Tumgik
#y de repente los veo como de espaldas
losjavis · 2 years
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últimamente tenemos tan poco contenido de los javis con el rodaje que ahora ya aparecen hasta en mis sueños porque mi cabeza necesita algo con lo que agarrarse lmao
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nashlancrew · 1 year
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Eres Sol
Últimamente, siempre que me preguntan “¿Qué te hace feliz?”, se me escapa tu nombre de la boca. Es casi como un espasmo, una palabra accidental, un acto involuntario; como si siempre te tuviera en la lengua, porque casi todo el rato pasas por mi mente caminando.
Si me preguntasen también que me ha entristecido los últimos días, tu nombre también saldría de mis labios acompañado de cientos de cosas. Les diría que no hablar contigo se siente como un día nublado: gobernado por el bochorno, aguardando adentro una tormenta de lágrimas, que traen consigo truenos que suenan a “te extraño”, que dolerían demasiado en caso de no poder salir. Les diría que en los días sin sol hace más frío y que de repente todo tiene menos color.
Cuando me pregunten por ti, les hablaré del sol; porque brillas y desprendes calor. Porque al igual que la luna, algo me tiene anclada a vos. Nadie entenderá porque digo que cuando ríes se ilumina una habitación y que cuando me hablas, surgen un ramo de flores que es para ti en mi interior. No puedo decirles que contigo me siento tan luna, pues tu calor no me pertenece y espero con ansias la noche para escribirte versos de color amarillo que desaparezcan con tu amanecer.
Bajo la luz de luna, te canto un vals que no escuchas, un recuerdo de mis manos en tu cuello, encajando a la perfección con las tuyas en mi cintura. ¿Cómo quieren que te mire sin sentir nada? ¿Qué esperan de mi si mis palabras por mi mirada se escapan?
Voy caminando todos los días hasta la parada del autobús para recordarte y me paro al más mínimo rayo de sol solo por el capricho de sentirte más cerca. Te veo en cada lugar, y es como si en mi cabeza con nuestros recuerdos se reprodujese una última canción.
Que me gustaría abrazarte tan fuerte que tus manos creasen surcos en mi espalda, caminar contigo todo lo que hiciese falta para que el tiempo se detuviese, mirarte detenidamente para recordar cada uno de tus rasgos por si algún día los nubarrones regresaban a este corazón que tengo por casa.
Quédate por siempre en mis versos, proporciona siempre calor, ilumina a todos con tu luz. Recuerda que eres (mi) sol.
— María I.
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saintsr · 6 months
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Deathduo/Death family x Resident Evil Village (adaptación del cuento Village of shadows) versión español.
Había una vez dos niños, el niño rubio con ojos morados junto con una máscara de calavera, la niña pelinegra con ligeros rizos en su cabello juntó a su sombrero morado ambos que combinaba con sus ojos azules, vestían para tener comodidad ya que iban a buscar frutos para hacer pasteles y agua fresca, acompañándolos había un hombre con una máscara de calavera sólo dejando ver sus ojos amatistas al igual que los niños vestía cómodo para recoger frutos y de vez en cuándo flores, los dos niños corrían de un lado a otro escogiendo lo mejor ya que querían darle una sorpresa a su otro padre cuando regresará de su trabajó. Cuándo de repente se alejaron demasiado su papá les gritaba casi desgarrando su garganta pero aún así los niños no lo escuchaban se perdían en la profundidad del bosque y él no podía pasar por una fuerza superior.
Los niños corrían al voltear se dieron cuenta que su papá ya no estaba tras ellos, así que tomados de las manos caminaron sin rumbó fijó cuándo la niña dice "tengo sed hermano" él niño no sabía dónde conseguir agua así que caminaron hasta que encontraron una estructura que se veía lujosa y ahí había un conejito con un traje y corbata roja les dijo "pobres niños, se ven sedimentos tomen sacien su sed" entregándoles un gran vaso de agua, ellos agradecieron bebiendolo después se marcharon, llegaron aún páramo abandonado el niño dijo " tengo hambre" después llegaron a una panadería dónde atendía un osito blanco con una sonrisa, al acercarse vieron a otro osito blanco que los miró diciendo "buenos días" les acercó la bandeja con galletas en forma de osos blancos, ellos con duda las tomaron de repente el oso les dijo "disfruten el bosque" sin más se marchó, los niños se fueron llegando a otro lugar del bosque más oscuro ya qué una tormenta se acercaba , los niños temblando por el frío se abrazaron para tratar de compartir el calor de repente apareció un pato con un moño negro que les escribió en una pizarra "veo que tienen frío tomen abrigense" entregándoles una manta morada como la capa de su papá, así se acurrucaron en una cueva que encontraron mientras buscaban refugio. Al día siguiente caminaron hasta que encontraron un ser llenó de números y una masa oscura traía con sigo una espada cómo no se movía el niño lo tomó para jugar y al mismo tiempo proteger a su hermana menor, el ser tomando vida se agitó oscureciendo el cielo, llamó a los demás seres haciendo un círculo encerrando a los niños sin escapatoria con irá los miraban, de repente el cielo se oscureciendo más profundo un ser parecido a un esqueleto con una corona y alas rotas los miró y les dijo "son parecidos a su padre, codiciosos, tomando más que se les ofrecen" con un movimiento de su mano desapareció a las demás criaturas el niño con espada en mano se puso en frente de su hermana el ser se rió con una voz parecida a la de su padre sólo que más tenebrosa dijo " niños inútiles, su estupidez los hará morir antes" de la nada la niña gritó "¡Chayanne!" Cuándo el niño volteó su hermana estaba encerrada en una gran piedra morada su mirada mostraba terror un escalofrío recorrió su espalda en sus pies se formaba una piedra morada igual a la que tenía cautiva a su hermana, antes que terminará de encerrarlo una mano huesuda se posó en su hombro , y el ser habló "éste será su castigo mirarse consumidos por el poder oscuro sin escapatoria hasta que no quedé ni sus huesos, el pobre hombre pájaro y el inútil representante de la muerte morirán en locura" con una risa se desvaneció.
Los padres buscaron día y noche usando pociones, grandes cantidades de comida en sus mochilas, también usando hechizos y objetos encantados por fin lograron pasar hasta encontrar a los niños, no durmieron, pelearon contra seres monstruosos, su esperanza a veces caía pero el otro lo animaba, el padre un híbrido cuervo cuyas alas se lastimaron en su pelea contra el ser de números. Llegaron por fin al lugar dónde sus hijos estaban encerrados los dos corrieron rápido pero antes de llegar el ser en forma de calavera se presentó , el hombre cuervo lo miró y gritó con rabia "!Ender King¡" El otro hombre temblando de miedo pero sosteniendo su espada con firmeza se puso enfrente de sus hijos y dijo "no les harás más dañó" él ser se rió de los dos empezando a atacar con una lluvia de rocas de poder oscuro, los dos esquivandolas tratando de acercarse para defender y liberar a sus hijos, de repente el hombre cuervo miró al otro y el dijo " Missa, salva a los niños yo haré tiempo después los alcanzaré" Missa jadeó bajo "no, no me iré sin ti y los niños Philza" sus ojos llorosos lo miraron, Philza sonrió un poco y sin más se acercó corriendo al Ender King blandiendo su escudo y su espada haciendo que por fin se enfocará en él, Missa sin más corrío hasta los niños recitando un hechizo, lágrimas en sus ojos y de vez en cuando temblando cuándo sentía mucho peligro, rompió la prisión de sus hijos tomándolos en brazos ya que cayeron desmayados, volteó a ver a su compañero, haciendo un último esfuerzo el hombre cuervo voló hasta la altura la cabeza del Ender King asestando golpes fuertes, gritó"¡MISSA ¿QUE CARAJOS ESTÁS ESPERANDO SAL DE AQUÍ?!".
