#Las Endemoniadas | Explore Tumblr Posts and Blogs

lasideasdeluna · 11 months

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Me dijeron que escribiera algo.

Estoy en el salón de mi clase de Literatura Comparada, aguantando la respiración por esos 5 segundos que dicen que salvan vidas, porque alguien acaba de estornudar y es eso lo que se tardan las bacterias en volar en dirección contraria. ¿Quién desmiente mi mejor salvagripes?

Este profesor hace preguntas como: "¿De qué está hecho el silencio?" o "¿De qué está hecho el tiempo?" Para mí, el silencio está hecho de lo que está dentro de mi cabeza ahora mismo: un estado decidido de humor. No creo que el silencio sea un humor, pero ciertamente, es decidido por quien lo lleva a cabo. Ahora mismo, hay alguien que no lo está decidiendo mientras el profesor dirige la discusión de la clase, y tengo unas ganas con grandes potenciales de gritarle que cierre la boca. El tiempo, por otra parte, es mi mejor batalla indefinida. Pero eso ya lo saben.

Este profesor también tiene pinta de que fue príncipe en otra vida, o es que su peinado de todos los días lo hace parecido al príncipe de La Sirenita. Nunca había escuchado a un puertorriqueño hablar con tanta propiedad, pero supongo que los escritores (en su caso, comparatista) tienen el potencial de convertirse en grandes locutores de radio local si quisiesen. Aunque él es retirado, ya hace muchos años, de la escritura, sé que hay algo que lo devolverá pronto. A lo mejor habla demasiado como para no escribir algo, al menos.

Pero esto ya ha tomado otro rumbo, porque ha cambiado de día, y lo de arriba fue martes, y hoy es miércoles. Está lloviendo y estoy tomando café mientras escribo desde mi habitación y escucho a mi abuela celebrar porque pudo cogerse un nap durante el día. A veces me gustaría tener tanto tiempo libre como ella y luego pienso en las circunstancias de por qué una lo tiene, y la otra no, y se me pasa. También he pensado que quiero que lleguen las fiestas porque quiero comer mucho, ir a ver luces en urbanizaciones y a festivales navideños para tomar chocolate caliente y comparar artesanías. Ya me perdí el de mi propio pueblo porque no estuve pendiente a la fecha, pero al menos apenas es octubre.

Por eso en estos días terminé la serie de Wednesday en Netflix y la gente me reclama por qué no la había visto antes. Es obvio que estaba esperando que fuese spooky season para verla y eso ha hecho que me haya gustado el mes de octubre, pero por otra parte no me entusiasmo demasiado porque alguien me dijo que hay una guerra espiritual en el mundo y eso me da más miedo que mi madre endemoniada gritándole a Kimchi (un nuevo integrante que presento después). ¡Como sea! No hay tal cosa como el cumpleaños de nadie a fin de mes si tú no lo crees, como yo. En lo que sí creo es en cantar coritos religiosos cuando tengo miedo en la oscuridad y escucho un ruido providente de la sala, sabiendo que probablemente sea Maru preparándose en su caja de arena para dar una cagada.

En fin, me dijeron que escribiera algo, y me tomó dos días pensarlo y terminarlo. No vine aquí a quejarme, como el 85% de mis publicaciones. Sólo a recordar quién es Luna y a recuperarla antes de que acabe el año de gracia que la muy simpática decidió tomarse.

PS: Yo soy y seguiré siendo #TeamTyler. ¿Y tú?

#escritos #lectura #español #spanish #leer #movies #blog #tumblog

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al-achunte · 2 years

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LUXUMEI

Necesito decir

que mi atavío natural

son las flores

aunque me vestiré

de un modo increíble

con plumas

dientes de loco

y manojos de cabellera

de Taiwan y Luxumei.

Cada vez que estornudo

se llena el cielo de chispas

hago acrobacias

y piruetas endemoniadas

cada noche

me sale una espalda adyacente.

Soy de cuatro patas

preferentemente,

las ramas

me saldrán por la piel,

estoy obligada a ser

un ángel con la pelvis

en llamas.

