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#Monarquía Hispánica
solnunquamoccidit · 10 months
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Nuestra Señora del Carmen
circle of Diego Quispe Tito (Peruvian, 1611 – 1681) oil on canvas (73,7 × 104,1 cm), late-17th century
Brooklyn Museum
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armatofu · 1 month
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MITOS EN AMÉRICA
MITO 7: LA SANTA INQUISICIÓN MATÓ A MILLONES DE INDÍGENAS
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En el MITO 5 ya hablamos sobre la evangelización en América, así que no lo vamos a tratar de nuevo y tampoco vamos a hablar sobre la inquisición en otros reinos de Europa, solo vamos a tocar a lo referente a la península y la América española.
Una vez más nos encontramos ante otro mito muy extendido, donde se dice que la inquisición mató a millones de indígenas. Resumiéndolo muy brevemente la Santa Inquisición ni tan siquiera podía juzgar a los indígenas, pues nunca tuvo jurisdicción sobre los indígenas. El rey de España ordenaba «que los inquisidores nunca procediesen contra los indios, sino contra los cristianos viejos y sus descendientes y las otras personas contra quien en estos reinos de España se suele proceder».
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¡¡De hecho, incluso hubo indígenas que fueron inquisidores!! En el siglo xvii, el arequipeño Don Juan Nuñez Vela de Ribera, representando a los "illustres Cavalleros Ingas del Reino del Perú" (la Nobleza incaica), le solicitó al rey de España que "Su Magestad se sirviesse de admitir a los indios a ser Ministros del Santo Oficio de la Inquisición", en base a que ya estaban en condiciones de tener la calidad de cristianos viejos, limpios y nobles.
El Consejo Supremo de Inquisidores, presidido por Don Diego Sarmiento Valladares, aprobó la propuesta, fundamentando que son "diez los inquisidores que avalan la petición a favor de los indios nobles".
Siendo así que el rey de España aprobó la solicitud que reconocía que los indios nobles, en general para toda la Monarquía Hispánica, pudieran acceder a la Sagrada Congregación del Santo Oficio de la Inquisición.
El rey de España confirió el acceso de los indios nobles a todos los cargos seculares y eclesiásticos en las iglesias, capellanías, colegios, catedrales y puestos militares:
"De que puedan acceder los indios a los puestos eclesiásticos o seculares, gubernativos, políticos, y de guerra, que todos piden limpieza de sangre, y por estatuto la calidad de nobles”. Carlos II, 1697.
"Los Señores del Consejo Supremo de la Santa General Inquisición que a nuestro poderosisimo Inca Don Carlos II, Augustisimo Emperador de la América, hicieron la consulta de que Su Majestad se sirviese de admitir a los indios a ser Ministros del Santo Oficio, fueron en dicho Supremo Consejo, un decreto de Su Majestad en que se confirmaba la dicha consulta. Siendo virrey el Excelentísimo Señor Don Melchor Portocarrero Laso de la Vega, Conde de la Moncloba.
Ejemplo de indígenas en la inquisición podrían ser Don Eugenio de Santa Cruz, un indio noble del siglo xviii, natural de Pampanga, que llegó a ser Juez Provisor del Obispado del Santísimo Nombre de Jesús y Calificador del Santo Oficio de la Inquisición en Filipinas.
EN NUEVA ESPAÑA
Se estima que un aproximado de 300 personas fueron llevadas a juicio a lo largo de los tres siglos que duró EL VIRREINATO, y no miles, como cuentan las leyendas y mitos de la inquisición en la Nueva España, de acuerdo con los estudios realizados por la investigadora Consuelo Maquívar de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
De esas 300 personas, se estima que tan solo unas 43 fueron condenadas a muerte, todas ellas de origen europeo. 17 personas fueron ajusticiadas en el siglo XVI, en el siglo XVII 25 y una en el siglo XVIII y en el XIX ninguna.
También resultan falsos los diferentes métodos y artilugios de tortura que suele haber en museos de llamados de la “inquisición”. Ojo, vuelvo a repetir que hablamos de la inquisición española, desconozco el proceso inquisitorial en otros países.
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BRUJERÍA
La caza de brujas en España tuvo una intensidad mucho menor que en otros países europeos (especialmente Francia, Inglaterra y Alemania), ya que la Inquisición mantuvo una actitud escéptica hacia los casos de brujería, considerando, a diferencia de los inquisidores del resto de países europeos, que se trataba de una mera superstición sin base alguna.
Es decir, en España estaba totalmente prohibido juzgar a una persona por brujería sin prueba alguna como era costumbre en Inglaterra, Francia o Alemania.
Un dato importante a resaltar en España era que si una mujer mataba a sus hijos, probablemente era acusada de bruja y sería condenada a la hoguera, es decir, que en realidad era condenada a muerte por infanticidio, no en sí por “bruja”.
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Para empezar, ¿que era la inquisición? Hay quienes la comparan con los sacrificios humanos que practicaban lagunas civilizaciones prehispánicas, evidentemente desde el desconocimiento.
La Santa Inquisición era ni más ni menos que un tribunal bajo el control de la Corona Española.
¿Cuál era su función? La de juzgar aquellos delitos que atentaban contra la fe católica.
Como en todo juicio, había un acusado, su defensa y la acusación.
¿Cómo llegaba una persona a ser acusada? Por una denuncia anónima o directamente denunciado por la misma institución.
La Santa inquisición tenía una amplia red de delatores y confidentes anónimos, pero un dato muy poco conocido es que acusado se le permitía nombrar si tenía algún enemigo. Si el nombre de su enemigo coincidía con el del denunciante, el acusado era absuelto automáticamente. Esto se hacía para evitar las típicas rencillas y peleas vecinales o por otro tipo de intereses.
Además, en España, el juez decidía si la parte que acusaba había aportado las pruebas suficientes para demostrar lo que afirmaba. Para evitar las acusaciones sin fundamento el que acusaba corría el riesgo de ser condenado a la misma pena que le hubiera correspondido al acusado si lo que afirmaba se demostraba que era falso.
Como en todo juicio hay un veredicto, y este podían ser varios:
-1. El acusado podía ser absuelto.
- 2.El proceso podía ser «suspendido», con lo que en la práctica el acusado quedaba libre, aunque bajo sospecha, y con la amenaza de que su proceso se continuase en cualquier momento. La suspensión era una forma de absolver en la práctica sin admitir expresamente que la acusación había sido errónea.
- 3.El acusado podía ser «penitenciado». Era el menor de los castigos que se imponían. El culpable debía abjurar públicamente de sus delitos y después cumplir un castigo espiritual o corporal. Entre estos se encontraban el sambenito, el destierro (temporal o perpetuo), multas o incluso la condena a galeras.
-4. El acusado podía ser «reconciliado». Además de la ceremonia pública en la que el condenado se reconciliaba con la Iglesia Católica (el auto de fe), existían penas más severas, entre ellas largas condenas de cárcel o galeras, y la confiscación de todos sus bienes. También existían castigos físicos, como los azotes. Los reconciliados no podían ocupar cargos eclesiásticos ni empleos públicos, así como tampoco podían ejercer determinadas profesiones, como recaudador de impuestos, médico, cirujano o farmacéutico. La inhabilitación se extendía a sus hijos y nietos, aunque estos podían librarse de ella pagando una multa llamada de composición.
- 5. El máximo castigo era la «relajación» al brazo secular, que implicaba la muerte en la hoguera. Recibían esta pena los herejes impenitentes y los reincidentes. La ejecución era pública. Si el condenado se arrepentía, se le estrangulaba mediante el garrote vil antes de entregar su cuerpo a las llamas. Si no, era quemado vivo.
Kamen confirma que las condenas a muerte entre 1560 y 1700 solo eran del 0,7%. En el siglo xviii las "relajaciones" disminuyeron aún más y así durante los reinados de Carlos III y Carlos IV solo cuatro personas murieron en la hoguera.
Además era un proceso garantista, es decir, los condenados tenían derecho a apelar al Consejo de la Suprema Inquisición.
