Tumgik
#camisetas de color negro
poisonlove · 2 years
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—Eres Mia; Miércoles Addams
advertencias : obscenidad, sexo lésbico, sexo muy explícito.
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Puse mis manos sobre las mejillas de mi novia, uniendo nuestros labios en un dulce beso. Las manos frías de Miércoles agarran suavemente las mías, trenzando nuestros dedos durante el beso. Rompí el contacto entre nuestras bocas y miré fijamente las pupilas de Miércoles hacerse cada vez más grandes, mirándome con determinación.
Ella estaba muy excitada.
Sonreí engreída y moví mis besos a lo largo de su mandíbula, sintiendo cómo suspiraba bajo mis toques. Saqué la punta de la lengua, dibujando una línea hasta el cuello, dejando besos con la boca abierta en la piel expuesta.
Gimí cuando sentí la mano de Miércoles meterse debajo de mi camiseta, acariciando mi abdomen —hazme tuya- susurra a un soplo de mis labios, mirándome con las mejillas enrojecidas por la excitación.
Sentì una descarga eléctrica de placer desde la columna vertebral hasta el clítoris.
Me mordí el labio inferior, traviesa y puse mi mano en el muslo de Addams, dibujando con los dedos líneas distraídas a lo largo de sus medias —Quítate la camisa- dije mirándola seriamente.
Obedece sin decir una palabra.
La miré, piel blanca color porcelana resaltada por el sujetador negro que llevaba. Me lamí los labios y me acerqué peligrosamente a su cara. Miré fijamente los ojos de Miércoles, mirándome con una llama en los iris, viendo cómo me inclinaba hacia su pecho.
Le desabroché el sujetador e inmediatamente puse los labios alrededor del pezón, sintiendo cómo su pezón se ponía erecto por el contacto con mis labios, pasé la lengua sobre él, chupándolo con pasión. Mientras tanto, puse mi mano en el otro, cubriendo su pecho con toda la mano. Miércoles puso sus manos sobre mi cabeza, suspirando con fuerza.
Empecé a bajar por su estómago,  dejando besos y mordiscos de amor en el camino. Me detuve y levanté la cabeza, viendo cómo  miércoles me miraba apoyada en los codos. Le quité la falda, dejándola en íntimo. Seguí besándola y al llegar al monte de Venus me detuve.
Pude ver y oler su emoción.
Sonreí y dejé un beso sobre su intimidad,  sobre la tela de su ropa interior. Suelta un gruñido, molesta. Mientras tanto sigue levantando las caderas para animarme a continuar mi trabajo.
—Por favor- murmura entre los dientes y decidí complacerla.
Al menos al principio.
Le quité la braga y totalmente excitada admiré su humedad. Me lamo los labios hambrienta, mirando fijamente su coño brillante. Lentamente me incliné hacia ella, poniendo mis manos sobre sus muslos cubiertos por sus medias.
Abre mayormente las piernas.
Mi respiración se estrelló contra su intimidad y ella se estremeció instantáneamente.  Huelo de nuevo su deliciosa emoción, un olor acre pero no desagradable. Era fascinante ver lo excitada que estaba por mí, se podía ver... sus pequeños y grandes labios cubiertos y brillantes con sus fluidos.
Resopla exasperada y sonrío.
Me mordí los labios satisfecha con lo que veía. Le di un beso en los labios inferiores y empecé a lamerlos.  miércoles gimió... poniendo sus manos sobre mis hombros.
—Por favor, amor–murmura de nuevo.
Levanté la mirada y vi que Miércoles se había recostado nuevamente sobre los codos mirándome con súplica, sus ojos estaban encapuchados a causa de la excitación.  sus trenzas a los lados de sus hombros se movían debido a su respiración agitada. Sus labios eran entreabiertos.
Sin apartar la mirada, puse más presión en su intimidad y envolví mis labios alrededor de su clítoris.
Geme más.
Vi que se volvió a acostar.
Sus manos apretaban las sábanas con fuerza. Era jodidamente excitante.
—Sí...–susurra lentamente. Empecé a chupar su botón y los suspiros de miércoles aumentaron gradualmente. Cerré los ojos y seguí moviendo la lengua alrededor de su clítoris, tragando y saboreando su delicioso sabor. Le puse un dedo dentro para recoger más fluidos.
quería más.
"Sí... continúa", dijo mordiendo fuerte los labios. Me aferré más a sus muslos y metí mi lengua en su intimidad. " Mierda"  gime, mordiéndose el labio inferior, cerrando los ojos.
Sonreí y besé suavemente sus labios internos, soltando un chorro de saliva que la conecta con mi boca. Con una mano, hice movimientos rotatorios alrededor de su clítoris, causando que los suspiros de Addams se vuelvan más pesados. Mi mano estaba completamente cubierta de sus líquidos, me incliné y le dejé otro beso en el manojo de nervios.
Lamí con la lengua la excitación que tenía en mis labios.
Volví a poner mis labios alrededor de su clítoris y metí dos dedos dentro de ella. Con el rabillo del ojo vi los nudillos de Miércoles volverse totalmente blancos, apretando con necesidad las sábanas.
Los gemidos resonaban en la habitación.
Las paredes de la pequeña Addams se estrecharon alrededor de mis dedos y me di cuenta de que iba a venir.  Puso sus manos en mi cabello e hizo más presión hacia su intimidad. Seguí lamiendo y penetrando. Su espalda se arquea más.
—SI...–gime y arqueando los dedos encontré su punto G. Geme mayormente. — Joder–exclama. Sus caderas se movían más rápido y aumenté el ritmo de la lamida.
dejo de penetrarla, pongo los dedos en la boca, chupando su néctar.
—Mírame– exclamo. Dejando de lamer su deliciosa intimidad. Con dificultad apoyó el peso sobre los brazos y con excitación me miró.
Estaba cubierta de sudor y su labio inferior estaba atrapado entre sus dientes. Tomé sus piernas y la invité a apoyarlas en mis hombros, dándome más acceso a su intimidad. Sin apartar la mirada, volví a lamer y vi que  miércoles movió el peso sobre un brazo, el otro lo estiró y puso la mano entre mi cabello. 
Mueve las caderas otra vez, Gimiendo.
—¡Joder!. Sí...– susurra, Sus ojos se volvieron blancos por la excitación. Volvió a dirigir su atención hacia mí. "Y/N" exclama con dificultad. "Estoy.. para... " murmura con dificultad y ni siquiera termina de pronunciar la frase que siento su excitación vertiéndose en mi boca.
Me comí el exceso.
Miércoles, respirando irregularmente, apoya la espalda sobre el colchón. Mis manos siguieron en los muslos de Addy y con determinación seguí lamiendo su delicioso coño. Podía oír a la pelinegra encima de mi cuerpo quejarse entre los gemidos. –Y/N... para... para...no" susurra entre los gemidos, quejándose por el demasiado placer que estaba resultando molesto. Instintivamente aprieta las piernas alrededor de mi cabeza, casi tratando de bloquear mis movimientos en su zona delicada. Miércoles suspira de alivio, posando una mano en mi cabello.
Un gruñido salió de la profundidad de mi garganta y con un gesto decidido abro nuevamente las piernas de la pelinegra. Mis dedos tomaron su líquido y lo puse en mi boca, limpiándolo bien antes de agarrar la mano fría y delicada de Addams y sujetarla en su estómago.
 La miré maliciosamente y luego puse mi boca nuevamente alrededor del clítoris hinchado.  miércoles se rió nerviosamente, gimiendo.
—Amor...– suspira... —ven otra vez por mí– confesé aumentando el ritmo de la lamida, la pobre estaba a punto de llorar de excesivo placer.
—Dios mío...–exclama, mordiéndose fuerte el labio inferior, apretando fuerte mi mano.
—Mmmmmh...– tragué ruidosamente.
—Levántate–dije seriamente, separándome de su clítoris, lamiendo mis labios.
—¿Qué?" Dijo con tono estridente, sorprendida de mi repentina afirmación. —Levántate" la miré con ojos traviesos y me puse de rodillas.
La pelinegra inmediatamente se levanta en la cama, sus piernas ligeramente temblorosas mientras cubre sus senos con sus brazos. El cabello era mucho más rebelde ahora, sus trenzas estaban empezando a separse. Suspiré cuando vi que el orgasmo que había ocurrido se deslizaba por sus piernas. Lentamente gateé hacia ella y con ojos encapuchados  miércoles observa excitada y curiosa mis movimientos.  Puse mi cabeza contra la almohada y obtuve la visión perfecta de su delicioso coño.
—Montame la cara–dije con una sonrisa en los labios.
Miércoles no se lo hizo repetir dos veces, gracias también al hecho de que sus piernas no le permiten estar de pie durante mucho tiempo. Sus manos agarran la cabecera de la cama y finalmente obtuve lo que pedí. 
miércoles entre los gemidos comienza a mover las caderas, lentamente, ya que no tenía fuerzas y no podía soportar el doloroso y demasiado placer. Deslicé mi lengua dentro de su coño, sus paredes calientes para acoger mi lengua. Cierro los labios, chupando su manojo de nervios.
—Mi... Dios... sí. Se... siente... así... ah...– la pelinegra estaba dispuesta a montarme la cara y no lograba cumplir una frase de sentido completo, chupé de nuevo su clítoris, mis manos sosteniendo sus piernas. Mi novia se levanta bruscamente de mi cara y la miré mal cuando se sentó sobre mi estómago, pude sentir el calor de su excitación sobre mi piel.
La pelinegra se inclina a besarme y aparta una mano de la cabecera de la cama y la deslizó a lo largo de mi costado, sonrió contra mis labios y suspira a sentir su propio sabor en sus labios.  La mano de Addams se posa contra la mía y de repente Miércoles levanta ligeramente las caderas,  dirigiendo mi mano en medio de sus piernas.
Sonrío a la comprensión.
Entre un beso es otro, alinea mis dedos a la altura de su entrada y se sienta contra mi mano. Gimí por lo agradable que era el calor de sus paredes que acogían mis dedos. La pelinegra reposiciona su mano junto a la otra en la espaldera de la cama y comienza a subir y bajar sobre mis dedos, moviéndose lentamente. Con el pulgar le estimulaba el clítoris y me estiré para besar el seno derecho. Sus movimientos se hicieron cada vez más rápidos. Con ojos totalmente encapuchados observaba cómo los pechos de Miércoles se movían al ritmo de sus caderas, mirándome con la boca abierta mientras se mantenía el pelo alejado de la cara.
Suspiraba y murmuraba mi nombre en cada montar. Podía sentir las paredes de su vagina cerrarse alrededor de mis dedos y los movimientos de miércoles se estaban volviendo frenéticos.
Estaba muy cerca del clímax.
Se mordió el labio inferior conteniendo una sonrisa traviesa y se levantó bruscamente de mi mano, sentándose nuevamente sobre mi boca, sonreí débilmente por la confianza que estaba teniendo consigo misma la pelinegra.
—Tra... traga....– Suspiraba murmurando y una gran excitación se extendió por todo mi cuerpo por las palabras que pronunció,  mi clítoris pulsó para recibir atenciones .
Agarré sus muslos y moví rápidamente la boca, dependiendo de su delicioso sabor. 
Miércoles vuelve a quitar la mano de la Espaldera y la pone sobre mi cabeza, ayudándose con sus movimientos frenéticos de sus caderas a montarme.
—Y... Y/N– sus gemidos eran incontenibles.—Estoy... joder!... ni siquiera puede terminar la frase que con la boca abierta recibí sus deliciosos fluidos. Seguí lamiendo mientras trataba de respirar con más regularidad. 
Cuando ya no siente mi lengua trabajando alrededor de su clítoris se levanta de mi cara,  sentándose nuevamente contra mi estómago, besándome tiernamente. Con la lengua pedí entrar y ella sabrosa me lo concede, le hice probar de sí misma. Puso sus manos sobre mi espalda,  aumentando el ritmo del beso. Entre besos ardientes los movimientos de sus caderas, que hicieron presión sobre mi intimidad,  me hicieron extasiar.
—¿Qué tal otra ronda?– propone seductora en mi oído. Como respuesta la besé.
Autora: 🔥🔥
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scubyrojo · 3 months
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Mermay 2024
Day 10- OC
Reto de la sirena
Piel: color fav (salmón)
Ojos: fruta fav (manzana)
Pelo: color de camiseta puesta (negro)
Cola: animal marino fav (pez payaso)
Arma: hermanos- arpón
Hijo unico- tridente
Day 17- Male Character
El personaje que he escogido es Lance de #Voltron
Au donde Lance es originario del Planeta Congelado, hogar de los Mer y es el último en unirse a la tripulación
Day 24- Female Character
El personaje que he escogido es Mora
Day 31- Confort Character
Y aqui tenéis el último Memay con Usopp como mi personaje confort💛
Me ha encantado participar en este reto 🫶
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7days · 1 year
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mi cama ✧ xiao dejun.
nombre: xiao dejun.
título: mi cama.
interprete: karol g.
palabras: 2030.
advertencia!: contenido sexual explícito. 
 la relación que habías tenido con kun terminó muy mal, el muchacho digamos que no te fue demasiado fiel, el hecho de que ya te engañara con dos chicas a la vez era como para alejarse, no lo odiabas, en lo absoluto, siempre supiste que él era así, alguien muy sociable, mujeriego y con esa tonta mentalidad de que nadie podía estar cerca de su novia, pero lo quisiste muchísimo, siempre te gustó.
lamentablemente kun se dio cuenta muy tarde de que tú le hacías falta en su vida, ahora nadie estaba en su casa esperándolo con la cena y luego a la cama, dispuesta hacer lo que le pidieran, así que te buscó, muchas veces, iba de vez en cuando a esperarte a fuera de la universidad o a la salida de tu departamento, intentando reconciliarse, aunque sin duda no hay vuelta para ambos porque mientras ése chico te rogaba para volver, había otro en tú habitación.
 xiaojun y tú se habían conocido de forma bastante común, ambos eran vecinos, su departamento quedaba justo en frente del otro, él trabajaba en un jardín infantil así que llegaba algo temprano a casa, comenzaron a pasar tiempo juntos cuando el edificio tuvo problemas de electricidad y él no tenía velas para acabar de revisar las tareas de sus pequeños estudiantes, así que fue contigo por si tenías algunas, pero resultó que aquella linterna enorme que conservabas en el armario ayudó mejor, esa misma noche ambos tuvieron sexo. la relación se dió fácil y es que dejun era guapísimo, demonios, había que ser una tonta como para dejarlo libre sin probarle los labios y la polla. así que empezaron a frecuentar cada vez más, tanto que muchas veces vinieron vecinos a quejarse del ruido de los dos.
después de una agotadora semana llegaste de la universidad cansada, estabas más que estresada con tanto proyecto y exámenes con los que debías cumplir, quitaste tus zapatillas, camiseta y te sentaste en el sofá por unos minutos para revisar el teléfono, tenías más de diez mensajes de tu ex novio preguntándote si podían salir e insistiendo en que tenía que ir a tu departamento a hablar puesto que se cumplía ya dos meses de haber terminado, por supuesto que ignoraste cada uno, no tenías intención de verlo de nuevo y empezar una discusión sin fin.
 te levantaste del sofá para ir al baño a tomar una ducha relajante, te cambiaste por un sencillo short negro y una camiseta grande y holgada de color gris, necesitabas estar cómoda después de tal largo día. fuiste a la cocina para prepararte un sándwich rápido, rodaste los ojos al ver que alguien te llamaba, contestaste de inmediato.
—(t/n), ¿por qué no respondes mis mensajes?.— preguntó con rapidez kun.
—oh, eres tú. no sé si ya notaste que no quiero verte, déjame en paz, no tenemos que hablar de nada. me dejaste muy claro que yo no era para ti.— respondiste de mala gana dándole un mordisco a su sándwich.
—ya sé que cometí errores, deberías darme una oportunidad para demostrarte que cambié.— suspiro con pesadez y el timbre sonó así que fuiste a la puerta.
—espera, alguien me busca. — hiciste a un lado el teléfono ignorándolo, abriste la puerta y te encontraste con un recién duchado xiaojun, su rostro se veía algo cansado así que él sólo besó tu mejilla sonoramente y entró sin si quiera pedir permiso.
—hey, preciosa, ¿estás ocupada?.— preguntó caminando hasta la cocina para robarte un vaso con jugo.
—¿i(t/n)!?, ¿con quién estás?.— alzó la voz sacando de trance a la muchacha y es que él de veía tan bien así, dios, la encantaba tanto.
