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La vida de un cantante de bus
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Todos somos nuevos en el mundo. Se salva lo que de él conocemos
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uncantantedebus · 5 years ago
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“adiós Búho”
En las noticias de esa tarde, mencionaban a unos drones que sobrevolaban las ciudades, inspeccionándolas. Se encontraban totalmente vacías, no habitaba nadie en ellas. Los animales y las plantas habían gobernado desde ahora cada rincón de los edificios llenos de memorias vivientes, donde antes deambulaban nuestros abuelos y nuestros padres. Ellos fueron desgarrados de ése lugar, tal cómo se arranca el césped de raíz. Imagino a mi abuelo; las situaciones complicadas en las que estuvo, la experiencia de ver un mundo sin más esperanza… de ver cómo el propio cosmos se tragaba sus sueños sin ningún chance. Él nos decía que existían muchos motivos para despertar cada día e ir a perseguir al menos la alegría de haber intentado hacer una vida prospera. – Con la costumbre uno olvida lo que ya tiene- decía. Era fantástico escucharlo hablar de ese pasado fatídico, en que un ente biológico, más pequeño incluso que el núcleo de una célula, hubiera desterrado al ser humano de su “habitad artificial” La historia que recuerdo con especial fascinación y nostalgia nos la contó cuando hicimos un campamento, no muy lejos de nuestra casa. Él amaba ese tipo de planes. Una vez tranquilos empezó: “No tuvimos otra alternativa que salir de nuestras casas. La nueva mutación del virus, por una razón, aún desconocida, mataba a las personas que permanecían en los edificios. Por suerte actuamos rápido al enterarnos del fallecimiento de algunos vecinos de nuestro conjunto residencial. Sabíamos que teníamos que planear un escape rápidamente. Al principio hicimos algo parecido a esto. Acampamos lejos de allí con unas carpas que guardábamos hace años. Conmigo estaba mi novia y mi familia; vivimos así durante meses, alimentándonos de las cosas que habíamos podido llevar en el carro de Lucía. Sólo al final la escasez era demasiada, tanto que con suerte comíamos una vez al día, El agua potable también escaseaba, a pesar del riesgo en el día entrabamos a los edificios con trajes herméticos improvisados para llevarnos el agua y posteriormente hervirla. Muchas familias hicieron lo mismo, pero eso sí, nadie se acercaba por el miedo de contraer la peste, ya que en ésta fase era impredecible y mortal. Permanecíamos lo más separados posible de las otras tribus. En la nuestra éramos cinco. Estaban conmigo: su abuela Lucía, mi hermana Tana y mis dos padres.  Mi madre fue enfermera, y ella tenía conocimiento sobre la asepsia. Era bastante estricta con el tema; cada dos días desinfectábamos cada artículo con alcohol, el cual abundaba al convertirse en un elemento de primera necesidad. De pronto, antes de que nuestros recursos escasearan, alcancé a tener momentos de tranquilidad. Esos instantes me daban un impulso y fe. Todos dependíamos de nuestro bienestar. Lucía era una mujer enternecedora, aunque su cariño era extraño y a veces difícil de comprender. Una noche me dijo: -Oye no pienses que te voy a dedicar ésta canción, pero quiero que la disfrutemos juntos. - Esta bien, yo la disfrutaré igual. - Ésta es una canción que lleva, en parte, mi posición sobre el amor y la vida. Es especial para mí.
A mí me encantaba a escucharla, y con el tiempo logré descifrarla más. Lo más extraño es que el mundo se tuvo que caer a pedazos para ponernos juntos en un lugar. Para compartir al menos el destierro de nuestros hogares. Unos minutos después se nos unió Tana a la velada. - ¿Qué hacen tan tarde aquí? – preguntó agarrando su cintura. -Escuchamos música y conversamos. – dije-
-Yo he pensado bastante en la muerte – dijo Tana sin ningún rodeo.
Todos nos reímos nerviosamente. - y ¿qué has pensado? – preguntó Lucía. - He leído últimamente un libro que habla sobre la reencarnación y las ideas de una filosofía hindú: El Bhagavad Gita. De lo que habla a grandes rasgos es sobre la conciencia. La incapacidad del ser humano de saber qué es, en parte por el hecho de no poder salir de la misma conciencia… es de los dilemas más enormes que tenemos.  Hay teorías al respecto: dicen que la conciencia es algo eterno y que antes fuimos otros millares de seres incluyendo vegetales. Yo pienso que cada quien tiene un animal predilecto en el cuál va a reencarnar, un animal espiritual.
-Y ¿el tuyo cuál es? – preguntó Lucia - El mío es el búho. - Qué animal más interesante – dije yo sonriendo. Nos manteníamos conectados por medio de los datos de redes móviles. Las operadoras, las cuales entraron en banca rota, pusieron sus servicios gratis para cualquier teléfono. El problema era conseguir energía eléctrica para cargar los dispositivos. Encontramos varios lugares con tomas de energía, pero eran bastante utilizadas por otras personas. Un día decidimos explorar, e ir un poco más allá para encontrar energía y tal vez mudarnos. Mantener nuestros teléfonos y nuestro portátil cargados, nos salvaba del aburrimiento. Íbamos Tana, Lucía y yo. Encontramos un parque a unos kilómetros que parecía prometedor. Encontraríamos un paraíso de la electricidad. Aquel día nos sorprendió irónicamente con una tormenta eléctrica. Fue inesperada y tuvimos que refugiarnos para escampar, en una cancha de futbol cubierta que estaba a unos pasos. Nos encontramos dentro a una multitud de personas que parecían ser una familia que habitaba temporalmente allí. Se veían mal. Delgados y demacrados, tal vez con mucha hambre. - ¿Qué hacemos ahora? – Me pregunté en voz alta. - ¿Será que nos refugiamos en otra parte? – propuso Tana. - No hay ningún lugar cerca – dije pensativo. - Aquí nos toca escampar – Suspiró Lucía.
Entre tantas dudas, terminamos escampando allí, y noté que nuestros vecinos tenían ya sus cobijas encima. Pero permanecían alejados, ignorándonos.
Más tarde viendo que ya había amainado, salimos de la cancha, pero unos metros más adelante perdimos de vista a Tana.
Angustiados la buscamos por aquel parque por horas, gritábamos (marikaa) “tanaa, taanaa, tana” pero no la hayamos.
Se había esfumado. Era tarde. Y estábamos en peligro de ser raptados también. En ese tiempo teníamos apenas 17 años, entonces corrimos llevando semejantes noticias a mis padres; no olvidaré su expresión. Nunca pudieron digerir completamente esta tragedia y la esperanza de que apareciera alguna vez tampoco desapareció hasta el fin de sus días.
Luego de su desaparición transcurrieron otros dos meses. Los más largos de mi vida. Escuchábamos en las noticias que el gobierno había conseguido un gran pelotón de helicópteros rescatistas, los cuales pronto enviarían. Nuestras esperanzas habían servido, pero nos moríamos lentamente de la desnutrición. Fue preciso el momento en que llegó el rescate, casi me sentía en un sueño, todo se veía desdibujado e irreal, en el momento en que subí la escalera para entrar a la aeronave, pude ver en el gran árbol que siempre tuvimos al lado un gran búho parado sobre sus más altas ramas. Era café y sus ojos oscuros me miraban fijo.
Luego Lucía subió e intenté señalarselo, pero las escaleras se balanceaban tanto que no logro observarlo.
No tengo pruebas, pero yo tengo la certeza de que quien estaba ahí, era el alma de Tana.
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uncantantedebus · 6 years ago
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El arte es de escuchar
El recorrido más largo que había hecho en bicicleta fue desde el Jardín Botánico de Bogotá recorriendo toda la avenida Boyacá, para luego llegar a la avenida Américas que lo conduce a uno a la estación de banderas, la cual es el punto de acceso para varios barrios de Kennedy.
Sobran las razones para usar bicicleta en esta constipada ciudad. La razón por la que hice este recorrido fue un concurso en el que iba a inscribir a los Cilantros; la bicicleta se me ha convertido en otro instrumento musical e igual de importante que mi bajo y mi voz.  Bogotá es bastante grande, pero estas proporciones son relativas en el sentido de que la ciudad se hace más larga o más pequeña según el medio y la hora en que uno se desplace de un punto a otro. Esto ocurrirá también en todas las ciudades, pero estoy seguro que en Bogotá mucho más.
Mi bicicleta es roja y negra como la sangre seca de los colmillos de un vampiro. Ayer fue un día singularmente movido y tenía todo planeado y calculado para que la nebulosa del tiempo no me acechara tan de cerca. El tiempo es mortal y certero; puede incluso robarte poco a poco la vida. Monté mi bicicleta de sangre y pedaleé hasta la academia, queda a una hora desde mi casa. Mi profesor de armonía nos esperaba con aquel examen que habíamos temido casi todo el semestre. Admiro al maestro por lo que nos cuenta de su vida, para llegar allí donde está, tuvo que pasar de todo, incluso hambre. Él también fue un cantante de bus. Después de todo solo dialogó con nosotros y dijo – Su examen de este semestre fue el aprendizaje que se llevaron de las clases, pero no bajen la guardia- y luego nos dijo lo importante que es estudiar incluso en vacaciones.
