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#La mujer y el poder de la palabra
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𝐶𝑢𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑑𝑜𝑠 ℎ𝑜𝑚𝑏𝑟𝑒𝑠 𝑝𝑒𝑙𝑒𝑎𝑛 𝑝𝑜𝑟 𝑢𝑛𝑎 𝑚𝑢𝑗𝑒𝑟
Cuando dos hombres pelean por una mujer, no siempre es una cuestión de amor, sino de ego y competencia. En lugar de centrarse en lo que ella siente o desea, muchas veces se enfocan en ganar la "batalla", como si fuera un trofeo.
En realidad, el amor no es una lucha de poder ni una disputa territorial. La mujer no es un premio que deba ser ganado, sino una persona con emociones, decisiones y libertad. Pelear por ella en vez de respetar sus deseos y sentimientos solo muestra una falta de madurez y comprensión.
Al final, no es quién "gana" la pelea, sino quién es capaz de respetarla, valorarla y darle el espacio para decidir con quién quiere estar.
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nebulamorada · 2 months
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Cregan Stark x Targaryen!reader
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Querer amar a Aemond era agotador.
Como única hija de Rhaenyra, la noche en la que tu tío Aemond pierde el ojo, recordando los momentos en los que ambos compartían una silenciosa compañía en la biblioteca rodeados de libros sobre cuentos valyrios, le hablaste a tu querido abuelo a espaldas de tu madre sobre un matrimonio como forma de afianzar vínculos; todo porque, alguna vez, durante tus días de dulce infancia, creíste que una muestra de amabilidad podría cambiarlo todo, que palabras dulces y buenas intenciones eran suficientes para curar el corazón de las personas y salvarlos de la amargura. Un golpe duro fue para tu alma sensible descubrir que en el proceso, sacrificarse a uno mismo para rescatar a alguien que ni siquiera hace el esfuerzo de aceptarlo es desesperante.
Las promesas a tu madre a la despedida en Driftmark sobre estar bien en tu nueva vida como pupila del rey hasta que tuvieras edad para ser esposa fueron un eco en tu mente durante los días que le siguieron a tu llegada a Kings Landing. La Red Keep jamás se había sentido como un hogar, pero sin la presencia protectora de tu madre se había tornado un completo infierno. Sin importar cuanta amabilidad y predisposición intentaste mostrar, todo lo que obtuviste a cambio fue terrible, sobre todo luego de tu primera sangre.
Los acercamientos promiscuos de Aegon y la forma en la que Alicent gozaba de abusar del poder que la invalidez de su esposo le daba (avergonzandote frente a sus damas o imposibilitando que te comuniques con Dragonstone de alguna forma) incluso las palabras denigrantes de tu esposo a tus oídos, desde acusaciones de ilegitimidad hasta la vez en la que durante la noche, apareció en tus aposentos durante una noche, apretandose con fuerza contra tu cuerpo mientras presionaba la hoja de una daga contra tu ojo, diciéndote cómo podría reclamar la deuda que le deben y nadie podría decirle nada, siendo tu deber como su mujer el complacerlo.
Aquellos años se sintieron tan eternos, que el cosquilleo de esperanza que sentiste cuando tu abuela Rhaenys y uno de los guardias gemelos lograron sacarte de la Red Keep, hacia parecer que todo era irreal. Los brazos de tu madre jamás se habían sentido tan cálidos como cuando te rodearon frente a la mesa de piedra de Dragonstone, incluso con Daemon acariciando tu cabeza en un incómodo intento de expresar su cariño.
Por desgracia, incluso con tu familia allí, tu verdadera familia, Dragonstone tampoco se sentía como un hogar, teniendo un ambiente familiar demasiado íntimo al que no podías acoplarte correctamente después de tantos años, así que cuando llega la hora de pactar las alianzas, mientras Lucerys va a Stromlands y Jacaerys al Valle, te ofreces para tomar el viaje a las tierras norteñas para pactar con los Stark.
Y quizás la Red Keep y Dragonstone no se sintieron como un hogar, pero Cregan Stark lo hizo.
El gran joven lobo que no fue más que amable desde tu llegada, guardando cautela sobre los temas a discutir sin dejar de ser nada más que hospitalario contigo. El norte era frío, pero los corazones de sus habitaciones era cálido, todos compartieron una extraña camaradería a la que no te costó integrarte, disfrutando de las cenas ruidosas e informales en las que abundaron las carcajadas y un tipo de amabilidad y transparencia que jamás se había presentado en el sur.
Contrario a lo que habías conocido, querer amar a Cregan se sentía revitalizante. Sus charlas fluían sin esfuerzo hasta que los anhelos de cualquier simple roce llegaron sin dificultad junto con las miradas de sutil de deseo. Las cacerías a las que te dejó unirte daban paso a los comentarios bromistas sobre como podías montar una enorme bestia en los aires sin ningún problema mientras que necesitabas un banquito y algo de ayuda para subirte a un simple caballo, aferrándote a las riendas con temor. Incluso las tardes donde Rickon pataleaba, en un poco usual berrinche, para que seas tu quien lo lleves a su hora de la siesta, disfrutando de las canciones valyrias que tenías para él. Acciones que no pasaron inadvertidas para Cregan, quien además de ser un hombre con deseos, seguía teniendo las preocupaciones de un padre para su único hijo de apenas dos años.
No habías pasado más de tres lunas en Winterfell cuando Cregan decidió que moriría si no te tenía en su hogar, a su lado como su esposa y la dama de Winterfell, a lo que aceptaste sin prisa, ambos de acuerdo en disfrazar la repentina unión como una especie de acuerdo para dar sus hombres a favor de la reina negra. Ambos bajo el arciano del bosque de dioses, sellando sus votos luego de que el pusiera su capa en tus hombros, pocos días después de que un maestre avalara la anulación de tu matrimonio con Aemond, puesto que había sido en el Sept bajo la luz de los siete y no en una tradicional boda valyria, fue algo simple de hacer.
Tu primera boda había sido un calvario, pero la celebración de la segunda fue la cosa más hermosa que jamás hayas tenido, incluso teniendo a tu pequeño hijastro cantando una, terriblemente tierna y mal pronunciada canción de las que te había escuchado cantarle a la que aplaudiste con todo el cariño del mundo.
Las bromas crueles a costa tuya ahora fueron chistes bien intencionados de los que era fácil reír y que eran cómodos de compartir.
El miedo y el dolor de las noches en las que Aemond te tomaba, cambiaron al ardiente deseo y placer que quema por donde sea que Cregan te acariciara, ambos casi arrancandose las capas de ropa cada vez, compartiendo pequeñas risitas cada que los pesados abrigos y múltiples correas de tu esposo eran más trabajosos de quitar para ti.
Los recuerdos de los empujones duros de tu anterior esposo mientras te tomaba de espaldas fueron borrados por el cuerpo de Cregan alzándose sobre el tuyo mientras te mantenía de frente a él a la hora de hacerte el amor, siempre dejándote tener un cierto grado de control para que te sintieras cómoda. Siempre murmurando frases dulces en medio de los besos que compartían sin importar el ritmo que llevarán.
Y las sabanas de fría seda fueron reemplazadas por pieles calientes en las que ya no estabas sola durante las noches en las que tenías el cuerpo de tu señor marido protegiendo el tuyo entre sus fuertes brazos durante las horas de sueño.
Aún había que notificarle a tu madre sobre todo el asunto del matrimonio y avisar que Cregan había dado un gran número de hombres para sus filas, sabiendo que ahora tienes un deber hacia ella como reina detrás del hecho de ser su hija...pero te preocupara por eso solo un poco más tarde.
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ya sé que esas fotitos que hago me quedan bien cuyeyas, humildemente enfoquense en el o.s nomas 😭
(recuerdo haber reblogueado a la cuenta que creo el separador que estoy usando, pero si se saben el user para que la pueda mencionar se los agradecería)
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soft-pxachy · 8 months
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⤷ ❝hands on❞ — jjk (s.m)
➤ Pareja: jungkook!tatuado x lectora!fem
➤ Recuento de palabras: 7.2k palabras
➤ Género: compañeros de clase, smut y obscenidad.
➤Resumen: Cuando conociste a tu compañero de proyecto nunca te imaginaste terminar babeando y obsesionada por sus manos y por un bocado de él, en un esfuerzo por aliviar algo del estrés decides alimentar tus sucias fantasías con algunos textos y mensajes inocentes sobre Jungkook con tu mejor amiga, detallando, explícitamente, lo que quieres que esas grandes y jodidas manos te hagan, hasta que un día le envías por error unos de esos mensajes a Jungkook, y es ahí cuando él decide cumplir todos tus deseos al pie de la letra.
➤ Advertencias: 18+ | lenguaje maduro y explícito | lenguaje vulgar y obsceno | sobreestimulación | las manos de Jungkook (sí, es una advertencia) | sexting | masturbación | charla sucia | tensión sexual | halagos durante el sexo | sexo oral (r. mujer) | juego y estimulación del clítoris | un poco de insultos | bofetadas en los pechos | chupar pezones | la lectora está atada de manos a una silla | follar con los dedos | jalar el cabello | nalgadas | bromas juguetonas durante el sexo | sexo duro | sexo con protección | JK ama tus tetas y juega con ellas (mucho) es dulce pero también engreído | Jungkook tiene un gran pene! 
➤Si no eres mayor de 18 años, POR FAVOR, no leas. Si lo haces es bajo tu propia responsabilidad, ten en cuenta las advertencias. 
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♥︎ softpxachy's
⤷ masterlist ♡ taglist ♡ instagram
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Esto es malo.
—¿Crees que realmente revisará y contará todas nuestras fuentes? —Jungkook preguntó pero yo no podía escuchar nada de lo que decía.
Esto es realmente malo.    
—Solo tengo diez, pero miré documentos de la época medieval y aún así no encuentro más…
Sus dedos se abrieron paso a través de esos largos mechones negros de su cabello con frustración y sus ojos se cruzaron con los míos por unos segundos.
Esto es jodidamente malo.
—No mucha gente ha escrito sobre este tema en específico y nos estamos quedando sin información…
Jungkook tomó distraídamente su lápiz mientras seguía hablando y mi pulso se aceleró por el pánico creciente en mi cuerpo.
No, por favor no, el lápiz no…
Lo hizo girar hábilmente sobre sus nudillos, moviendo su muñeca casualmente para que crujiera con un pequeño estallido agudo.
Y luego; apretó los puños. Duro. Si, este es el final para mí.
—¡Agua! — casi grité mientras saltaba bruscamente de mi asiento, los papeles de nuestra investigación se deslizaron en todas direcciones y la mirada sorprendida de Jungkook se lanzó hacia mí.
—¿Estás bien? —Jungkook me preguntó sin dejar de mirarme y yo traté de relajar mis nervios.
—Sí. Oh, sí. Solo tengo... sed. —respondí formando una sonrisa forzada, y esas fueron las palabras más verdaderas que jamás había dicho.
Mi dulce, amable y jodidamente sexy compañero de proyecto sonrió; felizmente inconsciente de todas las formas en que lo profanaba mentalmente.
—La cocina está a la vuelta de la esquina, si no tienes problemas en ir sola en lo que investigo más sobre nuestro tema. —Jungkook habló con calma sin borrar su bonita sonrisa y yo solo pude asentir rígidamente antes de desaparecer por el pasillo.
Y unos momentos después, en la relativa privacidad de la cocina de Jungkook, apoyé ambas palmas de mis manos sobre la mesa y traté de respirar correctamente antes de gruñir por lo bajo.
Dios, soy una desgracia.
No siempre había sido así. Todavía podía recordar una época (hace 3 semanas exactamente) en la que era una persona normal, lejos de ser una completa exhibicionista.
Mi carrera era mi prioridad justo ahora, estaba a punto de titularme y debía esforzarme el doble si quería terminar mi último año sin problemas y poder obtener un trabajo decente, tenía todo planeado, nada se me salía de control, sabía lo que quería y lo que tenía que hacer para conseguirlo, tenía toda mi vida organizada y estable.
Hasta que Jeon Jungkook envolvió sus gloriosas manos alrededor de mi piso de cotidianidad y aburrimiento y me sacó de ahí.
A primera vista, Jungkook no representaba una verdadera amenaza. Sí, era hermoso, no estaba ciega, estaba bien formado y era abrumadoramente educado, pero no era una novata inexperta en eso, el salir un par de veces con Park Jimin me habían dejado en claro que había llegado a un nivel superior de belleza con él.
O eso pensaba.
Tal vez era su costumbre de usar mangas holgadas que colgaban sueltas sobre sus brazos hasta que solo se veía el más mínimo indicio de las yemas de sus dedos, pero mi impresión inicial de Jungkook no fue cuando ingresó de último a clase de arte, eso habría sido inolvidable. Más bien fue hasta que el Dr. Kim anunció a los compañeros de tesis que había descubierto mi error fatal.
—Trabajarás con Jeon Jungkook. 
Y ahí los dos nos miramos el uno al otro a través de la pequeña sala de conferencias e intercambiamos amistosos asentimientos, y después de finalizar la clase, mi nuevo compañero se dirigió a mi escritorio.
—Hola, déjame darte mi número, envíame un mensaje de texto con tu disponibilidad y puedo reservar tiempo en la biblioteca para nosotros.
Y entonces sucedió.
Jungkook se arremangó las mangas de su camisa y mi cerebro sufrió un cortocircuito.
Santa mierda.
Sus manos eran obscenas. NSFW. Básicamente pornográficas.
Sus dedos eran largos y con un toque suave en cada nudillo, uñas bien redondeadas y palmas anchas con un toque de venas que subían por sus brazos hermosamente.
—¿Está bien? —preguntó pero su voz solo se escuchaba de fondo mientras yo seguía observando sus manos sin descaro alguno.
Los diseños hábilmente tatuados en su piel sobresalían de su mano derecha y se entrelazaban con su muñeca y su antebrazo, no podía ver más allá de lo que me permitía la manga de su camisa pero estaba segura que todo su brazo estaba tatuado, y juré que moría por pasar mi lengua por cada trazo en su piel.
—A menos que no te sientas cómoda…— volvió a hablar y casi estuve a punto de decirle que se callara para seguir observando sus manos como tanto quería.
