#volkacio drabble
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watefvck · 1 year ago
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— Mis votos de amor (V)
• drabble, pov: Volkov
• escrito complementado con los votos de H
⊹ 𐚁̸. . . 💍 . . .𐚁̸ ⊹
Gran parte de mi vida, sentí que estaba caminando en medio de la oscuridad. Sin saber dónde estaba o hacia dónde me dirigía. Me sentí... perdido, me sentí solo, y por un largo tiempo pensé que siempre sería así.
Hasta que un día conocí a una estrella, la más brillante ante mis ojos. Una persona hermosa que me ha enseñado y me sigue enseñando muchas cosas, que me ilumina y hace de mi vida mucho más bonita.
Esa persona eres tú, Horacio Pérez.
Eres la razón por la que me levanto todas las mañanas. La razón por la que vale la pena seguir adelante.
Eres la luz y la alegría hecha persona, con una calidez tan genuina que logró descongelar el hielo en mi corazón.
Eres lo más importante en mi vida, estoy tan agradecido de tenerte a mi lado, y tan feliz de que por fin estemos aquí.
Horacio Pérez, querido mío, mi estrella, мой муж (mi esposo)... prometo darte lo mejor en esta nueva etapa de nuestras vidas. Lo haré por ti, por mí, por nosotros, por nuestro futuro y felicidad. Siempre juntos.
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Fin<3
[leer los votos de H]
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losing-my-will · 2 years ago
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Otro Atardecer
“Babe, you know I'm thinking 'bout you
These days, 'cause I've been thinking 'bout you”
 Desenpolvando un drabble que subí a mi twitter. 
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Rumiaba obseso en el meollo de su amígdala cerebral, repasando por los acontecimientos más frescos, rascando con una entremezcla de tenencia y arrogancia la zanjada resolución del otro día, confrontando aquel hombre que fanfarroneaba un orgullo ajeno por la crianza de un crio a quien en realidad abandonó a muy temprana edad.  
Arrugó la nariz y continuó enterrando sus dedos en la tierra húmeda. La áspera tela verde de los guantes le asistía un mejoramiento en la movilización de sus manos y evitar la entrada de gusanos u hongos debajo de sus uñas, esta vez un esbozo de sonrisa complacida perturbó su seria mueca, rememorando la persona quien se lo regaló.
Elevó su mirada de las caricias de los pétalos cerúleos hacia aquella piel tostada. En la zona social del patio trasero, entre la flora, la piscina y camas de descanso, se recuesta un corpulento cuerpo, fulgente de los aceites protectores bajo el sol cálido, exponiendo los músculos inflados del constante ejercicio.
Volkov suspiró embelesado ante la pintoresca vista veranea, un raudal de sentimientos anegó su pecho, sintiendo una paz recalcitrante. Cogiendo la paleta, moldeó los boquetes que él mismo cavó en las horas que se encontraba hincado, abnegado en ornamentar aquel pequeño pedazo de tierra virgen y exclusiva para su reciente interés en la floricultura.
En sus brazos aupó los pequeños fardos de plástico negro que forraban su nueva adquisición. Olisqueando brevemente el aroma y con cuidado depositando cada uno en el suelo. Las tonalidades blancas, amarillas, rojas pintaban el agrisado, las ligeras ventiscas agitaban las delicadas margaritas, en un baile orgánico que proyectaban sus sombras en el pavimento.
Nuevamente devolvió la atención al ahora inquieto individuo que flexionaba sus piernas arriba, balanceando sus talones adelante y atrás siguiendo una amortiguada cadencia. Delineaba detalladamente los bultos, los llanos y montañas canelas, suaves y tersas, de sabor adictivo y deleite fragancia. El atardecer le bañaba en trazos dorados y rejuvenecedores.
Tomó la tijereta y recortó en templanza el follaje sobrante de las flores, satisfecho, desechó la envoltura y su seca tierra de transporte. Sostuvo del tallo e introdujo cada una de las raíces en su nuevo hogar acogedor, rellenando las ranuras vacías con la tierra abonada que extraía de la talega.
Ensimismado en su tarea, le sobresaltó un estruendo de chapuzón. Horacio se habría aventado a la piscina a atemperar su alta temperatura y despertarse un poco. Emergió de la cristalina y ondeante superficie un rostro de ojitos entrecerrados y expresivo jugueteo.
El corazón de Volkov rápidamente cabalgó indómitos latidos, desplazando a galopes estrépitos frenesí por sus extremidades y ardor en sus más agudos sentidos. Enardecido por una imagen de Horacio accionando bíceps permitiendo impulsarse con sus palmas del borde de la piscina. Observando, memorizando las gotas zigzaguear por su carne.
Inspiro súbito, acalorado, pero no del trabajo al que se enfrascó luego del almuerzo. — Ay, мой маленький — Una airada risita despidió de sus labios, engatusando sus comisuras y tironeando de ellas hacia arriba.
Peinó mesuradamente las corolas de los frondosos retoños con las yemas, pigmentos que habrían transitado por cierta cresta indeleble, del ambarino no era testigo, aún. Y es la margarita de dicha coloración a la cual Volkov se encandila. Recapitulando la simbolización que le habían explicado cuando indagó insistente por la “flor de la felicidad” que Horacio demandó.
Caviló sobre su propio vergel interior, desamparado por tantas décadas, avergonzándose de tal negligencia. Tras de arar su antiguo mustio carácter con el tenedor más tosco y fertilizarse de propuestas, actualmente brotan nuevas esperanzas, nuevas promesas, se arraigan lazos familiares, se germinan la fidelidad, amor, pasión, alegría.
Ese atardecer Volkov comprendió las similitudes que compartía con su velado jardín.
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watefvck · 2 years ago
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— ¿Será verdad?
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• drabble
• día 3
⊹ 𐚁̸. . . 📸 . . .𐚁̸ ⊹
Ya era la tercera vez que le asignan esa labor. No se quejaba, es más, le beneficia para sumarle unos números a su salario.
Lo que si, no le veía el sentido a este.
¿Quedarse vigilando las cámaras de seguridad hasta que un guardia llegue? ¿Por qué mandarían a un agente, recién aprendís, del FBI y no a otra persona?
¿Acaso no hay más gente de seguridad en la sede? De verdad, no lo entendía.
La tarea de tener varias pantallas frente suyo, monitoreando cada pasillo, cuarto, y exteriores del edificio, observando todo lugar era algo monótono e incluso aburrido para él.
No hacía más que estar sentado, mirando a varios de sus compañeros caminando por los corredores. Nada interesante por el momento.
—¿Disculpa, puedo pasar?— y hablando de compañeros, reconoció la voz de uno de sus cercanos.
—Adelante, Blake.— respondió al instante.
El nombrado abrió la puerta, dejando entrar un poco de luz. Consigo traía un par de vasos en sus manos, se acercó a él y le dijo animado:
—Buenos días, Parker, ¿te gustaría un café?
