Tumgik
#Tomar Control
cuartoretorno · 1 year
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soberaniasar · 3 months
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#separator#Responder con innovación a las necesidades de la#el compromiso y la inversión pública del Ministerio de Desarrollo Económico del gobierno entrerriano#el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader)#Es cruc#enfatizó Falvo#quien también subrayó la importancia del monitoreo para tomar acciones focalizadas y menos invasivas durante los brotes de dengue. Su labor#reconocido internacionalmente#colaboró estrechamente con instituciones nacionales e internacionales para mejorar las estrategias de control y monitoreo de estos vectores#los investigadores Guillermina Fagúndez y Diego Blettler desarrollaron un ambicioso proyecto de gestión de calidad. El objetivo principal c#durante la ejecución del proyecto#llevaron a cabo actividades esenciales#como la caracterización palinológica y colorimétrica de las mieles#así como la aplicación de nuevas prácticas de manejo destinadas a aumentar la producción de variedades de miel específicas. Adicionalmente#se realizó un reordenamiento estratégico de lotes en función de criterios comerciales para optimizar la eficiencia productiva.</p><p><br />#vinculada con estudios palinológicos para establecer una identificación única o#de cada tipo de miel. Este enfoque permiti#además de respaldar decisiones productivas y comerciales basadas en datos precisos.</p><p><br /></p><p>El conocimiento generado no solo tie#sino también económicas y comerciales significativas. Se espera que las mieles diferenciadas bajo este protocolo obtengan un mayor valor en#fortaleciendo la confianza de los consumidores y promoviendo una mayor valorización del producto regional. Además#se proyecta la creación de mieles con denominación de origen#lo cual asegurará estándares de calidad superiores y reconocimiento internacional.</p><p><br /></p><p>El proyecto representa un paso crucia#posicionándose favorablemente en el mercado global de productos apícolas.</p><p><br /></p><p><b>El control de plagas como meta</b>&nbsp;</p#un innovador proyecto en Ecología Química es liderado por el investigador Andrés Peruset y está revolucionando el manejo de plagas en culti#controlando así sus poblaciones de manera ecológica. Son beneficiarios los agricultores#especialmente de la zona de influencia del Cicyttp#y la agencia de Extensión Rural INTA Diamante#quienes participarán en los ensayos y podrán expandir esta tecnología. Se suman estudiantes que recibirán formación en nuevas tecnologías d#mejorando su capacitación profesional#las instituciones que obtendrán herramientas para abordar problemáticas en zonas periurbanas -mejorando la producción agrícola- y el mismo
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reservas123 · 8 months
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ittom2m · 3 months
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EL VIAJE ASTRAL
Los viajes atrales son un fenómeno muy fascinante pero poco estudiado, por eso el profesor Evan se ha dedicado la mayor parte de su vida a estudiarlos.
Pero por más que el profesor le apasione el tema, él ya esta viejo por eso mismo contrato a Mike su nuevo asistente un joven estudiante con mucho potencial en el campo de la investigación científica y que desde muy pequeño ha tenido la habilidad de hacer viajes astrales así que sabe muy bien del tema casi tanto como el profesor Evan por eso es muy común que realicen sesiones juntos para tener viajes astrales.
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En su última sesion estaban estudiando las interacciones entre sus cuerpos astrales y como es que se podían comunicar e interactuar en el plano astral, todo iba bien hasta que al terminar el viaje, el primero en despertar fue el profesor pero esta vez se sentía con más energía como si hubiera rejuvenecido, hasta que vio sus manos, se dio cuenta de que este no era su cuerpo Si no que era el cuerpo de Mike al verse en un espejo se emocióno aún más asi que se quito la playera y empezó a tocar su nuevo cuerpo en específico los músculos bien trabajandos de su asistente mientras hacía eso, comenzó a sentir como su corazón empezaba a bombear sangre a su entrepierna, asi que se bajo los pantalones solo para ver un bulto considerablemente grande debajo de su ropainterior, lo único que pensó Evan fue en desnudarse por completo y dejar salir ese pedazo de carne pero antes queria tomarse una foto y recordar ese momento.
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justo después de tomar la foto, Mike lo interrupio al parecer habia despertado muy desorientado, casi le daba un infarto al ver como se estaba comportando su cuerpo.
El profesor lo tranquilizo y le explico la situación mientras se volvía a vestir, aún así Mike quería regresar a su cuerpo y el profesor se sentía mal por haber actuado de esa forma en el cuerpo de su asistente, así que tuvieron una sesión rápida para volver a sus cuerpos.
Mike ahora se sentia aliviado mientras veía la foto que el profesor tomo cuando cambiaron de cuerpos, solto una sonrisa y le hizo saber que le gustaria seguir investigando más sobre el intercambio de cuerpos y que podrían intentar volver a intercambiar para la siguiente sesión.
El unico problema era que la siguiente sesión seria hasta el otro sabado ya que Mike estaba ocupado con la escuela, para Evan esto fue un gran inconveniente ya que necesitaba volverse a sentir así de fuerte y viril, y solo lo podía lograr teniendo el cuerpo de su asistente.
Así que el Profesor Evan ideó un plan. Espero a la noche del domingo aproximadamente a las 11:00 pm ya que Mike se iba a la cama temprano para ir al escuela, Evan se tomó las suficientes pastillas para dormir esto con el fin de relajarse y poder tener un viaje astral lo antes posible. En un instante el profesor se encontraba en el plano astral, se dirijo a la casa de Mike en específico a su cuarto donde se quedó esperando en una esquina hasta que vio como el cuerpo astral de Mike apareció, esa era la señal. Su asistente estaba teniendo uno de esos viajes astrales involuntarios, sabía que los tenía a menudo, ahora era el momento de poseerlo así que el espiritu de Evan se abalanzó sobre el cuerpo inerte de Mike.
Profesor Evan: Mi plan ha funcionado *dice con la voz profunda de mike* no lo puedo creer me siento genial en este cuerpo, ahora que tengo el control total podré disfrutarlo empezando por donde me quede.
Al levantarse de la cama el profesor se da cuenta de que su asistente duerme solo en ropa interior y con calcetines.
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El profesor no pudo evitar oler los diferentes aromas que emitía su nuevo cuerpo como el de sus axilas, parecía que Mike estaba tan cansado que se durmió sin bañarse, eso no le digusto a Evan al contrario empezó a exitarse mientras veía esos calcetines blancos. Derrepente tuvo unas ganas de quitárselos y olerlos, y así fue mientras los olia comenzó a tener una ereccion, sabía lo que tenía que hacer así que se bajo su bóxer dejando salir el pene de Mike, aproximadamente unos 17 cm sin circuncisión y con un buen grosor, en ese momento el profesor supo que fue una muy buena decisión haberlo poseído mientras se masturbaba con un calcetín comenzó a gemir, al oír los gemidos de su asistente lo éxito aún más e hizo que se viniera de una vez.
El cuerpo de Mike estaba todo sudado en medio de su cuarto con la verga metida en un calcetín lleno de su leche mientras el profesor lo poseía, solo de pensar en está escena sacada de sus fantasías más perversas aún mantenía duro su pene.
El profesor Evan se sentó en una silla mientras jugaba con sus bolas supo que este cuerpo ahora sería suyo, no pensaba dejarlo.
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Al día siguiente el profesor despierta y lo primero que ve es la ereccion mañanera de su nuevo cuerpo
Evan: Aun no puedo creerlo, sigo en el cuerpo de Mike, anoche fue como un sueño, parece que este cuerpo estaba esperando a ser usado por alguien con más experiencia.
*suena el despertador*
Evan: Vaya ya es tarde, tengo que bañarme después de haberme divertido anoche me quede dormido por eso este cuerpo ya apesta *se huele la axila* aunque me gustaria seguir oliendo así, tengo que ir al escuela y fingir ser Mike o bueno tratar de ser él.
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Evan: Este cuerpo es muy sensible, solo comenze a tallarme y ya tengo otra ereccion, quisiera volverme a masturbar pero ya se me hizo tarde, creo que me quede mucho tiempo mirándome al espejo, este cuerpo merece ser visto por todos, comenzare a tomarme más fotos para subirlas a las redes sociales de Mike así puede que llame la atención de un chico lindo con el que pueda sacar todo el potencial de mi nuevo cuerpo.
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Evan: ahora tengo que vestirme aunque Mike tiene coche, así que podría manejar en boxer solo para ver sus piernas peludas, pies y paquete en cada oportunidad que tenga.
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Evan: dedique toda mi vida al estudio de los viajes astrales y ahora que soy Mike puedo decir que vale la pena dar todo de ti a lo que te apasiona, talvez algún día puedas usar tus conocimientos para poseer un cuerpo como este.
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xtr1xx · 3 months
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Tips para ser esa princesa que tanto quieres
Si ya te estás volviendo una princesa y ya sabes lo básico, pero no sabes como avanzar a ser una princesa, tranquila hermosa. Trixx te ayudará con esto!
Cuando ya tienes un límite de calorías establecido debes saber algo muy importante, siempre tienes que elevarlo uno o dos días (dos días es lo más recomendable) 200 o cuantas calorías gustes para no atrofiar tu metabolismo. Bueno, ahora que sabes eso, te enseñaré a como mantener el hambre controlado.
Identifica que tipo de hambre sientes: ¿Te ha pasado que de la nada comienzas a sentir hambre de algo en específico? Bueno, cielo, esto es normal cuando estamos aburridos, estresados o incluso deprimidos, pero ¿Que debemos hacer? Identificar que hambre sentimos, si física o mental. Esto es fácil, solo respondes unas preguntas "¿Tu hambre apareció repentinamente?" Sí es si, es probable que sea un hambre mental o emocional, si tu hambre fue empezando poco a poco entonces es probable que sea física. "¿Tienes un antojo en específico?" Si la respuesta es otra vez sí, otro punto para el hambre emoción, si es no, entonces es un hambre física. Ahora que tenemos nuestra hambre identificada, ¿Qué debemos hacer? Cuando sentimos hambre emocional, puedes beber agua, ya sea fría o caliente. Yo recomiendo tomar agua caliente porque te da la sensación de que estás lleno (esto también sirve para ayunos) y la fría causa saciedad más no te brinda ese sentimiento de estar llena. También puedes distraerte haciendo lo que más te gusta, como dibujar, escribir, etc. Sí el hambre es física, puedes prepararte un pequeño Snack, si puedes comer alimentos con proteína sería mucho mejor porque te sacia más y así evitamos ser Skinny Fat.
¿Estás en ayunas pero te quieren obligar a comer? Tranquila, te ayudaré a esconder la comida. Si te dejan comer en tu habitación puedes esconder la comida en una bolsa, dársela a tu perro o mascota (si es que tienes) dársela a alguien que la necesite o botarla. Si no te quieres sentir tan culpable, puedes dársela a algún animalito de la calle. Si no te dejan comer en tu habitación entonces puedes comer y esconder la comida en una servilleta o en un vaso que no sea transparente. O sí no, simplemente come! Pero en proporciones pequeñas, toma agua cada 2/3 bocados para llenarte más, habla más y come menos. Recuerda, ¡Menos es más! Puedes decir que te llenaste, te duele una muela, te sientes mal, tienes el estomago revuelto (la sensación antes de las náuseas) o cosas así. No recomiendo vomitar a menos de un atracón muy intenso, porque vomitar hincha los cachetes, daña el esmalte de los dientes y muchas cosas más.
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Si no te gusta vomitar, también puedes purgarte con algún laxante natural o algún laxante de farmacia. Yo por lo general trato es de quemar las calorias, no soy fan de vomitar o purgar...
Ejercicio: Esto si mal no recuerdo lo expliqué en el otro tips de Ana. Pero lo vuelvo a poner porque es una parte fundamental para ser una princesa y no quedar Skinny Fat.
He hablado sobre el termino "Skinny Fat" pero... ¿Qué es? Bueno, este termino se usa cuando somos flacos pero la grasa se acumula en el abdomen, piernas o brazos (así quedé yo al no estar bien informada, por eso tienen que investigar) ¿Cómo evitarlo o cómo salir de ahí? Priorizando la proteína, haciendo ejercicio, tener una dieta equilibrada, no tener un límite tan bajo de calorías sin hacer alguna actividad física, etc. Sí ya eres Skinny fat, puedes hacer ejercicios de piernas, brazos o abdomen, arreglar tu dieta diaria de calorías y priorizar la proteína. En internet hay muchas rutinas de ejercicios que puedes hacer, recuerda intercalar los días en los que haces ejercicio y NUNCA te olvides de estirarte antes y después.
Mantener un control: esto para algunas personas (como a mí) nos cuesta mantener un control sobre nosostros mismos. ¿Qué hago para tratar de controlarme? Anoto todas mis comidas en una aplicación "Yazio" así mantengo un control en mis comidas, comenzaré también a anotar mis días en mi cuaderno o en mis notas para así llevar un seguimiento y desahogarme un poco. También veo thinspo y comparo partes de mi cuerpo (como mi abdomen y piernas) por la calle hay muchas personas gordas, la mayoría mayores de edad, las veo y me pregunto a mí misma que si así me quiero ver en unos años...
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¡Ten una meta fija! Hermosa, no decepciones a la reina Ana, es ser flaca, no esquelética. No puedes simplemente bajar de peso hasta morir, nadie quiere coger con una gorda, pero tampoco con un esqueleto...
Recuerda controlarte, no nos decepciones.
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karylvsjuanii · 7 months
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hermanda god bless u por tan tremendo smut con Pipe, ¿para cuándo otro? 😝😝
yo te espero todo lo que quieras
OSCARS | Felipe Otaño
tw: Lector Femenino x Felipe Otaño. MUCHA sobre estimulación, cría de semen, hablando con groserías y apodos “papi” “bebé”, bebiendo coño, dedos, masturbarse, oral f/m. Sexo sin protección. (por favor léelo bajo tu responsabilidad)
Quiero aclarar que los diálogos son en argentina pero mi narración es latina.
También que perdón mi inactividad, me tomó mucho el tiempo para hacerlo mejor posible, ojalá les guste, comenten. Si hay algún error por favor dímelo.
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Finalmente, la película está por todos lados, dándose a conocer por todos como ganadora de un oscar.
Felipe estaba celebrando con sus amigos, cuando le llega una notificación de ella.
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Felipe salió de ahí en fa, necesitaba ir con su novia. Realmente su mensaje lo dejó con la pija paradisima, si de por sí ya había pensado en el buen premio que sería la boca de su princesa en su polla. La necesita y se lo merece.
Llegó a su habitación en menos de los 15 minutos y no estaba en la sala, por lo que caminó a su cuarto y ahí te encontrabas, acostada en la cama viendo la televisión, él se acercó a ti no sin antes cerrar la puerta. Tomó el control remoto de tus manos, presionó el botón rojo y aventó el control sin dejar de verte. Comenzó a besarte mientras que tú te acomodabas en la cama.
Mi amor, ya me necesitas, verdad? - Preguntas con una voz tan excitante, que solo hace que se le pare más.
Chúpamela, solo chúpamela - Felipe dice sin más.
El se aparta de ella y se sienta en la esquina de la cama, tu te paras frente a el, y lo tomas del cuello para besarlo, bajas tus manos lentamente hacia su pecho hasta llegar a su abdomen bajo para meter tus frías y delicadas manos dentro de su camisa y quitársela de una vez.
Te da su ayuda para quitársela y seguir besándote entre jadeos de su parte por lo horrible que sentía a su pija arder.
Fuiste dándole besos húmedos por todo su cuerpo, sacándole un gemido ahogado, bajaste dolorosamente hacia sus short, tomaste la tela que sujeta y la bajaste con su ayuda.
Comenzaste a dar lamidas por encima del bóxer y juras que Felipe estaba en el puto cielo gracias a sus gemidos.
Si así se sentía sobre una tela, no se podía imaginar como sería sin una de por medio.
Cuando te cansaste de dar lamidas bajaste su ropa interior, paraste un momento para verlo.
Su risa expresaba claramente lo orgulloso que se sentía al notar tu expresión sorprendida por ver lo disparada que salió su polla apuntando a él.
Te gusta? - Pregunta acariciando tu cabello largo.
Me encanta mi amor, es mejor a cómo la había imaginado - Contestaste sin vergüenza.
La idea de que esto ya lo habías imaginado antes, le hizo a Felipe más tentadora la idea de comerte entera.
Entonces también habías imaginado esto? - Preguntó mirándote a los ojos.
Muchas veces - Dices para tomar su gran polla entre tus manos y dar la primera lamida.
Felipe soltó un gemido leve sin dejar de mirarte.
Empezaste a dar círculos por el glande haciendo que su polla se enrojezca más y amenace con pre semen. Justo cuando empezó a salir, la metiste en tu boca, hiciste lo más que pudiste, y lo otro lo seguiste trabajando con las manos.
Felipe no pudo evitar soltar el gemido más grave de su vida, echó la cabeza para atrás y sintió que sus brazos y espalda se debilitaron, quería follarte la puta boca de una vez pero no quería lastimarte.
Era un regalo de Dios verte mientras lo comías y se prometió que será una imagen que nunca olvidará.
Verte de esa manera es mejor a todas las imágenes mentales que pudo haberse creado antes, lo que más deseaba era tenerte así.
Mi amor, si, si bebé, sigue así. - suelta tu novio entre gemidos graves.
Lo único que recibió de tu parte es sentirlo más rápido y gemidos que hacen a su polla vibrar.
Felipe siente que se va a correr y es lo mejor que ha sentido pero no quiere terminar en tu boca, así que te detiene.
Bebé, para, ven - Dice alejando su cuerpo de ti para levantarte y tumbarte en la cama.
Qué pasó? Hice algo mal? - Dices con una cara de tristeza.
No preciosa, todo lo contrario, me sentí muy bien pero quiero correrme junto a vos. - Felipe mima tu rostro colorado.
Pero antes, quiero hacer algo que me gustaría haber hecho desde que te vi en las gradas del estadio - Quita tu sostén con torpeza, lográndolo.
Que cosa? - Preguntas, viendo a tu sostén ser arrojado.
Mientras pipe baja a quitarte los pantalones apretados que llevabas puestos.
Lo ayudas a quitarlos, y cuando finalmente los termina de quitar, rápidamente toca tu coño sensible para sentir por fin lo mojada y caliente que estabas.
Agh, felipe, no - Dices tomando su mano haciendo que pare los movimientos.
Qué pasa, linda? - Pregunta el castaño preocupado.
Me voy a correr amor, no toques. - Continuas cerrando los ojos.
Eso es lo que quiero, hermosa. - Felipe sonríe para rápidamente bajar tu encaje y tocar con su dedo índice tu entrada.
