Tumgik
#juventud drogada
jartitameteneis · 2 months
Text
Tumblr media
ELIZABETH BATHORY. ( impresionante la historia de la Condesa )
La llamaban la “Condesa sangrienta”. Una de las personalidades más sádicas y violentas de la historia, de hecho Elizabeth Bathory se alza como la mayor asesina conocida hasta la fecha. Según muchos especialistas en su biografía, llegó a asesinar a 650 personas, la mayoría mujeres jóvenes. ¿El objetivo? Conseguir su sangre.
Sangre de vírgenes. La Condesa Bathory buscaba en especial sangre de chicas y niñas jóvenes para bañarse en ella e impedir que el paso del tiempo acariciase su piel. Esta dama amante de las orgías, del sadismo y del vampirismo nació en 1560 en una familia ilustre y distinguida: su primo era Primer Ministro de Hungría, y su tío el Rey de Polonia nada menos. Un árbol genealógico donde siempre estuvo impreso también la fascinación por el esoterismo y la magia negra.
Como curiosidad a tener en cuenta te diremos que Elizabeth se casó a los 15 años con el conde Nadasdy, un hombre singular conocido como “El Héroe Negro”, que se la llevó a vivir a un solitario castillo en los Cárpatos. Un argumento de novela, sin duda, pero una novela demasiado sádica para poder disfrutar de ella. Es una de esas historias donde la realidad supera a la ficción.
Debido a que su marido pasaba largas temporadas en guerras y batallas, la Condesa Bathory aprovecha sus horas de soledad para dar rienda suelta sus deseos: mantener relaciones lésbicas con dos de sus doncellas, y profundizar aún más en materia de esoterismo y alquimias. Fue así como deparó en algo que siempre le había preocupado, envejecer. No tardó demasiado en acudir a esos textos que hablaban del poder de la sangre y los sacrificios humanos para conservar esa lozanía que ella ansiaba mantener de por vida.
¿Y cuando empezó a ser patente esta preocupación? Después de haber dado a luz a cuatro hijos, después de haberles dedicado parte de su vida y sus años de juventud viendo como día a día llegaba ya la madurez al reflejo de su espejo. Al principio no se decidió a probar esas artes prohibidas, su marido y sus obligaciones con la nobleza paraban un poco sus oscuros deseos. Pero cuando su esposo falleció, Elizabeth se recluyó en su castillo refugiándose en una aparente tristeza por la pérdida, una depresión que de cara al mundo podía servirle de pretexto para iniciar sus perversos anhelos.
Tenía 40 años cuando empezó a recorrer los Cárpatos en carruaje junto a sus doncellas en busca de muchachas. ¿Y cuál era su técnica de cacería? Les prometía un trabajo en el castillo. Eran tiempos de necesidad y eran pocas las que se negaban. Pero eso sí, cuando empezó a correr el miedo ante tantas desapariciones, la condesa optó sencillamente por los secuestros.
Una vez en su castillo, las jóvenes eran drogadas, humilladas, encadenadas… y acuchilladas en zonas estratégicas para obtener su sangre. La condesa Elizabeth necesitaba llenar su bañera, así que eran varias las jóvenes que debía sacrificar. Pero eso sí, las chicas que mostraban lozanía y un aspecto realmente atractivo eran sometidas a técnicas aún más perversas: las encerraba durante años para ir sacándoles la sangre en pequeñas dosis, muy poco a poco, y sencillamente bebérsela. Su monstruosidad crecía día por día, una oscuridad que siempre habitó en ella y que en todo ese tiempo pudo dejar escapar con total libertad en la más perversidad difícil de entender.
La gente le tenía pánico, el terror se extendió en todas las aldeas cercanas hasta que llegó a oídos del rey. Y de nada le valió su nobleza ni su distinguida ascendencia. Lo que los soldados encontraron al entrar en el castillo no tenía palabras. Lo que encontraron en las mazmorras y lo sótanos superaba el sentido de la lógica y la decencia. Pero lo que descubrieron enterrado en los alrededores del castillo ya resultó demente, cientos de cadáveres de muchachas asesinadas…
El Rey Húngaro le infringió el peor de los castigos, algo acorde a sus pecados: una muerta lenta. Elizabeth Bathory fue emparedara en el dormitorio de su castillo, pero eso sí, se le dejó un abierto un pequeño agujero por donde se le ofrecía restos de comida y algo de agua. Tardó cuatro años en fallecer. A los 54.
5 notes · View notes
ayferrou · 2 years
Text
1 ♥ = 1 starter ( limitado a 1 por player )
poção do amor para ter uma ayfer apaixonada por você por 24 h @cheiasdecharme​
soro da verdade para ter uma ayfer cometendo sincerissídio por 24h @lolcs​
elixir da juventude para ter uma ayfer criança pra você cuidar por 24 h @resolveigndonodialogo​
elixir da senilidade para ter uma ayfer velhinha ao seu lado por 24 h @glefou​
elixir da euforia para ter que lidar com uma ayfer drogada por 24 h @maddcxhatter​
Tumblr media
6 notes · View notes
lanakush · 2 years
Text
Estoy tomando clonazepam desde las 9 am, me despierte a la 14 y me dio tanta bronca como joni actuaba como si no se hubiera desaparecido por horas, que empeze a decirle las cosas como me sentía, me decia poco y nada, ni quiera un no te vayas, parecio chuparle un huevo, apenas unos pocos mensajes que ni me acuerdo que fue porque estaba tan drogada pero no eran importantes porque si me acordaria, hasta me bloqueo, que hijo de mil puta, se puede ser tan poco empatico con una persona que te dedico sus mejores años de juventud que te ama desde que tiene trece años y a pesar de tener veiente aun te ama y que te de lo mismo y le saques de tu vida como si nada. Me tomo otra clona, me desperte como a las 18, me segui sintiendo mal me tomo otra, me desperte a las 1 am y escribo esto. Sigo drogada trato de entender que paso pero prefiero tomarme otra y despertar mañana...
Se puede ser tan poco hombre, un muerto en vida, ese chico tiene un vacio tan grande, que ni el sabe lo que quiere, pero no voy a estar siempre para el.
1 note · View note
peter-ash · 3 years
Text
Tumblr media
1 note · View note
fenix-bm · 5 years
Text
Limbo
“Quiero volver a ser como solía ser”- me dije a principios de año; ¿pero exactamente cómo? ¿quien quería ser?. Nunca me he encontrado en realidad, siempre he sido una etiqueta, “niña rica”, “niña parrandera”, “niña que le vale verga todo”, “niña inteligente”, “niña depresiva”, etc.
¿Enserio quiero volver a ser una de esas etiquetas? ¿Por qué?; supongo que años pasados por lo menos eras “algo” y ahora me siento perdida.
