Glee
«An invitation from NYU» Part II
Abril de 2028
-Ok, ya es suficiente… —dijo Kurt encendiendo la luz de la mesa de noche en su lado de la cama, él y su esposo estaban en su antigua habitación en la casa de Burt en Lima, habían viajado para recoger a Henry y Lizzie luego de las vacaciones de primavera y se habían quedado, como de costumbre, a pasar la Pascua con Burt, Carole, los padres de Blaine y todo quien quisiera sumarse a la búsqueda de huevos de chocolate.
-¿Qué?... —respondió Blaine dando un respingo de sorpresa— ¿estás bien?
-Yo estoy bien, ¿tú?... —preguntó sentándose y arreglando las almohadas tras su cabeza con rudeza.
-¿A qué te refieres?..
-A que llevas como tres horas despierto…
-¿Cómo sabes que estaba despierto?
-Puedo oírte pensar Blaine Anderson Hummel…
-No estoy pensando, es… ya sabes que me cuesta conciliar el sueño cuando no estamos en nuestra cama… —respondió moviéndose en su lado como si quisiera acomodarse pero no encontraba manera de hacerlo.
-¡Por favor! , hemos dormido como en 300 camas diferentes desde que nos conocemos, no te hagas el remilgado ahora…
-No es de remilgado, es… extrañar mi almohada… —dijo dando un par de puñetazos a la que tenía tras la cabeza como para abultar el relleno y hacerla más confortable.
-Esa es la excusa mas tonta que te he escuchado decir, y no solo en la cama… ¿qué demonios te sucede?... —insistió Kurt abriendo sus manos como si quisiera recibir en ellas la explicación de demandaba.
-Nada…
-Blaine…
-Ok… —dijo enderezandose para sentarse también— pero antes que te diga, necesito que me prometas que no te enfadaras…
-Odio esa frase de principio a fin, bien sabes que cuando me dices eso, lo primero que hago es enfadarme de antemano…¿que hiciste?
-Olvídalo… —dijo Blaine levantándose, se puso un cardigan abierto sobre la camiseta del pijama y salió de la habitación descalzo y en ropa de dormir.
-¡Oye!, no me dejes hablando solo, sabes que lo odio…
-Pues odias muchas cosas esta noche, ¿no crees?... —agregó saliendo.
-Blaine…
-...
-Con un demonio… —murmuró Kurt incorporándose, tomó la bata elegante que había dejado colgada en la puerta del baño y lo siguió escaleras abajo.
-Si querias ocultarte de mí con esa salida dramática que hiciste, créeme que este es el lugar donde te buscaría primero… —dijo Kurt entrando en la cocina, Blaine está sentado a la mesa vigilando las gotas de café que subían por la cafetera italiana que había puesto al fuego.
-Bueno, así soy, estupido y predecible… —dijo sin mirarlo, Kurt blanqueo los ojos y tragó un poco de aire como buscando paciencia al interior de sus plumones.
-¿Qué pasa contigo?... hace menos de un dia estabas entusiasmado componiendo canciones sobre los huevos de pascua, para que decir como viniste de meloso en el avión y ahora…
-¿Ahora que?
-Ahora estás todo… —Kurt hizo una serie de gestos con sus manos y con su cuerpo, como si recibiera unas descargas eléctricas o algo así
-¿Todo como?
-No se… quisquilloso y caprichoso y no se… antojadizo…
-No sé qué tiene que ver la última palabra, pero bueno..
-Tampoco yo pero se me ocurrió en el momento… —dijo Kurt sentándose a su lado, Blaine quiso reír pero se guardó las ganas— ¿estás enfermo o algo así? —añadió estirando su mano como haciendo ademán de controlar una posible fiebre.
-¿Qué?... no… —contesto Blaine echando hacia atrás
-Gracias a dios… ¿entonces?...
