gobiernos y países. Todos estos ámbitos tienen un elemento en común, “están conformados por seres humanos”, donde hay personas tiene que haber liderazgo. Un líder debe influenciar en otros, aunque primero debe liderarse a si mismo. Con esta premisa todos somos líderes.

Hoy quiero aprovechar el lanzamiento de nuestra página web, de Influenser, para publicar mi primer artículo en nuestro Blog. Firma consultora enfocada a los líderes, es decir a los seres humanos dueños y responsables de sus vidas y su impacto en los demás hacia el logro de resultados de bienestar y realización. He profundizado y desarrollado algunos temas enfocados al liderazgo como la habilidad para tomar decisiones, resolver problemas, influenciar en otros hacia el bien mayor, la responsabilidad consciente, integridad, alienación, visión, innovación, entre muchos otros temas que me gustaría ir compartiendo con ustedes. Como decía anteriormente, el liderazgo y sus consecuencias se presenta en todos ámbitos de nuestras vidas y nos permite ver, reflexionar y aprender sobre su impacto en el logro de resultados. El fútbol es un gran medio para entender la sociedad en la que nos desenvolvemos. Alguna vez aprendí que lo que pasa en la cancha es el reflejo de los que somos como personas, en nuestra comunidad, en las empresas, en el hogar, en nuestras relaciones. Miércoles de la semana anterior me fui a ver el partido de ida de la final de la Copa Libertadores, entre Atlético Nacional de Medellín y Independiente del Valle de Sangolquí. Creo que muchos llegamos con ilusiones y con admiración por la campaña hecha por Independiente del Valle para llegar a la final, equipo joven con 7 años de vida, que vino dejando históricamente en el camino a equipos como River Plate y Boca Juinior, iconos del futbol argentino y mundial. Estadio lleno, con un ambiente de fiesta, música, fuegos pirotécnicos, que incluso ensordecieron a los himnos nacionales de los dos países. Hasta que empezó el partido y ahí comencé a preguntarme cosas. La bulla, la música trasmitida por los equipos de amplificación y los fuegos artificiales se silenciaron, se empezó a oír la barra de Atlético Nacional. Lo que me llamó la atención de fue que este grupo no llegaba a cubrir el 10% de los asistentes del estadio. Este grupo no callo todo el partido y enmudeció al resto de los asistentes. Mostraron mayor capacidad de hacerse presentes e influenciar en el animo del partido y en su equipo. Más aplomado, motivado, con mayor actitud y personalidad que le equipo ecuatoriano, “dueño de casa”. Quiero aclarar que esto no se trata ni juzga al Independiente del Valle, el cual merece un voto de aplauso y admiración por lo logrado y de corazón espero ganen esta semana y se lleven la copa. Lo que vi y la reflexión que quiero compartir va más allá del rol y la responsabilidad del equipo. Puede ser que por su tiempo de vida la barra del Independiente del Valle sea aun joven, pequeña y de muy pocos participantes. Pero estábamos en casa, éramos el 90% de los asistentes, teníamos todas las condiciones para adueñarnos del estadio, motivar y alentar al equipo Ecuatoriano. El propósito de todo el estadio debió haber sido ganar, debimos haber formado un solo cuerpo de equipo, sumando las individualidades de todos en el estadio, jugadores, cuerpo técnico, hinchada, ecuatorianos asistentes. Tal vez solo fuimos a ver un partido, una final, sin un propósito común. Nos falto unidad, liderazgo. Será que esto es el reflejo de los que nos pasa como país. Cuanto de esto nos está pasando en las empresas, donde funcionamos sin alienación, con objetivos claros pero intensiones diversas, conversaciones auténticas ausentes, resultados costosos y a veces lejos del objetivo. En el medio tiempo se sintió la queja, la pifia, los insultos a la barra del Atlético Nacional. Ellos vinieron hacer su trabajo, lograr su objetivo y lo lograron en gran medida. A qué respondía la queja, el insulto, la pifia, nosotros no hicimos lo nuestro eso es todo. En vez de pifiar, insultar o quejarnos porque no reflexionamos lo que nos está pasando y vemos los cambios que necesitamos tener? Seamos protagonistas de nuestros resultados. Cuánto de esto nos pasa en las empresas, nos quejamos, insultamos, maldecimos de los que nos pasa y nos vamos a casa a convivir con el resultado?. Al final, en los últimos minutos se encendieron los ánimos y logramos empatar el partido, gran jubilo!!! ¿Era ese el resultado esperado?, el deseado?, el qué había que lograr?. Nos quedamos con el empate, casi con la perdida. Y esto también nos pasa en otros espacios de nuestras vidas, en la empresa, en nuestro trabajo, en las familias, en el país. Será que hay ausencia de liderazgo para los grandes temas, que en cascada se manifiestan en diferentes dimensiones?

Desde aquí queremos sumar y agregar valor, desde Influeser !!!

Escrito por Diego Román, Consultor y Coach de Influenser