Su novia suelta un gemido quejumbroso tomando su brazo y apretándolo.
Con su dedo índice en tu entrada comienza a dar círculos y agrega rápido su dedo anular para tocar tu clitoris con este e iniciar a masajear las dos zonas lentamente.
Escucha cuando comienzas a gemir y lo hace querer oírte más, Él necesita que gimas su nombre.
Empieza un ritmo más rápido con sus dedos, gemidos salen sin parar cuando quita su dedo anular de tu clitoris para reemplazarlo por su lengua.
Hace circulitos rápidos con su lengua y mete su dedo índice en tu entrada para sentir como lo aprietas con todas tus fuerzas.
Felipe siente cómo poco a poco como te vas relajando más e intentas succionar su dedo al ritmo de su lengua presionando tu área sensible.
Tu novio suelta un gemido por la sensación de las cobijas rozando su polla y gritas por la vibración, jalándole del cabello.
Felipe, ya, por favor es mucho - Gritas tomando entre tus dedos el cabello de Felipe, este suelta un último gemido antes de retirarse de ti y se limpia la boca con sus dedos.
Los chupa mirándote.
Su novia se veía tan atractiva, estaba toda roja y despeinada, con los ojos llorosos y los labios rojos hinchados, las ganas de follarsela crecían, así que sin más, te tomó de las piernas y se acomodó en medio de ellas.
Intentaste cerrarlas.
Abrí las piernas - Dice mirándote fijamente con esos ojos azules. Te matan.
Amor, me duele - Respondes mordiendo tu labio y acercando la mano a tu área.
No te vas a correr si no abrís las piernas, bonita. - Felipe habla con una voz más grave de lo normal.
Abrí esa’ piernotas para mi, princesa. -
Felipe sujeta tus piernas impidiendo que las vuelvas a cerrar.
Su mano derecha toma su polla y la calma, empieza a rozarla con tu coño mojado, tú empiezas a gemir quedito por la sensación y metes la punta de tu dedo índice en la boca en forma de desesperación.
Empiezas a moverte al compás de su polla en tu coño, buscando más fricción, y cuando intentas hacer otro movimiento, rápidamente Felipe mete su polla a tu coñito caliente y los dos sueltan un gemido que piensas, todos escucharon.
Gimes y respiras pesado, quieres ir rápido.
Más rápido Felipe, ya follame toda, lléname de semen el puto coño - No te la complicas.
Y con eso le bastó para empezar y no parar por el resto de la noche.
Empezó a follarte de una manera descontrolada, veía sus tetas moverse por todos lados mientras tu sigues chupándote el dedo y gimiendo sobre el.
Para él, ver tu cinturita y piernotas abiertas sobre él, lo hace querer llenarte de semen, verte pellizcarte una de tus tetas lo llevó a golpearte el coño.
Notó que entre más te golpeaba con su polla, más rojita te ponías y justo así te quería desde un inicio, toda abiertota para él, dejándolo destruirte el coño, y toda roja por él, solo por él.
-Felipe, ahí más, ahí, si -
Era lo único que podía escuchar de la boca de su hermosa novia.
Verla toda destrozada por él era un sueño de todo hombre, una mujersota con una cinturita y unas piernotas, más un culote de puta madre, era lo que todos querían y solo él lo podía tener.
Tu empezabas a retorcerte más sobre Felipe, y le empezabas a tocar los brazos, en especial los bíceps.
Este recordó como una vez habías mencionado en tu sueño que querías correrte en su bícep, esa noche descansó muy bien con una buena masturbeada viendo tu culo y bonitas piernas.
Iba acercándose a su orgasmo, viéndote.
Papi, voy a correrme ya, voy a correrme en tu polla por favor, córrete dentro, embárrame tú semen y lléname mucho. -
Fue lo que finalmente hizo que soltara todo.
Córrete chiquita, Córrete como una puta. Mi puta. - Después de soltar un gemido, Felipe cae lentamente apoyando sus brazos a un lado de tus hombros.
Y sin más, solo logra escuchar como te corres desesperadamente por toda su polla, estremeciéndote y aferrándote de los brazos de Felipe para apoyarse, sin parar de gemir y gritar su nombre.
Tiras y tiras de semen salen disparadas de su polla rojiza llenándole el coño a su bebé.
Felipe saca su polla ya cuando se recupera y puede admirar la belleza de su novia estando muy perdida, lo único que sale de su boca es “mhhm”
Lo cual le excita más y te toma de la cintura con fuerza.
Este te recarga en el respaldo de la cama, no logras procesar lo que esta pasando, poco a poco aclaras tu vista cuando Felipe abre tus piernas y las separa lo más que puede, haciéndote quejar.
Sus ojos azules escaneándote te hacen temblar, se agacha y empieza a comerte el coño de forma descontrolada, gimes sintiendo sus dedos empujando el semen que ruega por salir de tu entrada.
La muñeca de Felipe realmente duele cuando mete sus dedos y aumenta la velocidad, luego de su lengua hasta hacer, de igual forma, doler su mandíbula.
Esa noche descubrió que su nueva adicción chupar tu coñito escuchando los hermosos gemidos y súplicas de tu parte diciéndole que se detenga.
Amor, es demasiado, es mucho, ya- Empujas con tus brazos débiles a su cabeza tratando de cerrar las piernas.
Con el mismo ritmo de antes, la novia del castaño pegó un grito enorme de satisfacción, dándole la razón del por qué su boca se llenó de fluidos, lo cual le hace mover los dedos más rápido, Felipe abre la boca para tomarlo todo.
Ese si que era un premio para él.
Tu no paras de gemir por la sobre estimulación. Felipe mueve rápido tu clitoris antes de que sueltes un último grito.
Felipe da un beso en tu zona y empieza a masajearla con delicadeza. Su cuerpo sube para quedar pegado con el tuyo.
Los dos ardiendo.
Yo creo que el oscar debiste haberlo ganado vos, amor. - Felipe se acomoda en la cama con una sonrisa en el rostro.
Por que lo decís? - Preguntas entre jadeos, estabas cansada.
Por tener a un novio guapo que puede comerte como a vos te gusta. - Felipe te abraza por la cintura escondiendo su rostro en tu cuello.
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deepinsideyourbeing · 1 month
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hermanaa, cómo sería Enzo x inexperienced!reader donde Enzo le enseña como hacer una blowjob
+18!
Cuando te posicionás entre las piernas de Enzo, con los labios hinchados por la intensidad de los besos que compartieron hasta hace un minuto, sus ojos cálidos encuentran los tuyos y sus nudillos acarician tu mejilla. Con su pulgar roza tu labio inferior, tirando con suavidad mientras intenta recuperar el habla.
-¿Estás segura?- pregunta luego de unos segundos de silencio.
-Sí.
Te permite despojarlo de sus prendas y no hace comentarios cuando permanecés inmóvil, con tu mirada fija en su miembro duro que clama por un poco de atención y tu lengua asomándose para humedecer tus labios secos. Toma un cojín del sofá y con un exagerado gesto de caballerosidad lo coloca sobre la alfombra para evitar que la posición provoque dolor en tus rodillas.
Tu mano recorre la distancia que los separa con timidez y cuando preguntás silenciosamente por su permiso para tocarlo, coloca su mano sobre la tuya para guiarla hacia su erección. Tus dedos se cierran sobre su extensión con cuidado, sin poder tocarse por su generoso tamaño, y la sensación hasta ahora desconocida te resulta fascinante. Es pesado y está caliente. Muy caliente.
Sonreís. Tus ojos brillan y lo tomás con ambas manos. Él se pregunta cómo podés verte tan tierna en una situación como esta, sosteniéndole la mirada cuando tus labios entreabiertos dejan pequeños besos húmedos sobre su punta brillante, robándole incontables suspiros con tan simple gesto.
-¿Así?- preguntás con un ligero temblor en la voz.
-Sí, así- acaricia tu pómulo-. También podés...
Tu lengua recorriéndolo lo obliga a interrumpirse y un gemido escapa de su boca cuando cerrás tus labios sobre él, tomando poco más que su punta. Arqueás ambas cejas, tu mirada invadida por la inseguridad que te provoca tu falta de experiencia, y cuando Enzo sonríe para tranquilizarte podés apreciar que lucha por no cerrar los ojos.
El sabor de su esencia invade tu lengua y suspirás. El calor entre tus piernas es todavía más intenso de lo que era durante la larga sesión de besos y estás segura de que tu humedad mancha mucho más que tu ropa interior. ¿Es normal que esto te parezca tan placentero? Necesitás preguntarle a Enzo una vez que terminen.
Tus primeros movimientos son lentos y medidos, en parte intentando replicar lo que tantas veces viste en videos porno y con la intención de provocarlo, pero comenzás a desesperarte y tomás más y más de su miembro en tu boca. Cada vez que retrocedés Enzo puede apreciar tu saliva corriendo en su piel y tiene que contenerse para no tomarte por el cabello y utilizarte sin piedad.
Con el correr de los minutos tu mandíbula comienza a doler. Te esforzás para ignorar el dolor, motivada por todos los sonidos de placer que tu novio te permite escuchar, pero la fuerza con que cerrás tus ojos junto con tu respiración agitada llaman su atención y te detiene rápidamente.
Estás por disculparte pero te silencia y toma tu mano, todavía cerrada firmemente sobre su erección. Rápidamente comprendés cómo le gusta ser tocado y te esforzás por seguir el ritmo establecido, regando besos en su punta, trazando una vena con tu lengua (es tan tentadora como las venas que adornan sus manos y brazos) y eventualmente volviendo a tomarlo en la calidez de tu boca.
Con voz ronca, Enzo susurra:
-Sos muy linda, ¿sabías?- tus mejillas arden tanto por la vergüenza como por la excitación y cuando negás el movimiento lo hace jadear-. Ahora...
Succionás y luego de un fuerte gemido arroja la cabeza hacia atrás.
-¿Así está bien?- preguntás luego de repetir la acción.
-Así está perfecto, princesa- acomoda tu cabello.
Todavía no se atreve a confesar cuánto desea terminar en tu boca y verte batallar para tragarlo todo, no, pero teme que llegado el momento cualquier remanente de control lo abandone. Está seguro de que disfrutaría tomar tus mejillas entre sus dedos, ejercer presión hasta que abras la boca y ver cómo su semen escapa, marcándote manchando tus labios y tu mentón.
Ojalá lo disfrutes tanto como él.
Buenas noches :)
taglist: @chiquititamia @creative-heart @llorented @recaltiente @lastflowrr @madame-fear @delusionalgirlplace ♡
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caostalgia · 8 months
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Ya no sé qué hacer para estar tranquilo, para abandonar la guerra que se creó en mi mente, para tomar el control de mis pensamientos y poder estar en paz conmigo y con lo que pienso.
Harvester Of Sorrow.
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cuartoretorno · 1 year
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hansolsticio · 6 months
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ᝰ.ᐟ song mingi — "ausência".
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— namorado ! mingi × leitora — gênero: smut. — conteúdo/avisos: sexo desprotegido (não pode, hein!), menção à somnophilia, creampie, linguagem imprópria. — word count: 1461. — nota da autora: é consenso que: "sexo com saudades é um acontecimento"?
O contato geladinho nas suas costas te fez despertar, a mente ainda estava aérea, nem se lembrava de quando havia caído no sono. Mesmo de bruços e com o quarto quase que completamente escuro, conseguiu assimilar que os selares na sua pele eram de Mingi. O sorriso veio de imediato, era tão bom finalmente tê-lo em casa. Não sabia ao certo que horas eram, mas, julgando pelo silêncio, acreditava que ainda não havia amanhecido.
Seu corpo estava meio dormente e sabia que seus músculos eventualmente reclamariam de todo o esforço feito desde o momento em que viu seu namorado atravessar a porta naquela manhã. Ficar mais de três meses sem sentir a presença do homem te fez entrar em um estado de "abstinência" — sim, com todo o drama do mundo, o amor de vocês era exagerado. Deixou Mingi te tomar de todos os jeitos e em todos os lugares existentes naquela casa, os corpos empenhados em tentar sanar uma saudade que vinha da alma. Nada parecia ser capaz de suprir a vontade, vocês dois compartilhavam da mesma fome.
O selares desciam vagarosamente, mas não demorou para que Mingi chegasse às suas coxas — uma das obsessões dele. Sentia os dentes puxando a pele com delicadeza, enquanto o homem apertava sua bunda com a mão cheia. Vocês sequer cogitaram se vestir antes de deitar, estavam exaustos e tinham consciência de que seria em vão.
"Gi?", sua voz finalmente rompeu o ambiente, ainda grogue de sono. Ouviu um 'hm?' inquisitivo, mas Mingi não cessou os carinhos. "O que foi?", perguntas retóricas...
"Eu quero mais.", ...exigem respostas previsíveis.
"Você precisa descansar, amor.", você deixou que o lado racional finalmente assumisse o controle. Ele não dormiu por mais de três horas seguidas desde o momento em que chegou, você não conseguia nem imaginar de onde que ele estava tirando toda essa energia.
"Não consigo. Fico sonhando com você. Só mais um pouquinho, por favor...", como que faz para negar qualquer coisa com ele pedindo tão bonitinho? Você não sabia — isso sem nem falar na voz grave, que ficava mais rouca ainda por conta do sono.
"Só um pouquinho e depois você vai dormir, tá bom?", não era sua primeira tentativa de colocar ele nas rédeas naquele dia (foco em "tentativa"). Ouviu ele murmurar em concordância, as mãos indo para o interior das suas pernas num carinho indecente. "Como você quer?", questionou já sentindo seu íntimo ficando molhado — era como se Mingi tivesse alguma espécie de controle maluco sobre o seu corpo.
"De ladinho. 'Cê fica tão apertadinha... gostosa 'pra caralho.", te beliscou de leve, como se isso fosse motivo para punição. Mal se virou e você já sentiu dois dedos te penetrando com carinho. Mingi distribuía beijos molhadinhos na sua nuca, começado a mover os dedos com cautela. Você já não sabia se estava mole pelo sono ou pelos estímulos. Ele alternava: ora te fodia com os dígitos, ora circulava o seu pontinho para te deixar mais molhada.
"Não precisa me preparar, Gi. Eu já tô pronta.", a ansiedade para tê-lo dentro de você parecia ser interminável, não importa quantas vezes a ação houvesse se repetido naquele mesmo dia. Sentiu um beijinho casto abaixo da sua orelha, seguido de uma vozinha rouca no seu ouvido:
"Eu sei que tá, princesa. Provavelmente ainda tem porra minha aqui dentro, não tem?", sentiu os dedos se ondulando junto com a pergunta. "Relaxa. Só tô brincando com essa buceta porque eu gosto."
"Mingi...", saiu mais como gemido que como chamado. Ouviu ele soltar um risinho.
"Que foi? Já quer meu pau?", sem hesitar, você respondeu um 'quero' super dengosinho. O sono sempre te deixava mole assim — um dos motivos pelos quais o homem adorava te foder na madrugada. "Vou te dar então", sentiu os dedos saindo. A sensação de vazio te fazendo soltar um murmúrio em tom de reclamação, completamente indecisa — Mingi achava uma graça.
A mesma mão abriu suas bandinhas com cuidado, você suspirou sentindo a glande roçar na sua entradinha. Os olhos já fechados se apertaram mais ainda assim que sentiu ele entrar devagarinho, só sossegando quando se enfiou inteiro dentro de você. Sentia ele espasmando e você o apertava em resposta. Mingi te puxou para um beijo desajeitado, a posição não favorecia, mas não deixava de ser gostoso.
"Tava com tanta saudade de você.", confessou pela milésima vez naquele dia, porém as palavras ainda faziam seu coração palpitar, mesmo que repetidas. "O que foi que 'cê fez comigo, hm? Não consigo parar de pensar em ti.", começou a se mover, entrava e saía bem lentinho, mas fazia questão de ir fundo. O braço que anteriormente estava embaixo do vão do seu pescoço — já que vocês dormiram de conchinha —, não demorou a contornar sua garganta. Mingi te segurava numa "chave de braço" carinhosa, pois era mais fácil controlar seu corpo desse jeito. Você arfava baixinho sentindo ele ir e voltar dentro da sua entradinha. A intensidade da experiência te deixava tonta, o sono e a saudade fazendo seu corpo ficar sensível demais.
"M-mais forte.", a vozinha grogue fazendo seu namorado pulsar. Aumentou a cadência das estocadas, vendo seu corpo balançar.
"Eu 'tava agindo igual a porra de um pervertido, amor. Só conseguia dormir depois de bater uma 'pra você.", confessou com uma sinceridade que só poderia ser manifestada se ele estivesse dentro de você, era quase um feitiço. Você o apertou com a revelação, saber que Mingi ficava tão mexido com a sua ausência fazia coisas com a sua cabeça. "Não parava de pensar nessa bucetinha, princesa. Em encher esse buraquinho com a minha porra até escorrer.", a posição não te permitia ver o rosto sofrido e vermelhinho do seu namorado. Se enfiava por completo e com brusquidão, os estalos molhadinhos enchendo o quarto. Folgou o braço que estava ao redor do seu pescoço, forçando dois dedinhos na sua boca sem pedir licença. Enfiou até onde conseguiu, a mente nublada de tesão só conseguia pensar no quão forte ele socaria o próprio pau na sua boca se você não estivesse tão cansada. Mingi não se sentia assim há muito tempo, ficar longe de você o deixava mais perto da insanidade.
Sua saliva escorria entre os dedos do homem. Você também já estava burrinha de tesão, involuntariamente rebolava contra o quadril do seu namorado, os olhos incapazes de se abrir. Mingi sabia que não iria durar muito, mas tinha que te trazer junto com ele. Adentrou a mão livre no vão entre as suas pernas, começando a desenhar círculos apertadinhos no seu clitóris. Sorriu quando você molhou ele ainda mais, metendo com mais necessidade. Seus gemidos saindo abafados contra os dedos dele, estava fazendo uma bagunça. O orgasmo começando a consumir seu corpo, você sentia Mingi em todos os lugares te dominando por completo. Ele retirou os dedos da sua boca, os gemidos dengosinhos ecoando pelas paredes do quarto enquanto você gozava sem controle.
"Cê aguenta só mais um pouquinho, não aguenta? Deixa eu usar sua bucetinha, amor?", você concordou sem nem conseguir pensar, completamente derretida contra o corpo forte. Sentiu o braço dele envolver seu pescoço novamente, te mantendo parada no lugar, te apertando contra o corpo atrás do seu. Estocava sem dó, entorpecido com a sensação.
"Mingi..."
