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#noviciados
carloscarabela · 4 months
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Era un vasto cielo,
Sobre una selva gris,
Horizontes perdidos,
Los pies llenos de prisa,
Las miradas vacías.
Un poema de la magnitud con la que me recibió Madrid, soy de una ciudad artística, pequeña y muy naturaleza, todo lo contrario a la gran ciudad, sin embargo creo que debo seguir este poema en segundas partes, ahora vivo aquí y estoy feliz, en un momento será momento de volver, pero hasta que llegue el momento esperemos un momento y disfrutemos del presente..
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serdapoesia · 1 month
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Minha medida? Amor. E tua boca na minha Imerecida.
Minha vergonha? O verso Ardente. E o meu rosto Reverso de quem sonha.
Meu chamamento? Sagitário Ao meu lado Enlaçado ao Touro.
Minha riqueza? Procura Obstinada, tua presença Em tudo: julho, agosto Zodíaco antevisto, página
Ilustrada de revista Editorial, jornal Teia cindida.
Em cada canto da Casa Evidência veemente Do teu rosto. Hilda Hilst
In: Júbilo, memória, noviciado da paixão (1974)
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notasfilosoficas · 9 months
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“El silencio es el santuario de la prudencia”
Baltasar Gracián
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Fue un jesuita escritor español del Siglo de Oro, nacido en Belmonte de Gracián en enero de 1601 quien cultivó la prosa didáctica y filosófica.
Entre sus obras destacan “El Criticón” – alegoría de la vida humana- que constituye una de las novelas más importantes de la literatura española comparable por su calidad al “Quijote” o “La Celestina”.
Primeros años.
Las noticias sobre su infancia son muy escasas. Fue hijo De Francisco Gracián Garcés, natural de Sabiñán, la casa solar de la familia Gracián.
Se sabe que su padre fue contratado en 1604 como médico y que Baltasar estudió letras desde los 10 o 12 años en Calatayud, probablemente en el colegio jesuita de esa localidad.
En 1619 ingresó en el noviciado de la provincia jesuítica de Aragón, situado en Tarragona, en el que pasó 2 años de estudio de humanidades.
Cursó dos años de filosofía en 1621 de donde data su aprecio por la ética, la cual influyó en toda su producción literaria.
Ordenado sacerdote en 1627, impartió humanidades en el colegio de Calatayud, teniendo que migrar a diferentes provincias españolas debido a sus constantes enemistades con sus correligionarios, enseñaba filosofía y Teología Moral.
En 1650 con el cargo de maestro de escritura, publica la primera parte de su obra cumbre titulada “El Criticón” la cual publicó sin el permiso de la Compañía, provocando protestas formales elevadas a altas instancias jesuitas.
Producción Literaria.
Su producción se adscribe a la corriente literaria del conceptismo, una concepción ingeniosa entre palabras e ideas denominadas “concepto” o “agudeza”.
El pensamiento de Gracián es pesimista, como corresponde al periodo barroco.
Para Gracián el mundo es un lugar hostil, forjando un estilo construido a partir de sentencias breves muy personales, denso, concentrado y con signos lingüísticos de varias acepciones.
En su obra domina el juego de palabras y las asociaciones ingeniosas entre estas y las ideas, con lo que adquiere un lenguaje lacónico, lleno de aforismos y capaz de expresar una gran riqueza de significados.
Buena parte de su obra se ocupa de dotar al lector de habilidades y recursos que le permitan desenvolverse entre las trampas de la vida, donde el mundo es un espacio hostil y engañoso en donde prevalecen las apariencias frente a la virtud y la verdad.
Para Gracián el hombre es un ser débil, interesado y malicioso, y para ello se debe ser prudente y aprovecharse de la sabiduría basada en la experiencia; incluso disimular y comportarse según la ocasión.
Todo lo anterior, le ha valido a Gracián, ser considerado precursor del existencialismo y de la postmodernidad, influyendo en librepensadores franceses como La Rochefoucauld y más tarde en la filosofía de Schopenhauer y Nietzsche.
Últimos años
Con la aparición de la tercera parte de El Criticón, La compañía recriminó públicamente a Gracián, imponiéndole como penitencia ayuno a pan y agua, con lo que vió mermada su salud física, prohibiendo incluso el acceso a pluma papel y tinta.
Muerte
Gracián falleció poco tiempo después, en Tarazona en diciembre de 1658 probablemente enterrado en la fosa común del colegio.
Fuente: Wikipedia
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— Hilda Hilst, no livro "Júbilo, Memória, Noviciado da Paixão"
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amor-barato · 8 months
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I
Se for possível, manda-me dizer:
— É lua cheia, a casa está vazia —
Manda-me dizer, e o paraíso
Há de ficar mais perto, e mais recente
Me há de parecer teu rosto incerto.
Manda-me buscar se tens o dia
Tão longo como a noite. Sé verdade
Que sem mim só vês monotonia.
E se te lembras do brilho das marés
De alguns peixes rosados
Numas águas
E dos meus pés molhados, manda-me dizer:
— É lua nova —
E revestida de luz te volto a ver.
Hilda Hilst – Júbilo, Memória, Noviciado da Paixão
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o-druida-ebrio · 10 months
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— Hilda Hist, in "Júbilo, memória, noviciado da paixão". (Editora Biblioteca Azul; 1.ª edição [2012]).
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mypepemateosus · 11 months
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Iglesia de San Andrés del Quirinal, Roma.
La iglesia de San Andrés del Quirinal, es un pequeña iglesia (edificio) católica italiana ubicada en la colina del Quirinal en Roma, próxima al palacio del Quirinal. Construida entre 1658 y 1670 por Gian Lorenzo Bernini, por encargo del cardenal Camillo Pamphili, familiar de Inocencio X, para ser el oratorio del noviciado de la Compañía de Jesús, se considera una de las joyas del barroco italiano. Dependiente del noviciado jesuita hasta 1773, y nuevamente desde 1814 hasta 1870, desde 1925 ha sido atendida nuevamente por los jesuitas.
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eumechamojessica · 2 years
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Lobos? São muitos. Mas tu podes ainda A palavra na língua Aquietá-los. Mortos? O mundo. Mas podes acordá-lo Sortilégio de vida Na palavra escrita. Lúcidos? São poucos. Mas se farão milhares Se á lucidez dos poucos Te juntares. Raros? Teus preclaros amigos. E tu mesmo, raro. Se nas coisas que digo Acreditares.
Hilda Hilst — Jubilo, memoria, noviciado da paixão
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rutaalrocknoticias · 2 years
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Suso Díaz se viene con sus Appaloosas a MusicHunters
SUSO DÍAZ ¡Música desde el corazón con esencia y raíces norteamericanas!
La antesala del fin de semana se hace mucho más llevadera anunciando que Suso Díaz se une a la familia MusicHunters. Estamos ante una de esas bandas llamada a hacer algo grande en el panorama musical, ya no solo nacional, si no que internacional. Y es que Suso Díaz es uno de esos trovadores que bien podía haber nacido en los años 60 o 70. Con una voz profunda y que llega directa a nuestros corazones y cerebros lleva recorriendo los procelosos caminos de la música con sus inseparables The Appaloosas. Si bien Suso Díaz es capaz de defenderse con la única presencia de una guitarra acústica, el rodearse de músicos de tanto nivel ha llevado sus creaciones a unos niveles superiores. Con una capacidad innata de crear canciones mágicas, Suso Díaz nos ha ido presentando durante los últimos años trabajos donde crea paisajes sonoros reconibles, paisajes que van desde la música de raíces norteamericana hasta la Americana más moderna por la cual se siente tremendamente influenciado. Al escucharle pensaremos que han metido en una coctelera un poco de Springsteen o de Petty, incluso de sus adorados Cordovas, pero lo que si esta claro es que Suso Díaz ha sabido crear una marca reconocible a nivel sonoro.  
