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Libros

Aquel día granizaba en la ciudad, mientras tanto, los ejemplares dentro de librerías de viejo se ensimismaban debajo del polvo e interesantes conversaciones que algunos universos nunca podrán penetrar, nos dispusimos a caminar toda la noche.

La osadía de elegir un libro entre montones nos volvía transparentes, entre las palabras que aun no leíamos y la promesa de encontrarnos con un mundo paralelo en el que somos completamente etéreos y perfectos, sólo ahí es donde querríamos vivir, iluminados por la complejidad de una realidad de la que sólo somos parte gracias a la distancia. 

Mientras caminábamos a través de una fría calle, observábamos a las personas que aún sin tener un techo sobrevivían, encontrándolas día con día en el mismo lugar y a la misma hora. 

Todos dicen que debemos leer, pero no mencionan que podemos escribir. Todos dicen que debemos ayudar a los demás, pero se olvidan de estrategias concretas para que la mayoría de la población tenga un trabajo digno y amor propio para compartirlo con los demás. 

Mientras los políticos se clavan los codos para llevarse más de dinero a su cuenta, al cielo le sigue faltando calor para cubrir a todos aquellos que no la pasan bien, en sus trabajos, en su casa, con sus familias y amigos. 

Poco a poco las relaciones se disuelven, mientras que, en los libros seguimos encontrando historias de amor, esperanza y la posibilidad de regresar a la vida que dejamos, aquella de la que huimos al despertar por las mañanas, para regresar a lo que no queremos hacer; sin embargo, somos obligados por el sistema y por la magia oculta de aquellos que nos han enseñado a querer todo aquello que no necesitamos y por lo que peleamos hasta matar.

Las mentiras se han vuelto algo común, la avaricia la época que dura todo el año y el brillo de los ojos de los enamorados se ha vuelto la luna a la que queremos llegar sin sacrificar nuestra felicidad. 

¿Quién es feliz fuera de los libros? 

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You Cannot Die

 No, you can’t. 

No podemos morir, aún la imaginación nos lleva a mundos que nunca pensamos, sonreímos y nos elevamos. 

Giovanna Tommassi, a través del collage logra crear distintos lugares y no lugares sobre los que podemos indagar para encontrar una cara del Universo tan distinta y sólida como para andar en ella sin dudar ningún momento. 

Utiliza las imágenes para ilustrar de colores el tiempo. En esta ocasión, presenta You cannot die, exposición individual, la cual, sorprenderá con los discursos, formas e historias para conocer a profundidad un pedacito de la magia que surge cuando las imágenes y las palabras se juntan para formar un nuevo atardecer, uno que promete sonrisas lisas y llenas de sorpresa e ilusión. 

No puedes morir cuando algo tan bello como la creación recorre tu piel para hacerte sonreír, a pesar del trago más amargo, siempre hay un toque dulce para regresar al mar. 

¿Cómo escuchas al mar si siempre ha estado frente a ti?  ¿Cómo afrontas el dolor después de haberlo vencido? 

Al final simplemente, no puedes morir. Avanzas todo el tiempo con la incertidumbre final en los hombros, pero no termina, porque vale la pena esperar que amanezca de nuevo. 

Esta exposición nos hará volar. Imaginar cada pasaje dentro de los collage, nos regresará a la vida para decir, escucha al viento: You cannot die. 

Además, estará llena de poesía ya que, contará con la presencia de  Adoxography quien estará impartiendo un Laboratorio de Creación Literaria. 

Date la oportunidad, deja nadar a tus sentidos. 

¡Vamos! 

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Miércoles

Las horas transcurren sin importancia. Nadie da claridad de los siguientes pasos de mostrador, lo único que mantiene al cuerpo firme y espontáneo es la manía por lo incompleto, la falta de recurso para anunciar el propio discurso, por lo cual, uno sigue el camino de los demás, para no ser criticado ni señalado. 

La obsesión por el otro nos hace desearle u odiarle, lentamente caemos en un círculo de altibajos que permanecen ocultos entre lo que queremos ser y lo que hemos olvidado que somos. 

Así pasan las semanas, meses, años y seguimos sin percatarnos de lo frágil que tendemos ser si nos reunimos con nula fuerza ante los desafíos que da un mundo tan mercantil como este. Sólo cumpliendo con lo que nos envían y fracasando lentamente con lo que nos han vendido los medios y por lo que silenciosamente hemos dejado se ser. 

Nos quieren en silencio y hemos acatado cada una de sus órdenes con miedo, y sin la propia ilusión de los sueños que podemos alcanzar si lo buscamos con el corazón al desnudo, lantente, rojo, inmaculado y loco. 

No queda más que romper ese ciclo, tan lleno de vicios y bloqueos. 

La razón da para muchos más cuentos ¿Por qué no alzar la voz? 

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PROMESA...

