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#maldita roma
abrillherrera · 2 months
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Maldita Roma
Santiago Posteguillo
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Entretenido, apasionante, emocionante en cada página. Lleno de detalles y que logra transmitir con gran maestría el intrincado y complicado mundo de la política romana en la época de Cayo Julio Cesar, lleno de intriga, enemistades, lealtades frágiles, doble juegos y demás retos que no hacen más que reafirmar las intenciones y deseos de un Cesar que ahora se muestra más ambicioso, desconfiado, inteligente, apasionado y calculador.
Todo esto mientras conocemos de un periodo agitado en la política y milicia de Roma y sus enemigos: piratas, rebeliones de esclavos, tribus vecinas al norte y Egipto. Con todo esto en el panorama histórico, César debe enfrentarse a sus enemigos de la fracción de los optimates, en la política al excelente orador Cicerón, y en lo militar, "El carnicero" Pompeyo. Posteguillo se muestra como un excelente narrador, pero también con un sentido de la responsabilidad con la veracidad histórica que se aprecia y que lo hace todo más emocionante.
Esta segunda parte, aún con todo, se siente mucho más densa y pesada que la primera, el libro es 100 páginas más largo, y aunque por momentos es fácil olvidar que se está leyendo –gracias a su narrativa envolvente–, en algún momento deseé poder terminarlo y se me estaba haciendo difícil regresar a él. Tal vez debido a la extensión y mi volatilidad como lectora –necesito rotar de temas con frecuencia para no aburrirme–. Cómo sea, esperamos pacientemente la siguiente entrega.
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publiusscipiospqr · 11 months
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GUESS WHAT BOOK GOT RELEASED TODAY
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asambleaeru · 10 days
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Ah ...
Boston. Ahora estamos en Roma Pero Boston las últimas noches en Boston fueron una locura, lo digo enserio. Armand jamás había estado tan interesando en algo que no fuese aprender sobre los humanos, en mantenerme alejado de algo que no fuese eso porque para eso estaba. Para enseñarle sobre la humanidad Pero, yo era insistente aún creo que lo sigo siendo pero ya no lo necesito tanto o eso creo es peligroso tentar al diablo pero para cuando estábamos en Boston yo creía tener un poder que en verdad era solo un espejismos no era real
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Yo quería tentarlo llevarlo a los extremos y al menos conseguí que me tocara, conseguí arrancar de esa maldita garganta gemidos por mi mano, por mi lengua y mis labios sobre aquella virilidad siempre erguida siempre lista para matar. Y vaya que fue delicioso, el maldito aprendió con tanta facilidad que cuando me llevo al ballet lo hicimos de nuevo pero osado yo que le mostré que también podía tener mis trucos. Sus jadeos, gemidos, sus sonidos eran y serán siempre música.
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Jamás había sentido aquello .. hable de Roma y la noche siguiente estábamos entrando a un hotel en esta cuidad. Tente al diablo y conseguí más de lo que pedía ¿Cuánto más puedo seguir jugando a esto? Porque me va a matar, al final de todo esto se que me va a matar. El problema es ¿Cuando?
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No lo sé, pero cierro nuestro capitulo en Boston y abro este nuevo en Roma ¿Que pasará? Estaré escribiendo que sucederá con esto, si es que como le he dicho soy un suicida sin remedio y el, él es mi nueva maldita droga.
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Estractos del diario de Daniel
Roma
1980
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callmeanxietygirl · 2 years
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Luciano Garbati comenzó su formación artística en Buenos Aires y la continuó en Roma, donde perfeccionó su técnica y profundizó su amor por el manierismo italiano
Cómo llegó a ser Medusa la mala de la historia? Violada por Poseidón, maldita y desterrada por Atenea, y finalmente asesinada y humillada por Perseo, este personaje de la mitología clásica siempre fue, en sus distintas versiones, una figura monstruosa, una mujer cuya maldad se manifestaba en su cabello de serpientes, en su mirada asesina. Pero ahora la historia es releída y resignificada por Luciano Garbati, quien invirtió la imagen que a lo largo de los siglos se usó para representar el mito: ahora es ella la que sostiene la cabeza de Perseo, y clava su mirada de piedra en aquellos que la lastimaron.
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marianeaparecidareis · 4 months
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O VELHO SACERDOTE JÔNATAS RECONHECE EM JESUS O MESSIAS ESPERADO.
O velho sacerdote diz acariciando a sua barba branca: «Quando João veio ter comigo, seu mestre, para me mostrar que estava curado, eu quis conhecer-te. Mas, Mestre, quase nunca saio do meu recinto. Estou velho ... Mas esperava vê-lo antes de morrer. E Jeová me ouviu. Que Ele seja louvado! Hoje eu te ouvi no templo. Você supera o velho sábio Hillel. Não quero duvidar, ou melhor, não posso duvidar de que Tu és o que meu coração espera. Mas você sabe o que é ter absorvido por quase oitenta anos a fé de Israel como ela se tornou ao longo dos séculos de ... manipulação humana? Tornou-se nosso sangue. E eu estou tão velho! Ouvi-lo é como ouvir a água que jorra de uma fonte fresca. Oh! sim! Uma água virgem! Mas eu ... estou cheio da água cansada que vem de tão longe ... e que tantas coisas pesaram. Como posso me livrar dessa saturação e desfrutar de Você?»
«Crendo e amando-me. Nada mais é necessário apenas para Jônatas.»
«Mas vou morrer em breve! Devo ter tempo para acreditar em tudo que você diz? Não poderei nem seguir todas as tuas palavras ou aprendê-las de outras pessoas. Então?"
«Você vai aprendê-los no céu. Apenas uma alma maldita morre para a Sabedoria. Mas quem morre na graça de Deus leva vida e vive em Sabedoria. Quem você pensa que eu sou?»
«Só podes ser o Esperado, de quem o filho do meu amigo Zacarias precursou João Batista. Você o conheceu?"
«Ele era um parente Meu.»
"Oh! Então você é parente do Batista? »
«Sim, sacerdote.»
«Ele está morto… e não posso dizer:“ Pobre homem! ”. Porque morreu fiel à justiça, depois de cumprir a sua missão e porque… Oh! Os tempos terríveis em que vivemos! Não é melhor voltar para Abraão? »
"Sim. Mas tempos mais terríveis virão, sacerdote.»
"Você acha? Roma, hein?»
«Não só Roma. O Israel culpado será a primeira causa.»
"É verdade. Deus está nos golpeando. Nos merecemos isso. Mas também Roma....
O EVANGELHO MARIA VALTORTA.
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lileuph-milkybanana · 6 months
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Quinto año / Séptimo año
El aroma de la amortencia —de vainilla y chocolate caliente y el cabello de Jungkook cuando lo abrazaba— persiguió a Yoongi por los primeros tres días de las vacaciones de verano, sentado en su habitación reflexionando sobre ello o tirando latas de cerveza vacías con sus amigos muggles. Entonces, hizo lo que cualquier Slytherin sensato haría con un problema, y le escribió a Gerry sobre ello.
Gerry, de forma predecible, le envió una carta Vocifeadora.
En su defensa, la Vocifeadora tenía escrito Consejo Amable Pero Fuerte afuera, y honestamente Yoongi no sabía qué estaba esperando.
El envoltorio rojo llegó el tres de julio en la boca de la lechuza hiperactiva y chillona de Gerry (oficialmente llamada James, de forma no oficial llamada Bastardo loco). Yoongi reconoció el sello en la cera y la letra escrita en la carta, pero era muy tarde para buscar refugio, y se sentó en el jardín trasero mirando con horror mientras lo que Gerry consideraba como buen consejo era gritado.
—¿Qué quieres decir con que no estás seguro? ¿Qué mierda significa eso, maldito idiota? ¿Estás loco? ¿El mundo se volvió loco? Ve y dile que su cabello huele como amor verdadero y toda esa mierda- puedes hacerlo, idiota, escríbele y dile que quieres verlo en algún lugar romántico como, no sé, Paris o CornWall o Hobbiton o alguna heladería lujosa en Roma o alguna mierda así. Sí, esa es la idea. Ve. ¡Ve por tú hombre, bastardo hermoso y ansioso! —y luego, mientras el envoltorio ardía y Yoongi contemplaba su propia muerte, un pedazo de papel cayó y le sonrió— Enviándote mi amor como siempre, Gerry Thompson.
Todo ese griterío en un nivel horrible en el barrio inglés de clase media de Yoongi. Su amigo Nathan asomó su cabeza por la ventana, dándole una mirada rara y moviendo un control de Xbox hacia él.
—¿Ese es Gerry? —gritó su madre desde la ventana de la cocina—¡Dile hola!
Así que Yoongi siguió el pequeño consejo maternal en un Vocifeador y se lo envió a través de Friedreich a Irlanda, porque Gerry merecía amor incluso si estaba totalmente loco.
Y luego se sentó y escribió una carta mucho mejor para Jungkook.
Hola,
Sé que ha pasado un tiempo desde que hablamos, pero quería hablarte sobre algo que no puedo escribir porque sonaría como un idiota a través de una carta. ¿Quieres juntarte conmigo en la Heladería Florean Fortescue e intentar no matarme?
Tu amigo, Yoongi.
Debatió sobre añadir un corazón y no lo hizo, y lo envió antes de que pudiera cambiar otra cosa, y luego pasó dos días pensando desesperadamente en las ramificaciones de no haber añadido ese pequeño símbolo después de su nombre. Hasta recibir la respuesta de Jungkook, al menos.
Hola,
Suena bien. Estoy ansiando verte de nuevo. ¿El viernes a las 11?
Jk x :D
Lo que era bueno. Realmente bueno.
(Jungkook añadió un emoticón. ¿Debió haber hecho lo mismo Yoongi?
Pero eso le dio tres días a Yoongi para gritar en su almohada y llamar a Namjoon y llorar en las cenizas de su chimenea mientras su boca se llenaba de polvo.
Totalmente en control.
Sí.
***
—¿La camisa gris y roja, o la camisa blanca, gris y...eso es café?
—Yoongi, puedo decir con honestidad que me importa una mierda—dijo Nathan usando su teléfono—. Ni siquiera es una cita, no oficialmente, ¿cierto? Y vas a perder el tren si te cambias una vez más, y voy a volverme loco por la misma razón. Quédate con lo que estás usando y cálmate, maldita sea.
—Gracias, hombre. Muy solidario—dijo Yoongi, quedándose con el café y robando la gorra roja de la cabeza de Nathan— ¿Esto me hace ver como un pene?
—¡Sí! ¡Yoongi! ¡Tren!
—Oh, mierda...—Yoongi se apresuró hasta la puerta, y tuvo que esperar hasta que Nathan se fuera para usar el polvo Flu para llegar al Caldero Chorreante a tiempo para su no cita con Jungkook. Se iba a disculpar por ser un cobarde gigante y esperaba no soltar el tema sobre la amortencia que había estado callando desde el examen de pociones. Vainilla, chocolate caliente y el aroma del cabello de Jungkook.
Sí, no hablar sobre eso. Evitarlo por completo.
—¡Diviértete! —dijo alegremente su madre.
—Voy a morir—dijo, besándola en la mejilla—. Te amo adiós ¡callejón Alley!
Llegó con la boca llena de cenizas, tos y un sentimiento fuerte de mareo, justo en el corazón abierto del Caldero Chorreante. Las personas en el bar no levantaron la cabeza, la llegada de viajeros eran de lo más normal, sobre todo durante el verano cuando la mayoría de la población mágica bajo los dieciocho años es libre de gastar el dinero que guardaron en Hogwarts. El bartender saludó con un asentimiento de su cabeza, el cual Yoongi correspondió, antes de limpiar sus rodillas y dirigirse a la puerta trasera, hacia la pared escondida atrás de los tarros de basura. Jungkook. Helado. Una amistad platónica rejuvenecida.
Yoongi se sentía como si no pudiera respirar, un poquito.
Al menos el sonido de los ladrillos replegándose en la pared era familiar, y le otorgó un momento para cerrar sus ojos y no explotar incluso antes de que viera a Jungkook.
La heladería Florean Fortescue ahora era manejada por dos sobrinas de Fortescue, ya que el hombre se había retirado a Italia hace algunos años. El helado brillaba y chisporroteaba y saltaba en la lengua, y algunos sabían más a sentimientos que a sabores, y algunos eran tan caros que solo Harry Potter podría permitirse comprar uno.
Y Jungkook estaba ahí, sentado afuera, comiendo helado de menta -normal, excepto por los trozos brillantes de chocolate en la menta- mordiendo la punta de su dedo mientras leía una novela muugle. El son de julio brillaba en su cabello, en sus mejillas y había crecido mucho más desde la última vez que Yoongi lo vio. Sus labios estaban mordidos y su cabello revuelto, un poco más largo de lo que normalmente lo traía, y de un color más claro por el sol..
Yoongi lo había extrañado más de lo que pensaba.
—Hola—dijo, golpeando la mesa con sus nudillos, pero sin sentarse­—. Uh. Ha pasado tiempo.
Jungkook le sonrió -un poco tenso, un poco incómodo, pero le sonrió—Sí. Siéntate, hombre, te ves tonto de pie ahí.
Yoongi sacó la silla de debajo de la mesa y recordó una vez que perdió una pieza de una rompecabeza cuando era pequeño, y cómo la imagen se sintió dolorosamente incompleta sin ella. La buscó en todas partes y la encontró tres días después dentro de la caja y, bueno, quizás esa no era una metáfora perfecta, pero cuando Jungkook le ofreció el resto del helado de menta, Yoongi sintió que todo estaba bien.
—Solo quería decir-
—Yoongi, yo-
Se detuvieron. Un poco de helado cayó en la mesa y Yoongi lo limpió con su manga, mirando a Jungkook con confusión y vio el sentimiento reflejado—Déjame disculparme primero.
—Yo quiero disculparme—dijo Jungkook con el ceño fruncido—¿Esto no se trata de eso?
—¿No?
—¿Qué?
—¿Qué?
Yoongi miró a Jungkook y Jungkook lo miró de vuelta—Fui un idiota—dijo Jungkook—. Estabas herido y te grité en vez de ayudarte, y después te ignoré por seis meses. ¿Qué parte de eso es tu culpa?
—Escucha—Yoongi se detuvo para limpiar la cuchara y no pudo evitar hacer una mueca ante el sabor—. ¿Fui un idiota? Digo, tenías razón.
