Tumgik
#Una pequeña acción a la vez
estefanyailen · 5 months
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El bienestar no es fruto del azar.
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sweetillnessofm · 8 months
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... i fucked up.
(one shot)
🗯ADVERTENCIAS/TAGS: enzo vogrincic x reader, smut, porn with plot(?), infidelidad, reader es infiel, fingering, squirting, enzo es el cuerno, moral muyyy cuestionable, sobreestimulación, un poco de size kink (no importa si reader es gorda o flaca, tetona o plana ENZO ES MAS GRANDE), age gap de 10 años (reader 20 enzo 30), sexo sin protección, sexo rudo(?), choking (muy ligero), llanto durante el sexo (de placer), un poco emocional y confuso al final.
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eran las siete de la mañana cuando ibas saliendo de tu apartamento compartido con tu novio blas. te dirigías al set de la nueva película en la que estaban trabajando él y otros dos chicos de LSDLN, enzo y francisco, ya que formabas parte del equipo de maquilladores en esta nueva película, al igual que en la anterior. de hecho, fue gracias a aquella que te hiciste pareja del rizado y formaste amistad con la mayoría de los otros actores, volviéndote más cercana con enzo.
fue el mismo blas quien solicitó a los directores y productores de este nuevo proyecto que te contrataran para trabajar como maquilladora, así que tú no podías estar más feliz pues significaba que ibas a estar cerca de él más tiempo... y cerca de enzo también.
a los tres meses de hacerte novia de blas, asististe a una pequeña reunión en casa de juani que organizaron entre todos los chicos, como matías había llevado a su novia al igual que esteban, el de rizos decidió llevarte a ti también. lo que no sabía él es que esa misma noche empezarías a guardar un secreto con enzo.
sentados en los escalones de la entrada de la casa más alejados del ruido, cada uno con una cerveza en la mano, estabas con enzo charlando y riéndote de sus incontables chistes, blas no había querido unirse ya que estaba concentrado jugando con la play4 de juani.
"no no pero ahora decime algo, con sinceridad". dijo el castaño repentinamente, haciendo que la risa que tenías cesara un poco.
"¿qué?" dijiste un poco nerviosa sin dejar de sonreír igualmente.
"¿vos estás satisfecha con blas? ¿él te hace sentir bien?"
tragaste duro sintiendo como tu boca se secaba de los nervios, ¿qué pregunta era esa?
"e-eh, a qué te refieres?"
"digo, no niego que blas sea un buen novio, he visto cómo es contigo, pero a veces lo veo muy infantil, no sé, falto de experiencia," chasqueó la lengua, sentiste como ponía su mano en tu rodilla descubierta y la apretaba.
con cada palabra que salía de la boca de enzo y con cada acción te ponías más nerviosa, aunque realmente no le faltaba mucha razón. a pesar de tener la misma edad que blas, sentías a veces que no andaban en lo mismo...
"te pregunto, ¿él te coge bien?"
te ahogaste con tu saliva.
"perdoname el atrevimiento," se retractó casi instantáneamente mientras sobaba tu espalda, ayudándote en tu ataque de tos. "creo que tomé mucho, no mido lo que digo".
cuando dejaste de toser te quedaste mirando al suelo por un momento, enzo era un hombre atractivo y muy intimidante, no lo ibas a negar, pero no captabas por completo sus intenciones y tampoco querías malinterpretarlo, tal vez te pregunta esas cosas porque te considera su amiga cercana y te tiene confianza, así que decidiste ignorar su mano en tu pierna otra vez y tanteaste el terreno.
"tranquilo, s-solo me agarró por sorpresa" le sonreíste. "nada más lo hemos hecho dos... tres veces, creo" notaste como abrió más los ojos, mirándote asombrado. "y realmente no ha sido la gran cosa" murmuraste con pena.
qué carajos estabas haciendo.
"mhm," enzo asintió y frunció el ceño, mirándote atento mientras pensaba. "¿por qué no es la gran cosa?
suspiraste recordando como han sido las experiencias con blas hasta ahora, sintiendo un poco de frustración. "perdoname el atrevimiento a mi ahora," te sinceraste "dios, que vergüenza, pero..." te acercaste un poco a su oreja, hablando más bajo como si alguien más aparte de él te fuera a escuchar. "no me he venido con él nunca, siempre termina y se duerme".
enzo tomó el último trago de cerveza que le quedaba. "no sé por qué no me sorprende sabés," soltó una pequeña risa y desechó la lata en el tacho de basura que había en una esquina. "como te dije, le falta," dijo mirándote a los ojos y acariciando tu muslo con su pulgar "no sabe todavía cómo satisfacer a una mujer".
"¿y tu qué, si sabes?" preguntaste de repente y te sorprendiste de tus propias palabras.
ya había llegado demasiado lejos la conversación, y no sabías por qué no te detenías. tal vez eran las cervezas en tu organismo, o simplemente era la atracción sexual tan fuerte que sentías por enzo que ya no lo podías ocultar.
"no te voy a afirmar nada, chiquita" acercó su cara a la tuya mientras te acomodaba un mechón de pelo detrás de tu oreja. "deberías comprobarlo tu misma".
cortaste el poco espacio que había entre ustedes y lo besaste con deseo.
rápidamente su lengua se apoderó de tu boca haciéndote soltar un pequeño gemido y poner tu mano en la parte de atrás de su cabeza, tomando su cabello.
te separaste cuando un sentimiento de culpa te llenó el cuerpo.
"e-enzo, espera" pusiste una mano en su pecho, jadeando, mientras mirabas el suelo con pena. "esto es malísimo, sabes?" negaste con la cabeza cerrando los ojos y abriéndolos despues de una pausa. "yo quiero mucho a blas, no entiendo por qué hago esto" dijiste más que nada para ti misma.
el mayor te tomó por la barbilla suavemente, obligándote a mirarlo. "nena, esto no tiene por qué significar nada, si?" acarició el borde de tu mandíbula con sus dedos, mientras observaba tus labios "pero entiendo si no quieres seguir".
tomaste aire y suspiraste temblorosa, tenías un conflicto interno. por un lado no querías hacerle esto a blas, te sentías como una mierda y sabes que si se enteraba se iba a ir todo al carajo, pero por otro... tenías tantas ganas reprimidas y acumuladas, que tus bragas ya estaban empapadas y tu coño pulsaba nada más con un roce en tu pierna y medio minuto de besos. realmente patético, pero nadie podía culparte.
"solo será esta vez, y luego seguimos como siempre, como amigos, y hacemos como que no pasó". volviste a cerrar los ojos intentando prometerte a ti misma algo que sabías sería difícil de cumplir. enzo asintió juntando sus frentes y retomando aquel beso hambriento.
enzo se separó, se levantó y se dirigió a la puerta. "espera aquí un momento".
al entrar vio a todos en un desastre, la música estaba demasiado alta y casi todos estaban borrachos ya, algunos jugando cartas y otros bailando. blas seguía jugando con la consola ahora acompañado de matías.
le dijo que te empezaste a sentir mal y que te llevaría a casa, el rizado dudó un poco pero finalmente terminó agradeciéndole. enzo tomó tus cosas y salió de nuevo.
esa noche tuviste tu primer orgasmo provocado por un hombre.
sobra decir que no fue cosa de una vez.
cuando estabas cerca de tu destino recibiste un mensaje de uno de tus compañeros de trabajo, habían rodado la grabación para otro día por un problema con los productores.
bufaste con fastidio y marcaste el número de blas.
"hola lindo, buenos días" lo saludaste cuando contestó. "oye, no tienes que venir hoy al set, no sé si te avisaron ya pero cambiaron la fecha del rodaje".
"mierda, justo salí de bañarme, eh, bueno" escuchaste su voz frustrada. "me voy a dormir otra vez, ya qué. venís?"
"voy a aprovechar de comprar unas cosas, ya que estoy acá, para no perder el día" dijiste recordando al ver un super en la esquina.
"bueno, está bien, traeme algo" dijo divertido y supiste que estaba sonriendo.
"claro, te quiero" hiciste un sonido de beso. "nos vemos".
colgaste y te encaminaste hacia dicho supermercado, cuando sentiste otra vez la vibración de tu celular en tu bolsillo.
era enzo.
"nena, estás sola?"
en menos de veinte minutos estabas en el auto de enzo dirigiéndote hacia su casa.
hablaron de cosas cotidianas y de la nueva película, tú riendo ocasionalmente de los comentarios del mayor.
era increíble el contraste entre esos momentos tranquilos e inocentes y lo que sucedía cuando estaban en privacidad. apenas cerrada la puerta de la casa enzo ya tenía sus labios sobre ti y sus manos encima de tu cuerpo.
te cargó por los muslos y enrolló tus piernas en sus caderas, los llevó a ambos a su habitación y se sentó en el borde de la cama contigo en su regazo. llevó sus besos hasta tu cuello, donde empezó a lamer y morder suavemente un punto que ya conocía a la perfección, un punto que te hacía poner los ojos en blanco y empezar a frotar tu coño contra su bulto.
enzo ya se había memorizado tu cuerpo.
te sacó el suéter que tenías y desabrochó tu brasier en el proceso, tomó una de tus tetas en su mano y acercó su boca a tu pezón, empezando a lamerlo en círculos y succionarlo con la fuerza necesaria para hacerte gemir y jalar su pelo entre tus dedos.
"me encanta lo sensible que eres, tan preciosa" jadeaste ante el apodo.
en un instante, enzo te había acostado en la cama y ahora él estaba encima de ti, repartiendo besos desde tu pecho hasta tu abdomen, donde sentías su aliento caliente bajar hasta tu vientre.
alzaste la cabeza y sus miradas se encontraron cuando empezó a bajar tu short y tus bragas al mismo tiempo, sin dejar de verte, hasta que los terminó de sacar por completo dejándote descubierta ante él.
abrió tus piernas y al encontrar tu coño brillante y húmedo, no pudo evitar relamerse los labios.
"bebé, intentemos algo" dijo mientras te jalaba por tus piernas hacía él, te apoyaste en tus codos sobre la cama para verlo mejor. "si se te hace mucho solo decime, pero tenés que dejarte llevar igual" asentiste con un poco de nervios. desde hace varios encuentros enzo te había ayudado a experimentar algunas cosas nuevas y todas te habían gustado hasta ahora, así que te preguntabas qué sería esta vez.
subió ligeramente una de tus piernas y envolvió su brazo en tu muslo, mientras que con su otra mano frotaba tus jugos en sus gruesos dedos y en todo tu coño, desde tu entrada hasta tu clítoris, el cual empezó a frotar en circulos con su pulgar haciéndote cerrar los ojos y jadear, echando tu cabeza hacia atrás.
metió despacio dos de sus dedos y los empezó mover dentro ti con un ritmo lento, curvándolos ligeramente hacia arriba sin presionar del todo tu punto más sensible, provocándote, desmoronándote ante él. por ahora no había nada nuevo, solo era enzo sabiendo usar sus dedos como un experto. hasta que aceleró el ritmo y la fuerza de sus movimientos, presionando por completo y únicamente tu punto g, con la palma de su mano rozando tu clítoris repetidamente.
todo se volvió demasiado intenso de repente, tus cejas estaban arqueadas en una expresión de placer, tus labios rojos de tanto morderlos formaban una 'o' de la cual salían gemidos y lloriqueos que iban directamente a la erección de enzo, que estaba roja y adolorida encerrada en su pantalón.
abriste los ojos y se encontraron rápidamente con los del mayor, que te miraban con adoración.
"m-me voy a venir, en-" enzo asintió, alzaste tu cabeza y bastó solo con mirar como su mano cubría completamente tu coño, para que un orgasmo te recorriera desde la cabeza hasta la punta de los pies, haciendote soltar un jadeo seguido de un fuerte gemido, mientras tu espalda se arqueaba y tus piernas intentaban cerrarse involuntariamente.
enzo no cesó el movimiento de su mano, más bien mantuvo el mismo ritmo lo cual hizo que tomaras su muñeca intentando sacar sus dedos por la sobreestimulación.
"solo un poquito más, chiquita" dijo quitando tu mano con delicadeza y acercando su cara a la tuya para tratar de distraerte con un beso.
pronto sentirías como se formaba un nuevo orgasmo en tu vientre, pero esta vez se sentía raro.
tomaste otra vez la muñeca del castaño "e-enzo, creo que me voy a-". te interrumpió una sensación de presión en tu vientre.
un segundo orgasmo más intenso que el anterior, te llevó a sentarte de golpe mientras se formaban lágrimas de placer en tus ojos, tus uñas se clavaron en la piel de la muñeca del mayor con fuerza y lo único que sentías eran los espasmos de tu cuerpo y tu coño alrededor de sus dedos.
cuando te calmaste un poco abriste los ojos, los cuales ni siquiera sabías que tenías cerrados, solo para encontrarte con la cama totalmente empapada al igual que el brazo y la mano del castaño, cuyos dedos seguían dentro de ti, ahora quietos.
te asustaste y te giraste hacia él, haciendo que salga de tu cuello donde estaba repartiendo besitos.
sacó sus dedos con cuidado de tu coño haciendote soltar un quejido, sintiendote vacía de repente, y viste como se metió ambos dedos en la boca, limpiándolos con ella. jadeaste por lo obsceno que se veía.
"qué vergüenza... perdoname". dijiste viendo otra vez el desastre que era la cama.
"nada de eso," respondió recostándote otra vez. "fue demasiado caliente ver como te venías tan duro, te gustó?"
"la verdad sí..." dijiste bajo, "mucho". lo miraste a los ojos y viste como algo se oscureció en ellos.
"decime, tu novio te ha hecho venir así, princesa?" dijo observándote, con la voz más grave y baja de lo normal.
"n-no, nunca". de repente estabas apretando tu coño alrededor de la nada otra vez.
enzo pensaba que esta era una de tus mejores facetas, cuando estabas desnuda en su cama, temblorosa y jadeante, completamente jodida por él, porque sabía que era él y solo él quien te llevaba a ese estado. tú ni siquiera debías hacer nada complicado para ponerlo caliente, le era suficiente ver como reaccionabas a las cosas que le hacía a tu cuerpo, porque tu placer era el suyo.
parecía que con cada encuentro que tenían, más atraído se sentía hacia ti, más hermosa eras en cada ocasión.
tenía tiempo sin sentirse de esa manera.
a todo esto, el mayor seguía completamente vestido, así que tomaste el borde de su camisa y la subiste intentando sacársela.
"¿todavía tenés ganas?" te miró con diversión, incrédulo, quitándose la ropa igualmente.
observaste sus anchos hombros y sus brazos, tan grandes en comparación con los tuyos. enzo como tal, era tan grande al lado tuyo, y tan fuerte. amabas como te podía cargar y mover fácilmente, como sus grandes manos apretaban tu cuerpo mientras empujaba su miembro dentro de ti.
el hecho de que no solo era más grande en físico, sino en edad también, te excitaba más de lo que le podías admitir.
cuando el castaño liberó su polla de la ropa interior que se había vuelto incómoda, sentiste que se te hizo agua la boca. la punta estaba sonrosada, brillante con líquido preseminal, y viste como una gruesa vena sobresalía a lo largo de la base.
"dejame chupartela, por favor", casi suplicaste, levantándote para quedar más a su altura y tomando su polla en tu mano, recogiendo la humedad de la punta para empezar a moverla de arriba a bajo más fácil.
"no, no, preciosa" detuvo tu mano. "necesito ya estar dentro de ti".
te empujó suavemente y tu hiciste un puchero en frustración, pero te volviste a acostar, con enzo encima tuyo.
con una mano apoyada al lado de tu cabeza como soporte, alineó su miembro en tu entrada con la otra. no te preocupaste por el condón porque ya habían hablado el tema, ambos estaban sanos y tu estabas con la pastilla.
"nena, mirame". te dijo obligándote a mantener contacto visual, le gustaba ver tus expresiones en todo momento.
un gemido de alivio salió de ambos al sentir como finalmente introducía la punta, pero cerraste los ojos con fuerza cuando siguió empujándose dentro de ti. no importaba que tan mojada estuvieras, el grosor de su miembro casi siempre los obligaba a tomar una pausa.
sentiste como su pelvis chocaba con la tuya y exhalaste fuertemente, el castaño corrió el cabello desordenado que se habia pegado a tu frente, y comenzó a repartir pequeños besos.
"estás bien? querés que me mueva?" murmuró contra tu piel, bajó su mano desocupada hacia donde ambos se unían y empezó a frotar círculos en tu clítoris con sus dedos.
el estímulo hizo que tu coño se apretara alrededor de él, sacándole un jadeo.
asentiste con fervor, moviendo tus caderas en un intento de estar imposiblemente más cerca de su cuerpo. "s-sí enzo, cogeme duro esta vez". tus mejillas se enrojecieron, ya no tenías nada de pena.
"¿ah, sí? ¿querés que te coja fuerte y que te deje sin caminar bien?" el castaño rió al verte asentir con ojos grandes mientras te relamías los labios.
"¿querés llegar a casa y que blas se de cuenta de que no está haciendo su trabajo como debe, ah, chiquita?" masculló y se irguió en su lugar, comenzando sus embestidas controladas pero duras, sus manos apretando con fuerza tus caderas y sosteniendote.
gemidos agudos salían de tu garganta mientras jalabas las sábanas en puñados, sentías como el placer hormigueaba en la punta de todos tus dedos, estabas sensible todavía por los orgasmos anteriores.
tus tetas rebotaban con cada estocada, enzo las tomó en sus manos y las amasó, pellizcando y frotando sin cuidado tus pezones, mientras aceleraba el movimiento de sus caderas. la punta de su polla llegaba a golpear tu cervix haciéndote lloriquear, pero el ligero dolor solo te excitaba más, y enzo sintió como te contraías en su miembro.
"mirá como me apretás, dios" el mayor dijo casi sin aliento. "así querías que te cogiera? hmm? querías que fuera malo contigo, princesa?"
lo miraste directamente a los ojos con una expresión de placer puro. "sí, sí, m-mierda, tan rico- ah,"
agarraste una de sus manos y la dirigiste hacia tu cuello "a-ahorcame enzo, dios" suplicaste prácticamente fuera de ti misma y tus ojos se llenaron de lágrimas otra vez, extasiada. estabas muy cerca y sabías que querías correrte con sus manos en tu cuello.
sin detener sus duras embestidas, el mayor envolvió su mano y apretó con cuidado los lados de tu cuello, haciéndote girar los ojos y echar la cabeza hacia atrás, mordiéndote el labio inferior. "qué preciosa sos-" se acercó a tu oreja dándote un beso en la mejilla antes de murmurar muy, muy bajo "no sabés cuánto te amo".
no descifraste qué palabras dijo enzo en tu oído, porque el tercer orgasmo de esa mañana te azotó con más fuerza que los dos previos.
tu vista se nubló y tu boca se abrió sin soltar ningún ruido, agarrabas con fuerza la muñeca de enzo cuya mano seguía en tu cuello, pero que yacía quieta ahora, nada más que acariciando tu piel suavemente.
con un gritito ahogado tu cuerpo pareció ganar consciencia de nuevo, y sentiste como el castaño todavía se empujaba con dificultad dentro de tu agujero, de forma más desordenada y errática por cómo tu coño se contraía repetidamente alrededor de su miembro.
tu mano se posó en su abdomen débilmente, intentando alejarlo de ti por lo incómodo que se estaba volviendo tanto estímulo, hasta que su orgasmo llegó de manera repentina, llevándolo a sacar su polla y venirse sobre tu vientre, gimiendo con el ceño fruncido mientras terminaba de exprimir hasta la última gota de semen sobre ti.
lo único que se escuchaba en la habitación eran sus respiraciones agitadas y ocasionalmente pequeños gemidos tuyos, estabas completamente sensible y podías sentir las corrientes de placer en todo tu cuerpo aún. al recomponerse, enzo bajó delicadamente tus piernas temblorosas de la posiciónen la que estaban, y se levantó a buscar un paño para limpiarte.
al llegar de nuevo a la habitación, el castaño recién pareció notar tus mejillas sonrojadas y húmedas, al igual que tus pestañas, por tus lágrimas.
"bebé, te hice daño?" preguntó preocupado analizando tu cuerpo, temía haberse pasado. "fue demasiado para vos?"
acarició tu rostro suavemente, apartando las lágrimas de tus ojos.
"estuvo más que perfecto, enzo" lo miraste con ojos adormilados y una pequeña sonrisa en tu boca, estabas tan saciada.
tan satisfecha.
la expresión en su cara se suavizó y te devolvió la sonrisa. "deberíamos ducharnos" dijo antes de darte un piquito en los labios.
"estoy taan, tan cansada sabes" te quejaste e hiciste un puchero que enzo también besó.
"no importa chiquita, nos metemos en la bañera y yo te limpio, sí?"
no entendías nunca esto. pasaban de tratarse como amigos normales... a tener sexo así de sucio, para luego tratarse con una intimidad que parecía de pareja.
cuando tu verdadera pareja te estaba esperando en el apartamento que compartían.
