Tumgik
#Son mi forma de gritarle al mundo que estoy aquí
wabisabi2005 · 3 years
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Lo que siento y quiero decir pero no lo hago, talvez por miedo o simplemente solo pasa por mi cabeza
Hoy escribo esto, porque quiero decirlo, porque callarme lo hace peor, a veces tengo ganas de matar o que pase algo para poder actuar de forma violenta y que todos me tengan miedo, nunca me he roto nada pero me pregunto qué se siente, quisiera traer mi yeso para que mis amigos me lo firmen y contarles lo idiota que fui en ese momento o lo valiente que pude haber sido, me saco sangre de mi nariz apropósito, porque me gusta su sabor y he querido tomarme fotos con mi sangre escurriendo para subirlas a mi historia de Instagram, me gustaría estar en el fin del mundo o que pase pronto para que tenga un justificante por si no llego a triunfar en un futuro, me imagino sobreviviendo a zombis con una escopeta y habilidades para pelear, protegiendo a mi familia, a veces me imagino que me ataca un perro, yo me defiendo, lo someto con golpes y que todos me observan y se sorprenden, quisiera tener un arma, para poder ocuparla defendiendo a mi familia, me gustaría que vieran que soy capaz de hacerlo, quisiera que algún día una niña tonta me enfrentara en la escuela enfrente de todos porque su novio me hablo, solo para ponerla en vergüenza en frente de todos e irme de ese lugar con una sonrisa de victoria, a veces finjo que me siento bonita para que los demás me vean bonita y funciona en ellos pero no todas las veces en mí, quisiera besar a una niña y tener el poder de ponerla nerviosa, coquetearle, me gustaría tener una novia, quisiera matar a mis vecinos, y fingir que no se nada, que solo soy su vecina tierna, finjo a veces que no tengo miedo pero en realidad me estoy muriendo de miedo, finjo con mi hermana menor que soy una experta con los chicos, pero en realidad no es así, me hablan todos los demás menos el chico que me gusta, finjo que me amo tal y como soy para que los demás vean que sus comentarios negativos son irrelevantes , pero en realidad a veces me cuestiono mucho de si en realidad soy bonita, me gustaría gritarle al mundo que estoy aquí y que todos me vean, a veces quisiera que personas murieran solo porque o le hablaron a mi amigo, o porque es mejor que yo en matemáticas, o simplemente porque creo que es más bonita que yo, a veces me imagino que mi famoso favorito venga a mi ciudad, una multitud de fanáticas van tras de él, de la nada yo voy pasando por la calle y se enamora de mi a primera vista, manda a sus guardaespaldas a buscarme para hablar con él, y me convierto en su novia, quisiera en un futuro ser la tía millonaria y soltera que en navidad llegue con regalos para todos, me gustaría tener una amistad como las de las películas, un novio como los de Wattpad, una relación apasionada y salvaje pero sin comprometer el corazón, organizar y salir a fiestas, quisiera tener poderes sobrenaturales, ser experta en todo, quisiera sentir a la muerte y regresar de ella para poder contar lo que se siete o pasa, quisiera conducir por todo el mundo con mis canciones favoritas de fondo, atropellar algo con mi auto blanco para que la sangre se vea como manchas de una obra de arte, quisiera poder recordar todos mis sueños y recuerdos, para poder verlos cuando quiera, quiero hacer algo que todo el mundo recuerde y no porque los obliguen a recordar como lo hacen con la historia, no sino algo que quieran recordar y nunca olvidar, quisiera viajar al pasado para conocer a mi mama, mi papa, mis tíos, mis abuelos, cuando eran jóvenes, poder platicar con ellos, conocerlos, saber cómo eran antes de tener tantas responsabilidades, tengo fantasías sexuales con una chica que ni siquiera conozco, ni sabe de mi existencia, creo que soy bisexual, mi mama dice que soy muy joven para saber esto, pero tengo 16 años y estoy segura de que no solo me gustan los chicos, me aterra cumplir 17, porque después vienen los 18 y no sé qué voy a hacer de mi vida, finjo estar muy segura de lo que toda mi familia ya sabe a lo que me voy a dedicar, que es arquitectura, porque mi papa lo es y como hermana mayor creen que sería buena en ello, pero en realidad no, si me gusta y mucho pero no sé si soy capaz de hacer lo que hace mi papa, me gustaría quedarme así, con 16 años y mis papas toda la vida a mi lado, pero haciendo todo lo que quiera, teniendo cual cosa me plazca, pero sé que no puede ser así, me gustaría encontrar algo en lo sea muy buena.
Pero... aun y con todo esto, estoy en calma a pesar de no tener todas las respuestas :)
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Querido amor mío, reconozco que mi carácter no es fácil pero a pesar de ello sigues aquí a mi lado amándome como el primer día, valoro cada esfuerzo que haces por mí, admiro la forma en como eres capaz de dejarlo todo porque me amas, tu lealtad vale oro, como te desvelas cada madrugada cuando me enfermo y me cuidas con tanto amor sin importar cuan cansado te encuentres o que tengas que madrugar al día siguiente, la forma en como haces cada cosa para mi con todo tu amor aunque no sea lo más bonito del mundo lo cual hace que mi corazón se vuelva chiquito, cada logro que hemos obtenido juntos porque comenzamos teniendo nada y hoy lo tenemos todo, como celebras mis logros como si fuesen tuyos porque en nuestro amor no existe el egoísmo, cuando me cantas cada vez que tengo miedo para hacerme reír, no te cansas de gritarle al mundo lo que sientes por mí, la maravillosa familia que tenemos juntos, como bailamos ritmos que no me gustan pero que los bailo porque son contigo. Mi amor tu eres mi mayor impulso, cuando me caigo estas ahí listo para levantarme, para recordarme que debo demostrarle al mundo de que estoy hecha, perdóname por todas aquellas veces que no te dije lo importante que eres en mi vida, porque realmente lo eres.
Te amo con toda la fuerza del universo amor de mi vida.
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nethwan · 3 years
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Ladrón de vida
Summary:  A pesar de las dificultades, Lars estaba satisfecho con su día a día, por lo tanto, no tenía idea de que un simple encuentro casual le iba a cambiar la vida para siempre.
Pairings: Netherlands/Taiwan
Warnings: Explicit language
Other links:
https://archiveofourown.org/works/31814512/chapters/80610916
https://www.fanfiction.net/s/13897388/4/Ladr%C3%B3n-de-vida
IV. ¿Qué hay del amor?
Después de aquella noche, Mei se dio a la tarea de observar a Jan más de cerca. Cuando le contó de su condición, lo vio de verdad preocupado y avergonzado, así que supuso que no había visto a nadie más porque no solo andaba muy tranquilo con ella, sino que no había encontrado ningún indicio de culpa, es más ni siquiera miraba su teléfono. De haber estado arrepentido habría regresado a ella con flores o con planes de un viaje. Sin embargo, parecía como si estuviera ocultándole algo más. Si no era una aventura o alguna mala noticia, entonces ¿qué era lo que le pasaba que no podía contarle?  
Claro, Jan tenía sus secretos, por supuesto, pero ahora era como estar con una persona completamente diferente. Se portaba más malhumorado, hablaba poco, le era difícil expresarse y cuando lo hacía se veía incómodo. Y si a esto se le sumaba que de repente era un experto en automóviles, porque echó a andar su auto e incluso la previno de charlatanes. Todo esto la dejó pensando bastante acerca de quién era realmente ese hombre que había regresado a su lado y con quien iba a casarse.  
“Sabes, siento que, de ese último viaje, Jan llegó muy cambiado” dijo Mei, soltando un suspiro.
“Bueno sí, ahora da miedo. Todos los días tiene esa cara larga. Qué odioso es” se quejó Ling.
“Ay no, bueno sí da un poquito de miedo” replicó riéndose bajito. “Es que ahora pasamos más tiempo juntos, se interesa por lo que estoy haciendo y conversamos mucho. Es como si fuera otro. Incluso sus modales son diferentes. Es más tosco y reservado, pero también es muy atento conmigo.”
“¿Crees que de verdad haya cambiado?” preguntó su hermana, incrédula.
“No lo sé. Tal vez mamá tenía razón después de todo” contestó Mei encogiéndose de hombros.
“Quizá, pero sigo sin entender cómo has podido aguantar tanto tiempo con él. Es lo mismo que con mamá. Sabe muy bien que a papá no le quedó más remedio que quedarse con nosotras. Ella fue la única ilusa que lo aceptó hasta el final. Jan y él son igualitos” replicó Ling con desprecio.
“Eso parece” contestó Mei, desviando la vista.
Era verdad que conocer la doble vida de su padre había sido un golpe muy duro para ella, y había arruinado la relación con su padre para siempre. Sin embargo, Mei lo había perdonado hacía mucho tiempo, al igual que su madre quien lo recordaba como si se tratase de una especie de santo. Y ahora, ella parecía estar viviendo lo mismo con Jan.
Jan se había presentado ante ella como un hombre encantador que estaba dispuesto a bajarle la luna y las estrellas si ella se lo pedía, pero sabía la clase de hombre que era. Era el típico mujeriego, rico, apuesto y seguro de sí mismo como se ve en las películas. El tipo de hombre del que había tenido cuidado de encontrarse.
Antes de Jan, Mei estaba saliendo con un muchacho, pero Jan la conquistó con detalles y su apoyo incondicional para cualquier proyecto que se le presentara. Aunque en realidad, había cedido ante esa actitud de sufrimiento por considerarse su segunda opción, y entonces ella decidió darle una oportunidad. Cómo si no tuviera otras, ¿por qué me elegiría a mí?, se preguntaba Mei.
Si bien al principio lo que sentía por él había sido simpatía, luego se sintió deslumbrada por su forma de ser, por esa confianza que tenía en sí mismo, y por la certeza de que ella era muy poca cosa para él y que jamás volvería a encontrarse con otro hombre igual. Jan había sido el primer y único hombre en su vida, y estaba segura de que la quería, pero rara vez lo demostraba con otra cosa que no fueran regalos o palabras vacías.
Lo había perdonado una y otra vez, porque luego de haberle fallado, él la compensaba con cualquier cosa: viajes, joyas, ramos y ramos de flores. Y luego de ver lo que él hacía por recuperarla, a ella no le quedaba más remedio que aceptarlo de vuelta y callar sus reclamos. Tal como su madre había hecho con su padre, le había dado la libertad de no tenerlo atado, había ignorado cada indicio y prueba de sus mentiras, porque al final siempre volvía. Entonces, creyó que algún día, cuando se cansara de ese libertinaje, sería solamente suyo.
A veces, pensaba en intentar pagarle con la misma moneda, pero se sentía asqueada solo imaginarlo. No quería rebajarse a su nivel ni actuar por despecho. Una vez, durante una estancia en Italia, conoció a un joven encantador, llamado Feliciano Vargas. Le había atraído por ser muy tierno y apuesto. Sin embargo, entre ellos surgió una bonita amistad que no quiso arruinar con su despecho y que aún mantenía a distancia.
“Bella, cuando te aburras de ese fanfarrón, escápate conmigo” bromeaba porque hasta a él le desagradaba Jan.
Mei estaba a punto de tomarle la palabra, pero entonces Jan por fin le propuso matrimonio y ese fue el fin de sus tentativas de abandonarlo. Además, se convenció de que estaba enamorada de él y que si la había escogido como esposa era porque la amaba. Y con esto en mente, aceptó el compromiso, aunque en lo profundo de su corazón sabía que jamás llegaría a ser feliz con él. Eso le confirmó que en realidad no sentía ese gran amor que creía sentir. Su relación estaba basada en la rutina y la comodidad económica que nada tenían que ver con el amor, y mucho menos con el sexo, pues hacía tiempo que habían dejado de dormir juntos.
“No es cuestión de amor. Estás a punto de cumplir 27 años, eres aún joven, pero ¿crees que podrás vivir de tu arte? ¿Crees que podrás encontrar a otro hombre antes de que tu reloj biológico empiece a apresurarte? Cásate con él, al menos asegura tu futuro al lado de un hombre rico” sentenció su madre, dándole el último empujón para aceptar ser la esposa de Jan.
Para su madre, Jan era más bien como una especie de trofeo y el reflejo de lo que ella misma había hecho años atrás. Al pensar en todo eso, Mei deseó que su hermana corriera con mejor suerte.
Ahora, aquí estaba Jan, a su lado de nuevo, pero esta vez todo era muy diferente y esa llama que creyó ver extinguida, de repente estaba resurgiendo como una pequeña chispa en la oscuridad.
“Pues más vale que así siga” dijo Ling, sacándola de sus pensamientos. “Me alegro mucho de que Henri no sea como él”.
“¿Por qué? ¿No me digas que te gusta?” preguntó Mei, sorprendida.
Ling se ruborizó, pero no lo negó.
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Luego de muchos cambios, Mei por fin terminó de pintar el retrato de Jan. Al verlo, sonrió satisfecha, era el cuadro que le daría de regalo de cumpleaños y que colgarían en el que sería su nuevo hogar cuando se casaran. Luego, admiró su trabajo con más atención, fijándose en los nuevos detalles que le daban carácter e identidad al cuadro. Se dio cuenta de que ahora ese rostro que tanto amaba había cambiado. Tenía un semblante endurecido por una mirada fría y el ceño fruncido, su expresión irradiaba soledad y una completa ausencia de cariño.
No era el mismo Jan encantador que había empezado a capturar meses antes sino un Jan distinto, que ocultaba sus verdaderos sentimientos y andaba como guardándose todo para sí mismo. Entonces, Mei se echó a llorar, porque la imagen del hombre que amaba se había transformado en otra persona.
A pesar de que tenía el mismo pelo rubio y esos hermosos ojos verdes. No era él. No era Jan.
En ese momento, no se dio cuenta que Lars había entrado a la habitación y la encontró llorando. Él no dijo nada, simplemente la abrazó y la dejó llorar a gusto, sin entender que la estaba ayudando a dejar escapar los sentimientos que había tenido atorados en el pecho por mucho tiempo.
En ese momento, al sentirlo consolándola, Mei supo que ahora lo amaba de verdad.
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Con el corazón rebosante por el amor recién descubierto, Mei sentía que había tomado la decisión correcta al aceptar casarse con él. Aunque la boda no tenía fecha definitiva, habían decidido que fuera en invierno y Mei quería que llegara el momento para poder convertirse en su esposa. Por su parte, Lars quería disfrutar de cada segundo a su lado. En cualquier momento llegaría Jan y entonces todo terminaría o tal vez no, tal vez podía hacer algo para salvarla y que no saliera herida. Incluso, se le había ocurrido contarle la verdad y huir lejos a hacer una nueva vida, aunque luego se arrepentía porque le sonaba absurdo. Era egoísta creer que podría robársela y escapar, así como así.
Estaba pensándolo hasta que la lluvia empezó a caer y corrieron tratando de guarecerse en una parada de autobús. Ambos se miraron y sonrieron. Entonces, él sintió como si sus emociones se le acumularan en el pecho y quisiera gritarle a todo el mundo que era feliz. En ese momento, olvidó que no era Jan y quería expresarle a Mei sus sentimientos.
“Mei…”
“¿Sí?” le preguntó con una dulce sonrisa.
“Me gustas… me gustas mucho,” le confesó con la cara roja y sintiendo un ligero temblor en las manos y las rodillas. “Estoy feliz de haberte conocido” continuó él con seriedad.
Ella lo miró extrañada, pero igualmente contenta, pues Jan nunca le había dicho algo así. Lo único que le decía era que era su chica, que era suya y de nadie más, pero ella quería palabras cariñosas y sinceras.
“Tú también me gustas y estoy feliz de tenerte en mi vida. Ya falta muy poco para nuestra boda” le dijo, parándose de puntitas para darle un beso en la mejilla.