Presentía que ese día nada iba a salir como esperaba, sin embargo seguí mi plan. -bueno, ahora tengo que llegar a casa y almorzar, en eso tardaré una hora y media, después voy a Green city a ensayar con los Cilantros, debo salir a las 3:30 pm de allá para llegar a la casa a las 4 en punto y luego coger uno de esos buses gusano que me llevan al norte y tocar en el bar en el que me citaron a las 5:30 pm-
Todo empezó a desmoronarse cuando llegué del ensayo de los Cilantros a las 4:38 pm. Era imposible llegar al norte de la ciudad en menos de una hora, teniendo en cuenta que los buses gusano de esta ciudad hacen recorridos bastante escabrosos.
Tuve que escribirles diciéndoles que iba a llegar media hora más tarde, a las 6:00 pm. De cualquier modo, tenía que llegar allí a tocar, esas oportunidades se dan pocas veces, y pagaban muy bien. En ese momento tenía solo para un pasaje, en el momento en que recibiera el dinero, iba a cubrir fácilmente los gastos en comida y transporte.
Me embarqué entonces en el bus masticador de gente, este bus lo lleva a uno a la estación de buses gusano, después uno tiene que tomar un bus gusano hasta el norte. Entonces me subí al fin en uno de esos. Iba con mi guitarra, una maleta con cables y la base de micrófono.
Poder sentarse en una silla de estos buses es un acontecimiento sin precedentes. Me senté entonces en el suelo, al pie de una de las articulaciones del gusano y me puse a leer, para reírme un poco del tiempo, pero qué creen, el tiempo rió de último esta vez.
Eran ya las 6:00 pm, hora en la que ya debía estar allá... en el bar arreglando todo para tocar. Pero a esa hora todavía estaba metido en un gusano, atascado en un casi infinito trancón de anélidos sin rostro. No pueden imaginar mi cara de impotencia en ese momento, al ver que todos los planes de ese día habían sido tachados por la manera impredecible en que una ciudad se comporta a veces. Viendo a mi alrededor también las expresiones de las personas reflejaban historias parecidas que intentaba deducir. La mujer del bar me llamó diciéndome que no me podía esperar más, y yo desesperanzado solo afirmé con monosílabos.
Escuchar historias tristes es difícil para la mayoría, en toda la ciudad abundan, en los restaurantes, buses gusano, en las calles hay desconocidos con historias que son tan densas e incomprensibles, que la mayoría termina ignorándolas.
Es de las consecuencias de vivir en una ciudad…y de tener a cada paso una persona nueva. El ser humano no ha evolucionado completamente para esto, el cerebro solo pasa por alto esta sobredosis de información.
Sin embargo, preocuparse por esos asuntos es algo que nos hace sobresalir. Algo tan simple como escuchar, es un tesoro que uno encuentra pocas veces en un desconocido o incluso en un amigo.
Y es algo tan gratificante contarle a alguien lo que te pasó.
Agradezco que escucharan mi historia. Después decidí tocar en los buses gusano y salir a comer con lo que me ganara, luego cogí otro bus repleto de gente a mi casa, fue estresante, pero al final no estuvo tan mal porque esta experiencia me hace ser más consciente de que lo que salva mi vida, y la vida de todos en Bogotá y en todo el mundo, es el arte.
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uncantantedebus · 6 years ago
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Big Crunch
Esa noche mi sueño se había tornado profundo, unos segundos después de despertar me costó entender quien era yo, y porqué estaba allí. “Es un buen dia para tocar” pensé. Se abren las cortinas del cuarto, entra la luz, un rapido baño de agua tibia, disfraz de humano y salgo a la calle cubierta de nubes, la gente pasa casi levitando, pero con la mirada fija en el suelo, me devora el primer bus que veo, mi guitarra sale de mi funda con ganas de gritar armonicos en el frio aire que cubre estas cordilleras.  Hay veces que con la música alguno empieza a mirar al cielo, alguno empieza a mover rítmicamente su cabeza, a caminar diferente, a pensar cosas un poco más adentro, un poco más hacia su pequeña implosión.  Ese día en uno de esos buses viajaba de noche, con un cabello de colores que iluminaban los vidrios, una chica de corazón violeta y particulas de estrellas lejanas.  Comenzaron a suceder desde ese instante un par de cosas que cambiaron el rumbo de mi vida, y de otras tres almas de antimateria de las que les hablaré.  Ya había visto antes a esta chica que me encontré en el bus, brillaba cantando hace tiempo en una clase de un loco maestro de canto a la que yo asistía.  Y entonces sucedió una cosa detras de otra, y terminé conociendo también a los integrantes de su banda. La banda de la chica de corazón violeta.  Me hablaron de la música que los hacía mirar al cielo, y preguntarse si lo que había dentro de sus cabezas en realidad era el mismo universo respondiendose preguntas a si mismo; de esa biruta de matería, responsable de la conciencia de nuestra efimera vida, el cerebro.  ¿Fue una coincidencia encontrarmelos? unos meses después las baquetas sonaban para hacer correr un gran engranaje que vibra en una logica llena de sentido. Nació de las cuerdas de fuego del guitarrista una gran cuestión entre Cuestiones, esa pregunta perfecta que obtiene un Axioma desde los fractales que en nuestra escala es imposible ver.  Un dia a las 4:44 Pm, entre una improvización nació un blues, y en nuestras mentes ya rondaba la idea de compartir nuestra música, esa música que es un poco nuestra y por una misteriosa razón, ajena.  Partiendo de la inquietud que despertó el señor nadie, y el extasis ondulatorio de nuestra creatividad, nació Big Crunch.  La gran implosión está en la guitarra de Juan. El contenido sutil, esta en la guitarra de Aliss, en medio del bombo y las notas bajas de mi instrumento estoy yo y está mi voz. Y quien nos lleva es el tiempo de Lucho 1, 2, 3, 4.  
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uncantantedebus · 6 years ago
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Araucaria
El tiempo transcurre diferente cuando andas en bicicleta. Uno capta con detalle todo lo que pasa alrededor, y cada fragmento de tiempo es un acontecimiento más vívido. No se descarta que la razón es que tienes que estar concentrado para no morir a causa de una piedrecilla que haga que te desvíes y caigas desde el puente Aranda. O, ¿Alguna vez no has sentido miedo de que haya una especie de error en la realidad que te haga invisible por un momento? Bueno a mi si me ha pasado mientras ando en bicicleta o cruzo una calle, si eres un conductor de bus y estás mal de tiempo y además ebrio de vive cien-touninfarto no te fijarías en gente invisible que ande desprevenida por ahí…
Aunque no queramos el miedo a morir nos acompaña... hasta que sucede, y si no es así en verdad los felicito, los invito a una excursión por las zonas desconocidas de ama-zonas.
Ciertamente se puede llegar al exceso del miedo, y a veces es lo que nos encadena al suelo. Permitámonos hacer cosas que nos hagan ser conscientes del presente, como andar en bicicleta o tocar guitarra en un avión; no he hecho esto último, pero es uno de esos sueños raros que todos tenemos. Los cilantros han estado más constantes. Ya se siente su aroma en el ambiente, y ha cambiado porque ahora nuestro estilo es distinto y yo decidí tocar bajo y cantar. La última vez estuvimos tocando en un bar llamado bar del Rey de oro, cuando llegamos el profesor guitarriclita estaba enfurecido porque el baterista Yerba buena, unos momentos antes del concierto, nos llamó para contarnos que su familia se había enterado que pertenecía a los cilantros, y no les gustaba la idea de involucrarse con otro tipo de condimentos. Cuando entramos al bar un sujeto con disfraz de mayordomo nos hizo llenar una planilla, y luego pasamos por unas grandes puertas.
- ¿Qué es este lugar? Rrww- dijo el profesor guitarriclita.
- No lo sé- dije anonadado- Espero que la cerveza se barata.
Yerba buena estaba dentro y nos dijo que se había escapado. Logró llegar a tiempo para saber cuándo íbamos a tocar. Fue un gran alivio ver a la banda completa. Ese día abrimos el concierto. Y como el nuevo guitarrista, llevaba consigo unos pedales de guitarra que emitían sonidos distintos, teníamos una gran expectativa. Había bastante gente y se notaba que todos eran amantes de la música. Gran parte del público eran las bandas que iban a tocar después de nosotros.
Las sillas eran doradas y de madera, y había candelabros como si se tratara de la sala de un castillo. Pasamos por un tapete rojo hacia el escenario acompañados del mayordomo que resultó ser el mismo ingeniero de sonido que nos iba a ecualizar mientras tocábamos.
Cuando nos conectamos las personas estaban ansiosas por escuchar buena música. Sonó el primer arpegio del descubrimiento de los colores, y entró toda la banda con un potente sonido del bajo y el bombo. Siempre solemos iniciar con el descubrimiento de los colores, su instrumental te lleva a viajar por Colombia, pero llevando en el equipaje la esencia de todo el mundo.
