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#estatua de plutarco
bocadosdefilosofia · 4 months
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«Además, igual que algunos han definido la pintura como una poesía silenciosa, así existe una alabanza de adulación callada. Si los cazadores pasan más inadvertidos a su presa cuando no dan la impresión de que lo hacen, sino que parece que caminan, que apacientan el ganado o que trabajan el campo, así también los aduladores consiguen más con las alabanzas cuando no parece que están alabando, sino que están haciendo otra cosa distinta.»
Plutarco: Sobre la amistad y cómo sacar provecho de los enemigos. Editorial Alma, pág. 71. Barcelona, 2023.
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OFRENDAS EN OLIMPIA
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Se desconoce la fecha exacta con la que datar el santuario panhelénico de Olimpia, pero conservamos vestigios de época prehistórica. El primer templo edificado, en honor a Hera, data del 590 a.C., aunque Píndaro menciona la celebración de los Juegos Olímpicos años atrás. Además de su carácter atlético muchas victorias bélicas fueron consagradas en este santuario, como Maratón y Platea. En el caso de esta última el templo recibió una estatua colosal de Zeus, labrada en bronce, agradeciendo así al dios su apoyo en la decisiva victoria griega y dejando por testigo los combatientes, pues la estatua contaba con una inscripción en la que se nombraban todas las polis que habían participado (Pausanias, 5, 23).
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Además de ofrendas singulares de gran interés para la historia, encontramos acumulaciones de una misma clase de objetos, como cientos de cascos de metal. El valor de estos objetos no está unicamente en su contenido metálico, sino en el hecho de que se trata de armamento bélico que no se va a emplear para ese fin, al contrario, siendo almacenado en un recinto sagrado.  Otro caso sería la gran colección de joyería y figurillas zoomórficas y antropomórficas de bronce halladas en la zona del Pelopio de Olimpia.
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Una riqueza inmóvil de tal calibre, sin embargo, traía consigo ciertas amenazas. Con la acumulación de grandes cantidades de metales preciosos surge el peligro a los saqueos y, como muchos otros santuarios, Olimpia protagonizó algunos de estos episodios. Durante la Primera Guerra Mitridática (87-86 a.C.) el rey Sila trató de asediar Atenas y, viéndose falto de recursos, decidió llenar sus arcas con los tesoros de los santuarios de Olimpia y Epidauro. Esta fue la primera vez que el santuario de Olimpia era saqueado, por lo que Sila encontró sus tesoros intactos. En cuanto a la cuestión de su religiosidad, aunque fue muy criticado por autores como Pausanias y Plutarco por tomar las riquezas de los dioses, como es normal, Sila posteriormente consagró unas tierras cuyas rentas anuales se dedicarían plenamente a sacrificios, y dedicó parte del territorio que había conquistado en Tebas a Apolo Pitio y a Zeus Olímpico, buscando su perdón por haber hecho uso de sus riquezas y devolviendo el valor equivalente.
¿Serías ahora capaz de responder estas preguntas? ¡Mira nuestra siguiente publicación a través de las etiquetas o mediante el link que está en los comentarios!
Bibliografía.
-Ferrer Albeda, E., Pereira Delgado, A. (2017). Los negocios de plutón. Editorial Universidad de Sevilla.
-Scott, M. (2017). Olympia. Oxford Classical Dictionary. https://oxfordre.com/classics/display/10.1093/acrefore/9780199381135.001.0001/acrefore-9780199381135-e-4542?rskey=6GD4Q8&result=12080
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notasfilosoficas · 2 years
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“La alegría más grande es la inesperada”
Sófocles
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Fue un poeta trágico griego nacido en Colono, una aldea cercana a la ciudad de Atenas, en el año 496 a.C. Fue autor de obras como Antígona y Edipo Rey y se sitúa junto con Esquilo y Euripides entre las figuras mas destacadas de la tragedia griega.
Las principales fuentes que hablan sobre la vida de Sófocles son algunos datos biográficos escritos en el siglo I por un autor anónimo, y algunos fragmentos dispersos que se pueden encontrar en las obras de Plutarco, Ateneo, Aristóteles y otros autores.
Según el autor anónimo de la Vida de Sófocles, era hijo de Sófilo un fabricante de armas, y uno de sus maestros fue Lampro, quien lo instruyó en la danza y le enseño a tocar la lira. 
Se dice que poseía belleza física pero débil voz, y le gustaban el ejercicio y la música. Poco después del 460 a.C. se casó con Nicóstrata con quien tuvo un hijo llamado Iofonte quien también se dedicó a la tragedia.
Fue amigo de Herodoto, a quien dedicó una oda de la cual solo se conserva un fragmento, y también desempeñó labores religiosas siendo sacerdote de un Dios local llamado Habón en el año 420 a.C.
Sófocles llegó a escribir hasta 123 tragedias para los festivales en los que se adjudicó. Se convirtió en una figura importante en Atenas. A Sófocles se le debe la introducción de un tercer personaje en la escena, lo que daba mayor juego al dialogo, dotando de complejidad psicológica al héroe de la obra.
Edipo Rey es quizá la más célebre de sus tragedias, y Aristoteles la consideraba como la mas representativa y perfecta de las tragedias griegas.
En su vejez se le atribuía cierta tacañería en los temas monetarios y fue llevado a juicio por su hijo Iofonte por considerarlo falto de juicio para administrar su hacienda saliendo absuelto cuando recitó parte de su drama Edipo de Colono.
Tras su muerte, en el 406 a.C. fue venerado como si fuera un héroe, con el nombre de Dexio y en los museos vaticanos se conserva una copia de una estatua del siglo IV que lo representa.
Fuente: Wikipedia, biografiasyvidas.com
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cerealx78 · 3 years
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EL VELO DE ISIS
Según una vieja tradición mediterránea, recogida por Proclo y Plutarco, en el Adytum de un templo de Sais (Egipto) existía una enorme estatua de la diosa Isis con un tupido velo negro cubriendo su rostro, acompañada de la enigmática frase: «Yo soy todo lo que ha sido, es y será, y ningún mortal ha levantado mi velo» (1).
Desde esos días, el descorrimiento del velo de Isis ha pasado a representar la revelación de la Verdad, el encuentro con la Luz, el acceso a un conocimiento oculto, el traspaso de un umbral, en otras palabras la conexión con una realidad que está más allá de lo evidente.
Los discípulos en Sais
La Isis velada fue fuente de inspiración para los románticos y Novalis la usó como tema central para una de sus composiciones más inspiradas, un viaje iniciático titulado «Los discípulos en Sais».
En esta obra, el protagonista dice: «Es preciso que parta. (…) Quizá regrese pronto, quizá nunca. (…) No sé lo que me pasa; algo me empuja, me arrastra. (…) Quisiera deciros dónde voy, pero yo mismo lo ignoro. Me encamino hacia la morada de la Madre de las Cosas, la virgen velada; mi alma se inflama y consume por ella. Adiós». (2) Y entonces: «Hyacinthe, a través de valles y desiertos, por torrentes y montañas se dirigió, presuroso, a la tierra desconocida. Preguntó a los hombres y a los animales, a las rocas y a los árboles, el camino que conducía hacia Isis, la diosa sagrada. Muchos se burlaron de él; otros callaron; y en ninguna parte pudo obtener respuesta. Atravesó, primeramente, tierras salvajes y desoladas; brumas y nubes le cortaron el camino, y las tempestades no amainaban, jamás. Luego encontró desiertos sin límites y arenas incandescentes. A medida que avanzaba, su alma se transformaba también». (3)
Aunque esta composición quedó inconclusa, en uno de los finales posibles el poeta escribió:
«Uno [de los discípulos] lo logró: levantó el velo de la diosa de Sais. Y ¿qué observó? Se vio, ¡oh, maravilla de maravillas!, a sí mismo». (4)
Friedrich Schiller, por su parte, escribió «La imagen velada de Sais» donde presenta a otro joven buscador «cuya sed ardiente por el conocimiento le había incitado a viajar a Sais en Egipto para aprender la sabiduría secreta de los sacerdotes» (5).
En la tradición islámica, especialmente en el sufismo, la Verdad divina se esconde detrás de 70.000 velos (hiŷāb) «de luz y tinieblas» (6) que son ambivalentes: al mismo tiempo que esconden la fuente de luz nos protegen de su fulgor.
Dicho de otro modo: si todos esos velos desaparecieran, quedaríamos enceguecidos y nos ocurriría lo mismo que al prisionero de la caverna platónica al salir a la superficie iluminada por el sol. En su conocido relato, incluido en «La República», Platón reflexiona:
«- Si se le forzara a mirar hacia la luz misma, ¿no le dolerían los ojos y trataría de eludirla, volviéndose hacia aquellas cosas que podía percibir, por considerar que éstas son realmente más claras que las que se le muestran?
– Así es. 
– Y si a la fuerza se lo arrastrara por una escarpada y empinada cuesta, sin soltarlo antes de llegar hasta la luz del sol, ¿no sufriría acaso y se irritaría por ser arrastrado y, tras llegar a la luz, tendría los ojos llenos de fulgores que le impedirían ver uno solo de los objetos que ahora decimos que son los verdaderos? 
– Por cierto, al menos inmediatamente.
– Necesitaría acostumbrarse, para poder llegar a mirar las cosas de arriba. En primer lugar miraría con mayor facilidad las sombras, y después las figuras de los hombres y de los otros objetos reflejados en el agua luego los hombres y los objetos mismos. A continuación contemplaría de noche lo que hay en el cielo y el cielo mismo, mirando la luz de los astros y la luna más fácilmente que, durante el día, el sol y la luz del sol.
– Sin duda.
