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Cuentos Infantiles
Descubre el Encanto de los Cuentos Infantiles
La infancia es una etapa crucial en el desarrollo de nuestros hijos, y los cuentos infantiles juegan un papel fundamental en su crecimiento. ¿Alguna vez te has preguntado por qué los cuentos son tan importantes para los niños? En esta sección, exploraremos el mundo mágico de los cuentos infantiles y su impacto en el desarrollo cognitivo y emocional de los más pequeños.
Estimulación Cognitiva
Los cuentos infantiles son más que simples historias; son herramientas poderosas para estimular la mente de los niños. A través de la lectura de cuentos, los niños expanden su vocabulario, mejoran su comprensión del lenguaje y desarrollan habilidades de pensamiento crítico. Los personajes coloridos y las tramas emocionantes despiertan la curiosidad de los niños y los incitan a explorar nuevos mundos de imaginación y fantasía.
Fomento de la Creatividad
¿Has notado cómo los niños se sumergen en sus propios mundos imaginarios mientras escuchan un cuento? Los cuentos infantiles son el combustible para la creatividad de los niños. Les enseñan a pensar de manera creativa, a visualizar escenarios y a encontrar soluciones a problemas complejos. Además, al involucrar a los niños en la historia, los cuentos fomentan la empatía y les enseñan a comprender las emociones y motivaciones de los personajes.
Fortalecimiento de Vínculos Familiares
La hora del cuento no solo es un momento para estimular el intelecto de los niños, sino también una oportunidad invaluable para fortalecer los vínculos familiares. Al compartir cuentos con tus hijos, creas recuerdos duraderos y estableces una conexión emocional especial. Además, la lectura de cuentos promueve la comunicación abierta y el diálogo entre padres e hijos, creando un ambiente de confianza y afecto en el hogar.
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Sección 2: Beneficios de los Cuentos Infantiles
Los cuentos infantiles son mucho más que simples relatos antes de dormir; constituyen una herramienta fundamental en el desarrollo de los niños. Sumergirse en estas historias ofrece una gama de beneficios cognitivos, emocionales y sociales que son esenciales para el crecimiento de los pequeños. A continuación, exploraremos algunas de las razones por las cuales los cuentos infantiles son imprescindibles en la vida de los niños.
1. Estimulación Cognitiva
La lectura de cuentos infantiles estimula el desarrollo del lenguaje y la comprensión en los niños desde una edad temprana. Exponerlos a una amplia variedad de palabras y estructuras gramaticales enriquece su vocabulario y mejora sus habilidades de comunicación. Además, al seguir tramas complejas y personajes diversos, los niños ejercitan su capacidad para comprender y analizar información de manera crítica, fortaleciendo así sus habilidades cognitivas.
2. Fomento de la Creatividad
Los cuentos infantiles son una fuente inagotable de inspiración para la creatividad de los niños. A través de la imaginación desencadenada por personajes fantásticos, mundos mágicos y situaciones extraordinarias, los niños aprenden a pensar de manera creativa y a explorar nuevas ideas. Esta capacidad de pensar fuera de lo común es fundamental en el desarrollo de habilidades innovadoras que serán valiosas a lo largo de sus vidas.
3. Fortalecimiento de Vínculos Familiares
La lectura de cuentos infantiles no solo beneficia el desarrollo individual de los niños, sino que también fortalece los lazos familiares. Compartir el momento de la lectura crea un ambiente cálido y afectuoso en el hogar, donde padres e hijos pueden conectarse emocionalmente mientras disfrutan de una actividad placentera juntos. Este tiempo compartido no solo promueve la cercanía familiar, sino que también establece una base sólida para una relación duradera basada en el amor y la confianza.
Ahora que hemos explorado los beneficios fundamentales de los cuentos infantiles, es importante comprender cómo seleccionar las historias adecuadas para los niños. En la próxima sección, descubriremos una lista curada de los mejores cuentos infantiles que capturarán la imaginación de tus pequeños y los transportarán a mundos llenos de aventuras y aprendizaje.
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Sección 3: Selección de los Mejores Cuentos Infantiles
Cuando se trata de elegir los mejores cuentos infantiles para tus pequeños, la calidad y la relevancia son clave. Aquí, hemos compilado una lista curada de historias que cautivarán la imaginación de los niños y los transportarán a emocionantes aventuras llenas de aprendizaje y diversión.
1. Cuentos Clásicos
Los cuentos clásicos son atemporales y han deleitado a generaciones de niños con sus fascinantes tramas y personajes entrañables. Desde "Caperucita Roja" hasta "Los Tres Cerditos", estos relatos transmiten importantes lecciones morales mientras encantan con sus narrativas cautivadoras. Al introducir a tus hijos a estos clásicos, les proporcionas una base sólida en la literatura infantil y les enseñas valores universales que perduran a lo largo del tiempo.
2. Cuentos Interactivos
Los cuentos interactivos llevan la experiencia de la lectura a un nivel completamente nuevo al involucrar a los niños de manera activa en la historia. Con elementos como solapas para levantar, texturas para sentir y actividades para completar, estos libros estimulan los sentidos y fomentan la participación activa de los niños en la narrativa. Además de ser divertidos, los cuentos interactivos también ayudan a desarrollar habilidades motoras finas y promueven la concentración y el enfoque.
3. Cuentos Educativos
Los cuentos educativos combinan entretenimiento con aprendizaje, ofreciendo a los niños la oportunidad de adquirir conocimientos mientras disfrutan de una historia emocionante. Desde libros que enseñan conceptos básicos como números y colores hasta aquellos que exploran temas más complejos como la diversidad y la inclusión, los cuentos educativos son una herramienta valiosa para enriquecer el conocimiento de los niños y fomentar su curiosidad por el mundo que los rodea.
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Sección 4: Consejos para la Lectura de Cuentos Infantiles
La lectura de cuentos infantiles es una experiencia mágica que no solo ofrece entretenimiento, sino también oportunidades valiosas para el aprendizaje y la conexión emocional entre padres e hijos. Aquí, presentamos algunos consejos prácticos para aprovechar al máximo la hora del cuento con tus pequeños y crear momentos inolvidables juntos.
Cuentos Infantiles para Dormir
1. Crea un Ambiente Atractivo
Para que la experiencia de lectura sea memorable y placentera, es importante crear un ambiente acogedor y libre de distracciones. Busca un lugar tranquilo y cómodo donde puedan sentarse juntos, lejos de la televisión u otros dispositivos electrónicos. Añade almohadas o mantas suaves para mayor comodidad y asegúrate de que la iluminación sea adecuada para la lectura.
2. Selecciona Libros Apropiados
Elige libros que sean adecuados para la edad y los intereses de tus hijos. Considera sus gustos personales, así como también la calidad literaria y las lecciones que transmiten. Opta por libros con ilustraciones vibrantes y textos bien escritos que capturen su atención y los inviten a sumergirse en la historia.
3. Fomenta la Participación Activa
Durante la lectura, fomenta la participación activa de tus hijos haciendo preguntas sobre la trama, los personajes y las emociones que experimentan. Anima su imaginación al pedirles que imaginen cómo continuaría la historia o qué harían en lugar del personaje principal. También puedes involucrarlos haciendo voces diferentes para cada personaje o actuando algunas escenas.
4. Haz de la Lectura un Ritual
Establece un horario regular para la lectura de cuentos, como antes de dormir o después de la merienda. Convertir la lectura en un ritual diario crea anticipación y expectativa, haciendo que sea un momento especial y esperado por tus hijos. Además, dedicar tiempo exclusivo a la lectura fortalece el vínculo emocional entre padres e hijos y crea recuerdos duraderos.
Al seguir estos consejos simples pero efectivos, puedes convertir la hora del cuento en un momento mágico y significativo para ti y tus hijos. En la próxima sección, exploraremos recursos adicionales para ampliar tu colección de cuentos infantiles y seguir nutriendo la imaginación y el amor por la lectura en tus pequeños.
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Sección 5: Recursos Adicionales y Conclusión
En esta sección final, vamos a explorar una serie de recursos adicionales que te ayudarán a ampliar tu colección de cuentos infantiles y a fomentar el amor por la lectura en tus pequeños. Además, concluiremos nuestro viaje por el mundo de los cuentos infantiles con un resumen de los beneficios clave y los consejos prácticos que hemos compartido a lo largo de este artículo.
1. Recursos de Lectura Online
Explora una variedad de sitios web que ofrecen una amplia selección de cuentos infantiles gratuitos y de pago. Plataformas como Storyline Online, Epic! y Amazon Kindle Store ofrecen una amplia gama de opciones para todos los gustos y edades. Además, muchas bibliotecas públicas ofrecen servicios de préstamo de libros electrónicos, lo que te permite acceder a una gran cantidad de cuentos infantiles desde la comodidad de tu hogar.
2. Comunidad de Amantes de los Cuentos
Únete a grupos en línea o comunidades de padres y educadores que comparten recomendaciones, reseñas y experiencias relacionadas con la lectura de cuentos infantiles. Plataformas como Goodreads, Facebook Groups y Reddit son excelentes lugares para conectarte con otros apasionados de la literatura infantil y descubrir nuevas joyas literarias para compartir con tus hijos.
