Tumgik
#Mi semana contigo
americangroupie · 8 months
Text
✮ lust for life ✮
enzo vogrincic x reader
tw: +18, un poco de exhibicionismo jj
a/n: lo escribí rapidísimo, pero me terminó gustando un montón;) manden requests!!
୨୧┈┈┈┈୨୧┈┈┈┈୨୧
tu novio y vos mantenían una relación privada.
era lo más razonable bajo las circunstancias en las que se encontraban; enzo pasó de nada a todo en cuestión de semanas gracias al estreno de su nueva película, y lo mas lógico era esconder a la novia del novio de internet. pero enzo nunca fue una persona privada.
cuando recién comenzaban a salir, no tardaste en notar que él tenía una manía con tenerte cerca cuando salían a la calle, o cuando estaban con amigos, o cuando iban a comer; cuando hacían cualquier cosa que involucrara a un tercero. esto al comienzo se manifestaba a través de el tomando tu mano y no soltándola, colocando sus manos en tu cintura o acariciando tu cuello mientras te encontrabas distraída haciendo algo más.
pero al pasar el tiempo, estas dulces muestras de afecto fueron escalando a sus manos sobre tus muslos, sus dedos rozando por fuera de tu ropa interior, o directamente bajarla por tus piernas para estremecerte.
como cualquier otra persona, te ves rápidamente colorada o exaltada por sus acciones, mirándolo con los ojos muy abiertos mientras el te respondía con una sonrisa ladeada sin prestarte mucha atención.
hoy no fue distinto.
te encontrabas en un bar, sentada en la esquina de la mesa al lado de tu novio y sus amigos, quienes se encontraban charlando y riendo audiblemente mientras los dedos de enzo rozaban por encima de tu ropa interior. tus ojos reposaban en su perfil, veías sus labios moverse pero tus oídos no registraban ningún sonido al estar todos tus sentidos enfocados en la sensación de sus dedos, y preocupada de no hacer ningún ruido.
miraste sus ojos achinarse justo antes de dedicarte una rápida mirada de reojo, la comisura de sus labios torciéndose hacia arriba al ver brevemente tus ojos suplicantes.
sus dedos se movían lento, rozaban apenas el delgado material de tu ropa interior desesperándote aun mas, y haciéndote mover las caderas hacia adelante de vez en cuando.
no soportabas mirarlo así, pretendiendo como si no estuviese sintiendo lo mojada que estabas al escucharlo charlar tan naturalmente sobre algo que tus oídos no lograban entender.
brevemente, tus ojos brillaron gracias a una idea.
te acomodaste en la silla sin hacer mucho ruido, acercándola más a tu novio, y cerraste tus piernas, haciendo que enzo girara tu cabeza para mirarte sin dejar de hablar. le sonreíste con inocencia, ladeando la cabeza para luego apoyar tu cabeza en su hombro y abrazarte a su brazo como un koala.
escuchaste un pequeño “aw” de alguno de sus amigos gracias a la acción, y reíste al saber tus intenciones detrás.
sin tener idea, enzo siguió siendo partícipe de la conversación mientras tu mano bajaba despacio hacia su bulto, haciéndolo acomodarse en la silla y sintiendo como el agarre que tenia en tu muslo paso de ser delicado, a dejarte la mano marcada.
lentamente, enzo giró la cabeza para mirarte, tenia el ceño fruncido y su respiración se había vuelto irregular y más profunda.
“cuidado, mi amor.” susurró al bajar la cabeza para acercarse a ti.
pestañeaste varias veces, mirándolo con inocencia y confusión. “¿que, en?” dijiste mientras aplicabas más presión en el bulto, ganándote un callado jadeo que te hizo apretar las piernas.
seguiste con el juego unos minutos, hasta que te diste cuenta que ya no tenía el mismo efecto en su hablar ni en sus acciones. charlaba con normalidad, mirándote cada cierto rato y tratando de mantener la compostura frente a sus amigos. pero vos querías hacerlo sentir como el te hacía sentir siempre.
agradecida de que llevara pantalones de fácil acceso, pudiste meter tu mano despacio por entremedio, y comenzaste a frotar y dar palmaditas por encima de su ropa interior, como el acostumbraba a hacer contigo.
sus facciones se endurecieron al darse cuenta de tu acción, bajando la cabeza casi inmediatamente para suspirar y callar los jadeos que amenazaban con salir al mirar tu cara de inocencia mientras lo tocabas por debajo de la mesa.
hacer contacto visual con vos lo estremeció completamente, logrando tu propósito: llevarlo hasta el límite.
“nos van a tener que disculpar, pero tenemos otro compromiso y se nos está haciendo tarde.” dijo enzo con la voz un poco más ronca de lo normal mientras sacaba su billetera del bolsillo, sacando un par de billetes y colocándolos sobre la mesa, haciéndote sonreír y quitar la mano de dentro de su pantalón para acomodarte tu propia ropa. “un gusto verlos a todos.”
abriste la boca para decir algo pero enzo agarró con fuerza tu brazo para hacerte acercar hacia el, caminando hacia la puerta con rapidez mientras saludabas con tu mano en forma de adiós a sus amigos.
caminaron a paso rápido al auto, sin decir ni una sola palabra. “te portás tan mal vos, eh.” dijo apoyándote contra la puerta del auto, acercándose hacia ti lentamente haciendo notar la diferencia de altura entre ambos. “no te puedo llevar a ningún lado.”
habían muy pocas luces en el estacionamiento, la única iluminación presente siendo las luces anaranjadas del cartel del bar que lo hacían parecer de otro mundo con las ojos oscurecidos, el semblante molesto y el cabello desordenado.
“cogeme.” susurraste contra sus labios, ganándote una sonrisa de parte del pelinegro.
“¿así se piden las cosas, chiquita?” negaste con la cabeza. “¿y entonces?”
“por favor.”
“¿por favor qué?”
te quejaste. “por favor cogeme.”
sonrió mirándote a los ojos mientras abría la puerta del auto entrando el primero y corriendo el asiento hacia atrás para luego sentarte a horcajadas encima de él.
apenas cerró la puerta del auto te lanzaste encima, tomándolo por las mejillas para acercarlo más hacia ti mientras el agarraba tu cintura con fuerza. el beso rápidamente se transformó en necesitado, con ambos jadeando mientras movías tu cuerpo de adelante hacia atrás sentada en el bulto entre sus piernas, haciéndolo gruñir mientras gemías en su boca por la sensación.
“sos una hija de puta.” dijo entre besos, haciéndote reír mientras bajabas por su cuello, pasándole la lengua y mordiendo cada parte que tus labios rozaban. “me vas a volver loco algún día de estos.”
“tú empezaste, enzo.” dijiste separándote de su cuello.
“mhm.” asintió con la cabeza mientras corría los tirantes de tu vestido hacia un lado. “no me puedo controlar si te ves así. parecés una muñequita.”
sentiste sus ásperas manos masajearte sin nada de delicadeza y echaste la cabeza hacia atrás; tus caderas no cesaban de moverse contras las de tu novio y tu espalda se arqueaba de placer, hipnotizando al uruguayo completamente con tu figura y los gemidos que salían de tus labios.
“¿te gusta, mi amor?” susurró burlescamente, mirando detalladamente cada movimiento de tu cuerpo y cada facción de tu cara. asentiste atontada, con los ojos cerrados buscando más fricción entre los dos. “decime cuanto.”
lloriqueaste. “mucho, enzo. sabes que mucho.”
“te ves tan bonita frotándote así, mi vida. te comería toda.” gemiste. “ah, eso querés. ¿querés que te coma? ¿querés moverte así, sentada en mi boca, hm?”
“basta, por favor” suplicaste, moviéndote más rápido. “cogeme.”
“¿como, bebé?”
“cogeme. no aguanto más.”
“pedilo bien, hermosa.”
“cogeme, por favor cogeme.”
mientras bajabas tus manos para desabrochar su pantalón, él sumergió la cabeza entre tus tetas, lamiendo y mordiendo todo lo que sus labios tocaran; haciendo mil veces más difícil la tarea de bajar sus pantalones.
mientras el se tomaba su tiempo lamiendo y besando, comenzaste a trazar circulitos en la cabeza de su miembro con lentitud, irregulando aún más su respiración y haciéndolo morderte para ocultar los gruñidos que salían de su boca.
te acomodaste encima de sus piernas, alzándote para poder sentarte encima de su miembro mientras el corría tu ropa interior hacía un lado, metiéndolo dentro por completo de un brinquito. enzo tiró la cabeza hacia atrás, gimiendo gracias a la sensación de estar dentro tuyo que a pesar del tiempo, se seguía sintiendo como la primera vez.
“mirá lo bien que me tomás, chiquita.” dijo mientras comenzabas a moverte de arriba hacia abajo, escondiendo tu cabeza en el hueco de su hombro para ocultar tus gemidos. “te sentís tan bien.” susurró mientras agarraba tu culo con fuerza, ayudándote a moverte más rápido.
enterraste las uñas en su espalda mientras te movías, mordiéndote el labio inferior tratando de no hacer tanto ruido.
“¿ahora te da vergüenza, mi amor? ¿después de todo lo demás?” dijo en un tono burlesco mientras movías tu cuerpo al compás de sus embestidas. “no te calles. deja que todos escuchen como te pongo, como te cojo.”
respondiste con un quejido, sintiendo una sensación conocida en tu cuerpo mientras escuchabas sus jadeos cerca de tu oído, y el uruguayo lo notó al sentirte estremecer y moverte más lento, apresurando sus embestidas y agarrando tu culo con más fuerza.
“te hacés la niña buena, la princesita, y estás por acabar mientras cogemos en un estacionamiento.” sentiste tus mejillas pintarse de color rojo con sus palabras. “sos una cínica.”
“es tu culpa, en.” lloriqueaste en su oído, bajando tu mano entre ambos cuerpos para frotarte. “estoy muy cerca.”
“yo también, chiquita.” dijo entre jadeos. “¿puedo?”
“por favor.”
un par de embestidas más y ambos alcanzaron el mayor punto de placer, acercando sus cuerpos a no más poder y llenando el ambiente de sus gemidos. pasaron unos segundos donde lo único que se escuchaba eran ambas respiraciones agitadas, y levantaste tu cabeza para besarlo con lentitud.
apoyaste tus manos en su pecho mientras se besaban; un beso lento y torpe mientras se acostumbraban a la sensacion y volvían a la normalidad. al separarte de el, lo miraste con dulzura.
“estás todo pintado, amor.” reíste mientras tratabas de limpiar el labial de su boca.