Él agradeció que ella no lo hubiera llamado Jan, porque de ser así, aquello le hubiera sabido amargo. Sin embargo, se conformó con habérselo dicho y que ella de manera indirecta le hubiera correspondido.
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A pesar de haberse librado de sus responsabilidades, de vez en cuando Jan pensaba en el trabajo, en su familia y en Mei. Se preguntaba qué tal le estaría yendo a Lars. Aunque lo sabía incompetente para dirigir la empresa, sabía que estaba en buenas manos porque Henri se ocuparía de todo. Sin embargo, lo que estaba molestándolo eran las últimas noticias de su informante. Como lo suponía, todo iba sin tropiezos, pero cuando se enteró de que Lars y Mei solían almorzar juntos casi todos los días, de pronto se puso a la defensiva. Era momento de observarlos más de cerca.
“No entiendo para qué quieres que la vigile cuando tú la has engañado más de una vez” le reclamó Arthur Kirkland, un viejo amigo quien de pronto se había convertido en su informante. “Déjala que pase el rato con él ¿o te da miedo que él sea mejor amante que tú?” le preguntó burlón.
“No seas imbécil. Lo hago porque no confío en ese tipo. Además, sabes cómo es Mei, puede que se esté aprovechando de ella.”
Arthur pensó que era un hipócrita. En el tiempo que llevaba conociéndolo sabía que jamás había tenido una relación estable, aparte de Mei, y que la había engañado en varias ocasiones, pero eso sí, quería que ella le fuera completamente fiel. Él estaba incómodo con ese comportamiento porque la conocía y ella era agradable, pero como le debía una gran cantidad de dinero a Jan no podía negarse a servirle de informante.
“Bueno, ya sabes lo que tienes que hacer, gánate su confianza y haz que te diga todo. Le dije que podía confiar en ti. Aunque te advierto que es una persona bastante difícil cuando se trata de hablar con otros” le advirtió Jan.
Arthur no tuvo que pensar mucho para adivinar a qué se refería. Ese tal Lars le parecía tan huraño y malhumorado, andaba con cara de pocos amigos y ahora en vez de causar la simpatía que inspiraba Jan a los demás trabajadores, éstos empezaban a tenerle miedo. Escuchaba los diferentes rumores del repentino cambio de personalidad y sabía que a pesar de que podía imitarlo, era muy difícil hacerlo salir de su zona de confort para que actuara como un tipo carismático.
Un día, Arthur apareció en la oficina y saludó a Lars. Usualmente, Lars y él intercambiaban un par de frases acerca del trabajo o del día, nada fuera de lo común, de hecho, hasta por eso dudaba de que él se tratara del mejor amigo de Jan tal y como él lo había convencido. Por eso, cuando lo invitaba a tomar algo después del trabajo, le seguía la corriente y aceptaba, aun si a veces no sabía qué tipo de conversaciones debería tener ya que no quería sonar sospechoso. Ese día, claro, no fue la excepción.
“¿Y cómo va todo?” le preguntó Arthur.
“Bien, supongo” contestó Lars y volvió a darle otro sorbo a su bebida.
Arthur suspiró frustrado. A diferencia de Jan, a Lars había que sacarle las palabras con tirabuzón. Le parecía incluso más desesperante de lo que había imaginado, al menos Jan le ofrecía algún tema de conversación nuevo, mientras que éste troglodita se quedaba quieto como una piedra sin decir nada. Entonces, intentó provocarlo para que le diera información de primera mano.
“Me alegro ¿Te has estado portando bien con Mei?”
En ese momento, Lars lo miró con desprecio y Arthur supo que había dado en el blanco.
“Pregunto, porque bueno, tú sabes cómo eres, y dentro de poco tendrás que decirles adiós a tus amiguitas” dijo, pensando que en realidad era despreciable.
“Mei y yo estamos bien” contestó con menos agresividad y desvió la vista. Esta vez su mal humor se había esfumado, como siempre que hablaba de ella, luego sonrió casi imperceptiblemente sin despegar la vista de su vaso y continuó hablando: “Ella es… fantástica”. Y suspiró.
Entonces, Arthur hizo una mueca. Conocía esos gestos, sonaban a la frustración que acarreaba un amor no correspondido. Así que tal vez Jan no estaba tan perdido al sospechar de un posible romance, pero creía que Lars sería incapaz de manipular a Mei. En este caso, parecía que sus sentimientos por ella eran sinceros. Aunque esto le provocó una sonrisa, al pensar que Jan por fin iba a recibir su merecido luego de tantas mentiras, especialmente si al final ella terminaba por corresponderle.
Lars se dio cuenta de lo que acababa de decir y se sonrojó. Al menos ya se había confesado y ella conocía sus sentimientos, pero no como Lars sino como Jan. De todas formas, sabía que era mejor así. Además, él jamás podría darle una vida como la que Jan podía ofrecerle.
Al notar que su ánimo había decaído considerablemente, Arthur sintió pena por él, así que mejor cambió de tema a noticias más agradables. Lars habló poco, solo se limitaba a asentir o contestar con monosílabos, como siempre. Un rato después, se despidieron y ambos maldijeron a Jan en sus mentes.
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dulceruhbu · 4 years
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Volví a tomar la pluma y escribir, era mi cuerpo levitando de manera que fluía sobre sí, enigmático y catatónico el momento. Es la guitarra que me devuelve la pasión y ese ser invisible apasionado y enérgico. Son los recuerdos que me reviven y me empujan, me insitan ¿cómo se hace para regresar, cuando uno se ha marchado por cuenta propia? Tengo tantas ganas de volver a tí, a mi otra forma de libertad, admito que me siento cómoda en esta, pero hoy quiero verte sonreír y que tus labios me desborden en locura, que tus palabras me llenen de pensamientos reflectivos. Quiero que tus manos me ayuden a bajarme de la cama soñolienta por la mañana bajar los escalones tomada de tu mano y tu apresurandome para llegar al colegio, quiero me abraces fuerte en cada despedida, quiero tardes sentada en el XBox jugando hasta que digas basta de cantar knock knocking heaven door, que me ayudes a ponerme el pijama cuando me enfermaba. Que cuides de mí. Necesito gritarle al mundo que aún te sigo amando que aquí dentro solo sigo congelando recuerdos y que pongo de ves en cuando alguno a descongelar a fin de que corra dentro como si aún estuviese fresco. Quiero las peleas en las que sujetaba tu mano mientras tú mirabas al cielo procurando no disculparme. Quiero que me digas se acabó y que grites mi nombre cuando me voy alejando de ti con el único fin de correr a mi y decir que espere. Quiero que me lleves a casa al salir de clases que te asegures que no saldré de tarde, que me sigas cuando sientas que estoy en peligro. Quiero regresar a ti.
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finalesfelicesmx · 4 years
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Este es nuestro show
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Se recomienda escuchar antes, durante o después de la lectura: Moving Parts de Trixie Mattel.
Es importante encontrar a alguien que te entienda. No sé si llega o se encuentra, pero poder ver a alguien a los ojos y saber que está contigo en esta payasada llamada vida no tiene comparación; aunque sea a lo lejos. Ellas son lo que me ancla a la realidad, y me recuerdan que pasarla mal puede ser una decisión. 
¿Qué hora es? ¡Cinco de la mañana! Todavía tengo que desmaquillarme. La verdad estoy un poco peda, pero qué importa. Esta noche era para eso. No me pesan los kilos de base que traigo en la cara porque ese fue mi regalo para ellas. Es mi forma de agradecerles las descargas de dopamina y serotonina que me han provocado noche tras noche. Es mi forma de decirles que vamos de la mano en este camino llamado “ser mujer”. 
Es que ser mujer en este país, en este mundo, es deporte de alto de riesgo. Nadie nos dio la elección de nacer en el cuerpo que nacimos, ni tampoco nos avisaron de lo que tener una vagina conlleva. Es más, ¿quién chingados dijo que tenía que ser así? ¿Desde cuándo somos sinónimo de inferioridad? Las reglas no están escritas en ningún lugar, pero pareciera que las llevamos tatuadas en nuestra piel, y el tratamiento para removerlas está bien pinche caro. 
El dolor de los tacones, la resequedad en la piel por el maquillaje, el dolor de chichis cuando te baja; son algunas de los “rasgos” que nos caracterizan. Pareciera que la naturaleza nos jugó una mala broma cuando decidió que cada mes un ser invisible nos iba a estar pateando en el vientre y que los seres que sí vemos, los hombres, no iban a tener ni una pizca de empatía con nuestra situación. Es como si estuviéramos aquí para su entretenimiento. Digo “pareciera" porque verlo de esa forma también puede ser una decisión. 
No vine a este mundo a ser sujeto de un deseo ajeno. Me han dicho toda la vida que mi cuerpo, mis pensamientos y mi vida en general le pertenecen al otro. No a la otra o al otre. Lo digo en masculino, como es. Creo que si bailo es para ellos, si me toco es pensando en ellos y hasta que si camino es para ir con ellos. Me lo han repetido tanto que por momentos me la creo, pero ahí están ellas, recordándome que esa idea ya no es y ya no puede ser. 
Tenía una noción de esto, pero ellas me ayudaron a verlo desde una perspectiva totalmente distinta. Cuando veo a Margaret Y Ya, a Eva Blunt o a Kyra Del Mar en el escenario me doy cuenta de lo poderosas e imponentes que somos. Me reconozco en ellas, y veo como se apropian de todos esos rasgos que nos han hecho creer que nos hacen “más débiles”. Pude verme a través de su arte, y reforcé la idea de que la madre naturaleza me dio todo esto para romper esquemas y gritarle al mundo que aquí estoy. 
Como dice Katya, existe una variedad infinita de ideas alrededor del “ser mujer”, ¿por qué habitar sólo una? La generosidad de Cordelia Durango, la sofisticación de Violet Chachki, la desfachatez de Gvajardo, la franqueza de Priyanka, la seguridad de Sofía Jiménez, la determinación de Miz Cracker, la resiliencia de Bob The Drag Queen, la excentricidad de Jimbo, la originalidad de Sasha Velour y hasta el delirio de Valentina son características que veo en mí. Lo siento porque eso es lo que ellas ven en mí, en nosotras. Me tranquiliza que puedo habitar cualquiera de ellas, y que eso sólo me hace mucho más fuerte y especial. 
Sí, me puse los tacones más altos que encontré, tapicé mi cara con maquillaje y bailé hasta que mis piernas no dieron más. Esta noche fue para ellas, pero lo hice por mí. Para agradecerles y agradecerme el ser yo con todo el peso que eso implica. Hoy no me incomodaron esas miradas que no pedí, las hice mías y reclamé mi lugar en esa pista de baile. Y qué creen, no hay desmaquillante que nos quite esa dicha. ¿Querían un espectáculo? Está bien. Como dirían dos reinas en toda la extensión de la palabra: vamos a hacer lo que queramos porque es nuestro show, y no el suyo.
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Ve la lectura dramatizada aquí.
Ilustración: @omarpls 
Texto: @edgagar 
Interpretación: @marianalaands 
Cuéntanos tus #FinalesFelicesMx
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valdemirt · 5 years
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Bungou Stray Dogs: El origen de la Agencia de Detectives
SECCIÓN II: EL ORIGEN DE LA AGENCIA DE DETECTIVES. LA HISTORIA NO CONTADA.
Quinta parte
[Anterior]
Número de veces en las que Fukuzawa tuvo que apaciguar a Ranpo porque sólo quería comer dulces: Tres.
Número de veces en las que cedió y le compró unos cuantos: Dos.
Número de veces en las que le preguntó por qué vuelan los aviones: Tres.
Número de veces en las que tuvo que persuadir a Ranpo de seguir caminando pese a que no dejaba de decir que sus pies estaban cansados ​​y que quería descansar: Cuatro.
Número de veces en las que terminó llevándolo sobre su espalda: Cuatro.
Después de un largo rato, Fukuzawa y Ranpo llegaron a su destino.
Ranpo no dejó de hablar durante todo el trayecto. En ocasiones pedía la opinión de Fukuzawa y luego soltaba varias quejas. Decía cosas como: «No me gusta caminar, hacer ejercicio no es lo mío; además, viajar es una pérdida de tiempo, ¿para qué se inventaron los dispositivos de comunicación? ¿Todavía no llegamos? Quiero comer dulces. Aunque ya tenemos un nuevo presidente, la ciudad no ha mejorado ni un poco, pero el campo es aún peor. Quiero subir a un barco turístico. Quiero alimentar a las palomas. Si todavía no llegamos, quiero comer dulces. ¿Por qué no hemos llegado todavía? Quiero comer dulces. ¿Acaso estamos tomando el camino más largo…?»
Fukuzawa no se inmutó ni una sola vez.
Para él, quien había dominado la esencia de las antiguas artes marciales japonesas y había sido disciplinado tanto en espíritu como en la técnica, su concentración mental no se veía afectada por los berrinches de un niño. Todo era futo de varios años de entrenamiento.
Fukuzawa continuó caminando sin prestar mucha atención a Ranpo. Aunque, muy en el fondo de sus pensamientos, tenía vívidas ilusiones de las distintas formas en las que podía deshacerse del mocoso. Podía amarrarlo con fuerza, amordazarlo, dejarlo en una esquina, y continuar solo rumbo a su destino. También podía ir hacia un pozo, empujarlo dentro y sellarlo en cuanto escuchara el cuerpo del chico caer dentro del agua.
Aparte de esas, especuló otras cincuenta maneras de deshacerse de Ranpo y volver solo.
Lástima que cada una de ellas sólo sucedían dentro de su cabeza.
Cuanto más absorto estaba haciendo planes, más inexpresivo era su rostro. Gracias a eso, fue capaz de lidiar con Ranpo sin enfurecerse o gritarle.
Al final, Ranpo quedó asombrado de Fukuzawa.
—Viejo —dijo, luego de un largo rato de estar viendo su rostro—, eres muy paciente.
Escuchar esa palabra (viejo) fastidiaba tanto a Fukuzawa, que, si no fuera por su concentración mental, Ranpo, de verdad, habría terminado en el fondo de un profundo pozo.
Una vez más, todo era el fruto de su diario entrenamiento como artista marcial.
Dos horas de caminata más tarde, justo cuando Fukuzawa elaboraba su «Plan, número cincuenta, para deshacerse de Ranpo», fue que llegaron a su destino.
—¿Un teatro?
—Correcto.
Bajo el profundo cielo azul que pintaba la tarde, ambos se pararon frente a una sala de teatro de fachada simple. Había un poster promocional justo en la entrada. Faltaba mucho tiempo para que comenzara la función, pero ya se podía ver a un buen número de personas ingresando al lugar. Una placa de piedra con un grabada que decía «World Theatre» estaba incrustada en la pared del edificio.
Ranpo frunció con exageración el ceño.
—Parece aburrido.
—La propietaria de este lugar siempre se lamenta de que no tiene suficiente audiencia. Después de que se resuelva su problema, es probable que ella acceda a la difícil tarea que representa el tenerte como empleado.
—¿Y cuál es el problema?
—Recibió un aviso anticipado de asesinato —respondió Fukuzawa, antes de caminar hacia la entrada. Ranpo lo siguió en un pequeño trote.
Cruzaron la puerta que servía como entrada trasera y bajaron las escaleras hasta legar al sótano donde se encontraba la dueña esperando por Fukuzawa.
—Entonces —dijo la dueña en tono fresco—, ¿cuál es la razón para llegar tarde?
Ella tenía, más o menos, la misma edad que Fukuzawa. La dama vestía un traje de gala. Sacó un poco el pecho y cruzó los brazos delante de la cintura, entonces, le dirigió a Fukuzawa una mirada desafiante. Tenía el hábito de acomodar sus gafas, triangulares de montura negra, con una mano de vez en cuando.