Conclusión:
En resumen, los cuentos infantiles desempeñan un papel fundamental en el desarrollo de los niños, ofreciendo una variedad de beneficios que van desde la estimulación cognitiva hasta el fortalecimiento de vínculos familiares. Al seleccionar cuidadosamente los mejores cuentos infantiles, crear un ambiente propicio para la lectura, fomentar la participación activa y establecer la lectura como un ritual diario, puedes enriquecer la vida de tus hijos y cultivar una pasión duradera por la lectura.
Desde la exploración de los beneficios clave hasta la selección de cuentos apropiados y la implementación de consejos prácticos, este artículo ha proporcionado una guía completa para aprovechar al máximo la experiencia de lectura de cuentos infantiles con tus pequeños. ¡No esperes más para comenzar esta emocionante aventura literaria con tus hijos!
la magia perdurable de las fábulas infantile
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cofihasthoughts · 1 year
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Si te pidiera que me besaras, ¿lo harías?
Porque está bien si te pido que me mires, y de vez en cuando mis manos le piden a las tuyas que se besen al entrelazarse si cruzás la calle sin mirar, pero las tuyas reciben el gesto con amistad, y corrés hasta llegar a la otra vereda.
Mis ojos inevitablemente obligan a mis oídos a colaborar para no perderse nunca más un recuerdo tuyo. Mi voz, en secreto, te dedica un par de canciones que escuchas, pero no entendés.
Fue el día en el que te vi por primera vez, que una mariposa se posó en mi ventana abierta y después jugó a las escondidas entre las plantas de mi escritorio. Tenía colores llamativos que me hacían apartar la vista de mi libro. Agradecí el abrazo del sol que, amablemente, extendía su luz de mediodía para que yo pudiera apreciar la mariposa con comodidad, con su correspondiente atención, y me hizo pensar en vos.
Si me hubieran preguntado hace dos horas y treinta y un minutos, hubiera dicho que tal belleza era incomparable con cualquier mortal, pero hace dos horas y media, te vi. A vos, que el reluciente espejo ansía tu llegada, siendo la única razón de su reflejo la espera de verse en él tu figura, y que a la noche probablemente tu almohada se perfuma de tu esencia. Vos, que tu voz se asemeja a la claridad de despertar por el áureo sol mañanero de un sábado, viendo desde la ventana como aletean las hojas bañadas en el viento y alumbradas por el cielo, que se asemeja también al silencio divino, un café y las aves cantando desde las alturas.
Pensé en pedirte una siesta en tu regazo, o que me contaras un cuento, de esos que soñás y que aún sentís, pero mi boca no se movía. Completamente a merced de la melodía que tu garganta desprende, mis labios sellados guardaban respeto a tus quejas: trabajo acá, trabajo allá; que la cajera te dio mal el vuelto y luego te miró mal; que tu pelo estaba más esponjado de costumbre, te olvidaste de secarte el pelo antes de dormir; que no tenías nada de que quejarte ese día, etc., etc...
Algún día, habré pensado en pedirte un beso, pero no uno normal: ese beso que te deja atontado, que te ahueca el alma al separarse el contacto de los labios ajenos. Esos besos tiernos que al acabarse pinchan, que adormilan pero prenden tus sentidos, que esperan su vuelta.
Pensé en caminar y pedírtelo, en volver a esa parada de micro donde mirás tu celular con distracción, grabás audios riendo y te encontrás en tu mundo.
Pero no podía, porque me di cuenta de cuando fantaseo. Imaginé que cruzábamos la calle juntos, fantaseé que esas quejas me las contaras a mí y que esa atención que dedicás a la pantalla de tu celular la usaras para apreciar mi mirada. También me imaginaba que la vez que me hablaste, no lo hubieras hecho solo para avisarme que mi tarjeta se había caído.
Genuinamente me enamora tu físico y me gustaría pensar que tenemos cosas en común, pero, si te hablara, ¿realmente las tendríamos? Prefiero mirarte y fantasear que sí.
Quizás no es la cobardía la que me hace quedarme, sino el miedo de perder el encanto.
Porque si una mariposa que se posa en mi ventana pudiera hablarme de su vida, no volvería a inspirarme su tan compleja figura.
Sos un amor de quince minutos por día, tanto como una mariposa es un destello de unas únicas 24 horas.
--Esto lo escribí sobre la marcha jaja salu2
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vientodecafe · 2 years
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Me enamoré de un señor del café
(De está nota no tengo fecha, nos estábamos conociendo)
Hola señor del café. Ahora me dieron ganas de escribir (te) en respuesta a todo lo que se me ha quedado de tus podcasts.
Te cuento que a los podcast los llamo yo vagones de tren.
Este vagón (si fuera un audio), sería sobre los podcast y blogs. Tienes mucha razón sobre los blogs, ya casi nadie los lee. Había blogs muy chidos de música. Me gustaba mucho uno que se llamaba Microphones in the trees, desde dónde conocía música generalmente ambiental, experimental y relacionada con la naturaleza. Te lo voy a compartir. Yo casi no escucho podcasts, el último que escuché fue uno que me recomendó Sofía ( la bruja) del eneagrama. Volví a confirmar lo que ya había confirmado hace más de diez años, que soy un cuatro. Recomiéndame un podcast mañanero.
Este vagón es sobre el centro de Querétaro. Me fascinó todo lo que me dijiste sobre ver desde otro lugar. También ese curso de creatividad que le dabas a las señoras, muy chido el enfoque-programa-estrategia que te inventaste, me dieron ganas de tomarlo también con las señoras (imaginarias.para mi). Me imaginé a unas señoras parecidas a las de mi seminario de literatura, señoras de unos cincuenta años para arriba, amantes de los talleres de arte, literatura y filosofía, que se dedican a tomar cursos, leer, pintar y a cuidar de sus gatos. Muchas de ellas llevan lentes, algunos cuadrados y grandes, otros redondos y grandes, otros simplemente lentes.
Ay, y eso que dices es cierto, de los lugares conocidos a los que uno vuelve después de mucho tiempo. Las últimas veces que fui al centro fue justo el año pasado, mi exposición, el 27 de febrero, y luego a recoger mi obra dos meses después. Ahora que volví caminé muchas cuadras en busca de un cajero para pagar el estacionamiento. Los colores de los vestidos de quinceañera, el olor de los churros, la tienda de libros viejos, y mucha gente. Un viejito que llevaba un carrito lleno de basura reciclable, guardando una botella de licor casi vacía. El ruido, música, coches, camiones que contaminan.
Este vagón es sobre el límite de la lluvia.
Tengo una historia. Estaba en preparatoria, quizás cuarto o quinto semestre en Cuernavaca. Pasó muy rápido, me tocó ver el límite por unos segundos, frente a mí, hasta que avanzó y nos cubrió la lluvia. No me importaba mojarme porque mi casa estaba a dos cuadras del Tec. Pero mis amig@s salieron corriendo. Fue la primera vez (y única) que presencié el límite de la lluvia. Gracias por el video que es muy bello.
Este vagón es sobre Nana. Escucho que es hermosa. Quiero verla en una fotografía :)
Sé que no te gusta leer, al menos en la computadora-celular. Yo aveces escribo. Me dormí temprano y ahora me desperté sin sueño. Haber si logro dormir otra vez. En medio de mi insomnio me encontré con tu audio y te escuché y para no romper con la calma de la noche, aquí en mi casa, preferí escribir. Te voy a compartir los grillos que suenan aquí en temporadas.
Tengo algunas preguntas:
¿Cómo te gusta que te digan? Ro, Rodrigo. (Además de Chef)
¿Cuál es la historia de tu bigote?
Ten una chida-noche.
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cricriloud · 2 years
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Este proyecto está inicialmente repensado y planeado en el ejercicio de la muerte del actor desde la idea principal de Roland Barthes, acto que, como desarrollo de un dialogo en base a la pregunta ¿cómo es el eco de la ausencia? y ¿Cuándo desapareceré? Se genera un relato con el poder de la palabra y el rastro de la visualidad que se presentaran en audios y vídeos, dejando ver a través de la cinética del espacio la expansión del eco de la ausencia.  
Roland Barthes se posó ante mí con su escritura y me sedujo. En su narrativa afilada, pareciese que merodeaba la palabra para volverse dueño de ella, pero justo ahí cuando parecía que la atrapaba, la dejaba en un hueco blanco y después de un punto negro. La palabra en sí misma, sola, no habitaba un espacio de la misma manera que conjunta con las oraciones, pero había algo en ella que transfiguraba. Si la repites una y otra vez genera un sonido, un movimiento, un rastro, una resonancia, que la conducía por un lugar de expansión que lo hacía habitable. Aunque podría ser habitado, había claramente la ausencia. Yo me encontré en esa ausencia y ella resonaba como un ente de eco.  
Comienzo con entender la ausencia desde el lenguaje, comienzo a citarla en mi discurso, la llamo, la veo, pero no me la quedo. La dejo sujeta a su propio pensamiento, y más que ahora a su mismo nombre (que no hay confundir con el vacío), llama a un hueco de la memoria y no es el único lugar (mi ser) donde mi presencia es un generador de sombra que se desvanece con el paso del tiempo. Sin embargo, esta envoltura que tengo por fuera no delimita la ausencia de mi ser, este yo presente o no, se ha desprendido el eco de mi acción al desparecer.   
