Tumgik
#Aves del Destino
lubay-nue · 2 years
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La Guerra de las Plumas 16
Notas del cap:
Si, ya sé que no tiene nada que ver con el especial de día de muertos y Halloween pero ¿Qué quieren? De una vez hago una ultra mega publicación de esas que solía hacer cuando tenía vida para escribir y no responsabilidades ¬¬ como sea
¡A leer! ¬u¬ nueva ship hoy
16 - La Verdad que Oculta el Ave
Tenía calor, un extraño y agobiante calor que, aunque le resultaba incomodo en primera instancia, la verdad, es que lo prefería a lo que había sufrido en… ¿Cuánto tiempo llevaba sufriendo aquello? Desde que despertó luego de ser asesinado, solo sabe que estuvo encerrado en esas cuatro paredes, atado, negado a la comida o al agua mientras su cuerpo recibía el castigo por sus crímenes
Sus ojos se abrieron de golpe, realmente asustado de pensar que estaba aun en ese lugar, pero, en cuanto su mirada consigue enfocar a sus alrededores, lo que encuentra, no parece en nada a su prisión dentro del Vaticano. Asustado, se sienta de golpe, soltando un quejido de dolor total, su cuerpo, tan herido y lastimado, le hace entender que no está soñando, pero al mismo tiempo, le hace tener dudas al respecto
No estaba muerto, eso ya era algo que no necesitaba preguntar, pero también era confuso ver que tenía una camisa con el logo de lo que muy seguramente era un partido político y unos bermudas tan endiabladamente grandes que casi los confunde con unos pantalones (solo que muy amplios) confundido de la ropa y en especial, de una extraña cobija que tenía el dibujo de un tigre, le hace cuestionarse donde es que se encuentra
Era un ambiente caliente, sentía algo de calor pero, mientras trata de moverse, también descubre (junto al mismo dolor agonizante) vendas cubriendo absolutamente todo su cuerpo junto a algunos curitas por doquier. Pega un brinco y suelta un pequeño grito cuando una silueta salta hacia la cama dando un suave golpe a su rostro, le dolió, pero no por la fuerza, sino por lo lastimado que estaba. Asustado, descubre que se trata de un perro… no precisamente de un perro de raza, o al menos, no reconoce el tipo de perro, color crema con blanco, de pelo corto pero suave al tacto, con mirada dulce y calma que de un modo perezoso se deja caer en la cama como si fuera suya en realidad
—¿Dónde estoy? —pregunta asustado, cierra sus ojos pero, mas allá de las constantes torturas que había recibido, no puede recordar nada ¿Cómo fue que llego hasta donde esta? ¿Qué significa todo esto? Muchas dudas que no podía responder hasta que una puerta es abierta y de esta, el posible dueño de la casa aparece
—Ho, despertaste antes de lo que esperaba —responde el country. El countryhumans México. Entra despacio, con una bandeja llena de comida y un pequeño kit de primeros auxilios, avanzando hasta sentarse delante de la cama— Taco, abajo, esta es cama para invitados, orale cabron, abajo —ordena al perro que se estira primero y luego se baja por ordenes del latino— discúlpalo, suele ser bien lindo el taco y se queda siempre con las visitas
—¿Qué haces aquí? —asustado, es lo primero que puede preguntar o que cree, que ha conseguido preguntar al latino que ha detenido sus monólogos sobre el perro y ahora le mira fijamente, dejando la charola de comida en un buro de noche y tomando el kit de primeros auxilios
—¿Qué más? —Pregunta desinteresado— estas en mi casa y yo vengo a curar tus alas —ese comentario congela al country que, mirando hacia sus espaldas, descubre sus grandes alas negras como el infierno encogidas en su espalda. Asustado, trata de contraerlas pero no lo consigue, el dolor es mucho— wey, despacio, te harás mas daño así —regaña el latino, tomando con tanto cuidado puede una de las alas y, tomando una pequeña pomada, ponerla con cuidado sobre la herida, haciendo a Vaticano soltar un grito por el dolor que de pronto se vuelve una sensación refrescante que pronto, acaba por entumecer sus heridas
—Uy, si, lo siento —se queja— olvide decirte que arde como la mierda —parece disculparse, pero en realidad, continua untando la medicina— esta madre me la puso Rusia para anestesiar mis alas y curarlas más rápido. Duele un putero, pero sirve mucho
¿Rusia? Se pregunta Vati un momento, y, como a una maldita pesadilla, el recuerdo de cuando vio al latino, tirado en el suelo, herido de su tobillo sangrante, con resquicios de lo que alguna vez fueron alas intentando curarse entre manchones de sangre y hueso y luego, la lluvia de balas que habían acabado por delante y detrás suyo con su vida… mientras cae muerto, ve al latino temer por aquel que le ha salvado la vida… el mismo country que el por poco pudo alcázar a ver como Rusia…
—Veo que si te acuerdas —la voz de México, fría y sin alegría, sumado a la mirada afilada del mismo mientras termina de curar las alas de Vaticano es suficiente para el country, un sentimiento de pavor le carcome junto al sentimiento de saber que pronto sería castigado y torturado, le hizo ponerse mas pálido si es que fuera posible y temblar descontroladamente mientras con horror, miraba al latino—, veo que lo tuyo es tan malo como lo mío —susurra con un aire cansado el latino, colocando pequeñas gasas a las alas y después, pasando a revisar las heridas y vendas en el resto del cuerpo del country
—¿Me…—su voz, parece titubear, dificultada para poder expresar el miedo que su cuerpo y sus acciones ya demuestran— mataras? —la mirada de ambos colinda, México puede apreciar ese brillo de miedo en su mirada y simplemente acaba por soltar un suspiro cansado mientras continua revisando el resto de las heridas del country
—Si esas hubieran sido mis intenciones, no te habría rescatad de tu ciudad ¿Estás de acuerdo? —tras ello, un silencio pesado se crea entre ambos countrys. México ha terminado de cambiar las vendas del lastimado y, luego de limpiar algunas heridas, le hace entrega de la bandeja con comida que le entrega al country— come, necesitas fuerzas para curar tus heridas
—¿Para qué?—pregunta Vaticano, luego del prologando silencio que se había creado entre ambos. México lo observa, como su mirada yacía perdida en el suelo, con un mirar derrotado— prefiero morirme aquí que volver con ellos —su voz, tan desolada como parece, permite entrever el dolor mas allá del que ya ha pasado— ¿De qué servirá que regrese? Apenas me vean en pie, me volverán a someter con esa maldita música y me obligaran contra mi voluntad a volver a atacar a las aves que me hacen falta —México puede ver como una de las manos de Vaticano entierra sus uñas dentro de su otra mano herida, creando sangre— todo estarán a salvo si muero ahora —lagrimas caen de sus ojos fuertemente cerradas, sus uñas lastiman su piel pero una fuerza ajena a la suya separa su mano. Vaticano abre sus ojos con asombro al descubrir una calidez diferente al ambiente. Se trata de México, tomando su mano para alejarla y que no siguiera haciéndose daño. Ahora que ambos se miran, México simplemente toma aquella mano manchada de su propia sangre y la lleva hasta sus labios, besando los nudillos con cuidado
—Es verdad —susurra sin separar sus labios de los nudillos de un confundido y sonrojado Vaticano— ni siquiera yo puedo perdonarte por lo que has hecho, pero tampoco soy estúpido —continua, mirándolo fijamente, directo hacia sus ojos, llegando más profundo en su mirada, alcanzando su asustada y lastimada alma. México se pone en pie, dejando a un lado la bandeja con comida, sube una rodilla sobre la cama, se acerca peligrosamente a Vaticano quien, intimidado, se hace hacia atrás pero acaba por caer en la cama al no poder moverse, aun así, su rostro entero se torna carmesí luego de observar como lentamente, el mismo mexicano que se niega a crear distancia, se acerca mas y mas hasta que, acorralado contra la cama, Vaticano se encuentra directamente contra el rostro de México, chocando alientos en una pose sugerente de no ser por esa mirada pesada del tricolor y sus ojos bicolor— Ahora me perteneces Vaticano —es lo primero que brota de los labios del country luego del prologando silencio. Vaticano siente su corazón dando un vuelto violento y asustado, pero, aun cuando lo sabe, aun cuando siente miedo, mientras se siente visto por el latino… no tiene miedo, al menos, no le teme al latino y eso, en el fondo, es lo que le asusta y confunde— te he secuestrado, no solo de tu país, no solo de tu gente, sino del mundo —continua hablando— así que, mientras te mantenga en mis territorios, el mundo no podrá encontrarte —la mano del latino, que antes le sostenía de caer, acaba paseando sobre las mejillas del country en una caricia cuidadosa debido a la inflamación del mismo— ni tu gente, ni tu país, te harán daño mientras te mantengas a mi lado
Tartamudeos que intentan convertirse en preguntas, un sonrojo en sus mejillas y un latir alocado sin ritmo en su corazón ensordecen la confundida mente del Vaticano que, aun entre suaves caricias dadas por la mano de México, escucha con atención cada una de sus palabras, sus “amenazas” que, aunque son eso, amenazas, no las puede sentir así
—¿Qué… vas a —titubea, pero de a poco, consigue hablar— vas a hacerme?
