" Una democrazia è costituita da un popolo specifico che si organizza, per sé stesso, sul suo territorio. Questo gruppo difende la sua frontiera. Non è un collettivo astratto, che decide per l'umanità in generale. Se accettiamo questa evidenza storica di una componente cupa, etnica, nazionale della democrazia originaria, possiamo accettare di vedere e comprendere, perché la resistenza all'oligarchia, la crescita democratica che tocca una a una le "democrazie" occidentali, disorganizzate dalla nuova stratificazione educativa e dal libero scambio, si colora sempre di xenofobia. La democrazia rinasce, ma contro i messicani in America, contro i polacchi in Inghilterra. La scelta attuale della Francia, "contro i musulmani", è disfunzionale dato che prende di mira un gruppo interno che rappresenta tra i giovani il 10% della popolazione, e non può che condurre ad un'implosione della nazione. Questo primo elenco evoca lo stesso un movimento generale di ritorno dei popoli verso la democrazia, verso il populismo secondo la terminologia attuale delle oligarchie occidentali, un "cammino provvidenziale" avrebbe detto Tocqueville. La nuova stratificazione educativa iniqua esclude tuttavia la possibilità di un semplice ritorno alla democrazia classica della prima metà del XX secolo, radicata nell'omogeneità culturale dell'alfabetizzazione universale, ma senza lo sviluppo di un'università di massa. "
Emmanuel Todd, Breve storia dell'umanità. Dall'homo sapiens all'homo oeconomicus, traduzione di Julie Sciardis, LEG Edizioni, 2019, p. 301.
Para quienes saben leer con cierta lucidez los signos de los tiempos, es evidente que estamos viviendo el fin de la cultura que, para abreviar, podríamos llamar Occidente. Sin necesidad de recurrir a profetas como Spengler que lo anunciaron hace ya más de un siglo, también un historiador inteligente como Emanuel Todd, a través de un análisis detallado del declive demográfico, de las estructuras familiares, de la desaparición de la religión y del triunfo del nihilismo en todos los aspectos de la vida social, nos obliga en un libro reciente a enfrentarnos a lo que él llama la derrota y la autodestrucción de la cultura occidental. Sin embargo, como cualquier diagnóstico apocalíptico, este tampoco sirve de nada si no somos capaces de comprender lo que significa vivir el fin de una cultura. El fin de una cultura, en efecto, no es un acontecimiento puntual que pueda fijarse como un hecho cronológico. Es más bien un proceso continuo que, en un momento dado, llega a una crisis, término al que conviene devolver su significado original de «juicio». 'Krisis' –palabra procedente de la medicina griega, en la que designaba el momento en que el médico debe decidir si el paciente morirá o sobrevivirá– significa a la vez «juicio» y «separación» y vivir el fin de Occidente significa que también nosotros estamos hoy llamados a juzgar y separar –como en realidad deberíamos haber hecho en cada instante– lo que está muerto y lo que está vivo, lo verdadero y lo falso que hay en nosotros y a nuestro alrededor.
Como comprendieron los teólogos, los primeros en abordar el problema del fin de un mundo, anticipando en el plano de la filosofía de la historia las tesis que Freud traduciría en términos psicológicos, toda cultura contiene en sí misma, desde el principio, dos elementos opuestos, uno que conduce a la disolución y la muerte y otro que nutre y mantiene la vida. Y, sin embargo, mientras estén históricamente vinculados, los dos elementos se condicionan mutuamente y dependen necesariamente el uno del otro. Así, San Agustín, retomando las tesis de un brillante teólogo, Ticonio, que inspiró decisivamente el pontificado de Benedicto XVI, concibe la historia de Occidente como resultado del cruce de dos ciudades, la ciudad de Dios y la ciudad terrena, que siguen estando estrechamente unidas (el santo de Hipona escribe 'perplexae', densamente entrelazadas) hasta el momento final de la gran separación, en el que los buenos y los malvados, la vida y la muerte, se dividirán. «De esto se deduce» –escribió Ratzinger cuando aún no era Benedicto XVI– que el Anticristo pertenece a la Iglesia, crece en ella y con ella hasta la gran separación, que será introducida por la revelación definitiva«.