Esos anillos; uno en el meñique y otros dos más en sus dedos índices y… el pulgar, Dios, tragué saliva al imaginarme de rodillas frente a él mientras Jungkook me obligaba a chupar su pulgar como si fuera su polla, preparándome antes de…
—Quiero decir, así no tienes que darme tu número, como sea, escríbeme y nos ponemos de acuerdo.
¿Esas eran pulseras de cadena? ¿Quién era este hombre? ¿Quién era yo? ¿Cuál era mi nombre? ¿Qué tan profundo podrían esos dedos deslizarse en mi...?
¿Por qué se está alejando?
—¡Oh, joder! ¡Espera, Jungkook..!
Y realmente todo se había ido cuesta abajo desde allí.
Sus manos eran solo una droga de entrada al resto de todo lo que era Jungkook. Cada detalle que había ignorado sin esfuerzo ahora fluía repentinamente a través de mi conciencia en alta definición.
Su olor era algo deliciosamente masculino con un toque de vainilla que me dejaba aturdida cada que estaba cerca de él, los suaves rizos de su cabello colgaban románticamente sobre los perfectos rasgos de su rostro y ojos, y ese pecho tan ancho, firme, lamible.
Jungkook era un plato completo. Y yo me estaba muriendo de hambre.
No era un secreto que mi libido había estado encarcelado durante demasiado tiempo por todas las horas extra de trabajo y clases que me exigía a mí misma, y ahora solo se había vuelto completamente salvaje, rasgando mi cuerpo cada que tenía alguna sesión de estudio con Jungkook.
Había logrado milagrosamente compensar el mal funcionamiento inicial en el que prácticamente había babeado sobre sus manos en lugar de darle mi número y establecimos un horario de trabajo, pero en realidad, las reuniones con mi compañero se convirtieron rápidamente en un ejercicio diario de incontrolable sed de deseo.
Y era necesario tomar medidas.
No iba a dejar que Jeon Jungkook y sus gloriosas y varoniles manos destruyeran años de arduo trabajo casi autoimpuesto.
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—Necesitas una salida.
La voz de mi amiga Jungyeon interrumpió otro de mis sueños de clasificación porno que tenía sobre Jungkook; en el que me daba una palmada en los muslos en el parque público en el que estábamos.
—¿Qué tipo de salida? —pregunté en medio de un suspiro de tristeza; mirando mis muslos y viendo la notable falta de la mano de Jungkook antes de arrugar mi nariz al tener una sospecha de cuál era la solución que Jungyeon ofrecería.— Por favor, dime que no vas a sugerir una noche sudorosa con algún tipo sucio del bar al que vas cada viernes.
Jungyeon puso los ojos en blanco y me dio un golpecito en la frente.
—No princesa, estaba pensando en una salida más creativa. Como... escribir.
—¿Quieres que empiece a escribir poemas calientes?
—Se le dice literatura erótica.— Jungyeon me corrigió en tono de burla y ahora fue mi turno de rodar los ojos.— Pero como sea; tu pequeño y sucio secreto podría traer mucha alegría al mundo, específicamente a mi mundo.
—Debes estar bromeando. —respondí casi a punto de echarme a reír ante su sugerencia.
—Por supuesto que no estoy bromeando, en lugar de pasarme horas buscando combustible de fantasía en esos blogs usaré tus fantasías como combustible. —Jungyeon explicó con calma como si fuera la solución a todos sus problemas .—Solo envíame un mensaje de texto cuando tengas otra de tus fantasías y podrás estar más tranquila y yo disfrutar un poco, será como un servicio de suscripción sucio.
—Estás loca.
—Soy una genio.
Pero dejando de lado la falta de límites y tacto de Jungyeon, ella era, de hecho, literalmente una genio, porque todo lo que necesité fue intoxicarme de Jungkook durante nuestra próxima sesión de lluvia de ideas que yo ya me estaba escondiendo en el baño para escribirle mi primera fantasía.
Yo: Quiero que Jeon Jungkook envuelva sus manos alrededor de la parte de atrás de mi cuello y presione mi cara contra la mesa mientras me folla con fuerza hasta que esté gritando.
Jungyeon: Definitivamente soy una genio. ¿Te sientes mejor?
Yo: Sí, un poquito.
Y así comenzaron varias semanas de lo que cariñosamente llamaba "porno kookie".
Algunos eran bastante explícitos:
Yo: “Quiero que Jeon Jungkook arranque mis bragas empapadas y mueva mi clítoris desnudo en sus gruesos muslos hasta que sus jeans estén mojados con mi orgasmo.”
Otros eran de naturaleza más filosófica:
Yo: “Si muero antes de lamer el sudor de los abdominales de Jeon Jungkook, ¿realmente viví?”
Y algunos otros fueron extrañamente específicos:
Yo: “Quiero pasar mi lengua por cada vena de las manos y antebrazos de Jeon Jungkook mientras lame y muerde mis tetas.”
Jungyeon estaba viviendo su mejor vida por supuesto y esperaba con alegría mis reuniones de estudio con Jungkook para poder tener más “kookies".
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Los textos, sin embargo, no eran más que una curita en la herida de bala que tenía. No eran suficientes.
Cada vez que Jungkook me sonreía o me miraba con esa expresión suave y brillante, o decía algo extremadamente inteligente; el latido insistente en mi entrepierna se intensificaba cada vez más hasta que me veía obligada a buscar un alivio inmediato cuando realmente tenía que hacerlo. Frotando mi entrepierna sutilmente contra el respaldo de su sofá cuando Jungkook iba al baño después de que usara la parte inferior de su camisa para limpiar algunas gotas de agua en la mesa; casi asesinándome con un destello de sus abdominales bien marcados por unos segundos.
Pero la peor parte de todo era que sabía muy bien que mi fijación hacia Jungkook no era simplemente sexual. Cuanto más lo disfrutaba genuinamente como persona, menos efectivos se volvían mis espeluznantes textos.
Y ahora aquí estaba: escondida en su cocina con el calor y la humedad pegándose incómodamente entre mis piernas y sin ningún tipo de alivio a la vista. Gruñendo con irritación, saqué mi teléfono y me preparé mentalmente para servirle a Jungyeon un Kookie humeante recién salido del horno de mi imaginación.
Yo: Quiero que Jeon Jungkook me ate a la silla de su comedor. Quiero que rompa mi blusa por la mitad, me golpee las tetas y me chupe los pezones hasta que grite...
La fantasía en mi cabeza se construyó a un ritmo alarmante y mis dedos apenas podían seguir el ritmo de la suciedad que estaba imaginando.
Yo: Quiero que me suba la falda y frote mi clítoris a través de mis bragas empapadas hasta que esté gimiendo su nombre una y otra vez…
Yo: Quiero ver como mete sus dedos en mi coño mojado. Quiero que me incline hacia atrás y juegue con mi clítoris hasta que no pueda recordar quién soy.
Yo: Quiero que me parta por la mitad con su polla y me golpee el culo hasta que no pueda sentarme por días. Quiero ver como sus jodidas y sexys manos recorren todos los lugares de mi cuerpo caliente por él…
Me dolía el cuerpo. Estaba atormentada. Los textos que alguna vez habían sido una válvula de presión ahora estaban aumentando activamente la presión dentro de mi cuerpo. Estaba gimiendo de frustración, presioné el botón de enviar y volví a guardar el teléfono en mi bolsillo, lista para enfrentar una vez más la fuente de mi miseria cuando de repente...
Da-ding
El sonido de un celular a través del pasillo me regresó directamente a la realidad. Y yo conocía ese sonido.
Era el sonido que Jungkook había programado como alerta de mensajes para mi contacto, y ahora… ahora significaba el sonido de mi mundo derrumbándose por completo.
Con las manos temblorosas saque mi teléfono para confirmar la terrible verdad que muy en el fondo de mi ya sabía. No le había enviado un mensaje de texto a Jungyeon.
Le había enviado un mensaje de texto a Jungkook.
Por un momento, un momento increíblemente breve, consideré la idea de que él simplemente ignoraría el mensaje y continuaría con su búsqueda de información para nuestra tesis. Pero no fue así.
El jadeo débil pero insoportablemente claro llegó a la cocina. Fue el grito ahogado de un hombre que acababa de descubrir que su compañera de tesis quería que la "partiera por la mitad con su polla".
Debía correr. Huir a cualquier otro país y cambiar mi nombre. Mis ojos recorrieron frenéticamente el lugar que me rodeaba; buscando desesperadamente un medio de escape.
Había una sola ventana en toda la habitación, justo encima del fregadero, y estaba segura que si debía trepar por el fregadero para poder salir de aquí. Por supuesto que lo haría; saltaría directo a un tiburón si eso significara librarme de la cocina de máxima seguridad de Jungkook.
Tenía un pie sobre el fregadero y el otro colgaba precariamente en el aire a punto de arrastrarme a la salvación y huir de ahí justo antes de que dos manos grandes y fuertes rodearan mi cintura; tirando mi cuerpo hacia atrás de regreso a la cocina con un esfuerzo vergonzosamente pequeño.
El pequeño chillido de sorpresa que solté no fue nada al darme cuenta de que Jungkook me había arrojado cuidadosamente y con suma facilidad  sobre su hombro como un saco de harina mientras se alejaba conmigo en brazos de lo que había considerado como la única forma de salir viva de su casa.
Un quejido de indignación se me escapó cuando sentí mi trasero golpear la silla del comedor y traté de hacer todo lo posible para mantener mis ojos pegados a sus rodillas; estaba segura que sería incapaz de encontrar la mirada del alma inocente que muy probablemente había traumatizado de por vida.
Por un pequeño instante de silencio todo quedó extrañamente suspendido, no podía decir alguna palabra sin que la vergüenza se apoderara de mí después de que Jungkook hubiera descubierto mi sucio secreto acerca de él, y entonces sentí que dos de sus dedos se presionaban firmemente debajo de mi mandíbula; elevando mi rostro hacia él.
—Debo decir...—Jungkook murmuró arrastrando sus palabras pensativamente, dejando que su mirada intensa se posara sobre mi.— Que esto es algo sorprendente dada tu... historia.
Estaba cerca. Demasiado cerca. Lo suficientemente cerca como para que su aroma, esa mezcla familiar de vainilla me hiciera agua la boca.
Y definitivamente no se veía traumatizado. O inocente.
Tragué saliva al darme cuenta del hecho que el hombre frente a mi parecía más una estrella de rock empapada de sexo; con carisma puro envuelto en tatuajes y músculos sólidos.
—¿Oh? —balbuceé por lo bajo sin entender sus palabras y Jungkook solo me sonrió.
—¿Sorprendida? Eso es lindo viniendo de la mujer que quiere que yo…—alardeó con suficiencia en su voz antes de sacar su teléfono para comprobarlo.— La parta por la mitad con mi polla.
Y ahí estaba.
—Obviamente no quise enviarte eso... a ti. —murmuré por lo bajo sintiendo como la vergüenza subía por todo mi rostro.
—Oh, lo sabía incluso antes de que te atrapara queriendo saltar por la ventana. —Jungkook se rio entre dientes sin dejar de mirarme y yo solo me encogí en la silla.— Hablando de eso…
Su cuerpo se inclinó sobre el mío para tomar algo sobre la mesa y cuando regresó a su posición de antes mis ojos se abrieron al ver lo que era; una cuerda para saltar, la misma que había visto colgada en la pared cuando entré a la cocina y que ahora estaba enrollada sin apretar alrededor de su muñeca. Apenas tuve tiempo para procesar eso antes de verlo moverse hacia un lado y tomar mis manos hacia atrás contra el respaldo de la silla.
—¿Me estás… atando? —pregunté aún sin creerlo y jadeando por lo bajo al sentir un tirón fuerte con la cuerda en mis muñecas, fijando mi posición para que no pudiera moverme.
—¿No es lo que querías? —Jungkook susurró suavemente contra mi oído y su voz melosa y profunda me hizo temblar de forma vergonzosa. —Esta fue la solicitud que enviaste, ¿no es así? —agregó inclinándose para inspeccionar su obra y cuando estuvo satisfecho volvió a estar frente a mi. —Además no puedo permitir que intentes saltar por otra ventana, esto es realmente por tu propia seguridad.
Me sonrojé aún más al ver la sonrisita burlona que me regaló y abrí mis labios para decir algo, pero todo lo que salió fue una especie de sibilancia mientras Jungkook seguía mirándome con diversión engreída.
—¿Sabes que eres una especie de leyenda en la universidad? Te llaman la nena pura y casta. —Jungkook comenzó a hablar y no pude evitar rodar mis ojos ante sus palabras.
—Y se preguntan por qué nunca me acostaré con ellos. —farfullé con amargura siendo muy consciente de lo que se decía de mí y eso solo hizo que Jungkook riera por lo bajo mientras le daba un considerable repaso a todo mi cuerpo a su merced. —Sabes que no puedes andar atando mujeres a sillas contra su…
—¿Contra su voluntad? —Jungkook completó con una sonrisa diabólica adornando su perfecto rostro antes de inclinarse y quedar frente a mí, cara a cara. —Supongo que es bueno que tenga tu permiso por escrito aquí mismo.
Sentí mi respiración atascarse en mi garganta al escucharlo hablar, Jungkook me dio un rápido vistazo antes de enterrar su rostro en mi cuello y su aliento cálido aliento me hizo cosquillas en la piel segundos antes de sentir sus bonitos labios besar mi cuello con hambre, ahogué un gemido por la forma en que su lengua se deslizaba por toda mi piel; marcándola con intensas lamidas y pequeñas mordiditas, y cuando se alejó de mí no pude evitar lloriquear en silencio.
—¿Por qué no me lo lees, hmm? —Jungkook pidió elevando su teléfono a la altura de mi rostro.
—Yo no, no puedo…—balbuceé sintiendo como la vergüenza inicial regresaba a mí y respiré entrecortado cuando Jungkook pasó su pulgar por mi labio inferior lentamente; obligándome a mirarlo.
—Hazlo. —Me ordenó con su voz más dura de lo que esperaba.
El áspero timbre de su orden disparó una chispa caliente de placer directamente al centro de mis piernas, y juré que nunca había estado tan nerviosa como ahora, había algo en su mirada, algo que me hacía querer obedecerlo en todo lo que me pidiera, y así lo hice.
