Tumgik
#ESTO POR NO HABER ESTADO MIRANDO DESDE EL COMIENZO
elbiotipo · 1 year
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BRASIL SPEAK TO ME
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sidlyrics · 1 year
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billboard - El grupo de J-rock SID habla de su historia de 20 años y de su reciente renacer: entrevista
El grupo acaba de lanzar la SID 20th Anniversary BOX, un set de 15 CDs que cubre la historia del grupo.
Este año SID celebró su vigésimo aniversario. El grupo de cuatro miembros, formado por Mao (voz), Shinji (guitarra), Aki (bajo) y Yuuya (batería) lanzó su primer álbum, Renai, en 2004. En 2008 hicieron su debut como major bajo el sello de Sony Music con la canción de apertura del anime para televisión Kuroshitsuji (Black Butler). Desde entonces, han lanzado álbumes con regularidad y actuado en solitario en estadios al aire libre y cubiertos, estableciendo una sólida carrera. Sin embargo, debido a los problemas de salud que afectan a Mao, el grupo dejó de actuar en directo en enero de 2022. Un año después, este enero, el grupo regresó a los escenarios con un concierto exclusivo para los miembros de su club de fans oficial, un comienzo crucial para su hito del vigésimo aniversario. "Fue una actuación muy conmovedora. Creo que la recordaré el resto de mi vida, porque pude ver de nuevo a nuestros fans tras la pandemia y tras haber luchado contra mis propios problemas de salud", dijo Mao. "Me sentía como que me había enfrentado a dos retos enormes al mismo tiempo. Es por eso que, en lugar de mirar atrás, quería asegurarme de que dentro de 10 o 20 años, cuando lo recuerde, me haga sentir como que he sacado el máximo partido de esas experiencias. Espero que nuestros fans también hayan comprendido que durante el tiempo en el que hemos estado separados, hemos seguido trabajando duro y mirando hacia el futuro". Shinji añadió, "A pesar de todo el tiempo que ha pasado, el ritmo en el que entramos como grupo ha sido muy divertido. La forma en la que se entremezclaron la batería y el bajo ha sido mejor que nunca, y después la guitarra, que sonaba por encima, tenía una enorme libertad, así que tocar ha sido la bomba. En canciones como 'Toge to Neko', la parte rítmica coge el ritmo, así que la guitarra puede hacer lo que sea. Me sentí como si me sumergiera en mi propio mundo". Algunos de los integrantes del grupo también se han estado dedicando activamente a sus proyectos en solitario al mismo tiempo. Aki, compositor de SID y bajista, también canta y escribe las letras para su proyecto en solitario. "En el tiempo en el que SID no ha estado actuando en directo, cada uno de nosotros ha ido en su propia dirección individual, pero todos hemos seguido con nuestras actividades musicales, y todos hemos vuelto a donde debemos estar. No puedo ocultar la verdad a los ojos de nuestros fans, o a sus oídos, así que incluso durante ese período entremedias, pulí mis propias habilidades porque sabía que cuando volviera a SID necesitaría poder actuar mejor que nunca. De otro modo, estaría haciéndolo al revés. Espero que nuestros fans hayan podido ver los frutos de estos esfuerzos en el concierto de enero de SID". En abril SID empezará una gira de su último álbum, el tan esperado Umibe. Yuuya habló sobre sus expectativas para el tour. "Lanzamos Umibe hace un año. No es común hacer una gira de un álbum que los fans han tenido tanto tiempo de escuchar a fondo. Es por eso que en nuestros conciertos tendremos que dar el máximo de nosotros mismos simplemente tocando la música. Y lo que es más, parece que el público no tendrá que estar en silencio durante el concierto, así que será una auténtica vuelta a los orígenes. Quizás empezar la gira de Umibe en abril de este año haya sido desde el principio el mejor desenlace posible. Las cosas que en su momento dábamos por hecho pasaron a ser una rareza, así que esta nueva libertad hará que el espectáculo sea más conmovedor y potente si cabe". En conmemoración por el vigésimo aniversario de SID, el grupo ha lanzado la SID 20th Anniversary BOX, una caja con un set recopilatorio completo en 15 CDs que abarca toda la historia del grupo. Además de todos los álbumes de SID, desde Renai hasta Umibe, también incluye el CD Side A complete collection con las canciones principales de los singles que no aparecen en ningún otro de sus álbumes y el CD Side B complete collection con las segundas pistas de los singles que han lanzado desde su debut como major. El set también contiene un Blu-ray con 40 videoclips, un folleto con las letras de todas sus canciones, y más. La SID 20th Anniversary BOX está a la altura de su nombre, conmemorando los esfuerzos del grupo a lo largo de los años. Mao nos contó cómo se concibió el set. "Lo que condujo a esta decisión es que tanto nosotros como el staff estábamos hablando de que sería genial si hubiera un set que hiciera posible que nuestros fans echasen la vista atrás y recordasen todas las diferentes cosas que hemos lanzado. Los CDs ya no venden, así que nuestro equipo le dio muchas vueltas a qué valor añadido le podíamos dar a los CDs. Creo que hemos conseguido algo bastante maravilloso". Así pues, echando la vista atrás a los 20 años de historia de SID, ¿cuáles creen los integrantes que han sido los puntos de inflexión del grupo? "Una de las cosas que se me viene inmediatamente a la mente es nuestro primer álbum, Renai", dijo Shinji. "Teníamos tan poco tiempo que íbamos repensando las melodías en el tren. Pensando ahora en ello, no puedo creer lo que fuimos capaces de conseguir. Tenía un aire totalmente casero, pero eso es lo que lo hizo tan valioso. Realmente se sienten la sangre, el sudor y lágrimas que le echamos. Cada vez que hacemos un álbum lo llenamos de lo que queremos hacer como grupo, pero esto se deja sentir con especial intensidad en nuestro primer álbum". Yuuya rememoró el decimoquinto aniversario del grupo, hace cinco años. "Durante nuestra gira 'My favorite place', que empezamos justo antes de nuestro debut con una discográfica major, visitamos salas de conciertos por todo el país, que fue donde empezamos como grupo. Compusimos un mini-álbum llamado 'Mi lugar favorito' para compartir el mensaje de que estas salas de conciertos siempre serían especiales para nosotros. También nos tomamos un descanso en 2016, pero eso simplemente nos acercó aún más cuando sacamos nuestro quinto álbum [nota: está contando desde el debut como major], NOMAD, en 2017. El año siguiente fue nuestro decimoquinto aniversario, y realmente queríamos expresar nuestra gratitud hacia nuestros fans". Aki define el álbum más reciente de SID, Umibe, como un punto de inflexión para el grupo. "Llevamos dedicándonos a la música 20 años, y creo que hemos llegado más allá de simplemente pulir nuestro sonido hasta reflejar también cierta humanidad en nuestras canciones. No nos concentramos tanto en componer la canción 'perfecta' como en componer canciones que expresen quiénes somos. No tocamos siguiendo una click track [pista de una canción con señales de audio para ayudar a sincronizar las distintas grabaciones], sino los unos a los otros, creando un sonido en directo que solo nosotros podemos hacer. Es un sonido más humano, más calido". Es como si el propio SID se hubiera convertido en un ser vivo, que respira. "Por ejemplo, al componer, los arreglos de sonido se ven afectados, hasta cierto punto, por las tendencias modernas. Eso no es malo en sí mismo. Sin embargo, ahora podemos hacer arreglos de sonido que reflejen quiénes somos -que compartan la esencia de SID. Estoy deseando ver cómo serán nuestros próximos álbumes". Cuando SID empezó, fueron elogiados por su estilo de sonido, que combinaba el rock con la esencia de las kayokyoku japonesas, las progenitoras del J-pop moderno. No obstante, el grupo se apartó finalmente de este enfoque y comenzó a explorar una mayor diversidad de sonidos. Les pregunté si alguna vez les preocupaba acordonar su propia individualidad o puntos fuertes. "No mucho. Desde el principio, SID ha sido un grupo en el que cada integrante aporta sus propios gustos musicales, así que hemos compuesto lo que ha salido de forma natural con base en cómo nos sentíamos en ese momento". Sin embargo, Mao también señala que tampoco tuvieron miedo de llegar a un punto muerto. "Por ejemplo, más o menos hasta nuestro segundo álbum, Hoshi no Miyako, tratábamos de hacernos populares como grupo de cuatro miembros, tocando en salas de conciertos, pero después de lanzar nuestro tercer álbum, play, empezamos a hacer giras en auditorios más grandes. Nuestro staff creó la tramoya y los escenarios apropiados para salas más grandes, y nos dimos cuenta de todo el apoyo que nos estaba brindando nuestro staff. Ellos, y nuestro público. Una buena actuación en directo no es algo que puedas crear tú solo con tu propio esfuerzo. Es algo que toma forma cuando también tienes un maravilloso staff y maravillosos fans. Creo que eso es algo que pudimos experimentar gracias a todo lo que cambiamos como grupo, así que me alegra que hayamos seguido evolucionando". Habiendo celebrado su vigésimo aniversario, SID ahora comienza la siguiente etapa en su historia. "Creo que seguiremos manteniéndonos al día con las últimas tendencias, pero conservando al mismo tiempo nuestra propia originalidad", dijo Yuuya. "Es difícil expresarlo en palabras simples, pero vivimos en una época en la que recibimos retroalimentación de nuestros fans a través de las redes sociales, así que espero que podamos equilibrar los elementos 'típicos de SID' que nuestros fans quieren con nuestra propia impresión de lo que es SID para crear un todo único, unificado". Mao continuó, "Las canciones que escribimos cuando éramos jóvenes tienen ciertos atributos que solo pueden proceder de la juventud, pero la otra cara de la moneda es que llevo cantando veinte años, así que hay canciones que solo mi yo actual puede cantar, canciones que mi yo más joven no habría sido capaz de sacar adelante. Lo mismo se aplica para las letras. Quiero ser capaz de escribir letras más profundas, más intensas. Hasta ahora, he rebuscado en mi propia reserva de ideas para escribir letras llenas de curiosidad, pero en el futuro quiero convertirme en un letrista que pueda escribir con mayor naturalidad, elaborando letras que contengan mi forma de pensar y de vivir. Es por eso que siempre busco diferentes tipos de música, películas y libros, viajando y enriqueciéndome como persona". Sin embargo, añadió, "Espero que podamos seguir tocando juntos muchos años más, así que espero que los cuatro sigamos gozando de buena salud y pasándonoslo bien".
Fuente // Original source (check for English version): billboard Español: Reila
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kaelablackwood · 2 years
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Volvió hoy ayer hace unas horas hace unos minutos lo volví a ver y por más que no quería dejarle de ver mi mirada se apartaba así misma de su figura con miedo a que reconociera que aún añoro su persona aún extraño su calor su mirada y lo que según yo era su amor lo volví a ver y el sonrió pero yo no le regrese ni un poco de compación por más que deseaba llorar mi mirada seguía penetrarte como una navaja mis bromas secas y serías fueron solo para la compañía que se encontraba más cerca pero al verlo subir y bajar al verlo solo tomar y llevar al verlo tomar mi corazón y alejarse donde se encontraba aquella que echo a perder toda mi creación solo me derrumbó solo sentía un hueco en el fondo de mi estómago y cuando por fin termino y se despidió no me dijo lo siento por lo que sucedió, lamento haberte roto el corazón siento que esto no resultará de la manera en la que deseábamos los dos ,no, solo murmuró gracias por cuidar a mi mascotas y se la llevó y de un beso en la mejilla sin tocarnos se marchó deprisa, apague las luces a mi alrededor y presencié la soledad de mi habitación note el silencio que se escondía desde hace poco tiempo y llore sin consuelo llore porque me dolía todo adentro llore tanto que mis ojos salieron de sus cuencos y me pidieron perdón por no poder soportar mi dolor cree mares con los sentimientos que pensé haber enterrado ya, los sentimientos que yo provoque por soñar de más, soñar con un amor que realmente no fue amor soñar que me añoraban de la misma manera que lo hacía yo y llore hasta que mi alma regreso a abrazar mi cuerpo para darme un poco de aliento para sentir que puedo sobrevivir un día más hasta ver a aquellos que me pueden consolar ya que todos lo sabemos y yo lo sé el que llame el amor de mi vida me dió a entender que por más que luche y Pelé por más que persevere y cree yo jamás me convertiría en eso que el necesito en su momento y jamás sería aquello que el contaba como el amor eterno jamás seré la persona que el busca, y lo peor de todo es que realmente ya lo sabía me sentí tan ilusa tan perdida en aquella fantasía que las noches siguientes solo me dieron pesadillas grité de furia por cada sonrisa grité de odio por no poder ser más atrevida deseaba odiarlo y decirle todo lo que sentía y hacer venganza de su poca hombría, pero no solo permanecí en estado de shock creyendo que todo lo que hacía yo era malo para los que estar a mi alrededor y solo fingía que estaba de acuerdo que deseaba que lo llenarán con palabras de muerte y dentro solo crecía el vacío a pesar de tener un íntimo amigo el problema seguía según mis deseos de desaparecer y no comprendía por qué no podía simplemente crecer odie que mi cabeza me dijera lo tonta que soy por permitirme sentirme mal cuando muy fuerte puedo ser yo y de pronto todo se me acumuló mamá me pedía las llaves de mi casa para que sola no viviera ya pero muy en el fondo todos sabíamos que solo quería quitarse carga de más y eso era agotador yo no quería ver a nadie quería ser solo yo buscar por gusto por comodidad o dolor querer no estar en silencio pero tampoco sentir que debo cuidar amo está sensación de que cuidan de mi corazón pero también odio el sentir que tonta soy por ser infantil por creer en ti. Mi corazón poco a poco pierde su ritmo y siento que la vida realmente no tiene sentido realmente me esfuerzo en seguir sonriendo seguir creyendo que todo tiene un comienzo pero no hago nada y nada pasa no creo historia no hay acción solo soy yo viviendo sola y viendo cómo pasan los años frente a la vieja gloria. Y ahora estoy aquí sentada mirando como mi habitación se torna en una habitación de memorias dónde recorre todo el año que vivimos aquí tu y yo solos frente al frío ambiguo cubiertos de una cobija de amor desnudos uno frente al otro y ahora aquí estoy sola en la misma habitación viendo cómo se desvanece ese tiempo en el que juntos peleamos un poco para permanecer a lado vuelvo a hacer todo de cero pintando las paredes y reacomodando nuestras memorias para que se vuelvan solo historia
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benismyqueen · 3 years
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Here comes the sun. 7
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A/N: ¡Solo queda una parte más y el epílogo! Disculpad si hay algún fallo o algo, no tuve tiempo de editarlo.
Advertencias: Un poco de angustia.
Palabras: 6076 (!¡)
Alina durante semanas no supo que decisión debía tomar. Al principio Blaine lo entendió, no era una decisión que debía tomarse a la ligera, pero después de tanto tiempo empezó a preocuparse.
Ella principalmente pensaba en que deseaba ella, sin pensar en nadie más, pero tenía tanto miedo de la respuesta, que siempre terminaba pensando en los deseos de Blaine, y en lo mucho que él la amaba. Era muy afortunada de tener a su lado a una persona como él.
Durante todas estas semanas también evitó a los chicos, cualquier cosa que tuviese que ver con Roger la enfurecía. A menudo vió a Mary, quién sin mencionar al rubio (sabía que algo gordo debía de haber sucedido, aunque ninguno de los chicos dió detalles), le hizo llegar lo mucho que los chicos la echaban de menos. También le hizo llegar la buena noticia de que se irían de gira mundial con su nuevo disco en dos semanas.
Eso la revolvió el estómago. Nunca habían estado tanto tiempo fuera de casa, y sabe que su padre los ama demasiado y querrá hacer una comida de despedida. Y sabe que no podrá evitar para siempre a Roger. Por mucho que le gustaría volver a verlo después de la gira, cuando hayan pasado meses, vuelva con una muchacha en su brazo, y puedan olvidar lo que se dijeron aquel día.
Pero sobre todo lo que más teme, es que al verlo pueda sentir que tomó la decisión equivocada, sentir que el tuvo razón y no cree que pueda vivir tranquila sintiendo que se equivocó. Pero no puede hacerle eso a Blaine. Él la quiere y ella le quiere. No puede arriesgar lo bueno que tiene por una persona intermitente. Por mucho que le quisiese desde los diecisiete. Ya no es una niña, y él tampoco.
Está terminando el registro de la tienda, cuendo suena el timbre que avisa de un nuevo cliente.
"Vaya, sigues viva" Brian entra con las manos en los bolsillos de sus pantalones.
"¡Brian!" No fue consciente de lo mucho que lo había echado de menos hasta ese momento. Pero rápidamente su vista vuelve a la puerta.
"He venido solo" Suelta el aire que no sabía que estaba conteniendo. "Bueno Freddie quería venir, pero necesitaba hablar contigo. ¿Cómo estás?"
Se encoge de hombros. "Estoy algo agobiada, tengo toda mi habitación desordenada, ya sabes llena de cajas... la mudanza..."
"Me refería a Roger"
"No sé si quiero hablar de él" Vuelve su vista a los papeles, esperando que Brian desista. Lo que no sabe es que después de conseguir que su amigo se abriese con él, no piensa detenerse. Nada es tan difícil como hablar con Roger.
"Él si me ha hablado de ti" Miente. Después de aquel día ignora su existencia. Si alguien menciona a la chica se vuelve silencioso y ausente. Y la otra parte del tiempo se la pasa siendo un insufrible e insoportable. Ya nadie le aguanta. Y tenía dos opciones. Hacer que ambos hablen y arreglen sus problemas, o terminar con la banda.
"¿Qué de mi?" El intento de Alina por sonar indiferente es lamentable.
"Te echa de menos" Directamente nunca mencionó esas palabras, pero es evidente. "Deberías hablar con él"
En ese momento Alina sabe lo que está haciendo. Roger nunca ha dicho eso.
"Entonces debería venir él y decírmelo. Y quizá con unas disculpas me pienso si quiero hablar con él." Brian rueda los ojos mientras suspira. No puede ser que ambos sean igual de tercos.
"¿Por qué no puedes dar el paso? Hazlo por nosotros, por los que tenemos que lidiar con su mal humor. Realmente te echa de menos. Y se arrepiente"
"Claro que no se arrepiente" Roger nunca se arrepiente de nada de lo que hace o lo que dice. Quizá si de la forma que lo hace, pero nunca por hacerlo. Si hace algo o dice algo es porque realmente así lo sintió en ese momento. Y a día de hoy sigue sintiendo lo que dijo a la chica. Quizá debió ser antes, o quizá de otra forma, pero siente que hizo lo que sentía, y no se arrepiente.
"¿Sabes que tu padre en unos días hará una comida de despedida?, ¿realmente dejarás que ese día sea el de vuestro incómodo reencuentro?, o mejor aún, ¿dejarás que se vaya sin arreglar las cosas?"
Si, quiso responder. Aunque sabe que lo echará muchísimo de menos, y que todas las noches tendrá la necesidad imperiosa de llamarlo, de decirle que está todo bien y que quiere a su amigo de vuelta. Pero aquel día todo cambió. Y no sabe si algún día podrán volver a estar como antes.
"No creo que sea buena idea. He tomado una decisión, necesitaba su apoyo, y él tomó su propia decisión. No hay nada más que hablar."
"Alina te lo suplico" En ese momento pudo jurar que Brian casi cae a sus pies suplicando. "Ve a verlo y haced las paces" Puede ver en sus ojos suplicantes la desesperación. "Estos últimos días ha estado actuando probablemente tres veces más el imbécil que es. Normalmente es gracioso, pero está siendo desagradable y un gilipollas. Nunca he conocido a un chico con un talento como el suyo para caer mal a los demás, y todos sabemos que de no ser por su encanto personal, ya lo habría golpeado. Así que por favor, habla con él. No te pido que seas amable, simplemente ve a verlo, para que así deje de atormentar a todo el mundo."
"Roger no es mi problema" se limita a contestar. "Y debería comportarse como un adulto y comprender que no tiene ningún derecho a decir esas cosas."
"Roger no tiene el derecho a decir el noventa por ciento de lo que sale de su boca a diario. No es como si eso lo hubiese detenido antes."
"¿Por qué le importa de todas formas? No tiene nada que ver con él."
"La cosa es..." Brian no sabe de donde está sacando la paciencia para no abrir sus ojos a la fuerza. "En su mundo, todo tiene que ver con él."
"Esto no"
"Escucha" El moreno pone sus manos sobre sus hombros. "Conozco a este chico desde que es un niño, y hasta hace muy poco ha luchado por superar unos traumas y una parte de él que aún no conoces. Y honestamente, me da igual, porque este hombre siente cosas por ti."
Omite el hecho de estar terriblemente enamorado, quiere ayudar a su amigo. No venderlo.
"Y tú no has tenido el intenso, y digo intenso disgusto de aguantarlos a ambos desde que os conocéis. Estabais tan ocupados odiandoos que érais incapaces de disfrutar del amor, complicidad y cariño que teníais en vuestros días de calma. Tampoco has tenido el placer de escucharlo hablar de ti todos los días durante años, mientras intenta llegar a un término con sus sentimientos."
Toma una profunda respiración.
"Alina. Como Roger es un maldito cobarde, vas a ser tú quien de el primer paso. Y honestamente, si no te importa sacarlo a él de su miseria, al menos sácame a mi de la mia. Sé la indicada, por favor."
Antes de que pueda pensar siquiera en lo que está pensando contesta. "Hablaré con él."
Tal y como Brian dijo, dos días antes de dar comienzo a la gira mundial, Rich se encarga de organizar una comida. Y a pesar de lo que dijo, no habló con Roger. Quizá por eso está tan nerviosa de camino a casa, lleva algo más de un mes sin verlo.
"¿Estás bien?" La mano de Blaine aprieta su muslo.
"Si" Alina está distraída mirando por la ventanilla del coche. "Solo llegamos tarde, ya sabes lo puntual que soy y me pongo nerviosa..." Empieza a divagar poniéndose aún más nerviosa mientras Blaine se ríe.
"Cariño, es tu familia" Recuerda. "Hace tiempo que no les ves, ¿cierto? A los chicos digo"
Con todo el alboroto de la mudanza había conseguido no alarmar a Blaine, pero si que se había dado cuenta que de pronto ya no llegaba tarde a sus citas con él por ellos, Roger no la buscaba para ir al estudio y ella ya no contaba ninguna anécdota de su día cada vez que se juntaba con ellos. Pero no tuvo el corazón de preguntar por temor a la respuesta.
"Bueno, ya no soy una niña para perseguirlos a todas partes, cada uno tiene su vida y con la mudanza..." Nota como se pone aún más nerviosa lo que hace que empiece a sentir pequeñas taquicardias.
"Oye" Blaine masajea su muslo. "Tranquila, solo es una observación. Quizá deberías invitarlos a casa. Cuando ya esté todo" puntualiza.
Sabe a lo que se refiere. Durante semanas estuvo reacia a llevar sus cosas al piso. Al principio dijo que primero deberían poner todo el piso en orden y con los gustos de ambos, los muebles, la pintura de las paredes... Todo lo necesario para sentirse en casa, de alguna manera su subconsciente quería retrasar el momento de poner su ropa en el armario, y sus productos en el baño. Y eso les llevó a cambiar tres veces el color del salón, hasta que finalmente se dieron por vencidos. En ese salón y con esos colores jamás podría bailar con Blaine.
"Sí, sería genial" Miente. La única manera de que Roger entras en su casa con los pies por delante.
Su mente viaja a la habitación de casa de sus padres, están casi todas sus cosas en cajas. Casi. Es incapaz de meter algo sin echarse a llorar. Y hoy que van de visita llevarán sus cosas a casa. Finalmente.
"Mira, ya están" Llegan al viejo vecindario de sus padres y a lo largo de la calle pueden ver diversos coches desfilando, además de mucha gente asomada a la ventana.
No sabe como consigue hacer que sus piernas funcionen correctamente hasta la puerta, pero no tiene tiempo de recuperarse de su nudo en el pecho cuando Blaine llama a la puerta.
"Alina" Los brazos de Vicky la sujetan con fuerza y abrazan su cuerpo temblando.
Cuando cruza el umbral de la puerta escucha el murmullo del salón y el grito de su sobrino de tres años.
"¡Alina!" Deaky se levanta cuando ve a su amiga. "Demasiado tiempo"
"Siempre un placer" Brian la saluda con un movimiento de cabeza sin levantarse del sofá.
Blaine está saludando a Freddie mientras este le sirve una copa de vino tinto.
"Ey, ¿qué pasa tío?" Roger saluda a Blaine dándole una palmada en el hombro. Un buen saludo, sin duda obra de Brian. "Hola Miss desaparecida"
Tenía muchas dudas de lo que sentiría al ver a Roger después de tanto tiempo, y de como se darían las cosas. Y ahí está, frene a ella, a un paso, con su pelo rubio un poco más corto y una sonrisa tirando de sus labios. Tan jovial y despreocupado... Si no fuese por los movimientos de sus dedos que lo hace parecer ansioso.
Y ella vuelve a sentirse igual que a los diecisiete.
Las palabras 'Eres un hijo de puta, Roger' mueren en sus labios cuando siente una mano en su pierna.
"Tia, tia, tia" el pequeño Will intenta llamar su atención tirando de su pantalón. "Ya voy yo solo al baño"
Su hermana Debbie rueda los ojos divertida. Realmente se lo está diciendo a todo el mundo.
"¿En serio?" Roger corta el momento incómodo ya que Alina parece que olvida por un momento como hablar. "Mi madre aún debe acompañarme"
Will se ríe y persigue a Blaine probablemente para decirle a él también lo adulto que se siente.
Roger da un paso acercándose a ella. No parece ni furioso ni triste, pero no sabe exactamente qué decir. Abre la boca varias veces pero no dice nada. Vicky corta el incómodo momento entrando con la comida.
"Vamos, a sentarse"
Cada uno toma su sitio en la mesa, y casualmente Roger y Alina terminan en frente.
Nadie parece percatarse de sus miradas incómodas, ni sus silencios en la mesa. Rápidamente hay varias conversaciones sobre la gira y de fondo el tintineo de los cubiertos.
"¡América!, ¿quién lo diría?" Exclama Rich.
"¡Quién lo diría!, ¿verdad Alina?" Mary saca a su amiga de sus propios pensamientos. "¿Recuerdas cuando íbamos a ver a estos perdedores?"
"Solo recuerdo la bebida. Era asquerosa" Bromea con una sonrisa.
"Entonces, ¿por qué ibas?" Pregunta Blaine con una sonrisa.
"Por la música medianamente aceptable."
"Digna descripción de tu padre, Brian" Deaky bromea.
"Aún recuerdo una tarde que entré en la tienda y vi a Roger y Alina, ¿os acordáis? Estábais escuchando la demo del primer disco."
En ese momento varias cosas pasan a la vez. Roger se atraganta con el vino, Deaky y Brian se miran confundidos y Alina se pone roja mientras titubea. A todo esto Blaine les observa con el ceño fruncido.
"¡Papá!, ¡era un secreto!"
"¡Oh vamos!, han pasado años, ya ha preescrito" Rich no es del todo consciente de la bomba que acaba de soltar en la mesa.
"Pensamos que la idea era mostrárselo juntos" Deaky mira a Roger que se encoge de hombros.
"¡Realmente te emocionaste!" Freddie señala a la chica. "No puedo creer que fuese falso"
"No fue falso"
"¿Recordáis sus gritos cuando le enseñamos la cinta?" Brian les hace recordar a todos ese momento.
"Todo falso" Freddie lamenta mientras niega con la cabeza.
"Oye, realmente estáis perdiendo el foco importante. Roger fue a mostrarme la cinta. Yo no lo pedí" En ese momento sus miradas se cruzan.
"Bueno..." Con una sonrisa y la ceja alzada dice "Yo recuerdo como me quitaste la cinta de las manos."
Alina jadea.
"Tendrás valor..."
"Te dije que querían mostrártelo juntos y debía ser nuestro secreto" Un escalofrío recorre su espalda cuando dijo 'nuestro' "Y accediste"
Rich sonríe con la copa de vino en sus labios. Sin quererlo había conseguido sacar a los chicos de esa nebulosa incómoda.
"Dinos Roger, ¿cuántas veces más nos has traicionado?" Brian pregunta apoyándose en la mesa.
Antes de que Roger pueda asegurar que nunca más enseñó a la chica ningún disco, lo cual sería una mentira a medias, ya que alguna canción que le hacía extrema ilusión si que se la mostró, Alina habla.
"Bri, ¿recuerdas aquel regalo alucinante en las navidades de 1971? En verdad yo lo elegí" Roger abre desmesuradamente los ojos.
"Era un regalo alucinante." Freddie habla recordando el obsequio "Debimos sospechar que no era idea de Roger."
"Para empezar" Roger se dirige a sus amigos. "Soy perfectamente capaz de hacer regalos alucinantes. ¿A que sí?" Pregunta mirando a la chica.
En ese instante todos se pierden. No tienen ni idea de lo que está hablando.
"¿Cómo lo hiciste?" A su vuelta después de esas navidades se lo preguntó muchas veces. ¿Cómo consiguió hacerle un regalo? Pero siempre respondía lo mismo.
"Magia" Responde con una sonrisa. Blaine no se pierde la media sonrisa cómplice de Alina, ni el intento de esconder la sonrisa de Maisie. Siente que conoce más a su novia por Roger y los chicos, que por ella mima.
Blaine carraspea haciendo que la chica aparte la mirada de Roger.
"El otro día vimos el concierto" Comienza otra conversación en la que pueda ser partícipe y no sentir la conexión de Roger y su chica.
"Fue alucinante" Maisie exclama "No podía elegir una canción favorita pero keep yourself alive me recordó cuando era una niña."
"Lo sigues siendo" Maisie saca la lengua a Alina.
"Nuestra favorita fue somebody to love, ¿verdad?" Blaine mira a la chica quién se pone un poco tensa.
"En verdad disfruté mucho de 39'" Tiene una mirada cómplice con Brian. Le trae buenos recuerdos. Roger disimula una sonrisa.
"¿Pero no es raro?, ¿verdad?" Alina sabe lo que está a punto de decir pero por alguna razón mira a Roger y no lo detiene. "Quiero decir, 39 es una canción preciosa y a continuación tocáis fat bottomed girls"
"Escribí ambas" Brian no sabe si sentirse ofendido o sentir pena por Blaine que no sabe donde meterse.
Alina y Roger comparten una mirada y ambos intentan contener la risa. El rubio toma la copa de vino para disimular la sonrisa, pero cuando escucha la pequeña risa de Alina no aguanta más y se le escapa una carcajada haciendo que el vino se le salga por la nariz. Entonces Alina empieza a reirse más fuerte.
"Lo siento" Entre risas Roger se disculpa mientras se limpia con la servilleta.
Brian esta vez está encantado de ser él, el que corte el silencio tenso en la mesa. Sabía que no había manera en el mundo de que Roger y Alina estuviesen juntos y fuesen incapaces de seguir teniendo esa conexión. El amor está ahí, en los pequeños detalles.
Roger y Alina siguen compartiendo miradas cómplices aunque no participan en la conversación.
En algún momento alguien pone música de fondo, tal y como hacían en todas las reuniones.
"¡Alina!, escucha" Maisie grita mientras sube un poco más el volumen. Todos se callan expectantes hasta que escuchan la canción.
Un escalofrío le recorre el cuerpo y siente un sudor frío por su espalda. Llevaba tiempo sin escucharla.
Here comes the sun.
"¿Recordáis su obsesión con esta canción?"
"Siempre la ponía en todas partes" Mary sonríe con el recuerdo.
"Tengo la teoría de que cada vez que se quedaba en silencio, escuchaba esa canción en su cabeza" Freddie asiente a las palabras de Brian.
"Siempre llevaba esa cinta, nos la ponía en la furgoneta" Deaky recuerda haciendo sonreír a Roger.
"La cantaba siempre. No había forma de escuchar la canción y no asociarla con ella" Rich pone de nuevo el vinilo, repitiendo la canción.
Y toda la conversación se ve interrumpida por Blaine. "¿En serio?"
"¿Nunca te puso la canción?" Maisie pregunta incrédula. Roger mira a la chica con el ceño fruncido.
"No" Casi suena más a pregunta.
"Tampoco es tan importante" Alina se pone realmente nerviosa, igual que en el coche. "Solo es una canción"
"Eras muy pesada" Recuerda Maisie.
"Cállate" Esta vez suena más agresiva.
"Pero Alina" Maisie frunce el ceño. "Pero si cantabas esa canción con todo el mundo"
Blaine la mira preocupado.
"Bueno, nosotros hemos compartido muchas canciones"
Alina siente que está a punto de ponerse a llorar. Se siente acorralada, y siente que no está siendo sincera.
"Bueno" Vicky se levanta de la mesa intenta ayudar a su hija. "¿Quién de mis tres hermosas hijas será la que me ayude a recoger los platos?"
"Bueno, Alina llegó tarde a propósito para no poner la mesa, sería lo justo que ella te ayude." Debbie bromea para romper el hielo. Alina no contesta, se levanta y casi corriendo huye a la cocina. Roger siente el impulso de seguirla, pero siente la mano de Freddie en su muslo y no lo hace.
"Está bien cariño, ¿qué ocurre?" Vicky cierra la puerta de la cocina tras ella. Alina está con la vista en el fregadero lleno de platos y cubiertos sucios. Si hace unos segundos sentía un nudo en el pecho y los ojos llenos de lágrimas, ahora siente que hiperventila, le cuesta respirar y sabe que si empieza a llorar, no podrá parar.
"No sé mamá..."
"Está bien, está bien" Coge a su hija en sus brazos y la abraza fuerte. "Está bien mi amor. Ven, siéntate"
Las lágrimas corren por sus mejillas y se sienta en la silla obligada por su madre.
"Estás pasando por una mudanza, te vas a vivir con un chico increíble y estás a punto de empezar una vida como mujer. Está bien. Es duro irte de casa, pero seguimos siendo tu familia, no nos iremos a ninguna parte" Alina niega con la cabeza incapaz de decir algo. "¿Recuerdas cuando se fue Debbie? Siempre venía a dormir los fines de semana aquí, hasta que se sintió lista. Está bien. Sentirte como te sientes está bien."
No sabe lo mucho que necesitaba oir esas palabras. Durante semanas había retenido todos sus sentimientos, y lo había conseguido porque siempre venía un día posterior donde seguía durmiendo en su cama, entre sus cuatro paredes, y aún podía soñar que tenía diecisiete años y que al día siguiente podría ir al estudio con los chicos. Pero esos días se acabaron, ahora su vida sería diferente y no estaba lista. Y sabe que no debería sentirse así. Debería tener miedo por todo lo que puede salir mal, pero no sentir que está tomando la decisión equivocada.
"¿Tú te sentiste así?"
Vicky no tiene el corazón de ser sincera ni de contestar esa pregunta.
"No todos vivimos las mismas situaciones igual."
Vicky fue feliz el día que durmió con Rich por primera vez en su hogar. Pero la diferencia es que su hogar nunca fueron cuatro paredes. Su hogar era donde el corazón de Rich y sus hijas estaba. Da igual en esa casa, que debajo del peor puente de un barrio pobre de Londres.
"No debería ser doloroso"
"No. No debería. Seguir esto" Pone su mano sobre el pecho de su hija, donde reside su corazón. "Nunca puede ser doloroso."
"Siento que si hago lo que siento haré daño a la gente que me quiere." Por primera vez se sincera con su madre. Todos sus miedos, y todo el dolor que siente en su pecho. Y todo lleva un nombre.
Por un momento piensa que todo es culpa de Roger, que si tan solo no hubiese sido tan egoísta de decir lo que siente en el momento menos indicado, ella no se sentiría así ahora. Por su culpa siente que debe pensar en él, y vuelve a sentir todo lo que sintió por él. Pero una pequeña parte de ella siente que puede que tenga razón. Que puede que esté equivocada, que todos los caminos siempre le han llevado a él. Siempre él.
"La gente que te quiere te seguirá queriendo. Es inevitable que nadie salga herido. Lo único que quiero es que no seas tú. No mereces sentirte así.
"Si, lo merezco" Se le rompe la voz y las lágrimas vuelven a llenar sus ojos. "Lo merezco"
"No cariño, no" Vicky vuelve a pasar los brazos por su cuerpo, abrazándola.
Lo merece. Debe ser sincera con Blaine, y no lo ha sido. Quizá en un principio no lo fué de manera inconsciente, pero ahora es consciente. Sus sentimientos que se habían quedado dormidos, después del toque de Roger habían despertado más furiosos que nunca. La queman por dentro y con más fuerza cada vez que intenta retenerlos.
"Eres mi hija. Y ninguna de mis hijas lo merecen."
"Tú eres mi madre, tu deber es apoyarme siempre. No eres objetiva"
"Como soy tu madre, te conozco" Sin ser demasiado explícita sabe lo que intenta decir. Sabe a lo que se refiere. "Te conozco mi niña"
Esta vez es Alina la que abraza a su madre. En algún momento la hace daño de lo fuerte que tiene sus brazos en su cintura, pero no se queja. Poco a poco sus brazos se relajan y permiten que Vicky se mueva un poco. Alina ya ha dejado de llorar y se apoya con un brazo sobre la mesa.
Su madre se da la vuelta y empieza a fregar en un silencio cómodo. Quiere ayudarla, pero cree que por mucho que pueda decir, no es de su boca de quién necesita esas palabras. Solo puede sentarse a su lado, escucharla cuando se sienta lista, y apoyarla en todas sus decisiones. Aunque no le gusten.
"Os vi" Alina rompe el silencio mientras su madre seca con cuidado una olla. Hay algo doméstico en hacer las tareas, se siente como una niña de nuevo, y vuelve a sentir esa comodidad y confort para hablar de nuevo. "A papá y a ti"
"¿De qué hablas, cariño?"
"Un domingo. Debíais pensar que Maisie y yo estábamos dormidas. Pero oí pasos en el salón y decidí bajar." Tiene una sonrisa mientras recuerda el momento. "Me quedé sentada en las escaleras. Estábais papá y tu bailando. Te decía algunas palabras en el oído y tu sonreías mucho. En algún momento debió cantar algunas frases de Here's comes the sun."
Vicky siente como el aire sale de sus pulmones.
"No sé cuanto tiempo estuve ahí, quizá diez minutos. Maisie se despertó y dejásteis de bailar."
Vicky ahora entiende un poco su obsesión con esa canción. Pero no lo entiende.
"No lo recuerdo, cariño"
"¿Qué?"
"No recuerdo. No sé, no recuerdo todas las mañanas de domingo de nuestras vidas"
El corazón de Alina se hunde. Para ella es un recuerdo precioso. Quizá el momento en el que se dió cuenta del gran amor de sus padres, y para ella es muy importante. No entiende como su madre puede no recordarlo.
"Pero mamá..."
"No entiendo por qué es tan importante, cariño, hemos tenido muchos bailes."
"Pero..."
Vicky deja de secar todos los cubiertos y se sienta en la silla a su lado
"Cariño. A esto me refería." Vicky empieza a entender un poco más a su hija. Toma su mano sobre la mesa y la acaricia. "Para mi ese baile no es importante, no significó nada. ¿Sabes por qué? He tenido millones de bailes con tu padre."
"Pero estábais felices"
"Bueno, gracias a dios siempre soy feliz con tu padre. Escúchame" Aprieta su mano y sonríe a su dulce niña. "Para mi todos los días son días extraordinarios. Tu padre siempre me hace sentir la mujer más afortunada del mundo, y siempre todos los días me demuestra todo su amor. Por eso ese baile no lo recuerdo, me es imposible recordar todos los buenos momentos porque para mi, desde que lo conocí me siento inmensamente feliz. Y todos los días me recuerda lo mucho que nos amamos. Lo que no entiendo es que significase tanto para ti."