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Suso Díaz 23 de junio, A.P. 21:00h. Café La Palma (C/ de la Palma, 62. <M> Noviciado L2) 
Entradas anticipadas en Dice 
 Y como todas las buenas noticias no vienen solas, pues aprovechamos para presentaros el concierto que Suso Díaz dará el próximo 23 de junio en el madrileño Café La Palma. Una fecha muy significativa para la banda ya que servirá de presentación ante todo su publico y medios de lo que será su nuevo single. Un nuevo single que llegará al día siguiente y que estamos seguros de que os va a sobrecoger. Este concierto sirve también a la banda para ir tomando temperatura para las fechas que les esperan en este verano de 2022. Fechas y lugares que serán desvelados también en pocas semanas y que harán que este proyecto retome de nuevo la senda de la carretera, una senda que en el pasado les llevo a girar por Estados Unidos y por buena parte de Europa y que estamos seguros están más que deseosos de volver a sentir y recorrer.
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77jose-ricardo77 · 6 days
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SANTA RITA DE CASIA, RELIGIOSA AGUSTINA
La Iglesia recuerda a Santa Rita el 22 de mayo. Es conocida como la santa de los casos imposibles, después de que gracias a su intercesión se hayan resuelto milagrosamente situaciones sin esperanza. Sus restos permanecen expuestos en la Basílica de Casia.  
S. RITA DE CASIA, RELIGIOSA AGUSTINA
22 mayo
Es en la pequeña aldea de Roccaporena, en Umbria (Italia), dónde muy probablemente nace en 1371, Margarita Lotti, llamada en diminutivo “Rita”. Los padres, modestos campesinos y ganaderos, se esfuerzan por darle una buena formación escolar y religiosa en la vecina Casia, donde la instrucción está a cargo de los frailes agustinos. En tal contexto, madura su devoción por San Agustín, San Juan Bautista y Nicolás de Tolentino, que Rita elige como sus santos protectores.
Rita esposa y madre
Alrededor de 1385 se casa con Paolo di Ferdinando di Mancino.  Conflictos y rivalidades políticas son los rasgos que caracterizan la sociedad de ese momento; también el marido de Rita se ve envuelto. Pero la joven esposa, con la oración, su llaneza y con la capacidad de pacificar aprendida de los padres, lo ayuda poco a poco a vivir una conducta más auténticamente cristiana. Con el amor, la comprensión y la paciencia, la relación de Rita y Paolo se convierte en una unión fecunda, bendecida con la llegada de dos hijos varones: Giangiacomo y Paolo María. A este sereno hogar se contrapone sin embargo la espiral de odio de las facciones de la época. El esposo de Rita se encuentra inmerso por vínculos de familia y es asesinado. Para evitar ver a los hijos empujados a la venganza, les esconde la camisa ensangrentada del padre. En su corazón, Rita perdona a los que han matado a su marido, pero la familia de Mancino no se resigna, hace presión; se desatan los rencores y las hostilidades. Rita no deja de rezar para que no se derrame más sangre, y hace de la oración, su arma y su consuelo. Aún así, las tribulaciones no disminuyen. Una enfermedad provoca la muerte a Giangiacomo y a Paolo María, y su único consuelo es pensar en la salvación de sus almas, que ya no estarán más expuestas al peligro de condena, en el clima de revancha suscitado por el asesinato del cónyuge.
Monja agustiniana
Sola, Rita comienza una vida de oración aún más intensa por sus queridos difuntos, pero también por la familia Mancino, para que perdonen y encuentren la paz.  A la edad de 36 años pide ser admitida entre las monjas agustinas del Monasterio de Santa María Magdalena de Casia, pero su solicitud es rechazada: las religiosas, tal vez temen que con el ingreso de Rita – viuda de un hombre asesinado- puedan poner en peligro la seguridad de su comunidad. Las oraciones de Rita, y la intercesión de sus santos protectores, traen por el contrario, la pacificación entre las familias envueltas en el asesinato de Paolo di Mancino, y después de tantos obstáculos, por fin es admitida en el monasterio. Se cuenta, que durante el noviciado, la abadesa para probar la humildad de Rita, le hace regar un leño seco y que su obediencia, es premiada por Dios, con una vid exuberante. A lo largo de los años, Rita se distingue como una religiosa humilde, que pone gran celo en la oración y en los trabajos que le son encomendados, capaz de frecuentes ayunos y penitencias. Sus virtudes se hacen conocidas incluso fuera de los muros del convento, sobre todo en lo que se refiere a las obras de caridad a las que se dedica Rita al lado de sus hermanas, que unen a la vida de oración, las visitas a los ancianos, el cuidado de los enfermos y la asistencia a los pobres.
La santa de las rosas
Cada vez más inmersa en la contemplación de Cristo, Rita pide poder participar en su Pasión,  y en 1432, absorta en la oración, se encuentra sobre la frente, la herida de la corona de espinas del Crucificado. El estigma, persiste hasta su muerte, durante 15 años. En el invierno que precede a su muerte, Rita enferma y postrada en el lecho, le pide a una prima que ha venido de visita desde Roccaporena, que le traiga dos higos y una rosa del huerto de la casa paterna. Es el mes de enero, la mujer le sigue la corriente, pensando en el delirio de la enfermedad. Cuando vuelve, encuentra estupefacta, los higos y la rosa, y los lleva a Casia. Para Rita, son el signo de la bondad de Dios que ha acogido en el cielo a sus dos hijos y al esposo. Rita expira la noche del 21 al 22 de mayo del año 1447. A causa del olor de santidad inmediatamente después de su muerte, el cuerpo nunca fue sepultado. Hoy día es custodiado por una urna de cristal. Rita supo florecer, a pesar de las espinas que la vida le tenía preparadas, ofreciendo el buen perfume de Cristo, y deshelando el gélido invierno de tantos corazones. Por esta razón, y en recuerdo del prodigio de Roccaporena, el símbolo de sus ritos es, por excelencia, la rosa.
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#CryptoDayMadrid: Uniendo la Comunidad Crypto e Inspirando Innovación
Crypto Day Madrid se complace en anunciar su próxima edición, que tendrá lugar el 26 de Abril en El Noviciado (https://twitter.com/El_Noviciado), un club social privado en el centro de la ciudad. Desde su exitoso lanzamiento, Crypto Day Madrid se ha convertido en un punto de encuentro imprescindible para entusiastas, marcas y proyectos que lideran la revolución de la cryptomoneda y la tecnología…
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serdapoesia · 11 months
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Ama-me. Desvaneço e suplico. Aos amantes é lícito Vertigens e pedidos. E é tão grande a minha fome Tão intenso meu canto, tão flamante meu preclaro tecido Que o mundo inteiro, amor, há de cantar comigo. Hilda Hilst
In: Júbilo, memória, noviciado da paixão (1974)
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notasfilosoficas · 10 months
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“Siempre tenlo presente… entre más dura la prueba, mayor será la bendición”
Pío de Pietrelcina
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Pío de Pretelcina, también conocido como Padre Pío, fue un fraile capuchino y sacerdote católico italiano nacido en Pietrelcina, Campania en mayo de 1887. Famoso por sus dones milagrosos y por los estigmas que presentaba en el costado, manos y pies.
Su familia era de clase humilde, trabajadora y muy devota, su infancia se caracterizó por ser de una salud frágil y enfermiza. Desde su niñez sufrió lo que el llamaba “encuentros demoniacos”, y sus vecinos y amigos constantemente lo veían peleando con lo que ellos afirmaban era su propia sombra.
Desde muy temprana edad, manifestó un deseo especial por el sacerdocio. Su padre tuvo que migrar hacia los Estados Unidos y posteriormente a Argentina para poder costear la educación de su hijo.
En 1903 a la edad de 15 años, fue aceptado como novicio en el convento de Morcone. La vida del noviciado era una vida difícil, llena de ayunos y mortificaciones que influyeron decisivamente en el carácter de Pío.