El nuevo guitarrista encajó increíblemente con el sonido de toda la banda, sus reverberaciones y solos psicodélicos le dieron más sabor a Materia gris y llevaron a Paramo a una montaña más alta. Cuando llegamos al final de la presentación la gente pedía a gritos que tocáramos otra canción, por lo que un sujeto con una corona y túnica roja pasó al frente…
-Os ruego que me perdonen, pero el itinerario de este evento ya estaba previsto desde hace décadas, por lo que los caballeros Cilantros no podrán tocar otra canción.
- ¡Queremos más Cilantros! ¡Queremos más Cilantros! ...- gritaba la gente.
-Está bien, como soy un monarca benévolo dejaré que los cilantros toquen una obra más de su repertorio, yo me retiro para que dediquéis vuestras horas a este espectáculo.
Entonces tocamos nuestra última canción 10:15 Satuday night de the Cure, y el pueblo estaba contento, digo las personas.
Salimos muy entusiasmados por cómo estaba sonando la banda
-Hoy no eructó en el micrófono, profesor Guitarriclita- dije sonriendo irónicamente
-También le fue bien, Dónicus- dijo él
- Chicos la pasé bueno espero que el próximo sea pronto –comentó el nuevo guitarrista
- ¿cómo es que es su nombre?- dijo el profesor Guitarriclita
- Moody, es como me han llamado desde que tengo memoria, significa temperamental.
-Su nombre no encaja con su personalidad –dijo Guitarriclita riéndose entre dientes.  
Moody es cineasta, llego a Los cilantros por Yerba buena, ya que alguna vez fue actor y Moody grababa cine para plantas.
Esa noche en camino a la cilantrocueva el viento estaba violento. Sonaban los árboles como susurros de fantasmas y una llovizna helada empujaba nuestras espaldas como echándonos del palacio del que acabábamos de salir. Cargábamos con nuestros instrumentos así que no podíamos andar más veloz.
- ¿Si ven hacia la derecha? – les grite por encima del ventarrón – Podemos ir hacia allá, para no mojarnos tanto.
Entonces me siguieron, los arboles nos cubrieron un poco pero aun así ya estábamos empapados y con frio. Miraba hacia arriba. Las copas de los arboles contrastaban con el reflejo de las nubes, iluminadas por las luces de la ciudad. Me distraje tanto que me alejé de los demás y fue cuando alguien me agarró del brazo, esperaba voltear y ver a alguien, pero no era alguien en realidad. Era un árbol y una de sus ramas estaba enredada en mi brazo. ¿Cómo? En ese momento estaba paralizado. La rama me apretó más fuerte y me alzó hacia arriba en una fracción de segundo, estando al borde del desmayo golpeé la rama que me tenía atenazado, pero fue inútil.
- Suéltame – dije extrañándome de hablar con un árbol.
- No tengas miedo- dijo una voz susurrante desde dentro del árbol- Soy yo Araucaria
-No te conozco, suéltame por favor- grité
- Si me conoces, he visitado tus sueños a veces, tienes una mente parecida a la de los árboles.
Silencio. El viento soplaba, pero esta vez más tranquilo. Entonces abrasé a aquel árbol a partir de un impulso que provino de lo más profundo. Como movido por el mismo caos del mundo. Yo estaba conectado a sus raíces; sus hojas mueren y renacen, pero siguen siendo parte de sólo una cosa y un instante que está sucediendo y este pensamiento ha estado conmigo desde siempre. En mis sueños, y en la mente durmiente de todos los seres.
-El rey de Oro era consciente de la profecía, tenía que encontrarte hoy.  Así como cuando andas en bicicleta y percibes el tiempo diferente, también nosotros los arboles lo hacemos, pero de una manera más radical. Esto que estoy diciendo, lo estoy diciendo muy lento en realidad; cincuenta veces más lento de como hablaría normalmente. Por eso los susurros de los árboles son imperceptibles al oído del ser humano. No hemos querido aparecer, porque sabemos las implicaciones que habrían, ustedes mismos deben darse cuenta del caos que han generado en éste, el único mundo que conocemos en que el universo puede ser testigo de sí mismo.
-No sé si estaré soñando, pero te recuerdo, no te recordaba hace un momento. La memoria de los sueños está oculta, como ensombrecida por otra realidad igual de importante, dos realidades que se olvidan mutuamente.
-Sí, no tengo mucho tiempo, tiempo humano no. Entonces entraré a tu inconsciente, así podrás viajar conmigo y el tiempo que tardaré será un mes en tiempo de árbol, pero 20 minutos en tiempo de humano. Solo te voy a acariciar la oreja con una de mis ramas, no dolerá lo prometo.
Entonces caí en un trance y luego desperté en selvas y bosques de todo el mundo, veía los paisajes a través de los árboles y ellos me hablaban de sus deseos más profundos, de ver funcionar al planeta con nosotros, pero en armonía, sin echar a perder este tesoro en el que habitamos, quizás -Dónicus, ¿Qué sucedió? estábamos preocupados, donde carajos estaba.
-No lo sé no recuerdo, creo que me desmayé o algo así.
-Vaya al médico Cilantro, no vaya a ser que se desmaye en la mitad de la calle- dijo Yerba buena.
-Lo consideraré- dije rascándome los ojos.
En el transcurso del camino, recordé ese acontecimiento extraño con Araucaria, y hasta el día de hoy quisiera creer que fue real.
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uncantantedebus · 6 years ago
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Este es un bello blog en el que estoy trabajando, se podría llamar un libro Blog. Son cuentos, pero tienen una sutil conexión. Los saco de mis experiencias tocando en los buses y en la calle. Ojalá más personas puedan apreciarlo!
Labandaqueaunnotienenombre
Tengo un bajo oxidado, que le compré al Profesor Guitarriclita. Tiene un sonido opaco y percutivo, es blanco con negro, como un viejo panda.  Ha tenido una larga historia, que ni siquiera me se completa… seguramente ha presenciado muchos escenarios. Guitarriclita se lo compró a alguien de segunda o de tercera o de cuarta, tal vez su original dueño fue un bajista virtuoso que tocaba en la antigua ciudad de Santa fe de Bogotá, Jazz en la séptima y en los pocos bares donde valía la pena interpretar a Duke Ellington.  Ahora esta reliquia está en mis manos, y funciona perfectamente. Como se sabe, el bajo es un instrumento subestimado, pero cuando te das cuenta de cuanta importancia lleva musicalmente, puedes llevarte una sorpresa.
Recuerdo al Psicologo de Ondas bajas, bajista de Los cilantros, él viajó por las pocas tarimas en que estuvimos llenando a un público de energía cilantrópica.   Hacía poesía con sus líneas de bajo, que ponían a levitar a los demás sonidos en una cápsula de viento.  Desde que conozco este instrumento, quise comprenderlo más, ya que engrandece la armonía de cada obra y pone a danzar tu cuerpo, a veces, sin que te des cuenta. Todo comenzó con un final. Los cilantros tuvieron su apocalipsis lleno de aguijones de medusa; lleno de panela envenenada. Pero aun así tuvimos fuerzas para una última presentación: el festival desértico del Camello, en el que solamente fueron a vernos un par de cactus, y otro de animales jorobados. Después de esto no volví a verlos en mucho tiempo; tiempo en el que estuve con mi bajo panda, aprendiendo poco a poco de su idioma. Tiempo en el que las libélulas se veían de noche, buscando amor en la atmosfera de una primavera que dura una vida. En este tiempo, también, Cereal Guy y yo, íbamos a un lugar cada sábado haciendo  sonar nuestras guitarras, en nuestro eterno intento de producir pequeñas tormentas mentales.
Es ahora cuando les voy a contar sobre la cilantrocueva, lugar donde los cilantros ensayaban y también donde habita el abominable profesor Guitarriclita; un día me lo encontré en la cilantrocueva barriendo sus pelos invernales, entonces dijo - ¡tengo hambre!- pero eso no es importante, lo importante es que consideró elaborar un nuevo proyecto reviviendo así la esencia de Los cilantros, sin permitir que muriera esta vez. Tuvimos, entonces, que encontrar dos personas que llenaran los vacíos de El psicólogo de ondas bajas y el baterista Yerba buena. No fue difícil pues Guitarriclita gruñó – gwwrr …tengo en mente a algunos músicos gwwrr-  y eran los perfectos para el proyecto que había empezado: labandaqueaúnnotienenombre.
Desde entonces hacemos algo de magia los domingos en la Cilantrocueva, con ingredientes nuevos para nuestro sonido. Paralelo a esto, también nació la idea de hacer Funk y Reggae para aquellas fiestas de humo que están de moda entre los bohemios. Puede ser que un billón de cosas inesperadas acontezcan, o que no suceda nada; una flecha lanzada al aire no importa, ni dos, ni tres, ni infinitas,  lo importante es que te quites la venda de los ojos para que sepas que no hay ningún blanco.
