#disculparse
Explore tagged Tumblr posts
multishipper-baby · 2 years ago
Text
Me gustaría escribir un fic en algún momento sobre como estuvo la cosa entre Red y Gold durante todo el asunto de Deyanira...
2 notes · View notes
viinard · 2 months ago
Text
Tumblr media
"Sí, pasó hace menos de diez minutos, aún está humeda." Explica dando un segundo vistazo a la mancha, cada vez le parecía más fea; quizás porque intentó limpiarla con una servilleta sin saber qué más hacer por la desesperación poco antes de que llegara el misterioso hombre. "Si ese es el caso, me ha salvado de una posible humillación." Admite con una sonrisa en el rostro, sintiendo que la esperanza regresa a su alma. "¿Le molesta si pido su ayuda?" Pregunta antes de decir algo más, sus pies moviéndose sin rumbo aparente en busca de algún botiquín. "Es sólo que no quiero estropear mi camisa más de lo que ya está, y por lo visto usted sabe más que yo."
Tumblr media
de forma silenciosa, observa a compañero y procura atender palabras que dedica. inevitable ceder a ligero sobresalto cuando intercepta cambio en actuar foráneo, mas es veloz en recuperar compostura. evoca un suave suspiro, centrándose finalmente en problemática ajena. ' ¿es reciente? ' ademán de mano no demora en señalizar mancha escarlata sobre prendas, buscando abordar situación con mayor claridad. ' en ese caso, será más fácil removerlas. ' considera que interés opuesto, recae en pasar velada sin odiosa salpicadura sobre sí. ' asumo que tendrán un botiquín de primeros auxilios en el club, puede removerla con agua oxigenada y enjuague. '
76 notes · View notes
seguen-sd · 3 months ago
Text
Escritura personal.
Ella no lo muestra, pero en lo profundo, siente que es una carga para las personas que ama. Se contiene, siempre pensando demasiado, preocupada por pedir demasiado o por alejar a las personas al necesitarlas. Quiere creer que merece amor, pero tiene miedo de ser demasiado para que alguien la maneje. Desea dejar de disculparse por ser ella misma, pero no sabe cómo empezar.
— Ella soy yo.
231 notes · View notes
solxs · 1 year ago
Text
La tristeza que da cuando te peleas con alguien porque expresaste con palabras lo que te molestó y en lugar de disculparse, simplemente encuentra la manera de hacerte sentir mal por eso. Entonces te arrepientes de incluso haber dicho algo, es injusto.
- Oríah ☁️.
509 notes · View notes
erenozkurt · 14 days ago
Text
Tumblr media
Dio un pequeño brinco al momento que reconoció a la morena, apretando las manos con el papel que sostenía. De todas las personas que podía estar en ese lugar, no esperaba para nada que la japonesa pudiera acercarse a él. El estómago se le revolvió y la débil sonrisa en el rostro terminó por apagarse por completo. Mantuvo su distancia, queriendo evitar cualquier tipo de conflicto. " ¿Disculparte? " sorprendido y sin poder expresar algo más que eso, trago saliva. " ¿Por qué? ¿Qué hiciste? " desde su punto de vista, no la ve como culpable.
Tumblr media
"No voy a escribirlo cuando puedo decirlo". El momento en que su mirada se encuentra con la ajena, el esfuerzo que hace para no echarse hacia atrás es casi sobrehumano. A veces se sorprende a sí misma, expresando emociones y pensamientos en arrebatos inesperados, para luego perder cada ápice de valor en su interior, como arena entre los dedos. Pero tiene que hacerlo, debe hacerlo. "Deseo que— me permitas disculparme contigo, Eren".
123 notes · View notes
deepinsideyourbeing · 11 months ago
Text
No te alejes tanto de mí - Enzo Vogrincic
Tumblr media Tumblr media
+18! Dom!Enzo. (Alusión a) Breeding kink, creampie, dirty talk, dry humping, face slapping, fingering, sexo oral, sexo sin protección, edades no especificadas. Uso de español rioplatense (y mucho diálogo otra vez).
El departamento que compartís con Enzo es, sin lugar a dudas, el lugar más tranquilo que conociste en tu vida. La armonía y serenidad son pilares fundamentales en su relación, así como la buena comunicación, y esto se ve reflejado en el espacio que ambos llaman hogar.
Enzo es silencio y calma y durante la madrugada se desliza fuera de la cama sin despertarte, siempre cierra las puertas con delicadeza y sus movimientos a tu alrededor son protectores. Siempre sabe qué decir y qué no, qué hacer y qué no, también sabe cuándo acompañarte y cuándo darte espacio, y vos podés presumir de saber hacer lo mismo por él.
La vida con Enzo es estar en constante sintonía, dos cuerpos y mentes diferentes siempre en la misma órbita.
O eso creías...
Las peleas comenzaron hace semanas, volviéndose cada vez más frecuentes y alejándolos de lo que solían ser. Enzo no parece comprender cuánto te hiere sentir que se distanció y jura que tal cosa no sucedió, pero luego prueba que tus palabras son ciertas cuando un pequeño desacuerdo provoca que se aísle y no deja lugar para una conversación sobre lo ocurrido.
Normalmente es fácil de ignorar cuando se trata de nimiedades como los platos sucios, ropa sin lavar o la cama deshecha, pero con todas esas pequeñas faltas acumuladas fue difícil contenerte cuando remarcó de la peor manera tu falta de cuidado con la maqueta de su actual proyecto.
-Si ordenás un poco entonces no me voy a chocar tus cosas cada vez que entre...- contestaste, arrojando sobre su escritorio un trozo de la maqueta.
-¿Qué tengo que ordenar? Si nunca estoy, el desorden es tuyo.
Fingió no notar tu expresión, una nueva costumbre suya para evitar disculparse o hacerse cargo de algo. El que te culpara del caos no fue la principal causa de tu disgusto, no... Te molestó que reconociera no estar lo suficiente en su propio hogar, recordar que en lugar de pasar unos días a tu lado escogiera marcharse a Bariloche con un amigo y que al regresar pasara horas encerrado.
Abandonaste la pequeña habitación donde organizó su oficina y pronto sus pasos sonaron a tus espaldas junto con su voz que no dejaba de pedir tu ayuda. Cerraste la puerta con fuerza y te sentaste sobre la cama, furiosa, percibiendo cómo la ira crecía y consumía tus entrañas.