—hablamos en otro momento. — dijiste finalizando la llamada, guardaste el teléfono y cerraste la puerta para ir detrás de tu vecino. reíste con diversión al verlo ahí de espaldas rebuscando un ramen instantáneo para preparar, moría de hambre y no ayudaba el que tenía que revisar más de cincuenta trabajos, planificar su semana, realizar más actividades y es que ser profesor era muy complejo, nada fácil, mucho menos cuando se trataba de niños tan pequeños. te acercaste a él mientras pasabas tus manos por su abdomen abrazándolo, apoyaste tu mejilla en su espalda y suspiraste. el contrario sonrió con ternura y dejó las cosas en la mesa para girarse.
—¿estabas hablando con kun?.— preguntó en susurro inclinándose un poco para esconder su rostro en el cuello tuyo y repartir unos cuantos besitos ahí, se quejó al recibir como respuesta un asentimiento de cabeza.— no se cansa, comienzo a pensar que yo debería hablar con él para que de una vez por todas te deje en paz, espero que ni siquiera se le ocurra venir a verte hoy o algo porque en serio necesito mucha atención tuya. — mencionó dejándote un casto beso en los labios.
 lo miraste fijamente luego del beso, subiste tus manos hasta sus mejillas para darle un par de acaricias en ésta, muchos días habías renegado en tener sentimientos hacía él, sólo te limitabas a decir que ésta relación era sólo pasarla bien y tener sexo, pero xiaojun, complicaba las cosas siendo de esa manera, tan tierno, amable y demasiado hermoso, te colocaste de puntillas para poder besarle de nuevo, él te acercó más a su cuerpo quedando pegados, cuando se separaron jadeaste de forma involuntaria, te sonrojaste de inmediato provocando que el contrario volviera a besarte con ternura.
—¿te parece bien si vamos a la cama a descansar?.— preguntaste mientras le dabas algunas suaves acaricias en el pecho, te acercaste un poco a él para besarle la barbilla con rapidez y tomar su mano, antes de que pudiera decir algo ya estaban camino a la habitación.—pediremos algo de comer y por mientras vas a relajarte en la cama.—
—uhm, ¿alguna forma en la que me ayudaras a relajarme?, pienso en una.— sonrió mirándote divertido y se recostó en la cama boca arriba con las manos en su nuca, cerró sus ojos por mientras que escuchaba como tecleabas en tu teléfono pidiendo una pizza lo más rápido posible.
—también tuve una semana agotadora, merezco atención. — hiciste un suave puchero, te colocaste a su lado de rodillas en la cama, deslizaste tus tibias manos por su abdomen y bulto en los pantalones, desabrochaste el botón y bajaste el cierre lentamente, lo ayudaste a quitarse la prenda por completo y para terminar dejaste su bóxer hasta los tobillos.
—no tienes ni siquiera que pedirlo, sabes que me gusta hacerte sentir bien, preciosa.— relamió sus labios y pasó su mano por tu nuca inclinándote hasta su miembro que comenzaba a erectarse ante los roces involuntarios.
tomaste su polla y la llevaste a tu boca para chuparlo de inmediato, tu lengua recorría toda la longitud hasta el inicio de sus testículos que además eran masajeados con tu mano libre, los gemidos bajos de xiaojun se escuchaban por toda la habitación y eso consiguió que tuvieras más ganas de hacerlo sentir bien, traste de meter toda su polla dentro de la boca golpeando el fondo de tu garganta, él agarró tu cabello para que no estorbara ante los movimientos rápidos de que le dabas, dejó que continuaras sólo por un par de segundos más hasta que te hizo a un lado dejándote sobre la cama con las piernas abiertas, suspiro bajo y se inclinó hasta quedar encima de tu vagina, la acarició con sus dedos y pasó su lengua por toda tu zona, gemiste al instante, la calidad y húmeda sensación era algo de lo que no te cansabas cuando se trataba de él. continuó acariciándote, pasaba sus manos por tus senos apretándolos y sus falanges por encima de tu monte de venus sólo estimulándote mucho más de lo debido.
 —ixiaojun! detente, oh, maldición voy a llegar.— alzaste la voz tan fuerte que él sólo se permitió reír y continuar, no iba a dejar ahí a medias de un orgasmo, su lengua te penetraba y absorbía todos los fluidos que salían de ti, cuando escuchó un grito chillón y un par de groserías más, supo que habías llegado al orgasmo, se levantó y te besó los labios por unos segundos, probándose mutuamente.
—ponte boca abajo y alza te bonito trasero.— ordenó con voz firme, pasó su mano por el cabello viéndote hacer lo que pedía, acarició uno de tus glúteos dándole un sonoro golpe que provocó un gemido de tu parte y que quedara la zona de color rojizo, mordió su labio inferior y abrió tus piernas.
agarró su miembro entre su mano y comenzó a delinear tu vagina de forma lenta y pausada, tal como era él, su glande acariciaba tus labios inferiores hasta que de un hábil movimiento entró en ti con fuerza, xiaojun gruño alto, te moldeabas tan bien en su polla que podría ponerla ahí sin más, sin embargo no era el momento, ambos deseaban algo rudo y duradero que comenzó a embestirte rápido. la cama golpeaba la pared, además mezclándose con el sonido de sus cuerpos chocar, oh, estabas pasándola tan bien.
 —¡sigue así!, mierda, te mueves tan bien.— gritaste y sentiste como es que el contrario pasaba su mano por tu cabello jalándolo hasta él para besarte los labios y el cuello descuidadamente.
—eres tan sucia, sólo piensas en que te folle duro. los vecinos van a quejarse de nuevo, no grites tanto. — te dijo en susurro y sonrió porque sabía que aunque te mencionara que guardaras silencio era imposible.
él siguió aumentando sus embestidas duras cuando de pronto sonó tu teléfono, frunciste el ceño sin prestarle atención, no ibas a contestar en un momento así pero el muchacho agarró tu teléfono y te lo dio.
—contesta, es kun, de seguro estará encantado de oírte gemir, preciosa, hazle saber que ya no necesitas a nadie más que a mi.—soltó tu cabello con delicadeza y colocó sus manos en tu cadera afirmándose un poco. asentiste a duras penas y colocaste el teléfono en voz alta, dejun disminuyó sus movimientos.
—¿(t/n)?, dios, acabo de llegar a tu departamento y escucho gritos, ¿está todo bien?, tus vecinos me dijeron que siempre era lo mismo.— kun habló con rapidez y tú sólo pudiste cubrir tu boca con la mano evitando soltar algún gemido.— ¿hola? ¿estás ahí?.—
—s-sí, estoy aquí, todo bien.— respondiste y cerraste los ojos al sentir que el chico comenzaba a tocar encima de tu clítoris haciendo círculos.— mis vecinos exageran, yo sólo estoy.— antes de que pudieras decir algo, él tocó tu punto dulce de una estocada con su polla.— oh, por dios, bebé, justo ahí.— gemiste de forma involuntaria, el mencionado no pudo evitar reír, te habías aguantado tan poco.— no puedo hablar ahora.— dijiste rápidamente colgando el celular sin importar las quejas que éste daba. te aferraste a las sábanas con la poca fuerza que te quedaba, cada vez que tocaba tu punto sentías esas cosquillad maravillosas en tu parte inferior, mordiste tu labio y lloriqueaste cuando estuviste al límite del orgasmo. ambos estaban algo sudados, con la respiración demasiada agitada, el segundo orgasmo de la noche golpeó tu cuerpo bruscamente y él se corrió dentro de ti, soltó un gran suspiro, sacó su polla con delicadeza notando como es que el semen salía de ti lento.
—lo hiciste tan bien, preciosa.— mencionó levantándose de la cama para ir por algo para limpiarte, en efecto, era toda una ternura. sólo que tocaron la puerta con fuerza y rápido, te levantaste colocándote tus bragas junto la camiseta de dejun, él en cambio sólo se colocó su pantalón de buzo holgado. ambos salieron de inmediato al escuchar que los golpes se hacían más rápidos y molestos, abriste la puerta algo molesta.
—si, si, ya abrí la puerta, ¿quién es?. — bufaste.
 sorpresa, habían cuatro vecinos ahí con mala cara, el chico de la pizza confundido de tanta gente y kun, sólo que él los miraba ofendido por darse cuenta que los gritos y golpes en la pared no era porque arreglaban el departamento o películas de terror, era algo más carnal y sexual.
 ustedes dos se miraron sonrojado, quizá, si tenías que considerar no ser tan ruidosa.
wattpad.
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paul-wagner-writes · 1 month
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Diario de emociones: 2# entrada - 18/08/24
1) Cualquier sentimiento que tengas, lo escribes y DESCRIBES emocional, física y fisiológicamente en el diario.
2) Presta atención a todo a tu alrededor y razona las cosas que veas. Si ves a alguien sin hogar, observa con atención su situación y razona sobre ello. Luego busca qué cosas de las que viste te hicieron llegar a las conclusiones.
Restaurante Piscomar - 23:37 - Sección 1:
No suelo salir de casa. Siento que he sido una persona ermitaña desde que sufro de mi TEPT, pero mi madre me propuso salir hoy a una tal «Fiesta de la Paloma» de la cual oí hablar hace dos días. Imaginaba que me encontraría con una celebración típica de Madrid, con las mujeres vestidas de flamenco y la música de los Hombres G tocando a todo volumen, pero carcajeé de la alegría —y de la sorpresa— al oír a Liz Padilla y la salsa de Tumbes. No creí que iríamos a un restaurante peruano, pero me encantó encontrarme con parte de mis raíces y, sorprendentemente, divertirme con un poco de música. No distingo entre la derecha y la izquierda cuando bailo, pero sonreí a cada paso que daba. La luna nos saludaba con su brillo, y entendí por qué me sentía tan acompañada: alguien me vigila desde las estrellas. Pienso en todas las veces en las que rechacé salir por la comodidad de los muros de mi habitación y, en definitiva, me entristece no haberme aventurado más seguido por las calles de Madrid; pero, ¡eh! ¡Al menos ahora ya salgo! Y debo seguir así.
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Restaurante Piscomar - 23:42 - Sección 2:
Por razones de privacidad, no tomaré fotos de las personas que veo por la calle. Me interesa un grupo de dos chicas que conversa. Están sentadas en una glorieta del tamaño de un auto, con dos vasos de plástico de cerveza y una botella de agua en el piso. Hoy es un día cálido —28 grados—, por lo que las dos visten camisetas ligeras de negro y faldas de color gris. Me gusta su estilo, pero me concentro en lo que hacen. Una —llamémoslo A— le presta un cigarrillo a la otra —B—, mientras que la otra sostiene el fuego. Sus cuerpos se inclinan en la dirección de la otra. B abraza sus rodillas, mientras que A las dobla. Sus miradas se cruzan fijamente, ajenas por completo a la música criolla o a los autos de policía que patrullan la glorieta. ¿De qué estarán hablando? Viendo que sonríen y carcajean entre dientes, me imagino que comentan las aventuras —y desventuras— que han vivido en sus vacaciones. Las clases para los de bachillerato comienzan en casi dos semanas. Tal vez A se fue a Segovia y se encontró con un grupo de motociclistas que la llevó a conocer la sierra española, o tal vez B se fue a su casa de playa en Cádiz y encontró a una surfista que le robó el corazón. Sea de lo que sea que estén hablando, se ven felices, y eso me alegra igual.
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izzakry · 3 months
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⚘ 𝐋𝐀𝐕𝐀𝐍𝐃𝐄𝐑𝐈́𝐀. ︧ alain toma por error la ropa de izzak ︡
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@dalahl ∕ como acostumbra, dividió sus prendas por colores. la variedad era mínima; blanco, negro, gris y tonalidades tierra. sin mencionar que se componían de telas sustentables. estilo de vida ecológico abarcaba cada ámbito de él, clasificando prendas antes de ingresarla a lavadora. sabía que tardará aproximadamente hora y media o dos dependiendo cantidad, capturando desde rabillo cómo alain en un descuido mezcló varias de las suyas con propias. aquello hizo reír a castaño, llamándolo amistoso.  ‘  hola, alain. lamento informarte que tienes cuatro de mis camisetas en tu poder. ‘  puntualizó con índice recayendo en lo mencionado, sobresaliendo debido a la poca familiaridad con las contrarias;  material textil y diseños. todo era distinto, observándolo entretenido.  ‘  ¿me las devuelve, por favor? cuando salgan de la máquina, por supuesto.  ‘  tarde se fijó en la situación. esperaba que no salieran manchadas, recogió sus favoritas.  ‘  ¿no entraste ningún color peligroso, cierto?  ‘ 
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lileuph-milkybanana · 6 months
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PARTE I
Invierno
Yoongi miró la oscura profundidad de su taza, el líquido dentro era negro y estaba tan espeso como el alquitrán. Tenía tanto vapor que sus lentes se empañaron. Olía a muerte, también, lo que realmente no ayudaba a creer que, supuestamente, era una poción curativa.
Se veía asquerosa.
—Se ve asqueroso—dijo Yoongi y levantó una ceja al ver como una burbuja enorme formada en la superficie se reventaba.
Su voz, demasiado baja y rasposa debido a su nariz congestionada y su garganta adolorida, sonaba graciosa incluso para él. Especialmente cuando sentía sus orejas como si tuvieran un montón de algodón en ellas. Todo se sentía apagado, demasiado caliente y demasiado asqueroso en general. No merecía tener una nariz congestionada, ojos lloros y músculos adoloridos.
—Insulta mi trabajo otra vez y podrás estar seguro de que será la última vez que salvaré tu trasero.
La mano de Hoseok tocó su frente y su mano estaba tan caliente que Yoongi quiso empujarla lejos. Aún no podía descifrar la magia que corría a través de las venas de Hoseok que lo hacía asquerosamente caliente y resistente al frío. Bastardo suertudo.
—Aún tienes fiebre—dijo, alejando su mano. La miró por unos segundos con leve disgusto antes de limpiarla en su camiseta. —Y estás sudando más. Tómatelo todo. No voy a mentir, sabe a mierda. Pero te sentirás mejor después de diez minutos. Quizás quince.
—¿Estás seguro que no te equivocaste como la última vez?
—Pedí perdón, ¿está bien? Además, ambos sabemos que te veías increíble con esa barba. Solo que eres demasiado tímido para admitirlo.
—Te llamaré otro día por si quiero que me crezca una cola o algo.
Habían unas cuantas burbujas de jabón con pequeñas llamas dentro de ellas flotando por la habitación. Yoongi todavía no sabía cuál era el propósito de ellas, pero Hoseok insistía en crearlas cada vez que lo visitaba. Decía que eran tiernas y que levantaban el ánimo. Lo que era cierto. Hasta que accidentalmente reventabas una con tu cara. Definitivamente menos tierno.
Se iluminaron un poquito más cuando Hoseok se rió.
—Siempre olvido que eres un idiota cuando te enfermas—dijo Hoseok, poniéndose su chaqueta. Probablemente ni siquiera la necesitaba cuando su cuerpo era suficiente para mantenerlo cálido. —¿Estás seguro que estarás bien? Es mejor que lo estés porque no quiero quedarme aquí por el resto de la noche. Tu casa es demasiado sombría en el invierno.
—Es encantadora— Yoongi sorbió por las narices—estoy ofendido.
En realidad, había algo encantador sobre su casa cuando mirabas más allá de los colores oscuros y el suelo viejo y chirriante. Pero el elemento más importante era la vista que le daba la bienvenida a Yoongi cada mañana. El bosque, con sus árboles altos, ahora cubiertos con nieve blanca, brillante y hermosa. Con pájaros que cantaban y lobos que aullaban en la noche. Con caminos hechos con los pasos de Yoongi. Tranquilo, pero animado con toda la vida a su alrededor.
—Lo que digas. Avísame si te sientes mejor. O si te crece un par extra de brazos—Yoongi captó la breve sonrisa de Hoseok antes de que desaparecía bajo su bufanda.
El suelo de madera sonó bajo los pasos de Hoseok cuando salió de la habitación de Yoongi y bajó por las escaleras. Yoongi terminó su bebida en un solo y asqueroso sorbo y suspiró. Se acurrucó en una pequeña bola de fatiga y mal humor, decidiendo que ya era hora de una merecida siesta.
Escuchó un sonido de unas patas suaves contra el suelo y Yoongi sintió cómo Gata saltó a la cama. Se tomó su tiempo para acomodarse, eligiendo un lugar junto al estómago de Yoongi y empujó su cabeza contra su mano impacientemente.
—Está bien, está bien—murmuró Yoongi cuando comenzó a acariciarla—¿estás feliz ahora?
Tomó su ronroneo como un sí.
Gata no era exactamente la gata de Yoongi. Aún así, se convirtió en una pequeña parte de su vida, incluso si sospechaba que le gustaba más su comida y tener un lugar cálido para dormir más que él. Su pelaje, negro desde la punta de la nariz hasta el final de su cola, la haría una gata perfecta para un brujo. A excepción de sus dos manchas blancas en sus patas frontales. Caminaba un poquito gracioso y la cicatriz en su oreja se sentía áspera, pero no era nada comparado con el montón de huesos rotos que era cuando Yoongi la encontró.