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uncantantedebus · 7 years ago
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Fascinantemente mal de amores
Aquel día iba a tocar con Los cilantros, en un bar de aviones suicidas. Los cilantros era una banda en la que fui vocalista y guitarrista rítmico. La banda se conformaba de cuatro cilantros frescos, con un poco de sabor a bambuco sazonados con heavy Metal y Red hot chili peppers. Solíamos abrir los conciertos con El descubrimiento de los colores. La canción es la vida de una luciérnaga derribando la noche a su paso.  *P El profesor Guitarriclíta hacía los fondos psicodélicos con un sutil aroma a cilantro y el psicólogo de Ondas bajas acompañaba cada nota que nos envolvía, para que el bombo las mandara a volar hacia el público, trabajo que le correspondía al baterista Yerba buena guiado por la naturaleza que corría por sus venas. Estábamos esperando nuestro turno de tocar. Recuerdo que el dueño del lugar dijo que tocaríamos de ultimo, ya que la banda de Pop pesado llamaba más la atención con su vestimenta y pelos puntiagudos.
Entonces esperé en la mesa junto a mis amigos; una pareja apasionada por la literatura. Bebíamos en este bar de aviones suicidas, donde servían la cerveza en jarras con forma de Boing 747 y hablamos de que no querer decir nada, significaba en cierto sentido decirlo.
Luego llega el profesor Guitarriclíta, me dice que quiere que reciba a alguien en la puerta del bar, me levanto de la mesa pidiéndole a mis amigos que me esperen un minuto y salimos por la puerta del bar, la cual era una autentica puerta de avión comercial.  Entonces yo quedo confundido, ya que no sabia a quien aguardaba. Ahí fue cuando arribó mediante propulsión nuclear, una luminosa medusa de largos brazos, iluminando repentinamente el pavimento. El profesor Guitarriclíta actuando un poco extraño me presentó a Medusa y se fue. Ella por varios segundos me deslumbró con sus espaciosas palabras llenas de sordos silencios. - Las personas introvertidas son todo un mundo.- me dijo.
Y yo admirado por su bioluminiscencia la invité a pasar a los aviones suicidas. Le presenté a mis amigos… -Este es Cabeza de Trompeta y su novia Smeth No Corre. -…medusa hablaba de que los humanos la llamaban así, pero que su nombre era realmente impronunciable, como imitar el sonido de un delfín que filosofa sobre el sabor de unas pastas a la marinera.
Después de un par de Jokers, ya era la hora de que tocaran Los cilantros.  Nos subimos al escenario. Era un avión militar partido horizontalmente a la mitad. El descubrimiento de los colores invadió el ambiente, y en los próximos minutos nos encaminaríamos hacia el Páramo. Nos desahogamos de las caóticas mentes con “La hora” y antes de llegar al páramo sonaba la canción “Cuando todo acabe”. En este lapso de tiempo Los cilantros daban lo mejor de si, terminábamos electrizados y meditabundos después de cada toque. 
Cuando había terminado nuestra presentación, fui a sentarme de nuevo junto a Medusa y la pareja de literatos. Les gustó el show y resaltaban la creatividad dispuesta en cada sonido. En ese instante vinieron a despedirse el psicólogo de Ondas bajas y el baterista Yerba buena. Me di cuenta de que era bastante tarde para el transporte, pero mi amigo Cabeza de Trompeta dijo que no había problema pues el me prestaba dinero para un Gato taxi. 
Nos sirvieron otras jarras de Boing 747 y yo recordaba que Cereal Guy estaba siendo hipnotizado por el Piccolo desafinado - Que suerte- murmuré. 
Para entonces ebrios, poníamos música de sabores extravagantes, y yo estaba rodeado por los brazos de Medusa, próximo a ser envenenado. 
Me dijo que caeríamos dentro de un sueño vacío. Yo pensé que se trataba de una propuesta y acepté, viendo perdidamente a sus ojos submarinos. 
Mientras caía al vacío, ella aguijoneaba mi cuerpo con más veneno y yo empezaba a desconocerme. Cuando estaba convencido de que el suelo de este sueño estaba cerca, me daba cuenta de que solo era una pendiente y que iba a dar botes antes de llegar. Agradezco a Cereal guy quien desde arriba me lanzaba frutilupis en forma de flotador para cuando cayera al océano de Medusa. 
De manera que el veneno transcurrió por mi mente mientras Medusa se endulzaba con mi enamoramiento. Llegué a varias islas, en donde encontraba a menudo mi guitarra y un publico de pasajeros, para viajar junto a ellos por las tonalidades. Mi siempre fiel música construía algunos peldaños para regresar a tierra firme ya que Medusa se aburría de mi tolerancia al dolor. 
Fascinantemente el mal de amor acabó, colapsando en la noche. Y salí al fin del bar de aviones suicidas, junto a cereal guy, quien había tenido su propio viaje en una avioneta de guerra. El profesor guitarriclita permaneció en coma por el veneno de Medusa y no hubo mas que decir de Los cilantros durante un largo tiempo. 
Smeth No Corre y Cabeza de Trompeta salieron librados del accidente aéreo pues la poesía es antídoto de cualquier veneno, al igual que la fibra de Cereal Guy. El individuo de maíz afirmaba que Medusa podía perfectamente ser un obsequio en una caja de Asu Caritas… yo le dije que el veneno mataría a la mitad de los seres de esta civilización, y a el no le pareció mala idea. 
Una noche tocando en un Bus, nos bajamos en un lugar silencioso y lleno de Libélulas, cantándole a la Luna, porque cada poeta de este mundo también le dedica su canto. 
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uncantantedebus · 7 years ago
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Las cajas negras
Incluso un mes después de la gran plaga, seguían lloviendo las prismáticas alas de arcaicos insectos, pero nadie recordaba nada. Nadie... recordaba lo prohibido. El brillo iridiscente de los cadáveres de libélula cubría la carretera de medio día, mientras dos cantantes de bus amenizaban el rumbo de estos pasajeros del viento.
Cómo no fascinarse con la idea de haber sido parte de tantos viajes, cada cual con la característica de ser distinto uno del otro, si los recuerdos son su perfecta analogía, pues ellos son como viajes y solamente cuando viajas, existen. -... a veces pienso en irme lejos - dijo Cereal guy.
- ¿Cómo? - pregunté distraídamente
- Si, que a veces pienso en irme y no decirle nada a nadie, simplemente desaparecer. Es fácil ahora que este mundo es un caos sin descifrar y esta extraña plaga acabó con tantos recuerdos para volverlos papilla de insecto.
- Podría desaparecer y seguir aquí... - dije mientras observaba la ventana del bus devorador.
-¡imposible!, el olor de las libélulas muertas me está enfermando, además necesito despejarme para saber si puedo recordar más sobre nuestros viajes. Ayer mientras soñaba me acordé que alguna vez tocamos Maria de Café tacvba
-¿en serio? - dije yo con sorpresa.
Nos bajamos en la estación de Panteras, custodiada por felinos de espeso pelaje y Cereal guy se despidió con sus ocultos modales de galleta integral.
- Recuerde conseguir un Sleeping para la travesía- exclamó sonriendo antes de subir al bus devorador.
Para llegar a casa, antes tengo que salir de la estación y caminar por la calle sobre la cual pasan buses devoradores con su impredecible paso, luego debo cruzar un puente. Desde aquel puente puedes ver gran parte de La ciudad sin recuerdos. Cada vez que cruzaba el puente me sorprendía de ver algo nuevo; por ejemplo aquel día una espesa nube de humo, o hasta donde llega mi memoria, estaban construyendo un títere gigantesco, humanoide y con rostro de cerdo. Ese día ya el títere caminaba por las calles, vigilante e imponente, mientras llovían las alas de escarcha sobre la cordillera. Cuando casi había llegado al otro lado del puente, alguien me toco el hombro y me dijo al oído "vuelve a los jardines de rosas", yo rápidamente di la vuelta pero no había nadie, eso me consternó de una manera sombría y lo tuve presente a las 36:45 antes de ir a dormir.
En ese lugar, el miedo me hablaba de unos seres que habitaban cajas negras iguales a la mía, seres arácnidos que se encargaban de sacarle el corazón a los ilusos y dejarte sin tu caja negra ahogandote en el tóxico aire exterior. Allí solo tenías una pantalla y un teclado digital para comunicarte con la demás humanidad que subsiste en otras cajas al rededor del mundo, incluyendo los monstruos que fingían ser perfiles auténticos. Nacías entonces en este juego de desconfianza y lejanía, todas las necesidades biológicas eran saciadas en esta habitación, creando entes virtuales en forma de inodoro, de juguetes sexuales o hasta personas que hacían el rol de una pareja o núcleo familiar según fueran las necesidades. Este sistema había estudiado tu psicología en el transcurso de tu vida y sabía cómo hacerte feliz. No había ninguna persona real con la cual pudieras tener contacto físico. En mi pantalla apareció <<Tu eres el culpable>>
-¡Te están llamando! ¡Hey! ¡Te llaman! - grito mi mamá desde la sala.
Yo me desperté agitado y con los ojos desorbitados por la presión de mi corazón que latía con toda su fuerza. Mi madre tocó la puerta. - alguien te llama desde afuera, asomate. - okay mamá-
Era Totoro. Iba con una melódica, de su arsenal de instrumentos musicales.
-Q' hubo cilantro. ¿Vamos a camellar o que?.... - gritó enérgicamente.
Ese día fuimos a los buses devoradores de una lejana estación. Eran buses más finos y comían purina de alta calidad. La melódica sonaba, adornando las frases con precisas notas agudas, y los pasajeros se elevaban felices en la carretera pavimentada de acordes.
