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#El Tarantín
comeresblog · 6 years
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El Tarantín: brunch caribeño en Barcelona
Un nuevo brunch con mucho sabor caribeño y latinoamericano llega a Barcelona cada sábado, de la mano de Paola Di Meo y Miguel Portillo
Pocas veces se encuentra un restaurante con alma, de esos en los que hay una propuesta coherente, sabores auténticos y dueños con las manos en la masa, encargados de llevar adelante la cocina y la sala ellos mismos. Esto es lo que ofrece El Tarantín, un acogedor espacio  que lleva a sus comensales por un viaje al Caribe, bocado a bocado.
La carta de El Tarantín es resultado de meses de investigación y una casi obsesiva pasión de Paola y Miguel por lo caribeño, su cultura y su historia. Ellos llegaron desde la ciudad de Maracaibo en Venezuela y no solo trajeron con ellos sabores y técnicas de su país natal, también se han empeñado en investigar la extensa despensa caribeña, sus recetas, historias y combinaciones para aplicarlas a su manera en su menú de mediodía, su carta de cenas y ahora en su nuevo brunch.
Cada sábado ofrecen una nueva carta de brunch de 11:00 am a 14:00 pm combinando preparaciones de Belice, Republica Dominicana, Venezuela, Trinidad y Tobago. No se puede combinar el desayuno y el almuerzo sin huevos, que harán al sartén acompañados de mangú dominicano, frijoles negros y crema de aguacate. Los pancakes también son infaltables y su versión es a base de boniato y acompañada de pulled pork (cerdo en salsa barbacoa) con melaza y ron, y col lombarda encurtida. Mantienen la misma textura esponjosa que todos amamos de los pancakes, pero con un sabor mucho más interesante.
De su tierra natal ofrecerán patacones, que también son parte del recetario de República Dominicana, Puerto Rico, Colombia, Cuba y Panamá. Una base crujiente de plátano macho frito, cubierto con “ropa vieja” (carne cocida) y pico de gallo de papaya con la que logran un juego de sabores, texturas y temperaturas increíble. Aunque todos conocemos las tostadas de maíz mexicanas, esta nueva carta incluye unas menos conocidas pero igual de apetitosas: las garnachas de Belice. Muy crocantes y cubiertas con crema de frijoles refritos y relish de maíz tierno y queso. Estos y otros platos se pueden acompañar con una cestica de dumplings de yuca y queso con salsa brava, arepitas de plátano con nata o empanaditas de carne y guasacaca, además de las mimosas y los zumos de frutas.
El dulce cierre sabe a banana bread y rolls de guayaba, jengibre y ralladura de limón. Los comensales curiosos por conocer esta región al otro lado del océano a través de su gastronomía deben ir preparados para sabores intensos, especias, un poco de picante,  juegos de texturas, y platos desconocidos. Eso es lo que más me llama la atención de restaurantes como este, aún más cuando la dueña te resume el origen y la historia de cada preparación a medida que te la va sirviendo.
El Tarantín / Carrer d'Aribau, 186, Barcelona / @eltarantinbcn
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martha-zen-blog · 5 years
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Una moneda de los tiempos del tío Javier
Cuando mi sobrino Antonio se fue para Chile dejó en su cuarto muchas cosas que no se pudo llevar: cajones llenos de carpetas, montones de libros, revistas científicas, tesis, ropa, recuerdos de cada una de sus novias, muchas monedas y billetes devaluados por doquier, sus implementos para hacer ejercicios, en fin, su vida reflejada en un montón de objetos. Por varios días, mi madre y yo dejamos el cuarto tal y como había quedado cuando él se marchó. Poco a poco fuimos revisando sus cosas para ponerlas en orden y trasladarlas a otra habitación.
Revisando una de las gavetas, me conseguí una monedita que parecía bastante antigua. Le acerqué una lupa y, en efecto, eran 25 céntimos de bolívar, de plata, de 1954. Inmediatamente vino a mi mente el cuento de mi amigo Javier. Sus sobrinos pequeños siempre jugaban a la “tiendita”, en su casa de “Valle Caliente”, un lugar en el que por todos los rincones había monedas de diferente valor. En una ocasión un sobrino pequeño le preguntó al más grande qué valor tenía una de aquellas monedas. 
― No lo sé, son monedas muy antiguas, de los tiempos de tío Javier —fue la respuesta del otro.
Cogí mi moneda de “los tiempos del tío Javier” con la idea de irme al centro de la ciudad, al mercado “las Pulgas”. Generalmente, por estos días, los fines de semana, no hay mucho transporte colectivo. Entre semana el horario del sector público, en razón de la contingencia eléctrica es hasta las 2 de la tarde. Para los empleados del sector comercial es difícil conseguir transporte pasado ese horario límite. La problemática se ha ido agudizando por la falta de gasolina. Un sábado después de las 12 del mediodía no hay un carro en la calle. Por eso, me fui temprano en la mañana para que no me cogiera la callejera soledad.   