—No, fui un imbécil. Y seguí siendo un imbécil—Jungkook lo pateó debajo de la mesa—. No tenía ningún derecho de decir eso, no con- lo que pasó con Izzy esa vez, y eres un superior mucho mejor de lo que yo soy con los de primer año.
—¿Qué clase de ejemplo soy si no hago nada mientras me golpean una y otra vez? —Yoongi sacudió su cabeza—Solo parezco un tapete y sí, quizás evite que Max resulte herido a corto plazo, pero a largo plazo solo hago que me llegue más mierda a mí. Así que le dije a Malfoy.
—Dijiste que Malfoy no podía hacer nada—frunció el ceño Jungkook.
—Sí, quizás no los puede mandar a detención sin que los otros profesores se entrometan, pero puede quitarles puntos—Yoongi se alzó de hombros, sonriendo un poco—. Comenzó a hacer eso. Y- sí. Es un hombre confiable, Malfoy.
—¿Y...?
—Y siento haber sido una mierda.
—Y yo siento haber sido un amigo terrible—dijo Jungkook, sus dedos cubrieron los de Yoongi y la brisa suave trajo una bocanada de amortencia hacia su nariz—. Merecías algo mejor de lo que yo te di, no importa qué digas. Y lo siento. De verdad lo siento.
—Bien, entonces—dijo Yoongi, y este no es el mejor momento para la Amortencia. No lo era. No lo podía ser, no cuando Jungkook lo estaba mirando de forma tan abierta y con tanta confianza y tan feliz de que volvieran a ser como antes. Habría tiempo para ello, pronto, pero no ahora—. Bien, entonces, hagamos que este año sea inolvidable.
—Me alegra—dijo Jungkook y la pequeña sonrisa que bailaba en su rostro era mucho mejor que cualquier cosa que Yoongi haya visto antes.
Querido Garry,
Tenías razón, pero aun así apestas.
Con amor, Yoongi.
*
*
*
—Entonces, ¿esto significa que vuelve el Quidditch?
Damien, Yoongi y Sam estaban en un compartimiento, justo al frente de Max, Izzy, Alwyn y Edie-Maude, quienes estaban haciendo muecas a través del vidrio. Los tres de séptimo año, en el Expreso de Hogwarts por última vez. Cada septiembre, sin importar qué, habían viajado juntos, apostaron, tuvieron un año lleno de mierda y hablaron de Quidditch. Ahora lo estaban haciendo de nuevo. El comienzo del último año.
Se sentía más como un final que como un comienzo.
(No pienses sobre eso)
—El Quidditch vuelve—Yoongi disparo sus mejores dedos-pistolas hacia Sam—. Mi turno de ser capitán.
—Tu turno—dijo Damien—. Me pregunto qué dirá Gerry.
—Probablemente que nos pongamos las pilas y ganemos—Sam rompió una barra de chocolate en tres y le entregó un trozo a cada uno—. Este es- este es nuestro último año, ¿no? Tenemos que ganar. Tenemos que hacer que cuente.
—Se lo debemos al bastardo irlandés loco—dijo Yoongi, sonriendo. Cuando miró por la ventana todo lo que vio fue la velocidad en que los arbustos pasaban. Escocia. Hogwarts. Esta sería la última vez que tomaría este tren, a menos que tome la oferta de Malfoy.
(No pienses en eso)
Quidditch. Jungkook, Pociones, Adivinación. Yoongi disfrutaría todo el año esta vez.
—¡Apuesta! ¡Apuesta! ¡Apuesta!
—Jódanse, gremlins—Sam lanzó el envoltorio de chocolate a la puerta mientras los otros cuatros entraban al compartimiento. Con siete personas estaba incómodamente lleno y Yoongi terminó apretado contra la ventana con Max rodeándole, frente a una risueña Izzy.
—Jimin apostó tres—dijo Max, sacando una bolsa de dinero casi vacía de su bolsillo—. Está con el chico de Hufflepuff, el bonito. ¿Cuál era su nombre? Kim algo. Apuesto uno, de todas formas, y estos tres apuestan dos entre ellos, y los gemelos nos dijeron que éramos tontos y que apostar era malo, pero nos dieron un galeón de todas formas, así que no quedan muchos números disponibles. ¡Apuesten, gente!
—Será mejor que te dediques a tu trabajo, amigo—le dijo Damien, poniendo un galeón sobre la mesa del comportamiento que había entre ellos—. Le robaré a Yoongi la técnica del año pasado para que no sea un imbécil triste. Cero. Esa es mi apuesta.
—Boo.
—Una apuesta válida.
—Aun así. Boo.
—Aun así, válido.
Izzy le sacó la lengua. —Yoongi, ¿qué vas a elegir ahora que Damien llenó la cuota de bastardo deprimente?
Yoongi inclinó su cabeza contra la ventana, cerrando sus ojos, y vio huesos en la oscuridad detrás de sus párpados—Dame un segundo y te diré.
Por mientras, Sam apostó cuatro, sonriéndole a Yoongi como si pensara que ganó—No hay forma de que haya más de cuatro. No ganarás este año, estúpido.
Max se río y codeó a Yoongi—Entonces, ¿cuánto será? ¿diez? ¿veinte?
—Seis—dijo decisivamente Yoongi, entregando el galeón por sobre los chicos abucheando de fondo—. Mi racha ganadora continuará, oh vosotros de poca fe. Solo esperen.
—Eso es trampa si tuviste buena calificación en el TIMO de Adivinación, idiota.
—¿Cómo es tener éxito académicamente hacer trampa? Y, de todas formas—se alegró Yoongi—. Eso fue una coincidencia. Seis fue una apuesta en la oscuridad. Lo juro por mi vida.
Los cuatro más jóvenes comenzaron a reírse y, con un suspiro dramático, Sam sacó otra barra de chocolate de su bolso para repartir.
El último año.
Seis Slytherin. Sí, claro. De seguro pueden lograrlo.
Jimin se unió al trencito de Slytherin cuando iban en dirección al castillo, sonriendo felizmente. Mientras entrabas al Gran Comedor, Yoongi cruzó miradas con Jungkook. Jungkook pareció brillar sobre el brillo de cien velas, bailando sobre las mesas de madera. Namjoon estaba ahí, caminando a la cabeza de la fila de Gryffindor. Hoseok, detrás de Taehyung, con la insignia de prefecto brillando sobre su pecho. Seokjin ya no estaba, entró en su primer año como reportero aprendiz en El Profeta. Todos los demás seguían allí. Sadie se fue, y sin ella el montón de Ravenclaw se veía mucho menos intimidante, especialmente con Jungkook entre ellos.
—Aposté tres—dijo Jimin mientras se sentaban, viendo a los chicos de primer año caminar en el pasillo central—. El dinero será para mi este año. ¿Qué aposto el mini-Bloom?
—Seis—respondió Sam antes de que Yoongi pudiera.
—¡Já! Ya perdiste, amigo. Tres es la respuesta, lo puedo sentir.
En la mesa de profesores, Malfoy estaba sonriendo, pero cuando notó que Yoongi lo miraba tosió y comenzó a acomodar su ropa.
Y en uno de los retratos, por supuesto, Snape pretendí no mirar.
Los primeros quince niños se fueron a las otras casas. Cuando Damien y Jimin comenzaron a verse muy presumidos y Alwyn comenzó a levantarle el dedo del medio cuando nadie miraba.
Yoongi levantó una ceja en lo que esperaba pareciera ser un solo espera.
—¡Davinson, Keith!
—No hay que utilizar Adivinación en la mesa—se burló Max de Yoongi, pateándolo bajo la pesa—. Apuesto a que este es un Puff. Se ve como un Puff.
—Puff, sí.
Keith Davinson tenía sus ojos cerrados bajo el sombrero, quien se estaba demorando demasiado en decidir. Yoongi se encontró a sí mismo manteniendo la respiración, con sus dedos cruzados bajo la mesa y deseaba no estar haciéndolo.
—¡Slytherin!
—¡Dios! —dijo Sam, y ahora los diecinueve estaban de pie, aplaudiendo y gritando mientras Keith Davidson -quien se veía bastante aturdido— se sentaba junto a los gemelos—. Dios, Yoongi, pequeño bastardo.
—¿Qué hice?
—Uno, faltan cinco—dijo Izzy—. Aun no ganas, solo espera. Yo y Alwyn vamos a-
—¡Slytherin!
—Qué mierda-
Robert Elias se tambaleó hasta la mesa y Yoongi comenzó a sonreír a pesar de que estaba esforzándose para no hacerlo. Alwyn y Maz se inclinaron, radiantes frente a los chicos nuevos e intentaron estrechar sus manos al mismo tiempo. Elias al menos no parecía infeliz al haber llegado a esa casa en específico.
Sarah-Kate Foster, Esther Mae y eso elevó la cuanta a cuatro y Yoongi sonreía de forma presumida cada vez que el codo de Max rosaba la bolsa de dinero y toda la casa de Slytherin estaba en una especie de subidón mientras que la mesa se llenaba con una aterradora mayoría —, bueno, no una mayoría, pero si un montón.
Después se les unió Jason McDonald, sonriendo ampliamente y chocando las cinco con otro de los chicos nuevos, y el resto se encontraba en el séptimo cielo. Damien estaba mirando la mesa, mientras recitaba un coro de qué mierda qué mierda qué mierda y Sam comenzó a quejarse sobre como tener un T.I.M.O en Adivinación era hacer trampa y no era para nada justo y vete a la mierda, Yoongi.
—Uno más —dijo Yoongi, sonriéndole triunfante a Izzy, quien le sonrió. Esto- esto se sentía bien. Slytherin, tantos que sería muy difícil molestarlos. Uno más y Yoongi será campeón por tercera vez.
Carol Wilkinson caminó hasta la mesa de Slytherin con una confianza en sí misma que le recordaba a Jimin, el rompecorazones de la casa en ese momento. Con un grito de celebración, Yoongi se puso de pie para darle la mano y tomó la bolsa de galeones para levantarla por sobre su cabeza. Vio a Jungkook riéndose, dos mesas más allá, y al profesor Malfoy escondiendo su sonrisa detrás de su manga.
—¡Seis! —gritó Damien —¡Seis! ¡Gerry se va a volver loco!
—¡Lenguaje, Roadfell! —gritó el profesor Ryder desde el centro de la mesa, y la sala comenzó a tener el banquete de bienvenida más concurrido que Yoongi pudiera recordar en mucho, mucho tiempo.
***
La primera práctica de Quidditch del año se llevó a cabo a mitad de septiembre, y fue observado por una pequeña multitud de seis chicos nuevos, Max moviendo su pancarta hecha a mano y Jungkook arropado en su bufanda azul, con su nariz roja asomándose a través de las capas que estaban envuelta alrededor de su cara. Cuando vio a Yoongi y los demás trotando a la cancha, con la escoba en la mano, lo saludó y no había -dolor. Jungkook no sabía sobre el amor, sobre la vainilla y el chocolate caliente. Yoongi no sentía que extrañaba algo. Solo se sentía cálido, feliz y bien.
—Vamos a ganar este año —dijo Yoongi. No creía tener que decir mucho más, y nunca fue del tipo de hacer cosas dramáticas como Gerry. —Uh, supongo que Gerry se enojará si no ganamos, ¿bien?
A su alrededor, los seis jugadores asintieron solemnemente. Gerry, desde los cuatro años en que se fue, se ganó un estatus parecido al de un dios en la casa de Slytherin. Solo había que mirar a Max. Prácticamente lo idealizaba.
—Hazlo por Gerry —dijo Alwyn —. Como el episodio de los Simpsons, ¿cierto?
—Cierto —estuvo de acuerdo Yoongi.
(No tenía idea de qué estaba hablando Alwyn, pero eso no era nada nuevo.)
Estaban practicando a una hora normal del día, por una vez. Malfoy lucho duro para conseguirle el puesto a Slytherin, a las nueve de la mañana el sábado, y se sentía bien no hacerlo de madrugada. No había mucho más que decir. Se subieron a sus escobas y jugaron en el aire por un rato, tirándose las túnicas y lanzándose el bate uno al otro hasta que Jimin y Edie-Maude tomaron su equipamiento y Yoongi les lanzó la Bludger hasta que le gritaron vete a la mierda Min, bastardo y, mientras tanto, Damien lideró a los Cazadores en un pequeño ejercicio para ver cuántas Quaffles podían perder.
—Entrénanos, imbécil —le gritó Sam, lanzando la última Quaffle a Izzy y atrapándola de vuelta en el rebote —¿Qué hacemos? Vamos, Damien me está deprimiendo.
Yoongi miró hacia las gradas. —Bueno, podríamos tener un partido de práctica.
—Oh, no —dijo Damien. Sin embargo, estaba sonriendo. Otra cosa que Yoongi había extrañado —. Conozco esa mirada.
Cinco minutos después había quince personas en el aire, muchos más gritos y mucho más peligro en el lugar, también. Se separaron en dos equipos, Jungkook como buscador con los de primer año, Max haciendo absolutamente nada más que perseguir a Izzy y Alwyn e intentando lo más que pudiera.
—¡Buen plan de entrenamiento! —Gritó Damien desde los aros, esquivando cinco Quaffles al mismo tiempo —¿Cómo es esto de ayuda, exactamente?
—¡No ayuda! —gritó Yoongi —Pero es malditamente divertido - ¡Dios! —una Bludger pasó volando junto a su mejilla.
Y de verdad era divertido, a pesar de todo el peligro que corrían. Uno de los chicos nuevo, Robert Elias, con una sonrisa y mejillas regordetas, era muggle y no tenía ni la más mínima idea de cómo se volaba en escoba y gastaron felices una media hora para enseñarle cómo debía moverse por el viento, y cómo inclinarse en una escoba. Como en una bicicleta, pero en el aire, yendo muy rápido, con la posibilidad de caerse desde 100 metros de altura y partirse algo vital contra la arena y pasto del campo.
Sí, muy seguro.
—Seré buscador el próximo año —declaró Robert Elias, tan pronto como pudo volar sin tambalearse peligrosamente —Te irás el próximo año, ¿no? ¿puedo ser buscador? Te ves muy genial. ¿Es difícil? Apuesto que es fácil para ti. Se ve tan genial.
—Sí, es bastante asombroso —Yoongi no pudo evitar sonreír. El entusiasmo era contagioso —. Pero primero tienes que trabajar en ir más rápido.
—Él puede ser buscador, pero yo seré cazador —Max saludó a Sam a lo largo de la cancha —. Puse mis ojos en tu trabajo desde primero año.
