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#arcos de seguridad
serviastel-blog · 2 years
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Instaladores y mantenedores de arcos de seguridad antihurto.
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labrecha · 2 months
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Seis Municipios Tendrán Arcos de Seguridad Carreteros
Seis Municipios de #Coahuila Tendrán #ArcosdeSeguridad Carreteros
** Invertirán 64 millones de pesos en las construcciones. Ramos Arizpe, Coahuila de Zaragoza / Com Soc / Julio 29 de 2024.- “A casi ocho meses que iniciamos la Administración, vamos trabajando a buen ritmo, con un buen plan, con un buen equipo y honrando la confianza que la gente ha tenido en nosotros, y la mejor manera de hacerlo es cumpliendo”, mencionó el gobernador Manolo Jiménez Salinas al…
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aschenblumen · 7 months
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La existencia de lo terrible en cada partícula de aire. Lo respiras con su transparencia; y se condensa en ti, se endurece, toma formas puntiagudas y geométricas entre tus órganos; pues todos los tormentos y todas las torturas llevadas a cabo en las plazas de ejecución, en las cámaras de tortura, en los manicomios, en las salas de operaciones, bajo los arcos de los puentes en el otro tardío: todo eso es una obstinada permanencia, subsiste y se aferra, celoso de cuanto existe, a su espantosa realidad. Los hombres querrían poder olvidar mucho; su sueño lima suavemente esos surcos del cerebro, pero los sueños lo rechazan y vuelven a trazar el dibujo. Y se despiertan, anhelantes, y dejan fundirse en la oscuridad el resplandor de una luz, y beben como agua azucarada esta media luz apenas calmante. Pues ¿en qué arista se sostiene esta seguridad? El menor movimiento, y ya la mirada se hunde más allá de las cosas conocidas y amigas, y el contorno, consolador un instante antes, se precisa como un reborde de terror.
—Rainer Maria Rilke, Los cuadernos de Malte Laurids Brigge. Traducción de Francisco Ayala.
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mitxmania · 2 months
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Ficha
1. Nombre del FC y ocupación.
Christian Yu (nombre artístico: DPR Ian); solista, bailarín y director
2. Nombre del OC.
Goro Majima (真島 吾朗, Majima Gorō)
3. Fecha de nacimiento y edad.
25 de mayo, 1984 (actualmente tiene cuarenta años)
4. División a la que pertenece. Especialidad(es).
Arcanología. Especializado en demonología; también ducho en psiquismo.
5. Clase(s) que imparte.
Demonología clásica.
6. Nacionalidad.
Goro es un konketsuji (混血 児, "hijo de sangre mixta"), producto de la relación fugaz (aunque apasionada) entre una mujer nipona y un hombre chino. Nació y creció en Japón y se identifica congruentemente como japonés.
7. Curiosidades. Mínimo 6 desarrolladas.
A consecuencia de un ataque sufrido en 1986, cuando Goro tenía solo dos años, perdió un ojo, hecho que suele enmascarar haciendo uso de una prótesis de cristal. Todavía a día de hoy experimenta el síndrome del miembro fantasma (siente un dolor intenso en la cuenca vacía, como si lo estuvieran apuñalando repetidamente con un pedazo de hierro oxidado e incandescente; en ocasiones le parece que el globo ocular se encuentra en una posición extraña, vuelto hacia dentro, orientado al interior de sus sesos: de ahí su imposibilidad para ver). Cuando esto sucede, se desprende de su sucedáneo de vidrio y emplea un parche de tela muy suave. Aún así, a veces debe recurrir a los analgésicos para paliar su sufrimiento. El ataque lo dejó con otras secuelas, recordatorios visibles que lo estremecen si les presta demasiada atención: cicatrices que recorren su torso, brazos y piernas. El hombre las ha cubierto cuidadosamente con tatuajes y escarificaciones, que deja ver en ocasiones con sus atuendos más atrevidos. No permite a nadie, sin embargo, ver el hueco dejado en su calavera: es un trauma al que aún no ha podido enfrentarse.
A raíz del ataque y, siendo todavía poco más que un bebé, Goro comenzó a entrenar en el dojo tres artes marciales: en primer lugar, kyudo (el arte del arco y la flecha: una medida para acabar con sus males desde la seguridad que proporciona la distancia); en segundo lugar, kendo (el arte de la espada); por último, judo, por si, en la desesperación del combate, llegara a perder su arma. Además de esto, desde muy joven estudió los principios básicos psíquicos (de hecho, cuando era joven Majima tenía la convicción de que se labraría un lugar en el mundo profesional como psiquista; mas luego encontró su verdadera vocación en la demonología, especialidad de la cual es un aclamado experto) para mantener su mente sana. Los densos volúmenes de psicología que devora con asiduidad (es un consumado biobliófilo) lo ayudan a calmar la taquicardia que de vez en cuando amenaza con alterarlo y confía en que las técnicas aprendidas dificultarán cualquier intento de posesión demoníaca. Es pragmático y sabe que lo más probable es que sus medidas no basten a la hora de la verdad; por eso mismo continúa formándose incesantemente, siempre atento a los nuevos descubrimientos. Gracias a sus actividades, tanto físicas como psicológicas, es muy resiliente.
No cuenta con mucho tiempo libre y, a decir verdad, le gusta que eso sea así. En ocasiones lo califican como workaholic, un adicto al trabajo, un especialista obsesivo que, si no está aleccionando a sus alumnos, se encuentra o bien escribiendo un nuevo artículo o bien zambulléndose en investigaciones ajenas, ya sean estas recientes, insólitas o rescatadas de un almanaque mohoso, las hojas de papel húmedas y devoradas por las polillas y por las ratas. Si no se encuentra estimulando su intelecto, lo más probable es que esté entrenando su físico: para él, las horas muertas son horas francamente perdidas y los descansos son pocos y concisos. No duerme más de seis horas diarias (aunque esto lo achaca más a su insomnio que a su ofuscada productividad), las siestas están prohibidas y su ocio se limita casi por completo a la literatura y la escritura. Aparte de eso, le gusta hacer senderismo, pero muy pocas veces se permite llevar a cabo emprender tal proyecto: los días son grises y cortos desde que comenzó el Armagedón y, mal que le pese, no se siente seguro aún, no cree ser capaz de acabar con todas las alimañas que acechan en la oscuridad. Es, para bien o para mal, muy pragmático, un realista nato, y nunca subestima a nada ni nadie, exceptuando, claro está, a su estudiantado, del que se mofa de vez en cuando, y sus rivales académicos (sobre todo si los envidia). Es una persona culta y, por suerte para él, cuenta con memoria fotográfica, de modo que sus conocimientos sobre los temas sobre los que se informa (que son muchos, variados y, por norma general, explorados en profundidad) están bien fundamentados.
Aunque no padece ningún trastorno mental, a menudo se pregunta si sufre de alexitimia, pues le cuesta entender sus sentimientos: de hecho, en ocasiones se cree incapaz de experimentarlos siquiera, lo que lo frustra sobremanera. Cuando no entiende cómo debe confrontar una situación emocionalmente estresante, frunce el ceño y hace un puchero inflando el belfo: esto parece restarle años a su rostro, aniñándolo de una forma tierna que incita a la sonrisa e incluso a la carcajada. Tal vez porque no entiende las sensaciones de los demás prefiere la compañía de los animales, especialmente los que son calmados y fríos como él. Ama, por tanto, los reptiles y los insectos, así como los gatos que son ariscos e independientes, esas criaturas callejeras que solo llaman a la puerta cuando llueve, hace frío o tienen hambre. A pesar de todo esto, posee un lado afectuoso, pero son pocos los afortunados que logran ver salir a la luz esa faceta del profesor.
Es muy elegante: la moda le fascina. Es un concepto que no logra entender del todo, pero eso no lo detiene para lanzarse en combinaciones más bien distinguidas, atractivas, gráciles. Le gusta la combinación bicromática del blanco con el negro, así como los dos colores por separado. El marrón, el beige y el granate son otros de sus tonos predilectos a la hora de vestir. A pesar de que aboga por abandonar las estridencias, le gustan los complementos, porta siempre joyería en los dedos de sus manos, en sus esbeltas muñecas, su cuello y sus orejas. Tiene, además, perforaciones en los pezones, la nariz y el miembro viril. Ama la tela lisa y las cadenas de oro y plata, los anillos, el esmalte de uñas; el encaje, las capas superpuestas, los cinturones, etc. Le encanta mostrar su cuerpo estilizado. Con sus 2,05 metros de altura y sus músculos definidos, Majima sabe que, si no es guapo (y en las ocasiones más atrevidas, cuando ha bebido mucho sake, es capaz de afirmar que sí lo es), por lo menos tiene un físico envidiable. Su estilo es más bien formal, aunque con modificaciones. En ocasiones tiñe su cabello de blanco.
En cuanto a su carácter, Goro Majima es un tanto complicado: no es maleducado (de hecho, odia a la gente que presume sus malos modales). Trata a compañeros y alumnos de usted y muestra siempre la mayor deferencia posible. Sin embargo, su sinceridad sin tapujos, la brusquedad de sus palabras y la expresividad de su rostro suelen traicionarlo, de tal modo que muchas veces da una impresión equivocada. Es tozudo y gruñón y no es difícil verlo refunfuñar cuando se confronta verbalmente con un compañero. Es muy frío y muy comedido: jamás ha llegado a las manos en ninguna ocasión, pero, si es del todo franco consigo mismo, ha de admitir que en muchas ocasiones no le hubiera importado tener una pelea.
8. Historia. No obligatoria, pero recomendada.
Continuará.
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ocasoinefable · 1 year
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Fue por casualidad. Yo hago traducciones de libros y otros encargos de índole literario. Una tarde recibí un pedido algo fuera de lo común; con letra semicurva y de horma recta, más con una tendencia en inclinarse hacía la derecha;
Este es un asunto que me escuece los sesos como cualquier otro asunto teórico. Hoy es mi cumpleaños y he recibido una pequeña venganza que me ha hecho arrancarme las horas y denegar una opinión. En realidad fue una inocente broma, un libro de romance y una pregunta cómo nota en negrilla "¿Qué se necesita para un beso. Qué para una sonrisa azucarada y un corazón en las puntas de los labios..? Tanto así como una teoría o una de tus horas. Te queremos con todo y la nariz envuelta entre libros" Me he ruborizado, se me salido los nervios por los labios al apretar luego una risilla a lo que me pedían una opinión sobre este gran tema; el romance. He callado como tantas otras veces, he buscado la huida no sin antes sentir algo de enojo al retener un arco de cupido vacío. He oído algunos de mis conocidos mencionar su trabajo a veces poco inusual, pero cartas ha declarado sus manos y trabajos para noches solitarias, una especie de escaparate donde se puede disfrutar de un pasadizo poco conocido que de repente nos sorprende. Aun después de todo podría evitar este rodeo y solo decirle que necesito un punto de partida, una respuesta. Bueno quizás una correspondencia para sosegar mis inquietudes, como un pequeña que desea que le hablen de hadas, mientras en un lugar de su colcha sabe que no las hay, o al menos es poco probable que la visiten, más al sentir que se pronuncia puede mantener su mirada calma y volver en su colcha y rearmar otro día sin una sombra que le persiga.
Al final de la nota, había una delicada firma, unos puntitos suaves y perfilados, las hojas tenían un aroma a lavanda como sí hubieran sido rociada por infusión floral. He caminado con un corto arco en redondel de cupido toda la tarde, aun le doy vueltas a su petición, será una caída suave, un velero del cual no regresar, lo he sentido bajo su letra ligera y a veces arrebatada en algunos puntos. Comienzo a redactar la respuesta sobre las nueve de la noche, cualquiera hoja he tomado, y antes de comenzar debo separarme de la tentativa a carta para decirme esto; como si el tiempo y un mirada nos atravesará, tengo la seguridad que cuando lo lea sentirá lo mismo sin poder encontrar alguna respuesta. Me suelto la camisa, abro las ventanas, coloco una canción y sin saberlo mis ojos comienzan a lagrimear, arruño una hoja para sacarme este sentir y no parecer un loco, más aun poco importa, su locura me alcanza como lo haría sus cabellos, como lo atraparía el mover suave de su cintura al acercarse, como el brincar de su voz entre los labios y el dejo de mis pestañas, como lo dirían sus manos atrapando en sus dedos mis labios rendidos. Solo cuando vuelvo sentir que llevo el lapicero entre las manos redactó sin dejar espacio;
Es un poco inusual su petición, más aun con gusto la recibo. Le citó dos grandes ejes para desenvolver la siguiente misiva. La primera, a Baruch Spinoza bajo un velo a todo volumen de un solo de violín. La segunda; no importa que esté haciendo, corra a ver los tres momentos del día y apriete su corazón como si lo sacará por su boca, el despertar, la tarde y la noche... Luego podremos intercambiar su opinión y la mía, ya que sería inútil si buscamos una forma en el lenguaje para un beso, sería irrisorio pretender alguna manera o forma para la infinidad y la delicadeza de una sonrisa azucarada. Le deseo un buen tercer día de cumpleaños, debido a que la carta deberá estar en sus manos al segundo día de enviarla. El olor de lavanda es un suave en tu carta.
Comieza a clarear. dejo la carta en el buzón, y luego de hacerlo recuerdo que no puse remitente o firma, solo destinatario y me abordan las preguntas, me sacude un temblor que me hace contraer los respiros de forma apresurada. Han pasado algunos días a lo que recibí su carta, está vez venía en unas hojas de tamaño regular y de forma algo traviesa, quizás de alguna de sus agendas más antiguas y más acogidas, de esas que guardada con cariño en blanco para anotar detallitos queridos; lo sé por su tela delgada, por sus bordes cuadrados más bien adornados de forma manual, su letra iba en cursiva y marcada, tuvo que ser en la noche, sujetada a mi última letra, más la ha retenido dándole vueltas más por un poco de timidez que por algo más...
