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#Terror no Luna Parque
rinconliterario · 7 months
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“Aullido” Allen Ginsberg
I
Vi las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, hambrientas histéricas desnudas, arrastrándose por las calles de los negros al amanecer en busca de un colérico pinchazo, hipsters con cabezas de ángel ardiendo por la antigua conexión celestial con el estrellado dínamo de la maquinaria nocturna, que pobres y harapientos y ojerosos y drogados pasaron la noche fumando en la oscuridad sobrenatural de apartamentos de agua fría, flotando sobre las cimas de las ciudades contemplando jazz, que desnudaron sus cerebros ante el cielo bajo el El y vieron ángeles mahometanos tambaleándose sobre techos iluminados, que pasaron por las universidades con radiantes ojos imperturbables alucinando Arkansas y tragedia en la luz de Blake entre los maestros de la guerra, que fueron expulsados de las academias por locos y por publicar odas obscenas en las ventanas de la calavera, que se acurrucaron en ropa interior en habitaciones sin afeitar, quemando su dinero en papeleras y escuchando al Terror a través del muro, que fueron arrestados por sus barbas púbicas regresando por Laredo con un cinturón de marihuana hacia Nueva York, que comieron fuego en hoteles de pintura o bebieron trementina en Paradise Alley, muerte, o sometieron sus torsos a un purgatorio noche tras noche, con sueños, con drogas, con pesadillas que despiertan, alcohol y verga y bailes sin fin, incomparables callejones de temblorosa nube y relámpago en la mente saltando hacia los polos de Canadá y Paterson, iluminando todo el inmóvil mundo del intertiempo, realidades de salones de Peyote, amaneceres de cementerio de árbol verde en el patio trasero, borrachera de vino sobre los tejados, barrios de escaparate de paseos drogados luz de tráfico de neón parpadeante, vibraciones de sol, luna y árbol en los rugientes atardeceres invernales de Brooklyn, desvaríos de cenicero y bondadosa luz reina de la mente, que se encadenaron a los subterráneos para el interminable viaje desde Battery al santo Bronx en benzedrina hasta que el ruido de ruedas y niños los hizo caer temblando con la boca desvencijada y golpeados yermos de cerebro completamente drenados de brillo bajo la lúgubre luz del Zoológico, que se hundieron toda la noche en la submarina luz de Bickford salían flotando y se sentaban a lo largo de tardes de cerveza desvanecida en el desolado Fugazzi’s, escuchando el crujir del Apocalipsis en el jukebox de hidrógeno, que hablaron sin parar por setenta horas del parque al departamento al bar a Bellevue al museo al puente de Brooklyn, un batallón perdido de conversadores platónicos saltando desde las barandas de salidas de incendio desde ventanas desde el Empire State desde la luna, parloteando gritando vomitando susurrando hechos y memorias y anécdotas y excitaciones del globo ocular y shocks de hospitales y cárceles y guerras, intelectos enteros expulsados en recuerdo de todo por siete días y noches con ojos brillantes, carne para la sinagoga arrojada en el pavimento, que se desvanecieron en la nada Zen Nueva Jersey dejando un rastro de ambiguas postales del Atlantic City Hall, sufriendo sudores orientales y crujidos de huesos tangerinos y migrañas de la china con síndrome de abstinencia en un pobremente amoblado cuarto de Newark, que vagaron por ahí y por ahí a medianoche en los patios de ferrocarriles preguntándose dónde ir, y se iban, sin dejar corazones rotos, que encendieron cigarrillos en furgones furgones furgones haciendo ruido a través de la nieve hacia granjas solitarias en la abuela noche, que estudiaron a Plotino Poe San Juan de la Cruz telepatía bop kabbalah porque el cosmos instintivamente vibraba a sus pies en Kansas, que vagaron solos por las calles de Idaho buscando ángeles indios visionarios que fueran ángeles indios visionarios, que pensaron que tan sólo estaban locos cuando Baltimore refulgió en un éxtasis sobrenatural, que subieron en limosinas con el chino de Oklahoma impulsados por la lluvia de pueblo luz de calle en la medianoche invernal, que vagaron hambrientos y solitarios en Houston en busca de jazz o sexo o sopa, y siguieron al brillante Español para conversar sobre América y la Eternidad, una tarea inútil y así se embarcaron hacia África, que desaparecieron en los volcanes de México dejando atrás nada sino la sombra de jeans y la lava y la ceniza de la poesía esparcida en la chimenea Chicago, que reaparecieron en la costa oeste investigando al F.B.I. con barba y pantalones cortos con grandes ojos pacifistas sensuales en su oscura piel repartiendo incomprensibles panfletos, que se quemaron los brazos con cigarrillos protestando por la neblina narcótica del tabaco del Capitalismo, que distribuyeron panfletos supercomunistas en Union Square sollozando y desnudándose mientras las sirenas de Los Álamos aullaban por ellos y aullaban por la calle Wall, y el ferry de Staten Island también aullaba, que se derrumbaron llorando en gimnasios blancos desnudos y temblando ante la maquinaria de otros esqueletos, que mordieron detectives en el cuello y chillaron con deleite en autos de policías por no cometer más crimen que su propia salvaje pederastia e intoxicación, que aullaron de rodillas en el subterráneo y eran arrastrados por los tejados blandiendo genitales y manuscritos, que se dejaron follar por el culo por santos motociclistas, y gritaban de gozo, que mamaron y fueron mamados por esos serafines humanos, los marinos, caricias de amor Atlántico y Caribeño, que follaron en la mañana en las tardes en rosales y en el pasto de parques públicos y cementerios repartiendo su semen libremente a quien quisiera venir, que hiparon interminablemente tratando de reír pero terminaron con un llanto tras la partición de un baño turco cuando el blanco y desnudo ángel vino para atravesarlos con una espada, que perdieron sus efebos por las tres viejas arpías del destino la arpía tuerta del dólar heterosexual la arpía tuerta que guiña el ojo fuera del vientre y la arpía tuerta que no hace más que sentarse en su culo y cortar las hebras intelectuales doradas del telar del artesano, que copularon extáticos e insaciables con una botella de cerveza un amorcito un paquete de cigarrillos una vela y se cayeron de la cama, y continuaron por el suelo y por el pasillo y terminaron desmayándose en el muro con una visión del coño supremo y eyacularon eludiendo el último hálito de conciencia, que endulzaron los coños de un millón de muchachas estremeciéndose en el crepúsculo, y tenían los ojos rojos en las mañanas pero estaban preparados para endulzar el coño del amanecer, resplandecientes nalgas bajo graneros y desnudos en el lago, que salieron de putas por Colorado en miríadas de autos robados por una noche, N.C. héroe secreto de estos poemas, follador y Adonis de Denver -regocijémonos con el recuerdo de sus innumerables jodiendas de muchachas en solares vacíos y patios traseros de restaurantes, en desvencijados asientos de cines, en cimas de montañas, en cuevas o con demacradas camareras en familiares solitarios levantamientos de enaguas y especialmente secretos solipsismos en baños de gasolineras y también en callejones de la ciudad natal, que se desvanecieron en vastas y sórdidas películas, eran cambiados en sueños, despertaban en un súbito Manhattan y se levantaron en sótanos con resacas de despiadado Tokai y horrores de sueños de hierro de la tercera avenida y se tambalearon hacia las oficinas de desempleo, que caminaron toda la noche con los zapatos llenos de sangre sobre los bancos de nieve en los muelles esperando que una puerta se abriera en el East River hacia una habitación llena de vapor caliente y opio, que crearon grandes dramas suicidas en los farellones de los departamentos del Hudson bajo el foco azul de la luna durante la guerra y sus cabezas serán coronadas de laurel y olvido, que comieron estofado de cordero de la imaginación o digirieron el cangrejo en el lodoso fondo de los ríos de Bowery, que lloraron ante el romance de las calles con sus carritos llenos de cebollas y mala música,
que se sentaron sobre cajas respirando en la oscuridad bajo el puente y se levantaron para construir clavicordios en sus áticos, que tosieron en el sexto piso de Harlem coronados de fuego bajo el cielo tubercular rodeados por cajas naranjas de Teología, que escribieron frenéticos toda la noche balanceándose y rodando sobre sublimes encantamientos que en el amarillo amanecer eran estrofas incoherentes, que cocinaron animales podridos pulmón corazón pié cola borsht & tortillas soñando con el puro reino vegetal, que se arrojaron bajo camiones de carne en busca de un huevo, que tiraron sus relojes desde el techo para emitir su voto por una eternidad fuera del tiempo, & cayeron despertadores en  sus cabezas cada día por toda la década siguiente, que cortaron sus muñecas tres veces sucesivamente sin éxito, desistieron y fueron forzados a abrir tiendas de antigüedades donde pensaron que estaban envejeciendo y lloraron, que fueron quemados vivos en sus inocentes trajes de franela en Madison Avenue entre explosiones de versos plúmbeos & el enlatado martilleo de los férreos regimientos de la moda & los gritos de nitroglicerina de maricas de la publicidad & el gas mostaza de inteligentes editores siniestros, o fueron atropellados por los taxis ebrios de la realidad absoluta, que saltaron del puente de Brooklyn esto realmente ocurrió y se alejaron desconocidos y olvidados dentro de la fantasmal niebla de los callejones de sopa  y carros de bomba del barrio Chino, ni siquiera una cerveza gratis, que cantaron desesperados desde sus ventanas, se cayeron por la ventana del metro, saltaron en el sucio Passaic, se abalanzaron sobre negros, lloraron por toda la calle, bailaron descalzos sobre vasos de vino rotos y discos de fonógrafo destrozados de nostálgico Europeo jazz Alemán de los años 30 se acabaron el whisky y vomitaron gimiendo en el baño sangriento, con lamentos en sus oídos y la explosión de colosales silbatos de vapor, que se lanzaron por las autopistas del pasado viajando hacia la cárcel del gólgota -solitario mirar- autos preparados de cada uno de ellos o Encarnación de Jazz de Birmingham, que condujeron campo traviesa por 72 horas para averiguar si yo había tenido una visión o tú habías tenido una visión o él había tenido una visión para conocer la eternidad, que viajaron a Denver, murieron en Denver, que volvían a Denver; que velaron por Denver y meditaron y andaban solos en Denver y finalmente se fueron lejos para averiguar el tiempo, y ahora Denver extraña a sus héroes, que cayeron de rodillas en desesperanzadas catedrales rezando por la salvación de cada uno y la luz y los pechos, hasta que al alma se le iluminó el cabello por un segundo, que chocaron a través de su mente en la cárcel esperando por imposibles criminales de cabeza dorada y el encanto de la realidad en sus corazones que cantaba dulces blues a Alcatraz, que se retiraron a México a cultivar un hábito o a Rocky Mount hacia el tierno Buda o a Tánger en busca de muchachos o a la Southern Pacific hacia la negra locomotora o de Harvard a Narciso a Woodland hacia la guirnalda de margaritas o a la tumba, que exigieron juicios de cordura acusando a la radio de hipnotismo y fueron abandonados con su locura y sus manos y un jurado indeciso, que tiraron ensalada de papas a los lectores de la CCNY sobre dadaísmo y subsiguientemente se presentan en los escalones de granito del manicomio con las cabezas afeitadas y un arlequinesco discurso de suicidio, exigiendo una lobotomía al instante, y recibieron a cambio el concreto vacío de la insulina Metrazol electricidad hidroterapia psicoterapia terapia ocupacional ping pong y amnesia, que en una protesta sin humor volcaron sólo una simbólica mesa de ping pong, descansando brevemente en catatonia, volviendo años después realmente calvos excepto por una peluca de sangre, y de lágrimas y dedos, a la visible condenación del loco de los barrios de las locas ciudades del Este, los fétidos salones del Pilgrim State Rockland y Greystones, discutiendo con los ecos del alma, balanceándose y rodando en la banca de la soledad de medianoche reinos dolmen del amor, sueño de la vida una pesadilla, cuerpos convertidos en piedra tan pesada como la luna, con la madre finalmente  y el último fantástico libro arrojado por la ventana de la habitación, y a la última puerta cerrada a las 4 AM y el último teléfono golpeado contra el muro en protesta y el último cuarto amoblado vaciado hasta la última pieza de mueblería mental, un papel amarillo se irguió torcido en un colgador de alambre en el closet, e incluso eso imaginario, nada sino un esperanzado poco de alucinación-
ah, Carl, mientras no estés a salvo yo no voy a estar a salvo, y ahora estás realmente en la total sopa animal del tiempo y que por lo tanto corrió a través de las heladas calles obsesionado con una súbita inspiración sobre la alquimia del uso de la elipse el catálogo del medidor y el plano vibratorio, que soñaron e hicieron aberturas encarnadas en el tiempo y el espacio a través de imágenes yuxtapuestas y atraparon al Arcángel del alma entre 2 imágenes visuales y unieron los verbos elementales y pusieron el nombre y una pieza de conciencia saltando juntos con una sensación de Pater Omnipotens Aeterna Deus para recrear la sintaxis y medida de la pobre prosa humana y pararse frente a ti mudos e inteligentes y temblorosos de vergüenza, rechazados y no obstante confesando el alma para conformarse al ritmo del pensamiento en su desnuda cabeza sin fin, el vagabundo demente y el ángel beat en el tiempo, desconocido, y no obstante escribiendo aquí lo que podría quedar por decir en el tiempo después de la muerte, y se alzaron reencarnando en las fantasmales ropas del jazz en la sombra de cuerno dorado de la banda y soplaron el sufrimiento de la mente desnuda de América por el amor en un llanto de saxofón eli eli lamma lamma sabacthani que estremeció las ciudades hasta la última radio con el absoluto corazón del poema sanguinariamente arrancado de sus cuerpos bueno para alimentarse mil años.
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chaoticstorminpluto · 2 years
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En construcción.
Me gusta desayunar pancakes y cereal. Me gusta el jugo de naranja y el café sin azúcar. Me gusta caminar bajo el sol de la mañana. Me gusta bailar solo en la sala de mi casa pero también me gusta bailar en pareja en la sala de mi casa. Me gustan los abrazos largos. Me gustan los besos en la comisura de los labios. Me gusta correr solo en las noches. Me gusta ver documentales sobre astrofísica así no los entienda. Me gusta Neptuno y me gusta Plutón. Me gusta lo oculto. Me gusta tomar a alguien de la mano y decirle cuánto le quiero. Me gusta pintar con las manos y masticar trozos de papel. Me gusta acampar en pareja. Me gusta pararme por horas a ver cómo corre el agua de un río. Me gusta aplastar hojas secas con los pies. Me gusta ponerme muchas capas de ropa. Me gustan las perlas. Me gustan las esmeraldas y las turmalinas negras. Me gusta la música triste y lenta pero también me gusta la música pesada y ruidosa. Me gusta estar en silencio. Me gustan las películas de terror y las que me hacen llorar. Me gusta llorar. Me gusta tomar vino en un parque con la persona que quiero. Me gustan las drogas pesadas. Me gusta la ropa ancha pero también me gusta la ropa apretada. Me gustan las piernas de las personas. Me gustan las manos de las personas. Me gusta el ruido de la ciudad aunque no lo soporte por mucho tiempo. Me gusta perderme. Me gusta caminar distancias muy largas. Me gusta escuchar los secretos de las personas. Me gusta escuchar los pequeños rituales y juegos de las personas. Me gusta como se ve el negro con el azul y el rojo con el blanco. Me gusta la astrología aunque no crea en el horóscopo. Me gusta hacer listas de cosas sin ningún fin. Me gustan los peces. Me gustan las plantas y las flores. Me gustan las margaritas. Me gustan las astromelias y las rosas amarillas y rosadas. Me gusta escribirle poemas a la gente aunque nunca sepan de su existencia. Me gusta mantener correspondencia secreta con algunas personas. Me gusta dibujar plantas feas y tomar fotos borrosas. Me gustan los helados que no tienen mucho sabor. Me gusta cortarme el cabello yo mismo. Me gusta pintarle el cabello a otros yo misma. Me gusta cambiar de pronombres. Me gustan las sorpresas. Me gustan los anillos. Me gustan los zapatos pesados con plataforma. Me gustan las medias de colores. Me gustan los animales con patas cortas. Me gustan las cabras y las libélulas. Me gustan las abejas. Me gustan los dinosaurios. Me gustan las baldosas con diseños de colores. Me gusta tocar el piano aunque ya ni me acuerde. Me gusta Chopin y Satie. Me gusta el reggaeton hecho por mujeres. Me gustan las velas aromáticas de vainilla. Me gustan coleccionar piedras y pequeños objetos rojos. Me gusta coleccionar discos de vinilo y comprar libros en exceso. Me gustan los gestos más simples en las pinturas. Me gusta que me hagan preguntas y no tener respuestas. Me gusta preguntar y que me inventen respuestas. Me gusta inventar historias en colectivo. Me gusta que me escriban cartas. Me gusta leer en voz alta. Me gusta contar chismes y mirar fotos viejas. Me gusta acostarme en el pasto a tomar el sol aunque me de alergia. Me gusta el chocolate. Me gusta que me den besos con mucha saliva y me escupan en la boca. Me gusta que me tomen de la cintura con fuerza y me manoseen las piernas. Me gustan los vellos de las personas. Me gusta morder. Me gusta dormir arrunchado. Me gusta entrar a las iglesias y ver las caras de las personas. Me gusta lo sagrado. Me gusta lo profano. Me gusta emborracharme en las casas. Me gusta cocinar brócoli. Me gusta hablar con la luna. Me gusta hablar con los animales. Me gusta callar con las personas que no conozco. Me gusta entrecerrar los ojos y ver cómo se combinan las luces y las sombras. Me gusta bañarme por horas. Me gusta mojarme bajo la lluvia. Me gusta el agua. Me gusta ver ancianos tomarse de la mano. Me gusta ver vacas y caballos en la carretera. Me gustan las casas chiquitas. Me gusta incomodar pero también me gusta hacer sentir cómodas a las personas. Me gustan los brindis y me gustan las gracias. Gracias.
