Tumgik
#Fuerza Guerrera
guyincognitojr · 9 months
Text
Tumblr media
2 notes · View notes
ringthedamnbell · 1 month
Text
Wrestling With Sin: 502
This is the 502nd installment of the ‘Wrestling with Sin‘ series. A group of stories that delves into the darker, underbelly of pro wrestling. Many of the stories involve such subjects as sex, drugs, greed and in some cases even murder!
Brian Damage This is the 502nd installment of the ‘Wrestling with Sin‘ series. A group of stories that delves into the darker, underbelly of pro wrestling. Many of the stories involve such subjects as sex, drugs, greed and in some cases even murder! As with every single story in the Sin series, I do not condone or condemn the alleged participants. We simply retell their stories by researching…
Tumblr media
View On WordPress
0 notes
dagus-lau28-06 · 5 months
Text
Sí, yo siendo la gran mujer que soy, permití que alguien banal me despojara y definiera mi valor. Ahora estoy aquí hecha un huracán, llena de dolor y rabia, no me mal intérpretes, no es por lo que me causo la otra parte, ya el karma tan grande que me acompaña se encargará; es así porque estoy enojada conmigo misma porque fui yo quien no quiso darse cuenta , fui yo el motivo y la razón del verme así y de que ahora tenga una gran herida que me costará un tiempo curar.
No me quedaré derrotada contemplando la tristeza, asumiré mi papel, tomaré todo lo que tengo, todas mis piezas hechas añicos para forjarme una yo más grandiosa que lo que fui. Como la gran guerrera que siempre he sido, me levanto una vez más, limpio mis heridas para que sean capaces de sanar, me podré una mejor armadura, aquella que enaltece mi nombre, esa que hace que me respete y me respeten los demás, saldré al mundo una vez más. Esta batalla me dejó una mejor yo, muchos aprendizajes de todo tipo y no porque tenga una armadura más grande, no porque tenga más heridas y cicatrices voy a privarme de las cosas lindas de la vida, al contrario saldré con más fuerza, más valentía, con mucho mas inteligencia y coraje para permitirme vivir y sentir como mi alma y mi corazón me lo piden.
Joven, hermosa y como la gran mujer que fui, soy y seré.
Nani Owl.
Tumblr media
24 notes · View notes
rhaenysaemma22 · 1 month
Text
Tumblr media
*Balerión aterrizo en la entrada del castillo de los Baratheon agitando sus enormes alas fuertemente asustando a la mayoría de los guardias que estaban custodiando la puerta principal, inclinándose de lado permitió que Jocelyn se bajara con cuidado por su ala derecha, a lo que ella agradeció acariciando su cuello, escuchando como su dragón soltaba un gruñido bajo para luego empujarla suavemente con la nariz, Balerión a pesar de tener un vínculo con un jinete Omega que era una mujer, podía sentir el miedo pero también la fuerza que erradiaba de ella.*
Jocelyn ll: Te quiero mucho Bale. *Le susurra en alto Valyrio mientras le da un última acaricia antes de alejarse.* Volveré rápido para irnos a casa. *Dice viendo al cielo que se acercaba una tormenta.*
*Jocelyn sonríe caminando hacia la puerta principal deteniendose un momento al escuchar el rugido de Vaghar al otro lado, mirándola supuso que Aemond se encontraba tambien alli.*
Tumblr media
*Al llegar a la puerta principal donde los guardias la detuvieron para saber el motivo por el que estaba allá la llevaron al gran salón donde se encontraba el trono y en el sentado estaba Lord Borros Baratheon, primo de su madre Rhaenys.*
Guardia: ¡Mi señor la princesa Jocelyn ll Targaryen! *Anuncia su llegada permitiéndole caminar hacia el trono.*
L. Borros: Pero miren nada más, si es la mismísima Jocelyn Baratheon renacida. *Dice al ver la apariencia de su prima.* ¿Hay algun motivo por el que estés aquí? *Le dice dándole una sonrisa.*
Jocelyn ll: Vengo a entregar está carta de la reina Rhaenys Targaryen. *Le entrega la carta al maestre quien se la lleva a Lord Borros.* Dónde le pide que jure su lealtad a su reclamo al trono de hierro que anteriormente había jurado frente la difunta reina Alysanne Targaryen. *Le dijo mantenimiento la mirada en alto.*
Tumblr media
L. Borros: ¿Pero no era Viserys el rey? Estoy confundido, ¿Quién es el heredero al trono? *Habla confundido al leer la carta.
Aemond: Como se lo dije mi Lord, el legitimo heredero es Viserys. *Entra por uno de los pasillos detrás de Lord Borros.* Rhaenys solo es una usurpadora al trono.
Jocelyn ll: Mi madre no es la usurpadora, tu padre si lo es, la abuela Alysanne lo dijo frente a todos. *Lo mira con enojo apretando sus manos a sus costados.*
Tumblr media
Aemond: Mi padre no lo es, en cambio tu no eres más que una princesita de mamá, no te has dado cuenta de que tú hermano y tú no se parecen en nada a sus hermanas mayores. *Se ríe de ella.* No tienen esa apariencia que solo los verdaderos Targaryen la tenemos. *Le sonríe siniestramente.*
Jocelyn ll: Si fuera así, no sería la jinete del Terror Negro.
Aemond: De igual manera me debes una deuda. *Se quita el parche del ojo izquierdo.* Me debes tu ojo por haberme quitado el mío. *Le dice sacando un cuchillo.*
Tumblr media
*Aemond camino hacia ella mientras Jocelyn tropezó un poco hacia atrás asustada antes de Lord Borros gritara.*
L. Borros: ¡Bajo mi techo no peleará nadie y más si alguien intenta algo contra alguien de mi familia! *Grita haciendo que Aemond se detenga.*
Jocelyn ll: ¡Yo no vine a pelear y dar guerra, no soy una guerrera, solo soy una mensajera! *Grita mirando a Aemond con odio.*
Aemond: *Le tira el cuchillo a sus pies.* Entonces dame tu ojo.
Tumblr media
L. Borros: ¡Basta! Escolten a la princesa Jocelyn a dónde está su dragón. *Le da una sonrisa.* Pensaré mi decisión.
*Jocelyn al ver qué la escoltaban junto a su dragón se relajo un poco, pero al ver qué empezó a llover corrió hacia Balerión que estaba inquieto, no le importo mojarse para llegar a el.*
Jocelyn ll: ¡Todo está bien Balerión! *Le habla en Valyrio mientras le acaricia la nariz.* ¡Cálmate, todo está bien! * Grita por encima de ruido de la tormenta para luego sonreír dándole unas palmaditas para luego subirse a su silla.* ¡Vamonos a casa! *Le dice dándole palmadas en el cuello.*
Tumblr media
*En cuanto su jinete estaba segura, Balerión tomo vuelo a los cielos oscuros volando un poco rápido sintiendo a través de su vínculo como su jinete estaba asustada.*
Aemond: ¡Vamos pequeña! ¡No quieres pelear por tu madre! *Grita a través de los truenos de la tormenta.*
Tumblr media
*Jocelyn no quería pelear se lo había prometido a su madre y no lo haría, le dijo a Balerión que volará más alto pero eso solo hizo que Vaghar intentara morderlo sin éxito permitiéndole a Balerión que le lanzará fuego en la cara.*
Jocelyn ll: ¡No Bale, no lo hagas! *Le grita en Valyrio para que se calme.*
*Balerión decidió volar más alto donde se podía ver el sol mientras Jocelyn miraba hacia arriba y después debajo buscando a Aemond.*
Tumblr media
*Sin darse cuenta Vaghar salió de entre las nubes para comersela pero su dragón la protegió, atacando también haciendo que el cinturón de Jocelyn se soltara por la fuerza cuando ambos dragones buscaban morderse haciendo que callera de la silla.*
Aemond: ¡No Vaghar! ¡Obedeceme! *Grita al ver qué Balerión intentaba matarlo pero al ver como Jocelyn caía hacia abajo, se asusto mucho.*
Tumblr media
*Balerión al sentir que no tenía a su jinete soltó a su hermana tomando vuelo hacia abajo agarrando a su jinete entre su pierna derecha volando en dirección a DragonStone, haciéndole pensar a Aemond que Jocelyn había muerto.*
18 notes · View notes
idoltoons · 1 month
Text
Opinión de los reyes sobre: Cervantes
Elizabeth: No puedo dejar de preocuparme, pues los años han pasado y Cervantes no esta nada cerca de cambiar. De no tener resultados prontos, los reyes y yo no tendremos otra opción que hacer una intervención… Y me temo que no podremos ser tan amables como la reina Charlotte lo es
Rosalie: Haragán, cobarde e inservible. Igual que su padre, pero al menos Boldor tenía la decencia de reinar entre los monstruos. Charlotte: Lo amo con todas mis fuerzas... Se que en el fondo, hay un rey determinado y valiente que espera despertar... Pero tanto alcohol lo mantiene inconsciente supongo...
Zefora: Es mi mejor amigo desde muy pequeños. La reina Charlotte nos mantuvo a salvo a ambos cuando bebes y creo que eso marco nuestro destino a permanecer unidos. Es un hombre que por fuera pareciera malo, pero si la gente le diera una oportunidad, se darían cuenta que juzgan erróneamente. Es una piedra preciosa a la que hay que pulir para que muestre todo su brillo. Y aunque muchos no vean su enorme valor, siempre estaré con él para hacérselo saber.
Liam: Por algún motivo parece tomar mis palabras con seriedad a pesar de su manera de ser. La reina Charlotte me ha pedido ayuda para que logre convencerlo de aceptar reinar lo más pronto posible y no pienso fallarle. Es un perfecto retrato en vida de su padre… Cada que lo veo no puedo evitar confundirlo con Boldor, es simplemente… desagradable. Pero no podemos condenar a los hijos por los errores de sus padres. No me agrada, ni siquiera creo que pueda ver algo bueno en él, su presencia me incomoda… Rezo por que madre tierra pueda bendecirlo con madurez de una buena vez.
Khalil: Una decepción, un fracaso, una completa vergüenza que no merece llevar el apellido de su madre. Charlotte fue una guerrera formidable, al igual que una reina que supera enormemente a muchos payasos que reinaron en el pasado. Es una mujer fuerte y sabia al que tengo el orgullo de tener como amiga, pero su hijo… Nació condenado al parecerse tanto a su cobarde padre. Maldigo el día que ese imbécil engendro un hijo con Charlotte tomándola a las fuerzas. Me culpo por no haber estado ahí para protegerla! Maldito el día en que mis hermanos me detuvieron de arrebatarle la vida a ese infeliz, hubiera podido soportar vivir con el odio de Charlotte por haber asesinado a su rey, cualquier desprecio de ella hubiera sido mil veces mejor que soportar un futuro donde el hijo de ese infeliz sigue haciendo el trabajo de su padre en mantener en un imparable dolor a Charlotte! Si ese desperdicio de vida no mejora y madura de una maldita vez juro que continuaré en él lo que no pude terminar con su padre!