El otro hombre saltó en su lugar por el susto pero volteó hacia el caminó por dónde llegó corriendo y sin mirar atrás con los niños en brazos , corrió, corrió tanto que llegando al lugar dónde empezó todo sólo tropezó con sus propios pies protegiendo a sus niños cayó al suelo, por fin viendo el cielo azúl gritó , la lágrimas eran tantas que su máscara se sentía incómoda, quitándosela con una mano temblorosa después abrazo fuerte los niños que no habían despertado pero aún sentía su respiración, con las pocas fuerzas que le quedaban se levantó llevando los niños a casa, los días pasaron no se notaba ningún movimiento en la casa ni por el bosque los demás vecinos de la familia decían que se oían gritos, los niños decían que habían olores a pasteles y ricas bebidas. Por fin un día el hombre cuervo salió del bosque dirigiéndose a su casa dónde lo recibo su compañero y sus hijos por fin después de varios días todos podían estar tranquilos y por fin juntos felices esperando que nunca más vuelva a pasar ésto.
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un-invierno-eterno · 2 years
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Querido invierno eterno:
Hoy te escribo porque creo que Eros me escucho, pero me acaba de dar una respuesta. El problema no son los demás, el problema siempre fuí yo.
El problema siempre fuí yo porque tengo muchos fantasmas deambulando a mis espaldas que no me permiten amar y ser alguien más positiva e ideal.
Llevo 4 días hablando con un chico, tiene las cosas más claras que el agua, pone limites, sabe escuchar, es divertido y me hace sentir bastante especial. Solamente no es de la onda mística y yo odio eso, pero físicamente también es perfecto. Es blanco, alto, cabello negro y tiene manos lindas, cocina, es independiente y le encanta salir.
Lo ilusiono con salidas, pero me da ansiedad y después me niego. Al menos seguimos hablando, pero siento que ya noto que vengo mal de fábrica.
Anoche literalmente le dije que me gustaba, pero sólo se hacía el tonto. Si me gusta, es todo lo que soñaba, excepto por lo escéptico y lo frio que puede llegar a ser. Pero que importa, nadie es perfecto. Yo no soy perfecta, sólo sé hablar de mis traumas porque siempre busco mal, y son mis malditos patrones que nunca han sido tratados.
¿Será otro hombre que también tenga que verlo ser feliz con una chica mientras yo me muero por dentro?
Eros respondeme, llevo casi un año llorandole a una persona que nunca me vio. Y ahora que hay alguien que me nota, no se si algún día podré tenerlo.
Juro por dios que es como lo que soñé, es como si le hubiese escrito un libro al hombre de mis sueños y de repente me habla, pero noto que la traumada soy yo.
Creí estar lista, siempre creí estarlo. Pero ya veo que no, soy un cero a la izquierda.
Enterarme de lo traumada que estoy, de las situaciones que me han sucedido a lo largo de los años y de lo dañada que me han dejado.
¿POR QUÉ A MI?
Me duele, me duele mucho, quiero arrancarme el corazón y tirarlo a la basura porque yo siempre amo con intensidad, pero es difícil. En mi vida todo es complicado, y es que si tuviera novio tendría que presentarselo a mi familia, que la conosca y que lo conozcan. Para muchos es normal, pero soy la única mujer de dos hermanos mucho mayores que yo. Y agregando que son todos unos celosos.
Estoy tan cansada de esto, estoy cansada de no tener lo que quiero, estoy cansada de no poder expresar mis sentimientos frente a mi familia. Nunca me dieron el pase para que me enamorara.
Dios sabe lo difícil que ha sido y lo complicado que ha sido poder encontrar alguien porque pareciera que no le gusto ni a un alma.
Siempre tengo que conformarme, siempre tengo que esconder lo que siento porque con mis pistas noto que jamás podría gustarles a los chicos de los cuales me enamoré profundamente.
Es tan dura esta vida, quiero que por lo menos alguna vez sea fácil y no estar tan traumada.
Me molesta y me duele.
A los chicos no le gustan así.
Ni siquiera soy bonita y para variar salir traumada. Ya es demasiado.
A veces quisiera tomarme todas las pastillas de la casa y desaparecer de este mundo porque no me lo merezco.
Parece que no merezco tener amor o recibir amor y yo siempre quise amor. Siempre he tenido que rogar por afecto; a mi madre, a mi padre, a mis hermanos, a mis familiares, a todo el mundo. A veces también quiero que me abracen sin que se los pregunte, que les nazca darme amor.
Siento que estoy tan vacía, tan muerta, tan... tan... sola
Perdóname invierno, pero tengo mucha rabia.
-Winter❄️
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ocasoinefable · 4 months
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Llevo una botas anchas, me las presto el silencio. Mis pasos son pesados. Miro mis dedos y todo lo que toco se queda en ellos exhalando un lento calor, un aire denso y un suspiro que se derrite entre los ojos sin palabras. No es sencillo estar así. Más aun no es posible que fuera de otro manera. Llevo un vestido negro y cuervos azulados me siguen con su mirar calmo y esa forma apacible que me recuerda lo que soy. No sé cómo expresar la belleza que veo en la vida mientras dura unos minutos en mis manos, solo un suspiro enredado en mi lengua y mirar..
Mientras caminaba de paso al último día de la primavera un conejo se acercó a mí, le tome suavemente entre mis dedos y su pelaje, era tan pequeñito y gris. su corazoncito latía como una locomotora, la sangre pasaba ligeramente, su mirar apresaba cada color.. y de repente de forma tan delicada y sutil sus ojos se fueron cerrando, su latir disminuía, su aire escapaba. Como un hoja aún tibia le estreche con suavidad, y continúe mi camino, con ese punzada agridulce corriendo por mi espalda y no ser.
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dreamy-loverr · 4 months
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Estaba en mi casa, ocupada en mi cuarto, de repente escucho tocar la puerta, bajo las escaleras y al abrir la puerta estabas parado ahí, me mirabas fijo como si tu también hubieras necesitado verme todo este tiempo, solo nos mirábamos sin decir nada, supongo que la sorpresa era de ambos. Te atreves a decir las primeras palabras, inicias con un:
-''Hola, cuanto tiempo...''.
Mientras sigo perdida mirando fijamente tu rostro frente a mi, era como si mi cerebro no pudiera formular ni la oración mas pequeña. Empujas la puerta mientras yo empiezo a retroceder, sujetas mi brazo con gentileza mientras cierras la puerta detrás tuyo. Cuando menos lo espero jalas de mi hacia tus brazos y me abrazas, así durante un rato, solo sintiéndonos, tus manos tomaron mi rostro nuevamente como solías hacerlo cuando estábamos juntos, levantas mi rostro y sueltas palabras que durante mucho tiempo quise escuchar, me miras mientras sigues diciéndome:
-Estoy aquí, siénteme.
Mi reacción fue querer tocar tu rostro, empiezo a sonreír y la primera palabra que puedo formular es:
-De verdad volviste...
Acaricias mi cabeza mientras sonríes y de la nada ambos nos besamos, coloco mis brazos detrás de tu cabeza y tu me abrazas por la cintura, era tanta la necesidad que había en nuestro beso, como si ninguno de los dos quisiera que acabara, todo se sentía como si estuviera bien, te besaba como si quisiera que sintieras lo mucho que podía ser tuya, lo mucho que quería ser siempre tuya.
De la nada cortamos nuestro beso, te separas de golpe y me miras apreciando cada facción de mi rostro, vuelvo a abrazarte de una forma tan necesitada. Entonces todo en nuestro al rededor empieza a tornarse borroso, y es ahí donde caigo en cuenta... Estoy soñando.
Volteo a mirarte y todo empieza a desvanecerse en nuestro entorno, empiezo a decirte con tanto dolor:
-Por favor no te vayas, no desaparezcas, no de nuevo. Quédate te lo ruego.
Me miras con tristeza y respondes con un:
-Lo lamento, yo tampoco quiero irme pequeña.