– Finalmente, pienso, podría percibir el sol, no ya en imágenes en el agua o en otros lugares que le son extraños, sino contemplarlo cómo es en sí y por sí, en su propio ámbito». (7)
Por lo tanto, podemos concluir que el conocimiento de la Verdad y el acceso a la fuente primordial es siempre paulatino y está supeditado a «pequeñas conquistas» (hitos) que suelen representarse como peldaños de una escalera, nudos de una larga soga, niveles, cámaras de un templo que deben atravesarse o bien velos que deben ser levantados. En todos los casos, estos grados o niveles son una representación de los diferentes estados de conciencia (maqâmât), aquellos hitos conscienciales que jalonan el sendero de regreso a casa.
Teniendo en cuenta que el sendero puede compararse a una carrera de fondo y no de velocidad, es necesario desarrollar la paciencia y no apurarnos demasiado. Los antiguos decían «Apresúrate lentamente» (Festina lente), representando esta idea fusionando un caracol con una liebre, un cangrejo con una mariposa o un delfín con un ancla. En concordancia con esta idea, los alquimistas advertían que «toda pre­cipitación procede del diablo» (8).
La paciencia –al igual que otras virtudes iniciáticas como la disciplina, la constancia, el sacrificio, el altruismo– ciertamente está «fuera de moda» en nuestro mundo obsesionado con la celeridad y las soluciones rápidas. Sin embargo, si queremos avanzar con seguridad por este largo camino no nos queda otra que respirar hondo y apresurarnos lentamente. Sin prisa pero sin pausa.
Por lo tanto, como nobles caminantes de la Via Lucis ¿qué tenemos frente a nosotros? 70.000 barreras. 70.000 velos que deben ser levantados pacientemente –uno a uno– para finalmente llegar a la fuente luminosa. ¿Y cómo podemos levantar los velos? A través de la reflexión serena, de la experimentación plena del aquí y ahora, del trabajo interior, de todo aquello que nos ayude a descubrir nuestra verdadera identidad. En otras palabras: del Amor, de esa fuerza avasalladora que nos hace ver que todos somos uno y que nuestro propósito más alto es volver a unir lo que en el principio estuvo unido, desandar el camino, volver a casa.
Omnia Vincit Amor.
“Vive en este mundo como si fueras un viajero, un pasajero, con la ropa y los zapatos llenos de polvo. A veces, sentado a la sombra de un árbol, a veces caminando por el desierto. Sé siempre un pasajero, ya que éste no es tu hogar”. (Mahoma)
Notas del texto
(1) Dice Plutarco en «Isis y Osiris»: «En Sais la estatua de Atenea sentada, a la que también consideran Isis, tenía una inscripción así: “Yo soy todo lo que ha sido, lo que es y lo que será, y mi velo jamás me lo levantó ningún mortal». Proclo es quien ubica esta imagen dentro del adytum o sancta sanctorum del templo, pero como el acceso a este sitio estaba restringido a los sacerdotes, por lo cual es posible que estemos frente a una descripción imaginal, muy similar a la que hace el profeta Ezequiel. (2) Novalis: «Los discípulos en Sais» (3) Novalis: op. cit (4) Citado en Dilthey, Wilhelm: «Obras IV: Vida y poesía» y en Murray, Christopher John:»Encyclopedia of the Romantic Era, 1760-1850″ (5) Schiller, Friedrich: «La imagen velada de Isis» (6) A veces se habla de 70 velos, en otras de 70.000 e incluso hay referencias a 72.000, tal vez por su valor simbólico (7+2=9). (7) Platón: «La República» (8) En la «Explicación de la Tabla de Esmeralda» de Hortelano se lee: «Separa la Tierra del Fuego, lo espeso de lo sutil, dulcemente y con gran cuidado. Dulcemente, es decir, poco a poco, no violentamente, sino con espíritu y con arte». Geber, por su parte, dice: «Os recomiendo actuar con precaución y con pausa, no tener prisa y seguir el ejemplo de la naturaleza».
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la-semillera · 3 years
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He leído casi todo lo que han escrito nuestros historiadores, nuestros poetas y aún nuestros narradores, aunque se acuse a éstos últimos de frivolidad, quizá les debo más informaciones de las que pude recoger en las muy variadas situaciones de mi propia vida. La palabra escrita me enseñó a escuchar la voz humana, un poco como las grandes actitudes inmóviles de las estatuas me enseñaron a apreciar los gestos. En cambio, y posteriormente, la vida me aclaró los libros.Pero los escritores mienten, aún los más sinceros. Los menos hábiles, carentes de palabras y frases capaces de encerrarla, retienen una imagen pobre y chata de la vida, algunos, como Lucano, la cargan y abruman con una dignidad que no posee. Otros, como Petronio, la aligeran, la convierten en una pelota hueca que rebota, fácil de recibir y de lanzar en un universo sin peso. Los poetas nos transportan a un mundo más vasto o más hermoso, más ardiente o más dulce, que el que nos ha sido dado, diferente de él y casi inhabitable en la práctica. Para estudiarla en toda su pureza, los filósofos hacen sufrir a la realidad casi las mismas transformaciones que el fuego o el mortero hacen sufrir a los cuerpos. Los historiadores nos proponen sistemas demasiado completos del pasado, series de causas y efectos harto exactas, y claras como para que hayan sido alguna vez verdaderas, reordenan esa dócil materia muerta y sé que aún a Plutarco se le escapará siempre Alejandro. Los narradores, los autores de fábulas milesias, hacen como los carniceros, exponen en su tabanco pedacitos de carne que las moscas aprecian. Mucho me costaría vivir en un mundo sin libros, pero la realidad no está en ellos, puesto que no cabe entera. . 
 - Marguerite Yourcenar, Memorias de Adriano
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gladiatrixenlaarena · 2 years
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El foro de Roma
Plutarco, en el Curculio o el Gorgojo, nos describe el foro y sus cercanías en los momentos de mayor barullo:
"Allí sobre el comicio, donde se sientan los jueces y hablan los oradores desde la tribuna, puedes ver a los perjuros, a los embrollones, a los jactanciosos.
Junto a la estatua de Marsias, en la plaza, los abogados, los pleiteantes, los testigos.
Junto a las tabernae novae et veteres, delante de las basílicas, las pelanduscas, los banquero, los usureros y los corredores.. ...
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La Revolución mexicana fue hija de dos espiritistas: Madero y Calles, uno la estalló y otro la estabilizó. Un buen día el enérgico general Plutarco Elías Calles se hizo espiritista convencido y militante. Participó en múltiples sesiones del que fue primero Círculo y luego Instituto Mexicano de Investigaciones Síquicas, Imis. A la sesión del 17 de junio de 1943 asistieron 17 personas. 16 estuvieron en contacto físico en la cadena espiritista, entre ellos Calles, Ezequiel Padilla y su esposa Guadalupe Couttolenc, Jaime Torres Bodet y esposa, y otros. El medium fue Luis Martínez. La persona número 17, fuera de la cadena, fue Luis Márquez Romay, listo para tomar fotografías del espíritu Amajur. Lo logró "usando luz infrarroja". Esa fotografía adorna la portada del libro Una ventana al mundo invisible, de 1960 (un ejemplar físico en mi poder, 360 páginas con 107 actas). La esposa de Ezequiel Padilla atestiguó que el espíritu Amajur era como "una estatua de 2 metros". Detalles en mis libros (Amazon). https://www.instagram.com/p/CDFO4rej0XH3vRSV1Gc-aiCx3WOe4QF85i1LsE0/?igshid=1oxwxajmda620
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desdelapirinola · 4 years
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Una visita a la Hacienda de La Cruz en 1901
Morris B. Parker, tenia 29 años cuando conoció a Don Venancio Durazo Moreno, en la primavera de 1901, luego de que tras intercambiar varias cartas el acaudalado granadeño invitara al joven estadunidense, ingeniero en minas, a visitarlo en La Hacienda de La Cruz, convertida entonces en una impresionante unidad de producción agrícola, minera y ganadera.
La visita causo tal impresión en Parker que este habría de recordarla vívidamente décadas después, al dictar sus memorias en las que narra sus experiencias a lo largo de 37 años cómo ingeniero de minas en los campos de Sonora y Chihuahua y sus encuentros con figuras históricas cómo Pancho Villa, Luis Terrazas, Abraham González, Plutarco Alias Calles, Pascual Orozco, William C. Greene, y por supuesto Venancio Durazo.
Las memorias de Parker recopiladas por su hija Lina, dieron pie en 1957 al libro: “Mules, Mines, and Me in México, 1895–1932”, (Mulas, Minas y Yo en México, 1895–1932), donde le dedica todo un capitulo a la visita que hizo a La Cruz, bajo el titulo de “Hacienda Durazo”.
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Esta semana, llego a mi un ejemplar del libro, de una reedición hecha en 1979 por la Universidad de Arizona.
En el texto, Parker explica que Don Venancio lo invito -a el y a su amigo Tom Booz-, a visitarlo para negociar la compra del mineral que estaba extrayendo y procesando de la mina El Carmen, en Lampazos. El joven ingeniero trabajaba entonces cómo superintendente de minas de la compañía Phelps, Dodge & Company.
En ningún momento de su narrativa, Parker se refiere a la hacienda con el nombre de La Cruz, lo que llama la atención y motiva a cuestionar si fue una omisión o si no se tenia entonces ese nombre.
Al conocer La Cruz, Parker la equipara con las grandes y tradicionales haciendas del sur de México.
“Estudiantes de la antigua arquitectura y civilización prehispánica, de la cultura española y de las condiciones generales de vida, encontrarían en la hacienda de Durazo, una duplicación de los escenarios que por siglos se han tenido en México”, asegura.
La figura de Don Venancio, también lo impresiona dado que lo describe cómo: “Un hombre cuyos rasgos son heredados de sus antepasados. Un aristócrata del viejo mundo de nobleza española, derecho cómo un riel, de seis pies de altura, con una largabarba gris de tres años de antigüedad”.
Parker pinta a Don Venancio cómo, “un espécimen casi perfecto de un patriarca bíblico”.
