Tumgik
#anguloso
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myillicitaffair · 7 months
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You are in love | Esteban Kukuriczka.
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sumario: noches de pizza con tu amigo… claro, amigo.
advertencias: sexo explícito (+18) , penetración, sexo sin protección, consumo de alcohol.
créditos: las fotos del collage fueron extraídas de pinterest, más las edite yo. la canción cuya letra utilice es You Are In love (Taylor’s Version) de Taylor Swift.
notas: honestamente, no estoy muy contenta con el resultado final pero espero que puedan disfrutarlo de todas maneras xx.
No hay pruebas, no fue demasiado, pero yo vi suficiente.
Paciente, fuera de su recibidor, me encuentro parada, esperándolo con una botella de vino bajo la axila. Aliso los pliegues de mi falda varias veces con las manos, un hábito al que recurro para evitar sucumbir a la ansiedad que me atormenta. Con la cámara de mi celular, observo mi reflejo, comprobando que mi maquillaje permanezca en su lugar, que mi cabello siga viéndose inmaculado.
No recuerdo un tiempo en el que Kuku haya sido simplemente un amigo, siempre fue más; mi confidente, el protagonista de mis fantasías, quien roba mis suspiros y miradas, de quien terminé enamorándome.
Las pisadas sobre las baldosas delatan su presencia apropincuándose, luego el traqueteo de las llaves en la cerradura, las bisagras girando en su eje para revelarlo frente a mí.
La alegría tiñe su rostro al verme, redondeando sus angulosos pómulos y centrando mi atención en la mueca en sus labios. Condenadamente cerca de mí y a la vez tan inalcanzables.
Su voz dándome la bienvenida me sacude de mi subrepticia quimera, trayéndome de un zarpazo de vuelta a la realidad. Me estrecha contra su torso, con las muñecas serpenteándose por mi cintura para atraerme más cerca.
“Traje vino, Kuku”- pronuncio, a modo de saludo, mientras lo abrazo estrechamente.
“¡Gracias, ángel! Entrá que está por llegar la comida”- informa, de manera tan casual y ligera que siento mi corazón escurrirse hasta tocar el suelo.
“Ángel” me dijo, jodiéndome para siempre. ¿Cómo seré alguna vez capaz de recuperarme de tal agravio a mi integridad? Decido asentir y adentrarme a su hogar.
Me recibe una sala de estar cálidamente iluminada, las paredes blancas cubiertas de cuadros y fotos, un aterciopelado sofá rojo situado en medio de la habitación.
Me acerco a una repisa de madera, donde reposa un retrato recientemente seleccionado… todo el elenco de La Sociedad De La Nieve posando bajo el lente de su cámara, sonrisas reflejadas en nuestros rostros enmarcados.
“Esa la tomé el último día de rodaje”- me recuerda, apareciendo por detrás mío, con una mano en mi espalda baja.
No hay pruebas, un toque singular, pero yo sentí suficiente.
Mis vellos corporales se erizan ante el contacto, un escalofrío recorriéndome cargado de anticipación por lo que jamás sucederá. Asiento torpemente, deseosa de fundirme en el calor de su silueta.
Pienso en esos mismos dedos, acorralando mi piel a su paso, incendiando su sendero. Acariciando mis mejillas con ternura, colándose por mis labios, desvistiéndome con precisión.
El timbre retumbando en la sala me despierta, desarraigándome de mis maquinaciones pecaminosas. El hombre a mi lado da largas zancadas, con un caminar tímido y garbado, hasta alcanzar la puerta de madera y ojear la mirilla. Luego de cerciorarse de la identidad del intruso, le permite ingresar para que deposite el delivery entre sus brazos, marchándose luego de recibir su pago.
Sobre la mesa del comedor se halla mi bolso, el cual rebusco hasta toparme con la billetera y separar varios billetes para pagar una porción del importe de la cena.
“Dividamos los costos de la comida entre los dos, ¿te parece?”- debato, tendiéndole el dinero para así compensar la mitad de su perdida.
“Pero no, nena, ¡guarda eso! Te invito yo”- rechaza tajante al ignorar mi ofrenda, con juguetona indignación en sus facciones.
Más allá de mi recurrente insistencia, rechaza contundentemente todos mis intentos de devolverle la plata, escudándose en excusas absurdas. Una cálida sensación se apodera de mí ante su caballeroso gesto, traduciéndose en atontados vistazos en su dirección, mientras sigo cada uno de sus movimientos al sacar el par de copas de una alacena.
“Pedí pizza de ese bar que te gusta”- comienza a explicar, aun movilizándose para descorchar el vino- “la de pepperoni sigue siendo tu favorita, ¿verdad?”
Un solo paso, no fue demasiado, pero dijo suficiente.
Silencio. Silencio desgarrador y sepulcral a mi alrededor, petrificando el aire a su paso.
“¿Te acordaste?”- asevero con un hilo de voz, aunque suena más a una pregunta, reflejando mi propia inseguridad.
Mis extremidades tramitan un cosquilleo colectivo, despertándome de la anestesia que se había apoderado de mí.
“Si, obvio”- le resta importancia, sirviendo la bebida y entregándome mi copa.
Y yo entiendo lo tonto que debe sonar, pero, por un momento, me permito sentirme importante e incluso un tanto sustancial en su existencia. “Me escuchó” medito, atónita por la revelación, revolucionando todas mis ternuras dirigidas hacia él.
Mis ojos se obsesionan con su él, simplemente él y su aura dorada coronándolo como si de un halo se tratara. ¿Cómo logré tener tanta suerte?
“No me mires así, nena”- pide al devolver mi mirada, su entrecejo fruncido en concentración- “Vas a hacerme creer que los chicos tenían razón…”
Mi mueca se tiñe de confusión, no sabiendo con exactitud si se refiere a lo que yo supongo. Intento decodificar sus palabras, pero, tal vez por el prospecto de ver mi entusiasmo destrozado, me limito a repreguntar.
“¿De qué hablas, Kuku?”- atrapo mi labio inferior entre mis dientes para así detener los temblores que lo acosan.
“Ya sabes…”- se encoge de hombros, pero, al ver mi perplejidad se resigna a continuar- “Fran y Juani siempre nos cargaban con que… em, con que debíamos salir.”
Siento un hondazo envestirme de lleno y un deseo irremediable de que el mismo continúe hasta hacerme perder la conciencia.
“Ah, eso”- murmuro en voz baja, de repente completamente drenada de seguridad. Trato de difuminar mis conflictuadas preocupaciones con una risotada punzante, delatando la rigidez de mis hombros estáticos y la incomodidad en mi gesto.
¡Qué estúpida! ¿Cómo me permití alguna vez pensar que el podría sentir lo mismo que yo? Deseo tirarme al suelo y revolcarme en el bochorno que me arrima, lo suficiente para olvidarlo a él con sus grandes ojos fijos y perder la cordura a manos de la vergüenza.
“Era un chiste nada más, no deseaba hacerte sentir mal”- aclara cálidamente, rodeando la mesa hasta rozar nuestros hombros.
Es absurda la cantidad irremediables de terminaciones nerviosas que logra incendiar con solo oprimir su marco con el mío. ¡Debo frenar esta locura antes de que se me vaya de las manos!
“Claro…”- suspiro, forzando una sonrisa al tomar asiento en la silla que abuso bajo mis pálidos nudillos.
Tomando la copa entre mis palmas, la balanceo hasta verter el liquido más allá de mis labios, rezando para que el espirituoso proveniente de uva disipe su comentario furtivo.
El mayor, aún parado a mi lado, hinca sus rodillas para arrodillarse y así quedar a la altura de mis ojos.
“Ángel, lo siento si te ofendí. No era mi intención”- se disculpa, escurriendo sus dígitos entre mi cabello para plegarme un mechón tras mi oreja.
“Ya sé, Kuku… y lo prometo, ¡estoy bien!”- miento descaradamente en su cara, con las comisuras adheridas a mis tensas mejillas.
Por unos prolongados segundos- que se sienten como una eternidad- nos miramos firmemente, tratando de descifrar los pensamientos cabalgando en la cabeza opuesta. Con un afectado suspiro, se levanta del suelo para luego posicionarse en la silla contigua a la mía.
Una vez asentado en su sitio, levanta el rostro para enfrentarme y toma mis temblorosas manos entre las suyas. Inmediatamente noto su calor corporal, las asperezas desperdigadas por sus palmas, sus anillos colisionando con los míos.
“Ahora entiendo cómo mi comentario pudo haber sonado y te pido perdón por ello”- alega mientras me observa, pausando en cada pequeño lunar e imperfección.
Inhibida y un tanto cohibida ante su escrutinio, desvío mis ojos hacia un costado y muerdo mi labio inferior, aprisionándolo entre mis paletas.
“No quería hacerte mal…”- confiesa, con sus orbes ahora clavados en mis labios mordisqueándose- “Sos mi mejor amiga.”
una mueca extraña en su rostro. Pausa, luego dice “sos mi mejor amiga.” Y yo supe a que se refería, está enamorado.
Una fuerza gravitacional me empuja aún más cerca suyo; envalentonada gracias a su fijación por mi boca, empiezo a disparar la ajena sin dudarlo. Deslizo una mano por su cachete, acariciando la incipiente barba creciendo allí mientras le robo un breve pico.
Al separarme, escaneo al hombre que acabo de besar, desesperada por hallar una reacción. La confusión tiñe su cara, tiene la mandíbula presionada con fuerza y un furioso sonrojo trepando hasta su nariz. Sin perder un solo minuto más. Vuelve a unir nuestras figuras en un beso, uno real esta vez.
Sus labios en contacto con los míos consienten un hambre que venía cultivando hace meses, acelerando mi deseo de conseguir más. Mi corazón late con una velocidad alarmante, saltando implacablemente contra mi caja torácica, y agravando los temblores en todo mi cuerpo.
Una danza desenfrenada se desenlaza, dando rápido paso a una intrépida batalla por apropiarse de la ventaja que implica dominarnos mutuamente. Una de sus manos se enreda en mi melena, tirándola hacia atrás mientras su lengua se apresura en inmiscuirse en mi cavidad bucal, cepillando la propia y paseándose por toda su extensión.
El aire comienza a escasear y el ardor en nuestros pulmones nos fuerzan a dividirnos, aprovecho el breve impase para deslizar mis extremidades por sus piernas y así, sentarme a horcajadas sobre su regazo.
“¿Sabes hace cuánto deseo hacer esto?”- cuestiona, entrelazando sus dígitos por mis curvas y asentándome sobre la junción de su torso y piernas.
Bajo mío, noto un bulto que comienza a alzarse, punzando mi centro deliciosamente. Sin siquiera razonarlo, muelo mis caderas contra él, percibiendo un curso de placer recorrerme entera ante la fricción contra sus pantalones.
En un arrojo de valentía, me deshago de la blusa que flamea en mis costados, arrojándola lejos nuestro. Como si de un arreglo tácito se tratara, el argentino adjunta sus labios con mi pecho y comienza a succionar mi piel con fiereza, yo me limito a atraerlo contra mí mediante su cabellera.
“Tantas veces fantasee con esto…”- admito, sin poder evitarlo, mientras él libera mi busto del corpiño.
Levito hacia su remera, forcejeando con ella hasta deshacerla hacia las baldosas y revelar su tórax al descubierto. Recubierto de pecas difuminándose en su blancura, dudo alguna vez haber visto una imagen más hermosa.
Sosteniéndose de mis muslos, se irgue y tropieza hasta toparse con el sillón, descargándome sobre el terciopelo con una impredecible agilidad. Allí, acostada en medio de su sala de estar, centro mi atención a sus dedos desenlazando mi falda con ternura, para luego despojarme por completo de mis confinamientos.
Imitando sus movimientos, aviento mis brazos hacia su entrepierna para desabrocharlo y librarlo de sus prendas. Aceleradamente, lo desvisto hasta que nuestras desnudeces son lo único que prevalece.
“Sos hermosa”- me halaga, recorriendo cada centímetro de mi piel con delicadeza, intentando memorizarlo para siempre.
Respondo con mi agarre volando hasta su palpitante erección y acariciándola juguetonamente, con constancia hasta donde me lo permite.
“Necesito sentirte adentro mío, Kuku…”- pido, sin sentir un ápice de vergüenza ante mi explicitación.
Un gruñido escapa su garganta ante mi directiva, deshaciéndose de mi toque para posicionar su polla entre los pliegues de mi coño y comenzar a adentrarse. Sollozos son lanzados en su dirección, animándolo a ir más allá, a continuar.
“Dios, estás tan apretada”- pronuncia cuando la cabeza de su pene logra tocar mi fondo, disfrutando los espasmos que mi canal le proporcionan.
En un frenesí ocasionado por la sensibilidad que su miembro me genera, embisto mis caderas para acercar nuestros centros aún más y luego retirarme, provocando un extasiante vaivén. Los gemidos retumban en el silencio del salón, con la danza que nuestros sexos lideran al fusionarse.
“Estoy enamorado de vos, ángel, desde la primera vez que te vi”- dice al observarme con atención, aun penetrándome hacia la culminación.
Sorprendida por lo inaudito de la situación, una lagrima se cuela por mis ojos y rueda en su sendero por mi mejilla ante su confesión, una que aguardo hace meses.
Esteban la recoge, interrumpiendo su trayecto hacia mi cuello para besarme nuevamente, con renovada emoción.
Y ahora comprendes por qué perdieron la cabeza y pelearon sus batallas, y por qué yo he pasado toda mi vida tratando de ponerlo en palabras.
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littlegirlovhazz · 1 year
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My Military 💚🪖
Oioi Gostosinhas!