Cuando Enzo abrió la puerta te dedicó una mueca de disgusto que pretendía comunicar algo, pero si alguna vez logró hablarte sólo con la mirada eso ahora parecía ser un recuerdo lejano que decidiste ignorar. Permaneciste en la misma posición, tus brazos y piernas cruzados, inconscientemente mostrando rechazo mientras él te observaba.
-Ayudame- arqueaste una ceja-. Vos lo rompiste.
-¿Qué somos? ¿Unos nenes chiquitos…?
-Parece que sí, porque si fueras un adulto responsable te disculparías y me ayudarías.
Soltaste una risa de frustración y apretaste los labios esperando así poder contener la ira y todas las palabras que deseaban escapar de tu boca, pero cuando te señaló con un dedo acusador tus deseos de mantener la calma se evaporaron. Haciendo alarde de su excelente comportamiento comenzó a enumerar las recientes faltas que tuviste con él.
La diplomacia pareció extinguirse cuando lo interrumpiste.
-Andá a cagar.
-¿Cómo…?
-¿Ahora además de ser tremendo fantasma también sos sordo, pelotudo?
-Fijate cómo me hablás porque yo jamás te traté así- señaló-. No sé qué mierda te pasa.
-¿A mí? ¿Vos no sabés lo que me pasa a mí?- gritaste, poniéndote de pie para acercarte a él-. ¿Y no se te ocurrió preguntarme? Porque por ahí tiene que ver con que no me hablás, no me mirás, no me cogés, no me preguntas ni cómo estoy.
-No podés estar así porque no cogimos en unos días.
Tu expresión podría haberse catalogado como un poema o como el relato más aterrador. Retrocediste un par de pasos, confundida y levemente aturdida por su capacidad de desentenderse de tal manera de la situación, esperando ver en su rostro un algo.
Pero sus labios no temblaban como solían hacerlo cuando contenía la risa y sus cejas no se curvaron en ese particular ángulo que adoptaban cuando esperaba ver tu reacción luego de contarte uno de sus pésimos chistes o anécdotas.
-Tomátelas.
-¿Eh?
-¡Tomátelas! No te quiero ver.
-No me podés echar de mi casa.
-Ah…- mordiste tu lengua-. Tenés razón, como es tu casa me voy yo.
Intentaste huir de la habitación pero él fue más rápido y lo impidió tomándote del brazo.
-Yo no dije eso- intentaste zafarte de su agarre pero no lo permitió-. Esta es tu casa, vos vivís acá también.
-Pero parece que vos no- reclamaste-. Soltame, Enzo.
-No, tenemos que hablar.
-¿Ahora querés hablar?
Su expresión pareció volverse más dura y juraste ver una arruga que antes no estaba allí.
-No podemos estar así.
-Yo no puedo estar así. Vos estás perfecto.
-¿Por qué todo es mi culpa?- gritó con voz entrecortada, soltándote de manera brusca-. Vos nunca hacés nada, ¿no? Siempre soy yo el responsable.
-Y sí papito, si…
El diminutivo y tu tono colmaron su paciencia.
-Cerrá el orto- se alejó de tu figura como si estar en tu presencia quemara-. Querías que me vaya, ¿eso querías?
-Sí.
-Perfecto entonces- abrió la puerta-. Porque me voy a ir bien a la mierda para no tener que verte.
Arrancaste tu anillo de compromiso de tu dedo y lo arrojaste a sus espaldas con la esperanza de golpearlo, pero –y luego agradeciste por ello- fue la puerta ya cerrada la que recibió el impacto y Enzo se marchó, completamente ajeno a tus acciones. Ignoraste las lágrimas que rodaron por tus mejillas cuando corriste para recoger la alianza.
Una hora más tarde notaste que olvidó su teléfono y su billetera, también sus llaves y el abrigo que lo habría protegido de las bajas temperaturas o el viento nocturno. Te preguntaste si estaría refugiándose en algún sitio con calefacción y por un breve instante consideraste buscarlo en el estacionamiento del edificio, pero descartaste la idea por puro orgullo.
-La concha de mi madre…- decís entre dientes.
Tus dedos están adheridos por el pegamento y tirar para despegarlos duele. Llevás un largo rato intentando reparar algunas partes de la maqueta y parece ser una tarea imposible: suspirás, te quejás, golpeás tu frente frustrada y ansiosa, pero continuás tu misión de unir los restos para evitar que tus manos vuelvan a jugar con el anillo en tu dedo. La mesa es un completo desastre.
Y Enzo aún no regresa.
Dejás caer tus hombros luego de ver el reloj, sin saber si es peor sentirte derrotada o sentir que te rendís. Reprimís todos esos pensamientos horribles y sin sentido que corren por tu mente y chocan con los muros de tu parte lógica y racional: se fue, está con alguien más, ya no va a volver, tuvo un accidente, lo acorralaron en La Rambla, se perdió caminando por ahí…
Desbloqueás tu teléfono esperando encontrar algún mensaje o llamadas perdidas y mantenés el suyo cerca sólo por si acaso, decepcionada cuando ambos permanecen en completo silencio. Tu oído escoge centrarse en el tictac del reloj y el sonido del adorno que golpea la puerta del balcón cada vez que el viento sopla. Siempre temés que esos pequeños golpes destrocen el cristal.
Y es que siempre son pequeñas las cosas que desatan el caos: la grieta que apareció mágicamente en tu taza, el pequeño agujero que terminó por deshacer el suéter favorito de Enzo, la alarma que postergaste estando aún dormida y lo hizo perder un vuelo, la comida quemada que intentó solucionar ordenando pizza, el abrazo que no correspondiste cuando regresó de los premios Goya, su falta de entusiasmo ante la usual noche de películas…
Evitás preguntarte qué sucederá porque la respuesta que ronda tu cabeza hace que tu respiración se entrecorte y te asfixia. No querés ser extremista, no sos una persona que se dé por vencida así como así y una pelea –incluso esta pelea, probablemente la peor que recordás haber tenido con Enzo- no te parece motivo para arrojar todo por la borda, pero… Las relaciones son de a dos, ¿no? Y no tenés idea de qué pensará o cuáles son los planes del otro lado.
Maldecís por lo bajo y esta vez es sin saber el motivo.
-No hace falta que lo arregles- dice una voz a tus espaldas-. Los materiales son una cagada.
