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#relato sobre papá
versuasiva · 1 month
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un año más, sin papá.
tres años, tres años..
hace tres años estaba con el corazón atravesado, muriendo en vida, dejando mi alma en manos del destino a mi corta edad.
hace tres años, el mundo paró.
han sido tres años, conviviendo con la palabra “muerte” y creyendo más de lo que debería en las almas después de esta.
hace casi tres años, me fui de mi país, porque la idea de no estar junto a él, sin mi única protección, me rompía.
tres años, caminando por la vida con dos maletas, viajando con una mochila, dos fotos de él y una buena playlist.
tres años, mirando el sunset, tocando el mar, que me permiten cerrar los ojos y verlo, sentirlo a mi lado.
tres años, comunicándome con él, a través de canciones, hablándole sutilmente y esperando sus señales musicales.
y aunque el dolor me atraviesa, como si hubiese sido ayer cuando lo tenía en las manos,
cuando mi amor pudo y derribó todos los impedimentos para verlo unos minutos más en ese hospital,
tuve que fingir ser enfermera (con el uniforme de una de ese hospital y pedir el carnet a una de ellas) para sólo así entrar a sala de cuidados intensivos, la cara de mi padre al verme, está tatuada en mi corazón, ese momento.. esos últimos abrazos, esas palabras,
no era la primera vez que pasábamos una situación asi, él en el hospital y yo cuidando de él. pasamos unas cuentas veces más así, tanto, que..teníamos un chiste en común para esas situaciones, yo le decía: “¿papá no te vas a morir, no?” y él me respondía siempre “no todavía no, no está en mis planes morir, mi amor” seguido de risas.
ese día, hace tres años, fue diferente.
no hubieron risas.
tengo las últimas fotos, siento el último abrazo, siento las oraciones, entre lágrimas y ataques de ansiedad.
recuerdo tanto y quiero llevarme tan poco.
recuerdo tanto y quiero regresar el tiempo.
fui la mejor hija y él, el mejor padre, con el tiempo entendí que..las historias hermosas, también tienen final y hoy quiero pensar, que nuestro final, se encuentra ahí, arriba, entre las estrellas infinitas, donde termina el mar y se pone el sol todas las mañanas.
cuando cierre mis ojos y de mi último respiro aquí, iré feliz hacía él, cantando en voz baja..
“Al partir un beso y una flor
Un "te quiero", una caricia y un adiós
Es ligero equipaje
Para un tan largo viaje
Las penas pesan en el corazón
Más allá del mar habrá un lugar
Donde el sol cada mañana brille más
Forjarán mi destino
Las piedras del camino
Lo que nos es querido siempre queda atrás
Buscaré un hogar para ti
Donde el cielo se une con el mar
Lejos de aquí
Con mis manos y con tu amor
Lograré encontrar otra ilusión
Lejos de aquí”
y ahí, sólo ahí, cuando lo vuelva a ver, me volveré a sentir viva, porque, estaré nuevamente, de la mano, con el amor de mi vida.
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ocasoinefable · 10 months
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Había un librito sobre aquel estante, de un tono gastado y con una manta encima, estaba debidamente guardado. custodiado de alguna manera por una espacio limpio y en blanco, con verlo se sabía que nadie se atrevería a tocarlo, ni permitir que el viento lo hiciera caer o un animal visitante en aquella casa lo bajara de su lugar. Lo detalle con cuidado; no muy grueso, de un tamaño regular y con un separador quizás en la pagina 209 de las 300 que supongo que tenia ... Solo el plegable de las hojas podía ver; una cubierta clara de azul, uno que otro tono cenizo y café, la manta era blanca también y con un bordado largo y delicado. Pensé en los ojos de quien lo leía, debían ser alegres y risueños, todo en aquella casita lo era (desde su aroma a chocolate caliente entre el aire, a la música delicada que al parecer siempre estaba encendida, flores y detallitos hogareños adornado los estantes y las paredes) sentí una especie de sonrisa y cosquilleo entre las manos y la sonrisa, me dejé caer en las manos poniendo los codos en las rodillas, y dejé libre la sonrisa... El primer relato que escuche, fue un relato contado en la voz casada de mis padres, pero cariñosa con su debida reflexión, la primera vez que leí un libro, lo encontré en el suelo del colegio; llevaba días sin dormir, estaba triste y desolada, angustiada entre los bombillos rojos, del agite y la preocupación del caos en el entorno, estaba con un nudo en la garganta, eran tiempos difíciles aquellos, me mantenía con un deseo de gritar y dejarme en la voz; buscando un momento dónde pudiera ser niña y reír sin cometer una indiscreción, ya que no era el momento, porque el mundo me demandaba, porque sabía que tenía que ir a comprenderlo de un solo golpe, abrí el libro y comencé su lectura; "El túnel" Ernesto Sábato, me adentro de una manera distinta y suave en lo que a mi vida había comenzado a vivir, encontré reflexiones y con un poco de su ayuda comprendí y me aconseje en las líneas convenientes. luego seguí con algo de filosofía; su ir y venir me hizo un lugar donde platicar, meditar y proseguir. luego poesía; lengua con formita redonda de un turrón, reí con su sabor sin igual ... luego seguí con algunos cuentos de fantasía; salían de los lomos de los libros, una concierto de mariposas, y ya más adulta cuentos infantiles; volví con mis brazos a jugar con crayones, soñé y solo salte, solo mire por la ventana y encontré las manos de las hojas saludando cuando las mueve la brisa. Una risa me hizo volver...
-¿ También te gusta leer..?
Era un pequeño, con una risa en sus ojos, un tono de voz alegre y vivas
- si, mucho. ¿Lo lees..? ¿De qué se trata?
- ¡sip, Lo estoy leyendo!, son cuentos maravillosos... Hablan de hadas, también de lo que ríen las flores y dónde guardan sus besos. Me gusta mucho, sobre todo cuando se lo cuento a los otro niños y reímos, cuando vuelvo sobre una línea una y otra vez y está ahí mágicamente como el primer momento, o cuando parecen agitarse con mi latir, también me gusta cuando sonrió y siento que alguien en algún momento también sonrió, también encontró un lugar mágico. ¡ya se, espera!, ¿sabes que es lo que más me gusta?; que es como esos momentos que vives, así como cuando te abrazan y de repente te das cuenta y te sientes abrazado, así como cuando lloras y tienes ese momento de lucidez en el que te hallas llorando y sientes un descanso, como reír y de igual manera te sorprendes feliz, una emoción similar...
Solté una risa y el pequeño también rio.
-así como ahora.. -
Le dije, río nuevamente.. fue hacia al estante, tomo su libro y volvió llevando consigo una banca
- Te leeré un poco, antes que te vayas. Ya que mis papás te invitaron a escapar por la tormenta, son muy buenos, y no creas que lo digo solo porque son mis papás-
- lo son. Son muy buenos, e igual su hijo. Me encantaría, amo los libros. también te leeré algo.
abrió sus ojos sorprendidos, yo no llevaba mas que un chaqueta grande, unos zapatos mojados y un titiritar de frio. reí también, sintiendo como el calor de la risa se metía por mi espalda y me secaba la lluvia. le expliqué como una suave brizna en la voz.
-Aquí, en mis manos, ojos y voz... hay muchas historias, cuentos, poemas, líneas que aun no he escrito, en su mayoría son como arpón enganchando un espacio para regar la compresión, algo triste suelen ser mis historias, más aun te contaré una que te ría, o lo intentaré y siy veo que se pone algo embrollada... te pido ayuda, aprendo de ti y en lo posible tu de mí, "de la tierra siempre brota algo, como lo es en la vida" es un refrán de por ahí, ¿Qué te parece..?-
salto y con sus ojos como estrellas me respondió,
-!maravilloso!, siempre se aprende y se comprende si hay ganas de hacerlo, por eso me encanta los libros; siempre nos enseñan sea cual fuera su historia; son libros.
comenzó a leerme uno de los cuentos, la lluvia caía cada vez mas lenta, el frio parecía también recogerse... estábamos alegres en ese pequeño espacio; con el librito y las bancas.
"Abría la ventana castaña en las mañanas, regaba un capullo.. una semilla que encontró en el bosque; al llegar a su casa busco con desespero en sus bolsillos, por poco se hecha a llorar desconsolado, ya que recordó que solía andar con sus bolsillos agujerados por suspiros de mariposas; como le decía su ama cada que le remendaba de nuevo los bolsillos y añadiendo -muacho no los agüeres con el suspirar de las mariposas, que harto difícil es arreglarlos después- como se replicaba las palabras de su ama en esos momentos; <<oh mi semillita de hada, habría salido de ti una amiguita con quien estar y no cantar tan solito.. cantarte como ruiseñor al junco de los florecitas y verte reír>> pensaba el pequeño, con los ojos encharcados se quitó la camisa guardado un trozo de esperanza. Salto como saltamontes al encontrarla, bajo corriendo las escaleras, tomo una olla de su ama divina, forma en la que le decía cada que sabía su travesura le sacaría unas cuantas canas... La lleno de tierra, sembró la semilla y la dejo junto a la ventana, hablándole de como sería su despertar ...
Ocaso-Inefable
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"Los tres de West Memphis" (documental)
El 5 de mayo de 1993, tres niños de ocho años de edad cogen sus bicicletas para salir a dar una vuelta por el vecindario en la ciudad de West Memphis (Arkansas). Algunos vecinos los ven jugar sobre las 18:30. Sin embargo, el padre adoptivo de uno de ellos se teme lo peor cuando comienza a atardecer, los llama para volver a casa y no aparecen. Cuando llega la noche, amigos y vecinos de la zona deciden juntarse y hacer una búsqueda, con la esperanza de encontrar a los pequeños. Siguen desaparecidos.