LOS DATOS:
Las primeras estimaciones cuantitativas del número de procesados y ejecutados por la Inquisición española las ofreció Juan Antonio Llorente, que fue secretario general de la Inquisición de 1789 a 1801 y publicó en 1822 Historia crítica de la Inquisición. Según Llorente, a lo largo de su historia la Inquisición habría procesado a un total de 341.021 personas, de las cuales algo menos de un 10 % (31.912) habrían sido condenadas (culpables, lo cual no quiere decir que fueron condenados a muerte). Según García Cárcel estima que podría pensarse que una cifra aproximada puede estar en torno a las 3000 condenados a muerte.
Aunque los historiadores modernos han emprendido el estudio de los fondos documentales de la Inquisición. En los archivos de la Suprema, actualmente en el Archivo Histórico Nacional, se conservan, en los informes que anualmente debían remitir todos los tribunales locales, las relaciones de todas las causas desde 1560 hasta 1700. Ese material proporciona información de 49.092 juicios, que han sido estudiados por Gustav Henningsen y Jaime Contreras. Según los cálculos de estos autores, un 1,9 % de los procesados fue quemado en la hoguera.
Stephen Haliczer, uno de los profesores universitarios que trabajaron en los archivos del Santo Oficio, dice que descubrió que los inquisidores usaban la tortura «con poca frecuencia» y generalmente durante menos de 15 minutos. De 7000 casos en Valencia, en menos del 2 % se usó la tortura y nadie la sufrió más de dos veces. Más aún, el Santo Oficio tenía un manual de procedimiento que prohibía muchas formas de tortura usadas en otros sitios de Europa. Los inquisidores eran en su mayoría hombres de leyes, escépticos en cuanto al valor de la tortura para descubrir la herejía.
FUENTES:
- Splendiani, Ana María (1997). Cincuenta años de la inquisición en el Tribunal de Cartagena de Indias. p. 86. «la Inquisición americana nunca se involucró en la conversión y evangelización de los indígenas, pues éstos estaban al margen de su jurisdicción desde la misma promulgación de los edictos de fundación de los tribunales americanos ».
- El Tribunal de la Inquisición, Fernando Ayllón (1997).
- «Lienzo conmemorativo del pedido al Inca don Carlos II, rey de España, para que la nobleza indígena pueda ingresar al Santo Oficio de la Inquisición del Perú |: Arca:». arca.uniandes.edu.co. Consultado el 22 de septiembre de 2023.
- Pérez, Joseph (2012) [2009]. Breve Historia de la Inquisición en España.
- Kamen, Henry (2011). La Inquisición en España. Una revisión histórica. pp. 193-194. «El número proporcionalmente pequeño de ejecuciones un argumento eficaz contra la leyenda negra de un tribunal sediento de sangre. está claro que la Inquisición, durante la mayor parte de su existencia, estuvo lejos de ser una máquina de la muerte, tanto por sus propósitos como por lo que realmente podía llevar a cabo. »
- Contreras, Jaime y Gustav Henningsen (1986). “Forty-four thousand cases of the Spanish Inquisition (1540-1700): analysis of a historical data bank”, en Henningsen G., J. A. Tedeschi et al. (comps.), The Inquisition in early modern Europe: studies on sources and methods. Dekalb: Northern Illinois University Press.
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archduchessofnowhere · 11 months
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Everything that had been taking place in these first two crucial years suddenly break out in 1810. Just as in 1808, its immediate causes were also of an external order: in December of 1809, Andalucía is invaded by the French Armies. At the end of this year the situation is critical in Spain. The French offensive has multiple consequences: it provoques accusations of treason against the member of the Junta Central, the formation of an independent Junta in Sevilla and the flight to Cádiz of a part of the members of the Junta Central. On 27 January of 1810 the members of the Consulate of Cádiz take the power in the city through a new junta and put under their tutelage the rest of the Junta Central. It will be necessary English pressure to form, from them, the 29th of the same month, a Regency Council that proclaims to assume sovereign authority, while the French troops march towards Cádiz.
The same day of their self-dissolution the Junta Central sets the modalities of the Courts and redacts a new manifest to the Americans to ask the recognition of the new power. But the recognition that America had granted, because of patriotism and by surprise, to the provisional powers will be now denied to the Regency Council by almost all of South America. For most of the Americans, who follow very closely the military situation, the peninsula was irremediably lost and the Regency Council wasn't more than an spectre destined to last little or to govern under the tutelage of the Cádiz Junta, the Consulate and their correspondents from America. Even more: whatever its fate, it lacked the most elementary representation and the consent of the peoples of the two continents.
Facing this precarious power, endowed with a very uncertain legitimacy, Caracas first, Buenos Aires and the majority of the capitals of South America later, rushed to form juntas that did not recognize the new provisional peninsular government. Consciously, the Americans refer to the peninsular precedent of 1808:
Two years ago taken the throne of our captive monarch by a perfidious enemy, the provinces of Spain regained their primitive rights. Each of them erected then a supreme government independent to the others. This sacred duty that none could dispute to free peoples [...] was revoked to the peoples of America.
(...) The provisional power of the Spanish Junta Central had been legitimate, since, on the one hand, it had been formed by the representatives of the peninsular insurrectionary juntas that then carried out the supplementary representation of the "peoples" of Spain, and, on the other, because it had been recognized later by all the American kingdoms and provinces. They had sworn it in as the legitimate government, thus establishing a new mutual —and voluntary— link with that authority that provisionally replaced the king. Disappeared, this link disappeared with it, and sovereignty returns to its source, to the "peoples".
Although the constitution of juntas did not amount to the total and definitive separation of mainland Spain for its authors, its formation opened the way both to territorial disintegration in America and to the definitive break with the peninsula.
Guerra, François-Xavier (2003). El ocaso de la monarquía hispánica: revolución y desintegración. In Inventando la nación. Iberoamérica siglo XIX.
Picture: Cabildo abierto del 22 de mayo de 1810, by Pedro Subercaseaux, 1910.
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jgmail · 1 year
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Los tres discursos sobre el mundo indiano
Por Juan Gabriel Caro Rivera
 El ascenso de la multipolaridad implica el despertar de las grandes civilizaciones, tanto pasadas como futuras, que hoy se está produciendo en todas partes. Algunos de los polos del mundo multipolar ya son de facto realidades tangibles, como es el caso de Estados Unidos, Rusia o China. Sin embargo, existen otros polos que ni siquiera se han constituido todavía, caso de nuestro continente. Si queremos constituirnos en un polo independiente, primero debemos llevar a cabo un proceso de descolonización conceptual de nuestro vocabulario, lo que implica la deconstrucción de los discursos predominantes. A grandes rasgos existen tres discursos sobre nuestro continente:
 1)      El primer discurso es aquel que ha sido calcado de Occidente y que se expresa tanto en las ideologías liberales, comunistas y nacionalistas por igual. Para este discurso occidentalizado América Latina en su conjunto es un territorio sin historia que no ha conseguido modernizarse exitosamente y, por lo tanto, integrarse a las bondades de la globalización. Debido a sus taras históricas, supersticiones, mitos y falta de racionalismo sus pueblos y culturas han sido incapaces de asumir la modernización y el progreso. Este discurso es común tanto a las corrientes conservadoras como progresistas que desean imponer los estándares de la Modernidad europea y estadounidense en nuestras tierras. Discursos como los de que existe más territorio que Estado o falta de racionalización de la economía pertenecen a este esquema moderno e ilustrado. El principal representante de esta tendencia fue Domingo Faustino Sarmiento, quién estableció una disyunción entre la civilización y la barbarie. Por civilización Sarmiento entendía la cultura yanqui y su hombre moderno, mientras que condenaba como barbarie a la cultura católico barroca de los indios, negros y gauchos de los pueblos continentales como residuos de una época pasada, una cultura perteneciente al siglo XII.