Aqui está a one do Louis militar, recebi um plot na ask mas acho que no final não ficou tão parecido, por que não sei fazer personagens muito provocadoras, mas espero que gostem mesmo assim.
Prometo que a parte dois de Bad boy sai no máximo na próxima semana e se você nem sabe do que to falando, te convido a ler minhas ones fixadas no perfil.
Relaxem e gozem com esse Louis gostoso e uma Harry bem submissinha.
Avisos: hinter, age gap, desuso de camisinha, leve spanking, Harry utiliza os dois pronomes (ela/ele), palavras de baixo calão como: boceta, xotinha, cuzinho e etc.
Hazzy: 21
Lou: 34
🪖🪖🪖🪖🪖🪖🪖🪖🪖🪖🪖
Harry era uma garoto mimado, no sentido material, já que não tinha atenção alguma de seu pai e sua mãe havia falecido quando ela era bebê. Cresceu dentro de um sistema rígido já que seu pai era um militar, sempre teve uma boa vida, com dinheiro. Ele se mudava constantemente para sua segurança, principalmente após seu pai virar um capitão. Mas dessa vez seu pai estava sendo caçado, realmente em perigo e ela se sentiu assustada, ele não queria morrer.
Por viver sempre com a rédia curta, Harry não aproveitou como gostaria, para ajudar ele não era um garoto comum, ele tinha um segredo no meio de suas pernas e é claro que isso nunca poderia cair na mídia, seria uma vergonha pra um capitão do exército ter um filho intersexual. Seu pai lhe dava dinheiro para comprar milhares de camisolas e coisas femininas, desde que ele (ou ela, não importava) usasse roupas consideradas masculinas em público. Claro que Harry odiava, ele começou q fugir de casa aos 16 anos, mudava todo seu rosto com maquiagem, colocava lentes castanhas para esconder os lindos e inconfundíveis olhos verdes, suas saias curtinhas e ninguém nem desconfiava que ele era um garoto inter, ele teve sua primeira vez com um garoto de sua escola, que nem ao menos imaginava que aquele era Harry.
Mas nos últimos 2 meses ele não saia de casa, a segurança tinha redobrado, seu pai também saia muito pouco e sempre com o carro blindado e soldados o acompanhando, Harry nem queria saber o que estava acontecendo, ela já estava assustada o suficiente, mas quando o soldado mais fiel de seu pai a acordou as 3 horas da manhã dizendo que eles precisavam sair imediatamente, ela se sentiu fielmente desamparada, ela foi colocada em um carro e levada para o interior da Inglaterra, não havia absolutamente nada além do chalé que ela estava, o lago e as árvores. Era extremamente frio, não importa quantas camadas de roupas colocava e o aquecedor ligado, parecia que ela estava sempre gelada, talvez fosse o fato de que ela estava sozinha a horas, o soldado a deixou e disse que seu pai foi para o outro lado do país e entregou a carta onde homem disse que estava sendo perseguido pelo exército inimigo, que alguém viria para tomar conta dela, alguém importante e que devia um favor a ele.
Ninguém havia chego até o momento, Harry estava com um conjunto de moletom verde escuro, deixando seus olhos extremamente claros. O chalé por dentro era bonito, moderno e aconchegante, totalmente diferente de sua fachada, uma pena que ele estava ali pra que não seja morto ou sequestrado e torturado. Ele não tinha um telefone, porque poderiam rastrear, seu pai disse na carta que mandaria um novo que não poderia ser rastreado.
Foi quando a noite já caía que ela ouvi o alarme ser desativado e a porta aberta, o homem de uniforme militar entrou, seu cabelo estava bagunçado, era aparado nas laterais e maior em cima com leves fios brancos o salpicando, ele carregava uma mochila, o rosto era perfeito e anguloso, os olhos azuis pareciam cansados e Harry viu a insígnia e o reconheceu imediatamente, Coronel Tomlinson, o homem mais jovem a se tornar Coronel, com apenas 34 anos, isso era muitíssimo jovem dentro do exército, mas ele se destacou de forma gigantesca.
Harry estava sendo protegido pela porra do melhor soldado do exército, com foi quem seu pai se meteu?
O mais novo levantou rapidamente batendo continência ao Coronel e o mesmo sorriu de lado mas esse sorriso logo se desfez em uma careta de dor, e a garota percebeu que o rosto estava começando a ter um hematoma mas foi quando olhou pra baixo e viu a mancha de sangue se espalhando pelo uniforme e as pernas do mais velho bambearem que ela correu para ajudar, o homem se apoiou em seus braços para não cair.
- Por favor, arme o alarme novamente… Eu que deveria estar te acudindo… Desculpe menino, tudo dói. - Harry o sentou no sofá de couro branco e colocou a senha novamente seguido de sua digital, ele aumentou o aquecedor, pegou a maleta de primeiros socorros, água para ele beber, água quente e um saco de gelo voltando para o sofá. Ela não queria pensar que era Tomlinson ali.
O homem parecia exausto e machucado, como se estivesse no campo de batalha e precisasse se arrastar até aqui. Harry pegou um algodão e o mergulhou na água quente.
- C-com licença, Coronel. - Tomlinson olhou aquele garoto, sua voz era tão doce, seus traços delicados, parecia um anjo, ele limpou um pouco seu rosto e passou uma pomada no hematoma, pedindo que ele pressionasse o saco de gelo, sendo extremamente gentil e passou a abrir os botões de sua camisa camuflada e mesmo morrendo de dor, os pensamentos daquelas mãos o despindo, fizeram seu pau começar a endurecer, ele não podia.
Harry se assustou com a mancha de sangue, mas não teve como não reparar como ele era tonificado, perfeito, na medida certa.
- Foi um tiro, de raspão. - Ela concordou e cortou a regata, prendendo a respiração ao ver os músculos do peito e pensar como seria lamber ali, limpou a fissura em sua costela devagar e avisou antes de jogar o álcool. Tinha estado na presença do Coronel poucas vezes, ele praticamente não falava, era rígido e extremamente respeitado, toda vez que Harry o via ela prendia a respiração, ele era tão… homem, sempre a tratou com muito respeito e ela se sentia tão suja por observá-lo de longe, os braços fortes as vezes marcados no uniforme de gala, ou aquela bunda gostosa em uma calça militar, sempre imaginou como seria ser fodida por ele. Ela costurou o corte que a bala fez enquanto engolia em seco e foi buscar mais água e um sanduíche.
Ele comeu enquanto o garoto arrumava as coisas, Tomlinson pensava no quanto ele era delicado e quando ele se abaixou e a calça se moletom se agarrou em sua bunda, ela era tão redonda.. ele se sentiu um pervertido, o garoto deveria ter uns 20 anos, o que ele estava pensando? Toda vez que o via, se sentia estranho, com um tesão de adolescente em seus poros, como se o menino tivesse uma magia que o atraía, os olhos verdes sempre o observavam com cautela e tudo que o coronel queria era o foder olhando em seus olhos, até mesmo seu cheiro de melancia o deixava louco na mesma medida que o relaxava.
O cansaço atravessava seu corpo agora que ele havia sentado e seus cortes foram limpos e cuidados, ele não deixava as pessoas fazerem isso por ele, mas ele caminhou 20km pra chegar aqui, seu carro começou a ser perseguido, então era mais seguro que ele deixasse o seu soldado para escapar com o carro para o outro lado do país e ele viesse a pé, seus olhos estava muito pesados, ele só precisava de algumas horas de sono e estaria inteiro e pronto novamente.
Quando Harry se virou, o Coronel estava completamente capotado, seu sono era tão profundo que pela primeira vez a garota viu seu rosto relaxado.
🪖🪖🪖🪖🪖🪖🪖🪖🪖🪖
Ela limpou tudo e foi em direção a seu quarto e depois de um banho bem quente ela vestiu uma de suas camisolas, essa era azul rendada, seus peitinhos podiam ser vistos pela renda, a calcinha era da mesma cor e toda transparente, ela também tinha seus cremes e diversas coisas, por que sempre tinha tudo separado para caso precisasse sair depressa.
Algumas horas depois ela estava com muita sede, havia esquecido de pegar água, ela escutou o chuveiro do quarto ao lado e decidiu que estava tudo bem ir até a cozinha bem rapidinho, ela colocou o robe de cetim e seguiu até lá.
Estava um breu apenas a lua prateada iluminando, já devia ser de madrugada, mas ela se sentia tão alerta, o tempo todo. Havia um passarinho na janela, ele era bonito e estava comendo as migalhas de pão que a garota espalhou ali mais cedo.
- Harry? - Seu corpo congelou, congelou tanto que o copo se espatifou no balcão. - Garoto, você esta bem?
Foi então que ela virou, ela não tinha como escapar. Os olhos do Coronel passaram por cada centímetro do seu corpo, como se estivesse o vendo pela primeira vez. Ela estava travada, completamente travada.
- Harry? - Ele chamou calmamente, ele não parecia bravo, ela nem podia imaginar como seu pau pulsava na calça por ver ele em cetim azul, suas pernas eram longas, bem branquinhas, sua cintura era fininha, o rosto iluminado pela lua era perfeito, ele nunca havia reparado muito no garoto, ele era muito novo e agora parecia extremamente assustado.
- M-me desculpe, Senhor. - O Coronel se encontrava muito confuso, por que ele estava pedindo desculpas?
- Desculpe pelo que? E pode ser só Louis, eu não sou tão velho, sou? - Harry corou em um rosa lindo. Velho? Aquele homem podia ser muita coisa, mas não velho, ele era na verdade extremamente gostoso, ainda mais em apenas uma calça militar, o colar de identificação, com o cabelo molhado do banho e os pés descalços.
- M-minha roupa… Eu, eu não… - Louis deu um passo na direção dele, ele parecia um coelhinho assustado quando se encolheu.
- Ei.. eu sou tão mal visto assim? Não a problema algum com a sua roupa. - O mais novo era tão bonito, os olhos verdes tão claros e sua pele parecia tão suave que ele não resistiu em levar sua mão aquele rosto.
A pele era tão macia, os olhos enormes agora estavam fixos nele e tinham uma curiosidade divina, ele esperava encontrar inocência pura, mas não, eles estavam queimando e Louis não resistiu ao se aproximar do corpo macio, encontrando suas bocas.
Harry estava assustada, mas o Coronel era tão delicioso que ela não resistiu, a língua pediu passagem e ela levou as mãos para o fios curtos, não podia acreditar que aquela boca rosada e macia estava na sua, ela amava beijar, amava o arrepio em seu corpo, a língua molhada com a sua, tomando tudo de si. As mãos fortes estavam em sua cintura e ele a apertou, levantando até que estivesse sentada na bancada. Ela se sentiu desesperada, mas as mãos cheias de veias e ásperas estava em suas coxas lisinhas, a boca gostosa desceu até seu pescoço, uma mordida foi depositada e logo depois a língua macia aliviou a dorzinha.
Louis levou as mãos ao cordão do robe e Harry choramingou alto quando ele abriu, os peitos dele era bem grandinhos e seus bicos estavam durinhos e vermelhos pela renda em contato direto, o olhos azuis estavam fascinados e o homem se encontrava travado com aquela visão. Mas foi impedido quando o mais novo fechou o robe e ameaçou descer da bancada.
- Desculpe, desculpe mesmo, Coronel. - Louis o impediu de descer o segurando.
- O que aconteceu? Por que ainda está pedindo desculpas coelhinho? - As bochechas dele coraram pelo apelido, mas ele parecia assustado e o desespero bateu no homem de que provavelmente ele não queria nada com um velho. - Oh Meu Deus, desculpe Harry, você não quer isso? Eu te forcei? Meu Deus… me perdoe.
Ele deu alguns passos se afastando daquele corpo mas Harry se desesperou ainda mais se agarrando em seu pescoço e o puxando de volta, colocando a cabeça em seu pescoço e tendo seus cachos afagados pelo homem.
- C-claro que não… e-eu quero tanto, quero desde quando te vi pela primeira vez. - Ela sentiu seus olhos úmidos. - Só estou com medo quando você descobrir que não sou um garoto.. normal. Eu-eu estou tão molhada, Coronel. - Louis puxou o rosto de seu pescoço ainda fazendo carinho e a olhou com dúvida. - Sou inter.. intersexual. T-tenho uma.. uma… sabe? Uma florzinha.
Ela se sentia patética enquanto Louis sentia que seu pau ia explodir dentro da calça, pq afinal ele não tinha preferência alguma se ele, ela, tinha um pau ou uma boceta, ele só queria foder aquele corpo. As lágrimas estavam presas em seus olhos e o homem percebeu que estava completamente estático, então tratou de aproximar a boca do ouvido dela, ele nem ao menos precisava disso por que estavam completamente sozinhos.
- Oh Coelhinha, você acha mesmo que ligo se você tem uma bocetinha gostosa? Eu vou chupar ela e foder você toda, eu posso? - Harry sentiu um arrepio em seu corpo inteiro, seu melzinho molhou a calcinha que usava e ela se agarrou ainda mais a ele.
- Sim.. por favor, Coronel… por favor. - Ela implorou mesmo sabendo que não precisava, mas estava extasiada por alguém querer ela do jeito certo, sem máscaras e disfarces. - Fode minha bucetinha.
Ele tirou o robe do corpo dela devagar, vendo ela ser iluminada pela luz prateada da lua, olhando apropriadamente dessa vez, a camisola era toda transparente e dava pra ver a calcinha da mesma cor, ela tinha uma borboleta tatuada na barriga, a cintura delicada podia ser vista, as coxas grossinhas estavam abertas e porra.
- Vou te destruir. - Ele agarrou os cachos e colou suas bocas, com uma única mão ele a fez rondear as pernas em seus tronco e a levantou, nem ao menos ligava para o corte da bala ardendo, não ia tirar os lábios dos dela por um segundo, desceu, beijando seu pescoço e maltrarando o local, andando com ela segura em suas mãos.