—No te hare daño si es lo que temes —responde con calma— ni a ti ni a tu gente —continua, mientras acaricia aun su mejilla suavemente, curioso, Vaticano descubre que, entre mas acaricia su mejilla inflamada, el dolor que le molestaba, desaparece y luego, esa misma mano, pasa a acariciar su cabeza vendada— pero te guste o no, es verdad que en estos momentos no tienes muchas opciones —Vati pega un brinco tras sus palabras— te he secuestrado de tu país. Míralo como un rescate o un secuestro. Si vuelves ahora, no habrá cambiado nada —mientras Vaticano parpadea, descubre que el dolor de su cabeza lentamente desaparece— pero, si te quedas y nos ayudas, a las aves y a mí. Te doy mi palabra que tu gente no volverá a lastimarte como ha hecho hasta ahora
¿Ayudar? ¿A las aves? Un escalofrío recorre su cuerpo y le hace estremecer, sintiendo el calor de la mano del mexicano pasando de su cabeza que ya no duele, para ir ahora sobre su cuerpo, suaves y muy cuidadosas caricias apenas perceptibles sobre la ropa que, aunque aceleran su corazón y hacen a sus mejillas calentarse con violencia, también le permiten sentir alivio al dolor que le niega a moverse
—¿Ayu…dar? —pregunta, no comprendiendo las palabras— fui yo en principio quien los lastimo —susurra, descubriendo la mano del latino, acariciando descaradamente sobre las ropas, en su vientre y pasando sobre sus piernas, entregando alivio a su dolor después de sus caricias suaves
—Te estoy dando la oportunidad de cambiar tu propio destino —de pronto, Vaticano siente que México esta demasiado cerca de sus labios, puede sentir como sus alientos rosan y un leve cosquilleo le inquieta tras sentir el rose leve, apenas perceptible de los labios ajenos— ayúdanos, a las aves en esta guerra y me hare cargo de que tu gente no te haga daño, ni ahora, ni nunca mas
—No puedes —susurro, intentando alejarse del latino, apoyando sus manos sobre los hombros del latino y tratando de dar un leve empuje sobre este, sin conseguir moverlo de su lugar— soy un ave corrupta por culpa de mi gente, por culpa de mi propia historia… no puedo ayudar, no puedo salvar a nadie —solloza, con sus ojos cerrados, intentando inútilmente escapar de las garras del latino que continua acariciando el cuerpo ajeno
—Puedes hacerlo —tan tajante como había sonado, también era confuso. Obliga a la llorosa mirada de Vaticano a concentrarse en el tricolor que le observa— puedes conseguirlo si se te es guiado correctamente. Yo puedo guiarte
—No es diferente lo que haces aquí a lo que ellos querían hacer —suspira entre lagrimas, perdiendo la fuerza para defenderse
—Error —responde— yo quiero proteger a las aves, de gente como Rusia, de España, incluso de la gente de tu país —afirma— aun si no fuera la Ciudad del Vaticano quien quiera nuestras alas, no tardara mucho tiempo en que hayan otros que nos busquen. Nadie está a salvo
—¿Y qué esperas que yo haga? —pregunta— mírame, no puedo ni estar de pie
—¿Según quien? —insiste el latino, tomando la muñeca antes herida de Vaticano y jalando con el suavemente, haciéndolo volver a sentarse sobre la cama. Sorprendido, Vaticano descubre que el dolor de su cuerpo ha diezmado considerablemente, no le duele, no sufre, puede soportarlo y de hecho, puede notar varias de sus heridas ya casi curadas. Sus ojos se abren con sorpresa mientras descubre a México viéndolo fijamente— espero que hagas lo correcto y me ayudes a mantener a salvo a todas las aves, incluyéndote a ti
Ambos se miran fijamente, Vaticano mueve suavemente su cuerpo, descubriendo la menor cantidad de heridas a como estaba hace un momento. Aquellos lugares donde el tricolor había acariciado, ahora yacen menos adoloridos ¿Qué clase de magia había sido aquella?
—¿Cómo?
—Si mis deducciones son correctas, puedes predecir hasta cierto punto el futuro —los ojos de Vaticano se abren y un escalofrío le carcome— estamos en guerra las aves contra el mundo y tu habilidad seria crucial para el futuro —ante la mirada sorprendida de Vaticano, las alas de México aparecen tras su espalda, imponentes y grandes (aunque denotan un grupo de coloridas plumas ajenas al color del resto de las alas del latino) y, como si no fuera suficiente el asombro, también observa como el mexicano se quita una pluma que entrega al contrario en sus manos— he aquí, mi propio voto de fe Vaticano —responde, volviendo a colocar la bandeja de comida sobre las piernas del country y alejándose de la cama
—Piensa en lo que te he dicho mientras reposas. Volveré en un rato por la bandeja y espero que te hayas comido todo— antes de salir, México gira a verlo y le sonríe con calma, un gesto sereno y maduro que Vaticano jamás habría creído poder ver en el country— independientemente de tu decisión, puedes quedarte aquí el tiempo que haga falta, eres bienvenido en estas tierras
Fue todo lo que dijo, saliendo de la habitación junto al perro que antes le había hecho compañía al country… ¿Qué había sido todo eso? Incluso sus acciones
Una suave sonrisa nerviosa broto en el country ¿Qué tenía que pensar? Sabía que se lo debía a las aves pero, mas allá de ello, por algún motivo, sentía que, quería ayudar a esta causa en realidad…
Si México pensaba que podía ser de ayuda para la causa, el ayudaría también.
Notas finales:
Me lleva la puta de la chingada!!! Estaba tan inspirada escribiendo casi casi el lemon de México con Vaticano y pum… me putas hablan y me han cortado la inspiración… lo siento si después de que Mex acuesta a Vati todo se ve de la mierda… pero no pude conseguir de vuelta mi inspiración y ahora solo quiero ver correr puta sangre por haberme interrumpido 7.7
Err… originalmente, esto debía de ser una discusión entre Vaticano y México… Vaticano debía de acabar al final derrotado y acorralado por México, casi casi, sin opciones para tomar, obligado a ayudar a la causa de las aves luego de ser utilizado pero… entre que Mex se ayudo de la habilidad de Nazi para controlar a la gente con sus palabras y como que el hijo de la chingada sigue seduciendo… termino convenciéndolo sin que se diera cuenta… (o al menso es lo que quiero imaginar que conseguí) aunque, no negare que me dio cierto aire bien cabron a pinche Rusia amenazando a México… lo sentí, casi casi igual, pero no, tenía sus diferencias…según yo… DX ojala y si, en fin
Obviando de las perras ganas de que México se cogiera ahí mismo a Vaticano, no siento que hayan datos extra que deba de explicar, digo, todo se ha explicado dentro de este capítulo… a según yo, como sea, hasta aquí llega este capítulo, lo demás, luego lo pongo porque aun no lo escribo XD
¿Les ha gustado?
Que tengan lindo día
¡Comenten!
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caostalgia · 1 year
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28/082023.
Hoy te dejo ir.
En el horizonte del tiempo, ha llegado el instante en que nuestras sendas se han separado irrevocablemente. Como un ave en vuelo, ha debido concederte la libertad de volar alto.
Juntos hemos abrazado la plenitud de la alegría y la melancolía. Hemos compartido tanto las glorias como las derrotas, y por todo ello, mi corazón se colma de gratitud hacia tu ser.
Me acostumbraré a estar sin vos, a ya no pensarte, a ya no buscarte, a ya no sentirte. Pero no me iré sin antes expresar mi agradecimiento, por lo bueno y lo malo. Y al fin entender que fuiste una etapa, fuiste el amor de una parte de mi vida, tal vez así tenía que terminar. Pero como él pasado fue presente, sí fuiste el amor de mi vida.
Éramos dos almas fragmentadas, entrelazando los pedazos de nuestros corazones, quebrantados en un ballet de vulnerabilidad.
Que despedida más triste despedirse, de vos que volviste a abrir mis alas, que tomaste mis miedos por la cintura, y me hiciste volver a entregarme a vos, como quien no le teme a la muerte, como quien besa al infierno.
Dónde quiere que te encontrés, anhelo fervientemente que la vida te sonría en cada paso. Permitime expresar con la mayor intensidad que te quise más allá de las palabras. Incluso a veces, no sabía cómo usarlas para expresar todo mi sentir, pues se quedaban cortas a la magnitud del sentimiento. Amor que brotaba por todo mi ser.
Deseo que en el rincón donde el destino te lleve, encontrés prosperidad y dicha en cada amanecer. Mis más profundos deseos te acompañan siempre, allá donde el universo te guíe, porque siempre, eternamente, permanecerás en un rincón de mi corazón.
Una parte de vos estará siempre en mí, y estoy agradecida por eso.
Y si pudiera desear algo, sería que supieras que eso sigo pensando.
Beschadyeska
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sinfonia-relativa · 6 months
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Cuando ya no me quieras
Cuando ya no me quieras
Cuando ya no me quieras, no pronuncies nada.
Deja que el silencio hable por ti,
un silencio elocuente que grite a los cielos
la verdad de un amor que se ha ido.
No mires a mis ojos, porque en ellos encontrarás la desolación,
el reflejo de un amor marchitado,
un espejo que devuelve la sombra del vacío.
No me toques, porque tu piel ya no sentirá el calor de mi alma.
Serán tus manos dos extraños sobre mí,
un frío contacto que hiela la piel.
No me pidas que me quede,
porque mis alas ya no me pertenecen.
Se han quebrado con la pena del adiós, y
solo me queda un cuerpo sin vuelo.
Seré el eco en el silencio,
la sombra que se funde en el oscuro sendero.
Entre los pliegues del tiempo,
perdido en el recuerdo,
hallarás mi presencia, como un susurro quedo.
Las estrellas testigos de nuestro amor yacen,
en el firmamento guardan la historia que nace.
Pero en el jardín marchito de los sueños,
se desvanece el aroma,
los besos son dueños.
Las flores en el lecho del olvido se marchitan,
entre pétalos caídos,
nuestros amores gritan.
Las páginas del tiempo escriben con crueldad,
el fin de nuestra historia,
la triste realidad.
Cuando ya no me quieras, déjame ir.
Suelta las amarras que me atan a tu puerto,
y deja que navegue hacia otros sueños,
en busca de un nuevo sol que ilumine mi camino.
No me retengas, porque soy un ser libre,
un ave que necesita volar para encontrar su cielo.
No me llores,
porque las lágrimas no traen de vuelta lo que se ha ido para siempre.
Recuerda los momentos felices,
las flores que brotaron en la primavera de nuestro amor,
y guarda en tu corazón la mejor parte de mí,
un pedacito de la alegría que compartimos.
Aun así, en la penumbra de la noche sin aurora,
mis versos clamarán tu nombre, sin temor a la hora.
Pues aunque ya no me quieras, en cada verso mío,
hallarás el eco eterno de un amorío.
En el rincón del alma, donde el amor persiste,
seré la luz que guía, aunque el destino insista.
Porque aunque ya no me quieras, en el fondo de mi ser,
tú serás el susurro que me haga renacer.
Adiós, mi amor. Que seas feliz.
Y que en tu horizonte se dibujen nuevos amaneceres,
llenos de luz y de esperanza,
porque la vida continúa,
y el amor siempre encuentra su camino.