Sueltas mi brazo... Ahora estamos en la nada, estas a metros de mi, empiezo a correr hacia ti para poder alcanzarte, rogando que no me abandones de nuevo, volteo a mirarte, te encuentras en todos lados pero no puedo acercarme por mas que quiera. me preguntaba porque mi propia mente me estaba haciendo sufrir de esa forma, empiezas a hablarme suavemente pidiendo que me calme, que harás lo posible para volver a verme, siento tu toque por la espalda, volteo tan rápido como puedo, reaccionas y me besas nuevamente, todo a nuestro al rededor empieza a oscurecer, de nuevo empiezo a pedir que no desaparezcas, intento aferrarme lo mas que puedo a tu cuerpo, cierro mis ojos, colocas tus brazos a mi alrededor mientras estas hablándome, no presto mucho atención porque solo veo que todo lo que había soñado se consume en si mismo.
Despierto desolada..
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etienne-roulet · 8 months
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Quiero hacer contigo todo lo que la poesía aún no ha escrito.
Cualquiera diría al verte
que los catastrofistas fallaron:
no era el fin del mundo lo que venía,
eras tú.
Te veo venir por el pasillo
como quien camina dos centímetros por encima del aire
pensando que nadie le ve.
Entras en mi casa
-en mi vida-
con las cartas y el ombligo boca arriba,
con los brazos abiertos
como si esta noche
me ofrecieras barra libre de poesía en tu pecho,
con las manos tan llenas de tanto
que me haces sentir que es el mundo el que me toca
y no la chica más guapa del barrio.
Te sientas
y lo primero que haces es avisarme:
No llevo ropa interior
pero a mi piel le viste una armadura.
Te miro
y te contesto:
Me gustan tanto los hoy
como miedo me dan los mañana.
Y yo sonrío
y te beso la espalda
y te empaño los párpados
y tu escudo termina donde terminan las protecciones:
arrugado en el cubo de la basura.
Y tú sonríes
y descubres el hormigueo de mi espalda
y me dices que una vida sin valentía
es un infinito camino de vuelta,
y mi miedo se quita las bragas
y se lanza a bailar con todos los semáforos en rojo.
Beso
uno a uno
todos los segundos que te quedas en mi cama
para tener al reloj de nuestra parte;
hacemos de las despedidas
media vuelta al mundo
para que aunque tardemos
queramos volver;
entras y sales siendo cualquiera
pero por dentro eres la única;
te gusta mi libertad
y a mí me gusta sentirme libre a tu lado;
me gusta tu verdad
y a ti te gusta volverte cierta a mi lado.
Tienes el pelo más bonito del mundo
para colgarme de él hasta el invierno que viene;
gastas unos ojos que hablan mejor que tu boca
y una boca que me mira mejor que tus ojos;
guardas un despertar que alumbra las paredes
antes que la propia luz del sol;
posees una risa capaz de rescatar al país
y la mirada de los que saben soñar con los ojos abiertos.
Y de repente pasa,
sin esperarlo ha pasado.
No te has ido y ya te echo de menos,
te acabo de besar
y mi saliva se multiplica queriendo más,
cruzas la puerta
y ya me relamo los dedos para guardarte,
paseo por Madrid
y te quiero conmigo en cada esquina.
Si la palabra es acción
entonces ven a contarme el amor,
que quiero hacer contigo
todo lo que la poesía aún no ha escrito.
- Elvira Sastre
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Enésimo pésame
El repartidor del gas es macizo como una roca. ¿Por qué voy por ahí palpando al mencionado caballero? El hombre hablaba con mi padre otros temas además del asunto del gas, en algún nivel se sentían amigos. Y como cada persona que conoció a mi padre, al verme por primera vez luego de su muerte sienten la irrefrenable necesidad de darme su pésame. Eso llevó a que inesperadamente me diera la mitad de un breve abrazo, al cual respondí por puro reflejo, sorprendido y hastiado y sorprendido otra vez porque, por los clavos de cristo, ese hombre tiene la espalda más dura que toqué en mi vida. Una obviedad, hablamos de una persona que se gana la vida cargando garrafas de 13 kilos, pero una cosa es la teoría y otra cosa es tocarla, si se me permite la expresión. Un tipo joven, cargagarrafas, descendiente de italianos, todo su cuerpo es una escultura de Michelangelo Buonarroti. Lo que me llevó a la inexorable pregunta ¿Qué clase de escultura seré yo? Si tocar su espalda es como tocar una estatua, tocarme a mí es como tocar un colchón flaco, una masa amorfa, fofa. Soy una escultura de Lovecraft, que nunca hizo una, por lo tanto seguro que si intentaba hacer alguna le quedaba como yo: inenarrable, abyecto, ominoso, pútrido, un horror letárgico completamente incapaz de trasladar una garrafa de 13 kilos, se los puedo asegurar. No lo digo con intención de denigrarme, al contrario, cuando Lovecraft hacía este tipo de descripciones de sus monstruos buscaba darnos una idea del imponente poder que tenían sus criaturas, en su presencia cualquier humano era insignificante, que es más o menos lo que pienso yo, monstruo, de la mayoría de los humanos. Pero le pude vender el auto, así que de repente tengo unos pesos mágicos para seguir respirando tranquilo un par de meses más aunque siga sin trabajar. Con ese respaldo económico activé mi protocolo reencarnación, que consiste en volver a juntarme con cada amistad que no veo desde que puse en pausa mi vida social hasta reactivar mi economía. En este mar de contrariedades, por ahí encuentro mis botes salvavidas.
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Acostumbradoalfindelmundolandia: linktr.ee/acostumbradoalfindelmundo
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consume-cs · 1 year
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Sweet Blood
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Sangre dulce.
Kim Sunoo. Mención de mordidas y sangre. Este escrito es de mi pertenencia.
─── ─── ─── ───
Ya era medianoche cuando Sunoo se encontraba en una esquina de tu cuarto, observándote estudiar.
Apenas y la luz de la lámpara que se mantenía funcionando en tu escritorio era capaz de iluminar toda la mesa y las millones de cosas que estaban dispersas en ella, algo que secretamente estaba estresando al pálido de hebras negras y ojos rojos.
─── ¿Qué hace una niña despierta tan tarde? ───. Preguntó de repente y pudo notar el sobresalto que tuviste en tu lugar, a la par de que soltaste tu lápiz, dejándolo caer al suelo.
Se acercó hacia ti y se agachó para poder pasarte el utensilio, susurraste un "Gracias" aún con tu corazón a mil por hora. Sunoo entrecerró sus ojos luego de notar las ojeras que estaban pintadas debajo de tus pestañas inferiores y como tus labios se mantenían resecos debido a la falta de agua.
Soltó un suspiro mirando hacia otro lado.
─── ¿Qué haré contigo? ───. Susurró para sí mismo.
─── ¿Eh? ───.
─── Nada ───. Encogió sus hombros sin tomarle importancia y volvió tu mirada hacia ti, entrando sus manos en los jeans negros que cargaba. ─── ¿Sabes que hora es? ───. Preguntó, mirando el reloj inexistente que mantenía en su muñeca.
Giraste tu mirada hacia el reloj digital que descansaba en tu escritorio y formaste una sonrisa de culpabilidad cuando viste que eran las 3:09 a.m de la madrugada.
─── Eres una desobediente, niña ───. Culpó vagamente y pellizcó tu mejilla en forma de burla.
Viste como tomó asiento en la orilla de tu cama y apreciaste su belleza natural admitiendo internamente los intimidantes pero atractivos ojos felinos que cargaba el ser sobrenatural que visitaba tu cuarto todas las noches.
─── ¿Qué haces aquí? ───. Preguntaste bajamente un poco distraída por el atrayente color rojizo de sus carnosos labios. Sunoo soltó un bufido, mirando hacia otro lado de repente.
─── ¿No puedo venir a verte? Sabes bien que prometí venir todas las noches hasta que conciliaras el sueño pero veo que hoy te mantuviste despierta tan tarde. ¿Acaso no les tienes miedo a los sucesos paranormales que sucenden a las 3 a.m? ──��. Preguntó, curioso.