Una sensación similar al pánico te recorre y volteás a verlo.
-Volviste.
Su rostro se tiñe de dolor y vergüenza por una fracción de segundo.
-¿Cómo no voy a volver?
-Dijiste…
-Ya sé lo que dije- se arrodilla a tu lado y toma tu mano-. No era verdad.
-Estás helado.
-Hace frío. Mucho.
-¿Querés un té?- intentás ponerte de pie y te detiene-. No cociné, pero si querés…
-Quiero que hablemos.
Suspirás.
-Sí, tenemos que hablar.
-¿Qué está pasando? Nosotros no somos así.
Limpiás las lágrimas que nublan tu vista y él se deja caer sobre las cerámicas frías, aún sosteniendo tu mano entre sus dedos y acariciando tus nudillos con su pulgar en un intento de ofrecerte un poco de consuelo. Espera pacientemente mientras te recuperás para poder contestar.
-Los últimos meses fueron muy raros.
-Es mi culpa- lamenta-. No sé cómo manejar… nada, todo, esto que está pasando.
-Y yo no sirvo como apoyo.
-No, no digas eso- toma tu mentón-. Siempre estás para mí, me cuidás y me ayudás en todo... Pero creo que desde hace un tiempo no estoy tan presente como debería y no es recíproco.
-No entiendo por qué- descansás tu rostro sobre tu mano-. Creo que, no sé…, por ahí ahora que anduviste por todos lados ya estás cansado de mí.
-Nunca.
-Pero…
-Jamás me cansaría de vos.
-¿Y por qué hacés de todo menos estar conmigo?
-Tengo miedo de arruinar las cosas- contesta con simpleza-. Tengo miedo de todo lo que está pasando y tengo miedo de arrastrarte conmigo cuando… ¿Y si me olvido de mí?
-Eso es imposible.
-Ya no estoy tan seguro.
-Yo sí- lo obligás a mirarte-. Creo que te conozco lo suficiente para saberlo.
Permanecen en silencio unos momentos y sus ojos jamás dejan los tuyos.
-Perdón- susurra-. Sé que hay mucho de qué hablar, pero…
-Yo también estoy cansada… Vamos a la cama y mañana temprano vemos.
-Lo vamos a solucionar.
-Sé que sí- y dejás salir una risa nerviosa-. Pero hoy no estaba muy segura.
-Me hubiera gustado tener esa discusión antes.
-¿Por qué?
Su mirada oscura es terriblemente sincera, muy Enzo.
-Porque cuando me fui me di cuenta de cuánto te extrañaba.
Cuando tomás su rostro entre tus manos para poder besar su frente él busca tus labios. Te besa lenta y suavemente, pero es incapaz de ocultar la desesperación que guía sus acciones y pronto deja de lado los delicados roces para invadir tu boca con su lengua, robándote la respiración y  aferrándose a tus muslos con sus manos.
-Extrañaba tus besos- decís cuando te regala unos segundos para respirar-. Te extrañaba.
 -Me tenés acá, ahora y para siempre.
Acariciás su cabello y él te observa desde su posición sobre sus rodillas, sus manos aún en tus piernas y sus pulgares dibujando figuras sobre tu pantalón. Te sonríe y la imagen te toma por sorpresa, pero también te sorprende el significado oculto en su expresión y la facilidad con la que puede hacerte saber lo que quiere.
-¿No te duelen las rodillas?- suelta una carcajada y lo ayudás a ponerse de pie-. Dale, vamos.
La distancia desde la cocina hasta la habitación es interminable ahora que ambos desean llegar cuanto antes. Atraviesan el oscuro corredor tomados de la mano y cuando llegan a la habitación Enzo toma asiento en la cama, te posiciona entre sus piernas y abraza tu cintura con fuerza para poder admirarte; deposita besos sobre tu abdomen y entre tus pechos, frustrado por tu ropa interponiéndose entre sus labios y tu piel.
Cuando sus dedos se deslizan debajo de tu camiseta suspirás y arrojás la cabeza hacia atrás, abrumada por la intensidad del contacto y por el rastro de fuego que sus manos dibujan en tu cuerpo. Te ayuda a desvestirte y en cuestión de milisegundos sus labios capturan tu pezón izquierdo, succionando y permitiendo también que sus dientes y lengua jueguen con vos.
Tu creciente desesperación te lleva a abrazarlo en busca de más contacto y cuando sentís sus gemidos contra tu piel tus dedos se dirigen por cuenta propia hacia su cabello. Sus párpados se cierran en contra de su voluntad cuando tus manos hacen arder su cuero cabelludo, sensación que no hace más que empeorar la erección que oculta su pantalón.
Se separa de tu pecho luego de morderte con la fuerza suficiente para hacerte gritar y te despoja del resto de ropa que te cubre, asegurándose de no romper ninguna prenda con sus movimientos rápidos y ansiosos. Se arroja sobre las almohadas y te deja sobre su muslo, complacido por ver tus mejillas enrojecidas ante la implicación de la posición.
-Te hace falta una buena cogida, ¿no?
-¿Y de quién es la culpa?
Te toma por el cuello para acercarte a su rostro.
-Fijate bien lo que me decís- pellizca tu pezón y el dolor te hace gemir-. Y lo que hacés.
Comenzás a rozarte sobre su pierna, muy consciente del significado de sus palabras y la amenaza que las adorna, tus manos en su pecho en busca de estabilidad y tus ojos sobre los suyos. Toma tu cadera para guiar tus movimientos, dolorosamente lentos, y no deja espacio alguno entre tu centro y sus jeans que comienzan a mancharse con tus fluidos.
El cosquilleo entre tus piernas y el dolor de sus uñas marcando tu cadera es suficiente para orillarte hacia tu orgasmo en cuestión de minutos. Cerrás los ojos, masajeando tus pechos tal como él suele hacerlo, pero no es suficiente y cuando comprendés que necesitás de sus manos un patético sollozo deja tus labios.
-¿Qué pasa bebé? No podés solita, ¿no?
-Quiero…
-¿Qué querés? Decime y yo te lo doy.
-A vos.
Enzo no puede hacer más que contemplar la imagen frente a sí, tu delicado cuerpo rindiéndose nuevamente bajo sus manos y tus dientes torturando tus labios mientras su mirada te recorre. Hace unos días sólo podía soñar con tenerte de esta manera y complacerte, así que ahora se pregunta cuánto tendrá que contenerse para que el momento no acabe demasiado rápido y cuánto tardarás en suplicarle que se detenga o en caer agotada entre sus brazos.