"Eu sei, princesa, eu sei. Só mais um pouquinho. Deixa eu- Ah!", te sentir apertando não deixava o homem raciocinar direto. Grunhia no seu ouvido, os olhinhos começando a revirar pelo prazer. Mal conseguiu segurar quando esporrou dentro de você. A cinturinha se movia involuntariamente, fazendo o líquido vazar para fora. Levou um tempinho para que ele se acalmasse, finalmente parando de estocar. Você sentia sua entradinha pulsar depois de tanto estímulo, mas a dorzinha gostosa sempre valia à pena — valia se Mingi fosse a causa. O corpo fraquinho já voltava a cair no sono, quando você sentiu o homem começar a se retirar de dentro de você.
"Não.", resmungou meio atordoada, não queria se sentir vazia. Mingi deu uma risadinha soprada.
"Você precisa descansar, princesa.", usou as mesmas palavras que você havia oferecido à ele no começo. Tão confusa... você não conseguia identificar o tom de sarcasmo.
"Dorme dentro.", o máximo de vocabulário que sua mente foi capaz de processar.
"E se eu acordar duro, princesa? Desse jeito eu vou ter que te comer de novo.", a voz era mansinha. Mas você conhecia o homem, sabia que ele ia acabar fazendo isso de qualquer forma.
"Me come então, eu deixo.", bocejou as palavras. Mingi resolveu ignorar a pulsação que sentiu entre as pernas, te ouvir dizer que ele podia usar seu corpo quando quisesse quase deixando ele maluco. Aninhou seu corpo num abraço apertadinho. O "eu te amo" sussurrado contra o seu cabelo infelizmente não foi ouvido por você, a mente já inconsciente indo longe.
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artmiabynana · 7 days
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ABC NSFW - (Simon Hempe)
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Notas: OLAAAAA, bom dia 🤓☝🏻 debute do meu argentino fav😞
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A = Aftercare
Assim que vocês dois estão com a respiração mais regulada, depois de alguns longos minutos de chamego e sussurros, sempre perguntando se você estava bem, se foi bom e o quanto te amava, Hempe toma a atitude de levantar e te levar pro banheiro. Sempre te toca com cuidado, quando vão tomar banho ou quando ele te limpa, toma cuidado pra não acabar tocando em algum lugar que esteja sensível demais (seios, íntimo, etc). Ajuda você a se vestir, arruma seu cabelo e fica de conchinha contigo o resto da noite/dia, e quando não está cansado demais, faz um jantar rápido e garante que vocês dois estão alimentados suficiente.
B = Body part
Extremamente obcecado pela sua bunda, pescoço e nuca. Imagino ele sempre beijando seu pescoço quando tem oportunidade, elogiando o seu perfume, dizendo que você tá sempre muito cheirosa. (🫦🫦🫦) beija sua nuca sempre que vê você com os cabelos pra cima, e sempre que pode, segura na sua bunda e deixa um aperto, até mesmo em público o que te deixa com muita vergonha 🥸
C = Cum (onde gosta de gozar)
Dentro, obviamente porque ama ver você escorrer entre as coxas, na sua boca (entre os lábios e nas bochechas) e nas suas costas, caso você esteja de bruços.
D = Dirty secret (um segredo sujo ou algo que ele deseja mas não fala)
Te ver com outro homem ou mulher, e te prender na cama pra fazer o que quiser durante uma noite. Acredita que você acharia estranho o desejo de voyuver, porque você é muito insegura sobre, mas ele não se importaria em te assistir com outra pessoa, especialmente alguém como Enzo, Pardella ou Fernando.
E = Experiência
Amigas, estamos falando de Simon Hempe. É claro que ele tem MUITA experiência no âmbito sexual, e pratica elas todas com você. Sério tem coisas que ele faz que você fica tola quando experimentam, e a maior satisfação dele é te ver mole com tal ato.
Ex: a vez que praticou uma hiper estimulação em ti, ou quando fez você o chupar enquanto estava deitada na cama (com os pés na cabeceira e a cabeça no fim do colchão) nessas duas vezes, você ficou exausta e perguntou pro argentino onde ele tinha aprendido tal coisa. Ele sempre mexia os ombros e falava "ah, amor, eu sou curioso demais."
F = Favorite position (Posição favorita)
De ladinho (🫦🫦) quando vocês estão com preguiça, de quatro pra ele bater na sua bunda e gemer no seu ouvido, papai e mamãe, e você por cima, pra ele poder te enforcar com as mãos (ou você enforcar ele também 🫢)
G = goofy (se ele é mais sério ou brincalhão no momento)
Os dois. Ele faz graça quando te vê toda sedenta e desesperada, até você sentar nele e fazê-lo ficar em desespero 🫢 e fica sério quando a foda tá intensa demais pra fazer piadas.
H = hair (higiene com os pelos)
Ele sempre apara pro pelo ficar curtinho, mas nunca chega a depilar. Um porque ele odeia a sensação do pelo crescer e coçar, e dois porque você pediu um dia e disse que é sexy. (Simon todo bobo e obediente SIIIIM) a mesma coisa com a barba, sempre deixa ela aparada e nunca raspa (só se for fazer um papel específico) porque você também disse que é gostoso sentir a barba dele no seu pescoço (🥺)
I = Intimidade
Simon e você tem uma intimidade incrível, e isso só surgiu depois que ele te fez enxergar o seu eu verdadeiro. Ele é romântico sempre, então não espere comentários inconvenientes dele sobre o seu peso, aparência, estrias, etc. Ele é o mais respeitoso possível e entra em desespero quando você pergunta se está gorda demais/magra demais. Pra ele você é perfeita ☝🏻 (e vocês são perfeitas porra 😡)
J = jerking off (masturbação)
Depende muito, e só acontece quando vocês estão longe. Normalmente sempre te espera, mas em casos assim ele se toca sim ☝🏻 acessa a pasta pessoal de vocês dois, onde vocês tem algumas fotos íntimas e vídeos também. Sempre é sozinho e no banho, porque ele não tem controle do barulho 🥴
K = kink (fetiches)
A diferença de tamanho entre vocês, acha muito atraente o quão grande ele é comparado a ti.
Creampie (🤓☝🏻)
Voyuver: Ama ver você se dar prazer sempre que pode, ele pede pra você se tocar como se ele não estivesse ali. (As vezes goza só com isso)
overstimulated, cumplay, praise kink, e óbvio, unprotected sex.
L = local
Os principais são: o quarto de vocês, banheiro (tanto o de vocês, quanto o de uma balada) sala, cozinha e recentemente no carro dele. Não arriscam outros lugares porque sabem que não vão se aguentar, e o Hempe ama te ouvir gemer pra ele.
M = Motivação
Você.
Ele só precisa olhar você que já sobe uma coisa indescritível. Desde que se conheceram ele sentiu um tesão descomunal por ti, e isso pra ele já basta.
Mas, se você quer ver ele maluco das ideias e não conseguir se controlar, é sair do banho sem nada e ir pro quarto nua, ou usar um vestido ou um short que marca demais a sua bunda e deixa ela redondinha. Amigas, ele quase desmaia 🫦
N = Não (o que ele não gosta ou faria na cama)
Algo que te machucasse, então nada de velas, facas, estiletes, etc. Tudo que ele faz pra te marcar é com o seu consenso, assim como tu nele, e nada mais passa disso.
O = oral
Simon é viciado no seu gosto.
Sempre, >sempre< que pode e você deixa, ele te faz um oral independente do momento. Gosta principalmente de fazer quando você acorda e tá com preguiça, quando te vê vestida pra uma festa e só quer provar um pouquinho de ti, mas não o suficiente pra te cansar. Não precisa necessariamente usar os dedos, apenas a língua dele nos pontos certos te fazem gozar rapidinho, e principalmente quando o bigode passou a participar. (🚶‍♀️🚶‍♀️)
Agora você nele (🫦) sempre o surpreende quando pede pra mamar. Ele quase chora, sim! Quase chora quando te vê com a boca ao redor do pau dele, toda esticada, porque Simon é grande e quando o barulho de engasgo atinge seus ouvidos. Admira seus olhos molhados pelas quase lágrimas, sentindo que gozaria demais na sua boca.
P = Pace (a velocidade que eles gostam de transar)
Depende do dia e do horário ☝🏻
Se é um dia de manhã, ele vai mais devagar pra ser gostosinho, aquela foda lentinha pra acordar, sabe? (Porém ama quando você se irrita com a lentidão dele e assume o controle, sentando nele como se sua vida dependesse disso)
Em outros momentos, tipo uma pós festa (onde ele que se aguentar porque você tava muito atraente naquele vestido preto) onde ele te agarra no elevador mesmo, e quando chegam em casa ele te encosta na parede e te come com tanta força, que quando goza contigo, sente você mole nos braços dele.
Q = Quickie (rapidinhas)
Simon é amante da rapidinha ☝🏻
A vida sexual de vocês é ativa, então sempre se pegam quando é possível, porque não são o tipo de casal que fogem do evento pra foder. Não, aguentam até o final (e ficam se provocando 🫦) até chegarem no carro e poderem fazer direito. Pode até ser rapidinha, mas é A rapidinha.
R = Riscos (o quão disposto ele está a fazer algo mais arriscado)
Como eu disse, Simon JAMAIS envolveria facas ou algo que queime durante o sexo, e a mesma coisa funciona quando ele sugere e você se demonstra meio receosa. Filha, você disse que não, ele não vai insistir, e sim fazer do modo que sempre fazem.
Vocês são adpetos a conversar antes sobre, e entram em consenso se vão fazer ou não.
S = Stamina ( quantos rounds ele aguenta)
Sem oral nele, 3 e com oral 2.
Ele fica fraco depois de um oral seu nele, fazer o que 😞 então sempre que você pede pra chupar ele, pede pra ser depois, porque sempre que você faz o oral, ele quer é deitar e dormir.
T = Toys (brinquedos sexuais)
EXTREMAMENTE VICIADO 🫢
Ama testar você com aqueles vibradores que pode controlar pelo celular, também aquelas bolinhas de pompar, e outros como vendas, e plugs. Também amou a ideia de você tocar uma pra ele enquanto usa um vibrador ☝🏻
U = Unfair (quão injusto ou provocante ele é)
Preciso falar que ele te provoca toda hora?
Ele vai andar nu pela casa, ou só com uma cueca. Se ele vai te ajudar com o jantar, vai te espremer contra o corpo dele e atentar na sua cabeça quando te vê toda boba, mesmo que esteja roçando na sua pele desde que começaram. Se exibe no espelho, acariciando o próprio abdômen e pergunta o que você acha. (CANALHAAAA)
V = volume (quão vocal ele é)
Não tem vergonha nenhuma de gemer pra você, então vai ser vocal sim! Geme, rosna, implora pra parar ou continuar. Se é você que tá por cima, geme em um tom manhoso e se é ele por cima, vai gemer no seu ouvido sim.
W = Wild Card (Um headcanon aleatório)
Hempe aprendeu a gostar de pintura contigo, então num dia em que ele pede pra te pintar no novo quadro.
o que não dá certo, porque você estava nua por debaixo daquele roupão e acaba com todas vezes que vocês tentam terminar aquele maldito quadro, com as mãos de Simon sujando seu corpo com tinta depois que ele te ataca no sofá.
X = Raio x (tamanho do brinquedo)
🫦 O Simon é grande em todos os sentidos, e também meio grossinho. Levemente amarronzado, com a cabecinha bem vermelha quando sensível.
Y = yearning (sex drive/libido)
Alto, mas é saudável. Nunca exige demais de ti e dele mesmo. Se você está cansada, ele dá um jeito de se satisfazer sozinho e nunca te força a nada.
Z = zzz (nanar depois do sexo)
Quando acabam, ficam de chamego por alguns minutos e acabam dormindo após. Não se importa de ver você dormir, fica do seu lado, faz carinho nos seus cabelos e nas suas costas, sussurra o quanto te ama. Não tem dificuldade em dormir também, apenas fecha os olhos e dorme agarrsdinho contigo.
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É isso, na minha cabeça faz sentido. 😀💫
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hsballerina · 1 day
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cherry wine.
Após quase cinco anos de divórcio, Louis e Harry seguiram caminhos totalmente diferentes, porém as suas filhas eram o seu único meio de assuntos.
Harry se envolveu em uma série de relacionamentos fracassados, enquanto Louis vivia de forma quieta e reservada.
Tudo muda quando em uma noite, Harry decide enviar mensagens provocativas para Louis, convidando ele para tomar vinho em sua casa.
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Louis estava em casa, sozinho, como de costume nas últimas semanas. Suas filhas, Sophie e Lila Tomlinson-Styles, já adolescentes — Sophie com 17 anos e Lila com 14, apenas três anos de diferença entre elas — estavam na casa da irmã de Louis, aproveitando as férias escolares fora do país, mais especificamente em Paris.
A casa estava silenciosa, como Louis gostava, exceto pelo leve som da TV ao fundo. Ele sempre preferiu o silêncio em meio a qualquer outro barulho, fosse ele qual fosse. Louis era o típico homem clássico que atraía olhares, com sua postura reservada e charme discreto, o que o tornava ainda mais intrigante tanto para homens quanto para mulheres.
Ele pegou o celular para checar algumas mensagens de trabalho, mas o nome de Harry, sua ex-mulher, apareceu na tela.
Já fazia tempo que não trocavam mensagens que não estivessem relacionadas às filhas. Ele hesitou por um momento, mas a curiosidade o venceu. Abriu a notificação.
— Me lembrou você...
A foto que veio em seguida fez o coração de Louis parar por um segundo, e ele sentiu uma reação imediata em seu corpo.
Harry estava com uma taça de vinho na mão, parada em frente a uma parede branca de sua sala de estar. O vestido de seda preta que usava era provocante, com uma fenda alta revelando suas coxas de forma explícita. Seus seios, cheios e realçados pelo decote adornado com rendas, atraíam o olhar. O vinho parecia um detalhe insignificante diante da pose e do olhar que ela lançava para a câmera. Era uma foto cheia de intenção, que o deixou sem fôlego.
— Sério que está me provocando assim? — Ele respondeu rapidamente, enviando a mensagem em seguida.
Elavisualizou quase instantaneamente e respondeu: — Provocando? Eu só queria companhia. Sabe como é... o vinho fica melhor com alguém.
Louis sabia exatamente onde aquilo estava indo, e cada parte dele lutava entre ceder ou manter algum controle.
Mas o jeito como ela sempre soube mexer com ele, como Harry sempre o teria em suas mãos, estava claro em cada palavra, em cada imagem e frase que aparecia na tela.
— Não parece o tipo de vinho que eu costumo beber... Tem algo diferente aí.
— Talvez seja a taça. Ou o fato de você ainda lembrar o quanto gostava de vir aqui... pra mais do que apenas vinho.
Aquela frase o fez se remexer no sofá. As memórias começaram a voltar em ondas – noites parecidas com aquela, onde o vinho sempre era a desculpa para algo muito mais intenso.
Era sempre assim nos primeiros anos de separação. Apesar de terem se casado jovens, a separação foi inesperada e um choque. Não se sabe bem qual foi o motivo. Porém a carência e a necessidade gritavam mais alto.
Eles se encontravam quase sempre, ora no apartamento de Louis, ora no de Harry. O vinho era a desculpa perfeita, mesmo que Louis não gostasse muito. Porém, bastava uma única taça, nem cheia, sequer pela metade, para que o desejo e a provocação de Harry abalassem todas as defesas de Louis.
Isso só acabou quando Harry começou um novo relacionamento. Obviamente, mais um fracasso, que terminou apenas dois meses depois do anúncio.
E agora, ela o provocava de novo, jogando ele para dentro daquele jogo perigoso de tensão que só eles dois sabiam criar.
Ele hesita por um segundo, mas logo começa a digitar.
— Então você está me chamando pra tomar vinho ou pra outra coisa?
Harry não respondeu de imediato. Ele observou os três pontinhos na tela, indicando que ela estava digitando, mas parecia demorar demais. Quando a resposta finalmente chegou, veio em forma de outra foto – mais próxima, mais tentadora. Agora, a taça estava praticamente esquecida, e tudo o que ele conseguia ver era o olhar de desafio nos olhos dela.
— Venha descobrir.
Aquela mensagem foi o bastante para Louis pegar as chaves de casa e do carro e sair sem pensar duas vezes. O trajeto até o apartamento de Harry parecia mais curto do que de costume, ou talvez fosse a adrenalina pulsando em suas veias que o fazia pisar mais fundo no acelerador, cortando a estrada quase vazia. Ao chegar, ele hesitou por um segundo em bater, mas antes que pudesse decidir, percebeu que a porta estava entreaberta. Com um leve empurrão, ele entrou.
Harry estava exatamente onde havia tirado a foto, sentada no sofá, com uma perna elegantemente cruzada sobre a outra. O vestido, já curto, subira ainda mais, formando dobras sensuais sobre o colo. Na mão, uma taça de vinho, que ela segurava com um ar de despreocupada sensualidade. O líquido vermelho contrastava quase de forma indecente com os lábios cheios dela, manchando de um jeito provocador.
A língua rosada dela deslizou lentamente, sugando os resquícios de vinho que haviam escapado para o canto de sua boca.
Louis parou por um momento, observando ela. Sua ex-mulher nunca estivera tão linda, e ao mesmo tempo, tão deliciosamente imoral. Ele não conseguia evitar lembrar dos tempos em que duas semanas sem sexo era o máximo que aguentavam longe um do outro.
— Achei que fosse demorar mais — Disse Harry, encarando ele por cima da borda da taça, os olhos verdes brilhando com malícia.
— Você sabe que nunca fui bom em resistir a você — Respondeu Louis, fechando a porta atrás de si. Sem desviar o olhar, caminhou até o sofá e se acomodou ao lado dela.
Harry esboçou um sorriso lento, os olhos implorando por algo que ambos conheciam muito bem. E Louis sabia exatamente o que ela queria.
Ela deu de ombros, como se a provocação fosse inocente. O olhar de Harry percorria o corpo de Louis de forma descarada, demorando-se onde a recente ereção se tornava visível. Ela conhecia muito bem o ex-marido, e o quanto aquele pau havia sido responsável por seus orgasmos mais intensos.
Foram quase nove anos juntos. Harry teve as filhas muito jovem, e os anos de pilates e corrida haviam devolvido seu corpo escultural, capaz de parar o trânsito. Mas aquele mesmo corpo evitava qualquer envolvimento sexual, até mesmo com seus namorados, que queriam avançar mais na relação. Ela simplesmente não estava pronta. Ou talvez fosse a sensação incômoda de que, de alguma forma, ainda estaria traindo Louis.
