Tumgik
#Dar una sonrisa no cuesta nada.
jona57 · 1 year
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chiquititamia · 3 months
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Lo más dulce
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Enzo Vogringic x female oc +18
Este es mi primer fanfic, he intentado muchas veces pero esta es la primera que logro terminarlo. Seguramente tenga muchos errores, pero ahí les va. Les pido que me digan qué les pareció y si quieren una segunda parte, sí? Disfruten :)
warnings: sexo oral, todo muy explícito
Era un hermoso día de primavera, de esos en los que de repente te das cuenta de que el viento ya no es frío. Un dulce olor a flores inundaba las calles empedradas del pequeño pueblo de montaña en el que el cast de La sociedad de la nieve se había instalado durante el rodaje.
Tenían el día libre, así que Enzo había decidido dar una vuelta al mediodía. Su bicicleta rodaba por las calles bajo el sol, había olvidado lo agradable que es pasear de esa manera. Tan sólo el sonido de la cadena de la bici y de las cigarras llenaban el aire, al fin y al cabo, era la hora de comer y la gente se encontraba en sus casas protegiéndose del sol.
Hablando de eso, Enzo notó un pequeño gruñido en su estómago, el hambre comenzaba a formarse, sería mejor que encontrase un sitio donde comer.
Dejaba que la bicicleta le llevase pasivamente, sin pedalear, aprovechando una ligera cuesta hacia abajo.
Al doblar una esquina, no podía creer sus ojos: ¡un restaurante vegetariano! En un pueblo tan pequeño no esperaba algo como eso. No se lo pensó dos veces. Apoyó su delgada bicicleta en la puerta del humilde establecimiento, sin sentir la necesidad de atarla, ya que la honestidad y amabilidad de la gente no habían hecho más que acompañarlos durante su estadía allí. De todas formas, no había nadie a la vista.
Nada más entrar al pequeño restaurante, sintió el alivio inmediato de la sombra en su piel, caliente por el sol. Dentro se estaba fresco, y un maravilloso olor a comida le enamoró, no podía creer su suerte.
Tan sólo había cuatro mesitas de madera en ese local tan lindamente decorado. Junto a la barra, una vitrina albergaba deliciosos postres caseros: lo que parecía ser una tarta de zanahoria, una de chocolate y pequeños pasteles de manzana y crema. Los ojos de Enzo brillaban devorando los manjares ante él.
Una dulce voz le sacó de sus pensamientos.
¿Hola, puedo ayudarte?
Una hermosa chica de melena larga y negra le miraba con ojos curiosos, sonriendo. Llevaba una camiseta de tirantes y una falda debajo de un pequeño delantal. Ella debía ser la dueña del local, pensó Enzo.
Buenas, sí, eh…
¿Qué le pasaba? ¿Desde cuando era así de tímido frente a una mujer? Las palabras no le salían, lo que le hizo patearse a sí mismo mentalmente por que tenía que estar quedando como un tonto ante ella.
Ella se rio ante la falta de palabras del moreno.
¿Tienes hambre?
Soltó una risa.
Sí, sí… muchísima, vengo de pasear con la bici…yo… - explicó casi tartamudeando, con media sonrisa.
Bien, ¿por qué no tomas asiento y te traigo una carta y algo de beber?
Enzo tragó duro, y asintió mirándola fijamente. Ella, se dio la vuelta grácilmente provocando un soplo de aire perfumado con su melena. El olor a coco y mango de su champú no hizo si no despertar aún más su hambre, aunque quizás no tanto la que aquejaba su estómago.
Cuando se sentó, el uruguayo dejó su mochilita de tela en el asiento libre que tenía al lado. Sacó su móvil y comprobó sin mucha sorpresa que no tenía nada de cobertura y apenas batería, pero tampoco le importó, no tardaría en comer y volvería con los chicos a su residencia.
Antes de que se diera cuenta, la chica había regresado con un menú y un vaso de agua helada, lo cual él agradeció profusamente.  Si bien no había muchos platos entre los cuales elegir, todos sonaban estupendamente para su estómago vacío, con el plus de que no tenía que limitarse entre una o dos opciones como normalmente, ya que casi todos los platillos eran veganos o vegetarianos. Se decidió por lo que más le apetecía: Wok de noodles con vegetales, salsa teriyaki y aceite de chile tostado. “Suena bárbaro”, pensó.
Enzo observaba discretamente a la que parecía ser la dueña, la camarera y la cocinera, todo en la misma persona.  La chica danzaba en la cocina entre los fogones, manejando con soltura los utensilios; alguna llamarada ocasional salía de debajo del wok, alarmándole, pero ella parecía esgrimirlas como una hechicera, sin miedo.  
No puede evitar reparar en como sus caderas y su trasero se contonean con los movimientos. “Quizá esté escuchando música” se dijo Enzo, no comprendiendo si no, el ritmo hipnótico de su cuerpo.
Y aquí está – dijo ella depositando el plato humeante frente a él.
Muchas gracias, tiene una pinta buenísima…
La camarera volvió detrás de la barra tras desearle buen apetito a su único comensal y él comenzó a devorar el plato con gusto.
Las miradas entre ambos no eran directas, si no veladas e intermitentes. Ella fingía no prestarle atención y dedicarse a sus tareas, mientras que él trataba de limpiarse constantemente la boca con la servilleta para no tener además de todo, pinta de boludo con la cara manchada de salsa.
¿Estaba loco o ese era el mejor plato que había comido en su vida? Quizás tan solo estaba hambriento… ¿O era porque ella lo había preparado?
Cuando hubo terminado el plato se levantó tomándolo y lo llevó a la barra junto con su vaso, también vacío, para ahorrarle a la chica el viaje hasta la mesa, siempre tan galante.
Ella sonrío y sacó el ticket de la caja registradora. Él le devolvió la sonrisa y le sostenía la mirada mientras buscaba su billetera en la pequeña mochila de tela.
Más pronto que tarde, su rostro se tornó preocupado. No puede ser. Su cartera no estaba más ahí. Un pensamiento le cruzó la mente como un rayo. Esa misma mañana la había cambiado de sitio a una riñonera nueva. Lo había olvidado completamente. ¿Qué carajo iba a hacer ahora?
No era muy difícil adivinar qué estaba sucediendo, él dirigía su mirada al fondo de la maldita mochila y después a los ojos de la chica, frenéticamente.
Te juro que no sabía, yo… A-ahora mismo voy a buscar mi bille-
Es que estaba por cerrar -dice la camarera sin perder la sonrisa, como divertida por la situación.
Entonces esta noche, y-yo … mierda, lo siento mucho­­- Enzo notaba sus mejillas y todo su rostro ardiendo por la vergüenza, se sentía como un idiota.
¿No se te ocurre otra forma de pagarme? - ronroneó ella.
Enzo se quedó congelado, aunque a decir verdad estaba totalmente acalorado. No podía ser que estuviera escuchando lo que acababa de escuchar. Pero tampoco cabía la posibilidad de que se estuviera refiriendo a ninguna otra cosa, ¿no?
Todas sus dudas se derritieron cuando ella paseó su mano por el pecho de él, acariciando el borde de su camisa.
¿Eso querés? -trató de sonar confiado.
Ella se mordió el labio, respirando el aliento cálido de él.
Enzo no esperó a que ella respondiera, pues sus ojos ya le estaban dando la respuesta que buscaba, y que en el fondo había anhelado desde que entró en el pequeño restaurante.
La verdad que me he quedado con ganas de algo dulce… ¿sabés, chiquita?, como con hambre de algo vegano ¿entendés?
En ese momento él lanza una rapidisima mirada por la ventana del local para comprobar que no haya nadie cerca que vaya a interrumpirles. No hay nadie. Entonces, como si algo en su cuerpo y mente hubieran mutado repentinamente, Enzo toma su rostro entre las manos con una firmeza que ella había intuido, pero que no había experimentado hasta ahora. Se lanza a besarla sin ambajes, como si no fuera la primera vez que lo hace con ella, como si ya supiera qué es lo que le gusta, qué tiene que hacer para derretirla. Su lengua entra en su boca de forma imparable, la diferencia de tamaños entre sus cuerpos cobra importancia desde ese mismo momento, siente que la va a devorar. Si bien hasta ese momento ella había llevado la voz cantante con su actitud de femme fatale, eso ahora no le servía más. Él era el que estaba al control, sus labios guiaban a los suyos, contenía su mandíbula como una pequeña jaula donde introducir su lengua como una serpiente. Lo único que ella podía hacer era intentar seguir su ritmo y disimular lo muchísimo que le costaba no empezar a gemir.
Sin casi darse cuenta, él la había ido empujando hacia el interior de la cocina, habían caminado al unísono enredados en un nudo de cuerpos en el que ya casi no quedaba ninguna pena.
Pasó sus grandes manos por su cintura mientras seguía besándola, redondeando sus formas. Agarró sus gluteos por debajo de la falda. Ella se felicitó a sí misma por haber escogido sus braguitas negras de encaje para ese día, por ninguna razón en especial. Enzo metió sus dedos por debajo del elástico que abrazaba sus caderas, amenazando con bajarlas en cualquier momento.
Me estabas poniendo malo, nena, ¿sabías?
Ella aprovechó el pequeño respiro que le dio a su boca para contestar un leve “sí”
Ah, sí, eh? Mirá vos… - sonaba divertido, pero también desafiado.
Sin ningún esfuerzo colocó sus brazos debajo de sus muslos y la subió a la encimera, junto a los fogones. Ante eso, ella no pudo contenerse más y gimió sin poder evitarlo, mientras clavaba sus uñas bien cuidadas en la nuca de él, de donde se estaba agarrando.
Me vas a dar algún dulce, gatita? Mirá que tengo mucha hambre…
Ella asintió rápidamente, como una niña obediente.
Sí…? - Decía mientras depositaba besos húmedos por su cuello, ¿qué me vas a dar? – ronrroneaba entre cada lamida.
Ahh…yo…
No podía parar de gemir, ninguna palabra, y mucho menos frase coherente iba a salir de su boca, simplemente no podía pensar, no mientras su lengua caliente recorría su cuello, no mientas sus manos invadieran el interior de sus muslos como si fuera el pan que ella misma había amasado esa mañana, sobre esa misma superficie. Sentía que estaba arruinando su ropa interior, no recordaba haber estado así de húmeda jamás.
 ¿Y? ¿qué me vas a dar? -comenzó a bajarle las bragas por la cintura ¿Una frutilla? ¿Eso tenés? – en lugar de pedirle que se levantara para poder sacarle la ropa interior la recostó en la encimera, tumbándola ligeramente, deslizando la prenda ya empapada por sus piernas.
Sin pedir permiso, abrió sus piernas para contemplar lo que sus bragas, ya tiradas por el suelo escondían. Enzo tragó saliva, provocando que su nuez se moviera por su garganta deliciosamente. De forma involuntaria apretó la mandíbula, había encontrado el postre más rico del restaurante.
¿Esta frutilla es tuya?- la miró a los ojos mientras un pulgar delíneaba sus labios ahora expuestos, como si nada.
Ella atinó a asentir con ojos suplicantes.
No,… no es tuya, es mía, chiquita. Es mía y me la voy a comer, ta? ­­– nunca una corrección le había parecido tan bien.
Sin más preámbulos bajó su cabeza hasta enfrentar su centro, que estaba húmedo estaba claro, pero es que además emanaba calor, parecía palpitar con deseo.
Y entonces empezó a comer.
Empezó a comer, comer y comer.
Abría la boca y manejaba su lengua como si en realidad le estuviera dando un beso francés, solo que en una boca distinta. Se introducía en ella como si no dispusiera de nada más que esa parte de su cuerpo para satisfacerla, con avidez.
Ella se deshacía en gemidos, no se retenía más, le daba igual gritar, sabía que nadie podía oirla, a esas horas no había nadie en la calle, no bajo ese sol abrasador. Pero, si así fuera, ¿sería capaz de parar?