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kpwx · 1 year
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La India, de Mircea Eliade
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Frente al ghat, un jardín de cipreses y fragantes arbustos. Me esperaban muchos amigos. Y todos me decían que… Mas, ¿para qué repetirlo aquí? En la India, lo sublime se mezcla con lo atroz, con el asco, con las supersticiones. Por eso fascina pero no irrita.
Yo estaba buscando un ensayo general sobre el país, pero esta crónica (no es un libro de viaje, como el autor deja expresamente claro en el prólogo) me encantó. ¿Y cómo no me iba a gustar un libro sobre la India escrito por uno de sus más grandes conocedores? Mircea Eliade era un verdadero apasionado por la cultura india, y eso le llevó a estudiarla como pocos lo habían hecho hasta entonces. Claro que para llegar a penetrar realmente en el pensamiento de una sociedad es indispensable vivir en ella; Eliade lo sabía y por eso pasó una larga temporada allí estudiando sus lenguas (terminó conociendo el sánscrito mejor que cualquier otro europeo de ese entonces, según parece), compartiendo con su gente y aprendiendo con sus sabios más insignes. Estas experiencias dieron como resultado (y no solo, pues escribió varios otros libros) los fragmentos que se reúnen aquí.
Este libro está lleno de reflexiones interesantes, descripciones coloridas y escenas pintorescas, y aunque con seguridad su lectura no vuelve a alguien conocedor de la historia de la India, sí que al menos permite sentirla mínimamente. Aquí dejo algunos pasajes, empezando por este verdaderamente lindo:
Gigantescas acacias, mangos y esbeltos cocoteros forman el parque que rodea la casa de oración de su tío, ahora mausoleo con vidrieras de colores y escaleras de mármol. A su lado, un árbol colosal de ramas bajas y entrelazadas como un paraguas birmano, con flores blancas, perfumadas, colgantes que parecen artificiales. Aquí meditaba su tío al amanecer y al ponerse el sol. Este lugar produce una impresión profunda y singular; diríase que todos los pensamientos buenos y serenos, todo el bienestar de sus meditaciones de santo moran aquí, en torno a las ramas y flores. De pronto, te encuentras henchido de felicidad, de bondad, y casi te da rabia el haber perdido el tiempo miserablemente tantos años devanándote los sesos y angustiándote para entender lo fácil y natural que es ser feliz.
Otro no menos colorido sobre la noche:
Las noches no tenían igual. La luna cubría con un manto de plata los abedules y la hierba, tapiz de donde salía un incierto murmullo, hierba indefinible, refugio de serpientes. En el cielo himalayo las estrellas parecían alhajas, perlas de un collar, oasis. El firmamento aquí es inmaterial, el cielo está próximo, los abedules son esbeltos y garbosos: es el decorado.
No todos fueron momentos de inspiración y relajo, claro está. Probablemente uno de los peores fue durante una caminata por la jungla:
Y entonces comprendí el por qué de su terror. Habíamos bajado demasiado, habíamos ido a parar en medio del camino de las sanguijuelas. Las sanguijuelas avanzaban, eran columnas compactas de miles, decenas de miles de bichos.   ¡Escucha!… ¡Ay, ojalá pudiera describirlo! ¡Ojalá no hubiera escrito tantas cosas fáciles e imaginarias en mi vida!… Escucha como escuché yo. Primero, se me helaron las orejas, luego la garganta, luego las piernas. ¿Cómo podría reproducir el sonido sordo, fúnebre y frío de esas legiones negras y pegajosas? Algunas se me pegaron y me miraba los dedos manchados de sangre. Quise huir, huir al valle. Pero el guía me salvó.
Y ya termino con estos dos:
Las plantas aquí se tornan en monstruos, las flores están envenenadas por los cadáveres que les sirvieron de lecho y de origen, la abundancia te deja petrificado pues, tras los millones de organismos que han sobrevivido, adivinas la existencia de otros muchos millones que mueren cada hora, y ese gesto de la naturaleza de arrojar incesantemente vida sin ton ni son, ese gesto de creación por el mero gozo de crear, por la alegría de absorber el sol y de cantar su victoria, te atonta, te abruma. Cierras los ojos para poder hurtar un pedacito de esa maravillosa riqueza y, al abrirlos, el paisaje es otro, el campo de batalla y las fuentes de embriaguez han cambiado, son formas nuevas, clamorosas, sorprendentes, violentas, impertinentes, orgullosas por su victoria, formas de sueño y apetencias, incendios que se prenden y apagan por momentos en esta vertiginosa película de la jungla. Todos esos saltos de vida, todas esas genuflexiones de la muerte, toda la tremenda invasión de savia te atrapa, te arrastra en medio de su sorda matanza, te azuza y se burla de ti, de tu pequeñez de viajero cómodamente sentado en la ventanilla de un vagón, de tu dignidad de rey de la creación, de tu seriedad estéril y abstracta de criatura inteligente y libre.
Todo lo que de día tiene la ciudad de congestionada y bulliciosa, lo tiene de adusta por la noche. Y no tiene uno la sensación de hallarse en una ciudad dormida, sino en una inmensa comunidad que murmura en secreto, que vela o que reza. Alguna que otra ventana iluminada, alguien que llama a alguien, algún susurro, allí donde uno no sospecharía nunca que hay gente velando, te hace sentir que la vida no se ha apagado, sino que se ha recogido, y descubres que en todas las casas palpita la misma milenaria vida familiar, la misma vigilia nocturna.
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nekoannie-chan · 2 years
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Es la tristeza interior
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Pareja: Steve Rogers X Lectora.
Palabras: 1018 palabras.
Sinopsis: Steve nunca imaginó lo perdido que estaría cuando desapareciste como consecuencia el Chasquido.
Advertencias: Angst, tristeza, pero prometo que tiene final feliz.
N/A:  Esta es mi entrada para Tell me a story challenge:
“Demons by Imagine Dragons”
        Si te gusto por favor vota, comenta y rebloguea.
No doy ningún permiso para que mis fics sean publicados en otra plataforma o idioma (yo traduzco mi propio trabajo) o el uso de mis gráficos (mis separadores de texto también están incluidos), los cuales hice exclusivamente para mis fics, por favor respeta mi trabajo y no lo robes. Aquí en la plataforma hay personas que hacen separadores de texto para que cualquiera los pueda usar, los míos no son públicos, por favor busca los de dichas personas. La única excepción serían los regalos que he hecho ya que ahora pertenecen a alguien más. Si encuentras alguno de mis trabajos en una plataforma diferente y no es alguna de mis cuentas, por favor avísame. Los reblogs y comentarios están bien.
DISCLAIMER: Los personajes de Marvel no me pertenecen (desafortunadamente), exceptuando por los personajes originales y la historia.
Tags: @sinceimetyou​ @black23​ @unnuevosoltransformalarealidad​
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Steve y tú caminaban tomados de la mano por el parque, la mañana había sido muy tranquila, aún no tenían su primera misión como esposos. Sin embargo, todo cambió cuando el caos que Thanos estaba haciendo comenzó.
Después de una ardua batalla, perdieron, por primera vez en sus vidas, habían perdido contra el enemigo. Estabas en shock, viendo como Bucky desaparecía después de que Thanos chasqueara, sin embargo, de pronto sentiste que una oleada cálida recorría tu cuerpo, bajaste la mirada y entendiste lo que estaba pasando, intentaste llamar a Steve, pero no te salía la voz, no querías irte sin despedirte de él, cuando alzaste la vista él también te estaba viendo, nunca habías visto una mirada con tanto terror en él.
—Steve…
—T/N, calma, todo estará bien, todo estará bien, te lo prom… —se dejó caer sobre sus rodillas.
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Las cosas no debían de suceder de esa manera, tenían apenas un mes de haberse casado, así como una semana de haber regresado de su luna de miel. Ahora Steve no sabía qué hacer. Tenían tantos planes, no era justo lo que estaba sucediendo.
Ambos habían prometido que tendrían una vida más tranquila, que ocasionalmente irían a misiones, pero sobre todo disfrutarían el resto de sus vidas juntos. Lo que había pasado, arruinaba todos sus planes, nunca debió de suceder.
Steve Rogers estaba enojado con la situación, esperó tanto para encontrar a su pareja ideal, para conocerte, para descubrir que eres el amor de su vida. Después de que habían acabado con Thanos, al descubrir que no existía forma alguna de que pudieran deshacer lo sucedido, Steve empezó a perder interés en las misiones, muy pocas veces iba con lo que quedaba del resto del equipo; de alguna manera se estaba alejando de los otros.
Algunas veces le parecía como si Natasha, Clint, Tony, los demás ya se hubieran resignado a lo sucedido y continuado con sus vidas como si nunca hubiese pasado.
Ese Chasquido arruinó la vida de Steve Rogers. Tal vez nunca volvería a ser el mismo hombre que fue en el pasado, no sin ti.
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Las noches de Steve ahora eran solitarias y le parecían eternas, así como los días, había perdido a las dos personas más importantes de su vida. No importaba que aún estuvieran los demás, el sentimiento de soledad y tristeza no lo abandonaba.
No le parecía para nada justo, prácticamente había perdido todo, finalmente había encontrado la felicidad y luego eso ocurrió.
Prefería estar solo, ya que casi todo le recordaba a ti, se sentía culpable de no haber cumplido su promesa de protegerte y estar juntos por siempre. No tenía ni la más mínima idea de cómo arreglar lo sucedido, ni de como recuperarte.
A pesar de todo no podía acostumbrarse a que así sería el resto de su vida, se negaba a aceptarlo, no le importaba si tenía que vender su alma al mismísimo Diablo si así te podía recuperar.
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Los últimos cinco años se habían convertido en un gran vacío, oscuridad para él, incluso los demás decían que parecía más taciturno y menos el Steve que conocían, pero lo que no habían entendido es que tú eras el motivo de su felicidad. Sin embargo, cuando Scott les contó lo que le pasó, la esperanza comenzó a invadir a Steve, tal vez él no podría ayudar mucho con la parte tecnológica, pero empezó a arreglar todo para ayudarte en el proceso de adaptación cuando volvieras, tal y como tú lo habías hecho con él cuando despertó del hielo.
También contaba los días y horas para volverte a ver, de alguna manera iban a recuperar el tiempo perdido, así todo volvería a ser como antes. Inclusive los demás estaban un poco desconcertados por el cambio de comportamiento de Steve tan repentino, sobre todo porque no estaban seguros de que funcionaría lo que estaban por hacer.
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Steve contuvo la respiración cuando vio que comenzaban a volver, podía sentir como las lágrimas empezaban a acumularse en sus ojos, sin embargo, se contuvo, primero necesitaba confirmar que todo eso realmente estuviese pasando y no fuera un sueño más como los tantos que había tenido mientras dormía.
—¿Steve? —preguntaste confundida, observabas tu alrededor y varias cosas lucían diferentes, sospechabas que algo había pasado, pero no estabas segura de qué. Steve corrió a abrazarte, era como si tuviera miedo de que fueses a desaparecer—. Steve, ¿qué pasó?
—Nada, ahora todo está bien, te lo aseguro, todo está bien, algo así no volverá a pasar, te lo prometo —Steve susurró sin soltarte.
Una vez que llegaron a su hogar, Steve te explicó detalladamente todo lo que había ocurrido desde el momento en el que ocurrió la Decimación. Mientras él te contaba, tú estabas estupefacta, recordabas la sensación y luego oscuridad, incluso cuando regresaron, creíste que te habías desmayado o algo así. Observaste con detenimiento el rostro de Steve, si, se notaba un poco diferente, él sonrió con un poco de tristeza, tomaste su cara entre tus manos y lo besaste.
—Podemos irnos de segunda luna de miel —Steve propuso.
—Steve, apenas tenemos un mes de… oh… me he perdido todos nuestros aniversarios.
—No te preocupes, aún tenemos mucho tiempo y lo vamos a disfrutar, si quieres viajaremos por todo el mundo, no me importa retirarme de los Vengadores, de las misiones…
—Steve, necesitamos nuestros trabajos.
—Si… Bueno… Pues, haremos lo que tú quieras, contigo soy feliz, si quieres que vayamos a misiones, lo haremos, si quieres que viajemos, así será.
—Steve, cállate —respondiste, aún no podías procesar todo lo que había ocurrido, tampoco te sentías capaz todavía de tomar alguna decisión de algo, era muy difícil comprender lo sucedido. Cerraste los ojos y presionaste tus sienes con los dedos, estabas intentando comprender la situación.
—¿Estás bien? —Steve preguntó con preocupación, acercándose a ti, no iba a permitir que algo te pasara, no quería perderte de nuevo, sabía que no lo soportaría.
—Estoy bien —respondiste abriendo los ojos y sonreíste—. Estoy intentando entender lo que pasó. Por cierto, te amo, Steve.
—Yo te amo más —él contestó y te besó.
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unuevoresplandor · 2 months
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Mañana me vuelvo a Buenos Aires. Estuve casi dos semanas en Misiones, tierra de emoción, perfección y maravilla. Tierra de mandatos, tierra de caos, de traumas y de mucha pero mucha confusión. Nunca la naturaleza me repeló y atrajo tanto. 
Desde que soy muy chica que siempre tuve contacto con el hábitat de los árboles y el río. Ahora de grande me doy cuenta que me crié y crecí a la orilla del río, a tres cuadras. El Río Paraná costea y abraza a Posadas. Antes la ciudad se llamaba Trinchera de San José y entendí. Es una trinchera que se hace alrededor del Río. Por eso, estaba siempre rodeado de pájaros, lagartijas, bichitos, cantos de animales, ruidos de naturaleza, el resplandor de las lunas llenas reflejadas en las aguas del río. Nunca me pensé tan central al río. El río corre por mi cuerpo, por mi alma, por mi espíritu. El río me recarga y cuando estoy lejos me enferma. También me guía, me cuenta historias y me hace olvidar las malas sensaciones. El río me limpia. 
Una de las sensaciones más lindas que experimenté fue andar en lancha por el medio del río, ver el amanecer a lo lejos después de nadar todo el día en el medio. Entre Paraguay y Argentina. Ahí, en la frontera existiendo y creando recuerdos.
Al río le rezo, hacia él siempre vuelvo y es donde siempre quiero ir. 
Desde que vivo en Buenos Aires, los días que mayor caos siento en mi cabeza, voy al Parque de la Memoria. 
La primera vez fui a los 20 años, con un chico con el que salía, y ahí fue cuando me di cuenta que no estaba enamorado de él. La segunda fui cuando volví a vivir a la ciudad después de 8 años de pandemia y lloré. Me emocioné estar un poquito cerca de casa y de mi historia. Supongo que aunque me aleje y me distancia, siempre voy a cargar con una nostalgia mesopotámica en el corazón. Ese día también vi los carteles que se pusieron en el parque para recordar a los terrores cometidos en la última dictadura cívico-militar-económica de la Argentina. Me hizo sentir el dolor de mi país y conexión con mi tierra. Todo en un mismo suspiro. 
La tercera fue cuando terminaba el año 2021 justo antes de recibirme, recorrí en bici, sin remera y sonriendo el Parque. Fumé porro. Leí un libro de poesía de Mariano Blatt. Me emocioné. De vuelta. Me cansé. El viento me voló la marihuana recién picada, me frustró y tuve que ponerme a juntar más del picador y escarbar para armar un segundo. Me alineó, me acuerdo que me bronceé un poco y a la noche me tuve que poner crema hidratante en los hombros. 
La cuarta fui sola, y no estuve mucho tiempo.. Estaba cansada del viaje en bici, que son como 45 minutos hasta allá, ya estaba muy porreada, hacía calor y encima tenía muchas ganas de hacer pis y en ese lugar hay seguridad. También andaba muy caliente, porque me venía hablando con uno por Grindr con la esperanza de encontrarnos en el parque y hacernos una paja. Había sido que concretamos en parques diferentes y nunca nos terminamos cruzando. 
La última vez que visité el parque fue con Alex, un amigo que nos conocimos saliendo. Me encantó ir con él, porque como buen brasilero y canceriano, tiene una conexión muy fuerte con el agua. Le gustó tanto el lugar que terminó tomando sol en sunga, “es el mar” me decía con cara de contento. Y siento que ahí, fue el momento donde me di cuenta que compartir mis espacios con la gente que quiero me hace mejor persona.
El río me construye, me alimenta, me sofoca y también me tranquiliza.
De vuelta en Posadas, ayer fui a la costanera, a ver el río y terminé corriendo, 15 minutos casi, y viendo el agua. Sentí el calor en el aire y el frío cuando se abría el paisaje y venía el viento del río. Vi las estrellas reflejadas en la costa, descifré un secreto: el río siempre es su misma fuerza, pero él nunca es el mismo. Me vi y entendí un poco mejor.
Caminé costeando el límite con el borde de las inmediaciones de las piedras cantando Murphy’s Law. Me solté el pelo y me picaron los mosquitos. Al costado del río pasaron cosas feas, conocí a mi ex grupo de amigos varones, ahí hicimos una amistad y en el mismo lugar la quebramos. Me escapé. Al lado del río saqué mis primeras fotos que me gustaron y también escuché los primeros discos después de que se murió mi abuela. Caminaba por el costado del río durante 8 meses por 3 veces por semana mientras el mundo sucumbía por el covid. Salía con el pelo teñido de azul a ver el río. Un año más tarde, los presenté entre mis amigas y al chico con el que salía.