“y vos estás toda rojita. es parecido.” colocaste tus ojos en blanco y lo besaste, acariciando su mejilla.
“llevame a casa.” dijiste mientras el comenzaba a besar tu cuello, indicando que no quería parar. “no podemos hacer tanto acá.”
“pero tenemos que esperar que los vidrios se desempañen.” dijo pasando un dedo por el cristal del auto, haciéndote notar que todo el auto estaba así.
te tapaste la cara riéndote, mirando como era demasiado obvio lo que estaban haciendo. “sos un idiota.”
“a veces.” dijo sonriendo, y dibujó una carita feliz en el cristal.
922 notes · View notes
olee · 8 months
Text
Amor y Odio | Enzo Vogrincic
Tumblr media
Para: los que extrañan a su ex!
~
Ya llevabas más de tres años saliendo con Enzo cuando todo cambió. Durante ese tiempo, le habías prometido tu apoyo incondicional, incluso frente a la perspectiva de una relación a distancia, que a ti no te importaba en absoluto. Sin embargo, para Enzo las cosas eran distintas.
Una noche, en su departamento en Montevideo, tú y Enzo estaban inmersos en una discusión. Él estaba lidiando psicológicamente con las complejidades de su papel como Numa Turcatti, a pesar de estar recibiendo terapia y compartir sus preocupaciones con colegas y hasta con Bayona. Pero en esa noche en particular, Enzo se quebró emocionalmente, llorando sin control. Tú, instintivamente, le abrazaste, asegurándole que todo estaría bien, que una vez que terminara con el trabajo, las cosas volverían a la normalidad y mejoraría gracias a las lecciones de vida que había aprendido.
Sin embargo, Enzo, con seriedad, te interrumpió diciendo: "(tu nombre), sabes cuánto te quiero, pero no puedo seguir contigo sintiéndome así. No quiero que sufras a mi lado. Por favor, dejemos esto". Mientras le acomodabas el cabello para ver su rostro, respondiste con calma: "No me importa, quiero apoyarte, te necesito tanto como tú a mí". Pero Enzo te miró fijamente y con voz firme dijo: "¡No! ¡No, (tu nombre)! Por favor, escúchame. Necesitamos separarnos por un tiempo. Necesito que lo entiendas".
Te encontrabas en una encrucijada emocional, sin saber exactamente qué pensar. El amor que sentías por Enzo era tan profundo que alejarte de él por completo parecía un acto prohibido. No obstante, también querías comprender su perspectiva y darle el espacio que parecía necesitar.
Con un gesto de cariño, acariciaste su rostro y le diste un beso en la frente. "Si eso es lo que quieres, te respeto. Y sabes que siempre estaré aquí para vos, cualquier cosa que necesites", expresaste con sinceridad. Enzo tomó tu mano, acariciándola, y te susurró un agradecimiento. "Gracias por entender", dijo con voz suave.
Con un nudo en la garganta, te levantaste y te retiraste. La puerta se cerró detrás de ti, dejando en el aire la incertidumbre de lo que vendría a continuación.
Un año y medio transcurrió desde aquel momento, y tú y Enzo eran oficialmente exnovios. Parecía que él estaba prosperando, inmerso en una nueva fama que lo llevaba a escenarios de todo el mundo: Venecia, Madrid, Sevilla, Buenos Aires, Ciudad de México, Nueva York y más. Era como si hubiera olvidado por completo sus raíces.
Te encontrabas observando su vida a través de las redes sociales, pero cada publicación te causaba una mezcla de emociones. Por un lado, sentías resentimiento al verlo disfrutar de su éxito sin aparentes remordimientos. Por otro, reconocías que, a pesar del odio que intentabas albergar, en el fondo seguías amándolo.
Finalmente, decidiste bloquearlo en todas las plataformas y cortar cualquier vínculo digital con él. Era la única manera de protegerte emocionalmente, aunque en lo más profundo de ti, sabías que el amor que sentías aún persistía, enredado con sentimientos contradictorios de amor y odio.
Con la carga de las obligaciones laborales, tu jefe te envía a Madrid para una conferencia de trabajo que durará dos semanas. Aunque aceptas por deber profesional, también reconoces la oportunidad de escapar de las calles de Montevideo, las cuales están impregnadas de recuerdos compartidos con Enzo.
La necesidad de un espacio fresco para reflexionar y alejarte de los lugares que te vinculan con el pasado se convierte en una motivación adicional. Madrid, con su energía diferente y nuevas experiencias, te ofrece un respiro necesario para despejar la mente y encontrar un nuevo equilibrio. Mientras te sumerges en las responsabilidades laborales, también te das cuenta de que esta oportunidad puede ser un catalizador para tu propia renovación personal.
Al llegar a tu nuevo apartamento en Madrid para las dos semanas, decides explorar las luminosas calles y te diriges a una cafetería. Mientras te sientas al aire libre, ordenas un café y un croissant, disfrutando de la tranquilidad del paisaje y la hermosa arquitectura madrileña.
Al terminar tu café, te levantas para entrar a la cafetería y devolver la taza vacía. Sin embargo, te chocas fuertemente con un hombre, y sientes la sangre brotar inesperadamente de tu nariz. Sin verlo claramente, reaccionas impulsivamente gritándole: "¡GORDO BANANA DE MIERDA, CANTO DE QUESO!".
Cuando finalmente lo miras fijamente, te quedas en shock al darte cuenta de que la persona con la que te acabas de chocar es nada menos que tu exnovio, Enzo Vogrincic. El encuentro inesperado lleva consigo una mezcla de sorpresa, incomodidad y, quizás, la oportunidad de abordar asuntos pendientes.
EL FINAL DE UN NUEVO COMIENZO.
327 notes · View notes
idollete · 5 months
Text
– 𝐢 𝐡𝐚𝐭𝐞 𝐮.   ⋆ ˚。 𖹭
Tumblr media
𝑤arnings: conteúdo exclusivo para +18.
ೀ ׅ ۫ . ㅇ richard ríos!ficante; br!core; rivalidade masculina; rivalidade no futebol (palmeiras x flamengo); participação especial do arrascaeta (vide o tópico anterior rsrsrsrsrsrs); alguns termos do futebol (a maioria é só posições); hate sex; manhandling; possessividade; degradação (uso de ‘piranha’, ‘burrinha’, ‘putinha’); oral (masc.); spit kink; rough sex; chocking; face fucking; um tapinha no rosto; public sex; sexo desprotegido (e em hipotese alguma façam o que acontece nessa fic!!!!!!!!); dirty talk; penetração anal.
idollete’s typing… ୭ ˚. ᵎᵎ. flamenguistas eu amo vcs tá mas vou dar uma esculachada aqui para propósitos bucetisticos não mi matem pls, adoro vcs 🩷 e vou fingir SIM que o palmeiras ganhou de goleada hj porque a vida de uma garota não é nada sem delírios inocentes. also eu não revisei ainda, então ignorem possíveis errinhos tá mwah e boa semana pra vcs
Tumblr media
Quando o árbitro deu o apito final, Richard já estava partindo como um tornado em direção ao vestiário. Ele estava puto.
E não era porque o time perdeu. Não. O Palmeiras havia dado uma goleada no Flamengo, com direito a gol do próprio Ríos. A raiva dele, porém, não era aleatória. Ela tinha nome, sobrenome e usava uma camisa com um 14 atrás. Você estava ficando com o fodido do Arrascaeta, é sério isso?! Ele nem era um meio campista tão bom assim.
Richard havia te flagrado antes mesmo do jogo começar. Te viu entrar pela porta dos fundos do Allianz juntamente com diversas outras namoradas, mulheres e familiares de jogadores. A mesma entrada que ele já tinha te cedido, onde te viu trajar a camisa dele cheia de orgulho, o manto esverdeado. E agora você estava usando uma porra rubro-negra? Nem fodendo. Isso não iria ficar barato.
Só precisou mexer uns pauzinhos para descobrir quem exatamente deu o seu nome e liberou a tua entrada, não quis acreditar a princípio, mas, ao ver o nome nas suas costas, foi impossível negar.
Dia de clássico era sempre agitado, todos entravam ao campo eufóricos, famintos pela vitória, pois sabiam que o significado era especial. O ganhador entra para a história. Mas Richard tinha uma motivação extra naquela partida. Marcou o uruguaio o jogo inteiro, trocaram farpas, receberam cartões amarelos, carrinhos, canetas. Tudo que tinham direito e que fazia parte do bom e velho futebol.
Em um dado momento, a situação se escalou. Depois de levar uma trombada, Arrascaeta se aproveitou para murmurar no ouvido de Ríos “vacilou, mano, perdeu uma gostosa daquelas…Ela ficava toda safada contigo também? Ou você não aguentava o pique?”. O colombiano perdeu o controle de si mesmo, partiu para cima, os peitorais musculosos se batiam, os narizes se encostando, murmurando ofensas um ao outro.
Richard te faria pagar por isso.
Não foi difícil te encontrar no estacionamento, encostada no carro, só a pose o enfureceu ainda mais por aquele não ser o veículo dele. Enquanto se aproximava, não perdia a pose. Muito pelo contrário, parecia ficar mais arrogante cada vez que chegava perto. Marrento, nariz empinado, cabelos ainda úmidos pós-ducha, brinquinho prateado reluzente e a jaqueta esportiva eram o combo que sempre te derreteu.
Seria uma grande mentira dizer que você foi pega de surpresa pela aparição dele. Não, era o que você queria, afinal, certo? Pegando o rival, dormindo na cama do inimigo, aparecendo no estádio dele, mas usando a camisa de outro. Você sabia exatamente o sequência de eventos que seria desencadeada com uma simples ação.
Richard não sabia, mas você queria fazê-lo pagar também.
Quando o viu no fundo dos stories de uma garota aleatória, cercado de outras mulheres, festejando segundos depois de te mandar um “tô indo dormir, gatinha, mó cansaço. Boa noite e dorme bem”, com coração vermelho e tudo, você decidiu que havia cansado dos joguinhos de Richard Ríos e que agora era a sua vez de sair por cima.
Não foi nada difícil atrair um certo uruguaio para os seus encantos, com algumas curtidas no Instagram e dm’s inusitadas, Arrascaeta já estava comendo na sua mão, te chamando para todos os jogos e jurando que iria te apresentar para a mãe. A companhia não era ruim, pelo contrário. Mas ele era só uma pecinha no teu jogo de vingança.