Yoongi estaba a punto de dormir cuando Gata levantó su cabeza abruptamente. Sus ojos se abrieron rápidamente.
Las luces flotando a su alrededor parpadearon una, dos, tres veces. Cambiaron de color, también, de naranjo a rojo y de rojo a morado y, entonces, las burbujas protegiendo la luz pop, pop, pop, desaparecieron. Yoongi se sentó derecho, sintiendo algo oscuro e incómodo revolviendo su estómago.
Entonces la puerta en el piso de abajo se abrió ruidosamente.
—Será mejor que vengas y veas esto. Rápido.
Escuchar la voz de Hoseok, incluso si estaba temblorosa, logró calmarlo un poco. Tragó el pánico que había comenzado a nacer en su garganta y salió de su cama.
—No me digas que te asustaste de la oscuridad de nuevo—dijo mientras bajaba las escaleras, pero al ver los ojos de Hoseok se calló.
Yoongi lo siguió hasta afuera, donde el aire estaba frío y podía sentirlo en sus huesos. Llenó sus pulmones con el olor del invierno y el hielo y la sangre que empapaba la nieve fresca, recién caída. Había algo tirado en el suelo, solo a unos pasos de él. Algo grande, negro y que respiraba.
—¿Eso es…? —comenzó a hablar Hoseok.
—Un lobo.
—Son extremadamente raros en donde vivo. Nunca había visto uno. ¿Y tú?
—Escuchado, sí. Primera vez que veo uno—respondió Yoongi. Ya se encontraba caminando hacia él, ignorando los balbuceos asustados de Hoseok.
La figura de su cuerpo se movía con cada respiro leve, arriba y abajo, arriba y abajo. Gemidos temblorosos y dolorosos perturban el silencio de la noche. Seis bocanadas de aire escaparon suavemente de su boca abierta antes de que Yoongi se arrodillara a su lado. Sintió su presencia y gruñó, pero estaba demasiado débil para ser una amenaza.
Yoongi estiró su mano y la puso en la herida que atravezada su estómago, tenía la piel cortada y abierta, su pelaje apelmazado por la sangre tibia. Podía sentirlo temblar bajo sus dedos.
—No voy a dañarte—susurró.
Presionó sus dos manos con más firmeza en su cuerpo y cerró sus ojos. Tomó un gran suspiro, lo sostuvo y lo dejó salir, susurrando el hechizo tan despacio, que solo él podía escucharlo. Sus manos, lengua y labios se movían fácilmente, recordando todas las veces que lo había hecho. Sintió la familiar sensación de la piel cerrándose bajo sus dedos, el olor de la sangre ya seca, escuchó sus gemidos apagarse y su respiración se volvió más estable.
El hechizo terminó y Yoongi quedó sin aire. Abrió sus ojos, sus párpados se sentían pesados y su visión estaba borrosa. Se forzó a sí mismo a moverse y logró pararse; todo el mundo giraba a su alrededor. Sentía como si sus piernas fueran a rendirse, sus rodillas repentinamente débiles al soportar su cuerpo. Intentó tragarse la pesada ola de náuseas y se tambaleó pero logró recuperar el balance antes de caerse. Respiró, dentro y fuera. Y otra vez, dentro y fuera, hasta que el aire frío aclaró su mente y agudizó sus sentidos.
—¿Estás bien?— la voz de Hoseok sonaba muy lejana.
—Estoy bien— respondió, cerrando sus puños manchados de sangre para que dejaran de temblar—ayúdame a entrarlo.
—¿Estás seguro que estarás bien?—Hoseok miró sobre el hombro de Yoongi al lobo tendido en el suelo que se encontraba al lado de la chimenea—es gigante.
Yoongi bufó. Estaba buscando en una estantería llena de botellas pequeñas de colores para encontrar una poción apropiada.
—¿Este cachorro gigante? he lidiado con cosas peores. Además—miró más de cerca una de las botellas, entrecerrando los ojos para leer lo que estaba escrito en la etiqueta— sané la mayoría de sus heridas. Solo necesito darle algo para que duerma en la noche y se irá en la mañana.
Hoseok arrugó su frente y presionó sus labios con duda— Parece más un joven sediento de sangre que un cacharro para mí.
—Eres demasiado dramático— se rió Yoongi— Ve a casa, Hoseok. La gente de tu pueblo te va a extrañar.
—Puedes sobrevivir un día sin mí.
Yoongi inspeccionó otra botella, la que estaba buscando. Era morada, el líquido adentro brillaba como una pequeña galaxia— ¿Estás seguro? la última vez eso no terminó bien.
Hoseok suspiró—Bien. Solo…cuídate.
—Sabes que siempre lo hago.
—Sí. Eso es lo que me preocupa—Hoseok miró una última vez al animal y Yoongi notó la duda en sus ojos.
—Nada en este bosque me ha herido nunca—dijo Yoongi— y él no lo hará, tampoco. Ve a casa ahora.
Yoongi se sentó junto al lobo, inspeccionándolo antes de estirar una mano para pasarla por sul pelaje negro y enredado. El lobo abrió sus ojos, solo un poco pero lo suficiente para que Yoongi viera el marrón de estos y el oro fuego reflejado en ellos. Su mirada se mantuvo desenfocada, mirando algo en la distancia.
—Quiero que bebas esto—dijo Yoongi, abriendo la botella—te ayudará a dormir y no sentirás dolor en la mañana.
Se la bebió toda en pocos, pequeños y lentos tragos. Yoongi continuó acariciándolo hasta que cerró sus ojos y su respiración se volvió profunda y estable.
—Gracias por no ser difícil.
Cuando Yoongi estuvo seguro que se durmió, se levantó y comenzó a caminar a su habitación.
Pero se detuvo. Se dio la vuelta. Tomó una manta del sofá y cubrió al lobo con ella. Si las suposiciones de Yoongi eran correctas, la manta sería útil en la mañana.
La manta si resultó ser útil. Funcionó bastante bien, cubriendo el trasero que le pertenecía a un hombre totalmente desnudo que se encontraba durmiendo en el suelo de Yoongi.
Parecía muy cómodo, incluso sin una almohada, mientras se estiraba con un pequeño suspiro, dándose vuelta para recostarse en su espalda. Era fornido, notó Yoongi, con músculos definidos y líneas suaves, pecho ancho y cintura estrecha. Era guapo, también. Unos mechones de su cabello negro y desordenado cubrían sus ojos. Los labios rosados, separados y las pestañas revoloteantes le otorgaban una sensación muy juvenil, casi sin encajar con la línea aguda de su mandíbula y sus cejas oscuras y fruncidas. Su piel tenía un bronceado como el verano, desvanecido, pero aún dorado en el sol de principios de febrero.
Y luego, habían cicatrices. La más grande y fresca estaba en su estómago, comenzando arriba de su ombligo y recorriendo hasta su corazón. Había otras por aquí y allá en sus brazos, más antiguas y ya sanadas. Pequeñas y blancas marcas adornaban sus muslos, una junto a la otra, un recuerdo de los filosos colmillos que las dejaron.
Yoongi carraspeó y el chico desnudo abrió sus ojos a regañadientes. Se sentó con otro suspiro y pestañeó unas cuantas veces antes de que estuviera lo suficientemente consciente para registrar a Yoongi apoyándose contra el marco de la puerta.
—Hola—dijo Yoongi, entretenido. Cruzó sus brazos sobre su pecho y esperó.
Unos ojos adormilados hicieron contacto con los de Yoongi y luego se abrieron al darse cuenta de donde estaba. Miró alrededor nervioso antes de mirarse así mismo y luego a Yoongi. Se sonrojó desde su cuello hasta la punta de las orejas, y torpemente envolvió la manta a en su cuerpo. Se puso de pie, tropezando con sus pies en el proceso.
—¿Quieres tomar desayuno o…? —bromeó Yoongi, mientras el chico pasaba corriendo a su lado para salir.
Todavía había algo muy animal en sus pupilas dilatadas y sus movimientos rápidos y nerviosos. Se paseó en círculos incómodo, pasando su peso de un pie a otro antes de que Yoongi, amablemente, le señaló la puerta. La abrió y con un fuerte golpe y en menos de veinte segundos después de despertar, se fue.
Yoongi llevó sus pies al porche, escondiendo un bostezo atrás de su mano. Recogió la manta que el chico dejó atrás y suspiró, quitándole la nieve. Desde donde estaba, vio las huellas en la nieve que repentinamente cambiaron a patas, dirigiendo directamente al bosque.
—De nada—murmuró.
***
Las semanas pasaron y Yoongi no volvió a ver al chico lobo otra vez. Escuchaba aullidos en la noche y a veces sentía un par de ojos mirándolo desde la oscuridad, pero nada más que eso.
Hasta el día en que encontró un pato muerto afuera de su puerta.
Lo miró por unos segundos hasta que notó unas huellas de patas en la nieve que se le hacían familiares. No necesitaba un pato muerto. Es más, se sentía mal por él. Después de considerar un entierro, decidió dejarlo en el bosque para que alguien más lo encontrara.
Después encontró una paloma, otro pato y unos cuantos peces, todos muertos. Yoongi comenzó a temer abrir su puerta, con miedo de encontrar otro cadáver allí. Los volvió a dejar en el bosque, esperando que alguien que tuviera más necesidad de ellos lo encontrara.
Después de su último regalo, una trucha que hizo contacto directo son sus ojos de pez muerto (lo quemó) decidió consultar con alguien. Se dirigió a una arroyo que fluía no muy lejos de su casa en busca de algún tipo de ayuda.
—¿Jimin? —escuchó una risa familiar pero ninguna respuesta— Vamos. No tengo tiempo para jugar a las escondidas contigo.
El agua salpicó y una cabeza salió a la superficie.
—Hey—dijo Jimin, empujando su cabello mojada lejos de su frente.
Jimin, una ninfa, delicada e intocable como la misma agua. Su cabello era dorado y brillante, su cuerpo suave y de alguna forma transparente. Tenía tanta inocencia en su dulce sonrisa que distraía de sus ojos oscuros y que siempre tramaban algo. Y con una voz tan hermosa como fatal para algunas almas desafortunadas.
Jimin nadó hasta el bando nevado y descansó sus brazos ahí. —¿Pasa algo?
—Necesito tu ayuda.
Los ojos de Jimin se entrecerraron. —¿Y qué obtendré a cambio?
Yoongi debió haberlo sabido. Incluso si Jimin era encantador, raramente hacía cosas gratis. Yoongi chasqueó su lengua y respondió, —La satisfacción de haber ayudado a un amigo.
La expresión de Jimin se tornó increíblemente aburrida y parecía estar listo para volver bajo el agua. —Estoy un poco ocupado ahora, así que…
—Bien—suspiró Yoongi. Arrugó su nariz al pensar en todos sus muebles mojándose, pero no es como si tuviera otra opción— Un día en mi casa. ¿Qué tal eso?
—Tres.
—El hechizo sólo puede mantenerte lejos del agua por 24 horas. Lo sabes.
Jimin levantó una ceja. —Aún creo que es una excusa muy conveniente que inventaste. Pero está bien. Día, noche y una buena cena entre medio.
—Tú no comes.
—Soy bueno pretendiendo.
—Trato hecho…¿Me escucharas ahora?
Puso su mentón en su mano y sonrió dulcemente. —Por su puesto.
Yoongi se agachó para estar más cerca de Jimin y bajó el tono de voz. —Alguien ha estado dejando animales muertos en mi puerta.
Jimin lanzó su cabeza hacia atrás en una risa ruidosa y chillona, sus ojos se arrugaron tanto que casi desaparecieron. —Pero tú no comes carne—se las arregló para decir entre risas— ¿Siquiera sabes quién es?
—Sí. Un hombre lobo que salvé hace un tiempo.
Jimin silbó. —Mírate. Recibiendo regalos de tu novio lobo sin decirme nada antes.
Yoongi pasó su mano por su cabello y se preguntó por qué pensó que esto sería una buena idea. Ya podía sentir el principio de una jaqueca comenzando en la parte trasera de su cabeza.
—Ni siquiera lo conozco. Estaba sangrando frente de mi casa así que lo entré. Después despertó desnudo en mi piso y escapó sin decir nada.
—¿Y te preguntas por qué quiero pasar tiempo en tu casa? Escúchate. ¡Tienes hombres lobo desnudos durmiendo en tu piso! ¿Sabes qué pasa aquí? Nada. Todo lo que obtengo es un lobo intentando atrapar un pe- —los ojos de Jimin se abrieron excesivamente y sus labios formaron una O perfecta —Oh…
—Estaba por preguntar si lo viste.
—Sí, como hace un día. Si crees que un humano en el hielo es gracioso, debiste haber visto esto. Fue valiente, sin embargo, realmente quería darte esos peces.
Yoongi se sintió mal por un momento. No es que no apreciara esta forma de decir gracias. Es sólo que preferiría algo que no tuviera tanta muerte.
—Esperalo una noche y dile que no comes carne—dijo Jimin después de un momento. Hizo pequeñas bolas de nieve y las tiró en el agua para mantenerse ocupado mientras pensaba. —Pídele algo mejor a cambio. Lo salvaste, después de todo.
—No quiero nada a cambio—murmuró Yoongi— pero gracias.
—No hay problema. Por cierto—la expresión de Jimin se tornó astuta— ¿era lindo?
Yoongi se puso de pie y quitó el polvo de su ropa. Envolvió su bufanda un poco más alrededor de su cuello y metió sus manos en el bolsillo de su abrigo.
—Volveré mañana para que vamos a mi casa. Nos vemos.
***
Yoongi vio al hombre lobo una semana después, cuando estaba a unos pasos de la puerta de Yoongi. El contorno de su espalda tenía un tenue resplandor azul bajo la luz de la luna. Una capucha cubría su cabello y sus manos estaban metidas profundamente en los bolsillos de su chaqueta gastada y remendada.
—Hombre lobo desnudo—dijo Yoongi.
El chico se sobresaltó y se dio vuelta para enfrentarlo. Parecía irritado, empujando su lengua contra su mejilla y presionando sus labios como si estuviera considerando no contestar. Aún había algo frágil sobre la curva de sus labios, pero ya no parecía vulnerable, pues todas sus rasgos suaves estaban escondidos detrás de un escudo de ceño fruncido y sus ojos oscuros y serios.
Cambió su expresión a una neutral cuidadosamente antes de responder. —Es Jungkook, de hecho.
Yoongi se dio cuenta de que era la primera vez que escuchaba su voz. Era un sonido placentero, cálido, a pesar de lo distante que era Jungkook.
—Soy Yoongi—dijo, aunque no sabía si a Jungkook le interesaba.
Había una pequeña bolsa en los pies de la puerta de Yoongi. Jungkook debió notar la vacilación de Yoongi porque volvió a hablar.
—No es un pájaro muerto, no te preocupes. Me di cuenta que no eras un fan de eso—hizo un pequeño puchero.
Cuando Yoongi abrió la bolsa, fue golpeado por un aroma fresco de hierbas proveniente de adentro de la esta. Miró con cuidado y notó que habían unos cuantos tallos verdes con pequeñas hojas, atados cuidadosamente con una cinta.
—Romero. Alguien me dijo que era bueno para los resfríos— dijo Jungkook. Su tono aún era indiferente pero se permitió sonreír—parece que te enfermas seguido.
Comenzó a darse la vuelta pero se detuvo en último segundo. Se tensó un poco antes dedecir hablar de nuevo, su voz sonaba débil y más insegura que antes.
—Gracias. Por lo de la otra noche, me refiero—sonaba como si tuviera que forzar las palabras salir de su cuerpo, cada una de ellas estaba separada por una pequeña pausa— Y um. Perdón por los problemas.
—No te preocupes. Gracias por tus…regalos.
Jungkook asintió y se relajó un poco. Yoongi lo miró por unos momentos mientras se alejaba y el sonido de la nieve bajo sus botas se vuelven más y más distantes.
—Jungkook—lo llamó Yoongi antes de que Jungkook desapareciera entre los largos árboles.— ¿Qué te sucedió esa noche?
Jungkook se encogió de hombros— No a todos les agradan los lobos.
Dio unos pasos más hasta que Yoongi no pudo verlo más, su silueta perdida en la oscuridad del bosque.
***
Jungkook no volvió a aparecer después de esa noche pero había signos de él en el bosque. Sus patas marcadas en la nieve, a veces solo, a veces junto a las huellas de otro lobo. Gotas de sangre, un camino de gotas rojas que llevaba a los huesos, piel y las plumas de lo que quedaba de sus presas. A veces huellas, una señal de botas pesadas que vagaban entre los árboles que Yoongi no intentó seguir.