-Entonces ya sabés lo que tenés que hacer.
En pocos segundos abandonás su regazo y te recostás entre sus piernas, esperando su confirmación para poder tocarlo y prácticamente arrancando la ropa de su cuerpo cuando la obtenés. Ya está duro, muy duro, su punta brilla con las gotas de líquido preseminal que de allí brotan y las venas que recorren su extensión parecen pedir tu atención a gritos.
Comenzás a masturbarlo lentamente e intentás seguir el ritmo con el que movía tu cuerpo sobre el suyo, tu pulgar acaricia su punta y cuando lo separás de esta podés apreciar el hilo traslúcido que brilla con la luz. Te llevás el dedo a la boca y gemís cuando sentís su sabor en tu lengua, calmándote y a la vez haciendo que lo desees todavía más.
Dejás besos húmedos sobre su miembro y sus gemidos sólo empeoran la situación entre tus piernas. Cuando tus labios se cierran sobre la punta sentís su cuerpo tensarse, sus párpados se cierran por un breve instante y sus dedos acarician la comisura de tus labios, que se estiran a más no poder para recibirlo en tu boca.
-Qué linda que sos cuando me la chupás.
Sus palabras te resultan tan humillantes como excitantes y por un segundo considerás deslizar una mano bajo tu cuerpo para calmar tu necesidad. Tu saliva mancha tu piel, tus dedos y corre bañando todo su miembro antes de deslizarse entre sus piernas y caer sobre las sábanas, pero aún así te es difícil tomar más que la mitad.
Tu frustración crece minuto a minuto pero para Enzo, que sabe cuánto te cuesta, la imagen es una bendición… Y también una tortura, por lo que no encuentra más solución que tirar de tu cabello para alejarte de su cuerpo y evitar un muy necesitado orgasmo.
-Ya está, ya está- responde a tus quejas-. Lo hiciste muy bien, pero…
-¿Pero?
-Me toca a mí.
Te arroja sobre el colchón para luego posicionarse sobre tu cuerpo y acorralarte, su intensa mirada de pupilas dilatadas haciéndote sentir como una presa. En su camino hacia tu centro su aliento golpea tu mejilla, tu mandíbula, tu cuello sensible y tus clavículas, pero él sólo piensa en una cosa y cuando separa tus piernas se dedica a apreciar tus pliegues y entrada brillantes.
Te acaricia de manera superficial y cuando te retorcés rodea tu cadera con un brazo para inmovilizarte. Su pulgar presiona sobre tu entrada, que gotea lo suficiente para manchar las sábanas, juega con la piel que la rodea y sólo se dirige hacia tu clítoris después de ver que te contraés desesperadamente en torno a la nada misma. Se muerde los labios, impaciente.
Suspirás cuando sentís su ataque y los círculos que su dígito traza con una lentitud insoportable, deteniéndose de cuando en cuando para acariciar también tus pliegues húmedos y tantear tu entrada con la intención de provocarte todavía más. Gemís su nombre una y otra vez para tentarlo y suplicás por más, pero te ignora y prolonga sus tortuosas acciones otro rato.
Dirige un dedo a tu entrada y lo introduce con delicadeza, siempre atento a la reacción de tu cuerpo: tus paredes no oponen resistencia y el placer cuando curva su dedo para acariciar tu punto dulce se intensifica gracias a su lengua deslizándose sobre tu clítoris. Un gemido casi animal deja tu garganta y ante esto él decide acelerar sus movimientos.
-¿Así te gusta?- pregunta cuando gemís aún más fuerte, como si la respuesta no fuera obvia. Aprovecha tu estado y tu abundante excitación para deslizar otro dedo, haciéndote sisear por el repentino ardor que trae consigo la dilatación-. ¿Qué pasa, no aguantás ni dos dedos?
Cubrís tu rostro ardiente con una mano y evitás hacer comentarios sobre quién es el responsable de tu estado actual; no recordás cuándo fue la última vez que jugó con tu cuerpo y tu forma de tolerar su ausencia fueron tus propios dedos, más delgados y cortos que los suyos e inútiles cuando se trataba de obtener placer.
-Más.
-¿Más...?- y succiona tu clítoris con fuerza para oírte gritar.
Enzo conoce tu cuerpo mejor que nadie y sabe exactamente qué hacer para volverte loca. Los movimientos de su lengua no se detienen y las formas que esta dibuja hacen que tus manos tiren de su cabello, arruguen las sábanas y masajeen tus pechos, aferrándose con desesperación a cualquier objeto que se interponga en su camino.
Sus dedos no dejan de abusar de tu sensibilidad y la combinación de sensaciones, que parece ser muchísimo más intensa gracias a las semanas sin contacto, comienza a ser casi demasiado para tu cuerpo. Te llevás una mano a la boca y cuando tu orgasmo te golpea mordés tus nudillos desmedidamente, ahogando tus gemidos y los gritos que amenazan con irritar tu garganta.
Te lleva unos minutos regular tu respiración y dejar de temblar, minutos que transcurren con sus dedos aún enterrados en las profundidades de tu cuerpo mientras sus labios bañan tu centro y el interior de tus muslos con besos y alguna que otra pequeña marca producto de sus dientes. Bajo tu atenta mirada desliza sus dedos entre sus labios para no desperdiciar los restos de tu esencia.
Abandona la cama para deshacerse del resto de su ropa y cuando regresa vuelve a posicionarse sobre tu cuerpo para atacar tu boca con un beso hambriento. Tus piernas abrazan su cadera y cuando sentís su miembro caliente golpeándote no podés evitar gemir contra su lengua, tu mano buscándolo para poder masajearlo antes de guiarlo hacia tu entrada. Su punta te quema.
Toma tu rostro y te obliga a mirarlo.
-¿Querés que te la meta?
-Por favor.
Te quejás cuando comienza a penetrarte y aunque tus ojos arden jamás rompés el contacto visual. Enzo te distrae tirando de tu labio inferior con su pulgar y antes de notarlo estás succionando el dígito, con el cual parece imitar los movimientos de su cadera.
-Estás muy apretada.
-Es…- te interrumpís con un grito cuando introduce otro par de centímetros de manera súbita. Su pulgar manchado con tu saliva acaricia tu mejilla para calmarte-. No puedo.