Por isso, não fez nem questão de esconder o sorrisinho petulante para o Ríos, irônica ao parabenizá-lo pela partida, “caneta bonita, uma pena que ele te deu um carrinho depois”, não precisou dizer nomes, ambos sabiam quem era o ele em questão, “mas acho que é o justo, né? Os dois queriam a bola e só um podia ter…”, brincava com as palavras sem nunca perder o brilhinho perverso nos olhos, quase desafiando o homem diante de si a reagir diante do que ouvia, “ele devia estar com mais vontade”.
Richard te media da cabeça aos pés, o desgosto palpável ao encarar a blusa de time vermelha e preta, o shortinho que mal cobria as coxas, a maquiagem suave, destacando os lábios brilhantes com o gloss. Com uma risada de escárnio, ele cruzou os braços na frente do peito, percorrendo o interior da boca com a pontinha da língua, costume de quando estava muito puto.
– ‘Tá querendo virar maria-chuteira ou o que, hm? – Direto, foi a primeira coisa que ele te disse. – Vou te encontrar em todos os meus jogos agora com um cara diferente?
– Hmph…Não sei, ‘tô testando minhas opções. – Numa pose indiferente, você deu de ombros, sorrindo mais maldosa ao continuar. – Que nem você.
– Então, é por isso? Ficou putinha porque me viu na festa dos caras e resolveu se vingar de mim. – Richard nem se esforçava para inventar uma desculpa, era canalha ao ponto de não dar a mínima por ter mentido para ti, a expressão relaxada entregava tudo. – Isso é feio, ‘cê sabe, usar uma pessoa assim…
– Nossa, Richard, nem tudo é sobre você… – Revirando os olhos, você reclamou, na sua melhor faceta de atriz. – Ai, olha, não ‘tô com tempo ‘pra papo. Mas aproveitando que ‘cê tá por aqui, sabe me dizer se o Gio já saiu? Fiquei preocupada com ele. – Com o seu teatrinho, observou o sorriso do homem se transformar em uma carranca ao ouvir o apelido, que ele considerou a coisa mais ridícula que ouviu na vida. – Ele não gosta de perder, é muito competitivo. O bom é que eu sei direitinho como melhorar o ânimo dele.
Agora era você quem sorria vitoriosa, o cantinho dos lábios se curvando com maldade, sem vergonha alguma de insinuar que o remédio para um jogador frustrado era um bom chá. Quando pensou em prosseguir, foi surpreendida com o toque bruto de Richard te puxando pelo cotovelo, te trazendo para perto, grosseiro ao apertar os dedos contra a sua pele sensível, fazendo com que você soltasse um gemidinho dengoso de dor.
– Escuta aqui, piranha. – A voz era ríspida, sussurrada com raiva. – Você vai terminar o que quer que seja essa merda com ele hoje. – Richard não pedia, nunca. Ele sempre mandava, prepotente, acostumado a ter tudo que quer. – Não quero te ver aqui e nem usando essa porra de camisa de novo. – Ele era intimidante daquele jeito, pairando sobre ti no estacionamento deserto, prensando o seu corpinho contra o carro, te fazendo sentir todos os músculos tensos e rígidos.
– Ou o que?! – Você desafiou, porque se Richard queria jogar dessa forma, você também sabia como vencer. – ‘Cê não me manda, garoto, não é meu dono, não. – Atrevida, empinou o nariz. – Me solta, cara, vai caçar alguma puta ‘pra comer.
A risadinha que ele te deu foi sombria, como se os pensamentos mais sujos estivessem passando pela cabeça dele naquele instante e, só para te contrariar, o aperto dele ficou mais forte, as duas mãos agora te mantendo paradinha onde ele queria. Richard se aproximou do teu rostinho, roçando um nariz no outro, as respirações se chocavam e bastava só um pouquinho de esforço para que os lábios se tocassem também. Não preciso caçar puta, quando tenho a minha favorita bem aqui na minha frente, foi o que ele disse em um sussurro arrastado, pressionando o quadril contra o teu, te fazendo sentir o caralho duro através da bermudinha fina.
Richard sabia como te amolecer, conhecia cada cantinho do teu corpo, como você gostava de ser tratada feito uma bonequinha, te receber ordens, de ficar toda magoadinha. Ele sabia de todos os seus segredinhos mais sujos e realizava as suas fantasias mais profanas.
Virando o rosto, temendo ceder rápido demais nas mãos dele, você murmurou, incomodada, pedindo que ele te soltasse de novo, dessa vez mais assertiva, poderia facilmente ter pedido para ele te apertar mais daquele jeito. Te roubando a atenção, a destra espremeu tuas bochechas, fazendo com que você encarasse o semblante cínico, que caçoava do quão indefesa você parecia naquele instante. Seus olhinhos se derretiam pouco a pouco, tornando-se suplicantes, carentes por ele.
– Vem aqui, na minha casa, no meu estádio, se exibindo com a porra de outro cara, usa a camisa dele, me pergunta se eu sei onde ele ‘tá, que vai resolver o estresse dele por ser um jogador de merda. Vai fazer o que, hein? Vai dar ‘pra ele? Deixar ele te comer que nem eu fazia, hm? – As palavras eram praticamente cuspidas, saíam exasperadas, duras. – Deixa eu te lembrar de uma coisa que a sua cabeça burrinha parece ter esquecido… – A palma desceu pelo seu tronco, parando no meio das suas pernas, cobrindo todo o seu sexo e pressionando-o por cima do jeans. – Isso aqui é só meu ‘pra destruir.
– Vai se foder. – Seus argumentos estavam perdidos e isso era tudo que você poderia dizer com segurança.
– Pode me odiar, mas eu aposto que se eu colocar a mão aqui dentro vou encontrar a sua bucetinha prontinha ‘pra mim. – Ele fazia menção de invadir o seu short, aumentando a pressão do toque, quase te arrancando um chorinho manhoso. – Já deve ‘tá se melando toda. Feito a cadelinha que você é, sempre pronta ‘pra levar pica.
– Eu te odeio. – Você realmente o odiava, odiava como ele conseguia te desarmar com tanta facilidade, como o seu corpo reagia tão imediatamente ao mínimo contato.
– Ótimo. Porque eu te odeio também. – E ele de fato odiava, odiava como você mexia com a cabeça dele, como o deixava puto de ciúmes a troco de nada. – Ajoelha. – Mas Richard também amava o quão obediente você era. – Cansei de ouvir a sua voz irritante.
Te teve de joelhos em questão de segundos, visivelmente afetada com o jeitinho mandão, beirando o arrogante, e a maneira com que ele te degradava até mesmo com o olhar. E como uma boa garota, você entreabriu os lábios ao observá-lo desfazer o nó da bermuda, abaixando-a até os calcanhares e fazendo o pau teso saltar no seu rostinho. Juntando um bocado de saliva, Richard cuspiu na sua boquinha, rindo ao notar o seu desespero para engolir tudo, como se ele tivesse te dado um presentinho. Colocando a língua para fora, em um pedido mudo, você apenas o encarou de olhinhos brilhantes.
O colombiano bateu a cabecinha contra o músculo quente algumas vezes, não ficando só ali e maltratando as suas bochechas também, manchando todo o rosto bonitinho com o líquido viscoso que vazava aos pouquinhos, causando estalos molhados. Faminta, você tentava engolir, guardar um tiquinho na boca, com saudades do estrago que ele fazia. Ganhou um tapa por isso, seguido de um “fica quieta”, a bochecha ardia pela força e você se sentia suja porque o seu buraquinho pulsava, melando toda a calcinha, com o tratamento que ele te dava.
Richard te domou pelos fios, puxando com brutalidade e te pegando desprevenida ao deslizar toda a extensão pelos seus lábios, não te dando tempo para se acostumar, começando a foder a sua boca como se estivesse metendo em ti por outro lugar. A exposição te excitava ainda mais, a ideia de que a qualquer segundo o seu encontro poderia te flagrar daquele jeito, com outro homem. O homem sentia o mesmo, igualmente afetado pelo barulhinho dos seus engasgos ao redor do pau dele, pelos olhinhos cheios d’água a cada vez que ele tocava a sua garganta.
Era tão selvagem que fazia o seu corpo ir para trás com o impacto, mas ele nunca te deixava escapar, te prendia no lugar e se curvava sobre ti, fazendo com que você o levasse ainda mais fundo, te impedia de respirar e só parava quando suas mãozinhas desesperadas apertavam as coxas definidas. A essa altura, a sua maquiagem estava uma completa bagunça, o rímel escorria e o gloss havia se espalhado por todos os cantos. O colombiano sorriu cheio de luxúria e sarcasmo quando te viu fungar baixinho, toda afetadinha e desorientada pelos movimentos repentinos, porém isso não o impediu de se colocar para dentro de novo, no mesmo ritmo.
– Precisa aprender qual é o seu lugar. – De cima, ele te encarava com superioridade, o maxilar cerrado e o olhar carregado em uma mistura de tesão e ódio. – E é só assim que você lembra, né? Quando tem um pau te fodendo em algum buraquinho. – Os sons das estocadas se misturavam com os gemidos arrastados dele, com os carros cortando pela estrada e com os seus choramingos. – Acho que eu preciso te comer mais vezes, até te fazer lembrar que você é a minha putinha.
Quando o orgasmo se aproximou, os movimentos do homem se tornaram ainda mais sedentos, certeiros ao alcançar a sua garganta, desesperados pelo alívio. Ele te usava da maneira mais suja possível, feito uma bonequinha de foda, maltratava a sua boquinha no puro egoísmo, gozando em um gemido rouco e se afastando bruscamente, fazendo toda a porra branquinha respingar na tua camisa, manchando o manto rubro-negro com o gozo dele. A mensagem era clara; aquele era o território dele.
Enquanto você se recuperava, Richard tirava a mochila das costas, puxando de lá uma camisa nova e mais importante ainda, uma camisa dele. Quando você se levantou, limpando o cantinho da boca com as costas da mão, tudo que ele fez foi apontar para o seu tronco, o semblante impassível ao te mandar tirar a blusa, repetindo a ordem com mais ênfase diante da sua inércia, ainda em choque com o que tinha acabado de acontecer.
– Richard…O que você vai fazer? – Temerosa, você questionou ao entregar a peça, vendo-o estendê-la no capô do carro do uruguaio. – Puta que…Você é louco.
– Um presentinho ‘pra ele. ‘Pra ele nunca esquecer com quem ele ‘tá mexendo. – Te encarando novamente, ele te deu uma nova roupa, sem nem disfarçar o ego. – Ou você realmente achava que eu iria te comer com aquilo no seu corpo?