¿te sentías culpable? demasiado, todo esto era el resultado de un error, un error que cometiste en una noche de desliz. todo por no haberte comunicado desde el principio con tu novio sobre su situación sexual. tu estabas segura de que lo amabas, simplemente sentías que... el sexo con él era lo terrible.
la peor parte era que tal vez ya no había vuelta atrás. los meses pasaron y perdiste la cuenta de las veces que estuviste con enzo, blas no sospechaba nada pero sabías que era cuestión de tiempo para que se enterase.
sí debías poner un alto a la situación con el mayor, aunque no sabías cómo, ni cuándo exactamente.
por los momentos, solo te dedicarías a disfrutar de los dedos que masajeaban tu cuero cabelludo suavemente en aquel baño.
pensabas que no sería tan difícil dejar el tema con enzo, después de todo, antes de besarse y coger, eran amigos muy cercanos. el único sentimiento que había entre ustedes era ese, amistad.
o al menos eso creías tú.
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pedriscroquettes · 7 months
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𝐌𝐄𝐑𝐂𝐀𝐃𝐎𝐍𝐀 ✵ SIMÓN HEMPE
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❛ 𝔱𝔲 𝔫𝔬𝔳𝔦𝔞 𝔪𝔢 𝔬𝔡𝔦𝔞, 𝔞 𝔱𝔲 𝔪𝔞𝔪𝔞 𝔩𝔢 𝔢𝔫𝔠𝔞𝔫𝔱𝔞 ❜ `✦ ˑ ִֶ 𓂃⊹
18+
smut, infidelidad, p in v sex, cornudos, mi primer fic en español.
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el humo del cigarrillo llena el aire del cuarto de simón mientras te acuestas a lado de el. ya se había hecho costumbre pasar cada minuto del día con el hablando pavadas y fumando. lo veías atentamente mientras te contaba sobre otra pelea con su novia y como ya no la aguantaba a la pobre mina. también ya se había hecho costumbre fingir que te importaba su relación cuando a ti nunca te callo bien la mina.
“pero boludo ya corta con ella si no te llevas bien con ella!” lo regañas.
“amiga o hater?” el bromea.
“bue! tu me pediste mi opinión y te la di.” te quejas.
esta vez no dice nada y nada más te mira atentamente mientras piensa. te pone un poco nerviosa y no aguantas mirarle a los ojos. en un cerrar de ojos se acerca a ti hasta estar encima tuyo. el acto te toma por sorpresa y te acuestas en su cama esperando que te trague el colchón. no ayuda que hace un calor inmenso y no trae la remera puesta. aunque nada más eran amigos no podías negar que simón era un hombre muy guapo.
“a ti nunca te ha caído bien mi novia. porque?” te reta.
“por favor simón.” no lo puedes tomar en serio. “si ella no te caí bien a ti como me va caer bien a mi? deja de fumar te está haciendo mierda la cabeza nene.”
te mira fijamente analizando tu rostro determinado si te cree o no. es un poco intimidante lo bien que te conoce. no tarda en reírse de tu reacción.
“mentira. estas celosa.” se reí como que si hubiera hecho un gran hallazgo.
“pero dale! estas loco nene.” le das un codazo para que se quite de encima.
pero el no se mueve es más se acerca más a ti para tentarte. su cara está a centímetros del tuyo y juras que puedes sentir su respiración mientras el tuyo se corta. es un acto tan intimo y doméstico que te tiene mareada. la proximidad te vuelve loca y te acuerdas de las noches donde dejaban de hacer amigos y ves en sus ojos como el los recuerda también. te trae loca el pelotudo, no lo aguantas más. el comienza a cerrar la pequeña distancia entre los dos y justo cuando se acerca a darte un beso mueves tu cabeza al otro lado.
“simón tienes novia.” le dices para recordarle a él y a ti sobre su novia.
“una novio que no quiero.” murmura.
hay un momento de silencio donde los dos se miran. en solo un instante pierdes tus morales y lo besas. el mueve sus labios contra los tuyos y recuerdas las noches donde te metía a su cuarto a escondidas. entrelazas tus manos en su pelo tratando de acercarte a él. sus manos sostienen tus caderas mientras te come la boca. por un segundo casi pierdes la respiración por cómo los dos se besan como si fuera la última vez.
“estas tan linda.” te dice cuando se separa de ti. elogio te hace sonrojar.
“y tu tan feo.” lo molestas. el simplemente te besa otra vez.
no sabes si es la temperatura o el hecho de que simón te está comiendo la boca pero se siente muy caliente. no aguantas más las ganas y te quitas la blusa exponiendo tu brassiere a tu amigo. ya ni sabias que era simón en tu vida porque los amigos no se comían a besos ni se desquitaban las ganas así. el procede a besar tu cuello, explorando la piel expuesta. no puedes sostener tus gemidos mientras deja marcas en tu cuello.
“simón…” te muerdes los labios tratando de evitar más gemidos.
el se aparta para quitarse la remera exponiendo su pecho a ti. no era una vista que no habías visto antes pero se sentía así. te besa otra vez mientras tus manos exploran su espalda tratando de acercarlo más a ti. la acción causa que su erección rozará contra tu centro. ambos gimieron al placer que causaba y sentías como te mojabas por el.
“dale nena ya no aguanto déjame cogerte.” murmura contra tus labios mientras repite los mismos movimientos para darse placer.
“pero te sales.” lo adviertes y él sonríe. gil.
el no aguanta las ganas y en segundos se baja los pantalones y a ti tus shorts y los panties que traes puestos. dirige su pija hacia tu centro y te mira a los ojos otra vez para asegurase que todavía estás de acuerdo con el. le ofreces una simple sonrisa y el no gasta más tiempo enterrándose adentro de ti. los dos gimen al contacto, tú nunca te habías sentido más llena antes. simón se queda quieto unos segundos asegurándose de que te ajustes a él. lo necesitas y envuelves tus piernas alrededor de su cintura para darle el permiso a moverse.
se mueve para atrás casi sacándose completamente afuera de ti y se meti adentro de ti otra vez para comenzar sus movimientos. no puedes evitar el grito que sueltas a su acción ni como dejas la boca abierta mientras te comienza a coger. sus manos encuentran tu cintura ora asegurase que pueda estar lo más cerca de ti. su cabeza termina en tu cuello mientras se mueve adentro de ti y aprovecha para marcarte más. sus labios contra tu cuello, sus manos enterrándose en tu cintura, y los movimientos de él adentro de ti son intensos y ya puedes sentir como te acercas.
“más rápido simón porfa…” le murmullas a lado del oído.
él obedece y acelera sus estocadas. en el proceso encuentra tu punto g. lo toca una y otra vez mientras te penetra. es todo un montón y en segundos te encuentras corriendo contra su miembro. el siente como lo aprietas duro y se da cuenta que él ya no aguanta más. rápido se salí y termina de pintar tu vientre de su semen. admiras su cuerpo sudoroso y sus jadeos mientras se recupera del sexo.
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sientes como alguien se presiona atrás tuyo mientras pones el helado de vainilla en el vaso. sus manos te agarran por tu cintura y te besa las mejillas.
“simón basta. estamos en la cocina.” lo regañas sabiendo que en cualquier momento podría entrar alguien.
“y que? ya lo hemos hecho antes aquí.” te guiñe el ojo.
“que han hecho antes aquí?” su mamá entra por la puerta trasera agarrándole a los dos por desapercibidos.
“una torta de chocolate.” eres rápido en responder.
“y no me dejaron ningún pedazo?” finge estar dolida.
el timbre suena y simón aprovecha a irse a responder al visitante. su mamá nada más se ríe y te dirige una sonrisa pura. te cae muy bien. aunque su sonrisa se va a notar que había llegado la novia de su hijo. igual que a ti. la tensión crecí y notas como la novia te da un look feo. si ella supiera.
“vos deberías ser la novia de mi hijo no esa maleducada.”
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dudd-ie · 23 days
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Cuando la situación se torno peligrosa,nega ,el "jiang shi" decide alejarse de su joven maestra y sacrificarse para darle una oportunidad de escapar del ejército del maldito emperador mogeko.
Sin embargo,tras contarle su plan a su protegido humano,ella se niega entre lágrimas a dejarlo ir.
Atónito,el vampiro-zombie se ve paralizado por una aterradora sensación de Déjà vu que pone en alerta máxima todos sus sentidos.
Sus colmillos comienzan a doler a la par que sus garras crecen sobre sus helados dedos.
Incluso el sello sobre su cabeza se siente pesado,como si tratara de suprimir el flujo de energía que comenzó emitir su alma.
-"n-no...no vayas.."- susurra la joven maestra contra la tela de su ropa,y él casi puede sentir sus uñas clavarse contra su abdomen mientras se aferra con desespero.
El palpitar sobre su pecho se vuelve tan errático que siente su cuerpo retumbar con cada doloroso latido.
"¿Latido?"
Para un zombie con tanta antiguedad como él tal cosa debería ser imposible,
Algo de todo aquello debia estar siendo producido por su propia alma.
Sin embargo aquella conclusión tenia menos sentido para él.
¿Por que su alma estaria reaccionando de esa forma a esa humana?
Las dudas se acumulan en su lengua a la par que su cabeza duele como si fuera a partirse por la mitad.
Yonaka al notar su estado rígido,levanta su rostro para encontrar su mirada con la de él
-"¿e-eh?...¿jiang shi-sama?"-
-("¿sr.mogeko defectuoso?")-
cuestiona ella de forma llorosa,pero el contenido de su pregunta es confuso para el vampiro,ya que él juraría haber escuchado la voz de su humana llamarlo de otra forma al mismo tiempo.
"¿m..mogeko defectuoso?"  Se repite él internamente,encontrando aquel título confuso pero familiar en alguna parte de su mente.
Entonces el dolor de cabeza empeora,y el sello parece ejercer una mayor presión que casi lo pone de rodillas.
El sudor se acumula sobre su piel pálida mientras su visión se vuelve borrosa.
Siente su pecho apretarse,como si algo desde su interior  tirará con insistencia su alma para retenerla en su cuerpo.
De fondo logra escuchar la voz femenina de su humana compañera pedir por él con insistencia.
Nega dirige sus ojos hacia ella con dificultad,como para calmarla.
Su confusión no hace más que crecer cuando al enfocar su mirada en yonaka,él consigue apreciar la tenue imagen sobrepuesta de una chica bastante similar a ella.
Su vestimenta era extraña,en vez del Qipao rojo con bordes dorados ella  parecia llevar una especie de uniforme exótico que nega no reconoció al instante.
El rostro y las faciones eran identicas,sin embargo su peinado era distinto,pues su cabello oscuro era separado por dos largas trenzas que caian sobre su espalda.
"¿señorita?"
Debido a lo borroso de su visión no pudo examinar con mas detalle la extraña aparición.
Pero algo para él estuvo muy  claro.
Ella estaba llorando mientras rogaba para que no la dejara.
Justo como ahora...
Depronto sintio un calido toque sobre su mejilla,el zombie parpadeo lentamente mientras sentia como su malestar comenzaba a calmarse ante la suave caricia de la humana.
Era como si saliera de una especie de transe,ya que incluso él rostro de su actual yonaka pudo verse con mas nitidez.
Sus ojos temerosos y llenos de preocupacion lo acogieron con tanto afecto que casi hicieron que su mente quedara en blanco.
Como si no hubieran más preocupaciones.
Como si solo existiera ella.
En el silencio compartido,yonaka se percato de que aun seguia con su mano sobre la mejilla de su sobrenatural aliado apesar de haber cumplido con su proposito de calmarlo-"l-lo siento,no quise-"-trato de disculparse entre nerviosos tartamudeos,sin embargo fue interrumpida por el jiang shi,quien empujo su rostro contra la palma de la joven humana, Acción que hizo que ella se congelará rigidamente en esa posición mientras su rostro adquiría una tonalidad rojiza.
Él cerró los ojos,disfrutando brevemente de esa energia cálida que transmitia la mano de la pequeña mortal que lo libero de su prisión.
No podía dejarla sola.
Algo dentro suyo se nego rotundamente,como si intuyera que esa desicion los destruiría a ambos.
No podía dejarla sola de nuevo.
"¿De nuevo? " se cuestiono el zombie en su interior,antes de abrír sus ojos para mirar a la humana bajo su protección.
*ba-dum...ba-dum*
Otra vez sintió ese extraño latido desde el interior de su pecho.
Quizás...estaba vinculado a esa chica de una forma más profunda de lo que imagino...
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Fin.
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deepinsideyourbeing · 1 month
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Lejos del Sol (Quema de Amor) - Esteban Kukuriczka
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+18! Dom!Esteban. Biting, (alusión a) belly bulge, choking, (posible) dacrifilia, (breve) degradation, dirty talk, (mención de) marking, sexo sin protección, somnofilia, spitting, edades no especificadas. Uso de español rioplatense.
Buenos Aires, 17:53
Los últimos rayos de sol iluminando la cocina te permiten ver las infinitas e inevitables partículas de polvo danzando en el aire. El pensamiento te hace arrugar la nariz y, cuando tu expresión llama su atención, tu novio sigue la dirección de tu mirada para encontrar el motivo de tu disgusto.
Él no se fija en el polvo, sólo en la luz, extendiendo su brazo para que lo ilumine como un reflector y moviendo sus dedos.
La acción te saca de tus pensamientos y lo imitás con una pequeña risa que interrumpe el silencio reinante en la cocina. Te sonríe, su mano todavía suspendida en el aire busca la tuya con un gesto que sólo podés catalogar como dramático, y su índice señalándote -probablemente con intenciones de evocar una famosa pintura- te hace reír nuevamente.
-El café- dice antes de que el sonido de la cafetera los sorprenda a ambos-. ¿Servís vos...? Ya vengo.
Es un sábado extremadamente aburrido, tranquilo, pacífico, y la mayor parte del día estuvieron acurrucados entre las sábanas, con tu cabeza descansando sobre su pecho y su respiración acompañándote hasta que el sueño te ganó en más de una ocasión. Cuando por fin abandonaron la cama, cerca de la hora del almuerzo, lo hicieron con movimientos lentos y perezosos.
Moviéndose en silencio, siempre cerca del otro, prepararon el almuerzo y ocuparon sus respectivas sillas en la mesa. El ruido de la televisión en la sala de estar los acompañaba, lejano e incomprensible entre las palabras que intercambiaban, logrando distraerte en algún momento y permitiendo que tu novio arrojara todavía más queso sobre su comida.
Ocultó su sonrisa pícara sin mucho éxito y cuando lo regañaste, argumentando que consumir queso en cantidades industriales no podía ser sano, intentó comprarte con una mueca que debió considerar que sería extremadamente tierna; en realidad -tenías que admitir- lo era, pero su cabello despeinado cayendo en todas direcciones resultaba gracioso y no le fue de ayuda.
-Peinate- suplicaste cuando dijo que tomaría una rápida ducha. Dejó salir un sonido de molestia, una mezcla entre un quejido y un gruñido, pero el esbozo de una sonrisa tiró de sus facciones y antes de marcharse acarició tu brazo por un breve instante.
Cuando abandonó el baño te encontró en la habitación y se arrojó sobre la cama, ataviado únicamente con un bóxer y una camiseta holgada que caía dejando ver uno de sus hombros. Observó en silencio tu indecisión a la hora de escoger ropa, sin comprender por qué dudabas tanto entre dos prendas igual de cómodas.
-Podrías haberme hecho compañía, ¿no?- dijo contra el colchón-. Ahorrábamos agua.
-Sí, seguro- negaste, más que consciente de la manera poco ecológica en que terminaban todas las duchas que tomaron juntos.
Regresaste media hora más tarde y él se encontraba profundamente dormido sobre tu lado de la cama, abrazando tu almohada con fuerza. Su cabello todavía estaba húmedo, algún que otro mechón iluminándose bajo esa franja de luz que atravesaba la habitación desde la ventana. Abrazaste su cintura y descansaste tu mejilla sobre su espalda.
Fue un alivio (y en parte una pena) no caer nuevamente en su trampa, pensás ahora y te ponés de pie lentamente. Todavía pueden compartir despiertos los últimos vestigios de la tarde.
Mientras esperás su retorno te encargás del café y te preguntás que estará haciendo. No recordás en qué dirección se desvaneció una vez que cruzó el umbral y no escuchás ruidos que te permitan saber en qué lugar de la casa se encuentra, pero por la expresión en su rostro estás segura de que recordó algo impostergable.
Esteban es así. Siempre.
Tiene la costumbre de interrumpirse a media oración para explicar algún pequeño detalle, relacionado directa o indirectamente con lo que sea que esté diciendo; si recuerda algo o un pensamiento lo invade tiene que expresarlo en voz alta, esperando el momento oportuno para compartirlo, por no mencionar los momentos en que huyó de una habitación corriendo para buscar algún objeto o pertenencia random.
Cuando estás relatando una anécdota suele perderse en el movimiento de tus labios, sostenerte la mirada como si intentara leer tu mente e invadir tu espacio personal como si tuviera la única intención de fusionar sus átomos con los tuyos. El destello en sus ojos todavía provoca que tropieces con las palabras y él jamás parece saber que es el responsable, pero completa tus frases para ayudarte a retomar el hilo.
Observás en trance las tazas y los hilos de vapor dibujando espirales, esfumándose en el aire, recordando todos esos pequeños detalles mientras la luz del sol continúa derramándose por toda la habitación, iluminando la cerámica blanca y las plantas.. Y entonces llega a tus oídos el sonido de sus pasos acompañados por una melodía que reconocés con facilidad.
Volteás en el momento exacto en que entra en la pequeña cocina y su sonrisa es inmensa, brillante y cautivadora. Comienza a caminar hacia vos con pasos rítmicos y tu expresión de resignación, como si estuviera por torturarte, lo hace soltar una carcajada.
Esteban gira sobre sus talones con una energía impropia del día y de la hora antes de extender una mano en tu dirección. Tu resistencia comienza a desmoronarse y te sentís presa de la fluidez con que su cuerpo en constante movimiento, elegante pero aún así desenfadado y perfectamente sincronizado con la canción, provoca que su ropa se arrugue y su cabello dorado baile.
-Dale- insiste y cruzás tus brazos sobre tu pecho-, no seas mala.
-Estoy cansada- decís para escapar de su invitación-. Y se va a enfriar el café…
Resistirte es cada vez más difícil porque tu cuerpo comienza a seguir la música en contra de tu voluntad y ocultarlo es imposible. Tus manos están ahora entrelazadas, todavía fingiendo estar en una profunda negación, pero el sutil vaivén de tu figura es delator y una sonrisa comienza a crepitar en tus labios.
Esteban extiende su otra mano y, cuando por fin aceptás con una risa, tira hasta que te rendís contra su pecho. Colocás tus manos en sus hombros y toma tu cintura para guiarte, tus torpes movimientos volviéndose más naturales luego de unos segundos y sincronizándose con los suyos, que parecen insistir con guiarte hacia la sala de estar.
Tus movimientos se tornan más seguros y la armonía de sus risas se entremezcla con la canción. Esteban te hace girar, siempre sosteniendo tu mano, y cuando su mirada vuelve a encontrar la tuya estás segura de que no existe en el mundo un mejor lugar que este, repleto de amor y complicidad, intimidad y alegría.
El mundo exterior parece desvanecerse y el tiempo detenerse mientras ambos continúan bailando. Sus sombras se proyectan sobre la alfombra y los muebles, cada vez más largas y también más cercanas la una de la otra por el espacio ahora inexistente entre sus cuerpos.
Sus respiraciones se entrelazan.
-¿Sabías que Bill Withers era tartamudo?- pregunta en un susurro.
Intentás contenerte pero se te escapa una carcajada.
-¿Qué tiene que ver eso?
-Nada- contesta con una risa.
Deshace el abrazo y te deslizás por toda la sala, más segura, más relajada, más perdida en el amor que deja entrever su expresión. Esteban te sigue, prácticamente pisándote los talones, aplaudiendo mientras cuenta tus giros y observa los saltos que te hacen perder el ritmo.
Adaptándose a tus movimientos pero todavía dándote el espacio suficiente vuelve a tomarte de la mano. El impulso de sus pasos te hace girar con él y en más de una ocasión tropiezan, arrastrándose mutuamente pero recuperándose en un parpadeo y retomando el baile.
Cuando te atrapa entre sus brazos sentís su respiración, el subir y bajar de su pecho contra tu espalda, pero te distraen sus labios en tu mejilla y el roce fugaz de estos contra tu oreja. Te dejás llevar por sus pasos lentos, mientras tararea la canción en voz baja, con un susurro que es sólo perceptible para tu oído.
Girás para poder ver su rostro y él descansa su frente sobre la tuya. Repite la letra de la canción sobre tus labios una y otra vez y sin importarle que sus pasos pierdan velocidad, porque sólo puede pensar en los lugares donde su cuerpo hace contacto con el suyo.
-El café- le recordás, lamentando interrumpir el momento-. Ya debe estar frío.
-No creo.
Vos creés en su palabra.
05:47
Lo primero que sentís cuando despertás son los dedos de Esteban deslizándose  por tu abdomen y finalmente encontrando hogar en la delicada piel de tu cadera. No importa cuánto tiempo lleven juntos y tampoco cuánto te toque, sus dedos todavía te hacen cosquillas.
Lo segundo que notás son sus labios sobre tu cuello y, por último pero no menos importante, su erección caliente entre tus piernas y acariciando tu centro. Un grito débil deja tus labios cuando sus dientes capturan tu oreja, sincronizados con su punta golpeando tu pequeña entrada.
-Perdón, mi amor, no quería despertarte- se disculpa con voz ronca.
Suspirás y reprimís una sonrisa.
-¿No podías esperar un ratito?
-No- besa tu mejilla-. ¿Querés volver a dormir?
Es una pregunta de doble filo.
-No.
-Ya sabía- ríe contra tu piel y temblás-. Me vas a dejar hacer lo que quiera, ¿no?