Chegando ao quarto do Coronel que tinha todo o cheiro dele e fazia Harry se sentir bêbada, ele a colocou no chão e a fez se ajoelhar. Segurando em seus cachos o tempo todo e fazendo ela olhar em seus olhos. Ele era o caralho de uma visão, o tronco bonito e definido, os olhos azuis eletrizantes e o cabelo bagunçado, ele abriu a calça apenas para tirar o cacete pingando pré-gozo pra fora, era cheio de veias, grosso, com a cabeça vermelha e brilhante, ela era lisinha e parecia tão gostosa que a boca da garota encheu de saliva, ela se apressou para por na boca mas o tapa certeiro em sua bochecha a impediu.
- Eu deixei você chupar? Eu te autorizei? - Ele tinha uma expressão fechada no rosto e os olhos estavam pegando fogo.
- Não Coronel, desculpe. - Ele fez um carinho aonde tinha dado um tapa.
- Não seja uma puta desesperada, eu mando aqui e você vai obedecer, não é coelhinha? - Ela colocou as mãos sobre as coxas grossas e definidas dele e concordou, o tecido da calça era grosso e quando ele a fodesse ia raspar em toda a pele dela. - Chupe, até o final, eu quero que você mame bem gostoso e bem babado, certo? Se você fechar os olhos, eu vou estapear essa bunda até ficar roxa.
Harry concordou novamente com a cabeça e recebeu outro tapa.
- Palavras vadia, eu vou ter que te ensinar tudo? - Ele segurou os cachos com força agora e com a outra mão guiou o pau para boquinha com lábios vermelhinhos e inchados pelos beijos e mordidas.
Ele pincelou a boquinha toda com a cabeça de seu pau a manchando com seu líquido, Harry lutou para manter os olhos nele quando sugou a cabecinha, o gosto era tão incrível. Ela mamou devagar, brincando com a língua a sua volta e desceu por todo aquele pau grosso, babando em excesso e o acaricindo com a língua macia. Louis jogou a cabeça pra trás em deleite com aquela boca.
- Caralho Coelhinha, tão quente essa boquinha, será que você vai ser macia em todos os lugares, princesa? - Ela agora fodia a garganta naquele pau, levando todinho na boca, a saliva com pré-gozo escorria pelo seu pescoço e os olhos verdes estavam cheios de lágrimas e quando ele começou a estocar em sua boca sua boceta pingou mais na calcinha e ela podia começar a sentir o meio de suas coxas ficar pegajoso, ele era bruto e toda vez que ele batia de levinho em seu rosto e jogava a cabeça pra trás gemendo um som delicioso, ela pulsava mais. - Porra, você vai engolir tudo? Hm? Vai engolir todo o leite que seu macho vai te dar?
Ela concordou com seu pau ainda na boca e ele gozou forte em sua boca, gemendo seu nome longamente e Harry teve que apertar sua boceta entre as coxas pra não gozar só ao ter a visão dele esporrando. O Coronel não perdeu tempo, a puxando pelo braço e a jogando na cama, a camisola tinha um fecho na frente que ele tratou de abrir e a deixar só de calcinha e se surpreendeu ao alinhar seu rosto e perceber como ela estava encharcada, todo o tecido transparente estava manchado com seu líquido.
- Pingando tesão, coelhinha? - E rasgou a calcinha delicada para vislumbrar aquela xota gostosa, os lábios gordinhos brilhando e o clítoris inchado chamavam por sua boca.
Ela gritou tão algo quando o Coronel passou a lamber todo seu melzinho, chupando o seu grelinho e brincando com sua língua, dando mordidinhas em seu clítoris. Ele comia aquela boceta com vontade, descendo sua língua até a entradinha e podendo perceber como ela era apertada, ele forçou a língua pra dentro e Harry ergueu as costas da cama.
- Oh Coronel, você me chupa tão gostoso, sua língua é deliciosa, muito obrigada. - O pau de Louis não ousou amolecer e ouvir ela agradecendo a ele, fez com que uma gota de pré-gozo pingasse da cabeça babada. Ele desceu a língua até seu cuzinho e a garota pulou assustada.- Eu-Eu nunca, não ai, nunca…
Tomlinson fez um carinho em sua coxa a acalmando.
- Só vou te lamber, coelhinha, mas quando você quiser eu vou te foder aqui. - Ele disse colocando o dedo no buraquinho virgem. - E você vai gostar tanto, que vai querer estar sempre cheia, eu vou gozar lá dentro e colocar um plug de rabinho, pra combinar com a minha coelhinha gostosa.
Quando terminou de falar caiu de boca, lambendo o cuzinho e ousando enfiar a pontinha da língua ali, voltando para xotinha encharcada quando as pernas dela começaram a tremer, ele passou a estapear suas coxas e chupar com mais força e sentiu ela molhar mais e gritar que estava gozando. Foi a cena mais linda que Louis já viu, as bochechas coradas, as mãos enfiadas em seu cabelo e o grito profundo em sua garganta, quando soltou ela, a garota começou a chorar.
- Coronel.. Por favor, fode minha xotinha, eu preciso, por favor.. por favor! - Ele subiu em cima dela ainda com as calças e só cacete para fora e beijou todo o rostinho, pegando suas lágrimas, ele roçou o pau na boceta encharcada fazendo com que Harry tremesse.
- Oh minha garotinha, claro que eu vou foder você, vou foder agora, você vai aguentar? Hm?
- Eu vou Coronel. - Ela estava tão manhosa e toda vez que ela o chamava de coronel fazia seu pau querer explodir, naquele tom ela acabou com a sanidade de Louis, ele empurrou devagar. Ela era absurdamente apertada.
- Hm princezinha, você é tão apertada. Se não soubesse que você é uma vadia, diria que é uma virgenzinha. - Quando as bolas bateram na bunda dela, Louis passou a arrematar forte.
Ele fodeu olhando naqueles olhos, a admirando como se ela fosse a porra de uma Deusa, ela era divina, a porra do paraíso. A xota era tão apertada e quente, extremamente quente, as unhas curtas arranharam o pescoço dele, e sua coelinha era tão atrevida que desceu as mãos até apertar sua bunda por dentro da calça, o empurrando para que fodesse mais forte. A calça roçava nas coxas macias, deixando a pele vermelha.
- Uma vagabunda, vou te encher com tanta porra Harry, que você vai sentir sua barriga inchar. - Ele disse batendo na cara dela e sentindo ela arranhar todas a suas costas, enquanto a garota pirava com aquela corrente batendo em seu rosto, ele virou os corpos na cama sem sair de dentro dela. - Cavalga pro seu Coronel, minha putinha.
E Harry sorriu, deixando suas covinhas amostra, ela apoiou as mãos no peito dele e começou a rebolar enquanto Louis revirou os olhos, ela apertava a boceta em seu pau e o levando ao céu, aqueles olhos verdes, os cachos bagunçados, e o jeito que ela levava seu pau, ela foi moldada pra ele. Quando viu os peitos balançando ele se levantou, colocando um deles na boca e mamando com força, passou a destribuir diversos chupões e mordidas antes de abocanhar o outro, mamando, mordendo e sugando com força. Foi quando Harry acelerou os movimentos, o clítoris se esfregando enquanto ela rebolava e sentia aquele pau delicioso pulsar nela.
- Goza Coelinha, goza pro seu Coronel pra eu te encher de leite, minha, só minha gostosa. - Foi o jeito que ele revindicou Harry, que ele disse que ela era dele que a fez esguichar, molhando e expulsando o pau de Louis.
Ele sorriu feliz em ver ela chorando, tremendo e gritando seu nome.
- Dentro, goza na minha xotinha, me deixa suja de você, por favor Amor. - Ela falou tão manhosa que Louis apenas se enfiou de uma vez com ela caída em cima dele enquanto ele arrematava pra cima, ouvindo a voz baixinha dela dizendo “Coronel, goza na sua garotinha, eu preciso” ele esporrou forte olhando em seus olhos e enquanto se liberava ele a beijou, profundo.
🪖🪖🪖🪖🪖🪖🪖🪖🪖🪖🪖🪖
Harry acordou horas depois, eles dormiram rapidamente, sujos de gozo, ela acordou com aquele pau roçando na sua bunda e a mão forte apertando seu peito. A cabeça daquele cacete tão gostoso estava bem em seu cuzinho e ela o sentiu piscar, sua xotinha estava ainda suja de porra e ela se sentia quente, ela passou a se mexer fazendo com que a cabecinha molhada de pré-gozo ameaçasse romper seu buraquinho virgem. Ela queria, queria muito.
- Lou… - Ela proferiu baixinho, não queria levar uma negativa.
- Oi princesinha. - Ele respondeu em seu ouvido e ajudando com os movimentos pela cintura. - Você quer?
- Eu quero amor, tenta devagarzinho. - O pré-gozo ajudava a escorregar a cabecinha e Harry relaxou o corpinho, se abrindo bem e engolindo a cabecinha.
Ela não sabia explicar como, ela tentará algumas vezes antes, mas simplesmente não conseguia, mas ela estava necessidade disso, ela se sentia uma vadia tão suja, dando para o Coronel, anos mais velho, dando seu cuzinho, deixando ele beijar seu pescoço, apertar seus peitinhos e esfregar os dedos na sua xota. Ela estava em êxtase e depois de Louis mandar ela cuspir em sua mão e passar por todo seu pau e um pouco bem em seu cuzinho, ele escorregou pouco a pouco pra dentro.
Era surreal pq apenas uma ardidinha leve a incomodava, mas o caralho entrou tão facil, ela estava relaxada e se sentindo tão bem, o tesão dentro dela era inexplicável, um sexo extremamente gostoso. Louis estava maravilhado, o cuzinho dela era tão bom, apertado, quente.
- Minha Coelhinha, você é a melhor, a mais gostosa, ta me deixando maluco. - Ela gemeu manhosa. - Você é tão gostosa, a única que aguenta meu pau bem assim, nunca mais quero foder ninguém, só a minha garotinha gostosa.
- Promete.. Promete Coronel que esse pau só vai entrar na minha xotinha, no meu cuzinho, na minha boquinha, só eu posso ter o seu leitinho? - Ele revirou os olhos fodendo ela devagar e passando a mão por todo o corpo, ele fez ela virar a cabeça, para beijar sua boca de uma forma obscena, cheia de língua e saliva. Harry nunca tinha sido beijada assim.
- Só você, minha garotinha mimada, vou te dar tudo que você quiser. - Harry gemeu, pedindo mais beijos, era tão sujo e intenso.
Eles passaram muito tempo assim, com Louis a fodendo-a de ladinho, cuidando dela, quando ela começou a tremer ele a prensou na cama fodendo seu cuzinho até que ela gozasse e em seguida enchendo-o de porra.
- Vou te comer todas as manhãs, vou te deixar sempre cheia, Minha coelhinha. - Harry sorriu extremamente satisfeita e subiu em seu colo, adormecendo com a cabeça em seu pescoço.
🪖🪖🪖🪖🪖🪖🪖🪖🪖🪖
Espero que tenham gostado, essa ficou um pouquinho maior e eu tive uma insegurança com ela. Mas obrigada se chegaram até aqui!
All the love,
Blue.
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babydoslilo · 2 years
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A diferença entre eles era gritante. Um corpo se tornou rígido e tão tenso que não se podia notar o livre movimento da inspiração e exalação, os dentes pressionados juntos e o maxilar tão rígido que parecia capaz de cortar. O outro exalava uma maleabilidade enganosa quando, na verdade, tinha cada movimento perversamente calculado para conseguir o que quer, combinado com grandes doses de luxúria.
Essa one contém: Smut gay; Ltops; Hbottom; Harry power bottom; Exibicionismo leve; CNC leve (Louis trava e não consente verbalmente no início das coisas); Perda da virgindade e leve manipulação. 
WC: 4.6k
°°°°°
O sol brilhava forte no caminho para casa, as ruas asfaltadas só serviam para aumentar o calor escaldante para os pobres pedestres que vinham da igreja em pleno domingo ao meio dia. A missa das 9h se estendeu mais do que o comum neste dia, então Louis além de faminto, estava cansado e suado por baixo das vestes comportadas que ele costumava usar. 
A rotina de Louis era a mesma desde moleque. Nasceu em uma família tradicional católica, frequentou a catequese, seguiu a maior parte dos sacramentos deixados por Deus, como o batizado, eucaristia, crisma e penitência, e enquanto não arranjava uma bela moça para contemplar a bênção do matrimônio, seguia frequentando os seminários promovidos pela paróquia local e não deixava de ir às missas todos os domingos. 
Ele amava estar em comunhão com a pequena comunidade do bairro enquanto celebram a vida na santidade, o que é uma grande vantagem de morar no subúrbio da cidade e todos se conhecerem. 
Foi por conhecer todos da própria rua, e de várias outras, que estranhou uma picape velha encostada na casa em frente à sua. Louis conhecia muito bem aquela família, os Styles, a matriarca era uma costureira de mão cheia e fazia um preço muito bom para a família Tomlinson por seu serviço e o marido dela trabalhava na biblioteca da cidade, ele até deu a Louis uma bíblia antiga que encontrou por lá, mas isso era um segredo só deles. A família também contava com mais um integrante, porém as lembranças de Louis se limitavam a um pequeno garoto desengonçado e com cachos rebeldes que há muito tempo não via. 
Os cachos chocolate que enfeitavam o rosto marcante e anguloso poderiam ter uma certa semelhança, mas o sorriso grande de lábios brilhantes por uma espécie de gloss rosado o  deixou desconcertado. De onde estava, do outro lado da calçada, Louis conseguia ver apenas a cabeça cacheada pouco mais alta que o carro e conseguia ouvir a voz rouca e os risos altos do outro garoto que parecia estar levando caixas e algumas mochilas para dentro da residência. É.. talvez o outro membro da família Styles tenha resolvido voltar para casa. 
