Lamento el daño que te he causado.
Sé de las repercusiones
que ocasionaron mis inmadureces
al ser demasiado joven para conocer
las responsabilidades afectivas que conlleva el amor.
Jamás pensé que lo que consideraba divertido
son en realidad cortes al corazón
que forman heridas enormes.
Y estoy muy arrepentido de ello.
Y de los besos que te di
sólo para compartirlos con alguien más.
Y de las promesas que te hice sin seriedad,
y de las veces que las rompí
sin tener en cuenta
lo importantes que fueron para ti.
Y de las maneras en que te llamé amor,
a sabiendas que en mi corazón
había otros nombres tatuados.
Y de cómo te hice creer
que lo que me hacías sentir era único
cuando nunca le daba estimación al amor.
Y de los motivos por los que les hice derramar lágrimas
a esos ojitos dulces que tanto me gustaban mirar,
a causa de cosas que no puse interés,
pero que eran significativas para ti.
Y de cómo huía por miedo a enamorarme.
Y de lo mucho que mis acciones, errores y decisiones
desequilibraron tu estabilidad emocional,
provocando que no quisieras saber más del amor,
después de nuestra ruptura, por temor a repetir lo mismo.
Empezaste a cerrarte para que nadie destruyera
lo que tanto te costó reconstruir.
Creías que, si mostrabas tu vulnerabilidad,
tu mejor versión, te pisotearían de nuevo,
como yo lo hice.
Lo siento.
Y de la confianza que me tuviste
y yo simplemente traicioné
deleitándome con otros cuerpos.
Y de la fantasía de un final feliz que inventaste
y yo esfumé desilusionándote,
decepcionando tus expectativas.
Ojalá encuentres a esa persona
que te haga sentir amada incondicionalmente,
que te dé lo que te mereces:
paz y felicidad.
Y de los poemas que me escribiste
sólo para que cada verso terminara quemándose,
al convertirme en otra decepción amorosa.
Y de cómo no te idealizaba en mi futuro,
mientras tú ya hacías planes de nuestro hogar.
Y de la depresión que sufriste cuando te diste cuenta
de que lo nuestro no fue más que una etapa.
Y de lo que tuviste que ver para abrir los ojos.
Y del hecho de que sólo me fijaba en ti por tu físico,
pero nunca me preocupé por tus sentimientos.
Y de las peleas por celos que te armaba,
¿quién era yo para ponerme celoso?
¿Quién era yo para desconfiar de ti
cuando me diste todo y no lo valoré?
Y del imbécil que fui comparándote con otras chicas.
Créeme, me siento decepcionado de mí mismo.
Y, especialmente, lamento haberte generado
esas inseguridades que hacen que no quieras verte al espejo,
que te hacen pensar que nunca serás suficiente,
que te hacen creer que todo aquel que diga amarte
sólo jugará contigo.
Lo cierto es que tu amor es una obra de arte
que un idiota como yo no supo apreciar.
Me creí artista, y no entendía sobre el arte.
Probablemente ya no quieres saber nada de mí ahora,
pero si llegas a leer esto: te deseo lo mejor
y espero que hayas encontrado al indicado
que se haya enamorado de la bonita persona que eres,
porque sentimientos como los tuyos ya no viven
o son cazados por los infelices
que les gusta jugar cruelmente con los ingenuos,
haciéndoles creer que hallaron al amor de su vida.
Jamás digas que estás agradecida conmigo
porque nadie merece tener una experiencia
como la que te di, pero me alegra saber
que ahora lo piensas dos veces
antes de lanzarte a la piscina.
Mi karma será vivir con el remordimiento
de haber roto preciosos corazones como el tuyo.
Ahora que he madurado, soy más consciente de mis actos;
y si llego a experimentar lo mismo, lo tendré bien merecido.
Me comprometí a volverme mejor persona
para que - si tenemos un reencuentro -
notes lo mucho que aprendí de ti.
-Dark prince
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“Cada día es una pequeña vida”.
Horacio
La vida tiene tantos significados como experiencias existan, cada cual la define de acuerdo con cómo desea verla, sentirla y vivirla, en cómo afronta su día a día y, sobre todo, en las decisiones que toma. No hay decisión que resulte a corto, mediano o largo plazos el inicio de algo nuevo, incluso si eso que se elige es sólo una parte más del eslabón de otros acontecimientos.