Nos reencontramos, eso quería decirme usted. Eso ha guardado en otra hoja para no decirlo, más yo que soy ese arrojo que usted ya sabe, le diré tal cual usted y yo esperamos. Toma mis cabellos y los gira haciendo de ellos un cascada. No sé cómo se le dirá, y tiene toda la razón en sus primera declaración; azar o destino, aquí estamos, así de simple y complejo a la vez. Su sobriedad me calma y yo sobresalto su calma, creo que solo con decir tú en aquella pregunta abría colocado mi cordura al borde. Tú en cada petición. Hay muchas palabras que se pronuncia en dos silencios que se comparten.
Me repica el corazón, me salta su lengua y pintan con un borde húmedo el jadeo casi lento que me recorre y trae. Cómo morder una flor y tragarla, más aun se le toca con la nariz y se le guarda con igual dedicación y compromiso. Debo calmarme, es todo lo que puedo pensar. Reviso los picos de las letras que suben y bajan, sus dedos entrelazan los botones de la camisa, tira de uno en uno haciendo que nieve, estira de mis ojos su boca caliente y suave, se algodonada un poco en las comisuras y me recita algún verso deslindando, muerde, aprieta, toma y abre como tierra bajo el mar... Llevo media noche y me será imposible, así que la orillo a su locura y adelanto al tiempo
Un poco empolvadas tus hojas. Un poco de rubor al arrojo de mis manos. Un poco de timidez en la sagacidad de sus palabras. Más aun sigue tus ojos claros y apacibles. Nos vemos el día de mañana en la fuente que está en el centro de la cuidad, llevaré puesto unas antenas de abejas solo para que rías y así declarar que tu ímpetu te viste y la lleva como arena en una tormenta, solo para retener mi valor y no desfallecer al saber que estamos retando a la Infinitud y las cuerdas que rigen al mundo, solo para decirle al tiempo que nuevamente estamos retando como un intrépido vasallo a Dios y la vida tus ojos, y quizás cuando se aleje ya dejé de ser vida. ¿Qué se necesita para un beso. Qué para una sonrisa azucarada y un corazón en las puntas de los labios..? Nada de eso, golpa el corazón y todo se traduce al borde de su letra atravesando mi alma, trayendo tu cuidado con tu corazón sangrando por mí. El todo y su consecutiva nada son pisadas cada que le veo entre mis dedos, todo se lo digo al vertir de tus ojos. Y sí, le recorro la piel como lluvia se viste cuando cae, como tus suspiros se lo dicen, como los míos se estremecen, con la paciencia y continuidad de las horas.
Sé que me hará una repuesta que llegara luego de vernos al segundo día. La abriré delante de ella, más como si fuera un ramo de flores, no es que deba extenderse en explicaciones de parte y parte, es como dar un paseo y guiar los pasos. También tengo guardado estás líneas para que las abra en otro día juntos bajo esa fuente que nos espera.
(Un sabor se escurre por los goteos largos y rítmicos de la fuente y el agua)
Para que te atengas a mí, algo así para sentir que te advierto de mi falta de cordura, más sé que estarás en cada nuevo otoño, que tenías razón y en tu barco de manos y mar del mío no hay retorno y lo sabemos con gusto... La mayoría de las conversaciones pasan en mi cabeza, creo que me estoy volviendo loca. "Nadie habla de cosas poco agradables. De lo que queja y adolece. Por ejemplo, hoy no quiero vivir" la hoja para esta carta está húmeda, tiene las puntas roidas, le he hecho unos geranios caídos simulando los ultimos pétalos que vi en esa fuente al cruzar en el mes de septiembre y la llegada del otoño. Tú risa entre los espacios en blancos me hace sentir tu boca en el cuello, tu aliento bajo la espalda intercalando ligeras gotas de sudor, mojando los frescos tallos de mis vellos erizados... me estremece tener el sobre, tirar el liston, sacar las hojas y sentir tu caligrafía estirarse por la tela de la ropa y hundirse en los susurros de mis labios y el silencio. Incluso ahora que sentía la angustia venir, ha girado la brisa tras mis orejas mordisqueando suavemente las puntas, me he sonreído de lo mucho que cambio mi estilo y del vuelco repentino que le haces a mis pensamientos, se tornan cálidos, increíblemente cálidos. Hoy te veré y eso me genera un vértigo y valor al mismo tiempo. He comenzado aquella carta de esta manera. La he sellado sin poder encontrar más palabras, giro sobre la mesa del cuarto, y con las hojas envueltas mea repite minuciosamente el posible encuentro. <<No sé si vendrá en mi encuentro, han pasado algunos giros desde su misiva como respuesta. Vuelve el redondel a las palabras que se me adelantan, hemos reído, lo sé al ver que también le ha ocurrido lo mismo, sus palabras tan sobrias envueltas por la noche y el sudor al apretar aquellas otras líneas>> vendrás e iré, lo sé son solo unos cuantos pensamientos que tengo, como aquellos geranios en otoño. Esto que sostienes y sostengo, tu mano a la mía es como plantarse ante la Infinitud y reducirla a ese toque de tus dedos a los míos.
Ocaso-Inefable
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mnnacts · 2 years
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* VIPER ROOM & TINDER VALENTINE'S PARTY.
como es habitual en la increíble ciudad de los ángeles, grandes marcas y figuras deciden unirse en la celebración del día de los enamorados, pues fiesta propone ser para todos, ¡incluso aquellos que maldicen el amor! tinder decide hacer una gran jugada publicitaria al asociarse con viper room, una de las discotecas más reconocidas e icónicas de la ciudad, para llevar a cabo fiesta temática. sin embargo, premisa acaba por ser diferente a las demás. por un lado, primera pista confirma la devoción por el color rosa y los corazones, fiel a lo que el amor refiere. pero segunda pista invita a una zona menos vibrante en la que lidera la gama de grises y el color negro. ¿por qué no también festejar el desamor?
17 de febrero, 10 pm.
en la entrada de viper room ya se ha formado una fila pero, como buena ciudad anclada a sus celebridades, aquellos con renombre en los angeles pueden ahorrarse dicho proceso. para el resto, la espera no es mucho más larga pero aún así se hace notar. al ingresar, el color fucsia y el rosa chicle destacan en el lugar, luces estroboscópicas que hacen que todo brille y encandile todavía más. no que el lugar en sí lo necesite, pues todo se encuentra perfectamente arreglado y puesto en su lugar para crear la fantasía a la que se invita a los asistentes. del techo cuelgan corazones inflados con helio y a la izquierda paredón invita a todos a sacarse una foto, ¡sin excepción! por otro lado, un photobooth destaca entre la multitud de gente para fotografiar a los valientes que decidan inmortalizar el momento en la típica tira de cuatro imágenes. eso sí, beso que suceda en la cabina, ahí mismo quedará, ¡no vale contarle al resto qué estuvieron haciendo! en la pista de baile, cotillón es repartido sin ningún tipo de limitación: anteojos en forma de corazón, vinchas y coronas de corazones a la par de algún que otro arco y flecha. ¿alguien dispuesto a jugar a ser cupido? porque organizadores de la fiesta sí lo están, por lo cual proponen que todo invitado pueda enviar regalos al resto de los presentes en forma de piropo. ¿alguien llama tu atención? envíale el cóctel especial para la ocasión: candy champagne; irá acompañado de algo dulce y le dejarán saber que se lo envías tú. y no te preocupes, porque en la fiesta se celebra a los valientes y si decides enviar dicho obsequio, éste corre a cuenta de la casa. por otro lado, la segunda pista abre un panorama diferente. corazón espejado con flechas cuelga del techo en el centro cual bola de disco en referencia al desamor o amor no correspondido. ¿hace falta desquitarse y maldecir? al fondo hay un área especial para romper corazones con martillos, en la entrada entregan las gafas de seguridad y prometen que es la actividad perfecta para descargarse y reír sin parar. y si lo que quieres es un trago, no te preocupes, pociones anti amor en forma de petacas están siendo repartidas de manera gratuita entre la multitud. sabemos que muchos utilizan oportunidad para recurrir a la venganza, por lo que en caso necesario, ve a la derecha al pequeño cuarto de vudú, allí podrás asignarle un nombre a unos de los muñecos y clavar un pequeño corazón roto en su pecho antes de enviárselo como cortesía, ¡para que no se atreva a olvidar!
ooc.
¡hola, amores! no se imaginan lo emocionadas que estamos por esta actividad. es una en la que pensamos mucho hasta dar con la idea y las dinámicas que nos parecieron perfectas. así que les pedimos que por favor lean con atención todos los detalles que les compartimos a continuación:
la fiesta es una sola y no es necesario que los personajes asistan a una sola de las pistas, pueden ir y venir entre la parte de san valentín y la de anti san valentín sin problemas. simplemente se hizo esa distinción para que sea más divertido y se adapte a los intereses de todes.
¡muéstrennos sus outfits! eso sí, deben tener un corazón rosado o rojo, o blanco o negro, ya sea en la ropa o en algún accesorio (pin, collar, etc.).
la actividad se desarrollará a través de starters. sin embargo, permitiremos que abran dos convos privadas por personaje y a elección. no será posible darle prioridad a dichos threads.
como se menciona en la ambientación, podrán enviarse tragos y muñecos a lo largo de la fiesta. sin embargo, eso no se encuentra actualmente habilitado. les dejaremos saber en qué momento podrán hacerlo junto con las reglas para que sea divertido y ordenado.
a la par, la fiesta tendrá una importante intervención.
también rolearemos parte de la misma por discord el viernes 17, ¡así que guárdense la noche!
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Jehová te oiga en el día de conflicto; El nombre del Dios de Jacob te defienda. Te envíe ayuda desde el santuario, Y desde Sion te sostenga. Haga memoria de todas tus ofrendas, Y acepte tu holocausto. Selah …Estos confían en carros, y aquéllos en caballos; Mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria. (Salmos 20:1-3,7)
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No existen límites
(Lee al final el estudio contextual del versículo de hoy) – * Ha sido agregado estudio de referencias cruzadas por palabras y términos de versículo al final del Devocional. Esperamos sea de bendición para ti.
Referencias cruzadas Salmos 20:1-3,7
Palabra:
Salmos 20:1-3,7 destaca la confianza en Dios por encima de la confianza en el poder militar o las fuerzas humanas. Aquí tienes cinco referencias cruzadas, que complementan y profundizan este tema de confianza en Dios dentro de las escrituras:
1. Salmos 33:16-17: «No se salva el rey por la muchedumbre del ejército; ni escapa el valiente por la mucha fuerza. Vano para salvarse es el caballo; La grandeza de su fuerza a nadie podrá librar.» Este pasaje refleja la idea de que la victoria y la salvación no dependen del poder militar, sino de Dios.
Jehová te oiga en el día de conflicto; El nombre del Dios de Jacob te defienda. Te envíe ayuda desde el santuario, Y desde Sion te sostenga. Haga memoria de todas tus ofrendas, Y acepte tu holocausto. Selah …Estos confían en carros, y aquéllos en caballos; Mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria. (Salmos 20:1-3,7)
Estudio Bíblico Contextual del Devocional de Hoy:
Es bueno sentirnos orgullosos de los objetivos que hemos alcanzado. En las escrituras de hoy somos llamados a regocijarnos de orgullo en Cristo Nuestro Señor, al saber que con Él de nuestro lado, son seguros el cobijo y resguardo, la calma y la paz, ante el apremio y la angustia. El salmista nos recuerda como Dios reconocerá todas nuestras ofrendas y nos dará apoyo cuando lo necesitemos. Nos brindará el alivio diario ante cualquier pena, carga o problema grande o pequeño, ayudándonos a través de su guía, a comprender lo que consideramos injusto en nuestras vidas.
Estas referencias cruzadas ilustran el tema bíblico recurrente de la importancia de poner la confianza y la fe en Dios por encima de la confianza en las propias fuerzas o en el poder militar, destacando que la verdadera seguridad y victoria provienen de la dependencia total de Jehová y su fuerza perfecta e inquebrantable.
La comunidad ora por que se cumplan todos los deseos del rey y se manifiesta la certeza de que Jehová salvará a su ungido, respondiendo desde su santa morada con la fuerza poderosa de su diestra. El salmo concluye con una afirmación de confianza en la victoria que Dios otorgará y un llamado a Jehová para que salve al rey y responda cuando lo invoquen.
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
5. Oseas 1:7: «Mas de la casa de Judá tendré misericordia, y los salvaré por Jehová su Dios, y no los salvaré con arco, ni con espada, ni con batalla, ni con caballos, ni con jinetes.» Este versículo subraya que la salvación y la misericordia vienen directamente de Dios, no a través de medios militares o de la fuerza falible del hombre.
2. Isaías 31:1: «¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y se apoyan en caballos, y confían en carros porque son muchos, y en jinetes porque son muy fuertes, pero no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehová!» Este versículo critica la dependencia de la fuerza militar y la ayuda extranjera en lugar de confiar en Dios.
Recuerda una cosa de la que te sientas orgulloso ¿Tu habilidad dibujando? ¿Tus buenas notas? ¿Lo bien que te llevas con los demás? ¿Tu sentido del humor?
Resumen de Capitulo Salmos 20:
Oración:
No olvides que eres hijo de Dios, siéntete orgulloso de ello y camina alto; levántate sobre aquello que te limite y nunca te sientas satisfecho con menos de todo lo mejor que hay dentro de ti. Nuestra fuerza es en Cristo; le pertenece a Él y de Él proviene.