TANTAS AMISTADES FALSAS y sigo estando ahí poniendo una buena cara y parrandeando con ellos, ¿me han demostrado lealtad? ¡No! ¿Me han demostrado que les importo aunque sea un poco? ¡NO!, ¿qué tipo de falta de auto respeto tengo que no dejo a personas que les vale mi vida?
Por supuesto que mi divierto y siendo sincera me desinhibo de una manera tal que me siento como Lucifer en versión femenina, cumpliendo mis deseos y aplicando al máximo mi libre albedrío; ¿pero como estoy segura que eso es lo que quiero y no son desiciones tomadas por el alchol y las drogas?, ¿en qué momento se separan los deseos puros y la estupidez provocada por estimulantes?.
41 notes · View notes
Text
¿Cuantas risas verdaderas me tire en el camino? Hablo metafóricamente del camino de mi vida. No de la carretera; aunque metafóricamente, mi vida muchas veces se ha sentido como una carretera, algunas grietas en estrechos(niñez), y otros cuantos huecos en grandes autopistas(adolescencia/juventud), pero supongo todos ellos conducen al mismo destino; mi ser y los momentos que vivo y siento…
-Pensamientos de una drogada 🌻
5 notes · View notes
Text
Já passava das 4 da manhã quando deixei a sala principal da casa, ainda cheia de gente que incansavelmente dançava e bebia como se nunca mais fosse existir outra festa. Mas era compreensível, depois de tanto tempo sem que a faculdade tivesse aulas presenciais, era de se esperar que fizessem festas em qualquer lugar juntando alunos de todos os cursos, praticamente todos os dias da semana. 
Era início de um novo semestre, o meu último na faculdade. Não sabia quem eram os calouros, não tinha mais veteranos e, sinceramente, só queria me formar logo. Há pouco tempo começara um estágio em uma revista que falava sobre música, o foco eram artistas e bandas do estado, algo pra dar visibilidade ao cenário musical atual na California. Marcar presença em shows e procurar por entrevistas, além de escrever elas, fazia parte do meu trabalho como repórter e editora e faz tudo da Los Angeles Music Magazine. Era um trabalho legal, fazia o que gostava. Essa enrolação toda é pra contar como eu conheço esse cara. 
Cheguei as notificações no celular, a única mensagem era de 10 minutos atrás quando Sarah me perguntou, com as letras completamente trocadas, onde eu estava. Segundos depois vi ela passando entre tropeços e risadas atrás de mais um monte de gente que ia em fila beber tequila em uma arminha de água que alguém colocava na boca de todo mundo - completamente...insalubre. Ri sozinha lembrando disso, minha amiga realmente nunca me deixava sozinha, a não ser quando estava bêbada e quem respondia por seus atos era eu. 
A casa era muito mais de madeira do que qualquer outra coisa. Uma grande sala, com sofás e tapetes, uma tevê e caixas de som gigante ainda estavam ali, por baixo da decoração insana de serpentinas penduradas no ventilador de teto, baldes enormes com latas de cerveja, copos esquecidos por cima dos móveis e muito glitter espalhado pelo chão; se ligava diretamente a cozinha que, diferente da sala que era iluminada somente por luzes coloridas que piscavam e uma luz negra que vinha de um abajur, era bem iluminada por leds branquinhos. Um grande balcão de mármore ficava bem no meio do ambiente, cheio de garrafas de bebida, copos, gelo, limão, ás vezes balas e doces, as vezes drogas, e as vezes gente sentada ali conversando e respirando graças a grande janela que dava pros fundos da casa, logo em frente a bancada. Era ali que eu estava, sentada com as mãos apoiadas um pouco atrás do corpo, me encostando no meu próprio peso enquanto ria de alguma bobagem que meus amigos falavam, quando vi ele. 
Sabia que o conhecia de algum lugar, mas era meio que inacreditável demais pra parecer que pudesse já ter visto aquele rosto em algum lugar. Quando desviei a atenção por um segundo do assunto que Sarah falava entusiasmada, olhei pra sala e lá estava ele. Parece que tinha acabado de chegar, sorria de um jeito presunçoso e discreto cumprimentando outro cara. Usava um casaco, jeans e botas, parecia um pouco mais velho que eu, talvez uns 25. O cabelo era ruivo, comprido, lisinho e deixava uma franja cair pelo rosto. Via as luzes amareladas da festa piscarem atrás dele, formando uma silhueta, e permitindo ver perfeitamente os traços do seu rosto. Um narizinho lindo diga-se de passagem, olhos verdes, uma marra de bad boy, chegava a parecer antipático. Mas talvez alguém tão bonito não pudesse mesmo parecer legal. Confesso que na hora fiquei encantada pelo jeito com que reparava o ambiente ao seu redor, um olhar levemente superior e sexy, enquanto enchia um copo com alguma bebida, os braços cheios de pulseiras, mãozinhas delicadas. Chegou a me dar um arrepio e um frio na barriga, uma vontade de rir, ajeitei a postura, acho que deu pra perceber que fiquei inebriada olhando pro cara. Sarah chamou pelo meu nome bem quando ele virou o rosto pra onde eu estava, e desviei o olhar antes que pudesse perceber se ele tinha me visto. 
O resto da noite passou e eu pude ver todo mundo, conversar, reencontrar colegas, dançar, dar muita risada com gente que não via a muito tempo. A sensação no ar era de euforia total, todo mundo querendo recuperar o tempo perdido, querendo se abraçar, estar perto, se divertir - era como se estivessem sempre no único lugar onde queriam estar em todo o mundo, completamente satisfeitos, só que em qualquer festa ou lugar que estivesse lotado. A sede de socializar, de se soltar e viver uma juventude que foi aprisionada por quase dois anos era imensa e sinceramente, muito bonita de se perceber e vivenciar. Uma energia deliciosa de aproveitar os momentos que aparecessem pra viver. 
Entre toda essa euforia, não vi mais o cara. Não parecia mesmo ser da faculdade, talvez estivesse só de passagem. Eu tive uma fase louca de querer me apaixonar e com certeza ficaria pensando em encontrar ele de qualquer jeito de novo, se já não tivesse superado isso. Talvez com o tempo e com os acontecimentos da minha vida eu meio que anestesiei essa parte de mim, e simplesmente não pensei mais naquilo...pelo menos, não muito. E não até aquele momento. 