Claro que no, aunque quisiera no podría pararle. Su boca mamaba de ella como un cachorro hambriento, no podría apartarle. Y sinceramente no querría por nada del mundo.
Qué rica que estás nena, sabes a miel … - dijo mientras introducía su dedo corazón en su vagina, con maestría, sin parar de lamer, en perfecta sincronía, como si su lengua y su mano fueran entes separados que sabían actuar de forma perfecta e independiente.
No faltaba mucho tiempo para que llegara a su clímax, lo notaba formándose en su bajo vientre, si seguía así no iba a durar nada.
Me voy a…!
A venir? Venite, princesa, vamos…- paró dolorosamente un par de segundos para pronunciar esas palabras, y al volver a tocarla con su lengua ella no pudó más y explotó en su boca como un fuego artificial. Grandes oleadas de placer arrasaban en ella, que gritaba y gemía. Él notaba como el único dedo que le había introducido quedaba aprisionado y recibía apretones entre sus paredes que pulsaban en su orgasmo. No lo sacó hasta que ella le hizo un gesto, recostándose ,agotada y sudorosa en la superficie donde normalmente trabajaba.  
Aún le costaba recuperar el ritmo normal de su respiración, y por una vez, su mente no se encontraba preocupada por tonterías como si estaba despeinada, o qué le había parecido al otro su ropa interior o si había gemido suficientemente sexy. Esta vez su cuerpo simplemente estaba anegado por el placer tan animal que Enzo le había provocado. Todo lo demás no importaba.
Él se había parado y se estaba echando el pelo hacia atrás, también estaba sudando. Gracias a Dios que un pequeño ventilador metálico les estaba apuntando a los dos, de lo contrario habrían muerto de calor.
Qué linda que sos, muñeca.
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nagycyra · 2 months
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Mi única oportunidad
Etiquetas: ligera mención de sangre, heridos, consuelo.
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—Vamos Miguel, no me harás daño — habló T/N con una sonrisa en sus labios mientras incitaba a Miguel a que le diera alguna caricia a su vientre. T/N llevaba siete meses de embarazo y aunque Miguel se encontraba emocionado, también se sentía limitado en sus pequeñas muestras de afecto. 
No es como si Miguel fuera un hombre que mostrará siempre contacto físico en público, tampoco es un hombre tan seco, desde que conoció a T/N se ha visto envuelto en un gran recorrido que pone al límite sus emociones. Poco a poco T/N se había metido en la vida de Miguel hasta que finalmente son una pareja de casados que esperan un pequeño bebé.
—Nena, lo sé, pero justo ahora no puedo controlar del todo mi fuerza— contestó Miguel mientras veía como T/N se sentaba cómodamente sobre el sofá. 
Miguel se encontraba fascinado con T/N, ver los cambios que había provocado el embarazo había sido un gran deleite. T/N siempre había sido cuidada por Miguel, ayudándole con cada día que pasaba. 
—Excusas, ya hemos hablado de esto— dijo T/N mientras se cruzaba de brazos, no importaba que tanto Miguel insistiera que no era momento, T/N sabía que algo más ocurría y ella no se detendría hasta averiguarlo.
Pasar junto a Miguel durante cuatro años no había hecho más hábil al momento de leer a su esposo.
Miguel se sintió atrapado en ese momento, realmente ocurría algo, pero tampoco era algo que le agradaría tocar así como así. Sin embargo, él conocía a su esposa con facilidad, no podía evitarlo realmente. Miguel soltó un suspiro resignado y se sentó a un lado de T/N.
—Últimamente no he podido controlar mis garras como debería —Miguel observó la palma de su mano izquierda, las  finas puntas de sus garras se asomaban sutilmente, era algo que a Miguel le preocupaba porque eso significaba que debía mantenerse alerta, ni siquiera podía acariciar la mejilla de su amada T/N sin que la posibilidad de lastimarla sea  increíblemente alta.
La ligera picazón a la que ya estaba acostumbrado avisaba que sus garras estaban volviendo a salir, sin que él lo quisiera así, algo que hizo que cerrara su mano en un puño con fuerza. Un suspiro volvió a salir de sus labios, parecía casi resignado con la idea de controlar esa reacción de su cuerpo.
—Eso es extraño — murmuró T/N un poco incrédula al ver cómo Miguel se esforzaba tanto por no sacar sus garras —¿No es algo causado por el miedo o algo así? ya sabes, cómo las personas que se quedan pegadas en las paredes y les cuesta trabajo soltarse.
Tenía sentido, pero Miguel es alguien con experiencia, eso no podría pasarle, ni siquiera el estrés era lo suficientemente fuerte como para incapacitar alguna de sus habilidades, así que negó con su cabeza.
—Me temo que no es así.
—¿Ya le preguntaste a Lyla? — T/N   intentó pensar en alguna alternativa para poder ayudar a Miguel.
—Si, pero realmente no hay nada extraño con mi cuerpo — comentó Miguel mientras veía cono T/N daba suaves caricias a su hinchado vientre, era la primera vez que se sentía extrañamente cohibido, su esposa estaba ahí, a su lado, con un lindo y holgado atuendo y no podía ni siquiera tocarla a causa de sus garras. 
Miguel realmente quería abrazar a su pequeña T/N, pero le preocupaba más el hecho de poder lastimarla, así que simplemente empezó a sentirse algo frustrado.
 T/N había notado la inquietud de su esposo, ahora entendía porque los últimos días Miguel apenas la tocaba, aun cuando Miguel seguía dando algunos besos, era terriblemente notorio el hecho de que Miguel había dejado de dar algunos abrazos y caricias a T/N. 
—Esto no tiene nada que ver, pero podrías intentar dormir más — comentó T/N, aunque entendía que ser Spiderman, ser el líder de una asociación y pronto, un padre, no era nada fácil, en momentos como estos Miguel debería empezar a dormir un poco más. 
—¿De entre todas las cosas piensas que es por no dormir? — Miguel alzó una ceja, casi parecía cuestionar si T/N hablaba enserio, pero al ver como ella asentía con su cabeza  soltó un suspiro —Bebé, he pasado más tiempo sin dormir de lo que crees. 
—Lo sé, lo sé, señor vampiro todopoderoso — bromeó T/N con una sonrisa mientras se levantaba lentamente del sofá —pero yo tengo sueño, así que ven a dormir conmigo, podemos pensar mejor después de descansar. 
T/N tomo a Miguel del brazo, él por su parte no se opuso y se levantó, por inercia estaba a punto de poner su mano en la espalda baja de su hermosa esposa, pero al sentir el ligero picazón en las puntas de sus dedos se detuvo, frunciendo un poco su ceño, realmente eso era peor que estar en abstinencia. 
—tranquilo — la suave voz de T/N hizo que Miguel se sintiera un poco más relajado.
Miguel caminaba detrás de su amada esposa, siguiéndola de cerca mientras subían las escaleras hasta llegar al pasillo que conducía a su habitación compartida. 
Las luces eran tenues, T/N se había acostumbrado a mantener las luces así, era algo divertido mantenerlas encendidas al inicio, hasta que observó que realmente le afectaba a Miguel tener las luces encendidas. 
Aún cuando ambos no dijeron ni una sola palabra, era realmente notorio la comodidad que sentían uno al lado del otro, especialmente cuando T/N se acurruco cómodamente al lado de Miguel, la suavidad de las cobijas abrazaban sus cuerpos de forma agradable. Para T/N no fue tan difícil dormir, bastaba con sentir la calidez de Miguel cerca para lograr entrar en el cómodo mundo de  Morfeo. Pero Miguel solo pudo sentirse aliviado al ver como T/N dormía.
Han pasado años y aún tiene miedo de perder a quien le ha tenido tanta paciencia, tanto amor y cariño. El miedo latente de despertar un día y no poder encontrar a T/N se había convertido en su mayor miedo, también en su mayor debilidad. 
Miguel no se lo había contado a T/N, pero en la última misión había ido a una dimensión diferente, lo que le había afectado tanto era haber visto como una mujer embarazada terminaba herida por una de las anomalías que habían perseguido, por suerte la mujer pudo recuperarse y con los análisis de Lyla se enteró que el bebé no termino afectado. 
El shock de ver como la mujer se había llenado de polvo y algo de sangre fue suficiente para recordarle a T/N, apenas había vuelto a la sede salió corriendo en busca de su esposa. Poder verla, poder sentirla, había sido tan reconfortante que calmó su corazón. 
Miguel observó nuevamente como T/N dormía, removiendo su cuerpo ligeramente contra Miguel, algo que le hizo sonreír. Por primera vez en esos días, pudo respirar cómodamente, saber que su mundo estaba a salvo, que la razón de su felicidad se encontraba tranquilamente en su hogar.
—Tal vez no lo sabes, pero eres mi única forma de tener paz, eres la única que me dio una oportunidad.
El suave susurro de Miguel fue algo que T/N no pudo escuchar, pero eso estaba bien, Miguel no necesitaba decirlo todo el tiempo, solo necesitaba demostrarlo. 
Miguel observó como el cabello de T/N empezaba a cubrir su rostro, con mucho cuidado, aún teniendo miedo de que sus garras fueran a salir, quitó los mechones de cabello de T/N, acomodándolos detrás de su oreja, solo hasta ese momento pudo entender con mayor facilidad cuanto extrañaba tocar a su amada esposa.
“Una sola caricia, déjame sentirla sin hacerle daño.”
Pensó, mientras acariciaba suavemente la mejilla de T/N, enamorado de la cálida sensación que le provocaba, sus garras no salieron, sus caricias no eran peligrosas, finalmente su corazón se había convencido de que su amada T/N estaba bien, a su lado, donde pertenece.
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En este momento mi vida es un constante sentimiento de vacío y de tristeza. No puedo sentirme bien, no puedo sonreír de forma sincera, no puedo hacer las cosas que me gustan, me cuesta levantarme, me cuesta expresar mis sentimientos y realmente tengo un gran deseo de morir. Y me preguntó el porqué, realmente no lo sé. Hace muchos años creo que debí haber muerto y que este tiempo he luchado y he tratado de ocultar mi tristeza, sin embargo, siempre ha estado presente. Mucho tiempo simplemente huí de lo que sentía pero en este momento me cansé de correr y este sentimiento me está ahogando y hundiendo de una forma absurda dónde no veo un rayo de luz. Intenté pedir ayuda y lo único que conseguí fue arrastrar a alguien que quiero con mi vida a ese pozo de barro llamado tristeza. Realmente todos los días se han vuelto un tormento en mi vida. Quisiera no despertar más pero todos los días debo dar todo de mi para levantarme de la cama, debo dar todo de mi por manejar de forma responsable sabiendo que deseo ir a máxima velocidad y chocar contra un muro para no sentir nunca más. Tengo que estar más de 8 horas en un sitio dónde todos se sienten en su lugar menos yo, debo ver cómo aquello que tanto anhelaba solo me roba mi energía y me deprime, debo ir a casa y volver a cuatro paredes porque realmente me pesa salir de ese espacio. Me aleje de personas que quería demasiado y a la única persona que no aleje le miento todos los días diciéndole que estoy bien cuando realmente no lo estoy.
Realmente no se que hacer con mi vida en este momento todo me da igual y simplemente quiero dejar de sentir. Será una verdadera solución acabar con todo o simplemente soy un puto cobarde? Solo quiero paz y no se cómo conseguir aquello que anhela mi corazón.
Cuan cobarde soy, caminar varios kilómetros esperando el momento perfecto de dar ese paso de fe y no fui capaz, no pude dar el paso, no pude porque el miedo me venció. Pero ya no quiero esta vida.
Que difícil sentir el peso en tu pecho, el vacío en tu alma y un sin sabor en tu vida pero no saber el por qué. Es difícil todos los días intentar continuar un camino cuando solo te guía al abismo, que difícil respirar cuando te falta el aire, que difícil llorar cuando no hay lágrimas, que difícil soñar cuando no hay un anhelo, que difícil despertar cuando no quieres un día más.