En el 2020 reflexioné con Agustina de porque era una decisión sabia cortar con mis ex amigos. Fumé porro con Johana. Me echó la policía por fumar porro.
Lo miraba, lo contemplaba. Al río.
A fines de octubre del 2023 año nos reencontramos y nos vimos, estaba todo marrón el rio por la tormenta del día anterior. 
Ahora, en comienzos del nuevo año, por primera vez lo vi desde la terraza de Lihuel y lo entendí. Es como un abrazo y estuvo ahí cerquita siempre, a unas cuadras de mi casa. 
Mañana supongo que nos despedimos, para ver con que versión nuestras nos encontremos la próxima vez que nos volvamos a ver. 
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hipertexto · 2 years
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AULLIDO
por Allen Ginsberg
traducción de Rodrigo Olavarría
Para Carl Salomón
I
Vi las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, hambrientas histéricas desnudas,
arrastrándose por las calles de los negros al amanecer en busca de un colérico pinchazo,
hipsters con cabezas de ángel ardiendo por la antigua conexión celestial con el estrellado dínamo de la maquinaria nocturna,
que pobres y harapientos y ojerosos y drogados pasaron la noche fumando en la oscuridad sobrenatural de apartamentos de agua fría, flotando sobre las cimas de las ciudades contemplando jazz,
que desnudaron sus cerebros ante el cielo bajo el El y vieron ángeles mahometanos tambaleándose sobre techos iluminados,
que pasaron por las universidades con radiantes ojos imperturbables alucinando Arkansas y tragedia en la luz de Blake entre los maestros de la guerra,
que fueron expulsados de las academias por locos y por publicar odas obscenas en las ventanas de la calavera,
que se acurrucaron en ropa interior en habitaciones sin afeitar, quemando su dinero en papeleras y escuchando al Terror a través del muro,
que fueron arrestados por sus barbas púbicas regresando por Laredo con un cinturón de marihuana hacia Nueva York,
que comieron fuego en hoteles de pintura o bebieron trementina en Paradise Alley, muerte, o sometieron sus torsos a un purgatorio noche tras noche,
con sueños, con drogas, con pesadillas que despiertan, alcohol y verga y bailes sin fin,
incomparables callejones de temblorosa nube y relámpago en la mente saltando hacia los polos de Canadá y Paterson, iluminando todo el inmóvil mundo del intertiempo,
realidades de salones de Peyote, amaneceres de cementerio de árbol verde en el patio trasero, borrachera de vino sobre los tejados, barrios de escaparate de paseos drogados luz de tráfico de neón parpadeante, vibraciones de sol, luna y árbol en los rugientes atardeceres invernales de Brooklyn, desvaríos de cenicero y bondadosa luz reina de la mente,
que se encadenaron a los subterráneos para el interminable viaje desde Battery al santo Bronx en benzedrina hasta que el ruido de ruedas y niños los hizo caer temblando con la boca desvencijada y golpeados yermos de cerebro completamente drenados de brillo bajo la lúgubre luz del Zoológico,
que se hundieron toda la noche en la submarina luz de Bickford salían flotando y se sentaban a lo largo de tardes de cerveza desvanecida en el desolado Fugazzi’s, escuchando el crujir del Apocalipsis en el jukebox de hidrógeno,
que hablaron sin parar por setenta horas del parque al departamento al bar a Bellevue al museo al puente de Brooklyn,
un batallón perdido de conversadores platónicos saltando desde las barandas de salidas de incendio desde ventanas desde el Empire State desde la luna,
parloteando gritando vomitando susurrando hechos y memorias y anécdotas y excitaciones del globo ocular y shocks de hospitales y cárceles y guerras,
intelectos enteros expulsados en recuerdo de todo por siete días y noches con ojos brillantes, carne para la sinagoga arrojada en el pavimento,
que se desvanecieron en la nada Zen Nueva Jersey dejando un rastro de ambiguas postales del Atlantic City Hall,
sufriendo sudores orientales y crujidos de huesos tangerinos y migrañas de la china con síndrome de abstinencia en un pobremente amoblado cuarto de Newark,
que vagaron por ahí y por ahí a medianoche en los patios de ferrocarriles preguntándose dónde ir, y se iban, sin dejar corazones rotos,
que encendieron cigarrillos en furgones furgones furgones haciendo ruido a través de la nieve hacia granjas solitarias en la abuela noche,
que estudiaron a Plotino Poe San Juan de la Cruz telepatía bop kabbalah porque el cosmos instintivamente vibraba a sus pies en Kansas,
que vagaron solos por las calles de Idaho buscando ángeles indios visionarios que fueran ángeles indios visionarios,
que pensaron que tan sólo estaban locos cuando Baltimore refulgió en un éxtasis sobrenatural,
que subieron en limosinas con el chino de Oklahoma impulsados por la lluvia de pueblo luz de calle en la medianoche invernal,
que vagaron hambrientos y solitarios en Houston en busca de jazz o sexo o sopa, y siguieron al brillante Español para conversar sobre América y la Eternidad, una tarea inútil y así se embarcaron hacia África,
que desaparecieron en los volcanes de México dejando atrás nada sino la sombra de jeans y la lava y la ceniza de la poesía esparcida en la chimenea Chicago,
que reaparecieron en la costa oeste investigando al F.B.I. con barba y pantalones cortos con grandes ojos pacifistas sensuales en su oscura piel repartiendo incomprensibles panfletos,
que se quemaron los brazos con cigarrillos protestando por la neblina narcótica del tabaco del Capitalismo,
que distribuyeron panfletos supercomunistas en Union Square sollozando y desnudándose mientras las sirenas de Los Álamos aullaban por ellos y aullaban por la calle Wall, y el ferry de Staten Island también aullaba,
que se derrumbaron llorando en gimnasios blancos desnudos y temblando ante la maquinaria de otros esqueletos,
que mordieron detectives en el cuello y chillaron con deleite en autos de policías por no cometer más crimen que su propia salvaje pederastia e intoxicación,
que aullaron de rodillas en el subterráneo y eran arrastrados por los tejados blandiendo genitales y manuscritos,
que se dejaron follar por el culo por santos motociclistas, y gritaban de gozo,
que mamaron y fueron mamados por esos serafines humanos, los marinos, caricias de amor Atlántico y Caribeño,
que follaron en la mañana en las tardes en rosales y en el pasto de parques públicos y cementerios repartiendo su semen libremente a quien quisiera venir,
que hiparon interminablemente tratando de reír pero terminaron con un llanto tras la partición de un baño turco cuando el blanco y desnudo ángel vino para atravesarlos con una espada,
que perdieron sus efebos por las tres viejas arpías del destino la arpía tuerta del dólar heterosexual la arpía tuerta que guiña el ojo fuera del vientre y la arpía tuerta que no hace más que sentarse en su culo y cortar las hebras intelectuales doradas del telar del artesano,
que copularon extáticos e insaciables con una botella de cerveza un amorcito un paquete de cigarrillos una vela y se cayeron de la cama, y continuaron por el suelo y por el pasillo y terminaron desmayándose en el muro con una visión del coño supremo y eyacularon eludiendo el último hálito de conciencia,
que endulzaron los coños de un millón de muchachas estremeciéndose en el crepúsculo, y tenían los ojos rojos en las mañanas pero estaban preparados para endulzar el coño del amanecer, resplandecientes nalgas bajo graneros y desnudos en el lago,
que salieron de putas por Colorado en miríadas de autos robados por una noche, N.C. héroe secreto de estos poemas, follador y Adonis de Denver -regocijémonos con el recuerdo de sus innumerables jodiendas de muchachas en solares vacíos y patios traseros de restaurantes, en desvencijados asientos de cines, en cimas de montañas, en cuevas o con demacradas camareras en familiares solitarios levantamientos de enaguas y especialmente secretos solipsismos en baños de gasolineras y también en callejones de la ciudad natal,
que se desvanecieron en vastas y sórdidas películas, eran cambiados en sueños, despertaban en un súbito Manhattan y se levantaron en sótanos con resacas de despiadado Tokai y horrores de sueños de hierro de la tercera avenida y se tambalearon hacia las oficinas de desempleo,
que caminaron toda la noche con los zapatos llenos de sangre sobre los bancos de nieve en los muelles esperando que una puerta se abriera en el East River hacia una habitación llena de vapor caliente y opio,
que crearon grandes dramas suicidas en los farellones de los departamentos del Hudson bajo el foco azul de la luna durante la guerra y sus cabezas serán coronadas de laurel y olvido,
que comieron estofado de cordero de la imaginación o digirieron el cangrejo en el lodoso fondo de los ríos de Bowery,
que lloraron ante el romance de las calles con sus carritos llenos de cebollas y mala música,
que se sentaron sobre cajas respirando en la oscuridad bajo el puente y se levantaron para construir clavicordios en sus áticos,
que tosieron en el sexto piso de Harlem coronados de fuego bajo el cielo tubercular rodeados por cajas naranjas de Teología,
que escribieron frenéticos toda la noche balanceándose y rodando sobre sublimes encantamientos que en el amarillo amanecer eran estrofas incoherentes,
que cocinaron animales podridos pulmón corazón pié cola borsht & tortillas soñando con el puro reino vegetal,
que se arrojaron bajo camiones de carne en busca de un huevo,
que tiraron sus relojes desde el techo para emitir su voto por una eternidad fuera del tiempo, & cayeron despertadores en sus cabezas cada día por toda la década siguiente,
que cortaron sus muñecas tres veces sucesivamente sin éxito, desistieron y fueron forzados a abrir tiendas de antigüedades donde pensaron que estaban envejeciendo y lloraron,
que fueron quemados vivos en sus inocentes trajes de franela en Madison Avenue entre explosiones de versos plúmbeos & el enlatado martilleo de los férreos regimientos de la moda & los gritos de nitroglicerina de maricas de la publicidad & el gas mostaza de inteligentes editores siniestros, o fueron atropellados por los taxis ebrios de la realidad absoluta,
que saltaron del puente de Brooklyn esto realmente ocurrió y se alejaron desconocidos y olvidados dentro de la fantasmal niebla de los callejones de sopa y carros de bomba del barrio Chino, ni siquiera una cerveza gratis,
que cantaron desesperados desde sus ventanas, se cayeron por la ventana del metro, saltaron en el sucio Passaic, se abalanzaron sobre negros, lloraron por toda la calle, bailaron descalzos sobre vasos de vino rotos y discos de fonógrafo destrozados de nostálgico Europeo jazz Alemán de los años 30 se acabaron el whisky y vomitaron gimiendo en el baño sangriento, con lamentos en sus oídos y la explosión de colosales silbatos de vapor,
que se lanzaron por las autopistas del pasado viajando hacia la cárcel del gólgota -solitario mirar- autos preparados de cada uno de ellos o Encarnación de Jazz de Birmingham,
que condujeron campo traviesa por 72 horas para averiguar si yo había tenido una visión o tú habías tenido una visión o él había tenido una visión para conocer la eternidad,
que viajaron a Denver, murieron en Denver, que volvían a Denver; que velaron por Denver y meditaron y andaban solos en Denver y finalmente se fueron lejos para averiguar el tiempo, y ahora Denver extraña a sus héroes,
que cayeron de rodillas en desesperanzadas catedrales rezando por la salvación de cada uno y la luz y los pechos, hasta que al alma se le iluminó el cabello por un segundo,
que chocaron a través de su mente en la cárcel esperando por imposibles criminales de cabeza dorada y el encanto de la realidad en sus corazones que cantaba dulces blues a Alcatraz,
que se retiraron a México a cultivar un hábito o a Rocky Mount hacia el tierno Buda o a Tánger en busca de muchachos o a la Southern Pacific hacia la negra locomotora o de Harvard a Narciso a Woodland hacia la guirnalda de margaritas o a la tumba,
que exigieron juicios de cordura acusando a la radio de hipnotismo y fueron abandonados con su locura y sus manos y un jurado indeciso,
que tiraron ensalada de papas a los lectores de la CCNY sobre dadaísmo y subsiguientemente se presentan en los escalones de granito del manicomio con las cabezas afeitadas y un arlequinesco discurso de suicidio, exigiendo una lobotomía al instante,
y recibieron a cambio el concreto vacío de la insulina Metrazol electricidad hidroterapia psicoterapia terapia ocupacional ping pong y amnesia,
que en una protesta sin humor volcaron sólo una simbólica mesa de ping pong, descansando brevemente en catatonia,
volviendo años después realmente calvos excepto por una peluca de sangre, y de lágrimas y dedos, a la visible condenación del loco de los barrios de las locas ciudades del Este,
los fétidos salones del Pilgrim State Rockland y Greystones, discutiendo con los ecos del alma, balanceándose y rodando en la banca de la soledad de medianoche reinos dolmen del amor, sueño de la vida una pesadilla, cuerpos convertidos en piedra tan pesada como la luna,
con la madre finalmente ****** [i] , y el último fantástico libro arrojado por la ventana de la habitación, y a la última puerta cerrada a las 4 AM y el último teléfono golpeado contra el muro en protesta y el último cuarto amoblado vaciado hasta la última pieza de mueblería mental, un papel amarillo se irguió torcido en un colgador de alambre en el closet, e incluso eso imaginario, nada sino un esperanzado poco de alucinación-
ah, Carl, mientras no estés a salvo yo no voy a estar a salvo, y ahora estás realmente en la total sopa animal del tiempo-
y que por lo tanto corrió a través de las heladas calles obsesionado con una súbita inspiración sobre la alquimia del uso de la elipse el catálogo del medidor y el plano vibratorio,
que soñaron e hicieron aberturas encarnadas en el tiempo y el espacio a través de imágenes yuxtapuestas y atraparon al Arcángel del alma entre 2 imágenes visuales y unieron los verbos elementales y pusieron el nombre y una pieza de conciencia saltando juntos con una sensación de Pater Omnipotens Aeterna Deus
para recrear la sintaxis y medida de la pobre prosa humana y pararse frente a ti mudos e inteligentes y temblorosos de vergüenza, rechazados y no obstante confesando el alma para conformarse al ritmo del pensamiento en su desnuda cabeza sin fin,
el vagabundo demente y el ángel beat en el tiempo, desconocido, y no obstante escribiendo aquí lo que podría quedar por decir en el tiempo después de la muerte,
y se alzaron reencarnando en las fantasmales ropas del jazz en la sombra de cuerno dorado de la banda y soplaron el sufrimiento de la mente desnuda de América por el amor en un llanto de saxofón eli eli lamma lamma sabacthani que estremeció las ciudades hasta la última radio
con el absoluto corazón del poema sanguinariamente arrancado de sus cuerpos bueno para alimentarse mil años.
II
¿Qué esfinge de cemento y aluminio abrió sus cráneos y devoró sus cerebros y su imaginación?
¡Moloch! ¡Soledad! ¡Inmundicia! ¡Ceniceros y dólares inalcanzables! ¡Niños gritando bajo las escaleras! ¡Muchachos sollozando en ejércitos! ¡Ancianos llorando en los parques!
¡Moloch! ¡Moloch! ¡Pesadilla de Moloch! ¡Moloch el sin amor! ¡Moloch mental! ¡Moloch el pesado juez de los hombres!
¡Moloch la prisión incomprensible! ¡Moloch la desalmada cárcel de tibias cruzadas y congreso de tristezas! ¡Moloch cuyos edificios son juicio! ¡Moloch la vasta piedra de la guerra! ¡Moloch los pasmados gobiernos!
¡Moloch cuya mente es maquinaria pura! ¡Moloch cuya sangre es un torrente de dinero! ¡Moloch cuyos dedos son diez ejércitos! ¡Moloch cuyo pecho es un dínamo caníbal! ¡Moloch cuya oreja es una tumba humeante!
¡Moloch cuyos ojos son mil ventanas ciegas! ¡Moloch cuyos rascacielos se yerguen en las largas calles como inacabables Jehovás! ¡Moloch cuyas fábricas sueñan y croan en la niebla! ¡Moloch cuyas chimeneas y antenas coronan las ciudades!
¡Moloch cuyo amor es aceite y piedra sin fin! ¡Moloch cuya alma es electricidad y bancos! ¡Moloch cuya pobreza es el espectro del genio! ¡Moloch cuyo destino es una nube de hidrógeno asexuado! ¡Moloch cuyo nombre es la mente!
¡Moloch en quien me asiento solitario! ¡Moloch en quien sueño ángeles! ¡Demente en Moloch! ¡Chupa vergas en Moloch! ¡Sin amor ni hombre en Moloch!
¡Moloch quien entró tempranamente en mi alma! ¡Moloch en quien soy una conciencia sin un cuerpo! ¡Moloch quien me ahuyentó de mi éxtasis natural! ¡Moloch a quien yo abandono! ¡Despierten en Moloch! ¡Luz chorreando del cielo!
¡Moloch! ¡Moloch! ¡Departamentos robots! ¡Suburbios invisibles! ¡Tesorerías esqueléticas!
¡Capitales ciegas! ¡Industrias demoníacas! ¡Naciones espectrales! ¡Invencibles manicomios! ¡Vergas de granito! ¡Bombas monstruosas!
¡Rompieron sus espaldas levantando a Moloch hasta el cielo! ¡Pavimentos, árboles, radios, toneladas! ¡Levantando la ciudad al cielo que existe y está alrededor nuestro!
¡Visiones! ¡Presagios! ¡Alucinaciones! ¡Milagros! ¡Éxtasis! ¡Arrastrados por el río americano!
¡Sueños! ¡Adoraciones! ¡Iluminaciones! ¡Religiones! ¡Todo el cargamento de mierda sensible!