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danielac1world · 7 months
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Me corté las venas con la leche derramada, una línea blanca sobre la muñeca larga de desandar hectáreas.
Recorrí los cielos asustados de la tarde triste, que cae como mi vida, solitaria ave desbandada en la caída, de las primeras veces.
Derroté a la noche mirándole a los ojos, mintiéndole seriamente una y otra vez, sobre el número de estrellas que conté, en mi primera noche solitaria.
Destruí las velas, apagué las lámparas, soplé las luces que desconocía en las miradas ajenas, me abrigué de más, tirité a propósito, chasqueé los dientes, y escurrí las alas de la metamorfosis helada.
Abracé, abracé demasiado, respiré por los brazos, por las piernas, por los codos, por la boca, respiré, por el pelo, por los pies, por las manos, por las yemas de los dedos infinitos en tu cabello rizado.
Crucé mil y dos espejos, rompí uno, soporté... ninguno, cogí con mi imagen impoluta, me traté con cariño y con ternura, me dije puta, y lo disfruté, desgarré mi propio cuello, cosí imanes en los lugares incorrectos, descosí los parches y los tiré al vacío, miré mis ojos mirarme, desde el propio abismo.
Derribe los árboles en honor a uno mismo.
Planté pesares, sostuve traumas, pinté mis uñas, una, dos, mil veces; lloré sobre la leche derramada, lloré sobre mi, sobre el agua, lloré sobre el viento, lloré por si acaso algún día no podía llorar, y reí por escasez, porque uno puede llorar, riendo también.
Te creí, le creí, la creí, no me creí, pagué mis deudas de más, rogué poco, pero dolió mucho... todo y un quizás.
Curé mis heridas con sal, y después me enteré que así no era, recomendé el azúcar para los sueños rotos, y condene los míos a volar demasiado pronto.
Recité en voz alta, callé los miedos, callé al miedo, callé al viento, y grité de rodillas con los brazos abiertos, lo suficiente, para saber que las películas no saben demasiado, sobre el dolor de dos tetas lactando a las luciérnagas ciegas, del adiós creado.
Y vaya, aún no saben qué hacer conmigo, y vaya... aún no sé qué hacer conmigo, y vaya... al destino no le importa, que vamos a hacer contigo.
-danielac1world ~Lectura en voz alta~
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deepinsideyourbeing · 19 days
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Hola Luuuu, oye, no sé si ya te lo han pedido pero me gustaría hacerte un pedido super triste. De que, la lectora está embarazada pero pierde el nene en los últimos meses, porque a mí me gusta sufrir 😘
Bueno, a ver si quieres hacerlo, con quién tu quieras.
-♠️
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Angst :c
Los silencios con vos jamás fueron incómodos.
Enzo se pregunta si luego de hoy comenzarán a serlo o si "sólo" estarán eternamente cargados con el peso de este recuerdo y las sensaciones que invaden sus cuerpos como dagas desde la madrugada. Le gustaría creer que no les resultará tan difícil acostumbrarse, ya que superarlo no es una posibilidad, pero...
¿Qué van a hacer con el cuarto que tenían preparado? La cómoda en una esquina está repleta de ropa -las prendas pequeñas que en sus manos se veían aún más diminutas- y sobre ella descansan numerosos juguetes... Juguetes que ahora esperarán por siempre el momento de ser amados, utilizados y arruinados.
Las paredes que pintó hace poco más de dos meses, horas luego de aquella ecografía que con tanto anhelo esperaron, tendrán el mismo destino que esos juguetes. En este momento nada le parece tan horrible como pensar que jamás tendrá que preocuparse por cubrir las marcas en ellas: las huellas de pequeñas manos manchadas con comida o las líneas de crayones de colores.
Considera que quizá, sólo quizá, pintar nubes y aves sobre el fondo celeste no fue la mejor idea. Se convence de que fue el peor error. Ojalá hubiera elegido otro diseño.
Batalla por encontrar las palabras perfectas, quiere llenar este espacio meramente físico que los separa, porque las horas pasan y vos continuás abrazando tus piernas contra tu pecho mientras él permanece inmóvil en el otro extremo de la cama. Ya intentó tomar tu mano, helada, un centenar de veces. No obtuvo respuesta.
Contempla las paredes vacías, la cerámica impecable bajo sus pies, las brillantes luces blancas que le provocan dolor de cabeza y realzan el aspecto estéril del cuarto en el que se encuentran. El constante sonido de las máquinas que monitorean tus signos vitales sólo es interrumpido por tus sollozos y las ramas del árbol que se agitan por el viento, golpeando débilmente la ventana junto a tu cama.
En algún momento alguien abre la puerta, es una enfermera que sólo está haciendo su trabajo, pero Enzo la mira con el ceño fruncido y hace un gesto de negación para dejarle saber que no, no es el momento, necesitan estar solos otro rato. Otra hora más, otro día, un mes o un año, como mínimo.
Enzo está inquieto (no cree que haya otra palabra para describir su estado actual) y odiaría incomodarte, abrumarte, molestarte, pero no soporta más sentirte tan lejos. Se recuesta en la cama, sobre las sábanas blancas -limpias, las cambiaron cuando te llevaron al quirófano- que cubren tu tembloroso cuerpo, y rodea tímidamente tu cintura con su brazo.
Descansa su mano sobre tu pecho, donde puede percibir tu respiración agitada y los restos de algo que no tiene nombre, y entonces escucha tu voz, rota y ahogada, pronunciando una disculpa.
-No me pidas perdón- besa tu hombro-. Nadie tiene la culpa.
Vuelve a pensar en los dibujos de la pared.
Mis más sinceras disculpas, supongo :c
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from-the-sky-2015 · 1 year
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A través del sotavento yo dejé escapar las hojas del otoño, entre tormentas y el frío del invierno, yo escribí el canto del viento, yo escribí una rapsodia tan extensa como aquel horizonte al que voy. Entre desilusiones y nubarrones, mi destino sellé, escapé a través de la lejanía de este cielo de ruidos y juré entre torres de lluvia, buscar el lugar donde van las aves. Yo fuí dejado caer de muchas manos; mis ojos fueron testigos del repudio de la civilización que ahora se ha quedado atrás, yo vi muchos rostros pasar frente a mí. Más el rostro del viento se grabó como fuego sobre el metal, se talló como una escultura y se grabó en mi mente como las páginas de un libro. Aquí entre nos, sellamos lo que consideramos sería nuestra forma de vida, no todos nacieron para estar entre civilizaciones mundanas. Yo escapé a través de los rayos del sol, entre relámpagos resplandecientes yo me esparcí como el aire. Encontré el destino manifiesto escrito a puño y letra en una prosa que merodea en estos cielos, yo escuché al viento recitar las penas más profundas del corazón. Me prometí escribir en mi libro, una nueva historia, un nuevo comienzo, una nueva vida, yo me prometí, cuidar de mi integridad y dejar en mi jardín, las rosas que yo mismo pude plantar. Entre historias de desamores, descubrí el amor por la libertad, que aunque quizá no sea el más perfecto, puede que sea el que algunos quieran tener. Yo me prometí huir sin mirar atrás, sin siquiera vacilar en este mar de relámpagos. Yo encontré cielos de sol detrás de cada tormenta, encontré el calor del verano detrás de cada invierno, la tristeza del otoño y la alegría de la primera. Escuché el canto de la lluvia sobre mi cabeza, el viento correr sobre la pradera y el silencio de la noche. Todo lo que me haría feliz, lo descubrí a través de estos cielos remotos, de aquellos horizontes lejanos, entre océanos y cielos, yo encontré la felicidad. Bajo el estruendo de las tormentas y de crepúsculos, yo tomé el camino, el rumbo hacia mi verdadero hogar. Yo acepté mi destino y abracé con anelo, lo que consideraba digno de tener, yo acepté el rechazo de las civilizaciones mundanas como forma de no bienvenida. Yo acepté el verdadero lugar que me correspondía, acepté el simple hecho, de que pudiera ser distinto y único a los demás, yo aprendí a estar por encima de las diferencias humanas. La noche me enseñó a no temer de la oscuridad, el viento a ser más experimentado, las tormentas a ayanar el camino a la libertad. El invierno me enseñó la parte más fría de la vida, la primavera a valorar la felicidad, el verano a valorar el cálido abrazo fraterno y el otoño el final de las épocas. Es por eso, que deambulo por estos rumbos, yo transito por estos lugares remotos. Los amores y promesas de personas cuyos rostros ya no recuerdo, se han quedado muy atrás, que al final, solo fueron ilusiones y mentiras. Hoy, se han perdido en la oscuridad y en el olvido, han caído en una profunda fosa y cubiertos por sus falsas palabras... Entre bastidores, encontré a mis hermanos que volaban en la misma dirección, encontré la civilización de los cielos eternos, los renegados que han partido de lugares remotos y ahora sus almas dejaron aquí. Mi compleja mente y mi envejecida alma, llenaron los rincones de mi corazón, ahora formo los elementos que yo necesito. La vida y el tiempo fueron templando mi piel, ahora se siente el frío sobre la misma y el calor muy en el interior, los años han escrito en mí, aquellas hazañas de las que me enorgullece. Las canas de mi cabello brillan como aquel mar de constelaciones. Ahora que trascendí desde la profundidad de la noche, ahora encontré la cúpula estelar, encontré mí verdadero hogar, encontré a los ideales y por sobre todo, encontré el crepúsculo a un nuevo amanecer.
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latinotiktok · 1 year
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otra vez yo con la propaganda pa Colombia: les dimos betty la fea, juanes y shakira. pero también traigo propaganda para mexico porque mi novia es de familia mexicana y si por azares del destino toca colombia vs mexico es oficialmente yuri 🤝🏼
aquí les va nuestra ave nacional también. no es tan tierno como los otros pero lo amo de todos modos
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QUE VIVA EL AMOR
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floresclandestinas · 7 months
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Acerca del amor
El amor, el destino de la vida, vivida...
El torrente de agua, el caballo sin brida...
Es la luna en la noche y en el día es el sol
un despliegue de estrellas de armonioso esplendor .
Es un ave aprendiendo a volar sin temor.
Es un niño ríendo en inocente candor.
Una madre que canta una vieja canción
y un padre, en faena, que construye un bastión.
Es un hijo esforzado,
es familia en unión.
Es la hermosa alborada de una puesta de sol.