Por más pequeño que sea la acción todo te pesa, un mensaje, levantarte de la cama, comer, absolutamente todo se vuelve una carga en tu vida y solo quieres gritar. El constante deseo que el dolor termine y pueda llegar algo mejor. Pero eso no pasará, nada mejorará y todo irá peor. Ningún esfuerzo es suficiente, ninguna sonrisa es suficientemente falsa, ningún amigo estará ahí. Solo estás alargando algo inevitable y que tarde o temprano llegará. Te romperas en millones de pedazos dónde la única solución será tu eliminación, serás destruido de tal forma que no verás un nuevo despertar, sin embargo, continuarás con vida. Seguirás aparentando estar bien cuando no es así, solo estarás esperando ese final, ese algo que te permita descansar porque no tendrás el valor de saltar, de disparar, de cortar el dolor. Porque a pesar de solo sentir odio y dolor en tu corazón no eres capaz de dañar otra vida con la tuya, solo serás un cuerpo deambulando esperando y restando día a día con la ilusión de que el final pronto llegará.
Andrés Pardo - Horas previas a su muerte.
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El puto miedo
Si no te atreves a compartir tu tiempo con la persona que te paró el reloj desde la primera vez que la escuchaste reír, eres gilipollas. Si no eres capaz de bailar con quien te ha enseñado lo que es la música, eres un cobarde. Y el cementerio está lleno de cobardes. Y a los muertos de miedo nadie les lleva flores.
Lo único que conseguirás teniendo miedo es lamentarte mañana de lo que no has sabido valorar hoy. No quieras llegar a viejo y cargar con el peso del «qué hubiera pasado sí...», que tirarse de cabeza y corazón es una locura, sí, pero no hacerlo por si el golpe es fuerte es una estupidez. Apúntatelo.
No tengas miedo. El miedo al amor es el mayor miedo que conozco. Cuando encuentres a la persona que te haga ver el querer como valentía y no como temor, será cuando sonrías como nunca lo has hecho. No me entiendas mal, no digo que tu felicidad tenga que depender de alguien, tan solo digo que la sonrisa es como una línea curva, que empieza en tu boca y será mucho más larga si acaba en la suya. Dicen que compartir es vivir. Y no hay nada mejor que compartir recuerdos con quien te ha enseñado todo lo que hay más allá del miedo.
Estoy cansado de escuchar que lo dejaste ir porque empezó a gustarte demasiado. A veces somos tan tontos que cavamos nuestra propia tumba y presumimos de ello. Si ya de por sí es difícil dar con la persona que es capaz de llenarte, no te quiero contar cómo será cuando te ahogues en tu propio miedo a respirar en soledad.
No vas a tener nada que perder. Nunca. El amor te hará cosquillas y el desamor te hará más fuerte. Esto es así. La vida son lecciones y, aunque haya veces que no nos guste ir a clase, días grises, ya tú sabes, siempre puede haber un compañero que le dé sentido a la mañana, que haga salir el sol cada vez que ríe. Dar el primer paso cuesta, pero nunca, con ninguna otra cosa, sentirás que vuelas tan alto como cuando se quiere. Créeme, el cielo es mucho más demócrata si se comparten alas.
Con esto no quiero decirte que no sientas miedo, porque todos lo sentimos. Lo que pretendo es que te atrevas, que seas valiente, porque quedamos muy pocos los que somos capaces de arrasar a la razón cuando el corazón compite.
¿Vale?
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freya-captain · 1 year
Note
siéntase libre de traducir!
Estoy sentado a la mesa junto con los empleados de Jace. Conozco a Erryk, por eso siempre es el primero en recordarme citas como ésta o en ponerme al día sobre la rutina de mi propio marido. Sin embargo, no sé el nombre del secretario ni de nadie sentado en esa mesa.
No hablamos de trabajo, ahora me pregunto por qué, pero ya sé la respuesta. No he hablado de otra cosa. Me da curiosidad ver a todo el mundo hablando de la vida cotidiana, rodeado de una jerga que no entiendo y siempre ensalzando la bondad de Jace como jefe.
Imagino que es un jefe ejemplar. Imagino que está incluso mejor que el abuelo en esa silla. Pero no lo sé.
Le veo subir al pequeño escenario. Observo los detalles de su traje: nuevo y bien cosido. Sus padres están en la otra mesa con sus familiares, no me miran y si lo hacen no sienten la necesidad de llamarme para que me siente con ellos.
Su sonrisa se ilumina desde arriba. Intento parecer alegre. Aunque todavía voy por mi tercera copa de champán, me siento lo bastante tonta como para poner los ojos en blanco ante los aplausos.
Me da las gracias por todo. Hace promesas sólidas. Describe cosas que no entiendo. Hace bromas que me cuesta entender, pero acabo sonriendo al unísono con los demás. Jace hace una pausa, me sonríe y me pongo nerviosa al sentir que las miradas de la sala se desvían hacia mí.
- Quiero dar las gracias a mi marido, Aegon, sé que no podría hacer nada de esto sin ti. Haces que cualquier lugar se sienta como en casa, incluso después de dos años de matrimonio.
Antes de que pueda pensar en otra cosa, suelto una carcajada. Veo que se pone pálido, pero sigue hablando como si no hubiera visto nada. Las miradas se disipan y me pongo en pie.
Ni siquiera se acuerda. Quería sentirme sorprendida, pero me duele, porque en el fondo sabía que él ni siquiera sabe cuántos años llevamos casados. ¿Podrían haber sido dos años una patada? ¿Recuerda siquiera cómo nos casamos? ¿Su familia debe saber que existo?
Quiero gritar: SON TRES AÑOS. LLEVAMOS 5 AÑOS JUNTOS. ¡TODA UNA VIDA Y NO TE ACUERDAS!
Me voy en silencio, sintiendo que me arde la espalda y casi llorando por los susurros ahogados.
Nuestro conductor ya está en la puerta. Me quedo mirando. Como si pudiera entenderlo, empieza a andar y yo le sigo.
- ¿Chocolate, Sr. Aegon? - Me lo ofrece mientras subimos al coche.
- Llévame a casa.
So they are not related (I originally thought Aegon was outcast from the family and the only one who still talks to him is Jace)
I love when Aegon giggles at all inappropriate occasions and ruins everything marvelously.
Thanks for allowing me to put the translation here! (So I could read it again jajajaja)
From amazing anon:
feel free to translate!
I am sitting at the table together with Jace's employees. I know Erryk, so he is always the first to remind me of appointments like this or to update me on my own husband's routine. However, I don't know the name of the secretary or anyone else sitting at that table.
We didn't talk about work, now I wonder why, but I know the answer. I haven't talked about anything else.
I'm curious to see everyone talking about everyday life, surrounded by jargon I don't understand and always extolling Jace's goodness as a boss.
I imagine he is an exemplary boss.
I imagine he's even better than Grandpa in that chair. But I don't know.
I watch him walk up to the small stage.
I look at the details of his suit: new and well stitched. His parents are at the other table with their relatives, they don't look at me and if they do they don't feel the need to call me to sit with them.
His smile lights up from above.
I try to look cheerful. Although I'm still on my third glass of champagne, I feel silly enough to roll my eyes at the applause.
He thanks me for everything. He makes solid promises. He describes things I don't understand. He makes jokes I struggle to understand, but I end up smiling in unison with the others. Jace pauses, smiles at me, and I fidget as I feel the eyes in the room turn to me.
- I want to thank my husband, Aegon, I know I couldn't do any of this without you. You make any place feel like home, even after two years of marriage.
Before I can think of anything else, I burst out laughing. I see him turn pale, but he keeps talking as if he hasn't seen anything. The stares dissipate and I stand up.
He doesn't even remember. I wanted to feel surprised, but it hurts, because deep down I knew he doesn't even know how many years we've been married.
Could two years have been a kick? Does he even remember how we got married? Does his family even know I exist?
I want to scream: IT'S THREE YEARS.
WE'VE BEEN TOGETHER FOR 5 YEARS. A LIFETIME AND YOU DON'T REMEMBER!
I leave silently, feeling my back burning and almost crying from the muffled whispers.
Our driver is already at the door.
I stare at him. As if he can understand, he starts walking and I follow.
- Chocolate, Mr. Aegon? - He offers it to me as we get into the car.
- Take me home.
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t4dlat · 1 year
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#INTERVENCIÓN 11:                 𝘂𝗻 𝗮𝗺𝗶𝗴𝗼 𝗱𝗲 𝗼𝗿𝗼    
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 ↳ @lacupulaint​ 
hundido en la silla, su atención pasea por los distintos cuadros colgados en la sala. con el pulgar derecho rasca dorso de dedo anular, impaciente, hay cierto resguardo en el recordatorio de que no es el único sometido a un análisis psicológico. pasar desapercibido y concluir rápidamente con el intercambio, imagina, no puede ser un objetivo difícil de cumplir. 
...
— ¿cómo te sientes en este momento?
— eh. bien, normal —sostiene la mirada por tres segundos, suficientes para comprender que  respuesta no alcanza para convencer a la persona del otro lado. se reincorpora y relame apenas sus labios, disponiéndose a llenar los silencios:—. un poco hambriento, en realidad. no sabía que me llamarían hoy, así que estaba justo por ir a almorzar.  
— es un poco tarde. —la sonrisa del otro lado le hace pensar que lo está haciendo bien, que falacia contribuye a su causa.
— ah, sí. soy estudiante de artes, tenemos horarios distintos al resto de los mortales. —en especial por su dispersión e irresponsabilidad académica. sus labios se surcan también, mas mirada lo traiciona y viaja hasta el reloj de pared. la terapeuta parece no pasar por alto aquél detalle, y hace unas anotaciones en su libreta. 
— entiendo, pero es importante que nos hagamos un espacio para conversar. sobre ti, sobre lo que quieras contarme, sobre los últimos acontecimientos ocurridos en alabaster...
— ¿sobre lo de anastasia? —había escuchado que las entrevistas sondeaban aquél incidente, por lo que no espera una contestación para continuar hablando:— porque yo no la conocía —hay mentira y verdad en su respuesta. no recuerda más de un intercambio con ella, y aunque tuvo palabras que no fueron intrascendentes para él, no afirmaría que la pérdida haya sido un golpe particular hacia él—, tampoco a jack, ni jean... por eso no le veo mucho sentido a todo esto. —su espalda vuelve a caer contra el respaldo, lo rodean aires de desgano.
— no necesariamente debemos hablar sobre ellos, estoy aquí para ayudarte.
su mirada vuelve a viajar hacia el reloj de pared, en un movimiento tan fugaz como inconsciente.
— ¿podrías nombrar una o más emociones recurrentes en las últimas semanas?
separa los labios para contestar, pero le toma unos segundos identificar una respuesta. lleva la vista hacia los cuadros, uno de tonos azules y verdes es el que le otorga refugio. él habría usado tonos grises en este momento, en eso piensa:— no sé, cansancio. me anoté a cuatro asignaturas. —dos que ya había cursado.
— ¿tienes apoyos dentro de alabaster? —un asentimiento lento contesta la pregunta, y ante las nulas intenciones que el estudiante exhibe a la hora de añadir más palabras, linda wallace lo alienta a hablar:— ¿podrías nombrarlos?
la observa y uno de sus hombros se alza al instante, gracia invade de pronto:— tengo amigos, si es lo que quieres saber. hay muchas personas a las que podría recurrir si algo sucediera. 
— y eso... ¿con qué tanta frecuencia sucede? 
hay dos segundos de letargo, los finaliza trasladando su mirada a la pared y luego al reloj que parece moverse en cámara lenta:— no sé. repito, si necesitara hablar con alguien, tendría a quién acudir. —que vuelva a escribir intensifica su impaciencia. no cree estar mintiendo, no se trata de que considere que las personas a su alrededor no estarían dispuestas a dar una mano — — y sin embargo, no logra dar con un nombre al que haya pensado en dirigirse cuando, por ejemplo, el regreso a su hogar lo sobrepasó anímicamente. atribuye ese hábito a la (falta de) costumbre.