Le extendió uno de estos y el contrario lo tomó, antes de dar el primer sorbo comentó:
—Buenos días, y gracias.
—¿Cómo va todo? ¿Mucho movimiento por aquí?
—No tanto en realidad, solo espero que el guardia llegue pronto, no pienso quedarme aquí por mucho tiempo.
—¿De qué hablas, hombre? Si este trabajo es genial. ¿Sabes por qué?— sonó misterioso.
—¿Por el chisme?
—Exacto.
—Sabes que no estoy al tanto de eso.— respondió indiferente.
—Pues, han salido unos esta semana. Si fuera tú estaría pendiente y más con esta ventaja. Oye, mira.— llamó su atención señalando una de las pantallas, la cual mostraba una oficina. —Ahí están nuestros jefes, ¿ves?
Miró hacia aquel monitor y comprobó lo dicho. Era una de las oficinas principales, en ella podían verse al director y sub-director de la facción, aparentemente conversando.
—Si, los veo.
—Ja, no me sorprende verlos juntos.
—A mi tampoco, seguro están hablando sobre la investigación de ayer.
—No, no me refiero a eso.— soltó luego de reírse. —Esos dos se la pasan pegados todo el día como chicle, no hay que ser muy inteligente para notarlo.
—¿Insinúas que nuestros jefes son pareja?— le miró.
—¿Acaso lo dudas?
Parker puso su vista en la cámara nuevamente. El director se cruzó de brazos mientras seguía charlando con el más alto, quien de repente pareció darle un ataque de risa.
El de cresta aparentó estar molesto, solo para después reírse por igual.
—Bueno... tienen química, no lo niego.
—Claro, ¿quién no pensaría eso?— dijo el pelinegro.
Los agentes continuaron viendo la escena en silencio.
Sus superiores aún estaban riéndose de quién sabe que, hasta que el menor se acercó al ruso, abrazándose escondió el rostro en su cuello.
—Uyba.— exclamó su compañero. —Nunca los he visto abrazarse así.
Eso era cierto. Por más veces que sintiera una tensión cuando ambos jefes estaban presentes, no tuvieron una actitud más allá de su profesión.
—¿Qué te hace pensar exactamente que son pareja?— este tomó un poco más de su bebida de antemano, para luego darle una respuesta.
—Tú no has patrullado con ellos, ¿verdad?— él negó con la cabeza. —Joder, tuviste que verlos, se la pasan bromeando e insinuándose cosas. En ocasiones pelean por tonterías, como si fuesen un matrimonio y yo el hijo que está en el asiento trasero escuchando todo.
—Pues, si es como suena, debe ser una conversación de locos.— rió por lo bajo.
—Créeme, a veces lo es.
De nuevo negó con la cabeza, poniendo atención en la pantalla una vez más. Decidía no pensar en ello, él no era de creer en rumores a la ligera.
Admitía que la relación de los superiores era bonita, pero, ¿una relación amorosa? No, no lo imaginaba... bueno, o eso pensaba.
Bebió un largo sorbo del café mientras observó como los hombres se miraron, estando uno cerca del otro, y se besaron.
Si, se besaron, sus jefes se besaron en los labios. Y lo hicieron de forma tan natural que tomaron totalmente de imprevisto a los agentes.
—¡Ostia!— exclamó el pelinegro boquiabierto, mientras que su compañero casi se ahoga intentando no escupir el líquido sobre las máquinas. Al toser repetidas veces le preguntó. —¿Estás bien, Parker?
Este esperó a tranquilizarse, miró a Blake y dijo por lo alto:
—¡¿Viste lo mismo que yo, verdad?!
—Claro que lo ví, joder, ¡es que tenía razón!— contestó, sonando victorioso.
No pudo creer lo que sus ojos miraron, y para hacerlo más alocado es que aún seguían ahí, besándose con pasión.
No sabía que era lo más alucinante de todo el asunto, que el rumor fuese real o que debía darle la razón a Blake por ello.
fin!¡
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watefvck · 1 year ago
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— (sin título #25)
• drabble
• especial navidad 🎄
⊹ 𐚁̸. . .
"La cena familiar concluye con un gran brindis cuando el reloj marca las doce. Entre bonitas palabras y buenos deseos, los Pérez reciben la navidad con alegría.
Para el de cresta es un sentimiento extraño, hace años que no celebra esta fecha de manera "normal" por así decirlo, siempre habían obstáculos de por medio que le impedían pasarla bien. Pero esta ocasión resulta mucho más tranquila.
Es raro, pero no se queja en lo absoluto.
Lo mismo le sucede a Volkov, aunque de una forma un tanto diferente...
—Ay, Uve, no es necesario...— Charlotte habla con ese tono sereno que tanto la caracteriza, mientras coloca los últimos platos en el fregadero.
—No se preocupe, yo le ayudo.— dice poniéndose a su lado.
Suegra y yerno se ocupan de lavar los utensilios, mientras mantienen una agradable conversación. —Gracias por la cena, todo estuvo delicioso.
—No hay de que, ¿la estás pasando bien está noche?
—Por supuesto.— responde alegre. —Hace tiempo que... no tenía una navidad así.
Los suegros de Volkov ya conocen su historia, él -y en parte Horacio- se las contó.
Saben que el ruso perdió a su madre cerca de estas fechas y los últimos años no fueron las mejores vísperas, por eso ellos planearon esta reunión. Bueno... en realidad Charlotte lo planeó todo, y a pesar de que Andrés no le hacía mucha gracia, logró convencerlo con éxito. Para sorpresa de todos la convivencia resulta bastante buena, aunque los leves roses entre ellos nunca faltan.
Pese a todo, el ambiente se siente verdaderamente como uno acogedor y familiar.
—Que bueno oírlo.— dice ella.
—¿Y usted? ¿La está pasando bien?
—Sí, me alegra mucho que podamos pasar tiempo en familia, espero que el año nuevo también lo pasemos todos juntos.
La sinceridad de Charlotte hace sonreír al ruso, este también comparte el mismo deseo.
—De eso no hay duda.— afirma contento, y cuando terminan de lavar los platos restantes dice. —Gracias por... invitarme y hacerme sentir parte de esto.
—Oh, Uve, tú ya eres parte de la familia.— lo mira. —Este es tu hogar, y siempre tendrás un lugar aquí, nunca lo olvides...
Con un hermoso sentimiento de felicidad en su ser, le devuelve la mirada con una amplia sonrisa.
—Sí, siempre estaremos aquí...— la repentina aparición de Andrés lo sobresalta un poco. Y colocando la mano en su hombro continúa bromeando. —¿Quien no querría pasar las fiestas con la rata rusa?
—¡Andrés! ¿Qué hablamos sobre esto?— habla la mujer con algo de enojo.