Meus pés doíam e junto ao fato de eu não beber, já estava reparando a hora e aquele clima da festa de quanto todo mundo está bêbado demais pra perceber qualquer coisa ao seu redor. Estava cansada de dançar e conversar parecia impossível com o som tão alto, assim como sentar em algum sofá da sala, ocupado por casais ou por pessoas que simplesmente pulavam nele como se estivessem drogadas...bom, e talvez estivessem. Procurando um lugar pra descansar enquanto Sarah não respondia minhas mensagens, subi as escadas que davam pro segundo andar, onde tinham quartos e banheiros, que a essas horas com certeza já estavam ocupados com gente fazendo todo tipo de coisa de que se pode imaginar. Entre portas entreabertas e trancadas, fui até o final do corredor, onde sabia que tinha uma sacada; ninguém ia pra lá, somente quem já tinha ido em muitas festas naquela casa sabia que a porta no final do corredor não estava trancada, apenas precisava de um empurrãozinho pra se abrir e dar acesso á varanda. Sabia que era onde ia encontrar as espreguiçadeiras menos confortáveis do mundo mas que no momento, pra mim, eram com certeza ideais. Empurrei a porta colocando o peso do meu corpo pra que abrisse e deixando que meus cabelos caíssem no rosto, logo sentindo a suave brisa gelada da madrugada entrar em minhas narinas. Dei um passo pra fora da casa e ao olhar pro lado, percebi que não estava sozinha. 
7 notes · View notes
Text
Desafío 1 — Serina Lich
El Mercadillo
Era nueva en la ciudad. El trabajo me había orillado a mudarme y la verdad no me quejaba. Tenía una casa bonita, tal vez demasiado grande para mi sola. Solo existía un problema; la comida. Por fortuna, mis vecinos recomendaron un nuevo mercadillo sobre ruedas que se extendía a lo largo de la avenida, solo los domingos, cerca de mi casa.
Aquel primer fin de semana, nunca noté nada fuera de lo normal y mucho menos imaginé que ese no era el mercado del que me hablaron. Y es que ¡Ya saben!  Además de los demás puestos de verdura, ropa y dulces; estaba la típica “Doña Pelos” señora de las quesadillas, friendo algunos platillos, comida que gracias a Dios nunca comí. El señor con su típico canturreo “Llévele llévele güerita, dos por uno en naranja, bara bara” Sonreí al escucharlo con el digno tono de un marchante de ciudad. ¡JA! De ciudad… claro. Tan solo recordar la verdad, me da escalofríos.  
En fin, después de ver como una mamá consolaba a su hijo por que se le cayeron sus galletas, pasé junto a un chico guapo que compraba una chamarra y al lado, más allá; decidí comprar arroz a una viejecita que vendía semillas. Recuerdo que tenía los ojos en blanco y solo pensé que eran cataratas, que ilusa fui. Junto a ella estaba el que yo creí, era su nieto, recibiendo el pago y despachando el cambio de la que presentí, era mi vecina. Debo contar, que nunca se levantaron de su asiento. Imaginé que el frio era demasiado para descubrir sus piernas, ¿Piernas? ¡¿Si claro, como no?!, así que no me pareció extraño. Antes de irme, el niño me regaló medio kilo de arroz, según él, para que me fuera contenta y regresara. Les digo, nada raro, según yo.    
Terminé de surtí mi lista de despensa y me fui, dejando de nuevo que mi semana laboral transcurriera para que así, el siguiente fin de semana un par de horas más temprano, regresara al maldito mercadillo.
Tal como el domingo anterior, decidí pasar a comprar con el simpático señor que estaba en la entrada, solo que ahora tenía un parche en el ojo y se veía malhumorado. Al ver que llegué, sonrió y le hizo señas a su trabajador para que me atendiera. El muchacho asintió y se dedicó a despacharme. Cuando se acercó, noté que olía bastante mal. Como a.. podrido. Pensé que era el sudor o alguna fruta echada a perder. Me alejé un poco y esperé mi vuelto, cuando el joven regresó, extendió su mano y recibí mi cambio, pero antes de retirar mi mano, el muchacho la tomó fuertemente y, como si estuviera siendo precavido, alcancé a escuchar que me dijo en un susurro. “No trates de comer nada aquí, o te asesinaran”   Hice una mueca mientras fruncía el ceño y arrebatando mi mano, me alejé lo más rápido de ahí. ¡Increíble que la juventud de ahora trabaje drogada!, pensé. Después de todo, un asesinato a plena luz del día era un disparate, sobre todo porque ni enemigos tenía.
Terminé mis compras, luego pasé a saludar al niño y su abuelita.  Me avergoncé cuando me regaló otro cuarto de arroz, pero dicen que uno no debe despreciar un regalado, así que lo agradecí. Cuando estaba a punto de salir, pasé frente al puesto de comida, y un hambre atroz me llegó con tan solo el olor. Miré el lugar y tenía unas gorditas friendo en su aceite, bastante apetecibles, sopes con carne y otras cosas más que se veían igual de ricas. Sin poder evitar la tentación de romper mi dieta estricta, le pedí una gordita de chicharrón y acomodando mis bolsas en el suelo, la señora extendió la gordita frente a mi en un plato. Que rapidez, le dije. Ella solo siguió sonriendo, frotándose un ojo y me miró con el otro, como si estuviera esperando a que le diera la primera mordida. Cómo siempre he tenido la costumbre de no comer nada antes de pagarlo, busqué mi cartera, pero no la encontré. Hice memoria y supuse que se me había caído en el puesto de la viejecita, así que le encargue mi mandado a “Doña pelos” y corrí entre la gente con la esperanza de que el niño hubiera visto mi cartera y guardado.
Cada que avanzaba, la multitud se hacía más espesa y menos dejaban pasar. Todos iban en la dirección contraria y por un momento pensé que caminaban como autómatas.
Noté que el niño de la semana pasada estaba con su madre, comiendo de igual manera sus galletas y justo en el mismo lugar se le cayó, haciendo que la madre lo consolara con ¡las mismas palabras!
De pronto vi todo a mí al redero. La misma señora comprando arroz, que ahora estaba segura no era mi vecina y el tipo guapo comprando una chamarra. ¡Eran las mismas personas haciendo lo mismo! Una y otra y otra vez. Retrocedí y traté de correr, pero el resto de la multitud no me dejo, el olor a podrido volvió a surgir y el pánico abrazó mi cuerpo cuando el joven que me había dado advertencia, me empujó haciéndome caer al suelo. “Te dije que no trataras de comer nada, ahora terminaras en el aceite hirviendo igual que yo” Señaló al puesto de quesadillas y casi me atraganto con mi propio llanto cuando, en el centro del sartén, estaba la cabeza del chico y, en el resto de la mesa la cabeza de mis vecinos, sin ojos.
2 notes · View notes
luciaarcoiris · 5 years
Text
Mi amor 
estas temblando sobre la cornisa
te veo frágil
drogada por la falsedad
a veces tus ojos se desvían
hacia tus pensamientos
o quizá hacia tu sentimiento.