¡Progresos! ¡Sobre el río! ¡Giros y crucifixiones! ¡Arrastrados por la corriente! ¡Epifanías! ¡Desesperaciones! ¡Diez años de gritos animales y suicidios! ¡Mentes! ¡Nuevos amores! ¡Generación demente! ¡Abajo sobre las rocas del tiempo!
¡Auténtica risa santa en el río! ¡Ellos lo vieron todo! ¡Los ojos salvajes! ¡Los santos gritos! ¡Dijeron hasta luego! ¡Saltaron del techo! ¡Hacia la soledad! ¡Despidiéndose! ¡Llevando flores! ¡Hacia el río! ¡Por la calle!
III
¡Carl Solomon! Estoy contigo en Rockland
Donde estás más loco de lo que yo estoy
Estoy contigo en Rockland
Donde te debes sentir muy extraño
Estoy contigo en Rockland
Donde imitas la sombra de mi madre
Estoy contigo en Rockland
Donde has asesinado a tus doce secretarias
Estoy contigo en Rockland
Donde te ríes de este humor invisible
Estoy contigo en Rockland
Donde somos grandes escritores en la misma horrorosa máquina de escribir
Estoy contigo en Rockland
Donde tu condición se ha vuelto seria y es reportada por la radio
Estoy contigo en Rockland
Donde las facultades de la calavera no admiten más los gusanos de los sentidos
Estoy contigo en Rockland
Donde bebes el té de los pechos de las solteras de Utica
Estoy contigo en Rockland
Donde te burlas de los cuerpos de tus enfermeras las arpías del Bronx
Estoy contigo en Rockland
Donde gritas en una camisa de fuerza que estás perdiendo el juego del verdadero
ping pong del abismo
Estoy contigo en Rockland
Donde golpeas el piano catatónico el alma es inocente e inmortal jamás debería
morir sin dios en una casa de locos armada
Estoy contigo en Rockland
Donde cincuenta shocks más no te devolverán nunca tu alma a su cuerpo de su
peregrinaje a una cruz en el vacío
Estoy contigo en Rockland
Donde acusas a tus doctores de locura y planeas la revolución socialista hebrea
contra el Gólgota nacional fascista
Estoy contigo en Rockland
Donde abres los cielos de Long Island y resucitas a tu Jesús humano y viviente de la
tumba sobrehumana
Estoy contigo en Rockland
Donde hay veinticinco mil camaradas locos juntos cantando las estrofas finales de
La Internacional
Estoy contigo en Rockland
Donde abrazamos y besamos a los Estados Unidos bajo nuestras sábanas los
Estados Unidos que tosen toda la noche y no nos dejan dormir
Estoy contigo en Rockland
Donde despertamos electrificados del coma por el rugir de los aeroplanos de
nuestras propias almas sobre el tejado ellos han venido para lanzar bombas
angelicales el hospital se ilumina a sí mismo colapsan muros imaginarios Oh
escuálidas legiones corren afuera Oh estrellado shock de compasión la guerra
eterna está aquí Oh victoria olvida tu ropa interior somos libres
Estoy contigo en Rockland
En mis sueños caminas goteando por un viaje a través del mar sobre las carreteras a
través de América llorando hasta la puerta de mi cabaña en la noche del oeste
San Francisco, 1955-1956
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leonardoalcaraz5 · 3 years
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#halloween #terror #misterio #noche #luna #history #zamarra parque zamarra en el sector de Río Bamba #ciudaddeantioquia #santafedeantioquia #parque (en Santa Fe De Antioquia, Antioquia, Colombia) https://www.instagram.com/p/CVo1BUUM2Sr/?utm_medium=tumblr
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claudioiglesias · 3 years
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Es difícil entender de quién estamos hablando
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En 2017 escribí un texto sobre Marcelo Alzetta que después quedó dando vueltas. En 2018 me regaló un cuadro, debe ser el mejor regalo que me hicieron. Lo vi pocas veces, en esa ocasión comimos pizza. Hablábamos por chat, pero el último tiempo no tanto. Cuando me enteré de su muerte me sentí culpable y abandonado. Sabía que en 2020 la había pasado un poco mal. Me hubiera gustado contarle un chiste sobre Justin Bieber y la pandemia:
El chiste es que un noticiero anuncia con una placa enorme que Justin Bieber vuelve a las giras después del fin de la cuarentena. Otro texto en una letra más chica desarrolla la noticia: “pasó lo peor”.
Alzetta va a ser cada vez más importante. El diría que lo mejor todavía no pasó.
No importa la época. Primeros apuntes sobre Marcelo Alzetta.
Texto de catálogo para la muestra de Marcelo Alzetta en galería Walden, Buenos Aires septiembre de 2017.
Una estrella lejana titila raro, irregular en sus pulsos, y así confunde los instrumentos de medición. Claro que lo hace a conciencia, ¿quién va a pretender medir el arte? Marcelo Alzetta es el artista para encontrar provindencialmente, como él mismo encontró todo: amigos, ideas, sensaciones. Si se aguza la vista, se lo ve brillar con nitidez en el cielo del arte argentino de los últimos quince años, moviéndose dentro del complejo de soluciones y sabias torpezas que va del Rojas de Londaibere a la progenie hirsuta de Belleza y felicidad: sus piezas de comienzos de los 2000 todavía están marcadas por la rugosidad expletiva y los personajes queribles de la historieta argentina de fines del siglo XX; su muestra en Tu Rito del año 2010, con su psicodelia apenas visible (el espacio carecía de una fuente confiable de luz eléctrica) lo devolvió a los mayores escenarios de una corriente artística minoritaria y amiguera, ya madura; su más reciente exposición individual en Agatha Costure, en 2016, nos lo presentaba como un sereno pintor de bodegones que también fuera en sus ratos libres especialista en sintetizadores de la Guerra Fría. Cuadros suyos hay en la librería de Francisco Garamona, La Internacional Argentina, en la colección de Gustavo Bruzzone y en casas de artistas como Javier Barilaro, Fernanda Laguna, Miguel Harte, I Acevedo y tantos otros. Todo esto para el despistado o la despistada.
Alzetta nació en Tandil en 1977. En 1996 se instaló en Buenos Aires (“terminé la secundaria y rajé”, comenta). Fue cartero, cocinero en una casa de empanadas y también ejerció el oficio diurno de pintores como Ana Sokol, Anabella Papa y Juan Grela G.: peluquero. Incluso antes de instalarse en Buenos Aires, el jovencísimo Alzetta era un asiduo de la ciudad: solía venirse los fines de semana a hacer taller de historieta con Alberto Breccia de muy chico. Su primer alojamiento porteño, ya como residente, fue el caserón de Carlos Calvo y Boedo donde tenía sede El Tripero, el grupo-revista de historietas que Alzetta fundó junto a Frank Vega, Delius, Sandra Lavandeira, Esteban García, entre otrxs muchxs futurxs protagonistas de la ficción gráfica. Al grupo se sumaron luego artistas como Mariano Grassi y el -entonces todavía no- aclamado documentalista Julián D'Angiolillo, con quien Alzetta colaboró en varias ocasiones: una de las interacciones más particulares del arte local de este siglo.
En el año 2000, sobre la vara que puso Alfredo Londaibere, Alzetta participó en una exhibición en el Centro Cultural Rojas con el Búlgaro Freisztav, Marta Cali y María Fernanda Aldana (integrante del conjunto musical El Otro Yo). Fue una muestra legendaria y equívoca. El incipiente siglo artístico se perfilaba con entusiasmo. La consigna osada: el futuro es de los artistas que se dedican a otra disciplina. Alzetta por aquella época trabajaba de telemarketer, tarea de la que lo rescataron sus amigos.
Porque hablar de Alzetta es hablar de ellxs, los amigos: él brilla cuando lo iluminan sus colegas; y cuando algún obstáculo les hace sombra, vuelve a su mutismo productivo. Es el objeto de deseo, el artista que los artistas aman y que se deja amar. Los amigos para Alzetta son el oxígeno, el pan y el centro neuronal del equilibrio. Aunque sus cuadros parezcan solitarios a veces, es un artista de la colaboración. Y es así no por afán de socializar sino por su sinceridad, su búsqueda de la cascada emocional primitiva. ¿Las ideas y los sentimientos humanos más intensos y límbicos no son formas de colaboración en sí mismos? Al confesar la pena o la pobreza, al conjeturar la gracia rara de un perro de ojos maquillados Alzetta se mantiene atento a las personas, a su belleza, a sus tristezas. Algunas órdenes contemplativas enclaustradas bregan con la tarea de expiar pecados ajenos, cometidos lejos de los monasterios; sus miembros son como antenas del extravío y el dolor. El artista, retirado en los confines de un variopinto espacio mental, está a la distancia de un beso de quienes sufren y ríen.
*
Un día estaban mirando la tele con Marcelo Pombo y vieron algo distinto en la pantalla: Reynolds. La banda que formaban Roberto Conlazo, Alan Courtis y Christian Dergarabedian. Poco después, un amigo de Alzetta se entera, recorriendo un festival en el Parque Centenario, de que Conlazo daba un taller de música experimental en la sede de Puan de la FFyL. Y así empezó una amistad. Alzetta y Conlazo comenzaron a trabajar juntos. “Rob tira una idea, Frank (Vega) dibuja y yo después la pinto”. Con él también hizo cuadros en colaboración para la muestra en Tu Rito, organizada por Victoria Colmegna y el mismo Conlazo. Pero volvamos al Parque Centenario. O su pariente, el Rivadavia, ambos enlazados en el cuerpo astral de la ciudad por el Boulevard Campichuelo (D'Angiolillo es mi informante en el tema): son esos parques y sus ferias, reuniones y esparcimientos típicos los focos de una cultura avanzada y popular, escuelas de novedades musicales y vicios literarios ultramarinos (en la forma del samizdat y la reproducción ilícita) a los que Alzetta dedica un homenaje. Los que no se pueden comprar el CD se compran el cassette. Barbas, anteojos de sol, dinosaurios de la Gestapo y conejos de chocolate: a eso se dedicaban Alzetta y compañía.
“Olor a peinado o a cortes de pelo…” ¿Quién puede ver una mano transparente que se enfrenta con el atardecer? O un mocasín orlado de rayos y utilizado como vaso para cepillo de dientes, sobre un arcoiris. O el tigre con cuerpo y patas de mesa de jardín, bajo la luna roja. Leonor Vassena puede. Sokol también. O Gumier Maier (habitué de la peluquería de doña Sokol). Alzetta se mete en el póker de un surrealismo ingenuo y localista que avanza a contramano de la educación y el cálculo.
En Buenos Aires, en los noventa, Alzetta frecuentaba los boliches más coquetos del centro (“lugares muy anti pueblo”, admite) y al mismo tiempo se iniciaba en los arcanos de la vanguardia popular con uno de los cascabeles sueltos del momento: Pablo Suárez. Suárez conversa con el adolescente Alzetta, reprueba algunos de sus intentos y así lo induce a cristalizar en la adolescencia, a puro empujón y refunfuño. Alzetta muestra en Belleza y felicidad en 2000, antes del Rojas, y Suárez le compra una obra. Es la pintura de un ser bicéfalo y alegre en bicicleta: medio payaso de película de terror, medio tapa de LP bizarro de banda efímera. La muestra se titulaba Sentimientos y la integraban, además de Alzetta, Gumier Maier, Fabiana Imola, Fernanda Laguna, Sergio De Loof y Pombo. A este muchacho tímido, retraído de tan extrañas que eran sus ideas, le tocó empezar entre nombres que proyectaban sombras amenazantes a su alrededor.
Con Suárez lo había enchufado Dipi, su gran amigo de la temprana edad. En las charlas en el café Golden, en el centro de Tandil, Dipi entretenía multitudes de ocasión y cuando estaban solos le relataba a Alzetta obras como el Niño Bazooka de Suárez, ese memorial al triunfo gay sobre las huestes indecisas de toda cultura artística heterosexual. Era bueno el relato de Dipi, y muy buenas las obras de Suárez, porque Alzetta se encendía al escucharlo. Y algo tiene él también de ese chicle rosa (que según la anécdota Suárez hacía masticar a sus amigos antes de dárselo al personaje de la escultura): es un chicle inagotable que otros artistas mastican sin cansarse. El chicle de la inspiración: la goma de mascar de Dios, diría un rapero.
*
Quien se acerque a husmearlas, olerlas y tomarles el pulso verá que en las obras de Alzetta todo es maquillaje, rubor y disfraz; las criaturas más triviales y próximas se transfiguran; los duendes se visten para salir. Quienes beben ginebra en un parador rutero de repente caen bajo el influjo de la magia, a través de un acorde de cumbia o del chiste depravado que cuenta en voz alta un parroquiano ultimado. No hay justicia tal vez, pero hay milagro. Las cosas se deforman desde adentro, movidas por un sentimiento rítmico. Aunque sumergirse en la obra de Alzetta requiere un talento indefinible y escaso, no se sabe con certeza cuáles son las capacidades que despiertan sus elucubraciones. Por ejemplo: ¿se puede enseñar a oler un peinado? ¿qué hace el que no puede alegrarse con la sonrisa del chicle gigante en la gruta? A ese lo está esperando un gatito con corbata y un fondo rosa. Para que nadie se sienta excluido.
Esta psicodelia folclórica tiene fuentes dispares, inextricables unas y otras inmediatas. Están los ingenuos 1960 que recopilaban Mujica Láinez, Vassena y compañía en la galería El Taller de la calle 25 de Mayo. Está Gandolfo también, y Malincónico. Está el surrealismo bonaerense (la última coalición avanzada de nuestra vida cultural) y el arte del Rojas, que Alzetta conoció de muy chico. Pero hay mucho más. El personaje es galáctico, fáustico en sus caprichos; no cuesta nada ir hasta Friedrich ni Odilon Redon, hasta los visionarios californianos o los simbolistas rusos. Sin embargo, Alzetta hace de la nacionalidad un asunto de importancia. “Me reconozco en la tradición pictórica nacional. En general, no importa la época.” Ya señalé la última frase: no importa la época. La clave de un anacronismo vivo y abarcativo.
Witz tandilense Cuando no importa la época el arte se abandona plácidamente al cosmos, a lo entero. Psicodélico y surrealista por afuera, Alzetta es un universalista de corazón. “Un estilo naïf pero no tanto”, dice. Aunque naïf, surrealista, psicodélico, son etiquetas quietas si no las toca una varita imponderable. En Alzetta esa varita es la romántica exaltación de la obra de arte como universalidad en movimiento, océano de sensaciones y sentimientos. Es la idea de que un cuadro es también baile, música o novela; una idea alemana de fines del siglo XVIII que rejuveneció en las sierras bonaerenses.
Según esta idea, las distintas esferas del arte se conocen e integran en el plano invisible del sentimiento, el humor, el Witz. Cristo en la TV dentro de un ojo es una canción. La sombra de los pinos en la cabeza transparente de un alienígena es un acabado número de circo. La tierra de Alzetta no es Tandil ni mucho menos Argentina: es un secreto que se cierra a los ojos y se abre al corazón inquieto. El pintor nacional es un cosmopolita tapado. Su obra viaja de la miseria a la epifanía y de la sonrisa al sonido, una y otra vez. Y así se difunde y se mezcla con la vida, hasta ser invisible otra vez. Empieza un cuento de Daniil Kharms (Cuaderno azul, nr. 2):
Había una vez un pelirrojo que no tenía ojos ni oídos. No tenía pelo tampoco, por eso lo de pelirrojo es un decir. No podía hablar, porque no tenía boca. No tenía nariz. Ni siquiera brazos o piernas, ni estómago, espalda, espina dorsal, o cualquier clase de vísceras. No tenía nada, así que es difícil entender de quién estamos hablando.
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Aquel pitbull y el Bronx.
Era octubre de 2011 y una tímida garúa arañaba los cristales de la ventana de mi habitación. Adentro, no había mucho para hacer. La llovizna parecía haberse detenido y aquel estado de tranquilidad me perturbaba. Quería salir pero no sabía a dónde. Mucho menos sabía con quién. Al fondo sonaba Closer de Nine Inch Nails, y mi ritmo cardiaco empezaba a acelerarse. 
Caminé en círculo dejándome llevar por mi instinto. Agarré el reloj dorado que hacía poco había comprado y me lo puse orgulloso en la muñeca. Apenas lo hice me sentí protegido, no sé si era por su tamaño y su peso, o porque en aquella época me obsesionaban las alhajas. Ese reloj me generaba seguridad. Incluso, cuando el afán era el responsable de mi amnesia, me sentía vulnerable y casi que desnudo si no lo portaba. 
Me puse una camisa hawaiana de manga corta y una chamarra de cuero que me protegía muy bien del frío. Apagué el computador y antes de salir, revisé que sí tuviera suficiente dinero entre la billetera; también una bolsita Ziploc, en la que cargaba algunos porros de marihuana para evitar que se estropearan.
Cerré con parsimonia la puerta de la casa, minimizando cualquier estruendo que alertara a mis papás, ya que al no querer preocuparlos, salí sin despedirme. Tampoco de mi sobrina, ella estaba todavía pequeñita, y se la pasaba leyendo y viendo Disney Channel junto a su mamá.
Afuera, el viento era helado. Caminé un par de metros y salí a la Avenida Primero de Mayo. Allí estaba seguro de que encontraría mi destino. Entré a la Tienda de Patti, la tienda de siempre. Compré dos cervezas Aguila en lata, destapé una y bebí un sorbo generoso; la otra la guardé en la chamarra y pedí dos más.
Como si se hubiese tratado de una premonición, escuché las voces de raBi, Richie y Tocino, amigos de la vida, que habían entrado al negocio. Segundos después entró Boliqueso. Los encuentros con ellos se caracterizaban por el cruce interminable de bromas y cientos de comentarios ridículos que nos hacían reír. Luego de una conversación escueta descubrí que ellos también querían hacer algo distinto aquella noche, así que me llené de valor y rápidamente discutimos el plan.