Es pasión e ilusión, es amor en acción...
Es un beso en los labios inflamados de amor.
Loy
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redcomunitaria · 1 year
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El escritor sin palabras
En la quietud opresiva de la noche, el alma del escritor yace atrapada en las fauces de un abismo sin fondo, como un solitario faro en medio de la tormenta, buscando desesperadamente destellos de inspiración en el vasto océano de la oscuridad. Las palabras, que solían danzar como luciérnagas en el jardín de su mente, ahora están confinadas en jaulas de dolor y silencio, como aves heridas que ya no pueden alzar el vuelo. El síndrome del túnel carpiano, ese verdugo sin piedad, ha extendido sus garras crueles y aprisionado sus manos en grilletes de sufrimiento.
Las metáforas que antes fluían con la gracia de un río salvaje han sido acalladas, como un coro de ángeles que se desvanecen en la oscuridad. Sus dedos, una vez hábiles navegantes en el océano de la creatividad, ahora son meros espectadores impotentes de su propia agonía. Cada movimiento es un recordatorio lacerante de la fragilidad humana, una sinfonía discordante de huesos y nervios que claman por un alivio que nunca llega.
El teclado, una vez su aliado confiable en la búsqueda de la expresión, es ahora un instrumento de tortura que le niega el acceso al mundo que anhela explorar. Cada pulsación es como una puñalada en el corazón, un eco sordo de la frustración que retumba en su mente. El sufrimiento se ha convertido en una constante, como un compañero siniestro que nunca se retira.
En la tela de su mente, las historias siguen tejiéndose en sueños inalcanzables, mientras sus manos yacen inmóviles, como mariposas atrapadas en telarañas invisibles. Cada frase no escrita es un lamento silente, un clamor desgarrador que resuena en las profundidades de su ser. La ironía se enreda en sus pensamientos, como espinas que se clavan en su piel sensible, recordándole la crueldad de un destino que le ha arrebatado su herramienta más preciada.
Sus ojos se deslizan por los estantes llenos de libros, testigos mudos de las historias que una vez compartió con el mundo. Ahora, esos mismos libros parecen burlarse de su impotencia, como monumentos a una época pasada de gloria y creatividad. Las lágrimas, compañeras constantes, son la tinta que ya no puede verter sobre el papel, la tinta que representa la desesperación y la impotencia en su forma más cruda.
El tiempo se desliza como arena entre sus dedos inútiles, una agonía interminable de minutos y horas que parecen eludirlo. Cada segundo perdido es un puñal que se hunde más profundamente en su corazón, un recordatorio constante de la fugacidad de la vida y la fragilidad de los sueños. Las paredes de su estudio parecen cerrarse a su alrededor, como un sarcófago que aprisiona su espíritu atormentado.
En la penumbra de la noche, el escritor se convierte en un fantasma de lo que una vez fue. Sus suspiros son versos sin rima, sus ojos cansados reflejan un abismo de dolor que trasciende las palabras. Cada intento de escribir es un acto de desesperación, como gritar en un vacío sin eco. La tragedia de su existencia se cierne sobre él como una nube negra e implacable, empañando cualquier destello de esperanza que se atreva a surgir.
Y así, el escritor lucha en la soledad de su encierro, una lucha que parece destinada a la derrota. Sus manos pueden estar atrapadas en el tormento, pero su espíritu sigue siendo un río turbulento de emociones y pensamientos reprimidos. Aunque la tinta no fluya sobre el papel, su historia se convierte en una elegía conmovedora, una sinfonía de tristeza que resuena en los rincones más oscuros de la tragedia humana.
Don Ggatto
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armatofu · 3 months
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La cruel masacre de gorriones que ordenó Mao y provocó la muerte por hambre de 36 millones de chinos
El “Gran Salto Adelante” que ordenó Mao Zedong produjo un terrible retroceso en la China comunista a finales de la década del ‘50. Una de las iniciativas fue “La campaña de las cuatro plagas”, que movilizó al pueblo en la matanza de gorriones. La falta de un depredador de insectos, sumada a otras políticas equivocadas, fue la causa de una de las peores hambrunas que recuerda la humanidad
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PorHugo Martin
02 Ago, 2023 05:38 a.m. ESP
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Los gorriones -digamos todo-, no son las aves más lindas de la creación. Ni cantan como los jilgueros, ni lucen un plumaje llamativo como los canarios o los cardenales. Pero tampoco son una implacable amenaza contra la humanidad. Eso pensó, en 1958, Mao Zedong, el líder chino, cuando lanzó su “Campaña de las cuatro plagas”. En rigor, los vistió de ideología. “Son enemigos de la revolución”, le dijo a su pueblo antes de enviarlos a una insólita guerra contra estos pequeños pájaros, que compartieron su triste destino con los sí abyectos y dañinos ratas, las moscas y los mosquitos.
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Fue una iniciativa audaz. Inconsulta. Propia de un dictador, que no escucha a los que advierten que el choque es inevitable, pero es todo oídos para quienes lo halagan. En 1958, Mao -a quien antes de se lo conocía como Mao Tsé Tung-, decidió imponer la política que llamó “El Salto Adelante”. Al cabo, lo que produjo fue una vuelta carnero hacia atrás. Luego de apoderarse del gobierno chino en 1949 al vencer a su rival, el lider nacionalista Chiang Kai-shek, el primer lustro de la década del ‘50 encontró a Mao bajo el ala de la Unión Soviética, en especial de Stalin. En esa época colectivizó la tierra, se empeñó en la producción de alimentos, creó comunas y llevó a cabo sangrientas purgas contra sus adversarios políticos, que se refugiaron en Taiwán. A diferencia de la Unión Soviética y su KGB -ubicada en un edificio de solo seis plantas, pero del que se dice es el más alto de esa nación porque “desde allí se ve todo”- , instruyó a cada chino para ser el comisario de sus vecinos. No necesitó Siberia: cada pueblo era un pequeño gulag. Al cabo de unos años, Mao percibió que la industrialización de China iba a la zaga de la Unión Soviética. La producción de acero marcaba el suceso de los países. Y planificó -es una forma de decir- que en 15 años, superaría a Gran Bretaña en ese aspecto.
El primer paso del “Salto Adelante” fue un plan para controlar el agua. Esto llevó a la construcción de numerosas represas que resultaron totalmente inadecuadas. Según el historiador holandés Frank Dikötter en su libro La gran hambruna en la China de Mao, en el año 1960, 235 de las que levantaron no soportaron la presión del agua y estallaron. En un recuento hecho en las regiones de Henan, Banqiao Shimatan hacia 1980, 2976 de los diques construidos entre 1957 y 1959 se habían roto.
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Pero Mao creía, e insistía, que la voluntad humana podía sortear cualquier obstáculo. Eso llevó a un caos total. Para producir más acero, los chinos llegaron a construir altos hornos en los patios de sus casas, donde fundían desde ollas y cucharas hasta herramientas para labrar la tierra. La cuota que debían entregar era muy alta. Millones dejaron los campos y se arracimaron en las ciudades. Por supuesto, el producto de esas improvisadas acerías era de bajísima calidad, y las maquinarias construidas se rompían a poco de funcionar. Como consecuencia, la agricultura fue dejada de lado a gran escala y aunque durante el primer año no se sintió, la producción de granos mermó en forma alarmante. Para empeorar la situación, como los comisionados de las comunas enviaban cifras falsas e infladas de producción de granos al poder central, lo que les quedaba a los campesinos luego de enviar sus cosechas era insuficiente para alimentarse. Claro: todavía faltaba tiempo para que eso hiciera eclosión.
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Entonces, a Mao se le ocurrió una idea descabellada. Inició la llamada Campaña de las cuatro plagas. Tres de ellas como consecuencias de la necesidad de mejorar la salud de los chinos, expuestos a la malaria, la fiebre tifoidea y la peste. Para ello, debían exterminar a las moscas, las ratas y los mosquitos. La cuarta plaga, los gorriones, no tenía que ver con eso. Mao pensó que la culpa de la falta de alimentos era que alguna criatura se comía los granos, o sus semillas. Para eso se rodeó de obsecuentes que hicieron un cálculo delirante: un gorrión comía alrededor de cuatro kilos y medio de granos anuales. Y, si mataban a un millón, lograrían el ahorro suficiente de grano para 60 mil personas.
Como un general arengando a su ejército ante un temible enemigo, Mao le dijo a su pueblo: “los gorriones son una de las peores plagas, son enemigos de la revolución, se comen nuestras cosechas, mátenlos. Ningún guerrero se retirará hasta erradicarlos, tenemos que perseverar con la tenacidad del revolucionario”. Se hizo una profusa campaña publicitaria, que mostraba a los cuatro jinetes del apocalipsis chinos atravesados por una espada. Por supuesto, para que toda una nación adscribiera a tamañas aberraciones, se impuso una política de terror. Cualquiera que alzara una voz discordante era torturado o, directamente, eliminado.
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Entonces comenzó una masacre de aves sin precedentes. En un solo momento, millones de chinos se hicieron un puño y salieron a exterminar gorriones. Destrozaban sus nidos, rompían sus huevos, les disparaban, los cazaban con gomeras. En un sólo día, en Nanking, se gastaron 300 mil kilogramos de pólvora y no precisamente en chimangos. Se usó veneno, que de paso exterminó otras aves y animales que no habían sido puestos bajo la picota del gobierno. No pocas personas murieron o fueron heridas al caerse de árboles o techos, o ser alcanzados por alguna bala. Pero el método más efectivo y más barato resultó salir a hacer ruido. Para ayudar a semejante batifondo se construyeron alrededor de 80 mil espantapájaros y unas 100 mil banderas rojas. Golpeando tachos o sartenes, o gritando como poseídos, los chinos espantaban a las aves. Y como volar requiere un gran esfuerzo, los gorriones no podían descansar y caían desplomados desde el aire, y por miles. Hubo situaciones grotescas, como el sitio a la embajada de Polonia en Pekín, porque se negaron a que la gente entrara a los jardines para matar a las pobres aves que se habían refugiado allí. Rodearon la sede diplomática haciendo sonar tambores hasta que en dos días, los polacos se vieron sacando a paladas los cadáveres de los gorriones.