"Me di cuenta de que os amábais. No sé." Frunce el ceño. Ahora no sabe que fue lo que marcó tanto ese recuerdo. "Simplemente os vi felices."
"Pues cariño. Eso es lo que deseo para ti. No deseo que un baile sea tu recuerdo más feliz. Deseo que vivas tantos momentos felices todos los días que te sea imposible recordarlos todos. Deseo que siempre seas amada, y que ames todos los días. Qué no dejes un día en blanco sin haber amado a la persona que tienes aquí." señala su corazón con el dedo. "Mereces ser feliz siempre."
Alina empieza a entender a su madre. Sabe qué quiere decir. Pero todo en su cabeza sigue siendo un lío enorme.
"Te quiero mucho mamá."
"Lo sé cariño" Esta vez se abrazan con tranquilidad. Están tan cómodas sintiendo el amor que se tienen, que no sienten cuando abren la puerta.
"Mis chicas favoritas abrazándose y no me invitan. ¿Habéis dejado de quererme?, dime Vicky, ¿me pedirás el divorcio? solo que sepas que tendrás que denunciarme, no pienso firmar esos papeles." Rich se apoya en la puerta con una sonrisa en los labios.
"Que cosas dices" Vicky se levanta arreglando el vestido.
Alina les mira con una sonrisa. Se están mirando como aquel día. Y como todos los días.
"¿Qué pasa?" Rich mira confundido a su hija y luego a su mujer. "Oye venía a decirte que no es por presión, pero siguen tus cosas en cajas en tu habitación, y hay cosas por ahí tiradas..."
"Tu padre está emocionado por convertir tu habitación en un estudio de pintura."
Rich abre la boca pero no es capaz de llevar la contraria a su esposa.
"Tranquilo papá. Está bien" Coge la indirecta y se levanta de su silla. Cuando sale por el umbral de la puerta siente que el peso sobre sus hombros ya no pesa ni duele tanto. Blaine se levanta al verla, pero se queda en el sitio cuando Alina lo detiene. "Iré a recoger las cosas. Prometí a mi padre que lo haría, tiene prisa por echarme de casa" Bromea mientras se aleja por el pasillo.
Roger y los chicos se miran confundidos. No saben que puede haber pasado en la cocina pero algo bueno debió ser. No parece la misma que entró.
"Chicos" Vicky aparece en el salón con Rich a sus espaldas. "Amo a mi hija, pero todos aquí sabemos que no podrá recoger todo ella sola. Roger hijo, ¿podrías ayudarla?" El chico se sobresalta, pero contento de tener una escusa por seguirla, se pone en pie y casi corre por el pasillo.
Alina está frente a su cama, dando la espalda a la puerta. Está mirando la pared donde hay cientos de fotos polaroid colgadas. Aún no tiene el corazón de quitarlas. La mayoría son de Mary, sus hermanas, y muchísimas de los chicos y Roger.
Roger entra a sus espaldas en silencio. Hace mucho tiempo que no sube a su habitación. Ve casi todo en cajas y como observa la pared llena de fotos. Se acerca al tocadiscos que es de las pocas cosas que aún están en su sitio, y pone de nuevo el vinilo que ya estaba colocado. Empieza a sonar Hello, Goodbye de los beatles y rueda los ojos. Su pequeña obsesión
Alina no se vuelve. Sabe quién es.
"Aquel día bebiste tanto que me tiraste la cerveza encima" Por encima de su hombro ven una de las fotos. Son Alina y Roger en la furgoneta, amos sentados mientras los demás intentaban recoger todo después del concierto en el pub. Ambos sonriendo con sus cabezas pegadas.
"No bebí tanto"
No, pero bebiste. Te sentó bastante mal."
"Fue tu culpa" con una sonrisa triste se vuelve a mirarlo y le da con el dedo índice en el pecho.
"Yo solo te di a probar, no para que te quedases la bebida y te emborrachases. Descarada" Se ríe un poco. Tiene razón. Durante semanas se burló de tener que llevarla a su casa borracha y tener que llamar a Mary para que llamase a sus padres y diría que dormiría con ella esa noche. Tampoco se olvida de que hubo un chantaje para que fuese a conocer a su madre con ese momento.
"Me ha dicho tu madre que te ayude. No confía en que seas capaz de hacerlo tú sola"
"Me conoce bien" Vuelve otra vez su vista a las cajas. "Quizá puedas meter lo que haya en mi cómoda en una caja."
Alina toma una de las cajas y abre el armario. Suspira pero empieza a sacar la ropa y doblarla.
"Tenías razón. El otro día." Roger abre el primer cajón mientras se sienta en la cama. "Fui un hijo de puta"
"No quise decir eso" Ambos evitan mirarse y poco a poco llenan cajas de sus pertenencias.
"Lo hiciste. Y me comporté como un cabrón así que no te lo tengo en cuenta." Piensa que debería pedir perdón pero no lo hace.
"Está bien."
Roger encuentra en el cajón la vieja libreta que le regaló en aquellas navidades. Sonríe y abre la abre. Pero está vacía. Frunce el ceño.
"¿No la has usado?" Está bastante ofendido.
Alina se gira confundida. Cuando ve la libreta suspira.
"No sabía para que usarla. Estoy esperando a una buena idea."
Mete la libreta en la caja que lleva un "Imprescindible" escrito a rotulador. Se ríe negando con la cabeza.
"¿Sabes lo que significa imprescindible? Ahí debería de ir mis tarjetas, datos médicos y esa clase de cosas."
"Mi libreta es imprescindible." Niega con la cabeza y sigue sacando ropa del armario. Sabe que da igual que cajas lleve hoy, porque todo está mal repartido, y no le importa. Roger es un desastre.
"¿Tus vinilos y casettes?" pregunta viendo sus baldas.
"Esos a la caja de música. Creo que está al lado de la puerta."
Poco a poco saca todos los vinilos y los casettes. La mayoría son de queen, de los beatles, abba y algunos grupos de rock, seguramente regalos de su padre. También hay algunos de algún grupo indie que sin duda sería regalos de Blaine. Pero reconoce uno. Es un casette sin foto ni pegatina. Lo reconoce porque es el que él la regaló en navidad. Sin que se de cuenta lo mete en la caja de imprescindible.
En ese momento se acuerda de algo
"Alina" la última vez que la llamó así estaban discutiendo y la forma en la que lo dijo le paró el corazón. Pero ahora era suave, como un susurro. "Tengo algo para ti"
Ambos se sientan en la cama, mientras Roger saca algo del bolsillo de su pantalón. "Brian el otro día lo encontró en mi coche y creo que rodó los ojos tan fuerte que casi se le quedan mirando hacia la nuca." Deja una cinta casette en sus manos. Es su cinta. La que llevaba a todas partes.
"Pensé que la habías perdido" Hacía años que la puso en la vieja furgoneta y se la olvidó allí. Cometió el error de decírselo a Roger y este se la quedó. Estuvo meses suplicando por su cinta y él siempre respondía "Si tanto la quieres no la andarías olvidando por ahí. Ahora tiene nuevo dueño", o "Si la quieres, gánatela"
"¿Cómo podría perderla?" Frunce el ceño. "Simplemente la he mantenido a salvo." No quiere admitir que alguna vez la ha escuchado en su coche y ha cantado Here comes the sun con una sonrisa. "Pero te pertenece."
"No que va. Es tuya. Tu lo dijiste, ahora tiene dueño" Alina devuelve la cinta a sus manos. "Además no la necesito, hace siglos que no la escucho."
"Oh, deberías. Mejora con el tiempo."
Alina niega con la cabeza con una sonrisa.
"Quédatela. Además ya no la necesito. Ahora Blaine es quién te lleva en el coche así que..."
"¿Estás dando por hecho que no me llevarás nunca más en tu coche?"
"¿Estás dando por hecho que no me llevarás nunca más en tu coche?"
"Bueno... No lo sé" No sabe que responder. Si fuese por él se la llevaría ahora mismo lejos de ahí. Pero no pueden.
De fondo cambia la música del tocadiscos. I want to hold your hand. Y ambos recuerdan aquella tarde en la tienda. No se mueven, saben que deberían seguir empacando, pero ninguno tiene las ganas.
"Te echaré de menos" Roger se vuelve a ver a la chica cuando habla. "Ahora que sois famosos y eso, será todo más difícil. Os espera una vida divertida y algo loca."
"Si. Supongo" Si por el fuera, elegiría esta vida mil veces.
"Os espera la mejor parte"
"A ti también" Roger dice automáticamente, casi sin pensar. "Oye" Toma una de sus manos entre las suyas. "Sé que estás dando un paso enorme mudándote y Blaine es un buen tio aunque sea un poco imbécil... Pero quiero que me escuches algo."
Por primera vez Alina le escucha. Sin peros.
"A ti también te espera la mejor parte. Eres jóven, Miss dancing queen. Y quiero que salgas. La vida ahí fuera es maravillosa. Quiero que conozcas gente, que bailes hasta no sentir los pies, que cantes hasta quedarte afónica. Que cantes tu canción favorita y beses a un extraño en un pub. Siempre he ido de un palo al otro pensando que era jóven, y no me arrepiento de nada. Quiero que tú también vivas esa vida, Alina. Sin ataduras. Que corras los riesgos. Y cuando tengas que comprometerte con alguien lo hagas. Pero después de vivir todo lo que puedas. Esto es todo lo que puedo desear a alguien a quién quiero muchísimo." Sus ojos no se apartan de los suyos, y puede notar las lágrimas de Alina en ellos. "Quiero que cuando seamos viejos podamos recordar las mejores partes de nuestra vida y podamos decir que disfrutamos todo lo posible."
Recuerda sus palabras tiempo atrás. "En todos los momentos más felices de mi vida tu estás en ellos" y ahora sabe que él también está en los suyos.
"Quizá por eso me enfadé tanto aquel día." Roger mete un mechón de pelo detrás de su oreja. "Quería que vivieses la vida al máximo. Y que no te conformes con menos de lo que crees merecer." Sabe que está entrando de nuevo en terreno pantanoso, así que pisa con pies de plomo sobre sus próximas palabras. "Solo... No quiero que te conformes con alguien que te trata como un Seat 127 cuando eres un Dodge Challenger"
Llegados a ese punto, Alina consigue retener las lágrimas, y con confusión lo mira.
"¿Me estás comparando con un coche?" No sabe si reír o llorar cuando Roger responde serio y con toda la sinceridad del mundo.
"Bueno... I'm in love with my car" Una sonrisa escapa de sus labios antes de abrazarla.
CONTINUACIÓN
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armylovelyjm · 3 years
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j-hope: "No soy el tipo de persona que se conforma con su vida tal como es"
Entrevista del lanzamiento del álbum de BTS Butter
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J-hope mismo no ha cambiado desde los días previos a su debut. La forma en que trata a los demás, lo que siente por BTS, su pasión por el baile, no han ido a ningún lado; sólo ha cambiado su amplitud, junto con la amplitud de sus creencias profundamente arraigadas, su voluntad y sus sueños.
"butter" ha sido una gran sensación en los Estados Unidos.
j-hope: Trabajé duro preparándome para ello, pero cada vez que trato de abrazar un éxito no deseado, en mi mente siempre estoy como...Es como mitad felicidad, mitad sentimiento que me hace pensar seriamente en lo que logré. Hay un sentido de responsabilidad que acompaña a un logro tan honorable. ARMY ha hecho mucho para mantenernos en el número uno, y estoy increíblemente agradecido por eso. Al mismo tiempo, también me di cuenta de que nuestros nombres se están dando a conocer a más personas en el mundo de la música pop estadounidense.
Parece que cuanto mayor es el éxito, más cosas terminas pensando.
j-hope: En el pasado simplemente lo aceptaba humildemente, y era algo por lo que trabajaba duro, así que estaba feliz de aceptarlo, y eso era algo inmaduro, supongo, pero ahora es diferente. He trabajado constantemente durante más de ocho años y no ha sido fácil lograr tanto en ese tiempo. Así que a partir de ahora voy a poner un signo de interrogación sobre cómo debo continuar y mantener las cosas como están y qué actitud y postura debo tener en este momento. Es una tarea que aún no he podido descifrar, básicamente.
¿Qué efecto tienen esos pensamientos en la forma en que te expresas como artista?
j-hope: También soy intérprete, y no creo que me tome a la ligera ninguna actuación. Desde que hicimos "Dynamite", la cantidad de veces que repaso mis interpretaciones después de que terminaron ha aumentado. Sentí que soy responsable de hacer que los bailes se destaquen, así que pensé que tenía que hacer todo lo posible por ese aspecto. No querrás tener un desempeño deficiente en una actuación cuando tanta gente te está enviando su amor. Todos y cada uno de los miembros piensan que sí, y creo que hemos creado una atmósfera para nuestras prácticas en la que podemos ver cuán importantes son estas cosas. Después de todo, incluso si no nos lo mostramos unos a otros, todos sabemos lo importante que es practicar nuestras interpretaciones.
Parece que debe haber una atmósfera de comprensión en el estudio de práctica.
j-hope: Solíamos tener que practicar durante mucho tiempo, una y otra vez, para sincronizarnos entre nosotros. Practicamos durante unas 10 horas, revisábamos nuestras actuaciones, nos tomábamos un descanso y luego volvíamos a hacerlo, descansaba un poco más y lo hacíamos de nuevo. Eso fue entonces, pero ahora, después de toda esa experiencia, cada miembro sabe dónde debe enfocarse, así que coordinamos nuestras disposiciones y hacemos avances intensos y hacemos lo que tenemos que hacer hasta que sea lo correcto, y luego tomamos un descanso que realmente tomamos. Ahora ni siquiera tenemos que pensar en eso. Entonces es como, está bien, hagamos todo lo que tenemos que hacer rápidamente para que podamos darnos prisa y descansar un poco. ¿Pero esta parte no parece estar bien? Superemos esto rápidamente. Así es cómo lo hacemos. Ahora somos más eficientes en el trabajo y la práctica.
¿Eso también tuvo un efecto en ti individualmente? A medida que piensa más en sus interpretaciones, las partes en las que se concentra pueden cambiar.
j-hope: El baile es importante, pero creo que me di cuenta de lo importante que es el aspecto visual. La razón por la que cambio mi peinado o lo que sea tan a menudo en estos días es porque quiero que mi apariencia se mezcle naturalmente con la canción. Como siempre he sido bailarín, seguí trabajando duro en las cosas que podía hacer mejor. Pero obviamente es importante no exagerar con las imágenes, así que lo vigilé y lo ajusté para cada actuación. Esa es la parte más importante.
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Tu baile en "Butter" es una cosa, pero también es una actuación en la que necesitas demostrar tu carácter. ¿Qué esperabas lucir?
j-hope: Quería mostrar cuánto he crecido en "Butter". El estilo es atrevido y gira en torno a trajes bien hechos a medida y todo se siente sexy. Traté de transmitir eso tanto como pude. Y aprendí mucho viendo a los miembros que son buenos expresando eso. Tomé todas las formas diferentes en las que pensé que podía probar y las derretí todas juntas, suaves como la mantequilla. (risas)
¿Qué pasa por tu mente cuando estás actuando, especialmente cuando eres el centro de atención? Como cuando haces esa pausa de baile que llama la atención llena de movimientos lentos en "Butter", o el baile disco en solitario que hiciste para la pausa de baile "Dynamite" en MMA 2020.
j-hope: Mi forma de pensar no cambia. Cuando el centro de atención está en mí, es una oportunidad para mí, en cierto modo. Es una oportunidad para mí de brillar entre nuestro equipo y sus siete increíbles miembros, por lo que siempre estoy atento a aprovechar esas oportunidades haciendo lo mejor que pueda. No debería rechazar lo que me viene y mostrar todo lo que tengo que mostrar. ARMY y el público en general serán los jueces, y si tienen algo que decir al respecto, creo que tengo que aceptarlo y corregirlo. Quiero decir que desarrollé mi propio tipo de crecimiento por mí mismo corrigiendo y practicando y corrigiendo y practicando repetidamente. Llevo mucho tiempo bailando, pero siempre siento que podría estar haciendo más, así que me esfuerzo y disfruto cuando hago algo que sale realmente bien.
Pero, si miras tu fancam "Butter", reaccionas continuamente junto con los otros miembros bailando incluso cuando no eres el foco de la cámara principal.
j-hope: No lo estoy haciendo conscientemente. Pero en estos días, cuando veo ceremonias de premios en el extranjero o actuaciones de artistas pop que han filmado en video, siento que en realidad no tienen partes muy editadas o cortes rápidos. Capturan la energía de los artistas mientras muestran toda la escena, así que siempre pienso en cómo nunca sé dónde o cómo me van a capturar en la película. Entonces, incluso cuando la cámara se enfoca principalmente en Jin, en algunos casos aún puedes verme en la parte de atrás, por lo que creo que establecer el ambiente en el fondo para no interferir con su parte es una parte extremadamente importante de una buena actuación.
Pensé que eras muy consistente. Cuando SUGA se adelanta para rapear hacia el final de la canción, sigues lanzando pequeños gritos para mejorar el estado de ánimo.
j-hope: Es divertido, ¿sabes? Haciendo eso. (risas)
Eso suena como un buen equilibrio en la medida en que puede continuar expresándose individualmente mientras se mantiene dedicado al grupo.
j-hope: Estoy de acuerdo. Creo que eso es algo que siempre tuve en la parte de atrás de mi cabeza. Pero como actúo dentro de esta estructura de grupo grande, asegurarme de no interferir con eso viene antes que nada.
La presentación de "Permission to Dance" tiene un sabor diferente al de "Butter" en ese sentido. Mientras que "Butter" le da a cada miembro su momento para brillar, "Permission to Dance" parece darle importancia al estado de ánimo general de todo el grupo. Siento que resalta tu rasgo personal de ser brillante y esperanzado.
j-hope: Cuando recibimos la canción, se me ocurrió que podía ser yo mismo en esta. No es necesario actuar; Puedo usar el sentimiento real que tengo cuando estoy en el escenario . Ese es también el mensaje al que apunta la canción, así que creo que llegó de forma natural. ¿Como si estuviera feliz, pero también al borde de las lágrimas?
Tu baile hace uso del lenguaje de señas. Aunque es un baile, también transmite lenguaje, así que imagino que hay muchas cosas a considerar.
j-hope: Sí, las hubo. Estamos transmitiendo lenguaje a pesar de que no usamos mucho lenguaje de señas en nuestros movimientos de baile. Entonces, aunque la canción es agradable y ligera en general, incluso cuando estábamos practicando decíamos cómo teníamos que asegurarnos de que los movimientos fueran perfectamente precisos. Pensamos que deberíamos entender la importancia detrás del lenguaje de señas para transmitir adecuadamente su significado. Así que pensamos que deberíamos hacer todo lo posible para hacer los movimientos correctamente y, al mismo tiempo, intentar llenar la canción con alegría y emociones positivas. Pasamos bastante tiempo integrando los movimientos en la rutina de baile, por lo que creo que pudimos mostrar nuestra actitud sobre la actuación con bastante naturalidad.
Creo que sus voces y expresiones faciales al comienzo del segundo verso de "Permission to Dance" ayudan a las personas a comprender intuitivamente qué tipo de canción es. Me hace pensar en lo que dijiste en el video "ARMY Corner Store" subido a YouTube para tu celebración FESTA 2021 del octavo aniversario del grupo: que eres las "vitaminas" del grupo.
J-hope: Y yo soy. Usé esa expresión porque siento que de manera constante e inmutable (risas) le doy buena energía al equipo. No sé si realmente soy las vitaminas o no. Mirando hacia atrás, siempre he tratado de darles buena energía y mantenerlos de buen humor, y creo que es seguro decir ahora que soy una de esas personas que se esfuerzan por mantener alta la energía de su grupo. Sin embargo, todavía me siento un poco avergonzado. (risas) No diría que no siento ninguna presión sobre la etiqueta. Los siete tenemos que actuar como uno solo para que BTS funcione, y eso siempre está en mi mente, por lo que me obliga a tener cuidado de no destacar entre el resto de ellos. Porque el equipo funciona bien cuando cada uno tiene su propio rol. Y como siempre lo tengo en cuenta cada vez que pienso, debo hacer todo lo que pueda hacer, puedo contribuir con el equipo y creo que terminé sintiéndome un poco más confiado sobre las cosas que encontré difíciles de expresar en el pasado.
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¿Hubo un impulso detrás de ese cambio?
J-hope: Sentí, y me di cuenta, exactamente lo que necesitaba hacer con mi propia identidad personal y energía justo después de lanzar mi primer mixtape. A partir de ese momento, pensé que debería expresar mis puntos de vista musicales y cosas como mi energía con regularidad, pero no de una manera intensa. Antes, a medida que pasaba el tiempo y el grupo realmente explotaba, creo que había soltado mucha presión para expresarme. Luego comencé a sentir que quería intentar expresarme a mi manera, incluso cuando el equipo lo hizo bien.
Cuando reveló su lado depresivo directamente en el tiempo desde que publicó "Dis-ease" durante el período de la pandemia hasta "Blue Side" de su mixtape, ¿fue eso también un reflejo de esa influencia?
j-hope: Las emociones de las personas cambian todos los días y también sus sentimientos y las cosas que pueden aceptar a lo largo de sus vidas, ¿verdad? Así que creo que las emociones cambiantes que sentí y llegué a aceptar a medida que el grupo crecía en popularidad también se expresa en la forma en que cambiaron mis canciones. También es algo en lo que siempre paso tiempo pensando, pero soy solo otro joven que vive su vida en este planeta. No soy realmente diferente a los demás, lo que significa que no siempre puedo ser tan brillante como lo era en Hope World . Por eso probé un enfoque diferente de las cosas que podía expresar.
¿Qué averiguaste después de probar eso?
j-hope: Terminé pensando en las sombras dentro de mí. No me di cuenta cuando estábamos promocionando, pero con todo el mundo repentinamente paralizado, tenemos todo este tiempo en el que no podemos hacer nada y puedo ver todas las sombras debajo, sentados separados en el estudio, pensando sobre el tipo de vida que he vivido, al ver las actuaciones de BTS en la televisión, creo que eso es lo que era. La cantidad de fuerza de voluntad que encontré durante este tiempo ha sido tremenda. Pensé que sería mejor usar todos esos sentimientos por completo y todos a la vez, que esas son emociones y canciones que probablemente solo podrían escribirse en este momento de todos modos, así que escribí todas esas emociones como un diario, y "Dis-ease " nació. Con "Dis-ease" como punto de partida, pensé que podría incluir cosas como mi oscuridad interior, y por eso pude lanzar "Blue Side".
¿Qué viste cuando miraste hacia adentro?
j-hope: Terminé viendo un lado de la vida real de Jung Hoseok que no podía percibir antes. Seguí pensando en lo que sería mejor para j-hope mientras trabajábamos, así que me preguntaba cómo sería la vida de Jung Hoseok en su conjunto. Mientras eso sucedía, me di cuenta de que no soy solo una persona siempre alegre, también experimento dificultades. Así que pensé que podría acercarme más a los oyentes al compartir pequeñas partes de mí que había estado escondiendo, y que sería interesante mostrarle a la gente un lado de mí que es diferente de su idea de quién es j-hope. Lo más importante es que no siento ninguna resistencia sobre quién soy en este momento. Como persona que hace música y lanza canciones sobre su vida personal, creo que todo esto es parte del proceso.
Hay una línea en "Blue Side" donde cantas, "Ahora solo quiero quemar el azul hasta la muerte". Parece que aquí también se reveló algo de tu sombra.
J-hope: Si te estás quemando hasta morir, haría mucho calor. Pero las partes que llamé azules son un lugar al que escapo conscientemente para evitar cosas. Es un lugar al que escapo en el que podría vivir con seguridad y ser devorado, pero no quiero hacer eso. Así que creo que traté de demostrar que quiero despertar mi pasión por las cosas que quería hacer, incluso si me estoy quemando hasta morir. Para ser honesto contigo, no sé exactamente cómo se me ocurrieron esas letras. Escribí esa parte hace mucho tiempo cuando estábamos de gira en el extranjero. No soy un gran bebedor, pero esas fueron las primeras letras que publiqué que escribí mientras bebía. (risas) Cuando escribo letras cuando estoy bebiendo, a menudo me arrepiento cuando las veo por la mañana, pero cuando las miro de nuevo después de un tiempo, puedo decir que son letras que solo podría escribir con los sentimientos que tengo en ese momento. Cuando lanzo ese tipo de canción, tengo algún tipo de sentimiento. Y cuando me doy retroalimentación sobre mi propia música, surge una versión de mí que es diferente a como era antes de hacer la música.
¿Hay algo más que hayas aprendido sobre ti últimamente?
J-hope: Um...yo, qué debería decir, no soy el tipo de persona que se conforma con su vida tal como es. Podría seguir viviendo como soy y hacer lo que quiera con mi vida, pero no lo sé, honestamente. Ya me han sucedido tantas cosas increíbles, pero quiero dar un paso más, como individuo y como miembro de BTS. Un día me vino un pensamiento: ¿Me he estado desafiando últimamente? ¿Fuera de hacer canciones o bailar? Pero la respuesta fue no. Así que decidí desafiarme a mí mismo y probar algunas cosas, una de las cuales era estudiar inglés. Todavía es difícil y tengo un largo camino por recorrer, pero estoy haciendo mi mejor esfuerzo dado nuestro calendario actual.
¿Qué crees que obtienes al estudiar inglés?
j-hope: Si puedo hablar en inglés, entonces puedo dar y recibir instrucciones con artistas de habla inglesa cuando trabajo en música. Mi pensamiento es que este es un canal de comunicación que puedo abrir y que abrirá más posibilidades en mi vida. Pero podría terminar siendo difícil seguir estudiando con nuestro horario actual (risas), así que aunque digo que lo haré, es posible que no pueda. Tu mente puede cambiar en cualquier momento y puedes tomar diferentes decisiones en cualquier momento, dependiendo de cómo quieras vivir tu vida. En este momento estoy tratando de hacer música por el bien de la música, desafiarme a mí mismo con las actuaciones por el bien de la interpretación y esforzarme personalmente por BTS. Y estoy trabajando duro para averiguar qué debo hacer para mis próximos pasos.
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¿Cuál imagina que será su próximo paso?
J-hope: Creo que mi próximo paso personalmente es hacer crecer nuestra música a nivel mundial. Últimamente he estado reflexionando sobre mí mismo y hay muchas cosas que quiero hacer. Yo también tengo muchos sueños. Llegar tan lejos con el grupo, ver a los otros artistas pop con los que hemos estado compitiendo en la lista de Billboard, realmente me dejó una impresión, y ahora soy más serio acerca de querer expresar algo. Entonces, por ejemplo, sueño con hacer crecer nuestra música a nivel mundial, ya que el entorno para tener una buena sinergia con artistas extranjeros ya se ha construido.
Usted, y BTS también, se han abierto camino paso a paso y ahora pueden soñar con nuevos pasos. En el video de 2021 FESTA "ARMY Corner Store", dijiste que el presente es posible solo porque BTS siguió el camino que siguió desde su canción de debut, por lo que no querías alterar nada de tu pasado. (risas) Aún así, ¿hay algo que quisieras decirle a tu yo pasado si pudieras decir solo una cosa?
j-hope: Como broma, diría, Oye, escucha esta melodía: "suave como la mantequilla", escribe eso. Si lo hace, será el número uno en Billboard . Podría hacerlo de esa manera, ¿verdad? (risas). Pero para mí, incluso las partes de mi vida que no eran buenas se convirtieron en oportunidades de crecimiento. Entonces, en lugar de decirle a mi yo pasado que arregle algo, simplemente le diría que crea en sí mismo y siga adelante con su vida como quiera, y siga trabajando duro, manteniendo las cosas como están. Aparte de eso, no tengo nada que decirle.
Entonces, ¿cómo te sientes con ARMY ahora que han subido todos esos escalones con BTS?
j-hope: ARMY es absolutamente...siento que se han convertido en un ícono. Estoy tan orgulloso de ellxs. Ellos son increíbles. ARMY también es como un artista en sí mismo. ¿Es como si fueran un gran símbolo de la época? ARMY es tan famoso como BTS ahora. Creo que nos damos buena energía y nos ayudamos a hacer algo bueno. Puede sonar obvio viniendo de un miembro de BTS, pero si fuera ARMY, nunca me avergonzaría de llamarme fan de BTS. De todos modos, lo digo en serio...quiero que siempre sepan que estoy muy, muy agradecido por ellos.
Fin del artículo 📝
Traducción por Twitter;;
@/ARMYLovelyJM 🐧
Fuente: Weverse Magazine —
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basmengrai · 3 years
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canjeo de llamada de treinta minutos.
fecha y localización: domingo por la mañana en el baño de su apartamento.
personajes: bas, feng ( su madre ), jane ( la novia de su madre, mención ), kai ( un innombrable, mención ).
@smpuntos​
al principio, no le daba mucho crédito al asunto del canjeo de puntos. es precisamente por eso que decide llevarlo a cabo. algo simple, una llamada. su ceño se frunce cuando se activa la opción en su móvil y, tras dudar unos cuantos segundos observando la pantalla, decide marcar ese número que ya se sabe de memoria. 
suena dos veces antes de que alguien conteste la llamada y, expectante a escuchar una voz que no fuera la de su madre, sujeta el móvil con fuerza. es hasta que escucha un ¿diga? del otro lado de la línea que sus labios se parten, sintiendo cómo el aire se escapa de sus pulmones, dejándolo sin habla, solo una respiración agitada que logra escucharse.
“  ¿quién habla?  ”  insiste su madre, notando el característico tono de irritación en su voz. era ella. realmente era ella. ¿cuánto tiempo tenían sin hablar? ¿un mes? ¿más?
“  mamá,  ”  jadea a falta de una voz estable.  “  ¡mamá, soy yo! soy bas. tu hijo.  ”  siente la necesidad de auto afirmárselo, un intento desesperado por aferrarse a lo que le identifica, esos rasgos que siente que podría perder en algún momento gracias a encontrarse aislado con personas que apenas conoce, lejos de sus seres queridos.  “  no tengo mucho tiempo.  ”  treinta minutos, si no recordaba mal.
hay una pausa en la línea.
“  ¡bas!  ”  parece que su madre había reconocido su voz, mientras que una sonrisa inconsciente se dibuja en su rostro, sus ojos acuosos por la emoción de poder hablar con ella una vez más. después de todo, siempre habían sido bastante cercanos.  “  ¡bas, bas! ¡hijo! ¿cómo has estado? he intentado llamarte tantas veces--  ”  es curioso, porque no suena molesta como hubiese esperado. cualquier madre estaría furiosa si su hije, de pronto, deja de contestar llamadas y mensajes por tanto tiempo y, de pronto, se comunica una vez más, pero no parecía ser el caso con ella, por algún motivo.
“  lo siento-- mi teléfono fue... ¿confiscado? no lo sé, aún no entiendo nada-- ¡ah! ¡pero realmente no tengo mucho tiempo! solo quiero que sepas que estoy bien, pero no puedo hablar con nadie--  ”  es un comienzo a su resumida explicación sobre lo que sea que esté sucediendo dentro de ese programa, está dispuesto a decir más, que supuestamente es un programa de citas para encontrar a tu alma gemela, pero fue impuesto, él no quería estar ahí. pero su madre lo interrumpe.
“  ¡lo sé! ¡jane y yo hemos estado viendo tu programa! ¡¿has estado comiendo bien?!  ¡sé que te encantan los dulces, pero tienes que comer bien. proteína, carbohidratos, vitaminas, etcétera!  ”
“  ... espera, ¡¿qué?!  ”  parpadea varias veces en señal de confusión, finalmente sentándose en la tapa del inodoro, porque tal revelación provoca que sus piernas flaqueen ligeramente.  “  ¿has...? ¡¿lo están emitiendo en tailandia también?!  ”
“  en todo el mundo, cariño.  ”  explica.  “  ¡de no haber sido por kai, ni enteradas! nos habló el otro día para decirnos que te vio en televisión, en un supuesto programa coreano de citas, o algo por el estilo. no te imaginas la sorpresa que fue para nosotras, de todas las personas en el mundo, jamás nos hubiéramos esperado que tú estuvieras en uno de esos.  ”
la realidad es que, después de la mención de kai, bas deja de escuchar las palabras de su madre. necesita un momento para sentarse en la tapa del inodoro, porque sus piernas flaquean, y la mano que sostiene el móvil comienza a temblar por igual. necesita respirar. 
respira hondo, hondo, hondo.
“  ¿bas?  ”  parece que su madre se percata de su repentino silencio, y la respiración que, nuevamente, comienza a agitarse.  “  amor, ¿qué sucede?  ”
había sido ese hijo de puta. es infeliz de mierda seguía en su vida, aún si él había hecho todo lo posible por cortarlo de la misma. ¿por qué seguía hablando con sus madres? ¿por qué estaba mirando ese programa? ¿por qué no podía dejarlo en paz, aún si no hablaban, aún si bas había literalmente salido de tailandia para alejarse de él? 
“  -- estoy bien, mamá. solo estoy-- cansado, ya sabes. escucharte es sorprendente después de, uh, tanto tiempo. creo que perdí la costumbre--  ”  miente, por supuesto, pero no quiere preocupar más a su madre. ella no podía saber. nadie podía saberlo.  “  ... ¿así que fue-- p’kai?  ”  solo el pronunciar ese nombre le repugna.
“  ay, me imagino, corazón. debes estar abrumado. ¿cuándo saldrás de ese lugar?  ”  inquiere, escuchando que su madre mete algo a su boca. usualmente le preguntaría qué come, e incluso sentiría hambre, pero solo puede percibir un vacío y un dolor en su pecho que procura ignorar.  “  sí, nos llamó el otro día ~ fue muy gracioso, no parecía muy contento de que estuvieras en un show de citas. incluso ahora sigue siendo tan protector contigo.  ” 
que se muera.
no puede hacer más que soltar una risa fingida, ¿qué más puede decirle, de todas formas? para su madre, kai es este gran amigo, casi un hermano mayor. inseparables desde niños.
“  uhm-- la verdad, aún no lo sé. creo que nadie sabe nada de este programa raro, solo terminamos aquí con teléfonos nuevos y vivimos en apartamentos con gente que no conocemos.  ”  explica sin esa energía que solía caracterizarlo.  “  -- ¿y jane?  ”  la novia de su madre, otra madre para bas.  “  ¿está por ahí?  ”  decide cambiar el tema. también le gustaría hablar con ella.
“  está trabajando ~ pero le haré saber que me llamaste, que estás bien y que le mandas saludos. ¿nos podemos comunicar contigo de alguna forma?  ”
“  mhm, gracias. sí, mándale-- saludos.  ”  aclara su garganta, entonces. su mirada clavándose en el suelo del baño donde se había encerrado para llevar a cabo esa llamada. ni siquiera sabe cuánto tiempo tiene de sobra.  “  creo que no-- hay una cosa para canjear puntos, o algo así. tengo que cumplir unas, uh, ¿actividades? no sé muy bien cómo funciona, pero si acumulo suficientes puntos, creo que puedo hacer una videollamada con ustedes.  ”
“  ¡ah, eso me encantaría! ¡estaré pendiente! ¡tengo muchas ganas de verte!  ”  exclama ella, aún pareciéndole que come algo. y bas, de pronto, se siente irritado. quiere terminar la maldita llamada. no es culpa de su madre, por supuesto, pero aquella mención terminó por arruinar su humor.  “  cuéntame, ¿has hecho amigues? ¿algún chico que llame tu atención? después de todo, es un show de citas ~  ”
“  sí, eh-- algunes. sí. he conocido a algunas personas agradables.  ”  humedece sus labios. supone que no todo es tan horrible ahí dentro. y, simplemente, decide no profundizar en la segunda pregunta.  “  mamá, creo que el tiempo se termina.  ”  es otra mentira. apenas llevaban quince minutos de llamada.
“  ¿es así? bueno, entonces llámame de nuevo cuando puedas, ¿vale? por favor, que verte en televisión es un alivio, pero te extrañamos muchísimo.  ”  
“  mhm. yo también las extraño-- estaré en contacto cuando, bueno, pueda.  ”
“  bas, ¿seguro que estás bien? sabes que puedes hablar conmigo si algo te inquieta.  ”
pausa. inhala y exhala, debatiéndose si decirle la verdad o simplemente callárselo.
“  estoy bien, mamá. te dije que solo estaba un poco-- cansado. ¿viste que hubo una tormenta? no pude dormir bien estos días y-- bueno. en fin, tengo que colgar ya.  ”
“  ¡lo vi! qué alivio que te encuentres bien, y tómate una siesta cuando puedas. ¡te amo, corazón! ¡cuídate mucho e intenta comer bien!  ”
“  yo también te amo, mamá. dile a jane lo mismo.  ”  deja escapar un suspiro. claro que le gustaría seguir hablando con ella. la adora, es su mamá, la persona a la que más quiere en el mundo. pero se sentía tan abrumado después de aquella revelación que solo desea acostarse en su bolsa de dormir y abrazar al peluche que llevaba consigo cuando se mudó.
“  también le diré a k--  ”
y bas simplemente cuelga. después podría decirle que la llamada se cortó.
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makahimetenshi · 3 years
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Nuevos Comienzos Kidma
Hace AÑOS que no escribía un fanfic, pero despues de enterarme de la tragedia (por mera curiosidad fue) de que Soul y Maka en el manga terminaron siendo los super mega mejores amigos, hyper mejores amigos, #BESTFRIEND4LIFE me pego un hate del horror, se acababan de cagar en mi infancia y todo lo que creía y amaba y todo lo que los fans amábamos, me cago en japon ojala les den con una bomba otra vez y mueran por arruinar mi shipping numero 2 de la vida y la existencia (el primero es LinaxGourry de Slayers) ESE SHIPPING ES MI IDENTIDAD Y LA JODIERON.
En fin, me pegue el hate y me puse a leer fanfics para volver a mi mundo de fantasia y amor donde Soul y Maka terminan juntos, pero en eso encontré de KidxMaka, un shipping que no me acuerdo por que escena, y eso que la estuve buscando anoche, me encantaba, nunca pude aceptar el KidxChrona, me daba todo el asquito del mundo, KidxMaka es mucho mas emotivo hombre.
Bueno, me dejo de llorar, aquí va el fanfic.
Francamente no se sabe cuando paso, del paso de los 16 a los 17 Maka dejo de sentirse impresionada o indignada con las cosas, simplemente le daba igual, le restaba importancia, ya no era la adolescente histérica que le refunfuñaba a Soul cuando estaba con Blair o que le pegaba Maka-Chops a todo el mundo, se sentía incomoda con los gritos de Black Star  y le gustaba pasar mucho mas el rato con Tsubaki y Chrona que eran super tranquilas.
Ella pensaba que era la costumbre, despues de todo vivía desde los 13 años con Soul y Blair, antes que se empalagaran tanto le parecía una falta de respeto por que ella iba a la cocina a buscar un vaso de agua y se encontraba esas escenas, ahora va a la cocina, busca el vaso lo rellena y se va a su habitación, al principio pensaba que el y Blair tenían una atracción o relación pero despues cayo en cuenta que así es la personalidad de Blair, por que hasta ella misma le hacia ese tipo de cosas, así que dejo de darle importancia, son cosas de cada uno, no van a cambiar. Ella quizá maduro o cambio pero tampoco es como si los demás fueran a experimentar lo mismo.
Cuando Soul se convirtió en la ultima Death Scythe los tomaron a los 3 chicos vencedores del Kishin como empleados de Shibusen y no tanto como estudiantes, Maka pese a todo tenia ganas de ir a alguna universidad a estudiar algo, no estaba muy segura de que pero quería algo que la mantuviera ocupada leyendo como tanto le gustaba. Soul a lo sumo tenía ganas de ir a visitar a su familia a ver si podía arreglar un poco las cosas con ellos, Black Star estaba en proceso de cuidar a Tsubaki como su novia sin causarle un infarto, al parecer fue un momento super privado y romántico la declaración según ella, Maka se puso muy feliz por su amiga, le sorprendía que Black Star hubiera hecho algo así de especial sin hacer una estupidez como un evento super grande como el "dios" que es. Con Kid y las Thomson...