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La mañana del 6 de mayo, la policía es la que se une a la búsqueda, con escasos resultados durante aquella mañana. Cuando ya se ha acercado el mediodía (son las 13:45), el oficial Steve Jones encuentra un zapato negro en un arroyo pantanoso que culmina en un canal de drenaje. La peor de las noticias está por llegar: los cuerpos de los tres niños, desnudos, atados de pies y manos con los cordones de sus zapatos y mutilados, aparecen arrojados en un rio.
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Los detalles del asesinato son suficientemente morbosos como para que no haya necesidad de adentrarse en ellos. Christopher Byers, Michael Moore y Edward Branch eran amigos, iban a la escuela Primaria, y uno de ellos todavía creía en Papá Noel y el conejo de Pascua cuando fue asesinado.
Así comienza uno de los casos más polémicos, injustos y plagados de errores de la historia de Estados Unidos.
Nos encontramos con un vecindario con sed de justicia y los medios de comunicación dispuestos a aplacar el hambre de información de cualquier manera. Las pistas parecen indicar que los perpetradores del crimen son tres adolescentes del barrio. Damien Echols tiene 18 años y es un joven al que le gusta el heavy metal, con aspecto oscuro y una extraña afición a los libros de rituales satánicos. Jessie Miskelley Jr., de 17 años, tiene discapacidad cognitiva y se pasa el día metido en peleas y actos delictivos. Por último, Jason Baldwin parece el más normal de los tres: un joven de 16 años infinitamente tímido, pero que, según sus conocidos, haría cualquier cosa que le dijera Echols, pues son amigos de toda la vida. Además, han dejado los estudios y tenían 'hobbies' extraños. Los relatos de los testigos eran inconsistentes, pero la prensa los dio por buenos.
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Damien Echols es condenado a muerte. Jason Baldwin es condenado a cadena perpetua. Miskelley también, más dos sentencias de 20 años cada una. A nadie le cabe duda de que los tres jóvenes han realizado un ritual satánico que ha terminado con la vida de los tres niños. La prensa ayuda a concebir esa imagen de adolescentes perturbados, los vecinos están dispuestos a creerla y la policía está dispuesta a usar la coacción.
No solo Echols conoce detalles del caso a la perfección, sino que finalmente Miskelley acaba confesando que los tres son los culpables del crimen. El problema es que Echols conoce los detalles por toda la información que previamente le ha dado la propia policía, y Miskelley tiene coartada y además le han prometido antes que, si confiesa, tendrá trato preferencial en la cárcel. Son condenados el 19 de marzo de 1994.
Mientras Echols se encontraba en el corredor de la muerte (donde aprovechó para conocer a la que primero sería su novia y después su mujer, Lorri Davis) y Miskelley y Baldwin en prisión, comenzaron a surgir las primeras voces que alertaban de las incongruencias del juicio. Joe Berlinger y Bruce Sinofsky dirigieron tres documentales que mostraban dichas incongruencias, conocidos como 'Paradise Lost', en los que se utilizó la canción 'Nothing Else Matters', de Metallica, como símbolo de la lucha.
No solo documentales, también comenzaron a escribirse libros sobre el caso y algunos músicos como Henry Rollins, Disturbed, la banda de 'metalcore' Zao o Disturbed sacaron canciones pidiendo que se 'liberase a los tres' y tratando el tema. Incluso otras celebridades como Johnny Depp los apoyaron, y Eddie Veder, de Pearl Jam, realizó conciertos a favor del trío y mantenía relación constante con Baldwin y Echols.
Mientras tanto, en 2007 se recogió ADN del lugar de los hechos y se comprobó que no coincidía con el de ninguno de los condenados, pero de nada sirvió. Los acusados continuaban en la cárcel y seguían perdiendo los juicios, pese al activismo de la mujer de Echols, la mencionada Lorri Davis.
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La doctrina Alford
Tras pasar 18 años en la cárcel, finalmente los tres de West Memphis pudieron acogerse a la doctrina Alford: una declaración norteamericana por la que un infractor responde a cargos penales no admitiendo culpa sino inocencia respecto al acto por el que se le acusa. En otras palabras, el acusado sigue asegurando su inocencia, pero acepta que existen evidencias que llevan a que haya dudas razonables y se le pueda acusar. Los tres condenados tuvieron que admitir públicamente su culpabilidad aun siendo inocentes.
Además de los documentales, las pruebas presentadas y los músicos a su favor, incluso dos de las familias de las víctimas se habían unido a la petición por liberarles. Fueron liberados con 10 años de sentencia suspendida tras haber pasado 18 en prisión.
Los chavales que fueron culpados por pintarse las uñas de negro y escuchar heavy metal, ahora son adultos que intentan llevar una vida normal, viven con sus parejas, viajan y han aprendido a conducir. Sin embargo, el caso a estas alturas sigue abierto: no se sabe quién asesinó, aquel 5 de mayo, a tres niños de primaria.
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papillondusoir · 23 days
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UN DÍA PARA RECORDAR A EDUARDO GALEANO
(Andan diciendo por ahí que un 13 de abril como hoy, pero de 2015, se apagaba para siempre el fueguito del querido #EduardoGaleano. Pero lo que sabemos, lo que sentimos, lo que deseamos, es que su fuego sigue vivo, encendiendo a cada lector y lectora que abre uno de sus libros como una ventana. Por eso, lo recordamos con sus propias palabras, como siempre...)
“El origen del mundo” (Un relato de #EduardoGaleano)
Hacía pocos años que había terminado la guerra española y la cruz y la espada reinaban sobre las ruinas de la República.
Uno de los vencidos, un obrero anarquista, recién salido de la cárcel, buscaba trabajo. En vano revolvía cielo y tierra. No había trabajo para un rojo. Todos le ponían mala cara, se encogían de hombros, le daban la espalda. Con nadie se entendía, nadie lo escuchaba. El vino era el único amigo que le quedaba. Por las noches, ante los platos vacíos, soportaba sin decir nada los reproches de su esposa beata, mujer de misa diaria, mientras el hijo, un niño pequeño, le recitaba el catecismo.
Mucho tiempo después, Josep Verdura, el hijo de aquel obrero maldito, me lo contó.
Me lo contó en Barcelona, cuando yo llegué al exilio.
Me lo contó: él era un niño desesperado, que quería salvar a su padre de la condenación eterna, pero el muy ateo, el muy tozudo, no entendía razones.
–Pero papá –preguntó Josep, llorando–. Si Dios no existe, ¿quién hizo el mundo?
Y el obrero, cabizbajo, casi en secreto, dijo:
–Tonto.
Dijo:
–Tonto. Al mundo lo hicimos nosotros, los albañiles.
Foto de Mariana Berger
#RevistaSudestada
#17añosEnLaCalle
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lacavernablog · 10 months
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Literatura infantil, de Alejandro Zambra
Literatura infantil (Anagrama, 2023) es sin duda la mejor novela del escritor chileno hasta la fecha.
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Ha dejado atrás experimentos narrativos, la metaliteratura, la tan mentada memoria latinoamericana, para presentarnos una obra de lo más personal sobre la paternidad.
Literatura infantil no es una revisión de la relación con su progenitor, aunque es imposible por varios momentos dejar de lado dicho vínculo, sino una revisión de él mismo como progenitor.
Un tema que está siendo o ha sido explotado por escritores de su generación: la versión de ser padre, no la versión de ser hijo. La ficción puede tomarse un millón de licencias para escribir sobre determinados temas (ya lo decía Flaubert que podía escribir sobre el alcoholismo sin ser un alcohólico, etc.) la paternidad y el cuidado del recién nacido y del niño es una experiencia tan entrañable como frustrante, y exclusiva. Sobre todo exclusiva.
Puedo imaginarme el desastre que habría sido para mí tener un hijo a los veinte años. Pertenezco a una generación que postergó la paternidad, o que la descartó de plano.
¿Podemos catalogarlo dentro del mundo de la autoficción? Dejemos esos términos de lado por ahora.
Hay un Alejandro Zambra (Santiago de Chile, 1975), escritor, narrador, poeta, que ha sido papá a los cuarenta y dos años. Lo considera tardío o no pero el proceso ha abierto una esclusa maravillosa de situaciones jamás esperadas, más bien, jamás vividas.
La paternidad vuelve a legitimar juegos que abandonamos cuando el sentido del ridículo consiguió gobernarnos.
***
La pandemia, el crecimiento del niño, los dos países como herencia cultural, Chile y México, país este último donde nació su hijo y vive con la madre (su esposa), las reminiscencias y anécdotas familiares y de la propia niñez del escritor condimentan esta historia. Sin embargo, vuelve de rato en rato a la literatura de la mano de Nabokov, Canetti, Huidobro, Woolf y Lawrence Sterne, Vallejo, Perec…, entre otros que a modo de epígrafes grafican el contexto buscando valimiento, respuestas.
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Lo de Zambra es una especie de dietario, un álbum fotográfico con miles de fotos desde el nacimiento del niño hasta el tiempo real del relato. No oculta nada, cualquier temor, cualquier sensación la libera.
En materia de crianza, en cualquier caso, el pánico de hacerlo mal es muchísimo más gravitante que el deseo de hacerlo bien… lo que realmente quiero no es vivir mejor sino vivir más. No morir tan pronto, pues.
Una historia de amor, el fútbol, las preocupaciones de los padres, de los abuelos del niño, ese interés constante, de por vida, por las etapas que ha pasado y pasará el niño marcan asimismo el tiempo del relato. Todo dista mucho del modelo patriarcal de las generaciones anteriores, porque hay una lectura no crítica, sino ilustrativa de nuestros propios padres hacia nosotros mismos.