El Salmo 20, en la Biblia Reina Valera 1960, es una oración litúrgica de bendición y súplica por la victoria y protección divina, tradicionalmente atribuida a David y dirigida al rey de Israel en el contexto de una batalla inminente. Este salmo refleja la fe de la comunidad en la intervención y el favor de Dios hacia sus ungidos en tiempos de necesidad.
Señor, me regalas un nuevo día cada mañana y en ese despertar recuerdo que estas a mi lado. Al levantarme se que me darás la fuerza para continuar, me sostendrás entre tus manos al caer y me llevarás a puerto seguro ante la tormenta. En Tí confío. Amén.
El salmo se inicia con una serie de bendiciones y deseos para que Jehová escuche y responda en el día de la angustia, proteja, ayude y envíe socorro desde el santuario. Hay una fuerte énfasis en la confianza en Dios en lugar de en la fuerza militar, como se expresa en el rechazo de confiar en carros y caballos, simbolizando la confianza en el poder y la victoria que vienen de Dios y no de medios humanos.
El Salmo 20, por tanto, es un poderoso recordatorio de la importancia de buscar el favor y la ayuda de Dios en tiempos de dificultad, poniendo la fe en su poder sobre cualquier capacidad humana y celebrando su protección y apoyo a todos los que le siguen con fidelidad.
3. Proverbios 21:31: «El caballo se alista para el día de la batalla; Mas Jehová es el que da la victoria.» Aunque se pueden preparar medios humanos para la defensa o el ataque, la victoria final viene de Dios.
4. Jeremías 17:5: «Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová.» Este versículo advierte contra la confianza en el poder humano en lugar de en Dios, en analogía y contraste con la enseñanza de Salmos 20:7.
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lavi-gs · 1 year
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Hoy estoy un poco harta del fandom del guapoduo en Twitter.
Parece que no puede haber una mínima situación sospechosa porque automáticamente se lanzan a teorizar una y mil cosas sobre ellos; curiosamente, todas parecen tener en común querer que se peleen/separen/divorcien.
Posiblemente vayan a entregarnos uno de los arcos más importantes, donde retomen misterios de antes de la llegada de los brasileños, donde podamos saber más sobre los cucuruchos, sus relaciones con los miembros de la isla y su propósito, y la gente no para de spamear que ellos se van a separar, que Roier tiene sentimientos románticos por Cucurucho o que a Cellbit le importa más su venganza que la seguridad de Roier.
Y por otro lado, intentando defender el ship, otra parte de los fans caen en atacar a quienes de broma hablan de los "sentimientos" de Cucurucho por Roier, haciendo quedar como intensos a todos los fans del ship.
Suelten la angustia imaginaria un poquito, que al menos por una semana no va a pasar nada, porque Roier anda bien a gusto de vacaciones! Además, Cellbit ya dijo una vez que se siente desanimado del QSMP cuando la gente no deja de malinterpretar su lore o enfrascarse en teorías maliciosas porque ÉL tiene muy claro a dónde quiere ir y lo que da a entender su personaje.
Let them cook, que de seguro no nos va a decepcionar lo que planeen 👀
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viajesmachupicchu · 1 year
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VIRGEN DEL CARMEN - CUSCO
La festividad de la Virgen de Paucartambo es una fabulosa celebración que convoca a verdaderas masas humanas de feligreses y visitantes de todas partes del mundo acompañada siempre de su pueblo y sus 12 grupos de danzantes que irradian fe, encanto, color y júbilo.La festividad de la Virgen de Paucartambo es una fabulosa celebración que convoca a verdaderas masas humanas de feligreses y visitantes de todas partes del mundo acompañada siempre de su pueblo y sus 12 grupos de danzantes que irradian fe, encanto, color y júbilo. ITINERARIO: DÍA 01: CUSCO - PAUCARTAMBO Recojo del hotel: 11:30 am Alas 12 del medio día partimos en transporte privado Cusco – Paucartambo (capital folklórica del Cusco) visitando las zonas de Urcos, laguna de Urcos y Ch'ullpas de Ninanmarka. Arribo a Paucartambo (2830). Este día comienza con el repique de campanas y estallido de cohetes, continuas la interpretación de dianas a cargo de las bandas musicales luego el "cera apakuy" o traslado de cirios y velas al templo. Asistimos a la misa central siguiendo la gran procesión de "La Mamacha" para bendecir a los presentes y ahuyentar a los demonios. Veremos las diferentes comparsas y especialmente las "Saqras" que ocupan los tejados y balcones de la ciudad. Estos son diablos euro-andinos, vestidos con vívidos trajes de colores del arco iris y elaboradas máscaras de animales coronadas con extravagantes pelucas. Entonces almorzamos La tarde es libre para disfrutar y explorar el sitio. Por la noche se escenifica la "fogata", una representación del purgatorio y seguimos con la gran fiesta y serenata a la virgen del Carmén. DÍA 02: PAUCARTAMBO - TRES CRUCES DE ORO (2830 MSNM - 3739 MSNM) Media noche nos dirigimos hacia el campamento de las Tres Cruces de Oro, a 40 km al norte de Paucartambo, que está situado en el borde de la cordillera de los Andes a una altura de 12.100 pies. Desde Tres Cruces, hay una fuerte caída en la cuenca del Amazonas, lo que significa que la vista es increíble. Es famoso por su amanecer en los meses de junio y julio debido a las condiciones climáticas especiales que dan ilusiones ópticas. A las 05:30 a.m. esperamos la fabulosa salida del Sol, fenómeno natural único en la zona, lugar de ingreso al Parque Nacional del Manu. Retorno a Paucartambo. Este día asistimos con nuestro guía a la misa de bendición. En la tarde se realiza la segunda procesión recorriendo el tramo del puente Carlos III, en este lugar la Virgen imparte su bendición a los cuatro suyos. Concluida la procesión continua la espectacular guerrilla entre la comparsa de los "Qollas" de los Andes y los "Antis" de la selva, después participamos en una "Qhaswa" o fiesta generalizada. A hora indicada por nuestro guía, retorno al Cusco. INCLUYE
Todos los viajes y traslados en transporte terrestre privado como se describe en el itinerario.
Todos los ingresos a los lugares a visitar de acuerdo al programa.
Guías profesionales y asistentes de guía (Inglés – español)
Visitas guiadas
Equipo de primeros auxilios y seguridad completo.
Movilidad Turística
Personal de apoyo.
NO INCLUYE
Comidas: En el pueblo de Paucartambo hay muchas opciones de restaurantes.
Gastos personales
Propinas
Otros no especificados
RESERVACIONES +51 984 947 422 wa.me/51984947422 [email protected]
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misteradawood · 1 year
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Inicio ronda 4
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Así es como se va viendo el pueblito. Creciendo muy bonito. Por tener 3 casas en total se desbloqueó un lote comunitario de 2x2 pero había pospuesto construirlo hasta ahorita.
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El pueblo de Adawood por fin tiene una placita principal. Un punto de encuentro popular pero también un lugar estratégico para dar comunicados. Los hermanos Adawood visitaron la plaza por primera vez para checar que todo estuviera bien.
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Por cierto, Octavio tiene fama de ser el hermano cool y sociable. Pensé que tal vez estaba exagerando un poco su fama pero este sujeto es más cool de lo que pensé. Disparando un arco con una espada en la mano. Cuándo se había visto eso antes?
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En casa, Mari Carmen hace berrinche al tener una mala infancia. Su barra de aspiraciones está constantemente en rojo y ella está siempre enojada. Desde el momento en que dejó de ser infante siempre ha tenido ese mal humor. Hasta que..
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Sacó sobresaliente en la escuela rural #110. A partir de ese momento pudimos ver a Mari Carmen más feliz y relajada. Tal vez el hecho de lograr algo tan importante le hizo palanca para salir del lodo.
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La residencia Adawood provoca el tercer incendio del pueblo. Ahora la única casa que no ha tenido un incendo es la de roger pero.. roger ni siquiera tiene casa.
Esta semana crecieron Adriana y Mister jr. Adriana creció super bien en cuestión de aspiraciones, y ahora más crecida, podemos apreciar mejor sus facciones y se parece muchísimo a su mamá de joven. Adriana, a diferencia de maricarmen, creció muy feliz. Mister jr, por otro lado, tuvo un colapso nervioso. Se veía venir. Desde que su padre murió, la gente espera que él retome lo que su padre dejó, pero esto simplemente es demasiado para él, todo el mundo viene a él a pedirle consejo, a pedirle ayuda monetaria, a contarle sus problemas. Mister jr no puede soportar tanta presión. También debe encargarse de la tienda de su padre y procurar que haya comida en la mesa. Y ahora que su madre envejeció, debe cuidar de ella. En adición a esto, la gente le comenta seguido que quieren que él se declare alcalde y ponga una alcaldía donde ir a proponer cambios y generar orden. Mister jr ni loco se convertiría en alcalde. Eso simplemente sería imposible para él. Entonces se le ocurre una idea.
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Convoca una reunión en la plaza recién inaugurada y propone algo al público. Él no será alcalde pero alguien más puede serlo. Se realizarán votaciones en dos semanas y cualquiera se puede postular. Él mismo supervisará el proceso pero mientras tanto, tienen una semana para postularse. El anuncio es bien recibido y la gente se dispersa.
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(sujeto raro metiéndose en la conversación de las niñas.)
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De vuelta en casa Mister jr está más relajado, de repente siente que dejar atrás su etapa de adolescencia ya no es algo terrible y aprisionante, sino algo feliz y liberador. Así alcanzamos a ver un momento muy dulce que comparten él y su hermana Mari Carmen. Ambos sentados bajo el cielo nocturno observando las estrellas. Es como una bocanada de aire fresco después de la tensión vivida en los últimos días.
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Hasta que octavio produce el segundo incendio de la semana en la residencia Adawood. Con ese ya son 4 en total. Después de ese incendio Octavio sacó el want de estudiar sobre seguridad con el fuego.. por supuesto que ese mismo día se puso a estudiar.
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Por último Mari Carmen crece por ahí del sábado o domingo y crece mal de nuevo. Es muy probable que se vuelva una persona muy amargada y nunca se recupere de su infancia. Esta etapa de su vida será algo que tendrá que cargar por el resto de su vida.
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(El fantasma de Mister asustando a Jill y Roger robándose el periódico de los Adawood sin razón aparente)
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caciquecomics · 1 year
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COMIC - SOMBRAS 011: EMBAJADOR DE LA TORMENTA (pte. 1)
Disponible para descarga gratuita en caciquecomics.blogspot.com
 Ya pasó el Volumen Blanco, ahora hay que seguir, comenzamos en este número con el Volumen Rojo, y el arco argumental Embajador de la Tormenta, historia centrada en los orígenes de nuestro protagonista, Piel de Lobo. Y en este número 011 volvemos a ver a algunos personajes aparecidos en el primer número, que nos dejaron más preguntas que certezas, y ahora empezamos a ver de qué se trataba todo aquello. Este arco argumental lógicamente se desarrollará a lo largo de varios números, así que no esperen hilos realmente conclusivos en esta entrega, el folklore de SOMBRAS se construye con serenidad...
Cacique Comics continúa creciendo y apostando al mundo del comic con seguridad y constancia, hemos logrado en estos pocos años de actividad, publicar un total de doce números, y claro está, el magnífico evento recopilatorio del Volumen Blanco, que pueden descargar en formato digital absolutamente gratis en este mismo sitio. 
Esperamos que esta nueva entrega de SOMBRAS les guste y los deje pidiendo más, recuerden que esto depende de ustedes, el público, así que si les gusta, muevan las glándulas mamarias y hablen, pidan, demanden...
#sombrascomic #caciquecomics #comicnacional #superheroe #pieldelobo #historietaargentina #historieta #historietasargentinas #comicargentino #volumenblanco #volumenrojo #sombrascaciquecomics #sombras #SOMBRAS
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drenix004 · 2 years
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uno
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—Tenemos problemas—entró a la habitación cerrando la puerta de golpe, se acercó al escritorio dejando el informe que hace media hora le había llegado—Dalia hay que sacarla antes de que se den cuenta.
—Mierda—gruñó. arrugó la hoja entre sus manos, se paró del escritorio y fue al armario a su derecha—quiero que hagas un campo de energía que pueda cubrir nuestros olores—abrió una de las puertas y sacó un arco negro con detalles en plata con ligeros toques de color verde.
Salió de la habitación seguida por i-seol, una súcubo de piel morena, ojos rojos y cabello negro liso.
—Espera, no puedes ir sola ¡Es un suicidio! —trató de hacerla razonar antes de que cometiera alguna estupidez.
Dalia siguió sin escucharla, salieron de la cabaña y se dio vuelta, ya harta de las quejas de la súcubo.
—¡Si quiera me estás escuchando! — gritó al ser ignorada—¡si mueres, quien mierda me va a alimentar!
Más que estar preocupada por ella, lo estaba por sí misma. I-seol tenía que cuidar su fuente de alimento, hace tiempo que ella y Dalia hicieron un contrato; ella le daba parte de su energía y a cambio seguía sus órdenes y la cuidaba, pero había un problema, Dalia era una idiota que no se cuidaba así misma por lo que le tocaba cuidarla de más y eso era un dolor en el culo para ella.
—No voy a ir sola, deja el escándalo—respondió sin importancia.
—y según tú, ¿Quién te va a acompañar? —Dalia se quedó callada, volteando su vista hacia otro lado. i-seol se dio cuenta de a quién iba a llamar—¡no! ¡Ese idiota con dientes de conejo, no!
I-seol la miró horrorizada. De todos los seres mágicos, específicamente brujos, tenía que escoger al idiota de Lee.
—Idiota o no, lo necesito—Dalia le dio la espalda nuevamente, se alejó unos metros; sacó una piedra mágica y recitó el nombre del brujo, segundos después se abrió un portal y de este calló un joven, encime de la súcubo.