-No es nada, es decir… hay algo que no te he dicho —Kurt alzó un poco su ceja inquisidora como preparándose para escuchar lo peor— y me siento pesimo por no hacerlo porque fui estupido y ahora ni siquiera recuerdo porqué no te lo dije cuando me llegó la primera carta… —dijo mientras se levantaba y buscaba dos tazas para el café en los anaqueles más altos.
-¿Carta?…
-Si… veras… —Blaine apagó el fuego de la estufa, tomó la cafetera usando la manga de su sweater como improvisado guante de horno y sirvió el café en partes iguales, puso una de las tazas frente a su esposo y se quedó con la otra en la mano, Kurt observaba todos esos movimientos con ganas de gritar “habla de una vez”, pero se guardó las ganas y prefirió buscar calma en un sorbo largo de café, Blaine ordeno todo antes de sentarse al frente de Kurt, lo miró un instante y por fin siguió con la conversación— ¿recuerdas esa carta elegante que me dijiste que había en la correspondencia?
-Si, la de la NYU… ¿que paso? ¿no terminaste un curso o algo y ahora te van a demandar?
-¿Qué?, no… ¿y qué se supone y significa eso?
-No lo se, una vez vi una película de alguien que no aprobaba un curso y tenía que volver a estudiar a la universidad, lo pasaba pésimo y luego pasaban varias cosas paranormales… así que creo que este no es el caso… —dijo Kurt quedándose en silencio un instante como si pensara en aquello de la universidad con actividad paranormal— continua…
-Ok… —dijo Blaine mirándolo divertido y de medio lado— pues esa carta en la sexta que me llega— Kurt volvió a lo de alzar la ceja— y no era una invitación a algo, bueno lo es, en realidad depende de cómo…
-Blaine… te amo con locura, pero te juro que si no me dices de una vez de que se trata todo esto voy a gritar las causales de divorcio y a despertar a todos, incluyendo a mis suegros en Westerville… —señaló Kurt mientras le tomaba la mano.
-Tienes razón, disculpa… —respondió Blaine soltando un poco de aire— me ofrecen el cargo profesor titular y a tiempo completo en la NYU…
-¿¡Que!? —exclamó su esposo abriendo más los ojos.
-Eso…
-¿Entonces esas cartas son ofrecimientos de trabajo?
-Asi es…
-Vaya oportunidad… —dijo sonriendo.
-¿Crees que es una oportunidad?
-¡Obvio que sí!, ¿tú no?
-También…
-¿Pero?
-Pero… .no sé, creo que me hubiera puesto como tú si esto me lo ofrecieran hace 5 años, cuando nadie me conocía, ni comparaba mi música…
-Tal vez por eso no te lo ofrecieron…
-Tal vez…
-¿Por qué no me lo dijiste?, ¿hace cuanto te están llegando esas cartas?
-Hace como 3 meses…
-¿Me has estado mintiendo tres meses Blaine Anderson-Hummel?
-No, no he mentido solo… solo he ocultado información… —dijo bebiendo café, Kurt lo miró con los ojos entrecerrados como diciendo “acaso eso no es lo mismo”— y no es lo mismo, no me mires así…
-Como quieras, es muy de madrugada para discutir un punto indiscutible… ¿cuando tienes que dar una respuesta?
-Antes del fin de semestre…
-¿Y crees que pensaran mal de ti si la rechazas?, ¿que decepcionaras a la gente o algo así?
-¿Cómo sabes que la voy a rechazar?… —Kurt alzó una ceja hablando telepáticamente por tercera vez esa noche “¿en serio me preguntas eso Blaine Anderson-Hummel?— te escuche… —agregó Blaine sonriendo y acercando su silla a la que ocupaba su esposo— todos esperan que acepte, Lily, Dylan, el rector Byrne…
-Un momento, ¿Lily sabía esto?
-También Dylan…
-¿Y ninguno me dijo?, ¿por qué?