— ¿sientes que te cuesta confiar en los demás?
inhala aire con profundidad. la impaciencia causó que intensifique el rasguño en falange derecha al punto de que se provoca una herida pequeña, la cual esconde guardando las manos en las mangas de su buzo. sus movimientos no lucen como mucho más que un desperezamiento:— no, para nada.
la terapeuta hace algunas anotaciones, tensando sus labios en una fina línea antes de volver a mirarle. por un momento, el menor piensa que la entrevista está a punto de terminar, sin embargo, lo sorprende una nueva pregunta:— ¿te preocupa algo en este momento?
interrogante llega tan de imprevisto que provoca un instante de duda. taddeo se pregunta, apenas por ese momento en el que se sostienen la mirada, si la terapeuta está capacitada para lidiar con una respuesta genuina. si se quedaría callada de saber que no logra dar con un norte, y que jugar a que esa incertidumbre no existe a veces acaba con todas sus energías — — que el futuro le aterra, motivo por el cual sabotea cada cimiento en su presente, que ya no ahoga su consciencia para olvidar preguntas sin respuesta, ahora le gusta el estado al que se empeña en regresar ( al menos, disfruta el durante, porque el paso del tiempo no supo mejorar la sensación de auto-rechazo que nunca falta por la madrugada ). se pregunta qué diría si hablara, si tendría una receta para no extrañarse a sí mismo, para regresar el tiempo a la persona que era antes de que las leyes universales desencadenen una secuencia de malas decisiones que cayeron, una tras otra, como piezas de dominó, o quizás si sabría volver al momento posterior para lidiar con sí mismo de otra forma, sin conocer los beneficios de no verbalizar sus malestares, quizás si no habría experimentado lo sencillo que era avanzar sin dar entidad a que él también padecía el quiebre en seno familiar no habría confundido resiliencia con sanar, tal vez habría sido el momento ideal para permitir esos aires infantiles que, paradójicamente y en banales situaciones de su día a día, no tiene problemas para enseñar. vuelve a mirar el cuadro en la pared, y piensa en que ya sabe todas las respuestas que pueden darle. y tal como en el pasado, no desea escucharlas de alguien más. llena sus pulmones de aire y lo suelta un instante después, hastiado. hace una mueca de labios, y acaba sonriendo cuando una ocurrencia surge en su mente:— ahora mismo... no encontrar en la cafetería ningún muffin de los que me gustan. esos de... chips de chocolate, ¿sabes a cuáles me refiero? — — perdón... intento concentrarme, en verdad, pero es que se está haciendo un poco tarde y no hay mucho más que tenga para compartir.
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Diciembre
Una batalla cuesta arriba, una escalada interminable, un cielo nublado que no es lo suficientemente gris para que llueva, pero tampoco lo suficientemente azul para llamarlo despejado, así se ha sentido diciembre para mí, 30 días de correr constantemente hacia un destino desconocido y detrás de esa frontera borrosa e inalcanzable... Y está el constante esfuerzo, una constante sonrisa falsa y ese tono de voz suave que intenta no llamar mucho la atención y que ahora llega a mí con naturalidad. Tal vez es por eso que a veces olvido que todo es falso, que solo estoy actuando, que ésto, este momento, estas personas, estas sensaciones, no son reales. Todo lo que está lejos de ti no es real. 
Pero volviendo a lo que decía... supongo que es por eso que dicen que ser amable es un arma de doble filo, el cuchillo que nos clavamos y blandimos ante los demás, rogando que no nos lastimen y al mismo tiempo... listos para lastimar. Así que esta noche llego de la clínica y me siento en la cama todo lo larga que soy. Trato de relajarme sin apretar mis puños contra las paredes, sin rasguñar la pintura con mis uñas cortas, sin batallar por respirar, sin sentirme tan jodidamente inútil. Al final del día, aunque otras veces ha sido peor, todavía se siente demasiado, así que trato de no pensar mucho en ello, de no pensar en la que dicen es mi enfermedad. No quiero recordar a las enfermeras clavándome agujas en la piel. Todo el día que pasamos en urgencias sintiéndonos tan pequeños y frágiles como en realidad somos los humanos, siempre tan propensos a rompernos. No quiero pensar en lo seca que estaba mi boca, incapaz de tragar ni el más mínimo bocado, con los recuerdos pesando sobre mi espalda como pesaban las sábanas en mi cuerpo en la unidad de cuidados intensivos hace un par de años, cuando el bullicio de los aparatos a mi alrededor era más fuerte que mi propia respiración.
Enfrentar tu propia mortalidad puede ser una de las más grandes epifanías humanas y mientras paso de médico en médico, creo que puedo entender por qué el universo se volvió... bueno, el universo. El universo solo después de estallar en un millón de pedazos, pudo mudar en otra cosa; solo puedes convertirte después de romperte y eso es maravilloso y aterrador al mismo tiempo. Uno de mis libros favoritos tiene una frase al respecto, sobre como el pájaro debe romper el cascarón para nacer y como ese cascarón realmente es el mundo, pero realmente no recuerdo muy bien cómo va... Entonces no pienso mucho al respecto y como quien entra en una cueva llena de murciélagos dormidos, paso a través de la vida con mucho, mucho cuidado, andando con la punta de mis pies, con palabras no dichas en la punta de la lengua, intento no romper el cascarón y ese delicado equilibrio que no me pertenece. Las cargas que nunca fueron mías para empezar, aunque me criaran para llevarlas. Cómo sé que ella nunca será feliz, y cómo dejé de preocuparme temporalmente por eso y solo hacerlo por mí, que estoy aquí metida. Lo que tal vez me haga una mala hermana, una mala persona, mala en todo en general y cómo ya eso tampoco importa demasiado porque, de qué sirve ser buena después de todo?
Todavía quiero intentarlo, ser feliz en momentos efímeros, sentirme completa, aunque eso no signifique nada en especial. Solo quiero demostrarme a mí misma que la vida puede ser mejor que la muerte, porque esta vida magullada, con un nudo en la garganta, con las rodillas raspadas, con las manos heridas porque él no está... es mi vida, mi hermosa vida, con mi tobillo malo que torcí sobrepasando mis límites, con la cicatriz en una parte escondida de mi bajovientre, cuando alguien decidió que no estaba destinada a dar nacimiento a mis propios deseos egoístas. Mi puta vida con el dolor fantasma en mi ojo izquierdo que guardo como un recuerdo de cuando mi cerebro hizo cortocircuito. Esta es mi vida y todo este dolor es una prueba de lo mucho que quiero vivirla y sé que suena raro viniendo de la misma niña que se llevó un cuchillo a la muñeca y una cuerda al cuello y se tomó un montón de pastillas cuando no tenía nada más. Pero aquí estoy yo, quien no pudo morir así que decidió seguir viviendo, porque no hay mejor forma de aprender a tener compasión de tus enemigos que cuando tu enemigo eres tú mismo, los químicos mal equilibrados de tu cerebro y tu sangre que parece fluir en tu contra.
Así que me separé, me desconecté y dejé mucho atrás porque es difícil avanzar con el peso de todos arrastrándote hacia abajo, especialmente en la cuesta arriba que ha sido este mes. Y me di cuenta de que no puedo llevar el mundo en mis hombros, así que le dije adiós a la esperanza de ver las cosas mejorar. Su salud, mi mente, la negación sigilosa de mi hermana a decir 'gracias' y mi negación impertinente a pedir 'perdón' por todas las veces que deseé morir delante de ella. Adiós a mi amiga que todavía cree que puede resolver todo con un abrazo, adiós a los hombres que pensaron que podían aprender de mí a amarse a sí mismos, adiós a cada persona que nunca ha preguntado cómo estaba, incluso cuando sentía tanto dolor. Ahora ataré una cinta de terciopelo a mi tobillo y me iré hacia un camino tomado muchas veces, pero desconocido en su totalidad para mí. 
Voy a sobrepasar esta montaña y cuando acabe intentaré estar mejor, lo juro, porque aunque el estetoscopio de las enfermeras mal pagadas nunca pueda oír bien mi corazón, juro que está latiendo dentro de mí, salvajemente, mientras lucho por llegar junto a ti, amor.
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davidsoto666 · 1 year
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"Tengo un poco revuelto el cajón en donde se guardan los instantes vividos, lo que jamás pudo ser y lo que quiero que sea.
Tengo a punto de expirar ciertas ganas y a punto de turrón algunos motivos.
Tengo prisas que permanecen en pausa, días que quiero que sean eternos y otros que urge que desaparezcan.
Tengo en la punta de la lengua ciertos consejos que ya es el tiempo de darme a mí misma, algunas lecciones de memoria aprendidas y otras lecciones pendiente que no he podido aprobar.
Tengo guardado un horizonte nuevo y las alas ansiosas por el cielo rozar.
Tengo, y no lo olvides, por si algún día te hace falta, cultivando un jardín de palabras sinceras, tengo tiempo y los oídos atentos para escuchar, un abrazo estrecho que lleva escondido un <aquí estoy para tí>.
Tengo un despertador que instalé a destiempo, un calendario que recién estrené, con la ilusión de un nuevo comienzo y la añoranza de lo que ya fue.
Tengo una canción añeja que me pincha el alma, un suspiro atrapado entre versos, algunos pasos nuevos que he practicado por si se me antoja bailar y una mirada llenita de estrellas por si se esconde el sol.
Tengo una niña guardada que se maravilla de lo simple, que me despierta, que confía, que me recuerda cuáles son sus sueños...
Tengo en el cuadro de honor las sonrisas, caricias, palabras y miradas de quienes amo y extraño...y un rompecabezas incompleto.
Tengo algunos puntos suspensivos por si acaso y unos cuantos puntos y aparte para cuando se ofrezca.
Tengo un gran tesoro de esos instantes eternos que llaman recuerdos y más de mil razones porque dar gracias.
Tengo un pastel con velas de cumpleaños, un deseo muy bien pensado, tengo los pulmones cargados de aire, para soplar fuerte muy fuerte, me dijeron de niña que entre más grande el deseo mayor el soplido.
Tengo la edad suficiente para entender que la vida es una fiesta, que lo que vale la pena no cuesta, de la importancia de ser auténtica, de mantener el rostro alegre y lo indispensable que es soñar.
Tengo lo que debo tener porque para mí nada sobra...
Tengo todo de lo que estoy hecha y de lo qué quiero que venga".
¡Gracias por su presencia que es uno de mis más grandes regalos, los quiero, un abrazo enorme!
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defnotacoolguy · 1 year
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No han pasado ni dos días y te extraño muchísimo. Intento ser fuerte, intento permanecer firme en el hecho de que tengo que reconocer mi valor, y que nadie puede tratarme de la forma que llevabas haciendo semanas cuando estabas de mal humor, pero es tan difícil.
No quiero verte como el malo, me cuesta tanto trabajo hacerlo. Hiciste muchísimas cosas por mí por las que me siento estúpido tirando todo a la basura cuando pude haber sido más fuerte en los momentos de crisis que eran lo único malo que le veía a nuestra relación.
Nunca había querido hablar con nadie acerca de esos momentos, siempre he tenido miedo de que alguien me dijera que no estaba bien y que no tenía que aguantarlos. Ahora mismo me sigue pasando lo mismo, porque creo firmemente que los buenos momentos superaban esos malos.
Me he despertado varías veces durante las noches creyendo que escucho tu voz, miro a todos lados para recordar que tú no estás ahí y no puedo hacer más que llorar.
Te perdí, y no puedo evitar pensar que es todo mi culpa por no haber sido más fuerte y haber aguantado un poco más.