-Sí, sí podés.
Sus labios abrazan los tuyos mientras realiza movimientos suaves y calculados que convierten tus quejas en gemidos y provocan que tus paredes se contraigan sobre su miembro. Suspira cuando por fin logra introducirse por completo en tu interior y besa tu cuello, tu perfume embriagador nublando sus sentidos y tus pequeños gemidos tentándolo a moverse.
Tus manos aferrándose a sus hombros son la única confirmación que necesita: te golpea con fuerza y tu grito es una mezcla de sorpresa y placer por el repentino ataque, el cual repite hasta convertirlo en un ritmo constante que resuena en toda la habitación y llena tus oídos. Sacude tu cuerpo con cada embestida y lo único que podés hacer es aceptar el placer, completamente a su merced.
Luego de una estocada particularmente profunda tus uñas se clavan en su piel y Enzo sólo lo sabe. Descansa su peso sobre sus piernas y sus manos en la parte posterior de tus muslos ejercen presión hasta que tus rodillas rozan tus pechos, el ángulo permitiéndole llegar hasta ese punto para abusar del mismo y convertirte en un completo e incoherente desastre.
Gritás su nombre y las palabras que le dedicás entre tus agudos gemidos son incomprensibles. Tu expresión es indecente y la vista entre tus piernas, donde su cuerpo se une con el tuyo y brilla con tus fluidos, lo es aún más… pero le encanta y no puede evitar jugar con vos, agregando otro estímulo que te hace cerrar los ojos con fuerza y sacudir la cabeza.
-Enzo- advertís-. Por favor.
El gesto es mínimo pero suficiente y en cuestión de segundos tus dedos se cierran sobre sus muñecas. Tu figura se sacude con la fuerza de sus embestidas y por los espasmos de tu orgasmo, el cual arquea tu espalda como si estuvieras presentándote ante él y hace que tus músculos se contraigan, dificultando sus movimientos y haciéndote llorar.
Jamás se detiene.
Lo mirás horrorizada, tu orgasmo prolongándose indefinidamente y haciendo del placer una sensación casi intolerable. Enzo continúa golpeando tu cérvix mientras su pulgar juega con tu clítoris y sus dedos presionan sobre tu abdomen bajo, forzándote a sentir cuán profundo llega su miembro y cómo estimula cada fibra de tu cálido y estrecho interior.
Te lleva al límite, pero antes de permitirte gozar de un segundo clímax se detiene.     
-No, no- protestás-. ¿Por qué? Quería…
Te interrumpe golpeando tu mejilla y cuando abandona tu interior mantenés la boca cerrada. Toma tus caderas y te obliga a voltear, dejándote sobre tu estómago y posicionándose sobre tu cuerpo para aprisionarte contra el colchón.
Rodea tu cuello con su brazo y te penetra con desesperación. En cuestión de segundos su pelvis golpea tus muslos y tus glúteos con la fuerza suficiente para arruinar tu piel, causando también un sinfín de sonidos húmedos y obscenos que acompañan sus gruñidos y tus gemidos.
Buscar refugio contra en el colchón tiene como consecuencia que la fuerza de su asalto vaya en aumento y la única opción que encontrás para ahogar tus gritos es morder las sábanas, húmedas con las lágrimas que corren por tus mejillas. La solución sólo dura unos minutos gracias a que Enzo, que en este momento prefiere no ser el único que oye cuánto gritás por él, endereza su postura y tira de tu cabello para hacerte arquear la espalda.
El nuevo ángulo te permite verlo y por un instante parece buscar tus labios con la intención de besarte, pero en su lugar escupe sobre tus labios entreabiertos y observa cómo tu expresión se transforma con la humillación y excitación. Le encanta tratarte como un juguete y sabe que lo disfrutás tanto como él, sobre todo cuando te toma por sorpresa.
-Sos una putita, ¿no? Mirá como estás- y remarca sus palabras con una estocada que te hace temblar violentamente-. ¿Querés que te llene toda?
Tragás saliva –sin saber cuánta es suya- para contestar pero todo lo que sale de tu boca son patéticos sonidos sin sentido. Sonríe satisfecho y vuelve a escupirte, esta vez asegurándose de manchar aún más tu rostro para ver su saliva deslizándose por tu piel junto con tus lágrimas.
Te libera de manera brusca y tu rostro impacta con el colchón, las sábanas oscureciéndose cuando entran en contacto con los fluidos en tu rostro y arrugándose aún más cuando te aferrás a ellas con una mano acalambrada. Tu otra mano se entrelaza con la suya y lo guiás hacia tu abdomen bajo, ignorando cómo los músculos de su abdomen se tensan con tu acción.
-Ahí- suplicás entre gemidos-. Adentro.
Enzo sólo quiere obedecerte y unos minutos más tarde cumple tus deseos: su semen caliente salpica tu interior y mancha tus paredes de blanco mientras el palpitar de tu miembro te lleva a otro orgasmo, menos intenso pero más duradero. Tus músculos se aferran a él y lo mantienen dentro tuyo hasta que la última gota de su liberación te llena.
Su boca roza tu frente y tu mejilla antes de besar la comisura de tus labios.
-Te amo.
-Te amo.
Intenta peinarte y cuando fracasa se limita a masajear tu cuerpo cabelludo con la yema de sus dedos. Evita alejarse de tu cuerpo, consciente de lo mucho que ambos necesitan la cercanía en un momento como este, y sonríe cuando tus dedos vuelven a entrelazarse con los suyos.
-¿Querés ir al baño?
-No- negás rápidamente y besa tu mejilla para calmarte-. ¿Podemos estar así un rato?
-Obvio.
Admira tu perfil y tus párpados cayendo sobre tus ojos vidriosos.
-¿Sabes qué vamos a hacer mañana?
-¿Qué?
-Nos vamos a levantar bien temprano y vamos a ir a desayunar al lugar de siempre, ¿querés?- propone-. Después podemos ir a pasear un rato al mercado de artesanos… y elegís una taza nueva.
Soltás una risa encantadora y asentís.
El título y la historia están inspirados en esta canción de Spinetta. Tiene muchas interpretaciones pero en mi opinión es una muy buena metáfora sobre el cambio constante que atraviesan las personas y por ende también las relaciones :)
taglist: @madame-fear @creative-heart @llorented @recaltiente @delusionalgirlplace @chiquititamia @lastflowrr ♡
256 notes · View notes
oxigeno-o2 · 1 year ago
Text
"Me encantan las personas que pueden dejar de lado su orgullo, disculparse y cambiar su comportamiento. La conciencia y la inteligencia emocional son cosas muy valiosas en los seres humanos".