Aproximando-se de ti novamente, ele te cercou, sorrindo vaidoso ao observar o alviverde brilhar na tua pele, poderia jurar que você até mesmo ficava mais bonita daquela cor, no entanto, a fúria falava mais alto. Te pegando pela nuca, apertando os fios contra os dedos, ele fez menção de que iria te beijar, sem nunca o fazer de fato. Não, você não merecia, era o que ele pensava, mas isso não o impedia de te torturar com isso.
A provocação de mais cedo ainda ecoava na cabeça de Richard, fazia o sangue dele borbulhar com a imagem de você com outra pessoa, com a insinuação feita pelo uruguaio. Com somente um dos braços, ele te virou de costas, vergando a sua coluna para frente até que o seu rosto estivesse pressionado no metal gelado, de frente para a camisa, sem te deixar esquecer da sujeira que fizeram.
Em um puxão, seu short estava embolado no seus calcanhares juntamente com a calcinha, fazendo as suas perninhas espremerem uma na outra, sentindo o centro pulsar violentamente em expectativa. O polegar pressionou o botãozinho sensível, esfregando com lentidão, espalhando todo o seu melzinho pela região, ameaçando deslizar para dentro e saciar a vontade que tomava conta de todo o teu âmago.
– ‘Tá tão molhadinha, olha isso… – O tom zombeteiro te fazia encolher, choramingar. – É tudo de vontade de dar ‘pra mim, né? De ficar com pau socado até o talo nessa buceta apertada.
Segurando o cacete com uma das mãos, Richard deslizou a cabecinha desde o seu clitóris até a entradinha, que piscou imediatamente, quase como se pretendesse sugá-lo para dentro. Ele pressionava, fazia que iria te encher, te arrancava gemidos e suspiros em deleite, retesando ao sentir o molhadinho da saliva pingar no seu buraquinho mais apertado. O dígito subiu até alcançar o local, trazendo a sua lubrificação junto, deixando bem babadinho para que você o recebesse.
– Mas não é isso que você merece. – A pressão te fez derreter, completamente tontinha quando a pontinha do pau começou a te alargar de pouquinho em pouquinho. – Não, eu vou socar tudo nesse seu rabinho. Até você não aguentar mais. – As palavras pareciam acompanhar a velocidade com que ele deslizava no teu interior. – E eu vou te devolver ‘pro seu namoradinho novo trocando as pernas do tanto que levou pau.
Bruto, Richard te pegou o cabelo, puxando-os até que o seu tronco estivesse suspenso no ar, sem levantar o suficiente para que pudesse enxergar o 27 nas suas costas. Seus murmúrios saíam misturados com frases desconexas, quase em um chorinho quando ficou cheinha dele por trás. Um gritinho escapou dos seus lábios quando o colombiano saiu do seu interior e te preencheu de uma só vez, empurrando o quadril contra a sua bunda empinada em movimentos rápidos e firmes, forte e fundo.
– Cala a boca, porra. – Vociferou no pé do teu ouvido, tampando a sua boca com a mão livre. – Engole esse gemido de cadela no cio, porque se alguém vier aqui eu vou te comer ‘pra quem quiser ver. – A palma espremia o seu rostinho, cobria a sua boca e um pouquinho do nariz, te roubava o ar de um jeito que fazia o seu corpo estremecer com o prazer. – Mas ‘cê é tão suja que aposto que gostaria disso. – Os sonidos das peles se chocando denunciavam todo o ato, por mais que os gemidos fossem contidos, a velocidade só aumentava o barulho. – Tenho certeza de que gozaria na hora se ele aparecesse aqui e descobrisse que você ‘tá dando o cuzinho ‘pra mim.
Afetada, você tentou chamar o nome do colombiano, perdida no próprio prazer, impossibilitada de completar sentenças lógicas. O seu corpo se entregava para ele, recebia todo o prazer, o ciúmes e o calor, tão ensopada que fazia escorrer pelas coxas, uma completa bagunça. Em um ritmo alucinante, o colombiano te fodia como se te odiasse, repetindo a frase no pé do teu ouvido, segredando, te desafiando a dizer que o odiava também. Selvagens, primitivos, viciados.
E nesse jogo de ódio, entre fazer um ou o outro pagar, os dois acabavam ganhando.
307 notes · View notes
hyperfixationrn · 2 years
Text
barcelonaculer
Tumblr media
Liked by username and 273,489 others
barcelonaculer pedri in a recent interview “i still can’t believe i grew up with messi as my idol and now i sit down for family dinner at his house every sunday night.” BRUH 😵‍💫😵‍💫😵‍💫
username that warms my heart
username he cuffed YN MESSI
username 😩 when will it be my turn
username no way yn and pedri make it
View all 1,385 comments
ynmessi
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
Liked by ferrantorres and 348,897 others
ynmessi esta semana!!!!!! 💜 (phone got hacked 🤔)
See translation: this week
pedri amo todo mi tiempo contigo
See translation: i love all my time with you
ynmessi 🥰❤️
antonelaroccuzzo liked this comment
username mateo is my favorite messi LOL
ynmessi mine too
username girl-
leomessi 😂😂😂
ynmessi no me estoy riendo papa
See translation: i’m not laughing
pablogavi tomamos un foto????
See translation: we took a photo????
ynmessi lo siento 🙏😩
See translation: i’m sorry
pedri 🤑🤑🤑
ynmessi pedro se amable
See translation: be nice
username i am obsessed with your life
View all 241,387 comments
pedri
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
Liked by leomessi and 855,138 others
pedri vida
See translation: life
username mateo!!!
ynmessi 🤍🤍🤍 gracias por estar in mi equipo
See translation: thanks for being on my team
pedri claro linda
See translation: of course pretty girl
leomessi Revancha la proxima semana!
See translation: Rematch next week!
neymarjr conmigo?
See translation: with me?
username they’re so cutie 🫠🥺😔
pablogavi cuando esta mi invitación?
See translation: where is my invite?
ynmessi inexistente
See translation: nonexistent
username i’m so happy for you (extremely jealous) (derogative)
View all 346,789 comments
1K notes · View notes
caostalgia · 1 year
Text
Tú sabes.
Esta será la última carta de amor hacia ti, la última dedicatoria de un escrito de mi ser hacia alguien que me hizo feliz.
Tu sabes cuanto te amé, y cuanto orgullo me daba verte crecer aunque tuvieras tropiezos, tu sabes el amor inmenso que te tenía, tu sabes las cosas que pasamos juntos, como no me importaba que la vida me diga "deja de intentarlo" en tu peor momento y como yo le respondía "El amor se trata de apoyar a quien quieres, se trata de esto"
Tú sabes cuantas noches en vela tuve porque tenías miedos, inseguridades, dudas, temores, ansiedades y nada importaba porque creía que te ayudaba a solventar todo ello.
Tú sabes las veces que dejaba todo por estar contigo cuando tenías ansiedad y nunca negaré que también cometí errores en esas épocas, pensando que lo hacías para que no me junte con amigos, ya que en esos momentos de ranchada te venían esas inseguridades y yo me sentía incómodo, capaz nunca pude entenderlo del todo, perdón por no ser un psicólogo.
Leía mucho sobre el tema, me instruía, consultaba a compañeros que estudiaban la carrera en como podía ayudarte, daba mi mejor esfuerzo por eso.
Tú sabes más que nadie como pase los últimos meses, me descuidé tanto física como mentalmente, no importaba si engordaba o no, no importaba si yo estaba mal con tal de verte bien.
Tú sabes como dejaba de lado mis problemas para no agobiarte más aunque tu me pedías que no lo hiciera, tu sabes, lamento no haber podido contártelos y siempre guardarmelos, nunca aprendí a hacerlo después de ver que muchas veces tocabas otros temas y mis problemas quedaban en segundo plano.
Tú sabes cuanto te amé, y me duele leer que creas en el reemplazo, cuando bien sabias que solo necesitaba tiempo para mi, para encontrarme nuevamente, para saber quien quería ser, si el chico que siempre fui o si la persona que me estaba volviendo al dejarme apartado de mi mismo para verte feliz.
Tu sabes cuanto me dolió oírte decir "Es la época que más enamorada estoy" cuando yo mismo era menos "yo".
Esta es la despedida que quisiste tener, la única vez que te llamé porque tuve un ataque de ansiedad en mi peor momento, cuando me ahogaba en alcohol y fumaba como chimenea, solo pedí una cosa "no hablar de la relación luego de haberte pedido el tiempo para encontrarme" y terminaste esa llamada sin ayudarme y diciendo "ya no hay un nosotros" tuve que asimilar esas palabras, lloré, y me desgaste, pero ahora estoy bien.
Empecé a cuidarme más, baje de peso, me hice ese peinado que tanto te dije que quise hacerme, me cuidaba más el rostro, empecé a quererme más y esto no es una carta de odio, es una carta de amor al pasado, de saber que siempre di lo mejor de mi por verte bien, y cuando yo decidí semanas después decir las palabras que dijiste "ya no hay un nosotros" cuando me pedías disculpas por algo que ocurrió, jamás te culpe por nada.
Me culpe siempre a mi, y siempre te dije que si tu deseabas acabarlo en medio de ese tiempo lo entendería, porque fui yo quien lo pidió, y que ese peso recaeria en mi, pero ya no quería seguir cargando una mochila que no me pertenecía.
Te quiero y estimo mucho, y siempre seguiré apoyándote en tus proyectos a la distancia, y siempre estaré orgulloso de tus logros, de tus aciertos y de las veces que te levantes después de las caídas, pero no me hagas ver como "el malo de la película" cuando sabemos como eran las cosas.
Siempre oía palabras punzantes al corazón cuando no actuaba como esperabas. No soy perfecto y aunque tu también tenías tus errores y mis labios no te decían palabras así de duras.
Es la última carta de amor que le escribo a alguien que me enseñó mucho, que me ayudo a crecer y a forjarme, que me dio confianza cuando no la tenía, pero ya no éramos un nosotros, éramos un "Tú y la persona que estaba dispuesta a dejarse de lado por verte feliz" no podía más con eso.
Por eso ahora solo quiero que sepas que siempre habrá un rincón en mi corazón con tu nombre, porque por más errores que tuvimos, AMBOS, jamás te guardaré rencor de nada, porque aunque hubieron palabras fuertes, me importaban más las buenas que salían de tu boca, aunque muy en el fondo calaba en mi un sentimiento de decepción hacia mi persona por no ser quien querías que sea.
Ahora estoy bien, y te deseo lo mejor, cumple tus metas, baila tanto como lo hacías y disfruta de ello, no descuides tus estudios y espero recuerdes mi voz cuando lo hagas porque siempre me preocupe por tu futuro aun si yo no estaba en él.