En enero de 1904, termina su noviciado y se traslada al convento de SantÉlia  para continuar con sus estudios. Es por esta época y en este convento en donde ocurre su primera bilocación (fenómeno paranormal en donde una misma persona aparece en dos lugares diferentes al mismo tiempo).
En enero de 1907, hace su profesión de votos solemnes y se traslada al convento de Serracapriola, perjudicando su salud, por lo que sus superiores lo regresan a Pietrelcina, en donde la gente de su pueblo confiaba en él y le pedia consejo.
En agosto de 1910, fue consagrado sacerdote en la catedral de Benevento, pero permanece con su familia derivado de sus problemas de salud.
Sin duda alguna lo que hace más famoso al Padre Pío, es la aparición de estigmas muy dolorosas en manos pies y costados, las cuales ocurrieron desde septiembre de 1918 hasta septiembre de 1968. La noticia de que el padre Pío tenia los estigmas, hizo que miles de personas acudieran a la iglesia de Giovanni Rotondo para verle y besarle las manos, confesarse y presenciar sus misas.
La Santa sede, envió un comunicado argumentando que sus estigmas tenían un origen neurótico, haciendo constar que no se constataba sobrenaturalidad en los hechos, por parte del Santo Oficio.
En los años siguientes, hubo otros 3 decretos en donde el último, prohibía las visitas al Padre Pío o mantener alguna relación con él. Es por esta causa que el Padre Pío pasa 10 años de 1923 a 1933 aislado completamente del mundo exterior.
El padre Pío fue objeto de numerosas investigaciones, hasta que en 1933 las cosas comenzaron a cambiar, ordenando el papa Pio XII se revirtiera la prohibición de la celebración de misas del padre, argumentando que no tenía una mala disposición hacia él, sino que había sido mal informado y animó a los devotos a visitarlo.
Fue hasta después de 30 años, que el entonces papa Juan XXIII prohibe nuevamente su participación como sacerdote, y en julio de 1960, bajo una investigación del arzobispo de Ancona, Carlo Maccari, lo acusa equivocadamente de tener relaciones sexuales.
Tras la muerte del papa Juan XXIII el papa Pablo VI rechazó las acusaciones y devolvió oficialmente la libertad en su ministerio, concediéndole el indulto para celebrar misas.
Al padre Pío además de sus estigmas se le atribuyen facultades extraordinarias como la capacidad de leer conciencias y almas, curas milagrosas mediante la oración, la facultad de estar en dos lugares al mismo tiempo, el don de apariciones y de profecía.
En junio de 2002, el papa Juan Pablo II proclama santo en el Vaticano al padre Pío, haciendo público el hecho de que alguna vez había sido confesado por él, y algunas fuentes inclusive dicen que le había vaticinado el papado.
Fuentes: Wikipedia y abc.es
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Réquiem por la catarsis
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Blanca Lombana (1924-2002)
Blanca es una joven de corazón puro y espíritu soñador. A lo largo de su vida, ha demostrado ser compasiva, afectuosa y dedicada a su hermano Camilo y a su amiga Ana. Es inteligente y curiosa, lo que la lleva a buscar refugio en la imaginación. A pesar de las dificultades que enfrenta, mantiene un optimismo cautivador. Su devoción religiosa y su creencia en la liberación son aspectos fundamentales de su personalidad.
Blanca y su hermano Camilo han compartido una infancia feliz a pesar de ser huérfanos. Los cuentos y obras literarias que Camilo le ha leído han enriquecido su imaginación y han creado un lazo indestructible entre ellos. La llegada de Ana como una hermana adoptiva refuerza aún más su unidad familiar.
Un evento traumático en la adolescencia de Blanca, que la dejó emocionalmente herida, cambia radicalmente su perspectiva de la vida y la lleva a buscar la paz interior.
El noviciado es un intento de Blanca por encontrar una vía para sanar sus heridas emocionales y buscar la liberación a través de la religión. Su fe y su deseo de encontrar la paz interior son las fuerzas impulsoras detrás de su compromiso.
Blanca experimenta un conflicto interno constante debido a su noviciado, que siente que ha abrazado como un camino sin más opción. Además, el dolor del pasado y su preocupación por el bienestar de su hermano la atormentan.
Camilo Lombana (hermano de Blanca)
Camilo es un joven inteligente y apasionado por la literatura y la filosofía. Tiene una mente aguda y un amor por la lectura que comparte con su hermana Blanca y su amiga Ana. A pesar de las dificultades que enfrenta en la Colombia de la época, mantiene un espíritu valiente y un fuerte sentido de responsabilidad hacia Blanca y Ana.
Ha sido el protector y el mentor de Blanca desde que eran niños. Su dedicación a su hermana es evidente en la forma en que lee cuentos y obras literarias, y cómo juntos exploran conceptos filosóficos. Su amor por la literatura y la filosofía se convierte en una forma de escapar de la dura realidad que les rodea.
Camilo toca la puerta de la mayoría de edad y se ve forzado a extender sus alas lejos del convento-orfanato. La violencia, como sombra amenazante, le arroja a un escenario peligroso, y en la danza incierta de los días, lucha por forjar senderos seguros para Blanca, Ana y para sí mismo.
La tricolor parcela, testigo silencioso de sus pasos, se convierte en un telar donde entreteje sus esperanzas y temores. En cada callejón de los pueblos, la realidad cruda se disuelve en versos de desafío, mientras Camilo, como un trovador de sueños, busca melodías de oportunidad que resuene con seguridad para los corazones de los suyos.
Cansado de las sombras que han eclipsado su juventud, sus anhelos se elevan como plegarias hacia un cielo incierto. La vida, en su metamorfosis, se convierte en un cuaderno donde escribe ilusiones de mañanas que llegan con mucha paz. La esperanza, como una estrella en la noche, guía sus pasos, iluminando la oscuridad con destellos de un futuro anhelado.
Camilo, escritor de días imprecisos, entona sus esfuerzos en una sinfonía de amor filial. Anhela una partitura donde cada nota sea un refugio, donde cada acorde resuene con la promesa de un hogar seguro para aquellos que ha jurado proteger. Su viaje, en su poesía vital, se convierte en un canto de resistencia y determinación, una búsqueda tenaz de un horizonte donde la paz y la comodidad aguarden al final del sendero.
Su determinación y sacrificio pueden ser un elemento conmovedor en la trama, mostrando el poder del amor fraternal y la búsqueda de una oportunidad que pueda cambiar el destino.
Ana Echeverri (Mejor amiga de Blanca)
Ana creció en el mismo orfanato con Blanca y Camilo, es una mujer fuerte y compasiva, pero lleva consigo una carga emocional abrumadora debido a su doble vida como prostituta. Es una amiga confiable y siempre ha estado al lado de Blanca, compartiendo sus secretos y ofreciendo apoyo inquebrantable. A pesar de la tristeza y la lucha que siente dentro de sí, Ana es una persona inteligente y valiente que nunca ha dejado que las adversidades la derroten por completo.
Ana es lesbiana y ha mantenido esta parte de su vida en secreto durante años, incluso de su propia familia (la familia del convento). Blanca es la única persona que conoce su orientación sexual y la ha apoyado incondicionalmente en un mundo que a menudo es hostil hacia la diversidad sexual -y más en esa época-.
José Gaviria (Terrateniente)
José Gaviria nació en una familia acomodada en la región cafetera de Colombia a principios del siglo XX. Heredó una gran extensión de tierras de café que había estado en su familia durante generaciones. A medida que crecía, José se volvía ambicioso y ansioso por expandir su riqueza y poder. Alrededor de la década de 1920, se involucró en la remodelación de un orfanato cuyas tierras heredó de su padre y en el cual estaba ubicado en la zona central del país, muy cerca de la capital, en esas tierras había también un orfanato que estaba a cargo de su tía, Jorge estuvo allí por tres años, buscando la manera de sacar provecho de aquellas tierras y, a futuro, de aquellas personas a las que veía como mano de obra muy barata y productiva. Proyecto del que se alejó por un tiempo, pero solo en persona, ya que en ese orfanato tenía muchos intereses.