-Cecilia Vicuña - Cruz del sur (antología) / 1966

#cajita feminista #antologia #cecilia vicuña

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olena5679 · 2 years

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Muy cerquita del calor... De ese calor tan excitante y apasionante Lujurias endemoniadas... Donde se desatan mis instintos..... Más perversos. Vamos a derramarnos juntos.... Piel con piel En esas zonas tan sensibles... Y tan excitantes a la vez. https://www.instagram.com/p/CoVAgp9IlzJkmP1aytsvpSTI8Mu3O-h8vuigeY0/?igshid=NGJjMDIxMWI=

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weirdlookindog · 2 years

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La endemoniada (1975) - Italian poster

AKA Demon Witch Child, The Possessed

#la endemoniada #demon witch child #amando de ossorio #1970s movies #horror movie poster

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pinknopalblog · 2 years

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Bisexualidad y Fatalidad (revisión)

Escrito por Tanok Flores

La bisexualidad se encuentra en un lugar por sí mismo soberano. Habitando los márgenes fuera del fictivo intersticio entre la homosexualidad y la heterosexualidad. En su lugar es material, psíquica, vivencial y conceptualmente una unidad diferenciada a ellos. No se encuentra en el intermedio de ambos, sino en perpetua lejanía contigua.

Imaginándonos al plano social y material como un conjunto de márgenes, periferias, contornos, fronteras, extramuros, centros, cercanías, proximidades y distales sobrepuestos uno encima del otro en todo momento en un plano de geometrías tridimensionales; entonces se puede visualizar a la homosexualidad como frontera inmediata de la desviación sexual primero del deseo y después del cuerpo para una sociedad compulsoriamente heterosexual.

La bisexualidad, junto a otras multisexualidades, es la transgresión fuera de este contorno, situándose al final de la disidencia y torcedura del deseo. Como bisexuales, somos innombrables, en su lugar somos las femmes fatales y los hommes fatales: malas mujeres y malos hombres. La peste jota que no se queda en su lugar, circunvecina, sino que a ojos del régimen heterosexual asomamos desde la lejanía, la semilla y raíz de un pánico bugarrón donde cualquiera podría ser nós.

Acorde al relato monosexista, contaminando y enfermando con nuestros deseos fatales; esperando atraparles en nuestras garras retorcidas y transportarles como presa a nuestras tierras distales, a la fatalidad del deseo y el cuerpo, a la patología y degeneración en todas sus dimensiones. A la muerte. Se nos sitúa en proximidad exótica y aberrante a la muerte.

En el pasado las castas éramos sodomitas en los virreinos. Posteriormente, nos explica Merl Storr, en la construcción de la sexología victoriana la bisexualidad es pensada y transitó de endemoniada a patologizada en la teoría de la inversión sexual.

Somos un resultado raquítico en el campo de batalla y conquista sobre el cuerpo embrionario entre gérmenes femeninos y masculinos donde no existe un ganador de bi-sexualidad, un estado neuronal enclenque de hermafroditismo psíquico, un estadio psicoanalítico de desarrollo sexual pusilánime y una homosexualidad adquirida puramente erótica, superficial, transitoria y decadente. En todos los escenarios de la inversión sexual somos una primicia que deberá ser conquistada y superada a un grado de evolución sexual superior, de lo contrario sería un signo de atrofia sexual y primitiva profunda necesitada de un deseoso reajuste ortopédico.

El monosexismo es lo que mantiene estable las divisiones de sexo, y la división sexual de trabajo. El rol del homosexual y la lesbiana es el de lástima, didáctica y marginalidad a beneficio económico y psicológico del y la heterosexual. El sujeto bisexual -y quién trans e intersexo- no tiene rol en este sistema, y esto es a propósito. No es una falla sino una cualidad del orden actual de la economía, la política, la vida diaria y las relaciones.

Toda cualidad y aptitud atribuida a hombres y mujeres heterosexuales y homosexuales es perjudicialmente duplicada en nuestros cuerpos. No somos mujeres respetables y afables, ni hombres fuertes y campeones; sino putas, fetiches, pervertidos y focos de infección. No se limita en ser mujeres machetonas y hombres flamígeros, caracterizados como residentes de la enfermedad y la locura, sino además mujeres y hombres jotos que rebasan la enfermedad y la locura del deseo.