Las cosas fueron diferentes.
Kid se estaba manejando muy bien como Shinigami y eso iba a ser lo que iba a hacer el resto de su vida, puede ser que no hubiera muchos problemas o cosas duras, pero lo estaba manejando con calma y tranquilidad, desde que se volvió simétrico por las lineas en su cabello podía tomar el mundo y sus imperfecciones con mas paciencia, sus tics seguían pero podía caminar por la calle sin tener un ataque de histeria, sin embargo, desde la muerte de su padre, Kid no la pasaba muy bien en sus momentos de soledad, cada tanto tenia caídas y se encerraba en su casa a llorar la muerte de su padre, se arrepentía de no poderlo haber abrazado siquiera antes de morir, le daba mucha pena el asunto, ahora estaba huérfano y solo, sus amigos y sus 2 armas eran sus únicas compañías, las cuales lo cuidaban como buenas hermanas mayores.
Liz tenía una vida social muy activa, siempre tenia tiempo para las misiones y para nosotros pero salia mucho por ahí y siempre estaba volviendo de una fiesta, nadie entendía como no podía morir por la falta de descanso y de estar moviéndose de una lado para el otro, también por alguna razón se estaba haciendo famosa en internet por Instagram, supongo que es por lo bonita que es, es alta, rubia de ojos azules, delgada y tiene todo donde lo tiene que tener, aparte una bonita pequeña cintura. Su hermana Patty muchas veces la acompañaba, pero nunca sabíamos donde estaba a menos que estuviera con Liz, hasta Kid se preguntaba donde estaba su segunda arma, solo aparecía si estaba Liz y cuando la situación lo necesite, Patty debía ser algún tipo de bruja con poderes de teletransportacion o algo para que fuera tan misteriosa.
Las cosas empezaron a volverse diferentes cuando de un momento a otro Kid y Maka se empezaron a acercar, estas eran cosas que solo Soul notaba, que no tenían ningún tipo de relevancia ni necesitaban mención pero que existían por alguna razón y sin intención, en las salidas Kid y Maka se sentaban juntos, a la hora de una foto siempre salian juntos, cuando jugaban un deporte Maka siempre estaba en el mismo equipo que Kid, y no lo hacian aproposito, era algo que simplemente salia asi y ni ellos lo notaban, era como si alguien mas los pusiera en esos lugares intentando juntarlos, pero ellos ni caso hacian, simplemente eran coincidencias muy oportunas. Con el tiempo, en esas salidas, un día jugando todos al basquet estaba Maka en la banca tomando agua y se acerca Kid a atarse los cordones, esta decide entablar una conversación, pese a ser amigos desde hace mucho no tenia la misma conexion que podía tener con Soul o BlackStar, simplemente no hablaban tanto, así de simple, se llevaban bien pero no pasaba de ahí, no le hablo pensando en eso, simplemente le hablo.
-Hace tiempo en tu casa vi en una de las bibliotecas que tenias "El Conde de Montecristo" hace poco lo empeze a leer, tu ya lo habías leído Kid-kun? -le dijo Maka a Kid mirandolo con una sonrisa.
-Ah lo había leído hace muchos años, me había parecido bastante exagerado tanto las reacciones y los sentimientos de los personajes como la manera de decirlos, pero era la escritura y lingüística de la época, supongo que si lo leyera de nuevo ahora estará mejor, siempre las cosas con una segunda mirada se aprecian mejor -Kid le respondió terminando con sus zapatillas y sentándose en la banca.
-De hecho me pareció bastante como lo describes, así que no estas del todo erroneo, también hace poco vi una película preciosa: "Les Miserables" y me dio curiosidad de leer el libro, esta tarde lo iré a comprar -la rubia estaba mirando a sus amigos jugando mientras Kid también le hablaba
-Oh, yo también vi la película, es hermosa, desde las canciones hasta las propias actuaciones, la escenografía y la propia ambientacion, la vi como unas 3 veces, me has dado curiosidad por el libro, si te doy dinero me lo puedes comprar también hoy tengo que volver a la Death Room a ocuparme de unas cosas -Kid estaba buscando en sus bolsillos algo de dinero para darle a Maka -Si quieres puedes quedarte con el cambio, supongo que con esto alcanzara
-Claro, no hay problema, luego te lo alcanzo en Shibusen, y el cambio es tuyo, no me molesta llevártelo -Le respondió la técnico con una sonrisa.
Soul piensa que ese fue el acercamiento numero uno entre ellos 2, cuando Maka le dijo que había comprado un libro para el Shinigami por que se lo pidió fue una de las revelaciones que le ayudaron al arma, tiempo despues, a atar los cabos de la relación entre su técnico y el nuevo Shinigami.
Pese a todo, en ese momento Soul no sentía nada por su técnico, sentía una profunda amistad y un sentimiento de pertenencia por que había estado con el mucho tiempo, pero nada parecido al amor, solamente una amistad pura, como si Maka fuera su hermana mayor. La vida amorosa de Soul en estos años había sido bastante normal, había estado con una chica que le gustaba por un año, luego cortaron y a los meses estuvo con otra con la que duro unos 5 meses, Maka no tenia problema con las citas de Soul mientras este no volviera un desastre hecho a casa o pudiera estar bien al día siguiente para estar en Shibusen a la primera hora, siempre acepto a sus novias y se llevaba muy bien con ellas, con que motivo se llevaría mal? Ella era consiente que de cierta manera sentía un enamoramiento hacía Soul, pero nunca sufrió por el, le gustaba y soñaba con el pero lo de sus novias no le importo y otras actitudes tampoco, por que sabía que el era así y el sentimiento con el tiempo fue desapareciendo, según ella puede que fuera algo natural ya que vivían juntos, se preguntaba si Soul había sentido algo parecido en algún momento por la cantidad de tiempo que pasaban los 2, pero realmente no le importaba, aparte Soul tenía la vista mas puesta en Blair que en ella, así que todo murió.
La mañana que Maka le llevo el libro a Kid el estaba en la puerta del Shibusen con su nueva capa y mascara esperando a sus 2 armas, donde se cruzo con Maka y Soul que estaban llegando, la rubia le entrego el libro a Kid con una pequeña tarjeta, el, sin ningún tipo de intención toco sus manos de casualidad, y se dio cuenta de que tenia unos dedos bastante bonitos debajo de los guantes, le agradecío con una sonrisa y un gracias y con el viento soplandoles de fondo, ella simplemente se fue con su arma dentro del Instituto, ese fue su segundo acercamiento.
Luego, por alguna razón empezaron a pasar mas tiempo juntos, se iban a buscar luego de las clases, aveces la técnico iba al Death Room y aveces el la esperaba a la salida de las clases para conversar y pasar el rato, solamente como amigos, sin ningún tipo de intención extra, solo les gustaba y le divertía charlar, ambos eran ordenados, responsables, les gustaba leer, les gustaban casi las mismas cosas, y ella podía soportar los tics nerviosos de Kid con la simetría sin ningún problema, no entendía los problemas de Liz y Patty con sinceridad, era una cosita de un minuto y ya.
A la ultima Death Schyde le empezó a importar la parejita que hacían el pelinegro y su técnico cuando ella se iba varias horas por la tarde solo para ir al parque con su nuevo mejor amigo a charlar y nada mas, o a tomar un cafe, o ver una película juntos, o mismo irse a leer a una biblioteca. Soul por mera curiosidad, y a lo sumo por un instinto de protección, ya que Maka era como su hermana, y ya saben, esto de que los hermanos son posesivos y protectores con otro chico pese a que sea el mas tierno angel del mundo, los seguía, se aburría demasiado, literalmente hablaban y hablaban, Maka se veía sumamente entretenida y el su amigo sumamente feliz, Soul piensa que tal vez y solo tal vez, si no eran exageraciones suyas, Kid la miraba un poquito mucho, así que dejo de seguirlos por aburrimiento, ya sabía lo que hacían, y no le importaba, solo quería saber que quería de su técnico.
Pasado empezó el momento donde ya solo no se sentaban en la misma banca, la rubia ponía su cabeza en las piernas de Kid y el resto del cuerpo estirado en una banca, o el Shinigami hacía eso, empezó el contacto, en otras palabras, empezaban a estar mucho mas juntos que antes, el chico de ojos ambar empezaba a tocarle el pelo y ella empezaba a sonrojarse por eso, se hacían chistes bastante mas confianzudos y privados, esos que le compartía a Soul por la mera confianza, se daban mas abrazos que los tipicos de bienvenida y hasta luego, aveces simplemente por que salio, pero ellos seguían sonriéndose como buenos amigos, solo que mirándose a los ojos mas seguido. Aveces se tocaban las manos sin querer, se daban cuenta llenos de vergüenza y seguían la conversación en otro punto y otras veces viajando Kid se pegaba bastante a la chica, la cual solo lo miraba sin ninguna objeción.
Creo que mucho antes de que Soul notara todo ya lo habían notado las hermanas Thombson, las cuales como para ayudar a su técnico a sincerarse con el mismo, que no solo quería una amistad lógicamente, le hacían bromas y chistes para sacarlo de quicio y que luego se comiera la cabeza el solo, puede que no lo pareciera pero esas cosas eran super útiles para Kid y darse cuenta de la "amistad" que tenía con su amiga y Liz lo sabía totalmente.
Cuando el peliblanco noto estos comportamientos con los 2 estallo en furia con un sentimiento que nunca había sentido por su técnico, era una mezcla de que ella no le estaba contando nada, otra de celos, y otra muy pequeña recien empezando de que se daba cuenta de que le gustaba la compania de la chica y que se estaba alejando por otro, lo cual significaba que le gustaba de toda la vida vaya. Sin embargo no podía hacer nada, intentaba portarse de lo mejor con su técnico poniendo su mejor sonrisa cuando Maka le hablaba para no ponerse borde con ella de lo furioso que estaba y le salía, no vamos a decir que no, pero el se estaba muriendo de la furia por dentro, tenía muchas ganas de decirle al entrometido Shinigami que se busque a otra y que Maka es de el, que es suya desde los 13 años, pero ni loco iba a decir eso, no se podía meter en la vida amorosa de su técnico así de la nada, y lo mas seguro es que el nuevo Shinigami se lo contara a Maka y al final ella se enojara con el, así que descartado, sufrir en silencio no estaba tan mal, o al menos intentar acercarse un poco mas tampoco, aun que sabía que Maka estaba bastante mas colada por su amigo ahora mismo que por el.
El punto donde todo paso de ser abrazos, charlas, agarradas de mano, sonrojos y acercamientos fue cuando invitaron a todo el grupo a una fiesta en casa de uno de sus compañeros de clase. La guadaña estaba propuesta a sacar a su técnico a bailar y captar su atención para separarla de Kid un ratito, se sentía mal por su amigo y a la ves por la chica pero el también debería haber tenido en cuenta sus sentimientos, así que iba a hacer lo posible para capturar su atención. La técnico de guadaña se había vestido bastante bien para la ocasion, tenia un vestido rojo con unas zapatillas del mismo color, un moño grande rojo y sus coletas bajas, se veía bastante normalucha pero eso era por su propio merito, Pese a lo que todos dicen Maka no estaba buena, era demasiado delgada y eso la afeaba bastante, ya que no tenia unas lindas piernas, eran sosas y simples, las tetas le habían crecido a un tamaño bastante normal, el estándar, ese que sirve para rellenar corpiños pequeños y ya esta. A lo sumo el sex appeal de la rubia podía ser sus ojos, su sonrisa, su vientre, que tenía una forma bastante sexy, y su culo, ella tenía un muy buen culo, era pequeño pero era redondo y respingón, es lo típico de las personas que hacen ejercicio y se mueven mucho, bastante lindo.
Ambos salen en la moto del chico para ir a la fiesta pero a Soul se le ocurre llevarla a comer a una tienda antes, argumentando que en la fiesta no iba a haber cosas muy deliciosas, Maka acepta y pasan un agradable rato comiendo en un plato libre, están charlando, tranquilos, Soul come bastante cerca de Maka intentando buscar su compañía de alguna manera. Maka no nota estas cosas, y lo máximo que hace es arreglarle el pelo a su arma, quien siente los dedos de su tecnico, aquellos dedos que el seguramente conocia mucho mas que su amigo, como una hermosa y suave caricia.
-Maka si tuviéramos algún problema cual piensas que seria -dijo el chico mirando a su acompañante.
-Tenemos muchos problema, discutimos por muchas cosas, pero todas son idioteces, estamos bien conectados -Maka sonríe mirándolo- nuestro peor problema sería perder el contacto, dejarnos de hablar o cosas así supongo.
El mira un rato a su técnica mientras tomaba un sorbo de su gaseosa -Supongo que ya es hora de irnos -le sonrió, y ella le respondió de la misma manera.
Llegaron a la fiesta, ahí estaban todos sus amigos por que ellos llegaron tarde, BlackStar va a recibir a Soul con un doloroso saludo de chicos y grita para todos ellos.
-Oi Soul! que estabas haciendo con Maka que llegaron tan tarde? -BlackStar en ese momento sintió la muerte detrás suyo así con todo lo dios superpoderoso que es el, el Shinigami lo quería matar con la mirada, la guadaña en cambio sonrío victorioso y alegre del chiste de su amigo.
-Fuimos a comer algo, realmente comer a plato libre es lo mejor -Maka le explico al chico del clan estrella, a lo que el pelinegro volteo a mirarla en cuanto escucho su voz, totalmente complacido de su presencia, un poco molesto de que llegara tarde gracias al idiota de su arma, pero al fin y alcabo, feliz de que ella este ahí.
Kid la encontraba realmente bonita, puede que Maka no tuviera el cuerpo perfecto y que fuera bastante normalucha, pero para el era linda, le encantaba, siempre se vestía bien y simétrica para el y ese orden y tranquilidad que le transmitia su imagen era perfecto para el.
-Maka, espera un momento, tienes las coletas torcidas -en realidad no lo estaban, era una excusa de Kid para acercarse a ella y tocarle el pelo, el chico de ojos ambar amaba el pelo de la chica de ojos verdes, se sentiría verdaderamente enojado si alguien llegase a tocárselo, era suave, brillante, estaba bien cortado, y tenia un color muy bonito, le hacía sentir pleno tocarle el pelo, cuando se las "acomodo" levanto la mirada y vio que Maka estaba mirándole a los ojos, Kid de la sorpresa se sonrojo muy fuertemente no apartando la mirada, ese prado verde en sus ojos era hipnotizante.
-Maka, ven, vamos a saludar a Patty y Liz, están por allá, de paso tomemos algo que tengo sed-  le dijo Soul bastante enojado al presenciar ese momento
-Ah si, quería preguntarle algo a Liz -Maka agarro una de sus coletas con un dedo enrollandosela en el y Soul aprovecho que ella se separo del chico para agarrarla de la mano y tironearla donde estaban las demás
El shinigami de ojos ambar no era tonto, no era para nada tonto, pero ahora mismo se debatía si ser ingenuo, o ser tonto. No quería pensar mal de su amigo, que le quería quitar a Maka esa noche, pero también sabía que no lo hacía sin querer, no quería decir nada por no crear un malentendido, no estaba seguro de nada, iba a tener que intentar agarrar a Maka en algún momento, así que iba a tener que estar cerca de ella
Soul, tomando ventaja se acerca a donde esta Liz y la llama, la rubia alta se gira y se percata de la presciencia de Maka.
-Maki! ven aquí el vestido que compramos juntas te queda muy bien -le dijo Elizabeth a Maka, ambas se sentaron en un sofá mientras que Soul se sentaba a tomar algo en el apoya brazos del sofa- Por cierto como vas con Kid?
-Kid? por que lo dices? -pregunta la rubia mas bajita extrañada y ligeramente sonrojada.
-Ah las cosas siguen así de momento, Kid no dice mucho pero se le nota bastante -Soul no planeaba este tema de conversación tan inoportuno, Maka mientras tanto se hacía la tonta que no entendía nada pero ya sabia de que trataba la cosa -Por cierto te gusto el libro que te regale hace unos dias?
-Es hermoso, no creí que supieras tan bien mis gustos -Maka le dio un abrazo cariñoso a Liz y esta le susurro al oído.
-En realidad le pregunte a Kid que te podía regalar, el te conoce mejor-la rubia murió y revivió unas 8 veces al escuchar eso.
-Vamos Maka, ven a tomar algo -la guadaña tomo a su amiga y posible enamorada del brazo, comportamiento que le estaba mosqueando bastante a Maka, y sin embargo dejo totalmente confundida a Liz.
"Ay dios" pensó la rubia alta llevándose la mano a la boca.
Que le pasa a todo el mundo? cual era la manía de ponerse en contra suyo con respecto a su técnico.
El peliblanco llego a una mesa con Maka agarrada y cuando la soltó se sirvió lo primero que vio, sin importarle que era, por supuesto se lo bebió de una también. La rubia de vestido rojo estaba super extrañada, no entendía el comportamiento de su amigo, hasta que le incomodaba, que había hecho o que paso que lo había puesto de mal humor? hubiera sido lindo que ella supiera que le estaba causando los mejores celos de su vida al albino, pero evidentemente no lo sabia, y este tomaba cada vez mas y mas líquidos para apagar la llamar interior que tenia. La rubia, sin pensar en nada se sirvió un vaso de Coca-Cola, extraño que en una fiesta haya una bebida tan típica pero tampoco le molestaba, cuando levanto la mirada estaba el albino vigilándola mientras apretaba el vaso en sus manos.
-Me vas a decir que te pasa? desde hace un ratito estas bastante estresado -dijo Maka con un deje de molestia en su voz.
-Nada, solo quiero un poco de atención -Soul se volteo para tapar su cara, sus mentiras jamas eran buenas
-Desde cuando tu te sientes solo? aparte si quieres atención mirame-Soul tardo en responder, lo que hizo que Maka suspirara de cansancio y se terminara llendo, Soul vio como se iba y quiso detenerla, pero llamado de la naturaleza por la comida anterior y las bebidas de antes era mas fuerte, solo rezaba que Kid no se adelantara
Cosa que no paso, por que en cuanto el chico de pelo negro y franjas blancas vio a la rubia sola corrió para sorprenderla de atrás poniéndole una mano en el hombro, ella se sorprendió y se ruborizo, sabía que era Kid, conocía sus manos, el no usaba guantes como ella. Sin voltear atrás, ella puso una de sus manos, ahora descubiertas sobre la mano de el, cosa que sobresalto al Shinigami, y sin embargo, correspondió su cariño, abrazándola por detrás, poniendo sus manos en su cintura y su cabeza en su cuello. Maka no podía caer en lo que estaba pasando, el rubor de sus mejillas, la sorpresa, y el hecho de tener a Kid tan cerca la estaban enfermando, no de mala manera, si no que era super inesperado y ella todavía no se había planteado nunca una escena así, empezaron a agarrarle mareos del panico y se separo un poco cuando empezó a sentir la respiración del Shinigami en su cuello.
-Que sucede Kid-kun? me asuste bastante -dijo ella sonrojada con una voz nerviosa.
-Las chicas por allá están con una Wii bailando en Just Dance, te apetece? sabes bailar? -dijo Kid mirando hacia donde estaban las chicas de la fiesta.
-Me gusta bailar pero no significa que sepa, no quiero que nadie diga que soy mala -Maka solto esto riéndose nerviosamente.
-Tranquila, es solo para divertirnos, si alguien te dice algo estas borracha, y si alguien te dice otra cosa estas conmigo, soy Shinigami-Sama, lo expulso de Shibusen y ya esta -el técnico le sonrió suavemente haciendo la broma.
-Es un poco excesivo pero me parece bien -Maka para ir hasta alla agarro la mano de Kid y se dirigieron hacia la consola, cuando las chicas que estaban ahi terminaron, agotadas, le pasaron los mandos a ellos.
Kid quiso bailar una canción simple e increíblemente simétrica, Toxic, así de simple, algo que Maka pudiera bailar y a el no le pegara una embolia. Diciendo la verdad, Maka se movía fatal, llegaba pero a lo sumo a un Good y al final de la canción tenía unas 2 estrellas, en cambio Kid tenía bastante mas ritmo, lo sentía bastante en los huesos. Soul quien recien salia del baño busco a su compañera con la mirada y estaba ahí bailando con Kid, refunfuño un poco pero se quedo mirando para tomar la ventaja cuando terminaran, cualquiera que mirara a Kid diría que es el amigo gay de Maka y que Soul esta exagerando, pero el peliblanco pese a que se la cree sabe que no es así, que lamentablemente el técnico es una competencia, pero competencia exactamente por que? Soul no sabía si se estaba enamorando, así de la nada, de un día para el otro, cuando noto que Maka ya no era tan suya o si simplemente estaba encaprichado por que el que Maka no sea suya no le era costumbre. En cualquier caso estaba molesto, quería a Kid lejos y ahora.
Pese a todo Soul fue lento, la canción termino y tan pronto como estaban dandole los mandos a otra pareja Kid se acerco a la oreja de Maka tomándole la mano, un truco barato, no es difícil caer, el también lo hizo con sus 2 novias, lamentablemente y pese a lo que el creía Maka lo acompaño, ese fue su anuncio de retirada, ya no podía hacer nada mas por esa noche, y si hacía algo, era mas que evidente el motivo, y no quería arriesgarse a perder a su mejor amiga (y enamorada) y a uno de sus mejores amigos, la idea simplemente no era atractiva, hay que decirlo.
El técnico llevo a la chica a un balcón pequeño que había en aquella casa, no opuso resistencia, quería ver que pasaba, Maka no se hacía ilusiones, simplemente dejaba que las cosas pasen, es una de las cosas que perdió cuando fue creciendo. El ruido de la fiesta aun se seguía escuchando, también había una Patty y un BlackStar esporádicos por ahí matando el ambiente pero no importaba, había algo mas importante ahora mismo que hacer.
Kid se puso de frente contra Maka, quien no dejaba de mirarle a los ojos en ningún momento, el sonrojo del Shinigami en su piel pálida se hizo notar pero no importaba, quiso de todo corazón decírselo, ese era su plan, pero no podía, las palabras no salían de su boca, estaba balbuceando como un inútil y se estaba sintiendo mal por ello, en un ataque de remordimiento acerco su cara a la de Maka y la beso.
Un primer beso brusco para ellos 2, totalmente bruto e inexperto, hasta doloroso por que sus narices se chocaban, Kid se sentía en el cielo y a Maka se le había parado el corazón, no podía respirar, era demasiado, tenía ganas de llorar de la alegría por una parte y por la otra meterse bajo la cama a ver que haría. Kid se separo un poco, asustado de que la chica se hubiera quedado así de quieta, pensando que no le gusto y que de ahora en mas lo odiaría, que su amistad murió en el momento que decidió besarla sin su permiso, le dolía la idea pero mas le dolía separarse de sus labios.
Kid para sacarla de su mundo de ensoñamiento la agarro de la mano y la hizo mirarlo a los ojos, Maka estaba totalmente roja y sorprendida, cualquiera diría que acababa de ver un muerto, pero Kid quería terminar lo que empezó, tal vez así se quedaría mas tranquilo, sus mejillas quemaban y el corazón le dolía de la incertidumbre, rogando que por favor no lo rechazara.
-Maka...Me gustas- La rubia ya no podía sorprenderse de nada, de lo contrario significaría que sus ojos se saldrían de sus orbitas de lo abiertos que estaban- No solo me gustas, también te quiero, no se cual de las 2 sea mejor para este momento -el técnico empezó a temblar, agarrando las manos de la chica, no sabía que decir, no le respondió y esta estaba totalmente en shock, estaba considerando seriamente salir corriendo cuando la rubia lo agarra de las mejillas y le da un beso tembloroso en los labios, el chico sonrió contra su boca, la agarro de la cintura pensando que se iba a caer, y no era la única, el también se estaba callendo, producto de los nervios. Maka saco una de sus manos de la mejilla del chico al que besaba y la puso en sus hombros. Estaba feliz, estaba muy feliz, si seguía ahí terminaría muerto del éxtasis, se incorporo un poco sujetándola de la cintura hasta que pudieron estar parados, Maka un poco mas tranquila por esta estabilidad acomodo mejor sus brazos alrededor del cuello de Kid, y este puso una mano en su mejilla y la otra en su cintura, sientiendose, Kid sentía los suaves y delicados dedos de Maka jugar con su pelo y le encantaba, nunca había sentido nada mejor, ni al terminar un dibujo super simétrico se sentía así de bien.
El pistolero se separo para tomar aire y aprovecho para darle un beso mas profundo, moviendo sus labios gentilmente contra los de ella, cree que nunca se volverá a sentir así de relajado y en paz consigo mismo en su vida a menos que vuelva a probar los labios de Maka, la tecnico le responde el beso totalmente calmada, poniendo mas presión en los labios del muchacho, consiguiendo que este le ponga mas pasion al beso, agarrandose los 2 de maneras diferentes pegándose cada uno mas al otro, ya que el beso no era suficiente unión entre los 2, querían mas, por que razón los cuerpos humanos tenían que respirar? eso les evitaba estar juntos todo el tiempo, menuda molestia.
Antes de que Maka fuera a besarlo de nuevo, con sus labios chocandose uno contra el otro, y dándose besos cortos y desperados Kid interrumpio-Es...-beso-pera...-beso- Maka -un beso apasionado hizo que se cortara la frase, así que Kid tomo a la chica de los hombros- Dime que esto nos hace novios por favor, yo también te gusto verdad? -El Shinigami hablaba con seriedad mirando a la chica.
Esta solo asintió a tomarle de la mano para ponerla en su mejilla- Es un poquito mas que gustar, te quiero Kid -el chico sonrió de felicidad y volvió a besarla con mas pasión que antes, moviendo sus manos con cuidado por toda la espalda de la chica, entrelazando su mano con la de ella, son increíblemente suaves, le encanta, sus dedos son pequeños y delgados y eso le apasiona, la ve super delicada y final. Maka ve en el unos ojos hermosos y un perfil de lo mas cautivador, una espalda ancha con una cintura pequeña, todo totalmente ligado a lo perfecto que es Kid, desde lo atento que es hasta lo listo que es, lo quiere, le encanta, piensan que son ideales el uno para el otro y se siguen besando con mas intensidad.
-Me encantas Maka, te quiero -le dijo el Shinigami contra sus labios, la chica le respondío con un "yo tambíen" antes de perderse en la locura.
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blue-temperature · 3 years
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[ESP] Wannabe Challenge — The Special 💋 Kiss Day Show! —
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[ 1 ]
(¿Es esta la última cita del día?)
Reviso el calendario en la estación de las enfermeros y noto el círculo rojo en el día 14. Entonces escucho una voz viniendo desde detrás.
— Sr. Min: Dr. Kim, ¿Está revisando las citas?
— Taehee: Oh, Sr. Min. ¿Cómo lo supo?
— Sr. Min: Porque lo haces a menudo. Eres más torpe de lo que aparentas.
— Taehee: Oh, ¿Lo soy...? Por cierto, ¿Tal vez su cumpleaños sea el día 14?
— Sr. Min: ¿No? Mi cumpleaños está lejos y, ese es el Día del Beso.
— Taehee: ¿Día del Beso?
— Sr. Min: Sip. He planeado por adelantado una cita con mi novia. Será mejor que lo escribas en tus notas, así no te olvidas como olvidaste tu cita la última vez. Jaja, bromeo.
— Taehee: Así que, ¿Es un día importante?
— Sr. Min: Hmm, eso depende... ya que es un día que celebras con tu amante. ¿Por qué no sería importante cuando estás celebrando con la persona que amas?
Viendo al enfermero, el Sr. Min, lucir emocionado mientras habla de la persona que ama- me hacer preguntarme si debería celebrar este día también, incluso si no somos amante oficiales en este momento.
Un día con la chica que he amado y por la que me he preocupado por décadas.
— Sr. Min: ¿Dr. Kim? ¿En qué estás pensando?
— Taehee: ¿Huh...? ¿Discúlpame?
— Sr. Min: No escuchaste lo que acabo de decir, ¿Cierto?
— Taehee: Oh, lo siento. Tengo algo en lo que pensar. ¿Qué habías dicho?
— Sr. Min: Dije que el director te está buscando.
— Taehee: ¿Director? ¿Te refieres al Dr. Lee?
— Sr. Min: Sí, el espectáculo de TV en el que aparece, él quiere-
—Dr. Lee: ¡Estaba por llamarte a mi oficina, pero ahí estás! Vayamos y hablemos. ¿De acuerdo?
Sin saber qué estaba pasando, voy a la oficina del director con una mente nerviosa.
— Taehee: Entonces, ¿De qué quiere hablar?
— Dr. Lee: Dr. Kim, asumo que estás enterado del espectáculo de TV que hago en DBC.
— Taehee: Sí, ¿El que se llama Doctor 911?
— Dr. Lee: Sí. El espectáculo es grabado cada miércoles, pero desafortunadamente, el día de grabación cambió para esta semana, así que no seré capaz de ir al estudio para grabar el espectáculo.
— Taehee: .....
— Dr. Lee: Entonces, quería que aparecieras en el espectáculo en mi nombre.
— Taehee: ¿Discúlpeme...?
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[ 3 ]
— Taehee: ¿Un espectáculo de TV, dice?
— Dr. Lee: Los productores me dijeron que no me preocupe ya que pueden llamar a otro doctor para esa semana, pero así puede haber riesgo de que pierda mi posición.
— Taehee: Oh...
— Dr. Lee: Así que, prefiero que sea alguien de nuestra clínica. Ya que tienes una voz tan tranquilizante y un figura bien parecida, pensé que eras el más adecuado para reemplazarme por ese día.
— Taehee: Um, Dr. Lee, gracias por el cumplido, pero...
— Dr. Lee: Entiendo. Eres del tipo que quiere ser reconocido por sus habilidades, no por como luce.
(Puede ser gravoso tener mi cara en la TV.)
— Dr. Lee: Pero es solo una vez. Nada grande va a pasar.
He estado en un espectáculo de radio antes, pero mostrar mi cara es una cosa distinta.
— Taehee: Nunca he estado en un espectáculo de TV antes, así que yo-
Intento rechazarlo una vez más, pero-
— Dr. Lee: El productor y los guionistas tendrán todo listo para ti, así que no necesitas preocuparte en lo absoluto. Nadie es perfecto desde el comienzo.
No creo que sea educado rechazarlo cuando el ansía que aparezca en el espectáculo de TV.
— Taehee: Oh... ¿Entonces puedo pensar en ello primero?
Para poder evadir esta incómoda situación por ahora, le pido algo de tiempo.
— Dr. Lee: Seguro. Este es el primer favor que te pido, así que piensa en ello. ¿Y es mañana tiempo suficiente para que lo pienses?
— Taehee: Sí, por supuesto, Dr. Lee.
(*Suspiro*... ¿Qué debo hacer?)
Cuando regreso a casa después de pensar en ello durante el día,
— Taehee: Estoy en casa.
— MC: ¿Taehee? ¿Estás de regreso?
(¿Oh? ¿Está ella mirando...?)
— Taehee: ¿Estás mirando un espectáculo médico?
— MC: ¿Oh? ¿Te refieres a Doctor 911? Tú me dijiste que el director de tu clínica está en él, así que lo estoy mirando para ver para qué tipo de persona estás trabajando.
— Taehee: Él es un tipo interesante.
— MC: Mhm, y creo que el espectáculo es entretenido por sí mismo también. Aprendí conocimientos básicos de medicina que no sabía.
Me siento a su lado y miramos el programa juntos.
Estoy encantado por el discurso elocuente del Dr. Lee. Quizás podría rechazar su favor ya que no soy lo suficientemente bueno como para reemplazarlo.
“¿Crees que alguna vez estarás en ese espectáculo?”
Sorprendentemente, ella pregunta como si fuera consciente de lo que fue dicho en la clínica.
Como si ella supiera todo lo que pasa conmigo.
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[ 6 ]
— Taehee: ...¿Huh?
— MC: ¿Por qué estás tan sorprendido? Solo preguntaba si alguna vez planeas estar en un espectáculo como ese.
— Taehee: Hmm... ¿Cómo crees que lo haría?
— MC: Honestamente, creo que lo harías mucho mejor que tu director. Por alguna razón, todo lo que dices suena más confiable que cuando otros lo dicen.
— Taehee: ¿Realmente piensas eso...?
— MC: Sip. Cada vez que veo espectáculos médicos con doctores reales, pienso que lo harías realmente bien si estuvieras ahí.
Estoy agradecido por el cumplido de MC, pero al mismo tiempo, me hace sonrojar. Me permite saber cómo piensa acerca de mí usualmente.
— MC: Además, creo que los espectadores lo amarán más cuando vean a un guapo médico como tú.
Con emociones mezcladas, quiero confirmas lo que piensa de mí.
— Taehee: ...¿Y qué hay de ti?
— MC: ¿Huh?
— Taehee: ¿Crees que querrías verme en la TV?
— MC: ¡Por supuesto que sí! ¡Puedo incluso grabar el espectáculo, así puedo verlo cada día!
Extrañamente, siempre que escucho algo como esto de ella, me siento energizado.
(Solo pasó que miraste este espectáculo hoy. ¿Estaremos destinados a ser?)
— Taehee: Esto es divertido.
— MC: ¿Qué? ¿Qué es tan divertido.
— Taehee: Para ser honesto, el director me llamó esta tarde y me pidió ir al espectáculo por él una vez.
— MC: ¿En serio? ¡Felicitaciones! Entonces, ¿Cuándo vas a estar en la TV?
— Taehee: Bueno, yo...
No me atrevo a decirle que estoy pensando si debería estar en el espectáculo o no.
— MC: Quizás pueda ir contigo y ser tu estilista para ese día. ¿Puedo? ¿Por favor? ¡Me aseguraré de hacer un buen trabajo!
— Taehee: ......
Puedo ver cuán feliz está y cuánto anticipa esto para mí.
— Taehee: ...Um, seguro. Puedes venir conmigo.
— MC: ¡De acuerdo! ¡Me aseguraré de que tengas la mejor apariencia ese día!
Mientras ella sonríe con felicidad frente a mis ojos, no hay necesidad de pensar más sobre la oferta.
Si tú eres feliz, yo también.
Pero me pregunto si sabes...
que eres la persona esencial-
para cada decisión importante en mi vida.
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nickfraworld · 4 years
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Y mañana también estaré para ti.
(POV)
Escucho el sonido de la puerta, y me dirijo hacia ella desde el sofá en el que estaba a punto de caer en los brazos de Morfeo. Acabo con la penumbra del espacio al presionar el interruptor de la luz, y entonces, te veo.
“El corazón regresa a su dueño” escucho de tus labios, y sonrío. Es parte de nuestra eterna promesa, esa que hacemos cada vez que vas a cumplir con tu labor. “Mi corazón va contigo” es lo que siempre te entrego cuando te marchas. Incluso si es antes de que el sol salga, no me pierdo el comprometerte con esa deuda que tú cual caballero recibes. Y mi alma respira por fin solamente cuando regresas a casa. Tú como si hubieses cuidado de un tesoro todo ese tiempo, me dedicas esa frase por fin, con suma reverencia, cumpliendo tu misión más personal. 
Me acerco más, para darte la bienvenida, y entonces distingo mejor tu rostro. Luces cansado, distante, abrumado. Apenas sonríes... puedo leer el esfuerzo que tus músculos hacen para esbozar esa línea.  
“Es uno de esos días” Pienso. Se me aprieta el corazón solo de pensar en lo que debes haber pasado hoy, o ayer, tú sabrás. Mi marcha se ralentiza hasta que por fin estoy frente a ti, mi gran amor. Extiendo mi mano lo más calmado que puedo, y acaricio tu mejilla con suavidad. Está un poco fría, producto de la noche que sigue su curso, sin inmutarse por los asuntos de nosotros los humanos. Siento que cargas tu cabeza más contra mi palma, así que me permito prolongar el contacto con otra caricia, ahora con mi pulgar. 
Te conozco desde hace muchos años, y sé que lo mejor es no presionarte. Pero estoy aquí, para ti. Sé que aunque no me lo pidas con palabras, necesitas alguna forma de contención. Veo tus párpados cerrarse lentamente y volver a abrirse, mientras tus brazos rodean mi cuerpo y me atraen más contra tu pecho. 
Nos quedamos así unos segundos, aunque me parezcan muchos más minutos, y entonces suspiras. Ese pequeño sonido... pareciera como si también estás aliviado por regresar. El peso de tu mentón en mi cabeza solo me confirma lo agotado que debes estar, tanto física como mentalmente, y quizás hasta espiritualmente. Sé que asumes tanto peso sobre tus hombros, que me sorprende aún más la forma en que resistes y sigues teniendo luz propia para todos. 
Aspiro tu aroma y sonrío, otra vez invadido por el alivio de tenerte en casa. Hueles a algo dulce, seguro te diste una ducha fugaz antes de regresar. Pero todavía logro percibir tu sudor , y otro aroma vago...¿a quemado? ¿a qué te has enfrentado esta vez, cariño? Creo que sería bueno que tomes otro baño, para tomar más distancia de ese estímulo, pero uno más largo, con agua temperada y mi cuidado. No creo que vaya a aceptar un no como respuesta por parte tuya, discúlpame por eso. 
Cuando me liberas es cuando puedo empezar a transmutar mi deseo de cuidarte a acciones concretas. 
“Ven, mi amor”. Digo, mientras tomo tu mano, y te guío por nuestra acogedora morada, esta que juntos hemos estado llenando de objetos y sobre todo de recuerdos preciosos. Escaleras arriba, rechina la suela de tus botas con la madera, y sonrío brevemente por ese sonido que rompe el silencio. Dedico mi sonrisa a ti, que me sigues a pesar de estar mucho más atrás de lo que yo distingo. No puedo saber si hay silencio en tu interior, o un caos. Sigo sin soltar tu mano, que se ha entibiado al enlazarse con la mía. Cruzamos por el pasillo del segundo piso, pasando por las puertas cerradas donde descansan nuestros pequeños angelitos. Ellos duermen pacíficamente, con esa increíble e inocente certeza de que su padre estará con ellos pronto. A veces es desconcertante incluso para mí.
Llegamos a nuestro dormitorio y cierro la puerta cuando entras. Aún no suelto tu mano, pero deberé hacerlo pronto, por eso la aprieto solo un poco más. Sigo guiándote por el costado de nuestra cama, hacia la última puerta que nos recibe. Estamos en nuestro baño. Te conduzco unos pasos más, hasta que por fin estamos al lado de la tina. Suelto tu mano y deposito las mías en tus hombros, para que te sientes en el inodoro. Te doy la espalda un momento mientras preparo el agua caliente y comienzo a llenar la tina. Pienso en incorporarle unas hierbas y eso hago. Lavanda, manzanilla y más, ellas te cobijarán con sus propiedades. Luego te miro a los ojos.
“Cariño, ya vengo, buscaré ropa limpia” Mi voz se desliza con un tono cálido y bajo, pero sé que me escuchas con claridad. Después de dejar en la cama tu ropa y el secador, regreso a ti. Te veo todavía sentado sobre el inodoro, intentando desabrochar tus botas, y aún cuando me acerco con tranquilidad, actúo más apresurado al notar eso. Me arrodillo frente a ti y tomo tus manos, las beso con todo mi cariño y las dejo sobre tus rodillas mientras niego con mi cabeza. 
“Yo me encargo” Afirmo con el mismo tono que antes, pero intento imprimir cierta autoridad en las palabras y en mi cuerpo. Con agilidad desanudo los cordones y retiro ambas botas de tus pies, y procedo entonces a apartar el resto de prendas de tu cuerpo, respetuosamente. Siento tu mirada sobre mí y contemplo tu rostro otra vez. Espero que mi expresión no refleje la preocupación que siento. Hay unas ojeras distinguibles bajo tus ojos, y el brillo en ellos... no sé si estás conmovido por lo que hago, o es que acaso sientes algún tipo de dolor que necesitas sacar pronto. 