Eres esa rosa que creció en mitad del edén pero no supe cuidar bien, ahora solo quiero que seas feliz, pero esta vez no conmigo, porque me siento mejor sin ti, y no por no tenerte cariño, si no, porque ya no era amor, era tóxico lo nuestro, discusiomes sin sentido alguno, ofensas si no pensaba como tú, y remordimientos guardados, bloqueos de todos lados por una discusión tonta, era obvio que no era lo que querías a la larga, y yo también lo noté después de meses, cuando terminamos, sentí algo de paz y tranquilidad, pero también angustia por como estarías.
Ahora creo que me culpas de todo y bueno yo decidí llevar ese peso, así que solo se feliz y de todo corazón quiero que lo seas, por lo que significaste en su momento.
Y por último... Tu sabes bien cuanto amor pude darte que llegue a quedarme sin él para mi mismo, solo por verte feliz, no sé si fue un acto de amor alocado o no, pero fue lo que creía que era amor, hacer feliz a la persona que tenia al lado aunque yo no lo fuera del todo, y comprendí que para ambos era mejor ese tiempo separados. Y ahora simplemente separados, estamos mejor.
Es una carta de amor partida en 2 escrita por el autor qué conocía a la perfección tu voz, que siempre dejaba todo cuando en tu vida "quemaba el arroz", ahora es una despedida atroz, sin una conversación cara a cara y sin un adiós.
Y solo tu sabes cuanto te ame para permitir todo esto y aun así guardarte un pedazo en mi corazón. Suerte en todo, te quiero, se feliz y cuidate, porque un cariño siempre habrá, pero un nosotros ya no.
Versame_
717 notes · View notes
miskhalie · 7 months
Text
Una noche más-Matías Recalt x Reader.
Pairing: Matías Recalt Advertencias: smut, sexo sin protección, rollo de una noche.
Era una de esas noches en las que Matías te llamaba, te decía que no podía soportar ni un minuto más a su novia y que se moría por verte. Ya no era la primera vez que ocurría, en esta semana. Sabías lo que eso quería decir: Quería otra noche contigo.
¿Qué era más duro si saber que nunca seria tuyo o saber que siempre le dirías que si? No lo sabías, pero esta noche no pareció afectarte. Llevabas unos días cansada, con ganas de desahogarte del trabajo y de los mundanos obstáculos de cada día. Además también ibas un poco cachonda debido a que Matías te tentaba cada día al enviarte un mensaje de lo bien que se lo pasaba contigo.
Sabías que Matías estaba en una relación abierta y que no había problema en ello, pero siempre te acababas compungiendo por ello. Pero, ¿y si esta noche te dejabas llevar y disfrutabas del sexo casual que te ofrecía ser la nueva enamorada del actor?
Decidiste ponerte un conjunto sexy, con seda y encaje que hacía que tu cuerpo pareciera más delicado de lo normal. Te aplicaste una crema que hacía que tu piel fuera terciopelo al tacto y, finalmente, te despeinaste un poco así como a él le gustaba. Pero para parecer menos interesada, como la diosa inalcanzable que eras, sobre la lencería te colocaste una camiseta que había dejado la noche anterior. Como si solo estuvieses de chill.
Oíste un coche, las luces del coche estaban apagadas aun siendo de noche. No vivías cerca, pero tenías ese código para reconoceros. Así pues, aparcaba y salía del coche a un paso calmado, sin preocupación. Había estado antes aquí. Ya te había visto desnuda y no era nada fuera de lo usual. O eso creía él.
Tenía una llave para emergencias, y si hubiera sabido que le esperaba lo hubiera considerado una emergencia. Lo esperaste en la cama, para aportarle misterio.
- ¿Nena, adonde estás? - preguntó una vez dentro de la casa.
- Sigue mi voz. - lo retaste.
Matías sonrió. ¿Qué estaba ocurriendo esa noche?
Se quitó la chaqueta y la dejo sobre el sofá. Por el camino cayeron sus zapatos, sus calcetines y una sudadera que llevaba encima de una camiseta ancha. Giró por el pasillo y te vio recostada sobre la cama con ese conjunto que nunca te había visto y te quedaba tan bien. Al verte, se lamio los labios como un lobo hambriento. Te iba a comer entera.
- ¿A que se debe tanto erotismo? - se sentó en la cama mientras te levantabas a masajearle la espalda de forma seductora.
- ¿Y porque no hacerlo? - le susurraste al oído. Un escalofrío recorrió la espalda del chico. Se le escapo un suspiro y se volvió a lamer los labios. De repente, tenía la boca seca. Se sentía como si fuera su primera vez de nuevo.
Te acercaste a su lado y tus pechos se movieron ligeramente, apretándose un poco debido a tu brazo. No eras tan inocente, sabias perfectamente que estabas haciendo. Tu cabello caía como una cascada sobre tu pecho y tu espalda. Matías se volvía loco con solo mirar tu cuello desnudo, tu clavícula marcada y tus pechos redondos y suaves.
- Puedes tocar si quieres. - le ofreciste un vista aún más tentadora de tus pechos, inclinándote hacia él. Definitivamente su novia no lo recibía así para tener relaciones.
Alzó la mano hacia tu pecho, pero antes de colisionar piel con piel, unió vuestros labios en un beso suave y lento que iba siendo cada vez más explicito. Masajeaba tus pechos sobre el sostén, no obstante, gruño frustrado y metió la mano por debajo. Te derretías con su tacto pero no podía ser, hoy te tocaba seducirlo, no al revés.
Lo tumbaste y te quistaste el sostén para colocarte sobre él. El contacto de piel con piel hizo que tus pezones se volvieran duros y Matías lo notara. Apuró los besos como si fuera un hombre hambriento, de ti, y cada vez eran más húmedos, más apasionados y más sucios. Tu boca no era lo único húmedo en el momento, lo que hacía él te encantaba, pero no era el momento de que te sedujera, sino que tu lo hicieras por él.
No dudaste al quitarle los boxers, y empezar a darle un ritmo continuo a su verga. Matías abrió los ojos sorprendido por tu iniciativa. Pero se sorprendió aun más cuando incorporaste tu boca al trabajo.
Bajo de ti, él temblaba, se escurría, se contorsionaba. No podía aguantar tanta fuente de placer, y más cuando no lo había conocido de ti. Rápidamente, sus dedos se colaron por dentro tus bragas y con solo rozarte, suspiraste entrecortadamente. Mojó sus puntas en tu agujero y cubrió la zona con tus jugos. Masajeaba la zona al mismo ritmo que tu le dabas. Él no podia aguantar el ritmo y tú tampoco.
Pronto la ropa sobrante se fue, por lo que solo os queréis tocar y frotar el uno con el otro.
- Nena, dejame entrar o me voy a correr como un gil. - jadeó viendote demasiado profundo en la pasión del momento.
Se acomodó dentro de ti y embistió suavemente para que te adaptaras. Pero tu ya estabas con los ojos en blanco, agarrandote a su espalda con tus uñas. Tus gemidos eran intensos y Matías no podía resistir los suyos al oírte. Era más vocal que otras veces.
- Más, Matías, más. - estabas fuera de si, su pene rozaba el punto mas sensible dentro de ti.
Matías empujó más, casi sin poder controlar su lujuria o la situación. Dejó escapar un gruñido fuerte y le temblaron los brazos que lo apoyaban sobre ti. No podía aguantar más. Tu lo apretaste, llegaste a tu climax con un gemido obsceno y temblor en las piernas. Él no se contuvo más. Gritó tu nombre y se vino.
Se cayó sobre ti y lo abrazaste con brazos y piernas. Jadeaba como si hubiera hecho un triatlón.
- Matías - lo llamaste.
- Decime, linda. - suspiró sonriendo.
- Te amo.
- Yo también te amo. - te acarició el pelo hasta que te dormiste.
Por primera vez, Matías consideró quedarse a dormir y así lo hizo.
139 notes · View notes
dreaming-star20 · 9 months
Text
Infidelidad
Una persona con el corazón roto es capaz de cualquier cosa por despecho. Cuando Antonio se enteró de que su esposa le había sido infiel, se volvió loco. 20 años de matrimonio se fueron directamente a la basura. Aparentaba estar tranquilo ante todos, incluso firmó los papeles de divorcio sin ninguna protesta. Pero de lo que nadie se había percatado era que Antonio cocinaba su venganza desde las sombras. Hasta donde él sabía, su esposa estaba por fugarse de la ciudad con su amante, varios años más joven que Antonio. Las piezas estaban en el lugar ideal para la venganza.
- Veo tu cara en el espejo, y por más que lo intento, no comprendo lo que vio ella en ti. 
Tumblr media
Germán, el joven hombre de 29 años, se dijo a sí mismo en el espejo, mientras con sus manos, acariciaba su musculoso cuerpo lampiño. Bueno, algo así. Si bien ese era el cuerpo de Germán, era Antonio quien lo utilizaba. El hombre había robado el cuerpo de este joven como parte de su plan.
- Quiero decir, eres guapo, bastante, a decir verdad. Y tienes un cuerpo bastante sexy. Pero yo también tengo lo mío. Para empezar, gano más dinero que tú. En lo que respecta a la apariencia, es verdad que no hago tanto ejercicio como tú, pero nunca he descuidado mi cuerpo.
Mientras estas palabras salían de su boca robada, Antonio continuaba sintiendo con sus nuevas manos cada centímetro del cuerpo de Germán. Poco a poco sus dedos se acercaron hacia su zona más íntima. Sin vacilar, sus dedos entraron por debajo de su ropa interior y le dio un buen apretón al largo y sensible trozo de carne circuncidada entre sus muslos.
Mientras estas palabras salían de su boca robada, Antonio continuaba sintiendo con sus nuevas manos cada centímetro del cuerpo de Germán. Poco a poco sus dedos se acercaron hacia su zona más íntima. Sin vacilar, sus dedos entraron por debajo de su ropa interior y le dio un buen apretón al largo y sensible trozo de carne circuncidada entre sus muslos.
- ¡Vaya muchacho! Puedes sacarle el ojo a alguien con esta cosa. Pero el mío es mucho más grueso.
Una sonrisa arrogante se dibujó en el rostro de Germán, una que el verdadero nunca haría. Antonio continuó con su monólogo frente al espejo, odiaba admitirlo, pero toda esta experiencia lo excitaba demasiado.