—Mis disculpas, Madame Egawa. —Fukuzawa inclinó la cabeza con franqueza hacia la dama que tenía delante. Aunque la razón por la que había llegado más tarde de la hora acordada, se debía a que Ranpo no dejaba de quejarse de todas y cada una de las cosas que encontraban en el camino.
—Bueno, no importa. —La dueña se dio la vuelta y comenzó a caminar por el pasillo, sus zapatos hacían un fuerte sonido cuando el tacón tocaba el suelo—. Todavía falta mucho para que comience el espectáculo, así que, si lo desea, puede verificar el lugar.
Mientras seguía a la Señora Egawa, Fukuzawa preguntó:
—¿Tiene alguna idea de quién pudiera ser el responsable de la amenaza?
La Señora Egawa dejó de caminar, acto seguido, dio media vuelta y habló.
—Ese no es su trabajo. Ya hemos informado a la policía. Su trabajo como guardaespaldas es atrapar al asesino si decide actuar. El cuerpo de policía vigilará y recopilará la información necesaria. ¡Santo cielo! Esto me irrita demasiado: mandan una amenaza de asesinato y ¿cuántos policías cree que llegaron? Cuatro. ¡Sólo cuatro! ¡Ah, qué indignación! Probablemente están menospreciando al criminal y piensan que dicho asesinato no sucederá. Si alguien muere hoy, voy a culpar en su totalidad a la policía de la ciudad.
Fukuzawa estaba desconcertado, aunque su rostro no lo demostraba en absoluto. Según el cliente que había solicitado a Fukuzawa en el teatro, la dueña tenía un estilo de trabajo directo y confiable, pero su personalidad parecía ser un poco diferente de lo que había imaginado.
Bueno, aun así, eso no importaba. No tenía intención de entrometerse en el trabajo de otras personas. Como había dicho la dueña, Fukuzawa sólo debía hacer su trabajo.
—¿Podría hacerme saber el contenido de la carta de amenaza? Dependiendo del objetivo del oponente, el nivel de seguridad podría cambiar.
—Aquí tiene.
La Señora Egawa sacó una sola hoja de papel. Había unas pocas líneas de palabras impresas con una letra bastante normal.
—Esto fue recibido en la oficina hace unos días.
En el papel estaba inscrito lo siguiente:
«El Ángel llevará la muerte y el verdadero significado de una Ejecución —V.»
—Venía acompañado con un panfleto con la fecha, la hora y el nombre de la presentación de hoy —continuó la dueña—. Decir cosas como los ángeles y V, en serio, esta amenaza debe ser una broma. En cualquier caso, quizá se trata de otro intento de sabotaje teatral.
—¿Está segura de eso?
La Señora Egawa saltó cuando escuchó una repentina voz proveniente de alguna persona que no entraba en su campo de visión.
—Creo que esto es una prueba sólida. «El verdadero significado de una Ejecución», se refiere al actor, o sea que quien será asesinado es un actor. Hmm. Espero ser capaz de ver cómo ocurre, abuela.
—Abuela... —El ��rea entre las cejas de la Señora Egawa se contrajo—. Fukuzawa-san, ¿quién es este niño? Traer a una persona no relacionada a lo que está ocurriendo sólo traerá problemas.
—Mis disculpas. Él... está buscando empleo. Recordé haber escuchado de un miembro del personal de este lugar, hace algún tiempo, que les faltaban manos en la oficina. Me preguntaba si podría pedir una entrevista para él una vez que este caso haya finalizado.
—Oh, es cierto que no tenemos suficiente personal. —La Señora Egawa examinó a Ranpo con una expresión dudosa—. Entiendo. Luego, siguiendo el reglamento, deje su currículum en el mostrador de la oficina. Lo examinaré junto con los otros candidatos.
—¿Quééé? ¿Hay otros solicitando el trabajo? —Ranpo hizo una expresión hosca—. No me gusta eso. Si hay más gente aplicando para el puesto, ¡no hay forma de que me contraten! Decida ahora.
—¿Haah?
Fukuzawa suspiró profundamente, aunque de manera tan lenta que nadie pudo escucharlo. De alguna forma, tenía el presentimiento de que algo así iba a suceder.
—¿Crees que los adultos emplearán a un niño tan caprichoso porque sí? Los modales son lo primero en el mundo adulto. Por favor, entiende eso primero.
—He escuchado a otras personas decir eso. Muuuchas veces. —Ranpo mostró una expresión de hartazgo sin precedentes—. No puedo entender el mundo adulto. Está bien decir lo que realmente piensas desde el principio, entonces, ¿por qué esconderlo bajo una capa de «modales»? Por ejemplo, abuela, en realidad no quieres ser la dueña del teatro. Para intimidar a tus subordinados gastas mucho dinero en zapatos y ropa, pero no cuidas tus uñas y no usas anillos. Hay marcas de desvanecimiento en la base de tus dedos. Tus manos quieren volver a su anterior trabajo. Además, no confías en la policía, ni en el guardaespaldas ni en el personal del teatro. De lo contrario, hubieras presentado al viejo con la policía, pero no lo hiciste, y eso es porque quieres que el viejo tenga un ojo puesto sobre la policía también, ¿verdad? Y, del mismo modo, quieres que la policía vigile de cerca al viejo. Aunque creo que está bien hacer porque alguien podría morir, pero, ¿por qué no decirlo desde el principio?
—Pero q... —La Señora Egawa escondió sus dedos por impulso—. ¿Qué clase de atrevimiento es este? Esto es una grosería...
—¿Debería decir más? El nuevo collar que usas no fue un regalo, sino algo que compraste para ti. Y los agujeros de tus oídos están casi cerrados. Es decir, en estos pocos años, tus relaciones con los hombres han sido...
—Suficiente. —Fukuzawa lo detuvo—. No estoy molesto por lo que realmente piensas. —Se dirigió a la dueña—. Solo estás haciendo lo mejor que puedes para prevenir la muerte de alguien, pero me gustaría hablar con el personal involucrado, ¿está bien?
—¡Haga lo que quiera! —La Señora Egawa habló con dureza para aparentar un carácter fuerte—. ¡Y sí me gusta mi trabajo! —Se alejó de aquellos dos haciendo ruido con los tacones, pero sin dejar de murmurar lo molesta que estaba—. Toda esta gente es fastidiosa. Estoy harta de cada uno de ellos...
—El mundo adulto es extraño. ¿Por qué está enojada? —Murmuró Ranpo mientras la miraba irse.
Fukuzawa respiró hondo y lo contuvo un rato. Su expresión era de agotamiento después de haber dejado escapar el aliento. Ahora entendía totalmente por qué Ranpo no podía mantener ningún trabajo por mucho tiempo.
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scvrlctw · 2 years
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Oh what I’d give for a moment or two under the bridges of Paris with you.
La helada noche de París me hace olvidar todo lo que me atormenta cuando busco un momento de paz sin lo alocada que es la ciudad cuando el sol está presente durante el día. De noche puedo ignorar mejor a los turistas que se pierden en los callejones, pero no las luces y la vida nocturna que ha hecho famosa la capital francesa.
No recuerdo cómo llegué aquí. Si fue un impulso, una forma de escapar, un recuerdo o quizá… sí, puede ser. Quizá inconscientemente quiero buscar ese sentimiento, no en una persona, ni en un lugar. No. Sólo sentirlo. Saber que no todo está perdido y el amor aún existe. No quiero ceder a la soledad. Aceptarla sería mi ruina, no saldría de ahí jamás.
¿Cómo? Lo único real que tuve ya no existe. Mi hogar, mi… familia. Nunca pudieron sustituir lo que tuve con mis padres y Pietro, pero sí me dieron la oportunidad de cambiar, de darme cuenta de que no soy un objeto ni un arma de guerra, sino una persona que comete errores y puede aprender de ellos, pero… ¿ahora cómo? Ese es el problema. No aprendí la lección más difícil: no dar por hecho que mis seres queridos serán eternos, menos si todos pertenecen a este mundo donde cualquier batalla, por más pequeña que sea, puede ser la última.
Cada noche tengo pesadillas. A veces me doy cuenta de que es un sueño y despierto antes de verlos morir frente a mí. Eso no elimina la angustia que siento al abrir los ojos, ni apaga mis gritos. Luego recuerdo que nada de lo que tuve regresará y nada me saca de ahí hasta que el sol llega a la ventana circular de mi habitación.
A la par de esto siento que mi poder crece y se transforma a una velocidad diferente, como si mis sentimientos lo potenciara más que antes. Temo no ser capaz de controlarlo más, porque ahora… estoy sola. No estarán Steve ni Nat para guiarme, ni Visión para explicarme lo que no comprendo, tampoco para recordarme que soy más de lo que otros ven en mí.
No mentiré que a veces deseo encontrarme a Steve por ahí y gritarle: ¡𝘠𝘰 𝘵𝘦 𝘯𝘦𝘤𝘦𝘴𝘪𝘵𝘰! Sin importarme lo egoísta que puedo sonar al reclamarle el haber regresado a su tiempo. Sonaría más creíble que mi: 𝘘𝘶𝘦́ 𝘣𝘪𝘦𝘯 𝘵𝘦 𝘷𝘦𝘴. No volví a saber de él y creo que está bien, yo también quiero buscar estabilidad en una vida normal. No sé lo que es, lo he ido olvidando poco a poco. Cada vez me resulta más difícil recordar mi infancia antes de la muerte de mis padres.
Recuerdo algunas cosas. Como cocinar en las noches con mi madre y jugar con Pietro en el pasillo del edificio junto a las escaleras, pero lo que tengo más presente son las tardes soleadas de domingo en el parque con mi padre. Era cuando salía con sus marionetas a contar historias. Recuerdo fragmentos de unas, siendo las de brujas mis favoritas, siempre me sacaban una sonrisa. Tardaba en repetir historia y las marionetas parecían infinitas, ¿o eso es lo que quiero pensar? Tal vez la inocencia e imaginación de la edad me hicieron guardarlo así.
Dejo salir un suspiro. Estos últimos meses han sido una locura, ¿es correcto que los llame así? He tenido que procesar tanta información que cuando pienso en ella me termina doliendo la cabeza. Cinco años. Cinco años perdidos. Sé que no soy la única, pero aun así no puedo evitar sentirme sola. No. 𝘈𝘣𝘢𝘯𝘥𝘰𝘯𝘢𝘥𝘢. No por mis seres queridos, sino por la vida, ¿por cuánto más debo pasar para 𝘮𝘦𝘳𝘦𝘤𝘦𝘳 ser feliz por un periodo largo de tiempo?
Me detengo en un callejón empedrado y oscuro mientras mis manos hormiguean, después todo mi cuerpo. Sólo una vez he llegado al destino que marca un instinto que quién sabe de dónde vino. Me lleva a una casa antigua, sin embargo, no es cualquier casa. No he dejado de darle vueltas, ¿sí necesitaré ayuda especial? ¿Podrá una persona con una idea vaga de mi mundo escucharme y ayudarme?
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notabigdeal-fanfic · 3 years
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capítulo 13 - UN PASO
TW // mención de alcohol y cigarrillos
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Seungmin y Jeongin hicieron una preciosa cover de Me After You de Paul Kim, mientras que Chan y Hyunjin cantaron Photograph de Ed Sheeran, todos los chicos hicieron sus respectivas canciones y salieron con buen sabor de boca.
—¡Abrazo grupaaal! — grita Seungmin, abriendo los brazos, Felix se unió con una enorme sonrisa, empezando a recoger a los demás chicos para hacer una piñata grande. Jisung sonrió uniéndose al abrazo.
—No, shh, fuera bicho. — decía Jeongin a medida que se alejaba del grupo. —¡Nooo! — gritaba escapando de los chicos, quienes corrían detrás del más pequeño, llegando a cerrarlo en una esquina. — No, no, sabéis que no me gusta.
—Ven aquí pequeñín, sabes que nos adoras. — bromea Chan mientras el grupo de chicos se iba cerrando en la esquina.
—No me seas gallina. — dice Changbin.
—No, ¡esto es tortura! ¡explotación infantil! — Jeongin se hace pequeño en la esquina, como si fuera una oveja acorralada de hambrientos lobos.
—¡No exageres! — se queja Minho, rodando los ojos.
—Infantil ya, ¿te recuerdo el tiktok que hicimos? ¡Ese baile fue idea tuya! — le reprime Hyunjin.
El más joven de todos se ríe, agachándose más en su esquina. — Oye, nos hicimos virales, ¿verdad?
—Se acabo el tiempo, ¡a por él! — grita Jisung, Chan fue el primero en tirarse encima del más joven, con cuidado para no aplastarle, Minho fue el siguiente en tirarse, los demás se tiraron encima de forma desordenada. Jeongin gritaba por piedad debajo de la pirámide humana que habían creado.
Pero Jisung vio como Chan y Minho estaban apoyados en sus brazos, levantando entre los dos todo el peso de los demás 5 chicos que estaban encima para no aplastar al más joven. Sonrió mientras miraba como ambos brazos de los chicos temblaban por el esfuerzo, aunque el pelinaranja se hiciera el desinteresado, sabía que se preocupaba por los chicos, y eran detalles pequeños como estos en los que lo demostraba.
—¡Vale! ¡Por favor, piedad! — reía Jeongin, intentando empujar a los chicos. Poco a poco se fueron retirando, dejando a Chan, Minho y Jeongin tirados en el suelo, el más pequeño riendo y los otros dos respirando agotadamente con sus brazos sin fuerzas.
—Joder, no volvamos a hacer algo así. — pide Chan, masajeando sus propios brazos, el pelinaranja asintió en silencio.
—Oye, yo solo digo que esto se merece una celebración. — dice Changbin, levantando sus cejas mirando a su amigo, Jisung rodó los ojos.
—¡Fiesta! — grita Hyunjin, haciendo que el cuerpo de Jeongin reviva para gritar.
—¡Yo ya soy mayor de edad puedo beber! — dice con una sonrisa.
—¿EH? — Chan se levanta del suelo, mirando al más joven, quien le saca la lengua.
—¡A beber hasta de los floreros se ha dicho! — grita Changbin, animando.
—¡Estoy intentando controlar aquí la situación! — le reprime Chan, mirando como Jeongin se levanta y salta con el pelinegro.
—Deja al chaval disfrutar. — le dice Minho.
—Pero es un bebé. — dice Chan.
Minho le pone su mano en el hombro. — Ya no es un bebé, es hora de aceptarlo.
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Los ocho chicos llegaron a la discoteca, moviéndose entre la gente que bailaba en la pista.
—¡Changbinnie! ¡Chicooos! — escuchan un grito por encima de la música, no hacía falta mirar para saber que era Wooyoung, se dirigieron a la zona en la que estaban los demás 7 chicos. Se presentaron entre ellos rápidamente antes de ir a por unas bebidas, Jeongin estaba demasiado animado al ser su primera fiesta.
—¡Algo ligero! ¡Ni se te ocurra pedirle vodka Hyunjin! — Chan gritaba mientras iba detrás del rubio y el peliazul de Jeongin, quienes corrían a la barra.
Jisung reía viendo la escena, sentándose en la mesa. Uno de los camareros se acercó con una botella de tequila, un salero, un vaso lleno de limones y un montón de vasitos.
—¡Por vosotros! Habéis estado geniales chicos. — grita Hongjoong por encima de la música, agradeciendo al camarero por las bebidas y empezando a servir los chupitos.
—¿Tequila? Uff... — dice Felix mientras se frotaba la barriga.
—¡No te preocupes! Tengo un truco para que no sepa a nada. — le dice Jisung, todos los que estaban en la mesa le miran expectantes. — Lo que tienes que hacer es expirar, tomar el chupito y volver a expirar, lo ví en un tiktok.
—¡Es verdad! Te lo había mandado. — dice Changbin con una sonrisa.