No debería, pero en su interior a Volkov le causa gracia esta situación.
Luego de un suspiro pesado, el suegro corrige su frase.
—¿Quién no querría pasar las fiestas contigo? Eres... soportable.
—Agradesco el cumplido.— responde junto a una ligera risa. Sabe que Andrés lo ha dicho de mala gana, pero no puede negar el hecho de que su relación va mejorando, al menos poco a poco.
—¡Oigan, ya están por empezar los especiales!— escuchan a Gaia desde la distancia, y los tres no se demoran en ir a la sala de estar.
En la comodidad de los sofás, la familia disfruta de las películas. La diversión y risas no se quedan atrás, sobre todo para el par de novios, sus manos permanecen unidas el resto de la noche.
Después de tanto tiempo, Horacio puede gozar de una buena navidad con las personas que más quiere. Después de tanto tiempo, Volkov vuelve a sentir lo que es estar en familia."
.
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Fin🎄
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watefvck · 2 years ago
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— Un corazón
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• drabble
• día 9
• basado en el corto In a heartbeat
⊹ 𐚁̸. . . ❤️‍🩹 . . .𐚁̸ ⊹
Debajo de un árbol escondido entre arbustos, sentado sobre el césped y la espalda descansando en el tronco, intentaba que sus sollozos no fueran audibles.
Aquel pálido chico todavía sentía vergüenza en su interior, luego de lo ocurrido no pensaba poner un pie dentro del instituto por el resto de la semana.
Se sintió tan humillado que no sabría como mirar a sus compañeros ahora, sobretodo a él...
¿Qué pensará luego de esto? ¿Seguirá viéndole de la misma forma?
Las miradas de todos los estudiantes al ver como su inquieto corazón le buscaba era aterrador, más aún escuchando como le juzgaban por murmullos.
Y ahora se encontraba ahí, con la mitad de un corazón roto, tratando de hacerse invisible ante el mundo.
Las lágrimas no paraban, pensando lo tonto que fue al seguir sus instintos. Se sentía un completo idiota.
Con la vista húmeda levantó la mirada, y rápido agachó la cabeza al ver que alguien le observaba. Quien era nada menos y nada más que el muchacho que le gustaba.
Un joven moreno de su edad, con una cresta llamativa y el más popular de su clase.
Nervioso estuvo cuando notó la sombra de este acercándose a él, y se inclinó a su altura.
Sin ninguna palabra tomó una acción, posó con delicadeza la mano sobre su mejilla, secándola con su pulgar.
El peligrís no tenía el valor de verle a los ojos, temía ser juzgado, que él lo juzgara igual que los demás.
De su rostro bajó hasta sus palmas, las cuales poseían la mitad quebrada.
Se asombró cuando este le mostró la otra parte del corazón, la pieza faltante.
Haciendo un hueco en estas colocaron ambas mitades, y posando sus manos en las del contrario presionaron ligeramente. Al cabo de unos segundos, el corazón volvió a la vida.
Tan alegre estaba de ver a su amado que no pudo ocultarla, el peligrís levantó su vista y sonrió con timidez. Ese gesto fue devuelto por el moreno, quien se sentó a su lado sin apartar la mirada.
En sus ojos pudo ver algo hermoso, ese sentimiento de empatía y cariño que gustaba en él, haciendo que su corazón se llenase de felicidad.
Pero fue el tacto entre sus manos al entrelazar sus dedos, junto con una dulce mirada que el de cresta regaló, para confirmar y aclararle aquella duda que el contrario tenía hace tiempo.
El sentimiento es mutuo.
Fin❤️‍🩹
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watefvck · 2 years ago
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— Como ellos
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— — ♡ — —
• drabble
• día 11
• soft
— — ♡ — —
—Continuemos por aquí...— espetó el guía del museo, con una voz fuerte y clara para que el grupo detrás suyo le escuchara. Entre esa docena de personas, se hallaban los recién casados.
Para su luna de miel decidieron viajar a varias partes del mundo, uno de sus destinos se encuentra en la capital de Francia.
París era un lugar bellísimo sin dudas, con muchas zonas icónicas y turísticas por recorrer.
Actualmente se encontraban en el museo del Louvre, uno de los más famosos en todo el mundo, reconocido por tener algunas de las obras clásicas en la historia del arte.
Su recorrido estaba siendo bastante interesante, no solo por las pinturas y demás exhibiciones, sino también por los orígenes de estas mismas.
—... y aquí tenemos una de las piezas más poéticas del museo.— dijo el guía, haciendo que todo el grupo se parara frente a la estatua señalada. —"Psique reanimada por el beso del amor", también nombrada como "El beso". Creada en el año 1787 y terminada en 1793 por el escultor Antonio Canova.
Se trataban de dos figuras, un ángel y una humana. El primero parecía querer ayudarla, mientras esta lo miraba con cariño.
—Trayendo a la vida un texto clásico de la mitología griega. Una trágica historia de romance  protagonizada por Psique y Eros, o Cupido, como muchos le llaman. Semejando al final del escrito, esta obra refleja el inquebrantable amor entre ambos seres, demostrando que, a pesar de los conflictos, unidos lograron alcanzar la felicidad; viviendo en paz y amándose eternamente. Eviten tomar fotografías con flash, por favor.— terminó amable, dejando que la gente sacara sus cámaras.
Volkov fue uno de ellos, captando varias imágenes de aquella escultura de mármol brillante. Así lo hizo con cada exhibición del museo.
En cuanto a Horacio, aunque no sea mucho de estos lugares, le alegraba que su esposo estuviera disfrutando de la experiencia. De todos los relatos que escuchó, este le ha parecido el mejor.
Sintiendo un cosquilleo en su pecho sonrió para sí mismo, le hacía gracia que aquel mito griego le resulte tan familiar.
Posó sus ojos en el mayor, quien mirando la pantalla de su cámara comprobaba el resultado de las fotos.
—Vik.— espetó el de cresta, y al instante este lo observó. —La historia de Cupido y Psique, ¿no te recuerda a algo?
El peligris miró de nuevo a la estatua por unos segundos. Parecía pensativo, pero el de cresta conocía perfectamente esa cara.
—Hm... no lo sé, no me suena de nada...— tonteando mintió.
—No te hagas el bobo, ruso.— el contrario fingió enojo.
—Solo estoy jugando, cariño.— respondió para que luego los dos rieran por lo bajo, se divertían bromeando entre sí. —A mi también me... recordó a nuestra historia. No literalmente, claro está, pero me alegra saber que... Psique y Eros también fueron felices, como nosotros ahora.
—O quizás nosotros como ellos en su pasado.— agregó.
—Sí, tienes razón.— espetó junto a una pequeña risa que logró contagiar al menor.