Nunca me había permitido amar de la forma que te amé. Nunca me había permitido confiar de esa forma en alguien. Siento como si una parte de mi corazón hubiera sido arrancado.
Sueño con volverte a ver, sueño con tu sonrisa, con darte un último beso, descansar en tu pecho como siempre amé, acostarme sobre tu pancita…
Y al mismo tiempo no puedo sacar la imagen de mi cabeza de cómo me gritaste que me largara.
Tengo miedo de seguir adelante sin ti, por más que sé que lo voy a tener que hacer.
Tengo tanto miedo de que nunca regreses. De que nunca pueda darte ese último abrazo y beso porque nunca me lo voy a perdonar.
Me duele tanto que no solo perdí a mi novio, perdí a la persona más importante en mi vida, perdí a mi mejor amigo, a la persona con la que hablaba del futuro y de tener hijos tan solo un par de horas antes.
Apenas y he podido comer. Cada que como algo, por más pequeño que sea, siento mi estomago revolverse y las peores ganas de vomitar que he tenido en mi vida. Tengo tanto miedo de bajar de peso ahora mismo, me aferro a mi pancita con la esperanza de que no se vaya en los días que me tomará poder volver a comer.
Mi cuarto está lleno de cosas tuyas, y no he podido juntar fuerzas como para buscarlas todas para devolvértelas. He estado usando tu ropa que sigue aquí, porque tengo tanto miedo de que nunca más pueda hacerlo.
Como desearía que olieran a ti.
Odio no poder saber de ti de ninguna forma. Quiero saber que estás bien, quiero saber que no te haya pasado nada malo. Sé que lo más seguro es que te sientas igual que yo, pero quiero saber que al menos físicamente estás bien y sigues aquí.
Todos me dicen que tengo que aguantar las ganas de ir a buscarte. Tengo que ser fuerte, tengo que ser un adulto y seguir adelante. Y ahora mismo lo único que yo quiero y necesito es volver a ser un niño que busca protección en tus brazos.
No quiero que nadie lea esto, me quiero aferrar a esas cosas que eran sólo nuestras y que sé que no podré hacer con nadie más.
No puedo dormir bien sin despedirnos en la noche y saber que seguirás ahí en llamada conmigo. Odio no esperarte para irme a dormir. Odio ver TikToks y guardarlos pensando en que te van a dar risa o te van a gustar, para luego darme cuenta de que nunca voy a poder volverme a sentar a enseñártelos.
Siento tanto frío, necesito tu calor más que nunca.
Me siguen apareciendo videos de bebés y solo me hacen llorar porque sigo queriendo eso contigo. No quiero que nadie sea el padre de mis hijos más que tú.
Desearía haberte tomado más videos, aunque los pocos que tengo me hacen llorar.
Casi no abro mi galería porque eres lo único que guardo en ella, y me duele tanto poder sentir una cercanía tan artificial cuando veo esas fotos.
Podría jurar que aún puedo sentir tus cachetes tan suaves con mis manos, junto con tu barba tan bonita y que siempre he amado.
Quiero que escuches mi voz en cuanto empiece a cambiar, quiero ver cómo notas los cambios en mi ahora que finalmente empezaré hormonas.
Quiero escucharte hablar de las series que estás viendo, quiero que me sigas explicando cualquier cosa de Zelda o de Sonic. Quiero reírme con todas las tonterías que dices. Quiero que sigas interrumpiendo nuestros besos abriendo la boca o haciendo ruidos raros.
Esperaba tanto vacaciones para poder pasarlas contigo, y hoy ni si quiera quiero ir a firmar mi renuncia porque según yo iba a ir a verte en cuanto lo hiciera.
Eres y siempre vas a ser mi familia. No sé cómo voy a lograr no verte.
Mamá me dijo que contara 21 días, pero se me hace tanto tiempo sin ti.
Mamá dice que aún no sé lo que va a pasar. Que no asegure nada en mi cabeza pero no se cómo hacerlo, mi mayor miedo está pasando y nada me puede asegurar que no se quedará así para siempre.
No quiero escuchar música porque no quiero manchar las canciones que eran nuestras con lagrimas. No quiero poner atención a la letra de otras y relacionarlas contigo.
Si es lo único que voy a tener quiero mantener tu recuerdo intacto en mi cabeza.
Por más que me duela, sigo repitiendo en mi cabeza esa sensación de tocar tus cachetes o tu pancita, de sentir tu calor cuando me abrazas, de frotar nuestras narices o mi cara contra la tuya. Tengo tanto miedo del momento en el que no pueda sentir esa sensación tan clara en mi cabeza cuando piense en eso.
Te extraño tanto. Te extraño como nunca antes había extrañado nada en mi vida.
Por qué no pude ser más fuerte y aguantarlo esa noche. Pude haberme ido a dormir y nada de esto habría pasado.
Por qué tuvo que terminar así? Nunca quise esto. Nunca quise que te fueras. Sigo sin querer no volver a saber nada de ti.
Me duele tanto todo.
Intenté salir para despejarme un rato, richi me dio un abrazote y me preguntó que qué te había dicho la noche anterior. No sé por qué me lo preguntó.
“Que le dije de que?”
“De nosotros”
“Le dije que están muy guapos”
Se rió y me pidió tomar mi mano.
“Lo extraño mucho” Él me dijo.
Me tuve que aguantar las fuertes ganas de contestar que yo también.
“Al rato le mandamos un mensaje.” Le dije solo para poder irme y quebrarme en el momento en el que me subí al coche.
No sé cómo voy a poder seguir.
Ni si quiera sé por qué escribo esto.
No quiero que nadie lo lea.
No quiero hablarlo aún por lo mucho que duele.
Hace años que no me sentía tan disociado.
Siento que en algún momento voy a despertar y todo esto no va a ser más que una pesadilla. Siento que voy a despertar en tu cama, volteare a verte mientras roncas y tienes la cara más hermosa al dormir.
Siento que podré acurrucarme a tu lado y volver a caer dormido sabiendo que ninguno de los dos se irá a ningún lado.
Siempre hablo de mi estúpido razonamiento de no romper hasta que de verdad esté seguro.
Y la verdad ahora mismo me arrepiento de haberte contado eso, porque tengo tantas ganas de regresar a ti ahora mismo.
Quiero un último beso al menos, eso siempre ha sido de las cosas que más me aterran, el no recordar nuestro último beso.
Y odio que de verdad así sea, y que no pueda recordar cuál fue nuestro último beso durante la fiesta.
Quiero dejar de existir, y al mismo tiempo mando esos pensamientos a lo más profundo de mi cabeza por qué sé que a ti no te gusta que me sienta así.
Quiero lastimarme y al mismo tiempo aguanto todas mis ganas de hacerlo porque sé que te pondría muy triste que volviera a hacerlo.
Tengo que seguir adelante y no sé cómo.
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edweenhellser · 1 year
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Seducir a quien seduce
No hay mayor fantasía para el hombre que el de tener la oportunidad de tocar a una mujer y ver cómo poco a poco está va mostrando su libertad de ser. Empezar por abrazarle mientras ella os da la espalda... Sentirla respirar. Saber que es un momento que ambos estaban esperando pasará.
Sin embargo algo que supera por mucho este momento es el de sentirse dominado por la seducción de aquella mujer.
El hombre siempre busca dominar y como tal no cuesta dar el primer paso, pero que te inciten a darlo es aún mejor.
Sentir como ella os abraza mientras recorre con sus manos vuestro estómago. Cómo dirige de manera intencional su trayectoria hacia abajo del mismo, mientras disminuye la velocidad. Dejando en fantasía todo pensamiento que puede pasar en ese instante por nuestra mente.
El como juega a tentarte mientras te ve a los ojos y finge que ni si quiera le pasa por la cabeza provocarte. Todo seguido de esa sonrisa que se cargan de puedo ver qué tus ganas lucen a simple vista pero que al mismo tiempo te estas aguantando a qué de luz verde.
Esa es una derrota, que sabe tan bien. Que bañarse de ganas es inevitable.
Solo te deja el cosquilleo en el estómago, un centenar de fantasías que parecen no tener fin y la mente lejos de ti. Los sentidos nublados, la vista perdida en la nada. El sentido del oído completamente incapaz de percibir con claridad posibles frases dirigidas a vuestro ser inconciente.
Volver al cabo de unos segundos y darte cuenta que te mira de manera tierna pero con un toque de lujuria.
Darte cuenta que hay un silencio que te permite oír de manera indirecta sus pensamientos y que dice "se lo que pasara a continuación".
Después de esto si existía una fantasía en ambos mundos, solo será un recuerdo en algún momento del dia... Mismo que estará creándose de manera natural los próximos minutos.
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charlyg74 · 1 year
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HERMOSA REFLEXIÓN ... NO PUDE CAMBIAR TU VIDA POR LA MÍA Hubiera deseado dar mi vida, a cambio de la tuya, pero eso no fue posible. Pedí a Dios. Supliqué e imploré, pero nada cambió. Me derrumbe, y hasta pensé que moría en vida, noches de tristeza, de soledad, de insomnio. La vida no se detuvo,... mi vida se detuvo y era inevitable la pregunta ¿ Por qué? Si era una persona llena de vida de sueños e ilusiones y en un momento todo cambió. Cuánto cuesta aceptarlo.... Cuánto cuesta renacer... Cuánto cuesta encontrarle un sentido, a lo que ya no tiene sentido. Me miré; y yo ya no estaba. Me busqué y no me encontré. Miraba en el espejo un rostro triste, lastimado, demacrado, y envejecido por el dolor. Pero en ese momento llegó a mi mente, algo hermoso; algo bello; la sonrisa tan hermosa de mi ser amado. ¡ No pude evitar sonreír al recordarle!... Y así fue, cómo poco a poco fui descubriendo que al dolor, lo podía ir transformando, con sus hermosos recuerdos y sus palabras de amor. Había descubierto lo más maravilloso; ¡ Su amor siempre está presente. No pude cambiar mi vida, por tú vida, pero si puedo, honrar tú vida con mi vida. Cada segundo, cada instante, cada día... Aún te extraño tanto; pero mantengo la esperanza de volvernos a encontrar, ahí.... en el más allá... Y seguiré. @credito al Autor (en Villa San Agustín Atlapulco, Chimalhuacán) https://www.instagram.com/p/CpRs3hyuYK5/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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love-letters-blog · 2 years
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TODA MUJER DEBERIA LEER ESTO.
1.- Cuidarás tu presentación día a día.
Arréglate como si fueras a una fiesta. ¡Qué más fiesta que la vida! El baño diario, el peinado, la ropa, toda atractiva, oliendo a limpio, a buen gusto.
El buen gusto es gratuito, no cuesta nada. Que al verte se alegren tu espejo y los ojos de los demás.
2.- No te encerrarás en tu casa, ni en tu habitación.
Nada de jugar a la enclaustrada o ala presa voluntaria.
Saldrás a la calle y al campo de paseo. "El agua estancada se pudre y la máquina inmóvil se enmohece "
3.- Amarás el ejercicio físico como a ti mismo.
Un rato de gimnasia, una caminata razonable dentro o fuera de casa, por lo menos abrir la puerta, regar las rosas, contestar el teléfono, baila aunque estés sola, haz cualquier movimiento que te despegue de la cama y del sillón. "Contra pereza, diligencia"
4.- Evitarás actitudes y gestos de vieja derrumbada
La cabeza gacha, la espalda encorvada, los pies arrastrándose. ¡No! Que la gente diga un piropo cuando pasas:
", ¡Qué guapa la señora!" Recuerda:
las canas… ¡se tiñen! y las arrugas… ¡se disimulan con una amplia sonrisa! pero, el arrastrar de pies… ¡eso sí es signo de vejez!
5.- No hablarás de tu edad ni te quejarás de tus achaques, reales o imaginarios.
Acabarás por creerte más vieja y más enferma de lo que en realidad estás y te harán el vacío.