Todo lo que elegimos cada día repercute en nosotros mismos, desde lo más insignificante hasta lo más complejo, desde qué elige uno pensar al levantarse hasta cómo decide hacer un recuento, al final del día, de lo vivido, por eso quizá tiene tanta razón Horacio en que cada día es una pequeña vida.
No hay fórmulas para el éxito, tanto los atajos como las elongaciones traen consigo siempre un final y una vuelta a empezar, lo importante es siempre esto último, respetar cada día y volver a empezar, con lo aprendido, con la lección, con los cambios, con las nuevas oportunidades. Habrá días buenos, otros que no lo son tanto, sin embargo, hay que seguir, lo interesante es elegir la actitud con la que uno elige hacerlo diariamente, pase lo que pase, ésa es la disciplina a la que debemos asirnos, porque no siempre se tiene quien lo anime o lo escuche a uno, cada cual tiene sus tribulaciones. Por eso insisto en que en la vida hay que tener la esperanza de los nuevos comienzos y el talento para seleccionar aquellas normas personales que le mantengan a uno en la disciplina de elegir lo mejor que le sea posible cada día.
Sin desmerecer cada norma electa, en lo personal, sí le digo, mantenga todo sencillo, alineado a los básicos que mejor le hagan sentir consigo mismo y le construyan. No hacer daño, ser feliz, hacerlo todo desde el amor, reconocer siempre la valía del otro, ser agradecido… Esas pequeñas cosas que a todos nos hacen bien.
En este mundo polarizado, donde todo parece, por un parte, tan permisivo y, por la otra, tan prohibido, hace falta tener un carácter muy bien definido para no sucumbir ante las tempestades, ante la incertidumbre, ante la velocidad de los cambios, pero también ante cosas tan simples como el temperamento de otros o sus manías o sus formas. Hay que aprender a mantener la calma, a dar lo que otros no dan: sonrisas, palabras de aliento, apoyo, una simple buena escucha, un “¿en qué puedo ayudarte?”, un “¿necesitas algo?”, un “gracias”, un “por favor”… Esos pequeños detalles que marcan la diferencia en nuestras vidas y en las de los demás, el respeto que todos merecemos, la claridad que todos pedimos, la verdad que todos necesitamos, el amor que todos podemos dar. Por eso hoy le invito a aprovechar sus días, a tomar buenas decisiones, a mantener lo genuino y simple de la vida, vivo, a estar en la vida de la mejor manera posible, a respirar más profundo, a mirar todas las caras de una misma situación, a ser fuerte, a ser disciplinado.
Sólo tenemos el pasado asegurado, ése no va a cambiar, quizá y con suerte podamos arreglar algo de sus consecuencias, pero poco más, hay que enfocarse mejor en el presente que edifica, en su premura diaria, el futuro. Agradezca cada tiempo, fluya y sienta la vida, no futurice nunca en vano, aléjese del hubiera y blíndese ante la apatía de otros, ante la negatividad, la confusión, los juicios o las críticas, reúnase con grupos que saquen lo mejor de usted, cuide su mente, su cuerpo y su vida espiritual… y manténgase enamorado, de su profesión o de su pareja, de un gusto o de lo que usted elija, y encuentre siempre ese lugar que le motive, le inspire, le saque una sonrisa y le permita un tiempo para conocerse a usted mismo mejor… el amor tiene eso… que de alguna manera nos muestra quiénes somos y de lo que somos capaces, yo lo hago con la vida, por eso la elijo una y otra vez sobre todas las cosas, en estos cada día que me permiten vivir tantas vidas. Como siempre, usted elige. ¡Felices reflexiones, felices vidas!
Paola Domínguez Boullosa
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Subaru Sakamaki Chaos Lineage Capítulo 4
[Capítulo 3]
Lugar: Mansión Violet, pasillo
Subaru: Llegamos, entra.
Yui: Ehm, pero… Subaru-kun, ¿en dónde estamos?
Subaru: Solo entra. Rayos, deja de perder el tiempo.