Tal vez sea la costumbre
dormir en una cama caliente
despertar en la monotonía
tu corazón color pasión
late despacio 
tus amigos ya no están 
afuera no llueve
pero si en tu alma
todo se derrama
la juventud se derrama
sobre tus preciosos pies.
Pensé en salvarte
pero no lo merezco.
Nadie merece
el brillo de tus ojos
pero se apagan, solos
mientras lo ignoras.
1 note · View note
mxontopi-blog · 5 years
Text
Escena.
Vivir puede tener dos significados importantes, por ejemplo: Yo vivo porque no tengo elección ni valor para halar la cadena. Por otra parte, conozco gente que vive su vida, ¿se entiende? Estar aquí solo por estar, o estar aquí para disfrutarlo.
Soy del primer bando.
Cuando era niña poseia demasiadas expectativas sobre mi juventud, deseaba vivirla y recordarla con nostalgia, pero las cosas nunca son como se piensan. Actualmente, dejo que mi felicidad se escape en cada suspiro, mi alma se mantiene enjaulada en un cuerpo que pesa lo que no vale, un cuerpo lleno de moretones junto una cara llena de ojeras, profundas y violaceas que se volvieron caracteristica de mi persona, pero para nada digo que esté bien, el cansancio se hace presente, mientras siento el frio de la mañana mezclarse con las gotas de sudor que recorren mi espalda despues de haberme desvelado pensando en cosas utopicas, pero está bien, el hecho de no poder dormir se volvió una rutina que se consume como aquella vela al final de mi pesadilla.
Me quedo a oscuras y se cierra el telón.
"Segunda escena: el apocalipsis.
Tallo mis ojos en espera de la madrugada, mientras veo como la ciudad amanece, no es demasiado hermoso ver la ansiedad en cada uno de esos cuerpos que se mueven por rutina"
Se acabó, el sol salió y mis ojos pesan, se cierran y se abren dando pequeños chipazos de un encendedor que no funciona. Mi mente funciona más lenta de lo usual, 'No comprendo lo que dices' se rien y no dejan de observarme, aún suenan los pitidos de los autos, es un bucle, me siento drogada sin estarlo.
Comienzo a escucharla, se escucha más clara que mi subconciente, me dice lo que no soy capaz de entender, me dice que está bien, que ella tomará el turno, y confio, confio tanto en ella que me apago.
Todo se vuelve oscuro y se acaba la escena.
02/03/2019
1 note · View note
hipertexto · 2 years
Text
Extractos de La casa de las bellas durmientes por Yasunari Kawabata
En la alcoba pendía un cuadro de Kawai Gyokudô, probablemente una reproducción, de una aldea de montaña al calor de las hojas otoñales. Nada sugería que la habitación albergara secretos insólitos.
Solía tomar un poco de whisky antes de acostarse. Tenía un sueño precario, con tendencia a las pesadillas. Una poetisa muerta de cáncer en su juventud había dicho en uno de sus poemas que para ella, en las noches de insomnio, «la noche ofrece sapos, perros negros y cadáveres de ahogados». Era un verso que Eguchi no podía olvidar. Al recordarlo ahora se preguntó si la muchacha dormida —no, narcotizada— de la habitación contigua podría ser como el cadáver de un ahogado; y vaciló un poco en acudir a su lado. No le habían dicho cómo la sumían en el sueño.
¿No habría venido a esta casa buscando lo sumo en la fealdad de la vejez?
La mujer de la casa, probablemente porque estaba acostumbrada a hacer tratos sólo con hombres tan ancianos, no había mirado a Eguchi con piedad ni indiscreción. Puesto que era capaz todavía de sentir goce, aún no era un huésped digno de confianza; pero podía llegar a serlo, debido a sus sentimientos en aquel momento, al lugar y a su compañera.
su única intención era observar su belleza
No era una muñeca viviente, pues no podía haber muñecas vivientes; pero, para que no se avergonzara de un viejo que ya no era hombre, había sido convertida en juguete viviente. No, un juguete, no: para los viejos podía ser la vida misma. Semejante vida era, tal vez, una vida que podía tocarse con confianza. Para los ojos cansados y présbitas de Eguchi, la mano vista de cerca era aún más suave y hermosa. Era suave el tacto, pero no podía ver la textura…Estaba aquí para ser contemplada.
la desesperación de la vejez le resultaba insoportable.
Al retirar la mano de su cuello tuvo tanto cuidado como si manejara un objeto frágil; pero el impulso de despertarla con violencia aún no le había abandonado.:::: la fragilidad de la juventud
Se preguntó de nuevo por qué había pensado en el olor a leche. Tal vez era un olor que le hacía ver a la mujer en la muchacha. El viejo Eguchi tenía ahora un nieto que olía a leche. Podía verlo aquí, frente a él. Sus tres hijas estaban casadas y tenían hijos; y no había olvidado cuando ellas olían a leche y las sostenía en sus brazos a la edad de la lactancia. ¿Acaso el olor a leche de sus retoños había vuelto a él para amonestarle? No, debía ser el olor del propio corazón de Eguchi, atraído por la muchacha…Quizá fuera un consuelo melancólico para un anciano sumirse en recuerdos de mujeres de un pasado remoto que ya no volverían, ni siquiera mientras acariciaba a una belleza a la que no lograría despertar.
Dentro había dos píldoras blancas. Si tomaba una, caería en un sueño ligero; con dos, se sumiría en un sueño profundo como la muerte…. Era una medicina para provocar sueños semejantes, pensó vagamente…. Había sido una pesadilla horrible. No podía haber un monstruo oculto en la medicina para dormir…No tenían marcas ni letras que indicasen de qué droga se trataba. Era sin duda una droga diferente a la que había tomado la muchacha. Pensó en pedir la misma droga en su próxima visita. No era probable que accedieran a su petición, pero ¿cómo sería un sueño, parecido al de la muerte? Le atraía mucho la idea de dormir un sueño semejante a la muerte junto a una muchacha drogada hasta parecer muerta
Se trataba de una geisha con la que intimaba desde hacía algún tiempo. Sabía desde el principio que él tenía esposa e hijos, pero el olor de la niña lactante provocó una repulsión y unos celos violentos. Eguchi y la geisha no volvieron a estar en buenas relaciones.
Eguchi pensó en los escasos días en que se escapó de Kyoto, tomando la ruta interior, con la muchacha cuyo pecho había estado húmedo de sangre. Quizás el recuerdo era vivo porque el calor del cuerpo joven y fresco tendido a su lado se lo comunicaba débilmente.
A medida que envejecía, las colinas de Kyoto y los troncos de los pinos rojos en grupos apacibles recordaban con frecuencia a Eguchi la figura de la muchacha; pero recuerdos vivos como los de esta noche eran muy raros. ¿Los provocaría acaso la juventud de la muchacha dormida?