Mentiría un poco (o tal vez mucho) si supusiera que no necesito desaparecer o no lo hice al menos conscientemente alguna vez el intentar desprender de mi mente toda aquella memoria que me acorrala noche y día, ¿qué tipo de persona enferma tiene una prisión en su mente? Y es verdad que esto me remite hablar de un poco de aquella película El eterno resplandor de una mente sin recuerdos e imaginémosla sin tanto una idea romántica y posicionando al protagonista como una persona errática que quiere desprender recuerdos de su mente a través de un proceso mental que me aterra, pero intenté a mi manera tener el mismo resultado. Comencé a sentirme perdida en mi cabeza, normal, funciona la idea de tomar pastillas que principalmente pusieran el cerebro a dormir, normal ¿no? Dormía y no había sueños, ni pensamientos, aunque he de admitir que sentía que alguien sonaba mi nombre, y como un eco lo escuchaba varias veces. Recurrí al tomar pastillas cada vez más y más, pero también comencé a escribir y describir mi lucidez (si es que la tenía). Era increíble como la mente se me llenaba de palabras, muchas cosas que nunca llegue a escribir y la verdad es que no me ha pesado tanto como un escritor frente la hoja en blanco, pero es que las oraciones se formulaban mientras hacía cualquier otra cosa menos estar frente a la libreta. La he leído una y otra vez. Me causara estupor toda la vida, me pregunto si en realidad fui yo quien escribía todo eso. No me reconocía y si lo hacía a la vez, me recordé en fragmentos como el cuento del Corazón delator de Poe, cuando llegas a casi ese final y dice;
“¡comprendí que era preciso gritar o morir!”, fui yo, encontrando las palabras en la libreta, fui yo y el experimento del consumo insensato de pastillas que deterioro mis acciones y mi memoria. Hay recuerdos en mi memoria que funcionan como un video VHS dañado, solo hay ruido del estático blanco y negro que generan movimientos de existencia, pero ¿realmente eso era verdadero? 
Cuando comienzo a percatar las ausencias de mi memoria, no intente la hipocresía de toda mente incoherente que trata de salvar lo que ella misma ha suprimido. No busco encontrar las ausencias que yo he generado, solo sigo preguntándome ¿será que desaparecí o solamente me he quedado ausente de un recuerdo con cariño?  Me pregunte varias ocasiones si era realmente necesario en este afán de crear una obra admirable, hablar de acciones sociopolíticas que involucraran las desapariciones y ausencias del lugar donde me encuentro. Pero no quería caer en la visibilidad insensata que no me encontraba a mí, como persona, en una serie de búsquedas y acciones que intentaran rescatar un archivo histórico de ausencias que no involucraban mi pérdida de memoria, aunque era cierto por otro lado que los sueños extraños me hacían pensar que soñaba con el rostro de ausencias que me dejaban inquieta. 
Retomando aquella libreta que pareciera un boceto de líneas horizontales que sonaban en voces diferentes cada que podría leerlas y releerlas, recordé que inicialmente formulamos las ideas y principalmente para mi el crear las ideas es hablarlas, hacer una conjunción de palabras, “puede ser visto como el comienzo de un proceso de mediación que la erosiona gradualmente, transformando la comprensión de un acto” así relata la lingüista Franco Bifo Berardi en su libro Fenomenología del fin (2017), p. 23. Reflexioné sobre los escritos que había elaborado con anterioridad (sin la necesidad de ser artísticos), y el relato que iba construyendo con la palabra ausencia y tuve una transformación del acto de la palabra que suena hueca en un espacio vacío.
Personas que se animaron ayudarme a grabar su voz en el eco de lo que buscamos como una ausencia, y es que era necesario utilizar una parte del cuerpo (o todo el cuerpo), pues al final creo que fue mi cuerpo que más se empapo de la ausencia, y a su vez, fue su cuerpo quien también la ha visitado. “Nuestro cuerpo, ante tanta agresión, aguanta y sigue. Pero no calla. Porque el cuerpo es silencioso, pero no mudo. Tiene otra forma de hablar, de manifestarse, de rebelarse. Venganzas poéticas, sutiles, metafóricas. Es el lenguaje de la carne”, nos dice Rosa Montero en La vida sensible (1994), p. 51. Y ¿saben qué? Transformo mi voz en el lenguaje de mi carne, quiero escuchar a mi ausencia porque he sido tan egoísta que solo me escuche a mí, y en ese proceso de generar las voces, grabarlas y generar el eco, ellos también, percatando en sus rostros, escuchaban el rastro de su ausencia. O quizás no. Quizás solo yo oí la ausencia de su voz. En la cuestión visual, la creación del vídeo me permito experimentar lo que alguna palabra puede generar en diversas percepciones que genero también una interferencia de en encapsular en un tiempo definido en una pantalla, dejando una ausencia de lo que no es transmitido digital.
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miserablementeyo · 4 months
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El nombre del capítulo de hoy es: "Gripe, cuentos y audios subliminales"
(el chico que me gusta se enfermó después de escuchar un audio subliminal y, aún sintiéndose mal, se tomó el tiempo para inventarle un cuento a mi hermana para que se fuera a dormir. Ella también se enfermó pero por las lluvias)
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dimelotv · 4 years
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Dimelo cuando quieras- noche de bodas (relato) NO LO ESCUCHES SOLO!! Un relato que te mantendrá intrigado de principio a fin (final inesperado) no olviden suscribirse, compartir y dejar sus comentarios siganme en ... source
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desorden-en-letras · 3 years
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Ella
No, no habrá nadie como ella que me contaba cuentos de amor antes de dormir
Estuvimos destinados a amarnos pero no para estar juntos
-Te quedaste dormido otra vez amor- me decía por la mañana
-Perdón bonita, es solo que llego muy cansado de trabajar y al recibir tu llamada lo único que hago es quedarme dormido-
Ella se reía y me mandaba muchos besos, casi todos los días; Era puntual a la hora en que sabía que yo llegaba del trabajo
Le dije mi horario y no importaba si eran las tres de la mañana porque ella siempre tenía una alarma para despertar y hablarme por teléfono, para escuchar mi voz o contarme un cuento
Fuimos más efímeros que una estrella fugaz, pero en nuestra forma de querernos nunca faltó un beso que no pudiera irse en una postal
Ella sabía de mi ansiedad, mi depresión y mis miedos más recónditos, pero nunca tuvo miedo a decirme -te quiero mucho peque-
Cuando lloraba por teléfono nunca lo colgó, y se quedaba siempre ahí, hasta que yo terminara de maldecir al mundo
Cuando ella me dijo -te amo- mientras lloraba, yo me sentí el tipo más egoísta que puede existir, por no saber darle amor y esperar a que ella me amara más
Ella tenía la voz más ronca del mundo pero el corazón más puro del universo
Ella era ternura en su forma de amar y yo, un egoísta confundido
Ahora sé que la amé, y no es de extrañar que el arrepentido siempre llora por las noches, mirando a las estrellas aunque estas no le digan nada
Ella, sé que me amó, pero sus heridas se curaron y ahora el amor que nos tuvimos vaga por el mundo triste y sin consuelo
Pudiera decir que nuestra historia aún no ha terminado, pero ella se fue, sí, ella se fue sin que terminara nuestro cuento
Y ahora no sé cómo termina nuestra historia, si con amor o con sus besos en un audio de cuatro segundos
-Te quiero más que al mar, te quiero más que a mis atardeceres favoritos-
Para Valeria Muñoz
Cesar T
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zivkaval · 3 years
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Es curioso como poco a poco mi tumbr se hace un blog de cartas para ti, y si, tal vez mi orgullo me impide buscarte.
Hay días donde la herida sangra y te extraño, ¿Sabes?, después de mi abuelo eres el hombre a quien más he amado, ese al que le aposté todo a que no me iba a romper el corazón, y mira, ¿Irónico, no crees?.
Han pasado tantas cosas que me muero por contarte pero, no estás más, algunas noches me duermo llorando, otras más apareces en mis sueños y algunas otras le cuento al viento sobre tí.
Te cuento un poquito por acá. ¿Va?.
Estos ultimos meses he trabajado mucho en mi, desde que me alejé de ti, empecé a quitarle la parte romántica o el filtro rosa a todos a mi alrededor, me dí cuenta que un error grave ha sido romantizar a las personas, y no lo hago más.Empecé a notar y romper patrones, aprendí a poner límites y a hacer oídos sordos a aquellos que cumplen en mi vida el mismo propósito de los mosquitos que no dejan dormir.
Con bastante miedo pero bastante determinación empecé a salir con alguien, y las cosas se dieron de manera orgánica, de una manera tan bonita, que en la primera cita solo pude ver a mis demonios bailar tango con los suyos.
Cuando me alejé de tí, y me dejaron plantada un viernes por la tarde, en un impulso de enojo, le pedí al universo alguien que no me hiciera perder, el tiempo, que estuviese dispuesto a todo solo por que vale la pena estar a lado mío, alguien sin miedo al compromiso y alguien a quien a diferencia tuya, no le tuviese que demostrar que vale la pena tenerme en su vida, y ¡Apareció!, casi como mágia.
