Marisol-Tony Isbert "Carola de día, Carola de noche" 1969, de Jaime de Armiñán.
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Marisol-Tony Isbert "Carola de día, Carola de noche" 1969, de Jaime de Armiñan.
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EL PRIMER NIÑO PRODIGIO ESPAÑOL: PITUSIN
LA BUENAVENTURA DE PITUSIN (1924)
LA PELICULA PERDIDA
UNA DE LAS PELICULAS DIRIGIDAS POR ALFREDO HURTADO
Cuando hablamos de los niños prodigio del cine español siempre nos referimos básicamente a Pablito Calvo, Joselito o Marisol. A ellos, a sus carreras y a sus circunstancias, no siempre positivas, le dedicamos un anterior capítulo, pero antes de estos, mucho antes, hubo otro niño prodigio en el cine español: Alfredo Hurtado, más conocido por PITUSÍN. En la segunda mitad de la década de los 20 y en la primera de los 30 del siglo pasado hubo también un niño en el cine español que intervino en numerosas películas con gran éxito. La gran diferencia en este caso es que cuando Pitusín dejó de ser niño y se convirtió en Alfredo Hurtado supo adaptarse a las nuevas circunstancias en el mundo en el que había desarrollado su carrera como actor: el cine. Alfredo Hurtado escribió guiones, dirigió películas e incluso fue ayudante dirección en alguna obra maestra.
Alfredo Hurtado, Pitusín, nació en Madrid en 1917 aunque su familia era originaria de Badajoz. Sus padres tenían en la capital de España un negocio de peletería y además explotaban una sala de cine. Alfredo perdió a su padre cuando era muy niño y su madre luchó desde el primer momento para que su hijo se hiciese un hueco en el mundo del cine. Con tan solo 5 años inscribió a Alfredo en una Academia de Cinematografía de la Gran Vía madrileña. La fe de su madre en sus capacidades artísticas fue palpable cuando utilizó sus ahorros para producir la primera película del niño Pitusín.
La mayoría de sus películas pertenecen a la época del cine mudo y en algunos casos se han perdido. Debutó a los 7 años en La Buenaventura de Pitusín, de Luis R. Alonso. Ese año 1924, intervino en 3 películas más: La medalla del torero, de José Buchs con el torero que luego se hizo tristemente famoso en los primeros meses de la guerra civil, El Algabeño; Los granujas, de Fernando Delgado y la zarzuela llevada al cine La revoltosa, de Florián Rey.
En 1925 interviene en Amapola, una de las primeras coproducciones hispanoamericanas y una película maldita. Dirigida por José Martín y Luis Pardo era un intenso drama rural que se rodó en Granada y del que no se conserva ni siquiera un solo fotograma (ya he señalado en varias ocasiones que más del 80% de todo el material rodado en el cine mudo está destruido).
En 1933 participó en Sierra de Ronda en tierras gaditanas (Grazalema) y un gacetillero de la prensa de la época nos dejó una crónica impagable del rodaje de la película que me resisto a olvidarlo: “Desde hace varios días se están impresionando en nuestra población y sus contornos los exteriores de una nueva película de asunto andaluz, bajo la inteligente dirección de Florián Rey, que es además autor del argumento. Son principales intérpretes de la misma, Rosita Díaz, la bellísima artista que tanto éxito obtuvo en “Su noche de bodas”; Marina Torres, que tiene un papel muy destacado; el marqués de Portazgo, Alfredo Hurtado (Pitusín) y Somoza. Al Sr. Marqués de Portazgo que además de primer actor es el financiador de la obra, tenemos gran satisfacción en hacer constar el agradecimiento del pueblo, pues además de que ha pagado espléndidamente a los más de doscientos “extras” que se necesitaban y otros servicios, ha entregado al Sr. Alcalde un donativo para su reparto entre los pobres de la localidad.” Impagable la crónica cinematográfica de esos tiempos y el aire de superioridad que destila.
Pitusín continuó interviniendo en un total de 23 películas, las últimas ya acreditado como Alfredo Hurtado. En su filmografía figura como su última intervención como actor en 1936: Paloma de mis amores, aunque su biógrafo José Rabanal señala que su última intervención, aunque sin acreditar, fue al final de la guerra en 1939 en La Dolores, de Florián Rey con Concha Piquer de compañera de rodaje. De lo que no cabe duda es que a los 23 años pasó a ser Alfredo Hurtado definitivamente y se incorporó a otras tareas tras las cámaras en el mundo del cine. Escribió varios guiones y dirigió tres películas en los años 50 (Como la tierra, 1954; Cancha vasca, 1955 y Un abrigo a cuadros, 1956) con lo más granado de la interpretación española de aquellos años como María Asquerino, Manolo Morán, Pepe Isbert, Antonio Riquelme, Julia Caba Alba, Antonio Ozores, Mercedes Muñoz Sampedro y hasta un jovencísimo Tony Leblanc.
No parece que como director tuviese gran éxito, pero Alfredo siguió ligado al cine como Ayudante de Dirección y no debía ser muy torpe cuando nada menos que Orson Welles lo eligió para esa responsabilidad en esa obra maestra que fue Campanadas a medianoche.
Alfredo Hurtado falleció prematuramente en Madrid en 1965 y será siempre recordado como Pitusín, el primer niño prodigio del cine español. Su gran valor fue hacer ese difícil trasvase en el que casi todos los niños actores fracasan cuando llega la adolescencia.
31/1/2021
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(via Movie Poster - The House Without Frontiers, Karel Laštovka, 1975)
70s surreal collage poster for Spanish drama.
title: The House Without Frontiers | Spain, 1972
director: Pedro Olea
with: Geraldine Chaplin, Tony Isbert, Viveca Lindfors
poster design: Karel Laštovka, 1975
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