Everett: La tierra ama a cada una de sus criaturas, sin importar que tan podridas estas se encuentren por dentro y fuera… Por eso su benevolencia es única, pero yo, no comparto el mismo pensamiento. En este mundo hay seres que no merecen gozar de la gracia de la vida y tocar con sus sucias manos los tesoros de la tierra. Cervantes es uno de los seres más repulsivos que existen, y el hecho que haya nacido de una criatura bella y pura como Charlotte es una terrible comedia. Si de mí existiera la crueldad de negar al resto de criaturas vivir en libre albedrío… Jamás hubiera permitido que ese niño naciera. No… en primer lugar jamás hubiera permitido que una flor tan perfecta hubiera sido tocada por un insecto como Boldor. Pero la realidad es otra… Mi autoridad hoy en día es limitada por el hecho a que otros tienen derecho a cometer sus propios errores. Y vaya que se han cometido demasiados.
Opinión de los príncipes/princesas sobre: Cervantes
Rafael: Solía ser mi amigo, disfrutaba de su compañía, pero hoy en día, he madurado, cambiado… Pero Cervantes no ha crecido. Es doloroso aceptar como alguien al que alguna vez aprecie se ha transformado en un pobre intento de hombre. Espero que el destino demuestre que me equivoco y que reinara honorablemente, que se volverá en un hombre digno… Espero ansiosamente porque ese día llegue.
Raviv: Cuando veo a Cervantes, a veces me pregunto si ese hubiera sido mi destino si mi madre hubiera sido indulgente durante mi peor etapa. Pero tampoco puedo culpar tanto amor de parte de la reina Charlotte… No logro descifrar el destino que le depara al reino de los monstruos. Que tristeza…
Melissa: Una completa basura andante. He visto suficientes miradas enamoradas como para no saber identificar que el idiota esta fascinado con mi padre. No tengo que hacer nada, sé que mi padre jamás se fijaría en un desperdicio como lo es Cervantes, pero el solo hecho de que ese desecho intente algo románticamente me hace enojar mucho. El solo hecho de que trate significa que cree que mi padre esta al alcance y eso es un completo insulto que jamás perdonaré!
Ares: No pienso permitir que la conducta de Cervantes siga. Una vez que sea rey, haré todo lo posible para corregir ese comportamiento de una vez.
Elias: Es mi mejor amigo. Con todo y sus defectos, jamás dejaré de confiar en él. Sé que algún día tomaremos el trono de nuestros respectivos reinos y pondremos nuestros apellidos en alto. Haremos historia juntos! Juro que jamás lo abandonaré!
Amy: Es un inmaduro que finge ser un adolescente. Ya está viejo y parece que nadie le ha avisado.
Bonus:
Adler: Un pobre intento de adulto… Normalmente olvido su existencia, pero al recibir noticias sobre el príncipe Cervantes, normalmente estoy acostumbrado a esperar lo peor antes de saber completamente lo sucedido.
Ivor: Es un imbécil en todos los sentidos de la palabra… Es muy hermoso, pero hasta la belleza desaparece a la vista cuando el que porta de esta es insoportable.
Selig: Un pedazo de mierda con un ego muy alto como para creer que puede lograr algo con mi rey. Insectos como esos aprenden cuando los aplastas sin piedad… Y no desperdiciaré ni un solo momento para pisotearlo.
Zev: Siempre permanece muy cerca de mi reina y se atreve a llamarse a sí mismo "mejor amigo" de mi ama, el maldito… Estoy seguro de que mi reina solo permite la presencia de este mono de feria en el palacio por simple bondad de su corazón, incluso tal vez porque lo encuentra gracioso. De no ser así, no entiendo que le ve a ese desperdicio de oxígeno.
Ofelia: Me repugna… Pero por respeto a la reina Charlotte, hago mi mejor esfuerzo para no mostrar mi desagrado.
Odette: Claro ejemplo de que cualquier bufón puede tener un cargo importante en el reino. Eso inspirará a otros idiotas a tomar altos cargos…
King Clown: No me desagrada, pero como Odette lo detesta tengo que apoyarla.
15 notes · View notes
sinfonia-relativa · 1 year
Text
Cada vez que busco poesía la encuentro en tus ojos, en tu mirada que no miente, que me dice a gritos que me deseas cada vez que me tienes enfrente. Cada vez que quiero intensidad la encuentro en tus besos, y en la fuerza de tus manos, que me cuentan que te pertenezco y me trasladan a un mundo lejano. Cada vez que anhelo fuego lo encuentro en tu cuerpo, y en cada gemido que exclamas, con tu corazón latiendo al compás de nuestras llamas mientras me amas.
GUERRERA LUNAR
80 notes · View notes
moongirl-26 · 1 month
Text
Nos vuelve únicos e inmortales la hermosura del alma, esa que entre tantas multitudes, brilla como el mismo sol aunque existan tantas nubes negras a su alrededor. Esa que sonríe con gotas saladas queriendo salir por los faros de luz que lleva en el rostro como ojos. Esas almas hermosas que no dañan. En donde la mentira no es un hábito, esas almas que aunque estén rotas siempre tienen un trozo de si para regalar, que aunque no hayan conocido el amor, lo brindan a quienes se acercan. Almas hermosas que mantienen un equilibrio perfecto entre la agonía y la vida, la tristeza y la alegría, esas que la sensibilidad y la valentía las diferencia del resto. Esas almas que son cálidas, aunque llueva a cántaros dentro de ellas. Esas almas que pueden ser luz aunque sean atormentadas por la oscuridad cruel del diario vivir. Almas, esperanzadas y soñadoras, guerreras y luchadoras, que no nacieron para ser sumisas del dolor. Estas almas aman y se enamoran con profundidad de lo eterno, de lo espiritual, no de lo físico o de lo material.
Quienes poseemos almas hermosas, somos inmortales, nada nos puede matar, ya que nuestra fuerza nos vuelve a la vida. Ni siquiera la muerte física apagara la luz de un alma hermosa.
7 notes · View notes
nevenkebla · 6 months
Text
Susan vs. Doom
Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media
Fantastic Four #259 John Byrne (Escritor, dibujante)
— Susan Storm: Reconozco este estilo de tecnología. ¡Solo un hombre ha podido construir esta nave! ¡Doctor Doom! — Doctor Doom: Excelente, Susan. Eres tan inteligente como hermosa. Me molestará ligeramente aniquilarte junto al resto de los Cuatro Fantástico. — Susan Storm: Ahórrame la hipocresía, Doom. El rayo inhibidor que usaste contra nosotros perdió sus efectos hace tiempo. Ahora no hay nada que evite que utilice mi campo de fuerza para abrir tu armadura y aplastarte… si es que eres tú de verdad y no uno de tus dobles robot.
— Doctor Doom: ¡Qué saludo! ¿Así es cómo te diriges a tus superiores, mujer? Te había creído una dama. Pero si insistes en hablar como una moza de cocina… ¡Te trataré como a una! — Susan Storm: ¡Lo… he notado! Doom debe de estar usando una especie de arma vibratoria que contrarresta mi campo de fuerza. Por el bien del bebé debo acabar con esta pelea antes de que pueda golpearme demasiado… pero con su extraño código de honor me asombra que golpee a una mujer… matar a una, sí, pero lo creía por encima de la brutalidad. ¡Lo sabía! ¡Otro de los condenados robots de Doom! Y no era uno particularmente bueno. ¡Mi campo de fuerza ariete le ha arrancado la cabeza!
— Doctor Doom: Perdona que no te haya dado la bienvenida en persona, Susan. Hay asuntos más urgentes que me preocupan. — Susan Storm: ¿De verdad, von Doom? Usaste a tus robots contra nosotros la última vez que luchamos. Me inclino a pensar que sencillamente tienes miedo de enfrentarte en persona a cualquiera de los Cuatro Fantásticos. — Doctor Doom: Me conoces mejor que eso, mujer. Sencillamente, encuentro indigno de un monarca rebajarme a la violencia física. Mi verdadero poder se encuentra en la fuerza de mi intelecto y cómo usarlo para guiar a otros. — Susan Storm: Un bonito discurso, Doom, pero carece de convicción. ¡Sigues sin enfrentarte a mí! ¿Tengo que ir a por ti? ¿Tengo que desmontar toda esta nave para encontrarte? — Doctor Doom: ¡Maravilloso! ¡Maravilloso! ¡Qué fuego! ¡Qué fuerza desconocida! Te aplaudo, Susan Richards. ¡Te has convertido en una auténtica guerrera por derecho propio! Desde luego que podrías destrozar esta nave. Sin duda serías capaz de encontrarme. Por primera vez hasta me veo compelido a considerar que tú, a quien creía la más débil de los Cuatro, podrías sobrevivir a una batalla con Victor von Doom. Pero antes de poner a prueba esa hipótesis, mira detrás de ti. — Susan Storm: ¿A qué juegas ahora, von Doom…? Oh… no… ¡E-ese de ahí es Johnny! ¡Y Ben! Pero… ¿Contra quién pelean?
— Doctor Doom: ¿Pelear? Querrás decir quién los está destruyendo, ¿no? Mira atentamente, Susan. Sin duda reconocerás a un viejo… amigo. — Susan Storm: ¡Tyros! ¡Tyros! ¡Pero está muerto! — Doctor Doom: No, Susan. Ha resucitado. Por mi mano. ¡El poder cósmico vuelve a ser suyo, el mismo poder que una vez le robé a Silver Surfer! ¡Y esta vez nada evitará que Tyros, mi involuntario esclavo, destruya a los Cuatro Fantásticos!
— Doctor Doom: Y ahora me enfrento a ti. A quien estás viendo es al auténtico Victor von Doom. La decisión es tuya. Enfréntate a mí en una batalla a la que quizá podrías sobrevivir… dejando a tus seres queridos en una a la que ellos no pueden sobrevivir… o acude en su ayuda, recordando siempre que hacerlo es huir de Doom. ¡Reconocer que él es tu superior! — Susan Storm: ¡Maldito seas, Doom!