—Sí, me envías como 500 cada día. — el rubio rueda los ojos. — Vale, primero la sal. — vio como cada uno de los chicos se repartía un poco de sal en su mano, una vez que terminaron, volvió a explicar. — Tomamos la sal, expiramos, chupito, expiramos y limón. ¡Vamos!
—Oh dios esto va a terminar mal. — San hace una mueca mirando su chupito.
—¡VAMOOOOOS! — Wooyoung anima.
Todos toman su bebida tal y como Jisung explicó, anticipando el sabor con una mueca, una vez que terminaron se quedaron parados, como estatuas.
—¿Y bien? — dice Jisung, dejando su chupito en la mesa y chupando su limón.
—¿Como cojones funciona esto?
Jisung se encoje de hombros, tampoco tiene muy claro de como es capaz de funcionar algo tan simple. — Pero no se os ocurra beber tequila sin sal, actúa de protección para el estómago.
Todos asintieron, mientras se servían otro chupito, la fiesta no había hecho nada más que empezar.
Un par de rondas y bebidas más tarde, con un Chan en pánico mirando como el más joven tomaba su primer chupito de tequila, en la pista sonaba Rockstar de A Great Big World, y Jisung no pudo evitar salir a la pista a bailar y cantar la canción.
—Baby I just born to be a rockstar. — cantaba el rubio mientras saltaba en medio de la gente, moviendo su cuerpo en todas las direcciones, podía notar el alcohol en su sangre haciéndole ver que todo era más divertido y el cansancio en su cuerpo era ignorado. — The world is spinning and I wanna know whyyyy.
Felix y Wooyoung también bailaban, el primero tenía sus brazos en los hombros del pelivioleta, ambos bailando moviendo sus caderas, el rubio miró a la mesa descubriendo a un muy cabreado Changbin.
—¡Oye! ¿Que crees que estás haciendo? — gritaba desde la mesa, queriéndose levantarse pero el cuerpo de Jeongin estaba encima suya, teniendo la mejor noche de su vida, Chan tenía sus manos en su cara, totalmente rendido, mientras Hyunjin animaba al pequeño con otro chupito. Jisung se rió mientras seguía saltando.
El rubio bailó tanto que en este momento se sentía agobiado por el ambiente, fue hacia los dos chicos, avisándoles que iba a salir cinco minutos a respirar fuera. Intentó navegar entre la marea de gente sin caerse. Cuando salió, el viento frío parecía que cortaba su piel, como si de agujas se tratase.
Se apoyó en una pared, respirando mejor el aire fresco.
—¡Oye! ¿Ese no es Jisung? — escuchó una voz, giró su cabeza para mirar a esa dirección, tardó unos segundos en enfocar la imagen.
—¡Jisung! — saluda Mark.
—¡Heeey! ¿Estáis también de fiesta? — Jisung sonríe a los chicos, quienes se acercan al rubio.
—¡Claro! ¿Quieres uno? — le pregunta Lucas, poniendo un cigarrillo delante suya, Jisung miró el pitillo.
—No me hará mucho daño, ¡gracias! — acepta el cigarrillo, encendiéndolo con uno de los mecheros que le dejan, da una calada, notando como el humo baja hacia sus pulmones, exhala el humo después de unos segundos.
—Ehh, y yo pensando que no sabías fumar y ibas a empezar a toser. — bromea Mark.
—Hay muchas cosas sobre mí que no sabéis. — dice Jisung con una sonrisa.
—¿Y que tal con tu novio? — pregunta Haechan.
—¿Novio? ¿Donde?
—Minho.
Jisung se ríe. — No es mi novio, ¿ese chaval? Le detesto. — dice, los chicos se miran entre ellos.
—Pensábamos que estábais saliendo. — comenta Lucas.
—Solo porque nos pusieron en esa estúpida actuación juntos. — Jisung rueda sus ojos, tomando otra calada de su pitillo.
—¿Jisung? — escuchó una voz detrás suya, se giró, encontrándose al rey de roma.
—Ah mira, justo de tí estaba hablando yo. — ríe Jisung.
—¿Que coño haces?
—Fumar y hablar con unos amigos. — dice rodando los ojos, como si fuera lo más normal del mundo.
Minho miró a los chicos antes de coger el pitillo de los dedos de Jisung y tirarlo al suelo, ignorando las quejas del rubio, agarrando su muñeca y volviendo a entrar a la discoteca.
—¿Pero que haces? — Jisung pisa bien el suelo, para pararse y tirar de su muñeca, haciendo que el pelinaranja suelte su agarre, quien se gira mirándole, estaban en la entrada, la música no era tan fuerte. — ¿Por qué has hecho eso?
—¿Y tú desde cuando fumas?
—¿Y eso a tí que te importa?
—No son buena gente para que te mezcles con ellos.
—Ah, para mi es mala compañía pero para ti no, ¿verdad?
—No empieces...
—¡No, Minho! ¿Por qué no te metes en tus asuntos? ¿Quién te crees para decirme nada? ¿Mi novio? Sorpresa, ¡no lo eres! ¡Eres detestable! — suelta Jisung con rabia, su sangre hirviendo.
—¿Crees que no lo sé?
—¡Pues aplícate! Vete a la mierda Minho. Todo por culpa del puto profesor. — escupe antes de seguir su camino hacia la mesa, con rabia se sentó en la mesa, cogiendo su vaso con todavía la mitad de su contenido dentro y bebiendo.
—¡Fondo! ¡Fondo! ¡Fondo! ¡Fondo! ¡Fondo! * — cantaban los demás en la mesa, animándole a tomar todo de golpe, el rubio ya tenía eso planeado a si que se tomó todo su contenido en unos segundos. Dejando el vaso en la mesa con un golpe, y tomando un chupito de tequila a continuación. Los vítores se hicieron más fuertes.
—¡Sunggie! — Jeongin se tiró encima del chico, quien venía de la pista. — ¡Te has perdido lo mejor! Wooyoung estaba ligando con Felix y Changbin se puso como una fiera a gritarle a los dos.
La mesa se llenó de risas. El rubio vio como Minho se sentaba delante suya, mirándole con su ceño fruncido, ignoró al chico y se levantó a pedir otra copa, si iban a seguir esta noche necesitaba algún motivante. Vio a Changbin en la barra y se acercó a su lado.
—¡Binnie! — abrazó al chico.
—Sunggieeeee, ¿donde estabas? — preguntó el pelinegro.
—Tomando un poco el aire, pero el estúpido de Minho tuvo que joderme la noche, necesito más gasolina. — dijo mientras levantaba su vaso vacío.
Changbin río. — Vamos a repostar energías.
Volvieron a la mesa con sus bebidas llenas.
—¡Chicos! ¿Jugamos al yo nunca? — animó Seungmin.  Todos asintieron, con sus bebidas llenas esperando a que empezara. — Empiezo, yo nunca he besado a alguien en las últimas dos semanas.
Jisung, Changbin, Felix, Wooyoung y Minho bebieron un trago de su bebidas, la mesa se llenó de preguntas.
—¡Ya, ya, sigo yo! — dice Jisung. — Yo nunca me he besado con alguien pensando que era otra persona.
—Eso es un golpe bajo. — ríe Wooyoung, bebiendo de su bebida.
—¡Yo nunca he estado borracho! — dice Jeongin con una sonrisa mientras bebe de su vaso, haciendo que todos bebieran.
—Creo que Jeongin no ha entendido bien el juego...
—Sigo yo, yo nunca me he tirado un pedo y he dicho "que mal huele" para disimular. — dice Chan. Hyunjin, Changbin, Seungmin, Hongjoong y Mingi beben, mientras los demás se ríen.
—Yo nunca me he metido en una pelea. — dice Hongjoong, haciendo que esta vez bebieran Minho, Changbin y Jongho.
—Yo nunca he cantado en el Singstar Cuando zarpa el amor de Camela. — dice Jongho, Jisung fue el único que bebió, mirando mal a los demás por no haber cantado esa maravilla de canción, asegurando que es cultura general.
—Yo nunca he llamado mamá a mi profesora. — dice Yunho. Hyunjin, Chan, Seungmin, Yeosang y Wooyoung beben entre risas, recordando  la verguenza que habían pasado en esos momentos.
—Vale, quien haya hecho esto tiene que hacer un fondo, yo nunca he besado a nadie de esta mesa. — dice Seongwha.
Jisung suspiró, cogiendo su vaso y bebiéndoselo completamente, la mesa estaba llena de vítores, cuando dejó su vaso vacío en la mesa se sorprendio viendo los vasos llenos y los vacíos que había. Minho, Wooyoung, Felix, San, Jongho, Seungmin, Hyunjin y Changbin.
¿Qué? Habían pasado varias cosas y Jisung se había perdido.
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*fondo: No estoy segura de si es una expresión realmente usada, pero es algo que siempre escuché y hacía cuando salía de fiesta en mi provincia. Da igual el estado de tu copa, si está llena o está por la mitad, cuando dicen fondo, tienes que beber todo su contenido, hasta el fondo.
AVISO. No es una práctica recomendada, por favor, si no sabéis beber, sois plenamente conscientes de lo que hacéis... Cuando iba de fiesta lo hacía algunas veces (no siempre) totalmente consciente de cuanto es mi límite y controlando incluso la velocidad de mis amigas.
Y lo del truco del tequila... Nunca lo he probado, solo lo vi en tiktok jeje
Si sois menores de edad, por favor no os destrocéis la vida queriendo beber y fumar por influencias de amigxs (no por experiencia propia, si no porque sé de otra gente y las generaciones de hoy en día...), he visto a mucha gente a mi alrededor por una broma tener problemas de alcoholismo y no es agradable
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andreamarspunk · 6 years
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Regalarse el mejor cumpleaños
Un cumpleaños no representa solo un pastel... Cada día del año vivo esperando mi día especial para gritarle al mundo que estoy aquí que pertenezco a esta realidad y que tengo cosas por expresar, aclarar y trabajar  y que mi voz, también, se oiga a mil mares, se respete y se valore.                                           He pasado los perores males que la vida me ha permitido probar, no me arrepiento de haberlos vivido, me arrepiento de no haberlos valorado...Solo esos males me han hecho superar mis temibles demonios que me hacen tener mucho miedo a todo,que me dejan como fracasada y me obligan a abandonar las cosas y no intentar. Veo mucha gente deprimida y me pregunto ¿Por qué dejaron de intentar? mis respuestas no llegan se disuelven en mis pensamientos, observo y finjo que no veo creo que es mejor no preguntar; la sociedad necesita de mí me planteo y otra vez me cuestionó sobre mi realidad, duele mucho echarle cabeza a esto, pero no hacerlo es fatal. Un día emprendí en  mejorar el mundo y comencé el viaje proponiéndome a:¡Que el mundo no me gane yo lo voy a retar! Entonces bote todo lo que me estorbaba falsos amigos, personas tóxicas, recuerdos, ropa, objetos, esencialmente mi forma de pensar; hasta lo que más me molestaba de mí eso lo cambié más.Empezar por mi misma por eso debía comenzar. Me propuse a bajar de peso porque con esa espina siempre me sentí mal,arregle mi conflicto interno y el problema pendiente que por muchas veces me hizo llorar y en la depresión por 2 años me hizo estar....5 meses han pasado y he ganado mucho y mis sueños sin pensarlo se han realizado,mis responsabilidades y metas son otras. Y a pesar de que me equivocaré mil veces y tenga que pulirme para perfeccionarme constantemente a mi misma, no hay mejor cosa que sentirse llena y segura con uno mismo a esperar regalos y sorpresas en tu cumpleaños que jamás llegarán... 
Feliz Cumpleaños a mí ¡Qué viva el 12 de mayo!
Here’s To Never Growing Up
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banana-espiritual · 4 years
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9 de abril y las heridas
Una ruptura amorosa es un espejismo o una ilusión dicen los sabios.
Ellos cuentan que hemos venido muchas veces a esta realidad y esta vez es solo una de tantas miles de veces.
Por lo que, sentir dolor porque una persona se va de tu vida de forma física es una ilusión, eventualmente.
El Alma esta en constante contacto con todos sus hermanos y tu no te das cuenta. 
Entonces quiero despertar y salir de aquí.
¿Porqué nos produce tanto dolor?
Mis estudios y la poca experiencia que he podido asimilar de mi Maestro es que mis pensamientos son escuchados y que mis palabras de aliento pueden transmitirse hacia tu ser amado.
Por lo que aprovecho en decirle que (aunque quizá nunca lo lea) lo siguiente:
Hola, ha sido mucho y nada de tiempo sin verte.
Aunque te veo en el pensamiento.
Mi personalidad te extraña y mi Alma te esta deseando lo mejor del mundo.
Te esta esperando. 
Hemos venido para demostrar que el amor terrenal es nada respecto al amor del Cielo.
No tenemos tiempo para estupideces en esta encarnación.
Estoy esperando y creciendo, estoy sometiéndome a peleas un tanto difíciles para crecer y poder ganar mi propia guerra, para empezar la guerra por el mundo, por mis seres amados y por todos.
......
Finalizo este monólogo con una escena interesante:
Hoy mi madre, se acerca y me pregunta:
- ¿Hijo deseas algún postre?
Y yo le dije:
- Sí, pero de repente más tarde (conteniendo las lágrimas de querer gritarle: ¡¡mamá lo único quiero es más de Dios...!! 
Como cuando un niño esta triste y busca a su madre.
(Aun no le doy lectura a esta escena, de repente en los futuros blogs le daré una enseñanza a esto).
.......
En fin, toca resolver los asuntos de esta tierra de la mejor forma.
Más tarde estaré en relaciones mentales con las enseñanzas de algún libro del M. Ramakrsishna y voy a buscar el Samadhi con todo el fervor que llegue a generar.
Bendiciones con todos
A... Dios
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elyaladeriva · 5 years
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Ella y el Despiadado País de las Maravillas
¿Alguna vez has llorado mientras abrazas un árbol, antes o después de gritarle a un dios ancestral, en un volcán y sintiendo que no puedes seguir adelante? Es una experiencia que te llena de energía y liberación. Recomiendo que lo pruebes al menos una vez en la vida. Reta a la montaña, porque hay alguien más, allá afuera, que te está retando a ti, con una constancia propia que solo se puede equiparar a la de la expansión del universo. Quiere que le demuestres que vale la pena que estés a su lado. Sus pequeñas manías son crueles, a veces justas y adorables, a veces benevolentes. Le gusta darnos lecciones. Así se maneja.
No recuerdo cómo fue, pero cuando tenía cuatro años, me operaron. Tengo fotografías para compartir el momento, si un día me apeteciera hacer una presentación ante las personas que conozco sobre los Eventos De Mi Vida Que No Recuerdo, Pero Que Sucedieron. Eso abarcaría casi toda mi infancia, que solo puedo traer al presente a pedazos difusos, esparcidos por el País de mi mente, que está un tanto revuelto. Y que está rodeado de paredes frágiles.
Hasta ahora, no me he roto ningún hueso del cuerpo, ni he sufrido algún accidente en automóvil. Soy afortunado. Pareciera que Ella, la Vida, no quiere probarme de esa manera. O tal vez sí y lo está guardando para el futuro. Poco sabemos de Ella y su temperamento voluble, sin embargo, así la amamos con locura, de un modo u otro. Al menos la mayoría de los que seguimos aquí, de su mano.
Alto. Quizá sí me he roto un hueso, alguna vez, cuando era muy pequeño. Mi madre y yo íbamos en bicicleta a entregar un dibujo que yo había hecho. Mi pie de infante se atoró en la cadena. Sangró. Quizá se podía ver el hueso, quizá no. Tampoco tengo recuerdos de ello. Solo datos contados por alguien más. Hasta hace tiempo, tenía una cicatriz en el tobillo que servía como prueba infalible de lo que había sucedido. Era un óvalo casi perfecto. No obstante, con el tiempo, conforme crecí, la piel se estiró y la marca desapareció. No sabía que el cuerpo podía hacer eso, pero así es. Resulta sorprende cómo se recupera. Y hay personas allá afuera que han sufrido accidentes mucho más graves y que pueden constatarlo.