La lucha contra moscas, mosquitos y ratas fue un fracaso. Pero contra los gorriones, un lamentable éxito. Según cuenta Dikötter, el gobierno lanzó una estadística absurda sobre el resultado de la guerra, donde daban cuenta del exterminio de 48.695,49 kilos de moscas, 940.486 ratas, 1213,05 kilos de moscas y 1.367.440 gorriones. Las pequeñas aves llegaron casi hasta la extinción.
Como toda acción humana tiene consecuencias, los chinos pagaron muy caro el desatino de su líder. El equilibrio natural siempre es más sabio. Mao se dio cuenta demasiado tarde. Hacia 1960 ordenó que se terminara con la sentencia a muerte para el gorrión y en su lugar puso a las chinches como la presa a cazar. Lo que sucedió es que algunos valientes le advirtieron al líder que los gorriones no sólo comían grano, sino que principalmente se alimentaban de insectos. Y sin ese depredador natural, se multiplicaron sin control las langostas y saltamontes, por ejemplo, que formaron las verdaderas plagas que aniquilaron los cultivos. Al desatino humano se sumó una feroz sequía -a causa, entre otros factores, del desastre de las represas- que asoló al país en 1960. La combinación de ambos flagelos fue trágica: comenzó un período que, como reza el título del libro de Dittökker, se llamó “La gran hambruna”.
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Dice el investigador holandés: “El principal desastre tenía lugar antes de las cosechas, porque nubes de langostas oscurecían el cielo, cubrían los campos bajo un agitado manto y devoraban los cultivos. En verano de 1961 aprovecharon la sequía en Hubei e infestaron 13.000 hectáreas sólo en la región de Xiaogan. Devastaron más de 50.000 hectáreas en la región de Jingzhou. Un 15% del arroz producido en la provincia fue víctima de los voraces insectos. La devastación no tenía límites: en la región de Yichang se perdió más de la mitad del algodón. En otoño de 1960, un 60% de los campos en torno a Nanjing —uno de los lugares donde la campaña contra los gorriones había sido especialmente feroz— padecieron las devastaciones provocadas por los insectos y hubo que hacer frente a una grave escasez de verduras. Toda suerte de especies dañinas medraban: en la provincia de Zhejiang, los pirálidos (Nota: una especie de mariposa), los saltamontes, los gusanos rosados de los algodoneros y las arañas rojas, entre otras plagas, destruyeron entre 500.000 y 750.000 toneladas de cereales —aproximadamente el 10% de la cosecha— en 1960. No podían tomarse medidas preventivas por falta de insecticida: los productos químicos se habían malgastado en el asalto contra la naturaleza de 1958-1959, y en 1960 la escasez de todo tipo de productos afectó también a los insecticidas, precisamente cuando éstos eran más necesarios”.
Lo peor, el hambre, llegó como un vendaval inesperado. Y a continuación, el horror más primario. Zhou Xun, un investigador chino, recopiló en su libro La gran hambruna en China 121 documentos de aquellos años, donde se describen métodos de supervivencia de los campesinos, y se menciona que comían cortezas de árboles, pasto, tierra y carbón. También menciona a la venta de niños y a la prostitución a cambio de alimentos. Pero, dice, el canibalismo fue la más extrema de las tácticas de supervivencia. Y menciona que en el municipio de Gansu, en marzo de 1961, se registraron 41 casos.
El resultado más riguroso de la hambruna lo calculó un periodista chino Jisheng Yang, quien afirmó que los muertos fueron 36 millones y que entre otras consecuencias, 40 millones de chinos no nacieron en los cuatro años que van entre 1958 y 1962. Entre los espantos que describe Yang está el siguiente: “En la pequeña ciudad de Linxia, 588 personas ingirieron 335 cadáveres; en Hongtai, 170 personas comieron 125, cinco de ellos asesinados con este fin. Hubo casos en que unos padres devoraron a sus hijos, maridos a sus mujeres, hermanos a sus hermanas...”. Pero además, Yang plantea con estupor que en los almacenes controlados por el Partido Comunista aún “quedaban reservas de 6.545.000 toneladas de cereales” que no fueron repartidos entre la gente. Esto dio pie a diferentes análisis sobre el rol de Mao: hacer oídos sordos a las muertes por hambre con tal de no interrumpir la entrega de granos a la Unión Soviética para pagar deudas.
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El escritor chino Mo Yan, Premio Nobel de Literatura 2012, fue uno de los niños que soportó aquellos años donde el hambre laceraba los cuerpos. En el prefacio de su libro Shifu, haría cualquier cosa para divertirte, se describe a sí mismo: “Cuando éramos pequeños éramos puros sacos de huesos: unos palillos con tripas grandes y redondas, y la piel tan tersa que era casi transparente; prácticamente podías ver al otro lado nuestros intestinos enrollados y retorcidos. Nuestros cuellos eran tan largos y delgados que era un milagro que pudieran soportar el peso de nuestras cabezas”. Y continúa: “Lo que nos carcomía por dentro era lo más sencillo del mundo: todo en lo que pensábamos siempre era en comida y en cómo conseguirla”.
En sus obras, las referencias a hechos reales son frecuentes. Por ejemplo, en su libro Rana habla sobre la costumbre de comer carbón, que adoptó, según narra, en 1961:“Chen Bi tomó otro trozo y empezó a comer más rápido. Entonces le pasó a Wang Dan un pedazo muy grande. Nos tocaba a nosotros probar. Después de verlos a ellos, ya habíamos aprendido a comer carbón, así que lo rompimos y mordisqueamos un poquito para averiguar su sabor. No estaba mal, aunque era un poco áspero. Chen Bin nos señaló un trozo de carbón que tenía una parte amarillenta y brillante, parecía ámbar, y al mismo tiempo nos invitó a probarlo con generosidad”.
El propio Dikötter enumera, en esta terrible secuencia, que un campesino de Shandong llamado Wu Jingxi, vendió a su hijo de nueve años por el precio de 5 yuanes para comprar un plato de arroz y dos kilos de maníes.
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Según cuenta Zhou Xun, Mao recibió un informe en octubre de 1960 sobre el llamado “Incidente de Xinyang”, donde las muertes por hambre y la violencia que derivó de ésta representaron el 14% de la población y alcanzaron a más de un millón de personas. Su respuesta, según el autor, fue culpar del fracaso del Salto hacia adelante a los funcionarios de menor jerarquía, acusándolos de “enemigos de clase”. El desastre fue de tal magnitud que el líder de Corea del Norte Kim Il Sung, abuelo del actual dictador Kim Jong-Un, iba a copiar el modelo de Mao, pero dio marcha atrás con la iniciativa al ver los resultados.
Para paliar en parte los desastres causados, China le compró a la Unión Soviética, en el mayor de los sigilos, unos 200 mil gorriones. Desde el año 2001, el ave es una especie protegida en el gigante asiático.
A pesar del desastre que causó, Mao Zedong continuó siendo la figura más poderosa de China. En la historiografía oficial, ese período es nombrado apenas como “tres malos años”. Apartado de las decisiones en la economía del país por Deng Xiaoping, Liu Shaoqi y Zhou Enlai, retuvo un puesto clave, el de presidente del Partido Comunista. Desde esa posición, en 1966, lanzó la Revolución Cultural, que dinamitó las incipientes aperturas comerciales de sus adversarios políticos y envió a prisión y a la muerte a numerosos opositores hasta su muerte en 1976. Recién en la década del ‘90 se comenzaron a abrir los archivos del período que siguió al Gran Salto Adelante. Y el horror, a cuentagotas, comenzó a surgir.