- Bueno, no importa lo sexy que seas, ahora todo esto me pertenece. Yo soy tu, al menos por ahora. No me malinterpretes amigo, esto tiene poco o nada que ver contigo. Tu no tenías idea de que te estabas metiendo con una mujer casada. Simplemente estuviste en las circunstancias incorrectas. Pero, en fin, eres justo lo que necesito para vengarme de ella.
Antonio terminó de quitarse la ropa que llevaba puesta, dejando al aire libre la hombría de Germán, además de su redondo y suave trasero. La figura redondeada del par de melones que ahora poseía fue irresistible para Antonio. Se dio una fuerte nalgada que hizo a sus glúteos temblar como dos gelatinas.
- La idea original era grabarme teniendo sexo con varias de las amigas más íntimas de mi ex, pero tengo una mejor idea. Llevo semanas con una inquietud en la cabeza, pero no me atrevo a intentar en mi propio cuerpo. Supongo que esta es mi oportunidad.
Antonio les dio un fuerte apretón a las suculentas nalgas de Germán. Estaba muy excitado por la emoción de estar en un nuevo cuerpo. Y más por el estar en uno tan sexy. Se dirigió a la mesa de noche junto a su cama, abrió el cajón, y de él sacó una bolsa negra. Dentro se encontraban un estimulador de próstata totalmente nuevo y una botella de lubricante. Solo Antonio sabía cuánto tiempo llevaban esos objetos guardados. Antonio sacó de su empaque el vibrador y se aseguró de cubrir meticulosamente todo lo largo del objeto de plástico con suficiente lubricante. Aún recordaba con recelo su último chequeo médico, cuando tuvo que consentir un tacto rectal. Salió del consultorio caminando como un cervatillo. Antonio se agachó casi hasta tocar sus pies, de tal manera que su trasero quedó expuesto al cielo.
Todo estaba listo, y con una mezcla entre emoción, duda y algo de miedo, Antonio acercó poco a poco el estimulador a su ano. Introdujo suavemente la punta en su culo virgen, y con toda la delicadeza que pudo, metió el objeto hasta el fondo. Antonio se incorporó y se vio de nuevo al espejo. Hasta el momento todo iba excelente, su rostro mostraba genuina emoción. Su pene incluso se había comenzado a poner erecto sin haberlo tocado. Antonio se recostó cómodamente en su cama y tomó el control del vibrador. La verdadera diversión estaba por empezar. Con mucha seguridad presionó el botón de encendido, haciendo así que un muy corto y rápido movimiento sacudiera el ano robado de Germán. Esto solo había sido el aviso de encendido, pero fue más que suficiente para que un gemido escapara de los labios de Antonio.
La mirada de Antonio se llenó de determinación. Configuró el aparato a una intensidad media y con vibración constante. Tan pronto cómo el estimulador comenzó a hacer su magia, Antonio comenzó a retorcerse de placer en la cama. Daba vueltas y vueltas por todos lados, intentando agarrarse de las sábanas. Las olas de placer recorrían su cuerpo, su respiración comenzó a agitarse. Gemidos, bufidos e incluso gritos se hicieron audibles por toda la habitación. Antonio estaba volviéndose loco de placer. Gotas de líquido preseminal salían de la punta de su pene erecto, que se sacudía erráticamente al ritmo de sus caderas.
Su parte consciente se repetía a sí mismo una y otra vez que debía controlarse, pero poco a poco la lujuria y el placer fue todo lo que su mente obedeció entre el caos sensorial. Constantemente Antonio tapaba su boca, en un intento deliberado de no dejarse llevar tanto por sus instintos. “¿Por qué hago esto?” pensó a la vez que apartaba sus manos de su rostro y se dejaba llevar por la excitación. Respiró profundamente, recuperando un poco el aliento, y a partir de ese momento dejó que el cuerpo que tanto trabajo le había costado robar fuera dominado por sus instintos más salvajes. 
Los ruidos de placer se hicieron más intensos. Probablemente podían escucharse desde la calle, pero a Antonio no le importaba. Su cuerpo estaba empapado por el sudor. El olor que emanaba de él era exquisito. Con sus fuertes manos recorrió cada parte del cuerpo bien tonificado de Germán. Su pene se encontraba ya a reventar. Antonio quería llegar de una vez por todas al clímax, así que tomó la botella de lubricante, se untó las manos con él y comenzó a acariciar furiosamente su verga. No pasó mucho tiempo hasta que hilos de blanco y caliente semen salieron disparados en todas direcciones. El cuerpo de Germán terminó cubierto en sus propios fluidos. Varios chorros aterrizaron en su cara, uno incluso en su boca, permitiendo a Antonio probar por primera vez en su vida el jugo viril de otro hombre.
- No puedo esperar para que metan algo aún más grande por allí. Esto va a ser aún mejor de lo que había pensado. - Antonio apagó el vibrador y recobró su aliento. Tras unos minutos pudo ponerse de pie, tomó una toalla de su baño y se limpió un poco. Sabía que debería haberse duchado, pero le pareció más apropiado conservar su cuerpo cubierto por fluidos corporales. Se puso de nuevo sus Jens y se recostó de nuevo viendo hacia el espejo.
- Voy a matar dos pájaros de un tiro contigo. Tú no te preocupes amigo, descansa allí adentro. Cuando salga de ti no recordarás absolutamente nada de todo esto, y yo abre obtenido mi venganza contra esa perra que alguna vez llamé esposa.
Tumblr media
165 notes · View notes
trogo-auto-egocratico · 6 months
Text
Considero momentos como estos, tan raros, que no puedo evitar volver a vivirlos en mis sueños. Estaré soñando contigo toda la noche, toda una semana, todo un año.
Fyodor Dostoyevsky.
Noches blancas.
107 notes · View notes
oh-deardeer · 6 months
Text
Echo de menos las calles que no caminamos donde nuestros pasos no dejaron huella; los atardeceres que se privaron de mirar cómo reímos junto al lago, las cartas sin escribir, las canciones sin dedicar, el amor que no nos fue posible volver a hacer, echo de menos los lugares que no conocieron nuestra historia, el café que se enfrío por nuestra espera, los poemas que no escribimos un sábado por la noche después de habernos extrañado toda la semana, los abrazos que no nos dimos, las palabras que no dijimos, las promesas que no pudimos cumplir, echo de menos los futuros que nunca podrán ser presente, los libros que no compartieron nuestra repisa, las sábanas que no leyeron la poesía de nuestros cuerpos desnudos, los detalles que ya no llegaron, los te amo que se esfumaron.
Echo de menos compartir mi vida contigo. Karla M.
103 notes · View notes
chiquititamia · 6 months
Text
Make you feel better
Tumblr media
Enzo vogrincic x reader Primera parte de mi segundo fanfic 💕Enzo es tu mejor amigo y entiende que necesitas sentirte mejor con la regla ❤️‍🔥warnings: de momento el smut es leve, pero la segunda parte será explícita. 💬Agradecería mucho vuestras opiniones. Os leo!
Make you feel better
Nunca te había dado tan fuerte. Es decir, sí, la regla normalmente te daba más hambre de lo normal o náuseas, según el mes. Algunas veces también experimentabas dolores de cabeza muy profundos, que te tenían en la cama durante tardes o días enteros.
Otros meses sin embargo…los síntomas eran otros.
Una especie de celo, de heat, se apoderaba de tu cuerpo; a menudo te despertabas con una sobreestimulación que había transcendido de un sueño y te había hecho meter tu mano entre tus piernas. Después de trabajar, a veces incluso antes de prepararte la cena te tumbabas en tu cama para aliviar la calentura que habías arrastrado durante el día.
Aquel día habías tenido que cumplir con varios mandados desde por la mañana: que fuera tu día libre en el trabajo no quería decir que pudieras descansar, al fin y al cabo, vivías sola y tú eras la única que se iba a encargar de las tareas de la casa como limpiar, cocinar e ir a la compra.
Muy para tu desgracia tu healthy you era quien había ido al supermercado, comprando todo tipo de comida sana, que, además, implicaba una elaboración, la cual no estabas dispuesta a realizar en ese momento. Matarías por un poco de tu chocolate favorito.
Te apresuraste a meterte a la ducha, debías estar algo presentable: tu mejor amigo, Enzo, vendría a pasar el rato contigo y quizá ver una película.
Ya tenías puesta ropa cómoda para andar por casa: una camiseta que te quedaba gigante y unos shorts. Te habías puesto un sostén al salir de la ducha, pero tus pechos se notaban tan hinchados que decidiste quitártelo, dolorida.
Te estabas peinando tu largo cabello mojado hacia atrás cuando el ruido del timbre te sobresaltó.
-Cómo vas, chiquita? -Enzo te saludó con dos besos.
- Podría estar mejor… - te lamentaste.
- Y eso? – Enzo pasó a tu lado y colgó su chaqueta en el colgador de detrás de la puerta.
-No es nada…
-Ah, bueno, mira lo que te traje – Enzo sacó del bolsillo un par de kit-kats de fresa-tus favoritos-y los agitó delante de ti.
Si fueras un dibujo animado se verían estrellas brillantes sobresaliendo de tus ojos.
Sin mediar palabra se los arrebataste de las manos y le abrazaste.
- ¿Che, qué bicho te picó? - dijo Enzo divertido.
Ignorándole corriste hasta tu cuarto con la chocolatina en la mano dispuesta a sentarte en tu cama.  Estaba anocheciendo, así que iluminaste la habitación con la guirnalda de lucecitas que colgaba en el cabecero de tu cama, en adición con la lámpara de lava que casi siempre estaba encendida.
Era viernes de películas: el mejor día de la semana. Desde hacía un tiempo, os habíais propuesto ver una película de terror cada fin de semana. A veces de horror clásico, como El exorcista o La Matanza de Texas, y otras, sobre todo cuando las eligías tú, de terror ‘elevado’, como Hereditary o Babadook. Enzo era, como siempre le decías para molestarle “un viejito en cuerpo joven”, y tenía debilidad por el cine del siglo pasado. Ambos cedíais en vuestros gustos con el fin de pasar un buen rato. Aunque os gustase joder, en realidad erais muy buenos amigos.
¿Amigos? “Sí, amigos”- te tenías que recordar a ti misma de vez en cuando, cuando te despertabas totalmente excitada por haber soñado que hacíais todas esas cosas que no hacen los amigos. Enzo era innegablemente atractivo, sobre todo cuando le mirabas con esa sopa de hormonas que era tu cuerpo en esos días. Pero atractivo o no era tu amigo, y eso se respetaba. Además, ¿qué pasaría si un día hicieras un comentario o un movimiento fuera de tono? Toda vuestra amistad se vería arruinada por algo tan mundano. Ni hablar.