— Sim, eu lembro disso... — Disse Harry, com os olhos intensos capazes de desconcertar qualquer pessoa, até mesmo Louis. — Você quer...? — Provocou, erguendo a taça, o peito quase totalmente exposto pelo decote do vestido.
Era fácil perceber o quanto Louis os amava. Ele os venerava, passando horas com eles em sua boca.
— Prefiro algo mais forte — Respondeu Louis, se ajustando no sofá, as pernas ligeiramente mais abertas, as mãos tatuadas deslizando devagar sobre suas coxas.
Harry apertou as pernas, sentindo a respiração se acelerar, o corpo já respondendo àquela provocação. A excitação era palpável, e ela mal conseguia esconder.
— Uísque? — Perguntou com a voz um pouco trêmula. Era difícil respirar perto de Louis sem querer se jogar sobre ele e se empalar em seu pau.
— Você me conhece bem, baby — Disse ele, com um sorriso malicioso. O apelido fez Harry morder o lábio, tentando conter o gemido que ameaçava escapar.
Com movimentos lentos e calculados, Harry se levantou do sofá, exatamente como Louis sabia que ela faria. Ao descruzar as pernas, o pé descalço roçou suavemente na perna dele, criando uma tensão silenciosa e eletrizante entre os dois. O som suave da taça sendo colocada sobre a mesinha de centro ecoou pela sala, mas os olhos de Louis estavam fixos nela.
Ele sabia que a noite estava apenas começando.
As reboladas de Harry eram intensas, quase hipnóticas. Uma provocadora. Uma tentação viva.
A cada passo, ela parecia flutuar, os quadris desenhando curvas sutis no ar.
Uma puta provocadora.
Louis sempre soubera disso, mas agora, naquela sala, com toda a tensão acumulada entre eles, aquilo parecia ainda mais evidente.
Ela caminhou até a prateleira onde estava o uísque de Louis, pegando um dos copos de cristal que eles haviam ganhado nas bodas de madeira, um lembrete de tempos que pareciam distantes. Ao se inclinar para pegar a garrafa, Harry fez questão de exagerar no movimento com uma lentidão quase cruel, fazendo com que parte de sua bunda ficasse exposta, revelando a calcinha minúscula de renda preta que ela usava. Louis respirou fundo, sentindo a tensão apertar dentro de si. Ele lutava pela compostura, mas seus olhos não conseguiam desviar.
Harry nunca tivera vergonha de mostrar o quanto ainda tinha controle sobre ele. Mesmo depois de tanto tempo, ela ainda ditava o ritmo daquele jogo perigoso. E, naquela noite, ela estava determinada a lembrar Louis disso.
Quando começou a rebolar suavemente enquanto enchia o copo, o vestido curto subiu ainda mais, revelando quase toda a sua bunda. Louis a observava intensamente, os olhos escurecidos de desejo, as pupilas dilatadas. Ele sentia o tesão pulsar dentro de si, e seu pau pressionava contra o tecido macio da calça de moletom. Era impossível disfarçar.
Sem esperar mais, ele se levantou do sofá. Cada passo em direção a ela era lento, mas decidido. Harry não se virou, mas continuou com seus movimentos provocadores.
Quando Louis estava perto o suficiente, suas mãos deslizaram pelas coxas dela, subindo devagar até que seus dedos encontraram a umidade entre suas pernas. O gemido suave que escapou dos lábios de Harry foi a confirmação de que ele precisava.
— Sempre a mesma provocadora. Você gosta de me testar, não é?
Louis levou os dedos ao nariz, inalando o cheiro dela, um sorriso satisfeito se formando em seus lábios. Ela sempre fora irresistível, e o fato de tê-la ali, vulnerável e ao mesmo tempo no controle, só aumentava sua vontade.
Harry se virou lentamente, os olhos faiscando de desejo... de puro tesão. Ela mordeu o lábio inferior de leve, seus dentes maltratando a pele macia enquanto um sorriso provocador surgia. Com um gesto lento, estendeu o copo de uísque para Louis, mas ele já não se importava mais com a bebida.
— Gosto de ver até onde você vai por mim — Respondeu Harry, a voz baixa e carregada de desejo.
Em vez de pegar o copo, Louis segurou a cintura de Harry, a puxando para mais perto de si. O corpo dela arfou quando se encaixou ao dele como se fossem feitos para aquilo, o calor de ambos se misturando, os dois prestes a pegar fogo juntos.
Os lábios de Louis pairaram sobre os dela, e suas respirações se misturaram no pequeno espaço que os separava. O tempo parecia parar, enquanto o tesão parecia vibrar como moléculas ao redor deles.
— Hoje você vai entender quem manda aqui, Harry — Ele murmurou com uma voz firme e baixa.
Louis pegou o fio da calcinha no meio das nádegas de Harry, puxando levemente e depois soltando. O movimento fez Harry estremecer, deixando escapar um gemido sôfrego, o que deixava claro o quanto ela estava afetada.
— Vamos ver o quanto você aguenta — Ele sussurrou, próximo ao ouvido dela.
A buceta de Harry se contraiu em torno de nada com o puro desejo que se acumulava dentro dela.
Louis não precisou de mais palavras. Ele a puxou pela bunda para um beijo intenso, cheio de urgência e tesão contidos. Harry correspondeu com a mesma fome, os braços envolvendo o pescoço dele enquanto seus lábios se moviam em sincronia perfeita. O beijo era profundo, quente, e os corpos deles se colaram ainda mais, deixando de lado qualquer hesitação.
Nenhum outro havia se comparado a Louis. Todos os outros homens que Harry namorou desapareceram como sombras diante da intensidade com que ele a fazia sentir. Louis tinha um poder sobre ela que ninguém jamais alcançaria.
Com as mãos firmes, ele puxou o vestido de Harry para cima, revelando sua pele nua e suave. Seus dedos exploraram cada centímetro de carne exposta, arrancando um gemido suave dos lábios dela. O som carregava o peso de todo o desejo reprimido, e Harry se movia contra o corpo de Louis, roçando na ereção dele, mostrando o quanto ela também queria aquilo.
Os beijos se tornaram mais intensos, e as respirações eram pesadas e ofegantes. Louis a pressionou contra a parede, os corpos colidindo com uma urgência crescente. Os lábios de Harry deslizaram pelo pescoço dele, e pequenos suspiros escapavam enquanto ela mordiscava a pele sensível, incendiando e alimentando o fogo de Louis.
— Porra! — Ele sussurrou, a voz rouca de desejo enquanto ela mordia seu pescoço, suas mãos explorando cada centímetro do corpo dele.
Ele agarrou a bunda dela com mais força, esfregando sua ereção contra a intimidade de Harry. Ela rebolava lentamente, provocando-o, e o pau de Louis endurecia ainda mais, quase rasgando o tecido da calça de moletom. Ele estava à beira de perder o controle, desejando tomar posse daquele corpo de qualquer jeito, com ou sem as roupas entre eles.
Louis desceu um tapa firme na bunda empinada de Harry, fazendo-a soltar um gemido alto bem perto do ouvido dele.
— Louis... — Ela gemeu, quase implorando, com a voz carregada de necessidade.
Ele sorriu, satisfeito, inclinando-se sobre ela, seus lábios roçando no ouvido de Harry.
— Diga o que você quer, Harry — Ele provocou, a voz carregada de autoridade enquanto os seus dedos encontrando o ponto mais sensível entre as pernas dela. Os seios macios sendo prensados contra o peito de Louis.
Ela fechou os olhos, ofegante, o corpo estremecendo sob o toque dele. Os gemidos de Harry se intensificaram, mas Louis não tinha pressa. Cada movimento era calculado, controlado.
— Eu quero você, Louis — Respondeu ela, a voz falhando de tanto desejo.
Louis fixou os olhos famintos nos seios voluptuosos, que pareciam ainda mais exuberantes sob a pressão dele. Com um movimento suave, ele desfez as alças do vestido, que escorregou até o chão.
— Quem diria que você não aguentaria por alguns segundos, Harry? Está tão necessitada assim?
— Louis... — Ela gemeu ao sentir as mãos dele explorando sua pele, provocando arrepios.
— Já tão arrepiada aqui — O toque das mãos de Louis alcançaram ao redor dos mamilos de Harry. Sem jamais tocar a carne que implorava pelo seu toque.
Louis sentiu a maciez daquela pele novamente, e deu um tapa suave no peito direito de Harry, fazendo ela soltar um suspiro satisfeito.
Agradado com a reação, os olhos de Louis estavam fixos nos mamilos rosados.
Uma de suas mãos envolveu um seio, pressionando e apertando a carne macia. Harry gemeu, chorosa, quando Louis beijou seu peito, mordiscando rudemente um mamilo endurecido antes de prender a boca ao seu redor e chupar com força.
As bochechas deformadas em sugadas e a barba recém-raspada criavam um contraste de sensações deliciosas.
As costas de Harry se arquearam em resposta às emoções, enquanto Louis massageava o outro seio em um ritmo acelerado.
Era como se ele estivesse tentando encontrar a quantidade certa de pressão e dor. Louis sempre foi um amante áspero e apaixonado, desejando ver sua (ex) esposa sobrecarregada de sensações e implorando por mais.
Mais do que só ele daria a ela.
Felizmente para ele, Harry era do tipo que implorava e apreciava cada momento de provocação e preliminares, ficando pronta para gozar a qualquer instante.
Os dedos de Harry se enroscaram nos cabelos castanho-escuros, derretendo-se a cada toque, pequenos gemidos se acumulando a cada sucção.
Seus seios ainda estavam sensíveis da espera torturante anterior, proporcionando um prazer dolorido que descia pela espinha e diretamente até sua entrada.
Harry gemeu novamente, mais alto dessa vez, sentindo a umidade se formando, os lábios se abrindo sob a atenção.
— Louis... — Ela jogou a cabeça para trás, agarrando o suéter que ele vestia. — Isso não é justo! — Louis levantou os olhos para ela, que o encarava com um olhar excessivamente explícito.
Harry puxou o sueter de Louis para cima, removendo, e em seguida, abaixou as calças de moletom junto com a cueca dele. O membro duro de Louis bateu contra sua barriga.
Ao olhar para o pênis rodeado de veias, Harry lambeu os lábios de maneira provocante. Sua boca salivou com a imagem.
Louis não resistiu e empurrou seu membro entre as pernas de Harry. A pele nua das coxas dela o fazia vazar ainda mais, melando a pele macia e deixando Harry sentir aquela dureza pressionando suas dobras.
Louis soltou o mamilo de Harry com um pequeno estalo, um fio de saliva escorrendo de seus lábios. O corpo de Harry se arrepiou, e o mamilo já enrijecido endureceu ainda mais quando Louis soprou ar quente sobre ele. A diferença entre os dois mamilos era evidente: um deles estava vermelho, inchado, parecendo cru e macio.
Louis beijou a pele sensível, suas pupilas dilatadas, deixando apenas um aro fino do azul visível em seus olhos.
Isso deixou Harry ainda mais excitada.
Louis sorriu com malícia, um sorriso cafajeste, antes de prender os lábios e os dentes ao redor do outro seio, que até então fora negligenciado.
Harry gemeu novamente, mordendo o próprio lábio, enquanto seus dedos se enroscavam no cabelo de Louis, puxando sua nuca. Suas unhas curtas, mas bem cuidadas, arranharam suavemente o couro cabeludo dele. O outro mamilo estava tão sensível e endurecido que doía, sendo resfriado pelo ar frio.
Louis se retirou depois do que pareceu minutos inteiros de gemidos e suplicas de Harry beijando a pele macia ao redor do broto já em um vermelho vivo empinado.
— Caralho, como eu quero foder esses peitos.
— Por favor... — Harry suplicou.
— Ajoelha. — Louis se afastou, dando espaço para ela.
Harry não fez cerimônia, ela se ajoelhou, e juntou os seios sensíveis entre os dedos, os mantendo unidos, formando uma passagem para Louis. Ele segurou o pescoço de Harry, erguendo até que seus olhos se encontrassem. A boca rosada entreaberta, os olhos verdes, como uma floresta, mais claros, revelavam o quão perto ela já estava.
— Abre. — Louis ordenou, e Harry obedeceu, abrindo a boca.
Louis deixou a saliva escorrer da sua boca para a dela, que engoliu satisfeita, quase ronronando.
— Mesmo depois de todo esse tempo, você continua sendo uma vagabunda, Haz!
Por fim, ele segurou a base de seu pau, alinhando na abertura apertada e macia que Harry formava com os seios. Saliva escorreu pela ponta quando Harry estendeu a língua, tentando lubrificar a passagem.
A glande de Louis aparecia o suficiente para que uma pequena gota de pré-gozo se formasse e caísse no peito dela.
Enquanto Louis se afastava e avançava com estocadas lentas, Harry mantinha a língua para fora, lambendo a ponta sempre que ela passava. Isso arrancou um gemido satisfeito de Louis, que começou a acelerar o ritmo.
A saliva foi suficiente para começar, e a própria lubrificação natural de Harry o mantinha escorregadio enquanto Louis continuava a foder entre seus seios.
O atrito fazia os mamilos de Harry, já sensíveis, endurecerem novamente. Ela gemia baixinho, apertando os seios com mais força enquanto lambia a ponta do pau de Louis. O gosto salgado e almiscarado de seu sêmen deixava a mente de Harry em branco, a fazendo se perder por um momento.
Tomlinson acelerou ainda mais suas estocadas, seus gemidos se tornando mais constantes e ásperos. Era difícil descrever, mas Louis sentia seu pau pulsando entre os seios de Harry.
Quando Harry notou a respiração cada vez mais acelerada e entrecortada de Louis, um sorriso maldoso apareceu em seus lábios. Com um movimento rápido, sua mão agarrou a base do pau de Louis, apertando com firmeza.
O homem, quase choramingando, teve seu orgasmo interrompido. Seu membro pulsou violentamente, estremecendo e pressionando contra o mamilo de Harry, que o esfregava intencionalmente contra a fenda úmida.
— Ainda não, não aqui. — Harry provocou, dando uma lambida rápida, antes de se levantar.
Algo obscuro brilhou nos olhos de Louis diante daquela provocação, um sorriso sacana cruzando seu rosto. Eles voltaram a se beijar com ainda mais fome do que antes.
Louis agarrou o único pedaço de tecido que ainda cobria Harry, rasgando a renda frágil até reduzi-la a farrapos. Com isso, ela o guiou até seu quarto, a urgência entre os dois crescendo a cada toque, seus corpos cada vez mais molhados pelo desejo que pulsava através de suas peles.
As pernas de Harry estavam novamente abertas quando Louis deixou sua boca e começou a descer pelo corpo dela, sugando, mordendo e apertando com as mãos. A buceta de Harry estava encharcada, sua lubrificação natural escorrendo pelas coxas, formando uma tremenda de uma bagunça molhada e excitante pra caralho.
A língua de Louis deslizou do clitóris até a entrada, arrancando um gemido alto e arrastado de Harry.
— Porra, essa buceta continua com o gosto tão bom quanto antes... — Louis se levantou de repente, deixando Harry confusa. — Mas sabe o que ficaria ainda melhor? — Ele disse, com um ar de mistério, voltando a se ajoelhar, aparentemente sem nada nas mãos, antes de retomar o trabalho em sua intimidade.
Os olhos de Harry se fecharam, os quadris movendo-se no mesmo ritmo que os lábios de Louis, até que a sensação tomou conta de seu corpo.
— Ah, Louis... — Harry gritou alto, arrepiada, puxando os cabelos dele com força. Louis se afundou ainda mais em sua buceta, sugando o máximo possível do sabor doce que lembrava cerejas. — Foda-se — ela gemeu, perdida no prazer.
A sensação gelada do gelo pressionando o clitóris de Harry enviava uma onda de frio intenso pela sua pélvis, subindo por sua espinha. A dor pungente logo se transformava em prazer, e seu corpo se contorcia enquanto Louis mergulhava a língua no gosto de Harry, a deixando alucinada. O choque de temperaturas fazia o gelo derreter, e a água escorria pelos lábios de Louis.
A boca de Harry permanecia entreaberta, as pernas se contraindo e os dedos dos pés se curvando de prazer.
— Louis! — Harry gritava em meio aos soluços, tentando instintivamente fechar as pernas, mas elas eram imediatamente empurradas para se abrirem novamente por mãos firmes. Louis levantou a perna direita dela sobre seu ombro, enquanto mantinha a outra travada aberta com o cotovelo, expondo ainda mais sua buceta.
Harry arfava e gemia quando o gelo era rolado e pressionado contra seu clitóris, Louis traçando círculos com ele sobre o pequeno broto, aumentando o prazer e o tormento que a faziam sussurrar e se contorcer sob o toque dele.
Louis alternava entre o gelo e o calor de sua boca, prendendo Harry em um ciclo vicioso de sensações inebriantes: a pressão lenta, fria e rolante do gelo seguida pelo movimento rápido e quente de sua língua. Harry sentia o orgasmo crescendo em sua barriga novamente, mas então Louis se afastou mais uma vez.
— Nããão... — Harry soluçou fracamente, parecendo à beira das lágrimas.
— Shhh, querida. Vou colocar.
Harry congelou.
— O—o gelo? — Ela estremeceu, mas no fundo sabia que confiava em Louis, e ele jamais faria algo para machucá-la.
— Sim. Quero beber da sua buceta. Hoje, ela vai ser meu vinho de cereja.
Uma onda de calor e arrepios disparou diretamente pela espinha de Harry. Palavras e a respiração morreram em sua garganta, seu corpo vibrando de expectativa e excitação.
Louis beijou suavemente a parte interna da coxa de Harry, tentando relaxá-la.
— Confia em mim? — Ele perguntou, e ela assentiu rapidamente, ansiosa.
— Sempre. — Ela sussura.
— Você é tão gostosa, baby, sabia disso? — Louis sussurrou, sua voz rouca e carregada de desejo, o que fez Harry se sentir ainda mais vulnerável e entregue.
Ela mal tem tempo de responder antes de o ar ser arrancado de seus pulmões. A bola fria e úmida, agora pequena e maleável, desliza provocante ao longo da sua buceta sensibilizada. Louis a movimenta para cima e para baixo, do seu buraco ao clitóris, até finalmente empurrá-la para dentro com a ponta de um dedo.
Harry solta um gemido profundo enquanto o gelo é empurrado ainda mais fundo em seu corpo, os dedos de Louis aninhados no calor infernal de seu núcleo ardente. O frio, dentro de um lugar tão sensível, parecia queimar, provocando sensações únicas e inexplicáveis.
— Louis! Ah, isso é… ah! — Suas pernas chutam, sua bunda empinada se contorce, lutando contra a intensidade da sensação, mas o gelo está lá, dentro.