La idea era irnos caminando hasta el Barrio Santa Fe, en pleno Centro de Bogotá. Queríamos ver mujeres con prendas diminutas que ofrecieran sus servicios sexuales y burlarnos del peligro que representaba hacerlo caminando. Teníamos solamente tres opciones: a través de la Carrera Décima, teniendo que cruzar el Barrio Policarpa, el Parque Tercer Milenio y San Victorino; por la Carrera Sexta, teniendo que atravesar los barrios Calvo Sur y Las Cruces; y por la Avenida Caracas, teniendo que pasar al frente del Hospital de la Hortúa, el Barrio San Bernardo y la Calle 19... todas rutas tenebrosas de una ciudad que de noche se hace más hostil.
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Boliqueso sugirió comprar un litro de aguardiente Néctar Verde para amilanar los nervios y fue así como mancomunadamente decidimos caminar hasta la Avenida Caracas. En ese momento, raBi y Richie confesaron que cada uno portaba una ‘pata e’ cabra’ con lámina de acero reluciente ‘por si las moscas’. El peligro y la defensa eran latentes. Mi lengua y mi estómago se retorcían con cada copa de licor que ingería y ya no había vuelta atrás. Lo único que quería era ser protagonista de una noche memorable.
En la esquina de la Avenida Primero de Mayo con Caracas reunimos algunos billetes ajados y unas monedas de poco valor para comprar otro litro. Ya eran las diez y media de la noche, y lo único que nos interesaba era llegar a nuestro destino, completamente extasiados y sin rasguños. Todo un descaro juvenil.
A medida que brindábamos tomando cualquier falacia como pretexto, más nos adentrábamos en las intríngulis de aquella ciudad prohibida que diariamente aparecía en los noticieros nacionales, como epicentro de robos, expendio de drogas, venta de armas, prostitución y decadencia.
Avanzamos varias cuadras hasta llegar al Barrio San Bernardo, la ‘olla’ o expendio ‘express’, que en ese momento no nos resultaba tan peligroso, ya que fueron varias las veces que entramos con tal de fumarnos un porrito de marihuana o esnifar alguna bolsa de perico, con calidad superlativa y a muy buen precio. A raBi y a Boliqueso se les ocurrió entrar rápidamente para abastecerse y continuar con el carnaval, pero justo cuando los demás nos envalentonamos para seguirlos, doblamos la esquina, y una luz roja y azul incandescente nos cegó por un instante. Era la policía, estaban haciendo una batida para simular autoridad.
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Era la primera prueba a la que nos enfrentábamos y no podía debilitarnos. Confesé que tenía algo de marihuana y decidimos continuar para no postergar el plan inicial. Dimos un par de pasos para evitar que la patrulla de la policía nos alcanzara y algo completamente rocambolesco sucedió. 
Al frente de nosotros, apareció un pitbull gris de ojos penetrantes y masa muscular notable. Parecía un toro de lidia dispuesto a embestirnos. El ambiente se tornó pesado. Ninguno de nosotros se atrevía a moverse para evitar cualquier ataque del animal. El único que lo hizo fue Richie, quien se le acercó de manera sigilosa y con mucha prevención le tocó la cabeza. Al ver que el animal se dejó, los demás les pasamos por el lado como si fuésemos fantasmas. Unos metros más adelante, Richie se nos unió, el pitbull también. 
¿Y ahora qué hacemos? La respuesta nos la dieron dos habitantes de calle que pasaron por nuestro lado: ¡Estos manes tienen severa guardia! ¡Sí! El pitbull se quedaría con nosotros... ‘nos servirá para abrir camino’ añadió Tocino.
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Con actitud gallarda caminamos hasta la Calle 19. Habíamos pasado las calles más peligrosas y estábamos a punto de arribar a nuestro destino. En aquella esquina de concreto espeso saqué un porro de la bolsita Ziploc. En mi chamarra solo me quedaba una Aguila. Miré para todos los lados y le hice una seña a mis compañeros de periplo para que me esperaran. Quería fumarme ese porro mientras contemplaba a Monserrate y a Guadalupe, resplandeciendo por la Luna llena que exaltaba las montañas. Hubiese podido hacerlo en cualquier otro tramo del recorrido, pero esa esquina era especial... sabía que quizás nunca más repetiría ese momento. Mucho menos así.
Tiré la colilla hacia la calle y un taxi diminuto al instante la aplastó. Con el cuerpo retorcido tomamos la Calle 19 hacia el occidente y luego doblamos por la  de los Travestis. Casi que podía escuchar el metal de las navajas chocando con las llaves que raBi y Richie cargaban en sus bolsillos, pero nada me importaba. ¡Éramos la banda de Millonarios! Y Tocino... hincha de América de Cali.  Al divisar un grupo de aproximadamente diez travestis, cometí el error de pasar entre ellos y la pared. Era demasiado tarde. Había irrespetado una regla callejera de protección. Uno me vio con el ceño fruncido pero nada le importó. Estiró su mano y me agarró los testículos. Al sentir dolor abdominal, mi mente se nubló y solo atiné a agilizar el paso para escapar. El grupo se río y en un santiamén, sin darnos cuenta, ya habíamos llegado. ¡Allí estaba el famoso Barrio Santa Fe! ¡Una de las zonas más extravagantes de Bogotá!
El pitbull suscitaba todo tipo de comentarios. Habían prostitutas que sin pensarlo lo consentían y le decían palabras de cariño. Otras en cambio, lo maldecían y nos retaban a caminar sin él. Sabían que éramos foráneos...
Estuvimos allí cerca de dos horas y media, casi tres. Nos ubicamos justo al frente de un local llamado Troya. De pie y con ojos lujuriosos, acabamos el segundo litro de aguardiente y compramos algunas cervezas. Boliqueso y raBi, se habían ido a conseguir perico. Richie prometía que adoptaría al perro y yo ya no recuerdo de qué hablaba con Tocino. 
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Miré mi reloj dorado. Ya era la una y media de la mañana. Agotado por el revoltijo de sustancias, tomé junto a Tocino, la iniciativa de marcharnos. Los demás estuvieron de acuerdo. Caminamos hasta la Avenida Caracas con Calle 22 y avanzamos un par de cuadras. El pitbull se veía cansado pero seguía siendo intimidante, o al menos eso creíamos hasta que un tipo que estaba escondido entre un árbol cayó delante de nosotros con cuchillo en mano. ‘¡Uno a uno me los fumo!’ Dijo tan seguro, que todos enmudecimos. Richie y raBi sacaron sus navajas, pero el terror o quizás el cariño por la vida nos hizo dar dos zancadas para evitarlo. Era un tipo de unos cuarenta y cinco años completamente enajenado. No tenía nada que perder. A pesar del susto Richie y raBi cayeron en razón. Dejamos al tipo atrás y sin notarlo ya estábamos en la Basílica del Voto Nacional. ‘Cada vez más cerca de mi casa...’ pensé. ¡Pamplinas! Boliqueso quería entrar a la temida Calle del Bronx o como coloquialmente la conocíamos: la famosa ‘Ele’.
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Aventándose por una de las calles que colindaba con el Batallón de Reclutamiento del Ejército Nacional, Boliqueso no nos dio tiempo para decidir y en cambio advirtió que nos abriéramos las chaquetas para evitar suspicacias. Completamente desprotegidos, pero con amor por el peligro, todos le seguimos la corriente y nos dispersamos por la calle. Al caminar unos diez metros, vi una suerte de barricada que delimitaba la zona. Sin pensarlo avancé y justo cuando puse un pie adentro, dos guardias locales o ‘sayayines’, de quienes no recuerdo sus rostros, me apuntaron con un revólver en las costillas. ‘¿Para dónde va?’ Dijeron con voz carrasposa. ‘Solo quiero un porro’ atiné a responder con voz entrecortada. El recuerdo de mi familia y la adrenalina del momento me habían hecho despabilar. Tan pronto me dieron ‘vía libre’ para acceder, vi que el pitbull caminaba ‘como Pedro por su casa’. A lo lejos, Boliqueso, raBi, Tocino y Richie me observaban caminar perplejo entre sendas capas de basura apilada que generaban angustia. Yo no era capaz de mirar a nadie a los ojos. En ese momento nosotros éramos el ‘parche’ más ‘gomelo’ de la mítica ‘letra’. 
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Seres casi inertes deambulaban de un lado para el otro y varios toldos se entreveían entre cantidades exageradas de basura y miseria humana. Asustado, entré a una casa que tenía pintado un mural de Millonarios en su fachada. Adentro, el ambiente se asemejaba a Blade Runner o a cualquier otra película distópica. Unas diez máquinas tragamonedas eran la sensación para un grupo significativo de personas que apostaba con enjundia, mientras bebían whisky Old John por solo $2.500 pesos la botella (sí, a menos de un dólar estadounidense).
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Al salir, Tocino me hizo una seña y juntos caminamos hasta uno de los toldos. Debajo, una mujer sacaba dosis personales muy bien envueltas, de un contenedor de plástico azul, el cual combinaba con un sofá raído en el que cualquiera que le comprara podía sentarse para disfrutar de su adquisición. A Boliqueso lo veía tranquilo. Él era uno de los que estaba sentado en el sofá, fumándose un porro del tamaño de un habano. Mientras tanto y a lo lejos, el pitbull examinaba el territorio y le gruñía a los perros locales que tampoco tenían buen aspecto. Fastidiado, no aguanté más. Menos mal no era el único. Tocino y Richie también querían marcharse. A raBi le daba igual. 
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Sin más preámbulos iniciamos nuestra retirada. Boliqueso apagó el porro y sin objeciones también se nos unió. Afuera, de vuelta en la misma calle por la que entramos, un par de habitantes de calle nos rodearon para robarnos. Yo ya no tenía miedo, solo quería llegar a mi casa. Cruzamos algunos insultos y ‘nos paramos duro’ como decimos en Bogotá. Atrás los dejamos pero todavía nos faltaban varias cuadras para estar protegidos.
Eran las cuatro de la mañana. El frío demencial me había partido los labios. Caminamos entumecidos hasta un parque del Ciudad Berna y allí terminamos lo que nos quedaba. Han pasado nueve años desde eso. Con raBi, Tocino y Boliqueso seguimos siendo amigos y compartimos una que otra cerveza. De Richie y el pitbull no volví a saber más. Lo último fue que el perro se le escapó al día siguiente de que lo adoptó, y a los pocos meses él cayó preso en Brasil.
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wtnvspanish · 3 years
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51-El Estruendo
¡Mira! ¡Allá en el cielo! ¡Es un ave! ¡Es un avión! ¡Es una nube! ¡Es una luna! ¡Y algunas estrellas! ¡Hay tantas cosas en el cielo!
Bienvenidos a Night Vale
La nueva Alcaldesa de Night Vale, y antigua pasante de esta misma estación, Dana Cardinal anuncio hoy que quiere abrir el Parque Canino para uso público. Dana –o, creo que debería empezar a llamarla Alcaldesa Cardinal – dijo “Los Parques Caninos deberían ser usados para que los perros y sus dueños se ejerciten y diviertan. Un Parque Canino debería ser un lugar divertido de reunión para que los ciudadanos socialicen y se reúnan. No un misterioso pedazo de oscuridad municipal lleno de señales de advertencia conspiranoicas”
Tan solo a unos momentos de su declaración, el Ayuntamiento entro a la Sala de Prensa, caminando con pasos sincronizados, caderas juntas, dientes separados, bloqueando la vista de los reporteros y fotógrafos, y desconectando el micrófono de la Alcaldesa. El Ayuntamiento arrastro sus pies hasta las Recamaras del Consejo, llevándose a la Alcaldesa con ellos
Veinte minutos después reemergió la Alcaldesa Cardinal, vistiendo muchos anillos de marfil y una larga capa azul cielo. Anuncio que los perros no están permitidos en el Parque Canino. Las personas no están permitidas en el Parque Canino. Es posible que veas Figuras Encapuchadas en el Parque Canino –pero no por mucho tiempo, ya que ahora hay planes para reforzar la cerca alrededor del Parque Canino
¡Oh, radioescuchas! ¿Adivinen a quien tenemos en la línea telefónica ahora? Les daré una pista: salvo a Night Vale hace unas semanas al impedirle la entrada a un gran terror que intentaba invadirnos desde otro mundo
¡No fui solo yo!
Además, es mi novio. Y un científico. Y lo extraño
Yo también te extraño
¡Así es! Mi novio es un héroe. Por favor denle la bienvenida a nuestro programa, Carlos el Científico
[ríe] ¡Suficiente!              
Radioescuchas, Carlos tuvo que quedarse detrás en algún extraño Mundo Alterno desértico, lo cual fue muy valiente de él, aunque ahora este muy lejos de las personas que lo aman. ¿Has tenido alguna suerte al intentar regresar a Night Vale?
Aun no ¡Oh! Pero he estado explorando este extraño y estruendoso sonido de aquí. Es el mismo sonido de estruendo que oímos cuando la horrible luz estaba entrando a Night Vale
¿Estás a salvo? ¿Está todo bien?
Actualmente, ahí está otra vez. Cuando cerramos las puertas el estruendo y la insoportablemente brillante luz se fueron. Este vacío desierto, con la montaña y el faro y el enorme ejercito deambulante, todo parecía tan normal ¿sabes? Pero anoche, el estruendo regreso
Ahí está de nuevo. Necesito ir por mis instrumentos
Yo… ¡no puedo escucharlo!
Te regresare la llamada
¡No! ¡No! Carlos, yo…Ugh. Siempre es igual. Nunca se cuándo llamaras otra vez
Bueno, hablando de mantener a salvo al pueblo, nuestra ciudad vecina, Desert Bluffs, pago por un anuncio de toda una página en la Extra Grande Edición Dominical Imaginaria del Periódico Diario de Night Vale de esta semana que imagino decía “Gracias por recibirnos, Night Vale. La mejor de las suertes en su futuro‽”
No puedo decir si eso de ahí es un punto de exclamación o de interrogación. ¡Que fuente tan rara! Es como si alguien se hubiera puesto pintura, o alguna otra clase de viscoso liquido en la punta de un afilado dedo y luego hubiera escrito este anuncio. Sí, es exactamente así
Luego, en la parte de abajo, hay una foto de tu cara  ¡querido oyente! Y las mismas letras pintadas con dedos que dicen “Bendiciones del Dios Sonriente”
¡Wow! ¿De dónde sacaron esa foto tuya? Aunque, honestamente, no es una mala foto…digo, ¡te ves adorable cuando duermes!
Sé que este anuncio de despedida puede parecer un gesto amable, pero… ¡hasta nunca a esos monstruos! Nadie está más feliz que yo de haber corrido a Desert Bluffs fuera del pueblo
Mientras tanto, ha habido muchos ruidos de construcción, como trompetas, subibajas, gritos de cotorros, etc., de parte de las antiguas Oficinas Centrales de StrexCorp al borde del Cañón Radón. Varios seres altos y alados, quienes se presentaron a sí mismos como Erika, fueron vistos afuera mientras que un representante de la Policía Secreta del Sheriff corría frenéticamente alrededor de los testigos, poniendo su mano sobre los ojos de cada persona y gritando “¡No están viendo nada real!”
Bien, por mi parte, estoy emocionado por saber qué es lo que planean hacer estos…completamente inexistentes ángeles, por supuesto, con la enorme y malévola corporación que compraron
¡Oh! También, pase por la oficina de la Administración de la Estación. Parece que nuestra estación de radio comunitaria fue comprada de vuelta de StrexCorp por nuestros dueños originales, a los cuales nunca he conocido o visto, y quienes hasta hace poco, habían dirigido esta estación de radio por siglos. ¡Es tan lindo tener todas estas conocidas caras de vuelta! O…no caras, más bien gritos ahogados con un parloteo que hace eco y pulsantes luces naranjas que rodean las oscuras puertas de piedra que nunca están en el mismo lugar que recordabas
Tan solo un rápido paseo por la nueva oficina del viejo jefe me trajo de vuelta a los buenos viejos tiempos, mientras me derrumbaba sobre el piso, paralizado y ciego con flashes de atroces sueños, una historia completa de muertes que no me pertenecían. ¡Que grandioso fue regresar a como era antes!
Ah, ¡los buenos viejos tiempos! ¡Los temibles, terribles, letales, buenos viejos tiempos!
Oh ¡Mi teléfono está vibrando! ¿Carlos? ¿Hola? ¿Carlos, estas de vuelta en la línea?
Si. Así que…esta esté faro en el desierto. Está en la cima de una montaña alta, y hay una Luz Roja Parpadeante en la cima de este faro, y esta Luz Roja Parpadeante siempre parpadea ¿Ok? Eso es lo que hace. Pero ahora que el estruendo ha regresado…puedes – ¿puedes escuchar el estruendo desde donde estas, Cecil?
No.
¡Es muy ruidoso! Pero cuando el estruendo sucede, la Luz Roja Parpadeante deja de parpadear. Tan solo se queda encendida
¿Qué crees que significa?
¡No lo sé! Hable con algunos de los hombres y mujeres del ejército y otros quienes deambulan por el desierto, y se ven asustados. ¡Nunca han visto que la Luz Parpadeante deje de parpadear! Es lo que se supone que debe de hacer una Luz Parpadeante, y le temen a lo que pasara cuando algo que siempre se ha comportado de una manera deja de comportarse así. Ahora corren y se esconden cuando escuchan el estruendo y ven la estática Luz Roja en la Cima de la Montaña. Yo también estoy empezando a asustarme
¿Carlos? Recuerda como llegaste a ese desierto en primer lugar. Atravesaste una puerta en una Casa que no parecía existir ¿Ya has encontrado alguna de esas puertas?