Un buen día le conté nuestra historia en audios de whatsapp, entonces por lo menos tu recuerdo me ayudó un poco, él fue mi roca durante el cambio de trabajo,, me llevó de viaje a Guanajuato, y según la leyenda tenemos de frente 7 años de buena suerte.
El segundo mes juntos me llevó a acampar, ¿Puedes creerlo?, yo tampoco,pero ¡Sobreviví! y eso fue un parteaguas para tener una vida poquis más sana.
Y ya conocí a su familia extendida y él a la mía, todo va de maravilla, y me encantaría que pudieras verlo.
Supe que te vas a casar,muchas felicidades en tu compromiso, y de verdad espero que cada día con ella seas más feliz, que el anterior, y tengan el matrimonio que merecen.
Yo por lo pronto cierro aquí, cada día que pasa puedo sobrellevar mejor tu ausencia, o eso me digo a mi misma.
Hasta pronto una vez más, Val
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littlecherry28 · 3 years
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🌟Consejos para Regresores con insomnio🌟
La publicación es de: @strawberryeuphie, yo solo lo traduje
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Esta es una lista de recursos y recomendaciones de @strawberryeuphie para ayudar a nuestros pequeños amigos inquietos (osea yo jsjs) a poder dormir bien por la noche.
🪐🪐🪐🪐🪐🪐🪐🪐🪐🪐🪐🪐🪐🪐
🧘¡Prueba un poco de yoga antes de acostarte! te ayuda a sacar la energía sobrante del día, sin que tu adrenalina bombee demasiado fuerte!
📚 ¡Lee un cuento antes de acostarte! si tienes un cuidador disponible, puedes hacer que te lo lea. Pero si no, lea uno usted mismo o busque grabaciones de audio de alguien que las lea en voz alta. Leer te ayuda a cansarte más... como por arte de magia.
🎶 Escucha canciones de cuna en línea o puedes crear tu propia playlist antes de acostarte.
🛁 ¡Toma un baño con agua calientita! Puedes agregar algunas sales de epsom, el baño de bebé de lavanda de johnson's antes de acostarse o una bomba de baño, ¡y por supuesto burbujas! Puedes ducharte todo el tiempo que desees, ¡pero te sugiero que salgas una vez que el agua comience a enfriarse! después de que te hayas secado, intenta usar la loción para bebés johnson's antes de acostarse, el olor es muy relajante y encuentro que funciona para ayudarme a conciliar el sueño.
🍵 ¡Intenta con una bebida relajante! Escoge tu biberon favorito o taza para sorber, o simplemente una taza regular servirá, vierte un poco de leche de tu elección en ella (me gusta la leche de almendras de vainilla para esto), ponga dos cucharadas de miel en ella y póngala en el microondas para calentarse. también puedes probar diferentes tés descafeinados o tés de hierbas si se siente más estresado. Recomiendo sleepytime vainilla descafeinado.
🍰 Si necesitas algun bocadillo, ¡sin dulces! ¡Los dulces te despertarán más y harán que tus dientes estén helados! prueba el plátano, la fresa, los arándanos u otras frutas. también puedes tomar galletas de animales naturales, yogur o una pequeña barra de cereales.
🍼 ¡No bebas o comas demasiado antes de acostarte! tomar una copa está bien, pero no lo hagas más o podrías estar despierto toda la noche o peor: ¡tener un accidente! incluso si usa pull-ups y / o pañales, es mejor no tener ningún accidente durante la noche para que no tenga que levantarse y cambiarse.
🌟 Usa una luz nocturna, ¡no dejes luces normales encendidas! Las luces nocturnas no son tan caras y dejar encendida cualquier otra luz puede ser un problema cuando intentes dormir. ¡Elige una linda luz somnolienta y tenla cerca de ti!
🌿Puedes utilizar aceites esenciales. No todo el mundo tiene estos, y eso está bien, pero si los tienes eso sería grandioso.
⏰ Comienza a prepararte para acostarte media hora antes de irte a dormir. Es importante tener una rutina a la hora de acostarse para que su cuerpo se acostumbre a acostarse a una hora determinada, ¡y usted pueda dormir por más tiempo!
🐻 ¡Intenta tener listos tus peluches/dollies para acostarte contigo! ¡Juega a fingir y haz que se cepillen los dientes, se pongan el pijama y luego los metes a dormir.
💗 if it helps you, try stimming! there are tons of stim blogs and youtube channels out there, or if you have your own things then try it! many of my friends say this works for them. (no supe como traducir esto, sorry)
☁️ ¡Asegúrate de que tus sábanas y pijamas estén limpios! te sorprendería lo mucho que esto importa. es mucho más cómodo ir a la cama con buenos olores. Si llevas un pañal, ¡asegúrate de que esté completamente fresco! 
🌠 ¡Haz tu mejor esfuerzo para apegarte a una rutina por tu cuenta! ¡No te quedes despierto demasiado tarde! incluso sin un cuidador, puedes tener una buena rutina a la hora de acostarse. Sé que todos tememos dormir porque la diversión del día va a terminar y solo queremos quedarnos despiertos, ¡pero dormir es tan importante para que puedas seguir divirtiéndote al día siguiente!
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principe-de-persia · 2 years
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Y si seguí con vos después de todos tus malos tratos es por que conozco tu historial y sé como se trataban antes en tu viejo circulo, como soy una persona paciente, decidí darte tiempo mientras hacias tu cambio, ya que te recalque 90 millones de veces que yo no soy como tu viejo circulo de amigos, pero decidí seguir esperando, pero ya sinceramente se me agotó la paciencia que tenía con vos.
Hoy 11 de mayo, estamos peleados, quieren saber por que? Exacto, me trató mal en su casa.
Me invitó a su casa a dormir, a las 11 nos teníamos que levantar, ella acostada al lado mio me despertó, me desperté pero seguiamos acostados mientras haciamos fiaca (ya que faltaban unos minutos para levantarnos) y me empieza a gritar de muy mala manera que me levante y con una mirada super amenazante.
Ahí nomas me levanté, me puse mi calzado, la acompañe (ya que me comprometí en acompañarla) y después de que la acompañe me volví, se piensan que me pidió disculpas por su actitud? Xd
Lucía es una persona que nunca te va a escuchar, al menos no conmigo, son demasiadas las veces que le cuento mis problemas en un audio o mensaje y ella simplemente lo ignora, lo evita y me sigue contando de sus problemas. Quiere que mi vida gire en torno a ella. Sin ir muy lejos recientemente tuve un problema con mi hermano, hasta el punto de llorar desesperadamente, busqué refugio en ella, y se piensan que se tomó aunque sea la molestia de escuchar mi audio y darme una mano? Siguió hablandome de sus cosas como si nada, la tuve que obligar a escuchar mi audio, pero como digo, "Si tengo que pedirtelo, ya no lo quiero" ya no quiero refugiarme en vos...
Quiero aclarar algo, a mi no me molesta que ella me cuente sus problemas, etc. A mi me molesta que se apodere de todo el espacios de la relación y no haya espacio para mi... Yo debo saber mas de su vida que ella de la mía, por que no me escucha, son muy pocas las ocasiones en las que me escucha.
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princesaalisaymiia · 4 years
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Holaaaaa, les comento que hoy inicio una dieta en la que quiero -15kg. Lo quiero hacer por 1-2 meses a ver cuánto es lo que puedo bajar. Les estaré haciendo un update conforme pasen 2 semanas. Ya saben que a mi no me gusta darles algo con efecto rebote, me gustan más las dietas en las que sé que se puede bajar rápido, seguro y sobre todo con cambios positivos. Asi que les pido que si lo quieren hacer conmigo es bajo su propio riesgo y sean conscientes de lo que conlleva. Muy pronto les haré saber mi historia sobre el peso para que ustedes no tengan los mismos problemas que yo y no caigan en los efectos rebote que solo nos hacen ganar más de lo que perdimos. Obvio cada cuerpo es distinto así que va a funcionar diferente. Al haber dicho todo esto comienzo con lo que venía.
HOY 29/07/20
Antes de dormir: Te de canela con laurel y limón. (Después de escribir esto les pongo la receta.)
30/07/20
Ayuno: Te de anoche.
Desayuno: Te de manzanilla (0cal) + 1 clara de huevo (52cal) + 1/2 rebanada de pan Bimbo cero (32.5cal).
Colación: té verde + té de manzanilla.
Comida: 1/2 pepino (8cal) + 1/2 lata de atún (65cal) + agua
Después de comer me puse una faja + una mezcla de jengibre en polvo y aceite de oliva en mi abdomen y primero lo envolví con papel plástico y después puse la faja. Según qué te ayuda a quemar grasa localizada y a bajar tallas. Cuando me la retire les cuento. La tengo que tener 6hrs. Llevo 5:14 hrs al momento de escribir esto. Después de quitármelo haré ejercicio.
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Me lo retiré y si baje 2 cm, lo hice al día siguiente y vi que tmb me bajo la panza. También he hecho ejercicios, se los deje arriba.
1/08/20-6/08/20
En estos días solo he desayunado:
1 taza de papaya 55cal + té de manzanilla y té verde.
He comido: 1/2 pepino 8cal + té de manzanilla + lechuga 7cal + arándanos 3.85 cal.
He cenado: un batido de agua 1 taza + 1/2 taza avena 52.5 cal + 1/2 manzana verde 19.5 cal
Entre comidas he comido: 1/2 manzana verde 19cal + té verde.