°°°°°
– Mamãe?? Olha quem está de volta! – o grito reverberou na casa silenciosa e o coração da mais velha acelerou só de pensar na alegria que seria ter de novo seu bebê embaixo das suas asas.
Ana, mãe de Harry, não via o filho com muita frequência desde que ele passou a detestar o ambiente pacato em que viviam e foi morar com uma tia no centro da cidade. A adolescência dele foi uma fase conturbada para a família que, apesar das crenças um pouco ultrapassadas, tiveram que abrir a mente “à força” tendo um menininho, que era doce e determinado na mesma medida, descobrindo se identificar com coisas que ninguém ali estava esperando. 
Ele sempre foi uma criança extrovertida e cresceu sendo mimado de mais por ser filho único, então quando começou a demonstrar interesse nas roupas que a mãe costurava para as filhas dos vizinhos e por objetos tidos como femininos, Ana não conseguiu reprimir e simplesmente acabar com a felicidade do seu bebê. Assim Harry, ou Haz para os mais íntimos, desenvolveu uma personalidade forte, descobriu a própria sexualidade, teve certeza sobre seus gostos mais afeminados e percebeu também que não conseguiria viver livremente ali naquele ambiente tão tradicional, apesar da família acolhedora.
– Haz, querido! Deixa eu olhar pra você, vem cá. – levantou-se da mesa de costura em que passava as tardes e puxou o menino para os seus braços. A altura dele não o impediu de se aconchegar nos braços gordinhos e com cheiro de lar.
– Tá bom.. chega. – se soltou entre risadinhas – nem parece que a gente se viu mês passado, a senhora pode ser bem dramática as vezes. Mas.. – ele não tinha muita paciência para enrolações, então resolveu contar de uma vez. – eu tô voltando de vez para casa, agora eu vou ficar de verdade.
A mulher precisou de alguns segundos para se dar conta do que aquelas palavras significavam e quando enfim entendeu, os olhos verdes lacrimejaram e ela voltou a apertar o filho com mais afinco entre seus braços. Sabia que era questão de tempo até Harry finalizar sua jornada de autoconhecimento e lapidação de personalidade e logo perceberia que um bairro ou as pessoas a sua volta não deveriam lhe impedir de estar com quem você ama, pois as vezes o tempo não espera estarmos prontos e segue o rumo fazendo o que for preciso.
Durante a sua estadia fora, Harry aproveitou as oportunidades para fazer a faculdade que queria, sair com pessoas diferentes, vestir diversos tipos de roupas até aceitar que tons pastéis realmente realçam seus olhos, e finalmente colocar como prioridade a sua satisfação pessoal. Ele não ia mudar seu jeito, independente de quantos olhares tortos e palavras feias lhe fossem direcionados. Agora, aos 23 anos e desempregado, ele encarou a volta para casa como mais uma etapa importante para reivindicar respeito por suas escolhas, aproveitar um tempo com a família e esperar aparecer ofertas de trabalho no rumo desejado. 
Após matar um pouco da saudade e conversar sobre isso com a mãe, Harry meio que não esperava o que ouviu.
– Tudo bem querido. Você pode esperar o tempo que for, aqui é sua casa e é até bom que enquanto você não consegue o emprego perfeito, vai me ajudar na lojinha e com as meninas dos Tomlinson – ela falava já voltando a sentar em frente a máquina de costura e não reparou como o sorriso do mais novo foi caindo. – Eu amo cuidar delas, você sabe, mas já tô um pouco velha demais para aguentar tanta energia e tenho certeza que vocês vão se divertir muito. – olhou para trás com o típico sorriso de mãe que não aceita objeções.
O cacheado assentiu devagar com a cabeça e sorriu amarelo, murmurando uma confirmação baixinho. Parece que a estadia em casa não seria tão ociosa quanto ele estava imaginando. 
°°°°°
A adaptação à nova rotina não foi tão difícil assim. Harry passava as manhãs na internet procurando oportunidades de trabalho ou só matando o tempo, as tardes eram preenchidas na lojinha da mãe que ficava na garagem da casa deles cuidando de duas garotinhas de 5 e 7 anos, afinal a mãe delas trabalhava nesse horário e Ana não se importa de prestar esse favor à colega, e durante a noite ele se dividia entre assistir seriados pelo notebook, passear pela vizinhança e ver o quanto as coisas podiam mudar, ou sentar na calçada de casa com algumas amigas de infância para colocar o papo em dia. Ele apreciava muito esses momentos porque trazia o conforto que ele não sabia ter sentido tanta falta.
Outro ponto que ele passou a se acostumar novamente foi em acompanhar os pais na igreja algumas vezes. Ele não era tão subversivo assim e reconhecia o valor que a família e, na verdade, todo o bairro dava àqueles momentos. Mas isso não significa que ele deixaria de colocar suas calças ou shorts jeans com alguma blusinha delicada e com estampas fofinhas para ir às missas, o gloss labial e quem sabe uma trança nos cachos também podiam se fazer presentes se ele estivesse no humor certo. 
Foi, inclusive, em uma dessas ocasiões que ele se interessou bastante pelo o que viu.. Era domingo e na saída da igreja ele avistou dois vultos pequenos correndo em sua direção, as meninas agarraram suas pernas em um abraço conjunto e ele sorriu largo olhando para os cabelos castanhos lisinhos até uma sombra cobri-las e ele direcionar o olhar para o dono dela. O mais velho achou extremamente fofo quando o menino na sua frente desviou rapidamente o olhar para os pés e a bochecha manchou em tons vermelhos.
A semelhança dele com as pequenas garotas era extrema, então Harry deduziu ser algum parente… talvez o irmão mais velho que elas adoravam falar sobre. Os olhos azuis cintilavam na luz do sol, o cabelo em uma franjinha jogada para o lado, o moletom cinza que parecia maior que ele e a calça jeans larguinha completavam a aura angelical e pura que o menino passava.
– É.. oi pequenas, que bom vê-las aqui! – falou sem ao menos desviar o olhar do garoto a sua frente, talvez isso esteja contribuindo para a postura cada vez mais acanhada dele, mas Harry gostou dessa reação – Não vão me apresentar ao irmão de vocês? – ele quase riu quando o mais baixo levantou abruptamente a cabeça com os olhos arregalados.
– Oi Haz! – disseram juntas e uma delas continuou – esse é o Louis, mas pode chamar ele de Lou – sorriu com os dentinhos amostra.
– Hm, é, oi. – Louis falou quase em um sussurro com a voz fininha e Harry iria ter que pedir perdão a Deus por imaginar essa voz em outra ocasião bem em frente a casa do Senhor. – meninas nós temos que ir agora, mas foi bom te conhecer Harry. – agarrou as irmãs uma de cada lado e saiu com os passos apressados.
As semanas que sucederam esse primeiro contato entre ambos serviu como um divisor de águas. Se até então o maior não tinha notado a existência do outro, agora ele parecia procurar aquele serzinho tímido em todos os lugares e quando encontrava, se divertia provocando com olhares até o menino parecer vermelho e assustado demais. Ele sabia que era bonito e chamava atenção até dos caras héteros, apesar da leve desconfiança que aquele em específico não era tão hétero assim, então não deixou passar as vezes em que o olhar azulado se perdia na sua boca molhadinha ou nas pernas quase nuas.
Se tornou quase uma meta pessoal fazer aquele homem, que parecia não ter saído da puberdade e que exalava inexperiência, cair aos seus pés. E Harry, mimado como era, geralmente conseguia o que queria. 
°°°°°
– Ô mãe, você viu aquele me– congelou ao entrar na parte da garagem que era fechada para os clientes provarem as roupas ou tirarem as medidas e encontrou sua mãe com uma fita métrica medindo o torso magrinho e sem blusa. – Ah, oi Lou.. – o sorriso que deixou escapar era nada menos do que predatório ao que ele passou a língua entre os lábios e procurou guardar todos os detalhes possíveis da visão.
– Harry! Você não pode entrar assim sem avisar querido. – a mãe lhe repreendeu enquanto o mais novo entre eles se atrapalhava para colocar de volta a camisa tentando não corar mais do que é humanamente possível por ter sido flagrado pelo outro naquela situação. Louis achava desrespeitoso se mostrar despido a qualquer pessoa que não fosse sua futura esposa ou, pelo menos, que não seja estritamente necessário, então quão mais rápido ele pudesse sair dali e se afundar em constrangimento dentro do próprio quarto, melhor.
– Louis, desculpe pelo Harry.. ele é meio impulsivo as vezes. – sorriu tranquilizadora – Já acabei com as medidas mas vou precisar ir na vendinha do outro bairro comprar elástico e zíper para finalizar o ajuste, você pode esperar aqui com o Harry enquanto isso, sim? – a mulher nem esperou respostas e saiu deixando os dois ali.
– É Lou – ele amava como essa palavrinha soava em seus lábios – vamos esperar na sala, as meninas estão cochilando lá em cima depois de brincar tanto e de lá a gente consegue ouvir caso elas acordem e ver pela porta caso alguém venha procurar a mamãe aqui, vem. – tomou a iniciativa de puxar o outro pela mão. Louis estava um pouco gelado e suado, mas seguiu o maior sem resistência.
– Você aceita um pouco de água, suco ou.. 
– Água, por favor. – soou baixinho, como se a presença do outro lhe intimidasse de alguma forma. Ele não tinha medo ou algo assim, mas sentia que não conseguiria controlar os próprios pensamentos caso se deixasse encarar o corpo ali tão próximo.
– Ok gatinho, você pode se sentar se quiser. Eu já volto. – sorriu com direito a covinhas e não se arrependeu pelo apelido desde que notou o cintilar passageiro nos olhos azuis.
Louis estava sentado no sofá simplório da pequena sala enquanto esperava pacientemente a vizinha voltar para enfim lhe ajudar com os ajustes nas roupas e o mais velho, por apenas 3 anos, trazer a água. Ele estava meio nervoso de estar sozinho com o garoto que lhe encara desde que voltou a morar ali, mas tentou relaxar os músculos das costas e pescoço, afastando um pouco também as pernas na tentativa de dispersar o tremor de ansiedade que costumava ter em momentos assim. 
O copo nas mãos do cacheado quase foi ao chão quando ele passou pelo aro de junção entre os cômodos e se deparou com o pescoço larguinho e sem barba esbanjando veias grossas enquanto o mais novo alongava a cabeça para trás e para os lados. A camisa branca estava um pouco marcada devido ao clima quente e a calça marrom que até então ficava larga, agora, ao abrir as pernas e se sentar de forma mais confortável, marcou as coxas pouco volumosas e não deixou muito para a imaginação sobre o volume que o "garoto santinho" possuía entre as pernas. 
A oportunidade foi dada de bandeja, só louco não aproveitaria, então o maior sentiu a adrenalina correr mais rápido nas veias, assim como o sangue que se direcionava a lugares específicos. Caminhando como uma fera que rodeia a presa, Harry se aproximou lentamente de Louis e sentou no colo dele, deixando as pernas dobradas uma em cada lado do quadril magrinho. 
Talvez impulsividade e atrevimento sejam seus sobrenomes, mas ele não queria pensar nas consequências no momento. 
Ao sentir um peso desconhecido sobre as coxas, Louis abriu os olhos imediatamente e consertou a postura. As tentativas anteriores de relaxar a tensão definitivamente foram por água abaixo por causa de um certo par de olhos verdes que lhe encaravam com determinação e algo a mais, e por um par de coxas grossas envolvidas por um short jeans curto demais para a sanidade de qualquer ser humano com olhos funcionais. 
A diferença entre eles era gritante. Um corpo se tornou rígido e tão tenso que não se podia notar o livre movimento da inspiração e exalação, os dentes pressionados juntos e o maxilar tão rígido que parecia capaz de cortar. O outro exalava uma maleabilidade enganosa quando, na verdade, tinha cada movimento perversamente calculado para conseguir o que quer, combinado com grandes doses de luxúria.
– O- o que você está fazendo? – o mais novo sussurra desesperado enquanto os olhos azuis vagam entre as escadas para o andar de cima e a porta aberta onde qualquer pessoa que entre na garagem poderia vê-los em uma situação no mínimo complicada. 
– Se você me disser que não me quer desse jeito e que eu interpretei todos aqueles olhares de forma errada, eu saio agora mesmo e nunca mais sequer me aproximo de você. É só dizer, gatinho. – essa, no entanto, seria a opção mais racional para um e a mais decepcionante para o outro. 
Louis não teve reação. A boca fininha continuava seca como se ele estivesse passando pelo deserto, os braços pareciam pesar toneladas jogados ao lado do próprio corpo, o coração palpitava em ansiedade e apreensão, e ele não tinha certeza dos próprios pensamentos. A resposta era para ser óbvia e repreensiva, mas o menino se viu congelado no lugar, observando passivamente ao que o outro interpreta tal comportamento como uma aceitação tácita e passa a rebolar lentamente, friccionando os quadris juntos. 
Descobriu que as poucas experiências que teve não serviriam como base para o que quer que viesse a partir dali. No fundo do cérebro confuso com os novos estímulos, Louis pensou ter ouvido o cacheado falar sobre serem rápidos para que ninguém chegue e veja eles. Registrou tardiamente a própria camisa jogada no braço do sofá e a quentura rastejando sobre sua pele. O arrepio que se alastrou dos pelos da nuca até a trilha entre o umbigo e a virilha quando sentiu dedos finos abrirem sua calça parecia um sonho nebuloso formulado pela mente suja que descobriu ter. 