La desintegración de Occidente es, literalmente, la disolución progresiva e imparable del nudo que mantenía unidas la vida y la muerte, la verdad y la mentira, la libertad y la esclavitud, lo legítimo y lo ilegítimo, la guerra y la paz, el dialecto y la lengua gramatical, que de esta manera se volverán indiscernibles. Porque en el momento de la disolución los dos elementos, que ya nada mantiene unidos, lejos de separarse, tienden a fusionarse y caer el uno en el otro. No debemos dejar escapar este momento, que coincide con el presente, porque solo en él puede ocurrir la 'krisis', el juicio sobre el propio tiempo, que interviene para separar de nuevo lo que pretendía haber hecho indistinguible. Para quien pronuncia este juicio, cada día es el último día, cada instante es el decisivo. De hecho, en el momento de la disolución, precisamente lo que está muerto se disfraza de vivo, mientras que el elemento vital es rechazado en el pasado como si ya no estuviera vivo y es a este pasado al que el juicio histórico debe mantener abierto el acceso.
Lo que ha ocurrido en los últimos tres años es que este juicio no ha sido ejercido o lo ha sido solo de forma marginal y por unos pocos, mientras los medios de comunicación repetían en masa e irresponsablemente las consignas de la confusión y de la mentira. Así, el estado de excepción se ha confundido con la ley, la mentira con la verdad, la tecnología con la naturaleza, la medicina con la religión, situación tanto más peligrosa cuanto que, si la sustitución de lo verdadero con lo falso se vuelve integral, quien miente ya no sabe que miente y lo verdadero y lo falso, la buena fe y la mala fe se confunden en su mente hasta el punto de hacerle perder todo sentido de la realidad. Esto significa que la mentira escapa a su control y puede volverse en primer lugar contra él, obligándole a actuar en contra de sus propios intereses hasta el punto de conducirle, como ocurrió con las vacunas y como está sucediendo según todas las pruebas con la guerra de Ucrania, a la autodestrucción.
Creo que muchos se han preguntado por qué Occidente, y en particular los países europeos, cambiando radicalmente la política que habían seguido en las últimas décadas, de repente decidieron hacer de Rusia su enemigo mortal. En realidad, existe una respuesta perfectamente posible. La historia muestra que cuando, por alguna razón, fallan los principios que aseguran la propia identidad, la invención de un enemigo es el dispositivo que permite –aunque sea de manera precaria y en última instancia ruinosa– hacerle frente. Esto es precisamente lo que está sucediendo ante nuestros ojos. Está claro que Europa ha abandonado todo aquello en lo que creyó durante siglos, o, al menos, creía creer: su Dios, la libertad, la igualdad, la democracia y la justicia. Si ya ni siquiera los sacerdotes creen en la religión, con la que Europa se identificaba, también la política hace tiempo que perdió su capacidad de guiar la vida de las personas y de los pueblos. La economía y la ciencia, que han ocupado su lugar, no son en modo alguno capaces de garantizar una identidad que no tenga la forma de un algoritmo. La invención de un enemigo contra el que luchar con cualquier medio es, a estas alturas, la única manera de colmar la creciente angustia ante todo aquello en lo que ya no se cree. Y, ciertamente, no demuestra mucha imaginación el haber elegido como enemigo a quien, durante cuarenta años, desde la fundación de la OTAN (1949) hasta la caída del Muro de Berlín (1989), hizo posible librar en todo el mundo la llamada Guerra Fría, que parecía, al menos en Europa, definitivamente desaparecida.
Contra aquellos que estúpidamente intentan encontrar de esta manera algo en que creer, hay que recordar que el nihilismo es el más inquietante de los invitados, pues no solo no se deja domesticar con mentiras, sino que únicamente puede llevar a la destrucción de quien lo ha acogido en su casa.
- In this edition: Leyla McCalla; Jesse Gress; Tommy Emmanuel; and George Harrison
LEYLA MCCALLA MAKES MUSIC ACCESSIBLE: Leyla McCalla will play a series of choose-what-you-pay concerts May 3-5 at New York’s Lincoln Center.
But wait! There’s more!
“I’ll be doing two free shows there on March 2 as well,” the former Carolina Chocolate Drop and current mensch said.
Ticketing info here.
IN MEMORY OF JESSE GRESS: Todd Rundgren’s Spirit of Harmony Foundation has established the Jesse Gress Memorial Fund in honor of Rundgren’s late guitarist, who died Feb. 21.