2)      El segundo discurso sobre nuestro continente es el expresado por los hispanistas, reaccionarios, católicos, carlistas y todas las corrientes pro-monárquicas y tradicionalistas hispanoamericanas. Para estas corriente todo lo que es percibido como ruido o falta de historia y modernidad por las corrientes ideológicas dominantes de la Ilustración es más bien considerado por ellos como una expresión de las tradiciones de los pueblos hispano-lusitanos. Esta corriente de pensamiento considera que la monarquía hispánica, sus instituciones y su unidad geopolítica fue destruida por las ideologías modernas como el nacionalismo, el liberalismo y el comunismo, siendo todas ellas culpables por igual de eliminar la monarquía universal católica que había dominado en este continente. Este discurso, por supuesto, es propio de las élites intelectuales, jurídicas, tradicionalistas y monárquicas que miran con anhelo volver a un pasado destruido por las subsecuentes revoluciones ilustradas. Este discurso tampoco es el discurso del pueblo y en él no brilla el Logos de nuestras naciones.
3)      El tercer discurso sobre nuestro continente no hace parte ni de las élites ilustradas mayoritarias modernas o de las élites tradicionalistas minoritarias y marginales. Este tercer discurso fue el creado por una serie de movimientos heterodoxos, barrocos y populares que expresaban la originalidad de las mezclas y manifestaciones de nuestros pueblos desde su etnogénesis particular hasta el día de hoy. Podríamos decir que es el lenguaje de los poetas y literatos que a través del modernismo literario hicieron hablar el Logos de nuestro continente. Este tercer discurso parte de la tesis de que él primer discurso es falso, pero el segundo discurso es incompleto y es necesario buscar más profundo y más hondo en nuestro imaginario o sentido étnico, comprendiendo que el Logos de nuestro pueblo no puede ser expresado por un lenguaje elitista o nostálgico. Es por eso que el modernismo literario, representado por Rubén Darío, José Asunción Silva, José Enrique Rodó o José Martí, fijó su atención en los mitos, historias, leyendas y estructuras premodernas que buscaban abolir el progreso, buscando retornar hacia los elementos arcaicos y míticos que habían dado nacimiento a nuestras etnias. Fue así que para los poetas y literatos modernistas era necesario re-sacralizar la realidad y superar el nihilismo occidental yendo mucho más lejos que los antiguos: inspirados por Nietzsche, todos plantearon al superhombre como conquistador de Dios y de la Nada. Este último discurso no es sobre el futuro (progresista) ni sobre el pasado (reaccionario), sino sobre la abolición del tiempo y la apertura a la Eternidad (el presente). Vale la pena resaltar que el modernismo latinoamericano fue contemporáneo de la Edad de Plata rusa y que tiene muchos paralelismos con la misma, empezando por su exploración de temas paganos y la espiritualidad en contra del mundo positivista y científico.
 Si nuestro continente quiere convertirse en un polo del mundo multipolar, entonces es necesario para nosotros asumir la tarea de crear una nueva cultura que pueda enfrentarse a la Modernidad. Tal tarea ya fue asumida por muchos de nuestros pensadores y deberá ser asumida por nosotros hoy.
 The three discourses on the Indian world
By Juan Gabriel Caro Rivera
 I would first like to thank the organizers of this event for allowing me to participate in it. Specially the professor Alexander Dugin and Raphael Machado for invite it me to this important event.
 I would like begin this intervention say the rise of multipolarity implies the awakening of the great civilizations, both past and future, which today is taking place everywhere. Some of the poles of the multipolar world are already de facto tangible realities, as is the case of the United States, Russia or China. However, there are other poles that have not even been established yet, as is the case of our continent. If we want to become an independent pole, we must first carry out a process of conceptual decolonization of our vocabulary, which implies the deconstruction of the predominant discourses. Broadly speaking, there are three discourses about our continent:
 1)      The first discourse is that which has been traced from the West and which is expressed in liberal, communist and nationalist ideologies alike. For this Westernized discourse, Latin America as a whole is a territory without history that has not managed to modernize successfully and, therefore, to integrate itself to the benefits of globalization. Due to its historical defects, superstitions, myths and lack of rationalism, its peoples and cultures have been incapable of assuming modernization and progress. This discourse is common to both conservative and progressive currents that wish to impose the standards of European and American Modernity on our lands. Speeches such as that there is more territory than State or lack of rationalization of the economy belong to this modern and enlightened scheme. The main representative of this trend was Domingo Faustino Sarmiento, who established a disjunction between civilization and barbarism. By civilization Sarmiento understood the Yankee culture and its modern man, while he condemned as barbarism the Catholic Baroque culture of the Indians, blacks and gauchos of the continental peoples as residues of a bygone era, a culture belonging to the twelfth century.
2)      The second discourse on our continent is the one expressed by Hispanists, reactionaries, Catholics, Carlists and all the pro-monarchist and traditionalist Hispanic-American currents. For these currents everything that is perceived as noise or lack of history and modernity by the dominant ideological currents of the Enlightenment is rather considered by them as an expression of the traditions of the Hispanic-Lusitanian peoples. This current of thought considers that the Hispanic monarchy, its institutions and its geopolitical unity was destroyed by modern ideologies such as nationalism, liberalism and communism, all of them being equally guilty of eliminating the universal Catholic monarchy that had dominated this continent. This discourse, of course, is typical of the intellectual, juridical, traditionalist and monarchist elites who long to return to a past destroyed by the subsequent enlightened revolutions. This discourse is not the discourse of the people either, and the Logos of our nations does not shine in it.
3)      The third discourse on our continent does not belong either to the modern majority enlightened elites or to the minority and marginal traditionalist elites. This third discourse was created by a series of heterodox, baroque and popular movements that expressed the originality of the mixtures and manifestations of our peoples from their particular ethnogenesis to the present day. We could say that it is the language of the poets and writers who, through literary modernism, made the Logos of our continent speak. This third discourse is based on the thesis that the first discourse is false, but the second discourse is incomplete and it is necessary to search deeper and deeper in our imaginary or ethnic sense, understanding that the Logos of our people cannot be expressed by an elitist or nostalgic language. That is why literary modernism, represented by Rubén Darío, José Asunción Silva, José Enrique Rodó or José Martí, focused their attention on myths, stories, legends and pre-modern structures that sought to abolish progress, seeking to return to the archaic and mythical elements that had given birth to our ethnic groups. Thus it was necessary for modernist poets and writers to re-sacralize reality and overcome Western nihilism by going much further than the ancients: inspired by Nietzsche, they all proposed the superman as the conqueror of God and Nothingness. This last discourse is neither about the future (progressive) nor about the past (reactionary), but about the abolition of time and the opening to Eternity (the present). It is worth noting that Latin American modernism was contemporary to the Russian Silver Age and has many parallels with it, how, for example, the exploration of pagan themes and spirituality against the positivist and scientific world.
 If our continent wants to become a multipolar pole of the world, then it is necessary for us to take on the task of creating a new culture that can confront Modernity. Such a task has already been taken on by many of our thinkers and must be taken on by us today.
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Tal día como hoy, hace 530 años, en 1492, tras una larga travesía Cristóbal Colón y un puñado de españoles llegaban a la isla de Guanahani, en las actuales Bahamas. Aunque su objetivo era llegar a Asia, sin ser conscientes habían descubierto un nuevo continente: América.
La llegada y descubrimiento del Nuevo Mundo supuso un impacto brutal para la monarquía hispánica, que en pocos años impulsó multitud de expediciones colonizadoras por todo el continente y que convirtió a España en la primera potencia mundial durante siglos.
Esa efeméride se convirtió con el tiempo en nuestra fiesta nacional y se denominó día de la Hispanidad. En nuestro país además coincide con el Día de la Virgen del Pilar y la celebración ha acabado por extenderse a muchos países hispanoamericanos.
Aunque hoy en día parece que vivimos una segunda época de "hispanofobia", muchas veces incluso promovida por algunos sectores de la sociedad española, es importante no olvidar el origen de este día y sentirnos orgullosos de nuestra historia y su legado. Siempre es motivo de orgullo sentirse españoles y hoy es un día para celebrar todo lo que nos une.
¡¡Feliz día de la Hispanidad!! 🇪🇸🇪🇸
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formularunning · 8 days
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Pedro Serrano, el náufrago español que sobrevivió 8 años en una isla caribeña: inspiró a Robinson Crusoe.
