Tumgik
#es un pijazo igual
victorian-platence · 1 year
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Estaba en el subte ayer y vi una nena chiquita. Iba de la mano del papá, tenía una puffer rosa metalizada, pantalones de pijama y un tutú y se estaba riendo. Esa nena, que no me vio y no me notó y no va a tener otra aparición en mí vida que ese pequeño reflejo que me hizo cliquear que yo soy grande ya. Que soy grande y me toca defender a ese tipo de nenas chiquitas a mí. No soy aaaa la gran mayor, no conozco lo que es vivir en dictadura, y yo era una beba recién nacida en el 2001, pero yo ya sé lo que es tener miedo.
Yo sé lo que es tener miedo de ir de la mano con una piba, me enteré de ese miedo como a los catorce años, y si bien, generalmente buldozeo a base de impusividad más allá de ese miedo, alguna vez tuve miedo de que mi abuela se agarre un infarto cuando una amiga mía me robó un beso en su pieza y me di cuenta de que me gustaba que me robe besos ella. Y la verdad que fuera de un par de burlas, y los malos tratos generales de una familia abusiva y normativa, pasé varios años sin volver a sentir ese miedo particular, en parte porque estuve en una relación muy larga con un hombre y en parte porque me rodeé de un círculo de amigos queer en el que medio me olvidé que existía la homofobia más que como una ridiculez mental que pasa lejos, muy lejos de mí.
Desde el domingo tengo miedo de vuelta. Escucho a mis hermanos preguntarme por qué me preocupo tanto, qué es tan malo que gane Milei. Escucho a mí abuela decir que no lo votó nomás porque ya se habían agotado sus boletas cuando llegó. Mí abuela, mí abuela que es dulce, que me dice mamita y que me ama con locura, mí abuela que me compró ropa para mí primera marcha del orgullo fuera del clóset porque quería demostrarme que me quería igual, aunque le costara tener una nieta bisexual, tan proclive a traer a casa a un pibe como a una piba. Mí abuela quería votar a Milei. Escucho a mí mamá decirme zurda de mierda, vos seguro votaste a Massa. Yo, que vengo votando al FIT desde que puedo votar, en general, me río nomás. Pero mientras escuchaba el conteo de votos se me hundía el estómago, pensaba dioses míos, ¡qué miedo! Mí familia festejaba que por fin iban a sacar a estos 'zurdos de mierda' se reían de mí angustia, como si fuera un chiste, sin dimensionar que la dolarización es imposible sin matarnos de hambre a nosotros también, sin dimensionar que mamá, vos sos trabajadora del estado, sos profesora de escuela pública, sin dimensionar que dónde se aplican los vouchers efectivamente se privatiza la educación, sin dimensionar lo que un hombre que utiliza datos con la honestidad intelectual de un zapato mojado puede hacerle a nuestro país (por tirar un ejemplo, el famoso asunto de estar a favor de la venta de órganos: 350.000 personas mueren al año y no usamos sus órganos, habría que venderlos!!! Olvidándose que de toda esa gente que se muere son rescatables una fracción nada más, y la propuesta en sí es una especie de movida edgy, de shock, para mostrar lo sólido que es en su convicción y para testear la nula capacidad de pensamiento crítico de sus seguidores).
El miedo no se termina en mí casa. El día siguiente en el tren, cuando voy a la facultad, escucho a la gente está diciendo se van a ir. En el tren Roca. A las nueve de la mañana. Gente laburante, probablemente otros estudiantes como yo, que van a una pública. Y discuten en voz alta que al fin alguien va a hacer algo. En mí cabeza estoy pensando, yo conozco a otro pueblo unido por el odio que tomó las palabras de un hombre que se proclamaba el nuevo Mesías de su gente. En mí cabeza pensaba, es peligrosa está falacia mesiánica. En mí cabeza pensaba, estoy en peligro, toda esta gente está más que dispuesta a tomarme, en toda mí expresión (bisexual, autista, medio discapacitada, medio ciega, estudiante de universidad pública, no binaria) y tabularme como un gasto descartable. En mí cabeza pensaba esta gente no sabe dónde se está metiendo. Llegué a la facultad helada y asustada y el patio de Puan estaba vacío. No había un alma y cuando empezaron a llegar las personas, casi una hora más tarde, había murmullo, ponele, un murmullo bastante triste. Si no fuera por el ruido le diría un murmullo mudo.