Tras largos años de ausencia regresaría a aquel orfanato, mostrando como siempre que era un hombre carismático y astuto, capaz de ocultar sus verdaderas intenciones detrás de una fachada amable y encantadora. Es un manipulador experto, capaz de ganarse la confianza de otros para luego traicionarlos sin piedad. Es un individuo violento y sin escrúpulos que no duda en utilizar la fuerza para lograr sus objetivos.
Laura Restrepo (la Lady)
Laura llegó en la adolescencia al mismo orfanato que Blanca, Ana y Camilo -cambiaba de orfanato varias veces porque era una niña inmanejable- su infancia estuvo marcada por su rebeldía, desobediencia y ambición desmedida. Con el paso de los días sintió una profunda atracción hacia Camilo debido a la compasión y el respeto que él le mostraba, lo que la llevó a desarrollar un amor obsesivo y posesivo hacia él. Sin embargo, también sintió celos de la atención que Camilo le daba a Blanca y Ana, lo que la llevó a manifestar su resentimiento de manera destructiva hacía las niñas.
Se convirtió en una persona manipuladora y malévola, utilizando tanto el maltrato físico como emocional para ejercer control sobre Blanca y Ana (ambas mucho menores que ella). Sus acciones aberrantes y crueles hacia ellas las atormentaron, pero ellas mantuvieron el secreto para no perturbar a Camilo.
Después de salir del orfanato, Laura se casó con hombres mayores que ella en busca de fortuna. Heredó riqueza de sus esposos anteriores, pero su carácter venenoso persistió. Incluso se involucró con un político corrupto y terrateniente que, además, estaba implicado en negocios ilícitos. Su secreto de aborto y la muerte sospechosa de su último esposo arrojan sombras sobre su pasado.
Llena de desprecio hacia otras mujeres y en un intento de ejercer aún más control sobre la vida de Ana y otras mujeres del pueblo, decide comprar y dirigir los prostíbulos locales. Esto la convierte en una figura temida y odiada en la comunidad.
A lo largo de su vida, Laura ha mantenido su obsesión con Camilo, prometiéndose a sí misma hacer cualquier cosa, tanto buena como mala, para tenerlo a su lado. Sus frases favoritas, "En el amor y la guerra todo vale" y "El fin justifica los medios", reflejan su falta de escrúpulos y su disposición para hacer cualquier cosa para obtener lo que desea.
  
El crucifijo de Plata
El encargo de limpiar el crucifijo de plata se convierte en un momento crucial en la historia. Blanca ve esto como una señal.
A medida que la historia avance, Blanca tendrá que enfrentar sus miedos, superar su conflicto interno y tomar decisiones significativas que afectarán su propio destino, el de su hermano Camilo y el de su amiga Ana. Su búsqueda de paz interior y redención serán elementos centrales en el desarrollo de su personaje a lo largo de la novela.
Capítulo 1
En plana crisis de los años 20 y en un escenario donde se percibía un olor a incienso que se mezclaba con la leña, ella lloraba -sus lágrimas eran enormes gotas de desconsuelo, que se escurrían por el rostro de la desesperanza- con profunda tristeza y resignación, porque sabía que se habían agotado todas sus posibilidades. Esta dolorosa y fría decisión le heló el alma y las vísceras con más intensidad que el viento gélido que arreciaba y se filtraba hasta sus huesos.
El reloj anunciaba las doce menos cuarto, y de pie ante esa puerta de madera envejecida se arrodilló y mirando tiernamente al niño le hizo la promesa de que al sostener por un tiempo corto la canasta, no habría más hambre, sería un lindo lugar y estaría muy feliz; todo eso, mientras acariciaba sus castaños cabellos… el niño hace un gesto de asombro que se convirtió rápidamente en uno angustia, ella lo consoló con un cálido beso en la frente y lo rodeó tiernamente con sus brazos. Dejó la cesta en el suelo y le dijo al niño que la sujetara muy fuerte y no la soltara, que recordara que en la cesta estaba el tesoro que siempre debía cuidar, él seguía sin entender lo que estaba sucediendo. 
Ella se alejó del niño y en ese instante de confusión y en un intento fallido por recuperar algo de fuerza, limpió sus lágrimas, golpeó fuertemente aquella puerta y se alejó rápidamente de lugar.
A una distancia considerable, se detuvo y detrás de un gran sauce reprimió un grito de dolor, al ver al pequeño llorar de forma desconsolada aferrado al cesto.
Las puertas se abrieron, era una monja (de mediana edad con ojos cansados y piel canela, que emergió como una figura compasiva) quien rápidamente entró a los niños, llamó a otra de las novicias para que se hiciera cargo; y, mientras tanto, en la penumbra buscó respuestas, caminó por los alrededores, gritó y al no tener contestación alguna entró de nuevo al orfanato.
Mientras cuestionaron ciertos infortunios de la vida, en la cocina, las monjas, prepararon leche caliente y galletas, que fue un bálsamo para el alma del niño en duelo. Tila levantó la cobija de la cesta y encontró una nota que decía: «ellos son Camilo (3) y Blanca (06) se los encomiendo a Dios y a ustedes. Los padres de los niños murieron a causa de un conflicto bipartidista, soy su tía no tengo condiciones económicas y, por mi enfermedad, no puedo hacerme cargo de ellos».
Después de leer aquella revelación de semejante tragedia, Tila miró a su compañera con una mirada perdida, con las pupilas dilatadas, buscando respuestas en un horizonte invisible, incapaz de encontrar consuelo o solución a la desesperanza de su corazón, una mirada que, sin duda alguna, clamó con palabras que gritaron en silencio la desesperación que embargaba el alma pidiéndole ayuda al cielo.
Carmen, quien entendía el agobio de Tila, llevó de inmediato la nota a la hermana superiora quien les indicó que debían hacer el registro de los niños y adjuntar la nota al expediente. Las monjas llevaron a los niños a la habitación de los más pequeños, que estaba ubicada en el centro del orfanato, las paredes desgastadas y la pintura descascarada. Los adornos eran mínimos, si acaso algún dibujo descolorido y simple que intentaba añadir un toque de alegría a un entorno desprovisto de lujos.
En un rincón, se veían, las cunas desgastadas y simples que se alineaban con cubiertas y mantas raídas y viejas, testimonio de la escasez de recursos. Sobre ellas, juguetes donados por almas caritativas, aunque escasos y desgastados por el tiempo, ofrecían a los pequeños algo de consuelo y entretenimiento en medio de su desventura.
Las monjas cuidaron de ellos toda la noche, Camilo cayó en un sueño profundo y Blanca también.
Al día siguiente, Camilo fue el primero en despertar, se dirigió a Tila y le preguntó por su mamá, ella le dijo que vendría en unos días, pues sabía, por mucha experiencia, que esa era la respuesta que le daba un poco de tranquilidad a aquellos niños.
Con el pasar de los días, la memoria de Camilo desdibujó los detalles de lo que solía ser una familia, diluyó los recuerdos y generó un vacío que poco a poco fue llenándose por aquellas figuras que, sin saber, adoptó como maternas.
Capítulo 2
En el orfanato, entre sus muros de tierra y cielo, Pedro, el jardinero, con manos curtidas, y su hijo Santiago, de risa traviesa y alma noble, sembraban sueños entre coloridas flores, senderos y demás quehaceres.
De la cocina las cuatro alquimistas del fogón Sara, Matilde, Juana y Remedios, se encargaban de hacer magia con los escasos recursos que poseían;
Enredadas entre telas y susurros de la lavandería Carmen, Teresa, Alicia y Pilar, visten de limpio y cómodo cada dobladillo desgastado y sueñan con que los niños en un futuro vistan de seda. 