El grupo seguía avanzando y el guía indicando el camino, pasaron por unas cuantas salas hasta llegar al final del recorrido. Desde luego, como todo buen sitio turístico, les invitaron a pasarse por la tienda de recuerdos; oportunidad que la pareja no quiso desaprovechar.
Parecía que allí vendían de todo; desde ropa hasta tazas muy bien detalladas con las pinturas exhibidas, mochilas, bolsos, llaveros, incluso collares. Y estos últimos fueron los que llamaron su atención.
Horacio tomó uno que le pareció muy curioso. No era solamente uno, sino dos collares en un mismo paquete y cuyos dijes se complementaban; formando la figura de un corazón y grabado con los nombres de "Eros & Psique".
—¿Qué encontraste, amor?— dijo el de cabellos grises al notar su expresión sorprendida.
—¡Mira esto, Vik!— le respondió emocionado. Y cuando el nombrado se acercó le mostró el objeto, quedando igual de asombrado.
—Wow, es... muy bonito la verdad.
—¿Estás pensando lo mismo qué yo?
No fueron necesarias las palabras, tan solo conectando sus miradas y regalándole una sonrisa, el moreno supo la respuesta de su amado.
Y tomados de las manos, la pareja salió de aquella tienda con un nuevo recuerdo colgando de sus cuellos; que a partir de ese día, los llevarán consigo el resto de su luna de miel. Aquellos dijes compartidos no solo eran por la visita del museo, también reflejaban el simbolismo de su gran amor.
Al igual que Cupido y Psique, que después de atravesar tantas tormentas, finalmente vivieron felices.
♡Fin♡
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watefvck · 2 years ago
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— (sin título #12)
• drabble
• canción del escrito
⊹ 𐚁̸. . .
—¿Qué pasa, ruso mío? ¿No puedes dormir?— dijo, acomodando su cuerpo de lado para observarlo mejor.
Su pareja, acostado boca arriba, se frotó los párpados con las yemas de sus dedos antes de contestar:
—No, me... duele mucho la cabeza.
—¿Tomaste algo para aliviarlo?
—Sí, pero aún me sigue molestando bastante...— habló luego de soltar un suspiro frustrado. No entendía por qué la medicina no le hacía efecto, sintió a su cabeza hirviendo y pensaba que en cualquier momento iba a explotar.
Por sus expresiones y voz agotada, Horacio supo la solución perfecta para calmar el malestar de su amado.
—¿Te gustarían unos masajes? Digo, para aliviar el dolor.— aclaró, sin dejar de usar su característico tono coqueto, ese que siempre logra sacarle una sonrisa al peligris.
—Bueno, a decir verdad... unos masajes... no me vendrían mal en este momento.— contestó, y al instante escuchó al contrario soltar una pequeña risa.
—Ven, ponte aquí.
La cama en donde descansan todas sus noches era espaciosa, pero eso no les importaba en lo absoluto.
De alguna u otra forma, ambos terminaban durmiendo bien pegados, abrazados, sintiendo ese calor tan acogedor que se brindaban mutuamente.
Fue así como Horacio dejó libre el paso para que el ruso pudiera acostarse sobre él.
Apoyando su cabeza en el pecho, Volkov rodeó el moreno cuerpo con sus brazos y percibió a su amado regalándole unas leves caricias en su cabello.
Sin dudas, era una escena que hacía enternecer al de cresta. En cuanto al mayor, fue casi imposible ocultar su embobada sonrisa. Adoraba estos momentos en donde solo eran ellos dos, hacían llenar su interior de felicidad.
Volkov disfrutaba del abrazo y los masajes que su pareja le daba; que al mismo tiempo le escuchaba entonar una melodía, pasando de solo tararearla a cantarla con una dulce voz:
—Hold me close and hold me fast, the magic spell you cast, this is la vie en rose...
Esa misma suavidad con la que Horacio le cantaba, sintió a su corazón ser acariciado por la paz que les envolvía.
—When you kiss me heaven sighs, and though I close my eyes, i see la vie en rose...
El de cresta soltó una risita al terminar, le encantaba la imagen que tenía frente suya.
—¿Ya te sientes mejor?— le preguntó.
El contrario estaba tan centrado en el cómodo ambiente que, sin darse cuenta, el dolor de su cabeza había desaparecido.
—Estoy... más que mejor, gracias a ti.— respondió. —Te amo, мое солнце (mi sol).
—Yo también te amo.— habló con el mismo tono bajo, le dió un corto beso en su frente y continuó con las caricias.
Todo parecía tan mágico, tal cuál expresó en la canción. Junto a su amado Volkov, Horacio sintió que podía ver la vida en un hermoso color de rosa.
Fin🌹
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watefvck · 2 years ago
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— (sin título #2)
• drabble
• angst
⊹ 𐚁̸. . .
Todo se volvió oscuro.
El ambiente luego del tiroteo era semejante al final de una guerra, una en la que no habían buenos, ni malos, y mucho menos santos.
Desesperado, con la frialdad de la noche corrió lo más veloz posible hasta llegar junto a él. Agachándose rápidamente frente al herido cuerpo del pálido, intenta ayudarlo a sentarse mientras preocupado le habla:
—¡Volkov! ¡Volkov, resiste!— logra apoyar su brazo en la espalda del contrario, notando como el sangrado era constante y sin intenciones de parar. —Te vas a poner bien, ¿de acuerdo?, t-te voy a curar...
—Horacio...— dice en tono débil, presionando su herida, y con un arduo esfuerzo por mantener los ojos abiertos.
—Espera, no te muevas mucho, te llevaré al hospital.
—No, Horacio, no...
—Volkov, te llevaré, no te preocupes, estarás bien. Estarás bien...— trata de levantarle, más la mano que el ruso posó en su pecho lo detuvo.
—Horacio, de verdad... no.
El mayor apenas podía respirar, las balas impactaron gravemente por todo su cuerpo, perdiendo mucha sangre en minutos.
Sus miradas se conectaron. Con la misma mano, la posó lentamente en la mejilla de Horacio. Fue un tonto al pensar que ese sería el momento, pero tampoco le quedaban más opciones.
Sonriendo levemente le dijo por lo bajo:
—Eres... la persona más hermosa que conocí en mi vida...— empezó. —No sé que fue exactamente pero... siempre estaré agradecido de haber tenido la oportunidad de conocerte...
—Volkov...
—Eres una gran persona, Horacio.— le interrumpe. —No dejes que... nada ni nadie te haga pensar lo contrario.
Las lágrimas empezaron a salir con las palabras del ruso. No quería aceptar este final, no lo hará.
—Cuídate, ¿de acuerdo?, vales mucho, Horacio.
—No digas eso, Viktor, te llevaré al hospital y estarás bien.— insiste, mientras coloca la mano sobre la del contrario, sin dejar de verle a los ojos.
El nombrado solo suspiró, sintiendo su corazón más débil decidió hablar:
—Lamento... no haberte dicho esto desde hace tiempo, se que aveces puedo ser lento en algunas cosas, tampoco te mereces tanto tiempo de espera...