Espasa edita La mitad del mundo que fue de España relato dedicado a las hazañas marítimas de la corona española, de la mano del economista e historiador Ramón Tamames.
La fascinación de García Márquez en su Relato de un náufrago o la más reciente Vida de Pi, de Yann Martel, beben de un antecesor, un libro que sirvió para asentar los rasgos y narrativa del náufrago: Robinson Crusoe. En un periodo de expansión por mar de todas las potencias europeas, las malas condiciones del viaje y los peligros constantes en el camino, hacían de este tipo de travesías empresas muy arriesgadas, en las que el naufragio era una posibilidad constante.
Aquellos que sobrevivían al hundimiento y alcanzaban tierra llevaban la marca de la espera sobre sus cuerpos hasta que la casualidad atrajese a otro barco cerca de su posición. No es de extrañar que las historias de quienes después volvían a la civilización, ya salvados, alimentasen los sueños de miles de escritores.
¿Pero quién era realmente el protagonista de la novela de Defoe? La historia de Alexander Selkirk en 1704 alimentó a los tabloides europeos durante meses y se entiende como una fuente de inspiración directa de Robinson Crusoe. Sin embargo, hubo otro caso que dejó una profunda impronta en el imaginario colectivo, casi dos siglos antes.
El historiador y economista Ramón Tamames acaba de publicar La mitad del mundo que fue de España: Una historia verdadera, casi increible (Espasa), un libro que da buena cuenta de una época en la que la Monarquía Hispánica se lanzó al mar en busca de nuevos horizontes y territorios para el Imperio. Un relato ágil y entretenido que pone atención en episodios olvidados de nuestra historia, como la caravana de vacunas de Carlos IV o la historia de Pedro Serrano, el náufrago español en el que Defoe basó su Robinson Crusoe.
El banco de arena
En 1526, Pedro Serrano recorría la distancia que separaba La Habana de Cartagena de Indias, una región del Caribe repleta de atolones y pequeños archipiélagos. Serrano, de origen cántabro, servía como capitán de un patache, una nave pequeña con solo dos mástiles. Durante el viaje, una tormenta sorprendió a la embarcación, que no pudo aguantar el envite de la borrasca y acabó hundiéndose. Serrano, único superviviente, consiguió nadar hasta un banco de arena cercano.
El desolador paisaje se extendía unos cuantos kilómetros a la redonda, conformado por playa en su mayoría. Solo una pequeña franja del atolón contaba con la vegetación suficiente de palmeras y arbustos secos para poder protegerse. Un lugar inhóspito que recibiría el nombre de su más célebre habitante, el Arenal Serrana o Banco de Serrana.
La única compañía del marinero durante cuatro largos años fue la de las tortugas y cangrejos que llegaban a la arena. De la sangre de las primeras obtuvo bebida, usando los caparazones para recoger agua de lluvia y almacenarla. Con corales y rocas construyó una torre desde la que mandar señales a los barcos que pudiesen pasar cerca.
Viernes
Cuando se cumplía casi un lustro desde su naufragio, Serrano vio que otro cuerpo llegaba a la orilla, otro ser humano que había sido víctima de las tormentas tropicales. Asustados ambos de la presencia del otro, Serrano recitó el credo para demostrarle que era "buen cristiano", según los cronistas de la época.
El recién llegado, español también, convivió con el cántabro durante años, repartiéndose las tareas que les ocupaban en su supervivencia. Con la madera de los restos de otros navíos desafortunados encendían fogatas con las que enviar señales de humo; recogían marisco y peces para comer; así como tortugas y aves extraviadas. De la misma forma que Crusoe tuvo su Viernes, Serrano convivió durante cuatro años más con un compañero, cuyo nombre no sobrevivió hasta nuestros días.
Salvación
En aquel lugar apartado, los barcos rara vez pasaban cerca y los pocos que lo hacían no se aventuraban hasta el lugar por miedo a encallar en la arena. En 1534, un galeón, que hacía la misma travesía que el patache del español antes de hundirse, vio las señales desde la orilla y mandó un bote al rescate.
Ambos hombres fueron llevados a bordo y trasladados a España, un viaje que el compañero de Serrano no pudo completar, muriendo durante la travesía, antes de llegar a puerto. El capitán fue llevado rápidamente a Alemania, en presencia de Carlos V, que escuchó su relato sorprendido por lo ocurrido y por la enorme barba que portaba el cántabro.
El monarca, conmovido por la historia le adjuntó una pensión de cuatro mil pesos, una suma considerable para la época que creció con lo que ya ganaba de población en población contando su historia. Tamames en su investigación sobre el náufrago cita publicaciones de la época en las que se describe a Serrano como "animador de fiestas cortesanas" en las que contaba "la odisea de su supervivencia".
Una vez cansado de ser un "mono de feria", decidió emprender rumbo a Perú. Allí le esperaba "un retiro de 4.800 ducados otorgados por su majestad. Sin embargo, el cántabro nunca llegó a su destino y murió al desembarcar en Panamá.
Un Crusoe español
La fama de Serrano se extendió aún más con la publicación en 1609 de los Comentarios Reales de los Incas , del cronista Inca Garcilaso de la Vega. La suerte quiso que Daniel Defoe viajase en 1661 por España y Francia. La azarosa vida del escritor le condujo hasta el norte de la Península, que recorrió durante varios años. De los conocimientos adquiridos en ese tiempo dio buena cuenta en Las memorias de guerra del capitán George Carleton, una novela basada en la vuelta a Inglaterra de un capitán ficticio en plena Guerra de Sucesión española.
Defoe llenó esta novela de aventuras de detalles de la orografía pirenaica, dejando nombres como Tafalla u Olite desperdigados por el relato. No es de extrañar que el escritor llegase a estar en contacto con la historia de Pedro Serrano durante sus viajes, quizás escuchándolo en alguna taberna, quizás incluso cerca de donde nació el náufrago cántabro.
El lago español
"Pero a mí nada me entusiasmaba tanto como el mar, y dominado por este deseo, me negaba a acatar la voluntad de mi padre y a escuchar las súplicas y ruegos de mi madre", escribía Defoe sobre el sentimiento que el mar había causado en Crusoe. Un mar que como también decía el escritor americano Herman Melville: "Atrae a las personas".
De esa atracción se llenan las páginas de La mitad del mundo que fue de España. Su autor, Ramón Tamames, establece un relato histórico coherente sobre la historia de la navegación a partir de la conquista del Nuevo Mundo. Una epopeya con el océano Pacífico en su centro, el spanish lake o lago español.
Una época que tuvo capítulos tan interesantes como el de la Expedición Balmis, llamada así en honor al médico español que llevó vacunas por todo el Nuevo Mundo en una expedición de tres años. A bordo del María Pita viajaron más de 30 niños, portadores de anticuerpos, así como cargamentos de linfa con el objetivo de vacunar de la viruela a la población civil por todo el globo.
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lastnews-espana · 2 years
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Rafael Aita: “Los Incas fueron los más fervientes cristianos y defensores de la Monarquía Hispánica”. Por Javier Navascués
Rafael Aita: “Los Incas fueron los más fervientes cristianos y defensores de la Monarquía Hispánica”. Por Javier Navascués
Rafael Aita Ramírez-Gastón. Magíster en Administración Estratégica de Empresas en CENTRUM Católica y MBA specializing in General and Strategic Management en Maastricht School of Management (Holanda), Ingeniero Industrial de la Universidad de Lima. Docente de la Facultad de Ingeniería Industrial de la Universidad de Lima. Autor del libro Los Incas Hispanos, que analiza a continuación. ¿Por qué un…
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myfpschool · 2 years
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Resumen Historia Bloque 3: Los Reyes Católicos.
Resumen Historia Bloque 3: Los Reyes Católicos.