Le gustaría verla antes de que se durmiera, podría haber dicho. Pero por alguna razón las palabras se le ahogaron en la garganta. Habría desafiado la regla secreta de la casa. Precisamente por ser una regla tan extraña, tenía que ser observada del modo más estricto. Una vez transgredida, la casa no sería más que un burdel ordinario. Las tristes peticiones de los ancianos, la seducción, todo desaparecería.
Contemplando sus labios cerrados y después sus pestañas y cejas, él no dudó que era virgen…La pureza de la muchacha era como la fealdad de los ancianos.
—Este lugar es tan cálido —observó, mirando el cuadro del pueblo de montaña con las hojas otoñales—, que me imagino que las hojas de los arces se marchitan sin llegar a ser rojas. Pero como la otra vez era oscuro, no pude ver bien su jardín.
Ninguno de mis huéspedes hace cosas promiscuas. Todos tienen la amabilidad de ser caballeros dignos de confianza.
La mujer no le miró mientras hablaba sin abrir casi los labios. La nota de burla irritó a Eguchi, pero no se le ocurrió nada que decir. ¿Qué era ella, al fin y al cabo, sino una alcahueta fría y avezada?
—Usted podrá considerarlo promiscuo, pero la muchacha está dormida y ni siquiera sabe con quién ha dormido. Tanto la del otro día como la de esta noche no sabrán nada de usted, y hablar de promiscuidad es un poco...
—Comprendo. No es una relación humana.
—¿Qué quiere decir?
Sería extraño explicar, ahora que había venido a la casa, que para un anciano que ya no era un hombre, estar en compañía de una muchacha que dormía en un sueño provocado «no era una relación humana».
Eguchi pensaba antes que las muchachas que no se despertaban eran una perpetua libertad para los ancianos. Dormidas y mudas, decían lo que los ancianos deseaban.
en interés de la salud de las muchachas se obligaba a Eguchi y los otros ancianos a ser «promiscuos».
—Nunca he dormido con una manta eléctrica.
—Si quiere puede desconectar su lado, pero debo rogarle que deje encendido el de la muchacha.
Porque estaba desnuda, como sabía el anciano.
—Es una idea interesante, una manta que dos personas pueden graduar a su comodidad.
—Es americana. Pero le ruego que no sea difícil y desconecte el lado de la muchacha. Usted comprende, estoy segura, que no se despertará aunque tenga mucho frío.
ahora sabía que los ancianos que venían aquí llegaban con una felicidad más melancólica, un anhelo más fuerte y una tristeza mucho más profunda de lo que había imaginado
No cabía duda de que la chica estaba aquí por dinero. Tampoco cabía la menor duda de que para los ancianos que pagaban este dinero, dormir junto a semejante muchacha era una felicidad fuera de este mundo. Como la joven no se despertaría, los viejos huéspedes no tenían que sentir la vergüenza de sus años. Eran completamente libres de entregarse sin limitación a sueños y recuerdos de mujeres.
—¿Estás despierta? Despiértate.:::: tenía una necesidad de despertarlas pero con la seguridad de que no se despertaría
La muñeca estaba doblada sobre su ojo derecho y la parte más estrecha presionaba el párpado.
Sintió el deseo de poner la frente en el hueco que los separaba, pero sólo se acercó y enseguida se detuvo a causa del perfume.::: desea pero no hace, por vergüenza? O “aún no había alcanzado ese triste grado de senilidad” el de no desasear
Casarse, criar a sus hijas, todas esas cosas, en la superficie, eran buenas; pero haber tenido los largos años en su poder, haber controlado sus vidas, haber deformado sus naturalezas incluso, estas cosas podían ser malas. Tal vez, engañado por la costumbre y el orden, nuestro sentido del mal se atrofiaba.
Mientras yacían contra la carne de muchachas desnudas que dormían un sueño provocado, en sus corazones habría algo más que temor a la muerte cercana y nostalgia de su juventud perdida. Podría haber también remordimiento, y la inquietud tan común en las familias de los prósperos. No tendrían ningún Buda ante quien arrodillarse. La muchacha desnuda no sabría nada, no abriría los ojos si uno de los ancianos la tomaba con fuerza en sus brazos, no derramaría lágrimas, no sollozaría ni siquiera gemiría. El anciano no necesitaría sentir vergüenza, su orgullo permanecería intacto. Los remordimientos y la tristeza podrían fluir libremente. ¿Y acaso no podría ser la propia «bella durmiente» una especie de Buda? Era de carne y hueso, y su piel joven y su fragancia podían significar el perdón para los tristes ancianos…¿No había relatos antiguos en que las prostitutas y cortesanas eran Budas encarnados?
—Las tres me gustaron demasiado.
—Entonces tendría que decirme cuál prefiere con dos o tres días de antelación. Es usted muy promiscuo.
—¿Podría haber promiscuidad con una muchacha dormida? No se entera de nada. Podría ser cualquiera.
—Está dormida, pero sigue siendo de carne y hueso
Permaneció un rato con los ojos cerrados, porque la fragancia de la muchacha era inusitadamente fuerte. Dicen que el sentido del olfato es el más rápido en evocar recuerdos; pero ¿no era este olor demasiado dulce e intenso? Eguchi pensó en el olor a leche de un niño de pecho. Aunque ambos fueran totalmente distintos, ¿no eran en cierto modo básicos en la humanidad? Desde la antigüedad, los ancianos habían intentado usar la fragancia de las doncellas como un elixir de juventud.
Por eso he venido —dijo el viejo Eguchi—. Morir en una noche como ésta, con la piel de una muchacha para calentarle, debe ser el paraíso para un anciano.
—Dice usted cosas muy agradables.
—Un viejo vive en vecindad con la muerte.:::::: con sus fantasmas *
«La mujer es infinita», pensó el anciano con un matiz de tristeza. Abrió los ojos. La muchacha tenía un cuello largo, esbelto y lleno de gracia. Pero la esbeltez era diferente de la del antiguo Japón. Había una línea doble en los párpados cerrados, tan poco profunda que con los ojos abiertos podía convertirse en una sola línea. O quizás era doble a veces y otras una sola. O tal vez una sola línea en un ojo y una línea doble en el otro. Debido a la luz de las cortinas de terciopelo no podía estar seguro del color de su piel; pero parecía tostada en el rostro, blanca en el cuello, algo tostada también en los hombros, y tan blanca en los pechos que habría podido llamarse descolorida.
La madre de Eguchi había muerto una noche de invierno cuando él tenía diecisiete años. Eguchi y su padre le sostenían las manos. Hacía tiempo que padecía tuberculosis y sus brazos eran sólo piel y hueso, pero le asía la mano con tal fuerza que a Eguchi le dolían los dedos.::: leche y sangre
0 notes
umadosedemim · 3 years
Text
- Carta Aberta a todos meus erros...