181 notes · View notes
dariann-garcia · 6 months ago
Text
No hay razón para disculparse por ser uno mismo; lo que pesa son los momentos en los que nos convertimos en alguien más.
54 notes · View notes
zxiyuu · 3 months ago
Text
Tumblr media
"El servicio que no estoy dando" Sentenció, a sabiendas que no existiría reclamo de vuelta al percatarse de quién se trataba. Sus hombros se alzaron en respuesta, mostrándose más relajada por la interrupción familiar, aquello le permitió bajar la guardia por unos segundos, aunque no del todo. "No" Ausencia de vergüenza en su voz, admite sin mucho reparo que simplemente no quería estar en esa posición "Mi turno termina en poco más de media hora, pero decidí cerrar antes" Sonrisa cínica apareció en sus labios, y vuelve a negar retomando expresión neutral "Prefiero un té, la cafeína no me viene bien en estos momentos. ¿Y tú? ¿Has terminado tu turno en los juegos?"
Tumblr media
"hm, no hay letrero que lo indique. ¿qué clase de servicio es este?" farfulla imitando el tono ajeno mientras detiene sus pasos y observa la mesa, fingiéndose un cliente agraviado por la falta de tacto ajeno aunque, en realidad, no podía importarle menos. "¿estás en tu descanso?" pregunta entonces, dejando de lado cualquier nota de sorna y falsa molestia abandone su tono usual al tiempo que hunde las manos en los bolsillos de su blazer. "¿quieres un café?"
74 notes · View notes
dudd-ie · 8 months ago
Text
Tumblr media
Cuando la situación se torno peligrosa,nega ,el "jiang shi" decide alejarse de su joven maestra y sacrificarse para darle una oportunidad de escapar del ejército del maldito emperador mogeko.
Sin embargo,tras contarle su plan a su protegido humano,ella se niega entre lágrimas a dejarlo ir.
Atónito,el vampiro-zombie se ve paralizado por una aterradora sensación de Déjà vu que pone en alerta máxima todos sus sentidos.
Sus colmillos comienzan a doler a la par que sus garras crecen sobre sus helados dedos.
Incluso el sello sobre su cabeza se siente pesado,como si tratara de suprimir el flujo de energía que comenzó emitir su alma.
-"n-no...no vayas.."- susurra la joven maestra contra la tela de su ropa,y él casi puede sentir sus uñas clavarse contra su abdomen mientras se aferra con desespero.
El palpitar sobre su pecho se vuelve tan errático que siente su cuerpo retumbar con cada doloroso latido.
"¿Latido?"
Para un zombie con tanta antiguedad como él tal cosa debería ser imposible,
Algo de todo aquello debia estar siendo producido por su propia alma.
Sin embargo aquella conclusión tenia menos sentido para él.
¿Por que su alma estaria reaccionando de esa forma a esa humana?
Las dudas se acumulan en su lengua a la par que su cabeza duele como si fuera a partirse por la mitad.
Yonaka al notar su estado rígido,levanta su rostro para encontrar su mirada con la de él
-"¿e-eh?...¿jiang shi-sama?"-
-("¿sr.mogeko defectuoso?")-
cuestiona ella de forma llorosa,pero el contenido de su pregunta es confuso para el vampiro,ya que él juraría haber escuchado la voz de su humana llamarlo de otra forma al mismo tiempo.
"¿m..mogeko defectuoso?"  Se repite él internamente,encontrando aquel título confuso pero familiar en alguna parte de su mente.
Entonces el dolor de cabeza empeora,y el sello parece ejercer una mayor presión que casi lo pone de rodillas.
El sudor se acumula sobre su piel pálida mientras su visión se vuelve borrosa.
Siente su pecho apretarse,como si algo desde su interior  tirará con insistencia su alma para retenerla en su cuerpo.
De fondo logra escuchar la voz femenina de su humana compañera pedir por él con insistencia.
Nega dirige sus ojos hacia ella con dificultad,como para calmarla.
Su confusión no hace más que crecer cuando al enfocar su mirada en yonaka,él consigue apreciar la tenue imagen sobrepuesta de una chica bastante similar a ella.
Su vestimenta era extraña,en vez del Qipao rojo con bordes dorados ella  parecia llevar una especie de uniforme exótico que nega no reconoció al instante.
El rostro y las faciones eran identicas,sin embargo su peinado era distinto,pues su cabello oscuro era separado por dos largas trenzas que caian sobre su espalda.
"¿señorita?"
Debido a lo borroso de su visión no pudo examinar con mas detalle la extraña aparición.
Pero algo para él estuvo muy  claro.
Ella estaba llorando mientras rogaba para que no la dejara.
Justo como ahora...
Depronto sintio un calido toque sobre su mejilla,el zombie parpadeo lentamente mientras sentia como su malestar comenzaba a calmarse ante la suave caricia de la humana.
Era como si saliera de una especie de transe,ya que incluso él rostro de su actual yonaka pudo verse con mas nitidez.
Sus ojos temerosos y llenos de preocupacion lo acogieron con tanto afecto que casi hicieron que su mente quedara en blanco.
Como si no hubieran más preocupaciones.
Como si solo existiera ella.
En el silencio compartido,yonaka se percato de que aun seguia con su mano sobre la mejilla de su sobrenatural aliado apesar de haber cumplido con su proposito de calmarlo-"l-lo siento,no quise-"-trato de disculparse entre nerviosos tartamudeos,sin embargo fue interrumpida por el jiang shi,quien empujo su rostro contra la palma de la joven humana, Acción que hizo que ella se congelará rigidamente en esa posición mientras su rostro adquiría una tonalidad rojiza.
Él cerró los ojos,disfrutando brevemente de esa energia cálida que transmitia la mano de la pequeña mortal que lo libero de su prisión.
No podía dejarla sola.
Algo dentro suyo se nego rotundamente,como si intuyera que esa desicion los destruiría a ambos.
No podía dejarla sola de nuevo.
"¿De nuevo? " se cuestiono el zombie en su interior,antes de abrír sus ojos para mirar a la humana bajo su protección.