TOMMY EMMANUEL HAS HELP: Billy Strings, Molly Tuttle, Sierra Hull, Little Feat, Jorma Kaukonen, Michael McDonald, Yasmin Williams, Larry Campbell & Teresa Williams, Jerry Douglas, the Del McCoury Band, Sam Bush and David Grisman are among the accomplices on Tommy Emmanuel’s Accomplice Two, which arrives April 28.
The first single, a cover of Townes Van Zandt’s “White Freight Liner Blues,” features Tuttle and will be released “this week,” Emmanuel said.
GEORGE HARRISON’S BACK CATALOG GETS BACK TO DARK HORSE: George Harrison’s solo catalog will be re-released on his family’s Dark Horse Records, Dhani Harrison said.
The albums will be issued in Spatial Audio on Apple Music alongside “all the custom limited vinyl that we can get away with,” the younger Harrison said in a statement.
I know that at least two Jellylorums were also Christines in "Phantom" (Marni Raab and Sara Jean Ford)--would you happen to know who some of the others were?
Are you looking specifically for Jellylorums that were previously Christines, or more like the general Phantom - CATS or CATS - Phantom pipeline? I can give you a decent list of both, since we'd be atom smashing two hyperfixations together.
Format: NAME OF PERFORMER - Role in Phantom (Role in Cats)
Sorted by part played in PotO - I won't be naming all locations of productions these individuals were in for the sake of some kind of brevity. Since you asked mainly for Jellylorums who have been Christine, I have taken the liberty to BOLD them for easy reference.
(Note that this is not an extensive list - just a bulky one - I was already getting too long in the tooth haha)
Stephen Morgante - Unknown - likely ensemble (Skimbleshanks/Swing)
Anton Luitingh - Resident Director/Possibly Played Raoul (Munkustrap)
And technically, Jack Rebaldi was supposed to play Monsieur André in the Theatre Mogador production of PotO, but that was tragically cut short and never came to fruition (justice for that cast).
J’ai hérité d’une partie de la bibliothèque de mon arrière grand-père ! Grand germanophile et passionné d’Histoire. Il avait pour habitude d’offrir un de ses livres à chaque arrière petit-enfant pour Noël. Alors, pour perpétuer cette tradition à ma façon, voilà les livres que je ne lirai pas et que je peux vous donner s’il y en a qui vous intéresse !
Vous pouvez m’envoyer un message privé. N’hésitez pas à partager ce post et à en parler autour de vous ✨
Ps : quand il n’y en a plus, il y en a encore !
Je donne également :
Lettres et Propos sur l'Art, Nicolas Poussin
La tentation de l'Occident, André Malraux
Le Ciel et l'Arcadie, Maurice Denis
Face au drapeau, Jules Verne
Les vieux souvenirs, Prince de Joinville
Vielles Maisons - Vieux papiers, G. Lenotre
Le mystère français, Emmanuel Todd et Hervé Le Bras
Discours sur l'Histoire universelle, Bossuet
l'Histoire du sentiment religieux en France + La poésie pure, Henri Bremond
Histoire de France + Histoire de deux peuples, Jacques Bainville
Des livres sur Charles de Gaulle ainsi que sur sa femme, des oeuvres d'André Maurois, Emmanuel Mounier, et Katherine Mansfield. Une grande collection de l'oeuvre de Jules Romain. Certains volumes de la collection Semaines sociales de France, ainsi que de l'A.E.S.
Et si vous parlez allemand, il y a toute une collection de livres allemands !
Hey guys, it’s time to share my favourite film watches of 2022! I can’t say that I saw every film that was on my watchlist but I think there were some definite highlights.