—Yo... quiero que Jeon Jungkook…. —comencé leyendo el texto y mi respiración se detuvo cuando el calor de su mano libre se deslizó sobre mi torso. —Me ate a su silla del comedor.
—Listo. —Afirmó en un susurro dejando que sus dedos delinearan las correas alrededor de mis muñecas.— Continua.
—Quiero que rompa, oh Dios… —balbuceé con la respiración agitada al sentir sus dedos deslizándose por mi pecho haciendo que cada palabra que decía se escuchara rota. —Quiero que rompa mi blusa por la mitad, golpeé mis tetas y…
No pude seguir leyendo más porque la mano pecadora de Jungkook se enganchó en el cuello de mi blusa; tirando con fuerza hacia los lados y rompiendo la tela, haciendo que los botones volaran en todas direcciones y que mi piel se estremeciera al sentir el aire fresco colándose por todo mi pecho.
—Me vuelves jodidamente loco… —Jungkook murmuró con una voz tan sensual y ronca mientras sentía sus ojos posarse en mis senos que subían y bajaban con cada profunda respiración que daba, lo vi relamerse sus bonitos labios al notar el sujetador de encaje negro que me había puesto hoy solo porque todos los demás estaban sucios.
Sus manos eran dulces cielos ardientes mientras se acercaban para palmear mis pechos levemente uno por uno, y yo simplemente no pude evitar gemir en voz alta; arqueando mi espalda hacia adelante y hacia sus manos sin vergüenza. Mi dignidad ya había desaparecido hace mucho tiempo a este punto y no deseaba recuperarla por ahora.
—Por favor… —rogué por lo bajo antes de soltar un pequeño gemido cuando sus grandes manos amasaron mis senos con una presión perfecta, podía sentir el peso de sus anillos a través de la tela de mi sostén.
—Nunca pensé que podría hacer esto. —Jungkook habló mientras sus pulgares rozaban con brusquedad mis pezones; arrancándome un gemido involuntario y haciendo que tirara con fuerza de la cuerda en mis manos. —Deberías de ver lo bonita que te ves así… —continuó hablando en medio de un denso suspiro, y el calor de su aliento chocó contra mi pecho haciéndome remover en la silla mientras sus manos seguían amasando con fuerza mis senos. —Pero quiero que sepas que yo también tengo muchas ideas de lo que yo te quiero hacer.
Y tan pronto como dijo eso su boca ya se encontraba sobre mi pecho; dejando besos húmedos y calientes por encima de la tela en uno de mis senos, haciendo que arqueara mi espalda más a su boca y que el calor en mi entrepierna aumentara incontrolablemente.
Había pasado tanto tiempo y estaba tan sensible, demasiado sensible.
—¡J-Jungkook! —jadeé entrecortado al sentirlo mover su boca hacia mi otro pecho sin previo aviso, dándole la misma atención con su deliciosa boca hasta que estaba retorciéndome y apretando mis muslos juntos sobre la silla.
—¿Ansiosa, bebé? —Jungkook preguntó formando una sonrisita burlona aún en mi pecho y yo solo pude lanzarle una mirada desesperada; rogándole mudamente que me diera lo que tanto quería.
Jungkook sonrió al ver mi estado de necesidad y volví a gemir cuando tomó un nuevo bocado de mi seno en su boca, sus dientes mordisquearon mi pezón sin mucha fuerza por encima de la tela que solo envió una punzada aguda de dolor teñido de placer directamente a mi clítoris, a este punto mi interior ya estaba apretando alrededor de la nada.
—Suenas tan bonita, bebé… —Jungkook elogió gentilmente, dejando que sus labios calmaran mi pezón. —Déjame darte lo que quieres…
Solté un pequeño suspiro de alivio al escucharlo justo antes de que sus dedos se engancharan al borde de las copas de mi sujetador tirando con fuerza hacia abajo hasta que mis senos desnudos se derramaron por encima y lo escuché gruñir ante la vista.
—Joder… —Jungkook jadeó antes de estirar sus manos ahuecar mis senos; como si estuviera probando su peso en ellas, su mirada me devoraba con hambre y ya podía sentir mis bragas empapadas bajo sus atenciones.
No hubo pensamientos más allá de ese segundo, mi deseo era desesperado en este momento, necesitaba más de su toque, más de él, lo necesitaba, lo anhelaba tanto que sentía que podía quedarme sin aliento, empujándome hacia él como una gatita necesitada, hasta que…
Slap.
Jadeé de placer por lo bajo cuando su palma se conectó contra mi piel, golpeando bruscamente un lado de mis senos.
—¿Es esto lo que querías, bebé? —Jungkook preguntó encontrando mis ojos llorosos antes de sonreír al ver mi estado y dar otro rotundo golpe justo del otro lado.
Mi boca se abrió de golpe al sentir mi piel arder, pero no surgió ningún sonido, salvo mis suaves y ahogados jadeos de placer, podía sentir como mis bragas empapadas se pegaban a mi entrepierna con cada impacto exquisito que recibía en mi piel ardiente.
—¿Quieres que marque estas tetas perfectas? —Jungkook volvió a preguntar solo ganándose un asentimiento desesperado de mi parte acompañado de un nuevo gemido cuando volvió a golpearme, y un gruñido primitivo retumbó en lo profundo de su pecho mientras los veía rebotar, completamente hipnotizado.
Jadeé cuando uno de sus dedos comenzó a acariciar alrededor de mi pezón adolorido, calmando mi piel rojiza con tiernas caricias en todo mi seno y cuando menos me di cuenta sus bonitos labios estaban en la misma zona; plantando pequeños besitos y erizando todo mi cuerpo una vez más.
—Debo haberte imaginado así mil veces… —susurró por lo bajo con su boca aún pegada a mi pecho solo para completar. —Y aún así nada se le acerca a lo jodidamente sexy que eres…
Sus ojos se lanzaron para encontrarse con los míos antes de sacar su lengua para lamer la punta hinchada de mi pezón una y otra vez, mi pecho se agitó ante la deliciosa sensación y gimoteé con fuerza cuando se metió todo mi seno a la boca; la obscena imagen de Jungkook chupando con hambre mi pecho mientras su mano grande y pecaminosa apretaba el otro era sacada directamente de mis fantasías más oscuras, y sabía que podía correrme con la simple vista.
Jungkook era implacable, mi cuerpo se inclinó hacia atrás contra las ataduras en mis muñecas al sentir como sus manos bajaban por mi cuerpo, acariciando cada porción de piel que tenía a su disposición con casi adoración mientras mi coño se apretaba desesperadamente alrededor de la nada.
—Jungkook, por favor yo… —sollocé por lo bajo antes de ser interrumpida cuando me tomó por mi barbilla con firmeza, su rostro de porcelana y sus rosados labios estaban a escasos centímetros de mí y tuve que reprimir la necesidad de lanzarme a besarlo.
—¿Y ahora qué, cariño? ¿Qué más quieres? —preguntó sobre mis labios, su voz era suave e indulgente, parecía dispuesto a querer complacerme en cualquier cosa, y yo jadeé de solo pensarlo. 
—Yo… necesito tus manos… —rogué sintiendo mis mejillas arder al pedirle aquello, pero él solo me sonrió.
—¿Dónde las necesitas, mhm? —Jungkook instigó acariciando burlonamente mis piernas desnudas haciéndome temblar en mi lugar, sus ojos oscuros estaban observando cada expresión que hacía mientras me tocaba suavemente.
—Más arriba… —balbuceé a medias moviendo de a poco mis caderas hacia él, desesperada por sentirlas donde más lo necesitaba, pero él era un burlón y solo las deslizó una o dos pulgadas más.— Jungkook…
—Dime. —Susurró contra mis labios con su voz ronca y grave antes de robarme un pequeño y casi imperceptible beso que me dejó queriendo más. —Dime dónde quieres mis manos, cariño.
—Por favor, por favor, quiero tus manos en mi coño… —rogué en medio de jadeos desesperados inclinándome para poder besarlo de nuevo y solo recibiendo una sonrisa llena de lujuria de su parte.
—Buena niña. —Elogió con un tono meloso justo antes de acortar la distancia que nos separaba y besarme con dureza.
Apenas y podía seguirle el ritmo a su demandante beso, sus labios sabían delicioso y chocaban contra los míos con firmeza y hambre una y otra vez, una especie de ronroneo se derritió a través de su garganta cuando nuestras lenguas se encontraron para jugar entre ellas, haciéndome tirar de la cuerda detrás de mí para poder besarlo con más fuerza, su aroma varonil se me pegaba como perfume en todo mi cuerpo e inundaba todos mis pensamientos, de repente un gemido salió de mi boca rompiendo nuestro húmedo beso ganándome un leve mordisco en mi labio inferior cuando mi cuerpo tembló al sentir sus dedos frotando suavemente sobre mis bragas, forzando mis piernas a abrirse para que pudiera seguir tocándome, y yo, obedientemente lo hice.
—Mmh, estás tan mojada, bebé… —Jungkook se maravilló mirándome a los ojos; sonriendo con lujuria mientras su mano seguía frotando pequeños círculos sobre la mancha de humedad en mis bragas, ganándose un gemido desesperado de mi parte. —¿Es todo para mí?
Asentí con la cabeza frenéticamente sin poder articular alguna palabra justo antes de ver como el rostro de Jungkook se endurecía en desaprobación mientras chasqueaba su lengua, sus dedos presionaron con dureza directamente en mi clítoris, y el impacto del placer hizo que mi cuerpo se tambaleara hacia atrás con tanta fuerza que la silla raspó el suelo.
—No puedo escucharte, cariño. —Jungkook demandó ralentizando sus movimientos en mi entrepierna, claramente dispuesto a que le diera una respuesta.
—S-sí… —sollocé incoherentemente tirando con fuerza de la cuerda y moviendo mis caderas hacia sus dedos; desesperada porque me tocara más. —Es todo para ti, Kook…
Jungkook me recompensó con una sonrisa radiante antes de verlo moverse hacia abajo por mi cuerpo y depositar un húmedo beso en mi abdomen antes de abrir más mis piernas con sus manos, y lo escuché gruñir por lo bajo cuando pudo ver lo mojada que estaba realmente.
—Que linda… —tarareó para sí mismo mientras deslizaba un dedo justo por la mitad de mi coño vestido; hundiendo la tela entre mis pliegues hinchados y arrancándome un jadeo desesperado.
Lo vi lamer ligeramente la piel de mi abdomen como si fuera un gatito al mismo tiempo que apartaba la tela húmeda de mis bragas hacia un lado para que sus dedos se deslizaran por completo entre mis pliegues resbaladizos; haciéndome gemir con fuerza y recogiendo la humedad cremosa de alrededor con sus largos dedos.
—Entonces supongo que no te importará si pruebo un poco… —Jungkook habló haciendo contacto visual conmigo, observándome expandirme en lujuria cuando colocó sus dedos dentro de su boca, chupándolos seductoramente y gruñendo por lo bajo ante mi sabor mientras me veía morderme el labio con total necesidad.
Y sacó sus dedos con un chasquido de saliva, estaba completamente segura que este hombre me iba a volver loca.
—Sabes tan delicioso… —ronroneó justo antes de hundir su rostro entre mis piernas, jadeé de sorpresa al sentir sus labios envolver mi entrepierna goteante y medio vestida antes de sentirlo cubrir rápidamente la zona con besos profundos con la boca abierta, la sensación era tan extraña y deliciosa que mis caderas empezaron a temblar por la intensidad, pero sus manos me sostenían por mis pantorrillas; obligándome a soportar el placer que me estaba dando hasta que el vacío en mi coño se volvió realmente insoportable.
—¡Ah! Dios, no puedo... yo... —gimoteé negando con mi cabeza sintiendo como Jungkook me daba las últimas lamidas a mis bragas empapadas justo antes de quitármelas por completo. —Mi falda, quítame la falda, quiero...
Jungkook se echó hacia atrás, inclinando la cabeza expectante al no entender lo que quería.— ¿Oh?
Sentí que mis mejillas comenzaban a calentarse una vez más, pero en este punto ya nada se interpondría en la realización de mi fantasía, no cuando ya estaba atada con las piernas abiertas y las tetas afuera.
—Quiero ver tus manos. Cuando tú... quiero verlas en mí…— Pedí en un tono necesitado sin dejar de mirarlo.
Por su semblante pude notar como si algo en su mente hubiera hecho clic y estuviera entendiendo todo; su vista se movió de sus manos a mi rostro sonrojado y de nuevo a sus manos, su sonrisita burlona se ensanchó aún más al darse cuenta de mi pequeño fetiche con sus manos y como si estuviera recordando el mensaje que llegó a su teléfono.
“Quiero ver como sus jodidas y sexys manos recorren todos los lugares de mi cuerpo caliente por él.”
—Ya veo… —resopló suavemente y luego sus palmas golpearon mis muslos haciéndome jadear y a él reír por lo bajo. —Cualquier cosa para ti, cariño.
Ni siquiera pude entender lo rápido que Jungkook me había quitado mi falda, porque de un momento a otro ya se encontraba amontonada alrededor de mis tobillos; dejándome completamente desnuda a él, su mirada oscura rápidamente regresó a mi coño reluciente y lo vi relamerse los labios ante la vista que tenía.
—Mira este hermoso coño, bebé… —Jungkook tarareó, pasando su pulgar sobre mis pliegues hinchados y resbaladizos, evitando cuidadosamente mi clítoris necesitado, juré que podía morir ahí mismo cuando deslizó su dedo índice dentro de mí, hasta el nudillo, el acero frío de su anillo hizo contacto con mi piel sensible y gemí con fuerza apretando su dedo en mi interior.
Había pasado tanto tiempo desde que algo que no eran mis propios dígitos inadecuados habían estado dentro de mí de esta manera. La sensación era tan diferente y tan deliciosa, y si lo combinaba con la vista erótica de su mano venosa y tatuada presionada lascivamente contra mi coño era como una inyección de puro deseo potenciado burbujeando en mi interior.
—Tu coño está tan apretado… —Jungkook siseó, moviendo lentamente su dedo dentro y fuera de mi antes de agregar un segundo dígito; haciéndome gemir ante el estiramiento. —¿Cómo tomarás mi polla si estás tan apretada, cariño? ¿Cómo lo harás si tu pequeño coño apenas puede manejar dos de mis dedos, eh?