— Como é essa sensação, baby? — Louis abre suas pernas novamente, e Harry quase ronrona de alívio ao sentir as baforadas quentes contra sua entrada encharcada.
— Louis, eu preciso de você… — Ela murmura, quase chorosa de tanto tesão. O prazer é insano, inacreditável.
Louis não resiste ao seu drink de uísque e, após um gole, lambe lentamente a buceta de Harry, sua língua deslizando com firmeza. Ele suga com a ponta da língua antes de mergulhar profundamente, girando-a e mordiscando o clitóris. O gemido rouco de prazer que ele solta, intensificado pelo sabor, é abafado pelo grito de Harry, mas as vibrações de Louis são sentidas profundamente em sua entrada. Ele suga tudo, o gosto de Harry misturado com o gelo derretido lembrava um vinho de cereja perfeito.
As coxas de Harry apertam ao redor da cabeça de Louis enquanto ele continua brincando, acariciando e chacoalhando, lambendo os últimos vestígios de gelo derretido dentro dela.
Louis se levanta, puxando ela mais para perto, suas mãos deslizando pela cinturinha fina de Harry.
— Minha vadiazinha suja. — Louis dá um tapa firme na bunda dela, o som ecoando pela suíte, seguido de outro tapa no peito, estalando alto. Os gemidos que escapam da boca de Harry são altos demais, quase capazes de atravessar as paredes. É provável que o síndico na portaria receba reclamações sobre os "barulhos agitados" no apartamento 291.
Louis agarrou os quadris de Harry, pressionando seu pau entre as pernas dela, roçando-o ao longo de sua entrada. A ponta provocava deliciosamente o clitóris com o atrito intenso.
Harry ergueu uma perna, envolvendo o quadril de Louis, aumentando o contato entre os corpos.
— Hm... — Harry gemeu, sentindo o pau grosso deslizar contra seus lábios, pressionando com a cabecinha molhada sua entrada apertada.
Quase como se fosse virgem de novo, após o divórcio.
— Ah, Louis, seu pau é tão bom... — Ela murmurou, e antes que ele pudesse responder, Louis bateu seu pau contra a entrada encharcada dela, afundando fundo e firme, com força e velocidade.
Isso tirou o fôlego dos pulmões de Harry que soltou o grito que fora abafado pelas bocas estarem unidas. Styles não teve tempo de se recuperar, Louis mantinha uma mão firme na coxa levantada de Harry e a outra segurava seu queixo, forçando os olhos dela a permanecerem fixos nos dele, enquanto ele entrava e saía em estocadas rápidas e precisas.
Era uma sensação única, intensa. Louis não apenas tomava seu corpo, mas também deixava claro, através do olhar, o quanto ela ainda era importante para ele.
A cada puxada para fora, o prazer aumentava. A buceta de Harry envolvia o membro de Louis, apertando e sugando, contraindo ao redor dele, em uma mistura de prazer e desejo insaciável.
Louis deixou apenas a ponta dentro dela antes de puxar para fora e voltar com tudo para o calor úmido e ardente. Isso deixava ambos perigosamente perto do limite. Harry mal tinha consciência dos próprios gemidos, e Louis já não conseguia mais controlar os seus.
— Caralho, isso é fodido demais. Sua bunda é gostosa demais, baby. — Louis murmurou, dando um tapa forte na coxa de Harry, que gemeu contra o pescoço dele, apertando-o ainda mais contra si. — Essa buceta me suga de um jeito tão bom.
Styles mordeu a pele do pescoço dele, tentando se segurar. A maneira como Louis falava, somada à sensibilidade da sua entrada, que ele atingia repetidamente de forma impiedosa, fazia Harry ver estrelas.
— Louis... — Ela gemeu, o cérebro tomado pelos sons dos quadris dele se chocando contra sua bunda, as bolas cheias batendo de maneira deliciosa, fazendo-a rebolar a cada impacto. — Aaah, Louis... Fode, fode, fode...
O centro de Harry borbulhava de um jeito novo, e Louis desceu a mão até o clitóris dela. Ela soltou um grito, se remexendo, enquanto seu ponto sensível inchado quase pulsava sob os dedos dele. A sensação fez a agonia prazerosa crescer, seus dedos dos pés se curvando.
As estocadas de Louis começaram a perder o ritmo, ficando mais lentas, mas cada vez mais firmes, quase saindo para entrar de novo com força. Então, ele juntou sua mão à dela, esfregando dois dedos para cima e para baixo em seu clitóris.
— Me diz o que você quer, amor.
— Eu... Hnghh — Harry mal conseguiu completar a frase antes de ser tomada pela agonia do prazer. Ela gozou intensamente no pau de Louis, gritando e choramingando a cada movimento, sentindo o jorro quente saindo de seu centro pulsante.
Os gemidos de Harry eram incontroláveis, seus quadris se afastando do estímulo enquanto a sensibilidade a deixava completamente vulnerável. Era um ataque de prazer tão forte que ela mal conseguia formar palavras.
Ela já havia sido superestimulada antes, especialmente por Louis, mas nunca daquela forma.
— Oh, caralho- — Louis gemeu ao sentir a entrada de Harry o apertar ainda mais, sufocando seu pau sensível, forçando ele a parar enquanto espasmos percorriam seu corpo. Mesmo assim, seus dedos continuavam esfregando o clitóris de Harry, prolongando o seu orgasmo.
Ele já a tinha visto gozar muitas vezes, mas aquela foi, sem dúvida, uma das mais lindas.
Mais líquido escorria de Harry, suas coxas encharcadas enquanto Louis continuava se movendo, buscando seu próprio prazer. Ele se derramou dentro de Harry, que assentia, incentivando-o a continuar, a usá-la até o limite.
Louis não demorou a seguir, e segundos depois, com o coração acelerado, ele se perdeu no momento. Seu pau pulsou dentro de Harry, e logo vieram os jatos quentes de porra, preenchendo-a até a borda. O clitóris de Harry ainda vibrava, e o batimento cardíaco desenfreado a levou a gozar novamente, forçando o membro de Louis a escorregar para fora de si.
Tomlinson, ainda imerso nas ondas do orgasmo, mal percebeu quando Harry se ajoelhou e tomou seu pau na boca, chupando com fome, desejando o gosto dele em sua língua. A dor e a sensibilidade quase o fizeram chorar, era um prazer quase insuportável. Harry saboreava cada gota, o gosto de Louis impregnando seu paladar.
Louis veio de novo, soltando um grito rouco e estrondoso, enchendo a boca de Harry até transbordar, o líquido esbranquiçado escorrendo por seus lábios. Com um toque suave, Harry recolheu a linha de esperma com o dedão e a levou de volta à boca, sugando devagar.
— Puta que pariu... — Louis murmurou, puxando Harry para cima e beijando-a com força.
Minutos se passaram, o calor do quarto ainda impregnado em seus corpos suados. Louis se deitou ao lado de Harry, ambos respirando com dificuldade, os corpos tremendo das últimas ondas de prazer. A luz suave da manhã começava a invadir pelas frestas das cortinas, envolvendo-os em uma atmosfera tranquila e íntima.
Harry, com os cabelos desgrenhados e um sorriso tímido nos lábios, se virou para Louis. Ela tocou suavemente o peito dele, sentindo o batimento acelerado sob sua palma. Louis pegou a mão de Harry e beijou seus dedos, um a um, de forma lenta e carinhosa.
— Eu senti tanto a sua falta, Harry... — ele murmurou, a voz rouca do esforço e da emoção.
Harry sorriu, sentindo o peso daquelas palavras. Eles haviam passado por um período difícil, uma separação dolorosa, mas agora, tudo parecia se encaixar novamente. O vazio que Harry sentia desde que Louis havia partido parecia finalmente preenchido.
— Eu também senti sua falta, Lou. Tanto... — ela respondeu, a voz dela trêmula com a intensidade do momento. Seus olhos se encheram de lágrimas, mas dessa vez eram de alegria, não de tristeza.
Louis a puxou para mais perto, seu corpo se moldando ao de Harry como se nunca tivessem se separado. Eles ficaram assim por alguns minutos, respirando juntos.
Algumas semanas seguintes, com a luz do final de tarde começando a dourar o apartamento que ambos conseguiram juntos. Louis e Harry permaneciam juntos no sofá da sala. O ambiente estava silencioso, exceto pela respiração tranquila dos dois, que agora pareciam em paz, reconectados depois de tanto tempo separados. Harry repousava com a cabeça no ombro de Louis, sentindo a segurança daquele momento.
— Eu ainda não acredito que estamos aqui... juntos de novo — murmurou Harry, olhando para a mão de Louis entrelaçada com a sua. As alianças brilhavam com a luz refletida das janelas.
Louis sorriu, passando os dedos suavemente pela pele macia dela.
— Não vou mais te perder. Nunca mais.
O silêncio reconfortante foi interrompido de repente pelo som de vozes vindo da entrada. As portas da frente se abriram com um estrondo, seguidas de risadas e o barulho familiar das malas sendo arrastadas pelo chão de madeira.
— Eu te disse que aquela loja em Paris era incrível! — exclamou Sophie, a filha mais velha, com uma voz empolgada.
— Eu sei! Não acredito que comprei três jaquetas! E todas diferentes! — Respondeu Lila, a mais nova, rindo ao relembrar suas aventuras de compras durante a viagem à Europa. A irmã de Louis levou as meninas para sessões intermináveis de dias de garotas no shopping center.
Louis e Harry se entreolharam por um momento, congelados no sofá, antes de se levantarem apressadamente. As meninas não sabiam que os pais estavam juntos novamente, e a surpresa que estava prestes a acontecer causava um frio na barriga de ambos.
— Soph, você exagera sempre, e ainda reclama quando a mala não fecha — Lila provocou, empurrando a irmã levemente enquanto tirava os tênis na entrada. — Mamãe vai ficar louca com a quantidade de roupas que trouxemos!
As duas riam enquanto colocavam as malas no chão da sala, ainda de costas para os pais. Louis e Harry observavam em silêncio por um breve segundo, até que Soph se virou, e o sorriso dela congelou no rosto ao ver os dois lado a lado.
— O que... — Soph começou, os olhos se arregalando.
Lila, que estava tirando o casaco, percebeu a reação da irmã e também se virou rapidamente. Seu queixo caiu, completamente atordoada. Louis e Harry estavam juntos, em casa, lado a lado, como nos velhos tempos. Era algo que as duas meninas não viam há meses.
— Vocês... — Sophie tentou falar, mas a surpresa parecia ter travado sua voz.
— Voltaram? — Lila completou a frase, os olhos brilhando de uma mistura de choque e alegria.
Harry, com um sorriso nervoso e emocionado, deu um passo à frente.
— Sim, meninas. Nós voltamos.
— Isso é real? — Sophie perguntou, ainda desacreditada, mas com um brilho de esperança no olhar.
Louis deu um passo em direção às filhas, os olhos suavemente marejados.
— É real, querida. E, dessa vez, pra valer.
Lila soltou uma risada nervosa, quase sem acreditar, e correu para abraçar os pais, se jogando nos braços de Louis primeiro, depois de Harry. Sophie logo a seguiu, e o abraço familiar foi reconfortante, como um laço que finalmente estava sendo reatado.
Sophie era a imagem de Louis, com olhos azuis profundos que refletiam a intensidade do pai. Seus lábios finos e sobrancelhas retas lembravam os da mãe, Harry. Pequenas sardas na altura das bochechas, herdadas de Louis, e um nariz de botão lhe conferiam um ar inocente. Seus cílios longos emolduravam o olhar, enquanto sua pele bronzeada brilhava sob a luz. Os cabelos lisos e castanhos escuros completavam sua aparência. Sua personalidade doce e amorosa era uma herança da mãe, Harry, que também era festeira e cheia de vida.
Lila, por outro lado, era mais parecida com Harry, ostentando cabelos castanhos claros com ondulações nas pontas. Suas covinhas apareciam quando ela sorria, e seus olhos verdes vibrantes refletiam a vivacidade da mãe. Os lábios cheios e as sobrancelhas arqueadas, herdados do pai, Louis, davam a ela um toque especial. Seu nariz reto e afilado era um traço marcante. Com uma personalidade mais reservada e tranquila, Lila exibia características de Louis, contrastando com a energia festiva de sua irmã.
— Não acredito! Isso é tão... tão... — Lila falava, mas a emoção a impedia de continuar. Seus olhos estavam cheios de lágrimas de felicidade.
Lila, mais contida, se afastou um pouco, secando os olhos disfarçadamente.
— Mamãe... Papai... Vocês não têm ideia do quanto nós queríamos isso.
Harry sentiu o coração apertar ao ouvir aquilo. Sabia o quanto as filhas tinham sofrido com a separação, e agora, tudo parecia estar voltando ao lugar certo.
— E vocês chegaram bem? Como foi a viagem? — Harry perguntou, tentando aliviar a tensão emocional com uma mudança de assunto.
Lila deu um risinho.
— Foi incrível! Compramos tantas coisas! E Sophie gastou todo o dinheiro em roupas, como sempre.
Sophie fez uma careta para a irmã, mas sorriu logo em seguida.
— Pelo menos eu vou ser a mais estilosa da escola.
Louis riu, aliviado por ver a leveza voltar à conversa.
— Parece que a viagem foi boa, então.
— Foi ótima! Mas isso aqui... — Sophie apontou para os dois pais juntos. — Isso supera tudo. Vocês voltaram antes da gente? Como foi isso? Conta tudo!
Harry olhou para Louis, ambos compartilhando um olhar de cumplicidade. — Não tem muito segredo. Nós percebemos que não queríamos mais ficar separados. Foi difícil, mas... — ela hesitou, tentando encontrar as palavras certas. — Eu amo o seu pai. E ele me ama. Isso foi o que fez a diferença.
Louis assentiu, completando.
— Às vezes, é preciso errar pra entender o que realmente importa. E o que importa somos nós, essa família.
As meninas se entreolharam, os sorrisos de felicidade estampados em seus rostos.
— Acho que podemos comemorar, então! — Soph disse, animada. — Mamãe, você sempre prepara algo especial quando quer dar boas notícias!
Harry riu.
— Já estou pensando nisso. Que tal a gente fazer um jantar todos juntos? Algo especial pra marcar esse momento.
Lila concordou, sorrindo.
— Sim! E depois contamos mais sobre a viagem. Vocês não vão acreditar em algumas das coisas que aconteceram!
O ambiente estava leve, repleto de risadas e sorrisos, como se um novo começo estivesse se desenhando. Enquanto Harry começava a separar os ingredientes para o jantar na cozinha, Louis foi até a sala com as meninas, ajudando-as a organizar as malas e perguntando sobre as aventuras delas em Paris.
— E o que vocês mais gostaram? — Perguntou Louis, curioso.
— Ah, definitivamente a Torre Eiffel à noite! — Soph disse, animada. — E a comida! Vocês precisam experimentar o croissant de lá!
Sophie balançou a cabeça.
— Paris é incrível, mas acho que amei mais o Louvre. Vocês sabem que eu adoro arte. Inclusive, mamãe e papai, trouxe presentes! — Disse Sophie, com um sorriso travesso, correndo até a mala.
Lila olhou para a irmã, curiosa, enquanto Sophie tirava dois pacotinhos embrulhados em papel colorido. Harry e Louis se entreolharam, surpresos e comovidos.
— Vocês compraram presentes? — Perguntou Harry, enquanto Sophie se aproximava com os embrulhos.
— Claro! Não podíamos voltar de Paris sem algo especial pra vocês! — Disse Sophie, entregando um dos pacotes para Harry e outro para Louis.
Harry abriu o presente primeiro, um sorriso se formando em seus lábios ao ver o conteúdo. Era uma caneca com a frase "meilleure maman du monde" (a melhor mãe do mundo) escrita em um estilo delicado, com desenhos sutis em torno das palavras.
— Ah, meninas... — Harry murmurou, visivelmente emocionada. Ela passou os dedos suavemente pela caneca, como se estivesse absorvendo o carinho por trás do presente. — Isso é tão lindo. Eu amo vocês.
Louis, ao seu lado, também abriu o presente e soltou uma risada divertida ao ver um boné preto com a frase "meilleur papa du monde" (o melhor pai do mundo) bordada na frente. Ele imediatamente colocou o boné na cabeça e olhou para as meninas com um sorriso orgulhoso.
— Acho que vocês acertaram em cheio. — Louis riu, ajustando o boné com as mãos. — Ficou perfeito, não acham?
— Ficou ótimo! — Lila respondeu, rindo enquanto dava um passo para trás e observava os pais. — Agora estão oficialmente equipados como os melhores pais do mundo. Isso é uma verdade que todos podem ver!
Harry e Louis se entreolharam, mas a troca de olhares disse muito mais do que palavras. Harry abaixou os olhos rapidamente, submissa ao olhar firme e decidido de Louis. Sabia que ele jamais usaria aquele boné na rua, mas algo na maneira como o acessório repousava na cabeça dele o deixava absurdamente atraente.
Harry desviou o olhar, tentando se concentrar nas filhas, enquanto Louis disfarçava um sorriso de lado, percebendo o efeito que causava nela.
— Esse presente é mais do que eu poderia pedir. — Harry sorriu, agora com os olhos marejados, segurando a caneca como se fosse um tesouro. — Não sei se sou a melhor mãe do mundo, mas com certeza tenho as melhores filhas.
Louis assentiu, puxando Sophie e Lila para um abraço. — E os melhores pais também têm as melhores filhas, disso não tenho dúvidas.
As meninas se apertaram contra os pais, e o abraço familiar parecia consolidar ainda mais a sensação de que, finalmente, a família estava completa de novo.
— Sabe, eu acho que a gente deveria fazer mais viagens assim, só nós quatro. — Sugeriu Lila, sua voz abafada no meio do abraço. — Talvez para algum lugar onde a gente possa surfar... ou fazer trilhas!
Louis riu.
— Eu topo. Mas talvez possamos começar por algo mais perto. Uma viagem para a praia, quem sabe?
Sophie, sempre mais prática, se afastou um pouco, rindo.
— Eu só preciso garantir que as próximas viagens incluam boas lojas. Mas sim, eu topo qualquer coisa se estivermos juntos.
Harry olhou para cada um deles e sentiu uma paz imensa. Tudo pelo que tinham passado parecia finalmente fazer sentido. As dificuldades, as incertezas... tudo os havia levado de volta para aquele momento. A casa, cheia de risadas e conversas animadas, parecia viva de novo. O vazio que a separação havia trazido agora era preenchido pelo amor renovado.