Fue solo por casualidad que Yoongi vio a Jungkook durante una de sus usuales caminatas. Incluso desde la rama en la que estaba sentado, grande y lo suficientemente baja para alcanzar, pudo ver que había algo raro en la forma que caminaba.
—¿Algo mal con tu pierna? —preguntó Yoongi, tan pronto como se acercó. Jungkook se sobresaltó con sorpresa, se detuvo y miró confundido antes de encontrarlo.
—Estoy bien— cambió su peso para pararse normalmente pero apretó sus dientes con dolor— no es nada.
—¿Así que cojeas por diversión?
Jungkook cruzó sus brazos sobre su pecho y suspiró. Claramente se ve reacio a hablar—salté.
—¿Saltaste? — preguntó Yoongi, entrecerrando sus ojos.
—Y tuve un aterrizaje de mierda.
—Podría ayudarte con eso—propuso Yoongi, antes de poder recordar que no era nada de su incumbencia.
Las mejillas de Jungkook se veían pálidas, todo el color de su cara desapareció excepto por su nariz rosada. Tenía ojos cansados, como si no hubiera estado durmiendo bien. Sus manos agarraban la manga de su chaqueta tan fuerte que sus nudillos estaban blancos.
—Te dije que no es nada—la voz de Jungkook sonó débil y forzado, por lo que Yoongi decidió que era un buen momento para dejar el tema.
—Claro. Sabes dónde encontrarme en caso de que cambies de opinión.
Yoongi esperó hasta la mañana para escuchar un suave golpe en la puerta. La abrió y se encontró una expresión de pura derrota en la cara de Jungkook.
***
No es como si Jungkook visitara la casa de Yoongi seguido pero estaba más ahí. Y de sus visitas ocasionales aprendió dos cosas.
Una - Jungkook se lastimaba seguido. Yoongi no sabía si eso era una cosa de hombres lobo o una cosa de Jungkook. Quizás una combinación de ambas. No era nada demasiado serio, un tobillo esguinzado, músculos desgarrados, algunos cortes por aquí y por allá. Usualmente terminaba con una jaqueca para Yoongi. Nada que no pudiera manejar.
Y dos - algo que Yoongi leyó como arrogancia, resultó ser simplemente timidez.
Con Jungkook las cosas eran simples. Venía, siempre com la misma expresión renuente, y se iba en cuanto Yoongi terminaba. Respondía las preguntas de Yoongi cortésmente pero siempre respuestas de una sola palabra. O varios gruñidos, era bueno con esos. Sacudiendo su cabeza, especialmente en días malos. Pero ya que Yoongi tampoco se llamaría una persona conversadora, no le importaba realmente.
Es por eso que Yoongi hizo una nota mental la primera vez que Jungkook le dijo algo más. Comenzó una conversación, incluso.
—¿Cómo está tu resfrío?
Tomó a Yoongi por sorpresa, al punto que se detuvo a la mitad de envolver una venda alrededor de la muñeca de Jungkook. Su mano se quedó ahí, inmóvil, por unos cuantos segundos antes de recordarse que sería cortés responderle.
—¿Ignorando el hecho de que no puedo oler o sentir nada? Estupendo.
—Umm…—dijo Jungkook, en una manera en la que Yoongi aprendió significaba comprensión, y volvió a su previa ocupación, la cual era mirar el piso.
—¿No tienes nada aquí que pueda ayudarte? — Jungkook dijo otra vez, después de lo que se sintió como una hora. —Considerando que sanas…y todo eso—señaló las pequeñas botellas de pociones coloridas y ungüentos que yacían en la mesa — quiero decir, viendo todas esas cosas, debes ser invencible o algo por el estilo.
Yoongi solo bufó —no es tan fácil.
Jungkook tomó aire, listo para decir algo más, pero al final no lo hizo.
Se sentaron en silencio luego de eso hasta que Yoongi escuchó un familiar ruido sordo en la cocina. Pronto, Gata apareció en la habitación, pero se detuvo y su cuerpo se tensó cuando vio a un extraño.
Se acercó a Jungkook lentamente, inclinándose para oler su pierna. Finalmente, maulló y acarició su cabeza contra su pierna.
Solo entonces Yoongi notó como la expresión inaccesible de Jungkook se rompió y una sonrisa iluminó su rostro.
—¿Puedo hacerle cariño?
—Claro—se encogió de hombros Yoongi— si ella te deja.
Jungkook estiró su mano pero no se atrevió a tocarla hasta que ella terminó de olerla. Antes de que pudiera hacer cualquier movimiento, la gata chocó su cabeza contra su mano, instando a acariciarla. Jungkook se rió y Yoongi sintió que se había estado perdiendo ese sonido.
—¿Cuál es su nombre?
Yoongi se sintió un poco estúpido antes de carraspear y responder —Gata.
—Wow—resopló Jungkook— que original.
—Y práctico—Yoongi miró como la expresión de Jungkook se volvió de asombro cuando Gata le permitió acariciarla bajo su barbilla. —no sospechaba que te emocionarias tanto por un gato.
—Es porque es la primera que no huyó de mí.
—Claro—dijo Yoongi. Escuchó como Jungkook intentó esconder una risa cuango Gata lamió su mano. Por un segundo, se olvidó de los lobos, de colmillos lo suficientemente filosos para partirlo por la mitad, de la nieve cubierta con sangre, y se preguntó: ¿por qué alguien querría huir de él? —Siempre ha sido un poco diferente.
Lentamente, una palabra se convirtió en frases cortas, que luego comenzaron a ser más y más largas, hasta que finalmente desarrollaron algo que podía ser llamado diálogo. Mayormente enfocado en el mismo tema, el cual era formas creativas en las cuales Jungkook se lastimaba, pero aún así. Un diálogo. Una conversación real entre dos seres. Nunca sobre algo personal, pero a Yoongi no le importaba. Era sorprendentemente agradable, de todas formas.  
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rubimoon45 · 1 year
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EL RUIDO DEL RELOJ -Hobie Brown x Reader
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CAPÍTULO 7: Cosas de hippies
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CAPÍTULOS: PRÓLOGO, CAP1, CAP2, CAP3, CAP4, CAP5, CAP6,
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Verano del 2023, 10 de Agosto EN CASA DE HOBIE BROWN Hora: 16:21
Ese había ido a casa de Hobie sin ninguna razón. Esa fue la misma excusa que había tenido ayer... Y los días anteriores. Quizás el apartamento tuviera algo que la incitase a ir, a parte de ser un buen sitio para plasmar sus dotes artísticos. La calle entera estaba llena de graffitis.
Estaba tumbada en su cama mientras él trasteaba en el suelo con algunas cosas. Había revistas nuevas a su alrededor, y la misma pila de estas había cambiado de sitio. Khristina estaba boca abajo en la cama leyendo una. El estilo era diferente, con muchos colores y estilos caligráficos agresivos pero llamativos. No era una de las revistas que por ejemplo tendría su madre en el salón para cuando se aburriera, o las de ecologismo de su padre.
Estaban solos en la casa. La guitarra de Hobie estaba apoyada en la pared al lado del traje de superhéroe.
-¿Dónde está Gwen? -había preguntado al llegar. Fuera hacía calor y cuando tocó el timbre los altavoces estaban ardiendo. Hobie le había abierto igualmente vestido de negro y con el apartamento como la segunda morada del diablo.
-Haciendo cosas de chicas -se había limitado a responderle, y luego la había besado para llevarla a la cocina.
Hobie había cogido la fea costumbre de besarla en cualquier situación y luego no responder cuando se le quedaba mirando con sorpresa. En esos días, no habían hablado de ni de los ocurrido en el tejado porque aún era un tema reciente o su primer beso en el local donde solían tocar. Se habían dedicado a verse por las tardes en su apartamento y cuando a ella no le tocaba trabajar por los cambios en la administración que estaba pasando la jefatura de la cafetería y a quedarse hasta tarde. Sus padres no habían hecho ninguna pregunta, si es que sospechaban de que algo en la vida de su hija hubiese cambiado. Que lo dudaba.
-Pensaba que el punk había nacido en Estados Unidos -comentó, pasando de página y apoyando la cabeza en la otra mano.
-Clásico del pensamiento normi.
-Ni que te estuviese insultando.
-A mí no... -pero el grito sorprendido de Khristina, un poco más exagerado de lo que pensaba, lo detuvo.
Khristina se inclinó sobre el otro costado.
-¿Esta era Vivianne Westwood de pequeña? Mi madre dice que siempre ha sido así.
Khristina se siguió leyendo el artículo. Tenía el pelo recogido en una coleta que se abría por lo ancho de su espalda, como un abanico. Hacía calor, el suficiente como para que ella, que siempre llevaba el pelo por la cara, se lo recogiera. Iba en camiseta de tirantes y en unos pantalones abombados que había robado del armario de su madre. Resultaba que tenía la misma talla que ella cuando era joven.
La habitación estaba igual que los últimos días: a oscuras, con una poca luz entrando por las cortinas. No había visto la habitación a la luz de sol nunca, y esperaba no hacerlo. Quizás las cosas cambiasen al hacerlo. Aunque no sabía el qué, quizás uno de los pósteres o alguna cosa más. Llevaba días pensando en la posibilidad de que el piso estuviera así de oscuro por sus propias habilidades, las que la mordida de aquella araña pudiera haberle pasado; había leído algo de que las arañas eran ciegas y veían mejor en entornos oscuros, o algo así.
-¿Son telarañas de verdad? -le había preguntado cuando lo vio un día que había llegado a su casa al poco de que él lo hiciera, y lo viese con el traje aún puesto.
-¿Eso? Nah, un chisme que me ayuda -le dijo. Y había disparo un chorro grueso de telaraña contra la pared-. Pero hace cosas chulas.
-No voy a confiar en ti la próxima vez que me atrapes.
Lo había dicho enserio. Quitarse esa cosa era peor que luchar contra la pintura seca. Pero él solo se había dedicado a reírse y a tomarla de la muñeca para que entrase antes de que algún vecino empezase a cotillear. Y la había estado besando un rato más largo en el sofá.
Esa fea costumbre se extendía a todos los hábitos. Si por él fuera, podría haberse quedado a dormir en su casa solo para seguir besándola. A veces pensaba que la molestia que Hobie sentía cuando le decía que tenía que irse se alargaba hasta el día siguiente que e enviaba un mensaje preguntando si iba a pasarse por su casa o tenía que descubrir dónde vivía ella. Obviamente, prefería ir a un sitio que ella ya conocía que dejarlo entrar en su casa, a unas callas de donde estaban.
Khristina miró hacia su teléfono, tirado en la otra punta de la cama, y se estiró para agarrarlo.
Llevaba más tiempo de lo que pensaba al mirar la hora, y sus padres podrían castigarla si llegaba tarde a lo que ellos llamaban una reunión familiar de urgencia. Claro, que eran solo ellos tres y las noticias siempre tenían que ver con algo de la economía del hogar y las tareas. Pero esta vez lo habían dicho de una forma que parecía más urgente que tratar quién iba a lavar los platos después de comer y qué recortes se iban a hacer en casa.
-¿Vas a hacer algo esta noche? -preguntó de repente Hobie. Había dejado de jugar con lo que tenía entre manos y la miraba por encima del hombro en una mirada perezosa-. Mi grupo toca esta noche, por si quieres pasarte.
Khristina lo miró sorprendida. No habían hablado del grupo o de invitación espontáneas en lo que llevaban viéndose juntos. ¿Por qué sacar el tema ahora?
-Mis padres quieren hablar conmigo, y después voy a tener que hacer unas cosas -le respondió-. ¿Va a ir Gwen?
-Ni pajolera.
-¿Y eso qué significa?
-Estará besuqueándose con su chico maravilla o liándola con Pav contra los británicos. Son unos frikazos.
Khristina puso los ojos en blanco. Ese idioma en código morse la empezaba a enfadar, sobre todo a medida que avanzaba y la miraba como si fuera una tonta. Y no lo era. Khristina se bajó de la cama y empezó a ponerse los zapatos.
-¿Ya te vas? -preguntó esta vez.
-Sip, tengo que ir a besuquearme con un chico maravilla y luego atender unas cosas. Ya sabes, cosas de gente que trabaja.
No pensaba decirlo de la forma en la que salió, pero ya era tarde. Que sonase tan borde no estaba en sus planes. Hobie se había girado por completo hacia ella y le devolvía una de sus miradas perezosas y silenciosas. Khristina ya se había terminado de calzar cuando ambos se levantaron al mismo tiempo.
-Ten cuidado al volver a casa. Seguramente esta noche haya una manifestación contra la policía.
Khristina lo miró a los ojos. Él también se estaba calzando.
-¿Por qué?
-Tú ten cuidado.
Seguramente fuese el momento de ir a hacer alguna patrulla por la ciudad o sabe Dios qué conociendo a Hobie. Podría estar preparándose para dar otro concierto de los suyos, uno al que no podría ir. Tampoco es que le gustasen esos sitios, y menos con la violencia policial delos últimos días, pero le hubiera gustado acompañarlo. Praa verlo. Para estar con él. Incluso para besarlo aunque no fuese esa clase de tíos.
Mientras él recogía algunas cosas de la cómoda y se las guardaba en los diminutos bolsillos de los pantalones, Khristina lo observaba de reojo tímidamente. ¿Acababa de discutir con él? Siguiendo en silencio, vio cómo hacía el ademán de agarrar algo y más, pero al final lo dejaba ahí y se daba la vuelta.
Dándose cuenta de que ella seguía ahí, no se molestó en sorprenderse y se puso a su altura. Khristina pensó que iba a volver a besarla, pero le sorprendió el que echase la cabeza hacia delante junto con el peso de su cuerpo. De un momento a otro, Hobie estaba de pie encima de la cama y estaba luchando contra las cortinas y el cerrojo de la ventana. Cuando consiguió abrirla y la luz entró, así como los sonidos de la calle.
-Luego hablamos.
-Podría bloquearte.
Hobie arqueó una ceja retándola, pero no dijo nada. Simplemente se dignó a pasar una pierna por el alfeizar y a apoyarse en el muro. Khristina se aferró al bolso que colgaba del hombro. Con medio cuerpo fuera del edificio y medio cuerpo dentro, Hobie se pasó la mano por el los rizos gruesos y oscuros de su melena. No cabía duda de que tenía herencia africana, aunque su acento británico detonaba otra posible procedencia inicial. Sus rasgos, sobre todo el grosor de su nariz y labios carnosos, no eran los clásicos y "puros" estadounidenses.
-Cuando termines de besuquearte con ese chico dime cómo es ese tipo y si es un hippie frikazo de esos -empezó a decir, sonriendo con sorna, consiguiendo que Khristina se pusiera roja-. Yo también quiero conocerlo.
-Imbécil.
-Cierra la puerta cuando salgas.
-No me...
Pero Hobie ya se había ido, cerrando la ventana en el camino. Se quedó sola en esa casa oscura y llena de vergüenza. Khristina se mordió el labio, pero prefirió no pensar en ello más de lo necesario.
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EN CASA DE KRHISTINA SALVATORE Hora: 17:07
Su apartamento estaba unas calles arriba y a la derecha del bloque de Hobie, y en una zona residencial algo mejor. Siempre había vivido en el mismo apartamento desde que sus abuelos les prestaron dinero a sus padres para tener un sitio en el que vivir.
Se trataba de un tercero con ascensor, pero nunca lo cogía; no desde que era pequeña y se cansaba más rápido. Cuando era más pequeña había estado asustada del vecino del segundo, un señor no tal amable y que asustaba a los niños del edificio, pero ahora que estaba muerto y su mujer llevaba la casa las cosas habían cambiado. Cada vez que se quedaba sola en casa la mujer llamaba a su puerta preguntando si necesitaba algo. Siempre. Era una buena mujer, la recordaba con cierto cariño, más que a su esposo.
Eso no excusaba, sin embargo, que sus padres pasasen tanto tiempo fuera de casa. Incluso cuando era una niña, había periodos en los que se quedaba con sus abuelos, que venían desde la otra parte de la ciudad solo para cuidarla y vigilarla hasta que apareciesen. Una vez, temiendo que pudiera estar viviendo en el mismo edificio que unos padres que actuaban sin serlo, una de las vecinas había llamad a los servicios sociales. Khristina no recordaba mucho de eso, solo lo suficiente; estar sentada con una mujer negra que le hacía preguntas y luego le insinuaba dibujar a su familia, su vecina dándole de comer, ...
Ahora que tenía a sus padres delante, en su diminuta habitación guardando ropa del armario a una maleta pequeña, su madre se encargaba de demostrar lo contrario. O más o menos eso. Su padre doblaba la ropa la metía en la maleta, mientras que su madre la sacaba del armario, inspeccionaba y se la pasaba.
-¿Desde cuándo los abuelos tienen abogado? -preguntó en cierta parte sorprendida, pensando que era una locura que unas personas tan mayores como sus abuelos tuviera contacto con esa clase de élite.