-¿Por qué dejó de tocar? ¿Que pasó? - totoro se quedó observando como mi rostro palidecia.
- En serio, ¿que pasa? Ya me estoy preocupando- dijo nerviosamente el marsupial expectante.
- Recordé algo - dije después de un largo rato - Lo siento debo marcharme.
Y entonces me baje en la próxima parada y desde allí corrí porque estaba seguro de que estaba cerca, mi destino era aquel jardín de rosas que recordé en una epifanía loca y distorsionada hacía unos minutos mientras tocábamos Soñé de Zoe. Pasé por decenas de calles que no conocía, a mi al rededor veía personas también confundidas por el sabido destello de amnesia en La ciudad sin recuerdos. Pensaba en un principio que iba a encontrar el jardín, pero mi intuición ya no era viable.
Eran las 23:15. Casi anochecía. Y yo estaba sentado en un anden, tratando de recordar el camino para aquel lugar. Pero más bien se me vino a la mente el raro sueño de las cajas negras y las arañas. <<tal vez el lugar que estoy buscando no exista, así como aquel sueño claustrofóbico>> Decidí entonces partir a mi casa y olvidar todo. Ya era de noche y noté que había una cuadra que se iluminaba con luces de navidad. Curioso. Al caminar por esa calle empecé a escuchar tambores y música que parecía ser de gaita "ven negrita ven, que va a empezá el mapalé..." Cuando llegué a la cuadra de iluminadas luces, pude reconocer al Profesor Guitarriclita, tocando el cajón peruano, que brillaba rojo como mermelada de fresa.
-gwwrr entonces qué grr - gruñó al fin.
- ¿y esto que significa? - pregunté medio en broma.
-grr celebrando gwwrr la alegría de no recordar, grww para dar paso a otros recuerdos.
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uncantantedebus · 7 years ago
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La fijación de los recuerdos
Iba caminando con mi guitarra en la espalda por un túnel oscuro y naturalmente lleno de personas, sombras y carcajadas rebotando en los ecos de los ecos.  Los únicos que me miraban a los ojos eran los que llevaban consigo el propósito de venderme empanadas venezolanas o los angelicales aborrajados… maní, pasabocas y tajaditas caseras a mil; queso con bocadillo, gelatina de pata a quini. Di vuelta a mi guitarra, con el fin de tocar algunos acordes y escuchar la acústica del lugar. En el instante me encontré con un tumulto de gente intentando pasar a la estación, incluyendo un señor que llevaba una caja de un metro de ancho y de largo encima de las cabezas. Me di cuenta  que tenía que esperar, ya que los sobrealimentados buses no me servirían para tocar, y pensándolo bien, ni para respirar. Noté que había una indígena con un vestido fucsia y unas alpargatas, tocando una guacharaca desde allí, en el suelo de ese gris túnel, y entonces pensé en acompañarla con la guitarra. Hice un ritmo de cumbia colombiana con el pulso que marcaba su guacharaca y noté que ella me prestaba cero atención, aunque tampoco estaba molesta, así que seguí… “El pescador, habla con la luna. El pescador, habla con la playa… no tiene fortuna solo su atarraya”. Una vez acabó la canción le ofrecí algunas monedas y fui a observar si el trancón de gente ya se había despejado. La montonera seguía, pero con menos intensidad. 
Recordé entonces el momento en que se dispersaron esas libélulas haciendo desaparecer a Emilia. Esa vez ni siquiera voló, sino que frente a nosotros, se convirtió en un tornado. O eso fue lo que mis ojos alcanzaron a percibir. En el centro de ese tornado creí haber visto un destello rojo, y por unos milisegundos las transparentes alas de los cientos de libélulas que volaban en círculo, se iluminaron también. Yo ya esperaba al indigesto bus, el cual era como el padre del bus Devorador y tenía un muelle en la mitad, que se supone que era un invento muy innovador, hace cien años. Al subirme al bus, toqué un acordé que llamó la atención de las personas e inició un incómodo silencio en el que pensaba con que canción comenzar: se me ocurrió Shiver de Coldplay. Esta melancólica y explosiva canción tiene ingeniosos saltos por los registros de la melodía, y la expresión que late en su ritmo de corazón roto….”Pum bm pum bm pum bm”. Me hace pensar en vino con chocolatina, en los atardeceres que, en la Antártida, duran un día entero; en café y en cometas de agosto.
  Shiver sonó varias veces esa noche, al igual que Cactus, y aquella noche era larga todavía; la fijación de los recuerdos proviene de las liras que viajan libres. Ya para esas horas las estaciones estaban más solitarias y los buses eran pequeños escenarios que me conectaban con el azar.  Iba en uno y a los cinco minutos ya estaba en el otro, en esos momentos no distingo que pasa primero, ni que pasa antes. Solo viajo en una dimensión alterna, llena de saltos en el tiempo. Lo único estable son las canciones. Hasta que vi a Medusa. ¿Era ella? Sí, en los asientos de atrás miraba por la ventana y luego me observaba tocar, entonces, me sentí en el bar de los aviones suicidas… me sentí cayendo en picada, parte de su veneno volvió a fluir por mi sangre – ¡No puede ser!, ¡no puede ser! – y cuando iba a caer al pozo, entró Cereal Guy por la puerta del bus indigesto y me tendió su mano – venga, ¿vamos a tocar el Sábado en la noche? - yo salí con impulso desde el pozo, y con una pequeña libélula de plata en la mano, luego dije -Okay, pero tendré que terminar de tocar en estos buses, quedan un par de escenarios más que no me esperan.-  Cereal Guy se fue sin saber que me había salvado y con unos pinceles en sus dedos de arroz cubierto de chocolate.
Me quedaban un par de buses más en los cuales tocar antes de agotarme completamente y cargaba con la conmoción de haber visto a Medusa o una ilusión de ella. Escuché el estruendo lejano del motor acercándose a la estación así que corrí hasta la compuerta y apenas alcancé a embarcarme. Este era un bus silencioso y las personas se veían pensativas en sus asientos de plástico. Era el lugar para alguna canción nostálgica. Y entonces el silencio se descoció lentamente con Soñé de Zoé…. empezaron a entrar por las ventanillas sus libélulas, enterneciendo a las personas con una mágica coreografía. Todo su enjambre entró, y se sentó en frente mío con sus ojos en llamas. – Emilia Aburame, no pensé que te volvería a ver en mi vida, en camino a un pozo,  encontré esta libélula de plata,  en camino a un pozo y levitando por una espuma densa de rostros pálidos-  ella tomó el cadáver de esa libélula desapareciéndolo en sus manos.  Me dijo que también vio la espuma, y me dijo que su libélula me seguía hasta el pozo… - Este lugar ya no le pertenece a Medusa, ahora es mío y no te dejaré caer en él-  entonces yo, que hace rato miraba por la ventanilla del bus, viendo pasar los faros de los carros, dije- Ya es tarde.-  y ella se fragmento en sus mil libélulas y se abalanzó a la ventanilla abierta del bus. Esa noche terminó con un sueño pesado, en el que imaginaba que pasaría si escuchara a todas las personas del mundo parpadeando al mismo tiempo. A la mañana siguiente una libélula se posaba en la manija de la puerta de mi cuarto.  
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uncantantedebus · 7 years ago
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Labandaqueaunnotienenombre
Tengo un bajo oxidado, que le compré al Profesor Guitarriclita. Tiene un sonido opaco y percutivo, es blanco con negro, como un viejo panda.  Ha tenido una larga historia, que ni siquiera me se completa... seguramente ha presenciado muchos escenarios. Guitarriclita se lo compró a alguien de segunda o de tercera o de cuarta, tal vez su original dueño fue un bajista virtuoso que tocaba en la antigua ciudad de Santa fe de Bogotá, Jazz en la séptima y en los pocos bares donde valía la pena interpretar a Duke Ellington.  Ahora esta reliquia está en mis manos, y funciona perfectamente. Como se sabe, el bajo es un instrumento subestimado, pero cuando te das cuenta de cuanta importancia lleva musicalmente, puedes llevarte una sorpresa.
Recuerdo al Psicologo de Ondas bajas, bajista de Los cilantros, él viajó por las pocas tarimas en que estuvimos llenando a un público de energía cilantrópica.   Hacía poesía con sus líneas de bajo, que ponían a levitar a los demás sonidos en una cápsula de viento.  Desde que conozco este instrumento, quise comprenderlo más, ya que engrandece la armonía de cada obra y pone a danzar tu cuerpo, a veces, sin que te des cuenta. Todo comenzó con un final. Los cilantros tuvieron su apocalipsis lleno de aguijones de medusa; lleno de panela envenenada. Pero aun así tuvimos fuerzas para una última presentación: el festival desértico del Camello, en el que solamente fueron a vernos un par de cactus, y otro de animales jorobados. Después de esto no volví a verlos en mucho tiempo; tiempo en el que estuve con mi bajo panda, aprendiendo poco a poco de su idioma. Tiempo en el que las libélulas se veían de noche, buscando amor en la atmosfera de una primavera que dura una vida. En este tiempo, también, Cereal Guy y yo, íbamos a un lugar cada sábado haciendo  sonar nuestras guitarras, en nuestro eterno intento de producir pequeñas tormentas mentales.