Yui: S-sí. Está bien…
Lugar: Mansión Violet, cocina.
Yui: (¿Por qué Subaru-kun me trajo hasta aquí?)
Kou: Oh, ya llegó. Bienvenida.
Laito: ¿Eh? ¿De verdad trajo a Eva?
Azusa: Te estábamos esperando… que bueno que viniste…
Yui: ¿Qué hacen todos aquí?
Kou: ¿Qué hacemos? ¿Se puede hacer otra cosa aparte de cocinar en la cocina?
Azusa: Vamos… a preparar una fiesta de bienvenida… así que queremos que nos ayudes a cocinar…
Yui: ¿Una fiesta de bienvenida…? ¿Viene algún invitado?
Kou: ¡No! ¡Es obvio que es para celebrarte a ti!
Laito: Escucha, hemos reflexionado y estamos arrepentidos. Lamentamos haberte encerrado en el calabozo.
Laito: Por eso considera esta cena tanto como una disculpa, como una celebración de bienvenida.
Kou: Es una orden de Carla, así que no te preocupes. No estamos haciendo esto solo porque se nos antojó.
Laito: Aunque nosotros no sabemos cocinar nada complejo, así que incluso si eres la protagonista tendrás que ayudarnos.
Yui: Pues…
Yui: (Jamás imaginé que estarían haciendo algo así…)
Yui: (Están organizándome una fiesta de bienvenida.)
Yui: (¿Y Subaru-kun…?)
Subaru: …
Yui: (Lo sabía, sigue de mal humor. Me pregunto si estará en contra de esta fiestaa. Ayer estaba muy enojado.)
Yui: (No, no tengo que pensar negativamente. Debo aprovechar que el resto está preparando todo esto.)
Yui: Los ayudaré con gusto. Preparemos algo delicioso.
Kou: ¡Que bien!
Laito: Habría sido aburrido estar encerrado en la cocina con puros hombres.
Laito: Así que me hace muy feliz que nos ayudes, Eva.
Azusa: Sí, es un alivio…
Yui: (Ahora que lo pienso, no todos son buenos cocinando.)
Kou: Muy bien, entonces Eva, tu encárgate de picar los ingredientes.
Yui: Oigan, ¿hasta ahora quien se ha encargado de cocinar?
[Si tocas las flores:
Cabeza de Yui: ¡Oye! ¡No te distraigas! Podrías cortarte.
Mano de Subaru: ¡Deja de mirarme! ¡¿Es tan extraño verme cocinar?!]
Kou: Pues hemos colaborado los 4.
Kou: Pero Laito de inmediato se va a otro lado, mientras que Azusa y yo somos mejores comiendo que cocinando…
Kou: Mientras que Subaru-kun aunque sea a regañadientes se queda cocinando hasta el final, aunque sinceramente no le queda muy rico…
Subaru: ¡Pues lamento que sepa mal! ¡Entonces cocinen ustedes!
Kou: Miento, miento, contamos contigo, así que sigue esforzándote por nuestro bien.
Subaru: No bromees, te mataré.
Yui: Fufu… Que confiable eres, Subaru-kun.
Kou: Y eso que es el menor.
Laito: Es un buen chico.
Azusa: Subaru… es una buena persona…
Subaru: ¡De verdad que son un fastidio! ¡¡Deja de reírte Eva!!
Es que se me hace tierno♟
Disculparte♙
Es que se me hace tierno:
Yui: Eeeh, que tierno…
Subaru: ¡¿Aah?!
Yui: (Pensé que era tierno y como lo dije se enfadó.)
Subaru: ¿…Qué?
Yui: Lo siento, no es nada.
Disculparte:
Yui: Perdón Subaru-kun, fue sin querer…
Subaru: Tampoco tienes que disculparte.
Yui: E-es verdad.
Subaru: Oye, no te pongas tan triste. No estoy enojado.
Kou: Pese a ser tan maleducado eres muy amable, Subaru-kun.
Yui: (Incluso si aparenta ser un lobo solitario, en realidad es alguien muy cariñoso.)
Fin de las opciones
Yui: (…Me sentí un poco mejor tras reírme. Hoy no me sentí tan incómoda.)
