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#Compañera de Dios
rainbowbeanstyles · 5 months
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YA no mas negatividad todo bien comeré pastel y mis papitas favoritas hare un lego digital pasare tiempo con mi sis todo bien
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vioredynamite · 2 months
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El nivel de violencia al que hemos llegado en Argentina ya no nos puede dejar indiferentes. Al lesbicidio en Barracas y la tortura a una compañera de HIJOS se suma un nuevo hecho aberrante.
TW: asesinato / amenazas
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Comparto el artículo de TN y el comunicado del Partido Comunista de Córdoba:
Desde el Partido Comunista expresamos nuestra profunda preocupación ante el asesinato de Susana Beatriz Montoya, madre del compañero de H.I.J.O.S Fernando Albareda, hijo de Ricardo Fermín Albareda, subcomisario, militante del ERP, secuestrado y desaparecido en 1979 por la D2 y asesinado en el centro clandestino Casa Hidráulica, juzgado en 2009 en la causa Albareda.
Este gravísimo hecho se dio luego de reiteradas amenazas a Fernando Albareda, una de las cuales apareció en la puerta de su casa en noviembre del 2023, junto a 6 balas calibre 22. En esta oportunidad junto al cuerpo de Susana dejaron escrito: "Los vamos a matar a todos. Ahora vamos por tus hijos”.
Estamos en un contexto de escalada de violencia, donde el propio gobierno nacional pregona el negacionismo y la violencia política, y donde diputados de LLA visitan abiertamente a genocidas en la cárcel de Ezeiza militando su indulto. Exigimos celeridad y profundidad en la investigación y justicia, y reclamamos el absoluto compromiso del ministro de seguridad y del gobernador con la resolución de este hecho.
Los comunistas sabemos del papel nefasto de la Policía de Córdoba, quienes destituyeron en 1974 a un gobierno democrático y popular, y fueron personeros del asesinato de cientos de compañeros, dando rienda suelta a las AAA. No nos caben dudas que las amenazas y la violencia que hoy continúan son al menos omitidas y protegidas por esta fuerza.
Resulta llamativo que solo a dos cuadras de la casa de Susana, había móviles de la Policía de Córdoba -donde se encuentra detenida Constanza Tarrico-, y que no advirtieran nada de lo ocurrido.
Desde la política debe haber una fuerte respuesta, porque ya dijimos NUNCA MAS, pero para algunos pareciera que esto se transformó en un slogan.
Nos solidarizamos con Fernando y abrazamos a su familia. Exigimos protección efectiva a cada integrante de su familia, investigación y cárcel efectiva a los culpables.
Córdoba, 4/8/24.
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lineasdeval · 1 year
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Tu Cumpleaños
Alejo M, no tengo una idea principal para escribirte está carta, solo tengo el corazón en la mano y muchos recuerdos juntos, discúlpame por mi sentimentalismo en todo y mi fragilidad, aún no logro controlar las ganas inmensas de llorar al sentirme feliz por estar junto a ti otro año más, otro cumpleaños más. Recuerdo que tú primer cumple lo celebramos de manera "virtual" apenas podía pensar en ti y decirte feliz cumpleaños acompañado de un me gustas, poco después logramos celebrar tu cumple en Guatapé y en tu casa, que lindo cumpleaños me hace recordar etapas de cuando nos estabamos enamorando; Luego, celebramos con tu mamá en un lindo restaurante contigo y hoy todo ha cambiado, ahora estamos celebrando tu cumple los dos solitos.
Quiero decirte que no hay día en que piense en lo afortunada que soy, cada día que te veo pienso en lo grande que es el cielo para mandarte a mi vida, tú eres el cumpleañero pero le das vida a todos, sostienes a cada uno desde el amor, a mí me sostienes la vida entera flaco y no hay amor que pueda compararse con el tuyo, a veces no sé quién le dió vida a quien, pero quiero que sepas que desde tu presencia el mi vida cada día me da más ganas de vivir para llegar y decirte todo lo que pasó en un día, porque al final lo único que tenemos es el uno al otro y ese amor infinito que cada día nos damos . Gracias a todos los eventos que tuvieron que pasar para que tú estuvieras aquí, regalando vida y amor. Dios seguramente te mando con un propósito amor y cada año te regala más oportunidades para alcanzarlo.
En este nuevo año de vida (23) en el 2023 todo estará lleno de éxitos para ti, porque no conozco un hombre con tanta determinación y carácter como el tuyo, cada día quiero recordarte que vales la pena y la vida y que yo te sabré cuidar y amar por toda la eternidad si me lo permites, que estaré sin importar que, porque un hombre tan valioso como tú vale la vida. Eres maravilloso novio y por eso cada día reafirmó que tu bondad y amor es infinito, que eres justo y además muy inteligente para todo.
Sé que es pretencioso lo que voy a decir, pero yo soy tu pequeñita familia y tú hogar, y que en mi corazón siempre estás tu habitando desde el ser y el amor, que soy tu compañera en esta vida y espero que siempre esté en cada cumpleaños, feliz de coincidir en el mismo tiempo de tu existencia.
Te amo hasta el cielo, te amo hasta siempre Alejo M y un muy feliz cumpleaños amor de cada una de mis vidas: terrenal, astral y amorosa.
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bichotaaseason · 3 months
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califórnica - blas polidori x modelo!lectora.
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quiero clavar mis colmillos en tu carne, morena. / quiero hacerte el amor en una sala de espera.
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resumen: blas y tú se han visto en sesiones de fotos las veces suficientes para sentir atracción. pero nunca antes con ropa tan provocativa, ni con un director de fotografía que demande acciones tan... provocadoras.
wc: 3.3k
warnings: español neutro (ish), relación indefinida, nsfw (18+), sexo sin protección (chulo en teoría pero no lo practiquen amores), blas con mommy kink!!, risky sex, semi-público, dos idiotas bien pero bien horny.
A/N: eeeem yo usualmente escribo en inglés y para otros fandoms peeero @chiquititamia me dio tremendo brainrot con mommy kink!blas entonces tuve que hacer esto + tengo califórnica en repeat constante. cualquier retroalimentación es muuuy bienvenida ♡
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now playing . . . califórnica - la guasana ciega
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Por lo que Blas conocía de la marca, modelar para Diesel iba a ser… distinto. 
La ropa era de denim mayormente rasgado, con acentos en brillantina y colores que iban desde tornasol a neones brillantes. Pero lo que él veía como un mayor desafío era lo provocativo que solían ser las campañas. Cuerpos expuestos y brillantes simulando el efecto de sudor, manos atrevidas que podían hacer que cualquier peatón volteara la cabeza completamente para fijarse bien en el anuncio. 
Aún así, aceptó el contrato, sintiendo su estómago retorcerse por la emoción hacia lo desconocido. Era un reto, un buen reto. Era el tipo de adrenalina que muchos buscaban en las drogas o en la velocidad de un vehículo, sin importar las consecuencias en ambos casos. 
Sentado en el camerino del estudio los nervios disiparon con la música y la plática a su alrededor, su autoestima estaba igual de reluciente que el producto que le aplicaban en su torso desnudo. 
Hasta que entraste tú. 
Al sonido de la puerta, simplemente miró hacia un lado sin mover la cabeza, todavía concentrado en la manera que se movían los dedos de la estilista para definirle los rizos. Pero la voz de la directora creativa hablando directamente con él hizo que, por respeto, volteara su atención hacia el umbral desde que dejaron de trabajar en su aspecto. 
La mujer te presentó como su compañera del día, riéndose que debían actuar como pareja, y como respuesta su garganta se secó significativamente mientras dabas pasos lentos pero seguros hacia el. 
¿Era su imaginación o estudio estaba más caluroso? Según el recordaba el efecto del sudor era por maquillaje. 
Lo saludaste con una cierta felicidad, esperando que te recordara de otras sesiones pasadas que compartieron. El recordatorio de tu nombre se deslizó de tus labios como un cántico de los dioses, tu sonrisa más brillante que cualquiera de los productos colgados en perchas y modelos que se tomaban sus fotos antes que ustedes. 
Si no estuviera tan hipnotizado se hubiera dado cuenta la manera en la que tus labios se curvaban, convirtiendo tu sonrisa dulce en una con intenciones más profundas. También se hubiera dado cuenta como tus ojos examinaban cada centímetro de piel expuesta de su torso antes de que debían volver a su puesto; tú teniendo que ser arrastrada a otra silla a comenzar de inmediato con tu maquillaje. 
En ese momento, mientras veía de reojo por el espejo como te quitabas la camiseta oversize para quedarte solamente en el sostén de una tela casi transparente, Blas empezó a sacar las cuentas; ¿cuándo había sido la última vez que había cogido? No debió haber sido hace tanto, al menos no lo suficiente para sentirse así de caliente. 
Tuvo que empezar a recordar escena por escena la primera película de Shrek para poder disipar cualquier posibilidad de una erección. Tantas mujeres que había visto usando solo un par de pantysitos, y nadie había sacado una reacción tan adversa dentro de él. 
Pero para su alivio— proseguido por horror— pronto estaba a tu lado de nuevo, estilistas dando los últimos retoques. El solo portaba unos jeans anchos que dejaban ver el elástico de la ropa interior de la marca y un tank blanco demasiado cropped para su gusto, pero tus piezas consistían en unos jeans que parecían esculpidos a tus piernas y un micro top de la misma tela que apenas sostenía y cubría tus pechos en la posición perfecta. 
Él sabía que debía mirar hacia el techo durante la espera, pero tu voz simulaba un ronroneo mientras intentabas sacarle conversación, saber más de cómo estaba desde la última vez que se vieron. Su mirada se dirigía hacia abajo para mirarte, hasta con tacones el te sacaba una diferencia de tamaño, y por ahí mismo le daba una ojeada a tu escote. La piel brillante bajo las luces profesionales simplemente hacían que se le aguara más la boca. 
Y de nuevo a rogarle a su mente que empiece a relatar Shrek, esta vez la segunda película. 
Observaste su sesión en solitario de reojo; no eras tonta. Te diste cuenta como te examinó de arriba a abajo el momento que pisaste el camerino, y te pareció simplemente adorable. 
Tu adición a la campaña fue repentina; una de las modelos originales no contestaba el teléfono el día antes, y tu agente siempre había sido muy oportunista. Se sintió como si los astros se hubieran alineado para tu participación, considerando que la otra sesión que tenías había sido movida para el día siguiente. 
Saliste de tus pensamientos al oír al director preguntar por ti, indicando tu entrada junto a tu compañero frente a la cámara. Blas escuchó atentamente las indicaciones antes de posar, aprovechando lo apropiado que se consideraba tocarte en esta situación. 
Sus dos pares de cejas se fruncieron cuando el director creativo mandó a detener por un momento el trabajo, indicando a una asistente algo y apuntándote. 