Es ahora cuando les voy a contar sobre la cilantrocueva, lugar donde los cilantros ensayaban y también donde habita el abominable profesor Guitarriclita; un día me lo encontré en la cilantrocueva barriendo sus pelos invernales, entonces dijo - ¡tengo hambre!- pero eso no es importante, lo importante es que consideró elaborar un nuevo proyecto reviviendo así la esencia de Los cilantros, sin permitir que muriera esta vez. Tuvimos, entonces, que encontrar dos personas que llenaran los vacíos de El psicólogo de ondas bajas y el baterista Yerba buena. No fue difícil pues Guitarriclita gruñó – gwwrr …tengo en mente a algunos músicos gwwrr-  y eran los perfectos para el proyecto que había empezado: labandaqueaúnnotienenombre.
Desde entonces hacemos algo de magia los domingos en la Cilantrocueva, con ingredientes nuevos para nuestro sonido. Paralelo a esto, también nació la idea de hacer Funk y Reggae para aquellas fiestas de humo que están de moda entre los bohemios. Puede ser que un billón de cosas inesperadas acontezcan, o que no suceda nada; una flecha lanzada al aire no importa, ni dos, ni tres, ni infinitas,  lo importante es que te quites la venda de los ojos para que sepas que no hay ningún blanco.
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uncantantedebus · 7 years ago
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Libélulas de luna
El silencio rodeaba a High and dry, y las personas escuchaban el envolvente plaqueteo de las guitarras. Era de noche y nos iluminaban solo las luces artificiales del bus Devorador. Cereal Guy y yo armonizábamos nuestras voces, y en cada pulso, las notas tenían toda una vida de coincidencias, que terminaba en otra sucesión de nacimientos. La madre muerte daría a luz a más de ellas, en la dimensión del aire inteligente.  Estábamos en un bus de tantos, que devoran multitudes cada día para que esta gran ciudad funcione, y nos encargábamos de que la música le recordara a nuestro público de pasajeros, que prevalecen, en un plano profundo, la melancolía y el misterio desterrados de esta civilización.  Hubo un gran aplauso de parte de la gente, y nos sentíamos bienvenidos. A veces ocurre que la música es oportuna, en un momento preciso en que puede devolverte el sentido y revivir ocultas pasiones; pasiones estancadas. En esa ocasión despertamos ese entusiasmo en las personas del bus Devorador, el cual, momentos después nos escupió como una bola de pelos, para que siguiéramos nuestro camino a pie. Muchas veces nos dejaba en lugares ocultos, que se nos hacían familiares, pero que en realidad no conocíamos. Cereal guy trataba de ubicarse usando su olfato de maní con pasas y entonces manifestó que estábamos de nuevo en medio de la nada... - ... nos tocará buscar otro bus Devorador que nos lleve cerca, y de paso  podemos tocar un poco más- propuso.  - De acuerdo -dije yo- pero tendríamos que ir a la carretera más cercana.  Mientras caminábamos, nos dábamos cuenta de que el sendero estaba cercado por un gran jardín, que nítidamente se veía, ya que la luna gigante lo iluminaba todo como un faro. A la primera libélula la vimos posarse sobre una rosa que vivía entre los matorrales, y a medida que avanzábamos encontrábamos muchas más volando e incluso estrellándose con nosotros.
Seguíamos el recorrido a través del sendero del jardín, nos quedaba aún  bastante camino. La canción de Zoé que lleva como título “Luna”, sonaba en mi mente y yo la tarareaba. Un momento después también Cereal guy se desaburría silbando la melodía de este hermoso tema, y no nos dábamos cuenta de que alguien más estaba cantándola a lo lejos con una hermosa voz obscura y expresiva...  -¿Está escuchando lo mismo que yo?- le pregunté al, ya tenso, Cereal guy... - y el determinó que sí, escuchaba la voz de una mujer.  Medio distraído empecé a tocar la guitarra con los acordes de Luna, y una vez sonó la armonía de mi guitarra, las libélulas aparecían en remolinos delante de nosotros, como atraídas por la música. Yo me empecé a asustar, y paramos de tocar, causando que las libélulas se dispersaran de nuevo. Recordé cuando Cereal guy me contaba que el pueblo del que provenía, Crispylandia, estaba lleno de historias sobre las brujas, y que incluso él mismo presenció acontecimientos muy extraños relacionados con ellas. Lo despertaban en la madrugada cuando caían sobre el tejado, como si se tratara de pájaros enormes y él sabía que eran ellas, vigilantes de la noche y de los durmientes. Cereal guy fue incluso acosado por una bruja que se enamoró de sus ojos de leche Milk. De algún modo lo visitaba en las noches y se quedaba admirando sus sueños, tal vez porque estos seres no tienen la habilidad de morir temporalmente y envidian a los mortales que permanecen la mitad de su vida filmando dentro de sus cabezas. - Vamos deprisa hacia la estación del bus Devorador…- exclamó después de un rato Cereal guy, sin saber que más decir. Entonces aceleramos el paso sin mirar hacia atrás, aún íbamos a la mitad del camino y seguían apareciendo libélulas flotando como pequeños helicópteros bajo la luz lunar, respirábamos agitadamente con nuestras guitarras en la mano, balanceándose de un lado a otro y nos dábamos cuenta de que el jardín empezaba a tornarse rojo porque había bastantes rosas florecidas. Entonces se oyó la voz de una mujer detrás de nosotros, y yo me detuve a escuchar… - ¡… y cuando te me acercas se acelera mi motor, me da fiebre, me hago fuego y me vuelvo a consumir! -  empezamos entonces a acompañarla en su canto con nuestras guitarras, ella se veía muy feliz y las melodías que provenían de su voz, expresaban un sin fin de sentimientos. Volaba sobre nosotros dejándose llevar por las corrientes de sonido y cuando terminó la canción, el silencio ya no era el mismo, era un silencio más tranquilo. Ella aterrizó sobre el sendero y pude notar el reflejo de sus alas con la blanca luz lunar. - Los vi tocar en el bus Devorador, y alegraron mi noche – dijo entonces sosegada.
Lo extraño es que yo no la había visto en el bus.
Así conocimos a Emilia Aburame, la cual momentos después desapareció en un torbellino de Libélulas.
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uncantantedebus · 7 years ago
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Fascinantemente mal de amores
Aquel día iba a tocar con Los cilantros, en un bar de aviones suicidas. Los cilantros era una banda en la que fui vocalista y guitarrista rítmico. La banda se conformaba de cuatro cilantros frescos, con un poco de sabor a bambuco sazonados con heavy Metal y Red hot chili peppers. Solíamos abrir los conciertos con El descubrimiento de los colores. La canción es la vida de una luciérnaga derribando la noche a su paso.  *P El profesor Guitarriclíta hacía los fondos psicodélicos con un sutil aroma a cilantro y el psicólogo de Ondas bajas acompañaba cada nota que nos envolvía, para que el bombo las mandara a volar hacia el público, trabajo que le correspondía al baterista Yerba buena guiado por la naturaleza que corría por sus venas. Estábamos esperando nuestro turno de tocar. Recuerdo que el dueño del lugar dijo que tocaríamos de ultimo, ya que la banda de Pop pesado llamaba más la atención con su vestimenta y pelos puntiagudos.
Entonces esperé en la mesa junto a mis amigos; una pareja apasionada por la literatura. Bebíamos en este bar de aviones suicidas, donde servían la cerveza en jarras con forma de Boing 747 y hablamos de que no querer decir nada, significaba en cierto sentido decirlo.
Luego llega el profesor Guitarriclíta, me dice que quiere que reciba a alguien en la puerta del bar, me levanto de la mesa pidiéndole a mis amigos que me esperen un minuto y salimos por la puerta del bar, la cual era una autentica puerta de avión comercial.  Entonces yo quedo confundido, ya que no sabia a quien aguardaba. Ahí fue cuando arribó mediante propulsión nuclear, una luminosa medusa de largos brazos, iluminando repentinamente el pavimento. El profesor Guitarriclíta actuando un poco extraño me presentó a Medusa y se fue. Ella por varios segundos me deslumbró con sus espaciosas palabras llenas de sordos silencios. - Las personas introvertidas son todo un mundo.- me dijo.
Y yo admirado por su bioluminiscencia la invité a pasar a los aviones suicidas. Le presenté a mis amigos... -Este es Cabeza de Trompeta y su novia Smeth No Corre. -...medusa hablaba de que los humanos la llamaban así, pero que su nombre era realmente impronunciable, como imitar el sonido de un delfín que filosofa sobre el sabor de unas pastas a la marinera.
Después de un par de Jokers, ya era la hora de que tocaran Los cilantros.  Nos subimos al escenario. Era un avión militar partido horizontalmente a la mitad. El descubrimiento de los colores invadió el ambiente, y en los próximos minutos nos encaminaríamos hacia el Páramo. Nos desahogamos de las caóticas mentes con “La hora” y antes de llegar al páramo sonaba la canción “Cuando todo acabe”. En este lapso de tiempo Los cilantros daban lo mejor de si, terminábamos electrizados y meditabundos después de cada toque. 