Yui: Subaru-kun, voy a ayudarte, así que esforcémonos juntos.
Subaru: Tch… Bueno, está bien.
Subaru: Entonces, dame lo que cortaste.
Yui: S-sí.
Yui: …Oye, ¿está bien que lo haya cortado de este tamaño?
Subaru: ¿Ah? Ah… Creo que está bien. Espera, ¿por qué me preguntas a mí?
Yui: P-pues, porque eres quien mejor cocina en este grupo…
Subaru: Pero si la cocina es tú especialidad.
Subaru: …La comida te queda más deliciosa a ti.
Yui: (¿Eh…? ¿Qué acaba de decir…?)
Yui: (¿Me queda más deliciosa a mí? Pero si no he cocinado nada desde que llegué.)
Yui: (¿Acaso está recuperando sus recuerdos…?)
Yui: Oye Subaru-kun, ¿cómo es que sabes cómo cocino?
Subaru: ¿…Ah?
Yui: Es que acabas de decir “la comida te queda más deliciosa a ti”…
Subaru: …
Subaru: Pues… tuve ese presentimiento. Solo eso…
Laito: Ah, ¿acaso intentas llamar la atención de Eva halagándola?
Kou: ¡¿Eh?! ¡¿En serio?! Subaru-kun es todo un estratega.
Subaru: ¡No digan tonterías! ¡Dejen de parlotear y pónganse a trabajar!
Azusa: Tiene razón… si nos tardamos… Carla se enojará…
Laito: Ya estoy harto de los regaños de Carla. Aunque sea un fastidio me tomaré en serio la cocina.
Kou: Sí. Contamos contigo, Eva.
Yui: Bien, ¿entonces podrían decirme cuál es el menú de hoy?
Kou: Claro.
Laito: ¿Y si mejor Eva cocina todo? No tiene sentido que la ayudemos.
Subaru: Ni hablar. Oye Laito, ni se te ocurra escaparte hoy.
Azusa: Eva… Contamos contigo…
Monólogo:
“Empezamos a preparar la fiesta de bienvenida en medio de un aura amistosa.
Al hacer esto parece mentira que estemos viviendo una anomalía.
Unos recuerdos alterados y una relación de hermanos falsa. Pese a que sé todo eso, me divertí cocinando.
Como no estoy acostumbrada a esta cocina las cosas no me salieron igual que siempre.
Pese a eso pude terminar de cocinar y fuimos capaces de dar comienzo a la fiesta de bienvenida.
Tras limpiar la cocina fuimos al comedor.
Y cuando terminamos todo Azusa-kun fue a la habitación de Carla-san para traerlo.”
Lugar: Mansión Violet, living comedor
Carla: ¿Estamos todos?
Azusa: Sí…
Carla: Veo que les ha salido bien la comida.
Laito: Esta es la única tarea que siempre nos obligas a hacer. Eres injusto Carla.
Carla: ¿Acaso quieres que yo cocine? Además, siempre les he encargado las tareas del hogar.
Kou: ¿Eeh? Más que encargárnoslas nos las impone…
Azusa: Carla es quien arma los planes de batalla… así que tiene… mucho en qué pensar…
Kou: Tienes razón Azusa-kun. Ya lo sé.
Laito: Carla tiene gustos raros. Mira que querer pelear para ser el rey supremo. Que fastidio.
Carla: Como soy el hijo mayor de los Violet tengo el deber de liderarlos y protegerlos.
Carla: Además, no existe nadie más que merezca el título de rey supremo.
Kou: Para ti es natural posicionarte encima del resto, así que creo que estás hecho para ese rol.
Laito: Nació para ese puesto.
Yui: (Carla-san es el hermano mayor de ellos… Lo sabía, verlos como hermanos se siente fuera de lugar.)
Yui: (Me pregunto si ninguno de ellos es capaz de recordar quienes son sus verdaderos hermanos.)
Yui: (Especialmente Carla-san, él es un fundador, no un vampiro…)
Yui: (Pero bueno, se tomaron la molestia de preparar esta fiesta de bienvenida.)
Yui: (Así que por ahora me aseguraré de agradecerles.)