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lubay-nue · 2 years
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La Guerra de las Plumas 16
Notas del cap:
Si, ya sé que no tiene nada que ver con el especial de día de muertos y Halloween pero ¿Qué quieren? De una vez hago una ultra mega publicación de esas que solía hacer cuando tenía vida para escribir y no responsabilidades ¬¬ como sea
¡A leer! ¬u¬ nueva ship hoy
16 - La Verdad que Oculta el Ave
Tenía calor, un extraño y agobiante calor que, aunque le resultaba incomodo en primera instancia, la verdad, es que lo prefería a lo que había sufrido en… ¿Cuánto tiempo llevaba sufriendo aquello? Desde que despertó luego de ser asesinado, solo sabe que estuvo encerrado en esas cuatro paredes, atado, negado a la comida o al agua mientras su cuerpo recibía el castigo por sus crímenes
Sus ojos se abrieron de golpe, realmente asustado de pensar que estaba aun en ese lugar, pero, en cuanto su mirada consigue enfocar a sus alrededores, lo que encuentra, no parece en nada a su prisión dentro del Vaticano. Asustado, se sienta de golpe, soltando un quejido de dolor total, su cuerpo, tan herido y lastimado, le hace entender que no está soñando, pero al mismo tiempo, le hace tener dudas al respecto
No estaba muerto, eso ya era algo que no necesitaba preguntar, pero también era confuso ver que tenía una camisa con el logo de lo que muy seguramente era un partido político y unos bermudas tan endiabladamente grandes que casi los confunde con unos pantalones (solo que muy amplios) confundido de la ropa y en especial, de una extraña cobija que tenía el dibujo de un tigre, le hace cuestionarse donde es que se encuentra
Era un ambiente caliente, sentía algo de calor pero, mientras trata de moverse, también descubre (junto al mismo dolor agonizante) vendas cubriendo absolutamente todo su cuerpo junto a algunos curitas por doquier. Pega un brinco y suelta un pequeño grito cuando una silueta salta hacia la cama dando un suave golpe a su rostro, le dolió, pero no por la fuerza, sino por lo lastimado que estaba. Asustado, descubre que se trata de un perro… no precisamente de un perro de raza, o al menos, no reconoce el tipo de perro, color crema con blanco, de pelo corto pero suave al tacto, con mirada dulce y calma que de un modo perezoso se deja caer en la cama como si fuera suya en realidad
—¿Dónde estoy? —pregunta asustado, cierra sus ojos pero, mas allá de las constantes torturas que había recibido, no puede recordar nada ¿Cómo fue que llego hasta donde esta? ¿Qué significa todo esto? Muchas dudas que no podía responder hasta que una puerta es abierta y de esta, el posible dueño de la casa aparece
—Ho, despertaste antes de lo que esperaba —responde el country. El countryhumans México. Entra despacio, con una bandeja llena de comida y un pequeño kit de primeros auxilios, avanzando hasta sentarse delante de la cama— Taco, abajo, esta es cama para invitados, orale cabron, abajo —ordena al perro que se estira primero y luego se baja por ordenes del latino— discúlpalo, suele ser bien lindo el taco y se queda siempre con las visitas
—¿Qué haces aquí? —asustado, es lo primero que puede preguntar o que cree, que ha conseguido preguntar al latino que ha detenido sus monólogos sobre el perro y ahora le mira fijamente, dejando la charola de comida en un buro de noche y tomando el kit de primeros auxilios
—¿Qué más? —Pregunta desinteresado— estas en mi casa y yo vengo a curar tus alas —ese comentario congela al country que, mirando hacia sus espaldas, descubre sus grandes alas negras como el infierno encogidas en su espalda. Asustado, trata de contraerlas pero no lo consigue, el dolor es mucho— wey, despacio, te harás mas daño así —regaña el latino, tomando con tanto cuidado puede una de las alas y, tomando una pequeña pomada, ponerla con cuidado sobre la herida, haciendo a Vaticano soltar un grito por el dolor que de pronto se vuelve una sensación refrescante que pronto, acaba por entumecer sus heridas
—Uy, si, lo siento —se queja— olvide decirte que arde como la mierda —parece disculparse, pero en realidad, continua untando la medicina— esta madre me la puso Rusia para anestesiar mis alas y curarlas más rápido. Duele un putero, pero sirve mucho
¿Rusia? Se pregunta Vati un momento, y, como a una maldita pesadilla, el recuerdo de cuando vio al latino, tirado en el suelo, herido de su tobillo sangrante, con resquicios de lo que alguna vez fueron alas intentando curarse entre manchones de sangre y hueso y luego, la lluvia de balas que habían acabado por delante y detrás suyo con su vida… mientras cae muerto, ve al latino temer por aquel que le ha salvado la vida… el mismo country que el por poco pudo alcázar a ver como Rusia…
—Veo que si te acuerdas —la voz de México, fría y sin alegría, sumado a la mirada afilada del mismo mientras termina de curar las alas de Vaticano es suficiente para el country, un sentimiento de pavor le carcome junto al sentimiento de saber que pronto sería castigado y torturado, le hizo ponerse mas pálido si es que fuera posible y temblar descontroladamente mientras con horror, miraba al latino—, veo que lo tuyo es tan malo como lo mío —susurra con un aire cansado el latino, colocando pequeñas gasas a las alas y después, pasando a revisar las heridas y vendas en el resto del cuerpo del country
—¿Me…—su voz, parece titubear, dificultada para poder expresar el miedo que su cuerpo y sus acciones ya demuestran— mataras? —la mirada de ambos colinda, México puede apreciar ese brillo de miedo en su mirada y simplemente acaba por soltar un suspiro cansado mientras continua revisando el resto de las heridas del country
—Si esas hubieran sido mis intenciones, no te habría rescatad de tu ciudad ¿Estás de acuerdo? —tras ello, un silencio pesado se crea entre ambos countrys. México ha terminado de cambiar las vendas del lastimado y, luego de limpiar algunas heridas, le hace entrega de la bandeja con comida que le entrega al country— come, necesitas fuerzas para curar tus heridas
—¿Para qué?—pregunta Vaticano, luego del prologando silencio que se había creado entre ambos. México lo observa, como su mirada yacía perdida en el suelo, con un mirar derrotado— prefiero morirme aquí que volver con ellos —su voz, tan desolada como parece, permite entrever el dolor mas allá del que ya ha pasado— ¿De qué servirá que regrese? Apenas me vean en pie, me volverán a someter con esa maldita música y me obligaran contra mi voluntad a volver a atacar a las aves que me hacen falta —México puede ver como una de las manos de Vaticano entierra sus uñas dentro de su otra mano herida, creando sangre— todo estarán a salvo si muero ahora —lagrimas caen de sus ojos fuertemente cerradas, sus uñas lastiman su piel pero una fuerza ajena a la suya separa su mano. Vaticano abre sus ojos con asombro al descubrir una calidez diferente al ambiente. Se trata de México, tomando su mano para alejarla y que no siguiera haciéndose daño. Ahora que ambos se miran, México simplemente toma aquella mano manchada de su propia sangre y la lleva hasta sus labios, besando los nudillos con cuidado
—Es verdad —susurra sin separar sus labios de los nudillos de un confundido y sonrojado Vaticano— ni siquiera yo puedo perdonarte por lo que has hecho, pero tampoco soy estúpido —continua, mirándolo fijamente, directo hacia sus ojos, llegando más profundo en su mirada, alcanzando su asustada y lastimada alma. México se pone en pie, dejando a un lado la bandeja con comida, sube una rodilla sobre la cama, se acerca peligrosamente a Vaticano quien, intimidado, se hace hacia atrás pero acaba por caer en la cama al no poder moverse, aun así, su rostro entero se torna carmesí luego de observar como lentamente, el mismo mexicano que se niega a crear distancia, se acerca mas y mas hasta que, acorralado contra la cama, Vaticano se encuentra directamente contra el rostro de México, chocando alientos en una pose sugerente de no ser por esa mirada pesada del tricolor y sus ojos bicolor— Ahora me perteneces Vaticano —es lo primero que brota de los labios del country luego del prologando silencio. Vaticano siente su corazón dando un vuelto violento y asustado, pero, aun cuando lo sabe, aun cuando siente miedo, mientras se siente visto por el latino… no tiene miedo, al menos, no le teme al latino y eso, en el fondo, es lo que le asusta y confunde— te he secuestrado, no solo de tu país, no solo de tu gente, sino del mundo —continua hablando— así que, mientras te mantenga en mis territorios, el mundo no podrá encontrarte —la mano del latino, que antes le sostenía de caer, acaba paseando sobre las mejillas del country en una caricia cuidadosa debido a la inflamación del mismo— ni tu gente, ni tu país, te harán daño mientras te mantengas a mi lado
Tartamudeos que intentan convertirse en preguntas, un sonrojo en sus mejillas y un latir alocado sin ritmo en su corazón ensordecen la confundida mente del Vaticano que, aun entre suaves caricias dadas por la mano de México, escucha con atención cada una de sus palabras, sus “amenazas” que, aunque son eso, amenazas, no las puede sentir así
—¿Qué… vas a —titubea, pero de a poco, consigue hablar— vas a hacerme?
—No te hare daño si es lo que temes —responde con calma— ni a ti ni a tu gente —continua, mientras acaricia aun su mejilla suavemente, curioso, Vaticano descubre que, entre mas acaricia su mejilla inflamada, el dolor que le molestaba, desaparece y luego, esa misma mano, pasa a acariciar su cabeza vendada— pero te guste o no, es verdad que en estos momentos no tienes muchas opciones —Vati pega un brinco tras sus palabras— te he secuestrado de tu país. Míralo como un rescate o un secuestro. Si vuelves ahora, no habrá cambiado nada —mientras Vaticano parpadea, descubre que el dolor de su cabeza lentamente desaparece— pero, si te quedas y nos ayudas, a las aves y a mí. Te doy mi palabra que tu gente no volverá a lastimarte como ha hecho hasta ahora
¿Ayudar? ¿A las aves? Un escalofrío recorre su cuerpo y le hace estremecer, sintiendo el calor de la mano del mexicano pasando de su cabeza que ya no duele, para ir ahora sobre su cuerpo, suaves y muy cuidadosas caricias apenas perceptibles sobre la ropa que, aunque aceleran su corazón y hacen a sus mejillas calentarse con violencia, también le permiten sentir alivio al dolor que le niega a moverse
—¿Ayu…dar? —pregunta, no comprendiendo las palabras— fui yo en principio quien los lastimo —susurra, descubriendo la mano del latino, acariciando descaradamente sobre las ropas, en su vientre y pasando sobre sus piernas, entregando alivio a su dolor después de sus caricias suaves
—Te estoy dando la oportunidad de cambiar tu propio destino —de pronto, Vaticano siente que México esta demasiado cerca de sus labios, puede sentir como sus alientos rosan y un leve cosquilleo le inquieta tras sentir el rose leve, apenas perceptible de los labios ajenos— ayúdanos, a las aves en esta guerra y me hare cargo de que tu gente no te haga daño, ni ahora, ni nunca mas
—No puedes —susurro, intentando alejarse del latino, apoyando sus manos sobre los hombros del latino y tratando de dar un leve empuje sobre este, sin conseguir moverlo de su lugar— soy un ave corrupta por culpa de mi gente, por culpa de mi propia historia… no puedo ayudar, no puedo salvar a nadie —solloza, con sus ojos cerrados, intentando inútilmente escapar de las garras del latino que continua acariciando el cuerpo ajeno
—Puedes hacerlo —tan tajante como había sonado, también era confuso. Obliga a la llorosa mirada de Vaticano a concentrarse en el tricolor que le observa— puedes conseguirlo si se te es guiado correctamente. Yo puedo guiarte
—No es diferente lo que haces aquí a lo que ellos querían hacer —suspira entre lagrimas, perdiendo la fuerza para defenderse
—Error —responde— yo quiero proteger a las aves, de gente como Rusia, de España, incluso de la gente de tu país —afirma— aun si no fuera la Ciudad del Vaticano quien quiera nuestras alas, no tardara mucho tiempo en que hayan otros que nos busquen. Nadie está a salvo
—¿Y qué esperas que yo haga? —pregunta— mírame, no puedo ni estar de pie
—¿Según quien? —insiste el latino, tomando la muñeca antes herida de Vaticano y jalando con el suavemente, haciéndolo volver a sentarse sobre la cama. Sorprendido, Vaticano descubre que el dolor de su cuerpo ha diezmado considerablemente, no le duele, no sufre, puede soportarlo y de hecho, puede notar varias de sus heridas ya casi curadas. Sus ojos se abren con sorpresa mientras descubre a México viéndolo fijamente— espero que hagas lo correcto y me ayudes a mantener a salvo a todas las aves, incluyéndote a ti
Ambos se miran fijamente, Vaticano mueve suavemente su cuerpo, descubriendo la menor cantidad de heridas a como estaba hace un momento. Aquellos lugares donde el tricolor había acariciado, ahora yacen menos adoloridos ¿Qué clase de magia había sido aquella?
—¿Cómo?