16 notes · View notes
guyincognitojr · 1 year
Text
Tumblr media
0 notes
naturallyadventured · 7 months
Text
Tumblr media
chepzi
Embracing your #Venus 🧝🏼‍♀️by @v_collective_ // 🤎 Coffee exfoliating scrub with golden “Solar” by @salvia.apothecary and @fernolivia balancing hormones oils 🤍⚱️
instagram
Tumblr media
fernolivia
MUJER DE SANTA TERESA🌹🌊 Pura libertad, expresión, belleza, fuerza, sensibilidad, elegancia, poder, salvajismo. En cualquier forma, tamaño, color, peso, altura o textura. Acompañante y nutritiva. Independiente y empoderada. Suave y delicada. Guerrera y pasional. Ella es movimiento y placer, quietud y oscuridad. Ella, mujer. these words by @mayas.yoga ~ WOMAN OF SANTA TERESA🌹❤️ Pure freedom, expression, beauty, strength, sensitivity, elegance, power, wildness. In any shape, size, color, weight, height, or texture. Companionship and nourishment. Independent and empowered. Soft and delicate Fighter and passionate. She is movement and pleasure, stillness and darkness. She, woman. ~ Thank you so much to all of you gorgeous women in yesterday's Embracing Your Venus event in collab with my dear soul sisters @salvia.apothecary and @jardindevenus at @zunya. I love how we uplifted our skin with beautiful botanicals and then uplifted each other to be free and confident in our skin as we merged our bare skin with the grounds of local coffee, and drops of gold Solar oil and Radiance body oil.... then nutured each other back and shoulder massages, topless hugs to feel even more heart-connection... wow, if we can empower each other to feel comfortable and safe in our sensuality, we can empower all those women around us by BEing HERe. 🌹❤️ Loving ourselves deeply, we move from a place of lust to a place of embodied wholeness and sensual confidence that radiates outward and attracts sacred partnerships and deep friendships rooted in our true nature 🌿🌸🌊 To all my sisters around the world embodying her sacred feminine with grace, thank you. 🌎🌸 Thank you for loving your skin. Thank you for embodying your Venus. 🌹❤️ Men who are supporting this sacred beauty and witnessing us, for helping us to feel safe in our skin and for holding space for our light and shadows, to be expressed and liberated, rising together as we unite and share love on Earth... thank you.🌎🙏❤️ I see you. You are me and I am you. 🌊🙏🌊
10 notes · View notes
rubimoon45 · 4 months
Text
UN MENSAJE DE DIOS 1/2
You only need to translate the text to read it!
Pairing: Sigtryggr x fem!reader
Sinopsis: cuando los daneses asedian la capital de Wessex con Dynah dentro, no queda otro remedio que rendirse. Así hacen, separan a la familia real de la clase baja. Aún con esas, el líder de los daneses parece atraído por la idea de aprender.
Tumblr media
-----------------------
Valhalla.
Una palabra con tanta fuerza, pero a la vez vacía. Poderosa, para aquellos que desafiaban las órdenes de la hermandad y la palabra de Dios. Con tanta profundidad como lo podía ser un pozo sin fondo, que se convertía en nada... O en todo, para ellos. Morir en batalla. Buscar una muerte honrosa que los lleve a esa fiesta o reunión al otro lado. O como le habían explicado, muy por encima, hacía ya mucho. Y vacía para aquellos como ella, que se refugiaban en las cálidas palabras del Señor, pero también comprometedoras. Porque a veces el Señor era cruel hasta con sus más fieles seguidores. A Lady Aelswith le habían arrebatado al rey, pero bendecido a su hija con la corona de Mercia para continuar el sueño de su padre.
La cristiandad se mantenía fuerte, pese al avance y los continuos esfuerzos de los bárbaros daneses para extinguirla. Eso era lo que decían los padres de la ciudad, o los monjes que llegaban de una larga peregrinación. El cambio de trono de Mercia y los rumores dentro de Wessex sobre una posible traición habían dejado el camino llano a las especulaciones. Una pequeña novicia en prácticas tampoco tenía mucho que aportar. Recomendada desde hacía un año por el fallecido Beocca y educada por la antigua sacerdotisa y guerrera Hild. Un honor, cuanto menos. Sobre todo ahora que Wessex estaba vacío y necesitaban el consuelo de Dios.
Había pasado una semana desde que la noticia de Mercia había llegado con los peregrinos a la ciudad, a Wintanceaester. Lord Aetelhem decía que las funciones de la ciudad debían continuar como siempre, y que el rey volvería cuando acabase su gestión al otro lado del reino. Más bien le ordenaba. Debido a la falta del Padre Pyrlig para aconsejarla, pasaba sus días al servicio de la reina y jugando con el joven príncipe, vigilándolo a veces también. Limpiando el desorden de la vieja sala de escritura, recitando sus oraciones en la capilla, ... En ese momento estaba en ella, orando por la delicada salud de la reina y la del rey que no podía dejar el reino en las manos de un niño. El frío bajo sus rodillas era tétrico, como aquel espacio apenas iluminado por unas velas y el viento nocturno que se colaba por la piedra helada de la residencia real. En Cockham las noches eran iguales, pero allí al menos estaba en presencia de sus hermanas aprendices, y era reconfortante.
Una vez acabó sus oraciones, se levantó del suelo. Observó a su alrededor. Vacío, como las palabras de los infieles, pero protegida por la fe y mano del Señor. El sarcófago de piedra tallada con el cuerpo del viejo rey como su compañía terrestre. Huesos y polvo era lo que quedaba, pero había leído las crónicas de sus hazañas por encima con ayuda del Padre Pyrlig, y aprendiendo la sabiduría de sus acciones por el Padre Beocca. Apretó el rosario entre sus dedos. El dolor de las cuentas era gratificante para aquellos que pecaban como su castigo... Y para ella un recordatorio más para sus labores hacia la fe. Casi salió corriendo de la capilla, a un pasillo oscuro apenas iluminado también y por aguas ventanas amenazaban los primeros rayos de luz.
Sus aposentos estaban en un ala alejada, cercanos al dormitorio de Lady Aelswith. Conocía la situación de la reina viuda, así que suponía que era un consuelo tener a alguien en enseñanza de lo que ella conocía de cerca. Una de las doncellas de la reina apareció de entre las sombras, saliendo de un cuarto ahora abierto.
-¿Qué ocurre? -preguntó con cortesía, en voz baja, a sabiendas de que dentro de los aposentos reales iba a estar la reina descansando. Así lo supo solo con ver la oscuridad que lo envolvía, sin apenas un rayo amable de luz.
-La reina no puede dormir. Dice que escucha ruidos fuera.
-Tal vez madrugar para rezar consolaría su agitado espíritu y conciencia -razonó. El semblante de la doncella no se inmutó-. Debe echar de menos al rey.
-Un rezo matutino no va a ayudarla. Iré a buscar algo para relajarla.
-Lo dudo.
Dynah levantó la cabeza ante la gruesa voz masculina. Una parte de su cabeza pensó que era un guardia, hasta que se dio cuenta de que la voz provenía de dentro. Del interior de los aposentos de la reina. Solo para encontrarse con el rostro blanco y melena rubia de esta. Dynah casi se tambaleó al ver quien iba tras ella, con un cuchillo a un lado de su delgado cuello. Las cuentas de su rosario resbalaron de entre sus dedos, hasta caer al suelo. La doncella apenas tuvo tiempo para reaccionar.
Dos hombres más, con el mismo tipo de atuendo para la vida nómada y forrado con pieles, pero también visiblemente protegido con zonas de cuero, aparecieron sujetando al joven príncipe. Al verlo, la reina Aelflaed lanzó un jadeo e intentó ir a por él. Al intentarlo, hubiera tropezado con su ropa de cama de no ser por el agarre del hombre. Este rio al verla fracasar, y dijo algunas palabras que ninguna comprendió. El corazón de Dynah se aceleró cuando los tres las arrastraron con ellos por los pasillos de piedra del palacio. Todo estaba tan callado... ¿Y lo guardias que protegían el interior? ¿Y los demás hombres leales que quedaban? El miedo de su interior se acumuló pensando en lo que podría estar ocurriendo para que todo estuviera tan calmado, pero ese silencio... Era peor que la soledad de la capilla cuando Dios no respondía a sus plegarias.
Los tres hombres las sacaron con ellos al exterior, a través de la entrada que daba al jardín delantero y posteriormente a la salida del palacio. Dynah tragó saliva cuando vio lo que acontecía ahí mismo. Más hombres como esos desconocidos invasores en el jardín, acompañados de los propios guardias. Con una diferencia. Estos destacaban por estar de rodillas y con las cabezas gachas, delante de un grupo de captores armados que al pareces esperaban órdenes. Una mujer con el pelo recogido, mismas vestimentas, y notablemente embarazada, sujetaba una larga espada por la empuñadura en dirección a un hombre también en ropa de dormir. El rostro anciano y cansado del hombre miraba hacia el filo del arma, que apuntaba hacia su cuello sin vergüenza, como la imagen del arcángel Miguel cuando se enfrentó a los ejércitos de Satanás. Solo que los papeles estaban invertidos. Lord Aetelhem.
-Padre -sollozó la reina aún temblando y con la piel de gallina.
-Por favor -los labios del hombre temblaron al verla. Al verlos, a su nieto y a su hija, expuestos de esa manera como trofeos de guerra.
Dynah tembló también, pero no podía hacer nada contra su captor. Más fuerte y más alto que ella, la cogería al instante de zafarse. Estaban tomando el castillo. Hild le había enseñado lo que hacían en ese tipo de situaciones, en especial con las mujeres. A la reina no la tocarían, el príncipe solo era un niño que no comprendía lo que pasaba y Lord Aetelhem era el protector de la ciudad ante la ausencia del rey. Pero a ella, a las doncellas y a las súbditas les vendría un destino peor que una muerte. Solo hacía falta verles. Y la mujer que apuntaba a Lord Aetelhem...había una frialdad en sus ojos, en la forma en la que se movía, comparables con las ciudades de Northumbria de acuerdo a los caballeros.
-Usted elige, Lord -dijo otra voz. La del varón al lado de la mujer guerrera. Se dirigía al padre de la reina, casi burlándose, pero sin mostrarlo. No comprendía nada. Tan contrarios y por una misma causa. Melena larga, piel blanca y ropajes de cuero. Casi vio a Sihtric reflejado en esa persona de no ser por la expresión. En las pocas ocasiones que se habían visto, le había parecido un personaje diferente por sus ambiciones. Esa persona...a simple vista se divertía con lo que hacía. Entonces lo recordó. Juzgar era un pecado, por el cual ella se estremeció-. Rendirse o luchar. Es sencillo.
Tumblr media
Lord Aetelhem vaciló.
Y las piernas de Dynah temblaron cuando el frío la golpeó. El hábito al menso era de lana. La ropa de cama de la reina no era más que algodón y lino finos. Supo ver lo que pasaba por la cabeza de Lord Aetelhem. Sobre todo cuando era consciente de la posición en la que estaban.
-Nos rendimos.