Yui: (¿…Eh? En mi servilleta hay una linda flor decorándola.)
Yui: (No hay ninguna decoración en las servilletas del resto. ¿Alguien habrá decorado especialmente la mía?)
Yui: (¿Esto también forma parte de la bienvenida? Si es así, entonces me hace muy feliz.)
Yui: (Demuestra que piensan en mí.)
Carla: Muy bien, ahora que ha empezado el banquete, hay algo que me gustaría decir. Eva—
Yui: Sí, ¿de qué se trata?
Carla: Perdona nuestra descortesía.
Yui: ¿Eh…?
Yui: (¿Carla-san se está disculpando conmigo? ¿Por qué…?)
Carla: Eres valiosa para esta casa. Es por eso que quiero volver a darte la bienvenida.
Yui: …
Yui: (Valiosa… Lo dice porque soy Eva.)
Yui: (Ha desistido de encerrarme en el calabozo y obligarme a cooperar.)
Yui: (¿Y ahora intenta que me una a los Violet por voluntad propia?)
Yui: (Carla está haciendo todo esto para poder convertirse en el rey supremo.)
Yui: (Si ese es realmente el caso… entonces estoy en una posición compleja.)
Yui: (Es probable que en realidad hayan armado esta fiesta de bienvenida con esas segundas intenciones.)
Yui: (Sin embargo, tras haber visto a todos divertirse se me dificulta rechazarlos.)
Yui: (Al menos por ahora debo agradecerles de corazón por haberme preparado esta fiesta…)
Yui: (Sin importar cuáles sean sus verdaderas intenciones…)
Kou: Azusa-kun, si no te comerás eso, entonces me lo quedaré yo.
Azusa: Ah…
Kou: Jaja, ya me lo comí.
Yui: (Ah, Kou-kun le robó la guarnición a Azusa-kun.)
Subaru: Oye Kou, ¿cuántas veces debo decirte que no le robes su comida a los demás? Ya deja ese mal hábito.
Laito: ¿No quieres detenerlos? Es cierto que es bueno que sean animados, pero así no podremos comer tranquilos.
Carla: No me importa. Deja que hagan lo que quieran.
Laito: No, de verdad creo que deberías detenerlos.
Carla: Yo no soy nadie para imponerle al resto cómo deben comer. Déjalos hacer lo que les plazca.
Subaru: Normalmente uno se quejaría de los malos modales…
Yui: (Estoy segura de que Ruki-kun los detendría.)
Yui: (Pensé que Carla-san sería más estricto con la etiqueta en la mesa, pero parece que en realidad es más relajado, que inesperado.)
Yui: (Aunque supongo que es porque nunca ha lidiado con gente como ellos.)
Yui: (O tal vez sea porque Kou-kun y el resto no son sus verdaderos hermanos. Quién sabe.)
Kou: Si Laito-kun me da de su guarnición prometo guardar silencio.
Laito: …Pues Subaru-kun tiene cara de querer darle su guarnición a sus hermanos mayores.
Subaru: ¡Claro que no! ¿Por qué yo…?
Azusa: …Subaru.
Subaru: …Ngh. No, no caeré ante esa cara.
Yui: Fufu. Kou-kun, Azusa-kun, si quieren puedo darles de mi comida.
Azusa: ¿Eh? ¿Segura…? Eres muy amable, Eva…
Kou: ¡Genial!
Subaru: Oye, no los malcríes.
Carla: ¿Segura Eva? Tú eres la protagonista de este evento.
Yui: Sí, ya estoy satisfecha.
Carla: Entiendo. Entonces haz lo que gustes.
Kou: ¡Gracias Eva!
Azusa: Soy muy feliz… gracias…
Yui: De nada. Verlos tan felices hace que valga la pena haber cocinado.
Yui: (En este lugar no solo han perdido sus recuerdos, sino que ahora sus relaciones familiares se han vuelto extrañas…)
Yui: (Sin embargo, esta vez parece que todo está bien.)
Monólogo:
“No creo que la situación actual sea buena. Pero solo por ahora quiero apreciar este momento de paz.
Al ver a todos ser tan amables y alentadores mi soledad logró disminuir.”
[Capítulo 5]
[Masterpost]
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