Jungkook hablando de esa forma tan sucia me puso aún más caliente de lo que ya estaba y simplemente no podía apartar la mirada de entre mis piernas, la visión de sus dedos desapareciendo una y otra vez dentro de mí sólo para reaparecer cubiertos de mi humedad me hacía jadear, el sonido lascivo y húmedo alrededor de su mano con cada embestida que daba solo hacia que mi cuerpo se retorciera contra la silla, gimiendo erráticamente mientras la sensación de placer continuaba creciendo dentro de mí, me estaba acercando al borde y él lo sabía. Su mano libre me sujetó por el cuello con la cantidad perfecta de presión para mantener mi mirada enfocada en el lugar donde sus dedos me estaban follando.
—¿Quieres correrte en mis dedos, bebé? —Jungkook preguntó y soltó una risita oscura ante un gemido particularmente fuerte que me dejó cuando su pulgar comenzó a frotar mi sensible clítoris, y todo mi cuerpo se sacudió con fuerza.
—Sí, sí, por favor… —jadeé desesperada moviendo mis caderas lo más que podía hacia su mano; haciendo que sus dedos se hundieran más dentro de mí, sus labios se envolvieron una vez más en mi entrepierna comenzando a chupar mi clítoris al mismo tiempo que sus dedos encontraban ese punto dulce en mi interior, rozándolo suavemente.— ¡J-Jungkook!
Estaba llorando su nombre a este punto, siendo incapaz de poder escapar del abrumante placer que me inundaba, sentí a Jungkook succionar mi clítoris y golpear mi coño con sus dedos sin piedad hasta el momento en el que simplemente me rompí. Mi boca se abrió en un grito silencioso mientras ola tras ola de exquisito placer corría por mi cuerpo una y otra vez, Jungkook susurró sucios elogios contra mi coño tembloroso mientras lamía con hambre mi orgasmo como si se tratara de un néctar de la fuente más dulce.
Solté un sollozo de sensibilidad y Jungkook se apartó de mí, poniéndose de pie entre mis piernas temblorosas antes de tomarme por el cuello e inclinarse para besarme con dureza, sus labios se estrellaron con los míos de forma desenfrenada y yo gustosa lo acepté, estaba tan caliente, y sabía que necesitaba más de él, mucho más.
—Lo juro… —murmuró cuando nos separamos y yo no pude evitar hundir mi rostro en su cuello, comenzando a besar su mandíbula afilada. —Hubo días en que pensé que moriría si no podía tenerte.
—Tómame, entonces… —rogué por lo bajo, mordisqueando levemente su cuello y ganándome un suspiro tembloroso de Jungkook, como si quisiera controlarse un poco.
Casi chillé cuando se alejó de mí para mirarme desde arriba, sus ojos quemaban agujeros en mi cuerpo desnudo, caliente, cubierto de sudor y aún atado a la silla, lo vi relamerse sus bonitos labios y formar una sonrisa arrogante mientras tomaba mi cabello desordenado en su mano con dureza para guiarme hacia su pelvis; solté un gemido cuando movió mi cabeza de lado a lado y cuando mis labios chocaron con brusquedad contra la tela áspera de su pantalón, justo sobre su dura erección.
—Mira lo duro que puso verte así… —Jungkook farfulló con diversión cuando mi lengua salió para intentar lamerlo aunque fuera por encima de la tela y él solo soltó una risita oscura al verme así antes de alejarme jalando mi cabello hacia atrás con fuerza.— Otro día podré sentir tu boquita en mi polla, ahora necesito follarte.
Y tan pronto como dijo eso soltó mi cabello para alejarse de mí y caminar hacia un cajón de la cocina; sacando un condón de él y regresar junto a mi mientras se quitaba la camisa por su cabeza, y yo pude haber babeado ahí mismo sin darme cuenta, joder, este hombre lo era todo, tiré con fuerza de la cuerda en mis manos queriendo poder tocar sus marcados abdominales y eso fue suficiente para que Jungkook soltara el nudo rápidamente y me hiciera ponerme de pie antes de girarme y colocar mi cuerpo con brusquedad sobre la mesa, con mis senos presionados contra la fría superficie.
Sentía mis brazos débiles y adoloridos por tenerlos tanto tiempo atados que cuando escuché a Jungkook bajar la cremallera de sus pantalones con urgencia giré mi rostro hacia atrás queriendo poder verlo, pero ni siquiera pude hacerlo cuando con su pie separó mis piernas; abriéndome para él mientras deslizaba el condón por todo lo largo de su pene en un rápido movimiento.
No podía respirar bien, aún sentía irreal que estuviera aquí, lista para ser follada por Jungkook y sin poder verlo por completo, todos mis sentidos estaban a mil, quería verlo, tocarlo, darle una buena mamada, pero todo eso se esfumó cuando lo sentí frotar la punta de su pene contra mi entrada un par de veces, cubriéndola con mi humedad antes de alinearse correctamente y empujar su pelvis hacia adelante; colando varios centímetros de golpe dentro de mí.
—¡Ah! ¡Jungkook! —me quejé al sentir como si una especie de rampa me hubiera partido por la mitad, había subestimado su tamaño, Jungkook era tan jodidamente grande, y tenía cada centímetro de él en mi interior, tratando de ajustarme a su grosor y lo podía sentir a la perfección palpitando dentro de mí.
—¿Te gusta, bebé? —Jungkook preguntó con su voz ronca y profunda, su densa respiración chocó contra mi nuca enviándome escalofríos por todo mi cuerpo mientras me sujetaba por mis caderas para salir y volver a introducirse en una embestida dura y profunda.— ¿Te gusta mi polla?
—Sí… —sollocé cerrando los ojos mientras lo sentía comenzar a marcar un ritmo más fuerte y constante, sentía mi humedad deslizarse por el interior de mis muslos, cubriendo su polla y haciendo que sus penetraciones fueran más deliciosas tocando lo más profundo de mi.— Me encanta, Jungkook…
Y ante eso recibí un audible gruñido de su parte contra mi oído, su pelvis chocaba con fuerza contra mi trasero, hundiendo su gruesa polla una y otra vez en mi coño, su agarre en mis caderas mantenía mi cuerpo firme contra la mesa justo antes de que la palma de su mano se estrellara contra un lado de mi trasero con fuerza; haciéndome gemir su nombre mientras recibía un nuevo golpe en el mismo lugar, y luego otro, y otro, y cuando menos me di cuenta mis ojos se llenaron de lágrimas ante la dureza de sus azotes y penetraciones.
Sentía la piel mi trasero arder con cada choque de su pelvis cada que volvía a hundirse dentro de mí, podía sentir todo mi cuerpo húmedo de sudor y flujo, solté un gemido particularmente fuerte cuando el ritmo de sus penetraciones se volvió brutal, los jadeos goteaban de mis labios sin que siquiera los pudiera controlar y todos mis pensamientos racionales se esfumaron cuando un fuerte y posesivo jalón en mi cabello me hizo levantarme de la mesa; Jungkook tiró de mi cabeza hacia atrás hasta que mi espalda chocó contra su firme pecho.
—Tu coño se siente tan bien, bebé… —Jungkook jadeó en mi cuello, su respiración agitada y caliente me hizo cosquillas en la piel y gemí fuerte cuando su gran mano tatuada se envolvió alrededor de mi cintura, manteniéndome al ras de su pecho mientras que la otra se aferraba a uno de mis senos; apretándolo con fuerza y haciendo rodar sus dedos sobre mi pezón endurecido y sensible.
—Jungkook… —gimoteé, incapaz de procesar nada más allá de las deliciosas sensaciones de su polla enterrándose en mi coño con cada embestida dura y profunda, tanto que ya podía sentir el nudo formándose en mi vientre cuando comenzó a golpear repetidamente en mi zona de placer.
—¿A quién le pertenece este lindo coño? —Jungkook gruñó posesivamente al mismo tiempo que sus embestidas se volvían más desordenadas, follándome con una fuerza sorprendente mientras mi orgasmo me esperaba ansioso en algún rincón.
—A ti… a ti te pertenece… —jadeé con fuerza aferrándome a sus manos, sintiéndome tan colapsada con todas las sensaciones de él, en cómo su polla me llenaba tan bien, en cómo su aliento cálido me hacía sentir increíblemente más húmeda, estaba tan cerca del borde.
—Buena niña, ¿Vas a correrte de nuevo para mí, cariño? —Jungkook me alentó mientras sus labios se unían a mi cuello para chupar mi piel sensible con hambre, dejando varias marcas rojizas por toda la zona y haciéndome asentir débilmente antes de que mi cuerpo temblara cuando sus dedos se hundieron en mis pliegues resbaladizos, encontrando mi clítoris para frotarlo furiosamente mientras sus penetraciones perdían ritmo.— Córrete en mi polla bebé, vamos, quiero sentirlo.
Un placer abrasador me atravesó en respuesta a su orden, mis piernas temblaron cuando mi orgasmo golpeó mi cuerpo borrando mis pensamientos y haciéndome gemir su nombre una y otra vez mientras mi interior se apretaba alrededor de su dura longitud, Jungkook gruñó y me sujetó con fuerza mientras seguía empujándose dentro de mí antes de dejarse ir con dos estocadas más, la última hasta me dolió, pero era esa clase de dolor placentero por el que pasarías mil veces en la vida.
Estuvimos así por varios segundos o minutos apretados el uno con el otro, tratando de regular nuestras agitadas respiraciones, hasta que la voz de Jungkook rompió el denso silencio.
—Sabes lo que esto significa, ¿verdad, bebé? —musitó con calma pasando sus manos por mis caderas y cintura con calma.
—¿Qué significa? —pregunté girando levemente mi rostro hacia él y casi volví a gemir ante la erótica imagen de su frente cubierta de sudor y su cabello húmedo pegándose a los lados de su rostro mientras mordía su labio inferior con fuerza sin dejar de mirarme.
—Significa que es mejor que a partir de hoy todos esos mensajes sucios me lleguen directamente a mí. —aclaró formando una sensual sonrisa y yo no pude evitar sonreír también al escucharlo antes de volver a besarlo con pura necesidad.
Bueno, algunas cosas eran más importantes que nuestra dichosa investigación. 
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n/a: omg pupiss por fin estoy de regreso a mis andadas de escribir nsfw y eso me hace feli, gracias a todxs lxs que esperaron pacientemente mi regreso y que me siguieron hasta aquí, las amo demasiado ♡ para las personitas nuevas espero que les haya gustado esta historia, pronto seguiré publicando mas os que tengo por ahí guardados y que algunos de ellos ya conocen, gracias por todo y no duden en comentar lo que piensan ♡
taglist: @guvgguk @lessuwu @cometaart @AnnieKCV @darysnowflwr @nunubly @choco-linny
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deepinsideyourbeing · 4 months
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Podría ser que Enzo esté obsesionado con la tetas de reader y terminen haciendo una rusa?
No se si tu le dices así, m parece q se dice de diferente manera x todas partes pero x si acaso te dejo la definición sacada de Google :)
“Práctica sexual en la que el hombre desliza su pene entre los senos de la mujer”
Graxx
+18!
No es ningún secreto que tu novio está obsesionado con tu cuerpo. Cada que comienza a acariciarte se toma su tiempo, tentándote y torturándose mientras finge -como si le fuera posible ocultar los efectos que tenés sobre él- no estar más que desesperado por llevarte a la cama.
Sus intenciones eran más que obvias cuando te acorraló en la cocina, presionando su erección contra tu espalda y masajeando tus pechos con movimientos no tan suaves. Deslizó sus manos por debajo del suéter que llevabas puesto y comenzó a acariciarte hasta sentirte temblando bajo sus dedos.
No tardó demasiado en arrastrarte hacia la habitación y posicionarse sobre tu cuerpo, ignorando tus protestas tanto como la situación ardiente entre tus piernas. Luego de despojarte de tu ropa se dedicó a jugar con tus pechos por un largo rato, provocándote y haciéndote llorar cuando tiró de tus pezones.
Se deshizo de su pantalón y su ropa interior y volvió a aprisionarte contra el colchón luego de acomodar las almohadas bajo tu espalda. Creíste que sólo quería usar tu boca y fue por eso que te sorprendiste cuando dirigió su punta hacia tus pechos, manchándote con líquido preseminal y haciéndote gemir por su calor.
Ahora lo observás mientras humedece tu piel -ya empapada con su excitación- con lubricante y te ordena sostener con firmeza tus pechos para poder usarlos.
-Así- indica y obedecés-. Muy bien, sí, justo así.
Tus mejillas arden por sus palabras y él te sonríe mientras desliza su miembro entre tus pechos. Arroja la cabeza hacia atrás cuando la suavidad y calidez de tu piel lo reciben, primero abrazando su punta de un rojo furioso y luego el resto de su extensión.
Te sorprende la sensación y tus palabras cuando susurrás:
-Se siente bien.
-Muy bien- contesta con la voz entrecortada-. Me encantan tus tetitas, ¿sabías?
Respondés con un gemido involuntario y bajás la vista para concentrarte en la manera en que su punta y parte de su miembro se asoman entre tus pechos. Presionás con más fuerza, sin importarte el deje de dolor, haciéndolo gemir.
Sus dedos acarician tu mejilla y roza tu labio inferior con su pulgar antes de introducirlo en tu boca, ofreciéndote una especie de consuelo: succionás con fuerza y tu lengua juega con el dígito que ahoga tus gemidos, pero luego de unos pocos minutos Enzo te arrebata tal confort.
Reemplaza una de tus manos con la suya y utiliza la humedad de tu saliva para jugar con tu pezón despiadadamente, imitando los movimientos que normalmente dibuja sobre tu clítoris. Encontrás su mirada, que alterna entre tu rostro y el espectáculo desarrollándose debajo de él, y sabés por sus pupilas dilatadas que ya está saboreando su orgasmo.
Separás tus labios y enseñás tu lengua para comunicarle lo que querés, tu mueca logrando que los movimientos de su cadera sean aún más frenéticos y que sus jadeos se transformen en gemidos desvergonzados, los cuales sólo empeoran la humedad en tu centro.
Su semen caliente pinta la piel entre tus pechos y tu cuello, salpicando también tu mentón y tu lengua ansiosa por probarlo; un patético sonido deja tu garganta pero él no logra oírlo, porque su respiración agitada es escandalosa y los latidos de su corazón inundan sus oídos.