“El Señor y Maestro de más allá de lo que él podía divisar desde el segundo piso de su casa”, en la hacienda. “Un punto utilizado diariamente para ese propósito. Nada escapaba a su observación, porque él podía montar, caminar, disparar y cuidar de su mundo y sus asuntos, todo en la rutina del día”, escribe.
“Situada a una milla al oeste del río, en una loma, un lugar ideal en el valle, la sede de la hacienda era una estructura de adobe en la forma habitual de un cuadrado”, relata Parker.
Precisa que “por encima del pasillo de entrada al recinto, se ubica una habitación individual, un segundo piso, con techo plano de barro. El acceso a este techo superior se realizaba a través de una escalera lateral hecha de postes redondos y peldaños de madera”.
“Cada mañana al comienzo del amanecer, Don Venancio subiría esta escalera en su puesto de observación y se pondría de pie, vestido con un abrigo de capa larga, o una manta apretada alrededor de sus hombros, su sombrero puntiagudo de ala ancha, un objeto distinguido en silueta”.
“Solo; rígidamente erguido, casi sin movimiento, permanecía como una estatua, mirando hacia el este, el valle hacia Huasabas o hacia el sur su mirada se aventuraba hacia Granados. Durante una hora o más observaba a los trabajadores que se dirigían a los campos para regar, cultivar o recoger las cosechas. Observaba a los vaqueros dirigirse hacia el campo y a las ovejas comenzando a pastear, así como ganado, cabras, cerdos, burros, mulas y caballos”.
“Todo lo que ocurría en ambos lados del río, el lo veía desde su alto punto de observación, a través de la atmósfera despejada por millas, hasta donde podía ver. ¡Con todo esto!. Con esta imagen mental en su cabeza, él descendería y se le serviría el desayuno a su debido tiempo”, comenta Parker, evidentemente impresionado por la personalidad de Don Venancio, que en ese entonces tenia 58 años.
Y agrega que: “cómo se puede suponer, Don Venancio rara vez viajaba fuera de los confines de su propio dominio. Con su esposa y su gran familia, los asuntos de su hogar y bienes ocupaban todo su tiempo”.
“Su influencia y riqueza eran tan inmensas que él mismo no sabía ni se daba cuenta de lo grandiosas que eran”, asegura Parker.
“Los indios y mestizos en su tierra eran autosuficientes en sus requerimientos. La hacienda era una monarquía independiente, casi completamente autosuficiente. Las leyes de México para Don Venancio eran acordes a sus propias ideas de administrador; ellas le asistían, pero no lo molestaban en absoluto”, explica.
El ingeniero estadunidense recuerda que, “junto al patio principal de la hacienda había un gran recinto cuadrado, dentro del cual se encontraba el ingenio azucarero y un beneficio (planta de tratamiento de minerales que contienen oro y / o plata)”.
Asegura que tanto el ingenio cómo el “beneficio” eran del mismo tipo “que el que usaban y practicaban los españoles siglos atrás”.
Parker describe el trabajo que se realizaba en el ingenio (molienda) de la siguiente manera: “La caña de azúcar se tostaba primero sobre fuego caliente y luego se machucaba en una tina baja y redonda con una pesada piedra circular vertical tirada por una mula unida a un brazo cruzado que se extendía fuera de la tina, haciendo que la piedra girara y exprimiera el jugo, que salía través de las aberturas alrededor del fondo de la piedra”.
“El jugo fluía hacia “cuencas de captura”, de donde era vertido a cazos de cobre de veinticinco a treinta galones de capacidad, donde hervía hasta obtenerse una consistencia pesada. Luego se vertía en moldes para su uso o para el mercado. Cuando estaba frío, el azúcar era duro como unaroca. Este azúcar crudo, marrón y común de México, se le conoce como panocha”.
También comenta cómo funcionaba el beneficio de metales: “El beneficio consistía en un mecanismo de molienda similar, excepto que, en lugar de la piedra de moler, dos piedras pesadas y planas eran arrastradas a mano o con burro alrededor de la tina, en un proceso llamado arrastre”.
“El mineral, primero triturado a mano a un tamaño de media pulgada, era arrastrado y, por lo tanto molido a tamaño de un diminuto grano. La capacidad para el beneficio era de aproximadamente una tonelada por día”.
“A medida que avanzaba la molienda, se añadía agua en una corriente constante de aproximadamente cuatro partes en peso, por una parte, de mineral, que, por suspensión y flujo, transportaba la pulpa finamente molida hacia y a través de las aberturas de descarga.
“Cuando el oro era el único objeto de recuperación, se rociaba mercurio dentro del arrastre. Debido al mayor peso, el oro y el mercurio se hundían naturalmente en el fondo, donde, por contacto el mercurio absorbia el oro, formando una amalgama que llenaba todos los espacios irregulares y bajos”
Todo el contenido del arrastre era luego “barrido” a mano, quince a veinte libras a la sartén. El fondo era raspado y cepillado, y todas las grietas se limpiaban, donde sea que se viera la amalgama”.
Parker escribe que a “una corta distancia a un lado de la hacienda se encontraba la fábrica de cigarrillos, una gran estructura de adobe con techo de paja con los cuatro lados en contacto con el clima.
Debajo de esto había dos mesas de 40 pies de largo con bancos. Jóvenes sirvientas indias o mestizas estaba sentadas en cada banco, forjando cigarrillos”, usando tabaco que previamente había sido secado y triturado.
“Todos los vaqueros blancos (anglosajones) a los que alguna vez vi forjar un cigarrillo, al ver esta escena, ciertamente se sonrojaría dos veces. Primero, con placer ante las muchas criadas saludables de ojos negros y segundo, por la velocidad que cada una de ellas podía mostrar al forjar un cigarrillo”, narro Parker.
Las jóvenes eran provistas de tabaco y de papel marrón claro cortado a la medida por un hombre joven de una edad correspondiente.
Los cigarrillos engarzados en ambos extremos y atados en paquetes de treinta y seis cada uno se vendían fuera de la hacienda a varias tiendas en los pueblos y ciudades de Sonora, Chihuahua y otros lugares de México. Su costo a un precio minorista era de tres centavos por paquete. No supe el precio al por mayor de Don Venancio.
Parker, quien fumaba pipa, recordó que pidió probar el tabaco, “ lo que pareció complacer a Don Venancio”. “Mientras fumaba, él le ordenó a una de las muchachas que me preparara un lote de “tabaco de pipa real”.
“Esto lo hizo rociando unas pocas gotas de anís y una cantidad bastante generosa de coñac en el tabaco, mezclándolo bien tamizando entre sus dedos, luego extendiéndolo sobre un paño limpio al sol para que se secara. Luego ato el tabaco (alrededor de dos libras) con el paño, se lo entregó a Don Venancio, quien a su vez me lo dio·.
El joven ingeniero explica en sus memorias que, preparado de esta forma, “el tabaco nativo hace un muy buen humo de pipa” y atesto que varias veces, en los meses posteriores, envió por mas tabaco de este tipo.
En su narrativa, Parker continúa recorriendo la hacienda: “Bajando hacia el río estaba la curtiduría donde las pieles se curaban y curtían en soluciones de corteza, y cerca, la fábrica de cuero donde se fabricaban todo tipo de artículos de cuero.
“En el terreno de atrás de la hacienda se tenia un huerto, con naranjas, higos, aguacates y frutas nativas. Contra la pared de adobe estaba el mayor crecimiento de cactus de tuna que jamás haya visto. Las tunas, cuando maduran toman un color rojo brillante, aunque son más pequeñas que nuestras tunas común. La fruta, después de quitarle las espinas, es deliciosa, excepto por el hecho de que tiene muchas semillas”.
Parker sostiene en su relato que ,“Don Venancio nunca había oído hablar ni había visto un limón real (de los amarillos y grandes) hasta que trajimos algunos de nuestra caja de provisiones. Estaba interesado, más aún después de probar un trago de whisky que contenía un poco del jugo (de limón)”.
“Nos esforzamos por explicar cómo se cultivaban a partir de la semilla o injertándolos en naranjos, para tener un mismo árbol con limones y naranjas. Inmediatamente comenzó a recoger todas las semillas del limón que habíamos tirado y nos pidió que le guardemos las semillas de cualquier otro que pudiéramos usar mientras estuviéramos allí, su propósito era injertarlas y plantarlas para ver si le daban varios limones, para lo cual nos agradeció con expresiones que habrían sido las adecuadas para agradecer el regalo de un reloj de oro o algo realmente valioso”.
El visitante a La Cruz narra que “una tarde fuimos testigos de la venta de ganado en la hacienda, un evento importante. Si el acuerdo involucraba a uno o quinientos animales, el procedimiento era el mismo”, sostiene.
“El ganado estaba conformado “por un grupo mezclado, pobremente criado de pequeños animales, en su mayoría cuernos, pezuñas y huesos, el típico rebaño de montaña mexicano, salvaje como los ciervos y más difícil de manejar. Se condujo a la manada a un punto conveniente fuera del corral, donde se seleccionaba un animal a la vez, se cortaba y se le metía al corral donde era amarrado, tirado y atado, listo para la marca”.
“Luego se realizó el pago: quince pesos por cada animal (7.00 en moneda de Estados Unidos), después de lo cual un fierro al rojo vivo se pasaba sobre la marca anterior para borrarla, y un segundo hierro al rojo vivo quemaba la marca del nuevo propietario en un lugar diferente”.
Después “con un cuchillo afilado, se le cortaban las dos orejas para corresponder con la marca de la oreja del nuevo propietario. El animal, liberado, era conducido luego fuera del corral junto a otros marcados de manera similar en un rebaño que se ubicaba en el lado opuesto por el que había entrado”.