—Como sea, idiota —le lanzó la Quaffle.
El primer partido que tendrían sería contra Hufflepuff en tres semanas y, honestamente, Yoongi no estaba preocupado. Quizás debía estarlo, ya que Hoseok seguía siendo el capitán de los Puffs y sus tácticas eran tan rígidas que eran casi imposibles de vencer y el equipo de Slytherin estaba fuera de práctica con el año que no jugaron, pero ya no había tensión ni presión para actuar. Tenían que divertirse. Como dijo Gerry, hace mucho. Diviértanse, malditos.
—Jugar contra los Puffs será difícil —dijo Yoongi, cuando ya son cerca de las once y aun no hacían nada productivo —. Pero Hoseok se enfoca en la Quaffle, ¿sí? McDonnel en buscar la snitch. Así que no nos importa una mierda nuestra defensiva, bien, solo ayudamos a Damien para detenerlos y que no sean muy abrumadores, sí, y yo me ocuparé de McDonnel y todos iremos a casa para tomar té —tomó un respiro profundo —. Todo bien, ¿o alguien tiene una idea mejor?
—Todo bien —dijo Damien, golpeándolo sonoramente en el hombro con una sonrisa—. Los vamos a vencer, solo espera y ve.
Jungkook estaba sonriendo suavemente cuando Yoongi miró en su dirección, y Yoongi miró hacia otro lado tan rápido como pudo, odiando cómo su piel se tornaba rosada.
(Y Robert Elias y cinco otros Slytherin estaban mirando a Yoongi de la misma forma en que tres niños pequeños miraban a Gerry Thompson siete años atrás.)
Comienzos y finales eran jodidamente difíciles de sobrellevar.
Yoongi apuntó a Jungkook—Tú- ven con nosotros también, iremos a la mazmorra de Slytherin y veremos si alguien dejó algo de Whiskey.
*
*
*
Robert Elias hizo lo mejor que pudo para poner sus manos sobre el whisky de Slytherin. Damien y Yoongi subieron sus apuestas en los escondites que encontraron para hacerlo. En las tres semanas entre la primera práctica y el partido con Hufflepuff, Yoongi practicaba, hacia desesperadamente su tarea durante la noche, bebía té con Jungkook en la Sala de los Menesteres o escondía alcohol en lugares cada vez más ridículos con su ex novio.
Y eso era otra cosa. Yoongi -aunque se sentía mal, y siempre se sentiría mal por la forma en que trató a Damien-, sentía que había menos ahí, como si estuvieran de vuelta a como lo eran antes. Damien era su amigo, el más antiguo y probablemente el más cercano durante su estancia en Hogwarts, y eso nunca desapareció.
—Esa pequeña mierda acaba de aprender Accio en Encantamientos—dijo Damien, levitando la botella medio llena para posicionarla en la cima de la cubierta de su cama—. Solo espera, tendremos un dormitorio lleno de niños de doce años enojados al final de la semana.
—¿Recuerdas cuando robamos el alcohol de Gerry?
—Sí—se río Damien, recordando—. Oh, mierda, ¿recuerdas cuando Katie Jeffries le puso alcohol al jugo de calabaza sin decirnos y pensamos que nos había sentado mal la comida?
—¡Sam se desmayó por beber tanto la noche de Halloween!
—Malditamente divertido—Damien metió su varita en su bolsillo—. Voy a extrañar este lugar. Dios.
—No actúes como si ya se hubiera acabado, hombre. Recién es octubre—dijo Yoongi, ignorando el incómodo sentimiento que sintió—. Tenemos mucho tiempo. Y no es como que no nos detendremos. Diablos, aún le hablamos a Gerry.
—Cierto.
Robert Elias dijo que su hermana pequeña quería ser una bruja y que le había escrito muchas cartas desde que comenzó el semestre sobre cómo quería estar en Slytherin porque creía que su hermano era el chico más genial en todo el mundo. Yoongi escribió aquello en la carta a Gerry que escribía lentamente, ayudado e instigado por Max. A Gerry le agradarían los chicos nuevos.
—Partido mañana. ¿Cómo lo haremos?
—Bien—dijo Yoongi, mirando el techo—. Tengo...mierda, tanto trabajo para Bloom. Y Malfoy me está molestando para que practique más.
—Lo mismo aquí—Damien se tiró a su cama—. Pensé que los periodos libres significarían, no sé, descanso. No ir y elaborar Elixir de la vida cada cinco malditos minutos, ¿sabes?
—Ugh.
Adivinación y pociones estaban al frente en su mente. Malfoy, con un tono bajo al final de la clase de ayer, le dijo que no aceptaría nada menor a una O en el ÉXTASIS de pociones antes de considerar a Yoongi para una pasantía, y que sin duda Bloom esperaría lo mismo. Pero Yoongi- no sabia si podía enseñar. Si las personas podían verlo como alguien a quien respetar y escuchar.
—La he jodido muchas veces—le dijo a Jungkook más tarde en la biblioteca mientras estaban inclinados sobre sus libros—. No- pienso. Las cosas. No creo que sea bueno en eso.
—Pero no lo haz hecho—dijo Jungkook. Bajo la mesa pateó el tobillo de Yoongi y dio toques con sus dedos contra los nudillos de Yoongi, y Yoongi sufría—. No lo haz hecho. O sea, claro, tuviste una ruptura un tanto complicada, pero- pero eres genial con los jóvenes. Como -como, como Max y Izz y Al, e incluso los chicos nuevos, todos piensas que eres el mejor. Diablos, yo pienso que eres el mejor. Serían un excelente profesor—y sus ojos eran tan grandes y suaves y Yoongi quería besarlo.
—No lo sé—dijo, en vez de cualquier otra cosa que quisiera decir—. Solo tengo...que pensar en ello.
—Tomarás la decisión correcta.
—Sí, claro.
Jungkook lo pateó de nuevo—Lo harás.
Yoongi se encogió de hombros. No podía dejar de pensar en Damien y en todas las cosas en que se equivocó con él, y en todo el desastre complicado con Jungkook el año pasado—¿Qué más hago? Malfoy se ha encargado de pensar por mí. Tengo cero ideas de a dónde quiero ir el próximo año.
—¿Por qué enseñar es un plan tan malo? —preguntó Damien en el dormitorio durante una noche—. Estarías bien.
Sí, y las burbujas de culpa siguen acumulándose.
—No soy bueno—dijo Yoongi, apenas pensó que Damien se fue a dormir. La habitación estaba oscura y sombría, con la luz proveniente de la luna, y solo faltaba una semana para su primer partido como capitán de Quidditch y dos semanas para el descanso de Halloween. Sentía que esto era todo, de una extraña manera. Como si no pudiera avanzar con Jungkook o Damien porque lo jodió bastante con ambos.
¿Y con quién puede hablar sobre esto? ¿Snape, el profesor muerto de pociones, quien le diría que se callara y dejara de ser un adolescente? ¿Malfoy, quien se ve como si las emociones fueran algo con lo que perdió contacto hace tiempo? ¿Namjoon y Hoseok, cuya solución para todo es ver si se ve mejor desde el otro lado de la botella?
—Eres bueno—dijo Damien, cinco minutos más tarde, en la oscuridad. Sonaba amortiguado, como si tuviera una almohada presionada en su cara—. Yoongi, eres un maldito idiota, pero no una mala persona.
—Mmf.
—De verdad.
Yoongi agarró su edredón en su puño—Soy un imbécil.
—No, no lo eres.
—Sí lo soy.
Damien se sentó; Yoongi escuchó el susurró de las sabanas y pijama de algodón—Mira, Yoongi, se necesitan dos para realizar algo. No puedes tomar toda, toda, toda la culpa por una relación fallida, eso es- simplemente loco y estúpido—Si Damien escuchó el suave sonido que Yoongi hizo como protesta, no lo reconoció—. No actúes como si yo fuera el único que sufrió por lo del año pasado.
—Solo- no lo hagas, Damien—murmuró Yoongi contra su almohada—. Dije que lo siento y lo seguiré diciendo cuantas veces quiera. Solo- maldita sea, déjame sentirme mal, vamos.
—No quiero que lo digas en primer lugar.
Yoongi se plantó contra sus sabanas.
—Quiero a mi amigo de vuelta—continuó Damien, despiadado con los duros susurros de la noche—. No- no a Yoongi lleno de disculpas todo el tiempo cuando no me importa una mierda. Solo quiero volver a como éramos sin disculpas. Acostúmbrate. Quiero que dejes de sentirte como la mierda, así que deja de actuar como si tuvieras que ser una mierda y sé mi amigo de nuevo.
Yoongi respiró en las sábanas; respiró por bastante tiempo.
Y luego se le fue el aire cuando Damien lo golpeó con una almohada en la espalda.
—Te he perdonado, idiota. Haznos un favor y perdónate tú también.
Esta vez, Yoongi estuvo totalmente seguro de que Damien estaba durmiendo antes de exhalar.
—Está bien, como sea—dijo, se dio la vuelta y se fue a dormir.
*
*
*
La fiesta que hicieron después de ganarle a Hufflepuff fue una locura.
Para empezar, Yoongi está seguro de que está soñando y que el partido todavía no ha ocurrido, por lo tanto, cualquier intento de celebrar era frenado por ojos vacíos y hombros alzados. Damien comenzó a cantar en su oreja, Max, Izzy y Alwyn desaparecieron dentro de una alacena, quitándose sus túnicas de Quidditch mientras se reían y Yoongi realmente, realmente no quería saber.
A las siete de la tarde, cuando toda la casa de Slytherin más los otros amigos que se hicieron durante los años -Namjoon, Hoseok, Taehyung sentado en el regazo de Jimin mientras le daba uvas en la boca, una chica que probablemente se llamaba Janet y se encontraba en algo con Sam, un par de gemelos de Hufflepuff que se hicieron amigos de los gemelos de Slytherin y se encontraban bebiendo cerveza de mantequilla en un rincón. Todos ellos se apilaron en la Sala común, la mitad borrachos, la otra mitad a punto.
—Van a ganar este año—dijo Hoseok, borracho, con un acento tan marcado y fuerte que era difícil escucharlo—. Lo sé. Ni siquiera me importa. Eres bueno.
—Maldito bastardo viejo—dijo Yoongi—. Dame cerveza. Te amo.
—Te amo también.
En un rincón, Namjoon le estaba contando a una Sam molesta todos los detalles de su complicada relación a distancia con Seokjin. Sam asentía. Namjoon parecía a punto de llorar.
—Yo también lo amo—dijo Jungkook, entregando latas de cerveza que Hoseok trajo. (Snape lo veía todo, pero era un hecho que los chicos iban a beber sin importar lo que hicieran los profesores, así que era mejor aceptarlo. Beber. Una honorable tradición.)
—Te amo mucho más—Yoongi besó su pulgar e intentó tocar el cuello de Jungkook, pero falló y terminó tocando su hombre—. Maldita sea, ¿viste cuando hicimos esa cosa y ganamos? Somos increíbles. Que nadie le de a Elias algo para beber.
—¡Muy tarde! —gritó Damien—Le di algo, Posiblemente vodka. Quizás limonada.
—Definitivamente vodka—dijo Robert Elias, acostado frente al fuego, abrazando un vaso plástico vacío—. Quiero más.
—No—seis personas diferentes dijeron al mismo tiempo, y Namjoon terminó confiscando la botella de vodka "por el bien del resto de la casa". El resto de los de primer año lograron robar las cervezas de Hoseok, y se sentaron en circulo jugando a las cartas y riendo por el resto de la noche.
—Te amo—comenzó a decir Damien, y eructó—. No. Cállate, cállate, estoy hablando, cállate.
—Nadie dijo nada.
—Cállate.
—Okay.
—Cállate.
Yoongi chistó sus labios.
—Eres mi mejor amigo—las manos de Damien se posaron firmemente en los hombros de Yoongi—. Como, el mejor que he tenido, creo. Y te amo, ¿okay? Y vamos a ganar en el Quidditch y te amo y probablemente deberías besar a ese chico que te gusta porque te amo y te estoy dando permiso. Pero es como un amor suave. No el tipo de "quiero cogerte".
—Te amo también—concordó Yoongi—. De la misma forma. No quiero cogerme al amor.
—No te cojas al amor.
—Conceptos abstractos—dijo Namjoon y se cayó del sofá.
—¡Por Slytherin! —Yoongi sostuvo su copa en el aire, y al otro lado de la habitación, vio a Jungkook sonreír. Vasos plásticos, latas de cervezas y un florero sin flores, pero lleno de whisky se levantaron en el aire. Pero Yoongi solo estaba mirando a una persona mientras gritaban por Slytherin y bebían lo que sea que hubiera en sus vasos.
Recipientes de líquido.
Cosas.
*
*
*
De forma predecible, cuando sucedió, fue discreto y tranquilo, así como su amistad. Momentos suaves jugando Gobstones en las habitaciones secretas del castillo, estudiando juntos en días lluviosos, comiendo dulces y hablando de Quidditch.
Malfoy estaba esforzándose con Yoongi este año, y Yoongi estaba devolviendo el esfuerzo. Ninguno de los de séptimo año volvieron a casa para navidad; entre el Quidditch y los ÉXTASIS, Yoongi se estaba ahogando bajo planes tácticos para su partido contra Ravenclaw, gráficos de las estrellas para Bloom y en memorizar recetas interminables para Malfoy, además de las cartas hacia y de Gerry, los partidos de ajedrez y los momentos silenciosos secuestrado por Jungkook y tiempo para beber y quejarse con el resto de su casa.
Entonces, la escena. Es el día antes de navidad y estaba solo en las mazmorras elaborando amortencia y esperando que esta fuera la vez en que resultara bien, así no tendía que pasar más tiempos quitando hígado de cabra seco del fondo de su caldero.
—¿Yoongi?
—Hey—Yoongi no miró cuando escuchó a Jungkook llamarlo; estaba demasiado ocupado intentando cortar la raíz de una cebolla en una mitad perfecta—. Perdón. Si quieres, no sé, sentarte- mis cosas están por todas partes-
—Lo tengo—escuchó el sonido de susurro de papeles y el ruido de un banquito de madera contra las baldosas antes de que la mano de Jungkook apareciera por el rabillo del ojo de Yoongi, sosteniendo un cuchillo—. Este es mejor para cortar cebollas.
—Uh—Yoongi lo tomó sin cuestionarlo, satisfecho cuando funcionó—¿Cómo sabias eso?