—¿De qué hablas?— y tomando aire le contestó con sinceridad.
—Tú... tú me gustas, Horacio, me gustas mucho...— con su pulgar le da suaves caricias. Intentando que no se cerrara su garganta continúa. —Quería decírtelo desde hace tiempo, pero... con todo lo que estaba ocurriendo... era complicado.
La humedad en el rostro del menor se hacía más notable, mientras se rompía en lo más profundo de su ser.
—Creo que... este tampoco era el momento, ni el lugar, pero no quería irme sin que lo supieras.
—No me digas esto, Viktor...— sollozante espeta con la voz quebrada.
—Lamento si me he tardado, o si no fui lo suficiente para ti, tú te mereces mucho, Horacio.
—No es cierto,— habla por lo bajo, pero su tono aún es audible. —yo no te merezco a ti. Te llevo al hospital, Vik, no te dejaré...
Con las pocas fuerzas que le quedaban el ruso tomó la mano de Horacio, quien, en silencio y entendiendo aquella señal, se encargó de entrelazar sus dedos en esta.
—Tenías razón, al final... si estaba oxidado.— ríe a pocas penas, haciendo que el menor sonriera levemente aunque no duró demasiado. —Hice lo mejor que pude, no fue mucho pero lo intenté.
—Volkov, no... no me dejes, no quiero sentirme solo...
—No estarás solo, Horacio, yo... yo siempre estaré contigo.— pronunció con lentitud, y con la ultima fuerza que en su voz le quedaba, finalizó. —T-Te amo.
El de cresta aún tomaba la mano del ruso con fuerza, mostrando una ligera sonrisa. Con los ojos desbordados de lágrimas, sabía perfectamente que era la primera y la última vez que se lo diría.
—Y-Yo... yo también te amo, Viktor.
El contrario le regaló una pequeña sonrisa, junto a una última mirada antes de cerrar sus párpados. La frialdad se apoderó del cuerpo, volviéndolo pesado en sus brazos mientras que su sistema deja de funcionar. La sonrisa desapareció.
Su amado lo había abandonado de este mundo.
Dejándole con un dolor nunca antes experimentado en su pecho, apoyando el cuerpo delicadamente en el suelo, sollozando. Su alma se había roto, sabiendo que su otra mitad, la persona que le complementaba, se había ido.
Fin<\3
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watefvck · 2 years ago
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— Vuela y vuelta
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• drabble
• angst
• época spain
⊹ 𐚁̸. . . 🥀 . . .𐚁̸ ⊹
Creía que su vida ya estaba escrita, dirigida en una sola dirección, con la opción de terminar en un tranquilo retiro o un trágico final.
No estaba en sus planes enamorarse, menos de alguien tan extravagante como lo era aquel chico de cresta.
Cautivado por su personalidad y apariencia, sus defectos y virtudes. Amaba todo de él.
Nunca sintió algo similar con otra persona. Tan solo bastaba mirarle a los ojos para sentirse en el cielo, viajando por el más allá, junto a él. Los dos solos, intentando pintar de rosa su propio mundo.
Era tan perfecto, tan irreal... y tan doloroso al saberlo.
Tan abrupto fue el momento en donde cortaron sus alas, cayendo desde grandes alturas, estrellándose en la realidad.
Sabía que su trabajo era difícil, y a pesar de todo aún quisieron intentarlo. Lastima que vieron las consecuencias demasiado tarde.
Y todo por una mísera bala perdida.
—¡Volkov!— la voz del superior resonó en la radio, inaudible ante sus oídos frente a lo que estaba mirando. —¡Despierta, Volkov!
Todo se derrumbaba a su alrededor, simplemente no podía apartar la vista del cuerpo de su amado, muy alejado de él.
—Superintendente llamando al comisario Volkov. ¿Me copia? ¡Volkov!— se oyó con más intensidad.
—Volkov, ¿Qué ocurre?— habló el oficial Greco, quien se posicionó a su lado, ocultándose detrás del auto en medio del tiroteo. —El súper habló, estás...
No comprendía porqué estaba tan estático hasta que miró sobre su hombro, viendo al muchacho de cresta desangrándose a lo lejos.
—Volkov, ¿Ese no es...?
—Horacio.— completó su frase.
Le ha costado pronunciar su nombre.
Deseaba que todo esto solo fuera un mal sueño, producto de su mente, y que en cualquier instante despertaría.
Todos los momentos vividos, tanto buenos como malos, pasaron rápidamente por sus ojos.
Se negaba a imaginarse cómo serán sus días ahora en adelante, con esa falta de cariño, de palabras dulces, caricias, besos, contacto...
Todo de él se había ido, y no volverá.
Su vista se nublaba, las lágrimas rebalsaban notoriamente, descendiendo de sus mejillas.
Juraba que en cualquier situación podría mantenerse fuerte. Pero este era su límite, la gota que desbordó su vaso. Dejando salir lo vulnerable de quien mostraba ser una persona de hielo ante los demás.
—¡Volkov, contesta, coño!
—Estoy con él, Conway, está bien.— respondió Greco por la radio.
Cerró sus párpados con fuerza, no quería presenciar más aquella escena. Rendido calló sentado, aferrando los brazos a sus piernas y escondiendo su rostro en estas.
Los sollozos no se detenían. Su compañero reposó la mano sobre su hombro, en señal de apoyo.
—Lo lamento tanto, Volkov.— aunque no pudiera calmar su angustia, escuchó como el contrario con voz quebrada y casi afónica, logró responder.
—Le... le dije q-que no volteara...
Fin.
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watefvck · 1 month ago
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— (Sin nombre #28)
• angst
• algo reescrito que nunca subí
⊹ 𐚁̸. . .
“Siempre juntos, Horacio”
La frase pesa en su mente. Pesa en su pecho. Pesa en su mirada húmeda, fija en las palabras talladas en piedra:
«Viktor Volkov. 1982-2023. Aquí descansa el agente del FIB, siempre recordado como un hombre amable y leal, protegiendo a sus seres queridos hasta el fin de sus días. »
La leyenda no miente. Amable y leal, rasgos muy característicos del ruso, más presentes que nunca una vez regresó a Los Santos. Y el final de la oración… ese final que le hace tragar una amargura insoportable, es una verdad.
Una verdad que deja herida, que perdura incluso en este instante. E, indudablemente, seguirá abierta en el futuro más lejano.
Se atormenta cada mañana, cada tarde, cada noche. Pensando, imaginando que, si tan sólo hubiese manejado mejor la situación, Volkov estaría aquí. Sano y salvo. A su lado.
Pero la realidad se aleja completamente de aquella fantasía.