Vuelvo a sonreír para ti, intentando de nuevo decir con eso que estoy contigo. El único sonido que llena el lugar es el del agua en la tina. Cuando despejo tu espalda noto mejor lo tenso que estás. Mi cielo, prometo llenarte de besos para suavizar tu angustia en unos minutos. 
Entonces, te guío hacia la tina. Te sientas sin inconvenientes dentro, pues el agua está a buena temperatura. Me siento en el banquito que mantenemos en el baño para ocasiones como esta, y el recuerdo de tus dedos en mis cabellos derrite mi corazón. Huele a las hierbas que puse en el agua, que flotan frente a tus ojos. Mojo tus cabellos rizados y me pierdo un instante en ellos, viendo cómo cambia la forma de tus rizos entre mis manos que los acunan mientras sigo en mi labor de empaparlos. Tus párpados se mantienen cerrados en eso. Por favor, quédate conmigo, porque si te duermes no tengo cómo sacarte. Esa idea me hace reír despacio y la confieso contigo. Tú intentas sonreír una vez más. Eres tan fuerte. 
No sé si es lo mejor que puedo hacer, pero intento llenar más del silencio con comentarios casuales. “¿Te gusta el jabón que compré?” te pregunto mientras lo muestro y comienzo a usarlo en ti. “Tiene forma de girasol, me encantó cuando lo vi”. Pensé en ti cuando lo vi, con ese color tan vivo, tan alegre...Pero sé que tú no puedes brillar como un sol todos los días. Nadie puede. Mi promesa es que te sostendré hasta que puedas ponerte de pie nuevamente. Siento algo de culpa por hacerte comentarios tan vacíos, pero, ¿sería correcto si te pregunto qué fue lo que pasaste? sinceramente no lo creo, no en este momento.
Intento limpiar tu cuerpo con mucho cuidado. No quiero darte un trato brusco, como una virutilla para olla. Levanto tu brazo como si fuera la hoja de una planta, algo delicado, y lo atiendo con reverencia. Lo mismo hago con el resto de piel que voy encontrando mientras avanzo. Tu espalda amplia y llena de pecas hace que me distraiga otros instantes. Me concentro aún más cuando hago espuma en tu cabello, llevado a otros recuerdos gratos gracias a mi olfato. Así continúo hasta que tu voz me trae de regreso.
“¿Cómo están los niños?” Dices, con una voz más ronca que antes.
“Muy bien. Hoy jugamos mucho. Se acostaron muy agotados” Te contesto y luego te doy más detalles de nuestra jornada en tanto que paso a limpiar una vez más tu cuerpo hasta que ya estás listo. No quiero que pierdas el calor ahora que la tina está vacía, así que te envuelvo con toallas y te extiendo la bata. Ya queda cada vez menos para que puedas descansar por muchas horas.
Nos dirigimos a la cama e intento secar lo mejor que puedo todas tus hebras cobrizas. Tardo en darme cuenta de que estoy tarareando una canción que nos gusta mucho a ambos, y cuando lo hago, no me detengo. Cuando termino hago el ademán de levantarme para alejar lo que ya no es necesario, pero tú me detienes. No puedo evitar parpadear algo sorprendido. Siento cómo cambias tu ubicación, rodeas mi cintura con tus brazos y descansas tu rostro en mis muslos. Te quedo mirando quien sabe cuánto tiempo, pero no impido lo que necesitas. Dejo en el suelo el secador que tenía en la mano y acaricio tu cabeza. El silencio nos rodea otra vez, pero se quiebra, con un sollozo que proviene de ti. 
La sonrisa que en algún momento formé se desvanece lentamente. Sigo sin expresar mi preocupación con claridad, pero la siento a flor de piel. No detengo mi contacto contigo, hago que perdure. Paseo mis dedos con todo el cariño que puedo imprimir en ellos por tu cuero cabelludo, y cruzo también hacia tus hombros, rascando con suavidad. Tú me aferras más apretado y tus sonidos me reflejan que necesitas desahogarte ya. También intento apretarte más contra mí, presionar más mis palmas en tu espalda, hacia mí. 
“Está bien cariño... déjalo salir” Digo en un susurro, y me mantengo firme para que puedas permitirte esto por fin. 
Así continuamos, ya no me importa saber del tiempo. Lo único que tiene toda mi atención eres tú. Tiemblas mientras lloras y recuperas aire, y yo empujo con todas mis fuerzas el nudo en mi garganta hacia el olvido, y sobo tu espalda con lentitud. 
Cuando tienes un momento de pausa, de frágil calma, me muevo solo un poco, alcanzando tus brazos e intentando levantarlos respetuosamente, mientras me recuesto. Intento invitarte a que te reacomodes también, y lo haces. Alcanzo a distinguir tu rostro: tus ojos están rojos y empapados, tu nariz también. Es una vista angustiante, pero es parte de lo que necesitas permitirte sentir y expresar.
Acomodas tu cabeza sobre mí una vez más, sobre mi vientre. Pareces estar en una postura más cómoda, de lado, mirando hacia mí. Retomo mis caricias en tu rostro, tus cabellos, tu brazo, y finalmente sostengo tu mano. Sigues desahogándote, hasta que veo tus párpados comenzar a cerrarse con pesadez. No detengo mis caricias con la mano disponible en tus rizos. Ojalá pudiera absorber tu dolor... pero esto es lo que puedo hacer. Acompañarte, y cuidarte mientras lo vives. 
Finalmente, te derrota el cansancio. No sé si el alivio, pero por lo menos sé que podrás descansar unas horas, hasta mañana. Y mañana, también estaré para ti, como sea que te sientas. Y nuestros pequeños también, sé que querrán estar contigo y para ti, su héroe, su papá. 
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lubay-nue · 4 years
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Vampiro 8
Notas del cap:
 Wow, no esperaba poder acabarlo tan pronto XD… bueno… a leer porque de aquí, comenzamos lo bueno ¬u¬ y no hablo de lemon XP
 ¡A leer!
 8 - Cazador
 -Haaa (suspiro)-  habían pasado ya dos días después de la discusión que tuvimos Alemania y yo… aunque se podría decir gritos en realidad, poco fue lo que pudimos hablar entre gruñidos de animales salvajes. Desde ese día, además, Alemania no se había acercado a mí en absoluto… he estado despierto lo mas que he podido por la noche pero él no llega, no aparece aun cuando estoy solo en el comedor esperando con películas que se reproducen sin parar hasta que el amanecer aparece de nuevo
 Ahora me encuentro tendido en mi cama, mirando hacia el techo de la habitación, escuchando el agresivo golpetear de la lluvia contra la ventana… ¿Aquí nunca habrá invierno o primavera? Siempre está nublado y lluvioso, jamás he visto la luz del sol, tampoco creo haber visto algo mas allá de la espesa neblina
 *-¡¿No lo entiendes?!-*  cual brusca imagen, regresa a mi mente aquel momento, aquellos gritos, aquellas palabras extrañas
*-¡No puedo salir de aquí! Ni tu ni yo podemos salir de aquí!-*  a decir verdad, de todo, aquello había sido lo que más me había parecido extraño… el dijo, que ni yo… ni él podíamos salir… ¿Alemania estaba atrapado? Bueno, había visto suficientes películas de vampiros… supondría que habría algún modo de poder crear alguna especie de barrera para detenerlo pero, no sé hasta qué punto las películas, libros y fantasía podían ser tomados como cosas certeras
 *-No te iras de este castillo-*  es lo que más se recalca en mi mente… su mirada llena de odio, de rencor, de soledad y de otros tantos sentimientos… tantas cosas indescriptibles que había visto en esos momentos, que la determinación con la que parecía reforzarse ello, fue una de las tantas cosas que me habían dado terror ver en su mirada. Jamás lo había visto tan enfadado, jamás había logrado llegar tan lejos al hacerlo perder los estribos… pero el tenia que entender también. Yo aun tengo una familia, amigos, un padre, una madre… una vida que no iba a abandonar solo para quedarme aquí el resto de mi existencia…
 -¡Ya estoy hasta la madre!-  grite sentándome de golpe en mi cama, mirando hacia la ventana que seguía siendo golpeada por las gotas de lluvia violentas. Salí de la habitación con fastidio… ya no podía estar más tiempo atrapado en este maldito lugar!
 Tome de entre mis cosas importantes una gabardina impermeable para poder salir a la tormenta, unas botas altas que había encontrado pero que me quedaban algo grandes, tome en una mochila mi computadora y algunos víveres que supuse que iba a necesitar. Una vez listo y, notando en uno de los relojes que apenas era la una de la tarde. Salí por la puerta principal dispuesto a poder volver a mi hogar… había visto la dirección en la que se había ido la chica castaña así como el carruaje aterrado… si iba por el mismo camino, podría lograr llegar a un poblado; de ahí, solo sería cosa de irle buscando… a la mierda no poder hablar con nadie, ya me haría entender si es que encontraba papel y lápiz
 … … …
 La lluvia era fuerte, el viento aun más violento. Sentí frio de solo estar fuera caminando entre la húmeda hierva. Me detuve, a orillas de entrar al bosque, volviendo la mirada hacia atrás encontrando únicamente el gran portón del castillo, imponente y cerrado; respire lo más hondo posible, dejando a mis espaldas el castillo y mirando hacia el frente, la incertidumbre oculta tras el bosque y su espeso follaje… tome con fuerza la mochila a mi hombro y avance con paso decidido
 *-México…-*  recordé aquella voz en mi cabeza, la voz de Alemania… cuando… aquella noche el me tomó…
 -No, no México… no puedes ir a sentir pena por el vampiro… d-digo… es verdad que el wey esta solito en ese pinche mega castillo y todo pero… de eso a que te niegue a volver a tu hogar? Tampoco… no seas pendejo- trate de decirme, de regañarme como supondría más que bien dirían mis padres o mis amigos; mis pasos avanzaron, dudativos y tembloroso ya sea por el frio que comenzaba a calar en mis huesos o por la sensación de que no era buena idea dejar a Alemania solo
 =¿Quién eres?=  pegue un brinco y gire a mis espaldas… busque por todos lados pero no vi absolutamente a nadie… solo el bosque y yo; trague nervioso, mirando a todos lados, tratando de calmarme y de buscar por los alrededores… no había nada, solo el fuerte sonido de la tormenta que por momentos parecía incrementar su fuerza, trague nervioso… Alemania dijo que habían animales salvajes pero vamos, tampoco es como que hubiera alguien que hablara mi idioma
 -Okey, estoy alucinando… necesito tratar con más gente- hable como si fuera lo más obvio del mundo; volví sobre mis pasos hasta poder encontrar un camino creado en tierra, se podía ver que era claramente un camino bastante amplio para una carreta, me dije salvado… si seguía el camino tarde o temprano llegaría a algún lugar y lo más seguro es que seria a un pueblo o pequeña ciudad… rogaba mas por la segunda… así al menos podría encontrar a alguien que pudiera hablar siquiera ingles
-Ya… ya quiero llegar a mi hogar… poder comer como dios manda, con unas tortillas calientitas, con un buen guacamole, una salsita de chile de árbol, unos frijolitos de olla de barro, un mole…-  comienzo a hablar con fuerza, tratando de mantener mi mente ocupada en otra cosa que no sea el silencio en el bosque asegundado por el ruido de la fuerte tormenta
 El camino avanza sin problemas, la lluvia parece por momentos bajar la intensidad, entre mas avanzo, parece ir descendiendo; por fin y luego de largos minutos resistiendo el frio en mi cuerpo entero, puedo ver a lo lejos un puente hecho de piedra, aliviado y emocionado, comienzo a correr con fuerza, con todas mis fuerzas… un puente significaba que había civilización cercana o por lo menos un pueblo y si era cierto, podría encontrar pronto un camino de vuelta a mi hogar pronto!
 =No puedes escapar de mi=  escuche aquella voz otra vez, pero, en cuanto la había escuchado, como un murmullo a mi nuca, gire rápidamente, frenando un poco mi carrera, siendo detenido por algo y empujado hacia el frente, cayendo de rodillas al lodo y gruñendo al sentir el dolor en mi cuerpo. Alzo la mirada rápidamente pero no hay nadie, miro a mis espaldas… sigue sin haber algún ser vivo o humano que este cercas mío
 -¡¿Hola?!-  pregunto con fuerza, mirando a todos lados, limpio la suciedad de mi cuerpo y avanzo lentamente hacia el puente, siendo empujado desde el frente por algo y tirado ahora varios pasos lejos, al lograr sentarme encuentro que sigue sin haber nadie… confundido, me pongo en pie, avanzando ahora de un modo lento, con una mano por delante
 Apenas a unos pasos de poder alcanzar el límite del puente, una especie de fuerza repelente me lanza hacia atrás volviendo a tirarme varios pasos de distancia. Adolorido y confundido, vuelvo a ponerme en pie, mirado a todos lados… ahora, con una mano dando suave presión, vuelve a ser empujada y yo obligado a dar un paso hacia atrás… miro el camino preocupado… delante mío estaba el puente que me podría llevar a la civilización… y no puedo llegar a él…
 -¡Vale verga! ¡Siempre hay otro puto camino!-  gruño molesto, avanzando, empujando mi mano hacia la derecha, en busca de un punto donde pueda escapar de este estúpido lugar… pero, entre mas veo alejarse el puente, el campo o lo que sea que me impide pasar, sigue igual… suspiro frustrado y molesto… ¿Ahora qué hago? No es como que sepa desinstalar campos mágicos invisibles para variar
 =Muere=  escuche de nuevo una voz, gire asustado y solo sentí hacia mis espaldas por mi nuca, un agudo dolor que no pude soportar
 --------------
 -Mggg… duele…-  soltó un suave quejido de dolor cuando la consciencia lentamente volvió a su cuerpo. Sus ojos pestañearon con pesadez… la oscuridad había envuelto todo a su alrededor, apenas iluminado por el brillo de una chimenea con fuego ardiendo tranquilamente y la tormenta aun sonando fuerte por fuera de la casa. México miro a sus alrededores encontrándose dentro del castillo, en una de sus tantas habitaciones, se dijo cansado
 Se sentó con trabajo en la alfombra… curioso, cuando Alemania lo llevaba siempre despertaba en cama y, hasta donde sabía, no era del tipo que caminaba dormido… lo hubieran notado otros y le hubieran reclamado por los sustos que seguro hubiera pegado a todos… gruño de nuevo, sobando su adolorida nuca y mirando a todos lados  con pesadez
 -¿Cómo demonios volví aquí?-  “si se suponía que Alemania no podía salir durante el día al ser un vampiro” acabo la pregunta en su mente, encontrando arriba de la chimenea un retrato peculiar que nunca había visto… era otro country, de eso no había duda alguna…
 Era un country de elegantes vestimentas similares a las de Alemania, o bueno, al menos en lo antiguo, muchos holanes en camisas blanca, un broche de rubí al cuello y una gabardina enorme que lo hacía ver, si bien, elegante, también muy antiguo y viejo… aquel country de tres colores tenia al menos el mismo patrón del latino… colores verticales en azul, amarillo y rojo, con un gesto sereno y frio
 - Întrebarea este ... Cum naiba ai ajuns aici? [La pregunta es… ¿Cómo diablos es que has llegado aquí?]-  una nueva voz, diferente a la de Alemania lo había asustado terriblemente. Pego su espalda hacia atrás, sintiendo el calor de la chimenea en su espalda. Busco rápidamente con la mirada
 -¡¿Quién está ahí?!-  exclamo el tricolor desconfiado, poniéndose de pie y tratando de buscar con la mirada… porque estaba más que seguro que esa no era la voz de Alemania y estaba todavía más que seguro que era la voz que creía haber estado escuchando desde que salió del bosque
 - Hmm ... nu pari să înțelegi limba ... asta trebuia să fie opera Germaniei atunci [Mmm… no parece que comprendas el idioma… esto tuvo que ser obra de Alemania entonces]-  escucho de nuevo aquella voz, pero sonó diferente, burlona, seca… un tipo de voz que no inspiraba nada de confianza, en especial luego de saber que en ese lugar solo habían estado viviendo Alemania y el… Alemania no era precisamente el tipo de persona que dejara a alguien entrar a su hogar… así que, quien estuviera ahí, seguro era de peligro…
 O por lo menos alguien que tenía talentos diferentes a tomar muy en cuenta. Se puso en pie, buscando aun con la mirada en aquella habitación semi oscurecida; al parecer, la noche ya los había alcanzado y ahora, solo la luz de la chimenea era lo único que en esos momentos iluminaba suavemente; trago en seco y, listo para correr, habló
 -La tuya por si acaso compa… huevos por puto-  y dicho esto, sale con todas sus fuerzas corriendo, abriendo la puerta y encontrándose entre los tantos y tantos corredores del castillo
 -¡Ale! ¡Ale!- grita con fuerza al tiempo que cree encontrar por lo menos el comedor de la casa y un camino para salir de esta si es muy necesario. Escucha detrás suyo el golpetear de algo grande y pesado, esto solo lo hace correr con fuerzas hacia la puerta de salida, siendo detenido bruscamente cuando sus pies se ven enredados con algo, haciéndolo apenas detener su caída con sus manos y no golpearse tan de lleno. Asustado mira hacia atrás que sus pies yacen atorados por una cadena negra que lucía oxidada y bastante pesada
-¿Y ahora que mierda?-  pregunta el tricolor nervioso luchando por quitarse la cadena pero notando que, apenas sus manos se acercan, esta parece ponerse aun más oscura y pesadas
 -La final am avut dreptate ca întotdeauna ... [Hump, al final tuve razón como siempre…]-  México volvió a escuchar aquella voz, sin encontrar al responsable, se tenso en su lugar, mirando fieramente, rogando internamente por encontrar a Alemania ya de perdis
 -¡Huevos puto! ¡Sal si tienes agallas hijo de la chingada!- gruño con fiereza mirando a todos lados
 -Esti iritant [Eres irritante…]-  escucho de nuevo la voz, solo que esta vez, los reclamos del tricolor se ven ahogados cuando, delante suyo, en un remolino de oscuridad aparece un country que nunca había visto… exceptuando por la pintura… el mismo country de bandera tricolor en azul amarillo y rojo. Como si flotase y muy lentamente como grácil, descendiera desde el cielo, viéndolo de un modo superior y molesto. Por un segundo, la imagen le pareció más como si ese fuera otro vampiro; por la forma en la que había aparecido. Trago en seco y siguió observando en silencio a quien, aun lo miraba como si fuera un ser superior y burlesco, viendo cual basura al mexicano
-Nu mă vei servi dacă nu pot comunica cu tine [No me sirves si no puedo comunicarme contigo]-  volvió a hablar ante el tricolor que, ante una sorpresa nada grata, puede ver las mismas cadenas que envuelven sus pies, elevándose cual serpientes vivas y envolverlo por completo, atando con énfasis y fuerza sus manos desde las muñecas y jalando con ellas hacia el frente obligándolo a quedar arrodillado con las manos delante suyo y, la cadena alargándose hasta apretar su cuello con violencia
 Un gemido se ahoga en su garganta, su gesto muestra dolor, sus ojos se cierran; el aire comienza a faltarle en los pulmones y supone por escasos segundos que tal vez, esta sea la forma en la que al final iba a morir… no por un vampiro, no por animales salvajes en un bosque que no conoce… no secuestrado, no violado, no torturado… iba a morir a manos de otro country que ni siquiera podía entender en su idioma… que mal…
 A ojos cerrados y sin poder ver los movimientos del otro country, aquel que observa tranquilo como superior al que ahora tiene arrodillado, se inclina levemente y, mordiendo su propio labio, logra crear una herida sangrante; luego de conseguirlo, se acerca a unir sus labios contra los del tricolor, aun rebosantes de calor y humedad. México abre sus ojos. Ante la falta de aire no puede rechazarlo ni evitarlo, su cuerpo comienza a dejar de responderle, su consciencia lentamente se va perdiendo hasta que la cadena es aflojada en su cuello y su cuerpo cae pesadamente… es solo entonces que el tricolor puede jalar agresivamente el aire hacia sus pulmones jadeando en el proceso y tosiendo otro poco
 -Es hora de que me entregues las respuestas que espero escuchar… esclavo-  fue lo último que el tricolor cree escuchar antes de que sus ojos se cierren y su mente se pierda en la inconsciencia
 Notas finales:
 Pfff… me tarde dos días en poder escribir esto… ¡¡¡Al fin tengo tiempo para escribir!!!! Wiiiii XD
 Datos extras:
 *Amm sobre las voces que México estaba escuchando cuando estaba en el bosque… no se qué decir… solo que eran el mismo country
*Ya sabemos quién es el nuevo country que ha aparecido de la nada… ¬¬ creo que para estas alturas es demasiado obvio… pero si no… es Rumania XP
*Alemania no sabe lo que está pasando con México
*Las cadenas y habilidades de Rumania serán explicadas en los siguientes capítulos
*Para los avispados que lo notaron… Rumania utilizo el mismo hechizo que Alemania para comunicarse con México XD
 No diré mas porque luego doy sopilers de mas XD así que nada
 ¿Les ha gustado?
Que tengan lindo día
¡Comenten!
¿¿Les gustaría apoyarme con alguno de estos???
 Ko-fi
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super-cannes · 4 years
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También eres feo
Había que salir de vez en cuando de ellos, de esos pueblos de Illinois de nombres graciosos: Paris, Oblongo, Normal. Una vez, cuando el Dow Jones cayó doscientos puntos, un periódico local alardeó en el encabezado principal: “HOMBRE NORMAL SE CASA CON MUJER OBLONGA.” Sabían lo que era importante. ¡Lo sabían! Pero tendrías que salir de vez en cuando, siquiera para cruzar la frontera de Terre Haute y ver una película. Fuera de París, a la mitad de un largo campo, había un conjunto de edificios de ladrillos, una pequeña universidad de artes con el improbable nombre de Hilldale-Versailles. Zoë Hendricks llevaba tres años enseñando Historia de los Estados Unidos. Enseñaba: “La Revolución y más allá” a estudiantes de primer y segundo año, y cada tercer semestre llevaba el seminario principal para estudiantes de maestría, y aunque las evaluaciones de sus estudiantes habían empeorado en el último año y medio —La profesora Hendricks casi siempre llega tarde a clase y usualmente lo hace con una taza de chocolate caliente del que ofrece sorbitos a la clase—, en general el departamento de nueve hombres se sentía agradecido de tenerla. Sentían que añadía el necesario toque femenino a los corredores –ese tenue rastro de Obsession y sudor, y el ligero, rápido cloqueo de los tacones. Además habían tenido una reputación de discriminación sexual y el decano había dicho que, bueno, ya era hora. La situación no era fácil para ella, lo sabían. Una vez, al comienzo del último semestre, había llegado al salón de lectura cantando: “Getting To Know You” de cabo a rabo. A pedido del decano, el presidente del consejo la llamó a su oficina, pero no le pidió ninguna explicación, en realidad. Le pregunto cómo se sentía y sonrió de una manera particular. Ella dijo: “Bien,” y el presidente estudió la manera en como lo dijo, con los dientes delanteros mordiendo el labio inferior. Casi era linda, pero su rostro mostraba la tensión y la ambición de siempre haber estado cerca pero no del todo. Se notaba mucho esmero con el delineador de ojos, y sus aretes, gastados, sin duda, porque carecía de drama, provocaban un poco de miedo al sobresalir de los lados de su cabeza como antenas.
“Estoy perdiendo el juicio,” dijo Zoë a su joven hermana, Evan, en Manhattan. La profesora Hendricks parece conocer el soundtrack completo de ‘El rey y yo’ ¿Es esto Historia? Zoë le telefoneaba cada jueves. “Siempre dices eso,” dijo Evan, “pero entonces estás en tus viajes o tus vacaciones y todo vuelve a su lugar y te tranquilizas por un tiempo y entonces dices que estás bien, que estás ocupada, y entonces otra vez dices que te estás volviendo loca y otra vez a comenzar —Evan era diseñadora de comida a medio tiempo para tomas de fotos. Cocinaba verduras en tinte verde. Dejaba un guiso de bistec sobre una cama de canicas e iba de compras por diferentes y nuevos tipos de spray de silicona y cubos de hielo de plástico. Pensaba que su vida estaba bien. Vivía con su novio de hacía muchos años, que era independientemente rico y tenía un divertido y trabajo en el negocio de las publicaciones. Ya eran cinco años desde que dejaran la universidad, y vivían en un lujoso edificio del centro con balcón y acceso a la alberca. “No es lo mismo que tener tu propia alberca,” suspiraba Evan siempre, como para que Zoë supiera que había aún cosas que ella, Evan, tenía que tolerar. “Illinois. Estar aquí me pone sarcástica,” dijo Zoë al teléfono. En general, solía insistir en que era ironía, algo gentilmente depositado en capas, sofisticado, algo ajeno al medio oeste aunque sus estudiantes lo seguían llamando sarcasmo, una cosa que se sentían calificados para reconocer, y ahora ella no tenía más remedio que aceptar. No era ironía. “¿Cuál es su perfume?” le preguntó una vez un estudiante. “Aromatizante para cuartos” dijo ella. Sonrió pero él la miró, desconcertado. Por mucho, sus estudiantes eran buenos representantes del medio oeste, embobados por el estrógeno que extraían de grandes cantidades de carne y huevo. Compartían los valores suburbanos de sus padres; y ellos, sus padres, les habían dado cosas, cosas, cosas. Eran complacientes. Los habían comprado. Y ahora estaban armados con una saludable vaguedad acerca de cualquier aspecto histórico o geográfico. En realidad, parecían saber demasiado poco sobre nada, aunque mostraban buen humor al respecto. “Todos esos estados del Este son tan pequeños y amontonados”, se quejaba uno de sus estudiantes la semana que Zoë leía “El momento crucial de la Independencia: La batalla de Saratoga.” “Profesora Hendricks, usted es de Delaware, ¿verdad?” le preguntó el estudiante. “Maryland” corrigió Zoë. “Ah” dijo él, despreciativamente, “Nueva Inglaterra.” Sus artículos —capítulos para un libro titulado Escuchándolos: Usos del humor en la Presidencia de los Estados Unidos— eran en general bien recibidos, aunque salieran lentamente de su cabeza. Le gustaba que sus artículos contemplaran todas las etapas del día —incluso desconfiaba de las cosas escritas solamente de mañana—, por lo que releía y rescribía laboriosamente. Ninguna faceta del día –su humor, su luz- podía predominar. A veces hasta durante un año pendía de un artículo, revisándolo a todas horas, hasta que el día, en su totalidad, quedaba registrado. Su trabajo anterior al de Hilldale-Versailles lo tuvo en un pequeño colegio de New Geneva, en Minnesota, la Tierra de los Moribundos Centros Comerciales. Todos ahí eran tan rubios que en general a las castañas se les consideraba extranjeras. Que la Profesora Hendricks sea de España no le da el derecho a ser tan negativa hacia nuestro país. Existía un marcado interés hacia la alegría. Quizá porque en New Geneva nadie esperaba que fueras crítica o quejosa. Y nadie esperaba, tampoco, que notaras que la ciudad había crecido demasiado y que sus centros comerciales lucían viejos y naufragaban. No debías decir que no estabas “bien, gracias ¿y usted?” Se esperaba, en suma, que fueras Heidi. Que llevaras leche de cabra hasta las colinas sin pensarlo dos veces. Heidi no se quejaba. Heidi no hacía cosas como pararse frente a la nueva fotocopiadora IBM diciendo “Si esta fotocopiadora de mierda se vuelve a estropear, me corto las venas.” Pero ahora, en su segundo trabajo, en su cuarto año de enseñanza en el Medio Oeste, Zoë estaba descubriendo algo que nunca sospechó tener: una veta de malhumor, crispada y aguda. Alguna vez consintió a sus alumnos, cantándoles canciones, permitiéndoles que la llamaran incluso a casa para hacerle preguntas personales, más ahora comenzaba a perder simpatía. Ya eran diferentes. Comenzaban a parecerle demandantes y malcriados. “Usted actúa,” le dijo uno de sus estudiantes de último curso durante una conferencia, “como si su opinión valiera más que la cualquiera en la clase.” Los ojos de Zoë se abrieron de par en par. “Soy la maestra,” dijo. “Me pagan para actuar así.” Miró atentamente a la estudiante, que llevaba un lazo en el cabello como si fuera una cowgirl en una serie campirana de TV. “Quiero decir, de otra manera todos en la clase tendrían pequeñas oficinas y horario de trabajo.” Muchas veces la Profesora Hendricks toma el tiempo de la clase para hablar de las películas que ha visto. Observó a la estudiante un poco más, y añadió: “Apuesto a que eso te gustaría.” “A lo mejor le sueno un tanto quejica,” dijo la chica, “pero lo único que quiero es que mi carrera de historia signifique algo.” “Bueno, ése es tu problema,” dijo Zoë, y, con una sonrisa, le mostró la puerta. “Me gusta tu lazo,” dijo.
Zoë se desvivía por el correo, por el cartero —ese pájaro tan mozo—, y cuando recibía una carta real con un sello real de cualquier parte, se la llevaba a la cama y la leía una y otra vez. También veía televisión a todas horas y tenía el equipo en su habitación —mala señal. La Profesora Hendricks ha hablado mal Fawn Hall, de la religión católica y de todo el estado de Illinois. Es increíble. En época de Navidad daba veinte dólares de propina al cartero y a Jerry, el único taxista de la ciudad, a quien ella había llegado a conocer durante todos sus viajes de ida y vuelta al aeropuerto de Terre Haute, y quien, desde que se dio cuenta que tales viajes eran una extravagancia, le ofrecía tarifas especiales. “Voy a tomar un vuelo y visitarte este fin de semana,” anunció Zoë. “Esperaba que lo hicieras,” dijo Evan. “Charlie y yo vamos a tener una fiesta de Halloween. Va a ser muy divertido.” “Ya tengo disfraz. Es un casco. De esos que parecen un hueso gigante que te atraviesa la cabeza. “Buenísimo,” dijo Evan. “Sí, muy bueno.” “Todo lo que yo tengo es mi máscara de luna del año pasado y del antepasado. Probablemente terminaré casándome con ella.” “¿Tú y Charlie se van a casar?” Zoë se sintió ligeramente alarmada. “Hmmmmmmmno, no inmediatamente.” “No se casen.” “¿Por qué?” “No ahora mismo. Eres muy joven.” “Sólo dices eso porque eres cinco años mayor que yo y no te has casado.” “¿No me he casado? Ay, Dios mío,” dijo Zoë, “Olvidé casarme.” Zoë había salido con tres hombres desde su llegada a Hilldale-Versailles. Uno de ellos era un burócrata municipal que había arreglado una multa por mal estacionamiento que ella había llevado para protestar, y luego la invitó a tomar un café. Al principió, pensó que era maravilloso —¡al fin alguien que no quería a una Heidi! Pero pronto comprendió que todos los hombres, muy en el fondo, deseaban una Heidi. Heidis con escotes. Heidis con ropa de gimnasia. El burócrata de la multa por mal estacionamiento pronto se volvió cansado e intermitente. Un frío día de otoño, en su elegante e impráctico convertible, a la pregunta de ella de qué es lo que andaba mal, él dijo, “No te vendría nada mal un poco de ropa nueva, sabes.” Ella usaba un montón de pana verde grisácea. Tenía la impresión de que resaltaba sus ojos, esas dos estrellas tímidas. Sacudió una hormiga de su manga. “¿Tenías que hacerlo precisamente en el auto?” preguntó él, mientras manejaba. Observó sus pectorales, mirando primero el izquierdo, luego el derecho, en un vistazo general. Vestía una camiseta ajustada. “¿Perdón?” Él disminuyó la velocidad en la luz ámbar, y frunció el ceño. “¿Acaso no podías levantarlo y arrojarlo fuera del auto?” “¿La hormiga? Me pudo haber mordido. Quiero decir, ¿qué diferencia hay?” “¡Te pudo haber mordido! Já. Qué ridículo. Ahora va a dejar huevecillos en mi auto.
El segundo tipo era más dulce, grandote, aunque no insensible a ciertas pinturas y canciones, pero con frecuencia, también, las cosas que hacía o decía terminaban por asustarla. Una vez, en un restaurante, robó las guarniciones de su plato y esperó a que ella lo notara. Cuando no lo hizo, finalmente extendió los puños sobre la mesa y dijo “Mira,” y al abrirlos ahí estaba su ramita de perejil y su rebanada de naranja arrugada y hecha bolita. En otra ocasión le describió su más reciente visita al Louvre. “Y ahí estaba yo, frente a La barca de Dante, de Delacroix, y todos se habían marchado por lo que tuve mi propia audiencia privada, con todas esas sombras agonizantes abriéndose en todas direcciones, y aquel movimiento de la pintura que comenzaba desde el fondo en remolinos, acumulándose más y más en la roja tela de la capucha de Dante, arremolinándose en la distancia, hacia donde podías ver las llamas anaranjadas.” Se quedó sin aliento en la descripción. Ella lo halló conmovedor y sonrió para animarlo. “Un cuadro así,” dijo él, meneando la cabeza. “Hace que uno se cague encima.” “Tengo que preguntarte algo,” dijo Evan. “Sé que hay mujeres que se quejan de no conocer hombres pero, en serio, yo conozco muchos. Y no todos son homosexuales, te lo aseguro.” Hizo una pausa. “Ya no.” “¿Qué me estás preguntando?” El tercer tipo era un profesor de ciencias políticas llamado Murray Peterson que gustaba salir en parejas con colegas por cuyas esposas se sentía atraído. Usualmente la esposas le permitían algo de coqueteo. No era raro que bajo la mesa se diera algo de toqueteo con los pies, o incluso con las rodillas. Entonces Zoë y el esposo se quedaban solos con la comida, mirando fijamente hacia los vasos, y masticando como chivos. “Oh, Murray,” dijo una esposa, que nunca terminó su master en terapia física y usaba ropas anchas. “Sabes, me sé todo acerca de ti: tu cumpleaños, el número de tu matrícula. Lo he memorizado todo. Pero sólo es por la clase de mente que tengo. Una vez, en una fiesta, sorprendí a los anfitriones cuando me levanté y me despedí de todos los que estaban ahí, por nombre y apellido.” “Yo conocí a un perro que podía hacer eso,” dijo Zoë, con la boca llena. Murray y la esposa la miraron con gesto de enfado y reproche, pese a que el esposo parecía de pronto muy divertido. Zoë pasó el bocado. “Era un labrador parlante, y tras diez minutos de escuchar la conversación de la cena este perro sabía los nombres de cada persona. Podías decirle, ‘Lleva este cuchillo a Murray Peterson’, y lo hacía.” “En serio,” dijo la esposa, frunciendo el ceño, y Murray Peterson nunca más la volvió a llamar. “¿Estás viendo a alguien?” preguntó Evan. “Lo pregunto por un motivo particular. No es que me esté portando como mamá.” “Estoy viendo mi casa. La atiendo cuando se pone húmeda, cuando llora, cuando vomita.” Zoë había adquirido una casa de campo cerca del campus, aunque justo ahora pensaba que no debió hacerlo. Era difícil vivir en una casa. Se la pasaba entrando y saliendo de las habitaciones, buscando dónde había dejado las cosas. Iba al sótano sin razón alguna excepto porque le divertía poseer una sótano. También le divertía poseer un árbol.
Sus padres, en Maryland, estaban muy contentos de que al fin una de sus hijas fuera capaz de permitirse una propiedad, y cuando cerró el contrato le enviaron flores con una carta de felicitaciones. Su madre, incluso, le había enviado una caja de viejas revistas de decoración guardadas durante años –fotografías de hermosas habitaciones con las que su madre fantaseaba, puesto que nunca, en realidad, había habido dinero para redecorar. Era más como poseer la pornografía de mamá, esa caja, heredar sus fantasías más profundas, el deseo y la coquetería ilimitados que habían sido su vida. Aunque para su madre se trataba de un pasaje ritual que le encantaba. “Quizá puedas sacar algunas ideas de esto,” le escribió. Así que cuando Zoë miró las fotografías, las audaces y hermosas habitaciones, se sintió llena de nostalgia. Ideas e ideas de nostalgia. Justo ahora la casa de Zoë se encontraba casi vacía. Los dueños anteriores habían empapelado alrededor de los muebles dejando siluetas y huecos extraños en las paredes, y no es que Zoë se hubiera aplicado ya a remediarlo. Compró muebles, luego los quitó, amueblando y desamueblando, preparando y cuidando, como a un útero. Había comprado muchos arcones de madera de pino para usarlos como sofá o cajas de zapatos, pero pronto comenzó a verlos más y más como ataúdes de niños, y los devolvió. Y recientemente también había comprado una alfombra oriental para la sala, con símbolos chinos que no entendía. La vendedora insistió en que significaban “Paz” y “Vida eterna”, y la verdad es que Zoë se mostró un tanto preocupada el día que trajo la alfombra a casa. ¿Qué tal si los símbolos no significaban “Paz” y “Vida eterna”? ¿Qué tal si querían decir, digamos, “Bruce Springsteen”? Y mientras más lo pensaba, más se convencía de poseer una alfombra que decía “Bruce Springsteen.” Así que esa también la devolvió. Llegó a comprar, también, un pequeño espejo barroco para la entrada que, según le dijo Murray Peterson, alejaba a los malos espíritus. Como fuera, el espejo le llenaba de miedo, asustándola con el reflejo de una mujer que ella nunca reconocía. En ocasiones lucía más hinchada y simplona de lo que recordaba. Otras veces oscura y cambiante. Pero la mayor parte del tiempo, simplemente, lucía vaga. “Te pareces a alguien que conozco” le habían dicho dos extraños el año pasado en Terre Haute. De hecho, y por momentos, no parecía poseer un aspecto propio, o cualquier aspecto, pero luego la divertía saber que los colegas y los estudiantes la reconocían del todo. ¿Cómo lo sabían? Cuando entraba a un salón, ¿cómo luciría para que ellos la reconocieran? ¿Como así? ¿Es que ella se veía así? Y entonces devolvió el espejo. “La razón por la que te pregunto esto es porque conozco a un hombre que quizá deberías conocer,” dijo Evan. “Es divertido. Es heterosexual. Es soltero. Es todo lo que voy a decir.” “Creo que estoy muy vieja para la diversión,” dijo Zoë. Tenía un oscuro y erizado pelo en la barbilla, y justo ahora podía sentirlo con el dedo. Quizá es que cuando has pasado demasiado tiempo sin el sexo opuesto, comienzas a parecértele. En un acto de invención desesperada, comienzas a desarrollar el tuyo propio. “Lo único que quiero es ir a la fiesta, usar mi casco, hacerle una visita al pez tropical de Charlie y preguntarte sobre tus plantas. Estaba pensando en todas las páginas de “Nuestra Constitución: Cómo Nos Afecta”, que tenía que corregir. Pensó en las pruebas de ultrasonido que iba a hacerse el viernes, porque según su doctor, y el asistente de su doctor, tenía un grande y misterioso crecimiento en su abdomen. Vesícula biliar, era lo que decían. U ovarios, o colon. “¿De verdad practican medicina?” preguntó Zoë en voz alta, después que ellos salieran de la habitación. Una vez, de niña, llevó a su perro al veterinario, que le dijo: “Bueno, tu perro tiene parásitos, o cáncer o un auto lo golpeó.” Deseaba llegar a Nueva York. “Bueno, como sea. Nos la pasaremos bien. No puedo esperar a verte, chica. Y no olvides tu hueso en la cabeza,” dijo Evan. “No es algo que se olvide,” dijo Zoë. “Supongo,” dijo Evan. Lo del ultrasonido lo mantenía en secreto, incluso para Evan. “Siento que me estoy muriendo,” le había insinuado una vez a Evan, por teléfono. “No te estás muriendo,” le dijo Evan, “sólo estás disgustada.” “Ultrasonido,” decía Zoë ahora, medio en broma, al técnico que le ponía el gel sobre su abdomen desnudo. “¿No le suena como a un gran sistema de sonido? No había tenido nadie que armara tanto lío sobre su estómago desnudo desde que su novio de posgrado, que revoloteaba sobre ella cada vez que se sentía mal, movía los brazos, presionaba las manos contra su ombligo, y cantaba, evangélicamente, “Sana! Sana! Por el amor del Bebé Jesús!” Y Zoë reía y hacían el amor, ambos con la esperanza secreta de que ella quedara embarazada. Luego se preocupaban, y él, hundiendo la mejilla sobre su vientre le preguntaba si tenía retraso, ¿lo tenía? ¿estaba segura?, debería tener retraso, pero cuando pasaron dos años sin lograr el embarazo comenzaron a pelearse y finalmente se separaron. “Okey,” dijo el técnico, distraídamente. El monitor estaba en marcha, y las entrañas de Zoë aparecieron en la pantalla en toda su gris y jironeada vaciedad. Lucían como el mármol en las más finas gradaciones, desde el negro hasta el blanco, como la piedra de una vieja iglesia o la foto de la luna. “No le parece,” balbuceó al técnico, “que el aumento de la infertilidad entre tantas parejas de este país se debe a que son dos razas completamente diferentes que intentan reproducirse?” El técnico movió el escáner en giros y tomó más fotos. Por una en particular, de la parte derecha de Zoë, el técnico se mostró súbitamente alerta, y la máquina emitió un chasquido. Zoë observó la pantalla. “Eso que encontró ahí debe de ser el crecimiento,” sugirió Zoë. “No le puedo decir nada,” dijo el técnico, un tanto rígido. “Su doctor tendrá el reporte del radiólogo esta tarde y le telefoneará.” “Estaré fuera de la ciudad,” dijo Zoë. “Lo siento,” dijo el técnico.