-Porque son mis amigos y les pedí que no lo hicieran…
-Buen punto… continua…
-El asunto es que… el dinero es escandaloso y hace parecer de loco no aceptarlo…
-No creo que sea de loco ser feliz con lo que ya tienes… sentirse lo suficientemente satisfecho con lo que has conseguido, que le ha costado lo suyo Señor Anderson-Hummel…
-Lo se… y estar arriba del escenario es algo que amo, componer, sentir una inspiración y transformarla en una canción que después miles de personas corean al unísono… y luego de todo ese pandemonio regresar a ti y vivir esto…
-Me parece que estás lo suficientemente satisfecho con tu vida Blaine… serias un excelente profesor y lo harias genial, como la dosis de eso que tuvimos en Lima hace unos años, pero así como yo no estudie drama en NYADA para estar detrás de un escritorio vigilando adolescentes que solo piensan en fiestas, tu tampoco fuiste a la NYU para hacer lo mismo…
-Y no hay nada de malo en ello…
-Nada…
-Ok… creo que el lunes haré un par de llamadas, gracias Kurt… —dijo Blaine inclinandose hacia él para darle un beso.
-¿Estás bien?
-Mucho… —contestó levantándose.
-¿Crees que podrás dormir ahora? … —preguntó de vuelta Kurt poniéndose de pie también.
-¿Dormir?... —repitió su esposo ciñendolo a él en un movimiento rápido y sexy— en realidad… tenía… otros planes…Señor Hummel-Anderson…—dijo intercalando sus palabras con besos.
-Vaya propuesta madrugadora… ¿como decir que no a eso?… vamos… —contestó Kurt partiendo primero.
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Zahie Téllez Neme es una chef mexicana originaria de Mazatlán, Sinaloa que actualmente radica en la Ciudad de México. De ascendencia árabe del lado materno y mexicana del lado paterno, estudió una licenciatura en Economía y Ciencias Políticas en el Intituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Después de graduarse, trabajó nueve años en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Posteriormente dedicó dos años a estudiar cocina en el Instituto Gastronómico Letty Gordon de México. Al abandonar la Secretaría de Hacienda, decide irse a Italia para realizar un diplomado en gastronomía. Después estudió una maestría en gastronomía italiana, donde entre sus experiencias estuvo trabajar de aprendiz del chef Ugo Alciati. De regreso a México, la chef tuvo la oportunidad de trabajar para Nestlé. Aquí se dedicó a la creación de recetarios, impartir clases y realizar entrenamientos a los vendedores.
Tuvo la oportunidad de presentarse en un casting para obtener su propio programa en el canal televisivo El Gourmet, el cual obtuvo y continua laborando para el canal. Algunos de sus programas incluyen "Platos de Cuchara", "Enchilarte", "De Chile, Mole y Pozole", "Las Mejores Recetas de Zahie", entre otros. Es también acreedora de premios como Amico della Cucina Italiana nell Mondo, otorgado por la Academia Italiana della Cucina y Presea 2010 por la Academia Italiana de Cocina, Ciudad de México, por la labor realizada en pro de la difusión de la cocina italiana regional en el mundo.
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Está es una receta para una tarde de lluvia.
muffins de calabacín y feta con huevo🥚:
- 1 calabacín grande, rallado y escurrido de líquido
- 6 huevos
- 1/2 cucharadita de sal
- 1/2 cucharadita de ajo en polvo
- 1-2 cucharaditas de cebolla en polvo
- 1/4 cucharadita de pimienta
- 1-4 cucharaditas de pimentón ahumado
- 1 puñado de cebolletas en rodajas
- 1/2 taza de queso feta de cabra desmenuzado
- una pizca de orégano/sazonador de hierbas italianas para terminar
*Rallar el calabacín y escurrir el exceso de líquido en un paño de cocina. Añada los huevos, el condimento y la cebolleta a un bol y bátalos hasta que estén espumosos. Incorporar el calabacín y el queso feta. Vierta la mezcla en un molde para magdalenas engrasado (preferiblemente de silicona para que no se pegue) y hornee a 350 ºF durante 25 minutos.
Att:M
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