“¿No le habrán enseñado en su casa que es de mala educación apuntar a los demás?” Le comentaste a Blas en voz baja, mirando hacia arriba para notar la manera en la que te miraba embelesado. El no pudo evitar reírse, el sentimiento de emoción propagándose como una enfermedad hacia ti, uniéndote en sus risitas. 
El fotógrafo captó algunas tomas de esa escena genuina antes de que un asistente viniera a tu lado. 
A Blas nunca se le había muerto una risa más rápido seguido del momento que presenciaron sus ojos; una corta conversación mientras la asistente te ajusta la tanga que traías para que los hilos sean visibles por encima del borde del pantalón que reposaban en tu cintura baja, la diminuta D brillaba bajo las luces. 
“Ahora si; esta vez, denme más pasión.” El director del rodaje comenzó. “Como si se quisieran arrancar la ropa uno al otro.” 
“No debo fingir mucho, no.” Tu voz era apenas un hilo de lo que era hace unos minutos cuando conversaban, pero Blas logró entender perfectamente lo que decías. Su garganta volvió a secarse, pero estar de frente a la cámara le da un cierto delirio de grandeza que no pudo controlar. 
Su mano ya se encontraba ubicada en tu cadera, y lo miraste cuestionante al sentir el movimiento de su tacto. No pudiste evitar el rubor que te subió a las mejillas al sentir como jugueteaba con uno de los hilitos de la tanga negra, recibiendo elogios del fotógrafo. 
Bajo el pretexto de brindar una mejor toma estiraste tus brazos para reposar en su hombros, tu espalda curveando para descansar tu pecho en contra del suyo. La manera en la que te miraba resultaba intoxicante, su mano soltando la tira para deslizarse dentro del bolsillo trasero del pantalón. 
“Van muy bien chicos, necesito una toma de los dos de frente antes de seguir contigo, dulzura.” El director se refirió a ti, pero aún así ambos asintieron ante las órdenes. Un quejido amenazó con salir de tus labios al momento que no sentiste su tacto en tu piel, pero obviamente resististe, dejando su mirada mientras te volteabas. 
Las primeras tomas fueron con poses rígidas antes de volver a la corriente artística de la marca, las indicaciones que recibieron fue aún más atrevimiento. Pegaste tu espalda cerca a la suya, tu cabeza reposando contra su hombro. Las palabras de agrado y aliento para dar más. Más pasión, más lujuria. 
Sentiste su brazo cruzar a través de tu pecho para mantenerte cerca, justo antes de inclinarse y hundir sus dientes en la piel de tu hombro. El director silbó complacido, pidiéndote mantenerte seria mientras mirabas directamente hacia la cámara con tus dedos colándose entre los rizos, para luego pedirle a Blas que dirigiera su mirada hacia arriba. 
Un gemido se quedó estancado en tu garganta, su otra mano reposando en un punto vulnerable de tu abdomen expuesto. Pero antes de que pudieras seguir fantaseando, le urgieron a tu compañero que saliera de la toma para captar el resto de las imágenes individuales. 
Seguiste la sesión como era habitual, pero el latido de tu corazón en tus oídos ensordecía las palabras del director. Sentías sus ojos quemando tu piel, pero no dejaste que sintiera la inseguridad cuando caminaste hacia él, asintiendo mientras uno de los asistentes los dirigía hacia una sala de espera. 
“Van a revisar su sesión, si todo está bien, les enviaré a alguien para que les quite las piezas. Cuidado con cerrar la puerta por completo, se queda trabada.” Dijo la muchacha antes de dejarlos entre percheros de ropa y un solo sillón de cuero en el fondo de la habitación. Estarían solos por un buen rato, faltaba el resto de su grupo y revisarán las fotos por si faltaba algo o requerían una sesión grupal. 
“¿Nos sentamos?” Ofreciste, apuntando hacia el mueble con tu cabeza. 
Blas asintió, dejando que camines enfrente de él. Es hombre, sus intenciones eran obvias, y no tenías miedo ni vergüenza en dejárselo saber. “No empieces con el acto caballeroso si lo vas a usar para verme el culo,” 
Te reías suavemente en la manera que quedó pasmado, parpadeando lentamente. “No te pongas tímido ahora, muñeco.” De nuevo tu voz salió como un ronroneo, y de nuevo se le secaba la garganta. 
Sus ojos escaneaban como cruzabas las piernas, tu mano daba palmaditas al espacio vacío al lado tuyo en el mueble. Lo mirabas atentamente cómo tomaba el lugar, sentado de la misma manera que tú para mirarte directamente. 
“¿Por qué tan tímido ahora, hm?” Tu mano se extendió para tomar su cara entre tus dedos. “Frente a la cámara te sentías muy seguro agarrando mi tanga.” 
Blas te miraba hipnotizado, como si fuera un pobre marinero hechizado por un canto de sirena. Notaste de inmediato cuando sus ojos bajaron hacia tus tetas, sacando una risa burlona de tus labios. 
“Mis ojos están aquí, ¿eh?” Sus mejillas se tiñeron de un rojo más profundo ante tu comentario, y sentías bajo tu pulgar como se le calentaba la piel. 
“Perdón.” Fue lo único que le salió decir, sus ojitos dulces mirándote con una aparente inocencia. 
“¿Por qué te disculpas, bebé?” Tu voz era dulce, contrario al pulgar que trazaba una línea en su labio inferior. “Ambos sabemos que no estás arrepentido.” Te acercaste más, tu otra mano reposaba sobre su erección, restringida por los jeans. 
“¿O me equivoco?” Lo miraste a través de tus pestañas, parpadeando lentamente. Notaste como tragó en seco, antes de asentir. “Usa tus palabras, nene.” 
“No,” Su voz salió como un suspiro, y la manera en la que tu cara se llenó de satisfacción y orgullo lo hizo sentirse aún más caliente. 
“Que bueno eres,” Elogiaste, viendo como se inclinaba más hacia tu tacto. Tu sonrisa se anchó al ver como partía sus labios para tomar tu pulgar entre ellos, succionando tímidamente. “E inteligente.” 
“Gracias,” El mismo tono de voz resonó en la habitación mientras sus ojos no se apartaban de los tuyos, y tú solamente podías sentir un cosquilleo en tu abdomen bajo. 
Para su desgracia, tus manos volvieron a tu costado, e intrigado observó cómo te levantabas del mueble. ¿Había hecho algo mal? Blas se preguntaba, el sonido de los tacones llenaba el silencio de la habitación. 
Hasta que te apoyaste en la puerta, cerrándola completamente. 
“Oops,” Te encogiste de hombros con una risita, prácticamente trotando de vuelta hacia el. Tu risa era contagiosa, pero te miraba un poco confundido. 
“¿Vas a dejar la timidez ahora? Soy solo yo.” Cuestionarse mientras prácticamente te le trepabas encima, sentándote en su regazo, una pierna a cada lado de su cuerpo. 
‘Ese es el problema’ pensó, pero respondió con cierta seguridad. 
“Creo que sí,” admitió con un poco de vergüenza, sus manos dirigiéndose a tus costados, sintiendo una calidez en su pecho por tu aprobación. 
“Me avisas; si no, saco una cámara,” Bromeaste— pero si él quería, no era broma— antes de inclinarte aún más cerca de sus labios, permitiéndole cerrar la corta distancia entre ustedes. 
Blas no desperdició ni un segundo, con miedo a que te arrepintieras, como si no eras la que estaba haciendo toda la gestión para seducirlo. Sus besos eran desenfrenados, demostrando toda su desesperación. El estado de frenesí que envolvió su mente prácticamente hizo que sus manos tomaran vida propia, dedos largos hundiéndose en la piel de tus caderas, jugando con la pretina del pantalón. 
Soltó un quejido cuando tus labios partieron de los suyos, pero sus quejas quedaron opacadas por la sonrisa gigante que se amplió en su cara cuando tus manos alcanzaron los dos botones que mantenían a la excusa de blusa en su lugar. No pudiste evitar soltar una risa; nunca habías visto a nadie tan hipnotizado ante tener tus tetas de frente. 
“¿Qué pasa?” Preguntaste genuinamente, empezándote a preocupar. Tus palabras sacaron a Blas de su trance, las manos que ocupaban su lugar en tu cintura delineando tu torso antes de colocarse suavemente en la piel suave de tu pecho, suspirando. 
“Están preciosas,” Su voz se mezcló con una exhalación, inclinándose para besarte el cuello. Pronto, sus afectos empezaron a descender por tus clavículas para finalmente plantarse en tus pechos. La manera en la que su lengua jugueteaba con tu pezón era suficiente para que tu columna se curvara, brindando un mejor ángulo. Su otra mano jugueteaba con el otro, y ahí decidiste prestarle atención al segundo latido que habías desarrollado, colocando una de sus piernas entre las tuyas. 
Notaste que soltó un gemido por la vibración en contra de tu pezón cuando empezaste a moverte en su muslo, sin darte cuenta que tu rodilla estimulaba contra el bulto en su entrepierna. Era una sensación de alivio momentáneo, pero te concentraste más en notar como tu compañero se encontraba más placer en comerse tus tetas. Al llegar a esa conclusión fue como si un bombillo se encendió en el tope de tu cabeza, y decidiste halar más coraje para tantear en tus sospechas. 
“¿Te gustan, bebito?” Preguntaste entrecortadamente. “Cualquiera cree que tienes días sin comer,” Prestaste atención a su reacción, considerando que estabas solamente probando las aguas. 
Él se limitó a asentir, ojos suaves mirándote por un segundo antes de cambiar de lado. “Respóndeme, si te quedas ahí pegado todo el tiempo te vas a quedar sin respirar.” Lo desafiaste, agarrando su mandíbula con tu mano. 
“Si,” Ahora era su turno de ronronear, parpadeando rápidamente con dulzura como lo habías hecho antes. 
“¿Si qué?” Si querías adentrar solamente la puntita de tus dedos al agua de tus sospechas, ahora estabas prácticamente hasta la cintura en ella, lista para sumergirte. Era como si su mente se había descompuesto por un momento, la nuez de Adán tan pronunciada en él rebotó mientras tragaba en seco, viendo como tu mano agarraba su duro miembro aún cubierto por el asfixiante denim. 
“Sí, mami.” Su voz bajaba otro decibel y no hubieras percibido las palabras que dijo con tanta vergüenza, pero te conformaste por ahora. 
“Tan lindo,” Tu voz salió como un dulce arrullo mientras tu mano jugaba con el cierre del pantalón, y él se apresuró a ayudarte a deslizarlo lo suficiente hasta abajo. 
Empezaste a tocarlo por encima de la ropa interior, viendo como echaba su cabeza hacia atrás, sus caderas se levantaban por la desesperación. “Por favor…” El gemía suavemente, sus plegarias evidentes en lo que necesitaba. 