Todo aquel que anhela un momento en el que la palabra reina, se cumple. La piel se eriza al ver concretada alguna acción o instante predicho en oraciones anteriores. La insistencia por esperar algo a cambio de nuestro pensamiento siempre limitará que alcemos nuestra visión hacia el espacio y abramos las conexiones que puede lograr nuestro cuerpo. 

Los contratos que firmamos desde nuestro subconsciente siembran en la tierra parábolas imposibles de cumplir, ya que vamos caminando en contra de todo lo que creemos posible, por eso lo verbalizamos y lo clavamos en nuestra alma, es ahí donde se depositan las esperanzas, de nosotros mismos, nuestra identidad, paciencia y serenidad.

Todos prometemos, miramos hacia el horizonte y anunciamos estabilidad, la línea nos ayuda a sitiar nuestras ideas a que permanezcan con nosotros, a auxiliarnos y posicionarnos entre millones de fragmentos en el cuerpo, separado de nosotros desde el momento en el que nacimos; entonces, aquellos que lo hicieron, continuaron esquemas asegurando un mundo lejos del sufrimiento, en su promesa a sí mismos, nos destruyeron e hicieron de nuestra personalidad una figura moldeada por los sueños e introspecciones indirectas de alguien cuyo dedo índice señala y tiene cierto poder hacia los demás.

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La promesa de lo imaginario. 

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Domingos

Gozamos del sol en su punto, lentamente nos aventamos a la osadía perfecta de volar de la mano hacia un destino desconocido e impecable.

Somos desconocidos en un planeta de extraños.

Las palabras se han vuelto gracias y codicias en peldaños.

Hablamos en tonalidades agudas, con honores al Sol y a los astros falsos.

Hace tiempo que jugamos a conocernos, a doblar refuerzos con la única manía de la cuestión de lo otro como un tema cercano.

Juntos estamos en la búsqueda de lo imposible, hemos dejado de pactar lo que es ajeno y nulo a nuestra perspnalidad como pareja, vamos construyendo nuevos caminos y sintaxis.

Sólo hasta entonces podemos compartir este camino y acompañarnos en altibajos presentes en cualquier decisión y motivo ante el que nos encontremos cara a cara.

Somos manipuladores todo el tiempo, deseamos que las horas pasen como segundos en una tierra donde la prisa se ha vuelto el factor más inútil y constante socialmente.

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Nada

Sobreviviendo a la apatía de existir sin sentido, poco a poco la rabia ha ido consumido las partes más luminosas de nuestro cuerpo, nos hemos convertido en un puñado de códigos alimentados de algoritmos y supuestos datos que arrojamos día a día. 

Sin ninguna noción de opción, involucramos el oído para escuchar la sinfonía de aquel que permanece despierto en un mundo lleno de filtraciones y miedos.

No hay escapatoria y sin querer nos fusionamos con aquello que odiamos desde que recordamos. 

¿Qué mensaje deberé escribir hoy? ¿Qué insistencia debería cuestionar hoy? 

La amalgama perfecta y la experiencia del hambre se ven combinadas con la abstinencia de conocimiento y el entorpecimiento de cruzar palabras con sentido y con ánimo de andar. 

Tartamudeo mientras hablo porque mezclo las palabras con los pensamientos.  Definitivamente me falta un poco más de orden al momento de compartir con aquellos que pululan a mi alrededor.

Lentamente perdemos la luz del faro y pretendemos morir dentro del vacío dueño de nuestro tiempo. 

Todos los días alimento aquello que deseo para siempre. La eternidad y yo hemos hablado, hay un deal interno del cual desmenuzar todo lo que nos estorba al caminar. 

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(IM) PORTAR

La situación exacta cuando dos personas se conocen ocurre cada vez que sus tiempos se cruzan y deciden comenzar una historia.

La coincidencia deja al aire los parámetros perfectos para que dos cuerpos se encuentren, con pasión, necesidades, introspecciones y contextos que van más allá de lo propio para rebotar en lo colectivo y lo individual las direcciones ocultas para llegar a donde están destinados.

La importación descontextualiza y permite a un ser desenvolverse dentro de la situación a la que no está preparado y sin embargo debe adaptarse, de lo contrario, las experiencias se lo harán saber con un halo de justicia a los tiempos que sólo se asoman por las sombras de las dudas.

La obra de Pancho López en conjunto con la de Max Provenzano no sólo logra una explosión, sino que se constituye la cima de la convivencia entre dos realidades que conforman una tercera y en la cual aparecen reacciones que expone la esencia de las preocupaciones entre un camino y otro, lleno de yuxtaposiciones y suposiciones entre el deseo, el anhelo, la intimidad, la extroversión, la ensoñación y el idealismo ante una escena en conjunto con ese otro sin transparencia.