Conduciendo a casa, Zoë miró por el retrovisor y decidió que lucía… bueno, ¿cómo podría uno describirlo? Un poco pálida. Recordó la broma del tipo que visita a su doctor y el doctor le dice: “Siento decirlo, pero usted sólo tiene seis semanas de vida.” “Quiero una segunda opinión,” dice el tipo. Usted actúa como si fuera superior a todos en la clase. “¿Quiere una segunda opinión? Muy bien,” dice el doctor, “También es feo.” Le gustaba esa broma. Creía que era terrible, terriblemente divertida. Tomó un taxi al aeropuerto. Jerry, el conductor, se mostró feliz de verla. “Diviértase en Nueva York,” dijo, sacando la maleta del portaequipaje. Ella le gustaba. O al menos siempre actuaba como si así fuera. Ella lo llamaba Jare. “Gracias, Jare.” “¿Sabe? Le diré un secreto. Nunca he estado en Nueva York. Le diré dos secretos. Nunca he estado en un avión.” La despidió con un movimiento triste mientras ella empujaba la puerta para entrar a la terminal. “O en un ascensor!” gritó. La clave para volar seguro, pensaba Zoë, era nunca comprar un boleto de descuento y decirse uno mismo que de cualquier manera no tenías nada por qué vivir, de modo que no habría ningún problema en caso de accidente. Pero entonces, cuando no sucedía nada, cuando lograbas mantenerte en lo alto junto con tu propia inutilidad, todo lo que debías hacer era salir a tropezones, buscar tu equipaje, y, mientras llegaba el taxi, buscarse una razón persuasiva para seguir viviendo. “Llegaste!” gritó Evan al timbre, antes incluso de abrir la puerta. Luego la abrió ampliamente. Zoë dejó las maletas sobre el piso y abrazó fuertemente a Evan. De pequeña, Evan siempre fue cariñosa y devota. Zoë siempre cuidó de ella –aconsejándola, tranquilizándola- hasta tiempos recientes, en que Evan comenzó a aconsejarla y tranquilizarla a ella. Eso asustaba a Zoë. Sospechaba que tenía algo que ver con el hecho de estar sola. Algo que incomodaba a la gente. “¿Cómo estás?” “Vomité en el avión. Además de eso, estoy bien.” “¿Te ofrezco algo? A ver, déjame las maletas. Con que malita en el avión, eh. Uy.” “Fue en una de esas bolsitas,” dijo Zoë, por si a Evan se ocurría que había sido en el pasillo. “Casi en silencio.” El apartamento era espacioso e iluminado, con una vista de toda la ciudad a lo largo del lado este. Había un balcón y puertas de vidrio corredizas. “Siempre me olvido que este departamento es tan bonito. Piso veinte. Portero…” Zoë podía trabajar toda su vida y nunca tener un apartamento como éste. Y tampoco Evan. Era el departamento de Charlie. Él y Evan vivían ahí como dos niños en un dormitorio, latas de cerveza y ropa regadas por todos lados. Evan llevó las maletas lejos del revoltijo, junto a las peceras. “Estoy tan contenta de que estés aquí,” dijo. “Y ahora, ¿qué te sirvo?” Preparó el almuerzo –sopa de lata y galletita saladas. “Respecto de Charlie, no lo sé,” dijo, cuando terminaron. “Nos veo ya como unos cuarentones alejados del sexo.” “Hmmm,” dijo Zoë. Se reclinó sobre el sofá de Evan y miró por la ventana hacia las oscuras cimas de los edificios. Parecía un poco antinatural vivir en el cielo de ese modo, como pájaros que por una hazaña errónea anidaran muy alto. Asintió con la cabeza hacia las peceras y soltó una risita. “Me siento como un pájaro,” dijo. “Con mi propia ración de peces.” Evan suspiró. “Llega a casa y se echa en el sofá, mira fútbol borroso. Usa el color crema psicodélico y el aparato de los rizos, si sabes a lo que me refiero.” Zoë se levantó y acomodó los cojines del sofá. “¿Qué es futbol borroso?” “Aún no tenemos cable. Todo nos llega borroso. Así que Charlie lo mira así.” “Hmm, ya veo. Sí, es un poco depresivo,” dijo Zoë. Miró sus manos. “Especialmente lo de no tener cable.” “Así es como se mete a la cama.” Evan se levantó para hacer una demostración. “Se quita toda la ropa pero cuando toca al turno de los calzoncillos simplemente los deja caer hasta un tobillo. Luego levanta una pierna, los avienta al aire y los atrapa. Yo, por supuesto, lo miro desde la cama. Y nada más. Sólo eso.” “Quizá deberían pasar por alto esas cosas y casarse.” “¿Te parece?” “Claro. Quiero decir, ustedes probablemente piensen que vivir juntos de esta manera es lo mejor de todo, pero…” Zoë trató de sonar como la hermana mayor; la hermana mayor es lo que se supone que sería la madre que nunca tendrías, la mamá buena onda, tranquila. “Pero yo descubrí que tan pronto como crees tener de todo…” –pensó en ella misma, sola en su casa, en las cigarras cara de sapo que volaban alrededor como hombrecitos nocturnos y aterrizaban sobre sus cortinas, mirando; en los zapatos número treinta que había colocado en la puerta para alejar a los intrusos; en la ridícula, muñeca inflable que alguien le había dicho que sentara a la mesa del desayuno- “entonces repentinamente todo cambia y se vuelve lo peor de todo.” “¿De verdad?” Evan irradiaba felicidad. “Ay, Zoë. Tengo que decirte algo. Charlie y yo nos vamos a casar.” “¿De verdad?” Zoë se sintió confundida. “No sabía cómo decírtelo.” “Sí, bueno. Supongo que todo eso sobre el futbol borroso me confundió un poco.” “Esperaba que fueras mi dama de honor,” dijo Evan, ansiosa. “¿No te sientes feliz por mí?” “Sí” dijo Zoë, y comenzó a contarle a Evan la historia de un violinista premiada de Hilldale-Versailles —cómo la violinista había llegado de una competencia en Europa y se había liado con un tipo del pueblo que la obligaba a ir a todos los partidos de softball de verano y la hacía brindar por él desde las gradas junto con las otras esposas, hasta que ella se mató. Pero cuando Zoë iba a la mitad del cuento, en la parte de los brindis desde las gradas, se detuvo. “¿Entonces qué?” dijo Evan. “¿Qué pasó?” “La verdad es que nada,” dijo Zoë, tranquilamente. “A ella comenzó a gustarle el softball. Tendrías que haberla visto.” Zoë decidió ir a la función vespertina de cine, dejando a Evan las faenas de preparar lo necesario para la fiesta. “Debo hacerlo sola, de verdad,” le había dicho, un poco tensa tras la historia de la violinista. Zoë pensó a ir a un museo de arte pero las mujeres que iban a los museos tenían que lucir muy bien. Siempre lo hacían. Elegantes y serias, moviéndose lánguidamente, con un gran bolso de mano. En vez de eso, camino por Kips Bay, pasando frente a una boutique de aretes llamada Póntelo en las orejas, luego pasó por un salón de belleza llamado Dorian Gray. Eso era lo divertido respecto de la “belleza,” pensó Zoë. Busca entre las páginas de la sección amarilla y encontrarás cientos de entradas, todas agresivas en su inteligencia, cortesía y consejos. Pero busca “verdad,” –Já! Absolutamente nada. Nada de nada. Zoë pensó en el matrimonio de Evan. ¿Se convertiría Evan en la esposa de Pedro Comecalabazas? ¿Señora Comecalabazas? ¿Y en la boda, obligaría a Zoë a vestirse con un vestido color lavanda lleno de volados, idéntica a las otras damas? Zoë odiaba los uniformes, e incluso, en primer grado, se había rehusado a unirse al club de las Chicas Duendes porque no deseaba usar el mismo disfraz que todas. Y ahora tendría que hacerlo. Y quizá podría distinguirlo. Levantarlo por un lado con una pinza, por ejemplo. O colocar una gasa de cirugía en la cintura. Abrocharse en el pecho uno de esos pins que dicen, en letras grandes, “Shit Happens.” En la película –Death by Number- compró palitos de regaliz para masticar. Tomó asiento junto a la salida. La poseyó la extraña autoconciencia de hallarse sola, y esperaba que el cine oscureciera pronto. Cuando oscureció y comenzaron los comerciales, buscó en su bolso los lentes. Los tenía en un estuche. Los Kleenex también estaban en un estuche. Lo mismo los bolígrafos, las aspirinas y las mentas. Todo se encontraba en un estuche. Y eso es en lo que se había convertido: en una mujer sola en el cine con todo en estuches. En la fiesta de Halloween había como dos docenas de personas. Había gente con cabezas de mono y largo vello en las manos. Alguien se había disfrazado de duende. Alguien se había disfrazado de cena congelada. Un hombre había traído a sus dos hijas pequeñas: una bailarina, y la hermana de la bailarina, también vestida de bailarina. Había un grupillo de brujas muy sensuales –mujeres vestidas enteramente de negro, muy maquilladas y enjoyadas. “Odio a esas brujas tan atractivas. No va con el espíritu de la noche de Halloween,��� dijo Evan que, por su parte, había abandonado la máscara de luna para disfrazarse de muñeca alemana de rizos y delantal, decisión que ahora lamentaba. Charlie, y porque le gustaban los peces, porque era dueño de muchos peces y porque los coleccionaba, había decidido vestirse como pez. Tenía aletas y ojos a los lados de la cabeza. “¡Zoë! ¿Cómo estás? ¡Siento no haber estado aquí cuando llegaste!” Pasó el resto del tiempo charlando con las brujas sensuales. “¿Hay algo en lo que te pueda ayudar?” preguntó Zoë a su hermana. “Luces agotada.” Acarició el brazo de su hermana dulcemente, como si deseara que estuvieran solas. “Ay, no, nada de eso,” dijo Evan, mientras arreglaba los hongos rellenos sobre una bandeja. El cronómetro sonó y sacó otra bandeja del horno. “En realidad, ¿sabes qué puedes hacer?” “¿Qué?” Zoë se puso el hueso en la cabeza. “Conocer a Earl. Él es el tipo que tenía en mente para ti. Cuando llegue sólo háblale un poco. Es lindo. Es divertido. Se acaba de divorciar.” “Lo intentaré,” gruñó Zoë. “¿Está bien? Lo intentaré.” Miró el reloj. Earl llegó vestido como una mujer desnuda, con lana de acero pegado estratégicamente al cuerpo, y pechos de goma que le brotaban como jamones. “Zoë, él es Earl,” dijo Evan. “Gusto en conocerte,” dijo Earl, esquivando a Evan para estrechar la mano de Zoë. Observó en detalle la cabeza de Zoë. “Bonito hueso.” Zoë asintió. “Bonitas tetas,” dijo. Miró más allá de él hacia la ciudad que tras la ventana centelleaba contra el cielo; la gente decía lo de siempre: cómo parecía un montón de joyas, o brazaletes y collares sueltos. Podías ver el reloj del edificio Con Ed, el copete dorado y naranja del Empire State, el Chrysler como el cohete espacial soñado durante la depresión. Más lejos podías vislumbrar el Astor Plaza, y su tejado blanco y volante como la cofia de una monja. “Hay cerveza allá en el balcón, Earl. ¿Te traigo una?” preguntó Zoë. “Hm, claro. Voy contigo. Hey, Charlie, ¿cómo va?” Charlie dibujó una amplia sonrisa y silbó. La gente se giró para ver. “Hey, Earl,” le llamó alguien desde el fondo del salón. “¡Fiuu, fiuuuu!” Se apretujaron entre los demás invitados, pasaron a los monos, a las brujas sensuales. La succión de las puertas corredizas cedió en un silbido, y Zoë y Earl salieron al balcón, una mujer con un hueso en la cabeza y otra desnuda, el aire de la noche rugiendo y pleno de humo fresco. Había otra pareja ahí afuera murmurando en privado. No llevaban disfraz. Sonrieron a Earl y a Zoë. “Hola,” dijo Zoë. Encontró la hielera de hule espuma y sacó dos cervezas. “Gracias,” dijo Earl. Sus pechos de goma se doblaron hacia dentro, estropeándose, mientras abría la botella. “Bueno,” suspiró Zoë, ansiosamente. Tenía que aprender a no temerle a los hombres del mismo modo que durante la infancia uno aprendía a no temerle a las lombrices o insectos. Con frecuencia, al conversar con un hombre en una fiesta, mil cosas le atravesaban la mente. Y mientras el hombre decía cualquier disparate, con mucha amabilidad, ella se enamoraba, casaba, y se enfrascaba en una amarga lucha por la custodia de los hijos y esperaba la reconciliación de modo que pese a todas sus traiciones ella no podría jamás despreciarlo, en tanto que en los minutos restantes conocería, quizá, su apellido y a qué se dedicaba, aunque hubiera ya mucha historia entre ambos. Movía la cabeza arriba abajo, enrojecía y se iba de ahí. “Evan me dice que eres profesora de Historia. ¿Dónde trabajas?” “Justo en la frontera entre Indiana e Illinois.” Earl pareció un poquito desconcertado. “Creo que Evan no me contó esa parte.” “¿No lo hizo?” “No.” “Bueno, así es Evan algunas veces. Cuando éramos niñas ambas teníamos problemas para hablar.” “Eso puede ser duro,” dijo Earl. Uno de sus pechos estaba escondido detrás del brazo que sostenía la bebida, pero el otro brillaba rosa y tranquilo, lleno como una luna de cereza. “Sí, bueno. No era una pérdida total. Íbamos a lo que entonces llamábamos derapia de durazno.[1] Durante casi diez años de mi vida tenía que construir en mi mente cada frase por adelantado antes de decirla. Era la única manera en que podía crear una frase coherente.” Earl tomó de su cerveza. “¿Y cómo lo hiciste? Quiero decir, ¿cómo lo superaste?” “Contaba un montón de bromas. Bromas de las que ya me sabía cada línea. Sólo tenías que decirlas. Me gustan las bromas. Las bromas y las canciones.” Earl sonrió. Tenía lápiz labial, una profunda mancha roja, pero se le había resbalado por la cerveza. “¿Cuál es tu broma favorita?” “Uh, mi broma favorita es…OK, ésta: Un hombre va al consultorio de su doctor y…” “Creo que conozco esa broma” interrumpió Earl, ansiosamente. Deseaba contar la historia él mismo. “Un hombre va al consultorio de su doctor, y el doctor le dice: ‘Mire, tengo una noticia buena y una noticia mala.´ Es ése, ¿verdad? “No estoy segura” dijo Zoë, “Podría ser una versión diferente.” “Bueno, entonces el tipo dice: ‘Deme la mala noticia primero, doctor’, y el doctor dice: ‘Muy bien. Usted tiene tres semanas de vida.’ Y el tipo grita: ‘¡Tres semanas de vida! Doctor, por favor dígame cuál es la buena noticia.’ Y el doctor dice: ‘¿Vio a la secretaria de allá enfrente? Pues finalmente me la cogí.” Zoë arrugó el ceño. “¿No es ése en el que estabas pensando?” “No”. Había acusación en su voz. “El mío era diferente.” “Oh,” dijo Earl. Desvió la mirada y luego la regresó: “¿Qué tipo de historia enseñas?” “La mayoría de las veces Historia americana –siglos dieciocho y diecinueve.” En los cursos de posgrado, en el bar, la frase para comenzar a ligar siempre era: “Así que, ¿cuál es tu siglo?” “A veces doy un curso sobre algún tema en específico,” añadió. “Digamos, ‘Humor y Personalidad en la Casa Blanca’. De eso es de lo que se trata mi libro.” Recordó lo que una vez alguien le había comentado sobre cierta clase de gorriones, cómo crean elaboradas estructuras antes de juntarse. “¿Tu libro es sobre el humor?” “Claro, y bueno, cuando enseño un curso cómo ése doy todos los siglos.” “Así que, ¿cuál es tu siglo?” “O sea que los tres.” “¿Perdón?” La brisa le hizo brillar los ojos. El tráfico revolucionaba bajo ellos. Ella se sintió alta y endeble, como alguien elevada al cielo por error y luego desdeñada. “Tres. Solamente hay tres.” “Bueno, en realidad son cuatro.” Ella pensaba en Jamestown[2], y en los peregrinos con hebillas y sombreros de brujas que llegaban a decir sus rezos. “Yo soy fotógrafo,” dijo Earl. Su rostro comenzaba a brillar y el rojo comenzaba a mancharlo como un atardecer bajo sus ojos. “¿Y te gusta eso?” “Bueno, la verdad es que estoy comenzando a sentir que es un poquito peligroso.” “¿En serio?” “Pasar todo el tiempo en un cuarto oscuro bajo esa luz roja y entre todos esos químicos. Se le relaciona con el Parkinson, ¿lo sabías?” “No, no lo sabía.” “Se supone que debo usar guantes de goma, pero no me gusta. A menos de que lo esté tocando directamente, no puedo pensar que algo es real.” “Hmm,” dijo Zoë. La alarma vibró a través de toda ella. “Algunas veces, cuando me corto o algo así, siento la punzada y pienso, Mierda. Me lavo constantemente y espero que no pase nada. No me gusta sentir la goma sobre la piel de esa manera.” “¿En serio?” “Quiero decir, el contacto físico. Eso es lo que uno quiere, si no para qué molestarse?” “Supongo,” dijo Zoë. Deseaba recordar alguna broma, algo lento y deliberado, con el final a la vista. Pensó en gorilas, en cómo cuando pasan demasiado tiempo encerrados en una jaula comienzan a golpearse en la cabeza en vez de aparearse. “¿Tienes… alguna relación?” soltó Earl, de pronto. “¿Ahora? ¿Mientras hablamos?” “Bueno, quiero decir, estoy seguro que tienes una relación con tu trabajo.” Una sonrisa, pequeña, anidada en su boca como un huevo. Pensó en los zoológicos de los parques, en cómo, cuando las ciudades caen bajo un asedio, la gente se come a los animales. “Pero quiero decir, con un hombre.” “No, no estoy en ninguna relación con ningún hombre.” Se acarició la barbilla con la mano y pudo sentir el cabello cerdoso ahí. “Pero mi última relación fue con un hombre muy cariñoso,” dijo. Se inventó algo. “De Suiza. Era un botánico, experto en plagas, malas hierbas. Se llamaba Jerry. Yo lo llamaba Jare. Era muy divertido. Ibas a ver una película con él y lo único en que se fijaba era en las plantas. Nunca ponía atención a la trama. Una vez, en una película sobre la jungla, comenzó a parlotearme todos esos nombres en latín, en voz alta. Fue muy emocionante para él.” Hizo una pausa, contuvo el aliento. “Eventualmente regresó a Europa a, eh, estudiar el edelweiss[3].” Miró a Earl. “¿Tienes una relación? Digo, ¿con una mujer?” Earl cambió el peso y las arrugas de su disfraz cambiaron, ensanchándose hacia fuera, como algo roto. Su vello púbico se deslizó hacia una cadera, como el corsé de una chica del oeste. “No,” dijo, limpiándose la garganta. La lana de acero de sus brazos se movía hacia los bíceps. “Acabo de salir de un matrimonio que estaba lleno de malos diálogos como ‘¿Quieres más espacio? ¡Pues te daré más espacio!’ Puaf, típico de los tres chiflados. Zoë lo miró comprensivamente. “Supongo que es difícil recobrar el amor después de eso.” Los ojos de él destellaron. Quería hablar del amor. “Pero sigo pensando que el amor debe ser como un árbol. Mira a un árbol y verás que tiene chichones y cicatrices de tumores, infestaciones, lo que quieras, pero aún así siguen creciendo. A pesar de los chichones y de las magulladuras siguen… derechos.” “Sí, bueno,” dijo Zoë, “de donde yo vengo todos son casados o gays. ¿Viste esa película, Death by Number?” Earl la miró, un poco perdido. Se estaba alejando de él. “No,” dijo. Uno de sus pechos se había deslizado bajo su brazo, apeñuscado ahí como una baguette. Ella seguía pensando en árboles, parques, gente que en tiempos de guerra se comía a las cebras. Sintió un dolor punzante en el abdomen. “¿Quieren algunos bocadillos?” Evan llegó empujando la puerta corrediza. Sonreía pese a que los rizos se le comenzaban a caer, colgando desganadamente de las puntas del cabello como decoraciones de Navidad, como alimento dejado para las aves. Les ofreció un plato de hongos rellenos. “¿Estás pidiendo donaciones u ofreciéndolas?” preguntó Earl, ingeniosamente. Le gustaba Evan; puso una mano sobre su brazo. “Saben, vuelvo en un minuto,” dijo Zoë. “Uh,“ dijo Evan, algo preocupada. “Ya vuelvo. Lo prometo.”
Zoë atravesó apresurada la sala en dirección al dormitorio, al baño. Estaba vacío; la mayoría de los invitados usaba el medio baño de junto a la cocina. Prendió la luz y cerró la puerta. El miedo se había detenido, y la verdad es que no tenía necesidad de ir al baño, pero permaneció ahí de todas maneras, descansando. En el espejo encima del lavabo, se encontró algo demacrada debajo de su hueso en la cabeza, con un gris violáceo mostrándose bajo la piel como la de un pajarito desplumado y repleto de ampollas. Se inclinó un poco más, alzando la barbilla para mirar el pelo erizado. Ahí estaba, al final de la quijada, puntiagudo y oscuro como un cable. Abrió el gabinete de las medicinas y manoseó hasta encontrar las pincitas. Alzó la cabeza una vez más y se atacó la cara con las pinzas, agarrando, apretando y fallando. Puedo escuchar que al otro lado de la puerta conversaban dos personas en voz baja. Habían entrado al dormitorio y discutían sobre algo. Estaban sentados en la cama. Uno de ellos soltó una risita falsa. Zoë acometió de nuevo contra la barbilla, pero esta vez comenzó a sangrar un poquito. Se estiró con fuerza la piel de la quijada, apretó las pinzas duro contra lo que esperaba que fuera el pelo, y jaló. Un diminuto pedazo de piel salió disparado, pero el pelo se mantuvo en pie, con sangre brillando en su raíz. Zoë apretó los dientes. “Ay, vamos,” susurró. Las personas del dormitorio estaban ahora contándose historias, suavemente, divirtiéndose. Se escuchó el rebote y el chirrido del colchón y el sonido de una silla siendo apartada. Zoë apuntó con la pinzas cuidadosamente, apretó, jaló cuidadosamente, y esta vez el pelo salió, con una ligera punzada de dolor, y luego una tonelada de alivio. “¡Sí!” suspiró Zoë. Arrancó un poco de papel sanitario y lo aplicó contra la barbilla. El papel se manchó de sangre, y entonces arrancó un poco más y lo aplicó sobre la barbilla, ejerciendo presión hasta que se detuvo. Entonces apagó la luz, abrió la puerta y se reintegró a la fiesta. “Perdón,” dijo a la pareja del dormitorio. Era la misma pareja del balcón, y la miraron un poco sorprendidos. Se habían abrazado y comían barritas de caramelo. Earl seguía en el balcón, solo, y Zoë se le reunió. “Hola,” dijo. Él se volvió y sonrió. Se había arreglado el disfraz un poquito aunque todas las características sexuales secundarias lucían ligeramente estropeados, destinados a moverse, voltearse y huir a la primera oportunidad. “¿Estás bien?” preguntó. Se había abierto otra cerveza y estaba resoplando. “Sí, claro. Sólo tenía que ir al baño.” Hizo una pausa. “En realidad, he visitado a un montón de doctores últimamente.” “¿Algún problema?” preguntó Earl. “Oh, probablemente no es nada. Pero me están haciendo pruebas.” Suspiró. “Me hice sonogramas, mamogramas. La semana que viene me haré un caramelograma.” Él la miró, preocupado. “He tenido demasiadas palabras terminadas en grama,” dijo. “Toma, te guardé estos.” Le pasó un pañuelo con dos hongos rellenos. Estaban fríos y el aceite había dejado manchas sobre el pañuelo. “Gracias,” dijo Zoë, y se los metió en la boca juntos. “Mira,” dijo con la boca llena. “Con mi suerte seguro me operan de la vesícula.” Earl hizo una mueca. “Así que tu hermana se va a casar,” dijo, cambiando el tema. “Dime, ¿qué piensas realmente sobre el amor?” “¿Amor?” ¿Que no habían pasado ya por esto? “No lo sé.” Masticó pensativamente y tragó. “Vale. Te diré qué es lo que pienso sobre el amor. Esta es una historia. De una amiga mía…” “Tienes algo en la barbilla,” dijo Earl, estirando la mano para tocarla. “¿Qué?” dijo Zoë, dando un pasito atrás. Volteó la cara y se manoseó la barbilla. Un pedazo de papel sanitario se desprendió de la piel, como cinta adhesiva. “No es nada,” dijo. “No… no es nada.” Earl la observaba. “Como sea,” continuó ella, “esta amiga mía era violinista y había ganado varios premios. Viajó por toda Europa ganando competencias; impuso récords, dio conciertos, se volvió famosa. Pero no tenía vida social. Así que un día se tiró a los pies de un director por el que ella estaba loca. Él la levantó, la regañó cariñosamente, y la mandó de vuelta a su habitación de hotel. Después de eso abandonó Europa y volvió a casa, dejó de tocar el violín y se lió con un chico local. Esto sucedió en Illinois. El la llevaba cada noche a un bar a beber con sus amigotes del equipo. Él decía cosas como: ‘Sí, a Katrina le gusta tocar el violín,’ y le apretaba una mejilla. Una vez que ella le propuso volver a casa, él le dijo: ‘Qué. ¿Crees que eres muy famosa para un lugar como este? Bueno, déjame decirte algo. Puedes pensar que eres muy famosa, pero no eres famosa famosa.’ Dos famosas. ‘Aquí nadie ha oído hablar de ti.’ Luego él se levantó y pidió otra ronda de tragos para todos excepto para ella. Ella tomó su abrigo, se fue a casa, y se pegó un tiro en la cabeza.” Earl callaba. “Ese es el final de mi historia de amor,” dijo Zoë. “No eres muy parecida a tu hermana,” dijo Earl. “¿No, de verdad?” dijo Zoë. El aire se había vuelto más frío, y el viento cantaba en un grueso tono menor, como un himno. “No.” Él ya no quería hablar más del amor. “Sabes, quizá deberías usar mucho azul, azul y blanco, en la cara. Eso te daría un poco de color.” Alzó la mano con el brazalete azul para mostrarle cómo es que contrastaba contra su piel, pero ella lo hizo a un lado. “Dime, Earl, ¿la palabra marica significa algo para ti?” Él dio un paso atrás, alejándose. Movió la cabeza como para no dar crédito. “Sabes, simplemente no debería intentar salir con profesionistas. Todas ustedes están dañadas. Cualquiera puede saber lo que les ha hecho la vida. Me va mejor con las mujeres de trabajos sencillos, de medio tiempo. “¿Ah, sí?” Ella había leído una vez un artículo titulado “Las Mujeres Profesionistas y la Demografía de la Pena.” O no, era un poema, Si hubiera un lago, la luz de luna bailaría sobre él en un arrebato. Recordaba ese verso. Pero quizá el título era: “La Casa Vacía: Estética de lo Inhóspito.” O quizá: “Gitanas en el Espacio: Mujeres en la Academia.” Lo había olvidado. Earl se volvió y se inclinó sobre la barandilla del balcón. Se hacía tarde. Dentro, los invitados comenzaban a irse. Las brujas sensuales se habían marchado. “Vive y aprende,” murmuró Earl. “Vive y vuélvete un imbécil,” replicó Zoë. Bajo ellos, en Lexington, no había autos, sólo la dorada de un taxi ocasional. Él se recargó sobre los codos, melancólicamente. “Mira a todas esas personas allá abajo,” dijo. “Parecen insectos. ¿Sabes cómo se controla a los insectos? Se les rocía hormonas de insecto, de insectos hembra. Los machos se vuelven tan locos por esta hormona que comienzan a cogerse todo lo que esté a su alcance –árboles, piedras, todo excepto insectos hembra. Control poblacional. Eso es lo que pasa en este país,” dijo, con voz de borracho. “Las hormonas han sido rociadas y los hombres se están cogiendo a las piedras. ¡A las piedras!” Por detrás, la línea de marcador que le dibujaba el trasero se ensanchaba, negro sobre rosa, como una página de tiras cómicas. Zoë se acercó por atrás, lento, y le dio un empujón. Sus manos resbalaron hacia delante, más allá de la barandilla, sobre la avenida. La cerveza escapó de la botella, cayendo veinte pisos hasta el asfalto. “¡Hey! ¿Qué estás haciendo?” dijo él, volviéndose rápidamente. Se puso derecho, listo, y se alejó de la verja, esquivando a Zoë. “¿Qué mierda estás haciendo?” “Sólo bromeaba,” dijo ella. “Sólo estaba bromeando.” Pero él la contempló, atónito, aterrorizado, con el trasero dibujado por marcador vuelto por completo hacia la ciudad, una supuesta mujer desnuda con un brazalete azul en la muñeca, atrapado en un balcón con… ¿con qué? “En serio, sólo fue una broma!” gritó Zoë. El viento le levantó el cabello hacia el cielo, como espinas detrás del hueso. Si hubiera un lago, la luz de luna bailaría sobre él en un arrebato. Ella le sonrió y se preguntó qué aspecto tendría.