Resumen PEVAU. Historia de España Bloque 3: La formación de la Monarquía Hispánica y su expansión mundial (1474-1700). 1. La creación de la monarquía hispánica. Los reyes católicos. 1.1 Unión dinástica: integración de las coronas de Castilla y Aragón. La guerra sucesoria en Castilla (1474-1479). Enrique IV tiene dos hijas Isabel y Juana “la beltraneja” se disputaban la corona de…
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effata · 2 years
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Borja Cardelús: «Si a América hubiera llegado antes Inglaterra, los indios hubieran sido exterminados»
-En su nuevo libro, ‘América hispánica’ (Almuzara), este abogado, economista y divulgador cultural aglutina los grandes temas que cimentaron la civilización hispánica-
Una Roma en América. En cuanto comprendieron la magnitud de la empresa que tenían entre manos, los Reyes Católicos buscaron la manera de romanizar América, esto es, «de trasladar la cultura grecorromana al otro lado del charco y de mestizar a sus habitantes», como apunta Borja Cardelús, que acaba de publicar el libro ‘América hispánica’ (Almuzara). La magna obra (casi 900 páginas) de Cardelús aglutina los grandes temas que han centrado el interés en los últimos años de este abogado, economista y divulgador cultural.
De las leyes de Indias a las huellas españolas en Norteamérica, pasando por la historia del Galeón de Manila o la aventura de Hernán Cortés, la ‘América hispánica’ desgrana el mestizaje físico y cultural que dio a luz a una civilización de 600 millones de personas. «El legado hispánico está vivo hoy, no solo es Historia, sino presente», recuerda.
Imperios como el español han servido a lo largo de la historia para abrir caminos, puestos comerciales, universidades, hospitales y toda suerte de estructuras para unir bajo una figura supranacional a muchos pueblos que, viviendo a pocos kilómetros, no habían interactuado nunca entre ellos.
Solo los imperios que han traído prosperidad con ellos han sobrevivido en el tiempo. Y solo ellos pueden llamarse imperios. Que el español sobreviviera casi quinientos años habla de lo rocoso de sus cimientos.
–¿Está amenazado ese legado hispánico más que nunca?
–La civilización hispánica está amenazada desde el siglo XVIII, cuando irrumpieron todas las ideas nuevas de la Ilustración y España pasó a un segundo plano intelectual. Considero, igualmente, que hay muchos grupos que han comprendido al fin que la verdad está en la civilización hispánica y que la Ilustración lo que dejó es muchos males actuales como el progreso material y un individualismo excesivo. La civilización hispánica está montada sobre cosas muy antiguas, como la artesanía o la relación con la tierra, mientras que la Ilustración cabalga sobre la industria, el comercio libre…
–Cuando se tiran estatuas españolas en América, ¿quiénes son los damnificados?
–Están tirando piedras contra su propio tejado. Por un lado, los indígenas son descendientes de personas que fueron protegidas por gente como Fray Junípero Serra, que los capacitó en agricultura, ganadería y lenguaje para poder adaptarse a la cultura occidental. Gracias a eso sobrevivieron cuando los anglosajones llegaron a sus tierras. Por otra parte, la contaminación política ha hecho que los propios hispanos se hayan creído falsedades tales como el genocidio o el robo de oro. La incultura y la falta de criterio han hecho que los propios criollos ataquen sus principios, sus esencias culturales, a sus personajes históricos.
–Un argumento recurrente en países hispanoamericanos es que España es culpable de sus males recientes.
–Si en vez de España hubiera llegado Inglaterra antes a toda América, los indios hubieran sido exterminados. Si hubieran sido los portugueses, hubieran sido esclavizados todos. Y si hubieran sido los franceses, hubieran quedado alcoholizados, como hicieron en los territorios que controlaron en Norteamérica. El único país que aplicó realmente una política proteccionista, basada en el humanismo cristiano, fue España. Es un tópico culpar a España de los males presentes. Cuando se resquebrajó la Monarquía católica y se rompió la Pax Hispánica, el continente se fragmentó en una veintena de repúblicas y comenzó un caos tremendo. Sin la tutela de la Corona españa, se entró en una vorágine de guerras civiles, de extinción de tribus y en el puro caos. La culpa de todo lo que ha pasado no es por la responsabilidad española, sino por lo que han hecho en los últimos doscientos años ellos.
«Cuando se resquebrajó la Monarquía católica y se rompe la Pax Hispánica, el continente se fragmentó en una veintena de repúblicas»
–En su libro dedica un importante espacio a las Leyes de Indias como piedra angular para el mestizaje.
–Las Leyes de Indias es un cuerpo jurídico de más de siete mil leyes que están basadas en la Escuela de Francisco de Vitoria y buscan proteger al indio, su dignidad, sus tierras, su integridad jurídica. Se establece que sean retribuidos de forma justa y en dinero, no especies. Las leyes marcaron la pauta de la presencia de España en América durante siglos. Hernán Cortés tuvo un papel fundamental para su éxito cuando las aplicó en México y logró que el resto de conquistadores con grandes territorios bajo su control le siguieran. Tomó la determinación de aplicar una estrategia muy distinta de la antillana, que había estado muy basada en la explotación de los indios, y ordenó traer colonos, frailes, oficios... Ahí es cuando quedó claro que no serían colonias, sino una Nueva España. Marcó el modelo para todo el continente y por eso es tan importante conmemorar su hazaña estos días.
–Usted que también es abogado, ¿no le llama la atención lo obsesionados que estaban los españoles con el cumplimiento de las leyes incluso en esos años?
–España fue muy reglamentista y fue documentándolo todo al milímetro. En el Archivo de Indias se encuentra cada acto documentado porque de cada suceso podían derivar consecuencias muy graves. Cualquier motín o alzamiento de un capitán era muy severamente castigado. Cortés, cuando se alejó de las instrucciones de Velázquez, gobernador de Cuba, procuró hacerlo con toda delicadeza y buscando legalizar su situación de cara al Emperador. El aspecto legal fue muy importante desde el principio.
–En estos años también se conmemora la Primera Circunnavegación a la Tierra, ¿cómo fue el paso de España por el Pacífico?
–España tiene tanta historia que ha relegado a un segundo plano lo que hizo en el Pacífico. España no solo dio la vuelta al mundo, es que descubrió Australia, aunque no se reconozca, todo tipo de archipiélagos como Hawai, y navegó por los confines de este océano. En otro país esto daría para muchas películas y libros, y por eso lo incluyo en mi obra. El Pacífico fue llamado el mar español porque nadie que no fuera español podía entrar allí más allá de algunos piratas. España tuvo controlado todo un océano durante doscientos cincuenta años.
–¿Se corre el riesgo de caer en una leyenda blanca por combatir la leyenda negra?
–No, la leyenda negra ha sido tan exagerada, tan extrema, que basta con contrarrestarla usando la verdad. No hubo genocidio en América, como sí lo hubo en los territorios bajo control de Inglaterra. Es cierto que los primeros años de España en América fueron dolorosos por la mortandad causada por los virus europeos, que afectaron de manera contundente a los indios. Sin embargo, cuando España llegó a América había unos 13 millones de indios, y cuando España se marchó, había 16 millones. Las Leyes de Indias fueron tan paternalistas con los nativos que los protegió. Mientras que Inglaterra se apropió de sus tierras, les quitó sus recursos y, cuando protestaron, les aniquilaron. Cuando los ingleses llegaron a sus territorios en Norteamérica, había un millón de indios, pero cuando salieron quedaban medio millón, todos ellos en los territorios colonizados por España.
FUENTE: ABC (HISTORIA)
DE CESAR CERVERA
23 DE JUNIO DE 2021
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vimogra-art · 2 years
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Torre de Juan II " empleada como prisión" Alcázar de Segovia espectacula...