“El nuevo propietario y los vaqueros de ambas partes conducían al ganado de nueva marca a un punto en el límite de la hacienda, el objeto de los hombres del vendedor (tradicionalmente una cuestión de cortesía), estaba orientado a prevenir que se marcara otro ganado de la propiedad. Tal era la costumbre de las generaciones pasadas, evidencia de la vida simple sin los enredos de la aritmética”, explica Parker.
Refiere que; “las comidas en la hacienda eran asuntos serios para mí. La pesada y enorme mesa casera tenía unos cinco pies de ancho por doce pies de largo. Por separado, en pequeños platos de cerámica estaban la sal molida a mano, la pimienta negra y roja y el azúcar quebrada del pedazo sólido original”.
“Además, para todos y cada uno, había un par de cucharas de latón, dos o tres cuchillos, pero no tenedores. La familia y los invitados se pasaban las cucharas para revolver el azúcar en el café, mientras que cada hombre en la mesa generalmente estaba equipado con su propio cuchillo personal o cuchillo de caza”.
“La comida, a diferencia de como la que manejamos los estadounidenses con un tenedor, era empujada por tortillas dobladas, una en cada mano, y transportadas a la boca”.
“Los platos hondos llenos de estofado o sopa se levantaban con una o ambas manos y se tragaba su contenido sin ceremonia ni etiqueta. La comida era sencilla pero saludable.
“El mozo de don Venancio que traía la comida, tenía entre cuarenta y cinco y cincuenta años, un enano, no jorobado, de cuatro pies a cuatro y medio pie de alto. Era robusto y bien proporcionado. Era un hombre ocupado, aunque no se manifestaba evidencia de prisa. Dos o tres veces durante la comida traería una pila de tortillas, panqueques de trigo grandes y delgados, de dieciocho a veinte pulgadas de diámetro, equilibrados en una mano y brazo·.
“No se consideraba cortés el pedir una segunda vez a menos que fuera en el último “curso” que era casi siempre frijoles. Y, hasta que uno se hiciera experto en el sistema de tortillas plegables de empujar y cargar. Se presentaron algunas dificultades en el envío de la carga a su punto de entrega”, reconoce Parker.
“Nunca olvidaré la mirada de disgusto en el rostro de la joven hija, mientras arrojaba una cucharada de latón sobre la mesa frente a mí, a uno que lamentablemente era deficiente en el arte epicuriano del comer”: El ruido de latón sobre madera era algo sorprendente. Su expresión decía claramente: “Usa eso, pobre Gringo ignorante si no puedes de otra forma comer cómo hombre” “Y fue asi que en gratitud y mezclado más o menos con humillación, lo hice”.
El gramófono
Parker recuerda que llego a la hacienda “a ultima hora de la tarde”, después de cuatro días en la silla desde San Pedro (Arizona) y con un día muy pesado por delante.
“Tom y yo fuimos recibidos con el habitual alboroto de bienvenida. Una nueva cara entre el grupo familiar era Don Francisco, el hijo mayor que regresó de la universidad en la Ciudad de México. Era un muchacho alto y bien parecido de unos veinte años, un pedazo exacto del viejo bloque”.
“Apenas habíamos desmontado cuando Don Venancio nos condujo a la principal sala de recepción, ansioso por mostrar el regalo que le trajo su hijo, un gramófono, con muchos discos. Seguramente el hijo había traído todos los discos que las tiendas de la Ciudad de México podían proporcionar.El viejo caballero era como un niño con su primera bicicleta, sonriendo y dando vueltas”.
“Don Venancio insistió en que escucháramos varios discos antes de ir a nuestra habitación. El gramófono de 1901 no era una maquina musical muy elaborada y ornamental. Entre los primeros de su tipo en el mercado, consistía en una caja cuadrada (10 “x10” x5 “). Los discos tenían ocho pulgadas de diámetro y estaban marcados en un solo lado”.
“Una aguja corta y afilada de acero tenia que ser reemplazada y al mecanismo darle cuerda después de reproducir cada disco”
“Inmediatamente después de la cena, la música continuó. Evidentemente, las noticias del maravilloso instrumento musical mecánico se habían transmitido en los dos pueblos cercanos y no pasó mucho tiempo antes de que hubiera una gran audiencia. El salón era una sala de unos 30 pies de largo por 15 pies de ancho. Cerca de un extremo había una mesa en la que estaba colocado el gramófono y alrededor de los cuatro lados había sillas”.
“La gente mas joven se sentaron en el suelo, mientras la multitud principal permanecía afuera. Las puertas y ventanas estaban abiertas para que todos pudieran escuchar”.
“Hubo un completo silencio mientras la música estaba encendida, luego, cada media hora más o menos, dos botellas, una de coñac y la otra de tequila se pasaban sobre una bandeja de madera con varios vasos de plata maciza martillados a mano”.”
En respuesta a mi pregunta, Don Venancio dijo que los vasos eran “muy antiguos”, hechos allí mismo en la hacienda por uno de los antepasados de sus trabajadores”.
“El tiempo nos pesaba a Tom y a mí. Repetidamente ofrecimos excusas e intentamos escapar, pero sin éxito. Finalmente, alrededor de las tres de la mañana, mientras la bandeja y los vasos de plata estaban nuevamente en circulación, nos fuimos a la cama”, recordo.
Parker escribió que al día siguiente, “Don Venancio insistió en que nos quedáramos otra noche, para escuchar más música y celebrar un baile en nuestro honor. Tomó todo nuestro mejor español combinado para obtener su permiso y consentimiento de continuar nuestro camino”.
“habiamos tenido suficiente musica, como para que dos durara, mucho mucho tiempo. Parece que, despues de casi medio siglo, aun puedo escuchar los el rasguño del gramofono”.
Así es cómo concluye Parker su corta visita a La Cruz, sin mencionar su nombre ni la existencia de una capilla en el centro de la hacienda.
La anecdota del gramofono, fue mencionada en un articulo publicado por el periodico expresso en 2017.
Parker coloca el siguiente párrafo en una anotación de pagina de su libro:
“Don Venancio Durazo ha permanecido obscuro en la literatura de Sonora. La única mención cierta de el se refiere a su traslado a Douglas, Arizona, en febrero de 1911 y aun entonces, el periódico solo menciono que había rentado una casa para 25 miembros de su familia. Se trataría de un asilo temporal por la duración de la revolución. Francisco Durazo (su hijo), abrazo entusiásticamente la causa de Madero en 1910. Después, cuando Rafael Durazo (?) paso al grado de Mayor en el ejercito de P. Elías Calles.”.
BIO
MORRIS B. PARKER, uno de los dos socios de la firma de Parker & Parker, ingenieros de minería y consultoría de El Paso. Parker nació en Penn Yan, condado de Yates, Nueva York, al igual que su hermano, James H. Parker, quien es su compañero de negocios. Estos caballeros recibieron capacitación literaria, científica y técnica exhaustiva preparatoria para el ejercicio de su profesión como ingenieros de minería y consultoría. Morris B. Parker estudió en el Colorado College en Colorado Springs y completó su curso de ingeniería minera en la Missouri School of Mines, en Rolla, Missouri. James H. Parker se graduó del Colegio de Minas de Golden, Colorado, y del departamento de ingeniería minera del Columbia College de la ciudad de Nueva York. Desde que terminaron su educación, estos hermanos han vivido en el oeste, o más particularmente en el país minero del suroeste, y han sido identificados con sus intereses en esta dirección desde 1882, por lo tanto, están completamente familiarizados con todas sus fases.
Durante cuatro años, Morris B. Parker fue superintendente de minería de la Candelaria Mining Company, de Chihuahua, México, también fue superintendente de minas de cobre de Phelps, Dodge & Company en Sonora, México, siendo esta compañía los grandes propietarios de minas de cobre de Arizona y el viejo México. En octubre de 1903, los hermanos se ubicaron permanentemente en El Paso como ingenieros de minería y consultoría bajo el estilo firme de Parker & Parker. Actúan como ingenieros consultores para diferentes compañías que operan en el país minero tributario de El Paso y también manejan posiciones mineras e inversiones para inversores orientales. Además de esto, operan minas propias, tienen una propuesta de oro de placer en Shandown, México, una propuesta de oro en Sonora, México, y una propuesta de cobre en Chihuahua, México.
Morris B. Parker fue presidente de la Asociación Internacional de Mineros de El Paso, Texas, una organización compuesta principalmente por ingenieros mineros y propietarios de minas, y su lista de miembros muestra los nombres de banqueros y hombres de negocios prominentes de El Paso, el suroeste y México. 