- Tenho seguido meus instintos de forma abusiva. Algumas vezes tenha atuado de forma narcisista nas minhas atitudes, me tornando inclusive uma pessoa mais firme e supreprotetora em situações que eu não devia me comportar assim.
- Tenho tido pouco tempo pra me expressar de forma livre, tenho tido pouco tempo pra experimentar a juventude ou até minha sexualidade. Tenho tido pouco tempo para isso, por que tenho tido tempo demais para outras coisas. Há anos venho considerando que "tudo depende de mim" e "não posso parar agora, não posso desapontar quem precisa de mim". Essas cobranças são recorrentes em mim, fugir disso é difícil demais , mas algumas vezes isso aocntece.
SEXO: Uma conversa, "quase leve", sobre uso de drogas e consentimento.
- Se você faz parte da minha geração ou é mais velho que eu, portanto de gerações anteriores a minha, deve concordar comigo na seguinte afirmação: Muito da minha sexualidade aprendi sozinho, as vezes acompanhado de amigos, as vezes em pornografia, mas nunca aprendi sobre sexualidade em casa com meus pais e responsáveis muito menos na escola ou de pessoas profissionais nesse assunto.
Duas coisas tem se tornado muito comum nas novas gerações. A primeira dessas coisas é o sexo casual. A juventude vem cada vez mais cedo, expressando sua sexualidade e descobrindo sobre o próprio corpo. Isso não é algo ruim. Todos(as), salvo raríssimas excessões, as pessoas , transam e vão transar durante algum momento da vida. A segunda coisa , que tem se tornado comum entre as gerações mais jovens é o consumo (excessivo ou não) de drogas, entenda-se "Droga" como toda e qualquer substância capaz de tirar o indivíduo do "estado de sobriedade".
Tendo relatado isso, devo lembrá-lo, que essas duas coisas separadas , não tem quase nenhum problema, desde que feitos com responsabilidade, confiabilidade e consentimento.
Consentimento: Consentimento é um substantivo masculino que expressa a ação de consentir, e significa dar permissão ou licença para que determinado ato seja praticado. ... É uma maneira de concordar e conceder aprovação a alguém.
Há expectativas sobre a primeira vez ou isso é coisa de adolescente?
- Sim, existem muitas expectativas sobre a primeira vez. Criamos expectivas sobre o melhor beijo a dar, a melhor carícia a usar, pensamos em qual roupa usar, sobre o que falar , onde tocar e sobre como "fazer sexo". Mas há maior expectativa que existe é a "vontade de criar uma boa lembrança com a outra pessoa que transamos".
- A Principal expectativa que criamos com relação às primeiras vezes, é o desejo de criar um vínculo, uma "boa lembrança" com outra pessoa que nos relacionaremos.
- Se considerarmos uma juventude, que a cada ano, se expressa sexualmente cada vez mais cedo e usa drogas com cada vez mais frequência e quantidade, temos um problema!
O que é consentimento e como ele funciona ? Qual a importância de conversar sobre isso abertamente?
- Bom, antes de responder essas perguntas, é importante lembrar que consentimento é algo que se "Dá" e que "se tira". Não existe consentimento vitalício e nem negação pra sempre. Pessoas mudam de opinião o tempo todo e consentimento, nada mais é que uma "opinião".
- Para entender sobre consentimento, é importante caracterizar 3 situações específicas.
1. Quando nenhuma das pessoas estão fora da "sobriedade" , não beberam , não usaram nenhuma outra droga, estão sóbrios. Nessa situação, o consentimento é muito claro e objetivo. Fácil de entender para ambas as partes e quase nunca há um problema sério nessa situação. Nessa situação o consentimento não precisa necessariamente ser verbalizado; as vezes, ele acontece em olhares, toques , gestos , expressões e até em atitudes.
2. A segunda situação, é quando uma pessoa tá sóbria e a outra está "drogada". Nessa situação o consentimento pode existir, mas ele é muito específico. Se alguém está muito drogado, é inevitável pensar que esta pessoa não tem total controle sobre o consentimento do próprio corpo, pois está fora do estado de sobriedade que já falamos antes. Enquanto a pessoa que está sóbria tem todas as capacidades , para formar a opinião sobre o consentimento do outro , escolhendo ou não se quer continuar a situação.
3. Quando ambas as pessoas estão drogadas. Nessa situação especifica, o próprio conceito de consentimento ganha um caráter subjetivo. Sendo necessário analisar cada aspectos dessa relação.
Em todas essas especificações, o que não muda é o fato de que a "primeira vez" é muito importante. Como você se sentiria, se a primeira vez com a pessoa que você tá conhecendo , fosse um eterno "Borrão'' ? Imagina não lembrar de nada da sua "primeira vez", agora imagina o como isso pode remeter uma dificuldade imensa na formação da confiança, da saúde emocional da própria relação.
0 notes
themoonlightfilm · 3 years
Text
Resumen
En el film se nos presenta la vida de Chiron diferenciada en tres etapas: Pequeño, Chiron y Negro, en las cuales se expone su niñez, adolescencia y adultez respectivamente.
En la etapa de la niñez, el protagonista llamado Chiron, apodado como “Pequeño” por los demás niños, provenía de un barrio pobre y de una familia disfuncional, en donde la madre tenía largas jornadas laborales y era drogadicta, debido a esto Chiron pasaba gran parte del tiempo solo en casa. 
En la primera instancia que se nos presenta a “Pequeño”, es cuando este huye de sus compañeros que querían agredirlo, por lo que procede a esconderse en una caseta donde es encontrado por Juan, quien era el vendedor de drogas de la zona en donde vivía. En este encuentro se puede ver al protagonista cohibido y callado, mientras que Juan intentaba conversar para darle confianza. Luego de esto en la película se da a entender que se forja una relación fraternal entre ambos, respecto a la cual, Paula -madre de Pequeño-, no está de acuerdo. Ella era adicta a las drogas y, por su trabajo, no se encontraba frecuentemente en su casa, por lo que la relación entre el protagonista y Juan se fortalece, también incorporándose a este vínculo la pareja de Juan, Teresa. 
Se puede observar a Chiron relacionarse sólo con Kevin, quien era su amigo, y no con los demás niños de su entorno, pues a este le costaba establecer relaciones con los demás, ya que era tímido y callado y, por consiguiente, también era foco de humillaciones. Debido a esta situación y por cómo era pequeño, su madre concluyó que era gay, llamándolo “marica”. 