—¡quítate de encima! ¡Precoz! — gritó enojada, quitándose al joven con brusquedad.
—¡A quien llamas precoz, estúpida! —gritó de vuelta, parándose de golpe. —además, ¿Cómo puedes saber eso? —la miró ofendido— ¡Eres una súcubo a la que no le gustan lo penes! ¡¿Qué clase de súcubo eres para que no te gusten los penes?!
I-seol le sacó el dedo corazón.
Dalia, quién estaba callada viendo la pelea, estaba perdiendo la paciencia al ver qué esos dos no se callaban.
Se acercó a ellos en silencio.
—Aunque me gusten las vaginas, puedo apostar que eres un precoz—la morena lo miró Con burla. Antes de que el brujo pudiera contestarle, termino nuevamente en el suelo, sintiendo un ligero dolor en la parte trasera de sus rodillas. —¡ja! Te lo merec...—en cuestión de segundos ella también terminó en la misma posición.
—¿Podrían callarse ya?, par de idiotas—Dalia les había dado un golpe con su arco en la parte trasera de sus rodillas, haciendo que los dos quedaran arrodillados. —no es momento para esto... Hay una ninfa a la que le cortarán la cabeza sino nos damos prisa.
Los otros dos se callaron por su propia seguridad. Lo último que querían era sacar a Dalia de sus casillas.
—Es la última vez que lo repito; i-seol—la nombrada se tensó en su lugar—haz un campo de energía que cubra nuestros olores—la súcubo se paró de su lugar y sin rechistar entró a la cabaña a hacer lo que se le pidió—jungkook—el joven tragó en seco—necesito que nos transportes a mil trescientos kilómetros al Noroeste, la última piedra me la gasté en ti, así que te toca transportarnos.
El mencionado se levantó y chasqueo los dedos, cambiando su vestimenta; Un traje negro cubrió todo su cuerpo, marcando sus músculos. Tenía dos Correas cruzadas en su muslo derecho y en esta tenía dos dagas con detalles dorados, otra correa larga en x colgaba de sus caderas solo que esta tenía diferentes frascos que colgaban de la misma. Encima de todo, tenía una gabardina larga negra con capucha y Para finalizar, llevaba unas botas negras estilo militar con la plataforma un poco más alta de lo normal.
—Haz lo tuyo—Dalia lo observó trabajar. el brujo agarró uno de los frascos de su cadera, hizo un símbolo en el suelo y posteriormente se ubicó en el medio.
—Todo listo—jungkook le tendió su mano en modo de invitación. Dalia agarró su mano y de igual manera se posicionó en el centro del símbolo—puede que te sientas un poco mareada ya que es la primera vez que viajo con alguien y no estoy familiarizado con otras energías a parte de la mía al momento de viajar por estos portales.
��Mientras no me hagas vomitar el almuerzo—se encogió de brazos.
Jungkook sonrió con gracia.
Lo que le esperaba.
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El sonido de un cuerpo cayendo contra el suelo se escuchó por el lugar, era el tercer cuerpo que caía, manchando el césped de color negro.
—Nunca me dijiste que había Eyârks metidos en esto—limpio su daga en uno de los cuerpos sin vida.
Hace un par de minutos habían llegado al lugar, encontrándose con la no grata sorpresa de que tres Eyârks estaban afuera de la cueva en la cual se estaba refugiando la ninfa.
—Si te lo decía, te hubieras negado—Dalia respondió mientras sacaba una de sus flechas de la cabeza de un cadáver, esta le había atravesado el ojo izquierdo, dándole una muerte instantánea. —vamos, no tenemos mucho tiempo.
Empezó a caminar, adentrándose en la cueva siendo seguida por Jungkook. Llegaron al final encontrándose a una mujer de gran belleza y facciones delicadas, su cuerpo estaba cubierto por una capa color azul, notaron que la mujer tenía una mueca de dolor mientras estaba arrodillada.
Ambos se acercaron rápidamente.
La ninfa se dio cuenta de su presencia y los miró asustada.
—Por favor... No me hagan nada—suplicó mientras lágrimas salían de sus ojos.
—Tranquila, venimos a ayudarte—Dalia se acercó con tranquilidad para que la mujer no se alterara—tenemos que irnos. ¿Puedes levantarte?
La ninfa iba a responder, pero se calló cuando sintió un dolor fuerte en su vientre y colocó su mano en dicha zona preocupada.
Dalia se dio cuenta del gesto y con cuidado movió la capa que cubría el cuerpo de la ninfa, su vista se posó en el vientre abultado de la mujer, más abajo, entre sus piernas, salía un líquido mezclado entre rojo y dorado.
—Mierda—murmuró al ver que la ninfa había roto fuente.
—¿Qué sucede? —Jungkook se acercó. Casi pega un grito al ver cómo sangre salía de entre las piernas de la ninfa—¿que...? Por eso la están buscando. Oh mierda, ahora sí estamos muertos.
Empezó a caminar de un lado hacia el otro, tratando de Entender la jodida situación en la que se había metido.
En estos momentos el estuviera cogiéndose a alguna hechicera, bruja o maga tranquilamente en su casa, pero no, tenía que ser buena gente y ayudar a la idiota de Dalia en sus locuras, eso y porque le tenía miedo a la fémina.
—Por un demonio, Jungkook—trató de llamarlo para que reaccionara, pero este seguía igual—¡Jungkook! —le gritó, El joven reaccionó y la miró—haz otro portal, antes de que ven-
Un olor asqueroso llegó a su nariz haciendo que se callara. esos desgraciados habían llegado, logró olfatear seis asquerosos olores, estaban en grandes problemas.
—Será mejor que lo hagas—se separó de la ninfa, sacando una de sus flechas; la colocó en su arco y apuntó hacia la entrada de la cueva, preparada para disparar al menor movimiento que sintiera o viera.
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la-semillera · 2 years
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VALENTINE SCHLEGEL & IRIS MURDOCH
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La metrópoli local era la sobrenatural y augusta St. Louis, junto al viajero Mississippi. La ciudad de T. S. Eliot. Henry aborrecía Nueva York pero amaba St. Louis. Y si Sperriton era diminuta y solitaria, St. Louis era vasta y solitaria, y el perdido Henry se deleitaba en medio de aquella soledad acosada. Amaba sus abandonados esplendores, las inmensas mansiones ornamentadas y descuidadas, testigos mudos de una burguesía desaparecida, el elevadísimo e inútil arco de acero desde el que los ciudadanos podían contemplar los raídos depósitos y las estaciones de mercancías de la costa de Illinois. Los palacios vacíos junto al gigantesco río eterno: qué poderosa imagen de la defunción del capitalismo. (Henry odiaba el capitalismo. Odiaba también el socialismo.) Russell y Bella iban a los conciertos. (Prácticamente no había teatro.) Henry no se preocupaba por ninguna de esas cosas. Vagaba por ahí simplemente en busca de una identidad. En un momento determinado se enganchó al tren de Max Beckmann, a quien un destino todavía más raro si cabe que el de Henry había desterrado a St. Louis en los últimos años. El jefe de su departamento le había dicho que debía escribir un libro, cualquier libro, daba igual. Y él decidió escribir sobre Beckmann. El libro de Henry no aparecería pronto precisamente. Russ y Bella se burlaban de él.
Efectivamente, tras haber enseñado durante cierto tiempo los cincuenta grandes cuadros, comenzó a odiar el arte. O quizá lo que odiaba era solo la vieja y pomposamente embrollada tradición europea. Era la producción en masa antes de que aparecieran las fábricas. Había demasiados trastos sueltos por el mundo. El hombre inventó el Tiempo y Dios inventó el Espacio, decía Beckmann. Henry quería volver al espacio. Eso, por extraño que pareciera, era lo que hacía Max, aunque atiborrase ansiosamente sus lienzos con aquellas atormentadas imágenes. Lo único pacífico en el arte de Max era el propio Max. Cómo envidiaba Henry su enorme seguridad, su feliz e imperativo egoísmo. Qué maravilla poder mirarse al espejo y convertirse en algo tan permanente, tan significante y monumental: un dirigente revolucionario, un héroe épico, un navegante, un roué, un payaso, un rey. Otra cosa eran las mujeres abrazándose en forma de pez. Pero aquella rotunda faz en calma era una verdadera luz en la vida de Henry. Beckmann, que se había casado dos veces, se aventuraría por unas sendas de misticismo masculino que enlazaban a Signorelli con Grünewald, a Rembrandt con Cézanne. Algún día registraría todo eso, pero, entregado al amor y a la envidia, iba aplazando el momento.
- Iris Murdoch, Henry y Cato. Edit. Impedimenta. Trad. Luis  Lasse.
Valentine en Sète 1959. Foto: Suzanne Fournier
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davidsoto666 · 2 years
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Diccionario de los restos de Vela
in ACADEMIA DE LA BRUJA BLANCA, CÓMO SE HACE LA MAGIA on 15/08/11
La forma de los restos que quedan de las velas de nuestros trabajos, nos indica como ha salido y nos avisa, por lo que a continuación te indico lo puedes tomar como un diccionario de los restos de vela. Aunque te recomiendo que también veas El Lenguaje de la Llama de las Velas.
Cuando se haya consumido, toma el plato en el que los restos de vela se encuentran y concéntrate en su forma hasta tener en tu mente la idea de un dibujo determinado.Lo
La cantidad de estos diseños es prácticamente ilimitada, pero de alguna manera voy a tratar de clasificarla para que tengas una orientación al respecto.
Diccionario de los restos de Vela
Lenguaje de los restos de las velas A-B-C-D
ABANICO: Una sorpresa vendrá.
ABEJA: Significa suerte. Si se ha hecho una petición económica indica seguridad, un nuevo trabajo o la posibilidad de ascender profesionalmente. También indica suerte en juegos de azar.
AGUJAS: Conflictos o peleas. Todos los restos que terminen en puntas por lo general son de mal augurio.
ANCLA: Fidelidad.
ANILLO: Beneficio económico, casamiento, compromiso, tiempo prolongado en la unión.
ARAÑA: Sacrificios y la llegada de una época difícil
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ÁRBOLES O ÁRBOL: anuncia que los proyectos comienzan a tener buenas bases y sólidas raíces.
ARCO Y FLECHA: aunque sus armas no son las mejores, con inteligencia puede pelear por lo que desea.
AVES: ilusiones que sé concretan, mucha imaginación creativa, no la reprima porque puede resentir su salud.
AVIÓN: Significa viaje o una decepción.
BASTÓN: ayuda y apoyo económico inesperado.
BAÚL: Máxima discreción en todo lo que emprendas.
BEBÉ: Felicidad en el resultado.
BOCA: Debes tener mucho cuidado con lo que dices, respecto a lo que estás pidiendo, pues se puede mal interpretar.
BUITRE: Traiciones.
CABALLO: indica viaje corto, negocio favorable o trabajo agradable
CADENA ROTA: Posible ruptura sentimental.
CADENA UNIDA: Futuro brillante y sólido.
CAMINO: Un camino en la forma de la cera, indica un nuevo punto de partida, si es ascendente será para encontrar la solución a lo que se pide y si es descendente es porque es opuesto a lo que se está pidiendo.
CANDADO: indica que la solución a sus problemas laborales está en otra ciudad o en otra actividad.
CARA: Ya sea la cara de un hombre como de una mujer, significa que no se ha puesto toda la fuerza en la petición.
No se ha hecho bien la visualización.
CARACOL O ESTRELLA DE MAR: de las aguas revueltas si sabes aprovecharlo tendrás un beneficio. Felicidad en familia
CASA: ingresos económicos en el seno de la familia,
CETRO: Te aguarda un importante destino o ascenso en tu carrera o un gran reconocimiento en su profesión.
CÍRCULO: Reconciliación.
CIRCULO CON PUNTOS: el éxito está asegurado.
CORAZÓN: vivirás un romance apasionado pero puede no ser definitivo en su vida.
CORONA: apertura de nuevos encuentros afectivos, progreso laboral y reconocimientos.
CORONA DE RAYOS: éxito profesional y progreso laboral inminente, para lo cual se recibe ayuda de gente conocida. Si bien el avance es estable, procura no contraer muchas deudas.
CUERNO: un viaje importante, o una compra importante.
CUERDA: Si en los restos de la cera aparece algo o alguien atado o tirando de una cuerda significa que hay ataduras que no se han podido quitar.
DELFÍN: Representa algún obsequio, tanto a mediano como a corto plazo.
DOS SEMICÍRCULOS: los planes se concretan poco a poco y con trabajo duro. Perseverancia es la formula del progreso.
DRAGÓN: anuncia operaciones muy desfavorables, espere unos meses y trate nuevamente de intentar el éxito.
Lenguaje de los restos de las velas E-F-G-H
ESCALERA: si es ascendente indica éxitos y si es descendente indica fracasos.
ESCOBA: es el momento de limpiar su aura y su entorno de ondas negativas y personas nefastas.
ESPADA: indica que todo éxito será a costa de tu esfuerzo.
ESTRELLA: felicidad y si es de 5 puntas y la punta señala hacia abajo es que hay magia negra, si apunta hacia arriba es protección.
FANTASMA: alguien del pasado te busca.
FLOR: Cualquier tipo de flor revela buenas noticias y prosperidad.
FUENTE: representa la parte afectiva, la llegada de un amor. Pero también nos dice que es necesario dejarnos amar y compartir.
GALLO: indica una traición inminente, si vas a viajar déjalo para otro momento.
GARRA O GARFIO: peligros, tendencia a la maldad y a cometer actos de injusticia.
GATO: Avisa de que hay que tener cuidado y no hay que iniciar proyectos nuevos.