Su mano recorre tu costado, su palma dejando un rastro de fuego en cada parte de tu ser que toca, para luego deslizarse sobre tu abdomen hasta detenerse cerca de tu clítoris.
No deja de moverse para utilizar tus pliegues y muslos para satisfacer su necesidad; estás segura de que de bajar la mirada, con ayuda de la escasa luz filtrándose por la ventana, verías su punta –y más, considerando su tamaño- asomándose.
Reprimís un gemido cuando sentís la excitación brotando de tu cuerpo, su miembro ahora brillante esparciéndola por tu piel junto con sus propios fluidos, cada vez más abundantes.
Te dejás caer aún más sobre su pecho, buscando más contacto, y él parece complacido por el gesto porque te recompensa jugando con tu clítoris. Jadeás y empujás tu cadera contra su pelvis.
-Más.
-¿Ya?- pregunta con tono burlón y asentís-. No sé, no contestaste lo que te pregunté.
-¿Qué…?
-¿Me vas a dejar hacer lo que quiera?- repite. Ejerce todavía más presión con sus dedos y dejás salir un sonido similar a un quejido de dolor.
-Sí, sí.
Ignora tus protestas cuando deja de tocarte y acaricia la parte posterior de tu muslo antes de sujetarlo con fuerza, obligándote a levantar la pierna para tener mejor acceso.
Sus largos dedos terminan de empaparse cuando los dirige hacia tu entrada, rodeándola con cuidado, tanteando antes de introducirse con suavidad y delicadeza en tu interior.
Tu cuerpo lo recibe sin más.
-Mirá cómo estás.
No tenés oportunidad de chequear por tu cuenta porque lleva ambos dígitos a tus labios: permitís que los deslice sobre tu lengua y succionás con fuerza para provocarlo, bañándolos con tu saliva ante su silenciosa pero evidente orden.
Luego de unos minutos y un tercer dedo sumándose, estirando tus labios todavía más, los retira y regresan a su habitual lugar.
-Ya está, ya está- intenta calmarte cuando te quejás.
Roza en tu interior los puntos que te hacen estremecerte y pronto tus gemidos son lo único que escucha junto con su respiración cada vez más descontrolada. Arrastra sus dientes entre tu cuello y tu hombro, sobre ese lugar con el que tiene una obvia fijación, mientras continúa tocándote con intención de volverte un desastre.
No estás segura de poder resistir mucho más.
-Dale, amor- suplicás-. Estás…
Estás tardando, querías decir, mucho. Esteban no te permite completar la frase porque comienza a mover sus dedos con, curvándolos hacia arriba y torturándote con la precisión de sus caricias, prácticamente obligándote a olvidar tus pensamientos sobre su tardanza.
En tu desesperación te empujás más contra su cuerpo, caliente y también desesperado por vos, sólo para poder sentir su erección palpitante contra tu piel.
Ataca tu cuello con besos húmedos, suspirando y murmurando palabras que tu cerebro cada vez menos coherente ya no comprende, y cuando buscás su miembro él aparta tu mano para centrarse en tu cuerpo sin distracciones.
Te aferrás a las sábanas, presa de sus dientes marcando tu hombro y de sus dedos abusando de tu interior, hasta que unos minutos más tarde cubre tu boca con su otra mano para silenciarte mientras un violento orgasmo sacude tu cuerpo.
La intensidad de la sensación te hace llorar, cortándote la respiración y deshaciendo los últimos pensamientos que habitaban tu mente.
-Quieta- ordena cuando intentás alejarte.
No tenés la fuerza necesaria para tolerar el placer una vez que se vuelve insoportable, amenazando con regalarte otro orgasmo, y tampoco tenés la fuerza para batallar con él mientras termina de prepararte para recibirlo en tu cuerpo.
Simplemente te dejás hacer y sollozás contra su palma.
En un rápido movimiento reemplaza sus dedos por la punta de su miembro. Tu cuerpo todavía sensible y su tamaño son una combinación que no falla en hacerte delirar, seguro, pero también te hacen morder tu lengua para soportar el ardor de la penetración mientras él intenta consolarte.
Tu mano tira de su cabello en cuanto continúa deslizándose en tu interior, haciéndolo gemir y provocando que sus movimientos hasta ahora delicados pierdan el ritmo. Introduce los últimos centímetros de manera brusca y protestás, tu voz todavía ahogada por su mano, mientras él entierra su nariz en tu cabello para embriagarse con tu perfume.
Estás más que segura de que también intentaba disimular un gemido y, cuando por fin descubre tu boca –arrastrando sus dedos entre tus labios, humedeciéndolos y luego manchando tu mejilla con tu saliva-, intentás burlarte como suele hacer con vos.
-¿Qué pasa?- intentás disimular el temblor de tu voz-. ¿Estás desesperado?
Sus uñas enterrándose en tu cadera son la única advertencia que recibís antes de que te sorprenda con la fuerza de sus embestidas. El impacto entre ambos cuerpos resuena entre las cuatro paredes, opacando el resto de sonidos cotidianos que llegaban a tus oídos.
La mezcla entre tu humedad y su excitación es evidente cada vez que vuelve a enterrarse en vos y tus gemidos descontrolados te resultan en extremo humillantes considerando la pregunta que hiciste. Intentás recobrar la compostura, fingir que sus acciones no te afectan tanto para no darle la satisfacción, pero podés sentir su sonrisa cuando pregunta:
-¿Qué decías?
El tono de su voz te hace temblar e inconscientemente empujás tu cadera contra su pelvis en busca de más.
Su respuesta es rodear tu cuello con su brazo, inmovilizándote y dejándote sentir la tensión en sus músculos, mientras reafirma su agarre en tu cadera para seguir con su brutal ataque. Sabe cuánta fuerza necesita emplear para privarte de oxígeno y lo demuestra presionando de manera experta sobre los lugares justos.
Con cada golpe su punta toca tu cérvix, la sensación en combinación con la presión sobre tu cuello permitiéndote saborear un orgasmo cada vez más cercano, y su respiración bañando tu piel cada vez que jadea sólo empeora la situación.
En caso de mover su mano unos centímetros, Esteban podría sentir en tu abdomen bajo la profundidad de sus embestidas y torturarte utilizando sus largos dedos o su mano.
Eso es justo lo que hace luego de rozar tu piel con sus uñas.
-Mirá- toma tu mano, posicionándola y cubriéndola con la suya-. Acá estoy…
Tus músculos se contraen sobre él y tu visión se nubla. El orgasmo te hace gemir con fuerza, olvidándote por completo de la hora y de los vecinos, los dedos de tus pies se contraen por el placer y el calor que recorre tu cuerpo desde tu centro quema.
Esteban no deja de moverse, prolongando tu clímax sin importarle tu sensibilidad o tus uñas enterrándose en su brazo –todavía sobre tu cuello-, ignorando los espasmos que sacuden tu cuerpo.
Cuando por fin se detiene, unos minutos más tarde y sólo luego de ver que comenzás a desesperarte por la sobre estimulación, te concede unos pocas respiraciones para recuperarte antes de arrojarte sobre tu espalda y terminar de arrancar las prendas de tu cuerpo.
Se posiciona entre tus piernas, separándolas sin importarle tu flexibilidad, y desliza su miembro ardiente entre tus pliegues brillantes.
-¿Querés más?- su expresión es seria y cautivadora. Asentís, todavía sin palabras y perdida en él, en su rostro y en su cuerpo, pero eso no es suficiente-. Decime, ¿querés más?
-Sí, por favor.
-¿Qué querés?- empuja contra tu entrada y cuando no obtiene respuesta golpea con su mano sobre tu clítoris. Entre dientes, repite:- ¿Qué querés? Contestá, dale.
-A vos, Kuku, por favor- otro golpe. El calor de tus mejillas es nulo en comparación con el calor entre tus piernas y, sin importar la vergüenza que sentís, contestás con las palabras que tanto quiere oír:- Quiero tu pija, por favor.
El tormento no cesa allí.
-Sos una putita, ¿no?- jadeás-. Mi putita.
-Sí…
-Decilo- se desliza en tu interior hasta ver desaparecer la punta de su miembro y con su pulgar comienza a dibujar círculos sobre tu clítoris. Tu gemido, más agudo de lo usual y patético, te sorprende. Su miembro palpita-. Decí que sos una putita.
Cerrás los ojos en busca de valor para hablar. Humedecés tus labios.
-Soy una putita.
-¿Y de quién sos?
-Tuya.  
Un sonido grave y gutural deja su garganta cuando tus paredes, imposiblemente cálidas y más húmedas que antes, vuelven a cerrarse sobre él. Se arroja sobre tu cuerpo y el nuevo ángulo te hace ver las estrellas, cada centímetro y cada vena que recorre su miembro estimulándote y provocando que las lágrimas caigan en cascada por tus mejillas.
-Mirame.
Tus párpados son pesados y tus pestañas brillan cuando te encontrás con la profundidad de su mirada. Los centímetros que los separan son prácticamente inexistentes y antes de comenzar a contar sus pecas o nombrar los colores que decoran la paleta de sus irises -en un absurdo intento de mantenerte cuerda-, tus dedos rozan su pómulo y su mejilla.
Tu pulgar traza su labio inferior suavemente, como si su miembro no estuviera haciéndote temblar o sacudiendo tu cuerpo sobre el colchón con la fuerza de sus embestidas, pero esta es una acción que dura milisegundos. Mueve su rostro sin precio aviso, obligándote a retirar tu mano, y escupe sobre tus labios entreabiertos antes de besarte.
Mientras te dejás llevar por sus besos hambrientos podés sentir la desesperación emanando de su figura y el constante palpitar de su miembro, siempre tan adictivo y la causa de tu perdición en más de una ocasión.
Tus piernas abrazan su cadera y él suspira contra tus labios para luego recostar su frente sobre la tuya.
-Estás muy apretada- susurra como si fuera una confesión. Tomás su mejilla y se deja caer contra tu mano-. Me encantás.
-Vos también me encantás- contestás entre suspiros.
Un gemido llega a tus oídos en el momento exacto en que su ritmo se vuelve frenético. Deslizás una mano entre su cuerpo y el tuyo, consciente de tus nervios reclamando tu atención, sin reparar en que ese pequeño primer roce es suficiente para tropezarte con un orgasmo desgarrador.
Tus uñas dibujando sobre su hombro lo hacen gruñir, su voz grave y cargada de deseo presa en su garganta, pero es cuando lo tomás por el cuello para obligarlo a besarte que su orgasmo lo golpea y llena tu interior. El calor de su liberación te hace sollozar contra sus labios y él aprovecha el momento para morder tus labios, tu mejilla, tu cuello, sin contenerse.
Besa las marcas que sus dientes dejaron, su huella, fingiendo no notar algún que otro vaso sanguíneo roto decorando tu piel con tonos de rojo y violeta. Recorre la línea de tu mandíbula mientras las últimas gotas de su semen pintan tus paredes, reclamándote como suya una vez más, marcándote permanentemente.
Unos pocos centímetros de distancia le permiten contemplar tu expresión.
-¿Estás bien?- besa tus mejillas juguetonamente.
Respirás profundamente.
-Muy bien. ¿Vos?
-Perfecto- sonríe-. ¿Puedo…?
-No- lo interrumpís-. Quiero estar así un ratito.
Besa tus labios.
-El tiempo que quieras- promete.
Iría a la guerra por este hombre. Moriría por él. Espero que hayan disfrutado la lectura así como yo disfruté escribir (hace muchas lunas) esta historia para ustedes 🤭
taglist: @madame-fear @chiquititamia @creative-heart @llorented @recaltiente @delusionalgirlplace @lastflowrr ♡
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equipo · 9 months
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Cambia, todo cambia
🌟 Novedades
Hemos rediseñado la interfaz de las publicaciones promocionadas en la versión web para mejorar la visibilidad de las campañas.
Ahora, en lugar de mostrar un texto genérico, las notificaciones push que enviamos ofrecen más contexto acerca de cada publicación.
🛠️ Mejoras y solución de problemas
Hemos resuelto una incidencia con el editor de publicaciones de la versión web que impedía añadir el signo de interrogación («?») como parte del contenido o de las etiquetas al rebloguear una publicación que apareciera en los resultados de búsqueda de un blog.
También en esta versión, hemos arreglado un error gráfico que afectaba al botón que sirve para mostrar todos los blogs en el menú de reblogueo rápido.
Hemos corregido un fallo que impedía comprar los distintivos zodiacales.
Hemos solucionado un problema que hacía que cualquier persona que formara parte de un blog en grupo pudiera pausar el envío de publicaciones en cola. Ahora esta acción vuelve a quedar restringida a quienes lo administran.
Además, hemos resuelto un error que causaba que, al eliminar una publicación en cola, esta siguiera apareciendo en la lista.
En Firefox, el campo de respuesta ya no corrige los espacios múltiples al escribirlos (por ejemplo, un espacio doble entre dos palabras). Este cambio no afecta a las respuestas en sí, que ya mostraban estos espacios correctamente una vez publicadas.
🚧 En curso
Nos hemos tomado un merecido descanso y no hay nada que compartir.
🌱 Próximamente
¡Tampoco hay novedades en el horizonte!
¿Tienes algún problema? Envía una solicitud al equipo de asistencia y se pondrán en contacto contigo lo antes posible.
¿Quieres hacernos llegar tus comentarios o impresiones sobre alguna función? Echa un vistazo a nuestro flamante blog Work in Progress y empieza a compartir tus ideas y sugerencias con la comunidad.
¿Quieres apoyar Tumblr con una pequeña contribución? No te pierdas el nuevo distintivo de fan incondicional en TumblrMart.
¡Y no olvides que puedes consultar todos estos cambios en cualquiera de los idiomas disponibles en Tumblr en los blogs oficiales de los equipos internacionales!
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semtituloh · 4 months
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Vía El Señor Corchea
🤎Las yeguas del Apocalipsis: Las dls Fridas, 1987
“Francisco Casas y Pedro Lemebel conforman el dúo Yeguas del Apocalipsis entre 1987 y 1997, en el umbral entre dictadura y posdictadura en Santiago de Chile. Ambos artistas iniciaron en ese período, paralelamente, su trabajo como escritores. Ya desde su nombre, el dúo generó una intervención micropolítica, al poner en juego un modo de enunciación travestido que resignificaba un insulto dirigido a las mujeres y al hacer referencia al VIH-sida como epidemia de fin de siglo. Recurrieron a distintos soportes, como la acción de arte, la 📸fotografía, el video 🎥y la instalación, donde el cuerpo, en intersección con distintas técnicas, fue el lugar privilegiado para producir cruces entre el sida como signo de una época y las huellas de la violencia política dictatorial; entre el imaginario colonial y la subyugación de las minorías sexuales, entre travestismo e iconografía cristiana, entre activismo sexo-disidente y posicionamiento de izquierdas.
A fines de 1989, en el estudio del fotógrafo chileno Pedro Marinello, Francisco Casas y Pedro Lemebel posaron frente a la cámara realizando un tableau vivant del cuadro Las dos Fridas (1939), de la artista mexicana Frida Kahlo. Acuden así a un procedimiento ya descentrado del autorretrato de artista, al citar la imagen especular de una Frida Kahlo que se presenta a sí misma duplicada, desdoblada. De este modo, las Yeguas del Apocalipsis se infiltran en la historia del arte bajo el nombre de otra (Frida), instalando una pequeña crisis en los procesos de identificación (autoral).
Como en la pintura de Frida Kahlo, Casas y Lemebel exhiben dos cuerpos acoplados, envueltos en una visualidad quirúrgica. Cada uno expone un corazón pintado en su pecho, y ambos órganos, uno indemne y el otro abierto, se conectan por una transfusión 🩸sanguínea. En los años de la expansión del VIH-sida, la escenificación de Las dos Fridas por dos artistas homosexuales es también la imagen desafiante de cuerpos marcados como peligrosos y, a la vez, expuestos al peligro frente al pánico que despertaba, en esos años, la circulación descontrolada de los flujos corporales.” Vía website del Malba
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weirdsillycreature · 2 months
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This will be something sudden, but I want to dedicate this post to someone very special to me, who has been with me as long as she could
And even though it's weird, we know each other in real life, and we're technically neighbors
That's right, I'm talking about @pepopenillos
(I'll call her pepops because I don't want to reveal her identity without her consent)
Mi querida pepops
Quería decirte que eres una de las mejores personas que pude haber conocido
Has estado conmigo desde que éramos niñas pequeñas, durante ese tiempo me has acompañado y ayudado mucho!
Has estado conmigo en mis buenos y malos momentos, me has ayudado en todo lo que has podido, e incluso me salvaste de cometer una acción que pudo ser perjudicial para mi
Agradezco todo lo que has hecho por mi, hasta el día de hoy busco la manera de recompensarte, te he visto crecer y cambiar, aunque tu esencia y carisma jamás han desaparecido :'}
Eres una persona especial, eres pura y buena, por mas que pienses que tienes defectos, eso no se compara a lo maravillosa que eres!
Has logrado varias cosas, y por mas tropiezos que hayas tenido, tu sigues adelante, algo que admiro mucho de ti
Eres una persona especial, eres pura y buena, por mas que pienses que tienes defectos, eso no se compara a lo maravillosa que eres!
Has logrado varias cosas, y por mas tropiezos que hayas tenido, tu sigues adelante, algo que admiro mucho de ti
Has demostrado ser justa y honesta, algo que me deja ver lo especial que eres
Espero poder vernos alguno de estos días, te he estado extrañando mucho
Recuerda lo mucho que te quiero, y espero seguir siendo amigas hasta el final, y si alguna vez me preguntan si en otra vida pudiera volverte a ver, aceptaría sin dudarlo
Mucho ánimo y suerte con tu vida cotidiana y académica, yo se que tu puedes <3
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Atte- tu ya lo sabes!
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A small preview of Chapter 2. I wrote it a long time ago, but it's quite long and honestly, I was too lazy to translate and check for spelling mistakes. But feel free to comment if you want me to finish translating it to publish on Wattpad.
Una pequeña vista previa del Capítulo 2. Lo escribí hace mucho tiempo, pero es bastante largl y honestamente, tenia pereza para traducir y verificar los errores de ortografía. Pero siéntanse libres en comentar si quieren que termine de traducirlo para publicarlo en Wattpad
Spanish version
Por un momento sentí que tal vez seguía soñando, no pude reaccionar hasta unos instantes después en que pude vocalizar mis palabras.
—¿Qué... qué estás... haciendo aquí? —pregunté confundido, mi expresión permanecía asombrada.
—¡¡Shhh!! Primero los saludos. No te olvides de ser cortés, no conocía esa parte de ti, Luci. —Él interrumpió mi pregunta con un tono socarrón, como de costumbre. Tal acción bajó por completo la seriedad que sentía en ese momento. Nunca cambias, ¿verdad?
—¡Buuh...! ¿Es en serio? —Él tapó mi boca con una de sus manos.
—¡Nada! No eres libre de hablar hasta que digas *cof* —Él aclaró su garganta para luego, con su otra mano, ponerla en su cabeza dando tintes dramáticos—: "¡Oh! ¡Hola, Kingsley! ¡No tienes idea de cuánto te extrañé!"
Solo me quedé mirándolo seriamente, levantando una de mis cejas.
—Vamos~ no me hagas esperar~ —Procedí a quitar su mano de mi cara.
—Hola, King, cuánto tiempo sin vernos, ¿cómo has estado? —Él solo devolvió una pequeña sonrisa maliciosa.
—No es lo que quería escuchar, pero valió la pena. Pues es un placer verte de nuevo igualmente, Luci~ —No era de sorprender su actitud tan... extravagante. A él le fascinaba molestarme de esa manera.
—Apenas regresas y ya quiero que te vayas —Bajé un poco mi cabeza y cubrí mi frente con mi mano.
—¡Auch! ¿Es tu mejor insulto? Si así son las cosas, no me dejas más opciones —Vi cómo se acercó a mí y con sus brazos me encerró en una llave para después empezar a estrujarme y acariciar con fuerza mi cabeza con su mano y codo. Intenté hacerme para atrás, pero él me tomó con fuerza.
—¡Oh! ¡No lo harás! ¡No te voy a soltar hasta que te disculpes! —Apretó más sus brazos, aprisionando con fuerza mi cuello.
—Puf... f... ¡Aaagh! ¡Ya! ¡Me rindo... me rindo! —Le doy unos golpes con mis manos para que se detuviera—. Sí, sí, sí, lo siento y mamada y media, pero ya suéltame. Sí, estoy feliz de verte de nuevo.
—Eso está mejor, haha —Él me soltó y no paraba de reírse por aquel acontecimiento.
—Ahora estoy todo despeinado —Intenté arreglar mi pelaje, pero quedó peor, a lo que King se acercó y me lo acomodó.
—¡Listo! No te preocupes, luego te lo arreglaré mejor, hahaha —Él me volvió a dirigir la mirada con su sonrisa tan característica. Vi cómo me observó de pies a cabeza—: ¡Fiu! No has cambiado en nada, sigues igual que hace años, incluso igual de pequeño, haha.
—Ni me lo menciones, ya parece que nunca voy a crecer —Ambos comenzamos a caminar mientras hablábamos. Él me tomó del hombro y se encimó un poco.
—Mejor, así me veré mayor, hahaha. Fuera de broma, te verás joven por un buen tiempo, muchos matarían por eso —Luego regresó otra vez a caminar por su lado.