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libermarc · 7 years
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3 paradojas que les quitan el sueño a los matemáticos y filósofos  Esta oración es falsa. Esa es una de las paradojas más populares e ilustrativas: de ser realmente falsa, lo que la oración enuncia es verdad pero si la falsedad enunciada es real, la oración no puede ser falsa. Paradoja viene de las palabras en latín y griego que significan 'lo contrario a la opinión común' y es, según el diccionario de la Real Academia... 2. f. Hecho o expresión aparentemente contrarios a la lógica. 3. f. Ret. Empleo de expresiones o frases que encierran una aparente contradicción entre sí, como en "mira al avaro, en sus riquezas, pobre". Las hay de varios tipos, pero lo que suelen tener en común es que nos hacen detenernos a pensar, así sea por sólo un instante, como "para llegar rápido, nada mejor que ir despacio". Pero otras nos han acompañado durante años, a veces siglos, y en ocasiones ha impulsado importantes avances en la ciencia, la filosofía y las matemáticas. ¿Sigue siendo tu barco?  Cambio e identidad. En eso nos ha hecho reflexionar el historiador, biógrafo y filósofo moralista griego Plutarco (46 o 50-c. 120) durante casi 2.000 años con la paradoja de Teseo, el mítico rey fundador de Atenas, hijo de Etra y Eseo, o según otras leyendas, de Poseidón. "El barco en el que Teseo y la juventud de Atenas regresaron de Creta tenía treinta remos, y fue conservado por los atenienses incluso hasta la época de Demetrio de Falero, ya que retiraron los viejos tablones a medida que se descomponían e introdujeron madera nueva y más resistente en su lugar, tanto que este barco se convirtió en un ejemplo permanente entre los filósofos, para la pregunta lógica de las cosas que crecen, un lado sostiene que el barco sigue siendo el mismo, y el otro afirma que no". Si el barco fue conservado por los atenienses hasta la época de Demetrio de Falero, eso querría decir más o menos 300 años. Con tantos reemplazos, ¿era la nave la misma? E iba más allá. Si con la madera vieja construían otro barco idéntico, ¿cuál de los dos sería el original: el que tiene las tablas originales o el que ha sido restaurado? El movimiento no existe Para ir a cualquier lugar, tienes que recorrer primero la mitad de la distancia, luego, la mitad de la distancia que te falta por recorrer, después, la mitad de la distancia que te falta, y así hasta el infinito, así que nunca llegarás.  Esta es una de las serie de paradojas del movimiento del filósofo griego Zenón de Elea creadas para demostrar que el Universo es singular y que el cambio, incluido el movimiento, es imposible, como argumentaba su maestro Parménides. Si te parece absurda, no estás sólo: fue rechazada durante años. No obstante, la matemática ofreció una solución formal en el siglo XIX que fue aceptar que 1/2 + 1/4 + 1/8 + 1/16... suman 1. Aunque esa solución teórica sirvió para ciertos propósitos, no respondió a lo que pasaba en la realidad: cómo algo puede llegar a su destino. Eso, que entendemos intuitivamente pues lo experimentamos a diario, es más complejo y para resolverlo hubo que esperar hasta el siglo XX para valerse de teorías que mostraran que la materia, el tiempo y el espacio no son infinitamente divisibles. La que hizo tambalear a las matemáticas Ahora que ya calentamos motores, hablemos de una paradoja que a principios del siglo XX sacudió a la comunidad matemática, incluyendo a quien la formuló: el filósofo, matemático, lógico y escritor británico ganador del Premio Nobel de Literatura Bertrand Russell.  Russell era uno de los que estaban tratando de impulsar el logicismo, la tesis filosófica que dice que la matemática, o la mayor parte de ella, puede ser reducida a la lógica. Ese proyecto incluía en su base la teoría de conjuntos de Cantor-Frege. Ambos, el alemán Georg Cantor y su compatriota Gotlob Frege, daban por supuesto que todo predicado definía un conjunto. Así, el predicado "ser de oro", define el conjunto de todas las cosas que son de oro. Suena más que evidente. Pero, Russell descubrió que había un predicado particular que contradecía la teoría: "no pertenecerse a sí mismo" Esa es la paradoja de Russell, y es compleja pero por suerte nos topamos con una de las explicaciones más claras, creada por M. Carmen Márquez García para un curso de SAEM Thales, Formación a Distancia a través de Internet, que aparece en este sitio web.  Supongamos que un conocido experto en obras de arte decide clasificar las pinturas del mundo en una de dos categorías mutuamente excluyentes. Una categoría, de muy pocos cuadros, consta de todas las pinturas que incluyen una imagen de ellas mismas en la escena presentada en el lienzo. Por ejemplo, podríamos pintar un cuadro, titulado "Interior", de una habitación y su mobiliaria -colgaduras en movimiento, una estatua, un gran piano- que incluye, colgando encima del piano, una pequeña pintura del cuadro "Interior". Así, nuestro lienzo incluiría una imagen de sí mismo. La otra categoría, mucho más corriente, constaría de todos los cuadros que no incluyen una imagen de sí mismos. Llamaremos a estos cuadros "Pinturas de Russell". La Mona Lisa, por ejemplo, es una pintura de Russell porque no tiene dentro de ella un pequeño cuadro de la Mona Lisa. Supongamos además que nuestro experto en obras de arte monta una enorme exposición que incluye todas las pinturas de Russell del mundo. Tras ímprobos esfuerzos, los reúne y los cuelga en una sala inmensa.  Orgulloso de su hazaña, el experto encarga a una artista que pinte un cuadro de la sala y de sus contenidos. Cuando el cuadro está terminado, la artista lo titula, con toda propiedad, "Todas las pinturas del Russell del mundo". El galerista examina el cuadro cuidadosamente y descubre una pequeña falla: en el lienzo, junto al cuadro de la Mona Lisa hay una representación de "Todas las pinturas de Russell del mundo". Esto quiere decir que "Todas las pinturas del mundo" es un cuadro que incluye una imagen de sí mismo, y por consiguiente, no es una pintura de Russell. En consecuencia, no pertenece a la exposición y ciertamente no debería estar colgado en las paredes. El experto pide a la artista que borre la pequeña representación. La artista la borra y le vuelve a mostrar el cuadro al experto. Tras examinarlo, éste se da cuenta de que hay un nuevo problema: la pintura "Todas las pinturas de Russell del mundo" ahora no incluye una imagen de sí misma y, por tanto, es una pintura de Russell que pertenece a la exposición. En consecuencia, debe ser pintada como colgado de alguna parte de las paredes no vaya a ser que la obra no incluya todas las pinturas de Russell. El experto vuelve a llamar a la artista y le vuelve a pedir que retoque con una pequeña imagen el "Todas las pinturas de Russell del mundo". Pero una vez que la imagen se ha añadido, estamos otra vez al principio de la historia. La imagen debe borrarse, tras lo cual debe pintarse, y luego eliminarse, y así sucesivamente. Eventualmente la artista y el experto caerán en la cuenta de que algo no funciona: han chocado con la paradoja de Russell.  Teniendo en cuenta que lo que Russell estaba tratando de hacer era reducir la matem��tica a la lógica y lo que había descubierto era una grieta en los fundamentos de la ciencia, no sorprende su reacción. "Sentí acerca de estas contradicciones lo mismo que debe sentir un ferviente católico acerca de los papas indignos". Pero no había vuelta atrás: lo descubierto no se puede volver a cubrir.  Aunque a unos matemáticos el asunto los dejó indiferentes y les pareció que no merecía tanta reflexión, otros destinaron buena parte del trabajo intelectual de la primera mitad del siglo XX a superar la paradoja de Russell... hasta que se decidió que un conjunto que se contenga a sí mismo realmente no es un conjunto. La solución no le gustó mucho a muchos, ni siquiera a Russell. M. Carmen Márquez García cuenta que "la tensión intelectual y su descorazonadora conclusión se cobraron un precio muy terrible". Russell recordaría cómo después de esto "se apartó de la lógica matemática con una especie de náusea". Volvió a pensar en el suicidio, aunque decidió no hacerlo porque, observó, seguramente viviría para lamentarlo.
3 paradojas que les quitan el sueño a los matemáticos y filósofos  Esta oración es falsa. Esa es una de las paradojas más populares e ilustrativas: de ser realmente falsa, lo que la oración enuncia es verdad pero si la falsedad enunciada es real, la oración no puede ser falsa. Paradoja viene de las palabras en latín y griego que significan ‘lo contrario a la opinión común’ y es, según el diccionario de la Real Academia… 2. f. Hecho o expresión aparentemente contrarios a la lógica. 3. f. Ret. Empleo de expresiones o frases que encierran una aparente contradicción entre sí, como en “mira al avaro, en sus riquezas, pobre”. Las hay de varios tipos, pero lo que suelen tener en común es que nos hacen detenernos a pensar, así sea por sólo un instante, como “para llegar rápido, nada mejor que ir despacio”. Pero otras nos han acompañado durante años, a veces siglos, y en ocasiones ha impulsado importantes avances en la ciencia, la filosofía y las matemáticas. ¿Sigue siendo tu barco?  Cambio e identidad. En eso nos ha hecho reflexionar el historiador, biógrafo y filósofo moralista griego Plutarco (46 o 50-c. 120) durante casi 2.000 años con la paradoja de Teseo, el mítico rey fundador de Atenas, hijo de Etra y Eseo, o según otras leyendas, de Poseidón. “El barco en el que Teseo y la juventud de Atenas regresaron de Creta tenía treinta remos, y fue conservado por los atenienses incluso hasta la época de Demetrio de Falero, ya que retiraron los viejos tablones a medida que se descomponían e introdujeron madera nueva y más resistente en su lugar, tanto que este barco se convirtió en un ejemplo permanente entre los filósofos, para la pregunta lógica de las cosas que crecen, un lado sostiene que el barco sigue siendo el mismo, y el otro afirma que no”. Si el barco fue conservado por los atenienses hasta la época de Demetrio de Falero, eso querría decir más o menos 300 años. Con tantos reemplazos, ¿era la nave la misma? E iba más allá. Si con la madera vieja construían otro barco idéntico, ¿cuál de los dos sería el original: el que tiene las tablas originales o el que ha sido restaurado? El movimiento no existe Para ir a cualquier lugar, tienes que recorrer primero la mitad de la distancia, luego, la mitad de la distancia que te falta por recorrer, después, la mitad de la distancia que te falta, y así hasta el infinito, así que nunca llegarás.  