Posterior a un salto temporal, se nos muestra a Chiron durante su adolescencia donde nuevamente recibe burlas por parte de un compañero, además de amenazas, por lo que este espera antes de poder salir del colegio. Luego se nos presenta nuevamente a Kevin que al parecer sigue siendo su único amigo, quien le cuenta que fue castigado por tener relaciones sexuales con una compañera dentro de la escuela. 
Al terminar las clases, Chiron se dirige hacia su casa donde se encuentra con su madre, que le dice que esa noche no podrá quedarse a dormir debido a que ella está esperando a alguien, es entonces que el protagonista procede a ir a la casa de Teresa y pasa la noche ahí, sin embargo, Juan no se encuentra presente y, luego, se da a entender que está muerto.
Al día siguiente, cuando Chiron vuelve a casa se encuentra a su madre drogada y, durante una agitada discusión, le roba el dinero que Teresa le había dado. Luego de esto, cuando Chiron se dirigía a casa de Teresa fue abordado por dos compañeros que lo insultaron llamándole “marica” y que denigraron a su madre y a Teresa. Debido a esto, el joven decide cambiar su rumbo y dirigirse hacia la playa, donde se encuentra con Kevin. Aquí, ambos consumen marihuana y mantienen un encuentro sexual.
Al día siguiente, Kevin es presionado por sus compañeros para agredir a Chiron y, a pesar de lo ocurrido la noche anterior, termina haciéndolo. A raíz de esto, el protagonista decide golpear al compañero que más lo hostigaba y que, además, incitó a Kevin a agredirlo, sin embargo, acaba siendo arrestado, hecho que marca el paso a el último acto, Negro.
En esta etapa se muestra a Chiron adulto y con un nuevo aspecto, mucho más rudo, tosco y varonil, además, se revela que trafica drogas. Una noche recibe una llamada de Kevin, con quien no hablaba hace muchos años, donde le pide disculpas por haberlo agredido en su juventud y lo invita a visitarlo en su lugar de trabajo.
A continuación, Chiron va a visitar a su madre a lo que parece ser un centro de rehabilitación, aquí ella menciona que ya no consume drogas y le dice que lo ama pero que no pretende obligarlo a quererla, pues reconoce haber sido una mala madre.
Luego, Negro va al restaurant donde Kevin trabaja y se reencuentran luego de más de una década. En esta instancia, tienen una larga conversación en que Kevin le cuenta que tuvo un hijo y que estuvo en la cárcel. Sin embargo, este plantea que, a pesar de todo, ahora se siente libre y pleno. Finalmente, se muestra a Negro y a Kevin abrazados en la casa de este.
0 notes
wolfishroot · 6 years
Text
NO HEMOS APRENDIDO NADA
¡Esta todo en nuestras manos!
Que triste pensarlo, si solo tomamos nuestro celular, una cerveza o algo para doparnos. ¿Aprendimos algo en clases de historia sobre las revoluciones?, no mucho y se nota, pues preferimos «estar» y no «hacer» mucho ante las increíbles injusticias que presencian nuestros ojos cada día, en cada noticia, en cada ciudad de este bello planeta.
Nos han consumido las energías de victoria, de cambio, «¿para que hacerlo si otro lo hará?» me entristece la juventud de hoy en día, tan dormida y drogada, vendida, aplastada por la publicidad; es un juego en que nacimos perdiendo y pocos hemos ganado aunque sea una vez, al despertar nuestra consciencia, al mirar al de tu lado como otro si no como uno mismo, que lo que te afecta a ti me afecta a mi, tu problema es mi problema y el problema son los de arriba. Revolcandonse en sus tumbas los combatientes de la Revolucion Francesa, el Che, los de Octubre, hijos de Mao, esclavos de Haiti y cuantos más que lograron la conquista.
¡Esta todo en nuestras manos!
(en las de unos pocos)
2 notes · View notes
millennialkid · 4 years
Text
boceto nocturno
En estas noches del terror no se qué es lo que más detesto, la soledad o tener que ir a trabajar.
Creo que si lo planeo muy bien podría vender mi ropa, mi infinita colección de zapatos, esos juguetes carísimos que mi papá me compraba cuando era pendeja y mi cámara de fotos. Vendiendo todo esto tendría suficiente dinero para comprarme algun pasaje de avión sin retorno a Cancún o Río de Janeiro. Hippearla y no volver jamás.
No más noche. No más clientes. No más dolor de pies. No más alcohol.
Sí, podría hacerlo. Pero no lo voy a hacer.  Soy parte del sistema. Odio mi vida.
Descargo de la cámara las fotos que me quedan de la noche anterior. Saqué fotos en un boliche pedorro donde no había una puta luz. Horribles las fotos. A Cartier-Bresson le pasaba lo mismo? Seguro que no.
Veo la hora. Son las 11 de la noche. Mierda. Ya tendría que estar entrando a trabajar. Puta vida.
Rápidamente pongo todo en mi mochila. Me pongo mis borcegos. Me pongo mi labial preferido y me ato un rodete. Me queda fatal. No importa, es de noche, nadie se va a dar cuenta.
Le doy un beso a mi perro y salgo disparada para la calle. Por suerte el boliche donde estoy trabajando está cerca de casa y casi nunca están mis jefes. Llego tarde pero nadie se da cuenta. Mortal.
Antes de comenzar la noche, siempre tomo un gin-tonic. CC una de las chicas de la barra siempre me lo prepara, sabe que no tengo ni puta idea de bebidas así que sabe que mi estilo de gin-tonic es aquel que me ponga en pedo más rápido. Aunque no lo parezca, gran parte de los fotógrafos somos personas tímidas que no nos gusta estar en donde está la acción. Cuando se tiene un trabajo en donde se mezcla popularidad y creatividad es inevitable no ser adicto a algún vicio. El mío sin dudas era el alcohol. Con un poquito ya me animaba a todo.
Mientras tomo mi gin tonic en la barra, saco mi cámara. Dios! Qué lindas que son las pibas de la barra. CC tiene un pelo largo y rosa (varía de color varias veces al año), es alta y atlética, simpatiquísima. Hace 6 años que trabaja en “el Club”, no sé como hace para aguantar esta vida nocturna que te consume toda las ganas de seguir viviendo. La verdad que ver cómo la juventud quema todo su potencial queriendo entumecer sus sentidos con tragos de vodka puro es bastante desgastante.
 María, me hace acordar a Morticia Adams, pero más actual. Tiene una piel blanca, pálida casi transparente. Se viste siempre con polleras y cancanes rotos. Hace chistes tontos pero me cae bien. 
Finalmente está Lucía. Ella es la típica chica de zona norte que no sabemos cómo llegó ahí siendo que tiene tanta plata como para comprar todo el boliche . Se le nota lo cheta que es desde como habla hasta la ropa carísima que usa. Es la única que siempre tiene flores. Nos cae bien por eso. Siempre convida, siempre tiene.