Mujeres y hombres fatales. Relatados como depredadores seductores arrastrando a la presa heterosexual a mundos lejanos, al mal y a la muerte. Nuestros territorios de subalternidad lejos de los intersticiales de hegemonías márgenes y poderes intracomunitarios.

Distales de faroles de comando marginal a contornos de periferias homonormativas, domesticadas, amansadas, blanqueadas, cisnormadas, y respetabilidades. Desvalorizados de estatus, negados su herencia de clase y raza, tratan de recuperarla a costa nuestra como muestra de valor mercantil, productivo y estético al mundo heterosexual.

A los extramuros de una bisexualidad blanca, cis, mononormativa, endosexo, alosexual y alorromántica. De mujeres bisexuales que desean ser vistas como buenas lesbianas pasivas femeninas y esposas cis completadas por un hombre cis y heterosexual; y hombres bisexuales como buenos activos masculinos discretos, mayates cis y machos calados con esposas cis y heterosexuales. Cuerpos racializados asignados neuróticos y antinaturales, cuerpos trans-bisexuales, intersexo-bisexuales, y asexuales-bisexuales.

En los colmillos de la bestia monosexual; en la gran asamblea compulsoria del juicio heterosexual y cisexual, y en la pequeña asamblea compulsoria del juicio homonormativo: sujetos amansados, moldeados, sometidos, concesionados y amansados esperando superar su condición, esperando recibir recompensas de clase, al costo ajeno y al costo del sufrimiento del otro.

Personas y vidas bisexuales situadas al final de la desviación sexual y aberración del cuerpo por un patrón y un jurado vigilantes; cuerpos trans-bisexuales asignados como la monstruosidad del cuerpo lejana y mortífera; intersexo-bisexuales asignados como natura equívoca envenenada por la fatalidad; cuerpos asexuales-bisexuales asignados como la atrofia y disfuncionalidad fatales del deseo.

Cuerpos endemoniados por la muerte de las lejanías del deseo y el cuerpo -trastornados, anormales, mutilados y neuróticos a ojos de los jurados de la monosexualidad -cisexista, intersexista y amatonormativa, racista, cuerdista y capacitista. La bisexualidad descartada como disonante, irracional, tierra de conquista y domesticación. Súcubos e íncubos, vampiros y depredadores fatales.

El programa heterosexual y monosexual nos dicta la sumisión, la dominación y colonización de nuestro deseo, cuerpo, relaciones y vida para el beneficio ajeno. Pero la liberación nos antepone la insurrección contra el régimen heterosexual, y sus vigilantes homonormativos.

La homonorma es la maldición y el desmembramiento de nuestras comunidades a través del escrutinio de nuestros deseos, actos, cuerpos, presentaciones y vida para superar nuestra condición al beneficio ajeno y al coste de nuestras hermandades. Complacencia, terror psicológico y la defensa del agraviador es el uniforme eterno de esta maldición. Productividad e inocuidad, comodidad e invisibilidad es el beneficio para el ajeno heterosexual desde las franjas.

La colonización continúa y presente de las comunidades negras, indígenas y racializadas borra nuestro lenguaje de la expansividad sexual, lo ánglica y lo atribuye al extranjero, en el proceso heterosexualizándonos y blanqueándonos simultáneamente. Una contradicción perpétua de momento para las personas bisexuales y restantes multisexualidades racializadas.

A la homosexualidad se le da visibilidad en un sistema monosexual, al beneficio económico y psicológico de las personas heterosexuales. La bisexualidad es borrada del discurso y el ojo público: a nuestros cuerpos, nuestras vivencias, y por tanto los gritos de nuestras violencias y agresiones, y por tanto nuestra dignidad y derecho a la vida.

La respuesta del ambiente homosexual-lésbico ante este hecho no ha sido la unidad organizada con las personas multisexuales en contra de un sistema de odio y genocidio. Sino la exclusión, segregación y negación de redes de apoyo para agradar al patrón heterosexual. La respuesta del ambiente homosexual-lésbico racializado ha sido el mismo. Han optado por desconocernos y alejarnos, de borrarnos y despojarnos.

El aliado anti-monosexista irá a pelear a nuestro lado, no a agradar a nuestro costo. La compulsión monosexual, significa una producción monosexista al beneficio heterosexual mestizo -la superación de nuestra condición mediante el blanqueamiento de la sangre y la entrega de tierras a los colonos blancos a costa nuestra y de las personas indígenas y negras- y sobre todo blanco.