Nueva necesidad desbloqueada 😔
taglist: @madame-fear @creative-heart @chiquititamia @llorented @recaltiente @delusionalgirlplace @lastflowrr ♡
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Llamar a la mujer el sexo débil es una calumnia, es la injusticia del hombre hacia la mujer. Si por fuerza se entiende la fuerza bruta, entonces, en verdad, la mujer es menos brutal que el hombre. Si por fuerza se entiende el poder moral, entonces la mujer es inmensamente superior.
(Mahatma Gandhi)
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Hombre… Recuerda que cuando eres semilla, es en el cuerpo de una mujer que germinas… Cuando naces llorando… es en los brazos de una mujer que te calmas… Cuando sientes hambre, es en los senos de una mujer que te sacias… Cuando intentas andar, es con el auxilio de una mujer que arriesgas los primeros pasos… Cuando comienzas hablar, es una mujer quien te enseña las primeras palabras… Cuando te preparas para enfrentar la vida, es una mujer quien te incentiva y te moldea el caracter… Cuando comienzas a despertar para el amor, es una mujer quien te hace soñar… Cuando sientes soledad, es una mujer a quien buscas para ser tu compañera a lo largo de la vida. Cuando te multiplicas… es una mujer quien da a luz tus hijos, dando continuidad a tu descendencia. ¿Cuando finalmente entenderas, que la mujer comparte con la naturaleza la creacion de la propia vida?… ¿Cuando finalmente entenderas que dependes de ella? ¡Respetala! ¡Amala! ¡Protegela¡
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Para denunciar y cierren su blog por IP, usen uso de discurso intolerante o bloqueo por spam.
Si tu blog es nombrado en los comentarios o respuesta de este usuario con @. Denuncia por acoso o spam. Este usuario es Johnny González, es un acosador, tiene tendencia a denigrar a otros blogs y su enfoque es únicamente en usuarias dentro de Tumblr. Usa varios métodos para acercarse a los blogs y buscar conversaciones “lascivas”.
Usa fotos de Aron Rochen Villena en las miniaturas.
También es el mismo usuario que envía anónimos en dónde se denigra a diferentes blogs dentro de Tumblr o se menciona así mismo como “Jhonny”. Particularmente este es el mismo comportamiento que ha tenido hacia otros blogs desde hace más de dos años, dónde se reporta y cierran sus blogs.
“Jhonny González”.
Usa diferentes blogs dentro de Tumblr para poder seguir a los blogs que lo bloquean.
Usa el spam anónimo para tratar de promover su blog y que parezca que tiene interacción con tan solo mirar la secuencia de palabras y términos podrán notar que es el mismo enviando preguntas anónimos así mismo.
Cuando se enfoca en una persona o blog lo hace con obsesión, recurriendo al chantaje, a la grosería y al spam para denigrar el blog.
Tiene un comportamiento quizás bipolar ya que en escritos ofrece disculpas, mensajes de arrepentimiento y luego tiene mensajes o escritos donde vuelve a denigrar a las personas con las que supuestamente se disculpa.
Se hace llamar johhny, Joao cuando escribe en portugués, Juan, J, rosa, Renata, y Camila.
Notarán que las fotos de algunos anónimos en el blog “todos-los-30” son descargadas y subidas por el mismo haciandolas pasar como si las hubieran enviado a él por DM.
Actualmente está denigrando a varias personas que tienen blogs personales.
Si eres víctima de esta persona no dudes en reportar.
@todos-los-30.tumblr.com es el blog del que se tiene seguridad es de este acosador de mujeres dentro de la red Tumblr. Cualquiera que también sepa cómo dar con el servicio ya sea de móvil o del servicio hogar que usa este usuario puede dejarmelo en un mensaje privado ya que se le hace seguimiento con autoridades regulares. Al tratarse de un acosador virtual se lleva tiempo para dar con su ubicación pero no es imposible.
PD: Supuestamente es de España.
@support
https://www.tumblr.com/abuse
En el enlace pueden interactuar.
Usen uso de discurso intolerante
Denuncia por acoso.
Contenido violento o intimidación.
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danielaochoa44 · 3 months
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Hola, soy yo, a este punto de nuestra historia considero un terrible error estarte escribiendo, ¿te lo mereces acaso? No lo sé, dime tú.
Fuiste un momento fugaz en mi vida, ¿acaso debería importar? A este punto de nuestra leve historia, te aseguro que no, pero ¿y que si a mi si me importo desde el primer momento en que te conocí?
Derrame mi confianza y mi anhelo ante una situación efímera y transitoria, la cual duraría menos de un mes. Pero ¿te importo? A este punto de nuestra historia, te aseguro que no.
¿Y que si por milésima vez volví a confiar en alguien que me lastimaría por milésima vez?
Mi amor es puro, verdadero, y estaba dispuesta a darte mi corazón, el cual sería para ti, detalle que olvidaste y jamás mereciste.
Ahora que puedo percatarme de la realidad, y de tantas palabras al aire que escuché acerca de ti, una cosa si te aseguro, yo jamás hubiera podido formar parte de tus historias y conquistas fallidas, las cuales me dejaste en claro que te hacían daño, y yo estuve ahí para ser testigo de tu falta de amor y cariño, la cual nunca obtuviste, incluso ni de pequeño, pero yo siempre quise permanecer cerca de ti, indudablemente, puedes decir, incluso si mis piezas se derrumbaban ante ti, estoy segura que hubiera hecho hasta lo imposible por volverlas a unir con tal de sacarte una sonrisa, y se que sabes que yo permanecí contigo, incluso en nuestro último y gran día de nuestra insignificante y pasajera historia, ¿no lo crees?
¿No crees que yo hubiera estado ahí para ti cada vez que tú seguridad se perdía junto con tu autoestima? La cual demostraste nunca tener, siempre te calificaste a ti mismo como alguien inseguro, lo cual me trajo tanta inseguridad y confusion a mi vida, pero recuerdo que tú me aseguraste que no había nadie mas, tú lo dijiste, y es ahora cuando veo que tú ego está aumentando, ¿que se supone que deba decir? ¿felicidades? ¿acaso crees que teniendo a dos mujeres al mismo tiempo, te hace ser un mejor hombre, o una persona mas segura de si misma, tal vez? Y todo esto, mientras tu decías y asegurabas quererme a mi, solo a mi; palabras vacías que jamás significaron mucho para mi, porque una parte de mi me decía: “no confíes en el”, créeme, ya tengo experiencia, incluso más que la tuya, los años hablan. Las acciones hablan, y no tuviste que hacer mucho como para el poder darme cuenta de que nuestra historia se arruinó en un abrir y cerrar de ojos, la cual yo persisti e imploré en hacerla subsistir, pero un amor real, considero que es de dos, no solo de uno. Todo o nada. Y en este caso, prefiero un nada contigo. Y que ironía, cuando yo lo único que quería era a ti, eras todo lo que quería, pero ya no más, no tienes ni el más mínimo sentido de el cómo querer a alguien realmente. ¿Que si me dolió alejarme de ti? Claro que si, pero debía hacerlo. Por mi bien, te deseo lo mejor. Me despido de ti, de tus errores ortográficos, de tus palabras vacías, de tu confusión y tu seguridad nula al momento en el que aseguraste querer a alguien que lo único que tú hiciste fue lastimar, porque te aseguro que, eso no es amor. Me despido de nuestra historia indurable y caduca, la cual solo consistió en un juego provisional para ti, del cual ahora, ya no jugare más.
-Dani.
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predicoperonopractico · 2 months
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Un jueves 16 de mayo se me ocurrió escribirle y rogar por su vuelta, un jueves 16 de mayo se me ocurrió humillarme una vez más para tratar de recuperarlo, un jueves 16 de mayo me bloqueo y desapareció para siempre de mi vida. Un jueves 16 de mayo tuve la crisis de ansiedad más grande que pude haber sentido porque sabía que no había una vuelta después de eso. Un jueves 16 de mayo comenzó el contacto 0, que se convirtió en el término definitivo de una relación de 6 años que ya había finalizado un 6 de febrero.
Ya son dos meses casi exactos de que comencé un camino lleno de depresión, ansiedad y oscuridad en mi vida, dos meses en los cuales he tenido que aprender a vivir con mi soledad, a desapegarme y a abrazarme. Tuve que darme ánimos de no sé dónde para poder comer de nuevo, para poder salir, me metí al gimnasio y quiero hacer algo con mi vida más que quedarme en el suelo de mi habitación sufriendo y preguntándome porque no pudieron ser diferentes las cosas.
A veces cometemos actos de los cuales no tomamos el peso de las consecuencias y al menos en mi caso, creí que el amor lo era todo en la pareja, pero no es así. Si, merezco el camino que estoy recorriendo, y lo abrazo con mucho dolor, solo podrá juzgarme dios, y creo que si él me quitó hoy, fue para hacerme entender que debo tomar cartas en el asunto con mi vida, entiendo que por algo él me está haciendo pasar por esto, si arreglo mi error conmigo y avanzo, sé que vendrán cosas mucho mejores. Doy las gracias por las experiencias vividas.
Aún así, merecía quizás una despedida más amable y un poco de sinceridad. No era necesario que el me humillara de esa forma, y yo debí evaluar mucho mejor la situación para haber usado las palabras correctas, pero les diré una cosa, a veces es tan grande la desesperación que se tiene por saber que estás perdiendo algo que creías valioso en tu vida, y lo peor es que es por tu culpa, que solo quieres arreglar a como de lugar lo que en verdad ya no es conversable ni negociable.
Deseo de todo corazón que ahora él sea feliz y que esa mujer le de todo lo que yo no pude a pesar de que lo intente, que aproveche el cambio que logré en el, que lo disfrute y espero realmente esta vez sea la correcta en la vida de él, no puedo desearle el mal a alguien a quien ame con toda esta intensidad.
Yo me quedaré por aquí, sanando, cumpliendo conmigo misma, avanzando, tratando de superarlo, y por sobre todo perdonándome. El recorrido es agotador y me he querido rendir un montón de veces, pero aquí voy de nuevo, secándome las lágrimas otro 16 de cada mes, esperando que sea el último que le llore.
Constanza A. 🌻
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idoltoons · 1 month
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"Ecos de la magia" parte 1 | Reivor, campeón de los océanos.
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Reivor era el nombre de aquel joven perteneciente al reino de los monstruos.
Tenía apenas 19 años cuando su madre y hermana mayor fueron arrastradas a las profundidades del océano por aquellas criaturas de las cuales solo se pensaba que eran leyendas… "Las Sirenas".
Él las vio con sus propios ojos, y por más que suplico por ayuda, nadie en su reino le creyó, lo tomaron solo por un loco.
Las sirenas no existen, el rey de los monstruos, aquel más sabio y más antiguo, aquel que conoce todo de cada una de las especies que entran en la categoría de "monstruos" en el mundo, desmiente la sola idea de la existencia de estas.
Era inútil, no tenía evidencia alguna de lo sucedido, solo su palabra, que ante la palabra del rey, no tenía ningún valor.
Las había perdido a ambas, se marcharon.
No había forma de que aquel débil joven pudiera llegar a las profundidades del océano, y poder tomar venganza de aquellas sirenas que se llevaron a su familia.
Meses pasaban, y el dolor no cesaba. La mente del joven se llenaba de dudas…
¿Por qué aquellas sirenas eligieron llevarse a su familia?
¿Con qué propósito?
¿Qué hicieron con ellas?
Era imposible para el joven Reivor seguir adelante, ignorando su perdida, tenía que hacer algo por aquellas mujeres a las que quiso con todo el alma, y se juró a sí mismo, que tomaría venganza.
Reivor paso las siguientes noches orando en nombre aquella única persona que podría ayudarlo…
Khalil, divinidad de los océanos.
Con fervor, suplicaba en sus oraciones que la divinidad le brindara su ayuda para tomar venganza de las sirenas, daría su alma a la divinidad si era necesario.
Una noche, cuando Reivor dormía, una luz cálida invadió la habitación en la que se encontraba el joven monstruo.
Cuando este abrió los ojos, logro encontrar la fuente de esta luz celestial.
Ante él, estaba la reina Khalil, divinidad de los océanos.
Reina de belleza incomparable, con un porte fuerte y firme.
Reivor quedo fascinado ante la presencia de tan hermoso ser, que por más que intentara hablar, no encontraba la voz para decir algo.
La reina Khalil le hizo saber al joven monstruo que había escuchado cada una de las oraciones que hizo a su nombre, sabía el porqué esperaba por ella con tanto empeño.
Reivor tomo el valor, y finalmente su voz se manifestó en la habitación.
El joven monstruo le suplico a la reina que le brindara su poder para poder vengarse de aquellas sirenas que se llevaron a su familia, y si lo ayuda a cumplir su propósito, a cambio, daría el resto de su vida a servirle lealmente sin queja alguna.
La divinidad tomo unos segundos, y luego hablo...
"Lo que eres ahora no me sirve"
"Tener a alguien insignificante como tú a mi lado no es un trato justo para mí"
Dijo la reina sin ninguna pizca de tacto.
Reivor se quedó callado ante tal cruel respuesta de la reina, su mente estaba lleno de dudas, ¿sería acaso que no podría contar con ella tampoco?
¿Dar el resto de su vida no era suficiente sacrificio para lo que pedía?
Fue entonces, que la reina diría algo que cambiaria la vida de Reivor para siempre.
"Vendrás conmigo a mi reino, y en el, te enseñaré lo necesario para convertirte en un guerrero capaz de acabar con cualquier maldad que se interponga en tu camino. Serás capaz de usar la fuerza del océano a tu merced, y solo así, podrás acabar con aquellas bestias que arrebataron la vida de tu madre y hermana. Te volveré un cazador de sirenas. Valientes héroes en todo el mundo sabrán quien eres y te respetaran. Solo así, es como consideraré justo nuestro trato."
La reina cumplió su palabra, por años, entreno al joven monstruo, lo lleno del conocimiento y la determinación necesarios para volverlo en un divino campeón.
Reivor, por más que sufrió, no se rendiría, pues sabia que la única manera de combatir a las sirenas era volviéndose en el guerrero que describió la reina Khalil.