— Sabem de uma coisa? — Disse Harry, sorrindo enquanto colocava a caneca sobre a mesa. — Vamos fazer essa noite especial. Depois do jantar, que tal assistirmos a um filme juntos? Só nós quatro, como nos velhos tempos.
— Ótima ideia! — Lila concordou, animada. — E eu escolho o filme desta vez!
Louis revirou os olhos de brincadeira, abraçando as filhas pelos ombros. — Desde que não seja um daqueles documentários longos que você adora, estamos dentro.
Soph riu, empolgada.
— Eu topo qualquer coisa, desde que tenha pipoca!
Enquanto todos riam e se preparavam para a noite que prometia ser cheia de histórias e lembranças, Harry ficou um momento em silêncio, observando sua família. Pela primeira vez em muito tempo, o futuro parecia brilhante. A casa estava cheia de vida novamente, e eles estavam juntos.
E assim, enquanto o cheiro do jantar se espalhava pela cozinha e o riso das meninas ecoava pelos corredores, Harry e Louis sabiam que, apesar de tudo o que haviam passado, eles haviam encontrado o caminho de volta um para o outro e para as filhas.
Aquela era a verdadeira definição de lar.
Obrigada pela sua leitura, e por favor, me deixem saber as suas opiniões.
Até logo! 🪽
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imninahchan · 24 days
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⠀⠀ ⠀꒰ ꪆ୧ ꒱ 𝒇𝒊𝒈𝒉𝒕𝒊𝒏𝒈 𝒇𝒐𝒓 𝒅𝒐𝒎𝒊𝒏𝒂𝒏𝒄𝒆 ⌢ ꒰੭.
⌜ que ele pode ter um lado dominante não é segredo... mas e se você também quiser ter? ⌝
⠀⠀
⠀⠀ ﹙ ʚɞ˚ ﹚𝐀𝐕𝐈𝐒𝐎𝐒: ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀
dinâmica mdom × fdom(?), dirty talk (degradação, elogios, dumbification), dry humping, daddy kink, strength kink, finger sucking, menção a anal e creampie.
⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ 𓍢ִ໋🀦
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𝐄le usou a roupa que você separou mais cedo. Aparou o bigode e o cavanhaque da maneira que você gosta. Usou do perfume que mais te agrada o aroma, saiu de mãos atadas contigo para o jantar e retornou na hora que a ladainha entre amigos te sugou as energias. Quieto, conformado.
Tão educadinho... quando voltam pra casa, até quer saber se você já vai tomar outro banho antes de deitar, ou se prefere que ele coloque leite com canela quentinho na caneca pra te ajudar a dormir melhor. “Relaxa”, o tranquiliza, se aproximando. Está sentado no sofá, um bocado de fadiga depois de uma noite movimentada, mas te recebe entre os braços com um sorriso amoroso, leve. Pega na sua cintura, a testa cola na altura da sua barriga enquanto os seus dedos deslizam pelos cabelos dele. Suspira, de olhos de fachados. Silencioso. “Hoje foi um dia bom...”, o som da sua voz ecoa macio pela sala de estar. Baixo, com carinho. Coça as unhas na nuca alheia. “Você fica mais bonito nessa jaqueta”, elogia.
Swann levanta o olhar. Um sorriso sorrateiro vai ganhando força no canto da boca, “você acha?”, ao que você sorri de volta, mais largo. “Foi presente seu”, a ponta do nariz resvala por cima do seu vestido, arrastando, “posso usar sempre que você pedir”, arrastando com paixão até os lábios tocarem no tecido num beijinho. Você segura nas laterais do rosto dele, ergue a atenção das íris clarinhas na sua direção mais uma vez, “se eu pedir você faz? Ah, você é tão bonzinho pra mim, papai...”
Ele ri, contido, nitidamente adocicado pela escolha das suas palavras. Apoia as costas no amparo do estofado porque você o empurra de leve. Os seus joelhos o cercam. Puxando a barra do vestido, as coxas pressionam sobre as dele. Encaixa o meio das pernas sobre o relevo da braguilha masculina, se empurra pra baixo. “O que tá tentando fazer, pequena? Achei que tava cansada”, as mãos tentam espalmar nas suas nádegas mas são detidas no caminho. “Só quero que o meu homem continue sendo bom pra mim”, você se inclina, esticando os braços dele pelo encosto do sofá. Obediente, o tom da palavra que sai por entre os seus lábios marcados de batom é de evidente desdém. Swann não se incomoda, no entanto. Roça o nariz no seu, traz a boca entreaberta para mais pertinho. Sorri. “Quer que eu seja obediente?”, e você faz que sim, consegue sentir a respiração quente beijando a sua bochecha, “eu posso ser obediente. Posso obedecer você, parece bacana pra mim”.
“É?”, o sussurro corta junto do raspar do seu nariz na maçã do rosto, afetuosa. Já se sente mais poderosa, é inegável. A posição te oferece a primeira vantagem: sentadinha no colo dele, o rosto perigosamente colados, em total controle do braços que poderiam te reter. Confiante, começa a mover os quadris, lentinho, como se o seduzisse. Estimula a ereção que aponta por baixo de si, e usufrui, em especial, da sensação áspera da braguilha relando na calcinha.
“É”, ele te responde, praticamente no mesmo tom. A face pende pro lado, encontra um ângulo ideal pra que os lábios finos possam sugar a pele do seu pescoço. “É, claro, mon amour”. Chega a raspar com os dentes, suave. “Posso fazer o que você quiser que eu faça, posso ser o que você quiser que eu seja... Só tem que pedir. Eu sempre”, estala um beijinho próximo à sua orelha, sempre, o outro beijo recai no queixo à medida que você alonga o pescoço, desfrutando das carícias, “sempre vou te escutar. Não importa o que esteja me pedindo.”
Você o encara, as pupilas dilatadas. O seu olhar de tesão contraria a mirada serena que te é oferecida. Parece uma predadora faminta, ao passo que sua presa permanece indiferente. “Então, vai me obedecer hoje, não vai?”, murmura. Com um biquinho adorável, deixa um selar simples no cantinho da boca dele. Hm, arranhando a garganta, manosa. “Vai atender todos os meus desejos. Bonzinho. Por que é isso que você é, não é? Meu”, agora sela os lábios na extremidade, “meu namoradinho obediente.”
Swann te permite mais alguns segundos de soberania. O rebolar do seu quadril é delicioso demais pra interromper de repente. Eleva a própria virilha, tudo pra ser perfeitamente esfregado no tecido umedecido da calcinha. Mas é quando você crava as unhas nos braços dele, ao demandar uma resposta, que não tem outra alternativa senão a de te colocar no seu lugar.
Por mais que force, apertando os antebraços entre as palmas, ele escapa fácil. Detém as suas investidas, conquista os seus pulsos, embora possa miar feito uma gatinha desgostosa por ter perdido a majestade tão rapidamente. Shh, é sussurrado pra te ninar, as pálpebras cerrando com calma e abrindo outra vez pra te observar, tranquila. Ajusta a postura no sofá, corre a língua nos lábios antes de se preparar pra te explicar a situação, “escuta o papai porque só vou te dizer uma vez, tá bem?”. Você ainda faz charme, emburrada. A mão dele cobre o seu pescoço, feito um colar. “Eu posso e eu gosto de obedecer. Às vezes é bom experimentar, né?”, sorri, “Mas pra eu poder te obedecer, você vai ter que me mostrar que merece”. E você tenta rebater, porém é reprimida pelo polegar que se afunda entre os seus lábios. Aí, só te resta chupar o dedo e ouvir-lo. “Primeiro, você tem que ser boa. E não, nem sempre você é”, tem toda a paciência pra antecipar o seu possível resmungo, “E depois, só depois, a gente pode inverter os papéis.”
Com a exata facilidade que se libertou das suas garras, também não tem esforço nenhum pra te deitar no sofá. Você foge, claro, vai se arrastando pra trás até colar no encosto. Encolhe as pernas, mas ele te agarra, separando-as. “Não sabe o que está perdendo...”, incita-o, a voz prepotente querendo sair por cima mesmo quando é derrotada. E a propósito, puxa, o quão gostoso é ser derrotada... O aperto nas suas coxas, expondo a mancha molhadinha na peça íntima. Swann desliza as costas da mão da latura do seu joelho à virilha, “não vou perder nada que não posso conseguir mais tarde”, diz, cheio de si, “Só que você, princesinha...”, o indicador desce pelo monte de vênus, “você pode perder muito...”, alcança a região do clitóris, onde circula de leve, porém não se demora, “muita, pode perder muita porra aqui”, chega lá embaixo, na opção mais apertadinha.
Deixa a boca ao pé do seu ouvido, a voz soa rouca. “Posso foder esse cuzinho uma grande parte desse noite, meu amor. Do jeito que eu costumo fazer, e você costuma adorar”, força o indicador na entradinha, só pra brincar contigo, pois o tecido da calcinha o impede de preencher de verdade. “E se você só abrir a boca pra gemer enquanto eu te como, aí sim, depois que eu já tiver esvaziado as minhas bolas na sua bunda; aí sim, eu deixo você pisar em mim do jeitinho que fantasia nessa mente lerda de puta revoltadinha.”
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sinhal · 9 months
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A Guide to Writing (Pre-Parallax) Hal Jordan!
Overall Traits
Hal will almost always default to using the least amount of power as possible, often using his hands as a way of making sure Hal Jordan matters too
While he is friendly and well liked, Hal has very few close friends -he is closest to Tom Kalmaku and Carol Ferris. He is also close to Ollie Queen and Barry Allen, Ollie much more than Barry. He’ll often bring up his friends in his mind, using them as driving forces but also criticizers.
Hal believes in the ideal of a hero, and he often reprimands himself for not falling within that ideal. An example of this is him getting mad at himself for appreciating the cheers of those he rescued because a true hero acts out of an innate selflessness, not out of a love of praise.
Hal can be violent at times, most of all when someone threatens those he is close to. He has collapsed whole buildings on villains when they have hurt Tom or Carol, for example.
Talking and Personality
Hal makes jokes while fighting, especially when someone he loves is hurt. These jokes are to keep his mind off the stakes. 
Hal invokes the name of the Guardians the way people invoke the names of God or Jesus. He’ll often say, “Great Guardians” in response to something shocking him. In addition, Hal calls the Guardians “masters” which most Green Lanterns at this time did. He is known as one of the most powerful and loyal members of the corps. 
Hal is interesting because while he uses pet names, especially for people younger than him (calling girls “sweetheart” or “honey” and both genders “kid” even if they’re an adult), he will use full names a lot of the time. He calls Tom “Thomas” or “Mr. Kalmaku” frequently, and he’ll call Carol “Ms. Ferris” even while they’re dating. 
Relationships
Tom Kalmaku: Tom and Hal are close friends, and Tom was the first person to know Hal’s double identity. Tom is close to both Hal and Carol, and he was involved in a majority of Hal’s earliest adventures. He is from Alaska, and he is married to Tegra. They have two children together, who, according to Secret Origins (1986) #36, both know Hal’s identity. They also call Hal “Uncle Hal”. While Tom is called an racist nickname off and on, during the period of comics from approx Green Lantern (1960) #129 to Gerard Jones' revival of Tom in Green Lantern (1990), this nickname was not used. This nickname was only brought back by Jones in an explicit attempt to make Hal less “politically correct”. Using this nickname will not make you more in line with older Hal stories, it just makes you racist.
Carol Ferris: Carol and Hal are old friends, and while their romantic relationship is off and on, they usually still get along and love each other even if they’re not together. Carol is the boss of Ferris Aircraft from Showcase #22 to Green Lantern (1960) #133, at which Carl Ferris retakes control of Ferris Aircraft. Carol is a self described “spoiled rich girl” that has worked hard her whole life to be considered equal to the version of herself that was supposed to be, aka Carl Jr. She’s not just Hal’s girlfriend but a well developed and strong character in her own right who understands why Hal works as Green Lantern. She is also Star Sapphire, a twisted version of herself where she is forced to hurt those who she loves. She has to reckon with this dominant personality who is always at the brink of breaking out.
Misc
Move around where Hal is located! While he is situation in Coast City from Showcase #22 to Green Lantern (1960) #49 and then after the roadtrip, he is also located in Washington for a time as an insurance agent (Green Lantern (1960) #52-69), he moved around as a traveling toys salesman (Green Lantern (1960) #70-76), and Ferris Aircraft is situated in L.A from approx Green Lantern (1960) #140 onward. In addition, the G.L. citadel is situated in L.A as well.
Include other gls! He was close to Katma Tui, Arisia Rrab, Tomar-Re, and Arkkis Chummuck. In addition, if you are including Guy and John, Hal frequently gave chances to Guy that no one else did. John and Guy did not get along.
Happy writing!
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tecontos · 3 months
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Agora sim estou sendo fodida!
By; Mari
Olá, Me chamo Mari e esse é o meu primeiro conto aqui, então vou me descrever, sou mulata clara, tenho 31 anos, aliso meus cabelos, cuido muito das unhas, tenho 1,65cm, meu peso é em torno de 60/61 kg, tenho seios médios e como toda mulata que se preza tenho uma “senhora” bunda.
Tenho um filho de 6 meses, fruto de um relacionamento que acabou quando ele ainda tinha 3 meses e meu marido, ele que desejou separar, agora me incomoda querendo voltar, mas eu não quero, descobri que ele me traiu durante a gravidez e na minha quarentena, descobri nos primeiros dias depois que nosso filho nasceu, quando descobri foi que iniciaram as brigas e foi o que nos levou ao fim.
Bem, fiquei afastada do trabalho durante 5 meses,e quando voltei havia uma Chefe nova, a qual depois de muito conversarmos me tirou do meu antigo posto e me guindou para o Call Center de vendas da empresa, eu agora comandava uma equipe com objetivos de vendas, ganhava comissão, mas não mais em sua totalidade formada por homens, eu antes era responsável pela frota, e me indignava com um dos diretores por ele controlar os carros do seu setor, eram carros novos, e que minha equipe se quer colocava as mãos, só os pertenciam ao setor de vendas que ele comandava, tentei por várias vezes trazer os carros para o meu controle, mas sem sucesso, se eu tinha força com o Presidente do Grupo, ele tinha mais ainda, pois seus números eram expressivos, o cara é bom no que faz e isso me deixava mais irada, eu chegava a destratar o cara, e também vou confessar que era bem bonito e nunca me dava moral e ganhava no mínimo 4 ou 5 vezes mais que eu.
Um dia, eu vesti vestido solto e apenas uma calcinha preta enfiadinha como gosto e fui trabalhar, quando fui entrar na cozinha vi dois colegas, funcionários dele, conversando e vi que o assunto se referia a minha pessoa, e parei na porta, me escondi e fiquei ouvindo o que falavam, e ouvi muito bem quando um deles diz: - O Chefe disse que a Mari anda “mal fodida”; Aquilo me deixou furiosa, voltei para o meu local de trabalho sem tomar a água que eu queira, sentei em meu box( mesa de call center) e fiquei sentada furiosa pensando no que fazer, se deixava passar ou tirava satisfações. Como sou brava, resolvi ir tirar satisfações e ir até a sala dele. Caminhei brava e descida até a sala dele, a Secretária havia saído para o almoço e bati na porta, ouvi dizer que poderia entrar, entrei e ele estava no notebook, já fui brava dizendo que precisava falar com ele, me pediu para fechar a porta e esperar, fechei, me sentei na cadeira em frente a mesa, ele continuava no note sem me dar bola, eu tentava começar a falar e me pedia para esperar que estava terminando algo importante, um tipo de relatório para um cliente top, mas achei que estava demorando demais.
Levantei e fui até o lado da mesa que ele estava, pedi brava que prestasse atenção em mim, que o que eu tinha para falar era muito sério, me disse para sentar e esperar, não tive dúvidas, sentei literalmente na mesa, bem ao seu lado e cruzei as pernas, ele desviou os olhos do note e olhou com desejo para minhas pernas/coxas, aquilo me deixou mais brava e confesso que excitada também, e comecei a falar o que havia escutado, e quando falei “Mal Fodida” ele levantou, colocou os braços no entorno do meu corpo com as duas mãos apoiadas na mesa, uma de cada lado do meu corpo, seu corpo quase encostando nas minhas pernas, o que me obrigou a descruzar as pernas, e me disse: - Mal fodida não, tu não estás sendo fodida; Pedi que repetisse, então foi quando chegou perto do meu ouvido, cheguei a me arrepiar e: -Tu não estás sendo fodida, a boca dele próxima ao meu ouvido,a verdade que ela acabara de dizer, e por fim todo meu tesão acumulado, falei também no ouvido dele: - ENTÃO, ME FODE. Foi o estopim, nossas bocas se tocaram com fervor, um beijo cheio de desejo e tesão, ele me pegou pela nuca e lascivamente caímos um dentro da boca do outro, eu chupava aquela língua com ganas, como se desejasse que fosse o caralho dele, e o safadinho forçou o corpo de encontro ao meu até que eu “tive que abrir” as pernas, me puxou para a ponta da mesa,meu vestido subiu, e senti, mesmo que ele estivesse usando calça jeans o caralho roçando minha buceta sedenta de carne, de carne humana dura, e foi quando afastou um pouco seu corpo do meu e senti um dedo tocar minha calcinha completamente úmida, logo afastou para o lado e tocou meu grelinho e escorreu para dentro do Meu Eu, a intensidade do beijo aumentou, se é que isso era possível,senti ele tirar a mão da minha nuca e em seguida ouvi o barulho do cinto abrir, depois o zíper e em seguida senti a cabeça do caralho encostar em meus lábios vaginais, pegando o pau na sua mão passou aquela coisa dura em toda a extensão de meus lábios vaginais me deixando louca, quase implorando para ser penetrada, e foi quando senti a cabeça vencer os lábios da vagina, pensei:
“agora ele vai meter bem devagar”
Mas não, ele enfiou TODO de uma SÓ vez, me fazendo ver estrelas, quase me acabei, quase gozo já na primeira enfiada tamanha a seca que eu estava e o inusitado da socada de todo pau, me abracei nele e gemi baixinho no seu ouvido, não poderia ser diferente visto o local em que estávamos, me chamou de putinha gostosa, e que eu tinha a bucetinha bem apertada,e pedi para ir com calma comigo, pois caso contrário ele me faria gozar muito rápido,tirou todo o pau,e então ele forçou meu corpo para trás fazendo com que eu deitasse em cima da mesa, tirou minha calcinha e se agachou entre minhas pernas, deitada senti a língua em torno dos meus grandes lábios vaginais, lambeu bem gostoso, deu umas mordidinhas nas minha virilha, me chamava de gostosa,vadia e tesuda, aquilo me excitava muito, a língua então entrou no fundo do Meu Eu, me arrancando suspiros e sensações maravilhosas, senti seus dedos abrirem minha bucetinha e expor meu grelinho, e recebi uma lambidinha e depois uma deliciosa chupada e pedi que parasse, que eu assim gozaria logo, mas não me ouviu e chupava meu grelinho e enfiava os dedos buceta a dentro, e apenas balbuciei: - ESTOU GOZANDO, EU TE AVISEI... Enquanto eu curtia meu gozo gostoso, ele levantou e sem me dar tempo algum, levantou minhas pernas colocando-as em seu peito e enfiou a cabeça da pica, eu senti choquinhos gostosos e logo foi empurrando...empurrando aquele troço duro para dentro do meu corpo, do Meu Eu mais profundo, e entrou … tudinho… lá no meu fundinho, que sensação maravilhosa, e agora dessa vez ele colocou lentamente, tirou todo pau, no que eu praticamente implorei para que colocasse novamente, - ME FODE BEM FORTE, EMPURRA QUE QUERO TODINHO; E foi feita a minha vontade … socou todo com vontade e começamos em um frenético vai e vem gostoso, eu já pronta para acabar … gozar e Ele bombando para dentro, até que não aguentei, meu corpo se contraiu e sem avisar comecei a gozar, e sentindo que eu estava gozando ele me perguntou onde eu queria porra. - Onde tu quer leitinho...na buceta?