Pienso en esa nena hoy de nuevo, yendo a la facu y todas las nenas de su edad que hoy se ríen y van de la manos de sus papás y no conocen lo que es el miedo como ya lo estoy conociendo yo. Pienso, Dios, déjame cuidarlas. Medio me sacó un poco del pozo de la infinita desesperanza en el que estoy metida desde el domingo a la noche.
Ayer unos profesores hicieron un espacio para hablar un toque de lo que está pasando y del fenómeno Milei. Recomendaron un par de libros interesantes, yo estoy leyendo el primero "¿La rebeldía se volvió de derecha?" De Pablo Stefanoni, no es difícil de encontrar el PDF pero si alguien lo quiere leer escríbanme y se los paso, está muy bueno para entender por qué están triunfando estos movimientos de ultraderecha.
Tuvimos el momento de pánico de dimensionar que si gana un energúmeno así, este podría ser uno de los últimos años de educación pública que nos quedan, tuvimos el momento de tener un profesor que toma la palabra y dice que cuando fue a votar se cruzó con un Falcon Verde estacionado con una escarapela. Sí, es una banda. Un poco no le quiero creer, por puro optimismo, supongo.
Pero algo que me terminó de estabilizar bastante fue una profesora que tomó la palabra y dijo: chicos acuérdense que si bien nosotros fuimos perseguidos historicamente la mayor parte de los desaparecidos fueron obreros, la histeria respecto a la pérdida de nuestros privilegios para estudiar o para enseñar o vivir nuestra vida como la conocemos es comprensible pero no conduce a nada, desde una perspectiva puramente estratégica, no nos sirve movilizarnos desde ahí.
Porque sí, obvio, me asusta perder la capacidad de estudiar, de dedicarme a lo que amo, de investigar alguna vez los fenómenos literarios que me interesan pero no es el punto, no? No es el fin del mundo. No soy la única que la va a pasar canuta. No somos nosotros los intelectualoides de izquierda los más afectados, somos una demográfica más y hay que pensar un toque más sobre cómo hacerle dimensionar a las otras personas que van a sufrir con nosotros e incluso más que nosotros si dejamos que un tipo como Milei ascienda a la presidencia.
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putosbreves · 5 years
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Expurgada para siempre por sucia del gueto de locas que durante el menemismo ganó dinerales decorándole y ambientándole la vida a cuanto idiota con plata anduviera cerca, hoy es gato bien digamos. Se lo coge por regalos un importante médico que, junto con dos o tres iluminados más, pusieron la primera clínica de diagnóstico por imagen y no laburaron más en su vida. Pero ése es otro tema y la expurgada en cuestión se llama igual que el jugador de fútbol calvo y jetón. Mirado a la distancia hay un parecido con #JuanSebastiánVerón que tuvo un apodo espantoso derivado de lo que podría considerarse un grado de seguridad, una determinación fiel, un intento. La fidelidad es algo así como una especie de cumplimiento derivado de cierto mandato, a veces personal a veces ajeno donde la culpa es una prima fea que se hace la amiga. Pero no, y si algo tuvo Verón a la hora de hacer lo que hizo y obtener así después el peor apodo del boliche fue, sin dudas, un acto de fidelidad al momento ganado, a la impronta real de una imaginación que no cedió terreno ante el desparramo del guión. Un decir. Hay que tener en cuenta, también, su expurgación del gueto y los comentarios que decían que Verón fue, en ese momento, un puto desmedido y sucio que nada le importaba de nadie y que, literalmente, se cagó en todos. Esta es una zona