No, aun no
¿Carlos? Busca esas puertas. ¡Debe de quedar por lo menos una en algún lugar!
Empezare a buscar muy pronto ¿Ok? Pero mira Cecil, realmente me gustaría averiguar esta cosa del estruendo de la Luz Roja. Soy un científico. Necesito descubrir y entender las cosas. ¡Es lo que hago!
Pero… ¿no podrías buscar la puerta mientras lo averiguas?
 Buscare la puerta mañana. De seguro que lo hare
Bueno, eso no es lo que estaba…
¡El estruendo se ha ido! ¿Escuchaste eso?
Tengo que irme, Necesito encontrar a Doug
¿Quién es Doug? Espera, Carlos ¿Quién es Doug? ¿Carlos?
Ok.
Bien, creo que debemos darle un vistazo a los horóscopos de hoy
Leo: Necesitas un centavo, toma un centavo ¿Tienes un centavo? ¡Toma otro centavo! Los centavos no valen nada, pero puedes tomarlos todos. Construye una gran fortuna tan solo para que el gran peso del bronce aplaste tu plebeyo cuerpo sin vida
Virgo: No le dispares al mensajero. ¡Virgo! Es ruidoso, y alertara a los demás de tu crimen. Atrae al mensajero adentro. Asegúrate que nadie lo haya visto entrar. Elige algo más silencioso que una pistola. Tal vez asfixia, o una caída accidental. Realmente tienes que planear estas cosas. ¡Deja de querer resolverlo todo con tu pistola, Virgo!
Libra: ¿Crees en fantasmas? ¿No? Bueno, ¡alguien se llevara una sorpresa cuando te despiertes en medio de la noche esta noche! Grita lo suficientemente alto para que los vecinos puedan escucharte
Escorpión: Eres respetado por tus colegas. Eres un gran pensador y líder. Eres…espera, ¿Qué es esto? Esto definitivamente no es la lectura correcta para un Escorpión, debe ser un error. Apuesto a que las estrellas querían decir: Deberías oír lo que están diciendo sobre ti. ¡Cosas muy graciosas, Escorpión! ¡Están diciendo cosas muy graciosas a costa tuya, cretino! Sip, definitivamente eso es lo que las estrellas querían decir
Sagitario: La mejor venganza es vivir bien. La segunda mejor venganza es un veneno insípido de acción lenta. Tal vez es más bien un empate. De cualquier manera, te han hecho mal, ¡y necesitas desquitarte Sagitario!
Capricornio: Es mejor haber amado y perdido que nunca haber amado, lo cual es mejor que nunca haber amado, pero también perdido un amor de alguna forma, creando así una paradoja. Las paradojas son malas, Capricornio. Ten cuidado, o la lógica te destruirá
Acuario: Tu novio está atrapado en una desértica dimensión alterna. Es difícil saber cuándo regresara. Tal vez podrías empezar a beber mientras lloras en una habitación cerrada
¡Wow! Ese horóscopo es muy específico y…doloroso ¡Gracias por nada, estrellas!
Piscis: Un tren parte de la estación viajando al oeste a 40 millas por hora. Otro tren deja la estación viajando al este a 60 millas por hora. Estos dos trenes salieron en diferentes días, en diferentes años, en diferentes países ¿Cuánto tiempo les tomara a los pasajeros reconocer su propia temporalidad?
Aries: Creo que te vieron, Aries. Quédate quieto. No pueden verte si no te mueves ¡Shhhh! ¡No te muevas! ¡No te muevas! No –Nop, te vieron. ¡Te extrañaremos, Aries!
Tauro: Alguien te extraña bastante, Tauro. Y aunque no tienes nada más que tiempo sin fin mientras estas atrapado en una pesadilla desértica infernal, se te dificulta hacer una llamada de más de 10 minutos. ¡Tal vez deberías llamar más a menudo, Tauro!
Sip, ese tan solo fue un consejo astrológico de parte de las estrellas
Géminis: ¿Recuerdas esas ocho arañas al año que te comes mientras duermes? Pues se van sumando. Todas ellas están organizando un escape bastante dramático ¡Muy pronto, Géminis! ¡Muy pronto!
Cáncer: “El océano es enorme” te convences a ti mismo, caminando solo entre los arboles “El cielo no tiene fin” murmuras repetidamente, intentando calmarte para finalmente dormir “La materia no se crea ni se destruye” contemplas, a pesar de que no entiendes la primera parte del enunciado “¿Qué hay en el Canal de Cocina esta noche?” dices en voz alta a un extraño que has conocido por años
Estos han sido los horóscopos de hoy
¡Ah! ¡Está llamando de nuevo! ¿Carlos?
Cecil, el estruendo ha empezado otra vez. La montaña se está moviendo de arriba abajo, como…si respirara. Hay gemidos y crujidos desde la tierra, de las piedras, y juntos suenan como un gruñido, un rugido undulante de algo mucho más grande que cualquier cosa que alguna vez ha podido rugir
Cecil, este es un lugar extraño, y considerando donde he vivido en los últimos años, eso dice bastante. Sé que Dana solía estar atrapada aquí y que te lo conto todo. Digo, solía preguntarme como es que podía llamar y mensajearte desde este lugar por un año completo sin ninguna torre telefónica o enchufes de luz, pero he estado aquí por semanas y sigo teniendo 3 barras de señal – solo es 4G, pero aun así – y un 97% de carga, la cual era la carga que tenía cuando atravesé la puerta en la Casa Que No Existe
En una temporal pausa entre los estruendos, camine con algunos miembros del ejército desértico hacia un pequeño pedazo de arena descolorida. Encontramos una franja de tierra mojada, tan solo un puñado de lodo rojizo, y en ese lodo había varios diminutos huesos blancos. ¡Lucían como las largas piernas y cortas alas de una criatura que ni siquiera puedo imaginar! Estoy ansioso por averiguar exactamente qué es lo que era ¡Entonces seré capaz de imaginarla!
Carlos, ¡no creo que sea seguro ahí! Escucha, quiero que encuentres una manera para –
¿Cecil? Ninguna parte o cosa es segura. Pero hay cosas más grandes que nosotros. Más grandes que todo esto – sé que no puedes verlo, pero acabo de hacer un gran ademan para indicar todo en el universo – y hay personas quienes deben aprender sobre todo esto. Como funciona, y porque. ¡Es a eso a lo que llamamos ciencia!
Si, se lo que es la ciencia
Y soy un científico
Ok, entiendo. Ugh. Es solo que… es solo que te extraño, y –
[Un sonido estruendoso en el fondo]
¡Oh! ¡Oh cielos! ¡El edificio está temblando!
¿Lo puedes sentir? ¿Puedes sentir el estruendo? ¡Ooh, esto es muy emocionante!  Espera ¡esto es nuevo! El suelo se está moviendo muy rápido. Hay un gran bulto que está agitando el sonido arriba y abajo. Estoy asomándome sobre esta cornisa para conseguir una mejor vista de este fantástico evento, y… ¡oww!
¡Carlos! ¿Qué paso?
Me golpearon ¿Qué es eso? ¿Es una piedra? ¡Ouch!
¡Carlos!
Cecil, las rocas se están derrumbando. Están rodando por el costado de esta colina, Necesito cubrirme, necesito encontrar un –
Carlos. ¿Carlos?
Oyentes, tomen refugio mientras la tierra aun tiembla. Esto no se siente como uno de nuestros terremotos programados por el gobierno, pero si yo fuera ustedes aun así haría como siempre dice Duncan la Araña Violinista, nuestra mascota de seguridad sísmica “Soy pequeño, y me escondo a menudo, así que es fácil estar a salvo”
Y con eso, los llevo ahora hacia el clima
[Echo in the Hills –Carrie Elkin ft Danny Schmidt]
¿Carlos, estas ahí? ¿Carlos?
Estoy aquí
¿Estás bien?
Estoy bien, un científico siempre está bien. ¡Doug fue de mucha ayuda!
¿Quién es Doug?
Es uno de los miembros de este gran Ejercito Enmascarado. Debe de ser alguna clase de capitán, dado su tamaño y el respeto que parece generar. Mientras que las rocas y peñascos se venían abajo, Doug agarro una larga y plana piedra y la sostuvo sobre nosotros. Las rocas rebotaron de su improvisado escudo
Desafortunadamente, deje caer mi teléfono. Se estrelló toda la pantalla. Por un momento pensé que te había perdido, Cecil, estaba muy abatido por que mi único modo para contactarte se había perdido por quien sabe cuánto tiempo. Pero entonces, ¿sabes que paso? ¡Algo realmente asombroso sucedió! ¡Algo espectacular! ¡El teléfono se regenero solo!
¡Oh! Eso… ¡Eso es genial!
¡Es genial! Pero los teléfonos no se regeneran solos. Esto es otro misterio científico y  no puedo esperar llegar al fondo de esto
¿Dónde está Doug ahora?
Oh, no lo sé. Probablemente este de vuelta en el campamento. Son un ejército nómada. A veces están aquí, a veces no. Realmente no tengo el tiempo para hacer nuevos amigos. Son buenas personas, pero tengo mucho trabajo por hacer. Y… de todos modos, la única persona que verdaderamente me importa no está en este desierto
No sé qué es ese estruendo. No sé porque algunas puertas funcionan y otras no. No sé porque a mi teléfono nunca se le termina la carga y puede regenerarse solo. No sé cuánto tiempo me tomara adquirir este conocimiento
Pero se dos cosas
¿Qué?
Te amo
Yo también te amo ¿Cuál es la otra cosa?
La acabas de decir
¿Cecil? Tengo que irme. Sé paciente conmigo. Tenemos nuestros teléfonos. Tenemos nuestras voces, y tú tienes la mejor voz de todas
Gracias por estar al aire conmigo. ¡Hicimos casi todo el programa completo juntos!
Aun podemos hacer cosas juntos, incluso en ausencia. Pronto estaré de regreso
¡Encuentra esa puerta, Carlos!
Lo hare. Pero primero necesito ver si la Luz Roja está parpadeando otra vez o no
Ok. Adiós, Carlos.
Radioescuchas, desearía poder decirles de donde vino el estruendo, y que estamos a salvo de él. El Equipo de Sismología Secreto del Sheriff anuncio que el estruendo de hoy, el cual causo algunos daños estructurales y dejo sin electricidad a un tercio del pueblo, no se registró en la escala Richter, la cual es una cosa que los sismólogos usan para asignar números dos dimensionales a complejos eventos físicos multidimensionales
Pero el resultado es que todos estamos vivos por el resto de números de dos dimensiones que nos quede
Manténgansen sintonizados a continuación para el sonido del futuro convirtiéndose en el presente – convirtiéndose en el pasado –en un parpadeo
Y como siempre, buenas noches, Night Vale. Buenas noches
El proverbio de hoy: Todo lo que sucede, pasa por una razón. Excepto por las avestruces. ¿Qué demonios son?
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girasolcaricatura · 4 years
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3 poemas de horror para Octubre
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31 AÑOS DE COMERCIALES DE HALLOWEEN
Europa, 1797
En el laboratorio del Dr. Frankenstein algo increíble ha sido creado:
El gran sabor del chocolate
con deliciosa crema de cacahuate.
suena música clásica
Lamentablemente, nadie escucharía...
Y así el mundo tuvo que esperar,
a la llegada de estos grandes sabores,
que saben increíbles juntos
dentro de los riquísimos
chocolates Reese's.
sonidos de un zombie siendo apaleado
Me han llamado el rey de la salpicadura,
el rey de la sangre,
tiene que parecerme real:
Las cabezas cortadas, los miembros
del cuerpo, lo que sea.
Tengo que tener la misma sensación
que cuando vi sangre de verdad
en Vietnam, como fotógrafo de guerra.
Detesto ver una película
en la que alguien muere
y le cierran la boca,
y hacen que tenga
un buen aspecto. Cuando uno
muere no está guapo,
la mandíbula se afloja
y los ojos... ya sabes.
Y eso es lo que he intentado conseguir
con estas cabezas de mentira.
Entrevistada: Todo el mundo
quiere creer que hay vida después de la muerte,
y pienso que ser un muerto viviente es lo que más
se aproxima a esa idea.
Uno vuelve,
y así se cumple su deseo de alcanzar
la inmortalidad, pero, regresa
como algo horrible...
sonidos guturales de una película antigua
Voz del narrador: El terror,
se asocia a una muerte dolorosa,
porque es uno de nuestros miedos
sonidos de motosierras y disparos
Todo el mundo conoce el dolor,
y nadie conoce la muerte,
vemos a otras personas muertas,
pero no sabemos qué es la muerte,
conocemos el dolor por experiencia
y eso es lo que nos da miedo...
Suena un grito desesperado y después un trueno que golpea el tejado de una casa
Entra música de misterio...
Voz del narrador: Buenos días,
y bienvenidos. Soy Liam Cullen, esto es
NewsTop 1250WBTAE y hoy hablaremos
de algo que muchos presentadores
evitarían como una plaga,
la muerte.
Sí, bueno, no es precisamente
algo que nos hace sentirnos bien,
no nos hace felices. En realidad,
hace que la mayoría nos muramos
de miedo. Por eso deseamos hablar
de la muerte.
¿Qué creen que ocurre después?
¿Creen en el cielo?
¿Creen en el infierno?
¿Cómo querrían morir?
continúa la música de misterio.
McFrankenstein
Existe un famoso documental sobre un hombre que come sin parar hamburgesas de McDonalds.
En este documental, se habla de los nuggets de pollo de McDonalds que, según estudios, están hechos de mórbidos miembros de pollo.
Los pollos con más pechuga, son llevados a máquinas que los pulverizan vivos y los convierten en McNuggets.
A este proceso, los investigadores lo llamaron McFrankenstein.
Mi amigo pop-punk
Yo tengo un amigo vampiro muy diferente al clásico de Bram Stoker
Este vampiro no bebe sangre, por lo menos desde hace unos años.
Él más bien va por jugo de zanahoria al Oxxo durante la noche.
No vivía en un castillo, más bien junto a un parque, en una casa llena de vidrios rotos que olía a marihuana, a Bong sucio.
(De hecho, una vez lo vi fumar en un Bong que tenía Fuze Tea en lugar de agua.)
Eso sí, sus ventanas estaban tapadas por completo para evitar el sol, y del lado de la calle solo se podían ver unos posters de los Raconteurs y los Red Hot Chili Peppers.
Cuando lo visitaba siempre tenía la música a todo volumen y salíamos a fumar a su patio cuando la luna nos vigilaba plenamente.
Sus vecinos le tenían miedo, algunos tenían pesadillas donde el era protagonista.
Yo en ese entonces quería escribir cuentos de horror y eso intentaba, el resto del tiempo la pasaba con él.
Un día de aquellos me dejó entrar a su casa, fui a su sala y sobre su mesa había un periódico Metro, que tenía de portada a un hombre descuartizado.
Y al verlo supe que el terror está siempre en los encabezados del periódico, es decir, en cualquier lugar del país, a toda hora.
Ese día, los ojos de mi amigo se tornaron amarillos, y lo último que vi, fue la sangre escapando de mi cuello.
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nosnhaymas · 4 years
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The World of the Guard
Cap. 4 La Guard Kasumi
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Ayano se quedaba despierta viendo la ciudad de noche, los faros alumbraban lo que podían, algunos siendo tapados por las ramas de arboles, otros no funcionaban, los carros se oían pasar y pitiar, el aire estaba sucio y se podía ver incluso en el cielo, muy pocas estrellas mostraban su resplandor acompañando a la luna en su cuarto menguante, Bizcocho se encontraba descansando con sus ojos cerrados hasta mover sus orejas y voltear al lado derecho, fue cuando Ayano también volteo.
—Lo presiento... Bizcocho vete a casa.
Ayano vio como Bizcocho se iba de vuelta a su casa en el otro edificio viéndola por ultima vez queriendo darle una señal de 'buena surte', Ayano veía por la ventana del cuarto de Leonardo y conjurando un hechizo de protección.
—Sol luminoso del cielo en amanecer y atardecer, dame tu poder para la noche envolver.
El hogar de Leonardo fue envuelto por hielo el cual fue absorbido por las paredes dejando una marca que desapareció al quitar Ayano su mano, enseguida continuo tras la esencia que percibía, saltando de edificio en edificio las nubes empezaron a cubrir la luz de luna poniendo un ambiente oscuro, entonces llego a un parque donde las hojas de los arboles eran movidas por un viento lúgubre e intranquilo sonoro, veía a su alrededor, y podía presentir mas cerca la esencia, presionaba su mano bajando la temperatura del lugar y en un parpadeo una figura oscura iba a atacarla saltando desde atrás.
—¡HIELO CORTANTE!.
Ayano en menos de lo que actuó la figura, saco su sable y rebano el espíritu maligno congelando lo y partiendo lo en mil fragmentos, se dio media vuelta y vio que estaba rodeada, eran pequeños espíritus corrompidos, quienes estaban esperando a que Ayano diera otro golpe, ella se mantenía en calma con su semblante firme y congelan te.
—Hay demasiados de ustedes... —decía mirando alrededor—, se suponía que ya no habían mas, bien, no importa, ¡SEGUIRÉ HACIENDO MI TRABAJO!.
Ayano movía su sable rebanando alrededor y luchando contra los espíritus, congelando el piso para deslizarse y hacerlos caer, acababa con lo que se venia en frente quedando solo trozos de hielo partido de cada uno, sus ojos brillaban en la oscuridad y mostrando sus colmillos guardaba su sable deshizo los trozos desapareciendo los con el viento, cerro sus ojos un momento y volteo a ver a alguien quien le aplaudía con furor de sorpresa .