La verdad si he visto resultados y me gusta mucho cómo está quedando mi cuerpo. Me siento bien conmigo misma y si sigo así pronto estaré mejor y tendré más confianza en mi.
16/08/20
Hola, hoy vengo con la gran noticia que mi dieta NO TIENE EFECTO REBOTE, obvio si tratas de cuidarte y no comes cosas que perjudicarán tu cuerpo demasiado. Puedes dejar descansar tu cuerpo unos días sin meterle tanto y tomando mucha agua, el agua es muy importante, nos va ayudar mucho. También caminen si pueden salir, para que despejen un poco la mente y no se estanquen en un peso.
También les cuento que aparte de hacer ejercicio, también escuché algunos audios subliminales para bajar y la verdad siento que también me ayudaron, también cambie un poco mi dieta porque la sentía mucho ya de rutina, quien guste puede mandarme privado y le ayudo hacer una dieta a su gusto y ayudándole a bajar y dándole apoyo y motivación, se que es algo raro pero en verdad me gustaría hacerlo entre más motivad@s estemos más ganas les vamos a echar a los ejercicios y dietas y vamos a ver resultados pronto. Igual si no quieren hacer esto pues más adelante les subiré una dieta.
Aquí les dejo los audios:
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Chequen todos los audios de este canal, son los únicos que he escuchado, ustedes pueden checar más y ver cuáles les gustan más, pero yo la verdad me quedo con estos. Ojo estos son algunos de los que he escuchado, puse estos para que vieran como son y ustedes deciden cuales escuchar dependiendo el cuerpo que quieran. No olviden hacer ejercicio y seguir con la dieta.
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lamaria93 · 4 years
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Un cuento
Sólo vengo a ordenar ideas, que no me dejan dormir y si acaso existe alguien ahí por favor; corríjame. Empieza así, como cualquier tragedia/historia  de amor, 
Ya nos conocíamos y sin embargo un día me escribió y claro que me parecía interesante.  No pude declinar su oferta de salir.
Yo tenía muchos problemas en aquella época por que estaba muy enganchada a estimulantes y sustancias.  Pero entre todo ese desastre me hizo sentir especial, me tendió su mano y mejoré a su lado.   
Me fui lejos, a estudiar, me termine de recuperar y volví con la promesa de estar juntos.  De formar un hogar, de continuar siempre a su lado.  A mi regreso, no había espacio para mi.  Nadie me esperaba cuando llegué.  Al bajar del avión, me llevó a mi casa, hicimos algo parecido al sexo.  Tan trivial, sobre un colchón lleno de polvo en el piso.  No había preparado nada para mi, pero me esperé por que esa no iba a ser nuestra única parada... no se que piensa la gente de mi, pero si me gustan las flores.
Entonces, recordaba cada noche que me esperó.  Las noches que me necesitó y no pude estar, y todas esas acciones virtuales que me mantuvieron a su lado.
Visitamos a su familia, y subimos a su casa, el hogar que había preparado para los dos y que con todo el tiempo que estuve fuera pasé imaginando.  Pero tampoco encontré gran cosa.  Bueno, había conseguido electrodomésticos de cocina... seguía siendo un departamento de soltero.  
¿Pero que me merecía yo? Si, la que se fue. 
A medida que pasaban los días, quería esforzarme por agradar.  Fui ama de casa, fui empleada doméstica, fui un destapador de caños y la que sacaba la basura.  Nadie me hacía el amor en las noches. 
La ansiedad me estaba comiendo y ya no tenía medicina.  Fumé marihuana.
La fumé de día, de noche, escondidas, en presencia, con amigos, sin amigos. Todo esto en una ciudad extraña donde todos parecerían tener dos caras.  Pero yo quería que se enamorara de mí, porque he conocido el amor en sus dos direcciones, y aquí no había eso.  Y busque ocultarlo, como si fuera algo malo.  Como si esta ansiedad fuera un pecado.  
Ya tenía medio año en aquella ciudad, no conseguía empleo y sin embargo nunca sentí un apoyo real.  Como si me dijera, hey en mi negocio tengo un espacio para ti, pero eso nunca sucedió. Sin embargo, recibí una oferta y me salvó la vida.  Ayudó mucho a mi autoestima que ya estaba bajo la media. 
Sabes, estimado/a lector/a tengo esto que no me da paz.  Yo quería ayudarle, demostrarle que era útil así que busqué involucrarme.  Había una tablet vieja y le dije, descarga aquí las redes de tu negocio, en mis tiempos libres que chugcha* haré social-media.  Y así hicimos.  Se sincronizó información de su celular personal.   Se me cerró una ventana de la tablet y abrí el historial.  Pero había demasiadas pestañas y sólo yo la usaba y al fijarme leía las búsquedas:  prostitutas, porno trans, transgéneros en tal locación, porno gay, scorts en tal sitio y todas las fechas coincidían en horarios que él “salía a trabajar” 
No tengo nada en contra de la comunidad LGBTI, yo soy bisexual. 
Quiero confesar que nunca le dije el momento en el que sucedieron las cosas, deje pasar un par de semanas que tomé la valentía de escribirle una mañana... el estaba en su trabajo y le dije, será que podemos hablar, me encontré con algo que no entiendo.  Ha pasado un año y aún no entiendo.
Tal como si me acabara de dar cuenta.  Le mostré fotos y todas aquellas cosas que tenía ahí, por que se sumaron fotos de la nube, capturas y un millón de cosas que por algún motivo guardé en mi cuenta personal, información que noches como hoy reviso para torturarme.  Eso está mal, lo se. 
Le dije, ¿Por esto es que nunca me haces el amor?  Porque es mejor la paja que estar conmigo. 
Aceptó su error, me pidió disculpas.  Pero en mi ya nada era igual. 
Esa noche intentamos hacerlo, pero una vez más su pene no se erectó y yo hice el típico gesto de revolver los ojos hacia atrás.  Lo que me costó eso.
Abrió el closet, y empezó a tirar toda mi ropa y a gritarme que me largue de ahí.  Le pedía de favor que se tranquilizara, pero sólo era peor. Yo no podía parar de llorar, estaba muy nerviosa. Tomó un cuchillo de la cocina y amenazó con matarme.  Me tomó del brazo, me tiró al piso, me insultó. 
Nunca me había pasado algo así, conseguí tranquilizarme y hubo una cierta calma por unos segundos.  En un descuido, salí.  Estaba en pijama corriendo por la calle sin tener donde ir, no era mi ciudad y cuánta vergüenza sentía con mi única amiga allí que vivía una situación similar y era yo quien le pedía que se empodere.   Todo esto un 18 de marzo del 2019.
Me llamó, desde un parque cerca de casa de aquella amiga hable por teléfono con él. Me aseguró que estaría tranquilo, que lo disculpara, que estaba avergonzado y yo muy nerviosa.  Lo medite y volví.   
Me tomé un ansiolítico o dos, o tres.  Sólo para dormir.  Aquí todo se pone borroso, llegue y mi todas mis cosas tiradas por el piso.  Me dormí, y qué pena que no fuera para siempre.  Todavía tengo esta pesadilla de que sigue pasando.
Cuando miro hacia atrás pienso mucho en que esa no era yo.   No me reconozco, entre todo aquello que hice y que di.  Fueron 8 meses de convivencia desde que llegué de BCN.  Se que hay mujeres que viven esta realidad todos los días y a lo mejor esto es un pelo de gato. 
Laceró mi autoestima. 
Aunque nunca me volvió a agredir de esa manera, una mañana, un mes después con una pareja de amigos de él de visita en casa, me gritó frente de la chica.  Yo estaba escuchándole pero sintió que no, yo estaba china/fumada/volada/grifa/chantada 
Me quedé muda y avergonzada.  Él tiró los cubiertos y se fue a trabajar, quedó el desayuno que había preparado para todos sobre la mesa.  Esa chica me abrazó y me dijo ¿qué le pasa?  ...y le conté, le hablé del maltrato, le dije que le tenía miedo, le dije que no sabía qué hacer.  Lloró conmigo y me dijo “no te dejes ver las huevas de nadie” ¡Qué sacudón! Y en su abrazo sentí el calor que me hacía falta, en esos días hacía más frío que nunca.  
Esa noche me pidió disculpas, recordandome que fui una drogadicta y que bueno que si él era así conmigo era para que entendiera.  Por que yo la pase mal una vez, y sólo estaba él ahí para mí.  Que mis amigas eran falsas, que ninguna estaba para mi, que todas eran drogadictas y estaban mal.  Al parecer se sentía dueño de la verdad.
Lo que vino cuando se fue esa pareja de casa fue peor.  Todo era desdén, ya no sabía dónde iba, ni venía, ni con quien.  Miré esa tablet una vez más y lo encaré.  ¡Por qué sigues con esto! 
Me empujo, busco un martillo y frente a mi rompio la tablet a martillazos.  Yo estaba en shock.   Y al fin tenía algo de dinero de trabajar dando clases, me habían pagado ese mes por adelantado.  Llamé a mi mamá y le dije que no estaba a gusto ahí, no dije más.   Ella intuyendo algo me llamó por mi nombre y me dijo, esta no es la era en la que las mujeres deben aguantarlo todo si necesitas regresar a Gye yo te apoyo y lo hacemos.  