La Torre de Juan II fue construida entre 1440 y 1465 y es considerada un gran ejemplo de la arquitectura gótico-civil española. Esta torre fue empleada como prisión de Estado, al igual la Bastilla o la Torre de Londres y fue un símbolo de la potestad absoluta de la monarquía hispánica, con una singular nómina de ilustres presos, que fueron recluidos en el recinto más protegido y seguro de la fortaleza. En sus estrechas y frías prisiones pasaron días penosos nobles caídos en desgracia como Don Álvaro de Luna y otros imaginarios como Don Torcuato de "El Delincuente Honrado" de Jovellanos. Se asienta sobre una torre anterior del siglo XIII de la que se conserva un ventanal mudéjar de influencia almohade. Sus impresionantes 80 metros de altura se dividen en tres pisos gracias a tres líneas de impostas. Está decorada exteriormente con motivos circulares esgrafiados y rematada con almenas, algunas de ellas decoradas con los escudos de Castilla. Se puede acceder a la parte superior tras subir 152 escalones por una escalera de caracol. Las espectaculares vistas de 360º de la ciudad y su entorno natural que se pueden disfrutar desde lo alto, hacen que el esfuerzo merezca la pena. Está decorada exteriormente con motivos circulares esgrafiados y rematada con almenas, algunas de ellas decoradas con los escudos de Castilla. Se puede acceder a la parte superior tras subir 152 escalones por una escalera de caracol. Las espectaculares vistas de 360º de la ciudad y su entorno natural que se pueden disfrutar desde lo alto, hacen que el esfuerzo merezca la pena. Fuente: DESTINO bloc de Renfe
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solnunquamoccidit · 1 year
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El entierro de Cristo
by Baltasar de Echave y Rioja (Novohispanic, 1632 - 1682) oil on canvas (254,5 × 279 cm), 1665
Museo Nacional de Arte, Ciudad de México
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armatofu · 1 year
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Las Leyes de Indias
Publicado el 28 mayo, 2015 por laamericaespanyola
Leyes de Indias es la legislación promulgada por los monarcas españoles para regular la vida social, política y económica entre los pobladores de la parte americana de la Monarquía Hispánica.
Isabel la Católica fue la primera persona que se preocupó por los derechos de los indios: determinó que seguirían siendo los propietarios de las tierras que les pertenecían con anterioridad a la llegada de los españoles y en el año 1500, dictó un decreto prohibiendo la esclavitud.
En ese momento la esclavitud era una realidad normalmente admitida y, según algunos autores, se calcula que en España había entonces unos 100.000 esclavos.
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Mediante esta Cédula Real de 20 de junio de 1500, la reina Isabel ordenó poner en libertad a todos los indios vendidos hasta ese momento en España y decretó su regreso a América en la flota de Bobadilla, quien apresó y juzgó, por encargo de los reyes, a Cristóbal Colón, para seguidamente trasladarlo con grilletes a España.
Puede afirmarse que la esclavitud fue abolida en España por la citada cédula permitiéndose su existencia sólo en tres supuestos: antropofagia (1503), prisioneros de guerra (1504) y venta por parte de otras tribus que ya los tuvieran como tales (1506), todo ello sin perjuicio de la abolición formal operada por la Ley de 13 de febrero de 1880.
La última voluntad que la Reina Isabel la Católica dirigió a sus súbditos en su testamento (1504) fué: “…  y no consientan ni den lugar a que los indios vecinos y moradores de las dichas Islas, y Tierra Firme, ganados y por ganar, reciban agravio alguno en sus personas y bienes, mas manden, que sean bien y justamente tratados, y si algún agravio han recibido, lo remedien y provean de manera, que no se exceda cosa alguna lo que por las letras apostólicas de la dicha concesión nos es mandado…”.
En 1511, Fernando el Católico encargó un estudio jurídico-teológico al dominico Matías de Paz y al jurista Juan López de Palacios, quienes concluyeron que la guerra contra los indígenas sólo será justa «cuando sus caciques y jefes prohíban la libre conversión de sus súbditos, o bien sea menester el desterrar inhumanas costumbres que se niegan a abandonar», como el canibalismo o los sacrificios de personas a los dioses.
Las Leyes de Burgos, sancionadas el 27 de diciembre de 1512, surgieron por la preocupación de la Corona por el trato a los indígenas, que fue denunciado por los padres dominicos.
Dichas Leyes fueron consecuencia política y jurídica del sermón pronunciado por Fray Antonio de Montesinos en la isla de Santo Domingo, el cuarto domingo de Adviento de 1511, y en el cual se planteaba la cuestión ética de la conquista, de la condición humana de los indígenas y su sentido de libertad intrínseco a dicha condición. Fue esta la primera vez que la Corona convocó a teólogos y juristas para que le aconsejaran sobre el problema del Nuevo Mundo.
Constaban de 35 artículos y como resumen, sobre los indios decían: Los indios son libres y deben ser tratados como tales, según ordenan los Reyes. Han de ser instruidos en la fe, como mandan las bulas pontificias. Tienen obligación de trabajar, sin que ello estorbe a su educación en la fe, y de modo que sea de provecho para ellos y para la república. El trabajo debe ser conforme a su constitución, de modo que lo puedan soportar, y ha de ir acompañado de sus horas de distracción y de descanso. Han de tener casas y haciendas propias, y deben tener tiempo para dedicarlas a su cultivo y mantenimiento. Han de tener contacto y comunicación con los cristianos y deben de recibir un salario justo por su trabajo.
La tradición medieval priorizaba la evangelización del indio, pero ese bien superior no impedía otros posibles males. Teniendo el Rey de España justos títulos de dominio sobre el continente americano y el indio naturaleza jurídica de hombre libre con todos los derechos de propiedad, no podía ser explotado, pero como súbdito debía trabajar a favor de la corona, a través de los españoles allí asentados. Para lo que fueron creadas dos instituciones indianas: el requerimiento y la encomienda.
Las leyes prohibieron terminantemente a los encomenderos la aplicación de todo castigo a los indios, el cual se reservaba a los visitadores establecidos en cada pueblo y encargados del minucioso cumplimiento de las leyes. Las mujeres embarazadas de más de cuatro meses eran eximidas del trabajo.
Las ordenanzas, imbuídas del catolicismo imperante en la corte española, impulsaron la evangelización de los indios y ordenaron su catequesis, condenaron la bigamia y les obligó a que construyeran sus bohíos o cabañas junto a las casas de los españoles. Respetaron, en cierto modo, la autoridad de los caciques, a los que eximieron de los trabajos ordinarios y les dieron varios indios como servidores. Esta normativa altamente protectora de los indios, fue parcialmente incumplida en su aplicación en América, registrándose muchos casos de  reclamaciones y protestas.
A pesar de su difícil aplicación, estas leyes constituyeron el primer cuerpo legislativo de carácter universal que se otorgó para los pobladores del Continente americano, siendo consideradas como la primera declaración de Derechos Humanos.
En 1518 una ley estableció ya «que sólo podrán ser encomendados aquellos indios que no tengan recursos suficientes para ganarse la vida, así como que en el momento en que fuesen capaces de valerse por sí mismos habrían de cesar» en este régimen.
Pero dado que, pese a las limitaciones fijadas desde España, en muchas ocasiones se recurría a las armas sin que hiciese falta, una Real Orden de 1526 impuso en todas las expediciones militares la compañía de sacerdotes con el fin de poner fin a los abusos.
La junta de la Universidad de Salamanca convocada por el emperador Carlos V en 1540 concluyó que «tanto el Rey, como gobernadores y encomenderos, habrían de observar un escrupuloso respeto a la libertad de conciencia de los indios, así como la prohibición expresa de cristianizarlos por la fuerza o en contra de su voluntad».
De todos modos, Carlos V dió una estocada mortal a la institución de la encomienda con sus Leyes Nuevas de 1542, que limitaron sobremanera las situaciones en que se podía poner en práctica.
La Real Cédula del Emperador del 27 de noviembre de 1543, ordenaba a los virreyes, Audiencias y gobernadores que usaran de suavidad y paz para reducir a la obediencia a los indios sublevados,”sin guerra, robos, ni muertes… y si fuere necesario otorgarles algunas libertades o franquezas de toda especie de tributos, lo puedan hacer y hagan”.
La Real Cédula de Carlos V, fechada en Valladolid el 31 de diciembre de 1549, que prohibía a toda persona de cualquier estado o condición hacer entradas o rancherías en ninguna isla, provincia o parte de las Indias, sin expresa licencia del Rey bajo pena de muerte. Con esta severa ley se pretendió cortar todo abuso en las conquistas hechas bajo la responsabilidad de personas privadas.