Yo pertenezco a la categoría de los padres que todos los días quisieran dormir una horita más. Mi padre pertenece y siempre perteneció a la categoría de los padres madrugadores.
Vaya que esta novela también pudo titularse “Los problemas de Alejandro”, un libro en el imaginario del niño sobre su padre.
Existe un dicho: los hijos terminarán con los años pareciéndose a los padres. Real o no, bastante o poco, Zambra es consciente que Silvestre ha transformado su vida, y en el momento que llegue a leer este libro Silvestre le dará un abrazo como cada día cuando iba a recogerlo del colegio.
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touriscar · 8 months
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"Tierra llamando a los Skyletts"
¡Hola, lector(a)!
Bienvenid@ a este espacio de confianza para hablar de turismo y reírte un poco en el proceso con tu bloguera viajera “touriscar”. ¿Qué dices? ¿Qué no me conoces aún? Ni hablar, esto no se puede quedar así.
Soy touriscar, actualmente estudio la Licenciatura en Gestión del Turismo Cultural y Natural (curso 9° semestre), estoy a un pelito de rana calva de terminar. El deseo de viajar me ha acompañado toda la vida, puede que sea mi curiosidad o mi deseo de conocer el mundo entero. Igual, he tenido la oportunidad de explorar varios rincones de mi país y tantito fuera de él (esperemos pronto pueda ser más. ¡Hagan “changuitos” por mí!). Justo para eso es este blog, para platicarles de mis experiencias, aventuras, “chocoaventuras” y, pues ya de paso recomendarles y decirles el “que sí y que súper sí” en los lugares dentro de su lista de  “deseo visitar”, (como futura turismóloga, no creo en la existencia de un “NO hacer” cuando uno visita, el punto es conocer, ¿a poco no, mi gente?). Entonces, acompáñenme a este pequeño tour por mis recuerdos. Les prometo no se arrepentirán.
Mi primera anécdota por compartir es corta y ligeramente difusa. Ya sé, ya sé, mentí sobre lo “acordado” entre nosotros; seguro estaban ya al filo de su asiento esperando mis historias, sin embargo déjenme decirles que este relato de travesía, aunque corto, no deja de ser importante porque es el nacimiento de esta flamante bloguera.
Las primeras salidas son recuerdos superficiales, pues éstas se realizaron cuando era muy pequeña, a pesar de ello sospecho fueron de gran influencia para incrementar mi pasión por recorrer y deambular todo lo que nos rodea.  Una de esas escapadas fue mientras paseaba en familia, tenía escasos meses de nacida y aún no tenía un sentido muy marcado ni representativo de la palabra “viajar”. Sin embargo, ya me sentía enganchada por ello, tenía cierta mística para mí el recorrer la carretera y ver el pasar de los autos; tanto así, que mi primera palabra fue justamente “luz”, según mis papás la dije después de despertar y ver todas las luces moverse a mi alrededor.
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A partir de eso, el viaje y yo parecemos destinados a ir de la mano toda la vida.
Por el momento me despido, pero no lloren demasiado, volveré pronto; semanalmente para ser exacta y volveré con jugosas e informativas anécdotas de aventuras. Por ende, estén al pendiente querid@s skyletts, que la bloguera viajera acaba de llegar y no planea irse pronto.
Ciao ciao!
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callmealgol · 10 months
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Será que puedo? (17/07/2023)
Voy a aprovechar mientras todavía está fresco. A veces siento que la terapia no tiene mucho sentido. El psicoanálisis me lleva a problematizar lo que pensaba estaba estable, pero en realidad está herrumbrado.
Parece que grandes culpas caen sobre el peso de mis padres. Puedo intentar justificarlo con el relato que ellos también elaboraron, que estaban aprendiendo a ser padres. Pero hay muchas cosas que consigo explicar a partir de entender cuánto se equivocaron (y con ayuda de mi psicoanalista, claro).
Será que puedo apuntar el dedo? Cargarlos con lo que me pesa dentro y buscar una explicación? Será que la necesito? O sólo proceso lo que tengo adentro?
La inseguridad de los dientes, la fobia a las agujas, la pesadilla de los dientes explotando y cayendo, el evento de la aguja y la parálisis del brazo cuando tenía seis años, la profunda decepción del día que me recibí de la carrera y no estuvieron ahí, la forma en que me trataron cuando tuve mis crisis de pánico al perder el trabajo en la ed. pública. Todo parece estar ligado por un hilo invisible de decepción, de alguien que no me garantiza sostén y que siempre, de alguna forma, parece arruinarme la fiesta, arrebatarme de las manos lo que había cuidado con tanto esmero.
Será que el deseo insaciable también relacionado? La carencia del abrazo, la sed de cariño? Será que las imágenes que tengo en mi memoria de unos padres cuidadosos están modificadas para rellenar los vacíos que el desamparo fue dejando?
Siento, como le dije a mi analista, que sería muy hijo de puta llegar ahora y cobrar todas esas faltas. Ahora que mi viejo está con cáncer, que mi abuelo está con riesgo de muerte, que están intentando una vida más tranquila en la montaña. Me siento culpable de no sentir culpa por la posible muerte de mi papá. Y en parte entiendo que tiene que ver con esa relación que demoró tanto en construirse y que no estuvo para mí en momentos muy necesarios de mi juventud.
Es a través de estas faltas que fui caminando mis años y entiendendo en la soledad. En la soledad sólo estoy yo. En la soledad no hay decepción, ni juicios, casi que ni siquiera hay expectativas.
Hay algunas cosas que todavía quiero hablar con mi analista. Veremos como evolucionan mis reflexiones.
En otro orden de cosas, pasó un mes y muchas cosas cambiaron. Empecé terapia (como se puede ver), una vez por semana. También empecé a ir al gimnasio, por ahora 3 veces por semana. No siento que lo haga para estar marcado, sino para bajar un poco de peso y cuidar de mi estado físico. Como siempre, mis piernas dando orgullo y mis brazos pesadillas. Pero con calma y constancia (quizás el principal motivo para ir) llegaremos a mejor puerto.
En el trabajo, misteriosamente, todo se dio vuelta. Perdí grupos, otros van a empezar, algunos alumnos están de vacaciones así que voy a recibir menos plata en mi salario, pero no estoy llevando el control financiero. Y siento que prefiero no enredarme en eso este mes. Como soy bueno administrándome, conseguí juntar ahorros para finalmente tener un colchón. Así, puedo absorber esos momentos de menos ingresos sin endeudarme o entrar en pantalones apretados.
En relación a mis amistades, estoy sintiendo el calor viniendo de Rayssa y Paloma. Siento que hay un cariño mutuo y me reconforta mucho saber que la familia de Rayssa realmente me acoge como uno más, así como los brazos de Paloma siempre están abiertos.
Mi corazón parece haber entrado en hibernación. Nada de sentimientos profundos, un poco de sexo y se acabó la historia. No hay ilusión que pase a un grado importante porque no tengo ganas de entrar en algo nuevo por ahora.
Será que puedo manejar el timón?
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maraocbr · 11 months
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18/12/22 El día que lo vi llorar
Nací en año de mundial, quizás por eso el fútbol me eriza la piel y me llena los ojos de emoción, conocí la pasión desde la panza. Hoy la Selección Argentina de fútbol masculino se coronó campeona del mundo en Qatar y la emoción es total.
Vi el partido al lado de mi viejo y de D. Sentí los nervios de mi papá desde el instante en que puso un pie en mi casa y se acomodó en la silla. Lo abracé y le agarré fuerte la mano una y otra vez durante el partido porque veía que las emociones en cualquier momento lo desbordaban y temía que se volviera a desmayar como en el partido anterior.
Los primeros 70 minutos fueron tranquilos, con una Argentina siendo superior a Francia, dando una clase magistral de fútbol, ganando 2-0. Aaah, pero contuvimos el aliento cuando el rival hizo gol de penal y a los pocos minutos nos igualó el resultado. La frustración era total, ¿por qué siempre tenemos que sufrir?
Cuando Argentina otra vez tomó la delantera no alcanzamos ni a respirar porque en un abrir y cerrar de ojos nos volvieron a igualar. Intentaba pensar que en el fútbol se gana y se pierde, que es solo un juego, que estábamos jugando contra los campeones del mundo de Rusia 2018, que Argentina hizo un mundial espectacular. Ningún pensamiento era suficiente, el deseo era uno solo y cualquier alternativa iba a tener sabor a poco, a angustia, era imposible imaginar que salir segundos fuera suficiente de alguna manera.
En ese momento para mi y creo que para todos los argentinos que amamos el fútbol, a Messi o a la Selección, solo existían los 22 jugadores en cancha, la pelota, la hinchada incansable en el estadio y el relator. Alrededor de todo el país el silencio era profundo, como si estuviéramos sumergidos abajo del agua, hasta inconscientemente conteníamos la respiración.
Después de casi 50 minutos de sufrimiento llegamos a penales. La imagen de la web en la que veíamos el partido iba atrasada en comparación con la de la radio que papá escucha siempre a la par, D. salió al pasillo para controlar su ansiedad, nosotros muteamos el tele y nos quedamos con el relato de la radio, escuchando penal a penal.
Guardo esa imagen para siempre en mi mente, mi viejo y yo agarrados del brazo, cabeza con cabeza sobre su celular súper moderno que apoyado sobre la mesa y con unos auriculares inservibles como antena, nos transmitía la voz del Bocha Houriet relatando al detalle cada acción en cancha. En pleno siglo XXI en donde el nivel de tecnología es inimaginable, no teníamos imagen, éramos un padre y una hija que aman el fútbol escuchando por radio los penales de su selección, porque antes que ver los goles nos interesaba saber si éramos campeones.
