pasajeradelcaos
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Crónicas de una Introvertida Aventurera
4 posts
Mis aventuras empiezan con ansiedad y terminan en entradas de blog.
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pasajeradelcaos · 1 month ago
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I have a book I’ve self published it’s called The Morning Dove Blues. This is my first book I’ve ever published at the age of 28. It’s a 56 pages of poems I wrote during the start of COVID lockdown.
It’s just a way to begin a step towards publishing.
Tumblr media
https://poetizer.com/book/b8be3cd7-e87e-4a7e-9380-2f2f9534ada5
It would mean a lot to me if you shared it and gave it a look.
Thank you
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pasajeradelcaos · 1 month ago
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Crónica II — Una infiltrada entre LUNÉs
Publicado por: alguien que claramente no estaba preparada para tanta intensidad emocional y tantos gritos por segundo
Domingo. Día sagrado para el descanso, la introspección... y aparentemente, también para asistir a un evento de cumpleaños de Harua y Taki organizado por LUNÉ Argentina.
Spoiler: sobreviví. Pero no sin antes cometer un pequeño crimen social.
(Mentí sobre quién era mi bias.)
Primera parada: el local
Llego. Es una fan store muy tierna, no muy grande, pero llena de cosas que gritan “gastá todo tu sueldo acá.” El evento está en un sector específico, y cuando entro, las demás LUNÉs ya están re instaladas charlando como si esto fuera una reunión de secundaria. Yo, sin conocer a nadie y cargando mi buena dosis de ansiedad social, decido hacer un reconocimiento del terreno. Traducción: me dedico a dar vueltas durante 40 minutos como si estuviera viendo si vendían azúcar orgánica.
El dilema moral: el bias-gate
En algún punto empiezo a notar algo: acá no se pregunta tu nombre. Se pregunta quién es tu bias. Es la contraseña secreta. El código de honor. El ¿venís en son de paz o vas a atacar a mi ult?
Problema: yo no tengo un bias fijo. Soy del team “me gustan todos dependiendo del clima, la luna y cómo me desperté ese día.”
Solución: elijo uno rápido.
Plan de infiltración activado: “Mi bias es Nicho.”
No sé si fue el instinto, la vibra del lugar o que estaba sonando su voz de fondo, pero lo solté con seguridad. Me creí mi propia mentira.
Luz: una Introvertida aliada.
Entra una chica. Viene sola. Se sienta a mi lado. Yo: mi momento llegó. Charla va, charla viene, Luz me pregunta (obvio):
—¿Quién es tu bias?
Yo, como si no me hubiera entrenado mentalmente para este momento:
—Nicho. ¿Y el tuyo?
Plot twist:
—Juju.
Ambas nos miramos como dos ejecutivas que acaban de cerrar un trato millonario.
Nos dimos la mano. La alianza NichoJoo quedó sellada. Nunca hablamos de que éramos el ship por accidente. No hizo falta.
Reacción colectiva al MV de Go In Blind (alias: griterío absoluto)
En un momento todos reaccionamos al MV. Cada aparición de cualquier miembro generaba gritos colectivos. No había respiro. Mi sistema nervioso estaba en modo ultra HD vibrando cada 5 segundos.
Yo, comprometida con mi papel de fan de Nicho, aullaba en su parte. Pero la verdad es que estaba más concentrada en mirar a Luz cada vez que salía Euijoo, porque su devoción era arte puro.
Y ahí es cuando entra en escena Sara (creo que se llamaba así). Sentada a mi derecha. Durante la parte de Fuma, me agarra de los hombros y me sacude como si me estuviera exorcizando. Yo grito con ella. Estamos vivas. Estamos unidas.
Después del MV, le pregunto: —¿Tu bias es Fuma?
Sonríe, fresca como una lechuga: —No, mi bias es Maki.
¿PERDÓN?
El cierre
Terminé el evento con una pulsera, un llavero, un póster, y el alma agotada pero feliz.
No conseguí el contacto de Luz, pero bueno, me quedo con el recuerdo de haber sido una doble agente emocional en un mundo gobernado por photocard trading y cariño desbordado.
¿Volvería a ir a un evento? No lo sé.
¿Volvería a mentir sobre mi bias? Absolutamente.
Porque si hay algo que aprendí ese día es que el bias no es una persona, es un estado del alma.
Publicado con amor y estrés post-fandom, por una LUNÉ en recuperación.
- Pasajeradelcaos
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pasajeradelcaos · 1 month ago
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Crónica I — Colectivo Eléctrico
A veces, una simplemente quiere volver del trabajo sin hacer historia. Otras veces, termina montada en una cápsula del futuro que no hace ruido, parece una combi de juguete y convierte cada esquina en una pasarela de paparazzis improvisados.
Esta es la historia de la vez que me subí a un bus eléctrico por primera vez.