—Con riesgo de que te confundan con un niño y te secuestren, o el peor de los castigos, vivir en un mundo de gente alta y vivir la maldición de siempre usar banquitos —Contesté con un tono sarcástico y él replicó con una suave risa.
—Y... ¿qué te trae por aquí? Ahora que dejamos las formalidades, no has venido aquí en mucho tiempo y realmente no hay tantas cosas aquí —Pregunté por curiosidad, ya que me parecía raro. No había recibido ninguna señal de vida de él hasta ahora.
—De visita, eso creo. La verdad no sé cuánto tiempo me quede. ¡De hecho, fue uno de los viajes más cansados que he hecho! ¡No tienes idea de lo que pasó en el barco por las semanas que tuve en embarcación! —Él alzó su voz con dramatismo mientras exageraba con sus brazos.
—Hay algo que aún no entiendo, ¿cómo rayos me encontraste? Entre todas las ciudades y pueblos que pude haber estado —Él me cerró la boca cuando sacó un sobre. Lo reconocí al instante, era el sobre que mandé hace un año.
—Solo seguí la dirección de este lindo papelito de aquí~ —Él sacó la carta y sacudió el papel frente a mí. Yo me alteré bastante e intenté quitárselo.
—¡Olvida eso! ¡Eso no es nada! —Me daba mucha pena que él la hubiera leído. No pensaba que de verdad iba a llegar a él.
—Aww, vamos, es una carta adorable —Él solo levantó su brazo de tal forma que, por más que saltara, no llegaba a alcanzar el papel.
—¡Aaah! —Salté unas veces más hasta que me rendí—. Okay, tú ganas... al menos supongo que no viste las demás.
—Nope, lamentablemente. Aun así, conservaré la carta, haha. Ahí podré tener un recordatorio de cuánto me amas y de cómo lloriqueabas por volver a verme~ —Le di un pequeño empujón cuando bromeó con eso.
—¡No molestes! Solo estaba pasando por un momento de tensión. ¡Ya bota esa cosa! —Algo avergonzado, intenté volver a quitarle la carta, fallando miserablemente. Él jugó de esta manera conmigo un par de veces más y guardó la carta en su bolsillo derecho.
Suspiré un poco, pero no podía hacer nada más para hacer que cambiara de opinión, así que me resigné a que se quedara con esa carta. Realmente no sé qué estaba pensando a la hora de escribir eso.
Ambos decidimos ir a una cafetería cercana. En medio de nuestro camino encontramos el viejo lugar donde antes era el orfanato que King, pero que había sido reemplazado por unas oficinas de una industria de flanes. Sentí un sentimiento profundo de nostalgia golpear mi pecho. De verdad había pasado tanto tiempo. Pude notar que King también se sentía invadido por la nostalgia. Sin decir ninguna sola palabra, pasamos de largo el edificio, pero por dentro no parábamos de pensar en el pasado.
Unas calles más adelante logramos llegar a la cafetería. Yo entré primero y me quedé viendo el mostrador, asombrado por los postres, mientras que King ingresaba con su equipaje. Solo me dejé llevar y apoyé mi cara en el mostrador, observando maravillado la cantidad de pasteles. Entre algunos estaban: pastel de chocolate y mantequilla de maní, empanadas de piña, alfajores, bizcochos de limón, cheesecake de coco y piña, pastel de café con nueces.
Se me hacía agua la boca de solo verlos, saliendo de mi trance una vez que escuché la voz de King llamarme. Él ya estaba sentado en una mesa y me estaba esperando. Me despegue del mostrador y me dispuse a ir a sentarme con él. Había caído en cuenta de que no había desayunado nada hoy.
English version
For a moment, I felt like I was still dreaming. I couldn't react until a few moments later when I could finally speak.
—What... what are you... doing here? —I asked, confused, my expression still amazed.
—Shhh! Greetings first. Don't forget to be polite; I didn't know that part of you, Luci. —He interrupted my question with a sarcastic tone, as usual. His action completely broke the seriousness I felt at that moment. You never change, do you?
—Boo...! Are you serious? —He covered my mouth with one of his hands.
—No excuses! You're not free to talk until you say *cough* —He cleared his throat and then, with his other hand, placed it dramatically on his head—: "Oh! Hi, Kingsley! You have no idea how much I missed you!"
I just stared at him seriously, raising one of my eyebrows.
—Come on~ don't make me wait~ —I proceeded to remove his hand from my face.
—Hi, King, long time no see. How have you been? —He just gave me a small malicious smile.
—That's not what I wanted to hear, but it was worth it. It's a pleasure to see you again too, Luci~ —His extravagant attitude wasn't surprising. He loved teasing me like that.
—You've just arrived, and I already want you to leave —I lowered my head a bit and covered my forehead with my hand.
—Ouch! Is that your best insult? If that's the case, you leave me no choice —I saw how he approached me and locked me in a headlock, then started ruffling and rubbing my head with his hand and elbow. I tried to move back, but he held me tightly.
—Oh! You won't! I'm not letting you go until you apologize! —He tightened his grip around my neck.
—Puf... f... Aaagh! Okay! I give up... I give up! —I hit him with my hands so he would stop—. Yes, yes, yes, I'm sorry and all that, but let me go. Yes, I'm happy to see you again.
—That's better, haha —He let me go and couldn't stop laughing about it.
—Now I'm all messed up —I tried to fix my fur, but it got worse. King came closer and fixed it for me.
—There you go! Don't worry, I'll fix it better later, hahaha —He gave me that characteristic smile again, looking at me from head to toe—: Wow! You haven't changed at all. You look just like you did years ago, still as short, haha.
—Don't remind me. It seems like I'll never grow up —We started walking while talking. He put his arm around my shoulder and leaned in a bit.
—Better, this way I'll look older, hahaha. Seriously though, you'll look young for a long time; many would kill for that —Then he walked beside me again.
—With the risk of being mistaken for a kid and getting kidnapped, or the worst punishment: living in a world of tall people and always need stools to reach things —I replied sarcastically, and he chuckled softly.
—So, what brings you here? Now that we've got the formalities out of the way, you haven't been here in a long time, and there's not much around —I asked out of curiosity since it seemed strange. I hadn't heard from him until now.
—Just visiting, I guess. Honestly, I don't know how long I'll stay. Actually, it was one of the most exhausting trips I've ever made! You have no idea what happened on the boat during the weeks I was on it! —He raised his voice dramatically, waving his arms around.
—There's something I still don't understand. How the heck did you find me? Out of all the cities and towns I could've been in —He shut my mouth by pulling out an envelope. I recognized it immediately; it was the one I sent a year ago.
—I just followed the address on this lovely little piece of paper~ —He took out the letter and waved it in front of me. I got really agitated and tried to snatch it from him.
—Forget about that! It's nothing! —I was embarrassed that he had read it. I didn't think it would actually reach him.
—Aww, come on, it's an adorable letter —He raised his arm, and no matter how much I jumped, I couldn't reach the paper.
—Aaah! —I jumped a few more times until I gave up—. Okay, you win... I guess you didn't see the others, right?
—Nope, unfortunately. Still, I'll keep this letter, haha. It'll be a nice reminder of how much you love me and how you were whining to see me again~ —I gave him a little push when he joked about that.
—Stop teasing! I was just going through a tense moment. Throw that thing away! —A bit embarrassed, I tried to take the letter from him again, failing miserably. He played around like that with me a few more times before putting the letter in his right pocket.
I sighed a little but couldn't do anything to change his mind, so I resigned myself to letting him keep the letter. I really didn't know what I was thinking when I wrote it.
We both decided to go to a nearby café. On our way, we passed the old place where the orphanage used to be, where King was, but it had been replaced by the offices of a flan company. I felt a deep sense of nostalgia hitting my chest. So much time had really passed. I could tell that King also felt the nostalgia. Without saying a word, we walked past the building, but inside we couldn't stop thinking about the past.
A few streets later, we arrived at the café. I went in first and stood amazed at the counter, looking at the pastries, while King entered with his luggage. I just let myself go and pressed my face against the glass, marveling at the variety of cakes. Among them were chocolate and peanut butter cake, pineapple turnovers,Gizzada, lemon biscuits, coconut and pineapple cheesecake, and coffee and walnut cake.
My mouth watered just looking at them. I snapped out of my trance when I heard King's voice calling me. He was already sitting at a table, waiting for me. I peeled myself away from the counter and went to sit with him. I realized I hadn't eaten anything today.
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leoncapy · 1 year
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‘ ★ ’ — It was a secret...
Gender: SFW.
Some data: it's a short piece about what would happen if you (male reader) found out Pavitr's secret. / Es un escrito corto sobre qué pasaría si vos (lector masculino) descubriera el secreto de Pavitr.
It is written first in Spanish and then in English. / Está escrito primero en español y después en inglés.
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En español.
Las campanas que anunciaban el fin de la jornada escolar resonaban por la institución, te habías preparado unos minutos antes para poder ser de los primeros en salir del salón así que agarraste tus cosas, te despediste del profesor de Lengua y Literatura y saliste caminando rápido.
Estabas preocupado, muy preocupado por tu mejor amigo Pavitr, él se había ausentado a clases durante dos días enteros y no te comentó nada al respecto, así que te encontrabas en camino a su casa con la excusa de darle los deberes, aunque bien sabías que querías asegurarte de que todo esté en orden.
Compraste un pequeño pastel en el camino, no te agradaba la idea de caer de imprevisto a la casa de alguien más sin algo para compartir, era una tierna costumbre que te habían inculcado desde pequeño.
Tocaste la puerta del departamento de tu mejor amigo, tomándote un tiempo para arreglar tu cabello mientras esperabas pacientemente. A los pocos segundos fuiste atendido por la agradable tía Maya, quién te recibió con los brazos abiertos y agradeció por el pastel que trajiste, dejándote ingresar a la vivienda mientras te indicaba que su sobrino estaba en su habitación.
No le preguntaste por qué tu amigo no asistió a clases, ella no parecía tener idea de las ausencias de su sobrino y sabías que eso solo haría que tu querido compañero se metiera en problemas con su tía. Agradeciste la amabilidad de ella y te metiste por el pequeño pasillo que daba para las habitaciones, abriendo la puerta del cuarto de Pavitr con confianza.
Al levantar la mirada tu cuerpo se congeló bajo el umbral de la puerta, tus ojos se enfocaban en la figura de tu mejor amigo que había ingresado por la ventana casi en simultáneo contigo. Ambos se miraban en silencio, él sintiendo un profundo terror en su interior y cayendo de a poco en el pánico de verte ahí.
(¿Qué haces ahí? ¿En qué momento llegaste? ¿Por qué estás en su habitación justo en ese momento? ¿Cómo reaccionarás? ¿Qué dirás? ¿Cómo puede mentirte? ¿Qué puede...?) era todo lo que podía pensar Pavitr mientras apretujaba la máscara de su traje entre sus manos. Mientras tanto, vos diste unos pequeños pasos para terminar de cerrar la puerta detrás de tí, aún con tus ojos explorando el curioso traje que portaba tu mejor amigo.
"No es lo que crees, puedo explicarlo" intentó hablar el arácnido, tartamudeando y dejando en claro que estaba en un punto rozando el pánico.
"Empieza a explicarte entonces" respondiste con un tono de voz bajo, frunciendo con ligereza el ceño, tenías demasiadas preguntas y ahora solo deseabas tener las respuestas.
Él suspiró mientras apretaba más la máscara entre sus manos, buscando las palabras adecuadas para decírtelo. "Me gusta hacer cosplay" murmuró con una pequeña sonrisa nerviosa, ganándose una mirada severa de tu parte, dándole a entender que eso no había sido chistoso ni podría haberte engañado. Tragó con dureza y desvió la mirada antes de hablar en serio, "No tenías que saber esto, se supone que.. que era un secreto" dijo con un tono de voz suave y arrepentido.
Lo miraste por unos largos segundos quedándote en silencio, esperando que te explicara las cosas de una vez, pero sabías que era imposible para él cuando se le dificultaba la tarea que tenía que ver con 'justifica tu respuesta'. Cerraste los ojos y negaste con la cabeza con suavidad, cruzandote de brazos para mirarlo antes de hablar.
"Desde hace seis meses Spiderman está en acción" dijiste con obviedad, dando unos segundos antes de seguir "¿Por qué... no me dijiste sobre esto? ¿Es la razón por la que estás faltando a clases más seguido que antes?" preguntaste con curiosidad.
Él asintió con cuidado, carraspeando su garganta "Sí, no se sabe cuando atacan y algunas veces lo hacen antes de ir al colegio... no me dan la oportunidad de asistir a tiempo." te respondió con una breve explicación, algo que entendiste y asentiste con la cabeza. Te miró mientras juntaba un poco de valentía para preguntarte, "¿Estás enojado conmigo por no decirte...? No lo sabe ni siquiera mi tía Maya... nadie lo sabe- sabía." se corrigió con rapidez.
Negaste mientras suspirabas, acercándote a él para extender tus brazos en su dirección "Debe ser difícil para tí cargar con todo esto solo, no estoy enojado. ¿Me dejas abrazarte?" respondiste con una pequeña sonrisa en el rostro, mirándolo con cariño.
Unas pequeñas lágrimas se juntaron en los ojos del moreno, asintiendo mientras se metía entre tus brazos para ser abrazado, acurrucándose en tu pecho sintiéndose vulnerable pero feliz, agradecido por tu compresión y aceptación.
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In English.
The bells announcing the end of the school day resounded throughout the institution, you had prepared yourself a few minutes before to be one of the first to leave the classroom, so you grabbed your things, said goodbye to the Language and Literature teacher and left walking quickly.
You were worried, very worried about your best friend Pavitr, he had been absent from classes for two whole days and he didn't tell you anything about it, so you were on your way to his house with the excuse of giving him his homework, although you well knew that you wanted to make sure everything is in order.
You bought a small cake on the way, you didn't like the idea of unexpectedly dropping into someone else's house without something to share, it was a tender habit that had been instilled in you since you were little.
You knocked on the door of your best friend's apartment, taking time to fix your hair while you waited patiently. A few seconds later you were attended by the pleasant aunt Maya, who welcomed you with open arms and thanked you for the cake you brought, letting you enter the house while indicating that her nephew was in his room.
You didn't ask her why your friend didn't attend classes, she didn't seem to have any idea about her nephew's absences and you knew that that would only put your dear classmate in trouble with his aunt. You thanked her for her kindness and went into the small hallway leading to the rooms, opening the door to Pavitr's room with confidence.
Looking up, your body froze under the threshold of the door, your eyes focused on the figure of your best friend who had entered through the window almost simultaneously with you. They both looked at each other in silence, he feeling a deep terror inside and gradually falling into panic at seeing you there.
(What are you doing there? When did you arrive? Why are you in his room right at that moment? How will you react? What will you say? How can he lie to you? What can...?) was all he could Pavitr thought as he squeezed the mask of his suit in his hands. Meanwhile, you took a few small steps to finish closing the door behind you, still with your eyes exploring the curious suit that your best friend was wearing.
"It's not what you think, I can explain it" the arachnid tried to speak, stuttering and making it clear that he was bordering on panic at one point.
"Start explaining then" you answered with a low tone of voice, frowning slightly, you had too many questions and now you just wish you had the answers.
He sighed as he tightened his grip on the mask, searching for the right words to tell you. "I like to cosplay" he murmured with a small nervous smile, earning a stern look from you, letting him know that this wasn't funny and couldn't have fooled you. She swallowed hard and looked away before speaking seriously, "You weren't supposed to know this, it was supposed to be a secret" she said with a soft and regretful tone of voice.
You looked at him for a few long seconds, remaining silent, waiting for him to explain things to you at once, but you knew that it was impossible for him when the task that had to do with 'justify your answer' made it difficult for him. You closed your eyes and shook your head softly, crossing your arms to look at him before speaking.
"Spiderman has been in action for six months" you said obviously, taking a few seconds before continuing "Why...didn't you tell me about this? Is it the reason you're missing classes more often than before?" you asked curiously.
He nodded carefully, clearing his throat "Yeah, you don't know when they attack and sometimes they do it before I go to school...they don't give me a chance to show up on time." He answered you with a brief explanation, something you understood and you nodded your head. He looked at you as he mustered up some courage to ask, "Are you mad at me for not telling you…? Even my Aunt Maya doesn't know…no one knows-knew." it was corrected quickly.
You shook your head as you sighed, moving closer to him to extend your arms in his direction "It must be hard for you to carry all this alone, I'm not mad. Can you let me hold you?" you answered with a small smile on your face, looking at him affectionately.
A few small tears gathered in the brunette's eyes, nodding as he entered your arms to be hugged, snuggling into your chest feeling vulnerable but happy, grateful for your understanding and acceptance.
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belencha77 · 1 month
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CAP 35 - AMIGOS Y AVENTURA
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Al llegar al tren, cada uno fue a su habitación para recoger las cosas necesarias para pasar la noche bajo las estrellas. La emoción del viaje llenaba el aire y todos estábamos ansiosos por comenzar nuestra aventura.
Me sentía más relajada solo con estar cerca de todos mis amigos. Al entrar a mi habitación, me di cuenta de lo mucho que había necesitado un descanso así. Llené mi maleta con lo esencial: una linterna, una manta abrigada, ropa cómoda, y por supuesto, algunos bocadillos. Mientras organizaba mis cosas, Chance, mi leal amigo de cuatro patas, me observaba con curiosidad.
|| Voy a extrañarte esta noche, amigo || le dije mientras acariciaba su pelaje. Le dejé comida y agua en su plato y avisé al personal para que lo cuidaran mientras yo no estaba.
Una vez lista, me dispuse a descansar un poco hasta la hora del encuentro. Acostada en mi cama, con el tren detenido y la tranquilidad de la estación, la compañía de Chance me ayudó a relajarme.
**
<<Punto de vista de Drake>>
Cuando llegó la hora, nos reunimos en la limusina y nos dirigimos hacia nuestra pequeña aventura. Junto a todos parecía que cualquier problema desaparecería, por lo menos por algunas horas.
El viaje en auto fue una mezcla de risas y conversaciones. Las ventanas abiertas permitían que el aire fresco nos envolviera mientras cruzábamos paisajes pintorescos. Pasamos por verdes praderas, pequeñas aldeas con casas de piedra y campos dorados por el sol del atardecer. Maxwell no dejaba de contar chistes, haciendo que todos riéramos sin parar, mientras Riley y Liam compartían historias de sus viajes pasados.
Finalmente, llegamos al punto donde la carretera se terminaba y comenzaba el sendero hacia el acantilado de Étretat. Aparcamos la limusina y comenzamos la caminata. El sendero era estrecho y serpenteaba entre árboles frondosos, cuyas hojas empezaban a cambiar de color con la llegada del otoño. Cada paso nos acercaba más al sonido relajante de las olas rompiendo contra las rocas.
La caminata fue ardua, pero valió la pena. Al salir del bosque, el paisaje se abrió ante nosotros, revelando las majestuosas formaciones rocosas y los impresionantes arcos naturales por los que Étretat es famoso. El océano Atlántico se extendía hasta donde alcanzaba la vista, su superficie ondulante reflejando los colores del cielo.