Esta es una de las serie de paradojas del movimiento del filósofo griego Zenón de Elea creadas para demostrar que el Universo es singular y que el cambio, incluido el movimiento, es imposible, como argumentaba su maestro Parménides. Si te parece absurda, no estás sólo: fue rechazada durante años. No obstante, la matemática ofreció una solución formal en el siglo XIX que fue aceptar que 1/2 + 1/4 + 1/8 + 1/16… suman 1. Aunque esa solución teórica sirvió para ciertos propósitos, no respondió a lo que pasaba en la realidad: cómo algo puede llegar a su destino. Eso, que entendemos intuitivamente pues lo experimentamos a diario, es más complejo y para resolverlo hubo que esperar hasta el siglo XX para valerse de teorías que mostraran que la materia, el tiempo y el espacio no son infinitamente divisibles. La que hizo tambalear a las matemáticas Ahora que ya calentamos motores, hablemos de una paradoja que a principios del siglo XX sacudió a la comunidad matemática, incluyendo a quien la formuló: el filósofo, matemático, lógico y escritor británico ganador del Premio Nobel de Literatura Bertrand Russell.  Russell era uno de los que estaban tratando de impulsar el logicismo, la tesis filosófica que dice que la matemática, o la mayor parte de ella, puede ser reducida a la lógica. Ese proyecto incluía en su base la teoría de conjuntos de Cantor-Frege. Ambos, el alemán Georg Cantor y su compatriota Gotlob Frege, daban por supuesto que todo predicado definía un conjunto. Así, el predicado “ser de oro”, define el conjunto de todas las cosas que son de oro. Suena más que evidente. Pero, Russell descubrió que había un predicado particular que contradecía la teoría: “no pertenecerse a sí mismo” Esa es la paradoja de Russell, y es compleja pero por suerte nos topamos con una de las explicaciones más claras, creada por M. Carmen Márquez García para un curso de SAEM Thales, Formación a Distancia a través de Internet, que aparece en este sitio web.  Supongamos que un conocido experto en obras de arte decide clasificar las pinturas del mundo en una de dos categorías mutuamente excluyentes. Una categoría, de muy pocos cuadros, consta de todas las pinturas que incluyen una imagen de ellas mismas en la escena presentada en el lienzo. Por ejemplo, podríamos pintar un cuadro, titulado “Interior”, de una habitación y su mobiliaria -colgaduras en movimiento, una estatua, un gran piano- que incluye, colgando encima del piano, una pequeña pintura del cuadro “Interior”. Así, nuestro lienzo incluiría una imagen de sí mismo. La otra categoría, mucho más corriente, constaría de todos los cuadros que no incluyen una imagen de sí mismos. Llamaremos a estos cuadros “Pinturas de Russell”. La Mona Lisa, por ejemplo, es una pintura de Russell porque no tiene dentro de ella un pequeño cuadro de la Mona Lisa. Supongamos además que nuestro experto en obras de arte monta una enorme exposición que incluye todas las pinturas de Russell del mundo. Tras ímprobos esfuerzos, los reúne y los cuelga en una sala inmensa.  Orgulloso de su hazaña, el experto encarga a una artista que pinte un cuadro de la sala y de sus contenidos. Cuando el cuadro está terminado, la artista lo titula, con toda propiedad, “Todas las pinturas del Russell del mundo”. El galerista examina el cuadro cuidadosamente y descubre una pequeña falla: en el lienzo, junto al cuadro de la Mona Lisa hay una representación de “Todas las pinturas de Russell del mundo”. Esto quiere decir que “Todas las pinturas del mundo” es un cuadro que incluye una imagen de sí mismo, y por consiguiente, no es una pintura de Russell. En consecuencia, no pertenece a la exposición y ciertamente no debería estar colgado en las paredes. El experto pide a la artista que borre la pequeña representación. La artista la borra y le vuelve a mostrar el cuadro al experto. Tras examinarlo, éste se da cuenta de que hay un nuevo problema: la pintura “Todas las pinturas de Russell del mundo” ahora no incluye una imagen de sí misma y, por tanto, es una pintura de Russell que pertenece a la exposición. En consecuencia, debe ser pintada como colgado de alguna parte de las paredes no vaya a ser que la obra no incluya todas las pinturas de Russell. El experto vuelve a llamar a la artista y le vuelve a pedir que retoque con una pequeña imagen el “Todas las pinturas de Russell del mundo”. Pero una vez que la imagen se ha añadido, estamos otra vez al principio de la historia. La imagen debe borrarse, tras lo cual debe pintarse, y luego eliminarse, y así sucesivamente. Eventualmente la artista y el experto caerán en la cuenta de que algo no funciona: han chocado con la paradoja de Russell.  Teniendo en cuenta que lo que Russell estaba tratando de hacer era reducir la matemática a la lógica y lo que había descubierto era una grieta en los fundamentos de la ciencia, no sorprende su reacción. “Sentí acerca de estas contradicciones lo mismo que debe sentir un ferviente católico acerca de los papas indignos”. Pero no había vuelta atrás: lo descubierto no se puede volver a cubrir.  Aunque a unos matemáticos el asunto los dejó indiferentes y les pareció que no merecía tanta reflexión, otros destinaron buena parte del trabajo intelectual de la primera mitad del siglo XX a superar la paradoja de Russell… hasta que se decidió que un conjunto que se contenga a sí mismo realmente no es un conjunto. La solución no le gustó mucho a muchos, ni siquiera a Russell. M. Carmen Márquez García cuenta que “la tensión intelectual y su descorazonadora conclusión se cobraron un precio muy terrible”. Russell recordaría cómo después de esto “se apartó de la lógica matemática con una especie de náusea”. Volvió a pensar en el suicidio, aunque decidió no hacerlo porque, observó, seguramente viviría para lamentarlo.
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bocadosdefilosofia · 6 months
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«Y vemos que los artistas dionisiacos muchas veces contienden entre ellos con negligencia en los teatros, sin ánimo y sin esmero. Pero cuando existe contienda y porfía con otros, no solo se cuidan de estar más atentos ellos mismos, sino que también se cuidan más de su instrumento, tensando las cuerdas y ajustando y tocando sus flautas con gran armonía. Por eso el que ve que su enemigo es un rival de vida y fama pone más atención en sí mismo, examina con cuidado sus acciones y ordena su vida. También esto es propio del vicio: avergonzarse ante los enemigos más que ante los amigos por los errores que cometemos. De ahí que Nasica, cuando algunos creían y decían que los asuntos de los romanos estaban seguros después de haber aniquilado a los cartagineses y sometido a los aqueos, dijo: “Precisamente ahora estamos en peligro, pues no hemos dejado a quién temer ni ante quién avergonzarnos”.»
Plutarco: Sobre la amistad y cómo sacar provecho de los enemigos. Editorial Alma, pág. 21. Barcelona, 2023.
TGO
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HISTORIA UNIVERSAL - LAS VESTALES -
Muerte de una Vestal. Sí, parece que sea el título de una novela de misterio de Aghata Christie, pero no, ya me gustaría, … En realidad, no se trata de ficción, al contrario, las vestales aunque disponían de muchas prebendas e incluso de poder e influencias, también se debían a una serie de deberes muy estrictos cuya falta les podía llevar a la muerte.
Pero, además, me he encontrado una anécdota que me ha sorprendido al leer el libro
“Los Asesinos del Emperador”
de S. Posteguillo sobre el reinado de Domiciano, el último emperador de la dinastía Flavia, quien fue asesinado y del que la historia no guarda muy buen recuerdo siendo incluso condenado a una
“Damnatio memoriae” (recordemos que incluso se baraja que pudiera ser el anticristo en el apocalipsis de San Juan). Este emperador fue capaz de condenar a una Máxima Sacerdotisa vestal basándose, al parecer, en calumnias y falsas acusaciones.  Este es el caso que nos ocupa, pero comencemos por el principio.
Muerte de una vestal. La Diosa Vesta
Desde la antigüedad más remota, incluso antes al propio origen de Roma (que según la leyenda fue fundada por Rómulo -Ab Urbe Condita– en el año 753 aC), ya se veneraba a Vesta. De hecho, en algunos mitos aparece intercediendo para evitar la ejecución de Rea Silvia, ya embarazada por el dios Marte de los gemelos Rómulo y Remo. Vesta, diosa del fuego del hogar y símbolo de la fidelidad, se correspondía con la diosa griega Hestia, y era hija de Saturno y de Ops y hermana de Júpiter.
Si bien, al principio su culto era de tipo privado, gradualmente se convirtió en la protectora de Roma y, según nos cuenta Plutarco, el culto fue establecido a nivel estatal por el rey Numa Pompilio en el S. VII aC. Éste perduró hasta el final del paganismo,  en el año 391 dC, cuando el Emperador Teodosio decretara por ley que todo culto y rituales paganos quedaban prohibidos. Tras este decreto el templo de Vesta fue clausurado  y la llama sagrada fue apagada.
La diosa era representada en la forma de una mujer de gran belleza que sostenía en una mano una antorcha y en la otra un cuenco votivo. Cortejada por Apolo y Neptuno, prefirió permanecer pura y virgen.
Muerte de una Vestal. Las Vestales
Sus sacerdotisas eran las virginales Vestales, cuya misión fundamental era mantener encendido el fuego sagrado en el altar del Templo de Vesta, símbolo de la seguridad y prosperidad de Roma. El fuego sólo se apagaba intencionadamente una vez al año, el último día de febrero, para ser renovado el primer día de marzo, que para los romanos era el comienzo del año. Para la supersticiosa sociedad romana, si la llama se apagaba en cualquier otro momento, esto era considerado como vaticinio de graves tragedias.Horacio decía que mientras el Pontifex Maximus subiera al capitolio  acompañado por la “vestal silenciosa”, Roma mantendría su gloria. Por ello, cada primero de marzo, con el comienzo del año, se renovaba la ceremonia.
Pero además tenían otras tareas, entre las que destacaban las de presenciar ceremonias religiosas, purificar la tierra del Templo cada mañana con el agua extraída de una fuente dedicada a la ninfa Egeria y cuidar de reliquias religiosas. Otra tarea exclusiva de ellas -y que ningún sacerdote masculino podía realizar- como veramos, era la de preparar durante las Vestalias la mola salsa que sería utilizada en los sacrificios públicos.
Las Vestales eran una excepción en el mundo sacerdotal romano, compuesto por hombres. El número de vestales fue variando, en un principio fueron dos, luego cuatro y posteriormente seis vírgenes, aunque parece que en algún momento pudieron llegar a ser siete.  La Vestal de mayor importancia era la Virgo Vestalis Maxima y su principal tarea era la de participar en el Colegio de Pontífices. Según Tácito, la Vestalis MaximaOccia presidió el Colegio de las vestales durante 57 años. La última Suma Vestal conocida fue Coelia Concordia en el 380.