Del cuidado de los niños, con delicadas manos y miradas compasivas Estela, Mercedes, Graciela, Tila y Socorro se hacían cargo cual ángeles de la guarda. 
A los niños los ubicaban en tres grupos de la siguiente manera: ocho niños de tres meses a tres años (salón de cuna); once niños de cuatro años a siete (salón infantil); 13 niños de ocho a trece años (primaria) y 7 niños de catorce a diecisiete años (bachillerato).     
Su cronograma de actividades estaba diseñado de la siguiente forma:
De lunes a viernes:
Mañana:
7:00 a. m.  - 8:00 a. m. : despertar y aseo personal de los niños
8:00 a. m. - 8:30 a. m. : desayuno simple (pan y leche)
8:40 a. m. – 9:00 a. m. : oración y momento de reflexión
9:00 a. m. - 12:00 p. m. : clases para los grupos de primaria y bachillerato
Mediodía:
12:00 p. m. - 12:30 p. m.: almuerzo Sencillo (arroz y granos)
 12:30 p. m. - 1:30 p. m.: descanso y tiempo libre para los niños
 1:30 p. m. - 2:30 p. m.: clases para los grupos de infantil y cuna
Tarde:
 2:30 p. m.- 3:30 p. m. : actividades lúdicas y recreativas para todos
 3:30 p. m.- 4:00 p. m. merienda básica (galletas y agua)
 4:00 p. m.- 5:00 p. m. : tareas escolares y refuerzo académico para primaria y bachillerato
Noche:
5:00 p. m.- 6:00 p. m. tiempo libre y juegos para los Niños
 6:00 p. m. - 6:30 p. m. cena sencilla (sopa y pan)
 6:30 p. m.- 7:30 p. m. actividades (lecturas, cuentos, música)
 7:30 p. m. - 8:00 p. m. preparación para dormir y aseo personal
Para el personal (rotando sus actividades cada semana excepto jardinería y limpieza):
Jardinería y limpieza: el jardinero y su hijo se encargan del mantenimiento del jardín y áreas exteriores.
Cocina: las monjas Sara, Matilde, Juana y Remedios preparan las comidas y meriendas con los recursos disponibles.
Lavandería: las monjas Carmen, Teresa, Alicia y Pilar se encargan del lavado y planchado de la ropa y al terminar esta actividad, ayudaban con la educación de los niños.
Cuidado de Niños: las monjas Estela, Mercedes, Graciela, Tila y Socorro supervisan y cuidan a los niños.
Administración y orientación: la madre superiora, Sofía, lidera la gestión general y brinda orientación espiritual.
Sofía (la madre superiora) en su momento se erguía como un pilar de disciplina y sabiduría, y cuya presencia fue como una partitura de normas que armonizaba cada rincón, con un carácter particularmente estricto como acorde firme de un maestro director, llevó la batuta de las vidas a su cargo con precisión y rigor. Era una mujer seria pero amable y, sobre todo, muy justa. Aprendió, entre sombras, a leer el crepúsculo de los corazones, la experiencia se convirtió en su bastón. Conforme pasaba el tiempo, iba notando en Camilo y Blanca un amor fraternal que traía a su memoria recuerdos de su infancia. Los niños la respetaban, sentían admiración por su sabiduría, ella era su influencia religiosa y se encargaba de enseñarles lectura y escritura.
Tila (hermana religiosa) con sus hábitos, como blancas alas de ángel -que simbolizaban la ternura con la que acoge las almas jóvenes en su refugio de amor-, se encargaba del rincón sagrado de las risas infantiles y era la guardiana de un edén terrenal. De gran tamaño en talla, no solo llevaba la majestuosidad en su estampa, sino que la extendía a través de gestos que emanaban afecto. Sus latidos se sincronizaban con la melodía de la compasión, y resonaba como una sinfonía que envolvía a los niños en una atmósfera de seguridad y confianza. Corpulenta, de gran tamaño en talla que se podría comparar con la grandeza de su valentía y un gran instinto, su figura, imponente pero acogedora, era un ápice de calidez maternal que cubría a los niños como un manto protector. La fortaleza de su espíritu, como un manantial inagotable, se derramaba en sonrisas cálidas y palabras amables. Tila era una mujer amada y amorosa, un pilar cuyo apoyo fue como la fortaleza de una montaña, pero con la delicadeza de una flor que despierta en primavera.
Se posaba bajo el cielo sereno de su juventud, Carmen (hermana religiosa), de veinte o veintitantos años, cuya piel canela, suave como el pétalo de una flor, dos hermosos hoyos en sus mejillas y un par de enormes ojos como dos luceros esperanzadores que reflejaban la pureza de su ser. Su hermosa voz suave y melódica, era como un cuento encantado que cobraba vida en la imaginación de los pequeños que atentos escuchaban los cuentos que les solía leer. También, relataba historias que transportaban a los niños a mundos lejanos y les susurraba palabras que nutrían sus almas. En el orfanato, su presencia más que una guía educativa; fue un abrazo maternal que envolvía a cada niño. Como una maestra de la vida, enseñaba no solo con libros, sino con la cotidianidad. Con paciencia y ternura, instruía a los pequeños en los quehaceres domésticos, revelando lo que yace en cada tarea diaria. El barrer, lavar trastes y hacer la cama se convertían en rituales de aprendizaje, donde la disciplina se mezclaba con el aroma dulce de la empatía y el respeto.
Entre las demás novicias, destacaba Socorro una mujer que entraba a los cuarenta años, quien por obligada por sus padres, tras comportamientos sin precedentes, tuvo que entrar en el convento a los 19 años, era pariente distante del alcalde de Ríos de Magdalena, quien era muy cercano a Sofía. Socorro era una mujer cuyos atributos físicos la hacían sentirse más segura de sí misma, tenía una personalidad extrovertida, era como una esfinge oculta entre rezos, su mirada era astuta, sus palabras parecían el sonido de una conspiración cínica y maquiavélica. Tenía una habilidad para generar lástima, sabía cómo inspirar compasión, una notable preferencia por los niños, ya que con las niñas era dura, tirana e injusta.
Pedro emergía como un susurro de nobleza y caridad, su alma como una rosa desplegaba sus pétalos de generosidad que  siempre dispuesto a ayudar, muy trabajador, amable y siempre con una oportuna sonrisa que hacía reír a los demás. Adoraba a su hijo Santiago y así mismo sus otros hijos, como él mismo los llamaba, quienes eran beneficiarios de su amor paternal.
  
El tiempo en el orfanato pasaba entre las tareas domésticas y académicas, y en compañía de la hermanas.
Las monjas eran amantes del Rosario y lo rezaban con mucha devoción y constancia, lo que, con mucha disciplina, se instruía en los niños; además, porque, aprendían que quien leía el Rosario estaba alabando a la virgen María.
Capítulo 3
En el alba de la vida, un joven llamado Jorge y su madre, Beatriz, procedentes de un lugar de Colombia con un corazón verde que olía a café, desembarcaron en el orfanato, siguiendo los pasos de un camión azul que los llevaría directamente a su destino, la frente del camión parecía, en aquel entonces, un rostro de parrilla prominente y faros circulares, traía consigo un cargamento de vida: panela, maíz, avena, arroz, harina, plumajes de gallinas de todos los colores y una pareja de enormes cerdos -cuya hembra, posteriormente, habría parido una camada de 8 cerdos. También portaba ropa para los habitantes de aquel hogar, letras encantadas en libros y pequeños muebles que le ofrecieron comodidad al silencio.
Sofía, la madre superiora, recibió la caravana con música que coreaba gratitud con un canto entonado por los niños, para agradecer la solidaridad de quienes habían traído alegría al hogar.