Fui a esperar el trasporte a tres cuadras de mi casa, solo estábamos una señora con una adolescente en la acera del frente y yo, al rato llegaron otras personas, pero se ubicaron una cuadra más adelante, llegó un carrito “pirata” y se fueron todos. De nuevo solas. Un motorizado pasó, miro a la señora con la adolescente que estaba en la otra acera y luego volteo a mirarme, sin ningún disimulo. Cruzando la esquina, el motorizado, se regresó, venia hacia mí, caminé rápidamente hacia la entrada del edificio empresarial, donde siempre hay dos vigilantes, miré hacia atrás y vi al motorizado hacer mutis por la esquina derecha. La señora y la chica, también, corrieron hacia el edificio, me preguntaron si me había fijado en el motorizado.
Finalmente, vimos acercarse a la “ruta 6”. El pasaje está regulado a 300 bolívares, pero todos cobran mil. 
Desde la modificación del casco central emprendida el año pasado por la alcaldía y la gobernación del estado, para erradicar el contrabando y acaparamiento de alimentos y medicinas, la venta de efectivo y la trata de blancas, no había ido más al centro. Hoy en día, pueden apreciarse los edificios antiguos, pues todos los tarantines fueron removidos de las aceras. “Los buhoneros” no fueron reubicados formalmente, por ende se pusieron en varias zonas aledañas al casco central. Poco a poco han regresado con sus mercancías, y ya sin el tarantín, la ponen sobre trapos o cartones, en el suelo. 
La “ruta 6” me deja por el centro comercial “La Redoma”, me voy caminando hacia el centro comercial llamado “Gran Bazar” a un local donde compran monedas y barajitas antiguas.  Al bajarme de la ruta me comienza una sensación como de desconcierto, estructuralmente todo está igual, salvo por los tarantines removidos. Algunas cosas me resultan extrañas: por primera vez en mi vida tengo miedo de un lugar al que solía venir de compras todos los fines de semana. Camino rápido y muy atenta a lo que ocurre a mi alrededor.
Mi moneda no tiene ningún valor histórico, según el dueño del negocio de antigüedades. Me devuelvo por donde vine con la tristeza por haber perdido el viaje. Solo me quedan, sacando el pasaje de vuelta, 500 bolívares en billetes de 100. Le pregunto a un vendedor, de origen wayuu, por el precio de los mangos, pero al ver mis billetes, me dice que de esos él no acepta. Más adelante le pregunto a un niño —también wayuu— con una caja de mangos en el piso, si me acepta los billetes de 100, ―me contesta que sí― y le compro dos mangos “mamarruos”.
Viniendo del “Gran Bazar” cruzo hacia el centro comercial “Plaza Lago”. En la calle justo a su lado se han aglomerado tantos vendedores como pueden caber en el lugar, con mesitas, paraguas o cualquier cosa que los resguarde del desalmado sol marabino. Y en sus escaleras están, al cobijo de la sombra, los que no se pudieron ubicar en la calle. La mercancía que ofrecen, en su mayoría es traída de contrabando de Colombia.
Agarro por esa calle, el suelo deja de ser asfalto para convertirse en una suerte de sustancia pegostosa mezcla de barro y aguas malolientes. Cruzo hacia la derecha y paso por la venta de huevos que tienen al lado toda una cuadra de locales de ferreterías, es una calle que extrañamente no huele a ferretería sino a mierda de paloma, con orín de perro y desinfectante de la marca “Mistolín”. Me siento mareada y con ganas de vomitar por lo abrumador del hedor. Más adelante sigue la venta de quesos: de concha negra, de concha amarilla, palmita, de año y semiduro. El agua lechosa que chorean los quesos blandos como consecuencia del intenso calor, rueda por las mesas de madera y se estanca en el piso mezclándose con el barro y cubriéndolo de una espesa capa de cipa.
Sigo mi camino en dirección Este y buscando la sombra, camino por la parte externa de los negocios que dan a la avenida Libertador. Me abordan muchos hombres con sus enormes fajos de billetes, todos con sus bolsos cruzados en el torso, preguntándome si voy a cambiar oro, dólares o pesos. Uno de ellos pregona que, además del oro, dólares y pesos, también, compra plata. Le enseño mi monedita de “los tiempos de tío Javier, la pesa y me ofrece 1.500 bolívares. Le digo que sí, que eso me alcanza para comprar mangos. De allí, emprendo mi camino de regreso a casa.
Martha Zen
Mayo 2019
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mundonoticias-blog1 · 6 years
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Cualquier tarantín ilegal que se instale en Las Playitas será removido
Cualquier tarantín ilegal que se instale en Las Playitas será removido
  octubre 6, 2018 – 11:07 am
Fotos: Twitter Alcaldía de Maracaibo
El alcalde de Maracaibo, estado Zulia, Willy Casanova, advirtió este viernes que cualquier tarantín ilegal que se instale en Las Playitas será removido.