Las sacerdotisas se seleccionaban siendo niñas y debían permanecer vírgenes durante los 30 añosobligatorios de permanencia al servicio de Vesta, tras este tiempo de completo celibato podían incluso casarse, aunque no solían hacerlo manteniendo de este modo sus privilegios. Cuando se producía una vacante eran elegidas directamente por el Pontifex Maximunde entre las 20 niñas, de 6 a 10 años, más perfectas de Roma. Es decir, que no podían tener ningún defecto físico o mental, debían ser hermosas y pertenecer a familias patricias, si bien esta condición se suavizó con el tiempo incluyendo otras familias de merecido rango social. Tras su elección, el Pontifex realizaba una ceremonia en el Templo de Vesta, pronunciaba las palabras: “Yo te tomo a ti, amada, para que seas una sacerdotisa de Vesta …”,  luego le eran cortados los cabellos y era suspendida de un árbol a fin de dejar claro que ya no dependía de su familia, finalmente se le ponía un velo en la cabeza y se le entregaba una lámpara encendida. Tras ello el Pontifex la cogía de la mano y era llevaba al Atrium Vestae, la casa de las Vestales, situada en el Foro tras el Templo de Vesta.
Entre el 7 y 15 de junio se celebraban estos festejos en honor de Vesta. Era una de las festividades más esperadas y populares de Roma. El primer día de la fiesta se abría, por única vez durante el año, el penus Vestae (el sancta santorum del templo). Era la única ocasión durante el año en que otras personas, a parte de las Vestales, podían ingresar en el templo a Vesta.  Si bien, solo lo podían hacer las mujeres Romanas que fueran madres, ya que Vesta era la diosa de la familia y la pureza, y la condición de madre era fundamental para ingresar al templo.
Las Vestales preparaban la “Mola Salsa”, una harina salada utilizada como ofrenda en varias festividades sagradas, y con ella se hacía una especie de torta no comestible de significado religioso. Diferentes estatuas de la diosa eran transportadas por las calles principales en distintas procesiones públicas en donde las matronas romanas seguían descalzas a las Vestales y cantaban alabanzas. Como anécdota: durante esos días se coronaba a un asno (representación del que despertó a la diosa antes de ser violada) con flores y se le eximía del trabajo.
Muerte de una Vestal. Privilegios de las Vestales
Las Vírgenes Vestales gozaban de gran prestigio en la sociedad. Eran respetadas y adoradas por todos los ciudadanos Romanos, incluso los magistrados les cedían el paso. Entre los privilegios con los que contaban se encontraba el de ser escoltadas por los lictores cuando andaban por las calles; viajaban en un carpentum, una carro de dos ruedas cubierto. Además tenían los mejores lugares, en primera fila, en los juegos y obras teatrales. Y muy frecuentemente eran invitadas a suntuosos banquetes ofrecidos por los ciudadanos más ricos y poderosos de Roma.
Las vestales además no estaban sujetas a la Patria Potestad, esto es, eran las únicas mujeres en Roma que disponían de un status similar al de los hombres romanos y podían testar aún viviendo sus padres, y disponer de sus bienes y herencia sin necesidad de tutor. Además, su veredicto era decisivo para decidir sobre la suerte de un gladiador. Eran tan veneradas, que su sola presencia por el camino de un condenado a muerte rumbo el verdugo era suficiente para que se le absolviera y se le perdonara la vida. Por último, eran las custodias de objetos sagrados valiosos como el Palladium (una veneradísima estatua de madera de la diosa Palas Atenea, la Minerva de los romanos, que se decía que había sido traída desde Troya por el héroe Eneas, quien dio origen mítico a la estirpe de los romanos), o de los testamentos de personas tan importantes como César y Marco Antonio. Todos estos privilegios hacían que, una vez pasado el tiempo obligado de sacerdocio, decidieran seguir en la orden por no renunciar a ellos.
Muerte de una Vestal. Castigos a una Vestal
Pero, si una vestal incumplía su obligación o infligía sus votos, el castigo era durisimo. Como hemos visto, la tarea más importante de una Virgen Vestal era el mantenimiento y cuidado de la Llama Sagrada. Esta llama era cuidada por turnos y su pérdida era castigada incluso con la vida, aunque normalmente la vestal de guarda era azotada. Sin embargo, durante más de mil años muy pocas veces la llama se apagó. Si la llama por alguna razón se apagaba, el Senado se reunía de urgencia para aclarar las causas y una ves deliberado, el templo era expiado y, según se cree, la llama era reavivada utilizando luz solar.
Autor: Eva Alberola para Revista Hitoria. [email protected]
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notasfilosoficas · 2 years
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“Una mentira nunca vive hasta hacerse vieja”
Sófocles
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Fue un poeta trágico griego nacido en Colono, una aldea cercana a la ciudad de Atenas, en el año 496 a.C. Fue autor de obras como Antígona y Edipo Rey y se sitúa junto con Esquilo y Eurípides entre las figuras mas destacadas de la tragedia griega.
Las principales fuentes que hablan sobre la vida de Sófocles son algunos datos biográficos escritos en el siglo I por un autor anónimo, y algunos fragmentos dispersos que se pueden encontrar en las obras de Plutarco, Ateneo, Aristóteles y otros autores.
Según el autor anónimo de la Vida de Sófocles, era hijo de Sófilo un fabricante de armas, y uno de sus maestros fue Lampro, quien lo instruyó en la danza y le enseño a tocar la lira. 
Se dice que poseía belleza física pero débil voz, y le gustaban el ejercicio y la música. Poco después del 460 a.C. se casó con Nicóstrata con quien tuvo un hijo llamado Iofonte quien también se dedicó a la tragedia.
Fue amigo de Herodoto, a quien dedicó una oda de la cual solo se conserva un fragmento, y también desempeñó labores religiosas siendo sacerdote de un Dios local llamado Habón en el año 420 a.C.
Sófocles llegó a escribir hasta 123 tragedias para los festivales en los que se adjudicó. Se convirtió en una figura importante en Atenas. A Sófocles se le debe la introducción de un tercer personaje en la escena, lo que daba mayor juego al dialogo, dotando de complejidad psicológica al héroe de la obra.
Edipo Rey es quizá la más célebre de sus tragedias, y Aristoteles la consideraba como la mas representativa y perfecta de las tragedias griegas.
En su vejez se le atribuía cierta tacañería en los temas monetarios y fue llevado a juicio por su hijo Iofonte por considerarlo falto de juicio para administrar su hacienda saliendo absuelto cuando recitó parte de su drama Edipo de Colono.
Tras su muerte, en el 406 a.C. fue venerado como si fuera un héroe, con el nombre de Dexio y en los museos vaticanos se conserva una copia de una estatua del siglo IV que lo representa.
Fuente: Wikipedia, biografiasyvidas.com
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cubaverdad · 8 years
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Documentos de la CIA ¿Planeó Fidel Castro atacar a EEUU?