Pero tú decidiste fingir demencia, levantando una ceja. “¿Hm, por favor qué?” Él te miraba como si estuvieras loca, pero al mismo tiempo con cierta obsesión en la manera que le hablabas. 
“Mami, por favor.” Rogó entre respiraciones entrecortadas, y no pudiste hacer más que quitarte de su regazo. Sabías que rogaba para que lo masturbaras, pero el miedo de manchar los jeans que costaban más de cien pavos era demasiado. 
Blas observó cómo te desabrochaste el pantalón, su miembro prácticamente palpitando al ver cómo te quedabas usando única y exclusivamente la tanga negra junto con los tacones que se te asignaron para la sesión. 
En ese momento, él juraba que se podía morir ahí mismito o que quizás ya tuvo un derrame y todo esto son delirios por la falta de oxígeno. Confirmó que no cuando te colocaste de nuevo en su regazo, tus manos actuaron lentamente para quitarle la pieza de ropa interior, ya manchada por el líquido preseminal que rodaba cálidamente por su punta. 
“Mírame,” Comandaste mientras movías la tanga hacia un lado, rozando su punta con tu entrada. El obedeció sin ninguna queja, labios ligeramente separados, los cuales dejaron escapar un gruñido bajo al sentir la calidez que proporcionaban tus paredes. 
“¿Se siente rico, hm?” Suspiraste, intentando suprimir un lloriqueo ante la profundidad de su miembro. No podías enseñar ninguna debilidad cuando lo tenías comiendo de la palma de tu mano. No era el más grueso, pero tenía una leve curvatura que te estaba volviendo loca. 
“Si, mierda—“ Notaste que aprendió a usar sus palabras, y eso fue suficientemente bueno para que movieras tus caderas en un círculo, la acción sacando gemidos de ambos. 
Tu mente se ausentó de la realidad, olvidando completamente que en la habitación posterior había un sin fin de personal y modelos por igual, dejandote guiar por el placer de por fin saciar tu deseo por el muchacho debajo tuyo, después de tantas sesiones compartidas en las que él se dejaba influenciar severamente por su timidez y no daba el primer paso. 
La manera en la que empezabas a subir y bajar la longitud de su miembro lo estaba volviendo loco, y tuvo que ocupar su mente en otra cosa para no acabar en ese preciso momento, sus dedos hundiéndose en tu cadera de una manera que te preocupaba si iba a dejar alguna marca. Pero dedujo de la manera en la que tus cálidas paredes lo apretaban que te encontrabas en una situaciónn similar. 
“Déjame ayudarte, mamita,” Blas dijo gentilmente, notando la manera en la que tus rodillas falseaban, el ritmo con el que empezaste había ido disminuyendo significativamente. 
Asentiste, dejando que él mismo fuera el que te tumbara para recostarte en el sillón de piel, la sensación de la tela pesada era ligeramente asfixiante. Aunque eso no perduró mucho desde que Blas te volvió a penetrar, forzando al aire de tus pulmones a comprimirse significativamente. 
No pudiste evitar rodar tus ojos hacia atrás, tus uñas— hechas a la perfección para la sesión— hundiéndose en sus brazos para descargar el placer abrumador que llegaba a cada esquina de tu ser. 
“Sigue así, se siente muy rico,” El elogio salió como algo cercano a un lloriqueo, y ya no podías aguantar más. 
“¿Dónde?” Logró preguntarte dentro de su propio placer cegador, y no tuviste que pedir ni una onza más de contexto para reclamar. 
“Dentro.” Las palabras que salieron de tus labios parecían demasiado buenas para ser verdad; aún así, Blas no iba a desaprovechar la oportunidad y siguió tu mandato sin queja alguna, pintando de blanco cada curva de tu interior. 
Colapsó encima tuyo, y tú no tuviste más remedio que arrullarlo en tu pecho, murmurando palabras dulces mientras ambos se recomponían. 
Justo ahí, sonó la puerta. “¡Se quedó estancada otra vez!” Pudieron oír a uno de los asistentes anunciar del otro lado mientras prácticamente volaban para volver a ponerse la ropa. 
“¿Qué vas a hacer después de aquí?” Blas rompió el silencio mientras ambos observaban y escuchaban como intentaban forcejear la cerradura de la sala de espera con un cierto aire espeso comparado al que había a la llegada de ambos. 
Lo miraste con curiosidad, alzando una sola ceja como modo de respuesta. “¿Salimos a cenar?” 
Tu sonrisa, la que era realmente genuina, hizo que se le ablandara el corazón. Tu movimiento de cabeza para asentir fue más que suficiente para que se inclinara, demandando un beso, compartiendo tu misma expresión de júbilo. 
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elperegrinodedios · 2 months
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Senza ispirazione non ci sarebbe poesia, senza te l'amore. Tu sei l'amore compagna mia, amica mia, sposa mia, madre mia e madre del mondo. Tu sei la fonte dell'amore, la sorgente della vita, tu sei la custode ed il sigillo, tu sei la chiave ed il segreto, l'eredità e la vera garanzia di lunga vita. Hai scolpito nel tuo cuore il patto, hai nell'anima la tacita fiducia di Dio, mantieni dunque, i crismi della naturale origine della femminilità, della tua gentilezza e sensibilità della tua materna umiltà. Hai la responsabilità, di preservare e proteggere la natura dell'amore vero che comprende il tutto e, che può essere sincero e riservato, sensuale e fisico spirituale ma anche ardente e paradisiaco. L'amore non ha regole, ma amare significa voler il bene dell'altro. L'amore non ce l'ha la misura. Il padre dell'amore è il rispetto. La madre è libertà.
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Te quiero mujer, te amo mi compañera de vida y de camino. Te quiero mi hermosa y dulce amiga. Tu vives en mi corazòn, te llevo en mi alma dia a dia, tu eres la dueña de mi mente, el encanto de mi mundo, la pasiòn, la maravilla de mis sueños.
lan ✍️❤️
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lunearta · 3 months
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𝐅𝐔𝐄𝐆𝐎
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» Temática: SKZ Bangchan x Lectora » Género: Relación estable con Chan. SMUT, cierto FLUFF. » Warning: P en V, sobreestimulación, sexo sin protección (no lo hagáis), dom!Chan, sub!mc. Si me dejo algo me lo decís. » Tipo: One-Shot corto. | 1.276 palabras.
» Masterlist «
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No hay forma dominante de actuar cuando Bangchan se pone en “ese” plan.
Había tenido problemas de ira toda su vida, aunque jamás los había mostrado a nadie, excepto quizá a Woojin en aquel parque de atracciones, o a su actual pareja, pero solo cuando eran más pequeños y los otros niños la molestaban por no saber bien el idioma.
La chica solo conocía su lado agresivo en esa situación, sin embargo... Ahora, entre sus sábanas, los cuerpos sudorosos y sus corazones entrelazados se daba cuenta de que aún había mucho más por ver desde entonces.
Le temblaban las piernas como hojas mientras soportaba, de buena gana, los embistes de las caderas de Chan y se retorcía de placer debajo de él. El chico mantenía una mano sobre su nuca y otra encima de su cintura, obligándola a acompañar cada movimiento. A veces bajaba la intensidad, porque, claro está, hasta el más entrenado llegaba a cansarse, pero en cuanto recobraba el aliento, volvía a golpear con fiereza. Duro. Implacable. Sin piedad.
No supo que estaba llegando al tercer orgasmo hasta que notó la mano de Bangchan tapándole la boca, y un gemido de placer le sacudió el cuerpo por completo. El chico aminoró la marcha al notar sus paredes contraerte constantemente, pero no paró, ayudándola a través de su clímax y sobre estimulándola en el proceso. Una vez dejó de moverse y de volver a su estado previo, Chan retiró la mano, y siguió con su labor.
Se limpió la nariz y la barbilla con la otra, notando las abundantes gotas de sudor salpicarle en la espalda de su compañera, que tampoco es que estuviera mejor.
— Chris... ¿P-puedo...? —tartamudeó.
— No. —dijo en un jadeo.
— Si sigues a-así... Vas a hiperventilar. Necesitas un descanso. —tal y como acabó la frase dejó escapar un grito de placer. El chico dio una sacudida breve e intensa hacia adelante y se hundió más en ella. La agarró de los brazos y la obligó a ponerlos detrás de la espalda, dominando cada movimiento por su parte.
— ¿A ti te parece que necesito un descanso? —le susurró cerca de la oreja. Parecía imposible sentirse más en llamas de lo que se sentía y, sin embargo, ahí estaba, gimoteando, completamente a merced del chico que la estaba haciendo sentir tan bien. Estaba tan mojada que el sonido de su miembro entrando y saliendo de ella era casi obsceno.
Entre la maraña de pelo que era su cabeza, la joven negó.
— Lo s-siento...
— Date la vuelta.
Bajo la orden (y la consiguiente ayuda de Chan), La muchacha se puso boca arriba, exhausta pero deseosa de más. Le alcanzó una de las almohadas, la colocó bajo la dolorida cintura de su compañera y se preparó para entrar de nuevo.
Sin embargo, antes de hacerlo, intercambió una profunda mirada con ella, dejando de lado, durante un instante, esa fiebre lujuriosa que lo cegaba y mostrando al cálido muchacho de veintiséis años loco de amor por ella. Casi que no hacían falta palabras entre ellos.
Se sintió enrojecer como la primera vez que hablaron. No solo era una persona tan atractiva que quitaba el hipo, sino que además era el chaval del que se había enamorado perdidamente en su niñez.
Uno del que, por supuesto, seguía totalmente enamorada.
Chan alzó una mano para acariciarle la mejilla con la palma y ella lo recibió, aliviada. Luego se inclinó, y mientras lo hacía, su miembro entró de nuevo con la facilidad que cabía esperar. La chica soltó una queda exhalación. Clavó las uñas en los brazos de su amante, al tiempo que sentía lo labios de Chan contra los suyos, primero suaves y luego apremiantes y ágiles como sus movimientos. La mano libre de Chan que no estaba ocupada agarrándole las caderas se desplazó hacia sus labios inferiores, tocando su clítoris suave, en círculos. La espalda de ella se arqueó y de sus labios escapó un gemido indecente frente a la sobreestimulación.
Así estuvieron un buen rato más, quizá un poco más despacio que antes, disfrutando de las sensaciones. El sonido húmedo de piel contra piel invadía cada rincón de la habitación.
La muchacha no tardó en volver a notar el tirón bajo su estómago, sinónimo de su pronta llegada. La cuarta en esa tarde, nuevo récord. No, Chan no la acalló como lo había hecho antes. Quería escucharla en su máximo esplendor, y así fue. Estalló en gritos de placer mientras que su cuerpo temblaba con la nueva oleada de convulsiones.
Chan tampoco se hizo de rogar después de eso. Sus caderas se quedaron rígidas, enterró la cara en el hueco del hombro de su amante y se liberó con un gruñido gutural, pintándole las paredes de blanco. A veces sí que parecía un lobo. O incluso un oso.