Cuando el relator dijo “si lo hace Montiel es campeón del mundo Argentina” agarré el brazo de papá. Cuando el relator gritó gol, papá también gritó pero esta vez sin levantarse de su silla, al instante apoyó los codos en la mesa y se llevó las manos a la cara. Se puso a llorar, como un niño desconsolado. D. entró y lo abrazamos mientras se desahogaba, nunca había visto o escuchado a mi viejo llorar de esa manera. Lo vi en muchas circunstancias, incluso en momentos muy duros, pero ver a un tipo, que parece un roble, desmoronarse de esa forma, no tiene explicación. Aunque quisiera no lo puedo describir, su desahogo fue el desahogo de todo un país que vive el fútbol como vive la vida… CON PASIÓN.
COMO SI NO EXISTIERA NADA MÁS.
El relato del último gol:
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Manifiesto; Porqué comerciar con la tristeza.
En estos momentos tendria que escribir un par de relatos, pero heme aqui pues ya olvidé la última vez que comparti algo en este citio —claro no cuentan todas las publicaciones programadas que dejé—.
Advertencia: Este será un texto largo en español que no pretende otra cosa que aligerarla carga.
La mayor parte de los seguidores de este sitio no hablan español y me resulta curioso que el contenido con más interacción fuesen los comics de Wall-E además de Blade Runner y por último Cyberpunk 2077; siendo estos de tematica futurista, distopica o en síntesis Cyber punk. Después de dar una lectura a la Saga de Origins, 2019,2029 y la que está en emisión 2039 correspondiente a Blade Runner note la falta de creatividad dentro del mismo desarrollo de la saga, se han estancado en la estética propuesta por la cinta de Ridley Scott con un Blade runner a lo caza recompensas ochentero de gabardina café, amargado por la vida y dando esta busqueda por la perfección de la réplica de lo humano por los Nexus dejando de lado la verdadera cuestión que plantea Dick: Lo real y nuestra identidad, sin mencionar su obsesión por los cultos pues durante toda su vida se sumergio en distintas religiones y su fascinación por las pelirojas. Philip K Dick plantea un mundo futurista asotado por la destrucción consumista pues he ahi el título de Do Androids Dream of Electric Sheep? (sueñan los robots con ovejas mecánicas [Amazon adapto una serie de cuentos de Papá Dick y llamo a la serie Electric Dreams o sueños eléctricos por su traducción].
Las preguntas que plantea Dick en su obra son sobre el deseo de los androides, que se ve escenificado en toda la cinta con esta persecución de su propia identidad mientras que nuestro protagonista Rick Decard comprende que no necesita una oveja mecánica en el momento del final de la obra —que carese de monologo sobre las puertas de tanhauser— al encontrarse con una rana. Es este mismo deseo materializado el que engendra la problematica de las maquinas y que sin él no sucedería nada como el pecado que cometen Adan y Eva sin el cual nada de esto estaría sucediendo
Considero a sueñan los robots con ovejas eléctricas un texto maduro que puede llegar a cualquiera, pero no cualquiera lo comprendera y de igual manera Wall-E plantea en un nivel más amigable las problematicas de la perdida de lo que es humano. Lo que no entiendo es como los aficionados a nuestro pequeño robot se vieron atraidos y conflictuados por que el comic no se encuentre en español cuando en su 80% no hay diálogos y el 15% resultan sonidos mecanicos u onomatopeyas por lo que se entiende perfectamente la historia. Esto me hace reforzar la idea de priorizar el contenido en español del cual se carece en esta plataforma, no dejare de lado las novedades en ingles pues son lo que más atraen visualizaciones lo que si dejare en claro es que este no es un sitio family friendly, o familiar pues con forme realizo mis lecturas compartire el contenido en forma de capturas.
La razon de no compartir los comics completos es simple; que tambien se anime a la busqueda de dichos archivos, lo que aqui se comparte es una mera referencia y sobre todo un archivo de mis lecturas. Esto quiere decir que lo que pretendo con este blog es animar a la lectura desde una actitud autogestiva y ludica ademas de rescatar contenido que con el tiempo se olvida como recientemente me paso con la película El corazón de la noche del cual no hay archivo para visualizar siendo esta una película mexicana que pasara sin gloria hasta quedar olvidado por la industria de las productoras ademas de encarar a las grandes editoriales con su mostruosa censura que ha tirado blogs que comparten sus libros por falta de ellos en latinoamerica.
Asi es seguiré puntualizando la belleza del español y me posicionare frente a la industria con sus precios abusivos y su mala traduccion que nos proporcionan; con un salario minimo de 80 pesos cuando una familia promedio consta de 4 integrantes mas mascotas teniendo que gastar 300 a 400 pesos mx por un libro es una barbarie de la industria chupa sangre. En promedio las grapas estan entre 69 pesos mx en una serie de 12 titulos son 600pesos mx si bien nos fue; todo esto por titulo cuando son de nuestro interes quizas unos 4 o 5 en simultaneo mas la aparicion de los copilados y pastas duras que son de 260 a 400 por volumen. Si hacemos cuentas que la distopia sea lo que más mueve en este espacio es risible.
Apenas se aperturo una convocatoria con esta misma tematica en la que se insta a escribir desde Blade Runner y La primera venida de la soledad (citado como el texto que inaguro el cyberpunk en latinoamerica y ser dichosamente mexicano) para hablar de perspectivas ecopositivas o en favor de un futuro en el que la humanidad no acabo con el mundo. Me es ridículo que en primer lugar conseguir el texto despues de su redición en el 2020 sea complicado, no hay existencia digital siendo tan importante como se dice al inagurar el cyberpunk en Latinoamérica, es entonces cuando descubro que la ed planeta tiene que ver con la reedicion y el titulo que porta. Es una novela que quisiera leer no por como dicen ser la que fundamenta el cyberpunk sino por el personaje principal que se llama Zorro (si no se han dado cuenta de mi fanatismo por los zorros que hace aquí). Como decia que una editorial tan importante y quiero poner " " pues demuestra su gran poder para censurar su contenido digital y complicar su accesibilidad a la lectura. Si encuentran libros de ed planeta probablemente a nadie le interesan :v , el texto de la primera calle de la soledad es del año 93 un año antes de mi nacimiento lo que realmente justifica no la conozca y me sea complicado conseguir en físico, mis conocimientos de Philip k dick se dan por el basto contenido liberado en la web y en español aunque tuve que traducir the man in the higt caslte pues aun no llegaba hasta que fue el aniversario de blade runner, pero llego y fue abundante en cambio un texto que no tuvo que ser traducido se encuentra perdido ME ES RIDICULO.
En el hombre en lo alto del caatillo dice que aquel que se pregunta por su locura no puede estar loco, yo digo que la industria que no se pregunta por su contribución a la cultura es porque la está matando.
Tanto origins como 2019,2029 y la actual 2039 no han llegado a México y el conocimiento de la secuela de blade runner en libro tanto el 2 como el 3 dudo se comparta a menos que conozcan sus archivos digitales pues no fueron escritos por Philip k Dick.
Me encuentro trabajando otros textos de cyberpunk como Elefantman, la saga de Valiant (que es una editorial de comics al igual que la casa del pingüino, empeñados en dejar la cultura al acceso de unos cuantos) y en definitiva Cyberpunk 2077 de cuya saca tengo un vacío muy grande pero ya le voy tomando un poco.
Abra contenido de todo tipo, lamento si lo erótico les incomoda pero me he convencido en los ultimos meses de que es parte del arte y la censura no aplica aqui pues puede que en esas ilustraciones aprendamos algo.
Debi presentarme en cuanto retome Tumblr despues de que me robaran la anterior cuenta y la eliminara, ya habia llegado a los 120mil seguidores compartiendo frases de textos y películas que rescate lo cual me entristeció no por el número de alcance sino por los textos, frases y pensamientos que no volveré a tener la dicha de poseer.
Lo pense mucho si seguir aqui o no y quiero compartir un poco, que no se pierda del todo lo que leo y que tambien le sea util a alguna persona despertando su curiosidad por algún tema.
Por eso el Buhonero Da zorrow; por un personaje que me marco mucho en la adolecencia, el buhonero de RE 4 como olvidar aquel Welcome Strange, Not enough cash stranger... bienvenido extranjero, no hay suficiente dinero, extranjero. Da por su sonido fonético de the y zorrow que es sorrow pero con el juego de palabras con zorro, que se traduce como pena o dolor, tristeza como dice indio solari en una de sus canciones, soy un ladron que robo dolor, o opium tea: sabes que no soy el tipo de chicos que buscas, que te trate como una reina, aunque sea un poco hijo de puta, tú sabes que yo solo soy un traficante de tristezas, una cerilla sin cabeza, un muerto que ha aprendido a andar...
A grandes rasgos esa es la razon del porque traficar con tristezas, tomar de las cenizas y plantar cara a la inminente destruccion.
De una manera que se entienda, aunque no hablen español es que aqui pretenderemos desde lo más clandestino dejar un poco de cultura al mismo tiempo que expandamos el conocimiento. Someta las cadenas del cosumismo en mazas y la censura de la industria.