Después de una larga caminata, finalmente arribamos a un acantilado con vista al océano. La vista era impresionante. Nos sentamos en rocas altas y colocamos mantas a cuadros en un círculo alrededor de la fogata que estaba armando. El atardecer pintaba el agua de colores naranja y amarillo, y a lo lejos se podía observar un faro al otro lado del acantilado.
|| Podría acostumbrarme a esto || dijo Liam respirando el aire fresco y estirando sus brazos.
|| ¡HOLAAAAA! || gritó Maxwell para que su voz resonara por todo el valle del otro lado || Esto es tan genial ||
Pero, aunque fuera una hermosa vista, necesitaba encargarme de prender el fuego. Concentrado en mi tarea, apenas noté que Riley estaba hablando hasta que ella se acercó.
|| Drake, deberías contemplar la vista || exclamó emocionada.
|| Sí, es realmente bella || respondí, pero mi mirada volvió a concentrarse en la fogata.
|| Drake, ¿no sugeriste venir aquí para apreciar la vista? Porque ahora ni siquiera la estás mirando || insistió.
|| Lo sé, Brown, y prometo que la miraré más tarde... Pero ahora mismo, necesito asegurarme de que tengamos calor. La noche puede llegar a ser demasiado fría || le respondí. Hana intervino riendo.
|| Estoy de acuerdo con Drake. Quizás sus instintos cavernícolas están entrando en acción || Y sus palabras me hicieron reír.
|| Exacto Hana… Proteger y calentar a la tribu es mi misión. Estoy a cargo de eso || Le dije y Liam, que había estado desempacando comida y poniéndola en bandejas, también intervino.
|| Tranquilas chicas, así es como se pone cuando va de campamento. Es mejor dejarlo trabajar en lo suyo ||
|| Exactamente, escúchenlo. Él lo sabe || exclamé apoyando a Liam. Después de unos minutos, finalmente tenía la fogata encendida y el grupo tenía calor || Muy bien, chicos. Como este viaje fue idea mía, era mi responsabilidad asegurarme de que todos sobrevivieran aquí || dije con una sonrisa de satisfacción.
|| No te preocupes, Drake. Yo creo que estaríamos bien por nuestra cuenta aquí. Soy muy ingenioso || exclamó Maxwell, encogiéndose de hombros.
|| Vamos, Maxwell, no te engañes. Tú serías el primero en rendirte || le dije mirándolo con atención || ¿O no recuerdas cuando nos fuimos a acampar por los valles de Cordonia? ||
|| Bueno, esa vez fue diferente... || Maxwell se puso nervioso, una risa incómoda escapando de sus labios.
|| ¿Diferente? Te pusiste nervioso porque escuchaste un búho y pensaste que era un oso || continué, recordando vívidamente la noche en que Maxwell había estado convencido de que un pequeño búho era una amenaza peligrosa || Terminaste durmiendo en la camioneta mientras todos nosotros estábamos perfectamente bien bajo las estrellas ||
El grupo estalló en risas, recordando aquella anécdota con cariño. Maxwell, aunque un poco avergonzado, se unió a la risa, aceptando la broma con buen humor.
|| Está bien, lo admito. Tal vez no soy tan ingenioso como pensaba || dijo Maxwell con una sonrisa resignada. || Pero no te olvides de la vez que tú ayudaste a Liam || exclamó, intentando defenderse. Liam se puso rojo e intentó replicar.
|| Olvídalo, Maxwell, eso no tiene nada que ver || dijo con seriedad Liam.
|| ¿Y qué fue lo que pasó? || preguntó Riley, curiosa. Antes de que Liam o yo pudiéramos responder, Hana gritó fuertemente.
|| ¡MAXWELL! ¡Tienes un animal en tu camisa! || señaló con terror mientras Maxwell se congelaba en su lugar.
|| ¡Santo cielo! ¡Santo cielo! ¡Santo cielo! ¡Nadie se mueva! Puedo sentirlo moverse... Creo que ha llegado mi momento de morir... || gritó Maxwell, cerrando los ojos, completamente desesperado. Me costó no reírme, pero Liam no pudo evitarlo, negando con la cabeza mientras se acercaba a él. Con calma y cuidado, Liam agarró el animal de la camisa de Maxwell y lo colocó delicadamente en su mano, mostrándonoslo. Maxwell respiró aliviado || ¡Qué alivio! Gracias, Liam... || exclamó Maxwell, mirando la pequeña lagartija. || Hola, pequeño amigo... Déjame decirte que no es bueno quedarte en un grupo donde no fuiste invitado. ||
|| ¿Es venenosa, Liam? || preguntó Hana, retrocediendo por miedo.
|| No lo creo, Hana. Tranquila, || respondió Liam con calma mientras la lagartija se acurrucaba en su palma.
|| Viéndolo con más calma, parece inofensiva, || comentó Maxwell, extendiendo su dedo para acariciar al animal. Sin embargo, la lagartija se tambaleó rápidamente hacia él y le mordió la punta del dedo, haciendo que Maxwell gritara de dolor.
|| Seguro que sí... Muy inofensiva, || dijo Riley riendo.
|| Imagínate Maxwell, ese pobre animal te conoce unos minutos y ya te odia... || añadí en tono burlón, sin poder evitar reírme grandemente.
|| ¡Hey, él no me odia! Tan solo siente que soy una amenaza aterradora, || respondió Maxwell, con una cara de enojo que más bien parecía de consternación. Liam soltó a la lagartija en el suelo, y el pequeño animal se escabulló entre los arbustos, desapareciendo de nuestra vista.
|| Está bien, está bien... Ahora que la visita de la lagartija se acabó, || dije aplaudiendo para llamar la atención. || Continuemos comiendo. ||
**
La camaradería y el buen humor aliviaron cualquier tensión restante. La fogata crepitaba, y la tarde se llenó de risas y recuerdos compartidos, haciendo que la pequeña aventura fuera especial. Poco a poco, los rayos de sol se ocultaban, tiñendo el cielo de tonos cálidos y nostálgicos.
|| Gracias, Hana, por proporcionarnos la comida, || dije con sinceridad, apreciando el esfuerzo que había puesto en preparar todo.
|| Fue un placer, Drake. Aunque el viaje fue un poco imprevisto, pude empacar lo necesario. ¡Gracias por organizarlo! || Hana respondió, sonriendo ampliamente.
|| ¡Hana, todo lo que trajiste es perfecto! || exclamó Riley emocionada.
|| Chicos, ¿hay algo que Hana no pueda hacer? || preguntó Maxwell con admiración hacia Hana || ¿Qué más podría pedirle a la vida? Tengo comida, naturaleza, buenos amigos y a la chica más linda de todas ||
|| Awwww, Max, eres un encanto || respondió Hana mientras Maxwell dejaba escapar un gran suspiro, apoyado contra una de las rocas y le daba un beso en su mano. Liam observó a Riley y le dedicó una sonrisa.
|| Tienes razón, Maxwell, ¿qué más se puede pedir? || exclamó Liam mientras miraba a Riley con adoración. Rápidamente aclaré mi garganta.
|| Por favor, por favor... Pueden dejar a un lado la miel || dije tratando de no parecer demasiado disgustado. Por un momento, me sentí como un plato de segunda mesa, observando cómo todos parecían estar perfectamente emparejados || Me alegra que todo esté funcionando || comenté, tratando de mantener un tono ligero.
Pero por dentro, la sensación de exclusión se intensificaba. No era fácil ver a todos tan felices y emparejados, especialmente a Riley con Liam. Cada mirada y sonrisa entre ellos era un recordatorio doloroso de lo que no podía tener. Aun así, me forcé a sonreír y a disfrutar del momento, porque, al fin y al cabo, había organizado este viaje para todos, especialmente para Riley. Verlos felices, aunque me sintiera un poco al margen, era suficiente recompensa.
|| Estoy muy feliz de estar con todos ustedes. Honestamente, es muy liberador poder compartir este momento lejos de todo el drama del tour || exclamó Liam mientras se acercaba a Riley y colocaba su mano cerca de la de ella. Observé cómo sus manos se encontraban de manera natural, y sentí cómo algo se apretaba en mi pecho. Maxwell y Hana parecían inmersos en su propio mundo, ajeno al torbellino de emociones que yo estaba experimentando. De repente, Riley inclinó la cabeza hacia Liam, compartiendo risas y miradas que hablaban de una complicidad profunda. Me quedé allí, observando en silencio. Era evidente que Riley estaba completamente entregada a Liam, y eso me provocaba una mezcla de admiración y resignación. Ambos rieron, y sentí que no podía soportarlo más. Me levanté rápidamente y me dirigí al borde del acantilado. No puedo negar que mi herida seguía abierta, y necesitaba encontrar un rincón donde pudiera olvidar, al menos por una noche, lo que mi corazón realmente deseaba.
Después de algunos instantes, la voz de Riley me sacó de mis pensamientos.
|| ¿Así que finalmente estás contemplando la vista? || preguntó Riley, mirando al horizonte como yo. La miré suavemente y luego volví a admirar el hermoso atardecer.
|| Sí, finalmente. Ahora que me he ocupado de lo básico, puedo hacerlo || respondí, intentando ocultar cualquier emoción.
|| Nunca había visto algo tan hermoso || dijo, llena de emoción. Ambos observamos cómo las hojas se balanceaban con el viento y el sol poniente pintaba los árboles en tonos de rojo, amarillo y naranja. Los acantilados como estos son increíbles para contemplar, especialmente en momentos como estos. || Es muy hermoso, para ser sincera, y me alegra que hayamos venido para verlo || añadió, sonriendo ampliamente. Nos quedamos en silencio por un momento, absorbidos por la tranquilidad del entorno. Después de un rato, ella rompió el silencio con otra pregunta|| ¿Qué te llevó a elegir este lugar para visitar hoy? || preguntó, curiosa por conocer más de mis pensamientos.
|| Bueno, necesitaba un descanso de la ciudad y había oído hablar de lo impresionante que es este lugar al atardecer. Además, pensé que sería agradable compartirlo contigo en tu cumpleaños || respondí, tratando de transmitir la sinceridad de mis sentimientos mientras encontraba en su mirada una calidez reconfortante.
|| Me alegra que lo hayas elegido. Ha sido un buen día para desconectar || comentó Riley, mientras seguía disfrutando del momento || Gracias por hacer esto, Drake, significa mucho para mí || añadió, colocando su suave mano en mi brazo. Su toque envió una oleada de emociones a través de mí, y sentí una conexión profunda en ese instante. Justo cuando abría la boca para contestarle, Liam la llamó desde la distancia:
|| ¡Riley, ven a ver esto! ¡Es increíble! || Su voz rompió el cálido momento que estábamos teniendo, llevándose a Riley consigo. Ella se volvió hacia mí, sonriendo disculpándose:
|| Parece que me necesitan || me dijo. Rápidamente asentí, forzando una sonrisa.
|| Ve, Brown, no te preocupes… Yo seguiré admirando la vista || le respondí. Observé cómo se alejaba hacia Liam, sintiendo cómo la distancia entre nosotros crecía, no solo físicamente, sino también emocionalmente.
Mi mente se llenó de preguntas sobre qué podría haber sido si las circunstancias hubieran sido diferentes, si Riley hubiera sentido algo más por mí. Esas reflexiones persistían mientras los observaba, compartiendo risas y gestos cómplices. Liam le susurró algo al oído que hizo que Riley riera con verdadera alegría. Desde mi lugar, vi cómo Riley y Liam se abrazaban, compartiendo una mirada cargada de complicidad mientras contemplaban el horizonte. Verlos avivó sentimientos que deseaba compartir con ella. Sentí una mezcla de nostalgia y resignación al aceptar que lo que anhelaba con Riley nunca sería posible.
En ese preciso instante comprendí que debía enfrentar la realidad: el amor que sentía por Riley estaba destinado a permanecer oculto. Decidí entonces que era momento de seguir adelante. Debía buscar nuevos caminos, tratando de llenar el vacío que Riley había dejado en mi corazón. Desvié la mirada hacia el horizonte, buscando encontrar algo de paz y comenzar a sanar las heridas que aún mantenía.
Principio del formulario
Final del formulario
**
<<Punto de vista de Riley>>
Después de unos minutos, cuando el último rayo de sol se desvanece y la luz de la luna comienza a reflejarse en el agua, casi todos hemos terminado de construir nuestras carpas a la perfección. Liam me mira y se acerca con una sonrisa traviesa.
|| ¡Vaya! Parece que sabías lo que hacías || me dice mientras se mueve detrás de mí, acercándose a mi oído || Y no puedo negar que estoy impresionado. Pensé que aquí iba a poder presumirme frente a ti. || Su voz suave hace que mi respiración se ralentice; me encanta cuando está tan cerca. Giro mi cabeza para mirar sus labios.
|| ¿No me digas? Quién sabe, quizás encuentres otra manera de impresionarme ||
|| No lo sé, eso lo veremos más tarde || murmura mientras sus dedos rozan mi barbilla y me obliga a mirarlo a los ojos. Le sonrío como una boba. De repente, Drake aclara su garganta y nos mira a todos con atención.
|| Muy bien todos, es hora de descansar. Mañana regresaremos a primera hora al amanecer… No queremos que empiecen a buscar a su rey desesperadamente || dice, luego posa su mirada en mí y, con una ligera sonrisa, exclama || Brown, espero que hayas disfrutado de esta pequeña escapada al aire libre. ¡Feliz cumpleaños! ||
|| ¡Feliz cumpleaños! || gritan los demás al unísono.
|| Gracias, chicos. Han hecho de este día uno que jamás olvidaré || respondí, sintiendo una profunda gratitud. Luego, todos nos levantamos y nos dirigimos a nuestras tiendas para descansar.
**
Cuando la oscuridad cayó sobre el campamento, los grillos comenzaban a cantar y la luz del faro iluminaba partes del océano. Dentro de la mía, la luz del fuego parpadeaba constantemente. Podía escuchar claramente cómo todos comenzaban a cerrar las cremalleras de sus tiendas de campaña para pasar la noche. Me recosté en mi cama, pensando en los eventos de mañana. A pesar de todo lo que hemos descubierto, todavía me siento perdida y no puedo negar que tengo un poco de miedo. De repente miro mi reloj y me doy cuenta de que es la hora de mi encuentro con la única persona que me hace sentir segura: Liam. Decido colarme en su tienda. Lentamente, abro la cremallera de mi tienda con cuidado y veo que la suya está ligeramente abierta. Me aseguro de que no haya nadie alrededor y me deslizo suave y lentamente hacia su tienda. Al entrar, lo veo colocando su saco de dormir en el suelo.
|| Toc – Toc || susurro, y él me mira con una gran sonrisa.
|| ¡Riley! Llegaste || Me dice y sin querer, lo miro de pies a cabeza, ya que se encuentra solo con sus calzoncillos. No puedo negarlo, ¡qué hermosa vista!
|| Estaba ansiosa por estar contigo || digo, mientras me acerco lentamente hacia él. De un solo tirón, me hala hacia su abrazo.
|| Riley, debo confesar que yo también moría de ganas por estar a solas contigo. ||
|| Y aquí estoy, Liam, solo para ti. || le susurré mientras acariciaba suavemente su brazo. || No hay otro lugar en el que prefiera estar esta noche. || Mi mano recorre los músculos de su hombro hasta su mano y los entrelazo. Liam me hace espacio, abriendo su saco de dormir y tirando las mantas. Colocada entre sus brazos, lanzo un suspiro que venía conteniendo || Entonces, ¿te gustó escaparte esta noche? ||
|| Seguro que sí. Esto me hace recordar cuando los tiempos eran simples, esos tiempos cuando Drake, Maxwell y yo podíamos escapar de la corte por una noche sin que nadie dijera nada… Sin embargo, este viaje en particular tiene sus méritos... || Coloca un mechón de cabello detrás de mi oreja. No puedo evitar dejar escapar una pequeña respuesta de gemido || Tu presencia es una magnífica adición ||
|| Yo digo lo mismo y, ¿sabes? Estoy feliz de estar aquí… Aunque no sabía que ustedes solían acampar… Por cierto ¿A qué historia se refería Maxwell hace un momento, que no le dejaste hablar? || pregunto curiosa.
|| Bueno, pues es porque es un poco vergonzosa, se podría decir… Pero te la voy a contar || Me abraza y automáticamente me acurruco en él, sumergiéndome en su cálido toque || No tengo muy clara la edad, pero creo que tenía alrededor de doce o catorce años cuando me perdí en el bosque. Drake, Maxwell y yo nos escapamos a uno que queda junto al palacio para pasar la noche. Muy de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, me levanté a buscar agua. No tuve problema en encontrar el arroyo, pero al regresar, comencé a andar en círculos y no podía encontrar mi camino de vuelta al campamento. Para cuando salió el sol, estaba completamente perdido || exclama con una risa, mientras yo me espanto ante la historia.
|| ¿Y cómo encontraste el camino de regreso? || pregunté asustada.
|| Nunca lo hice. Fue Drake quien me encontró, || respondió con una sonrisa || Había seguido mi rastro desde las carpas y me encontró vagando entre los árboles, a más de veinte minutos de nuestro campamento. Mientras tropezaba en el bosque, me sentía completamente solo, pero cuando Drake me encontró, me di cuenta de que, incluso cuando pensaba que estaba solo, él siempre me respaldaba. Drake jamás se burló de mí; solo me llevó de vuelta. Cuando llegamos a casa, ninguno de ellos mencionó esto a nadie. Es por eso que esta noche me ha recordado mucho a esa aventura. No por perderme, sino por ese sentimiento de saber que tengo personas en las que puedo confiar y contar. Personas por las cuales me preocupo y que me importan más allá de todo el drama cortesano. || El relato de Liam me conmovió profundamente. Sentí una calidez en mi corazón al escuchar la importancia de la lealtad y la amistad en su vida. Verlo hablar con tanto cariño y gratitud hacia Drake y Maxwell, me hizo darme cuenta de lo afortunada que era de estar rodeada de personas tan especiales. Liam continuó, su mirada se suavizó mientras hablaba de sus amigos. || Drake y Maxwell son como hermanos para mí. Drake siempre ha estado ahí, como un guardián silencioso, asegurándose de que nunca me pierda, tanto literal como figurativamente. Maxwell, con su ingenio y humor, siempre sabe cómo sacarme una sonrisa, incluso en los momentos más oscuros. Ambos me han enseñado lo que significa la verdadera amistad. ||
|| Me alegro de que hayamos venido entonces || le digo, mirándolo fijamente. Ver la emoción en los ojos de Liam mientras hablaba de sus amigos me llenó de ternura. Agradecí en silencio tener la oportunidad de ser parte de este círculo tan unido y lleno de cariño.
|| Yo también me alegro || dice Liam, inclinándose lentamente para presionar sus labios contra los míos en un beso prolongado. Sus manos se deslizan suavemente por mi cintura mientras nos fundimos en ese momento íntimo. Cuando nos separamos del beso, susurra cerca de mi oído, con su voz ronca y llena de deseo || Quédate aquí conmigo esta noche || Le sonrío con picardía y asiento con la cabeza.
**
Después de perdernos el uno en el otro durante un rato, apoyé mi frente contra la suya, sintiendo un hormigueo en los labios mientras mantenía los ojos cerrados.
|| Deberíamos dormir un poco || susurré a Liam. Él asintió con la cabeza. Nos acostamos uno al lado del otro, y bajo la tenue luz de la luna, pude verlo sonreír mientras descansaba la cabeza en la almohada. Rápidamente me incliné sobre el espacio entre nuestras almohadas y rocé mis labios suavemente contra los suyos. Liam correspondió inclinándose hacia el beso, deslizando una mano por mi cabello. Luego, con ternura, me rodeó con su brazo, atrayéndome hacia él || Gracias por el final perfecto para un día perfecto, mi Rey || susurré y pude verlo sonreír. Luego me acurruqué entre sus brazos y rocé suavemente su nariz con la mía || Buenas noches, mi amor || murmuré.
|| Buenas noches, mi Reina || respondió Liam en un susurro. Juntos nos sumergimos en un sueño cálido y confortable, donde todas las preocupaciones del mundo se desvanecieron mientras dormíamos juntos, abrazados en la tranquilidad de la noche.
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@tessa-liam, @kingliam2019, @choicesficwriterscreations
If anyone else wants to be tagged, just let me know. I hope you enjoy this wonderful love adventure.
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simmerianne93 · 11 months
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I'm participating in Simblreen 2023
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ENGLISH:
Hello everyone!! How are you today??
Simblreen2023 is here!!!
I was supposed to make this post last monday, but I have being working non stop on all the gifts that I will be giving in the event with none time to make the post.
As you can read, I'll be participating this year and I'm really excited 'cause I have a lot of gifts for you all: Action poses, Fantasy poses, Halloween "family and friends" poses... I have done all kind of poses for all kind of players and I hope you all like them.
As last year, I'll be doing a small dynamic: A treasure hunter!!
I'll be hidding some candies 🍬🍭🍫 on my tumblr in some posts each day of simblreen (Saturday 21st, Sunday 22nd, Saturday 28th and Sunday 29th) and you guys will have to look for them to get your gifts while my porchlight is ON.
Once you find these candies, click on them and these candies will guide you to the link of your precious gifts.
There are three different types of candies in the two posts that you have to find per day, each candy will guide you to the hosting site you prefer:
🍬 Mediafire.
🍭 Simfileshare.
🍫 Google drive.
As I have just said, there will be TWO hunts per day, as long as my porch light is on (I'll do a separate post to let everyone know when I turn my light on and off, so you know what times the hunt will be active).
And you will also be able to participate in the "witching hour" (on Friday 20th and Friday 27th) which, as its title says, will be one hour on that days where you will find 2 more gifts. [If you miss the witching hour on Friday 20th, you'll have the chance to participate again next Friday 27th for the same two gifts].
So there are a total of 10 gifts for you this year.
I will be publishing all the gifts, in case you missed any, after the event ends but I'll be happy if you participate (after all, you will be able to use the poses before anyone else 😏).
SIMBLREEN GIFTS are and always will be free as the gift they are.
To recap:
The candies (🍬🍭🍫) will be hidding around my tumblr in 2 diferent random posts.
Week 1:
October 20 (Friday): Witching hour (2 gift in 1 hour).✅
October 21 (Saturday): 2 other gifts while my porchlight is on.✅
October 22 (Sunday): 2 more gifts while my porchlight is on. (MOVED TO WEEK 2)
Week 2:
October 27 (Friday): Witching hour (2 gift in 1 hour). If you didn't find the gifts on the 20th, you still have another chance to find them in this day.
October 28 (Saturday): 2 3 other gifts while my porchlight is on.
October 29 (Sunday): 2 3 more gifts while my porchlight is on.
OCTOBER 31st: WITCHING HOUR with all the gifts, for you to find the ones you have missed, before I share them all in the next days calmly.
After the event ends, you'll have the gifts you've missed in my Patreon and Tumblr FOR FREE!.
Total number of gifts: 10.
Go for it!!
You can know more about Simblreen here.
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ESPAÑOL:
Hola a todos!! ¿Cómo están?
¡¡Simblree2023 ha llegado!!
Se supone que haría este post el lunes, a principio de semana, pero he estado trabajando sin parar en todos los regalos que traeré para ustedes en el evento y no he tenido tiempo para escribir el post hasta ahora.
 Como pueden leer, estaré participando este año y estoy muy emocionada porque tengo muchos y variados regalos para todos: Poses de acción, poses de fantasía, poses de Halloween "familiares y amistosas"... he intentado abarcar toda clase de poses para toda clase de jugadores (Obviamente manteniendo la temática halloweenesca) y de todo corazón espero que a todos les gusten.
Tal como el año pasado, estaré haciendo una pequeña dinámica: una búsqueda del tesoro.