Dynah tomó aire cuando una sonrisa apareció en la cara del varón que le plantaba cara. Escalofriante, pero... La mujer se mordió la lengua, pero bajó la espada. Continuó mirando al Lord antes de darse lavuelta y atender directamente al que parecía el líder de esa pequeña armada. No era una guerrera como Hild, pero sabía contar y distinguir. Cuando vio que las espadas atravesaban los cuellos y los pechos de los guardias sajones, Dynah supo que no iban en broma. Que ahora toda la ciudad estaba al mando de los daneses y ellos eran rehenes.
-Encerradlas en la capilla. Que estén junto a su dios y rey.
Los guerreros a sus órdenes obedecieron. Tiraron de sus codos para obligarlas a caminar, de nuevo, al interior. La sangre manchaba el suelo y se extendía a medida que los cuerpos se vaciaban. Su cuerpo se sacudió y su nariz picó, amenazando en derramar alguna lágrima y suplicar el perdón por su vida y la de esos guerreros.
-Madre -el príncipe balbuceó frotándose los ojos, adormilado. Dynah rezó una oración silenciosa por la que podían hacer ahora con ellos.
El príncipe heredero y la reina en manos danesas. La capital del reino más poderoso tomada. El rey debía darse prisa y resolver esa situación. Dios apretaba. Eso se suponía.
-Espera -ladraron a sus espaldas. Los hombres danesas se detuvieron-. Separadlos. Poned a la familia del rey en la capilla separad a los otros.
La mujer se acercó a él. La espada colgaba ahora de su cintura.
-¿Qué estás haciendo?
-Ser inteligente. Ellas dos no son de la familia real -les lanzó un gesto despreocupado con la cabeza. Su melena sucia de sangre y polvo y oscura se balanceó con el gesto-. Se ve a simple vista.
-Qué más da eso -sonaba muy molesta. Tanto que hizo que ella se encogiera.
El hombre le devolvió la mirada, los ojos claros mirándola como si intentase leerla. Los ojos oscuros de la mujer no vacilaron ni un instante. Temía perderse en esa oscuridad. El silencio mortal entre los dos se rompió cuando la cabeza de ella dirigió hacia ellos. La cara de la reina, blanca como la nieve, palideció si cabía más. Sus delgados brazos fueron a sujetar los estrechos hombros del príncipe.
-A ti te conozco -dijo entonces la mujer. Había posado los ojos sobre ella, como si fuera la presa de su larga y emocionante caza y la familia del rey quedase en otro plano. Asimilando sus rasgos, la mujer no era una belleza, pero su violencia le daba una belleza fiera. Tal vez los dioses la hubieran forjado de esa forma-. Sí, te reconozco -se acercó un poco más a ella, hasta que pudo oler el aroma a muerte que la envolvía-. Ese pelo rojo... Thyra bromeaba con que podrías ser su hija. Estabas con Uthred y sus amigos cuando esa bruja de Pelo Sangriento lo maldijo para atormentarlo. Pensaba que eras danesa.
A Dynah se le secó la garganta.
También la recordaba, muy por encima, casi como un recuerdo dormido sobre su pasado. La Hermana Hild recomendaba abandonar el pasado y perdonarse a sí misma por los errores de los demás, pero teniendo en cuenta que no todo lo ocurrido era por ella. La vida en Coockham había sido un lavado de cara y sin lugar a dudas una muestra de la misericordia de Dios para aquellos que siempre habían sido unos fieles seguidores de sus enseñanzas. Esos ojos juntos y pecas desperdigadas alrededor de la nariz. Ya la había mirado a lo lejos cuando viajaron a Northumbria, ahora era como tener un espejismo del pasado sobre la imagen de la mujer alegre y vivaz que una vez vio.
-Debes de saber dónde están Uthred y sus amigos, ¿verdad?
-Sé lo mismo que usted, señora -apretó los puños en uno, los dedos arañando la piel de sus nudillos.
La respuesta de la mujer fue cruel. Una sonrisa despiadada que solo consiguió erizarle los pelos de todo el cuerpo.
-Un recordatorio de lo que somos capaces le vendrá bien a ese rey vuestro. Demostrarle de lo que somos capaces -la miró de pies a cabeza, desde el final de su hábito azul oscuro hasta el más erizado de su melena pelirroja. Como si tuviera la solución justo en frente. El sudor y el miedo se juntaron-. Obligarlo a que nos entregue más territorios y la ciudad. Su ciudad y la de su querido padre.
Se estremeció con solo pensar que iba a ser madre.
-¿Qué propones, Brida? -respondió él, casi con pesadez.
Birda, la mujer, le devolvió la mirada una vez más. Nunca había visto a nadie mirarla como si valiera menos, con esos pequeños ojos marrones observándola con absoluto desprecio.
-Mándale su cabeza -hizo un gesto brusco con la barbilla en su dirección-. Es más chocante para los cristianos cuando ven que estás dispuesto a matar mujeres y niños.
Dynah jadeó audiblemente, aterrorizada ante la idea. La reina y el príncipe se revolvieron, pero antes de que pudieran objetar -que lo dudaba- los guerreros se los llevaron junto con la doncella, seguidos de Lord Aetelhem al final, tras un sutil pero no desapercibido gesto de cabeza de su líder.
-No haremos eso -le respondió él, fríamente-. Matarás a los hombres que quieras, pero ella se quedará conmigo.
-¿Y qué harás con ella, ir a rezar? Es sajona y cristiana. No tiene más gracia que eso.
-Eso lo decidiré yo.
Dynah se revolvió del agarre del hombre que todavía la mantenía a su lado. Los dedos apretaban la carne tierna del brazo, aunque la gruesa lana la protegiera. El hombre hizo un gesto cortante hacia los daneses que flanqueaban a la mujer. Solo pudo ver cómo algunos de ellos comenzaban a arrastrar los cuerpos de los sajones muertos hacia la salida, dejando senderos de sangre a su camino. Si quedaba algo de esperanza, esta se perdió cuando el líder avanzaba con desdén y tomaba su brazo en un rápido movimiento. A pesar de la conmoción y disgusto, el saber que tanto la reina como su hijo estaban a salvo y su cabeza se mantenía en su sitio era reconfortante.
Por el momento.
La habitación a la que la llevó era el estudio del rey. El sitio donde se planeaban las guerras y que anteriormente había sido el lugar de redacción del rey Alfredo. Aún habían libros, pero predominaban los mapas. Una larga mesa de madera y varias sillas decoraban el medio del espacio. Mientras sus ojos vagaban por la habitación, ese nuevo espacio que solía estar cerrado para gente como ella, salió de su ensoñación al recordar la razón por la que estaba ahí. Ni el iluminado y bello espacio podían hacer frente a la maldad de los actos de los hombres. Dynah se dio la vuelta rápidamente, envuelta en la tela de su atuendo y el rostro enmarcado en la pesadez de su melena ahora revuelta.
-Quédate atrás -tartamudeó una advertencia, retrocediendo. Ya no la agarraba, pero su brazo recordaba la fuerza de los dedos del anterior y la todavía presencia del otro. Y no le gustaba. Miró a su alrededor. Lo único que podría usar como arma era uno de esos libros o alguna pluma.
Si Brida había conseguido asustarla con solo sonreír, la presencia de aquel hombre hacía que todos sus sentidos se pusieran alerta. No tenía el semblante austero de los otros guerreros, pero sí un aspecto que pese al desinterés podía ser considerado de atractivo y juvenil. De su misma edad, o cercanas, con suerte. Dynah apretó los dedos de nuevo, con el miedo apretando en su pecho. En su respiración nerviosa. Y esa sonrisa, que no era cruel. Divertida y peligrosa, sí. Pero si un danés quería matarla, la habría dejado en manos de Brida y su espada tras la amenaza.
Él solo la miraba, como si le pareciera divertida la situación. Caminaba por la habitación, ordenada, y analizando el espacio detenidamente sin pararse mucho en cada detalle.
-¿Sabes quién soy, pequeña guerrera?
-No.
Así solían llamar a Hild. Sihtric para burlarse. Que la llamasen así era estrechamente familiar. Y una forma de recordarle que era una inútil, una sierva más. Ahora un rehén. Pero la vanidad era un pecado y casi un castigo. Él se detuvo, después de rondarla como una presa, y cambió su comportamiento. Su postura se enderezó, inclinando la cabeza y juntando los brazos tras su espalda.
-Soy Sigtryggr Ivarrson. Soy un danés que ha tomado Winceaester -lo decía con orgullo, cosa que no le sorprendía. Lo que sí conseguía generar en ella era la sorpresa de que se pareciera tanto a Sihtric como a Uthred, a su propia manera. La cercanía de su cuerpo se tuvo en cuenta cuando los dos ojos rodeados de negro, seguramente ceniza, se convertían en dos faros de luz azul-. Si desease follar con una mujer, no necesito hacerlo por la fuerza.
Dynah no le respondió. Solo lo observó, en silencio, con el cuerpo arqueado buscando una separación entre ambos a la fuerza. Se preguntó, una parte de ella, si era consciente de lo que generaba solo con abrir la boca. ¿Era eso lo que sentían los guerreros del rey cuando daba una orden, cuando les imbuía coraje antes de una guerra...? Con esa suavidad, pero también fuerza y sentimiento, su confianza.
Buscó algo que decir, pero no encontró palabras. Nada más que un nudo en la garganta y la lenta cadencia de su propia respiración, subiendo y bajando en su pecho. La una reacción que tuvo fue el sentir la sangre subir a sus mejillas. Dynah se quitó el sudor de las manos, pensando en la tontería que era conocer su nombre si iban a matarla en algún momento. Cuando se dieran cuenta de que los sajones no iban a dejar que los daneses tomasen su ciudad más importante. Y con solo imaginar la contraofensiva el efecto de las palabras se anularon, como un hechizo.
-Bien -fue lo único que le salió decir-. ¿Por qué habéis venido? El rey no está en la ciudad.
Tragó saliva cuando los finos ojos azules, del color del hielo, continuaron sobre ella como si fuera el único objeto de la sala. Que el pelo le cayese por cara no ayudaba a quitarle esos aires violentos, ni...la enorme cicatriz que pasaba por el lado izquierdo de su cara. ¿A cuántos habría matado? Si no abusaba de ella, es que había otro motivo para mantenerla separada de las demás doncellas.
-A tomar lo que me deben -dijo, simple-. Tu gente me expulsó de la mía. Así que tu rey me la devolverá a cambio de su hijo.
-¿Y si no lo hace? -se atrevió a preguntar, casi en un susurro.
-Entonces la cabeza del crío sería una bruna oferta para recapacitar. Puede tener más, ¿no?
-Su humor al ver la ciudad no será un buen paso para recuperar las tierras.