GOTA: Cuando la figura que se forma es la de una gota de agua puede significar lágrimas o también embarazo, en este caso hay que unir el significado a la petición que se hace y las demás formas que se puedan formar.
GUADAÑA: hay un corte inminente en tus proyectos.
HOMBRE: señala la protección de un amigo importante.
HUEVOS: indica el éxito incierto, probable enfrentamiento con dos personas.
HACHA O BALANZA: problemas legales, asuntos de papeles.
Lenguaje de los restos de las velas L-M-N-O
LEÓN: Avisa de una situación desagradable mientras se soluciones el problema que queremos resolver con la petición.
LLAVE: las puertas están abiertas, no dejes pasar la oportunidad.
MANOS O DEDOS: recibirás ayuda de un familiar o de un amigo cercano.
MANZANA: indica una ocasión favorable y ventajosa que es necesario aprovechar y no dejar escapa.
MARTILLO: es el momento de asegurar tus propósitos.
MEDIA LUNA: momentos de tristeza y lágrimas, si es menguante y momentos de alegrías si es creciente.
MESA: anuncia una reunión de trabajo, poco clara, ten cuidado.
MORTERO: será necesario insistir para lograr tus fines.
MUJER: Es un símbolo que debe ser interpretado de varias maneras:
la mujer mayor, casi anciana, representa estancamiento para la solución de problemas;
la de mediana edad, indica la necesidad de buscar consejeros;
la joven, de remodelar los planes.
MULETA: será necesario encontrar el apoyo de amigos.
NIÑO O NIÑA: Es el símbolo del futuro, es un comienzo.
La presencia de niños indica la aparición de nuevas ideas, un buen momento para proyectar y llevar a cabo aquello que hasta ahora, parecía imposible.
NÚMEROS: cada vez que se forma un número este se debe interpretar en un sentido temporal.
Rara vez podremos saber con exactitud si nos indica días, meses o años.
OREJA: Te dice tienes que comunicarte sobre el tema con una persona determinada y escucharla.
Lenguaje de los restos de las velas P-R-S-T-V
PALOMA: indica una pronta mejoría de tu situación laboral.
PÉTALO DE ROSA: conseguirás tu objetivo solo cuando se resuelva un asunto pendiente.
PIRÁMIDE:La pirámide expresa la totalidad de la obra creadora acabada.
También simboliza la muerte y la inmortalidad.
Indica que se avecinan buenos momentos para solicitar dichos consejos, pero matiza que en lugar de pedirlos a las personas de más confianza,se formulen a personas no tan allegadas.
RACIMO DE UVAS: Todo va bien. Prosperidad. Salud.
RATÓN: señala a personas que pretenden aprovecharse de las bondades suyas, o de la persona a quien se le encendió la vela.
RAYOS: muchas habladurías y calumnias a su alrededor.
ROMBOS: es un buen momento en tu vida, porque irradia magnetismo y simpatía, aproveche estos momentos para solidificar el futuro.
RELOJ: es la hora de tomar serias decisiones.
RUEDA DE CARRO: dificultad para progresar.
SAPO: Destraba conflictos por habladurías.
SERPIENTE: cuídate de las traiciones y de las habladurías.
SOL: éxito asegurado en tus proyectos, si tienen buena base.
TORTUGA: Longevidad.
TRÉBOL: Indica una ganancia inesperada, también golpes de buena suerte, todo mejorará.
TRIÁNGULOS: cuidado, puesto que hay obstáculos en el camino.
TRONO: en su circulo de amistades o trabajo estará considerado de mejor manera. Nuevo trabajo con éxito seguro.
TORO: En el esoterismo esta considerado como un animal emblemático.
Es sin duda un símbolo de la tierra,y de la madre
Pero hay quien también considera al toro un símbolo del cielo y del padre.
La aparición de este símbolo refleja valentía y seriedad.
Se relaciona mucho con la tenacidad en el trabajo.
VIRGEN: La figura de la virgen en los restos de vera significa amparo y protección ante lo que estás pidiendo.
MANCHAS OSCURAS EN LOS RESTOS DE LA CERA: Traiciones o tramas ocultas en el propósito que quieres conseguir.
Restos de cera sin forma definida
FORMA CUADRADA: Indica que el camino será largo pero aún así se solucionarán con ayuda de terceros. El trabajo será exitoso.
FORMA REDONDEADA: Trabas, problemas, vuelta a empezar sin apoyos, ni protección, no es buen momento para emprender nada.
FORMA SEMICÍRCULO: En la salud flojedad y falta de energía. Aconseja que estabilices tus ideas y que reorganices tu mente.
• CUANDO LA CERA DE LA VELA O LA LUZ SE ABRE POR LA MITAD, que quiere decirnos que lo que hemos pedido está concedido en triunfo y que esa petición ha sido escuchada!
• SI LA CERA SOLO QUEMA DE UN LADO. significa que el hechizo sólo será efectivo en una parte.
También significa que la vela usada o las esencias, no eran las correctas
• SI LA VELA SE ROMPE POR LA MITAD O SE DESPRENDE UN GRAN TROZO, es buena señal si se está rompiendo un trabajo o se está haciendo una petición de alejar un mal, pues anuncia que ese objetivo está conseguido, claro que si la petición es la contraria, es decir para atraer, indica que hay algún problema que hay que solucionar antes de seguir adelante con la petición.
Con la práctica y tu intuición te permitirá a. interpretar cada vez con mayor facilidad el mensaje oculto de los restos de velas.
Recuerda que para lograr una interpretación precisa es necesario que también esté en tu mente con mucha claridad cuál es el motivo por el cual encendiste la o las velas que intentas leer.
Por último, recuerda que, a mayor cantidad de resto de vela, más inconvenientes se presentarán en la concreción de los deseos.
Menor cantidad de restos o nada indica muy buen camino al éxito
Añadir también, que es posible que las velas ardan sin expresar nada, no cae cera y se consumen de forma entera, el significado que yo suelo darle es que aquello que estamos pidiendo ya esté resuelto o en vías de resolverse sin necesidad de ritual o novena.
Prender una vela sin consagrar previamente, no servirá de nada, simplemente dará un ambiente acogedor a la estancia y ya está.
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arteriaemchamas · 6 hours
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Viaje al Oeste
CAPÍTULO LXII
PARA DESPRENDERSE DE TODA INMUNDICIA Y CONSEGUIR UNA MENTE TOTALMENTE LIMPIA, ES NECESARIO BARRER UNA PAGODA. PARA ALCANZAR LA PERFECCIÓN, HAY QUE DOMINAR A LOS DEMONIOS Y VOLVERSE HACIA EL SEÑOR.
Ni de día ni de noche[1] debes olvidarte de cosechar el bien; tenlo siempre presente las doce horas del día[2]. No dejes que se te seque el agua sagrada ni permitas que el fuego te acose a lo largo de las ciento ochenta mil marcas[3] que miden el transcurso de cinco años. Cuando se mezclan el agua y el fuego, surge la abundancia y las Cinco Fases se funden como si estuvieran encadenadas. El yin y el yang se encuentran, entonces, en equilibrio y puede ascenderse a la Torre de Nubes, o alcanzar los Cielos a lomos de un fénix, o llegar hasta Ying-Chou montado en una garza.
El título de este poema «tsu» del que nos hemos servido para describir la situación en la que ahora se encontraba Tripitaka y sus discípulos es El Inmortal junto al Río. Todos ellos habían alcanzado ese estado de perfección en el que el agua y el fuego se encuentran en un equilibrio perfecto. De ahí que sus espíritus experimentaran la frescura y la pureza absolutas. Una vez que consiguieron hacerse con el abanico del inmaculado yin y apagaron con él las llamas de aquella inmensa montaña, lograron recorrer en un solo día la distancia de mil quinientos kilómetros. Eso hizo que prosiguieran el viaje con el corazón limpio de toda preocupación. El otoño estaba a punto de concluir y el invierno había empezado a dar muestras de su inminente llegada. Los crisantemos se habían secado y caían, como copos de nieve, a los pies de los ciruelos, que mostraban, orgullosos, el dulzor de sus tardíos frutos. En todos los pueblos se recogían las últimas cosechas y se almacenaba el grano para el invierno. Los bosques se iban despojando poco a poco de hojas, permitiendo la visión directa de las colinas que se alzaban tras ellos. Al amanecer la superficie de los arroyos aparecía cubierta de una capa de hielo, que se hacía más gruesa con el paso de los días. Hacía mucho tiempo que los insectos habían dejado de afanarse, arrastrados por la creciente inclemencia de los vientos. El yin iba transformándose, poco a poco, en yang y ya estaba dispuesto a sentarse en su trono el espíritu Yüan-Ming, el señor del primer mes del invierno[4]. En esa estación se apaga el aura de la Tierra, renace la del Cielo, los arcos iris se esconden y el hielo se va formando lentamente en la superficie de los estanques y lagos. No en balde es el tiempo de las aguas, aunque los días sean grises y el color desaparezca de todos los paisajes.
Una vez que los arces han perdido su tinte rojizo, sólo los bambúes y pinos son capaces de hacer frente al frío, acentuando el verdor de sus hojas. Los viajeros lo fueron comprobando a lo largo de muchos días de camino. Tras recorrer un larguísimo trecho, se toparon con una ciudad fortificada. El monje Tang tiró de las riendas del caballo y, volviéndose hacia Wu-Kung, exclamó:
—¿Ves aquellos edificios de allí? ¿Qué clase de lugar crees que es?
El Peregrino levantó la cabeza y vio que se trataba de una ciudad protegida por un profundo foso. Vista desde aquella distancia, daba la impresión de ser un dragón enroscado o un tigre dispuesto a saltar sobre su presa. Por doquier se veían doseles de brillantes colores. Los puentes que salvaban el profundo foso que la rodeaba estaban adornados con figuras de animales de jade. A juzgar por los pedestales que sostenían las estatuas de sus miembros más destacados, debía de tratarse de una ciudad extremadamente rica, porque eran de oro. Por ése y otros muchos detalles, recordaba la propia capital de China o una de las muchas ciudades del Cielo. Lo que nadie podía negar era que se trataba del centro de un próspero imperio, cuyos dominios se extendían más allá de veinte mil kilómetros y cuya duración superaba los mil años. Con toda seguridad, los bárbaros pagarían tributos a su rey y cada día llegarían a su corte emisarios de las islas y tierras lejanas cargados de exóticos regalos. No cabía duda de que su soberano seguía fielmente el camino de la virtud. Se apreciaba su prosperidad en las melodiosas canciones que fluían de las cantinas y en la alegría que inundaba todas las calles y plazas. El palacio real, espléndido como el de Wei-Yang[5], estaba rodeado por una franja de árboles tan majestuosos, que se tenía la impresión de que los fénix saludarían la llegada de un nuevo día escondidos entre sus copas.
—Esa ciudad por fuerza tiene que ser el lugar de residencia de algún rey —concluyó el Peregrino, después de estudiarla con detenimiento.
—¿Cómo puedes afirmarlo con tanta seguridad? —objetó Ba-Chie, soltando la carcajada—. El mundo está lleno de ciudades que pertenecen a una prefectura o forman parte de un simple distrito.
—Sí, pero aquellas en las que habita un rey son totalmente distintas de las que acabas de mencionar —replicó el Peregrino—. No tienes más que mirar las puertas que hay en esa ciudad. Su número es superior a una decena. Además su perímetro sobrepasa los doscientos kilómetros y sus edificios son tan altos que aparecen siempre cubiertos de nubes. Si no es ésta la capital de algún reino, ¿a qué se debe que ofrezca un aspecto tan distinguido?
—Todos sabemos que posees una visión francamente extraordinaria —concluyó el Bonzo Sha—, así que, si dices que se trata de la capital de un reino, ninguno de nosotros lo pondremos en duda. ¿Has conseguido averiguar cómo se llama?
—¿Cómo voy a averiguarlo, si no se ven por ninguna parte estandartes ni placas? —contestó el Peregrino—. Creo que, si queremos saberlo, tendremos que entrar en ella.
El maestro espoleó al caballo y no tardó en llegar a una de las puertas. Pasó a pie el puente que salvaba el foso y se adentró en las calles de la ciudad. Sus tres mercados y sus seis bulevares bullían de animación, pero lo más sorprendente era que todos sus habitantes vestían de tal forma que parecían nobles. Cuando más admirados estaban de tanta prosperidad, vieron a un grupo de monjes mendigando de puerta en puerta. Su aspecto no podía ser más harapiento. Al verlos, Tripitaka suspiró con pena y dijo:
—Cuando muere la liebre, el zorro se echa a llorar, porque todos los seres lamentan la desaparición de los de su especie. Acércate a ellos y pregúntales por qué llevan una vida tan miserable —pidió después a Wu-Kung.
—¡Eh, monjes! —gritó el Peregrino, dándose cuenta de que llevaban la cabeza metida en un cepo, como si fueran vulgares malhechores—. ¿A qué monasterio pertenecéis y por qué portáis sobre vuestros hombros el símbolo de la vergüenza?
—Somos miembros del Monasterio de la Luz Dorada —respondieron los monjes, postrándose de hinojos— y hemos sido castigados injustamente.
—¿Dónde se encuentra ese monasterio que decís? —volvió a preguntar el Peregrino.
—A la vuelta de la esquina —contestó uno de los monjes.
El Peregrino los llevó en seguida ante el monje Tang, que les preguntó, en cuanto hubo escuchado las explicaciones de su discípulo:
—¿Qué queréis decir con eso de que habéis sido castigados injustamente? Contádmelo, por favor, si no os importa.
—Aunque vuestro rostro nos resulta muy conocido —se disculparon ellos—, no sabemos de dónde venís. Además, no nos atrevemos a decíroslo aquí. Si tenéis la amabilidad de acompañarnos hasta nuestra humilde morada, tendremos el honor de expresaros todas nuestras cuitas.