El daño ya está hecho. Lo único que queda del hombre son sus pertenencias, las fotografías, los hijos felinos que juntos prometieron cuidar, las memorias. Deseando con su ser que estas últimas no le fallen, anhelando que los momentos preciosos siempre lo acompañen, y que los sienta como si fueran la primera vez. Que su corazón guarde con total cariño toda emoción compartida en cada rincón.
Consiente de que no puede ahogarse en los lamentos, ya que el tiempo no retrocede, en algún punto deberá levantarse y seguir a delante. Continuar sin su pareja, sin el amor de su vida…
En el reflejo de sus lágrimas se encuentra el dolor, el peor que ha experimentado, más profundo que cualquier bala que haya atravesado su cuerpo alguna vez.
Extiende su mano libre y toca la pierda; fría, idéntica al invierno que se come la ciudad. Tiembla, recordando las noches donde el cálido abrazo de su amado era lo único que importaba, y la tranquilidad lo único que existía. El confort que nunca volverá, y que recordará para toda la vida.
Daría lo que fuera para regresar a esa última madrugada que pasaron juntos; acostados en la cama, los gatos a sus pies, envuelto en los brazos pálidos y recibiendo leves carisias en su cresta. Luego, esa suave promesa.
“Siempre juntos, Horacio”
—… siempre juntos, Volkov.
Así, el octavo ramo de flores descansa sobre la tumba.
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Fin</3
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watefvck · 1 year ago
Text
— Genial, es una cita…
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• drabble
• basado en la serie “the office” ⚠️spoilers del final de la temporada 3
• este escrito es un reto que me dieron (ver tweet acá)
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—Ya... ¿ya están grabando?
Horacio, el recepcionista de la oficina, dirige su pregunta a las personas detrás de cámara. Un equipo pequeño encargado de filmar el documental acerca de esta empresa de ventas de papel; específicamente en la sucursal de Scranton, lugar donde él trabaja.
Las cámaras enfocándolo en su ambiente cotidiano se volvieron parte de su día a día, al mismo tiempo que las confesiones en esa sala. Un espacio casi terapéutico en el que revela la mayoría de sus pensamientos, esos que normalmente no suele expresar.
Nunca tuvo dificultad para ello, pero hoy... será complicado.
Muy complicado.
¿Qué puede decir?
¿Que está más arrepentido que nunca? ¿Que le rompe el corazón que su amigo y compañero se vaya lejos? ¿Que posiblemente esto quiebre aún más su relación que intenta salvar a duras penas? ¿Cuál es su relación?
¿Solo... amigos y ya?
Duele, no solo porque debe conformarse en silencio, también porque no puede hacer nada al respecto. Es algo que está fuera de sus manos.
Pese a las heridas de su nuevo presente, Horacio está orgulloso de Viktor. El ruso tuvo un progreso destacable los últimos meses, haciendo su futuro cada vez más prometedor. ¿Cómo no sentirse feliz por él?
Una parte de su alma acepta la realidad, mientras la otra se apretuja en su pecho. Está contento por los grandes logros de su amigo, aunque ya no esté para verlos o tomen distintos caminos.
—Presiento que a Viktor le darán el puesto. —espeta. El de cresta mira directo a la cámara con aparente seguridad. —¿Por qué no? Él puede hacerlo, está calificado, todos le quieren y... si nunca lo vuelvo a ver, está bien.— con sus palabras quiere convencerse a sí mismo, mientras enseña una sonrisa. —Sólo somos amigos y siempre lo seremos. Quizás... a veces no estemos en la misma sintonía, dejamos pasar muchas indirectas y así... pero ¿saben? está bien. Estoy bien. Y sé que todo estará completamente-
—¡Horacio!
La repentina llegada de Viktor es recibida por miradas sorprendidas, sobre todo por la de Horacio.
Se supone que el ruso debe estar en una entrevista en ese preciso momento, pero se encuentra aquí, vistiendo un traje y con ese peinado arreglado que trae desde ayer.
—L-Lo siento.— le dice fugaz al equipo, antes de centrar su mundo entero en el hombre de ojos bicolores. —¿Quieres... quieres cenar esta noche?
—Sí.— contesta sin dudar.
—Genial, es una cita...— y luego de una tierna mirada junto a su sonrisa, el ruso se retira de la sala.
El de cresta tarda unos segundos en fijar su vista hacia la cámara, casi boquiabierto por lo ocurrido. Desde ese instante su sonrisa no se borró, se ríe en silencio mientras niega ligeramente con la cabeza.
Su asombro es total, no puede creer que ha vuelto. Viktor ha vuelto, y con razones, mas la principal es y siempre será aquel hombre del que está enamorado.
A partir de ahora, las cosas serán mejores. Y Horacio lo sabe muy bien, en su nube de felicidad que es imposible ocultar.
—Disculpen,— habla entre risas. —¿cuál era la pregunta?
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Fin.🤍
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watefvck · 1 year ago
Text
— (sin título #27)
• drabble
• soft
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—Joder…— el de cresta balbucea, ya algo frustrado, ha perdido la cuenta de las veces que intentó abrir esa pequeña caja sin éxito.
Prueba de un lado, prueba de otro… nada parece funcionar, ¿donde está el truco?
Aquella no es su única pregunta, también quiere saber de dónde saca su novio la paciencia necesaria para esperar a que él lo descubra.
Es una prueba más de cuánto ama a su estrella, porque desde que le dió ese cubito plateado, ha visto todos y cada uno de sus movimientos con una sonrisa.
“¿Qué es la cosa tan importante de aquí dentro?” el moreno cuestiona internamente, su enojo se incrementa aún más.
—¡Agh!— con enfado exclama, y desesperado propone la primera solución rápida que se le viene a la cabeza. —¿Si lo tiro al suelo se abrirá?
La expresión del ruso cambia por completo a una de preocupación. No porque la cajita se rompiese, sino por el posible daño que le haría al contenido.
—N-No es necesario, cariño.— suelta rápidamente. —Yo te ayudo a abrirla.
—Hombre, ¿por qué no me lo dijiste antes?, que llevo no sé cuantas horas intentando.
El comentario le provoca a Volkov una ligera risa, y luego de suspirar dice:
—Bueno, es que… tienes que verlo por ti mismo.
Así, el ruso posiciona su mano debajo de la de Horacio, guiándolo con los dedos hace que estos deslicen los bordes de la cajita, por fin abriéndola.
El objeto que hay dentro se revela, y deja al de cresta casi boquiabierto.
Asombrado no solo por la peculiar forma de abrirse, también por el hermoso anillo que sus ojos están viendo.
El silencio dura unos instantes, Volkov está expectante a la reacción de su amado.
Luego de que este procesara la información, lo mira y dice sarcástico:
—¿No querías ponerme un puzzle más difícil?— nuevamente, el contrario se ríe.
—Lo siento, querido mío, pensé que…
—Lo siento nada.— interrumpe. —Me debes un beso.
—Jajaja ¿en serio?