Tu rápidamente negaste, confundiéndolo un poco.
─── No les tengo miedo debido a que tú estás conmigo ───. Respondiste y soltaste una sonrisa nerviosa cuando alzó una ceja divertidamente.
─── ¿Tus padres están durmiendo? ───. Preguntó y se puso de pie, acercándose hacia ti, lo suficiente para que alzaras el rostro para poder verle.
Asentiste con la cabeza.
─── Perfecto ───. Dijo y empezó a recoger y organizar los montones de papeles, útiles y demás cosas que andaban por tu escritorio, sintiéndose mejor cuando vió todo organizado.
Guardaste todo en tu mochila y te pusiste de pie, estirando tu cuerpo de paso, sintiéndote cansada. Diste unos pasos hacia el frente y tomaste asiento en el regazo del pálido, enrollando tus brazos alrededor de su cuello y escondiendo tu rostro en el mismo, soltando un suspiro de alivio.
Sunoo aspiró tu aroma natural, totalmente encantado con ella y dejó varios besos en las marcas que estaban cicatrizando en tus clavículas, demostrando así que te había hecho mordidas anteriormente.
─── Quiero dormir contigo hoy ─── Pediste balbuceando, sintiéndote adormilada de repente. Sunoo dejó un beso en tu mejilla y otro en tu mandíbula, murmurando una afirmación y echándote de espaldas en la cama, se acomodó entre tus piernas, dejando descansar su rostro en tu pecho.
Soltaste un suspiro cuando sentiste varios besos en el área de tu clavícula y como bajaba un poco tu suéter para tener mejor accesibilidad.
─── No Sunoo, no me muerdas ───. Le regañaste cuando pudiste sentir sus afilados colmillos posicionarse en tus clavículas, listo para saborear tu sangre dulce.
El mencionado alzó su rostro y formó un tierno puchero, haciendo ojos de cachorrito e inflando sus abultadas mejillas. Era demasiado lindo como para negarse.
─── Está bien, pero no me muerdas el cuello, luego tendré que usar maquillaje para que no lo noten ───. Advertiste nuevamente y Sunoo formó una gran sonrisa, volviendo al área de tus clavículas empezando a morder con suavidad tu piel, dejando la sangre salir y lamer de esta.
Ni siquiera te dolía tanto debido a que estabas acostumbrada, pero al siguiente día Sunoo no podría dormir contigo debido a que no hizo caso a lo que pediste y amaneciste con varias mordidas en tu cuello.
© consume_cs
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tini-aless · 11 months
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Mientras hacía tu regalo y decidía qué tanto poner acá, revisé las notas de mi teléfono en busca de cosas que de repente escribo y olvido mandar, y encontré un texto viejo sobre cómo me percibía en ese entonces, otro lugar más hablando de cómo soy impulsivo, de cómo me inhibía a mí mismo, de cómo vivía a medias, cómo no me sentía libre, ni me arriesgaba, ni me mostraba vulnerable, ni me comunicaba, ni nada, y cómo todo eso era principalmente mi culpa.
Me puse triste por la persona que lo escribió y no me deslindo de ella porque en algún momento fui yo, pero sí que me sentí ajeno a cada cosa que decía (o a la mayoría, cuando menos), y aunque soy consciente de que el mérito es mío y que sería incorrecto e injusto cederle toda la responsabilidad de mi crecimiento personal a los demás, o peor aún, a una sola persona, lo cierto es que sé a la perfección que yo solo no lo hubiera logrado y que mucho tengo que agradecértelo a ti, porque si bien me esforzado un montón en vivir lo más plenamente que me es posible, la motivación y los empujoncitos que de repente necesito para hacerlo no son precisamente palmaditas que me doy yo mismo en la espalda, sino más bien golpes directos que vienen de fuera a derrumbar las barreras que algún día, por una u otra razón, levanté. Y la mayoría de esos ataques son, conscientemente o no, tuyos.
Yo sé que de conocernos llevamos ya años, y por lo que vimos al buscar mensajes viejos no éramos precisamente lejanos. Tampoco éramos las personas más apegadas del mundo, pero para alguien que hablaba con, no sé, dos personas aparte de, bueno, ciertos personajes, ya representabas al rededor del 33% de mi mundo, un porcentaje alto para alguien que, además, tampoco hacía la gran cosa. Con todo esto, y aún cuando yo ya te veía como alguien libre, viva, intensa e inmensa, y todas esas cualidades que no veía en mí mismo, jamás pude decírtelo como me hubiera gustado, nunca tuve la oportunidad de admitirte lo mucho que te admiraba y hablar sobre lo inspiradora que me parecía (parece) tu existencia. No hasta ahora (aunque un poco sí que lo he mencionado).
Es solo que viví mucho tiempo guardado en una tumba que yo mismo cavé, oculto del mundo, de la luz, de la gente, de la vida, y ahora que salí me he encontrado con un montón de cosas que no sabía que necesitaba, y verte a ti disfrutándolas me hace sentir tan sediento de ellas que no veo siquiera posible ya que yo alguna vez vuelva a ocultarme. Me das ganas de gritar y gritar, y yo nunca había gritado. De tocar, de sentir, de morder, de probar, de cantar, de bailar, de jugar, de ser desordenado. De vivir.
Estoy tan loco por ti, mi tini, estoy muy feliz contigo. Gracias por existir y vivir conmigo. Te amo.
Btw, mira, ya empezaron a salir las nochebuenas.
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maryfortune · 1 year
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Buenas noches
Buenas a otro relato de Catober. Aunque sacar una idea era fácil. Sentía que todos íbamos hacer la escena de Y/N y Cato quedándose dormidos viendo una peli. Así que intente probar algo distinto.
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Era ya casi la hora de comer. Salí de mi cuarto para tomar un descanso, con la esperanza de encontrar a Cato.
-Buenas Ca...-Iba a saludarle sonriente al verle, pero me quede muda y plantada en la entrada de la cocina.
No se porque, él solo estaba cocinando, lo veía de espaldas en su camisa de tirantes. Estaba moviendo el cucharon en una olla.
Pero, ambiente se sentía distinto a como era de normal. Incluso no había respondido a mi saludo.
Me acerque dudosa y preocupada. Simplemente toque con el dedo índice su espalda. Mi rommie giro la cabeza y me sonrió. Incluso su sonrisa no era la misma.
¿Algo estaba mal? Me saltaron todas las alarmas. Esa la pregunta empezó a dar vueltas por mi cabeza.
-Hola Fortune, le queda aun un poco. Espero que tengas hambre.-Aunque sonrió al verme, parecía cansado, incluso parecía, que tenia ojeras. Mis pensamientos debían ser muy evidentes. Puede que mi silencio y mi cara de preocupación diera ideas a Cato.
- ¿Puedes ayudarme con la mesa? -Asentí, desde ese momento paso el día...extraño. Era raro pero sentía a Cato...lejos. No me gustaba. Pero tampoco sabia verbalizar ese sentimiento o situación.
Fue llegar la tarde y ver a peli morado en silencio con su móvil con uno de sus juegos. Sin decir nada, me senté al otro lado del sofá. Estuve intentando leer, pero estaba atascada en la misma página.
-¿Un penique por tus pensamientos?-Él dijo sin mas sorprendiéndome, al escuchar de repente su voz grave. Me miraba directamente. Cato suspiro al ver ausencia de respuesta.
-Claramente algo te preocupa. Hoy has estado muy callada, tu cara es como un libro abierto. Y no me lo niegues porque te he visto muchas veces leer rápido cuando te gusta un libro. Ese es de tus favoritos y llevas 20 minutos en la misma pagina.
Me había calado en tres frases. A veces me dejaba muda el nivel de observación de Cato. No podía tener un secreto en su presencia.
En serio parecía fuera mentalista. Claramente mi expresión de sorpresa hizo reír a Cato. Esperando pacientemente para oír mi respuesta.