Le dije que se despreocupe, usé una parte del dinero que tenía para poder llevarme mis cosas que, para un año de estar ahí ya eran muchas. 
Debo mencionar que este no fue el único de mis intentos por salir de ahí.   Yo me sentía enamorada y nunca era una decisión tan firme de separarme como la de ese momento.  Lo hice.  Flete una camioneta, metí todo en maletas, llamé una amiga para que me espere en Gye,  solo dije que me regresaba y no me preguntó más.  Ella tan serena, vivía una situación mil veces peor.  Se dio el espacio, me llevó con todo y maletas a mi casa.  Me ayudó a subir en cada viaje y fue incondicional. Nadie entendía por que me separaba si nos veíamos tan felices. 
Este espacio duró 6 meses hasta que bajé la guardia.   Ahí estaba yo, frente a él de rodillas en un parque,  llorando como un niño, no lo podía creer.  Jamás lo había visto así.  Perdóname, quiero un hogar contigo, tengamos un hijo, nunca te volveré fallar, estar sin ti no es vida, vivo como un perro, todos mis amigos son falsos, tú esto y aquello. 
Me puse firme, y le dije que no sería fácil que yo ahora tenía una vida en Gye y que pues claro si me quería, tal cual yo renuncié a todo por estar a su lado él debía de hacer lo mismo.  Y aventurarse conmigo.  Se que no estuvo bien, por que en mi corazón jamás había perdonada nada... en mi guardo rencor. 
Esta vez en la distancia, yo me sentía más valiente de reclamar, de enojarme cuando algo no me gustaba, ya nada me parecía, todo era un absurdo... Quería vengarme y también grité, insulte y humillé a quien vino a mi con la cabeza abajo.  Esto duró unos 3 meses hasta que...
La cuarentena nos agarró en la misma ciudad, por aquello esa primera semana juntos después de un feriado de carnaval fue un tanto extraña, yo le había dicho que fumaba menos.  Pero cada que veía las noticias sólo se disparaba mi ansiedad y necesitaba fumar un rato.  Me miraba con asco, y empecé a verlo como era.  Le dije, se acaba la cuarentena y esto se termina;  yo nunca dejaré de fumar marihuana.   Y para mi ya era muy fuerte tener que ver en mi casa el desprecio en su rostro, yo ya no le llenaba.  El no estaba enamorado de mi tampoco... yo era una mujer pantalla. 
Esa mujer objeto que llevas a tu lado para disfrazar tu verdadero sentir.  Y ya en la intimidad me lo había dejado claro.
Dormía junto a alguien que se sentía en la obligación de hacerlo. 
¿Qué cómo lo sé? Pues bien, siempre me decía que allá fuera había hombres peores.  Maltratadores, mujeriegos, viciosos.  “Y él no era nada de eso, él buscaba protegerme”. Pero nada me laceraba más que sus comentarios llamándome drogadicta. 
Un mes después separados, él donde su madre y yo sóla en mi apartamento aún en cuarentena.  Decidí llamarle, a pesar que me dije que no lo haría, ya que un “supuesto amigo” en común estuvo enviándome audios, fotos y videos de lo bien que se la pasaban.  Incluso me videollamaba y le dije, hey si tu quieres hablar commigo está bien, pero ya no me menciones a tu amigo ni me cuentes nada por que no me hace bien, le dije, el es una persona que siempre que le doy la oportunidad vuelve a hacerme daño.  
Me sentía tan sola, el respondió mi llamada.  Esta vez estaba yo pidiendo disculpas.  Me dijo que ese mismo amigo le había comentado cosas de mi, como que le llame a pedir droga o cosas por el estilo.  Una persona que recibí en mi casa y con la que jamás me porté mal.  Todo muy turbio, pero después entendí.  Como seguíamos hablando y él ya estaba en la ciudad donde tiene su negocio, le envié yo un detalle sorpresa.  Sin saber aquello me llamó para insultarme, todo muy “sobrado” y haciéndome de menos... diciéndome que se había acostado con alguien en esta cuarentena, que sus acciones tendrán consecuencias (embarazo), que estaba ya en planes con alguien, que yo era una drogadicta que jamás iba a cambiar.   Que lo peor fue haberme pedido volver, que yo jamás lo perdoné.  Implore disculpas.  Llamaba y me gritaba diciéndome que tenía que escuchar lo que yo era.  Yo no era nada de lo que escuché ahí.
Me siento muy culpable de fracasar.  Así le llaman a estas situaciones y por alguna razón tengo esta palabra (fracaso) metida en el vocabulario.  Me duele. 
El 30 de junio recibí las últimas llamadas.  Sólo que esta vez ya no conteste.  
Ayer ese supuesto amigo me escribía, como siempre, haciéndose el tonto con un tema equis, decidí por bloquear.  Creo que es lo más sano para mi, es gracioso porque siempre era el quien me borraba, me bloqueaba, se quitaba comentarios y más.  Está vez lo hago yo.
Me siento muy culpable por permitir todo esto.  Por que no lo puedo creer, no puedo creer que fui yo la que cayó tan bajo.  
La que marcha, la que reclama, la que se instruye, la feminista.  Estoy avergonzada conmigo, cuando pienso en ello solo puedo llorar, como ahora.  Es otra noche sin dormir.   Pronto va a amanecer.  Esta ansiedad me esta haciendo pedazos y al mismo tiempo me hace muy fuerte, creo que no puede ser peor.   Me siento tan poquita y busco en la literatura, en podcasts, en amigas y hasta el horóscopo.  
¿Qué sigue? 
¿Quién me va a matar primero?
¿Seré yo?
Quiero volver a enamorarme de mi, y perdonarme.  Tengo 26 y siento que 4 años de esto ha sido demasiado tiempo perdido.  Tampoco es todo el tiempo del mundo, me siento destruida, me siento débil, me siento muy mal.
Pero ojo, cuando me veas por la calle como si fuera un reflejo sonrío bajo la mascarilla y las gafas.  Me siento como Garrick. Espero lector/a que entiendas la referencia.  Ya van a ser las 5 am.  Creo que ya es hora de dormir.
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victorixjxz · 4 years
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Casi 7 de la mañana y yo sin dormir, empece a ver fotos viejas, audios y textos. Quiero decir que estoy escribiendo esto con pausas entre cada palabra para seguir llorando, porque estoy hace 1 hora llorando, te cuento el porqué. Entre a mis textos y había uno que juro olvidarlo de mi mente,hablaba del orgullo, y cuando mejor que hablarlo ahora. Pero justamente te quiero hablar de otra cosa.
Mi querida nicole: mi novia.
Desde que llegaste a mi vida llegaste a revolucionarmela, me diste algo que hace mucho tiempo me faltaba, valentía. Me enseñaste tanto en estos casi 2 años desde el dia que te conocí afuera del colegio pero para vos en lo de Diego, me enseñas
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Día 48.
   Este encierro me está empezando a superar, tuve que hacer un paseo largo con mi perro para calmarme. Todo me molesta.  
   Propaganda de Cincuenta sombras. Nunca la vi ni leí el libro. Me acuerdo que estaba en un grupo de whatsapp de… hummm, es complejo de explicar. Cuando con marido decidimos casarnos empecé a averiguar qué proveedores, salones, diseñadoras, etc. Encontré un foro, Lluvia de arroz que tenía toda la info para organizar un casamiento, con miles de chicas como yo que estaban en la misma. Ahí tuve el gusto de conocer amigas de oro y de las otras… pero quedémonos con lo positivo. Entre algunas se mantuvo la camaradería hasta la maternidad. Creamos un grupo de whatsapp donde compartimos el puerperio, las noches insomnes y demás vivencias. Claro, ya era un grupo de amigas, digamos amigas y lo que llamó “amables conocidos”. Cuando dijeron que iba a estrenarse la peli del libro Cincuenta… algunas se alteraron. 
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   En general huyo de lo que le gusta a la mayoría. Nunca vi La casa de papel, ni la veré. Tampoco Breaking Bad, menos Stranger things. Black mirror es puro suspenso, género que sufro por antonomasia. Chernobyl, demasiado dolorosa porque real. Ninguna serie de presos, no entiendo ni a la gente que le gusta esa clase de temática. ¿que placer se puede sacar de la representación de esas miserias? El cuento de la criada, vi la película hace mil años con la entrañable Natasha Richardson. No es buena como dicen que es la serie pero Elizabeth Moss me resulta detestable. No puedo separar la actriz del personaje en este caso. No vi Homeland, ni sé de qué trata. En fin... 
   Terminé las alfombras para bailar con chiquito. Nada especial, algunos lunares los pinte con marcador porque las hojas de colores las cuido como oro, la librería que tengo próxima es carera mal y no sé cuándo llegaría el pedido. Hacen envíos pero no atienden en el negocio. Para ser realista, necesito librería, peluquería, tintorería y casa de ropa ABIERTAS, CARAMBA.
   Mi hijo no se digna a dormir. Ayer tuvo fono y sigue distraído como siempre, no se engancha. Solo lo vi prestando verdadera atención en una sesión de la terapia de sociales, en la que trabajaron con sonidos. Grabamos audios para el cole. Intento estar al día pero cuesta. Cuando ésto empezó pensé en hacer actividades extracurriculares, como historieta para primogénita y teclado para el chiquito. Pues no.