—Si mis deducciones son correctas, puedes predecir hasta cierto punto el futuro —los ojos de Vaticano se abren y un escalofrío le carcome— estamos en guerra las aves contra el mundo y tu habilidad seria crucial para el futuro —ante la mirada sorprendida de Vaticano, las alas de México aparecen tras su espalda, imponentes y grandes (aunque denotan un grupo de coloridas plumas ajenas al color del resto de las alas del latino) y, como si no fuera suficiente el asombro, también observa como el mexicano se quita una pluma que entrega al contrario en sus manos— he aquí, mi propio voto de fe Vaticano —responde, volviendo a colocar la bandeja de comida sobre las piernas del country y alejándose de la cama
—Piensa en lo que te he dicho mientras reposas. Volveré en un rato por la bandeja y espero que te hayas comido todo— antes de salir, México gira a verlo y le sonríe con calma, un gesto sereno y maduro que Vaticano jamás habría creído poder ver en el country— independientemente de tu decisión, puedes quedarte aquí el tiempo que haga falta, eres bienvenido en estas tierras
Fue todo lo que dijo, saliendo de la habitación junto al perro que antes le había hecho compañía al country… ¿Qué había sido todo eso? Incluso sus acciones
Una suave sonrisa nerviosa broto en el country ¿Qué ten��a que pensar? Sabía que se lo debía a las aves pero, mas allá de ello, por algún motivo, sentía que, quería ayudar a esta causa en realidad…
Si México pensaba que podía ser de ayuda para la causa, el ayudaría también.
Notas finales:
Me lleva la puta de la chingada!!! Estaba tan inspirada escribiendo casi casi el lemon de México con Vaticano y pum… me putas hablan y me han cortado la inspiración… lo siento si después de que Mex acuesta a Vati todo se ve de la mierda… pero no pude conseguir de vuelta mi inspiración y ahora solo quiero ver correr puta sangre por haberme interrumpido 7.7
Err… originalmente, esto debía de ser una discusión entre Vaticano y México… Vaticano debía de acabar al final derrotado y acorralado por México, casi casi, sin opciones para tomar, obligado a ayudar a la causa de las aves luego de ser utilizado pero… entre que Mex se ayudo de la habilidad de Nazi para controlar a la gente con sus palabras y como que el hijo de la chingada sigue seduciendo… termino convenciéndolo sin que se diera cuenta… (o al menso es lo que quiero imaginar que conseguí) aunque, no negare que me dio cierto aire bien cabron a pinche Rusia amenazando a México… lo sentí, casi casi igual, pero no, tenía sus diferencias…según yo… DX ojala y si, en fin
Obviando de las perras ganas de que México se cogiera ahí mismo a Vaticano, no siento que hayan datos extra que deba de explicar, digo, todo se ha explicado dentro de este capítulo… a según yo, como sea, hasta aquí llega este capítulo, lo demás, luego lo pongo porque aun no lo escribo XD
¿Les ha gustado?
Que tengan lindo día
¡Comenten!
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vicfdreamer-blog · 1 year
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Ícaro.
"Un ángel, sabe cuándo llega el momento de caer desde el sol al ocaso."
A Anakin, le parecía que esta semana, fue una mierda total. En primer lugar, el lunes... Ese día se había levantado temprano, preparó el desayuno para su dulce Maestro, quien aún dormía después de haber hecho el amor, tenían reunión con el consejo para discutir la ubicación de Grievous, lejos de Coruscant, además que, sabía que su amado Maestro iría a buscar al General, sin embargo, su corazón estaba con un mal presentimiento desde el principio, sus manos temblando por el sentimiento de perderlo todo a manos de la guerra cruel e infame.
¿Cómo no sentirse así? Su sol iba lejos, lejos de él, lejos de su propia órbita haciéndole doler el alma y sintiendo el frío, la oscuridad, que cruelmente se estaba instalando en sus huesos últimamente, a través de las visiones que no lo han dejado en paz. A su vez, mientras se sumergía en estos oscuros pensamientos, Obi-Wan despertaba de su sueño, acercándose a él.
—Un crédito por tus pensamientos—le dijo con una sonrisa que se llevó todo lo malo.
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Siendo honestos, jamás podría mentirle a su Maestro, a pesar de todo, ya que el corazón de él latía y se moría por el otro, por cada suspiro, por cada respiración que den los pulmones de Kenobi, por cada latido en el cual el corazón del hombre pelirrojo, bombeara sangre hacia su cuerpo. Su sol, tan cerca de él, tan lejos de otros mortales que no pueden sentir sus brazos que protegen la débil flama que era la luz de Anakin, quien sentía en sus huesos más y más la Fuerza, en cada paso, en cada atardecer...
Lo miró a los ojos sonriendo—Solo, tengo un mal presentimiento, asentándose en mi corazón.
—¿La guerra? —pregunta suspirando de nuevo por el tema—Temo, que siento lo mismo.
Entonces, ambos desayunan, sus corazones al borde del precipicio, pensando que hay algo más aquí que trata de apagar las llamas de sus corazones con la peor de las ráfagas, más como las aves necias, ellos vuelan en contra de esta oscura corriente. El martes, para Anakin la esperanza se iba de a poco junto a Obi-Wan, ambos sintiendo lo mal que estaba el Canciller al obligar a los Jedi a participar en la guerra, en dejarle un asiento en el consejo a Skywalker que, lo único que quería era volar lejos con su sol de esta guerra que los rodea, como un Ícaro, trata de volar lo más cerca del sol, aunque el de ojos claros, hijo de Tatooine, sabe que puede suceder con esto.
Con ello, se queda solo, con la misión de espiar al Canciller, lo acepta esperando en una parte de su corazón equivocarse, sin embargo, al pretender vivir en una vida como la que quiere, no ve las mentiras sangrientas que se clavan como puñales en las alas de su libertad.
El miércoles, se reúne con Sheev en la ópera, pensando en ella, a Obi-Wan quien estaba volando lejos y luchando por el futuro de ambos, lejos de todos, en la conexión misma de la Fuerza. Escucha la ópera, una canción de dos corazones que huyen de un mismo mal, entre tanto, usaba sus habilidades de espionaje para saber más acerca de está mancha oscura que con su fuerza en la Fuerza, podía ver en el alma de Sheev Palpatine, el hombre siempre lo ha tratado bien, no de manera condescendiente, como usualmente, el consejo, en ocasiones lo trataba, o bueno, eso fue antes de que Obi-Wan lo salvará de las garras de arder en su propia ira, llevándolo con los sanadores mentales para que estos, le enseñen como es realmente volar, amando cada parte de Kenobi al salvarlo de esta oscuridad.
Aunque, al parecer, esto no puede ser suficiente para ambos.
Le cuenta acerca de la tragedia de Darth Plagueis, cosa que él, gracias a noches de insomnio con su amado, conocía, de manera resumida, el hombre les había confirmado lo que sabían, sintió lastima por el pobre hombre, sabiendo que mañana, estaría en una prisión. Se retira sin más, pero esa noche...
Esa noche tiene una pesadilla, que le hace ver su destino, sabe que puede hacer algo para cambiar ese futuro en el que Obi-Wan muere, cayendo por culpa de un disparo, que sabe muy bien que es fuego amigo... Más la Fuerza canta, exigiendo que proteja las flamas de su sol, que no las deje apagarse.
El jueves, los Jedi van a arrestar al Canciller, no funciona, el hombre asesina a Kit, Fisto y a Mace... Anakin en cambio, tiene un objetivo en mente, antes de que el hombre pueda siquiera manipular la situación para él, Skywalker decide caer.
¿Cómo es caer lector?
¿Cómo es sentir que tú alma se divide en dos?
¿Un Ícaro pierde sus alas o gana unas nuevas?
Pues este, se sacrifica para poder ver otro amanecer, corta la cabeza de la serpiente y se convierte en el nuevo rey del veneno, sus manos alcanzan a proteger a su sol. Dando como Orden, al ser el nuevo emperador que la orden 66 sea anulada, sus manos dejando de temblar por alzar vuelo, aunque sus alas duelen al estar lejos de este sol que requiere, para que el frío que trae el lado oscuro deje de entrar en sus huesos.
Y el viernes, luego de proclamarse el Emperador, ve a su sol llegar como un ángel enviado del más dulce paraíso. Los Jedi, le temen por su nueva mirada, llena de un sentimiento al caer, pero es diferente cuando llega Obi-Wan, sus ojos, no son amarillos, ni algún tipo de color condenatorio, son, azules, como el cielo que quiere recorrer con su sol, en un eclipse, pues ahora era su luna. Kenobi lo mira, aún impresionado al verlo así, las capas dignas de un mandatario, vistiendolo de manera que nadie más lo ha de recordar. Obi-Wan estaba golpeado, herido en ciertas partes, pero vivo...
¿Y Ícaro?
Feliz de que su sol, no se haya apagado. Aunque, este ahora le tenía miedo, miedo por no saber cuánto dolió la caída, miedo por no saber si era el mismo, aunque luego de un día, sabe que nada ha cambiado.
—¿Te dolió? ¿La caída?
—No, fue como volver a volar.
Y con eso, ambos aprenden, el sábado Anakin es coronado y Obi-Wan junto a él, comienza a planear como arreglar este desastre, el viento soplando a su favor para volar cerca del sol, sin miedo de que todo se arruine. Ícaro ahora, es una nueva estrella que se acerca sin miedo hacia las flamas de su sol, para sentir el viento en sus alas. El domingo comienza la nueva era, la oscuridad que torturaba el corazón del Elegido fue cambiada, un descanso de días extenuantes expuesto al sol doloroso que no era como su Maestro...
¿Pero caer que puede hacer por él?
Hacerle despertar, quitarse la venda y ser realmente libre.
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sinfonia-relativa · 11 months
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Me gusta correr, especialmente de mis sentimientos, como un corcel desbocado en la vastedad de la llanura emocional. Cabalgo con ímpetu por los campos de la vida, buscando el horizonte incierto donde las penas y alegrías danzan en un baile etéreo. Mis emociones son como riachuelos que fluyen entre las rocas del corazón, a veces suaves y serenos, otras veces turbulentos y desenfrenados.