La sonrisa su respuesta. No cruel, pero sí burlona.
-Una buena oportunidad para probar su paciencia, entonces.
-El príncipe no tiene culpa de nada, es un niño -Dynah vaciló, pero entonces recordó las palabras de Hild. El Señor la protegería en su espacio más sagrado, por mucha reticencia que tuvieran los paganos a entregar un lugar que ellos ya habían ocupado con anterioridad-. ¿Somos vuestros prisioneros?
El líder, Sigtryggr o como se pronunciara su nombre, se volvió hacia ella. Había comenzado a inspeccionar los mapas sobre la mesa con aire curioso, como si de verdad conociera su uso.
-Eres libres de irte cuando quieras -ofreció, aún con las manos en la espalda. Y una sonrisa un tanto socarrona-. Pero tendrán que enfrentarte a Brida. Para estar embarazada es más vigorosa que la mitad de mis hombres.
No quiso saber de cuántos meses estaba. O de lo que pasaría si salía por la puerta siguiendo el consejo y se enfrentaba cara a cara con ella. Dynah tragó con fuerza, mirando hacia la puerta. Era imposible que estuvieran ellos dos solos, habría más hombres detrás de esos dos trozos de madera tallados. Su libertad era una ilusión, una broma con la que él jugaba. Estaba atada de manos y pies. Mantenerse callada y obedecer era su una salvación.
-¿Voy a...estar aquí encerrada?
-Es un buen lugar. Para un hombre aburrido.
La sala de los hombres y la ley. Tan diferente a lo que a ella le correspondía... Hubiese preferido tener la capilla. Aunque fuera helada, estuviera sola y húmeda cuando hacía mal tiempo. Estaría con su dios. Como si supiera lo que pasaba por su cabeza, la atención de Sigtryggr pasó hacia donde ella miraba: las estanterías. Su cuerpo se alejó de la prudente separación entre ambos, y caminó hacia la más cercana. De entre todos los pergaminos y contenido, toda la información de los sajones durante generaciones, sacó uno de los gruesos tomos. Lo hojeó por encima, frunció el ceño y cuando acabó con él preguntó:
-¿Puedes leer?
Ella asintió. No era necesario saberlo, pero Hild había tenido la cortesía.
Sigtryggr le tendió el tomo.
-Leeme.
-¿No sabes leer?
-Puedo -dijo con una sonrisa traviesa. Dynah tomó el reino, que pesaba, y casi le dio la sensación de haber acariciado las puntas sus dedos-. ¿Pero dónde está la diversión si lo hago?
Supuso que tenía razón. Suspiró pero no le quedó otra que hacer lo que le pedía. Se sentó en una de las duras sillas frente al escritorio, mientras que él hacía igual en un asiento al lado de la ventana al final de la sala. La luz que entraba por los múltiples huecos cubiertos hacía que su melena hasta por debajo de los hombros brillase clara, entre un castaño claro tirando a pelirrojo.
Cuando comenzó a leer tuvo la sensación de estar invadiendo el espacio de Alfredo y la Casa de Wessex. Pero a medida que avanzaba se daba cuenta de que los sajones eran sólo nombres de los grandes reyes y solo de ellos y sus mayores victorias, sus avances en las islas. Y que en ninguna se mencionaba o hacía referencia a la presencia de Uthred tanto en negociaciones como en el campo de batalla. Pero que a Sigtryggr parecía interesarle, curiosamente, sólo porque escuchaba y en ningún momento, sólo en las batallas de los daneses, interrumpía para lanzar algún comentario jocoso.
Y eso ya tenía bastante que decir sobre él.
-----------------------
Durante la próxima semana, los días transcurrieron parecidos a ese. Ella le leía en voz alta la historia de los sajones o algún texto religioso cuando se aburría de escuchar las hazañas de sus enemigos. No estaba segura de las motivaciones reales sobre su interés en escuchar esas historias, o lo que pretendía encontrar al hacerlo. Lo único que podía pensar era en una forma de distraerse de la espera. Dynah estaba ansiosa por tener noticias del rey, más allá del asedio que Sigtryggr le había informado uno de esos días atrás. Porque estaba segura de que al conocer las noticias Uthred no se quedaría de brazos cruzados. Actuaría por su cuenta, como siempre.
Rezaba todas las noches, cuando quedaba sola ahí encerrada, y con las manos entrelazadas, por la seguridad de todos ellos. Por el rey y su familia. Por Uthred y sus amigos. Por el Padre Pyrlig. Y por último se dejaba a ella misma. No es que estuviera siendo torturada, como si viviera como una reina, pero todo buen gesto tenía que ser agradecido, en parte. Y dado que aún tenía la cabeza sobre los hombros... Estaba siendo afortunada.
Una vez, la entrada de Brida al estudio los había pillado desprevenidos. A ambos, sí. Ella le estaba leyendo sobre los milagros de algún santo y él escuchando, pero con la mirada perdida en otra parte del estudio. Nunca hablaba, y no recordaba haberle dicho su nombre. O que le preguntase por él.
-Tenemos que empezar a matar rehenes -había anunciado.
Dynah se había quedado sin palabras.
-Tenemos a la familia del rey. No van a hacer nada.
-Planeando un ataque. Ahí parados y conociendo la ciudad mejor estarán buscando una oportunidad. Un hueco -la ira incontenida de sus palabras se traslado a sus acciones. El vientre protegido por una tela más gruesa y escamada cada vez abultaba más-. Déjame matar a la cría. Si no me dejas la cabeza de la pelirroja, déjame a la hija de Uhtred.
Se había quedado callado, pensando. Stiorra. La última vez que la había visto fue en el convento de Coockham con Hild, cuando Uthred había ido a reclamar sus tierras... Y luego la noticia de la muerte del Padre Beocca y que el plan había salido mal. El joven Uthred y su hermana se habían quedado en el convento con ellas a su cuidado, y lo último que supo de ella fue una mañana en la que le comunicaron que por órdenes de su madre había marchado camino a Mercia para refugiarse en alguno de los señoríos mercianos de la reina.
El peso de su corazón la hundió en la tristeza desde eso, y en rezar cada vez con más frecuencia. No supo más de la hija de Uthred. ¿La habían matado de verdad? Sin su rosario era difícil mantener sus pensamientos a raya, pero lo hacía como podía Incluso en la improvisada cama que había hecho con unas cuentas mantas de otras camas para mantenerla en la misma sala, ese hombre seguía siendo un misterio y su captor.
La respuesta de Sigtryggr había sido continuar con lo que estaban haciendo. Cosa que a Brida no le gusto un pelo.
-¿De qué conoces a Brida?
La había interrumpido después de eso, cuando volvían a estar solos y ella iba a comenzar a leer de nuevo, con la boca seca, para preguntarle.
-Cuando Lord Uthred fue maldito por una bruja pidió que lo llevasen al norte, donde ella residía con Ragnar y otros daneses. Ellos me encontraron por el camino y decidí seguirlos. Luego llegaron el Padre Beocca y Thyra, su esposa y hermana de Ragnar. Me fui con ellos a su convento cuando me ofrecieron una vida de paz -no supo qué mal contarle, puesto que lo demás iba a ser un lío de explicar para alguien que desconocía la vida cristiana y el pasado aún era una marañas de imágenes-. Ellos me salvaron.
-No me imagino a una cristiana viajando con unos daneses a cambio de nada. ¿Qué te ofrecieron, o qué les ofreciste?
Solo se encogió de hombros, conociendo el significado de sus intenciones.
-No todo es deseo de algo. Me ayudaron y ahora rezo por ellos aunque no crean en mi dios -lo último lo dijo en un susurro-. Es lo mínimo que puedo hacer.
-¿Confiar en un matadaneses consuela el alma de tu dios?
Dynah lo miró a la cara después de mucho rato concentrada en los adornos de la crónica y las intricadas letras.
-Dios no tiene alma. Y si la tuviera, yo no soy nadie para juzgar sus decisiones -agachó la cabeza, cuando el frío de sus ojos azules pasaron la barrera y la hizo estremecer-. Confío en la persona que me salvó la vida sin saber cómo era.
No hubo respuesta.
Continuó leyendo como él quería y sin hacer nada que se saliera de la regla. De lo establecido entre captor y rehén. Siguieron pasando los díos, en los que el único contacto humano era con él, Brida cuando entraba para informar de los cambios o algunos guerreros que llegaban por órdenes suyas para...dar más órdenes. Pero ninguno hablaba con ella o si quiera la miraba. Le dejaban claras sus intenciones cuando le llevaban la comida, que a cada día disminuía, y la veían ahí desaliñada con su hábito de lana azul y la cruz de madre colgando de su cuello. Algunos daban miedo solo con verlos, y otros la ignoraban.
-¿No puede haber una resolución pacífica? -preguntó uno de esos días, cuando el hambre la mantenía incapaz de concentrarse y leer era cada vez más difícil, y más comprender lo que decía los libros.
-Es más difícil vivir en paz con los enemigos que enfrentarlos.
-Estamos en paz -se defendió-. Si pudisteis sitiar la ciudad es porque el rey Eduardo no os ve como una amenaza.
Escuchó su asiento crujir y seguido una serie de pasos hacia ella. Por un momento pensó en que iba a matarla por criticar su plan. O lo que fuera que tuviera en mente.
-Tampoco somos aliados -Dynah se mordió en labio inferior, manteniendo las manos sobre la mesa y cerradas en puños. La presencia de él no tardó en aparecer a su lado, acompañado de su olor salvaje y a fuego. Al lado de su mano diestra dejó un trozo de pan que no recordaba haber dejado de lado y para después-. Cuando uno de los bandos quiere exterminar al otro, tienes que elegir. Yo elijo defender a los míos y tu defiendes a los tuyos.
Miró hacia los mapas. Colocados estratégicamente cada uno y con unas figurillas que supuso que representaban a los ejércitos; luego, al trozo de pan que le había dado. ¿Qué era, entonces? Ansiaba recuperar lo que era suyo pero no cedía ante nada. Winceaester era suyo.
Alzó la cabeza y se atrevió a mirar en su dirección, hacia su espalda. El pelo caía por debajo de sus hombros, enredado pero de alguna manera medianamente decente frente al suyo que sí era un desastre de mechones pelirrojos. Se fijó en la forma de sus hombros, anchos frente a una cintura estrecha pese a toda la armadura de cuero que no se quitaba desde...hace mucho. Sus brazos eran igual de delgados, pero se notaba el uso de la espada, el movimiento continuo de ambos para sus guerras. Dynah se pellizcó consciente de lo que acababa de hacer. Casi se avergonzó de mantener esos pensamientos. La mentalidad de los daneses era curiosa.