Nos encontramos como un grupo desarticulado, y despolitizado, sin espacios y desfavorecides, después de la muerte de líderes bisexuales durante la pandemia del VIH del siglo pasado. Debemos crear nuevos espacios, producir nueva cultura, y dejar de pedir aceptación a un régimen heterosexual o un ambiente monosexista y en su lugar florecer por nuestra cuenta. No conformarnos, y poner nuestro pie firme en la demanda de nuestros derechos humanos ante índices de pobreza, sinhogarismo, violencia doméstica y abuso sexual mayores a la de paragones gay-lésbicos y heterosexuales.

Referencias:

Storr, M. (1997). The sexual reproduction of ‘race’: Bisexuality, history, and racialization. The bisexual imaginary: Representation, identity, and desire, 16(3), 73–88.

The National Intimate Partner and Sexual Violence Survey, 2010 Findings on Victimization by Sexual Orientation

Methodology in Shabab Ahmed Mirza, ‘Disaggregating the Data for Bisexual people’ (Washington: Center for American Progress, 2018), https://www.americanprogress.org&?p=458350

Gary J Gates, ‘How Many People Are Lesbian, Gay, Bisexual, and Transgender?’ (The Williams Institute, abril 2011), https://williamsinstitute.law.ucla.edu/research/census-lgbt-demographics-studies/how-many-people-are-lesbian-gay-bisexual-and-transgender

Wonky Wednesday: Trans people & sexual orientation — National LGBTQ Task Force. (2013, June 5). Retrieved December 26, 2021, from National LGBTQ Task Force website: https://www.thetaskforce.org/wonky-wednesday-trans-people-sexual-orientation/

The National Intimate Partner and Sexual Violence Survey, 2010 Findings on Victimization by Sexual Orientation, CDC.

Mikel L. Walters, Jieru Chen, y Matthew J. Breiding, ‘The National Intimate Partner and Sexual Violence Surbey, 2010 Findings on Victimization by Sexual Orientation’ (Atlanta, GA: Nacional Center for Injury Prevention and Control, Centers for Disease Control and Prevention, January 2013), https://www.cdc.gov&violenceprevention/pdp/nisvs_sofindings.pdf

#bisexualidad #tumblr escritos

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itsmorganahawkes · 2 years

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Dissapoint.

✧. 𝑁𝑎𝑟𝑟𝑎𝑡𝑖𝑣𝑎 : 100 𝑀𝑎𝑡𝑐𝘩𝑒𝑠 + 　✧. 𝘓𝘶𝘦𝘨𝘰 𝘥𝘦 𝘭𝘢𝘴 𝟣𝟢𝟢𝟢 𝘱𝘢𝘭𝘢𝘣𝘳𝘢𝘴, 𝘱𝘰𝘳 𝘤𝘢𝘥𝘢 𝟣𝟢𝟢 𝘴𝘦 𝘰𝘣𝘵𝘦𝘯𝘥𝘳𝘢́𝘯 𝟤𝟧 𝘮𝘢𝘵𝘤𝘩𝘦𝘴 𝘦𝘹𝘵𝘳𝘢. 　✧.𝐷𝑟𝑎𝑏𝑏𝑙𝑒: 𝟻𝟶 𝑀𝑎𝑡𝑐𝘩𝑒𝑠. 　✧.𝑅𝑜𝑙: 𝟽𝟶 𝑀𝑎𝑡𝑐𝘩𝑒𝑠 + 𝟸𝟶 𝑝𝑜𝑟 𝑟𝑒𝑠𝑝𝑢𝑒𝑠𝑡𝑎 + 𝟹𝟶 𝑒𝑥𝑡𝑟𝑎𝑠 𝑎𝑙 𝑡𝑒𝑟𝑚𝑖𝑛𝑎𝑟. 　✧. #FNN06 + #CódigoPersonal.

He oído que la rosa de los Tyrell tiene inteligencia en equivalencia a su belleza.