*ba-dum...ba-dum*
Otra vez sintió ese extraño latido desde el interior de su pecho.
Quizás...estaba vinculado a esa chica de una forma más profunda de lo que imagino...
.
.
.
Fin.
95 notes · View notes
jcdione · 4 months ago
Text
Siempre he esperado que se tome el tiempo de disculparse por romperme de todas las maneras posibles, pero, ¿y si también soy yo quien le debe una disculpa?
Una disculpa por todas esas veces en que quiso irse, y por mi egoísmo la obligué a quedarse.
Disculpas porque, de mil maneras, me demostró que yo no era su persona, pero aun así la forcé a tenerme siempre ahí, a su lado.
Quizá también le debo una disculpa por ser más de lo que ella siempre quiso: por estar más presente de lo que necesitaba, por intentar cuidarla mientras ella solo buscaba alejarse.
Puede que yo también le deba una disculpa, por amarla más de lo que me amé a mí misma; por entregarle mi corazón, aunque nunca lo pidió.
Le debo disculpas por ser "demasiado", como siempre me lo dijo.
— Dione.
50 notes · View notes
poeticpsychoo · 3 months ago
Text
El amor que alguna vez nos gozó
Perdón por molestarte, una parte de mi solo quiso disculparse y enmendarse, aquellas emociones me inundaron y está vez no pude abstenerme de ir corriendo a buscarte, una parte de mi solo quiso despedirse, confirmar lo que ya sabía pero una parte de mi no quería aceptarlo, era inevitable.
Irremediable situación parecía un buen acto muy elaborado, desgarrado el actor voltea al piso ahogado, maldito destino y lo que me hizo, tendría que soportar todo el dolor por un buen resto de camino.
Que ironía del destino, cumplir los sueños que algún día nos prometimos. Vaya mofa del destino, cuando los cumplimos y tú ya no estabas conmigo.
Prometo no volver a molestarte y este escrito lo dejo público para que te lo lleves a marte o a cualquier parte ya que todas las otras demás partes las guardaré con las que ya no me permití entregarte.
Perdón si he vuelto a buscarte, simplemente me entró el miedo de ya no volver a mirarte antes de irme de todos los lugares en dónde jure amarte.
-Rodolfo Rojo.
21 notes · View notes
lemecdlucas · 9 months ago
Text
          🌾 ❛❛👹🤵🏻‍♂️🗡️🕶️Crowley solo lo estaba molestando. Claro que estaba bien ejecutada, si es que había una correcta ejecución.—No lo sé, yo soy la parte ofendida y se me hace que le falto sentimiento, de cualquier forma ya te perdoné —Se encogió de hombros, guardando la sonrisa. Al menos se había disculpado después de pedírselo ¿Eso contaba como disculpa? Bueno, algo era algo. De eso a no ver a Aziraphale, podía aceptar esto como un comienzo. —Pues parecen entenderse muy bien, entre similares se llevan—Susurro como si fuese un secreto desconocido para Azira. Pero, tenía razón no podían juntarse o eso terminaría incluso peor de lo que hicieron individualmente. Con lo siguiente el demonio se hizo el desentendido.—¡Nah! Para nada. Solo por fuera y desde la acera contraria—Mintió había estado ahí un par de veces o más de las necesarias cuando se dio cuenta que el ángel no se paraba en ese sitio ¿también se había desprendido de este sitio? Suponía que esa era la clara prueba que nadie ni nada podia se más importante para Aziraphale que el cielo. —¿Te importa realmente saber como está? Descuida he limpiado el polvo y algunos ejemplares se han vendido muy bien—Jugo con ello para tentar a Aziraphale, quería probarlo y saber que tan desprendido podía ser. Crowley rió por la incredulidad de Aziraphale—¿En verdad crees que no lo han notado? ¿Has pensado incluso que podrían haberte "permitido" que los hurtaras?—Expuso enarcando una ceja y los hombros.—En fin, guardalos bien, que no se nos pierdan—Replicó. En seguida rolo los ojos al escucharlo y el auto sonó la bocina tan fuerte qué Crowley se llevó las manos a los oidos—Bien hecho Aziraphale, ¿"el auto" ? ¿ En serio?—Se quejó y alzó la voz un poco para hacerse escuchar sobre el sonido del claxon, después se detuvo. Crowley escucho al ángel y sintió una clase de felicidad cuando escucho que hablaba en plural, como si se los estuviera diciendo a ambos. La verdad se ablando. En eso el Bentley bajo los seguros de las puertas.—Vaya quien lo diría fuiste más sensible con "el auto"—Reclamo fingiendo sorpresa mientras subía al mismo. —Creí que tendrías más fuerza de voluntad—Replicó para su auto, pensando que Aziraphale lo había convencido demasiado fácil.
Tumblr media Tumblr media
👼💙🌠. —Eso no es posible, está perfectamente ejecutada —aclaró, haciendo cada paso en la ejecución correcta según la técnica. La recordaba bien. Desafortunadamente, no era la primera vez que la hacía—. Gracias, Crowley —dijo sinceramente. Al menos había logrado disculparse (un poco). Pero sabía que esa no era la verdadera disculpa. Sin embargo, a pesar de ser tan correcto, no sabía cómo decirle que deseaba su perdón por haberlo dejarlo. Se perdió en ello por segundos hasta escuchar lo que sabía el contrario—. ¿Qué dices? ¡No puede ser! Ellos no pueden juntarse o... —O en definitiva acabarían con la humanidad, y no sólo porque no pertenecían a este tiempo, sino por lo ocurrido en su historia—. ¿Eso quiere decir que la has visitado? ¿Está bien? —Sus libros fueron una gran compañía, los cuidó hasta que tuvo que irse. Sin embargo, esperaba que los cuidarán de la manera adecuada—. Ellos no tienen porque enterarse... Yo los devolveré a tiempo y no se darán cuenta —repuso, bajando la mirada y jugando con sus dedos. A pesar de sus acciones, admitía que robar esos documentos le había parecido excitante, como volver a estar con Crowley y hacer de todo para obtener lo que necesitaban—. Aquí los tengo —señaló, mas no los sacó, no quería que nadie los viera—. P-pero, ¿cómo puedo convencer a un auto.. A el auto? —Preguntó, extrañado—. Ookey, veamos. Se acercó al Bentley, para susurrar—. Yo... Eh, en verdad lamento haberlos dejado. Los extrañe... Pero ya estoy aquí. ¿Puedes perdonarme? —Pidió.