—No es talento para pociones. Simplemente me gusta cocinar con mi papá—Jungkook sonrió: Yoongi podía escucharlo en su voz—. ¿Qué estás haciendo tú?
—Intentando hacer amortencia por milésima vez—Yoongi lanzó la raíz de la cebolla en el caldero -el método decía que tenía que ser la parte rasurada de una cebolla calva-, lo que era un maldito acertijo, y difícil de encontrar en un libro de pociones—. Es malditamente difícil. Pero Malfoy me va a matar si no puedo hacerlo bien para enero.
—Pareces estar haciéndolo bastante bien—murmuró Jungkook, descansando su barbilla en su mano mientras observaba el caldero—. Pociones se ve estresante.
—No en realidad—Yoongi tomó el cuchillo nuevamente, jugando con el lirio en sus manos—. Es- una vez que te acostumbras, es fácil. Me gusta.
—No podría—dijo Jungkook—. Prefiero trasformaciones y encantamientos.
—Intuición y práctica—dijo Yoongi sin prestar mucha atención.
—¿Uh?
—Bloom siempre dice que hay dos tipos de magia y son intuición y práctica—Yoongi limpió sus manos pegajosas en su túnica y comenzó a revolver, lo más cuidadoso posible—. Esforzarse y aprender encantamientos y movimientos y ese tipo de cosa, eso es práctica, y es increíble. E intuición es sentir mierda, lo que es- no muy ideal.
—Sí, pero puedes hacer Adivinación—dijo Jungkook—. Eso es bastante genial.
—Solo a veces.
—Ganaste la apuesta de Slytherin.
—Pura suerte.
—Sí, claro.
La amortencia se estaba tornando de color rosa pálido, despacio pero seguro, con un dulce aroma de vainilla, chocolate caliente y a Jungkook flotando en el aire. Un aroma al cual Yoongi ya estaba acostumbrado. Inhaló y sonrió con satisfacción, y cuando miró la pared se encontró a Snape mirándolo con lo que podría ser llamado orgullo, si es que aquella pintura alguna vez admitió sentir algo en primer lugar— ¿Y bien, señor?
—Bien—dijo Snape—. Muy bien.
—¿Qué- hace esta poción? —preguntó Jungkook. Sus mejillas estaban rosadas y con manchas, y sus manos estaban tan apretadas que se estaban poniendo blancas—No es, como...¿qué?
—La amortencia es la poción de amor más fuerte que hay. Uno de los efectos secundarios es que huele como tu verdadero amor—Yoongi hundió una botellita dentro del Caldero y lo tapó, para luego dejarlo en el centro del escritorio de Malfoy con su nombre en la etiqueta—. Puede ser- uh, desconcertante, supongo.
—Desconcertante—repitió Jungkook. Estaba totalmente rojo—. Como- pasto recién cortado, té y-
Y la puerta se cerró detrás de él antes de que pudiera decir algo más, y Yoongi-
—Se dirige a la torre de astronomía, por si quieres alcanzarlo—dijo secamente Snape—. Confiesa tu amor eterno o lo que sea que hacen los jóvenes hoy en día.
—Gracias—jadeó Yoongi, y se fue corriendo detrás de él.
*
*
*
—Estoy enamorado de ti—dijo Yoongi cuando irrumpió en la cima de la torre de astronomía, al ver el cuello inclinado de Jungkook mirando las estrellas—. Al hacer esa poción me acuerdo de ti, y estoy enamorado de ti y esa es la razón por la cual me comporté tan raro el año pasado, también. Oh dios, estoy siguiendo el consejo de Gerry, lo estoy arruinando- no, bueno. Estoy enamorado de ti—inhaló. Jungkook no se estaba moviendo, pero lo estaba mirando, con sus ojos grandes y suaves—. He estado enamorado de ti desde hace un tiempo, creo—dijo Yoongi, más tranquilo—. No sé cuándo. Yo solo- si tu no lo estás, eso está bien, porque lo que sea que puedas ser para mí es lo que quiero. Pero. Pero quiero que sepas, supongo. Que te amo.
—Okay—dijo Jungkook—. También te amo.
—Y yo no- espera, ¿qué?
Se río como si Yoongi hubiera dicho algo que valiera la pena para reírse, se río hasta que se juntaron lágrimas en sus ojos—. Te amo también, loco. Yo, a diferencia de ti, sé que son los sentimientos y cómo lidiar con ellos.
—Cómo te atreves—dijo Yoongi, pero se acercó y se sentó, y el hombro de Jungkook rozó el suyo—. Tengo control sobre mis sentimientos.
—Tu reacción a todo es beber hasta que te desmayes con Park Jimin o pedirle consejos a Gerry, y él es de verdad la persona más loca que conozco. Control—dijo Jungkook haciendo comillas con sus dedos de forma juguetona—. Sí, claro.
Yoongi lo golpeó suavemente—Cállate. Me esforcé con esa confesión.
—Fue dulce. Muy tú.
—¿Qué se supone que significa eso?
—Desordenada, imprevista y un poco desastrosa, pero todo funcionó al final—Jungkook empujó su mano contra la de Yoongi y sus dedos se cruzaron, siendo observados por las constelaciones brillantes—. Sin embargo, arruinaste la mía. Iba a escribirte una carta bonita y me iba a confesar en la Sala de Menesteres o algo así, y había sido muy tierno, ¿sabes?
—Oops—dijo Yoongi. Estaba sosteniendo la mano de Jungkook. O- sus manos estaban cruzadas una sobre la otra, pero, aun así. Tomaría lo que le dieran—. Entré en pánico. Sigo en pánico. Perdón por arruinar tu plan cursi sacado de películas muggles.
—Eres terrible—dijo Jungkook. Se sentaron a miran las estrellas y sus manos se acercaron más, hasta que Yoongi se durmió ahí mismo, contra el hombro de Jungkook, y no despertó cuando Jungkook lo llevó hacia adentro.
(Era invierno. Aun hacia frío, incluso si estaban intentando ser románticos)
(Y todavía tenían el resto del año para ser cursis)
(Y después Jungkook, de forma muy silenciosa, se permitió tener cinco minutos para paniquearse por estar enamorado de su mejor amigo. Y cuando terminó, pensó que estaba bien con la forma en que se desarrollaron las cosas, con las pociones, el estudio, el quidditch y el helado de menta en el verano)
(Todo bien, todo bien)
*
*
*
En realidad, todo era como su amistad en los últimos años.
Pero los besos son un bonus muy bueno.
*
*
*
En realidad, Adivinación era el único ÉXTASIS que no estaba contribuyendo activamente a las ganas de morir de Yoongi. Runas antiguas era un montón de trabajo, estudiar, traducir y leer libros diez veces más antiguos que él. Podía lidiar con runas, porque solo era memorización y regurgitación entre las interesantes pepitas de información, pero seguía siendo demasiado para aprender. Pociones, por mucha que estuviera agarrando la práctica, seguía siendo un tema muy preciso y exacto. Yoongi estaba intentando aprender diez pociones para el examen práctico, por no hablar de la historia de las pociones que necesitaba saber para el escrito.
Pero Adivinación era divertido.
—¿Profesora?
—¿Sí? —Bloom sirvió dos tazas de té, el líquido negro agrupándose contra la porcelana—. Parece que tuviste un descanso de navidad fantástico.
Yoongi llevó su mano a un costado de su cuello—Um-
—Me refería emocionalmente—dijo, con sus ojos brillando mientras añadía azúcar a su té—. Claramente piensas que hubo otros beneficios.
—Um—repitió Yoongi, rojo hasta sus hombros, encogiéndose en su camisa para esconder el chupetón en su cuello—¿No? Um. ¿Puedo preguntarle algo?
—Por supuesto. Pregunta.
—Si ves algo en la bola de cristal, ¿tiene que hacerse realidad?
Bloom se sentó, con sus ojos entrecerrados y un dedo esbelto bajo su barbilla—¿Por qué lo preguntas?
Cuando abrió sus ojos, la bola de cristal no tenía niebla.
Vio a Jungkook, primero que nada, Jungkook besando a una persona cuya cara estaba oscurecida por la niebla. Alguien un poco más pequeño que él. Este Jungkook era mayor, un poco más musculoso y mucho más seguro, pero no importaba qué tanto intentara verlo Yoongi, no podía ver la cara de la persona a la que Jungkook estaba besando. Luego la niebla dentro de la bola de cristal borró la imagen nuevamente y desapareció, se desvaneció en las profundidades de la bola.
Vio a Alwyn Brydon sangrando de su nariz, con sus ojos llenos de lágrimas, saltando de arriba abajo mientras celebraba. El cabello de Alwyn era más largo. La niebla se lo llevó.
Vio a Damien, acurrucado con sus manos alrededor de sus rodillas, mirando una taza con algo caliente y humeante, alguien tocaba su hombro. ¿Era Yoongi? Tenía que ser Yoongi.
Vio otra figura brumosa, con la cara rosada, gritando a punto de estallar, con un labio abierto y sangre por toda la parte delante de su túnica, con sus manos temblando. Yoongi podía ver toda su cara y le resultaba familiar, pero no podía reconocer de quién se trataba. Sin embargo, esta figura le gritaba a Jungkook y lloraba bastante, y mientras Yoongi observaba, Jungkook dijo algo y giró sobre sus talones y se alejó. La figura brumosa se apoyó en la pared y se deslizó por ella, comenzando a limpiar su labio con el extremo de su túnica.
Vio a alguien más. Malfoy y otra persona, gritando. ¿Quién mierda era? Yoongi lo reconocía, pero no sabía de dónde. Hacía que Yoongi se sintiera enfermo.
Vio-
Jungkook. Besando a alguien de nuevo.
—Hace algunos años miré una bola de cristal—dijo, aunque era totalmente inadecuado. ¿Qué debía decir? ¿Qué hace algunos años encontró una catedral del futuro e intentó leerla por si mismo solo con la compañía de un cuadro? —Es solo que- alguna de las cosas que vi se volvieron realidad, pero no todas. Y estaba preguntándome. Qué. Qué es, exactamente-
—¿Qué piensas que es el futuro? —lo interrumpió Bloom, con los ojos entrecerrados entre el vapor del té caliente—¿Cómo lo definirías?
—Como...—se detuvo Yoongi, desconcertado—no sé. Es el futuro.
—¿Pero está arreglado?
—No lo sé—dijo de nuevo, mirando las profundidades de su propia taza de té. Si se enfocaba probablemente podría leer algo, pero no tenía ganas—. Supongo que... ¿la existencia de la Adivinación significa que lo es? Pero entonces... ¿cuál es el punto de hacer cosas si siempre terminará todo igual?
Bloom no dijo nada.
—¿El futo está fijado, pero también fluye al mismo tiempo?
—Una afirmación paradójica—dijo.
Yoongi se alzó de hombros—¿De qué otra manera se supone que existamos?
Bloom lo miró por otro medio minuto y luego sonrió, sus mejillas se arrugaron—Estoy impresionada, honestamente. Esa es la base de la teoría de la adivinación, aunque muchos deciden desecharlos para creer en sus horóscopos, tipos de sangre y su casa de Hogwarts. El futuro está fijado, pero es fluido. Si viste cosas en una bola de cristal hace algunos años y no se han realizado, pero otras cosas sí, ¿qué crees tu que significa eso?
—No lo sé.
—Piensa, Min. No puedo hacer tu ÉXTASIS por ti.
El pie de Yoongi golpeó ansiosamente contra una mancha en el suelo—Uh...fijado, fluido...hace unos años atrás mi futuro estaba- fijado...pero...pero las acciones que realic�� lo hicieron fluido y fijaron otro futuro, por lo tanto...
—Y, por lo tanto—Bloom asintió—, por lo tanto, las acciones que realizaste evitaron el resultado que viste. Cambiaste tu futuro.
—Pero vi un futuro—dijo Yoongi. Alwyn, con su nariz sangrando- eso nunca pasó. Pero los gritos, el labio partido, la sangre...eso sucedió. Y Damien acurrucado en el suelo, alguien reconfortándolo. Esa debió ser Izzy, cuando Yoongi estaba durmiendo en su habitación desocupada y no hablaba con nadie—¿Ese futuro se cumplió? ¿En algún lado?
—Me parece que los muggles tienen más teorías que nosotros—dijo Bloom. Sonrió de nuevo—. Pero déjame decirte que, si continuas con el futuro fijado que creaste para ti, solo veo cosas buenas. Y te seguiré viendo mucho en el futuro, así que no te salgas del camino en el que estás ahora.
Y Jungkook lo estaba esperando al final de la torre, fueron a almorzar y estudiar juntos, le lanzaron papas fritas a Jimin y Taehyung y Yoongi pensó que estaba bastante feliz con el camino en que le estaba ahora, si era honesto.
Jungkook sonrió y Yoongi lo besó en la mejilla, porque podía.
Un camino bastante bueno. Muy bueno, en realidad.
*
*
*
El segundo partido de Slytherin sería a mediados de febrero contra los Ravenclaw y Jungkook estuvo bastante tiempo entre sus compañeros. Al parecer querían preguntarle cosas sobre Yoongi para una estrategia interna, lo cual Yoongi se rehusó a revelar y cualquier conversación que incluso se acercara al Quidditch los dejaba a ambos de brazos cruzados y mirando enojados las paredes, antes de que alguno de ellos le diera un toquecito al otro y comenzaran a jugar Gobstones o una sesión de media hora compartiendo besos somnolientos para evitar cualquier mención del temido tema.
El pasatiempo favorito de Yoongi se estaba convirtiendo en el arreste de los labios de Jungkook contra los suyos, la forma en que ambos se reían, la forma en que nunca podían encontrar una posición cómoda, la forma en que sus dientes chocaban cuando intentaban moverse, la forma en que estaban aprendiendo a ser.
Y el Quidditch, por supuesto.
—Gerry nos escribió ayer—dijo Damien la mañana del partido. Ninguno de ellos logró dormir mucho y el ambiente en el Gran Comedor era mucho menos amistosa de lo que usualmente era. Nadie quería darle una oportunidad para ganar la copa a Slytherin, cosa que sucedería si ganaban este partido.
—¿Qué dijo? —Robert Elias, uno de los chicos nuevos, estaba comiendo mermelada desde una cuchara y masticaba felizmente con mejillas llenas de naranja—¿Es el chico genial? ¿Va a venir?
—Dijo que le insertaría un palo de escoba por el trasero a Yoongi y que lo patearía hasta Tombuctú si no ganamos—dijo Damien, con tono sombrío—. Y dijo que iba a venir al pueblo para quedarse durante las vacaciones de semana santa.