El acto de importar descontextualiza y abre la oportunidad a la creación de una realidad nueva bajo la sombra del pasado del cual no se puede desprender, desde el lugar que se mire.

Los paréntesis que se tienen en el transcurso de la convivencia con los otros, juegan el misterio del antes y el después de cada circunstancia, alejando y uniendo los lazos más complejos que tiene la vida en los procesos consecuentes al cariño, el desapego, la ilusión y el desencanto, alejándose del ideal de fragancia entre los cuerpos y las enseñanzas que dejan el compartir tiempo-espacio con alguien completamente desconocido.

Se comienza a conocer a alguien extrañándolo, se vuelve extraño y comienza a generarse la intención y el interés por saber más sobre lo que le incumbe y le vuelve propio.

En el acto, se vuelve importante aquello que se importa de la realidad para llevarlo en el devenir cotidiano, haciéndolo propio y convirtiéndolo parte de la personalidad y momentos para recordar a través del tiempo.

Actos como un abrazo o una mirada se vuelven acciones territoriales que enmarcan la complicidad de abordar la ciudad en la dualidad, dejando huellas en la soledad y en la compañía, la incomodidad de resolver y no pertenecer, narraciones desde y en el cuerpo. Nada es igual cuando conoces a otra persona.

Todo es diferente cuando la importación se vuelve sensorial, todo lo es y corresponde, el análisis y la reflexión de lo acontecido por las concreciones del antes y después del paréntesis, los puntos suspensivos y las comas dentro del acto importado.

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Ciudad quieta

Ciudad sin momentos, sin altibajos, tan sólo roída por la intensidad de la rabia del hambre colosal. Pronto el movimiento se detuvo, la magia por andar desnudos se había vuelto una necesidad ingrata ocultándose en el imaginario colectivo de los vivos. No se involucraba mucho a la paciencia, lentamente se decodificaba la rama angosta de locura y solución. 

La muerte rondaba todos los días, caía a cuenta gotas como frías verdades que gozan escapar de las bocas de los engendros hipócritas, tan limpios y tan perfectos que impiden la fluidez de la naturaleza en los cuerpos .

La ciudad es la que perece, nunca se mueve, se queda estática y tararea la canción que venimos promoviendo desde que nacimos. Un ralo título de vida y la coexistencia, posteridad en el amor y la insuficiencia gótica. 

No existe mayor desesperación que la falta de movimiento entre aquellos que gozan de moléculas para hacer contacto con más seres pares, escapan a uno de los mayores placeres de la vida. Ser e insistir en la manía cardiaca para colocar en un altar a personas que jamás sabrán que existen o bien, nunca tendrán un detalle hacia ellos. 

Los días pasan y el frío del asfalto siempre conmueve a los demás. Si, siempre escribo de este sentir, será que nunca he dormido en la calle desnuda, eso asusta y atemoriza, creo que me sentiría desolada, así como en este momento frente a un teclado tan hostil, que bloquea las mejores ideas que me quedan. 

Últimamente he pensado en ser más sincera en mis textos, dejar las pretensiones para otros días, para otras ocasiones y meterme de lleno a las palabras que quieren ser expuestas por mí al orden que les vaya dando paso a paso. 

En fin... Quizá migre de medio, tal vez deje de tener sentido escribirle a la nada, por no ser escuchada y perderme en la virtud de la web para satisfacción de lo binario y cuadrado de los códigos. 

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A-mar

La intensidad de las olas me indica que voy por buen camino. Constantemente me ahogo y vuelvo a nadar con fluidez, la arena glorifica mis procesos, mi posición ante la vida se resume a la rabia de armonizar los minutos que llamo en singular: ‘presente’, todo lo que, se me escapa de la vida y persigo en la frecuencia. 

Uno tras otro, la furia de verlos rodar por mis manos, de encontrarme frente al futuro y no poder verlo. Sólo me encuentro conmigo misma, con sueños que persigo. Persistencia, entre aquellos que vuelan y se ocultan tras la magia de un par de zapatos guiándome hacia donde quiero llegar. 

Tengo la mejor compañía y la vista más hermosa. Palabra tras palabra se va desenvolviendo mi testamento, dejando en claro lo que quiero y deseo, asumiendo la pelea diaria de perder y ganar batallas a cada paso. 

Voy hacia el mar y tengo que aprender a nadar, porque ya lo he olvidado, ya he cuestionado la posibilidad de saber la osadía del guerrero, de la misión por divertir al otro y corporalizar el enigma del chiste, la falsa alegría y el encubrimiento perpetuo al aire. 

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Me.

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nova ingressus 

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(vía Ecatepec: Un libro gráfico)

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Blue Monday

Peor que el desamparo, 

la rabia de lo inconforme, 

la astucia por danzar en la llama,

y colgarse en cuentos de hadas.

Filtros de angustia, 

osadía por marchar 

y vencer la magia obtusa. 