Antes de salirse, la joven lo rodeó y lo abrazó fuerte, notando el voluminoso pecho del chico sudoroso y jadeante subir y bajar contra el de ella. Lo quería, lo quería demasiado. No podía soltarlo, no podía dejarlo escapar. Solo cuando Chan le quitó las lágrimas de las mejillas con la mano, se dio cuenta de que estaba llorando.
— ¿Qué te ocurre? —preguntó, suave—. ¿Te he hecho daño? ¿Me he excedido?
— No, no. —estaba dándole la impresión equivocada.—. No es, ni por asomo, nada de eso. Es que...
— ¿Es que...?
— Chan. —susurró acariciándole la mejilla—. Te quiero tanto que me da miedo. Incluso cuando estaba con mi ex, con todos los planes que teníamos... No podía dejar de pensar en ti.
— Eh... —empezó, pero se vio interrumpido por los labios de la muchacha.
Lo besó lentamente, saboreando cada parte de él, explorando cada rincón de su boca. Así se pasaron minutos que les parecieron horas, hasta que Chan emitió un sonido extraño y se cubrió la entrepierna. La chica lo miró, confundida, y el pobre se rascó la cabeza, avergonzado.
— Los hombres somos muy básicos. —dijo, mordiéndose el labio. Acto seguido se dio la vuelta y le dio la espalda—. Y yo llevo un mes sin verte por culpa de mis actividades. Mi cuerpo... Está un poco descontrolado. Se… Se me pasará en seguida.
Ah. Ahora lo entendía. Miró la hora de la mesita de noche: las 4:47 de la mañana. Por suerte, ese día tenía a la clase de los niños por la tarde.
— Oye, Chan...
— No, en serio, tranquila. Tú descansa. Estás exhausta y mañana tienes que trabajar.
— Chris...
— No es la primera vez que me ocurre, si no te miro se me...
— Christopher, te necesito.
Silencio. Chan se había quedado muy quieto. Al principio creyó que no la había oído y estuvo a punto de repetírselo cuando de pronto, se incorporó un tanto y la miró, serio.
— ¿Segura?
La chica resopló.
— Por una vez, solo por esta vez, deja de pensar en los demás y piensa en lo que quieres tú. Te he dado luz verde, ¿no? Y tú también lo necesitas. Lo único que me preocupa es no poder caminar al día siguiente, eso es todo.
A modo de invitación, la muchacha se estiró y abrió las piernas, invitándolo a continuar con su labor. Bangchan suspiró con la vista clavada en el entrepierna de su amante. Su mirada se oscureció y los últimos rastros de autocontrol que le quedaban se hicieron añicos. Nuevamente se posicionó encima, duro como la piedra otra vez. Bajó la mano por su estómago hasta su punto más sensible a fin de estimularla lo suficiente como para poder volver a entrar en ella.
Pronto, la habitación se llenó de calor, gemidos y jadeos, pero por encima de todo, de amor.
Nunca se lo dijo, pero ella adoraba cuando Chan se convertía en Christopher.
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© LUNEARTA, 2024. 𝘕𝘰 𝘦𝘴𝘵á 𝘱𝘦𝘳𝘮𝘪𝘵𝘪𝘥𝘢 𝘭𝘢 𝘤𝘰𝘱𝘪𝘢 𝘵𝘰𝘵𝘢𝘭 𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘤𝘪𝘢𝘭 𝘥𝘦 𝘤𝘶𝘢𝘭𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘢 𝘥𝘦 𝘮𝘪𝘴 𝘰𝘣𝘳𝘢𝘴 𝘦𝘯 𝘯𝘪𝘯𝘨𝘶𝘯𝘢 𝘱𝘭𝘢𝘵𝘢𝘧𝘰𝘳𝘮𝘢.
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notasfilosoficas · 4 months
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“Recuerda que nada es pequeño a los ojos de Dios. Haz todo lo que haces con amor”
Santa Teresa de Lisieux
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Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz o simplemente Santa Teresita, fue una religiosa carmelita descalza francesa, nacida en Alenzón, Normandia en enero de 1873. Declarada santa en 1925 y proclamada doctora De la Iglesia por el papa Juan Pablo II en 1997.
Fue hija de Luis Martin y de Marian Celia Guérin, (ambos canonizados en 2015). Los cuales concibieron 9 hijos cuatro de los cuales murieron a corta edad. Sus sobrevivientes, todas niñas, llevaron una vida rodeada de virtudes y santidad, visitaban enfermos, hacia obras de caridad, rezaban diariamente el rosario y acudían a misa cada dia a las 5:30 de la mañana. Los padres fueron considerados un modelo de santidad.
Cuando Teresa tenía 4 años, su madre Celia muere de cáncer de mama en agosto de 1877 y su padre y hermanas se trasladan a la ciudad de Lisieux, en donde residía la familia de su esposa, quienes habían prometido a Celia cuidar de sus hijas.
Su vida en el colegio es difícil a pesar de ser una niña tranquila y pacífica, llora por que no se atreve a quejarse del maltrato de sus compañeras mayores, y durante esta época encuentra refugio en la lectura, y comienza a sentir una gran admiración por Juana de Arco.
En octubre de 1882, su hermana Paulina ingresa en el Carmelo de Lisieux bajo el nombre de Sor Ines de Jesús, lo que representó para Teresa una segunda perdida de una madre, su salud empieza a cambiar de manera extraña, y se le diagnostica una reacción a una frustración emocional con un ataque neurótico.
Varias veces al dia Teresa sufre de temblores nerviosos y ataques de terror, y durante meses sufrió de dolores de cabeza y alucinaciones.
En 1886, su hermana mayor Maria ingresa también a la orden en el Carmelo de Lisieux lo que la hace recaer en depresión. Teresa pide a sus hermanos que murieron aun muy pequeños que intercedan por su alma operando en ella un cambio significativo.
En la navidad de 1886, Teresa experimenta una gran conversión, argumentando haberse hecho fuerte, valiente y olvidada de si misma, y como ella misma escribiría; “Sentí, en una palabra, que la caridad entraba en mi corazón, la necesidad de que me olvide de buscar agradar, y desde entonces yo fui feliz."
En abril de 1888, Teresa ingresa a la edad de 15 años en el monasterio de las carmelitas descalzas de Lisieux, comenzando así su postulado.
En 1890 lee las obras de San Juan De la Cruz al que convirtió en su maestro espiritual llevando una vida meditativa y de contemplación. 
En 1894, y después de 6 años reconoce que la dificultad para alcanzar su propia santidad, y descubre lo que posteriormente llamaría “el caminito”, en donde sus limitaciones se convierten en su alegría mas que en desaliento, y en sus manuscritos empezará a firmar sus cartas añadiendo regularmente la palabra “pequeña” antes de su nombre.
En 1896 Teresa sufre un primer ataque de hemoptisis, una enfermedad del aparato respiratorio la cual aprovechó para demostrar su confianza inquebrantable en Dios.
En 1897 a la edad de 24 años, la enfermedad se recrudece y sin embargo se le pide continue escribiendo sus memorias, muriendo de tuberculosis en julio de 1897. 
Después de su muerte esos manuscritos fueron publicados bajo el titulo de “Historia del Alma”.
Poco después de la publicación de sus manuscritos, surge lo que es llamado “Un Huracán de Gloria”, y cientos de peregrinos de toda Francia y de otros países llegan a Lisieux sobre la tumba de la pequeña Carmelita. Es especialmente durante la Primera Guerra Mundial cuando cientos de soldados franceses cargan en sus bolsillos imágenes de Teresa y una versión corta de su autobiografía llamada “una rosa deshojada”. 
Al finalizar la guerra, recibe como ofrendas, las condecoraciones de los soldados, por los favores recibidos durante el conflicto bélico.
En 1927, es proclamada patrona de las misiones a pesar de no haber abandonado nunca el convento, ya que siempre rezaba por los misioneros.
Luego de su beatificación aparecen cientos de testimonios sobre prodigios y milagros de los cuales dos de ellos sirven para alcanzar la canonización.
En octubre de 1997, durante las celebraciones del primer centenario de su muerte, el papa Juan Pablo II la proclamó Doctora De la Iglesia Universal, siendo la tercera mujer, junto con Santa Teresa de Jesús y Santa Catarina de Siena en recibir esta distinción.
Actualmente, la Basilica de Santa Teresa de Lisieux, es uno de los edificios más grandes de Francia, y el segundo lugar de peregrinación más importante del país después del Santuario de Lourdes.
Fuente: Wikipedia
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kaos-literario · 7 months
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Cartas a ti
Decirte te amo me queda poco, no me sabe a nada, él te amo no me cabe en las palabras y no me alcanza para expresarte lo que mi corazón quiere decir a gritos. Él te amo es cosa mundana, es para aquellas personas que no pueden pasar la línea expresiva de un sentir tan maravilloso como querer unificarse a otra y experimentar la sensación tan placentera del sentir en uno solo.
Decirte te amo es limitarme a ser solo un humano, y no, no lo somos; ambos somos una unidad que fue ramificada en el amor que el universo fue desmembrando y hoy, nos toca de nuevo unificarnos. Yo no te amo como todos le dicen a su sentir, yo por vos tengo algo más que no puedo armar en palabras, son tantas cosas que quiero hacer y tantas cosas que quiero demostrar; que simplificar todo lo que me pasa en el interior a un “te amo”, es cobarde.
No puedo decirte te amo porque tú y yo; no somos como todos los humanos.
Lo nuestro nunca estuvo en algo juvenil, en un amor normal; lo nuestro nació de la formalidad, de dos estrellas chocando y provocando caos en el universo.
Yo tan Piscis y usted tan Leo.
Unidos por la literatura, ¿que habrá pensado dios cuando por fin logro juntarnos? ¿Qué tan celosa se puso la luna al saber que en las noches yo te robaba? ¿Y qué tal celoso se puso el sol, cuando descubrió que mis ojos por usted brillaban?
¿Cuántas situaciones le costó para que, por fin, colisionemos?
El universo nos unió porque tenemos un propósito juntos, tenemos algo que describir, algo que sentir, algo que vivir y ser unidos en esta misma realidad.
¿Cuántas flores hubo que pegar? ¿Cuántos libros se tuvieron que armar? ¿Cuántas clases tuvieron que pasar para que por fin nos miremos como realmente nos mirábamos en el interior? ¿Cuántos labios tuvimos que besar queriendo que fueran los nuestros? ¿Cuántos manos tocamos deseando que fueran las nuestras? ¿Cuántas han pasado? ¿Cuánto amor tuvimos que dejar de dar para por fin mirarnos?
No puedo decirle te amo a usted, a usted que es tan azul como el universo, usted que es tan supremo y es que; ¿cómo voy a decirle te amo a alguien como usted?