-Desde que el banco les reclama más dinero del que han contribuido como ciudadanos.
Khristina, que siempre había pensado que sus abuelos maternos, que vivían en otro estado, eran las personas más irónicas del mundo. Literalmente, eran las personas más graciosas del mundo. Ahora comprendía por qué habían dejado que su hija se marchase a Nueva York a estudiar y aceptasen esa corriente pacífica y criticada en su tiempo. Y luego estaban sus abuelos paternos, que vivían en Brooklyn y la llamaban para cenar todos los findes de semana que podían.
-Entonces...¿Puedo hacer una fiesta?
-Ahora mismo, no -dijo su madre después de un rato de silencio. Khris supo que en otro momento hubiera aceptado, aunque con unas condiciones.
-Hagas lo que hagas, no tientes a tu suerte, cariño -indicó su padre, y Khris levantó las manos indicando que se rendía.
Su madre se acercó a la cómoda en la que tenían una foto de la familia, un dibujo hecho por Khristina cuando estaba en prescolar y un jarrón pequeño con una flor de plástico. Empezó a sacar ropa de los primeros cajones.
-¿A qué hora tienes la cita en el médico? Podemos acercarte de camino.
-En un rato. No importa, puedo ir sola. Alexia hoy no tiene entrenamiento.
En realidad, no lo sabía. Alexia siempre cambiaba de planes en el último momento, pero nunca respecto al baloncesto. Era capaz de ir con un pierna rota. Solo sabía que quería estar sola cuando llegase al hospital después del tiempo suficiente para haberse mentalizado ante las respuestas del médico. Había ido hacía unos días a que le sacasen sangre y a unas pruebas más con la excusa de que ya tocaba una analítica. La verdadera razón era aquella "alucinación", como lo llamaba ella a ese momento en el que la cara se le puso gris,
-Pero...¿te sientes bien? Es decir, mejor que hace unos días. No has vomitado ni nada por el estilo.
-Sí -respondió así a todo.
-Me alegro mucho -respondió su padre, metiéndose nuevo en la conversación y volviendo a lo suyo al poco tiempo.
Khris se cruzó de brazos y recostó el hombro contra el marco de la puerta. Estaba preocupada por lo que pudieran decirle. Si era una enfermedad mental, del palo de la esquizofrenia o relacionado, no podría seguir conduciendo y tendría que dejar el carné de conducir aparcado, nunca mejor dicho. Y si era física, lo mismo, pero también tendría que ver sus próximos planes de futuro...jodidos.
-Quizás sea el estrés del trabajo y de la universidad. Pronto vas a volver, ¿no?
Aquella inquisición le dejó claro que, por encima de ser su madre, seguía sin saber lo que realmente estaba haciendo su hija cuando salía de casa. Khris suspiró, pero dijo por rebote:
-Seguramente sea eso.
-Sí -su padre sonrió, y Khris se obligó a hacer lo mismo.
Pero realmente no había una respuesta clara. Lo único que estaba claro en todo eso, es que Hobie y ella estaban enfadados y que sus padres iban a dejarle la casa sola unas cuantas semanas.
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EN EL HOSPITAL
Hora: 17:49
Khristina se había roto una vez el tobillo. Lo había hecho jugando en el recreo con sus amigas, las anteriores a Alexia. No recordaba cómo, pero sí el espinazo de dolor y el ruido de su hueso por debajo de las risas de sus amigas pensando que estaba exagerando. Hasta que vieron que no lo estaba haciendo y empezaron a llorar con ella.
Sus padres habían estado con ella ates y durante el postoperatorio cuidándola, y sus abuelos habían ido desde Brooklyn a cuidarla. Fue el momento de familia que guardaba con más cariño, irónicamente al momento en el que estaban. Aunque sus abuelos de Minesota se hubiesen enterado una semana después para no atosigarlos a aparecer en el hospital montando un pollo y llamando a su nuero inútil.
Estaba sentada en el despacho de su médico de cabecera, esperando en silencio mientras veía los dibujos que los niños que se curaban gracias a él le regalaban pegados a la pared, cuando este apareció. Olía a limpieza y a lejía.
-Tus analíticas están bien. El azúcar un poco por encima de lo normal, pero lo demás podría decirse que está todo bien. Genial. No hay nada malo.
-¿Habría de haber algo malo?
-Cuando el paciente pide tanto una analítica de sangre... Sí.
Khris se puso roja, pero lo disimuló frotándose las manos y carraspeando la garganta.
El chico sonrió, y giró la pantalla con su expediente médico para que pudiera verlo. Para ella fue lo mismo que ver un cuadro abstracto explicado por el propio autor; números y letras mezcladas sin relación aparente.
-Tu expediente médico está impecable, a parte de esa ruptura de tobillo y las enfermedades leves que cogen los niños. Eres joven, estás sana. No tendrías que preocuparte por nada.
-¿Y si es mental?
-Si fuese algo mental el psicólogo de tu instituto hace dos años lo habría informado a tus padres y no estaríamos perdiendo el tiempo con eso -giró la pantalla de nuevo hacia él, y clicó en algún sitio que solo él pudo ver. Con una mueca en los labios, el médico que la atendía dijo-: Aunque quiero hacerte unas pruebas más. Tus hormonas... ¿Cabe la posibilidad de que estés embarazada?
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elbiotipo · 2 years
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Fotos de la vida de Marcos Vásquez, un pibe cualquiera en la Argentina del año 2143... (Parte 1)
[17/2/2124]
[Una foto de un chico de cabello lacio y negro, ojos marrones oscuros y piel bronceada, sonriendo, con una camiseta de River Plate, detrás de una torta de cumpleaños con una vela en forma de número 4. La foto está tomada dentro de un invernadero con estantes de vegetales y peceras acuapónicas. En el fondo, crecen enredaderas floridas y se nota una casa antigua, típica del Gran Buenos Aires.]
Feliz cumpleaños Marquitos de mi vida! Mamá te quiere tanto!
-Marisa Vásquez [17/2/2124]
Este seguro juega para River! Feliz cumple hijo!!!!
-Santiago Vásquez [17/2/2124]
[13/6/2125]
[Una foto del interior del Estadio Monumental. Una telaraña antipatógena azulada cubre el techo del estadio. Dos hermanos, de más o menos 5 y 8 años, con camisetas de River y mascarillas que les cubren toda la cara, sentados en frente de una carpa de emergencia, saludan, con muy poco entusiasmo, a la cámara. Detrás de ellos, en las gradas, se ven incontables camillas, carpas de emergencia y una multitud de personas, muchas de ellas en trajes hazmat.]
"Cuando era niño, y conocí el Monumental, me quedé mudo... me aplastó ver al gigante... de grande me volvió a pasar lo mismo..."
-Marcos Vásquez [14/6/2143]
[3/11/2130]
[Una foto de un chico feliz haciendo muecas detrás de una pecera. Otro muchacho, su hermano mayor, está recostado del otro lado, tratando de posar lo más desentendido posible. La pecera está llena de corales de colores brillantes, creciendo en foma fractal, con criaturas que parecen trilobites nacarados nadando entre ellos. En el fondo se nota un logo azul que dice "BIOCLUB POSEIDÓN".]
Acá con mi hermanito el Dr. Frankenstein.
-Martín Vásquez [3/11/2130]
No seas malo con tu hermano! Por lo menos va a tener un doctorado!
-Santiago Vásquez [3/11/2130]
[29/5/2133]
[Una foto de un hombre joven, sonriente, abrazando a sus dos hijos, uno de cada lado, en un traje hazmat militar de color celeste, con las insignias de Argentina y de la ONU. La foto está tomada en una casa-refugio hecha de contenedores; detrás de ellos hay muebles modernos, pero que pareciera que han pasado por bastante desgaste. Enredaderas floridas cubren la ventana. La foto tiene un filtro con la bandera argentina.]
Gracias. Gracias por todo. Por ser padre, esposo, soldado, por servir a tu familia, a la Patria, a la Tierra. Nunca nos va a alcanzar la vida para agradecerte, nunca vamos a olvidar todo lo que nos diste, hasta que lo diste todo. Dios llamó a un héroe a su gloria, y por más que nos duela, debemos respetar su llamado. Siempre en nuestros corazones, Tte. Santiago Vásquez.
-Marisa Vásquez [29/5/2133]
[29/5/2137]
[Una foto de unos adolescentes en el patio interno de un árbol-edificio, alrededor de una pecera de biocristal llena de sapos. Todos tienen una medalla de plata. Detrás de ellos hay una pancarta que dice "PROYECTO INTERNACIONAL DE RESTAURACIÓN DE ANFIBIOS - ARGENTINA". Dos chicos sonríen a la cámara; Marcos, sosteniendo una medalla, con una sonrisa un poco incómoda, y Florencia, una chica de cabello largo y rubio con pecas, sosteniendo un sapo y sonriendo.]
Esta es la foto más vieja que tenemos, no Marcos? Que ninos eramos 🥰
-Florencia Marioni [4/10/2142]
[17/12/2139]
[Una foto de primer plano de Marcos y Florencia, con guardapolvos y mascarillas, sentados en la terraza del árbol-edificio Mariposa Tecnicolor. Es un caluroso atardecer en Buenos Aires. Las ramas brillan con frutos bioluminscentes de todos los colores, decoraciones navideñas. Florencia está saludando con una "v" a la cámara mientras toma un tereré. Marcos tiene los brazos cruzados. De fondo hay otras personas sentadas en las ramas del árbol.]
Ni en las fiestas tenemos un descanso... por eso somos los mejores...
-Marcos Vásquez [17/12/2139]
Che yo estoy en esa foto, ahí en el fondo miren!
-Melanie DuValier [18/12/2142]
Seh seh Melanie... si vos decís... 😏
-Marcos Vásquez [18/12/2142]
Era antes de que tuviera las orejitas 😾
-Melanie DuValier [18/12/2142]
[3/12/2140]
[Una foto de Marcos en un traje de color rojo, en un escenario, apuntando a la cámara. Se nota en su mano derecha el biotatuaje de un árbol, brillando sobre su piel. La decoración de fondo dice "PROMO 40'". Está usando lentes de sol, pese a que es claramente de noche.]
facha facha fachaaaa 😎
-Florencia Marioni [4/12/2140]
Pero que haces con lentes de sol de noche, Marquinhos?
-Marina Garay [6/4/2143]
Que hacés vos mirando fotos viejas Mari????? sos arquéologa también??
-Marcos Vásquez [6/4/2143]
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melanievoragine · 1 year
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Ficha | Alban Harvey
DATOS BÁSICOS
Nombre: Alban Harvey.
Apodo: Cruella; Medusa; Harvey.
Edad: 22 años.
Cumpleaños: 14 de octubre.
Nacionalidad: Inglesa.
Ascendencia étnica: no.
Orientación sexual: bisexual.
Orientación romántica: aloromántico.
Pronombres: él.
Trabajo: tatuador.
Carrera: Fotografía.
Hobbies: tomar fotos; dibujar (la técnica de puntillismo lo relaja); viajar; recorrer ciudades.
Alergias: no.
CARACTERÍSTICAS FÍSICAS
Altura: 1.88.
Color de piel: clara.
Color de pelo y peinado: mitad negra (natural), mitad blanca (decolorada). Su pelo cae desordenado sobre la frente, y por los costados es levemente más corto.
Pecas/lunares/manchas/marcas de nacimiento: pecas en la nariz; camino de lunares desde el cuello hasta el pecho que se pierden entre los tatuajes.
Cicatrices y su razón: en el lado derecho de la cabeza, producto del ataque que vive en el callejón de Nueva York; y una muy pequeña, casi imperceptible en la ceja izquierda, a causa de una pelea que tuvo en Francia a los diecinueve años.
Piercings: piercing negro de dos puntas en la ceja izquierda; argolla plateada en el nostril derecho; argolla en oreja izquierda.
Tatuajes: tiene muchísimos, pero a continuación algunos de ellos.
Medusa azul que empieza en los omóplatos y termina un poco más arriba de la espalda baja.
«Liberté» con tipografía gótica, en todo el pecho.
Dos olas de mar que comienzan en cada hombro y se extienden hasta el inicio de sus clavículas.
Dos ballenas que comienzan dos centímetros más abajo de las olas, y se ubican una frente a la otra.
Letra A mayúscula, gruesa, en medio de las ballenas.
Constelación de Cinturón de Orión en las costillas izquierdas.
Pulpo que cubre todo su muslo izquierdo.
Pez en la cadera derecha, más abajo del oblicuo.
Pequeños moluscos, estrellas de mar y algas marinas en los espacios vacíos entre algunos tatuajes de sus brazos.
Mariposa grande en la parte superior del abdomen.
Número 6 en las costillas derechas.
Enredadera que envuelve su brazo derecho desde la muñeca hasta el comienzo de su bíceps.
Paisaje de aurora boreal de Noruega en el bíceps derecho, el único tatuaje que tiene a color además de la medusa azul.
Dos triángulos invertidos en el antebrazo izquierdo, con sus bases separadas por un pequeño espacio. El de arriba, con líneas en diagonal y cruzadas unas sobre las otras, representando el museo del Louvre. Mientras que el de abajo contiene una ola de mar en su interior.
«You deserve me» entre sus pectorales, frase que Derian le tatúa en el epílogo de Bluish.
Estilo de vestimenta: jeans, cargos, y pantalones a la cintura, siempre negros. Suele usar camisetas que le queden un poco anchas y que las mangas le cubran los bíceps, aunque de vez en cuando escoge una ajustada, y estas son negras o bien, de tonos oscuros. Las prendas más coloridas que usa son camisas holgadas con diseños, que las usa abiertas con una musculosa negra debajo, y las acomoda dentro del pantalón o les hace un nudo. Cuando sale de fiesta o en días más calurosos, usa camisas estilo crop top. También adora las chaquetas modificadas con pintura y aplicaciones de metal. Y acompaña sus outfits con botas de estilo militar o Vans Old Skool negras.
En cuanto a accesorios, usa un par de anillos, y su favorito es uno con forma de tentáculo de pulpo que se enreda en su dedo medio. También usa cadenas en el cuello, y el cinturón es infaltable, uno sencillo.
PERSONALIDAD
Introvertido o extrovertido: Extrovertido.
Trastorno mental, en caso de tener: Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) y Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).
Palabras/frases que use mucho: Considerando que habla inglés, utiliza demasiado el “fucking” como adjetivo calificativo; y, puesto que es británico, utiliza mucho el “bloody” para exagerar una palabra. Mientras que, una frase a la que recurre cuando algo le resulta mal es “El puto padre que me engendró".
Optimista o pesimista: Una mezcla de ambas. Optimista cuando se siente en sus momentos más altos, y pesimista en los más abajos y apenas le resulta algo mal, producto de su ansiedad.
Malos hábitos: Salir mojado de la ducha y dejar el suelo húmedo hasta la habitación; dejar la toalla húmeda sobre la cama o en el suelo; romperse el interior de la mejilla con los dientes cuando está nervioso y/o ansioso; quitarse los zapatos y dejarlos en cualquier lugar del suelo de la habitación.
Lo que le hace reír: Cuando le agota la paciencia a las personas que quiere y lo miran con desprecio; vídeos de Harry Styles interactuando con sus fans en los conciertos; vídeos de gente cayéndose; Derian contándole sobre nombres científicos de especies marinas; Deb viendo las películas de Shrek; las cosquillas (le encantan).
Lo que le pone triste: Recordar su infancia y adolescencia; pensar en la última época que pasó con Bianca y Jules en Francia; sus inseguridades cuando se intensifican.
Lo que le hace enojar: Sentirse inferior; vídeos de animales sufriendo; bullying; personas conservadoras demasiado extremistas; cuando dicen que ser poliamoroso es otra forma más de ser infiel; comentarios de odio que les hacen a Dom y Tris en las redes sociales; que dañen a la gente que quiere; cuando Derian no deja de burlarse y reírse de él (aunque es una especie de amor-odio, porque al mismo tiempo adora verlo y escucharlo reír).
Formas de demostrar afecto: A través del contacto físico, le encanta dar abrazos, besos en la mejilla y en la frente (a Derian en todo el cuerpo), y acariciar. También suele enviar cosas que ha visto en las redes sociales y decir “esto me recordó a ti” o “esto me recordó a eso que hablamos”, porque suele olvidar las conversaciones con facilidad, por lo que recordar un detalle de estas y demostrarlo le parece muy significativo. Por otro lado, le gusta pasar tiempo con la gente que quiere e intentar involucrarse en algún hobby de estas, aunque sea una actividad que él no suela hacer, como ver las películas de Shrek con Deb aunque no sean sus favoritas; quedarse en el sofá acompañando a Prue mientras esta teje a crochet; ayudar a Kass mientras prepara un pastel; pedirle a Derian que le lea algunas páginas de su libro actual.