El recorrido comenzó justo en la terminal frente a mi oficina, y por razones que incluyen “obsesión personal con el transporte urbano” y “mis compañeros me mandaron en misión diplomática no oficial”, decidí ser yo la que diera el paso. El bondi estaba reluciente, chiquito y precioso. Subirse era como entrar a una nave especial que todavía no se da cuenta de que está en Buenos Aires.
Cosas que pasaron en la primera media hora:
• Me senté. Porque claro que sí. Asiento asegurado gracias a la terminal.
• El bondi se movía con la suavidad de un suspiro. Cero ruido. Cero vibración. Me dieron ganas de pedirle que me cante una canción de cuna.
• Intenté contar las paradas. Perdí la cuenta después de la séptima. Me distraje mirando si la pantalla decía “cargando batería” o algo.
• Un pasajero se subió y, sin decir palabra, conectó su celu al cargador USB integrado del asiento como quien enchufa la vida misma. Un ícono de la eficiencia.
El viaje hasta Retiro duró exactamente una hora. Lo sé porque lo cronometré como si me pagaran por eso (spoiler: no me pagan). La idea era hacer todo el recorrido ida y vuelta, como si fuera una peregrinación por la modernidad silenciosa.
Dato: no se sintió lleno nunca, aunque iba bastante gente. Había espacio para moverse y respirar, un lujo en la jungla porteña.
Ahora, lo más importante: el mundo exterior.
Gente. En. La. Calle. Gritando. Señalando. Grabando videos como si estuviéramos en el desfile de los Power Rangers. Una señora se santiguó. Un tipo le gritó al celular “¡ACÁ ESTÁ, EL BONDI ESE!” como si viera al cometa Halley.
Y mi momento favorito: un nene chiquito, parado en la vereda, nos vio pasar y comenzó a saludarnos con entusiasmo puro, moviendo la mano como si estuviéramos en una carroza de Disney y él fuera el fan número uno de Buzz Lightyear. Obviamente le devolví el saludo. No voy a decepcionar a un niño en su primera interacción con el futuro.
Después de dos horas, volví a casa con datos, anécdotas y la sensación de haber participado en algo... simbólicamente importante. No sé si lo volvería a usar (el recorrido no me sirve mucho), pero lo vivido no me lo quita nadie.
Crónica completada.
Bonus track: Guía de supervivencia para tu primer viaje en un colectivo eléctrico (edición caos controlado).
1. Confía en el silencio.
El motor no hace ruido. No estás en una película postapocalíptica. Simplemente, el bondi no quiere perturbar tu paz interior ni la de tu tinnitus.
2. No temas al USB.
Sí, hay cargadores. No, probablemente no vas a agotar la batería del bus si ves tres capítulos de tu dorama favorito. (Aunque no puedo evitar imaginar el titular: “Unidad 304 detenida en Av. Santa Fe por exceso de fans con celulares al 3%”.)
3. Lleva cronómetro si vas en modo explorador.
Nada dice “eficiencia” como volver a tu oficina y decir “me tomó exactamente 60 minutos y 7 paradas (más o menos)”. Estás haciendo servicio público.
4. Cuidado con los niños emocionados.
Te van a saludar. Vos vas a saludar. Es un momento mágico. No lo arruines mirando el celu. Le estás saludando al futuro.
5. Bonus feminista:
Todos los buses eléctricos son conducidos por mujeres. ¿Quién dijo que el patriarcado iba al volante? El futuro es silencioso, recargable, y tiene delineado prolijo.
- Pasajeradelcaos, reportando desde el futuro.
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pasajeradelcaos · 1 month ago
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Crónicas de una introvertida aventurera comienza con este comunicado oficial: no tengo idea de lo que estoy haciendo.
Tampoco tengo idea de por qué me pasan tantas cosas ridículas cuando decido salir de casa. Pero pasan. Y como mi mecanismo de defensa es narrarlo todo como si fuera un crossover entre comedia romántica, slice of life y odisea griega, este blog existe.
Mi nombre (bueno, no el de DNI, el del blog) es PasajeraDelCaos, y si están leyendo esto, probablemente caíste acá por error.
Acá voy a escribir sobre:
• Acontecimientos insólitos vividos por una persona muy tímida con mucho que decir.
• Aventuras fangirleras que deberían venir con manual de primeros auxilios emocionales.
• Reacciones intensas a la vida misma, eventos sociales y situaciones cotidianas que escalan sin razón aparente.
• Esa clase de días que terminan con peso en la mochila y una anécdota en el alma.
Escribo como quien hace catarsis en voz alta, pero con signos de puntuación. Si todo sale bien, tal vez esto se convierta en un espacio seguro para quienes sienten que salir de su casa es como escalar el Everest emocional.
Bienvenides a este rincón. Acá se celebra la introversión con aventura y muchas ganas de contarlo todo después.
Nos leemos en la próxima crónica.
– Pasajeradelcaos
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