A la gente no le gusta oír historias de hospital. Cuando te pregunten ¿Cómo estás?, contestarás que: ¡Muy bien! ¡Divinamente!
6.- Cultivarás el optimismo sobre todas las cosas.
"Al mal tiempo, buena cara".
Sé positiva en los juicios, de buen humor en las palabras, alegre de rostro, amable en los ademanes.
No seas una vieja amargada. Se tiene la edad que se ejerce. La vejez no es cuestión de años sino un estado de ánimo. "El corazón no envejece" (el cuero es el que se arruga).
7.- Tratarás de ser útil a ti mismo y a los demás.
No eres un parásito ni una rama desgajada del árbol de la vida. Bástate a ti mismo hasta donde sea posible.
Y ayuda, ayuda con una sonrisa, un consejo, un servicio. Al abrirte a los demás, dejarás de estar pensando en un "yo" angustiada y solitaria. "Solo cuando se abre la nuez, aparece la almendra"
8.- Trabajarás con tus manos y con tu mente.
El trabajo es la terapia infalible. Cualquier actitud laboral, intelectual, artística.
Haz algo, lo que sea y lo que puedas. Una ocupación artesanal, un rato de lectura, un trozo amable de TV, la música. La bendición del trabajo es medicina para todos los males.
9.- Mantendrás vivas y cordiales las relaciones humanas.
Desde luego, las que se anidan en el hogar, integrándote a todos los miembros de tu familia.
Ahí tienes la oportunidad de convivir con niños, jóvenes y adultos, el perfecto muestrario de la vida.
Convive, pero sin inmiscuirte en los problemas de los demás, a menos que expresamente te pidan un consejo, recuerda: " Ver, oír y callar "
10.- No pensarás que " todo el tiempo pasado fue mejor "..
Deja de estar condenando tu mundo y maldiciendo tu momento.
No digas a cada palabra: " las cosas andan mal, allá en mi tiempo…", " recuerdo que antes…"
No vivas de recuerdos, mira hacia el futuro con alegría. Ponte nuevas metas, haz planes, ¡sueña…! Positivo siempre, negativa jamás. Toda persona debería ser como "la Luna: destinada a dar luz… y como el Sol siempre dando calor.
Comparto con cariño 🥰
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lyon-amore · 2 years
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Sr. y Srta. Mentirosos Capítulo 8
Capítulo 7 -------------------------------------------------------------------------------------   *MC POV*  Es curioso, es como si ahora mismo estuviéramos en el pasado, antes de su secuestro. Seguramente, si todavía estuviéramos juntos, hubiera cogido su mano y besado aquella herida. Ahora, me contengo porque sé que estaría mal ¿por qué se despertaron todos estos sentimientos de nuevo? Es mejor que me concentre.    —Intenté dar un paseo después de que hablásemos —comienzo a narrar, de manera lenta por si se me olvidaba algún detalle—. Había escrito a Phil, diciendo que no iba a regresar y que me iba a casa. Aunque ni si quiera tenía ganas de regresar…    —Así que era mentira.    —Sí, estaba bastante nerviosa después de verte, todo era muy… —le miro a los ojos, intentando calmar mis sentimientos— Confuso —suelto un suspiro, intentando relajar mi cuerpo—, pero algo estaba mal. Cuando recibí tu mensaje, no voy a negar que me alivié, aunque tampoco quería hablarte tan temprano, pero fue una alegría.    — ¿Y por qué no me lo dijiste en ese momento?   —Porque sabría que te querrías venir a buscarme —confieso— y después de todo, necesitaba estar sola.      No quiero admitir a la cara que había vuelto a pensar en él como lo había hecho antes. De nuevo con el mismo pensamiento de estar enamorada, ilusionada, feliz de verle regresar a casa.    —Mientras hablábamos, notaba que alguien me estaba siguiendo —me abrazo a mí misma, recordando aquellos pasos que parecían silenciosos en las calles, pero podía escucharlos perfectamente—, no me atrevía a girarme, así que continué hablando —Jake coloca su mano en mi brazo, acariciándome con cariño. En seguida, todo mi cuerpo me delata con su tacto, pero ninguno decimos nada—. Fue cuando me despedí que me giré y mi una especie de sombra, así que decidí hablarte hasta poder llegar a casa.    —Y como empezó a seguirte más deprisa, no pudiste enviarme los mensajes correctamente.    —Exacto —asiento, sin apartar su mano. Mi cuerpo me pide su contacto en este momento—. No sé quién era, pero cuando guardé el móvil en mi pantalón para correr, tiró de mi chaqueta, la cual tuve que dejarla porque no quería que me atrapasen con ella.    —Si dejabas la chaqueta abandonada, no levantaba sospecha de que fuera importante.    —En sus bolsillos estaba mi DNI, así que tenía esperanza de que se la dieran a Phil.    —Pero para mala suerte la tuya, la encontré yo, notando el USB.    —Siempre fuiste muy curioso, lo admito —le sonrío y me devuelve la sonrisa—. Intenté alejarme de Duskwood, creo que la adrenalina hizo que no pudiera parar. Hasta que dejé de escuchar las pisadas de esa persona, no paré de correr. Pero cuando la adrenalina paró, todo mi cuerpo comenzó a fallarme —noto cómo de repente me cuesta respirar, recordando aquel momento—. No paraba de tropezarme, arrastrarme, me hice daño por todo el cuerpo. Hasta que llegué a caerme y me arrastré colina abajo.    — ¡¿Qué?! ¡¿Y cómo es que sigues aquí?!    —Porque esa persona… Me cargó… —Me tiembla la voz al recordarlo— Se puso a examinarme por completo, por todas partes….     —MC…     —Como vio que estaba débil, me dejó ahí para que muriera de frío… —comienzo a llorar. Mis lágrimas fluyen solas. No quería hacerlo— Ni si quiera quise gritar pidiendo auxilio por miedo a que me matara allí mismo…     Jake se acerca a mí y me abraza. Le acepto el abrazo enterrando mi cara en el hueco de su cuello. Todo mi cuerpo comienza a temblar y a dolerme por lo ocurrido de anoche. Ni si quiera recuerdo cómo pude llegar hasta aquí, no recordaba la dirección en la que iba, simplemente me dejé llevar. Ahora recuerdo. Este olor familiar que notaba era Jake. Lo había olvidado después de tantos años que no podía saber exactamente de dónde venía. Sonrío a pesar que me duele lo ocurrido. Porque ahora mismo, era como estar en mi casa. Un olor familiar, algo con lo que había pasado dos años enteros suspirando. Aunque ya no era lo mismo, me hacía feliz.    —Ya estás a salvo —me susurra al oído y me aferro más a él—. MC, ya estás conmigo, no te va a pasar nada…    —Gracias por cuidarme, Jake… —agradezco porque no me haya dejado en la calle. No tiene ningún rencor por mí, porque esté con otro— No quería meterte en ningún lío, lo juro, no quería…    —Eso da igual —me coge la cara con sus dos manos, mirándome a los ojos—. MC, me alegro de que estés a salvo, es lo más importante —se me escapa un sollozo. Jake me aparta el pelo revuelto de mi cara, antes de colocar sus manos donde estaban antes—. Tenemos que ir a la policía.    —No, nada de policías —me separo con miedo— ¡No puedo ir a la policía!    — ¿Y qué vas a hacer? ¿Estar desaparecida hasta que todo se calme? —Me pregunta nervioso— ¡MC, van a creer que yo te he hecho algo!    — ¿Así que eso es lo que te preocupa? ¿Qué hablen de ti? —pregunto enfadada, frunciendo el ceño.    —No, pero Alan tendría un motivo para detenerme —veo cómo se intenta calmar, pellizcándose el puente de la nariz—, él te conoce, conoció a tu padre.  Parpadeo sorprendida de que lo sepa. Nunca se lo conté porque evitaba hablar de mi familia. No quería recordar esos momentos que me arruinaron la vida por un largo tiempo.    —Si le cuento algo a Alan me meteré en un follón de los grandes —me seco las lágrimas, ahora sólo el miedo de que la policía investigase pasaba por mi mente como el torbellino que siempre tenía en la cabeza— ¡Lo que he hecho es ilegal!    — ¿Vaya, no me digas? —Coge el pendrive y le lo pone en mi cara— ¿Es porque piensas que la policía está metida en esto?    —Aunque ese crimen no lo llevase Duskwood, Alan podía avisar a quien fuera para que investiguen —intento calmarme, cogiendo el pendrive— y no quiero que meterle en esto.    — ¿Y tus amigos? —Me pregunta de nuevo— ¿Qué hay de tu prometido? ¿Nadie debe de saber que estás bien o qué?    —Jake…    —Mira, estoy como se dice reformado, limpio de cualquier crimen —se señala así mismo— ¿Y ahora me metes tú en esto?    — ¡Lo siento! ¡¿De acuerdo?! —grito, ya sin importarme que nos oyeran— No quería tampoco meterte en esto ¿sabes? ¡Tú tenías que quedarte en este maldito cuarto! ¡No ir a buscarme y coger esa estúpida chaqueta!    — ¡No puedes echarme ahora la culpa de que me preocupase por ti!    Cierto. No puedo. Intento calmarme. Esto no iba a llegar a ningún lado discutiendo.    —Mira… —levanto la mirada para verle— Lo único que quiero es que no salgas herida. Lo sabes ¿no?     Asiento, sin apartar la vista. Jake sigue siendo Jake. Siempre cuidándome. Siempre atento… Pero ya no quiere tener problemas, por lo que veo.Al contrario que yo. Me metí en esto porque llevaba años carcomiéndome en la cabeza, dándole vueltas ¿Por qué no había nadie que supiera de aquel hombre? ¿Por qué no podía ver nada especial en los informes que me pasaron? Y ahora, de adulta lo entendí. Me pregunto si mi padre llegó a verlo… Y que por eso estaba tan enfadado… Pero claro… Ponte en contra de quien lo ocultaba, quizás acabaría muerto.     —Vale repasemos —Jake junta las manos, caminando por el cuarto. Creo que nunca le vi de esa manera, me pregunto si lo hacía cuando encontrábamos alguna pista… Le estoy odiando porque se ve genial—, el caso es de hace quince años ¿no?    —Espera ¿me vas a ayudar? —Pregunto algo confusa— Pensaba que no querías meterte en esto.    —Si estás en esto, yo también —me responde, calmado—. Somos un equipo ¿no?    —S-sí… Sí, somos un equipo.    —Bien continuemos —se acerca a mi lado y se apoya en la pared, ahora colocándose una mano en la barbilla—, el cadáver estaba en un mal estado.    —Había mucha sangre, en los documentos hablan de que incluso le habían podido arrancar los dientes cuando estaba herido.    —Sí, también quemado las huellas dactilares.    —Fueron bastantes heridas las que le causaron —Digo mientras veo a Jake yendo a por el ordenador. Se sienta al otro lado de la cama y pone un código largo para desbloquear el ordenador. Después, veo cómo escribe la contraseña. Intento calmarme al verlo—. Incluso se puede ver que los brazos y piernas están totalmente destrozados —le paso el pendrive y lo coloca.    —Lo que implica que seguramente estaba vivo antes de dejarlo abandonado, para que no huyera.    —No, eso es imposible, en los documentos no dice que estaba vivo cuando le hicieron eso.    —Sí, lo sé —abre el documento— ¿Pero por qué molestarse en romperle los brazos y las piernas a un muerto?    Me llevo una mano a la boca, a punto de vomitar al pensarlo. Jake lleva una mano a mi espalda, intentando calmarme con pequeñas caricias.    —Perdón, sé que esto no es tu punto fuerte.    —Puedo soportar en las películas porque sé que es falso, pero…    —Ya… Esto es diferente.     Acababa de desayunar y ya estaba viendo un cadáver ¿no era fantástico? Jake baja deprisa el documento, pero al ver que hay más fotos de cómo se encontró el cuerpo, coloca la ventana de documentos delante. Le agradezco con un pequeño gracias, intentando recomponerme.    —Estos documentos son muy… ¿Cómo explicarlo? Es como quisieran ocultar la verdad —veo cómo se concentra en la pantalla.    — ¿Ajuste de cuentas?    —No, tú misma lo dices en el vídeo ¿recuerdas?     Sí. Sólo que me daba miedo admitirlo. Porque las personas que llevaron el caso eran compañeros de mi padre y él. Y no quería pensar en algo peor.    —Este tipo sabía demasiado de algo… —digo al final. —Y lo acabaron matando.    —Pero sin identificación, no podemos hacer nada.     Abre el documento de la autopsia. Al menos, el cuerpo estaba bien… Bueno, en lo que respectaba a un cuerpo, claro.     —Dijiste que faltaban las fotos de cuando examinaron el cadáver ¿verdad? —me mira y me encojo de hombros.    —Bueno… Recuerdo a mi padre examinar siempre este tipo de documentos en casa —me masajeo la sien, intentando recordar—, supongo que de ahí viene mis traumas con ver fotos de cadáveres.    —Entonces, tal y como dices, dicen no haber encontrado nada sospechoso que pueda servirle de ayuda —mira el documento de nuevo—, las notas del forense dice que el cadáver parecía incluso en mejor estado que cuando lo encontraron ¿se sabe quién es?     —Al final del documento está firmado como ‘Hugo Garner’.    — ¿Qué se sabe de él?     Suelto aire cargado, echándome hacia atrás.    —Ni idea, no me relacionaba con los forenses, Jake, lo mío eran los vivos.    —Bueno, supongo que podríamos empezar por él.    Llaman a la puerta y nos miramos. Hago una señal, para que esté callado.    —Quien debería hacerlo soy yo —me dice en voz baja.    —Perdón —le respondo igual—. Me voy al baño.    — ¿Qué? ¡MC!      No le hago caso y me levanto a esconderme. Fuera quien fuese, no debían de saber que estaba aquí. Al menos, de momento. *Jake POV*  Expulso el pendrive y cierro el ordenador, guardando el pequeño objeto en mi bolsillo del pantalón. Vuelve a llamar y doy un aviso de que voy a abrir. No me esperaba que justo fuera esa persona.  Aleena Emery. Al verla, una sensación de incomodidad recorrió por todo mi cuerpo ¿Qué hacía aquí?    —Hola Jake —me saluda, con media sonrisa—, sé que es raro que esté aquí-    —Sí, muy raro…    —Quería disculparme por cómo me comporté al presentarme —junta sus manos, evitando gesticularlas demasiado, acostumbrada por la política—, normalmente no suelo hacer esas cosas al primer hombre que conozco ¿sabes?     Oigo un fuerte golpe proveniente en el baño. Giro la cabeza para mirar ¿Qué estará ahora haciendo?     — ¿Qué ha sido eso?     —Eso ha sido… — ¡Oh! ¡Vamos! Esto de mentir se me da genial ¿qué me pasa?— Una rata.    — ¡¿Una rata?! —Da un grito bastante agudo— ¿Cómo que una rata?    —Ya lo sé —me apoyo al marco mientras cierro un poco la puerta, evitando que mirase dentro—, iba a ir a avisar a recepción, si quieres puedes pasar-    — ¡No! —De nuevo grita, pero se relaja— Quiero decir… No me van mucho las ratas…    —A mí tampoco.    —Mira, algo que tenemos en común —suelta una risa, de esas que parecen coquetas.     Por favor… Que pare de una vez.    — ¿Y querías algo más? —intento sonar lo más amigable posible y me sonríe.    —Pensaba en ir a comer con los amigos de MC y hablar de cómo puedo ayudar en la búsqueda y bueno… Me gustaría mucho que participaras, dado que eras su amigo.      De nuevo, otro ruido en el baño. Intento ahora controlarme la risa. Creo que ya estoy entendiendo lo que le está pasando a MC.    —Me encantaría, pero —pongo mi cara más triste, creo que incluso podría soltar un par de lágrimas si pudiera—, esto me ha afectado mucho. El que mi pobre amiga haya desaparecido… Es muy doloroso para mí… —no puedo evitar imaginarme a MC gesticulando de manera exagerada ante mi actuación— Ella es la mejor amiga de mi hermana, así que también es como una hermana pequeña para mí —Me pregunto si ahora estará lanzando maldiciones—. Esperemos que esté sana y salva…    —Oh… Pobrecito… —aunque lo odie, quiero molestar a MC con esto— Bueno, ya te dejo con la… Rata… ¿Nos vemos pronto entonces?    —Sí, claro.    —Adiós Jake.    —Adiós Aleena.     Se aleja y cierro la puerta. Me dirijo a la puerta del baño, apoyándome en la pared de brazos cruzados.    —Ya puedes salir, todo limpio.     MC sale del cuarto de baño, mirándome furiosa. No puedo evitar en sonreír el verla así.    — ¿Qué? ¿Todo bien ahí dentro?    —Cállate, sé lo que has estado haciendo.    — ¿Qué he hecho? A parte de hablar con una gran amiga tuya.    —Oh, por favor…     Suelta un sonido de desprecio, dirigiéndose de nuevo al ordenador.    — ¿Estás celosa? —pregunto, sonriendo con malicia.    — ¡Por supuesto que no estoy celosa! —Se cruza de brazos, alzando el mentón con orgullo— Me da igual con quién flirtees o si quieres acostarte con medio Duskwood o tener un romance con Aleena, eres libre de hacer lo que quieras —asiento un par de veces a lo que va diciendo—. Yo en cuatro meses me voy a casar con el hombre de mi vida, así que me da igual… —para de hablar, dándose cuenta de lo que acababa de decir— Ay… Ay Dios… Me caso en cuatro meses y estoy metida en este follón…     —MC-    — ¡¿Qué voy a hacer?! —Ahora se pone a dar vueltas por el cuarto, nerviosa— ¡No puedo celebrar una boda sabiendo que estoy siendo perseguida! ¡Metería a Phil en esto y correrá peligro!    —MC-    — ¡Ay Dios! ¡¿Y si ya lo está?! ¡¿Y si mientras estamos hablando de todo esto han ido a por él?!    — ¡MC! —La detengo cogiéndola por los hombros, frotándolos para calmarla— Tranquila ¿vale? Haremos esto rápido y podrás celebrar tu boda con total tranquilidad, sin preocupaciones.    —Sí… Vale… —asiente despacio.    —Pero en el caso de que se alargue, sabes perfectamente lo que tenemos que hacer.    —No, no, no. —niega con la cabeza deprisa.    —Amor, tienen que saberlo, ellos pueden ayudarte.    — ¡No! ¡No los meteré en esto!    —MC, no los vamos a meter, les avisaremos ¿de acuerdo?     Mira hacia un lado, dudando. A continuación, me mira seria.    —Vale… Pero sólo a ellos —levanta un dedo a modo de advertencia— y nada de decírselo a Phil, no debe enterarse.    —De acuerdo, nada de Philip.    —Y… ¿Me has llamado ‘Amor’?    —Evitaré que en un futuro vuelva  suceder.    —Mejor.      Cojo el móvil y decido enviarle un mensaje a Lilly. Espero que no la esté molestando en la reunión con el resto del grupo. ------------------------------------------------------------------------------------- Jake Hola Lilly.  Lilly Hola Jake 😕​ Cleo nos ha contado que has ido a la policía Se sabe algo más?  Jake No de parte de la policía.  Lilly Qué quieres decir?  Jake ¿Seguís teniendo el chat de grupo?  Lilly Qué clase de pregunta es esa?? Claro que sí  Jake ¿Y Philip está en él? Lilly Con él tenemos uno especial para las noticias de la desaparición de MC Quería que le mantuviéramos informado… Está siendo demasiado duro para él 😔​  Jake Méteme en el grupo donde no está él.  Lilly Por qué? Temes de que se enfade si te metemos en él?  Jake No. Es importante que esto no lo sepa. Lo he prometido. Lilly De qué estás hablando?  Jake Por favor. Lo explicaré todo.  Lilly De acuerdo… ------------------------------------------------------------------------------------- Mientras espero, veo a MC mordiéndose las uñas. Cojo su mano para tranquilizarla, y suspira.    —Tengo que hacerte otra pregunta más.    —Adelante…    —Tu móvil —me mira confusa, hasta entender lo que exactamente iba a preguntar por su cara de sorpresa— ¿Sabes si lo cogió en algún momento?   —Lo tenía en mi bolsillo del pantalón cuando borré los mensajes-    —No me refiero a eso —intento no sonar nervioso— ¿Sabes si logró abrirlo?    —Ay Dios…    — ¿Lo tienes encendido?    — ¡No! —va a por él que está en la mesita y vuelve a acercarse a mí—. Se puede abrir con mi cara o con mi huella dactilar… Dios mío ¿por qué no lo pensé antes?    —Si no se lo ha llevado, es porque no encontró nada en él.    —Claro que no, ¿te crees que iba a tener toda la información con mi misma cuenta de correo y mis archivos de móvil? Sería peligroso.    —Bien hecho, aunque no podemos arriesgarnos de que pueda haber hecho algo.     Tiendo la mano y me pasa el móvil. Me lo guardo en el bolsillo del pantalón para examinarlo luego y recibo por fin la confirmación de que me metió en el grupo. ------------------------------------------------------------------------------------- Daniel Así que nuestro Hackerman tiene miedo del prometido?  Jessica Más bien creo que no quiere tener conflicto con él No, Jake?  Jake Ninguna de las dos cosas. Esto que os tengo que contar no debe de salir de aquí.  Hannah Jake, nos estás asustando… Tiene que ver con la desaparición de MC?  Jake Sí y no. Para empezar, MC está a salvo. Está ahora mismo en el motel conmigo. Jessica QUE?!?!!??! 😱​  Daniel Qué hace en tu cuarto?! Qué coño has hecho con ella?!  Thomas Jake, de qué nos estás hablando?  Cleo Entonces me has mentido cuando nos hemos visto?  Jake Sí. Pero no fue porque quisiera.MC me lo pidió.  Lilly Jake… Por favor, cuéntanos qué está pasando Jake Os lo contaré si venís a verla. Pero antes, necesito un favor.  Hannah Todo lo que sea por ayudar a MC  Jake Necesito que traigáis una mochila con ropa de ella. Algo que no sea muy llamativo para que Philip no se dé cuenta de que falta.  Jessica Quieres decir… 😩​  Jake Sí, lo siento, de nuevo hay que colarse en la casa. También necesito una sudadera y si es posible, una mascarilla o unas gafas de sol. Algo para ocultar su cara mientras nos alejamos de Duskwood.  Jessica Jake, no nos asustes…  Daniel En qué la has metido esta vez!? Juro que en cuanto lleguemos, pienso darte un puñetazo! Lilly Pondremos una excusa a Aleena Nos íbamos a reunir con ella, quiere ayudarnos en su búsqueda  Jake Vale, pero no digáis que habéis venido a verme. Y tranquilos. Pronto sabréis todo. Hasta entonces. Nos vemos. ------------------------------------------------------------------------------------- Desconecto y miro a MC, sentada en la cama con las manos en las rodillas, tirando de la camisa. Me acerco y me siento a su lado, controlándome de no coger su mano o abrazarla de nuevo después de cómo la había llamado.    —Era necesario —digo, con calma.    —Ya…    —Siempre has estado allí por ellos, ahora es tu turno.    —Sólo espero que no parezca sospechoso que vengan aquí.    —No, no creo —Me levanto de la cama, soltando un suspiro— ¿Te importa si me ducho? Digamos que desde que te has despertado, no me he dedicado a cuidarme ¿sabes?     Suelta una risa floja, asintiendo.    —De nuevo te distraigo ¿eh?    —Yo… No sabes cuánto.     Hace una señal para que me fuera y recojo mis cosas para no incomodar la situación de vestirme en el cuarto. Ya era bastante extraño toda esta situación. Capítulo 9 
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v-vs-s · 2 days
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señales
tecleo en busca de una huida, ojos como platos tras unas cervezas, y la mente consumida en una realidad alternativa
yo? solo soy un humano, un individuo temeroso, la sombra del superhombre, la parodia del super héroe, el villano que se esconde, la sombra de la estatua
me cansé de optar a la grandilocuencia y al éxito como final, no puedo afirmar muchas cosas sobre mi existencia, pues muchas de mis ideas varían a lo largo del tiempo y experiencia, pero sí puedo afirmar que desde este punto, jamás cambiará mi visión del mundo por mucho capital que pueda llegar a tener
esto es lo poco que tengo, y de lo poco que me enorgullezco, de este granito de existencia, desta vida que , aún atropellada y dolorosamente, me permite disfrutar de momentos de lucidez que compensan toda la mierda que la acompaña, o eso quiero pensar
yo siempre pensé que de mí se esperaba mucho, debía ser el hijo ejemplar, la pareja ejemplar, el ciudadano ejemplar, el profesional ejemplar, nada podía estar fuera de su sitio, cualquier visión sobre mí como individuo debía ser perfecta y no dar margen al error