Documentos de la CIA: ¿Planeó Fidel Castro atacar a EEUU? Posted on 22 enero, 2017 by Café Fuerte La CIA acaba de poner en internet, para todo el mundo, su más grande compilación de documentos desclasificados: unos 930 mil, con más de un millón de páginas en total. Hasta el momento, el acceso a su Sistema de Búsqueda de Documentos (CREST, por las siglas en inglés) se limitaba a quienes acudían en persona a la sede de la Administración Nacional de Archivos y Registros (NARA) en College Park, Maryland. Ahora pueden consultarse en el sitio web de la CIA denominado Sala Electrónica de Lectura. Entre la miríada de documentos salió a relucir el memorando que Arnold Nachmanoff, alto funcionario del Consejo de Seguridad Nacional (CSN), remitió el 16 de noviembre de 1970 a su director, Henry Kissinger, sobre opiniones de Fidel Castro con respecto a Estados Unidos y sus temores de otra invasión. Más rollo que película El memo resume la información filtrada al respecto por el diputado comunista costarricense Manuel Mora Valverde, secretario general del Partido Vanguardia Popular (PVP), luego de reunirse con Castro en La Habana para discutir, con carácter oficial, la devolución del avión de LACSA (hoy Avianca Costa Rica) que un comando del Frente Sandinista (FSLN) había secuestrado el 21 de octubre de 1970, en el Aeropuerto Internacional del Coco (hoy Juan Santamaría). La acción armada tenía por objetivo exigir al presidente José Figueres la libertad -conseguida de inmediato- de cuatro sandinistas encarcelados en la Penitenciaría Central de San José: Carlos Fonseca Amador, Humberto Ortega, Rufo Marín y Plutarco Hernández. Mora Valverde discutió también por su cuenta ciertos informes que venían circulando sobre bases en territorio costarricense para agresiones contra Cuba. Además de jurar por su madre que Figueres jamás permitiría tales instalaciones, Mora Valverde soltó que las descargas anticastristas de Figueres eran de consumo del público, pero no reflejaban el verdadero sentir del presidente. Figueres distaba mucho de ser hostil a Castro y Cuba. Figueres atrajo la atención de Moscú desde que, al ser retado a duelo por el presidente nicaragüense Luis Somoza, aceptó con la condición de que tuviera lugar sobre la cubierta del submarino soviético que Somoza decía haber capturado. El PVP recibió de la KGB la suma de $300 mil dólares para respaldar la campaña presidencial de Figueres, alias KASIK, quien tras tomar posesión en 1970 estableció relaciones diplomáticas con la URSS y empezó a venderle café. El jefe de la rezidentura en San José, un tal Mosolov, se reunía regularmente con Figueres, pero este coqueteaba también con la CIA y el seguroso castrista Manuel "Barbarroja" Piñeiro se encargó de advertírselo a la KGB, que acabó por desechar a Figueres como "inconsistente en sus opiniones y acciones". Castro olfateaba otra invasión Castro repuso a Mora Valverde que las declaraciones de Figueres sí importaban, porque tenía indicios de que Estados Unidos preparaba otra invasión a Cuba. Y agregó que su tesitura frente a la invasión había cambiado: en vez de esperar, como había sucedido con Bahía de Cochinos, se lanzaría al ataque y "proseguiría la guerra hasta que la Unión Soviética entrara en ella". El memo sugiere que las preocupaciones de Castro sobre otra invasión pudieran traer su causa de recientes gestiones de exiliados cubanos, ante gobiernos centroamericanos, en busca de colaboración y bases de operaciones contra Cuba. "Si la información es fidedigna", acota Nachmanoff, la vehemencia de Castro pudiera conducirlo a emprender acciones desatinadas y tendientes a la confrontación entre Estados Unidos y Cuba y/o la URSS. Asimismo sugiere que la reacción de Castro pudiera deberse en parte a las presiones de los rusos y de gente del propio gobierno castrista para sacarlo poco a poco de su posición preminente, como ya había señalado a Kissinger otro alto funcionario del CSN, Viron "Pete" Vaky, en memo del 6 de noviembre: - La elite gobernante en Cuba afronta una lucha intestina en torno a dos maneras de dirigir el país: una respaldada por -y probablemente inspirada en- los soviéticos, y otra encabezada por Castro y su vieja guardia del MR-26-7. - La posición central de Castro se ve amenazada por las tensiones resultantes y al parecer Castro lo sabe, amén de tener pruebas de la conexión soviética con tal amenaza Nachmanoff adjuntó al memo suyo un informe de inteligencia que, "de ser fidedigno", ofrecía una perspectiva interesante de las opiniones de Castro sobre Estados Unidos, sus temores a otra invasión y su posible reacción a ella. Sin embargo, la desclasificación de la CIA llegó hasta el memo del CSN y dejó fuera, como en otras muchas ocasiones, el informe de inteligencia que constituye el meollo de la información. Historia y estilo Ya sabemos en qué paró aquella lucha intestina. Castro asistió al XXIV Congreso del PCUS, que comenzó el 30 de marzo de 1971, y recibió la mayor ovación a un delegado de partidos hermanos. Ese mismo año, su Dirección General de Inteligencia (DGI) asumió algunas operaciones de la KGB en Gran Bretaña, para mitigar la crisis desatada el 25 de septiembre por la expulsión de 115 diplomáticos soviéticos. Al año siguiente, Cuba ingresó -el 11 de julio- en la órbita soviética denominada Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME). Vaky, Nachmanoff y Kissinger se quedaron con las ganas de sacar partido de las presiones en torno a Castro y no sabemos si el informe de inteligencia de la CIA previó este desenlace. Al momento de la visita de Mora Valverde, Castro estaba al tanto del "gran plan-político militar" que, desde diciembre de 1969, venía anunciando el empresario cubanoamericano José Elías de la Torriente. Ante miles de exiliados congregados en Miami para el unity rally del sábado 21 de febrero de 1970, Torriente reveló que buscaría apoyo en Latinoamérica. El 1ro de junio acudió a la radioemisora La Fabulosa (WFAB) para dar parte de su gira por Brasil, Argentina, Venezuela y República Dominicana. Y el 3 de julio largó en Madrid comunicado de prensa sobre la invasión a Cuba con unos 15 mil efectivos desde un país no identificado de Centroamérica. Pamplinas. El 23 de abril de 1971, el veterano de Bahía de Cochinos Felipe Rivero Díaz, declaró que el Plan Torriente estaba "más que enterrado". No pudo resucitarlo ni siquiera su primera y única acción militar, que se llevó a cabo el 12 de octubre de 1971 contra el puesto fronterizo y caserío de Boca de Samá. Torriente seguiría con la cantaleta de guerra definitiva contra Castro hasta recibir -la noche del Viernes Santo de 1974- un balazo mortal en la cabeza, mientras veía la televisión en casa. El militante anticastrista Orlando Bosch negó su participación, pero sentó lapidariamente: "Él jugó con las esperanzas, las aspiraciones y el dinero del pueblo (…) Nadie más levantará una falsa bandera por temor a perder su propia vida". Un ataque frustrado Así y todo, la idea de atacar a Estados Unidos constaba en el repertorio de Castro -según el FBI, no la CIA- por lo menos desde 1962. El 17 de noviembre de aquel año, el FBI arrestó a Roberto Santiesteban, attaché de la Misión de Cuba ante Naciones Unidas, y a los exiliados cubanos Marino Sueiro y José García, bajo cargos de conspiración de sabotaje. En el taller de García (242 W 27 Calle, Nueva York) se ocuparon granadas de mano, artefactos incendiarios, detonadores y otros materiales propios de acciones de sabotaje. Sueiro trabajaba allí a tiempo parcial. Otros dos diplomáticos de la misión: José Gómez-Abad y su esposa, Elisa Montero, se incluyeron en la denuncia, por suministrar explosivos a García, pero gozaban de inmunidad diplomática. Según el Director del FBI, Santiesteban portaba una pistola semiautomática cargada, se resistió al arresto y trató de engullir unos papeles con fórmulas de explosivos antes de invocar inmunidad diplomática, que el FBI no había considerado porque Santiesteban entró a Estados Unidos el 3 de octubre y sus credenciales aún estaban en proceso. Gracias a la mediación del Secretario General de la ONU, U Thant, Santiesteban saldría en libertad bajo fianza y terminaría regresando a Cuba, después que Estados Unidos aceptara la alegación de inmunidad. Los otros dos encausados se perdieron en la historia, como el informe de inteligencia de la CIA adjunto al memo de Nachmanoff a Kissinger. Chris Simmons, teniente coronel retirado de la agencia de inteligencia militar (DIA, por sus siglas en inglés), puntualiza que el ataque estaba previsto para el Black Friday y hubiera sido la acción terrorista de mayor envergadura en Estados Unidos anterior al 9-11. La conspiración habría obedecido al deseo de venganza de Castro en previsión contra el incumplimiento por Kennedy del pacto con Krushev que diluyó la Crisis de los Misiles. Los objetivos del sabotaje eran la Estatua de la Libertad, la estación de ómnibus de la Calle 42, la Grand Central Station y otras paradas del metro en Manhattan, las tiendas neoyorquinas de Macy's, Gimbels y Bloomingdale, así como refinerías de petróleo en Nueva Jersey. ¿Y qué nos dice ahora la CIA? Nada. El memo es del CSN y el informe adjunto de la CIA, con supuesta información de inteligencia (INTEL), queda en las tinieblas. 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bocadosdefilosofia · 5 months
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«¿Quién ha presentido alguna vez el poder propio, el poder soberano del objeto? En nuestro pensamiento del deseo, el sujeto posee un privilegio absoluto, puesto que es él quien desea. Pero todo se invierte si pasamos a un pensamiento de la seducción.
Ahí, ya no es el sujeto el que desea, es el objeto quien seduce. Todo parte del objeto y todo vuelve a él, de la misma manera que todo parte de la seducción y no del deseo. El privilegio inmemorial del sujeto se invierte. Pues éste es frágil, no puede hacer otra cosa que desear, mientras que el objeto, por su parte, juega perfectamente con la ausencia de deseo, seduce por esta ausencia de deseo, representa en el otro el efecto de deseo, lo provoca o lo anula, lo exalta o lo decepciona —hemos querido o preferido olvidar esa fuerza.»
Jean Baudrillard: Las estrategias fatales. Editorial Anagrama, pág. 115. Barcelona, 2000.
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notasfilosoficas · 2 years
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"La obra humana más bella es la de ser útil al prójimo"
Sófocles
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ue un poeta trágico griego nacido en Colono, una aldea cercana a la ciudad de Atenas, en el año 496 a.C. Fue autor de obras como Antígona y Edipo Rey y se sitúa junto con Esquilo y Eurípides entre las figuras mas destacadas de la tragedia griega.
Las principales fuentes que hablan sobre la vida de Sófocles son algunos datos biográficos escritos en el siglo I por un autor anónimo, y algunos fragmentos dispersos que se pueden encontrar en las obras de Plutarco, Ateneo, Aristóteles y otros autores.
Según el autor anónimo de la Vida de Sófocles, era hijo de Sófilo un fabricante de armas, y uno de sus maestros fue Lampro, quien lo instruyó en la danza y le enseño a tocar la lira. 
Se dice que poseía belleza física pero débil voz, y le gustaban el ejercicio y la música. Poco después del 460 a.C. se casó con Nicóstrata con quien tuvo un hijo llamado Iofonte quien también se dedicó a la tragedia.
Fue amigo de Herodoto, a quien dedicó una oda de la cual solo se conserva un fragmento, y también desempeñó labores religiosas siendo sacerdote de un Dios local llamado Habón en el año 420 a.C.
Sófocles llegó a escribir hasta 123 tragedias para los festivales en los que se adjudicó. Se convirtió en una figura importante en Atenas. A Sófocles se le debe la introducción de un tercer personaje en la escena, lo que daba mayor juego al dialogo, dotando de complejidad psicológica al héroe de la obra.
Edipo Rey es quizá la más célebre de sus tragedias, y Aristoteles la consideraba como la mas representativa y perfecta de las tragedias griegas.
En su vejez se le atribuía cierta tacañería en los temas monetarios y fue llevado a juicio por su hijo Iofonte por considerarlo falto de juicio para administrar su hacienda saliendo absuelto cuando recitó parte de su drama Edipo de Colono.
Tras su muerte, en el 406 a.C. fue venerado como si fuera un héroe, con el nombre de Dexio y en los museos vaticanos se conserva una copia de una estatua del siglo IV que lo representa.
Fuente: Wikipedia, biografiasyvidas.com
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