-¿Estas bien?- Ahora era el turno de sorprender a Cato, mientras acariciaba mí libro.- Pareces cansado...ademas, no se que te pasa exactamente, pero...-Sentí en cada palabra un nudo formarse en mis cuerdas vocales.-No me gusta...parece que sufres...y siento que no puedo hacer nada...-Aprieto el libro con mis dedos y tengo mis ojos en el libro.- Siempre que alguna vez estoy mal, sabes que hacer o que decirme para alejar eso de mi. Lo haces parecer tan fácil. Me molesta no saber hacer lo mismo por ti.
-¿Te preocupas por mi?-Pregunta Cato, le miro de reojo y veo una mirada intensa y afectuosa. Antes de darme cuenta las palabras salieron sin freno de mis labios. Con una convicción genuina y no daba margen para dudar o retroceder.
- Por supuesto que me preocupas, me importas mucho, nunca te dejaría solo y menos si te duele.
Ahora estamos los dos confundidos en el sofá mirándonos. Notando mi corazón ir a mil, pero me negaba a dejar esto así. Antes de que de mis labios saliera nada mas. Sentí los brazos de Cato rodearme arrastrándome con él, mientras ponía su cara en mí hombro.
-¿Como puedes ser tan dulce?-Algo dentro de mi se siente, como si me hubiera quitado parte de un gran peso de encima y me relajo entre sus brazos. Escucho la respiración del hombre que me provocaba las emociones mas intensas que había sentido en mi vida.
Hasta que lo escucho susurrarme al oído. Notando la grande mano en mi nuca, firme pero sin lastimarme.
- No pude dormir, tuve una pesadilla, me hizo pensar. No quería era preocuparte. Me suele pasar mucho. No hace falta que hagas nada. Solo déjame tenerte así un momento.
-¿Porque parece que me consueles, si el que esta mal eres tu?-Nos reímos los dos, suspiro notando mi voz estar en calma.- Cato, aunque creo que es evidente. Espero que sepas, que si necesitas ayuda, yo haría cualquier cosa por ti.-Froto mi mejilla contra la de él.-Por favor no cargues todo tu solo.
Todo estaba en silencio. No se porque me imagine, que Cato se había puesto como un tomate, por eso aun no había soltado mi nuca para enfrentarme. Notando como enrocaba mi cabello entre sus dedos como un tic nervioso. Me llenaba de ternura ver o sentir esos gestos tan tiernos en él.
-¿Que vas hacer, leerme un cuento para dormirme?
Es decir eso y surge una idea en mi mente.
-Eso es.- Me levanto de forma impulsiva, para ir a mi cuarto. Dejando un Cato confundido en el sofá. Busco entre mis libros y saco uno. Vuelvo con una sonrisa de oreja a oreja. Y no dudo en sentarme en su regazo. Cato me miraba esperando ver por donde iba los tiros, pero fue verme sentarme y le cambio la cara.
-Ya se, que no te gusta leer, pero esta demostrado. que los últimos pensamiento antes de dormir te ayudan a soñar en tu ultimo pensamiento. Cierra los ojos y yo leo por ti. Recordando las películas que sueles elegir creo que este te gustara. ...Por favor déjame intentarlo.
Digo con una sonrisa llena de esperanza. Cato me mira como si fuera lo mas preciado del mundo. Y sin darme un aviso, me rodea con sus brazos. Apoyándome en él, mientras se cómoda y siguiendo mis indicaciones con una sonrisa de oreja a oreja.
Cuando nos vi listos, empecé a leer en voz alta. Cato en ningún momento me interrumpió, notando a veces la mano de Cato acariciarme distraídamente sin soltarme, ya llevaba como una hora de lectura, cuando de repente me quede en silencio.
Hacia rato que la mano de mí único oyente, estaba quieta. Le miro de reojo. Y lo veo completamente dormido. No puedo evitar sonreír al verlo tan relajado. Me alegraba poder verlo un poco mejor, aunque fuera solo un momento en paz.
No tarde en sentir los robustos brazos enroscarse en mi cintura sin posibilidad de liberarme. Suspire sabiendo que si me intentaba levantar. Cato seguramente despertaría. Pongo el separador del libro, lo dejo en la mesita. Me poner todo lo cómoda que me dejo el bello durmiente.
-Dulces sueños Cato.-Le doy un beso con cuidado en los labios. Sintiendo una calma y seguridad que se me hacia extraña. No quise darle mas vueltas y me tumbo para dormir. Seguramente mañana me moriría de la vergüenza.
Pero eso sera un problema para la Fortunata del futuro. No tarde en quedarme dormida.
Sin llegar a ver la sonrisa que se formo en los labios de Cato.
Esto solo desencadeno, de repente una norma no escrita entre nosotros.
Siempre que los horarios lo permitieran y no teníamos noche de cine. Cato me sentaba en su regazo y me daba un libro, sin decir nada. Provocando una sonrisa.
Aunque sinceramente claramente a ninguno estaba disgustado. Y no iba ser yo quien pusiera la pega.
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Y hasta aquí la historieta de hoy. Empiezo a preguntarme si son esos dos intensos o lo soy yo. Seguramente las dos opciones sean correctas.
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Bueno me voy a descansar, espero que les haya gustado. Y que ganas de ver al resto ver sus dibujos. Hasta luego
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hypnoespadachin · 2 years
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Afri recibe una lección.
Estaban los dos acostados en la cama, disfrutando del placer posterior al polvazo que acababan de echar, entretenidos en el aftercare. Afri, recostada sobre Alberto, le acariciaba el torso y él paseaba sus dedos distraídos por sus hombros, su melena y su espalda.
“Eres maravillosa. Lo que no me esperaba que me pasara en estos días.”, le dijo él.
“Ya, que te estás follando a una veinteañera y no te lo imaginabas ni en tus mejores sueños.”, le respondió la brat que vivía en el interior de Afri.
Se habían conocido en un servidor de Discord de hipnosis erótica. Afri era una novata que quería aprender a hipnotizar, Alberto era el hipnotizador experimentado que la había tomado bajo su protección. Con el paso del tiempo ambos se dieron cuenta de que la parte switch de Afri estaba muy pero que muy escorada, hacia su lado sumiso y que disfrutaba más de las lecciones cuando era hipnotizada que cuando le tocaba hipnotizar a ella. Hasta qué no tuvo más remedio que admitirlo y en su perfil de Fetlife incluyó “into hipnosis (receiving)”.
El roce de las lecciones hizo el cariño, las conversaciones fuera de las clases se tornaron más subidas de tono (al fin y al cabo se habían conocido en un servidor NSFW) y estaban ya en su cuarto o quinto encuentro, lo que podían sacar de vivir en países distintos.
La mano de él se alargó un poco y le dio un buen azote en ese culo casi perfecto que se gastaba la chiquilla. “Te mereces más que esto pero sabes como hacerte perdonar.”, y de repente su mirada se iluminó y su sonrisa se tornó lobuna. “Aunque sé cómo castigarte.”
“¿Ah, sí? ¿Y lo voy a disfrutar como siempre?”, había un tono juguetón en su voz.
“¿Quizá? Recuerdo que una vez, hace tiempo, me dijiste que una de las cosas que más te ponía era ver a tus parejas intentar que solo haya sexo anal esa noche.”
“Dios, me pone muchísimo. Verlos razonar, intentar convencerme.”, recordó entusiasmada Afri. “Y mi respuesta siempre es no. Para mi el sexo anal es solo para ocasiones especiales, una especie de regalo y ni de coña voy a tener solo sexo anal ese día. Pero jugar con ellos, darles falsas esperanzas… Me pone mogollón.”
“¿Y cuantas veces te lo he pedido yo en este tiempo?”, inquirió Alberto.
Afri hizo un ademán para intentar recordar, “¿Una? ¿Dos? Pero contigo es distinto, te veo tan de uvas a peras que siempre es especial.”, y puso una sonrisa beatífica.