Enquanto isso, Harry estava surpreso e admirado, no bom sentido, com o quão responsivo fisicamente o outro podia ser. Ele tinha uma vaga noção que, por causa dos ensinamentos religiosos, talvez o garoto a sua frente ainda fosse virgem.. Mas ver a íris azul ficar vidrada e sem foco, bem como a respiração cada vez mais rápida refletida no subir e descer constante do tórax e o pau duro como pedra com tão pouco, foi verdadeiramente gratificante. 
Ele nem tinha começado o que planejava, mesmo vendo com os próprios olhos a mínima probabilidade do garoto durar tanto, além do risco em serem vistos. Teriam que ser rápidos então.
– Eu vou te chupar bem gostosinho, ta? Prometo que você vai gostar. – Harry sentia a necessidade de esclarecer o que iria fazer para o outro não se assustar mais do que já aparentava, ele também gostava muito do sentimento de controle que o outro o dava de mãos beijadas. 
Não recebeu respostas mas o olhar em transe acompanhando cada movimento seu, os mamilos amarronzados durinhos e a mancha molhada na frente da cueca boxer eram fortes indicativos que ter Harry de joelhos entre as pernas abertas de Louis também o apetecia. 
A saliva quente se acumulou na boca do maior assim que ele abaixou o tecido apenas o suficiente para puxar toda aquela extensão para fora. Harry imaginava que toda aquela inocência não refletia o que estava guardado, mas não esperava ver o pau tão rígido que parecia doer e a cabecinha avermelhada brilhando em tesão. Por ele. O garotinho hetero e tímido da igreja estava quase gozando intocado por ele. 
Foi com isso em mente que Harry não tardou em cobrir todo o membro com a boca, era um pouco difícil e os cantos dos lábios ardiam se esticando ao máximo para abrigar tudo o que podia. Ele tratou de babar bastante para facilitar a lubrificação, não é como se ele andasse com lubrificante no bolso 24h por dia, então muita saliva e um esforço a mais teriam que servir... isso, claro, caso o mais novo não tenha um surto gay antes de finalizarem do jeito que o maior estava ansiando. 
Até sentir a cavidade quente e molhada ao redor do seu pau, Louis não estava tão presente no momento. O ouvido tapado como se estivesse embaixo d'água não o ajudava a se orientar e quando finalmente os olhos e a mente decidiram clarear, ele deu de cara olhos verdes marejados e vermelhos lhe encarando, o nariz fazia barulhos fortes inspirando e exalando de maneira sobrecarregada e a boca cheia beirava a sua virilha, o queixo lisinho roçando nas bolas sensíveis ao que batia lá. 
– D-deus.. oh, eu.. – O gemido saiu de forma exasperada, como se não acreditasse estar naquela situação. Um homem estava lhe chupando, afinal. Não era uma boca feminina, não era sua futura esposa dividindo um momento tão íntimo. Era a porra do vizinho, as vezes babá das suas irmãs, aquele que tinha coxas tão macias e fortes.. que por vezes deixava a poupinha da bunda redonda aparecer pelos shorts tão curtos.. que a boquinha cheia sempre estava tão molhadinha por algum tipo de maquiagem e Louis imaginou que gosto ela teria depois de lhe chupar com tanta vontade. 
– Ei, gatinho.. fica aqui comigo – percebendo talvez ser muita pressão para uma, provável, primeira vez e o outro estava se perdendo nas sensações, Harry decidiu deixar a tortura para depois e aproveitar também. 
Deslizou o jeans pelas coxas sensíveis e a boxer clara tomou o mesmo rumo, ele não tiraria a blusa para facilitar uma fuga quando a mãe voltar, e logo o maior estava novamente sentado sobre as coxas ainda vestidas do mais novo. Percebeu a postura ainda tensa e as mãos dele apertando com força o estofado marrom do sofá, se era uma tentativa de não tocá-lo ou de não gozar tão cedo não dava para saber. 
– Você vai me abrir com seus dedos, ok? Vamos ser rápidos porque eu tô doido pra sentar em você há um tempo.. hmm – mal terminou de falar e já colocou o dedo médio e o anelar de Louis na sua boca, babando tanto quanto fez no pau anteriormente. Os dedos grossos preenchiam sua boca de uma maneira lasciva e finalmente presenciou uma reação do garoto ao que a outra mão voou para a parte de trás do pescoço, se enlaçando aos cachos, e forçando a cabeça para frente até sentir pontas redondas na sua garganta. 
– Isso, vem.. coloca aqui – retirou às pressas e direcionou a mão até sua bundinha que rebolava ansiosa por algo a preenchendo. 
– Mas eu.. eu nã– a timidez e insegurança quase o fez recuar. 
– Eu te guio, não é tão difícil. Só.. – revirou os olhos e abriu a boca em um gemido mudo sentindo as pontas molhadas pela própria saliva rodearem sua entrada. Ele também conseguia sentir os próprios dedos que continuavam direcionando os outros dois até que a ponta de um deles lhe invadiu. 
A preparação era precária e a lubrificação não era o suficiente, mas a ardência e queimação de se esticar, prevendo uma dorzinha maior quando for o membro grosso do outro, fez Harry aumentar as reboladas estimulando, também, os membros juntos. Olhar para baixo e ver as glandes vermelhas se ligando por um fio elástico de pré gozo ou olhar para trás e abaixo encarando dois dedos tesourarem seu cuzinho, era uma decisão difícil. 
Um barulho assustou os dois garotos que estagnaram em seus lugares com os corações palpitando e o estômago gelado. Pareceu ter vindo do andar de cima, talvez uma das meninas tenha acordado ou talvez o teto amadeirado tenha estralado como costuma fazer. Fato é que a adrenalina subiu ao sangue de ambos e eles se encararam por alguns segundos em uma conversa silenciosa sobre o que fariam a seguir. Eles podiam seguir em frente e correr mais esse risco ou parar por agora e não ter certeza nenhuma sobre voltarem desse mesmo ponto em outro momento. 
– Droga.. foda-se.
Os lábios se encontraram em um estalo, as línguas despontando para fora em uma dança explícita e quente. O cacheado tinha o domínio do beijo e provava do sabor do outro direto da fonte, os lábios inchando conforme os dentes branquinhos raspavam e prendiam a carne macia e fininha entre eles, a saliva espessa fazendo caminho até o queixo em uma bagunça que era só deles.
Harry passou a seguir a trilha molhada até o pescoço dando leves mordidinhas e chupadas que talvez deixassem vestígios mais tarde. Seriam ótimas lembranças. As mãos pequenas, mas fortes, estavam presas na cintura macia por baixo da blusa rosa bebê que o maior usava e a cabeça com os fios castanhos totalmente bagunçados estava recostada no apoio do sofá enquanto o quadril despido se esfregava com mais força e rapidez levando a ereção alheia entre as bochechas branquinhas da bunda.
Foi por tamanha distração em tantas partes diferentes do corpo que Louis não notou imediatamente a mão pálida segurando firmemente seu pau, guiando ele até a entrada pouco lubrificada. O calor abrigando sua glande sensível e virgem era inebriante, o aperto era tão intenso e dolorido que lágrimas brotaram nas orbes azuis e um gemido manhoso deixou os lábios inchados. 
Enquanto isso, Harry podia gozar apenas por saber ser o primeiro a proporcionar tal sensação ao garoto. Os dentes prendiam os próprios lábios para não gritar com a ardência da invasão, ele imaginava o quão fora de si o mais novo estaria se sentindo quando para ele, que já estava acostumado, já era um sentimento tão esmagador. 
– Isso é tão.. porra! – Louis se sentia sobrecarregado, desnorteado e sem palavras.
– Shh.. – calou o outro com selinhos enquanto escorregava cada vez mais pra baixo, abrigando agora toda a extensão dentro de si – Eu sei, Lou. Eu tô te sentindo tão, oh, tão fundo.. você vê? – agarrou a destra do outro e direcionou ao fim do abdome, entre as duas folhagens tatuadas. 
Sentir a pele suada e a respiração descompassada na palma da mão, bem como uma leve protuberância do que identificou ser seu pau, fez todos os músculos da perna e quadril tensionar, provocando, consequentemente, uma estocada curta e certeira na próstata do cacheado que não estava esperando por isso. Ambos os gemidos foram surpreendentemente altos.
Com isso, os movimentos se tornaram febris e constantes. Harry sentava com força, sentindo as coxas arderem e falharem pelo esforço, mas sem parar por um momento sequer. A mão grande com uma cruz tatuada parecia irônica em um cenário tão devasso ao segurar fortemente o pescoço bronzeado para ter algum apoio enquanto beijos e mordidas eram depositadas no peitoral nu.
– Eu não.. eu vou, hmm, eu– palavras desconexas saiam do lábios do menor e Harry percebeu as pernas abaixo de si tremerem e a barriga magrinha contrair indicando a chegada de um orgasmo. Ele não queria ser mau, mas não era do seu feitio aceitar que os parceiros gozassem antes dele mesmo, por isso levantou.
– Não gatinho.. não é legal vir antes do seu parceiro, você vai ter que segurar só mais um pouquinho.. eu sei que você consegue. 
Apesar de querer fazer o momento durar pela eternidade, sabia que não seria possível então trocou a posição para uma em que alcançaria o ápice bem rápido. Ele amava cavalgar de costas e ser observado e desejado pelos homens com quem transava, e o bônus dessa vez era estar de frente para a garagem aberta e totalmente clara pela luz do Sol, podendo ser visto por quem passasse prestando um pouco mais de atenção.
O corpo grande escondia e sobrepunha o menor que se sentia acolhido ao que teve novamente a ereção tomada pelo cacheado e as costas largas recostadas em seu peito. Os cabelos da nuca do cacheado batia em seu rosto e o tecido leve da camisa rosa esbarrava em seus mamilos a cada quicada que o outro dava; a bunda branquinha subindo e descendo pecaminosamente pelo pau cada vez mais rubro e dolorido agora era alvo das unhas curtas de Louis, que sentia as bolas repuxando e doloridas para liberar todo seu prazer. Ele estava desesperado por isso.
Gemidos saíam cada vez mais altos da boca cheinha e rosada do cacheado quando ele sentou completamente no colo do outro e puxou a cabeça dele de encontro a sua nuca, rebolando agora apenas para frente e para trás, dessa forma ele fazia a cabecinha gorda esmagar a sua próstata em todos os ângulos possíveis. Toda essa pressão nos lugares mais sensíveis fez as pernas tremerem, gemidos escandalosos soarem, estômagos retorcerem e líquidos quentes jorrarem. Eles gozaram quase ao mesmo tempo, pintando uma tela inesquecível para ambos.
Infelizmente o momento de frenesi e de recuperação foi tomado por desespero ao ouvirem uma voz muito conhecida se aproximando no meio da rua. A corrida entre catar as roupas, subir as escadas aos tropeços e se jogar na cama exaustos foi marcada por risadinhas e olhares travessos nada arrependidos. Essa foi por pouco.
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renascestes · 1 year
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escapism
O horizonte vermelho como lentes de um óculos, mas é a luz que nos toma de assalto. Minhas mãos em seu pescoço, em seus ombros e logo após em suas calças. Encaro seu rosto anguloso, sorvendo-o como água num deserto, mesmo nem sabendo seu nome. Ele me estende a mão e convida para outro lugar, quero ir. Meu rosto reluz de maquiagem e suor, escorrendo pelas minhas têmporas e exalo o álcool que me certifiquei de beber até as últimas gotas. Meu corpo não obedece o agora, mas sim a essa vontade acelerada de esquecer que ontem sua porta bateu diante de mim. Este homem não me conhece, mas conhece meu gosto. A pele dele salgada sob minha língua, o perfume amadeirado e a camisa de botão já retirada são testemunhas que temos foco. O mesmo foco, que sorte. Eu o queria e ele gostou do meu papo de quem resolve as coisas logo. Mais uma taça, mais uma garrafa, mais um shot. O teto gira, a luz parece quase fantasmagórica e o prazer parece estar chegando. Posso sentir o corpo dele tremer sob o meu enquanto seus olhos escuros fixam em meu rosto já não tão montado. Ele não sabe, nem se importa, que não vejo mais quem está comigo. Tudo que vejo é a porta se fechar diante da minha pergunta não respondida. Porra, queria não sentir o coração sair pela boca por um enquanto fodo com outro. Queria não sentir vontade de chorar enquanto meu corpo está prestes a se preencher de prazer, mas prazer é tudo que posso ter agora. [drunk calls, drunk texts, drunk tears, drunk sex] A pele clara dele só me lembra que a sua é escura, esculpida. A mão indelicada dele só me relembra que as suas sempre me foram suaves. Que se foda. Que se foda você e o final que tivemos ontem enquanto estou acompanhada por esse estranho de lábios tão pouco gentis. Me permito deixar que ele investigue meu corpo com suas mãos, meu lábio treme pressionados contra os dedos dele, minhas pernas o prendem como se não quisesse que fosse embora. [ainda que queira] Uma garrafa, por favor, mais uma garrafa. Viraremos copos até que sejamos massas sem nada a sentir além de tesão e calor; sem me sentir como ontem parada à sua porta.
[doctor, doctor, have mercy on me, take this pain away]
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reverieact · 1 month
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* VACACIONES: CIERRE DE ACTIVIDAD.
Un auto negro, de vidrios polarizados que reflejaban el cielo soleado de Berna, se deslizó por las tranquillas calles de la ciudad. La brisa suave de fin de verano, acariciaba el rostro de los transeúntes que aún estaban disfrutando los vestigios del Artifest. Quienes se cruzaban con automóvil no podían evitar mirarlo aunque fuese una sola vez. Hasta que se detuvo frente a la sede de Berna de la Academia Reverie, un edificio de prestigio, cuya arquitectura es una fascinación para locales y extranjeros.