In ‘new releases’ we have this Top 20 (very loosely ranked!):
1. Aftersun (dir. Charlotte Wells)
2. Tár (dir. Todd Field)
3. The Woman King (dir. Gina Prince-Bythewood)
4. The Wonder (dir. Sebastian Lelio)
5. À Plein Temps (dir. Eric Gravel)
6. Mrs Harris Goes To Paris (dir. Anthony Fabian)
7. Good Luck To You, Leo Grande (dir. Sophie Hyde)
8. Les Passagers De La Nuit (dir. Mikhaël Hers)
9. The Quiet Girl (dir. Colm Bairéad)
10. L’Événement (dir. Audrey Diwan)
11. The Fabelmans (dir. Steven Spielberg)
12. Fire Of Love (dir. Sara Dosa)
13. Les Années Super 8 (dir. Annie Ernaux & David Ernaux-Briot)
14. Les Olympiades (dir. Jacques Audiard)
15. Nobody Has To Know (dir. Bouli Lanners)
16. Ali & Ava (dir. Clio Barnard)
17. Top Gun: Maverick (dir. Joseph Kosinski)
18. Dowton Abbey: A New Era (dir. Simon Curtis)
19. Emily (dir. Frances O’Connor)
20. Rien À Foutre (dir. Julie Lecoustre & Emmanuel Marre)
And in ‘older releases’…
1. The Worst Person In The World (2021, dir. Joachim Trier)
2. Amanda (2018, dir. Mikhaël Hers)
3. Ce Sentiment De L’Été (2015, dir. Mikhaël Hers)
4. The Broken Circle Breakdown (2012 , dir. Felix Van Groeningen)
5. Bright Star (2009, dir. Jane Campion)
6. The Handmaiden (2016, dir. Park Chan-wook)
7. Daphne (2007, dir. Clare Beavan)
8. Oslo, August 31st (2011, dir. Joachim Trier)
9. Robin And Marian (1976, dir. Richard Lester)
10. La Belle Saison (2015, dir. Catherine Corsini)
As hard as it is to believe, 2023 is almost upon us, it's time to wish you all a HAPPY and SAFE New Year. Have a wonderful time wherever you are in the world.
Big love 💗💗
La novedad del enfoque que utiliza Todd y adónde apunta, que intenta llegar a los fundamentos del poder (p. 223), hace que ensanche los horizontes de búsqueda de las causas más allá de las concreciones geopolíticas y económicas habituales. Mis artículos sobre el enfrentamiento entre Rusia y Estados Unidos en Ucrania, publicados en Rebelión.org, (véanse en https://rebelion.org/autor/fernando-g-jaen-coll/ y https://rebelion.org/autor/fernando-g-jaen-2/), que tratan diversos aspectos en momentos diferentes, son complementarios y todos válidos hasta la fecha, pero no son óbice para que me seduzca adentrarme en las causas remotas o causas últimas que Todd lanza a la palestra en este interesante libro, en el que pone a la religión en el centro de su modelo (p. 120)
Las herramientas conceptuales que utiliza Todd provienen de disciplinas conocidas: la antropología, la demografía y la historia, que le permiten un análisis de “tiempo largo” con conclusiones aplicables al “tiempo corto”. Las interrelacionándolas para dar fundamento a sus opiniones, que él considera científicas (en el marco de lo que se considera en las ciencias sociales), si bien no las articula en forma de tratado sistemático sino de ensayo que, al decir de Ortega y Gasset, viene a ser la ciencia sin la prueba, pero utilizando indicadores y razonamientos contundentes. Religión, mortalidad, educación y dinero recorren el libro, aplicados a los diversos países que están involucrados: Rusia, Estados Unidos, China, Alemania, Reino Unido, Francia, los países escandinavos y los bálticos, pero también la India, Irán o Sudáfrica, por su relevancia individual o por sus interacciones en aglutinadores institucionales (el ascenso de los BRICS, las adhesiones a la OTAN, por ejemplo).