oscura, advierto. Pero necesaria si se la considera como una forma, correcta y hábil, por no dejar al descubierto lo acabado de la imaginación. Hay que tener mucho cuidado con la imaginación de uno y del otro, sobre todo cuando se trata de rugbiers obsesionados siempre con los agujeros. Redención para Verón, entonces, a quien se le hacía agua el culo por ellos, y que tenía cierto poder de convencimiento sobre cierta estirpe de rugbiers, no putos pero sí ventajeros, cumplidores pero no excluyentes. A éstos, #Verón se los llevaba a la cama siempre demasiado en pedo los rugbiers como para montárselo y estrujarle a pijazos el cuerpo y el ojete contra una pared, digamos. Entonces Verón los acostaba boca arriba y cabalgaba como ida, como cumpliendo fantasías de la única manera que la realidad se lo permitía: emborrachando y empepando de #Sildenafil a rugbiers brutos y carnosos, quienes apenas se daban cuenta de la situación, la extrañeza táctil del cuerpo que se deja pero no se entrega, el escozor los invadía, gozando la pasividad de ser sólo, por decir, un palo sensible, otro tipo de fidelidad. Con uno se le fue la mano, el culo más bien se le fue a Verón y le cagó toda verga de un envión. El rugbier en cuestión, entre dormido y acabado, jamás supo que Verón, apodada La Caquera desde entonces, le hizo una última mamada, limpiando para siempre la cuestión y reparando un error. El error es la fidelidad perpleja.
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lohagoxelvicio · 6 years
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Paraisoguay
No entiendo mi existencia. Me escabullo del cuarto para prender la pc y teclear d e s p a c i o para no hacer tanto quilombo. Ella duerme. Yo no duermo. Me urge la necesidad de verme como una teenager frente a la pc y buscar no sé qué en la internet. 
Me siento y primero escribo en el navegador: ‘tinder’, dudo en si hacerme un perfil. No vale la pena. (este teclado es muy ruidoso). Quiero tener cautela, no sé. Aun no hice nada, nada bueno ni malo. 
Googleo “chat”. puf, retrocedí nueve años o más. Las salas de chat siempre son bizarras.pero este teclado hace mucho ruido en medio de esta madrugada, no da chatear, menos con cuarentones bizarros o locos. qué se yo. No sé qué busco igual.
Hace dos noches vengo teniendo sueños raros, locos, zarpados, en el primero amanecí mojada. estabamos en Paraguay, andabamos en una 4x4 vieja recorriendo un barrio tipo monte y medio montañoso. ya sé que paraguay no tiene montaña, por eso remarco que fue alto raro sueño. 
Mientras recorriamos, vemos coger a una pareja entre la naturaleza, al costado del camino de tierra, entre yuyos. una pija paraguaya cogía a una paisana con linda cola y trenzas largas. Me quedé con esa imagen. 
acto seguido, que pin que pan, una fila de chabones me coge, el escenario era en una especie de almacen-bar, en el fondo. Recibo un pijazo de cada uno y yo ahí parada, como haciendo un tramite. 
Anoche soñé con Carla Peterson, hasta su apellido me calienta. Mi novia y yo vemos la novela. Confieso que es una famosa a la que me gustaria entrarle, pero despues recuerdo que está con el gil de ‘Lustó’ y me la seca un poco.
Bue, cuestion que en mi sueño loco-flashero ella era urguaya, mi novia y yo parabamos en su casa por esta app Airbnb, a las dos nos cachondeaba nuestra anfitriona y queriamos que salga trio, pero la mina nunca estaba, cuando estaba era un amor, nos trataba re bien, pero tenia un chongo. El ultimo dia nos ibamos tristes por no poder concretar nada. vivia frente al mar y se ponia cremas, bastante. Despues me desperté.