Cuando el vehículo se detuvo, los tres pares de ojos se encontraron con la Academia Reverie, ubicada en un entorno que parecía fusionar la serenidad de la naturaleza con el esplendor académico, se alzaba como un símbolo de conocimiento y sofisticación. Su fachada principal, de piedra caliza de un tono grisáceo que reflejaba el carácter histórico de Berna, estaba adornada con grandes ventanales que permitían que la luz natural bañara el interior. Las molduras decorativas en el marco de las ventanas y las columnas corintias le daban un aire de grandeza y dignidad. La entrada principal, flanqueada por dos imponentes columnas, estaba custodiada por estatuas de mármol que representaban figuras de la mitología y el conocimiento.
Desde el interior del vehículo, una figura de porte elegante emergió con una gracia que parecía casi en cámara lenta. La mujer con cabello de rizos naturales y exuberantes, que enmarcaban su rostro anguloso y altos pómulos, descendió con un control absoluto sobre cada uno de sus movimientos. Cada paso que daba estaba cargado de una intención sutil, como si el suelo mismo se adaptara a su presencia.
Detrás de ella, los dos hombres descendieron del auto con una sincronía que sugería una coordinación que iba más allá de lo habitual. El primero, de estatura mediana, tenía una expresión reservada, casi enigmática. Sus movimientos eran deliberados y meticulosos, con una mirada que parecía abarcar el entorno con una precisión calculada. Sus ojos, ocultos tras unas gafas de sol oscuras, se movían constantemente, evaluando cada detalle de la majestuosa edificación.
A su lado, el segundo hombre, notablemente más joven y de rasgos asiáticos, parecía encarnar un contraste vibrante. Su actitud relajada y la sonrisa que nunca abandonaba su rostro daban la impresión de que el entorno no era más que un telón de fondo para su propia aventura. Su sonrisa contenida contrastaba con la solemnidad del lugar. Su andar despreocupado y su actitud de desafiante reflejaban una confianza que parecía ir contra la gravedad del momento.
Al llegar al vestíbulo de la Academia Reverie, los tres se encontraron en un espacio que combinaba la grandeza histórica con la funcionalidad moderna. El vestíbulo era amplio, con techos altos adornados con frescos que representaban escenas de erudición y descubrimiento. Las paredes estaban revestidas de paneles de madera oscura, intercalados con vitrinas que exhibían antiguos manuscritos y artefactos académicos.
La luz natural fluía a través de los enormes ventanales, creando un juego de luces y sombras en el suelo de mármol pulido. En el centro, una elegante recepción de mármol blanco estaba flanqueada por modernos asientos de cuero negro, proporcionando un contraste llamativo con el ambiente histórico. Los tres avanzaron por el vestíbulo con una confianza que parecía ajustar el espacio a su propio ritmo. La mujer lideraba con una elegancia serena, sus pasos firmes y decididos.
Llegaron a la entrada del despacho de la Mentora Superior Genevieve Laurent. La puerta del despacho estaba enmarcada por un elegante dintel de madera tallada, con una pequeña placa dorada que llevaba el nombre de la Mentora. La mujer se detuvo frente a la puerta y ajustó su postura con una precisión que parecía ser un ritual en sí mismo. Los dos hombres tomaron sus posiciones a su lado, el más joven con una sonrisa confiada y el de expresión reservada con una seriedad tallada en piedra.
La mujer miró a sus acompañantes con una mezcla de resolución y expectativa. Era evidente que el momento había llegado, y sus palabras eran el preludio de lo que estaba por comenzar. Con una voz clara y decidida, que resonó en el vestíbulo con una autoridad inconfundible, pronunció la frase que daría inicio a su misión en la Academia Reverie.
— ¿Preparados para ordenar todo este desastre?
El más joven rió por lo bajo, mientras que el otro hombre se mantuvo serio. Ella golpeó la puerta con sus nudillos.
Las palabras flotaron en el aire mientras la puerta del despacho se abría lentamente, revelando el interior de un espacio que prometía ser el escenario del cambio. La mujer, junto a sus dos acompañantes, cruzó el umbral con una determinación implacable, dispuesta a enfrentar lo que les esperaba.
OOC
¡Terminaron las vacaciones! Y con esto inicia la fase final de la evaluación en la Academia Reverie. Les aspirantes están cada vez más cerca de su graduación y cerrar esta etapa. Sin embargo, se vienen nuevos problemas, quizás un poco más grandes que los anteriores. Es momento de afianzar sus relaciones, descubrir los secretos detras el incidente de París y, mucho más importante, ¿quiénes son estas tres personas?
No hubo una evaluación durante esta actividad. Sin embargo, pueden comprobar sus puntuaciones en el siguiente enlace.
Les recordamos, además, actualizar sus puntuaciones en la sección de Discord correspondiente, ya que deberán tener sus puntos claros antes de la siguiente actividad.
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thcluckyonc · 8 months
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HANDE ERÇEL? não! é apenas KIRAZ ÇELIK, ela é filha de NIKE do chalé 17 e tem VINTE E CINCO. a tv hefesto informa no guia de programação que ela está no NÍVEL II por estar no acampamento há QUATRO ANOS, sabia? e se lá estiver certo, KIRA é bastante ENCANTADORA mas também dizem que ela é MIMADA. mas você sabe como hefesto é, sempre inventando fake news pra atrair audiência.
A convicção impressa no olhar da mulher que assegurou ser amparada por Zeus, pouco antes de se jogar do prédio de vinte andares. O desespero nas feições masculinas ao se entregar ao mar revolto, clamando o nome do deus dos mares. E a aparente loucura da jovem que se atirou ao vulcão adormecido em sua ânsia por encontrar-se com Hefesto. Inúmeros são os relatos a respeito de humanos que, frente um contato íntimo com os deuses, perderam a sanidade. E com Emre não foi distinto.
É incerto dizer se o sucumbir do homem se deu pela ausência da deusa vitória ou pela falta das regalias que estar frequentemente no lado vencedor lhe proporcionava. Fato é que quando o triunfo deixou de ser uma constante em sua vida, Emre buscou nos entorpecentes mundanos o regozijo antes encontrado em Nike. As dívidas nas casas de apostas somaram-se àquelas devidas a traficantes, formando um estilo de vida insustentável - especialmente ao considerar-se a pequena garotinha recém deixada sob seus cuidados. E decerto aquele teria sido o fim de Kiraz, fadada a adoecer em meio às ruelas escuras de Istambul, esquecida por aqueles que deveriam protegê-la, não tivesse um detalhe atraído a atenção de uma figura importante da região.
Vural conhecia o suficiente a respeito dos deuses do Olimpo para compreender que a correlação direta entre as vitórias de Emre e a presença da garotinha em seu colo não se tratava de um mero acaso. E o Bakirci sabia que se manejasse a situação corretamente, ao final, seria ele o grande sortudo. Livrar-se do homem foi o menor de seus empecilhos - inconstante e quimicamente dependente, o Çelik jamais havia sido uma figura paterna para a garotinha. Algumas desculpas e muitos presentes depois, Kiraz sequer parecia se recordar que um dia não estivera sob os cuidados de Vural e seus homens.
A presença da menina nas casas de apostas tornou-se recorrente com o passar dos anos, até que o ecoar do rolar dos dados mesclado ao som das cartas que eram distribuídas pelo salão saturado de pessoas reféns de suas próprias ambições, criassem uma sinfonia caótica que lhe era quase reconfortante. Afinal, não era como se Kiraz conhecesse outra realidade que não aquela iluminada pelas luzes coloridas dos cassinos de Istambul. Considerada o amuleto da sorte de Bakirci, ela era constantemente vista em companhia do homem e, ao final de uma noite bem sucedida, suas habilidades eram recompensadas com o conceder de todo e qualquer desejo que pudesse alcançar-lhe a mente - desde um pônei, a um castelo para, então, seus favoritos: pedras preciosas. E o que mais pode-se almejar quando se tem tudo?
Mais de uma década passou-se antes que Kiraz se desse conta de que os bens materiais que se acumulavam em seu entorno em nada supriam os anseios de sua alma - sentimentos esses despertados por um sorriso atraente demarcado por um maxilar anguloso. E quando o relacionamento com o rapaz foi proibido por Vural, a Çelik encontrou a motivação necessária para escapar na calada da noite. Com uma passagem apenas de ida para os Estados Unido, foi apenas uma questão de tempo até que a semideusa fosse levada ao acampamento meio sangue.
PODERES: Absorção de sorte: através da proximidade, Kiraz é capaz de drenar, lentamente, a sorte daqueles em seu entorno, aumentando a sua própria e a de quem estiver em contato direto com a s
HABILIDADES: Fator de cura acima do normal e agilidade sobre-humana.
ARMA: Possui uma besta encrustada de diamantes.
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estimadovolcan · 3 months
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A de atreverse
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Encontrar el camino hacia la inspiración a veces es como perderse en un mapa de callejones estrechos y angulosos, que no sabes bien a dónde te llevarán. Caminos repletos de escaleras angostas y temerarias, sinuosas curvas y desniveles que pueden marear a quien se atreve a transitarlas. Caminos sin un final feliz. Puertas cerradas. Un laberinto fulgurante, una pieza que no encaja. Una búsqueda constante. Un desenlace inesperado.
Otras veces el camino es más corto, la respuesta más rápida, la solución más sencilla. Un dicho y hecho allanan el trayecto, lo consolida. Pone fin a la travesía de incertidumbre y prepara las alas para volar. 
Así se forjó mi viaje a China. Una conversación en Toulouse puso rumbo a la que sería la nueva encrucijada viajera sin más pistas que la de un despegue con destino a Beijing en marzo de 2010. A 20.000 pies de altura, el vértigo no existe, se difumina entre las espesas nubes que se desvanecen al surcar un paisaje efímero y tranquilizador, sabiendo que otro mundo espera nuestra llegada. La vida cambia cuando tenemos el valor de enfrentarnos a ella. Solo un paso marca la diferencia.
Caprichoso es el destino que nos revela su verdadera cara cuando somos nosotros quienes de veras lo cambiamos. Objetivo fijo, marcha firme y cabeza erguida son tres de los ingredientes principales de cada nueva estación. Nos dijeron que eran cuatro, pero somos muchas más. Vivimos veranos que duran seis meses e inviernos que parecen no acabar, primaveras que duran horas y otoños que se extienden, lo que dura un suspiro.
Aquel viaje de un mes no ha terminado todavía, aunque tuvo fecha de caducidad. Un efecto mariposa literal, un terremoto emocional, piel de gallina y cosquilleos en la barriga, metamorfosis personal. Viajar por China es ser astronauta por un tiempo. Es sentirse explorador, misionero y jefe de expedición. Es ponerse una escafandra protectora y un traje “especial”. Transitar por lugares extraños llenos de una personalidad hasta ahora desconocida aparentemente supone un éxtasis sensorial.  Rodeado de una belleza rasgada y oriental, sentirse perdido es una ventaja. Una primera posición, una batalla ganada. Saber que cada decisión será una apuesta segura, portal de inesperados encuentros e inusuales hallazgos a pecho descubierto. La razón cede el paso a la emoción. Enfrentarse a lo absurdo es la nueva norma y la fe es ahora la intuición. Viajar con la boca abierta y el corazón hinchado.
Recorrer el país de norte a sur y de sur a norte fue una experiencia arrolladora. Descubrir civilizaciones milenarias, paisajes pintados al óleo, montañas mágicas y selvas de asfalto pusieron el tono a esta sinfonía asiática cuyo final estaba todavía por componer. Como cuando el público insiste en que continúe la fiesta, un inesperado acontecimiento puso la nota final. Islandia y su estimado volcán abrían una nueva puerta. Una erupción sin precedentes tuvo como consecuencia un estrepitoso efecto colateral, poniendo en marcha de nuevo el efecto dominó que es la vida. De repente comenzaron a caer de nuevo todas las piezas. A reconectarlo todo.
El 14 de abril de 2010 supuso un cambio de rumbo sin fecha fija, recalculando ruta según pasaban los días. El destino abría sus finitas puertas para desconcierto de quién supiera escoger con valentía y bravura. Pronto las señales comenzaron a llegar, nuevas propuestas desplegaban de nuevo un inmenso mapa de posibilidades en este juego del azar. Una nueva partida. Un turno nuevo para mover ficha. Con la mochila a las espaldas y un sentimiento de ligereza interior, aceptar se convirtió en la única salida. Y es que el camino siempre es hacia delante. Otra puerta, otra más.
3 años estuve caminando por aquel sueño que fue China. Una fábula donde fui el héroe, pero también el villano, el sabio y el mendrugo, el filósofo y el insensato. Un quijote desorientado frente a unos molinos que llegaban hasta el cielo y se perdían entre la contaminación, donde no llegaba el aire. 
Cruda y amable a la vez, la ciudad de Shanghái fue morada durante todos estos días, que a veces fueron años y que otras desaparecían al pestañear. Escuela para recién llegados, maestra de la inmortalidad. Una montaña rusa de emociones, de vivencias y creencias, una gran muralla china que atravesar con sus múltiples facetas, sus caminos destartalados y también sus atalayas, desde donde la vista permitía a uno vislumbrar el camino por el que avanzar. ¿Qué importa el tiempo si lo importante es llegar? El tiempo somos nosotros y nada más. 
Aquella vida quedó atrás hace años, pero no las herramientas para seguir abriendo, derribando y esquivando puertas. A veces con más acierto que otras, descifrando que queda mucho por descifrar, que caminos hay muchos y siempre nos sorprende un nuevo volcán, que hay quienes viven cien años sin haber visto nunca el mar.