—Sí, hablo en serio, luego me dices tu mucho texto, ahora ven y bésame, ruso.— es lo único que puede pronunciar, su emoción es tanta que sólo desea cumplir lo dicho.
La unión de sus labios no se hace esperar, es apasionadamente dulce, mostrando aquella euforia compartida. Sobre todo Horacio, que luego de esperarlo tanto, aquel momento se convierte en uno de los mejores que ha vivido.
Su ruso, su gran amor, le ha propuesto pasar el resto de sus vidas juntos.”
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🤍fin.
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watefvck · 1 year ago
Text
— (sin título #26)
• drabble
• especial año nuevo
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—Para el próximo año, deseo que estemos juntos.— Horacio rompe el silencio y finalmente contesta la pregunta, nervioso, bebe el primer sorbo de champán mientras su vista permanece en el cielo estrellado.
Volkov lo mira, extrañado.
—Pero… ¿qué no estamos juntos ahora?— dice confundido, provocándole una ligera risa al contrario.
—Sí, amor. Me refiero a que… me gustaría que estemos más unidos que ahora, en nuestra relación.
—Lo estaremos, eso sin dudas.
—No, Viktor, no estás…— el ambiente se torna tenso cuando el moreno habla con seriedad. —Lo que quiero decir es- deseo que estemos juntos, quiero estar para ti, ser… mucho más que tu novio.
Cuando su estrella lo observa, la expresión del ruso cambia por completo. Este por fin logra comprender.
En esa noche despejada a treinta minutos de un nuevo año, con la tensión invadiendo por completo sus cuerpos y aquel balcón donde se encuentran, se lleva a cabo el inicio de una larga charla que habían dejado pendiente.
—Vik, en nuestro aniversario, ¿recuerdas que me preguntaste sobre el futuro y… el matrimonio?”
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Fin🍾
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watefvck · 1 year ago
Text
— No se permiten gatos
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• drabble
• día 3
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"8:35pm. Bueno, 8:36pm en realidad, hora casi exacta en la que Volkov saca la basura; una tarea no muy complicada que hace a diario.
Personalmente se encarga de llevar y tirar la bolsa desechable en el gran contenedor que hay fuera del edificio. No le toma mucho tiempo, pero está noche su rutina será un poco... diferente.
Luego de cumplir su labor, paciente aguarda el ascensor para volver a su hogar, sin saber que tendría compañía en su regreso.
—¡Volkov!— escucha detrás suya. Sonríe, reconoce con facilidad esa voz.
Se trata de Horacio, el muchacho alegre y extrovertido que vive en el departamento de al lado. Aunque siempre muestre una actitud amable, en realidad Volkov no es alguien que converse mucho con los vecinos, pero el de cresta es la excepción. Le agrada mucho su personalidad, el contrario opina lo mismo, y siempre aprovechan su oportunidad de hablar cada vez que se cruzan.
—¿Qué tal, Horacio? ¿Cómo estás?— dice algo sorprendido, nunca se han encontrado a estas horas antes. Al inicio no piensa que esto sea raro, hasta que lo observa detenidamente, el moreno tiene una posición inusual en sus brazos y parece ocultar algo debajo de su chaqueta.
—Un poco cansado la verdad, pero bien, ¿y tú?
—Yo también estoy bien, em... ¿qué tienes ahí?
—Eeeh...
El ruso se extraña aún más cuando el contrario mira rápidamente hacia la cámara de seguridad en la entrada. Y antes de que pudiese continuar, la llegada del ascensor interrumpe el momento.
El corto viaje es más silencioso que de costumbre. Por un instante Volkov piensa que se quedará con la intriga, y que bueno que se equivocó. Cuando llegan a su piso el moreno lo invita a pasarse un rato, y con mucha curiosidad por lo que está sucediendo acepta sin dudarlo.
Una vez dentro del departamento de Horacio, este le dice:
—No quería exponerlo allí abajo, mira...— con cuidado abre su chaqueta, revelando lo que tanto se esforzó por ocultar. Un pequeño gatito de color marrón sale a la luz y se presenta con maullidos agudos.
El ruso solo puede expresar asombro mientras su vecino lo mira sonriendo, obviamente no se demora en reaccionar.
—Horacio, sabes que no permiten gatos en el edificio y... ningún otro animal.
—Lo sé, lo sé, pero es que... ¡míralo!— exclama enternecido. —Lo encontré en una caja, al parecer lo abandonaron, ¿por qué la gente es así de mala?— pregunta más para sí mismo.
Volkov se acerca para observar mejor al felino de tan solo unos meses de edad. Entiende perfectamente porqué Horacio lo trajo, la ternura que desprende el pequeño es irresistible, y duda si en su lugar hubiera hecho lo mismo.
—¿Por qué no... lo llevaste a un refugio o algo parecido?
—No iba a dejarlo con cualquier persona, ruso, hay que buscar un lugar de confianza.
—Tienes razón, pero ahora... será un poco complicado.
—Bueno, puede quedarse aquí mientras le encuentro un nuevo hogar.
—No creo que sea buena idea, Horacio, podrían descubrirlo.— expresa preocupado.
—No si lo oculto bien.— le responde con seguridad. —Lo cuidaré todo lo que pueda hasta encontrarle un lugar seguro, no debe ser tan difícil.
El ruso cuestiona el plan para sus adentros. Las reglas del edificio son bastante estrictas, cualquier mínimo descuido traerá como consecuencia que saquen al animal y, en el peor de los casos, también desalojen a la persona.
Obviamente no le gustaría que eso pasara.
—¿Puedo...?— dice extendiendo sus manos, el moreno comprende y con cuidado se lo pasa. Ese hombre de dos metros sostiene al pequeño entre sus brazos como si de un bebé se tratara, cosa que enternece aún más el corazón del contrario. Lo mira por unos instantes, y luego de reflexionarlo habla decidido. —Será mejor que... te ayude con esto, Horacio.
—¿De verdad?
—Claro, si tú también quieres...
—Me encantaría.— responde feliz. —Al niño no le vendría mal tener dos papás ahora, eh.
—¿Cómo?
El de cresta no puede evitar soltar una carcajada al ver la reacción del ruso, quien segundos después lo acompañó con su risa. Aunque fuera una simple broma, Horacio no estuvo tan alejado de la realidad.
Luego de aquella noche, los vecinos trabajan juntos para darle la mejor estancia al felino. Saben que algún día hallarán un lindo hogar donde pueda quedarse, por ello desean aprovechar el tiempo a su lado lo máximo posible.
Además de brindarles recuerdos bonitos, gracias al pequeño ambos hombres logran conocerse mucho más.
Y así como se atrevieron en arriesgarse para cuidar del gatito, quizás un día también se atrevan a expresar sus sentimientos por el otro."