“Ay, mírala qué mona. Como me hace la pelota para evitar su castigo.”, y su mano dio otro aplauso para ovacionar a ese culo. “Eres consciente de que conmigo la cosa no funciona así, ¿verdad? Que yo no voy a rogarte ni voy a razonar, que yo voy a conseguir, ¿cierto?”
Y vio la cara de Afri descender un poco al subespacio del que acaba de salir hace un rato, “Sí, Señor.”
“Buena chica.”, le dijo dándole un beso en la coronilla. Afri ronroneó un poco y ya se dirigía a hacerle una mamada cuando una palabra lo cambió todo.
“África,”, y su mente supo, como siempre, que solo había una ocasión en la que él usaba su nombre completo. Todo su cuerpo se preparó, esperando a que Él, esta vez un Él con mayúsculas, acabara la frase. Sus ojos se abrieron como platos aguardando la siguiente palabra,  “Atenta.”, dijo una voz profunda y autoritaria.
Y todos los sentidos de Afri se enfocaron única y exclusivamente en lo que Alberto, su Señor, tenía que decirles.
Alberto volvió de su carrera mañanera y antes de dirigirse a la ducha le echó un ojo a la cocina. Allí estaba Afri, vestida solo con un delantal, preparando el desayuno. Ella lo vió y se contoneó. “Necesito una ducha, fría.”, le dijo él. Y se acercó a darle un beso. Ella se apartó riendo, “A la ducha. Apestas.” Y él se encogió de hombros de ese doble rasero de oler bien si se suda follando y oler mal si se suda corriendo y se fue al baño.
Al volver tenía una fuente de tortitas, sirope, nutella y un par de cafés sobre la mesa. “¿Qué tramas?”, preguntó como si no supiera lo que estaba pasando. La sugestión era clara en las cosas importantes, el resto, como siempre, lo dejaba a su imaginación.
“Me he levantado con un antojo. Uno muy raro porque normalmente sois vosotros los que me lo pedís a mí pero hoy tengo ganas… ganas de que me folles el culo.”, dijo ella mirando fijamente las tortitas de su plato como si no hubiera otra cosa en el mundo.
Mirando por encima de su café Alberto respondió con un seco “No”. Afri dio un respingo y tuvo una epifanía: “Me has hipnotizado.”
“Por supuesto que te he hipnotizado. Voy a castigarte por ser tan respondona y voy a divertirme al mismo tiempo.”, respondió él con socarronería.
“Tengo muchas, muchas ganas de que me folles por detrás, ¿que puedo ofrecerte para que lo hagas?”, había ya un incipiente deje de docilidad en su respuesta.
“Nada.”. El nivel de excitación de Afri volvió a subir un punto.
La sugestión que había implantado la noche anterior en su cerebro era sencilla pero maquiavélica: tendría muchas ganas de ser follada por el culo pero a cada negativa que recibiera se iría poniendo más y más cachonda, más y más necesitada.
“Tengo tu mente y por lo tanto tengo tu cuerpo. No hay nada que puedas ofrecerme que ya no tenga. No te voy a follar el culo hoy.”, y Afri sintió el calor de su excitación volver a golpear su cuerpo.
Se puso de pie y Alberto pudo ver cómo ya sus bragas ya mostraba una mancha características por efecto del tremendo ardor que su cuerpo estaba soportando.
“Veo que alguien está muy mojada.” Una mirada que podría derretir hielo lo fusiló. La brat aún estaba dentro de ella. Poniéndose de rodillas, suplicó una vez más: “Por favor, lo necesito. Necesito tu polla ahí. Me voy a volver loca de ganas. No puedo pensar en otra cosa que no sea que me rompan el culo.”
Tomándose todo el tiempo del mundo para acabar su café Alberto respondió, “He dicho que no.”, y un tremendo gemido de placer y frustración escapó de los labios de ella. Comenzó a tocarse, a masturbarse, introdujo su índice en su orificio anal, pero eso no la satisfacía. La sugestión era clara: solo la polla de Alberto en su culo podría aliviarla.
Alberto no era de piedra y ver a su chica tan necesitada y tan cachonda le había creado una tremenda erección. No sabía muy bien cuánto tiempo podría mantenerla en ese estado de necesidad sexual sin sucumbir él mismo a sus encantos.
Afri ya estaba a cuatro patas delante de él moviendo su culazo. Su brazos y piernas temblaban visiblemente de excitación. “Si me follas el culo haré lo que quieras. Hasta llamarte Amo… Amo.” La sorpresa se reflejó en el rostro de él. Ese había sido uno de los límites blandos en su relación. Se encontraban a gusto con Sir o Señor y ella rechazaba “Amo” porque le ponía en una situación de “esclava”. Aunque al principio de la relación, que fue alrededor de Halloween, habían bromeado con el concepto de “thrall vampírica”, la cosa nunca había pasado de ahí. Él era su Señor y ella su “buena chica.” La sugestión estaba llevando a Afri por unos derroteros que él nunca podría haber imaginado.
Desde su posición Alberto tenía una visión impecable de lo mojado que estaba el coño de su chica y apretó la tuerca un poco más. Mientras se comía las tortitas con aire distraído replicó, “Ni con esas. Que hoy no.” Y un sonido gutural escapó de la garganta de Afri mientras se desplomaba sobre el suelo. Su cuerpo hervía con un placer que no era capaz de liberar. Sabía perfectamente que solo una cosa abriría la cerradura y ya no sabía qué más hacer para que Alberto cediera. “Lo necesito Amo, necesito que me folles el culo.”
Afri estaba hecha un completo desastre sobre el suelo del salón. El edging hipnótico al que la estaba sometiendo su Se… ¡Amo! amenazaba seriamente con romper su mente. Pero nada podía ofrecerle a alguien con un poder tan absoluto sobre ella. Una palabra de su Amo bastaba para que ella le proporcionará todo el placer que necesitaba en la forma que él quisiera (placer que volvía a ella multiplicado por tres gracias a la programación de su cabeza, por cierto) así que estaba absolutamente indefensa a la voluntad de Alberto.
“Gimotéa todo lo quieras pero solo te follaré por el culo si yo quiero y por ahora no va a pasar.”, dijo Alberto. Y Afri se convulsionó, nunca había soportado tal cantidad de placer sin liberarlo. O se corría ya o algo haría crack en ella.
“Semáforo.”, y al escuchar la palabra, Afri quedó en blanco y su voz dijo claramente en tono neutro y monótono. “Verde.” E instantáneamente volvió al estado de cachondez anterior. Alberto pareció satisfecho.
“Rómpeme el culo ya, por dios. Si me rompes el culo ahora seré la chica más sumisa y dócil del mundo. Haré todo lo que pidas, sin protestar, Amo. Pero si me excito más sin correrme creo que me voy a morir.” Alberto nunca había visto a Afri siendo tan mansa y en parte porque ya le daba un poco de pena, en parte porque era difícil aguantar su propia excitación pronunció una de las palabras mágicas de la pareja: “Pausa.” Y el cerebro de Afri dejó de funcionar.
“Play”
Sin saber muy bien como, Afri había pasado del suelo de la cocina a la cama. Estaba boca arriba, con las piernas levantadas y algo en la parte baja de su espalda, un cojín o una almohada. Comprendió y sonrió pero justo en ese momento, todo el río de placer la avasalló para volver a quedar contenido y también descubrió que estaba paralizada de cuello para abajo.
“Esto no es justo.”, e hizo ese mohín de desaprobación que tanto ponía a Alberto.
Sintió unos dedos poner algo frío en el agujero de su culo y su Amo le dijo, “Nunca te había visto tan cachonda antes, está muy dilatado pero nunca hay suficiente lubricación” y entonces sucedió todo, entonces sintió cómo la penetraba la polla de su amo, cómo se abrían las compuertas de su mente liberando todo su placer acumulado por arte y magia de la hipnosis. Su cuerpo se convulsionó con espasmos de placer que arqueaban su espalda, sus ojos se volvieron hacia adentro. Los gemidos de placer eran broncos y ásperos. Su cuerpo cedió y literalmente se desmayó del orgasmo.