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eulaliamaria · 1 year
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(histórico discord)
“E eu espero que você não esteja duvidando da minha palavra.” Ela contra-atacou, semicerrando os olhos. Aproximou-se dele para ficar entre suas pernas. Com uma mão tocou a nuca de Jão, enquanto a outra colocou com cuidado a toalha gelada no rosto anguloso. Porra, como ele é bonito. Pensou. “Não é algo que eu faça confortavelmente, de qualquer forma, espero que você saiba disso. É pela faculdade, por sobrevivência, já que a grana do hotel não dá conta de tudo.”
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“Além do mais, tu tem seus pecados também.” Já emendou a mulher, abrindo um sorrisinho. “Tu transou com sua melhor amiga. Não é o ideal de homem.” Ousou dizer, mesmo sabendo que poderia irritar João, só para tirar o foco de si.
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amor-barato · 5 months
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Ela abriu o envelope e espalhou as fotos sobre o balcão de vidro. Um arco-íris; o número de metal enferrujado na fachada de uma casa antiga; raízes de uma árvore que pareciam um casal num embate amoroso de muitas pernas e braços; a chaminé de uma olaria; uma bicicleta caída na chuva. Nenhuma pessoa ou animal. Apesar disso, fotos boas, feitas por alguém com olho e senso. 
Ela notou meu interesse. 
Gostou?
Esta aqui é muito boa. 
Indiquei uma das imagens: fachos de sol entrando pelas falhas no telhado de uma casa em ruínas. 
Poesia e precisão. 
Falei isso, vê se pode. Ela me olhou, intrigada. Daí, riu. 
Você é fotógrafo?
Já fui, eu disse. Hoje em dia só fotografo pra consumo próprio. 
E o que você fotografa?
Um pouco de tudo.
Que nem eu.
Peguei a foto e a examinei de perto. 
Você não fotografa gente.
Não gosto. 
Porra, pensei, a foto que eu tinha nas mãos não era só boa, era formidável. Um dos fachos de sol incidia, em segundo plano, sobre uma boneca de pano jogada num monte de entulho. Parecia um spot iluminando uma bailarina caída num palco.
A boneca já estava lá?
Claro.
Chang empurrou o pacote de filmes em minha direção. E ela já estava guardando as fotos no envelope, quando falei:
Eu adoraria ter uma cópia.
Ela congelou o gesto de colocar as fotos no envelope, virou o rosto e me estudou, como se avaliasse se eu tinha mérito suficiente para receber o que pedia. Sustentar aquele olhar escuro foi uma experiência difícil. Fez com que eu me sentisse desamparado. Fiquei com a impressão de estar sendo visto de verdade pela primeira vez na vida. E também de estar vendo algo que o mundo não tinha me mostrado até então.
De acordo com o professor Schianberg (op. cit.), não é possível determinar o momento exato em que uma pessoa se apaixona. Se fosse, ele afirma, bastaria um termômetro para comprovar sua teoria de que, nesse instante, a temperatura corporal se eleva vários graus. Uma febre, nossa única seqüela divina. Schianberg diz mais: ao se apaixonar, um “homem de sangue quente” experimenta o desamparo de sentir-se vulnerável. Ele não caçou; foi caçado.
A idéia surgiu na hora em que ela sorriu, como se tivesse me aprovado no exame a que me submetera, e separou a foto para me presentear. Nem parei para refletir, apenas coloquei a idéia em prática. Sangue quente.
Não é essa a foto que eu quero, eu disse. 
E apontei o porta-retrato na vitrine. Aquilo a desarmou. Ouvi sua respiração se alterar. Chang abriu a boca, mostrando seus dentinhos de rato, e fez o que qualquer bom comerciante faria: puxou o vidro da vitrine e entregou o produto para o cliente examinar de perto. O rosto era mesmo excepcional: anguloso, estranho. Os olhos tinham antigüidade e abismos. 
Queremos o que não podemos ter, diz o professor Schianberg, o mais obscuro dos filósofos do amor. É normal, saudável. O que diferencia uma pessoa de outra, ele acrescenta, é o quanto cada um quer o que não pode ter. Nossa ração de poeira das estrelas. 
Ela baixou a cabeça, tocou o canto dos lábios com a foto. E pensou no assunto por um segundo e meio. Então compreendeu o jogo. E o aceitou.
Vamos fazer um negócio mais justo, disse. Eu troco esse porta-retrato por uma das suas fotos, o que você me diz?
Chang riu. Seu ouvido antecipara o ruído da gaveta da registradora. Eu avancei uma casa:
Já aviso que você vai sair perdendo, eu nunca fotografei nada tão bonito. 
Aquele rosto extraordinário corou um pouco. Só um pouco. Eu pulei várias casas e estendi o cartão para ela. 
Passe qualquer dia no meu estúdio. 
Ela leu e fez a pergunta que ouço há mais de quarenta anos. 
Cauby? Igual ao cantor?
Na adolescência, isso me incomodava. Eu não gostava do cantor. Com o tempo, passou. Relaxei. Não ligava mais. Cheguei a ver um show do meu xará num bar em São Paulo. E se alguém me fazia essa pergunta, eu me limitava a responder:
É.
Ela me ofereceu a mão.
Prazer, Lavínia. 
A mão era grande, maciça; o aperto, delicado. Os imensos olhos escuros me espreitaram – sorriam por ela. Eu pagaria para fotografar aquele rosto. Uma vez, no interior da Espanha, uma mulher na rua cobrou para deixar que eu a fotografasse. Paguei. Valia. 
Ela entregou o dinheiro a Chang e não disse nada enquanto esperava pelo troco. Aproveitei que ela estava de sandálias para observar seus pés magros, ossudos, quase masculinos. Embora o formato não me agradasse, achei que ficavam bem nela. Um conjunto harmônico. Ela percebeu que eu olhava, mas isso não a incomodou. Gente à vontade no mundo. 
Chang colocou o troco no balcão, dispondo nota sobre nota. Ela guardou o dinheiro na bolsa e então me encarou. Ouvi uma sereia ao longe.
Passo lá uma hora dessas. Telefono antes.
Quando você quiser, eu disse.
Ela se despediu e saiu para o sol da tarde. Um choque de luminosidades. Eu me encostei na porta para vê-la se afastando. Chang apareceu do meu lado.
Sabe quem é?
Não, eu disse.
Quer saber?
Não, repeti, sem desgrudar os olhos dela. 
Chang juntou as mãos, estalou os dedos.
Você que sabe, ele disse.
Prefiro descobrir aos poucos, pensei. Saborear o mistério.
Marçal Aquino (Eu receberia as piores notícias de seus lindos lábios)
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delphinejustonefate · 8 months
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⠀⠀ ⠀⠀ ✧ 𝒜ᴘʀᴇsᴇɴᴛᴀɴᴅᴏ ✧ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ 𝗔𝗥𝗠𝗜𝗠 𝗔𝗚𝗢! ⠀⠀⠀ ⎯⎯ㅤִㅤ˚ ⋆DEVIL'S NIGHT。˚ㅤִ ⎯⎯ a thread para o #shiftwt, #loatwt e variantes !
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🪩 ⋆ ࣪. não interaja se for da subtwt ⠀⠀ 𓏲 para mais thread’s sobre #loatwt #shiftwt #ndtwt #shifttwt e #nevilletwt siga meu perfil
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☰ ₁. 𝗶𝗻𝘁𝗿𝗼𝗱𝘂𝗰𝘁𝗶𝗼𝗻 ₂. 𝗮𝗯𝗼𝘂𝘁 𝗔𝗿𝗺𝗶𝗺 ₃. 𝗔𝗿𝗺𝗶𝗺'𝘀 𝗮𝗲𝘀𝘁𝗵𝗲𝘁𝗶𝗰 ₄. 𝗽𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝗹𝗶𝘁𝘆 ₅. 𝗮𝗽𝗽𝗲𝗮𝗿𝗮𝗻𝗰𝗲 ₆. 𝗰𝗹𝗼𝘁𝗵𝗶𝗻𝗴 𝘀𝘁𝘆𝗹𝗲 ₇. 𝘃𝗶𝘀𝘂𝗮𝗹 𝗶𝗱𝗲𝗻𝘁𝗶𝘁𝘆 ₈. 𝗔𝗿𝗺𝗶𝗺 𝗧𝗿𝗮𝗱𝗲𝗺𝗮𝗿𝗸𝘀 ₉. 𝗹𝗶𝗳𝗲𝘀𝘁𝘆𝗹𝗲 ₁₀. 𝗯𝗮𝗰𝗸𝘀𝘁𝗼𝗿𝘆 ₁₁. 𝗳𝗮𝗺𝗶𝗹𝘆 ₁₂. 𝘀/𝗼
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₁. 𝗶𝗻𝘁𝗿𝗼𝗱𝘂𝗰𝘁𝗶𝗼𝗻
⠀⠀ ⠀⠀ ✧ 𝗔𝗥𝗠𝗜𝗠 𝗔𝗚𝗢 ✧ Thunderbay٬ 12/12 - 22yo
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₂. 𝗮𝗯𝗼𝘂𝘁 𝗔𝗿𝗺𝗶𝗺 Armim Ago é filho de Daemon Ago e Isabella Beaumont, um casal rico e bem-sucedido da cidade de Thunderbay. Armim sempre teve tudo o que queria, desde roupas caras até carros de luxo. Armim namora Misha Lare Grayson, que é meio-irmão de Damon. Armim e Misha se conheceram quando eram crianças, e se apaixonaram à primeira vista. Eles têm uma relação intensa e turbulenta, cheia de altos e baixos.
₃. 𝗔𝗿𝗺𝗶𝗺'𝘀 𝗮𝗲𝘀𝘁𝗵𝗲𝘁𝗶𝗰
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₄. 𝗽𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝗹𝗶𝘁𝘆 Armim é um jovem carismático e popular. Ele é extrovertido e gosta de estar cercado de pessoas. Ele tem um senso de humor sarcástico e provocador, e adora fazer piadas e brincadeiras com seus amigos e namorada. Ele é leal e protetor com aqueles que ama, e não hesita em defender seus interesses. No entanto, Armim também é um jovem inseguro. Ele tem dificuldade em lidar com a rejeição, e sempre se sente como se não fosse bom o suficiente. Ele tem medo de perder as pessoas que ama, e de não ser digno do amor delas. Ele usa sua aparência e popularidade para esconder suas inseguranças. Armim sempre foi mimado pelos pais. Eles sempre lhe deram tudo o que queria, e nunca o ensinaram a lidar com a rejeição. Isso fez com que Armim se tornasse um jovem narcisista e egocêntrico. Ele acredita que merece tudo o que quer, e que as pessoas devem se sentir sortudas por estar com ele. Ele é um jovem problemático. Ele sempre se mete em encrencas, e suas ações geralmente prejudicam as pessoas que o amam. Ele tem um lado sombrio e violento, que às vezes foge do seu controle. Ele gosta de sentir adrenalina e perigo, e de testar seus limites. Ele é viciado em sexo e drogas, e usa essas coisas como uma forma de escapar da sua realidade. No entanto, Armim tem um bom coração. Ele só precisa aprender a lidar com suas inseguranças e a amar a si mesmo. Ele tem um potencial enorme, e pode se tornar uma pessoa melhor, se tiver o apoio e a orientação certos.
₅. 𝗮𝗽𝗽𝗲𝗮𝗿𝗮𝗻𝗰𝗲 Armim é um jovem bonito e atraente. Ele tem cabelos loiros e olhos verdes e azul, e é alto e atlético. Ele tem um rosto anguloso e expressivo, com sobrancelhas grossas e um sorriso sedutor. Ele tem um corpo musculoso e definido, com tatuagens espalhadas pelos braços, peito e costas. Ele tem um estilo despojado e elegante, e gosta de usar roupas de grife e acessórios de luxo. Ele costuma usar jaquetas de couro, camisetas pretas, calças jeans rasgadas e botas. Ele tem um perfume marcante e irresistível, que mistura notas de madeira, âmbar e especiarias.
₆. 𝗰𝗹𝗼𝘁𝗵𝗶𝗻𝗴 𝘀𝘁𝘆𝗹𝗲
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₇. 𝘃𝗶𝘀𝘂𝗮𝗹 𝗶𝗱𝗲𝗻𝘁𝗶𝘁𝘆 jaquetas de couro caveira cigaro moto
₈. 𝗔𝗿𝗺𝗶𝗺 𝗧𝗿𝗮𝗱𝗲𝗺𝗮𝗿𝗸𝘀 Balaclava Rosas All Star Vinho
₉. 𝗹𝗶𝗳𝗲𝘀𝘁𝘆𝗹𝗲 Armim vive uma vida de luxo e ostentação. Ele é filho de um casal rico e bem-sucedido, e sempre teve tudo o que queria. Ele mora em uma mansão com seus pais, e tem seu próprio quarto, closet e banheiro. Ele tem vários carros de luxo, e gosta de dirigir em alta velocidade. Ele frequenta as melhores festas e eventos da cidade, e sempre está rodeado de pessoas. Ele é viciado em sexo e drogas, e usa essas coisas como uma forma de escapar da sua realidade. Ele tem um lado sombrio e violento, que às vezes foge do seu controle. Ele gosta de sentir adrenalina e perigo, e de testar seus limites. Ele é um jovem problemático, e sempre se mete em encrencas, e suas ações geralmente prejudicam as pessoas que o amam.