Traducción de Mauricio Salvador
[1] Peach pearapy: Juego de palabras, debido a la pronunciación: Teach Therapy: Terapia de aprendizaje. [2] Jamestown era una aldea en una isla del río James, en Virginia, localizado a 70 kilómetros al sureste de donde hoy es Richmond, Virginia. El río y el asentamiento de 1607 fueron nombrados así por motivo de James I, que había ascendido recientemente al trono inglés. El asentamiento de Jamestown fue la primera colonia inglesa permanente en el nuevo mundo que logró sobrevivir. [3] Edelweiss (Leontopodium alpinum): es una de las flores montañosas más conocidas de Europa
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ADN
-Se pasó amigo –le dijo el oficial de la caminera- la entrada de lo de Jiménez queda para allá, ahí nomás pasando el mojón del 125. -Gracias oficial –murmuró mientras se tiraba a la banquina para dar la vuelta en U. Cuando vio el mojón del kilómetro 124 comenzó a bajar la velocidad. Ya para el 125 encendió las balizas y unos metros después llevó el Torino a la banquina de ripio para encarar a mínima velocidad aquel sendero que parecía haber sido castigado con una maza gigante. En los 4 kilómetros que lo separaron del casco de estancia cruzó frente a un silo metálico de unos diez metros de alto. El armatoste lucía con algunas marcas de óxido, tenía varios paneles de chapa remendados y los escalones habían sido arreglados con trozos de madera. A pocos metros había dos silos bolsa que debían medir más de 50 metros cada uno. Después unos corrales con animales y todo lo demás eran hectáreas de soja. O maíz. O trigo. O vaya uno a saber qué. Morel no podía estar seguro de eso. Era de los tipos que ni bien se alejaba unos cuántos kilómetros de la ciudad sentía la necesidad de tirarse bajo un caño de escape para disfrutar un poco de aire contaminado. Estacionó su auto entre una Ranger doble tracción último modelo y un Jeep cuyas cubiertas debían ser más altas que todo su auto. De fondo se oía a un grupo de jóvenes chapotear y gritar en el tanque australiano. Ya habían llegado los primeros calores de septiembre. Un muchacho en short y remera de no más de 30 se acercó a paso seco y titubeante hacia el auto. Miraba de costado con una expresión más cercana al qué será eso que a la calidez. Morel no esperó que hiciera la pregunta de rigor. Caminó de manera segura con el brazo estirado hasta su encuentro. -Buenas tardes. Camilo Morel, vengo de La Trasandina Seguros. El hombre tomó la mano con la suavidad de quien sostiene un huevo rajado y continuó mirando a Morel a los ojos asintiendo con la cabeza. -Ahá mire usté. Matías Jiménez, encantado. Sí, me dijeron que iba a venir alguien por lo de mi viejo.. -Por lo de su padre y su tío –le aclaró Morel. -Bueno, sí. El hombre bajó la vista como apenado, y Morel casi que sintió algo de pena por su cinismo. No solía ocurrirle muy seguido. Sacó la carpeta del auto y la abrió ahí frente al muchacho. -¿Usted es el hijo de Braulio o de Enrique? -De Braulio… tío Enrique no tenía hijos. Y vos ¿qué andás necesitando? –preguntó con un tono de desconfianza. Morel trató de restarle importancia a su visita. Siempre se hacía pasar por un empleado más de la compañía. Un simple cagatintas burócrata cansado de hacer trámites. No solía ser bienvenido si revelaba que era un investigador de fraudes. No lograba más que poner a la defensiva a la gente, cuando en realidad lo que él buscaba era el efecto contrario. Que se confiaran, que se relajaran, que lo tomaran por un par que cobraba un sueldo y hacía su trabajo. -Me mandaron para hacerle firmar algunos papeles de la póliza… y bueno, sacarle fotos al lugar de la tragedia. Le pido disculpas por eso. El muchacho asentía ante cada palabra, aunque Morel no podía dejar de sentir esa mirada desconfiada que se le clavaba en las pupilas como espigas envenenadas. -¿Recién ahora van a hacer eso? Ya pasó más de un mes… Por eso buscó cerrar la frase más amenamente. -No se preocupes, es una formalidad para cerrar el caso. En realidad –le dijo por lo bajo para entrar en confianza- a mí me gustan estos trámites para salir del centro, vió. El muchacho recién ahí se relajó un poco más y le palmeó el hombro. -Bueno venga, pase. No se trajo malla, ¿no? Qué pena. Vamos que le muestro el lugar, le firmo los papeles y si quiere se queda a comer un asadito. El exceso de confianza comenzó a hacerle ruido a Morel. No esperaba sentirlo tan relajado. -Linda máquina se trajo. ¿De qué año es? –comentó el muchacho cabeceando hacia atrás para el lado del Torino. -Setenta y ocho. Lo compré hace unos años y lo vengo restaurando. -Veo que ya lo terminó… -Casi. No consigo el volante original y la chapita del costado con el toro. -En el galpón del fondo tengo una coupé parecida que era del tío Enrique. Está media abandonada. Si quiere después la miramos. Morel evitó mostrar su entusiasmo. Quizás estaba ante la posibilidad de conseguir las únicas dos cosas que le faltaban para que fuera la máquina que obsesivamente había soñado desde el día que la compró. Se hizo el desentendido y prefirió seguir concentrado en el caso que lo había llevado hasta allá. Ambos encararon por un sendero que cruzaba el campo, y luego se metieron entre las plantaciones. -¿Vos estuviste la noche de la tormenta aquella? –trató de indagar. El muchacho resopló como si hubiera tenido que contar la misma historia mil veces. Y seguramente así había ocurrido. -No sabés che cómo estaba el cielo. Y no era de noche… ni las 7 eran. Pero de pronto el se oscureció todo y tío Enrique empezó a los gritos. Viene granizo, viene granizo. Te dije que iba a granizar Braulio. -Y ahí salieron los dos a cosechar lo que se pudiera –completó Morel, que por algo se había estudiado de memoria todo el expediente. El tipo respiró profundamente antes de seguir con el relato. -Y ahí salieron los dos viejos cabezas duras, sí señor. Y mirá que los quise frenar, pero nada. Unos metros más adelante llegaron a un hueco en medio del sembradío. Un círculo casi perfecto donde no había una planta, ni una hoja, ni una semilla. Sólo cenizas, restos de ramas chamuscadas y un aparatoso nudo de fierros retorcidos. Morel caminó alrededor de los restos del aparato, pisando la tierra carbonizada con las manos atrás. Para disimular sacó algunas fotos con el celular y continuó mirando. El lugar estaba lleno de pisadas de distintos tamaños. Bien podrían haber bailado un malambo en la escena. Como solía ocurrir, los peritos no habían sido demasiado cuidadosos para proteger el lugar. -Entonces –preguntó Morel, intentando hacerle pisar el palito- ¿por acá encontraron los restos de tu viejo? -De los dos –aclaró con seguridad Matías. -Ah perdón, yo había entendido que encontraron un solo cuerpo –dijo Morel tratando de hacerle pisar el palito. El hombre hizo un silencio y miró hacia otro lado. Era difícil saber si estaba afligido o estaba buscando una estrella en el salón de la fama de Hollywood. -Lea después todo el expediente. No me haga revivir todo otra vez. Morel asintió de manera condescendiente y siguió mirando cada detalle con disimulado interés, sabiendo que después de casi dos meses ya no podría encontrar nada de valor ahí. Se había estudiado el expediente de memoria cuando en la compañía de seguros le dieron el caso. Pero su juego era seguir haciéndose el desentendido para ver hasta dónde podría llegar. El rayo había caído de forma tan certera sobre el tanque de gasoil, que había hecho explotar el tractor y la cosechadora en mil pedazos. Habían aparecido trozos humanos totalmente carbonizados incluso a varios metros del lugar junto con fierros retorcidos. En un comienzo habían dicho que era un solo cuerpo e hicieron rastrillajes por todo el campo para ver si uno de los hermanos aparecía quizás en estado de shock, quizás aturdido en algún lado. Y en uno de esos rastrillajes encontraron otra mano derecha. El ADN era el mismo que el resto del cuerpo. Los peritos se concluyeron en que, como los gemelos tenían el mismo ADN, los restos debían ser ambos y las partes que faltaban fueron devoradas por algún carroñero o se pulverizaron por el fuego. Caso cerrado. Por eso Morel estaba ahí. La compañía de seguros tenía que pagar una póliza de doble indemnización por muerte en fenómeno climático por cada uno de los asegurados. O sea: cuatro indemnizaciones que sumaban en total un millón de dólares. Y a la gente de la compañía la versión oficial no le cerraba. -Mirá esto, Morel –le había dicho Aguirre, director de fraudes y estafas de La Trasandina, mostrándole las fotos peritales de los trozos de cuerpo chamuscados- todos estas partes no hacen un cuerpo. Estos pajueranos nos están cachando. Morel se había detenido a mirar una de las fotos, en la que los peritos habían reunido todas las partes de un cuerpo, como si se tratara de un rompecabezas. Hubo un detalle que le llamó la atención. -Pero sí hacen dos cuerpos. Acá hay 3 manos… Aguirre no se dio por aludido. -Por eso: andá a buscar a ese amanco hijo de puta y te ganás un departamentito. -No me hagas perder el tiempo Aguirre… cayó un rayo, ¿qué querés que encuentre? Tenés que pagar, no llores más. Aguirre solamente levantó la cabeza para mirarlo de manera vehemente. Morel ya sabía lo que venía y se empezó a retirar de la oficina mientras Aguirre repetía una vez más su famosa frase. -Acá lo siento –dijo golpeándose el pecho- acá me doy cuenta de que me están cagando. Como siempre, Le habían ofrecido el 15 por ciento de la póliza en caso de que pudiera encontrar pruebas del fraude. Cuando volvieron al casco de estancia Matías encaró directo para el Torino. -Vení, llevame hasta el galpón que te muestro la máquina de mi tío. Era el momento que Morel estaba esperando. A esta altura le parecía más posible llevarse un volante que encontrar alguna pista que pudiera servir a la investigación. El caso estuvo bastante claro desde un principio: no hay manera de premeditar un rayo. El galpón estaba a poco menos de un kilómetro, junto al gran silo de aluminio. En el camino cruzaron un chiquero enorme donde se criaban cerdos y lechones, y luego por varios corrales con pollos. Esto se lo fue contando Matías en el camino, ya que Morel con suerte podía diferenciar una vaca de un caballo. Estacionó el Torino a un costado del silo y caminaron hacia el galpón. Jiménez abrió el portón y ambos entraron al lugar. El olor a pasto y diésel no tapaban del todo el característico aroma de las fiambrerías. Cuando Morel se lo hizo notar, Jiménez aclaró que ahí bajo el suelo tenían una bodega donde colgaban todos los chacinados que producían ellos mismos. -Estoy arrancando un emprendimiento chiquito, ¿viste? Todos embutidos de campo. Vamos a ver si lo hacemos crecer. En medio de herramientas, viejas partes de arados y diversos elementos de trabajo, había un auto cubierto con una lona. El muchacho fue desenrollando la lona y apareció, algo oxidado y desvencijado, un Torino cuatro puertas que, según pudo calcular Morel, sería del año 71 o 72. A simple vista se veía en mejores condiciones de la que estaba la suya cuando él la había comprado. Se acercó a la puerta del conductor y la abrió. El interior estaba sucio, polvoriento y bastante roto. Pero ahí relucía el volante original que tanto había estado buscando por Warnes, sin éxito. Seguramente no pudo disimular su entusiasmo, porque Jiménez no tardó nada en hacerle la propuesta más indecente que podía esperar en ese momento. -¿Ese es el volante que andaba buscando? Si le interesa podemos cambiarlo: usted se lleva ese y me deja el suyo. Para Morel era como un regalo de reyes adelantado, pero justo cuando estaba por aceptar escuchó la frase que lo puso en alerta. Quizás el mayor error que había cometido el joven Jiménez en su vida. -Eso sí… primero ciérreme este temita del seguro. Después puede venir a llevarse el volante. Lo dijo de manera socarrona, haciéndose el gracioso. Como si dijera una frase sin importancia. Pero lo dijo. Y para Morel las palabras tenían siempre el mismo valor. Solamente sonrió y evitó observar la reacción de Jiménez cuando le respondió secamente veremos. En la cabeza de Morel el joven Jiménez había dejado de ser una víctima de la burocracia de las aseguradoras para convertirse en el sospechoso de algo que todavía no tenía del todo claro qué era. Para saber más, se excusó de quedarse a comer un asado y encaró directo para el pueblo. Morel conocía muy bien la dinámica de estos lugares y sabía que nadie sabía nada pero todos sabía todo. Dio un par de vueltas por la plaza principal con el Torino y no hubo vecino que no se diera vuelta a mirarlo. Algunos admirando el auto y otros mirándolo a los ojos sin disimulos, buscándole seguramente el parecido con algún vecino. No sabés, volvió al pueblo el hijo de, el nieto de, el que se cogía a, y tiene un Torino. Ni bien entró por la principal preguntó cómo llegar al club. El club San Martín era uno de esos lugares en donde no había pasado el tiempo ni estética ni socialmente. En una de las paredes colgaba un antiguo cartel esmaltado indicando que estaba prohibido escupir en el piso. En otra, pegada con cinta scotch, había una hoja que parecía arrancada de un cuaderno Rivadavia. Escrito en fibrón, se leía prohibido entrar al establecimiento con el torso descubierto. Y sobre el antiguo mostrador una calcomanía con el clásico el que fía no está, salió a cobrar. Sin embargo no todo debían ser prohibiciones. Morel sospechaba que el club San Martín, como cualquier club de pueblo, debía ser de los últimos reductos en los que todavía estaban permitidos los chistes misóginos, homofóbicos y machistas. En el lugar ya había varios parroquianos. Algunos apoyados en la barra, otros parados y otros sentados en algunas de las mesas desperdigadas por ahí. Las charlas se cruzaban sin importar con quién estaba cada cuál. Sin embargo se fue haciendo un silencio en fade a medida que Morel avanzaba por el salón y se sentaba en uno de los taburetes altos frente al mostrador. Un muchachote gordo se acercó mirándolo con desconfianza desde detrás de la barra y se relajó cuando Morel le pidió un vino de la casa y un platito de salame y queso. El vaso de vino llegó enseguida junto con un sifón de soda, mientras en el fondo una señora cortaba el salame en tiras muy finas y largas con una cuchilla que podría atravesar el cuello de un toro. Apoyado en el mostrador con un vaso de fernet en la mano, un hombre alto, flaco y canoso fue el primero que se animó a romper el silencio. -¿Usted es el del Torino? Linda máquina, me contaron. En menos de 10 minutos la noticia de su llegada ya rondaba por el Club. Morel confirmó que estaba en el lugar correcto. -Sí, una coupé TS del 74. Se la compré hace unos añitos a una señora de Bragado y todavía la estoy restaurando. -Muy linda máquina, mi primo tenía una cuando éramos jóvenes –comentó desde una mesa un hombre de boina. -El Toro de tu primo creo que era 4 puertas, ¿nocierto Chelo? –se sumó un muchacho más joven desde una de las mesas. -Sí, y después le quedó de una sola puerta cuando se estroló contra un camión acá en la 41. Todo el salón, incluido Morel, festejó con una risotada la ocurrencia que lanzó el muchacho gordo desde detrás del mostrador. -Pobre mi primo –dijo Chelo con una sonrisa melancólica. -Igual debe comer nafta de lo lindo ese bichito eh –comentó el más joven. -Nah, pero hoy le metés un equipo de gas y te olvidás –dijo el gordo de la barra mientras apoyaba el platito de salame y queso en el mostrador. Morel corrió el plato hacia el medio, habilitando a quien quisiera a sacar de ahí. Juntó un salame y queso y antes de metérselo en la boca, le respondió al encargado: -El gas es para cocinar. Todo el salón estalló en una nueva risotada en la que no faltaron los muy bien y sí señor. Morel aprovechó el éxito de su comentario para tirar la primera carnada: -Igual, debe haber algún otro Torino en la zona, porque acá la gente es muy de cuidar los autos viejos. El flaco canoso miró hacia arriba, como tratando de recordar. -Torino… mmm no me acuerdo. Había un gaucho que andaba en un Chevy 400. El marido de la Kela ¿te acordás vos Chelo? -¿Un 400 era? ¿No era coupé Chevy? -¿Vos decís? No, para mí era un 400 porque era más alargado me parece. -Y el del viejo Luna qué es Hernán, ¿un Gordini? -Noo -dijo el canoso- el del Luna es un… ay no me sale el nombre. Parecido al Gordini era, pero tiene un motor más grande... Con resignación Morel vió comó la charla comenzaba a disiparse por completo. Pero para su suerte, un viejito pelado que hasta ese momento no había emitido sonido apareció en medio de un silencio como un ángel, para decir la frase que esperaba. -El Mocho Jiménez tenía un Torino. -Sí, cierto! –se sumó el más joven- Lo sacaba cada tanto, para ir a la iglesia nomás. -¡Claro, es verdad –agregó el Chelo. Y lo tenía desde cero kilómetro. ¿Te acordás Hernán que lo acompañamos cuando lo fue a comprar? Hernán asintió con una sonrisa y dio otro sorbo a su Fernet. -Cómo me olvidé del Mocho… claro, él tenía un Toro. Pobre Mocho… Morel no pretendía que el tema se fuera por ningún motivo del mundo, así que se colgó del Torino para seguir la conversación. -Qué lindo, ¿lo tiene todavía el Torino este muchacho? Un esperable silencio se adueñó del salón. Haciéndose el desentendido Morel bajó con un trago de vino otra rodaja de salame. Hernán se puso más serio y manoteó un cubo de queso. -No, el Mocho falleció hace unos meses. Tuvo un accidente vió. -Perdón, no sabía. ¿Un accidente con el Torino? -No –se sumó Chelo- un rayo dicen, ahí en el campo. Nos conocíamos desde chicos con el Mocho y el hermano. Hernán parecía el más perturbado por los pensamientos. Su mirada se había vuelto melancólica por el efecto de los recuerdos y el fernet. -Crecimos juntos… éramos vecinos de acá del pueblo vió. Después ellos heredaron el campo y se fueron para allá. Nos veíamos de vez en cuándo nomás. -Un campo de soja. Imaginate: lo heredaron cuando explotó la soja. La levantaron en pala. -Qué soja –sumó el muchacho más joven- aparte tienen terneros, pollos, hasta criadero de cerdos. El encargado, frente a Morel, agarró una rodaja de salame y la levantó como si fuese una ostia y comentó: -Este salame ¿vió? Es del campo de ellos. Son de los mejores de acá. Luego sin disimulo se lo metió directo en la boca. -Buenísimo ese salame, turco –agregó el viejo después de manotear él también una rodaja. -Sabés que la otra vez el Matu me prometió uno salames de cordero que anduvo haciendo. -Puá, ¿cría corderos también? -Y será... -Puá miralo al Matu. -Parecen de cerdo pero tienen un gustito más dulzón, viste? La otra vez me dio un pedacito pa probar y… Morel veía cómo el tema del salame parecía adueñarse del salón, pero para su suerte el Chelo sin disimular la tristeza cortó la charla y volvió a traer a los hermanos al club. -Eran mellizos… el Mocho y el Pocho. Nacieron y se murieron juntos pobrecitos. -¿Quién se habrá quedado con el Torino del Mocho, no? –comentó el viejito pelado. -Y… capaz que se lo dejó a La Roberto –dijo el muchacho joven con una sonrisa que le achinó los ojos. Hubo alguna que otra carcajada contenida, pero luego se hizo un silencio incómodo en todo el salón. Todas las miradas se posaron en Hernán, que se quedó serio con su fernet en la mano y su mirada fría de bronca contenida. -Tené más respeto, pendejo de mierda. En pocas palabras Morel ya había entendido casi todo y trató de bajar la tensión del ambiente. -Bueno, basta ¿quién quiere venir a ver mi Torino? Todos salieron detrás de él hacia la vereda. El muchacho joven se llamaba Franco. Era cajero del Banco Nación del pueblo y tenía la misma novia desde el secundario. Sacándola a ella, todas las personas que frecuentaba durante la semana lo doblaban en edad. Sus amigos se habían ido a estudiar a Buenos Aires y los veía principalmente en el verano, cuando los hijos pródigos volvían para pasar dos meses de pileta, asado y fiestas nocturnas. Morel se enteró de todo esto mientras llevaba a Franco para dar una vuelta con el Torino, como quien lleva a un sobrino para tomar un helado. Morel le mintió algo sobre su trabajo –se presentó como productor de seguros y no como investigador- y le contó sobre sus mujeres, la vida en la ciudad y los viajes que había hecho por el mundo. El chico lo miraba con la admiración de quien mira al tío divertido de la familia. Tenía una gran necesidad de sociabilizar con alguien cuyo tema no fuera sólo la artritis, el trabajo y el fútbol. Cuando llegaron a la colectora Morel tiró el Torino sobre la banquina para terminar de ganarse la confianza de Franco. -¿Querés manejar vos? Dale, vení. Los ojos le brillaron y no tardó ni medio segundo en saltar a la banquina y dar la vuelta para sentarse al volante. Lo acarició y miró todos los controles antes de dar una acelerada y poner primera. -Este volante no es el original, ¿no? Morel lo sintió como una puñalada. -No, el original es el de madera de nogal. Pero piden una fortuna por uno de esos. Sin embargo, la pregunta de Franco le dio pie para sacar el tema del que necesitaba hablar, sin sonar a algo forzado. -Je, tendría que pedirle el volante a la familia del mellizo ese, ¿cómo era? -El Mocho Jiménez, si si… total ese auto va a quedar muerto ahí. Si esos no se bajan de la 4x4 ni de pedo. -Ah mirá, qué desperdicio. ¿Cuántos hijos tenía el Mocho? Al chico se le escapó una sonrisa irónica. -Nah, el hermano tenía dos hijos, un pibe y una piba, pero el Mocho era soltero. Si era un viejo trolo –dijo, agregando el típico gesto de llevarse los dedos a la boca. Morel forzó una sonrisa buscando complicidad. -Ojo buen tipo eh. A mí, mientras no me jodan, es problema de ellos. Era el pie que necesitaba saber más de la pareja de Jiménez. -Claro. Por eso hablaban de La Roberto. Quién era, ¿el novio? -Sí… se los veía siempre juntos, pero acá todo el mundo sabía. Cuando lo nombro Hernán se enoja porque el Mocho era como un hermano. Y por primera vez sintió algo de tristeza en Franco. -Igual, todos lo queríamos al Mocho eh… yo también. Y ni bien dijo esto último tuvo que aclarar, para no dejar dudas. -Bah, lo quería a nivel de que más allá de todo era buen tipo, ¿no? Me entendés… no quererlo de… Y volvió a hacer ese gesto con los dedos que a Morel le caía cada vez peor, pero tuvo que volver a sonreírse para que no dejara de hablar. -La Roberto es un pibe que atiende la YPF. El Mocho se había pegado un metejón bárbaro con el pendejo. Al principio se los veía a escondidas, pero en el último tiempo ni lo disimulaban. En los pueblos verse a escondidas es un oxímoron. -Mirá vos, yo pensé que acá la gente era más reservada con esas cosas, ¿y la familia no le decía nada al Mocho? -Y… al hermano me parece que le chupaba un huevo, pero a los sobrinos no les gustaba ni medio. Morel no emitió sonido. Lo siguió mirando mientras el chico manejaba con la mirada fija hacia el frente. -Matu, el sobrino del Mocho, tiene un grupo de amigotes medio chetos y se ve que lo jodían porque el tío se la masticaba. -Claro, qué hijos de puta. -Y una vez se armó un kilombo bárbaro en el club. El Matu y los amigos andaban medio puestos y le gritaron bufarra al Mocho. Ese día casi se van a las manos con Hernán che lo que anda nave –dijo sin hacer ni un silencio y metiendo un rebaje con el Torino que a Morel le hizo dar una puntada en el estómago. Sintió como si le hubiesen pegado a su hijo frente a él. Franco bajó a la banquina y giró un U en la colectora para volver. -Bueno don Camilo, ya tengo que volver a casa. ¿Me lo deja manejar a la vuelta? Morel no llegó a responder, que Franco ya estaba acelerando el Torino por la colectora. En su cabeza ya se iba dando cuenta de que había algo raro en todo el asunto. Su cabeza morbosa fue armando un caso que quizás le permitiera ganar algo de plata para pagar las multas por exceso de velocidad. Lo De Rosales era el único hotel del pueblo. Estaba sobre la ruta, justo frente a la rotonda. Era el típico hotel de viajantes: habitación chica con cama de una plaza y ducha. Morel no había ido con la idea de quedarse, pero entendió que la investigación merecía un día más. Se sentó en la cama y abrió en la computadora el archivo del caso Jiménez para revisarlo en detalle. La póliza incluía un seguro de vida para ambos hermanos. Según la escritura el campo de 10.000 hectáreas estaba a nombre de ambos y que en caso de muerte de uno de ellos, el usufructo quedaría para el sobreviviente. Al morir los dos juntos, el beneficiario del seguro y del campo sería Matías, único heredero de la familia. Enrique era soltero y Braulio era viudo. Según el informe el rayo había pegado sobre el tanque de combustible. La explosión hizo volar todo por los aires. Fue tan grande que según los testigos –los sobrinos que estaban mirando todo desde la casa- el tractor se levantó “como 10 metros del suelo envuelto en llamas”. Morel se detuvo a mirar las fotos. Las parte del cuerpo estaban desgarradas de manera tan salvaje que costaba reconocer cada pedazo. Casi todos eran trozos de carne oscura, más o menos quemados y con más o menos sangre. Una pierna cubierta de una tela que fue un jean, cercenada a la altura de la rodilla. Un torso partido al medio a lo largo hecho de carne chamuscada que en algunas partes tenía algunos trozos de tela de piqué adheridos como stickers mal arrancados de un vidrio. Y en la última foto, las tres manos. En un esfuerzo estético los peritos las habían acomodado una junto a la otra. Una de ellas estaba arrancada a la altura del antebrazo, le faltaban 3 dedos y los huesos astillados parecían estalactitas filosas que sobresalían. Las otras dos estaban arrancadas justo a la altura de la muñeca, solo que una también tenía un hueso casi entero que sobresalía y la otra no tenía huesos sobrantes a la vista y le faltaban el meñique y el anular. Amplió la foto para ver esta mano en detalle. El corte parecía menos brutal y el tono de la piel quemada era menos oscuro. Miró en detalle los dedos que faltaban. No estaban arrancados como en el otro caso, sino que estaban amputados quirúrgicamente. Por eso le decían el Mocho, pensó Morel. El informe detallaba las condiciones en que fue encontrada la escena y los sitios donde estaban las partes de cada cuerpo en dos escuetos párrafos. Luego detallaba las características de cada miembro con lenguaje no del todo profesional. Estaba firmado por un letrado del cuerpo forense de bomberos del partido. Eso era todo. Morel empezó a entender que las cosas se estaban poniendo raras y que la plata de ese departamentito –como fueron las palabras de Aguirre- estaba más cerca de lo que había pensado. La noche cayó oscura y cubierta de estrellas y grillos. Probablemente el único lugar para cenar en el pueblo sería en el parador de la YPF. O al menos de eso trató de convencerse Morel, para tener una buena excusa para conocer a Roberto. Estaba la posibilidad de que el chico no estuviera en el turno noche o que justo ese día tuviese franco. Y también estaba la posibilidad de que ya se hubiera ido del pueblo. No había nada claro en todo eso. Estacionó el Torino entre el restaurant del parador y un micro de larga distancia que esperaba a que los pasajeros terminaran de estirar las piernas para seguir su camino. Gente con la cara hinchada fumaba y caminaba por el pedregullo, mientras otros hacían cola delante de la máquina de agua caliente de Taragüí. 10 pesos para llenar el termo. Pasó de largo el restaurant y fue al autoservicio am/pm de la estación de servicio. Los zombies de cara hinchada caminaban en busca de recuerdos y café. Alguno incluso se le animó al combo de hamburguesa con coca. Morel caminó por los pasillos mirando a los empleados. Todos llevaban un pin con su nombre. En realidad, con su diminutivo. Euge. Yani. Tito. Tomó un paquete de bizcochitos de grasa y lo llevó a la caja. Mari, la cajera, era la única persona no-millenial del lugar. Tendría unos 50 años, llevaba unos anteojos de leer sostenidos por un collar de plástico y miraba a los clientes por sobre el marco. -¿Algo más? Son 130 pesos. Morel le entregó dos billetes de 100. -Deje el vuelto de propina para los muchachos. La mujer se sorprendió por la generosidad y agradeció con una sonrisa que Morel apenas devolvió. -¿Sabe si un muchacho que se llama Roberto está trabajando hoy acá? La señora pareció interesada. -¿Quién lo busca? -Yo –respondió Morel secamente y sosteniéndole la mirada en un silencio tan incómodo que más que silencio pareció una pulseada de ojos. -Allá, en el expendedor 4 –dijo finalmente Mari luego de bajar la vista para acomodar los billetes. Salió del local imaginándose la mirada inquisidora de Mari siguiéndolo sobre el marco de los anteojos. Caminó hacia los surtidores para encarar al muchacho que pasaba el ticket del posnet y una birome por la ventanilla de un auto. Cuando el cliente arrancó, Morel aceleró el paso. Roberto –o Rober, como decía su pin- no debía tener más de 25 años y era muy flaco y lampiño. Sobre el borde de una de sus cejas depiladas, lucía una pequeña curita. Esta vez no iba a haber estrategia. Le pensaba contar al chico con total franqueza para qué había ido hasta allá y qué necesitaba saber. Era la mejor manera de ganarse su confianza. -Pero, ¿es policía usted? –le dijo Roberto mirando la tarjeta de presentación. -No, laburo para una compañía privada. Solamente necesito preguntarte un par de cosas. Roberto titubeaba con la tarjeta entre los dedos y Morel trató de tranquilizarlo. De reojo podía reconocer a lo lejos la mirada de Mari, que no quería perderse detalle del encuentro para contárselo a las amigas en el bingo el fin de semana. -No estás obligado a responder lo que no quieras. Son solo temas de rutina. -Okey, termino el turno en una hora y media. Si querés charlamos un rato acá en el bar del parador. Antes de los ravioles caseros de verdura, el mozo llegó con el pingüino de vino tinto, el sifón de soda y un platito con tres rodajas de salame y dos aceitunas. -Este es un salame de cordero patagónico que hace un muchacho de acá que es medio gurmé. Le dejo la tarjetita por si quiere pasar. Estancia Los Mellizos. Embutidos de campo artesanales. Envíos a todo el país. La tarjeta estaba impresa sobre un papel rústico y tenía un logo con una J que simulaba una marca de fuego. Parece que Matías le tenía fe al pequeño emprendimiento. Cuando terminó el plato de ravioles Morel pensó en pedirse un flan mixto que había visto pasar para otra mesa, pero cuando buscó al mozo vió que se acercaba Roberto. Le llevó unos segundos reconocerlo sin el uniforme y la gorra. Llevaba jean y remera y ya se había sacado la curita que tapaba el piercing sobre su ceja. En ese momento Morel se dio cuenta de que no sabía de qué iban a hablar. No tenía muy en claro nada, así que simplemente volvió a presentarse y comenzaron una charla amistosa. Morel se tomó un rato para contarle sobre su trabajo y qué lo había llevado hasta allá, pero Roberto resumió todo en una frase. -Sos el alcahuete de las compañías de seguros, bah. Fue tan buena la definición que incluso se imaginó una tarjeta impresa en papel rústico y con una M marcada a fuego. Camilo Morel. Alcahuete. -Igual –continuó Roberto- acá no veo nada estrambótico. A Enrique y Braulio los agarró un rayo y los mató a los dos. -El seguro –explicó Morel- tenía una cláusula que decía que si la muerte provenía de un fenómeno climático el pago de la póliza se duplicaba. Roberto asintió y comentó pensativo. -Y ellos eran dos. -O sea, que se cuadruplicaba. A las compañías no les importa, porque la posibilidad de que ocurra algo así es remota. Muy remota. -Pero el rayo cayó –aseguró el chico de manera tajante- e hizo explotar todo. Eso está comprobado. Morel aprovechó para hacer uno de sus silencios teatrales y le dio un trago al vino no sin antes servirle a Roberto en otro vaso. -Es feo lo que te voy a decir, y más teniendo en cuenta que vos mantenías una relación sentimental con Enrique… Morel sintió la tensión en la mirada de Roberto. Seguramente no estaba acostumbrado a tanta franqueza. Respiró hondo para continuar y trató de elegir con cuidado las palabras. -… pero los restos de los cuerpos que aparecieron en el campo... -Ya lo sé, no siga. –dijo y por primera vez Morel lo vió realmente conmovido y con los ojos llenos de lágrimas. Todo lo que dijo después vino cargado de una impotencia que lo llevaba a marcar cada palabra como si en su boca hubiera un martillo golpeándolas. -Toda esta gente de mierda habla sobre eso. Una pierna acá, un brazo allá… manga de morbosos hijos de puta. Recién ahí Morel entendió por qué el chico aceptó conversar con él. Necesitaba hablar de todo esto. Había sido un viudo silencioso y sufriente por el que nadie había sentido algo de compasión. Por eso lo escuchó sin interrumpirlo, sabiendo que cada palabra dicha en caliente podría servirle mucho más. -Yo no tenía una relación. Yo estaba enamorado de Enrique y él de mí. No es fácil eso en un pueblo de mierda como este. En Buenos Aires capaz sí, pero acá no es fácil. Hasta mi viejo cuando iba al club se burlaba de mí. Sus amigos me gritaban cosas por la calle y él me decía bancátela por puto. Así crecí acá. Enrique fue el único que me dio un poco de amor entre todos estos hijos de puta. Las mesas de alrededor empezaron a mirarlos, pero ninguno de los dos parecía importarle demasiado. Morel trató de hacer la pregunta difícil de la forma menos hiriente. -Roberto… perdón si te hago alguna pregunta desubicada, pero es mi trabajo hacerlas. Enrique era un tipo con mucha plata y con una posición muy fuerte en el pueblo. Si estaba tan enamorado, ¿por qué no te ofreció no sé… otro trabajo, algo material… Morel temió lo peor al notar la mirada de indignación del muchacho. Temió una reacción violenta que podía llegar a merecerla. Pero enseguida él bajó la cabeza como comprendiendo la situación -Yo no quería nada de él. Acá iban a empezar todos a decir que estaba con él por la plata. -¿Te importa lo que digan? -No lo vas a entender. Cuando vivís en un lugar donde todo el tiempo tenés encima la mirada del otro… sí, te importa. Creeme. A Morel le llevó apenas segundos asimilar esa frase. Las miradas que se le clavaban desde las otras mesas se la hizo comprender. -¿Se habían visto ese día? El día del rayo, digo. -Estuvimos en casa hasta la tarde y por primera se ofreció a traerme hasta acá, porque estaba lloviendo fuerte. Ya no le importaba nada. Le temblaban los labios mientras con la mirada perdida buscaba entre sus recuerdos los últimos momentos felices de su vida. Le dio otro sorbo al vino y continuó. -Desde acá vimos el rayo y la explosión. No lo podía creer cuando me enteré de lo que pasó… hacía un ratito nos habíamos despedido. Y que justo a él lo hubiera agarrado un rayo. No no no… no lo podía creer. Morel lo dejó llorar sin intervenir. - Yo fui al campo a buscarlo. Me sumé a los rastrillajes de bomberos para ver si estaba Enrique perdido por ahí. Nada. Pasaron dos meses y a veces todavía voy a llorar a ese… baño lleno de moscas. Y todavía me tengo que fumar las burlas. Anteanoche el pelotudo de Matías volvió del boliche con los amigos y me dice Rober venite al campo así buscamos la pija del Mocho que debe estar ahí. Y sumó un comentario en tono casi intimista, pero que Morel ya no podía dejar pasar. -Hijo de puta. -Sí… justo él viene a hablar de pijas. -No entendí eso último. ¿Por qué? Roberto pareció incomodarse, pero tomó de un trago todo el vino que le quedaba en el vaso, como si necesitara tomar fuerzas. Se lo veía conmovido. Parecía que de pronto se hubiera abierto una caja de pandora de la que no dejaban de salir cada una de sus heridas. -Yo hice el secundario con Matías y todo ese grupo de mierda. Yo les chupaba la pija en el baño del colegio. Y en el baño del boliche también. Y era Matías el que más me pedía. Y cuando se enteró que empecé a salir con su tío se puso loco. Marcó cada una de las Y con una rabia contenida que lo hacía golpear la mesa con el dedo índice. -¿Y Enrique nunca se enteró de eso? -Yo no quería hacer kilombo en la familia. Pero un día me re saqué porque el pibe me gritó algo en la calle… y se lo conté a Enrique. Casi lo caga a piñas. Siempre se odiaron los dos. Morel empezó a armar en su cabeza toda una historia macabra. -Y Braulio… ¿alguna vez se la agarró con vos? ¿Sabía de tu relación con Enrique? El chico negó con la cabeza. -Sí, claro… Braulio era loco, pero lo amaba a su hermano. Siempre supo que a Enrique le gustaban los hombres, y siempre cuidó. Braulio sabía que su hijo era un pelotudo. -Y ahora todo quedó para él –comentó por lo bajo Morel. -Y por un rayo. Eso es tener suerte. Roberto tomó la tarjeta de Embutidos Los Mellizos que había dejado Morel sobre la mesa y la miró con una sonrisa amarga. -Ahora puede dedicarse a hacer estos negocios de mierda que Enrique detestaba. Mirá el pelotudo lo que quiere hacer con nuestro campo, decía siempre. Morel se imaginaba las peleas que debió haber en esa familia entre un hombre de trabajo y un vago que quería ganar plata sin madrugar. -Alguna vez Enrique te propuso algo… algo serio, digamos. Fue quizás la primera pregunta realmente personal que hacía desde que había llegado a ese lugar. Y, se dio cuenta después, la pregunta más idiota de todas. Roberto largó una sonrisa amarga aún con los ojos cubiertos de lágrimas. -Qué, ¿alquilarnos una casita? ¿Casarnos y que nos tiren arroz? ¿Vestirme de blanco y tirar el ramo? No seas tan porteño, querés. Morel apenas sonrió avergonzado. El chico siguió como si él no existiera. -Una vez, en medio de su locura, Enrique me dijo que nos fuéramos a vivir a Buenos Aires. Dejar toda esta mierda y hacer algo juntos. Fue un par de semanas antes… antes del rayo. Y en ese momento Roberto se quebró por completo y comenzó a llorar con sollozos cubriéndose la cara con ambas manos. Desde el primer momento su teoría resultaba absurda, pero no perdía nada con descartarla. Frente a él no había un conspirador escondiendo a su amante que había resignado una mano para comenzar una nueva vida. Había un muchacho quebrado de dolor. Morel lo palmeó paternalmente, le sirvió otro vino y cambió de tema como para intentar sacar al chico del abismo al que él mismo lo había empujado. Salieron del parador y se despidieron frente al Torino. Cuando Roberto le comentó que Enrique tenía uno parecido Morel simuló sorpresa. -¿Querés que te alcance a algún lado? El chico, aún con los ojos hinchados, sonrió. -No dejá. Van a decir que además de puto soy un fetichista de los Torinos. Esta vez no tuvo que simular la sonrisa. Entró al auto, encendió el motor y recordó que durante la conversación hubo un comentario que le hizo ruido. Bajó la ventanilla. -¿Por qué dijiste justo a él? -No entiendo. -Dijiste que no podías creer que justo a él lo hubiera agarrado un rayo. ¿Por qué te pareció raro que le pasara a él? -Ah, es que siempre me hablaba sobre lo jodidas que son las tormentas en el campo. No entiendo por qué fue a meterse ahí. Morel se tiró boca arriba sobre la cama de su habitación y fue armando en su cabeza una teoría delirante del mundo, basada en cuatro detalles que en un juicio no servirían para nada: La mano del Mocho tenía un corte distinto a las otras dos. Según Matías el Mocho le dijo a su hermano que salieran a cosechar antes de que cayeran piedras. Pero según Roberto el Mocho le tenía pánico a las tormentas eléctricas. Matías dijo que salieron porque se estaba por largar, pero según Roberto ya estaba lloviendo cuando Mocho lo dejó en la YPF. Y además, Matías y el Mocho se detestaban. Según la teoría moreliana, el loco Braulio salió a levantar la cosecha en medio de la tormenta antes de que cayera granizo y un rayo que lo hizo volar por los aires. Matías entró en pánico, corrió al lugar, se desesperó y en ese momento llegó el Mocho. Ahí quizás Matías tuvo un ataque de ira porque había muerto su padre… o quizás sabía que a partir de ese momento todo el campo le iba a pertenecer al Mocho. Como fuera, lo mató, le cortó la mano y la tiró al fuego. La teoría más ridícula del mundo. Había algo que se le estaba escapando. Okey, pensó Morel, tiró la mano mocha porque era la que más claramente se iba a identificar a Enrique, pero ¿qué pasó con el resto del cuerpo? Con toda esa teoría no alcanza. Sin cuerpo no hay delito. Pero como diría Aguirre, Morel sentía en el pecho que lo estaban cagando. Así vestido sobre la cama se fue dejando llevar por el sueño. Eran ya más de las doce de la noche de un día que había sido eterno. Comenzó a dormitar con la luz encendida. Qué estaba pasando por alto. Rastrillaron todo el campo y Enrique no apareció. Pero apareció su mano. Sabía que había algo que se le estaba escapando. Y de repente, en pleno duermevela, apareció la idea absurda que encadenó a otra idea absurda y luego a otra idea absurda, hasta crear algo que no parecía tan absurdo. Se sentó bruscamente en la cama y recompuso lo que había pensado entre sueños. No, no era un delirio ni era una teoría del inconsciente. Era el dato que se le había pasado por alto. Se le revolvió el estómago y llegó justo para vomitar todo lo que había cenado. Aunque eran la 1AM, marcó el teléfono de Aguirre. Como siempre, este lo atendió como si fuesen las 2 de la tarde de un martes. Nunca lo había encontrado dormido. Aguirre vivía para ese trabajo. -Qué pasa pelotudo, ¿encontraste algo? -Creo que sí. -Creo… -Tenés que confiar en mí. -La puta madre Morel, cuando me decís esas cosas… -Nunca me equivoqué hasta ahora. Aguirre hizo un silencio, seguramente tratando de recordar -No me hagas mandar a la justicia si no estás seguro. Me hacés quedar como un boludo. -No hay que mandar a nadie. ¿Tenés algún contacto fuerte en SENASA? -En todos lados tengo contactos fuertes –dijo resignado- ¿qué querés que haga? Una semana después, la noticia explotó en todos los portales de noticias nacionales y también de algunos internacionales. La prensa amarilla tuvo quizás la mejor noticia del año: “El Carnicero de Navarro: mató a su tío e hizo embutidos con el cadáver”. Los programas de la tarde se llenaron nutricionistas y religiosos hablando sobre las consecuencias de comer carne humana. Desde el gobierno aseguraron que estos controles sorpresivos de SENASA continuarían en otros establecimientos del país. Aguirre, con una sonrisa que no le entraba en la cara, lo recibió sentado en la sala de reuniones con el paquete ya armado sobre la mesa. -Y, ¿estaba rico el salame? Morel apenas sonrió y se sentó. -Mirá que yo soy un enfermo… pero vos me das miedo –siguió Aguirre-, no me explico cómo se te ocurre pensar esas cosas. Morel manoteó el paquete envuelto y lo abrió. No necesitó cortar. -¿El 15% no serían 300 lucas? -Lo de Braulio lo vamos a tener que pagar, eso sí que fue un rayo. Pero zafamos el de Enrique. 150 lucas no es poco, no llores. Sonaba lógico, pensó. Contó los 15 fajos superficialmente y los guardó en su mochila. -El pibe ganaba mucho con la muerte del tío. Podía aparecer cualquier parte del cuerpo, pero justo apareció la mano a la que le faltaban los dedos… -Cuando hay una casualidad hay una sospecha. Eso me dijeron hace 30 años, cuando entré a esta compañía. -Y encima tenía un corte distinto. -Recién ahora los forenses la analizaron: estaba quemada con leña. No tenía restos de diésel. -Seguro que no se esperaba que buscaran a su tío, así que en una noche hizo los salames con el cuerpo y quemó la mano para tirarla por ahí. -Se hizo el gourmet: los salames tenían mezcla de carne de cerdo y con carne de tío. -Parecen de cerdo, pero tienen un gustito más dulzón –recordó en voz alta Morel. Aguirre puso cada de asco. -Cuando le pidieron los documentos sanitarios de los corderos se puso nervioso… -No tenía criadero de corderos. Era todo muy raro, pero como de entrada concluyeron que fue un rayo… -…y cuando le dijeron que iban a tomar muestras de los salames le agarró un ataque y los quiso echar a todos. Después encontraron huesos humanos y perdigones en el chiquero. Ahí se quebró. Morel se paró para colgarse la mochila al hombro. Aguirre estiró la mano para saludarlo. -Muy buen laburo, Camilo. ¿Ya sabés qué vas hacer con la guita? -Una partecita va a ir para un Valiant 65 que tengo visto. El resto lo ahorro para comprarme la casa. El apretón fue fuerte. Morel se dio vuelta para salir, pero recordó algo antes. -¿Sabés si pusieron guardia en el campo de Jiménez? Aguirre se sorprendió con la pregunta. -Habrán puesto algún milico en la entrada para que no se metan los curiosos… pero ya tomaron todas las muestras que necesitaban. No creo que haya tanta seguridad, ¿por? -Nada, nada. Si salía ahora podría llegar al pueblo a eso de las 7 de la tarde, cuando empezaba a anochecer. Buen horario. Pasó por una ferretería, compró un juego de pinzas para desarmar el volante y subió a la autopista.
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lt91chile · 5 years
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Entrevista: Louis Tomlinson habla sobre “Walls” y sus planes para la gira.
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Es momento de comenzar para Louis Tomlinson. Luego de años de anticipación, el chico de 28 años presenta su debut en solitario “Walls” hoy (31 de Enero). Y la colección de 12 canciones (que contiene algunos títulos familiares como “Two Of Us” y “Kill My Mind”) ha hecho que la espera valga la pena. En él, se reintroduce a sí mismo a sus fans luego de haber dominado el mundo como uno de los cinco miembros de One Direction. Y el cantante lo hace poniendo el foco en su poderosa escritura para poder vislumbrar su corazón y su alma. Ya sea superando obstáculos que parecieran ser insuperables en la canción que le da el título al álbum, o aferrándose a un sentido de aventura en “Fearless”, cada canción ofrece una nueva oportunidad para conocerlo en un nuevo nivel.
Pero lanzar Walls fue solo un calentamiento. Ahora pone su atención en su gira mundial. Todo comienza con un concierto el 9 de Marzo en Barcelona. Luego el cantante pasará los próximos meses haciendo paradas alrededor del mundo. Eso incluye una parte en América del Norte con fechas en Junio y Julio. Y este es el momento por el cual ha estado esperando. La semana pasada tuve la oportunidad de hablar con Louis sobre lo que viene para su 2020 lleno de acción. Habló respecto a cómo se ha estado preparando mentalmente para llegada de su álbum y sus metas. Luego de eso, dio algunos detalles sobre el show. Eso incluye una pequeña mirada al interior del proceso de selección del setlist.
Las fans que han estado desde el principio estarán felices de saber que definitivamente escucharán algunas canciones de One Direction nuevamente durante este tour. Incluso aún mejor, Louis planea tocar cada una de las canciones de Walls. Pon atención en nuestra reseña del álbum que lanzaremos los próximos días. Por mientras, sumérgete en nuestra entrevista para aprender más.
 Has estado trabajando para Walls durante un par de años. ¿Cómo se siente estar tan cerca de la fecha de lanzamiento?
“Creo que es un gran sentimiento de alivio. Estoy emocionado de lanzarlo y de que los fans puedan escucharlo. Y salir de gira con él. Así que estoy emocionado de llegar a esa etapa. Se viene luego de un gran tiempo esperándolo”.
Obviamente ya has tenido algunos lanzamientos de álbumes antes, pero siempre ha sido como parte de One Direction. ¿Sientes que al ser este un proyecto como solista, tu perspectiva cambia?
“Si, siento que antes habían objetivos ligeramente distintos. Naturalmente con los álbumes de One Direction versus mi propio álbum. Creo que una vez salí de la banda hice una revisión sobre ello… Tuve que prácticamente volver a definir lo que era el éxito. Porque la experiencia que tuve en One Direction no fue realmente la vida real. Así que en términos  de lo que quiero obtener de este álbum, y lo que en, en un comienzo, he aprendido en teoría. Pero lo que quiero, y espero, obtener es que mis fans crean que soy un buen escritor. Entonces de algún modo es menos presión”.