Estaré escondiendo algunos caramelos 🍬🍭🍫 en mi página de tumblr en algunos posts cada día del simblreen (Sábado 21, Domingo 22, Sábado 28 y Domingo 29) y ustedes tendrán que buscarlos para conseguir sus regalos mientras la luz de mi "linterna" esté encendida.
Una vez encuentren los caramelos, tendrán que darle click a alguno de ellos y los caramelos los guiarán al link que contiene su regalo.
Hay tres diferentes tipos de dulces en los dos posts que tienen que conseguir por día, cada caramelo les llevará a la página que ustedes prefieran para descargar:
🍬 Mediafire.
🍭 Simfileshare.
🍫 Google drive.
Como acabo de decir, habrán DOS cacerías por día, mientras mi "lampara" esté encendida (Haré un post separado avisando cuando encienda o apague la luz, de manera que puedan saber cuándo tengo activa la cacería).
Y también estaré haciendo una "HORA DE LAS BRUJAS" (los días Viernes 20 y Viernes 27) que, como su nombre indica, será UNA hora en esos días donde podrán encontrar 2 regalos más. [Si por casualidad te perdiste la hora de las brujas el Viernes 20, tendrás oportunidad de participar de nuevo el Viernes 27 por los mismos dos regalos].
Por lo tanto hay un total de 10 regalos para todos este año.
Estaré publicando los regalos, en caso de que te perdieras alguno, luego de que el evento termine, pero estaré muy feliz si participan en la actividad (después de todo, serán capaces de utilizar las poses antes que nadie más 😏).
LOS REGALOS DE SIMBLREEN son y siempre serán gratis para todos, como los regalos que son. 
Recapitulando:
Los caramelos (🍬🍭🍫) estarán escondidos en mi tumblr en 2 posts diferentes. 
Semana 1:
Octubre 20 (Viernes): HORA DE LAS BRUJAS (2 regalos en 1 hora).✅
Octubre 21 (Sábado): otros 2 regalos mientras mi "linterna" esté encendida.✅
Octubre 22 (Domingo): 2 regalos más, mientras mi "linterna" esté encendida. (MOVIDOS A LA SEMANA 2)
Semana 2:
Octubre 27 (Viernes): HORA DE LAS BRUJAS (2 regalos en 1 hora). Si no pudiste encontrar los regalos el día 20, tienes otra oportunidad de encontrarlos este día.
Octubre 28 (Sábado): otros 2 3 regalos mientras mi "linterna" esté encendida.
Octubre 29 (Domingo): 2 3 regalos más, mientras mi "linterna" esté encendida.
Octubre 31 (Martes): HORA DE LAS BRUJAS con todos los regalos para que consigas los que no hayas encontrado, antes de compartirlos con calma en los días siguientes.
Después de que el evento acabe, podrás conseguir los regalos que no hayas encontrado en mi Patreon o en mi Tumblr, ¡GRATIS!
Número total de regalos: 10.
A por ello!!
Puedes enterarte bien de lo que es Simblreen aquí.
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@simblreenofficial
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vienitas · 3 months
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ENTREGA: VENUS SUTIVANISAK. HABILIDAD: SIGILO (1/3).
memorias de un momento que cambió su vida para siempre.
tw: armas y muerte.
sus pisadas fueron duras y resonantes. los tacones provocaron eco contra las paredes vacías. sus orbes, oscuras y gélidas, sostienen el mismísimo invierno tras cada pestañeo. su semblante ya no es suave ni apacible, mucho menos está condecorado con la clásica sonrisa que solía dedicar en un pasado. 
se detuvo frente a la primera puerta y tomó una bocanada de aire. 
aún vive en sus memorias el recuerdo de su corazón latiendo desbocado en su pecho. corrió hasta que sus pulmones dolieron al chocar con su caja torácica. un ruido estruendoso la detuvo y miró hacia atrás:  — mierda, mierda, mierda — murmuró, escondiéndose tras una de las puertas metálicas.  su diestra se movió hasta el localizador en su muñeca, lo buscó entre los puntos cercanos que se alejan y desaparecen. no estaba.  — la puta mierda, archer, ¿donde vienes? — se quejó, mientras sus dientes jalaron del guante para quitarlo y poder manipular mejor la pequeña pantalla táctil.  ¡ahí está! gritó en sus entrañas. quizás estaba escondido, era extraño verlo quieto. 
archer nunca fue de los que dejaban actuar al resto sin más. 
el sonido de la puerta le arrebató los últimos sentimientos. primero escuchó una especie de bocina y se encendió una luz roja en la zona izquierda superior, luego, se abrió y se encontró de frente con un rostro enfermizamente familiar. 
— venus. 
no la miró. no le interesaba escuchar la clásica pregunta con predecible desenlace. 
es difícil cuando tu corazón se destruye en mil pedazos, ¿sabes? de pronto, y subitamente, todo lo que tenía sentido deja de hacerlo. todo por lo que vivías deja de existir. es difícil haberlo tenido todo y experimentar la nada. 
— vine a ver a wren.
continuó sin verla. sabía que no cargaba culpas, que fue un error de cálculos. que el haber encontrado el cuerpo masculino al borde del último suspiro fue netamente circunstancial; pero ¿podrían culparla? en cada esquina veía lo mismo: miradas de lástima, pasó de ser la hija de un alto mando a la prácticamente viuda en acción. siempre eclipsada, destruida y pisoteada por un hombre. 
— voy por él. 
y despareció. nuevamente la dejó allí, sola, con la afonía ambiental y el ruido constante de sus pensamientos. su rostro seguía pétreo, sus ojos ya estaban resecos de tanto llorar.  — ¿ves eso que está allí, uh? innie — archer la miró con la clásica sonrisa juguetona, su índice apuntaba a un punto en el cristal que no supo identificar hasta que se detuvo a su lado.  — ¿un edificio? — elevó una de sus cejas en su dirección, sin embargo, no fue hasta que la corrió para dejarla frente a sí que sonrió. era una iglesia. — ¿lo ves ahora?  — lo veo ahora. — tú, yo y gala. ¿qué dices?  — estás loco — negó con su cabeza y quiso deshacerse de su agarre, pero no pudo. nunca podía alejarse de quien fue su hogar todo este tiempo.  — estaría loco si no te lo pidiera. 
durante todo este tiempo, estuvo moviendo argolla con pequeño diamante en la punta. no se dio cuenta hasta que wren apareció en escena y posó su mirada en su mano. la escondió en el bolsillo de su chaqueta.
— quiero verlo. 
— no tomes una mala decisión ahora. ve a casa, estás sensi…
— ¡quiero verlo! 
su voz resonó no sólo en sus cuerdas vocales, también chocó con las paredes y logró llamar la atención de más de un agente especial que caminaban por los pasillos. 
— no me hagas pedirlo dos veces.
una película acuosa comenzó a agruparse en sus orbes, por primera vez en tres semanas podían ver un ápice de emoción en un rostro que se solidificó cuando declararon la hora de defunción: 15 de septiembre de 2019, 23:45 hrs. 
no se supo si fue negligencia o también sed de venganza, pero su capricho fue escuchado, una vez más, y se limitó a asentir. 
la tailandesa siguió el andar firme de su compañero de escuadrón y, ahora, superior. era amigo de archer y dio un discurso que pudo haber quebrado a cualquiera menos a ella, cuya humanidad se vio tan trastocada que no está segura si alguna vez podrá recuperarla. 
entonces, te odiaré. te pintaré como el villano que nunca fuiste. voy a culparte por cosas que nunca hiciste, porque odiarte es la única forma en que deje de doler. 
se detuvo frente a la puerta de concreto, él tras de ella. 
— te cubriré, ¿lo sabes? 
— lo sé. 
y entró. 
lo siguiente que se escuchó fue una bienvenida en un acento estadounidense que se encargaría de odiar toda su vida. ¿tenía familia? ¿una hija? ¿un mujer esperándolo en casa? ¿una madre? archer tenía todo eso. 
archer tenía amigos, participaba en fundaciones. tenía una familia que lo amaba, una abuela que se aferraba aún a los últimos recuerdos de su nieto en medio de un episodio de demencia. tenía una madre que declaraba su orgullo y un padre que no podía reponerse de la pérdida. la tenía a ella. archer tenía una hija y una persona que lo amaba con cada latido de su corazón. 
— ¿algo que decir?
— debí darle más fuerte.
él se dedico a tatuar en su canal auditivo un acento neoyorquino que no volvió a olvidar. ella dejó el recuerdo de una bala que atravesó su cráneo. 
no. no se sintió mejor. 
archer no volvió ese día ni el siguiente. 
la visita en sueños, la abraza en sus recuerdos y han pasado cuatro aniversarios y aún duele como la primera vez.
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rafaelmartinez67 · 8 months
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Mar de historias | Cristina Pacheco
Jardín de olvidos/
No estás segura de cuándo ocurrió por primera vez, únicamente sabes que un día no lograste precisar ciertos detalles. Al poco tiempo advertiste que se te habían borrado otros y luego algunos más; sin embargo, no concediste importancia a esos olvidos. Tal como hacemos con las cláusulas que aparecen al final de los contratos de compra-venta, postergamos su interpretación para un mejor momento, pero para entonces ya es inútil: lo hemos perdido todo por no haber dado importancia a las letras diminutas.
No quiero que me suceda lo mismo contigo y por eso tengo que ser muy clara y enfática, aunque sepa que voy a parecerte autoritaria. Quiero decirte, de una vez por todas, que de ninguna manera permitiré que entres allí. Como te conozco y sé que no bastará con que te lo prohíba, por si llegaras a ignorar mi advertencia, he decidido proteger con una barda muy alta ese jardín. Lo conoces. Te he visto merodearlo cuando sientes que necesitas un descanso profundo, un rincón alejado hasta donde no puedan llegarte mis súplicas de ayuda, mi interés por sacarte a la luz aunque sea bajo otras identidades y otros nombres, como si fueras un delincuente dispuesto a todo con tal de burlar la acción de la justicia.
Reconozco que tal vez he abusado de tu buena disposición para aceptar convertirte en la hermana, la amiga íntima, la compañera de trabajo, la rival, la vecina o simplemente una desconocida que atraviesa una calle y en su apresuramiento deja caer un papel con algo escrito que me llena de curiosidad acerca de quién fue y quién será esa mujer.
II
Es fácil imaginar que estás cansada de haberte convertido, durante años sucesivos, en todas esas personas y al mismo tiempo seguir siendo lo único que eres en realidad: mi madre. Ese parentesco te da derecho y autoridad para recordarme que estoy obligada a respetar tus decisiones. Siempre lo hice –aunque a veces a regañadientes– y seguiré haciéndolo con tal de que tu voluntad no sea esconderte en esa especie de jardín secreto adonde han ido a parar mis múltiples olvidos.
No quiero que seas uno más ni que otra vez te desvanezcas, ni que luego de suplicarme que no llore tu ausencia te quedes para siempre enmudecida y rígida. No voy a permitir nada de eso porque a pesar de tu ya largo alejamiento sigo necesitándote bajo tu real identidad de madre. Me consolará el simple hecho de imaginar que aun desde el silencio infinito vas a responder a mi llamado, a hablarme de ti, de nosotras; de las noches en que íbamos juntas hasta la parada del tranvía a esperar el regreso de alguien; o de las horas en que, mientras hacías remiendos y milagros, le inventabas historias y destinos a los fantasmas de tu imaginación.
III
Si entras en el jardín de mis olvidos no habrá quien me ayude a revivir tantos recuerdos, ni podré devolverte a la vida bajo distintos nombres y personalidades, por último la de una anciana que, desde el quicio de su cuarto de asilo, se pregunta qué día es hoy y quién vendrá mañana a visitarla. Todas esas situaciones podré registrarlas en una historia si tú me ayudas a escribirla con tu bella caligrafía de convento.
De eso, de tus cuatro años entre las madres Josefinas, me hablaste poco. Cuando te pedí que ampliaras tu relato me dijiste que lo harías luego, en el momento en que no estuvieras ocupada en alguna de aquellas pequeñas tareas que nos facilitaban la vida, aunque la tuya fuera difícil, muchas veces amarga, y sin embargo, nunca fuiste cruel ni pesimista; nos impulsaste a creer que mañana siempre sería mejor que ayer y nos permitiste soñar.
IV
Sé cuáles fueron tus sueños de muchacha porque me los contaste muchas veces, riéndote de ti misma, de tu ingenuidad al creer que tus anhelos podían cumplirse de un momento a otro porque aún eras muy joven y sin prisa. Estabas dispuesta a esperar el tiempo necesario siempre y cuando no rebasara la fecha de caducidad de tu fe en los milagros.
De eso y de muchas otras cosas que te sucedieron y me contaste hablo conmigo misma; de lo que fue imposible para ti hago hablar a los seres ficticios que no son tú, ni visten aquel traje morado que volvía más intensas tus ojeras, ni llevan tu nombre y, sin embargo, tienen algo de ti, que podría ser tu sombra, el eco de tu voz, un pedazo de tu alma.
Me estoy desviando del motivo de mi visita a este cementerio. Aunque ya te lo dije, para que no haya duda lo repito: vine a prohibirte –así como lo oyes, prohibirte– que entres en mi jardín, y también vine a refrendar ante ti mi decisión de ponerle a ese espacio una barda tan alta que nunca puedas remontarla.
Como habrás visto, no tienes alternativa, vas a seguir intacta en mi recuerdo, como lo que fuiste y serás para siempre: la madre a quien le dije en una fecha como esta: Te amo como a nadie. Juro que seguiré diciéndotelo mientras yo misma no me convierta en un olvido más.
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deepinsideyourbeing · 2 months
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Golden Slumbers - Santiago Vaca Narvaja
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+18! Sub!Santi. Begging, edging, face slapping (once), (anal) fingering, marking, (un poquito de) mommy kink, orgasm denial, overstimulation, sex toy (dildo), somnofilia (en el principio), edades no especificadas. Uso de español rioplatense.
La luz del sol filtrándose por la ventana ilumina los rulos de Santiago cayendo sobre la almohada, su rostro de expresión pacífica y también sus hombros desnudos, desprotegidos contra el frío. Tus dedos rozan su pómulo con suavidad, temiendo despertarlo, y cuando tu mano cubre su mejilla en un gesto de afecto jurás que persigue el contacto con tu palma.
Descubrís su cuerpo tirando de las mantas y sábanas lentamente: todavía está durmiendo en la misma posición en la que se encontraba cuando abandonaste la cama hace más de media hora, recostado sobre  su lado izquierdo y con las piernas flexionadas en un ángulo que, combinado con su fijación por dormir sin ropa, lo deja enteramente expuesto.
En busca de la posición ideal tu rodilla golpea la parte posterior de su muslo y él se remueve, quejándose pero todavía profundamente dormido. Masajeás su pierna de manera superficial, rozando con las yemas de tus dedos su erección matutina que descansa entre sus muslos, y ofrecés el mismo tratamiento a su trasero –donde se conservan las marcas de tus dientes-.
Procurando hacer el menor ruido posible dejás caer una generosa cantidad de lubricante sobre tus dedos índice y medio: está frío, muy frío, pero el tiempo no está precisamente de tu lado y es por eso que los guías de inmediato hacia la pequeña entrada de tu adorable novio. Rozás su agujero y suspirás cuando su cuerpo cede para permitir el paso de un dígito.
¿Cuántas veces te encargaste de destrozarlo con tus dedos y otros objetos? No estás segura y calcularlo sería una  pérdida de tiempo, pero ese es el motivo exacto por el cual te sorprende que sus paredes estén aún imposiblemente estrechas cuando succionan tu dedo con voracidad. ¿Memoria muscular? Es probable.
Igualmente sonreís con orgullo.
-¿Santi?- preguntás en voz baja luego de oírlo suspirar-. ¿Bebé?
No responde con palabras pero sí con su cuerpo, contrayéndose. Realizás pequeños movimientos ya no tan delicados con tu dedo, estimulando sus nervios de manera experta y rozando su próstata sin tener consideración por la sensibilidad que siempre lo ataca cuando lo hacés. Justo como esperabas, funciona, porque con un sonoro gemido despierta y voltea a verte.
-Buenos días, lindo- saludás-. ¿Cómo dormiste?
-Buen día- responde con voz entrecortada. Intenta continuar luego de relamer sus labios y en vez de palabras sólo puede producir gemidos, sin saber si son producto de la excitación o de la vergüenza, con sus mejillas tomando temperatura y los ojos llenándose de lágrimas por el placer que se dispara por su cuerpo, desorientándolo todavía más.
Introducís un segundo dedo y él abraza su almohada, abrumado por el repentino ardor, sujetándola como si fuera el último objeto que lo mantiene sobre la Tierra… Pero pronto se encuentra suspirando, entregándose y restando importancia a ese pasajero escozor propio de la dilatación, moviendo sus caderas provocadoramente para rogar por lo-que-sea.
-¿Sí? ¿Querés más?- preguntás con una pequeña risa.
-Por favor.
Retirás tus dedos sólo unos segundos para volver a cubrirlos con lubricante y él se queja por la sensación de vacío que lo embarga. Mueve sus muslos en busca de mayor estimulación, acción que intentás ignorar para no caer en la tentación, entre ellos su punta goteando fuera de control y haciendo brillar su piel deliciosamente. Dios, ¿por qué hace siempre lo mismo? ¿Por qué parece conocer tan bien tus puntos débiles?  
Molesta por la facilidad con la que sus acciones te afectan, volvés a penetrarlo con tus dedos y Santiago se sobresalta, ya sea por el producto frío o la fuerza repentina que empleás. De igual manera la sorpresa en su rostro muta rápidamente hasta convertirse en una expresión de pura entrega, tan hermosa que resulta imposible dejar de mirarlo.
En la habitación antes silenciosa ahora sólo se oyen su respiración cada vez más profunda, el placer en su voz ronca y el sonido húmedo de tus dedos en su interior, que está cada vez más relajado pero no deja de succionar. Sus uñas arañan peligrosamente las sábanas y sus dientes torturan de la misma manera su labio inferior cuando intenta no gemir.
-¿Tenés ensayo hoy?- preguntás con tus dedos aún enterrados en lo profundo de su cuerpo. Con tu otra mano te las ingenías para esparcir el lubricante sobre el dildo en tu arnés.
Un gesto afirmativo es lo único que recibís como respuesta: Santiago es inteligente y un ávido lector, su vocabulario es impresionante y él tan elocuente, pero ahora con sólo unas cuántas caricias lograste hacerlo perder la capacidad del habla. En su mirada podés apreciar que cualquier rastro de coherencia también comienza a abandonarlo.
Rozás su piel con la punta del dildo y él se reincorpora lo suficiente para mirar. Un suspiro un tanto grave nace y se extingue en su garganta cuando nota que se trata de su dildo favorito, con el largo y ancho perfecto y la curva que roza todos los lugares que lo hacen temblar. Se deja caer sobre la almohada cuando tus dedos lo abandonan y guiás el juguete hacia su entrada.
-Respirá- indicás.
Con un movimiento de tus caderas una parte del dildo desaparece en su interior, su entrada brillante recibiéndolo sin mucha dificultad y su respiración interrumpiéndose por la repentina sensación. Empujás más mientras acariciás la zona de sus costillas y su espalda, masajeando su piel para distraerlo cuando comenzás a moverte muy lentamente.
Sus gemidos son suaves y no dejan de resonar entre las cuatro paredes, acompañados por algún que otro quejido cuando enterrás tus uñas en su cadera, dibujando marcas de fuego. Te disculpás en voz baja y él niega, restándole importancia al asunto porque es perfectamente consciente de que no es tu culpa, simplemente no podés controlarte cuando están así.
Encontrás una posición más cómoda y establecés un ritmo ideal que provoca que tu novio derrame esos sonidos hermosos por sus labios y cantidades obscenas de líquido preseminal sobre su piel. Tomás su erección caliente y pesada para jugar con su punta rosada, tu pulgar conectado a él por un hilo brillante que eventualmente se corta.
Lo sentís palpitando en tu palma y notás que sus dedos tiran de las sábanas.
-Así te gusta, ¿no?- acentuás tus palabras con una estocada.
-Sí, sí, sí.
Te gustaría reírte de su respuesta frenética pero sabés que sería hipócrita cosiderando tu verdadero estado: el otro extremo del dildo estimula tu clítoris y la sensación se agrava cuando Santiago empuja su cadera en busca de más profundidad, provocando que un gemido te delate y llame su atención. Cuando voltea a verte sus labios entreabiertos son un reflejo de los tuyos y vuelve a empujarse contra el dildo.
-Santiago.
-Perdón- dice con la voz afectada-. Es que se siente muy bien.
Sus constantes gemidos, cada vez más descontrolados, son prueba de ello.
Deslizás una mano entre sus muslos y abrazás su pierna contra tu pecho para poder controlarlo con mayor facilidad. El ángulo de tus embestidas y la cercanía lo hacen gritar de placer, sensible y cada vez más rendido, repitiendo tu nombre hasta que la palabra se vuelve incomprensible y sin importarle que los vecinos lo escuchen.
No dejás de abusar de su interior, disfrutando sus gemidos escandalosos y recorriendo con tu mano todo su cuerpo hasta aferrarte a su cintura. Cuando te detenés para posicionarte por completo en tus rodillas, sosteniéndote con ayuda de tus brazos, Santiago protesta e intentás regañarlo por ser caprichoso.