A veces quiero sentirme de 24 años, a veces de 20, a veces anhelo curtirme una flaca de 38, una sociologa, una mina que de paki bicuriosa, porque el nuevo paradigma las torteó un poquito a todas. ninguna wacha puede resistirse a otra wacha. y está re bien. A mi me costaba horrores encarar y cuando lo lograba ya llamaba al camion de mudanza. Igual, siempre fantasee la maldita monogamia, la cucharita entre dos, los baños de a dos, todo eso. Pero tengo a veces tanta ansiedad de vivirlo todo, ¿será que me pierdo algo importante? ¿o todo es la misma mierda? si al fin y al cabo todo termina, de cierta manera, opacando las expectativas. 
El ser humane, animal dificil de conformar, facil de atrapar. siempre querés más. ¿pero qué querés?
A veces, a estas altas horas cuando ella duerme a horario, como debe ser, y yo pululo en mi cerebro con ideas y recuerdos, me pregunto ¿a donde voy a llegar? qué quiero? tanta ansiedad me tienta con la idea de acabar, acabar y acabar. una paja enorme que me haga estallar, arder, transpirar, largar por los poros todo lo que pienso. 
Quiero acabar y dejar de pensar.
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bakashinji22 · 6 years
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es un pijazo porque sé que estás, pero igual duele
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jseara · 7 years
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Igual el campeonato es de ustedes chicos. Este fue un partido de mierda. Uno más. Pero que lindo pijazo
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putosbreves · 5 years
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Siempre dependiendo del resultado que produzca, esta acción puede ser considerada como imprudente, como carente de ese, por decir, poder que hay adentro de todos y que permitiría, en el caso de tenerlo, obrar en forma correcta. La virtud de lo correcto es una provisión para una humanidad provisoria, como el público de teatro. Por eso #Adrián hizo lo que hizo aquella vez y por eso después, apenas quince minutos después, casi relajado y caminando imprudente como lo habrá sido, digamos, #JudyGarland, millonaria, borracha, actriz de fábrica y perdida en sí misma, casi igual Adrián, pero pobre, puto y pasivo hasta el hartazgo, decía, volviendo de hacer lo que hizo, sintió que la manga de farsantes que, se dijo, construía esa cosa en la que todos vivimos se contaminaba de algo liviano, pero intenso, como el capricho de una temprana educación audiovisual, como un tema lento de #ABBA. Esto lo sintió después del #chongo que era no policía, sino agente de tránsito de los comúnmente llamados “zorros grises”. Un asco de persona encerrado en un cuerpo acorde y encajable a la mitología de todos los putos como Adrián, posible de ser chupado, digamos. Chupado es referido al sexo oral y no a esa acepción con la que se denomina, por ejemplo, a todos los que alguna vez, en Argentina, entre 1974 y 1982, fueron chupados, desaparecidos, torturados, muertos y después desparramados por ahí, y por el que sus madres, locas de emoción y resentimiento quizás, con la razón de lo propio, de lo que es de cada uno y no de otro digamos, auguraron y pugnaron por su reaparición y que hoy, idas, no saben qué hacer con la carga de tanto destino sordo y vacío. El destino vacío es otro tema y el chongo zorro, casualmente nieto recuperado número 47, mantenía el orden del tránsito vehicular a tres cuadras de la casa donde, por entonces, vivía Adrián. El chongo lo miraba todos los días cuando Adrián pasaba rumbo a la facultad. No era alto y no llegaba a los treinta años, el chongo digo, fornido por el uniforme y vaya a saber uno por qué este chongo lo miraba a Adrián pasar, lo seguía con la vista y se tocaba las partes de su cuerpo donde estaba el anzuelo para putos. Ahí nomás, con la mano derecha, siempre, oscilaba un pequeño masajeo, casi imperceptible para el ojo común, el ojo poco entrenado en, casi, dos mil años de represión. Pero al masajeo peneano personal, el zorro, además de la mirada certera, le sumaba la emisión de unas palabras mudas dirigidas a Adrián que éste, después de varias semanas de repetirse el momento, pudo descifrar. Te mataría a pijazos, puto del orto, le decía el chongo y continuaba unos segundos más el masajeo inferior. Esto duró casi dos meses hasta que un día, porque sí digamos, porque la indescifrable afrenta de la reparación histórica se hizo carne y Adrián le hizo un gesto de por decir acompañamiento, el chongo aceptó en silencio. Siempre aceptan los chongos tarde o temprano y éste no fue la excepción. Lo siguió hasta el baño público del segundo piso del #PalaceGarden, el centro de compras a dos cuadras, donde, irrefrenable, Adrián se la chupó al zorro hasta morderlo, desgarrarlo de un tirón y salir corriendo para no verlo nunca más, ni pasar por donde el chongo que, aún hoy, sigue ordenando el tránsito.