El trasfondo es el agotamiento de las religiones entre quienes han dominado el mundo, que han eliminado una componente moral que incidía en su comportamiento racional y en la aglutinación de sus pueblos. Siguiendo la estela de Max Weber, analiza en qué se han convertido el protestantismo y el catolicismo, que habiendo pasado de su etapa activa a la etapa “zombi” (así la califica él, refiriéndose a la que todavía mantiene los ritos principales entre la población, pero sin asistir ya a la iglesia), se ha instalado en la etapa “cero” y ha desnortado a el juicio de los pueblos y de los dirigentes frente a un mundo que ha cambiado desde el desmembramiento de la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas).; ahora, nos dice el autor, las decisiones de los Estados Unidos no son morales o racionales (p. 267) esto es lo que Putin y el Kremlin están manifestando una y otra vez desde su Operación Militar Especial. El análisis racional, realista desde el punto de vista geopolítico, conduciría a un rápido final de la intervención de Rusia en Ucrania, ahorrando muchas vidas, pero el enfoque absurdo, reflejado claramente en el condicionante impuesto a Ucrania: “hasta el último ucraniano”, conduce, como ha dicho un importante militar chino, a la absurda situación de hacer una guerra para no lograr nada para su población, que habrá desaparecido. Esto hace aflorar el concepto “nihilismo”, que el autor sitúa como causa de la derrota: “La existencia de un componente nihilista en Estados Unidos y de otro en Ucrania, de distinta naturaleza, excluye a priori una interpretación racional de la Historia. Nuestro único consuelo será ver cómo la fusión de los dos nihilismos, el estadounidense y el ucraniano, conduce a una derrota, revancha última de la razón en la Historia.” (p. 268)
La riqueza de asuntos y de análisis sintéticos de diversos países, empezando por Rusia (capítulo en el que se apoya en el magnífico libro de David Teutrie, RUSSIE. Le retour de la puissance (Armand Colin, marca de Dunod Éditeur, 2021), del que publiqué mi reseña en SYN@PSIS N. º 104 Agosto de 2022), y acabando con Estados Unidos, poniendo las informaciones de actualidad (las sanciones, la rusofobia, la tecnología, la industria, etc.) en el marco conceptual general que maneja, considerando algunos indicadores determinantes del declive de las potencias mundiales, nos permite situarnos del lado de la razón antes que del lado del juicio sentimental aquiescente y superficial.
Dr. Fernando G. Jaén Coll. Profesor Titular del Departamento de Economía y Empresa de la Universidad de Vic-Universidad Central de Cataluña.
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In his latest book, the historian and anthropologist diagnoses The Defeat of the West. In The Final Fall, published in 1976, the author correctly predicted the collapse of the Soviet Union. We have to hope that this time “prophet” Todd is wrong.
Todd goes into three factors: Loss of industrial capacity, the disappearance of American Protestantism. Our cultural modernity(LGBT obsession) indeed seems quite insane to the outside world, an observation made by an anthropologist, not a retro moralist.
Anthropologist David Graeber has been working for seven years, with archaeologist David Wengrow, on a work devoted to a history of inequality. A first excerpt from this work was published online in 2018. This excerpt showed that the usual narrative, according to which human inequality was the price to pay for developed societies and their comfort, is a lie.
Indeed, in an analysis of very long-term history, over approximately 50,000 years, David Graeber and David Wengrow [1] show that there existed both small societies of unequal hunter-gatherers and large, extremely egalitarian cities.
Even more astonishingly, there were societies that could be egalitarian in the summer and unequal in the winter, or vice versa. This extract had been widely commented on in intellectual circles and particularly in France by Emmanuel Todd [2] .
This second excerpt from the same work, still unpublished in French and English, deals with the influence of Native American societies on Enlightenment thinkers in the West. It appears that the founding texts of the Enlightenment and the French Revolution, and in particular Rousseau’s text on the origin of inequality among men, were strongly influenced by books which related the criticism of the American Indians vis-à-vis -towards Western society.
Among these American Indians, the figure of Kandiaronk stands out as that of a sort of Native American Socrates, a brilliant orator who fascinated the French elite and who perverted Western youth as his critiques of Western society and of the Christian religion spread within the aforementioned society.
The text shows that the Myth of Progress then appears as a conservative reaction against the diffusion of these ideas, in order to justify Western inequalities since according to this ideology, the inequality of men would be the price to pay for technical progress and the comfort it brings.
We will comment on this excerpt soon and we invite interested people to offer their analyzes in order to try to open a friendly debate worthy of the dizzying height of this text.
"La meute médiatique poursuit de sa vindicte Emmanuel Todd parce qu’il a mis à jour un ensemble occidental hypertrophié qui pense toujours bénéficier de l’impunité. L’auteur scandalise les belles âmes cupides, car il ose dénoncer un Occident zombie, nihiliste, terminal et faussaire. L’Occident global creuse sa propre tombe. Les Albo-Européens que nous sommes s’en réjouissent. Mais il est certain que La défaite de l’Occident ne lui sera pas pardonné."
Georges Feltin-Tracol, « Vigie d’un monde en ébullition », n° 111, mise en ligne le 16 avril 2024 sur Radio Méridien Zéro.