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papapawis · 4 years

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AGUA TEÑIDA.

Con los dientes, con las manos, como puedas, quita de mi cuello honrado el metal de esta cadena, dejándome arrinconada allá en mi casa de tierra. Y si no quieres matarme como a víbora pequeña, pon en mis manos de novia el cañón de la escopeta. ¡Ay, qué lamento, qué fuego, me sube por la cabeza! ¡Qué vidrios se me clavan en la lengua!

Federico García Lorca.

Me pregunto en qué punto la vida cobra sentido.

Es pesada, llena de contradicciones y dolorosa. La muerte, que es lo único ineludible es tan lastimosa y los huecos de ausencia pesan tanto. La comida no siempre sabe cómo debe, el sol tan potente por el medio día abochorna la permanencia. No tengo a quien contarle sobre este hastió, al día, al lenguaje, las personas, los fenómenos naturales, la política y religión, las modernas o únicas relaciones de pareja, en fin....

Desperté como de costumbre, cruzada a mitad de colchón y con los brazos helados. No había descansado nada a pesar de haber dormido 9 horas. Estaba aún cansada y el único anhelo de esperar la noche, para de nuevo, dormir.

Ojalá algún día descubra de que va esta fuerza, la que me saca de mi cama todas las mañanas y me chispa el movimiento, haciendo que los días pasen a pesar de aborrecer un poco de la vida. Tan solo un poco.

Me dirigí al baño y miré mi rostro, gastado, abatido, con trazas de pestañina en los parpados y las ojeras, al esplendor. Escupí la saliva amarga de la mañana en el mismo lavabo de siempre, tomé un respiro y continúe con el día.

“Quisiera poder llorar hoy, esta melancolía me aprieta mi pecho y me sofoca”

De camino al trabajo me toco sentarme en el metro frente a un bebe, parvo. Tan lleno de vida nueva y frescura en la sangre. Nos reímos juntos el resto del trayecto, yo le hacía muecas a escondidas de su madre y el me regalaba un consuelo con su risa nueva, virgen.

“Ojalá pudiera ser tan inocente de nuevo, ojalá pudiera a volver a sentir lo que se siente cuando algo es desconocido, las sensaciones puras y recién conocidas”

Me postré varias horas en estado de inconsciencia y solo mecanización de mí ya conocida labor: firmaba bitácora, checaba la humedad y el pH del agua en el orquideario, roseaba con agua las hortensias del lado sur del jardín, entraba al cuarto donde estaba la colección de plantas carnívoras y abría los ventanales para su baño de sol. Al final de mi rutina, me daba una vuelta para ver las biznagas.

Una canción que escuchaba mientras terminaba mis labores, me puso a ensimismarme en el recurrente parloteo de ideas en mi mente. Entendí que somos parte de un eslabón marcado o popularmente conocido como “destino”, mas no quien elige el rumbo de su vida. De la nada, me sentí inundada de lo absurdo. Nuevamente, me quedé pesimista el resto del día y la noche.

“Mmm… otra vez despierto cansada, ojalá pudiera seguir durmiendo”

Agua fría, desayuno sin sentido ni sabor, apurada para llegar a nadar. Hoy era día de nadar por la mañana. Llegando a la alberca, cambié mi sudadera caliente por un traje de baño frio, me metí a la regadera. Bajé a la alberca y comencé mi rutina habitual.

Terminando la hora, al llegar a la puerta de las regaderas, note unas manchas en el suelo color marrón. Alce mi mirada y a lo largo del pasillo, la macha se hacía más grande tornándose rojiza.

Se hallaba una niña al fondo del pasillo, volteo espantada y con tanta pena a primera vista que sus ojos exaltados de orbita le transformaron el semblante, su voz se titubeaba.

El agua teñida por todo el corredor dejaba una mancha que se hacía lago en la última regadera. La niña pasmada, se trabó en disculpas. Su cara se enrojecía. Primeriza del primer contacto con la sangre y su feminidad en conjunción. Le había bajado su primera regla en ese preciso momento.

Le ayude a borrar vestigios y a entender un poco la situación. Habíamos quitado ya todo y mientras terminaba de bañarse, la pequeña lloraba inconsolablemente.

De regreso a casa solo podía pensar en lo acontecido. La pequeña, la menstruación, la mancha, el paso de maduración del cuerpo femenino, la vez que mi mama anoto la fecha de mi primera regla en un libro, lo que significaría ahora en adelante para la niña ese evento en su vida, la pena que sentí por ella, los cuerpos mojados, el mío por agua, el suyo por sangre. Eso, solo me condujo a mi niñez.