A usted que se merece mucho más que un te amo; porque esa palabra no puede abarcar lo que he estado esperando por meses, no puede decirle que salte de felicidad cuando me pidió ser su compañera, que fumaba muchísimo por tenerlo a mi lado, que siempre decía “uno más” para poder tenerlo un poco más de tiempo conmigo, esa palabra no puede abarcar que mi único propósito de llegar a la noche era poder llevarlo en la moto hasta su auto, no puede expresarle las ganas inmensa que tenia de abrazarlo, decirle te amo es limitar el amor que le tengo cuando es totalmente… (azul, brilloso).
Decirle te amo no alcanza para contarle todo lo que siento, ni siquiera las estrellas del cielo me alcanzan para darle una cantidad y es que no existe tal limitación.
Amarlo es mucho más que simplemente amarlo, está mucho más allá mi caballero y a veces quisiera que pudiera verlo, que pudiera poner su oído en mi pecho y escuchar los golpes que da mi corazón cuando lo tengo cerca. Decirle te amo no me alcanza, no me alcanza el tiempo, no me alcanzan el tacto, no me alcanza la voz y me he quedado sin el sueño ideando una palabra para poder decirle lo mucho que estimo su tiempo conmigo.
Y que, si el mundo se acaba, no me gustaría estar en otro lugar que no sean sus brazos, no me gustaría recibir otros besos que no fueran los suyos y no me gustaría sentir otro tacto que no fuera el suyo.
Usted es tan azul que puede iluminar todo un pueblo a oscuras con solo una sonrisa, el alma le brilla, a pesar de que se obscurece su alma a veces, siempre vuelve a ser azul y me mira, de todas las formas que me mire, usted siempre será mi caballero.
Usted siempre tendrá mi corazón en sus manos latiendo a la par de las rimas de Bécquer, de mis textos disfrazados de indiferencia, de mis sonrisas, de mis miradas cargadas de amor, de mis silencios, de las palabras que no me nacen, usted siempre tendrá lugar aquí en mi pecho… porque el universo así lo quiere, el universo así lo ha ordenado.
¿Cuántos cigarrillos nos tuvimos que fumar para llegar acá? ¿Cuántas historias tuvimos que escuchar? ¿Cuantos minutos tuvimos que contar? ¿Cuántos te extraños nos quedaron atorados por la cobardía? ¿Cuántos silencios nos supieron a comodidad?
Decirte te amo, no me queda, no me sabe a nada, decirte te amo es limitarnos a ser como los demás y nosotros somos seres iluminados que tenemos el privilegio de mirarnos en esta vida, en este momento y ahora.
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indigoesssence · 3 months
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⠀ ⠀⠀⠀⠀ ♱ . . . 🪵 .ᐟ
𝖢𝗁𝖺𝗋𝗅𝗈𝗍𝗍𝖾 "𝗟𝗼𝘁𝘁𝗶𝗲" 𝖬𝖺𝗍𝗍𝗁𝖾𝗐𝗌 . . .
﹫ 𝖠𝖭𝖳𝖫𝖤𝖱𝖰𝖴𝟥𝟥𝖭
‹ I LIED AND SAID I BELIEVED ›
“And God, I've tried, but I think it's about time I put up a fight
But I don't mind 'cause that's how my daddy raised me
If they strike once then you just hit 'em twice as hard
But I always knew that in the end no one was coming to save me
So I just prayed and I keep praying and praying and praying
If it's meant to be then it will be I believe.” (Ethel Cain).
Advertencias: relato superficial de terapia de electrochoques; mención de esquizofrenia, traumas religiosos, terapia de conversión y lesbofobia internalizada.
La calidez del otoño se había ido y con ello el recuerdo de Laura Lee bautizándola al que le remitía el agua corriente del lago. Ahora aquel cuerpo de agua era un monstruoso bloque de hielo que se había tragado su fe junto a Javi. Pensar en aquel lago le ponía de mal humor, debajo de una gruesa capa de hielo estaba el lugar donde el renacimiento de su fe descansaba. Para ella era curioso pensar que encontrarse en medio de la nada e intentando sobrevivir junto a las chicas que le habían salvado la vida le había llevado a creer en Dios nuevamente. ¿Realmente lo había hecho si le bastó con que aquel helicóptero que piloteaba Laura Lee explotara para perder la fe de nuevo?
En realidad no era una sorpresa para ella que su convicción fuera tan débil como un trozo de papel mojado sosteniendo una piedra. Pues había crecido en un hogar católico donde la misa del domingo era una ceremonia obligatoria para sobrevivir. Donde antes de cada alimento tenía que agradecer por lo que estaba frente a ella. Aquello estaba tan grabado en su mente que siguió bendiciendo sus medicamentos y alimentos incluso después de que sus padres habían dejado de acompañarla durante las comidas. Antes del accidente, Lottie tenía miedo de aquellas pastillas y para poder tomarlas le pedía a Dios que le ayudaran con aquel diagnóstico. Le rogaba al Ser Supremo que le ayudara con los secretos que les ocultaba a todas sus amigas a excepción de Natalie, quien desde dos primaveras atrás conocía al menos uno de ellos.
Incluso en medio de la nada, antes de cada alimento, Lottie seguía teniendo sus minutos de súplica. Eran solo ella y Dios, nadie más. Incluso en aquel inhóspito lugar rogaba por no volver a donde los electrochoques eran el único tratamiento para sus males: “esquizofrenia” y “perversión de las conductas sexuales”. El primer recuerdo de aquella corriente eléctrica recorriéndole el cuerpo desde las sienes era de cuando tenía ocho años. La pelinegra había cometido el error de contarle a su padre que hablaba con un ángel, o al menos eso creía por la forma en que los describían en la iglesia. La pequeña Matthews le había jurado a su padre que hablaba con un ser superior y aquello le había llevado al Hospital Psiquiátrico Cristiano más cercano de casa (a dos horas en auto) para ser atendida por “delirio místico”. Una estúpida etiqueta para llamarla esquizofrénica a su corta edad.
Ella se maldijo cada día que le siguió a aquel por haber confiado en su padre, el hombre que llevaba una Biblia en el bolsillo del pantalón y de frente la máscara de buen padre que ocultaba la cara del hombre más cruel del planeta Tierra. “Estúpida Charlotte” se decía a sí misma cada que las luces parpadeaban indicando el momento exacto en el que su mente quedaría en blanco por un par de semanas. Le rogaba a Dios que cada intervención fuera menos dolorosa, que cada electrochoque fuera acertado y no tuviera que sentirlo. Lo hizo hasta que a la edad de doce años una segunda etiqueta fue agregada a su expediente: “detección temprana de perversión de las conductas sexuales”. ¿Sólo por haberle confiado a su madre que cierta amiga le parecía “bonita”? ¿Qué tenía de malo apreciar la belleza de su compañera de clase?
Con el diagnóstico llegaron las terapias de conversión (una más cruel que la otra) y en un principio Lottie no había comprendido lo que aquello significaba. Sólo sabía en el fondo de su corazón que estaba estrechamente ligado a aquellas noches en vela donde rogaba a Dios que la hiciera “normal”. Donde le reclamaba por darle dos males incurables, bastaba con tener esquizofrenia, ¿realmente tenía que sentirse emocionada por el roce de su mano con la de aquella amiga suya? —Por favor, Dios, deja de odiarme. Prometo que me casaré con un buen hombre y tendré un par de hijos que te servirán. Pero no me hagas ser una enferma.— Pronto lo único que sentía para con si misma era asco. A los catorce años la heredera de los Matthews dejó los deportes y se volvió una “señorita hecha y derecha”.
Etiqueta que no le sirvió para nada. Pues cada noche antes de que su medicamento para dormir surtiera efecto, Lottie lloraba desconsoladamente contra la almohada rogando con la voz desgarrada: —Por favor, quítame esta enfermedad.— Llevaba la mitad de su vida siendo tratada contra la “esquizofrenia” y ya había hecho paz con ello. Sin embargo, ¿por qué tenía que recibir electrochoques por sentirse plena al tomar la mano de una chica?, ¿por qué debía rogarle a Dios hasta dormir que su madre dejara de verla con asco cuando estaba al lado de sus compañeras de clase?, ¿por qué debía ser ella quien rogara por encontrar un chico que no le diera tanto asco como para poder besarlo y ser “normal”?, ¿por qué tenía que ser ella la hija de Dios maldita?
Miles de preguntas sin respuesta llenaban las hojas de su Biblia que abrió cada día durante dos años. La pelinegra paró al cumplir los quince. Aquel día había regresado al campo de fútbol y con ello perdió su fe en que Dios la haría normal. Puesto que al encontrarse entre aquellas adolescentes que le hacían sentir en casa olvidó (al menos por un par de años) que al verse en el espejo sólo podía pensar en que Dios y sus padres la odiaban por ser lesbiana. —¡Lottie!, ¿estás bien? — Aquellas tres palabras que salieron de los labios de Misty la hicieron regresar al presente. Entre sus manos había un plato improvisado con  lo que suponía ser sopa (hecha con el cinturón de cuero de Jackie). —Sí, sólo… olvídalo, todo bien.— Le sonrió a su amiga en un intento de borrar de su mente y su cuerpo todo el dolor que la palabra “Dios” invocaba en ella.
Comió en silencio pensando en lo que significaba “Dios” para ella en ese preciso momento. Ya no era sinónimo de salvación, ya no era nada para ella. Lottie dejó el plato a un lado y se levantó para ir a las escaleras que llevaban al ático. Jaló la cuerda que permitía bajarlas y subió a la parte más alta de la cabaña. Se acercó a la ventana y con su diestra delineó las grietas del vidrio que aún contenían su sangre. —No existes, no como ellos creen que lo haces.— Le dijo a Dios, negaba su existencia y le interponía a ella la de Eso. —Nos acepta a mí, a Van, a Taissa, a todas. Nos protege sin importar a quien amemos o lo que hagamos. Tú jamás nos hubieras brindado a Jackie o a Javi. Tú estás muerto para mí.— Su voz era rasposa y llena de rabia, estaba dispuesta a pelear con Dios para salvar a su equipo. Estaba dispuesta a olvidarlo para dejar que Eso fuera acreedor de toda su convicción (al menos no la había hecho llorar hasta dormir por odiarse a sí misma) y si Dios quería discutirle su decisión, Lottie estaría encantada de hacerlo frente a frente.
⠀⠀⠀٬ 🕯️ ’ 𓏲 𝗐𝗋𝗂𝗍𝗍𝖾𝖽 𝖻𝗒 ﹫𝗶𝗻𝗱𝗶𝗴𝗼𝖾𝗌𝗌𝖾𝗇𝖼𝖾.
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⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀thanks for reading !
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revistapipazo · 2 months
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Historias de Playa
La historia que procederé a relatar a continuación es brutal y horrible. El protagonista sufrió como un porcino siendo faenado y nunca pudo recuperarse psíquica, emocional, física ni socialmente de la desgracia que le ocurrió.