¿Cómo poder evitar no sentirse atraída a Genevive Tyrell? Si su único objetivo en la crianza había sido el de ser prometida a una casa importante, algo que forjase una alianza incluso más grande que la que formaron sus antepasados en ataño. Había asistido a cada uno de los festínes, al principio como la niña insulsa de dos coletas que se distraía muy fácilmente, aunque siempre lo había visto, aunque fuese de lejos: Lord Rodrick Lannister.

A las mujeres el temple de las alianzas les forja un carácter específico, por su parte, Genevieve siempre aspiró a ser como su tía: Margery Tyrell, aquella que parecía levitar entre las masas, con su sonrisa encantadora. Por su parte la rubia solo hacía muchas pataletas, era una llorica, envidiosa y altanera; era muy dificil controlarle.

Desde el momento en que Leonette observó que su pequeña hija tenía un carácter poco llevadero, comenzó con su educación estricta: todos los días habían decenas de tutores, desde latín, hasta astronomía; Genevieve podía recitar casi todas las épicas de memoria, sabía de historia, cultura, artes. Fue instruída incluso en conocimientos que a veces sobrepasaban su capacidad mental.

El prestigio de la belleza fue algo que adquirió a la fuerza; a diferencia de los genes encantadores de las mujeres en su familia, Genevieve solía ser... Fea. Tenía las mejillas regordetas y rojas, el cabello hecho en una maraña inconclusa, y las pecas que cubrían su espalda y senos, demasiados que podrían espantar a los demás con solo contemplarlos. No fue impedimento, sin embargo, para aquellas doncellas que intentaron solucionarlo, con algo de ayuda del tiempo, Genevieve se convertiría en la nueva "Rosa de los Tyrell".

——¿Rompió su compromiso?

Las palabras resonaron por casi todo Altojardín. Su madre casi parecía una persona endemoniada, mientras Garlan contemplaba a su hija como si estuviese hecha de diamantes.

——Vamos a ver si toda esa cotillería que pagué por ti valdrá de algo.——Murmuró. El ceño fruncido, mientras partía a Casterly Rock.——Yo solo cumplo mis promesas, tú no me decepciones, Viv.

De repente todo su mundo parecía un mar inmenso, cuyas olas parecían apañarse en tirarle al fondo. El famoso compromiso de Rodrick con Gwynn Hardwick se había roto, la muchacha se contempló al espejo, mientras Mildred, su criada, ataba los bucles en su cabello con tanta fuerza que sus nudillos se pusieron rojos.

——Yo sabía que este día llegaría.——Murmuró con suficiencia.——La preparamos para este día tan bien...

——Mildred, quiero estar sola.—masculló en un halo de voz.

Ella obedeció sin más, y Genevieve vió su reflejo en el espejo. Habían varias entradas en el contorno de su cabello, todo ello gracias a que había que domarlo todos los días en esos incidiosos bucles, sus mejillas rojas estaban cubiertas de polvos de nácar, si los rascaba con las uñas las mismas sangrarían. Removió la pintura piel del nacimiento de sus senos, solo para ver las miles de pecas acumuladas en las mismas. Toda su habitación estaba llena de esas cosas que hacían que Genevieve no perdiese su perfección, todo para ser prometida a alguien importante.

¿Debería estar feliz, no?

El jardín era su único lugar feliz. Después de pasar toda su vida encerrada con tutores y doncellas, el jardín era el único lugar donde podría respirar libremente, ver a las flores crecer a tiempo, a su manera. Tomó las camelias rojas en sus manos, aunque lo había querido por mucho tiempo, ella anhelaba algo más que ser "La rosa de los Tyrell", había fiereza en su interior, una llama esperando arder.

Cuando conoció a Rodrick quizá una parte de su corazón estaba contenta, le daría la satisfacción a aquella niña que estuvo colada del hijo de Sansa Stark y Tyrion Lannister, la que por un momento fue tan sonsa que fijarse en ella parecía un milagro. Ahora ella tenía una reputación, pretendientes, pero su padre lo había elegido a él... Para ella. Cuando era tan pequeña en una de esas reuniones le había dicho a su padre que en un futuro quisiera casarse con Rodrick; era una niña, probablemente lo hubiese dicho de otros herederos, pero Garlan pareció tomarlo como una promesa.

Pero la otra parte de su corazón estaba tan decepcionada que fue dónde la máscara cayó. Desde el momento en que supo que su emoción no era recriproca, mucho menos el ánimo de comprometerse cuando su vida amorosa era la definición de un desastre.