—¿Yoongi no puede opinar sobre lo que entrará a su trasero? —preguntó Yoongi, quitándole la mermelada a Robert para verter el resto del jarro en su tostada—Oye, pequeño escuálido, te comiste toda la mermelada.
—Usa marmite.
—Preferiría morir.
—Yoongi no puede opinar sobre lo que entrará a su trasero, según Gerry—Damien le entregó la carta—. Escribió una lista de palos de escoba, la furia de su mamá, el país de Gales y más cosas si perdemos.
—Perdóname por no sentirme muy inspirado.
—Te golpearé con una Bludger si no atrapas la Snitch—sugirió Jimin desde el fondo de la mesa—. ¡Oh! Le diré a Taehyung que le diga a Jungkook que deje de besarte por una semana si perdemos.
—Hazlo de todas formas—dijo Alwyn, frunciéndole el ceño a Yoongi—. Ese tipo es un maldito vampiro, si no supiera pensaría que tienes un sarpullido bastante grande.
—Hay niños presentes—dijo Yoongi tan altivamente como pudo, subiendo el collar de su camiseta hasta su mandíbula—. Amablemente, cállate la boca, porque sé que a ti te gusta-
Lo que los llevó a una pelea en el desayuno, lo que los llevó a una amenaza de detención por parte de Malfoy, lo que los llevó a reírse detrás de sus manos y patearse por debajo de la mesa y un ambiente mucho más ligero del que traían desde la Sala Común.
Justo antes de salir a la marcha, Jungkook corrió hasta la barra de los Slytherin, sonrojado y adornado con los colores de Ravenclaw—Buena suerte—chilló, y se lanzó para besar a Yoongi acompañado de los aullidos y silbidos del resto de los Slytherin—. Te estaré apoyando—dijo, rojo hasta los pies, antes de correr hasta la barra de los Ravenclaw.
Samantha se limpió una lágrima imaginaria de su ojo—Hazlo por tu novio, Min. ¿Estamos en una maldita película muggle?
Yoongi se limpió la saliva de sus labios -no fue un beso muy limpio- y levantó su escoba en el aire—¡Vamos a ganar!
—¡Sí!
Así que lo hicieron.
Con campanas.
Joder, sí.
*
*
*
—¡Chupé el pene de esa Quaffle!
—Eso no tiene sentido, hombre-
—Lo chupé-
—No, te lo chupó a ti-
—Ravenclaw puede besar mi trasero-
—Vamos a ganar la copa-
—Vamos a ganar la copa-
—Vamos a ganar la copa-
Cuando entraron a la Sala Común en la noche, borrachos con la adrenalina y los vítores - bueno, los abucheos, pero Malfoy estaba celebrando, al igual que los niños. Y también borrachos con una considerable cantidad de pre-tragos guardados en los casilleros de los vestuarios. Había pasteles en la mesa, con una pequeña nota que decía estén despiertos en clase mañana y el sello de cera concordaba con el anillo que usaba Malfoy en el dedo pulgar. Yoongi sonrió, porque significaba mucho más cuando estaba borracho, y guardó la nota en sus bolsillos.
—Vamos a ganar la copa, vamos a ganar la copa—los seis más jóvenes estaban desparramados junto al fuego, mitad recitando, mitad cantando mientras peleaban por donuts—, vamos a ganar la copa...
Sam desapareció en su habitación y cuando volvió, trajo consigue un pack de cerveza de seis, con la condensación bajando por los lados fríos de la heladera de la cual nadie sabia oficialmente—Joder, sí que lo haremos—dijo, tirándole una lata a Yoongi y Damien antes de pasarle a los más jóvenes—. Dios mío, imaginen la expresión de Gerry.
—Se moriría.
—Se moriría.
En un rincón, silbando y gritando, Izzy y Max estaban ocupando el gramófono que les envió la madre de Izzy, con discos prensados de canciones muggles y éxitos mágicos. Yoongi, aturdido por los shots y la cerveza, se desplomó en su asiento -esta noche no había Jungkook, lo matarían si se separaba de los Ravenclaw, porque estaban de luto- y la fiesta era más íntima, lenta y relajada, con Alwyn peleándose con el gramófono mientras intentaba que Iggy Pop funcionara.
—Otra—gritó, y las cervezas volaron por el aire.
—¡Accio gran trago de whisky!
—Así no es como funciona la magia—gritó Sam y Yoongi estalló en carcajadas cuando se agachó para esquivar la botella voladora—. ¡Vete a la mierda!
Esther Mae y otra de las chicas nuevas, Carol Wilkinson, estaban junto a los discos cuanto alguien puso Great Balls of Fire, de todas las putas cosas, y Yoongi se cayó del sofá por la risa, agarrándose el estomago mientras el pequeño trío intentaba una extraña versión de jive.
—¡Dios todo poderoso, Great Balls of Fire! —gritó Damien—. You shake my nerves and you rattle my brain...
—¡Accio otro gran trago de whisky!
—¡Así no funciona la magia!
Y más alcohol. Más pasteles. En un punto molestaron a Alwyn e Izzy para que fueran a la cocina a hacerle cosquillas a la pera y pedirles a los elfos que estaban de turno si podían ser tan amables de darles cualquier comida que tuvieran; terminaron escuchando a Penny Lane y Beach Boys, comiendo rollos de salchicha fríos con el Whisky de fuego que le rogaron a los elfos para que les dieran.
—Alguien va a tener que ir por más alcohol—dijo Yoongi, cuando levantó su mano y su visión giró. La noche estaba llegando a su fin. Sam y Damien estaban dormidos, acomodados el uno sobre el otro con sus túnicas de Quidditch, y alguien puso a George Harrinson en el tocadiscos. Yoongi estaba hablándose a sí mismo.
En la sala común, sus amigos estaban entre durmiendo y desmayados por el alcohol. Los de primer año estaban en coma por el azúcar frente a la chimenea, cubiertos de glaseado, sus dedos brillantes con mermelada. Robert Elias estaba hablando dormido.
Yoongi tomó un ultimo trago de whisky, en honor a Gerry y el dolor de cabeza que tendría en la mañana, y felizmente se durmió apoyado en el hombro de Alwyn.
Una buena noche.
Ganaron.
(Y todos los abuchearon)
Una buena noche.
*
*
*
—Hey.
—Hey.
Te amo—dijo Jungkook. Yoongi tenía sus piernas sobre el regazo de Jungkook, chupando la punta de su pluma con dulce mientras dibujaba bocetos de la nariz de Malfoy en el margen de su cuaderno de notas. Estaban en la sala de clases abandonada en el pasillo de Transformaciones, en teoría porque Jungkook quería practicar, pero en realidad porque querían un cambio de escenario, pero sin tener que ir a la biblioteca y tener que susurrar.
—Hmm—dijo Yoongi, apoyando su cabeza contra el hombro de Jungkook—. Te amo también. ¿Por qué?
—¿Por qué te amo?
—Por qué ahora, idiota—Yoongi hundió su pluma en el frasco de tinta que Jungkook sostenía por el—. Te amo todo el tiempo, sabes que lo hago.
—Me gusta decirlo—dijo Jungkook. Presionó su nariz en el centro de la cabeza de Yoongi—. Déjame ser cursi.
—Mm. Te amo.
Yoongi no había besado a muchas personas. Besó a Yasmin Taylor, sy vecina, cuando tenía nueves años y quería saber cómo se sentía, y besó a Sam en primer año por una apuesta y también a Damien de forma constante por un año. Los primeros dos no contaban, pero Damien sí, y Jungkook no besaba como lo hacía Damien.
Su pulgar rozó la barbilla de Yoongi, y Yoongi suspiró, se comió el resto de su pluma y dejó a un lado sus notas para que no se dañaran antes de acomodarse por completo en el regazo de Jungkook, dejando que la mano se posara por completo en su mandíbula—Hola.
—Que casualidad encontrarte aquí—dijo Jungkook. Sus manos eran tibias, y no le molestaba tomarle las manos a Yoongi y le gustaba tocar. El cabello de Yoongi, sus mejillas, sus manos—¿Te molesta si te hago una proposición?
—Que atrevido—dijo Yoongi.
Jungkook se río y sus manos se posaron en la parte trasera de la cabeza de Yoongi, sus dedos se enredaron en el cabello rizado que había allí y atrajo a Yoongi hacia sí mismo -Yoongi se dejó ser arrastrado- y rozó sus labios contra los de Yoongi, tan suave como el verano y dulce como el azúcar.
Jungkook lo besó como si supiera que Yoongi estaría ahí para besarlo de vuelta. Yoongi podía hacer esto por horas y lo había hecho; sentado en el regazo de Jungkook, con sus manos en su cintura y su cabello, pequeños sonidos murmurados en su burbuja de intimidad. Los labios de Jungkook estaban cálidos y húmedos. Muchas veces, con una risa suabe, mordía el labio inferior de Yoongi y tiraba, porque Yoongi siempre gemía cuando lo hacía.
—Hey—dijo Jungkook, cuando se separaron para respirar.
—Hey—dijo Yoongi. Con la ausencia de la boca de Jungkook, besó desde sus labios hasta su mandíbula y cuello, dejando un camino de besos—. Te amo.
—Te amo también—dijo Jungkook, y jaló el cabello de Yoongi tan suave como pudo—. Mis ojos están aquí arriba.
—No quiero besar tus ojos.
—Jódete, eso sonó mal. Intentaba ser genial.
—Sí, y estás fallando—Yoongi miró hacia arriba para observar la suavidad insoportable que crecía en la cara de Jungkook—. Simplemente puedes pedirlo, nerd.
—Estoy siendo coqueto—dijo Jungkook—. Tengo saliva en mi cuello, ahora. Mira lo que hiciste.
—Estaba besándote.
—Mejora tu técnica y luego vuelve—Jungkook lo besó—. Mm. Te amo.
Te amo también—Te amo también—Yoongi disfrutó la lengua de Jungkook, sus dientes que rozaban su cuello—. Izzy se está cansado -oh- de prestarme su maquillaje.
—Entonces no se lo pidas.
—Soy un adulto respetable. No puede ir por ahí -ohmierda- con chupetones en mi cuerpo como un adolescente caliente.
—Eres un adolescente caliente, maldito—Jungkook lo picó en un costando y comenzaron a reírse. Cálido y bonito—. Solo debes jugar la parte con la que naciste.
—Dame una medalla de oro.
—¿Con un beso bastará? —le preguntó Jungkook y Yoongi sonrió, un bueno, qué esperas escrito en toda su cara, e inclinó su cabeza para aceptar su premio.
*
*
*
—Nombra tres sustituciones comunes que usarías si no tuvieras dedaleras disponibles cuando estás elaborando Cura para Resfrío y Tos.
Yoongi limpió su ceño; la poción estaba caliente y el vapor seguía mojando sus mejillas y su nariz—Um. Raíz de diente de león, hojas de poligonácea o el pulmón izquierdo de un ciervo irlandés—dijo.
—¿Qué harías si un Hígado Salado explotara?
—Meter mis dedos en mis oídos y esperar por lo menor—Yoongi hizo que la cuchara revolviera por si sola y comenzó a ojear las hojas gastadas de su libro de pociones—. Hazme preguntas adecuadas, vamos, no eras un maestro de las pociones por nada.
—No hay sentido en preguntarte más—dijo Snape, con exasperación—. Conoces ese libro al revés y al derecho, incluso con los errores en las técnicas, y eres natural incluso con las pociones más difíciles. ¡Mira lo que estás haciendo ahora!
—Prácticar preguntas nunca dañó a nadie—dijo Yoongi. La poción, en la cual Yoongi había estado trabajando por tres meses, finalmente comenzaba a esperarse, volviéndose transluciente. En un mes, pensaba, se convertiría en oro—. O bien me ayudas a estudiar o te vas a la mierda.
—No seas irrespetuoso con tus mayores y superiores a ti.
—Solo eres una de esas cosas, e incluso eso es debatible. El marco en el que estás se ve bastante moderno.
Snape rodó sus ojos, la acción exagerada a través del -muy moderno, de verdad- retrato de un perro que estaba utilizando—. Nunca pensé que diría esto, pero eres de hecho preferible cuando estás quejándote de tu vida amorosa.
—Eres mezquino, también—dijo Yoongi, quitando su cabello húmedo de sus ojos—. Vamos, calla, también quieres ver si puedo lograr eso.
Snape se calló, servicialmente, pero Yoongi podía sentir su mirada juzgadora sobre las capas de lienzo y pintura.
Yoongi estaba elaborando -o tratando de elaborar- un lote que funcionara de Felix Felicis, aunque sabía que estaba mucho más allá del nivel de habilidades que necesitaba para hacerlo bien en el ÉXTASIS. Comenzó con este lote en enero, ahora era marzo y todavía no lo arruinaba, y no era más que para tener algo que lo mantuviera ocupado, pero sabía que, si podía hacer esto, podía hacer cualquier cosa. Y Bloom dijo que triunfaría si seguía el camino en el que estaba, lo que significaba que estudiar hasta que sus ojos se cayeran y se convirtieran en un ingrediente esencial de cualquier poción que estuviera elaborando estaba funcionando en ese momento.
Lo que significaba poción de la suerte y Snape preguntándole sin cesar sobre pociones.
—¿Qué diablos estás haciendo? No, no respondas eso, sé exactamente qué estás haciendo. ¿Por qué diablos estás haciendo eso?
Yoongi quitó la mirada del caldero para observar a Malfoy apoyándose sobre la puerta, viéndose intrigado, su túnica desabotonada hasta su cuello. Las clases ya habían terminado, pero Malfoy nunca se relajaba. Yoongi se preguntaba si sabía cómo hacerlo—No creo que esta poción esté en nuestro plan de estudios—dijo Malfoy, entrando a la sala y cerrando la puerta—¿Qué tan avanzado estás?
—Tres meses—dijo Yoongi, dejando que Malfoy mirara dentro de su caldero—. Pero es solo por diversión. No de verdad.
—Algunos de estos ingredientes solo están disponibles para quienes su licencia y han tenido un examen previo por el ministerio—dijo Malfoy.
—Sí, pero tu antiguo profesor sabe la contraseña de los estantes restringidos, y le agrado.
Malfoy le dirigió una mirada poco entusiasta a Snape—Traidor.
Snape solo se alzó de hombros.