A fines del año pasado este muchacho, que llamaremos Joselito protegiendo así su identidad, se enamoró perdidamente de una minurri llamada Carla, que era una compañera de universidad. Nada nuevo por cierto, siendo ésta una situación que le ocurre a la mayoría de los weones veinteañeros promedio de este país, sin embargo desde un principio este loco amor no se presentó como normal, ya que este weon estaba tan enamorado, que la miraba y se ponía más tieso que weón con fibrosis quística. De hecho pasó de ser un vagoneta de primera a ir a meterse a todas las clases para intentar jotear a la susodicha. Si hasta tuvo que ponerse a estudiar.
No era pa culparlo tanto tampoco, ya que la loca era bastante encachada, hay que decirlo. Para su felicidad, su arduo trabajo rindió frutos y al poco tiempo ya estaban en una relación en la que todo era teleseriesco: felicidad, mariposas en la guata, ositos de peluche y todas esas basuras romanticonas a las que hay que apelar pa que las minas lo terminen prestando. Sin ir más lejos, Joselito frecuentemente nos comentaba acerca de la acabada y extensa técnica de la lolita en las artes amatorias. En resumen, era una delicia, nada más que pudiera pedir.
Llegó el verano correspondiente, y Joselito invitó a su bienamada novia a la playa junto a sus demás amigos, por allá por febrero, cuando la cosa se pone más romanticona. Partieron así a un balneario del litoral central cuyo nombre no viene al caso, más enamorados que osos panda en época de apareamiento. De la mano pa todos lados el par de tortolitos.
Ni bien llegada la primera noche, deciden todos celebrar el inicio de las vacaciones mandándose un carrete de proporciones titánicas, por lo que fueron a adquirir los insumos etílicos necesarios a algún expendio de alcohol playero. Luego de sortear con relativo éxito los terribles palos a los que los querían someter los careros dueños de las botillerías locales.
Luego de hacerse de los mejores licores en relación precio/precio volvieron a su bunker para empezar a ponerle como correspondía. Los brindis y los saluds no se dejaron esperar. Por el verano, por las vacaciones, por la wea, en fin… motivos para celebrar no faltaban ni ánimo tampoco, por lo que al rato ya estaban todos más o menos maquillados, mas la mina del Joselito ya estaba con los ojos bien achinados, con una notoria tendencia a oscilar en torno a su centro de gravedad, y con los labios ya medios expandidos (los de arriba).
Nadie estaba como para andarla juzgando por ello, pero igual no pasó piola que estaba terriblemente de curada cuando empezó a hablar weas en una lengua que parecía sánscrito antiguo lo que nos produjo unas carcajadas incontenibles. Lo que no le dio tanta risa a Joselito fue que la mina en su borrachera, se empezó a mear en la misma silla en la que estaba sentada. Nadie cachó, pero ya cerca del final de la jornada, cuando estaban todos más doblaos que billete de 20 lucas, la loca se sacó la cresta: rompió una silla, se fue de espaldas con sillón y todo y buitreó hasta las cortinas (apenas se salvaron los muebles de cocina).
Al otro día tuvo que ponerse suspensores pa aguantar la cara de vergüenza, sin embargo todos se lo tomaron con humor. Joselito, en su faceta más tierna y amorosa, le dijo que no se preocupara, que esas cosas pasaban y que en realidad habían ido a la playa a wear así que no era tan grave.
Pasaron la caña durante la tarde, y en la noche decidieron ir a la playa a ver se armaba algún vacilón en torno a alguna fotatita. Como andaban medios damnificados sólo se compraron unas Pilsen.
Llegados a las orillas del mar, armaron una fogata y empezaron a compartir. Al rato, Joselito cachó que su pierna ya se había bajado 3 pilsens completitas ya. Sorprendido, se pregunta “¿que weá esta culiá?”. Va donde su chica y le pregunta si está bien o algo, y la mina se emputece y le ladra:
al mismo tiempo que le lanza un denso flato en todo el rostro, y se para y se saca la cresta. Casi se va de hocico a la fogata la peuca jugosa. La ayudaron a ponerse de pie, pero la mina al incorporarse se fue del lugar a dar jugo a otra parte.
No la pescaron, pero al rato decidieron que era mejor irla a buscar, así que recorriendo otros grupitos dentro de la playa, cacharon que se escuchaban risitas por todos lados y dedujeron que la mina al parecer se iba paseando y estaba con la idea de quedarse con el mejor postor, mas Joselito no estaba pa weas de ese tipo.
Al llegar a un grupito, encuentran a la Carlita abrazada de dos weones enteros reggaetoneros, picaos a Wisin y Yandel subalimentados, vestidos con lo más selecto de la alta costura de la ropa americana de Estación Central, con unos bling bling que parecían sacados de la hojalatería y que se cachaba como a 10 km que habían aplicado deserción escolar en prekinder.
Joselito asume su rol de pololo y le dice que se pare y se vaya con él a la casa, ante lo cual se para uno de los roticuacos y le dice,
A Joselito se le envalentonaron todas las hormonas, le hirvió la sangre. No podía ser pisoteado de esa forma así que quiso ser aún mas xorizo que su contendor, a lo que le respondió,
Como buenos caballeros, estos dos muchachos se dieron la mano y la discusión quedó zanjada. No, mentira. En realidad se agarraron a cornetes ipso-facto. Salieron las manoplas y unas cadenas por ahí. Quedó la tole-tole como diría Sapito Livingstone. Patadas, combos, gargajos, y un cuantioso etcétera describe lo que ocurrió en esa reyerta. Uno de los muchachos de Joselito recibió un soplamoco en pleno rostro y resultó con la ceja depilada. Joselito no se quedó atrás y le voló un choclero de un puro ganador en l’ocico a uno de los hampones.
Al final llegaron los verdes y como Joselito y sus amigos tenían menos cara de flaites, solo los redujeron, pero los otros tuzones se botaron a xoros con los pacos así que les pegaron una repasá más o menos. Los giles culiaos golpearon con sus cabezas y estómagos con una tenacidad y una fuerza encomiables las lumas y los bototos de los representantes de la ley. Igual nomas todos se fueron preciosos y pasaron la noche en el calabozo, y Joselito sin noticias de su novia.
Llegado el amanecer, fueron puestos en libertad, quedando exonerados de toda deuda con la sociedad. Joselito se vio sobrepasado por la situación, y con el sol asomándose por la Cordillera de la Costa, se arrodilló en la calle y con una desesperación que podría haber desagarrado hasta el alma del más duro, gritó al cielo,
Fueron a la playa, pero ya no quedaba nadie más que un viejo rancio y negro recogiendo basura, y unos pendejos púberes durmiendo tiraos comiendo arena. Recorrieron un poco más y entremedio de unas dunas, Joselito divisa algo que le parece familiar. Se acerca un poco hasta poder alcanzarlo, lo toma con sus manos, y no lo puede creer. Cayó de rodillas y con lágrimas manando de sus dos ojos reflejó toda la pena y la angustia que apresaban su corazón. Sus emociones se descontrolaron y su dolor estalló en un sobrecogedor clamor hacia el firmamento al observar frente a sí, tirados en la arena, los calzones de su amada.
Volvieron a la casa y Joselito tomó hasta quedar inconsciente y poder así conciliar un poco el sueño.
Al final Carlita se dignó a aparecer en la casa como a las 7 pm, caminando a lo cowboy y con más sed que la chucha y por supuesto más chascona que la mierda. Joselito recobró algo su dignidad tapizándola a chuchadas como ni el más deslenguado hincha de fútbol en el estadio lo había hecho jamás. Le tiró su calzón en la cara y le dijo que se virara para no verla nunca más.
Esa misma tarde Carlita se volvió a Santiago con la cola entre las piernas, mientras el bueno de Joselito se quedó solo en la playa, mirando las puestas de sol sin compañía y a merced de quienes seguían carreteando allá, quienes lo sometían a burlas y ofensas acerca de su situación, gritándole weas como “cacha, ahí esta el aweonao que cooperó”. Sus risas eran como puntudos estoques que perforaban su en un ya deplorable estado corazón.
Pero como Joselito es weon, no paraba de repetir que aún la seguía amando, aún cuando se lo cagaron de forma artera, con premeditación, alevosía, en despoblado y la conchetumare… Los cielos se nublarán de vacas voladoras, los ríos podrán invertir el curso de sus aguas, la arena de las playas podrá convertirse en oro… pero los aweonaos no se acabarán jamás…
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cutkeyofhell · 7 months
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Ted movie - Universo alterno animatic
Este fue un trabajo grupal de la uní, de la materia de producción de video, teníamos que recrear una escena de una pelicula pero con algunos cambios mas sin perder la esencia, al final nos decidimos por la pelicular de TED, cuando lo presenta a la familia.
Incluso le hicimos un redoblaje a la Escena pero por la privacidad de mis compañeros y mas que nada para no exponer nuestra nula experiencia doblando ( y mi voz chillona XD) no lo voy a compartir por aquí. aun que eh de admitir que fue una experiencia muy divertida.
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Bay the way, yo hice Todo lo que fue diseño de fondos y personajes además del animatic y mi compañera Cristina me ayudo con el color de los personajes pero no nos dio tiempo de terminarlo antes de la entrega XD. De todo modos el profesor fue comprensivo y le gusto el trabajo.
Tal vez lo terminemos para final de cuatrimestre .
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elbiotipo · 8 months
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Aclaro que estoy 100% de acuerdo con el post sobre lagartos muertos y estados unidos, y no quiero comentar para no tirar el post para otro lado. Dicho eso como es la historia del lagarto overo?
Me re olvidé de este ask.
Bueno pasa que un día iba caminando en la avenida cerca de la entrada de una de las ciudades en las que vivo (norte de Argentina) y una señora desperada me llama, y resulta que había un lagarto overo que habían chocado, seguramente con una moto o una bicicleta. El pobre animal se seguía moviendo como queriendo caminar, y me pidió que lo rescate. Siendo Biotipo la ayudé obvio, aunque sabía que lo más probable era que ya estaba muerto.
Lo levanté y lo llevé cerca de la banquina (ningún auto quiso frenar mientras cruzaba) y lo dejamos ahí. Yo no sabía porque no tenía número de asociaciones rescatistas (gravísimo error) así que mientras trataba de contactar una compañera (que me dio vuelta por 3 números más), hablamos con DOS patrulleros de policía que no nos quisieron ayudar en lo absoluto, es más nos mintieron diciendo que "iban a llamar a las autoridades" que sabemos que no hicieron nada porque nadie apareció. Ahí andaban los gorrudos patrullando en sus camionetas con aire acondicionado, incapaces de ayudar al ciudadano. Seguro tenían algo muy importante que hacer no? (no). Pajeros.