Aunque inicialmente Felipe II se dejó presionar por los colonos del Caribe haciendo concesiones especiales para Puerto Rico y La Española, poco más tarde dejó clara su repulsa hacia la esclavitud, prohibiendola una vez más, e incluso haciendo extensiva dicha prohibición a la incipiente importación de esclavos negros.
Felipe II en sus Ordenanzas(13/07/1573), decía en su referencia a los indios: “Es nuestra voluntad encargar a los Virreyes, Presidentes y Audiencias el cuidado de mirar por ellos, y dar las órdenes convenientes, para que sean amparados, favorecidos, y sobrellevados, por lo que deseamos, que se remedien los daños que padecen, y vivan sin molestia, ni vejación, quedando esto de un vez asentado, y teniendo muy presentes las leyes de ésta Recopilación, que les favorecen, amparan, y defienden de cualquier agravio, y que las guarden, y hagan guardar muy puntualmente, castigando con particular y rigurosa demostración a los transgresores. Y rogamos y encargamos a los Prelados Eclesiásticos, que por su parte lo procuren como verdaderos padres espirituales de esta nueva Cristiandad, y todos los conserven en sus privilegios, y prerrogativas, y tengan en su protección”.
En resumen, durante todo el siglo XVI, es fehaciente y continua la intención de la Monarquía Hispánica
 de proteger a los nativos americanos, con leyes terminantes cuya transgresión llevaba aparejada graves penas, incluso la de muerte. A pesar de ello  hay que reconocer que su aplicación dejó mucho que desear.
Para finalizar y aunque no entra directamente en la materia de la que trata esta entrada, las consecuencias en la forma de conquista fueron significativas en relación con otros paises europeos. Por ello cito al historiador Juan Sanchez Galera que hace una comparación con el modelo de colonización anglosajón:
“Los conquistadores españoles fusionaron en el Nuevo Mundo las culturas europea e indígenas, en muchas ocasiones mediante matrimonios mixtos, dando lugar a una sociedad mestiza.
Por su parte, los colonos anglosajones formaron comunidades donde regía una especie de apartheid que separaba a británicos de indígenas. «No crearon nada, simplemente aniquilaron a los indios y sus culturas, para más tarde reocupar sus territorios, a los cuales trasladaron sus formas europeas de vida.
Si los españoles conquistaban para expandir su cultura y su fe, los ingleses lo hacían, sobre todo, por motivos puramente mercantiles“.«Para los colonos protestantes los indios no eran unas almas esperando recibir la fe, sino unos ingratos pecadores que no habían sabido rentabilizar las tierras y talentos que Dios les había dado. Así, Dios, dolorido por tan ingrata actitud, había decidido readjudicarlas a sus fieles hijos anglosajones»
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archduchessofnowhere · 11 months
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To these internal conflicts was soon added the war that was going to confront more and more the two continents, Spain and America, and, within it, the Peninsulars against the Criollos. The great break in this field occurred in the year following the establishment of the juntas, in the spring-summer of 1810, on variable dates depending on the region. Their formation was largely based on their right to self-government, and, furthermore, on two hypotheses: the non-existence of a true central government in the metropolis and the probable total defeat of peninsular Spain. But a few months were enough to show the fragility of both hypotheses. Not only did the Regency Council really exist and had been recognized by the surviving Spanish juntas and by a good part of America, but mainland Spain continued to resist with English help; furthermore, in September 1810 the General and Extraordinary Courts of the Monarchy met in Cádiz, to which little by little the American deputies elected by the regions that had recognized the Regency Council were arriving… Such a situation, to a great extent unexpected, further complicated the situation by forcing the American juntas to reconsider their attitude towards it and, occasionally, to see the possibility of a negotiation.
This, as it is well known, never really took place, since the Regency Council reacted violently to the news from America, without trying what so many times the Junta Central, or itself in mainland Spain, had done before: negotiate with the provincial juntas. In July 1811 this path was definitively closed with the courts' rejection of English mediation, which had tried to avoid a war that could only weaken the common combat against Napoleon. If the importance of the non-recognition of the Regency Council by the American juntas has been highlighted many times, less emphasis is placed on the reverse phenomenon: the rejection that the Regency Council made of the legitimacy of the American juntas. From the beginning the regency considered them as disloyal provinces, rebelled against their sovereign.
The reasons for this intransigent attitude must undoubtedly be found in the influence that the trade in Cádiz exerted and also in the fact that the regency was all the more jealous of its authority the more precarious its legitimacy was. But, above all, because since the independence of the English colonies in North America, the Spanish ruling elites considered the future independence of Spanish America inevitable. American grievances and justifications for the juntas were considered mere rhetoric intended to cover independence purposes. It was, therefore, a separatist movement that had to be repressed by force: the fear of independence helped to precipitate it.
The war, therefore, closely follows the founding of the juntas in South America and, soon after in Mexico, the Hidalgo uprising and the great social explosion that accompanies it. War that is doubly a civil war: on the one hand, internal war between the regions and cities that accept the new Spanish provisional government and those that reject it; and, on the other, foreign war against the central government of the Monarchy. From now on, war —and a war all the more cruel since it is civil— is going to be the main cause of the evolution of America. The friend-enemy opposition has its own logic and will progressively cause a redefinition of American identities and the moral rupture of the until then only "Spanish" nation.
Guerra, François-Xavier (2003). El ocaso de la monarquía hispánica: revolución y desintegración. In Inventando la nación. Iberoamérica siglo XIX.
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jgmail · 1 year
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Después del virus: Renacimiento de un mundo multipolar
Carlos X. Blanco
El libro de Boris Nad Después del virus: Renacimiento de un mundo multipolar es un texto útil, de lectura ágil y sencilla, un volumen rabiosamente actual, que relata los efectos y el contexto de la reciente pandemia, así como la serie presente de acontecimientos inquietantes, hechos político-militares que aún no han desplegado todos sus efectos y consecuencias históricas, incluyendo la actual guerra de Ucrania, buscada y deseada por la OTAN.
La guerra de Ucrania podría ser vista como un prolegómeno de la Tercera Guerra Mundial, o al menos como un episodio de esa Guerra Mundial fría que ya se ha desatado desde que la Rusia de Putin inició su proceso de insubordinación. Un proceso que comenzó tras el catastrófico hundimiento de la Unión Soviética y el caos y las humillaciones del periodo de Yeltsin.
Boris Nad escribe desde una perspectiva netamente eurasiática, coincidente en gran medida con la del tradicionalista ruso Aleksandr Duguin. Desde esta perspectiva, la hora de las humillaciones a Rusia ha llegado a su fin. Desde el acceso al poder de Vladimir Putin, y a pesar de los errores de éste líder, el país ha modernizado sus estructuras militares, superando a la OTAN y también ha saneado su economía, previamente sumida en el caos, la corrupción y el atraso, y, lo que es más importante, ha levantado la moral de su pueblo.
El pueblo de la Federación Rusa es mayoritariamente eslavo, muy sufrido y leal. No vive sumido en la molicie y prostitución generalizada en que viven los occidentales, especialmente los españoles. Entendemos por rusos sobre todo al gran grupo eslavo de tradición cristiano-ortodoxa aunque es preciso reconocer el papel de las otras nacionalidades y etnias, en gran parte asiáticas, que también forman parte de la Gran Rusia: comunidades de muchas etnias no europeas no cristianas y que forman parte integral de esa federación. Rusia y todos los países de su entorno mantienen las características propias de un imperio, entre ellas su cariz multinacional. Un imperio no es, simplemente, un Estado grande. No es, tampoco, una agrupación de Estados liderados por un núcleo fuerte y dominante. Un imperio tampoco se reduce a una forma monárquica que se expande sobre territorios muy amplios. Un verdadero imperio, como es en la actualidad la Rusia Eurasiática, supone, además de lo anterior, una voluntad civilizadora, repobladora, ordenadora que aspire a alzarse como poder soberano formando un Estado-civilización.