—Como siempre, ¡buena en tu trabajo!. —Señor —Ayano se puso en firme. —Ya te dije que me llames Huehuecóyotl, odio mucho las presentaciones formales. —Usted envió a esos espíritus. —Si, una pequeña prueba, aun no pierdes tu toque, de echo, es mucho mas frió —saco carcajadas el ser antropomórfico. —Debería seguir haciendo su trabajo. —Si, si, si, eso hago, no estoy perdiendo el tiempo haciendo bromas, solo te puse una prueba y la pasaste, ya no eres esa niña que le costaba sostener un arma y dudar en luchar. —¿A qué es lo que vino? —Directo al punto ¿eh? esta bien de acuerdo, vine a decirte que ya le envié el mensaje a... —Ayano lo interrumpió. —¡¿Como se atreve a decir una palabra?! ¡ese no es su trabajo, debe seguir las normas! —Tranquila cachorro coyotl, solo dije sobre tu misión que se extendería mas de lo que se planeaba, no es para que tampoco le grites a una deidad, y menos si es tu maestro. —¡UGH!... —Ayano a regañadientes se tenia que calmar y guardar respeto—, Gomen'nasai, Huehuecóyotl-sama. —Así esta mejor, bien te disculpo, pero ya no seas muy enojona, debes aprender de lo que te paso, recuerda que soy el Dios de la sabiduría, sigue mi concejo. —Y lo sigo, no estoy apegada eso, no sigo llorando por eso, hago mi trabajo como tal. —Agh, no vas a entender, bueno dejemos eso, y ¿el humano? ¿no se ha vuelto loco? 'paranoico o así?. —Esta durmiendo, y no, le es algo difícil comprender esto, pero a diferencia de otros casos, no se a salido de control. —¿Te a preguntado algo?. —Si algunas cosas, no le e respondido algunos, y espero no hacerlo. —Bien, muy bien, de acuerdo, Guard Kasumi, me retiro, siga haciendo su trabajo. —Hai.
Huhuecóyotl pasando aun lado de los arboles se transformaba en coyote dejando el lugar y Ayano mirando arriba a la luna despejarse de las nubes, volvió a arriba en los lavaderos y con intranquilidad pensaba en las palabras de Huhuecóyotl, que habría dicho en Hokkaido, en su hogar, con él nunca se sabia que planeaba, pensaba mientras seguía con la mirada perdida en la luna viendo el conejo que se formaba con sus manchas, respiraba profundo sacando un aire helado tomo su katana y en copos de nieve la transformo para no seguir cargándola, se acomodo en el piso y cerro sus ojos para poder dormir, pero seguía siendo invadida por la duda. En la mañana Leonardo se levantaba como siempre, se vestía, y preparaba el desayuno, hacia molletes para cambiar un poco la comida, puso la tetera y esta vez bebería café, bajo 2 platos y 2 tazas, los acomodo y esperaba que se derritiera mas el queso, en eso, se dirigió arriba a los lavaderos a ir por Ayano, vio como estaba dormida sentada en el piso sin ninguna pizca de que haya tenido frió o temblara por el, se acerco cauteloso para hablarle, pero Ayano se había adelantado.
—¿Qué quieres?. —¿Eh? buenos días, iba a llamarte a desayunar. —Esta bien, enseguida voy, gracias. —Si.
Leonardo bajo sorprendido de como supo que era él, si no había hablado, ademas del echo que había aguantado el frió de la intemperie, al igual que el hambre por 2 semanas, pensaba en la respuesta pero no encontraba una respuesta clara, entro a su casa y saco los panes, y se preparo su café, para ella le hizo un té de manzanilla y sus molletes, antes que pudiera comer uno, saco las galletas y acomodo rápido su almuerzo, ya listo todo, Ayano toco a la puerta y Leonardo le abrió, se sentaron y Ayano vio los molletes con incertidumbre.
—¿Qué es eso?. —Es un mollete, un bolillo cortado al que se le pone, fréjoles, queso, jamón y jitomate, se ponen a calentar en el hornito y ¡yap! salen echos calientitos así que... ten cuidado al dar el primer mordisco, por cierto yo les puse mayonesa a los míos, no sabia si te gustaba así que no les puse. —Gracias... .
Ambos comieron y Leonardo le pasaba las galletas pero Ayano negaba, terminando de comer, Leonardo arreglaba su cabello y lavaba sus dientes, tomaba su mochila y sus llaves y salia a tomar el transporte directo al trabajo, por alguna razón sentía que quería hablar con Ayano, el estar solo no era algo de él pero igual no sabia de que hablarle a ella, no era interesante como alguno de sus hermanos, apenas él conseguía trabajo y eso para pagar la mitad del departamento, ademas del echo de que no conocía nada sobre asuntos sobrenaturales solo sabia cuentos de terror que lo asustaban de niño en el pueblo de Santa Rosalina, se encogía en hombros algo melancólico y miraba por la ventaba del microbús el camino, la gente, los autos pasar. Esta vez cuando llego a la plaza no miro atrás siguió su camino hasta el local, donde a la mitad del paso se tomo con Verónica, quien lo saludaba desde lejos, Leonardo respondió haciendo lo mismo.
—Buenos días, Leonardo. —Buenos días, Verónica. —¡Ey! ¿Qué tienes? te ves decaído. —¡A-Ah! es que... no dormí bien. —Pero vas muy bien arreglado. —Bueno... no me gusta estar fachoso, se debe estar bien peinado y vestido para el trabajo. —En eso tienes razón, aunque no muchas personas siguen eso. —Si... je, vamos ya es mejor llegar temprano. —Cien por ciento de acuerdo.
Mientras iban al trabajo Ayano se encontraba escuchando los detrás de una columna, cuando siguió a ver que Leonardo llego al entrar al local, salio de la plaza a ver el alrededor, ocultándose para evitar que la vieran, recorría el alrededor sobre las azoteas, la gente pasaba concentrada en lo suyo, los niños que iban a la escuela se veían desgastados y desanimados muy pocos sonreían con sinceridad en ves de una mascara, Ayano entonces recordó su niñez después de tanto tiempo en no pensar en eso, recuerdos dulces envueltos en llamas y gritos, la nieve derritiéndose, la gente cayendo a su alrededor, y ella escapando a las montañas, un sentimiento de culpa y cólera la invadió, de pronto el ambiente se empezó a sentir frió, la gente empezó a cubrirse y a mirar alrededor por la helada que había, salio de sus pensamientos Ayano al oír a un bebe llorar fuerte, el ambiente volvió a la normalidad una lagrima salia de su ojo y al instante la congelo antes de deslizar su rostro, paso su mano para ver aquella lagrima y la aplasto. Horas mas tarde en el almuerzo de Leonardo, estaba comiendo al lado de Verónica quien lo acompañaba y hablaban sobre ellos.
—Y ¿De donde eres Leonardo? ¿Del centro o del estado?. —Uhhh... de ninguno soy de mas afuera de la ciudad, soy de pueblo. —¿Cómo crees? —dijo con furor—, no lo pareces jeje. —Je gracias, pero si, yo nací en un pueblo. —Ya, y viniste a la ciudad para estudiar la Universidad. —Sip. —¿Y tus padres? ¿En que trabajan?. —Ellos... —Leonardo se quedo un momento en silencio y sus manos temblaron. —¿Leonardo? —Verónica empezó a verlo. —No tengo —contesto viendo el piso—, no tengo padres.
Verónica se disculpaba por poner la situación incomoda y Leonardo alzo la mirada pidiendo que no lo hiciera, contesto que era algo difícil para él hablar de ese tema pero que no se debía preocupar, hablaron entonces de otras cosas, la escuela, la ciudad, las cosas que les gustaba, y al terminar la hora de la comida volvieron a sus puestos, Leonardo mantenía una sonrisa falsa, no podía mostrar la inquietud que en él se hallaba, la pregunta de sus padres lo había cambiado repentinamente, nunca quería hablar de eso cuando entro a la secundaria por que los niños se burlaban ademas que nunca durante el tiempo en el orfanato nadie lo adopto ni se fijaron en el mas que Laguertha y Flor, las monjas que lo cuidaban y sus hermanos que le daban su apoyo, fue un momento al baño y mojo su cara para relajarse tomo servitoallas y se seco la cara y se miro al espejo, su reflejo mostraba lo que sentía, cerraba sus ojos apretaba sus labios, tratando de perder esa sensación llego a su mente la imagen de Ayano, y abrió sus ojos y una tranquilidad llego a él, salio ahora mas sereno y continuo su trabajo, era inexplicable continuo trabajando hasta terminar su hora, Verónica se había quedado a esperar, y al reunirse afuera del local hiba disculpándose.
—Leonardo, por favor discúlpame, no era mi intención, no lo sabia. —No te preocupes, de verdad, esta bien, igual no podía saberlo. —¡Ay cielos! De de veras me siento muy mal, déjame compensarte. —No es necesario. —¡Si ándale! ¡El fin de semana! A comer en la plaza. —Hum... de acuerdo esta bien.
Leonardo fue a dejar a Verónica de nuevo a la parada de su transporte y fue a la calle donde toma el suyo, Ayano entonces lo miraba sobre un edificio siguiéndolo de lejos hasta que llego al portón, en los lavaderos se encontraba Bizcocho y Ayano la saludo, se asomaba levemente a ver que Leonardo entrara y cuando lo vio fue a su puerta a esperarlo, él al subir la vio y la saludo había una sonrisa sincera en su rostro y Ayano estaba desconcertada.
—¿Por qué sonríes?. —Por nada, es bueno sonreír —Ayano se le quedaba viendo mientras abría la puerta Leonardo y entraban. —¿Algo paso?. —Algo así... —Leonardo pauso a pensar de decirle— tengo una amiga, se llama Verónica, y me invito a salir el domingo en la plaza. —Eso es bueno —se sentó Ayano en el sillón. —¿Y tu día? ¿Como fue?. —Vigilar. —Ah... bueno, ¿Quieres comer ahora? O ¿mas tarde?. —Cuando sea la hora en que comas, comeré. —Bien, bueno en un rato deja subo por mi ropa y hago mi quehacer. —De acuerdo.
Leonardo subió con una canasta para su ropa, checando cada una las colocaba dobladas y al ver a Bizcocho la acariciaba y bajaba con él, cuando entro de regreso vio a Ayano checar los libros del pequeño librero, veía cada uno cuidadosa el nombre y el autor y saco uno en especifico "Historia del Arte", vio cada pagina, sentía la textura de la pasta gruesa y las hojas.
—Puedes leerlo —le dijo mientras dejaba la canasta en su cuarto. —¿Son tuyos?. —No, son de mi hermano —contesto Leonardo sacaba la ropa del canasto y acomodaba en su ropero que estaba pegado a la pared. —¿Donde esta él?. —Esta en un tour, estudio artes plásticas, en una escuela de Bellas Artes "La Esmeralda". —Eso explica el otro olor del cuarto. —Si, es se mi hermano, de echo, el departamento es él, lleva tiempo viviendo aquí, cuando acabe mi bachiller vine a la ciudad por la universidad, llevo un año aquí. —Entiendo. —El vendrá dentro de se fue hace casi 1 semana, y vendrá en 2 semanas, y... oh... demonios, no te había dicho de él y si... vuelve ¿Como le explicare de...?. —No necesitas hablarle de mi —lo interrumpió Ayano. —E-Eh... esta bien. —No eres de aquí, ¿No es así?, dijiste que llevas un año viviendo aquí. —Si, yo vengo de un pueblo, Santa Rosalina. —Tu hermano ¿Que tan mayor es que tu?. —Ah... 6 años, y mi otro hermano 3. —¿Dos hermanos?. —Si, y ¿tu? ¿Tienes hermanos?. —No —cerro el libro—, jamas tuve hermanos. —¡O-Ouh!... . —Tampoco tienes padres, no has hablado de ellos, ni mencionado nada. —No... —Leonardo sintió de nuevo lo mismo que con Verónica. —¿Murieron?. —No... —contesto con un nudo en la garganta.
Ayano podía sentir la sensación de Leonardo, se mantenía en un silencio profundo y sofocante, ella sentía la empatia de esos sentimientos y sabia el significado de lo que pasaba.
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januaryisashit · 5 years
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A METROS LOS PENSAMIENTOS.
Justo a tiempo para el de las 8:15 am.
El metro se demora 2 horas para llegar a su destino, así que da mucho tiempo que pensar, quizá por un árbol muy grande qué le recordó aquella vez que su padre la llevo al parque con un picnic y le enseñó el cómo respetar la naturaleza, esa panadería cuyo olor la remonta a aquellos domingos en familia en los que se desayunaba tan a gusto, esa esquina tan parecida a la de Bogotá en donde dio su primer beso, esa tienda de vestidos que le recuerda la gran afición de su hermana al rosa cuando era más pequeña. Cantidad de pensamientos que hace a veces imposible poder dormir en el recorrido, pero… ¿cuál es el de hoy?
Pues bien, hoy las cosas para Sara se dieron un poco distintas, la ruta usual cambió por un desafortunado accidente. Así que tuvo que tomar un bus a mitad de camino, este tomó un rumbo tan diferente que le quitó toda posibilidad de llegar a tiempo.  Pasó por casas tan bonitas, llenas de colores festivos, flores y niños jugando cerca, pero luego pasó por calles menos preciosas, adornadas más bien de tristeza, donde sólo se podía ver a personas que habían tocado fondo.
Al ver a una pequeña adicta de no más de 16 años deteriorada por las drogas pensó en aquel momento que ella decidió probarlas.
  Recordó que era un fin de semana, por diversos motivos que no son de relevancia, se encontraba un jueves decembrino en una fogata cerca de una reserva natural. Estaba con Matías y Laura sus mejores amigos en ese entonces y más amigos de amigos, que hablaban del sexo como si fuera la ultima vez que la vida les diera la oportunidad para esto y es que en sí, la noche era perfecta para hablar de temas que ya no sorprenden a los adultos, pero si exalta siquiera su nombre a los niños.
En eso una chica con los ojos idos, el cabello enredado sentada en las piernas de lo que se podría deducir como su novio, mientras se fumaba un “porro” dijo – Sin duda alguna, ninguno de ustedes puede decir que ha tenido el mejor sexo sino han estado drogados. O es más ninguno puede decir que se ha sentido realmente bien sino se ha fumado siquiera un porro. ¿Alguien en esta noche tan obscura quiere sentir lo que realmente es sentirse bien?”
Sara, sus amigos, unas tres personas más decidieron cambiar el tema. Sin embargo, esto no sé pudo por que la insistencia de los que ya habían experimentado siquiera el fumar marihuana y los que tenían curiosidad no dejaron que el tema concluyera. Así pues, fue el primero un chico de unos 17 años que se veía fascinado con lo que escuchaba y también olía – Yo voy, yo quiero sentir qué es de lo que tanto hablan – dijo casi como si fuera un héroe.
Así prosiguió hasta llegar a Sara – Por favor, esto no puede ser la gran cosa, a ver déjame probarlo – expresó con una petulancia que ella creía que sería el disfraz perfecto para el miedo que sentía por lo que estaba a punto de hacer.
Allí Sofía la notó, diez minutos después riéndose como si cada cosa que dijeran fuese la más graciosa de este mundo, bromeó con ella de que algún día llegaría a esa luna tan blanca y luego de eso puso su mano en el rostro de Sara y la observo tan de cerca que esta lo único con lo que se pudo comunicar fue con un gesto de profundo terror.
¡ring!, ¡ring!, ¡ring! Sara toma el teléfono y confirma que ya casi llegará.
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starmaker-hq · 5 years
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SPOOKY RUN — grupos e missões
Confira a lista de missões e grupos para o evento de Halloween! Lembrem-se de ler o post e seguir as instruções.
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Qualquer dúvida, entrem em contato com a moderação!
MISSÃO 1 — Jack O’Lantern
Três duplas deverão dar o seu melhor para esculpir abóboras no tema de Halloween. A dupla que fizer o melhor trabalho sairá vencedora do desafio.
Importante! Cada dupla fará a missão isoladamente, em um campo de abóboras, e só depois de o programa ir ao ar o público irá escolher qual o melhor trabalho. 
��� Peter (VWALLA) + Ahri (Solista)  ◦ Amie (Friday) + Eliza (Lilith) ◦ Nicky (CLOUD9) + Nana (ATEENA)
MISSÃO 2 — Undercover
Três idols irão a uma festa de Halloween da emissora. Terão que escolher fantasias estratégicas, com o intuito de que não sejam reconhecidos. Se conseguirem manter a identidade de idols secreta até o fim da festa, terão sucesso na missão.
◦ Nari (FROOT) + Maeve (Preppy) + June (STARZ-X)
MISSÃO 3 — Haunted House
Três duplas viajarão para o Japão afim de passar pela casa assombrada mais assustadora do mundo. Localizada no parque de diversões Fuji-Q Highland, o Labyrinth Of Fear é mundialmente conhecido por ter um enorme número de pessoas que não conseguem chegar até seu fim. A dupla ganhadora será aquela que terminar - se terminar - o percurso em menos tempo.
◦ Blake (Preppy) + Nana (Magic Sparkle) ◦ Luna (GUTZY) + Andy (VWALLA) ◦ Jinhwan (STARZ-X) + Cheryl (Lilith)
MISSÃO 4 — Prank
O trio terá que planejar uma maneira de assustar e fazer uma pegadinha com os membros de seus respectivos grupos. Caso consigam que a maioria se assuste, terão sucesso na missão.
◦ Taehee (ASTER) + Jae K (SPHYON) + Bokyum (CLOUD9)
MISSÃO 5 — Trick or treat?