En fin, después de dos horas, finalmente vino uno de la brigada rescatista. Que me contó que eran básicamente 5 tipos y una camioneta que a veces tenía que ir al interior a hacer estos trabajos, así que no me dijo que no me disculpe por haberlo llamado, estaba acostumbrado a hacer estas cosas. El lagarto overo estaba muerto, lo más probable es que le pisó la cabeza una moto y todo lo demás era acto reflejo. Ahí me contó eso. También una anécdota chistosa de "pobre bicho, es tan hermoso, no hace daño a nadie" y el rescatista un poco se río y me dijo que a veces recibe llamadas por los lagartos overos que entran en las casas y muerden a los caniches. Que lo hace en mis ojos un bicho mucho más noble.
En fin, ahí terminó todo. La señora, muy de esas señoras ecologistas amantes de la naturaleza, nos agradeció y se lamentó que no pudimos salvarlo. Yo aprendí algo más de esos lagartos y a siempre tener a mano el número de rescatistas y también que ACAB.
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madame-fear · 1 month
Note
Estaba organizando un poco el desastre que yo llamo mi computadora y encontré, entre otros, unos chistes de mi colección de chistes malos. Recuerdo que les saqué foto para mostrarte pero no puedo recordar si te los pasé, así que acá te los dejo ♡
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No puede ser que todavía me ría con estas cosas.
Me acabo de fijar si me los habías mandado o no y veo que sí, pero no recuerdo haberlo visto en mi ask box! 🤔 Tumblr funciona pésimo a veces, a veces recibo las cosas y no las veo hasta mucho más tarde, o directamente no las reciboooo AAAAAAAHH 😭
Te juro que ya con leer brevemente el primero, ya me estaba dando mucha risa, mi favorito terminó siendo el de la bombita JAJAJSJSJDKS SON TAN MALOS QUE EN REALIDAD SON BUENOS POR DIOS,, LAS BOLUDECES CON LAS QUE NOS REIMOS ES INCREÍBLE!!! Somos mujeres sencillas, ¿O no? ♡
Yyy hablando de chistes malos, justo encontré estos también, y son malísimos pero me dan risa. Ahora no solo sos mi muti y esposa virtual, sino que también mi compañera de chistes malos (? JAAJAJAJJAJA
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satorugojowidow · 2 years
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La scaloneta y la ternura
Esta selección y este mundial nos dio la oportunidad de comenzar a construir nuevas masculinidades, donde la ternura y las emociones están bien. Los varones lloran, se abrazan, se besan, buscan ayuda psicológica para transitar sus emociones, se apoyan en sus seres queridos cuando se sienten afligidos. Marcó el pasaje de ver a las esposas como botineras a percibirlas como compañeras y valorar su rol en las tareas de cuidado. Nos mostró la amistad como una historia de amor que puede ser tan incondicional y profundo como el romántico. La fraternidad y el compañerismo como claves para construir lo colectivo. Una generación de varones sin miedo a expresar su amor y deseo homoerotico a sus ídolos. El futbol que fuera bastión de la masculinidad tóxica, ahora se reconstruye desde el amor y la alegría. Y como si todo esto fuera poco nos da la oportunidad de celebrar en la calle la alegría colectiva, de abrazarnos, de bailar y cantar juntos. Muchos no entienden aún la magnitud de lo que esta copa significa, pero pronto empezaran a entenderlo.
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fantasy-relax · 4 months
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Castigo (NSFW)
R-Lover Donna beneviento x MC (AMAB Reader)
El día empezó normal, con clientes que actuaban como personas decentes y otros que creían que debían ser tratados como reyes debido a estos en particular preferirías trabajar en el mostrador a dejar que tu dulce novia lidiara con ellos.
Estos tres meses habían sido perfectos, la directora no había vuelto a la tienda, Angie estaba mas que contenta con la relación y Cassandra por fin había dejado de coquetear contigo.
Todo era tan perfecto que habías olvidado el mayor defecto, por así decirlo, de Donna.
Sus tremendos celos y posesividad.
Que en este preciso momento se denotaban en la intensa mirada que la mujer te estaba dirigiendo mientras platicabas con una compañera de clase, lo cual no ignorabas pues tu atención estaba en otro lado.
- “Mil gracias, tus apuntes me salvaron la vida”- La chica frotaba tu brazo con delicadeza mientras te sonreía. - ¿Qué puedo hacer para pagarte?
Soltándome seria una buena forma.
Saliendo de su agarre con sutileza y manteniendo una distancia segura respondes tratando de sonar cordial – “No es necesario pagarme, no te preocupes”-
La chica hizo un puchero y puso unos ojos de perrito tan lindos que tu homosexual culo no pudo evitar sonrojarse un poco.
- “Vamos, por ti he aprobado el semestre pídeme lo que quieras”- Te miro de arriba abajo lo cual te dio algo de gracia pues tenías puesto el delantal nada atractivo en tu opinión - “Además estoy segura que un descanso del trabajo no te iría mal”
No pensaste mucho antes de responder. - “En eso tienes razón han sido unos días agitados”- Hace unos días hubo una boda en la cual se hizo un pedido grande, Angie incluso vino ayudarles, un día de descanso con tu novia no sonaba mal.
-“ Enton- ”
- “Disculpa, si no vas a comprar por favor retírate”- Donna se había metido entre las dos usando su cuerpo como barrera contra la mirada de la chica.  No podías ver la expresión de tu novia, pero por la cara que puso tu compañera de clase era obvio que no era una agradable.
- “Ya me voy discúlpeme”- Antes de cruzar por la puerta se volteo para lanzarte un guiño- “Nos vemos en clase MC”
- “Hasta luego”- Como el imbécil que eres respondiste en automático.
- “MC”- Tragaste saliva al escucharle hablar con un tono nada contento sin voltear a verte. – “Puedes preparar el ramo de caléndulas yo atenderé en lo que terminas”
No lo pensaste dos veces antes de huir hacia el vivero.
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Terminaste en minutos y te dirigiste al mostrador con la esperanza de que tu novia estuviera de mejor humor.
Pero al llegar no viste a nadie, antes de que pudieras hablarle una anciana entro a la tienda, dejando el arreglo en la mesa te pusiste en el mostrador. Mientras la mujer observaba las macetas alrededor sentiste un mano tocando tu muslo, al mirar abajo te encontraste con la mirada traviesa de Donna quien se encontraba arrodillada bajo el mostrador sin delantal y sin guantes.
- “Donna, ¿Qué haces ahí?”- Susurraste con tu cara roja pues esa mirada jamás significaba algo bueno para tu corazón.
- “Necesitas un descanso, ¿no?, te ayudare a relajarte”- Antes de que pudieras procesar lo que sucedía ella había movido tu delantal y bajado tu bragueta - “Mantén la vista al frente, ¿o quieres que nos descubran?” – Miraste al frente mientras sentías como sacaba tu miembro del bóxer. – “Pobrecito, ¿tanto te he descuidado?” – El mayor comento por que el traidor de tu amiguito estaba mas que listo con tan solo a ver sido tocado. –“Déjame remediarlo”-
Cerrando los ojos te mordiste el labio para contener el gemido al sentir como Donna lamia la punta mientras frotaba la base con suavidad, la pelinegra alternaba entre lamer y chupar sin detener su mano.
- “Me llevare estos por favor”- Abristelos ojos con violencia haciendo que la anciana te mire con curiosidad. – “¿Te encuentras bien? Estas muy roja jovencita”
“Est *Coff* ” Tosiste para controlar tu voz. “Estoy bien señora, es solo el calor.” Envolviste las flores con rapidez manteniéndote cerca del mostrador – “Serian 10”
La mujer te pago con un billete y casi tiras el cambio cuando tu novia movió tu prepucio hacia atrás para meter tu glande por completo en su boca.
-“Gracias, jovencita, ten cuidado con el calor”-
Al estar solas de nuevo miraste a tu novia para regañarle, pero las palabras murieron en tu boca cuando engullo tu miembro por completo moviendo su cabeza lentamente mientras su lengua tocaba todas tus partes sensibles.
La campana sonó y un hombre entro.
-“Disculpe tiene flores rojas”-
Tragaste saliva antes de responder- “ A-a- su de-recha”- Tu voz temblaba estabas tan cerca.
El hombre volteo mirando a las flores que decias con detalle.
Agarraste el mostrador con firmeza y tu cadera se movía lentamente, tan cerca estabas tan cerca.
Pero Donna se detuvo sacándote de su boca y apretando con una mano la base y con la otra tus testículos deteniendo tu orgasmo.
- “Donna”- Suplicaste con un susurro, pero la cruel mujer solo te sonrió mientras movía la mano para apretar la punta con fuerza.
- “¿No tiene Lirios?” – El hombre hablo mientras respirabas profundo para controlarte.
. “¿Lirios? - Si tenían, pero estaban en el vivero, Donna pareció acordarse igual porque en cuestión de segundo las hábiles manos de tu novia metieron tu erección de vuelta en tu bóxer y acomodado tu pantalón.
No querías moverte, pero mientras más rápido lo atenderías más rápido podrías alcanzar tu clímax, asegurando que el delantal cubriera el bulto en tu pantalón te dirigiste al Vivero.
El hombre tardo en decidir obligándote a explicarle el significado de cada flor y sus cuidados básicos con la sangre acumulada en un área molesta.
Al terminar caminaste de vuelta al mostrador dirigiendo una mira suplicante a tu novia quien movió tu delantal para solo tocarte por encima del pantalón.
- “Tal vez deberíamos parar”- Tu mente estaba de acuerdo, pero tu libido gritaba lo contrario, con una mano bajaste tu bragueta, suspiraste al tocar tu pene rígido te acariciaste por unos momentos antes de que una mano te detuviera.
- “Manos sobre la mesa y la vista al frente, Tesoro”- Hiciste lo que te pidió temblando con necesidad al sentir su lengua ir desde la base hasta la punta mientras acariciaba tus testículos.
La campana sonó y tu sufrimiento siguió.
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-“Cincuen-ta, se-tenta, ugh noventa”-
Ya era hora de cerrar y tratabas de concentrarte en contar la ganancia del día mientras que la sádica de tu novia te mantenía en lo mas profundo de su garganta, podías sentir el aire caliente salir por su nariz, su lengua acariciar tu glande, la ligera vibración de sus gemidos suprimidos por la carne en su boca y si voltearas a verla podrías notar las lágrimas que cubrían sus pestañas.
La cruel mujer te había negado el orgasmo por horas manteniéndote de pie mientras ella se la pasaba alternando entre pequeñas lamidas y besos a chupadas y frotadas rápidas, mordiéndote suavemente cuando trataste de tomar tu placer en tus manos.
Te iba a matar.