Creo que en términos de escritura, estas yendo muy bien.
“Muchas gracias.”
Hablando de las canciones que ya has lanzado, Es interesante mirar la lista de canciones. Hay algunas que lograron entrar luego de la decisión final, pero también hay otros singles más antiguos que no lo lograron. ¿Cómo fue que decidiste cuales serían las que tendría su momento independiente versus  las que sí lograron entrar al álbum final?
“Creo, que cuando escuché los antiguos singles que hice fue difícil, en términos de sonido, hacerlos encajar en el álbum, En el vinilo hice una versión de la canción de Steve Aoki “Just Hold On”. Pero es una producción completamente nueva. Pero con los otros singles, fue un poco difícil imaginarlos en el álbum. Siento que mi composición ha madurado un poco desde esos tiempos”.
¿Puedes hablar sobre por qué te decidiste por Walls como el título general del álbum?
“Para serte honesto, es mi canción favorita del álbum. Creo que es la mejor canción del álbum. Es la canción de la cual estoy más orgulloso. Así que pensé por un rato qué título tendría para el álbum. Y luego pensé “mejor no lo pensemos demasiado”. ¿Cuál es mi canción favorita? Amo el concepto detrás del single así que le hice caso a mi instinto y elegí esa”.
Es interesante también porque mientras escuchaba el álbum me di cuenta que obviamente haces referencias a las paredes en la canción que le da el título al álbum. Pero también hablas sobre “cercos” en Defenceless. Pareciera que hubo un tema ahí sobre superar las barreras o salir sin barreras. ¿Fue intencional lo que hiciste con las letras mientras escribías?
“No deliberadamente, pero trato de escribir en un sentido autobiográfico y lo más creíble posible.  Creo que es una de las coas por las que todos pasamos a veces. Así que siento que sí, ha sido importante hablar sobre eso. No me había dado cuenta, Muchas paredes y cercos.”
Hay muchas cosas que tuvimos que superar. Mirando la lista de canciones, ¿hay alguna canción que aún no ha sido lanzada y que estés muy emocionado de que los fans puedan escuchar?
“Diría que “Only The Brave”, la cual es la última canción. Dura dos minutos, y no tiene esta estructura tradicional de una canción. Solo escuchas el coro una vez, y creo que es un momento interesante en el álbum. Cierra el álbum, y creo que es interesante”.
Una de mis favoritas es “Fearless”. Amo el mensaje. Lo tomé como un estímulo para volver a tener esa confianza juvenil y solo decir que se jodan las expectativas y la ansiedad.
“Si, absolutamente”.
¿Esperaba que me pudieras contar un poco de cómo fue que surgió?
“Creo que en la edad en la cual estoy en este momento, tengo 28. Estoy en esta edad rara. Tenemos más experiencia, pero a la vez se trata de reflejar en cuan valientes éramos cuando jóvenes. El hecho de que estás dispuesto a cometer errores una y otra vez. En realidad, es solo sobre mostrar toda esa sensación”.
Eso es algo con lo que me identifico al estar en un punto similar en mi vida.
“Genial, lo aprecio”.
¿Planeas lanzar algún otro single en este proyecto?
“No, no creo. Creo que lanzaré el álbum y luego me introduciré de lleno en el tour y me concentraré en ello por un tiempo. Así logro tener más material del cual poder escribir. Luego, en algún momento de este año, me concentraré en escribir el próximo álbum, supongo”.
¡Genial!, Es bueno escuchar que ya tienes planes para otro álbum.
“Si, definitivamente”.
Algo más que quería preguntarte sobre el video de Walls. Algunos de los otros videos de esta eran han sido más directos en términos de la trama, mientras que éste se siente más conceptual.  ¿Cómo se te ocurrió la idea de éste y qué significa para ti?
“Este es el cuarto video que he hecho con este director, Charlie Lightening, quien es genial. He disfrutado trabajar con él. Los primeros tres videos encajan juntos, tenían una narrativa y hay un poco más de historia en ellos, Así que pensé, ambos creíamos que para este video era necesario alejarnos de ello y hacer, en términos visuales, algo un poco más interesante. Fuimos a Marruecos y lo grabamos en el desierto. Creo que luce increíble. Ya tienes esa escala con el hecho de estar allí en el desierto. Y si, tratamos de hacerlo ver un poco más psicodélico y surrealista. Visualmente interesante. Solo es un buen video con una performance, en vez de perderse en una narrativa”.
Genial, también quería preguntarte sobre el tour. ¿Cómo te estas preparando para los shows?
“He hecho unos pequeños ensayos porque he tenido presentaciones en TV de todas formas. Como dos o tres semanas de ensayos. Para ser honesto, desde que comenzó el año he estado contando los días para darle inicio a mi carrera como solista, Esto es para lo que he estado trabajando, así que estoy muy emocionado por ello”.
Reúne todo y es bueno ver que esto está llegando finalmente. Estaba leyendo tú última entrevista con nosotros y mencionaste que hacer un tour era uno de tus grandes objetivos. Así que es bueno estar en ello.
“Definitivamente, se siente bien”.
Hablando sobre los shows. ¿El foco del setlist estará en tu música como solista, o planeas también poner algo del material que escribiste para One Direction?
“Creo que habrán unas tres canciones de One Direction ahí. Quiero decir, definitivamente pondré algunas. Sería grosero no hacerlo, y también hay algunas canciones muy buenas. Pero la mayoría será Walls. Probablemente tocaré el álbum completo y quizás unas dos o tres canciones de One Direction”.
Eso es genial. No puedo esperar a ver cómo termina siendo el setlist. Muchas gracias y mucha suerte en todo lo que estás haciendo.
“Muchas gracias. Aprecio tu tiempo, amigo”.
– Entrevista Idolator
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samnherondale · 5 years
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Kit muere en esta historia
Okey, amigos, no quería hacer esto... No, esperen... saben qué? Sí quería hacerlo, me llevó casi una semana terminarlo y.... me gustó! 
Pero de antemano me disculpo por los efectos colaterales que sucedan después de leer esto.
Oh, y es un fic bastante largo, así que ponte cómod@ y espero que lo disfruten!
...
Ambos habían ido a Feéra por una misión. Una que Kit estaba seguro que revelaría la verdadera naturaleza del silencio de la reina Seelie hacia los cazadores de sombras y a su Alianza con los subterráneos.
Sabía el peligro que corría, claro que lo sabía. El secreto de su sangre y el poder que tenía para apoderarse de las tierras de Feéra era algo que muchas hadas darían lo necesario por poseer. Y algo que Kit no deseaba  tener.
Los Jinetes todavía estaban detrás de él y a pesar de eso, su deber como cazador de sombras le insistió que cada misión relacionada con hadas era algo personal que él debía solucionar. Especialmente con el reino Seelie.
Normalmente cumplía sus misiones solo, lo cual hacía que Tessa y Jem lo reprendieran cada vez que volvía a casa casi desmayándose del dolor incapaz de curarse solo, habiendo perdido sus estelas e incluso, una vez, había aparecido con una mano casi cercenada por culpa de un goblin que lo había atacado por sorpresa con un hacha pequeña y gritando: «Cada parte de un cazador de sombras es valiosa en el Mercado de Sombras».
Kit había logrado atacarlo, dejándolo inconsciente, pero no sin antes haber recibido una preocupante herida en su muñeca con el mango del hacha aún clavado en ella.
Cuando llegó a casa, Tessa y Jem llamaron a Catarina Loss, e inmediatamente ella y Tessa lograron salvarlo antes de que fuera demasiado tarde.
Cuando se encontró fuera de peligro, Catarina le dio unas hierbas para dormir. No sin antes escuchar cómo el celular de la bruja comenzaba a sonar y antes de quedarse dormido la escuchó decir:
—Se encuentra bien —dijo—. No, no perdió la mano. Sí, estoy segura, la estoy viendo ahora, entera y sana. Ty, ¿no deberías estar haciendo los deberes? ¿Cómo está Irene?
Tal vez el sueño estaba jugando con su mente, porque creyó escuchar el nombre de Ty. De cualquier forma, no importaba, pensar en él solo le traía malos recuerdos y antes de caer dormido, su mente le hizo un favor y se olvidó completamente de esas últimas palabras.
Ea fue la primera y última vez que Jem le gritó a Kit por haber sido tan imprudente.
Más tarde, vio a Tessa hablar con Jem.
—Será más cuidadoso. Un Herondale aprende de sus errores —le había dicho acariciándole la cabeza.
—Un Herondale aprende de sus errores después de haberlos cometido varias veces —respondió Jem y se frotó su mano derecha. El silencio que siguió pareció transportarlos a ambos a una época donde revivieron un recuerdo sucedido hace mucho tiempo atrás.
Y después lo castigaron… Su primer castigo; no tenía permitido salir de la casa a ninguna misión por un mes entero, sus amigos solo podrían venir a visitarlo a su casa y… prácticamente era un prisionero.
Pero Jem y Tessa le permitieron volver a salir. Después de todo, era un cazador de sombras y estar en peligro era parte del trabajo. Sin embargo, siempre debía ir acompañado.
Había cumplido misiones con Dru, Jaime, Jace y Clary (los dos no podían ir a ningún lado sin el otro), e incluso una vez salió con Julian (lo cual no disfrutó en absoluto).
Y de alguna forma, su identidad como descendiente de la Primer Heredera seguía reducido al único conocimiento de Jem, Tessa, Magnus, Jace y Clary.
Esta debió haber sido una misión común y corriente: Un par de hadas creyendo que podían escabullirse dentro de Feéra llevando consigo armas robadas del Laberinto Espiral.
Kit creyó haber convencido a Jem y Tessa de que estaba listo para volver a trabajar por su cuenta. Estaba saboreando la victoria en sus labios cuando ambos padres lo dejaron salir de su hogar. Pero su sonrisa se borró al instante en que abrió la puerta y afuera, un chico muy alto y de cabello negro lo estaba esperando tirando de su chaqueta de cazador de sombras y mirando a un costado de Kit.
Era Ty Blackthorn. Ambos chicos habían sido amigos por un tiempo y después se separaron por años. Kit sabía que Ty había estudiado en el Escolamántico y en ese tiempo, había crecido bastante. Era  más alto que Kit, tal vez una cabeza más alto. Seguía siendo alguien delgado, pero Kit podía apostar que sus músculos se habían fortalecido tanto como los suyos por el entrenamiento. Y sus ojos grises, tenían la misma peculiar sombra grisácea que ninguno de sus hermanos compartía con él. Unos audífonos inalámbricos colgaban de su cuello, negros y muy bien conservados.
—Hola, Kit —le dijo.
Kit suspiró, y negó con la cabeza. A pesar de la separación que había tenido con el chico años atrás, cuando Ty volvió a su hogar en Los Ángeles, no le tomó mucho tiempo volver a encontrarse con Kit. Y había sido increíblemente incómodo, pero ambos habían aprendido a trabajar el uno con el otro porque eso era lo que los cazadores de sombras hacían. El deber de un nefilim era con el Ángel Raziel y su promesa de proteger a todas las personas o criaturas que no podían hacerlo.
En total, se habían visto mínimo dos o tres veces al mes, pero nunca se dirigían más que un par de palabras cordiales o planes de ataque.
A Ty no parecía molestarle y Kit decidió que a él tampoco.
O eso creyó, hasta que Dru los arrastró a ambos a una sala del Instituto de Los Ángeles y les prohibió salir si no hablaban y se «reconciliaban» primero.
«Lo que sea que eso significara», había pensado Kit.
Ty y Kit guardaron silencio por casi una hora, incapaces de iniciar una conversación decente. Kit se quedó sentado en uno de los sillones principales mientras Ty recorría la habitación varias veces y Kit estuvo seguro que tocó cada pieza que pudo encontrar, dos veces.
Ty se aclaró la garganta.
—No haremos esto si no lo deseas —le dijo. Y Kit recordó una vez hace mucho tiempo cuando él le había dicho que las personas normalmente buscaban excusas cuando no querían hacer algo.
Ante el silencio de Kit, Ty continuó.
—Kit, no saldremos de aquí si no me ayudas a resolver esto.
Kit cerró los ojos con fuerza y sus manos se sostuvieron del sillón con pesadez.
—¿Qué quieres saber? —respondió Kit.
Escuchó que Ty se acercaba a su lado, pero no tan cerca como para poder alcanzarlo y tocarlo.
—Lo suficiente, creo. No necesito que me mientas, solo quiero que seas honesto. ¿Aún estás enfadado conmigo?
Kit se atrevió a mirarlo y aunque Ty no lo miraba a los ojos, su mirada estaba fija en los labios de Kit y fruncía el ceño, como si sus deducciones no pudieran darle la respuesta de las palabras que saldrían de su boca.
Kit decidió que estaba cansado. Cansado de sentirse tan miserable cada vez que pensaba en Ty, y podía darle un cierre a ello aquí y ahora. Solo tenía que decir las palabras correctas que podrían darle paz a él y, a pesar de no saberlo, también dejarían algo de tranquilidad dentro de Ty.
—Créeme, Ty. Jamás estuve enfadado contigo.
Ty se dejó caer a su lado y aunque pareció que un peso invisible se había levantado de sus hombros, su ceño no cambió.
—Pero aún así te fuiste.
Kit ignoró el dolor en su pecho y se encogió de hombros.
—Ya no me necesitaban, todo se había terminado.
—Pero yo…
—No —lo interrumpió Kit y decidió que sonreírle aminoraría la verdadera naturaleza de sus palabras—. Tú tampoco me necesitabas, pero creo que muy en el fondo, eso ya lo sabías.
Ty inhaló hondo y por primera vez en lo que se sintió una vida entera, Ty y él intercambiaron una mirada. Ty le sonrió y Kit sintió que sus mentiras serían derribadas con ese simple gesto. Apartó la mirada antes de que Ty se diera cuenta.
—Kit, creo que podemos volver a ser amigos. Quiero intentarlo, en serio.
Kit no supo qué responderle. ¿En verdad quería volver a ser amigo de Ty? ¿Solo eso? ¿Sería tan fácil decirlo como hacerlo?
—Está bien —fue lo que dijo e ignoró todas las dudas que lo inundaron—. Pero tomará tiempo
Ty asintió.
—Lo sé. Y quisiera pedirte algo más. —Ty pareció volver a sentirse incómodo porque su mano derecha comenzó a temblar muy ligeramente. Nadie más lo habría notado si no conocían a Ty, pero Kit no pasó el gesto desapercibido—. Solo, no quiero que me ocultes cosas. Todavía no soy muy bueno mintiendo, pero sé evadir los temas de los que no me gusta hablar y aunque no pueda saber por qué, siempre sabré cuando algo está mal. Y no quiero que eso vuelva a suceder con… nosotros.
Kit no necesitó preguntarle a qué se refería; recordaba muy bien lo que significó no decirle a Ty lo que verdaderamente pensaba sobre resurgir a su hermana de los muertos.
Pero eso estaba en el pasado.
Y Kit estuvo de acuerdo en lo que Ty pedía. No quería que los secretos se interpusieran en un nuevo comienzo para ambos. Era una buena forma de comenzar algo que, en realidad, jamás había terminado en sí.
Ambos chicos comenzaron a pelear mano a mano en cada misión que se les asignaba, pero todavía mantenían una distancia que antes no había estado ahí cuando eran más jóvenes. Pero era algo que ambos tendrían que aceptar.
Y no es que Kit hubiera decidido no contarle sobre su descendencia con la Primer Heredera, el verdadero problema fue que realmente lo olvidó.
Ese día había estado tan enfocado en su pasado que su mente borró el presente y su futuro. Y cuando recordó lo que su existencia significaba para otros, sintió que tenía que proteger a Ty de los peligros que correría si supiera algo tan importante y mortal.
Así que decidió no decirlo, y rezó al Ángel por nunca tener que confesarlo.
Ese día que Ty se presentó a su puerta, habían completado un total de diez misiones juntos y sin ayuda de otros cazadores de sombras. Su actual objetivo era conocer el secreto que la reina Seelie venía ocultando desde hace casi tres años y que según decían los rumores, involucraban a su hijo, Ash Morgernstern.
Ty y él llevaban un tiempo rastreando a la reina y estaban seguros que sabrían de ella pronto. Demasiado pronto. Kit sabía el peligro que Ty correría si la identidad de Kit era descubierta frente a sus ojos. Y esa era una de las principales razones por las que quería seguir la búsqueda solo, pero sus deseos no fueron concedidos.
Ambos iban armados como un cazador de sombras y un centurión debían hacerlo. Después de ver lo útil que eran las hachas en una batalla, Kit decidió usar esa arma como la suya propia, una hacha de doble filo, y de punta arqueada y enorme hecha de adamas, con un solo tajo podría despedazar a cualquiera, su mango lo había tallado Jem y había grabado unas garzas en él. Y Kit la había llamado Argemonia. Podría decirse que era un arma tan grande y majestuosa como Cortana. Ningún cazador de sombras jamás había tenido un arma tan peculiar, y a Kit le enorgulleció tener algo propio y que podía ser reconocido entre otros.
A varios solo les parecía un mal chiste después de lo que Kit había tenido que pasar para decidirse a tener a Argemonia como su propia arma, pero él creía que era fantástico y más original que las simples dagas o cuchillos que sus ancestros o el propio Jace, usaban para luchar.
Ty, por otro lado, tampoco comprendía su afición por algo tan grande y que lo dejaba pálido cada vez que sus oponentes se apoderaban de ella y atacaban a Kit con su propia arma.
Ya lo había salvado varias veces de un destino irremediable, y deseaba que Kit se buscara otra arma, pero Kit siempre se negaba.
Esta vez, cuando llegaron a Feéra, fueron recibidos por el propio armamento de la reina, los desarmaron y Kit maldijo cuando los transportaron a un lugar desconocido para ambos y donde la reina descansaba tranquilamente bajo el hueco de un árbol gigantesco.
No charlaron demasiado, porque cuando la reina posó su mirada en Kit, una sombra de reconocimiento pasó por su rostro y sonrió.
Kit estaba aterrado, no por lo que le sucedería a él, sino a Ty que miraba a sus alrededores sin saber lo que realmente estaba sucediendo.
La reina se acercó a Kit, y antes de que ella pudiera decir algo, él habló primero.
—No necesitas al centurión —le dijo con la voz más neutra que pudo articular y ocultando sus manos detrás de su espalda para que la reina no viera que estaban temblando. A su lado, Ty se había tensado y podía sentir su mirada en él.
—¿Kit…?
—No lo necesitas —volvió a decir Kit apresuradamente—. Me conoces. Has oído de mí, sabes quién soy. Por favor, solo déjalo ir y hablaremos de lo que quieras.
La reina tenía rasgos hermosos que delineaban su rostro en formas simétricas, unas pecas adornaban su piel y usaba un vestido que parecía estar hecho de hojas de otoño. Kit nunca había estado frente a una criatura tan hermosa y letal.
La reina pareció adivinar sus pensamientos porque le sonrió más ampliamente y acarició su rostro con unas manos delgadas y unas uñas extremadamente largas y puntiagudas.
—Sé quién eres, Heredero —le dijo y su voz pareció encantar los sentidos de ambos chicos, que nunca habían estado frente a la reina de Feéra—. Y por fin estás aquí. No creí que fueras lo suficientemente estúpido para venir por voluntad propia, pero creo que eso es por ser un Herondale. Siempre mártires de su destino.
—Kit, ¿qué está sucediendo? —La voz de Ty no estaba asustada, pero sí confundida. Tanto que sus palabras salieron en un torbellino tan rápido que Kit apenas fue capaz de comprenderlas.
—Kit —repitió la reina en un tono de desprecio—. ¿Qué clase de nombre es ese para el descendiente de la Primer Heredera? —La reina tomó a Kit de su cabello y le dio un fuerte tirón—. Sí, tienes el color de su pelo. Aunque tu semblante y esa postura denigran su nombre, no puedo creer que ella haya decidido engendrar a sus herederos con un Herondale.
Kit tiró de su cabeza con fuerza y se liberó del agarre de la reina.
—Me gustaría quedarme a charlar, tía. Pero si no sueltas a Ty ahora mismo, lo haré yo y demostraré lo que ser un descendiente de un Herondale significa —le dijo con un gruñido contenido en su voz.
Ty ya no parecía estar prestándoles atención. El chico seguramente había atado los cabos, y Kit sabía que era tan inteligente como para haber estudiado la historia de los Herondale perdidos y la historia de la Primer Heredera. Kit quería decirle que lo lamentaba, pero atado y acorralado por los guardias de la reina, cada movimiento amenazaba la vida de ambos.
La reina retrocedió un paso y le dio una bofetada tan fuerte a Kit, que su rostro se giró con ella y saboreó sangre en su boca.
—Ella era mi hija y tú tratas su sangre como si no fuera más importante que la de un cazador de sombras.
Kit no pudo contenerse y soltó una risita que, a pesar de ser el gesto más delicado y silencioso de todos, estuvo seguro que todas las hadas presentes la escucharon.
—Bueno, ella se enamoró de uno de nosotros. ¿No es cierto?
Esta vez, la reina no lo tocó. Pero Kit sintió que de repente le era imposible respirar, se estaba ahogando y necesitaba aire. Sus ataduras parecieron reforzarse en sus manos y pies manteniéndolo de pie, a pesar que todo dentro de sí le suplicaba dejarse caer y desmayarse.
—¡Basta! ¡Basta! —gritó alguien. No, no alguien, Ty.
La reina no se detuvo. Kit debía hacer algo, iba a morir si no hacía algo rápido.
Sus poderes no se manifestaban tanto como él deseaba, esa luz que lo envolvía y protegía a sus seres queridos solo había sido capaz de aparecer un par de veces y cuando la situación era de vida o muerte, y siempre, siempre lo dejaban tan agotado que dormía por días enteros.
Y ahora, debía usar ese poder o ambos morirían. Kit intentó no pensar en el dolor que sentía, su cerebro parecía querer explotarle y estaba sangrando por la nariz. Pero necesitaba concentrarse. Debía concentrarse si quería salir de aquí con Ty a salvo.
—Te has equivocado en algo, Heredero —dijo la reina y sus palabras lo acariciaron como si lo estuvieran reconfortando en su lecho de muerte—. Amaba a mi hija más que a nada en este mundo o en cualquier otro. Pero en el momento en el que ella murió, su historia y su legado murió para mí. Y cada primogénito después de ella solo ha sido una amenaza para mis tierras y las Unseelie. Nunca he necesitado lo que posees dentro de ti, ahora tengo a mi hijo y él será alguien más majestuoso e imparable, y gobernará toda Feéra cueste lo que cueste. —La reina volvió a tocar el rostro de Kit y le apartó un mechón de su cabello que cubría sus ojos. El gesto podría haberse descrito como algo casi maternal—. Tú solo has sido una molestia que necesitaba ser eliminada. Ahora ya no eres nada.
La reina se alejó de Kit.
Ty gritó su nombre y Kit finalmente pudo liberar su poder.
Las hadas que estaban a su alrededor gritaron y chillaron, Kit sabía que su poder quemaba y hacía cenizas a aquellos que estaban lo suficientemente cerca para sentir su poder, lo cual abarcaba aproximadamente quince metros a la redonda. No se preocupó por Ty, él conocía su poder y sabía que solo dañaba a aquellos que él considerara enemigos.
Aún así, cuando sintió que la fuerza de la reina lo liberaba y pudo volver a respirar, le costó mucho abrir los ojos y ver lo que había hecho.
Sabía que no había matado a la reina, eso era casi imposible, pero sabía que la había herido lo suficiente para hacerla huir, sus sirvientes, por otro lado, no habían sido tan afortunados.
Ni Kit ni Ty seguían atados, sus armas, junto con Argemonia, estaban a un par de metros lejos de ambos.
Se sentía terriblemente cansado y todos los huesos de su cuerpo le ardían como si se estuviera quemando por dentro. No podía pensar y alguien estaba llamando su nombre.
Los ojos de Kit por fin pudieron enfocarse en Ty. Que estaba temblando de pies a cabeza, una mueca de dolor y tal vez frustración, o preocupación, difuminaron su rostro, pero Kit apenas lo notó.
—Agárrame —dijo en un quejido lastimoso.
No supo si Ty entendió las palabras, pero se dejó caer y antes de que tocara el suelo, unos brazos lo sujetaron con fuerza.
—¿Kit? ¡Kit! —Ty lo llamó varias veces pero perdió la conciencia a pesar de que lo único que deseaba era reconfortar a Ty y decirle que se encontraba bien.
* * *
Ty sabía que lo que había sucedido no había dañado a Kit. Bueno, no del todo.  Kit seguía respirando, una y otra vez. Estaba sangrando de los oídos, boca y nariz, pero el sueño parecía estar funcionando, los minutos se volvieron horas y el color comenzó a volver a las mejillas de Kit.
En todo ese tiempo Ty tardó en recuperarse del shock y cuando lo hizo, arrastró a Kit consigo debajo del árbol donde la reina había estado descansando hacía un par de horas atrás.
Su mente era un remolino de pensamientos y deseó callarlos porque no lo dejaban concentrarse. Cuando intentó buscar su reproductor de música, se dio cuenta que se había quemado por el poder de Kit. Sus audífonos también se habían estropeado, pero los mantuvo sobre su cuello.
Eso hizo que sus nervios comenzaran a aumentar. No sabía si Kit se recuperaría pronto y ambos seguían en peligro. No quería dejar a Kit solo para ir a buscar ayuda y cada vez que el chico entraba a Feéra, su hermana siempre se quedaba en el mundo mortal. Lo cual solo lo dejaba a la espera de que Kit despertara.
Ty inhaló hondo, la cabeza de Kit estaba recostada en su regazo, había intentado quitarle algo de la sangre de su rostro, pero todavía se veía un rastro descolorido sobre su barbilla, sus manos estaban sobre el cabello de Kit y su temblor se había calmado un poco.
Hasta que escuchó un ruido. Su runa le hizo saber que la amenaza estaba a medio kilómetro lejos y se estaba acercando, rápido.
Ty tenía que despertar a Kit, ahora mismo.
—Kit —le dijo en voz baja. Cuando el chico no respondió, Ty intentó golpearlo. Kit volvió en sí, sus ojos estaban rodeados de unas sombras que antes no habían estado ahí y cuando intentó incorporarse, se golpeó la cabeza contra el tronco del árbol.
Todavía no estaba bien, Ty se dio cuenta. Pero necesitaba su ayuda, alguien estaba cerca y no sabía si eran demasiados para que él los pudiera derrotar por su cuenta.
—¿Ty? —dijo Kit acariciando su nuca con torpeza. Se volvió a tambalear y Ty se preparó para volver a sujetarlo, pero no se cayó—. ¿Qué… qué pasó?
Ty no quería pensar en ello, si pensaba en lo sucedido su mente cruzaría todos sus recuerdos de Kit y no podría conectar sus palabras con la furia, la traición y el dolor que sentía en esos momentos.
—Alguien viene —le dijo en su lugar y tomó sus cuchillos serafín. Kit tomó su hacha con torpeza, Ty intentó detenerlo pero Kit reforzó su agarre en ella.
—Puedo luchar —dijo con firmeza, aunque Ty estaba seguro que en algún momento se volvería a caer.
Ambos se posicionaron juntos, Kit levantó a Argemonia y se preparó para atacar, aunque parecía que el peso del arma podría derribarlo antes de que la otra persona lo hiciera. Esperaron hasta que una figura de un hombre alto y de hombros anchos apareció entre las sombras.
Ty se tensó y tomó uno de sus cuchillos serafín.
—Kyriel —murmuró y su arma se iluminó. Cuando la luz de su espada alumbró al desconocido, Kit a su lado, bajó a Argemonia y se relajó notablemente.
—Jace —dijo con alivio en sus palabras.
Ty no entendía qué estaba haciendo Jace en el reino Seelie y solo. Sus rasgos no eran parecidos al heroico Jace que todos conocían: tenía el cabello más largo, y los ojos parecían haber perdido el brillo travieso y encantador que lo distinguían.
Ty observó cada aspecto de Jace y supo, dentro de sí, que esa persona no era el Jace que él y Kit conocían. El problema fue que Kit no lo notó, y probablemente su mal juicio también estuvo influenciado por lo agotado que se encontraba, apenas podía mantenerse de pie.
Ty vio de reojo que Kit se había comenzado a acercar a Jace y había comenzado a sonreír.
—Espera, Kit —le dijo, pero Kit no pareció escucharlo. Ty intentó ir tras él, pero antes de moverse, el otro Jace se movió con una rapidez inhumana.
Kit y Ty se sorprendieron y Kit dejó de caminar. Pronto, tenía a Jace frente a frente, solo unos centímetros los separaban y Ty notó el momento en el que la desconfianza se instaló en Kit.
—¿Jace? —dijo Kit y Ty temió por Kit cuando lo vio tambalearse de nuevo. Tenía que apartar a Kit de Jace, ahora mismo.
Pero el otro Jace fue más rápido que ambos y a la velocidad de un parpadeo, Jace se apoderó de Argemonia. Kit no tuvo tiempo de reaccionar, ni siquiera de sobresaltarse. Y antes de que Ty pudiera arremeter, el filo de Argemonia quedó enterrando en el abdomen de Kit.
La hoja del arma era tan grande que Ty pensó que lo había cortado por la mitad. La sangre comenzó a caer en caudales, la boca de Kit que tanto se había esforzado Ty por eliminar el rastro de sangre de hace un par de momentos, volvió a cubrirse de un brillo absolutamente rojizo.
Tal vez la herida habría aguantado si el arma se hubiera mantenido en su lugar, pero Jace la separó del cuerpo de Kit y el movimiento hizo un sonido tan desgarrador y espantosamente húmedo que el estómago de Ty se revolvió cuando su mente comenzó a revivir lo sucedido cuando su hermana murió de la misma forma años atrás.
Solo que este no era un recuerdo, Kit esta vez no intentó mantenerse de pie y cayó al suelo empapando el pasto con sangre.
Ty soltó sus armas y corrió al lado de Kit, apartando a Jace de su camino y sin pensar en el peligro en el que se estaba arriesgando.
Lo único que podía pensar era en Kit. Kit. Kit. Kit.
Kit sonriéndole cuando eran más jóvenes, Kit abrazándolo en sus momentos más difíciles, incluso en el momento en que vio a Kit llorar por él, cuando… cuando le dijo que lo amaba.
Y por alguna razón, el recuerdo le cayó como un balde de agua fría que en lugar de hacerlo reaccionar, lo hizo temblar y arrodillarse a su lado.
—Mi reina no deja sus asuntos sin completar —dijo Jace en una voz tan monótona que pareció no mostrar ningún remordimiento—. Sin embargo, solo dio órdenes de matar al Heredero. No quería que su cuerpo se pudriera en sus tierras. Este es un mensaje de la reina y su verdadero descendiente. Erchomai, centurión.
Ty supo que Jace había desaparecido cuando las únicas respiraciones que podía escuchar era la suya y el moribundo jadeo de Kit que era cada vez más y más difícil.
Ty no podía hablar, los sucesos eran demasiados, todo estaba sucediendo demasiado rápido y él no estaba haciendo nada para detenerlos. Solo quería que se detuvieran, quería parar todo y que volviera a ser un momento tranquilo, y donde tuviera un momento para pensar y poder decidir lo que haría ahora.
Pero no podía detener el tiempo, sin importar lo mucho que lo deseara. Kit se estaba muriendo frente a sus ojos y él tenía que actuar ahora si quería salvarlo.
Se pasó una mano por los ojos, las lágrimas habían comenzado a formarse y le estaban nublando la vista. Lo único que podía ver era rojo y a Kit rodeado de ese simple color. Sus rodillas se estaban manchando con sangre, pero no le importó.
Buscó su estela en su chaqueta y la tomó con sus manos que también se habían cubierto de sangre. Ty comenzó a temblar y su estela se cayó, maldijo y la tomó de nuevo. El color de su estela se oscureció por la sangre.
—¿T-Ty? —La voz de Kit hizo que Ty se obligara a mirarlo a los ojos. No quería hacerlo, era de las cosas más difíciles que le costaba realizar. Pero era Kit a quien tenía frente a sí, no podía abandonarlo ahora. Y cuando lo miró, sus ojos azules estaban a medio cerrar y atormentados por el dolor—. Ty…
—No —le dijo Ty, forzándose a tragar saliva para continuar hablando—. No hables, por favor. No hables. Te harás más daño, solo tienes que aguantar un poco más.
Cuando Ty puso su mano sobre el pecho de Kit, este gimió de dolor y pareció encogerse. Ty quiso apartarse de Kit, si apenas lo había tocado, no quería saber lo mucho que estaba sufriendo.
—Tengo que ponerte un iratze, te ayudará.
—Duele…
Ty inhaló hondo y comenzó a dibujar un iratze sin dejar de hablar con Kit.
—Sé que duele, he visto las heridas que puede causar Argemonia —dijo Ty y recordó las veces que había leído en el Escolomántico que cuando alguien era herido con gravedad, lo más importante era mantenerlos despiertos y conscientes—. Kit, es un arma muy hermosa, ¿te lo he dicho? Sé que todos decían que esa arma te mataría en algún momento, pero no tenías que hacerles caso, ¿sabes, Kit?
Kit no respondió, y Ty apartó la mirada de su runa y se atrevió a mirar su rostro.
—¿Kit? Kit, despierta. —El pánico revolvió la mente y las acciones de Ty una vez más. Con su mano temblorosa, puso su dos dedos sobre el cuello de Kit. Todavía tenía pulso, solo se había desmayado.
Ty soltó un suspiro de alivio, no se había dado cuenta que había dejado de respirar. Dibujó una y otra vez iratzes y un par de runas que harían que Kit recuperara la sangre que había perdido.
Pero cada vez que dibujaba una, la sangre comenzaba a escapar de nuevo del cuerpo de Kit porque los iratzes no estaban funcionando del todo bien. Habían logrado disminuir la herida pero seguía siendo terriblemente grande.
Ty agradeció al Ángel no haberse llevado a Kit, por lo menos, no todavía. Tenía la oportunidad de salvarlo si solo lo llevaba lejos de Feéra y de vuelta al Instituto. Debían llamar a Magnus o a Catarina, porque si Tessa y Jem se enteraban…
Ty cerró los ojos. No podía pensar en eso ahora, tenía que mantener a Kit con vida y lo haría sin importar el costo. No perdería a Kit, no si eso significaba que esta vez él se iría a un lugar donde Ty no podría seguirlo.
* * *
Kit no sabía por qué no había muerto ya. El dolor era indescriptible, ni siquiera creía que pudiera ser capaz de levantarse.
No sabía quién lo había apuñalado, pero ese no había sido Jace y se sintió mal por no notarlo antes. Ty lo había notado. Ty había intentado detenerlo, y probablemente habría evitado el ataque si no hubiera estado tan cansado por el uso de su poder.
Sabía que una herida así habría matado a cualquier otro, pero Tessa le había dicho que su poder lo protegía de maneras que él no podría imaginar. Eso no lo convertía en alguien inmortal, y estaba seguro que si no era atendido pronto, moriría aquí y ahora.
Ya no sabía si el dolor que lo había hecho desfallecer era por el uso de sus habilidades o la pérdida de sangre o ambos. Seguramente eran ambos.
Kit volvió en sí gritando. Y gritó con fuerza, intentó incorporarse pero unas manos lo retuvieron en el suelo.
Ty estaba sobre él y sus manos apretaban su herida con tanta fuerza que Kit sintió que las lágrimas comenzaban a caer de sus ojos y otro quejido se formaba en su garganta.
—Para, por favor, para —gimió Kit intentando quitar las manos de Ty de su herida, pero Ty apretó con más fuerza.
—Lo siento. Lo siento. Lo siento —repetía Ty una y otra vez. Kit creyó que volvería a desmayarse—. Kit, lo siento. Tengo que mantener presión, tengo que… tengo que hacerlo, Kit.
Kit escuchó que Ty gimoteaba. Estaba llorando, justo como él y eso le preocupó.
—¿Te… te hizo daño? —dijo Kit mordiendo su mejilla para no volver a gritar.
—¿Qué? —dijo Ty desconcertado. Sus manos se aflojaron un poco en la herida y luego notó lo que había hecho y volvió a presionar.
Kit gimoteó con más fuerza.
—Estás… estás llorando. ¿Estás he-herido? —La última palabra salió como si estuviera sollozando y la vista se le nubló cuando unas lágrimas inundaron sus ojos.
—No hables, Kit. Te harás más daño, tienes que seguir con vida.
Kit intentó incorporarse. Ty lo empujó de nuevo al suelo.
—¡Basta! —le gritó—. ¿No lo entiendes? Basta, te harás daño.
—Pero… —comenzó Kit.
—¡Estoy bien, Kit! ¡Estoy bien! Solo deja de moverte y te prometo por el Ángel que dejaré de llorar.
Kit guardó silencio y Ty lo mantuvo debajo de él. Kit hizo un esfuerzo y levantó la vista directamente a su rostro.
Ty se había estado mordiendo el labio con fuerza porque tenía marcas rojizas en todas partes, su cabello estaba hecho un desastre y sus ojos grises tenían una mirada aterrorizada en ellos. El rostro de Ty tenía algo de sangre en sus mejillas y un rastro de lágrimas que descendían hasta su cuello.
Se había quitado la chaqueta y su camisa gris de manga corta, enseñaba sus fuertes brazos  con varias runas que oscurecían su pálida piel. No podía ver sus manos, pero estaba seguro que estaban cubiertas de su sangre.
Kit quiso vomitar al pensar en ello. Se iba a morir y Tessa, Jem y su hermanita, quedarían devastados.
«Lo siento. Lo siento mucho», pensó mientras tragaba saliva.
Ty respiró con fuerza.
—Kit, no puedes dormirte de nuevo —le dijo como si fuera una orden que él estaba obligado a seguir.
Kit abrió sus ojos azules y notó, con algo de asombro, que Ty también le devolvía la mirada.
—No sé cuánto pueda aguantar, Ty —le dijo sintiendo un espasmo más fuerte de dolor que recorrió su cuerpo cuando pronunció esas palabras.
Ty negó con la cabeza.
—No. Tú vas a resistir. Kit, tienes que hacerlo. Saldremos de esta, solo debemos esperar que las runas funcionen y saldremos de aquí.
Kit no pudo responderle, porque volvió a desmayarse. No supo cuánto tiempo pasó pero cuando volvió a despertar, Ty había aminorado la presión en la herida de Kit.
Ty pareció increíblemente aliviado cuando Kit abrió los ojos.
—Has… has dejado de sangrar. Ya no sangras mucho. Eso quiere decir que o las runas están funcionando o…
—O ya no queda mucho ahí adentro. —Su voz le sorprendió. Era más suave y débil de lo que alguna vez había sido. Incluso cuando despertaba en las mañanas, su voz era algo rasposa y lenta, pero nunca había sido así de lastimosa.
Y Kit no fue el único que lo notó, porque Ty también se encogió al escucharlo.
—Kit —dijo Ty—. La única forma en que saldremos de aquí es buscando un lugar donde puedan encontrarnos, tenemos que volver de donde vinimos.
Kit negó con la cabeza.
—No podré hacerlo —dijo sintiendo por primera vez, que sus brazos y piernas estaban entumecidos—. Tú tendrás que ir, Ty. Es… peligroso quedarse…
—No me iré sin ti —respondió Ty impidiéndole terminar. Kit entrecerró los ojos, su visión se estaba nublando, como si se estuviera quedando ciego y no podía enfocar a Ty—. Olvídalo, no va a suceder.
Kit tomó la poca fuerza que tenía para volver a hablar.
—Ty, me voy a morir. Es inútil…
—¡No! Cállate, no hables. No te atrevas a terminar esa frase —le dijo alzando la voz y con una mirada casi salvaje en sus ojos.