₁₀. 𝗯𝗮𝗰𝗸𝘀𝘁𝗼𝗿𝘆 Armim nasceu em uma família rica e poderosa, que possui uma grande influência na cidade de Thunderbay. Seu pai, Daemon Ago, é um empresário de sucesso, que possui várias empresas e investimentos. Sua mãe, Isabella Beaumont, é uma advogada renomada, que defende casos importantes e polêmicos. Armim cresceu cercado de luxo e privilégios, e nunca conheceu a escassez ou a dificuldade. Ele sempre foi um garoto inteligente e talentoso, que se destacava em tudo o que fazia. Ele estudou nas melhores escolas, e sempre foi o primeiro da classe. Ele também era bom em esportes, música e artes. Ele tinha muitos amigos, e era admirado e respeitado por todos. Ele era o garoto perfeito, que tinha tudo para ser feliz. No entanto, Armim também tinha um lado sombrio, que ele escondia de todos. Ele sofria de uma profunda insegurança, que o fazia duvidar de si mesmo e do seu valor. Ele tinha medo de decepcionar seus pais, que tinham expectativas muito altas sobre ele. Ele também tinha medo de perder as pessoas que amava, e de não ser digno do amor delas. Ele se sentia sozinho e incompreendido, e buscava formas de preencher o vazio que sentia. Ele se envolveu com sexo e drogas, e começou a fazer brincadeiras perigosas e cruéis com seus amigos. Ele se tornou um jovem rebelde e problemático, que causava dor e sofrimento aos outros e a si mesmo.
₁₁. 𝗳𝗮𝗰𝘁𝘀 𝗮𝗯𝗼𝘂𝘁 𝗔𝗿𝗺𝗶𝗺
₁₂. 𝗳𝗮𝗺𝗶𝗹𝘆 Armim tem uma família complicada, que nem sempre lhe deu o amor e a atenção que ele precisava. Seus pais são muito ocupados e exigentes, e nunca tiveram tempo para se dedicar a ele. Eles sempre lhe deram tudo o que queria, mas nunca o ensinaram a lidar com a rejeição. Eles sempre esperaram que ele fosse perfeito, e nunca aceitaram seus erros ou suas escolhas. Eles nunca o entenderam, nem o apoiaram. Eles sempre o criticaram, e o fizeram se sentir culpado e inadequado. Eles nunca lhe deram carinho, nem o abraçaram. Eles nunca lhe disseram que o amavam, nem que estavam orgulhosos dele. Armim tem uma relação distante e conflituosa com seus pais, e sente que eles não se importam com ele. Ele os respeita, mas também os ressente. Ele os admira, mas também os teme. Ele os ama, mas também os odeia. Armim não tem irmãos, e se sente sozinho em sua família. Ele só se sente acolhido e amado por Misha, que é seu namorado e seu melhor amigo. Misha é o único que conhece seu verdadeiro eu, e que o aceita como ele é.
𝗜𝘀𝗮𝗯𝗲𝗹𝗹𝗮 𝗕𝗲𝗮𝘂𝗺𝗼𝗻𝘁 𝗗𝗮𝗲𝗺𝗼𝗻 𝗔𝗴𝗼
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₁₃. 𝘀/𝗼 Armim também é famoso por namorar Misha, que é meio-irmão de Damon, e que também faz parte do grupo. Armim e Misha se conheceram quando eram crianças, e se apaixonaram à primeira vista. Eles têm uma relação intensa e turbulenta, cheia de altos e baixos.Eles se amam profundamente, mas também se machucam muito. Eles têm uma química incrível, e um sexo selvagem e apaixonado. Eles são almas gêmeas, que se completam e se desafiam. Armim é leal e protetor com Misha, e faria qualquer coisa por ele. Misha é o único que o faz feliz, e que o faz sentir vivo. Misha é o único que o ama, e que ele ama.
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iaintnoflower · 11 months
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Cada estatua que observo me recuerda a tu ser...
Los gestos de estos personajes míticos evocan en mi memoria tu glorioso y agraciado temple.
Sus rasgos se asemejan a los tuyos: rostro anguloso, músculos tonificados, cabellos definidos.
Al contemplar estas figuras, no puedo evitar con vos fantasear, pues ellas representan la misma hermosura y divinidad que vos irradias.
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miruru12 · 1 year
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Day 4: seafolks and mermaids
@aphfrainweek
Esto está mal. No importaba cuántas veces se lo dijera, Antonio volvía a caer en el pecado. Las reglas de las sirenas y tritones eran claras en cuanto al exterior se refería. Todo lo que hubiera al otro lado de la superficie quedaba prohibido: el siempre cambiante cielo, las nubes que lo recorrían, los montes que podía ver a lo lejos y, sobre todo, los humanos. Su padre se lo había dicho en incontables ocasiones, sin darse cuenta que cuanto más le contaba, más ganas tenía Antonio de explorar ese mundo que le habían prohibido.
La primera vez que vio a los humanos, estaban destruyéndose los unos a los otros. Sus cáscaras de madera rugían y lanzaban objetos a gran velocidad hacia otras cáscaras. Cada martilleo le dolía en los oídos y se los tapó hasta que el silencio más inquietante se apoderó del bravío océano. Una de las cáscaras se hundía y los humanos chapotearon hasta que perdieron las fuerzas y la acompañaron. Consciente de la ventaja que tenía bajo el agua, se acercó a verlos. Fue extraño comprobar que no duraban mucho en el mar y, cuando tuvo el coraje suficiente para acercarse, acabó llevándose algunas de sus prendas como un recuerdo de lo que había vivido. Entre los objetos que se llevó había una tela grande, negra, con una tétrica calavera. 
Había más cáscaras flotantes que llevaban la bandera negra, así que dedujo que debería ser algún tipo de asociación de humanos. ¿De qué tipo? No lo sabía a ciencia cierta. Cada vez que los veía, a su alrededor había violencia y destrucción. La curiosidad consumía a Antonio, que siempre encontraba un motivo para callar la inquietud que moraba en su cabeza. 
Una vez, siguió a uno de los navíos hasta que llegó a una cala que se adentraba en la montaña. Nadó en silencio, siguiendo de cerca el pequeño cascarón con palas dirigido por una persona que se acercaba a tierra. Protegido por el casco del cascarón, Antonio observó al hombre que se alejaba con una herramienta sobre el hombro. Durante un rato, estuvo clavando la herramienta en el suelo y sacando tierra a un lado. Al rato, el pirata jadeó pletórico y tiró el utensilio. Cuando se acercó la antorcha a la cara, Antonio pudo ver un rostro anguloso, delicado y sonriente. En sus ojos claros brillaba la aventura, la pasión. El pelo rubio, que casi parecía que surgía de su sombrero negro con fastuosas plumas, le bordeaba el rostro y se ondulaba hacia las puntas.
Nunca había estado tan cerca de un humano. El corazón le latía con fuerza y supo que no podría olvidar ese momento mientras viviera. El humano guardó algo en el bolsillo interno de su casaca y se incorporó. De repente, se giró y apuntó con un cachivache que sacó del cinto. Antonio aguantó el aliento y se escondió detrás de la madera.
—Sé que estás ahí~ —canturreó el humano—. ¿Por qué no sales y pones las manos en alto, donde el tito Francis las pueda ver?
Antonio supo que tenía que huir, rápido. Sin embargo, antes de llegar a coger el suficiente impulso para sumergirse, algo silbó cerca de su oreja y la madera astillada le cayó sobre el hombro.
—Ni se te ocurra intentar escapar. Por algo soy uno de los piratas más temidos del Caribe. Sal. No me hagas enfadar.
Podría huir, a lo mejor resultaba herido, pero no había manera de que el humano lo venciera en el agua. ¿Y por qué no lo había hecho todavía? La bestia había tomado el control de sus acciones. Quería verlo. Quería hablar con el humano. Quería conocerlo. Así que se asomó, con timidez y el hombre se quedó sorprendido, incluso bajó el cachivache con el que le apuntaba.
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littlegirlovhazz · 1 year
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Um spoiler bem leve da one do Louis militar e infelizmente não tem sexo nela, vcs me perdoam? Eu ainda n consegui escrever essa parte.
Ninguém havia chego até o momento, Harry estava com um conjunto de moletom verde escuro, deixando seus olhos extremamente claros, o chalé era bonito, moderno e aconchegante, totalmente diferente de sua fachada, uma pena que ele estava ali pra que não seja morto ou sequestrado e torturado. Ele não tinha um telefone, porque poderiam rastrear, seu pai disse na carta que mandaria um novo que não poderia ser rastreado.
Foi quando a noite já caía que ela ouvi o alarme ser desativado e a porta aberta, o homem de uniforme militar entrou, seu cabelo estava bagunçado, era aparado nas laterais e maior em cima com leves fios brancos o salpicando, no estilo peaky blinders, ele carregava uma mochila. O rosto era perfeito e anguloso, os olhos azuis pareciam cansados e Harry viu a insígnia e o reconheceu imediatamente, Coronel Tomlinson, o homem mais jovem a se tornar Coronel, com apenas 34 anos, isso era muitíssimo jovem dentro do exército, mas ele se destacou de forma gigantesca.
Harry estava sendo protegido pela porra do melhor soldado do exército.
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babydoslilo · 1 year
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Spoiler de Loaded Gun
(Sem revisão)
(...)
A boca estava seca como nunca antes ao observar a fluidez com que suas mãos pálidas subiam e apertavam aquele desconhecido, chegando ao ponto de encontro entre as pernas, quase tocando a região mais íntima, até ele dar leves passos no lugar tentando se ajustar.. o poder de tocar onde quiser estava nublando sua mente e quase o fazia esquecer do objetivo principal. 
Balançando a cabeça em negação para retomar o foco, Harry levantou e passou a trabalhar agora com a parte superior do tronco. A cintura era tão magrinha em suas mãos que cada vez parecia mais absurda a ideia de ter algo escondido ali. As costas subiam e desciam em uma respiração calculada sob suas digitais e Harry se viu repentinamente ansioso quando finalizou pelo menos metade da revista.
– V-ocê – pigarreou para clarear a voz e não demonstrar o quanto estava afetado com tudo aquilo – pode se virar agora. 
– Você quem manda, gracinha. Assim está bom? – a lascividade escorria pela boca fininha, parecia que cada palavra era malditamente calculada para soar da maneira mais suja possível.
Harry não encontrou voz para responder, então apenas voltou à posição inicial e se abaixou aos pés do menor, com os olhos verdes focados nos azuis o tempo inteiro. Ele não conseguia desviar nem se quisesse, a magnitude que vinha de Louis deixou o clima tão pesado e a sala tão quente que não era surpresa que a pele branquinha estivesse suando por baixo daquela camisa branca social e crachá com a identificação profissional. 
A visão que Louis tinha podia explicar o porquê sua “arma” parecia cada vez maior dentro das calças. 
O homem todo certinho de joelhos em sua frente, os olhos verdes brilhantes quase imploravam por algo que nem devia saber definir, os cabelos tão alinhados e brilhantes pelo gel ficariam ainda mais lindos com sua porra escorrendo entre os fios, as mãos, antes firmes, mas que agora estavam trêmulas ao seguir com a revista, como se toda a energia que os olhos azuis descarregavam sobre ele não fosse fácil de conter e por isso vibrava em toda parte do corpo. 
A lingua rosinha brincava solitária pelos lábios cheios do maior enquanto ele seguia a abordagem padrão na base das pernas de Louis, mal percebia o quanto sua expressão estava pidona. Por incrível que pareça, Harry não foi tão lento até chegar ao topo das coxas alheias como fez na parte de trás, essa ansiedade ele não conseguiu mascarar e logo estava com as mãos abertas passando por toda a pélvis do outro. O volume ali marcado era tão duro e fascinante que o segurança perdeu a noção do tempo rastreando com o tato tudo o que podia, usando as pontas dos dedos para dedilhar o entorno, a palma da mão para mensurar o tamanho e finalmente usou as duas mãos para apertar aquela carne com firmeza, abrangendo toda a extensão. 
Como se o toque tivesse sido nele e não o contrário, um gemido manhoso escapou pelos lábios grossinhos. 
– Parece que você gostou bastante do que achou aí, não foi, amor? – Louis disse com a voz rouca em tesão. – Talvez você queira dar uma olhadinha pra ter certeza que não é nada perigoso, hum? 
Os dedos grossos e calejados de Louis passaram pelo maxilar anguloso do outro até alcançar a boquinha carnuda e molhada que, como em um reflexo ensaiado, se abriu prontamente para receber o médio e anelar naquela cavidade quentinha e bem receptiva. A pupila tomou conta dos olhos azuis ao que sentia suas digitais tomarem cada centímetro mais profundo da garganta alheia, sentindo toda a aspereza da língua de Harry contra toda a extensão dos seus dedos e, ainda, o movimento de deglutição que veio com o toque das duas pontinhas batendo bem fundo. 
Com a ajuda do polegar pressionando o queixo e ainda tendo os dois dedos sendo chupados com tanto afinco, ele não precisou usar muita força para abrir a boca do maior, tendo uma visão clara de todos os dentinhos alinhados e a língua bem exposta ao seu dispor. 
– Vou te mostrar o que fez o detector apitar, tá? Não precisa ficar assustado, acho que você vai saber lidar direitinho com ele.. é  só colocar essa sua boquinha toda babada pra trabalhar. 
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Gostaram?? Me contem!!!
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somediyprojects · 1 year
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Mirabilia Designs #138: Florentina stitched by Esmeralda Andres Enriquez aka esmepuntox. Pattern designed by Nora Corbett.
"Questa bella donna è finita" Así es, Florentina ya esta terminada. Han sido algo más de tres meses, y ya es mi primer bordado terminado este año, me he tomado alguna licencia como cambiar el color de la perla del gato a un color más parecido a los tonos del vestido de ella, como siempre cambié las perlas por hilo metalizado y una pequeña modificación el su cara, corrigiendo el pómulo derecho para que tenga un perfil más suave, menos anguloso. 
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