Misceláneas. Nada relevante. En absoluto.
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malbersado · 5 years
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Cómo estoy consiguiendo trabajar entre las 8 hasta las 21 horas
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Los que leen con atención se habrán dado cuenta de un pequeño matiz. No he puesto “de 8 a…” sino “entre las 8 hasta las…”. Una pista que ya te he dado es que no trabajo sin parar. No hago jornadas laborales de 13 horas sino que este es el rango en el que me muevo actualmente.
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También es importante destacar que esto no se va a convertir en una rutina habitual aunque lo ha estado siendo los últimos 3 meses. Ahora mismo estoy en un proyecto de consultoría para un cliente en Alemania. A partir de ahora viviré al menos 2-3 años en Alemania y después de 3 meses me podré por fin juntar con mi familia a principios de julio. El ritmo que inicio la semana que viene será otro, pero aun así te lo cuento porque para tu situación igual te puede encajar.
La primera mitad de mi jornada laboral
En realidad mi jornada ya empieza a las 6.45 horas. Es cuando empiezo a redactar el post para el blog. Salgo de casa típicamente sobre las 7.30 horas y comunico con mi equipo en España a través de audios de Whatsapp, aprovechando a tope los 30 minutos que necesito para llegar en tranvía a la oficina de mi cliente de consultoría.
Entre las 8 hasta las 17.30 estoy con el proyecto. Hago una pausa de media hora a las 12 horas donde como. ¡Sí, esto es la hora normal de comer en Alemania! Durante el día suelo trabajar en mis tareas, tengo reuniones con trabajadores de la empresa, me coordino con proveedores externos y/o le doy actualizaciones sobre mis avances a la persona que me ha contratado y a la que reporto de forma directa. Es lo que más se parece a un trabajo por cuenta ajena aunque se me considera una persona externa y mi tiempo aquí está limitado.
La segunda parte de mi jornada laboral
Por suerte tengo un equipo que puede funcionar perfectamente sin mí. Me asusta un poco porque me doy cuenta lo poco que he aportado en el pasado y lo mucho más productivo que somos ahora que no estoy presente físicamente. Es algo bueno, creo…
A las 18 horas he vuelto a casa. Nada más llegar hago algo de ejercicio. A las 18.45 horas empiezo a prepararme la cena (es otro ritmo). A las 19.15 horas me pongo a trabajar para mis propios proyectos. Me centro sobre todo en la planificación semanal, reviso métricas, analizo los datos de tráfico de la web, estudio las nuevas valoraciones de clientes, controlo stock, etc.
Con esto estoy fácilmente ocupado hasta las 21 horas. A esta hora hablo con mi mujer por teléfono. En ocasiones da tiempo también de hacer una video-llamada con los peques. Para cerrar el día miro un o dos episodios de Netflix de Friends (sí, soy un poco oldschool). A las 22.30 horas a dormir que a las 6.00 suena otra vez el despertador.
La clave para tener estos días es descansar, comer bien, hacer pausas, mover el cuerpo y estar organizado. Lo dicho, en breve mi día cambiará porque tendré la suerte de tener la familia otra vez cerca. Me adaptaré para seguir haciendo lo que estoy haciendo. Ya te contaré.
Stay tuned.
via JorgedelBarrio.com
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cronicasterrestres · 5 years
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La vez en la que hablé sobre una balanza en un casamiento
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Regresamos a la academia en absoluto silencio. Desde que había empezado las clases para aprender a conducir, el silencio había sido la excepción: quizás en algún semáforo, en el que el instructor aprovechaba para mirar su celular, o tal vez en uno de esos tiempos que las personas a veces se toman antes de decir algo absolutamente trivial. Sea como sea, siempre teníamos algo para decir –sobre todo él, que disponía de un variado abanico de anécdotas y chistes malos–. Sin embargo, acababa de perder la mitad del examen y la poca distancia que nos separaba en la parte delantera del auto no estaba para bollos: “Al menos salvaste la pista, que es lo más bravo”, se limitó a decir mientras dejábamos atrás la zona de la prueba.
Dejé mi expediente sobre el escritorio y le pedí a la administrativa que volviera a anotarme para el examen y que me marcara dos clases más. Me colgué la mochila al hombro y me fui, un poco frustrado, un poco enojado y un poco triste. Llegué a la parada del ómnibus y esperé por cualquiera de las dos líneas que me servían para ir al trabajo. Saqué el celular, abrí Whatsapp y vi que tenía un mismo mensaje que se repetía en al menos cuatro chats: “¿Y? ¿cómo te fue?”. Pero, para mi sorpresa, había otro distinto a todos y que nada tenía que ver con la prueba de conducir.
“¡Hola, nene! ¿Todo bien? ¡Espero que sí! Te queremos pedir, si tenés ganas, que digas unas palabras después de la ceremonia”, empezaba diciendo el mensaje de mi primo. De repente, dejé de pensar en la frustración y la tristeza por el examen, y sonreí. “Nuestra idea es que en el casamiento hable solo una persona, además de la jueza, y nos gustaría que esa persona seas vos. Nuestra idea era algo sobre las parejas, no algo específicamente sobre nosotros ni personal. No sé, pensalo tranquilo y avisanos. Gracias, de antemano”.
Levanté la mirada y vi que venía el ómnibus. Alguien se acercó al cordón para pararlo, así que, antes de subir, me apuré a responder: “¡Siiií, qué linda propuesta!”.
Avancé hasta el fondo y me acomodé como pude entre tanta gente: bajé la mochila al piso, agarré la campera con el brazo izquierdo y saqué el celular del bolsillo. Cuando miré otra vez la pantalla, mi primo había vuelto a escribir: “¡Qué bueno! Nuestra idea es que puedas disfrutar de hacerlo, no que te pese o te resulte incómodo”. Le dije que entendía perfecto, y le agradecí por pensar en mí para algo tan importante. Regresé el celular al bolsillo derecho del vaquero, me agarré del pasamano y me quedé mirando sin mirar a través de la ventanilla, con el corazón acelerado, una sonrisa nerviosa en los labios y un “¿qué carajo voy a decir?” en la cabeza.
No sería la primera vez que hablaba frente a un grupo de gente. Ya lo había hecho ante muchas más personas que las que habría en el casamiento –cerca de 100, según recordaba me había dicho mi primo–. Y mi formación académica incluía estar preparado para cualquier tipo de oratoria –en teoría, claro–. Sin embargo, esto era distinto a todo. No solo implicaba hablar sobre sentimientos frente a mi familia –aunque ponerse nervioso por eso me resultase demasiado adolescente– sino que también incluía abrir mi corazón y exponer mis ideas sobre el amor, los vínculos y todo lo que tuviese que ver con eso –cosa que también me pareció tonta: ¿cómo iba a ponerme nervioso por tener que hablar sobre el amor si tantas veces había escrito sobre eso y hasta había ganado un concurso por un cuento tan meloso y amoroso que a veces todavía creía que el jurado seguía empalagado–. Ahí quizás estaba el asunto: una cosa es escribir, otra cosa diferente es escribir para decir en voz alta, para poner en mi propia voz lo que siento y pienso.
¿Qué tenía yo para decir sobre el amor o las parejas que no supiesen los demás –al menos, que no supiesen los que estarían en la ceremonia–? Nada, poco o tal vez mucho. No lo sabía con certeza.
Tenía dos semanas por delante, y eso era bueno, pero también extremadamente malo. Bueno porque tenía tiempo para pensar. Y malo porque, conociéndome, sabía que no podría hacerlo hasta último momento, como solía pasarme con los trabajos de facultad o las cartas que les hacía a mis amigos por sus cumpleaños. Ese era mi problema: podían pasar meses entre que me surgía la idea para un cuento y finalmente la escribía. Hacía un par de semanas, por ejemplo, había logrado escribir un cuento cuya idea original la venía pensando desde hacía año y medio –y el texto no superó las seis carillas–.
Pensé, mucho, y varias veces a lo largo del día me daba cuenta de que ese era el error: pensar sobre el amor. Sabía que lo mejor que podía hacer era sentarme frente a la computadora y empezar a escribir sin pensar una sola palabra, pero no lo conseguía. Probé con un cuaderno, con una nota del celular y hasta con encerrarme en el cuarto y empezar a decir en voz alta las ideas que me fueran surgiendo.
Cuando faltaba menos de una semana para el viernes del casamiento, y todas las hojas que me rodeaban seguían en blanco, decidí acudir a ideas sobre el amor que ya hubiese escrito antes. Revisé el archivo de la computadora, donde estaba el 90 % de lo que había escrito desde el 2008 a la actualidad: separé algunos textos, pero nada me convenció del todo. Luego, fui a ese 10 % restante que se repartía entre distintos cuadernos y libretas de todos los tamaños y colores. Leí algunas cosas que me dieron ideas, pero nada me despertaba esas ganas incontrolables de ir corriendo al teclado y no parar de escribir hasta no llenar hojas y hojas.
