Luego de una mudanza, me dediqué a coser varias cosas, entre ellas esta blusa. Hecha con retazos de satén estampado, satén no estampado, y seda lavada, el usar lo adquirido en feria 2x1 le dan un toque extra de satisfacción.
Faltó algún que otro detalle en las medidas, pero el resultado es positivo, quedó bonito, y aprendí un par de cosas.
Wondering how I did this? Sound clip is from the European Spanish dub of The Cleveland Show where Cleveland (voiced by the king Juan Amador himself) sings The Moody Blues' "Nights In White Satin" but in the dub, he sings Lorenzo Santamaría's cover "Noches de Blanco Satén", which I use a bit of as the background music with the vocals removed. Not the full song sadly, but hey here's a snippet at least. :p
El ocaso tarda en los Paseos del Rey,
Y la multitud se agita frente a los recuerdos
De las horas calmas que lo vieron caer;
Los Valles pertenecen a la historia del lujo y el placer.
En lo profundo de los espejos, el Marqués de satén
Contempla a los transeúntes en sus atuendos extraños.
Espíritus astutos anhelarían atraparlo con sus sucias manos,
Mas el Palacio de Cristal resguarda a sus etéreas Musas.
Donde los capullos de rosas sobre los pétalos
Tienen la eterna sonrisa que deliraba en la pradera,
En los dorados del lecho de un tiempo subliminal.
Tenía retazos de satén sueltos. No alcanzaba para funda de almohada, ni forro de bolsa de regalo de tela, ni para nada más que para parches. Salió almohadón. El relleno es de retazos, obvio.
Rita Hayworth heredó su apellido artístico, intercalándole una "y" griega al de su madre, Volga Haworth. Su padre fue Eduardo Cansino, un "bailaor" de poca monta, de físico desagradable al igual que su dentadura. Estuvo empeñado siempre que aprendiera baile español, a lo que ella se negaba. Entonces recurría a la violencia para acostarse con su hija, sin que la madre pudiera evitarlo. Además de las violaciones, como a él no le iban bien las cosas, la sometió a su yugo y propósitos.
Se fueron a California en busca de mejores horizontes y se convirtió, a su pesar, en pareja artística suya. Le advirtió severamente para que no se le ocurriera decir que eran padre e hija, y en sus actuaciones, con fondo musical de rumbas flamencas, el público llegó a creer que eran amantes. Las intenciones del progenitor era que la fichara algún magnate de la industria del Cine. En Tijuana, lugar frecuentado por gentes del cine, conocieron al hombre fuerte de la Fox, Darryl F. Zanuck, un individuo que usaba a la mujer como si fuera su dueño. Cansada de esa vida junto a su padre pensó que lo mejor era independizarse. Para ello pensó que lo mejor sería casarse. Se enamoró de Edward Judson, que le doblaba en edad y que lo único que pretendía era hacer negocio con ella. Fruto de esos contactos que tenía Judson, fue contratada por la Columbia cuyo productor, Harry Cohn, no perdió ocasión de intentar conquistarla. Volvería a pasar por el altar en cuatro ocasiones más. Con Orson Welles (1943), el Príncipe Alí Khan (1949) , Dick Haymes (1953) y con James Hill (1958).
Pero fue Edward Judson, a pesar de sus artes, quien transformó radicalmente el físico de su esposa, comenzando por el cambio de nombre y sus nuevos peinados, el color del pelo rojizo y los elegantes y deslumbrantes modelos que eligió para que los exhibiera con aquella sensualidad que nunca abandonó a Rita. La relación que Rita Hayworth tuvo con España, aparte de la filiación sevillana de su padre, fueron tres películas rodadas aquí. La más importante, "El fabuloso mundo del circo" (1964), junto a John Wayne, con escenas filmadas en el madrileño Parque del Retiro. En Madrid vivió días felices, entre toros y flamenco, bien acompañada por el Conde de Villapadierna, atractivo caballero con quien intimó mucho. La última visita fue en enero de 1976, invitada al programa "Directísimo" de José María Íñigo. Entonces Rita ya estaba alcoholizada. Su rostro, aún con destellos de quien fue una reina de la belleza, evidenciaba la mala vida que llevaba desde hacía unos cuantos años. La demencia senil, el alzheimer, acabó con aquel mito de la pantalla un 14 de Mayo de 1987, en su apartamento de Manhattan. Tenía 68 años.
Sin embargo, el mito erótico permanecerá para siempre encarnado en "Gilda" (1946).
Salió al escenario ataviada con un vestido largo de satén negro abierto a media pierna, escotado y sin hombros, y unos guantes que se quitó con seductora lentitud, mientras cantaba "Put the Blame on Mame", con aquellos labios jugosos que pedían a gritos un beso.
Todos se acostaban con Gilda y se levantaban con Rita. Dormían con un mito, pero ella era un personaje de Kafka. Siempre culpable. Sabía cantar, bailar, sufrir o reírse. Mutaba como un camaleón.
Cuando rodó "Gilda" con Charles Vidor ya había participado en 46 películas, la mayoría como Rita Cansino entre las que se encuentran títulos como "Sangre y Arena" (1941), la adaptación de la novela de Blasco Ibáñez en la que compartió cartelera con Tyrone Power.
A veces se levantaba a las cuatro de la mañana, gritaba y se perdía entre las sombras. En otras otras, lucía como una casa vacía y quienes la rodeaban carecían de significado.
En sus últimos días arrastraba los pies, temblaba, estrujaba objetos con sus manos, perdió el habla y se fue como una gota que se vuelve al mar.
La luz de las candilejas apenas eclipsó su espíritu atormentado por los recuerdos. A Yasmín Aga Khan, su hija, quien la cuidó hasta el último día, antes de morir le dijo: "¿Quién eres tu?".