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putosbreves · 4 years
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Expurgada para siempre por sucia del gueto de locas que durante el menemismo ganó dinerales decorándole y ambientándole la vida a cuanto idiota con plata anduviera cerca, hoy es gato bien digamos. Se lo coge por regalos un importante médico que, junto con dos o tres iluminados más, pusieron la primera clínica de diagnóstico por imagen y no laburaron más en su vida. Pero ése es otro tema y la expurgada en cuestión se llama igual que el jugador de fútbol calvo y jetón. Mirado a la distancia hay un parecido con Juan Sebastián Verón que tuvo un apodo espantoso derivado de lo que podría considerarse un grado de seguridad, una determinación fiel, un intento. La fidelidad es algo así como una especie de cumplimiento derivado de cierto mandato, a veces personal a veces ajeno donde la culpa es una prima fea que se hace la amiga. Pero no, y si algo tuvo Verón a la hora de hacer lo que hizo y obtener así después el peor apodo del boliche fue, sin dudas, un acto de fidelidad al momento ganado, a la impronta real de una imaginación que no cedió terreno ante el desparramo del guión. Un decir. Hay que tener en cuenta, también, su expurgación del gueto y los comentarios que decían que Verón fue, en ese momento, un puto desmedido y sucio que nada le importaba de nadie y que, literalmente, se cagó en todos. Esta es una zona oscura, advierto. Pero necesaria si se la considera como una forma, correcta y hábil, por no dejar al descubierto lo acabado de la imaginación. Hay que tener mucho cuidado con la imaginación de uno y del otro, sobre todo cuando se trata de rugbiers obsesionados siempre con los agujeros. Redención para Verón, entonces, a quien se le hacía agua el culo por ellos, y que tenía cierto poder de convencimiento sobre cierta estirpe de rugbiers no putos pero sí ventajeros, cumplidores pero no excluyentes. A éstos, Verón se los llevaba a la cama siempre demasiado en pedo los rugbiers como para montárselo y estrujarle a pijazos el cuerpo y el ojete contra una pared, digamos. Entonces Verón los acostaba boca arriba y cabalgaba como ida, como cumpliendo fantasías de la única manera que la realidad se lo permitía: Emborrachando y empepando de Sildenafil a rugbiers brutos y carnosos, quienes apenas se daban cuenta de la situación, la extrañeza táctil del cuerpo que se deja pero no se entrega, el escozor los invadía, gozando la pasividad de ser sólo, por decir, un palo sensible, otro tipo de fidelidad. Con uno se le fue la mano, el culo más bien se le fue a Verón y le cagó toda la verga de un sólo envión, el primero. El rugbier en cuestión, entre dormido y acabado, jamás supo que Verón, apodada “La Caquera” desde entonces, le hizo una última mamada, limpiando para siempre la cuestión y reparando un error. El error es la fidelidad perpleja.
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