Enzo no era el único que había traído un detalle. Esa misma mañana, en la universidad habías ido a hablar con el “proveedor” oficial de vuestro grupo de amigos y te había dado hierba de la mejor calidad.
La tarde transcurría entre el humo del porro que os estabais pasando mientras veíais la película Déjame salir de Jordan Peele.
-Ese chabón está muerto- comentó Enzo intentando adivinar el destino del pobre protagonista.
Tú apenas le estabas prestando atención a lo que dijo, ni a la película, tu mente se estaba perdiendo por unos lugares absurdos de los que nada bueno podía salir. Te sorprendiste a ti misma saboreando la boquilla del pucho, por el simple motivo de que se encontraba mojado con su saliva. De repente estabas visualizando su boca, sus labios. Despierta, pendeja, ¿qué te pasa?. Te pateaste a ti misma mentalmente por si quiera atreverte a explorar esos terrenos.
Tal y como si fuera un castigo divino por tus pensamientos impuros una tremenda punzada te atravesó el bajo vientre haciendo que contrajeses la expresión de tu rostro y gimieras de dolor por lo bajo. Aunque trataste de disimularlo, tu amigo se dio cuenta mirando un par de veces para cerciorarse de que te había visto retorcerte por el rabillo del ojo. Rápidamente alcanzó el control remoto de la televisión y paró la película.
-Bo, qué tenés? -su expresión contenía más gravedad que la que el asunto requería, por la cara que su amiga ponía podría estar sufriendo un ataque al corazón- Habláme!
Hiciste un gesto con la mano y negaste con la cabeza, dándole a entender que no sucedía nada y que ibas a estar bien, pero su cara decía todo lo contrario, a juzgar por sus ojos aún fuertemente cerrados.
-Contáme qué tenés, boluda, me estás asustando!
-Es solo un…calambre- gruñiste tú luchando por mantener la compostura. Si no lograbas recomponerte le tendría que explicar en detalle lo que le pasaba y, además de la pena que te daba, no tenías ningunas ganas de hablar con aquel dolor apuñalándote.
-¿Comiste algo malo? -se alarmó- ¿fueron mis chocolates?- Sus ojos se habían encendido como dos alarmas de incendio, era hasta adorable el repentino miedo que su amigo estaba sintiendo por ella.
¿Qué te pasa, tarada? ¿Cómo puedes estar disfrutando que tu mejor amigo se preocupe por ti y la pase mal? - te mortificaste.
-Che, Enzo, tranquilízate, sólo es mi periodo … - trataste de sonreír.
Él pegó un resoplido digno de un caballo de carreras, aliviado. Sólo era eso.
-Dale, mirá que sos dramática nena, por un poco de sangre de nada El moreno se rio sin ser consciente de la mirada asesina con la que le estabas fulminando. Si tuvieras poderes ahora mismo tu amigo habría estallado en llamas y estaría corriendo en círculos por tu pieza.
-No…voy a opinar. Seguí con la peli- trataste de respirar profundo como te había enseñado tu terapeuta, no había caso de comenzar una pelea con tu amigo, y menos en esa situación. Tu apartamento podría convertirse en La casa de las dagas voladoras.
-No, dale, chiquita, no podemos seguir viendo la peli como si no pasase nada, no soy tan así, te estaba jodiendo.
Buscaste un atisbo de diversión en su mirada, anticipando que se fuese a burlar de ti una vez más. Algo que en realidad te hubiera dolido. Pero no lo encontraste, parecía hablar en serio.
-Lo que te duele es la panza, ¿no?
Bajaste la mirada y asentiste.
-Mirá, no tienes que avergonzarte ni preocuparte, me he criado con mi madre y mi hermana, y también he tenido novia, sé de qué va
-No me digas -respondes sarcástica. Como si haberlo contemplado le pudiera hacer entender qué era lo que carajo sentías.  
-Bueno, a ver, nunca lo podré saber, soy un varón, pero si que puedo intentar ayudarte. – al decirle esto le puso una mano en su bajo vientre, el cual notaba arder por dentro. Al notar su mano grande y cálida te estremeciste, cosa que pareció asombrarle. No le había sonado exactamente a un sonido de dolor por tu parte – ¿qué más te duele, chiquita?
Estaba claro que Enzo no era consciente del impacto que un solo roce y un solo nombre podía significar para ti viniendo de él, especialmente en ese momento tan hormonal del mes. Sentías que tu aliento era tan cálido que te quemaría la garganta y qué él notaría esa temperatura saliendo de tu interior si llegabas a exhalar cerca de él.
-Y bueno, los senos – dijiste en un tono bajo, aunque intentabas sonar confiada. Con lo que no habías contado es con que ese comentario habías dirigido su mirada directa hacia Tus pechos, que, para más inri estaban desprotegidos de una capa protectora extra de un sostén. ¿Se adivinarían demasiado tus pezones a través de la gastada camiseta que estaba vistiendo?
-E-eso es normal- Enzo tampoco estaba haciendo un gran trabajo sonando casual- ¿querés que te traiga una infusión o algo?
-No, eres muy dulce, pero eso no me ayudaría.  ¿¿Qué?? Ahora le llamás dulce a tu mejor amigo. No, nena, estás perdida. Además, ¿para que le dijiste que te dolían las tetas?
-Está bien, pues no se me ocurren más ideas, nena.
-Sigamos viendo la peli, de veras que estoy… casi bien.
-Si vos decís…
Pasaron unos minutos, quizá una media hora y continuaste viendo la película, que estaba llegando a su punto más álgido de tensión, aunque eso poco te importaba.
Otra oleada de dolor inevitable te inundó nuevamente, y, aunque trataste de disimular, esta vez había sido un pinchazo aún más fuerte que el anterior. Sentiste como si alguien hubiera logrado meter la mano en tu vientre y estuviera estrujando tu útero con el puño como quien escurre una esponja. Además, podías jurar que notabas tus pechos como dos globos a punto de estallar, y, a la vez como si la superficie de estos se encontrase cubierto de hematomas, como si realmente te hubieran dado una paliza.
Enzo, sin apartar demasiado la mirada de la pantalla – al menos que tú hubieras visto- pasó uno de sus brazos por tus hombros, acercándose más a ti, para después empezar a acariciar tu panza con una mano y tu hombro derecho con la otra. Tras un par de caricias de tanteo, su diestra comenzó su arriesgado viaje hacia tu pecho. No podías creerlo, te habías congelado y no querías hacer ningún movimiento, por leve que fuera, que pudiera ser malinterpretado, no querías parecer ofendida y que parase. Lo que más deseabas que sucediera estaba ocurriendo. Un deseo nublado por las hormonas revolucionadas que parecían salir de tus poros y por el dolor, sí, puede ser, pero en ese momento no se te ocurría ninguna buena razón para pedirle que parase.
Sin mayores miramientos, su manó abarcó tu pecho con cuidado, su pulgar y su índice rozaban tu pezón con delicadeza, mientras que el resto de sus dedos masajeaban el resto de tu seno.
-Enzo… -comenzaste por lo bajo
-Shh…- te mandó callar como si la película fuera lo más importante de ese momento.
De alguna forma que no supiste explicar, el calor de tu entrepierna estaba sustituyendo más pronto que tarde al dolor que hasta hace unos minutos estabas sintiendo, lo cual te avergonzó, ¿no era que te dolía tanto?
Continuó ejerciendo la presión necesaria para que tu sufrimiento se suavizara. Estabas usando todas tus fuerzas para no gemir de placer, el volumen de la televisión no sería la suficiente para tapar el sonido que luchaba por salir de tu garganta.
La película termina.
Enzo se aparta de ti suavemente para volver a alcanzar el control remoto y parar la reproducción automática de Netflix.
-Y, ¿qué querés hacer ahora? – preguntó como si nada.
-La puta madre, Enzo, ¿¿cómo que qué quiero hacer ahora?? – estabas entre divertida e indignada
-Sí, ¿querés ver otra peli? Nos queda pendiente Midsommar, eh.
-Enzo, ¿vos me estás jodiendo? ¿Hace dos segundos me estabas tocando una teta y ahora me decís que quiero hacer? – intentabas que no te temblase la voz.
-Y, sólo quería ayudarte, vi que te estaba doliendo.
Eso te desarmó parcialmente, ¿qué podías responder a eso? Guardaste silencio.
-Nena, yo no quiero que estés mal, y si te puedo ayudar, ¿qué tiene?
-…
-Yo sé que hay ciertas cosas que pueden ayudar a las mujeres cuando se sienten así – dijo mirándote a la cara, clavando sus ojos negros en los tuyos. Ahora, por fin, podías notas un ligero tinte en sus mejillas, al menos un atisbo de igualdad de condiciones.
-¿Ciertas cosas? -Sí, bo, seguro que tus ex noviecitos te intentaban hacer sentir mejor, ¿no?
Ouch. Eso había escocido. No, ni mucho menos tus anteriores parejas habían movido nunca un dedo por hacerte sentir mejor acerca de eso (ni acerca de nada en general). ¿Y por qué ese tonito burlesco y eso de decir “ex noviecitos”?
Enzo pudo adivinar por tu expresión que no había sido así, pero decidió no hurgar más en la herida.
-¿Querés que te haga sentir mejor?
Notabas tus mejillas y todo tu cuerpo arder, notabas tu pulsación tan fuerte que creíste que se podía advertir a simple vista en tu piel, que todo tu calor y excitación era visible, pero no se lo querías dejar ver.
-¿Y qué pasa con nuestra amistad? Se arruinará todo y yo no quie-
Enzo te calló posando su dedo índice estirado en tus labios.
-A mí no me vas a perder nunca.
Suficiente. Eso fue suficiente para romperte y que se formaran lágrimas en tus ojos. Bastante sensible estabas ya como para que se le ocurriese ser así de lindo. A Enzo siempre le había gustado molestarte. En honor a la verdad, tú también le molestabas a él, pero siempre habías sabido que te quería a su manera, después de todo, eran muchos años los que habías compartido juntos.
Él se dio cuenta de que tus ojos estaban vidriosos y se acercó para abrazarte en la cama.
-Hey, no… no llores
En ese momento te liberaste de su abrazo para besarle. No en la boca, aún no tenías el coraje, si no en su perfecta mandíbula, entre otras cosas, para hacerle saber que aceptabas su oferta.
Él entendió el mensaje y acarició tu cara, limpiando tus lágrimas con delicadeza.
-Te voy a hacer sentir bien, chiquita.