Entre los muros que guardaban historias, Sofía le pidió a Socorro que guiara a Jorge por el orfanato y sus tierras. Aquel panorama, memoria del pasado, se volvió traslúcido a la percepción. Era la segunda vez que Jorge caminaba por esos pasillos, un sendero que evitó desde la infancia porque los recuerdos negativos, todavía lo acompañaban después de la última visita con su padre.
Socorro notó que algo no estaba bien en Jorge y le ofreció ir a buscar agua para que su semblante mejorara, mientras caminaba de vuelta al orfanato, pensó en lo atractivo que era Jorge, sus ojos verdes le parecían las más bellas esmeraldas y su cabello rizado hacia conjunto con el grosor de sus cejas, su espalada ancha, sus grandes manos, su olor y su voz, los pensamientos de socorro se tornaron pecaminosos.
Le dio el vaso de agua e inmediatamente, Jorge, suspiro, tomó las manos de Socorro y le agradeció por esa acción. Ella le preguntó si necesitaba algo más y él le dijo que no, que regresaran al orfanato que quería hablar con Sofía y su madre.
Jorge, en un laberinto de incertidumbre, cuestionó a su madre sobre la aparente falta de productividad en tan vasto territorio. Sofía, con la voz de la historia y el linaje, interrumpió la conversación para revelar el propósito sagrado de esas tierras. Jorge, comprendió la esencia: su padre, heredero temprano estas tierras y se las donó a su hermana Sofía para construir un refugio, un santuario donde las almas perdidas hallaran amparo. El legado, para Sofía, no era de cosechas, sino de ayudar a los más necesitados; sin embargo, Jorge tenía otras ideas en mente después de haber recorrido el lugar. 
Jorge, quien había explorado los recovecos del alma de su padre, con mucha destreza, quedó absorto en sus pensamientos, y mirando el horizonte del tapiz de sus recuerdos, se asombró, para él esa generosidad desinteresada, era como un enigma. De esta manera, las raíces del orfanato, esta vez, se conectaron con su legado familiar y fue mucho más inquietante.
Beatriz, con su rostro sereno, extrajo a Jorge del mundo de sus pensamientos. En un tono suplicante, sus palabras se elevaron como plegarias: «Hijo, sé que has eludido este rincón del mundo durante años, pero existe una razón que supera las fronteras del entendimiento. Los niños aquí han atravesado tormentas que desafían la misma imaginación. Tu presencia, tu destreza y tu bagaje educativo y cultural pueden ser la luz que ilumine sus caminos». Le recordó que su travesía hacia este lugar había sido un exilio benevolente, alejándolo de las tierras del café donde sus acciones habían dejado un legado de tribulaciones menores; pero, estaba segura de que este viaje le serviría para dispersar su mente, enfocarse en otros asuntos y quizá adquirir alguna responsabilidad. 
 
 
Capítulo 4
Después de la charla con su madre y su tía, se dirigieron al comedor, y en ese instante, hizo su entrada una niña de unos nueve o diez años, con una imagen que parecía esculpida por manos celestiales, con cabellos castaños que acariciaban la luz, ojos que abrazaban el universo, su pequeño cuerpo en la danza de la adolescencia, y un rostro como si el mejor pincel del firmamento lo hubiera delineado.
Jorge, interrogó a su tía sobre la identidad de esa criatura, y ella, convocando a Tila, desentrañó la historia de cómo aquella niña y su hermano encontraron refugio en el orfanato.
Tras el almuerzo, los niños protagonizaron nuevamente su espectáculo para los invitados de Sofía, pero esta vez, desplegaron una obra de teatro que representaba pasajes del nuevo testamento. Blanca, como un ángel en escena, ofreció lo mejor de sí, agradeciendo con inocencia y gratitud. Las ovaciones, desde los pequeños hasta las novicias, el personal de mantenimiento y, por supuesto, los dos invitados especiales, se difundieron a modo de reconocimiento.
La inquietud de Jorge lo llevó a solicitar, nuevamente, un recorrido por las entrañas del orfanato: habitaciones, baños, cocina y demás rincones. Su mirada aguda detectó las carencias, la ausencia de una biblioteca digna que podría hacer de aquel un mejor lugar ya que era amante de los libros. Luego de este recorrido, le dijo a su tía que él se encargaría de hacer una biblioteca. Sofía agradeció, ofreciendo contactos para la tarea, pero Jorge, con firmeza, expresó que él mismo asumiría la responsabilidad, pues recientemente había construido la de su casa.
Durante la cena, en la mesa compartida con su tía y madre, Jorge comunicó su decisión de quedarse en el orfanato por un tiempo. Su compromiso resonó en las palabras, decidido a dar una mano a su tía y a materializar las obras con las que ya se había comprometido. La noche era para tomar decisiones importantes, y Jorge, se vistió con la noble causa del orfanato.
Al concluir la cena, Jorge, con un suspiro de decepción, pronunció sus pensamientos: "Es una lástima la comida de este rincón". Me pregunto si estos pequeños sabrán el deleite de una presa de pollo o un trozo de lomo de vaca". Su tía, con el rostro de la tristeza en sus ojos, respondió con suavidad que hacían malabares con los escasos recursos que lograban obtener. En ese instante, la voz de Jorge, emocionada y vibrante, resonó con un compromiso audaz: él se encargaría de enseñar a esos niños el arte del buen comer, estaba seguro de que con las reformas que su intelecto había planeado, la calidad de vida de todos sería servida hasta en la mesa.
Sofía, mujer sabia y conocedora de las travesías de la vida, intuía en la mirada de Jorge algo más que la simple generosidad. Aunque no lo expresó abiertamente, la certeza danzaba en su mente. Sin embargo, se llenaba de emoción al contemplar la posibilidad de que él, con sus arrojadas promesas, pudiera transformar aquel humilde rincón en algo más digno y mejor. Con cada palabra de Jorge, el aire se impregnaba de un anhelo, y la promesa de un mañana diferente se asomaba en la penumbra del comedor, como un verso susurrado por el destino.
Capítulo 5
Al día siguiente, Jorge, en diálogo con su madre, expresó su sentir, quizás Dios lo había hecho reflexionar sobre la opulencia que había marcado su vida ya que había gozado de cada deseo, sin conocer la escasez, y ahora, ante el escenario de los niños necesitados, sintió la llamada de la gratitud.
Las palabras de su hijo, cargadas de un propósito, al parecer genuino, penetraron su ser. De tal manera, que le ofreció su apoyo incondicional, dispuesta a quedarse a su lado en el orfanato extendiendo su generosidad. 
Posteriormente, los niños fueron llamados a formar en el patio del orfanato que era un área abierta y descubierta, con suelo de adoquines desgastados por el uso constante, bancos y mesas hechos a mano, utilizando madera reciclada, se podía ver alguna que otra planta, algunos arbustos que vivían sin necesidad de mucha atención y cuidado, un espacio simple, pero funcional.
Sofía les anunció a los niños que los visitantes se iban a quedar y que los iban a ayudar en lo que fuera necesario. Jorge tomó la palabra y con un muy buen discurso -que evidenciaba su educación- llenó de esperanza los corazones de todas las personas que dependían de ese lugar.
Aquel discurso, aplaudido y alabado por todos, estaba lleno de una retórica persuasiva, gestos amables, tonos cálidos, promesas grandilocuentes y soluciones simplistas a problemas complejos.
En el comienzo de su misión, Jorge, extrajo de su bolsillo el dinero que les daría la oportunidad tener una experiencia nueva. Encomendó a Santiago investigar en el pueblo y adquirir frutas, verduras, carnes y demás desconocidos para los niños. En ese gesto, sembraba la semilla de la credulidad, él conocía perfectamente el arte de la manipulación. Todos quedaron maravillados ante tal generosidad pero la mirada penetrante de Socorro apuntaba todo el tiempo en la diana de las pupilas de Jorge con un carácter coqueto y seducción.