—En realidad sí quiero hablar contigo, Min—dijo Malfoy mientras Yoongi revolvía la mezcla por ultima vez antes de ponerle la tapa al caldero—¿Has pensado sobre qué harás después de que salgas de Hogwarts?
—Nope—dijo Yoongi. Lo había hecho. Pensó mucho. Usualmente terminan con él emborrachando con Namjoon, y debatiendo si es muy tarde para volver a la sociedad muggle para volverse banqueros.
—Yo lo he hecho.
—Señor, usted ya salió de Hogwarts—dijo Yoongi—, no tiene que pensar en eso.
Malfoy parpadeó—No, pensar sobre tu caso.
—Oh—se sentía un poco lento, y pudo ver a Snape escondiendo un tipo de sonrisa tras la manga de su túnica en el gran cuadro de la esposa de Merlin cerca de la puerta—. Sí, claro. ¿Qué pensó?
—Bloom y yo decidimos que ella puede tenerte, pero quiero que sepas que, si prefieres pociones, ciertamente es una opción.
Yoongi sentía que estaba atravesando al equivalente mental de cuando te saltas un escalón al subir las escaleras—Espere, ¿qué?
—Pasantías—dijo lentamente Malfoy, como si fuera Yoongi quien estuviera diciendo cosas sin sentido—. De profesorado, o maestría, en el caso de pociones. Me parece que Adivinación es menos formal, en la estructura del arte, aunque Bloom y yo no lo discutimos en realidad.
—Solo discuten sobre ti—dijo Snape, como un niño malicioso—. Muy fuerte. Molestan a todos los demás en el salón de profesores, sabes.
—¿Pasantía?
Malfoy entrecerró los ojos—Pensé- bueno, Severus me dijo que estabas considerando entrar a pedagogía. Y Bloom está buscando a alguien; los centauros se rehúsan a aceptar que alguien más de su especie enseñe, y según ella, los profetas son cada vez menos. Pero si estabas pensando en algo más...
—No creo que pueda enseñar, señor—dijo firmemente Yoongi. Cerró su libro y lo guardó en su bolso y comenzó a caminar torpemente hasta la puerta, inclinado mientras intentaba irse de forma educada—. Iba a dejar mis...opciones abiertas.
—Serías muy bueno.
—Uh.
Malfoy levantó una ceja y deforma deliberada se movió para cerrar la puerta con seguro—. Eres un Pocionero increíble, y la profesora Bloom solo dice cosas buenas sobre tu aptitud in Adivinación. Has liderado al equipo de Quidditch de Slytherin lo más cercano que han estado de la copa en más de veinte años, y los alumnos más jóvenes prácticamente te adoran.
Yoongi no dijo nada, pero sabía que se estaba poniendo rojo.
—Me recuerdas a Gerry Thompson—dijo Malfoy, como si no fuera el halago más alto que pudieran decirle—. Eres motivado y capaz de inspirar a las personas a ser mejores. ¿Sabías que Gerry está causando furor en el ministerio irlandés? Están considerando hacerlo asistente senior del jefe de gobierno de la magia. Lo está haciendo increíble.
—Seguimos hablando mucho, señor—murmuró Yoongi, mirando la pared.
—Creo que puedes enseñar—dijo Malfoy. Hizo contacto visual con Snape—. Muchas personas tienen que ser incentivados para ver dónde se encuentra su talento, me parece.
Snape tosió.
—Bueno—dijo Yoongi. Se sentía extraño. Por supuesto que Gerry se lo dijo, y Jungkook, Damien también, pero es diferente escucharlo de Malfoy; Malfoy, quien es un hombre firme, y Malfoy, quien le dijo qué significaba Slytherin, y Malfoy, que fue atacado por Harry (maldito) Potter y aun así volvió a Hogwarts, y quien fue el salvador de su casa el año pasado y quien definitivamente hizo que se detuvieran los ojos morados y mejillas con moretones—. Uh. ¿Puede hablar con ustedes después de los resultados de los ÉXTASIS, entonces? ¿Sobre eso?
La boca de Malfoy se movió y quizás era una sonrisa—Por supuesto. Me siento obligado a decirte que tanto la profesora Bloom como yo solo aceptaremos a quienes logren tener una O en los ÉXTASIS de su materia escogida.
—Por supuesto—dijo Yoongi de forma mecánica.
Cuando se fue de la sala en desuso donde había estado elaborando la poción de la suerte, pretendía que no podía escuchar a Snape y Malfoy hablando sobre él con voces fuertes (amortiguadas).
Y por supuesto que podía tener una O en el ÉXTASIS de Adivinación, no había problema.
(Estaba ansioso por ver la expresión de traición en la cara de Malfoy y Snape, también. Pero pensaba que Bloom estaría orgulloso de él, y Gerry también)
*
*
*
Volvió de una conversación suave y acogedora (besos, risas) con Jungkook una noche templada de abril, borracho de amor y de felicidad surrealista que bañaba todo su cuerpo. No podía ser tan fácil, y aún así, lo era.
Nadie había venido a decirle que se había agotado su tiempo; no hay otro zapato que dejar caer, ni otra pierna de la que tirar, y Yoongi se sentía constantemente como si fuera a explotar de la alegría; de poder estirar su mano y encontrar la de Jungkook ahí para él, su sonrisa, sus labios, sus ojos y todo lo que estaba esperando para que Yoongi lo atrapara.
A Jungkook le gustaba recordarle que lo amaba, en un tono suave y reverente, como si lo dijera más fuerte Yoongi se desvanecería. Le gustaba tomar las mejillas de Yoongi en sus manos y decir te amo mucho, y besar la punta de su nariz.
Yoongi estaba enamorado.
—Patatas—dijo a la puerta de Slytherin, y se deslizó a través de ella cuando lo dejó pasar. Era muy tarde y jueves en la noche; nadie estaría en la sala común, especialmente porque el último partido de Quidditch sería el sábado en la mañana. Todo el equipo se estaba esforzando. Gerry iba a venir. Iban a ganar la copa.
Y esa es la razón por la cual fue una gran sorpresa ver a Rober Elias acurrucado frente a la chimenea, rodeado de pañuelos ensangrentados, sollozando en un pañuelo blanco sobre su nariz, rojo y mocos cubriendo sus dedos.
—¿Elias?
Robert se giró como si hubiese sido golpeado. Fue golpeado—Mibda, ¿pob qué no estas dubmiendo?
—Tira tu cabeza hacia atrás—Yoongi se arrodilló, tomando la mandíbula de Robert y apretando fuertemente el pañuelo sobre su nariz—. Podría hacer un encantamiento sanador, pero Jungkook es mucho mejor que yo. Demonios, ¿perdiste medio litro de sangre o qué? Espera, haré el encantamiento. Mantén tu cabeza hacia atrás—pretendió no ver la vergüenza en los ojos de Robert mientras sacaba su varita y la movía hacia la nariz ensangrentada—Episkey.
Roberto quitó su mano de su cara cuidadosamente, arrugando su nariz—Diablos, gracias. Eso dolió.
—Te golpearon—Yoongi comenzó a lanzar los pañuelos ensangrentados a la chimenea, haciendo una mueca por el olor—. ¿Quieres decirme qué pasó? ¿A quién tengo que matar?
—A nadie.
—Sí, claro. No te pegaste tu mismo en la cara.
Robert apretó su mandíbula sombríamente, sus mejillas se veían perturbadoramente ensangrentadas con la yema de sus dedos—Nadie.
Yoongi se sentó, con las piernas cruzadas, mirándolo de frente. Robert Elias era bajo y delgado, su cabello era demasiado largo y su sonrisa ocupaba toda su cara, y siempre parecía estar rodeado por los otros cinco, en un pequeño grupo de chistes internos y risas, una pequeña burbuja de protección de la realidad de ser un Slytherin. Yoongi no quería que Robert hiciera lo que él hizo. —Escucha, ¿por qué molestarte en pretender? ¿Qué bien te hará eso? Yo, Malfoy y Damien los arruinaremos, y Sam probablemente los mate. E Izzy te dará chocolate caliente.
Robert miró sus rodillas—Sí, pero—su voz se quebró—, pero nadie nunca te molesta a ti.
Círculos. La vida estaba llena de malditos círculos.
Yoongi sintió ganas de reír, aunque no era nada divertido.
—Mira, te diré esto bajo estricta confidencia, porque aparentemente tu y los demás piensan que soy genial—comenzó a decir, y Robert lo miró con un pequeño brillo en sus ojos, la emoción de un secreto que los demás no escucharían—. Bueno, los labios cerrados y todo eso. ¿Conoces a Jungkook? ¿El amor de mi vida, mi increíble novio, te deja beber cerveza porque cree que no lo veo metiéndola en tus bolsillos durante las fiestas?
Robert se sonrojó y luego asintió—¿El Ravenclaw?
—Ese. Bueno, él y yo tuvimos una pelea gigante el año pasado. ¿Sabes por qué?
Robert sacudió su cabeza.
—Porque nunca dije nada cuando me estaban golpeando—Yoongi sacó el ultimo pañuelo del paquete e intentó limpiar la cara de Robert—. Escucha, no es- no pienses- escucha. Nadie me molesta más porque entré en razón y le dije a Malfoy, y el atrapó a los que estaban haciéndolo. Y se supone que tú tienes que acudir a mí y dejarme manejarlo, ¿sí? Los arruinaré. No deberían ser ellos los que te arruinen, porque no has hecho nada malo.
Robert se alzó de hombros. Estaba limpio, en su mayoría—Bueno, pero- dijeron, dijeron que era porque estoy en Slytherin. Y no soy tonto. Somos una casa malditamente pequeña, y puede que sea hijo de muggles o lo que sea, pero investigué. Somos como la casa mala, ¿no? Voldemort—lo pronunció mal, no estresó la e lo suficiente, pero ¿cuándo lo habría escuchado en voz alta antes? —, salió de Slytherin, ¿verdad?
Yoongi exhaló. Círculos. Malditos círculos—También Merlin.
—Pero-
—También yo, también Malfoy, y Sam, Damien e zzzy. Escucha, ¿te parece que Awlyn Brydon tiene alguna capacidad para ser malo? Izzy tiene un pijama de Winnie The Poo. ¿Te parece mala?
—No, pero-
—Mira, Malfoy me dijo esto, para que sepas de quién viene—Yoongi resistió la urgencia de morder su pulgar—. Slytherin no es la casa malvada, ni Gryffindor tiene solo malditos resistente, ni Hufflepuff idiotas ni Ravenclaw solo estirados—se detuvo, y Robert no pudo evitar reirse—¿Verdad? Los Slytherin somos ingeniosos, inteligentes y hábiles y esas no son características malvadas. ¿Qué crees que es peor, estar en Slytherin o golpear a alguien de primer año?
—Pero si pensaste que el de primer año se lo merecía-
—Hey, Elías, nadie merece que le rompan la nariz por culpa de los resultados de un test de personalidad—dijo Yoongi, lo más gentil que pudo—. Mereces lo mismo que todos los demás, ¿está bien? No pienses que no lo mereces, porque terminará con lágrimas. Tienes el mismo derecho a estar aquí que todos los demás en este maldito catillo, y pelearé con cualquiera que diga lo contrario.
Robert sollozó—Pero-
—Ni siquiera pienses en ello. ¿Quiénes fueron?
Robert le dijo, y Yoongi sonrió. Escribió una pequeña nota para que alcanzara a Namjoon en los dormitorios de Gryffindor—Ve a la cama, niño—dijo, y sonaba -no como sí mismo—Ve a la cama, y te prometo que el sábado les mostraremos que se equivocan, ganaremos la copa y puedes llevarla por el castillo mientras gritas si quieres. ¿Está bien?
—Está bien—dijo Robert. Sonrió, solo un poco, y luego se apresuro a su cama, y cuando Yoongi estuvo seguro de que se fue, caminó penosamente hasta su habitación y colapsó en su almohada.
Damien estaba roncando.
(Y había una pequeña nota de buenas noches de Jungkook. Te amo duerme bien x.)
Yoongi sonrió, y durmió bien.
*
*
*
—Así que—dijo Gerry mientras Damien volvía a su mesa en Las Tres Escobas—decidí que voy a escribir el discurso de su boda, ya que, sin mi maravilloso consejo, este maldito todavía tendría su cabeza metida tan dentro de su trasero que no podría ver lo que comió para la cena.
—Asqueroso, Gerr—dijo Yoongi ligeramente. Jungkook escondió su cara en el hombro de Yoongi, amortiguando risitas—. Y tú, no lo incentives. Nada bueno saldrá de eso.
Gerry voló desde Dublín hasta Hogsmeade ayer; iba a quedarse por el fin de semana, porque según él, lo que necesitaban los Slytherin era la inspiración de su verdadero padre. Naturalmente, eso significaba que Jungkook, Damien, Sam y Yoongi se escabulleron del castillo para verlo y beber, y para detener su ego un poco.
—Algo bueno salió de eso—Jungkook lo codeó—, trasero.
—¿Quién ha mantenido el buen trabajo, corrompiendo a los niños de mi casa y hogar?
—Ese sería Yoongi—dijo Samanta, volviendo con dos vasos de cerveza de mantequilla—. Esas pequeñas mierdas adoran el piso donde camina, sabes. Debiese ser repugnante, pero es tierno.
—Jódete—dijo Yoongi—. No lo hacen.
—Sí lo hacen—Jungkook tiró de su fleco y aceptó el vaso de Samantha con un gracias y una sonrisa.
Damien se río—Está este chico, Robert Elias. Un bebé regordete, es adorable y siempre está hablando de lo genial que es Yoongi y todo eso. Me siento un poco innecesario. Aquí está tu cerveza, tómala o déjala.
—Muchas gracias.
Gerry golpeó a Yoongi en el hombro—Estaré en las gradas de Slytherin mañana, de todas formas, así que más te vale no defraudarme. Ganen la maldita copa, muchachos.
—Y muchachas.
—Y muchachas—dijo, y todos chocaron sus vasos y Jungkook depositó un beso cálido en la mejilla de Yoongi.
*
*
*
Hubo una repetición de ese beso cálido mientras los siete jugadores de Quidditch se arreglaban en el área con carpas antes de ir al campo. Yoongi apretó los cordones de sus guantes de cuerpo lo más que pudo; a su alrededor, los otros seis estaban haciendo lo mismo, Jimin tiraba su bate en el aire y lo atrapaba y Damien intentaba apretar las correas de la barbilla fuertemente.