Duas duplas sairão para pedir doces junto com as crianças na noite de Halloween. A dupla que reunir mais doces no fim da noite será a ganhadora.
◦ Gwangjun (Aster) + Hook (Triptych) ◦ Mina (Magic Sparkle) + Yeshin (GUTZY)
MISSÃO 6 — Scary Session
Duas salas de cinema serão fechadas e dois trios irão ficar completamente sozinhos para assistir a um filme assustador. As câmeras captarão todos os sustos e gritos, e o grupo que tiver menos reações ao filme será o ganhador do desafio.
Importante! Durante o filme, sem avisar, a equipe enviará pessoas vestidas de monstros e algumas outras formas de assustar aos participantes, a fim de conseguir mais reações.
◦ Kiho (Triptych) + Mandy (GUTZY) + Eunae (ATEENA) ◦ Kyon (STARZ-X) + Nami (Magic Sparkle) + Mercy (Friday)
MISSÃO 7 — Costume party
A dupla terá que bolar uma ideia e criar do zero duas fantasias, cada um criando a fantasia do outro. Quem fizer a melhor fantasia, que será votada pelo público, será o ganhador.
◦ Lua (Magic Sparkle) + Hyun (SPHYON)
MISSÃO 8 — Horrible feast
Os três idols terão que preparar um jantar repleto de pratos, guloseimas e decorações, completamente baseado no Halloween. O staff avaliará o banquete e dirá se a missão foi um sucesso.
◦ Minho (STARZ-X) + Nabi (Solista) + Agatha (QUEENS)
MISSÃO 9 — Lights, camera, action!
As duas duplas deverão criar uma história de terror digna de cinema e, com o equipamento fornecido pela equipe, gravar um curta-metragem. O melhor filme será votado pelos fãs após o programa ir ao ar.
◦ VU.K (Madness) + Hyuk (Sphyon) ◦ Solbi (Solista) + Lively (Preppy)
MISSÃO 10 — Happy halloween!
Os quatro idols deverão, juntos, organizar uma festa de Halloween memorável para o melhor dos públicos: pacientes de um hospital voltado ao combate de câncer infantojuvenil. No fim, os próprios convidados avaliarão se a missão foi ou não um sucesso.
◦ San (Triptych) + Yung (Madness) + Myeong (ATEENA) + Yeonjun (VWALLA)
MISSÃO 11 — Hour of the dead
Os três idols deverão se preparar para passar a noite em um cemitério, onde terão que cumprir uma missão: encontrar o próprio túmulo munido apenas de uma lanterna, que estará no meio de todos os outros. Àqueles que encontrarem e tirarem uma foto na lápide terão direito de voltar para o acampamento. 
Importante! Os staffs estarão pregando peças assustadoras durante todo o percurso.
◦ Saph (GUTZY) + Minsik (Solista) + Jace (VWALLA)
MISSÃO 12 — Rumor
Duas fábricas abandonadas: duas histórias diferentes. Moradores locais dizem ouvir vozes, ver vultos e sentir calafrios ao chegar perto dos dois prédios. Até onde isso é verdade? A produção do programa desafia duas duplas a explorarem dois lugares diferentes. Pedaços de informações e pistas sobre a história e origem das fábricas serão espalhadas pelo prédio e os idols devem reuní-las para entender o porquê de os lugares serem tão mal-vistos. A dupla que reunir as pistas e descobrir o mistério em menos tempo será a vencedora.
Importante! História, localização e pistas ficarão a critério dos players, que podem usar e abusar da criatividade. 
◦ Pablo (CLOUD9) + Jisoo (Magic Sparkle) ◦ Jojo (Friday) + Shuwei (MADNESS)
MISSÃO 13 - DIY
Três idols, três dormitórios. Eles terão que se ajudar no intuito de decorar os dormitórios uns dos outros com a temática de Halloween. O público votará, após o programa ir ao ar, em qual dormitório ficou mais bonito.
◦ Mihye (GUTZY) + Woo (CLOUD9) + Noel (SPHYON)
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mirrorintheforest · 5 years
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Capítulo 9
Me estaba desquiciando.
El constante sonido de mis pasos entre los charcos en la acera sumado al frío que mi cuerpo sentía era más que suficiente para enfadarme, sin embargo había que sumarle a eso la razón por la que estaba afuera bajo una de las tormentas más fuertes que había vivido desde que me mudé a L.A.
Aunque técnicamente, habían sido mis propias decisiones las que me habían llevado hasta ese punto.
Múltiples truenos resonaban en la calmada ciudad, únicamente respondidos por el rugido del motor de los pocos automóviles que aún rondaban por las calles.
Estaba perdiendo la paciencia; habían pasado al rededor de quince minutos y aún no había rastro de la chica.
Habíamos supuesto que estaría sentada en algún banco de los alrededores, o refugiada en algún porche, sin embargo el tiempo pasaba y por lo menos yo no estaba ni cerca de encontrarla.
Luzu y Lana habían salido a buscarla en coche, y Samuel se había quedado en el apartamento junto con Frank y la pequeña por si se le ocurría volver mientras estábamos fuera. Y yo, bueno, a mi me habían echado como a un perro para buscarla en las cercanías.
Ni siquiera me habían dado tiempo de coger un paraguas o, al menos, un impermeable.
De todas formas, si no la encontraba a causa de la lluvia en los ojos no sería mi culpa.
Continué caminando hasta topar con un parque que sinceramente no sabía que existía.
Apenas había volteado al interior del mismo cuando me encontré una aterradora niña sentada en un columpio. Nope, no me iba a acercar.
Tomando los primeros pasos en dirección contraria a la escena extraída de una película de terror me puse a pensar sobre el motivo por el cual una cría estaría en aquél columpio bajo tal tormenta, a esa hora de la noche, con ningún otro motivo más que el de proveer ataques cardíacos a cualquiera que cruzara y sin ningún adulto cuidándola.
Llegué a una conclusión bastante rápido.
Volviendo mis pasos y avanzando hacia el columpio me di cuenta de que la muchacha estaba temblando. Si tenía tanto frío ¿Por qué no fue de regreso al apartamento?
«Mira hobbit, no sé como una niñata como tú logró convencer a Luzu para que siguiese su juego, pero lo único que me gustaría es que te vayas de mi casa... Ahora.»
Mis palabras volvieron a mi como una bala, había sido demasiado duro con ella, pero el contexto de ninguno de los dos era mucho mejor.
Tiare
No me percaté de la presencia de otra persona acercándose a mi hasta que esta se sentó en el columpio a mi lado.
El sonido de las cadenas me despertó de mi trance y volví a sentir el mundo a mi alrededor, la lluvia golpeando los abandonados juegos y los truenos resonando a la distancia me envolvieron.
Me sentía húmeda y con frío, sin embargo fue otra cosa la que causó un escalofrío en mí.
El desconocido sentado a mi lado había apoyado una de sus manos en mi hombro, helándome la sangre.
No voltee a verlo, mi cuerpo se había tensado completamente y mi cerebro estaba procesando una forma de salvarme de cualquier situación siguiente.
—Hey, hobbit, espero que hayas disfrutado tu aventura porque ya es hora de volver a la comarca. —Una voz bastante conocida habló despacio, casi opacada por el sonido de la tormenta.
Mi cuerpo se aflojó y mi corazón volvió a su lugar.
Una risa sardónica halló su camino fuera de mi garganta.
—¿Qué haces aquí, princesa? —hablé manteniendome cabizbaja— ¿Acaso no tienes un reino que proteger?
—Mis sirvientes se están encargando de eso —dijo sin más—; de mi palacio y de tu hermana también.
Alcé una fría mirada hacia el idiota a mi lado y golpeé su mano fuera de mi hombro.
—Not in the mood, buddhahead.
Una mirada bastante confundida se colocó en su horrible cara de gnomo gruñón.
—Sabes, ni siquiera me interesa —habló alzando sus manos en señal de rendición—. Personalmente no es que quiera saber si estás bien o no, ni siquiera estaría aquí en un principio si no fuera porque Lana lucía aterradora cuando se enteró de que te había echado. — ¿Lana? ¿Estaba preocupada… por mí?—  La situación no mejoró mucho cuando comenzó la tormenta, no sabía quién se iba a lanzar a por mí cuello primero; si Luzu o tu hermana.
Volví mi vista hacia mi regazo y apreté mis puños. Dios, ¿Qué estaba haciendo?
Estaba tan enfrascada en mi propio mundo y sufrimiento que olvidé que había personas que se preocuparían si no volvía. Joder, Naomi aún me necesitaba.
—Hey —habló en un susurro de nuevo el muchacho a mi lado, posicionando nuevamente su mano en mi hombro, lo miré de soslayo—, yo… lo siento, ¿Sí? —dijo, y sus ojos brillaban con sinceridad— Sé que comenzamos mal… Que te traté mal y lo siento, realmente estoy arrepentido por mi comportamiento. Últimamente siento que estoy atrapado en la luna, y cuando las vi a ambas en nuestro apartamento entré en pánico, dije cosas que no sentía y lo lamento. —Volteé hacia él para contemplar su gesto, él hizo una mueca— Sé que seguramente no te caigo bien y para nada te genero confianza, pero, me encantaría que me acompañaras de vuelta al apartamento y me permitieras enmendar esto. Por favor.
Observé sus ojos durante unos instantes, y aún con sus palabras en mi mente me di cuenta de que no podía negarme.
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monologodelsolo · 5 years
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Pintando
Yo pintaré plantas con raíces al revés que buscan en el cielo su alimento.Yo pintaré hojas móviles que al mirarlas cambien de posición en el cuadro y hagan preguntas imposibles. Yo pintaré un montón de huesos —yo misma— pudriéndose en un yerbazal. Pintaré el rostro angustiado de la luna contemplándome. Entre los capullos de las hojas pintaré muchos fetos, todos mis fetos que no pudieron llegar a ser niños porque en este cuarto ya no cabe un cuadro más, ni siquiera la misma cama y las cuatro sillas donde recibo a los visitantes que vienen a sacarme alguna información y sobre los cuales yo también tengo que informar. Yo pintaré a Tomasito la Goyesca delatándose a sí misma ante las computadoras por no tener ya a quién delatar. Pintaré los encendidos pedregales y los charcos pestilentes donde la juventud se congrega soñando que está en una playa. Pintaré demonios que huyen espantados mientras un foco descomunal manipulado por otros demonios aterrorizados los alumbra. Yo pintaré mi querida calle Muralla en perenne derrumbe y en ella a la Tétrica Mofeta arrastrando un baúl lleno de botellas vacías. Pintaré las descascaradas paredes de mi cuerpo. Pájaros insólitos, nubes donde viaja una rata tocando varios instrumentos musicales. Yo pintaré una danza gigantesca alrededor de una inmensa cosa roja con apariencia de fruta y encima a un negro desnudo conminando a todo el mundo a que gire a su alrededor. Yo pintaré la lengua desesperada de Tedevoro desplegándose por toda la ciudad. Pintaré la ciudad con su cielo de desastre y sobre ella a Gabriel y Lazarito intentando partir en un globo. Pintaré la desolación de Reinaldo por no poder escribir la novela gracias a la cual aún no se ha quitado la vida que está a punto de perder. Pintaré la madre agónica de Oliente Churre yaciendo en una improvisada casa de campaña, cerca de aquí, en el parque Habana. Pintaré las recogidas de todos los jóvenes para ser enviados a un campo de trabajo forzado. Ejércitos armados, brazos alzados, el bombillo y el toro aullando. Cabezas rapadas, cabellos que flotan en el cielo, un plato gigantesco lleno de espaguetis hechos con los cabellos, espaguetis que Fifo engulle ante los ojos exorbitados y hambrientos de la multitud que abajo espera libreta en mano mientras hace la cola del pan que no llegará. Mi cuadro será también un gigantesco gemido tropical, el estruendo de un gemido que se derrumba. Pintaré ejércitos de tiburones erotizados, devorando, por orden de Fifo, la franja azul oscura delas aguas donde comienza el mar  abierto. Pintaré un palacio con un acuario siniestro donde hace sus ejecuciones Tiburón Sangriento. Pintaré a la Mayoya arrobada en la costa, contemplando al gran tiburón elástico y reluciente. Sobrevolando la ciudad pintaré a Óscar buscando incesantemente a un adolescente; y la ciudad completa también será pintada, y mis tetas caídas y todas sus consecuencias también serán pintadas. Y la isla completa también será pintada, y las murallas de la ciudad también será pintadas; paredes salpicadas de sangre también serán pintadas o repintadas; y la plataforma insular de la isla también será pintada, la plataforma insular roída por los dientes de todos los que quieren separar a la isla de su base y escaparse en ella como si fuera un bote gigantesco —hacia otra parte—. Pintaré un banco y un árbol y en el banco a dos enamorados que se acarician y sobre el árbol a Rubén Valentín Díaz Marzo, el Aereopagita, masturbándose. Ahora por el parque donde está el árbol cruzan miles de jóvenes rumbo a no se sabe qué guarida, sótano o embajada, que alguien ha dicho que se ha abierto y como un hueco negro se traga a la gente y la dispara a otro mundo, y detrás del estampido: turbas con picas, ametralladoras, banderas, espadas, una bruja siniestra sobre un caballo blanco; martillos, corolas y pistilos ensangrentados. Yo pintaré las iras más fieles de todos los jóvenes. Pintaré a Teodoro Tapón, mi marido, contemplando un trozo de madera y pensando: De aquí podría sacar unas plataformas mejores que las que fabrica Mahoma que me transformarían de enano en gigante... La última parte del cuadro será muy oscura, casi negra, en ella se aglomerarán todos los expulsados, es decir, los que han intentado vivir y por lo mismo han sido condenados a muerte por el Dios Siniestro que rige todos los destinos vitales. En esa parte se verá un cielo extrañamente iluminado y el que se acerque al cuadro escuchará explosiones chillidos y sordos derrumbes. Se podrá ver la estampida y el desastre final. Mi cuadro salpicará de horror toda la isla, y en ese cuadro, agazapada entre las hojas y las púas o detrás de una columna deteriorada, estaré yo o mi doble, puta escondida, mirando cómo mi hijo de seis años le pide una peseta a un marinero y le hace señales diciéndole que conoce a una mujer (yo misma) con la que podría acostarse por sólo cinco pesos. Sí, que aprenda temprano el oficio de chulo, y que se relacione sobretodo con los marineros griegos, a ver si un día puede meterse dentro del barril de un barco y no parar hasta la isla de Mikonos o hasta la misma Cochinchina -lo demás es ficción-. Ya estoy pintando el barril y el barco y a mi hijo que se agita dentro del barril. Pintaré el mar inmenso y miles de aves sobrevolándolo, rescatando a mi hijo y llevándoselo lejos, bien lejos, tan lejos que el viaje no termine nunca, porque si llega a algún sitio no hay duda de que encontrará la misma mierda, el mismo horror más o menos disfrazado, pero horror, en cualquier parte. Y por encima de todo, Óscar revoloteando desesperado sobre el sitio donde estaba la isla y donde sólo quedará un remolino de aguas turbulentas tragándose a todo el que allí se acerque... Todo eso y mucho más pintaré, porque también pintaré el carnaval, el último carnaval de este siglo, y yo dentro del carnaval con mis enormes tetas postizas y exhibiendo mis disfraces prohibidos. No habrá maricón que se me escape, empezando por mi marido; no habrá delatora ni puta que se me escape, empezando por mí misma; no habrá niño llorón, ni madre desesperada, ni gente acorralada, ni calamidad alguna que no quede aquí representada. Mierda de gato y soles de fuego, tazas que no descargan y guaguas repletas; chanchullos, gritos, trapos remendados, cuerpos despotricados, mayimbes y pordioseros, todos girando alrededor de la bola roja, de la fruta gigantesca y al parecer, de lejos, deliciosa. Todos queriendo devorar una manzana, un plátano, un racimo de uvas, una morronga; algo que finalmente se revuelve contra nuestra ávida inocencia, contra nuestra soledad sin límites y nos fulmine. Entonces, el estallido. La muerte les tocará su violín hasta a los amantes más persistentes, valientes o testarudos. Peste a sicote y viejas desdentadas, locas de atar y hombres que al singarme —es ya un decir— se mueren de envidia pues quisieran ser ellos los singados. Dios a cuatro patas mamándosela a un negro y el negro enfurecido deseando encontrar una morronga para él. Enanos sobre los árboles, yeguas a dos patas bailando una danza clásica, piaras de cerdos masturbándose con la boca, la condesa de Merlín sodomizando a un ratón. Sí, sí, no te preocupes, también pondré a la Avellaneda nadando sobre sus tetas... La traquimaña y el meneo, el terror y la  bobería, el miedo y el desparpajo. Todo entre hojas, plagas, hipocresías, huesos dientes de tiburones. Verás la luna bajar hasta un orinal, timbales que braman, cuerpos que se descoyuntan. Nada se me escapará. Y en la tercera parte del tríptico, en medio de la explosión final, todos, yo también, reventando, luego de haber pasado por todos los espantos. Estallar, ésa es la recompensa que el buen Dios depara a los hijos que han querido disfrutar su obra. Cuerpos inflados, soltando chorros de sangre, humor y mierda, elevándose como surtidores hasta las alturas donde mi hijo intenta inútilmente salir huyendo tirado por los pájaros. La maldición total, sin explicación ni fin, para que sea  perfecta. Ese será mi cuadro. Todo eso pintaré y ahora mismo, ahora mismo voy a comenzar. En un rapto de furia lo pintaré todo antes de que comience el carnaval. Pintaré el carnaval antes de salir a verlo [...]
  ~ El color del verano; Reinaldo Arenas.
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