Forma en la que es percibido por los demás: Alegre, impulsivo, bromista, risueño, afectuoso, expresivo, coqueto, buen amigo, a veces como alguien difícil de conocer realmente, consejero, observador, bueno escuchando a los demás.
Cualidades: Es persistente cuando desea algo con todas sus fuerzas. Amable con la mayoría de las personas, a menos que alguien le caiga mal. Es creativo, está teniendo un montón de ideas durante el día. Es curioso, y combinado con su valentía y atrevimiento, hace que no dude antes de experimentar cosas nuevas. Siempre está intentando analizar a las personas para comprender sus acciones y/o ayudarlas. Mente abierta. Muy buen sentido del humor.
Debilidades: Hay veces en las que, cuando desea mucho algo, no se detiene a pensar en si en el proceso podría dañar a alguien, lo que lo vuelve alguien egoísta hasta cierto punto, y esto mezclado con su impulsividad es una combinación compleja.
Dependiendo de cómo lo encuentre una situación que lo dañe y cómo le afecte, podría ser vengativo.
Es provocador en el sentido de que, si alguien le cae muy mal, lo demostrará y no dudará en incomodar a la persona e incluso ridiculizarla.
Es demasiado directo, lo que lo puede llevar a no tener filtro al momento de expresarse.
¿Es competitivo?: sí, mucho.
¿Juzga de inmediato o se toma el tiempo para considerar?: Depende de la situación. Si hay algo que a primera instancia le parece muy mal, juzgará de inmediato, pero gran parte del tiempo se detiene a considerar.
¿Cómo reacciona ante los cumplidos?: Le encantan, pero según la persona que se los haga reaccionará de una forma determinada. Por ejemplo, el único que a veces logra que se ponga nervioso y se sonroje es Derian. Si el cumplido proviene de una amistad, lo recibirá con humor, probablemente un abrazo, y hará uno de regreso. Si lo hace una persona desconocida pero que le atrae, va a coquetear. Y si la persona no le genera nada, solo dará las gracias y sonreirá.
¿Cómo reacciona ante las críticas?: Si provienen de desconocidos, no le interesan. Si las hace alguien que quiere y le parece que tiene razón, se lo admitirá y quizás hable de ello, pero en soledad sobrepensará.
¿Qué lo persigue?: La forma en la que terminó todo con Bianca y Jules; y la violencia física que ha ejercido durante su vida, incluso si lo hizo en defensa propia.
Lo que le gustaría cambiar de sí mismo: Su impulsividad. Si bien, la disfruta y le divierte, le gustaría pensar un poco más antes de actuar en ciertas ocasiones para así no dañar a otras personas con sus acciones. También, le gustaría mantenerse más presente en la vida de quienes son importantes para él, y no alejarse de estas sin una explicación cuando se siente sobrepasado por alguna situación.
Obsesiones, en caso de tener: Los números pares. Las alarmas tiene que fijarlas con estos, al igual que los planes importantes. Estos le generan una extraña sensación de paz, control y buen augurio.
Preferencias musicales: Pop, pop rock, rock alternativo, pop punk, y reggaetón en fiestas.
Sueños: Viajar por gran parte del mundo y tener su estudio de tatuajes.
Objetos de consuelo/dependencia: Recibo de unas hamburguesas veganas que compraron con Bianca en Francia, en donde ella le escribió por primera vez “te quiero”. Camisas que Jules le hizo. Una carta que su madre le entregó la última vez que se vieron antes de que él viajara a Nueva York. La primera foto que le tomó a Derian (revelada) y la esponja con la que lo maquilló la primera vez.
Complejos corporales, en caso de tener: No tiene, dice que es un rey. Pero lo que sí aborrece de su cuerpo es la cicatriz de su cabeza.
Tipo de alimentación: Durante todo Bluish tiene una alimentación baja en productos de origen animal, y para el epílogo ya es vegetariano.
¿Es materialista?: No, el dinero solo es importante para él por el tipo de vida que lleva, que implica ir viajando de un lugar a otro y con la oportunidad de cubrir sus necesidades básicas y divertirse, pero para Alban nunca han sido relevantes los lujos o el hecho de poseer bienes materiales.
¿Es superficial?: En cuanto a las posesiones/economía de una persona, no, no le interesa. Y, con respecto a lo físico, le atraerá muchísimo si ante sus ojos es llamativa de acuerdo a su percepción de belleza, pero no es lo más importante para él. Nunca se negará a conocer a alguien, ni en plan romántico, sexual o amistoso si en primera instancia no le parece atractiva.
¿Tiene claros los límites de la moral?: Sí, pero estos los verá difusos (o simplemente no los verá) si su vida o la de quienes quiere está en peligro, o si necesita conseguir algo.
¿Es fácilmente influenciable?: No, a menos que esté enamorado, ya que el amor hace que perciba todo con mucha más intensidad de la habitual. Sin embargo, esto no significa que sea fácil manipularlo, pues sabe identificar este tipo de conductas; sino que, si alguien que ama lo incita a hacer algo, mientras no se sienta incómodo o vulnerado, aceptará bajo el pensamiento de "Haré lo que sea por verle feliz”.
CONFLICTOS INTERNOS EN BLUISH
Desapego debido a la ausencia de su padre. Para Alban es más fácil abandonar antes que ser abandonado de nuevo, y esto no solo con personas, sino también con situaciones que lo sobrepasan y que prefiere dejar inconclusas en lugar de atravesarlas y exponerse a un daño.
Miedo a convertirse en su padre. El desapego generado, la impulsividad, y la violencia que ha utilizado ante ciertas situaciones le hacen temer que algún día se convierta en lo mismo que lo destruyó en primera instancia.
¿Quién es Alban? Necesita saber quién es detrás de las máscaras que le muestra al resto y también cuando no está siendo prisionero de sus traumas y problemas. ¿Cómo es el Alban que no sufre por haber sido abandonado cuando niño, tanto por su padre como su madre de distintas maneras? ¿Cómo es un Alban sin carencias?
FAMILIA
Relación con su madre
Alban y su madre nunca tuvieron la oportunidad de generar un vínculo sólido. Tiene recuerdos de siempre haberla visto deprimida y de mal humor mientras su padre aún vivía en casa, debido al ambiente violento que existía, y, para cuando este los deja, su depresión solo empeora, provocando que ella se suma en el alcohol y en la tristeza, y que olvide que tiene un rol de madre que cumplir y un niño que necesita de ella. La situación causa que casi no pasen tiempo juntos; cuando ella no está trabajando, se encarga de algunos de los cuidados básicos de Alban y procede a encerrarse en su habitación, por lo que este crece solo.
El contexto que los envuelve hace que cuando Alban crece, aunque la quiere muchísimo, le sea imposible verla como una madre. Para él, Lizbeth es como una amiga importante, pero nada más. Es por esto que durante su adolescencia, su etapa más complicada, le parece injusto cuando ella lo regaña por ciertos comportamientos y cuando intenta entregarle afecto; le provoca rechazo y un pensamiento de “Me lo das cuando ya no lo necesito”.
Eventualmente acaba comprendiéndola y deja de sentir resentimiento hacia ella, pero su relación ya no tuvo las bases necesarias, y a Alban ya no le interesa construirlas, cree que pueden quererse bien tal como están.
Relación con su padre
Durante los pocos años que Alban vivió con su padre, nunca fueron demasiado cercanos. Este era un hombre frío, poco comunicativo, y siempre lo trató como si fuera un niño más grande. Pero por algún motivo que desconoce, siempre lo quiso muchísimo y esperó más de él. Aunque, la noche en la que agrede a su madre es la primera vez que lo ve con odio. Sin embargo, este es reemplazado por angustia cuando lo abandona, porque su cerebro de niño es incapaz de entender por qué lo ha dejado y no deja de preguntarse si acaso las razones tienen que ver con él.
En su adolescencia, la angustia es reemplazada por ira. Hacia su padre, por el daño que le causó a su madre y a él; pero también hacia sí mismo, por necesitarlo y no poder llenar ese vacío con nada. Incluso, en los últimos capítulos de Bluish todavía es posible notar una pequeña esperanza en tener un vínculo con su padre.
Lo que Alban no sabía era que, aunque estuvo gran parte de su vida necesitándolo, ya no lo hace. Lo que necesitó durante el último tiempo era decirle cómo se había sentido con sus acciones y pedir respuestas. Por eso, cuando George admite nunca haber querido ser su padre, Alban se rompe, pero el baño de realidad también viene con un alivio enorme, porque por fin sabe que no lo abandonó por ser Alban, sino porque él es George, y George no quería hijos ni aquella vida que tenía (Por favor veamos el paralelismo con la frase de Derian: “Te quiero porque eres Alban…” Y LLOREMOS).
Por otro lado, una cosa que no se menciona en Bluish porque Alban todavía no lo asume como algo tan malo debido la normalización de la violencia en su hogar y porque hubo cosas que él asegura que le afectaron mucho más, es que también fue maltratado por sus padres, que no sabían cómo lidiar con su personalidad hiperactiva. Luego, el maltrato físico y psicológico incrementa cuando el ambiente en el que está sumergido comienza a afectarle más y él también adquiere comportamientos violentos.
Al final, ignorar aquello es una obra más de su mecanismo de defensa, ese que lo lleva a enfocarse en situaciones que para él se sienten peores que otras, y así va “olvidando” lo demás. Pero algún día tendrá que enfrentarse a ello y reconocer que sus padres lo dañaron con más que el abandono.
Su percepción acerca del concepto de “familia”
Para Alban, la familia de sangre no significa nada. La familia se elige. Eliges alejarte de alguien con quien compartes apellido, eliges ignorar, eliges dañar. Pero también eliges con quién sí quedarte. Así que para Alban la familia son las personas que le han demostrado que él es importante para ellas, quienes lo quieren y lo escogen todos los días.
Mientras que, si le preguntan si algún día quisiera tener su propia familia de sangre, su primera respuesta sería negativa. Sabe de primera fuente cuánto pueden dañar dos personas que no estaban preparadas para ser padres, y Alban es consciente de que él no está listo para ello. Sabe que tiene un montón de cosas por sanar y otras por descubrir de sí mismo. Hay mucho que quiere hacer a solas y con quienes ama, sin responsabilidades ni miedo de que sus acciones arrastren a otro ser humano. Y, aunque es egocéntrico y le encanta saber que es relevante para la vida de algunas personas, a Alban no le gusta que lo necesiten, porque eso le hace sentir atado y presionado, pero esto se debe a temas que todavía no soluciona.
Pero en el fondo de su corazón, también quiere que llegue el día en el que se sienta listo, porque confía en que puede lograrlo y que un Alban más sano podría mejorarle considerablemente la vida a una pequeña persona.
BACKSTORY
¿Le hicieron bullying?
No.
Influencia de su infancia y adolescencia en la actualidad
- La mayoría de las veces no sabe cómo controlar su impulsividad, ya que cedía a esta como un método que le entregaba la distracción necesaria para no sentir tan intenso el dolor emocional que le provocaban los problemas que estaba teniendo.
- Como se mencionó más arriba, es desapegado, intenta no generar vínculos profundos en los países en los que vive, por lo que estos suelen ser superficiales y ligados a lo sexual. Esto lo hace porque sabe que en algún momento abandonará a las personas (o cree que será abandonado primero), y es la mejor manera para no sufrir.
- Está tan cansado de sentirse triste, que se acostumbró a fingir que está bien y ser el alma de la fiesta. Esto le proporciona distracción, pero también le genera una imagen desvirtuada de la realidad y provoca que no muestre cómo es realmente, pues no quiere que la gente sepa lo roto que está, que se preocupen y que eso lo lleve a pensar mucho más acerca de lo que le hace mal. Fingir le ha ayudado a seguir adelante, pero también lo ha perjudicado al acumular emociones.
- Tiene la costumbre de creer que puede con todo a la vez y solo, esto debido a que desde muy pequeño se vio obligado a conocer la independencia y autonomía. Por ello es que no suele pedir ayuda y se siente tan vulnerable cuando lo hace.
- Anhela el contacto físico. Ya que este le faltó tanto en su vida cuando lo necesitaba, es algo que busca mucho en la actualidad y que le hace sentir unido a quien quiere, por eso es que jamás se niega la oportunidad de relacionarse con personas a nivel físico.
- Necesidad de atención. Lo mismo que ocurre con el contacto físico, pues la atención es algo que Alban tuvo muy poco en su crecimiento y que ahora, en momentos de estabilidad, desea mucho. Con las personas que quiere, le gusta tener la seguridad de que lo están escuchando, que lo observen, que se interesen en él, que tengan las manos puestas sobre él, que le hablen.
- Su alta autoestima es producto de darse cuenta de que solo se tenía a sí mismo, bajo el pensamiento de que, si se quedaba esperando a que quienes debían le ayudaran a generarla, acabaría peor. Pero también se debe al arte de fingir, ya que verse seguro le ayudaba a parecer más fuerte y eso le otorgaba cierta protección y respeto.
RANDOM
¿Qué es lo peor que le hizo a alguien que amaba?
Desaparecer sin darles una explicación, habiendo tenido una relación formal con elles.
Consejo que le darían a su versión pasada
Tu padre no vale la pena. Dile lo que sientes y aléjate.
Mejor recuerdo de su infancia/adolescencia
El mejor recuerdo de su infancia es cuando encontró la medusa azul en la orilla de la playa. Y el de su adolescencia es alguna de las tantas experiencias que vivió con Bianca y Jules bajo la idea de “La vida es una sola”.
Peor recuerdo de su infancia/adolescencia
No podría elegir, porque, exceptuando a los días que pasó con Kass en Doncaster, y los que vivió con Bianca y a Jules en Francia, toda su infancia y adolescencia se siente como lo peor.
Algo que haya hecho y que le enorgullezca
Comprenderse desde otra perspectiva a través de la terapia mientras estaba distanciado de Derian.
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thesecrethistori-an · 2 years
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Falling for Juanchutre:
Juanchutre x Reader
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Chapter 1: Una mañana accidentada
Y/N se despertó aquel viernes con el corazón acelerado. Había dormido 7 horas, como cada día, pero apenas había descansado. Se dio una rápida ducha con agua casi hirviendo y el espejo empañado le devolvió el reflejo de una chica totalmente normal , salvo por los pronunciados surcos azulados que enmarcaban sus ojos, acusándola por no darse el descanso que merecía. Al menos sus ojeras hacían destacar más si cabe sus ojos color avellana, acentuando las motitas doradas que cubrían sus iris.
Se vistió apresuradamente, aunque a decir verdad no iba mal de tiempo, eligiendo su ropa prácticamente al azar: una camiseta desgastada de Nirvana que le quedaba demasiado grande, un grueso jersey, sus vaqueros negros y la cazadora vaquera. Era ya noviembre y quizás iba siendo hora de optar por algo que resultase más abrigoso, pero se resistía a confinar su comodísima cazadora a la profundidad de su armario hasta la primavera. "Un día más, mañana saco el abrigo", mintió.
Leyó las mismas noticias de siempre en tuiter mientras bebía su café sólo y se peleaba con su tote bag, que claramente contenía un universo paralelo en su interior, llena de cables, libretas, llaves, su portátil, bolígrafos, e infinidad de enseres inútiles.
Salió de casa dispuesta a pasar todo el trayecto en cercanías inmersa en su novela, con el volumen de la música tan alto en los auriculares que estuvo a punto de saltarse la parada de su universidad.
Echó un vistazo a su reloj: las diez y diez. Llegaba 20 minutos antes de tiempo. Se juró a sí misma que había sido una coincidencia, pero en el fondo sabía que su subconsciente la había traicionado una vez más. El motivo de sus injustificadas prisas era evidente: era viernes y quizás tuviese la oportunidad de cruzarse con él, con Juan. Sabía su nombre porque su mejor amiga Clara compartía una asignatura con él y, tras incontables interrogatorios que su amiga apenas podía responder, había ido acumulando detalles sobre el chico que atesoraba en su memoria. ¿Por qué no habría elegido ella francés como lengua optativa?
"Qué estupidez", se reprendió a sí misma mientras se dirigía a la facultad de Filosofía y Letras. Era más que evidente que alguien como él jamás se fijaría en una chica como ella... A fin de cuentas, no era como los demás estudiantes de Mundo Árabe e Islámico, recién aterrizados en la vida universitaria, tan inocentes e ingenuos, tan infantiles con sus recién cumplidos 18 años... No, Juan era diferente. Había decidido dar un giro a su monótona vida tan solo unos meses atrás, dejando una casi finalizada carrera de Derecho para volcarse en su pasión: los países de Oriente Medio.