Tras una década, Reivor se había convertido en un guerrero por completo, con una fuerza descomunal, estratégico, y gracias a la bendición de la reina, poseía un poder divino que le permitiría tener un dominio asombroso del agua.
Reivor estaba listo para luchar contra las sirenas, finalmente podría tomar venganza. Aquellas sirenas que se llevaron a su familia ya no era suficiente para Reivor, él decapitaría con sus propias manos a la reina sirena, y solo así, con la derrota su líder, es como Reivor podría vivir en paz.
Fue entonces, que se dedicó a viajar por las profundidades de los océanos, eliminando a toda sirena que se encontrara en su camino.
Con el pasar del tiempo, Reivor cazaría un número gigantesco de sirenas, pero por más que lo intentara, no habría ninguna sirena que confesara la ubicación de su reino, y en este, la ubicación de la reina sirena.
Pero esto no detendría a Reivor de seguir buscando, se había prometido que tendría la cabeza de la reina sirena, y no descansaría hasta obtenerlo.
La reina Khalil estaba orgullosa del guerrero que había creado, sin falta bendecía con su poder divino las armas de su más valiente campeón.
Reivor y la reina Khalil pasaban tiempo juntos en los jardines del palacio, Reivor le hacía saber todo lo que descubría del océano y las sirenas, y Khalil escuchaba atentamente los hallazgos de su más leal guerrero.
Pocos eran los seres que se ganaban el cariño de la reina, y Reivor se había convertido en uno de ellos.
Reivor no solo admiraba y agradecía todo lo que la reina había hecho por él, sino que los años compartidos con la reina le hicieron quedar perdidamente enamorado de ella.
Su nombre era conocido en todos los reinos, y los pretendientes no tardaron en llegar en la vida de Reivor, pero este rechazaba a cada uno de estos, pues su corazón solo le pertenecía a la reina Khalil, y por más imposible que sonara, no perdía la esperanza de que la reina correspondiera a sus sentimientos algún día.
Un día, Reivor se embarcaba en un viaje más por las profundidades del océano en busca de sirenas a las que cazar, y todo parecía normal. Reivor ya había cazado una cantidad considerable de sirenas, y la hora de marcharse a casa estaba por llegar, pero sin que Reivor lo supiera, estaba a punto de vivir un suceso que cambiaria todo.
Desde lejos, Reivor pudo escuchar un hermoso canto que llamo su atención al instante.
Fue entonces que Reivor fue invadido por una profunda curiosidad...¿Quién sería la dueña de aquella voz tan hermosa?
Y así, fue como Reivor tomo la decisión de dirigirse aún más profundo en el océano, mismo lugar donde parecía provenir la voz.
El frío empezaba a hacerse presente, y la ausencia de cualquier criatura marina era evidente, a pesar de esto, Reivor nado a lo más profundo, pues aquel hermoso canto, parecía estar más cerca.
Finalmente, a pesar de tanta oscuridad, Reivor logro ver algo…
En una gigantesca roca, sentada estaba una hermosa mujer, cuyo cuerpo apenas era cubierto por su larga cabellera roja.
De ella provenía aquel hermoso canto que atrajo al valiente guerrero, quien quedo sin palabras ante tan preciosa mujer, pues su belleza, podía ser comparada incluso con el de la reina Khalil.
No fue hasta que aquella desconocida mujer, noto la presencia de aquel hombre que la miraba sin parar, y la mujer, fuera de parar su canto, siguió con gran euforia, casi como si el canto, fuera únicamente para bendecir los oídos de aquel caballero.
Tras ello, Reivor no pudo evitar acercarse más a aquella mujer quien lo invitaba a estar cada vez más cerca de ella, y al estar frente a ella, la hermosa dama toco su rostro con ternura.
No fue hasta que la hermosa mujer se acercó a Reivor con la intención de besarlo, que el conocido caballero se alejó de ella, pues a pesar de ser esta muy atractiva, la reina Khalil era la única mujer en su corazón.
El rechazo, hizo enfurecer a aquella hermosa mujer, cuyos celestiales cantos, pasaron a ser desgarradores y cada vez más fuertes.
Reivor, por más que intentaba cubrir sus oídos, aun podía escuchar la desgarradora voz de la mujer, penetrando sus oídos sin más.
El ruido era tal, que el cuerpo del caballero permanecía inmóvil, incapaz de defenderse de la mujer de los océanos.
Reivor no lo sabía, pero aquella mujer era la temible reina sirena que ha buscado durante años, y con sus cantos, no hizo más que atraer a Reivor en su trampa.
Sus tormentosos cantos llevaban consigo una maldición que caería en todo aquel que la escuchara.
Reivor lograba ver como su cuerpo cambiaba de forma a algo completamente espantoso, y tras no soportar más, cayo inconsciente ante los cantos de la reina sirena.
Mientras, la reina Khalil esperaba la llegada de su más fiel guerrero, y tras caer la noche, fue entonces que la preocupación de la reina se hizo presente, ordeno al resto de sus guerreras a que buscaran en todo el océano hasta encontrar a Reivor.
Las búsquedas se extendieron por semanas, hasta meses, y por más que se buscara, no había rastro alguno de él, es como si aquel caballero se haya convertido en nada más que espuma de mar.
Cuando las cosas no parecían ser peores para la reina Khalil, del gran océano se hizo presente una criatura de un tamaño descomunal.
De afiladas garras y unos ojos que podían convertir en diamante a todo aquel que lo mirara fijamente.
Los habitantes del reino huían atemorizados ante aquella gigantesca amenaza, hasta que la reina, sin una pizca de miedo, tomo sus armas y se propuso a derrotar a aquella bestia marina que amenazaba a su reino.
Durante la pelea, la reina lucho con coraje y estrategia, digno del espíritu guerrero por el cual es conocida en todo el mundo.
La bestia marina se rendía cada vez más ante la fuerza divina de la semidiosa de los océanos, y cuando esta estaba por dar su golpe de gracia, la bestia marina, como último recurso, miro directamente a los ojos de la divinidad, al parecer con la intención de convertirla en diamante como al resto, pero esto, no funciono en absoluto.
El poder divino de la semidiosa la hacía inmune al poder de los ojos de aquella bestia.
Todos miraban detenidamente la escena, nadie quería perder de vista el golpe de gracia de la reina que acabaría con aquella criatura… Pero entonces, algo ocurrió…
La reina dejó caer sus armas sin razón aparente, y fuera de dar su golpe de gracia, lágrimas empezaron a caer de las mejillas de la divinidad.
Todos miraban confundidos, ¿será acaso que los ojos de la bestia marina surgieron algún efecto maligno en la reina?
¿Por qué dejaría caer sus armas quedando expuesta ante la bestia marina?
A pesar de tan confusa escena, finalmente todos en el reino entendieron el motivo por el cual la reina lloraba con rotundo dolor.
Aquella bestia marina era Reivor, aquel noble caballero del que la reina se sentía orgullosa.
Al mirar a sus ojos, fue como la reina logro reconocer a su valiente campeón de esa bestial criatura marina.
Reivor había tomado esa forma física tras una cruel maldición proveniente de los cantos de la reina sirena, pues para la reina Khalil, no era el primer caso que veía en el que un ser inocente era convertido en una bestia marina por el poder de la reina sirena.
Dentro de aquella bestia marina estaba aún el alma de Reivor, pero para la reina Khalil, era imposible romper el hechizo de la reina sirena.
La reina Khalil tomo la decisión de no matar a aquella bestia marina, sin embargo, de su sangre, crearía unas cadenas sagradas que mantendrían a aquella bestia divina encerrada en las profundidades del océano, las cadenas que lo mantendrían encerrado solo podrían ser rotas por alguien que comparta la misma sangre que la semidiosa de los océanos.
Tiempo paso desde aquel suceso, y por órdenes de la reina, una estatua en nombre del guerrero Reivor fue construida en la entrada del reino, bajo el nombre de "Reivor, campeón de los océanos".
Todos los Rhubelyes llevan ofrendas en nombre del campeón de los océanos, oraciones a su nombre se hacen, y todos tienen la esperanza de que algún día, la maldición se romperá, y su valiente guerrero volverá.
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monicalestrange3 · 2 months
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Hacer el amor con Mónica fue una de las experiencias más hermosas, exitantes he inolvidables de mi vida, tanto que ya hace un año o más que pasó y sigo sin poder olvidarlo, es gracioso como ella recibe hate por ser "promiscua" cuando conquistarla es de las cosas mas difíciles que he hecho, literalmente ella es el Boss final de las chicas difíciles, no se si fue solo mi caso pero lograr conquistar su corazón y su mente fue desgastante y frustrante pero al final... Valió cada maldito minuto, hora, semana y meses, su olor es una mezcla entre flores y dulces, describe perfectamente quien es, me acabo de topar con una fragancia muy similar que me golpeó el corazón y me obligo a recordarla, por eso estoy dejándole este ask, todos los cumplidos y deseos que despierta entre sus seguidores son reales, su limitado circulo social de amigos del cual no me dejó ser parte son prueba física y emocional de lo madura que es para su corta edad, disculpen el desorden de mi escritura pero escribo esto inmediatamente despues de sentir su olor de nuevo, dios, recordar ese momento es tortura y fortuna, besar tus labios suaves y dulces, acariciar tu piel dorada, hacerte gemir delicadamente, ser atacado por tu mirada inocente pero de alguna manera cargada de erotismo, tu sabor es dulce, bebería de ti por la eternidad, besé y saboreé cada centímetro de ti y sigo buscando una mujer que te iguale, haber estado contigo fue un error, ahora tengo una maldición, ninguna mujer me satisface, senti que hice el amor con el sol, me llenaste de energía en una explosión de éxtasis y eso jamás se va a borrar, te amo y te odio por eso Monica, jamás encontrarás alguien a quien amar porque simplemente los mortales no podemos alcanzar el sol.
No publiqué tu ask en su momento porque pienso firmemente en que nadie debería ser exaltado de esta manera, solo somos humanos, pero como me bloqueaste de todos lados no encontré otra manera de contestarte, solo por este ask, no soy nada de lo que mencionaste, solo soy una mujer común, con defectos comunes que quiere ser amada de verdad, igual gracias por tan lindas palabras, solo te doy un consejo, no busques a nadie en alguien mas, nunca funcionará.
- English -
Making love with Monica was one of the most beautiful, exciting and unforgettable experiences of my life, so much so that it's been a year or more since it happened and I still can't forget it, it's funny how she gets hate for being "promiscuous" when conquering her is one of the hardest things I've done, literally she is the ultimate Boss of difficult girls, I don't know if it was just my case but to conquer her heart and mind was exhausting and frustrating but in the end…. It was worth every damn minute, hour, week and months, her smell is a mix between flowers and sweets, it describes perfectly who she is, I just came across a very similar fragrance that hit my heart and forced me to remember her, that's why I'm leaving her this ask, all the compliments and desires she awakens among her followers are real, her limited social circle of friends of which she didn't let me be part of are physical and emotional proof of how mature she is for her young age, excuse the disorder of my writing but i write this immediately after feeling your smell again, god, remembering that moment is torture and fortune, kissing your soft and sweet lips, caressing your golden skin, making you moan delicately, being attacked by your innocent look but somehow charged with eroticism, your taste is sweet, i would drink from you for eternity, I kissed and savored every inch of you and I'm still looking for a woman to match you, having been with you was a mistake, now I have a curse, no woman satisfies me, I feel that I made love with the sun, you filled me with energy in an explosion of ecstasy and that will never be erased, I love you and hate you for that Monica, you will never find someone to love because we mortals simply cannot reach the sun.
I didn't post your ask at the time because I firmly believe that no one should be exalted in this way, we are only human, but as you blocked me from everywhere I found no other way to answer you, just for this ask, I am nothing of what you mentioned, I am just a common woman, with common defects who wants to be truly loved, still thanks for such nice words, I just give you an advice, don't look for anyone in someone else, it will never work.
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catarsis96 · 11 months
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Hice este fanfic drabble para este día 31, nunca había escrito yandere así que no sé si hice un buen trabajo.
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Advertencias: Yandere Alucard Tepes x Reader femenino. No acepto o consiento cualquier comportamiento dañino, obsesivo y/o posesivo cualquier otro. Esto es sólo una ficción.
Sinópsis: Después de acabar con su padre, Alucard se había quedado solo, Trevor y Sypha tomaron sus caminos, quedando él solo en su frío castillo, hasta que decidió salir al pueblo más cercano y te vio.
La mujer que se volvería su más dulce compañía.
.
.
“Por favor, Alucard, déjame ir”
Alucard no había pensado que amar a alguien más podía cambiarlo, era como un poder más fuerte que todo lo que existiera. El sentimiento de amor era más que solo palabras bonitas.
Él esperaba hacer de su castillo su tumba, la vida parecía quitarle todo lo que se le atravesaba, ya no sonreía, no había colores y brillo, no había vida en sus ojos, era solo un cuerpo vacío. Como un fantasma. Se había quedado solo, Trevor y Sypha tomaron sus caminos. Él debía de hacer una nueva vida, pero no se sentía con la energía para hacer algo, no tenía a nada y nadie. No tenía compañía.
Pero fue cuando salió del castillo y decidió ir al pueblo cercano en busca de provisiones y también para alejarse, aunque fuera un rato, de las sombras que lo volvían loco, cuando te conoció por primera vez. 
Tu entusiasmo y forma de ver la vida, a pesar de que había sido amenazada por Drácula, le llamó la atención, le hizo recordar a su madre. Fue extraño para él, pero quería volver a verte, decidió que tomaría como excusa ir al pueblo por comida, a pesar de que su alacena estaba llena, él solo quería verte.
Te habías quedado sorprendida cuando lo conociste, no pensaste que algún día conocerías a un Damphir, al hijo de Drácula. Alucard te atrajo con su belleza, su rubio cabello, esos ojos brillantes y su calidez. Pero nunca pensaste que lograrías enamorarlo, que serías la obsesión de alguien sobrenatural como él.
Quería tenerte para él solo, llevarte a su castillo y mimarte y cuidarte de todo lo que te lastimara, quería tu amor solo para él. Y por las noches, quería tenerte debajo de él.
“Te traje algo delicioso” Ignoró tu súplica anterior, puso la charola de plata sobre la mesa de noche de esa habitación que se volvió tu prisión. 