Al llegar del pueblo, Santiago dejó en la cocina aquellos ingredientes para que Beatriz, quien estaba dotada por manos mágicas que hacían los manjares más deliciosos y especiales, junto con las demás novicias de la cocina dieran a conocer los exquisitos sabores que regalaron a esos pequeños paladares la fantasía y sensación de lo inexplorado y lo desconocido.
Unas tres horas después, aquellos olores que emanaban de la cocina fascinaban a todos los habitantes del lugar. Invadidas por la curiosidad, Blanca y Ana, su amada amiga, corrieron hacía la concina para pedirle a Beatriz que las dejara ver lo que estaba haciendo, ella, de manera amable, las dejó ver cada preparación y les indicó de que estaban hechas. También, les sirvió una pequeña porción como entrada para aquel banquete, se llevaron el plato y buscaron a Camilo quien quedó maravillado con aquella mezcla de olores, sabores y colores. Regresaron a la cocina y le preguntaron a Beatriz que cuál era el nombre del exquisito plato, ella les respondió que era el famoso Ajiaco.
Todos quedaron maravillados con el delicioso sabor del ajiaco y entre besos y abrazos se le fueron encima a Beatriz, quien se sintió satisfecha con aquellas muestras de gratitud. 
Capítulo 6
Pasadas dos semanas, Jorge inició la construcción de la biblioteca, un granero y un corral, con maestría y buenos materiales, implementó sueños en tierras baldías que sus ojos, en su primer recorrido, habían vislumbrado. Luego, llamó a sus amistades prestigiosas, maestros y eruditos, para que trazaran con tinta de sabiduría una lista de libros (educación primaria, secundaria, literatura agrícola, filosofía, literatura y otros géneros) con los que, posteriormente, llenó aquella biblioteca.
Jorge se había acercado a los niños para enseñarles latín, literatura y matemáticas. Entre los brotes de la mente infantil, descubrió que Camilo y Blanca eran como mariposas de la curiosidad, danzando un poco más alto que los otros niños, sus almas ansiosas por absorber el néctar de la sabiduría.
Al terminar una de sus clases llamó a Camilo y, como maestro a su aprendiz, le dijo que cuando llegaran los libros que había pedido, lo invitaba para que lo ayudara a clasificarlos y a acomodarlos en la nueva biblioteca -cosa que alegró mucho a Camilo-.
Entre mesas de roble, sillas blancas y estantes hechos con esmero, nació la biblioteca, un santuario de luz y conocimiento. Paredes con tonos que narraban historias diferentes, una alfombra que parecía una enorme cama roja, y la promesa de que en este salón, la imaginación de los niños encontraría su camino.
En un río de emociones, Jorge corrió hacia Sofía para compartir la noticia. Juntos caminaron desde el orfanato hasta la biblioteca, y en el trayecto, Jorge le aseguró que esa sería la llave mágica para el crecimiento intelectual de los niños, un camino donde podrían explorar mundos desconocidos y aprender sobre lo que les rodea.
Sofía, con el tacto a flor de piel y llena de admiración, quedó muda ante la belleza y utilidad de la biblioteca. Aquel espacio evocaba recuerdos de su infancia, un lugar donde los libros eran tesoros que guiaban sus pensamientos. Con voz temblorosa de alegría, pidió a Jorge que trajera a Carmen, Camilo, Blanca y Ana.
Blanca, al entrar, dejó que la curiosidad y el asombro pintaran su rostro. Cauta y respetuosa, ingresó a ese santuario de conocimiento, donde montañas de libros se alzaban como cimas que rozaban el cielo. El aroma del papel, embriagador y único, llenaba el aire, y sus dedos danzaban delicadamente sobre los lomos de los libros, como si acariciara historias aún no contadas.
Blanca intuía que aquel rincón se convertiría en su refugio mágico, en un universo sin límites ni carencias.
Camilo, ansioso por contribuir, solicitó a Jorge la participación de su hermana Blanca y de su amiga Ana en la organización de la biblioteca. Jorge, aplaudiendo la iniciativa, aceptó de buen grado.
Entre los cinco, guiados por las recomendaciones de los maestros y la sabiduría de Jorge, los libros encontraron su lugar en los estantes. Blanca, feliz amante de la literatura, atrajo la atención de Jorge, quien, entre sus tesoros, eligió "Moby Dick" para regalárselo. Con dudas y agradecimientos, Blanca selló el gesto con un abrazo, consciente de que aquel libro era un pasaporte a un mundo infinito de imaginación y posibilidades.
Capítulo 7
Jorge compartió sus anhelos con Sofía, revelando el particular interés de Camilo (doce), Blanca (nueve) y Ana (ocho) por los libros y la literatura. Camilo, con sus lecturas a las niñas, ya señalaba un camino distinto, un léxico que les confería singularidad. La propuesta de Jorge de estudiar literatura con ellos tres resonó en Sofía, y les concedió una hora de su cronograma para tan noble labor. Carmen, la novicia amante de la literatura, se uniría al agasajo de conocimientos, fusionando sus pasiones y aprendizajes.
En la tarde, cuando los deberes del día cedían, Jorge guiaba a los niños a la biblioteca. Allí, entre las estanterías y con la ayuda de Carmen, se sumergían en mundos inexplorados de autores y géneros literarios. Las clases, intensas y maravillosas, se convertían en puentes entre la realidad y la fantasía.
Blanca, en su timidez, desgranaba las primeras páginas de "Moby Dick". La historia de Ismael, un hombre que, sintiéndose triste y solitario, se embarca en una búsqueda en un puerto lejano. Aquella búsqueda fue un eco de sus propias emociones.
Días tras día, las clases con Jorge y Carmen se intensificaban. Ejercicios de lectura revelaban en Blanca una destreza que destacaba entre los demás.
Así, entre la danza de libros, las lecciones de agricultura, los rezos y los acordes musicales, los días discurrían en el orfanato. Seis meses después de las reformas, Jorge se volvía un vínculo imprescindible para los niños.
Un domingo, después de la misa, Jorge buscó al sacerdote del pueblo ausente por un año, compartiéndole los progresos y el talento excepcional de Camilo, Blanca y Ana. El sacerdote, emocionado por las nuevas historias que Jorge le contaba, prometió visitar el convento y atestiguar por sí mismo esos cambios tangibles e intangibles.
Al día siguiente, el sacerdote llegó al orfanato. La metamorfosis del lugar lo sorprendió. El camino, delineado por piedras de colores, llevaba a una fachada reformada y pintada. La puerta se abrió a un patio diferente, donde una pequeña huerta florecía, un nuevo adoquín, sillas, mesas y macetas decoraban el espacio.
Jorge saludó al sacerdote, quien, besándolo en la frente, afirmó que con esa obra, Jorge tenía asegurado el cielo. Con una sonrisa, Jorge lo guio a través de las habitaciones renovadas, la cocina reluciente y el granero que emanaba vitalidad. Las palabras del sacerdote eran un bálsamo, reconociendo en Jorge la semilla de un edén terrenal.
Jorge habló con Sofía y le comentó que había un interés particular de Camilo (12), Blanca (9) y Ana (8) por los libros y la literatura. Sofía le dijo que lo había notado, ya que Camilo solía leerles mucho a las niñas y que eso los hacía diferentes, ya que su léxico era mejor que el de los otros niños. Jorge asintió y le dijo que él quería estudiar literatura con ellos tres, a Sofía le pareció una excelente idea y le dijo que le daría una hora al día para que lo hiciera, agregó que la novicia Carmen era una excelente lectora y que le encantaba la literatura también y, sin duda, lo podría ayudar y de paso aprender más. Jorge aceptó y salió emocionado a buscar a Camilo para darle la buena nueva.