En donde estoy, en París, es de noche y debería estar durmiendo. Pero ya dormí todo el día, a ratos, entre esto y aquello. Tuve varios sueños. Al menos dos de ellos debería anotarlos. Uno está muy presente, mientras que el otro se ha ido desvaneciendo y creo que para recordar de qué trataba, tendría que esforzarme bastante.
En mi vida, he tenido al menos tres sueños que dejaron su impronta grabada en fuego y que soy incapaz de olvidar. En uno de ellos, sentí la ira más pura que jamás he sentido. Que no sabía que era capaz de sentir. Lo recuerdo con más nitidez que muchos aspectos de mi vida física —y la llamo «vida física» puesto que sería injusto llamarla «vida real», considerando que los sueños conforman también nuestra realidad, que es solo lo que captamos y procesamos con la mente— y puedo narrarlo con increíble detalle, desde el paisaje terroso, la casa abandonada, su color, forma y distribución, el automóvil abandonado y la cancha de básquetbol rodeada por grandes muros naturales de roca marrón. 
El segundo sueño lo conforman otro paisaje terroso y estéril, un grupo de personas caminando en grupo, durante la noche, en un tour, un puente junto a lo que parecía ser un cementerio, y la extensión enorme de un desierto bajo las estrellas, acompañado por una joven de cabello blanco que disfrutaba conmigo de la inmensidad del mundo y de lo pequeños que somos en realidad. Creo que he vuelto a soñar con ella, y espero no crea que la he olvidado, donde sea que viva.
El tercer sueño es un poco más borroso y difícil de armar. Estaba en una casa, abandonada, con un jardín descuidado, con hierba seca y rodeado de paredes deslavadas, resquebrajadas, con un grupo de personas. Festejábamos. Compartíamos. Era un sueño alegre, a pesar del escenario.
Mi mundo de sueños parece un tanto lúgubre, si nos fiamos de mis descripciones. Si hiciera un mapa del terreno de los—
Acabo de recordar otro sueño, el que me hizo unificar todo y creer que, en realidad, se puede hacer un mapa de lo que llevamos en la cabeza, del lugar al que vamos cuando dormimos. En este sueño, yo estaba en un cielo, y desde él podía ver toda la extensión de lo que conforma mi País de los Sueños. Conocía aquellos sitios tan bien como me conocía a mí. Sabía que ya había visitado muchos de ellos, en el pasado, y que todos conformaban mi paraíso onírico. La certeza era incomparable. Al despertar, supe que, de un modo u otro, los seres humanos llevamos en nuestra mente un conjunto de lugares mapeables que visitamos solo al cerrar los ojos. Espero algún día esto se compruebe, porque, si existe el alma, tal vez cada uno de nosotros viaje a nuestro lugar de ensueño durante las noches —o cuando sea que duermas.
Lo que me lleva, por supuesto, a Haruki Murakami. Al terminar El Fin del Mundo y un Despiadado País de las Maravillas, me sentí decepcionado, pero no sorprendido, a la vez que satisfecho. Rara combinación, ¿eh? Allí —y a continuación hablaré de la trama de la historia, por lo que te sugiero que te saltes este y los siguientes tres párrafos si planeas leer el libro— nuestro personaje principal, sin un nombre, como es constante en la obra de Murakami, vive en Tokio y es un informático. Al menos, es una manera de explicar a lo que se dedica. Encripta información. Pertenece a algo llamado el Sistema, una empresa particular que se  encarga del resguardo de datos. Nuestro personaje, en El Despiadado País de las Maravillas, —es decir, Tokio— tiene un encargo de un anciano científico, que le dice que debe hacer un lavado de cerebro —una manera de encriptar datos— y un shuffling. El shuffling es un sistema implantado en la mente de nuestro personaje principal, que él solo puede llevar a cabo escuchando determinada música y en un estado de subconsciencia. Cuando está realizando un shuffling, trabaja de manera mecánica, sin ser consciente de sus actos. Al terminar, no recuerda qué hizo durante el proceso. Nuestro personaje, más adelante, descubre que el sistema shuffling fue diseñado por el anciano, quien pertenecía al Sistema, y que está usando al personaje principal como sujeto de experimento, activando otro sistema implantado en su mente, llamado El Fin del Mundo, que acabará enviándolo a su subconsciente. Puede sonar un poco complejo, soltado de este modo. Otras personas, informáticos de la Factoría, un conjunto de ex miembros del Sistema, se dedican a robar información y quieren hacerse con el sistema shuffling. El anciano le regala a nuestro personaje principal el cráneo de un unicornio.
Mientras esta historia se desarrolla, a la par nos cuentan la vida en El Fin del Mundo, una ciudad amurallada a la que otro personaje principal acaba de llegar. La ciudad tiene ciertos habitantes, y cada uno desarrolla una función específica. Está el Guardián, por ejemplo, quien se encarga de cuidar a las bestias, unicornios que salen y entran de las murallas y que ven su población drásticamente reducida durante los inviernos. Al llegar a la ciudad, nuestro otro personaje principal es asignado como el Lector de Sueños, y también le quitan su sombra, que representa, además, su corazón. El trabajo del Lector de Sueños es estar en la biblioteca, leer cráneos de unicornios a través de sus dedos y una luz que proyectan, y estar acompañado por la Bibliotecaria. En el transcurso de esta segunda narración, nuestro personaje intenta que su sombra, que muere al tiempo de ser separada de su cuerpo, no perezca. Se enamora. Sospecha. Explora.
¿Qué tiene esto que ver con lo que conté de los sueños mapeables? Que nuestros dos personajes principales son el mismo. Y la historia sucede, ya sea en el pasado y en el presente, o de manera simultánea. El personaje del Despiadado País de las Maravillas, descubre, luego de hacer el shuffling, que en unas cuantas horas, perderá su consciencia y se sumirá en un nivel profundo de su mente, donde vivirá eternamente. Y eternamente es una manera muy clara de decirlo, puesto que el tiempo, para la mente, es relativo. Dentro del mundo de sueños, unos instantes en el mundo físico pueden ser horas, días o semanas. Podemos quedarnos dormidos durante dos minutos e ir al mundo onírico por un tiempo indefinido. La mente puede estirar un segundo cuando le plazca. Para ella, no hay límites. Dentro de nuestra cabeza podemos vivir eternamente. Y es justo eso lo que le sucede a nuestro personaje principal, quien nos narra su vida también en El Fin del Mundo, ya dentro de su mente. Durante todo el tiempo, su sombra ha estado intentando sacarlo de la cárcel que es su cabeza y regresarlo al mundo físico. ¿Lo logra? Eso sí lo dejaré en misterio.
Haruki Murakami plantea en esta historia la existencia de un mundo interior, al que podríamos acceder de un modo u otro. Y eso sería fascinante. Que todo con lo que hemos soñado, donde hemos estado, se reproduzca de nuevo. Que podamos visitar los mismos lugares, ver a las mismas personas, probar la misma comida. Idílico.
¿Alguna vez has soñado con un lugar con el que ya habías soñado con anterioridad? Algo como si de capítulos se tratase; una noche vives uno y, a la siguiente, o varias después, pasas al otro. A eso me refiero. ¿Y si lo visitamos de nuevo porque existe, en algún espacio? Ya sea en nuestro interior o en los confines de otros universos. 
—sueños, ¿cómo sería tu mundo? ¿Y si las personas que están en coma visitan ese país lejano y desconocido?
Pero me he desviado del camino central. De lo que quiero hablar es de los retos, y de demostrarle a la Vida que merecemos estar con Ella, en este Despiadado País de las Maravillas. Creo que la Vida nos pone retos enfrente para averiguar si somos dignos de estar con ella, de disfrutarla. Esos retos nos hacen crecer y apreciarla, o nos tumban y nos hacen cuestionarnos todo lo que conocemos. Incluso, a veces, estos retos son imposibles de sortear. O no encontramos una salida. A veces solo ha llegado el momento.
¿Con qué muros te has topado últimamente? ¿A lo largo de tu vida, qué has superado? ¿Cómo le has demostrado a la Vida que la mereces y que Ella te merece a ti? Recuérdalo y llénate de orgullo. Los límites se sobrepasan, porque solo así podemos crecer. Por eso digo que también es adorable, porque es como si quisiera, Ella, la Vida, vernos más fuertes, más preparados.
Y la mente también juega un papel importante en este proceso. El día de hoy —ayer, acá ya es pasada medianoche— y durante los días anteriores, muchas personas me han pedido que piense positivo. Que el cómo enfrente dentro de mí una determinada situación, impactará en lo que suceda en el mundo físico. Así mismo, el budismo, en el Noble Óctuple Camino, nos dice en el Entendimiento Correcto que con el pensamiento se puede disuadir el sufrimiento, llevándolo por un sendero de liberación, y que la Atención Correcta consiste en controlar la mente y entrenarla en permanecer centrada. Vivimos dos mundos, el físico y el interno, que se complementan. Quizá Sócrates tenía razón y el Topus Uranos está por allí, en algún sitio, esperando para darnos todas las respuestas.
Estamos programados, eso es cierto. Somos máquinas con un software dado por la genética. Según la psicología, ese software recibe el nombre de temperamento, que determina el funcionamiento de nuestro sistema nervioso y endocrino. El carácter, por otro lado, es aprendido. Son los programas que nos instalamos conforme avanzamos en la vida; las actualizaciones del temperamento, y que vienen a definirnos un poco mejor. Es movible. Transformable. El temperamento, por lo que tengo entendido, no lo es. Al menos, no todavía. El temperamento es la tesis y el carácter la antítesis. La personalidad aparece como la síntesis. 
La personalidad, añadida a nuestras otras capacidades, son lo que nos ayuda a enfrentar los retos de la Vida. Y también de donde Ella toma ventaja para saber qué lanzarnos después.
¿Por qué abracé un árbol, lloré y grité a un dios ancestral? Porque fui a hacer alpinismo, hace un año, y me dio mal de montaña. Me sentía mareado y fatigado, sin hambre y solo quería estar acostado. El proceso de abrazar y gritar me ayudó. Sentí a la naturaleza y descargué mucho de lo que había dentro de mí. De verdad, un ejercicio tan sencillo, impactó en todo mi cuerpo como si de una medicina celestial se tratase. Al poco rato volví a sentirme mal, pero mientras duró, fue fascinante. La mente de verdad juega un papel importante en el cómo nos desarrollamos en el mundo físico. 
Al final, decidí que no podría subir el volcán inactivo. Que me quedaría en el campamento. Tuve sueños febriles durante la noche, y a veces pienso que era la naturaleza hablando conmigo. Puedes llamarme loco, pero incluso tú desconoces qué fuerzas interactúan en la inmensidad del cosmos. Hay mucho que se nos escapa, mucho que no podemos comprender por más que lo intentemos. Al día de hoy, no sabemos con certeza qué es la materia oscura. Tal vez como Philip Pullman lo propone en His Dark Materials, sea el Polvo, una sustancia primigenia, pensante, que actúa a su determinada manera. Ya lo escribí alguna vez: para las hormigas no somos seres vivos, sino más que paisaje, porque no tienen la capacidad de comprender nuestro nivel de existencia. Puede que así sea para nosotros. Que el universo sea un organismo vivo, a su modo, en algún nivel superior al que nuestra pequeña mente todavía no puede acceder. Pero quizá la clave también se encuentra en nuestro interior y algún día seamos capaces de acceder a ella, de acceder a todo lo que hay más allá. 
El caso es que, allá en el volcán, desperté con la determinación de llegar a la cima. El camino fue ameno, hasta que llegué al puente colgante, que se alzaba por sobre una caída inmensa. Le temo a las alturas. No puedo asomarme por el límite de un edificio, ni siquiera de un puente peatonal. Cuando una persona lo hace, también me asusta. Por lo tanto, cruzar ese puente supuso para mí un reto complejo. Mientras andaba sobre él, las piernas me hormiguearon, sentía cómo comenzaba a temblar y que de un momento a otro caería al vacío. Cruzamos dos o tres puentes similares. Llegamos a la cima. Observé el mundo que había bajo mis pies y me sentí pequeño. Una infinitesimal parte de toda la Existencia. No era contemplar el desierto desde un acantilado —durante ese sueño, no tuve miedo; o tal vez sí, porque no me acerqué al límite—, pero se parecía. Todavía tengo que mirar las estrellas en la inmensidad de la arena y la roca. 
Superé un pequeño reto y recibí mi recompensa. Me sentí un poco más valiente. Un poco más sabio. La Vida me enseñó una lección, a pesar de que mi mente había flanqueado.
Soy una persona solitaria, pero detesto estar solo. Me puede, me tumba, me corroe. La soledad es uno de mis retos y todavía no soy tan capaz como para frenarle el paso y saber que la superaré. Pero estoy intentándolo. Incluso mi propia mente es un reto. A veces creo que perderé la cordura.
Entonces, los límites están allí, los retos nos aparecen, porque Ella nos quiere preparar. Y es decisión nuestra si tomamos su ayuda para explotar todo nuestro potencial. ¿De qué hablo? De lo más sencillo, también. Si quieres cantar, ve a clases. Tal vez sea tu destino que tu voz le dé la vuelta al mundo. Pero quizá hay algo que te lo impide. Entonces, deberás demostrar que superarás ese muro y que harás imposibles por desarrollar esa capacidad. Creo que todos estamos destinados a la grandeza, como sea que la definamos, sea encestando una canasta de espaldas, formando una familia y, o volviéndonos grandes cineastas, diseñadores, fotógrafos o escritores, y solo tenemos que ir superando los retos para lograrlo. Así, Ella, la Vida, estará orgullosa y sabremos que somos felices.
«Vas a estar bien. Has subido volcanes y danzado en fuego. Has enfrentado explosiones y resuelto laberintos. Volverás a tu rutina y tus lecturas, y no notarás las noches sabiendo en lo profundo de tu corazón que nunca envejeceremos o moriremos.»
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intentandoserhumano · 7 years
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Se acabó el mes del Orgullo y sigo siendo transfóbico
Hoy se acaba el mes del Orgullo Gay, o más bien dicho, el mes del Orgullo LGBTIQ (para ser más inclusivos). Mañana el MP y el MSPAS habrán quitado las banderas de arcoíris de sus oficinas. Orgullosamente no porque las iglesias católica o evangélica hayan triunfado, sino porque ya habremos dejado atrás este mes que representa tanto para miles y millones (o miles de millones) de personas en el mundo. Antes que nada debo decir que no soy bueno para esto de hacer un testamento con mi opinión de temas, más aún si son tan delicados o conflictivos como este, pero creo que es justo y necesario, que quiero hacer escuchar mi voz. Hoy, después de tanto silencio, después de tanta pelea.
 Me tomé la difícil y triste tarea de leer los comentarios en todos los posts que pude, hasta que me fue imposible seguir leyendo los mismos argumentos, las mismas opiniones, los mismos insultos. Todos predicando lo mismo: odio en el nombre de Dios. Me puse entonces a evaluar la posibilidad de que Dios en realidad odiase a los LGBTIQ, pero si estamos hechos a Su imagen y semejanza, seguramente alguna inclinación rarosa habrá de tener Dios por ahí. Verán, yo no me considero religioso en lo absoluto. Soy ese que cuando la familia va a misa, me quedo leyendo un libro en las bancas de afuera o en el carro si está lloviendo. No porque sea ateo, no lo soy. Creo en Dios y por ende en Jesús, en la Virgen, en Ganesha y Vishnu. Lo que me crea conflictividad es el simple y sencillo hecho de que toda una religión esté basada en un libro que pregona odio. No entiendo en qué punto de la historia el hombre decidió hablar por Él para hacer que los creyentes odiaran de una manera tan cruel y sin sentido. Digo yo, pues, que si Dios es bueno, va a estar lleno de bondad para todos, ¿cierto? Entonces mi Dios no es el Dios de los creyentes, o al menos no de los que se toman literalmente la biblia (en minúsculas).