En ese sentido, no eran tan distintos. A fin de cuentas, ella misma había descubierto que su pasión no era la biología a los pocos meses de comenzar los estudios y había decidido hacerse historiadora. Hacía ya tres años de aquello. Pero no era lo mismo, ella jamás hubiese reunido el valor de cambiarse una vez pasados cuatro años... ¡Si ni siquiera era capaz de acercársele para hablarle con el pretexto de preguntar por alguna de las optativas comunes que tendrían en el siguiente cuatrimestre!
Y/N iba absorta en sus pensamientos cuando, a través del sucio cristal de la entrada a la facultad, lo vio. Caminaba en su dirección y, antes de ser consciente de lo que hacía, se precipitó contra la gran puerta para abrirla y quizás, mantener el más mínimo contacto visual con él. Sin embargo, en su ridículo intento de aproximarse a él, Y/N olvidó por completo el resbaladizo escalón, desgastado por el incesante paso diario de decenas de alumnos. Su tropiezo fue estrepitoso, y estuvo a punto de caer de cabeza contra el suelo, pero en el último momento, mientras veía casi a cámara lenta su inevitable caída, algo (alguien) la asió fuertemente por la cintura.
– ¡Epa! ¡Deberías andar con más cuidado, la próxima vez puede que no esté aquí para sostenerte! – dijo una voz risueña y cálida.
No podía creer lo que veía. De pie frente a ella, con el cabello castaño algo revuelto y casualmente vestido con aquella elegancia que lo caracterizaba, estaba Juan. De todas las personas que podrían haber presenciado su ridícula entrada en la universidad tenía que ser precisamente él quien se encontrase no solo en primera fila, sino quien la rescatase de hacer un ridículo todavía mayor.
Apenas se había recompuesto y ya notaba el rubor subiendo por sus mejillas, intensificado aún más cuando se encontró con sus ojos a apenas unos centímetros de su cara, tras aquellas gafas de montura metálica que tan bien le quedaban. Azoradísima, tartamudeó un apenas inteligible "g-gracias, n-no, no volverá a pasar, gracias lo siento" y salió corriendo.
Si se hubiese detenido, si se hubiese girado, habría visto a un confusísimo Juan, que, plantado aún en la puerta, era esquivado por los apresurados estudiantes que salían de clase.
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Al menos aún tenía tiempo de sobra para recobrar la compostura. En el servicio, comprobó que su cabello cobrizo estaba completamente alborotado y sus mofletes seguían sonrojados.
"Felicidades, Y/N, ahora sí sabe quién eres: la chica más ridícula que ha visto en su vida".
Abandonando toda esperanza de iniciar en un futuro cercano algún acercamiento al chico de sus sueños, se dirigió a su módulo para esperar a que comenzase la clase.
Sentada junto al radiador, cuya función era prácticamente simbólica, volvió a abrir Tuiter por vigésima vez aquel día. Su timeline estaba plagada de tuits con la discusión del día, algo relacionado con criptomonedas que no podía resultarle más ridículo. De pronto, una de las molestas sugerencias basadas en los "Me gusta" de sus mutuals apareció en pantalla:
" 🤍 @Clara_navideña indicó que le gusta".
Conocía a la perfección el user. Aunque no lo seguía por vergüenza, a menudo entraba, no sin sentirse ridículamente culpable, a leer sus ingeniosas contribuciones al caos diario de la red social.
Le dio un vuelco al leer el texto del tuit. @juanchutre escribía:
"Una chica se ha apresurado a sujetarme la puerta para que saliera antes de entrar ella
Al entrar se ha tropezado y casi se cae de boca
Elijo pensar que no ha sido el escalón, simplemente se puso nerviosa por mi arrolladora y cautivadora energía"
No pudo contener una sonrisa. ¿Qué quería decir aquello? ¿Qué debía hacer ella ahora? No podía dar me gusta justo a ese tuit, sería demasiado descarado. Lo guardó y, solo por si acaso la red social que ocupaba horas de su rutina diaria llegase a desaparecer, también realizó una captura de pantalla.
Le parecía una locura y se sentía ridícula, pero aún así pensó que quizás el próximo lunes podría acercársele bajo el pretexto de disculparse por su huida tan apresurada y para agradecerle por haber evitado que hiciese un ridículo mayor. No parecía del todo descabellado.
"Ey,¡ qué pronto has llegado! ¿Pasamos dentro? " Clara había aparecido a su lado. Comprobó la hora: ya eran y media. Entró a clase, pero su cabeza estaba en otro lugar, en un vagón de tren que se alejaba hacia el centro de la ciudad, con un chico que viajaba inmerso en algún ensayo sobre algún país del Golfo.
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ares-49789 · 1 year
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Cap 10
-Oye, José - Lukas comenzó a agitar a su hermano, la luz del sol ya entraba por la ventana de la habitación y las 9 amenazaban con llegar antes de que el grandullón despertara
-¿Qué pasa?- masculló José, apartando a su hermano antes de darle la espalda, sus ojos pesaban, no es que le faltará el sueño, solo no era una persona de mañanas
-El desayuno es en diez minutos - dijo Lukas, José abrió los ojos y se incorporó y miró a su hermano
-¿Porqué no lo dijiste antes?- José se levantó prácticamente tirando a su hermano fuera de la cama, había dormido con su camiseta interior blanca y unos boxers de a saber que año- ¿Que ropa me pongo?- preguntó, Lukas ya se había adelantado a él y le lanzó una muda de ropa que había estado descansado encima de uno de los escritorios
-Sabes que roncas cuando duermes de más?- dijo Lukas, sentándose en la silla del escritorio
-Alguna vez me lo has dicho - contestó José, poniéndose el pantalón negro que venía con la muda que Lukas le había tirado, le venía algo grande, pero gracias a que tenía cordel eso tenía una fácil solución, José miró la camiseta de manga corta que le habían dado, era de color azul y definitivamente no le gustaba el diseño, un unicornio rosa en un campo de flores, además, seguro que no le iba a venir bien, a pesar de su edad la musculatura de José ya se estaba desarrollando, así que tras tirar la horrible camiseta hacia la cama de su hermano decidió que saldría con su camiseta interior de tirantes -¿Por donde se va al comedor?- Preguntó a su hermano abriendo la puerta de la habitación
-¿Vas a salir así?- preguntó Lukas levantándose de la silla con cara divertida, su hermano siempre encontraba alguna forma de ponerlo en evidencia frente a todo el mundo, se alegraba de que nadie los conociera
Los dos gemelos salieron de la habitación y Lukas cerró la puerta detrás suyo, le divertía que a pesar de ser gemelos apenas se parecían en algo, solo compartían la misma cara y altura, su hermano siempre había sido más musculoso, quizás porque siempre había sido más activo, por el contrario, él era más delgado y menos activo, aunque eso lo compensaba siendo bueno en los estudios, o por lo menos mejor que su hermano... Lukas guió a su hermano por los pasillos hasta el comedor, en los pasillos había chicos y chicas de todas las edades, los más pequeños apenas llegarían a los siete años y corrían por los pasillos, mientras que los más mayores hablaban en grupos pequeños, seguramente de qué es lo que harían ganar la mayoría de edad o algo así.
Cuánto más se acercaban al comedor más gente había, no es que estuviera tan lleno de gente como las calles de Yecla en las fiestas de la virgen pero ya era más gente de la que solía ver, supuso que esta sería la única institución de este tipo en los alrededores, así que los chicos de ciudades cercanas como Villena, Pinoso y Jumilla también vendrían aquí
El comedor por el contrario estaba más vacío, aún no eran las 9, o por lo menos ninguna campana había avisado de que lo fuera, seguramente los chicos de fuera estarían rascando todo el tiempo posible para estar con sus grupos de amigos, Lukas no pudo evitar que su mente viajara a Diego, Clara, Diana, Helena y Tobías, todos les habían ayudado tanto... Seguro que estarían en clase para esa hora
Cuando José pisó el suelo del comedor una estridente campana sonó, avisando a todos de que el comedor ya iba a empezar con el desayuno, José volvió a pisar, creyendo que la campana volvería a sonar pero no lo hizo y siguió a su hermano entre el mar de mesas para llegar al lugar donde se repartía la comida, era bastante típico, recogías tu bandeja e ibas recibiendo uno a uno cada elemento del desayuno, copiando a su hermano acabó con un vaso de leche, dos sobres de cacao en polvo y dos paquetes de magdalenas alargadas de las que se compran en el mercadona
-¿Dónde nos sentamos?- preguntó Lukas, había estado liderando la expedición para recoger los desayunos y demás, pero no tenía la fuerza mental para elegir donde sentarse en el mar de sillas y mesas, ya había algunos desayunando de nuevo en grupos en sus mesas, pero la gente todavía estaba entrando para formar en la cola para recoger la comida
José miró a todos lados en busca de un buen sitio que les viniera bien para sentarse, había lugares libres, y no pocos, pero tampoco es que quisiera poner a su hermano en una mala situación al sentarse con gente peligrosa, entonces lo encontró, le dió un toque a su hermano en el hombro y señaló dos lugares libres en la esquina del comedor, llegaba buena luz y una ventana abierta no muy lejos, solo parecía estar ocupado por un chico de pelo largo y rizado, al recibir la confirmación de su hermano lo lideró hasta la mesa
-Hola- saludó al chico ya sentado antes de dejar su bandeja en la mesa, su hermano hizo lo mismo y se sentó a su lado, en frente del chico
-Hey - saludó el chico de vuelta, dando vueltas a su zumo de... ¿Naranja?¿Piña? Tampoco es que le importara mucho a José, porque le sonaba esa voz
-¿Te conozco?- preguntó, intentando echar un vistazo a la cara del chico, que tenía la cabeza gacha
-Lo dudo mucho - contestó el chico levantando la mirada por primera vez en la conversación- Soy Leo- se presentó, Lukas asintió, José seguía pensando que le sonaba de algo
-Yo soy Lukas y el es mi hermano José, siento que sea un poco denso- se presentó Lukas, José lo vió raro, su hermano no se solía presentar primero nunca, a no ser que creyera que iba a decir una barbaridad
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-Muchas gracias - Clara agarró el dinero que la tendera le ofrecía y salió del supermercado cargando con la bolsa de la compra con una sonrisa, recordó como la semana anterior había tenido a su prima acompañándola y como esto no había acabado de la mejor manera por la aparición de su hermano
Era Sábado, hacía buen día para Marzo y no parecía que las nubes cambiarían eso, su prima había desaparecido para variar y no tenía nada que hacer, su trabajo estaba hecho, su padre en la oficina, su madre en el turno de mañana y supuso que Tobías y Helena no estarían atentos a sus teléfonos, quedar con Diana y Diego tan pronto no era posible porque ambos tenían horarios de sueño más rotos que los pantalones de un niño de campo
La chica suspiró mientras abría la puerta del edificio con la llave, tenía toda la casa para ella, algo que no le pasaba desde hacía un mes y por primera vez no era algo que disfrutara, antes solía pasar horas seguidas en su mesa estudiando cuando no había nadie, ¿pero ahora? Imposible, siempre tenía a su prima dando vueltas alrededor buscando formas en las que entretenerse y eso había hecho mucho daño a lo que ella consideraba una buena tarde
La chica comenzó a colocar la compra en su sitio, una manzanas en el frigorífico, unas patatas en la despensa, pan en la panera... Lo típico, quiso ponerse a estudiar después de eso, pero la silla no le parecía cómoda por más que cambiara la posición, terminó leyendo diez veces el mismo párrafo antes de darse cuenta de que eso no iría a ningún lado
Con un suspiro que no creía capaz de salir de su garganta se levantó y se dirigió al baño, se echó agua en a cara y se miró en el espejo tras secarse, sus ojos azules seguían igual que siempre, su pelo rubio también, nada había cambiado y ella seguía aburrida, decidió que eso no podía ser, que debía ser productiva para tener una buena mañana, no estar sentada viendo vídeos en su teléfono como su prima hacia
La chica fue a la cocina a mirar qué productos de limpieza tenían, ¿la respuesta? Todo un armario y para sorpresa de nadie no sabía que hacer con la mayoría de ellos, limpiar no le serviría de nada, su padre había hecho eso la noche anterior
Volvió a su habitación y se puso a mirar la librería de arriba a abajo, cuando el título de un libro le llamaba la atención lo sacaba, luego se daba cuenta de que ya lo había leído y lo devolvía a su sitio, así una, dos, tres... Diez veces, ningún libro le llamaba la atención y sentía una presión en el pecho que no le dejaba respirar bien, abrió la ventana en un intento de que el aire fresco le ayudara un poco y lo hizo, pero la presión nunca desapareció, ¿Que hora era? Las 9:37 de la mañana le contestó su teléfono, tenía tanto tiempo que matar y tan poco que hacer
Reducida a eso comenzó a dar vueltas por la web hasta que recibió un mensaje, Diana parecía haber despertado y había mandado un mensaje de WhatsApp al grupo que todos tenían, ahora llamado [Siete], definitivamente debían elegir un nuevo nombre la próxima vez que quedaran
Diana había enviado un vídeo, parecía la grabación de un helicóptero de prensa, la grabación tenía la fecha de el jueves anterior, era una pelea entre Falcon Frame y un gran grupo de robots lejos de Yecla, "genial, otro héroe que se matará sin querer" fue lo que pensó, aunque en realidad no es que le importara demasiado ese tipo de cosas, alguien había hecho un montaje, porque el vídeo venía con música de algún grupo de los que le gustaban a Diana, la música no era la mejor, tampoco el ver al superhéroe mover su espada vagamente para eliminar robots, y entonces un coche obligó al Héroe a caer al suelo
No le importaba, entonces, ¿Porqué cuando un robot mucho más grande que los otros lo agarró y lo usó de muñeco de trapo estaba en el borde de la silla? Una luz atravesó una parte del robot y Falcon cayó al suelo, entonces el héroe se volvió borroso para la cámara, en menos de un pestañeo el robot había sido reducido a chatarra y Falcon guardaba su espada en su funda a su espalda, la música terminó y clara pudo sentir un escalofrío en su espalda, vale, ese vídeo estaba bien
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moda-by-anna · 1 year
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Look perfecto para hacer deporte
Hoy vamos a preparar un look para hacer deporte. Este look está formado por una camiseta ancha que puede ser del decathlon, sprinter, shein… Yo voy a utilizar una camiseta negra con detalles de mi cantante favorita, de pantalón, yo he escogido un pantalón ancho y cómodo de color naranja, ya que el negro es un color neutro que combina bien con el naranja. De tenis, los más cómodos que tengas por casa, por el hecho de que cuando vas a hacer deporte para disfrutar lo más importante es la comodidad. Y de complementos lo más recomendable es que si tienes el pelo largo te lo recojas con un coletero.
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REFERENCIAS:
pantalón
tenis
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astre60-51 · 1 year
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"La ropa es el reflejo de uno mismo"
Suele repetir mi madre sin saciarse.Y es una frase curiosa,agridulce de saborear.
En cada blusa y pantalón que usa,se siente esa calidez maternal agresiva suya que expresa con pellizcos y palmadas.
Las camisetas azules y pantalones grises de mi hermano(una cantidad excesiva) son tan simples y rígidas como su actitud.
Los vestidos y zapatos de mis tías dislumbran colores distorcionados y lujos malditos.Tan inalcanzable.Tan incómodo.Un muro formado alrededor de sus corazones rebeldes sumidos a reglas
Por otro lado,mis tíos son transparentes,vistiendo sus emociones con una confianza envidiable.
Hay personas que no podría ver de otra forma.Como mi abuelo y sus inseparables sobrero de gaucho,y boina.Y quizás ese perfume característico,que al sentirlo ya sé que se trata de mamá.
Debería de agregar a la lista ese viejo compañero de escuela de mamá,que pasaba por el barrio con su cabello largo y ropa grunge.Hace años podía afirmar que tocaba guitarra cuando era joven.Ni siquiera se su nombre,pero tiene pinta de viejo guitarrista.
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Mi pequeña familia suele rotar la ropa unisex de ciertos talles.Esa camiseta que un pariente regaló a mi hermano porque no daba con el talle la hemos usado mi madre,mi hermano y yo.
Mi madre agarra lo que necesite para combinar con su vestuario.Camisetas lisas o a rayas,bermudas o camperas unisex.
Mi hermano toma lo que tenga a mano de color negro,gris o azul y lo usa sin mas.
Por otro lado,prefiero esas camisetas gigantes y oscuras que nadie usa.Usualmente se quedan como pijama,pues las prendas las dejan en mis manos manchadas o desteñidas.
Tengo una en este momento.Una camiseta gris y negra.Con palabras ilegibles.Que de no ser por una mancha blanca en un brazo,pasaría por algo grunge de alguna tienda de rock.
Y de paso menciono,para completar el pijama tengo un antiguo pantalón verde que me queda enorme.Probablemente proveniente de algún pariente fallecido.