Antes de que se marchara una de las noches, cuando la garganta de Dynah ardía de cansancio y ansiaba un trago de agua, él se quedó parado delante de la puerta.
-Nunca pregunté tu nombre, ¿verdad?
-¿Para qué querría saberlo? -guardó el libro en la estantería. Estaba lista para irse a la cama, pero retenerla por eso significaba algo diferente a los días de atrás.
Se abrazó a sí misma, disimulándolo con que cruzaba los brazos sobre el pecho. Los ojos de Sigtryggr la recorrieron, para acabar con la sombra de una sonrisa en un rostro manchado de ceniza. El aleteo de su corazón despertó en sus adentros
-Saber con quién paso el tiempo -fue lo único que dijo.
Casi sonaba indecente, pero Dynah estaba demasiado cansada y dolorida para discutir. O cuales fueran sus motivaciones queriendo continuar su charla.
-Dynah.
Silencio. Sigtryggr asintió, el pelo que caía por su cara meciéndose.
-No suena sajón -dijo, antes de irse.
Ella se quedó en el sitio. Tardó unos minutos en darse cuenta de que no iba a volver, que ya era tarde y le daba permiso para dormir. Se miró una última vez las manos, las cutículas levantadas y sangrientas por sus dientes. Luego, se fue a la cama improvisada con mantas y se abrazó como pudo, con el rostro enterrado en una de ellas. Cuando se levantó, a la mañana siguiente, el rosario estaba envuelto en su mano.
-----------------------
Con su rosario ahora podía rezar apropiadamente. Sigtryggr desaparecía todos los días dejándola sola en el estudio. Era en esos momentos que aprovechaba para hacerlo, de rodillas en el suelo y mirando hacia la ventana más grande del estudio. De alguna manera, aunque supiera que no iba a tocarla y probablemente ignorar lo que hiciera con su dios, rezar en su presencia nunca sucedería. Se descubrió un día dándose cuenta de que lo hacía para no molestarle. Y estando sola... Dios era su única compañía.
Murmurando la última estrofa de su oración, antes de que iniciara la siguiente, fue interrumpida cuando la puerta se abrió de un golpe contra la pared. Dynah se levantó rápidamente cuando escuchó los pasos que se adentraban. Pensó en Sigtryggr, en que venía a recibir su clase diaria de historia sajona, pero le sorprendió ver que no era él quien entraba en el estudio del viejo rey. Ni Brida.
Parecía sajón, por la ropa, pero descuidado y con una incipiente barba desaliñada naciendo en su cara afilada y marcada por unas ojeras. No lo recordaba, pero no debía pertenecer a la corte del rey. Le habrían permitido caminar por la finca con libertad o se habría conseguido escapar de sus captores... De alguna forma. Hasta ella llegó el olor a cerveza que a medida que se acercaba se volvía repulsivo. Dynah retrocedió ansiando mantener la distancia entre ellos.
-Lo que planee que intente hacer, le suplico que no lo piense.
Él solo soltó una carcajada.
-Me he aliado con ellos, los daneses, ¿pero a qué precio? Soy como un perro al que dan órdenes -miró a su alrededor con bastante asombro, pero sin querer demostrarlo-. Y mientras eso pasa, Sigtryggr te mima. Dime, ¿tan bueno es tu coño que lo tiene distraído? Debería descubrirlo por mí mismo.
Dynah gritó todo lo que pudo.
Las manos del sajón agarraron sus brazos y la retuvieron contra la pared más cercana, su cabeza hundiéndose en el hueco de su cuello. Dynah se revolvía como podía, aunque la fuerza de aquel hombre doblaba con creces la suya. En una de esas sacudidas, harto de que se rebelara a sus deseos, la golpeó en la mejilla con tanta fuerza que de haber estado libre la habría lanzado al suelo. El ardor y dolor no tardaron en aparecer.
-¿Sabes lo que es vivir sin honor? Que te humillen cuando intentar recuperarlo.
-No haberte aliado con los daneses.
Un brillo que no era lujuria iluminó sus ojos. Rabia. Si cabía, la fuerza fe a más cuando posó una mano en su cuello, sujetándola de esa forma, y un viejo cuchillo apuntando directo a su cara descubierta. Dynah apretó los dientes cuando la punta fría acarició su mejilla. Eso le heló la sangre.
-Una puta como tu nunca sabrá lo que se siente porque ya debe vivir en ello.
-Si me mata se va a arrepentir, señor. Dios le castigará.
-¿Juegas con los daneses así en la cama?
Las intenciones del hombre cambiaron cuando el cuchillo cayó al suelo y la mano que lo ocupaba su puso encima encima de la que rodeaba la delgadez de su cuello. Dynah apretó las suyas sobre sus muñeca, jadeando por aire. No podía respirar. Por mucho que patalease no se quitaba de encima. Las lágrimas humedecieron sus ojos la idea de morir. Por su propia osadía. Dios no la recibiría con las puertas abiertas si había instigado su muerte. Podría considerarse suicidio. Y su muerte...¿se tendría en cuenta? ¿O su cuerpo sería lanzado fuera de los muros como un muerto más?
Apenas tuvo tiempo para ajustar lo que quedaba de concentración antes de sentir el vacío del peso de aquel hombre que intentaba matarla. Su cuerpo resbaló desde la pared hasta el suelo, donde se quedó de rodillas, sus manos entre su pecho y cuello respirando por la boca como un perro, tosiendo.
-¿Qué es este juego? ¿Va de hacer daño a los más débiles?
Dynah contempló lo que pasaba delante de ella mientras todavía se concentraba en respirar. A la velocidad del rayo, el golpe en la cara al hombre lo hizo caer al suelo y rodearse de la vergüenza con la que había entrado borracho. El sollozo audible no lo hizo más honorable de lo que había dicho que ansiaba ser. Dynah escuchó la risita divertida del otro, pero de poco ayudó a la situación. Ni la sonrisa confiada que le dirigió.
Tumblr media
-Vamos -lo animó, mientras que el sajón se tambaleaba por recuperar la compostura-, me gusta este juego.
-¡Me provoca! -vociferó-. Y no me teme.
-Eso es mentira -soltó ella, con dificultad. Luego, tosió del esfuerzo. Eran la dos cosas. Solo hacía falta verla.
Sigtryggr vaciló unos segundos, pero no volvió la cabeza hacia ella cuando habló. Creyera lo que creyese, iba a dar igual. Seguiría siendo su aliado y todavía lo necesitaban, ¿no? Tal vez tuviera algo que ver con el asedio.
-¿Así se controlan los sajones?
Los ojos del sajón brillaron por su ausencia. Cuando pudo levantarse, aún tambaleándose, apenas había rastro de un hombre. Solo un niño triste y deprimido por sus fallos. No sintió pena alguna, si bien era un dogma perdonar a todos.
-En tierras sajonas, ¿se somete a la gente con el miedo?
-¿No se somete a todos así?
Una burla sin gracia.
-¿Así prosperó Alfredo?
-Sí -afirmó, pese a su estado.
Otra mentira que ella se contuvo a contradecir. Y el otro debería de saberlo. Después de todos aquellos días leyendo las crónicas y los textos de los sajones, quedaba claro cuál iba a ser el legado de Alfredo en la historia de Wessex y su sueño. Dynah miró en dirección a Sigtryggr, que miraba sin diversión hacia el otro que hacía poco la había maltratado.
-¿Y el rey al que traicionaste para venir conmigo?
-Aethelred -apuntó con el dedo adornado por un anillo de plata a la barbilla del danés. Este no se movió- era amado y temido.
Más una cosa que la otra, pero las crónicas nunca reconocerían su actitud frente a lo sucedido con la hija de Alfredo, la historia que todos conocían. Ella solo se apretó más contra la pared, recogiendo las piernas contra su pecho.
-El Señor te castigará por todo lo que hiciste. En Wessex es sabido que lo mataste en el lecho estando moribundo para hacerte con el trono.
-¡Mientes, niña! Deja a los hombres hablar -vociferó, y Dynah tuvo la suerte de que la presencia de alguien con más fuerza a la suya estuviera también en la sala. Podría matarla estando solos, como ya había intentado, y lo conseguiría.
-¿Eso es cierto?
Asintió, solemne.
-El Padre Pyrlig envió una carta desde Mercia para Lord Aetelhem y yo se lo escuché decir a la reina.
-Mientes peor que un niño -increpó el danés al sajón, sin necesidad de apartarse para verlo. Era más alto, y su postura no vacilaba frente a las contradicciones que recibía por ambos lados-. Sabía que había algo turbio en ti. Mataste a tu rey.
No necesitaba verle la cara saber qué pasaba por su cabeza. Desconfianza. Desconfianza en una persona que los había ayudado y comenzaban a destaparse sus mentiras una a una.
-Te he traído aquí... -se apresuró a negar-. Puedes confiar en mí, lo he demostrado. No le he dicho a nadie lo que planeabas hacer desde el principio, ¿sabes? Soy de fiar.
¿Lo que iba a hacer? ¿No iba a quedarse así el asedio? Los hombros de Sigtryggr se tensaron, pero volvieron a relajarse en cuanto lo sintió respirar.
-Dime -comenzó, en un tono tan amenazante que cortaba el aire-, ¿cómo debería gobernar, por miedo o por amor?
Sus dedos se entrelazaron. Esa pregunta... No era un juego. No sonaba como una. Acabó tomando la cruz de su pecho, pero sin abrir la boca. No dijo nada, ni rezó ni tampoco suplicó clemencia para la persona culpable del asedio. Solo silencio, y pesadez en su cuerpo por todo lo soportado. Casi podía saborear su propia sangre por los golpes.
-Yo lo haría sin duda fundamentado en el terror.
Terror, no miedo. No era lo mismo. Ese hombre... La oscuridad de su alma iba a pesar en el juicio. Ni siquiera la herida creada a partir del golpe en el antebrazo de Sigtryggr, adornado con accesorio no solo de cuero también de metal, le hizo sentir remordimiento cuando el danés dio la orden de que lo llevasen al mercado y reunieran a la gente. Dynah se apretujó cuando uno hizo el amago de querer llevársela.
-Solo a él.
Se llevaron al sajón de la sala mientras este pataleaba y gritaba que le soltasen, también suplicando ayuda al Señor que por experiencia podía decir que eran peticiones en vano. Dios no ayudaba a pecadores, y menos a traidores que atentaban contra su fe. Dynah lo observó todo desde su pared, encogida en el sitio y preguntándose en silencio qué es lo que iba a pasar con el hombre borracho. Sigtryggr tenía una expresión helada cuando salieron del estudio. Entonces se enfocó en ella.