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versuasiva · 4 months
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cartas al cielo
mientras recojo mis lágrimas al coger mi pluma y sacudirlo en el tintero,
una luz me parpadea y proviene de la hermosa luna, esa que mirábamos cuando era niña y me decías “cuidado que si no te portas bien, te perseguirá”, esa luz lunar que abrigó nuestras navidades,
esa luz que me permitió escribir pontenciales best sellers y que por vergüenza, aún no publico,
mientras escribo esto se me viene a la mente muchas memorias, pero preguntas como ¿cómo estás? ¿cómo te sientes? ¿estás junto con ellos? ¿los cuidas?
sí, ahora son dos.. lo debes saber muy bien, estoy segura que los tienes en tu regazo, mientras los haces escuchar música celestial.
pero..¿comiste? ¿alguien ya te hizo reir con sus malos chistes como yo?
por favor, no comiences a llorar, sigue leyendo,
te escribí más de cien cartas en diferentes fechas, cuando estabas aquí, en el mundo terrenal y esta no es la excepción,
hoy estuve nostálgica,
por eso te escribo,
porque me cansé de nuestro chat sin respuesta en el whatsapp desde que te fuiste,
donde te cuento el más mínimo detalle de mi vida,
me cansé de no publicar mis cartas para ti,
pero dime, ¿conoces a amy?
nuestra diosa, nuestro amor más grande en común a parte del nuestro,
y..¿sigues tocando? imagino que si,
aprendí por fin toda la letra de sabor a mi y ya me salen los agudos de ‘a fuego lento’ también aprendí a subir el tono de trátame suavemente pero no estás aquí para corregirme como siempre, bua
si..
también, lo sé, disculpa,
ahora hablo un poco por momentos como española, lo odias, lo sé.
perdona,
valerie la alienada haha, la des-barrancada.
¿recuerdas?
y si,
por fin,
me alejé, no lo volví a intentar tranquilo, desde hace cuatro años no tengo más esos pensamientos, recuerdarlo, sigo así.
pero…
¿cómo me ves?
últimamente no te comunicas mucho, aunque te busco, en diferentes emisoras, playlists, hace tiempo no me dices “estoy aquí” te extraño sabes..
ohhhhhh,
¿viste? esos lugares hermosos a los que te llevé,
por fin se cumple todo lo que hablamos en pandemia,
por fin,
por fin,
por,
por ti.
sólo por ti…
perdona si hace semanas no fui fuerte, prometo que hice hasta lo imposible para cumplirte tu gran sueño, de verme en esa hermosa etapa,
perdona.
son casi las tres de la mañana y tengo que irme pero gracias por leerme, mañana escribiré otra carta, porque, ya entendí que no estoy sola y que tu siempre vas a estar conectado para mi.
gracias por leer una carta más de las miles que vendrán.
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ocasoinefable · 2 years
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Las veces que lo he sabido. Ha sido para matar el tiempo, para emboscar y atraparle entre risas. Me encandila la forma en la que se alumbran los ojos al escuchar un relato, se agolpa la ternura y quiero reír a los gritos de los grillos. Después de acabar recuerdo la voz pesada de mi papá susurrando algún mito para hacerme reír. Ahora al ver hacia sus ojos siento que soy yo quien inventa una sonrisa para si, para ellos y nosotros. Me gusta ver el indicio de emoción entre la soledad de dos paredes pegadas a las manos, de un libro a su borde oprimiendo líneas y soltando, ese sabor a pregunta, a duda e inquietud, esa saliva que se come el juicio y suelta a metafísica despedazando cualquier cadena incluso su mención... y se nombra consciente ante lo poco que toca manteniendo como criterio la duda. Me deleita quedarme con la vista perdida en alguna metáfora con picaporte, que obliga al retorno una, y una y una vez más .... sujetarle hasta caer, hacer del tiempo algo relativo en una sola conjugación. Me gusta cuando llega la noche y me pide que le cuente alguna historia, aun sabiendo que no soy dulce y que mi razón cercena, pero me escucha y sonríe al imaginar de mi mano, saberme allí capas de doblar mis ojos para ver los suyos con la misma forma, saberme capas de olvidar las capas y solo jugar como cuando Pequeña, solo reír y olvidar todo el mundo y su presunción. Lo sabía al hablar entre las marcas de mis manos y sentir los aleteos, al verme indefensa y refugiar líneas en besos. Lo sabía al estar sentada y ver el vacío, al tomar el aire y rodarlo por la manos, al ver la eternidad de un segundo y saltar sobre él con letras. Lo sabía: escribir es todo lo que soy. Lo sabía: la ausencia es la marquilla final de mis manos. Lo sé; ha de ser así con la misma violencia con la que rompe una ola, la calma que la retira después de volver y el olvido que la sepulta debajo de otra.
06 julio 2022. A la trade
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catboynalgas · 1 year
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el vender nostalgia (pt.1)
el abuelo
fui a visitar al abuelo este fin. casi siempre que veo a mi abuelo, estamos en familia, y en realidad no interactuamos mucho, siempre es un abrazo, un beso, un apretón de hombro y algún refrán breve para hacernos reír. el hombre de 88 años, es un patriarca... o al menos esa es la imagen que quiere y persigue. sus historias, sean ciertas o no, siempre tienen el propósito de hacerte reír, o impresionarte. entre sus relatos hay momentos pequeños de vulnerabilidad, sobre lo que piensa, siente, y quiere... algo que me interesa mucho.
este hombre quiere que lo veamos siempre como alguien inteligente, valiente, macho, amoroso, apasionado, gracioso, lleno de vida, alguien a quien admirar. y sus historias reflejan esto, no lo acuso, a mi también me gustaría siempre ser el bueno, al cabo, por qué quisiera que mi familia supiera lo malo de mi? mis faltas, acciones cuestionables, mis penas, sufrimientos, tristezas, y sueños rotos. es eterna nuestra búsqueda de validación? alguien con décadas de amores, familia, amistades, vida, experiencias, etc. sigue tratando de quedar bien, no sé, se me hace muy interesante ver mis inseguridades reflejadas en gente grande, en edad y personalidad... como mi abuelo.
algún día sabremos quienes son nuestros seres queridos en realidad? yo creo que no, no hay por qué, siempre nos vamos a acordar de ellos como queremos... como nos tratan. mi abuelo siempre fue alguien que me trato bien, con respeto, desde niño. es muy carrilludo y eso, pero nunca me lo tome personal, lo hacia con amor... creo, ja. pero siempre me voy a acordar de el como alguien que amaba a las mujeres en su vida. su esposa, mi abuela, es el ser más querido de él. sus hijas, mujeres fuertes e inteligentes. capases de lo que les traiga la vida y siempre sabiendo que tienen el apoyo de papá. sus nietas, las mujeres más bellas en sus ojos, mujeres que se merecen respeto y el mundo. todo esto el me lo ha dicho de una forma u otra y no solo eso, pero también lo ha mostrado, algo mucho más importante. aunque obviamente no viene sin sus faltas, un señor como él ha cometido errores, chicos y grandes. pero... creo que no me voy a acordar de eso... tal vez sí, nomas por mamón jaja.
Cristo nació en Belén (decís bien) En un hostal (no, decís mal) El que brinda (bebe) El que bebe (se emborracha) El que se emborracha (duerme) El que duerme (no peca) El que no peca (se va al cielo)… Puesto que al cielo vamos, BEBAMOS!
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yoymialterego · 2 years
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Cine al menguar la pandemia: Aftersun
Hay una reverberación turbadora, una especie de eco primigenio que nos toca, nos sacude con el flujo de su nostalgia en "Aftersun", el deslumbrante debut de la directora Charlotte Wells, una cinta sobre el amor filial, el añorado amor filial que refleja aquí algún tipo de infortunio en el tiempo, una conmoción que se siente sin embargo así, soterrada, evasiva, y a la vez profunda, como una cicatriz en la piel.
Experimentar la visión de "Aftersun" es como encender el motor de las cavilaciones sobre eso que quizá siempre nos ha faltado, o sobre las pequeñas o grandes pérdidas que hemos adolecido a través de la existencia. Es como si la directora supiera algunos de nuestros más hondos secretos vitales y los pusiera allí en la pantalla, a la vista del mundo y de nosotros mismos. Ese grado de afinidad íntima logra su obra.
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"Aftersun" es la historia de Sophie, una chica de once años (Francesca Corio, espléndida) que como adulta (Celia Rowlson-Hall) recuerda las vacaciones que pasó con su joven padre Calum (Paul Mescal, magnífico) dos décadas atrás, y se debate por conciliar al hombre tras la fachada de límpida, casi impoluta figura tutelar y protectora, con el sujeto que, todo hace suponer, padecía alguna especie de desorden emocional. Las remembranzas de Sophie son una estela de hechos testimoniados por las grabaciones en video realizadas en aquella ocasión, mezclados con lo que su mente posiblemente reinventa o conjetura para obtener la estampa completa (algo extraño se le nota a este Calum debajo de la máscara de papá buena onda, desde la escayola en la mano hasta esos "movimientos ninja" de los que incluso su hija se burla. O aquel plano donde le vemos en una suerte de imprudente equilibrismo sobre la baranda de la terraza del hotel, o su manifiesta hiperventilación en la pista de baile estroboscópica, o el patente llanto en la soledad de su habitación, todo prorrateado con sabiduría por Wells a través de su película).
La fotografía de la cinta es impresionante, tanto por la calidad de la imagen como por su manera de abordar los planos, poniendo el foco en el punto exacto, lo que se va convirtiendo, evidentemente, en una práctica virtuosa. Además es muy precisa (y muy preciosa) siempre dando en el blanco con mucho estilo, y goza de un estupendo diseño de sonido, y de una edición meticulosa y a la vez opulenta.