Aprovecho para sacarles fotos. Amo sacarles fotos. Con o sin flash, la pose que sea, no hay foto que se vea mal. Las envidio un poco.
Esperando a que abran el club, me siento al lado de Bennet, el dj. No se porque pero siempre siento que me chamuya, me da un poco de asco porque tiene aspecto de que nunca se baña pero es como que está bueno. No sé cómo explicarlo, me da una sensación rara. Hablando con él, me menciona que va a venir un pibe nuevo a trabajar a la barra. Qué raro, nunca suele ingresar gente nueva en esta etapa del año. Estamos en pleno invierno y por lo general siempre estamos los mismos de siempre salvo en verano que se llama personal de refuerzo.
Comienza a sonar la música. House. Me encanta. Me hace sentir que estoy en una playa siendo parte de una elite, tomando champagne, ropa cara. Pero no.
Ingresa la gente, comienzo a sacar fotos. Tengo mucha ansiedad y soy muy perfeccionista. Nunca me gusta lo que hago por lo que apenas pasó una hora desde que abrió "el Club” que ya tengo 150 fotos.
Cansada me acerco a la barra, pido un agua a CC. Me la da de inmediato. Me pongo de espaldas a la barra apoyándome sobre ésta. Los pies no me dan más. La próxima vez prometo comprar zapatos de calidad.  Me doy vuelta para charlar, no tengo ganas de trabajar. No veo a mis jefes así que ya fue. Cuando me pongo a hablar con CC, veo al pibe nuevo. Cruzamos miradas, pero esos pibes no andan con chicas como yo. No me interesa. O si. Nunca lo sé. Pero en fin, me voy. Seguro tiene novia.
Decido hacer fotos desde la cabina, ubicada arriba de la tarima del club. El mejor lugar, al lado de Cristian, o la Cris como le decíamos, es uno de los chicos que manejan las luces del club. Mega gay. Mucha pluma y mucha purpurina, diría él. Me encanta esa gente fabulosa. Su sentido del humor es super ácido y aunque algo malo con sus comentarios, todos en el fondo lo queríamos.
Me ve, y moviendo su mano amaneradamente, me llama para que vaya hacia él. Tiene champagne así que voy rápidamente.
Pone las luces en automático y empezamos a charlar. Se nos suma una de las bailarinas go-go que estaba algo drogada para bailar y decidió parar. Moneda corriente.
-Viste el nuevo barman? Está re bueno, boluda. Sera gay?- Me pregunta mientras acomodaba su ondulado pelo negro
- No sé, pero es muy niño bonito. No es mi tipo. - Le respondo con indiferencia.
- Ay, por favor! Cómo que no es tu tipo. Ridícula. Andate y tráeme más champagne.
- Ridícula, vos! - Le contesto 
No sé porque pero en este submundo del underground no hay género, nos tratamos como queremos o como nos sentimos. Me copa. Ojalá el mundo real fuera así.
Tomo sus consumiciones y voy a la barra. Otra vez. Voy a buscar al chico nuevo. Sí, me voy a chamuyar al chico nuevo.  Esos chicos no andan con chicas como yo. Nada bueno puede salir de esto.
0 notes
cofradia-thg · 4 years
Text
Oliver Foster
Tumblr media
NOMBRE: Oliver Foster.
FECHA DE NACIMIENTO: 31 de marzo.
DOMICILIO: Una de las chabolas del Barrio Pobre, Distrito 1.
OCUPACIÓN: Traficante de droga. Desempleado la mayor parte del tiempo, porque no le suelen durar mucho sus trabajos al robar o dinero o materiales para pagar su mercancía.
FAMILIA: Su madre, Thelma, es su único familiar vivo. A su padre no lo conoce y no tiene hermanos.
BIOGRAFÍA: Ser hijo de una mujer catalogada de prostituta nunca es algo llevadero. Thelma Foster trabajó durante su juventud en la fábrica de los Wildember, donde un joven funcionario la engatusó pese a estar casados. Tuvieron una tórrida pasión que llegó a su fin cuando Thelma, loca de amor, le confesó a su amante que estaba embarazada y tenía un hijo suyo. Su querido amante demostró ser el mismísimo demonio entonces, queriendo obligarla a abortar para no tener a ese "engendro" (palabras con la que calificó al que sería su futuro hijo bastardo). Thelma se negó y dicho hombre, llamado Walleran Gray, inició ese famoso rumor que, en años venideros, acabaría siendo real: Thelma Foster es una jodida y drogada prostituta.
Oliver llegó al mundo de milagro, porque nació prematuro. El niño se aferró al mundo con ganas y logro sobrevivir. Pero lejos de aportar luz a la vida de su madre, hizo todo lo contrario. Con una boca que alimentar y multitud de negativas en diferentes negocios de la zona, Thelma acabó abriendo la puerta de su casa (y las piernas) a diferentes hombres. Cuando uno era un bebé no se enteraba de mucho, pero siendo un niño de tres o cuatro años, le preguntaba a su madre por qué venía a casa un "padre" distinto cada día. La mujer siempre le contestaba diciendo que estaba buscando al candidato perfecto para ocupar ese puesto y, mientras lo hacía, iba guardando billetes en el último cajón de la vieja cómoda. Pero esos billetes tardaban poco en desaparecer, porque para soportar esa vida Thelma necesitaba la ayuda de un polvito blanco que lejos estaba de ser azúcar.
Oliver creció en ese ambiente de puterío y drogas en el barrio marginal del Distrito 1, por eso no fue ninguna sorpresa que siguiera los pasos de su madre en cuanto a esa afición por la materia prohibida. No sólo pasó a consumirla cuando tenía tan sólo catorce años, sino que también acabó convirtiéndose en un camello para ganar unas cuantas pelas que gastar comprando más droga. Un círculo vicioso del que decía que era capaz de salir pero del que nunca salía. Además, esa amiga blanca también lo ayudaba a huir de su infancia de mierda, de la vida de su madre y de su nuevo novio, un cliente que volvía más de la cuenta a casa de los Foster y que se sentía dueño y señor de la sucia cabaña y de Thelma, puesto que le había prohibido venderse a alguno más.
Pese a su historia, Oliver contaba con amigos, unos parias de la sociedad entre los que se encontraba Naim, posiblemente el único con cierta capacidad de raciocinio del grupo. Gracias a éste, Oliver se había salvado de acabar en más de una ocasión en los calabozos del Edificio de los Agentes de la Paz. Aunque también era cierto que los había visitado en numerosas ocasiones, por eso, los propios agentes cansados de sus numerosas recaídas, lo acabaron condenando a realizar trabajos forzosos y así, al menos, buscaban mantenerlo lejos de las drogas (o eso creían que pasaría).
TWITTER: @OliverFster.
0 notes