E em um surto de lucidez, lembrei que não estava tomando nada e pedi que não gozasse dentro. - ONDE TU QUISER, SÓ NÃO GOZA DENTRO; - Então tem que ser na boca, Eu consenti com a cabeça, ele saiu de dentro de mim, e de pé na minha frente eu desci da mesa, me acoquei pingando gozo da minha buceta e abri a boca, não deu tempo de chupar e recebi golfadas de porra grossa e quentinha na minha garganta, meu corpo tremia todo, ele acabava gemendo baixinho, e ouvi-lo me deixava acesa, tanto que mesmo trêmula lambi toda a porra do pau, deixei bem limpinho.
Ele me ajudou a levantar, nos beijamos com carinho e pedi minha calcinha para ir embora, pois não demoraria a secretária dele estaria de volta, colocou a calcinha no bolso e disse que era dele.
Me arrumei como pude e sai da sala, fui direto ao banheiro, lavei o rosto, ajeitei melhor meu vestido e cabelo e fui para minha sala. Todos começaram a voltar do almoço, eu ali sentada me deliciando com as lembranças recentes e pensando que queria mais, precisava mais daquela pica boa, olhei para os lados e parece que todos sabiam que eu estava sem calcinha.
Quando saímos no final da tarde fomos direto pro motel transar de novo. E esta sendo assim desde então.
Enviado ao Te Contos por Mari
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brazilian-vampyra · 2 months
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⌗ㆍノSTORMY NIGHT ❛𖹭⛈❛
(PT-BR)
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𖹭 nota: eu sou defensora da tese "se ex fosse bom, não era ex", mas como se trata do enzo, eu estou aberta a diálogos e debates.
𖹭 sinopse: ter fobia de trovões pode soar bobo quando estamos falando de uma mulher adulta, mas seu ex namorado nunca invalidou sua fobia, e a prova disso foi aparecer na porta do seu apartamento numa noite de tempestade para te colocar para dormir.
𖹭 avisos: palavras de baixo calão, dirty talk, sexo explícito, sexo bruto, sexo sem camisinha (usem plmds), oral (fem!receiving), creampie, enzo x fem!reader.
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𝐇𝐀𝐕𝐈𝐀 𝐂𝐇𝐄𝐆𝐀𝐃𝐎 ao apartamento exausta, cada músculo do corpo implorando por descanso após um plantão de quase 30 horas no hospital — ser enfermeira às vezes era mais difícil do que parecia. Ao abrir a porta, foi recebida pelo silêncio reconfortante de seu lar. Mas a previsão do tempo ainda estava bem clara em seus pensamentos: a noite seria tempestuosa.
Largou a bolsa no chão, sentindo as pernas trêmulas de cansaço e ansiedade. Suas mãos suavam, e o coração começou a bater mais rápido ao pensar nos trovões que estavam por vir. A fobia que tentava manter sob controle agora ameaçava dominá-la.
Você respirou fundo, tentando se acalmar. A ideia de enfrentar uma tempestade sozinha, no escuro da noite, parecia insuportável. A sensação de vulnerabilidade crescia, e você se dirigiu automaticamente para o pequeno armário onde guardava os remédios para ansiedade. Pegou um comprimido e engoliu com água, esperando que ajudasse a acalmar seus nervos.
Sentou-se no sofá, abraçando uma almofada como se fosse um escudo contra o medo lascívo. O primeiro som distante de um trovão fez seus ombros se encolherem, e apertou os olhos, tentando afastar a imagem dos relâmpagos iluminando o céu, mesmo que fosse completamente visível pela grande janela do apartamento, que estava sem persianas.
O cansaço e o medo se misturavam, deixando-a à beira das lágrimas. Sabia que precisava descansar, mas a ansiedade não a deixava relaxar. Pegou seu telefone, pensando em ligar para alguém, mas desistiu.
Não queria incomodar ninguém com seus medos.
Decidiu então tomar um banho quente, na esperança de que a água ajudasse a aliviar. Enquanto a água escorria sobre seu corpo, o som dos trovões ficava mais alto, reverberando pelo apartamento. Cada estrondo fazia seu coração pular, e se segurava nos azulejos, tentando manter o controle.
A chuva ainda não caía, mas sabia que seria potente quando viesse. O problema não eram as lágrimas da natureza que molhavam a Terra, e sim as lamúrias que vinham acompanhadas de suas lágrimas — os terríveis trovões.
Saiu do banho e vestiu um pijama confortável, um babydoll de seda rosa claro, além de passar seu hidratante corporal, tentando se distrair com o aroma.
Pensava em como poderia se distrair para pegar no sono naquela noite tempestuosa. Talvez um chá quente, um livro ou um filme reconfortante. No entanto, antes que pudesse decidir, seu celular tocou, o som penetrando o silêncio tenso do ambiente. Pegou o celular e seu coração deu um salto quando viu o nome na tela: Enzo. Fazia seis meses desde que haviam terminado, seis meses de silêncio doloroso.
Atendeu hesitante.
— Alô…? — a voz estava meio trêmula.
— Você está bem? — veio a voz dele, um tanto fria, mas carregada de uma preocupação disfarçada.
Ficou em choque. As emoções que pensava ter enterrado vieram à tona com uma intensidade esmagadora. A voz de Enzo trouxe de volta memórias de tempos melhores, e a preocupação dele por você, mesmo após tanto tempo, a comoveu profundamente.
— Enzo... eu estou... está difícil — respondeu, a vulnerabilidade escorrendo por suas palavras. — A tempestade... você sabe como eu fico.
Ele suspirou do outro lado da linha, e pôde imaginar a expressão séria em seu rosto.
— Eu sei. Foi por isso que liguei. Queria saber se você estava bem.
O som dos trovões parecia mais distante com a voz dele preenchendo o vazio em seu peito. Mas então, de repente, a ligação foi interrompida, e o silêncio no telefone era ensurdecedor.
— Enzo? Você está aí? — chamou, mas não houve resposta.
O pânico começou a subir novamente, misturado com a frustração da interrupção repentina. Você olhou para o telefone, tentando decidir se deveria ligar de volta ou esperar.
Minutos se passaram, e se sentia ainda mais perdida. A chuva continuava a cair, e os trovões ecoavam ao longe. O som do interfone quebrou seus pensamentos. Confusa, você atendeu.
— Senhora S/N, o senhor Enzo está aqui embaixo. Ele pediu para subir. Posso deixá-lo ir? — a voz do porteiro soou clara e inesperada.
Você ficou paralisada por um momento, tentando processar o que acabara de ouvir. Enzo? Aqui? Como isso era possível? Por qual razão?
— S-Sim! C-Claro! Pode deixar ele subir! — respondeu, ainda atordoada.
Colocou o interfone no gancho e esperou, sentindo a ansiedade aumentar a cada segundo. Você morava no sétimo andar, então ele demoraria um pouco no elevador.
A campainha do seu apartamento tocou, e você rapidamente foi atender a porta. Lá estava seu ex — e que belíssimo ex —, usando uma jaqueta de tonalidade caramelo, com algumas gotas de chuva e os cabelos escuros e sedosos na mesma situação; um pouco molhados.
— Enzo… — sussurrou, com a voz embargada de emoção.
— Eu não podia simplesmente ouvir sua voz e não fazer nada… — ele avançou, com alguns passos para dentro do apartamento.
Fazia tanto tempo que não tinha uma tempestade no Uruguai? Provavelmente, sim.
Você sentiu as lágrimas escorrerem por sua face suavemente, mas não era só o medo ou a tristeza, também a alegria de vê-lo. Sem pensar, correu para ele, abraçando-o forte. O toque dele era quente e reconfortante, dissipando um pouco do frio que a tempestade havia trazido.
— Eu não sabia se você viria — disse, com a voz abafada contra o peito dele.
— Eu sempre virei, nena. Sempre que você precisar — ele respondeu, segurando-a firme.
Enzo fechou a porta suavemente atrás de si. A presença dele transformou o ambiente, trazendo um conforto e uma segurança que você não sentia há meses. O uruguaio tirou a jaqueta molhada da chuva e a colocou cuidadosamente sobre uma cadeira na cozinha.
— Eu vim aqui para ajudar você a dormir — ele disse suavemente, com seus olhos encontrando os dele com uma firmeza carinhosa. — Sei que você sempre pega os plantões de segunda, e deve estar exausta. Mas a tempestade não vai deixar você descansar, por mais cansada que esteja.
Sentiu um nó na garganta, emocionada pela consideração dele, então apenas assentiu, sentindo um alívio e uma gratidão profundos. Enzo estendeu a mão, pegando a sua gentilmente.
— Vamos para o quarto — ele sugeriu.
No quarto, a luz suave da luminária de cabeceira lançava um brilho acolhedor sobre os lençóis. O mais velho se deitou na cama, fazendo um gesto para que você se juntasse a ele. Com um suspiro aliviado, se acomodou ao lado dele, deixando-se ser puxada para o peito dele. Ele a abraçou firmemente, mas com uma gentileza infinita.
Com uma das mãos, começou a fazer cafuné em seus cabelos, seus dedos deslizando pelos fios macios. O toque era reconfortante, e você nunca iria negar que sentiu uma saudade absurda disso, pois ele era uma das poucas pessoas que você se sentia extremamente confortável para se entregar em diversas ocasiões. Você fechou os olhos, sentindo o perfume amadeirado de Enzo envolvê-la, um aroma familiar que a fez se sentir segura e amada.
Puta merda, como tinha sentido saudade disso.
— Você precisa descansar. Eu vou estar aqui quando acordar.
A voz dele nunca soou tão tranquilizadora como havia soado agora.
O som da chuva continuava a cair lá fora, mas ao lado de Enzo, o medo que antes a consumia começou a desaparecer. Cada batida do coração dele, forte e constante contra seus ouvidos, era como uma melodia calmante que a deixava extremamente tranquila.
A tensão em seus músculos começou a se dissipar, e o cansaço finalmente a dominou. Sentindo o calor do corpo dele e a suavidade de suas carícias, conseguiu se render ao sono. Pela primeira vez em muito tempo, adormeceu com um sorriso suave nos lábios — sabendo que estava segura nos braços de alguém que provavelmente ainda a amava profundamente.
Naquela noite você finalmente encontrou a paz que tanto almejava.
[...]
Acordou na manhã seguinte, os primeiros raios de luz cinzenta entrando pelas frestas das cortinas. A chuva ainda caía suavemente lá fora, com o som rítmico criando uma sensação de paz. O dia estava frio e melancólico, mas nada comparado à tempestade da noite anterior. Então você se espreguiçou, sentindo os músculos relaxados, e percebeu que a cama estava vazia ao seu lado.
Por um momento, pensou que tudo não passara de um sonho. A presença reconfortante de Enzo, o cafuné em seus cabelos, tudo parecia tão distante e irreal. Mas foi aí que o cheiro de café fresco chegou até suas narinas, nítido e tentador. Curiosa e com uma pontada de esperança, se levantou, seguindo o aroma.
Ao entrar na cozinha, encontrou Enzo de costas em frente ao balcão, servindo café em duas xícaras de porcelana azuis que você tanto amava. Os cabelos castanhos ainda estavam meio bagunçados, entretanto continuavam sendo uma graça.
— Bom dia — ele disse ao ouvir seus passos, e te ouvir bocejar, virando-se para olhar para seu rosto com um sorriso caloroso. — Você dormiu bem?
Sorriu de volta, sentindo um calor confortável se espalhar pelo peito.
— Muito bem, graças a você — respondeu, aproximando-se e pegando uma das xícaras que ele oferecia.
O mais velho inclinou-se e acariciou suavemente seus cabelos, no topo de sua cabeça. Aquilo sempre foi um gesto fofo vindo do uruguaio.
— Eu sabia que precisava de um descanso. Achei que um bom café ajudaria a começar o dia melhor.
Se sentaram à mesa da cozinha, e o vapor do café subiu entre eles. Olhou para Vogrincic, ainda surpresa por ele estar ali, mas sentindo-se cada vez mais à vontade, afinal de contas podia ser seu ex namorado, mas ele não era qualquer homem.
Estavam lado a lado.
— Obrigada por vir ontem — confessou, sinceramente. — Não sei o que teria feito sem você.
Ele deu de ombros, um sorriso brincando em seus lábios.
— Eu sabia que precisava estar aqui. E, honestamente, eu também precisava ver você.
Foi então que percebeu um detalhe enquanto observava ele à mesa: a camisa que ele usava não era a mesma da noite anterior. Era uma camisa antiga, que ele havia deixado para trás após o término, e que você guardava com carinho entre suas coisas.
A visão dele com aquela peça de roupa específica fez seu coração bater mais rápido.
— Essa camisa... — deu o seu melhor para comentar isso no tom mais casual possível.
O moreno olhou para baixo, como se só então percebesse o que estava vestindo.
— Ah, eu... espero que não seja um incômodo. Eu a vi estendida no banheiro e pensei que poderia usar, já que a minha estava encharcada.
Sorriu, sentindo uma ternura inesperada.
— Não é incômodo nenhum, fica bem em você. Afinal de contas, é sua.
Deu um gole do café.
— Você estava usando, não estava?
— Como sabe? — riu baixinho.
— Seu perfume é inconfundível, e ela está extremamente cheirosa.
Ele sorriu de volta, e por um momento, o silêncio foi preenchido apenas pelo som suave da chuva.
— É incrível como você se lembra de coisas tão específicas, sabia? — você mencionou. — Desde o meu perfume, até a forma como eu gosto do meu café.
— Hm — ele deu um gole do conteúdo quente da xícara de porcelana — Por falar em café, você acredita que depois de seis meses, eu ainda não consegui encontrar uma cafeteria que faça um café tão bom quanto o seu? — ele disse, com um tom de exagero cômico.
Você riu, sentindo qualquer mínimo resquício de tensão se desfazer completamente.
— Sério? Eu achava que você só dizia isso para me fazer sentir especial.
— Não, é sério! — ele insistiu, com os olhos castanhos brilhando com diversão. — Um dia, fui a uma cafeteria tão chique que até o cardápio tinha descrições poéticas. Mas o café era tão amargo que eu quase devolvi.
Vogrincic não era lá um grande entusiasta de café, ele nunca foi muito chegado a essa bebida. Mas ele poderia tomar litros e mais litros do seu café sem se enjoar.
Isso te fez rir alto, balançando a cabeça.
— Ah, Enzo, você sempre sabe como me fazer rir.
Um sorriso indiscreto surgiu nos lábios de seu ex namorado.
— É um dos meus talentos secretos. Além disso, alguém precisa manter seu humor em dia.
Concordou com a cabeça, dando razão à essa fala dele, e deu um gole de café, sentindo a bebida quente aquecer seu corpo e sua alma. A chuva que caía lá fora e deslizava pelos vidros era uma mera adição à esse cenário tão casual — cenário esse que jamais imaginou que fosse se encontrar novamente, principalmente com ele — agora só faltavam blues sensuais tocando ao fundo para relembrar os velhos tempos.
— Eu senti falta disso — confessou, olhando para a xícara em suas mãos. — Dessas manhãs tranquilas, só nós dois.
Enzo assentiu, com o olhar compreensivo.
— Eu também senti falta disso, sabia? Talvez a gente possa ter mais manhãs assim.
Seu coração bateu mais forte com essa possibilidade, mas você apenas sorriu, aproveitando o momento presente.
— Por que a gente terminou mesmo? — você tentou se lembrar.
— Sabe que nem eu sei? — ele rebateu com outra resposta. — Não sei onde eu tava com a cabeça quando aceitei terminar com você.
— E por que aceitou?
Ele desviou o olhar por alguns instantes e a cabeça pendeu para trás enquanto ele suspirava pesadamente e processava uma boa resposta para isso.
— Talvez insegurança — devia ser dolorido para ele admitir algo assim. — Eu não conseguia aceitar muito bem a ideia de que eu consegui conquistar você. Uma mulher tão foda assim, com um cara como eu?
— Por favor, não fala assim — segurou a mão dele em cima da mesa de madeira envernizada. — Eu sempre odiei quando você se rebaixava para me elogiar.
— Prometo fazer o meu melhor para não fazer mais isso, corázon — ele pegou sua mão e levou até o próprio rosto, mais especificamente até os próprios lábios, onde ele depositou um beijo demorado e terno em sua pele. — Eu senti tanto a sua falta…
Os beijos do latino iam seguindo uma trilha sutil por sua pele, indo desde o ponto que ele havia beijado inicialmente até chegar em seu antebraço. Um calor estranho percorreu seu corpo, seguindo por sua espinha até parar no meio de suas pernas. Não reprimiu um som abafado que saiu de seus lábios com essas carícias.
Os lábios dele ardiam em sua pele — do melhor jeito possível, como se cada selar fizesse que flores desabrochassem no exato centímetro que ele havia depositado essa carícia tão íntima.
— Amorcito… — chamou-o timidamente.
Sabia o efeito que esse apelido causaria nele, e fez de propósito. Um som baixo como um rosnado entre os dentes foi ouvido.
— Ah, mi amor… — ele disse, com os dentes mordiscando levemente. — Não consigo manter a compostura quando você me chama assim.
— Achei que estávamos conversando para podermos nos entender e chegarmos num consenso sobre a nossa relação a partir de hoje.