Su perfil te hipnotiza y tropezás con tus palabras porque no podés dejar de contemplar cómo sus rulos dorados brillan bajo la luz matutina o sus pupilas dilatadas que parecen oscurecer unos cuantos tonos el color de sus ojos.
Observás sus dedos contrayéndose sobre la almohada y sabés que está muriendo por tocarse. Su miembro se mueve con cada sacudida de su cuerpo y la estimulación por sí sola no es suficiente, pero el dildo llenando su interior y masajeando sus puntos más sensibles podría ser la ayuda que necesita para alcanzar el orgasmo.
Él piensa lo contrario, evidentemente, y no resiste más que unos minutos antes de preguntar:
-¿Puedo...?
-¿Qué? Hablá.
-Tocarme.
Fingís pensarlo sólo para torturarlo y sus yemas rozan tu brazo en un débil intento de convencerte. El ceño fruncido y sus respiraciones profundas, -cuyo ritmo se esfuerza por mantener-, por no mencionar la mano que coloca peligrosamente cerca de su erección necesitada de atención, te permiten saber que su orgasmo está muy cerca.
-Tocate, dale- ordenás.
Hay lágrimas en sus ojos y caen cuando comienza a masturbarse con desesperación. Los sonidos de su humedad te desconcentran por un segundo o dos, imaginando sentir el sabor de su esencia en tu boca o sus manchas en tu piel, pero te recomponés rápidamente para continuar torturándolo.
Minutos más tarde lo escuchás sollozar y bajás la mirada. Las sábanas están manchadas por el irrefrenable goteo de su punta y él tiembla.
-No podés- advertís-. ¿Escuchaste?
Se lamenta bajo tu cuerpo, sus labios temblando y sus ojos vidriosos suplicándote. Negás.
-Por favor- insiste-. Por favor, mami.
Ahogás un gemido y apartás su mano de un golpe para remplazarla con la tuya, disimulando cuando perdés el equilibrio por un instante. Algo como un gruñido de dolor llega a tus oídos cuando con tus dedos estrangulás su base, como si se tratara de ese anillo de silicona que él tanto detesta, pero permitirle el orgasmo no está en tus planes.
Tus movimientos se apagan lentamente y Santiago permanece en silencio, frustrado y consciente de que quejarse no lo llevará a ningún lugar. Dejándose manipular cuando lo recostás sobre su espalda, te observa atentamente con sus ojos aún brillando por las lágrimas.
No deja de mirar tus pechos y tu rostro.
-Sos muy hermosa- dice con un hilo de voz.
El dulce halago contrasta con su descarada acción cuando sus piernas abrazan tu cintura. Volvés a deslizarte en su interior y te dejás caer sobre su cuerpo para besarlo, retomando el ritmo previo y golpeando con más precisión todos los lugares justos.
-Vos sos hermoso- depositás un corto beso en sus labios y te separás para poder observar sus expresiones cambiar. Cierra los ojos y separa los labios cuando tus movimientos comienzan a abrumarlo, el placer nublando su mente nuevamente y volviéndolo tan sólo un vestigio de su persona.
Balbucea y cuando busca tus manos de manera desesperada sabés que otra vez está saboreando su orgasmo. También lo delatan los músculos de su abdomen tensándose y el pequeño océano del traslúcido líquido brotando de su cuerpo. Tiembla. Mucho.
Arquea la espalda cuando tus estocadas se vuelven más rudas y profundas, sollozando y rogándote por más, por menos, por cualquier cosa que estés dispuesta a ofrecerle. Tomás su miembro y por el sonido que emite sabés que no hay manera de detenerlo.
Pero de todas formas lo hacés, porque podés... Los rápidos masajes de tu mano, combinados con los giros de tu muñeca y el dildo que no deja de estimularlo internamente, lo llevan hasta el borde en un abrir y cerrar de ojos; sin embargo, cuando pronuncia "Por favor, mami" (creyendo convencerte, seguro) de manera angustiada, parás.
-Duele- llora de manera patética-. Basta.
Golpeás su mejilla y cuando lleva una mano a su rostro para masajear su piel, intentando calmar el ardor, su mueca es casi suficiente para hacerte sentir culpa. Casi. Arañás su pecho y cuando ves la fuerza con que se muerde el labio suspirás, tentada, resistiéndote.
Cuando volvés a tocarlo sus manos intentan sujetar tu muñeca y apartarte de él simultáneamente. Con movimientos descordinados y sus ojos nublados negándose a enfocar es poco lo que puede hacer, pero su mente cada vez más lejana no es consciente de ello y no te molestás en corregirlo por su comportamiento.
Esta vez le permitís gozar de su orgasmo, intenso y desbordador. Grita y suspira, sus caderas se mueven por cuenta propia contra las tuyas para profundizar todavía más la penetración, pero el no parece procesar sus propias acciones. Su semen salpica su cuerpo, su mentón, llegando hasta tus pechos y manchando también las sábanas.
Todavía no regula su respiración cuando lo obligás a recostarse sobre su estómago y te posicionás para volver a penetrarlo. Descansás tu pecho sobre su espalda cálida con la intención de inmovilizarlo y cubrís su boca con tu mano para amortiguar sus gritos, los cuales empeorás enterrando tus dientes en la piel sensible de su hombro.
El pánico transforma su rostro y el movimiento frenético con el que movés tu cuerpo sobre el suyo, buscando desesperadamente tu orgasmo, resulta demasiado para él. Sus ojos se llenan con las pesadas lágrimas que caen y humedecen las almohadas.
Intenta hablar pero tu palma dificulta la acción y descubrís su boca.
-Es mucho, no puedo.
No te importa.
La fricción constante sobre tu clítoris es intolerable en el mejor de los sentidos y su voz suplicándote se vuelve cada vez más lejana. Tus párpados luchan por cerrarse y vos batallás para no dejarlos caer, disfrutando el ver que Santiago muerde la almohada y grita contra ella.
Tus dientes rozan su hombro, su oreja y finalmente encuentran hogar en su cuello. Dejás tu huella allí, justo como hiciste en otras partes de su cuerpo, pero la diferencia es que en este sitio todo el mundo podrá ver que te pertenece.
Santiago tiembla y no necesitás ver nada más que el dulce aleteo de sus pestañas para saber que acaba de tener un orgasmo producto de la insoportable estimulación extra.
Un ruido blanco se apodera de tu audición y reposás tu frente en su espalda mientras intentás sobrellevar tu orgasmo. Tus nervios parecen ser fuego y mientras estás esforzándote por prolongarlo repetís ciertas palabras.
-Te amo- responde Santiago con voz entrecortada y aguda-. Te amo, te amo.
Sonreís contra su piel cuando por fin procesás sus palabras, con los últimos destellos de tu clímax desvaneciéndose y amenazando con dejarte estúpida.
Tu respiración es calmada, pero tus pulsaciones todavía no disminuyen y creés oír tus latidos justo en tus oídos. Intentás ignorar la molesta sensación y besás los hombros de tu novio para distraerte.
-¿Estás bien?- pregunta.
-Un poco cansada, creo. ¿Vos estás bien?- peinás su cabello con cariño-. ¿Fue mucho?
-Estuvo perfecto- te sonríe.
Santiago no hace comentario alguno sobre el pequeño detalle de que lo estás usando como colchón, satisfecho con sentirte y brindarte un poco de estabilidad una vez terminado el acto.
Ninguno quiere separarse del otro y cuando insistis en besar su mejilla juguetonamente finge molestia. Mordés su piel sin fuerza.
-¿Me vas a seguir dejando marcas?
-Sí- contestás como si fuera obvio-. ¿Por?
-Yo también quiero marcarte.
Besas su pómulo y luego su cabello.
-Más tarde- prometés.
Él sonríe.
Luego de unos inconvenientes técnicos que retrasaron la publicación, ✨Sub!Santi✨. Un dato de color sobre esta historia es que elegí el título por las fotos que usé y después surgió la idea de la somnofilia, todo conectado sin que lo haya planeado ¿? Espero hayan disfrutado la lectura ♡
taglist: @madame-fear @creative-heart @chiquititamia @delusionalgirlplace @recaltiente @lastflowrr @llorented ♡
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coolpizzazonkplaid · 1 month
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La heredera del Infierno
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Aviso: En el pequeño diálogo y pensamiento de Tomas, mucho de eso pertenece a las teorías de @evilbihan. Espero haberlo hecho bien y quiero seguir usando algunas más de sus teorías para los siguientes capítulos.
La información de Hela se encuentra aquí, también sobre Fólkvangr y Valhalla y sobre la Duat.
Para finalizar, las letras que canta Adelina son de dos canciones. La primera es "Days Of Future Past" de Iron Maiden y la segunda es "Maldito duende" de Héroes del Silencio.
Descubrimiento
Adelina despertó escuchando voces y una luz brillando cerca de sus ojos. Con una mueca de disgusto los abrió y la cabeza le estalló ante esa diminuta acción. Vio el techo de madera, paredes blancas y camillas. La boca le supo extraña y sus extremidades parecían que estuvieron dormidas por una eternidad. Se frotó los ojos fatigados percatándose de las vendas blancas que tenía y el camisón de tela china que llevaba puesto.
“¿Qué pasó?” se preguntó Adelina.
Se sentó en la cama, pero la paz no le duró demasiado. Las náuseas volvieron, la bilis invadió su garganta y vomitó al costado de la cama. El cuerpo le dolía, la boca le supo peor y a la vez su estómago rugió de hambre. Adelina siguió frotándose los ojos para sacarse el sueño y encontrar algo para evitar que su cerebro la matara.
Se levantó y sus pies tocaron la fría madera. Corrió las cortinas buscando a algún médico y a la única persona que vio fue a Tomas. Estaba en la puerta de la enfermería y sus ojos grises se sorprendieron al descubrirla despierta y tratando de caminar.
–Adelina –dijo de forma sorpresiva–. Ya traigo inmediatamente a Cyrax y Sektor para que te ayuden.
–¿Qué pasó? ¿Cuánto llevo dormida?
–Dormiste tres días completos –dijo una voz grave. Una tan conocida que Adelina le dio ganas de matar a la persona–. Tomas y yo estuvimos vigilando tu estado para ver si ocurría un inconveniente.
Adelina vio a Bi Han de manera odiosa y dejó su rencor para procesar lo que le había dicho. Tres días y su memoria seguía en blanco.
–¿Qué me pasó? –preguntó la chica y caminó lentamente hacia los hermanos–. Lo único que recuerdo es estar en el frío.
Se miraron entre ellos, como si no pudieran creer lo que decía. Bi Han se marchó con su voz grave llamando a las dos ninjas.
–¿En serio no recuerdas nada, Adelina? –cuestionó Tomas acercándose a ella–. ¿Absolutamente nada?
–Tengo la cabeza en blanco ¿qué pasó?
El chico guardó silencio y en sus cautivantes ojos grises entró la duda. En ese instante, Cyrax y Sektor entraron, se alarmaron al ver a Adelina de pie y le ordenaron volver a la cama. Tuvo otro ataque de vómito y el par de mujeres le dieron un balde para poder descargar la tripa. También, le ofrecieron un té relajante para calmar las náuseas y vio que Tomas seguía allí, observándola.
Cyrax y Sektor le hicieron preguntas sobre lo que recordaba y al ver la negativa de Adelina, supusieron que esa pequeña pérdida de memoria la recuperaría con el tiempo. Por ahora, necesitaba descansar y alimentarse para volver a los entrenamientos lo antes posible. Tomas siguió mirándola, como si tuviera miedo de que volviera a caer descompuesta, mientras ella bebía té.
–¿Qué miras, maestro? –preguntó Adelina temiendo que algún superior o los hermanos de Tomas rondaran cerca–. ¿Tengo algo en la cara?
–Me preocupa que no recuerdes lo que ocurrió.
–Lo último que recuerdo fue estar en el frío –dijo Adelina mirando a la nada, tratando de buscar recuerdos en su memoria, aunque sea pequeño–. Estaba temblando… Luego, creo que escuché gritos… y… ya está. Lo demás está en blanco.
–Bueno –dijo el muchacho con resignación y se puso de pie–. Tengo que dar clases, Acosta. Más tarde vendré a ver cómo te encuentras.
–Está bien –dijo Adelina–. Suerte en tu día.
Tomas se marchó de la enfermería y Adelina contempló el vacío. El silencio la estaba enloqueciendo y su pierna comenzó a moverse. Los minutos parecieron eternos y no podía volver a cerrar los ojos. Escuchó los pasos de los estudiantes y sus risas burlonas. Intentó conservar autocontrol que le quedaba antes de gritar improperios y verdades. Debía mantener el control y evitar que Bi Han le complicara más su estadía en Arctika.
Poco a poco, sus párpados le pesaron y se sintió dichosa de volver a cerrar los ojos, sumergiéndose en la negrura absoluta. No tuvo visiones ni pesadillas. Era una caricia a su persona. Necesitaba dejar de soñar.
Tuvo la esperanza de que, en esos tres días dormida, Daniela y Mariano le hayan enviado alguna carta en respuesta de la anterior. Quería leer si ocurrieron más locuras durante su ausencia en la Academia Wu Shi y sonreír por un momento.
Se sentía bastante sola, más cuando no podía hablar con Tomas o alguien de aquí. El ninja fue comprensible, era su maestro y tener una conversación casi informal cerca de los estudiantes podría dar un significado incorrecto. No consiguió entender el resto de estudiantes lin kuei ¿por ser de la Academia Wu Shi sería un paria? ¿por tener que entrenar con Bi Han y los demás no, la tratarían diferente? Fueron preguntas que se desvanecieron cuando el sueño se apoderó completamente de Adelina.
Al cabo de un par de días, Cyrax y Sektor le dieron el alta a Adelina y antes de que el dúo se marchara, les preguntó sobre qué le había ocurrido para estar en la enfermería. Ambas mujeres se miraron entre ellas y le comentaron sobre su ataque de pánico en el que acabó con convulsiones y delirios. Un nudo en la garganta se apoderó de la garganta, pero su memoria seguía en blanco. No había ni una imagen o algún recuerdo sobre esa noche. Las dos mujeres se fueron y dejaron a Adelina para que empezara su rutina.
Salió de la enfermería con el uniforme Lin Kuei y se topó con Tomas. Sus ojos grises se iluminaron al verla y le dedicó una pequeña sonrisa. Se desvaneció rápidamente, mantuvo una postura firme y Adelina hizo lo mismo.
–Acosta –empezó el ninja de gris–. Me alegro que Cyrax y Sektor te hayan dado el alta.
–Gracias, maestro.
Un silencio incómodo se instaló entre los dos. Tomas parecía querer decir más cosas, pero había duda en sus ojos grises.
–¿Puedo hacerte una pregunta, maestro?
–Hazla, Acosta.
–Cyrax y Sektor me dijeron que esa noche… la noche en que estuve en el frío –el rostro de Tomas se volvió serio. Adelina no sabía cómo hacer la pregunta sin que fuera rara–. Tuve un ataque de pánico. Dicen que estuve con convulsiones y delirios. Que decía cosas sin sentido.
–Eso es verdad.
–¿Qué fue lo que dije?
–¿Disculpa?
–Esa es mi pregunta ¿qué fue lo que dije durante mi ataque de pánico? –siguió Adelina. Sus ojos se posaron en sus manos que se juntaban nerviosas–. Quiero saberlo.
La mirada de Tomas se tornó pensativa. Al igual que Adelina, buscaba una forma de decir las cosas sin que fuera extraño.
–Decías que alguien sufría –explicó Tomas–. También que algo fue corrompido. Es todo lo que recuerdo.
–Está bien –dijo Adelina y puso su mejor sonrisa–. Muchas gracias, maestro.
–Fue un placer.
Antes de ser atrapada para una nueva labor, Adelina se escabulló hacia las afueras de los templos Lin Kuei con una pistola, su celular y anotador. El clima gélido abundaba en todo el lugar, los árboles tenían nieve en sus hojas, huellas de animales y las de la propia Adelina se esparcían por doquier. El cielo era un gris blanco y caía la nieve.
Adelina se puso la máscara Lin Kuei y siguió su camino. En las afueras, encontró las entradas a las montañas y caminó por ellas iluminada por las antorchas. De repente, Adelina escuchó una rama romperse y se volteó con la pistola en alto. Nada. No había nadie alrededor. La muchacha siguió enfocada en los caminos rocosos. Entró por uno y se guio por las antorchas hasta llegar a una bifurcación.
–¿Qué haces aquí? –preguntó una voz conocida.
Adelina se asustó con un pequeño grito, volteó para ver a Tomas con su traje de ninja y sus cautivantes ojos grises y analíticos.
–¿Por qué me sigues?
–Porque parecías que te estabas fugando del templo Lin Kuei –espetó el muchacho con los brazos cruzados–. Además de que soy tu maestro y exijo que me digas por qué estás a las afueras del templo.
–Porque quiero mirar las ruinas que vi la primera vez que llegué a Arctika –dijo Adelina tranquilamente–. ¿Quieres acompañarme?
Tomas dudó, pero aceptó unirse. La llevó con total normalidad entre las paredes rocosas y bifurcaciones hasta llegar a donde recordaba haber caído cuando pelearon.
–¿Qué buscas en esas ruinas? –cuestionó Tomas tranquilamente.
–Respuestas para mi investigación –contestó Adelina sin dar vueltas.
El joven la miró y sus ojos grises la mantuvieron hipnotizada, analizando el rostro de Adelina. Sintió que los pasillos se volvían más pequeños haciendo que el aire fuera sofocante y sus mejillas se calentaron.
–¿De qué es tu investigación? –siguió preguntando Tomas.
–Sobre Hela.
–¿Quién es ella?
–La diosa de los muertos según los nórdicos –explicó la muchacha.
Adelina y Tomas continuaron por el camino rocoso hasta llegar a las estatuas de Ganglate y Glangeura. Ambas formas de piedra seguían serias y derechas. Sus miradas parecían analizar a Adelina hasta incluso juzgarla.
–¿Quiénes son?
–Ganglate y Glangeura –respondió Adelina y estudió a las estatuas–. Son las sirvientas de Hela.
–¿Sus nombres significan algo?
–Ganglate significa “el retraso” y Glangeura “la pereza”.
Empezó a estudiar mejor a las estatuas. Quizás tendrían respuestas ocultas o incluso la solución a sus problemas. Sus ojos inexpresivos no daban a pasajes ocultos ni otros artefactos antiguos.
–¿Sabes por qué lo crearon? –preguntó Tomas.
–Eso creo –la mirada del muchacho escrutó a Adelina para que le expandiera su respuesta–. Creo que fue para guiar a su heredero hacia Sultin o algo mucho más grande.
–¿Sultin?
–Es la daga de Hela, significa “la sed”.
Adelina pasó las estatuas de las sirvientas y llegó a la cámara rocosa donde sus pesadillas iniciaron. La estatua de Hela seguía frente a la caja de piedra con dibujos y runas. Los ojos vacíos de la diosa recibieron al dúo y a pesar de estar sin vida, la analizaban.
–No puedo creer que hayan hecho esto –susurró Tomas.
–¿Qué cosa? –preguntó Adelina, mientras estudiaba a la estatua.
–Culto a la muerte. Es aberrante
–No lo es –contradijo Adelina pérdida en la roca–. Es imaginar qué hay más allá de la vida. Quizás algo mejor. Todas las civilizaciones lo han hecho a lo largo de la historia.
–¿Cómo cuáles?
–¿Cómo que cuáles, Tomas? –repreguntó Adelina con una sonrisa al chico, pero este seguía serio–. Todas las civilizaciones lo hicieron. Los nórdicos no solo creían en Hela, su verdadero paraíso era el Valhalla y Fólkvangr. Los salones donde iban los guerreros caídos en combate para seguir peleando para el fin de los tiempos –señaló la estatua de la diosa–. Los griegos pensaban que Hades gobernaba el inframundo junto a su esposa, Perséfone. Hades lo administraba, mientras los que se encargaban de juzgar eran tres reyes. En los Campos Elíseos se hallaban para las almas bondadosas, mientras que el Tártaro, residían los criminales y quienes atentaron contra los dioses del Olimpo.
“Los egipcios creían que dándole ofrendas a los muertos y preparándolos llegarían mejor a la Duat para que los juzgara Osiris con su balanza. Era un dios muy querido y alabado en los tiempos en el que el Antiguo Egipto estaba en su apogeo. Hasta incluso, fue el faraón de los dioses egipcios.
“Los cristianos tienen a Satán y a Dios. Satán castiga a los criminales y come a los traidores, mientras que Dios le otorga la entrada al cielo a las almas buenas. Hasta creo que seguramente vos hiciste en algún momento.”
 –¿El qué? –preguntó Tomas–. ¿Rendirle culto a un dios de la muerte? Es algo maléfico.
–No es maléfico rendirle a la muerte ¿Nunca has visitado a los fallecidos? –cuestionó la muchacha estudiando cada parte de la estatua de Hela–. Para hablar con ellos y homenajear su memoria. La cultura mexicana lo ha hecho, para ponerte un ejemplo. Dar ofrendas a los que ya no están, esperando que disfruten de su siguiente vida.
–A veces me arrodillo frente a los altares de madre y padre. También a los de mi madre y hermana –soltó Tomas con nostalgia.
–No es malo rendirles memoria, ni tampoco a dioses que no han hecho nada malo.
–¿Hay dioses de la muerte buenos?
–Hades es uno de ellos. La imagen de él era bastante mejor que la de sus hermanos, Zeus y Poseidón –explicó Adelina mientras tocaba cada parte de la estatua–. Fue el más leal a su matrimonio… bueno más o menos.