En cada zancada, dejo atrás los recuerdos que me pesan como cadenas de melancolía, intentando escapar de los fantasmas que se aferran a mi espíritu. Las lágrimas que amenazan con desbordarse son como la lluvia que cae sobre mí mientras avanzo, lavando mis pesares y devolviéndome la claridad perdida. Y en cada paso, las palabras no dichas y los suspiros ahogados encuentran su voz en el viento que me acaricia.
En este galope frenético, encuentro la liberación de la tristeza, como un ave que finalmente se desata de las cadenas de la jaula. Las palabras que no puedo pronunciar encuentran su camino en los latidos sincopados de mis pies, golpeando el suelo con una cadencia que es a la vez un lamento y un canto de redención. Los kilómetros que devoro son como capítulos de un libro por escribir, donde cada paso es una palabra y cada pausa es una paleta de colores emocionales.
A lo lejos, los horizontes cambian como las estaciones de mi alma, y en cada amanecer y atardecer encuentro una oportunidad para abrazar mis emociones con valentía. A veces, me cruzo con otros corredores en este camino de vida, compartiendo miradas fugaces que hablan de historias no contadas. Y aunque corramos en solitario, somos una comunidad unida por la necesidad de escapar y enfrentar a la vez, de sentir y sanar.
Los senderos son variados, algunos con suaves pendientes que reflejan la esperanza, mientras que otros son escarpados y desafiantes como los obstáculos que la vida arroja en nuestro camino. Pero yo sigo adelante, con el viento agitando mis cabellos y el pulso de la vida latiendo en mis venas. Cada paso me acerca a un entendimiento más profundo de mí mismo, como un explorador de mi propio ser.
Así, continúo corriendo, persiguiendo la esencia misma de lo que soy, dejando que mis pies me guíen hacia un destino incierto pero lleno de posibilidades. Y aunque pueda huir de mis sentimientos por un tiempo, sé que eventualmente me alcanzarán. Pero cuando lo hagan, estaré listo para enfrentarlos con la fortaleza que he ganado en cada carrera, en cada kilómetro recorrido, en cada emocionante galope hacia lo desconocido.
Don Ggatto
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sangreazul3000 · 2 months
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Aves volando alrededor y fotografías perdidas, dime que es lo que quieres
hermosa divinidad tu corazón es el que quiero
pues tú y yo encajamos perfectamente y no podemos luchar con ello a pesar que queramos,
las estrellas en el cielo destilan premonición, tratando de decirnos el verdadero camino
tú tan apacible con las luces de la cuidad
divina tentación tu alma, es una joya tan preciada
estoy en la cima del mundo cuando tomas mi mano y comprendo el camino de espinas que he tenido que recorrer para llegar a ti
no podre rendirme fácilmente ante tan hermoso designio
dame un poco de tiempo de tener mis constelaciones listas para mostrarte, que mis manos pueden crear magia, dámelo, y
corre hacia mi amor como un ave en primavera que emprende vuelo
solo dime que extienda mis alas y estaré allí al amanecer, solo dime que estas lista y estaré allí
pues nuestros destinos desde un principio están ligados por la magia.
🎩
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empyreansdream · 2 months
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Más alla de la sinceridad
¿Qué es la humanidad, sino una catedral a punto de ser consumida por las llamas? ¿Quién queda para acoger las plegarias y el dolor de los hombres cuando hemos sembrado caos y devastación? ¿Sobre qué altar debería postrarse quién pide clemencia por los errores de otro?
Todos los hombres están situados en uno de los dos brazos de una balanza rota. En un lado de la balanza, se encuentra nuestra humanidad; en otro, curiosamente, está toda la sangre que hemos derramado para conseguirla.
Cuando Dios hizo a la humanidad, no fue consciente de que su amor nos brindaría violencia. No supo que nosotros, al igual que él, sentiríamos que no tenemos un hogar de verdad. Así pues, Dios emprendió el camino para perdonarse a sí mismo tras habernos creado: se deshizo de su dolor y de sus posesiones en busca de una salvación que nunca le habíamos pedido. Nuestro perdón quedó grabado en el suelo, en todas y cada una de las pisadas que Él dio mientras hacía su último viaje por nosotros. La lluvia y el paso del tiempo barrieron esas huellas de la tierra, y cuando Dios hizo su camino de vuelta comprendió que éramos su creación fallida.
Desde entonces, nada ha cambiado. La humanidad no es más que un anciano que teje mientras observa el paisaje, siempre a la sombra del olvido que llegará algún día. Siempre al amparo de la soledad y la enfermedad.
«Dios es el cuadro desfigurado de un artista que sólo puede alcanzar la fama tras su muerte. Es el escrito en braille que recopila nuestros pecados, desde el albor de los tiempos hasta nuestro amanecer final. Somos tan responsables de haber creado a Dios como lo es Él de habernos creado a nosotros.»
¿Cuál es el miedo y el acto más humano? ¿Recopilar una vida entera bajo una carta de amor al olvido? ¿Luchar por la honestidad mientras la asesinas poco a poco?
Tenemos suerte de que los espejos nunca pueden mostrar la fealdad del interior. Si pudiéramos ver lo desagradable que es todo cuanto sentimos, los hombres romperían todos los espejos que hay, y el mundo avanzaría y el sol saldría a la mañana siguiente como si nada hubiera pasado. Como si la fiera que vive en nosotros tuviera que permanecer confinada en nuestro interior, para siempre. Como si el pilar que sostiene nuestro mundo fuera a caer en el instante en el que admitamos que tenemos sangre en las manos. Sangre que es difícil de lavar.
Y, sin embargo, perdura nuestra humanidad. La melodía que supone vivir suena con fuerza, imposible de acallar. La violencia y el amor no son opuestos: más bien son imágenes quirales. Tan iguales y, sin embargo, tan difíciles de superponer. Tan diferentes, —y tan destinados a encajar—, como el destino y la casualidad. Mi amor por ella también perdura.
Somos un huracán que rebosa misericordia y que, sin embargo, es incapaz de frenar a tiempo antes de tocar tierra y arrasar con todo. Y luego nos encontramos con lo desagradable que es nuestra propia naturaleza destructiva, antes de volver a causarle dolor a los demás.
El miedo a ser olvidado es una lanza; una que, tarde o temprano, atraviesa el costado de todos los hombres. Y a pesar de no ser una lanza de verdad, hay quiénes están totalmente dispuestos a morir por ella. Yo no soy así. Viviré, y ninguna herida psicológica me hundirá nunca más. Debo ser mejor y, ante todo, debo ser alguien nuevo para ella.
Ella es el murmullo sagrado que viaja por las 7 maravillas de la humanidad. Ella es la vía y es el medio. Ella es el dolor que está echando raíces en mi alma, y las flores que deja tras sanarla. Ella es el viento, las hojas caducas y las aves que anuncian la llegada de un nuevo día. Ella es el sonido de los barcos llegando a puerto. Ella es la cumbre de mis picos nevados; la bandera que encarna mi nación, el ataúd al que se dirigen todas mis inquietudes. Ella es fuego sobre escarcha. Es la luna y el sol, las mareas y el viento. Es una lanza que atraviesa el arcoíris y esparce sobre mis cielos todo el espectro de colores. Ella es absoluta y pura devastación. Tiniebla compacta y rayo de esperanza.
Y yo…yo soy un mapa con todos aquellos lugares en los que me quedan sueños por cumplir. Soy el caballete roto que aún sostiene El Nacimiento de Venus; la última promesa que los apóstoles no lograron cumplir con Jesús. Soy mi propia resiliencia y espiritualidad. Soy una amalgama de miedos, y el más grande de ellos es no llegar a ser un buen hombre.
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Desde la distancia, mis palabras vuelan hacia ti, como suspiros que anhelan encontrarse con tu presencia. Si tan solo pudiera tener el don de la teleportación, no dudaría ni un segundo en desafiar las leyes del espacio y el tiempo, solo para estar a tu lado y compartir contigo cada pensamiento, cada emoción y cada instante de mi vida.
Imagino cómo sería si estuvieras aquí, cómo la magia de tu sonrisa iluminaría cada rincón de la habitación, convirtiendo el mundo en un lugar más brillante. Tus ojos, esos ojos que parecen dos luceros que guían mi camino, reflejarían el brillo de la complicidad y la ternura compartida. Tus manos, delicadas y cálidas, entrelazadas con las mías, transmitirían esa conexión profunda y etérea que solo se encuentra en los sueños más hermosos.
Quisiera tener la oportunidad de contarte todo lo que llevo en el corazón. Cada palabra, cada confesión, cada pensamiento que ha sido moldeado por tu influencia. Eres el epicentro de mi inspiración, la musa que despierta la creatividad en lo más profundo de mi ser. Tu mera existencia es como una obra de arte que embellece mi vida y enciende la llama de la pasión en cada una de mis letras.
Si estuvieras aquí, compartiría contigo los momentos más simples y a la vez los más significativos. Un paseo, sintiendo el aire acariciando nuestros rostros y escuchando el sonido de las aves, nos transportaría a un universo de complicidad y tranquilidad. Observaríamos juntos el atardecer, sus colores cálidos tiñendo el horizonte, mientras nuestros corazones se funden en un abrazo silencioso pero lleno de significado.
Pero aunque la distancia nos separe físicamente, quiero que sepas que mi sentimiento y mi admiración por ti nunca disminuyen. Cada palabra que escribo, cada verso que nace de mi pluma, lleva impregnada la esencia de mi deseo de tenerte cerca. Eres la musa de mis letras, la luz que guía mis pensamientos, y aunque no estés aquí físicamente, siempre estarás presente en cada palabra que escribo, en cada suspiro que doy.
Entonces, mientras el universo conspira para acortar la distancia que nos separa, seguiré escribiendo, expresando en cada línea la añoranza que siento. Porque, aunque quisiera estar contigo en este mismo instante, siempre encontraré refugio en el poder de las palabras, en la capacidad de evocar tu imagen y mantener viva la esperanza de que un día nuestros caminos se cruzarán nuevamente.
Podría escribirte un sinfín de cosas, pero por ahora, permíteme cerrar los ojos y enviarte mis pensamientos más hermosos, como mensajes en una botella lanzada al océano de nuestros sueños compartidos. Hasta que el destino decida reunirnos, seguiré anhelando el momento en que estés aquí, junto a mí, para compartir nuestras historias, nuestros secretos y el amor que late en cada latido de nuestros corazones.
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