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Fin ⋆
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watefvck · 1 year ago
Text
— (sin título #24)
• basado después del stream 17/12/2023
• un poco angts/soft, larguito
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"El par de novios acuerdan pasar el resto de los días juntos en aquella ciudad. Con sus maletas bien ordenadas, el de cresta ya está listo para trasladarse al departamento de su amado.
El primer día resultó bastante atareado, incluso dejándolo exhausto, pero eso no quita que la ha pasado bien.
Aunque... por algo que escuchó, lo dejó con una pequeña inquietud por el resto del día.
"Madre mía, pobre Volkov..." aquellas palabras dichas por la compañera de trabajo siguen rondando en su cabeza. Por más que haya intentado despejarse, estas parecen volver solo para atormentarle.
No puede evitarlas.
No puede evitar sobre pensar a cerca de su relación.
En verdad no quería hacerlo. Volkov lo ama demasiado, eso sin dudas, pero en ocasiones se pregunta si el peligris merece estar con alguien como él.
Quizás suene absurdo en su mente, pero es inevitable sentirse de esa forma cuando la situación le sobrepasa.
Con esas malas emociones llega al departamento, donde su novio lo recibe con un dulce abrazo y besos que logran reconfortarle, al menos por un instante.
—Te he estado esperando.— pronuncia con ese tono suave, el cual reserva solo para el de cresta, el único que tiene la fortuna de escucharlo.
—¿De verdad?
—Por supuesto, ahora mismo... lo más quiero es estar junto a ti.
Conmovido por sus palabras, Horacio lo mira con una ligera sonrisa.
A veces se pregunta qué hizo exactamente para merecerlo, así como duda si Volkov en verdad le merece.
De nuevo, los pensamientos dañinos le atacan sin piedad.
—¿Cocinamos? ¿O prefieres pedir algo?— sugiere su novio.
—Mejor pidamos, estoy algo cansado para cocinar...
—Está bien, cariño, te... ¿te encuentras bien?— su voz expresa preocupación cuando nota que la luz de su estrella está un poco apagada.
Lo conoce perfectamente, por la actitud sabe que Horacio no solo está cansado.
—Tranquilo, no es nada.— aparenta una falsa despreocupación.
—¿Estás seguro?— mira a los ojos bicolores. —Sabes que... puedes contarme lo que sea, quizás podamos solucionarlo juntos.
El de cresta percibe como su corazón late con fuerza.
Se siente apenado por guardar sus emociones para sí mismo, lo hizo por tantos años que ahora expresarlas directamente es complicado. Lo intenta, mas aún le cuesta y trata de trabajar en ello.
Las palabras de Volkov le recuerdan que expresarse es lo correcto. Y sabiendo que tiene a una persona como él para escucharlo y apoyarlo, le da la confianza suficiente para hablarlo.
—Eeh... cuando me presentaste a tus compañeros hoy y empezaron a hablar de nosotros, de nuestra relación, me sentí... bueno...— nervioso trata de ordenar sus pensamientos mientras aparta la mirada. Tampoco quiere extenderse mucho, así que finaliza diciendo. —Lamento si a veces no soy... lo suficiente para ti y para nosotros, ya sabes...
El silencio hace acto de presencia, y Horacio puede percibir una pesadez en su pecho.
Parece que nada podría quitarle esa inquietud de su ser, hasta que siente las tibias manos de su pareja agarrando las suyas, y junto con suaves caricias el ruso deja un pequeño beso en ellas.
Sorprendido, el moreno fija su vista en él.
—Horacio, tú eres suficiente. Lo que digan los demás...— las miradas se conectan nuevamente. —Ellos no nos conocen, no saben cómo somos en realidad, y tampoco deberían opinar de ello. Yo... fui el que habló con mis compañeros sobre nuestra relación, y... no tuve que haberles contado de más.— confiesa con claro arrepentimiento en sus ojos azulados que el de cresta logra notar. —No creí que... eso podía lastimarte, lo lamento, cariño.
El moreno lo observa por unos segundos más antes de abrazarlo con ternura, y el contrario corresponde.
—Lo lamento...— repite, esta vez casi en susurros.
—Está bien,— dice con el mismo tono mientras le deja caricias en la espalda. —no te preocupes, te perdono.
—Tú eres el amor de mi vida, estoy y siempre estaré agradecido de tenerte a mi lado.
—Lo mismo digo...
Con la cercanía intacta un beso entre ambos no se hace esperar, tan dulce y cálido como los que suelen darse. Y cuando sus labios se separan, sus ojos se encuentran una vez más.
—Te amo, моя звезда. (mi estrella)
—También te amo, rusito.— sonríe, feliz por haber hablado con su pareja al respecto. —Por cierto, ¿qué pedirás para cenar?
—No lo sé, ¿qué prefieres tú?
—Mmm... ¿y si te prefiero a ti?— dice divertido.
—Bueno, podría ser una opción...— sigue el juego, por las mejillas sonrojadas del moreno se da cuenta que este no se lo esperaba, y sonriente continúa. —También nos falta bañarnos, querido mío...
—¡¡Viktor!!
El nombrado estalla de risa, nada en el mundo le parecerá más adorable que ver las reacciones de su pareja.
Aquella noche los novios se vuelven más inseparables que nunca, recuperando todo el tiempo que se han echado de menos. Y están muy felices.
Felices de estar juntos otra vez. Felices de amarse como ellos saben hacerlo. Felices de saber que, pase lo que pase, siempre estarán allí para el otro."
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Fin<3
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watefvck · 1 year ago
Text
— (sin título #23)
• drabble
• basado en el stream 17/12/2023
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"Su alegría al verlo es tanta que no duda ni un segundo en lanzarse a sus brazos. Pese a que sólo fueron unas pocas semanas, el ruso siente que no lo ha visto en meses.
Aquel abrazo de reencuentro terminó de forma caótica con ambos hombres cayendo al suelo. Claramente no salió como el ruso esperaba, pero eso es lo de menos.
La situación involuntariamente cómica provoca que el de cresta se sorprenda y suelte una risa en el proceso.
Esta es acompañada por la de un avergonzado Volkov, que mientras lo ayuda a levantarse dice:
—Perdón, me tiré a tus brazos...
Horacio niega un poco con la cabeza y vuelve a reír. Sabe perfectamente que el ruso lo ama mucho, mas le siguen asombrando aquellos gestos que se lo afirman día a día. En definitiva, no pudo imaginarse un encuentro mejor.
—¿Me has extrañado, eh?— habla divertido.
—Hombre, me hacías mucha falta...— confiesa, mientras su mirada se conecta con la de su amado. Nuevamente puede ver esos brillantes ojos bicolores que tanto adora.
En esta ocasión, el segundo intento de abrazo resulta mejor. Mucho mejor. Un suave beso acompaña la calidez del momento, aclarando una vez más cuánto esos labios, así como sus almas, se han echado de menos."
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Fin<3
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