—Me parece lo más prudente —opinó el maestro—. Iremos con vosotros y nos lo contaréis con más tranquilidad.
Cuando llegaron a la puerta del monasterio, vieron que sobre el dintel había una placa, en la que aparecía grabada con letras de oro la siguiente inscripción horizontal: «Monasterio de la Luz Dorada. Construido por mandato imperial». Con pena comprobaron que las lámparas que colgaban de las paredes, tan desconchadas como la chabola de un mendigo, llevaban apagadas mucho tiempo y que el viento arrastraba montones de hojas secas por los pasillos vacíos. Testigo de tiempos mejores, una torre de trescientos metros se perdía entre las nubes. En el lugar dedicado a la meditación sólo había unos cuantos pinos raquíticos y, aunque en algunos puntos el suelo estaba cubierto de flores, hacía años que nadie pisaba por allí. Las telas de araña se habían enseñoreado de todos los techos y rincones. Aunque los tambores y las campanas continuaban colgados en sus sitios, se notaba que llevaban mucho tiempo sin usar. Los frescos de las paredes se habían desdibujado, desapareciendo sus colores entre una gruesa capa de polvo. Los atriles permanecían abandonados y en silencio. No se veía a ningún monje por ninguna parte. Hasta el mismo Salón del Zen había enmudecido, convertido en triste refugio para los pájaros. ¡Qué agobiante sensación de abandono, con cuánto dolor contemplaban los peregrinos aquella decadencia inimaginable! Aunque los pebeteros continuaban colocados ante las imágenes de Buda, no salía de ellos ni una sola voluta de incienso, llenos solamente de cenizas frías. A su alrededor aún podían verse pétalos de flores, pero estaban totalmente secos.
Al contemplar tan triste espectáculo, Tripitaka no pudo evitar que las lágrimas fluyeran, abundantes, de sus ojos. Con no poca dificultad, a causa del cepo que los aprisionaba, los monjes abrieron las puertas del salón principal e invitaron al maestro a presentar sus respetos a Buda. Sólo pudo ofrecer el incienso de su corazón, aunque siguió todos los pasos del rito e, incluso, llegó a golpear tres veces seguidas el suelo con la frente.
Después se dirigieron todos a la parte de atrás, donde encontraron a seis o siete monjes jóvenes encadenados a una columna que había justamente enfrente de las habitaciones del guardián del monasterio. Aquello fue demasiado para Tripitaka. Aun así, entró con los demás en los aposentos del hombre que, supuestamente, guiaba los destinos de aquel sagrado lugar. Todos los monjes se echaron rostro en tierra y, tras golpear repetidamente el suelo con la frente, uno de ellos preguntó:
—¿No seréis por casualidad esos monjes que vienen de la corte de los Gran Tang, en las Tierras del Este? Así lo hemos creído más de uno, a juzgar por vuestro aspecto.
—Está visto que poseéis ciertos conocimientos mágicos —contestó el Peregrino, echándose a reír—. En efecto, somos esos monjes de los que habláis. ¿Cómo nos habéis reconocido?
—Nosotros no entendemos de magia —respondió el monje—. Lo único que sabemos hacer es dirigirnos día y noche al Cielo y a la Tierra, exigiendo justicia para nuestro caso, porque hemos sido condenados sin ningún motivo. Anoche todos tuvimos un sueño, en el que se nos comunicó que estaba a punto de llegar, procedente de la corte de los Tang, en las Tierras del Este, un monje que nos libraría de todas nuestras penalidades y nos restituiría el honor que hemos perdido. Al veros, no tuvimos ninguna duda de que se trataba de vosotros. No nos negaréis que tenéis unos rostros inconfundibles.
—¿Cómo se llama esta comarca y por qué os encontráis en un estado tan lamentable? —preguntó Tripitaka, animado por lo que acababa de oír.
—Esta ciudad —contestó uno de los monjes, que habían vuelto a arrodillarse en señal de respeto— es conocida por el nombre de Reino del Sacrificio y se trata del mayor asentamiento humano que hay en los territorios occidentales. No hace mucho tiempo nos pagaban tributo todas las tribus bárbaras que se hallan desperdigadas por estos alrededores: las del Reino de Yüe-De, en el sur, las del Reino de Gao-Chang, en el norte, las del Estado del Liang Occidental, en el este, y las del Reino de Pen-Puo, en el oeste. Todas ellas traían cada año incontables cantidades de jade de la mejor calidad, perlas finísimas, muchachas de una belleza extraordinaria y briosísimos corceles. Venían espontáneamente, sin necesidad de recurrir a la guerra o a expediciones militares, convencidos de nuestra indiscutible superioridad moral.
—Si es verdad lo que decís —comentó Tripitaka—, vuestro rey debe de estar imbuido de una profunda virtud, vuestros funcionarios deben de ser inmunes a los sobornos y vuestros guerreros deben de poseer una nobleza a toda prueba.
—Nada más lejos de la realidad —contestó el monje—, porque ni nuestro rey es virtuoso, ni nuestros funcionarios honestos, ni nuestros guerreros valientes. Esta ciudad debía su fama al Monasterio de la Luz Dorada, que siempre aparecía, incluida su altísima torre, envuelta en un aura de santidad. Los rayos de luz que emitían sus construcciones podían verse por la noche hasta una distancia de veinticinco mil kilómetros. Durante el día las nubes benefactoras que las rodeaban dejaban sentir su influencia en todos los rincones de los reinos que acabo de mencionaros. Por eso, y nada más, era considerado este lugar el centro de una prefectura celeste y gozábamos del respeto de todas las tribus bárbaras. Sin embargo, hace aproximadamente tres años cayó sobre nosotros, a eso de la medianoche del primer día del invierno, una extraña lluvia de sangre. A la mañana siguiente todo el mundo temblaba de miedo y salían de todas las casas gritos de terror. Los ministros reales fueron a informar de lo ocurrido a su majestad y pasaron varias horas deliberando a qué podía deberse tan extraño fenómeno. Se concluyó que se trataba de un castigo del Señor del Cielo y se pidió tanto a los monjes taoístas como a los budistas que recitáramos sin parar nuestras escrituras, con el fin de aplacar al Cielo y a la Tierra. Pero lo más desagradable fue que, al enterarse los pueblos bárbaros de que la sangre había caído sobre nuestro monasterio, se negaron a continuar pagándonos los tributos que antes nos ofrecían de buena gana. El rey quiso enviar contra ellos una expedición de castigo, pero le disuadieron a tiempo sus consejeros, diciéndole que la culpa era nuestra, por haber escondido el tesoro que guardábamos en la torre y que hacía de este lugar un centro sagrado. Eso explicaba la desaparición del aura que antes la envolvía y la negativa de los demás pueblos a seguir ofreciéndonos lo que de más valor tenían. El rey no lo pensó más. Nos hizo arrestar y nos sometió a unas torturas tan horribles, que perecieron las dos terceras partes de los monjes que aquí vivíamos. A los que quedamos se nos cubrió de ignominia, cargándonos de cadenas y sometiéndonos al tormento del cepo. Pero, considerándolo fríamente, ¿cómo íbamos a ser tan tontos para robarnos nuestro propio tesoro? En nombre de los ideales que nos unen, apiadaos de nuestros sufrimientos y destruid con la fuerza de vuestro dharma la vergüenza que ha caído sobre nuestras cabezas.
Tripitaka sacudió la cabeza y, tras suspirar con tristeza, dijo:
—No acabo de comprender lo ocurrido. Hay algo oscuro en todo eso que acabáis de contar. No me cabe duda de que el rey se ha desentendido de sus pesadas responsabilidades y eso os ha perjudicado seriamente. Sin embargo, si la lluvia de sangre acabó con el aura que rodeaba el monasterio, ¿por qué no informasteis inmediatamente de ello a la corte? Así os hubierais ahorrado todo este sufrimiento.
—¿Cómo íbamos a conocer la voluntad de los Cielos, si no somos más que personas corrientes? —replicó el monje—. Además, nuestros mayores se encontraban indecisos y no sabían qué hacer. Nosotros éramos los menos indicados para hacerlo.
—¿Qué hora es ahora? —preguntó Tripitaka, volviéndose hacia Wu-Kung.
—La de shen —contestó el Peregrino.
—Quisiera ir a ver al rey de estas tierras y pedirle que nos selle nuestros documentos de viaje —dijo Tripitaka—. Por otra parte, no he terminado de comprender lo que realmente sucedió en este lugar y, aunque no me atrevo a preguntárselo directamente, espero que me permita quedarme en esta ciudad el tiempo necesario para averiguarlo. Eso sin contar que, cuando salí de Chang-An, prometí en el Salón de las Puertas de la Ley que no pasaría por un templo sin quemar un poco de incienso, ni por un monasterio sin presentar mis respetos a Buda, ni por una pagoda sin barrer su atrio o los incontables escalones de su torre. Precisamente todos vuestros problemas —añadió, dirigiéndose a los monjes— se iniciaron en una construcción de este tipo. ¿Por qué no me traéis una escoba? Creo que, antes de empezar a barrer, voy a darme un baño. Eso me predispondrá el ánimo para tratar de descubrir qué es lo que privó a vuestra torre de su brillo. Cuando lo haya averiguado, presentaré un informe al señor de esta ciudad y os levantará el terrible castigo que os ha impuesto.
Al oírlo, todos los monjes con la cabeza metida en el cepo corrieron a las cocinas y cogieron cuantos cuchillos pudieron encontrar. Se los entregaron a Ba-Chie y le suplicaron, diciendo:
—Mirad a ver si podéis romper las cadenas de esos monjes jóvenes que están atados a aquella columna. Si lo lográis, ellos se encargarán de preparar algo de comer y de disponer el agua, para que toméis un baño. Mientras tanto, nosotros saldremos a mendigar a las calles a ver si conseguimos una escoba nueva, para que barráis la torre.
—¿Para qué me entregáis todos estos cuchillos? —exclamó Ba-Chie, soltando la carcajada—. No hay cosa más fácil que hacer saltar una cadena. Decídselo a ese hermano de la cara peluda y lo veréis. Es un auténtico especialista en romper hierros.
El Peregrino se acercó a ellos y, valiéndose de la magia para liberar cautivos, dio un tirón a los grilletes. Las cadenas se desprendieron al punto de los brazos y piernas de los monjes, que corrieron, jubilosos, a las cocinas a fregar cazuelas y a cocinar algo de comer. Tripitaka y sus discípulos no tardaron en sentarse a la mesa. Cuando estaba empezando a anochecer, se presentaron los monjes de los cepos con dos escobas.
Tripitaka no cabía en sí de contento. Estuvo hablando con ellos hasta que vino uno de los jóvenes con una lámpara en la mano a decirle que el baño estaba dispuesto. Para entonces, la luna estaba ya muy alta y las estrellas habían alcanzado el cenit de su resplandor. A lo lejos se oían los tambores de los vigías apostados en las murallas y los golpes secos de los encargados de medir las vigilias. Un viento frío recorría todas las calles de la ciudad, mientras parpadeaba en cada una de las casas la tenue luz de las lámparas. Hacía horas que los portones de la ciudad habían sido asegurados con grandes trancos y que se habían cerrado las puertas de sus tres mercados. En las orillas de los lagos se terminaban de amarrar las últimas barcas de los pescadores, mientras en los campos se dejaban a un lado los arados, en los bosques los leñadores daban descanso a sus hachas y en el corazón mismo de la ciudad los estudiantes recitaban diligentemente sus lecciones.
Después de bañarse, Tripitaka se puso una camisa de manga corta, que se ciñó a la cintura con ayuda de una faja, se calzó un par de zapatos con suela de esparto y, cogiendo una de las escobas, dijo a los monjes:
—Id a descansar, mientras yo voy a barrer la pagoda.
—Si, como nos han relatado, perdió su brillo durante una tormenta de sangre y no ha vuelto a brillar desde entonces —se apresuró a decir el Peregrino—, lo más seguro es que se haya aposentado allá arriba alguna fuerza maligna. Si subís vos solo con este viento tan frío, podéis encontraros con lo que menos pensáis. ¿Qué os parece si os acompaño?
—Excelente —contestó Tripitaka y cada uno cogió una escoba.
Antes de ponerse manos a la obra, se dirigieron a la nave principal, encendieron candelas nuevas y quemaron un poco de incienso. Tripitaka cayó de hinojos ante la imagen de Buda y oró, diciendo:
—Vuestro discípulo Chen Hsüan-Tsang ha sido enviado por el Gran Emperador de los Tang, en las Tierras del Este, a presentar sus respetos a Tathagata y a suplicarle que me haga entrega de las escrituras sagradas. Al llegar a este Monasterio de la Luz Dorada, en la ciudad del Reino del Sacrificio, sus monjes me han informado que el aura que lo envolvía se disolvió en una extraña lluvia de sangre que cayó en la primera noche del invierno. El rey los acusó de ser ellos los culpables de tan peculiar fenómeno y los cubrió de ignominia. Por eso, he decidido barrer la pagoda y tratar de descubrir de qué se trata. Os suplico que, haciendo uso de vuestra insondable sabiduría, me reveléis la fuente de suceso tan lamentable, para que sean castigados los culpables y los inocentes recobren su perdida dignidad.