Estaba a menos de un brazo de distancia...demasiado cerca. Y todavía con esas, demasiado lejos como para entender sus aspiraciones. El olor de su cuero, mezclado con algo más llenaba sus fosas nasales mientras le escuchaba preguntar:
-¿Cuántas veces te ha levantado la mano?
Ni siquiera había pensado en eso, no con todo lo que pasaba en el estudio y lo que pasaría para preocuparse. El ardor de su mejilla continuaba, pero no con tanta intensidad como cuando lo había recibido. Era posible que estuviera roja, pero nadie estaba ahí para verla y no habría cuchicheos indeseados, además de pensar en el maltrato de un danés a su rehén, que era solo un daño más a la lista de infracciones en territorio santo.
Dynah le devolvió la mirada sin saber por dónde empezar a intentar darle sentido a todo: sus palabras o sus acciones. No era la primera vez que hacía eso, desde que había visto las heridas en sus manos y la regañaba por hacerlo hasta llamarla beata por su confiar su destino a su dios. Y aún con esas, era contradictorio.
-¿Qué vas a hacerle?
-¿Por qué te preocupas por él después de lo que ha hecho?
-Sigue siendo un cristiano, ¿verdad? Tengo que rezar por su alma o irá directo al infierno.
Él no dijo nada, en cambio, aunque de alguna manera mantuvo la suficiente integridad como para sostener su mirada. Rápidamente se encontró con esa frialdad suya, reflejada en la claridad transparente de su ojos, sus palabras fueron crudas y destinadas a herir.
-Tal vez la persona que merezca ir a ese infierno sea otra si han conseguido meterte esas tonterías en la cabeza.
Sigtryggr podía ser cruel cuando quería. Ahora lo veía como era. Y no se atrevió a apartar la mirada hasta que él lo hizo y se marchó, dejándola sola y en el suelo. Los ruidos de fuera no tardaron en llegar al estudio, a través de los enormes ventanales a los que Dynah se acercó uno a uno inspeccionando qué pasaba.
La multitud se agrupaba entre sajones nativos y daneses en un círculo en medio del mercado. Varios guerreros miraban a ambas direcciones, dentro y fuera de la muralla, dividiendo su trabajo entre el entretenimiento y el deber. Entonces Dynah vio lo que pasaba. El hombre de antes estaba de rodillas en el centro, sujetado por los brazos por dos guerreros, uno rubio y otro moreno con tinta en la mitad izquierda de la derecha.
Cuando la espada atravesó su hombro cubierto por la ropa de cuero y seda por debajo, hacia su corazón, y se giró para destrozar el interior de su pecho, Dynah no pudo mirar. Su cuerpo no se lo permitió. Lo último que escuchó de ese hombre fue un gemido, acompañado del chapoteo del líquido en su garganta y saliendo de su cuerpo, hasta que este cayó de un golpe seco sobre la paja agrupada para que los caballos pastasen... Estos estaban guardados a un lado, detrás de las personas obligadas a ver todas aquellas atrocidades.
Dynah se apartó de la ventana, entonces. El aire estaba frío cuando entraba a su cuerpo, y se sentía como un recordatorio de que era una rehén y su destino podría ser el mismo si averiguaba algo y comenzaba a jugar con ello. Solo se dio cuenta de que estaba llorando al notar las mejillas húmedas y el cosquilleo de la nariz. A eso se refería con fundamentar un gobierno con miedo, con terror como el otro había querido, y abandonar una parte fundamental. Alfredo había hecho lo mismo a su manera, pero jamás habría ejecutado a unas personas en público, habría buscado un castigo acorde a los sacramentos y en busca del perdón. O directamente el exilio. Pero él... Sigtryggr había buscado la solución fácil y la burla a su gobierno siguiendo la recomendación del gobierno del difunto rey de Mercia.
Vio el cuchillo que la había apuntado debajo de la mesa. Desde su posición se habría dado cuenta, pero una vez de pie se le habría complicado un montón entre el juego de luces y las sillas y la mesa... por eso Sigtryggr no habría caído en la cuenta de que había un arma todavía en el estudio. Dynah la recogió de debajo de la mesa, y una vez de rodillas con él entre las manos se quedó muy quieta. Lo analizó. Empuñadura de madera y filo de metal oxidado y algo pasado de uso, por las fracturas en algunas regiones.
La puerta la sorprendió abriéndose. Antes de darse la vuelta dejó el arma a sus espaldas, pero bien apretado entre sus manos por si se trataba de otro asalto. Ni era Sigtryggr, quien estaría enfadado y resolviendo lo que había generado, ni otro sajón. Pero sí un danés, con una bandeja entre las manos y una expresión indescifrable. Dynah vio bien lo que llevaba al mismo tiempo que este entraba, dejando la puerta abierta e indefensa, para dejarlo en la mesa.
-Gracias -se le ocurrió decir.
El danés no dijo nada, pero algo en su postura se detonó amabilidad a su propia manera de expresarlo. Dentro de lo que cabía. Una vez el hombre salió, Dynah se acercó corriendo a la mesa donde había dejado las cosas. Revisó el contenido, que no era más de lo que había recibido aquellos días. Dio una última mirada al cuchillo, que aunque destrozado podía influir daño. Casi no podía verse reflejada en él, pero lo que dejaba ver era un desastre y de haberlo sabido habría intentado cambiar su apariencia.
Pobreza y humildad eran sus votos, pero aún era una novicia en prácticas, que necesitaba acostumbrarse a perder esa arrogancia digna del hombre y saber que su propósito no era estar hermosa para los demás... Pero eso estaba a mucho tiempo de suceder, y en ese momento no estaba para predicar su religión al pelo. Primero se lavó el rostro, pasándose las manos por la piel de la cara y bajando hasta el cuello. Puede que ahí hubiera tardado un poco más para quitarse el rastro que el ahora ejecutado había dejado por la zona, y que al frotar con sus manos desnudas hubiera usado demasiada fuerza. Lo siguiente fueron los brazos, remangándose las mangas y frotando la piel sudada.
El resto del agua que quedaba era en una jarra, apartada de la otra.
Dynah se sirvió y bebió.
10 notes · View notes
nekoannie-chan · 5 months
Text
Túnel
Tumblr media
Título: Túnel.
Fandom: Marvel, X-men.
Pareja: Ororo Munroe y Logan Howlett.
Palabras: 519 palabras.
Cuadro: B5 “Lidiando con traumas del pasado.”
Clasificación: B.
Sinopsis: Logan ayuda a Ororo.
Advertencias: Mención de claustrofobia.
N/A:  Esta es mi entrada para Marvel Rare Pair Bingo Round 3 2024. MRP-066.
Links: Wattpad, Ao3, versión en inglés.
Tumblr media
         Si te gusto por favor vota, comenta y rebloguea.
No doy ningún permiso para que mis fics sean publicados en otra plataforma o idioma (yo traduzco mi propio trabajo) o el uso de mis gráficos (mis separadores de texto también están incluidos), los cuales hice exclusivamente para mis fics, por favor respeta mi trabajo y no lo robes. Aquí en la plataforma hay personas que hacen separadores de texto para que cualquiera los pueda usar, los míos no son públicos, por favor busca los de dichas personas. La única excepción serían los regalos que he hecho ya que ahora pertenecen a alguien más. Si encuentras alguno de mis trabajos en una plataforma diferente y no es alguna de mis cuentas, por favor avísame. Los reblogs y comentarios están bien.
DISCLAIMER: Los personajes de Marvel no me pertenecen (desafortunadamente), exceptuando por los personajes originales y la historia.
Anótate en mi taglist aquí.
Otros lugares donde publico: Ao3, Wattpad, ffnet, TikTok, Instagram, Twitter.
Tags: @sinceimetyou @black23 @unnuevosoltransformalarealidad @azulatodoryuga
Tumblr media
Logan y Ororo avanzaban con cautela por el oscuro túnel subterráneo; sin embargo, no sabían exactamente como habían llegado a ese lugar, en un momento estaban en un bosque y al siguiente se encontraban ahí.
El aire estaba viciado y el sonido de sus pasos resonaba en las paredes de piedra, todo era oscuridad ahora, no se suponía que eso debiera estar pasando. Ororo comenzó a sentir una opresión en el pecho. Su respiración se volvió rápida y superficial, y un sudor frío perlaba su frente.
Logan notó de inmediato el cambio en su compañera. Su vista alcanzaba a notar el temblor en las manos y el labio inferior de ella, aunque estuviese intentando ocultarlo.
"¿Estás bien, Ororo?" preguntó con preocupación, deteniéndose a su lado.
Ella trató de sonreír, pero fue más un gesto nervioso que una expresión genuina. No respondió.
Él asintió comprensivamente, pero sabía que debían de salir de ese lugar de inmediato por el bien de Ororo.
"Vamos a seguir adelante, con cuidado", Logan indicó, colocando una mano en el hombro de Ororo antes de continuar.
Cada paso parecía más pesado que el anterior. Ororo luchaba por mantener la compostura mientras el túnel se estrechaba a su alrededor. Las paredes parecían cerrarse sobre ella, como si el mundo entero estuviera conspirando para aplastarla. Trató de recordarse a sí misma que era una guerrera, una líder, pero la sensación de pánico seguía creciendo en su interior.
Logan notó que su respiración se volvía más entrecortada y sus movimientos más torpes. "Ororo, tenemos que salir de aquí. Ahora mismo", dijo con firmeza, agarrando su brazo con determinación.
Ella quería protestar, no obstante, asintió con la cabeza, incapaz de articular palabra alguna.
Logan guio a Ororo a través del túnel, buscando desesperadamente una salida. Pero una sección del túnel se derrumbó, bloqueando su camino hacia adelante y atrapándolos en la oscuridad.
El corazón de Ororo latía con fuerza en su pecho, el aire se volvía aún más escaso o tal vez era su imaginación, sentía como si empezase a ahogarse a la vez que las paredes del túnel parecían cerrarse sobre ellos. Logan tomó la mano de Ororo, tratando de transmitirle algo de calma.
"Vamos a encontrar una salida, Ororo. Estamos juntos en esto", él dijo en un tono tranquilizador.
Ororo se aferró a la mano de Logan. Cerró los ojos y se obligó a respirar profundamente, ni siquiera se sentía capaz de usar sus poderes para salir rápidamente de ahí.
El tiempo parecía detenerse mientras sensación de desesperación aumentaba cada minuto más y más.
Después de lo que pareció una eternidad, finalmente lograron divisar una débil luz al final del túnel. Se apresuraron hacia ella, debían salir lo más rápido de ese lugar por el bien de ambos, solo esperaban que no fuese otra trampa o cuando lograran encontrar la salida hubiese algo peor.
Cuando finalmente lograron salir de aquel oscuro y estresante túnel, Ororo se dejó caer de rodillas en el suelo, inhalando grandes bocanadas de aire fresco, lo habían logrado, aunque por alguna razón no se sentía exactamente como un triunfo, pero al menos habían sobrevivido.