Cuando había terminado nuestra presentación, fui a sentarme de nuevo junto a Medusa y la pareja de literatos. Les gustó el show y resaltaban la creatividad dispuesta en cada sonido. En ese instante vinieron a despedirse el psicólogo de Ondas bajas y el baterista Yerba buena. Me di cuenta de que era bastante tarde para el transporte, pero mi amigo Cabeza de Trompeta dijo que no había problema pues el me prestaba dinero para un Gato taxi. 
Nos sirvieron otras jarras de Boing 747 y yo recordaba que Cereal Guy estaba siendo hipnotizado por el Piccolo desafinado - Que suerte- murmuré. 
Para entonces ebrios, poníamos música de sabores extravagantes, y yo estaba rodeado por los brazos de Medusa, próximo a ser envenenado. 
Me dijo que caeríamos dentro de un sueño vacío. Yo pensé que se trataba de una propuesta y acepté, viendo perdidamente a sus ojos submarinos. 
Mientras caía al vacío, ella aguijoneaba mi cuerpo con más veneno y yo empezaba a desconocerme. Cuando estaba convencido de que el suelo de este sueño estaba cerca, me daba cuenta de que solo era una pendiente y que iba a dar botes antes de llegar. Agradezco a Cereal guy quien desde arriba me lanzaba frutilupis en forma de flotador para cuando cayera al océano de Medusa. 
De manera que el veneno transcurrió por mi mente mientras Medusa se endulzaba con mi enamoramiento. Llegué a varias islas, en donde encontraba a menudo mi guitarra y un publico de pasajeros, para viajar junto a ellos por las tonalidades. Mi siempre fiel música construía algunos peldaños para regresar a tierra firme ya que Medusa se aburría de mi tolerancia al dolor. 
Fascinantemente el mal de amor acabó, colapsando en la noche. Y salí al fin del bar de aviones suicidas, junto a cereal guy, quien había tenido su propio viaje en una avioneta de guerra. El profesor guitarriclita permaneció en coma por el veneno de Medusa y no hubo mas que decir de Los cilantros durante un largo tiempo. 
Smeth No Corre y Cabeza de Trompeta salieron librados del accidente aéreo pues la poesía es antídoto de cualquier veneno, al igual que la fibra de Cereal Guy. El individuo de maíz afirmaba que Medusa podía perfectamente ser un obsequio en una caja de Asu Caritas... yo le dije que el veneno mataría a la mitad de los seres de esta civilización, y a el no le pareció mala idea. 
Una noche tocando en un Bus, nos bajamos en un lugar silencioso y lleno de Libélulas, cantándole a la Luna, porque cada poeta de este mundo también le dedica su canto. 
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uncantantedebus · 7 years ago
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Cuando lo leas, sal a dar un paseo
Al fin “la distracción” me permitió escribir algunas lineas. Me distraje cuando hallé un trabajo y las envenenadas cosas salían de mi dinero, porque de verdad necesitaba ese veneno, un poco de tecnología y todo lo virtualmente capaces que somos de... pertenecer. 
Estos meses he pertenecido un poco más. Me alejé del recorrido por las calles llenas de desconocidos que escuchan u oyen los intervalos de la madera hueca y las cuerdas, las cuales hacían parte ya, de un sutil adorno en la ciudad. 
Este distanciamiento hizo que me confirmara a mi mismo, que salir a tocar refrescaba mi paciencia y podía encontrar sentido entre todas las lagunas de mi mente, pasara lo que pasara. (Saltaba a las lagunas y me olvidaba de que estaba sumergido)   
Volví a tocar con Cereal guy, (da click en su nombre si quieres saber quien es) dos guitarras y dos voces flotando en las paredes de un ruidoso bus, sin importar el cansancio de mi trabajo en *Sumisión al cliente, seguíamos haciendo música orgánica, enfrascada en pequeño trozo de espacio-tiempo. 
Renuncié a mi trabajo de Sumisión al cliente, y la principal razón fue que vivías en un macrochip, en el cual te convertías en un fragmento de audio robotizado, que contestaba llamadas de clientes que tenían planes de datos con *Oscuro móvil, pero lo hice por un poco de comida, ah y por el dinero que la compra. 
El hecho es que al hacerlo no puedes parecer un Robot y tampoco puedes ser completamente sincero, todo a conveniencia del sistema, para crear, a veces en apariencia, un buen producto y una buena imagen para la empresa, las cuales provienen de clientes disciplinados, satisfechos y fieles a Oscuro móvil.
No interesa que estén furiosos porque su señal no llega, o porque se les cobra injustamente algo que no compran, tu no puedes hacer nada por ellos, solo desearles suerte en los quince días de respuesta a su petición. Eso si, debes ser amable y cuidadoso con tus palabras, pero no descuides los informes que debes hacer durante tres minutos de llamada, ten cuidado, si te pasas de los tres minutos tu próxima llamada debe ser corta, ya que debes cumplir con al menos sesenta puteadas por día. 
Toleré todo esto por un buen salario, pero pensaba a veces en lo que pagaría por tener más tiempo para escribir sobre la distracción, aquella que tus sentidos atraviesan constantemente. Uno de los significados de esta palabra es
“Pasar el tiempo de manera agradable”, así que, me agradó saber que tenia un trabajo y dinero. Figurativamente fue un desvío para concentrarme de nuevo en ser un artista y “distraerme” para ganar dinero. 
Anduve de una distracción a otra, saltando como lo hace un electrón por el vacío o un colibrí por las hojas. Sabiendo que el amor me iba a golpear, lo busqué, y la gravedad hizo lo demás. Sabiendo que había una tormenta eléctrica, salí a dar un paseo.
Este bus me va a llevar más lejos de lo que pensaba. 
Encaminamos un proyecto con Cereal guy. Hace poco hubo una presentación tributo a Radiohead, y claro que están invitados a los siguientes eventos
Les dejo la pagina https://www.instagram.com/weirdfishesduo/
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uncantantedebus · 7 years ago
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También sufro cuando te doy un guitarrazo.
Como he dicho, no siempre estoy solo cuando toco en la calle. Hay muchos que se aventuran a sumergirse en un mar barajas escondidas. Mi más reciente socio fue Cereal guy  (Cabeza de frutilupis), pero han habido más personas conmigo en este escenario, incluyendo O* Totoro, un marsupial gigante dedicado a tocar Gypsy Jazz. Totoro tenía un zumbido en la oreja, que lo mandaba a correr por la vida y empujar a otros en su viaje.  Con él tenía un repertorio en el que yo tocaba el huevo ensemillado y el suelo bombo de los buses articulados (transmilenio).   Antes de que mi universidad fuera sobre ruedas, estaba en una institución en la que conocí al marsupial. Allí  hice un técnico en Ejecución de los instrumentos coloquiales, o algo por el estilo.  Totoro llevaba mucho tiempo tratando de conseguir su diploma. En ese entonces estábamos en un Coro de Sirenas que funciono muy bien, hasta que todas se fueron nadando con otros rumbos oceánicos. Al fin y al cabo fue una buena experiencia, y de paso conocí a este gran ser de patas cortas.  Después fuimos a aprender el arte de componer canciones, con un gran maestro, el cual como recuerdo, era adicto al Metal.  Comenzamos a tocar en los buses. el siempre con su guitarra que aparentaba ser una reliquia de cincuenta años, pero aún así tenía un sonido bello.  Hablábamos de que las razones no siempre son las correctas, así que había que desconfiar de nuestra mente.  Nos iba muy bien y nunca le pegamos un guitarrazo a nadie. A puesto a que me lo encontraré roncando en algún nido de cuervos colosales alguna vez, y saldremos volando con la música de nuestras almas.  Hablando de esos incidentes, suelen ocurrir cuando te encuentras en un espacio reducido y un conductor ebrio de “Vive ciento-uninfarto″.  También sufro cuando te doy un guitarrazo, pero por otra parte, te dejo un buen recuerdo. Seguiré vagando por ahí, y si alguna vez quieres acompañarme, nada más búscame, sería un verdadero gusto. 
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uncantantedebus · 7 years ago
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Dos cantantes de bus.
Ya les conté bastante sobre un pasado lejano e irreal, que no por serlo deja de tener relevancia en lo que está sucediendo ahora en ésta partitura que envejece. Les contaré ahora sobre un buen amigo, pero antes de eso, es importante que sepan sobre una banda de Rock. Esta banda fue el puente que me permitió conocerlo, pues su música me ha fascinado tanto, que quería hacer un proyecto en el que solo tocáramos sus temas; un ¨tributo a Radiohead¨. Por cuestiones del tiempo y sus azares, y un poco de ayuda de una némesis con forma de escalera, me vine a encontrar con A* (Cereal guy). La primera vez que lo vi, fue cerca de una estación de transmilenio, sistema de transporte y economía clandestina, que más adelante frecuentaríamos. El tiene brazos y piernas de maíz tostado y azucarado, y además sabe dibujar excelentemente. Su técnica favorita es el puntillismo, muchas de sus obras están ahora a la venta.  Cereal guy y su cabeza de frutilupis, solo tenían orejas para Radiohead. Empezamos rápidamente a sacar un repertorio con dos guitarras y voces, emulando todos los temas de los padres del Indie en acústico.