—Buena suerte, muchachos—dijo Yoongi—, y muchachas—antes de que Izzy o Sam pudieran decir algo—. Maldita sea, bueno, bueno, Gerry está allá afuera, ¿verdad? Así que olviden la copa y toda esa mierda. Solo- Gerry merece una Copa de Quidditch al menos una vez. Vamos a dársela.
Jungkook estaba ahí, también, adornado fielmente con plata y verde, la bufanda de Yoongi alrededor de su cuello, el gorro de Max sobre su cabeza, la corbata de Alwyn amarrada en su cabeza. Se veía extraño—Vas a ganar—dijo, tomando la mano de Yoongi y apretándola—. Estarás increíble, solo espera y ve.
—Te amo—dijo Yoongi, y mostró su mejilla para recibir un beso.
—Y aquí están- ¡El equipo de Quidditch de Slytherin!
A Namjoon se le unió Hoseok en reemplazo de Seokjin para comentar este año, con un Malfoy derrotado retirado en los asientos para el personal mientras les gruñía que comportaran, por el amor de dios.
—¡Slytherin! —gritó Namjoon—¡Capitán y Buscador, el maravilloso Yongi Min, volviendo al campo de nuevo! ¡Tenemos al Guardián, Damien Roadfell, y los Cazadores Isobel Way, Alwyn Brydon y Samantha Woods! Finalmente, los bateadores, el guapo Jimin Parl—Jimin silbó hacia las gradas de Hufflepuff y Taehyung lo saludó de vuelta, una mancha verde y plateada en un mar de los colores de Gryffindor—Sí, gracias Jimin- y nuestro Bateador final, ¡Edie-Maude Black!
Yoongi estaba en el centro, su equipo lo rodeaba. Estaban jugando contra Gryffindor, por supuesto, y el ambiente era opresivo; los abucheos que enfrentaban, los vítores cuando Hoseok anunció al equipo de Gryffindor.
—Recuerden lo que planeamos—dijo, por la comisura de su boca—. No se asusten.
El apretón de manos dejó sus dedos entumecidos, y el silbato que marcaba el comienzo del partido resonó en sus oídos mientras los catorce jugadores se disparaban al aire.
Recuerden lo que planeamos.
—¡Y comenzaron!
El buscador de gryffindor, un chico de quinto año llamado Lumley, lo seguía de cerca mientras Yoongi se elevaba en el cielo, revoloteando por arriba de la acción principal. Yoongi lo esperaba. Voló alto, a la altura de un águila; a Lumley le gustaba perseguir al buscador del equipo contrario, seguirlos y arrebatarles la snitch.
—Inmediatamente Slythering se hace con la quaffle ¡ah, demonios, jimin, eso estuvo cerca-!
—¡Sin insultos! ¡!Namjoon! ¡Por amor de dios!
Yoongi se río fuertemente, con el viento haciendo doler su nariz. Malfoy era una leyenda.
Debajo de él, Izzy y Alwyn se tiraban la quaffle de ida y vuelta, y por sobre los gritos de los estudiantes Yoongi imaginaba que podía escuchar a Max afónico de tanto animarlos. Mientras llegaban a los aros de gryffindor, Samantha apareció de la nada, y los Gryffindor -todos los que estaban acechando a Izzy y Alwyn- no pudieron hacer nada cuando Sam apuntó y anotó con aparente facilidad.
—¡Una primera anotación fácil para Slytherin! ¡Arriba la plata y el verde, ¿eh? ¡Diez puntos!
Yoongi golpeó el aire. Al mirar hacia abajo, vio a Jungkook en las gradas de Slytherin, saltando de arriba abajo, abrazando a Max y Taehyung, quien debió escabullirse desde Hufflepuff. Gerry estaba ondeando tres banderas diferentes al mismo tiempo.
—No van a ganas—gritó Lumley por sobre el viento—¡Nosotros lo haremos!
Yoongi la ignoró, balanceándose en su escoba, escaneando el aire por un destello de oro. ¿Dónde está?
—¡Oh jodido dios!
Malfoy no le dijo a Hoseok que se calmara. Yoongi miró hacia abajo justo a tiempo para ver una nube de verde y plata cayendo, rodeada de jugadores en rojo y oro.
—Maldita sea, Samantha Woods fue botada de su escoba por el bastardo de Collins- señor, sabe que es verdad-
Yoongi apuntó hacia abajo y voló más rápido que nunca—¡Sam! Sam-
—¡Está bien! —le gritó Izzy. Malfoy estaba señalándole desesperadamente a O'Shannon que llevara a Sam a la Ala del Hospital, y Sam estaba de pie -aunque un poco temblorosa- viéndose igual de desesperada por quedarse— Está- está bien- Yoongi, tenemos que ganar-
—¡El bastardo de Collins cometió una falta, Slytherin tiene dos tiros libres al arco! Dales duro, Izzy- señor, con todo el respeto, no me importa si estoy mostrando imparcialidad-
Y alrededor de las gradas, nadie estaba abucheando. Tendrías que ser un verdadero imbécil para animar por alguien que se estaba cayendo 60 metros desde el cielo, después de todo, incluso significaban veinte puntos para Slytherin que Alwyn anotó, su cara blanca, seria y furiosa.
—¡Dales duro, Yoongi! —gritó Gerry hacia el cielo.
Yoongi asintió y voló hacia arriba nuevamente, tan rápido que Lumley quedó atrapada en un viento de cola y se fue girando hacia la derecha. Atrapa la Snitch. Sam estaba sentada en la orilla del campo, ignorando por completo a Malfoy y el resto de las personas que intentaban llevarla al hospital; cuando vio que la miraba, sacudió su escoba en el aire.
Recuerden lo que planeamos.
(El plan: atrapar la snitch rápido, pero enfocarse en anotar. Damien podía hacerlo. Hacer enojar a los Gryffindor lo suficiente para que cometieran errores)
(Hacerlos enojar lo suficiente como para que botaran a Sam de su escoba- definitivamente no parte del plan)
¿Dónde está?
¿Dónde diablos estaba la maldita snitch?
Lumley lo seguía desde cerca, y Yoongi se entretuvo por diez lentos minutos enviándola de aquí y allá con vientos de cola, viendo el partido abajo. Slytherin tenía cincuenta puntos y Gryffindor diez, y cada vez que El Bastardo Tramposo recibía la quaffle había abucheos amortiguados -pero fuertes- y no solo de las gradas de Slytherin.
Sam, en el suelo, estaba animando de forma magnifica. Incluso con una cazadora menos, Izzy y Alwyn eran un par increíble, mierda, Yoongi debió darse el tiempo de entrenar a Max de forma adecuado, y podrían haberlo usado como reemplazo-
—¡Slytherin anota de nuevo! ¡Gana por 60 puntos a Gryffindor!
La snitch, Min. Atrapa la Snitch. Hazlo ahora y véncelos.
La snitch, Min. Atrapa la Snitch.
La snitch, Min.
Snitch. ¿Dónde estás?
Lumley estaba lejos de él ahora, perdida en las vueltas y revueltas, y no veía lo que él veía; el destello dorado, justo detrás de las gradas de Slytherin. El sonido, amplificado después de horas de práctica, la vibración del reloj y esas gruesas y rápidas alas pequeñas.
La Snitch, Min. Ahí está. Atrápala, hombre, y ganarán la copa.
Voló- Lumley lo siguió cinco segundos después, pero para entonces era demasiado tarde para alcanzarlo, y toda la escuela se giró para mirarlo, y no podía escuchar nada sobre la ráfaga del viento en sus oídos y el sonido de las alas de la Snitch. Voló.
La Snitch, Min. Atrapa la Snitch. Vamos.
La Snitch, Min.
Voló tan cerca de las gradas de Slytherin que escuchó a Gerry gritar su nombre, escuchó a Max gritar hasta quedar afónico, escuchó a los seis niños nuevos animando y golpeando sus pies contra el suelo, escuchó a Taehyung aullando y gritando.
(Vio a Jungkook tan lleno de algo que por un momento Yoongi solo quiso detenerse y besarlo)
La Snitch, Min. Atrapa la Snitch.
Vamos.
Cuando lo hizo, hubo cinco segundos de silencio. Yoongi podía sentir el sudor en su palma, secándose contra el metal helado y el cuero cálido, y podía sentir sus ojos y nariz gotear por el shock del frío y el calor, y podía sentir la mirada de cientos magos de la próxima generación de Inglaterra.
Cinco segundos de silencio, y luego Jungkook se lanzó a sus brazos y lo besó de lleno en la boca.
*
*
*
Yoongi tomó el habito de leer su futuro después de su taza de té de la mañana, lo cual era algo horrible de hacer, porque veía su animo por el resto del día. Afortunadamente, las ultimas semanas estuvieron llenas de nada más que fortuna- el camino en el que está, como diría Bloom.
—Te ves feliz—dijo Jungkook, inclinándose para besar a Yoongi mientras se dirigía a la cafetera. Estaban pasando el verano viviendo, en su mayoría, en la cada del otro, para el abatimiento de sus padres—¿Los resultados?
—Sí, y unas cuantas cartas—dijo Yoongi.
(Una de Gerry, llena de noticias, y luego, aparte, pequeña y sólida, una sobre lo orgullo que está, la forma grandiosa en la que creció Yoongi. Es demasiado cursi y Yoongi nunca la iba a tirar)
(Una de Robert Elias, llena de noticias, y luego, aparte, pequeña y esperanzadora, sobre Max, quien decidió ser el nuevo capitán, y como esperaba que tuvieran una racha ganadora, y como ha estado pensando un montón sobre lo que dijo Yoongi, y como esperaba verlo pronto. Dejó algo cálido dentro de Yoongi y nunca la iba a tirar, tampoco)
—¿Qué puntaje tuviste? —Jungkook se lanzó sobre los hombros de Yoongi, leyendo la carta de Hogwarts—Espera- ¡Demonios!
—Estimado señor Yoongi Min—leyó Yoongi en voz alta—, es de mi inmenso placer escribirle para decirle esto, aunque estoy segura de que ya lo sabe. Dado al Extraordinario que logró en su ÉXTASIS de Adivinación, estaría más que honrada de recibirlo como mi practicante, ya que expresó su interés en nuestra ultima reunión. Con siete años de estudio tendrá La Maestría del noble estudio de la Adivinación.
—Lo lograste—dijo Jungkook, asombrado—. Oh, eres asombroso- Te amo.
—Adicionalmente—Yoongi sonrió ante las palabras de Bloom—, el profesor Malfoy y su acompañante retratado estaban muy disgustados con su elección, pero yo no tenia ninguna duda. Y, quizás, podría tomarse un tiempo de su ocupada agenda para hablar con ellos. Me parece que tiene un proyecto sin terminar que debería traerle mucha suerte, si continua.
Jungkook se río en la cabeza de Yoongi.
Y Yoongi estaba reluciente. Aun había mucho que hacer -mucho por pensar- pero pertenecía exactamente dónde estaba, y lo sabía.
—Eres la mejor persona en que puedo pensar para el trabajo—le dijo Jungkook.
Y Yoongi le creía. De verdad lo hacía.
Fin.
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uniquetyphoonmiracle · 6 months
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Tras fotografiar el libro MALDITA ROMA y BACANALIA [RITOS, SEXO Y PODER EN LA ROMA REPUBLICANA] junto al libro EL CAMINO HACIA LA DICTADURA DE SANCHEZ de FE_DE_RICO JIMENEZ LOSANTOS un ROJO AL QUE LOS TERRORISTAS CATALANES DE TERRA LLIURE [=TIERRA LIBRE] dejaron COJO y se hizo de DERECHAS destacando en la RADIO DE LOS OBISPOS "COPE" teniendo por detrás el libro ESPAÑA A LA DERIVA..fotografié 2 JACUZZI HINCHABLES uno para 4 modelo CANCUN [donde me cole en la gala MISS ESPAÑA 2009 , donde conocí a PASTORA SOLER que canto LA MALA COSTUMBRE del cd BENDITA LOCURA entre sus CDs TODA MI VERDAD y UNA MUJER COMO YO..colándome luego en bus de MAQUILLADORES Y PELUKEROS hacia la FIESTA en hotel RESORT OASIS donde varias misses me pusieron su email donde me firmó PASTORA SOLER acabando la fiesta en la piscina donde me bañe en CALZONES con ellas y junto a DANIEL MURIEL que entonces estaba de moda por la serie ESCENAS DE MATRIMONIO y que se caso con la hija de SERRAT tras dejar a la Chica del TIEMPO de Telecinco FLORA GONZALEZ..y donde LAS AHOGADILLAS y consolé a MISS MURCIA T_AMARA VERA que era FAVORITA pero ganó MISS A CORUÑA=ANTIPODAS de AZOTADA CHRIST_CHURCH..entrometiendose MISS ESPAÑA 2008 PATRICIA YURENA de Santa Cruz de Tener_i_Fe que ganó con 18 años y volvió a ganar cuando refundaron el concurso] y otro para 6 modelo SAHARA [=Traicion de JUANCARLOS I con FRANCO MORIBUNDO]=LLEGA EL FIN DE ROMA O LA PUTA ESPAÑA MONARQUICA Y CATOLICA y empieza LA PURA ESPAÑA REPUBLICANA DEL SOL O DE UNA VERDADERA RELIGION=IBERIA donde el SEXO ES RELAX PORQUE NO TE CUESTA NADA [ni dinero ni moral ni tiempo ni salud]
Luego me probé 2 gafas de SOL marca RUTA 66 que empieza en CHICA+CAGO y que la EMPALMARE con la RUTA 3 [SUMA 69] hacia VIRGINIA BEACH [=BITCH=ZORRA] donde estuvo acogido su amigo televisivo Dany Blazquez que dijo en IS que LA VIDA DA VUELTAS MUY LOCAS cuando Abrazo a VIRGINIA MAESTRO porque coincidían sus 10 años de carrera con la boda de su hermana] ..y creo que me he puesto 2 por lo de que tendré 2 HERMANAS [HOSPITALARIAS]=localidad de SEVILLA donde un matrimonio de TEXAS se hace millonario fabricando vaginas de plástico FLESH_LIGHT [=CARNE_LUZ] al distribuir
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airelibredelanoche · 9 months
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Después de años en Europa
Quiero decir París, Saint-Tropez, Cap
St. Pierre, Provence, Florencia, Siena,
Roma, Capri, Ischia, San Sebastián,
Santillana del Mar, Marbella,
Segovia, Ávila, Santiago,
y tanto
y tanto
por no hablar de New York y el del West Village con rastros de muchachas estranguladas
-quiero que me estrangule un negro -dijo
-lo que querés es que te viole -dije (¡oh Sigmund! con
vos se acabaron los hombres del mercado matrimonial que frecuenté
en las mejores playas de Europa)
y como soy tan inteligente que ya no sirvo para nada,
y como he soñado tanto que ya no soy de este mundo,
aquí estoy, entre las inocentes almas de la sala 18,
persuadiéndome día a día
de que la sala, las almas puras y yo tenemos sentido, tenemos destino,
-una señora originaria del más oscuro barrio de un pueblo que no figura en el mapa dice:
-El doctor me dijo que tengo problemas. Yo no sé. Yo tengo algo aquí (se toca las tetas) y unas ganas de llorar que mama mía.