–¿Lo era o no?
–Sí y no.
–Explícate –exigió Tomas.
–Hades tuvo pocos amoríos a espaldas de Perséfone, mientras que sus hermanos fueron unos fornicadores constantes –argumentó la joven–. Ni siquiera sé decirte con sinceridad si Zeus tuvo más que hijos que Poseidón.
–¿Y Hela?
Adelina se quedó dudando un poco, absorta en la mirada de vacía de la estatua de Hela, analizando a ambos y cada pequeño gesto insignificante que hacían.
–Era solitaria, por lo que sé –comenzó Adelina–. No se metía en asuntos de otros dioses, ni tampoco la querían mucho por su aspecto.
–¿Qué tenía de malo su apariencia?
–La mitad de su cara era un cadáver en descomposición.
La mirada de Tomas se tornó incómoda y Adelina volvió a enfocarse en la estatua. No había ningún hueco o palanca. La dejó de lado y se enfocó en la caja de piedra. Sus manos temblaron al tocar la roca, pero tomó valor y sacó el objeto de su sitio.
Ese movimiento, hizo que la roca del alrededor se moviera y el polvo caía revelando inscripciones. Adelina mantuvo la caja en sus manos y la observó. Seguía teniendo la figura de un lobo y una serpiente, también de los otros lados estaba el dibujo de Hela siendo encerrada y el dibujo de un muchacho.
Adelina miró un momento hacia arriba encontrándose con un retrato nórdico de Kolbein por lo que decía las runas nórdicas.
–No me había dado cuenta que arriba estaba escrito –dijo Tomas y se acercó para ver la caja que sostenía Adelina–. Es extraño que no lo hayamos sabido.
–Yo tampoco vi esto cuando vine por primera vez –habló Adelina y mantuvo sus ojos en las inscripciones. Luego se alarmó por los dichos del ninja–. ¿Y cómo carajos no sabían? Pensé que la razón por la que intentaste matarme fue porque no querían que descubriera esto.
–Ni Bi Han sabía de estas ruinas. Y no quería hacerte daño.
–La puñalada en mi abdomen no dice lo mismo –dijo Adelina sarcásticamente y Tomas se rio.
–Lo digo de verdad, no quería lastimarte –habló el muchacho y su tono se volvió serio.
–Ya está en el pasado. Las acciones de ahora son las que importan.
–Está bien ¿qué significan esos símbolos? –Adelina le sorprendió el abrupto cambio de tema, pero se enfocó en el trabajo.
–Son runas y hablan de Kolbein –la chica entrecerró los ojos para entender el mensaje de las inscripciones–. “En honor a Kolbein, hijo de Hela y príncipe de los muertos. Los seguidores de Hela nunca encontraron sus restos. Duerma junto a su madre, alteza.”
–¿Entonces todo esto es un santuario para Kolbein?
–No lo es –dijo Adelina, mientras miraba los dibujos de las piedras. Mostraba a Kolbein como un guerrero de historias vikingas y en grandes batallas–. Al entrar a Arctika, hay runas nórdicas describiendo que esto es una prueba y lo que encontré en la caja era la primera parte de ellas. El retrato de Kolbein es simplemente una decoración más, como las estatuas de las sirvientas y de Hela.
–¿Qué había dentro de la caja?
Adelina dudó en qué decirle a Tomas. Le agradaba su compañía, pero esto era un asunto delicado y no tenía el valor para decirle toda la verdad.
–No puedo decírtelo, ahora –respondió Adelina con firmeza–. En otro momento te lo diré. Lo prometo.
Los ojos de Tomas se transformaron en decepción y la muchacha sintió que su pecho se estrujó ante esa mirada. Volvió a enfocarse en las ruinas, pero no hubo nada más que mirar o encontrar.
–Es todo, por ahora –dijo la chica en voz baja–. Volvamos antes de que se den cuenta que no estamos.
Tomas asintió y caminaron de regreso a los templos. Fue un trayecto silencioso, no hubo conversación, solamente el sonido de sus pies estrellándose en la nieve. El frío golpeó el rostro de Adelina y sentía sus mejillas rojas. Poco a poco, vislumbraron las puntas de los templos con sus banderines y al llegar a la entrada se separaron con un saludo respetuoso entre maestro y estudiante.
Durante el resto de la mañana, Adelina se dedicó a limpiar los pisos de algunos templos. El superior se lo había ordenado cuando estaba cerca de la zona de estudiantes y le mostró donde se hallaban todas las escobas, baldes y cepillos. También, otros alumnos fueron seleccionados y se apartaron de Adelina.
Al dejarlos, se llevaron todas las escobas riéndose de ella, como siempre. Lo único que quedaba eran cepillos y baldes. La chica suspiró y los tomó con furia. No iba a ceder a sus emociones y mantuvo su poco interés. Según las lecciones del Viejo Mario, la indiferencia era la mejor forma de enfrentar a los que molestan.
Una vez lleno el balde, Adelina fue hacia un templo, se arrodilló y comenzó a pasar el cepillo mojado por el suelo. No soportó el silencio y su voz entonó letras de canciones que recordaba. Su brazo pasó por la madera lentamente al compás de su voz. Héroes del Silencio, Iron Maiden, Megadeth, Seether, AVIVA.
Los suelos, poco a poco, iban brillando y librándose de la suciedad. El agua del balde se convertía en marrón y Adelina se perdió en su mente con las canciones que recordaba. Después siguió con el gran salón, luego otro templo y terminó cerca del área del Gran Maestro. Tras terminar, continuó su día con las clases regulares.
Bi Han le había dicho que al día siguiente retomarían sus clases para entrenar su criomancia. Mientras tanto volvería a los entrenamientos con los superiores y los hermanos de Bi Han. Le resultó complicado estar al día con el resto de estudiantes, pero poco a poco estuvo siguiéndoles el ritmo, hasta que llegara la hora del almuerzo.
–Bi Han, debemos respetar con la tradición –espetó Kuai Liang furioso–. Tenemos que seguir los pasos de padre.
–Necesitamos una nueva visión para los Lin Kuei –continuó su hermano vestido de azul y su rostro se volvió más frío como lo hacía con los estudiantes. Dejó su faceta tranquila para ponerse a la defensiva–. Podríamos ser una de las mejores naciones de la Tierra hasta incluso ser los más fuertes.
–Nosotros estamos para defender la Tierra, no gobernarla, Bi Han –contradijo Tomas y se levantó de su asiento–. Tenemos un compromiso con Lord Liu Kang.
La discusión fue elevándose más y más y los tres hermanos se separaron para calmar las tensiones. Tomas se alejó de los aposentos y caminó furiosamente hacia otro lugar. No le importaba, necesitaba escapar por unos segundos de las locuras de Bi Han. La tradición era importante, no podía dejarse atrás, era…
De repente, escuchó una voz desentonada conocida y detuvo sus pasos. No se percató que estaba en uno de los pasillos de los templos. Algunos faroles estaban apagados, al igual que algunas fogatas dejando un ambiente oscuro y vacío. La voz femenina siguió cantando y Tomas comenzó a caminar buscando a su dueña.
En su caminar, encontró a Adelina limpiando el suelo con un cepillo. Por sus acciones, no se percató de la presencia del muchacho. La observó haciendo la actividad una y otra vez, alejándose poco a poco, mientras entonaba una melodía tranquila y luego las letras.
–The days of future past to wander on the shore/A king without a queen to die forevermore/To wander in the wasteland –su mirada seguía enfocada en la madera y eso provocó en Tomas la nostalgia con recuerdos de su madre cantando a él y su hermana en las noches de cacería–. Immortal to the end/Waiting for the judgement/But the judgement never ends…
Volvió a recitar las mismas letras, terminando la canción y Adelina mejoró su postura. Tomas no pudo reconocerla, un misterio a sus ojos. Por más que el predecesor de Bi Han les haya enseñado inglés y su esposa les había cantado algunas canciones cuando era un niño, esta le resultó atrapante.
Adelina comenzó a cantar nuevamente, pero en español, un idioma, a ojos de Tomas, cautivante. Nunca pudo comprenderlo, más con el acento peculiar de la muchacha y sus amigos. A veces, le causaba gracia cuando rememoraba los días en que iban a la Academia Wu Shi los escuchaba hablando en ese acento tan entretenido.
–He oído que la noche es toda magia/Y que un duende te invita a soñar –Tomas no entendió las palabras, pero no pudo evitar sentirse intrigado con el significado. Adelina seguía enfocada y Tomas la escuchaba cantar–. Y sé que últimamente apenas he parado/Y tengo la impresión de divagar…
Adelina continuó en su labor y Tomas retomó su caminata, escuchando de lejos la dulce voz de la muchacha. Necesitaba aclarar su mente sobre el camino del Lin Kuei.
En la hora del almuerzo, hubo algunas miradas burlonas y risas por su incidente. Adelina se enfocó en comer. El estómago le rugió por pensar en el hambre que tenía, se le hizo agua en la boca en las diferentes comidas que quería probar. Cuando todos los presentes recibieron sus platos, Adelina tuvo que esforzarse para no comer tan apresuradamente, aunque su estómago no la ayudaba con cada bocado que hacía.
Tras terminar, siguió con sus entrenamientos hasta llegar al anochecer. El cansancio la invadió cuando las últimas campanadas daban por terminado el día y recibir con dicha la cena. Las risas no pararon en el gran salón, ya comenzaban a hartar a Adelina y tuvo que tener mucho autocontrol para no empezar una pelea. Debía mantener la cabeza gacha y preservar su paciencia. Comió su cena con tranquilidad y mantuvo su indiferencia.
Vislumbró a los tres hermanos charlar animadamente y a las dos mujeres, Cyrax y Sektor, escuchar la conversación. Sus ojos se posaron en Tomas, su sonrisa y su calma ante la presencia de sus hermanos. Le pareció bonito verlo así con sus allegados, sin preocupaciones o presiones por ser maestro. Su firmeza se marchaba y era reemplazaba por un hombre alegre y divertido.
Adelina volvió de sus divagaciones y terminó su plato. Cuando se marchaba hacia la zona de estudiantes, uno de los superiores la llamó y pidió que se prepara para la vigilancia nocturna en las murallas de los templos. Maldijo mentalmente, pero aceptó que tarde o temprano iba a ser elegida.
La chica llevó un libro para distraerse, rifle y pistolas, unos cuchillos, linterna, binoculares, celular, el invento de Mariano y un detector obsequiado por él. También, pudo conseguir agua caliente para hacerse mates durante el transcurso de la noche.
El superior le enseñó una pequeña torre de vigilancia donde prepararse. Luego, ubicó al resto de aprendices en lo que quedaba de las murallas, perdiéndose entre los fuertes. Cada estudiante sería reemplazado en el cambio de turno, incluso cabría la posibilidad de ser acompañados por más expertos o maestros. Por ahora, Adelina se quedó sola en la torre de vigilancia y contempló el amplio espacio que tenía.
Una cama de paja para descansar, varias ventanas exponiendo al exterior de las murallas, antorchas iluminando la zona, un asiento de madera y escaleras que llevaban al exterior donde había una hoguera sin quemar para avisar sobre un ataque. Adelina colocó sus pertenencias en la mesa de madera y cama, mejoró la iluminación de las cuatro paredes y ordenó mejor su arsenal. Dejó su libro en la mesa con el celular, el equipo de mates y el invento de Mariano. Cargó con el detector, las armas, linterna, cuchillos y binoculares.
Salió de la pequeña torre de vigilancia y caminó lentamente por el estrecho de piedra, manteniendo su rifle cerca de su pecho. El aire frío golpeó una parte de su rostro cubierto por la máscara del uniforme Lin Kuei, la nieve cayó por su vestimenta y la piedra, los vientos hicieron una neblina imposible de visualizar lo que se hallaba fuera de los muros.
En cada parada, Adelina usaba sus binoculares para corroborar si su zona estaba despejada y hojeaba su detector. Tras vislumbrar la siguiente torre de vigilancia, retornó a la suya de forma tranquila y siguió caminando hasta ver la que se encontraba del otro extremo, repitiendo sus paradas para observar con los binoculares y el detector. Finalizó su caminata nocturna viendo desde su torre de vigilancia y abrió la puerta para sentarse en el taburete de madera.
Su espalda chocó con la mesa y el libro que trajo a la vigilancia junto con el invento de Mariano. Antes de empezar su lectura, Adelina preparó su equipo de mate. Puso yerba en el pequeño recipiente y azúcar, echó el agua caliente y dio sus primeros sorbos, mientras tomaba el libro. Cronometró el tiempo en que se perdía para retornar a la realidad y hacer la vigilancia. Las letras se convirtieron en una película hecha en su mente con cada acción que hacían los personajes, los pensamientos del protagonista y sus divagaciones.
Adelina miró su celular y percatándose de la hora, abrió la ventana para usar sus binoculares y detector y salió nuevamente a repetir la caminata. Fue de extremo a extremo con lentitud y libre de las presiones que Bi Han y las miradas crueles de sus compañeros. Solamente caminar. Volvió a la torre, se encerró en las cuatro paredes y se sumergió en la hoja que había dejado, acompañada por los mates.
En un momento, la lectura le hizo recordar algunas memorias de su infancia con el Viejo Mario y rio sola, tranquila e invadida por la nostalgia. De repente, escuchó un ruido extraño y tomó uno de sus cuchillos que tenía en la bota. Cuando la puerta comenzó abrirse, lanzó el cuchillo y tomó la pistola. El rostro de Tomas esquivó el arma y se preparó para el combate. Adelina se relajó y sintió la vergüenza inundar su rostro.
–¿Qué haces aquí, acosador? –cuestionó Adelina y guardó el arma.
–Vine para la vigilancia –espetó Tomas, mientras sacaba el cuchillo de Adelina de la puerta–. El Gran Maestro me lo ordenó. Después, te relevan de tu puesto.
El muchacho le entregó el arma y las puntas de sus dedos se tocaron, haciendo que una electricidad volviera a recorrer las puntas de sus dedos. Adelina sintió que sus mejillas se calentaron y el estómago le dio vueltas. Mantuvo sus armas al descubierto y se sentó en el banco de madera, sorbió un poco de mate y retomó su lectura tranquila, pero la mirada penetrante de Tomas la distraía.
–¿Qué miras? –cuestionó Adelina observando por arriba del libro–. ¿Queres mate?
–Eh, gracias–respondió Tomas algo tímido. Tenía su máscara colgando en su cuello, pero la muchacha pudo notar el rubor en sus mejillas. Preparó el mate y se lo dio al ninja–. Estaba tratando de leer el título de tu libro.
Adelina lo alzó, exhibiendo la portada para que Tomas lo viera, mientras sorbía de la bombilla.
–Se llama “Nuncanoche”.
–¿De qué habla? Es bastante…–Tomas intentó buscar las palabras para terminar la oración y le extendió el mate a Adelina–… extenso.
–Lo es –coincidió Adelina, puso el señalador entre las hojas y tomó el mate–. Cuenta la historia de una chica que quiere vengar a su familia y se une a una escuela de asesinos para matar a los responsables.
–Parece bastante gracioso, porque te escuché reír desde cerca –dijo Tomas estudiando el libro–. Para tener una trama seria, por tus risas es bastante inmaduro.
Adelina sonrió y dejó su libro en la mesa. Tomó el recipiente de azúcar, le echó un poco al mate y agua caliente. Sorbió y le calentó el interior de su cuerpo.
–La protagonista, a pesar de sufrir, mantiene su humor y carisma –habló la chica–. Me recordó a Mariano. Su lenguaje, sobre todo, y la inmadurez.
–¿Inmadurez?
–Sí, Mia Corvere tiene momentos donde hace cosas graciosas, como Mariano.
–¿Qué hizo? –preguntó Tomas y su sonrisa se ensanchó.
–Siempre te cuento algo mío –contrarrestó Adelina y se enderezó en su asiento, mientras preparaba otro mate y se lo entregó al hombre–. Cuéntame tú una anécdota, Tomas. Tus hermanos y tú debieron haber hecho algo estúpido.
El muchacho sonrió y se quedó callado. Sus ojos grises eran pensativos, Adelina le recordaron las portadas de mangas y de libros que consiguió hace tiempo.
–No sé si tengo recuerdo de haber hecho algo inmaduro.
–Claro que debes tenerlo –espetó la muchacha sonriente–. Todos los tenemos. Cuesta recordarlos porque fueron parte de la infancia, pero sí que poseemos.
Tomas mantuvo su silencio con su gesto pensativo y terminó de sorber de la bombilla.
–Fuimos a un prostíbulo.
Adelina contuvo una carcajada y el rostro de Tomas se volvió rojo como un tomate. Después, le entregó abruptamente el mate a la chica.
–No te creo –exclamó y se acercó más al ninja, mientras se preparaba otro mate–. ¿Pero cómo? ¿Por qué?
–Éramos curiosos –argumentó Tomas con gesto de disculpa y una sonrisa tímida–. Queríamos saber a dónde iban los guerreros.
–Cuenta. No me dejes así.
Tomas se puso rojo y sonrió ante esas palabras, mientras Adelina sorbía mate.
–Siempre veíamos a los guerreros ir en la noche a un pueblo cercano. Buscaban compañía femenina –rememoró el ninja mirando a Adelina–. Bi Han, Kuai Liang y yo creíamos que se referían a sus esposas, pero nunca las vimos en los templos. Por eso, los seguimos desde Arctika hasta el pueblo y llegaron al prostíbulo… Nosotros no lo sabíamos. Por miedo a que nos atraparan, nos metimos en los callejones y vimos por las ventanas a las señoritas. Logramos entrar y nos pusimos mal al verlas.
Adelina soltó una carcajada y le costó respirar por el ataque de risa. Incluso Tomas se contagió, pero trató de conservar el control.
–¿Qué pasó luego?
–Las chicas nos atendieron y sentimos que éramos afortunados–expandió el ninja y ocultó su rostro–. Qué vergüenza…. –Adelina rio por cómo Tomas intentaba hablar–…. Los soldados que nos vieron se espantaron y nosotros hipnotizados por las mujeres. Nos llevaron a rastras hacia el templo Lin Kuei –Adelina no pudo contener sus risitas y Tomas se puso más rojo de lo que estaba–. Tuvieron que hacer un esfuerzo titánico para explicarle a padre por qué estábamos allí.
–¿Qué les dijo?
–Los castigó con vigilancia hasta el amanecer por semanas –Tomas rio y Adelina notó que su rostro se relajaba. Sus cejas dejaron de tensarse–. A nosotros nos dio una reprimenda y tuvimos que limpiar los templos por varios días. Desde ahí, Bi Han recapacitaba de cualquier cosa que hagamos.
–No puedo creerlo –suspiró Adelina con dolor en las comisuras de los labios y controló su respiración–. Un prostíbulo. Suena difícil de creer.
–Ahora es tu turno de contarme qué te hizo recordar a Mariano la novela.
Adelina se acomodó mejor el cabello negro y miró a Tomas. Su rostro estaba relajado y las mejillas de la muchacha se sonrojaron. Preparó más mate y le dio al ninja.
–Cuando éramos chicos, Mariano era un bromista y lo sigue siendo. Pero ahora está más controlado –explicó la joven–. Hay tantas estupideces que hicimos, pero la que recordé fue cuando se metió debajo de nuestra cama.
–¿Por qué lo hizo?
–Quería tocarnos los pies como si fuera una película de miedo –Adelina rio y Tomas se quedó en silencio esperando más, mientras sorbía de la bombilla–. Cuando lo hizo, Daniela y yo salimos a las corridas de la habitación y Mariano nos perseguía con una máscara de terror. El Viejo Mario casi lo ahorca, pero creo que yo fue la que casi lo hizo recapacitar de su vida.
–¿Por qué?
–Porque destrozó uno de mis libros.
Un silencio se hizo presente y el rostro de Tomas mostró muchas emociones combinadas. Le dio el mate y Adelina comenzó a echar más agua caliente.
–¿Casi matas a tu amigo solo por un libro?
–No literalmente, pero sí que me enojé cuando era pequeña –rio Adelina, mientras le daba el mate a Tomas–. El Viejo Mario tuvo que contenerme para evitar que lo agarrara y obligó a Mariano que me comprara otro.
La risa de la joven se apagó poco a poco y quedaron con el viejo ambiente alegre en la torre. Un silencio se apropió y se miraron. El rostro de Tomas estaba más relajado y el color de sus mejillas se apagaba lentamente. Adelina dejó el mate y tomó sus pertenencias para seguir con la vigilancia.
–Déjame ayudarte con tus cosas –dijo el ninja levantándose abruptamente–. Me olvide de decirte que no permitimos armas modernas.
–Gracias, pero las necesito –argumentó la chica, mientras caminaba hacia a la puerta–.  Si llega haber un ataque, no podré pelear con un cuchillo. Un rifle es mejor y puedo enfrentarme dando un golpe con la culata.
El muchacho se contuvo lo que tenía que decir y caminaron en el silencio de la noche nevada. El viento sopló fuertemente haciendo que la vista fuera imposible y Adelina tuviera que entrecerrar los ojos para mejorar su visión. Algunas veces, se detenían para mirar los alrededores y retomaban su caminata nocturna. Volvieron a la torre de vigilancia y continuaron compartiendo mates y charlando hasta que llegó el relevo de Adelina. Se despidieron amablemente y la chica regresó a sus aposentos esperando el nuevo día.
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