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La directora sabe crear tensión con el más simple incidente, como esa tarde de karaoke en el hotel donde padre e hija entran en conflicto a través de la música de R.E.M. ("Losing my religion" nunca había sonado más desafinada que en la voz de Sophie… y en la falta de solidaridad vocal paterna). En ese sentido, la cinta relata en parte el conflicto derivado del "no pertenecer". Sophie es una pre-adolescente que no encaja, es decir, la tradición del comportamiento juvenil de ella y sus amigos mayores de ocasión hace que no encaje, lo cual está retratado de manera maravillosa por el ojo de Wells.
El arco narrativo de la película pega saltos en el tiempo de cuando en cuando (no muchos, y no muy bruscos sino bastante sutiles, debo decir) que redondean una propuesta audaz dentro de su naturalismo "tradicional", y es impresionante cómo la cinta va tomando densidad conforme avanza, y cómo a las decisiones de la directora se les va notando cada vez más su inmaculada corrección.
Y es que Wells hace que los recuerdos de Sophie sean nuestros propios recuerdos, esquirlas de objetos rotos por el tiempo que tratamos denodada pero inútilmente de volver a unir en una sólida pieza que nunca podremos recuperar. Es la ausencia como parámetro del amor filial, porque así como Sophie debe conformarse con las evocaciones (las de su memoria verídica, las capturados en las grabaciones de video y las que de alguna manera infiere) para armar el rompecabezas de su padre, nosotros, testigos privilegiados de la historia a través de la mirada de la autora, nos quedamos con el anhelo, con la avidez de esclarecer también la totalidad del relato.
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Nos queda al final un sentimiento de melancolía plena impregnada de embeleso, trágico quizá, que sin embargo nos es proporcionado como algo realmente vital, palpitante, adorable en parte, pero sobre todo admirable, en el medio de una especie de vacío existencial con el cual se identifica nuestra esencia más terrenal.
El sobrecogedor cierre fusionando las partes del ayer y del ahora, del gozo supremo de la memoria (la legítima y la espuria, de lo que conocemos con certeza y lo que sólo suponemos) que conviven en la protagonista, es el arquetipo de lo que nos define, nos avala, nos mantiene y nos afianza como seres humanos. Es esa la perspectiva que se vislumbra en "Aftersun", una obra maestra, si se me permite el calificativo, de muy profundas resonancias.
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tambienescribo · 2 years
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"A morir vine, no a traicionar"
Tuve cuatro días para avanzar los pendientes que se me acumulan porque soy pésima haciendo malabares y porque soy ridículamente perfeccionista. Acaba mi último día de libertad con una lectura que me debía, y que me trae para acá.
Desde niña escucho de María Parado de Bellido. No por clases, ni por el ámbito escolar. Era mamá grande que me repetía quién era y por qué debía ser como ella. Debería mencionar que mi abuela materna es ayacuchana, de un carácter poco sumiso pero sí muy aguerrida cuando se trata de sus intereses y el bienestar de su descendencia. Dicho eso, yo tenía cinco años aproximadamente cuando me repetía que yo soy hija de Ayacucho, que en mis venas corre sangre ayacuchana y no debía temerle a nada. "Frente a una mujer ayacuchana, los hombres se bajan los pantalones", exclamaba emocionada. Tal vez con mucha emoción para estar hablando a una nena, pero ella me crió.
Luego de esa introducción a un personaje histórico, claro que siempre he tenido una curiosidad y prioridad para aprender de ella. Si veíamos historia del Perú, me adelantaba a ver si la mencionaban. María Parado no fue protagonista, ni que fuera hombre. Pero yo insistía en buscarla. Cada grado, en cada libro. Y sí, era de las niñas que se ahogaban en libros escolares. En parte por curiosa y muy privilegiada porque mi madre fue profesora de ciencias sociales y ejercía en ese momento como directora de un colegio estatal. Digamos que eso me facilitó mis búsquedas, pero bueno. Incluso con todas las ventajas de eso, no encontraba muchos detalles. No los suficientes.
Escribo esto porque sigo buscando, solo que encontré un adicional. Ya tenía mi libro de la historia de Ayacucho y ahora tengo un libro que pateé menos de un mes: "Mujeres que forjaron el Perú". Si bien no me llamó el que lo escriba un hombre, encontré los nombres de mujeres que no suelo encontrar normalmente. Y entre ellos, estaba ella: la que fue inspiración de mamá grande para darme ánimos cuando estaba internada de pequeña, o cuando estaba enferma en casa.
La verdad es que no pensaba leerlo ahora (mucho menos cuando tengo pendientes urgentes que he desestimado por varios días), pero alguien me hizo una pregunta random: "Oye, si te dijera algo peruano que te guste especialmente ¿qué sería?". Precisó que podía ser persona, objeto, animal, planta, lugar, actividad, tradición, etc. No se esperaba mis respuestas emocionadas que llegaron como avalancha y en este orden: Ayacucho, La pampa de la Quinua, chicha de molle, Arguedas y María Parado de Bellido. Y como la emoción seguía en mí, saqué mi libro y le mandé las fotos de las páginas que relataban su historia y su aporte a nuestra independencia como país (a la posterior a la de 1821).
A los minutos ya había terminado mi lectura y estaba emocionada. Realmente aún lo estoy. Siempre que leo de historias peruanas situadas en lo que es la sierra sur me emociono y me transporto. Es como si volviera a tener cinco años y escucho a mis papás grandes contando relatos que ya no se repiten. Leí emocionada y anoté frases y lugares. Claro que también he dudado de muchas cosas del relato y me he cuestionado por qué el autor es hombre. No sé ustedes pero ya me es muy dudoso cuando un hombre cuenta la historia de una mujer. Incluso creo que hay ciertas palabras o sentimientos que se dan por sentados o adornados, pero bueno. Agradecida con el texto que me dio una mejor imagen de su leyenda. Ya anoté que iré a Cangallo y también a la capilla donde su esposo fue a visitarla luego de que fuera fusilada.
Igual seguiré aumentando mis lecturas sobre ella, así sean luego de tiempo y me distraigan de mis deberes.
P.D. el título es de la frase que se supone le dijo a un soldado, cuando ella ya estaba en la plaza a punto de ser fusilada y aún insistían en que confesara más sobre la carta que informaba a los libertarios.
P.D.2 lamento dudar de los hombres que escriben de mujeres pero siempre contrasto fuentes y versiones. Igual me gusta más saber de la historia escrita por personas locales ya que tienen mejor las expresiones y ambientan mejor la historia. Agradezco a Bruno Pollack por elaborar la colección y agrupar la historia de mujeres que aportaron a la independencia del país. Lamentablemente su aporte fue estratégico pero no muchas veces es tomado en cuenta. Ojalá no se repita la historia y no haya tanto problema en la actualidad para que escolares encuentren relatos de este tipo.
P.D.3 este texto lo escribo emocionada y a modo de desahogo. Seguramente otro día entro a editarlo.