Al volver en sí, tenía junto a ella una bandeja de desayuno con café, leche, tortitas, un cruasán, tostadas fruta y un gran vaso de agua. “Todo está recién hecho, nada de café recalentado, cariño.”, le dijo Alberto dándole un beso en el pelo revuelto. “Y puedes volver a llamarme Señor.” Afri se incorporó sobre un brazo y con el otro alcanzó el vaso de agua. Su sonrisa era resplandeciente. Se acabó el vaso de un trago y le dijo:
“Prepárate, que en cuanto recobre fuerzas te voy a agradecer lo que me acabas de hacer… Come tú también, que te voy a dejar seco, A-mo.”
Y Alberto rió sonoramente, “Vaya, he creado un monstruo. Y el problema es que me gusta el monstruo.”
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suikyounamegami · 1 year
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Slow Damage: Clean dishes | Prólogo③ - Capítulo 3 (Español)
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Baku: “¿Te lo dijeron? ¿Quién?”
Shiro no contesta.
Después de sonreír solo un poco mirando al cielo, vuelve la mirada hacia mí.
Shiro: “Ey, ¿puedo preguntar? ¿Qué significa para Baku 'morir'?”
De repente me preguntó tal cosa, y me quedé en silencio solo un poco.
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Más que en la respuesta a la pregunta, estaba pensando en el estado de ánimo de Shiro.
La pregunta sobre la muerte me la ha hecho varias veces hasta ahora.
Sin embargo, el hecho de que lo preguntara de nuevo sugiere que puede estar más atraído a la muerte ahora.
¿Pasó algo?
Pensando así, miré a Shiro y abrí la boca.
Baku: “Significa que vas a morir… Si tú mueres, yo también moriré”
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Shiro: “¿Y si Baku muere primero?”
Baku: “No sé qué vas a hacer, pero yo voy a acabar allí *. Morir significa que no queda nada”
(* quiere decir que en el momento en que muera se acabó todo para él)
Shiro: “Ya veo…”
Shiro asiente un par de veces, como para digerir mi respuesta.
Baku: “Si lo entiendes, baja de inmediato”
'Vamos' * y extiendo ambos brazos.
(* le hace el gesto de que baje con los brazos)
Shiro entrecerró los ojos y pateó la estructura de acero sin vacilar.
(*sonido de atrapar*)
Atrapo su cuerpo que cae y exhalo. Paso los brazos por detrás de las rodillas de Shiro y lo levanto.
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Baku: “(*suspira*) Qué ligero”
Shiro: “¿Debería subir más de peso?”
Baku: “Cualquiera. Puedes hacer lo que quieras”
Shiro: “Ya veo”
Lo abracé mientras hablaba, y Shiro presionó su rostro contra mi pecho, como para mimarlo.
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Shiro: “Tengo sueño”
Baku: “Por supuesto que sí”
Shiro: “Baku…”
Baku: “Hmm?”
Shiro: “Gracias por venir a buscarme”
Respondiendo en un tono suave, Shiro cierra los ojos en mis brazos.
Cada vez que encuentro a Shiro, que desapareció, me dice 'gracias' sin falta.
Después de acariciar suavemente la mejilla del dormido Shiro con el pulgar, le di la espalda al montón de basura.
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strawberry-1011 · 4 months
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El calor se propaga a través de mi cuerpo, luego levanta mi trasero en el aire y mete una almohada debajo de mí.
Mi ceja se levanta cuando lo miro por encima del hombro. Observo mientras envuelve sus dedos alrededor de su dura longitud, y cuando se acaricia a sí mismo, hay una tensión intensa en mi centro, y una calidez inundando entre mis piernas.
Es tan caliente cuando hace eso.
―¿Te gusta lo que ves, bebé?
―Sí ―admito descaradamente―. Es excitante ver cómo te acaricias.
Su pulgar roza la gota en la punta, solo haciéndome frotar mis muslos para obtener fricción.
―¿Necesitas mi polla, Ödülüm?
―Sí. ―Ya estoy sin aliento―. Por favor.
Gabriel sigue acariciándose lentamente.
―Abre bien las piernas.
Apoyando mis brazos en el colchón, separo mis rodillas. De repente siento sus dedos mientras los roza sobre mi clítoris, mi cuerpo se sacude e instintivamente me empujo contra él.
Comienza a masajear el sensible manojo de nervios, y luego siento la cabeza de su polla presionando contra mi entrada. Lentamente, empuja un centímetro dentro de mí, y con un suave balanceo, solo me folla con la cabeza de su polla.
Mi interior está temblando por querer que esté profundamente enterrado dentro de mí. Muerdo mi labio inferior mientras gimo, tratando de empujarme contra él.
―Gabriel ―me quejo.
―¿Necesitas más?
―Sí.
―Ruégame.
―Querido Dios, por favor, fóllame ―suplico, girando mis caderas―. Por favor, necesito sentirte muy dentro de mí.
Gabriel se agarra a mis caderas y con un solo empujón fuerte, se entierra hasta el fondo. Mis labios se separan en un grito silencioso, y mis ojos se cierran por cómo me estira mientras me llena.
Moviendo sus manos a mis nalgas, comienza a masajearlas.
―Agárrate de las sábanas para apoyarte ―me ordena mientras sale por completo.
Aprieto mis manos en las sábanas, y mis músculos se tensan mientras me preparo.
Aun así, nada podría prepararme para cuando Gabriel se estrella contra mí. El aire brota sobre mis labios, y no tengo la oportunidad de tomar una respiración completa cuando comienza a follarme como si fuera a morir si no lo hace.
No puedo detener los gemidos y sollozos de placer mientras intensas olas rompen a través de mi cuerpo. Es continuo, agarrándome con fuerza en un agarre trascendental.
―Mierda ―gruñe mientras sigue follándome, y los sonidos de nuestra piel encontrándose llenan el aire―. Me tomas tan bien.
Mi abdomen se contrae con fuerza por su alabanza, haciéndome sollozar mientras el orgasmo continúa creciendo, permaneciendo fuera de mi alcance.
―Gabriel ―suplico por la intensa fricción mientras su dura longitud me llena implacablemente, volviéndose demasiado.
Aunque sabe la respuesta, pregunta:
―¿Qué necesitas, bebé?
―Correrme ―gimo sin aliento, mientras el sudor me cubre el cuerpo.
―¿Cuánto necesitas correrte?
―Desesperadamente. ―Mis dedos agarran las sábanas con tanta fuerza que temo romperlas. Sabiendo que hará que Gabriel pierda la cabeza, le digo―: Y espero sangrar en tu polla otra vez.
―Jesús ―gruñe, follándome tan fuerte que pierdo el contacto con la realidad―. Córrete, bebé.
El mundo estalla dentro de mí, mis brazos ceden, y enterrando mi rostro en las sábanas, grito por el implacable placer que paraliza mi cuerpo.
Este es el momento más erótico de mi vida. Gabriel me penetra tres veces más, luego se entierra profundamente, con su pelvis al ras de mi trasero mientras encuentra su liberación.
Miro por encima de mi hombro y veo su cuerpo tenso, con cada músculo abultado y más placer se dispara a través de mí.
Lucho por recuperar el aliento mientras él sale de mi interior y con su mano izquierda agarrando firmemente mi cadera, me mantiene en el lugar mientras descansa la palma de su mano derecha en mi espalda. Lo escucho tomar profundas bocanadas de aire, luego sus dedos rozan las marcas que cubren mi piel.
Se inclina sobre mí y me da un beso en la espalda.
―Amo cada centímetro de ti.
Mi boca se curva hacia arriba, y mi corazón se expande al tamaño del universo.
Me voltea sobre mi espalda, luego se apoya sobre mí, con sus ojos dorados ardiendo en los míos. Levanto una mano y acaricio con mi dedo la barba incipiente de su mandíbula.