 Ok, hasta este punto muchos estarían de acuerdo conmigo en cuanto a la figura paternal ¿o maternal? que Dios es para muchos de nosotros. Pero aquí entra entonces algo aún más conflictivo para mí. Tengo muchos amigos y amigas homosexuales (gays y lesbis, pues). Nos amamos entre todos, y he de decir que nos amamos bien. Surge un pequeño detalle: no entiendo a los trans, y muchas veces me he preguntado: ¿será que soy transfóbico? Y la respuesta ineludiblemente es SÍ. O por lo menos un poco (no sé si se puede ser sólo un poquito transfóbico o si uno lo es por completo). Jamás he ido a una marcha LGBTIQ, sentiría raro/incómodo estar rodeado de mara semidesnuda, de hombres que se sienten mujeres y van en tacones el triple de altos que los de la población femenina regular. Es entonces cuando siento y sé que tengo doble moral. A nadie le importaría si son desfiles de mujeres en bikini de esas edecanes voluptuosas, o mejor pongamos de ejemplo a Río de Janeiro y sus carnavales con mujeres enseñando mucho más piel que los y las trans que fueron este año a la marcha LGBTIQ. A nadie le importa porque son guapas. ¡Ah, pero si no encajan en una sociedad heteronormativa ni entran en el concepto occidental de belleza ni son mujeres de nacimiento por pura genética, entonces son una vergüenza para la sociedad! (Nótese el sarcasmo). ¿Por qué me debería a mí de molestar si las trans van en putifaldas y medias de malla y crop tops con mega trancas? ¿Tan imbécil tengo que ser como para no entender que ellas pueden vestirse como se les pegue la jodida gana, y que yo no debería de estarme inmiscuyendo en su vida porque, al fin y al cabo, ni quitan ni ponen en la mía? Reconozco que tengo mucho qué aprender de los y las trans para realmente poder entenderlos y quitarme de una vez por todas este prejuicio sin sentido que tengo de ellos. (¿Habrá alguno o alguna que esté leyendo esto y quiera ir por un café conmigo, y simplemente platicar? Ejem, ejem…) Quizá algún día tenga un amigo trans y logre abrir mi corazón a él y toda la comunidad trans. Ojalá.
 Ahora bien, en lo que sí estoy indiscutiblemente en desacuerdo es en promover la promiscuidad y andar con trajes de sadomasoquismo por la calle. Eso sí que no. Respeto la sexualidad de todos, los fetiches y gustos que tengan (a mí también me gusta sazonar mi vida sexual) pero ya andar con vestimentas, gestos o actitudes sexuales para promover la “libertad” me parece ridículo, pesado y hasta vulgar. Todos pueden disfrutar su cuerpo de mil maneras y con x cantidad de personas, pero incitar la promiscuidad sí entra en conflicto con mis valores (tampoco quiero parecer un solapado, no sé).
 En público nos podemos amar, podemos ir de la mano, besarnos, abrazarnos, acariciarnos pero… ¿encuentros sexuales? Nop. Precisamente por eso estoy en contra de la promiscuidad que algunos promueven. El detalle es que son unos cuantos o cuantas los que hacen esto, y los otros cientos de personas van simplemente caminando, bailando, cantando canciones de Cher, etc. Vi fotos y videos y se me hizo verdaderamente hermosa la atmósfera de alegría que se vivía en la marcha.
 Otra cosa que noté y que verdaderamente me dolió (no sé por qué), fueron posts o likes de personas muy allegadas a mí, por quienes yo siento gran afecto y tenía respeto. Digo tenía porque promulgaron el típico mensaje de, y esto lo cito textualmente, con todo y faltas gramaticales:
 “no es justo decidir sobre la vida de los demás en este caso niños, que tienen derecho a tener una familia tradicional!
Aunque sé qué hay gays que podrían ser más ejemplares que muchos padres heterosexuales, pienso que los niños no tienen la capacidad de afrontar y asimilar el tener padres gays!”
 Dos cosas: la primera es que me parece contradictorio decir que homosexuales pueden ser más ejemplares que heterosexuales y, aún así, decir que no deberían tener hijos porque una familia “tradicional” es mejor (y aquí da a entender que una familia conflictiva heterosexual sería mejor que una homosexual, ¡vaya ironía!). La segunda es que si los niños supuestamente no tienen la capacidad para “afrontar y asimilar” tener padres homosexuales, no es porque carezcan de esa parte pensante en su cerebro, sino porque personas como vos (y mis amigos que le dieron like a tu publicación) están construyendo una cultura que hace a la comunidad LGBTIQ algo anormal. Personas de este tipo dicen que la comunidad les está imponiendo sus preferencias. ¿Pero qué acaso no se dan cuenta que prohibirles el matrimonio y gritarles huecos por ir de la mano es, en efecto, imponer sus creencias –más bien prejuicios–? Otra vez, doble moral. Peor aún, restregarles la biblia en la cara a la comunidad LGBT, como si el catolicismo fuese la única religión del mundo y la comunidad tuviese que SÍ O SÍ creer en la biblia. ¿Dónde quedó, por ejemplo, el Bhagavad Gita? (En este punto varios van a tener que googlearlo) Me parece, en lo personal, que ustedes están siendo quienes quieren imponérsele a la comunidad, a puro tubo. Tengamos claro que el Estado es laico y no se vale coartar la libertad de los demás, mucho menos basándose en religión.
 En fin.
 Sólo quiero concluir que sí, que me hace falta mucho para crecer como persona, como amigo, como ciudadano, como parte de una sociedad de la cual algún día pueda sentirme orgulloso. (Acabo de suspirar porque siento que lastimosamente esto es algo casi imposible). Tal vez cuando tenga 70 años las cosas habrán cambiado, así como ahora las personas de color son ampliamente aceptados, las mujeres pueden votar, la esclavitud está abolida (todo lo anterior en su mayoría, no en su totalidad, tristemente). Como alguien sabio dijo: "sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo."
 A vos que estás leyendo te quiero compartir esto, para terminar, y lo cito textualmente de un post que leí cuando fue el tiroteo en Pulse:
 “…en este caso sí soy [gay], al igual que soy negro cuando la policía agrede a alguien por su color de piel, y soy mexicano cuando desaparecieron a los 43, y soy palestino cuando Israel bombardea una escuela en Gaza, y soy mujer cada vez que una recibe menor pago por un mismo trabajo, y soy Judío cada vez que alguien levanta la bandera del antisemitismo, y soy africano cada vez que Europa los deja morir en sus playas… cada vez que se oprime a un ser humano por su raza, religión, preferencia sexual, género, nacionalidad o forma de pensar se me está oprimiendo a mí.”
 -J. Weitnauer
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trotupandyz4 · 7 years
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Time Road fanfic wigetta - CAPÍTULO 7
Miércoles 12 de junio del 2019, Madrid.
Los fuertes brazos de la angustia y la desesperación me sujetaban, me aprisionaban nuevamente en aquella camilla de la cual había despertado, me trataba de oponer ante el forcejeo, pero era inútil, había perdido fuerzas mediante el impacto ante esta realidad, estaba llorando por pérdidas que jamás había tenido y posiblemente no iba a tener, debido a mí, a mi estúpidas decisiones.
Oía en alguna esquina de la habitación blanca, el grito de llanto proveniente de mi hermana, aterrada por mi imagen y la inesperada reacción que había tomado tras la charla.
-Necesito irme de aquí, no quiero esto- gritaba desamparado, aquellos médicos que me sujetaban, ignoraban mis suplicas y me tomaban con más fuerza al ver que tal vez podía tomar una acción salvaje.
Uno de los médicos vino con una jeringa y no tardó en inyectarla en mi brazo, al parecer querían dormirme, Karol se tapó los ojos cuando ya me habían metido la inyección, no soportaba verme así, en estado tan lamentable que ni siquiera 4 personas podían controlar.
Pasó un pequeño lapso de tiempo para empezar a sentir los adormecedores efectos, ya no tenía impulso en mis brazos y piernas, mis ojos no podían mantener la vista fija, los médicos se alejaron al notar que ya no sería un problema por el momento y mi hermana se acercó para tomar mi mano.
-Guille tranquilo, todo estará bien, los médicos te ayudarán, es necesario todo esto- decía mientras me apretaba fuertemente la mano, sentía pequeñas gotas hacer contacto con mi piel, pequeñas y cálidas gotas que salían del rostro de mi hermana, pero no podía contestar, los calmantes habían hecho tanto efecto en mí que me era imposible hacer algún movimiento, solo podía observar.
-Señorita por su protección y la del paciente… es mejor prohibir las visitas por un tiempo- dijo el doctor que tocó ligeramente su hombro.
-Pero… ¿qué pasará con él? Es mi hermano… no pueden prohibirme verlo- respondía alterada.
-Por el momento debemos tomar esas medidas, quiere que su hermano se recupere ¿verdad? No podemos permitir que vuelva a tener uno de estos ataques, apenas haya un avance en su recuperación, le avisaremos- dijo tratando de convencerla.
Karol no sabía qué hacer, me miró nuevamente apretando los labios, sentía como había confusión en sus ojos, era la primera vez que veía tal expresión, quería abrazarla, decirle que no necesitaba preocuparse más, pero todo lo que hacía yo era lo contrario, yo era el causante de sus lágrimas, de su miedo, me transformé en un loco ante sus ojos, ya no había nada que pudiera decir para poder defenderme, era totalmente desconocido a esta realidad.
Con sus delgadas manos trató de limpiarse el rostro, se acercó despacio para darme un suave beso en la frente que casi me era imposible sentirlo, donde solo pudo susurrarme unas palabras que marcaron su partida –lo siento…-.
Esa tarde quería llorar hasta desvanecer, quería golpear algo hasta deformarlo completamente, quería expulsar mi ira, mi tristeza, mi más penosa existencia la cual no sabía cómo dirigir.
Mi cuerpo desvencijado caía rendido cada vez más a un sueño inevitable, era incapaz de poder hacer algo, de gritarle a mi hermana que regresara, de derrumbar aquella puerta para salir huyendo o si quiera de poder lamentar a las personas que perdí.
Mis ojos se cerraron casi por acto seguido, quería despertar tan pronto de este sueño, de volver a mi sucio y antiguo departamento, de tratar de hacer algo para no caer en esta horrible premonición a mi futuro, por eso aguardaba paciente.
Sentí que habían pasado horas, me era imposible salir de mi profundo sueño, pensaba en todo, en Karol, en mis tíos, mis padres, mi futuro… y en Samuel, podría ser que tal vez ¿yo nunca estuve destinado a estar con él? ¿Qué mis primeros sueños eran fantasías y esta era mi realidad? Lo veía más lógico, todos tratarían de loco a una persona que dijera que ha sido el causante de la muerte de sus padres o que puede ver su destino en sueños, este sería el lugar indicado al que debería estar, de niño pude huir del hospital, creía que jamás regresaría, pero no era así… yo estaba atado a este cruel y encerrado mundo.
Si entonces es este mi lugar, si de verdad solo era una ilusión… entonces ¿Por qué? ¿Por qué es que te tengo tan presente? Solo te he visto una vez, ni siquiera sé si un día podré conocerte, también me aterra la idea de enamorarme de un hombre, pero… ahora solo quiero volver a tus brazos, volver a sentir esos dulces labios que me hicieron esclavo, con solo un roce, con tu respiración, sentí que jamás podía ser tan querido de la manera en la que tú me mirabas, esa mirada que grotescamente rechacé, al cual evité haciéndote sufrir.
Mis oídos eran sordos al exterior, solo eran conscientes de tus palabras que se repetían constantemente en mi cabeza, aquel te amo que hizo que mi piel se erizara, esa cercanía y la amabilidad de aceptarme por completo, ¿existiría realmente esta persona? ¿Por qué apareció en mis sueños en primer lugar? O será… que de verdad ¿me estoy volviendo loco?
Un estruendo hizo que mis pensamientos fueran interrumpidos, no faltó mucho para sentir que unas manos me sostuvieron fuertemente para enderezarme, haciéndome reaccionar de apoco.
-Señor Díaz, señor Díaz… es momento de despertar- dijo una silueta completamente borrosa.
-¿Qué?- dije mientras abría mis ojos, aún sentía mi cuerpo anestesiado, por lo que mi vista fue fijándose lentamente.
-¿Cómo se siente? Supe que tuvo una crisis de pánico hace poco- ¿crisis? ¿A qué se refiere?... espera… no puede ser.
Me enderecé completamente y empecé a ver mi alrededor, todavía… estaba en esa blanca y estrecha habitación, no puede ser… todavía estaba dentro del sueño… ¿Cuándo acabará esta tortura?
-Con cuidado señor Díaz, no se precipite tanto que su cuerpo necesita despertar todavía, tuvieron que inyectarle un calmante muy fuerte, era la única forma de poder hacerlo volver en sí- dijo un hombre de edad madura con una bata blanca.
-¿Volver? No, esta no es mi vida doctor, yo apenas puedo entender la razón por la cual decidieron traerme, solo quiero salir de aquí, quiero volver a mi lúgubre y triste apartamento- el doctor me miraba atentamente en silencio, escuchaba todos mis lamentos y los anotaba en un pequeño cuaderno que llevaba consigo.
-Entiendo… ¿ha tomado algo diferente de los medicamentos que le recetan?- pregunto después de haber terminado.
-¿Qué? No señor, no lo entiende, le digo que yo no debería estar aquí… debo… dormir nuevamente, tal vez así pueda regresar-.
El hombre me detuvo calmadamente de mi desesperación de volver acostarme en la camilla, tomó su teléfono que tenía guardado en el bolsillo y llamó rápidamente a un número.
-Sí, habla el doctor Céspedes, necesito que me alisten la habitación de reanimación mientras llevo al paciente de la habitación 207… si… si… gracias- dijo mientras hablaba por teléfono.
¿Habitación de reanimación? ¿Es a caso donde me piensa llevar? ¡No!. Lo que necesito no es una terapia o medicamento, es despertar, esto solo es una realidad creada por mis sueños, nada me ayudará de lo que me ofrezcan aquí.
Unos hombres de blanco entraron y me sujetaron para levantarme completamente, el doctor se puso delante de ellos y me llevaron fuera del pequeño cuarto.
Podía observar con claridad el interior de todo el hospital psiquiátrico, pasé por un pasillo lleno de habitaciones que tenían las mismas condiciones que las mías, habían personas realmente peculiares en su interior, gente que no dormía en su cama, otras que miraban la pared detenidamente, unas hablaban solas y otras solo se tapaban los oídos mientras se escondían en un rincón, ¿era yo como estos sujetos? ¿Tan mal estaba como para clasificarme junto a estas personas?
Subimos por el ascensor hasta llegar al decimo piso, en aquel piso, no habían habitaciones para clientes, era un lugar muy oscuro y amplio, lleno de cuartos con maquinas y una sala de proyección.
Nos adentramos al único sitio que estaba iluminado, me acostaron en una camilla y me ataron los brazos y las piernas para evitar que pudiese escapar.
-Lamento si aprietan muy fuerte señor Díaz, esto solo tomará unos minutos, casi no los sentirá, solo necesito hacerles unas preguntas antes ¿de acuerdo?- dijo el doctor acercándose a mí, mientras conectaba algunas cosas en mi cabeza.
-¿Qué es esto? ¿Qué me está haciendo? ¡Déjeme ir!- grité mientras forcejeaba con mis brazos las ataduras.
-Por favor cálmese, se lastimará si hace eso, solo le quiero ayudar, para eso estamos, lo que necesito es que coopere con las respuestas, de esa forma puede usted recuperar su memoria-.