Miraste la comida que te había preparado, sonreíste sin ánimos, por el olor de la carne y la fruta picada supiste que estaba muy bien cocinada, después de todo, Alucard sabía cocinar.
" Quiero ir a casa, Alucard" 
"Adrian" Te corrigió él, desde que te había llevado a su castillo te había pedido que lo comenzaras a llamar por su nombre real.
"... Adrian, llévame a casa." Volviste a decir, esta vez con su nombre.
"Estás en casa, mi amor." Él sonrió con extremado amor.
Te estremeciste ante su mirada de amor extremo y desmedido. Comprendiste que él había perdido a su madre por la ignorancia de la iglesia, que su papá había perdido la cabeza en cuanto su esposa murió, lo comprendiste al pie de la letra y te compadeciste de él, era un joven que perdió a su familia y que estaba solo, quisiste darle tu amistad, solo eso querías, no que llegara al punto de llevarte a su castillo para nunca dejarte salir y pedirte que le amaras como él lo hacía.
"¡¿Qué haces?!" Exclamaste sorprendida, Alucard te había besado.
"Dejaste de hablar y quería saber si estabas bien." Alucard se rió por tu sobresalto. Se lamió los labios, como si hubiera probado la más dulce miel.
"... Y ahora quiero otro beso más."
Sus ojos brillaron, y fue ahí donde te diste cuenta que nunca te dejaría ir de su lado.
Que te volverías su más dulce compañía. 
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diamantar · 10 months
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ENCANTADORA
→ Aemond Targaryen x fem!OC
✦ Sinopsis: La Reina compromete a su tercer hijo con una dama de excepcional timidez y éste descubre un nuevo lado en él.
✦ Advertencias: Matrimonio arreglado / Fluff / Sugerente.
✦ Palabras: 1979
✦ Pedido: Si, de Wattpad.
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Primavera fue la estación donde Alicent los presentó, por semanas oyendo que la dama seleccionada para nupcias era excepcionalmente bella, educada y provenía de una respetada familia. Halagos llovían para aquella ignota que solo conocía a través de su madre, quien había sido la única en conocerla cuando él viajó a fortalecer lazos políticos.
La idea del matrimonio no le agradaba como tampoco le disgustaba, ya que desde joven sabía que en algún momento sucedería. De todas maneras, aquella mentalidad lista para asumir las responsabilidades se debilitó una vez que fue deformado por Lucerys Velaryon. En la Fortaleza Roja las damas y caballeros susurraban sobre su apariencia y más de una vez oyó como prometían que nadie podría amarlo, así que la expectativa del rechazo de una mujer que juraban que era hermosa lo incomodaba de sobremanera.
Desde el inicio tuvo la guardia alta, pero los muros cayeron en la primer cena de celebración del compromiso. La femenina era fiel a las descripciones y aquellos ojos que lo miraron expectantes, casi suplicantes de que fuera buena con ella, lo destruyeron por completo. Rápidamente quiso conocerla en profundidad, sin embargo, mantuvo carácter y cordialidad ante las miradas inquisitivas.
En el transcurso de la noche intentó conversar y relacionarse, pero fue en vano al solo recibir respuestas cortas y nerviosas. La idea de ser despreciado generó mal gusto y le torció el estómago, aunque pronto concluyó que su prometida era extremadamente tímida al juntar las obvias señales: mejillas y orejas ruborizadas, mirada gacha y voz temblorosa.
—Oí que tú y tu familia llegaron esta tarde, debes estar cansada, ¿verdad? —insistió ahora que los padres de ambos estaban sumidos en una conversación que no le interesaba.
Con un rostro igual al de un animal acorralado, ella le miró y asintió.
—Si, pero no es problema… Quería verte lo antes posible —sonrió torpe tomando aún más color, sin dudas notándose el esfuerzo de esa confesión.
Aemond contuvo el aliento e intentó descubrir si mentía a pesar de que esas palabras lo entibiaron.
—He oído muy buenas cosas de ti, también deseaba encontrarte en persona.
—N-No hay demasiado en realidad… —negó apenada juntando las manos en el regazo.
—Solo es cuestión de conocernos.
Fiel a esas palabras, el Targaryen tomó acción y procuró que pasaran tiempo en actividades simples para no abrumarla con la intriga que trataba de mantener a raya. Existían días donde no podían encontrarse y sabía que la joven era comprensiva, pero apreciaba que, tanto como él, lamentaba no poder al menos conversar unos minutos.
Las semanas pasaron y ella empezó a acostumbrarse, los titubeos siendo menos frecuentes y logrando mantener contacto visual de forma prolongada. Desayunaban o tomaban el té con Alicent antes de partir a sus propias caminatas, un día enlazando brazos y dando comienzo al contacto físico. Podía sentir la tensión a través de las telas y como los pómulos tomaban color cuando flexionaba los músculos o la acercaba más, así que empezó a hacerlo conscientemente. Verla avergonzada provocaba emociones nuevas en él, hasta el punto donde debía esforzarse en ocultar el deseo que surgía.
Acciones simples como tomarla de la cintura y acomodarle el cabello se convirtieron en caricias en las caderas y roces por el cuello, incluso comenzó a besar su mano en saludos y despedidas. El aroma y suavidad de aquella delicada piel lo alcanzaba en lugares poco usuales, la impaciencia por finalmente estar casados dejándolo asombrado.
—La semana que viene es nuestra boda.
Aemond salió del mundo imaginario y observó la femenina mirar hacia abajo, el tono mortecino denotando que algo le inquietaba.
—¿Posees segundos pensamientos?
—¡En lo absoluto! —saltó veloz con expresión inquieta—. Has sido tan bueno y respetuoso conmigo, jamás consideraría o…
—Lo sé, entiendo —interrumpió al notar que se estaba agitando, la mano libre yendo a acariciarle la mejilla—. Entonces, ¿qué te perturba?
Inspirando profundo y calmándose, ella juntó coraje y tensó el agarre mientras acortaba ligeramente la distancia.
—Temo hacer el ridículo.
La confesión lo divirtió e hizo que sonriera ligero, enseguida ganando el impulso de estrujarla por lo adorable que era.
—Hace dos semanas que comenzamos a practicar la ceremonia, no hay nada que pueda fallar.
—Siempre existe la posibilidad —frunció los labios—. Además lo habrás notado, pero tampoco soy la mejor anfitriona…
—Estaré a tu lado a cada momento así no tendrás que agobiarte con los invitados, haré la charla cuando vengan a darnos sus bendiciones —consoló al tiempo que acariciaba la mano que reposaba en su brazo.
—Gracias —suspiró aliviada, aunque luego lució culpable—. Ojalá pudiera ayudar, mi timidez es un impedimento social desde pequeña.
—Doy fe de que es posible cambiar si quieres —asintió firme pensando que él era la prueba viviente de aquello—. Personalmente pienso que… eres encantadora, pero puedo ayudarte a de a poco ganar nuevas habilidades que te hagan sentir cómoda.
—¿No sería tedioso? —elevó ambas cejas en ligera incredulidad.
—Acompañarte es uno de los pocos placeres que tengo, por lo que extender nuestro tiempo juntos suena maravilloso.
—¿Siempre hablas así? —ocultó el rostro con un breve movimiento de cabeza.
Aemond paró el lento caminar que tenían y deshizo el enganche para inclinarse.
—Solo contigo —prometió antes de besarle el dorso de la mano, casi jurando que podía oír la sangre bullir por la galantería.
Lentamente se alejó y la miró a los ojos, el rubor que tanto adoraba tomando terreno sin ánimos de retroceder. Silencio los reinó mientras la brisa bailaba alrededor, con un cosquilleo apreciando como las pupilas femeninas por un segundo lo miraron a los labios. El Targaryen tensó la mandíbula a causa de la tentación e irguió la espalda indicando que la acompañaría al dormitorio, al despedirse intercambiando vistazos repletos de deseos ocultos.
El día de la boda arribó entre festividades y él no tardó en notar como, su ahora esposa, ocultaba el hecho de que estaba absolutamente abrumada. Sonreía y asentía liberando algunas palabras, pero se hallaba a tope de capacidad y solo podía respirar cuando los cercanos tomaban el control.
—Bailemos y luego quedémonos en la mesa, pronto todo terminará —prometió esperando que aquello la alentara.
—De acuerdo —aceptó mirando alrededor con punzante estrés.
Se movieron al centro de la pista mientras los invitados abrían paso, manos encontrándose y comenzando a moverse al ritmo de la música. La observó y analizó hasta que intentó distraerla, en un punto advirtiendo que ni siquiera sus roces la afectaban por el aturdimiento.
—¿Princesa? —llamó acunando una mejilla, por primera vez usando un apodo cariñoso.
—¿Aemond? —preguntó confundida saliendo del ensimismamiento, por primera vez desde la ceremonia tomando verdadera conciencia del masculino.
Rara vez las bodas era momentos de celebración para los protagonistas, pero el ahogo en ella lo preocupó.
—Nuestro momento aquí ha terminado, retirémonos.
—¿Podemos? —indagó esperanzada amagando a buscar a Alicent por confirmación, pero él la retuvo.
—Somos los festejados pero todos están ebrios y divirtiéndose con los suyos, no nos extrañarán.
Agarrándola de la mano y entrelazando los dedos, abrió camino y la sacó del salón.
—¿Dónde vamos?
—Mi habitación —respondió sabiendo que la propuesta despertaba una nueva inquietud.
Los pasillos se vaciaron por completo a medida que avanzaban por distintas alas, en un punto él agarrando parte del vestido y ayudándola a subir escaleras.
—Nunca estuve en este sector del castillo, será la primera vez que conozca… donde descansas.
��Espero no decepcionarte, mantengo la decoración al mínimo —dijo con fingida calma.
—Lo dudo, eres excepcional.
—Pronto lo descubriremos —tragó con dificultad apretándole la mano.
Frenaron ante una gruesa y oscura puerta, la cual Aemond abrió antes de animarla a ingresar primero. La observó atento y apreció como sus maquillados ojos iban a distintas partes del espacio, intrigados absorbiendo aquel territorio foráneo.
—Es acogedor, disfruto los colores —admitió conforme, inconscientemente jugando con los dedos.
El Targaryen realizó un sonido y acortó la distancia, entonces logrando contacto visual y apreciando los pensamientos del otro.
—Puedes tomar asiento, si quieres —ofreció señalando los dos sillones individuales frente la chimenea.
—Mmm… —inspiró dubitativa y torció fuerte las manos—. ¿Podría pedirte un favor? —preguntó, en un parpadeo ambas orejas quedando en llamas.
—Lo que sea —respondió, un nudo en el estómago comenzando a formarse.
—¿Me ayudarías con la ropa? Han pasado muchas horas y estaría más cómoda con menos encima.
Aemond aguantó la sorpresa y encajó la mandíbula, antes de darse cuenta yendo a posición y trabajando en los botones de encaje. Deshizo uno por uno mientras analizaba el fino trabajo, pero pronto toda la atención fue a ella y la forma en que intentaba no temblar. Admiró el cuello y como los pequeños cabellos se mantenían erizados, al terminar tentativamente tomándola de las caderas y admirando como la piel reaccionaba. Trazó círculos con los pulgares e, incapaz de contener el impulso, se inclinó a besar la nuca cayendo en inmediata embriaguez por el dulce aroma.
—Eres hermosa —ronroneó en el proceso de deslizar las manos al frente.
—¿D-De verdad?
—Absolutamente —confirmó dejando otro beso en la zona y volteándola.
Cuidadoso elevó una mano y la acarició en el rostro, fascinado observando como la piel se pintaba en cada roce.
—Aemond...
—No haremos nada que no quieras —murmuró aferrándose a la poca claridad mental que le quedaba.
Aguardó una respuesta y, para su sorpresa, la femenina se inclinó a besarlo.
—¿Desear que me toques es incorrecto?
El planteo envío un nuevo tipo de emoción y perdió el aliento durante unos segundos, pero con calma liberó cualquier inseguridad.
—Avisa cuando algo esté fuera de límite.
Tomando parte del vestido y bajándolo, la noche de bodas dio comienzo entre movimientos indecisos y nerviosos. Aemond imitó a su esposa e hizo lo mejor posible en mantener la compostura, pero la forma en que respiraban demostraba la aceleración.
Exploró cada sector de piel que revelaba y quemó en la memoria toda reacción, nebulosa llenando la mente ante los sonidos y agarres de la femenina. Recorrió la extensión de la columna y acunó el vientre bajo, donde inspiró profundo ante el gemido que llegó a sus oídos.
—Vamos a la cama —pidió tomándolo por los hombros.
Aemond salió de la embriaguez y asintió llevándola a la comodidad del colchón. Quitó sus propias prendas y se colocó encima, brevemente buscando algún signo de arrepentimiento antes de seguir. El momento parecía irreal, luego de tantos meses de adorar como cada acción los aceraba finalmente su turno de caer había llegado.
Perdido en el momento, fue completamente consciente de lo dicho y hecho cuando bajó del éxtasis. Lanzó el pelo hacia atrás y aligeró el agarre en la cintura femenina, quien, a su vez, se recuperaba del placer. Al verse la realidad de lo acontecido inevitablemente los puso en un ambiente extraño al ninguno ser especialmente experto en cuestiones de sabanas.
—¿Estás bien? —preguntó Aemond rompiendo el silencio.
—Si… ¿Tú? —contestó evitando ahondar en los detalles de lo que experimentaba física y emocionalmente.
—También —asintió en el proceso de analizar como brillaba a la luz del fuego y las velas.
La femenina sonrió y bajó la mirada de manera pensativa, él recorriendo su rostro mientras quitaba cualquier cabello rebelde que pudiera molestarle.
—Desde la cena de presentación has sido gentil y considerado conmigo, incluso esta noche has tomado todas las precauciones por mí, así que… gracias. Estoy feliz de ser tu esposa.
El corazón de Aemond se estrechó y con profundo cariño la besó, el intercambio siendo lento y lejano a la agresividad pasional de hace unos momentos. Definitivamente no era el mejor con las palabras y todo este tiempo vivió de empujarla a reaccionar con supuestas acciones inocentes, pero lo conmovía que hubiera podido ver más allá y notar que realmente deseaba cuidarla.