En cuanto hubo terminado la oración, abrió la puerta de la torre y empezó a barrerla desde el primer peldaño, acompañado por el Peregrino. Era tan alta, que parecía estar apoyada en el suelo de los cielos. Aunque ya no poseía luz propia, su colorido era tan vivo, que parecía una montaña de oro cubierta de seda. Sus escaleras ascendían en espiral hacia lo alto, como si quisieran trepanar el misterio del cosmos. Con razón gustaba la luna de reflejarse en ella y el tañido de sus campanas de oro reflejaba los ritmos del mar. Las volutas de sus aleros saludaban a las estrellas, que se miraban a todas horas en ella, porque su altura imponente cerraba el paso a las nubes. La vista era incapaz de abarcarla en toda su longitud; se tenía la impresión de que medía miles y miles de kilómetros y que llegaba hasta el centro del Noveno Cielo. Pese a todo, las lámparas que había en las paredes de cada rellano aparecían cubiertas de un polvo espeso, que se repetía en él, antaño, bellísimo arambol de jade blanco, ahora sepultado en una capa de suciedad y restos de insectos. Ni una sola voluta de incienso en las mesas de las ofrendas, abandonadas y totalmente vacías. Las telas de araña cubrían las imágenes y los cristales de las ventanas, tornándolos tan opacos como papeles de arroz expuestos a la luz del sol. Los pebeteros y los recipientes para el aceite se habían convertido en nidos de ratas. ¡Cuánta frustración, sufrimiento y muerte había traído a los monjes la fuente de aquel abandono! Todo eso estaba a punto de acabar, porque, en cuanto Tripitaka hubiera terminado de barrerla, recobraría su antiguo resplandor y su gloria pasada. El monje Tang limpiaba con esmero un tramo de escalera antes de pasar al siguiente. Cuando llegaron al séptimo, era la hora de la segunda vigilia y el maestro comenzó a sentir cansancio en los brazos.
—Veo que estáis cansándoos —dijo el Peregrino—. ¿Por qué no os sentáis y me dejáis barrer por vos?
—¿Cuántos tramos calculas que tiene la escalera de esta torre? —preguntó Tripitaka.
—Trece por lo menos —respondió el Peregrino.
—Es preciso que termine de barrerlos, para dar cumplimiento a lo que en su día prometí —dijo el maestro, esforzándose por hacer frente al cansancio.
Pero después de barrer tres tramos más, empezaron a dolerle de tal forma las piernas y la espalda, que tuvo que sentarse a descansar justamente al final del décimo tramo.
—Wu-Kung —dijo, entonces, con voz apenas audible—, si no te importa, barre tú los tres tramos que quedan y, en cuanto hayas terminado, bajamos.
Complacido, el Peregrino barrió el undécimo tramo y comenzó el duodécimo. En ese mismo momento oyó a alguien hablando en lo alto de la torre y se dijo:
—¡Qué cosa más rara! Es casi la hora de la tercera vigilia. ¿Cómo es posible que alguien esté hablando ahí arriba? Por fuerza tiene que ser alguien que no se encuentre en sus cabales. Voy a ver de quién se trata.
Agarró la escoba y se la puso debajo del brazo. Se arremango después la ropa y, saliendo con cierta dificultad por una de las ventanas, se elevó hasta lo alto de una nube.
Desde allí vio sentados en la decimotercera porción de la torre a dos espíritus, que estaban charlando tranquilamente delante de una cacerola de arroz y de un barreño lleno de vino. Mientras bebían, jugaban a los chinos[6]. Valiéndose de la magia, el Peregrino dejó a un lado la escoba, sacudió con fuerza la barra de los extremos de oro y, poniéndose de pie entre los dos diablillos, exclamó:
—¡Así que sois vosotros los que habéis robado el secreto de este monasterio!
Aterrados, los dos diablillos dieron un salto y lanzaron contra el Peregrino la cacerola y el barreño, que se hicieron polvo, al chocar con la barra de los extremos de oro.
—Os arrancaré una confesión, aunque, para ello, tenga que acabar con vosotros —los amenazó el Peregrino, haciéndolos retroceder hasta la pared.
—¡No nos matéis, por favor! —suplicaron ellos, comprendiendo lo delicado de su situación—. Nosotros no tenemos que ver absolutamente nada con eso. Lo ha robado otro.
Valiéndose de la magia, el Peregrino los agarró con una sola mano y los llevó hasta el décimo tramo de escalera.
—¡Acabo de capturar a los ladrones del secreto del monasterio! —dijo con una voz tan fuerte que despertó a Tripitaka, quien se había quedado adormilado en uno de los escalones.
—¿Dónde los has encontrado? —preguntó el maestro, complacido.
—Se estaban divirtiendo en lo alto de la torre, jugando a los chinos y bebiendo —explicó el Peregrino, obligándolos a ponerse de rodillas—. Al oír toda su cháchara, me monté en una nube y les corté la retirada. Ha sido facilísimo. Si no he acabado con ellos, ha sido porque quiero arrancarles una confesión completa. Por eso los he traído hasta aquí. Vos podéis tomar nota de dónde son y en qué lugar han escondido el tesoro que andamos buscando.
—¡No nos matéis, por favor! —repetían con voz cada vez más lastimera. Por fin, uno de ellos se armó de valor y dijo:
—Hemos venido aquí por orden del Rey Dragón de Todos los Espíritus, cuyo palacio se encuentra en el fondo del Lago de la Ola Verdosa, en el corazón mismo de la Montaña de las Rocas Esparcidas. Éste se llama Burbuja Ocupada, y yo, Ocupada Burbuja. Él es el espíritu de una anguila, y yo, el de un pez de color negro. Una de las hijas de nuestro señor, llamada Princesa de Todos los Espíritus, una muchacha realmente encantadora y con unas cualidades francamente extraordinarias, se desposó con un tipo que responde al nombre de Nueve Cabezas y cuyos poderes mágicos no tienen nada que envidiar a los del inmortal más aventajado. Hace dos años, trajo aquí al Rey Dragón y, valiéndose de sus artes, hizo caer sobre este monasterio una lluvia de sangre, que acabó con su aura.
No le fue difícil, de esa forma, hacerse con las cenizas de un buda[7], que se conservaban en este lugar. Al mismo tiempo, la princesa se introdujo en el Cielo y robó el agárico de nueve hojas, que Wang-Mu Niang-Niang había plantado justamente enfrente del Salón de la Niebla Divina. Tanto las cenizas como la planta se encuentran actualmente en el fondo del lago, iluminando el palacio día y noche con sus rayos dorados y sus resplandores de colores. Hace poco oímos comentar que un tal Sun Wu-Kung se dirigía hacia el Paraíso Occidental en busca de escrituras sagradas. Como, según parece, se trata de un tipo con unos poderes mágicos inigualables, al que le encanta meterse en los asuntos de los demás, se nos ordenó que viniéramos a patrullar la zona y que diéramos la voz de alarma, en cuanto apareciera ese Sun Wu-Kung.
—¡Cuidado que sois atrevidos! —exclamó el Peregrino con desprecio—. No me extraña que el Rey Toro asistiera el otro día a uno de vuestros banquetes. ¡Por fuerza tenía que estar conchavado con una banda de espíritus malhechores como vosotros!
No había acabado de decirlo, cuando aparecieron Ba-Chie y otros monjes jóvenes con dos lámparas.
—¿Por qué no os habéis retirado a descansar después de barrer la torre? —preguntó el Idiota al maestro—. ¿Cómo es que aún estáis aquí charlando?
—Me alegro de que hayas venido —se apresuró a decir el Peregrino—. El secreto del monasterio ha sido robado por el Rey Dragón de Todos los Espíritus, que ha enviado a estos dos diablillos, para que siguieran atentamente todos nuestros movimientos. Lo malo es que han sido ellos los que han caído en nuestras redes.
—¿Cómo se llaman y qué clase de espíritus son? —volvió a preguntar Ba-Chie.
—Según acaban de decirnos, uno responde al nombre de Burbuja Ocupada, y el otro al de Ocupada Burbuja. El primero es el espíritu de una anguila y el segundo el de un pez de color negro.
—Si acaban de confesarlo todo —concluyó Ba-Chie, blandiendo su rastrillo con ánimo de darles muerte—, ¿para qué seguir perdiendo el tiempo con ellos? ¿A qué esperamos para matarlos?
—Se nota que no has calibrado bien el problema —replicó el Peregrino—. Si los mantenemos con vida, nos será más fácil hablar de todo el asunto con el rey. Eso sin contar con que pueden facilitarnos una valiosa información a la hora de recuperar el tesoro y castigar a los culpables.
El Idiota bajó en seguida el rastrillo. El Peregrino, por su parte, agarró a los dos diablillos y se dispusieron a descender de la torre. Mientras bajaban las escaleras, los dos prisioneros no dejaban de suplicar:
—¡Perdonadnos la vida, por lo que más queráis!
—¡Qué casualidad! —decía Ba-Chie, al mismo tiempo—. Andábamos buscando una anguila y un pez negro para hacer una sopa a estos pobres monjes y, mira tú por donde, encontramos a estos dos.
Los monjes jóvenes no cabían en sí de contento. Abrían la marcha con sus lámparas, bajando los escalones de tres en tres. Uno de ellos se adelantó a informar a los demás de lo ocurrido, gritando, entusiasmado:
—¡Ha sido fantástico! ¡Puede decirse que, por fin, hemos visto la luz! Esos hermanos nuestros acaban de capturar a los demonios que robaron nuestro secreto.
—Traed unas cadenas y colgadlos de ahí —ordenó el Peregrino—. Vigiladlos bien, mientras nosotros descansamos un poco. Ya decidiremos mañana lo que haya de hacerse.
Los monjes se esmeraron en cumplir ese encargo. En cuanto hubo amanecido, el maestro saltó a toda prisa del lecho y dijo:
—Voy a ir con Wu-Kung a ver al rey y a pedirle que nos selle los documentos de viaje —y se puso la túnica de los bordados y el sombrero Vairocana.
Vestido de esta guisa, se dirigió hacia la puerta, seguido del Peregrino, que se arregló lo mejor que pudo la piel de tigre y la camisa de seda.
—¿Por qué no lleváis con vosotros a estos dos diablillos? —preguntó Ba-Chie, al verlos coger el documento de viaje.
—Es mejor que le informemos primero de lo ocurrido —contestó el Peregrino—. Ya se encargará después de enviar a alguien a por ellos.
Nada más trasponer las puertas del palacio, vieron una auténtica bandada de pájaros de color rojizo, así como incontables dragones amarillentos. Tras dirigirse a la Puerta de las Flores, que estaba orientada hacia el oriente, Tripitaka saludó con respeto al oficial que hacía la guardia y le dijo:
—Anunciad a vuestro señor que este indigno monje se encuentra de camino con destino al Paraíso Occidental por orden expresa del Gran Emperador de los Tang, en las Tierras del Este. Su misión es conseguir las escrituras sagradas, Por eso, solicita de vuestro virtuosísimo soberano que le selle el documento de viaje, para que pueda atravesar sus vastos dominios.
El rey ordenó que fueran conducidos inmediatamente a su presencia. Al ver al Peregrino, que caminaba justamente detrás del maestro, todos los funcionarios, tanto civiles como militares, se echaron a temblar. Algunos opinaban que se trataba de un mono que había abrazado la religión, mientras que otros pensaban que era, simplemente, un monje con la cara de un dios del trueno. Nadie se atrevía, de todas formas, a mirarle directamente a los ojos. Mientras el maestro presentaba sus respetos al soberano, él permaneció totalmente inmóvil con las manos entrelazadas en señal de respeto.
—Vuestro humilde servidor —explicó el maestro— se dirige hacia el Monasterio del Trueno, en el Paraíso Occidental, a presentar sus respetos a Buda y conseguir las escrituras sagradas, por orden expresa del Gran Emperador de los Tang, en las Tierras del Este del Continente Austral de Jambudvipa. En cumplimiento de tan alta misión, hemos llegado a vuestras dignísimas tierras y no nos atrevemos a cruzarlas sin el correspondiente permiso. Hemos decidido, pues, haceros entrega de nuestro documento de viaje, para que os dignéis estampar en él vuestro sello y podamos proseguir nuestro camino.
Tan respetuosa exposición complació vivamente al rey, que ordenó que el monje procedente de la corte de los Tang fuera conducido inmediatamente al Salón de los Carillones de Oro. Mientras el rey leía personalmente el documento, se pidió al maestro que tomara asiento en un espléndido cojín de seda cubierto totalmente de bordados.
—Ha sido una suerte para el Gran Emperador de los Tang —comenzó diciendo su majestad, una vez concluida la lectura— poder disponer de un monje tan noble y virtuoso como vos, que, sin temor a las incomodidades de un viaje tan largo, se ofreciera de buen grado a ir en busca de los escritos de Buda. ¡Cuán distinta esa actitud de la de los monjes de nuestro reino, que únicamente se preocupan de robar y de traer la ruina a este reino y al señor que lo rige!
—¿Tenéis la bondad de explicarme de qué forma lo han hecho? —preguntó Tripitaka, juntando respetuosamente las palmas de las manos.
—No necesito deciros —respondió el rey— que éste es el reino más importante de todos los Territorios Occidentales. Hasta hace poco, todas las tribus bárbaras de esta zona nos ofrecían tributos, temerosos, no de nuestros ejércitos, sino del Monasterio de la Luz Dorada. En él se guardaba una reliquia que emitía tales rayos de luz, que llenaban de luminosidad el mismísimo Cielo. Pero, cegados por la avaricia, los monjes robaron tan peculiar tesoro y el aura lleva apagada cerca de tres años. Eso ha provocado la negativa de los otros reinos a seguir presentándonos sus respetos, haciendo crecer en nuestros corazones el más profundo de los odios.