-“¡Doscientos treinta, Eso es todo!” – Miraste a la pelinegra quien te devolvió la mirada a través de ojos entrecerrados. – “Por favor”
La diabólica mujer finalmente se apiado de ti, con las dos manos apoyadas en tus muslos bajo y subió la cabeza con rapidez, succionando la punta al subir y lamiéndola al bajar; agarraste su cabello con una mano mientras movías tus caderas siguiéndole ritmo.
-“¡Donna!”- Con tu mano en su cabello la pelinegra se mantuvo quieta mientras terminabas adentro de su garganta.
Le soltaste y te apoyaste contra el mostrador gimiendo con suavidad al sentir como lamia tu miembro con lentitud antes de meterlo a tu bóxer y acomodar tu ropa. Con un ligero empujón movió tu cuerpo débil para salir de abajo del mostrador.
-“Ouch mis piernas me están matando”-  La pelinegra hizo estiramientos para luego frotarse las rodillas.- “Voy a preparar todo para cerrar, descansa un rato Dolcezza”
Un beso a tu cabeza y una caricia en tu espalda.
-“Aun no he acabado contigo despues de todo”-
Esta mujer te quería matar…
Y que forma de morir.
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analisword · 5 months
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high infidelity (Enzo Vogrincic x Fem Reader)
Tumblr media
Capítulo 30 (Final).
2  años después. 
Enzo se encontraba en el aeropuerto, no era nada nuevo, los últimos 24 meses habían sido probablemente los más ajetreados de su vida, entre grabaciones, entrevistas, ruedas de prensa y promociones, no pasaba más de dos días en el mismo lugar, al menos en esta ocasión no se encontraba solo, su fiel compañera de aventuras, Zola, estaba plácidamente descansando en su transportadora, la gata desde hace mucho tiempo se había acostumbrado a viajar con él, unos pensarían que tanta ida y vuelta resultaría estresante para un simple gato, pero para Zola, estar lejos de casa resultaba una completa fiesta. 
Aunque bueno, ¿podría llamarle casa a lo que tenía en esos momentos? Pasaba más tiempo afuera que en Uruguay, pero hoy era día de volver con su madre y Martina, acababa de terminar la promoción de la película que durante tanto tiempo había estado grabando en España, oficialmente era libre por un par de meses. 
El maullido de Zola lo sacó de sus pensamientos, Enzo miró la hora de su reloj, era hora de su comida. 
—Vos tenés más claridad del tiempo que yo—dijo riendo restándole importancia a que alguien más lo escuchara, gracias al cielo sólo le habían pedido un par de fotografías en lo que esperaba su vuelo, quizá era por lo reservado que se había mantenido en los últimos dos años, después de Alana, su vida privada había dejado de ser muy interesante, se había hundido en el trabajo para no permitirse pensar tanto en ella. 
Claro que fallaba en el intento. 
No había día en el que no se preguntara si la chica se encontraba bien, sabía que lo estaba y tenía la esperanza de que, que Dios no quiera, alguna vez había algo malo sucediéndose,  Enzo fuese la primera persona a la que ella llamara. 
No se habían vuelto a ver desde aquél día en México, en el que Alana se fue en la mañana sin despedirse, no podía culparla, una segunda despedida sonaba igual o incluso peor que la primera, aún así, cuando Enzo despertó con frío aquella mañana en México sin Alana en sus brazos, lloró todo el viaje de camino al aeropuerto. 
Y un par de días más. 
Tampoco habían vuelto a hablarse, Enzo no había logrado conseguir salir con alguien más, ¿cuál era el punto? Alana era la única persona que él quería y odiaba tanto que la distancia y el destino haya podido con ellos. 
Sacudió su cabeza, no quería ponerse a llorar en medio del aeropuerto, decidió hacerle caso a Zola y sacó su pequeño plato y comida mojada de su mochila, la gata ronroneó apenas comenzó a comer. 
—¿Sos Enzo Vogrincic?—escuchó una voz infantil decir, Enzo levantó la vista y encontró un pequeño niño abrazado de una tableta electrónica, una mujer, la cual seguramente se trataba de su madre, se aferraba de su pequeño hombro, luciendo aún más nerviosa que él y con una sonrisa que lucía algo espeluznante. 
—Él mismo—dijo riendo, para ese entonces Enzo se encontraría cansado y en su límite de fotografías con fans, pero nunca se sentiría así con un pequeño niño, por lo que le regaló su mejor sonrisa. 
—¿Puedo tomarme una foto con vos?—preguntó.
—Eh, sí, sí, claro—dijo rápidamente—. Esperáme tantito—dijo abriendo la transportadora, ingresó el plato de Zola adentro y la gata se metió inmediatamente—. Listo. 
Después de pararse incómodamente, se limpió las manos en sus pantalones de mezclilla y se acercó al niño para tomarse la fotografía, la mujer le quitó la tableta electrónica de las manos.
—¿Necesita ayuda?—preguntó Enzo amablemente, la pobre mujer llevaba encima la maleta, la tableta, un libro y el celular. 
—Todo bien—dijo riendo—. Sonrían—indicó, Enzo tuvo que inclinarse un poco para que la diferencia de estatura no se notara tanto y sonrió ante la fotografía. 
Se despidió del niño y su madre, sin embargo, cuando el pequeño se acercó con su madre para tomar de vuelta su tableta, el libró cayó en el suelo. 
Enzo casi corrió a tomarlo, después de vivir con una escritora, había aprendido a apreciar y cuidar un poco mejor de los libros. 
—Aquí tiene—le extendió el libro y sin querer miró la portada, Enzo tragó en seco al observarla—. Disculpe, ¿cuándo salió este?
—Justo hace un par de días, sin embargo, pude obtenerlo hace casi una semana antes, la editorial me los manda con anticipación para escribir sobre ellos en mi blog. 
—¿Y qué le ha parecido hasta ahora?—preguntó mientras inclinaba un poco la cabeza, a juzgar por el separador, la mujer ya iba a más de la mitad de la historia. 
—Me ha encantando hasta ahora, si le soy honesta, es mejor que arco de sangre—dijo felizmente. 
—¿Puedo darle una hojeada?—preguntó con nerviosismo, sin responder, la mujer se limitó a devolverle el libro. 
Sus manos estaban temblando, cuando tomó el libro se sorprendió por lo gordo que era, conocía la historia perfectamente, se trataba del libro que Alana había escrito en su departamento, al fin estaba siendo publicado. 
El libro era más grande de lo que hubiera esperado, pasó las yemas de los dedos con delicadeza sobre las páginas, por un instante sintió que no se encontraba en el aeropuerto con unos completos desconocidos, estaba sumergido en otro mundo, con jardines secretos y dragones, Alana tenía el don de obtener ese tipo de reacciones incluso con sólo escribir un par de oraciones. 
Lo hojeó rápidamente, sabía que aunque quisiese, no podía simplemente ponerse a leer ahí. 
Antes de devolverlo, decidió revisar la contraportada.
Sintió que el alma se le iba a los pies. 
‘‘Para la persona que me prestó un escritorio para Escribir este libro Nada hubiera sido posible sin ti, también para ZOla, esta historia es de ustedes…’’
—No quisiera apresurarte, pero el vuelo a Uruguay estaba apunto de salir—dijo la mujer apuntando la pequeña pantalla, Enzo suspiró. 
¿Qué mierda estaba haciendo?
—No iré a Uruguay—exclamó entregando el libro, tomó su mochila y a Zola, necesitaba comprar un nuevo boleto de avión. 
                                                            ˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖ 
—Respira, tranquila, has hecho esto antes, puedes hacerlo una vez más—la motivó su hermana mayor mientras le echaba algo de aire con las manos, Alana sentía que el maquillaje en su rostro picaba de lo nerviosa que se encontraba. 
—¿Y si no les gustó?—preguntó nerviosamente por enésima vez. 
—Alana, hay como 300 personas esperando por ti allá afuera—dijo—. Además, el libro salió hace apenas unos días, dudo que alguien lo haya terminado aún. 
—¡Peor aún! ¿Qué si lo terminan después y se arrepienten de haber estado tanto tiempo esperando aquí?
—¿Podrías dejar de ser tan jodidamente pesimista por un momento? Esas personas llevan un buen rato esperando—coincidió—. Así que sal allá afuera y más te vale que les pongas una sonrisa bonita. 
Alana asintió efusivamente, se sentía como un luchador en la esquina del ring y con Anna como su entrenadora, era la feria de libros de su ciudad y por ello la firma de autógrafos de su nueva historia, al fin, después de tanto tiempo, la había compartido con el mundo entero. 
Tomó un último y largo respiro y subió al escenario, donde fue bien recibida con gritos y aplausos, Alana saludó con la mano hasta que se sentó en el enorme escritorio, un montón de sus libros estaban colocados estratégicamente como decoración, además el equipo de logística se había encargado de otorgarle una caja entera de marcadores permanentes para la realización de los autógrafos, durante casi tres horas, sonrió, conversó y firmó libros hasta que los dedos le cansaron, sentía el corazón llenó de amor y completamente agradecida por el recibiendo que le estaban otorgando, se encontraba hundida en sus pensamientos, con la mirada baja. 
—¿Podés firmarme este libro? Conozco la historia bastante bien.
Alana levantó la cabeza tan fuerte que sintió un tirón en su cuello, parpadeó varias veces. ¿esto era real, o era un producto de su cansancio y la cantidad exagerada de bebidas energizantes que había tomado desde temprano?
—Somos grandes fanáticos—habló nuevamente, Alana sintió un tirón en su corazón al ver que Enzo sostenía a Zola y sin pensarlo dos veces se abalanzó a ellos. 
No podía dejar de llorar, había un montón de emociones invadiéndola por completo, felicidad, confusión, amor. 
—¿Qué hacen acá? ¿Qué haces aquí?—preguntó Alana acariciando la cabeza de Zola, sentía una paz enorme al notar que su gata no la había olvidado aún y la dejaba tocarla de esa forma. 
—Leí tu dedicatoria—dijo suavemente, Alana era consciente  había un montón de personas viéndolos, algunos tomando fotografías y grabándolos, pero en ese instante, se sentía como si solo fueran ellos tres contra el mundo—. Lana, no quiero volver a perderme, mi lugar es con vos, ya sea que estemos aquí, en México, en Uruguay, en España, o hasta en Marte, pero mi lugar es aquí, con vos, vos sos mi lugar. 
—Enzo—fue lo único que podía decir, como siempre, él le quitaba las palabras a la mujer que más palabras tenía por decir. 
—Y se que no te puedo obligar a nada, no puedo obligarte que me sigas, y sé que será difícil y…
—Enzo—repitió. 
—Pero te he extrañado tanto y…
—¡Enzo!—dijo fuertemente, haciendo que el chico al fin se callara por unos segundos—. Te amo—declaró—. Te amo, yo tampoco quiero volver a perderme, mi lugar es contigo. 
Enzo sonrió fuertemente y Alana lo supo de inmediato, iban a estar bien, porque estarían juntos. 
Fin. 
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