Kit debió encogerse y apartó la mirada de Ty. La situación era tan simple y se podía resolver en un abrir y cerrar de ojos si Ty solo fuera capaz de dejarlo y regresara a su mundo donde estaría a salvo.
—Kit. ¡Kit! —Ty había estado llamando su nombre varias veces. Kit deseó ignorar su voz y el sonido de ella, pero su único confort estaba en sus palabras mientras todo en su mundo lo hacía sufrir y muy dentro de sí, desear la muerte.
Kit volvió su mirada a Ty.
—No me iré sin ti, no lo haré. No puedo… no puedo perderte, no a ti. Puedes luchar, resiste. Las runas ayudaron un poco, nos han dado más tiempo. Pero si no buscamos ayuda, morirás. —Sus últimas palabras hicieron que comenzara a llorar, sus dientes estaban apretados y sus manos se apartaron de Kit y comenzaron a tirar de su propia camisa con fuerza—. Y no puedes hacerme eso, no a mí. No es justo, Kit.
Kit casi deseó sonreírle pero seguía respirando con dificultad. Sabía que no lo lograrían, pero quería darle algo de esperanza a Ty y también estaba desesperado por sacarlo de ahí, y si eso significaba que se desangraría con más rapidez en un intento en vano de salvarlo. Entonces que así fuera, porque eso sacaría a Ty de ahí.
Kit comprendía que sería un peso muerto para Ty, y que si lo dejaba tendría más posibilidades de salir de Feéra, pero Ty había sido claro: Él no lo dejaría.
Ya no le quedaban fuerzas para volver a hablar, así que miró a Ty y antes de que la bruma volviera a cruzar por sus ojos, asintió.
Ty suspiró profundamente.
—Te voy a sacar de aquí, Kit —dijo Ty—. Lo juro por el Ángel.
La visión de Kit volvió a desenfocarse. No podía ver bien, pero escuchó en el momento en el que Ty se puso de pie y sintió como si su cuerpo si aligerara un poco cuando sus manos dejaron de presionar su herida.
Escuchó unos pequeños ruidos que le hicieron saber que Ty estaba tomando los objetos necesario para su partida y Kit solo se quedó recostado sobre su propia sangre, una parte de ella ya se había secado y la otra mayor parte, seguía tan viscosa y oscura, que cada vez que Kit giraba su cabeza, la escuchaba burbujear debajo de él.
Su alivio no duró mucho. Ty regresó con sus cuchillos enfundados en su cadera y Argemonia asomándose detrás de sus hombros.
—Kit, voy a levantarte —le dijo el chico con sus amplios ojos grises y temerosos.
Kit no supo si pudo responderle, pero en un momento fue atormentado por otra ráfaga de dolor más insoportable que las anteriores. Nunca había sentido un dolor así y había comenzado a sollozar con fuerza, creyó haberle suplicado a Ty que se detuviera, pero si fue así, Ty ignoró sus súplicas.
Ty no podía cargarlo, era demasiado pesado para él, pero podía sostener la mayor parte de su cuerpo impidiendo que Kit volviera a caer.
Sintió como si sus entrañas quisieran escaparse de su cuerpo y sintió que la sangre volvía a salir. No entendía cómo seguía saliendo más de ese líquido rojizo, no paraba de salir y lo que más le asustó fue saber que en un momento no habría ni una gota restante dentro de él.
Ty dio el primer paso, fue inestable pero lograron moverse. En el tercero había acomodado a Kit en su costado y su cabeza descansaba en su clavícula. Por primera vez, Kit agradeció que Ty fuera más alto que él y en un momento de lucidez, inhaló hondo y se dio cuenta que debajo de ese espectral olor a hierro que caracterizaba a la sangre, también pudo oler flores silvestres y por alguna razón, eso le hizo recordar su hogar en Devon y los increíbles campos donde solía corretear a su hermanita, y cuando se sentía solo, se recostaba mirando al cielo e inhalaba ese peculiar y reconfortante olor a flores silvestres.
Ty tenía el olor de su hogar y eso le hizo formar una diminuta sonrisa que finalmente desapareció en su rostro cuando volvió a desmayarse.
* * *
Ty sintió que el cuerpo de Kit se desequilibraba y lo miró. Estaba más pálido y no estaba consciente. Es más, ni siquiera sabía si seguía con vida.
—No —dijo. Y se detuvo junto al tronco de un árbol de flores púrpuras. Recargó a Kit sobre el tronco y se posicionó frente a él—. Kit, despierta. Kit —dijo tocando su rostro e intentando no lastimarlo con cada movimiento que hacía.
Ty no quería mirar su herida, su forma y tamaño todavía lo asustaban. Cuando dio un vistazo, el tajo era curvado y de una profundidad tan abismal que Ty se estremeció sabiendo que sus órganos podrían salir por ahí si el golpe hubiera sido un centímetro más profundo.
Volvió a tomar el rostro de Kit entre sus manos, estaba muy pálido y sorprendentemente caliente, e intentó sacudirlo con mucho cuidado.
Kit volvió en sí, quejándose y jadeando.
—Siento… como si me estuviera quemando —fue lo primero que dijo y aunque Ty sabía que las palabras le causaban un dolor inimaginable, no pudo evitar sentir como su pecho se alivianaba al escuchar su voz.
—Tengo que distraerte para que dejes de desmayarte. No podremos salir sin tu ayuda, vamos. —Volvió a poner los brazos de Kit sobre su cuello y su cabeza volvió a descansar sobre el espacio que había entre su cuello y su pecho. Los brazos de Ty rodearon su cadera y el otro volvió a poner presión en su herida, mientras Kit siseaba por el movimiento.
Para este punto, las manos de Ty estaban oscurecidas y sucias de sangre seca, y no podía limpiarlas porque cada vez que tocaba a Kit, se le volvían a manchar. Ya ni siquiera podía distinguir su runa de Visión en su mano derecha.
No habían avanzado mucho, cuando Kit rompió el silencio.
—Hueles a casa… ¿qué loco, n-no? —dijo entre dientes y con esa extraña voz que parecía haberse instaurado en su garganta cuando la mayor parte de su sangre abandonó su cuerpo.
Ty no comprendía por qué ese comentario era necesario ahora que sus vidas corrían peligro. Pero luego lo pensó un poco y su mente pareció relajarse un poco.
Lo pensó desde su perspectiva: cada vez que alguien mencionaba las olas del mar o le llegaba el indudable olor a playa, a pesar de no estar en casa, sentía calidez y una sensación de paz que lograban reconfortarlo más que cualquier cosa. Porque eso le recordaba a su hogar, el lugar que, pasara lo que pasara, se mantendría en pie y a salvo. Donde su familia lo recibiría y lo amaría sin importar lo que hiciera o las decisiones que tomara.
Que Kit le dijera que le recordaba a su hogar, hizo que se le formara un nudo en la garganta a Ty. Porque deseó que se encontrara a salvo en ella y no aquí, muriendo y sin las personas que lo querían y se preocupaban por él.
—Sé… que es… algo estúpido, pero…
—No es estúpido —lo interrumpió Ty—. Lo entiendo, en serio.
Ty sintió que los húmedos mechones del cabello de Kit le acariciaban la barbilla cuando el chico intentó levantar su rostro para mirarlo.
—Ty —dijo él—. Lamento… no haberte dicho.
La mandíbula de Ty se contrajo y el nudo que antes estaba en su garganta, descendió hasta su estómago. Cuando Ty no respondió, y continuó arrastrando a ambos con una lamentable lentitud, Kit continuó.
—Te estás… agotando. No llegaremos antes de que… de que anochezca. No así. —Ty lo sintió tragar saliva con dificultad y las manos que rodeaban su cuello, se aflojaron un poco—. Tienes que dejarme.
Ty se detuvo y aunque todo en su cuerpo le gritaba que el esfuerzo que estaba haciendo era demasiado para él, sus manos apretaron a Kit con más fuerza, impidiéndole que lo soltara.
A Ty no le importaba si esa era la última voluntad de Kit sobre la tierra, él no estaba dispuesto a concederla.
* * *
—No —le dijo Ty con una voz rasposa. Kit no tenía idea de si era por el esfuerzo o la desesperación, pero su semblante era inexpresivo.
—Ty, por favor —Kit le estaba rogando. No quería que lo lastimaran a él también.
—No me lo dijiste. Dijiste que me lo habías contado todo y no era cierto. Me mentiste de nuevo.
Ty ni siquiera miraba en su dirección. Uno de sus brazos lo sostenía para que Kit no se cayera y la sangre… Ty presionaba su otra mano en la devastadora herida para mantener presión pero cada movimiento hacía que Kit pensara que tal vez morir sería más divertido si hubiera sido más rápido y en otras circunstancias.
—¿Habría si-sido diferente, si… te lo hubiera dicho?
Ty lo volvió a apretar contra su costado y Kit se encogió de dolor. A Ty pareció dejarle de importar que Kit hablara, en realidad, eso parecía tranquilizarlo más que el silencio del bosque.
—Kit, eres el descendiente de la Primer Heredera. —Kit no estuvo seguro si el comentario era un verdadero interés en el tema o solo era para mantener a Kit hablando.
Fuera cual fuera su razón, Kit le respondió con sinceridad.
—No me… importa —dijo con amargura en sus palabras—. Nunca… ha importado.
Kit ya no sentía sus piernas, sus pies estaban cubiertos de tierra y sangre. Tal vez eso debió preocuparlo un poco, sin embargo, su cabeza daba vueltas y su visión había empeorado tanto que ni siquiera veía más allá de uno o dos metros.
Podía sentir como sus órganos estaban a punto  de salirse y si no fuera por el agarre de Ty, estaba seguro que no le sería posible dar ni siquiera un paso.
Kit ahogó un grito cuando Ty tiró de él para esquivar unos árboles y Ty se quedó helado.
—No te mueras —le dijo mientras le daba una mirada de soslayo. Las pupilas de sus ojos grises eran difíciles de distinguir entre la aterradora niebla que oscurecía su verdadero color.
—Estoy bien —mintió, intentando tranquilizarlo dándole una muy pequeña y ligeramente visible sonrisa—. Sólo… N-no te muevas tanto.
—Pero tengo que hacerlo, tengo que sacarnos a ambos de aquí. —Kit sintió el momento en que las manos de Ty se cerraron en dos puños, mientras el chico intentaba detenerlas para que dejaran de temblar. Estaba comenzando a entrar en pánico, ya estaba anocheciendo y los chicos no habían avanzado lo suficiente. Kit todavía no podía reconocer el lugar en el que estaban. Pero bueno, eso también se debía a que, por alguna razón, se estaba quedando ciego.
Kit quiso soltar una risa, pero estaba seguro que el movimiento lo haría llorar.
—Lo sé, Ty —respondió Kit, inhalando con fuerza—. Lo sé.
Ty había llegado a la cima de una gran colina que ahora tenía que bajar con mucho cuidado. El camino era más rocoso de lo normal y si pisaba una piedra suelta, los dos caerían.
—Kit, yo… —comenzó Ty—, a veces no soy bueno con las palabras. Son confusas y se mezclan en mi cerebro. Los sonidos fuertes todavía llegan a asustarme y Livvy dice que he avanzado, que aunque no puedo deshacerme de ello, puedo aprender a vivir con lo que siento. —Kit tal vez lo imaginó, pero sintió que la cabeza de Ty descendía  un poco y se apoyaba ligeramente en el cabello de Kit—. Lo que quiero decir, es que…
Kit jamás sabría cuáles fueron las palabras que siguieron a esa oración, porque Ty se tambaleó peligrosamente al pisar una roca lisa, y el agotamiento y el peso extra pudieron con ambos.
Ty soltó a Kit. Kit cayó con fuerza y rodó varias veces, intentando protegerse pobremente de la caída. Sintió como si su herida se abriera todavía más y estuvo seguro que en su caída, la sangre había vuelto a fluir de forma increíblemente preocupante.
Su cabeza se golpeó contra una roca casi al final de la colina y ahora también estaba cubierto de tierra.
No necesitaba tocarse su nuca para saber que también había comenzado a sangrar.
¿Cómo es que sigue quedando sangre?, pensó entre todo el dolor que recorría su cuerpo.
No sabía dónde estaba Ty. Se sentía absolutamente agotado y el dolor estaba por todas partes. De alguna forma, ya no lo sentía como algo terrible, el sufrimiento se había vuelto algo tan común en estas últimas horas, que el simple acto de respirar le era difícil. Pero ya se había acostumbrado, y supo que no lograría salir de Feéra con vida.
—¡Kit! Oh, Dios, Kit. —Ty estuvo a su lado un par de segundos después, arrodillado a su lado y con un horrible corte sobre su ceja.  Eso fue lo último que sus ojos pudieron enfocar, antes de que sus ojos se nublaran y solo viera sombras.
Ty estaba diciéndole algo, pero Kit no podía concentrarse en qué era lo que le estaba diciendo, sabía que este era el fin para él y tenía que hacer que Ty saliera de ahí con vida.
—… perdí mi estela, la perdí. Kit, no sé qué tengo que hacer. No sé si pueda volver a levantarte. No sé qué hacer… —Ty comenzó a sollozar con fuerza y el ruido fue algo tan espectral y aterrorizante, que Kit supo que lo perseguiría por siempre en el poco tiempo que le quedaba en esta vida y en la otra. Sus manos tomaron las de Kit y pudo sentirlas temblar con tanta fuerza que le rompió el corazón a Kit.
Kit iba a morir. No le quedaba mucho tiempo, pero no podía irse sin decirle a Ty lo mucho que lo amaba, no se perdonaría jamás si se iba de este mundo sin decirle a Ty la verdad. La única verdad que a él le importaba que Ty supiera y que tanto tiempo había mantenido oculta en su corazón.
Kit Herondale iba a morir, pero su corazón estaba obligado a descansar en paz primero.
* * *
—T-Ty… escúchame, por-por favor. Escucha —Los sollozos de Ty disminuyeron, pero el chico no dejó de tomarle la mano—. Esto, esto… no fue… tu culpa. No lo es… ni lo será.
Ty sintió como si hubiera dejado de respirar y sabía que si se atrevía a ver a Kit, sus sollozos volverían a comenzar y jamás pararían. La culpa estaba ahí y Ty la sentiría por el resto de sus días.
Esto no puede ser real, pensó. Es una pesadilla, tiene que serlo. Kit no puede estar muriendo, no así.
Lo que sucedía y lo que Ty volvería a recordar cuando lo inevitable sucediera, era que las peores pesadillas son las que te sucedían en la vida real.
—Estaba… estaba enamorado de ti, ¿sabes? —dijo Kit. Ty no pudo evitarlo, y lo miró con sus ojos grises completamente rojos e hinchados. Kit le sonrió—. Creí… que era algo obvio. Creo que… me e-equivoqué.
En realidad, el concepto del amor siempre le fue confuso a Ty. Claro, él amaba a su familia y cuando los veía, deseaba que nada malo les sucediera. Dru y Tavvy, sus hermanos menores, lo eran todo para él, y cruzaría mar y tierra por ellos.
Pero con Kit… nunca lo sintió como el amor que sentía por su familia. De hecho, cuando Ty miraba a Kit, lo único que deseaba era protegerlo e ir a donde fuera que Kit estuviera, sin importar que el chico fuera de su misma edad. Si Ty deseaba verlo, se lo decía y Kit iba de inmediato. Y cada vez que un chico o una chica le sonreía a Kit, Ty a veces deseaba que Kit se alejara de ellos lo más pronto posible. Ty nunca se había sentido molesto porque sus hermanos hablaran con alguien más. Pero con Kit todo era diferente, y si eso significaba que él también deseaba que Kit estuviera a su lado por el tiempo que fuera necesario y que nadie lo alejara de él, entonces que así fuera.
Solo que ya era demasiado tarde para darse cuenta o hacer algo por ello.
—Sé… que no sientes lo mismo, pero… pero… —Ty no pudo resistirlo más, su mente era un desastre y Kit estaba muriendo frente a sus ojos. Solo pudo pensar en que Kit necesitaba sentirse a salvo y recordó que Kit le dijo que olía a casa. Así que lo besó.
Y fue un beso suave y que se mezcló con las lágrimas de ambos. Sabía a sal, sangre y sí, también tuvo una extraña combinación de flores silvestres y Ty sintió que el viento de su hogar llegaba a reconfortarlo y sintió como si el olor a sal de mar también se mezclaba en los labios de Kit Herondale.
Los labios de Kit estaban terriblemente pálidos y le devolvieron el beso a Ty con tanta suavidad y lentitud, que el corazón de Ty se sintió a salvo a pesar de todo.
El beso no duró más que un par de segundos, Kit fue el primero en apartarse con un quejido y Ty se sintió culpable por no haber pensado en él.
—Lo siento —dijo Kit antes de que Ty pudiera detenerlo. Y aunque la situación no podría ser más caótica para ambos, vio una sonrisa gigante en los labios de Kit—. No… no tienes idea… de lo m-mucho que he deseado… que eso sucediera.
Ty levantó la cabeza de Kit y la recargó sobre su regazo. Sus manos nunca dejaron las suyas y cerrando los ojos, levantó su mano derecha donde Kit tenía su runa de Visión y la besó.
Kit pareció soltar una pequeña risa pero también terminó en un sollozo.
—Estás a salvo, Kit —dijo Ty, mientras las lágrimas salían de sus ojos, tan pretenciosas y dibujando un camino que descendía hasta su barbilla y caían al cabello de Kit—. Te tengo, todo va a estar bien. Vas a estar bien, lo… —Sollozó y su pecho tembló con él—… Lo prometo.
Kit volvió a sonreír, pero sus lágrimas no dejaron de caer.
—Tienes razón —le dijo en una voz tan baja y rota, que Ty tuvo que acercarse todavía más para poder escucharlo—. Todavía no sabes… cómo mentir.
Ty no pudo contener su llanto y las lágrimas cayeron con más fuerza, empapando su rostro y mojando el cabello de Kit.
—Kit, no te vayas —le dijo entre sollozos—. No te vayas a un lugar donde no puedo seguirte.
Kit en realidad no pareció escucharlo, sus ojos azules estaban fijos en el atardecer de Feéra y con un último aliento dijo:
—Mi madre… solía cantarme y solía decir… «la historia del am-amor que siento por ti. No tiene u-un… final». ¿Crees que así sea… nuestra historia?
Ty no tuvo tiempo de responderle. Los ojos de Kit se cubrieron por un cristal opaco y perdieron el último rastro de luz en ellos. Y Ty lo vio todo suceder tan rápido a su alrededor y tan lento al mismo tiempo, cuando la vida abandonó el cuerpo de Kit.
Ty abrió la boca liberando un jadeo que contrajo su cuerpo y cerró los ojos con fuerza. Su cuerpo dolía tanto, su corazón seguía latiendo pero cada golpeteo era como un recordatorio permanente de que seguía respirando y que todo esto era real.
Comenzó a balancearse una y otra vez. La cabeza de Kit seguía sobre su regazo y Ty puso su mano sobre sus ojos y gritó cuando se forzó a cerrarle sus preciosos ojos azules que jamás volvería a ver con vida.
—No, por favor. No. Kit. ¡KIT!
Feéra normalmente era una tierra habitada por muchísimas criaturas, grandes y pequeñas, en cualquier momento, cualquier visitante debía cruzarse con una de ellas, aunque el polizón nunca lo supiera; alguien siempre estaba vigilando.
Y cuando las hadas vieron la tragedia que sucedió ante sus ojos, todas, sin excepción alguna, dejaron que el joven centurión lamentara su pérdida.
Y por primera vez, en la historia de toda Feéra, las hadas permitieron un momento de descuido en sus tierras y ningún alma vio el momento en que Tiberius Blackthorn lloró hasta desmayarse sobre el cadáver de Kit Herondale.
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armylovelyjm · 4 years
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“Agradezco que todavía queden áreas sin visitar en el mundo de la música”
SUGA tiene esta forma de hablar apasionadamente con una mirada inexpresiva en su rostro. Lleno de pasión por su vida y su música.
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¿Como esta tu hombro?
SUGA: Bien. Creo que mejorará aún más una vez que me quite este aparato ortopédico. Aparentemente, se necesitan varios meses para una recuperación completa, pero estoy tratando de mejorar lo más rápido posible.
¿Cómo se siente haber resuelto un problema que lo ha angustiado durante mucho tiempo?
SUGA: Primero que nada, me alegro. El dolor es una cosa, pero cuando mis hombros empeoraron, ni siquiera podía levantar los brazos. Pero cuando escuché que esto podría repetirse cuando me sometieran a la cirugía a una edad temprana, esperé el momento adecuado y decidí hacerlo a principios del próximo año, independientemente de la situación del COVID-19. Había planeado someterme a la cirugía después de las etapas de fin de año, pero lo hice este año (2020) porque mis médicos me aconsejaron que comenzara a prepararme temprano para las promociones y actividades del próximo año.
¿Cómo se siente ver a los otros miembros hacer promociones?
SUGA: No puedo decir que se sienta genial. Pude ver el vacío porque hemos estado juntos como un grupo de siete durante tanto tiempo. ¿No necesariamente porque no estoy allí, sino porque falta algo que debería estar allí?
¿Es eso lo que te hizo unirte a la promoción tanto como fue posible? Grabaste muchas secuencias de video por adelantado e incluso apareciste en el Mnet “2020 MAMA” a través de la realidad virtual.
SUGA: SUGA falso (risas). Hay un estudio 3D donde lo filmamos. Disparé, escaneé y actué allí, pero no pude ver el resultado real en el estudio. Pensé que una sensación de desplazamiento era inevitable, y ese era exactamente el caso. (Risas) Actué normal porque se habría emitido de todos modos incluso si no me hubiera sometido a la cirugía, pero parece mucho porque se emitió después de la cirugía.
Debes sentirte restringido al no poder subir al escenario.
SUGA: El caso es que solo ha pasado un mes desde que me operaron, pero mi ausencia en el escenario es muy evidente. Pero mis médicos me siguen diciendo que no debería impacientarme y, de hecho, muchos atletas se vuelven a operar cuando regresan al campo sin la rehabilitación adecuada. Así que estoy trabajando para intentar que me importe menos. Durante las dos primeras semanas después de la cirugía, me sentí tan frustrado que probé cosas nuevas. Incluso vi películas que no vi.
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¿Qué películas viste?
SUGA: Vi ''Samjin Company English Class'' tal como estaba en IPTV, y ahora tengo ''Tenet'' en mi lista. ''Parasite'' fue la última película que vi en un cine. A medida que las medidas de distanciamiento social se hicieron más estrictas, no he salido a la calle, excepto al hospital. Incluso como en casa. También veo mucha televisión hoy en día. Ver programas de música como "Sing Again", "Folk Us" y "Show Me The Money 9" me hizo pensar en lo que debería hacer en los próximos días.
¿Podría dar más detalles sobre eso?
SUGA: Muchos candidatos en ''Sing Again'' son muy talentosos pero no habían tenido la oportunidad, y en ''Folk Us'', noté que muchos llevaron sus propias guitarras al escenario. Empecé a tocar la guitarra últimamente y tengo esta necesidad de ampliar mi alcance musical. Y desde que creció mi interés por la industria de la música en Estados Unidos, me estoy preparando, estudiando inglés y todo.
¿Qué despertó tu interés?
SUGA: De alguna manera, es el mercado más desarrollado comercialmente. Podría perder la atención de la industria en un instante si no es factible. Entonces, en este sistema, intentarías todo y esa sería una forma eficiente. Quiero hacer música durante mucho tiempo, y con este fin, siempre quiero aprender más sobre la industria musical global porque quiero hacer música que sea amada no solo en Corea, sino también en los EE. UU., Japón y Europa.
Hablando de eso, parece que BE fue influenciado por la música del pasado más que por las tendencias actuales.
SUGA: Me gusta especialmente la música improvisada. Me encantan las canciones que se hicieron en una sola toma en lugar de grabarlas varias veces. En esta era de géneros cruzados, el deseo de hacerlo mejor en la música está creciendo dentro de mí.
A medida que los géneros se mezclan más, la melodía que utilice debe ser más importante. ¿Empezar a tocar la guitarra afecta tu composición de alguna manera?
SUGA: Siempre me gustó usar sonidos de guitarra. Y siempre me han gustado los Eagles. Si toca la guitarra, es mucho más fácil escribir canciones porque puede llevarla a donde quiera que vaya, puntear las cuerdas para crear líneas melódicas. Los teclados son difíciles de transportar. (Risas) Normalmente trabajo en mi computadora portátil, pero pensé que definitivamente necesitaba un instrumento. Acelera mi trabajo y mejora mi comprensión de los acordes.
Me hace pensar que podrías hacer melodías intuitivamente.
SUGA: Es más fácil escribir una canción porque intuitivamente puedes hacer una progresión y probar muchas cosas diferentes. Durante mi trabajo en ''Eight'', IU grabó y me envió una canción desde su teléfono. En ese momento no podía tocar la guitarra, así que tratamos de asegurarnos de que estamos trabajando en la misma página cuando hacemos un seguimiento del progreso de los demás. Eso me hizo sentir la necesidad de aprender a tocar un instrumento.
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Esto es en realidad antes de que empezaras a tocar la guitarra, pero encontré ''Telepathy'' en BE muy interesante. Las distintas progresiones melódicas entre los ganchos de cada miembro me hicieron preguntarme si escribiste la melodía de forma intuitiva para cada parte.
SUGA: Intenté escribir una melodía por primera vez este año (2020), y cuando comencé a conocer la diversión de la música, me abrió muchas puertas nuevas. Así que fue bastante fácil trabajar en ello. Solo toqué un ritmo y escribí desde el principio hasta el final. Hecho. Lo escribí en solo 30 minutos. La canción casi se escribió sola. Las tendencias del pop y el hip-hop en estos días cruzan los límites entre la voz y el rap. Me gusta esta tendencia.
Cuando escucho tu canto, se siente como si estuvieras tocando el ritmo en lugar de cantar las notas. Así que pensé que quizás estés cantando como si estuvieras rapeando.
SUGA: Cuando estás rapeando, solo piensas en el ritmo, así que es como simplemente poner una melodía a un ritmo. Para definir qué viene primero, creo que la melodía se suma al escribir el rap.
En ''Life Goes On'', la letra ''Afortunadamente entre tú y yo, nada ha cambiado'' está en algún punto intermedio. No es rap, pero sería mundano decir que es una mera melodía.
SUGA: Obviamente, hay canciones en las que hay que destacar el rap. Por ejemplo, en ''Dis-easy'' o ''Ugh!'', Tienes que ser bueno para el rap. Pero en las canciones que deberían ser fáciles de escuchar, los raps impresionantes no siempre son el camino a seguir. A veces, desea transiciones suaves sin obstáculos.
En ese sentido, el flujo de rap de ''Blue & Grey'' fue impresionante. En lugar de un efecto dramático que enfatiza cada parte, extendió el rap tanto como el ritmo de desaceleración.
SUGA: Para ser honesto, este ritmo es difícil de rapear. El comienzo de la canción solo tiene una línea de guitarra, lo que lo hizo aún más difícil. Participé cuando escribimos la letra de ''Blue & Grey'' y siempre quise trabajar en una canción como esta. Fue porque el verso 1 habla sobre el tema de la canción.
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Parece que lograste casi todo lo que querías en BE .
SUGA: Creo que me tomó menos de una semana hacer mi parte en el álbum. Después de haber escrito una o dos melodías para ''Life Goes On'', escribí una versión completa con rap, y me gustó que incluso trabajé en un arreglo y letra separados. En lugar de reflexionar sobre las formas en que podrían funcionar, elijo simplemente tocar la música y escribir.
Muchos creadores no están seguros incluso después de haber realizado un buen trabajo. ¿Cómo se obtiene la condena para publicar su obra?
SUGA: Muchos músicos no están seguros de si deberían lanzar su música o no. A mí me sucedió lo mismo, pero la cuestión es que nunca lanzarás nada si te preocupas por todo. Por ejemplo, si lanzamos 10 canciones, tenemos la oportunidad de presentarlas en conciertos o eventos de fans. Y a veces, mientras escuchamos la canción, pensamos: ''¿Por qué esta parte que me había molestado ya no me molesta?'' Algunas cosas pueden sentirse incómodas en algún momento, pero con el tiempo, ya no se sienten incómodas. Incluso yo lo olvido. Por lo tanto, es más eficiente realizar un ajuste fino, mirando el panorama general, en lugar de pensar demasiado en los detalles. Además de eso, durante las promociones, no tengo tiempo para elegir pistas que otros hayan enviado durante 10 horas. Sería un éxito para todos si cada uno de nosotros tocara y escribiera una melodía en su propio tiempo y colaborara con otros en los detalles.
¿Qué motivó tal evolución?
SUGA: Creo que evolucionó de forma natural. He cambiado de personalidad este año (2020), así como en cuanto a mi interpretación y actitud ante la vida hasta el punto que casi pensé que estaba ensayando. ¿Cómo se sentiría si no hubiera un escenario al que ir o si alguien me cuidara? Este pensamiento me hizo darme cuenta del valor de estas cosas.
En "Dis-ease", cantas ''No sé si es el mundo el que está enfermo''. ¿Fue este estilo de vida lo que cambió sus pensamientos sobre su trabajo?
SUGA:Si. Cuando era joven, había abrazado la creencia de que ''debe ser mi culpa'', pero a medida que crecía, me di cuenta de que esto no siempre es cierto. La mayor parte de lo que había pensado que era mi culpa era de hecho, no mi culpa. Por otro lado, hay cosas que hice bien y momentos en los que tuve suerte.
''I NEED U'' salió durante un tiempo en el que todavía pensabas, "debo ser yo". Después de que los miembros subieron al escenario con ''I NEED U'' en el ''Song Festival'' de KBS, escribiste en Weverse: "Es lo mismo que hace cinco años". ¿Cómo te compararías con entonces?
SUGA: Hemos madurado bastante. Y nuestras representaciones teatrales se han vuelto más naturales. Todavía me gusta ''I NEED U''. Solo escuchar el ritmo me pone sentimental y, sobre todo, la canción salió muy bien. Mientras miraba esto y aquello, me topé con videos antiguos. Verlos me hizo pensar que no hemos cambiado mucho.
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¿En qué aspecto no has cambiado mucho?
SUGA: Antes de que las medidas de distanciamiento social se volvieran más estrictas, hablé con el fotógrafo de BE , a quien había conocido hace cuatro años. El fotógrafo se sorprendió de que no hubiéramos cambiado mucho después de todo el éxito, a pesar de que había asumido que seríamos muy diferentes.
Personalmente estoy asombrado. Tuve la oportunidad de conocer a los miembros antes de tu debut, pero por tu forma de hablar con los miembros u otros, parece que no has cambiado.
SUGA: Creo que es porque no le damos mucha importancia al éxito. Por ejemplo, es increíble estar en el primer lugar en las vallas publicitarias, pero también existe esta sensación de "¿Está bien y?"
¿Incluso los Grammy? (Risas)
SUGA: Cuando nos nominaron para los premios Grammy, pensamos: ''¿Es esto real?'' (Risas) Por supuesto que estábamos encantados, pero eso no nos hizo pensar: ''Somos cantantes nominados al Grammy''. Si estás nominado, estás nominado y si obtienes el premio, obtienes el premio. Eso no lo conmueve. Sé que es un gran premio y estaría muy agradecido si lo recibiéramos, pero sabemos que nada es posible sin el tremendo apoyo de nuestros fans. Lo que es más importante es que los fans se sienten más halagados que nosotros cuando recibimos un gran premio. Así que todo el mundo se regocija, pero es como, ''Hagamos lo que tenemos que hacer''. Nos hemos estado entrenando para seguir encontrando nuestros lugares, para que nadie quede sobreexcitado.
En ''Fly To My Room'', hay letras que dicen: ''Esta habitación es demasiado pequeña para contener mi sueño'' y ''A veces esta habitación se convierte en un bote de basura emocional, pero me abraza''. Tenía la sensación de que la habitación había sido un lugar así y que aceptabas que habías cambiado. Entonces la esencia debe haber permanecido igual.
SUGA: No fue fácil aceptar que eventualmente cambiaremos. Pero creo que es bueno que hayamos cambiado. Lo que hicimos en ese entonces era posible solo en ese momento, y podíamos cambiar debido a las cosas que habíamos logrado.
Entonces, ¿con qué cosas nuevas sueñas?
SUGA: Estoy ansioso por seguir haciendo música. Dado que todas las presentaciones fueron canceladas debido a COVID-19, tuve la oportunidad de hablar con tantos músicos en Corea. Hablé con cantantes legendarios y con personas que son mis contemporáneas. Hablar con ellos una vez más me hizo darme cuenta de que amo tanto la música. Como la música es mi profesión, no puedo imaginarme sin hacerlo. Estoy agradecido de que todavía queden áreas sin visitar en el mundo de la música.
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A qué tipo de música crees que te involucrarás en el futuro?
SUGA: Estaba muy motivado cuando vi el concierto de Na Hoon, un último Chuseok. Me preguntaba cuántos músicos serían capaces de tocar y escribir música durante tanto tiempo como él. En ese momento, se le ocurrió que ''quiero ser como él''. Tiene pasión y deseo y, sobre todo, es una superestrella. Hace unos años, llevé a mis padres a un concierto de Na Hoon-a, y cuando vieron la actuación en el último Chuseok, dijeron que era mucho menos impresionante verlo actuar a través de la televisión. (Risas)
Eso debe explicar su interés en un espectro más amplio de música, desde los instrumentos hasta la composición y los géneros musicales. Porque quieres estar haciendo esto durante mucho tiempo.
SUGA: Mi objetivo es seguir haciendo música en cualquier forma. En ese sentido, tengo un gran respeto hacia Cho Yong-pil. Toma el mejor sonido que existe y lo reinterpreta en el suyo. Creo que eso es algo que quiero emular y seguir cambiando y evolucionando para poder seguir haciendo música en las próximas décadas.
La letra ''Afortunadamente entre tú y yo, nada ha cambiado'' debe sonar más significativa para los fans porque estarán escuchando tu música durante mucho tiempo.
SUGA: Un mes y medio en los tiempos actuales debe parecer una vida para los fanáticos cuando estamos muy separados. Siento lo mismo. Pero creo que esa es una prueba de que trabajamos duro durante los últimos siete años y que los fanáticos se han acercado con pasión a nosotros. Me esfuerzo por llegar a ellos lo más rápido que puedo y estoy ansioso por subir al escenario. Estoy pasando por esto porque quiero estar mejor en el escenario en mejores condiciones, así que no estés triste, y por favor aguanta un poco más.
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Fin del artículo 📝
Fuente: Weverse magazine~
Traducción por: Twitter: @/ARMYLovelyJM 💭
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secretosinternos · 4 years
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En esta tercera parte de mi historia es donde comienzo el secundario, me cambian de colegio para empezar primer año. El primer día y año fue todo bien y divertido, era un colegio medio problematico, con chicos que no prestaban atención o molestaban pero dentro de todo eran tranquilos y graciosos. Yo en cambio hacia las tareas y preferia pasar de desapercibida y solo compartir momentos con mis amigas. En ese año tuve mi primer novio, no duró mucho, solo un mes pero fue un lindo mes.
Los problemas comienzan en segundo año de secundaria, donde si bien conocía a la mayoria de mis compañeros, habia a otros que no, los que venian repitindo hacia un par de años. El comienzo de esta segunda etapa fue normal, hasta que los chicos mayores fijaron su vista en mi; y admitamoslo a los 13 a quien no le gustaria que unos chicos mayores se fijaran en una.
Todavía recuerdo como empezó todo, con solo una mano tocando donde no debía sin permiso, esta clase de acosos se intensificaron. A esa edad pensaba “bueno, será lo normal, los chicos siempre hacen esas cosas”. Pero mi error estuvo en no darme cuenta de lo que pasaba y no haberlos frenado en un principio. Ellos habian empezado siendo dulces y despúes se pasaron; para mitad de año ellos ya no me trataban bien y como no me quería dejar tocar por ellos empezaron los maltratos, insultos y hasta golpes. Pero que iba a  hacer? si los maestros miraban como estas cosas pasaban y no hacian nada, ni los rectores ni la directora, para junio yo me sentaba en la fila que estaba del lado derecho del aula, esa fila estaba sola, asi que era la única en 3 filas de bancos.
Pero me había cansado de estar sola y aislada del resto dl curso y los mismos que me habian sacado podían volver a integrarme, asi que como una tonta decidí se sumisa y de esta forma el curso volvió a hablarme. También habian chicas que se burlaban de mi, por que siempre fui my flaca, tímida o con poco caracter. De igual manera nada se compara con lo que hacían ellos. Tenía que dejar que ellos hicieran conmigo lo que ellos quqerian.
Un recuerdo que me hace enojar y ver el nivel de inconciensia e hipocresia fue un día que yo estaba sola mirando para la ventana, estaba lloviendo y desde la otra punta del aula uno de los chicos me preguntó que me pasaba y por que estaba deprimida; yo lo miré como ¿Es en serio o me estas jodiendo? yo solo respondí que no me pasaba nada y me dí la vuelta. Una vez me obligaron a besarme con otro chico si quería recuperar mi celular, despúes de pelear por no se cuanto me dí cuenta de que no me quedaba otra y lo hice.
Para finales del año, decidí sentarme adelante de todo con una amiga, pero estos chicos que se sentaban al final pero de la otra fila me gritaban en medio de l aclase y yo me enojaba, lo peor es que los profesores me culpaban a mi por hacerles caso. Para este punto veía mi vida como una completa basura, todos los chicos me miraban como objeto sexual y ya no lo soportaba. Pero todo explotó cuando me grabaron pateandome y tirandome al piso, mientras todos se reian como si fuera un espectaculo, el profesor? solo dijo “no hagan eso chicos” en tono relajado.
Para este punto creo que es casi de obviar que me cortaba y todas las noches lloraba escuchando música, claro que mi familia no sabía nada. Hasta que llegó la hora de rendir en diciembre las materias que nos habiamos llevado. Mi mamá se había ido de viaje con su novio y yo me quedé en lo de mi abuela.
El día que todo cambió, fue una noche en la que mi abuela se había ido a jugar al casino y mi tía hizo una juntada con sus amigos a comer.
Recuerdo estar en la cama de mi abuela, recostada con la espalda apoyada en las almohadas, escuchando como todos se divertian. Por mi mente no pasaba nada, ni un solo pensamiento, estaba en blanco, como modo avión se podria decir. Lo siguiente que hice fue buscar un vaso de agua y volver a la misma posición, abrir el cajon de mi abuela y sacar una caja de clonazepam, con la mente aún en blanco fui sacando una por una y las fui tomando. Antes de esto le escribrí una carta a mamá, pero no una de suicidio, sino una que explicaba lo que me pasaba en el colegio y que o quería hblar con ella cuando volviera.
Despúes de haber ingerido 30 pastillas mi mente decidió pensar algo y no fue la mejor idea, por que no agarrar el wisky de mi abuelo. No recuerdo cuanto tomé,mis únicos recuerdos de ese día son el haber comido nachos con salsa y estar vomitando y mi tía gritandome que iba a hacer ella. Luego veo que me suben a una camilla, el largo pasillo oscuro de mi abuela y la puerta de este se veían raros, de un momento a otro estoy en una ambulancia con la suegra de mi mamá. Para despúes estar en un hospital y una enfermera queriendome obligar a tomar dos tubos grandes, uno con un líquido amarillo y otro negro. Luego simplemente despierto, normal como si nada hubiera pasado en una cama de hospital, con mi padrastro al lado, me eneteré que estuve 3 días casi en estado de coma.
Por supuesto que despúes de haber hecho esto me mandaron a psiquiatra, psicologo y bla bla bla, me sacaron el celular y no podía ver a nadie.
El punto de esto es que fíjense y avisen si estan sufriendo algún tipo de maltrato, no es fácil contar, y a sea por vergÜenza, pena o sentir que uno fue debil, no callen.
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