7 notes · View notes
love-letters-blog · 7 months
Text
Tumblr media
Y no puedo con todo y está bien, no pasa nada. No puedo y hubo un momento que tampoco podía, pero fingía que sí, que era lo normal y que podría con eso y con más, pero pasa el tiempo, pasan los días y no siempre eres tan fuerte.
Quizás ese fue mi error, quizás sí, fue un error pensar que debía mostrarme fuerte, guerrera y valiente siempre, cuando no es posible. Porque soy humana, sí, soy humana y no una máquina y tengo malos días como todo el mundo.
Y no puedo con todo y está bien, no pasa nada. Tengo derecho a llorar si quiero, a tirarme en el sofá y no hacer nada, a no dar explicaciones si no me apetece, a decir no las veces que me de la gana. Tengo derecho a tener miedo, aunque no me guste que éste permanezca por mucho tiempo en mi vida, pero sí, también me visita y me ha robado algún que otro sueño. Debo de reconocer que más de los que quisiera reconocer y más de los que debería y también ha sido un error mío, pero ya ha pasado y sólo queda darle riendas a mi vida.
No puedo estar siempre sonriendo, no, ni puedo ni quiero, ni tener la llave mágica para solucionar todos los problemas ajenos de las personas que amo por mucho que las cuide y las proteja.
Ojalá pudiera ser invencible, ojalá, pero no, soy humana, no una máquina y llevo mucha carga a las espaldas que ahora me pasa factura. Una factura que es mía, sólo mía y que no puedo reclamar a nadie. Y ya es hora de mimarme, de cuidarme y de velar por mi, porque no poder con todo no significa que sea débil, ni que sea menos ni más que nadie, sólo significa que soy yo, que como cualquier persona tengo días malos y días buenos y que de todo lo que me quede por hacer aprenderé para que cuando tenga fuerzas pueda resurgir el doble.
No puedo con todo y está bien, no pasa nada, y si a alguien le molesta, sólo tiene que coger la puerta y dejar mi vida sin avisar ni decir adiós porque no soy perfecta.
—-☮️
10 notes · View notes
cutiepansstuff · 5 months
Text
¿Dónde está mi bebé?
Un momento paternal entre Missa y Tallulah.
Wilbur solo ha sido mencionado por fines de la trama, no estoy a favor de sus acciones.
Missa se encontraba junto con Tallulah y Chayanne en un campo de flores, de lejos podía verse al híbrido cuervo viéndolos con una sonrisa, hace tiempo no tenían un día como ese, apacible, en familia, desde la adopción legal de la niña con cabellos oscuros y los sucesos con cierto demonio. Ahora están bien, son una familia, completa y feliz, nada puede cambiar eso, ninguno de los dos adultos dejará que alguien arruine su rincón de felicidad.
– Papá Missa, te tengo un regalo.- llega emocionada la niña con sus manitas detrás de la espalda, llamando la atención del híbrido esqueleto.
– ¿En serio? ¿Y qué es?- pregunta volteando a ver a la niña con una sonrisa.
– Tienes que cerrar los ojos.- indica moviendo su pequeño cuerpo sobre sus talones emocionada.
– Está bien, cierro los ojos, y no haré trampa.- acepta con una pequeña sonrisa cerrando sus ojos al mismo tiempo que los cubre con sus manos.
La híbrida se acerca a su padre asegurándose que el mexicano no se encuentre viendo, para poder levantar sus manos y colocarle una corona de flores amarillas y moradas encima de su cabeza, la acción provocó que el mayor abriera sus ojos viéndose en el espejo que Sunny le regaló a Tallulah por su cumpleaños.
– Oh por dios Llulah, es hermoso.- halaga el trabajo de la dragón viendo la hermosa corona en su cabeza.
– ¿Te gustó papá?- pregunta moviendo su cosa emocionada.
– Me encanta, mi linda princesa guerrera.- sostiene el pequeño cuerpo de la niña abrazándolo con fuerza, llenando sus mejillas de cortos besos, ocasionando risas divertidas de su hija.
– Papá basta, me haces cosquillas.- la niña intenta alejarse de los cariños de su padre entre risas.
– Mi linda Tallulah, no sabes lo feliz que tú y tu hermano me han hecho.- confiesa sentando a la niña en si regazo, acariciando sus rizados cabellos oscuros.
– Te amo mucho papá.- dice la menor acomodándose en el pecho del adulto, ambos cierran sus ojos escuchando los pasos de los rubios acercándose hacia ellos.
– Missa, wake up Missa.- la voz del rubio se hace escuchar en su mente, cuando el pelinegro abre sus ojos se encuentra en su casa, acostado en su cama.
– ¿Philza? ¿Cuándo regresamos a casa?- pregunta mientras se sienta en la cama, desorientado al estar en el campo de flores hace pocos segundos atrás.
– What do you mean? We always be in home.- contesta confundido el cuervo sentándose frente suyo en la cama, junto con Chayanne
– Pero estábamos en el campo de flores, con Tallulah, ¿Dónde está Tallulah?- pregunta volteando a los lados notando la ausencia de la niña dragón.
– Tallulah?
– Papá, ¿Quién es Tallulah?- las palabras del niño confundieron aún más al esqueleto.
– ¿De qué hablas Chayanne? ¿Acaso te peleaste con ella de nuevo?- intenta comprender la situación y las miradas preocupadas y confundidas de su familia.
– Papá, no conozco a ninguna niña llamada Tallulah.- explica el niño ladeando su cabeza confundido hacia su otro padre, quien le acaricia el cabello tratando de tranquilizarlo.
– Chay esto no es divertido, estoy hablando de tu hermana, Tallulah.- Missa comienza a alterarse ante la situación, no entiende que está pasando, no entiende por qué pareciera que no conocen a la niña que adoptaron.
– Missa, Chayanne doesn't have a sister named Tallulah.- toma la mano de su esposo tratando de tranquilizarlo al notar como comienza a hiperventilar.
– ¡Si la tiene! Phil tu adoptaste a Tallulah, ella era hija de Wilbur y decidimos adoptarla después que la abandonará, hemos sido sus padres casi un año, ¡¿Dónde está mi hija Philza?!- el mexicano toma desesperado los hombros del rubio comenzando a soltar lágrimas.
– Missa, Wilbur had a child with Quackity named Tilín, not Tallulah, and she died early, maybe you dream with her.- toma las manos del menor con una sonrisa comprensiva mientras limpia las cálidas lágrimas de sus mejillas.
– ¿La soñé? Pero, fue casi un año, yo, yo en serio siento que ella existió... Mi linda princesa guerrera.- no puede evitar saltar a los brazos de Philza en busca de consuelo, mientras Chayanne se acerca a su lado, podían sentir la tristeza y desesperación del mexicano, ahora lo único que deben hacer es apoyarlo y darle el amor que merece.
14 notes · View notes
entrelineasyversos · 1 year
Text
Mamá
Tenía una especie de maldición o por qué todo lo bueno y lo que me hacía bien, la vida estaba empeñada en quitármelo.
Si ella es lo más bonito que la vida me ha dado porque se empeñan en revatarmelo. ¿Qué he hecho para que me quiten a la mujer más bella del mundo, mi madre?
Ella es mi todo, mi luz al final del camino, mi cielo lleno de estrellas, mis corajes más placenteros, mi guía, mi fuerza, mi vida entera.
Y conforme los días pasan veo como esa lucesita se va extinguiendo hasta que un día se va a desaparecer frente a mis narices y lo peor de todo es que no podré hacer absolutamente nada. Hacerme valiente tal y como lo hago frente a ella últimamente.
Sí creía en Dios, ¿porqué sucedía esto conmigo? No soy la mejor de sus hijas, pero ella si. ¿Porqué le hacía eso? ¿Porqué a ella?
Mi fe era un vaivén, necesitaba pruebas, hechos de que Dios la salvaría y que ella sería la de antes, mi guerrera incansable.
Te necesito tanto y te miento cuándo digo que vivas sólo por ti porque yo puedo hacerlo sin ti. Te miento. Lo hago para que no te sientas obligada, triste o mal de estar así y un día marcharte sabiendo que te necesito como al mismo aire.
Sabes que te amo, que eres y serás lo más hermoso que tengo en la vida y que no importa la distancia, el espacio o el tiempo siempre estaremos juntas porque te amo madre.
-GRF (Ailrdz)
35 notes · View notes
moongirl-26 · 9 months
Text
Muchacha...
Siempre se sintió diferente, un poco rara , pensaba que algo estaba mal con ella y no en los demás , así que se obligaba cada día a mejorar para ser mejor , con la intención de ser quienes los demás necesitarán de ella. Encontrando allí el alivio de su preocupado corazón , de su gran empatía hacia los demás y muy poca para con ella misma. Siempre pensó que no era suficiente, ni siquiera bonita, siempre sintiéndose de lo peor y sin nada que pudiera resultar a otros interesante.
Ella que odia ser una carga para los demás , más que no se queja de llevar sobre sus hombros las de otros , siempre dispuesta a dar de sus fuerzas a quien parece no tener ninguna. Siempre tan solitaria caminando con una esperanza en su corazón , mirando las formas en donde algunas veces tiene su cabeza para sobrevivir, las nubes. Durante la noche camina bajo la luz de la luna que para ella es su compañera , la que sabe todo lo que tiene dentro. Siempre pensando en amar tanto como le alcance la vida , arreglándoselas para hacer reír a todos ,aún cuando siente que su vida se le escapa , aún cuando ella siente un incesante llanto en su ser. Siempre intentando ser luz , una que alumbre a los que viven en oscuridad, aún cuando ella se sienta sumida en una oscuridad envolvente. Siempre encontrando fuerza para levantarse cuando cae , sin hacer ruido , sin anunciar siquiera que ha caído , levantando su propio peso y algunos otros que no le pertenecen, halla la forma de continuar su camino de pie , que aunque sangren por las espinas y piedras del camino sigue caminando. Siempre siendo guerrera y jamás dándose aires de víctima , aunque lo haya sido en muchas ocasiones. Muchacha de sonrisa interminable, de ojos brillantes y soñadores que bajo su dulzura esconde tanta amargura a causa de tantas penas en su corazón. Muchacha que vive para y por él amor , que cada día hace esfuerzos por seguir siendo quien es , que trabaja por esos sueños que mueven su alma. Siempre aprovechando la soledad para recargarse de nuevo , para tomar fuerza de donde la pueda obtener para continuar dejando que el fuego de la pasión de sus sueños arda en su interior. Siempre tan feliz en apariencia y tan triste a escondidas.
18 notes · View notes