A ojos de mi familia resulta divertido.Mis pies descalzos apenas visibles.Levantando entre mis dedos ligeramente la tela del pantalón como vestido medieval.La camiseta que resbala por mis hombros,dejando expuesta la camiseta de abajo(producto del infernal frío invierno).Y mi cabello corto,trenzado para tener completo acceso a los auriculares y las pantallas.
Esa sola camiseta que me da ese toque delicado y afeminado,transforma mi apariencia en la de un adolescente delincuente de película de los '90 al usar un jean negro.
Despierto como princesa.Desayuno y hago recados como adolescente delincuente.Salgo del barrio como un friki budista(no soy budista,la sudadera era linda).Ceno como delincuente.Y vuelvo a dormir como princesa.
En fin,como es habitual,terminé divagando y perdí el sentido por el que fluían mis palabras.
La ropa puede expresar muchas cosas.Pero no comparto opinión.Los pequeños detalles hablan más de uno mismo que las telas que envuelven el cuerpo.
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Cerraré los ojos a una hora peligrosa por un simple capricho de mi cuerpo.Resistirse al sueño no es algo bueno.
Espero caer en los fríos y reconfortantes brazos de Morfeo,y no batallar bajo los murmullos venenosos y juguetones de Fobetor.
La pereza debida a un mal sueño es algo con lo que no puedo lidiar en días tan pesados como lo será a la salida del sol.
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bxlana · 1 year
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Chapter 3
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Mi historia con James no comenzó de la manera más apasionada, tal vez algo cliché, pero lo suficiente como para que no resultase desagradable al gusto. Suelen empezarse estas cartas con: ¿Siempre estuve enamorada de él? Siempre me parecieron oraciones apasionantes, yo deseaba contar mi historia, nuestra historia, desde ese principio tan dulce. Supongo que la vida no es una novela de Charlotte Bronte, por lo que no puedo adueñarme de ese título para comenzar.
No me enamoré de James a primera vista. Él me enamoró, cada día, cada hora y cada segundo en el que sus suspiros se transformaban en melodías apasionantes para mis oídos, y sus ojos, en grandes fosas en las que, con todos mis deseos, deseaba hundirme.
Me costó negar que era cierto, no podía permitir que aquel chico de ojos esmeraldas, hubiese derribado mis barreras de un soplido. Yo no pude hacer nada para evitarlo, pero supongo que tampoco me importó demasiado, tan sólo me dejé llevar por sus suaves susurros, con ambos ojos cerrados, y los brazos extendidos.
Lo cierto es que nos complementabamos de una manera casi terrorífica, éramos de mundos totalmente distintos, al menos eso me parecía al principio.
Quizás lo supe aquella lluviosa mañana de septiembre, a principios del curso del 88. Claro que tan sólo tenía dieciséis años y mis padres no hacían más que repetirme que a esa edad cualquier sentimiento que alguien provocase en tí a nivel romántico, era prácticamente imposible. Nunca estuve de acuerdo con ese punto de vista, pero no le di demasiada importancia, tampoco tenía intención de que algo así me ocurriese.
Hasta el amanecer lluvioso que me despertó el primer día de clases. El cielo en su despertar, se teñía rápidamente de colores grisáceos, que con el paso de los segundos terminaba en un azul marino, casi negro, imitando las profundidades del océano. La brisa congelaba mi rostro a pesar de seguir en verano, y había caminado diez largos minutos bajo mi paraguas rojizo, a través de las calles brillantes y cubiertas de hojas anaranjadas, rezando por un buen comienzo de curso y porque la lluvia no mojara mi conjunto escogido la noche anterior con dedicación.
Aquella mañana me había hecho una coleta alta, dejando dos mechones rubios caer a los lados de mi rostro y había decidido asistir a clases con un simple vaquero y una camiseta blanca de manga corta, algo que quizás no había sido buena idea, pero el primer día de curso estaba acostumbrada a ir con buen aspecto para destacar entre mis compañeros.
Tal vez fuese algo egocéntrico pero desde niña mi madre lo había inculcado en mí, al ser propietaria de una empresa sabía bastante sobre esto,y ya me parecía algo sin importancia hacer, levantarme dos horas antes de entrar al instituto para arreglarme el pelo y preparame para la salida.
Pero regresando a la clase, había llegado varios minutos antes de que sonase la campana, y el silencio sepulcral se hacía notar en toda la planta baja del edificio.
Nada salió como esperaba, pues los árboles recreaban bailes a causa del viento, levantándose una borrosa niebla en las calles próximas al instituto. Las hojas se movían con agresividad,siendo arrastradas por la tempestad húmeda, pegándose a la tela del paraguas que me protegía, a mis pantalones, a mis botas. No podía deshacerme de aquellas amenazas que intentaban por todos los medios ahogarme en las furiosas gotas de agua que se precipitaban desde el cielo.
Los coches aceleraban, circulando por las carreteras, limpiando los parabrisas con las manillas del coche, coloreando la lluvia con los faroles rojos traseros, mezclándose con el verdor de los semáforos que indicaba el paso a un nuevo camino.
Mis pantalones habían comenzado a empaparse, volviéndose un azul oscuro al sustituir el vaquero claro. Busqué con la mirada hacia los lados algo que pudiese ayudarme, algún lugar donde resguardarme o tal vez algo en lo que poder llegar a clase.
Tal vez dirán que no fue lo más inteligente, pero desde luego agradecí cada día durante un año la decisión que tomé al acercarme a aquel dodge negro.
-¿Hola?- grité aporreando la ventana con mis manos- ¿Hay alguien?
Levanté la mirada buscando entre las calles brillantes y oscuras, más allá de la niebla y la lluvia, buscando desesperada otra opción que me protegiese.
Un golpe en el interior del coche, contra la ventana me sobresaltó.
-¡Pasa, te estás empapando!- Me llamó alguien desde el interior.
Achiné los ojos en dirección a la ventana, y entonces, a través del cristal goteando, lo vi.
En el asiento del conductor del vehículo, totalmente seco, con un libro entre sus manos, apoyado en su regazo.
Siempre lo relacioné con el color marrón. Un marrón oscuro, como el de chocolate derretido. Tal vez por su pelo castaño, a lo mejor podía ser el perfume o el jersey que llevaba aquella mañana, que se quedó grabado en mi memoria.
Un jersey de lana marrón oscuro, unos pantalones beige y unas zapatillas bajas blancas. Un conjunto tan simple que le hacía resaltar tanto a mis ojos.
Fue un flechazo instantáneo cuando dirigió sus ojos a mi posición, aún empapándome fuera, con la respiración acelerada y la garganta seca.
Su pelo castaño se amoldaba perfectamente a su rostro, esa mandíbula marcada, esa nariz respingona y ese precioso hoyuelo que me quitaron el aliento casi al instante cuando sonrió hacia mi en forma de saludo. Tuve que disimular lo mejor que pude.
Aclaré mi garganta y esbocé una veloz sonrisa débil, agarrando el manillar del coche, abriendo la puerta con rapidez, y entrando en el reconfortante calor del coche de aquel extraño.
Cerré la puerta una vez dentro, y suspiré.
-Lo siento- dije sin mirarle al contemplar el paraguas humedeciendo el asiento.
-No te preocupes. Con esta tormenta. ¿Cómo ibas a quedarte fuera?- dijo en un tono tranquilo.
-Habría ido en autobús, pero la línea no llegaba...-Tragué saliva y me atreví a mirarlo.
-El autobús es lo peor- sonrió-¿Vas al instituto?
Asentí.
-¿Y tú?
-También. Estaba a punto de irme cuando has aparecido.
Suspiré agradecida.
-Siento mucho molestarte, parecía que te apeteciese estar a solas.
Guardó su libro en la mochila beige que traía consigo y apoyó su espalda en el respaldo del asiento en un gesto despreocupado. Miré sus zapatos durante un momento, sintiendo como mis manos seguían mojadas debido a la lluvia.
-Me gusta estar solo- respondió, arrancando el vehículo.-Pero se agradece alguien de vez en cuando.
-No sabes cómo te entiendo.-Reí, observando el parabrisas limpiar la luna empapada.
Cualquiera que hubiese entrado en ese momento se habría reído ante tal escena. Él vestido de colores oscuros, seco, limpio, expandido en la silla como si fuese el sofá de su casa, y yo vestida de aquellos ridículos colores pastel con la espalda más rígida que una barra de hierro, empapada, pareciendo que asistía a un convento de monjas.
Sentí que me observaba, pero lo ignoré,concentrada en el paisaje que rápidamente pasaba frente a mis ojos.
-¿Tienes frío?- preguntó, sacándome de mis pensamientos, clavados en la ventana de mi asiento.
-No,estoy perfecta.-sonreí en su dirección.-O todo lo bien que puedo estar calada hasta los huesos.
El chico rió, mostrando unos dulces hoyuelos a ambos lados de sus mejillas.
Aparté la mirada de él, aclarándome la garganta.
En un acto reflejo miré el interior de su mochila a mi lado derecho, apoyada en el suelo. Entre algún que otro cuaderno y un pequeño estuche distinguí un pequeño libro con el dibujo de una mujer en su portada. Lo reconocí al instante y no pude controlar que mi cabeza se inclinase para verlo mejor.
Se dio cuenta de mi gesto unos segundos después, y mordió su labio inferior levemente antes de apartar una mano del volante, repleta de anillos, y agarrar el libro de la mochila, tendiéndomelo.
Sin mirarle, lo agarré lentamente con mis manos y el orgullo de haber reconocido la obra me invadió.
Una habitación propia, de Virginia Woolf,era uno de mis libros preferidos, y me había hartado de leerlo durante años, desde que era niña, mi padre me leía varias páginas antes de dormir.
Recuerdo caer dormida escuchando su voz calmada dejando flotar en las paredes, rosadas en aquel entonces, de mi habitación los maravillosos argumentos de la poetisa inglesa.
Casi podía oler en ese momento el suavizante de jazmín que mis sábanas tenían impregnado aquellas noches.
Con las yemas de mis dedos acaricié las páginas con suma delicadeza y silencio absoluto.
-Cierra con llave tus bibliotecas, si quieres, pero no hay barrera, cerradura...-anunció con tono suave mirando a la carretera.
-...Ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente,- las palabras salieron de mis labios antes de que pudiera controlarlas, interrumpiendo su pasaje.
Giré mi cabeza hacia él y vi su sonrisa satisfecha, dedicándomela. Le respondí con el mismo gesto, sosteniendo su mirada.
El coche se detuvo.
-Soy James.- dijo entonces.
-Betty.- respondí.
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ivanreycristo · 2 years
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Hoy Google FOTOS me recuerda una foto de hace 6 años [24_2_17] y es q encontré un Spray de pintura y pinte alrededor de una fuente del barrio de la PIOVERA [donde me fotografié con él jugador de Basket ROMA_Y q le puso un tapon a JORDAN contra el TABLERO en LA FINAL de LOS ANGELES'84 y q me firmó un autógrafo con 13 años en el PARADOR NAZIonal de CUENCA al borde de un PRECIPICIO q visite en MAYO 2022 camino de ASCENDER a su CRISTO donde puse la camiseta de USHUAIA FIN DEL MUNDO..y donde vive o vivia LUZ CASAL PAZ así como en su IGLESIA NUESTRA SEÑORA DE LAS AME_RICAS fotografié SOLO QUIERO TU DINERO la noche de mi año 45=28_11_16=accidente AVION LA MIA con el CHAPEOCENSE]..CRISTO VIVE y días después lo fotografie con las películas post_apocalipticas SEGUNDO ORIGEN [centrada en BARCELONA donde sale el PUTO NOU CAMP DESTRUIDO y un adolescente NEGRO se FOLLA a su PROFESORA DE INGLES en un BANQUILLO Y JUEGA CON LA PUTA COPA DE LA CHAMPIONS LEAGUE..película en cuya preparación murió bigas LUNA de LEUCEMIA] y EXTINCTION [centrada en una ciudad llamada HARMONY] donde sale Clara LAGO a cuyo EXnovio Dani ROVIRA le salió cáncer tras RODAR "100 METROS" [basada en mi compañero de colegio BRISTOL junto a la citada fuente pues fumaba y le salió ESCLEROSIS MULTIPLE x lo q hizo la apuesta vital de Matarse corriendo, nadando y montando en BICI al hacer un IRONMAN] y SUPERLOPEZ
Luego al azar me recuerda el pub O'CLOCK [con una esfera de reloj tipo BIG BEN que cambiaba de color] en SEVILLA en 2014 y una bici BOOMERANG en la calle SAN ELOY de SEVILLA en cuyo bar HOMONIMO me fotografie con entrenador CAPARROS [al q salio LEUCEMIA] q hizo debutar al malogrado PUERTA [q con 22 años tenía embarazada a su novia de 42 años cuando murió yendo al funeral con camiseta de GSUS=JESUS], Sergio RAMOS [Nacido en CAMAS y cuya mujer PILAR RUBIO q lo entrevisto en disco KAPITAL=DINERO Y VITAL..fue novia x 10 años del cantante de HAMLET q es 16 años mayor..hasta q publico CD LA PUTA Y EL DIABLO] y JESUS NAVES digo NAVAS..y el cual nació en UTRERA como malogrado J.A. REYES [autor junto al retirado x problemas cardíacos AGÜERO=PRESAGIO..de los goles de ATLETI de la SUPERCOPA DE EUROPA 2010] y de donde es el grupo LOS MUERTOS DE CRISTO
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elizabethonetwo · 2 years
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Aquella noche.... (18+)
Era tarde, salí de trabajar y me dirigía a la casa de mi novio. Hacia frio y yo vestía una falda negra y una remera ajustada al cuerpo color rojo. La calle estaba solitaria, había autos pero no como de costumbre.
[en casa]
Llegue a la puerta del departamento, puse las llaves y abrí la puerta. Estaba todo oscuro. Camino a siegas a la habitación y prendo la luz.
Vi a Alexander tirado en la cama, dormido. Apague la luz y fui al baño. Me saque la ropa, luego el brasier, mis pezones estaban parados por el frio. Luego mi tanga color negro, dejando mi genital descubierto por completo. Abrí la ducha y me metí a la bañera. El agua caía por mi cuerpo, el agua tibia. Mi cabello corto hacia que al agua caiga por mi trasero, me coloque el shampoo y masajee mi cabello con las yemas de mis dedos. Al salir agarre las toallas una para mi cabello y otra para mi cuerpo. Me dirigí a la habitación para buscar mi vestido de seda para dormir. Cuando lo estaba por agarrar sentí la mano de Alexander detenerme y decirme:
-Te quedaras así, hoy toca jugar, muñeca...- me agarro de la cadera y me saco la toalla del cabello, dejándola caer en mis pies.-
-Que haces despierto tan tarde...?- dije dándome la vuelta. Sus ojos verdes estaban clavados en mi, su cabello negro despeinado, y sus manos suaves pero a la ves fuertes.-
-Eso no es importante...toca jugar, muñeca- diciendo eso me beso el cuello y me lleva la cama que se encontraba detrás de el.
me siento y el se me sube en cima, haciendo que la toalla se me desprenda del cuerpo. Mis pechos quedan al descubierto y el sonríe. A continuación me besa los pechos y luego muerde mis pezones con delicadeza. Sentía como sus manos bajaban por mi cuerpo hasta llegar a mi parte femenina, sentía como el empezaba a tocar mi punto de placer haciendo que leves gemidos salieran de mi boca. Se saco la camiseta y su pantalón, bajo su bóxer y me metió su pene. Estaba duro, pero el lo sacaba y metía una y otra vez, primero despacio y luego movimientos fuertes. Gemidos salían de mi boca y también en la de el. Arañaba su espalda con mis uñas largas y afiladas, besaba sus labios calientes y carnosos.
Mis piernas estaban empezando a temblar, en algún momento me vendría, tenia que avisarle pero... no podía, no podía dejar de gemir por el placer que me causaba.
-m...e, me...- apenas podía decir algo.-
-te vas a correr?, si...yo también.-dijo en voz baja, su arrogancia era notable, su voz ronca también.-
cada movimiento era mas brusco, ya nos estábamos por correr. Un fuerte gemido salió de los dos al mismo tiempo. Se acostó alado mío y me apoye en su pecho, estábamos exhaustos, pero el había echo todo, ahora era mi turno de devolverle el favor. Espere unos minutos y me coloque frente a su masculinidad, el miraba... empiezo a mover mi mano de arriba abajo lento y luego voy subiendo la intensidad, el se retorcía por el placer, gemidos suaves salían de el. Era bastante satisfactorio tener el poder por algunos momentos. Introducir su pene en mi boca y lo lamia, me atragantaba con el en ocasiones pero seguía. Luego escuche como gimió de placer fuertemente.
El liquido blanco estaba por toda mi boca, era espeso y algo dulce, no me quejo, trague el liquido con facilidad y me reí al verlo agotado. Casi siempre era yo la que terminaba así, pero esta vez fue al revés...
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