-¿Recuperar? ¿Cómo es posible eso?- pregunté confundido, ¿acaso puedo recuperas las memorias en una premonición?
-Primero necesito saber lo que usted retiene en la mente, le ayudaré a buscar el suceso que más le ha afectado, para eso debemos indagar en sus recuerdos- respondió mientras se dirigía a un mueble que retenía una pequeña libreta, donde empezó a anotar apenas la tuvo en sus manos.
-Lo que yo… ¿recuerdo?... creo que son dos años lo que separan mi conocimiento ante esta realidad, la verdad es que dudo que pueda obtener algo de mí sí me lo pregunta- respondí sincero, no sabía exactamente nada de mi yo actual, los miedos que tenía, mis anécdotas recientes o si me parecía correcto el estar en este lugar.
-Ya veo… mmm… entonces hablemos de su familia, ¿Qué siente cuando le hablo de sus tíos? ¿Cómo se lleva con su hermana?- volvió a preguntar.
-¿Mis tíos? Yo… estoy agradecido con ellos, han cuidado increíblemente a Karol cuando yo solo cometía errores, aún si yo jamás logré tener una conexión especial con ellos, debo aceptar que han sido buenos padres para Karol…- respondí cabizbajo.
-Así que ¿te molesta el hecho de que los vea como sus padres?- preguntó mientras anotaba todo lo que yo decía.
-¿Qué? No… yo… la verdad no sé si eso me molesta, es cierto que ellos no deberían estar cuidando de ella o de mí, debieron ser nuestros padres, su muerte no debió ocurrir… yo… fui el causante de ello… por mi culpa karol se ha olvidado de la imagen de mamá… -.
El doctor arqueó un poco su ceja mientras me miraba fijamente, dejó su libreta de lado y se acercó a donde yo me encontraba.
-¿Por qué dices que es por tu culpa?- preguntó el doctor.
-Yo… sabía que ocurriría el accidente… lo soñé y traté de impedirlo como pude, pero… la verdadera causa de su muerte fue porque los presioné mientras estaban conduciendo en la tormenta, era solo un niño… solo quería que regresaran pronto a casa… - respondí con lamentación, era duro decirlo, aceptarlo, siendo sincero, creo que ni el mismo doctor pueda entender mi sufrimiento, porque lo que yo vivía era algo desconocido, que ni yo mismo podría descifrar con palabras.
-Guillermo… lo primero que debes aceptar, es que el accidente no fue tu culpa, las cosas suceden, tienes que dejar ir a tus padres si quieres recuperarte- dijo el doctor mientras volvía a la maquina.
-No doctor, no me recuperaré, esto no es algo que una medicina puede curar, lo del sueño… es real, lo estoy viviendo ahora, esta sesión se verá realizada en dos años más adelante- el hombre no volteó y tampoco anotó mis palabras, estaba encendiendo la maquina y ajustando unos botones que me era imposible decir para qué servían.
-Lo mejor es que empecemos con la terapia de shock, los cables que te conecté son puntos donde tu cerebro recolecta los recuerdos, puede que sientas un poco de molestia, pero como te dije antes, esto solo será por un momento, lo mejor es que vuelvas a recordar tu vida, lo que perdiste, lo que tienes y tal vez así pueda ayudarte a entender lo que necesitas hacer- dijo el médico agarrando un aparato de goma el cual puso en mi boca.
-Esto es para que puedas morderlo sin problema, empezaremos con la sesión- dijo mientras apretó un botón de la computadora.
Un gran sacudón me invadió por completo, una corriente eléctrica que partía de mi cabeza hasta llegar a cada extremo de mi cuerpo, sentía la necesidad de gritar de dolor, mis dientes se apretaron fuerte a lo que tenía en mi boca, estaba teniendo una desagradable sensación que quemaba cada parte de mí.
Mi mente se había descolocado, estaba disparando imágenes aleatorias que yo alguna vez vi, como si fueran simples parpadeos, velozmente pasando uno tras otro frente a mis narices.
Cerré mis ojos producto de la agonía que generaba el electroshock, quería que terminara pronto, no quería ver esto, esos momentos de tristeza, los años que viví en aquel hospital cuando era pequeño, la muerte de mis padres, la mirada de extrañeza de mis tíos… la inocente y a la vez ignorante mirada de mi hermana pequeña, la noche que le dieron la noticia que debía vivir con los tíos. Todo, estaba generando un cortocircuito en mi pequeña cabeza, en la cual sentía que en un momento a otro explotaría.
Las corrientes se hicieron cada vez más leves, ya no eran tan insufribles, me estaba acostumbrando al recorrido de sus toques eléctricos, tanto que podía abrir los ojos nuevamente, pero para mi sorpresa, estaba en mi antigua casa, con unos policías enfrente.
Miré alrededor y estaba mi tía llorando desconsoladamente mientras sostenía a una pequeña niña en brazos, ¿Karol?
Cuando miré todo más detenidamente, pude notar que era el día que anunciaron la muerte de nuestros padres, había retrocedido 16 años, era el día de lluvia que más atormentaba mis recuerdos, todo se veía tal como lo recordaba, con todo lujo de detalle, tanto que me asustaba.
Corrí frenéticamente hacía mi habitación, me encerré y gritaba que no era verdad, que nada de lo que había pasado estaba ocurriendo, pero una pequeña mano se posó sobre mi hombro haciendo que pusiera mi vista adelante, dándome un pequeño escalofríos recorrer mi espina.
Estaban mis tíos y mi hermana ahí, en frente mío, mi tío y mi hermana tenían un rostro sonriente, mientras que mi tía era algo distante, pero estaba con ellos, ahí, recibiéndome en la entrada de una casa diferente.
-¡Bienvenido a casa Guille!, me alegra que te hayan dado de alta- dijo mi tío con euforia.
-¡Hermano te extrañé mucho!- gritó Karol dándome un fuerte abrazo dejándome completamente congelado, mi hermana lucía ahora como una niña de seis años.
Sentía que esto ya lo había vivido antes. Me adentraron a la casa y caminamos hasta el living, allí en una pequeña mesa estaba el periódico del día, 9 de mayo del 2005.
Ese día… yo había vuelto del hospital, tenía la edad de 12 años, fue el momento que empecé a vivir con mis tíos y mi hermana desde la muerte de mis padres.
Era un sentimiento extraño… me entraba terror ver cada rincón de la casa, yo aún no me acostumbraba a la idea que mis padres no estarían recibiéndome junto con Karol, lo único que tenía familiar era ella, mi hermana, la cual ignoré por acto reflejo tras sentir la culpa.
Me llevaron por toda la casa, me hicieron sentir que este sería el lugar donde podía estar a salvo, siempre perseguido por los pequeños pasos de mi hermanita, que me miraba con ojos brillante después de tanto tiempo ausente.
Cuando estaba a punto de entrar a la habitación que correspondería mi cuarto, sentí una corriente fuerte en la cabeza que me hizo aterrizar en otro lugar distinto, estaba dentro de un automóvil.
Esta vez no sabía dónde me encontraba y por qué esto lo tenía como un recuerdo fundamental, miraba detenidamente el coche por si había una pista que me indicara dónde estaba, pero solo pude notar un parquímetro en la parte delantera del copiloto.
Al parecer estaba dentro de un taxi, posiblemente en dirección a la casa de mis tíos, era de noche y tenía puesta una mochila, tal vez… estaba de regreso después de ir a la universidad.
-¿No tienes problemas de llegar a estas horas a tu casa?- dijo de pronto el conductor, tenía una voz aguda y algo familiar, pero eso debió ser porque esto tan solo era un recuerdo.
-Es la hora que termino mis clases, no tengo elección- respondí, era como ser parte de una película, las palabras salían solas, yo solo volvía a observar lo ocurrido, como si mi cuerpo y mi mente estuvieran desconectados.
-¿Por qué no estudias en el día? ¿No sería menos peligroso y preocupante para tu familia?- volvió a preguntar el taxista.
-No puedo estudiar en el día o en la mañana, aprovecho el insomnio para estudiar en la noche, mis tíos están bien con eso- respondí borde.
-Tranquilo chico, que solo era una pregunta, yo a tu edad me fui del pueblo donde yo vivía a buscar un trabajo en la ciudad, quería hacer mi vida y no preocupar a mi familia con mis necesidades, ¿no has pensado en ya independizarte?- dijo el conductor una vez dobló la esquina que estaba próxima a la casa de mis tíos.
-¿Vivir… solo?- pregunté, este había sido la primera vez en la que yo había pensado en irme de casa, recuerdo que al día siguiente conversé con mi tío y hablamos sobre buscar un departamento, uno en el que terminé viviendo un año después de quedarme sin recursos, por eso ahora estoy en el apartamento que vivo, pero jamás me molestó, siento que fue la mejor decisión que pude haber hecho, no me sentía cómodo viviendo bajo el mismo techo que mis tíos, era como si después de muchos años volvía a respirar tranquilamente.
-Llegamos, sano y a salvo, son 6,20 euros en total- escarbe por el bolsillo de mi mochila hasta que di con el dinero y le pagué al conductor.
-Muchas gracias- dije mientras salía del coche con dirección a mi casa cuando una gran corriente vuelve a torturar mi cabeza.
Esta vez ya no veía imágenes, estaba todo negro, la intensidad de la electricidad se había reducido a cero, abrí los ojos y estaba el doctor Céspedes frente a mí, quitándome la goma de la boca.
-¿Todo bien?- preguntó sin sacarme los cables que me tenían aún conectado a la maquina.
Yo esperé un momento hasta que mi boca tuviera la capacidad de generar una palabra, sentía mi cuerpo acalambrado, las corrientes habían sido aturdidoras para mis músculos, me sentía fatal.
-¿Por qué recordé esas cosas? No le veo sentido, fueron sucesos importantes en mi vida, pero sigo sin entender mi posición actual- respondí.
-La maquina te conectó con la memoria de largo plazo, claramente ibas a pasar por esos sucesos de la niñez, pero creo que eso no ha servido de mucho, mmm… lo mejor será que adelantemos los recuerdos incrementando la descarga en los puntos de memoria de corto plazo, ten, ponte esto de nuevo- dijo el médico colocando la goma en mi boca para que pudiera morderlo al sentir la descarga nuevamente.
¿Me iba a conectar otra vez? No quiero, no creo que mi cuerpo pueda tolerar otra sensación igual, mis músculos flaqueaban ante las corrientes que traspasaban mi cuerpo, mi cabeza se transformaba en un torbellino de imágenes y sonidos que alguna vez guardé en lo más profundo de mi mente como si fuese un baúl.
Era como si un fuerte rayo cayera sobre mí, un rayo interminable que no solo me hacía estremecer, sino, que me ayudaba a despertar algo de lo cual yo no estaba consciente, habían recuerdos que yo tenía en mi cabeza, unos de los que yo aún no era el protagonista, eran de mi yo actual.
Estaba viendo lugares, personas que yo no había conocido, pero él sí, escuchaba conversaciones ocurridas, y tenía sentimientos de tristeza que aún me faltaba conocer.
Había recorrido una larga secuencia de imágenes que me mostraban lo trascurrido en los últimos dos años, haciéndome aterrizar en una calle principal, una calle muy familiar donde estuve apenas ayer, en el día que supuestamente ocurriría el accidente.
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Q-Q supuestamente lo subiría en la tarde, pero mi computador se pegó y tuve que reiniciar porque no había caso, tuve que trascribir nuevamente una parte del cap que se perdió y me tuve que ir a trabajar xD si, creo que la suerte no me acompaña mucho ajaja no saben lo cansada que he estado x-x
Ahora es cuando se empieza a complicar un poco la historia porque hay muchos saltos en el tiempo, Guille solo puede ver su futuro gracias a los sueños, pero los electroshock lo han ayudado a recordar, ¿Qué sucederá ahora? ¿Cuál es la decisión que guille tomará en su vida?
Espero les guste el cap, muchos saludos y abrazos a todo aquel que lee n.n de verdad muchas gracias, también por soportar la espera xD os quiero z4
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padfoot-orion-blog · 7 years
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El día que escape.
Año 1976- Número 12 de Grimmauld Place 
Los días pasaban con una lentitud desgarradora, pensar que las vacaciones terminarían pronto era lo único que lo mantenía relativamente cuerdo, quería con todas sus fuerzas salir de ese lugar, no ver nunca más a la arpía de su madre, aquellas palabras que salían de sus labios habían pasado de ser tomadas con tristeza, a una rabia absoluta que comía cada parte de su alma, ¿Acaso él estaba mal? En sus peores momentos se preguntaba por qué las cosas se daban de aquella manera tan cruel, la forma que tenía de pensar sería bien recibida en muchos lugares, pero justamente no aquí. Levantó su vista a la pared posterior de su cama, llena de imágenes de chicas muggles en bikini, y motocicletas de un negro brillante, todo aquello comenzaba a perder significado, ¿Por qué las tenía exactamente? Si era para producirle un disgusto a su madre, eso ya no servía en lo absoluto, ella ni siquiera se acercaba a su habitación, se limitaba a gritarle de los pisos inferiores que era una verdadera vergüenza. A esa mujer le encantaba contarle a todo el mundo como su primogénito se estaba volviendo poco a poco un traidor, la forma en que lo odiaba, y que sinceramente no esperaba nada de él en un futuro próximo.  
Pensó en escapar, pero aun no sabía exactamente donde iría, no tenía exactamente permitido usar magia fuera de Hogwarts, y si lo llegaban a expulsar por hacer una estupidez épica, tendría que soportar a todas esas personas por el resto de sus días. Aun así, sin plan alguno, comenzó a empacar todas sus cosas, quitó de las paredes todas esas motos, y a esas chicas, la ropa que más le gustaba de su armario, y los artefactos de su habitación que le harían más falta, tomó el marco de una foto que tenía sobre su mesita de noche, donde se veía a un James bastante sonriente, junto a él estaba Sirius, Remus y Peter, la tiró en su maleta, todas aquellas cosas que quedaban allí probablemente se llenarían de polvo, o su madre las tiraría a la basura, pero ya nada más le importaba, la satisfacción de tener una vida acomodada no era suficiente si se sentía así de incómodo en un lugar que se suponía era su hogar.   Su hermano vino a su mente, tal vez, sólo tal vez Regulus podría venir con él, era un idiota que se creía absolutamente todo, pero podría recapacitar con el tiempo, aún tenía algo de inocencia en su interior, Walburga deseaba llenar su cabeza con ideas de la pureza de sangre, purgar a los sangre sucia, e hijos de muggle que estaban en el mundo mágico, sus razones ni siquiera eran de admirar, pero su hijo pequeño era el títere predilecto, todo lo que deseaba para su descendencia. Depositó su varita en uno de los bolsillos de su jeans negros, salió con silencio de la habitación, se acercó al barandal de la escalera para mirar hacia abajo, el lugar estaba demasiado tranquilo, no se veía por ningún lugar a Kreacher, tomando en cuenta que el elfo se metía en los asuntos de todo el mundo, era raro no verlo por allí, bajó un par de pisos, su madre no estaba, probablemente se encontraba en sus extraños y turbios asuntos, Kreacher debía haberla acompañado, esa mujer no perdía oportunidad de mostrar su superioridad. Vio a su hermano sentado en una de las escaleras, la que daba al primer piso, su padre no estaba a la vista, las trincheras enemigas estaban despejadas, si realmente deseaba escapar de allí, ese sería por lejos el momento más adecuado. 