El cuadro colgando del césped, 

deja un rato de tueste, 

filtros insípidos 

y un buen cubierto, 

a la muerte. 

Días, 

luchando por entretener lo tibio, 

líbrame de caer en el extremo turbio, 

del morbo 

o de la fina caricia en cinta. 

Prometen incorporar el rastro, 

carmín sin sulfato, 

ni pedazos de tierra en lo alto, 

una y otra vez, 

cayendo del horizonte 

hasta roer, 

el presente, 

del bolígrafo inerte. 

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Statement

Aquí va el texto y todo lo que debería ser leído al menos por alguien más, que no sea yo, ni nadie que me conoce, con la esperanza de su expiración y viaje en el Universo, acoplándose a la cantidad de bestiales ideas configuradas en el hastío de la democracia y la duda. 

Aquí va todo lo que jamás será leído, al menos no con simpatía y gracia, ni con voces al viento por los cuales huir con danza. No lo vale. Insisto, cuando comenzó la semiótica se destruyó completamente el texto como hasta ahora se conoce, lleno de caracteres y sentidos sin llegar a ningún instante. Explotó y ahora se encuentra en medio del mar de significados unidos por el sentido de no tener aristas importantes ni la sintaxis de colocarse al lado de una señal importante y comenzamos. 

Aullamos hacia la luna con impotentes brasas, levantamos las manos y anidamos entre las flamas. La insolencia nos cubre los brazos y la magia de la cotidianidad nos protege de lo malignos que podemos llegar a ser. 

El amor es lo todo, nadie habla de otra cosa. La falta de amor, si se cree que sobra amor o si bien, aquel que es correspondido, siempre tiene miedo de ser desplazado, de los límites de las relaciones o que la muerte se lleve a alguno sin ningún motivo, así de cruel es la vida. 

Me reconozco entre tanto saberes y talentos, soy poseedora de todo lo que me hace hasta hoy como lo que he decidido ser, sin haberlo establecido. Hoy lo sé. Hoy se decreta y lo direcciono. 

Sólo así, me percato del acto de sinergia que corre en mi cuerpo en forma de sangre y energía, el impulso lleva mucha fuerza, me mantiene de pie y despierta. 

Entonces lo que realmente va a aquí es un halo sin sentido que cobra vida cuando tu voz recorre lentamente cada palabra con un toque de ternura y filantropía que no cabe ni en tu forma de ver la vida, de actuar, ni la cercanía que tienes con todo lo que está a tu lado. 

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Entre relaciones (digitales)

Estamos tan conectados todo el tiempo que, pierde completamente su significado de unión, entonces nos alejamos y decidimos pretender que formamos parte de algo aunque no sepamos completamente de qué. 

Las ideas siempre se desarrollan fuera de los celulares para consolidarse en un tweet o en un post de Facebook, congelarse y nunca volver a salir porque, lo que sucede en redes sociales la mayoría del tiempo permanece inerte en todas las modalidades del tiempo, incluyendo la presente, es decir, sólo pasa y ya. 

Los segmentos de mercado se han mudado de la publicidad tradicional a cada uno de las plataformas en las que nos movemos, en este mismo momento alguien podría estar viendo cómo nos desplazamos de una página a otra sin saberlo y conocer nuestros hábitos y costumbres diarias. 

¿Hacia a dónde vamos? Queda claro que cada vez más estamos inmersos en lo digital y somos parte de lo que bien puede ser una de las épocas más solitarias (físicamente) de la historia de la humanidad, pero bien, en lo personal no lo veo como un retroceso, sino como una nueva forma de relacionarnos con todo lo que está sucediendo a nuestro alrededor. 

No somos diferentes, seguimos amando y odiando, sólo que, esta vez se ha transformado las maneras en las que asimilamos dichos sentimientos, enviar un mail, bien puede ser formato para pedir matrimonio o lanzar un whatsapp para lamentar la pérdida de un familiar cercano. 

Seguimos entre estos devenires contemporáneos, de los cuales somos parte y no podemos escapar, dicho de otra forma la única decisión que debemos tomar es, observar cómo se mueven las olas o ser parte de ese vaivén que nos mantiene vivos y del cual aún no tenemos completa explicación. 

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Premura

Detener el aliento hasta fracasar, 

así comienza la vida, 

aprendiendo una y otra vez, 

sin lograr dominar. 

Los instantes se acaban, 

la magia se convierte en místicos detalles 

de la frescura de la innovación. 

Difícil, ¿no? 

Se tuvo que detener, 

una y otra vez, 

ha fracturado su deber 

e inclinarse al arrebato 

de caer de nuevo en el anonimato. 

Sin filtros ni dudas, 

la osadía jugó, 

de la confusión obtusa, 

Y vuelve...  

Renace del turbio instinto

de recorrer la piel 

con fiel destino.