―¿Te lastimé?
Niego con la cabeza.
―No me importa si duele porque entonces todavía te sentiré dentro de mí.
Pura satisfacción baña su hermoso rostro.
―Eres jodidamente perfecta.
―Aşkım ―digo la palabra que Nisa me enseñó. Significa mi amor.
Una sonrisa se extiende por su rostro, luego exige:
―Será mejor que me llames así cada vez que me hables.
―Evet, Aşkım. (Sí, mi amor)
Con una risa, se inclina y me da un tierno beso en la boca, luego murmura contra mis labios:
―Te amo muchísimo, Ödülüm.
Envuelvo mis brazos alrededor de su cuello, tirando de él hacia abajo hasta que todo su peso me empuja contra el colchón.
No pasa mucho tiempo antes de que lo sienta endurecerse, y cuando empieza a devorar mi boca, me llena de nuevo, haciéndome el amor lentamente.
Stolen by a Sinner, de Michelle Heard.
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Y de repente unos brazos
Es un día de esos grises, donde toda la tristeza y los pesares se acumulan y te duele el alma, Justo en el estómago. Después de engolosinarme con un plato de arroz con mariscos, que hace mucho no probaba y felicitar al cocinero, sentí un malestar insospechado, lo sentí muy dentro de mi, llevándome casi al desmayo, como las tristezas que se apoderan del cuerpo, hasta que por suerte o por sabiduría son exorsisadas por el alma. Será que pedí el plato preferido de Cesar, que me lleno de recuerdos, será que a veces siento que es imposible aceptar su muerte y se asomaron un mar de lágrimas, que logré contener ya ahora más por costumbre, que por el pudor, de no saber qué explicación dar, a tanto llanto. Subimos al auto, hacia esa ciudad antigua y moderna llamada Salzburgo, avanzamos una cuadra, giramos a la derecha y frenamos bruscamente. Salgo de mi letargo, con los gritos de mis amigas, veo la espalda de alguien chocar contra el parabrisas, y luego caer al suelo, mil y una ideas de terror me invaden. Después de unos instantes de caos, un hombre joven aparece, ante mi, levantándose del suelo, adolorido, me hace señas para que habrá la puerta del coche, me quedo paralizada, mi amiga grita: abre la puerta!!! me miro en los ojos del extraño, lo siento todo como un momento ya vivido, un dejavú. Salgo a su pedido, voy hacia el, le pregunto si le llevamos al hospital, me dice que está bien, que fue su culpa, que solo quiere que vea que no le hizo daño al coche, que si todo está en orden. Nada está en orden. Me confunde la situación, lo miro, demasiado peinado, demasiado joven, demasiado limpio, demasiado bello, para el momento, como un ángel caido, arregla su cabello perfecto, toma su rodilla adolorida y la frota, mientras se mira en mis ojos, veo mi imagen en sus pupilas, me invade una sensación extraña y lejana de la realidad, de lo convencional,de lo usual, como un momento escrito o de alguna manera conocido . Un deseo apremiante de consolarlo se apodera de mi, siento su perfume mezclado con el aire tenso, que aún puedo respirar. Le vuelvo a preguntar temblando si está bien, asiente, me toma por los codos acercándome a él, para tranquilizarme y como si hubiera podido leer en mis ojos la tristeza. Presiento una extraña emoción, un deseo irreprimible de cercanía, de encontrar un respiro en sus brazos, a tantas lágrimas, a tantas preguntas sin respuesta, a tanta soledad, a tantos días sin la risa de Cesar, a tanto dolor por su muerte. Me dejo llevar por la invitación de sus manos que me halan hacia el, sin pensarlo y automáticamente le correspondo, le abrazo, y en unos segundos estamos confundidos, uno en brazos del otro, yo rodeando su cuello, el tomando mi cintura, me dejó llevar, como quien contempla un atardecer lila, perdido en los colores de un cielo mágico, que borra las tristezas. Dejo mi carga en el, recuesto mi cabeza en su pecho, me rindo a su paz y una rara tranquilidad para el momento, me invade. Caigo en sus brazos con un suspiro de alivio, sin extrañeza, sin vergüenza, sin preguntas, sin motivo y solo…esos brazos. Son estos raros instantes , en que comprendes que todos estamos conectados por un hilo invisible que nos une indefectiblemente como humanidad, en una rara empatía que no necesita palabras ni explicación, y que lamentablemente ya hace mucho tiempo, nuestras almas han olvidado. Y Así nos quedamos confortandonos, uno al otro, yo por mi pérdida y el por quien sabe que dolor del alma, que nunca conoceré. Mientras tanto,Lía y Ana presenciaban confundidas el extraño espectáculo, que no se atrevían a descifrar, Viendo como me perdía en los brazos de este joven, que me abrazaba, como si de un reencuentro se tratara. No se por que razón pero estoy completamente segura, que el, tal como yo, necesitaba ser consolado, no por el accidente, sino más bien, por un dolor más profundo y menos tangible, solo reconocido por otra alma, igual de adolorida.
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Así nos separamos, respirando nuestros perfumes y el olor a tormenta cercana, me mire en sus ojos verdes, como en los de alguien con quien ya había compartido mil vidas.
Me abrió la puerta del coche, tomó su bicicleta rota. El auto fue avanzando y vi sus ojos de ángel caído por última vez, un tácito Gracias se dejó sentir en un lenguaje que hasta ese momento desconocía , el idioma que no necesita palabras, solo una mirada y el contacto, dos personas unidas por las circunstancias, abrazados en un momento de empatía que no necesita ni explicación, ni conocimiento de causa, una conexión mágica de dos almas, que se reconocieron en un abrazo, que acarició sus heridas, de miles de vidas, de miles de despedidas de miles de pérdidas y siguieron el camino que a cada cual, le tocaba recorrer, Justo en ese momento sin tiempo y sin explicación. Ahora cada vez que algo anda mal, me dejo caer imaginariamente en esos brazos que me rodean, siento el perfume, el olor a lluvia y el momento, me rindo al destino, dejo mi carga aquí, acunándome sabiendo que al final todo estará bien. Esa fue la historia del un día gris y lluvioso, que se tornó en azul luminoso, por que de derrepente encontré unos brazos.
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ocasoinefable · 1 year
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Doblo los dedos... Se arman y se desencadenan. La cáscara cae, se amontona las tirillas una encima de la otra, se hacen una pequeña montaña de cáscaras.. Una vaga sensación me cubre el cuerpo cada que toco mi voz frente a los sonidos, cada que percibo el silencio y lo desvanezco. Un palabra sobre otra se mezcla, tiro de mis labios sin encontrar el sabor que me rodea. Intento moverme en el lugar que existo, ese agujero del ser frente al estar, el rodeo sin fin, solo antes de hacer un ejecución determinada de eventos cotidianos algo despreocupados de sí y el tiempo. Y de repente como hechizo, tú - estoy latiendo, te miro, el alma canta y encuentro mi nido, hay un sabor en la sonrisa. Sonrió con las pestañas coloradas; allí estás, te veo, y con tu piel que recorre mis ojos y los envuelve como se envuelve el agua del mar en las olas reclino mi cabeza al lado derecho, mis labios recorren el aire y se quedan frente a las palabras que desnudan las palabras ... (Florecillas entre las orejas caminan por mi cuello, enraízan y sueltan mis poros, cubren y pasan sus pétalos por los hombros en una casada por la espalda) abro ojos y la brizna barren con las hojas del jardín, el agua se escurre de las naranjas que desgajo y se mezclan con el tibio de vasija y el bochorno del aire. Me hallo sonrojada, risueña, con un espasmo de frío, un remolino bajo los dedos, con una sonrisa que te mira y se mece cerca de ti. he abierto los ojos. Una sonrisa que se pega de tus dedos. He cerrado los ojos, - Es una tarde calurosa. Se mueve el viento por tus cabellos, se retoza el viento en los míos.
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