La información se dio a conocer a través de la cuenta en Twitter de la Alcaldía de Maracaibo, en la que se indicó que el mandatario municipal realizó un sobrevuelo por el Casco…
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edu-vivi-blog · 7 years
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EL REY MOCHO  una vieja historia que recodar
EL REY MOCHO
En un pequeño pueblo vivía un rey a quien le faltaba una oreja. Pero nadie lo sabía porque siempre tenía puesta su larga peluca de rizos negros. La única persona que conocía su secreto era el viejo barbero de palacio que debía cortarle el cabello una vez al mes. Entonces, se encerraba con él en la torre más alta del castillo. Un día el viejo barbero se enfermó. Dos semanas después murió y el rey no tenía quien le cortara el cabello. Pasaron dos, tres días; dos, tres semanas, y ya las greñas comenzaban a asomar por debajo de la peluca.
El rey comprendió, entonces, que debía buscar un nuevo barbero. Bajó a la plaza en día de mercado y pegó un cartel en el tarantín donde vendían los mangos más sabrosos. Y el cartel decía: EL REY BUSCA BARBERO JOVEN, HÁBIL Y DISCRETO. Esa noche llegó al palacio un joven barbero. Y cuando comenzó a cortar el pelo, descubrió que el rey era mocho de una oreja. -Si lo cuentas,-dijo el rey con mucha seriedad-, te mando a matar. El joven barbero salió del palacio con ese gran secreto. “El rey es mocho” pensaba, “…y no puedo decírselo a nadie. Es un secreto entre el rey y yo”. Pero no podía dejar de pensar en el secreto y tenía ganas de contárselo a todos sus amigos. Cuando sintió que el secreto ya iba a estallarle por dentro, corrió a la montaña y abrió un hueco en la tierra. Metió la cabeza y gritó durísimo: ¡EL REY ES MOCHO! Tapó el hueco con tierra y así enterró el secreto. Por fin se sintió tranquilo y bajó al pueblo.
Pasó el tiempo y en ese lugar creció una linda mata de caña. Un muchacho que cuidaba cabras pasó por allí y cortó una caña para hacerse una flauta. Cuando estuvo lista la sopló y la flauta cantó: El rey es mocho/ No tiene oreja/ Por eso usa/ Peluca vieja./ El muchacho estaba feliz con esta flauta que cantaba con solo soplarla. Cortó varias cañas, preparó otras flautas y bajó al pueblo a venderlas. Cada flauta al soplarla cantaba: El rey es mocho/ No tiene oreja/ Por eso usa/ Peluca vieja./ Y todo el pueblo se enteró de que al rey le faltaba una oreja. El rey se puso muy rojo y muy bravo. Subió a la torre del castillo y se encerró largo rato. Pensó, pensó, pensó. Luego bajó, se quitó la peluca y dijo: -La verdad es que las pelucas dan mucho calor. Y solo se la volvió a poner en carnaval.
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ultraestupendous · 7 years
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@Regranned from @noticiaaldia - La Plaza Baralt ha sido testigo fiel del desarrollo y crecimiento de Maracaibo, en sus aceras han quedado un sinfín de cuentos y emociones que renacen con solo posar la mirada en cada esquina, banco o tarantín. La calle Colón se iniciaba en la Plaza Baralt y era el punto de encuentro de los tranvías de las líneas Los Haticos y El Milagro. La primera piedra para el monumento de Rafael María Baralt se colocó en 1883. Fue el corazón del antiguo #Maracaibo, todos coincidían allá para conversar y comentar las noticias escritas en una pizarra pública que allí existía, o simplemente para participar en los más inesperados acontecimientos. - ¿Recuerdas cómo se llamó anteriormente esta plaza? > - #regrann — view on Instagram http://ift.tt/2yMkeYo
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karacasconkdekerese · 8 years
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En Julio del año pasado estuve un poco más de 48 horas en Carúpano haciendo unas fotos para el especial sobre el hambre en Venezuela que recientemente publicó @Prodavinci . Estas son algunas de esas fotos y, si me acuerdo, algún cuento sobre ellas: Es Mototaxista, trabaja en las afueras del hospital de Carúpano. También ayuda en un tarantín donde se consigue desde un pijama hasta una inyectadora. Aceptó de la manera más alegre posar para la foto. Yo cometí el error de quedarme pegado en el error ortográfico, me empeñé en resaltar el único error que podía achacarle, sin darme cuenta que muy posiblemente él no escribió el cartel. #lfi #leica #leicam #leicacraft #leicacamera #leicasphere #likesmagazine #madeinwetzlar (en Carúpano, Venezuela)
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danisnotkidding · 8 years
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🍉 . . . #burger #food #foodporn #foodie #meat #mustard #nightout #tourism #travel #cheese (at el tarantín - Mercado Boutique)
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