Entonces, te dio un beso en la frente y separándose levemente puso sus manos en tus hombros y te presionó hacia atrás, para indicarte que te recostaras.
Tú obedeciste y miraste al techo que estaba iluminado por tus luces azules de ambiente, era vuestro cielo particular.  
Díganme si tienen ganas de que suceda!!
Parte 2
66 notes · View notes
kamas-corner · 1 month
Text
Tumblr media
Yo no quiero ser recuerdo
A la mierda el conformismo: Yo no quiero ser recuerdo Quiero ser tu amor imposible, Tu dolor no correspondido, Tu musa más puta, El nombre que escribas en todas las camas Que no sean la mía, Quien maldigas en tus insomnios Quien ames con esa rabia que solo da el odio.
Yo no quiero Que me digas que mueres por mí, Quiero hacerte vivir de amor, Sobre todo cuando llores, Que es cuando más viva eres.
Yo no quiero Que tu mundo se dé la vuelta Cada vez que yo me marche, Quiero que darte la espalda Solo signifique libertad Para tus instintos más primarios.
Yo no quiero Quitarte las penas y condenarte, Quiero ser la única De la que dependa Tu tristeza Porque esa sería La manera más egoísta y valiente De cuidar de ti.
Yo no quiero hacerte daño, Quiero llenar Tu cuerpo de heridas Para poder lamerte después, Y que no te cures Para que no te escueza.
Yo no quiero Dejar huella en tu vida, Quiero ser tu camino, Quiero que te pierdas, Que te salgas, Que te rebeles, Que vayas a contracorriente, Que no me elijas, Pero que siempre regreses a mí para encontrarte.
Yo no quiero prometerte, Quiero darte Sin compromisos ni pactos, Ponerte en la palma de la mano El deseo que caiga de tu boca Sin espera, Ser tu aquí y ahora.
Yo no quiero Que me eches de menos, Quiero que me pienses tanto Que no sepas lo que es tenerme ausente.
Yo no quiero ser tuya Ni que tú seas mía, Quiero que pudiendo ser con cualquiera Nos resulte más fácil ser con nosotras.
Yo no quiero Quitarte el frío, Quiero darte motivos para que cuando lo tengas Pienses en mi cara Y se te llene el pelo de flores.
Yo no quiero Viernes por la noche, Quiero llenarte la semana entera de domingos Y que pienses que todos los días Son fiesta Y están de oferta para ti.
Yo no quiero Tener que estar a tu lado Para no faltarte, Quiero que cuando creas que no tienes nada Te dejes caer, Y notes mis manos en tu espalda Sujetando los precipicios que te acechen, Y te pongas de pie sobre los míos Para bailar de puntillas en el cementerio Y reírnos juntas de la muerte.
Yo no quiero Que me necesites, Quiero que cuentes conmigo Hasta el infinito Y que el más allá Una tu casa y la mía.
Yo no quiero Hacerte feliz, Quiero darte mis lágrimas Cuando quieras llorar Y hacerlo contigo, Regalarte un espejo Cuando pidas un motivo para sonreír, Adelantarme al estallido de tus carcajadas Cuando la risa invada tu pecho, Invadirlo yo Cuando la pena atore tus ojos.
Yo no quiero Que no me tengas miedo, Quiero amar a tus monstruos Para conseguir que ninguno Lleve mi nombre.
Yo no quiero Que sueñes conmigo, Quiero que me soples Y me cumplas.
Yo no quiero hacerte el amor, Quiero deshacerte el desamor.
Yo no quiero ser recuerdo, Mi amor, Quiero que me mires Y adivines el futuro.
-Elvira Sastre
28 notes · View notes
mividaenversos · 1 year
Text
He vuelto a soñar contigo. Ya van dos veces esta semana. La vida tiene una manera muy jodida de recordarme que ya no estás, que solo puedo disfrutar de tu compañía un momento muy breve, y ni siquiera eres tú realmente. He vuelto a despertar con la nostalgia apretándome el pecho y unas ganas inmensas de poder volver atrás en el tiempo solo para estar un rato más contigo.
Recovecos de mi alma
222 notes · View notes
chico--poetico · 3 months
Text
Despedida
Supongo que llegamos al punto que se terminó todo, no hubiera querido que sea así, en verdad esperaba un futuro contigo, esperaba cumplir mis sueños y metas a tu lado, estaba enamorado de ti, como no te imaginas.
Pero tampoco quiero forzar a que sigas conmigo o que estés donde no te sientes realmente feliz, también por ello ya no volví a buscarte, porque sin mí te irá mejor, los primeros días o semanas no, pero estarás mejor. Y porque sé lo que dirías, que ya estás cansada que siempre pase lo mismo.
Agradezco cada momento a tu lado, cada mes, y también por estos dos años de relación, fuiste mi relación más larga, relación que sentí muchísimo. A pesar de altas y bajas se supo superar, pero este ya no es el caso.
Espero que te vaya bien, espero que mi ausencia te dé la paz que mi amor por ti no pudo. Cuídate.
Carta a mi amada.
43 notes · View notes
venusianmoonchild · 2 months
Text
el recuerdo de tu piel junto a la mía es tan vivido que si cierro los ojos todavia puedo revivir nuestras pequeñas aventuras en la oscuridad de tu habitación.
aun puedo sentir el calor de tus manos recorriendo mi cuerpo sedoso; puedo escuchar los jadeos incesantes junto con nuestras risas complices; percibo la desesperación de tu boca buscando la mía y la impaciencia de la mia por tener tus labios entre mis dientes; en mi mente suenan los comentarios guarros de dos jóvenes enamorados y deseosos de comerse luego de haberse extrañado por días, semanas, meses... veo cómo mis dedos recorren tus rulos negros y tus ojos se cruzan con los míos, fijos e inmóviles... encontrándose al son de nuestros gemidos repitiendo la frase "te amo" una y otra vez.
estar contigo se sentía como si no existiera nada ni nadie más en el mundo. solo nosotros dos, danzando en un ritmo que nadie más podría comprender. y aunque tal vez no había futuro en volver a compartirnos el uno con el otro, había un secreto escondido, una complicidad mutua muy difícil de hallar hoy... una conexión emocional y carnal que se que no encontraré en nadie más.
~ venusianmoonchild ☽
23 notes · View notes
caostalgia · 1 year
Text
Me gustaría poder verte a diario y no sólo una o dos veces a la semana, porque tenerte conmigo es sentirme completa, es sentir que lo tengo todo contigo a mi lado y que puedo hacer lo que sea que se me presente. Eres mi motor para seguir adelante, me inspiras y te admiro. Te prometo que todo este esfuerzo valdrá la pena, que pronto podremos dejar de extrañarnos, por lo menos, no por tanto tiempo.
Moonlight
297 notes · View notes
monicalestrange3 · 2 months
Note
Hacer el amor con Mónica fue una de las experiencias más hermosas, exitantes he inolvidables de mi vida, tanto que ya hace un año o más que pasó y sigo sin poder olvidarlo, es gracioso como ella recibe hate por ser "promiscua" cuando conquistarla es de las cosas mas difíciles que he hecho, literalmente ella es el Boss final de las chicas difíciles, no se si fue solo mi caso pero lograr conquistar su corazón y su mente fue desgastante y frustrante pero al final... Valió cada maldito minuto, hora, semana y meses, su olor es una mezcla entre flores y dulces, describe perfectamente quien es, me acabo de topar con una fragancia muy similar que me golpeó el corazón y me obligo a recordarla, por eso estoy dejándole este ask, todos los cumplidos y deseos que despierta entre sus seguidores son reales, su limitado circulo social de amigos del cual no me dejó ser parte son prueba física y emocional de lo madura que es para su corta edad, disculpen el desorden de mi escritura pero escribo esto inmediatamente despues de sentir su olor de nuevo, dios, recordar ese momento es tortura y fortuna, besar tus labios suaves y dulces, acariciar tu piel dorada, hacerte gemir delicadamente, ser atacado por tu mirada inocente pero de alguna manera cargada de erotismo, tu sabor es dulce, bebería de ti por la eternidad, besé y saboreé cada centímetro de ti y sigo buscando una mujer que te iguale, haber estado contigo fue un error, ahora tengo una maldición, ninguna mujer me satisface, senti que hice el amor con el sol, me llenaste de energía en una explosión de éxtasis y eso jamás se va a borrar, te amo y te odio por eso Monica, jamás encontrarás alguien a quien amar porque simplemente los mortales no podemos alcanzar el sol.
No publiqué tu ask en su momento porque pienso firmemente en que nadie debería ser exaltado de esta manera, solo somos humanos, pero como me bloqueaste de todos lados no encontré otra manera de contestarte, solo por este ask, no soy nada de lo que mencionaste, solo soy una mujer común, con defectos comunes que quiere ser amada de verdad, igual gracias por tan lindas palabras, solo te doy un consejo, no busques a nadie en alguien mas, nunca funcionará.
- English -
Making love with Monica was one of the most beautiful, exciting and unforgettable experiences of my life, so much so that it's been a year or more since it happened and I still can't forget it, it's funny how she gets hate for being "promiscuous" when conquering her is one of the hardest things I've done, literally she is the ultimate Boss of difficult girls, I don't know if it was just my case but to conquer her heart and mind was exhausting and frustrating but in the end…. It was worth every damn minute, hour, week and months, her smell is a mix between flowers and sweets, it describes perfectly who she is, I just came across a very similar fragrance that hit my heart and forced me to remember her, that's why I'm leaving her this ask, all the compliments and desires she awakens among her followers are real, her limited social circle of friends of which she didn't let me be part of are physical and emotional proof of how mature she is for her young age, excuse the disorder of my writing but i write this immediately after feeling your smell again, god, remembering that moment is torture and fortune, kissing your soft and sweet lips, caressing your golden skin, making you moan delicately, being attacked by your innocent look but somehow charged with eroticism, your taste is sweet, i would drink from you for eternity, I kissed and savored every inch of you and I'm still looking for a woman to match you, having been with you was a mistake, now I have a curse, no woman satisfies me, I feel that I made love with the sun, you filled me with energy in an explosion of ecstasy and that will never be erased, I love you and hate you for that Monica, you will never find someone to love because we mortals simply cannot reach the sun.
I didn't post your ask at the time because I firmly believe that no one should be exalted in this way, we are only human, but as you blocked me from everywhere I found no other way to answer you, just for this ask, I am nothing of what you mentioned, I am just a common woman, with common defects who wants to be truly loved, still thanks for such nice words, I just give you an advice, don't look for anyone in someone else, it will never work.
21 notes · View notes