Sinceramente no importaba ante quien debería arrodillarse para agradecer que el mundo los encontrara, pero la dama que en primavera conoció lo tendría del corazón hasta el último aliento.
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nebulamorada · 6 months
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aegon targaryen x sultan! ocfem
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ADVERTENCIA: mención de AS, perversión de lactancia, secues/tro, venta de escla/vos
Aegon ya había creído perder la cabeza por completo durante los días que había pasado en el inmundo barco de esclavos que lo había tomado en Essos; no estaba seguro de si lo reconocieron como príncipe, pero creía que solo bastaron sus rasgos valyrios para hacerlo una mercancía valiosa.
"Ese no, él irá a un lugar más especial" había oído decir a uno de los hombres a cargo cuando intentaron bajarlo para agruparlo con los que serían vendidos en Astarpor, momentos como ese le hacían desear haber escuchado al cretino de Aemond, aunque, ¿él no podía haber dejado de buscarlo verdad? Seguro su madre había puesto aquellos ojos de ciervo lastimado que siempre usaba para manipularlo y que él continuara su búsqueda. Sí, Aemond lo encontraría tarde o temprano. 
Ahora, mientras se recuesta en la amplia bañera de mármol, Aegon suelta una pequeña risita irónica sin poder evitarlo. Recuerda los temores que había pasado allí, los golpes que recibió por alegar ser un principe y negarse a comer la basura de sopa que servían y el pan agrio y duro con el que se acompañaba; pero ahora cerca de él tenía las frutas más dulces, el vino más dulce y los quesos más cremosos. Sus moretones se habían curado, su cabello lleno de mugre y grasa ahora estaba nuevamente blanco y su piel enferma había recuperado su color pálido natural, manteniéndola perfumada y suave con mezclas de flores y haciendo que los sirvientes agreguen un cubo de leche de burra a su bañera.
—Mi dulce favorito debe estar pensando algo muy bueno para no notar mi presencia—escucha su voz detrás de él, haciendo sus mejillas sonrojar y su cuerpo estremecer.
Oh, su Esmeray, su tan amada emperatriz a la cual Aegon le daría todo de si mismo si ella lo pidiera; verla allí fue casi como un sueño; su figura comenzaba a redondearse con la crecida del bebé en su vientre, sus pechos llenos, sus caderas anchas, su vientre hinchado, todo parecía ser la mezcla perfecta para hacer que Aegon se hincara ante ella. Y lo había hecho más de una noche, adorandola de pies a cabeza, cubriéndola de besos y murmurando súplicas y palabras azucaradas, pidiéndole que lo tomara, que lo usara para su placer. 
Aún puede recordar la noche en la que ella lo había elegido a él como su favorito luego de que la encargada del harén lo separara junto con otros tres hombres; la recuerda colocando en su mano un suave pañuelo morado, rozando sutilmente su piel con la yema de sus dedos mientras tenía una ligera sonrisa sobre sus labios. Aegon sabía que si ella hubiera pedido en ese momento que lo siguiera de rodillas por el inmenso palacio, él lo habría hecho. 
—No escuché que los aghas la anunciaran, ¿nuestro bebé está bien, mi señora?—cuestionó con una pequeña sonrisa mientras le brindaba toda su atención, acercando su frente a su vientre tan pronto ella se acercó lo suficientemente.
—Sí, no es el bebé quien arde por el deseo de verte—bromea la mujer, acariciando su cabello platino con cuidado, bajando su caricia por sus mejillas—mi dulce amor—murmuró, soltando un pequeño gemido en cuanto él introdujo suavemente su pulgar en su boca, presionando la lengua contra la yema—la comadrona está segura de que le diste otra niña al imperio, bien echo, ojitos de lirio—sonrie mientras le da un estimado del sexo del nuevo bebé.
Esmeray amaba comparar cualquier característica física suya con alguna flor, Aegon juraba sonrojarse como una mojigata cada que encontraba en sus aposentos algún nuevo poema, sintiendo los latidos retumbar en su pecho y el hormigueo de sus dedos, deseosos de acariciar cada palabra en el papel.
Él jamás le contaría de sus visitas a burdeles y su accionar con algunas mujeres de menor clase, esta es su nueva vida ahora, él es suyo; jamás pertenecerá a alguien más salvo a su dulce señora y sus bebés solo crecerán en su vientre. Comprendía el sistema matriarcal por el que se regía la tierra que gobernada su amada señora, adaptándose rápidamente a ella cuando todo lo que se le dio fueron lujos por haber logrado poner una niña en el vientre de la emperatriz.
"El único favorito de su majestad" lo llamaron luego del primer parto de Esmeray, mientras se les repartían dulces, jugos y oro a los hombres del harén, quienes a Aegon no les daba mucho importancia; él era el único favorito de su Esmeray, él mismo la había oído decirlo mientras su lengua se adentraba en su calor y sentía sus carnosos muslos presionarle la cabeza mientras la hacía acabar.
—¿Qué ronda tu mente, dulce dragón?—cuestionó, retirando sus prendas para introducirse en la bañera, colocándose en su regazo, acariciando su cabello tan pronto como lo sintió esconderse en sus tetas. 
—Digame que me ama, su majestad, se lo imploro—murmuró en un tono bajo mientras su rostro frotaba con la carne suave de su pecho antes de tomar uno de sus pezones en su boca, acariciandolo con su lengua antes de empezar a succionar.
—Mi pobre florecita, tan necesitado de cariño—respondió, dejandolo hacer lo que necesitara mientras dejaba suaves caricias por su piel y le permitía darse gusto con la dulzura de su leche—Mi corazón nunca anhelo a alguien o a algo como lo hace contigo—le susurró en el oído antes de reposar su mentón sobre su cabeza.
Esmeray no podía imaginar la vida que él llevaba antes de llegar a sus tierras, pero nunca hacía preguntas, creyendo que era difícil para él hablar sobre ello; imaginaba a su pobre amor siendo maltratado o agredido de alguna forma, descuidado y despreciado, por lo que estaba más que feliz de proporcionarle cada lujo que estuviera a su alcance. Las ropas más finas, las joyas más caras, todo lo que él deseara.
Y Aegon amaba esa nueva realidad, disfrutando de comodidades y lujos junto con el amor de una mujer hermosa.
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Una vez un caballo estaba amarrado y se jaloneaba para soltarse, y vino un demonio y lo soltó. El caballo se metió en la finca de un campesino y comenzó a comerse la siembra. El dueño de la finca se enojó tomó su rifle y mató al caballo. Entonces el dueño del caballo también se enojó tomó su rifle por venganza mató al dueño de la finca. Después la mujer del dueño de la finca lo vio y mató al dueño del caballo. Entonces el hijo del dueño del caballo se enfureció fuertemente y mató a la mujer del dueño de la finca... Los vecinos enardecidos, mataron al muchacho y quemaron su casa; entonces le preguntaron al demonio; ¿Por qué hiciste todo eso? El demonio respondió, yo solo solté al caballo. Moraleja: El demonio hace cosas simples, porque sabe que la maldad está en nuestros corazones y solitos hacemos el resto. Por eso es bueno pensar antes de actuar, no sea que una cosa sin importancia cause mucho daño. Recuerden: la palabra tiene poder, para dar vida y para dar muerte, para bendecir o para maldecir... Piensa antes de actuar... Piensa antes de hablar.
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softaikiria · 5 months
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Querido nadie:
Hoy quise poner en palabras lo que siento por vos, me senté largo rato frente la mesa del comedor, luego me moví frente al ventanal por donde entra el viento frío despabilador y luego sobre la cama. Suspiré, no hay nada. Mi madre me miró a los ojos y musito un pequeño “pasará mil veces” entonces hice un pequeño puchero de niña y lloré luego de suspirar pesadamente. No me quiere, y las lágrimas inundaron mi cara demacrada, no me quiere. Abracé a mi madre y temblé por sentirme insuficiente, usada, poco querida y comparándome mil veces con aquella chica ¿qué tiene ella que yo no?
Siempre que te veo el resto de la semana deliro entre el pensamiento ansioso de un probable “fue la última vez”: el último beso, el último abrazo. Colgada a tu cuello, te digo que quiero probar tus labios mil veces, nunca me sacio, es la verdad. Podría estar prendida de tu boca toda la vida. De tu nariz tocando la mía, de decirte que me muero por tus abrazos, que necesito que te quedes a mi lado, que me tomes un poco más de las manos. Que me digas que soy hermosa, que acaricies mi cara con tu mano áspera. Podría haberte dicho la última vez que quiero que me uses de perfume cada mañana mientras fumes tu primer cigarrillo, que me tomes como al primer rayo de sol que se cuela entre la persiana. Podría decirte que muero porque me sientas alrededor tuyo todo el día como el viento.
Creí que podía confiar en vos, pero mirándome a los ojos con timidez confesaste no poder amar ¡qué absurdo! Todo el mundo ama alguna vez. Entonces pensé en la estúpida osadía de las mujeres de creer “puedo cambiarlo”. Un día sin más empezaste a ignorarme. Sufriré tus penas en los brazos de otro hombre cuando mi imagen sea la de una mujer a punto de salir de la melancolía. No, esa imagen se me ha sido otorgada desde el primer día.—A veces pienso en si podré ser amada alguna vez, en sí alguien podría pensar que sin mí se acaba la vida. Yo, ahora mismo en la tarde del otoño, siento poder llegar a morir de tanto extrañarte. En tus brazos me sentí querida por primera vez, al menos por un segundo, pero la realidad más triste de mi vida es que jamás he sido realmente bien tratada por un hombre. No han sabido amarme, solo me han deseado de a ratos. Me pregunto si podrías tener la implícita desdicha de quererme un poquito un día entero y no poseer mi cuerpo en mitad de la noche. ¿Necesito entregarte mi intimidad para que puedas atesorarme y quedarte a mi lado? Deseosa de romper en llanto y extirparme el corazón, un grito atorado, lágrimas sin salir que un ahogo provocan a mi débil corazón. Quiéreme, digo en un susurro, ¿podrías quererme un rato, por favor? No sé quién ocupa tus pensamientos ahora mismo, pero, esa persona, amor, ¿ha notado el lunar en tu pupila? Las diminutas estrellas en tus orejas, tu manera extraña de actuar al excitarte. No me importa si me llevas a un rincón o si me tocas sin pudor ante los ojos de cristo, contigo me siento otra, una parte de mi hecha mujer.
Sí, he dicho varias veces que puedo sola y no me interesa tu desinterés, pero la realidad es que todos los días espero por un llamado tuyo a mi puerta repleta de ilusiones. Qué sentido tiene seguir engañándome a mí misma, basta con verme a los ojos y notar que es una total mentira. Dije que no me importa, entonces empecé a refugiarme en nadie y contar mis penas en forma de prosa. Hoy vos sos partes de mis letras desparramadas como las hojas que caen hoy fuera, secas, con colores cálidos y quemados como tu cabello. Maldito sea el destino que no puede unirnos. Sufrí tantas veces un corazón roto que empecé a creer que sentir tanto todo era más bien una carga antes que algo hermoso, pero ahora, ahora comprendo que prefiero la pesadez que habita en mi alma ahora antes que tenerlo completamente entumecido, casi muerto, sin sentido.
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baki-tiene-un-simp · 5 months
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Madre soltera.
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Palabras: 426
Jack no estaba acostumbrado a los bebés, nunca frecuenta lugares a los que el acceso de niños sea común y en caso de que haya alguno cerca, simplemente lo ignorara en favor de sus propios asuntos. No sabe qué decir cuando alguien le pregunta si le gustan o le desagradan los niños, es decir, ni siquiera piensa en ellos la mayor parte del tiempo; sabe que están ahí, pero no les presta atención.
Es una situación bastante normal, simplemente él jamás aprendió a tratar con estas pequeñas criaturitas que necesitan de otros para sobrevivir. Sin embargo, incluso él sabe que su reacción fue un poco exagerada cuando se congeló en su lugar al notar el cochecito para bebé que estaba cerca de una de las tantas máquinas para hacer ejercicio, el pequeño pasajero lo veía con ojos atentos y una calma inusual para alguien de su edad. Ambos intercambiaron miradas antes de que otra persona notara su pequeña y curiosa interacción.
“Es un hombre muy grande, ¿no es así, cariño?”, la melodiosa y cantarina voz de una mujer saco a Jack de su estado de confusión, él le prestó atención cuando ella se inclinó sobre el coche para bebés en el que estaba su hijo, “¿Por eso lo miras tanto?”
Jack tenía varias dudas en su cabeza, ¿por qué había un bebé en un gimnasio? ¿Eso estaba permitido? ¿Es seguro? ¿El ruido no podría molestar al bebé? Él no estaba llorando justo ahora, pero ¿los bebés no solían ser un poco más ruidosos? ¿Qué clase de bebé era ese?
“Traes a tu bebé al gimnasio”, solo estaba haciendo una observación motivada por su asombro, realmente no estaba cuestionando las decisiones de la mujer frente a él.
“Es lo que hago”, ella simplemente se rio al caminar tras el cochecito para poder empujarlo e irse con su bebé hacia otro lado, probablemente para continuar con su rutina de ejercicios.
Curiosa interacción. Definitivamente lo fue. Pero lo que era más curioso todavía fue la fascinación de Jack por la linda madre y su bebé, ella parecía tener una facilidad para dividir su atención entre su rutina de ejercicios y su bebé, y el bebé parecía encajar maravillosamente en un lugar seguro junto a la máquina que estaba usando su madre. Si no fuera llamativo el comportamiento del bebé, ni siquiera los notarias.
Así que, no, Jack no está acostumbrado a los bebés, pero siempre se toma unos segundos para seguir con la mirada el coche para bebé que se mueve en la lejanía al otro lado del gimnasio.
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Así que, al gimnasio al que voy siempre hay una mujer con su bebé y me encanta. Ella es siempre muy cuidadosa de no obstruir el paso o de que alguna máquina golpee a su bebé, todo mientras cumple su rutina.
Es super amable, incluso me deja pasear a su bebé entre repeticiones y me resulta gracioso porque el bebé siempre es muy tranquilo, se ríe a veces, pero eso es todo. Al principio, si me sorprendí, he de admitir.
Creo que es algo como una fiebre por los bebés que tengo últimamente.
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