Entonces se resquebrajó en la personalidad que nunca salía a la luz, aquella niña engreída y fastidiosa que fue forzada a crecer rápido. Se le daba natural tratarle con insultos y pronto su dinámica fue de esa manera que se olvidó que tenía que fingir ser algo que quizá no era.

¿Ella sería una decepción? Todos esos conocimientos seguían habitando en su cabeza, todas las rutinas de belleza estrictas perduraban en su quehacer, probablemente decepcionó a todos los que alguna vez depositaron su confianza en el pequeño milagro de Altojardín. El fuego que habían domado seguía crepitando, y ella esta vez no lucharía por apagarlo.

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infacundia · 2 years

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Me costaba concebir el viaje del vagón por esa planicie seca y cuarteada, que las lluvias del invierno y el desborde del arroyo transformaban en pantano. Se me hacía cuesta arriba imaginarlo rodando sobre rudimentarios rieles de madera, arrastrando más que por una yunta de bueyes o dos y tres aun cuatro yuntas en las lomadas, por la terca, por la endemoniada voluntad de un hombre que no cejó hasta meterlo, esconderlo, hasta incrustarlo literalmente en la selva.

Es decir, sí; ahora que marchaba detrás del guía impasible, sin otra cosa para contemplar que las cicatrices de su espalda y las cicatrices del terreno, el cielo arriba turbio, una verdadera lámina de amianto, podía tal vez concebir el viaje alucinante del vagón sobre la llanura; un viaje sin rumbo y sin destino, al menos en apariencia razonables.

Podía ver al hombre eligiendo pacientemente el terreno, emplazando los durmientes y las pesadas secciones de quebracho, unciendo las yuntas de bueyes enlazadas al azar en el campo o en los potreros; podía verlos picaneándolas, exigiendo a las bestias escuálidas que cubrieran en esas pocas horas de la jornada nocturna un nuevo y corto tramo sobre los rechinantes listones, azuzándolos con su apagada y ronca voz, con una desesperación tranquila en sus ojos de enajenado. Así siempre, bajo el tórrido sol del verano o en las lluvias y las heladas del invierno, inquebrantable y absorto en esa faena que tenía la forma de su obsesión. Y esa mujer junto a él, contagiada, sometida por la fuerza monstruosa que brotaba del hombre como una virtud semejante al coraje o a la inconsciente sabiduría de la predestinación, atendiendo y cuidando los mil detalles del viaje, pero atendiendo y cuidando además al hombre y al crío de meses, esa pequeña liendre humana nacida y rescatada del yerbal, cuyos días iba marcando el lentísimo y por eso mismo vertiginoso voltear de las ruedas del vagón; el pequeño crío lactante transformado en niño, en muchacho, en hombre, a través de leguas y leguas y años y años y ayudándolos también a empujar con su primeras fuerzas el arca rodante y destrozada, inmune sin embargo a la locura del progenitor, como los hijos de los leprosos o los sanos del pueblo no estaban necesariamente condenados a contraer el mal, puesto que las defensas del ser humano son inagotables y se bastan a veces para anular y transformar ciertos estigmas al parecer irremediables.

Todo esto podía entender forzando un poco la imaginación.

Yo sabía la historia; bueno, la parte pelada y pobre que puede saberse de una historia que no se ha vivido.

Lo que no podía entender era que el robo del vagón primero y el viaje después —ambas cosas se implicaban— pasaran inadvertidos. Ese viaje lentísimo e interminable tuvo forzosamente que haber llamado la atención; tuvo que haber transmitido su locura —como lo hizo con la mujer— a un número cada vez mayor de gente, pues era demasiado absurdo para que el vagón pudiera avanzar o huir tranquilamente a campo traviesa sin que nadie hiciese algo para detenerlo; el jefe político, el juez o el cura, cada cual en su jurisdicción, puesto que hasta de brujería se habló. La delación de un simple telegrafista había bastado para frustrar la maniobra de los insurrectos y provocar la catástrofe. Pero en el caso del vagón todos se callaron. El jefe de estación, los inspectores del ferrocarril, los capataces de cuadrillas. Cualquiera, el menos indicado, habría podido alzar tímidamente la voz de alerta. Pero eso no sucedió. Una omisión que a lo largo de los años borronea la sospecha de una complicidad o al menos un fenómeno de sugestión colectiva, si no un tácito consentimiento tan disparatado como el viaje. Es cierto que el vagón ya no servía para nada; no era más que un montón de hierro viejo y madera podrida. Pero el hecho absurdo estribaba en que todavía podía andar, alejarse, desaparecer, violando todas las leyes de propiedad, de gravedad, de sentido común.