30 notes · View notes
vieuxlet · 5 months ago
Text
Qué patético que mi yo de dieciséis, esa mocosa insufrible que se creía todo, supiera mejor que yo cómo vivir sin disculparse.
22 notes · View notes
alicecatfan2007-owlfallsau · 7 months ago
Text
Tumblr media
Inktober Challenge Day 2 - darkness | Día 2 - oscuridad
Tumblr media
IN ENGLISH
After seeing his brother, Stan couldn't feel worse, of course, he could finally apologize, but now he felt like he had lost any reason to return to the human world, besides wanting to meet Dipper and Mabel, as well as bring Luz home
Although he had goals that he still had to complete, he couldn't help but feel his heart breaking after all the things Ford told him
He couldn't hate his brother, he had thought that he would look for him in some way, even if that wasn't the case, he wouldn't have cared as long as he knew that at least he was okay, that was all he needed to know, because thanks to that certainty, he could die in peace...
Even so, he couldn't die yet, not with promises to keep
It doesn't matter if the world is now blue and gray, he had to stay standing, those children depended on him, and he wasn't going to let them down...
Although the darkness would never stop trying to consume him...
...
Your little brother never tells you, but he loves you so
You said your mother only smiled on her TV show
You're only happy when your sorry head is filled with dope
I hope you make it to the day you're 28 years old
You're dripping like a saturated sunrise
You're spilling like an overflowing sink
You're ripped at every edge but you're a masterpiece
And now you're tearing through the pages and the ink…
Everything is blue
His pills, his hands, his jeans
And now I'm covered in the colors pulled apart at the seams
And it's blue, And it's blue
Everything is grey
His hair, his smoke, his dreams
And now he's so devoid of color, He don't know what it means
And he's blue, And he's blue
You were a vision in the morning When the light came through
I know I've only felt religion when I've lied with you
You said you'll never be forgiven 'til your boys are too
And I'm still waking every morning but it's not with you
You're dripping like a saturated sunrise
You're spilling like an overflowing sink
You're ripped at every edge but you're a masterpiece
And now you're tearing through the pages and the ink…
Everything is blue
His pills, his hands, his jeans
And now I'm covered in the colors pulled apart at the seams
And it's blue, And it's blue
Everything is grey
His hair, his smoke, his dreams
And now he's so devoid of color, He don't know what it means
And he's blue, And he's blue
You were red… and you liked me 'cause I was blue…
But you touched me and suddenly I was a lilac sky…
And you decided purple… just wasn't for you
Everything is blue
His pills, his hands, his jeans
And now I'm covered in the colors pulled apart at the seams
And it's blue, And it's blue
Everything is grey
His hair, his smoke, his dreams
And now he's so devoid of color, He don't know what it means
And he's blue, And he's blue
Everything is blue
Everything is blue
Everything is blue
Everything is blue
EN ESPAÑOL
Después de ver a su hermano, Stan no se pudo sentir peor, claro, por fin pudo disculparse, Pero ahora sentía que había perdido alguna razón para regresar al mundo humano, además claro de querer conocer a Dipper y Mabel, así como llevar a Luz a casa
Aunque tenía objetivos que aún debía completar, no pudo evitar sentir como su corazón se rompía después de todas las cosas que Ford le dijo
No podía odiar a su hermano, había pensado que el lo buscaría de alguna forma, incluso si no fue ese el caso, no le habría importado con tal de saber que al menos estaba bien, eso era todo lo que necesitaba saber, porque gracias a esa certeza, podría morir en paz…
Aún asi, no podía morir todavía, no con promesas que cumplir
No importa si el mundo ahora es de colores azules y grises, tenía que mantenerse en pie, esos niños dependían de él, y no los iba a decepcionar ...
Aunque la oscuridad jamás dejaría de intentar consumirlo...
...
Tu hermano nunca te lo ha dicho, por ti siente amor
Luego tu madre actúa falsa al ver televisión
Eres feliz cuando te ahogas en drogadicción
Realmente espero que vivas lo suficiente, amor
Empapado como un húmedo amanecer
Como una batería en agua se siente
Aunque hecho trizas, él una obra maestra es
A otro nivel sentir más que tinta y papel
Todo es azul
sus jeans, pastillas y
Sus manos me cubren de colores, que me matan sin fin
Ese azul, ese azul
Luego todo es gris
su pelo y humo vi
Que le faltaban los colores que me hacían morir
Él es azul, él es azul
Maravillosa luz que entraba y se posaba en ti
Yo conocí la fe contigo, empecé a vivir
Decías que nunca serías perdonado y
No necesitas del perdón si te quedas aquí
Empapado como un húmedo amanecer
Como una batería en agua se siente
Aunque hecho trizas, él una obra maestra es
A otro nivel sentir más que tinta y papel
Todo es azul
sus jeans, pastillas y
Sus manos me cubren de colores, que me matan sin fin
Ese azul, ese azul
Luego todo es gris
su pelo y humo vi
Que le faltaban los colores que me hacían morir
Él es azul, él es azul
Eras rojo… yo azul y te gustaba que fuera así…
Me tocaste y como un extraño atardecer lila me volví…
Luego decidiste que ese color no era para ti…
Todo es azul
sus jeans, pastillas y
Sus manos me cubren de colores, que me matan sin fin
Ese azul, ese azul
Luego todo es gris
su pelo y humo vi
Que le faltaban los colores que me hacían morir
Él es azul, él es azul
Todo es azul
Todo es azul
Todo es azul
Todo es azul
Tumblr media
24 notes · View notes
abc-ds-things · 2 months ago
Text
Me inspiraron para ya no pedir disculpas de cómo existo" 🪻
Sentía culpa de ser así, me disculpaba de cualquiera cosa que creyera qué era mi error.
Me acostumbre a pedir perdón en cada ocasión que terminé creyendo que todo se debía a mi.
Me equivoque, una y otra y otra vez pero por fin aprendí que no todo tiene que ser error mio. Y que quien te ama no te hace creer eso.
Me jodi de varias maneras emocional física y mentalmente.
Pero no vale la pena seguir haciendolo
Me amo tal y cual soy, y merezco que se disculpen conmigo por hacerme creer que yo era el error. Que yo era la causa de los problemas. Que yo era la que debía disculparse.
12 notes · View notes