Volvió en sus propios pasos hasta la habitación, tomó la maleta, y se encaminó fuera nuevamente, no sin antes quedarse un par de segundos mirando las cosas que había dejado, dudó por un segundo, pero luego de un lapso de debilidad, quitó de la pared una foto que tenía con Regulus, y se la llevó doblada en uno de los compartimientos de su chaqueta de cuero, bajó los escalones consciente de que la maleta hacía bastante ruido, pero aun nadie venía a inmiscuirse en sus asuntos, al llegar a la última escalera, Regulus se volteó, miró la maleta unos segundos, y se levantó para no estorbar el camino de su hermano mayor, su expresión revelaba sorpresa, él sabía que a Sirius no le gustaba ese lugar, pero siempre pensó que las amenazas de irse, eran sólo eso, amenazas de un adolescente rebelde que desea traerle problemas a sus padres.   Cuando la maleta al fin tocó el último escalón, Sirius la soltó, miró a su hermano tratando de buscar las palabras adecuadas, esa no era una despedida, al menos no para ellos dos, se volverían a ver en Hogwarts, no de una manera especialmente efusiva, pero aun así sabría si estaba bien o no, ¿Debería dejarle encargadas unas palabras a su madre? Algo parecido a ‘Estoy complacido de irme de tu estúpida casa’, probablemente no sería tan sabio hacer eso.   —Regulus, sé que le haces caso a nuestra madre como si de algún tipo de Diosa se tratase, pero aun así te ofreceré venir conmigo, te doy la oportunidad de salir de este nido de serpientes maliciosas, te ofrezco algo que a mí nadie nunca me ofreció.  
El menor negó, y bajó su mirada para fijar su atención en los zapatos de su hermano. No quería que se fuera así, pensaba la mayor parte del tiempo que Sirius era un idiota, pero por alguna razón le gustaba tenerlo allí, se sentía menos solo, aunque no tuvieran una relación tan cercana como cuando eran pequeños, tenía la esperanza de que con un poco de trabajo Sirius podría recapacitar y seguir los ideales de la familia Black, volverse un hermano modelo, y todos ser una familia feliz.   —Quédate, si le dices a nuestra madre que has recapacitado ella dejará de ser así contigo, sólo quiere que seas como ella, o como yo. ¿Acaso no ves que es más fácil sólo hacerle caso?  
—Claro que no lo haré, tú eres el que debería ver cosas evidentes, como lo equivocada que Walburga está, las personas que no son sangre pura como nosotros, merecen el mismo respeto que todos, ¿No tienes un mínimo de respeto por la vida, Regulus? 
—Ellos no merecen estar en nuestro mundo, además ¿Dónde irás? Eres un Black, Sirius, puedes tener todo lo que quieras, ¿Por qué eres tan estúpido?  
—Realmente me apena que no entiendas, y aunque lo desees, no me quedaré aquí, Walburga y Orión sólo se dedican a insultarme o gritarme, estoy cansado de toda esta basura pretenciosa.   El pelinegro de cabello largo negó, tomó nuevamente su maleta, sabría que no podría convencer a su hermano pequeño de acompañarle, no en ese momento al menos. Su madre llegaría en cualquier minuto y debía salir de allí con rapidez, escuchar los gritos de esa mujer podía considerarse una tortura peor que un crucio. Desordenó el cabello de Reg y caminó hasta la salida, no miró atrás, estaba a un impulso de idiotez de arrastrar por la fuerza a Regulus con él, el chico veía como su hermano se transformaba en el tipo de persona que él más odiaba, un narcisista adicto a la sangre pura, que se dedicaba a mostrarle a los demás por qué el camino que él quería llevar era el correcto, sin tomar en cuenta que, en aquel camino, la gente podía salir terriblemente lastimada.   Fuera de su casa, en medio de la calle, pensó que tal vez James podría recibirlo, a nadie le agradaba demasiado darle de comer a una boca más, pero tenía la esperanza de que los padres de Prongs siguieran siendo tan amables con él como lo habían sido hasta ahora. En todo el recorrido hasta allá, trasladándose por opción personal como un muggle común, odio su maleta en muchas oportunidades, también odio a las personas muggle que veía, envidiaba lo fácil que podría ser la vida de la mayoría de ellos, estaban a punto de ser afectados por un peligro que desconocían completamente.   Cuando llegó a la casa de James, ya era de madrugada y todo el odio que sentía en su interior, había sido desquitado con su maleta que ya estaba en muy mal estado, sus nudillos muy fríos por el clima tocaron la puerta de los Potter, golpeó nuevamente después de unos minutos sin alguna respuesta, situó la maleta a un lado de la entrada para sentarse sobre ella, el rato pasó, sentía como ese estúpido viento le calaba los huesos, cerró su chaqueta al mismo tiempo que un asustado James abrió la puerta con su varita alzada, y posición defensiva.   —James, soy yo…   El chico se acomodó los lentes, para mirar con el ceño fruncido a Sirius, luego le propinó un suave golpe en el hombro.   —Por Merlín, me asustaste Padfoot, ven aquí, entra. ¿Qué haces todavía allí afuera?   Sirius tomó su maleta, y entró a la casa, James le hizo un gesto el cual fue suficiente para que el recién llegado entendiera que debía ir al cuarto de su amigo, al entrar vio a un somnoliento y algo malhumorado Remus tratando de entender que era lo que sucedía, Black no tenía idea que él estaba allí de visita, pero de alguna forma le reconforto tener a sus dos mejores amigos cerca.   Sirius se sentó en una silla que se encontraba en uno de los rincones de la habitación, frotó sus manos durante unos segundos, para luego acercarla a sus labios dejando escapar una bocanada de cálido aliento sobre ellas,  James que a esas alturas ya estaba en el lugar junto a sus amigos, le dedicó una mirada confundida a Moony, cerró la puerta tras de él y encendió las lámparas para darle una mejor visibilidad a todo el asunto.  
—No es que no me agrade tenerte aquí, pero es una hora algo extraña para llegar sin explicaciones, con una maleta tan grande y con este clima, ¿Pasó algo?   —Realmente espero que la respuesta no sea, ‘He matado a alguien’ —  Remus se incorporó un poco, mientras frotaba sus ojos con suavidad. 
—Bueno, pues escapé de casa… Y antes de que me den un discurso, realmente estaba cansado de los discursos de mi madre, además con todo el asunto de la guerra, sus palabras parecen tomar cada día más poder en otras personas… Traté de arrastrar a Regulus conmigo, pero esa serpiente ya lo convenció de sus estúpidos ideales.  
—Tranquilo, no pensábamos darte un discurso, pero no puedes sencillamente huir sin avisarle a nadie, pudo pasarte algo Sirius, la gente para bien o para mal te conoce, además llevas el escudo de tu familia grabado en esa maleta, tienes suerte de no haberte topado con la persona equivocada. —  Remus parecía bastante molesto, aunque aliviado de que su amigo estuviera bien, se levantó y sentó junto a Padfoot, se veía bastante triste, las puntas de sus dedos habían tomado un color morado al igual que sus labios.  
—Sólo vine aquí porque no tenía donde ir, nadie de mi familia me tiene el suficiente aprecio como para enfrentar a Walburga, nadie recibirá al traidor de sangre. —  Miró a James luego de decir las palabras, no quería que Prongs se sintiera ofendido de alguna forma o molesto por su llegada.  
—No seas dramático, y no te preocupes, puedes quedarte aquí todo el tiempo que desees, no tienes que volver a tu casa, a mis padres no les molesta, y será divertido pasar los días juntos… Ahora, acomódate en una de las camas y duerme un poco, pareces como salido de una resaca, y tus labios están morados del frío. —  El pelinegro asintió, vio como sus amigos se preparaban para dormir, y sacó la foto que tenía en su chaqueta, para ver su hermano Regulus.   —Reg, eres un idiota.
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idolish7-es · 7 years
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1.14.1: Vínculos amistosos
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Sougo: ...Escuché que fuimos negados en el programa. Que fue el deseo de FSC... Tsumugi: ...Sí. Pero eso qué tiene que... Sougo: ...Ser negados fue mi culpa. Mi padre, Ousaka Soushi, es... Sougo: ...El presidente de FSC. Tsumugi: ¿El presidente de FSC es tu padre...? Yamato: ¿En serio...? Pensé que era un buen momento para una historia de fondo, pero que vaya tan lejos es... Mitsuki: ¡Entonces debes ser realmente rico! ¿...Pero por qué sería esa la razón de que nos nieguen? ¿Tu padre no te apoya? Sougo: ...Luego de ciertas circunstancias, se opuso a todo lo relacionado a la música. También se suponía que yo heredaría la compañía. Sougo: Pero, en algún lugar de mi corazón, no pude abandonar la música completamente... Fue entonces cuando fui reclutado por el presidente. Sougo: Lo discutí con mis padres pero, por supuesto, estuvieron vehementemente en contra... Sougo: Me dijeron que no había forma de que pudiera triunfar. Y que incluso si lo hacía, no me dejarían continuar. Sougo: Pero no pude rendirme completamente. Así que abandoné la universidad y entré a esta compañía. Sougo: Aunque, ya que fui desheredado en ese momento, ya corté lazos con mis padres. Riku: ...Así que, cuando dijiste que abandonaste a tu familia... Sougo: Sí... A eso me refería... Tamaki: ¿...Por qué quisiste hacer música? Sougo: ...Mi tío era músico. Sougo: No vendía muy bien, pero siempre se divertía contándome historias sobre su banda. Me enseñó canciones... Sougo: Amaba a mi tío, y amaba su música. Pero la familia también se opuso a que él trabajara en la música, y lo alejaron... Sougo: Destruyó su cuerpo, y falleció. Yamato: ...Así que eso fue lo que pasó... Sougo: ...En el funeral de mi tío, fue muy doloroso escuchar a todos decir "Se lo merece". Sougo: Se lo merece. Se volvió así porque estaba absorto en algo tan incierto como la música. Sougo: Se lo merece. Habría sido feliz si no perseguía un sueño tan extraño y hubiera vivido una vida digna. Sougo: Pero yo... Tamaki: ¿...Querías decirles que estaban equivocados? Sougo: ...Sí... Sí, eso es... Sougo: Estaban equivocados. Mi tío era feliz. Vivió una maravillosa vida. Quería gritarles eso, a todos... Sougo: Así que entré a este mundo. Tamaki: ...Ya veo. Tamaki: Finalmente hablaste sobre ti mismo. Sougo: ...No creí que quisieran escuchar una historia tan deprimente... Nagi: No! Me siento conmovido. Ni tu, ni tu tío estaban equivocados. Nagi: La música, el baile... Son magias que hacen felices a las personas. Son cosas maravillosas, hermosas. Nagi: Sougo, heredaste los sentimientos de tu tío. Fue una historia reconfortante. Sougo: Nagi-kun... Gracias... Sougo: ...Pero mientras yo esté aquí, lo mismo podría volver a ocurrir. Sougo: Hay un gran número de compañías en el grupo, y son patrocinadores de TV, programas de internet, periódicos y revistas. Sougo: Con solo una palabra del patrocinador podríamos ser negados, yo... Mitsuki: ¡Estaremos bien! ¡Solo tenemos que volvernos tan populares que ni siquiera el poder de tu padre importe! Mitsuki: Conoces al legendario idol “Zero”, ¿Cierto? La superestrella con la que todo Japón estaba obsesionada. Mitsuki: Estoy seguro de que ni siquiera el primer ministro, o el presidente... No, ninguna persona en el mundo podría detener un concierto de Zero. Mitsuki: Solo tenemos que volvernos estrellas así. ¡Solo necesitamos volvernos tan grandes que podamos dejar de lado todo lo demás! Iori: Así es. A mi juicio, continuaremos teniendo ofertas de programas. Iori: Me imagino que será difícil, incluso para FSC, responder a todas ellas. Sougo: Mitsuki-san... Iori-kun... Riku: ¡Por favor, no te preocupes! ¡Tu padre lo aprobará algún día! Riku: Y tu tío, también. Sougo: ¿Está bien... que esté aquí...? Yamato: No deberías tener que preguntar para saber la respuesta. Sougo: Yamato-san... Yamato: Sou, tómate tu tiempo y relájate por hoy. Esforcémonos juntos desde mañana Sougo: ...Gracias, a todos...
Continuará...
-Todos los créditos a la traducción en Inglés-
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chixindiarystar · 4 years
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Mi Estrella.
Bueno para mi es realmente complicado escribir esto ¿Creo que es la primera vez que escribo algo por este medio? Supongo, y no se...es que realmente sentí las ganas de hacerlo.
Quería escribir como el titulo de este post lo dice sobre “Mi Estrella”, ciertamente creo que muchas veces lo he dicho lo especial que son las estrellas para mi, pues tienen un símbolo que adoro mucho, que tienen su sello personal para mi. No hablo sobre que significa para el resto del mundo, sino que significa para mi.
Y debo decir que el significado sobre esto nunca lo había pensando tan seriamente, sino fuera que hace un mes, en el que me toco ir mas tarde a mi universidad de lo normal, pues yo estudio de noche. Se me ocurrió ver el cielo oscuro, en el que no había luna, ni siquiera las estrellas iluminaban aquella oscuridad. De alguna forma, me sentí solitaria como si ni siquiera el cielo me acompañaba en mi travesía. Entonces desde allí cada noche miraba el cielo, aunque eran pocas las noches en que si habían unas cuentas estrellas, estaban allí, con su pequeña luz iluminando la oscuridad de la noche en la ciudad, tan pequeñas pero brillantes. Entonces recordé algo.
Hace algún tiempo, unos años atrás que no recuerdo cuantos fueron tuve un viaje a un sitio rural, donde la naturaleza se veía en todo su esplendor. Es el cielo mas hermoso que pude haber apreciado en la vida, para mis ojos las estrellas en la ciudad eran tan pequeñas, tan inalcanzables, pero...¡En este cielo puro eran todo lo contrario! Eran millones iluminando la oscuridad, era tan inmensa la cantidad que se mezclaban de manera hermosa. Mas brillantes, mas hermosa, podía sentirlo como si al estirar la mano fuera capaz de tocarlas. Y ya lo recuerdo, fue desde tiempo que el significado se volvió mucho mas personal, mas mágico. Quería crear un paisaje como ese dentro de mi. Un montón de estrellas danzantes en mi propia oscuridad, mis propias pequeñas luces para no sentirme sola.
Hoy en día, tengo 18 años, pronto cumpliré mis 19 años, probablemente con ello mas de mis estrellas mueran en el camino, y otras...comiencen a nacer. Lo que es me hermoso aun, pues aunque mis estrellas mueran, aunque esos sueños lleguen a  volverse irreales. No van a desaparecer, pues adornaran mi propio cielo una vez muertos, me recordaran aquel sueño que deje morir alguna vez. Me darán la fuerza de recordarlo, que fue esto lo que quise hacer alguna vez.
Hasta ahora pude recolectar un montón de estrellas en el transcurso de mi vida, sin embargo nada me sera tan especial como mi primera estrella, mi primer sueño cumplido, la primera vez que sentí que realmente pude brillar. La vez en que pude gritarle al mundo: “Yo existo, mírame estoy aquí ¡Noten mi brillo!” Mi primera estrella, fue sin dudas el grito a mi cielo, fue el alzar con alegría mi victoria ante mi misma para que los demás apreciaran mi resplandor. La primera vez en que pude demostrar, que incluso alguien que una vez fue tan apagada y triste como yo, puede tener un carácter del que sentirse orgullosa. Por eso, es mi estrella mas especial, pude conquistar mi propio miedo a ser visible, a que el mundo me mirara. El dejar de reprimirse a si mismo para demostrar tu valor, tan solo dar el pequeño paso de querer romper la coraza ¡Habia dado el primer paso, por lo que no puedo detenerlo ahora mismo! Debo seguir y crear nuevas estrellas, creare el cielo de esa noche.
Para que así, el día en que vuelva a mirar el cielo, y enorgullecerme, pues es mio. Yo le di la vida, yo te cree. Pues yo jamas te abandonare.
En fin, esto solo lo escribo para mi futuro yo. Que no se te olvide lo que construimos, estrellita~
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