y así comencé a correr alocadamente, a respirar el humo de los suburbios, a surcar por el sistema de alcantarillado buscando un refugio en el que sentirme libre, en el que poder reposar esta sensación de pesa y podredumbre, donde poder buscarme sin la necesidad de mostrarme como soy , sin miedos a decepcionar
con el tiempo, lo que antes era expectativa, pasó a ser decepción, y la decepción evolucionó en indiferencia, y así acabé, poco a poco, convirtiéndome en un ente errante, en el transeúnte que no choca en el momento álgido del tumulto, en la nota de silencio que pasa desapercibida en la composición formada de estruendo y metal, en el desfile exótico y exuberante, el que cruza rápidamente buscando una fuga estelar
así acabe en estos lares, en "la orilla", más allá del núcleo, desde donde puedo observar esa nube grisácea, tóxica, que engulle la ciudad y todo lo que emerge de ella
lo que sí puedo asegurar con certeza, es que los paseos en esta mi orilla, en este mi refugio, son lo más real que he visto y que tengo, que mis compañerxs , con quién comparto cigarrillos y latas, son mucho más real de lo que podía encontrar en ese basurero infectado, en esa utopía llamada sociedad ideal, en ese enjambre de autómatas y frustraciones
aún me cuesta aceptar, algunas veces, mi situación y mis pensamientos, pero algo resuena claramente en mí, y es esta calma que adquiero cuando puedo relativizar estas enseñanzas insertadas, estas muestras de información que desvirtúan completamente la experiencia humana, siendo la base de esta la propia experimentación y el descubrimiento
con cada persona que dialogo en esta orilla, con cada torpe sonrisa nostálgica que choco en este paseo, asoma inteligencia y perspicacia, aunque algunxs intenten ocultarla bajo mantos de tristeza y soledad, es inevitable esa muestra inteligente que no se basa en habladuría e información incrustada, y sobre todo, diría que lo más destaco de esta inteligencia, no es aportar muchos datos o matices, sino la propia conciencia de sus límites y su propia ignorancia
la poca gente que encuentro en este espacio, en esta antítesis del desfile, me genera simpatía y tristeza a partes iguales, pues me reflejo y me identifico, pues encuentro en ellxs un hombro y a la vez una verdad, sea siempre esto mejor que ese desfile impostor que perdura impasible
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cinemaslife · 2 months
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#77 El Caso Asunta
Cuando Rosario Porto (Candela Peña) y Alfonso Basterra (Tristán Ulloa) se casaron eran felices, la enfermedad relacionada con el lupus que Rosario tenía les llevó a que les recomendaran la adopción antes que buscar un embarazo, ahí Asunta Fang Young Basterra Porto, la primera niña china adoptada en Galicia en el año 2000.
Pero en el 2013 las personas que eran Rosario Porto y Alfonso Basterra ya no eran las mismas, estaban muy lejos de ser felices y de ser la familia que siempre soñaron.
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Alfonso Basterra abandonó su carrera de periodismo para dedicarse en cuerpo y alma a su familia, exceptuando algún trabajo ocasional, se mantenía en casa, atento a lo que necesitaran su mujer y su hija, con 0 ingresos. Por otro lado, Rosario Porto había perdido casi un año antes a sus padres, en 2012, y ahora estaba trabajando en el bufete de su padre, pero, era más común conocerla por ser de la alta sociedad de Galicia y por vivir de las rentas. Puede que una vida infeliz, en los últimos años, la frustración, una baja autoestima u otras cosas la llevaron a tener varias crisis mentales en los dos últimos años, consumiendo pastillas para tranquilizarse que le ayudaban a sobrellevar el día a día.
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Pero últimamente había logrado recuperar la sonrisa, había empezado una relación paralela a su matrimonio con Vicente, un hombre que acababa de tener un bebé con su mujer, y el que necesita mantener en secreto esa relación extramatrimonial.
Alfonso descubre, mediante unos emails, la relación extramatrimonial de Rosario y Vicente y ser enfurece, toda la vida cediendo, colocando a su familia delante de todo, y su mujer había decidido echarlo por la borda por tener sexo con un señor cualquiera. Eso le lleva al extremo y a la irracionalidad y a ser hostil con Rosario, entre otras cosas porque ella no admite la infidelidad, pero dada está nueva actitud decide mandarle los papeles del divorcio justo cuando él tiene que volver a casa de sus padres para pedirles dinero para alquilar su propio espacio.
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A Alfonso le cuesta poco perder los papeles y sentirse profundamente traicionado con su exmujer, como si nada de lo sacrificado en estos años valiera nada, y la circunstancia se agrava cuando Rosario, le pide a Vicente, que si tan felices son juntos, que deje a su esposa, cosa a la que Vicente se niega rotundamente y decide romper la relación con ella, lo que provoca que le dé una crisis y se le paralice a Rosario medio rostro, ahí Alfonso va a visitarla y le dice que se ocupará de ella como siempre si deja esa relación, y ella acepta.
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A partir de aquí se llega a una especie de acuerdo interno entre la pareja, Alfonso viviría de alquiler en un piso austero a menos de 20 metros de la casa de su exmujer, eso se mantendría así como antes de la crisis de Rosario, pero acercarían posturas, él las cuidaría, tanto a ella como a la niña, y volverían a ser la familia que siempre soñaron ser.
Es aquí, donde empieza el calvario de Asunta y ni siquiera va a ser consciente, cuando se quiso dar cuenta de que algo extraño pasaba, ya era demasiado tarde, los últimos dos años de su vida, entre 2011-2013 pasaron una serie de circunstancias que la llevaron al final de su vida, con solo 13 años.
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El día que Asunta come con sus padres en casa de su padre, sale la primera del piso hacia casa de su madre, porque sus padres tienen que hablar. Allí, Alfonso le vuelve a echar en cara, de manera hostil, a Rosario, que sabe que se está viendo, de nuevo, con su amante Vicente, y que ambos habían llegado a un acuerdo que ella no estaba respetando. En esa discusión, que quedaría diluida en el juicio, él le dice muy serio que aquella familia que construyeron es para siempre, y que se vaya haciendo a la idea de una vez.
La teoría que parece más certera es que cuando Rosario volvió a su casa, totalmente desquiciada por las palabras de Alfonso, trituró las pastillas y las colocó en un zumo dispuesta a bebérselo, pero en ese momento Asunta la llama y le dice que tiene sed, y ella, en lugar de bebérselo, con solo reflexionarlo un instante, decide que el zumo es para la niña.
Aquí merece la pena destacar que en los últimos tres meses, y siempre que estaba en casa de su padre, coincidía la compra de pastillas tranquilizantes por parte de Alfonso Basterra, con comportamiento caótico por parte de Asunta (durmiéndose en cualquier parte, estando cansada a todas horas...) y se puntualiza que es posible que se debiera a que con Asunta calmada y relajado Alfonso podría hacer con su vida lo que quisiera y no solo sacrificarse por su bien. En esto se excusa Rosario para darle las pastillas a Asunta.
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Asunta y Rosario van a la casa de Teo, y allí la niña se queda dormida en una cama, lo que aprovecha la madre para ahogarla por sofocación con un cojín, después y sin saber como solucionarlo, la coloca en la parte trasera del coche, tapada con una manta. Y se deshace de ella donde la encuentran. Después se deshace de la manta y las zapatillas de la niña en un contenedor y se va a casa, a llamar a Alfonso para decirle que la niña no aparece, pero cuando su exmarido llega le confiesa que hizo con la niña lo mismo que él hacía con ella, pero que se le fue de las manos. Después de esto, se recomponen y van a denunciar a comisaria la desaparición de la niña.
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¿Por qué lo hicieron?
Tal y como Rosario confiesa, pese a que ella y Alfonso se compenetraban muy bien en la crianza de la niña y como él se ocupa de todo lo que ella necesita (medicación, compra, etc.) le facilitaba la vida, pero ella necesitaba algo más y quería ser completamente feliz.
Alfonso no tenía dinero, dependía de su exmujer, se mantuvo pasivo durante todo su matrimonio y cuando Rosario le engañó, él, simplemente se desquició.
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Es posible que ninguno de los dos quisiera ese fin para Asunta, pero lo cierto es que ambos necesitaban eliminarla de la ecuación para vivir su vida completamente, su madre para poder vivir su amor por Vicente, mostrándose complaciente y dispuesta, siempre que él quisiera y si ese señor no iba a renunciar a su familia por ella, Rosario estaba dispuesta a hacerlo.
Alfonso no tenía nada sin Rosario, y si ella caía, él debía estar a su lado, para consolarla y decirle que eran los dos en contra del mundo, porque ambos se querían y eso era más que suficiente.
Puede que la muerte fuera fruto de un arrebato y que igual que las pruebas con los tranquilizantes que hacía su padre para que Asunta no revoloteara con su, casi, adolescencia, por todas partes, siendo contestona o teniendo mil tareas como actividades extraescolares sumó puntos para su final. Pese a que era buena estudiante, poco sumisa, que era a lo que Rosario estaba acostumbrada, se volvió un problema, sobre todo, después de la muerte de sus abuelos maternos.
El suceso del hombre en su casa, me recuerda a, cuando en el caso Alcàsser, a Miriam la atacan en su patio antes de todo lo sucedido. Parece una manera en la que poner a prueba a la joven para saber como actuaria.
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Asunta murió porque sus padres era lo suficiente egoísta como para ver como su situación se facilitaba si la quitaban de la ecuación de sus vidas. La facilidad con la que personas de alta cuna tomaron esta decisión deja demasiadas preguntas en el aire, ¿por qué no la internaron?... quizás los recursos emocionales y económicos de los Porto no eran para tanto, o quizás era algo que no les parecía que quedaría bien en los periódicos: los padres que adoptaron a la primera niña china en Galicia, se deshacen de ella en cuanto llega a la adolescencia, pese a que todo su profesorado solo tenía respuestas de admiración ante su entrega.
¿Querían sus padres a Asunta?
Se dieron dos circunstancias a la vez que no estaban castigadas en contra, es posible que Rosario y Alfonso, quisieran a su hija por encima de todo, pero no por encima de sí mismos. Quizás eran muchos años colocándose en un segundo plano, quizás el amor tiene esa forma de transformarse en algo odioso cuando choca directamente con tus intereses.
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Sea como fuese, la historia es la que es, y aquí han sabido dibujarla con mano más firme que en el documental del mismo caso. Los dos últimos episodios cambian el ambiente de video resumen de YouTube que tiene al inicio, donde solo se salvan las actuaciones de Candela Peña y Tristán Ulloa, porque son un "sueño". Candela Peña es sublime, no solo en su acento, sus expresiones son demoledoras, en comparación a la propia Rosario Porto.
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