Durante el día Jorge seguía pendiente de las obras y las mejoras de todo el lugar, y en la tarde, después de que los niños ya habían terminado sus deberes los llevaba a la biblioteca y junto con Carmen les leían y les enseñaban nuevos autores y géneros literarios.
Al terminar la clase, Jorge aborda a Blanca y le pregunta por Moby Dick, a lo que blanca le responde algo tímida: voy en el primer capítulo, se llamaba "Llamadme Ismael", Ismael es un hombre que se siente un poco triste y solitario. Así que decide salir a explorar el mundo y se va a un lugar lejano, un puerto. Allí, busca un barco en el que pueda unirse como marino, era un hombre que se siente un poco triste y solitario.
Camilo, Blanca y Ana seguían asistiendo a las clases con Jorge y Carmen, cada día eran más intensas y maravillosas, hacían ejercicios de lectura en los cuales Blanca destacaba sobre los demás.
Así, entre libros, actividades de agricultura, actividades religiosas y musicales, pasaban los días en el orfanato. Seis meses después de aquellas reformas Jorge se hacía más y más indispensable para los niños, en verdad lo apreciaban.
Un domingo, después de la misa, Jorge se acercó al sacerdote del pueblo (quien llevaba un año fuera del pueblo) se presentó y le contó sobre los avances que se habían realizado en el orfanato, también sobre aquellos tres niños a los que les auguraba un brillante futuro ya que tenían actitudes muy diferentes a las de los demás. El sacerdote estaba emocionado por los avances que le estaba contando Jorge -tangibles e intangibles-, le aseguró a Jorge que iría al convento a ver por sí mismo todo esto que él le había descrito.
Al día siguiente llegó el sacerdote al orfanato, se sorprendió por todos los cambios que encontró, el camino tenía piedras de colores que delineaban la entrada, la fachada estaba totalmente reformada y pintada. Golpeo en la enorme puerta y cuando Tila le abrió la puerta sintió que estaba en un lugar desconocido y nuevo, el patio era diferente, habían hecho una pequeña huerta en la cual los pequeños aprendían a sembrar, el adoquín lo habían cambiado por uno nuevo, tenía sillas nuevas, mesas y macetas con muchas flores que adornaban todo el patio.
Jorge llegó a saludar al sacerdote, éste lo besó en la frente y le dijo: hijo, con esta maravillosa obra tienes asegurado el cielo. Jorge le respondió con una enorme sonrisa y lo invitó a ver el resto del orfanato, las habitaciones tanto de los niños como del personal estaban pintadas, las camas nuevas y los muebles también, la cocina en perfecto estado-también muebles y enseres nuevos-.
Luego de ver esto, lo invitó al granero que se erguía con elegancia en medio del campo, emanando frescura y vitalidad. Su estructura de madera relucía con un tono natural, sin las marcas del tiempo que suelen adquirir las construcciones antiguas. Las paredes, pintadas en un rojo intenso y uniforme, destacaban entre el verde del entorno, mostrando la impecabilidad de su acabado. El tejado, cubierto por tejas de un color terracota brillante, reflejaba la luz del sol con un brillo recién estrenado. Las líneas rectas y simétricas del granero conferían una sensación de orden y precisión, evidenciando la atención minuciosa que se había prestado a su construcción. Las puertas, de madera pulida y herrajes relucientes, se abrían suavemente con un crujido apenas perceptible, revelando un interior impecable y bien organizado. El suelo de madera recién instalado daba la bienvenida con su aroma fresco, sin rastro alguno de polvo o desgaste.
A pesar de su tamaño compacto, el granero nuevo irradiaba una sensación de promesa y posibilidades. Su frescura y orden sugerían un espacio listo para acoger las cosechas por venir, manteniendo la esencia de un edificio nuevo que aguardaba para convertirse en un pilar esencial de una vida rural.
Capítulo 8
Dos meses después, tras concluir las reformas que embellecieron el orfanato y sus tierras, Jorge recibió la inesperada visita de un antiguo amigo de su padre. Este, con la seriedad que solo el tiempo y el peso de los años confieren, le propuso un pacto singular: la mano de su única hija en matrimonio, a cambio de una dote que venría muy bien a sus propósitos. Con una solemnidad anticipada por la sombra de una enfermedad terminal, el amigo confió a Jorge la responsabilidad de velar por la suerte de la joven, su joya más preciada en el ocaso de su vida.
Jorge, reflejando sorpresa, accedió a la petición del amigo que llevaba consigo la nostalgia de un tiempo compartido. Tras esa conversación, el destino halló su curso. Tres semanas después, las puertas del orfanato se abrieron para recibir a una novia que llegaría acompañada por la incertidumbre y el compromiso. El recién reformado patio central se convirtió en el ambiente de una boda íntima, entre las risas de los niños y las sonrisas del personal. Los cantos infantiles, seleccionados por la astucia de Sofía, crearon una música celestial que armonizó el enlace, mientras los pequeños se deleitaban con danzas y risas, sellando así un día de felicidad que, con la caída de la tarde, se rendía al reposo.
En la aurora siguiente, Jorge y Celeste compartieron el desayuno en el comedor de «La comunidad de María», título que la hermandad conventual les había concedido. La pareja, acompañada de Carmen, inició un recorrido por el lugar, donde Celeste, con curiosidad, deseaba conocer cada rincón que Jorge, en la noche previa lleno de ilusión, orgullo y alegría, le había narrado.
Maravillada ante las huellas del amor materializadas en las renovadas estancias, y sobrecogida por la transformación que tales cambios habían insuflado a las vidas infantiles, Celeste se sintió dichosamente casada. En ese instante, la elección de su padre parecía un buen acierto, y Jorge, su esposo, un maestro arquitecto de sueños. Así, "La Comunidad de María" floreció como un testimonio tangible de la unión entre la caridad y la humanidad.
Luego de aquellos momentos Celeste le dijo a Sofía que ella podría enseñar música a los niños.
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beatriz-garrido · 2 months
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En La Cruz - Pahola Marino [Video oficial]
💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙💙
Con esta inolvidable y preciosa canción de siempre que marca mi alma quiero despedirme....                    ¡En aquella bendita cruz....!
Y quiero pedir perdón desde aquí a la mayoría de mis contactos en otros lugares por no poder contestar. Hace dos días partió con el Señor alquién a quien quería con toda mi alma, mi tía Marta Saco Gámez, era la última tía que se me fue, hermana de mi mamá, se llevaban dos años y se me fueron un año una después de la otra.
Ambas fueron criadas en la iglesia de Madrid  "El Salvador", en la calle Noviciado, siendo su amado pastor D. Carlos Araujo..
                         ¡Otros tiempos!
Se que las volveré a encontrar, pero.....  me duele el corazón por dentro.
Mis disculpas y mi abrazo profundo y sincero en el Señor... Beatriz Garrido Saco 💙💙💙💙💙💙💙
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ferrolano-blog · 3 months
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Juan José Tamayo: “Un importante sector de la jerarquía católica española es responsable y cómplice de la pederastia”... “Sorprende que sectores católicos ultraconservadores se dediquen a hacer escraches a las puertas de las clínicas de aborto y no los hagan en las iglesias y los domicilios de los sacerdotes pederastas que siguen ejerciendo el ministerio sacerdotal”... Es un problema estructural, legitimado institucionalmente... la pederastia se ha producido en todos los espacios del poder eclesiástico y en sus dirigentes: cardenales, arzobispos, obispos, miembros de la Curia romana, miembros de congregaciones religiosas, responsables de parroquias, capellanes de Congregaciones religiosas femeninas, profesores de colegios religiosos, formadores de seminarios y noviciados, padres espirituales, confesores, etcétera... la causa se encuentra en el poder detentado por las personas sagradas, un poder omnímodo y en todos los campos. Hay poder sobre las conciencias, poder sobre las mentes, poder sobre las almas y sobre los cuerpos, que se convierten en propiedad de las masculinidades sagrada
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