Nietzsche: "Esta noche tendré una madre o dejaré de ser."
Strindberg: "El sol, madre, el sol."
P. Eluard: "Hay que pegar a la madre mientras es joven."
Sí, señora, la madre es un animal carnívoro que ama la vegetación lujuriosa. A la hora que la parió abre las piernas, ignorante del sentido de su posición destinada a dar a luz, a tierra, a fuego, a aire,
pero luego una quiere volver a entrar en esa maldita concha,
después de haber intentado nacerse sola sacando mi cabeza por mi útero
(y como no puede, busco morir y entrar en la pestilente guarida de la oculta ocultadora cuya función es ocultar)
hablo de la concha y hablo de la muerte,
todo es concha, yo he lamido conchas en varios países y sólo sentí
orgullo por mi virtuosismo -la mahtma gandhi del lengüeteo, la Ein-
stein de la mineta, la Reich del lengüetazo, la Reik del abrirse camino
entre pelos como de rabinos desaseados -¡oh el goce de la roña!
Ustedes, los mediquitos de la 18 son tiernos y hasta besan al leproso, pero
¿se casarían con el leproso?
Un instante de inmersión en lo bajo y en lo oscuro,
sí de eso son capaces,
pero luego viene la vocecita que acompaña a los jovencitos como
ustedes:
-¿Podrías hacer un chiste con todo esto, no?
Y
sí,
aquí en el Pirovano
hay almas que NO SABEN
por qué recibieron la visita de las desgracias.
Pretenden explicaciones lógicas los pobres pobrecitos, quieren que
la sala -verdadera pocilga- esté muy limpia, porque la roña les da te rror, y el desorden, y la soledad de los días habitados por antiguos fantasmas emigrantes de las maravillosas e ilícitas pasiones de la infancia.
Oh, he besado tantas pijas para encontrarme de repente en una sala
llena de carne de prisión donde las mujeres vienen y van hablando de
la mejoría.
Pero
¿qué cosa curar?
Y ¿por dónde empezar a curar?
Es verdad que la psicoterapia en su forma exclusivamente verbal es casi tan bella como el suicidio.
Se habla.
Se amuebla el escenario vacío del silencio.
O, si hay silencio, éste se vuelve mensaje.
-¿Por qué está callada? ¿En qué piensa?
No pienso, al menos no ejecuto lo que llaman pensar. Asisto al inagotable fluir del murmullo. A veces -casi siempre- estoy humeda. Soy
una perra, a pesar de Hegel. Quisiera un tipo con una pija así y cogerme a mí y dármela hasta que acabe viendo curanderos (que sin duda
me la chuparán) a fin de que me exorcisen y me procuren una buena frigidez.
Húmeda.
Concha de corazón de criatura humana,
corazón que es un pequeño bebé inconsolable,
"como un niño de pecho he acallado mi alma" (Salmo)
Ignoro qué hago en la sala 18 salvo honrarla con mi presencia prestigiosa (si me quisiera un poquito me ayudarían a anularla)
oh no es que quiera coquetear con la muerte
yo quiero solamente poner fin a esta agonía que se vuelve ridícula a
fuerza de prolongarse,
(Ridículamente te han adornado para este mundo -dice una voz
apiadada de mí)
Y
Que te encuentres con vos misma -dijo.
Y yo dije:
Para reunirme con el migo de conmigo y ser una sola y misma entidad con él tengo que matar al migo para que así se muera el con y, de de este modo, anulados los contrarios, la dialéctica supliciante finaliza en la fusión de los contrarios.
El suicidio determina
un cuchillo sin hoja
al que le falta el mango.
Entonces:
adiós sujeto y objeto,
todo se unifica como en otros tiempos, en el jardín de los cuentos
para niños lleno de arroyuelos de frescas aguas prenatales,
ese jardín es el centro del mundo, es el lugar de la cita, es el espacio
vuelto tiempo y el tiempo vuelto lugar, es el alto momento de la fusión
y del encuentro,
fuera del espacio profano en donde el Bien es sinónimo de evolución de sociedades de consumo,
y lejos de los enmierdantes simulacros de medir el tiempo median-te relojes, calendarios y demás objetos hostiles,
lejos de las ciudades en las que se compran y se vende (oh, en ese jar- dín para la niña que fui, la pálida alucinada de los suburbios malsanos
por los que erraba del brazo de las sombras: niña, mi querida niña que
no has tenido madre (ni padre, es obvio)
De modo que arrastré mi culo hasta la sala 18,
en la que finjo creer que mi enfermedad de lejanía, de separaci��n
de absoluta NO-ALIANZA con Ellos
-Ellos son todos y yo soy yo-
finjo, pues, que logro mejorar, finjo creer a estos muchachos de buena voluntad (¡oh, los buenos sentimientos!) me podrán ayudar,
pero a veces -a menudo- los recontraputeo desde mis sombras interiores que estos mediquillitos jamás sabrán conocer (la profundidad,
cuanto más profunda, más indecible) y los puteo por que evoco a mi amado viejo, el Dr. Pichon R., tan hijo de puta como nunca lo será nin-guno de los mediquitos (tan buenos, hélas!) de esta sala,
pero mi viejo se me muere y éstos hablan y, lo peor, éstos tienen
cuerpos nuevos, sanos (maldita palabra) en tanto mi viejo agoniza en la
miseria por no haber sabido ser un mierda práctico, por haber afrontado el terrible misterio que es la destrucción de un alma, por haber
hurgado en lo oculto como un pirata -no poco funesto pues las monedas de oro del inconsciente llevaban carne de ahorcado, y en un recinto lleno de espejos rotos y sal volcada-
viejo remaldito, especie de aborto pestífero de fantasmas sifilíticos,
cómo te adoro en tu tortuosidad solamente parecida a la mía,
y cabe decir que siempre desconfié de tu genio (no sos genial; sos
un saqueador y un plagiario) y a la vez te confié,
oh, es a vos que mi tesoro fue confiado,
te quiero tanto que mataría a todos estos médicos adolescentes para
darte a beber de su sangre y que vos vivas un minuto, un siglo más,
(vos, yo, a quienes la vida no nos merece)
Sala 18
cuando pienso en laborterapia me arrancaría los ojos en una casa en
ruinas y me los comería pensando en mis años de escritura continua,
15 ó 20 horas escribiendo sin cesar, aguzada por el demonio de las
analogías, tratando de configurar mi atroz materia verbal errante,
porque -oh viejo hermoso Sigmund Freud- la ciencia psicoanalítica se olvidó la llave en algún lado:
abrir se abre
pero ¿cómo cerrar la herida?
El alma sufre sin tregua, sin piedad, y los malos médicos no restañan la herida que supura.
El hombre está herido por una desgarradura que tal vez, o seguramente, le ha causado la vida que nos dan.
"Cambiar la vida" (Marx)
"Cambiar el hombre" (Rimbaud)
Freud:
"La pequeña A. está embellecida por la desobediencia", (Cartas...)
Freud: poeta trágico. Demasiado enamorado de la poesía clásica.
Sin duda, muchas claves las extrajo de "los filósofos de la naturaleza",
de "los románticos alemanes" y, sobre todo, de mi amadísimo Lichtenberg, el genial físico y matemático que escribía en su Diario cosas
como:
"Él le había puesto nombre a sus dos pantuflas"
Algo solo estaba, ¿no?
(Oh, Lichtenberg, pequeño jorobado, yo te hubiera amado!)
Y a Kierkegaard
Y a Dostoyevski
Y sobre todo a Kafka
a quien le pasó lo que a mí, si bien él era púdico y casto
-"¿Qué hice del don del sexo?" -y yo soy una pajera como no existe otra;
pero le pasó (a Kafka) lo que a mí:
se separó
fue demasiado lejos en la soledad
y supo -tuvo que saber-
que de allí no se vuelve
se alejó -me alejé-
no por desprecio (claro es que nuestro orgullo es infernal)
sino porque una es extranjera
una es de otra parte,
ellos se casan,
procrean,
veranean,
tienen horarios,
no se asustan por la tenebrosa
ambigüedad del lenguaje
(no es lo mismo decir Buenas noches que decir Buenas noches)
El lenguaje -yo no puedo más,
alma mía, pequeña inexistente,
decidíte;
te la picás o te quedás,
pero no me toques así,
con pavura, con confusión,
o te vas o te la picás,
yo, por mi parte, no puedo más.
- Sala de psicopatología, Alejandra Pizarnik (1971)
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zamairabjr · 9 months
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actualidadliteratura · 10 months
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Maldita Roma: Santiago Posteguillo
Maldita Roma: La conquista del poder de Julio César es la segunda parte de la Serie Julio César, escrita por... http://dlvr.it/Sz0zLj
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asambleaeru · 8 days
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Maldita sea
Roma. Estamos en Roma y este lugar ha cambiado a Armand, lo poco que se de momento es que paso muy malos días o siglos quizás aquí con su hermano Riccardo. Pero eso ha dejado un poco descolocado al diablo. En el paseo de la otra noche parece que encontró a alguien parecido a él y enmudeció por primera vez. Quisiera saber más sobre él, sobre su vida humana o quizás sobre su pasado antes de ser líder de la asamblea lo poco que se es la versión de como Louis lo veía peor eso para mí no es suficiente.
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Me puso reglas. Me detallo lo que quería o no quería que hiciera. No sabe las ganas que tengo de infringir esas reglas quizás entonces pueda tocarme de nuevo, pueda sentir su aliento contra el mío. Mi espalda está marcada, las noches de pasión en Boston dejaron claras marcas de sus uñas en esta, pero no me importa. El gozo de sus gemidos es el premio que reclamo cada vez que logro que sus malditas manos se aniden en mi piel. Soy el Ícaro y el es mi maldito sol.. no puedo alejarme quiero hacer pero no puedo nunca podré ¿O si? Eso no lo sé hasta que no suceda.
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Durante el día recuerdo como sus manos frías tocan mi cuerpo y como este responde de forma inmediata a sus estímulos. Esto es más que sus dones haciendo efectos. No solo quiere saber la vida a través de mi, hay algo más pero aún no lo descubro. Me matara, lo sé. Pero mientras no lo hace aquí estar retandolo, sacando todo aquello que no quiere decir o admitir.
Estractos del diario de Daniel
Roma
1980.
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citascelebres · 10 months
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Maldita Roma: Santiago Posteguillo
Maldita Roma: La conquista del poder de Julio César es la segunda parte de la Serie Julio César, escrita por... http://dlvr.it/Sz0zLQ
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libreriaofican · 11 months
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Libro Maldita roma
LA CONQUISTA DEL PODER DE JULIO CESAR, el autor Santiago Posteguillo, Tras el enorme éxito de Roma soy yo, la novela más vendida en España en 2022, Santiago Posteguillo retoma su gran proyecto literario, narrarla vida de Julio César, en la esperadísima segunda entrega de su saga dedicada al gran personaje de la Roma clásica.#libreriaofican #libros #lecturas Librería Ofican libros
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intakcito · 1 year
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#roma #maldita #pediche #loqunohace #merezcounapaga
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O VELHO SACERDOTE JÔNATAS RECONHECE EM JESUS O MESSIAS ESPERADO.
O velho sacerdote diz acariciando a sua barba branca: «Quando João veio ter comigo, seu mestre, para me mostrar que estava curado, eu quis conhecer-te. Mas, Mestre, quase nunca saio do meu recinto. Estou velho ... Mas esperava vê-lo antes de morrer. E Jeová me ouviu. Que Ele seja louvado! Hoje eu te ouvi no templo. Você supera o velho sábio Hillel. Não quero duvidar, ou melhor, não posso duvidar de que Tu és o que meu coração espera. Mas você sabe o que é ter absorvido por quase oitenta anos a fé de Israel como ela se tornou ao longo dos séculos de ... manipulação humana? Tornou-se nosso sangue. E eu estou tão velho! Ouvi-lo é como ouvir a água que jorra de uma fonte fresca. Oh! sim! Uma água virgem! Mas eu ... estou cheio da água cansada que vem de tão longe ... e que tantas coisas pesaram. Como posso me livrar dessa saturação e desfrutar de Você?»
«Crendo e amando-me. Nada mais é necessário apenas para Jônatas.»
«Mas vou morrer em breve! Devo ter tempo para acreditar em tudo que você diz? Não poderei nem seguir todas as tuas palavras ou aprendê-las de outras pessoas. Então?"
«Você vai aprendê-los no céu. Apenas uma alma maldita morre para a Sabedoria. Mas quem morre na graça de Deus leva vida e vive em Sabedoria. Quem você pensa que eu sou?»
«Só podes ser o Esperado, de quem o filho do meu amigo Zacarias precursou João Batista. Você o conheceu?"
«Ele era um parente Meu.»
"Oh! Então você é parente do Batista? »
«Sim, sacerdote.»
«Ele está morto… e não posso dizer:“ Pobre homem! ”. Porque morreu fiel à justiça, depois de cumprir a sua missão e porque… Oh! Os tempos terríveis em que vivemos! Não é melhor voltar para Abraão? »
"Sim. Mas tempos mais terríveis virão, sacerdote.»
"Você acha? Roma, hein?»
«Não só Roma. O Israel culpado será a primeira causa.»
"É verdade. Deus está nos golpeando. Nos merecemos isso. Mas também Roma....
O EVANGELHO MARIA VALTORTA.
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La música sonará en dos días dentro del FMO
La música sonará en dos días dentro del FMO La Maldita Vecindad y la Sonora Santanera, Ana Torroja, Moenia, Jesse&Joy, Río Roma, y El Recodo, se presentarán en la segunda edición del Festival Michoacán de Origen. Morelia, Michoacán.- La alegría, la fiesta y el sano entretenimiento familiar llegan nuevamente a Morelia con la segunda edición del Festival Michoacán de Origen (FMO) que este año se…
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