Esa noche me acosté, igual de frustrado que cuando acababa de perder la prueba de conducir, y me quedé mirando el techo. Otra vez, cometiendo el error de pensar sobre algo en lo que no se puede pensar: el amor. Cerré los ojos e intenté leerme a mí mismo para entender lo que estaba sintiendo. Y me sentí triste, extremadamente triste. Extrañaba a mi madre, muchísimo. Y me dolía mucho el imaginar que no estaría presente en un momento tan importante para la familia como el casamiento del primo que todos creíamos jamás habría de casarse. Me sentí triste, por su ausencia y por lo silenciosa que solía estar la casa desde que se había ido.
Estiré la mano hasta la mesita de luz, agarré el celular, abrí una nota en blanco y escribí todo lo que sentía en ese momento. Sin pensar. Solo escribir.
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A la mañana siguiente, cuando ya estaba en el trabajo, mi padre me mandó un audio de Whatsapp en el que me preguntaba cómo estaba y me contaba que había estado leyendo uno de los tantos cuadernos que había escrito mi madre a lo largo de su vida. Se tomó un par de segundos para intentar replicarme de memoria un párrafo que había leído y que le había quedado especialmente en el corazón. Y fue ese audio, cuando faltaban solo tres días para el casamiento, el que me dio la clave para escribir todo lo que quería decir sobre el amor.
En cerca de media hora terminé de escribir –sin corregir, claro–. Cerré el archivo, me serví otro vaso de agua y volví a abrir el documento –un ritual que siempre hacía cuando acababa de terminar un texto–. Comencé a leer en voz alta todo lo que estaba en la pantalla, y así estuve largo rato en la soledad de mi cuarto y el silencio de la casa. La tarde caía afuera como también caían mis dedos sobre las teclas para reescribir, borrar y poner más y más espacios entre párrafo y párrafo.
Miré hacia mi derecha y vi sobre la cama el saco y la moña que planeaba usar el viernes. Pensé en que tenía que planchar la camisa, el pantalón y, tal vez, el vestido que mi novia había dejado en mi placard. También pensé en lustrar los zapatos y en aprovechar para esa noche ya recortarme la barba y ganar tiempo para poder dormir siesta el viernes de tarde. Pero me sentí tan bien y realizado por haber podido escribir lo que tanto venía deseando desde hacía días que decidí tomarme un rato para disfrutar la sensación. Salí al balcón y respiré las últimas luces que dejaba el sol en el cielo de otoño.
El viernes empezó como empiezan todos los viernes: con pereza, pero con la ansiedad de que al fin se termina la semana. En cuanto abrí los ojos, la frustración de los días anteriores, y que se había vuelto euforia la tarde anterior, se transformó en un remolino de nervios y ansiedad. Fui a trabajar sin ir, con la mente en todo lo que iba a decir a la noche y preocupado por descifrar cómo anudar la moña que tanto me había empeñado en usar, pero no así en aprender cómo tenía que hacer para dejarla inmóvil en la base de mi cuello.
Después de la siesta y de una merienda cortita y al pie, comenzó la batalla: por un largo rato, el discurso sobre el amor quedó en segundo plano y toda mi atención se centró en la bendita moña floreada.
–Ya está, no te toques más que ahí quedó bien –dijo mi novia mirándome desde el reflejo del espejo. –Está torcida, ¿si la ajustamos un poco más? –insistí, igual de fastidiado que ella.
Llegamos al salón, con la moña derecha –al menos, eso me hicieron creer– y con el discurso en el bolsillo interno del saco. Los novios ya estaban por llegar –entrarían juntos porque así lo habían decidido– y la jueza ya se había instalado en el atrio que habían armado en el jardín. “La jueza te va a llamar en un momento de la ceremonia”, me había dicho mi primo el día anterior. Sin embargo, no imaginaba que ese momento sería apenas después de que entraran los novios.
–Y ahora, Sebastián va a compartir con nosotros unas palabras dedicadas a los novios.
El estómago me dio vueltas y el corazón pareció salirse de su lugar. Mi novia me apretó fuerte la mano y me soltó enseguida: tuve miedo de quedarme inmóvil, pero sentí las miradas de mi padre, de mi hermana, de mi madrina y de todos mis primos, y lejos de ponerme más nervioso, me sentí lleno de confianza y de seguridad, y avancé por el sendero de entre las dos filas de sillas hasta pararme al lado del atrio, de la jueza y de los novios.
Con la voz entrecortada por los nervios y la emoción, comencé un poco a hablar y otro poco a leer.
Cuando M. y G. me pidieron que me parara acá, en su casamiento, y hablara sobre las parejas, pensé: ¿qué puedo decir yo sobre las parejas o sobre el amor que no puedan saber o sentir los demás? La respuesta puede ser nada, quizás un poco o tal vez mucho. Sin embargo, enseguida quise salir de mí mismo y mirar para el costado o para arriba, y ahí vi a mis padres, al amor que supieron mantener vivo durante más de treinta años, un amor que no se cortó ni se cortará aunque ella ya no esté con nosotros.
Mi madre hablaba mucho, le gustaba contar lo que sentía y confesarse con quienes la escuchaban con el corazón abierto. Pero también, de vez en cuando, escribía. Le escribía a su padre, a quien, al igual que yo a ella, perdió siendo muy joven. Le escribía a Dios. Y también escribía como una forma de charlar consigo misma. Hoy por hoy, por suerte, tenemos muchos de sus cuadernos para volver a leerla y escucharla.
Mirando uno de esos cuadernos, vi que allá por noviembre de 2001, cuando la crisis económica ya rondaba Uruguay, mi madre estaba en un verdadero caos de incertidumbre: tenía dos hijos adolescentes, y a eso no hay más nada que agregarle, y otro que empezaba la escuela. Y un marido compañero, pero que también compartía su misma preocupación: la estabilidad laboral.
En ese contexto, un día, entre asamblea y asamblea del sindicato de su trabajo, se tomó un rato para escribir. Y entre las tantas cosas que escribió, me gustaría rescatar una.
“Mi familia es la riqueza más grande que tengo, todo lo que yo les pueda dar materialmente jamás va a valer lo que ellos me dan en amor, cariño y orgullo. Los amo a los cuatro con toda mi alma y eso me parece poco: quisiera tener un corazón más grande para quererlos más”.
Después de leer eso, pensé en que ese era el amor del que quería hablar hoy, acá, y el que quiero para G. y M.
Un amor compañero, que haga de la palabra juntos una manera de vivir y no solo un parche para cuando algo se pone difícil. Un amor sincero y honesto, que diga en la cara lo que piensa, lo que siente, y que no tenga miedo de agachar la cabeza o de reconocer un error.
Un amor con raíces firmes, que no se vaya a la primera de cambios y que tenga el coraje de pelear por lo que está convencido: esa persona que está ahí enfrente me quiere, me hace bien, me cuida y me acompaña día a día, pero también me va a dar dolores de cabeza cuando no estemos de acuerdo, también va a querer ir al cine cuando yo no tenga ganas de moverme del sillón, y también va a llegar cansada de trabajar y no va a tener ganas de hablar.
Creo que de eso se trata el amor, y muchas otras cosas de la vida, de hacer eso que tanto me enseñó mi madre: poner siempre todo en los dos platitos de la balanza, y ver qué lado pesa más, aunque sea un ejercicio que haya que hacer todos los días. Si el amor todavía está vivo, si todavía vale la vida y alguna pena, si todavía merece nuestro tiempo, habrá sin dudas un lado de la balanza que pesará mucho más que el otro.
Pero el amor no es tan sencillo. Sí es fácil enamorarse, salir a bailar, tomarse unas cervezas, ir a caminar por la rambla, mirar juntos una serie y hasta puede ser fácil ir a los eventos familiares del otro. El amor va más allá de eso. El amor se construye, todos los días; incluso, el amor se construye cuando entendemos que el otro está demasiado abatido como para levantarse, y lo único que necesita es un abrazo en silencio.
Por esa razón, a G. y a M. les deseo un amor que siempre tenga la fuerza necesaria como para acordarse de la balanza y poner todo en los platitos, lo bueno, y lo malo. Que discutan, sí, porque uno demora mucho en vestirse o porque el otro siempre está apurado, y que también sepan seguir siendo genuinos, fieles a sí mismos y distintos entre sí.
Pero que siempre, al final del día, se puedan mirar a los ojos y sentir con certeza que se vuelven a elegir porque así lo quieren, que se vuelven a elegir porque quiere elegirse entre todas las personas del mundo, y que se vuelven a elegir porque sienten cómo en su corazón, más allá de todo, hay un lado de la balanza que sigue pesando más que el otro.
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Después de los abrazos, las lágrimas, los aplausos y el emotivo final de la ceremonia, todos fuimos a acomodarnos en las mesas que teníamos asignadas. 
Me saqué el saco, lo colgué en el respaldo de la silla y me senté. Miré a mi alrededor y observé los rostros de todos, emocionados y sonrientes. A mi derecha estaba mi novia, más allá mi hermana y su novio, y a mi izquierda estaban mi padre y los padres del mejor amigo de mi primo. Miré hacia el frente y me encontré con una silla vacía. Me quedé mirándola unos segundos y después volví a mirarlos a todos para ver si alguien notaba lo mismo que yo, y descubrí a mi hermana, mirándome con lágrimas en los ojos.
Volví a mirar la misma silla vacía. La miré, sin poder dejar de verla. La miré, y supe que aunque ella no estuviese, estaba.
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