Você citou, deixando uma risadinha escapar. Uma risada que era um misto de tesão e ansiedade.
— Depois que eu te fizer gozar pra mim… — ele tinha um tom cafajeste extremamente envolvente entranhado em seu espanhol. — Te garantizo que tus pensamientos serán muy claros…
Sem perder mais tempo, aceitou aquele convite inesperado naquela manhã chuvosa e beijou-o como não beijava há meses. Sentia saudade daqueles lábios sensuais, daquele hálito quente com sabor de hortelã — que agora estava com o sabor chamativo da cafeína. A língua dele deslizava sobre a sua do jeito mais erótico possível, causando estalos baixos que reverberavam pela cozinha e os lábios dele tinham o encaixe perfeito com o seu.
Apesar de estarem num desejo constante de se devorarem na sua cama, o beijo era lento, como se o uruguaio quisesse aproveitar cada mínimo segundo desse deleite esplêndido. As mãos de Enzo foram até suas coxas nuas devido ao tamanho do short do babydoll, e ele aproveitou para segurá-las com força, irradiando o calor de suas palmas. Você por sua vez, decidiu levar suas mãos até a nuca dele, agarrando os cabelos macios e sedosos e apertando um pouco enquanto aprofundava o beijo.
Um beijo repleto de saudade e luxúria.
Ele entendeu isso como um sinal de que podia prosseguir, e imediatamente se levantou, deslizando as mãos para suas nádegas e segurando com uma certa força, para que pudesse te segurar no colo e te carregar até seu quarto. Ele não esbarrava em nada, não precisava sair tateando os arredores — ele conhecia seu apartamento como conhecia seu corpo.
E conhecia bem, muito bem.
O latino a deitou na cama, fazendo você sentir o colchão confortável contra suas costas e ele continuou a beijando, praticamente tomando seu ar enquanto as mãos ágeis deslizavam por seu corpo, fazendo seu interior arder em brasa, como uma fogueira numa floresta fria. Haviam gemidos reprimidos pelos lábios uns dois outros e estalos baixos de um momento altamente erótico. Vogrincic não se conteve e sorriu daquele jeito cafajeste, fazendo você sentir muito bem.
Você já estava ofegante devido ao beijo — por mais que não fosse afoito, era necessitado. E sentiu seu rosto esquentar enquanto os lábios e a língua de Enzo desciam para seu pescoço, saboreando e provocando a pele sensível, causando aquele belo resultado que ele gostava de ver. O corpo dele estava perfeitamente entre suas pernas e o peso dele estava bem disposto nos cotovelos para que ele não te machucasse.
Enquanto beijava seu pescoço, uma mão do mais velho deslizou perigosamente para dentro do short curto de seu babydoll — ele mantinha os dedos em cima do tecido fino de sua calcinha, sentindo sua excitação molhar os dedos dele. Seu corpo teve um espasmo, fazendo-a fechar as pernas contra ele, e ele sorriu em uma satisfação imensa.
— No no. Nada de eso, mi corazón… — ele foi descendo os beijos, até chegar em sua clavícula. — Eu conheço seus pontos fracos. Não adianta se esconder…
Abriu suas pernas novamente, deixando que a mão dele continuasse te estimulando por cima do tecido fino, quase que completamente encharcado.
— Muy bien…
Enquanto uma mão de Enzo estava ocupada no meio de suas pernas, a outra foi subindo rapidamente o tecido macio da camisa de seu babydoll, deixando-a mais exposta e exibindo seus mamilos enrijecidos. Ele juntou os lábios sutilmente e soprou levemente, vendo como você se arrepiava. Ah, sim, óbvio que ele sorriu.
Sem perder mais tempo com aquela tortura, ele decidiu finalmente levar a boca até um de seus seios e matar aquela vontade que o consumia por um bom tempo. Quando sentiu a boca quente dele em sua pele, sentiu-se em um puro êxtase, não controlando um gemido alto de surpresa que escapou por seus lábios. Finalmente ele podia novamente rodear seus mamilos com a língua e sentir como seu corpo quente se arrepiava debaixo dele.
— Amorcito… — gemeu, necessitada.
Enzo praticamente rosnou contra sua pele quente, enquanto permanecia de olhos fechados, saboreando cada mínimo centímetro de você. A mão que estava dentro de seu short continuava em cima de sua calcinha, estimulando seu clitóris com movimentos circulares num ritmo que simplesmente a tirava do sério. Meu Deus, que homem é esse?
Seu coração estava martelando seu peito violentamente com tantos estímulos que estavam sendo recebidos. Ele era um homem habilidoso, Enzo Vogrincic não brincava em serviço, ele sabia muito bem onde tocar você e o que fazer para que você visse estrelas.
Ele já estava com uma ereção nada modesta por baixo daquelas calças desde que estava te beijando, mas seus gemidos estavam deixando a situação dele cada vez mais complicada. Aquelas calças estavam se tornando extremamente apertadas para o uruguaio.
A mão dele parou de te estimular e subiu por sua barriga para poder agarrar a barra de seu short e deslizar para baixo, junto com a calcinha. Agora estava ainda mais exposta do que antes, completamente nua — só faltava tirar aquela camisa fina, que já estava levantada e expunha seus seios.
O moreno foi descendo os lábios por sua pele sensível, deixando beijos em sua barriga, até chegar em seu ventre. Você sentia a respiração quente dele contra sua pele, fazendo com que aquele ardor em seu íntimo se alastrasse a cada segundo; a cada toque. Agora ele finalmente estava de joelhos no chão do seu quarto, puxando suas coxas para que você se aproximasse mais da borda da cama.
Viu ele retirar a camisa que usava e jogar para algum canto do quarto, deixando a pele exposta. Ele tinha belíssimos bíceps, um belo peitoral, pele macia: era um espetáculo de homem. As mãos dele voltaram para suas coxas, e você jurou que o viu salivar.
Os lábios ardentes dele distribuíram beijos pelo interior de sua coxa, como se estivesse somente tendo a entrada antes do prato principal.
— Mi amor… você está pingando… — ele sorriu contra sua pele sensível. Não era um sorriso qualquer, era um sorriso de vitória, de malandragem.
O sorriso que um cafajeste dá quando sabe que aprendeu a burlar as regras de um jogo de azar.
— Não imagina como eu senti saudades de te ver assim… — os beijos foram chegando perigosamente perto de sua intimidade exposta. — Escorrendo de tanto desejo por mim…
— Você continua com a mesma conversinha suja, não é, Enzo? — provocou.
Os beijos dele finalmente chegaram onde você mais estava necessitada, e ele beijou seus lábios, melando os dele com sua excitação e lambendo-os em seguida.
— Não posso perder meu charme, posso?
— N-Não te perdoaria se perdesse… — você disse, com certa dificuldade, levando suas mãos até os cabelos dele.
— E eu não me perdoaria se te desapontasse.
Foi a última coisa que ele disse antes de pressionar as pontas dos dedos contra suas coxas e finalmente poder deslizar a língua para seu interior, te fazendo fechar os olhos com força e um gemido de surpresa e satisfação deixou seus lábios no mesmo instante em que sentiu essa “carícia” extremamente íntima. Você apertou um pouco os cabelos dele com isso, e ele gostou bastante, como nunca havia parado de gostar.
Os lábios macios de Enzo pareciam massagear aquela parte tão sensível de seu corpo enquanto o nariz dele estava em seu clitóris, depositando alguns estímulos quando ele mexia um pouco a cabeça. Ele amava tudo aquilo, e não poderia nem mesmo esconder o fato que sentia saudades imensas desse toque tão íntimo e tão satisfatório.
A língua dele movia-se em seu interior com precisão, a procura de um ponto mais sensível para que pudesse te fazer atingir seu ápice. Apesar de que sim, ele gostava de saborear você toda maldita vez que iam foder, mas oh, céus… como ele gostava de sentir você gozar na língua dele. Gostava de sentir o sabor de seu deleite melando seus lábios e o intoxicando como se fosse uma droga.
A essa altura do campeonato, ele já considerava sua buceta mais viciante do que álcool, por exemplo.
— Puta merda, Enzo… — gemeu, revirando os olhos enquanto ele continuava empenhado em te fazer ficar delirando, apertando suas coxas e trazendo sua buceta para mais próximo do rosto dele.
O tom promíscuo e manhoso que você usava para falar com ele quando estava imersa nesses momentos de luxúria o fazia alucinar completamente. Se você continuasse falando isso ele poderia acabar gozando nas próprias calças de tanto tesão que estava sentindo naquela hora, e seus gemidos eram como um neurotransmissor para o cérebro dele, que já se encontrava inundado pela fome crescente de poder possuir você novamente.
— Goza pra mim, mi amor.
Nada era tão excitante quanto Enzo Vogrincic dizendo aquilo num sussurro, que soava como uma súplica. Seu ápice estava perigosamente perto, e ele estava te chupando de um jeito mais intenso agora. O nariz dele era esfregado em seu clitóris e ele te puxava para mais perto, como se quisesse ter certeza de que você não iria sair das mãos dele em momento algum.
Agora ele esfregava completamente o rosto contra sua buceta, e o som erótico da sucção ecoava pelo cômodo, junto com seus gemidos e gritos que anunciavam seu clímax. Seus quadris tremeram, assim como suas pernas, e você apertou aqueles cabelos sedosos com força enquanto fechava os olhos e sentia que ele não parava até você terminar de desfrutar daquela sensação tão maravilhosa, que mais parecia mágica.
Ele grunhiu ao sentir você se desfazer na boca dele.
Seu peito subia e descia, seu coração estava acelerado e você ainda estava tentando se situar sobre como tudo isso havia acontecido. A sensação do ápice ainda percorria seu corpo, e ele estava se deliciando com sua satisfação que escorria pela língua dele.
— Ah, mi amor, que delícia… que delícia, puta que pariu… — ele também estava ofegante.
Na verdade, ele não estava ofegante por ter feito esforço — do contrário, aquilo não era nada para ele — mas era pelo desejo selvagem e massivo que percorria por cada veia do corpo dele agora. Se antes ele já estava sedento, agora que havia sentido seu gosto após tantos meses sem, ele estava o dobro.
Você retirou a blusa fina do babydoll que trajava, ficando completamente nua agora.
Ele se levantou do chão e foi possível notar o volume extremamente chamativo dentro das calças dele, marcando o tecido. O uruguaio já foi levando a mão até o botão e o zíper.
— Qual posição você quer? — ele questionou, de um jeito bem direto, mas o tom dele era muito necessitado.
— Eu posso escolher? Sério? — brincou, rindo levemente.
— Tem razão, eu não deveria te deixar escolher. Eu só deveria fazer o que eu quiser com você, né… — ele abaixou a calça, junto com a cueca e a ereção dele estava completamente exposta agora. Glande rosada e melada de pré-gozo, extensão com algumas veias aparentes e ele claramente estava pulsando.
Deveria ser dolorido para ele estar com as calças nessa situação.
— Eu gostava de deixar você no comando na maioria das vezes… era divertido, você me surpreendia.
Quis provocar de volta, sentindo Enzo segurar uma de suas pernas e te puxar para mais perto, vendo você se sentar levemente na cama. Agora ele estava perfeitamente entre suas pernas, e segurava seu quadril. Você já conseguia sentir o calor que estava entre vocês dois.
— Puedo sorprenderte mucho más…
Ele segurou o próprio pau e levou até sua buceta, dando alguns “tapinhas” e sentindo como você o molhava ainda mais. Tinha vontade de se contorcer quando ele fazia aquilo. Por Deus, por que tinha que ser tão bom?
— Enzo, por favor… — suplicou.
— Por favor o que? — esse uruguaio era um perfeito canalha.
— Me fode.
— Isso aí… — ele ainda segurava a própria ereção e começou a penetrar lentamente. Apesar de você já ter gozado e estar bem confortável com ele, ele não iria fazer isso com tanta brutalidade no início, morreria se te machucasse. — Boa garota, boa garota…
Você mordeu o lábio inferior e inclinou a cabeça para trás levemente, sentindo cada centímetro em seu interior. Ele era grande, e como havia sentido saudade disso… vocês dois eram o encaixe perfeito, como duas peças de um só quebra-cabeça que haviam sido feitas uma para a outra. Uma mão dele permanecia em sua cintura para te manter naquela posição, enquanto a outra foi deslizando para sua nuca e segurou firme, apertando um pouco seus cabelos.
Mantinha seus cotovelos no colchão para ficar confortável e ele fez com que você erguesse a cabeça novamente para poder olhar para ele. O uruguaio havia gemido de satisfação ao poder sentir sua buceta deslizando no pau dele após meses sem esse contato, sem essa sensação maravilhosa que ele tanto amava.
— Às vezes eu me esqueço do quão gostosa você é, mi amor… — ele começou a mover os quadris num ritmo relativamente lento. — Mas essa bucetinha sempre vai poder me fazer lembrar.
Sentia que ele movia os quadris até o final, apesar de estar lento, e alguns dos poucos pelos pubianos que ele tinha estavam encostando em sua pele sensível, levando-a para um delírio que parecia ser de outro nível. Mas, não demorou muito para que isso ritmo lento fosse para algo mais intenso, e ele começava a mover os quadris com mais intensidade, num ritmo mais feroz, indo para frente e para trás.
Seus gemidos estavam sintonizados, e você podia observar perfeitamente o quão lindo ele ficava quando estava exposto a tanto prazer assim. O pomo de Adão subia e descia enquanto ele respirava pesadamente e os cabelos estavam um pouco bagunçados. Os lábios de Enzo ficavam tão lindos entreabertos, principalmente quando estavam produzindo os gemidos mais profanos possíveis, são pecaminosos e altamente desejáveis, do tipo viciante.
— Você fica ainda mais linda assim, sabia?
O uruguaio levou uma mão até sua boca, deslizando o polegar pelo seu lábio inferior e deslizando-o para sua língua, fazendo você chupar o dedo dele do jeito mais erótico que conseguiu.
— La puta madre… tu me vuelves loco, mi amor.
Você sorriu, maliciosa e contente por saber que estava o deixando tão maluca quanto você. Queria que ficassem alucinados de tanto prazer juntos, fazia meses que sentia falta disso e precisava matar essa saudade.
— Podemos trocar, amorcito?
— Claro que podemos — uma risada maliciosa escapou pelos lábios dele, saindo entre os dentes.
Você se afastou um pouco dele e deslizou o corpo pela cama, apoiando-se nos joelhos e nas palmas das mãos para que pudesse ficar de quatro. Abaixou o rosto o máximo que pôde, ficando mais próxima de uma almofada que estava na cama e manteve sua bunda bem empinada, dando à ele aquela visão que o faria surtar.
É, deu certo.
Imediatamente Enzo agarrou seus quadris e se posicionou perfeitamente atrás de você para que pudesse te penetrar. Dessa vez ele não foi minucioso como havia sido há alguns minutos atrás. Agora parecia que a fome que o uruguaio tinha havia vindo ainda mais a tona, aquela fome de você que era implacável e o atingia com força. Um gemido de satisfação e surpresa saiu dos seus lábios ao ouvir o gemido rouco dele enquanto ele começava a mover os quadris sem pena alguma.
O som de sua bunda indo de encontro ao corpo dele estava ecoando pelo quarto, junto ao som molhado de sua buceta. Os gemidos se misturavam com o cheiro de sexo que tomava conta daquele cômodo naquela manhã chuvosa.
Ah, sentiu saudade disso, não ia negar.
— Eu não sei dizer de qual ângulo você fica mais linda, mi amor — ele grunhiu. — Caralho…
Daquele jeito, ele estava atingindo um ponto sensível em seu interior. Maldito homem que conhecia seu corpo como a palma da própria mão. Você já estava apertando os lençóis, e sentia que aquela sensação estava crescente em seu interior, chegando perigosamente perto de seu ventre e ameaçando atingir suas pernas junto ao ápice.
— E-Enzo, eu…
Quando ia abaixar a cabeça ainda mais, ele levou uma mão até sua nuca, buscando seus cabelos e os puxando levemente, fazendo-a olhar para frente enquanto permanecia com a cabeça levantada e ele segurava firme.
— Porra, mi amor… se você continuar gemendo desse jeito eu não vou conseguir me segurar…
— Não quero que se segure, amorcito — estava se sentindo a mulher mais promíscua do mundo quando falava desse jeito, mas esse tom aveludado era capaz de fazê-lo perder o juízo. — Goza comigo, hm? Goza…
Seus gemidos manhosos na mente de Enzo tinham o mesmo efeito de gasolina sendo jogada no fogo.
— Eu vou gozar- ugh! Caralho, eu vou gozar… — dizia, num tom que poderia ser até mesmo desesperado.
— Isso, isso mesmo. Assim… hmm, porra! — era tão bom ouvir ele falando desse jeito feroz.
E foi desse jeito que você atingiu o segundo ápice naquela manhã. Pensava que o uruguaio fosse capaz de te fazer ver estrelas, mas dessa vez você teve certeza que pôde enxergar galáxias. Um gemido — que mais soou como um grito manhoso — deixou seus lábios enquanto suas pernas bambeavam e você perdia qualquer força que restasse, sentindo-se desmanchado no pau dele como tanto gostava quando estavam namorando. Ele segurou seu cabelo com força e puxou levemente, enquanto você apertava os lençóis.
Já ele, havia gozado em seu interior, te fazendo sentir cada mínima gota daquilo que ele tanto almejava desde quando estava te chupando mais cedo. A voz de Enzo chegou até mesmo a falhar de tanto prazer que corria pelas veias dele enquanto ele desfrutava dessa sensação de satisfação imensurável.
Permaneceram daquele jeito por alguns segundos, com suas respirações pesadas e se recuperando, antes dele sair de seu interior e cair no colchão, bem ao seu lado. Ele te puxou para o peito dele, e você o olhou, sorrindo maliciosa. Era bom senti-lo assim, poder fazer o peito dele de travesseiro e estar confortável na cama bagunçada depois de atos tão intensos.
— Tá muito cedo pra pedir pra você voltar pra mim? — ele disse, num tom brincalhão, mas você sabia que falava sério.
Você riu genuinamente.
— Acho que já até passou da hora.
[...]
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𝐍𝐎𝐓𝐀 𝐃𝐀 𝐇𝐀𝐃𝐄𝐒: oi morceguinhos 🦇💖🌈 eu tinha comentado sobre esse imagine do Enzo antes e de como eu tava com vontade de escrever sobre isso, muita gente me apoiou então tamo aqui hihihi
inclusive plmds eu não aguento mais fantasiar sobre esse homem, eu preciso de ajuda profissional, me indiquem os psicólogos de vocês por favoooorr
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