Rememoraba las impresiones, los sentimientos. Mi niñez, sin duda alguna, era venturosa, dichosa y vivía despreocupada. Jugaba, esperaba la cena, dormía muchas horas y despertaba tenaz, enérgica y con entusiasmo. Mis deseos inocuos por ser una adulta pronto, los sueños inocentes por un futuro deslumbrante. Mis anhelos sinceros por seguir sintiéndome plena toda la vida. Mi vida en tranquilidad y rodeada de amor, de una familia completa, de una paz desconocida.

Me di cuenta que ahora soy infeliz, me he despersonalizado últimamente. Si, me encuentro en la época donde todo sabe amargo, los colores son opacos y el positivismo disfrazado de paliativos no merman lo rasposo y lastimoso de la existencia. Ahora, me había convertido en un bosquejo de una mujer existencialista, solitaria, egocéntrica y masoquista.

Este cumulo de sentimientos potencializados me pesa la paz, me hace sentir culpable por todo, malhadada, sin dicha, malaventurada.

Cada vez son peor las secuelas que me dejan estas auto laceraciones, volviéndome opaca, seria, apocada. No hay rastro de aquella niña simple y absoluta.

No estoy dispuesta a seguir sobreviviendo de esta manera, sintiéndome ausente hasta de mí misma, lastimada por esta arma de doble filo, sin razón y deseando ser obtusa, ignara de conciencia.

“Esta noche, me mataré”.

Llegando a casa, me tiré a llorar. Baje al cuarto, busque el libro donde sabía que había anotado:

“muerte con anís estrella (infusión) C A R D I O T O X I C O”.

Me había poseído el sentimiento una vez mas de pesadez y absurdo, me encontraba hastiada de mi carne, de mi mente, mis pensamientos. Me pareció que en esa epifanía podía verme desde otro punto, como si me hubiese salido de mi cuerpo para verlo padecer, desangrarme por dentro de emociones contenidas y sin decir palabra. Solo que esta era la última vez que deseaba sentirlo. Y me observé, estaba en el punto cúspide de mi hostigosa existencia, la pena me había invadido y no percibía más vida después de esto.

Me abatí por más de una hora a la orilla de mi cama divagando entre las posibles respuestas de auto consuelo, entre las aristas de mis pensamientos opositores a mi suicidio. Absolutamente todas eran pesimistas, sombrías. Si estoy gobernada por un eslabón marcado, absolutamente todo me remontaba a lo que debía ser mi muerte: el constante anhelo por sentirme sorprendida, el absurdo invadiéndome y dejándome abatida, la canción que me recordaba un destino, el agua teñida que me dirigia a mi niñez. Decidí terminarme, culminar con este camino de muerte, este viaje por los infiernos de la tierra, con este abandono y amargo sabor constante al paladar, a el resplandor de un poco de felicidad.

Me levante de la cama y camine hacia la cocina, esta era mi caravana al infinito.

El agua consumida por el hervor terminaba de darle sentido a mi plan. Veía como cambiaba de un color aturdido a un absoluto fin. Era veneno lo que me tomaría y me da algo de temor que este plan fuese a fallar.

Espero que no sea así, de ser de otra manera, perdónenme por haber fracaso un intento más y de esta magnitud. Quería relatar un poco de mi soledad antes de mi muerte, espero al leerlo, puedan perdonarme por el dolor que les causare. Al parecer no fui creada para la vida dichosa.

Los quiere, Ximena.

CON ESTE RELATO ME LIBERO, YA HE MUERTO EN ESTA VIDA.

Libertad Mar.

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devinmatts · 4 years

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Me acabo de despertar, tuve un sueño horrible, ojalá siempre se quede ahí, en esa parte de mi inconsciente en la cual es inexistente, ojalá se ahogue y muera por lo noche, con la misma violencia que me despierto de una malaventurada noche, con la misma centella de ráfaga por mi mente, mis miedos viéndose reflejados en una noche lluviosa.

Ahora iré a dormir con la única persona que tiene el poder de erradicar mis miedos.

De calmar mis demonios, de enseñarme que esas pesadillas solo son eso y que precisamente “eso” jamás podrá hacerme daño, ni siquiera si está dentro de mi.

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absurdoser · 4 years

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AGUA TEÑIDA. (Micro relato)