El espanto y el éxodo, la mortandad que produjo la terrible explosión, dejaron por largo tiempo, como el cráter de las bombas, una desmemoriada atonía, ese vacío de horror o indiferencia que únicamente poco a poco se iría rellenando en el espíritu de la gente, igual que el cráter con tierra.

Sólo así se podía explicar que nadie notara el comienzo del viaje, o que a nadie le importara ese hecho nimio en sí, aunque incalculable en sus proyecciones, en su significación. La noche del desastre había durado más de dos años. Iba a durar mucho más tiempo para la gente de Sapukai, en esa especie de lenta, dolorosa, inexplicable ceguera, de estupefacción rencorosa en que se arrincona un animal herido.

Sólo así se podía explicar que el hombre, la mujer y el niño al regreso del yerbal, al cabo de su inconcebible huida por páramos de suplicio y de muerte, hubieran logrado refugiarse primero en el vagón, convertido en su morada, en su hogar, y luego empujarlo lentamente por el campo sin que nadie lo advirtiera.

En un principio el hombre y la mujer habrían trabajado al amparo de la doble oscuridad, la del estupefacto y aplastante vacío, la de las noches sin luna; habrían trabajado sin duda hasta en las de tormenta, en las ateridas noches de lluvia y frío. Ahora se sabían o se imaginaban ciertos detalles.

Con ceras silvestres encolaban cocuyos a los bordes de las ruedas para encarrilarlas sobre la almadía de quebracho. Ahora podía imaginarme la sonrisa implacable del hombre al ver voltear las ruedas en las tinieblas con las pestañas parpadeando por las motas fosfóricas de los muas. De esas ruedas untadas de fuego fatuo habría salido la leyenda de que el vagón estaba embrujado.

Durante el día, daba la impresión de estar siempre inmóvil; lo que se deslizaba o parecía a los ojos de los demás sería la tierra, como en lenta erosión de las barrancas.

Acabó por desaparecer.

La sugestión de su presencia persistió sin embargo en el corte que se había ido ensanchando hacia el campo. Espejismos, alucinación. Vaya uno a saberlo. Podía ser también, a su modo y a su escala, un fenómeno semejante al de las estrellas muertas cuya luz continúa incrustada en el cosmos milenios después de su extinción. Así se habrían habituado a ver el vagón sin verlo, durando con su presencia fantasmal donde ya no estaba. Salvo que la explosión lo hubiera hecho volar para dejarlo allí, enclavado a leguas y leguas de la vía muerta. Pero el vagón no voló.

Se alejó lentamente, en una marcha imperceptible y tenaz sobre los rieles de quebracho. Y ya en la tierra salvaje y desierta, merodeadores, vagabundos, parias perseguidos y fugitivos, hasta los leprosos de la colonia fundada por el médico ruso, habrían ayudado al hombre, a la mujer y al chico a empujar el vagón para compartir un instante ese simulacro de hogar que avanzaba por la llanura o retrocedía hacia el pasado, sin rumbo, sin destino, pero desplazando una victoriosa, impávida, salvaje, alucinada atmósfera de seguridad, de coraje, de misterio, lo que también a ellos les comprometía a guardar el secreto.

Meras conjeturas, versiones, ecos deformados. Acaso los hechos fueran más simples. Ya no era posible saberlo. Sólo que habían comenzado veinte años atrás. No quedaban más que vestigios, sombras, testimonios incoherentes. Ese vagón hacia el cual me encaminaba tras el único baqueano que podía llevarme hacia él, era uno de esos vestigios irreales de la historia. No esperaba encontrarlo; más aún, no creía en su existencia, muñón de un mito o leyenda que alguien había enterrado en la selva.

-Augusto Roa Bastos, Hijo de hombre

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