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you-moveme-kurt · 2 years
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Glee «A hilarious answer»
Agosto de 2038
-Creo que si salimos en 15 minutos… llegaremos al teatro a tiempo para escoger buenos asientos… —dijo Kurt mientras miraba en su teléfono móvil las rutas más expeditas para llegar al Lyric Theatre al estreno de la nueva obra de Rachel, estaba en la cama con su esposo y ambos parecían de lo más relajados, el con el aparato electrónico entre sus manos y Blaine con la sección deportiva del periódico. -Sí claro… —respondió su esposo soltando un resoplido como de gato. -¿Qué? -¿Salir en 15 minutos?... —preguntó bajando la publicación— ni siquiera estás vestido y te toma 15 minutos decidor entre dos pañuelos de bolsillo…—añadió dándole un golpe divertido con el periódico. -¡Oye!… —exclamó alejándose un poco— no sé a qué te refieres, además ya se perfectamente que usare, así es que es solo sacarme esto y ponerme lo otro… ¿que?...—pregunto al ver que Blaine lo miraba de vuelta con una ceja bien levantada -Ni tú mismo crees eso, es una noche de estreno, por lo tanto habrá alfombra roja, medios y todo eso donde te gusta presumir de lucir perfecto… por lo tanto creo que no saldremos en 15 minutos, ni menos llegaremos para escoger nosotros los asientos…—dijo volviendo a la lectura—  ya tenemos asignados nuestros puestos, 5 asientos en la tercera fila del sector b…—añadió mientras pasaba pagina al periódico, Kurt repitió todo de manera burlesca como si tuviera los mismos años que el menor de sus hijos— vi eso Kurt Hummel-Anderson… -Pues lo hice para que lo vieras… además, deberías tener ese nivel de atención en mis actitudes en otras cosa también…
-¿Como?. -Me escuchaste… —dijo haciéndose el interesante mientras manipulaba su teléfono móvil. -¿Tiene alguna queja que quiera compartir conmigo Señor Hummel-Anderson?... —preguntó dejando el periódico de lado para acercarse a él, Kurt siguió con lo del desinterés arqueando la ceja y todo— muy bien, si quieres jugar al despiste yo puedo hacer algunas cosas  en estos minutos que no quedan para adivinar…—añadió trepando sobre él, Kurt soltó respingo que se escuchó divertido y acabó por hacerle espacio entre sus piernas. -¿Y cuáles serían esas cosas  Señor Anderson?...—pregunto de lo más coqueto. -Cosas que hare de inmediato… —respondió dándole un beso— verás como  en un par de segundos me convertiré en el hombre que… -¡Padres!...  —exclamó Lizzie entrando en la habitación sin golpear ni nada y como siempre  lo hacía. -Qué está apunto de ser interrumpido… —terminó por decir Blaine volviendo a su lado de la cama— Princesa,  ¿qué sucede?… —preguntó acomodándose la ropa. -¿Nunca vas a tocar la puerta cariño?...—añadió Kurt un tanto fastidiado. -¿Qué?,  no,  es decir…no sé… es decir tengo un problema super grave,  ¡hola! —agregó Lizzie subiéndose a la cama de sus padres, esto se miraron mutuamente si sabes qué decir, casi como aceptando el destino que les había tocado. -¿Qué problema es ese cariño?,  no me digas que tienes otros planes y no podrás ir al estreno de la obra, Rachel Berry no acepta asientos vacíos en su función, menos si son en las primeras filas y justo en el centro -No, no es eso. jamás le haría eso a la tía Rachel… ¡hola!... —respondió gesticulando exagerada. -¿Entonces Princesa?... -Entonces… resulta que  tengo un problema con Alaska… -¿Alaska tu amiga? —preguntó Blaine sentándose sobre las almohadas. -¿Acaso conoces a otra Alaska? —preguntó de vuelta Kurt mirándolo con cara rara, Blaine encogió de hombros e hizo un gesto de desinterés con su boca, Lizzie quiso reír pero se guardó las ganas. -Si «Papáblen»,  es con mi amiga… -¿Qué problema es ese cariño?...—quiso saber su Papá volviendo a mirar con car rara a su esposo -Se supone que me tenía que prestar unos zapatos súper sensacional es que su mamá le compró, pero ahora no me los  quiere prestar porque se enojó conmigo porque yo me reí de ella en su cara… —contestó la chica de corrido, sus padres trataron de seguir el relato mirándola con el ceño fruncido. -¿Te reíste Princesa?, ¿por qué  hiciste eso? -¡Porque hizo algo super estúpido y digno de reír!...  ¡hola!...—respondió la chica tirándose atravesada cuan larga era en medio la cama, Kurt sintió que le daba algo a ver las zapatillas de su hija tocar su «comforter» de lujo. -Princesa, tal vez estoy equivocado porque no estoy muy al tanto de la dinámica de las amistades de ahora, pero reírse de un amigo no creo que sea buena señal… -Pues deja que se explique primero… tal vez Alaska  merecía una respuesta hilarante…— dijo Kurt haciendo un gesto engreído con su hombro en alto. -Kurt… -¿Que?...es posible, todos tenemos un amigo que… ya sabes… —insistió su esposo haciendo el gesto de locura con una de sus manos. -¡Ay Papá!... Alaska no esta loca… ¡hola! -Y no digo que lo esté… tranquila cariño… ¿que tal si explicas? —añadió Kurt mirando a su hija, está blanqueo los ojos e hizo un par de ademanes divertidos para incorporarse y sentarse sobre esos talones, su papá abrió los ojos al máximo pensando que esta vez sí que le daría algo. -Bueno, lo qué pasa… -Princesa… antes que comiences y en beneficio de la salud mental de tu Papá, te pediría que te quitaras las zapatillas y la dejaras en el piso… —pidió Blaine al ver que los ojos de su esposo ya casi salían de sus órbitas. -¡Uy! verdad,  ¡perdón!...  ¡hola!  —dijo Lizzie quitándose las zapatillas de a una ayudada por propios sus pies, Kurt miró como el calzado caía de cualquier manera en el piso, pero al menos ya no estaba sobre el «comforter» que mucho esfuerzo había diseñado la gente de la marca  Matouk. -Cuéntanos cariño… —pidió suspirando. -Bueno  lo que pasa es que Alaska me dijo que ya no tendrá tantos problemas con su madre porque estaba viendo a alguien que la estaba ayudando... -¿Alguien?, ¿un psicólogo?... —pregunto Blaine asumiendo que aquella era la opción más obvia. -No…—dijo Lizzie comenzando a reír— una psíquica… —agregó soltando una  carcajada tan grande que sus padres pudieron ver hasta la última muela de su boca, Blaine río a la par de su hija mientras Kurt se mantuvo impávido— ¿pueden creerlo?...—dijo sin poder parar de reír. -La verdad es que no… ¿y quien es esta persona?, ¿alguien con turbante y una bola de cristal? —pregunto Blaine  haciendo ademanes divertidos pero que describían a alguien con turbante en la cabeza y una bola de cristal delante. -No se, pero cualquiera de las dos opciones es de lo mas estúpida… es que me la imagino rodeada de humo y todo… —respondió la chica mientras se enjugaba las lágrimas que le habían brotado por reírse tanto. -Y yo... bueno.. al parecer Alaska si merecía una respuesta hilarante… mis disculpas Kurt... —dijo Blaine mirando a su esposo. -... -¿Kurt?... —añadió al verlo que no reaccionaba de la misma manera que el y Lizzie. -¿Papá?, ¿estas bien?... —preguntó Lizzie mirando a su Papá con los ojos empequeñecidos. -¿Qué? -Que si estas bien… ¡hola! -Lo estoy, lo estoy cariño… —respondió levantándose— y lo de tu amiga es bien divertido y por cierto que merecía esa respuesta hilarante… solo… solo me distraje un instante… —Lizzie y Blaine intercambiaron miradas— ¿qué tal si te vas a alistar?... debemos estar en… 15 minutos en el teatro y no hay tiempo que perder… permiso —agregó mirando en su muñeca un reloj inexistente mientras dirigía sus pasos hacia el baño. -¿Está bien?... —murmuró Lizzie mirando esta vez a Blaine. -Lo esta Princesa, ve alistarte, nosotros haremos lo mismo… -OK… —respondió su hija haciendo una maniobra de gimnasia para bajarse de la cama— vere que zapatos me pongo… ¡los amos padres!… —exclamó mientras desaparecía por la puerta, Blaine se quedó un instante pensando y tratando de encontrar una explicación al súbito cambio de humor de su esposo. -Hablo en serio con respecto a lo de los 15 minutos… —dijo Kurt asomándose por la puerta del baño antes de cerrarla con cerrojo y todo.
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comunidadmana · 1 day
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TAN AGUADA [CABEZA PODRIDA]
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UN RELATO POR VALENTINA RIVERA TOLOZA
Inspirado por el ejercicio de escritura sobre "Nocturno de Chile" por Roberto Bolaño en el taller Permanente.
Mis papás se conocieron en la pastoral universitaria, así que no fue sorpresa para nadie que nos metieran a un colegio de curas a mi hermano y a mí. Aunque hace varios años pasó a ser mixto, encuentro que nunca dejó de ser un colegio de hombres, un colegio de curas. Ellos vivían dentro del recinto, en una casita de dos pisos con patio delantero, apretujada junto a la capilla. No se veían mucho, eso sí. No cuando la mayoría ya tenía un pie en la tumba y el otro recorriendo los pasillos del brazo de una enfermera durante sus paseos matutinos.
Cuando era chica, me daba miedo verlos pasar. Yo nunca había visto gente tan vieja; la piel pegada a los pómulos, los ojos hundidos y moreteados, las venitas como arañas dibujando mapas en sus manos, cuello, cara. Debe ser que no los conocía. Mis compañeros de curso, que habían estado en el colegio desde siempre, se les tiraban encima y exclamaban sus nombres como quien saluda a un abuelo o a un tío muy viejo. Luego me explicaban que conocían a los curas de toda la vida, que les habían hecho clases a sus hermanos o a sus papás antes que a ellos.
Hoy en día, sólo quedaba un sacerdote que hacía clases: el profe Barriga, que enseñaba lenguaje en la media y literatura en el electivo. Aún no me hacía clases a mí, pero a mi hermano, que iba dos cursos más arriba, ya le había tocado. 
Puta el viejo culiao hediondo, lo escuchaba reclamar siempre.
Se decían varias cosas del Barriga. Que olía mal era lo que más se repetía. Que tenía acento español pero que había nacido aquí mismo era lo segundo. Que cuando era joven había sido rector y se había agarrado a una apoderada se escuchaba también. Que en el humanista hacía leer libros cabezones, pero todos los años aplicaba la misma prueba, era lo que te contaban en segundo medio cuando no sabías qué electivo tomar. Por eso todos los porros se van para allá en tercero, decía mi hermano. No te metai al humanista si querís aprender algo. ¿Pero a dónde más quería que me fuera? Leer era lo único que hacía medianamente bien. Y además me gustaba un loco que se iba al humanista y con eso ya tenía dos razones para ir.
Con el Naro íbamos en cursos paralelos y nunca habíamos hablado en verdad, pero me gustaba verlo en los recreos sentado en el patio con sus amigos, tocando guitarra, ajeno a la conversación vecina. Yo me asomaba a la baranda del segundo piso y tenía toda la panorámica del patio—el Naro con sus amigos, mi hermano jugando básquet, el Barriga dando vueltas entre los grupos de estudiantes como buscando algo perdido. No solía acercarse a las niñas, quienes asomaban sus ojos suspicaces por encima de algún hombro crispado y cerraban sus círculos como almejas al ver cualquier adulto rondándolas. Siempre era más fácil acercarse a los hombres. El Barriga no tenía ni que esforzarse; pasaba cerca de un grupo de estudiantes y ellos lo llamaban para agarrarlo pal’ hueveo. Todos se reían. Ellos le pasaban una mano por la pelada incipiente y él pasaba los nudillos por mejillas redondas y mal afeitadas, advirtiéndoles que era la última vez, que mañana no iban a poder entrar al colegio con esos pelos desaliñados.