Como explica muy bien Boris Nad, un serbio, ha llegado la hora de los Estados-civilización frente a los Estados-nación. Los imperios verdaderos son Estados-civilización que incluyen en su interior múltiples razas, nacionalidades, confesiones, esto es, un complejo sistema de unidades comunitarias que han vivido vinculadas alrededor de un mismo dominio (imperium) no tanto conquistador, como arbitral y convergente. Los verdaderos imperios civilizadores hacen suyo el imperativo de «civilizar» todo un contorno bárbaro y desarticulado.
El acceso de múltiples pueblos a una fase superior, civilizada, incluye tomar conciencia de su existencia como realidad diferenciada frente a sus vecinos, proceso que ha venido dado por estos imperios. En el pasado de Europa, ésta ha sido la obra del Imperio Romano en algunas de sus extensiones (sólo algunas, porque este Imperio Romano fue depredador o absorbente en muchas de ellas), así como el Imperio Carolingio, el Sacro Imperio, el Imperio Austrohúngaro, la Monarquía Hispánica… Gracias a los imperios aglutinantes, cientos de nacionalidades o pueblos de la humanidad supieron de sí mismos como entidades hijastras, acunadas dentro la entidad madre, imperial, de cuya mano se elevaron a la existencia civilizada. Este tipo de imperio, que yo prefiero denominar aglutinante, mejor que «generador», es una macroentidad unitiva: ella federa, coordina, «acuna» y «educa» a entidades débiles, pequeñas o retrasadas, para hacerlas partícipe de un proyecto común, universal.
Este mismo es el caso del Imperio Chino para gran parte del Extremo Oriente, el Sudeste y el Centro de Asia. La civilización china ha sido para cientos de naciones asiáticas, de una parte, como la Grecia de los europeos, su núcleo clásico, pero, de la otra, ha sido la fuerza aglutinante en torno a la cual se formó un Imperio sólidamente anclado en tradiciones propias. Fue el caso de España para con los vascos o los indios de América: la oportunidad de hacer partícipes a las etnias y nacionalidades aisladas para entrar en la corriente universal.
Enfrente, a cara de perro, de esta concepción Imperial tradicional, cuya base es ancestral y sagrada, y que tiende a la agrupación de comunidades humanas en amplísimas áreas civilizatorias (Rusia, China, India, Islam, Persia, Turquía, Hispanidad), se alza la Anglosfera. La Anglosfera representa una verdadera deformidad en la idea imperial. Desde que los piratas ingleses comenzaron a atacar a los galeones de España, el mundo anglosajón se comportó ante el resto de la humanidad como el animal de rapiña. Su única regla era y es hacer saltar todas las reglas. Su verdadera tradición consiste en arrancar de raíz todas las demás tradiciones. La Anglosfera comenzó en sus primeros siglos como una verdadera «empresa privada» en cuyo accionariado figuraba como socio principal la Corona de Su Graciosa Majestad. El saqueo, la esclavización, el genocidio, fueron sus prácticas durante siglos, hasta que ya el Estado (Reino Unido, primero, y los Estados Unidos, después) oficializó la ocupación previamente privada de las colonias.
Llama mucho la atención que la Anglosfera, en sus dos grandes versiones, la británica y la yanqui, hayan iniciado sus depredaciones en ambos casos declarándole la guerra a España, que en el siglo XVI y hasta el XVIII era el único Imperio aglutinante con capacidad ultramarina para reorganizar o «civilizar» el mundo. Las enormes masas telúricocráticas de China, Rusia, Persia, Turquía, Sacro Imperio, etc. , carecían de flotas modernas y de cuadros técnicos, militares, burocráticos, etc., que pudieran dotarles de poder expansivo y obstaculizador a las depredaciones de los anglos. España sí poseía todos los atributos y medios para el arbitraje universal, y su misma existencia como potencia, grande o mediana, era y es incompatible para con los fines rapaces de británicos y yanquis.
La pandemia del coronavirus, así como los previos ataques de terrorismo financiero que hemos sufrido los llamados países pigs (países «cerdos», como se nos llama desde la alta finanza anglosajona y «europeísta»), nos pone de manifiesto qué es «occidente»: un engendro que remeda un imperio, enemigo esencial de nuestra hispánica tradición, un sistema demoníaco angloamericano ideado para el expolio del resto del mundo. Al poder estadounidense, como al británico, se le llama impropiamente imperio cuando simplemente se trata de imperialismo, una acción combinada de sometimiento neocolonial, económico-cultural, por un lado, y dominación político-militar, por el otro. Cuando un pueblo decide remontarse, no seguir hundido ni ser colonia de los angloamericanos, los «occidentales» ya le declaran una guerra híbrida: los activistas de sus ONGs se disponen a transformar y condenar sus tradiciones religiosas y étnicas más inveteradas. La lluvia de dólares corrompe a las élites políticas locales, la amenaza de golpe de Estado o revolución de color planea sobre su cielo y el enfrentamiento civil ya no conoce descanso. Nadie puede salirse del guión previsto por los amos del mundo. La España del tardofranquismo vivió ésta misma suerte. El presidente del gobierno de la nación, el almirante Carrero Blanco, voló por los aires en un atentado que atestiguará para la eternidad la connivencia entre los separatistas y los poderes de la anglosfera.
Creo que el libro de Boris Nad es muy útil para reflexionar sobre el nuevo liderazgo mundial que le está reservado a estos dos grandes imperios-civilización, el ruso y el chino, esto es, Eurasia. «Occidente» se está quedando solo, hundido en su propio retraso tecnológico y moral. Quienes vivimos atrapados en esta trampa de la Anglosfera sólo podemos ser rebeldes haciéndonos tradicionalistas, revivificando nuestras propias raíces, favoreciendo los rebrotes identitarios. Como Rusia y China rebrotaron, lo harán otros macropueblos que también contaron con tradiciones imperiales: turcos, persas, árabes… La Hispanidad sigue rezagada, pudiendo ser otro polo, reapropiándose de su civilización, y el mundo africano aguarda a que un cambio de socios y un alejamiento del Occidente colonizador le permita una reindustrialización para pasar a otro nivel de lucha e insubordinación.
Vivo en un país donde las profesoras de inglés se disfrazan de brujas el día de Halloween, y los chicos que debieran dominar la lengua de Cervantes, se ponen sudaderas con la Union Jack, hablando un spanglish inadmisible en un pueblo que civilizó en buen castellano a la mitad del mundo. El punto de partida hispánico hoy es malo, malísimo. Ahora muchos sentimos vergüenza, amamos a una España que no nos gusta. Pero libros como el de Nad, un serbio que conoce de sobra lo que es la desmembración imperialista de su patria, Yugoslavia, nos sirve de acicate y advertencia. Enhorabuena a nuestros amigos de la editorial Hipérbola Janus. Su labor es impagable.
Boris Nad: Después del virus: El renacimiento de un mundo multipolar. Hipérbola Janus (Noviembre de 2022)
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enalfersa · 2 years
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Acero y gloria: Las grandes batallas de los Tercios españoles (Historia)
Acero y gloria: Las grandes batallas de los Tercios españoles (Historia)
De Italia a Flandes o de Filipinas a México, los tercios españoles combatieron por la Monarquía Hispánica con gran honor y bravura. Este libro se acerca con épica y realismo a las grandes batallas, por tierra y mar, que estas tropas libraron para situar al Imperio español como la mayor potencia de la época Moderna. Diestros soldados, cualificados oficiales y grandes generales fueron los…
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delaruecaalapluma · 2 years
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La contemplación de la Pasión en Teresa de Jesús y el Siglo de Oro de la espiritualidad en la Monarquía Hispánica
La contemplación de la Pasión en Teresa de Jesús
La revista Huarte de San Juan de la Universidad de Navarra publica en su número de junio de este año (vol. 29/2022) un artículo titulado La contemplación de la Pasión en Teresa de Jesús y el Siglo de Oro de la espiritualidad en la Monarquía Hispánica . Su autor es Javier Burrieza Sánchez, profesor de Historia Moderna de la Universidad de Valladolid y autor de numerosas publicaciones sobre la…
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