—Suele decirse, majestad —contestó Tripitaka, esbozando una sonrisa— que, quien al apuntar se desvía el grosor de un cabello, jamás dará en el centro de la diana. Ayer, cuando entré en la capital de vuestro próspero reino, vi a un grupo de unos diez monjes con la cabeza metida en el cepo. Al preguntarles qué crimen habían cometido, me respondieron que pertenecían al Monasterio de la Luz Dorada y que eran totalmente inocentes de los cargos que se les imputaban. Pedí que me llevaran a su centro de recogimiento y, tras llevar a cabo una exhaustiva investigación, llegué a la conclusión de que, en efecto, no tenían que ver nada con lo ocurrido. Barrí, una tras otra, todas las escaleras de la torre y descubrí a los dos diablillos que habían robado las reliquias.
—¿Dónde se encuentran ahora esos monstruos? —preguntó el rey, visiblemente complacido.
—En el Monasterio de la Luz Dorada —respondió Tripitaka—. Mandé encerrarlos, hasta que vos decidierais qué hacer con ellos.
Asombrado de tanta prudencia, el rey dictó una orden, que decía:
—Que la guardia uniformada traiga inmediatamente a mi presencia a los diablillos que se encuentran detenidos en el Monasterio de la Luz Dorada. Deseo interrogarlos personalmente.
—Aunque vuestra guardia es aguerrida a más no poder —dijo Tripitaka en tono humilde—, no estaría de más que los acompañara el discípulo que ha venido conmigo.
—¿Dónde se encuentra ahora ese discípulo? —preguntó el rey.
—Ahí abajo —contestó Tripitaka, señalándole con el dedo—, junto a los escalones de jade.
—¡Qué monje más feo! —exclamó, sorprendido, el rey al verle—. ¿Cómo es posible que tenga una cara así?
—Majestad —respondió el Gran Sabio con voz segura—, no debe juzgarse a un hombre por su rostro, porque tan imposible es eso como medir con un vaso toda el agua del mar. Si solamente prestáis atención a los hombres de rasgos atractivos, ¿cómo vais a dar caza a los malhechores y a los ladrones?
—Lo que acabáis de decir es cierto —reconoció el rey, asombrado de la profundidad de aquellas palabras—. Es imprudente escoger a los consejeros entre los hombres de aspecto atractivo. Lo que más me preocupa, de momento, es capturar a los ladrones y hacer que devuelvan cuanto antes las cenizas al monasterio.
Ordenó después que prepararan una silla con baldaquino, para que el Peregrino y el jefe de la guardia imperial fueran al monasterio a cumplir lo que había determinado. Al punto los sirvientes reales trajeron una espléndida litera con los cortinajes amarillos y Wu-Kung montó en ella. Era tan pesada, que debía ser transportada por ocho personas a la vez, cuatro delante y cuatro detrás. Otras cuatro iban gritando a los viandantes que dejaran libre el camino. Tanta fanfarria terminó poniendo en alerta a toda la ciudad, que se volcó en las calles, tratando de ver al monje de la cara de dios del trueno y a los dos espíritus ladrones. Cuando Ba-Chie y el Bonzo Sha oyeron los gritos, pensaron que se trataba de algún personaje importante enviado por el rey y corrieron a las puertas del monasterio a darle la bienvenida. Al ver al Peregrino sentado en la litera, el Idiota soltó la carcajada y exclamó:
—¡Ahora eres realmente lo que pareces!
—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó el Peregrino, molesto, llegándose hasta donde él estaba.
—Vienes en una litera cubierta de cortinajes amarillos y portada por ocho personas. ¿No son ésos los atributos de un rey? —contestó Ba-Chie—. Si mal no recuerdo, tú eres el Rey Mono.
—No te burles de mí, anda —dijo el Peregrino. Desató después a los dos diablillos y se dispuso a conducirlos ante el rey.
—¿Por qué no nos llevas contigo? —preguntó el Bonzo Sha.
—No, no —respondió el Peregrino—. Es mejor que os quedéis aquí al cuidado del caballo y el equipaje.
—Si queréis, podemos ocuparnos nosotros de eso —dijo uno de los monjes con la cabeza en el cepo—. Así podréis conocer todos al rey.
—Está bien —decidió el Peregrino—. En cuanto hayamos hablado con el soberano, volveremos a quitaros los grilletes.
Ba-Chie agarró a uno de los diablillos, mientras el Bonzo Sha hacía lo mismo con el otro. El Gran Sabio volvió a montar en la litera y el cortejo se puso en camino. Al llegar a las escalinatas de jade blanco, el jefe de la guardia imperial levantó la voz y dijo:
—Vuestros deseos están cumplidos. Aquí tenéis a los diablillos que nos ordenasteis traer.
El rey se levantó al punto del trono del dragón y bajó a ver a los monstruos, seguido del monje Tang y de todos los demás funcionarios, tanto civiles como militares. Uno de los prisioneros tenía un mentón redondeado cubierto de escamas negras, una boca llamativamente puntiaguda y unos dientes tan afilados como cuchillos. El otro, por el contrario, poseía una piel muy fina, una boca alargada y unos bigotes tan duros como cerdas. Aunque tenían piernas y se servían de ellas para caminar, su aspecto era todo menos humano. Pese a todo, el rey les preguntó en tono solemne:
—¿De dónde provenís y en qué año invadisteis nuestros dominios para haceros con las reliquias? ¿Cuántos ladrones tomaron parte en la acción y cuáles son sus nombres? Responded con sinceridad, si queréis conservar vuestras vidas.
Un hilo de sangre fluía lentamente por los cuellos de los dos monstruos, aunque no parecía importarles el dolor. En cuanto oyeron las preguntas del rey, se echaron rostro en tierra y respondieron:
—Hace aproximadamente tres años, el día primero del mes séptimo, el Rey Dragón de Todos los Espíritus se estableció con toda su familia en un lugar a trescientos kilómetros al sudeste de aquí, llamado el Lago de la Ola Verdosa, en el corazón mismo de la Montaña de las Rocas Esparcidas. Su hija, una princesa extremadamente hermosa y seductora, se desposó con un tipo conocido por el nombre de Nueve Cabezas, para el que la magia no tiene ningún secreto. Al enterarse de que el mayor de vuestros monasterios poseía un tesoro de valor incalculable, unió sus fuerzas con las del dragón, dispuesto a hacerse con él como fuera. Para ello, hizo caer una lluvia de sangre, que acabó con el aura que rodeaba el monasterio. No le fue, así, difícil hacerse con las reliquias sagradas, que ahora descansan en el fondo del lago, iluminando día y noche el palacio del dragón. Al mismo tiempo, la princesa logró arrebatar a Wang-Mu-Niang-Niang su planta de agárico, con la que realza aún más el poder de las cenizas. Nosotros, señor, no somos ningunos bandidos, sino soldados al servicio del Rey Dragón, que hemos tenido la mala fortuna de ser capturados anoche mismo. Declaramos que cuanto hemos dicho se ajusta escrupulosamente a la Verdad.
—Si es eso cierto —replicó el rey—, ¿por qué no nos dais a conocer vuestros nombres?
—Yo, señor —respondió uno de ellos—, me llamo Burbuja Ocupada y mi compañero, Ocupada Burbuja. Soy el espíritu de una anguila y éste, el de un pez de color negro.
El rey ordenó al jefe de la guardia imperial que los metiera en las mazmorras. Llamó a continuación a uno de los escribanos y le dictó la orden siguiente: Que todos los monjes del Monasterio de la Luz Dorada sean inmediatamente liberados de sus cepos. Es, igualmente, deseo nuestro que se prepare en el Salón del Unicornio un espléndido banquete, para agradecer cumplidamente a los monjes llegados de lejos su colaboración en la captura de los ladrones. Posiblemente se les confíe, más adelante, la misión de capturar al jefe de los bandidos.
Sin pérdida de tiempo, los cocineros imperiales prepararon un convite en el que abundaban por igual los platos vegetarianos y los que contenían carne. Tras invitar al monje Tang y a sus discípulos a tomar asiento en el Salón del Unicornio, el rey preguntó al maestro:
—¿A qué familia pertenecéis?
—La que me vio nacer lleva el nombre de Chen, aunque en religión se me conoce como Hsüan-Tsang. El emperador me ha concedido el honor de ostentar el apellido Tang. Sin embargo, el nombre que más uso es el de Tripitaka.
—¿Y vuestros respetables discípulos? —volvió a preguntar el rey.
—Ellos no pertenecen a ninguna —explicó Tripitaka—. El primero se llama Wu-Kung, el segundo, Wu-Neng, y el tercero Wu-Ching. Dichos nombres les fueron impuestos por la Bodhisattva Kwang Shr-Ing de los Mares del Sur en persona. Todos ellos me han prometido obediencia y me consideran como su maestro. Por eso, a Wu-Kung le llamo a veces el Peregrino, a Wu-Neng, Ba-Chie y a Wu-Ching, el Bonzo.
Apenas hubo acabado de hablar, el rey pidió a Tripitaka que ocupara el lugar de honor de la mesa, mientras que el Peregrino presidio la mesa que había a su izquierda y Ba-Chie y el Bonzo Sha, la que estaba situada a su derecha. En esas mesas se veía una gran variedad de platos vegetarianos, frutas, té y arroz. El rey se sentó enfrente de ellos en una mesa que exhibía toda clase de viandas condimentadas con carne, lo mismo que las cien restantes, que fueron ocupando, según su rango y dignidad, los funcionarios del reino, tanto civiles como militares. Todos empezaron a comer con la venia de su majestad, que levantó la copa a la salud de tan ilustres visitantes. Tripitaka no se atrevió a llevarse la copa a los labios. Los tres discípulos, por el contrario, aceptaron de buen grado el brindis que se les hacía. El convite estuvo amenizado por la orquesta real, que no fue capaz, con sus melodías, de menguar el enorme apetito de Ba-Chie. Sin prestar atención a la clase de verduras que iban poniendo sobre la mesa, él las devoraba a una velocidad increíble. Los criados le sirvieron más sopa y más arroz que a todos los comensales juntos, pero lo engulló antes de que los demás hubieran probado el primer bocado. Ni una vez rechazó las copas de vino que el maestresala le fue ofreciendo, eso que el banquete duró hasta bien entrada la tarde. Tripitaka agradeció, entonces, al rey todas las atenciones que había tenido con ellos, pero su majestad dijo, agarrándole de la túnica:
—Esto es sólo en agradecimiento por haber capturado a estos diablos. Creo que lo más conveniente será que continuemos la celebración en el Palacio de Chian-Chang[8]. Allí podéis explicarnos cómo pensáis atrapar al que planeó el robo de las reliquias. Es preciso que vuelvan cuanto antes al monasterio.
—Para eso no es necesario que asistamos a otro banquete —respondió Tripitaka—. En cuanto nos retiremos, iremos a la caza de esos monstruos.
Pero el rey no quiso oír hablar de ello e insistió en ir al Palacio de Chian-Chang. Allí se les ofreció un nuevo convite, a lo largo del cual preguntó el rey, levantando deferentemente su copa:
—¿Quién de vosotros va a mandar las tropas encargadas de capturar a ese monstruo?
—De eso se encargará Sun Wu-Kung, el mayor de mis discípulos —contestó Tripitaka y el Gran Sabio juntó las manos e inclinó la cabeza en señal de obediencia.
—En ese caso —añadió el rey—, ¿con cuántos caballos y hombres querrá contar el respetable Sun? Desearía, igualmente, saber cuándo va a abandonar la ciudad.
—¿Quién necesita caballos y hombres? —exclamó Ba-Chie, incapaz de dominar su impaciencia por más tiempo—. Nosotros siempre estamos preparados para lo que sea. De hecho, ahora que estoy bien llenito de vino y arroz, no me importaría acompañar al mayor de mis hermanos en una empresa tan arriesgada. Entre los dos sólo tendremos que estirar las manos, para traer aquí a ese malvado.
—Últimamente te ofreces para todo, Ba-Chie —dijo Tripitaka, complacido.
—En ese caso —concluyó el Peregrino—, que se quede el Bonzo Sha a proteger al maestro, mientras estamos ausentes tú y yo.
—Puesto que, según parece, no precisáis ni de caballos ni de hombres —insistió el rey—, ¿qué armas deseáis llevar con vosotros?
—Perdonad mi sinceridad —dijo Ba-Chie, sonriendo—, pero vuestras armas no nos valen para nada. Nosotros tenemos nuestros propios medios de defensa, de los que no nos desprendemos ni de día ni de noche.
El rey ordenó, entonces, que le trajeran una copa de un tamaño muy superior al normal, con la que quiso brindar a manera de despedida con ellos, pero el Gran Sabio rechazó el ofrecimiento, diciendo:
—Disculpad que no bebamos nada más. Lo que sí os agradeceríamos es que mandarais traer a esos dos diablillos que tenéis en vuestras mazmorras. Desearíamos preguntarles algunas cosas, que nos pueden resultar de mucha utilidad.
El rey así lo hizo y ellos, montando a lomos del viento, se dirigieron hacia el sudeste con los dos diablillos fuertemente amarrados. Al verlos desplazarse de aquella forma por los aires, tanto el rey como sus súbditos comprendieron en seguida que aquellos monjes eran, en realidad, unos sabios.
De momento desconocemos cómo capturaron a los otros monjes. El que desee averiguarlo tendrá que escuchar con atención las explicaciones que se dan en el capítulo siguiente.
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centraldenoticiasmx · 13 hours
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Ataque armado en Emiliano Zapata deja una persona sin vida
🖊#Seguridad | Ataque armado en Emiliano Zapata deja una persona sin vida +INFO:
Poco antes de las 06:39 horas, la Policía recibió el reporte sobre una persona sin vida en la calle No Reelección, a la altura de los Arcos, en la colonia San Francisco, en el municipio de Emiliano Zapata. En ese lugar, la Policía encontró a una persona sin vida por impactos de bala, por lo que se alertó a la Fiscalía General de Morelos para realizar el levantamiento del cuerpo.
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