Al Barriga le cachaba la cara de las veces que hacía misa. Las manchas oscuras en las sienes, los tres pelos que le quedaban pegados con gel sobre la pelada, el amarillo en el cuello de la camisa y el olor que acusaba su presencia a metros de distancia eran inconfundibles. Formados al medio de la capilla para recibir la comunión, le sentía el olor mucho antes de que fuese mi turno. Mis compañeros solían ofrecer ambas manos, ahuecadas y pegadas la una a la otra para recibir la hostia, pero a mí se me olvidaba y cuando el Barriga decía el el cuerpo de Cristo, yo respondía amén y abría la boca. Me daban arcadas sentir el largo de su uña contra mi paladar, pero me tragaba todo, disolvía la galleta en mi lengua y volvía a sentarme.
A veces mi mirada se cruzaba con la de mi hermano, quien se sentaba al final de la capilla, un audífono en cada oreja, brazos cruzados y piernas abiertas. El Dante hace rato ya que no comulgaba en la misa y quizá yo debía seguir su ejemplo. Sólo me paraba en la comunión y recibía la hostia porque casi todo el mundo lo hacía y me daba paja que mis amigas preguntaran, pero a mí todo esto (rezar, hacer la comunión, darnos la paz, un apretón de manos artificioso entre gente que nos caíamos mal) no sé si alguna vez me hizo sentido. Además, me incomodaba estar cerca de los curas. Siempre te tocaban—un hombro, un brazo, y, si estabas distraída durante una confesión, te apretaban un muslo. Los curas en general nunca calculaban las distancias y se te acercaban mucho. Yo no hallaba cómo decirles que me hablaran de lejitos no más. Me daban envidia los hombres porque no tenían que andar preocupados de estas cosas. No se pasaban el día preguntándose si esa mano se hacía un lugar en sus rodillas por cariño, o por algo más. Pero quizá era yo pasándome rollos, así que me quedaba callada y me comía la hostia porque qué me costaba.
Sólo me arrepentía cuando a la salida de la capilla mis ojos se encontraban con los del Naro, quien, como mi hermano, se sentaba al final de la misa y no pescaba nada. Sus ojos negros me miraban más rato de lo que dura una casualidad y lo sentía acusarme por ser tan nada, tan aguada, tan diluida y no imponerme con una opinión.
Puede que lo más valiente que haya hecho alguna vez fue meterme al Humanista aunque mi hermano aconsejara lo contrario. Igual quizá no debí sentarme adelante el primer día de tercero medio. Ya nos habían advertido los de cuarto que debíamos mantener la distancia porque el Barriga nunca se bañaba, escupía cuando hablaba y se acercaba mucho al hablarte. Desde la tercera fila hacia atrás olía menos mal, pero de ahí no se escuchaba nada, volaban avioncitos de papel y la gente ponía música en sus celulares. Yo quería escuchar porque las clases del Barriga eran buenas a pesar de lo que todo el mundo decía. El profe no estaba ni ahí con nada, ni con el currículum ministerial ni con la planificación del departamento de Lenguaje. Perdíamos muchas horas viendo películas en blanco y negro en el auditorio y leíamos libros que en cualquier otro lado hubiesen dicho uf mejor que no. A veces hasta se me olvidaba que el Barriga era cura, por eso me caía bien y me daba pena cuando la gente lo hueveaba por hediondo o por latero. En cambio, a él todo ese pelambre le resbalaba y por eso me caía mejor.
El problema es que el Barriga cachó que me gustaban sus clases y, pasados unos meses, empezó a perseguirme por los pasillos del colegio para conversarme o recomendarme libros, pero yo no quería ser su amiga. Cada vez que veía su cráneo de tres pelos pegados asomarse a la sala, me escondía debajo de mi puesto o si lo veía dando vueltas en el patio durante el recreo salía arrancando. Le tenía buena, pero no quería que se me acercara, ni que me tocara, que pasara sus nudillos por mi mejilla o que me revolviera el pelo. A otros, quizá, les daba igual esa cercanía, pero a mí me gatillaba los pensamientos más terribles, ¿era yo no más o todo el mundo también vivía así, siempre imaginando lo peor?
Mis amigas se reían de mí y decían que parecía estar escapando de un ex. Ya me hubiese gustado a mí tener algún pololo, algo bonito en que pensar y me sacara de esta paranoia un rato. Alguien como el Naro—capucha del polerón sobre la cabeza, echado en la silla, escuchando la clase o pegado en alguna idea, quién sabe. Puede que mitad y mitad. El colegio parecía no entusiasmarle mucho, pero en el recreo se acercaba a saludar al Barriga y le preguntaba qué tal. A diferencia de mí, él no se complicaba tanto y aceptaba en silencio la mano en la cabeza, en el hombro, donde fuera. Aceptaba la conversación de pasillo que le chupaba todo el recreo. Aceptaba la mano en el codo impidiendo la fuga cuando sonaba la primera campana.
Espiándolo desde el segundo piso pensaba que el Naro era bacán. No le importaba el mal olor ni que sus amigos lo agarraran pal hueveo por chupapico. O quizá sí lo hacían y el Naro no los pescaba. A mí siempre me importó mucho lo que la gente tenía que decir de mí. Si pudiese cambiar una cosa de mí sería eso y esta cara de horto que siempre dicen que tengo. Mis amigas dicen que tengo que ser más amable, sonreír más cuando me hablan, pero a mí siempre me pillan distraída, volando bajo y al parecer esa es la cara que tengo cuando estoy en reposo. Cara de no me hablís, conchetumadre.
El monólogo en mi cabeza se detuvo al escuchar una voz llamándome. Una voz desconocida, o quizá conocida, pero que nunca se había dirigido a mí. La cara del Naro se asomó por el rabillo de mi ojo y yo pegué un salto. Recién habíamos tenido una prueba de Literatura y yo fui la primera en salir al patio. Aparte de nosotros, no había salido nadie más de la prueba. Por primera vez el Barriga había cambiado las preguntas calcadas de los años anteriores y el resto tardaba en salir. El Naro se sentó a mi lado y se quejó del repentino cambio, que la prueba había estado peluda, que si me había leído el libro. Yo asentí sin mirarlo. Quizá si no lo miraba, el Naro no pensaría que tenía cara de culo.
Aunque ya debía pensarlo.
El Naro era amigo de los mismos locos que espanté en la básica y que ahora escapaban de mí si me veían en el pasillo. Nunca necesité que mi hermano me defendiera porque yo, al primer insulto, respondía con una patada y un escupo. Una técnica que no me sirvió para encontrar pololo, pero al menos los pendejos me habían dejado de hueviar.
Le respondí que quizá me fue bien, pero que igual la prueba estuvo muy específica. Hablamos de la prueba, del libro, de otros libros que nos gustaron. Nos reímos del Barriga, de sus muletillas, de sus gestos típicos. La estaba pasando bien hasta, que desde el segundo piso, un coro de voces entonó un uuuuuuuuuuyyyyyy bien agudo y bien fuerte para que todo el colegio escuchara. Eran los amigos del Naro, quizá vengándose de las veces en que les pegué cuando eran chicos e hinchapelotas.  
El Naro les hizo un hoyudo y a mí me dijo que no los pescara, que eran ahueonaos. Pero no pararon ahí. Sus amigos mandaban papelitos en clase que decían mi nombre y el suyo, chiflaban si nos veían hablando juntos y hasta se asociaron con el Barriga, quien nos empezó a dar trabajos en grupo con la excusa de que éramos sus mejores estudiantes. O los únicos que pescaban, en realidad.
Sentía que sólo podíamos hablar con naturalidad en la cajita del chat de facebook. Allí nadie nos hueviaba y yo no andaba preocupada por poner cara buena onda. No quería que el Naro se confundiera y pensara que estaba enojada. Pero nunca hablábamos de mi cara. Si no nos poníamos de acuerdo para algún trabajo o pelábamos al Barriga, hablábamos de nosotros: de por qué nos metimos al Humanista (nos gustaba leer), de qué queríamos estudiar (no sabíamos). Pasados unos meses me contó de la vez que lo internaron y le cerraron el semestre anticipado por salud mental. Yo me hice la que no sabía, pero sí sabía. Todo el mundo sabía, no me acuerdo quién me contó. Me habló de la quetiapina, de sus papás separados, de que ahora estaba mejor. No me contó qué gatilló el episodio, pero con que me hubiese hablado del mismo así no más, sin detalles, me bastaba. Su confianza terminaba de sellar nuestra amistad.
Entonces, yo sentía que podía contarle cosas como que me caía bien el Barriga, pero que me incomodaba estar cerca de él, que no hallaba cómo decirle que me hablara de lejitos no más, que no me tocara ni el hombro porque yo siempre imaginaba lo peor.
Muertepedofiliaviolación.
No le dije al Naro esto último. Ya lo escuchaba reírse y preguntar que quién me iba a violar a mí.
El último día de clases, el Barriga pidió juntarse conmigo a la salida del colegio. Dijo que al año siguiente se iba a jubilar y que quería regalarme algo de su biblioteca, así que le pedí al Naro que me acompañara. Me daba miedo ir sola, intenté explicarle, y no tenía a quién más pedírselo. Mi hermano ya estaba en la U y yo no tenía más amigos hombres. Necesitaba que me acompañara un hombre, le dije. Yo sé que le tenís cariño al viejo, y yo también en realidad, pero soy una malpensada y tengo la cabeza podrida. Le dije, también, que me daban envidia los hombres. Que juntarse a solas con otro hombre no era un peligro para ustedes y que en realidad nunca andan pendientes de muertepedofiliaviolación. Ni se les pasaba por la cabeza.
    —¿Tú creís?— respondió el Naro, mochila al hombro, mano en el bolsillo, rulos negros serpenteando por su ojo izquierdo. A lo lejos, el eco de la campana se disolvía y nos iba dejando solos. La curva en su boca estaba a medio camino entre una risa y una mueca. —¿En verdad creís?
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