Nuestro primer toque fue en un restaurante al que iban sobre todo ciclistas; Nos fue medianamente bien y habían bastantes personas, pero luego cayó sobre nosotros la maldición de nuestro némesis, en forma de piccolo desafinado.  En los posteriores toques, nos iba mal por el sonido,  porque no teníamos buenos instrumentos o por la ineptitud de los organizadores.  Recuerdo muy bien un toque de un concurso que se da todos los años. Tuvimos un par de meses para ensayar y pensarnos el performance. Llevábamos en algunas canciones fondos naturales de lluvia y de los vientos antárticos, prestamos una guitarra electroacústica, ya que no teníamos, y hasta arreglamos el ruido que tenía en el micrófono... o no? Llego el día del concurso. Confiábamos en que nos iba a ir bien... tal vez demasiado. Cuando estábamos allí, no funcionaron los truquillos para deshacernos del ruido del micrófono de la guitarra, así que ya teníamos un fondo artificial de lluvia...Este no era tan sutil como esperábamos. Le siguieron un par de problemas en la afinación de las guitarras y la esperanza de poder arreglar el ruido hizo que hiciéramos largas pausas. El resto del toque, ya lo podrán deducir, fue muy incomodo y Cereal guy ya ni era capaz de mirar al burlón público que teníamos al frente. Todo terminó en un par de aplausos de cortesía de parte del público y las ganas de salir de allí rápidamente.
Dejamos un poco los toques oficiales, mientras conseguíamos buenos materiales y empezamos a tocar en la calle. Transmilenio es nuestra principal alternativa. Siempre nos fue muy bien. Sacamos arreglos de rocksito en español y de algunos temas de Radiohead de los conocidos. Así que desde entonces no siempre voy solo a tocar sobre ruedas.  Cereal guy y yo, tenemos un par de proyectos en mente, incluyendo un tributo a The Black Keys. Seguimos trabajando en la calle de vez en vez y aprendiendo de todos ustedes, para ser mejores artistas y personas. Este año habrán de seguro muchas presentaciones y los mantendré al tanto en este muro. Un eterno hasta luego. 
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uncantantedebus · 8 years ago
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Sólo sus cabezas se veían
La guitarra se oía nitida como si estuviese en un lugar diminuto, encerrado y solitario. Pero en este sueño estaba en una calle de Chapinero, rodeado de gente y de automoviles. A pesar de eso, yo no oia los motores o las voces de la gente que hablaba por celular o conversaba tratando de competir con el estruendo de las maquinas. Yo solo  escuchaba mi voz, como si no resonara nada más que en mi cabeza. 
Noté que la multitud se apresuraba y empezaban a pelearse por el espacio en los andenes... que se volvian frenéticos porque yo tambíen temia que no me escucharan jamas.  Yo solo veía, como en un cine mudo, lo que la imaginación habia creado. Seguía el juego  a veces olvidandome de que era la realidad. Entonces cerré los ojos (doblemente cerrados) con el fin de respirar un poco y los volvi a abrír para ver que el dia habia cambiado su claridad y las personas se comportaban serenas. No me dí cuenta cuando comenzó a sonar alguna canción en mi mente. Una perfecta armonía para lo que pasaba. Subitamente empecé a tocar la canción como si la hubiese ensayado por años.  
La canción tenía una letra y melodía inenarrables, me encantaba la forma y el color que producía. La gente comenzó a mirar al cielo porque ahora emitía otra luz.  ¿Se iría a acabar el mundo en ese momento? La canción llego a un tope intenso, que hizo desbordar  las aguas subterraneas.  Y todos saltaban en los charcos porque ya nada importaba en el apocalipsis. Reían y nadaban en el agua que erá tibia y cristalina.  Ahora estaba en un lago, pero mi guitarra siguia sonando . Solo sus cabezas se veían en la superficie del deseo.  Cesó la canción y el silencio inundo al universo. 
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uncantantedebus · 8 years ago
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En mi caso particular
Es un reto salir a la calle y espontáneamente cantar frente a un grupo de desconocidos. Pero más dificil es lograr darle fuerza y poder transmitir algo, en la mitad de los casos logro esa segunda parte.   Recuerdo la primera vez que fui a cantar en un bus. Un amigo del colegio apostó a que no sería capaz de hacerlo. En ese tiempo tenía la ventaja de parecer incluso más joven que ahora. Salí a la calle e impulsivamente me subí a una ruta hacia el centro de Kennedy (localidad de Bogotá), le dije al conductor que iba a tocar, si no había problema -No hay problema- contestó apresurado.  Y entonces me dí cuenta de que parte del  embrollo, además de mi timidez con el público, era más o menos circense, ya que tenía que mantener el equilibrio mientras el automóvil daba curvas abruptas y pasaba sobre los característicos huecos de las calles de mi barrio. Decidí entonces sentarme en una silla de enfrente que acababan de desocupar, después de haber pensado setenta veces en lo que iba a hacer. Saqué la guitarra del forro, y me dí cuenta muy tarde tal vez, de que no iba a sonar nada bien si estaba desafinada (en ese tiempo no contaba con un afinador electrónico, el cual es básico), entonces se me fueron otros cinco minutos afinandola a oido, mientras sentía progresivamente la atención de las personas sobre mi. Cuando ya estuvo, salude tímidamente y en ningún momento fui capaz de mirarlos, solo veía las cuerdas de la guitarra. Sonó entonces la popular canción de tabaco y channel, trastabillando de los nervios de vez en cuando, terminé pesadamente de tocar, y las personas aplaudieron al instante. Tendría que regresar al pasado y sentarme en ese particular bus, para saber como soné exactamente, pero sospecho que realmente soné asqueroso. Aún así yo me sentí halagado por los primeros aplausos que recibía, y unas cuantas monedas que me ofrecieron los pasajeros. Regresé entonces a la casa de mi amigo, pagué el bus con lo que había recaudado y me sobró para  probarle la hazaña luego. Así entonces fue como luego me creí capaz de volver a repetirlo, cada vez con más frecuencia. Ahora después de tres años no me arrepiento, ya que fue parte de mi crecimiento artístico y ahora es una libertad necesaria. 
A veces me preguntan, como me va trabajando en esto. Pero aún no me han convencido mis respuestas. La verdad es que es incierto.  Si mi objetivo es despertar melancolía o felicidad en las personas, entonces puedo decir una cosa, pero es otra cosa cuando se refieren al dinero que he recibido. Dirán que es algo romántico, pero mi éxito tiene dos caras.  Claro que me alegra que un dia salga y pueda recaudar bastante después de no haber tenido nada en las manos, pero me alegra más cuando sé que todo sonó perfectamente. Si alguna vez saliera netamente por dinero, lo cual a veces sucede, ese objetivo no se cumple. Pero las personas son muy impredecibles, uno no siempre va a convencer y no todos tenemos los mismos gustos. No siempre queremos prestar atención a lo que sucede a nuestro alrededor. Cuando viajamos pensamos, dormimos y de vez en cuando nos enamoramos de un paisaje o una mirada. Es difícil leer a un público.  El repertorio influye sobre lo que he de esperar y hay que elegirlo bien, así que antes de tocar preciso en sus expresiones y cuán atentos están. Observo si son jóvenes y el ruido que hay en ese momento a bordo del bus, articulado o avión (ja ja ja me refiero a cualquier medio de transporte). Aún con esto reitero que es incierta la acogida que tenga. incluso si sé que lo hice bien.  Muchas veces me han interrumpido, borrachos, vagos, otros trabajadores de los medios de transporte, personas alteradas, pero siempre encuentro una excusa para seguir tocando y al menos hacer reír. Lo que quiero lograr con esto es perfeccionarme para manejar cualquier situación en otros escenarios improvizados o tarimas, ¨todo me sirve nada se pierde¨ como Magia de Cerati.  Concluyendo este largo post les estoy enormemente agradecido a quienes se tomaron el tiempo de leerme, que sea un hasta luego. Vendrán más cosas para este muro!
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uncantantedebus · 8 years ago
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Cuerdas nuevas, vida nueva
Es diciembre. En realidad la navidad , al  igual que los cumpleaños y el dia de las brujas, los he visto siempre como una excusa que se tiene para compartir una alegría. Se celebra el paso del tiempo,  el cual se va llevando nuestras vidas ¿no es ironico?
A pesar de esto, me gusta el entusiasmo que despierta la navidad. Es facil sentirse feliz y más cuando los demás también lo son, es como un bostezo.. Es un entusiasmo contagioso. y esto es lo que he observado estos últimos dias en los medios de transporte, donde se nota un cambio de humor y de actitud.  Me dirán que es  lógico debido a las vacaciones y las primas de fin de año, pero  más allá de esto el motivo es que las personas están ofreciendote la mejor versión de si mismas y es divertido cantar en ese buen ambiente. 
He cambiado el encordado de mi guitarra y también se renovó mi visión del mundo.  Desde una perspectiva optimista, el porqué de la celebración es que hemos dado otra vuelta al sol sin haber erradicado totalmente la posibilidad de nuestra existencia.  A veces no nos damos cuenta de lo fragil que és.  Feliz año. 
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